La de Persia es ya un castillo, de rica
loza azul, porque allí saltan del suelo las piedras preciosas, y las flores y las aves son de mucho color.
José Martí
Espejos, metales, telas, orfebrería, loza, conciertan allí para los ojos una sinfonía muda y misteriosa; y de todo, de cada rincón, de las rajas de los cajones y de los pliegues de las telas se escapa un singular perfume, un vuélvete de Sumatra, que es como el alma de la vivienda.
Detrás del Garañón apareció ante los ojos de Currito el hogar alumbrado por los rojizos resplandores de la alegre fogata, a cuyos resplandores brillaban, como de oro quemado, los peroles que decoraban el alero de la enorme chimenea, y destacábanse como iluminados por un incendio la limpísima mesa de pino colocada en el centro, las sillas de anea colocadas acá y acullá; los grandes vasares que amenazaban desplomarse al peso de la loza de alpujarreña estirpe...
¿Por qué, así como limpias esa
loza talaveril que traes entre las manos, y la vuelves en bruñida y tersa plata, no limpias esa alma de pensamientos bajos y sotasacristaniles?
Miguel de Cervantes
Era de noche, y reinaba un silencio absoluto; ambos se quedaron en la gran ciudad, flotando en el aire por uno de sus angostos callejones, donde yacían montones de paja y cenizas; había habido mudanza: se veían cascos de
loza, pedazos de yeso, trapos y viejos sombreros, todo ello de aspecto muy poco atractivo.
Hans Christian Andersen
Más dichosos, quizás, más unidos seguramente que cuando eran jóvenes, los esposos, fundidos en la única aspiración egoística de conservarse todo lo posible, no solían discutir, sino en el punto de las antiguallas. A cada cajita de oro, a cada miniatura, a cada arcón o pieza de
loza que entraba por la puerta, la condesa gruñía.
Emilia Pardo Bazán
Al menor movimiento la loza que contenía la cesta chocaba contra alguna otra cosa, y entonces la señora me daba un golpe terrible con el pie y me decía: -¿Quieres estarte quieto?
Después notaba los acostumbrados ruidos de arrastrar muebles; se organizaba la partida de tresillo. Choques como de hueso con
loza: las fichas.
Emilia Pardo Bazán
Y pocos días después, siendo la preguntona la marquesa de Veniales, el general, que estaba presente, fue quién respondió, alentando a su mujer con imperiosa mirada. -Del susto de ver venírsele encima un aparador inmenso cargado de
loza, se le puso repentinamente blanco ese mechón.
Emilia Pardo Bazán
Allí está, con sus columnas de madera, el palacio de Cochinchina, y en el patio su estanque de peces dorados, y los marcos de las puertas labrados a punta de cuchillo, y, en el fondo, en la escalinata, dos dragones, con la boca abierta, de
loza reluciente.
José Martí
La rotura de la vajilla de loza y los vasos, que parecía haber sido una clase de acompañamiento corriente de las faenas domésticas de tu época, ya no se oye en el país.
Esto era lo que pensaba el guante, o lo que hubiera podido pensar. «Es un tonto ese abeto», dijeron los cascos de
loza rota. Esos cascos todo lo encuentran siempre tonto.
Hans Christian Andersen