Autorizado competentemente uno de los testigos del ajuste, marcha a buscar al punto más inmediato dos azumbres de vino tinto para mojar el trato, es decir, para echar la robla; y mientras vuelve, el comprador se sienta en el suelo, saca un pesado bulto del bolsillo interior de su chaqueta, y comienza a desliarle capa a capa, como si fuera una cebolla.
Ya veo yo que usted no sabe las ampollas horrorosas que ha levantado el señor Correo; más le valiera haber ido a París y venido en setenta horas; no se curan tan pronto, y mientras estén chorreando sangre tendrán para
mojar los redactores su pluma dentada.
Mariano José de Larra
Reclamo el derecho de ser incorrecto, incivilizado, shocking; de hacer lo que me dé la gana, ¿estás?, o lo que llevo en las venas por atavismo... El derecho de
mojar las galletas en el té, si me place; hasta de comer con el cuchillo..., o con los dedos, ¡qué demonio!
Emilia Pardo Bazán
Abócase por la nave central lo mismo que un toro; rompe por entre el hombrerío, seguido de sus amos, que no piensan siquiera en santiguarse, ni en
mojar el dedo en el agua bendita.
Tomás Carrasquilla
Le responde Jesús: «Es aquel a quien dé el bocado que voy a
mojar.» Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote.
La Biblia (Nuevo Testamento)
Y nos siguió entonces así, esforzándose por
mojar la lengua en el pelo engrasado de la sirvienta —¡de ella, de María, no maldito rebuscador de cadáveres!
Horacio Quiroga
Sólo el pensarlo me espanta... ?Güeno, le voy a contar Pero antes voy a buscar Con qué
mojar la garganta. El Pollo se levantó Y se jué en su colorao, Y en el overo rosao Laguna al agua dentró.
Estanislao del Campo
La mujer del farmacéutico le parecía muy feliz por dormir bajo el mismo techo; y sus pensamientos iban a abatirse continuamente en aquella casa, como las palomas del «León de Oro» que iban a mojar allí, en los canalones, sus patas rosadas y sus alas blancas.
En el ramaje umbrío Del sauce desmayado Un nido hay fabricado Péndulo sobre el río; Se mece y da temor: No saltará la espuma Para mojar la cama Y la naciente pluma, Ni cäerá la rama Que guarda el Hacedor.
Sudando llego, por la empinada montaña resbalando, a este valle que en sosiego tu corriente, ¡oh Pusa!, baña susurrando. Déjame un rato olvidar en tus orillas mis penas, y el sediento labio en tus ondas mojar, y en tus húmedas arenas dame asiento.
Para mayor presteza y seguridad, toma nuestra vertiginosa vía de las alturas; corre noche y día, sin detenerte ni aun para mojar tu sediento labio al paso de los torrentes, y llega a la Ciudad Santa antes que la flor de ariruma cogida al atravesar los jardines de este palacio, haya perdido su frescura.
Terminado el desfile, Claudia iba a
mojar en la pila la mano más pulida que han calzado guantecitos de medio punto, cuando la presentaron con galantería extremada una ramita de verbena empapada en el agua bendita.
Ricardo Palma