ombres
necios que acusáis a la mujer, sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis; si con ansia sin igual solicitáis su desdén, por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal?
Sor Juana Inés de la Cruz
Opinión, ninguna gana, pues la que más se recata, si no os admite, es ingrata, y si os admite, es liviana. Siempre tan
necios andáis que, con desigual nivel, a una culpáis por cruel y a otra por fácil culpáis.
Sor Juana Inés de la Cruz
No era Suárez de los que creen que cuarenta o cuatro mil
necios sumados pueden dar de sí una suma de buen criterio; despreciaba en sus adentros, como nadie, la opinión vulgar; pero creía que al teatro se va a gustar al público, sea como sea.
Leopoldo Alas
Y a los señores dél parecen bien, y no quieren ver en sus casas hombres virtuosos, antes los aborrecen y tienen en poco y llaman necios y que no son personas de negocios ni con quien el señor se puede descuidar.
No quiero hablar de las infinitas visitas ceremoniosas que antes de la hora de comer entraron y salieron en aquella casa, entre las cuales no eran de despreciar todos los empleados de su oficina, con sus señoras y sus niños, y sus capas, y sus paraguas, y sus chanclos, y sus perritos; déjome en blanco los
necios cumplimientos que se dijeron al señor de los días; no hablo del inmenso círculo con que guarnecía la sala el concurso de tantas personas heterogéneas, que hablaron de que el tiempo iba a mudar, y de que en invierno suele hacer más frío que en verano.
Mariano José de Larra
Un autor silbado me dice, cuando le pregunto quién es el público: «Preguntadme más bien cuántos
necios se necesitan para componer un público».
Mariano José de Larra
La constancia es el recurso de los feos», dice la célebre Ninón de Lenclós en sus lindas cartas al marqués de Sevigné; las personas de mérito, que saben que dondequiera han de encontrar ojos que se prenden de ellas, no se curan de conservar la prenda conquistada; los feos, los
necios, los que viven seguros de que difícilmente podrán encontrar quien llene el vacío de su corazón, se adhieren al amor, que una vez por acaso encontraron, como las ostras a las peñas que en el mar las sostienen y alimentan.
Mariano José de Larra
Dice: «No es poca satisfacción la de tratar de tontos y
necios a unos periodistas, lo cual no está prohibido por las leyes; y en cuanto si repugna algo a la urbanidad, toca esto a la conciencia política de cada uno.
Mariano José de Larra
A Dios gracias, logro escaparme de aquel nuevo Pandemonio. Por fin ya respiro el aire fresco y desembarazado de la calle; ya no hay
necios, ya no hay castellanos viejos a mi alrededor.
Mariano José de Larra
En unos tiempos en que la irritabilidad de nuestras modernas costumbres exige que tengamos a la vez en la misma mano la espada y la pluma, para convencer a estocadas al que no pueden convencer razones; en unos tiempos en que es preciso matar en duelo a los
necios, uno a uno, no nos sentimos con fuerza para tan larga tarea; mate, pues, moros quien quisiere, que a mí no me han hecho mal.
Mariano José de Larra
Cuando a la noche siguiente apareció el hada y le dijeron cuál era su último deseo, les dijo: -Ya veis cuán ciegos y necios son los hombres, creyendo que la satisfacción de sus deseos les ha de hacer felices.
Los hombres crecen, crecen físicamente, de una manera visible crecen, cuando aprenden algo, cuando entran a poseer algo, y cuando han hecho algún bien. Sólo los necios hablan de desdichas, o los egoístas.