De esta manera, los AZTECAS prosiguieron en pos de la tierra esperada y cuando habían entrado en el valle de TOLLAN se conmovieron ante tanto abandono y destrucción. Y es que era de llanto contemplar aquella urbe, que a pesar de estar en ruinas, se notaba que había sido grandiosa.
Bien lo demostraba un hermoso episodio de su último discurso, (pues Critón
notaba que Sócrates a veces, a pesar de su sistema de preguntas y respuestas se olvidaba de los interlocutores, y hablaba largo y tendido y muy por lo florido).
Leopoldo Alas
Tolina le tendió, sonriente, la cartera de cuero de Rusia. Calixto no la tomó.
Notaba que palidecía, y la voz se le atascaba en la garganta.
Emilia Pardo Bazán
-Todo lo que, señor, decís es verdad -respondió el mancebo-, que don Sancho no tiene más de una hija, pero no tan hermosa como su fama dice; y si yo dije que era hijo de don Enrique, fue porque me tuviésedes, señores, en algo, pues no lo soy sino de un mayordomo de don Sancho, que ha muchos años que le sirve, y yo nací en su casa; y, por cierto enojo que di a mi padre, habiéndole tomado buena cantidad de dineros, quise venirme a Italia, como os he dicho, y seguir el camino de la guerra, por quien vienen, según he visto, a hacerse ilustres aun los de escuro linaje. Todas estas razones y el modo con que las decía
notaba atentamente Teodoro, y siempre se iba confirmando en su sospecha.
Miguel de Cervantes Saavedra
Las musmís de nombres de flor, de sonrisa trazada con un rasgo de cinabrio, de rizos simulados con una voluta de tinta china, de cara pálida, lisa, graciosamente tristona; las aseñoritadas meretrices de formas recogidas y puras, de púdico ropaje, se asomaban a las barandillas de sus balconadas, le llamaban, le cantaban versos elogiosos, llamándole guerrero divino, terror del Occidente, sucesor de los héroes que la crónica fiel rodea de leyendas, en caracteres de cobalto y oro. El herido se erguía altivo, extasiado, y
notaba al erguirse que un choque, un tilinteo de armas acompañaba la acción.
Emilia Pardo Bazán
Por las noches daba muchas vueltas en la cama, y también notaba después de cenar un vigor espiritual extraordinario, que le impelía a proyectar grandes hazañas, tal como restaurar él solo, por sí y ante sí el decaído krausismo, o fundar una religión.
El mayor tenía doce años, y el menor ocho. En todo su aspecto sucio y desvalido se
notaba la falta absoluta de un poco de cuidado maternal.
Horacio Quiroga
Si iba al café, aun sacrificando sus apetitos al gusto de los demás parroquianos, por evitar escenas como la consabida del sorbete, notaba que los mozos le servían más tarde y peor que a todo el mundo; porque en el centro de la tolerancia y de la despreocupación se juzga y se respeta a los hombres en razón directa de la excelencia del corte y calidad de sus vestidos.
Deseoso al mismo tiempo Villegas de descubrir algunas minas para animar el desaliento que
notaba en su gente, despachó a Damián del Barrio al valle de Nirgua con algunos de los suyos, que, habiendo descubierto una veta de oro a las orillas del río Buria, formaron un pequeño establecimiento, que es de creer diese origen a la ciudad de San Felipe.
Andrés Bello
El continuo zumbido, el movimiento que
notaba, y el dinero que en un platillo algunas personas echaban, le dió á entender que estaba en un público mercado; pero quando vió que muchas mugeres se hincaban de rodillas, mirando al parecer á lo que tenian enfrente, y en realidad á los hombres de lado, echó de ver que se hallaba en un templo.
Voltaire
¿Por qué estaban allí a su lado aquellos ferósticos, de erizada pelambrera, que apestaban, sí, apestaban, bien lo
notaba Gipsy, como villanotes que debían de ser?
Emilia Pardo Bazán
Vino la Nochebuena acompañada de mucha nieve; pero cuanto más espeso era el sudario que cubría el huerto del convento, más calor
notaba Lucía en su celda solitaria; una ilusión singular le mostraba, al través de los emplomados vidrios, que en lugar de copos de nieve llovían sobre las ramas de los árboles y sobre la dura tierra millares de azucenas nítidas, finas como plumas arrancadas del ala de los ángeles.
Emilia Pardo Bazán