Todos los oyentes cuando escuchan un fonema como la /a/ de pan, lo identifican inmediatamente como /a/ y nada más, puesto que si lo oyeran como /o/, la palabra cambiaría su sentido y sería, /PON/ en lugar de /PAN/.
Los que más lo respetaban, por bravo, por justo, por astuto, por elocuente, no lo querían decir, o lo decían donde no los
oyeran: porque los hombres suelen admirar al virtuoso mientras no los avergüenza con su virtud o les estorba las ganancias; pero en cuanto se les pone en su camino, bajan los ojos al verlo pasar, o dicen maldades de él, o dejan que otros las digan, o lo saludan a medio sombrero, y le van clavando la puñalada en la sombra.
José Martí
Y les contó toda su infancia; y los ratoncillos, que jamás
oyeran semejantes maravillas, lo escucharon y luego exclamaron: - ¡Cuántas cosas has visto!
Hans Christian Andersen
Al mismo tiempo oyeron encima de sus cabezas un canto prodigioso, y al mirar a las alturas descubrieron flotando en el espacio un cisne blanco que cantaba como jamás
oyeran hacer a otra ave.
Hans Christian Andersen
Y a la señora generala parecía que se le
oyeran rechinar los huesos cuando se dirigía en su carroza al baile de la Corte, toda tiesa y envarada.
Hans Christian Andersen
Después los dos hicieron una profunda reverencia, y los empolvados rizos entrechocaron y se enredaron. A Alicia le dio tal ataque de risa que tuvo que correr a esconderse en el bosque por miedo a que la oyeran.
Porque si malos y silbados fueron de provisionales, de ejecutivos, no hubo en el diccionario constituyente y periódico perrada que no oyeran ni maldición que no llevaran.
Oyeron esto Leocadia y Teodosia con aquel sentimiento que si
oyeran la sentencia de su muerte; mas, por no dar muestras de su dolor, le reprimieron y callaron, y Leocadia determinó de hacer lo que le pareció convenir para satisfación de su honra.
Miguel de Cervantes Saavedra
Fuese el Atrida hacia las tiendas y las naves aqueas con el grande purpúreo manto en el robusto brazo, y subió a la ingente nave negra de Odiseo, que estaba en el centro, para que le
oyeran por ambos lados hasta las tiendas de Ayante Telamonio y de Aquileo, los cuales habían puesto sus bajeles en los extremos porque confiaban en su valor y en la fuerza de sus brazos.
Homero
Nada había mejor que la vida de los animales y por ello, los hombres debían vivir así, ajustados a sus sentidos; a lo que vieran, como un águila; a lo que sintieran, como una serpiente; a lo que oyeran, como un venado; a lo que olfatearan, como un conejo; a su voracidad, como un jaguar.
Le Pape!...—decían los muchachos y las mujeres, levantando las manos al cielo, en tanto que todos los balcones se abrían y llenaban de gente, y los mozos del café y algunos gabachos que jugaban al billar se lanzaban a la calle con un palmo de boca abierta, como si
oyeran decir que el sol se había parado.
Pedro Antonio de Alarcón
¡Y juntos nuestros restos guardaría un sólo monumento que, cual ara de amistad y de gloria, visitara religiosa la fiel posteridad! Y oyeran nuestras sombras consoladas decir con pío reverente labio: «¡Héroes amigos!