Yo quiero hacer un retrato tuyo: te tengo por modelo de pintura, del cual nuestro espíritu comprende los trazos que ha de poner en su obra; así, pues, la faz que me enseña y me instruye, de la cual saco la imitación, es la idea.
—¡Vaya si me he fijado! Pero, con eiio, nada saco en lim- pio. Ese señor Jefe de Estado Mayor debió escribir cgmo Cristo nos enseña: pan, pan, y vino, vino, y no fatigarme en que le adivine el pensamiento.
Sepan ustedes que san Benito discurre que el oficio de Dios ha de ser oficio muy cócora, y que al que lo ejerce debe repudrírsele la sangre palpando que, no obstante su tan cacareada omnipotencia, no logra te- ner á todos satisfechos y contentos. Saco en limpio de estas palabras de Fiojo blanco que el ser Presidente de la república ha de ser bocado más apeti- toso que el de ser Dios; pues no ha libado á mi noticia que candidato alguno haya hecho ascos al jpuesto alegando los re- pulgos de san Benito.
Y yo les decía: Pues esa mujer va a ser mejor soldado que ustedes (APLAUSOS); porque había hombres que con M-1 y todo corrían (RISAS), y, sin embargo, nunca se dio el caso de que ninguna de las mujeres del pelotón “Mariana Grajales” corriese en un combate (APLAUSOS). Saco esto a colación porque forma parte del cúmulo de prejuicios que la vida social, las circunstancias y las condiciones económicas de nuestro país han creado: cómo hay muchos males que no existen solo en la realidad social, sino que son también una realidad en la mente de los ciudadanos.
Solo en la tierra con el chiquillo, Jácome le crió sabe Dios cómo; y ahora se le caía la baba viendo despuntar en Sendiño, a los seis años mal contados, otro cazador, otro merodeador, sin afición alguna al trabajo lento y metódico del labriego, fértil ya en ardides y tretas de salvaje para sorprender nidos y pajarillos nuevos, para descubrir dónde ponen las gallinas del prójimo y aun para engolosinarlas echándoles granos de maíz, hasta atraerlas a la boca del
saco.
Emilia Pardo Bazán
¡Mi casa está llena de víboras! ¡Al lavarme había tres enroscadas en la palangana! ¡En el forro del
saco había muchas! ¡Y hay más!
Horacio Quiroga
Tengámoslo en cuenta, para no comportarnos como él, pues en verdad no podemos saber si también nosotros iremos a dar algún día al
saco de los trapos viejos y seremos convertidos en papel, y toda nuestra historia, aún lo más íntimo y secreto de ella, será impresa, y andaremos por esos mundos teniendo que contarla.
Hans Christian Andersen
Y diciendo esto, me meto dentro, saco las tijeras, corto en menos que se dice dos pares de pantalones, vuelvo y se los tiro encima del mostrador, diciéndole: -Ahora mételes el puño a ésos.
- Para lo que se preocupan en mi casa. -Precisa alguno más. - ¡Hoy sí
saco diez! El viejo de literatura ni cuenta se dio de mi acordeón.
Antonio Domínguez Hidalgo
El mismo autor nos dice: :::: “Los alguaciles, aves rapantes de pobres, se emplean en estos (los indígenas) con tanta hambre, que no les dejan traste, trapo ni alhajuela vil que no se la lleven con tanta furia, que el miserable indio, viéndose despojado con ésta violencia, no tienen boca de miedo para quejas, por escusar tras del robo, otro tropel de molestias y vejaciones: y por aliviárselas los jueces, sin entrar a sus casas, a la puerta les piden dinero de la visita, y lo dan los indios de mejor gana, que experimentar el saco de criados y alguaciles...
Antes de cerrar este mi testamento político, y deseando que el presente original, escrito todo de mi puño y letra, quede primero en poder de mi viuda, y faltando esta, pase a mis legítimos sucesores, saco dos copias, una literal en castellano, y otra en francés, para que se comuniquen a la Prensa de España y de Francia, inmediatamente después de que haya cerrado mis ojos.
La verdad que cuando –con esto quiero terminar-...me saco un poquito el pelo así para que vean, no, porque estoy segura que si...Pensé en venir con un pañuelo porque vieron que no está muy estético, peo dije: "Si me pongo un pañuelo mañana Clarín dice 'esta no se operó'".