Mientras varaba momentáneamente la Sarandí y el resto de la flota intentaba apoyarlos, Rosales respondió con la artillería de una banda mientras intentaba aligerar el buque trasladando la artillería de la opuesta a una cañonera.
Creían en un ser bueno, Alep-láyp o según otros Arca kercis, espíritu bueno al cual le daban gracias cuando a causa de un naufragio recibían copioso alimento y herramientas de fierro o cuando una ballena se varaba en una playa a morir.
Entraban a la mar brava hasta la altura del pecho a pescar mojarrillas con redes hechas con soguillas de algodón y lana de auquénidos que manufacturaban con pushcas, y también recogían pescados que el mar varaba, y cangrejos en la parte pedregosa; es decir, que comían lo que a buenamente el mar les regalaba; pero nunca podían pescar peces grandes porque el mar en esos tiempos era demasiado bravo.
Mientras varaba momentáneamente la Sarandí y el resto de la flota intentaba apoyarlos, recibiendo el fuego concentrado del enemigo, Rosales respondió con la artillería de una banda mientras intentaba aligerar el buque trasladando la artillería de la opuesta a una cañonera, sin conseguir zafarlo.