Los visillos de su casa, por donde se filtraba esa luz como borracha de La Alameda, lo ponían a salvo de aquel otro mundo que él observaba más que con desconfianza, con auténtico terror.
El proceso de Macanaz: historia de un empapelamiento (1970) Usos amorosos del dieciocho en España (1973) El conde de Guadalhorce, su época y su labor (1976) Usos amorosos de la Postguerra española (1981) El cuento de nunca acabar (notas sobre la narración, el amor y la mentira) (1983) Desde la ventana: enfoque femenino de la literatura española (1987) Vida cotidiana en tiempos de Goya (con Natacha Seseña y Gonzalo Anes) (1996) Premio Café Gijón en 1954 por su novela El balneario. Premio Nadal de 1957 por su novela Entre visillos.
Su consolidación como novelista llegó con el premio nadal que obtuvo en enero de 1958 por su primera novela larga, Entre visillos.
Los visillos de muselina, a lo largo de los cristales, oscurecían la luz del crepúsculo, y el dorado del barómetro, sobre el que daba un rayo de sol, proyectaba luces en el espejo, entre los festones del polípero.
Erdosain les habló además de confeccionar puntillas de oro,
visillos de plata, gasas de cobre, y hasta esbozó un proyecto de corbata metálica que los asombró a todos.
Roberto Arlt
Las dos ancianas beatas y gruñidoras reñían a cada momento por bagatelas, o sentadas en la sala vetusta con las hijas espiaban tras los
visillos, entretejían chismes; y como descendían de un oficial que militara en el ejército de Napoleón I, muchas veces en la penumbra que idealizaba sus semblantes exangües, las escuché soñando en mitos imperialistas, evocando añejos resplandores de nobleza, en tanto que en la solitaria acera el farolero con su pértiga coronada de una llama violeta, encendía el farol verde del gas.
Roberto Arlt
Era una casa dulce y tibia. La luz entraba por entre las blancas flores bordadas en los visillos. Las butacas abrían, con intimidad de abuelos hechos niños por los años, sus brazos.
Tres ciegos, tres Homeros de la edad presente, andaluces de pura raza, si no mienten su traje y su acento, y remolcados por diminuto lazarillo, han hecho alto al pie de una aristocrática reja, cuyos lujosos
visillos dejan filtrarse la luz de brillantes lámparas, y allí entonan a cuatro voces, con acompañamiento de guitarras y bandurria, los sagrados himnos de Belén; los villancicos con que la cristiandad entera saluda a estas mismas horas la conmemoración del advenimiento del Mesías.
Pedro Antonio de Alarcón
Porque ya es la ventana de una buhardilla, una de esas ventanas de madera deshechas por el sol, ya es una ventana de hierro, cubierta de cortinados, y que entre los
visillos y las persianas deja entrever unas rayas de luz.
Roberto Arlt
Sólo murmuraciones de quienes lo habían espiado cuando recorría las cortinas de su ventana durante el día, o en la noche los
visillos transparentaban escenas que no se alcanzaban a distinguir con claridad, pero que daban rienda suelta a la imaginación de las habladurías.
Antonio Domínguez Hidalgo
dijo Bovary. El boticario, agotadas sus ideas, se puso a separar suavemente los visillos de la vidriera. ¡Mire!, a11í va el señor Tuvache.
En 2008 realiza su primer cortometraje, Tras los visillos, que, tras ser seleccionado para el catálogo de Kimuak de la Filmoteca Vasca, recorrería un centenar de festivales y cosecharía 22 premios entre los logrados en diferentes ciudades de Euskadi y del Estado Español y los de Austria, Colombia, Italia, etc.