Esta sería una de las primeras actuaciones de un ciclo de 30 recitales por toda Europa, en los que Joaquín Grilo bailó flamenco y unos Zorongos compuestos por dicha autora.
Ya en dos ocasiones las bandas militares habían tocado, en la retreta que dos noches por semana daban a la puerta de la casa ocupada por Salaverry, marchas o pasos dobles, compuestos por músicos reputados en el país; pero el general dijo en tales oportunidades: -¡Eh! Esa música será muy buena para bailar boleros y
zorongos, pero no para que los hombres se hagan matar.
Ricardo Palma