apodo


También se encuentra en: Sinónimos.

apodo

s. m. Apelativo que se aplica a una persona, normalmente peyorativo, tomado de sus defectos físicos o de otra circunstancia en estos andurriales cada hijo de vecino tiene su apodo. alias, mote
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

apodo

  (de apodar, calcular)
m. Nombre que se da a una persona tomado de sus defectos o de otra circunstancia.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

apodo

(aˈpoðo)
sustantivo masculino
sobrenombre que se da a alguien, tomado de una característica atribuida a él Me llamo Juan, pero mis amigos me dieron el apodo de Cacho.
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Sinónimos

apodo

nombre masculino
mote alias sobrenombre*
Apodo y mote implican generalmente menosprecio, burla, ironía, etc. Alias y sobrenombre, pueden aludir a cualquier cualidad o circunstancia, buena o mala.
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

apodo

přezdívka

apodo

øgenavn

apodo

lempinimi

apodo

surnom

apodo

nadimak

apodo

ニックネーム

apodo

별명

apodo

bijnaam

apodo

tilnavn

apodo

apelido

apodo

smeknamn

apodo

ชื่อเล่น

apodo

biệt hiệu

apodo

SM (= mote) → nickname (Jur) → false name, alias
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
El anciano tenía conquistada su reputación de traganiños en cuatro cuadras a la redonda. ¿Cómo adquirió el apodo? Eso es lo único que me he propuesto relatar.
Vendían luego una gran variedad de especias: azafrán, anís, jengibre y, especialmente, pimienta. Ésta era la más estimada, y de aquí que a aquellos vendedores se les aplicara el apodo de «pimenteros».
Las declaraciones de los muchachos (que casi todos tenían apodo como Misturita, Pedro el Malo, Mascacoca, y Corcobita) parecen cortadas por un patrón.
II En Julio de 1814 empezó á circular el runrún de que el brigadier Asunto concluido, apodo con que en todo el Sur del Perú era conocido don Gregorio, estaba designado i or el vi- rrey para reemplazar al brigadier Pomacahua en la presidencia de la real Audiencia del Cuzco.
A NARIZ DE CAMELLO Tradición en la que se narra el por qué en la Nochebuena de 1547 no hubo en Trujillo misa de gallo, sino misa de gallinas I Dofia María Lazcano (conocida después con el apodo de la Nariz de camello) era en el año en que la presentamos ni Iector, de lo más granado en la ciudad de Trujillo.
Tertulios del café de Bodegones eran Larriva y Echegaray, El primero padecía de reumatismo en una pierna, dolencia que le había conquistado el apodo de cojo; y el segundo era de una gordura fenomenal, por lo que el pueblo lo bautizó con el nombre de tinaja.
Al otro día, muy de madrugada, salió don Pascual con la comitiva, y después de recorrer gran trecho de monte sin dar con árbol que petase, llegaron á un sitio llamado el Rome- ral, en el cual se detuvo el artista, fijándose en un tronco her- moso que estaba frente á la choza de un pobre viejo, conocido por el apodo de ño Pachurro, tronco que le servía para amarrar su asno.
La pobre andaluza, después de ocho años de litigio, en el que, según tasación de costas, gastó 610 pesos de oro y 6 to- mines, ganó el apodo de la Nariz de camello mote con que ella misma se bautizara en su primer recurso.
Pero las envidiosas muchachas del barrio, para amargar la felicidad de la inocente niña y hacerla verter lágrimas, la bautizaron con el apodo de la Papita con ají.
El apodo de Piojo blanco veníale de que el pigmento ó ma- teria colorante de su piel era de la naturaleza que caracteriza á los hombres que la ciencia denomina albinos.
Pocos años después quedó viudo; y el poeta de la Bibera apodo con que era generalmente conocido, por consolar su pena, se dio al abuso de las bebidas alcohólicas que remata- ron con él en 1692, antes de cumplir los cuarenta años, como él mismo lo presentía en uno de sus más galanos romances.
Cogido por un toro el banderillero español José Alvarez fué á hacer compañía á las beneficiadas, que no tuvieron poder bastante para librarlo de las astas de un berrendo de Bujama. Alejo Quintín, á quien el pueblo conocía con el apodo de Pollollo tenía setenta y cuatro años y usaba antiparras.