epopeya


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epopeya

(Del gr. epopoiia.)
1. s. f. LITERATURA Poema narrativo extenso que relata hechos heroicos, históricos o legendarios de un pueblo.
2. LITERATURA Conjunto de poemas que configuran la tradición épica de un pueblo.
3. Conjunto de hechos y proezas memorables.
4. Acción que se realiza con dificultades o penalidades fue una epopeya conseguir entradas para el concierto. aventura
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

epopeya

 
f. lit. Poema narrativo extenso, de acción bélica, empresas nobles y personajes heroicos. En la civilización occidental, las epopeyas arquetipos son la Ilíada y la Odisea, y dentro de un orden parecido, aparecen en el mundo medieval, entre otras, el Cantar de Roldán y el Cantar del Mio Cid.
Conjunto de poemas que constituyen la tradición épica de un pueblo.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

epopeya

(epo'peʝa)
sustantivo femenino
1. literatura poema narrativo extenso de hechos heroicos que forman parte del origen de un pueblo La Eneida es una epopeya.
2. literatura conjunto de poemas épicos de un pueblo la epopeya escandinava
3. conjunto de sucesos heroicos protagonizados por una persona o grupo Los náufragos vivieron una epopeya hasta volver a su país.
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Traducciones

epopeya

épopée

epopeya

epopea

epopeya

Epos

epopeya

EPIC

epopeya

épico

epopeya

ملحمة

epopeya

έπος

epopeya

ЕПОС

epopeya

史诗

epopeya

史詩

epopeya

EPOS

epopeya

EPIC

epopeya

叙事詩

epopeya

EPIC

epopeya

SFepic
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
"los olvidados". Antihéroes de su propia epopeya cotidiana. En Volanterías, los panfletos del humilde bueno y abnegado, son derribados por el manotazo de la realidad que huele a concreto, a gasolina, a deshumanización asfixiante y avasalladora.
sin agitar las indiferencias que no lo escuchaban ni lo suponían, continuaba el trayecto sin doblegarse, sin caer...encadenado a su ruego...esperando el instante del hallazgo...labrando su epopeya interior.
Consideramos este testimonio totalmente revelador, de lo que sucedió en la invasión de México, desmitificando en la propia pluma de Hernán Cortés “la proeza de la conquista”, quedando en claro que fue la torpeza y ambición obtusa de los conquistadores lo que propició las guerras y matanzas de indios contra indios y no “la epopeya de un puñado de valerosos ¿soldados?
Seno de los campos Tembloroso de aromas y zumbidos. La miel es la epopeya del amor, La materialidad de lo infinito. Alma y sangre doliente de las flores Condensada a través de otro espíritu.
Mientras el hombre vaga en los remotos siglos prehistóricos sobre la tierra cubierta de matorrales, aprovechando sus frutos espontáneos, como un parásito inútil, no existen sociedad, historia ni familia; el día en que, bajando los ojos al suelo, piensa por primera vez en los pechos inagotables de la gran madre y araña su superficie en busca del yugo de sus entrañas, empieza la gran epopeya de la bestia convertida en ser humano.
Por lo demás, si los actores de la epopeya que sobrevivieron a 1828 y tuvieron la dicha de alcanzar los tiempos de la República y participar de los afanes de la organización, afirmaron siempre, y con orgullosa uniformidad, que solo habían combatido por la independencia, téngase presente, para constatar que antes ni lo habían negado, ni lo ocultaron, que esa es la impresión que recogen los hermanos argentinos, soldados y estadistas, y no hay razón ni derecho para tacharla.
Mi obra, á la cual notará el discreto que llamo poema oriental, no es mas que una enorme leyenda, en la cual otro ingenio mas competente hallará reunidos los materiales necesarios para construir el clásico edificio de la magnífica epopeya encerrada en la época de la conquista de Granada.
Tal es, a grandes rasgos, el asunto de la extensa epopeya satírica que durante siglos ha tenido entusiastas lectores; pero como es fácil comprender, la causa de su éxito descansa en cualidades externas, en los episodios sorprendentes y llamativos por su comicidad de tal fuerza, en aquellos motivos que hicieron usual en muchas lenguas europeas el adjetivo “pantagruélico”.
LA EPOPEYA DE LOS MESHICAS Dicen que aquella vez, cuando HUITZILOPOCHTLI, nuestro afanoso tatarabuelo, miró desde las alturas de las montañas de AZTLAN el hermoso valle rodeado de fecundos bosques y las transparentes aguas de los lagos donde blancas garzas se deleitaban apacibles, el fulgor que despidieron sus enormes ojos fue tan impresionante que quienes en esos momentos pescaban o cazaban o realizaban sus tejidos y adornos de plumas, vibraron extrañamente sin saber el porqué.
La vida política de Bolívar, •en el orden nacional, ha muerto con él, y sólo queda la he- •roica epopeya libertadora al través del continente por él in- »dependizadp.
Sin embargo, nadie puede negar el mérito de José López Portillo, quien, como lo quería el poeta, el Iº. de septiembre alzó su voz a la mitad del foro para cortar a la epopeya un gajo.
Se han fijado paralelos, más aceptables en apariencia, con composiciones egipcias como el Diálogo del Desesperado con su alma o los Cantos del Arpista, y más recientemente con la literatura mesopotámica de sabiduría y con la Epopeya de Guilgamés.