fardo


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fardo

s. m. Ropa u otra cosa envuelta en tela para transportarla de un sitio a otro. bulto, lío
NOTA: También se escribe: farda
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

fardo

 
m. Lío grande y apretado.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

fardo

('farðo)
sustantivo masculino
bulto de tela para transportar lo que contiene Los inmigrantes llevaban sus pertenencias en fardos.
hacerse responsable de algo o alguien, que requiere tiempo y dedicación Los jóvenes cargaron el fardo de la organización de la fiesta.
a. trasladar la responsabilidad de realizar determinada tarea Le echó el fardo a su empleado de llevar toda la contabilidad.
b. echar la culpa de algo a alguien Le echaron el fardo del asalto.
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Sinónimos

fardo

nombre masculino
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.

fardo:

bultopaca, bolso, maleta, proyectil, envoltorio, paquete, lío, talego, saco, bala, valija, bolsa, caja,
Traducciones

fardo

balíček

fardo

pakke

fardo

Bündel

fardo

pakkaus

fardo

paquet

fardo

paket

fardo

荷物

fardo

fardo

pakket

fardo

pakunek

fardo

pacote

fardo

packe

fardo

ห่อบรรจุ

fardo

yük

fardo

fardo

fardo

SM
1. (= bulto) → bundle; (= bala) → bale, pack
2. (fig) → burden
pasar el fardo (Perú) → to pass the buck
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Esto es, si gustas creerlo, que sobre eso no me mato, pues al cabo harás lo que se te pusiere en los cascos. Y adiós, que esto no es más de darte la muestra del paño: si no te agrada la pieza, no desenvuelvas el fardo.
Es, para que de una vez lo sepan ustedes, un fardo de consolidado que ha detenido un instante el carro de que van tirando meses hace Ruiz Zorrilla y demás señores ejecutivos.
Aunque se rían de mí porque me caso a fardo cerrado, di una palabra y ahora mismo voy a buscar al cura para que nos eche las bendiciones.
El rey preguntó quién era aquel mozo tan vigoroso que llevaba en las espaldas un fardo de paño tan grande como una casa, y cuando lo supo se asustó pensando en todo el oro que cabía dentro.
Mientras tuviese la dulzaina en las manos no le faltaría pan, y dormía como un príncipe cuando, terminada una fiesta, y después de soplar y beber toda la noche, caía como un fardo en un rincón de la taberna o en un pajar del campo, y el pillete tamborilero, tan ebrio como él, se acostaba a sus pies cual un perrillo obediente.
Originalisimo es Ihmar fardo b tercio k todo un soberano de derecho divino, a quien nuestros abuelos creian fornia- do de pasta diversa a la de los demas hombres En nues- EL POETA DE LAS ADIVINANZAS 6 1 Iros deniocraticos tiempos no se trataria con mas llaneza y desparpajo a nuestros repiiblicanos jefes del Estado.
Para fortalecer su poder tambaleante Bolívar reunió, el 1de enero de 1814, una junta constituida por los vecinos caraqueños más influyentes y les manifestó que no deseaba soportar más tiempo el fardo de la dictadura.
Cuatro de ellos eran zarcillos que la horca hacía tiempo reclamaba; pues tenían en la conciencia el fardo de algunas muertes, hechas con alevosía y en despoblado, amén de no pocos robos y otros crímenes de entidad.
¿Qué hombre de caudales, ganados a bondades del corazón, va a acercarse a una mujer pobre, a echarse en hombros el fardo de una familia numerosa?
(Vanse llevando el arca.) Escena XI DOÑA BERNARDA, MARI-RAMÍREZ. De toquera montañesa, con vara y fardo. MARÍA No hay pelo de la cabeza que se le pueda igualar.
La tierra es un inmenso laberinto cuyo centro es la tumba; cada vida por diferente senda su recinto cruza, mas todas en la tumba acaban, y en su lóbrego umbral depositamos el fardo del dolor con que nos gravan los designios de Dios, y descansamos.
Había burla en su simpleza y risa en sus lágrimas, pues siempre supo llorar como una mujer cuando le dice a su marido: «Dame un séquito o me moriré enferma del pecho.» Para los negociantes, el mundo es un fardo o una mesa de billetes en circulación; para la mayoría de los jóvenes, es una mujer; para algunas mujeres, es un hombre; para ciertos espíritus es un salón, una camarilla, un barrio, una ciudad; para don Juan, el universo era él.