¡doblemos esa hoja! ¡Guárdese usted sus celebraciones, como se guarda sus manecitas de
marfil! ¡Esta chiquilla se ha propuesto volverme al revés!
Pedro Antonio de Alarcón
Pero ya tenemos otro paraíso, aunque éste sea artificial! Tú idealizas todas las cosas grotescas y por ti vivimos en aladisnescas ciudades de oro, nácar y marfil.
La luna inundábalo todo con su luz serena y pálida; apenas algún que otro lucero brillaba en el tranquilo horizonte en que resbalaban lentamente algunas nubes; dormía todo inmóvil y silencioso en el monte; el lagar de los «Mimbrales» fulgía como de marfil y como engarzado entre las flotantes ramas de dos copudísimos algarrobos; los olivos y los almendros manchaban las empinadas laderas con sus tonos oscuros, y con sus claros verdores las apiñadas chumberas, que circuían el bien encalado edificio; la solemne quietud no era turbada más que de tarde en tarde por el ladrido de los perros, leales y avisados guardadores de los cercanos caseríos.
A otros he dado falaces bienes, y unos ánimos vacíos: burléme de ellos como un largo y engañoso sueño: adornélos de oro, plata y marfil; pero en lo interior no hay cosa buena.
Mas de él las sedes, por donde quiera que opulenta se expande la regia, de fulgente oro resplandece y plata. Brilla el marfil en los solios, le lucen las copas a la mesa, 45 toda la casa goza, del real tesoro espléndida.
Un día que salimos por el río, cerca de los llamados "rápidos de Stanley", en busca de un cargamento de
marfil, después que hubimos adquirido la mercadería y en momentos que los "cazadores" wauas, en sus piraguas, efectuaban en torno de nosotros un simulacro de danza náutica, Farjalla quiso apoderarse por la violencia de una esclava que yo había canjeado por una pistola automática.
Roberto Arlt
El ébano, el marfil, la concha, el oro… FEDERICO: Genaro, esta cajita es un tesoro; ahora ya concibo tu pobreza: dentro de esta cajita has apilado cuanto oro con tus obras has ganado: ábrela, pues, veamos tu grandeza.
Al falso humanismo de academia, de torre de marfil de sanceta sanotoum, pretexto para el aislamiento egoísta que hace de la reflexión un solipsismo, un quedarse solo y aparte, entre bizantinismo, sin trato con los hombres, debe seguir un humanismo de saber participado a los demás.
l sacerdote negro apoyó los pies en un travesaño de bambú del barandal de su bungalow, y mirando un elefante que se dirigía hacia su establo cruzando las calles de Monrovia, le dijo al joven juez Denis, un negro americano llegado hacía poco de Harlem a la Costa de
Marfil: -En mi carácter de sacerdote católico de la Iglesia de Liberia, debía aconsejarle a usted que no hiciera ahorcar al niño Tul; pero antes de permitirme interceder por el pequeño antropófago, le recordaré a usted lo que le sucedió a un juez que tuvimos hace algunos años, el doctor Traitering.
Roberto Arlt
Hasta los primeros años de la republica no se conocieron en el Perú otras piezas que las de
marfil, que remetian para la venta los comerciantes filipinos.
Ricardo Palma
El cambión, la moto, el Packard, el charleston con hélice de aeroplano, la Ortofónica, la radio, el ajedrez aplastado por un jazz, la máquina de escribir debajo de un ventilador y un elefante de
marfil, made in Japan, son pequeños juegos que le alargan el paso y le prolongan la sonrisa.
Gervasio Guillot Muñoz
Lamartine, el gran poeta de las melancolías y dulzuras, fué el más infeliz de los políticos. Los pueblos no son el arpa de
marfil que, pulsada por el bardo, produce melodías.
Ricardo Palma