En éstos días hemos incorporado una nueva actividad para enriquecer estas vacaciones y sobrellevar los días difíciles. Ir a la plaza.
La tenemos a sólo dos cuadras: una sencilla plaza de barrio, con un lugar de juegos algo deslucido, pero suficiente para entretenerse un rato, dejar volar la imaginación y desplegar las habilidades motrices.
Mi hijito se entretiene mucho jugando con la arena: creando pistas de autos, sirviendo "helados de dulce de leche" o escondiendo objetos. Los típicos juegos no le gustan tanto, sólo un poco de subeybaja y trepadora. Luego nos vamos caminando por la sombra, cuando el mediodía se acerca y queda poca en el arenero.
Vemos pájaros, pisamos un poco de césped (aunque teoricamente no está permitido: shhh!!) corremos carreras, juntamos frutos, hojas y palitos, imaginamos formas en las nubes y aprendemos los nombres de los árboles.
Mi pequeño disfruta bastante de ese también pequeño oasis en medio del cemento, y yo también.
...
Hasta aqui la plaza. Ahora los sentires....
Me gusta mirarlo de lejos, sentada en un banco de la plaza. Mi mente vuela pensando en que será de su futuro. Qué hará, cómo será, que lo hará feliz y por que sufrirá. Lo veo crecer tan rápido.
Ahora dice que quiere ser grande. (hace un tiempo escribí acerca de lo contrario: decía que quería ser chiquito) Está algo triste, a tono con el clima familiar. Cada tanto lo dice. Cada tanto dice que está enojado, también.
Es tan sensible. Tan captativo, tan reflexivo, tan empático.
A veces me da miedo. Me siento algo culpable porque creo que tengo que ver con que sea tan así. Está preguntando tantas cosas importantes: por el bien y el mal, por lo bello y lo feo...y tantas otras. Me hace tambalear cada tanto. A veces no sé que contestar. A veces lo miro a sus ojitos profundos y claros y simplemente le digo: "
no sé.
Le vamos a preguntar a papá." ó "Vamos a buscar en un libro".Hace sólo un ratito me dijo que estaba triste. La respuesta a mi
"¿por qué?" fue:
"Extraño a papá". "Yo también lo extraño, vamos a llamarlo", fue mi respuesta.
Lo llamé, pero estaba el contestador en su oficina. Por suerte falta poco para que llegue.
Pero él ya se durmió.
Y yo, estoy acá, haciendo un esfuerzo para esperarlo, ya que estoy lo suficientemente triste y cansada como para ser capaz de irme a dormir temprano.