Tibbie insistió en que comiera algo, pero él no quiso ni oír hablar de ello, ni consintió en bajar de su cabalgadura, y se tomó todo el brandy en dos tragos, haciendo cada vez un brindis: el primero a la memoria de Sir Robert Redgauntlet, para que no descansara en su tumba hasta que hubiera hecho justicia a su pobre vasallo; y el segundo a la salud del Enemigo del Hombre si le devolvía el saco con el dinero o le decía lo que había sido de él, porque veía que todo el mundo iba a considerarle un ladrón y un estafador, y eso le sentaba aún peor que la pérdida de todos sus bienes.
Ha identificado al entregador de una banda de asaltantes. Ha reconocido a un
estafador inglés que se pasea jactanciosamente con un bastón de bambú y un casco de corcho.
Roberto Arlt
Por ellos, los invito a levantarnos en contra de la tiranía, en contra de la injusticia, en contra de la superchería, en contra de los hipócritas, en contra de los fanatismos, en contra de la palabrería, en contra de la demagogia, en contra del clero
estafador que aprovecha la religiosidad de nuestro pueblo para negociar descaradamente con las creencias y sentimientos de nuestros compatriotas.
Antonio Domínguez Hidalgo
La falsedad, incluso en su época, no era común entre los caballeros y las damas, socialmente iguales. La mentira por miedo era el refugio de la cobardía, y la mentira por fraude el artificio del estafador.
Sólo el subgerente se limitó a levantar la cabeza: –Tenemos la denuncia de que usted es un
estafador, que nos ha robado seiscientos pesos.
Roberto Arlt
¿Cómo os va, amigo?». Responde el estafador: «Con mil trabajos y miserias. Ahora acabo de salir de la cárcel, donde he estado dos cuaresmas por unas muertecillas, y pues sabéis de necesidades, no digo más».
Nadie había sospechado en su ingenuidad que un astuto e inteligente estafador contemplaba con gusto todo aquello, ubicado en un sitio discreto, frotándose las manos al ver la cantidad de limosnas que eran depositadas en una alcancía colocada a propósito en aquel peligroso lugar.
—Tres, contando hoy, señora. —Tomá —y, alcanzándome el dinero, agregó—: No le tengas fe, porque es un
estafador... Estafó a una compañía de seguros; si yo quisiera, estaría en la cárcel.
Roberto Arlt
La mañana anterior se había enterado en un diario). El muerto era un
estafador. Abandonó a su esposa y cinco hijos para vivir en concubinato con otra mujer de la que tenía tres hijos, pero hacía dos noches, quizá harto de la barragana, se presentó en un hotel de la calle Talcahuano en compañía de una jovencita de diecisiete años, su nueva amante.
Roberto Arlt
¡No oyes a los vecinos que se están despertando con tu escándalo y que te van a meter en el primer cuerpo de guardia como a un estafador o a un ladrón!
Meynard era un buen mozo, de buena familia, con algunas cruces ganadas en las colonias -en la obra de la civilización-. Era algo bruto, algo borracho, algo neurasténico, algo estafador.
Se desperezó el Rufián y contestó: –Sí, y al Dragón... ¡ese sí que es un Dragón!, se le procesa por
estafador... El Astrólogo se desentendió de la réplica: –¿Qué es lo que se opone aquí en la Argentina para que exista también una sociedad secreta que alcance tanto poderío como aquélla allá?
Roberto Arlt