Amor a prueba
Por Elizabeth Duke
()
Información de este libro electrónico
Ella tenía un mes para darle una respuesta, un mes en el que tendrían que demostrar que podían formar una pareja perfecta.
Relacionado con Amor a prueba
Títulos en esta serie (100)
La mejor proposición Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Más de cien besos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl fin de los sueños Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl sueño de su vida: El deseo de un padre Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Rescatar un corazón Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Algo tan irresistible: Duos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Bajo el muérdago Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La mejor familia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5En busca del amor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Secretos en palacio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Corazón de madre Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Ocurrió en Venecia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Huyendo del hombre perfecto Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Sólo queda un soltero: Casado con la hija del jefe (6) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una larga espera Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Bajo la superficie Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El valor de un millonario Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un bello romance Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Esposa a medida Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Dos bodas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Conspiración para dos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un amor persuasivo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Regalo de Navidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPrincesa a la fuga Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl secreto de la heredera Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Papá por error Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El rey de su corazón: Entre la realeza (4) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los planes del jefe Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un retorno inesperado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un peligro muy atractivo: Las flechas de cupido (2) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Libros electrónicos relacionados
El amor no tiene precio: 'El deseo de un padre' Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Bajo el muérdago Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El multimillonario secreto Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El pasado nunca muere Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Pasión sin freno Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Nuevos planes Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mi nueva familia: Bellaroo Creek (1) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl vecino Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una mujer valiente Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Unidos por el cariño Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesOtra oportunidad para amar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDados del destino Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRechazo cruel Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Unidos por fin: La dinastia Falcon (5) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un futuro feliz: En el corazón de Australia (3) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl perfume del desierto Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La intensidad del corazón Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCelos en el desierto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSu posesión más preciada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTórridas noches de verano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl objeto de su deseo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEnamorado de la heredera Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El palacio de la fantasía Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRobarte un beso Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La única solución Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un hombre para toda la vida Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVecino y amante Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Pasión oriental: ¿Amor o deber? (3) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Corazón generoso Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una boda insospechada Calificación: 3 de 5 estrellas3/5
Romance contemporáneo para usted
Super Calcetín Man Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Drácula: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Esposa por contrato Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Después de Ti: Saga infidelidades, #1 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Vaya vaya, cómo has crecido Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Dos Mucho para Tí Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un orgullo tonto Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Accidentalmente Casada con un Millonario (Parte 1) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cómo besa: Serie Contrato con un multimillonario, #1 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Contrato con un multimillonario, La obra completa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Alégrame la vista Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Caricias de hielo y fuego Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Dímelo en silencio Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La esposa olvidada Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Asistente Virgen Del Billonario Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una noche con ella Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Si te atrevieras a quererme... Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Amor Infiltrado: Amor Infiltrado Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El secreto de tu amor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Vendida al mejor postor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cada vez que sus besos dibujaban un te quiero Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Resiste al motero Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Besos a medianoche Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Fiesta de empresa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Ardiente verano Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Seamos una familia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un beso por error Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Susúrramelo al oído Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Rey Oscuro: La Cosa Nostra, #0.5 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Comentarios para Amor a prueba
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Amor a prueba - Elizabeth Duke
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.
Diríjase a CEDRO si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.
www.conlicencia.com - Tels.: 91 702 19 70 / 93 272 04 47
Editado por Harlequin Ibérica.
Una división de HarperCollins Ibérica, S.A.
Núñez de Balboa, 56
28001 Madrid
© 1999 Elizabeth Duke
© 2020 Harlequin Ibérica, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.
Amor a prueba, n.º 1510 - noviembre 2020
Título original: The Parent Test
Publicada originalmente por Harlequin Enterprises, Ltd.
Todos los derechos están reservados incluidos los de reproducción, total o parcial. Esta edición ha sido publicada con autorización de Harlequin Books S.A.
Esta es una obra de ficción. Nombres, caracteres, lugares, y situaciones son producto de la imaginación del autor o son utilizados ficticiamente, y cualquier parecido con personas, vivas o muertas, establecimientos de negocios (comerciales), hechos o situaciones son pura coincidencia.
® Harlequin, Jazmín y logotipo Harlequin son marcas registradas propiedad de Harlequin Enterprises Limited.
® y ™ son marcas registradas por Harlequin Enterprises Limited y sus filiales, utilizadas con licencia. Las marcas que lleven ® están registradas en la Oficina Española de Patentes y Marcas y en otros países.
Imagen de cubierta utilizada con permiso de Harlequin Enterprises Limited. Todos los derechos están reservados.
I.S.B.N.: 978-84-1348-881-3
Conversión ebook: MT Color & Diseño, S.L.
Índice
Créditos
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Si te ha gustado este libro…
Capítulo 1
ROXY estaba muy tensa cuando el avión aterrizó en Sidney después de un largo vuelo desde Los Ángeles. Sus emociones oscilaban entre la alegría por ver a su sobrinita por segunda vez en su vida y el temor ante la perspectiva de encontrarse cara a cara con Cam Raeburn de nuevo, el hombre contra el que estaba dispuesta a luchar por la custodia de su sobrina.
Nadie fue a esperarla al aeropuerto, pero no la sorprendió. Nadie excepto su padre sabía que volvía a Australia aquel día y él estaba viviendo en el oeste, con su madrastra, Blanche. Blanche había querido vivir cerca de su propia hija y de su familia, y lo más lejos posible de la familia de su marido.
Y como la hermana de Roxy, Serena, y su cuñado Hamish habían desparecido trágicamente, Blanche estaba intentando por todos los medios cortar los lazos con la hijastra que le quedaba y con la hijita que Hamish y Serena habían dejado.
–Pues claro que la niña no está con nosotros –había gritado Blanche cuando Roxy la había llamado desde el norte de México después de enterarse de la trágica noticia del accidente de barco–. ¿Cómo podría cuidar a un bebé con mi artritis? Y tu padre está enfermo del corazón. No te preocupes, la niña está en buenas manos. El hermano de Hamish, Cam Raeburn, está cuidando de ella.
De todos modos, Roxy no hubiera querido que Blanche cuidara de la niña, aunque fuera temporalmente. Incluso prefería a Cam Raeburn antes que a Blanche. Como tío y padrino de la niña, Cam al menos tendría en cuenta los intereses de su sobrina.
Roxy se desplomó en el asiento del taxi que la llevaba a su apartamento de Sydney. Aún así tendría que hacer ver a Cam que, a partir de entonces, ella era quien mejor podía cuidar de su sobrina. Era la hermana de Serena, la tía de la niña, mientras que él era un soltero, divorciado y mujeriego, que seguramente no quería cargar con un bebé indefinidamente.
Con un poco de suerte ya se le habría pasado la novedad de cuidar de su sobrina de siete meses.
Lo deseaba fervientemente. Sería más fácil y menos traumático para la niña si se la cedía. Cuando tuviera a Emma con ella en Sydney pediría formalmente la custodia.
No tardó mucho en llegar a su apartamento del área residencial de Coogee, al que pronto llevaría a Emma. Al meter las maletas en su dormitorio vio su imagen en el espejo.
Estaba hecha un espantajo. No podía permitir que Cam la viera así.
La camiseta de algodón parecía un trapo. Los pantalones desteñidos tenían manchas del café que había derramado en el avión. Su cabello corto, normalmente aclarado por el sol, parecía falto de brillo y más revuelto de lo normal.
Siempre llevaba el cabello corto con un estilo natural y despeinado que iba bien con su cara pequeña y su complexión menuda, y que era fácil de arreglar. Pero su nuevo corte de pelo tenía mechones que sobresalían por todas partes. La auxiliar de enfermera que se lo había cortado en el hospital de Los Ángeles lo había llamado estilo garçon desaliñado, supuestamente la última moda en los salones de Los Ángeles.
Cuando se miró la cara ojerosa Roxy suspiró. Habitualmente lucía un tono bronceado y saludable, pero después de tres semanas en el hospital estaba delgada y pálida y aquel vuelo tan largo había dejado sus ojos azules sin brillo.
Se tocó el labio inferior. Al menos se le había curado la cicatriz de la boca… gracias a aquel virus que la había hecho quedarse otras dos semanas más en el hospital. De hecho, aquel tiempo de más había sido una bendición por otras razones también. Le había dado tiempo para llorar la muerte de Serena y de Hamish, para recuperarse del dolor y de la impresión antes de regresar a casa para enfrentarse con Cam Raeburn.
Antes de darse una ducha rápida y ponerse una camiseta y unos vaqueros limpios, llamó a su padre para decirle que había vuelto y que pensaba bajar a la costa, a Raeburn Nest, para reclamar a su sobrina.
–He vuelto a casa para cuidar de Emma –aseguró con firmeza.
–Roxy, cariño, ¿cómo vas a cuidar de un bebé?
Su padre sonaba más débil cada vez que hablaba con él. En parte por la pena de perder a una hija, en parte por culpa de Blanche. Su madrastra agotaría a cualquiera.
–Estará mejor conmigo que con Cam Raeburn –insistió.
–Pero tú siempre estás de viaje en algún país lejano, cielo. Emma estaría sola en tu apartamento durante meses y pagar a una canguro te costaría una fortuna. ¿Cómo vas a permitírtelo? Al menos, con Cam Raeburn Emma tendrá un tío y una señora que cuidará de ella todo el tiempo. Y con su fortuna, Cam puede permitirse una asistenta y todos los lujos posibles. Y ahora que Cam es el dueño de Raeburn’s Nest, puede mantener a Emma en su propio hogar, en un ambiente familiar. Con un tío rico como Cam Raeburn, cielo, el bebé no necesitará nada más.
Roxy torció la cara.
–Nada excepto una madre.
–Roxy, cariño, con tus viajes…
–He dejado las excavaciones. Intentaré conseguir más horas de clase en la universidad. Ahora tienen una guardería –explicó. Pero acababan de empezar las vacaciones de verano en la universidad y las clases no comenzarían hasta marzo, cuatro meses más tarde–. Me las arreglaré –aseguró, pero le tembló la voz. Aunque hubiera dejado las excavaciones para quedarse en casa todo el tiempo, ¿cómo podría competir con lo que Cam Raeburn podía ofrecerle a Emma?
–Será mejor que lo arregles con Cam. No creo que esté dispuesto a ceder a la niña.
–Cuando sepa que he vuelto y que estoy dispuesta a…
–Tiene previsto casarse otra vez, cariño. Me lo dijo cuando lo llamé el otro día para preguntar por Emma. Quiere darle una familia como la que tenía con Hamish y Serena.
La sorpresa la dejó muda durante unos segundos. «¿Casarse otra vez? ¿Cam Raeburn?».
–¿Quiere casarse con una de sus chicas bombón? –soltó finalmente. Sintió un arranque súbito e irracional de ira–. ¡Antes lo llevaré a los tribunales!
Su padre soltó una leve carcajada.
–¿Una mujer soltera sin dinero luchando contra un rico industrial con un negocio próspero y contactos poderosos? ¿Y además casado?
–¡Aún no se ha casado! Y arrancaré a la pobre Emma de sus garras antes de que lo haga. Serena quería que me hiciera cargo de Emma. Me dijo una vez que, si les ocurría algo, quería que yo cuidara de su hija.
–Serena no mencionaba la custodia en su testamento, cariño… desgraciadamente. Escucha… será mejor que te hagas amiga de Cam también.
–Lo haré, no te preocupes –afirmó con voz temblorosa. Pero primero tenía que averiguar más cosas sobre la mujer con la que se iba a casar. Una vez casado, tendría todos los triunfos en la mano. Ella no tendría ninguna posibilidad de ganarle. ¿Habría pedido en matrimonio ya a esa mujer o solo lo estaba pensando?
Un recuerdo amargo la sacudió y se estremeció. La noche de bodas de su hermana… Cam Raeburn llevándola al jardín iluminado por la luna… La magia en el aire… Recordó la forma en que la había besado elevándola a alturas que nunca había rozado, el modo en que la había mirado, el modo en que había susurrado con esa voz áspera: «Las cosas pasan cuando menos te lo esperas».
¡Qué proféticas habían resultado sus palabras! Cuando menos lo esperaba, el hechizo se había hecho pedazos. Cuando Cam había descubierto que ella no era solo profesora de historia, sino una arqueóloga que pasaba la mitad del año fuera de Australia removiendo el polvo de ruinas remotas, había perdido el interés por ella. Aún peor, la había dejado por otra. Una morena de ojos oscuros impresionante.
Herida, humillada y furiosa había intentado evitarlo desde entonces. Solo se habían encontrado cara a cara una vez en el último año y medio, hacía cinco meses, en el bautizo de Emma. Cam le había restregado por las narices otra belleza morena, una clónica de la de la boda de su hermana.
No había regresado a Australia desde entonces.
«¿Quién era aquella chica con la que Cam planeaba casarse?».
¿Había encontrado Cam Raeburn al fin una morena de ojos oscuros y piernas largas dispuesta a cuidar de una casa y de un bebé? ¿Estaba tan empeñado en darle a su sobrina un hogar seguro y estable otra vez que había decidido casarse con la niñera de Emma?
¡No! La hija de Serena no iba a crecer con un tío casanova y una mujer deslumbrante que no la quisiera de verdad. «Emma es responsabilidad mía».
–¿Por casualidad la niñera de Emma no será una morena, joven y despampanante? –preguntó a su padre irónicamente.
–¿Joven? ¿Morena? ¿Mary? –replicó su padre. Se rio confundido–. No, cariño, Mary es una abuela viuda, una antigua matrona. Solía cuidar a la niña para Serena y Hamish cuando ellos querían salir, o los fines de semana, cuando iban a naveg… –se le atascó la palabra navegar.
–Bueno, seguro que Cam no querrá quedarse a la niña mucho tiempo. Tampoco tendrá que hacerlo, ahora que he vuelto.
–Roxy… –la voz de Blanche sonó aguda e impaciente como siempre–. Estás fatigando a tu padre. Es la hora de su descanso.
–De todos modos tengo que irme. Dile a papá que se cuide.
Roxy colgó y marcó el teléfono de Raeburn’s Nest.
Sabía el número porque Hamish y Serena habían vivido allí durante su corto pero idílico matrimonio. Después Cam se había mudado a la antigua casa de la familia, que