Cuandohastalaspiedras
Cuandohastalaspiedras
Cuandohastalaspiedras
Experiencias de investigación Nº 3
Gustavo Esteva
Rubén Valencia
David Venegas
Cuando hasta
las piedras
se levantan
Oaxaca, México, 2006
GEMSAL
Grupo de Estudio
de los Movimientos
Sociales de América Latina
Universalismo pequeño
Experiencias de investigación Nº 3
Gustavo Esteva
Rubén Valencia
David Venegas
Cuando hasta
las piedras
se levantan
Oaxaca, México, 2006
GEMSAL
Grupo de Estudio
de los Movimientos
Sociales de América Latina
Foto de tapa: Nino.
Universalismo Pequeño
Experiencias de investigación
Coordinación: Norma Giarracca
ISBN 978-987-1238-42-2
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Crónica de un movimiento anunciado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Gustavo Esteva
Conversaciones con Rubén Valencia y David Venegas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Notas metodológicas: “experiencia de investigación” desde lugares diferentes . . 121
Norma Giarracca
Anexo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
3
Prólogo
América Latina presenta desde la última década del siglo pasado no sólo
una resistencia tenaz y continua a la imposición de políticas de corte neoli-
beral, emanadas de los organismos de crédito internacionales, sino una visión
emergente acerca de otros mundos re-creados. Es decir, desde distintos Mo-
vimientos Sociales ofrece una cosmovisión que incluye muchos “otros”: tipo
de organización, lazos sociales, relaciones con la naturaleza, relación de ellos
con los estados nacionales, nuevas concepciones sobre los estados y naciones
(pluriétnicos) y nuevas articulaciones con el mundo.
Si bien durante todo el siglo xx “Nuestra América” –en el decir de José
Martí– resistió las diversas dominaciones económicas, sociales, culturales y
étnicas por medio de acciones civiles, estatales, culturales, etc., en esta nueva
etapa resurgen vibraciones que remiten a las raíces más profundas de estos
territorios. En efecto, las movilizaciones indígenas ecuatorianas de los noven-
ta, Chiapas al promediar la década, Bolivia al final, así como la reaparición
de las luchas afro-colombianas, brasileñas, etc. inundaron estos tiempos de
novedosas formas de intervención política que se resisten a ser comprendidas
con los viejos conceptos del pensamiento social y político moderno. Nuestra
América expresa, de pronto, el “universalismo pequeño” (nuevamente Mar-
tí) donde las ideas de “nación” europea y moderna, la ciudadanización y
derechos liberales quedan estrechos y desfasados de época. Y esto porque
las épocas, los tiempos, espacios y lugares en estos territorios difieren de los
sentidos que se les otorgaba en aquellos otros allende el mar, donde las ideas
liberales emergieron.
Es de este modo que en el devenir cotidiano de los movimientos emergentes
pero también en sus momentos de irrupción muchos intelectuales latinoame-
ricanos y de otras latitudes, nos encontramos en lugares comunes que inclu-
yen espacios públicos como las calles, plazas, rutas, universidades y teatros.
Pero también nos encontramos en la re-creación de nuevos mundos como
las territorialidades campesinas del Movimiento Sin Tierra; la “recuperación
de estado” de la Unión de Trabajadores Desocupados de Mosconi, Salta;
los caracoles zapatistas de Chiapas y las comunas autónomas oaxaqueñas
en México o en el Ayllu boliviano. Desde nuestro lugar, como intelectuales,
convivimos en interacciones cargadas de intersubjetividad, emociones y de
pensamientos-sentimientos.
Cuando nos proponemos dar cuenta de los nuevos mundos, dar a cono-
cer las nuevas experiencias, producimos conocimientos que toman como base
aquel que nos guió en el siglo xx pero que, a la vez, lo atraviesan diagonal-
mente para generar un excedente que es propio de nuestra época. Cambiar
el modo de conocer supone un nuevo conocimiento. Tomar en cuenta los
5
6• Prólogo
por los múltiples modos de afianzar lazos con el grupo. También a Rubén
Valencia quien nos posibilitó generosamente su tiempo y la posibilidad de
escuchar a David Venegas que hasta hace poco tiempo se encontraba encarce-
lado. Asimismo agradecemos a los fotógrafos mexicanos por su desinteresada
participación en este libro. Ellos son Nadia Massun Muraray, Katie Orlinsky,
Olivier Dubois, “El Chapulín Encapuchado” y Silvia Gabriela Hernández Sa-
linas.
Y Carlos Contreras quien no sólo contribuyó a este libro con sus fotos sino
que nos mantuvo informado minuto a minuto con sus hermosas imágenes
desde el plantón de la appo en la ciudad de México. A todos ellos el gemsal
les agradece con sinceridad y afecto.
11
12 • Presentación
*****
Universalismo pequeño N o3 • 15
*****
Decía antes que, mientras Gustavo Esteva representa una generación com-
plicada del México contemporáneo, que sin embargo contiene nombres que
son paradigmas para los intelectuales comprometidos (como nuestro autor),
Rubén Valencia y David Venegas son parte de una juventud que recorre el
continente y que dejará marcas en este nuevo siglo.
Rubén Valencia. Cuenta que sus padres fueron partícipes del movimiento
universitario del 68 y que cuando decidieron mudarse a Oaxaca formaron
parte de una interesante organización que ligó los estudiantes a los sectores
Universalismo pequeño N o3 • 17
*****
Norma Giarracca
Buenos Aires, marzo de 2008
20 • Presentación
Otros materiales
Adamovsky, Ezequiel, Entrevista, Página 12, “A 90 años de la Revolución
Rusa”, 22 de octubre de 2007.
Korten. David, C. “Esbozo biográfico de Gustavo Esteva”. Escrito para
presentarlo como editor participante del Foro del Desarrollo Centrado en la
Gente que Korten presidía.
Esteva, Gustavo (2002), “Rupturas”, Texto preparado como respuesta a
la tesis doctoral de Gustavo Terán, Conversations with Mexican Nomadic
Storyteller, Gustavo Esteva: Learning From Lives on the Margins”.
“Inauguran en Oaxaca retrospectiva visual sobre la COCEI y la Casa de la
Cultura de Juchitán”, en www.proceso.com.mx.
Crónica de un movimiento anunciado1
Gustavo Esteva
21
22 • Crónica de un movimiento anunciado
La crónica
El caldo de cultivo
La APPO se consolida
La nueva fase
El encuentro
Iniciativas de cambio
La polarización
La transición política
La puerta a la esperanza
5 En este caso estaría claramente el empleo de los medios electrónicos tomados por la
APPO. Estuvieron al aire por cuatro meses, a pesar de que las autoridades podían blo-
quearlas técnicamente si por cualquier razón no querían desalojar a quienes los ocupaban.
La decisión maquiavélica o la indecisión que permitieron al movimiento esta prolongada
ocupación y empleo de medios electrónicos, sin precedente ni paralelo en México o en el
mundo, sólo pueden explicarse en el contexto peculiar del periodo en que ocurrieron.
40 • Crónica de un movimiento anunciado
política errónea. Lo que apenas unos meses antes se celebraba con entusias-
mo ahora se despreciaba profundamente. El presidente Salinas tuvo que salir
a una especie de exilio en Irlanda y su hermano fue a parar a la cárcel.
El antiguo régimen había muerto. Es cierto que del cadáver insepulto si-
guen saliendo todo género de pestes y no hemos tenido tiempo de enterrarlo.
Pero es un cadáver. No hay duda de ello.
Quiero plantear ahora una pregunta que no es tan retórica como parece:
£Cómo pudo un grupo tan pequeño, que nunca representó una amenaza
militar para el gobierno mexicano, cambiar a un país de más de cien millones
de personas? Algunos plantearán que es una pregunta equivocada. Dirán que
no hemos cambiado tanto, como demuestran los recientes fraudes electorales.
Otros reconocerán que sí hemos cambiado, admitirán que vivimos en un
país radicalmente distinto, pero sostendrán que el cambio no se debe a los
zapatistas sino a otros muchos grupos y factores.
Creo que en los próximos años México será estudiado como un peculiar
laboratorio para explorar la naturaleza del poder moderno. Para empezar
este análisis, debe tomarse en cuenta que las palabras han sido el arma
principal de los zapatistas, que se atrevieron a decir que el emperador estaba
desnudo.
En 1993 padecíamos una sensación general de culpa individual. La gente
sufría toda suerte de adversidades, pero escuchaba en todas partes que todo
estaba bien, en el mejor de los mundos posibles. Los expertos decían que la
economía avanzaba en todos los frentes y estaba mejor que nunca. Los medios
celebraban continuamente los triunfos de Salinas. Intelectuales, políticos e
instituciones internacionales aplaudían sin cesar sus acciones. Si yo estoy
mal, pensaba mucha gente, debe ser porque soy estúpido o flojo o porque
tengo mala suerte.
De pronto, en unos cuantos días, se produjo un inmenso efecto ąajá! La
gente pudo ver que los problemas no eran personales, sino sociales, y que
teníamos un régimen equivocado y un presidente perverso. La magnitud e
intensidad de la revelación se debió en parte a la suerte. En la primera semana
de 1994 nada ocurrió en México ni en el mundo. Ningún avión se estrelló,
ninguna princesa murió. Nada. Los medios buscaban desesperadamente una
noticia y recibieron a los zapatistas como bendición. Mil periodistas cayeron
como langosta sobre San Cristóbal, para el dos de enero, y proyectaron sin
cesar las imágenes fascinantes de los rebeldes y sus pasamontañas. CNN
presentó zapatistas seis horas al día por una semana. Como los periodistas
comenzaron a recorrer los pueblos y hacer reportajes de la guerra, los medios
mostraron al México real, el de nuestros dramas y miserias, no el de los
nuevos puentes y los flamantes rascacielos que por años crearon la ilusión
de un país que no existía o existía sólo para unos cuantos. La gente se vio
44 • Crónica de un movimiento anunciado
otra vez a sí misma, en esa dramática realidad. Fue una revelación. El lema
zapatista prendió de inmediato. Había llegado el tiempo de decir ąBasta ya!
Cristalizó así el impulso que liquidó el antiguo régimen en México, casi
por sorpresa.
£Cuál es la naturaleza del poder moderno, eso en que México puede ser
laboratorio para explorar su naturaleza?
La noción dominante es que se trata de algo difícil de definir que se en-
cuentra allá arriba, algo que algunos tienen y otros no. Por eso se habla de
“empoderar” a la gente.
Hace siglos se pensaba que venía del cielo: expresaba la voluntad de Dios.
El Papa coronaba al rey. Explicaba a todos que su poder venía de allá arriba.
Desde las revoluciones francesa y estadounidense, cambiaron los términos de
la constitución del poder, pero se retuvo el imaginario. No sólo es que algunos
presidentes tomen posesión jurando sobre la Biblia y que apelen a menudo
a Dios al realizar su obra de gobierno. Es que se mantiene la impresión de
que el poder está allá arriba, en las manos de unos cuantos, los poderosos,
los que tienen el poder político o económico. Es algo –como una cosa– que
puede ser distribuido, que se le puede dar a la gente.
Quiero usar la historia para niños del mago de Oz como parábola del poder
moderno. Dorotea y sus amigos se acercan a visitar al poderoso mago de Oz,
enfrentando la escandalosa parafernalia del poder que trata de contenerlos.
Un perrito descubre por accidente la cortina tras la que se esconde el mago,
que resulta ser un hombre pequeño que se encuentra casi muerto del susto.
Lo importante es lo que viene después. Cuando pregunta por los motivos del
viaje se sorprende con las peticiones. £Por qué pides valor?, le dice al león;
has demostrado ya ser muy valeroso. Lo mismo al hombre de hojalata: £por
qué alguien tan compasivo como tú solicita un corazón? Y al espantapájaros:
£por qué alguien tan inteligente como tú solicita un cerebro? La gente pide
a los poderosos lo que ya tiene. Pero los políticos no reaccionan como el
mago. Al contrario. Refuerzan el prejuicio. Basta que votes por mí, dicen, y
tendrás todo lo que quieras: empleo, seguridad, bienestar. . .
Hegel formuló en 1820 la premisa de esta noción dominante del poder,
cuando afirmó que la gente no puede gobernarse a sí misma y que, por
tanto, alguien tiene que gobernarla; es preciso concentrar el poder político
en los gobernantes. Se discute cómo constituir el poder político, pero no el
principio, es decir, que la gente entregue el poder al gobernante, por medio
de una revolución o a través de elecciones, o por lo menos que acepte que
Universalismo pequeño N o3 • 45
En la definición del nuevo régimen político de México, una vez muerto el an-
tiguo, levantamos ahora esta alternativa frente a los que quieren consolidar
una república neoliberal con una democracia representativa más funcional,
en que pueda darse la alternancia partidaria. Por eso definimos la transición
como el paso de una estructura convencional del poder político a una forma
alternativa de organización social. Para construir esta alternativa tenemos
dos tareas fundamentales ante nosotros: terminar el desmantelamiento del
antiguo régimen y reorganizar la sociedad desde abajo. Y necesitamos reali-
zar estas tareas al tiempo que resistimos las marejadas de la globalización y
los ejercicios autoritarios.
£Qué clase de régimen tuvimos por 70 años? £Cómo era el régimen que
liquidamos en el año 2000, gracias al impulso zapatista?
Nuestra economía era un híbrido capitalista peculiar. En 1982 el sector pú-
blico representaba el 62% de una economía sumamente cerrada. El gobierno
la controlaba enteramente. En el año 2000, tras la fiebre privatizadora, el sec-
tor público representaba sólo el 18% de una de las economías más abiertas
del mundo. La economía mexicana había escapado por completo al control
del gobierno. . . y del país.
En cuando a la estructura política, el presidente aparecía en la cumbre
de la pirámide del poder político, pero en realidad constituía su eje. Con la
estructura mafiosa creada por el PRI, que llegaba hasta el último rincón del
país, nada se movía sin la voluntad del presidente. Tenía control total de su
propio gobierno, del poder ejecutivo; de su partido, y a través de él del Con-
greso. Controlaba también al poder judicial. Los tres poderes constituidos
estaban en sus manos. En esos 70 años se introdujeron casi 500 enmien-
das en la Constitución, en nuestra Carta Magna. Todas ellas surgieron de
la voluntad de un presidente. En contraste, cuando el presidente Fox tomó
posesión en 2000 no controlaba su gobierno, ni su partido, ni el congreso,
ni el poder judicial. No pudo lograr que el Congreso aprobara las reformas
que quería. No controlaba siquiera la casa presidencial. . . En 2006 el Felipe
Calderón llegó a la casa presidencial con insoportable debilidad. No sólo lo
logró por unos cuantos votos, que se sospechan fraudulentos, y tras compro-
misos inconfesables cuyas facturas ha estado teniendo que pagar; enfrenta
además la oposición del liderazgo de su propio partido, que no tiene control
en el Congreso Federal ni en las posiciones de elección en el país. Y empie-
za su administración con un país en bancarrota, con problemas económicos
y sociales a punto de estallar. Refugiarse en el ejército y en negociaciones
corruptas y secretas con grupos mafiosos, como ha estado haciendo, ata sus
manos y disuelve el poco prestigio que poseía, en vez de consolidarlo en el
poder. Se atribuye a Napoleón, un hombre de inmenso poder, haber dicho,
Universalismo pequeño N o3 • 47
como advertencia ante aficionados a la política que querían hacer lo que hoy
realiza Calderón: “Las bayonetas sirven para muchas cosas, pero no para
sentarse en ellas”.
A lo largo de 70 años los expertos describieron nuestro régimen como
una monarquía peculiar, que reemplazaba cada seis años al rey por otro
miembro de la “familia revolucionaria”, como se llamaba al grupo que heredó
el poder creado por la revolución de 1910. Ese régimen sufrió una larga
agonía. Un grupo de tecnócratas, que tomó el poder en 1982, aceleró su fin.
Usaron los instrumentos autoritarios del antiguo régimen para desmantelarlo,
a fin de imponer el catecismo neoliberal, lo que se ha llamado el Consenso
de Washington. Con astucia, evitando el error de Gorbachov, pospusieron
todas las reformas políticas. Debemos recordar, ante quienes dudan del peso
zapatista en la transición actual, que el régimen hizo más concesiones a la
oposición política en las tres semanas que siguieron a la insurrección de
1994 que en los 50 años anteriores. Los zapatistas, gracias al levantamiento
inmediato de la sociedad civil que desde entonces los acompaña, alteraron
radicalmente la correlación política de fuerzas.
El régimen político está muerto. Pero no organizamos el funeral. El presi-
dente Fox practicó un inútil ejercicio de respiración artificial con el cadáver
y usó numerosos cosméticos para presentarlo como algo vivo. Pero está bien
muerto. Como se demostró en las elecciones presidenciales de 2006 es impo-
sible todo intento de restauración. Lo único concluyente de este episodio es
el perdedor. Se disolvió la última esperanza de retorno del PRI. 8
En sus inicios la transición causó un gran desencanto. Quienes habían lu-
chado contra el antiguo régimen en nombre de la democracia formal quedaron
frustrados y deprimidos. En vez de de una oportunidad de debate público
y participación ciudadana, las campañas políticas se redujeron a un circo
mediático de tres pistas. Y en vez de un gobierno popular, capaz de detener
el devastador tsunami neoliberal, llegó a la presidencia un rico empresario,
expresidente de Coca Cola, que se dedicó a profundizarlo.
En la base social, la gente se dedicó a tratar de reorganizar la sociedad
desde abajo, a fin de crear un nuevo régimen político, aprovechando la opción
creada por los zapatistas.
8 Se afirma a menudo que los gobiernos panistas representan una restauración del antiguo
régimen, o bien, que éste sólo cambió de aspecto. Pienso que hay en esto una confusión.
Estamos aún bajo un régimen de producción capitalista. En ese sentido, no hay todavía
transición alguna. Se siguen aplicando, dogmáticamente, las políticas del llamado Consen-
so de Washington. Pero ha desaparecido el régimen político que gobernó por 70 años el
país, que se asocia claramente con un partido dominante, virtualmente único, construido
verticalmente desde el Presidente hasta el último cacique local, con pleno control de los
tres poderes y efectiva conducción de los procesos políticos y económicos. Como se mostró
el pasado 2 de julio, no hay posibilidad de restauración de ese régimen político, aunque
se sigue operando bajo el mismo marco jurídico e institucional que creó.
48 • Crónica de un movimiento anunciado
La contradicción principal
La Sexta
Esta es nuestra palabra sencilla para contar lo que ha sido nuestro paso
y en dónde estamos ahora, para explicar cómo vemos el mundo y nuestro
país, para decir lo que pensamos hacer y cómo pensamos hacerlo, y para
invitar a otras personas que se caminan con nosotros en algo muy grande
que se llama México y algo más grande que se llama mundo.
• Los partidos políticos y sus socios, simpatizantes o aliados pueden resentir la iniciativa
de los zapatistas y emplear sus recursos financieros, mediáticos y sociales para aislarlos
o marginarlos, debilitando el apoyo que hasta ahora han tenido. O sea: intensificarán
las acciones que han realizado sin éxito a lo largo de una década y que han aplicado
sistemáticamente desde que empezó La Otra.
• Muchos “simpatizantes”, que acaso se reducían a apoyar un zapatismo que percibían
como la expresión de grupos indígenas marginados en lucha contra un mal gobierno,
podrán hacerse a un lado, desconcertados, al despejarse, sin lugar a confusión, el
sentido anticapitalista de la lucha.
• En el seno de la llamada izquierda, entre cuyos militantes abundan los obsesionados
con la conquista del poder, podrá procederse al habitual encarnizamiento contra los
del propio bando. Algunos convertirán a los zapatistas en el enemigo principal. Esa
propensión se observó ya en algunas reacciones a la Sexta, primero entre los “desilusio-
nados”, que intentan racionalizar su abandono de las filas de lo que ellos vieron como
zapatismo, y después entre quienes estuvieron siempre “afuera”, con ciertas reservas,
y ahora pueden expresarse más cómodamente “en contra”. Algunos prominentes inte-
lectuales de izquierda, que fungieron como asesores de los zapatistas en 1996, se han
apresurado a pintar su raya y se dedican ahora a criticarlos en forma sistemática. Para
algunos, La Otra “carece de ideas y de la necesaria política de alianzas”, muestra “sec-
tarismo y pobreza intelectual y de propuestas” y “no tiene un proyecto alternativo de
país” (Guillermo Almeyra, La Jornada, 2-07-06). Otros más los culpan del resultado
del 2 de julio.
El riesgo, en suma, es que los zapatistas se queden solos, aislados, y por ende expuestos al
exterminio. Tienen plena conciencia de esa posibilidad. Pienso que a pesar de ello tomaron
la iniciativa porque confían en la fortaleza de lo que han tejido en su propio lugar, por ser
consecuentes consigo mismos y quizás porque no hay otro remedio. La circunstancia
actual exige actuar. Sólo con la extensión y el contagio del virus de la dignidad podrá
afirmarse y consolidarse lo que ya está. En vista de lo ocurrido durante los últimos diez
años, los zapatistas no pueden seguir esperando a que la propia sociedad civil se articule
y tome la iniciativa. Apelarán a las “bolsas de resistencia” que han brotado por todas
partes, con muchas de las cuales han mantenido contacto.
Universalismo pequeño N o3 • 55
10 Cuadros y militantes perredistas no sólo entran en complicidad con los poderes consti-
tuidos o los detentan en las condiciones habituales, sino que se suman a los ataques directos
a los movimientos sociales. En Chiapas patrocinan grupos parapolicíacos o paramilitares
o se ocupan directamente de amenazar y atacar a bases de apoyo zapatistas. En Oaxa-
ca se han amafiado con Ulises Ruiz. En toda la República manifiestan comportamientos
corruptos y antipopulares.
Universalismo pequeño N o3 • 57
Pistas de interpretación
Se necesita perspectiva histórica más amplia y acaso una distancia que no
tengo para explorar la naturaleza, características y perspectivas del movi-
miento oaxaqueño, inevitablemente asociado a la evolución nacional y mun-
dial. Arriesgo aquí una tentativa de interpretación. Tiene sesgos evidentes.
No disimulo la cruz de mi parroquia, que he mostrado desde la crónica.
Lo que la APPO no es
su dignidad. Por miles, por millones, la gente se rebeló. ąYa basta! se dijeron
los rebeldes que aparecieron de pronto por todas partes.
Pero esta insurrección no es mera revuelta ni se reduce a rebelión. Las
revueltas tienen ímpetu volcánico avasallador. Si no son arrasadas en germen
nada puede detenerlas. Pero son efímeras. Se apagan con la misma rapidez
con que surgieron. Dejan huellas duraderas, como la roca volcánica. Pero se
desvanecen. Y ésta no.
Esta no se apaga, en parte, por el ímpetu rebelde. Ulises Ruiz encarnó
la fuente del descontento y exhibió los peores rasgos del sistema opresor,
pero sólo fue el detonador que aglutinó y encendió el descontento disperso.
Esta rebeldía pasa necesariamente por su salida, pero empleará su cadáver
político como abono de un empeño transformador duradero. Quitará del
camino desechos como éste, herencia de un pasado que está quedando atrás,
para dedicarse a construir, pacífica y democráticamente, una nueva sociedad.
La APPO tampoco es un “movimiento de masas”, como se le ha que-
rido ver desde la izquierda convencional e incluso por algunos grupos en su
interior. Las masas están formadas por individuos, una condición en que se
reduce a los hombres y mujeres reales a la calidad de átomos de una catego-
ría definida y controlada por otros y se les trata como tales, en los términos
prescritos para la masa de individuos que constituyen cada categoría abs-
tracta: pasajeros de un avión, afiliados al seguro social, trabajadores de una
fábrica, votantes, militantes de un partido, participantes en una marcha. . .
En la masa la gente pierde su movilidad 11 . Las movilizaciones de un
sindicato, un partido o un líder, definidas, organizadas y controladas desde
arriba, tienden a desmovilizar a la gente. A pesar de su resonancia radical,
la palabra masa es de origen eclesiástico y burgués: reduce a la gente a la
condición que comparte con las cosas materiales: ser medido por unidad de
volumen 12. La ilusión de que la masa de consumidores controla al mercado,
11 “Cuando digo movilizar quiero decir movilizar”, observa Enzensberger. “Que la gente
sea más móvil de lo que es. Que tenga la libertad de un bailarín, la presencia de ánimo
de un futbolista, el factor sorpresa de un guerrillero. Quien considera a las masas como
objeto de la política no logrará movilizarlas; sólo quiere darles órdenes. Un paquete, por
ejemplo, no tiene movilidad; sólo se le envía de un lugar a otro. Las concentraciones
masivas, las marchas y los desfiles inmovilizan a la gente. La propaganda que no da
rienda suelta a la autonomía, sino que la paraliza, sigue el mismo patrón. Conduce a
la despolitización”. (Hans Magnus Enzenzberger, 1992, “La irresistibilidad de la pequeña
burguesía”, en Opciones, núm. 8, 30 abril, suplemento de El Nacional. (Originalmente
publicado en Kursbuch, septiembre, 1976).
12 ‘Puede decirse que el concepto de masa, puramente cuantitativo, puede aplicarse a la
gente y a las muchedumbres como a todo lo que ocupa un lugar en el espacio. Sin duda;
pero a condición de no darle ningún valor cualitativo. No debemos olvidar que, para llegar
al concepto de masas humanas, hemos abstraídos todas las cualidades de la gente salvo la
que comparten con las cosas materiales: la de ser medidos por unidad de volumen. Y así,
lógicamente, las masas humanas no pueden ser salvadas o educadas. Pero siempre será
Universalismo pequeño N o3 • 59
Para reflexionar sobre la APPO, analizar sus desafíos actuales y descubrir sus
rumbos, es útil tener a la vista los rasgos que caracterizan a una organización
política y los que definen a un movimiento social y político, porque ésta es
una de las cuestiones principales a dilucidar. £Es la APPO una organización
semejante a un partido o a un sindicato? £O es más bien algo parecido al
feminismo, al ambientalismo, al zapatismo o al movimiento indígena?
Las organizaciones se guían por el futuro: tienen fines, metas, modelos.
Un sindicato busca la mejoría de sus agremiados y la promoción y defensa
de sus intereses. Un partido se propone alcanzar el poder político del Estado
para realizar desde ahí su plataforma. Los movimientos, en cambio, tienen
motivos y razones de ser, por lo general expresados en ciertos ideales.
Responden a intenciones surgidas del pasado y el presente, no del futuro.
La gente se mueve como reacción ante la opresión y discriminación de la
mujer, la destrucción del ambiente, o la injusticia y corrupción insoportables
de un régimen. Son factores o fuerzas que impulsan a la gente en una cierta
dirección. Son motores que vienen de la experiencia, no de un propósito o
un objetivo imaginados –aunque en el camino puedan descubrir metas que
correspondan a la intención.
Las organizaciones cuentan con una membresía formal, voluntaria o
forzada. Los trabajadores tienen que afiliarse al sindicato de la empresa
hecho central. La Sección XXII emprendió una lucha gremial para la sa-
tisfacción de ciertas reivindicaciones económicas, que adquirió expresiones
políticas en forma circunstancial -por las contradicciones con el gobierno del
Estado- pero nunca perdió su carácter: una vez satisfechas esas reivindica-
ciones -al menos en el papel- la movilización concluyó y sólo se renovó para
presentar otras nuevas. La APPO, en cambio, emprendió desde el primer
momento una lucha política y social. Se solidarizó continuamente con la
lucha gremial de la sección XXII, pero sin asimilarse o reducirse a ella. Este
contraste generó toda suerte de tensiones, que se hicieron enteramente evi-
dentes a finales de octubre, cuando los maestros decidieron regresar a clases y
dar por terminada su movilización, mientras la APPO enfrentaba la llegada
de la Policía Federal Preventiva, realizaba su Congreso Constitutivo, lanzaba
la Iniciativa Ciudadana de Diálogo por la Paz, la Justicia y la Democracia
y realizaba un gran foro indígena. Esas tensiones se observan también en el
interior de la Sección XXII, pues muchos maestros participaron activamente
en la APPO y aún intentan transformar la lucha gremial del sindicato en
una lucha política. Buena parte de las bases magisteriales siguen formando
parte importante de la Asamblea, en abierta oposición al liderazgo sindical.
El Secretario General renunció en febrero de 2007, en medio de acusaciones
de traición. Se rechazó la renuncia, sustituyéndola por licencia, a fin de evitar
los complejos procesos políticos de renovación del liderazgo al enfrentar la
movilización anual, que fue organizada por una dirigencia colectiva provisio-
nal. A finales de abril la Secretaría de Gobernación reinició las negociaciones
con ella, haciendo a un lado a la APPO. El 19 de junio las consideró satis-
factoriamente concluidas y señaló públicamente que el asunto quedaba por
completo en manos de las autoridades estatales.
Además de estas tensiones entre la APPO y la Sección XXII, en el seno
de la APPO se han presentado otras de diversa índole. Algunas se refieren a
los distintos estilos, enfoques y estrategias de los participantes. Por ejemplo:
la opinión dominante en la APPO se inclina por un movimiento pacífico y
democrático, explícitamente opuesto a toda forma de violencia, pero algu-
nas organizaciones o personas consideran necesario emplear la violencia, no
sólo como autodefensa, sino como parte de la lucha, en lo que a veces se
denomina en la jerga política de izquierda “la necesidad de agudizar las con-
tradicciones”. Las tensiones más importantes se observan entre movimientos
y organizaciones estrictamente locales y aquellas que son expresión de orga-
nizaciones nacionales. Aunque las primeras tienden a estar abiertas al resto
del país y del mundo, tanto para ofrecer y recibir solidaridad como para par-
ticipar en luchas más amplias, concentran el empeño en lo local y resisten
la presión de las segundas para subordinar la APPO a agendas nacionales
e internacionales, definidas en términos ideológicos y políticos. Si bien estas
tensiones han afectado el funcionamiento de la APPO, especialmente en los
Universalismo pequeño N o3 • 65
Los participantes
Sin embargo, las tímidas aperturas que el “Nuevo Acuerdo” parecía ha-
ber realizado se cancelaron drásticamente en la administración corrupta y
autoritaria de José Murat. Su deserción de funciones de auténtico gobierno,
combinada con su injerencia represiva en la vida de las comunidades, pro-
pició conflictos entre ellas y debilitó al movimiento indio, que tendió a la
dispersión. Su participación en el empeño por intentar un cambio median-
te la trinchera electoral en 2004 lo condujo a la frustración causada por el
fraude. Todas estas condiciones contribuyen a explicar la lenta incorporación
del movimiento indio a la APPO, que se muestra hasta ahora muy compro-
metida y firme en algunas áreas del Estado, pero en general sigue estando
dispersa y en muchos casos está expuesta a muy serias confrontaciones con
las estructuras locales de poder.
Las mujeres
El movimiento urbano-popular
Otros participantes
Entre las luchas en las que parece haber mayor convergencia destacan tres
antiguos empeños democráticos.
72 • Crónica de un movimiento anunciado
Anticapitalismo
16 Ver Harry Cleaver, “Socialismo”, en W. Sachs (citado en la nota 4), actualizado en una
edición del ensayo para Oaxaca: Ediciones ąBasta!, 2006. En este trabajo Cleaver examina
críticamente la tradición socialista. Su análisis se refiere no solamente a los socialismos
“realmente existentes”, o sea, a las experiencias autodenominadas socialistas, relacionadas
o no con el marxismo-leninismo. Para Cleaver, además de las “desviaciones” reales existen
problemas serios en las concepciones básicas del socialismo que deben ser tomadas en
cuenta por quienes quieren lanzar nuevos experimentos socialistas, como en Venezuela. La
cuestión es objeto de debate en Oaxaca. Algunos grupos minoritarios observan con interés
la experiencia venezolana y otras; otros grupos parecen compartir la actitud de Illich,
cuando señaló que si alguna vez el socialismo llega a América Latina lo hará en bicicleta;
otros más intentan una línea de pensamiento y acción que deja atrás, simultáneamente,
el capitalismo y el socialismo y en esta veta se apoyan en tradiciones indígenas.
78 • Crónica de un movimiento anunciado
Estos ejemplos son sólo la punta del iceberg de temas que se examinan
continuamente en Oaxaca, en las más diversas formas. En muchos casos los
debates ignoran por completo los términos técnicos e incluso las denomi-
naciones comunes (como capitalismo y socialismo), pero sus contenidos y
orientaciones corresponden claramente a una crítica radical del estado de
cosas, a la búsqueda continua de alternativas y a la decisión de luchar por
ellas.
Las posturas existen comprenden lo siguiente:
La olla y el vapor
Recuperar la política
“Escoge bien a tu enemigo,” aconseja un antiguo dicho árabe; “vas a ser como
él”. Si tu enemigo es un ejército, tendrás que montar otro para enfrentarlo;
si tu enemigo es la mafia, te harás mafioso.
Este sabio consejo puede examinarse en otro contexto. Para Kart Sch-
midtt, el prominente jurista alemán, la distinción amigo/enemigo forma el
concepto de lo político, así como la distinción entre el bien y el mal forma el
de la moral y el de lo bello y lo feo el de la esfera estética. El genio de Marx,
según Schmidtt, habría sido convertir la cuestión social en asunto político al
expresarla como antagonismo entre burgueses y proletarios.
Tras el ostracismo que sufrió a raíz de su condena en Nuremberg, por sus
servicios a la causa nazi, Schmidtt goza de fama póstuma. Sus libros han
sido finalmente traducidos al inglés y son referencias obligadas en el mundo
académico, particularmente en Estados Unidos. Los fundamentos teóricos y
éticos de sus planteamientos son frágiles, característicamente reaccionarios,
pero su enfoque describe eficazmente las actitudes de las clases políticas en
los estados modernos. Sin la distinción amigo-enemigo no podría entender-
se la política de Estados Unidos desde que nació o el comportamiento de
políticos de muy diversas orientaciones ideológicas.
Quienes conciben de ese modo la política y se dedican obsesivamente a
identificar aliados y adversarios, pierden a menudo de vista el sentido mismo
de la acción política –el bien común- e incluso sus propios propósitos. Es
frecuente, además, que al surgir dificultades para enfrentar a los enemigos
identificados la lucha se oriente contra los del propio bando.
Cuando los pleitos intestinos en el seno del PRI dejaron de resolverse con el
manotazo presidencial llegaron a niveles de ferocidad literalmente mortales.
El PRD parece dedicar más energía a dirimir sus conflictos internos, entre
enemigos declarados, que a la lucha con adversarios de afuera o por las
causas que pretende defender. Los trapos sucios del PAN, que acostumbraba
lavar en casa, se exhiben ahora muy públicamente. Las confrontaciones por
las candidaturas son frecuentemente más intensas que la competencia por
los votos, y ésta se define cada vez más por una mercadotecnia orientada a
liquidar al enemigo, como acaba de verse en el proceso de 2006.
Los órganos de coordinación de la APPO han padecido desde el principio
esas obsesiones, atrapados en disputas internas y reduciendo la compleja
lucha de la APPO a la confrontación con un enemigo identificado. En su
base social, en contraste, se observa desprecio por esos juegos obscenos de
82 • Crónica de un movimiento anunciado
Negar lo que ocurre es parte de la estrategia oficial. Hace falta negar esa
negación, mostrando pública y fehacientemente que equivale a tapar el sol
con un dedo. Pero se necesita también negar la negación propia, la que no
quiere ver los agravios o se deja paralizar por ellos. No queda mucho tiempo.
Al quedar enteramente al desnudo los crímenes que se cometieron y se
siguen cometiendo en Oaxaca, queda por investigar su motivo, la razón de
cometerlos. Es lo que se ha estado preguntando la comisión creada por la
Suprema Corte para investigar lo ocurrido en Oaxaca. Y la respuesta que
empieza a perfilarse al avanzar en sus trabajos resulta tan espeluznante que
difícilmente la podrá incluir en su informe.
La estrategia de intimidación que se sigue empleando busca doblegar a
los rebeldes insumisos y que otros aprendan la lección. Es una estrategia
para la represión de los movimientos sociales. Pero no es sólo eso. Busca
también atemorizar a otro sector de la sociedad y atizar su encono, a fin
de crear la base social del ejercicio autoritario. El reino del mercado sólo
puede establecerse y mantenerse en operación mediante el uso de la fuerza,
pero ésta necesita sustento social y cobertura de legitimidad. Ni siquiera los
Pinochet pueden descansar solamente en la policía; sólo es efectiva como
instrumento de gobierno y control cuando un sector suficiente de la sociedad
exige y respalda su intervención.
De eso se trata hoy. Se ensaya en Oaxaca lo que se intenta a escala del
país. . . y del planeta. Se cierran una tras otra todas las vías institucionales
y políticas, para que la gente se doblegue o bien caiga en la provocación y
recurra a la violencia, lo que legitimaría el ejercicio autoritario y extendería
su base social.
Arundhati Roy observa con preocupación los signos en la India, que em-
piezan a resultar típicos. Sintetiza bien, con su genio habitual, lo que parece
estar pasando en todas partes: “No es difícil leer lo que está escrito en el fir-
mamento. Lo que dice allá arriba, en grandes letras, es lo siguiente: Compas,
la mierda ya llegó al ventilador”. (Entrevista con Shoma Chaudhuri el 23 de
marzo de 2007. Indian Web Weekly, Tehelka.com).
La perspectiva
A estas alturas es enteramente imposible prever hasta cuándo las clases po-
líticas seguirán sosteniendo formalmente en el poder al gobernador Ulises
Ruiz. En las condiciones actuales de polarización social y política no remo-
verlo del cargo que es cada vez más incapaz de ejercer impondrá al régimen
dominante costos políticos crecientes. En Oaxaca se podrían propiciar así
confrontaciones cada vez más intensas y violentas, que acaso desembocarían
Universalismo pequeño N o3 • 85
• Como muchas personas han estado asumiendo que Ulises Ruiz permane-
cerá en el poder hasta el término de su periodo formal (tres años más),
han estado tomando medidas para acomodarse a esa “realidad” y algunos
simpatizantes de la APPO han empezado a acercarse a la administración.
17 Habría que considerar, dentro de esos factores, el nivel actual de descontento social; el
grado de organización popular que se ha estado consolidando a ras de tierra; la debilidad
política y la falta de legitimidad de Felipe Calderón; la fuerza del narcopoder; el despres-
tigio de las clases políticas y las instituciones dominantes; el descontento e inquietud en
el seno de las fuerzas armadas y policiacas, las cuales, en todo caso, no parecen tener la
dimensión y adiestramiento requeridos para una iniciativa de esa índole.
Universalismo pequeño N o3 • 89
porciones del PRI a nivel federal y estatal, que se dan cuenta, así sea tardía-
mente, que seguirlo apoyando milita contra sus propios intereses. El rechazo
común, que articula los empeños colectivos, abarca ahora esferas completas
del régimen político y cuestiona en forma cada vez más lúcida el régimen
económico. Se observa además, en la vida cotidiana, la proliferación de op-
ciones reales, tanto para la formulación de propuestas políticas más allá de
la democracia formal o participativa como para la realización de prácticas
que intentan consolidar y ampliar nuevas relaciones sociales. Las debilidades
y contradicciones en el Consejo Estatal de la APPO o entre organizaciones
políticas muy activas en el movimiento afectan sin duda la dinámica general,
pero no la determinan ni son capaces de bloquearla o distorsionarla.
Hay quienes afirman de nuevo que se trató de una revuelta, de un estalli-
do popular, más que de un movimiento social y político trascendente, y se
sostiene por ende que fue la APPO, no Ulises Ruiz, quien finalmente cayó.
Hasta en este caso, sin embargo, se tiende a aceptar que lo ocurrido el año
pasado define la forma del movimiento, propiciada en parte por la coyuntura
política nacional, pero no su naturaleza. Y aún si resultase haber sido una
mera revuelta, la experiencia muestra que la represión nunca liquida el áni-
mo revoltoso. El vapor se sigue acumulando hasta que una nueva coyuntura
o la simple acumulación conducen a un estallido aún más vigoroso.
Por las torpezas y aberraciones de las estrategias gubernamentales y por
la intensidad de los impulsos variopintos que emanan de la base social, que
incluyen contradicciones locales o regionales muy agudas, intensificadas por
el contexto electoral, nos encontramos literalmente al borde de un despeña-
dero. Al mismo tiempo, corre por las entrañas de la base social un aliento
esperanzado y un vigoroso ánimo de lucha que es difícil de explicar. Desde
Oaxaca se afirma esa actitud con alegres desplantes, que no abandonan el
rigor del análisis o la conciencia de los riesgos, al explorar la manera en que
se materializan viejos sueños en lo que tiene toda la pinta de un cambio
revolucionario, aunque nadie, aquí, se atrevería a afirmar que la revolución
ha comenzado.
1 Las entrevistas a Rubén Valencia fueron realizadas por Juan Wahren y Luciana García
Guerrero (GEMSAL) en Oaxaca durante el mes de agosto de 2007. La entrevista a David
Venegas la realizó Rubén Valencia durante los primeros meses de 2008.
91
92 • Conversaciones con Rubén Valencia y David Venegas
3 El alebrije es una artesanía mexicana creada por un artista que relata que tuvo un sueño
donde vio animales con extrañas figuras, colores y alas, cuernos, colas, colmillos y demás.
Plasmó esos sueños en imaginativas artesanías, que desde entonces se reproducen por todo
México y en especial en Oaxaca.
Universalismo pequeño N o3 • 95
en los lugares en que se había apropiado algún espacio. Por ejemplo, la ba-
rricada en la que yo estaba, era para cuidar Radio Oro; primero la tomamos
y después se creó una barricada para protegerla y se pusieron muchas más
para protegernos a nosotros mismos, que cuidábamos las antenas.
Alebrije
Ejemplifiquemos. . .
Rubén Valencia
Por ejemplo, cuando se conformaron las barricadas, muchas de ellas fueron
integradas por personas de comunidades indígenas, ya sea maestros o perso-
nas de las colonias descendientes de indígenas; claro, no todos eran indígenas
o se asumían como tales. Entonces, mucho de lo que se dice sin hacer un es-
tudio riguroso es que surgió el pasado, la memoria. Ante todo, fue producto
del hartazgo de las colonias –por ejemplo–, de los comités de las colonias,
que se agarraban los recursos del gobierno, de los partidos políticos, pro-
meten y todo genera una carga en la población. Y se trataba de inspirarse
en una forma distinta de auto organizarse. Y una de ellas era precisamente
la demanda principal: la salida de Ulises Ruiz, pero también todo el despo-
tismo, el autoritarismo, la forma vertical de mandar. . . Aunque existieran
demandas particulares de las colonias, todas las hicieron a un lado hasta que
saliera del Estado Ulises Ruiz. O sea, todas las demandas particulares de
organizaciones, colonias, barrios y pueblos se dejaron a un lado. Se entendió
entre todos que la salida de Ulises Ruiz del Estado tenía que darse como
parte de un cambio de la relación entre el gobierno o Estado y la sociedad.
La forma asamblearia surgió a partir de encontrar inspiración en una forma
distinta a la que la ciudad tenía, una marcada individualización. Había un
hartazgo de eso, pero no había una opción, y la opción principalmente la dio
la inspiración de cómo se organizan las comunidades indígenas de Oaxaca.
Era una forma de controlar el territorio en la noche. Difícilmente alguien
entraba. Los vecinos podían entrar y había casos donde ellos se oponían a
que hubiera barricadas. Pero había muchas otras, donde la gente se sentía
mucho más segura teniendo a la barricada en su colonia. Tenían que pedir
permiso para poder pasar, porque con frecuencia pasaban las camionetas del
gobierno llamadas los “convoys de la muerte”, había vigilancia. Y también
se cometieron errores. Pero se intentaba siempre mejorar esos errores.
Universalismo pequeño N o3 • 99
Uno de los sectores que antes de este movimiento tenía muy poca visibili-
dad y que fue un referente en esos días de autodefensa y enfrentamiento con
la policía y el gobierno fue el movimiento de los jóvenes urbanos. Esos jóve-
nes marginados de la vida social y política, con todo el hartazgo de lo que
se estaba viviendo, fueron los primeros que se sumaron al movimiento, los
primeros que estuvieron al pié del cañón en las barricadas, los primeros que
estuvieron en la autodefensa ante la represión. No quiere decir que fueron
los únicos, ya que había puro pueblo, de todo. Escuchemos a David . . .
4 Se refiere a las “tribus urbanas” que toman sus nombres de bailes y danzas de distintas
regiones del mundo.
100 • Conversaciones con Rubén Valencia y David Venegas
Oaxaca pintada
Rubén Valencia
En Oaxaca, un movimiento considerado marginal por algunos, y que no
había tenido apoyo, era el de los jóvenes graffiteros. A pocos les interesaba
saber por qué lo hacían y eran excluidos, no sólo por el sistema o el Estado
sino por la sociedad, hasta que fueron los primeros en estar en las batallas
Universalismo pequeño N o3 • 101
5 Del mismo modo que en pueblos indígenas, muchas veces se escribe (en Internet) usando
la “k” por la “c”, los jóvenes usan “barrikadas”, lo hemos dejado en los nombres propios
(Nota de edición).
104 • Conversaciones con Rubén Valencia y David Venegas
6 Ella es médica y se presenta “Soy la Dra. Bertha Elena Muñoz Mier, conocida como
la Dra. Escopeta, nombre que me fue puesto por la ‘radio ciudadana durante el mes de
noviembre de 2006 y que asumí con orgullo”. Entrevista a Amnistía Internacional, en
www.oaxacalibre.org (Nota de la edición).
7 Grupo que realiza audiovisuales.
106 • Conversaciones con Rubén Valencia y David Venegas
también, como son luchadores de base, tienen sus broncas contra los caci-
ques, empresas u organizaciones “priístas” locales, y esas no han parado, las
broncas de sus comunidades, de sus pueblos. Las reuniones son cada tres
días, cada cinco días, son muy seguidas. No se ha podido operar lo que se
planteó y uno de los objetivos de la Asamblea Estatal del 9 de septiembre
de este año 2007, es precisamente cómo hacer para poder reestructurar el
Consejo de la APPO a partir de las asambleas locales. Convocar, participar,
que se impulsen las asambleas locales y que salgan verdaderas representa-
ciones de los pueblos. Necesita haber una consulta a todos los sectores en
sus propios lugares para que pueda plantearse una reorganización a fondo.
De igual manera, debe clarificarse la posición de cada organización o sector,
cómo combatir el sistema, hay diferencias en los caminos a seguir.
8 Los acuerdos de San Andrés fueron parte de las negociaciones de paz entre el EZLN y en
Gobierno Federal que se levaron en la localidad de San Andrés en el Estado de Chiapas.
En 1996 se llegó a firmar un tratado que reconocía los derechos de los pueblos indígenas
a gobernarse según sus usos y costumbres, así como el reconocimiento de su cultura en
el marco del Estado Mexicano. Estas negociaciones fueron abiertas, por iniciativa del
propio EZLN a un vasto conjunto de organizaciones indígenas de todo México, así como
numerosos intelectuales y académicos participaron como asesores del EZLN y los pueblos
indígenas dando un marco de legitimidad a este proceso. El Gobierno Federal desconoció
estos Acuerdos inmediatamente después de haberlos firmado, dando lugar a una larga
e intensa lucha por parte del EZLN y del nuevo espacio de articulación de los pueblos
indígenas creado a partir de las negociaciones, el Congreso Nacional indígena (CNI), para
que se cumplan con los acuerdo de San Andrés. Entre estas acciones la más importante
fue la Marcha del Color de la Tierra que movilizó en su recorrido desde Chiapas hasta el
Distrito Federal a aproximadamente 40 millones de personas. El Gobierno nunca reconoció
estos acuerdos.
110 • Conversaciones con Rubén Valencia y David Venegas
que defendemos este camino hay todo un debate por el cómo hacerla reali-
dad. Existen por un lado los que se asumen desde la autonomía, no quieren
relación con ningún poder, ni con las formas verticales de organización; y
por el otro, los que vemos la autonomía como una construcción que no está
dada en automático pues, sino que parte de luchar contra el gobierno o las
instituciones y el sistema mismo. Tratamos de cambiar las relaciones sociales
desde la base misma, tomando en cuenta que este sistema nos ha enajena-
do y tenemos que combatirlo desde nosotros mismos, o lo que algunos han
llamado actualmente “cambiar el mundo desde abajo”. Incluso es por ello
que muchos nos metimos en su momento en el consejo de la APPO, para
también desde ahí como desde la calle, reorganizarnos.
Yo creo que el movimiento social, los pueblos, colonias y barrios, tanto en
las comunidades como en la ciudad, en distintos escenarios de lucha, en sus
declaraciones de asambleas regionales o manifiestos públicos, con todo ello
está el asunto de construir el poder del pueblo, regirnos por autonomía, así
lo veo; que el camino del poder popular y la autonomía se entrecruzan y que
son los modos de cómo se construye lo que ha generado las diferencias. La-
mentablemente en mi punto de vista, el consejo de la APPO no ha avanzado
al mismo nivel de las iniciativas o acciones que la gente sigue emprendiendo,
por eso creo ha permeado la confusión fuera de Oaxaca y no ha mostrado
con claridad la riqueza del proceso de este movimiento, tan plural y diverso
como es la sociedad misma.
Aún con todos estos problemas me gustaría enfatizar que el movimiento
de Oaxaca sigue vivo, aún después de la represión del 25 de noviembre y en
todo el transcurso del movimiento, donde ha habido más de 25 muertos, se
aprehendieron a más de 300 compañeros y que hay desaparecidos y hostiga-
miento policial y militar, incluso seguimos teniendo presos actualmente y se
pudo conocer que antes del 2006 había más de 30 presos políticos. Por todo
ello, la gente ya no sale mucho a las calles, lo mismo porque los caminos de
la APPO no han podido ponerse de acuerdo en esta reorganización.
contra los ganaderos. Yo creo que ahí la separación no es tanto entre cam-
pesinos e indígenas, sino entre los que ya tienen una explotación, ya ven a
la tierra como recurso natural; no la ven como parte del todo. Como parte
de la vida. “Si la tierra vive, vivo yo”, dicen los indígenas. O sea, si la tierra
no está viva yo tampoco como. Una relación simbiótica.
Pero los ganaderos y la gente que está muy influida con el perfil industrial no
lo ven. Entonces decimos que la lucha es contra las multinacionales, pero la
más fuerte es contra la invasión ganadera que es igual a “desarrollo moderno”,
de explotación inmoderada de la tierra. Y ellos ven la organización comunal
y los principios de la comunalidad como otro sector de la vida. O sea, ahí
Universalismo pequeño N o3 • 119
Norma Giarracca
En este apartado deseo desarrollar unas pocas ideas acerca de lo que presen-
tamos en este libro: el relato e interpretación de un importante movimiento
de América Latina, de México, desde sus propios intelectuales (o lo que se ha
dado en llamar “intelectuales nativos”); es decir, sujetos participantes y com-
prometidos con la situación. Esta modalidad de conocimiento era impensable
algunos años atrás: o se publicaban materiales de una organización política
con sus posibles intelectuales orgánicos, o el fenómeno era “explicado” por
las ciencias sociales.
Este libro, enmarcado en el mundo universitario, presenta las reflexiones
de oaxaqueños que no tienen inserciones académicas oficiales y les da una
jerarquía semejante a las de cualquier otro trabajo académico. Es más, para
nosotros es un verdadero orgullo el que un intelectual de la talla de Gustavo
Esteva haya aceptado generosamente publicar su reflexión con nosotros, y
estamos seguros de que no existe ningún otro material sobre estos hechos
que pueda superar, por muchas razones, sus “Crónicas de un movimiento
anunciado”. Tampoco creo que sea fácil encontrar un relato con los matices,
reflexiones y referencias de ricas experiencias colectivas y subjetivas como
las “Conversaciones” con Rubén Valencia y David Venegas.
Esta situación hubiese sido inhallable algunas décadas atrás, cuando las
ciencias sociales estaban atravesadas por las ideas cientificistas del positi-
vismo y predominaban las dicotomías sujeto/objeto, estructura/acción, teo-
ría/praxis, entre otras. En aquel marco, el investigador tenía que asemejarse
lo más posible a un hombre de las ciencias naturales o exactas en sus labo-
ratorios: tomar la situación social como un objeto y apartar todo rasgo de
subjetividad: ideas, deseos, compromisos. La confianza en la posibilidad de
esta tarea, se centraba en los métodos cuantitativos, los números; cuanto me-
nos se usara el lenguaje, menos “contaminado” estaría el “objeto”. Los datos
estadísticos, las encuestas, el número, reemplazaban las voces de los sujetos
121
122 • Notas metodológicas: “experiencia de investigación”. . .
sus primeras obras. Sin embargo, ese contacto con los sociólogos latinoame-
ricanos del 2000 1, fue un hito en esta historia de los intelectuales del norte
capaces de comprender la potencia de la América Latina en la construcción
de un pensamiento social crítico que en ese comienzo de siglo parecía próximo
a conseguirse.
Loic Wacquant, uno de sus discípulos, sostiene que el origen de Bourdieu
los conducía a esa sensación de estar siempre en los márgenes del mun-
do intelectual, “la trayectoria del milagro”, que lo ha llevado desde una de
las regiones más bajas del espacio geográfico y social francés (un remoto
pueblo en Béam) a la cima de la pirámide intelectual de su país. . .” (Wac-
quant, 2005:2). En efecto, Pierre Bourdieu no se sentía cómodo en el mundo
de los intelectuales “que tienen tantas respuestas y, de última, tan pocas
preguntas. . .”. Intentó, en la última parte de su vida (esos tiempos cuando
todo adquiere otras significaciones), superar la dicotomía entre el “compro-
miso” y “el trabajo académico”: marcó la artificialidad de tal oposición y, de
hecho, sostuvo que “es preciso ser un científico autónomo que trabaja según
las reglas de la academia para poder producir un saber comprometido, es
decir un trabajo intelectual con compromiso”. £Será posible en estos tiempos
pos-bourdieunianos seguir manteniendo esta esperanza? O para decirlo de
otro modo: £se puede desde las reglas actuales del trabajo académico seguir
produciendo un trabajo intelectual comprometido? £Es posible en Europa,
en EEUU, en América Latina?
Nuestra América
En América Latina, en los últimos catorce años (desde 1994) se abre un
nuevo capítulo en la relación entre intelectuales y compromiso con los movi-
mientos sociales. Primero, porque se inicia una nueva etapa de resistencias
en nuestras regiones y esto se logra, no por las voces de los intelectuales
(como deseaba Bourdieu), sino por la decisión de pobladores de todas par-
tes de poner freno a las políticas devastadoras del neoliberalismo y por sus
propias y complejas reflexiones. Dijimos en el prefacio que Chiapas fue un
hito. Divide un antes y un después, nos pone a todos los latinoamericanos
frente a nuevos actores que, –con sus caras tapadas– tienen la pretensión de
ser vistos y escuchados (ąenorme paradoja!). Pero es Chiapas y luego serán
Ecuador, Argentina, Brasil, nuevamente Ecuador, las resistencias, las pobla-
das, protestas, marchas que parecen no parar. Caen gobiernos, se cuestionan
las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial.
Las reflexiones de Marcos y los documentos del EZLN son materiales im-
prescindibles para empezar a comprender el fenómeno del sureste mexicano.
Marcos habla sobre diversos aspectos: sobre las experiencias del movimiento
y sobre los modos de conocimiento, de comprensiones, de visiones del mun-
do y de lo que vendrá. El resto de los miembros del movimiento produce
materiales muy interesantes acerca de la marcha de los procesos. Marcos
produce teorías, intenta epistemologías, advierte acerca de aquello que im-
pide una cabal comprensión de estos mundos tan alejados del intelectual o
universitario medio. Marcos no usa un lenguaje académico pero tampoco el
viejo acervo militante de la izquierda. Sus discursos apelan a rememorar,
evocar, buscar en nuestros propios sufrimientos producidos por las injustas
y desiguales sociedades neoliberales, la comprensión del sureste mexicano.
En los últimos tiempos, el debate con los intelectuales universitarios y con
los medios de comunicación ocupa un lugar importante en sus escritos. Sos-
tiene: “Desmemoria y deshonestidad suelen campear (no siempre, es cierto)
en estos analistas de escritorio. Un día dicen una cosa y predicen algo, al
otro día ocurre lo contrario, pero el analista ha perdido la memoria y vuel-
ve a teorizar haciendo caso omiso de lo que dijo antes. No sólo; además es
deshonesto porque no se toma la molestia de respetar a sus lectores o es-
cuchas. Nunca dirá: ťayer dije esto y no ocurrió u ocurrió lo contrario, me
equivoquéť. Enganchado en el ‘hoy’ de los medios, el teórico de escritorio
aprovecha para ‘olvidar’. En la teoría, este académico produce el equivalente
a la comida chatarra del intelecto, es decir, no alimenta, sólo entretiene.
Otras veces, algún movimiento suple su espontaneísmo con el padrinazgo
teórico de la academia. La solución suele ser más perjudicial que la carencia.
Si la academia se equivoca, “olvida”; si el movimiento se equivoca, fracasa.
En ocasiones, la dirección de un movimiento busca una “coartada teórica”,
es decir, algo que avale y dé coherencia a su práctica, y acude a la academia
para surtirse de ella. En estos casos la teoría no es más que una apología
acrítica y con algo de retórica.
“Nosotros creemos que un movimiento debe producir su propia
reflexión teórica (ojo: no su apología). En ella puede incorporar lo que
es imposible en un teórico de escritorio, a saber, la práctica transformadora
de ese movimiento.
Nosotros preferimos escuchar y discutir con quienes analizan y
reflexionan teóricamente en y con movimientos u organizaciones, y
no fuera de ellos o, lo que es peor, a costa de esos movimientos. Sin
embargo, nos esforzamos por escuchar todas las voces, prestando atención
no en quién las habla, sino desde dónde se habla.
En nuestras reflexiones teóricas hablamos de lo que nosotros vemos como
tendencias, no hechos consumados ni inevitables. Tendencias que no sólo no
Universalismo pequeño N o3 • 127
registro de lecturas que nos inquietan y nos ubican en los espacios de nuevas
resistencias y nuevos pensamientos imbricados en ellas.
En estos nuevos conocimientos, surgidos de novedosos modos de partici-
par en los acontecimientos que nos rodean, están las claves para “pensar la
política” y por lo tanto seguir construyendo un “pensamiento crítico”. Los
jóvenes que lo acompañan en este libro en el capítulo “Conversaciones”, no
son militantes ni activistas “pre-formateados” en un discurso sino personas
pensantes, que dudan, que generan conceptos, que revisan pasados y cons-
truyen presente.
Bibliografía
Giarracca, Norma (2000) “Giddens y Bourdieu en Buenos Aires” en “Bo-
letín” Facultad de Ciencias Sociales de UBA.
Otros materiales
Discursos de Marcos en el Homenaje a Andrés Aubry, Diciembre de 2007 en:
www.ezln.og.mx
Universalismo pequeño N o3 • 129
Foto: Nino
130 • Imágenes
Foto: Nino
Universalismo pequeño N o3 • 131
1 - Manifiesto de VOCAL
26 de Agosto de 2007
Quienes integramos actualmente este espacio somos individu@s
autónomos, colectivos libertarios, espacios autogestivos, personas
antiautoritarias, organizaciones magonistas, colectivos zapatistas,
grupos anarquistas, barricaderos y barricaderas, e integrantes de
la APPO y algun@s integrantes de La Otra Campaña. Tod@s ac-
tivistas del movimiento social actual en Oaxaca.
Este espacio se plantea como una forma de conjuntar los esfuerzos autó-
nomos del pueblo de Oaxaca movilizado, los que participamos activamente
en el movimiento social formando parte o no de estructuras organizativas
como lo es la asamblea popular de los pueblos de Oaxaca (APPO) y que nos
preocupamos por mantener nuestro movimiento social fiel a sus principios,
autónomo e independiente de los partidos políticos y reivindicando la forma
asamblearia como la forma mas justa y armónica de llegar a entendernos,
autoorganizarnos y autogobernarnos, donde los acuerdos del pueblo no se
basen en la competencia de mayorías contra minorías, ni en otras formas de
imposición que comúnmente ejerce el poder de los de arriba, sino, en una
relación de respeto mutuo entre todas las partes del pueblo.
En este espacio luchamos por la construcción, fortalecimiento y enlace de
autonomías, pues, consideramos a la autonomía de los pueblos, grupos, co-
lectivos, individuos, organizaciones y demás, como una alternativa real de
oposición al sistema de gobierno autoritario actual. La autonomía, como pro-
ceso de construcción de otras realidades que muestren que hay otro modo
de cambiar las cosas desde la raíz en donde los pueblos decidan sus propias
formas y modos de vida y no desde las instituciones de poder que sólo re-
forman los espacios opresivos y represivos como los partidos políticos que
producen tiran@s, caciques y autoritarismo en las personas que acceden a
ellos por medio de puestos de autoridad. Es por ello que los trabajos de este
espacio no se ven limitados a los tiempos electorales, pues con ellos o sin
137
138 • Anexo
Fuente: http://vocal.lahaine.org/articulo.php?p=14&more=1&c
Fuente: http://vocal.lahaine.org/articulo.php?p=15&more=1&c=1
Se terminó de imprimir en Udaondo 2646, Lanús, Pcia. de Buenos Aires en
julio de 2007.
Dice Gustavo Esteva “De junio a octubre de 2006 no hubo policía alguno en la ciudad de Oaxaca, de 600.000
habitantes, ni siquiera para regular el tráfico de vehículos. El gobernador y sus funcionarios se reunían
secretamente en hoteles o casas particulares, porque no podían acudir a sus oficinas: la Asamblea Popular de
los Pueblos de Oaxaca (APPO) había instalado plantones permanentes en todos los edificios públicos y las
estaciones de radio y televisión públicas y privadas que controlaba. Algunos analistas empezaron a hablar de
la Comuna de Oaxaca, en alusión a la de París de 1871. Sonriendo, los oaxaqueños comentaron: `Sí, pero la
Comuna de París sólo duró 50 días y nosotros llevamos más de cien´.
Este libro desea contribuir a la comprensión de este acontecimiento latinoamericano que se conecta con
muchos otros que hace dos décadas recorren nuestros territorios y que nos desafían a pensar la política.
El Grupo de Estudios de Movimientos Sociales de América Latina (GEMSAL) fue creado con la finalidad de
incluir en nuestro horizonte de conocimientos a toda América Latina. Lo hacemos “desde abajo y por abajo”
desde las poblaciones en resistencia que poco a poco están transformando los viejos escenarios de los
noventa del pasado siglo. De entrada lo propusimos como un lugar de innovación y de creatividad en los
modos de conocer. Un lugar marcado por nuestras historias como investigadores de las Ciencias Sociales pero
que se abre a otras propuestas que nos brindan el arte y las humanidades.
Wn@MW@nMZvt@MFvMv
W n@W@nZ vt@Fvv