Leyenda Del Origen Del Lago de Atitlan
Leyenda Del Origen Del Lago de Atitlan
Leyenda Del Origen Del Lago de Atitlan
de fruto al instante. Erguida hasta la arrogancia, saludable y en ademn de invitar a la cata del fruto prohibido. Dijeron que haba llegado en barco sin que pudiera afirmarse que lo vieron arribar en playa o puerto alguno. Corran los tiempos de la Inquisicin y su temible brazo castigador consegua vadear las aguas del Atlntico sin perder nada de su lava destructora, cuando la mujer ms hermosa a la que accediera mirada humana se present bajo el nombre de Tatuana. Apenas transcurridos unos meses, y sin que tampoco nadie pudiera explicar de dnde salieran los dineros, mont casa. Y era casa de postn y mucha juerga por la que no hubo hombre maduro ni joven que no se dejara caer , cuando menos, alguna nochecita. El tiempo pasaba y los adoquines se embriagaban noche y da de chillones atuendos coronados por generosos escotes. Todos saban y callaban, hasta que lleg el da en que la Tatuana celebraba fiesta de aniversario de la feliz inauguracin de su casa cuando con mandado de la Inquisicin vinieron a buscarla y a prenderla. Y de qu se me acusa quiso saber. La respuesta slo lleg tras varios das de encierro al conducirla ante el Tribunal . Se le acusaba de bruja por haber hechizado a todos los hombre s de la localidad, amn de muchos extranjeros de paso. No tuvo defensa ni tortura pues la condena fue inmediata: morira quemada viva. La Tatuana, an esplndidamente ataviada de fiesta en la vspera de su ajusticiamiento, mir desde lo ms profundo de sus negros ojos a los de su carcelero y le rog que le concediera un ltimo deseo: un carbn para dibujar. Por la maana vinieron a buscarla para conducirla hasta la pira. En uno de los muros, con trazo firme y algo infantil, se vea navegando y alejndose un velero como el que decan que la haba trado alas costas de Amrica, el catre an caliente y la celda vaca. El Carreton de la Muerte Llegada la media noche, muchas personas del Centro Histrico escuchan el roce de las ruedas de una carreta con el suelo. Hay quienes aseguran han odo hasta relinchar a los caballos.Cuando la curiosidad hace que las personas vayan a ver, no ven nada, aunque escuchan y hay quienes dicen sienten un aire extrao que pasa sobre sus cabezas porque este carretn no roza el piso sino que vuela... La gente prefiere quedarse en su casa y solo escucharlo pasar porque dicen que en ese carretn nos iremos todos, el dia que la muerte decida trasladarnos al mas all. El Cadejo o Cadejos La leyenda del cadejo o cadejos est presente en casi todo centroamrica, se trata de un perro enorme de color blanco y ojos rojos que protege a los hombres cuando llegan a altas horas de la noche, sin embargo el cadejo tiene un enemigo,
el cadejo negro, un ser diablico que ataca y mata a las personas de dudosa moral, cuando ambos el espritu protector y el diablico se encuentran comienza entre ambos una lucha a muerte que normalmente da tiempo a la persona a huir. El cadejo blanco como protector acompaa al hombre que trasnocha hasta su casa lo hace muchas veces desde las sombras y sin dejarse ver, normalmente se siente como un presencia que no puedes localizar. Su finalidad es defender al borracho o trasnochador del cadejo negro El cadejo negro dependiendo de la cultura que enfoca la leyenda puede tener dos fines, matar a las personas de dudosa moral a las que no puede defender el cadejo blanco siempre a altas horas de la noche, o simplemente golpearle y aplastarle, en ambas creencias el cadejo nunca muerde (salvo en su lucha con el cadejo blanco) y causa el dao golpeando y aplastando, debido a su gran tamao deja al hombre al que ataca como si hubiera recibido una paliza. - Guatemala Segn las leyendas en Guatemala, es un animal fantsmagrico que aparece en suelo guatemalteco. La versin ms conocida de este animal es la de forma de un perro de color negro y ojos rojos que pareciera tienen fuego. Se cree que cuida a aquellos que se embriagan y deambulan por las noches ayudndoles a encontrar el camino a casa o bien durmiendo cerca de ellos para evitar les roben o daen. Las otras versiones refieren que este ser tiene dualidad, el negro y blanco, este ltimo cuida de mujeres en el mismo estado fsico, sin embargo stos son rivales y no pierden oportunidad de agredirse, aunque se narra que se han unido para salvaguardar a sus protegidos de otro espectro como La Llorona, Siguanaba o de algn maleante. Tambin este personaje tiene su resonancia precolombina maya en un espectro bienechor guardin de los caminos. Panico en la carretera El seor J.L. Gmez trabaja para una importante compaa fabricantes de productos populares. Su labor consiste en colocar la mercanca en las tiendas del interior, razn por la cual, realiza constantes viajes por todas las carreteras del pas. El da Lunes 26 de Junio de 1969, como de costumbre aunque retrasado en esa oportunidad, sali a las cuatro de la tarde rumbo a la costa sur. Se detuvo a comer en un restaurant al lado de la carretera. Tom de nuevo el volante y por fin lleg a Retalhuleu. El descanso fue agradable. Bebi un vaso de agua e hizo revisar el aire y el aceite. Eran casi las diez y media de la noche, cuando se dispuso a tomar el ltimo trayecto del camino. Senta un raro presentimiento. Nunca le haba sucedido algo parecido y sin embargo no le dio importancia y parti. Quizs haba recorrido unos 15 kilmetros cuando tuvo problemas con la mquina. Fallaba constantemente y se detena por momentos. Era muy raro en un coche de modelo reciente, que adems era revisado con regularidad. Pareca faltarle la corriente en alguna parte, las luces se apagaban. El temor de quedar varado en el camino a esas horas, se manifestaba en el seor
Gmez. Por prevencin detuvo completamente el auto y trat de averiguar la causa de la falla. El cielo estaba limpio y las estrellas fulguraban en forma imponente. Era una figura alta que vena en zig-zag. Ante el temor de ser atacado sorpresivamente, encendi los faros del auto y as pudo ver aunque brevemente la forma exacta de aquel hombre. La luz se apago bruscamente. Sin saber por qu el miedo lo sobrecogi. Cerr los vidrios sin tardanza y esper que algo ocurriera. No sabe exactamente si l lo pens o alguien se lo dijo, pero una idea surgi en su mente. El carro no estaba malo, la falla era debida a un enorme campo de energa y pronto desaparecer . Despus de esto pudo observar que a travs de la maleza, se escurra aquella extraa figura. No haban transcurrido ni dos minutos, cuando un penetrante silbido agudo se hizo presente. Una luz clarsima e instantnea surgi y l solo pudo ver las sombras proyectadas por ella. Se movi rpidamente y parti rumbo al sur. Por la ventanilla pudo observar como un punto luminoso desapareca en el firmamento. LA OVEJA NEGRA En un lejano pas existi hace muchos aos una Oveja negra. Fue fusilada. Un siglo despus, el rebao arrepentido le levant una estatua ecuestre que qued muy bien en el parque. As, en lo sucesivo, cada vez que aparecan ovejas negras eran rpidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse tambin en la escultura. TITO MONTERROSO
EL ESPEJO QUE NO PODA DORMIR Haba una vez un espejo de mano que cuando se quedaba solo y nadie se vea en l se senta de lo peor, como que no exista, y quiz tena razn; pero los otros espejos se burlaban de l, y cuando por las noches los guardaban en el mismo cajn del tocador dorman a pierna suelta satisfechos, ajenos a la preocupacin del neurtico. TITO MONTERROSO EL BURRO Y LA FLAUTA Tirada en el campo estaba desde haca tiempo una Flauta que ya nadie tocaba, hasta que un da un Burro que paseaba por ah resopl fuerte sobre ella hacindola producir el sonido ms dulce de su vida, es decir, de la vida del Burro y de la Flauta. Incapaces de comprender lo que haba pasado, pues la racionalidad no era su fuerte y ambos crean en la racionalidad, se separaron presurosos, avergonzados de lo mejor que el uno y el otro haban hecho durante su triste existencia. TITO MONTERROSO
EL PARASO IMPERFECTO Es cierto dijo mecnicamente el hombre, sin quitar la vista de las llamas que ardan en la chimenea aquella noche de invierno; en el Paraso hay amigos, msica, algunos libros; lo nico malo de irse al Cielo es que all el cielo no se ve. TITO MONTERROSO EL FABULISTA Y SUS CRTICOS En la Selva viva hace mucho tiempo un Fabulista cuyos criticados se reunieron un da y lo visitaron para quejarse de l (fingiendo alegremente que no hablaban por ellos sino por otros), sobre la base de que sus crticas no nacan de la buena intencin sino del odio. Como l estuvo de acuerdo, ellos se retiraron corridos, como la vez que la Cigarra se decidi y dijo a la Hormiga todo lo que tena que decirle. TITO MONTERROSO
EL ECLIPSE Cuando Fray Bartolom Arrazola se sinti perdido acepto que ya nada podra salvarlos. La selva poderosa de Guatemala lo haba opresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topogrfica se sent con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir all, sin ninguna esperanza, aislado con el pensamiento fijo en la Espaa distante, particularmente en el convento de Los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora. Al despertar se encontr rodeado por un grupo de indgenas de rostro impasible que se disponan a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolom le pareci como el lecho en que descansara, al fin, de sus temores, de su destino, de si mismo. Tres aos en el pas le haban conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intento algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas. Entonces floreci en el una idea que tuvo por digna de su talento y de si cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristteles. Record que para ese da se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo mas intimo, valerse de ese conocimiento para engaar a sus opresores y salvar la vida. -Si me matis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.
Los indgenas lo miraron fijamente y Bartolom sorprendi la incredulidad en sus ojos. Vio que se produjo un pequeo consejo, y espero confiado, no sin cierto desdn. Dos horas despus el corazn de fray Bartolom Arrazola chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras uno de los indgenas recitaba sin ninguna inflexin de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se produciran eclipses solares y lunares, que los astrnomos de la comunidad maya haban previsto y anotado en sus cdices sin la valiosa ayuda de Aristteles. TITO MONTERROSO
La Rana que quera ser una rana autntica Haba una vez una Rana que quera ser una Rana autntica, y todos los das se esforzaba en ello. Al principio se compr un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces pareca encontrarla y otras no, segn el humor de ese da o de la hora, hasta que se cans de esto y guard el espejo en un bal. Por fin pens que la nica forma de conocer su propio valor estaba en la opinin de la gente, y comenz a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los dems la aprobaban y reconocan que era una Rana autntica. Un da observ que lo que ms admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedic a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y senta que todos la aplaudan. Y as segua haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana autntica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las coman, y ella todava alcanzaba a or con amargura cuando decan que qu buena Rana, que pareca Pollo. TITO MONTERROSO El Rayo que cay dos veces en el mismo sitio Hubo una vez un Rayo que cay dos veces en el mismo sitio; pero encontr que ya la primera haba hecho suficiente dao, que ya no era necesario, y se deprimi mucho. TITO MONTERROSO Te conozco, Mascarita El humor la timidez generalmente se dan juntos. T no eres una excepcin. El humor es una mscara y la timidez otra. No dejes que te quiten las dos al mismo tiempo.
Nulla dies sine linea Envejezco mal -dijo; y se muri. La fe y las montaas Al principio la Fe mova montaas slo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permaneca igual a s mismo durante milenios. Pero cuando la Fe comenz a propagarse y a la gente le pareci divertida la idea de mover montaas, stas no hacan sino cambiar de sitio, y cada vez era ms difcil encontrarlas en el lugar en que uno las haba dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba ms dificultades que las que resolva. La buena gente prefiri entonces abandonar la Fe y ahora las montaas permanecen por lo general en su sitio. Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligersimo atisbo de fe. Historia fantstica Contar la historia del da en que el fin del mundo se suspendi por mal tiempo. Nube La nube de verano es pasajera, as como las grandes pasiones son nubes de verano, o de invierno, segn el caso. Caballo imaginando a Dios "A pesar de lo que digan, la idea de un cielo habitado por Caballos y presidido por un Dios con figura equina repugna al buen gusto y a la lgica ms elemental, razonaba los otros das el caballo. Todo el mundo sabe -continuaba en su razonamiento- que si los Caballos furamos capaces de imaginar a Dios lo imaginaramos en forma de Jinete." Dejar de ser mono EL espritu de investigacin no tiene lmites. En los Estados Unidos y en Europa han descubierto a ltimas fechas que existe una especie de monos hispanoamericanos capaces de expresarse por escrito, rplicas quiz del mono diligente que a fuerza de teclear una mquina termina por escribir de nuevo, azarosamente, los sonetos de Shakespeare. Tal cosa, como es natural, llena estas buenas gentes de asombro, y no falta quien traduzca nuestros libros, ni, mucho menos, ociosos que los compren, como antes compraban las cabecitas reducidas de los jbaros. Hace ms de cuatro siglos que fray Bartolom de las Casas pudo convencer a los europeos de que ramos humanos y de que tenamos un alma porque nos reamos; ahora quieren convencerse de lo mismo porque escribimos. Leyenda del origen del lago de Atitlan Los orgenes del Lago de Atitln son de hace mucho tiempo cuando los cakchiqueles dieron muerte a saetazos a Tolgom: se marcharon ms all del lugar
de Qakbatzul y arrojaron a la laguna los pedazos de Tolgom. Desde entonces es famosa la punta del cerro del lanzamiento de Tolgom. Enseguida dijeron: Vamos adentro de la laguna. Pasaron ordenadamente y sintieron todos mucho miedo cuando se agit la superficie del agua.De all se dirigieron a los lugares llamados Panpat y Payn Chocol, practicando sus artes de hechicera. All encontraron nueve zapotes en el lugar de Chitulul. A continuacin comenzaron a cruzar el lago todos los guerreros yendo por ltimo Gagavitz y su hermana llamada Chetehauh. Hicieron alto y construyeron sus casas en la punta llamada actualmente Qabouil Abah. Enseguida se march Gagavitz; fue realmente terrible cuando lo vieron arrojarse al agua y convertirse en la serpiente emplumada. Al instante se obscurecieron las aguas, luego se levant un viento norte y se form un remolino en el agua que acab de agitar la superficie del lago. Los poblados mencionados han de haber estado en la parte noroeste del lago, mientras que lo siguiente pudo haber sucedido cercano al actual Santiago Atitln: All deseaban quedarse las siete tribus, queran ver la ruina del poder de los zutujiles. Cuando aquellos bajaron a la orilla del agua y se detuvieron all, les dijeron a los descendientes de los Atziquinahay: Acaba de agitarse la superficie de nuestra laguna, nuestro mar oh hermano nuestro! Que sea para ti la mitad del lago y para ti una parte de sus frutos, los patos, los cangrejos, los pescados, les dijeron. Y despus de consultar entre s, contestaron: Est bien, hermano. La mitad de la laguna es tuya, tuya ser la mitad de los frutos, los patos, cangrejos y pescados, la mitad de las espadaas y las caas verdes. Y as tambin juntar la gente todo lo que mate entre las espadaas. Los penitentes de la recoleccion Todos los das a los doce de la noche, los vecinos del Barrio de La Recoleccin escuchan pasos de encadenados. Son penitentes fantasmas que quieren librarse de sus culpas. Cuando los han visto no solo van encadenados sino con capuchones antiguos. Algunos se flagelan. Son animas por las cuales las viejitas dicen hay que rezar. Verlos atemoriza pero tambin produce pena y compasin porque a nadie le gustara estar eternamente encadenado a sus malas acciones. Leyenda de la Llorona tambin llego a la Villa de la Asuncin de las Aguas Calientes. Este personaje de leyenda, cuya presencia atemoriza no solamente a los nios, sino tambin a las persona mayores, es conocido de Sonora a Yucatn. En nuestra tierra, la fbula cuenta que una mujer de sociedad, joven y bella, caso con un hombre mayor, bueno, responsable y carioso, que la consenta como una nia, su nico defecto... que no tenia fortuna.
Pero ella, tendenciosa y fra , vea como se los iba llevando la corriente, haciendo gorgoritos el agua, hasta quedarse quieta. A sus hijos se los llevo la corriente, en ese momento ya estaran muertos . Como autmata se retiro de el lugar, tomo el carruaje, sali como "alma que lleva el diablo ", pero los remordimientos la hicieron regresar al lugar del crimen. Era intil las criaturas haban pasado a mejor vida. Cuando se dio cuenta de lo que haba hecho, se tiro ella tambin al ro y pronto se pudieron ver cuatro cadveres de nios y el de una mujer que flotaban en el ro. Dice la leyenda que a partir de esa fecha, a las doce de la noche, la seora Marisa venia de ultratumba a llorar su desgracia: sala del cementerio (en donde les dieron cristiana sepultura) y cruzaba la ciudad en un carruaje, dando alaridos y gritando Aaaaay mis hijos Donde estarn mis hijos y as hasta llegar al ro de los pirules en donde desapareca. Todas las personas que la vean pasar a medianoche por las calles se santiguaban con reverencia al escuchar sus gemidos y gritos. Juraban que con la luz de la luna vean su carruaje que conduca una dama de negro que con alaridos buscaba a sus hijos.