Liberalismo Versus Marxismo
Liberalismo Versus Marxismo
Liberalismo Versus Marxismo
Los antecedentes del marxismo también se encuentra en Grecia y, por qué no, también
la misma Oración Fúnebre: Hay un Marx jóven que es un libertario con todas las letras.
Propone una severa crítica del sistema social reinante y produce un giro que en filosofía
aún da mucho de que hablar, es la idea de que lo que se debe es transformar el mundo y
no sólo interpretarlo.
Son dos momentos cruciales en los cuales se forma la idea y el proyecto de autonomía
individual y social: En Grecia, cuando se inventa en un mismo acto histórico, la política,
la filosofía y la democracia. En Europa, cuando más de quince siglos después resurgen
nuevamente estas tres creaciones humanas con la aparición de las primeras ciudades y
luego con el humanismo, el renacimiento, la ilustración, etc. En ambos modelos la
inspiración inicial es la libertad, la idea de autonomía social e individual.
Dos pasos distantes en el tiempo pero que avanzan hacia el proyecto de la libertad
humana, destronando a la teología como determinante de la vida, la sociedad y la
historia. Son momentos cruciales para entender el “proyecto humano” como
consecuencia de lo humano, sin más.
Sin embargo, tanto el proyecto liberal como el marxista son hijos de su tiempo y, como
tales, se anclan nuevamente, esta vez en la ciencia y la razón. Antes, lo social se fundó
en la mitología y la religión. El giro determinista y cartesiano-positivista consiste en que
se supera lo mítico-religioso y se mira a la razón y su hija la ciencia como la nueva
fuente de todo. Es una revolución enorme. Ya no es Dios quien explica, es la Ciencia y
la Razón. Desafortunadamente, el hombre no logra salir del “delirio de la cohesión
absoluta” y ambos proyectos se anclan nuevamente ahora en el paradigma cartesiano-
positivista, que termina comandando este esfuerzo humano por entender, explicar y
también transformar y constituir la sociedad. Este anclaje es otra racionalización
deformante y negadora del proyecto inicial de autonomía. Intentaremos mostrar por qué.
a. El giro liberal
Los presupuestos básicos del capitalismo liberal son bien conocidos: el racionalismo
como fuente de conocimiento y dominio. Luego está la idea ingenua del progreso lineal,
y, finalmente, el predominio de lo económico y el cálculo en la conformación de todo lo
social. La compatibilidad de estos presupuestos con el modelo cartesiano-positivista es
obvia.
¿Qué clase de individuo y sociedad puede surgir de tal modelo liberal? Pues un
individuo que va a vivir para la maximización del consumo, el poder y el prestigio, una
sociedad patológicamente convencida de que el único objeto de la ciencia y la técnica es
la expansión ilimitada del dominio racional. Una sociedad donde la cooperación sólo
cobra sentido desde un punto de vista utilitario. Una sociedad donde el propósito de la
política termina siendo solamente el problema de la obtención y mantenimiento del
poder y se ha perdido la esencia de lo política que es el cuestionamiento permanente de
las instituciones.
b. El giro marxista
Aparte de esta falla “de origen” propia del determinismo original de Marx, hay que
añadir los argumentos que lo igualan al proyecto liberal. Parte esencial de los
presupuestos básicos del marxismo es la creencia de que el desarrollo de las fuerzas
productivas es el determinante de la evolución social, hay aquí al igual que en el
liberalismo una creencia ingenua en el crecimiento y la evolución lineal, hay también
una pura racionalización de la realidad, el modelo se impone a la sociedad y es, de
hecho, un modelo aún más centrado en lo económico: racionalidad, progreso y
centramiento en lo económico. Los tres vicios liberales, repetidos ahora con otro guión.
1
Edgar Morin, Introducción al pensamiento complejo, Editorial Gedisa, 1990, España. Pág. 88
2.1. El reduccionismo
El pensamiento liberal presume un sujeto cartesiano, separado del objeto social que
pretende comprender e intenta someter al individuo y la sociedad a su estrecho
esquema: el homo economicus. Se olvida e ignora que aunque “El hombre es un ser
evidentemente biológico. Es, al mismo tiempo, un ser evidentemente cultural, meta-
biológico y que vive en un universo de lenguaje, de ideas y de conciencia.” 3 Entonces,
como explica Morin, estudia al “hombre biológico” en el departamento de biología y al
“hombre cultural” en los de ciencias sociales. El “hombre económico”, a su vez, tiene
su departamento. Separación útil pero que se desquicia al no volver sobre el todo, lo
múltiple y lo complejo de la realidad humana vista en su totalidad.
Marx produce un discurso más complejo y destaca las relaciones sociales de producción
pero en lugar de continuar apreciando la complejidad del conjunto social, pretende
explicarlo todo a partir de estas relaciones sociales de producción: son la infraestructura
a partir de la cual se conforma la superestructura social, etc. Nuevamente, aquí se
racionaliza y no se razona y se reduce el complejo social a una sola de sus
manifestaciones.
Marx quiere la libertad para el sujeto, pero a la vez el sólo ve el sujeto social, perdiendo
la individualidad en el camino.
Es este sentido recordamos la postura del Profesor Morin que entiende la libertad como
una relación compleja de autonomía/dependencia. En la postura del profesor Morin no
se trata de la “libertad absoluta”, el sujeto es autónomo siendo dependiente y viceversa.
El individuo será individuo en la medida en que, a la vez y sólo gracias a que también,
es social, pues tiene un lenguaje, saberes y cultura que le ha instalado su sociedad.
Porque como individuo sólo jamás habría sobrevivido ni alcanzado a ser un “ser
2
Ibídem. Pág. 89
3
Ibídem, Pág. 89
4
Ibídem. Pág. 96
5
Ibídem. Pág. 97
humano”. Aprende a partir de su ser social a razonar de manera autónoma, a reflexionar
de forma autónoma. Es autonomía nutrida de dependencia.
Así pues, no hay autonomía en los modelos liberal y marxista. No puede haberla como
consecuencia de su propio sesgo filosófico. La falla no es banal ni secundaria, porque
sin autonomía no es posible hablar de seres humanos.
Los modelos que criticamos, ambos, han perdido el camino de la racionalidad, porque
no intentan dialogar, se niegan a establecer “un comercio incesante con el mundo
empírico, el único corrector del delirio lógico.” Ambos han caído en el “delirio de la
coherencia absoluta.” 7
6
Ibídem. Pág.101
7
Ibídem. Pág. 104
2.5. Liberalismo y Marxismo: La ausencia de los tres principios de Edgar Morin
para pensar la complejidad
a. Principio Dialógico
Pues bien, sostenemos que los principios básicos de los modelos que estudiamos en este
ejercicio, ambos, pecan de ignorar la dialógica propia de la sociedad, porque en esencia
su determinismo les hizo perder el camino. Pretenden un hombre y una sociedad que no
existe sino en su modelaje y su delirio patológico consiste en pretender imponerse a la
realidad. Construyen sus definiciones “por las fronteras”, sin percatarse de que “las
fronteras son siempre borrosas.” 8
Este principio trasciende el reduccionismo “que no ve más que las partes, y al holismo
que no ve más que el todo.” 9 La parte está en el todo y el todo está en la parte. No
comprender esto inmoviliza el espíritu lineal propio del pensamiento liberal y marxista,
y, de hecho, hace explotar a ambos.
8
Ibídem. Pág. 105
9
Ibídem. Pág. 107
La sociedad no es solamente un mundo de objetos, estos no pueden entenderse sino en
sus relaciones y, en efecto, se trata de un mundo de redes. Estas redes dan lugar a
organizaciones muy particulares, capaces de auto-organización y esta no es un
fenómeno simple sino complejo, tampoco es simplificable, sino que es expresión de la
creación y de emergencias. La auto-organización es una expresión de la creación y
requiere la libertad como requisito pre-metodológico. Queremos decir que el hombre
sólo podrá avanzar en su proyecto de autonomía y libertad aprendiendo a superar los
defectos de su libertad a partir de su misma libertad, siempre perfectible pero siempre
imperfecta. Sólo se mejora la libertad ejerciéndola. Cualquier sistema de ideas que
proponga o conduzca a otra cosa fracasará y pondrá en peligro el proyecto humano de
subsistencia.