Alberto Ninaski
Alberto Ninaski
Alberto Ninaski
Me lo dijo con la seguridad exacta con que se seala la hora en el reloj de la pared. No te miento si te digo que dud cuando se explay a la mitad del su relato, como si algn ente extrao lo habitara y hablara por l. Entonces empec a afilar el odo y qued conmovido cuando hubo terminado aquella inverosmil historia. Resulta que fui cavilando con aquella ltima cosa que se desliz grave de sus labios: maana, a la hora nona, todos morirn la humanidad deber de enfrentar su fin blablabl morirn!, as estuve con esto, definitivamente no era ya el mismo de siempre, me embargaba una sensacin parecida a la revelacin mstica de los santos de la iglesia. Esta premonicin lanzada de esta manera, tan grave a la vez, desde el convencimiento fantico de aquella alma particular, me introdujo al mundo extrao de la gran conspiracin de acuario Han pasado dos, o tres horas no estoy muy seguro. He logrado atar algunos cabos. Me convenzo a cada instante de lo verdico de esta confesin. Este individuo acaso dice la verdad?. He hallado dos libros antiguos que reafirman este progresivo convencimiento. Estoy seguro de que algo extraordinario ocurrir maana. ambos volmenes, en la parte introductoria, hacen mencin a una antigua oracin del siglo XII, donde se especifica la presencia del mal como una entidad abstracta, concretizada en un conjunto de fenmenos que han de suceder en este siglo, acaso se refiera a las plagas bblicas? En ella tambin anticipa la presencia del profeta Rem en estos tiempos, y que sera escuchado por un hombre sensato y juicioso de nombre seor X. Coincidenmente es el seudnimo de mi Facebook, - acaso soy yo aquel que deber de tomar la responsabilidad de salvar a la humanidad de la debacle?- Ya no me queda duda. el primer libro que me ilumina sobre estas cosas, lleva el sugerente nombre de Libro de la Cancula del Da ltimo cuyo autor es el monje tibetano
Mayya Sansho, fallecido en el ao 1883. En su parte inicial, el libro sugiere, a modo de advertencia, que no se crea nada de estas anticipaciones, si no se tiene el convencimiento firme de las cosas de la luz que han de leerse, as lo entend. y con premura me aventur en contra del tiempo a entender el mensaje de aquel extrasimo libro venido a m. El segundo libro lo hall por sola fe en mi intuicin, y fue de mayor utilidad para el propsito que deseaba entender. este libro result ser una suerte de sntesis de la poesa levogentica del poeta peruano Alberto Zurita, muerto en La Revolucin de los Intelectuales de Febrero. Tom de aqul, mi programa de propaganda y de bsqueda del ltimo profeta. El libro se titulaba Teorema del empeo y la arquitectura de la lengua; y fue el segundo libro ledo con premura y gozo en medio de la agitacin de la ciudad y sus gentes Habran de sentir la hora prxima de la gran tribulacin? Mi corazn se turbaba y a la vez experimentaba un elevado excitamiento. Tremenda responsabilidad confiada, y yo solo!... Se anticip la tarde, dejndome dolido por las muchas cosas que dej de hacer. Dej atrs el pasado con dolor, record a mi familia en casa; me traicionaba el inconsciente y el afecto por las cosas materiales, pero triunf. A la hora en que el sol se esconde definitivamente tras los cerros grises de la ciudad, dejando entrever solamente el largo espectro de cobre ardiente, decid hacer el ltimo de las proclamas en la puerta de la catedral. Saqu el libro que condenaba al dios Jehov de los Ejrcitos. y fue tal mi grado de mpetu al momento en que lanzaba estas proclamas que me vi, de sbito, rodeado por todas partes por decenas de fieles, hombres y mujeres, de este dios que se resista a mi palabra. Alc la voz sin lmites y la gente me oy, y evoqu las escrituras del monje cuando profetizaba en el templo budista: y cort su voz en frente de la gente inicua que quera pegarle, mas el poder de su palabra hizo detenerlos divinamente a fin de que el nima los poseyera y le escuchasen hasta que hubo de concluir con una exaltacin del
corazn y luego el desmayo divino le sobrevendra en nombre de lo santo antes del final, y como eso fuere escrito, se cumpli. me desvanec, y pronto lleg el auxilio en forma de ngeles blanqusimos, mientras iban hablndome al odo cosas que no entenda, pero que placan a mis sentidos y el alma se dejaba vencer primorosamente . Todo concordaba a la perfeccin, la era acuariana haba de implantarse y yo era su mesas. Ahora ya estoy en el lugar de siempre, auscultado por seres de otro sistema. confiables doctores nveos con credenciales del cielo. creo he cometido mi propsito estoy reconfortado. el poeta me lo explic en secreto, cuando aada esfuerzos en entender sus poemas all tambin us la intuicin. La noche todava no ha de irse, me sujetan con majestad hombres difanos que logran arrebatarme la cordura en este carro alado. Creo en la palabra del hombre, y su verbo trasunta hiperbolizado aqu junto a m, apretndome contra el suelo metlico. debo sufrir para estas gentes como cristo en el Glgota y mi cancin no te toca Al da siguiente apunt cada acontecimiento nuevo. Las plegarias de la noche anterior me adiestraron para resistir la ira del seor Muahaha: benvolo y protector de mi alma. Camin por estos territorios novsimos. Mis ojos se alegraban y senta que la hora nona haba llegado antes de probar lo amargo de su venganza. Y estaba aqu, sublimado por el paraso terrenal y presto a dialogar con anglicos seres que me rehuan por algn halo novedoso adquirido como derecho de entrada en este mundo hermoso. Comienzo aqu mis apuntes sobre lo ms particular que vi: (se deduce que el Profeta X, escribi esta parte del relato con su lpiz crayn nmero 12, y que por efecto del tiempo- espacio, se haya desmejorado su contenido casi de manera total, a tal punto de perderse definitivamente. Logramos , sin embargo, reconstruir pequeas escenas que
explicaran el desenlace de la historia) Cinco hombres vestidos con hbitos blancos aplicaban unas inyecciones de hidromiel a cuanta alma se retorca de felicidad en la yerba. Treinta mujeres resplandecientes bajando por las escalinatas con muecas esplndidas todas tenan la particularidad de aferrarse a un objeto mstico que ms parecan muecas Barbie, peluches, cubos de criquet envueltos en medias de nailon, esferas de cal y nix, pastillas fosforescentes, y dems bendiciones sacadas de la casa blanca desde donde emergan Pens en el sufrimiento de las primeras horas del castigo, y cmo haban de salvarme del perjuicio estos ngeles, pero ya estaba librado de todos los recuerdos aunque la profeca de Rem no se haba completado del todo, y yo no haba de encontrar al ltimo profeta en ningn lado de estas regiones, me reconfort con la hospitalidad primorosa con que me trataban Una vez a la semana me transferan energa elctrica con ctodos supremos del dios segador. Mi cuerpo trascenda y nublaba mis recuerdos pecaminosos: una vez a la semana me entenda con el universo todo, y recordaba con lgrimas en los ojos, las sabias enseanzas del poeta Alberto Zurita: dame tu fuerza Pegaso! Saoriiiiiiiiiiiiiiiiii!.