Weiner Jennifer - Bueno en La Cama

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Para mi familia



- 3 -
NDICE
PRIMERA PARTE: Bueno en la cama ............................... 5
Captulo 1 ........................................................................ 6
Captulo 2 .......................................................................22
Captulo 3 .......................................................................30
Captulo 4 .......................................................................39
SEGUNDA PARTE: Recapacitando .................................70
Captulo 5 .......................................................................71
Captulo 6 .......................................................................77
Captulo 7 .......................................................................90
Captulo 8 .......................................................................98
Captulo 9 ..................................................................... 121
TERCERA PARTE: Voy a nadar ..................................... 133
Captulo 10 ................................................................... 134
Captulo 11 ................................................................... 153
Captulo 12 ................................................................... 162
Captulo 13 ................................................................... 174
Captulo 14 ................................................................... 182
CUARTA PARTE: Suzie Lightning ................................ 190
Captulo 15 ................................................................... 191
Captulo 16 ................................................................... 213
Captulo 17 ................................................................... 229
QUINTA PARTE: Joy....................................................... 239
Captulo 18 ................................................................... 240
Captulo 18 ................................................................... 241
Captulo 19 ................................................................... 258
Captulo 20 ................................................................... 281
AGRADECIMIENTOS ............................................................ 288
UNA CONVERSACIN CON JENNIFER WEINER .................... 289
NOTA DE LA AUTORA ......................................................... 297
RESEA BIBLIOGRFICA ............................................. 298


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Qu triste es el hogar. Queda como lo dejamos,
dispuesto al gusto de los ltimos en irse,
como conjurndolos a volver. En vez de eso,
sin nadie a quien gustar, languidece
sin nimos para prescindir de lo que se llevaron
y retornar a como era todo, jubilosa
visin de cmo deberan ser las cosas
ahora desaparecidas hace tiempo.
Puedes ver ahora cmo era todo:
mira esos cuadros, esos enseres, la partitura
sobre el taburete del piano. Ese jarrn.
PHILIP LARKIN

El amor no tiene nada, nada, nada que ver
con lo que dicen que es.
LIZ PHAIR



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PRIMERA PARTE:
Bueno en la cama

JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Captulo 1
Lo has visto? pregunt Samantha.
Me acerqu ms al ordenador para que mi directora no se enterara de que era
una llamada personal.
Visto qu?
Oh, nada. Da igual. Ya hablaremos cuando llegues a casa.
Visto qu? pregunt de nuevo.
Nada repiti Samantha.
Samantha, nunca me has llamado por nada en pleno da. Venga, escupe.
Samantha suspir.
De acuerdo, pero recuerda: no dispares al mensajero.
Ahora ya estaba empezando a preocuparme.
Moxie. El ltimo nmero. Tienes que ir a comprarlo ahora mismo, Cannie.
Por qu? Qu ocurre? Han descubierto que soy una hortera?
Baja al vestbulo y cmpralo. Esperar.
Esto era importante. Samantha, adems de mi mejor amiga, era socia de Lewis,
Dommel y Fenick. Samantha haca esperar a la gente, o su ayudante les deca que
estaba reunida. Samantha no esperaba. Es una seal de debilidad, me haba dicho.
Not que una punzada de angustia recorra mi espina dorsal.
Baj en ascensor al vestbulo del Philadelphia Examiner, salud al guardia de
seguridad y me acerqu al pequeo quiosco, donde encontr Moxie al lado de sus
publicaciones hermanas, Cosmo, Glamour y Mademoiselle. Era difcil no verla, con la
supermodelo en lentejuelas bajo un titular que proclamaba Crrete otra vez: cmo
llegar al multiorgasmo con facilidad! y Ano-tstico! Cuatro Butt Blasters
1
para
ponerte el trasero en forma! Tras un rpido minuto de deliberacin, agarr una
bolsita de chocolatinas M&M, pagu al cajero y volv arriba.
Samantha continuaba esperando.
Pgina ciento treinta y dos dijo.
Me sent, me met unas cuantas M&M en la boca y busqu la pgina 132, que
result ser Bueno en la cama, el artculo habitual de Moxie escrito por un hombre,
destinado a ayudar a la lectora media a comprender qu estaba tramando su novio...,
o qu no estaba tramando, segn el caso. Al principio, mis ojos no extrajeron ningn
sentido de las letras. Por fin, descifr el mensaje. Querer a una mujer rolliza
rezaba el titular, por Bruce Guberman. Bruce Guberman haba sido mi novio
durante algo ms de tres aos, hasta que decidimos tomarnos un descanso haca tres
meses. Y slo caba suponer que la mujer rolliza era yo.

1
Aparato gimnstico para tonificar los glteos. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Sabis cuando en las novelas de miedo un personaje dice: Sent que mi
corazn dejaba de latir? Bien, pues eso fue lo que me pas. De veras. Despus, sent
que empezaba a latir de nuevo, en mis muecas, en mi garganta, en las yemas de mis
dedos. Se me eriz el vello de la nuca. Sent las manos heladas. O la sangre rugir en
mis odos, y le la primera lnea del artculo: Nunca olvidar el da en que descubr
que mi novia pesaba ms que yo.
La voz de Samantha son como si llegara de muy lejos.
Cannie? Ests ah, Cannie?
Lo matar! dije con voz estrangulada.
Respira hondo aconsej Samantha. Inhala por la nariz y expulsa por la
boca.
Betsy, mi directora, ech una mirada de perplejidad desde la mampara que
separaba nuestras mesas. Con la boca, form las palabras Te encuentras bien?
Cerr los ojos con fuerza. De alguna manera, mis auriculares haban aterrizado en la
alfombra.
Respira! o que deca Samantha, su voz como un diminuto eco surgido del
suelo.
Yo respiraba con dificultad y jadeaba. Not chocolate y pedacitos de caramelo
entre los dientes. Vi la cita que haban destacado, en negrita rosa, que gritaba desde
el centro de la pgina. Querer a una mujer rolliza haba escrito Bruce es un acto
de valenta en nuestro mundo.
No puedo creerlo! No puedo creer que haya hecho esto! Lo matar!
Betsy ya se haba acercado a mi escritorio y estaba tratando de echar un vistazo
por encima de mi hombro a la revista posada sobre mi regazo, y Gabby, mi malvada
compaera de trabajo, nos estaba observando, mientras sus pequeos ojos castaos
buscaban indicios de problemas, los gruesos dedos suspendidos sobre el teclado con
el propsito de enviar por correo electrnico al instante la mala noticia a sus amigas.
Cerr la revista de un manotazo. Aspir una triunfal bocanada de aire e indiqu a
Betsy con un ademn que volviera a su asiento.
Samantha estaba esperando.
No lo sabas?
No saba qu? Que l pensaba que salir conmigo era un acto de valenta?
Forc un resoplido sarcstico. Debera intentar ponerse en mi lugar.
No sabas que haba conseguido trabajo en Moxie?
Volv al principio, donde haba la lista de colaboradores con un breve resumen
de sus antecedentes, bajo artsticas fotos en blanco y negro, y all estaba Bruce, con el
pelo largo hasta los hombros, agitado por lo que deba ser viento artificial. Se pareca
a Yanni, ese msico New Age, fue mi pensamiento poco misericordioso. El
columnista de Bueno en la cama, Bruce Guberman, se une a nuestro equipo este
mes. Escritor freelance de Nueva Jersey, Guberman est trabajando en su primera
novela.
Su primera novela? dije. Bueno, chill. Varias cabezas se volvieron. Por
encima de la mampara, Betsy pareca preocupada de nuevo, y Gabby se haba puesto
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a teclear. Ese saco de mierda mentiroso!
No saba que estaba escribiendo una novela dijo Samantha, sin duda
desesperada por cambiar de tema.
Apenas sabe escribir una nota de agradecimiento dije, mientras volva a la
pgina 132.
Nunca me he considerado un adicto a las obesitas le, pero cuando conoc
a C, me prend de su ingenio, de su risa, de sus ojos brillantes. En cuanto a su
cuerpo, decid que aprendera a vivir con l.
LO MATAR!
Pues mtalo ya y calla mascull Gabby, al tiempo que se enderezaba sus
gafas de gruesos cristales.
Betsy se haba levantado de nuevo, y mis manos estaban temblando, y de
repente las chocolatinas se haban desparramado sobre el suelo y crujan bajo las
ruedecillas de mi silla.
He de irme dije a Samantha, y colgu. Estoy bien inform a Betsy. Me
dirigi una mirada de preocupacin, y luego retrocedi.
Me cost tres intentos marcar bien el nmero de Bruce, y cuando su buzn de
voz me inform con toda calma de que no poda contestar a mi llamada, perd los
nervios, colgu y llam a Samantha.
Bueno en la cama, y una mierda dije. Tendra que llamar a su director. Es
propaganda falaz. Quiero decir, comprobaron sus referencias? Nadie me llam.
Es la ira la que habla dijo Samantha. Desde que empez a salir con su
profesor de yoga, se ha vuelto muy filosfica.
Adicto a las obesitas? dije. Sent que las lgrimas se agolpaban detrs de
mis prpados. Cmo ha podido hacerme esto?
Has ledo todo el artculo?
Slo la primera frase.
Tal vez ser mejor que no sigas leyendo.
Va a peor?
Samantha suspir.
De veras quieres saberlo?
No. S. No. Esper. Samantha esper. S. Dmelo.
Samantha volvi a suspirar.
Te llama... lewynskiana.
En relacin con mi cuerpo o con mis mamadas?
Intent rer, pero slo me sali un sollozo estrangulado.
Y se explaya sobre tu... A ver si lo encuentro... Tu amplitud.
Oh, Dios.
Dice que eras suculenta intent cooperar Samantha. Y jugosa. No est
mal la palabra, verdad?
Dios, en todo el tiempo que salimos, nunca dijo nada...
Lo dejaste plantado. Est enfadado contigo dijo Samantha.
Yo no lo plant! grit. Slo quera que nos tomramos un tiempo para
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pensar! Y l admiti que era una buena idea!
Bien, qu iba a hacer? pregunt Samantha. T dices, creo que
necesitamos estar separados un tiempo, y o bien te da la razn y se marcha con los
restos de dignidad que le quedan, o te suplica que no lo dejes, lo cual es pattico.
Eligi la dignidad.
Me pas las manos por mi cabello castao largo hasta la barbilla y trat de
calibrar la enormidad de la devastacin. Quin ms haba visto esto? Quin ms
saba que C. era yo? Se lo habra enseado a todos sus amigos? Lo haba visto mi
hermana? Y mi madre, Dios no lo quisiera?
He de irme dije otra vez a Samantha. Dej mis auriculares y me levant, al
tiempo que inspeccionaba la sala de redaccin del Philadelphia Examiner: docenas de
personas, la mayora de edad madura, la mayora blancas, tecleando en sus
ordenadores o congregadas alrededor de los televisores para ver la CNN. Alguien
sabe algo sobre la venta de armas en este Estado? pregunt a la sala.
Estamos trabajando en una serie dijo Larry, el director de noticias locales,
un hombre menudo con barba y de aspecto perplejo que se lo tomaba todo en serio
. Pero creo que las leyes son muy permisivas.
Hay un perodo de espera de dos semanas dijo un reportero de deportes.
Slo si eres menor de veinticinco aos aadi un subdirector.
Te confundes con el alquiler de coches dijo con desdn el to de deportes.
Enseguida estamos contigo, Cannie dijo Larry. Tienes prisa?
Ms o menos. Me sent, y volv a levantarme. En Pennsylvania rige la
pena de muerte, verdad?
Estamos trabajando en una serie dijo Larry sin sonrer.
Da igual dije, me sent de nuevo y llam a Samantha por segunda vez.
Sabes una cosa? No voy a matarlo. La muerte es demasiado buena para l.
Como quieras dijo con lealtad Samantha.
Me acompaas esta noche? Le prepararemos una emboscada en su
aparcamiento.
Para hacer qu?
Lo decidir entre ahora y entonces contest.


Haba conocido a Bruce Guberman en una fiesta, en lo que se me antoj una
escena de la vida de otra persona. Nunca haba conocido a un to en una reunin
social que se encaprichara tanto de m, hasta el punto de pedirme una cita en el acto.
Mi modus operandi habitual es minar su resistencia con mi ingenio, mi encanto y, por
lo general, una cena casera a base de pollo con ajo y romero como plato estrella. Con
Bruce no hizo falta el pollo. Bruce fue fcil.
Estaba apostada en la esquina de la sala de estar, desde donde gozaba de una
buena vista de la habitacin, adems de fcil acceso a la crema de alcachofa caliente.
Estaba efectuando la mejor imitacin de la compaera de vida de mi madre, Tanya,
intentando comer una pata de cangrejo rey de Alaska con el brazo en cabestrillo. De
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este modo, la primera vez que vi a Bruce yo tena un brazo apretado contra el pecho,
como en cabestrillo, la boca abierta de par en par y el cuello torcido en un ngulo
grotesco, mientras intentaba chupar la carne imaginaria de la pata imaginaria. Estaba
llegando al punto en que me meta sin querer la pata en la fosa nasal derecha, y creo
que hasta tal vez tena un poco de crema de alcachofa en la mejilla, cuando Bruce se
acerc. Era alto, y bronceado, con perilla y una coleta rubia, y dulces ojos castaos.
Este, perdona dijo, te encuentras bien?
Enarqu las cejas.
Estupendamente.
Es que parecas un poco...
Su voz (una bonita voz, aunque algo aguda) enmudeci.
Rara?
Una vez vi a alguien sufrir un ataque me dijo. Empez as.
A estas alturas, mi amiga Brianna ya se haba recuperado. Mientras se secaba
los ojos, tom su mano.
Bruce, te presento a Cannie dijo. Cannie estaba haciendo una imitacin.
Oh dijo Bruce, sin moverse. Deba sentirse como un idiota.
No te preocupes dije. Hiciste bien en detenerme. Comenzaba a ser
irrespetuosa.
Oh repiti Bruce.
Segu hablando.
Estoy intentando ser ms agradable. Es mi decisin de Ao Nuevo.
Estamos en febrero seal.
Soy lenta.
Bien dijo, al menos lo intentas.
Sonri y se alej.
Pas el resto de la velada recogiendo informacin. Haba venido con un to que
Brianna conoca de la escuela universitaria de graduados. La buena noticia: era
licenciado, lo cual significaba razonablemente inteligente, y judo, como yo. Tena
veintisiete aos. Yo, veinticinco. Encajaba.
Adems, es divertido dijo Brianna, antes de soltar la mala noticia.
Bruce haba estado trabajando en su tesis durante tres aos, tal vez ms, y viva
en el centro de Nueva Jersey, a ms de una hora de distancia, era escritor freelance y
daba clases de vez en cuando a grupos de primero. Subsista a base de estipendios,
una pequea beca y, sobre todo, el dinero de sus padres.
Geogrficamente indeseable proclam Brianna.
Bonitas manos repliqu. Bonitos dientes.
Es vegetariano dijo.
Me encog.
Desde cundo?
Desde la universidad.
Uf. Bien, tal vez pueda pulirlo.
Es...
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Brianna call.
Ex presidiario? brome. Adicto a los calmantes?
Un poco inmaduro dijo, por fin.
Es un to. Me encog de hombros. Es que no lo son todos?
Brianna ri.
Y es un buen tipo dijo. Habla con l. Ya lo vers.
Le observ durante toda la noche, y not que l me observaba. Pero no dijo
nada hasta despus de la fiesta, y yo me fui a pie a casa, bastante ms que
decepcionada. Haba pasado un tiempo desde la ltima vez que haba visto a alguien
apreciar mi ingenio, y Bruce, alto, de bonitas manos y bonitos dientes, pareca ser
una posibilidad, al menos de puertas afuera.
Pero cuando o pasos detrs de m, no estaba pensando en l. Estaba pensando
en lo que piensan todas las mujeres que viven en una ciudad cuando oyen pasos
rpidos que se acercan por detrs, y es pasada la medianoche y te encuentras entre
dos farolas de la calle. Ech una veloz mirada a la zona circundante, al tiempo que
buscaba el aerosol de defensa personal sujeto a mi llavero. Haba una farola en la
esquina, un coche aparcado debajo. Plane que dejara temporalmente inmvil con el
aerosol al atacante, rompera una ventanilla del coche, con la esperanza de que la
alarma se disparara, gritara como una loca y correra.
Cannie?
Gir en redondo. Y all estaba l, sonriendo con timidez.
Hola dijo, y ri un poco de mi miedo evidente.
Me acompa a casa. Le di mi nmero. Me llam a la noche siguiente, y
hablamos durante tres horas, de todo: la universidad, los padres, su tesis, el futuro
del periodismo.
Quiero verte me dijo a la una de la maana, cuando yo estaba pensando
que, si seguamos hablando, al da siguiente no servira de nada en el trabajo.
Pues quedemos dije.
No dijo Bruce. Ahora.
Y dos horas ms tarde, despus de un giro equivocado al salir del puente Ben
Franklin, estaba en mi puerta de nuevo: ms grande de lo que yo recordaba, con una
camisa a cuadros y pantalones de deporte, cargado con un saco de dormir enrollado
que ola a campamento de verano y una sonrisa tmida. Y as empez todo.


Y ahora, ms de tres aos despus de nuestro primer beso, tres meses despus
de nuestra charla de separacin, y cuatro horas despus de descubrir que haba
contado a todo el mundo que lee revistas que yo era una Mujer Rolliza, Bruce me
mir en el aparcamiento situado frente a su apartamento, donde haba accedido a
encontrarse conmigo. Parpadeaba dos veces en cada ocasin, como haca cuando
estaba nervioso. Tena los brazos llenos de cosas. El plato de plstico azul que yo
haba dejado en su apartamento para mi perro, Nifkin. En un marco de madera rojo,
la foto de nosotros tomada en lo alto de un risco de Block Island. Un pendiente en
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forma de aro que haba descansado durante meses sobre su mesita de noche. Tres
calcetines, un frasco medio vaco de Chanel. Tampones. Un cepillo de dientes. Tres
aos de cachivaches, empujados de una patada bajo la cama, extraviados en una
grieta del sof. Era evidente que Bruce consideraba nuestra cita la oportunidad de
matar dos pjaros de un tiro: soportar mi ira por la columna de Bueno en la cama y
devolverme mis cosas. Y fue como un puetazo en el pecho ver mis objetos
amontonados en una caja de cartn de Chivas que deba de haber cogido en la
licorera cuando volva a casa de trabajar: la prueba palpable de que habamos
terminado para siempre.
Cannie dijo con frialdad, todava parpadeando de una forma que se me
antoj particularmente repulsiva.
Bruce dije, con cuidado de impedir que mi voz temblara. Cmo va esa
novela? Tambin ser yo la protagonista?
Enarc una ceja, pero no dijo nada.
Refrscame la memoria dije. En qu momento de nuestra relacin
acced a permitir que airearas a unos cuantos millones de lectores detalles ntimos del
tiempo que pasamos juntos?
Bruce se encogi de hombros.
Ya no mantenemos una relacin.
Estbamos tomndonos un descanso repliqu.
Bruce me dedic una sonrisa condescendiente.
Venga, Cannie. Ambos sabamos lo que significaba eso.
Yo hablaba en serio dije, traspasndolo con la mirada. Por lo visto, slo
lo haca uno de los dos.
Como quieras dijo Bruce, mientras intentaba cargarme con la caja. No s
por qu ests tan enfadada. No he dicho nada malo. Enderez los hombros. De
hecho, pens que la columna era muy positiva.
En uno de los escasos momentos de mi vida adulta, me qued sin habla,
literalmente.
Ests colocado?
Con Bruce, era algo ms que una pregunta retrica.
Me llamaste gorda en una revista. Me convertiste en un chiste. An crees
que no hiciste nada malo?
Desengate, Cannie dijo. Eres gorda. Inclin la cabeza. Pero eso no
significa que no te quisiera.
La caja de tampones rebot en su frente y se desparram por el aparcamiento.
Ah, muy amable dijo Bruce.
Eres un completo bastardo. Me humedec los labios y respir hondo. Mis
manos temblaban. Haba perdido la puntera. La foto roz su hombro y se hizo
aicos en el suelo. No puedo creer que pensara en serio casarme contigo ni un
segundo.
Bruce se encogi de hombros, se agach, recogi la proteccin femenina y los
fragmentos de madera y cristal, y los dej caer en la caja. Nuestra foto sigui tirada
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en el suelo.
Es lo ms mezquino que me han hecho jams dije, con la garganta
agarrotada por las lgrimas. Quiero que lo sepas.
Pero mientras las palabras surgan de mi boca, comprend que no era cierto. En
el esquema histrico global de las cosas, el que mi padre nos hubiera abandonado era
mucho peor. Es una de las muchas cosas que me joden de mi padre: me rob para
siempre la posibilidad de decir a otro hombre: Esto es lo peor que me han hecho
jams, y adems en serio.
Bruce volvi a encogerse de hombros.
Ya no tengo que preocuparme por tus sentimientos. Lo dejaste bien claro.
Se enderez. Haba esperado enfurecerlo, incluso de forma apasionada, pero slo
obtena esta calma enloquecedora y paternalista. Fuiste t la que quiso esto, te
acuerdas?
Quera un descanso. Quera tiempo para pensar las cosas. Tendra que
haberte plantado dije. Eres... Me qued sin habla otra vez, pensando en lo peor
que poda decirle, la palabra que lo hara sentirse siquiera una fraccin de lo horrible,
furiosa y avergonzada que me senta yo. Eres pequeo dije por fin, inyectando
en esa palabra todos los matices detestables que me vinieron a la mente, para que se
enterara de que quera decir pequeo de espritu, y tambin de todo lo dems.
No dijo nada. Ni siquiera me mir. Dio media vuelta y se fue.
Samantha haba mantenido el coche en marcha.
Te encuentras bien? pregunt, cuando me acomod a su lado con la caja
apretada contra mi pecho.
Asent en silencio. Samantha deba de pensar que me portaba de una manera
ridicula, pero en esta situacin no esperaba que me compadeciera. Con un metro
setenta y cinco, pelo negro como ala de cuervo, piel clara y pmulos altos y
esculpidos, Samantha parece una Anjelica Huston en joven. Y es delgada. Sin el
menor esfuerzo. Si le dieran a elegir cualquier plato del mundo, probablemente se
decantara por un melocotn perfecto y tostadas integrales. Si no fuera mi mejor
amiga, la odiara, y aunque es mi mejor amiga, a veces cuesta no envidiar a alguien
capaz de tomar o dejar la comida, sobre todo porque yo casi siempre la tomo, y luego
tambin la suya, cuando no quiere ms. El nico problema que le han causado su
cara y su figura es un exceso de atencin masculina. Nunca podr comprender lo que
es vivir en un cuerpo como el mo.
Me dirigi una mirada fugaz.
Bien, eeeeh, supongo que todo ha terminado entre los dos, verdad?
Supones bien contest. Mi boca saba a ceniza, mi piel, reflejada en la
ventanilla de mi lado, se vea plida y cerlea. Ech un vistazo a la caja de cartn,
mis pendientes, mis libros, el tubo de lpiz de labios MAC que crea haber perdido
para siempre.
Ests bien? pregunt Samantha con dulzura.
Estoy bien.
Quieres tomar una copa? Tal vez cenar? Quieres ir al cine?
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Aferr la caja con ms fuerza y cerr los ojos para no tener que ver dnde
estbamos, y seguir el avance del coche por las carreteras que antes me llevaban a l.
Creo que slo quiero ir a casa.


Mi contestador automtico estaba parpadeando cuando volv a mi
apartamento. No le hice caso. Me quit la ropa de trabajo, me puse el peto y una
camiseta, y entr descalza en la cocina. Saqu del congelador un bote de limonada
congelada Minute Maid. Del estante superior de la despensa rescat una botella de
tequila. Ech el contenido de ambas en la mezcladora, agarr una cuchara, respir
hondo, di un gran trago, me acomod en mi sof de algodn azul y me obligu a
empezar a leer.
Querer a una mujer rolliza
por Bruce Guberman

Nunca olvidar el da en que descubr que mi novia pesaba ms que yo.
Mi novia haba salido a dar un paseo en bicicleta, y yo estaba en casa viendo un
partido de ftbol americano, ojeando las revistas que haba sobre la mesilla auxiliar,
cuando encontr la agenda de los Weight Watchers en que anotaba lo que haba
comido y cundo, y lo que pensaba comer despus, y si se haba bebido sus ocho
vasos de agua diarios. Estaba su nombre. Su nmero de identificacin. Y su peso,
que no revelar porque soy un caballero. Baste decir que la cifra me asombr.
Saba que C. era una chica grande. Ms grande que todas las mujeres que haba
visto en la tele, dando saltitos en traje de bao o deslizndose como caas a travs
de comedias, de situaciones o dramas mdicos. Ms grande que cualquier mujer con
la que hubiera salido.
Se refiere a las dos?, pens con desdn.
Nunca me haba considerado un adicto a las obesitas, pero cuando conoc a C,
me prend de su ingenio, su risa, sus ojos brillantes. En cuanto a su cuerpo, decid
que podra aprender a vivir con l.
Sus hombros eran tan anchos como los mos, sus manos casi tan grandes, y
desde los pechos al estmago, desde las caderas a la pendiente de sus muslos, era
toda curvas y clida bienvenida. Abrazarla era como estar en el paraso. Como
volver a casa.
Pero no resultaba tan cmodo salir con ella. Tal vez era por la forma en que yo
haba asimilado las expectativas sociales, los dictados acerca de los deseos de los
hombres y la apariencia de las mujeres. Lo ms probable era que se debiera a su
carcter. C. era un soldado entregado a las guerras del cuerpo. Con un metro setenta
y ocho, la constitucin de un defensa de ftbol americano y un peso ideal para
formar parte de un equipo profesional, C. no poda hacerse invisible.
Pero s que si hubiera sido posible, si toda su indolencia, pereza y pichis
deformes la hubieran podido borrar del mundo fsico, se habra marchado al
instante. No obtena placer de las cosas que a m me gustaban, ni tampoco de su
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tamao, su amplitud, su peso suculento y jugoso.
Aunque le repet infinidad de veces que era hermosa, s que nunca me crey.
Aunque le repet infinidad de veces que daba igual, s que a ella no. Yo slo era una
voz, y la voz del mundo era ms fuerte. Poda sentir su vergenza como algo
palpable, que caminaba a nuestro lado en la calle, se acuclillaba entre nosotros en un
cine, se enrollaba y esperaba a que alguien le dijera la palabra ms sucia del mundo:
gorda.
Y s que no era paranoia. No paras de escuchar que la gordura es el ltimo
prejuicio aceptable, que los gordos son los nicos blancos posibles de nuestro
mundo polticamente correcto. Sal con una mujer de talla XL y descubrirs si es
cierto o no. Vers la forma en que la gente la mira, y te mira a ti por estar con ella.
Intentars comprarle ropa interior para el da de San Valentn, y te dars cuenta de
que las tallas se acaban donde ella empieza. Cada vez que salgas a comer la vers
agonizar, sopesar lo que desea contra lo que se permitir, lo que se permitir contra
lo que vern que come en pblico.
Y lo que se permitir pedir.
Recuerdo cuando sali a la luz la historia de Monica Lewinsky, y C, reportera
de un peridico, escribi una apasionada defensa de la becaria de la Casa Blanca,
que haba sido traicionada por Linda Tripp en Washington, y todava ms
traicionada por sus amigas de Beverly Hills, que estaban muy ocupadas vendiendo
sus recuerdos de Monica de la poca del instituto a Inside Edition y People. Despus
de que su artculo se imprimiera, C. recibi montones de correo del odio,
incluyendo la carta de un to que empezaba: A juzgar por lo que escribes, deduzco
que eres gorda y nadie te quiere. Y fue esa carta (esa palabra) lo que ms la molest
de todos los improperios. Pareca que si lo de gorda era cierto, lo de nadie te
quiere tambin tena que serlo. Como si ser del tipo lewinskyana fuera peor que ser
un traidor, o un idiota. Como si ser gorda fuera un crimen. Amar a una mujer rolliza
es un acto de valenta en este mundo, y tal vez un acto intil. Porque, al amar a C.,
yo saba que estaba amando a alguien que se consideraba indigna de ser amada por
nadie.
Y ahora que todo ha terminado, no s hacia dnde dirigir mi ira y mi dolor.
Hacia un mundo que la rebel contra su cuerpo (no, contra s misma) y contra la
posibilidad de ser deseada. Hacia C., por no ser lo bastante fuerte para superar lo
que el mundo le deca. O hacia m, por no querer lo bastante a C. y animarla a creer
en s misma.
Llor mientras me lea toda la parte de Bodas de Celebridades, me desplom en
el suelo delante del sof, mientras las lgrimas resbalaban sobre mi barbilla,
empapaban mi camisa y una supermodelo anorxica tras otra decan S, quiero.
Llor por Bruce, que me haba comprendido ms de lo que yo haba sospechado, y
tal vez amado ms de lo que me mereca. Podra haber sido todo cuanto yo deseaba,
todo cuanto yo esperaba. Podra haber sido mi marido. Y yo lo haba plantado.
Y lo haba perdido para siempre. A l y a su familia, una de las cosas que ms
me haban gustado de Bruce. Sus padres eran lo que June y Ward habran sido, si
fueran judos y hubieran vivido en Nueva Jersey en los noventa. Su padre, que
siempre llevaba barba de tres das y que tena los ojos tan dulces como los de Bruce,
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era dermatlogo. Bruce adoraba a su familia. No s expresarlo de otra manera, ni
plasmar mi estupefaccin. Teniendo en cuenta la experiencia con mi padre, observar
a Bernard Guberman era como ver a un marciano.. Est a gusto con su hijo! Me
quedaba patidifusa. Desea estar con l! Recuerda cosas de la vida de Bruce! El que diera
la impresin de que yo le caa bien a Bernard Guberman tal vez estaba menos
relacionado con sus sentimientos hacia mi persona que con el hecho de que yo fuera:
a) juda, y por lo tanto una candidata al matrimonio en potencia; b) una profesional
bien pagada, y no una explotadora de hombres; y c) una fuente de felicidad para su
hijo. A m me daba igual el motivo de que fuera tan amable conmigo. Me refocilaba
en su amabilidad siempre que poda.
La madre de Bruce, Audrey, me haba resultado algo intimidante, con las uas
muy cuidadas y pintadas del tono que vera en Vogue el mes siguiente, el pelo
peinado a la perfeccin, y una casa repleta de objetos de cristal, alfombras blancas de
pared a pared, y siete cuartos de bao, todos inmaculadamente limpios. La Siempre
Elegante Audrey, deca a mis amigos. Pero en cuanto superabas lo de la manicura,
Audrey tambin era un encanto. Haba estudiado magisterio, pero cuando la conoc,
Audrey ya haba dejado atrs sus das de ganarse un sueldo, y ejerca las veinticuatro
horas de esposa, madre y voluntaria, la sempiterna mami de la Asociacin de Padres
y Maestros, lder del Club Scout y presidenta del Hadassah, la organizacin sionista
femenina, alguien con quien siempre se podra contar para organizar la campaa de
recogida de alimentos anual de la sinagoga o el baile de invierno de la Hermandad.
La parte negativa de estos padres, pensaba yo, era que mataban tu ambicin.
Con mis padres divorciados y las deudas de la universidad, siempre me esforzaba
por ascender el siguiente escaln, el siguiente trabajo, el siguiente encargo como
freelance. Ms dinero, ms reconocimiento, ms fama, suponiendo que pudieras ser
famosa cuando tu trabajo consista en escribir la historia de los dems. Cuando
empec en un pequeo peridico, en el culo del mundo, cubriendo accidentes de
coche y reuniones de la junta de aguas fecales, estaba desesperada por conseguir algo
ms importante, y cuando por fin consegu algo ms importante, no haban pasado
ni dos semanas cuando ya estaba pensando en cmo seguir escalando.
Bruce se haba contentado con pasar con ms pena que gloria por la escuela de
graduados, aceptar un trabajo de enseante aqu, un encargo de escritor freelance all,
ganando la mitad que yo, permitiendo que sus padres pagaran el seguro del coche
(adems del coche, por supuesto), y le ayudaran con su alquiler, y patrocinaran su
estilo de vida con cien machacantes cada vez que iba a verlos, adems de generosos
cheques por su cumpleaos, por alguna festividad juda, y a veces por el morro.
Reljate me deca, cuando me levantaba temprano para trabajar en un artculo
breve, o iba a la oficina un sbado para enviar cartas solicitando un empleo a
directores de revistas de Nueva York. Te conviene disfrutar ms de la vida,
Cannie.
A veces pensaba que le gustaba imaginarse como el protagonista de alguna de
las primeras canciones de Springsteen, un romntico joven de diecinueve aos,
furioso y apasionado, encolerizado con el mundo y con su padre en particular, en
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busca de una chica que le salvara. El problema era que los padres de Bruce no le
haban dado ningn motivo para rebelarse: nada de trabajos embrutecedores en una
fbrica, ningn patriarca severo y autoritario, y nada de pobreza, desde luego.
Adems, una cancin de Springsteen duraba slo tres minutos, incluyendo el
estribillo, el tema y el estrepitoso climax guitarrero final, y nunca mencionaba los
platos sucios, la colada sin lavar y la cama deshecha, los mil actos nfimos de
consideracin y buena voluntad necesarios para mantener una relacin. Mi Bruce
prefera derivar por la vida, demorarse en el peridico del domingo, fumar hierba de
la mejor calidad, soar con peridicos y encargos mejores, sin hacer gran cosa por
conseguirlos. En una ocasin, al principio de nuestra relacin, haba enviado sus
recortes al Examiner, y recibido una postal con el conciso mensaje envenos otra
prueba dentro de cinco aos a modo de respuesta. Meti la carta en una caja de
zapatos y nunca ms volvimos a hablar del asunto.
Pero era feliz. La cabeza est vaca, pero me da igual, me cantaba, citando a
los Grateful Dead, y yo forzaba una sonrisa, y pensaba que mi cabeza nunca estaba
vaca, y que si alguna vez llegaba a estarlo, no me dara igual.
Y qu me haba reportado tanta actividad?, medit, mientras beba
directamente del vaso mezclador. Qu ms daba. l ya no me quera.


Despert despus de medianoche en el sof. Sent golpes en mi cabeza.
Entonces me di cuenta de que alguien daba golpes en la puerta.
Cannie?
Me incorpor, y tard un momento en localizar mis manos y pies.
Cannie, abre la puerta ahora mismo. Estoy preocupada por ti.
Mi madre. Dios mo, no, por favor.
Cannie!
Me aovill en el sof, record que me haba llamado por la maana, haca un
milln de aos, para decirme que estara en la ciudad por la noche para ir al Bingo
Gay, y que Tanya y ella pasaran a verme cuando terminaran. Me puse en pie,
apagu la lmpara halgena con el mayor sigilo posible, si bien no lo hice con mucho
sigilo, considerando que logr tirar al suelo la lmpara. Nifkin aull, salt sobre la
butaca y me mir con aire de reproche. Mi madre empez a aporrear la puerta de
nuevo.
Cannie!
Vete grit con voz dbil. Estoy... desnuda. Ni hablar! Llevas puesto el
pichi, ests bebiendo tequila y ests viendo Sonrisas y lgrimas.
Todo era cierto. Qu puedo decir? Me gustan los musicales. Sobre todo
Sonrisas y lgrimas, en especial la escena en que Maria acoge a los hurfanos Von
Trapp en su cama durante la tormenta y canta My Favorite Things. Resultaba tan cuco,
tan reconfortante, como haba sido mi familia, por un momento, mucho tiempo atrs.
O que consultaban entre murmullos al otro lado de la puerta. La voz de mi
madre, y luego otra, un registro ms grave, como humo de Marlboro filtrado a travs
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de grava. Tanya. La del cabestrillo y la pata de cangrejo.
Abre, Cannie!
Me arrastr hasta el cuarto de bao, donde abr la luz y me mir, analic la
situacin, mi apariencia. La cara surcada de lgrimas, estupendo. El pelo, castao
claro con mechas rojizas, cortado muy corto y recogido detrs de las orejas, tambin
presentes. Mejillas llenas, redondas, hombros cados, pechos generosos, dedos
regordetes, caderas fuertes, culo grande, muslos de msculos slidos debajo de la
capa temblorosa de grasa. Mis ojos parecan especialmente pequeos, como si
intentaran esconderse en la piel de mi cara, y tenan un aspecto vido, hambriento y
desesperado. Los ojos del mismo color del mar en el puerto de Menemsha de
Martha's Vineyard, un bonito verde uva. Mi mejor rasgo, pens con pesar. Bonitos
ojos verdes y una sonrisa irnica, torcida. Qu cara tan bonita, deca mi abuela, al
tiempo que coga mi barbilla en la mano, y despus meneaba la cabeza, sin
molestarse en aadir el resto.
Y aqu estoy. Veintiocho aos, con los treinta acechando en el horizonte.
Borracha. Gorda. Sola. Sin amor. Y lo peor de todo, un tpico, como Ally McBeal y
Bridget Jones combinadas, y eso deba de ser lo que pesaba, ms dos decididas
lesbianas aporreando mi puerta. Lo mejor que poda hacer, decid, era encerrarme en
la alacena y fingir que estaba muerta.
Tengo una llave amenaz mi madre.
Alej el vaso de tequila de Nifkin.
Espera grit.
Recog la lmpara y abr la puerta unos centmetros. Mi madre y Tanya me
miraron, con sudaderas de capucha L. L. Bean y expresin preocupada idnticas.
Escucha dije, estoy bien. Lo nico que pasa es que tengo sueo, as que
me voy a dormir. Ya hablaremos de esto maana.
Hemos visto el artculo de Moxie dijo mi madre. Lucy lo trajo.
Gracias, Lucy, pens.
Estoy bien repet. Bien, bien, bien, bien.
Mi madre, que aferraba su cartulina del bingo, me mir con escepticismo.
Tanya, como de costumbre, tena aspecto de desear un cigarrillo, una copa, y que ni
yo ni mis hermanos hubiramos nacido jams, para poseer por completo a mi madre
y poder mudarse ambas a una comuna de Northampton.
Me llamars maana? pregunt mi madre.
Llamar promet, y cerr la puerta.


Mi cama pareca un oasis en el desierto, como un banco de arena en el mar
tormentoso. Me arroj sobre ella, de espaldas, abierta de brazos y piernas, como una
estrella de mar obesa clavada en la colcha. Me gustaba mi cama, la bonita colcha azul
claro, las sbanas rosa plido, la pila de almohadas, cada una con su funda de tonos
alegres, una prpura, una naranja, una amarilla y una crema. Me gustaba la funda
con volantes de Laura Ashley y la manta de lana roja que tena desde nia. La cama,
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pens, era lo nico que no me estaba fallando en este momento, cuando Nifkin salt a
mi lado, y mir el techo, que daba vueltas de una forma muy alarmante.
Ojal no le hubiera dicho nunca a Bruce que deseaba un tiempo para pensar en
lo nuestro. Ojal no lo hubiera conocido nunca. Ojal me hubiera puesto a correr
aquella noche, sin mirar atrs en ningn momento.
Ojal no fuera reportera. Ojal mi trabajo consistiera en hornear bollos en una
pastelera, donde slo tendra que cascar huevos, calcular la cantidad de harina y dar
el cambio, y nadie me chuleara, y ser gorda sera de lo ms normal. Cada micheln y
pliegue de celulitis documentara la excelencia de mis productos.
Ojal pudiera cambiarme por el hombre anuncio de SUSHI FRESCO, que se
paseaba arriba y abajo de Pine Street a la hora de comer, entregando cupones de
sushi para World of Wabasi. Ojal pudiera ser annima e invisible. O estar muerta,
tal vez.
Me imagin en la baera, pegando una nota con cinta adhesiva en el espejo y
abrindome las venas. Despus, imagin a Nifkin, que lloriqueaba con aspecto
perplejo, rascaba con las uas el borde de la baera y se preguntaba por qu no me
levantaba. Y tambin imagin a mi madre cuando revisaba mis cosas y descubra
aquel ejemplar sobado de Best of Penthouse Letters en el cajn superior de mi tocador,
adems de las esposas rosa forradas de piel que Bruce me haba regalado un da de
San Valentn. Por fin, imagin a los paramdicos cuando intentaban bajar mi cuerpo
muerto y mojado por la escalera. sta s que es gorda, deca uno.
De acuerdo. Suicidio descartado, pens, mientras rodaba sobre la colcha y
acomodaba las almohadas naranja bajo mi cabeza. La idea de la tienda de bollos, o de
la mujer anuncio, eran tentadoras, pero improbables. No vea cmo colarla en la
revista de los alumnos. Los graduados de Princeton que rebajaban sus aspiraciones
solan ser los propietarios de tiendas de bollos, que transformaban a su vez en una
cadena de tiendas de bollos, que luego salan a Bolsa y ganaban millones. Pero las
tiendas de bollos eran slo una diversin que duraba unos aos, algo para
entretenerse mientras criaban a sus hijos, que luego apareceran invariablemente en
la revista de los alumnos vestidos con los uniformes negro y naranja, y Curso
2012! escrito en sus precoces pechos.
Lo que yo deseaba, pens, mientras apretaba la almohada contra la cara, era
volver a ser una nia. Estar en la cama de la casa donde haba crecido, abrigada bajo
la colcha marrn y rojo, leyendo aunque ya era tarde, or abrirse la puerta y a mi
padre entrar, sentir que me observaba en silencio, sentir el peso de su orgullo y su
amor como algo tangible, como agua caliente. Deseaba que apoyara la mano sobre mi
cabeza como entonces, or la sonrisa de su voz cuando deca: Todava leyendo,
Cannie? Ser pequea, y querida. Y delgada. Eso era lo que deseaba.
Rod sobre la cama, tante en mi mesita de noche, agarr pluma y papel.
Perder peso, escrib, luego par y pens. Encontrar novio nuevo, aad. Vender
guin. Comprar casa grande con jardn y patio vallado. Encontrar novia ms
presentable para mi madre. Entre el momento de escribir Hacerme un peinado
elegante, y pensar Hacrselo pagar a Bruce, me qued dormida.
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Bueno en la cama. Ja! Vaya morro, firmar una columna sobre experiencia
sexual, teniendo en cuenta la poca gente con la que haba estado, y lo poco que saba
antes de conocerme.
Yo me haba acostado con cuatro personas (tres novios duraderos y un polvo
loco imprudente en el primer ao de carrera) cuando Bruce y yo ligamos, y haba
follado con otra media docena. Tal vez era una chica rolliza, pero lea Cosmopolitan
desde los trece aos y me las saba componer en los diversos apartados. Al menos,
nunca he tenido quejas.
Yo tena experiencia. Y Bruce..., no. Haba sufrido varios rechazos despiadados
en el instituto, cuando tena una piel fatal y an no haba descubierto que un poco de
hierba y una coleta eran susceptibles de atraer a cierto tipo de chicas.
Cuando apareci aquella primera noche, con el saco de dormir y la camisa a
cuadros, no era virgen, pero nunca haba vivido una relacin de verdad, y nunca
haba estado enamorado. Por lo tanto, estaba buscando a la dama de sus sueos, y
yo, aunque no desdeaba la posibilidad de conocer al hombre perfecto, estaba
buscando sobre todo..., bien, llammoslo afecto, atencin. En realidad, llammoslo
sexo.
Empezamos en el sof, sentados uno al lado del otro. Cog su mano. Estaba fra
como el hielo y pegajosa. Y cuando le pas el brazo sobre el hombro como si tal cosa,
y luego apret mi muslo contra el de l, sent que temblaba. Lo cual me conmovi.
Quera ser dulce con l. Quera ser amable. Cog sus dos manos en la ma y le levant
del sof.
Vamos a tumbarnos dije.
Fuimos a mi cuarto cogidos de la mano, y se tendi de espaldas en mi futn,
con los ojos abiertos de par en par, que brillaban en la oscuridad, con el aspecto de
un hombre en la silla del dentista. Me apoy sobre el codo y dej que las puntas de
mi pelo rozaran su mejilla. Cuando bes el costado de su cuello lanz una
exclamacin ahogada, como si le hubiera quemado, y cuando introduje una mano
dentro de su camisa y tir con suavidad del vello de su pecho, suspir Ay, Cannie,
con la voz ms tierna que yo haba odo.
Pero sus besos eran horribles, cosas babosas, con una lengua como una
cachiporra y unos labios que parecieron derrumbarse cuando se encontraron con los
mos, de modo que tuve que elegir entre los dientes y el bigote. Sus manos eran
rgidas y torpes.
Estte quieto susurr.
Lo siento mucho susurr a su vez, abatido. Soy un desastre, verdad?
Ssssh jade, mis labios contra su cuello una vez ms, la piel suave justo
donde terminaba su barba. Deslic una mano sobre su pecho y la pos sobre su
entrepierna. Nada. Apret mis pechos contra su costado, le bes la frente, los
prpados, la punta de la nariz, y prob otra vez. Nada de nada. Bien, esto era curioso.
Decid ensearle un truco, ensearle a hacerme feliz tanto si se le pona tiesa como si
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no. Me conmova profundamente este tipo de un metro ochenta y tres, con coleta y
una expresin como si fuera a electrocutarle en lugar de... esto. Rode una de sus
piernas con las mas, tom su mano y la met dentro de mis bragas. Sus ojos se
encontraron con los mos y sonri al notar lo mojada que estaba. Puse sus dedos
donde los necesitaba, con mi mano sobre la de l, apret sus dedos contra m, le
ense lo que deba hacer y me mov contra l, dej que notara mi sudor, respir con
fuerza y gem cuando me corr. Y despus apret mi cara contra su cuello otra vez y
acerqu mis labios a su odo.
Gracias susurr. Not un sabor salado. Sudor? Tal vez lgrimas? Pero
estbamos a oscuras, y no mir.
Nos quedamos dormidos en esa postura: yo, con slo una camiseta y bragas,
arrollada en torno a l. Bruce, con la camisa desabotonada hasta la mitad, todava en
calzoncillos, pantaln de chndal y calcetines. Y cuando la luz se filtr por las
ventanas, cuando abrimos los ojos y nos miramos, fue como si nos conociramos
desde haca mucho tiempo. Como si nunca hubiramos sido extraos.
Buenos das susurr.
Eres hermosa dijo.
Decid que podra acostumbrarme a or eso por las maanas. Bruce decidi que
estaba enamorado. Estuvimos juntos los tres aos siguientes, y aprendimos cosas
mutuamente. Al final, me cont toda la historia, lo de su experiencia limitada, lo de
que siempre estaba borracho o colocado, y siempre haba sido muy tmido, lo de que
le haban dado calabazas a granel en su primer ao de carrera, lo cual le haba
decidido a ser paciente.
Saba que algn da conocera a la chica adecuada dijo, sonriente, mientras
me acunaba en sus brazos. Lo descubrimos: las cosas que le gustaban, las cosas que
me gustaban, las cosas que nos gustaban a los dos. Algunas eran normales. Otras
eran lo bastante guarras para escandalizar incluso a Moxie, que publicaba
regularmente artculos sobre nuevos y trridos secretos sexuales!
Pero lo que me reconcoma, lo que ms me cabreaba mientras daba vueltas en la
cama, con la boca algodonosa por cortesa del tequila, era el ttulo de la columna.
Bueno en la cama. Era mentira. No se trataba de que hubiera sido una especie de
sabio sexual, un prodigio bajo las sbanas... Era que nos habamos querido.
Habamos sido buenos en la cama juntos.
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Captulo 2
El timbre del telfono me despert el sbado por la maana. Tres timbrazos,
despus silencio. Una pausa de diez segundos, tres timbrazos ms, seguidos de ms
silencio. A mi madre no le entusiasmaban los contestadores automticos, de modo
que si saba o crea que yo estaba en casa, continuara llamando hasta que yo
descolgara. La resistencia era intil.
Esto es odioso dije, en lugar de hola.
Muy propio de tu mam dijo mi madre.
Estoy asombrada. Podras llamarme ms tarde, por favor? Es muy
temprano. Estoy muy cansada.
Oh, deja de gimotear dijo en tono displicente. Es slo la resaca.
Recgeme dentro de una hora. Iremos a la demostracin de cocina de Reading
Terminal.
No dije. De ninguna manera.
Mientras lo deca, saba que ya poda protestar, quejarme y alegar diecisiete
excusas diferentes, que a medioda estara en Reading Terminal, con la piel de gallina
cada vez que mi madre criticara a voz en grito la seleccin de mens y las aptitudes
culinarias del desventurado chef.
Bebe un poco de agua. Tmate una aspirina dijo. Hasta dentro de una
hora.
Mam, por favor...
Imagino que has ledo el artculo de Bruce dijo. Mi madre nunca ha sido
buena para las transiciones.
S dije, a sabiendas, sin necesidad de preguntar, de que ella tambin.
Mi hermana Lucy, suscriptora de Moxie y contumaz lectora de todo lo
relacionado con la feminidad, an reciba cada ejemplar en nuestra casa. Despus de
la debacle de anoche, slo poda suponer que haba informado a mi madre..., o tal
vez lo haba hecho el propio Bruce. Slo pensar en esa conversacin (Slo llamo
para informarle de que este mes me han publicado un artculo, y creo que a Cannie
no le ha hecho maldita la gracia), me daban ganas de esconderme debajo de la cama.
Si an caba, claro. No quera pasear por un mundo en el que Moxie se exhibiera en
los quioscos y los buzones. Me senta tan avergonzada como si me hubieran marcado
a fuego con una gigantesca C prpura, como si todo el mundo que me viera supiera
que yo era la chica de Bueno en la cama, y que era gorda y haba plantado a un to
que intentaba comprenderme y quererme.
Bien, s que ests enfadada...
No estoy enfadada repliqu. Estoy bien.
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Oh dijo. Sin duda, no era la respuesta que esperaba. Yo dira que ha sido
un poco rastrero por su parte.
Es un to rastrero.
No era un to rastrero. Por eso me ha sorprendido tanto.
Me derrumb sobre mis almohadas. Me dola la cabeza.
Vamos a discutir de eso ahora?
Tal vez ms tarde dijo mi madre. Hasta luego.


Hay dos tipos de casas en el barrio donde crec: las de los padres que siguieron
casados, y las de los que no.
Si echas una mirada superficial, ambos tipos de casas parecen iguales, grandes
edificios coloniales de cuatro y cinco dormitorios, bien apartados de las calles sin
acera, cada uno sobre casi media hectrea de tierra. La mayora estn pintadas con
colores conservadores, pese a ciertos contrastes: una casa gris con postigos azules,
por ejemplo, o una casa beis claro con una puerta roja. La mayora tienen largos
caminos de entrada, de gravilla, y muchos cuentan con piscina en la parte trasera.
Pero si miras con atencin o, an mejor, te quedas un rato, empezars a
distinguir la diferencia.
Las casas de los divorciados son aquellas en que ya no para una camioneta de
mantenimiento de jardines, aquellas frente a las que el cortador de csped pasa de
largo las maanas posteriores a tormentas invernales. Fjate bien y vers, o bien un
desfile de adolescentes hoscos, o en ocasiones hasta la seora de la casa, que salen
para encargarse de rastrillar, cortar, cavar y podar sin ayuda de nadie. Son las casas
donde el coche de mam no cambia cada ao, sino que envejece sin cesar, y donde el
segundo coche, si existe, es ms bien una pieza de cuarta mano localizada en los
anuncios clasificados del Examiner, en lugar del Honda Civic sin accesorios pero
nuevo de trinca. O si el chico es afortunado, el coche deportivo que compr pap
cuando le dio la crisis de los cuarenta.
No hay jardines de diseo, ni grandes fiestas junto a la piscina en verano, ni
cuadrillas de obreros que se presentan a las siete de la maana para aadir un nuevo
estudio o dormitorio principal a la casa. La pintura dura cuatro o cinco aos en lugar
de dos o tres, y ya ha empezado a desprenderse cuando llega el momento de dar la
nueva capa.
Pero podras distinguir la diferencia sobre todo los sbados por la maana,
cuando empezaba lo que mis amigos y yo bautizamos como el Desfile de Paps. A
eso de las diez o las once de cada sbado, los caminos de entrada y las calles vecinas
se llenaban de coches conducidos por los hombres que haban vivido en esas casas de
cuatro y cinco dormitorios. Uno a uno, salan de sus coches, suban por el camino de
acceso, tocaban el timbre de la casa donde antes dorman, y recogan a los cros para
que pasaran el fin de semana con ellos. Esos das, decan mis amigos, estaban
plagados de todo tipo de extravagancias: compras a porrillo, desplazamientos a las
galeras comerciales, el zoo, el circo, comidas fuera, cenas fuera, una peli antes y otra
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despus. Cualquier cosa con tal de que el tiempo pasara, con tal de llenar los minutos
muertos entre hijos y padres que, de repente, tenan muy poco que decirse, una vez
que haban intercambiado unas cuantas gracias (en los casos en que reinaba la
cordialidad), o escupido vitriolo (en los casos controvertidos, esos en que los padres
exhiban las mutuas deficiencias e infidelidades delante de un juez, y por extensin,
ante un pblico chismoso, y a la postre, tambin ante sus hijos).
Todos mis amigos conocan el pao. Mi hermano, mi hermana y yo lo
experimentamos algunas veces, al principio de la separacin de mis padres, antes
que que mi padre anunciara que quera ser ms como un to que como un padre, y
que nuestras visitas de fin de semana no encajaban en sus planes. Pasbamos las
noches de los sbados en un sof-cama de su apartamento, situado al otro lado de la
ciudad, un espacio reducido y polvoriento, abarrotado de un equipo estreo
demasiado carro y televisores de ltima generacin, y demasiadas fotos de los nios,
para acabar sin ninguna. En casa de mi padre, Lucy y yo nos apretujbamos en el
estrecho colchn del sof-cama, con el marco de metal clavado en la carne toda la
noche, mientras Josh dorman a nuestro lado sobre el suelo, en un saco de dormir.
Comamos y cenbamos siempre en restaurantes. Pocos paps recin solteros sabran
cocinar, ni deseaban aprender. La mayora, tal como se descubra a la larga, slo
estaban esperando a que apareciera una nueva esposa o novia, que se encargara de
llenar la nevera y le tuviera la cena preparada cada noche.
Y el domingo por la maana, a tiempo de ir a la iglesia o a la escuela hebrea, el
desfile volva a empezar, slo que al revs: los coches frenaban y vomitaban nios,
que recorran el camino de entrada con cuidado de no correr o transparentar excesivo
alivio, y los padres procuraban no marcharse con demasiada rapidez, intentando
recordar que, en teora, se trataba de un placer, no de una obligacin. Repetan la
rutina durante dos, tres, cuatro aos. Despus, desaparecan. La mayora se haban,
casado de nuevo, o vivan en otra parte.
En realidad, no era tan horrible como en el Tercer Mundo o en los Apalaches.
Pese al descenso de la calidad de vida, en las afueras de Filadelfia todava se viva
mejor que en casi cualquier parte del mundo, o de nuestro pas. Aunque nuestros
coches fueran ms viejos y nuestras vacaciones menos lujosas y nuestras piscinas
menos prstinas, an tenamos coches, vacaciones, piscinas en los patios traseros y
techos sobre nuestras cabezas.
Y las madres y los hijos aprendan a prestarse mutuo apoyo. El divorcio nos
ense a enfrentarnos a la vida, aunque fuera en determinadas circunstancias, o a
contestar cuando la lder de las Girl Scouts preguntaba qu te gustara llevar al
banquete de los padres (un padre era la respuesta favorita). Mis amigas y yo
aprendimos a ser impertinentes y groseras, incluso cnicas, y todo ello antes de
cumplir los diecisis.
No obstante, siempre me preguntaba qu sentan los padres cuando pasaban
por la calle a la que antes volvan cada noche, y si vean en realidad sus ex casas, si se
fijaban en el deterioro ahora que ya no residan en ellas. Me lo volv a preguntar
cuando fren ante la casa donde haba crecido. Observ que estaba ms descuidada
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que nunca. Ni mi madre ni su temible compaera de vida, Tanya, eran muy proclives
a adecentar el patio, de modo que el csped estaba sembrado de hojas marrones
secas. La gravilla del camino de acceso era tan fina como el pelo de un hombre mayor
peinado sobre una calva ya no incipiente, y cuando aparqu distingu el tenue brillo
del metal viejo detrs del cobertizo de las herramientas. Antes aparcbamos nuestras
bicicletas all. Tanya haba limpiado el espacio a base de amontonar todas las bicis
antiguas, desde triciclos a bicicletas de diez marchas, detrs del cobertizo,
abandonndolas para que se oxidaran. Consideradlo arte conceptual, nos haba
animado mi madre cuando Josh se quej de que parecamos chatarreros con tanta
bicicleta amontonada. Me pregunt si mi padre se pasaba alguna vez por la calle, si
estaba al corriente de la situacin actual de mi madre, si alguna vez pensaba en
nosotros, o si estaba satisfecho de tener a sus tres hijos desperdigados por el mundo,
todos adultos, unos completos extraos.
Mi madre estaba esperando en el camino de entrada. Como yo, es alta y robusta
(una Mujer Rolliza, repiti la voz de Bruce en mi cabeza). Pero mientras yo soy un
reloj de arena (un reloj de arena muy lleno), mi madre tiene forma de manzana, una
regin abdominal redondeada aposentada sobre piernas musculosas y firmes.
Jugadora destacada de tenis, baloncesto y hockey sobre hierba en el instituto, y actual
estrella de las Switch Hitters (su inevitable equipo de softball lesbiano), Ann
Goldblum Shapiro ha conservado el porte y la delicadeza de una atleta de otros
tiempos, una mujer convencida de que no hay problema irresoluble ni situacin
desesperada si haces una buena caminata o unos cuantos largos de piscina.
Lleva el cabello corto, no se tie las canas y se viste con ropa cmoda, en tonos
grises, beis y rosa plido. Sus ojos son del mismo color verde que los mos, pero ms
grandes y menos ansiosos, y sonre muchsimo. Es la clase de persona a la que no
paran de abordar desconocidos, para pedirle una direccin, un consejo, una opinin
sincera acerca de si el traje de bao consigue que el culo de la portadora parezca ms
grande en el vestidor comunal de Loehmann's.
Hoy iba vestida para nuestra salida con pantalones de chndal rosa plido,
jersey de cuello cisne azul, uno de sus catorce pares de zapatillas de deporte para
actividades concretas, y una cazadora adornada con un pequeo broche triangular
con los colores del arco iris. No llevaba maquillaje (nunca utiliza), y el pelo exhiba
sus habituales pas secadas al aire. Pareca feliz cuando subi al coche. Para ella, las
clases de cocina gratuitas en el principal mercado del centro de Filadelfia eran
mejores que una comedia de xito. No pretendan ser participativas, pero nadie se
haba molestado en decrselo.
Sutil dije, al tiempo que sealaba su broche
2
.
Te gusta? pregunt, indiferente. Tanya y yo lo elegimos en New Hope
el fin de semana pasado.
Me compraste uno? pregunt.
No dijo, negndose a morder el anzuelo. Te compramos esto.

2
La bandera con los colores del arco iris es el emblema del movimiento gay. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Me entreg un pequeo rectngulo envuelto en papel prpura. Lo desenvolv al
parar en un semforo en rojo, y descubr un imn que plasmaba a una chica de
dibujo animado con el pelo rizado y gafas. No soy gay, pero mi madre s, rezaba.
Perfecto.
Juguete con los mandos de la radio y guard silencio durante la media hora de
trayecto hasta la ciudad. Mi madre iba callada a mi lado, a la espera de que yo sacara
a colacin la ltima obra de Bruce. Ya dentro del mercado, entre el verdulero y la
parada de pescado fresco, lo hice por fin.
Bueno en la cama resopl. Ja!
Mi madre me mir de reojo.
Debo suponer que no lo era?
No quiero hablar de esto contigo gru, mientras dejbamos atrs las
pasteleras, los puestos de comida tailandesa y mexicana, y encontrbamos asientos
delante de la cocina de demostracin. El chef (un semihabitual al que recordaba de la
clase de Favoritos del Sur de tres semanas antes) palideci cuando mi madre se
sent.
Mi madre me mir, se encogi de hombros y clav la vista en la pizarra. Esta
semana tocaba Clsicos norteamericanos con cinco ingredientes fciles. El chef
inici su parrafada. Uno de sus ayudantes, un chaval larguirucho y granujiento de la
Escuela de Restauracin, empez a trocear un repollo.
Se va a cortar un dedo predijo mi madre.
Ssssh! dije, cuando los habituales de la primera fila, en su mayor parte
ciudadanos de edad avanzada que se tomaban las lecciones muy en serio, nos
miraron ceudos.
Bien, pues es verdad sigui mi madre. Sujeta mal el cuchillo. Volviendo a
Bruce...
No quiero hablar de eso dije.
El chef fundi un gigantesco pedazo de mantequilla en una sartn. Despus
aadi beicon. Mi madre lanz una exclamacin ahogada, como si acabara de
presenciar una degollina, y levant la mano.
Existe alguna modificacin beneficiosa para el corazn en esta receta?
pregunt. El chef suspir y empez a hablar del aceite de oliva. Mi madre volvi la
atencin hacia m. Olvida a Bruce. Puedes conseguir cosas mejores.
Madre!
Ssssh! sisearon los forofos de la primera fila. Mi madre mene la cabeza.
No puedo creerlo.
El qu?
Ves el tamao de esa sartn? No es lo bastante grande.
En efecto, el chef estaba amontonando demasiado repollo mal troceado en una
sartn estrecha. Mi madre levant la mano. Se la baj de un tirn.
Olvdalo.
Cmo va a aprender algo si nadie le dice que est cometiendo un error? se
quej, mientras observaba el escenario con los ojos entornados.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 27 -
Tiene razn admiti la mujer sentada a su lado.
Y si va a espolvorear con harina ese pollo continu mi madre, yo creo
que antes hay que salpimentarlo.
Ha probado alguna vez con pimienta de Cayena? pregunt un viejo de la
fila de delante. No en exceso, claro, pero un pellizco le da muy buen sabor.
El tomillo tambin va bien dijo mi madre.
De acuerdo, Julia Child
3
.
Cerr los ojos y me hund todava ms en mi silla plegable, mientras el chef se
extenda en explicaciones sobre batatas confitadas y buuelos de manzana, y mi
madre continu interrogndole sobre sustituciones, modificaciones, tcnicas que
haba aprendido en sus aos de ama de casa, al tiempo que no cesaba de emitir
comentarios, para estupefaccin de la gente sentada cerca de ella, e indignacin de
toda la primera fila.
Ms tarde, mientras tombamos un capuchino y pretzels con mantequilla en la
parada de los amish, me larg el discurso que sin duda haba estado preparando
desde anoche.
S que ahora ests herida en tus sentimientos empez, pero hay mucho
to suelto por ah.
S, claro murmur, con la vista clavada en mi taza.
Y tambin mujeres continu mi madre, servicial.
Mam, cuntas veces he de decrtelo? No soy lesbiana! No me interesa.
Ella mene la cabeza, con tristeza fingida.
Haba depositado tantas esperanzas en ti. Simul un suspiro y seal uno
de los puestos de pescado, donde haba lucios y carpas amontonados unos sobre
otros, con la boca abierta y los ojos saltones. Sus escamas proyectaban destellos
plateados bajo la luz. Eso es una leccin prctica.
Eso es un puesto de pescado la correg.
Es para decirte que hay muchos peces en el mar contest. Se acerc y dio
unos golpecitos con la ua sobre el acuario. La segu a regaadientes. Ves eso?
Piensa que cada uno de estos peces es un chico soltero.
Mir los peces. Los peces, amontonados en columnas de a seis sobre el hielo
triturado, me miraron boqueantes.
Tienen mejores modales observ. Es probable que algunos sean mejores
conversadores.
Quieren pescado? pregunt una asitica menuda con un delantal de goma
que le llegaba al suelo. Sujetaba un cuchillo de cortar en la mano. Por un momento
pens en pedrselo prestado, y en lo que sentira si destripaba a Bruce. Pescado
bueno nos anim.
No, gracias dije. Mi madre me llev de vuelta a la mesa.
No tendras que estar tan disgustada dijo. El artculo servir para forrar
jaulas el mes que viene...

3
La chef ms popular y prestigiosa de Estados Unidos. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 28 -
Un pensamiento muy reconfortante para una periodista dije.
No seas sarcstica.
No puedo ser de otra manera.
Suspir.
Nos sentamos otra vez. Mi madre levant su taza de caf.
Es porque consigui un trabajo en una revista? pregunt.
Respir hondo.
Quiz reconoc. Y era verdad. Ver que la estrella de Bruce se elevaba
mientras la ma segua estancada me habra herido, aunque el artculo no hubiera
versado sobre m.
Te va bien dijo mi madre. Ya llegar tu da.
Y si no llega? pregunt. Y si nunca consigo otro empleo, u otro
novio...?
Mi madre desech mis temores con un ademn, como si estuviera diciendo
tonteras.
Pero y si no lo consigo? repet, desdichada. l tiene su columna, est
escribiendo una novela...
Dice que est escribiendo una novela me corrigi. Eso no significa que
sea verdad.
Nunca voy a conocer a nadie ms afirm.
Mi madre suspir.
Creo que esto es en parte culpa ma dijo, por fin.
Eso atrajo mi atencin.
Cuando tu padre deca cosas...
No me gustaba nada el giro que estaba tomando la conversacin.
Madre...
No, Cannie, djame terminar. Respir hondo. Era espantoso. Mezquino y
horrible, y dej que se saliera demasiadas veces con la suya, y durante demasiado
tiempo.
Agua pasada dije.
Lo siento dijo mi madre. Ya se lo haba odo decir otras veces, por
supuesto, pero me haca dao cada vez, porque cada vez me obligaba a recordar de
qu se estaba disculpando, y lo horrible que haba sido. Lo siento porque s que
eso te ha convertido en lo que eres.
Me levant, agarr su taza y la ma, las servilletas usadas y los restos de los
pretzeh y me dirig en busca de un cubo de basura. Ella me sigui.
Convertirme en qu? pregunt.
Pens unos momentos.
Bien, no aceptas muy bien las crticas.
Dmelo.
No pareces muy a gusto con tu aspecto.
Ensame a una mujer que lo est repliqu. Lo que pasa es que no todas
conseguimos que exploten nuestras inseguridades para millones de lectores.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 29 -
Ojal... Mir apenada hacia las mesas del centro del mercado, donde haba
familias congregadas, tomando bocadillos o caf, hojeando secciones del Examiner.
Ojal creyeras algo ms en ti. Como en... el rollo romntico.
Otra conversacin que no quera sostener con mi madre reconvertida en
lesbiana.
Encontrars al chico perfecto dijo.
De momento, estoy abrumada por el nmero de candidatos.
Estuviste demasiado tiempo con Bruce...
Mam, por favor!
Era un chico agradable, pero yo saba que no le queras de esa manera.
Pensaba que te habas retirado de dar consejos heterosexuales.
Hago una aparicin especial como estrella invitada cuando es necesario
dijo alegremente. Al llegar al coche me dio un brusco abrazo. Un gran paso para ella,
saba yo. Mi madre es una gran cocinera, una oyente amable y una buena analista de
caracteres, pero nunca ha sido una especialista en sobos. Te quiero dijo, algo
tambin desacostumbrado en ella, pero yo no iba a protestar. Necesitaba todo el
amor que pudiera conseguir.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 30 -

Captulo 3
El lunes por la maana estaba sentada en una sala de espera llena de mujeres
demasiado grandes para cruzar las piernas, todas encajadas en butacas poco
adecuadas, en el sptimo piso del Centro de Trastornos Alimentarios de la
Universidad de Filadelfia, y pens que si yo estuviera al frente del lugar pondra
sofs.
Unas cuantas preguntas haba dicho la sonriente y esqueltica secretaria
apostada detrs de la mesa, al tiempo que me daba un grueso fajo de formularios,
una tablilla y un bolgrafo. All est el desayuno aadi con jovialidad, y seal
una pila de bollos disecados, un tubo de queso fresco desnatado y una jarra de zumo
de naranja con una gruesa pelcula de pulpa flotando encima. Cualquiera come algo
aqu, pens; hu de los bollos y me sent con los formularios bajo un cartel que
rezaba: Cambiar el rumbo... da a da!, con una modelo en mallas brincando a
travs de un campo lleno de flores, cosa que yo no hara por ms esqueltica que me
quedara.
Nombre. Eso era fcil. Estatura. Ningn problema. Peso actual. Aj. Peso mnimo
alcanzado en la edad adulta. Catorce aos colaran como adulta? Motivos para
querer perder peso. Pens un momento, y luego escrib: He sido humillada en
publicacin nacional. Pens un momento, y aad: Me gustara sentirme ms a
gusto conmigo misma.
Siguiente pgina. Historial diettico. Pesos mximos, pesos mnimos,
programas qu haba seguido, cunto haba perdido, cunto tiempo haba
conservado ese peso mnimo. Haga el favor de utilizar el reverso si necesita ms
espacio, deca el formulario. Lo necesitaba. De hecho, a juzgar por la rpida mirada
que ech a la sala, todo el mundo lo necesitaba. Una mujer lleg a pedir ms papel.
Pgina tres. Peso de los padres. Peso de los abuelos. Peso de los hermanos. Los
calcul a ojo. No eran cosas de las que se hablara en la mesa cuando la familia se
reuna. Me purgaba, abusaba de los laxantes, haca ejercicio compulsivamente? Si lo
hiciera, pens, tendra este aspecto?
Haga la lista de sus cinco restaurantes favoritos. Bien, esto sera fcil. Bastaba
con recorrer mi calle y pasar ante cinco fabulosos lugares donde comer, un poco de
todo, desde rollos de primavera a tiramis, en menos de tres manzanas. Filadelfia
an viva a la sombra de Nueva York, y a menudo tena el carcter de una resentida
hermana menor que nunca haba conseguido la matrcula de honor o el homenaje
deseado, pero el renacimiento de nuestra restauracin era real, y yo viva en el barrio
que albergaba la primera crepera, el primer japons y el primer local de cenas con
espectculo de drag queens (travests mediocres, calamares divinos). Tambin
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 31 -
contbamos con las dos cafeteras obligatorias por manzana, que me haban atrapado
con capuchinos y magdalenas con virutas de chocolate. No era el desayuno de los
campeones, lo saba, pero qu poda hacer una chica, excepto intentar compensar,
esquivando los locales de filetes con queso de cada esquina? Para colmo, Andy, el
nico amigo de verdad que haba hecho en el peridico, era el crtico de gastronoma,
y le acompaaba a menudo cuando iba a hacer sus crticas, y coma foie gras, y
rillettes de liebre, y buey, y venado, y lubina al horno, en los mejores restaurantes de
la ciudad, mientras Andy murmuraba en el micrfono con el cable enrollado en el
cuello.
Cinco platos favoritos. Esto se estaba poniendo difcil. Los postres, en mi
opinin, constituan una categora aparte de los platos principales, y el desayuno era
otra cosa muy distinta, y las cinco cosas mejores que saba cocinar no tenan nada que
ver con las cinco cosas mejores que poda comprar. El pur de patatas y el pollo
asado me salan bien, pero poda compararlos con las tartas de chocolate y la crme
brle de la pastelera parisina de Lombard Street? O con las hojas de parra rellenas
a la plancha de Vietnam, el pollo frito de Delilah's y los brownies de Le Bus? Escrib,
tach, record el budn de chocolate de Silk City Dinner, al horno y con crema
inglesa, y tuve que empezar de nuevo.
Siete pginas de historial mdico. Tena soplo cardaco, hipertensin,
glaucoma? Estaba embarazada? No, no y mil veces no. Seis pginas de historial
emocional. Coma cuando estaba disgustada? S. Coma cuando estaba contenta?
S. Me arrojara sobre aquellos bollos y el queso fresco de aspecto repugnante, de no
ser por estar acompaada? Ya puedes apostar a que s.
Pginas de psicologa. Me deprima con frecuencia? Rode con un crculo a
veces. Pensaba en el suicidio? Me encog, y despus rode con un crculo muy
poco. Insomnio? No. Sensacin de inutilidad? S, aunque saba que no era una
intil. Fantaseaba en ocasiones con cortar partes carnosas o fofas de mi cuerpo?
Caramba, no le pasa a todo el mundo? Haga el favor de aadir alguna idea
adicional. Escrib: Soy feliz en todos los aspectos de mi vida, excepto en lo tocante a
mi apariencia fsica. Y despus aad: Y a mi vida amorosa.
Re un poco. La mujer embutida en la butaca de al lado me dirigi una sonrisa
vacilante. Llevaba uno de esos atuendos que siempre he considerado de gorda chic:
mallas y blusa de un azul plido, con margaritas bordadas sobre la pechera. Un
atuendo bonito, aunque no barato, sino divertido y enrollado. Es como si los
diseadores de moda decidieran que, cuando la mujer alcanzaba cierto peso, ya no
necesitaba trajes de chaqueta, faldas y blazers, sino chndales de fantasa, e
intentaran disculparse por vestirnos como teletubis envejecidas a base de margaritas
estarcidas en la pechera.
Ro para no llorar expliqu.
Lo he captado dijo ella. Soy Lily.
Yo me llamo Candace. Cannie.
Candy no?
Creo que mis padres decidieron no darles ms motivos de befa y mofa a los
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 32 -
chicos del colegio
4
dije. Ella sonri. Llevaba el pelo, negro y lustroso, estirado hacia
atrs y cargado de abalorios similares a palillos, y llevaba botones en forma de
diamante, del tamao de cacahuetes, en las orejas.
Crees que esto funcionar? pregunt. Encogi sus gruesos hombros.
Segua la dieta del phen-fen contest. Esas pildoras para adelgazar. Perd
treinta y cinco kilos.
Introdujo la mano en su bolso. Yo saba lo que se avecinaba. Las mujeres
normales llevan fotos de sus hijos, sus maridos, sus segundas residencias. Las
mujeres gordas llevan fotos de cuando eran ms delgadas. Lily me ense una foto
de cuerpo entero, con un vestido negro, y despus de perfil, con minifalda y jersey.
Tena un aspecto tremendo.
Phen-fen suspir. Su busto pareca algo gobernado por las mareas y la
gravedad, ajeno a la voluntad humana. Me iba tan bien dijo. Una mirada
nostlgica apareci en sus ojos. Nunca tena hambre. Era como volar.
Las anfetas tambin obran esos efectos coment.
Lily no me escuchaba.
El da que lo retiraron del mercado llor. Me esforc lo que pude, pero
recuper todo lo que haba perdido en diez minutos, o al menos eso me pareci a m.
Entorn los ojos. Habra matado por conseguir ms phen-fen.
Pero... empec, vacilante. No provocaba problemas cardacos?
Lily resopl.
Si me dejaran elegir entre estar as de gorda y estar muerta, juro que me lo
habra pensado. Es ridculo! Me bastara recorrer dos manzanas para comprar
crack, pero no puedo conseguir phen-fen de ninguna manera.
Oh.
No se me ocurri nada ms que decir.
Nunca has probado el phen-fen?
No. Slo Weight Watchers.
Mis palabras provocaron un coro de lamentos, y todas las mujeres que me
rodeaban pusieron los ojos en blanco.
Weight Watchers!
Qu chorrada.
Pero una chorrada cara.
Ponerse en fila para que un ser esqueltico te pese...
Y las balanzas nunca estaban equilibradas dijo Lily, jaleada por un coro de
entusiastas seguidoras.
La flaca del escritorio compuso una expresin preocupada. Las gordas se
rebelaban! Sonre, cuando imagin que invadamos la sala como un ejrcito de obesas
con pantalones elsticos, derribbamos las bsculas, la mquina de medir la tensin,
arrancbamos de las paredes las grficas que relacionaban la estatura con el peso, y
obligbamos a todas las empleadas esquelticas a comrselas, mientras nosotras

4
Candy, en ingls, significa caramelo, bombn. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 33 -
devorbamos los bollos y el queso fresco desnatado.
Candace Shapiro?
Un mdico alto de voz muy profunda me estaba llamando. Lily estrech mi
mano.
Buena suerte susurr. Si guarda muestras de phen-fen, cgelas!
El mdico era un cuarentn delgado (por supuesto), cuyas sienes empezaban a
teirse de gris, de grandes ojos castaos, que me estrech la mano con energa.
Tambin era extremadamente alto. Incluso con mis Doc Martens de suela gruesa
apenas le llegaba a los hombros, lo cual significaba que deba de medir cerca de dos
metros. Su nombre sonaba como doctor Krushelevsky, slo que con ms slabas.
Puede llamarme doctor K. dijo, con su voz tan absurdamente lenta y
profunda.
Yo esperaba que renunciara a imitar a Barry White y hablara como una persona
normal, pero no lo hizo, por lo cual deduje que aquella era su voz autntica. Me
sent, con el bolso apretado contra mi pecho, mientras l pasaba las pginas de mi
formulario, se demoraba en algunas respuestas, rea sin disimulos de otras. Pase la
vista a mi alrededor, con el propsito de relajarme. Su despacho era encantador.
Sofs de piel, un escritorio repleto de cosas, pero sin exagerar, una alfombra de
aspecto oriental cubierta de columnas de libros, papeles, revistas, y un compacto de
televisin y vdeo en una esquina, y una nevera pequea con una cafetera encima en
otra esquina. Me pregunt si alguna vez dorma aqu..., si el sof se converta en una
cama. Era el tipo de lugar que te daba ganas de habitar.
Humillada en una publicacin nacional? ley en voz alta. Qu pas?
Huy dije. No querr saberlo.
S, de veras. Creo que nunca haba ledo una respuesta tan curiosa.
Bien, mi novio me encog. Ex novio. Perdn. Escribe una columna en
Moxie...
Bueno en la cama? pregunt el mdico.
Pues s. Me gusta pensar eso.
El mdico se ruboriz.
No... Quiero decir...
S, es la columna que Bruce escribe. No me diga que la lee.
Si un dietista cuarentn la haba ledo, caba suponer que todos mis conocidos
tambin.
De hecho, la recort. Pens que a nuestras pacientes les hara gracia.
Cmo? Por qu?
Bien, se trata de un anlisis bastante preciso de..., de...
Una chica gorda?
El mdico sonri.
No la llamaba as en ningn momento.
Pero casi.
Ha venido a causa del artculo?
En parte.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 34 -
El mdico me mir.
Bien, sobre todo por eso continu. Es que... Nunca me haba
considerado... as. Una mujer rolliza. O sea, s que soy... rolliza..., y s que debera
adelgazar. O sea, no soy ciega, ni ajena a la cultura, ni a las expectativas de los
norteamericanos respecto de sus mujeres...
Ha venido a causa de las expectativas norteamericanas?
Quiero estar delgada. Me mir, expectante. Bueno, ms delgada, al
menos.
Pas las hojas del formulario.
Sus padres son gordos dijo.
Bueno..., ms o menos. Mi mam est un poco entrada en carnes. A mi padre
hace aos que no le veo. Cuando se fue tena un poco de barriga, pero... Hice una
pausa. La verdad era que no saba dnde viva mi padre, y cuando hablaban de l,
nunca saba qu decir. No tengo ni idea de cul ser su aspecto en este momento.
El mdico levant la vista.
No le ve?
No.
Garrapate una nota.
Cmo son sus hermanos?
Los dos delgados suspir. Yo soy la nica de los tres que sali obesita.
El mdico ri.
Que sali obesita. Nunca haba odo esa expresin.
S, bueno. Tengo un milln ms.
Pas ms pginas.
Es usted reportera?
Asent. Volvi hacia atrs.
Candace Shapiro... He visto su nombre.
De veras?
Qu sorpresa. La mayora de los civiles se saltaban los nombres de los autores
de artculos.
A veces escribe sobre televisin. Asent. Es usted muy graciosa. Le gusta
su trabajo?
Me encanta mi trabajo contest, y lo dije en serio. Cuando no estaba
obsesionada por la tensin a la que me senta sometida, el estar expuesta a la mirada
pblica por ser una reportera, la lucha entre camaradas por conseguir nuevos
reportajes y soar con la tienda de bollos, me lo pasaba de coa. Es muy divertido.
Interesante, fascinante..., todo eso.
Escribi algo en el expediente.
Y usted cree que su peso afecta a la calidad de su trabajo..., al dinero que
gana, a sus ascensos?
Pens por un momento.
No. Bien, a veces, algunas de las personas a las que entrevisto..., bueno, son
delgadas, y yo no, y me pongo un poco celosa, o me pregunto si piensan que soy
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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perezosa o algo por el estilo, y cuando escribo los artculos he de ir con cuidado, para
que mis sentimientos no influyan en lo que digo sobre ellas. Pero soy una buena
profesional. La gente me respeta. Hay quien me teme incluso. Y es un peridico
sindicado, de modo que no tengo problemas econmicos.
El hombre ri, sigui pasando las hojas y se detuvo en la pgina de psicologa.
Hizo terapia el ao pasado?
Unas ocho semanas.
Puedo preguntar por qu?
Medit un momento. No es fcil confesar a alguien a quien acabas de conocer
que tu madre ha anunciado, a los cincuenta y seis aos, que es gay. Sobre todo a
alguien que pareca un James Earl Jones delgado y blanco, y a quien le hara tanta
gracia que lo repetira en voz alta. Incluso ms de una vez.
Asuntos familiares dije, por fin.
Se limit a mirarme.
Mi madre haba iniciado... una nueva relacin, que avanzaba muy deprisa, y
yo me senta un bicho raro.
Ayud la terapia?
Pens en la mujer que me haba asignado mi mutua, una mujer tmida con rizos
a lo Annie la Huerfanita, con gafas sujetas alrededor del cuello y que pareca un poco
asustada de m. Tal vez escuchar lo de mi madre recin convertida al lesbianismo y
lo de mi padre ausente, antes de transcurridos cinco minutos de sesin, fue
demasiado para ella. Siempre tena ese aspecto de estar encogida, como si temiera
que en cualquier momento me precipitara sobre su mesa, apartara de un manotazo la
caja de Kleenex e intentara estrangularla.
Supongo que s. El principal punto de la terapeuta era que no puedo cambiar
lo que otros miembros de mi familia hacen, pero s puedo cambiar la forma de
reaccionar ante sus actos.
Garabate algo en mi expediente. Prob una inclinacin sutil para verlo, pero
tena la pgina ladeada en un ngulo difcil.
Fue un buen consejo?
Me estremec por dentro, cuando record que Tanya se haba mudado a las seis
semanas de que mi madre y ella empezaran a salir, y su primer acto de toma de
posesin consisti en sacar todos los muebles de lo que haba sido mi dormitorio y
sustituirlos por sus abigarrados potingues bronceadores y libros de autoayuda, ms
su telar de dos toneladas. A modo de agradecimiento, teji a Nifkin un pequeo
jersey a rayas. Nifkin lo utiliz una vez, y luego lo devor.
Imagino que s. O sea, la situacin no es perfecta, pero digamos que me estoy
acostumbrando.
Bien, estupendo dijo, y cerr mi expediente. La cuestin es sta, Candace.
Cannie rectifiqu. Slo me llaman Candace cuando estoy en apuros.
Cannie, pues. Estamos llevando a cabo un estudio, que durar un ao, de una
droga llamada sibutramina, que funciona un poco como el phen-fen. Has utilizado
phen-fen alguna vez?
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 36 -
No dije, pero hay una seora en el vestbulo que lo echa mucho de
menos.
Volvi a sonrer. Observ que tena un hoyuelo en la mejilla izquierda.
Me doy por avisado dijo. Bien, la sibutramina es menos agresiva que el
phen-fen, pero su efecto es el mismo, y consiste bsicamente en engaar a tu cerebro
para que piense que ests llena durante ms tiempo. La buena noticia es que carece
de los peligros para la salud y las complicaciones potenciales que se han asociado con
el phen-fen. Estamos buscando mujeres que sobrepasen en un treinta por ciento su
peso ideal, como mnimo...
... y tiene el placer de informarme de que cumplo los requisitos dije con
amargura.
El hombre sonri.
Los estudios ya realizados demuestran que los pacientes pierden entre un
cinco y un diez por ciento de peso en un ao.
Efectu unos rpidos clculos. Perder el diez por ciento de peso no me iba a
acercar al peso que yo deseaba.
Eso te decepciona?
Estaba de broma? Era frustrante! Tenamos la tecnologa para sustituir
corazones, poner septuagenarios en la Luna, facilitar erecciones a viejos pedorros, y
la ciencia moderna slo poda descargarme de un diez por ciento de peso?
Creo que es mejor que nada dije.
El diez por ciento es muchsimo mejor que nada dijo con absoluta
seriedad. Los estudios demuestran que perder tan slo cuatro kilos obra efectos
radicales en la tensin y el colesterol.
Tengo veintiocho aos. Mi tensin y mi colesterol estn bien. No estoy
preocupada por mi salud. O que mi voz se alzaba. Quiero estar delgada.
Necesito estar delgada.
Candace... Cannie...
Respir hondo y apoy la frente en las manos.
Lo siento.
Apoy una mano sobre mi brazo. Me sent bien. Era un truco que deban de
haberle enseado en la Facultad de Medicina: si la paciente se pone histrica ante la
perspectiva de perder muy poco peso, apoya una mano con suavidad sobre su
brazo... Apart el brazo.
Escucha dijo, para ser realistas, teniendo en cuenta tu herencia gentica y
tu constitucin, es posible que nunca puedas ser una persona delgada. Pero eso no es
lo peor del mundo.
No levant la cabeza.
Ah, no?
No ests enferma. No sufres ningn dolor...
Me mord el labio. El to no tena ni idea. Recuerdo cuando tena catorce aos o
as, unas vacaciones de verano en la playa, paseando por una acera con mi hermana,
mi hermana esbelta, Lucy. Llevbamos gorras de bisbol, pantalones cortos, trajes de
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 37 -
bao y sandalias. Comamos cucuruchos de helado. Si cerraba los ojos, poda ver el
aspecto de mis piernas bronceadas en contraste con los pantalones blancos, revivir la
sensacin del helado al fundirse en mi lengua. Una dama canosa de aspecto
bondadoso se nos haba acercado con una sonrisa. Pens que dira algo as como que
le recordbamos a sus nietas, o que le hacamos aorar a su hermana y lo bien que lo
haban pasado juntas. En cambio, salud con un cabeceo a mi hermana, se acerc a
m y seal el helado.
T no necesitas eso, querida dijo. Deberas estar a rgimen.
Recordaba cosas como sa. Toda una vida de groseras, todas esas pequeas
heridas que llevaba por el mundo como piedras cosidas en los bolsillos. El precio que
pagabas por ser una Mujer Rolliza. T no necesitas eso. No sufres ningn dolor, haba
dicho el to. Menudo chiste.
El mdico carraspe.
Vamos a hablar un momento de motivaciones.
Oh, estoy muy motivada. Levant la cabeza, forc una sonrisa torcida.
No se da cuenta?
Me devolvi la sonrisa.
Tambin estamos buscando gente que cuente con la motivacin adecuada.
Cerr mi expediente y cruz las manos sobre su estmago inexistente. Ya lo sabrs,
pero la gente que consigue un xito prolongado con el control de su peso es la que
decide perder peso por s misma. No por sus parejas, por sus padres, o porque la
reunin del instituto se acerca, o porque se avergenzan de algo que alguien escribi.
Nos miramos en silencio.
Me gustara saber continu si se te ocurre algn motivo para perder
peso, aparte del hecho de que en este preciso momento ests enfadada y disgustada.
No estoy enfadada dije, enfadada.
l no sonri.
Se te ocurre algn otro motivo?
Soy desdichada solt de sopetn. Me siento sola. Nadie me va a pedir
que salgamos con este aspecto. Voy a morir sola, y mi perro va a devorar mi cara, y
nadie nos encontrar hasta que el olor se cuele por debajo de la puerta.
Todo eso me parece muy improbable dijo con una sonrisa.
Usted no conoce a mi perro dije. He sido aceptada? Voy a recibir
medicamentos? Puedo empezar a tomarlos ya?
El mdico sonri.
Seguiremos en contacto. Me levant. Se puso un estetoscopio alrededor del
cuello y dio unos golpecitos sobre la mesa de examen. Te sacarn sangre cuando
salgas. Voy a auscultar tu corazn un momento. Sbete aqu, por favor.
Me sent muy tiesa sobre el papel blanco crujiente que cubra la mesa y cerr los
ojos cuando apoy las manos sobre mi espalda. La primera vez que un hombre me
tocaba con cierta deferencia o dulzura desde Bruce. Pensar en eso me llen los ojos
de lgrimas. No lo hagas, pens enfurecida, no llores ahora.
Aspira dijo el doctor K. con calma. Si sospechaba lo que estaba pasando, no
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 38 -
lo manifest. Muy bien... Retn el aire... y espira.
Sigue en su sitio? pregunt, al tiempo que miraba su cabeza y me
inclinaba, cuando apoy el estetoscopio bajo mi pecho izquierdo. Y entonces, antes
de que pudiera contenerme: Suena como si estuviera roto?
El hombre se incorpor y sonri.
Sigue en su sitio. No est roto. De hecho, suena como un corazn fuerte y
sano. Me ofreci la mano. Creo que todo ir bien. Seguiremos en contacto.
En el vestbulo, Lily, la mujer con la camisa a margaritas, segua encajada en su
asiento, con la mitad de un bollo en equilibrio sobre una rodilla.
Y bien? pregunt.
Me informarn cuando corresponda dije.
Tena un trozo de papel en su mano. No me sorprendi ver que era una
fotocopia de Querer a una mujer rolliza, de Bruce Guberman.
Has visto esto? me pregunt.
Asent.
Es muy bueno dijo. Este to ha dado en el blanco. Se removi justo lo
que le permita la butaca y me mir a los ojos. Te imaginas a la idiota que dej
escapar a ese mirlo blanco?
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 39 -

Captulo 4
Creo que todas las personas solteras deberan tener un perro. Creo que el
Gobierno debera intervenir: si no ests casado o vives en pareja, tanto si eres
divorciado, viudo o te han plantado, deberan obligarte a presentarte de inmediato
en la perrera municipal ms cercana y elegir un animal de compaa.
Los perros dotan a tus das de un ritmo y un propsito. Cuando un perro
depende de ti, no puedes acostarte a horas muy tardas, ni estar fuera todo el da y
toda la noche.
Cada maana, independientemente de lo que hubiera bebido, lo que hubiera
hecho o el estado de mi corazn, Nifkin me despertaba a base de apoyar su morro con
suavidad sobre mis prpados. Es un perrito muy comprensivo, que se sienta con
paciencia sobre el sof, con las patas cruzadas delante del cuerpo, mientras yo coreo
las canciones de My Fair Lady o recorto recetas de Crculo Familiar, a la que me
suscrib pese a que, como me gustaba bromear, no tena ni familia ni crculo.
Nifkin es un terrier pequeo y bien hecho, blanco con manchas negras y marcas
marrones en sus patas largas y estrechas. Pesa exactamente cuatro kilos y medio, y
parece un Jack Russell anorxico y muy nervioso, con orejas de doberman, siempre
erguidas. Es un perro de segunda mano. Lo hered de tres periodistas deportivos
que conoc en mi primer peridico. Iban a alquilar una casa, y decidieron que una
casa necesitaba un perro. As que se llevaron a Nifkin de la perrera, convencidos de
que era un cachorro de doberman. No era tal, por supuesto..., sino un simple terrier
todo lo crecido que poda con orejas desproporcionadas. La verdad es que parece
hecho con piezas de diferentes perros, que alguien combin como para gastar una
broma. Y tiene una permanente sonrisa despectiva a lo Elvis en su cara, el resultado,
segn cuenta la historia, de que su madre le pegara cuando era pequeito. De todos
modos, me reprimo de comentar sus deficiencias cuando me puede or. Es muy
sensible en lo tocante a su aspecto. Igual que su madre.
Los periodistas deportivos pasaron seis meses colmndole de atenciones,
permitiendo que bebiera cerveza en su cuenco de agua, o bien dejndole encerrado
en la cocina sin hacerle el menor caso, mientras seguan esperando a que se
convirtiera en doberman. Despus, uno de ellos consigui un empleo en el Fort
Lauderdale Sun-Sentinel, y los otros dos decidieron separarse y vivir cada uno en su
propio apartamento. Ninguno quiso llevarse al angustiado Nifkin, que no se pareca
en nada a un doberman.
Los empleados podan publicar gratis anuncios clasificados en el peridico, y el
suyo, Perro pequeo, moteado, se ofrece gratis para un buen hogar, sali durante
dos semanas sin que nadie se interesara. Desesperados, con las maletas hechas y
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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pagados ya los depsitos a cuenta de sus apartamentos, los periodistas deportivos
me asaltaron en la cafetera de la empresa.
O t, o la perrera municipal otra vez dijeron.
Es aseado?
Intercambiaron una mirada inquieta.
Ms o menos dijo uno.
Casi siempre dijo el otro.
Muerde cosas?
Otra mirada inquieta.
Le gusta el cuero sin curtir dijo uno.
El otro mantuvo la boca cerrada, de lo cual deduje que a Nifkin deban de
gustarle tambin los zapatos, los cinturones, los billeteros y cualquier cosa que se
cruzara en su camino.
Ha aprendido a pasear con correa, o an va tirando todo el rato? Creis que
respondera a otro nombre que no fuera Nifkin?
Los tos se miraron.
Escucha, Cannie dijo uno por fin, ya sabes lo que les pasa a los perros en
la perrera..., a menos que puedan convencer a otra persona de que es un doberman.
Y eso es muy improbable.
Me qued con l. Y por supuesto, Nifkin pas los primeros meses apostado
furtivamente en una esquina de la sala de estar, practicando un agujero en mi sof y
reaccionando como un conejo espstico cada vez que sujetaba la correa a su collar.
Cuando me traslad a Filadelfia, decid que las cosas seran diferentes. Impuse a
Nifkin un horario riguroso: un paseo a las siete y media de la maana y otro a las
cuatro de la tarde, por los cuales pagaba al cro de los vecinos veinte dlares a la
semana, y luego una vuelta a la manzana antes de acostarme. Nos tiramos seis meses
de duro entrenamiento, con el fin de desarrollar la obediencia, despus de lo cual
dej de mordisquear, fue muy aseado y le gustaba por lo general pasear a mi lado, a
menos que una ardilla o un to en monopatn lo distrajeran. Como premio por sus
progresos, se le permiti subir a los muebles. Se sentaba a mi lado en el sof mientras
yo vea la tele, y dorma aovillado sobre una almohada junto a mi cabeza cada noche.
Quieres a ese perro ms que a m se quejaba Bruce, y era verdad que tena
muy mimado a Nifkin, con todo tipo de juguetes esponjosos, huesos de cuero,
pequeos jerseys de lanilla y platos deliciosos, y me avergenza decirlo, un pequeo
sof de tamao perro, tapizado con el mismo algodn que mi sof, donde duerme
cuando estoy trabajando (tambin era verdad que Bruce pasaba de Nifkin, y no se
molestaba en sacarlo a pasear. Yo llegaba a casa del gimnasio, de dar un paseo en bici
o de un largo da de trabajo, y encontraba a Bruce espatarrado en el sof, muchas
veces con su pipa cerca, y a Nifkin subido a una almohada, tembloroso, con aspecto
de estar a punto de estallar. Ha salido a pasear?, preguntaba yo, y Bruce se
encoga de hombros como si tal cosa. Despus de que esto ocurriera una docena de
veces o as, dej de preguntar). La foto de Nifkin es mi salvapantallas del trabajo, y
estoy suscrita al boletn virtual Ratter Chatter, aunque hasta el momento me he
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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refrenado de enviar su foto.
Cuando estbamos en la cama juntos, Bruce y yo solamos inventar episodios
de la vida de Nifkin. Yo era de la opinin de que Nifkin haba nacido en el seno de
una familia inglesa acomodada, pero su padre lo haba desheredado despus de
sorprenderlo en una postura comprometedora en el pajar con uno de los chicos del
establo, y lo haba enviado a Estados Unidos.
Quiz trabaj como decorador de escaparates haba murmurado Bruce, con
una mano sobre mi cabeza.
Sombrero en mano brome, y me acurruqu contra l. Apuesto a que era
asiduo de Studio 54.
Probablemente conoci a Truman.
Y llevaba trajes hechos a medida, y utilizaba bastn.
Nifkin nos mir como si estuviramos chiflados, y luego huy a la sala de estar.
Yo alc la cabeza para recibir un beso, y Bruce y yo nos lanzamos al ataque de nuevo.
Pero tanto como yo haba rescatado a Nifkin de los periodistas deportivos, los
anuncios clasificados y la perrera municipal, l tambin me haba salvado a m. Me
salvaba de estar sola, me daba un motivo para levantarme cada maana, y me quera.
O tal vez slo amaba el hecho de que yo tena pulgares oponibles y poda manejar un
abrelatas. Daba igual. Cuando apoyaba su morro junto a mi cabeza por las noches,
suspiraba y cerraba los ojos, era suficiente.


La maana despus de mi cita en la clnica de control del peso, sujet la correa a
su collar, met una bolsa de plstico en mi bolsillo derecho, cuatro galletitas para
perro y una pelota de tenis en el izquierdo. Nifkin daba botes como un loco, saltaba
de mi sof a su sof, corra por el pasillo hasta el dormitorio y volva a la velocidad
del rayo, y slo se detena un momento para lamer mi nariz. Para l, cada maana
era una fiesta. Yuh!, parece decir. Ha llegado la maana! La maana! Vamos a
pasear! Lo saqu por fin de casa, pero sigui haciendo cabriolas a mi lado mientras
yo sacaba las gafas de sol del bolso y me las pona. Avanzamos por la calle, Nifkin
bailando y arrastrndome.
El parque estaba casi vaco. Slo un par de golden retrievers que olfateaban los
arbustos, y un altivo ccker spaniel en la esquina. Solt la correa de mi perro, que sin
necesidad de ninguna provocacin se lanz en lnea recta hacia el ccker, ladrando
como un poseso.
Nifkin! grit, sabiendo que en cuanto estuviera a medio metro del otro
perro se parara, emitira un profundo resoplido de desdn, quiz ladrara unas
cuantas veces ms, y despus lo dejara en paz.
Yo lo saba, Nifkin lo saba, y era ms que probable que el ccker tambin lo
supiera (s por experiencia que casi todos los perros no hacen caso a Nifkin cuando se
pone en modo de ataque, tal vez porque es muy pequeo y nada amenazador,
incluso cuando lo intenta). Pero el propietario del perro pareci alarmarse cuando
vio un misil en forma de terrier moteado dirigirse hacia su animal.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Nifkin!grit de nuevo, y mi perro me hizo caso y par en seco.
Corr, al tiempo que intentaba dotarme de un aire de dignidad, recog a Nifkin
en mis brazos, sostenindolo por el cogote, lo mir a los ojos y dije: No y Malo,
como haba aprendido en Obediencia Teraputica. Nifkin llorique, con aspecto
malhumorado por el hecho de que hubiera interrumpido su diversin. El ccker
meneaba la cola, vacilante.
El tipo del ccker pareca divertido.
Nifkin? pregunt.
Me di cuenta de que estaba a punto de lanzar la pregunta. Me dije si tendra
cojones. Apost conmigo misma a que s.
Sabe lo que es un nifkin? pregunt. Apntate una, Cannie. Un nifkin,
segn la fraternidad de amigos de mi hermano, es la zona comprendida entre los
huevos y el culo de un to. Los periodistas deportivos lo haban bautizado as.
Adopt mi mejor expresin de perplejidad.
Eh? Se llama as. Significa algo?
El tipo se ruboriz.
ste, s. Es, este..., un trmino de argot.
Y qu designa? pregunt, con la mayor inocencia del mundo. El tipo
removi los pies. Le mir expectante. Nifkin tambin.
Huy dijo el to, y call. Decid ser clemente.
S, s lo que es un nifkin dije. Es un perro de segunda mano. Le
cont la versin abreviada de la historia de los periodistas deportivos. Y cuando
supe qu era un nifkin, ya era demasiado tarde. Intent llamarlo Nifty..., y
Napkin... y Ripken..., y cosas por el estilo, todo lo que se me ocurri. Pero slo
responde a Nifkin.
Qu pena ri el to, Me llamo Steve dijo.
Yo soy Cannie. Cmo se llama tu perro?
Sunny dijo.
Nifkin y Sunny se olisquearon mutuamente mientras Steve y yo nos
estrechbamos la mano.
Acabo de mudarme aqu. Antes viva en Nueva York dijo l. Soy
ingeniero...
Tienes familia en la ciudad?
No. Soy soltero.
Tena bonitas piernas. Bronceadas, algo peludas. Y las sandalias con velero que
todo el mundo llevaba ese verano. Pantalones cortos caqui, camiseta gris. Mono.
Te apetecera salir a tomar una cerveza alguna vez? pregunt.
Mono, y estaba claro que no senta aversin por las mujeres sudorosas de talla
XL.
S. Sera estupendo.
Sonri. Le di mi nmero, intentando no alimentar esperanzas, pero satisfecha
conmigo misma.
De vuelta en casa, di a Nifiin un tazn de galletas, tom mis cereales favoritos,
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hice grgaras, me pas la seda dental y respir hondo varias veces, con vistas a mi
entrevista con Jane Sloan, directora extraordinaria cuya biografa publicara en el
peridico del domingo siguiente. En deferencia a su fama, y debido a que bamos a
comer al trs chic Four Seasons, tom especial cuidado con mi ropa, y consegu
embutirme en una faja pantaln y unos panties reductores. Una vez domeado mi
estmago, me puse mi falda azul plido, la chaqueta azul plido con botones en
forma de estrella y los mocasines negros de rigor, los zapatos obligatorios de toda
veinteaera. Rec para comportarme con seguridad y compostura, y para que Bruce
se rompiera los dedos en algn extrao accidente industrial, de forma que nunca ms
pudiera escribir. Despus llam a un taxi, agarr mi libreta y me dirig al Four
Seasons para comer.


Cubro Hollywood para el Philadelphia Examiner. No es tan fcil como pensis,
porque Hollywood est en California, y yo no.
De todos modos, me lo curro. Escribo sobre tendencias, habladuras, las
costumbres copuladoras de estrellas consagradas y estrellas en ciernes. Hago crticas,
y hasta alguna entrevista ocasional con el puado de celebridades que se dignan
parar cerca de la Costa Este durante sus maratones promocionales.
Me dediqu al periodismo despus de graduarme en Lengua y Literatura
Inglesa, sin el menor plan. Quera escribir. Los peridicos eran de los pocos lugares
que me iban a pagar por hacerlo. El septiembre posterior a la graduacin me contrat
un peridico muy pequeo de la Pennsylvania central. La edad media de un
reportero era veintids aos. Nuestra experiencia profesional global no superaba los
dos aos, y vaya si se notaba.
En el Central Valley Times cubr cinco distritos escolares, adems de incendios
varios, accidentes automovilsticos y todo lo que tena tiempo de improvisar. Por esto
me pagaban la suma principesca de trescientos dlares a la semana, suficiente para ir
tirando, si nada se torca. Y, por supuesto, algo se torca siempre.
Adems, estaban los anuncios de bodas. El CVT era uno de los ltimos
peridicos del pas que todava publicaba, gratis, largas descripciones de bodas y,
pobre de m, vestidos de novia. Corpios ajustados y faldas de godets, encajes de
Alenon, bordados franceses, velos de cendal, diademas de abalorios, polisones
fruncidos... Eran expresiones que tecleaba con tanta frecuencia que destin un macro
a cada una de ellas. Una sola pulsacin, y me salan frases enteras: Recamado de
perlas de agua dulce, o puf de tafetn color marfil.
Un da estaba mecanografiando los anuncios de boda, mientras meditaba sobre
la injusticia de mi situacin, cuando me top con una palabra que no pude leer.
Muchas de nuestras novias llenaban los formularios a mano. Esta novia en particular
haba escrito en cursiva, con tinta prpura, unas palabras que parecan decir sefuma
demas.
Ense el formulario a Raji, otro reportero novato.
Qu pone aqu?
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Escudri la letra prpura.
Se-fu-ma-de-mas ley poco a poco. Querr decir que se fuma
demasiado, o algo por el estilo?
Y qu tiene que ver eso con un vestido?
Raji se encogi de hombros. Se haba educado en Nueva York, y luego estudi
en la Escuela de Periodismo de Columbia. No conoca las costumbres de la
Pennsylvania central. Volv a mi mesa. Raji continu su espantosa tarea, que consista
en teclear toda una semana de mens escolares.
Pastel de patatas le o suspirar. Siempre pastel de patatas.
Lo cual me dejaba con sefuma dems. Bajo el epgrafe contacto para
preguntas, la novia haba escrito el nmero de telfono de su casa. Descolgu y
marqu.
Hola? contest una mujer de voz alegre.
Hola dije, soy Candace Shapiro, y llamo del Valley Times. Intento
localizar a Sandra Garry...
Yo soy Sandy gorje la mujer.
Hola, Sandy. Escucha, hago los anuncios de bodas del diario, estoy leyendo
tu formulario y hay una palabra... Qu es sefuma dem...?
Espuma de mar contest al instante. O que un nio chillaba al fondo,
Mam!, y lo que pareca un culebrn televisivo. Es el color de mi vestido.
Ah dije. Bien, es lo que quera saber, gracias...
Bien, es que... Crees que la gente sabr lo que es espuma de mar? O sea,
cmo te imaginas la espuma de mar?
Verde? aventur. En realidad, quera colgar de una vez. Tena tres cestos
de colada descansando en el maletero del coche. Quera largarme de la oficina, ir al
gimnasio, lavar la ropa, comprar un poco de leche. Como un verde plido,
supongo.
Sandy suspir.
Pues no dijo. Es ms azul, me parece. La chica del Bridal Barn dijo que el
color se llama espuma de mar, pero es como ms verde, me parece.
Podramos decir azul. Otro suspiro de Sandy. Azul claro? prob.
Es que tampoco es azul. Dices azul, y la gente piensa, azul como el cielo, o
azul marino, y no es oscuro ni nada por el estilo...
Azul plido? intent, mientras pasaba revista a mi gama de sinnimos
para los anuncios de boda. Azul metlico? Azul elctrico?
Creo que no es ninguno de sos dijo Sandy con timidez.
Hmmm dije. Bien, si quieres pensrtelo y llamarme despus...
Fue cuando Sandy se puso a llorar. Oa sus sollozos al otro extremo de la lnea,
mientras un culebrn sonaba de fondo, y el nio, al que imaginaba con las mejillas
pegajosas y un dedo del pie fracturado, continuaba lloriqueando.
Mam!
Quiero que salga bien publicado dijo Sandy entre sollozos. He esperado
tanto este da... Quiero que todo sea perfecto..., y ni siquiera s decir de qu color es
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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mi vestido...
Oh, vaya dije, y me sent ridiculamente intil. Escucha, no hay para
tanto...
Tal vez podras pasarte por aqu dijo, sin dejar de llorar. Eres una
reportera, verdad? Tal vez podras echar un vistazo al vestido y ver de qu color es.
Pens en mi colada, en mis planes para la noche.
Por favor dijo Sandy, con un hilo de voz, suplicante.
Le ped la direccin, y me maldije mentalmente por ser tan blanda, y le asegur
que estara en su casa dentro de una hora.


Para ser sincera, esperaba un aparcamiento para remolques. Hay muchos en la
Pennsylvania central, pero Sandy viva en una casa de verdad, al estilo del elegante
Cape Cod, pequea y blanca, con postigos negros y la tpica valla de estacas en la
parte delantera. El patio trasero daba cobijo a un rifle de agua de plstico naranja, un
triciclo Big Wheel abandonado y un columpio de aspecto nuevo. Haba una
furgoneta negra reluciente aparcada en el camino de entrada, y Sandy esperaba en la
puerta, una treintaera, con aspecto de cansancio alrededor de los ojos, pero tambin
con una especie de trmula esperanza. Su cabello era rubio claro, fino como azcar
hilado, y tena la naricita chata y los grandes ojos azules de una estatuilla pintada.
Baj del coche con mi libreta en ristre. Sandy sonri desde el otro lado de la
puerta mosquitera. Vi dos manitas que aferraban su muslo, un rostro infantil que
asomaba por detrs de la pierna, y luego desapareca detrs.
Los muebles de la casa eran baratos, pero se vea limpia y pulcra, con pilas de
revistas sobre la mesilla auxiliar barnizada de pino: Guns & Ammo, Road & Track,
Sport & Field. Armas y municiones, carreteras y pistas, deportes y campo: una
seleccin muy didctica, pens para mis adentros. Una alfombra verdeazulada cubra
el suelo de la sala de estar de pared a pared. Linleo blanco, del que se puede
enrollar en una sola hoja, con dibujos estampados para que parezcan baldosas
separadas, cubra la cocina.
Quieres una gaseosa? Iba a tomarme una dijo con timidez.
No quera gaseosa. Quera ver el vestido, encontrar un adjetivo, largarme y
llegar a casa justo a tiempo de ver Melrose Place. Pero ella pareca desesperada, y yo
estaba sedienta, de modo que me sent a la mesa de la cocina, bajo el bordado que
rezaba Bendice esta casa, con mi libreta al lado.
Sandy tom un sorbo de su bebida, se tap la boca para disimular un eructo
discreto, cerr los ojos y mene la cabeza.
Perdona, por favor.
Ests nerviosa por la boda? pregunt.
Nerviosa repiti, y lanz una risita. Cario, estoy aterrorizada!
Es...? Quera ser cautelosa en ese aspecto. Has pasado ya por ello?
Sandy neg con la cabeza.
As no. La primera vez me fugu. Fue cuando descubr que estaba
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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embarazada de Trevor. Nos cas el juez de paz de Bald Eagle. Me puse el vestido del
baile de fin de curso.
Oh.
La segunda vez continu, no hubo boda. Era el padre de Dylan, al que
supongo podra llamar mi concubino. Estuvimos juntos siete aos.
Dylan soy yo! grit una vocecita desde debajo de la mesa. Asom una
cabeza rubia. Mi pap est en el ejrcito.
S, cario dijo Sandy, mientras revolva el pelo de Dylan con una mano.
Enarc las cejas de manera significativa, mene la cabeza y susurr: C--r-c-e-1.
Oh repet.
Por robar coches susurr. Nada del otro mundo. De hecho, conoc a
Bryan, mi prometido, cuando fui a ver al padre de Dylan.
As que Bryan est...
Estaba empezando a descubrir que una larga pausa es el mejor amigo de una
reportera.
Saldr en libertad provisional maana dijo Sandy. Le encerraron por
estafa.
Lo cual, deduje por el orgullo de su voz, era mejor que afanar coches.
Le conociste en la prisin?
Llevbamos un tiempo cartendonos dijo Sandy. Puso un anuncio en la
seccin de anuncios clasificados... Mira, lo guard!
Se levant de un brinco, lo cual provoc que nuestros vasos tintinearan, y
volvi con un trozo de papel del tamao de un sello. Caballero cristiano, alto,
atltico, Leo, busca corresponsal sensible para intercambiar cartas y quiz ms,
rezaba.
Recibi doce respuestas explic Sandy, radiante. Dijo que mi carta fue la
que ms le gust.
Qu le dijiste?
Yo fui muy sincera. Le expliqu mi situacin. Que era madre soltera y quera
un modelo para mis hijos.
Y crees...
Ser un buen padre dijo. Volvi a sentarse y clav la vista en su vaso, como
si contuviera los misterios del universo en lugar de gaseosa vulgar. Creo en el
amor dijo, con voz fuerte y clara.
Tus padres...? empec. Agit la mano en el aire, como para desechar la
idea.
Mi padre se larg cuando yo tena cuatro aos, creo explic. Entonces,
mam encaden un to con otro. Pap Rick, pap Sam, pap Aaron. Jur que a m no
me iba a pasar lo mismo. Y no lo har. Creo..., s... que esta vez todo saldr bien.
Mam.
Dylan haba vuelto, con los labios teidos de rojo, cogiendo a su hermano del
brazo. Si Dylan era menudo, delgado y rubio, este chico (Trevor, supuse) era ms
moreno y robusto, con una expresin pensativa en la cara.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Sandy se levant y me dirigi una mirada vacilante.
Espera aqu dijo. Chicos, venid conmigo. Vamos a ensear a esta seora
el bonito vestido de mam!
Despus de todo aquello (la prisin, los maridos, el anuncio clasificado del
cristiano), estaba preparada para algo espantoso. La tienda Bridal Barn se
especializaba en horrores.
Pero el vestido de Sandy era bonito. Ceido en el torso, con un corpio de
princesa de cuento de hadas, adornado con cristales del tamao de copos de nieve
que reflejaban la luz, y un escote pronunciado que revelaba la piel cremosa de su
pecho, para luego desparramarse en una ola de tul que cruja alrededor de sus pies.
Sandy tena las mejillas ruborizadas, y sus ojos azules centelleaban. Pareca la
madrina de Cenicienta, o Glinda, la bruja buena. Trevor sostuvo su mano con
solemnidad, cuando su madre entr en la cocina canturreando la marcha nupcial.
Dylan se haba apoderado del velo con el cual se cubra la cabeza.
Sandy se par bajo la luz de la cocina y gir sobre s misma. El borde del
vestido roz el suelo. Dylan ri y aplaudi, y Trevor mir a su madre, los brazos y
hombros desnudos que sobresalan del vestido, el pelo que se derramaba sobre su
piel. Ella dio vueltas y vueltas, y sus hijos la miraban como hechizados, hasta que al
final par.
Qu te parece? pregunt. Tena las mejillas sonrosadas, y respiraba con
rapidez. Cada vez que aspiraba, su pecho se hinchaba contra los bordes del corpio.
Dio otra vuelta, y distingu diminutos capullos de rosa de tela cosidos en la parte
posterior, tensa como los labios fruncidos de un beb. Es azul? Verde?
La examin un largo momento, sus mejillas rosadas y la piel lechosa, los ojos
deleitados de su hijo.
No estoy muy segura dije. Pero inventar algo.
No llegu antes del cierre de la edicin, por supuesto. Haca rato que el director
de noticias locales se haba marchado cuando llegu a la redaccin, despus de que
Sandy me hubiera enseado las fotos de Bryan, me contara sus planes para la luna de
miel, despus de verla leer a sus hijos Donde viven los monstruos, besarlos en la frente
y las mejillas, y aadir un dedo de bourbon a su gaseosa, y la mitad de otro a la ma.
Es un buen hombre dijo con aire soador. Su cigarrillo encendido se mova
a travs de la habitacin como una lucirnaga.
Tena que llenar ocho centmetros de papel, lo suficiente para ocupar el espacio
permitido bajo la foto borrosa del rostro sonriente de Sandy. Me sent ante el
ordenador, aunque la cabeza me daba vueltas un poco, y llen el formulario
matrimonial, el que tiene espacios: nombre de la novia, nombre del novio, nombre de
los padrinos, descripcin del vestido. Despus, puls la tecla de escape, limpi la
pantalla, respir hondo y escrib:
Maana, Sandra Louise Garry contraer matrimonio con Bryan Perreault en la
iglesia de Nuestra Seora de la Misericordia, en Old College Road. Recorrer el
pasillo central con peinetas de estrs en el pelo, y prometer amar, honrar y respetar
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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a Bryan, cuyas cartas guarda dobladas bajo su almohada, cada una leda tantas
veces que han adelgazado como alas de mariposa.
Creo en el amor, explica, aunque un cnico dira que toda clase de indicios
afirman que no debera. Su primer marido la abandon, su segundo est en la
crcel, la misma crcel donde conoci a Bryan, cuya libertad provisional empieza
dos das antes de la boda. En sus cartas, l la llama su palomita, su ngel perfecto.
En la cocina de ella, mientras el ltimo de los tres cigarrillos que se permite cada
noche humea entre sus dedos, dice que es un prncipe.
Sus hijos, Dylan y Trevor, sern los padrinos de la novia. Su vestido es de un
color llamado espuma de mar, un color perfectamente equilibrado entre el azul ms
plido y el verde ms plido. No es blanco, el color de las vrgenes, o de las
adolescentes con la cabeza llena de ideas romnticas, ni marfil, que es un blanco
teido de resignacin. Su vestido es del color de los sueos.
Bien. Un poco adornado, un poco exagerado y un poco recargado. Un vestido
del color de los sueos? Todo llevaba estampado en cada slaba Recin graduada en
el Taller de Escritura Creativa de alguna escuela superior. A la maana siguiente fui
a trabajar; haba una copia de la pgina sobre mi teclado, con el ofensivo prrafo
rodeado de un crculo rojo, trazado con el rotulador del corrector. VEN A VERME,
era el lacnico mensaje garabateado en el margen, con la letra inconfundible de
Chris, el director ejecutivo, un hombre del sur que se distraa con bastante facilidad,
atrado a Pennsylvania con la promesa de trasladarlo a un peridico mejor y ms
grande de la cadena (aparte de que la pesca de la trucha no tena parangn). Llam
con timidez a la puerta de su despacho. Me indic que entrara. Haba abierta una
segunda copia de mi artculo sobre su mesa.
Esto dijo, y lo seal con su dedo esqueltico. Qu era esto, con
exactitud?
Me encog de hombros.
Fue... Bien, conoc a esta mujer. Estaba tecleando su anuncio y encontr una
palabra que no supe descifrar, as que la llam, me encontr con ella, y despus...
Enmudec. Cre que poda sacar un artculo de todo ello.
Me mir.
Tenas razn dijo. Quieres repetirlo?
Y naci una estrella..., bueno, ms o menos. Cada dos semanas localizaba a una
novia y escriba una columna breve sobre ella: quin era, su vestido, la iglesia y la
msica y la fiesta posterior. Pero, sobre todo, escriba sobre el motivo: por qu mis
novias decidan casarse, plantarse ante un ministro, un rabino o un juez de paz y
comprometerse para siempre.
Vi novias jvenes y novias viejas, novias ciegas y sordas, novias adolescentes
que se encomendaban a su primer amor, y a cnicas veinteaeras que se
comprometan con el hombre al que llamaban padre de su hijo. Asist a una primera,
segunda, tercera, cuarta, e incluso una quinta boda. Vi toda clase de extravagancias
(una boda ortodoxa, en que hombres y mujeres bailaban en salas separadas y haba
un total de ocho rabinos presentes, todos con pelucas estilo Tina Turner al final de la
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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noche). Vi una pareja que se casaba en camas de hospital contiguas, despus de un
accidente de circulacin que haba dejado a la novia parapljica. Vi a una novia
abandonada en el altar, vi que su rostro se desmoronaba cuando el padrino, con la
cara plida y seria, se acercaba por el pasillo, susurraba algo al odo de la madre, y
despus al de ella.
Era irnico, incluso entonces. Mientras mis colegas escriban columnas
sarcsticas en primera persona para revistas virtuales recin nacidas, sobre el hecho
de ser soltera en las grandes ciudades de la nacin, yo estaba velando mis primeras
armas en un pequeo peridico local (un dinosaurio, al borde de la extincin en la
escala evolucionaria de los medios), investigando el matrimonio, nada ms y nada
menos. Qu original! Qu encantador!
Pero no habra podido escribir sobre m misma como lo hacan mis compaeras
de clase, aunque hubiera querido. La verdad era que careca de valor para
documentar mi vida sexual. Tampoco tena el cuerpo que me habra gustado
desvelar, ni siquiera en letra impresa. Y el sexo no me interesaba tanto como el
matrimonio. Quera comprender cmo se formaba parte de una pareja, cmo se haca
acopio de valenta para tomar la mano de alguien y saltar al vaco. Tomara la
historia de cada novia (cmo se haban conocido, adonde iban y cundo se haban
dado cuenta), y le dara vueltas y vueltas en mi mente, en busca del hilo suelto, la
costura invisible, la grieta que podra abrir para darle la vuelta a la historia como un
calcetn y descubrir la verdad.
Si hubierais ledo aquel pequeo peridico a principios de los noventa,
probablemente me habrais distinguido en los bordes de cien fotos de bodas
diferentes, con el vestido de algodn blanco que llevaba, sencillo, para no llamar la
atencin, pero elegante, en deferencia a la solemnidad de la ocasin. Me habrais
visto en los asientos del pasillo, con la libreta guardada en el bolsillo, mirando a cien
novias diferentes, viejas, jvenes, negras, blancas, delgadas, no delgadas..., en busca
de respuestas, Cmo sabes cundo un to es el hombre de tu vida? Cmo puedes
estar lo bastante segura para comprometerte con alguien para siempre, y encima
crertelo? Cmo puedes creer en el amor?


Al cabo de dos aos y medio del rollo de las bodas, dio la casualidad de que
mis recortes aterrizaron en la mesa del director apropiado, justo en el preciso
momento en que el diario importante de mi ciudad natal, el Philadelphia Examiner,
haba decidido, como institucin, que atraer a lectoras de la Generacin X era
fundamental, y que una joven reportera, por su propia existencia, sera capaz de
atraer a dichas lectoras. En consecuencia, me invitaron a volver a la ciudad donde
nac, para ser los ojos y odos que les informaran sobre las veinteaeras de Filadelfia.
Dos semanas despus, el Examiner decidi, como institucin, que atraer a
lectoras de la Generacin X ya no importaba una mierda, y volvieron a intentar
aumentar la tirada entre las mams de las afueras. Pero el dao ya estaba hecho. Me
haban contratado. La vida era estupenda. Bueno, casi.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Desde el primer momento, el mayor y nico problema de mi trabajo fue Gabby
Gardiner. Gabby es una corpulenta anciana con una masa de rizos blancos teidos de
azul y gafas de cristales gruesos. Si yo soy grande, ella es superlativa. Tal vez pensis
que podramos ser solidarias debido a nuestra depresin compartida, nuestra lucha
comn por sobrevivir en un mundo que tilda de grotesca y risible a cualquier mujer
que supera unas medidas determinadas. Os equivocis.
Gabby es la columnista de espectculos del Philadelphia Examiner, y ha ocupado
ese puesto, como gusta de recordarme a m y a cualquiera que pueda orla, durante
ms tiempo del que t has vivido. En ello residen su fuerza y su debilidad. Tiene
una red de contactos que abarca ambas costas y dos dcadas. Por desgracia, esas
dcadas fueron los sesenta y los setenta. Dej de prestar atencin en algn momento
situado entre la eleccin de Reagan y el advenimiento de la televisin por cable, de
modo que hay todo un universo de cosas, desde la televisin por cable en adelante,
que su radar no registra tal como lo hace, pongamos por caso, con Elizabeth Taylor.
La edad de Gabby podra ser cualquiera a partir de sesenta. No tiene hijos, ni
marido, ni sntomas discernibles de sexualidad, ni sntomas de una vida ajena a la
oficina. Su sangre son los chismorreos de Hollywood, y su actitud hacia sus
personajes es poco menos que reverente. Habla de las estrellas que cubre, por lo
general de tercera mano, en pildoras reimpresas de habladuras regurgitadas de los
tabloides de Nueva York y Variety como si fueran amigos ntimos. Lo cual sera
pattico si Gabby Gardiner fuera mnimamente agradable. Y no lo es.
No obstante, tiene suerte. Suerte de que la mayora de los lectores del Examiner
pasen de los cuarenta y no estn interesados en enterarse de cosas nuevas, de manera
que su columna Cotilleando con Gabby siga siendo una de las partes ms
populares de nuestra seccin, otro dato que comenta con frecuencia, a todo volumen
(en teora, grita porque es sorda, pero yo estoy convencida de que lo hace porque es
ms irritante que hablar sin ms).
Durante mis primeros aos en el Examiner nos dejamos mutuamente en paz.
Por desgracia, la situacin empeor el pasado verano, cuando Gabby se tom un
permiso de dos meses para solucionar algn problema mdico que no sonaba muy
bien (plipos fue la nica palabra que capt, antes de que Gabby y sus amigos me
lanzaran miradas de odio, y yo huyera de la sala de correo sin ni siquiera haber
recuperado mi ejemplar de Teen People). Durante su ausencia, me ordenaron que
escribiera su columna diaria. Ella perdi la guerra, pero gan la batalla. Siguieron
llamando al engendro Cotilleando con Gabby, y aadieron una breve nota, con un
cuerpo de letra vergonzosamente pequeo, para anunciar que Gabby estaba
realizando un reportaje y que la escritora de la plantilla del Examiner Candace
Shapiro la sustituye.
Buena suerte, nena dijo con generosidad Gabby, mientras anadeaba hasta
mi mesa para despedirse, sonriente como si no hubiera pasado las dos ltimas
semanas acosando a los directores para enviar sus artculos por teletipo, en lugar de
concederme una oportunidad en su ausencia. He dicho a todas mis mejores fuentes
que te llamen.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Fantstico, pens. Habladuras de la ms candente actualidad sobre el
famossimo presentador y periodista Walter Cronkite. Ya me siento impaciente.
se tendra que haber sido el final, pero no fue as. Todas las maanas, de lunes
a viernes, llegaba la llamada diaria de Gabby.
Ben Affleck? deca con su voz ronca. Qu es un Ben Affleck?
O:
Comedy Central? Nadie la ve.
O, de manera deliberada:
Anoche vi algo sobre Elizabeth en el programa nocturno de variedades. Por
qu no se ha comentado?
Intent no hacerle caso, ser agradable por telfono, y de tanto en tanto, cuando
se pona demasiado quejumbrosa, dejar caer una lnea acerca de que Gabby
Gardiner volver a finales de septiembre al acabar la columna. Pero una maana
llam, y yo no estaba para descolgar el telfono, de modo que le sali el buzn de
voz, que ms o menos deca: Hola, ha llamado a Candace Shapiro, columnista de
espectculos del Philadelphia Examiner. No me di cuenta del traspis hasta que el
director ejecutivo se par ante mi escritorio.
Has estado diciendo a la gente que eres la columnista de espectculos?
pregunt.
No dije. Slo la sustituta.
Anoche recib una llamada muy airada de Gabby. De madrugada subray,
con la expresin de un hombre al que no le gusta que interrumpan su sueo. Cree
que ests dando la impresin a la gente de que no va a volver, y que t ocupas su
puesto.
Yo estaba muy confusa.
No s de qu habla.
El hombre volvi a suspirar.
Tu buzn de voz dijo. No s qu dice, pero la verdad, tampoco quiero
saberlo. Arrglalo para que Gabby no vuelva a despertar a mi mujer y a mis hijos.
Fui a casa y llor a Samantha (Es una insegura total, observ, y me pas una
pinta de sorbete medio derretido, mientras yo me desmelenaba sobre su sof). Me
desahogu con Bruce (Cambia el maldito rollo, Cannie!). Segu su consejo y alter
mi buzn de voz: Ha llamado a Candace Shapiro, columnista de espectculos
temporal, transitoria, interina, sustituta y efmera. Gabby llam a la maana
siguiente. Me ha encantado el mensaje, nena, dijo.
Pero el dao ya estaba hecho. Cuando Gabby regres de su permiso, tom la
costumbre de llamarme Eva (por Eva al desnudo) cuando hablaba conmigo. Intent no
hacerle caso y concentrarme en mis actividades extracurriculares: relatos cortos,
fragmentos de una novela y Hechizo de estrellas, el guin en el que haba estado
trabajando durante meses. Hechizo de estrellas era una comedia romntica sobre la
reportera de una gran ciudad que se enamora de una de las estrellas a la que
entrevista. Se conocen de una manera deliciosa (ella se cae del taburete del bar del
hotel, mientras le mira con ojos golosones), empiezan con mal pie (despus de que l
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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supone que ella es otra groupie entrada en carnes), se enamoran, y tras las
complicaciones del Tercer Acto, terminan fundidos en un abrazo mientras desfilan
los ttulos de crdito.
El protagonista se inspiraba en Adrin Stadt, un cmico de Saturday Night! cuyo
sentido del humor pareca en sincrona con el mo, incluso cuando encarn durante
tres meses al Piloto Que Vomitaba Proyectiles. Era el tipo al que haba visto durante
todos los aos de carrera, y tambin despus, y pens, si l estuviera aqu, o yo
estuviera all, nos llevaramos de miedo. La reportera, por supuesto, era yo, slo que
el nombre era Josie, la haba convertido en pelirroja y le haba adjudicado unos
padres estables, rectos y casados todava.
Mis sueos dependan de ese guin. Era mi respuesta a todas las buenas notas,
a todos los profesores que me haban dicho que tena talento, a todos los maestros
que haban hablado de mis posibilidades. Para colmo, era la respuesta de cien
pginas a un mundo (y a mis temores secretos) que me deca que mujeres entraditas
en carnes no podan tener aventuras ni enamorarse. Y hoy iba a hacer algo atrevido.
Hoy, durante la comida en el Four Seasons, iba a entrevistar al actor Nicholas Kaye,
estrella de la inminente comedia Los hermanos eructadores, una obra destinada a los
adolescentes, protagonizada por hermanos gemelos cuyos gases les conceden
poderes mgicos. Lo ms importante era que tambin entrevistara a Jane Sloan,
productora ejecutiva de la pelcula (aunque se apretara la nariz con una mano). Jane
Sloan era una herona para m, que antes de haberse echado en brazos de la
comercialidad ms execrable, haba escrito y dirigido algunas de las pelculas ms
divertidas y custicas salidas de Hollywood. An mejor, eran pelculas con mujeres
divertidas y custicas. Durante semanas, me haba olvidado de Bruce a base de
construir una elaborada fantasa sobre cmo nos conocamos, y ella adverta de
inmediato un alma gemela y una colaboradora en potencia, me entregaba su tarjeta e
insista en que me pusiera en contacto con ella en cuanto renunciara al periodismo
para escribir guiones. Incluso sonre un poco, al imaginar su expresin de placer
cuando yo confesaba con modestia que s haba escrito un guin, y que se lo iba a
enviar para saber si le gustaba.
Ella era escritora. Yo era escritora. Ella era divertida, supona, y yo tambin soy
divertida. S, Jane Sloan era tambin rica y famosa, y la magnitud de su triunfo
superaba mis sueos ms desaforados, y tambin era del tamao de uno de mis
muslos, pero la hermandad, me record, es poderosa.


Casi una hora despus de que yo llegara, cuarenta y cinco minutos ms tarde de
la hora acordada, Jane Sloan se sent ante m y dej un espejo grande, y una botella
de agua mineral todava ms grande, al lado de su plato.
Hola dijo.
Habl entre dientes con voz gutural, y procedi a remojarse la cara
vigorosamente. La mir sin pestaear, a la espera de la frase ingeniosa, a la espera de
que se riera y dijera que estaba bromeando. No lo hizo. Nicholas Kaye se sent a su
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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lado y me dirigi una mirada de disculpa. Por fin, Jane Sloan dej sobre la mesa el
espejo y la botella.
Sentimos llegar tarde dijo Nicholas Kaye, que era igual que en la tele,
monsimo.
Jane Sloan empuj el plato de mantequilla hacia m con agresividad. Cogi su
servilleta, que haban doblado en forma de cisne, la abri con un giro desdeoso de
mueca y se sec la cara con ella. Slo despus de dejar sobre la mesa la servilleta,
ahora manchada de maquillaje y carmn, se dign hablar.
Esta ciudad est causando estragos en mis poros anunci.
Lo siento dije, y me sent estpida en cuanto la disculpa surgi de mis
labios. Qu lamentaba? Yo no estaba causando estragos en sus poros.
Jane agit una mano con languidez, como si mi disculpa por Filadelfia no fuera
ms que una espora de moho, despus cogi su cuchillo de mantequilla y empez a
apualar el tarro de mantequilla en forma de flor que haba exiliado a mi lado de la
mesa.
Qu necesita saber? pregunt sin levantar la vista.
Humm dije, mientras buscaba con torpeza la libreta y el bolgrafo. Haba
preparado toda una lista de preguntas, preguntas sobre todo, desde cmo preparaba
el reparto de una pelcula hasta por quin se senta influida, qu le gustaba de la tele,
pero lo nico que se me ocurri fue preguntarle: Cmo se le ocurri la idea?
Lo vi en la tele dijo, sin levantar los ojos de la mantequilla.
La comedia de gags nocturna de la HBO? colabor Nicho-las Kaye.
Llam al director. Dije que debera convertirse en pelcula. Acept.
Estupendo. As se hacan las pelculas. La extraa y menuda Elvira, del tamao
de una pinta y enemiga de la mantequilla, hace una llamada telefnica, y voil,
pelcula al instante!
As que... usted escribi el guin?
Otro ademn de su mano fantasmal.
Slo lo supervis.
Contratamos a unos cuantos tos de Saturday Night! explic Nicholas Kaye.
Dos veces estupendo. No slo no trabajaba yo para Saturday Night!, sino que ni
siquiera era un to. Abandon mi plan de confesarle que haba escrito un guin. No
pararan de rerse de m hasta Pittsburgh.
El camarero se acerc. Tanto Jane como Nicholas examinaron la carta con
semblante hosco. El camarero me dirigi una mirada de desesperacin.
Tomar el osobucco dije.
Excelente eleccin contest el camarero, radiante.
Yo tomar... dijo Nicholas. Una pausa largusima. El camarero esperaba,
con el bolgrafo preparado. Jane apual la mantequilla. Sent que una gota de sudor
resbalaba desde mi nuca, descenda por la espalda y se meta dentro de mis bragas.
Esta ensalada dijo por fin, sealando con el dedo. El camarero se inclin para
mirar.
Muy bien, seor dijo aliviado. Y la seora?
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Lechuga murmur Jane Sloan.
Una ensalada? aventur el camarero.
Lechuga repiti ella. De hoja roja, si hay. Lavada. Con vinagre aparte. No
quiero las hojas troceadas continu. Las quiero rotas. A mano.
El camarero escribi y huy. Jane Sloan alz los ojos poco a poco. Abr de nuevo
la libreta.
Hmmm...
Lechuga, estaba pensando. Jane Sloan toma lechuga para comer, y yo me voy
a atizar ternera delante de ella. Peor an, no se me ocurra ninguna pregunta.
Hbleme de su escena favorita de la pelcula farfull por fin, una pregunta
horrible, tpica de una novata, pero mejor que nada, pens.
Ella sonri por fin, apenas, pero se trataba sin duda de una sonrisa. Despus
neg con la cabeza.
No puedo dijo. Es demasiado personal.
Oh, que Dios me ayude. Resctame. Enva un tornado en direccin al Four
Seasons, que se lleve volando a los ejecutivos y la vajilla. Voy a morir aqu.
Qu prepara a continuacin?
Jane se encogi de hombros, con expresin misteriosa. Not que la cintura
elstica de mi media pantaln ceda por fin y se posaba sobre la parte superior de mis
muslos.
Estamos trabajando en algo nuevo juntos dijo Nicholas Kaye. Voy a
escribir..., con un par de amigos de la universidad..., y Jane lo ensear a los estudios.
Quiere que le hable de ello?
Se lanz a una entusiasta descripcin de lo que sonaba como la pelcula ms
imbcil del mundo, algo acerca de un to que hereda la fbrica de almohadones de su
padre, y el socio de su padre lo traiciona, y l y la marchosa mujer de la limpieza
triunfan al final. Tom notas sin escuchar; mi mano derecha se mova como provista
de voluntad propia sobre la pgina, mientras la izquierda se llevaba comida a la
boca. Entretanto, Jane estaba dividiendo su lechuga en dos montoncitos, uno
compuesto sobre todo de hojas, y el otro de tallos. En cuanto termin esta divisin,
procedi a mojar la punta de los dientes del tenedor en el cuenco de vinagre, para
luego pinchar una sola hoja de lechuga cada vez y llevrsela con precisin a la boca.
Despus de seis bocados, ni uno ms ni uno menos, durante los cuales Nicholas se
puli su ensalada y dos panecillos, y yo la mitad del osobucco, que estaba delicioso,
teniendo en cuenta la situacin, Jane se sec los labios con la servilleta, cogi el
cuchillo de la mantequilla y empez a apualar la mantequilla de nuevo.
Apart el plato de la mantequilla, con la idea de que no poda soportar ver
aquello, y de que deba intentar algo, porque la entrevista se estaba yendo a tomar
por el culo.
Basta ya dije con severidad. La mantequilla no le ha hecho nada.
Se hizo el silencio. Un silencio ominoso. Un silencio glido. Jane Sloan me mir
con sus ojos negros como la muerte.
Leche dijo, como si fuera una maldicin.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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La tercera industria en importancia de Pennsylvania repliqu, sin saber si
era cierto. De todos modos, sonaba bien. Siempre que montaba en bicicleta y me
alejaba unos cuantos kilmetros de la ciudad, vea vacas.
Jane es alrgica se apresur a explicar Nicholas. Sonri a su directora, tom
su mano, y entonces ca en la cuenta: estn liados. Aunque l tenga veintisiete y
ella..., bien, Dios, unos quince ms que l. Aunque l parezca un ser humano y ella...
no. Qu ms?
Dgame... tartamude, mi mente en blanco al ver los dedos entrelazados.
Dgame algo sobre la pelcula, algo que nadie sepa.
Se film en parte donde rodaron Showgirls dijo Nioholas.
Consta en el dossier entregado a la prensa dijo de repente Jane.
Yo lo saba, pero decid ser educada, apuntar la cita y salir pitando antes de
descubrir qu haca una mujer que tomaba seis hojas de lechuga para comer cuando
le preguntaban si quera postre.
Le dir algo continu. Se acuerda de la chica de la floristera? Es mi hija.
De veras?
Su primer papel dijo Jane, en tono casi de orgullo, casi de timidez. Casi
sincero. He intentado desalentarla... Ya est obsesionada por su aspecto...
Me pregunto de quin lo habr heredado, pens, pero no dije nada.
No se lo he contado a nadie ms dijo Jane. Las comisuras de sus labios
temblaron. Pero usted me cae bien.
Que el cielo ayude a los reporteros que no te caigan bien, pens, y estaba
intentando encontrar una respuesta razonable, cuando ella se levant de repente y se
llev a Nicholas.
Buena suerte murmur, y salieron por la puerta. Justo cuando llegaba el
carrito de los postres.
La seorita desea algo? pregunt el camarero, solidario. Alguien podra
culparme por haber aceptado?


Y bien? pregunt Samantha por telfono aquella tarde.
Tom lechuga para comer contest.
Una ensalada?
Lechuga. A palo seco. Con vinagre aparte. Estuvo a punto de darme un
soponcio.
Slo lechuga?
Lechuga repet. Lechuga de hoja roja. Especific la variedad. Y se iba
mojando la cara con agua embotellada.
Te lo ests inventando, Cannie.
No! Lo juro! Mi dolo de Hollywood, y resulta ser un monstruo que come
lechuga, una Elvira en miniatura con delineador de ojos tatuado...
Samantha escuchaba con indiferencia.
Ests llorando.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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No ment. Estoy decepcionada. Pensaba..., ya sabes... Me haba hecho la
idea de que haramos buenas migas. Y despus le enviara el guin, pero nunca voy a
enviar el guin a nadie, porque no fui a la universidad con ningn miembro de
Saturday Night!, y esos son los tos cuyos guiones se leen. Me mir. Otra mala
noticia. Adems, me manch la chaqueta con osobucco.
Samantha suspir.
Creo que necesitas un agente.
No puedo pagarme un agente! Lo he intentado, creme! Ni siquiera echan
un vistazo a tu obra a menos que alguien te haya producido algo, y no puedes
conseguir que un productor eche un vistazo a tu obra a menos que se lo enve un
agente. Me sequ los ojos con saa. Vaya mierda de semana.
Correo! anunci Gabby con jbilo.
Dej caer una pila de papeles sobre mi mesa y se alej anadeando. Me desped
de Sam y examin mi correspondencia. Comunicado de prensa. Comunicado de
prensa. Fax, fax, fax. Un sobre con mi nombre escrito con una letra que haba
aprendido a identificar, desde haca mucho tiempo, como perteneciente a una
persona de edad avanzada, enfurruada.
Abr el sobre.
Querida seorita Shapiro rezaban las letras temblorosas, su artculo sobre
el especial de Celine Dion fue la basura ms repugnante y asquerosa que he visto en
mis cincuenta y siete aos de fiel lector del Examiner. No bast con que se burlara de
la msica de Celine, diciendo que son baladas ampulosas y melodramticas, sino
que tambin se mof de su aspecto. Apuesto a que usted no es Cindy Crawford.
Sinceramente, E. P. Deiffinger.
Eh, Cannie.
Maldita sea. Gabby estaba fisgoneando por encima de mi hombro. Pese a ser
corpulenta, vieja y sorda, poda ser sigilosa como un gato cuando le interesaba. Me
volv y la vi detrs de m, con la vista clavada en el sobre que sostena sobre el
regazo.
Has cometido algn error? pregunt con hipcrita preocupacin.
Hemos de publicar una rectificacin?
No, Gabby contest, reprimiendo las ganas de chillar. Tan slo puntos de
vista dispares.
Tir la carta a la papelera y ech mi silla hacia atrs, con tal rapidez que estuve a
punto de triturar los pies de Gabby.
Mierda! sise, y retrocedi.
Querido seor Deiffinger compuse en mi cabeza, puede que yo no sea una
supermodelo, pero al menos me quedan suficientes neuronas para saber cundo lo
que oigo es una mierda.
Querido seor Deiffinger pens, mientras recorra a pie los tres kilmetros
que distaba mi oficina del Centro de Trastornos Alimentarios, donde me esperaba mi
primera clase de Control del Peso, lamento que le ofendiera mi descripcin del
trabajo de Celine Dion, pero pens que era caritativa.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Entr como una tromba en la sala de conferencias, me sent a la mesa y pase la
vista a mi alrededor. Estaba Lily, que conoca de la sala de espera, y una mujer negra
mayor, ms o menos de mi talla, con un abultado maletn a su lado, tecleando en uno
de esos lectores de correo electrnico manuales. Haba una adolescente rubia, con el
pelo largo apartado de la cara gracias a una banda elstica, el cuerpo oculto bajo una
sudadera gigantesca y unos no menos gigantescos tejanos. Y haba una mujer de
unos sesenta aos que deba de pesar doscientos kilos, como mnimo. Me sigui
hasta el interior de la sala, caminando con la ayuda de un bastn, inspeccion los
asientos con atencin, y compar su mole con los parmetros de las sillas antes de
acomodarse.
Eh, Cannie dijo Lily.
Eh gru.
Las palabras Control de racin estaban escritas en una pizarra blanca
borrable, y haba un cartel de la pirmide alimentaria en una pared. Otra vez esta
mierda, pens, y me pregunt si podra saltarme la clase. Al fin y al cabo, haba ido a
Weight Watchers. Lo saba todo sobre el control de las raciones.
La enfermera esqueltica que recordaba de la sala de espera entr con las
manos llenas de cuencos, vasos medidores y una rplica diminuta de plstico de una
chuleta de cerdo de ciento veinte gramos.
Buenas noches a todas dijo, y escribi su nombre (Sarah Pritchard, enf.
tit.) en la pizarra. Nos sentamos a la mesa y nos presentamos. La chica rubia era
Bonnie, la mujer negra era Anita, y la mujer muy gorda era Esther, de West Oak
Lane.
Todo esto me recuerda la universidad susurr Lily, mientras la enfermera
titulada Sarah distribua folletos plagados de cantidades de caloras y fajos de
impresos sobre modificacin de la conducta.
A m me recuerda Weight Watchers susurr a mi vez.
Lo has probado? pregunt Bonnie, la chica rubia, al tiempo que se
acercaba ms a nosotras.
El ao pasado dije.
Era el programa Un Dos Tres xito?
Grasa y fibra susurr.
Eso no es un cereal? pregunt Esther, que tena una voz
sorprendentemente bonita, grave y clida, libre del temible acento de Pennsylvania,
el cual provoca que los nativos se coman las consonantes como si estuvieran hechas
de melcocha caliente.
Eso es fruta y fibra dijo la chica rubia.
Grasa y fibra era donde tenas que contar los gramos de grasa y los gramos
de fibra en cada comida, y en teora debas comer cierto nmero de gramos de fibra,
y no sobrepasar un nmero determinado de gramos de grasa expliqu.
Funcion? pregunt Anita, dejando en la silla su aparato.
No dije, pero debi de ser por mi culpa. Siempre me haca un lo con el
nmero que deba mantener a raya y el que no..., y luego descubr esos pastelillos de
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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chocolate y nueces, ricos en fibra, que estaban hechos de limaduras de hierro o algo
por el estilo...
Lily se tronch de risa.
Tenan tropecientas mil caloras por pieza, pero imagin que no importaba,
porque eran muy bajos en grasa y muy altos en fibra...
Un error muy comn dijo la enfermera Sarah en tono distendido. Tanto
la grasa como la fibra son importantes, pero tambin lo es el nmero total de caloras
que consumes. En realidad, es muy sencillo dijo, se volvi hacia la pizarra y
escribi el tipo de ecuacin que me haba desorientado en undcimo grado.
Caloras ingeridas versus caloras quemadas. Si tomas ms caloras de las que
quemas, tu peso aumentar.
De veras? pregunt, con los ojos abiertos de par en par.
La enfermera me mir con suspicacia.
Habla en serio? Es as de sencillo?
Hmmm empez.
Sospech que deba de estar acostumbrada a seoras gordas sentadas
dcilmente en las sillas, como ovejas sobrealimentadas, sonrientes y agradecidas por
la sabidura que estaba impartiendo, y que la miraban con ojos de admiracin, y todo
porque haba tenido la suerte de haber nacido delgada. La idea me enfureci.
De manera que si como menos caloras de las que quemo... Me di una
palmada en la frente. Dios mo! Por fin lo entiendo! Lo comprendo! Estoy
curada! Me levant y agit los brazos en el aire, mientras Lily rea. Curada!
Salvada! Gracias, Jess, y gracias al Centro de Trastornos Alimentarios, por
quitarme la venda de los ojos!
Muy bien dijo la enfermera. Se ha explicado a la perfeccin.
Maldita sea dije, y volv a sentarme. Iba a preguntar si poda irme.
La enfermera suspir.
Escuche dijo, la verdad es que hay un montn de factores que complican
la situacin..., y la ciencia no los comprende todos. Sabemos de porcentajes
metablicos, y que algunos cuerpos parecen desear adherirse a un peso excesivo ms
que otros. Sabemos que no es fcil. Nunca le dira que lo es.
Nos mir, respirando con celeridad. Sostuvimos su mirada.
Lo siento dije por fin. He sido muy impertinente. Es que..., bueno, no
quiero hablar en nombre de nadie ms, pero ya me lo haban explicado antes.
Aj dijo Anita.
A m tambin dijo Bonnie.
La gente gorda no es estpida continu. Pero todos los programas de
adelgazamiento a los que he asistido nos tratan como si lo furamos, como si nada
ms explicar que el pollo hervido es mejor que el frito, y el yogur mejor que el
helado, y un bao caliente mejor que una pizza, nos furamos a transformar en una
top model como Courteney Cox.
Exacto dijo Lily.
La enfermera pareca frustrada.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Nunca fue mi intencin sugerir que eran estpidas dijo. La dieta es un
factor importante aadi, y el ejercicio tambin, aunque no tanto como creamos.
Frunc el ceo. sa era mi suerte. Con tanta bicicleta y paseos, sesiones ms
regulares en el gimnasio con Samantha, el ejercicio era una parte del estilo de vida
sano que ms detestaba.
Bien dijo, hoy vamos a hablar del tamao de las raciones. Saban que
casi todos los restaurantes sirven raciones superiores a las que la mayora de mujeres
necesitan a diario, segn las directrices del Departamento de Agricultura?
Gem en voz baja cuando la enfermera dispuso sobre la mesa los platos, las
tazas y la costilla de cerdo de plstico.
La racin correcta de protenas dijo, hablando con la voz suave, lenta y
cautelosa que suelen emplear los profesores del jardn de infancia, es de cuatro
onzas, o sea ciento catorce gramos. Alguien puede decirme a qu equivale?
Al tamao de la palma de la mano murmur Anita. Segn la famosa
dietista Jenny Craig dijo a la sorprendida enfermera.
La enfermera Sarah respir hondo.
Muy bien! exclam, al tiempo que realizaba un soberano esfuerzo por
parecer feliz y contenta. Y una racin de grasa?
La punta del pulgar murmur. Se le desorbitaron los ojos. Escuche, creo
que todas conocemos este rollo... Me equivoco?
Pase la mirada alrededor de la mesa. Todas asintieron.
El nico motivo de que estemos aqu continu, lo nico que este
programa nos puede ofrecer, son los frmacos. Los vamos a conseguir hoy, o hemos
de quedarnos sentadas aqu, fingiendo que nos est diciendo cosas desconocidas
para nosotras?
La cara de la enfermera pas de la frustracin (y cierto desdn) a la ira (y algo
ms que temor).
Existe un protocolo dijo. Lo explicamos. Cuatro semanas de clases
encaminadas a modificar los hbitos...
Lily empez a descargar su puo sobre la mesa.
Frmacos... frmacos... frmacos... canturre.
No podemos extender recetas...
Frmacos... frmacos... frmacos...
Bonnie, la chica rubia y Esther se unieron al coro. La enfermera abri la boca, la
volvi a cerrar.
Ir a buscar al mdico dijo, y sali disparada. Las cinco nos miramos un
momento. Despus, estallamos en carcajadas.
Estaba asustada! grit Lily.
Debi de pensar que la bamos a aplastar murmur.
Sentarnos sobre ella! exclam Bonnie.
Odio a la gente flaca dije.
Anita se puso muy seria.
No digas eso. No deberas odiar a nadie.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Puf suspir.
En aquel momento, el doctor K. asom la cabeza por la puerta, con la enfermera
de aspecto mortificado detrs de l, prcticamente aferrada al borde de su bata
blanca.
Tengo entendido que hay un problema dijo con voz grave.
Frmacos! dijo Lily.
El mdico tena el aspecto de una persona que tiene muchas ganas de rer y se
contiene por todos los medios.
Hay alguna portavoz del movimiento? pregunt.
Todo el mundo me mir. Me puse en pie, alis mi camisa y carraspe.
Creo que el grupo piensa que todas hemos pasado por diferentes clases,
cursos y grupos de apoyo relacionados con la modificacin de la conducta. Pase
la vista alrededor de la mesa. Dio la impresin de que todas asentan en seal de
aprobacin. Creemos que hemos intentado cambiar nuestro comportamiento, y
comer menos, y hacer ms ejercicio, y todas esas cosas que nos dicen que hagamos, y
lo que nos gustara en realidad..., aquello para lo que hemos venido, por lo que
hemos pagado, es algo nuevo. Frmacos, en especial conclu, y volv a sentarme.
Bien, s cmo se sienten.
Lo dudo mucho repliqu.
Bien, quiz me lo pueda explicar dijo con humildad. Escuchen, no es que
conozca los secretos de la prdida de peso perpetua y haya venido a revelrselos.
Piensen en esto como en un viaje... Piensen que nos hemos embarcado en un
proyecto comn.
Slo que nuestro viaje nos lleva al mundo maravilloso de las tallas grandes y
las noches solitarias gru.
El mdico me sonri. Una sonrisa encantadora.
Olvidemos la gordura y la delgadez por un momento dijo. Si ya conocen
el nmero de caloras de todo, y lo que significa un plato de pasta, estoy seguro de
que tambin saben que la mayora de dietas no sirven para nada. Al menos, a largo
plazo.
Se haba apoderado de nuestra atencin. Era verdad, todas lo sabamos (gracias
a amargas experiencias personales, en la mayora de casos), pero orlo de labios de
una figura autoritaria, un mdico, un mdico que diriga un programa de
adelgazamiento..., bien, era como una hereja. Por un momento, tem que una docena
de guardias de seguridad se abalanzaran sobre l y se lo llevaran para someterlo a un
lavado de cerebro.
Creo continu que todos tendremos mucha mejor suerte, y seremos ms
felices, si pensamos en pequeos cambios en el estilo de vida, pequeas cosas que
podemos hacer cada da sin que se hagan insostenibles a largo plazo. Si pensamos en
ser ms sanos, y sentirnos ms satisfechos con nosotros mismos, en lugar de
parecemos a una famosa actriz como Courteney...
Me mir con las cejas enarcadas.
Cox colabor. En realidad, Cox-Arquette. Se cas.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Exacto. Ella. Olvidmosla. Concentrmonos en lo alcanzable, y prometo que
nadie las tratar como si fueran estpidas, sea cual sea su talla.
Me sent conmovida, a pesar de todo. El tipo hablaba con lgica. Mejor an, no
nos hablaba en tono condescendiente. Era..., bueno, revolucionario.
La enfermera nos dirigi una ultima mirada malhumorada y se escabull. El
mdico cerr la puerta y tom asiento.
Me gustara realizar un ejercicio con vosotras. Pase la vista alrededor de la
mesa. Cuntas de vosotras comis cuando no tenis hambre?
Silencio de muerte. Cerr los ojos. Comida emocional. Tambin haba
escuchado este discurso.
Cuntas de vosotras desayunis, y luego llegis a la oficina, veis una caja de
donuts, y tienen buen aspecto, y cogis uno porque lo tenis delante?
Ms silencio.
Dunkin' Donuts o Krispy Kremes? pregunt por fin.
El doctor se humedeci sus gruesos labios.
No haba pensado en eso.
Bien, son diferentes.
Dunkin' Donuts dijo.
Chocolate? Mermelada? Glaseados que alguien de Contabilidad parti por
la mitad, de modo que slo queda medio donut?
Los Krispy Kremers son mejores dijo Bonnie.
Sobre todo los calientes dijo Esther.
Me humedec los labios.
La ltima vez que com donuts dijo Esther, alguien los llev al trabajo, tal
como estamos diciendo, y cog uno que pareca una torta rellena, con chocolate
encima, sabis?
Asentimos. Todas sabamos reconocer ese tipo de donuts desde lejos.
Entonces, le di un mordisco continu Esther, y era... Frunci los
labios. De limn.
Aj dijo Bonnie. Odio el limn!
Muy bien ri el mdico. Podran ser los mejores donuts del mundo.
Podran ser el ideal platnico de las amantes de los donuts. Pero si ya habis
desayunado, y no tenis hambre en realidad, deberais ser capaces de pasar de largo.
Todas reflexionamos sobre esto un momento.
Como si fuera tan fcil dijo, por fin, Lily.
Quiz podrais intentar deciros que cuando tenis hambre de verdad, si lo
que deseis en realidad es un donut, podis ir a comprar uno.
Volvimos a pensar.
No dijo Lily. Seguir comiendo los donuts gratis.
Y cmo sabes de qu tienes hambre en realidad? pregunt Bonnie.
Como yo... Siempre tengo hambre de lo que s que no debera comer. Dme una
bolsa de zanahorias baby y ya estoy llena.
Has intentado alguna vez hervirlas y hacer un pur con jengibre y corteza de
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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naranja? pregunt Lily. Bonnie arrug la nariz.
No me gustan las zanahorias dijo Anita, pero s la calabaza.
No es una hortaliza. Es una fcula dije.
Anita pareca confusa.
Cmo es posible que no sea una hortaliza?
Es una hortaliza rica en fcula. Como una patata. Lo aprend en Weight
Watchers.
En grasa y fibra? pregunt Lily.
Basta ya! dijo el doctor.
Le en sus ojos que la interminable chachara de las veteranas de Weight
Watchers, Jenny Craig, Pritkins, Atkins y dems empezaba a cabrearle. No poda ser
divertido.
Vamos a intentar una cosa dijo. Se acerc a la puerta y apag las luces. La
habitacin qued a oscuras. Bonnie lanz una risita. Quiero que todas cerris los
ojos dijo, e intentis pensar en cmo os sents ahora, en este preciso momento.
Tenis hambre? Estis cansadas? Estis tristes, alegres, ansiosas? Procurad
concentraros en serio, y despus, tratad de diferenciar las sensaciones fsicas de lo
que est ocurriendo en el plano emocional.
Todas cerramos los ojos.
Anita? pregunt el mdico.
Estoy cansada contest ella al instante.
Bonnie?
Oh, quiz cansada. Quiz tambin un poco hambrienta.
Y emocionalmente?
Bonnie suspir.
Estoy harta de mi escuela murmur por fin. Los cros me dicen cosas
horrorosas.
La mir. Tena los ojos todava cerrados, y tena los puos apoyados sobre los
tejanos de una talla superior. Los institutos no haban ganado en bondad y
amabilidad durante los diez aos transcurridos desde que yo haba terminado ese
tramo de mi vida. Tuve ganas de apoyar una mano sobre su hombro. Decirle que las
cosas mejoraran..., claro que, teniendo en cuenta los recientes acontecimientos de mi
vida, no estaba segura de que eso fuera cierto.
Lily?
Hambrienta dijo la mujer al instante.
Y emocionalmente?
Hummm... Bien.
Slo bien? pregunt el mdico.
Echan un nuevo episodio de Urgencias esta noche. Es lgico que est bien.
Esther?
Estoy avergonzada dijo Esther, y se puso a llorar. Abr los ojos. El mdico
sac un paquete de Kleenex del bolsillo y se lo ofreci.
Por qu avergonzada? pregunt con dulzura.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 63 -
Esther sonri apenas.
Porque antes de que empezramos estaba mirando esa costilla de plstico, y
pens que no tena muy mal aspecto.
Eso rompi la tensin. Todas nos pusimos a rer, incluso el doctor. Esther sorbi
por la nariz y se sec los ojos.
No te preocupes dijo Lily. Yo estaba pensando lo mismo del pastel de
mantequilla que corona la pirmide alimentaria.
El mdico carraspe.
Y Candace? pregunt.
Cannie dije.
Cmo est?
Cerr los ojos, pero slo un segundo, y lo que vi fue la cara de Bruce, los ojos
castaos de Bruce cerca de los mos. Bruce deca que me quera. Despus los abr y le
mir sin pestaear.
Bien dije, aunque era mentira. Estoy bien.


Cmo ha ido? pregunt Samantha.
Ya era de noche, y las dos estbamos jadeando codo con codo en las
StairMasters del gimnasio.
Hasta el momento, bien dije. Nada de frmacos todava. El mdico que
dirige la clase parece buen to.
Trabajamos en silencio unos minutos, mientras las correas rechinaban y
chirriaban bajo nuestros pies, y la clase de funky fitness se desarrollaba a nuestro lado,
al ritmo frentico de la msica. Nuestro gimnasio pareca decidido a atraer nuevos
miembros a base de ofrecer todas las clases de fitness posibles, de modo que tenamos
el mtodo Pilates, aerbic gospel, rotacin alternativa, y algo llamado Alta
preparacin bomberil, que contaba con mangueras, escalerillas y un maniqu de
cincuenta kilos que era subido y bajado por las escaleras. Mientras tanto, haba
goteras en el techo, el aire acondicionado era defectuoso, y daba la impresin de que
el jacuzzi siempre estaba en reparacin.
Cmo te ha ido el resto del da, cario? pregunt Sam, mientras se secaba
la cara con la manga. Le habl de la airada defensa de Celine Dion que haba
protagonizado el seor Deiffenger.
Odio a los lectores jade, mientras mi StairMaster aumentaba la
velocidad. Por qu se lo han de tomar como algo personal?
Debi de imaginar que te estabas metiendo con Celine, de modo que te lo
mereces.
S, pero esa ta es propiedad pblica. Yo slo soy yo.
Pero para l, no lo eres. Tu nombre sale en el peridico. Eso te convierte en
propiedad pblica, como Celine.
Pero ms gorda.
Y con mejor gusto. Y sin la menor intencin aadi seriamente de casarte
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 64 -
con tu manager septuagenario, que te conoce desde que tenas doce aos.
Vaya, quin es la criticona aqu?
Malditos canadienses dijo Samantha.
Haba estado unos aos trabajando en Montreal, haba mantenido una
desastrosa relacin amorosa con un hombre de all, y nunca deca algo amable sobre
nuestros vecinos del norte, incluido Peter Jennings, el famoso presentador de la
cadena ABC, al cual se negaba tercamente a ver, con la excusa de que haba aceptado
un empleo que habra debido ir a parar a un estadounidense, alguien que sabe
hablar bien el idioma.
Despus de cuarenta desdichados minutos, nos retiramos a la sauna, nos
envolvimos en toallas y adoptamos la posicin supina sobre los bancos.
Cmo est el Rey del Yoga? pregunt. Sam me dirigi una sonrisa
satisfecha y alz los brazos sobre la cabeza.
Me siento muy flexible dijo. Le tir la toalla a la cabeza.
No me tortures dije. Lo ms seguro es que no vuelva a practicar el sexo
nunca ms.
Corta el rollo, Cannie dijo Samantha. Sabes que esto no va a durar. A m
nunca me pasa.
Lo cual era cierto. En los ltimos tiempos, pareca que la vida amorosa de Sam
estaba maldita. Conoca a un to, sala con l una vez, y todo era maravilloso. Volvan
a salir, y la cosa iba como la seda. Y despus, en la tercera cita, llegaba un momento
horrible, se produca una revelacin increble, algo que imposibilitaba a Sam ver al
to otra vez. Su ltimo novio, un mdico judo con un curriculum fabuloso y un fsico
envidiable, le haba parecido un buen pretendiente hasta la cita nmero 3, cuando
haba invitado a Sam a cenar a su casa, y ella se haba sentido inquieta al ver una foto
de su hermana exhibida en el vestbulo de entrada.
Qu tiene de malo eso? haba preguntado yo.
Estaba con las tetas al aire contest Samantha. Sale el Doctor Perfecto, entra
el Rey del Yoga.
Tmatelo as dijo Samantha. Ha sido un da horrible, pero ya ha
terminado.
Ojal pudiera hablar con l.
Samantha se retir el pelo hacia atrs, apoy la cabeza sobre un codo y me mir
desde una de las filas superiores de bancos de madera.
Con el seor Deiffledorf?
Deiffinger. No, con l no. Tir agua sobre las piedras calientes, y el vapor se
arremolin a nuestro alrededor. Con Bruce.
Samantha me mir con los ojos entornados a travs de la niebla.
Con Bruce? No lo entiendo.
Y si...? dije poco a poco. Y si he cometido un error?
Sam suspir.
Cannie, te he escuchado hablar durante meses de que la cosa no iba bien, de
que las cosas no iban a mejor, de que sabas que tomarse un descanso sera lo ms
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 65 -
aconsejable a la larga. Y si bien te disgustaste despus de tomar tu decisin, nunca te
o decir que te habas equivocado.
Y si ahora he cambiado de opinin?
Bien, lo has hecho?
Pens en mi respuesta. El artculo era en parte responsable. Bruce y yo nunca
habamos hablado de mi peso. Tal vez si lo hubiramos hecho..., si l hubiera sabido
cmo me senta yo, si yo hubiera sabido que l me comprenda..., tal vez las cosas
habran sido diferentes.
Pero ms que eso, echaba de menos hablar con l, contarle cmo haba ido el
da, desahogarme sobre las ltimas andanadas de Gabby, leerle posibles apuntes
para mis artculos, escenas de mis guiones.
Slo le echo de menos dije sin conviccin.
Incluso despus de lo que escribi sobre ti? pregunt Sam.
Tal vez no fue tan negativo murmur. O sea, no dijo que no me
encontrara..., ya sabes..., deseable.
Pues claro que te encontraba deseable dijo Sam. T no lo encontrabas
deseable. Lo encontrabas perezoso, inmaduro y detestable, y no hace ni tres meses
me dijiste, en este mismo banco, que si volva a dejar un Kleenex usado en tu cama,
ibas a matarlo y abandonar su cadver en un autobs de Nueva Jersey.
Me encog. No poda recordar las palabras exactas, pero parecan muy propias
de m.
Si lo llamaras continu Samantha, qu le diras?
Hola, cmo ests, piensas seguir humillndome en negro sobre blanco?
Haba gozado de una tregua de un mes. El Bueno en la cama de octubre se
haba titulado El amor y el guante. Alguien (Gabby, sin duda) me haba dejado un
ejemplar sobre la mesa del despacho el da anterior, y lo haba ledo a la velocidad
del rayo, con el corazn en la garganta, hasta que comprob que no haba ni una sola
palabra sobre C. Al menos, no este mes.
Los hombres de verdad se ponen condn, era la primera lnea. Lo cual era un
engao, considerando que durante nuestros tres aos juntos, Bruce haba evitado casi
por completo las indignidades del ltex. Nuestros anlisis haban salido bien, y
empec a tomar la pildora despus de un puado de ocasiones decepcionantes,
cuando su ereccin flaqueaba en el instante en que yo sacaba los condones. Ese
detalle sin importancia estaba ausente del artculo, por supuesto, junto con el hecho
de que, al final, yo acababa ponindole la cosa, lo cual me haca sentir como una
madre sobreprotectora atando los cordones de los zapatos de su hijito. Colocarse la
goma es ms que un deber, les deca a las lectoras de Moxie. Es una seal de
devocin y madurez, una seal de respeto por todas las mujeres, y una seal de su
amor por ti misma.
El recuerdo de su actitud hacia los condones pareca demasiado tierna para
considerarla en este momento. Y la idea de Bruce y yo en la cama, juntos, me hizo
encoger debido al pensamiento que se desprenda del anterior: Nunca volveremos a
estar as.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 66 -
No lo llames aconsej Sam. S que ahora te sientes fatal, pero lo
superars. Sobrevivirs.
Gracias, Gloria Gaynor
5
gru, y fui a darme una ducha.
Cuando llegu a casa, mi contestador automtico estaba parpadeando. Le di al
play y o a Steve.
Te acuerdas de m? Soy el tipo del parque. Escucha, me gustara saber si te
apetecera tomar una cerveza esta semana, o tal vez cenar. Llmame.
Sonre mientras paseaba a Nifkin, sonre cuando me prepar una pechuga de
pollo con patatas y espinacas para cenar, sonre durante mi consulta de veinte
minutos con Sam sobre la cuestin de Steve, el Chico Mono del parque. A las nueve
en punto marqu su nmero. Pareci content de orme. Pareci... estupendo, en
realidad. Divertido. Considerado. Interesado en mis actividades. Repasamos a toda
prisa los datos bsicos de cada uno: edad, universidad, as que conocas a Janie, de
mi instituto, algo sobre los padres y la familia (dej de lado el lesbianismo repentino
de mi madre, con el fin de tener algo de qu hablar si se produca una segunda cita),
y algo sobre el motivo de la soltera (resum en dos frases la separacin de Bruce. l
me habl de una novia de Atlanta, pero se haba matriculado en una escuela de
enfermeras y l se haba mudado aqu). Le cont que cubra el concurso de platos al
horno de Pillsbury. l me cont que le haba dado por el kayak. Decidimos cenar
juntos el sbado por la noche en el Latest Dish, y tal vez ir al cine despus.
Puede que esto salga bien dije a Nifkin, que no pareca muy interesado en el
resultado de las gestiones. Se dio la vuelta tres veces, para acomodarse, por fin, sobre
una almohada. Me puse el camisn procurando no ver mi cuerpo en el espejo del
bao, y me dorm con un cauto optimismo, pensando que an existan
probabilidades de no morir sola.


Haca mucho tiempo que Samantha y yo habamos decidido que Azafrn sera
el restaurante destinado a todas las primeras citas. Contaba con todas las ventajas:
estaba a la vuelta de la esquina de su casa y de mi apartamento. La comida era
buena, no sala muy caro, podas llevar tu propia bebida, lo cual nos conceda la
oportunidad de a) impresionar al to llevando una buena botella de vino, y b)
eliminar la posibilidad de que el to se colocara, porque no habra ms que esa
botella. Y para colmo, Azafrn tena ventanales del suelo al techo, y camareras que
trabajaban en nuestro gimnasio, que nos conocan, y que nos acomodaban en las
mesas de la ventana, dando la espalda a la calle, con el to delante, con el fin de que
la que estuviera libre de las dos pasara con Nifkin por delante y echara un vistazo al
panorama.
Me estaba felicitando, porque Steve pareca muy presentable. Polo de manga
corta, pantalones caqui que parecan recin planchados, y un agradable aroma a
colonia. Un cambio positivo con respecto a Bruce, proclive a las camisetas

5
Alusin a la cancin de dicha intrprete I Will Survive, Sobrevivir. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 67 -
manchadas, los pantalones cortos desaseados, y muy poco constante en el uso del
desodorante, pese a mis esfuerzos en ese apartado.
Sonre a Steve. l me sonri. Nuestros dedos se rozaron sobre los calamares. El
vino era delicioso, en su punto de temperatura, y la noche era perfecta, con el cielo
estrellado y una brisa casi imperceptible.
Qu has hecho hoy? me pregunt.
Fui a pasear en bicicleta hasta Chestnut Hill contest. Pens en ti...
Algo pas por su cara. Algo malo.
Escucha dijo en voz baja, debera decirte algo. Cuando te pregunt si
queras tomar una cerveza conmigo..., bien, te dije que era nuevo en el barrio..., o sea,
la verdad es que estaba buscando..., ya sabes. Amigos. Gente con la que salir.
Los calamares se convirtieron en una bola de plomo en mi estmago.
Oh.
Creo que no me expres con claridad... Quiero decir, esto no es una cita o algo
por el estilo... Oh, Dios. No me mires as.
No llores, me dije. No llores, no llores, no llores. Cmo haba podido
equivocarme de tal manera? Era pattica. La rechifla andante. Quera recuperar a
Bruce. Joder, quera a mi madre. No llores, no llores, no llores.
Tus ojos dijo en voz baja. Tus ojos me estn matando.
Lo siento dije, como si fuera idiota. Disculpndome como siempre. Esto no
puede ir a peor, pens. Steve mir por encima de mi cabeza.
Oye dijo, no es se tu perro?
Me volv, y claro, all estaban Samantha y Nifkin, los dos mirando por la
ventana. Sam pareca impresionada. En ese momento, levant los pulgares un
instante.
Quieres perdonarme? murmur.
Me levant, obligu a mis pies a moverse. En el lavabo de seoras me moj la
cara con agua fra, me concentr en no respirar, sent que las lgrimas reprimidas se
agolpaban detrs de mi frente y se transformaban instantneamente en un dolor de
cabeza. Pens en la noche que me esperaba: la cena, y despus, la ultimsima pelcula
de catstrofes en los multicines. Pero no poda. No poda pasar toda la noche sentada
al lado de un to que acababa de anunciar que no iba de ligue. Tal vez eso me pona
demasiado sensible, o ridcula, pero no poda hacerlo.
Fui a la cocina y localic a nuestra camarera.
Ya sale dijo, y entonces observ mi cara. Oh, Dios... Qu pasa? Es
marica. Acaba de escapar de la crcel. Sala con tu madre.
Ms o menos dije.
Quieres que le diga que no te encuentras bien?
S dije, y luego me lo volv a pensar. No. Mira, empaqueta la comida y no
le digas nada. A ver cunto rato aguanta sentado ah.
La camarera puso los ojos en blanco.
Tan mal?
Hay otra salida, verdad?
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 68 -
Indic la salida de incendios, que permaneca abierta mediante una silla en la
que descansaba un ayudante de camarero.
Sal por ah dijo, y un minuto despus, aferrando dos fiambreras y los restos
de mi orgullo, pas junto al ayudante de camarero y sal a la noche. La cabeza me
martilleaba. Idiota, pens con furia. Imbcil. Estpida, estpida idiota, pensar que
alguien con su aspecto se iba a interesar por alguien con tu aspecto.
Sub, dej caer la comida, me quit el vestido, me puse el chndal ms rado,
pensando que deba de parecerme a Andrea Dworkin, la escritora feminista y
lesbiana. Baj como una exhalacin la escalera, sal por la puerta y empec a andar,
primero hacia el ro, despus hacia el norte, en direccin a Society Hill y Old City, y
por fin hacia el oeste, en direccin a Rittenhouse Square.
Una parte de m (la parte razonable) estaba pensando que no haba pasado
nada, un pequeo tropezn en el carril bici de la vida, y que el idiota era l, no yo.
Soy soltero, haba dicho. Me equivoqu al pensar que me estaba pidiendo una
cita? Y qu ms daba si no se trataba de una cita? Ya me haba citado muchas veces
antes. Hasta haba tenido novios. Era de lo ms razonable pensar que volvera a
disfrutar de ambas cosas, y no vala la pena dedicar ni un segundo de mi tiempo a
este to.
Pero otra parte (la parte chillona, histrica, hipercrtica, y por desgracia, mucho
ms ruidosa) deca algo muy diferente.
Que yo era idiota. Que yo era gorda. Era tan gorda que nadie volvera a
quererme, y tan obtusa que no me daba cuenta. Que haba sido ridcula, o peor an,
que me haba puesto en ridculo. Que Steve, el ingeniero, deba de estar sentado a
una mesa vaca, comiendo calamares y rindose de la gorda y tonta Cannie.
A quin se lo iba a decir? Quin poda consolarme?
A mi madre, no. No poda hablar con ella de mi vida amorosa despus de haber
expresado con claridad que yo no aprobaba la de ella. Adems, con la columna de
Bruce, ella ya haba averiguado suficiente sobre mis actividades nocturnas.
Poda contrselo a Samantha, pero pensara que estaba loca. Por qu das por
sentado que tienes esta apariencia?, preguntara, y yo murmurara que deba de
tratarse de un malentendido, mientras senta la verdad en mis huesos, el Evangelio
segn mi padre: era gorda y fea y nadie me querra nunca ms. Sera de lo ms
violento. Quera que mis amigos pensaran en m como alguien inteligente, divertido
y capaz. No quera que sintieran pena por m.
Lo que quera era llamar a Bruce. No le hablara de la ltima humillacin
(tampoco quera su compasin, ni que pensara que iba a volver de rodillas, o que
pensaba hacerlo slo porque un capullo de piernas peludas me haba rechazado),
pero quera or su voz. Pese a lo que haba escrito en Moxie, pese a lo que me haba
avergonzado. Despus de tres aos, era el que mejor me conoca, excepto Samantha,
y en aquel momento, parada en la esquina de la 17 con Waltnut, tena tantas ganas de
hablar con l que me flaqueaban las rodillas.
Corr a casa y sub la escalera de dos en dos. Sudorosa, con las manos
temblorosas, me espatarr en la cama y cog el telfono, y tecle el nmero lo ms
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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rpido posible. l descolg al instante.
Hola, Bruce empec.
Cannie? Su voz sonaba rara. Estaba a punto de llamarte.
De veras?
Sent que una pequea chispa de esperanza se encenda en mi pecho.
Slo quera comunicarte empez, y su voz se disolvi en sollozos
entrecortados que mi padre ha muerto esta maana.
No recuerdo lo que dije entonces. Recuerdo que me cont los detalles: haba
sufrido un infarto y haba fallecido en el hospital. Todo haba sido muy rpido.
Yo estaba llorando, Bruce estaba llorando. No recordaba cunto haca que me
senta tan desdichada. Era injusto. El padre de Bruce era un hombre maravilloso.
Haba querido a su familia. Hasta era posible que me hubiera querido a m tambin.
Pero aunque me senta fatal, not que la chispa creca. Ahora lo entender,
susurr una voz en mi cabeza. Cuando sufres una prdida como sa, no cambia tu
forma de ver el mundo? No cambiara su forma de verme a m, a mi familia
disfuncional, mi padre perdido? Adems, me necesitara. Ya me haba necesitado
antes, para rescatarle de la soledad, de la ignorancia sexual y la vergenza..., y me
necesitara otra vez para ayudarle a superar este trago.
Nos imagin en el funeral, cogidos de la mano, ayudndole, sostenindole,
apoyndole, tal como yo deseaba que l me apoyara. Imagin que me miraba con un
respeto y una comprensin nuevos, con los ojos de un hombre, no de un muchacho.
Deja que te ayude. En qu puedo colaborar? pregunt. Quieres que
vaya a verte?
Su respuesta fue de lo ms decepcionante.
No. Me voy a casa, y habr millones de personas. Sera muy violento.
Vendrs al funeral maana?
Por supuesto dije. Por supuesto. Te quiero.
Las palabras surgieron de mi boca antes de que terminara de pensarlas.
Qu significa eso? pregunt l, sin dejar de llorar.
Debo reconocer que me recuper enseguida.
Que quiero estar a tu lado..., y ayudarte en lo que pueda.
Ven maana, y punto dijo. Eso es lo nico que puedes hacer en estos
momentos.
Pero algo perverso, anidado en mi interior, insisti.
Te quiero repet, y las palabras flotaron en el aire. Bruce suspir, sabiendo
lo que yo deseaba, pero incapaz de drmelo, o refractario a ello.
He de irme dijo. Lo siento, Cannie.


- 70 -

SEGUNDA PARTE:
Recapacitando

JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Captulo 5
Pensndolo bien, habra podido sentirme an peor en el funeral de Bernard
Guberman. Si yo le hubiera matado, por ejemplo.
La ceremonia empez a las dos de la tarde. Yo llegu temprano, pero el
aparcamiento ya estaba lleno, y los coches formaban una hilera desde el camino de
entrada hasta la autopista. Aparqu, por fin, al otro lado de la calle, cruc cuatro
carriles de trfico y fui a parar en mitad de un grupo de amigos de Bruce. Estaban
esperando en el vestbulo, enfundados en lo que deban de ser sus trajes de ir a
entrevistas, con las manos en los bolsillos, hablando en voz baja con la vista clavada
en sus pies. Era una tarde soleada de otoo, un da para mirar las hojas, por ejemplo,
para tomar una sidra y encender el primer fuego del ao. No para esto.
Hola, Cannie dijo George en voz baja.
Cmo se lo toma?
George se encogi de hombros.
Est dentro dijo.
Bruce estaba sentado en un pequeo vestbulo, con una botella de agua y un
pauelo en la mano derecha. Llevaba el mismo traje azul que haba utilizado en el
Yom Kippur, cuando nos habamos sentado juntos en el templo. El traje segua
siendo demasiado ceido, la corbata demasiado corta, y calzaba zapatillas de lona
que haba decorado con dibujos de estrellas y remolinos durante una conferencia
particularmente aburrida. En cuanto le vi, fue como si nuestra historia reciente se
desvaneciera, tanto mi decisin de pedir una moratoria como su decisin de describir
mi cuerpo en negro sobre blanco. Fue como si lo nico que quedara fuera nuestra
relacin..., y su dolor. Su madre estaba de pie a su lado, con una mano sobre su
hombro. Haba gente por todas partes. Todo el mundo lloraba.
Me acerqu a Bruce, me arrodill y le abrac.
Gracias por venir dijo con frialdad. Con formalidad. Le bes en la mejilla,
cubierta por una barba de tres das que picaba. No pareci darse cuenta. El abrazo
que me dio su madre fue ms carioso, y sus palabras contrastaron con las de l.
Cannie susurr. Me alegro de que hayas venido.
Saba que iba a ser duro. Saba que me iba a sentir fatal, incluso despus de
nuestra ruptura, pese a que no exista forma humana de haber sabido que esto iba a
suceder.
Pero no slo fue duro. Fue una agona. Una agona cuando el rabino, a quien
haba visto comer algunas veces en casa de Bruce, habl de que Bernard Leonard
Guberman haba vivido para su mujer y su hijo. De que haba llevado a Audrey a
jugueteras, aunque no tenan nietos. Slo para estar preparados, dijo. Fue cuando
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 72 -
dej de prestar atencin, pues saba que era yo quien tendra que haber dado esos
nietos, y lo mucho que le habran querido los nios, y la suerte de encontrar esa clase
de amor en la vida.
Segu sentada en el duro banco de madera del saln de la funeraria, ocho filas
detrs de Bruce, quien tendra que haber sido mi marido, y pens que lo nico que
deseaba era estar con l, y que nunca haba sentido mayor distanciamiento entre
nosotros.


Te quera de verdad susurr en mi odo Barbara, la ta de Bruce, mientras
nos lavbamos las manos en el exterior de la casa.
Haba coches aparcados en doble fila en el callejn sin salida, coches que daban
la vuelta a la manzana, tantos coches que haban apostado un polica delante del
cementerio durante el servicio fnebre. El padre de Bruce haba sido un feligrs
activo, as como un dermatlogo reputado. A juzgar por la multitud, daba la
impresin de que todos los judos o adolescentes con acn haban ido a presentarle
sus respetos.
Era un hombre maravilloso dije.
Me mir con curiosidad.
Era?
Fue cuando me di cuenta de que ella estaba hablando de Bruce, quien segua
vivo.
Barbara rode mi brazo con sus uas color marrn y me arrastr hasta el
inmaculado cuarto de la colada.
Me enter de que Bruce y t habais roto dijo. Fue porque no se te
declar?
No. Creo... Yo estaba cada vez ms convencida de que no hacamos una
buena pareja.
Fue como si no me hubiera odo.
Audrey siempre me dijo que Bernie habra sido muy feliz si hubieras entrado
a formar parte de la familia dijo. Siempre deca: Si Cannie quiere un anillo, lo
tendr en un abrir y cerrar de ojos.
Oh, Dios. Sent que las lgrimas se agolpaban en mis ojos. Otra vez. Haba
llorado durante la ceremonia, cuando Bruce se par ante el bimah
6
y habl de que su
padre le haba enseado a jugar a bisbol, y llor en el cementerio cuando Audrey
solloz sobre la tumba abierta y repiti una y otra vez: No es justo, no es justo.
Ta Barbara me dio un pauelo.
Bruce te necesita susurr, y yo asent, a sabiendas de que no poda confiar
en mi voz. Ve dijo, y me empuj hacia la cocina. Me sequ los ojos y obedec.
Bruce estaba sentado en el porche rodeado de amigos, los cuales formaban un
crculo de aspecto intimidante. Cuando me acerqu, me mir con los ojos entornados,

6
Estrado de la sinagoga sobre el que descansa la mesa de lecturas. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 73 -
y me observ como si fuera un espcimen en una platina de microscopio.
Hola dije en voz baja. Puedo hacer algo por ti?
Mene la cabeza y apart la vista. Todas las sillas del porche estaban ocupadas,
y no daba la impresin de que alguien fuera a moverse. Con la mayor gracia posible,
me acuclill en el peldao detrs de ellos, fuera del crculo, y me qued sentada, con
las manos alrededor de las rodillas. Tena fro y hambre, pero no haba trado
chaqueta, y no haba ningn sitio para apoyar un plato. Los escuch hablar de
frusleras, deportes, conciertos, sus trabajos. Mir mientras las hijas de las amigas de
la madre de Bruce, un tro de veinteaeras intercambiables, salan al porche con
platos de papel llenos de petit fours y daban el psame a Bruce, al tiempo que ofrecan
sus suaves mejillas para que las besara. Fue como tragar arena, verle animarse,
sonrer y demostrar que se acordaba de sus nombres, cuando apenas me haba
dedicado una mirada. S, yo ya saba que, si decidamos romper, encontrara otra. No
pens que tendra que aguantar un preestreno. Me apoy en las manos, desolada.
Cuando Bruce se levant por fin, me dispuse a seguirle, pero la pierna se me
haba dormido y ca espatarrada, y me encog cuando una astilla se me clav en la
palma. Bruce me ayud a levantarme. De mala gana, pens.
Quieres dar un paseo? le pregunt.
Se encogi de hombros. Paseamos. Recorrimos el camino de entrada, paseamos
por la calle, donde ms coches se estaban acumulando.
Lo siento muchsimo dije. Bruce no contest. Busqu su mano, mis dedos
rozaron la palma de su mano. l no reaccion. Escucha dije, cada vez ms
desesperada, s que las cosas han ido... S que nosotros...
Mi voz enmudeci. Bruce me mir con frialdad.
Ya no eres mi novia dijo. T fuiste la que quiso romper, te acuerdas? Y
yo soy pequeo escupi.
Quiero ser tu amiga dije.
Tengo amigos.
Ya me he dado cuenta. Muy educados.
Se encogi de hombros.
Escucha dije, podramos...? Podramos...? Me llev la mano a la boca.
No encontraba las palabras. Slo me quedaban sollozos. Tragu saliva. Supralo, me
dije. Pese a lo que pas entre nosotros, pese a lo que sientas por m ahora, quiero
que sepas que tu padre era un hombre maravilloso. Le quera. Era el mejor padre que
he conocido en mi vida, y siento que haya muerto, y me sabe fatal todo esto...
Bruce se limitaba a mirarme. Si quieres llamarme...
Gracias dijo por fin.
Se volvi para volver a la casa, y al cabo de un momento le segu, cmo un
perro castigado, con la cabeza gacha.
Tendra que haberme ido en ese momento, pero no lo hice. Me qued a las
plegarias nocturnas, cuando hombres con taleds
7
sobre los hombros invadieron la sala

7
Pieza de lana con la que los judos se cubren la cabeza y hombros en las ceremonias religiosas. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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de estar de Audrey y se arrodillaron sobre los duros bancos de madera, apretando
los hombros contra los espejos cubiertos con paos. Me qued cuando Bruce y sus
amigos se reunieron en la cocina blanca y cromada para picar de las bandejas de
tapas y charlar. Me qued fuera del grupo, pens que iba a estallar de tristeza, sobre
el suelo de baldosas espaolas de Audrey. Bruce no me mir en ningn momento. Ni
una sola vez.
El sol se puso. La casa se fue vaciando poco a poco. Bruce reuni a sus amigos y
los condujo a su habitacin, donde se sent en su cama. Eric, Neil y su esposa, en sus
ltimas semanas de embarazo, ocuparon el sof. George se acomod en la silla del
escritorio. Yo me plegu en el suelo, fuera del crculo, pensando con alguna parte
pequea y primitiva de mi cerebro que Bruce tendra que hablar conmigo otra vez,
tendra que dejarme consolarle, si nuestros aos de vida en comn significaban algo.
Bruce se solt la cola de caballo, sacudi el pelo y luego lo volvi a ceir.
He sido un nio toda mi vida anunci.
Nadie supo qu contestar a eso, de modo que hicieron lo que siempre hacan en
la habitacin de Bruce, supuse. Eric llen la pipa, George sac un encendedor del
bolsillo de la chaqueta y Neil encaj una toalla bajo la puerta. Increble, pens,
mientras reprima un estallido de histeria y carcajadas. Se enfrentan a la muerte de la
misma manera que se enfrentan a un sbado por la noche cuando no echan nada
interesante por cable.
Eric pas la pipa a Neil sin ni siquiera preguntarme si quera. Yo no quera, y
probablemente l deba de saberlo. El nico efecto que me provocaba la hierba era
sueo, y ms ganas de comer que de costumbre. No era el tipo de droga que
necesitaba. De todos modos, habra sido amable por su parte ofrecerme.
Tu padre era muy guay murmur George, y todo el mundo musit
palabras de asentimiento, excepto la mujer embarazada de Neil, que se levant
aparatosamente y sali de la habitacin. O siempre es un espectculo cuando ests
embarazada y te levantas? Quin sabe. Neil contempl sus zapatillas de deporte. Eric
y George repitieron lo mucho que lo sentan. Despus, todo el mundo empez a
hablar de los prximos partidos.
Siempre infantil, pens, mirando a Bruce a travs del humo. Por un momento,
nos miramos sin pestaear. Inclin la pipa hacia m: quieres un poco? Negu con la
cabeza y respir hondo en el silencio.
Recuerdas cuando terminaron la piscina? pregunt.
Bruce me dedic un leve pero alentador cabeceo.
Tu padre estaba tan contento dije. Mir a sus amigos. Tendrais que
haberla visto. El doctor Guberman no saba nadar...
... y nunca aprendi aadi Bruce.
Pero insisti en que esta casa deba tener una piscina. Mis hijos no van a
sudar ms otro verano.
Bruce ri un poco.
El da que terminaron la piscina, mont una fiesta gigantesca. George
asenta. Haba estado presente. Pidi un servicio de comidas. Trajeron una docena
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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de cestas de sandas...
... y un barril ri Bruce.
Se pas todo el da paseando de un lado a otro con el albornoz que haba
comprado para la ocasin, con monograma y todo, fumando un puro gigantesco, con
aspecto de rey conclu. Debieron de congregarse un centenar de personas...
Enmudec. Estaba recordando al padre de Bruce en el jacuzzi, con un puro
humeante entre los dientes, una jarra llena de cerveza apoyada en el borde a su lado,
y la luna llena colgando en el cielo como un crculo de oro.
Por fin, sent que pisaba terreno ms slido. No poda fumar hierba, y l no me
dejara besarle, pero poda contar historias durante toda la noche.
Pareca muy feliz dije a Bruce, porque t eras feliz.
Bruce empez a llorar en silencio, y cuando me levant y cruc la habitacin y
me sent a su lado, no dijo nada. Ni siquiera cuando pas un brazo sobre sus
hombros. Me abraz y llor. Yo cerr los ojos, y slo o que sus amigos se levantaban
y salan de la habitacin.
Ay, Cannie dijo.
Shhh dije, y le mec con todo mi cuerpo, le acost en la cama, bajo una
estantera llena de sus trofeos de la Liga Inferior y placas de asistencia a la escuela
hebrea. Sus amigos se haban ido. Estbamos solos por fin. Shhh.
Bes su mejilla hmeda. No se resisti. Sus labios estaban fros debajo de los
mos. No me estaba devolviendo el beso, pero tampoco me estaba rechazando. Ya era
un comienzo.
Qu quieres? susurr.
Hara cualquier cosa que quisieras contest. Incluso..., si quisieras eso...,
lo hara por ti. Te quiero...
No digas nada susurr l, mientras deslizaba las manos por debajo de mi
camisa.
Oh, Bruce jade, incapaz de creer que esto estuviera sucediendo, que l
tambin me deseara.
Shhh me acall, como yo haba hecho momentos antes. Sus manos
forcejearon con los numerosos broches de mi sujetador.
Cierra la puerta con llave susurr.
No quiero dejarte marchar dijo.
No ser necesario contest, al tiempo que hunda la cara en su cuello,
aspiraba su olor, humo dulzn, crema de afeitar y champ, extasiada en sus brazos,
pensando que era esto lo que yo quera, lo que siempre haba querido, el amor de un
hombre que era maravilloso y tierno, y lo mejor de todo, me comprenda. No
tendrs que hacerlo nunca ms.
Intent complacerle, tocarle en sus lugares favoritos, moverme como recordaba
que le gustaba. Me result maravilloso estar con l de nuevo, y pens, mientras
sujetaba sus hombros cuando me empalaba y gema, que podramos empezar de
nuevo. Que estbamos empezando de nuevo. Tena ganas de desechar el artculo de
Moxie como agua pasada, siempre que jurara no volver a hablar de mi cuerpo en letra
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 76 -
impresa. Y lo dems, la muerte de su padre, lo superaramos como pareja. Juntos.
Te quiero tanto susurr, mientras besaba su cara, abrazado contra m,
intentando acallar la vocecita interior que se daba cuenta, incluso en pleno delirio
pasional, de que l no estaba diciendo nada.
Despus, con mi cabeza sobre su hombro y mis dedos trazando crculos en su
pecho, pens que nunca me haba sentido mejor. Pens que yo tambin haba sido
una nia, una cra, pero ahora estaba preparada para madurar, para ser una mujer,
para apoyarle y enderezarle, a partir de esta noche.
Bruce, evidentemente, no pensaba lo mismo.
Deberas ir marchando dijo, al tiempo que se liberaba de mis brazos y
entraba en el cuarto de bao, sin mirar hacia la cama.
No me lo esperaba.
Puedo quedarme dije en voz alta.
Bruce sali del bao envuelto en una toalla.
He de ir al templo con mi madre por, la maana, y creo que, hum,
complicara las cosas el que...
Enmudeci.
De acuerdo dije, recordando mi juramento, ser adulta, pensar en sus
necesidades antes que en mis deseos, aunque lo que yo deseara fuera un largo, lento
y tierno polvo, despus de lo cual nos dormiramos abrazados. No esta retirada
precipitada. Ningn problema.
Recuper mi ropa. En cuanto me hube puesto los pantys, Bruce me agarr por
el codo y me empuj hacia la puerta, y luego pasamos a toda prisa frente a la cocina
y la sala de estar, donde, seguramente, su madre estaba esperando y sus amigos se
haban reagrupado.
Llmame dije, y o que mi voz temblaba, siempre que quieras.
Apart la vista.
Voy a estar bastante ocupado contest.
Respir hondo, y rec para que el pnico se aplacara.
De acuerdo dije. Cuenta conmigo.
l asinti con semblante serio.
Te lo agradezco, Cannie dijo, como si le hubiera ofrecido consejo financiero
en lugar de mi corazn en bandeja de plata. Fui a besarle. Me ofreci la mejilla.
Estupendo, pens, sub al coche, y agarr el volante con fuerza para que no viera el
temblor de mis manos. Puedo ser paciente. Puedo ser madura. Puedo esperarle. Me
quiso mucho, pens, mientras me diriga a casa en la oscuridad. Me querr otra vez.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 77 -

Captulo 6
En la asignatura de psicologa el profesor nos habl del refuerzo aleatorio. Pon
tres grupos de ratas en jaulas separadas, cada una provista de una palanca. El primer
grupo de ratas recibe una bolita cada vez que aprietan la palanca. El segundo grupo
nunca recibe bolitas, por ms a menudo que la aprieten. El tercer grupo recibe bolitas
de vez en cuando.
El primer grupo, dijo el profesor, se cansa a la larga de la recompensa segura, y
las ratas que nunca reciben premio tambin. Pero las ratas que lo obtienen de manera
aleatoria siguen oprimiendo la palanca, con la esperanza de que la magia volver a
ocurrir, de que esta vez tendrn suerte. Fue en aquel momento cuando comprend
que yo me haba convertido en la rata de mi padre.
Me haba querido en el pasado. Yo me acordaba. Tena un puado de imgenes
mentales, postales con los bordes gastados de tanto sobarlas. Escena uno: Cannie, a
los tres aos, acurrucada en el regazo de su padre, la cabeza apoyada contra su
pecho, mientras l lee con voz resonante Donde viven los monstruos. Escena dos:
Cannie, a los seis aos, cogida de la mano de su pap, entrando en la escuela
elemental un clido sbado de verano para someterse a su primera prueba de
aptitud. No seas tmida dice l, al tiempo que la besa en ambas mejillas. Lo
hars muy bien.
Recuerdo que, cuando tena diez aos, pasaba das enteros con mi padre,
haciendo recados, y conoc a su secretaria, y a la seora Yee, de la tintorera, que se
encargaba de lavar y planchar sus camisas, y al dependiente de la sastrera, que
miraba a mi padre con respeto cuando pagaba sus trajes. Comprbamos brie en la
elegante mantequera que ola a granos de caf recin tostados, y discos de jazz en
Old Vinyl. Todo el mundo saba el nombre de mi padre. Doctor Shapiro, le
saludaban, con una sonrisa para ambos, haciendo cola por orden descendiente de
edad, y yo era la primera de la fila. Apoyaba una manaza clida sobre mi cabeza,
acariciaba mi cola de caballo. Esta es Cannie, la mayor, deca. Y todo el mundo,
desde los dependientes de la mantequera hasta los guardias de seguridad de su
edificio, parecan saber no slo quin era l, sino tambin quin era yo. Tu padre
dice que eres muy inteligente, afirmaban, y yo sonrea y trataba de aparentar
inteligencia.
Pero, a medida que me haca mayor, esos das empezaron a escasear. La verdad
era que mi padre apenas me haca caso. No haca caso de ninguno de nosotros, Lucy,
Josh, ni siquiera de mi madre. Llegaba tarde a casa, se marchaba pronto por la
maana, pasaba los fines de semana en la consulta o daba largos paseos en coche
para aclarar mis ideas, como acostumbraba a decir. El afecto que pudiera sentir por
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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nosotros, la atencin que pudiera prestarnos, se nos administraba en pequeas dosis,
espaciadas en el tiempo. Pero, oh, cuando me quera, cuando posaba su mano sobre
mi cabeza, cuando yo apoyaba mi cabeza contra l... No exista sensacin mejor en el
mundo. Me senta importante. Me senta adorada. Hara cualquier cosa, apretara la
palanca hasta que me sangraran las manos, con tal de recuperar esa sensacin.
Nos abandon por primera vez cuando cumpl doce aos. Llegu a casa del
colegio y me lo encontr, de manera inesperada, en el dormitorio, amontonando
camisetas y calcetines en una maleta.
Pap? le pregunt, sorprendida de verle en pleno da. Te...? Nos...?
Quera preguntar si nos bamos a alguna parte, tal vez de viaje. l tena los ojos
tristes y sombros.
Pregunta a tu madre contest. Ella te lo explicar.
Y mi madre me lo explic, que tanto mi padre como ella nos queran mucho,
pero no podan entenderse. An estaba aturdida por la sorpresa cuando descubr la
verdad de lo que estaba pasando gracias a Hallie Cinti, una de las chicas populares.
Hallie estaba en mi equipo de ftbol, pero en un grupo social muy diferente. En el
campo, muchas veces daba la impresin de que prefera que no le pasara la pelota,
como si pudiera transmitirle mis taras y enviarle grmenes de gilipollez. Tres aos
despus se hizo todava ms famosa, desde un punto de vista negativo, por
administrar mamadas reconstituyentes a tres de los cinco novatos del equipo
masculino de baloncesto, durante el medio tiempo de los partidos de la liguilla
estatal, y todos la llamamos Hallie Cunti
8
, pero yo an desconoca eso.
Me he enterado de lo de tu padre dijo, dejndose caer ante mi mesa, que se
hallaba en la esquina del comedor donde Hallie Cinti y su pandilla raras veces se
aventuraban.
Los chicos del club de ajedrez y mis amigas del Grupo de Debate Juvenil
miraron boquiabiertos a Hallie y a su amiga Jenna Lind, cuando colgaron el bolso del
respaldo de dos sillas de plstico y me miraron.
De qu? pregunt con cautela. No confiaba en Hallie, que me haba
ignorado durante los seis aos de colegio, ni de Jenna, que siempre iba perfectamente
peinada.
Hallie arda en deseos de informarme.
O a mi madre hablar de ello anoche. Se ha ido a vivir con una mecnico
dentista a Copper Hill Road.
Juguete con mi bocadillo de mantequilla de cacahuete, para ganar tiempo.
Sera cierto? Cmo poda saberlo la madre de Hallie? Y por qu hablaba de ello?
Las preguntas se acumulaban en mi mente, ms el recuerdo borroso de todas las
mujeres que me haban hecho la limpieza de boca.
Jenna se inclin para asestar el golpe de gracia.
Hemos odo dijo que slo tiene veintisiete aos.
Bien. Eso explicaba las habladuras. Hallie y Jenna me miraron, y mis amigas

8
En ingls, cunt significa coo. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 79 -
del grupo de debate las observaron mientras me miraban. Experiment la sensacin
de que me haban sacado a empujones al centro de un escenario, y de que no me
saba mi texto, ni siquiera que deba salir a actuar.
Es cierto? pregunt Hallie, impaciente.
No hay para tanto dijo Jenna, con la esperanza de ayudarme a confesar va
la solidaridad. Mis padres estn divorciados.
Divorciados, pens, y sabore la palabra. Era eso lo que estaba pasando? Por
qu iba a hacernos esto mi padre?
Alc los ojos hacia las chicas populares.
Largaos les dije. O que una de mis amigas lanzaba una exclamacin
ahogada. Nadie hablaba as a Hallie o Jenna. Dejadme en paz. Largaos!
Jenna puso los ojos en blanco. Hallie ech su silla hacia atrs.
Eres una perdedora grasienta opin, antes de escabullirse hacia la mesa de
los chicos populares, donde todos llevaban camisas con cocodrilos pequeos, y todas
las chicas desayunaban tan slo Coca-Cola light.
Volv a casa poco a poco y encontr a mi madre en la cocina, con unas diez
bolsas de comida a medio vaciar sobre la encimera y la mesa del comedor.
Pap vive con alguien? pregunt de sopetn. Mi madre meti tres
paquetes de pechugas de pollo en el congelador y suspir, los brazos en jarras.
No quera que lo descubrieras as murmur.
Hallie Cinti me lo dijo.
Mi madre volvi a suspirar.
Pero ella no sabe nada contest, con la esperanza de que mi madre me
diera la razn. En cambio, se sent a la mesa de la cocina y me indic con un gesto
que la imitara.
Resulta que la seora Cinti trabaja en el mismo hospital que tu padre
explic.
De modo que era verdad.
Puedes decrmelo todo. Ya no soy una nia.
Pero en aquel momento dese ser una nia, de esas a quienes sus padres
todava les leen en la cama y les dan la mano cuando cruzan la calle.
Mi madre suspir.
Creo que debera ser tu padre quien te lo contara.
Pero esa conversacin nunca tuvo lugar, y dos noches despus, mi padre haba
vuelto. Josh, Lucy y yo estbamos en el patio trasero, y le vimos sacar el equipaje del
maletero de su pequeo deportivo rojo.
Lucy estaba llorando, y Josh procuraba contenerse. Mi padre ni siquiera nos
mir cuando cruz el camino de grava. Los tacones de sus botas crujan a cada paso.
Cannie dijo Lucy con voz llorosa, si ha vuelto, es una buena seal,
verdad? No volver a marcharse, eh?
Mir hacia la puerta y vi que se cerraba lentamente detrs suyo.
No lo s dije.
Necesitaba respuestas. Mi padre era inaccesible, mi madre no era de ayuda.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 80 -
No te preocupes me reprendi mi madre. Arrugas de insomnio surcaban
su cara. Todo ir bien, cario.
Mi madre nunca me haba llamado cario. Pese a mis temores, tendra que
acudir al origen de la informacin.
Encontr a Hallie Cinti en el lavabo de chicas el siguiente lunes por la tarde. Se
estaba mirando en el espejo, mientras se volva a aplicar brillo de labios Bonnie Belle.
Carraspe. No me hizo caso. Le di unos golpecitos en el hombro y se volvi, con los
labios fruncidos en una expresin de asco.
Qu? escupi.
Carraspe cuando me mir.
Hum... Esa cosa... sobre mi padre empec.
Hallie puso los ojos en blanco y extrajo un peine rosa de plstico del bolso.
Ha vuelto dije.
Qu bien dijo Hallie, mientras se peinaba el flequillo.
He pensado que tal vez sabras explicarme por qu. Gracias a tu madre.
Por qu debera decirte algo? dijo con desdn.
Haba dedicado todo el fin de semana a planear esta contingencia. Qu poda
yo, la gorda e impopular Cannie Shapiro, ofrecer a la esbelta y hermosa Hallie?
Saqu dos objetos de mi mochila. El primero era un trabajo de cinco pginas sobre la
imaginera de la luz y la oscuridad en Romeo y Julieta. El otro era una petaca de vodka
que haba afanado del mueble bar de mis padres por la maana. Hallie y su pandilla
tal vez no estaban tan avanzadas en el plano acadmico como yo, pero lo
compensaban en otros campos.
Hallie me arrebat la botella, comprob que el sello no estuviera, roto, y
despus cogi el documento. Tir de l.
Primero, cuntamelo.
Se encogi de hombros, guard la petaca en el bolso y se volvi hacia el espejo.
O a mi madre hablar por telfono. Dijo que su amigo dentista le haba
contado que ella quera hijos. Supongo que tu padre no quera ms. Y mirndote
continu, no me extraa.
Se volvi hacia m y extendi la mano.
Le tir el documento.
Cpialo con tu letra. He puesto algunas faltas de ortografa para que sepan
que es tuyo, no mo.
Hallie cogi el documento y yo volv a clase. No quera tener ms hijos. Bien,
tal como nos trataba, era lgico.


Se qued con nosotros casi seis aos despus de eso, pero nunca volvi a ser el
mismo. Los breves momentos de dulzura y amor, las noches que nos lea en la cama,
los cucuruchos de helado de los sbados y los paseos del domingo por la tarde, todo
eso desapareci. Era como si mi padre se hubiera dormido, solo, en un autobs o un
tren, y despertado veinte aos despus, rodeado de extraos: mi madre, mi hermana,
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 81 -
mi hermano y yo, y todos queramos algo, ayuda para lavar los platos, un golpe de
coche para ir al ensayo de la orquesta, diez dlares para el cine, su aprobacin, su
atencin, su amor. Nos miraba, con los dciles ojos castaos transparentando
confusin, y luego inflamados de ira. Quin es esta gente?, pareca preguntar.
Cunto tiempo tendr que viajar con ellos? Por qu piensan que les debo algo?
Pas de ser carioso, de una forma distrada, ocasional, a ser mezquino. No
volvi a querernos porque yo haba descubierto su secreto, que no deseaba tener ms
hijos? Fue porque echaba de menos a la otra, su verdadero amor, prohibida para
siempre? Yo crea que haba algo de ello. Pero tambin haba otras cosas.
Mi padre era (es, supongo) cirujano plstico. Empez en el ejrcito, trabajando
con vctimas de quemaduras, soldados heridos, hombres que haban vuelto de la
guerra con la piel rosada y arrugada por culpa de productos qumicos, o deformes y
desfigurados debido a la metralla.
Pero descubri su verdadero genio despus de que nos mudramos a
Pennsylvania. All se dedic de lleno, no a soldados, sino a seoras de la alta
sociedad, mujeres cuyas heridas eran invisibles y estaban decididas a pagar miles de
dlares a un cirujano discreto y experto, para que alisara su estmago, rejuveneciera
los prpados, eliminara traseros demasiado prominentes y papadas con unos
diestros toques de escalpelo.
Tuvo xito. Cuando nos abandon por primera vez, Larry Shapiro tena fama
en toda Filadelfia de ser el cirujano plstico ideal para toda clase de retoques, desde
barrigas a tetas, pasando por narices y papadas. Tenamos la casa grande, el camino
de entrada curvo, la piscina y el jacuzzi de rigor. Mi padre conduca un Porsche
(aunque mi madre, gracia a Dios, consigui disuadirle de las matrculas
personalizadas vanidosas). Mi madre conduca un Audi. Tenamos una mujer de la
limpieza dos veces por semana. Mis padres celebraban cenas servidas por una
empresa de comidas cada dos meses. bamos de vacaciones a Colorado (a esquiar) y
a Florida (a la playa).
Y luego se fue, y volvi, y nuestras vidas se desmoronaron, como un libro muy
amado que lees una y otra vez, hasta que una noche lo coges para que te ayude a
dormir y la encuademacin cede, y docenas de pginas caen al suelo. No deseaba
esta vida. De eso no caba la menor duda. Estaba atrapado en este barrio, en el
calendario interminable de partidos de ftbol, concursos de ortografa y escuelas
hebreas, atrapado por la hipoteca y los plazos de los coches, las costumbres y las
obligaciones. Y descargaba el peso de su desdicha sobre todos nosotros, y por algn
motivo, sobre todo en m.
De pronto, fue como si no soportara mirarme. Yo no daba ni una a derechas.
Mira esto! tron cuando vio mi notable en lgebra. Estaba sentado a la
mesa del comedor, con el conocido vaso de whisky junto a su codo. Yo estaba
acurrucada en la puerta, y trataba de esconderme en las sombras. Cul es la
excusa?
No me gustan las mates dije. En verdad, yo estaba tan avergonzada de la
nota como l furioso. Siempre haba obtenido un sobresaliente en todo, pero por ms
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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que me esforzaba, o a pesar de la ayuda que me brindaban, el lgebra me confunda.
Crees que a m me gust la facultad de medicina? rugi. Tienes idea de
tus posibilidades? Sabes que ests dilapidando tus dones?
Me importan un pito mis dones. No me gustan las mates.
Estupendo dijo con un encogimiento de hombros, y empuj la libreta de
notas hacia el otro extremo de la mesa, como si de repente oliera mal. Hazte
secretaria. A m me da igual.
Se comportaba igual con todos nosotros, hurao, desabrido, despectivo y rudo.
Llegaba a casa del trabajo, dejaba caer el maletn en el vestbulo, se preparaba el
primero de una serie de whiskis con hielo, pasaba como una exhalacin junto a
nosotros, suba al dormitorio y cerraba la puerta con llave. Se encerraba all, o se
refugiaba en la sala de estar, con las luces al mnimo, y escuchaba sinfonas de
Mahler. Incluso a los trece aos, incluso sin haber ido a clases de iniciacin a la
msica, yo saba que el inacabable Mahler, acompaado del tintineo de los cubitos de
hielo, no llevaba a nada bueno.
Y cuando se dignaba hablarnos, era slo para quejarse: lo cansado que estaba, lo
poco que se lo agradecamos, lo mucho que haba trabajado para proporcionarnos
cosas, pandilla de pijos deca, arrastrando las palabras, con vuestros esqus, y
vuestra piscina.
Odio esquiar dijo Josh, y era verdad. Un descenso, y tena que volver al
albergue para beber chocolate caliente, y si le obligbamos a salir otra vez, convenca
a la Patrulla de Esqu de que estaba a punto de sufrir una congelacin inminente, y
tenamos que recogerle en la primera cabaa de auxilios, despojarle de sus calzones
largos y tenderlo bajo las lmparas de infrarrojos.
Preferira nadar en la piscina del centro recreativo con los dems chicos
deca Lucy, y era verdad. Tena ms amigos que el resto de nosotros sumados. El
telfono siempre estaba sonando. Otra cosa que irritaba a mi padre. Ese maldito
telfono!, gritaba cuando sonaba durante la cena. Pero no estbamos autorizados a
descolgarlo. Al fin y al cabo, poda ser algn paciente.
Si tanto nos odias, por qu has tenido hijos? le chill, provocndole con lo
que saba que era verdad. Nunca tena una respuesta, slo ms insultos, ms clera,
ms crticas acerbas, ms rabia represora. Josh, con slo seis aos, era un beb. A
Lucy, con doce, no paraba de ignorarla o zaherirla. Estpida, deca, y sacuda la
cabeza cuando miraba sus notas. Torpe, cuando dejaba caer un vaso. Y a los trece
aos, yo me convert en el perro.
Es verdad, a los trece aos no estaba en mi mejor momento. Adems de las tetas
y caderas que haba desarrollado, al parecer de la noche a la maana, exhiba una
complicada ortodoncia de goma y metal. Luca un corte de pelo a lo Dorothy Hamill
(la patinadora austraca) de rigueur, que no haca ningn favor a mi cara. Compraba
ropa de dos tallas (holgada y ms holgada), y pas el ao encorvada en todo
momento, con el fin de ocultar mi tetamen. Pareca El jorobado de Notre Dame, slo
que con acn y ortodoncia. Me senta como una afrenta andante, como una coleccin
de las cosas a las que mi padre haba declarado la guerra. Estaba fascinado por la
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 83 -
belleza, su creacin, su mantenimiento, su perfeccionamiento. Tener una esposa que
no haba llegado a la meta ni conservado la esbeltez era una cosa..., pero tener una
hija que haba fracasado hasta tales extremos era, sin la menor duda, imperdonable.
Y yo haba fracasado. A los trece aos, yo no posea ni un pice de hermosura, nada
en absoluto, y perciba la confirmacin en las duras miradas que me diriga, en todo
lo que deca.
Cannie es muy brillante le o decir a uno de sus colegas de golf. Sabr
cuidar de s misma. No es una belleza, pero s inteligente.
Me qued petrificada, sin dar crdito a lo que acababa de or, y cuando por fin
lo cre, me desmoron por dentro, como una lata aplastada bajo las ruedas de un
coche. No era estpida, y no era ciega, y saba que me diferenciaba en muchas cosas
de Farrah Fawcett, de las chicas de las pelculas y de los carteles que los chicos
colgaban en su habitacin. Pero recordaba su mano sobre mi cabeza, la barba que me
cosquilleaba las mejillas cuando me besaba. Yo era su hija, su niita. En teora, l me
quera. Ahora pensaba que era fea. No es una belleza..., pero qu padre no cree
que su niita es guapa? Slo que yo no era una niita. Y supuse que ya no era su
niita.
Cuando miro mis fotos de aquella poca (y slo hay unas cuatro,
comprensiblemente), veo una mirada de desesperacin en mis ojos. Queredme, por
favor, estoy suplicando, mientras intento esconderme tras una hilera de primos en
un bar mitzvah, debajo de las burbujas del jacuzzi durante una fiesta en la piscina,
con los labios dibujando una sonrisa dolorida, apretados sobre la ortodoncia, la
cabeza hundida en el cuello, los hombros encorvados, intentando hacerme ms baja,
ms pequea. Intentando desaparecer.
Aos despus, en la universidad, cuando una amiga estaba contando algn
horror de la infancia vivida en las afueras, intent explicar cmo era mi padre.
Era un monstruo solt. Yo segua la especialidad de Literatura Inglesa, era
versada en Chaucer y Shakespeare, Joyce y Proust. An no haba encontrado una
palabra mejor.
La cara de mi amiga se puso muy seria.
Abusaba de ti? pregunt.
Estuve a punto de rer. Teniendo en cuenta que muchas conversaciones de mi
padre conmigo giraban alrededor de lo fea, gorda y horrible que era yo, los abusos
sexuales habran sido lo ltimo que hubiera esperado de l.
Te maltrataba? pregunt.
Beba demasiado dije. Nos abandon.
Pero nunca me peg. Nunca nos peg a ninguno. De esta manera, habra sido
ms fcil. Habra podido ponerle un nombre, una etiqueta. Habran existido leyes,
autoridades, refugios, coloquios televisivos en que periodistas de porte grave
hablaran de nuestros padecimientos, un reconocimiento de lo que habamos sufrido
para ayudarnos a superarlo.
Pero nunca levant un dedo. Y a los trece o catorce aos, yo no tena palabras
para lo que nos estaba haciendo. Ni siquiera saba cmo empezar la conversacin.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Qu habra dicho? Es malo? Malo significaba humillaciones, significaba no poder
ver la tele despus de cenar, no explicitaba el tipo de ataque verbal diario que mi
padre lanzaba de manera rutinaria durante la cena, un recitado mordaz de los
muchos aspectos en que yo no haba conseguido estar a la altura de mis
posibilidades, la ruta turstica de los lugares donde haba fracasado.
Quin me habra credo? Mi padre siempre era el encanto personificado para
mis amigas. Recordaba sus nombres, los nombres de sus novios, preguntaba con
cortesa sobre sus planes para el verano y el calendario de visitas a la universidad.
No me habran credo, y de haberlo hecho, habran pedido explicaciones. Y yo careca
de explicaciones, de respuestas. Cuando ests en un campo de batalla, no gozas del
tiempo suficiente para reflexionar sobre los diversos factores histricos y las
influencias sociopolticas que han provocado la guerra. Sigues con la cabeza
agachada y tratas de sobrevivir, meter las pginas sueltas en el libro, cerrar la
cubierta y fingir que nada se ha roto, que no pasa nada.


El verano anterior a mi ltimo ao de instituto, mi madre se fue un fin de
semana a Martha's Vineyard con Lucy y Josh. Una amiga tena una casa de alquiler, y
ella arda en deseos de salir de Avondale. Yo tena mi primer empleo de verano, un
trabajo de salvavidas en el club campestre local. Dije a mam que me quedara en
casa, vigilara a los perros, custodiara el fuerte. Imagin que todo ira bien. Tendra
la casa para m sola, agasajara a mi novio de veintitrs aos lejos de su ojo vigilante
y hara lo que me diera la gana.
Durante los tres primeros das todo fue de perlas. Luego llegu a casa poco
antes del amanecer de la cuarta maana, y fue como si tuviera doce aos de nuevo.
Mi padre estaba en el dormitorio, con la maleta sobre la cama, las pilas de camisetas
blancas y calcetines negros, tal vez los mismos, pens, que se haba llevado la otra
vez. Me los qued mirando, y luego a l tambin. Mi padre me mir un largo
momento. Despus, suspir.
Llamar dijo cuando tenga un nmero nuevo.
Me encog de hombros.
Como quieras dije.
No me hables as! dijo. Odiaba que furamos descarados. Exiga respeto,
incluso (sobre todo) cuando no lo mereca.
Cmo se llama ella? pregunt. Entorn los ojos.
Por qu lo quieres saber?
Le mir, y no se me ocurri ninguna respuesta. Me imaginaba que cambiaba
algo las cosas? Tan importante era un nombre?
Dselo a tu madre empez. Negu con la cabeza.
Oh, no dije. No pienso hacer tu trabajo sucio. Si tienes algo que decir,
dselo t mismo.
Se encogi de hombros, como si no importara. Aadi algunas camisas ms, un
puado de corbatas.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Me alegro de que te marches. Sabes una cosa? dije. Alc demasiado la voz
en el silencio del amanecer. Estaremos mejor sin ti.
Me mir, y despus asinti.
S, creo que tienes razn dijo.
Sigui haciendo el equipaje. Yo volv a mi cuarto. Me tend sobre la cama, la
cama junto a la que mi padre me haba ledo, un milln de aos antes, y cerr los
ojos. De todos modos, lo haba estado esperando. Saba que sucedera. Pens que
sera como cuando cae la costra de una antigua herida, un pinchazo de dolor, una
sensacin de ausencia. Despus, nada. Nada de nada. Se supona que debera sentir
eso, era lo nico que deseaba sentir, pens con furia, mientras me daba vueltas en la
cama, intentando encontrar consuelo. Daba igual, me deca, una y otra vez. Pero no
consegua imaginar por qu estaba llorando.


Fui a Princeton porque l me lo dijo, en una de sus ltimas intervenciones como
figura paterna. Yo haba querido ir a Smith. Me gustaba el campus, me gustaba el
entrenador del equipo, me gustaba la idea de una escuela slo para chicas, en que el
objetivo sera aprender, donde podra ser tal como era, la tpica gilipollas de finales
de los ochenta con la nariz metida en un libro.
Olvdalo anunci mi padre en la mesa. Haca seis meses que se haba ido.
Alojado en un nuevo suburbio, viva en un edificio de apartamentos nuevo de trinca
y reluciente, con una novia nueva de trinca y reluciente. Haba accedido a comer con
nosotros, cancelado la cita a continuacin y cambiado dos veces el da. No pienso
enviarte a una universidad de bolleras.
Larry dijo mi madre, en voz baja y desesperanzada. Para entonces ya haba
perdido su buen humor y alegra habituales. Haran falta aos (y Tanya) para que
volviera a rer y sonrer con facilidad.
Mi padre no le hizo caso y me mir con suspicacia, el tenedor inmovilizado a
mitad de camino de su boca.
No sers bollera, verdad?
No, pap dije. En realidad, prefiero los tros.
Mastic. Trag. Se sec los labios con la servilleta.
Eso significa dos personas ms de las que yo pensaba que estaran
interesadas en verte desnuda replic.
Princeton me haba desagradado tanto como me haba gustado Smith. El
campus pareca el escenario de un experimento gentico coronado con xito: todo el
mundo era rubio, elegante y perfecto, excepto las chicas morenas, que eran esbeltas,
exticas y perfectas. Durante el fin de semana que pas all no vi a una sola persona
gorda, ni a nadie de piel defectuosa. Tan slo hectreas de pelo reluciente, dientes
blancos y centelleantes, y cuerpos perfectos en prendas perfectas, distribuidos bajo
los sauces perfectos que crecan bajo los edificios de piedra de un gtico perfecto.
Dije que sera desdichada. Mi padre dijo que no le importaba. Insist. Mi padre
dijo que o Princeton o nada. Y cuando ya me haban despachado a Campbell Hall, y
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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haba transcurrido el tiempo suficiente para que empezaran las clases y me robaran
la bicicleta de montaa regalo de graduacin, el divorcio fue definitivo y mi padre
desapareci, dejndonos con una factura de matrcula, de la cual haba pagado lo
suficiente para impedir que me fuera a otra parte. As que dej el equipo (lo cual no
signific ninguna prdida para m, ni para el equipo, sospecho, puesto que yo haba
ganado los obligatorios siete kilos de todo estudiante de primero, ms los siete kilos
que mi compaera de cuarto tendra que haber engordado, pero que se ahorr
gracias a su diligente bulimia) y haba conseguido un empleo en el Departamento de
Servicios Alimentarios, conocido afectuosamente como Deseal por sus empleados.
Si, en teora, los aos de universidad son los mejores de tu vida, estoy en
condiciones de afirmar que pas los mejores aos de mi vida con una redecilla para
el cabello, sirviendo huevos revueltos reconstituidos y beicon flaccido, cargando
platos sucios en la correa transportadora, pasando el mocho a los suelos, mirando a
mis compaeras de clase de reojo y pensando que se sentan mucho ms guapas,
elegantes y a gusto en su piel que yo en la ma. Todas exhiban peinados mejores. Y
todas eran delgadas. Cierto, muchas eran delgadas porque se metan los dedos hasta
la campanilla despus de cada comida, pero en algunos momentos pareca un precio
barato por poseer todo cuanto una mujer poda desear: cerebro, belleza y la
pobilidad de comer helado y pasteles de cereza sin engordar ni un gramo.
Buen cabello fue el primer artculo que escrib para el peridi- co alternativo
del campus. Yo era una novata, y la redactora jefe, una alumna de penltimo ao
llamada Gretel, con un corte de pelo paramilitar, me pidi que escribiera ms. En
segundo, ya era columnista. En penltimo era escritora fija, y pasaba todas las horas
que no estaba trabajando de camarera o manejando un mocho, en las polvorientas y
atestadas oficinas del Nassau Weekly, en Aaron Burt Hall, y ya haba decidido que era
eso lo que quera hacer en la vida.
Escribir me permita escapar. Me permita escapar de Princeton, donde todo el
mundo era chic y elegante, y en el caso del to que habitaba al final del pasillo, el
futuro gobernador de un principado de Oriente Medio. Me permita escapar del
insistente tirn de mi familia y de su progresiva desdicha. Escribir era como
zambullirse en el mar, un lugar donde me poda mover con ms facilidad, donde
poda ser elegante, juguetona, y visible e invisible a la vez, una firma, no un cuerpo.
Sentada delante del ordenador, con la pantalla en blanco y el cursor parpadeando,
era la mejor forma de escapar que conoca.


Y haba muchas cosas de las que escapar. Durante los cuatro aos que estuve en
Princeton, mi padre se volvi a casar y tuvo dos hijos ms, Daniel y Rebecca. Tuvo el
morro de enviarme fotos y anunciarme los nacimientos. Pensaba que iba a ser feliz
cuando viea sus caritas arrugadas de beb y las diminutas pisadas de beb? Me
sent como una patada. No se trataba de que mi padre no quisiera tener hijos,
comprend con tristeza. Era que no nos haba deseado.
Mi madre volvi a trabajar, y sus llamadas telefnicas semanales contenan toda
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 87 -
clase de quejas sobre el hecho de que las escuelas, y los nios, haban cambiado
desde que consigui su diploma. El trasfondo era claro: sta no era la vida por la que
haba firmado. Esto no era lo que haba esperado tener a los cincuenta aos, vivir de
la pensin de divorcio y lo que la Junta de la escuela local pagaba a las sustitutas
permanentes.
Entretanto, Lucy haba tirado la toalla despus de su primer ao en el colegio
de Boston y viva en casa, asista a la universidad de la comunidad de vez en cuando
y se especializaba en hombres inadecuados. Josh pasaba tres horas al da en un
gimnasio, y levantaba pesas con tanta frecuencia que su torso pareca hinchado, y
haba dejado de hablar casi por completo, salvo una serie de gruidos tonales y el
ocasional lo que sea.
Acaba la carrera deca mi madre en tono de cansancio, despus de recitar
por ensima vez que los cheques de mi padre llegaban con retraso, que su coche se
haba averiado o que mi hermana haca dos noches seguidas que no dorma en
casa. Acaba de una vez. Saldremos adelante.


Por fin lleg el junio de mi graduacin.
A excepcin de un puado de comidas tensas durante el verano y las
vacaciones de Navidad, no haba visto a mi padre. Enviaba felicitaciones de
cumpleaos (por lo general puntuales) y cheques por la matrcula (casi siempre con
retraso), que acostumbraban a ser por la mitad de lo que corresponda. Yo me senta
como si me hubiera convertido en un tem ms de su lista de deberes. No esperaba
que acudiera a mi graduacin. Nunca pens que le importara. Pero llam una
semana antes de la tan anhelada fecha, y dijo que iba a venir. l y su nueva esposa, a
la que yo no conoca.
No estoy segura... No creo... tartamude.
Cannie dijo. Soy tu padre. Y Christine nunca ha visto Princeton!
Pues dile a Christine que le enviars una postal dijo con amargura mi
madre. Me haba dado miedo confesar a mi madre que l estara presente, pero no se
me ocurra la manera de prohibirle que viniera. Haba dicho las palabras mgicas, las
palabras bolita. Soy tu padre. Despus de todo (su distanciamiento, su desercin, la
nueva esposa y los nuevos hijos), por lo visto yo an estaba hambrienta de su amor.
Mi padre, seguido de su nueva mujer y sus nuevos hijos, lleg durante la
recepcin del Departamento de Literatura Inglesa. Yo haba ganado un pequeo
premio por escritura creativa, pero llegaron demasiado tarde para or cuando me
llamaban. Christine era una cosa diminuta, de cuerpo tonificado por el aerbic y una
permanente rubia. Los nios eran adorables. Mi vestido de flores Laura Ashley me
haba parecido estupendo en la habitacin. Ahora pareca una funda, pens con
abatimiento. Y yo pareca el sof.
Cannie dijo mi padre, mientras me miraba de arriba abajo, veo que la
cocina de la universidad te gusta.
Apret mi estpida placa contra m.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Muchas gracias dije. Mi padre mir a su mujer y puso los ojos en blanco,
como diciendo, es increble lo susceptible que es.
Te estaba tomando el pelo dijo, y sus adorables hijos me miraron como si
fuera un animal en un zoo.
Yo, hum, os he comprado entradas para la ceremonia.
No dije que haba tenido que suplicar, pedir prestados y pagar por fin cien
dlares que no me poda permitir por las entradas. Se entregaban cuatro a cada
futuro graduado. La administracin de Princeton an no haba previsto alojamiento
para aquellos de nosotros que cargbamos con familias reconstruidas, que incluan
madrastras, padrastros, nuevos hermanastros y similares.
Mi padre mene la cabeza.
No ser necesario. Nos vamos por la maana.
Os vais? repet. Pero os perderis la graduacin!
Tenemos entradas para Sesame Place gorje su diminita esposa,
Christine. Por los nios.
Sesame Place! repiti la nia con nfasis.
Princeton nos vena de paso.
Eso es..., hum..., estupendo. Tuve que reprimir las lgrimas. Me mord el
labio con la mayor fuerza posible, y apret la placa contra m con tal fuerza que
durante unos das tuve un morado de veinte por treinta en el estmago. Gracias
por pasar.
Mi padre asinti, y se movi como si fuera a abrazarme, pero se limit a aferrar
mis hombros y sacudirme como hacen los entrenadores a los deportistas que han
estado por debajo de sus posibilidades, como diciendo nimo, chaval.
Felicidades dijo. Estoy muy orgulloso de ti.
Pero cuando me bes, sus labios ni siquiera tocaron mi piel, y supe que durante
todo ese rato sus ojos haban estado clavados en la puerta.


Consegu sobrevivir a la ceremonia, al desmantelamiento de mi dormitorio, al
largo viaje de vuelta a casa. Colgu el diploma en la pared de mi habitacin e intent
decidir qu hara a continuacin. La escuela universitaria de graduados no era
posible. Pese a todos aquellos desayunos que haba servido, todos aquellos pedazos
de beicon baboso y huevos revueltos, todava deba unos veinte mil dlares. No
poda pedir prestado ms dinero. Por consiguiente, me somet a entrevistas de
trabajo con el puado de humildes peridicos que estaban dispuestos a contratar a
una graduada sin experiencia real, en plena recesin, y pas el verano conduciendo
de una punta a otra del noreste en la furgoneta de tercera mano que haba comprado
con parte de mi dinero. Cuando cargu el coche para dirigirme a mis entrevistas, me
hice una promesa: no volvera a ser la rata de mi padre. Iba a alejarme de la palanca
de las bolitas. l slo poda aportarme desdicha, y yo ya no necesitaba ms
infelicidad en mi vida.
Mi hermano me dijo que nuestro padre se haba mudado al oeste, pero no ped
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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detalles, y nadie me los dio. Diez aos despus del divorcio, ya no tena que pagar
pensin a su mujer ni a sus hijos. Los cheques dejaron de llegar. Al igual que las
tarjetas de felicitacin de cumpleaos, o algn reconocimiento de que todava
existamos. Lucy se gradu, y cuando Josh envi una postal anunciando la suya, se la
devolvieron. Nuestro padre se haba vuelto a mudar, por lo visto, sin decirnos
adonde.
Podramos localizarle por Internet o algo por el estilo dije. Josh me traspas
con la mirada.
Para qu?
No se me ocurri ninguna respuesta. Si le localizbamos, vendra? Le
importara? Probablemente no. Los tres nos mostramos de acuerdo en dejarlo correr.
Si nuestro padre quera desaparecer, all l.
Y entramos en la veintena sin l. Josh super su miedo a las alturas y pas un
ao y medio viajando de una estacin de esqu a otra, y Lucy se larg una breve
temporada a Arizona con un to que, segn ella, haba sido jugador de hockey
profesional. Como prueba, le anim a quitarse la dentadura postiza en mitad de la
comida para demostrar que le faltaban todos los dientes.
Y eso fue todo, ms o menos.
Saba que la relacin con mi padre (sus insultos, sus crticas, sus insinuaciones
de que era defectuosa y deforme) me haba hecho dao. Haba ledo suficientes
artculos de autoayuda en revistas femeninas para saber que no sobrevives ilesa a
esas crueldades. Cada vez que me gustaba un hombre, me autoexaminaba con
cautela. De veras me gustaba ese editor, o slo estaba buscando un padre?, me
preguntaba. Quiero a este tipo, o slo creo que no me abandonar jams, como hizo
mi padre?, me preguntaba.
Adonde me haba llevado tanta cautela?, me pregunt. Estaba sola. Un hombre
que me haba apreciado lo bastante para querer tenerme en su familia haba muerto,
y yo ni siquiera saba expresar mi pesar de la manera apropiada. Y ahora que era
posible, incluso probable, que Bruce hubiera llegado a un momento de su vida en
que fuera capaz de comprenderme, de sentir compasin por lo que yo haba sufrido
gracias a su propia experiencia, ni siquiera me diriga la palabra. Se me antojaba la
broma ms cruel, como si hubieran quitado de un tirn la alfombra que pisaba, en
otras palabras, tal como mi padre me haba hecho sentir, una vez ms.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Captulo 7
Las bsculas del Centro de Trastornos Alimentarios de la Universidad de
Filadelfia parecan carretillas de carne. Las plataformas eran cuatro veces ms
grandes que las bsculas normales, rodeadas de barandillas. No era difcil sentirse
como ganado cuando subas para pesarte, como me ocurra cada dos semanas desde
septiembre.
Esto es muy peculiar dijo el doctor K., mientras miraba la pantalla digital
de la bscula. Has perdido cuatro kilos.
No puedo comer musit.
Quieres decir que comes menos contest.
No, quiero decir que cada vez que me meto algo en la boca, vomito.
Me mir fijamente y luego desvi la vista hacia la bscula. La cifra era la misma.
Vamos a mi despacho sugiri.
Se repiti la escena: yo en la silla, l detrs del escritorio, mi expediente, cada
vez ms grueso, abierto delante de l. Estaba ms bronceado que la ltima vez, y
hasta era posible que ms delgado, flotando en su bata blanca. Haban pasado seis
semanas desde la ltima vez que haba visto a Bruce, y las cosas no iban como yo
haba esperado.
La mayora de pacientes ganan peso antes de que empecemos con la
sibutramina dijo. Es una especie de ltimo hurra. Por lo tanto, tal como he dicho,
esto es muy peculiar.
Ha pasado algo dije. Me mir fijamente.
Otro artculo?
El padre de Bruce muri. Bruce, mi novio..., ex novio. Su padre muri el mes
pasado.
El hombre mir sus manos, el expediente, y luego, al fin, pos los ojos en m.
Lo siento.
Me llam... y me lo dijo... y me pidi que fuera al funeral..., pero no me dej
quedarme. No dej que me quedara con l. Fue tan espantoso..., y tan triste..., y el
rabino dijo que el difunto iba a jugueteras, y yo me sent tan mal...
Parpade para reprimir las lgrimas. El doctor K. me tendi una caja de Kleenex
sin decir palabra. Se quit las gafas y apret el puente de su nariz con dos dedos.
Soy una mala persona solt. l me dirigi una mirada bondadosa.
Por qu? Porque rompiste con l? Qu tontera. Cmo podas saber que
iba a pasar eso?
No, ya s que no poda. Pero ahora, es como... Lo nico que deseo es estar con
l, y quererle, y l no me deja, y yo me siento tan... sola...
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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El mdico suspir.
El fin de una relacin siempre es duro. Aunque nadie muera, aunque la
separacin sea de mutuo acuerdo, y no haya un tercero en discordia. Incluso si eres
t la que da el primer paso. Nunca es fcil. Siempre hace dao.
Tengo la sensacin de haber cometido una gigantesca equivocacin. De no
haber pensado bien las cosas. Crea saber... cmo sera estar separada de l. Pero no
era cierto. No poda. Nunca imagin algo como esto. Lo nico que hago es echarle de
menos...
Tragu saliva, con otro sollozo entrecortado. No poda explicarlo. Toda la vida
esperando al to que me conquistara, que comprendiera mi dolor. Crea saber lo que
era el dolor, pero ahora saba que nunca me haba sentido tan mal.
El mdico concentr sus ojos en un punto de la pared situado sobre mi cabeza
mientras yo lloraba. Despus abri un cajn, sac una libreta y empez a escribir.
Estoy expulsada del curso? pregunt.
No dijo. Tendrs que volver a comer antes de que pase mucho tiempo,
por supuesto, pero creo que sera una buena idea que fueras a hablar con alguien.
Oh, no dije. Terapia no.
Me dirigi una sonrisa torcida.
Intuyo cierta antipata?
No, no tengo nada contra eso, pero s que no me servir de nada. Afronto la
situacin de una manera realista. Comet una enorme equivocacin. No estaba
segura de que le quisiera lo suficiente, y ahora s que s, y su padre ha muerto y l ya
no me quiere. Enderec la espalda y sequ mi cara. Pero an quiero hacer esto.
De veras. Quiero sentirme bien haciendo algo. Quiero sentir que estoy haciendo algo
bien.
Me sent de nuevo en la mesa de examen, y at con movimientos delicados un
tubo de goma alrededor de mi bceps, y luego dijo que cerrara la mano. Apart la
vista cuando clav la aguja, pero lo hizo con tal destreza que apenas me di cuenta.
Los dos miramos el frasco de cristal que se llenaba de mi sangre. Me pregunt en qu
estara pensando.
Casi hemos terminado dijo en voz baja, antes de extraer la aguja y apretar
un trozo de gasa contra la herida.
Me va a dar un caramelo? brome. Lo que me dio fue una tirita, y el
pedazo de papel en que haba escrito dos nombres y dos nmeros de telfono.
Toma dijo. Por cierto, Cannie, has de comer, y si descubres que no
puedes, llmanos, y en ese caso sugiero que llames a uno de estos asesores.
Soy tan enorme que, cree de verdad que unos pocos das ms de ayuno van
a matarme?
No es saludable dijo muy serio. Puede producir un efecto adverso en tu
metabolismo. Sugiero que empieces con cosas fciles... Tostadas, pltanos, gaseosa
baja en caloras.
En el vestbulo me entreg un fajo de papeles de unos ocho centmetros de
grosor.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Sigue haciendo ejercicio dijo. Te ayudar a sentirte mejor.
Habla como mi madre dije, y met todo en el bolso.
Cannie. Apoy una mano sobre mi brazo. No te lo tomes tan a pecho.
Lo s dije, pero ojal las cosas fueran diferentes.
Todo ir bien me dijo con firmeza. Y...
Enmudeci. Pareca incmodo.
Te acuerdas cuando dijiste que eras una mala persona?
Oh dije, avergonzada. Lo siento. Es esta tendencia a ponerme un poco
melodramtica.
No, no. Est bien. Slo quera decirte...
Las puertas del ascensor se abrieron, y la gente que haba dentro me mir. Yo
mir al mdico y retroced.
No lo eres dijo. Nos veremos en clase.


Fui a casa y me arroj sobre el telfono. El nico mensaje era de Samantha.
Hola, Cannie, soy Sam... No, no soy Bruce, de modo que qutate esa expresin
pattica de la jeta y llmame si te apetece ir a dar un paseo. Te invitar a caf helado.
Ser fantstico. Mejor que un novio. Adis.
Colgu el telfono, y lo descolgu en cuanto empez a sonar. Tal vez esta vez
sea Bruce, pens. Era mi madre.
Dnde has estado? pregunt. Te he estado llamando sin parar.
No dejaste ningn mensaje seal.
Saba que te pillara tarde o temprano. Crmo va todo?
Oh, ya sabes...
Me call. Mi madre se haba esforzado desde la muerte del padre de Bruce.
Haba enviado una tarjeta a la familia y hecho una donacin al templo. Me haba
llamado cada noche, e insistido en que fuera a las series de la liguilla de softball y
viera a las Switch Hitters derrotar a Nine Women Out. Era una atencin de la que
habra podido pasar, pero saba que su intencin era buena.
Caminas? pregunt. Montas en bicicleta?
Un poco suspir.
Record que Bruce se quejaba de que pasar el tiempo en mi casa se pareca ms
a una sesin de entrenamiento de triatln que a unas vacaciones, porque mi madre
siempre estaba intentando organizar una caminata, una excursin en bicicleta, un
partido de baloncesto en el Centro Judo, donde inspeccionaba los progresos de mi
hermano, mientras yo sudaba en una StairMaster y Bruce lea la seccin de deportes
en el saln social.
Voy a dar un paseo dije. Saco a Nifkin cada da.
Eso no es suficiente, Cannie! Deberas venir a casa. Vendrs por el Da de
Accin de Gracias, verdad? Vendrs el mircoles?
Huy. El Da de Accin de Gracias. El ao pasado, Tanya haba invitado a otra
pareja, ambas mujeres, por supuesto. Una de ellas no tocaba la carne, y se refera a
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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los heterosexuales como sementales, mientras que su novia, cuyo corte de pelo y
anchos hombros la dotaban de un singular parecido con mi ligue del baile de fin de
curso, no se haba movido de su lado, con expresin avergonzada, y luego
desapareci en el saln, donde la encontramos horas despus viendo un partido de
ftbol americano. Tanya, cuya adiccin al Marlboro haba aniquilado sus papilas
gustativas, se pas toda la comida yendo de la cocina a la mesa, trayendo un cuenco
tras otro de guarniciones requemadas, recocidas y saladas en exceso, ms
hamburguesas de tofu para los vegetarianos. Josh se haba largado el jueves por la
noche, murmurando algo sobre los exmenes finales, y Lucy pas todo el rato
colgada del telfono con un misterioso amigo, el cual, como averiguamos ms tarde,
estaba casado y le llevaba veinte aos.
Nunca ms susurr a Bruce aquella noche, mientras intentaba encontrar
una postura cmoda en el sof lleno de bultos, al tiempo que Nifkin temblaba detrs
de un altavoz estreo. El telar de Tanya ocupaba el espacio que antes haba albergado
mi cama, y siempre que bamos a casa yo tena que acampar en la sala de estar.
Adems, sus dos malvadas gatas, Gertrude y Altee, se turnaban en acosar a Nif.
Por qu no vienes a casa a pasar el fin de semana? pregunt mi madre.
Estoy ocupada contest.
Ests obsesionada corrigi. Apuesto a que ests ah sentada, leyendo
viejas cartas de amor de Bruce, con ganas de que yo cuelgue por si l llama.
Maldicin. Cmo lo hace?
No dije. Tengo espera de llamada.
Eso es tirar el dinero. Escucha, Cannie, es evidente que est furioso contigo.
No va a volver corriendo...
Soy consciente de eso dije con frialdad.
Entonces, cul es el problema?
Le echo de menos.
Por qu? Qu echas tanto de menos?
No dije nada por un momento.
Djame preguntarte algo dijo mi madre con suavidad. Has hablado con
l?
S. Hablamos.
La verdad era que me haba desmoronado y le haba llamado dos veces. Ambas
llamadas haban durado menos de cinco minutos, y las dos haban terminado cuando
l dijo, con mucha educacin, que necesitaba hacer algo.
Mi madre insisti.
l te ha llamado?
No mucho. No exactamente.
Quin termina las llamadas? T o l?
Esto se estaba poniendo peligroso.
Veo que has retomado la costumbre de dar consejos heterosexuales.
Tengo permiso dijo mi madre alegremente. Bien, quin cuelga el
telfono?
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Depende ment. En realidad, era Bruce. Siempre Bruce. Era lo que Sam
haba dicho. Yo era pattica, y lo saba, y no poda evitarlo, lo cual era todava peor.
Cannie dijo, por qu no le dejas en paz una temporada? Concdete una
tregua a ti tambin. Ven a casa.
Estoy ocupada objet, pero not que empezaba a flaquear.
Haremos galletas en el horno. Iremos a dar largos paseos. Haremos
excursiones en bicicleta. Tal vez viajemos a Nueva York a pasar un da...
Con Tanya, por supuesto.
Mi madre suspir.
Cannie dijo, s que no te cae bien, pero es mi compaera... No puedes
intentar ser amable?
Medit.
No. Lo siento.
Podemos estar algunos ratos a solas como madre e hija, si lo prefieres as.
Tal vez dije. Estoy ocupada, y he de ir a Nueva York el prximo fin de
semana. No te lo haba dicho? Entrevisto a Maxi Ryder.
De veras? Estaba estupenda en esa pelcula escocesa.
Se lo dir.
Escucha, Cannie. No le vuelvas a llamar. Dale tiempo.
Saba qu tena razn, por supuesto. Porque, a) yo no era estpida, y b) me lo
haba dicho Samantha, y todos los amigos y conocidos enterados de la situacin, y
probablemente me lo habra dicho tambin Nifkin, en el caso de que pudiera hablar.
Pero no poda evitarlo. Me haba convertido en alguien a quien habra compadecido
en otra vida, alguien que buscaba seales, que analizaba pautas, que desmenuzaba
cada palabra de una conversacin a la caza y captura de significados ocultos, seales
secretas, el trasfondo que deca: S, an te quiero, pues claro que an te quiero.
Me gustara verte le dije con timidez, durante la Conversacin de Cinco
Minutos nmero 2. Bruce suspir.
Creo que deberamos esperar dijo. No quiero volver al redil a las
primeras de cambio.
Pero, nos veremos en algn momento? pregunt, con una voz apenas
audible indigna de m, y volvi a suspirar.
No lo s, Cannie. No lo s.
Pero un no lo s no era un no, razon, y en cuanto tuviera la oportunidad
de estar con l, de decirle cunto lo senta, de demostrarle lo mucho que poda darle,
lo mucho que deseaba estar de nuevo con l..., bien, me aceptara de nuevo. Pues,
claro que s. Acaso no haba sido l el primero en decir te quiero tres aos atrs,
cuando nos abrazamos en mi cama? Y no era l quien siempre hablaba de
matrimonio, siempre se detena en nuestros paseos para admirar bebs, siempre me
desviaba hacia los escaparates de las joyeras cuando pasebamos por Sansom Street,
me besaba el dedo anular y me aseguraba que siempre estaramos juntos?
Era inevitable, intentaba decirme. Es una simple cuestin de tiempo.

JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 95 -

Djame preguntarte algo empec.
Andy, el crtico de gastronoma, se enderez las gafas sobre la nariz y murmur
en su manga.
Las paredes estn pintadas de verde claro, con molduras doradas dijo en
voz baja. Muy francs.
Es como estar dentro de un huevo de Faberg coment, mientras paseaba la
vista a mi alrededor.
Como estar dentro de un huevo de Faberg repiti Andy. O un clic apenas
audible cuando desconect la grabadora oculta en su bolsillo.
Explcame cmo sois los hombres dije.
Podemos elegir nuestros platos antes? replic Andy. Era nuestro trato
habitual: primero la comida, y despus mis preguntas sobre los hombres y la vida
conyugal. Hoy bamos a probar la ltima crepera inaugurada en vistas a una posible
crtica.
Andy examin la carta.
Me interesan el pat, los caracoles, las verduras con pera y gorgonzola tibio, y
el hojaldre con setas, como entrantes orden. T puedes elegir la crep que ms te
guste como plato principal, excepto la de queso.
Ellen? conjetur.
Andy asinti. Por una de esas supremas ironas de la vida, la mujer de Andy,
Ellen, posea el paladar menos aventurero de todos los tiempos. Evitaba salsas,
especias, la mayora de cocinas tnicas, y siempre analizaba las cartas con el ceo
fruncido, a la bsqueda desesperada de cosas como pechugas de pollo al horno, o
purs de patatas que no llevaran trufa, ajo ni elementos extraos. Su velada ideal, me
confes en una ocasin, consista en pelculas de alquiler y waffles congelados con
esa especie de jarabe que no lleva nada de arce. Andy la adoraba..., incluso cuando
fastidiaba sus comidas de trabajo pidiendo otra ensalada Csar o pescado a la
plancha.
El camarero se acerc para llenar nuestras copas de agua.
Alguna duda? pregunt, arrastrando las palabras.
A juzgar por sus modales espontneos, ms la pintura azul incrustada bajo sus
uas, lo clasifiqu como camarero de da, artista de noche. Pareca posedo por una
indiferencia gigantesca, suprema, inasequible al desaliento. Presta atencin, intent
comunicarle por telepata. No lo logr.
Yo ped los caracoles y la crep de gambas, tomate y espinacas a la crema. Andy
eligi el pat y la ensalada, y una crep con setas, queso de cabra y almendras
tostadas. Pedimos una copa de vino blanco para cada uno.
Bien dijo Andy, mientras el camarero se alejaba en direccin a la cocina,
en qu puedo ayudarte?
Cmo es posible que ellos...? empec. Andy levant la mano.
Estamos hablando en abstracto o en concreto?
Se trata de Bruce confes.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Andy puso los ojos en blanco. Bruce no le caa nada bien..., desde la primera y
ltima comida profesional a la que haba acudido. Bruce era todava peor que Ellen.
Un manaco vegetariano me haba comunicado Andy al da siguiente, en el
trabajo, es la peor pesadilla de un crtico de gastronoma. Encima de no encontrar
nada que le apeteciera, Bruce haba logrado inclinar tanto la carta hacia la vela de
nuestra mesa que le prendi fuego, lo cual provoc que tres camareros y el sumiller
vinieran al rescate de Andy, al cual encerraron en el lavabo de caballeros para
preservar su anonimato. Es difcil pasar inadvertido indic con cautela al da
siguiente cuando te rocan con un extintor de incendios.
Slo quiero saber dije, o sea, lo que no entiendo...
Escpelo, Cannie me azuz Andy.
El camarero volvi, deposit mis caracoles delante de Andy, el pat de Andy
delante de m, y se march a toda prisa.
Perdn le llam. Podra traerme un poco ms de agua, por favor,
cuando tenga tiempo?
Todo el cuerpo del camarero pareci que suspirara cuando cogi la jarra.
Una vez llenas nuestras copas, Andy y yo nos cambiamos los platos, y yo
esper a que describiera y probara el plato antes de continuar.
Bien, es como si, de acuerdo, ya s que fui yo quien quiso tomarse un respiro,
y ahora le echo de menos, y este dolor...
Es un dolor agudo y puntual, o sordo y constante?
Te ests burlando de m?
Andy me mir a los ojos, sus ojos castaos desorbitados e inocentes detrs de
sus gafas con montura de oro.
Bien, tal vez un poco dijo por fin.
Me ha olvidado por completo gru, mientras pinchaba un caracol.
Como si nunca le hubiera importado..., como si yo no hubiera significado nada para
l.
Estoy confuso dijo Andy. Quieres que vuelva, o slo ests preocupada
por tu herencia?
Ambas cosas. Slo quiero saber... Tragu un sorbo de vino para reprimir las
lgrimas. Slo quiero saber que he significado algo.
El que est actuando como si no hubieras significado nada no quiere decir
que sea cierto razon Andy. Es puro teatro.
T crees?
Ese to te adoraba dijo Andy. No finga.
Pero por qu ni siquiera quiere hablar conmigo ahora? Cmo puede ser
tan...?
Acuchill el aire con una mano para indicar un final violento y terminante.
Andy suspir.
Para algunos tos, es as.
Para ti lo es? pregunt.
Pens unos momentos, y luego asinti.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Para m, cuando algo acababa, era para siempre.
Vi por encima de su hombro que nuestro camarero se acercaba..., nuestro
camarero, ms otros dos camareros, seguidos por un hombre moreno de aspecto
angustiado que llevaba un delantal sobre el traje. El encargado, supuse. Lo cual
significaba aquello que Andy ms tema: alguien le haba reconocido.
Monsieur! empez el hombre del traje, mientras nuestro camarero serva
nuestros segundos, otro llenaba nuestras copas de agua y un tercero limpiaba las
escasas migas de nuestra mesa. Est todo a su gusto?
Todo bien dijo Andy con voz dbil, mientras Camarero Uno colocaba
cubiertos nuevos junto a nuestros platos, Camarero Dos dispona mantequilla y pan
en el centro de la mesa, y Camarero Tres se apresuraba a encender la vela.
Avsenos si necesita algo, por favor. Lo que sea! concluy el encargado.
Lo har dijo Andy, mientras los tres camareros se ponan en fila y nos
miraban, con aspecto angustiado y algo resentido, antes de retroceder hasta las
esquinas del restaurante, desde las cuales no dejaron de observar todos nuestros
movimientos.
A m me dio igual.
Creo que he cometido un error dije. Has roto alguna vez con alguien, y
pensado despus que te habas equivocado?
Andy neg con la cabeza, y me ofreci sin palabras un pedazo de su crep.
Qu debera hacer?
Mastic, con aspecto pensativo.
No s si son setas naturales. Podran ser de lata, o congeladas.
Ests cambiando de tema gru. Eres... Oh, Dios. Soy un coazo,
verdad?
Nunca dijo Andy con lealtad.
S que lo soy. Me he convertido en una de esas horribles personas que hablan
siempre de su ex novio, hasta que nadie las aguanta y se quedan ms solas que la
una...
Cannie...
... y empiezan a beber solas, y hablan con sus animales domsticos, cosa que
yo hago, por cierto... Oh, Dios dije, y fing a medias que me derrumbaba sobre el
plato de pan. Qu desastre.
El encargado se acerc a toda prisa.
Madame! exclam. Se encuentra bien?
Me enderec, y sacud migas de pan de mi jersey.
No pasa nada dije. El hombre se alej, y yo me volv hacia Andy. Desde
cundo me he convertido en una madame? pregunt con pesar. Juro que la
ltima vez que fui a un restaurante francs, me llamaron mademoiselle.
Animo dijo Andy, y me pas los restos del pat. Vas a encontrar a
alguien mucho mejor que Bruce, y no ser vegetariano, y sers feliz, y yo ser feliz, y
todo ir de maravilla.
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Captulo 8
Lo intent, pero estaba tan ensimismada en mi desdicha que me resultaba difcil
hasta trabajar. Esto es lo que pensaba mientras iba sentada en un tren de cercanas
camino de Nueva York y Maxi Ryder, la co-protagonista, de famosos bucles y
sonados fracasos amorosos, del drama romntico del ao pasado, nominado al
Oscar, Temblores, en el que interpretaba a una brillante cirujana plstica que sucumbe
al final a la enfermedad de Parkinson.
Maxi Ryder era inglesa, de veintisiete o veintinueve aos, segn la revista a la
que creyeras, y haba sido conocida, a principios de su carrera, como una especie de
patito feo, hasta que gracias al milagro de una dieta rigurosa, el mtodo Pilates y el
sistema llamado la Zona (adems, se susurraba, de una discreta ciruga plstica)
haba conseguido transformarse en un cisne de talla treinta y ocho. De hecho, haba
tenido la talla treinta y ocho desde el principio, adems de belleza, pero haba
engordado diez kilos para el papel que la lanz al estrellato en una pelcula
extranjera titulada Posicin avanzada, encarnando a una tmida colegiala escocesa que
vive una trrida relacin con la directora de su colegio. Cuando la pelcula lleg a
Estados Unidos, haba adelgazado los diez kilos, teido su pelo de castao rojizo,
despedido a su mnager ingls, fichado por la agencia ms importante de
Hollywood, fundado la inevitable productora (Maxi'd Out, la haba llamado) y
aparecido en un nmero extraordinario de Vanity Fair dedicado a las casas de las
estrellas, ataviada tan slo con una boa de plumas negras, aovillada seductoramente
bajo el titular La cabaa de Maxi. Maxi, en pocas palabras, haba triunfado.
Pero, pese a todo su talento y belleza, continuaban dejando plantada a Maxi
Ryder, de las formas ms pblicas que os podis imaginar.
Haba hecho el tpico nmero veinteaero de toda estrella en ciernes que se
preciara, popularizado por Julia Roberts y practicado por la generacin siguiente, el
cual consista en enamorarse de sus compaeros de rodaje. Pero mientras Julia los
arrastraba hacia el altar, la pobre Maxi acababa con el corazn destrozado, una y otra
y otra vez. Y no ocurra con discrecin. El ayudante de direccin del que se haba
prendado en Posicin avanzada apareci en los Globos de Oro dndose el pico con una
de las chicas de Los vigilantes de la playa. Su partenaire de Temblores (el mismo con el
que haba compartido media docena de trridas escenas de amor, donde la qumica
entre los dos era tan palpable que empapaban tus palomitas) le haba dado la buena
nueva, y al resto del mundo de paso, durante una entrevista para el programa de
Barbara Walters Las diez personas ms fascinantes. Y el rockero de diecinueve aos con
el que se haba liado por despecho, se haba casado en Las Vegas dos semanas
despus de conocer a una mujer que no era Maxi.
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Es un milagro que siga concediendo entrevistas, me haba dicho la semana
anterior Roberto, el publicista de Midnight Oil. Midnight Oil era una firma de
relaciones pblicas de Nueva York muy pequea, algo oscura, a muy considerable
distancia de las grandes agencias con las que Maxi trataba, pero entre Posicin
avanzada y Temblores haba pasado seis semanas en Israel rodando una pelcula de
escaso presupuesto, una pieza de poca sobre un kibbutz durante la Guerra de los
Seis Das..., y las pelculas de bajo presupuesto solan contratar a agencias
publicitarias modestas, y ah fue donde Roberto entr.
El soldado de los seis das no habra llegado a las pantallas de Estados Unidos de
no ser por la nominacin al Oscar que Maxi haba conseguido por Temblores. Y Maxi
no habra hecho publicidad para la pelcula de no ser porque haba firmado un
contrato antes de triunfar, lo cual significaba que haba accedido a que le pagaran
una miseria y a hacer propaganda de la pelcula del modo que los productores
consideren apropiado.
Ni que decir tiene que los productores olfatearon la oportunidad de contar con
un enorme fin de semana de estreno, gracias al tirn comercial de Maxi. Enviaron un
avin a Australia, donde estaba rodando, para recogerla, la alojaron en el tico del
Regency, en el Upper East Side, e invitaron a lo que Roberto describi como un
grupo selecto de reporteros, con el fin de que disfrutaran de veinte minutos de
audiencia con ella. Y Roberto, bendito sea su corazn leal, me llam a m en primer
lugar.
Te interesa? me pregunt.
Pues claro que s, y Betsy se emocion, como suele pasar cuando los directores
de un diario se encuentran con una bicoca en las manos, aunque Gabby gru algo
acerca de triunfadores efmeros y similares.
Yo era feliz. Roberto era feliz. Entonces, la jefa de publicidad de Maxi hizo acto
de aparicin.
Yo estaba absorta en lgubres pensamientos ante mi escritorio, contando los
das transcurridos desde la ltima vez que Bruce y yo habamos hablado (diez), la
duracin en minutos de la conversacin (cuatro) y cavilando sobre la posibilidad de
concertar una cita con una numerloga, para saber si el futuro nos deparaba algo
bueno para ambos, cuando el telfono son.
Soy April, de NGH dijo una voz ronca al otro extremo de la lnea.
Tenemos entendido que est usted interesada en hablar con Maxi Ryder.
Interesada?
La entrevisto el sbado a las diez de la maana expliqu a April. Roberto,
de Midnight Oil, concert la cita.
S, bien. Tenemos unas cuantas preguntas antes de firmar.
Puede repetirme su nombre? pregunt.
April. De NGH.
NGH era una de las firmas de relaciones pblicas ms famosas e importantes
de Hollywood. Era la gente a la que llamabas si eras famoso, tenas menos de
cuarenta aos, te encontrabas metido en algn lo desagradable y/o ilegal, y queras
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 100 -
mantener a distancia a la prensa, excepto a la ms tratable y dcil. Robert Downey
contrat a NGH despus de perder el conocimiento en una habitacin ajena entre
una bruma de herona. Courtney Love la viuda de Kurt Cobain haba pedido a
NGH que rehiciera su imagen despus de que ella se rehiciera la nariz, las tetas y los
modales, de modo que suavizaron su transicin desde diosa del grunge malhablada a
slfide vestida de marca. En el Examiner los llambamos Not Gonna Happen..., no va a
pasar. Por ejemplo, ests a la espera de una entrevista, deseas escribir una
semblanza? Not Gonna Happen. Ya puedes seguir esperando. Por lo visto, Maxi Ryder
haba solicitado tambin su ayuda.
Queremos que nos asegure empez April de NGH que su entrevista se
centrar exclusivamente en el trabajo de Maxi.
Su trabajo?
Sus papeles. Sus interpretaciones. Nada de hablar de su vida privada.
Es una celebridad dije. Al menos, yo lo vea as. Considero que se es su
trabajo. Ser una persona famosa.
La voz de April habra podido helar manteca caliente.
Su trabajo es la interpretacin dijo. Slo recibe atencin por ese trabajo.
En circunstancias normales lo habra dejado correr, apretado los dientes,
sonredo y accedido a las condiciones ridiculas que hubieran querido imponerme,
pero no haba dormido por la noche, y la tal April me estaba poniendo de los nervios.
Oh, venga ya! dije. Cada vez que abro la revista People la veo con una
falda de raja y unas grandes gafas oscuras de cristales opacos. Y ahora me viene con
el cuento de que slo quiere ser conocida como actriz?
Haba esperado que April se tomara mis comentarios medio en broma medio en
serio, tal como yo pretenda. Pero no fue as.
No puede preguntar por su vida amorosa dijo con seriedad April.
Suspir.
Est bien dije. Fantstico. Lo que sea. Hablaremos de la pelcula.
Est de acuerdo con las condiciones?
S, estoy de acuerdo. Nada de vida amorosa. Nada de faldas. Nada.
En ese caso, ver qu puedo hacer.
Ya le he dicho que Roberto haba concertado la entrevista!
Pero estaba hablando con una lnea muerta.


Dos semanas despus, cuando me fui por fin a la entrevista, era una maana
gris y lluviosa de finales de noviembre, el tipo de da en que parece que todo quisque
con medios y dinero ha huido de la ciudad y se ha largado a las Bahamas, o a su casa
de campo de los Montes Poconos, y las calles estn pobladas de la gente que ha
quedado tirada: mensajeros con la cara picada de viruela, chicas negras con trenzas,
chicos blancos en bicicleta de aspecto piojoso. Secretarias. Turistas japoneses. Un tipo
con una verruga en la barbilla de la que brotan dos pelos, pelos largos y rizados que
le llegan casi al pecho. Sonri y los acarici cuando nos cruzamos. Mi da de suerte.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 101 -
Durante el paseo de veinte manzanas hasta la parte alta de la ciudad intent no
pensar en Bruce y procur que mi pelo no se mojara demasiado. El vestbulo del
hotel Regency era enorme, de mrmol, sumido en un bendito silencio y flanqueado
de espejos, lo cual me permiti apreciar, desde tres ngulos diferentes, el grano que
haba florecido en mi frente.
Haba llegado con adelanto, de modo que decid explorar. La tienda de regalos
del hotel contena el tpico surtido de albornoces hinchados de precio, cepillos de
dientes a cinco dlares y revistas en muchos idiomas, una de las cuales result ser el
Moxie de noviembre. La cog y busqu la columna de Bruce. Sumergirse le. Las
aventuras orales de un hombre. Ja! Las aventuras orales no haba sido el punto
fuerte de Bruce. Tena un problema de salivacin excesiva. En un momento de
debilidad, con varios margaritas encima, me refer a l como el bidet humano. As
de mal iba al principio. l no lo iba a mencionar bajo ningn concepto, por supuesto,
pens con altivez, ni tampoco que yo haba sido la nica chica con la que haba
intentado esa maniobra en particular. Le su columna. Una vez o que mi novia se
refera a m como el bidet humano, rezaba la frase destacada. Entonces lo haba
odo? Enrojec.
Va a comprar la revista, seorita? pregunt la mujer del mostrador. Lo
hice, adems de un paquete de chicles y una botella de agua de cuatro dlares.
Despus aparqu en un mullido sof del glido vestbulo y empec:
Sumergirse

Cuando yo tena quince aos y era virgen, cuando utilizaba ortodoncia y los
calzoncillos ceidos que mi madre me compraba, mis amigos y yo nos
desternillbamos de risa con un nmero del famoso cmico Sam Kinison.
Mujeres! vociferaba, mientras se echaba el pelo sobre, el hombro y
deambulaba sobre el escenario como un pequeo animal atrapado, cubierto con una
boina. Decidnos lo que queris! Por qu deca, y doblaba una rodilla en tono
suplicante, por qu es tan DIFCIL decir SI, ASI es, eso est BIEN, o NO, ESO NO?
DECIDNOS QU QUERIS!, gritaba, y el pblico aullaba: LO HAREMOS!
Reamos sin saber por qu nos ponamos tan histricos. Por qu era tan
difcil?, nos preguntbamos. El sexo, en la medida en que lo habamos
experimentado, no implicaba demasiado misterio. Enjabonar, enjuagar, repetir. se
era nuestro repertorio. Sin alharacas, sin estropicios, sin la menor confusin.
Cuando C. se abri de piernas, y luego se abri con los dedos...
Oh..., Dios... mo, pens. Era como si hubiera colocado un espejo entre mis
piernas y transmitido la imagen a todo el mundo. Tragu saliva y segu leyendo.
... Experiment una compasin absoluta y total por todos los hombres que
haban agitado el puo en solidaridad con el lamento de Kinison. Lo mejor que se
me ocurri es que era como mirar una cara sin facciones. Pelo, estmago y manos
por encima, muslos cremosos a izquierda y derecha, pero delante de m, un
misterio, curvas, pliegues y prominencias que no se parecan en nada a la
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 102 -
pornografa que haba visto desde los quince aos. O tal vez se trataba de la
proximidad. O tal vez eran mis nervios. Enfrentarse a un misterio es algo aterrador.
Dime lo que quieres le susurr, y recuerdo que su cabeza me pareci muy
lejana en aquel momento. Dime lo que quieres y lo har.
Pero entonces comprend que, si me deca lo que quera, admitira que..., bien,
que saba lo que quera. Que alguien ms haba contemplado este corazn extrao e
inescrutable, haba aprendido la geografa, haba desentraado sus secretos. Y pese
a que yo saba que haba tenido otros amantes, eso me pareca diferente, ms ntimo.
Ella haba permitido que alguien la mirara ah, as. Y yo, como era hombre y ex
oyente de Sam Kinison, por aadidura, resolv transportarla al paraso, hacerla
maullar como una gatita saciada, borrar hasta el ltimo recuerdo de El Que Haba
Estado Antes.
Un corazn extrao e inescrutable, resopl. El Que Haba Estado Antes. Que
alguien me traiga una pala!
Y ella lo intent, y yo tambin. Hizo una demostracin con sus dedos, con
palabras, con presiones suaves, jadeos y suspiros. Y lo intent. Pero una lengua no
es como un dedo. Mi perilla la enloqueca, pero de la forma opuesta a como deseaba
enloquecer. Y cuando la o hablar por telfono y referirse a m como el Bidet
Humano, bien, pens que lo mejor sera remitirme a lo que saba hacer mejor.
Alguno de nosotros sabe lo que hacemos? Lo sabe algn hombre? Pregunto a
mis amigos, y al principio todos se carcajean y juran que han de bajar a sus mujeres
del techo. Los invito a cerveza, no paro de llenar sus vasos, y al cabo de unas horas
obtengo la verdad ms perfecta: no tenemos ni idea. Ni uno de nosotros.
Ella dice que se corre dice Eric en tono plaidero, pero yo no s si es
verdad, to...
No est tan claro dice George. Cmo lo podemos saber?
Ah est la cuestin. Cmo lo podemos saber? Somos hombres. Necesitamos
pruebas palpables (incluso lquidas), necesita-mos diagramas y manuales,
necesitamos que nos expliquen el misterio.
Y cuando cierro los ojos, la veo aquella primera vez, inmvil, tensa como las
alas de un ave diminuta, toda rosada, con sabor a mar, repleta de vidas diminutas,
cosas que nunca ver, y mucho menos comprender. Ojal pudiera. Ojal lo hubiera
hecho.
Muy bien, Jacques Cousteau murmur, y me puse en pie con un esfuerzo.
Cuando cerraba los ojos an poda verme, haba escrito. Bien, qu significaba eso?
Y cundo lo haba escrito? Tal vez, a fin de cuentas, an haba esperanza. Quiz le
llamara ms tarde. Quiz todava exista una oportunidad.
Sub a la suite del piso veinte, donde una variedad de publicistas jvenes,
plidos como larvas, ataviados con una amplia gama de pantalones de lycra negros,
bodys negros y botas negras estaban sentados en sofs y fumaban.
Soy Cannie Shapiro, del Philadelphia Examiner dije a la que estaba sentada
bajo una figura en cartn a tamao natural de Maxi Ryder, con traje de faena militar
y un Uzi en la mano.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 103 -
La Chica Larva pas con languidez varias pginas llenas de nombres.
No te encuentro dijo.
Cojonudo.
Est Roberto?
Ha salido un momento dijo, seal la puerta con un movimiento elegante.
Ha dicho cundo volver?
La chica se encogi de hombros, como si hubiera agotado su vocabulario.
Ech un vistazo a las pginas, intent leer al revs. All estaba mi nombre:
Candace Shapiro. Tachado con una gruesa raya negra. NGH, deca la nota al
margen.
En aquel preciso momento, Roberto entr.
Cannie dijo, qu haces aqu?
Dmelo t contest, y forc una sonrisa. Lo ltimo que supe de ti es que
iba a entrevistar a Maxi Ryder.
Oh, Dios dijo. Nadie te ha llamado?
Para qu?
Maxi decidi, humm, limitar las entrevistas para la prensa. Slo recibir al
Times. Y a USA Today.
Bien, nadie me lo dijo. Me encog de hombros. Estoy aqu. Betsy espera
un artculo.
Cannie, lo siento muchsimo...
No lo sientas, idiota, pens. Haz algo!
..., pero no puedo hacer nada.
Le dediqu mi mejor sonrisa. Mi sonrisa ms encantadora, complemento de la
expresin determinada que anunciaba trabajo para un peridico muy importante.
Roberto dije, tena previsto hablar con ella. Hemos reservado el espacio.
Contamos con ese artculo. Nadie me llam..., y he venido hasta aqu en sbado, que
es mi da libre...
Roberto empez a retorcerse las manos.
... y me sentira muy agradecida si pudiera tener una entrevista de un cuarto
de hora con ella.
Ahora Roberto se retorca las manos y se mordisqueaba el labio al mismo
tiempo, aparte de desplazar su peso de un pie al otro. Muy mala seal.
Escucha dije en voz baja, y me inclin hacia l, he visto todas sus
pelculas, incluso las que han salido directamente en vdeo. Soy una experta en Maxi.
No hay nada que podamos hacer?
Vi que empezaba a vacilar, y entonces son el mvil que llevaba sujeto al
cinturn.
April? dijo.
April, me comunic, moviendo los labios en silencio. Roberto era un encanto,
pero corto de entendederas.
Puedo hablar con ella? susurr, pero Roberto ya haba vuelto a enfundar
su telfono.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Dice que no estaban seguros de tu, hum, docilidad.
Cmo? Roberto, acced a todas sus condiciones...
Estaba elevando la voz. Las larvas del sof empezaban a parecer alarmadas. Al
igual que Roberto, el cual se iba deslizando hacia el vestbulo.
Djame hablar con April supliqu, al tiempo que extenda mi mano hacia
su mvil. Roberto neg con la cabeza. Roberto dije, y o que mi voz se quebraba,
imaginndome la sonrisa satisfecha de Gabby cuando volviera a la oficina con las
manos vacas. No puedo volver sin un reportaje!
Escucha, Cannie, lo siento muchsimo...
Estaba temblando como un flan. Saltaba a la vista. Fue entonces cuando una
mujer menuda, con botas de piel negra de tacn alto se acerc desde el otro extremo
del vestbulo de mrmol. Llevaba un mvil en una mano, un walkie-talkie en la otra, y
una expresin muy seria en su cara meticulosamente maquillada, sin la menor
arruga. Habra podido ser una joven de veintiocho aos muy madura, o una mujer
de cuarenta y cinco con un cirujano plstico estupendo. No caba la menor duda de
que se trataba de April.
Me examin (mi grano, mi mala leche, mi vestido negro y las sandalias del
verano pasado, mucho menos elegante que cualquier cosa exhibida por las larvas del
sof) con una mirada fra y despectiva. Despus se volvi hacia Roberto.
Algn problema? pregunt.
sta es Candace dijo Roberto, y me seal con un ademn dbil. Del
Examiner.
April me mir. Sent que el grano aumentaba de tamao mientras me miraba.
Algn problema? repiti.
No, hasta hace unos minutos dije, y me esforc por mantener la calma.
Tena una entrevista concertada para las dos. Roberto me dice que ha sido cancelada.
Exacto dijo April con placidez. Hemos decidido limitar nuestras
entrevistas impresas a los peridicos importantes.
El Examiner tiene una tirada de setecientos mil ejemplares los domingos, el
da en que tenemos previsto publicar el reportaje dije. Somos la cuarta ciudad
ms grande de la Costa Este. Y nadie se molest en anunciarme que haban
cancelado la entrevista.
Eso es responsabilidad de Roberto dijo April, al tiempo que le traspasaba
con la mirada.
Era una noticia nueva para Roberto, pero no iba a contradecir a la Chica del
Ltigo.
Lo siento murmur en mi direccin.
Agradezco las disculpas dije, pero como ya he dicho a Roberto, tenemos
un hueco en el peridico del domingo, y he echado por la borda mi da de fiesta.
Lo cual no era tcnicamente cierto. Siempre aparecan noticias nuevas, como
April deba saber, y los huecos se llenaban. Y en cuanto a lo de echar por la borda mi
da libre, siempre que tena un billete gratis para Nueva York encontraba algo que
hacer en la ciudad.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Pero yo estaba furiosa. El morro de esta gente, tratarme con semejante grosera,
y encima pasar de todo sin disimularlo!
No hay manera de que me pueda conceder unos minutos, ya que estoy aqu?
April adopt un tono mucho menos plcido.
Ya va con retraso, y esta tarde se reintegra al rodaje. En Australia subray,
como si una ignorante como yo jams hubiera odo hablar de ese lugar. Adems
continu, mientras abra una libreta pequea, ya hemos concertado una entrevista
telefnica con su jefa.
Mi jefa? Era inconcebible que Betty me hiciera esto, y encima sin decrmelo.
Con Gabby Gardiner concluy April.
Me qued de una pieza.
Gabby no es mi jefa!
Lo siento dijo April, sin demostrarlo en lo ms mnimo, pero se es el
trato.
Volv a la suite y me desplom en una silla situada junto a la ventana.
Escuche dije, he venido, y estoy segura de que convendr conmigo en
que sera mejor para todos nosotros celebrar una entrevista en persona, aunque fuera
rpida, con alguien que ha visto todas las pelculas de Maxi e invertido mucho
tiempo en preparar esto, que por telfono. No me importa esperar.
April se qued inmvil un momento.
He de llamar a seguridad? pregunt, por fin.
No veo por qu contest. Me quedar sentada aqu hasta que la seorita
Ryder acabe de hablar con quien sea, y si sucede que le sobran uno o dos minutos
antes de volver corriendo a Australia, har la entrevista que me prometieron. Cerr
los puos para que no viera que me temblaban las manos, y jugu mi ltima carta.
Por supuesto, si diera la casualidad de que la seorita Ryder no me puede conceder
unos pocos minutos, escribir un folio sobre lo que me ha pasado aqu. Por cierto,
cul es su apellido?
April me traspas con la mirada. Roberto se acerc a ella, pase la mirada entre
nosotras, como si estuviramos jugando un partido de tenis muy veloz. Yo clav la
vista en April.
Es imposible dijo.
Un apellido muy interesante dije. Es uno de esos especiales de Ellis
Island?
9

Lo siento dijo, por la que iba a ser la ltima vez, pero la seorita Ryder
no va a hablar con usted. Usted se mostr sarcstica conmigo por telfono...
Ay, la reportera sarcstica! Si no sabe lo que es eso!
... y la seorita Ryder no necesita el tipo de atencin que usted dispensa...
Lo cual me parece de perlas explot, pero no pudo uno de sus lacayos,
lameculos o internos haber tenido la cortesa de llamar antes de darme el palizn de
venir hasta aqu?

9
Isla de la baha de Nueva York, por donde antiguamente pasaban los inmigrantes. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 106 -
Roberto deba hacerlo repiti.
Bien, pues no lo hizo dije, y me cruc de brazos. Tablas. Sus ojos me
fulminaron durante un minuto. Yo sostuve su mirada. Roberto se haba apoyado
contra la pared, y temblaba. Las larvas se haban puesto de pie y en fila, y nos
miraban.
Llama a seguridad dijo por fin April, y gir en redondo. Volvi la cara
hacia m. Escriba lo que le d la gana. Nos importa un huevo.
Y con eso, se fueron: Roberto, que me dirigi una ltima mirada de disculpa, las
larvas, todas con botas negras, y April, as como todas las posibilidades de
entrevistar a Maxi Ryder. Segu sentada hasta que se amontonaron en el ascensor.
Slo entonces me permit llorar.


En general, los lavabos de los vestbulos de hotel son esplndidos lugares
donde desmoronarse. La gente que se aloja en el hotel casi siempre utiliza el bao de
su habitacin. La gente de la calle no siempre sabe que pueden entrar en el vestbulo
del hotel ms elegante, y utilizar los lavabos sin que nadie los moleste. Adems, los
cuartos de bao suelen ser elegantes y espaciosos, con toda clase de complementos,
desde laca para el pelo y tampones hasta toallas para secarse las lgrimas y las
manos. A veces, hasta encuentras un sof donde derrumbarte.
Atraves el vestbulo con paso lento, me col en el ascensor y entr por la
puerta dorada que pona Seoras con letras trabajadas, y me encamin al cubculo
de los minusvlidos para gozar de paz, silencio y soledad, y de camino me apoder
de dos toallas dobladas con primor.
Que le den por el culo a Maxi Ryder! sise, y cerr la puerta de golpe, me
sent y apret los puos contra los ojos.
Eh? dijo una voz familiar, por encima de mi cabeza. Por qu?
Alc la vista. Una cara asomaba por encima del cubculo.
Por qu? pregunt de nuevo Maxi Ryder.
Era tan adorable en persona como en la pantalla, con sus enormes ojos azules,
su piel cremosa algo moteada de pecas, su cascada de rizos castao rojizos, al parecer
ms lustrosos y brillantes que cualquier cabello humano normal. Sostena un delgado
cigarrillo en una diminuta mano surcada por venas azules, y mientras yo la miraba,
dio una generosa bocanada y expuls el humo hacia el techo.
No fume aqu le advert. Fue lo primero que se me ocurri. Se dispararn
las alarmas.
Me ha maldecido porque estoy fumando?
No. La he maldecido porque me ha dejado plantada.
Cmo?
Dos pies calzados con zapatillas repiquetearon sobre el mrmol y se detuvieron
ante mi excusado.
Abra dijo, al tiempo que llamaba con los nudillos. Quiero una
explicacin.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 107 -
Baj la tapa del asiento. Primero April, y ahora esto! Me inclin hacia delante y
abr la puerta a regaadientes. Maxi me esperaba con los brazos cruzados sobre el
pecho, en busca de respuestas.
Soy del Philadelphia Examiner empec. En teora, iba a entrevistarla. Su
pequea celadora de las SS me dijo, despus de pegarme la paliza de hacerme todo el
viaje hasta aqu, que la entrevista haba sido cancelada y concedida en cambio a esa
mujer de mi oficina que es... tragu saliva vomitiva conclu. De modo que
ha arruinado mi da. Para no hablar de la seccin dominical. Suspir. Pero
supongo que no es culpa de usted, as que lo siento. No tendra que haberla
maldecido.
Maldita April dijo Maxi. No me dijo nada.
No me sorprende.
Me estoy escondiendo dijo Maxi Ryder, y lanz una risita nerviosa. De
April, en realidad.
En persona, su voz era suave, refinada. Vesta tjanos acampanados y una
camiseta rosa de cuello curvo. Llevaba el pelo recogido en un moo alto, en
apariencia sencillo, pero que habra debido costar a su peluquera media hora de
trabajo, adornado con horquillas diminutas y relucientes en forma de mariposa.
Como la mayora de estrellas jvenes que yo haba conocido, era delgada hasta
extremos sobrenaturales. Se podan distinguir los huesos de las muecas y los
antebrazos, y la tracera azul plido de las venas de su cuello.
Se haba aplicado un lpiz de tono escarlata a sus labios sensuales. Se haba
pintado con esmero los ojos. Y sus mejillas estaban surcadas de lgrimas.
Siento lo de su entrevista dijo.
No ha sido culpa suya repet. Qu la trae por aqu? No tiene cuarto de
bao en su habitacin?
Oh dijo, y exhal un suspiro largo y estremecido. Ya sabe.
Bien, como no soy una estrella del cine delgada, rica y en la cumbre del xito,
no lo s.
Una comisura de su boca se elev apenas, y luego descendi hasta formar un
tembloroso valo escarlata.
Le han partido alguna vez el corazn? pregunt con voz temblorosa.
La verdad es que s contest.
Cerr los ojos. Unas pestaas de una longitud imposible se posaron sobre sus
mejillas pecosas, y surgieron lgrimas por debajo.
Es insoportable dijo. S que suena...
No, no. S a qu se refiere. S lo que siente.
Le tend una de las toallas dobladas que haba cogido antes de entrar. La tom,
y luego me mir. Era una prueba, pens.
Mi casa est llena de cosas que l me regal empec, y ella asinti
vigorosamente, con todos los rizos agitndose.
Eso es dijo, exacto.
Y hace dao mirarlas, y hace dao tirarlas.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 108 -
Maxi se derrumb en el suelo del cuarto de bao y apoy la mejilla contra la fra
pared de mrmol. Tras un momento de vacilacin, me sent a su lado, sorprendida
por lo absurdo de la situacin, que sera el preludio de un gran artculo: Maxi
Ryder, una de las jvenes actrices ms aclamadas de su generacin, est llorando en
el suelo de un lavabo.
Mi madre siempre dice que es mejor haber amado y perdido que no haber
amado nunca dije.
Te lo crees? pregunt.
Slo tuve que pensar un momento.
No. Creo que ni siquiera ella se lo cree. Ojal no le hubiera querido nunca.
Ojal no le hubiera conocido nunca. Porque pienso que, pese a lo bien que lo
pasamos, no vale la pena sentirse as.
Guardamos silencio unos instantes, codo con codo.
Cmo te llamas?
Candace Shapiro. Cannie.
Cmo se llamaba l?
Bruce. Y t?
Soy Maxi Ryder.
Lo s. Quera decir, cmo se llamaba l?
Hizo una mueca horrible.
No me digas que no lo sabes! Todo el mundo lo sabe! Entertainment Weekly
public todo un artculo. Con diagrama incluido!
Bien, me prohibieron explcitamente que lo mencionara.
Para colmo haba ms de un candidato, pero no me pareci prudente decirlo.
Kevin susurr.
Poda ser Kevin Britton, su pareja de Temblores.
Todava Kevin?
Todava Kevin, siempre Kevin dijo con tristeza, al tiempo que buscaba otro
cigarrillo. Kevin, al que no puedo olvidar, incluso despus de probarlo todo.
Bebida..., drogas..., trabajo..., otros hombres...
Joder. De pronto, me sent muy inocente.
Qu haces?
Saba lo que me estaba preguntando.
Oh, ya sabes. Lo mismo que t, probablemente. Apoy una mano sobre mi
frente, como si estuviera cansada del mundo. Empec huyendo a mi isla privada
con Brad Pitt, intent olvidar el dolor comprando ranchos de llamas en Nueva
Inglaterra...
Me pellizc el brazo. Cuando cerr el puo, son como una bocanada de aire.
En serio! Tal vez sea algo que no se me haba ocurrido.
Ms cosas que no funcionan. Baos, duchas, excursiones en bicicleta...
No puedo hacer excursiones en bicicleta dijo.
Debido a los paparazzi?
No. Nunca aprend.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 109 -
De veras? Bruce, mi ex novio, tampoco saba...
Enmudec.
Dios, no odias eso?
La manera en que cosas sin la menor relacin te recuerdan a la persona que
intentas olvidar? S. Lo odio. La mir. Con el rostro enmarcado por el mrmol de la
pared pareca preparada para un primer plano. Mientras yo deba tener la cara toda
llena de manchurrones y la nariz moqueante. No era justo, pens. T qu haces?
Invertir dijo al instante Maxi. Administrar mi dinero. Y tambin el dinero
de mis padres. Suspir. Administraba el dinero de Kevin. Ojal hubiera
anunciado que iba a plantarme. Le habra hundido hasta tal punto en Planet
Hollywood, que aparecera de estrella invitada en las series de la Warner slo para
pagar el alquiler.
Mir a Maxi con renovado respeto.
As que... Me devan los sesos en busca del vocabulario apropiado. Por
Internet?
Neg con la cabeza.
No. No tengo tiempo para estar colgada del ordenador todo el da. Elijo
valores y busco oportunidades de invertir. Se levant y estir, con las manos
apoyadas sobre sus caderas inexistentes. Compro bienes races.
Mi respeto se estaba convirtiendo en admiracin.
Casas, quieres decir?
S. Las compro, contrato a alguien para que las restaure, las vendo con
beneficios, o vivo en ellas una temporada, entre pelcula y pelcula.
Sent que mis dedos se deslizaban hacia el bolgrafo y la libreta, casi por
voluntad propia. Maxi como magnate de bienes races era algo que nunca haba ledo
en los innumerables perfiles que haba ojeado.
Oye prob, crees...? Bien, ya s que dijeron que estabas ocupada, pero
tal vez... podramos hablar unos minutos, para que pueda escribir un artculo?
Claro. Maxi se encogi de hombros y mir a su alrededor, como si se diera
cuenta por primera vez de que estbamos en un cuarto de bao. Salgamos de aqu,
quieres?
No tenas que ir a Australia? Eso me dijo April.
Maxi pareca exasperada.
No me voy hasta maana. April es una mentirosa.
Me lo imaginaba dije.
No, de veras... Ah, ya s. Ests bromeando. Sonri. Me olvido de cmo es
la gente.
Bien, por lo general, son ms grandes que t.
Suspir, se mir y dio una calada al cigarrillo.
Cuando cumpla los cuarenta dijo, juro que voy a dejar esto, y voy a
construir una fortaleza en una isla, con un foso y verjas electrificadas, y voy a dejar
que mi pelo se tia de gris, y comer flanes hasta que me salgan catorce papadas.
Eso no fue lo que dijiste a Mirabella indiqu. Dijiste que queras aparecer
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 110 -
en una pelcula de calidad al ao, y educar a tus hijos en una granja.
Enarc una ceja.
Leste eso?
He ledo todo sobre ti contest.
Mentiras. Todo mentiras dijo, casi con jbilo. Hoy, por ejemplo. He de ir
a un lugar llamado Mooma...
Moomba correg.
... y tomar unas copas con Matt Damon, o con Ben Affleck. O tal vez con los
dos. Hemos de aparentar mucho secretismo y encanto, y alguien llamar a Page 6, ya
sabes, la seccin del chismorreo del New York Post, y nos fotografiarn, y luego
iremos a algn restaurante que tal vez April reserv para cenar, slo que no puedo
cenar, Dios nos asista, porque siempre me fotografan con algo en la boca, o con la
boca abierta, o de una manera capaz de sugerir que con la boca hago algo ms que
besar hombres...
...y fumar.
Eso tampoco. El lobby del cncer, ya sabes. As me quit de encima a April. Le
dije que necesitaba fumar un cigarrillo.
De modo que quieres pasar de ir de copas y a cenar con Ben..., o Matt...
La cosa no termina ah. Se supone que luego he de ir a bailar a un bar con
nombre de cerdos...
Hogs and Heifers?
10

Eso es. Bailar hasta una hora intempestiva, y despus, y slo despus, se me
permitir dormir un poco. Y eso despus de quitarme el sujetador y bailar en la barra
hacindolo girar por encima de mi cabeza.
Caramba. De veras han pensado en todo eso para ti?
Sac un papel arrugado del bolsillo. No caba duda: 4 de la tarde, Moomba; 7 de
la tarde, Tandoor; 11?, Hogs and Heifers. Busc en otro bolsillo y sac un
wonderbra muy pequeo de encaje negro. Se envolvi la mano con el wonderbra y
empez a darle vueltas sobre su cabeza, al tiempo que meneaba las caderas como
parodiando a una bailarina de striptease.
Hasta me obligaron a practicar dijo. Si fuera por m, dormira todo el da.
Yo tambin. Y mirara Iron Chef.
Maxi compuso una expresin de perplejidad.
Qu es eso?
Hablas como alguien que nunca ha estado sola el viernes por la noche. Es ese
programa de televisin sobre un millonario solitario que tiene tres chefs...
Los Chefs de Hierro conjetur Maxi.
Exacto. Cada semana sostienen batallas culinarias con otro chef que va a
desafiarlos, y el millonario excntrico les da un ingrediente principal con el que han
de cocinar, y la mitad de las veces es algo todava vivo, como un calamar o una
anguila gigante...

10
Marranos y Vaquillas. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 111 -
Maxi estaba sonriendo, y asenta, como si ardiera en deseos de ver el primer
episodio. O quiz slo estaba actuando, me record. Al fin y al cabo, era su trabajo.
Tal vez se mostraba tan emocionada y cordial, y bueno, amable, cada vez que conoca
a alguien nuevo, y luego olvidaba su existencia en cuanto empezaba la siguiente
pelcula.
Es divertido conclu. Y tambin gratis. Ms barato que alquilar una
pelcula. Anoche lo grab, y voy a verlo cuando llegue a casa.
Nunca estoy en casa los viernes o los sbados dijo Maxi con tristeza.
Bien, yo casi siempre. Creme, no te pierdes gran cosa.
Maxi Ryder me sonri.
Cannie dijo, sabes lo que de verdad me apetece hacer?


Y as fue como acab en el balneario Da de Felicidad, desnuda hasta la cintura,
al lado de una de las ms aclamadas estrellas cinematogrficas de mi generacin,
hablando sobre mi frustrada vida amorosa, mientras un hombre llamado Ricardo
esparca Arcilla Verde Activa sobre mi espalda.
Maxi y yo nos habamos escapado por la puerta trasera del hotel y cogido un
taxi para ir al balneario, donde la recepcionista nos inform muy estirada de que
estaba completo aquel da, de que tenan las semanas siguientes reservadas al
completo, hasta que Maxi se quit las gafas de sol y mantuvo contacto visual durante
tres segundos, con lo cual el servicio mejor en un tres mil por ciento.
Esto es fantstico le dije por quinta vez.
Y es que en realidad lo era. La cama estaba protegida con media docena de
toallas, y cada una era tan gruesa como mi colcha. Una msica relajante sonaba de
fondo, y pens que se trataba de un CD, hasta que abr los ojos el tiempo suficiente
para ver que haba una mujer de verdad con un arpa de verdad en un rincn, medio
oculta tras unas cortinas difanas.
Maxi asinti.
Espera a que empiecen con las duchas y los masajes de sal. Cerr los ojos
. Estoy tan cansada murmur. Lo nico que deseo es dormir.
Yo no puedo dormir le dije. O sea, empiezo, pero luego despierto...
... y la cama est muy vaca.
Bien, de hecho, tengo un perrito, as que la cama no est vaca.
Me encantara tener un perro! Pero no puedo. Demasiados viajes.
Puedes venir a pasear con Nifkin cuando quieras.
Lo dije incluso a sabiendas de que era muy improbable que Maxi se dejara caer
para tomar un capuchino helado y dar un paseo por el parque canino del sur de
Filadelfia, todo eso mientras Ricardo me daba la vuelta con delicadeza y empezaba a
untarme la regin delantera, algo deliciosamente inverosmil.
Qu vas a hacer, Maxi? pregunt. Te vas a saltar toda la agenda?
Creo que s dijo. Quiero vivir un da y una noche como una persona
normal.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 112 -
No me pareci el momento adecuado para sealar que las personas normales
no se gastaban mil dlares en una sola sesin de balneario.
Qu ms quieres hacer?
Maxi medit.
No lo s. Ha pasado tanto tiempo... Qu haras si tuvieras un da libre en
Nueva York?
Si fuera t o si fuera yo?
Cul es la diferencia?
Bien, cuento con recursos ilimitados y soy famosa, o solamente soy yo?
De entrada, pongamos que eres t.
Hmmm. Bien, ira a la taquilla de Times Square e intentara comprar una
entrada a mitad de precio de algn espectculo de Broadway para esta noche.
Despus ira a la tienda Steve Madden de Chelsea y mirara qu hay en venta.
Entrara en todas las galeras, comprara seis pasadores por un dlar en el mercadillo
de Columbus, cenara en Virgil's y me ira al espectculo.
Eso suena fantstico! Vamos a hacerlo! Maxi se incorpor, desnuda,
cubierta de barro, con algo espeso que resbalaba del pelo, y se quit las rodajas de
pepino de los ojos. Dnde estn mis zapatos? Se mir. Dnde est mi ropa?
Tmbate re. Maxi obedeci.
Qu es Steve Madden?
Una enorme zapatera. Entr una vez y haba rebajas para tallas pequeas.
Todas las tallas por debajo del cuarenta estaban a mitad de precio. Creo que fue el
da ms feliz de mi vida, en lo tocante a calzado.
Eso suena maravilloso dijo Maxi en tono soador. Bien, y qu es
Virgil's?
Un asador dije. Hacen chuletas grandes, pollo frito, bizcochos con
mantequilla de arce..., pero t eres vegetariana, verdad?
Slo de puertas afuera. Me encantan las chuletas.
Crees que podemos hacerlo? No te va a reconocer la gente? Qu pasar
con April? La mir con timidez. No es que quiera presionarte ni nada por el
estilo, pero si pudiramos hablar de tu pelcula un rato..., para que pueda escribir mi
artculo y mi directora no me mate.
Por supuesto dijo Maxi. Pregntame todo lo que quieras.
Ms tarde. No quiero aprovecharme.
Oh, adelante! Lanz una risita alegre, y empez a escribir mi artculo.
Maxi Ryder est desnuda en un balneario del centro, envuelta en extractos
aromticos, y medita sobre su amor perdido.
Me apoy en un codo para poder mirarla.
Quieres hablar de tu vida amorosa? Era lo nico que preocupaba a April.
Quera que los periodistas te hicieran tan slo preguntas relacionadas con tu trabajo.
Pero el meollo de ser actor consiste en coger tu vida, tu dolor, y conseguir que
trabaje para ti. Exhal un profundo suspiro. Todas las cosas sirven a un
propsito. S que si alguna vez me llaman para interpretar a una mujer
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 113 -
despreciada..., digamos, abandonada pblicamente en un programa de entrevistas...,
estar preparada.
Crees que eso es malo? Mi ex novio escribe la columna de sexo para
hombres de Moxie.
De veras? pregunt. Yo sal en Moxie el otoo pasado. Maxi en Moxie.
Fue una estupidez. Tu ex escribe sobre ti?
Suspir.
Soy su tema favorito. No es nada divertido.
Qu? pregunt Maxi. Ha hablado de algo personal?
S. De mi peso, para empezar.
Maxi se incorpor de nuevo.
Querer a una mujer rolliza? sa eras t?
Maldita sea. Es que todo el mundo haba ledo aquella capullada?
sa era yo.
Caramba. Maxi me mir, aunque imagin que no era para calcular mi
peso. La le en el avin explic en tono de disculpa. No suelo leer Moxie, pero
el vuelo era muy largo, me aburra y me le los ejemplares de los tres ltimos meses...
No tienes por qu disculparte dije. Estoy segura de que mucha gente lo
ha ledo.
Se tumb de nuevo.
Era el que llamaste el bidet humano? pregunt.
Bajo el barro, me ruboric de nuevo.
Pero nunca en su cara dije.
Bien, podra ser peor. A m me dejaron plantada en el especial de Barbara
Walters.
Lo s. Lo vi.
Nos quedamos en silencio mientras los ayudantes eliminaban el barro de
nuestros cuerpos con media docena de mangueras. Me sent como un animal
domstico muy mimado, muy extico..., o como un corte de carne especialmente
caro. Despus, nos cubrieron con una capa de sal, nos restregaron, nos ducharon de
nuevo, luego nos envolvieron en albornoces calientes y nos enviaron a cuidados
faciales.
Creo que lo tuyo fue peor que lo mo razon, mientras dejbamos que
nuestras mascarillas de arcilla se secaran. Quiero decir, cuando Kevin habl de
acabar con una larga relacin, todo el mundo supo que se refera a ti, pero con el
artculo, las nicas personas que saban la identidad de C. eran...
Todos tus conocidos termin Maxi.
S. Ms o menos suspir.
Entre las algas, la sal, la msica Nueva Era y las manos suaves, mojadas en
aceite de almendra, de Charles el masajista, me senta como envuelta en una nube
deliciosa, a kilmetros por encima del mundo, lejos de telfonos que no sonaban,
compaeros de trabajo resentidos y publicistas presumidas. Lejos de mi peso..., tanto
que ni siquiera estaba preocupada por lo que pensaran Charles y Ca., mientras
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 114 -
frotaban, aceitaban y me daban la vuelta. Slo estbamos yo y la tristeza, pero
incluso eso no me pesaba demasiado. Slo estaba all, igual que mi nariz, igual que la
cicatriz que tena encima del ombligo, recuerdo de haberme rascado una costra de
varicela cuando tena seis aos. Otro aspecto ms de m.
Maxi agarr mi mano.
Somos amigas, verdad?
Por un momento, pens que no lo deca en serio, que era una versin de las
amistades de seis semanas que entablaba en los platos de sus pelculas. Pero me daba
igual.
Apret su mano a modo de respuesta.
S dije. Somos amigas.


Sabes lo que pienso? pregunt Maxi.
Alz un solo dedo. Al instante, se materializaron cuatro vasos ms de tequila
delante de nosotras, cada uno pagado, sin duda, por cuatro diferentes adoradores.
Cogi un vaso y me mir. Yo hice lo mismo, y sorb tequila. Dej el vaso sobre la
barra, y me encog cuando not la quemadura. Al final, habamos terminado en Hogs
and Heifers. Habamos comido tarde en Virgil's, donde nos habamos atizado
chuletas, pollo a la barbacoa, budn de pltano y tarta de queso. Despus, nos
habamos comprado seis pares de zapatos cada una en la zapatera Steve Madden,
con el razonamiento de que, aunque nos sintiramos gordas, nuestros pies no.
Despus, fue el turno del Beauty Bar, donde habamos comprado toda clase de
cosmticos (yo me decid por la sombra de ojos color arena y crema correctora. Maxi
arras con todo lo que brillaba). El total ascendi a una cifra mucho ms elevada de
lo que haba pensado gastar en zapatos o maquillaje durante algunos aos, pero
pens, cundo ser la prxima vez que vaya de compras con una estrella de cine?
Sabes lo que pienso? repiti Maxi.
Qu?
Creo que tenemos muchas cosas en comn. Es la cuestin del cuerpo.
La mir con los ojos entornados.
Eh?
Nuestros cuerpos nos gobiernan anunci, y bebi un sorbo de una cerveza
que alguien le haba enviado. Me pareci muy profundo. Tal vez porque estaba
profundamente borracha. Ests aprisionada en un cuerpo que, en tu opinin, los
hombres no desean...
En este momento, es algo ms que una teora dije, pero Maxi no estaba
dispuesta a interrumpir su monlogo.
Y tengo miedo de que si empiezo a comer as, dejar de tener este aspecto, y
nadie me desear. Peor an dijo, con los ojos brillantes entre la bruma del
cigarrillo, nadie me pagar. As que yo tambin estoy atrapada. Pero son las
percepciones lo que realmente nos tienen atrapadas. T crees que necesitas perder
algunos kilos para que alguien te quiera. Yo creo que, si engordo, nadie me querr.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 115 -
Lo que en realidad necesitamos dijo, mientras daba un puetazo sobre la barra
para subrayar sus palabras es dejar de pensar en nosotras como cuerpos y empezar
a pensar en nosotras como personas.
La mir con admiracin.
Essso es muy profundo.
Maxi tom un largo sorbo de cerveza.
Lo dijo Ophra
11
.
Di otro trago.
Ophra es profunda, pero debo decir que, considerndolo todo, preferira estar
atrapada en tu cuerpo antes que en el mo. Al menos, podra llevar biquini.
Es que no te das cuenta? Las dos estamos encarceladas. Prisioneras de la
Carne.
Lanc una risita. Maxi pareci ofenderse.
No ests de acuerdo?
No resopl, es que creo que Prisioneras de la Carne suena a ttulo de
pelcula porno.
Estupendo dijo Maxi cuando par de rer. Pero tengo razn.
Por supuesto que s. S que no debera sentirme como lo hago por culpa de
mi aspecto. Quiero vivir en un mundo en que se juzgue a la gente por quien es, no
por su talla. Suspir. Pero sabes lo que deseo an ms que eso? Maxi me mir
expectante. Yo vacil, y me zamp otro tequila. Quiero olvidar a Bruce.
Tambin tengo una teora sobre eso anunci Maxi con aire triunfal. Mi
teora es que el odio funciona.
Entrechoc su vaso con el mo. Bebimos y pusimos al revs los vasos sobre la
pegajosa barra, bajo los sujetadores oscilantes que en otro tiempo haban acogido los
pechos de famosas.
No puedo odiarle dije con tristeza.
De pronto, experiment la sensacin de que mis labios estaban formando
palabras a medio metro de mi cara, como si hubieran decidido independizarse y huir
a pastos ms verdes. Era un conocido efecto colateral que apareca cuando disfrutaba
de excesivas libaciones. Eso, y una sensacin lquida en los codos, rodillas y
muecas, como si mis articulaciones se estuvieran descuajaringando. Cuando me
emborrachaba, empezaba a recordar cosas. Y en este momento, como Grateful Dead
estaba sonando en la gramola tragaperras {Cassidy, me pareci), me acord de
cuando fuimos a recoger a George, el amigo de Bruce, para ir a un concierto de los
Dead, y mientras estbamos esperando nos metimos en el estudio y le practiqu una
veloz y vida mamada bajo la cabeza disecada de un ciervo fija a la pared. Mi cuerpo
estaba sentado en Hogs and Heifers, pero en mi cabeza yo estaba de rodillas delante
de l, con las manos agarrando sus nalgas, sus rodillas apretadas contra mi pecho,
mientras temblaba y jadeaba que me quera, y pensaba que yo estaba hecha para
esto, slo y exclusivamente para esto.

11
Ophra Winfrey, famosa presentadora de televisin en Estados Unidos. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 116 -
Pues claro que puedes insisti Maxi, arrancndome del stano y
devolvindome al presente empapado de tequila. Cuntame lo peor de l.
Era muy desaliado.
Maxi arrug la nariz de una forma adorable.
Eso no es tan malo.
No tienes ni idea! Era muy peludo, y nunca limpiaba la ducha, pero de vez
en cuando coga un montn de sus asquerosos pelos mojados y llenos de espuma
jabonosa y los aparcaba en un rincn de la baera. La primera vez que lo vi, chill.
Tomamos otro trago. Las mejillas de Maxi resplandecan un poco, y sus ojos
centelleaban.
Adems continu, tena unas uas repugnantes. Eruct con la mayor
delicadeza posible sobre la palma de mi mano. Eran amarillas, gruesas y mal
cortadas...
Hongos diagnostic Maxi.
Y luego estaba su minibar dije, volcndome en la diseccin. Cada vez
que sus padres iban en avin, le traan botellines de vodka y whisky. Los guardaba
en una caja de zapatos, y cuando alguien vena a tomar una copa, deca: Tmate
algo del minibar. Hice una pausa y reflexion. Claro que eso era ms bien
simptico.
Eso iba a decir yo aprob Maxi.
Pero me irrit pasado un tiempo. Es decir, llegaba yo con un terrible dolor de
cabeza, slo quera un poco de vodka con tnica, y se iba directo al minibar. Creo que
era demasiado tacao para abrir una botella de su propiedad.
Dime, de veras era tan bueno en la cama?
Trat de apoyar la cabeza en la mano, pero el codo no me obedeci, y casi me di
con la cabeza en la barra. Maxi se ri de m. El camarero frunci el ceo. Ped un vaso
de agua.
Quieres saber la verdad?
No, quiero que me mientas. Soy una estrella de cine. Todos lo hacen.
La verdad dije. La verdad es que...
Maxi estaba riendo, y se acerc ms.
Venga, Cannie, dmelo.
Bien, tena ganas de intentar cosas nuevas, cosa que yo agradeca...
Venga, nada de edito..., editoriales... Cerr los ojos y la boca. Nada de
rollos. He hecho una simple pregunta. Era bueno?
La verdad... prob de nuevo. La verdad es que era muy... pequea.
Maxi abri los ojos de par en par.
Quieres decir... abajo?
Pequea repet. Diminuta. Microscpica. Infinitesimal! Perfecto. Si era
capaz de pronunciar esa palabra, quera decir que no estaba tan cocida. Cuando no
estaba dura, quiero decir. Cuando estaba dura, el tamao era muy normal. Pero
cuando estaba alicada, era como si se hubiera hundido dentro de su cuerpo, y era as
de pequea...
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 117 -
Intent decirlo, pero estaba riendo a carcajadas.
Qu? Venga, Cannie. Para de rer. Sintate recta. Dmelo!
Como una bellota peluda articul por fin.
Maxi lanz un aullido. Brotaron lgrimas de sus ojos, y de pronto me encontr a
su lado, con la cabeza sobre su regazo.
Una bellota peluda! repiti.
Shhh! la acall, mientras intentaba incorporarme.
Una bellota peluda!
Maxi!
Qu? Crees que va a orme?
Vive en Nueva Jersey dije muy seria.
Maxi se subi a la barra e hizo bocina con las manos.
Atencin, clientes del bar grit. Bellota Peluda reside en Nueva Jersey.
Si no vas a ensearnos las tetas, bjate de la barra! grit un to borracho
con sombrero de vaquero. Maxi le hizo un corte de mangas con elegancia y baj.
Casi podra ser un nombre propio dijo. Harry Acorn
12
. Harry A. Corn.
No se lo puedes decir a nadie. A nadie.
No te preocupes. No lo har. Adems, dudo seriamente de que el seor Corn
se mueva en los mismos crculos.
Vive en Nueva Jersey repet, y Maxi ri hasta que le sali tequila por la
nariz.
O sea, bsicamente dijo, una vez que dej de moquear, ests colgada de
un to con la polla pequea que te trataba mal.
No me trataba mal dije. Era muy dulce... y atento... y...
Pero ella no me estaba escuchando.
Los dulces y atentos van a cinco cntimos la docena. Y tambin, lamento
informarte, las pollas pequeas. Puedes conseguir algo mejor.
He de superarlo.
Pues supralo! Insisto!
Cul es el secreto?
El odio! dijo Maxi. Ya te lo he dicho antes!
Pero no poda odiarle. Quera, pero no poda.
Contra mi voluntad, record algo tremendamente tierno. Una vez, cerca de
Navidad, le dije que fingiera ser Pap Noel, y yo fing que haba ido al centro
comercial para hacerme una foto. Me apoy en su regazo, con cuidado de plantar
bien los pies en el suelo para apoyar todo mi peso sobre l, y le susurr al odo: Es
verdad que Pap Noel slo viene/se corre una vez al ao?
13
Ri como un loco, y
lanz una exclamacin ahogada cuando apoy una mano en su pecho y le hice caer
en la cama y me acurruqu contra l mientras me ofreca una versin espontnea y
desafinada de All I Want for Christmas Is You.

12
Juego de palabras con hairy acorn (bellota peluda). (N. del T.)
13
Juego de palabras intraducibie. En ingls, come es venir, pero tambin correrse. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 118 -
Toma dijo Maxi, al tiempo que meta en mi mano un vaso de tequila.
Medicina.
Lo beb de un trago. Maxi me agarr por la barbilla y me mir a los ojos. Me dio
la impresin de que vea dos Maxis: ojos azules, cascada de pelo, distribucin de
pecas geomtricamente perfecta, la barbilla un peln demasiado puntiaguda, para no
ser perfecta, sino dotada de un atractivo sobrecogedor. Parpade, y volvi a
convertirse en una sola persona. Maxi me estudi con atencin.
An le quieres dijo.
Agach la cabeza.
S susurr.
Solt mi barbilla. Mi cabeza golpe en la barra. Maxi me levant cogindome de
los pasadores. El camarero pareca preocupado.
Creo que ya ha bebido bastante dijo. Maxi no le hizo caso.
Tal vez deberas llamarle dijo.
No puedo contest, y de pronto tom conciencia de que estaba muy
borracha. Me pondr en ridculo.
Hay cosas peores que ponerse en ridculo.
Como qu?
Perder a alguien a quien amas porque eres demasiado orgullosa para llamar
y arreglar las cosas dijo. Eso es peor. Bien, cul es su nmero?
Maxi...
Dame el nmero.
Es una psima idea.
Por qu?
Porque... Suspir, y not que toda el tequila se apretujaba contra mi
crneo. Porque y si l no me quiere?
En ese caso, es mejor que lo sepas de una vez por todas. Podemos intervenir
como cirujanos y cauterizar la herida. Yo te ensear los poderes curativos del odio.
Me ofreci el telfono. Bien. El nmero.
Cog el telfono. Era una cosa diminuta, un juguete, del tamao de mi pulgar.
Lo desdobl con cuidado, forc la vista y tecle los nmeros con el pulgar.
Descolg al primer timbrazo.
Hola?
Eh, Bruce. Soy Cannie.
Holaaaa dijo poco a poco, como sorprendido.
S que esto es un poco raro, pero estoy en Nueva York, en este bar, y nunca
adivinaras con quin...
Hice una pausa para tomar aliento. l no dijo nada.
He de decirte algo...
Eh, Cannie...
No, slo quiero, slo necesito... Has de escuchar. Escucha articul por fin.
Las palabras salieron a borbotones. Romper contigo fue un error. Ahora lo s. Lo
siento, Bruce..., y te echo mucho de menos, y cada da es peor, y s que no lo
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 119 -
merezco, pero si pudieras concederme otra oportunidad, sera muy buena contigo...
O los muelles que chirriaban cuando cambi de postura en la cama. Y la voz de
alguien al fondo. Una voz femenina.
Ech un vistazo al reloj de pared, detrs de los sujetadores oscilantes. Era la una
de la maana.
Te he interrumpido dije como una estpida.
Eh, Cannie, no es el mejor momento...
Pens que necesitabas espacio dije, debido a la muerte de tu padre. Pero
no es as, verdad? Se trata de m. T no me quieres.
O el ruido de algo que caa, y una conversacin lejana entre murmullos. Habra
puesto la mano sobre el receptor.
Quin es ella? chill.
Escucha, cundo te va bien que te llame? pregunt Bruce.
Vas a escribir sobre ella? grit. Va a tener una inicial en tu maravillosa
y fabulosa columna? Es buena en la cama?
Cannie dijo Bruce poco a poco, deja que te llame yo.
No. No te preocupes. No es necesario dije, y empec a apretar botones
hasta que encontr el de colgar.
Le devolv el telfono a Maxi, que me miraba muy seria.
Eso no tiene buena pinta dijo.
Sent que la sala daba vueltas. Sent ganas de vomitar. Sent que nunca ms
sera capaz de sonrer, que en algn lugar de mi corazn siempre iba a ser la una de
la maana, y estara llamando al hombre que amaba y habra otra mujer en su cama.
Cannie? Me oyes? Cannie, qu debo hacer?
Levant mi cabeza de la barra. Me frot los ojos con el puo. Emit un profundo
suspiro estremecido.
Darme ms tequila dije, y ensearme a odiar.


Ms tarde (mucho ms tarde), en el taxi de regreso al hotel, apoy la cabeza en
el hombro de Maxi, sobre todo porque no poda sostenerla erguida. Saba que haba
llegado al punto en que no tena nada que perder, nada de nada. O tal vez era que ya
haba perdido lo ms importante. Y qu ms daba?, pens. Busqu en mi bolso la
copia, algo mojada de tequila, de mi guin, que haba embutido un milln de aos
antes, con la idea de que revisara las escenas finales en el tren de vuelta.
Toma dije arrastrando las palabras, y met el guin en las manos de Maxi.
Es para m? gorje Maxi, como si interpretara una escena en que aceptaba
un regalo de un extrao. La verdad, Cannie, no deberas hacerlo.
No dije, mientras un breve rayo de lucidez se abra paso entre la niebla de
alcohol. No, probablemente no, pero voy a hacerlo.
Maxi, mientras tanto, pasaba las pginas con gestos ebrios.
Qu essss?
Hip y pens, ya que hemos llegado hasta aqu, para qu mentir?
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 120 -
Es un guin que yo he escrito. Pens que tal vez te gustara leerlo, en el avin,
por ejemplo, si te aburres otra vez. Hip un poco ms. No quiero imponer...
Los prpados de Maxi estaban a media asta. Meti el guin en su mochilita
negra, doblando las primeras pginas.
No te preocupes por eso.
No has de leerlo si no quieres dije. Y si lo lees y no te gusta, dmelo. No
te preocupes por herir mis sentimientos. Suspir. Todo el mundo lo hace.
Maxi se inclin y me envolvi en un desmaado abrazo. Sent que los huesos de
sus codos se me clavaban cuando me aferr con fuerza.
Pobre Cannie dijo. No te preocupes. Yo voy a cuidar de ti.
La mir, tan dudosa como borracha.
De veras?
Asinti con violencia, y los ricitos se agitaron alrededor de su cara.
Yo cuidar de ti repiti, si t cuidas de m. Si eres mi amiga, nos
cuidaremos la una a la otra.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 121 -

Captulo 9
Despert en una suite de hotel, en una cama muy grande, en mi vestido negro
que ya no estaba de moda. Alguien me haba quitado las sandalias y las haba
colocado en el suelo con esmero.
El sol entraba por las ventanas y dibujaba brillantes franjas en la alfombra color
marfil y el edredn rosa, tan ligero como un beso en mi cuerpo. Levant la cabeza.
Ay. Craso error. Volv a apoyar con cautela mi cabeza en la almohada y cerr los ojos.
Experiment la sensacin de que alguien haba ceido una banda de hierro alrededor
de mi crneo y la iba apretando lentamente. Experiment la sensacin de que se me
estaba encogiendo la cabeza. Experiment la sensacin de que tena algo pegado con
cinta adhesiva en la frente.
Levant las manos y despegu un trozo de papel que, en efecto, estaba sujeto
con cinta adhesiva a mi frente, y empec a leer.
Querida Cannie:
Siento haberte abandonado en tu estado, pero mi avin sala a una hora muy
temprana de la maana (y April est muy cabreada conmigo..., pero da igual. Vali
la pena!).
Me sabe muy mal lo ocurrido anoche. S que insist para que llamaras, y
recibiste una noticia terrible. Imagino muy bien cmo te sientes. Yo he pasado por lo
mismo (lo de la tequila y el corazn partido!).
Por qu no me llamas maana, cuando vuelvas a casa y, espero, te sientas
mejor? Mi nmero est abajo. Espero que me perdones, y que sigamos siendo
amigas.
Un coche te estar esperando delante del hotel todo el da para llevarte a casa.
Yo invito (de hecho, es el de April). Llmame pronto, por favor.
Sinceramente,
Maxi Ryder
Y despus vena una ristra de nmeros telefnicos: Australia. Oficina.
Inglaterra. Busca. Telfono mvil. Fax. Fax alternativo. E-mail.
Me encamin con cautela hacia el cuarto de bao, donde vomit ruidosa y
profusamente. Maxi haba dejado aspirinas en el lavabo, junto con lo que parecan
varios cientos de dlares en productos de acicalamiento Kiehl sin abrir y dos botellas
grandes de agua mineral, an frescas. Tragu tres aspirinas, beb agua poco a poco y
me mir en el espejo. Ay. Muy mal. Plida, cerlea, piel manchada, cabello grasiento,
grandes ojeras, y todo el maquillaje del Beauty Bar corrido por todas partes. Estaba
sopesando los beneficios de una larga ducha caliente, cuando alguien llam a la
puerta.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 122 -
Servicio de habitaciones dijo el camarero, y entr con un carrito. Caf
caliente, t caliente, cuatro tipos de zumo diferentes y tostadas. Le sentar bien
dijo compasivo. La seorita Ryder dej instrucciones de que deje la habitacin
cuando le convenga.
Cmo de tarde? pregunt. Mi voz son chillona.
Cuando le parezca oportuno. Tmese su tiempo. Disfrute.
Caramba dije.
La luz del sol era como cuchilladas en mis ojos, pero el podero de la vista era
innegable. Vea Central Park extendido debajo, salpicado de gente y rboles, con las
hojas teidas de naranja y oro. Despus, las hileras de rascacielos en la distancia.
Despus, el ro. Despus, Nueva Jersey. Vive en Nueva Jersey, me o decir.
Es la suite del tico dijo el camarero, y se fue.
Me serv una taza de t, aad azcar, di unos mordiscos a una tostada. La
baera, observ con tristeza, era lo bastante grande para dos, incluso para tres, si a
los ocupantes les iba esa marcha. Los ricos son diferentes, razon, y dej correr el
agua, caliente hasta los lmites de lo soportable, aad una locin que garantizaba
tantos poderes restauradores que debera salir de la baera renacida, o al menos con
mucho mejor aspecto, y me quit mi vestido de tirantes por la cabeza.
Mi segundo error de la maana. Haba espejos por todo el cuarto de bao,
espejos que ofrecan vistas de mi cuerpo que, por lo general, no poda encontrar
fuera de unos grandes almacenes. Y el terreno no tena buen aspecto. Cerr los ojos
para borrar la visin de las estras y la celulitis.
Tengo piernas fuertes y bronceadas recit para m. La semana anterior
habamos practicado charla positiva en la clase de Control del Peso. Tengo
hombros bonitos.
Entonces me deslic en la baera.
Bien, pens con amargura. As que tena otra. Qu crea yo que iba a pasar? Es
judo, culto, alto, hetero y agradable de mirar, y alguien tena que cazarlo.
Rod en la baera, y envi una cascada de agua al suelo.
Pero l me quera, pens. Siempre me lo estaba diciendo. Pensaba que yo era
perfecta..., que ramos perfectos juntos. Y diez minutos despus tiene a otra en la
cama? Haciendo las cosas que slo quera que hiciera yo?
La voz regres, implacable. Pero fuiste t quien quiso la separacin. Qu
esperabas?


Filadelfia, verdad, seora?
El conductor era ruso, y llevaba una gorra de chfer. El coche era una limusina,
con un asiento trasero ms grande que mi cama, y tal vez ms que todo el
dormitorio. Ech un vistazo al interior. Haba el televisor de rigor, un vdeo, un
equipo estreo de aspecto caro... y un bar, por supuesto. Diferentes licores
centelleaban en botellas de cristal tallado, as como una fila de vasos vacos. El
estmago se me revolvi.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 123 -
Disclpeme dije, y corr al vestbulo. Los lavabos que hay en los vestbulos
de los hoteles son sitios estupendos para vomitar.
El chfer me mir divertido cuando volv al coche.
Quiere que tome la autopista?
Lo que resulte ms fcil contest, y me deslic en el asiento, mientras l
mantena la puerta abierta y cargaba mi mochila, las cajas de zapatos y las bolsas de
Beauty Bar en el maletero. Haba un telfono en el asiento trasero, al lado del estreo
y el televisor, y lo cog, desesperada de repente por saber si Bruce haba intentado
ponerse en contacto conmigo anoche. Haba un solo mensaje en el contestador. Eh,
Cannie, soy Bruce, te devuelvo la llamada. Voy a pasar unos das en casa, as que tal
vez te intente localizar ms adelante. No Lo siento. No Todo ha sido un mal sueo. La
llamada haba llegado a las once de la maana, probablemente despus del polvo
matutino y un waffle belga con la seorita Muelles Crujientes, la cual, gracias a mi
adiestramiento, nunca le llamara el Bidet Humano, y no deba pesar ms que l.
Cerr los ojos. Era muy doloroso.
Colgu el telfono cuando corramos por la autopista hacia Nueva Jersey a
ciento veinte kilmetros por hora, justo cuando dejamos atrs la salida que me
llevaba a su casa. Di un golpecito con dos dedos cuando pasamos. Hola y adis.


El domingo pas en una confusin de lgrimas y vmitos en casa de Samantha,
donde Nifkin y yo habamos acampado, para no escuchar el telfono que no sonaba.
Saba que Samantha estaba haciendo lo imposible por evitar decirme que ya me
haba avisado. Resisti ms de lo que yo habra hecho, hasta el domingo por la
noche, cuando se le agotaron por fin las preguntas sobre Maxi, y encar el tema de
Bruce y la desastrosa llamada telefnica.
Queras una tregua por algn motivo me dijo.
Estbamos sentadas en el Pink Rose Pastry Shop. Ella mordisqueaba una galleta
almendrada. Yo estaba dando cuenta de un pastelillo de chocolate en forma de pelota
de bisbol y con el tamao de una pelota de bisbol, el mejor antdoto legal contra la
desdicha humana que haba descubierto, y supuse que no importaba, porque no
haba comido nada desde la tarde anterior, en Nueva York, con Maxi.
Lo s dije. Pero ya no me acuerdo cul era.
Y antes te lo pensaste bien, verdad?
Asent.
Por lo tanto, debiste considerar la posibilidad de que encontrara otra, no?
El tiempo transcurrido se me antojaba una eternidad, pero la haba considerado.
En un momento dado, hasta lo haba esperado, convencida de que encontrara una
niita mona y descerebrada, con pulseras en los tobillos y vello en las axilas, que se
quedara levantada hasta tarde y se lo montara con l mientras yo trabajaba como
una loca, venda mis guiones y entraba en la lista de los Treinta con menos de
treinta de la revista Time. En otra vida, habra sido capaz de imaginar la situacin
sin lgrimas, nuseas y/o sentimientos de querer morir, de querer matarle, o de
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 124 -
querer matarle y luego morir.
Existan motivos para que la relacin no funcionara dijo Samantha.
Repteme cules eran.
No le gustaba ir al cine dijo Samantha.
Voy al cine contigo.
No le gustaba ir a ninguna parte!
Acaso me mataba quedarme en casa? Pinch el pastelillo con tal fuerza
que se desmoron y rezum crema. Era un buen to. Un to bueno y dulce. Y yo fui
una idiota.
Cannie, te compar con Monica Lewinsky en una revista de alcance nacional!
Bien, no es lo peor del mundo. No me enga.
Ya s lo que pasa dijo Samantha.
Qu es?
Deseas lo que no tienes. Es una ley universal: l te quera, t te sentas
aburrida y asfixiada. Ahora se ha largado, y ests desesperada por recuperarle. Pero
pinsalo, Cannie... Algo ha cambiado de verdad?
Quise decirle que s, que haba echado un vistazo a mis posibilidades de ligar, y
se llamaba Steve, llevaba sandalias Tevas y ni siquiera consideraba una cita salir
conmigo una noche.
Acabaras plantndole de nuevo, y eso no es justo.
Por qu he de ser justa? gem. Por qu no puedo ser egosta, mala y
despreciable, como todo el mundo?
Porque eres una buena persona. Por infortunado que pueda parecer.
Cmo lo sabes? la ret.
De acuerdo. Ests paseando a Nifkin, pasas junto a tu coche y observas que, si
lo movieras unos centmetros, quedara libre otro espacio para aparcar, en lugar de
uno de esos huecos angustiosos que parecen espacios para aparcar, pero no lo son.
Mueves el coche?
Bien, s... T no lo haras?
sa no es la cuestin. Es la prueba. Cannie, eres una buena persona.
No quiero ser una buena persona. Quiero ir a Nueva Jersey y sacar a patadas
de su cama a esa puta...
Lo s. Pero no puedes.
Por qu no?
Porque acabaras en la crcel, y yo no pienso cuidar eternamente de tu
estrafalario perrito.
Fantstico suspir.
El camarero se acerc con nuestros platos.
Han terminado?
Asent.
Del todo. No quiero nada ms dije.


JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 125 -
Sam dijo que poda quedarme si quera, pero decid que no poda esconderme
indefinidamente, de modo que cog a Nifkin y volvimos a casa. Me arrastr escaleras
arriba, con las manos cargadas con el correo del sbado, y all estaba, delante de mi
puerta. Le vi a pequeas dosis: las zapatillas deportivas que ocupaban el segundo
lugar en sus preferencias..., despus, unos calcetines que no iban a juego..., despus,
aparecieron las piernas bronceadas y peludas cuando sub ms. El pantaln de
chndal, una vieja camiseta de la universidad, la perilla, la cola de caballo rubia, su
cara. Damas y caballeros, recin llegado de su revolcn con la Aplastadora de
Muelles, Bruce Guberman.
Cannie?
Me sent muy rara, como si mi corazn intentara hundirse y elevarse al mismo
tiempo. O quiz slo eran ms nuseas.
Escucha dijo, esteeee, siento lo de anoche.
No hay nada de qu disculparse dije con desenvoltura, pas a su lado y
abr la puerta. Qu te trae por aqu?
Entr, con los ojos clavados en los cordones de las zapatillas y las manos en los
bolsillos.
En realidad, voy camino de Baltimore.
Qu amable dije, y dirig a Nifkin una mirada severa con la esperanza de
impedir que saltara hacia Bruce, mientras meneaba la cola tres veces ms rpido que
de costumbre.
Quera hablar contigo dijo.
Qu amable eres conmigo contest.
Iba a decrtelo. Quera decrtelo antes de que lo leyeras dijo.
Fantstico. No slo tendra que padecerlo, sino tambin leerlo?
Leerlo, dnde?
En Moxie.
De hecho, Moxie no se cuenta entre mis lecturas favoritas. Yo ya s practicar
buenas mamadas. Como tal vez recuerdes.
Respir hondo, y supe qu pasaba, supe lo que se avecinaba, igual que notas el
cambio de presin en el aire cuando va a descargar una tormenta.
Quera decirte que estoy viendo a alguien.
De veras? Quieres decir que anoche no tuviste los ojos cerrados todo el
rato?
No ri.
Cmo se llama?
Cannie dijo con dulzura.
Me niego a creer que hayas encontrado otra chica llamada Cannie. Vamos,
dmelo. Edad? Rango? Nmero de serie? pregunt en tono jocoso, oyendo mi
voz como si estuviera a un milln de kilmetros de distancia.
Tiene treinta y un aos... Es maestra de jardn de infancia. Tambin tiene un
perro.
Eso es fantstico dije con sarcasmo. Apuesto a que tenemos montones de
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 126 -
cosas en comn. Djame adivinar... Apuesto a que tiene tetas! Y pelo!
Cannie...
Y entonces slo se me ocurri preguntar:
A qu colegio fue?
Hum... Montclair State.
Brutal. Ms vieja, ms pobre, ms dependiente, menos inteligente. Me estaba
muriendo de ganas de preguntarle si tambin era rubia, slo para repasar todos los
tpicos.
La quieres? le solt, en cambio.
Cannie...
Da igual. Lo siento. No tena derecho a preguntarte eso. Lo siento.
Entonces, antes de que pudiera contenerme, pregunt: Le has hablado de m?
Asinti.
Por supuesto.
Bien, y qu le has dicho? Un horrible pensamiento cruz por mi mente.
Le has contado lo de mi madre?
Bruce asinti de nuevo, con aspecto perplejo.
Por qu? Qu tiene de malo?
Cerr los ojos, asaltada por una repentina visin de Bruce y su nueva chica en
su cama grande y tibia, con un brazo pasado a su alrededor, contndole mis secretos
familiares. Su madre es gay, sabes?, dira, y la nueva chica contestara con un
cabeceo profesional y compasivo de maestra de jardn de infancia, mientras pensaba
en lo rara que deba de ser yo.
O ruidos de atragantamiento en el dormitorio.
Perdona murmur, y corr al cuarto, donde Nifkin estaba regurgitando una
bolsita de plstico. Limpi el desaguisado y volv a la sala de estar. Bruce estaba de
pie delante del sof. No se haba sentado, no haba tocado nada. Nada ms verle,
deduje que estaba desesperado por volver a su coche con las ventanillas bajadas y
escuchando a Springsteen a toda caa..., para alejarse de m.
Ests bien?
Respir hondo. Ojal hubieras vuelto conmigo, pens. Ojal no hubiera tenido
que escuchar esto. Ojal no hubiramos roto nunca. Ojal no nos hubiramos
encontrado nunca.
Estoy bien contest. Me alegro por ti.
Los dos nos callamos.
Espero que podamos ser amigos dijo Bruce.
No creo contest.
Bien dijo, e hizo una pausa, y supe que no tena nada ms que decir, y que
slo haba una cosa que l deseara or.
Y se lo dije.
Adis, Bruce.
Abr la puerta y me qued all, esperando, hasta que sali.

JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 127 -

Lleg el lunes, y volv a trabajar, sintindome fatal y aturdida. Estaba
cambiando de sitio las cosas de mi mesa y revisando mi correo, que contena la
habitual seleccin de protestas de Viejos, Airados, ms una coleccin de amargas
misivas de los fans de Howard Stern, muy disgustados con mi crtica de su ltima
emisin. Me estaba preguntando si bastara con pergear una carta nica para los
diecisiete tos que me acusaban de ser fea y vieja, y de sentir celos de Howard Stern,
y firmaban como Baba Booey, cuando Gabby se acerc.
Cmo te fue con Maxi no-s-cunto? pregunt.
Bien dije, al tiempo que le diriga mi mejor sonrisa de docilidad.
Pero Gabby pareca preocupada. Muy preocupada. Era probable que hubiera
elegido a Maxi como tema principal de la columna de maana, slo por el placer de
hacerme la competencia, y ahora tendra que esforzarse por llenar el espacio
disponible. Eso era algo que a Gabby no le sala bien.
As que... hablaste con ella?
Durante una hora dije. Un material excelente. Creo que conectamos
estupendamente dije con lentitud, para prolongar la tortura. Hasta podramos
llegar a ser amigas, me parece.
Gabby se qued boquiabierta. Adivin que se debata entre preguntar si alguien
haba hablado de su plan para charlar con Maxi, o slo confiar en que yo no lo
hubiera averiguado.
Gracias por tu inters dije con dulzura. Ha sido muy amable por tu parte.
Es como si..., caray!..., como si fueras mi jefa.
Empuj la silla hacia atrs, me levant y pas a su lado con majestuosidad, la
espalda recta, la cabeza alta. Despus fui al bao y vomit. Una vez ms.
De vuelta en mi mesa, estaba registrando mis cajones en busca de un chicle o un
caramelo, cuando son el telfono.
Titulares, Candace Shapiro dije distrada. Chinchetas, tarjetas,
sujetapapeles de tres tamaos, y ni un solo chicle. La historia de mi vida, pens.
Candace, soy el doctor Krushelevansky, de la Universidad de Filadelfia
dijo una voz profunda y familiar.
Ah. Ah, hola dije. Qu pasa?
Dej el cajn y me puse a investigar en el bolso, aunque ya haba mirado all.
Me gustara hablar de una cosa contigo dijo.
Eso capt mi atencin.
S?
Bien, el ltimo anlisis de sangre que hicimos... Lo recordaba bien. Ha
pasado algo que, mucho me temo, te convierte en no apta para el estudio.
Sent que las palmas de mis manos se helaban.
Qu? Qu es?
Preferira hablarlo contigo en persona.
Pas revista a todo lo que un anlisis de sangre poda revelar, cada posibilidad
ms espantosa que la anterior.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Tengo cncer? pregunt. Sida?
No tienes nada amenazador para la vida dijo con firmeza. Adems,
prefiero no jugar a las adivinanzas.
Pues entonces, dime qu va mal supliqu. Colesterolemia?
Hipoglucemia? Escorbuto? Gota?
Cannie...
Tengo raquitismo? Oh, Dios, por favor, no me condenes al raquitismo. Creo
que no podra soportar ser gorda y tambin patizamba.
Se puso a rer.
Nada de raquitismo, pero empiezo a pensar que podras ser hipocondraca.
Cmo es posible que conozcas tantas enfermedades? Tienes un vademcum
delante de ti?
Me alegro de que lo consideres divertido dije en tono quejumbroso. Me
alegra saber que sta sea tu idea de la diversin, llamar a inocentes reporteras en
pleno da para decirles que algo pasa en su sangre.
Tu sangre est bien dijo muy serio. Ser un placer contarte lo que hemos
descubierto, pero preferira hacerlo en persona.


Estaba sentado detrs de su escritorio cuando entr, y se puso en pie para
recibirme. Repar, una vez ms, en lo alto que era.
Sintate dijo. Dej caer el bolso y la mochila en una silla y aparqu en la
otra.
Abri mi expediente sobre la mesa.
Como ya te dije, llevamos a cabo una serie de anlisis habituales cuando
extraemos sangre, en busca de circunstancias que pudieran descalificar a las
participantes en el estudio. La hepatitis es una de ellas. El sida, por supuesto, es otra.
Asent, y me pregunt si alguna vez ira al grano.
Tambin hacemos la prueba del embarazo dijo. Asent otra vez, y pens,
vale, de acuerdo, pero qu me pasa? Y luego, comprend. Embarazo.
Pero yo no estoy... tartamude. O sea, es imposible.
Dio la vuelta al expediente y seal algo rodeado en rojo.
Podramos hacer otro anlisis dijo, pero por lo general, somos muy
precisos.
Yo... Yo no...
Me levant. Cmo haba sucedido? Mi cabeza daba vueltas. Me hund en la
silla para pensar. Haba dejado de tomar la pildora despus de mi ruptura con Bruce,
imaginando que pasara mucho tiempo antes de que volviera a necesitar
anticonceptivos, y ni siquiera me haba pasado por la cabeza que correra peligro
despus del funeral por su padre. Tuvo que haber sucedido entonces.
Oh, Dios dije, y me puse en pie de un salto.
Bruce. Tena que localizar a Bruce. Tena que decrselo a Bruce, seguro que
ahora me aceptara de nuevo..., pero, susurr mi mente, y si no lo hace? Y si me deca
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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que era mi problema, que estaba con otra y que me las arreglara como pudiera?
Oh dije, y me derrumb de nuevo en el asiento y sepult la cabeza entre las
manos. Ni siquiera me haba fijado en que el doctor K. haba salido de la habitacin,
hasta que la puerta se abri y volvi a aparecer. Llevaba tres vasos de espuma de
poliestireno en la mano, y paquetes de azcar y terrinitas de crema en la otra. Dej
los vasos en la mesa delante de m; t, caf, agua.
No estaba seguro de qu querras dijo en tono de disculpa. l se qued con
el t. Abri el cajn de su escritorio y sac un frasco de miel medio vaco en forma de
oso. Te apetece algo ms? pregunt con amabilidad.
Negu con la cabeza.
Quieres estar sola un rato? pregunt, y record que era un da laborable,
de que un mundo giraba a mi alrededor, y que l tendra otras cosas que hacer,
tendra que recibir a otras chicas gordas.
No debe hacer esto con mucha frecuencia, verdad? pregunt. Decirle a
una ta que est embarazada, quiero decir.
El mdico compuso una expresin de sorpresa.
No dijo por fin. No, creo que no lo hago con mucha frecuencia. Frunci
el ceo. Lo he hecho mal?
Lanc una dbil carcajada.
No lo s. Nadie me haba dicho nunca que estaba embarazada, as que no
tengo con qu compararlo.
Lo siento dijo vacilante. Imagino que es una noticia... inesperada.
Podra decirse as contest. De pronto, me asalt una vivida visin de la
Gira de Tequila de Cannie y Maxi. Oh, Dios mo exclam, cuando imagin al feto
nadando en alcohol. Sabe algo sobre el sndrome alcohlico fetal?
Espera dijo. O que se alejaba a toda prisa por el pasillo. Volvi con un libro
en las manos. Que hay que esperar cuando esperas. Lo tena una enfermera explic.
Fue al ndice. Pgina cincuenta y dos dijo, y me tendi el libro.
Ech un vistazo a los prrafos principales y averig que, siempre que dejara de
beber antes de llegar al punto de la incoherencia durante el embarazo, todo ira bien.
Siempre que quisiera que la cosa saliera bien, por supuesto. Y en ese momento, no
tena ni idea de lo que quera. Salvo no encontrarme en esta situacin, claro est.
Dej el libro sobre la mesa y recog el bolso y la mochila.
Creo que debera irme dije.
Quieres hacerte otro anlisis? pregunt.
Negu con la cabeza.
Me har uno en casa, supongo, y luego pensar...
Cerr la boca. La verdad, no saba qu pensara.
Empuj el libro hacia m.
Quieres llevrtelo, por si se te ocurre otra pregunta?
Estaba siendo muy amable conmigo, pens. Por qu? Igual era un antiabortista
furibundo, pens, que intentaba animarme a continuar el embarazo con la ayuda del
muestrario de bebidas y el libro gratuito.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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La enfermera no lo querr recuperar? pregunt.
Ya ha tenido hijos contest. Estoy seguro de que no le importar. Puedes
quedarte con l. Carraspe. En cuanto al estudio empez, si decides
continuar el embarazo, no sers apta, por supuesto.
No habr pildoras adelgazantes?
No han sido aprobadas para el uso de mujeres embarazadas.
En ese caso, podra ser su conejillo de Indias insinu, y me sent al borde de
la histeria. Quiz tendra un nio enclenque. Eso sera estupendo, verdad?
Infrmame de tu decisin dijo, y meti una tarjeta dentro del libro. Me
encargar de que te devuelvan el dinero de la matrcula si decides no continuar.
Record con mucha claridad, en el fajo de formularios que haba rellenado el
primer da, algo referente a que no se devolva nunca el dinero de la matrcula. Un
antiabortista furibundo, sin la menor duda, pens, y me levant, al tiempo que me
colgaba la mochila de los hombros.
Me mir con afecto.
Escucha, si quieres hablar de eso..., o si tienes alguna duda mdica, me
encantara ayudarte.
Gracias murmur. Ya tena la mano apoyada en el pomo.
Cudate, Cannie dijo. Y llmanos, hagas lo que hagas.
Asent de nuevo, gir el pomo y sal.


Regate con Dios durante el trayecto, de vuelta a casa, del mismo modo que
haba inventado cartas para el fan de Celine Dion, el pobre seor Deiffinger, la ltima
de mis preocupaciones en este momento. Querido Dios, si me liberas del embarazo,
trabajar como voluntaria en el refugio de animales y en el hospicio de sida, y nunca
ms escribir cosas desagradables sobre nadie. Ser una persona mejor. Ser buena
en todo, ir a la sinagoga, y no slo las fiestas de guardar, no ser tan mezquina y
crtica, ser amable con Gabby, pero no permitas, por favor, por favor, por favor, que
me pase esto.
Compr dos equipos para anlisis en la farmacia de South Street, cajas blancas
de cartn con sonrientes futuras madres delante, y me me sobre la mano haciendo el
primero, de lo mucho que temblaba mi mano. Para entonces, ya estaba tan
convencida de lo peor que no necesitaba la seal positiva en la varilla para
comunicarme lo que el doctor Krushelevansky ya me haba dicho.
Estoy embarazada dije al espejo.
Imit una sonrisa, como la de la mujer de la caja.
Embarazada inform a Nifkin aquella noche, cuando salt sobre m y me
lami la cara en casa de Samantha, donde lo haba refugiado mientras yo trabajaba.
Samantha tena dos perros, adems de un gran patio vallado con una puerta especial,
de forma que los perros podan entrar y salir a su capricho. Nifkin no estaba loco por
los perros de Sam, Daisy y Mandy (yo sospechaba que prefera la compaa de los
humanos a la de otros perros), pero era un fantico del cordero de primera calidad y
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 131 -
las galletas de arroz que Samantha serva, por lo que, en general, pareca contento de
alojarse en casa de Sam.
Qu has dicho? grit Samantha desde la cocina.
Estoy embarazada contest.
Qu?
Nada chill. Nifkin se sent en mi regazo y me mir muy serio a los ojos.
T s que me has odo, verdad? susurr. Nifkin lami mi nariz y se aovill
en mi regazo.
Samantha entr en la sala de estar, secndose las manos.
Qu decas?
Que ir a casa el Da de Accin de Gracias.
Pavo lesbiano otra vez? Samantha arrug la nariz. No me dijiste que
tena las estrictas instrucciones de abofetearte si volvas a hablar de pasar otras
vacaciones con Tanya?
Estoy cansada dije. Estoy cansada y quiero ir a casa.
Se sent a mi lado.
Qu est pasando, en realidad?
Tena muchas ganas de decrselo, de vaciarme por dentro, de pedirle ayuda, de
que me dijera qu deba hacer. Pero no pude. An no. Necesitaba tiempo para
pensar, de conocer mi deseo antes de que empezara el estribillo. Saba el consejo que
me dara. Yo le dira lo mismo si se encontrara en idntica situacin: joven, soltera,
con una gran carrera, embarazada de un tipo que no le devolva las llamadas
telefnicas. Haba sido una insensatez, una tarde de quinientos dlares en la consulta
del mdico, unos cuantos das de calambres y llantos, fin de la historia.
Pero antes de decantarme por lo obvio, quera un poco de tiempo, incluso
algunos das. Quera ir a casa, incluso si mi casa haba pasado de ser un refugio feliz
a una especie de comuna sfica.
No fue difcil. Llam a Betsy, que me invit a tomarme todo el tiempo que
necesitara.
Tienes tres semanas de vacaciones, cinco das del ao pasado que no hiciste, y
horas por recuperar del tiempo invertido en Nueva York deca el mensaje que
haba dejado en mi contestador automtico. Feliz Da de Accin de Gracias, y ya
nos veremos la semana que viene.
Envi un e-mail a Maxi. Ha pasado algo... Por desgracia, no es lo que yo
esperaba escrib. Bruce sale con una maestra de jardn de infancia. Tengo el
corazn destrozado, y vuelvo a casa a comer pavo reseco y a dejar que mi madre
sienta pena por m.
Buena suerte haba contestado ella de inmediato, aunque all deban ser las
tres de la maana. Olvdate de la maestra. Es un objeto de transicin. Nunca
duran. Llama o escribe cuando ests en casa... Yo volver a Estados Unidos en
primavera.
Cancel mi corte de pelo, aplac algunas entrevistas telefnicas, acord con mis
vecinos que recogeran mis papeles y mi correo. No llam a Bruce. Si decida no
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 132 -
seguir embarazada, no habra motivos para que l lo supiera. En esta fase de nuestra
no relacin, no poda imaginarle sentado a mi lado en una clnica, cogiendo mi mano.
Si continuaba el embarazo..., bien, quemara ese puente cuando llegara el momento,
pens.
Sujet el soporte de la bicicleta y la mountain bike a la parte posterior de mi
pequeo Honda azul, puse a Nifkin en su cesta de viaje y tir mi bolsa en el maletero.
Preparada o no, volva a casa.


- 133 -

TERCERA PARTE:
Voy a nadar

JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Captulo 10
El verano anterior a mi ltimo curso de carrera en Princeton consegu un puesto
de interna en el Village Vanguard, el ms antiguo y afectado peridico semanal
alternativo del pas. Fueron tres meses espantosos. Para empezar, fue el verano ms
caluroso en aos. Manhattan herva. Cada maana empezaba a sudar justo en el
instante en que sala de la ducha, segua sudando durante el trayecto en metro, y
continuaba sudando durante todo el da.
Trabajaba para una mujer horrible llamada Kiki. Metro ochenta de estatura y
esquelticamente delgada, el pelo teido con alhea, utilizaba gafas de sol baratas y
siempre se la vea ceuda. El uniforme veraniego de Kiki consista en una minifalda
combinada con botas de ante altas hasta el muslo, o bien los zuecos ms ruidosos del
mundo, adems de una camiseta ceida que anunciaba el Sammy's Rumanian
Restaurant, o el Boys Scout Gymboree, o algo del mismo palo.
Al principio, Kiki me desconcertaba. El atuendo extravagante tena sentido, y la
actitud hostil era coherente con la tendencia del Vanguard, pero nunca saba cundo
trabajaba. Apareca tarde y se marchaba pronto, empleaba dos horas en comer, y
daba la impresin de que se pasaba el tiempo hablando por telfono con una caterva
de amigos de voces intercambiables. La placa con su nombre, fija a la valla de estacas
blanca que haba erigido irnicamente alrededor de su cubculo, rezaba directora
adjunta, y si bien adjuntaba un montn, nunca la vi dirigir o hacer algo.
Sin embargo, era una experta en delegar tareas desagradables.
Estoy pensando en mujeres y el crimen anunci un martes por la tarde,
mientras beba su caf helado y yo estaba plantada delante de ella, sudando. Por
qu no miras lo que tenemos?
Esto era en 1991. Los ejemplares atrasados del Vanguard no estaban
almacenados en la red, ni siquiera microflmados, sino que estaban encuadernados
en enormes, polvorientos y casi descuajaringados volmenes que pesaban cada uno,
como mnimo, diez kilos. Estos volmenes estaban alojados en el pasillo que
comunicaba los despachos de los columnistas con el redil de sillas metlicas y
escritorios sembrados de quemaduras de cigarrillos que serva como espacio de
trabajo para las luminarias inferiores del Vanguard. Me pasaba los das bajando los
volmenes de las estanteras, arrastrndolos primero hasta mi mesa, y despus hasta
la fotocopiadora, al tiempo que intentaba esquivar el aliento a ginebra y las manos
errantes del activista pro tenencia de armas ms prominente de la nacin, cuyo
despacho estaba justo al lado de las estanteras, y cuya diversin favorita de aquel
verano consista en rozarme sin querer a propsito los pechos, cuando yo iba cargada
de volmenes.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 135 -
Era horroroso. Al cabo de dos semanas, renunci al metro y empec a tomar el
autobs. Aunque el desplazamiento duraba el doble y el calor era el mismo, me
ahorraba el ftido pozo en que se haba convertido la parada de metro de la Calle
116. Una tarde de principios de agosto estaba sentada en el M140, absorta en mis
pensamientos y sudando como de costumbre, cuando, en el momento en que el
autobs pasaba delante de Billy's Topless, o una voz calma y leve que daba la
impresin de surgir de la mismsima base de mi crneo.
S adonde vas dijo la voz.
Se me eriz el vello de la nuca y los brazos. Se me puso la carne de gallina, y me
qued helada de repente, convencida de que la voz que haba odo no era... humana.
Una voz del mundo espiritual, podra haber dicho aquel verano, riendo con mis
amigos. Pero la verdad es que pens que era la voz de Dios.
No era Dios, por supuesto, slo Ellyn Weiss, la menuda y excntrica articulista
colaboradora del Village Vanguard, de aspecto andrgino, que estaba sentada detrs
de m y haba decidido decir: S adonde vas en lugar de hola. Pero en mi mente
pens que si alguna vez oa la voz de Dios, sonara exactamente igual: leve, calma y
segura.
En cuanto oyes la voz de Dios, las cosas cambian. Aquel da, cuando el
prominente activista en pro de la tenencia de armas desliz las yemas de sus dedos
contra el costado de mi pecho derecho, aprovechando que iba camino de su
despacho, dej caer 1987 sin querer a propsito sobre su pie.
Lo siento dije, dulce como un pastel, cuando se puso del color de una hoja
sucia y se alej tambaleante, escarmentado para siempre.
Y cuando Kiki me dijo: He estado pensando en hombres y mujeres, en sus
diferencias, y me pregunt si poda empezar a reunir informacin, le cont una
mentira descarada.
Mi asesor dice que nadie reconocer mis mritos si slo me limito a hacer
fotocopias dije. Si no te soy til, estoy segura de que los correctores encontrarn
algo para m.
Aquella misma tarde me libr de las garras esquelticas y encolerizadas de Kiki
y pas el resto del verano escribiendo titulares, y yendo de copas con mis nuevos
colegas.
Ahora, siete aos despus, estaba sentada con las piernas cruzadas sobre una
mesa de picnic, con la cara vuelta hacia el plido sol de noviembre y la bicicleta
aparcada a mi lado, a la espera de or otra vez aquella voz. Esperando a que Dios
reparara en m, sentada en el centro del Pennwood State Park de la Pennsylvania
suburbana, a ocho kilmetros de la casa donde crec, esperando a que me mirara y
entonara Conserva el nio o Llama a Planificacin Familiar.
Estir las piernas, alc los brazos sobre la cabeza, respir por la nariz, expuls el
aire por la boca, tal como haba aconsejado el novio de Samantha, con el fin de liberar
mi torrente sanguneo de impurezas y aumentar los pensamientos positivos. Si haba
sucedido tal como yo pensaba, si me haba quedado preada la ltima vez que Bruce
y yo estuvimos juntos, estaba de ocho semanas.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 136 -
Sera muy grande?, me pregunt. Del tamao de la yema de un dedo, una
goma de borrar, un renacuajo?
Haba decidido que concedera diez minutos ms a Dios, cuando o algo.
Cannie?
Aj. Desde luego que no era la voz de la divinidad. Sent que la mesa se inclinaba
cuando Tanya se iz a mi lado, pero segu con los ojos cerrados, con la esperanza de
que si no le haca caso, se largara.
Pasa algo?
Tonta de m. Siempre me olvidaba de que Tanya era militante en diversos
grupos de autoayuda: uno de familias de alcohlicos, otro de supervivientes de
abusos sexuales, un tercero llamado Dependencia Nunca Ms!, con signos de
exclamacin incluidos. Que me dejara en paz era imposible. Tanya era una firme
partidaria de la intervencin.
Si hablaras del problema, quiz te sera til retumb, al tiempo que
encenda un cigarrillo.
Hummm dije. An con los ojos cerrados, not que me estaba mirando.
Te han despedido anunci de repente.
Mis ojos se abrieron, bien a mi pesar.
Qu?
Tanya pareca ms complacida consigo misma que de costumbre.
Lo he adivinado, verdad? Ja! Tu madre me debe diez pavos.
Me tumb, agit la mano para alejar el humo, cada vez ms irritada.
No, no me han despedido.
Es Bruce? Ha pasado algo ms?
Tanya, en este momento no me apetece hablar de eso.
Bruce, eh? dijo con pesar Tanya. Mierda.
Me incorpor de nuevo.
Por qu te molesta?
Se encogi de hombros.
Tu madre imagin que era algo relacionado con Bruce, de modo que si est
en lo cierto, he de pagarle.
Esplndido, pens. Mi pobre vida reducida a una serie de apuestas de diez
dlares. Las lgrimas acudieron a mis ojos. Daba la impresin de que ltimamente
lloraba por todo, empezando por mi situacin y continuando con las historias de
inters humano que aparecan en la seccin de Estilos de Vida del Examiner y en los
anuncios de sopas Campbell.
Supongo que viste el ltimo artculo que escribi, eh?
Lo haba visto. De nuevo el amor se titulaba, en el nmero de diciembre, y
haba salido justo a tiempo de arruinarme el Da de Accin de Gracias. S que
debera concentrarme en E. Por lo que es, haba escrito.
S que es un error comparar. Pero no hay forma de evitarlo. Despus de la
Primera, parece que la siguiente mujer es, ineludiblemente, la Segunda. Al menos al
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 137 -
principio, al menos por un breve tiempo. Y E. es, en todos los aspectos, muy
diferente de mi primer amor: menuda, mientras que ella era alta; fina y delicada,
mientras que ella era ancha y robusta; dulce, mientras que ella era amarga y
mordazmente divertida.
Despecho dicen mis amigos, y cabecean como viejos rabinos, en lugar de
licenciados de veintinueve aos. Es la chica de tu despecho. Pero qu tiene de
malo el despecho? me pregunto. Si hubo una primera y no sali bien, tiene que
haber una segunda, una siguiente. A la larga, has de continuar adelante.
Si el primer amor fue como explorar un nuevo continente, creo que el segundo
amor es como mudarse a un nuevo barrio. Ya sabes que habr casas y calles.
Experimentas el placer de averiguar cmo son las casas por dentro, la sensacin de
pisar la calle. Conoces las reglas, el vocabulario bsico: llamadas telefnicas,
bombones por San Valentn, cmo consolar a una mujer cuando te cuenta las
desgracias del da, de su vida. Ahora sabes sintonizar. Descubres su mote, cmo le
gusta que cojas su mano, el dulce punto situado bajo la curva de la mandbula...
Slo pude llegar hasta ese punto, antes de precipitarme al lavabo y vomitar por
segunda vez aquel da. La sola idea de Bruce besando a alguien en el dulce punto
situado bajo la curva de la mandbula (hasta la idea de que reparara en ello), bastaba
para revolver mi pobre estmago. Ya no me quiere. Tena que recordrmelo sin cesar,
y cada vez que pensaba en esas palabras, era como orlas por primera vez, en
grandes letras maysculas, pronunciadas con voz estentrea por el to que
presentaba los preestrenos en off: YA NO ME QUIERE.
Tiene que ser duro musit Tanya.
Es ridculo repliqu.
Y es que la situacin global era ridcula. Despus de tres aos de aguantar sus
splicas, sus ofertas, sus impertinencias, sus proclamaciones bisemanales de que yo
era la nica mujer a la que deseaba, nos habamos separado, yo estaba embarazada y
l haba encontrado otra, y lo ms probable era que no volviera a verle nunca ms.
(Nunca era otra palabra que oa un montn en mi cabeza, como en nunca volvers a
despertar a su lado, o nunca volvers a hablar con l por telfono.)
Qu vas a hacer? pregunt Tanya.
Esa es la gran pregunta dije, salt de la mesa y mont en mi bicicleta, y me
fui en direccin a casa. Slo que ya no me pareca mi casa, y gracias a la invasin de
Tanya, no estaba segura de que volviera a parecerlo.


Cuanto menos sabes sobre la vida sexual de tus padres, mejor. Tienen que
haberlo hecho al menos una vez, piensas, para tenerte, y unas cuantas ms, si tenas
hermanos y hermanas, pero eso era procreacin. Era un deber, y la idea de que
utilizaran sus diversos agujeros y accesorios para divertirse, para obtener placer (en
suma, tal como t, su hija, utilizabas los tuyos) era vomitiva. Sobre todo si
practicaban el tipo de vida sexual que estaba en boga a finales de los noventa. No
hace falta saber que tus padres follan, y mucho menos que follan ms que t.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Por desgracia, gracias a la preparacin de Tanya en autoayuda, y al hecho de
que el amor haba hecho perder la chaveta a mi madre, yo saba toda la historia.
Empez cuando mi hermano, Josh, volvi de la universidad y estaba
registrando el bao de mi madre en busca de un cortaas, cuando se top con un
montoncito de tarjetas de felicitacin, de sas con acuarelas abastractas de pjaros y
rboles delante, y sentimientos en caligrafa florida dentro. Pienso en ti deca la
portada de una, y dentro, bajo el pareado de turno, alguien haba escrito: Annie,
despus de tres meses, el fuego an quema. Sin firma.
Creo que son de esa mujer dijo Josh.
Qu mujer? pregunt.
La que vive aqu dijo Josh. Mam dice que es su monitora de natacin.
Una monitora de natacin realquilada? Era la primera vez que oa hablar de
eso.
No ser nada le dije a Josh.
No ser nada dijo Bruce, cuando habl con l aquella noche.
Y as empez mi conversacin con mi madre cuando llam al trabajo dos das
despus.
No ser nada, pero...
S? pregunt mi madre.
Hay, hum, hay alguien... que est viviendo ah?
Mi monitora de natacin contest.
Los Juegos Olmpicos fueron el ao pasado dije, para seguirle la corriente.
Tanya es una amiga ma del Centro de la Comunidad Juda. Est buscando
apartamento, y ocupa la habitacin de Josh durante unos das.
Eso me pareci un poco sospechoso. Mi madre no tena amigas que vivieran en
apartamentos, y mucho menos que se quedaran a dormir porque estaban buscando
uno. Todas sus amigas vivan en las casas que sus ex maridos les haban dejado,
como ella. Pero lo dej correr hasta la siguiente vez que llam a casa y me contest
una voz desconocida.
Hola? gru la voz. Al principio me fue imposible decidir si se trataba de
un hombre o una mujer, pero fuera quien fuera, daba la impresin de haberse
levantado de la cama, aunque eran las ocho de la noche de un viernes.
Lo siento me disculp. Creo que me he equivocado de nmero.
Eres Cannie? pregunt la voz.
S. Quin es usted, por favor?
Tanya dijo con orgullo. Soy amiga de tu madre.
Oh dije. Oh. Hola.
Tu madre me ha hablado mucho de ti.
Bien, eso es... estupendo dije. Mi cabeza daba vueltas. Quin era esta
persona, y por qu estaba contestando a nuestro telfono?
Pero ahora no est continu Tanya. Est jugando al bridge. Con su grupo
de bridge.
De acuerdo.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 139 -
Le digo que te llame?
No, no, gracias.
Eso fue un viernes. No volv a hablar con mi madre hasta que llam el lunes por
la tarde al trabajo.
Quieres contarme algo? pregunt, esperando alguna variante de No. En
cambio, respir hondo.
Bien, sabes, Tanya..., mi amiga... Ella es..., bien. Estamos enamoradas y
vivimos juntas.
Qu puedo decir? La sutileza y la discrecin son virtudes caractersticas de la
familia.
He de irme dije, y colgu el telfono.
Pas todo el resto de la tarde con la mirada perdida en el espacio, lo cual,
creedme, no contribuy a mejorar la calidad de mi artculo sobre los premios de
vdeos musicales de la MTV. En casa haba tres mensajes en el contestador
automtico: uno de mi madre (Cannie, llmame, hemos de hablar de esto), uno de
Lucy (Mam dijo que he de llamarte, pero no explic por qu), y uno de Josh (Ya
te lo haba DICHO!).
No hice caso de ninguno, sino que fui a buscar a Samantha para un postre de
emergencia y una sesin de estrategia. Fuimos al bar de la esquina, donde ped un
vaso de tequila y un trozo de tarta de chocolate con salsa de arndanos. As
fortalecida, le cont lo de mi madre.
Caramba murmur Samantha.
Santo Dios! dijo Bruce, cuando habl con l un rato despus. Pero su
sorpresa inicial no tard mucho en dar paso a..., bien, llammoslo un sorprendido
regocijo. Con una buena dosis de condescendencia. Cuando lleg a mi puerta, estaba
en su modo de liberal desaforado. Deberas alegrarte de que se haya enamorado de
alguien me sermone.
Lo estoy dije poco a poco. O sea, eso creo. Es que...
Deberas alegrarte repiti Bruce
Poda ponerse bastante insoportable cuando acataba la disciplina del Partido
Comunista y repeta las creencias de rigor entre los licenciados del noreste en los
noventa. Casi siempre le dejaba salirse con la suya, pero esta vez no iba a permitir
que me hiciera sentir como una fascista, o como si tuviera una mentalidad ms
estrecha que la de l. Se trataba de algo personal.
Cuntos amigos homosexuales tienes? pregunt, sabiendo cul era la
respuesta.
Ninguno, pero...
Ninguno que t sepas... dije. Hice una pausa para que asimilara mi
mensaje.
Qu quieres decir? pregunt.
Est muy claro. Nadie que t sepas.
Crees que alguno de mis amigos es homosexual?
Bruce, yo ni siquiera saba que mi madre era gay. Cmo quieres que sea una
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 140 -
experta en la sexualidad de tus amigos?
Oh dijo, ms calmado.
Lo que quiero decir es que no conoces a nadie gay. Cmo puedes suponer
que es algo estupendo para mi madre, o que debera estar contenta por eso?
Est enamorada. Es eso tan horrible?
Qu pasa con la otra? Y si es una persona horrible? Y si...? Empec a
llorar, cuando imgenes horribles se acumularon en mi cabeza. Qu pasara si, no
s, van paseando y alguien las ve y les tira una botella de cerveza a la cabeza, o yo
qu s...?
Oh, Cannie...
La gente es mala! Eso es lo que quiero decir! No pasa nada por ser gay, pero
la gente es tan mala... y racista... y podrida..., y ya sabes cmo es mi barrio!
La verdad era que nadie permita que sus hijos vinieran a jugar a nuestra casa
desde 1985, cuando mi padre inici su cada en picado, descuid el jardn y se puso
en contacto con el artista que llevaba dentro. Haba trado un escalpelo del hospital y
transformado media docena de calabazas en reproducciones muy fallidas de
miembros de la familia de mi madre, incluyendo una ta Linda verdaderamente
espantosa que haba colocado sobre nuestro porche, coronada con una peluca rubia
platino que se haba agenciado en el departamento de objetos perdidos del hospital.
Pero tambin era verdad que Avondale no poda calificarse de comunidad bien
integrada. Ningn negro, pocos judos y nada de gays declarados, por lo que yo
poda recordar.
A quin le importa la opinin de los dems?
A m solloc. Es fantstico tener ideales y confiar en que las cosas
cambiarn, pero hemos de vivir en el mundo tal como es, y el mundo es..., es...
Por qu lloras? pregunt Bruce. Ests preocupada por tu madre, o por
ti? Yo estaba llorando con tal sentimiento que no pude ni contestar, y las
mucosidades exigan una atencin inmediata. Me pas la manga por la cara y me
son ruidosamente. Cuando levant la vista, Bruce segua hablando. Tu madre ha
hecho una eleccin, Cannie, y si eres una buena hija, lo que tienes que hacer es
apoyarla.
Bien. Para l era fcil decirlo. No era como si la Siempre Exquisita Audrey
hubiera anunciado durante uno de sus banquetes kosher de cuatro platos que haba
decidido aparcar en la acera de enfrente. Apostara la paga de una semana a que la
Siempre Exquisita Audrey nunca haba visto la vagina de otra mujer. Era muy
probable que ni siquiera hubiera visto la suya.
Pensar en la madre de Bruce en su baera de hidromasaje para dos,
toquetendose sus partes con una manopla de algodn, me hizo rer un poco.
Lo ves? dijo Bruce. Tienes que aceptarlo, Cannie.
Re con ms ganas todava. Una vez cumplida su misin de novio, Bruce
cambi de rollo. Su voz abandon el tono de consejero y gua preocupado y adopt
uno ms ntimo.
Ven aqu, nena murmur, en el mejor estilo Lionel Richie, mientras me
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 141 -
indicaba por seas que me acercara, me besaba con ternura la frente y expulsaba a
Nifkin de la cama con mucha menos ternura. Te deseo dijo, y coloc mi mano en
su entrepierna para disipar cualquier duda.
Y all que fuimos.
Bruce se march a medianoche. Me sum en un sueo inquieto y despert por la
maana despus de que el telfono aullara sobre mi almohada. Despegu un
prpado. Las cinco y cuarto. Descolgu.
Hola?
Cannie? Soy Tanya.
Tanya?
La amiga de tu madre.
Oh, Dios, Tanya.
Hola dije con un hilo de voz. Nifkin me mir como diciendo, de qu va el
rollo? Despus emiti un resoplido de desinters y volvi a acomodarse sobre la
almohada. Entretanto, Tanya estaba soltando una parrafada.
... supe en cuanto la vi que poda sentir algo por m.
Me incorpor con un esfuerzo, y busqu a tientas la libreta de periodista. Esto
era demasiado extravagante para no tomar nota para la posteridad. Cuando nuestra
conversacin termin, haba llenado nueve pginas, conseguido llegar tarde al
trabajo, y averiguado hasta el ltimo detalle sobre la vida de Tanya. Descubr que su
profesor de piano haba abusado sexualmente de ella, que su madre muri de cncer
de mama cuando era joven (ahogu el dolor en alcohol), y que su padre se haba
vuelto a casar con una editora muy poco amable que se neg a pagar la matrcula de
Tanya en el Green Mountain Valley Community College (tienen el tercer mejor
programa de Nueva Inglaterra de terapia artstica), que acab en Pennsylvania
(trabajo), y que haba pasado por el proceso de terminar con una relacin de siete
aos con una mujer llamada Janet.
Es muy dependiente me confi Tanya. Y tal vez tambin una obsesiva
compulsiva.
En ese momento, yo haba adoptado por completo el modo de periodista, y slo
deca Aj o Ya entiendo.
As que me march dijo.
Aj.
Y me dediqu a tejer.
Entiendo.
Despus explic cmo haba conocido a mi madre (miradas apasionadas en el
vestuario de la sauna femenina), adnde haban ido el da de su primera cita (comida
tailandesa), y cmo Tanya haba convencido a mi madre de que las tendencias
lesbianas eran algo ms que una moda pasajera.
La bes anunci con orgullo Tanya. Y ella intent alejarse, pero yo la
retuve por los hombros, la mir a los ojos y dije: Ann, no va a servirte de nada.
Aj. Entiendo.
A continuacin, Tanya procedi a la parte analtica y reflexiva del discurso.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 142 -
Tal como yo lo veo empez, tu madre ha dedicado toda su vida a
vosotros, sus hijos.
Dijo sus hijos con el mismo tono que habra usado para hatajo de
cucarachas.
Y aguant a ese bastardo...
De qu bastardo estamos hablando? pregunt con mansedumbre.
Tu padre dijo Tanya, que no estaba dispuesta a bajar el tono de sus
palabras por respeto a la prole del bastardo. Como estaba diciendo, ha dedicado su
vida a vosotros..., y eso no es malo. S que tena muchas ganas de ser madre y tener
una familia, y en aquella poca no haba ms opciones para las tortilleras...
Tortilleras? Apenas aguantaba lo de lesbiana. Desde cundo haba sido
promovida mi madre al rango de tortillera?
... pero pienso continu Tanya que ya ha llegado el momento de que tu
madre haga lo que le apetece de verdad. Vivir su vida.
Entiendo dije. Aj.
Tengo muchas ganas de conocerte dijo.
He de irme dije, y colgu el telfono.
No saba si rer o llorar, de modo que termin haciendo ambas cosas a la vez.
Horripilante dije a Samantha por el telfono del coche.
Un bicho raro como no te lo puedes imaginar dije a Andy mientras
comamos.
No juzgues me advirti Bruce, antes de que yo dijera ni una palabra.
Ella es..., hummm. Es espontnea. Muy espontnea.
Eso es bueno dijo Bruce, parpadeando. Deberas ser ms espontnea,
Cannie.
Eh? Yo?
Eres muy reservada con tus sentimientos. Lo guardas todo dentro.
Tienes razn dije. Vamos a buscar un desconocido total para explicarle
que mi profesor de piano me sobaba.
Eh?
Abusaba sexualmente de ella dije. Y me cont todos los detalles
morbosos.
Hasta el seor Amad a Todo el Mundo pareci desconcertado por la
informacin.
Oh, Dios.
S, y su madre tuvo cncer de mama, y su madrastra convenci a su padre de
que no le pagara la matrcula de la universidad.
Bruce me mir con escepticismo.
Te cont todo esto?
Qu crees, que fui a su casa y le su diario? Pues claro que me lo cont!
Hice una pausa para apoderarme de varias patatas fritas de su plato. Estbamos en el
Tick Tock Diner, hogar de raciones enormes y de las camareras ms hoscas al sur de
Nueva York. Nunca peda patatas fritas en este lugar, pero utilizaba todos mis
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 143 -
poderes de persuasin para que Bruce pidiera y poder compartirlas. Parece
bastante chiflada.
Debiste ponerla violenta.
Pero si no dije nada! Ni siquiera me conoce! Adems, fue ella quien me
llam. Cmo poda ponerla violenta?
Bruce se encogi de hombros.
Por tu forma de ser, supongo.
Le mir con el ceo fruncido. Cogi mi mano.
No te enfades. Es que... te gusta mucho juzgar a los dems.
Quin lo dice?
Bien, mis amigos, supongo.
Porque creo que deberan buscar trabajo?
Lo ves? Ya ests otra vez. Eso es juzgar a los dems.
Cario, son unos holgazanes. Acptalo. Es la verdad.
No son holgazanes, Cannie. Tienen trabajo.
Oh, venga. Cmo se gana la vida Eric Silverberg?
Eric, como ambos sabamos, tena un trabajo temporal de jornada completa en
un locutorio de Internet donde, imaginbamos, se pasaba el da intercambiando
discos pirata de Springsteen, conociendo chicas en uno de los tres servicios de
contactos por la red o concertando ventas de droga.
George tiene un trabajo de verdad.
George se tira todos los fines de semana en una brigada de recreacin de la
Guerra Civil. George tiene su propio mosquete.
Ests cambiando de tema dijo Bruce. Me di cuenta de que intentaba seguir
enfadado, pero estaba empezando a sonrer.
Lo s dije. Es que un to con su propio mosquete da para mucha coa.
Me levant y me sent a su lado, apret su muslo y apoy mi cabeza sobre su
hombro.
El nico motivo de que juzgue a los dems es que soy celosa dije. Ojal
pudiera llevar ese tipo de vida. No tendra que pagar los prstamos de la
universidad, ni el alquiler del piso, tendra padres heterosexuales amables, estables y
casados que me pasaran sus muebles usados cada vez que volvieran a decorar la
casa, y me compraran un coche por la fiesta de...
Me call. Bruce me estaba mirando fijamente. Me di cuenta de que, adems de
describir a casi todos sus amigos, tambin le haba descrito a l.
Lo siento dije con dulzura. Es que a veces tengo la sensacin de que todo
el mundo consigue las cosas con ms facilidad que yo, y que cada vez que estoy cerca
de conseguir una cosa..., pasa algo as.
Has pensado alguna vez que quiz te pasan estas cosas porque eres lo
bastante fuerte para aguantarlas? pregunt Bruce. Cogi mi mano y la subi por su
muslo. Muy arriba. Eres fuerte, Cannie susurr.
Ojal...empec.
Y entonces empez a besarme. Not el sabor del ketchup y la sal en sus labios.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 144 -
Despus, su lengua se introdujo en mi boca. Cerr los ojos y me permit olvidar.


Pas el fin de semana en el apartamento de Bruce. Era una de esas pocas en
que nos llevbamos de maravilla: buenas relaciones sexuales, una buena comida
fuera, tardes perezosas intercambiando secciones del Times del domingo, y entonces
me iba a casa antes de que empezramos a araarnos. Hablamos de mi madre un
poco, pero sobre todo me dediqu a l por completo. Me regal su camisa de franela
favorita para que me la pusiera en casa. Ola a l, a nosotros, hierba y sexo, su piel y
mi champ. Me apretaba el pecho en exceso, como todas sus cosas, pero las mangas
llegaban a las puntas de mis dedos, y me senta envuelta, confortada, como si l me
estuviera abrazando, sujetando mis manos.
S valiente, pens en mi cama. Me envolv en la camisa de Bruce, lade la
mejilla en direccin a Nifkin para que pudiera darme un lametn de aliento y
telefone a casa.
Mi madre contest, por suerte.
Cannie! dijo, como aliviada. Dnde has estado? He estado llamando sin
parar...
Fui a casa de Bruce dije. Tenamos entradas para el teatro ment. Bruce
no era dado al teatro. Umbral de atencin bajo.
Bien dijo. Bien. Hum, quiero decirte que lamento haberte informado as.
Supongo que habra debido..., bien, s que tendra que haber esperado, y tal vez
decrtelo en persona...
O al menos, no en la oficina dije.
Ri.
Exacto. Lo siento.
No pasa nada.
As que... Casi la pude or repasando mentalmente media docena de
comentarios. Tienes alguna pregunta? inquiri por fin.
Respir hondo.
Eres feliz?
Me siento como si hubiera vuelto al instituto! exclam mi madre,
jubilosa. Me siento... Oh, no puedo describirlo.
No lo intentes, por favor, pens.
Tanya es estupenda. Ya lo vers.
Cuntos aos tiene? pregunt.
Treinta y seis dijo mi madre, de cincuenta y seis.
Una mujer ms joven observ.
Mi madre lanz una risita. No tenis ni idea de lo perturbador que fue eso. Mi
madre nunca fue de las que soltaban risitas.
Parece que tiene un pequeo problema con... los lmites aventur.
Mi madre habl con voz muy seria.
Qu quieres decir?
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 145 -
Bien, me llam el viernes por la maana... Supongo que t no estabas...
Respir hondo.
Qu dijo?
Tardara menos en contar lo que no dijo.
Oh, Dios. Oh, Cannie.
O sea, siento que abusaran sexualmente de ella...
Oh, no, Cannie!
No obstante, bajo el tono sorprendido y horrorizado, mi madre pareca casi...
orgullosa. Como si, bajo la ira, estuviera disfrutando de la travesura favorita de una
hija por la que tuviera debilidad.
S dije con voz sombra. Me enter de toda la saga, desde el profesor de
piano que le haca cosquillas en las teclas...
Cannie!
... pasando por la madrastra perversa, hasta la ex novia obsesiva compulsiva
y dependiente.
Aj dijo mi madre. Jess.
Un poco de terapia no le ira mal dije.
Lo est haciendo. Creme, lo est haciendo. Desde hace aos.
Y an no se le ha metido en la cabeza que no debes vomitar la historia de tu
vida a una completa desconocida, la primera vez que hablas con ella?
Mi madre suspir.
Supongo que no dijo.
Esper. Esper una disculpa, una explicacin, algo que tuviera sentido. No lo
obtuve. Al cabo de un momento de violento silencio, mi madre cambi de tema, y yo
le segu la corriente, con la esperanza de que esto fuera una fase, una cana al aire, un
mal sueo. No hubo suerte. Tanya haba llegado y no pensaba marcharse.


Qu lleva una lesbiana a una segunda cita?, dice el chiste. Un camin de
mudanzas. Qu lleva un gay a una segunda cita? Qu segunda cita?
Un chiste viejo, cierto, pero bastante certero. Despus de que empezaran a salir,
Tanya abandon el stano del edificio de su ex novia obsesiva compulsiva y
dependiente, y se instal en otro, sola.
Pero en la prctica, se haba instalado con mi madre el da de la segunda cita.
Me di cuenta cuando llegu a casa seis semanas despus de lo que mis hermanos y
yo definamos como el Corte de Luz de Mam, y vimos la pintada en la pared.
Bien, el cartel de la pared. La inspiracin rezaba, sobre la foto de una ola al
alzarse, es creer que todos podemos trabajar en comn.
Mam? llam, y dej caer mis bolsas en el suelo. Entretanto, Nifkin
lloriqueaba y se pegaba a mis piernas, un comportamiento muy poco tpico de l.
Aqu, cario grit mi madre.
Cario?, me pregunt, y entr en el saln, seguida de Nifkin. Esta vez, el nuevo
cartel era de delfines juguetones. Trabajo en equipo, deca. Debajo del cartel de los
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 146 -
delfines estaban mi madre y una mujer que slo poda ser Tanya, con chndales
prpura a juego.
Hola! dijo Tanya.
Hola repiti mi madre.
Un gato grande color mandarina salt del antepecho de la ventana, avanz con
insolencia hacia Nifkin y extendi una garra, sacando las uas. Nifkin lanz un
aullido y huy.
Gertrude! Gata mala! grit Tanya. La gata no le hizo caso y se aovill en
una mancha de sol, en el centro de la sala.
Nifkin! llam. O un quejido de protesta arriba, la forma de Nifkin de decir
ni hablar, no es mi da.
Tenemos empleados que intentemos motivar?pregunt, y seal el cartel
de los delfines.
Eh? dijo Tanya.
Cmo? pregunt mi madre.
Los carteles dije. Tenemos los mismos en la planta de impresin. Justo al
lado de la seal de 27 das sin accidentes laborales. Parece arte motivacional.
Tanya se encogi de hombros. Haba esperado encontrarme con la tpica
profesora de gimnasia, de pantorrillas nervudas, bceps correosos y corte de pelo
prctico. Era evidente que me haba equivocado. Tanya era una mujer diminuta, de
apenas metro cincuenta, con una aureola de cabello rojizo y la piel del color y la
consistencia del cuero viejo. Ni tetas ni caderas. Pareca un golfllo callejero, incluidas
las rodillas llenas de costras y la tirita alrededor de un dedo.
Me gustan los delfines dijo con timidez.
Aj dije. Entiendo.
Aqullos eran los cambios ms evidentes. Haba una coleccin de figurillas de
delfines sobre la chimenea, donde haban estado las fotos de la familia. Haba
revisteros de plstico clavados en las paredes, lo cual daba a la sala el aspecto de la
consulta de un mdico, con el fin de exhibir los ejemplares de la revista Rehabilitation
pertenecientes a Tanya. Cuando fui a dejar las bolsas en mi habitacin, la puerta no
se abri.
Mam! llam. Aqu pasa algo raro!
O que consultaban entre murmullos en la cocina, la voz de mi madre serena y
tranquilizadora, el bajo de Tanya alzndose hacia la histeria. De vez en cuando pude
distinguir palabras. Terapeuta y privacidad parecan conformar un tema
dominante. Por fin, mi madre subi la escalera, con aspecto preocupado.
Bueno, de hecho iba a hablar contigo de esto.
De qu? De que la puerta est atascada?
Bien, en realidad, la puerta est cerrada con llave.
Me la qued mirando.
Tanya ha... guardado algunas de sus cosas ah.
Tanya tiene un apartamento indiqu. No puede guardar las cosas ah?
Mi madre se encogi de hombros.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 147 -
Bien, es un apartamento muy pequeo. De una sola habitacin. Me pareci
razonable... Tal vez puedas dormir en la habitacin de Josh esta noche.
A esas alturas ya me estaba impacientando.
Es mi habitacin, mam. Me gustara dormir en mi habitacin. Cul es el
problema?
Bien, Cannie, t no..., ya no vives aqu.
Claro que no, pero eso no significa que no quiera dormir en mi habitacin
cuando vengo.
Mi madre suspir.
Hemos hecho algunos cambios murmur.
S, ya me he dado cuenta. Cul es el gran problema?
Nosotras, este... Bien, nos hemos desecho de tu cama.
Me qued sin habla.
Os habis desecho de...
Tanya necesita espacio para su telar.
Hay un telar ah dentro?
Pues as era. Tanya subi la escalera como un cohete, abri la puerta y volvi
corriendo abajo, con aspecto malhumorado. Entr en mi habitacin y vi un telar, un
ordenador, un futn rado, unas pocas y feas estanteras de cartn prensado para
libros, cubiertas con barniz de nogal plstico, que contenan volmenes como Mujeres
inteligentes, Elecciones descabelladas y El coraje de sanar, adems de No es lo que comes, es
lo que te come. Haba un suncatcher con los colores del arco iris colgando de la ventana,
y lo peor de todo, un cenicero en la mesa.
Fuma?
Mi madre se mordi el labio.
S. Est intentando dejarlo.
Ol. S, Marlboro Lights e incienso. Pu. Por qu tena que meter sus guas de
autoayuda y sus olores a cigarrillo en mi habitacin? Dnde estaban mis cosas?
Me volv hacia mi madre.
Podras habrmelo dicho. Habra venido y recogido mis cosas.
No hemos tirado nada, Cannie. Todo est guardado en cajas en el stano.
Puse los ojos en blanco.
Bien, eso consigue que me sienta mucho mejor.
Escucha, lo siento. Estoy intentando mantener un equilibrio...
No, no dije. Mantener un equilibrio significa tener en cuenta diferentes
cosas. Esto abarqu con un gesto el telar, el cenicero, el delfn disecado acomodado
sobre el futn es tener en cuenta a una persona, y dar por el culo a la otra. Es de un
egosmo monstruoso. Es absolutamente ridculo. Es...
Cannie dijo Tanya. Haba subido la escalera sin que me diera cuenta.
Perdnanos, por favor dije, y le cerr la puerta en las narices. Me
proporcion un perverso placer or que forcejeaba con el pomo despus de que yo
pasara el pestillo.
Mi madre se dispuso a tomar asiento donde antes estaba mi cama, se detuvo a
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 148 -
mitad del movimiento y se dirigi a la silla de la mesa de Tanya.
Escucha, Cannie, s que esto es una sorpresa...
Te has vuelto loca? Esto es ridculo! Habra bastado con una puta llamada
telefnica. Habra venido, recogido mis cosas.
Mi madre pareca desdichada.
Lo siento repiti.
No me qued a dormir por la noche. Aquella visita ocasion mi primer (y hasta
ahora ltimo) contacto con la terapia. El plan de salud del Examiner pagaba diez
visitas con la doctora Blum, la menuda mujer parecida a Annie la Huerfanita que
escriba frenticamente, mientras yo le contaba toda la historia del padre chiflado, la
boda equivocada y la madre lesbiana. La doctora Blum me preocupaba. Para
empezar, siempre pareca un poco asustada de m. Y siempre pareca perderse en las
sinuosidades de la historia que le estaba contando.
Bien, retrocedamos dijo, cuando pas con brusquedad de la ltima
atrocidad de Tanya a la incapacidad de mi hermana Lucy para conservar un
empleo. Su hermana bailaba, hum, desnuda para ganarse la vida, y sus padres no
se haban dado cuenta?
Eso fue en el ochenta y seis dije. Mi padre se haba ido. Mi madre
consegua pasar por alto el hecho de que yo me acostaba con el sustituto de mi
profesor de historia y de que haba engordado veinticinco kilos durante el primer
ao de universidad, de modo que s, crea a pies juntias que Lucy trabajaba de
canguro hasta las cuatro de la maana.
La doctora Blum consult sus notas.
De acuerdo, y el profesor de historia era... James?
No, no. James era el to del equipo de ftbol. Jason era el poeta de E-Z-Lube,
Bill era el to de la facultad, y Bruce es el to de ahora.
Bruce! dijo con aire triunfal, cuando localiz su nombre en el bloc de notas.
Pero me preocupa el que yo le est dirigiendo, o algo por el estilo suspir
. No estoy segura de quererle.
Volvamos un momento a su hermana dijo, mientras iba pasando las hojas
cada vez con mayor rapidez, y yo procuraba no bostezar.
Adems de su incapacidad de prestar atencin, la forma de vestir de la doctora
Blum acababa con la confianza restante. Se vesta como si ignorara que exista una
seccin de tallas pequeas. Las mangas le rozaban las puntas de los dedos, las faldas
caan alrededor de sus tobillos. Me sincer lo mximo posible, contestaba a sus
preguntas cuando las formulaba, pero nunca confi en ella. Cmo poda confiar en
una mujer que tena todava menos sentido de la moda que yo?
Al final de nuestras diez sesiones, no me consider curada del todo, pero me
dio dos consejos.
Primero dijo, no puede cambiar nada de lo que hacen los dems. Ni a su
padre, ni a su madre, ni a Tanya, ni a Lisa...
Lucy correg.
Exacto. Bien, no puede controlar lo que hacen, pero s su reaccin a sus
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 149 -
actos..., tanto si permite que la vuelvan loca, ocupen todos sus pensamientos, o bien
tome nota de lo que hacen, reflexione y decida conscientemente hasta qu punto va a
permitir que la afecten.
De acuerdo. Cul es el segundo punto?
Afrrese a Bruce dijo muy seria. Aunque no crea que es el hombre
perfecto. La protege, parece un buen apoyo, y creo que lo va a necesitar en los meses
venideros.
Nos estrechamos la mano. Me dese buena suerte. Le di las gracias por su
ayuda y le dije que Ma Jolie, en Manayunk, estaba de rebajas, y que hacan cosas de
su talla. se fue el final de mi gran experiencia con la terapia.
Ojal pudiera decir que, en los aos transcurridos desde que Tanya, su telar, su
dolor y sus carteles se mudaron a casa de mi madre, las cosas fueron ms sencillas.
La verdad es que no. Tanya tiene el don de gentes de la vida vegetal. Es como una
clase especial de sordera, slo que en lugar de no or la msica, es sorda a matices, a
sutilezas, a eufemismos, a charlas triviales y a mentiras piadosas. Pregntale cmo le
va, y obtendrs una larga y minuciosa explicacin de su ltima crisis de
trabajo/salud, junto con la invitacin a echar un vistazo a su ltima cicatriz
quirrgica. Dile que te ha gustado lo que ha cocinado (y bien sabe Dios que estars
mintiendo), y te regalar innumerables recetas, cada una acompaada de una
historia (recuerdo que mi madre me prepar esto la noche siguiente a su regreso del
hospital...).
Al mismo tiempo, es increblemente susceptible, proclive a llorar en pblico y a
rabietas que concluyen encerrndose en mi ex habitacin, cuando estamos en casa, o
huyendo como una exhalacin de donde nos encontramos, si hemos salido. Idolatra a
mi madre de la manera ms irritante, la sigue a todas partes como un cachorrillo
enamorado, siempre le coge la mano, le toca el pelo, le masajea los pies, la envuelve
con una manta.
Repugnante declar Josh.
Inmadura dijo Lucy.
No lo entiendo dije yo. Que alguien te tratara as durante una semana,
digamos, sera agradable..., pero dnde est el reto? Dnde est la emocin? De
qu hablan?
De nada dijo Lucy.
Los tres habamos ido a casa por Hanuka, la fiesta que conmemora la victoria
de los macabeos sobre los sirios en el siglo II antes de Cristo, y estbamos sentados
en el saln despus de que los invitados se hubieran marchado, y mi madre y Tanya
se hubieran acostado, todos sosteniendo los regalos que Tanya haba tejido para
nosotros. Yo tena una bufanda con los colores del arco iris (Podras llevarla en el
Desfile del Orgullo Gay, sugiri Tanya). Josh tena mitones, tambin con los colores
del arco iris, y Lucy un manojo de hilo de forma extraa que, segn Tanya, era un
manguito. Es para mantener las manos calientes, haba dicho con su voz grave,
pero Lucy y yo ya nos estbamos tronchando de risa, y Josh se estaba preguntando
en un susurro si podamos tirar aquella cosa al fondo de la piscina para, en verano,
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 150 -
bucear con el manguito.
Nifkin, que haba sido obsequiado con un jersey con los colores del arco iris,
descansaba sobre mi regazo, durmiendo con un ojo abierto, preparado para huir en
caso de que aparecieran las malvadas Gertrude y Altee. Josh estaba en el sof, tocando
en la guitarra lo que pareca el tema principal de Beverly Hills, 90210.
La verdad dijo Lucy es que no hablan nunca.
Bien, de qu iban a hablar? pregunt. Quiero decir, mam es culta..., ha
viajado...
Tanya pone la mano sobre la boca de mam cuando comienza el concurso de
preguntas dijo Josh, y se puso a tocar Sex and Candy.
Venga ya dije.
S confirm Lucy. Dice que no puede soportar que mam suelte todas las
respuestas en alta voz.
Lo ms probable es que ella no sepa ninguna dijo Josh.
Sabis una cosa? dijo Lucy. Lo del lesbianismo est bien. Habra sido
estupendo...
... si hubiera sido un tipo de mujer diferente termin.
Imagin una amante ms apropiada: una profesora de cine chic en activo, con
un peinado desenfadado y joyas de mbar interesantes, que nos presentara a los
directores de cine independientes y llevara a mi madre a Cannes. En cambio, mi
madre se haba prendado de Tanya, que ni lea cosas de calidad ni era chic, y cuyos
gustos cinematogrficos se decantaban por los ltimos trabajos de Jerry Bruckheimer,
un productor especializado en pelculas de accin, y que no posea ni una sola joya
de mbar.
Entonces, qu pasa? pregunt. Dnde est la atraccin? No es guapa...
Eso seguro dijo Lucy, y se estremeci de manera melodramtica.
Ni inteligente..., ni divertida..., ni interesante...
Nos quedamos en silencio, mientras meditbamos sobre la causa de la
atraccin.
Apuesto a que tiene la lengua de una ballena dijo Lucy. Josh fingi que
sufra nuseas. Yo puse los ojos en blanco, al borde del vmito.
De oso hormiguero! grit Lucy.
Basta, Lucy! dije. Nifkin despert y empez a gruir. Adems, si slo es
sexo, no durarn mucho.
Cmo lo sabes? pregunt Lucy.
Confa en m contest. Mam se aburrir.
Seguimos un rato en silencio, mientras le dbamos vueltas al asunto.
Es como si pasara de nosotros solt Josh.
Nos quiere dije, aunque no estaba segura. Antes de Tanya, a mi madre le
gustaba hacer cosas con nosotros..., cuando estbamos juntos. Vena a verme a
Filadelfia, iba a ver a Josh a Nueva York. Cocinaba cuando bamos a casa, nos
llamaba varias veces por semana, frecuentaba su club literario y su grupo de lectura,
su amplio crculo de amigos.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 151 -
Lo nico que le interesa es Tanya dijo Lucy con amargura.
No pude llevarle la contraria. An nos llamaba, claro..., pero con menos
frecuencia. Haca meses que no vena a verme. Sus das (para no hablar de sus
noches) parecan ocupados con Tanya: las excursiones en bicicleta, los bailes a los
que asistan, el fin de semana del Ritual de la Curacin al que Tanya haba llevado a
mi madre, como sorpresa especial de su tercer mesversario, cuando haban quemado
artemisa y rezado a la diosa Luna.
No durar dije, con ms conviccin de la que senta. Es un capricho
pasajero.
Y si no lo es? pregunt Lucy. Y si es amor verdadero?
No lo es repet.
Pero por dentro pensaba que tal vez s lo era. Todos nos quedaramos
enganchados a esta horrible criatura durante el resto de nuestras vidas. O, al menos,
durante el resto de la vida de mi madre. Y despus...
Pensad en el funeral musit. Dios. Puedo orla... Imit la voz ronca de
Tanya. Vuestra madre quera que me quedara con esto gru. Pero Tanya
dije con mi voz natural, es mi coche!
Josh frunci los labios. Lucy ri. Imit una vez ms el gruido de Tanya.
Saba cunto significaba para m!
Josh sonri por fin.
Recita el poema dijo.
Negu con la cabeza.
Venga, Cannie! suplic mi hermana.
Carraspe, y empec a recitar a Philip Larkin.
Te joden, tus padres. No es su intencin, pero te joden.
Te transmiten sus defectos... continu Lucy.
Con algunos aadidos, en exclusiva para ti dijo Josh.
Pero fueron jodidos a su vez por idiotas con sombreros y abrigos anticuados,
que la mitad del tiempo estaban amargados, y la otra mitad enemistados.
Entonces los tres coreamos la ltima estrofa, aquella en la que no me atreva a
pensar en mi situacin actual.
El hombre inflige desdicha al hombre, se hunde como la plataforma costera.
Lrgate lo antes posible, y nunca tengas hijos.
Despus, a instancias de Lucy, todos nos pusimos en pie, Nifkin incluido, y
tiramos nuestros regalos al fuego.
Desaparece, Tanya! enton Lucy.
Regresa, heterosexualidad! implor Josh.
Lo mismo digo core, y vi arder la bufanda.


De vuelta a casa, aparqu mi bicicleta en el garaje, al lado del cochecito verde de
Tanya con la pegatina de Una mujer necesita a un hombre como un pez una
bicicleta, saqu del congelador del garaje el gigantesco pavo congelado y lo deposit
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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en el fregadero para que se fuera descongelando. Me di una ducha rpida y entr en
la Habitacin Antes Conocida Como La Ma, donde haba acampado desde mi
llegada. Entre excursiones en bicicleta breves, y baos y duchas prolongados, haba
sacado suficientes mantas del ropero para convertir el futn de Tanya en un oasis de
triple capa. Tambin haba recuperado una caja llena de libros del stano y estaba
revisando todos los xitos de mi infancia: La casa de la pradera, La cabina fantasma, Las
crnicas de Narnia y Los cinco pepinillos y cmo crecieron. Es una regresin, pens. Unos
cuantos das ms, y volver al estadio embrionario.
Me sent a la mesa de Tanya y examin mi correo electrnico. Trabajo, trabajo.
Viejo Enfadado (Sus comentarios acerca de que la CBS es la cadena de los
espectadores que prefieren su comida premasticada fue muy desafortunado!). Y una
nota de Maxi: Estamos a 37 grados. Estoy muerta de calor. Estoy aburrida. Hblame
del Da de Accin de Gracias. Cul es el reparto?
Me sent para contestar.
El Da de Accin de Gracias siempre es una superproduccin en nuestra casa
escrib. Empieza conmigo, y con mi madre, y con Tanya, y Josh y Lucy. Contina
con las amigas de mi madre, sus maridos e hijos, y las almas perdidas que Tanya
recluta. Mi madre prepara pavo reseco. No queda reseco a propsito, pero insiste en
cocinarlo con gas, y no tiene ni idea del rato que ha de estar cociendo para que quede
bien hecho sin ser correoso. Pur de batatas. Pur de patatas. Verduras ignotas.
Relleno. Salsa de carne. Salsa de arndanos de lata.
Mi estmago se revolvi mientras escriba. Haba dejado de tener nuseas
durante la ltima semana, pero slo pensar en el pavo reseco, la salsa de carne
grumosa de Tanya y el cctel de arndanos de lata bast para que saltara sobre las
galletas saladas que haba trado.
La comida no es lo que cuenta continu. Es agradable ver a la gente.
Conozco a algunas personas desde que era nia. Mi madre enciende la chimenea, y la
casa huele a humo de lea, y todos nos sentamos a la mesa y nombramos algo de lo
que estamos agradecidos.
Qu dirs t?, pregunt Maxi cuando respondi.
Suspir, met los pies en los gruesos calcetines de lana que me haba agenciado
en el escondrijo de Tanya y me ce la manta que haba sacado del saln. En este
momento, no es que me sienta muy agradecida por nada tecle. Ya se me
ocurrir algo.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 153 -

Captulo 11
El Da de Accin de Gracias amaneci transparente, fresco y soleado. Sal a
rastras de la cama, todava bostezando a las diez de la maana, y pas algunas horas
en el exterior rastrillando hojas con Josh y Lucy, mientras Nifkin nos vigilaba, as
como a las gatas, desde el porche.
A las tres de la tarde me di una ducha, le di una apariencia de estilo a mi pelo,
me apliqu lpiz de labios y rmel, y me puse los pantalones de terciopelo negro
acampanados y el jersey de cachemira negro que haba metido en el equipaje, con la
esperanza de que el efecto acumulativo sera elegante y adelgazante a la vez. Lucy y
yo nos sentamos a la mesa, Josh hirvi y pel camarones, y Tanya deambul por la
cocina, haciendo ms ruido que comida, y con frecuentes interrupciones para fumar.
Los invitados empezaron a llegar a las cuatro y media. Beth, la amiga de mi
madre, se present con su marido y sus tres hijos, todos altos y rubios, el menor de
los cuales exhiba un aro en la nariz, que le atravesaba el tabique y le daba aspecto de
toro judo desconcertado. Beth me abraz y empez a introducir bandejas de
aperitivos en el horno, mientras Ben, el del aro, empezaba a alimentar discretamente
a las gatas de Tanya con nueces saladas.
Ests fantstica! me dijo Beth, como siempre. Ni siquiera se aproximaba a
la verdad, pero agradec el sentimiento. Me encant tu artculo sobre el nuevo
espectculo del do country Donny y Marie. Cuando decas que estaban cantando
con LeAnn Rimes y pareca que le estaban chupando la vida..., fue tan divertido!
Gracias dije.
Me gusta Beth. Confo en que recuerde la alusin a los vampiros mormones,
que a m tambin me gust, si bien ocasion media docena de llamadas irritadas a mi
director y un puado de furiosas cartas (Querida y airada reportera, empezaba mi
favorita), adems de la muy seria visita de dos estudiantes de diecinueve aos de la
universidad mormona Brigham Young, que estaban de paso en Filadelfia y
prometieron rezar por m.
Tanya aport judas verdes con las crujientes cebollas de lata encima, mezcladas
con una lata de crema de championes Campbell concentrada, y despus entr
haciendo cabriolas en el saln y encendi el fuego. La casa se llen del dulce olor a
humo de lea y pavo asado. Nifkin, Gertrude y Alice pactaron un alto el fuego y se
aovillaron en fila frente a las llamas. Josh fue pasando los camarones que haba
preparado. Lucy mezcl manhattans. Haba perfeccionado su tcnica durante una
temporada de camarera, posterior a la escapada de bailar desnuda, pero anterior a
las seis semanas que estuvo trabajando en el telfono del sexo.
Tienes un aspecto fatal observ, al tiempo que me ofreca una bebida.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Lucy estaba guapsima, como siempre. Mi hermana es quince meses ms joven
que yo. La gente dice que parecamos gemelas cuando ramos pequeas. Ya nadie lo
dice. Lucy es delgada (siempre lo ha sido) y lleva su cabello ondulado corto, de modo
que los extremos algo puntiagudos de sus orejas asoman cuando sacude la cabeza.
Tiene unos labios gruesos y sensuales, y unos grandes ojos castaos a lo Betty Boop,
y se presenta ante el mundo como la estrella que, en su opinin, debera ser. Hace
aos que no la veo sin maquillar, con los labios pintados y delineados con maestra,
las cejas depiladas de manera radical, un diminuto botn de plata centelleando en el
centro de su lengua. Iba vestida para la fiesta de Accin de Gracias con pantalones de
cuero negro muy ceidos, botas negras de tacn alto y jersey rosa con lentejuelas.
Daba la impresin de estar recin salida de una sesin de fotos, o de que haba
pasado un momento para tomar una copa antes de acudir a otra fiesta mucho ms
elegante.
Estoy un poco cansada dije, bostec y le devolv el vaso, con la esperanza
de encontrar algn momento para hacer la siesta.
Mi madre iba colocando en los platos las mismas tarjetas con el nombre del
comensal del ao pasado. Saba que en el montn haba una que pona Bruce, y
esper por mi bien que la hubiera tirado, en lugar de tacharlo y escribir el nombre de
otra persona, con el fin de economizar.
La ltima vez que haba estado aqu fue en invierno. Josh, Lucy, Bruce y yo
habamos salido al porche, para beber las cervezas que Tanya se negaba a guardar en
la nevera (Estoy convaleciente!, dijo en un balido, sosteniendo las botellas
ofensivas como si fueran granadas). Luego fuimos a dar una vuelta a la manzana. A
mitad de camino haba empezado a nevar de manera inesperada. Bruce y yo nos
quedamos quietos, cogidos de la mano, con los ojos cerrados y la boca abierta, y los
copos eran como suaves besos hmedos sobre nuestras mejillas, mucho rato despus
de que los dems hubieran entrado.
Cerr los ojos para expulsar el recuerdo.
Lucy me mir.
Jess, Cannie. Te encuentras bien?
Parpade para rechazar las lgrimas.
Slo cansada.
Hmmm dijo Lucy. Bien, pondr algo especial en tu pur de patatas.
Me encog de hombros y me cuid muy mucho de tocar las patatas. Seguimos la
tradicin del Da de Accin de Gracias de mi madre, que consista en dar vueltas a la
mesa y hablar de lo que agradecamos a aquel ao.
Doy gracias por haber encontrado tanto amor dijo Tanya. Lucy, Josh y yo
nos encogimos, y mi madre tom la mano de Tanya.
Doy gracias por estar reunida con mi maravillosa familia dijo mi madre.
Sus ojos brillaban. Tanya bes su mejilla. Josh gimi. Tanya le dirigi una mirada
envenenada.
Doy gracias... Tuve que pensar un poco. Doy gracias porque Nifkin
super su acceso de gastroenteritis hemorrgica del verano pasado dije por fin. Al
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 155 -
or su nombre, Nifkin apoy una pata sobre mi regazo y llorique en tono suplicante.
Le di un trozo de piel de pavo.
Cannie! grit mi madre. No le des de comer al perro!
Doy gracias por tener hambre despus de haber odo los problemas de Nifkin
dijo Ben, que adems del aro en la nariz tena irritados a sus padres por llevar una
camiseta con el lema Qu hara Jess?.
Doy gracias porque Cannie no plant a Bruce hasta despus de mi
cumpleaos, y consegu aquellas entradas para Phish dijo Josh con su voz
profunda de bartono, que cuadraba muy bien con su ms de metro ochenta de
estatura, el cuerpo sin un gramo de grasa suplementaria y la perilla que se haba
dejado desde la ltima vez que le vi. Gracias susurr.
Y yo doy gracias concluy Lucy porque todos los presentes van a
enterarse de la gran noticia!
Mi madre y yo intercambiamos una mirada de angustia. La ltima gran noticia
de Lucy haba sido el plan (abortado) de irse a Uzbekistn con un tipo al que haba
conocido en un bar. Es abogado all, haba dicho, pasando por alto el hecho de que
era repartidor de Pizza Hut aqu. Antes de eso, haba existido el plan de instalar un
horno para hacer bagel en la isla de Montserrat, adonde haba ido para ver a un
amigo de la facultad de medicina. All no saben qu son los bagels!, dijo en tono
triunfal, y haba llenado los formularios para solicitar un pequeo prstamo, cuando
el volcn de Montserrat, que llevaba mucho tiempo dormido, hizo erupcin, la isla
fue evacuada y los sueos de Lucy se fundieron como lava.
Cul es la noticia? pregunt mi madre, con la vista clavada en los ojos
brillantes de Lucy.
Tengo un agente! gorje. Me ha conseguido una sesin de fotos!
Con las tetas al aire? pregunt con sequedad Josh. Lucy neg con la
cabeza.
No, no, eso se acab. Esto es autntico. Ser modelo de guantes de goma.
Para una revista de fetichistas? pregunt. No me pude contener.
Lucy se demud.
Por qu nadie cree en m? pregunt.
Conociendo a mi familia, slo era cuestin de tiempo que alguien empezara a
glosar el Catlogo de Fracasos de Lucy, desde el colegio a los empleos que no
conservaba, pasando por sus relaciones amorosas.
Me inclin hacia delante y cog la mano de mi hermana. Ella la retir.
No es necesario! dijo. Y a ti qu te pasa, si se puede saber?
Lo siento dije. No te hemos concedido ninguna oportunidad.
Entonces fue cuando o la voz. No era la voz de Dios, por desgracia, sino la de
Bruce.
Qu bien dijo. Eso ha sido estupendo.
Me gir en redondo, sobresaltada.
Cannie? dijo mi madre.
Me pareci or algo dije. Da igual.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 156 -
Mientras Lucy parloteaba de su agente, su sesin de fotos y los modelitos que
se pondra, en todo momento evadiendo las preguntas de mi madre acerca de si le
iban a pagar o no, yo coma pavo, el relleno y las judas verdes glutinosas, y pensaba
en lo que haba odo. Pensaba en que, aunque tal vez no volviera a ver nunca ms a
Bruce, quiz sera posible conservar una parte de l, o de lo que habamos sido
juntos, si yo era capaz de ser ms generosa y amable. Pese a todos sus discursos,
todas las ocasiones en que se haba mostrado didctico y condescendiente, saba que
en el fondo era una buena persona, y yo..., bien, yo tambin, en mi vida privada, pero
poda decirse que me ganaba la vida a base de ser desagradable. Tal vez podra
cambiar. Y tal vez a l le gustara eso, y un da le caera mejor..., y volvera a
quererme. En el caso de que volviramos a vernos, por supuesto.
Debajo de la mesa, Nifkin se removi y gru a algo que haba aparecido en su
sueo. Not mi mente fra y ordenada. No era que todos mis problemas hubieran
desaparecido (ni siquiera uno), pero por primera vez desde que haba visto el signo
positivo en el caduceo de la farmacia, tena la sensacin de que podra superarlos.
Ahora tena algo a lo que aferrarme, con independencia de la decisin que tomara.
Puedo ser una persona mejor, pens. Una hermana mejor, una hija mejor, una
amiga mejor.
Cannie? dijo mi madre. Has dicho algo?
No, pero en aquel momento cre sentir un levsimo movimiento en mi
estmago. Poda deberse a la comida, o a mi angustia, y saba que era demasiado
pronto para experimentar esas sensaciones, pero pareca como si algo me estuviera
saludando con la mano. Una mano diminuta, cinco dedos extendidos como una
estrella de mar, entre el agua. Hola y adis.


El ltimo da de las vacaciones de Accin de Gracias, antes de volver a la
ciudad y recoger los pedazos de mi vida donde los haba dejado, mi madre y yo
fuimos a nadar. Era la primera vez que volva al Centro de la Comunidad Juda
desde averiguar que haba sido el escenario de la seduccin de mi madre. Despus
de eso, la sauna ya no me haba parecido la misma.
Pero echaba de menos nadar, comprend, cuando me puse el baador en el
vestidor. Haba echado de menos el sabor penetrante del cloro en mi nariz, as como
a las viejas damas judas que desfilaban por la sala completamente desnudas, sin la
menor vergenza, e intercambiaban recetas y trucos embellecedores mientras se
vestan. La sensacin del agua arropndome, y de que poda olvidarme de casi todo,
excepto del ritmo de mi respiracin, mientras nadaba.
Mi madre nadaba dos kilmetros cada maana, se mova con lentitud en el
agua con una especie de gracia slida. La segu en paralelo durante la mitad del
recorrido, y luego me deslic en una de las calles vacas y di brazadas de costado
durante un lnguido rato, sin pensar en nada. Era un lujo que no me poda permitir
mucho tiempo ms. Si quera que todas las circunstancias fueran tomadas en
consideracin (sa era la frase que utilizaba en mi mente), tendra que ser pronto.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 157 -
Hice el muerto y pens en lo que haba sentido durante la cena de Accin de
Gracias. Aquella diminuta mano que saludaba. Ridculo. Lo ms probable era que la
cosa ni siquiera tuviera manos, y si tena, no podra moverlas.
Yo siempre haba estado a favor de la eleccin. Nunca haba considerado
romnticos los embarazos, intencionados o no. No era una de esas mujeres que ve
acercarse su trigsimo aniversario y empieza a dedicar arrullos a lo primero que ve
en un cochecito de nios, babeante. Tena algunas amigas que se haban casado y
fundado una familia, pero tena muchas ms amigas de veintimuchos y treinta y
pocos que no. No oa el tic tac de mi reloj. No me entusiasmaban los nios.
Cambi de postura y di unas cuantas brazadas de pecho. No poda sacudirme
de encima la sensacin de que la decisin ya haba sido tomada por m. Como si
estuviera fuera de mi control, y lo nico que debiera hacer fuera sentarme a esperar
que ocurriera.
Sopl en el agua y mir las burbujas que se formaban a mi alrededor. Me
sentira mejor si hubiera odo de nuevo la voz de Dios, si supiera con toda certeza
que estaba haciendo lo correcto.
Cannie?
Mi madre se puso a mi lado.
Dos piscinas ms dijo.
Las terminamos juntas, al mismo ritmo y velocidad. Despus, la segu hasta el
vestidor.
Bien empez mi madre, qu te pasa?
La mir, sorprendida.
A m?
Oh, Cannie. Soy tu madre. Hace veintisiete aos que te conozco.
Veintiocho correg.
Me mir con los ojos entornados.
Me olvid de tu cumpleaos?
Me encog de hombros.
Creo que enviaste una felicitacin.
Es eso? Ests preocupada por envejecer? Ests deprimida?
Me encog de hombros otra vez. Mi madre pareca preocupada.
Has pedido ayuda? Hablas con alguien?
Resopl, imaginando lo intil que sera la doctorcita, sumergida en sus ropas,
en una situacin como sta.
Bien, Bruce es tu novio empez, mientras pasaba las pginas de su libreta
omnipresente.
Era correg.
Ests pensando en... la adopcin?
En el aborto dije.
Ests embarazada anunci mi madre.
Me incorpor, boquiabierta.
Qu?
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 158 -
Soy tu madre, Cannie. Una madre entiende bastante de estas cosas.
Me ce la toalla a mi alrededor y me pregunt si sera demasiado esperar que
Tanya y mi madre no hubieran hecho una apuesta al respecto.
Tienes el mismo aspecto que tena yo continu. Siempre cansada.
Cuando estaba embarazada de ti, dorma catorce horas.
No dije nada. No saba qu decir. Saba que, en algn momento, tendra que
empezar a hablar con alguien, pero an no tena palabras.
Has pensado en el nombre? pregunt mi madre.
Emit una breve carcajada, similar a un ladrido.
No he pensado en nada dije. No he pensado en dnde vivir, o qu
har...
Pero vas a...
Call con discrecin.
Eso parece dije.
Ya estaba. En voz alta. Era real.
Oh, Cannie!
Pareca emocionada y abatida al mismo tiempo, si eso es posible. Emocionada,
supongo, por el hecho de que iba a ser abuela (al contrario que yo, mi madre s era
proclive a decir tonteras a cualquier cosa que fuera en cochecito de nio). Y abatida,
porque es la situacin que nadie desea para su hija.
Pero era mi situacin. Lo comprend en aquel momento, en el vestidor. Esto era
lo que iba a pasar: iba a tener este nio, con Bruce o sin Bruce, con el corazn partido
o no. Me pareca la eleccin correcta. Ms que eso, se me antojaba casi mi destino, mi
vida futura. Slo deseaba que quien la hubiera planificado me proporcionara una o
dos pistas sobre cmo iba a ganarme la vida para los dos. Pero si Dios no iba a
hablar, tendra que arreglrmelas yo sola.
Mi madre se levant y me abraz, lo cual fue muy fuerte, considerando que
ambas estbamos mojadas de la piscina y que la toalla no le cubra del todo el torso.
Pero daba igual. Me sent muy bien que alguien me abrazara.
No ests enfadada? pregunt.
No, no! Por qu?
Porque... Bien. No quera que pasara as... dije, y apoy un momento la
mejilla sobre su hombro.
Nunca llueve a gusto de todos. Crees que yo quera teneros a Lucy y a ti en
Louisiana, a millones de kilmetros de mi familia, con esos horribles mdicos del
ejrcito y unas cucarachas tan grandes como mi pulgar...?
Al menos tenas un marido dije. Una casa... y un plan...
Mi madre me palme el hombro.
Los maridos y las casas son negociables dijo. En cuanto al plan..., ya lo
trazaremos.


JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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No hizo la pregunta del milln hasta que estuvimos secas y vestidas y camino
de casa en el coche.
Supongo que Bruce es el padre dijo.
Apoy la mejilla contra el cristal fro.
Correcto.
No os habis reconciliado?
No. Fue... Cmo poda explicarle a mi madre lo que haba pasado?
No te preocupes dijo, y cort as mis intentos de encontrar un eufemismo
apropiado para el hecho de follar por compasin. Pasamos ante el parque industrial
y el puesto de frutas y verduras, camino de casa. Todo pareca familiar, porque haba
hecho ese recorrido millones de veces. Iba a nadar con mi madre los sbados por la
maana, temprano, y volvamos a casa juntas, y veamos despertar los pueblos
dormidos cuando bamos a comprar bagels calientes y zumo de naranja recin
exprimido, y desayunbamos juntos los cinco.
Ahora, todo pareca diferente. Los rboles haban crecido, las casas parecan
ms dejadas. Haba nuevos semforos en algunos de los cruces ms peligrosos,
nuevas casas con paredes de madera de aspecto tosco, y cspedes destrozados en
casas que no existan cuando iba alinstituto. De todos modos, me gustaba ir en coche
con mi madre otra vez. Casi poda fingir que Tanya se haba instalado en el
apartamento de su ex novia obsesiva, compulsiva y dependiente, y salido de la vida
de mi madre..., y que mi padre no nos haba abandonado por completo..., y que yo
no me encontraba en mi situacin actual.
Se lo vas a decir a Bruce? pregunt por fin.
No lo s. En estos momentos, no es que hablemos mucho. Adems, creo...
Bien, estoy segura de que, si se lo dijera, intentara convencerme de que lo perdiera, y
no quiero. Hice una pausa y reflexion. Parece... No s, si yo fuera l, si estuviera
en su situacin..., es una carga muy pesada traer un nio al mundo...
Quieres que tenga un papel en tu vida?
sa no es la cuestin. Ha dejado bastante claro que no desea eso. En cuanto a
si quiere tener un papel en... intent decirlo por primera vez... en la vida de
nuestro hijo...
Bien, no depende slo de l. Tendr que pagar el sustento del nio.
Huy dije, al imaginar que llevaba a Bruce a los tribunales y tena que
justificar mi comportamiento ante un juez y un jurado.
Mi madre sigui hablando, sobre fondos de inversin, inters compuesto, un
programa de televisin que haba visto en que madres trabajadoras instalaban
cmaras de vdeo ocultas y pescaban in fraganti a sus canguros desatendiendo a los
bebs, mientras ellas (las canguros, no los bebs, supuse) vean culebrones y hacan
llamadas de larga distancia a Honduras. Me record a Maxi, cuando parloteaba de
mi futuro econmico.
De acuerdo dije a mi madre. Senta los msculos agradablemente cansados
de nadar, y me pesaban mucho los prpados. Nada de canguros hondureas. Lo
prometo.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 160 -
Quiz Lucy podra echarte una mano dijo, y me mir cuando paramos en
un semforo en rojo. Has ido a tu gineclogo, verdad?
An no dije, y bostec de nuevo.
Cannie!
Procedi a largarme un discurso sobre nutricin, ejercicios durante el
embarazo, y el efecto benfico de las cpsulas de vitamina E en la prevencin de las
estras. Dej que mis ojos se cerraran, arrullada por el sonido de su voz y las ruedas,
y casi estaba dormida cuando entr en el camino de acceso. Tuvo que sacudirme
para que despertara, pronunciar mi nombre con dulzura y anunciarme que habamos
llegado.
Fue un milagro que me dejara volver a Filadelfia aquella noche. Regres a casa
con el maletero cargado con cinco kilos de pavo, relleno y pastel en envases de
plstico, y slo tras darle mi solemne promesa de que concertara cita con el mdico a
primera hora de la maana, y que vendra a verme pronto.
Ponte el cinturn de seguridad dijo, mientras colocaba a un irritado Nifkin
en su cesta.
Siempre me pongo el cinturn de seguridad dije.
Llmame en cuanto sepas la fecha prevista.
Te llamar, lo prometo.
De acuerdo dijo. Me roz la mejilla con la punta de los dedos. Estoy
orgullosa de ti.
Quise preguntarle por qu. Qu haba hecho yo para sentirse tan orgullosa?
Quedar preada de un to que no quera saber nada de ti no era algo de lo que
jactarse delante de sus amigas del club del libro, o que yo pudiera enviar al Princeton
Alumni Weekly. Lo de ser madre soltera era cada vez ms aceptable en el mundillo de
las estrellas de cine, pero por lo que saba de mis colegas divorciadas, supona una
dificultad para las mujeres de la vida real, y no era causa de celebraciones ni orgullo.
Pero no pregunt. Me limit a poner en marcha el coche y bajar por el camino
de entrada, al tiempo que agitaba la mano a modo de despedida hasta que
desapareci de mi vista.


De vuelta en Filadelfia, todo pareca diferente. O tal vez era que yo lo vea de
una forma diferente. Mientras suba, repar en la cantidad exorbitante de latas de
Budweiser que rezumaban del contenedor ecolgico situado frente al apartamento
del segundo piso, y o las carcajadas grabadas de una comedia de situaciones por
debajo de la puerta. En la calle se dispar la alarma de un coche, y o el estrpito de
cristales al romperse cerca. Ruidos de fondo, cosas en las que nunca me fijaba, pero
que ahora empezara a tener en cuenta..., ahora que era responsable de otro ser.
En el tercer piso, una fina capa de polvo se haba formado en mi apartamento
durante los cinco das de ausencia, y ola a cerrado. No es el lugar ms adecuado
para criar a un nio, pens, mientras abra las ventanas, encenda una vela con aroma
a vainilla y coga la escoba.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Di a Nifkin agua fresca y comida. Barr los suelos. Seleccion la ropa que lavara
al da siguiente, vaci el lavaplatos, guard los restos de comida en el congelador,
enjuagu y colgu el traje de bao para que se secara. Estaba a mitad de la lista de la
compra, llena de leche desnatada, manzanas y golosinas, cuando me di cuenta de
que ni siquiera haba escuchado el contestador automtico para averiguar si
alguien..., bien, para averiguar si Bruce... me haba llamado. Muy improbable, pens,
pero al menos le concedera el beneficio de la duda.
Y cuando descubr que no haba llamado, me sent triste, pero nada parecido a
la tristeza dolorosa, nerviosa y angustiada que haba experimentado antes, nada
parecido a la abrumadora certeza de que morira si no me quera, como me pas
aquella noche en Nueva York con Maxi.
l me quera susurr a mi habitacin recin barrida. Me quera, pero ya
no me quiere, y no es el fin del mundo.
Nifkin levant la cabeza del sof, me mir con curiosidad, y despus volvi a
dormir. Cog mi lista.
Huevos escrib. Espinacas. Ciruelas.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 162 -

Captulo 12
Que ests qu?
Inclin la cabeza sobre mi caf descafeinado con leche desnatada y un bagel
tostado.
Embarazada. Encinta. Preada. En estado de buena esperanza. Bombada.
Vale, vale, ya lo he captado. Samantha me miraba fijamente, con la boca
sensual entreabierta, y sus ojos castaos expresaban estupor, despiertos por
completo, pese a que slo eran las siete y media de la maana. Cmo?
De la manera usual dije con desenvoltura.
Estbamos en Xando, la cafetera del barrio que se converta en bar de copas a
las seis de la tarde. Los ejecutivos lean con atencin sus Examiners, las mams
apresuradas con cochecitos beban caf. Un buen local, limpio y bien iluminado. No
era un lugar para hacer escenas.
Con Bruce?
De acuerdo, tal vez no fue de la manera usual. Fue justo despus de que su
padre muriera...
Samantha exhal un suspiro exagerado.
Oh, Dios, Cannie... Qu te dije sobre follar con los que acaban de perder a un
ser querido?
Lo s dije. Sucedi, as de sencillo.
Se permiti otro suspiro, y despus busc su agenda, toda eficiencia, pese a que
todava llevaba mallas negras y una camiseta de Wally's Wings que anunciaba
Retorcemos el pescuezo a los pollos que criamos.
De acuerdo dijo. Has llamado a la clnica?
La verdad es que no dije. Voy a tenerlo.
Abri los ojos de par en par.
Qu? Cmo? Por qu?
Por qu no? Tengo veintiocho aos, gano dinero suficiente...
Samantha estaba negando con la cabeza.
Vas a arruinar tu vida.
S que mi vida va a cambiar...
No. No me has escuchado. Vas a arruinar tu vida.
Dej mi taza de caf sobre la mesa.
Qu quieres decir?
Cannie... Me mir con ojos implorantes. Una madre soltera... Ya es
bastante difcil encontrar hombres decentes en las actuales circunstancias... Sabes
qu va a ser de tu vida social?
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 163 -
La verdad, no haba pensado mucho en eso. Ahora que haba asumido la
prdida irrevocable de Bruce, ni siquiera haba empezado a pensar sobre con quin
acabara, o si encontrara a otro.
No slo tu vida social continu Samantha, toda tu vida. Has pensado en
que esto lo va a cambiar todo?
Pues claro que s.
Se acabaron las vacaciones.
Oh, venga... La gente se va de vacaciones con bebs!
Tendrs dinero para eso? Suponiendo que trabajes, claro est...
S. A tiempo parcial. Eso es lo que haba pensado. Al menos al principio.
Tus ingresos descendern, y gastars dinero en canguros durante las horas de
trabajo. Eso va a causar un impacto sustancial en tu forma de vivir, Cannie. Un
impacto sustancial.
Bien, era verdad. Se acabaron los fines de semana de tres das en Miami slo
porque USAir tena un vuelo barato y yo pensaba que necesitaba un poco de sol. Se
acabaron las semanas en Killington en un apartamento alquilado, donde yo esquiaba
todo el da y Bruce, que no esquiaba, fumaba hierba en el jacuzzi y esperaba mi
regreso. Se acabaron las botas de doscientos dlares que deba poseer fuera como
fuera, se acabaron las cenas de cien dlares, se acabaron las tardes del balneario de
ochenta dlares, donde pagaba a una ta de diecinueve aos para que me masajeara
los pies y depilara mis cejas.
Bien, la vida cambia dije. Ocurren cosas que no habas previsto. La gente
enferma..., o pierde el trabajo...
Pero sas son cosas que no podemos controlar indic Samantha.
Mientras que s puedes controlar esta situacin.
He tomado una decisin dije en voz baja. Samantha no se rindi.
Piensa en lo que significa traer al mundo un nio sin padre dijo.
Lo s contest, y levant la mano antes de que pudiera seguir hablando.
Ya he pensado en esto. S que no es ideal. No es lo que yo querra, si pudiera elegir...
Es que puedes elegir dijo Samantha. Piensa en todo lo que tendrs que
hacer sola. Toda la responsabilidad recaer sobre tus espaldas. Ests preparada para
eso? Es justo que tengas un hijo si no lo ests?
Piensa en todas las otras mujeres que lo hacen!
Las que viven de la Seguridad Social? Las adolescentes?
Claro! En sas! Hay montones de mujeres que tienen hijos sin padre, y se las
arreglan...
Cannie dijo Samantha, eso es vivir con una mano delante y otra detrs...
Tengo un poco de dinero dije, y son adusta incluso a mis propios odos.
Samantha tom un sorbo de caf.
Es por Bruce? Por amarrar a Bruce?
Mir mis manos enlazadas, la servilleta arrugada que haba entre ellas.
No dije. Quiero decir, creo que est relacionado..., a falta de algo mejor...,
pero no es que planeara quedarme embarazada para echarle la zarpa.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 164 -
Samantha enarc las cejas.
Ni siquiera de manera inconsciente?
Me estremec.
Dios, espero que mi inconsciente no sea tan listo como para eso.
La inteligencia no tiene nada que ver con esto. Tal vez, en el fondo, una parte
de ti confiaba..., o confa... en que cuando Bruce se entere, volver contigo.
No se lo voy a decir.
Cmo que no?
Por qu habra de hacerlo? repliqu. Ha seguido su rollo, ha encontrado
a otra, no quiere tener nada que ver conmigo, o con mi vida, de modo que por qu
debera decrselo? No necesito su dinero, y no quiero las migajas de atencin que se
sentira obligado a arrojarme...
Y el nio? No se merece tener un padre?
Venga ya, Samantha. Estamos hablando de Bruce. El drogata de Bruce. Bruce,
el de la cola de caballo y la pegatina de Legalizadla...
Es un buen to, Cannie. Hasta podra ser un buen padre.
Me mord el labio. Me dola admitirlo, hasta pensar en ello, pero deba de ser
cierto. Bruce haba sido asesor de campamentos durante aos. Los chicos le
adoraban, con coleta o no, drogata o no. Cada vez que le vea con sus primos o con
chicos que haban estado en sus campamentos, siempre rivalizaban por sentarse a su
lado a la hora de comer, o por jugar a baloncesto con l, o por pedirle que les ayudara
a hacer los deberes. Incluso cuando nuestra relacin pasaba por sus peores
momentos, nunca dud de que sera un padre maravilloso.
Samantha estaba meneando la cabeza.
No lo s, Cannie. No lo s. Me dirigi una larga y seria mirada. Se va a
enterar, y t lo sabes.
Cmo? Ya no conocemos a la misma gente... Vive muy lejos...
Pero se enterar. He visto suficientes culebrones para garantizrtelo. Te
topars con l en alguna parte... Le hablarn de ti... Se enterar.
Me encog de hombros y trat de aparentar valenta.
De acuerdo, descubre que estoy embarazada. Eso no significa que tenga que
decirle que es suyo. Igual se piensa que le estaba poniendo los cuernos. Aunque
me doliera en lo ms hondo la idea de que Bruce tuviera motivos para pensar eso.
Igual se piensa que fui a un banco de esperma. La cuestin es que no ha de saberlo.
Mir a Samantha. Y t no se lo dirs.
Cannie, no crees que tiene derecho a saberlo? Va a ser padre...
No.
Bien, pues nacer un nio que es de l. Y si quiere ser padre? Y si te
denuncia para conseguir la custodia?
Mira, yo tambin vi ese programa de...
Hablo en serio dijo Samantha. Podra hacerlo.
Oh, por favor. Me encog de hombros, y trat de aparentar menos
preocupacin de la que senta. Bruce apenas sabe dnde estn sus diplomas. Qu
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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hara con un beb?
Samantha se encogi de hombros.
No lo s. Tal vez nada. O tal vez pensara que un nio necesita..., ya sabes...,
una figura paterna.
Bien, le dejar jugar con Tanya brome. Samantha no ri. Pareca tan
preocupada que pens en darle un abrazo, hasta que comprend que me parecera a
Tanya en sus sesiones de Annimos lo-que-sea. Todo saldr bien dije, con voz
alegre y convencida.
Samantha me mir.
Eso espero dijo en voz baja. De veras.


Que ests qu? pregunt Betsy, mi directora. Debo reconocer que se
recuper con ms celeridad que Samantha.
Embarazada repet. Me estaba cansando de interpretar este corte en
particular de la banda sonora de mi vida. Preada. Bombada. Encinta...
Oh. De acuerdo. Oh, Dios. Hum... Betsy me mir desde detrs de sus
gruesas gafas. Felicidades? pregunt, vacilante.
Gracias dije.
Va a haber, hum, boda? pregunt.
No en un futuro cercano dije en tono desenvuelto. Ser eso un
problema?
Oh, no, no! Claro que no! El peridico nunca te discriminara ni nada por el
estilo...
De pronto me sent muy cansada.
Lo s dije;. S que la gente lo va a encontrar raro...
Cuantas menos explicaciones des, mejor dijo Betsy.
Estbamos en la sala de conferencias, con la puerta cerrada y las persianas
bajadas, lo cual significaba que slo poda ver a mis colegas de rodillas hacia abajo.
Reconoc los mocasines gastados del jefe de redaccin, que disminuyeron de
velocidad camino de la sala de correo, seguidos muy de cerca por los zapatos de
tacn de Tanisha, la administrativa que andaba a paso de tortuga. Si los hubiera visto
de cuerpo entero, sus cabezas estaran vueltas hacia m, mientras intentaban adivinar
por qu Betsy y yo estbamos encerradas aqu, si yo me haba metido en algn lo, y
cul era ese lo. Estaba segura de que, en cuanto hubieran efectuado la parada
obligatoria en sus buzones, se dirigiran como una flecha a la mesa de Alice, la
secretaria del departamento desde tiempo inmemorial y depositaria de todos los
chismes sabrosos y escandalosos. Joder, si otra persona estuviera aqu con Betsy en
este momento, yo hara lo mismo. Es el aspecto negativo de trabajar con gente que
husmea, fisgonea e investiga para ganarse la vida. No gozas de mucha vida privada.
Yo en tu lugar, no dira ni una palabra dijo Betsy.
Tena cuarenta y tantos aos, y era una mujer menuda e ingeniosa de pelo muy
rubio, que haba sobrevivido al machismo, las amenazas de absorcin, los recortes de
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 166 -
presupuesto y a media docena de redactores jefe, todos hombres, y todos con una
visin nica de lo que el Examiner deba hacer. Era una superviviente, y mi
protectora en el peridico, y confiaba en que me diera un buen consejo.
Bien, a la larga tendr que decir algo...
A la larga, pero ahora, yo no dira nada. Me mir, no sin afecto. Es duro
dijo.
Lo s.
Tendrs alguna... ayuda?
Si te refieres a si Bruce vendr cabalgando a lomos de un caballo blanco y se
casar conmigo, lo ms probable es que no. Pero mi madre y Tanya echarn una
mano... y quiz mi hermana tambin.
Betsy haba venido preparada. Sac del maletn una copia del contrato, una
libreta y una calculadora.
Vamos a ver qu puedo hacer por ti.
Lo que encontr pareca ms que justo. Seis semanas pagadas despus del
parto, y si yo quera, seis semanas ms de permiso sin sueldo. Despus de eso,
tendra que trabajar tres das por semana para no perder la seguridad social, pero
Betsy dijo que podra dejarme trabajar un da desde casa, siempre que estuviera
localizable. Tecle mi futuro sueldo en la calculadora. Uf. Peor de lo que haba
imaginado..., pero an podra vivir. Eso esperaba, al menos. Cunto costara la
canguro? Y la ropa de beb... y los muebles... y la comida? Vi mis ahorrillos,
cuidadosamente acumulados (con la idea de que algn da los necesitara para pagar
una boda, quizs una casa), convertirse en nada ante mis ojos.
Lo solucionaremos dijo Betsy. No te preocupes. Recogi sus papeles y
suspir. Al menos, procura no preocuparte ms de lo absolutamente necesario. Y
avsame si puedo ayudarte en algo.


Ocho semanas dijo mi ginecloga, con su melodiosa voz inglesa. O quiz
nueve.
Ocho dije con un hilo de voz. Es difcil ser categrica cuando ests tumbada
de espaldas, con los pies levantados y apoyados sobre estribos, y espatarrada.
Gita Patel (al menos, se era el nombre que constaba en la placa prendida en su
bata) dej sus instrumentos y gir en su taburete de ruedas para mirarme, mientras
yo me incorporaba con ciertas dificultades. Era ms o menos de mi edad, calcul, de
lustroso pelo negro sujeto en un moo en la nuca. No era la que sola visitarme en
este garito del seguro mdico, situado bajo el nivel de la calle en Delancey, pero ella
tena la primera hora disponible, y gracias al incensante estribillo de mi madre (Te
ha visto un mdico ya?), haba decidido no esperar. Hasta el momento, pens, todo
iba bien. La doctora Patel tena manos delicadas, y en conjunto era una persona muy
agradable.
Se encuentra bien? pregunt.
Bien. Un poco cansada. Bien, muy cansada, en realidad.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 167 -
Nuseas?
Caramba. Hasta me encant su forma de decir nuseas.
Durante los ltimos das, no.
Muy bien. Vamos a hablar de sus planes.
Inclin apenas la cabeza hacia la sala de espera. Admir la discrecin de su
gesto mientras negaba con la cabeza.
No. Estoy sola.
Muy bien repiti, y me tendi unos folletos satinados. El nombre de mi
mutua estaba impreso en lo alto. Pequeos retoos rezaba el ttulo. Puf.
Ayudamos a nuestros miembros cuando empiezan uno de los viajes ms
emocionantes de la vida! Doble puf.
Bien. La ver una vez al mes durante los siguientes cinco meses, cada dos
semanas en su octavo mes, y una vez a la semana hasta el parto. Pas varias hojas
del Calendario. Le adelanto la fecha del 15 de junio..., teniendo en cuenta que los
bebs vienen cuando les apetece, por supuesto.
Me fui con el bolso atiborrado de frascos de vitaminas y cido flico, y mi
cabeza daba vueltas con listas de cosas que no poda comer y cosas que debera
comprar y llamadas que deba hacer. Formularios que rellenar, clases de parto a las
que matricularme, un folleto sobre episiotomas que, en mi actual estado mental, no
quera ni considerar. Era diciembre, y el fro haba llegado por fin. Un viento fresco
empujaba hojas secas contra las esquinas, mientras yo caminaba con la delgada
chaqueta abrazada contra mi cuerpo. Se ola la nieve en el aire. Estaba muerta de
cansancio, y mi cabeza daba vueltas, pero an me quedaba otra parada.


La clase de Control del Peso estaba terminando cuando yo llegu. Encontr a
mis compaeros y al doctor K. saliendo de las oficinas de Trastornos Alimentarios,
conversando alegremente, embutidos en jersis y abrigos de invierno con aspecto de
haber sido utilizados por primera vez aquel ao.
Cannie! El doctor K. salud y se acerc. Llevaba pantalones caqui, camisa
de algodn, sin corbata. Ni tampoco bata blanca, por una vez. Cmo ests?
Bien dije. Siento haberme saltado la clase. Quera pasar antes...
Vamos a mi despacho? pregunt el doctor K.
Fuimos. Se sent detrs de su escritorio, yo ocup la silla opuesta, sin darme
cuenta hasta que me sent de que no estaba cansada, sino agotada por completo.
Me alegro de verte repiti, y me mir expectante.
Respir hondo. Acaba de una vez, me dije. Acaba de una vez, y podrs irte a
dormir a casa.
Voy a seguir, hum... embarazada. De modo que debo abandonar el programa
le dije. Asinti, como si lo hubiera dado por sentado.
Me encargar de que el Departamento te enve un cheque dijo. En otoo
empezaremos nuevos cursillos, por si sigues interesada.
No creo que me quede mucho tiempo libre.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 168 -
Asinti.
Bien, te echaremos de menos en clase. Aportabas un toque distintivo.
Oh, lo dice por...
No. Esa imitacin de la clula de grasa femenina que hiciste hace dos
semanas... Deberas pensar en los escenarios.
Suspir.
Los escenarios son duros, y tengo... montones de cosas en que pensar ahora.
El doctor tom libreta y pluma.
Creo que podramos tener una especie de taller de nutricin para madres
gestantes dijo, al tiempo que apartaba libros y papeles para recuperar su listn
telefnico. Quiero decir, ya que has pagado, igual podras obtener algo... Aunque
si quieres que te devolvamos el dinero, no habr ningn problema...
Se portaba muy bien conmigo. Por qu?
No, as ya est bien. Slo quera decirle que deba dejarlo, y que lo siento...
Respir hondo, y le mir mientras l me miraba desde el otro lado de la mesa,
con sus ojos tan bondadosos. Y entonces, me puse a llorar otra vez. Qu pasaba con
esta habitacin, y con este pobre hombre, que cada vez que me sentaba delante de l
terminaba hecha un mar de lgrimas?
Me tendi un Kleenex.
Te encuentras bien?
Estoy bien. Estoy bien. Me pondr bien... Lo siento...
Y entonces, me puse a llorar con tal sentimiento, que no pude hablar.
Lo siento repet. Creo que es una de esas cosas del primer trimestre,
cuando te pones a llorar por cualquier cosa. Di unas palmaditas sobre mi bolso.
Tengo aqu dentro una lista... Cosas que debo tomar, cosas que debo sentir...
Cogi una bata blanca del perchero y extendi una mano hacia m.
Levntate dijo. Obedec, y dej caer la bata sobre mis hombros. Quiero
ensearte algo. Ven conmigo.
Me gui hasta un ascensor, recorrimos un pasillo, pasamos una puerta que
pona Slo personal autorizado y Prohibido el paso, atravesamos otra puerta con
el letrero de Slo emergencias! Sonar la alarma!. Pero la alarma no son cuando
abri la puerta. De repente nos encontramos al aire libre, en el tejado, con la ciudad
extendida a nuestros pies.
Vi el Ayuntamiento. Me encontraba a la misma altura de la estatua de Billy
Penn, el fundador de Pennsylvania, que coronaba la casa consistorial. Haba el
edificio PECO, tachonado de luces centelleantes..., las torres gemelas de Liberty
Place, que arrojaban destellos plateados..., coches diminutos que avanzaban por
calles infinitesimales. Las hileras de luces de Navidad y guirnaldas de nen
flanqueaban Market Street hasta el muelle. El Blue Cross RiverRink, con diminutos
patinadores que describan lentos crculos. Y despus, el ro Delaware, y Camden.
Nueva Jersey. Bruce. Todo pareca muy lejano.
Qu te parece? pregunt el doctor K.
Creo que deb pegar un bote cuando se puso a hablar. Por un momento, me
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 169 -
haba olvidado de l..., olvidado de todo. Estaba fascinada por la vista.
Nunca he visto una ciudad como sta dije. Es asombrosa.
Se apoy contra la puerta y sonri.
Creo que deberas pagar un alquiler principesco, en uno de los rascacielos de
Rittenhouse Square, para gozar de una vista como sta dijo.
Me volv de nuevo hacia el ro, y sent la caricia del viento fro en la cara. El aire
era delicioso. Durante todo el da, o al menos desde que la doctora Patel me haba
entregado el folleto con la lista de Quejas Habituales del Primer Trimestre, me haba
dado cuenta de que perciba el olor de todo cuanto me rodeaba, y de que por lo
general era nauseabundo. Gases de escape de los coches... Mierda de perro junto a un
cubo de basura... Gasolina... Incluso cosas que me solan gustar, como el aroma a caf
que surga del Starbucks de South Street, me llegaba con su intensidad normal
multiplicada por diez. Pero aqu arriba, el aire no ola a nada, como si lo hubieran
filtrado especialmente para m. Bien, para m y para los afortunados poseedores de
los ticos rodeados de balcones que gozaban de acceso ilimitado.
Te sientes mejor? pregunt el doctor K.
S.
El doctor K. se sent con las piernas cruzadas y me indic con un gesto que le
imitara. Lo hice, con cuidado de no sentarme sobre su bata.
Te apetece hablar del asunto? pregunt.
Le mir de reojo.
Quiere escuchar?
Pareci avergonzado.
No es mi intencin fisgonear... S que no es mi problema...
Oh, no, no, no es eso. Es que no quiero aburrirle. Suspir. Es la historia
ms vieja del mundo. Chica conoce a chico, chica quiere a chico, chica planta a chico
por motivos que no alcanza a comprender, el padre del chico muere, la chica intenta
consolarle, la chica acaba embarazada y sola.
Ah dijo l con cautela.
Puse los ojos en blanco.
Crea que haba sido con otro?
No dijo nada, pero a la luz reflejada por las calles, pens que pareca
avergonzado. Me acomod hasta sentarme de cara a l.
No, de veras. Crea que haba encontrado otro chico tan deprisa? Por favor
resopl. Me sobrestima.
Creo que pens... Bien, en realidad ni siquiera me lo haba planteado.
Bien, crame, necesito mucho ms que unos cuantos meses para encontrar a
alguien a quien le guste, y que desee verme desnuda, y yo me sienta lo bastante a
gusto para dejarle. Le mir de reojo otra vez. A lo mejor pensaba que estaba
flirteando. Slo para su informacin aad.
Pasar eso por alto replic muy serio. Casi me dieron ganas de rer.
Dgame una cosa. Cmo sabe la gente cundo est de broma? Porque
siempre habla ms o menos igual.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Cmo? Como un chiflado?
Tard mucho en decir la palabra chiflado, lo cual le hizo parecer... un poco
chiflado.
No exactamente. Siempre serio.
Bien, pues no es verdad. Dio la impresin de que se haba ofendido. De
hecho, tengo un gran sentido del humor.
No me haba dado cuenta me burl.
Bien, considerando que las pocas veces que hemos hablado estabas inmersa
en una extravagante crisis vital, no me he mostrado muy chistoso.
Ahora s que pareca muy ofendido.
Comprendido dije. Estoy convencida de que eres muy divertido.
Me mir con suspicacia, el ceo fruncido.
Cmo lo sabes?
Porque t lo has dicho. La gente que es divertida lo sabe. La gente que no es
divertida dice: Mis amigos dicen que tengo un gran sentido del humor, Mi madre
dice que tengo un gran sentido del humor. Es entonces cuando sabes que te has
metido en un lo.
Ah dijo. Si tuvieras que describirte, diras que eres divertida?
No suspir, mientras miraba el cielo nocturno. En este momento, dira
que soy una piltrafa.
Estuvimos en silencio unos minutos.
Has pensado en lo que vas a hacer? pregunt, por fin. No es preciso que
hables de eso si no quieres...
No, no. Da igual. Slo he pensado en unas cuantas cosas. S que voy a
tenerlo, y s que voy a trabajar menos cuando llegue. Tambin s que buscar un
piso nuevo, lo ms seguro, y que mi hermana estar a mi lado durante el parto.
Dicho as, como una mano de cartas desplegada sobre una mesa, no pareca
gran cosa.
Qu hay de Bruce? pregunt.
Pues vers, eso es lo que an no he decidido. Hace semanas que no hablamos,
y est saliendo con otra.
En serio?
Lo suficiente para contrmelo. Y para escribir al respecto.
El mdico reflexion.
Bien, tal vez no signifique nada. Quizs est intentando volver contigo..., o
ponerte celosa.
S, bien, pues funciona.
Pero un hijo... Bien, eso cambia todo.
Ah, t tambin has ledo el folleto? Apret las rodillas contra mi pecho.
Despus de romper..., despus de que su padre muriera, cuando me senta tan mal y
quera volver con l, mis amigas no paraban de decirme: Has roto con l, y algn
motivo habrs tenido. Creo que, en el fondo, saba que no bamos a estar juntos toda
la vida, sobre todo por mi culpa... He creado toda esta teora sobre mi padre, y mis
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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padres, y porque no confo en el amor. Se me ocurre que, aunque l fuera perfecto...,
o si no, aunque yo me sintiera a gusto..., tal vez sera incapaz de darme cuenta, o
habra intentado convencerme de lo contrario. Algo as.
O quiz no era el hombre adecuado para ti. En la facultad de medicina
siempre nos ensearon que cuando oyes ruido de cascos...
... no busques cebras.
Sonri.
A ti tambin te lo dijeron en la facultad?
Negu con la cabeza.
No. Mi padre era mdico. Siempre lo deca, pero no s. Creo que todo esto
podra equivaler a la cebra. S que le echo mucho de menos, y que me sent fatal
cuando descubr que sala con otra, y creo que yo lo provoqu..., y que podra haber
sido el amor de mi vida, mi marido. Tragu saliva, y mi garganta se cerr
alrededor de aquella palabra. Pero ahora...
Ahora qu?
Le echo de menos en todo momento. Sacud la cabeza, disgustada por mi
sentimentalismo. Es como estar embrujada, o algo por el estilo, y ahora no puedo
permitirme el lujo de estar embrujada. He de pensar en m, y en el beb, y en cmo
voy a planificar el futuro.
Le mir. Se haba quitado las gafas y vi que me estaba mirando fijamente.
Puedo hacerte una pregunta? dije.
Asinti.
Necesito un punto de vista masculino. Tienes hijos?
No que yo... No.
Ibas a decir no que yo sepa?
S, pero par a tiempo. Bien, casi.
Muy bien. No tienes hijos. Cmo te sentiras si rompieras con alguien, y un
da te dijera: Sabes una cosa? Estoy embarazada de ti. Querras saberlo?
En mi caso dijo con aire pensativo. Bien, s. En mi caso, querra saberlo.
Querra significar algo en la vida de ese nio.
Aunque ya no estuvieras con su madre?
Creo que los nios merecen tener dos padres que se preocupen por ellos,
aunque estn separados. Ya es bastante difcil crecer en este mundo. Creo que estos
cros necesitan toda la ayuda posible.
Eso no era lo que yo quera or, claro est. Lo que deseaba or era: T puedes
hacerlo, Cannie! Puedes hacerlo sola! Si iba a vivir separada de Bruce (y existan
abundantes pruebas a favor), quera estar segura de que un solo padre era ms que
suficiente.
T crees que debera decrselo.
En mi caso dijo con aire pensativo, querra saberlo. Da igual lo que hagas
o lo que l quiera, al final eres t la que decide. Qu es lo peor que puede pasar?
Que su madre y l me demanden para conseguir la custodia y quedarse el
nio?
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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No sali eso en Ophra?
Sally Jessy dije. La temperatura estaba bajando. Me ce la bata alrededor
del cuerpo.
Sabes a quin me recuerdas? pregunt.
Si dices Janeane Garofalo, saltar le advert. Siempre me comparaban con
Janeane Garofalo.
No dijo.
A tu madre?
A mi madre, no.
A ese to que sali en el programa de Jerry Springer, tan gordo que los
paramdicos tuvieron que hacer un agujero en su casa para sacarle?
Estaba sonriendo, pero intentaba reprimirse.
Habla en serio! me reprendi.
Bien. A quin?
A mi hermana.
Oh. Reflexion unos instantes. Es...?
No supe qu decir. Es gorda? Es divertida? La dej bombada su novio?
Se pareca un poco a ti. Extendi la mano, y sus dedos casi rozaron mi
cara. Tena tus mejillas, y una sonrisa muy parecida.
Pregunt lo primero que se me ocurri.
Era mayor o menor?
Mayor dijo, con la vista clavada en el frente. Muri cuando yo tena
nueve aos.
Oh.
Cuando me conocen, muchos de mis pacientes quieren saber por qu segu
esta especialidad de la medicina. No existe una relacin evidente. No soy una mujer.
Nunca he tenido problemas de peso...
No, claro. Refrigamelo por las narices dije. Tu hermana era... obesa?
Pues no. Pero el peso la tena obsesionada. Slo pude ver el perfil de su
cara cuando sonri. Siempre estaba siguiendo una dieta u otra... Una semana,
huevos escalfados, sanda la siguiente.
Padeca, hum, trastornos alimentarios?
No. Estaba obsesionada por la comida. Muri en un accidente de coche.
Recuerdo que mis padres fueron al hospital, y nadie me deca nada sobre lo que
estaba pasando. Por fin, mi ta, la hermana de mi madre, subi a mi habitacin y dijo
que Katie estaba en el cielo, y que yo no deba estar triste, porque el cielo era un lugar
maravilloso donde encontrabas todas tus cosas favoritas. Yo pensaba que el cielo era
un lugar lleno de galletas, helados, beicon y wafles..., todas las cosas que Katie
deseaba comer y rechazaba. Se volvi hacia m. Parece una estupidez, verdad?
No. No, la verdad es que es as como me imagino el cielo.
Me sent fatal al instante. Y si pensaba que me estaba burlando de su pobre
hermana muerta?
Eres juda, verdad?
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 173 -
S.
Yo tambin. Bueno, a medias. Mi padre lo era, pero no nos educaron de una
forma determinada. Me mir con curiosidad. Los judos creis en el cielo?
No... Tcnicamente, no. Intent recordar mis clases de la escuela hebrea.
El rollo es que te mueres, y luego... te pones a dormir, me parece. No existe una idea
definida del ms all. Slo duermes. Y luego viene el Mesas y todo el mundo
resucita.
En los cuerpos que tenan en esta vida?
No lo s. Yo intentar apropiarme del de esa modelo alemana, Heidi Klum.
El doctor lanz una leve carcajada.
Te gustara...? se volvi hacia m.Tienes fro.
Yo estaba temblando un poco.
No, estoy bien.
Lo siento dijo.
No pasa nada! Me gusta saber los, hum..., las vidas de los dems. Casi
haba dicho problemas, pero me reprim justo a tiempo. Me lo he pasado bien.
Pero ya se haba puesto en pie, y en tres zancadas haba llegado a la puerta.
Deberas entrar murmur. Mantuvo abierta la puerta. Sal a la escalera,
pero no me mov, de manera que cuando cerr la puerta se qued muy cerca de m.
Ibas a preguntarme algo dije. Qu era?
Ahora le toc a l parecer confuso.
Yo..., hum... Ah, s, las clases de nutricin para embarazadas, creo. Iba a
preguntarte si querras apuntarte.
Yo saba que no se trataba de eso, y hasta intu que era algo muy diferente. Pero
no dije nada. Tal vez le haba pasado un momento por la cabeza preguntarme...
algo..., porque haba estado hablando de su hermana y se senta vulnerable. O quiz
senta pena por m. O tal vez yo me equivocaba por completo. Despus del desastre
de Steve, y ahora el de Bruce, ya no confiaba en mi intuicin.
A qu hora se renen? pregunt.
Lo mirar dijo, y le segu escaleras abajo.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Captulo 13
Tras muchas deliberaciones, y unos diez borradores, redact, y envi por
correo, una carta a Bruce.
Bruce:
No hay forma de edulcorar esta noticia, de modo que te lo dir sin rodeos:
estoy embarazada. Sucedi la ltima vez que estuvimos juntos, y he decidido tener
el nio. La fecha prevista es el 15 de junio.
Es mi decisin, y la he tomado tras mucho reflexionar. Quera que lo supieras
para que puedas decidir hasta qu punto quieres implicarte en la vida de este nio.
No voy a decirte lo que has de hacer, ni pienso pedirte nada. He tomado mi
decisin, y t tendrs que tormar la tuya. Si quieres pasar algn rato con el nio,
procurar por todos los medios facilitarte las cosas. Si no quieres, lo comprender.
Lamento que esto haya sucedido. S que no es lo que necesitas en este preciso
momento, pero he decidido que merecas saberlo, para que tomes las decisiones que
consideres correctas. Lo nico que te pido es que no escribas sobre esto. Me da igual
que hables de m, pero ahora hay otra persona en juego.
Cudate,
CANNIE
Escrib mi nmero de telfono, por si lo haba olvidado, y envi la carta.
Haba muchas otras cosas que deseaba escribirle, como que an beba los
vientos por l. Que an soaba que volva conmigo, que vivamos juntos: yo, Bruce y
el beb. Que me senta asustada casi siempre, y estaba furiosa con l cuando no me
senta asustada, o tan enferma de amor, deseo y anhelo que tena miedo hasta de
pensar en su nombre, por temor a lo que pudiera hacer, y que por ms que llenaba
mis das con actividades, planes y listas (pintar el segundo dormitorio de un tono
amarillo limn y montar la cmoda que haba comprado en Ikea), muy a menudo me
descubra pensando en lo mucho que anhelaba su regreso.
Pero no escrib nada de esto.
Record el ltimo ao de instituto, cuando esperabas que las universidades te
contestaran y dijeran si te aceptaban o rechazaban. Creedme, esperar a que el padre
de tu hijo nonato te conteste para saber si desea tener algo que ver contigo o con l
nio es mucho peor. Durante tres das estuve pendiente del telfono de casa de una
manera obsesiva. Durante una semana iba en coche a casa a medioda para echar un
vistazo al buzn, y me maldeca por no haber enviado la carta por correo certificado,
porque as sabra al menos si la haba recibido.
No hubo nada. Da tras da, nada de nada. No poda creer que fuera tan fro.
Que me (nos) diera la espalda tan por completo. No obstante, pareca la pura verdad.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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De modo que me rend..., o intent creer que me renda.
Las cosas son as dije a mi estmago.
Era un domingo por la maana, dos das antes de Navidad. Haba ido a dar un
paseo en bicicleta (tena permiso hasta el sexto mes, salvo complicaciones), y haba
montado un mvil con huesos para perros pintados de alegres colores, a partir de un
libro titulado Juguetes sencillos para nios, y me estaba recompensando con un largo y
clido remojn.
Creo que los bebs deberan tener dos padres. Lo creo firmemente. En
circunstancias ideales, tendras un padre, pero no es as. Tu, hum, padre biolgico es
un buen to, pero no era el to que me convena, y ahora lo est pasando un poco mal,
adems de que sale con otra... Tal vez no era lo que mi hijo nonato necesitaba
escuchar, pero daba igual. De modo que lo siento, pero as son las cosas. Voy a
intentareducarte lo mejor que pueda, y nos entenderemos lo mejor posible, y con
suerte no acabars odindome, cubierto de tatuajes y anillados corporales para
exteriorizar tu dolor, o lo que hagan los chicos dentro de quince aos, porque lo
siento, y voy a lograr que salgamos adelante.
Pas como pude las vacaciones. Hice dulces y galletas para mis amigos, en
lugar de comprar cosas, y ahorr dinero (menos del que haba gastado el ao
anterior) en tarjetas de felicitacin para mis hermanos. Fui a casa de mi madre para
asistir a su fiesta anual de puertas abiertas, en que docenas de sus amigas, ms todos
los miembros de las Switch Hitters y casi toda la nmina de Una Liga Muy Suya me
colmaron de mimos, felicitaciones, consejos, nombres de mdicos de centros de da, y
un ejemplar algo sobado de Heather tiene dos mams (este ltimo de una despistada
jugadora de segunda base llamada Dot, a la que Tanya se llev a un lado de
inmediato para informarle de que yo no era lesbiana, sino una vulgar semental
abandonada). Me qued en la cocina el mayor rato posible, rallando patatas, friendo
un pastel de patatas ralladas que los judos llaman latke, mientras Lucy me contaba
que una amiga y ella haba convencido a un tipo que haban conocido en un bar de
que las llevara a casa de l, donde haban abierto todos los regalos de Navidad
acumulados bajo el rbol cuando l perdi el conocimiento.
Eso no fue muy amable por vuestra parte la reprend.
l no era muy amable replic Lucy. Te parece bonito que nos llevara a
las dos a su casa, aprovechando que su mujer estaba fuera de la ciudad?
Admit que tena razn.
Todos son unos perros continu Lucy con altanera. No hace falta que te
lo diga, desde luego. Trag el lquido transparente de su vaso. Sus ojos
centellearon. He de imprimir un giro a mis vacaciones anunci.
Llvate tu giro fuera la apremi, y tir ms patata rallada a la sartn. Pens
que Lucy deba de estar complacida en secreto de que fuera yo, y no ella, quien
hubiera terminado en esta situacin. Para Lucy, un embarazo imprevisto hubiera
sido casi normal. Para m, era una sorpresa mayscula.
Mi madre asom la cabeza en la cocina.
Cannie? Te quedars a dormir, verdad?
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Asent. Desde el Da de Accin de Gracias haba adoptado la costumbre de
pasar al menos una noche cada fin de semana en casa de mi madre. Ella preparaba la
cena, yo haca caso omiso de Tanya, y a la maana siguiente mi madre y yo bamos a
nadar, poco a poco, codo con codo, antes de llenar el coche de comida y cosas
necesarias para un recin nacido que sus amigas haban aportado, y luego volva a la
ciudad.
Mi madre se acerc a los fogones y movi los latkes con una esptula.
Creo que el aceite est demasiado caliente coment.
Intent expusarla de la cocina, pero no lleg ms all del fregadero.
An no has tenido noticias de Bruce? pregunt. Negu con la cabeza.
No puedo creerlo. No es propio de l...
Da igual la interrump. La verdad era que mi madre tena razn. No era
propio del Bruce que yo haba conocido, y me senta tan herida y perpleja como el
que ms. Es evidente que he conseguido despertar sus peores demonios.
Mi madre me dedic una sonrisa bondadosa. Despus se acerc y baj el fuego.
No los quemes dijo, y regres a la fiesta, dejndome con una sartn llena de
pasteles de patata a medio hacer y todas mis preguntas. Es que no le preocupa?,
me pregunt. Es que no le preocupa en absoluto?
Intent mantenerme ocupada durante todo el invierno. Asist a las fiestas de
mis amigas, tom sidra especiada en lugar de ponche o champagne. Sal a cenar con
Andy, y a pasear con Samantha, y a clases de preparacin para el parto con Lucy,
que haba accedido a ser mi acompaante en el parto A condicin de que no tenga
que ver tu trasero!. De hecho, casi nos expulsaron el primer da. Lucy empez a
vociferar Empuja! Empuja!, cuando lo nico que deseaba la profesora era hablar
sobre cmo elegir un hospital. Desde entonces, las parejas de futuros padres pasaron
de nosotras.
El doctor K. se haba convertido en mi nuevo colega de correo electrnico. Me
escriba a la oficina una o dos veces por semana, preguntaba cmo iba todo, me pona
al da sobre mis amigas de la clase de Control del Peso. Averig que Esther haba
comprado una cinta de andar y perdido veinte kilos, y que Bonnie haba encontrado
novio. Dime cmo te va, escriba siempre, pero a m nunca me apeteca contarle
gran cosa, sobre todo porque no saba encasillarle. Era un mdico? Era un amigo?
No estaba segura, de modo que hablaba de cosas superficiales, las ltimas
habladuras de la sala de redaccin, en qu estaba trabajando, cmo me senta.
Poco a poco, empec a revelar a mis conocidos lo que estaba pasando,
ampliando progresivamente el crculo (buenos amigos, no tan buenos amigos, un
puado de compaeros de trabajo, media docena de parientes). Lo haca en persona,
siempre que era posible, o por correo electrnico, en el caso de Maxi.
Resulta empec que estoy embarazada. Le envi la versin condensada,
autorizada para mayores de trece aos, de los acontecimientos. Recuerdas cuando
te habl de la ltima vez que vi a Bruce, despus del funeral? escrib. Nos dimos
un revolcn cuando estaba en su casa. As pas.
La respuesta de Maxi fue instantnea, en slo dos frases, con maysculas.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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QU VAS A HACER? escribi. NECESITAS AYUDA?
Le cont mis planes del momento: tener el nio, trabajar a tiempo parcial.
Esto no es lo que yo haba planeado escrib, pero intento extraer el mejor
partido de la situacin.
Eres feliz? contest Maxi. Ests asustada? Qu puedo hacer?
Soy feliz, ms o menos. Estoy emocionada escrib. S que mi vida
cambiar, y procuro reprimir mis temores al respecto. Pens en su ltima pregunta
y contest que necesitaba conservar su amistad, seguir en contacto. Desame buena
suerte le dije. Y reza para que todo salga bien.
Sin embargo, haba das en que eso no pareca probable. Como el da que fui a
la farmacia para comprar cosas necesarias para el embarazo, y me top con la ltima
columna de Bueno en la cama, un tratado sobre exhibiciones pblicas de afecto
titulado Oh, oh, el murdago.
Si por m fuera haba escrito, sujetara la mano de E eternamente. Tiene
unas manos maravillosas, menudas, esbeltas y suaves, tan diferentes de las mas.
O de las mas, pens con tristeza, mientras contemplaba mis manos de dedos
morcilludos, uas descuidadas y cutculas mordisqueadas.
Si por m fuera, la besara en cada esquina y la abrazara ante el pblico de los
programas en directo. No necesito excusas de temporada o arbolitos colgando del
techo como incentivo. Es del todo adorable, y no soy tmido a la hora de
demostrarlo.
Lo cual me convierte en un bicho raro, lo s. Montones de hombres preferiran
cargar con tus bolsas de la compra, tu mochila, incluso tu bolso, antes que tomar tu
mano en pblico. Besan sin problemas a sus madres y hermanas (aos de
condicionamiento han acabado con su resistencia), pero se resisten a besarte delante
de sus amigos. Cmo lograr que tu hombre supere este obstculo? No dejes de
intentarlo. Roza las yemas de sus dedos con las tuyas mientras comparts palomitas
de maz en un cine, y toma su mano cuando salgis por la puerta. Bsale en plan
juguetn al principio, y confa en que, a la larga, te responda con ms pasin.
Intenta esconder ese murdago en tu sujetador, o mejor an, en ese liguero de encaje
que an no has estrenado...
Ligueros de encaje. Oh, qu dao me hizo. Record que, por mi cumpleaos y el
da de San Valentn, Bruce apareca con cajas llenas de ropa interior de talla XL. Yo
me negaba a llevarla. Le deca que era tmida. La verdad, me senta estpida con
aquellas prendas. Las mujeres de talla normal se avergenzan de sus culos y
estmagos. Cmo iba a sentirme bien embutida en las sucintas prendas que me
traa? Me daba la impresin de que era una broma pesada, un truco de mal gusto,
como una extra de Objetivo indiscreto, donde tan pronto como demostrabas que eras
lo bastante imbcil o crdula para pensar que te sentaba bien aquel atavo, Alien Funt
y sus muchachos salan del ropero, con focos y lentes de gran angular preparados.
Daba igual que Bruce tratara de tranquilizarme (No te lo habra comprado si no
quisiera que lo llevaras!). No poda decidirme a intentarlo siquiera.
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Cerr la revista. Pagu mis cosas, las met en el bolsillo y me arrastr hasta casa.
Aunque saba que haba escrito su artculo de diciembre meses antes de recibir mi
carta (si es que la haba recibido), me haba sentado como una bofetada.
Como no tena planes para ir a ninguna fiesta (ni nadie a quien besar), me ofrec
de voluntaria para trabajar el da de Nochevieja. Sal a las once y media, llegu a
casa, envolv a Nifkin en la pequea chaqueta de chndal que despreciaba (en el
fondo, estaba segura de que le daba un aspecto tonto..., y en el fondo, deba admitir
que l tena razn), y me arrebuj en el abrigo. Guard una botella de mosto en el
bolsillo, caminamos hasta Penns Landing y nos sentamos en el muelle, mientras los
fuegos artificiales estallaban en el cielo, y adolescentes borrachos y ciudadanos del
sur de Filadelfia chillaban, se sobaban y besaban a nuestro alrededor. Era 1999.
Despus, volv a casa e hice algo que tendra que haber hecho mucho antes.
Cog una caja de cartn grande y empec a embalar todas las cosas que Bruce me
haba regalado, o las cosas que me lo recordaban.
All fue a parar la vela en forma de globo medio fundida que habamos
encendido en Vermont, y a cuya luz perfumada habamos hecho el amor. Todas las
cartas que me haba enviado, cada una doblada dentro de su sobre. Toda la ropa
interior que me haba comprado y yo nunca haba utilizado, y el vibrador y los
aceites corporales comestibles y las esposas rosa forradas en piel, cosas que ya no
deba conservar, sobre todo ahora que esperaba un hijo. Un collar de cuentas de
cristal pintadas a mano que su madre me haba regalado por mi ltimo cumpleaos,
y la bolsa de piel del cumpleaos anterior. Tras cierta deliberacin, decid quedarme
con el telfono mvil, que haba logrado perder su relacin con Bruce... Al fin y al
cabo, ya no llamaba. Y conserv los CD de Ani DiFranco y Mary Chapin Carpenter,
Liz Phair y Susan Werner. Era mi msica, no la suya.
Lo empaquet todo, asegur la caja con cinta adhesiva y la baj a mi zona de
almacenamiento del stano, pensando que podra vender las cosas ms bonitas
llegado el caso, pero por ahora desapareceran de mi vista, y tal vez eso bastara. O
sera un comienzo, al menos. Despus, sub al apartamento y abr mi nuevo diario,
un bonito libro con una cubierta de papel jaspeada y gruesas pginas a rayas. 1999,
escrib, con Nifkin sentado sobre el brazo del sof a mi lado, mirando mis palabras
con lo que, esperaba, fuera aprobacin. Para mi beb, al cual ya quiero mucho.


Llovi durante la mayor parte de enero y nev casi todos los das de febrero, de
modo que casi todo se tea de blanco durante unos diez minutos, hasta que los
gases de escape de los autobuses de la ciudad y los tos que escupan en las aceras lo
tean de gris una vez ms. Procur no mirar los corazones rojos que adornaban los
escaparates de las farmacias. Intent esquivar el ejemplar rojo sobre rosa de San
Valentn de Moxie, al que Bruce haba contribuido, segn me inform la portada, con
un artculo titulado Dale ganas de gritar: 10 trridos trucos nuevos para los
aventureros del erotismo. Un da aciago me top con su columna, mientras esperaba
en la cola del establecimiento de comida preparada, y me asalt una foto a toda
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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pgina de Bruce con pantalones cortos rojos y una expresin de arrobamiento
abyecto, mientras se revolcaba en la cama con una mujer que, confi, fuera una
modelo de Moxie, en lugar de la misteriosa E. Devolv la revista a su estante, como si
me quemara las manos, y decid, despus de consultar en persona con Samantha
(Olvdalo, Cannie), y mediante correo electrnico con Maxi (Podra ordenar que
lo asesinaran, si quieres), que lo mejor era olvidarlo y dar gracias de que febrero
fuera un mes breve.
Pas el tiempo. Desarroll un conjunto de estras nuevas e interesantes, y
empec a devorar el queso Stilton importado que vendan en Chef s Market de South
Street a 16 dlares los 500 gramos. Algunas veces estuve a punto de deslizar una
porcin triangular en el bolsillo de mi chaqueta y llevrmelo de la tienda, pero nunca
lo hice. Habra sido demasiado violento, razon, tener que explicar mi adiccin al
queso a quienquiera que hubiera venido a pagar mi fianza, despus de la inevitable
detencin.
De hecho, me senta de coa, tal como la mayora de libros sobre el embarazo
describan el segundo trimestre. Te sentirs radiante y viva, llena de energa!,
deca uno, bajo la foto de una mujer embarazada sonriente y vivaz que atravesaba un
campo de flores silvestres, cogida de la mano de su marido, que pona cara de
devocin. La realidad no era tan maravillosa, porque a veces el sueo poda
conmigo, y mis pechos me dolan tanto que, en ocasiones, fantaseaba con que se
desprendan y se alejaban rodando, como la noche que devor un tarro entero de
chutney de mango mientras miraba la reposicin de Total Request Live en la MTV. De
vez en cuando (bien, con ms frecuencia que eso), senta tanta pena de m que
lloraba. Todos mis libros contenan fotos de seoras embarazadas con sus maridos (o
compaeros, en los ms progresistas), alguien que frotaba tu estmago con manteca
de cacao y te iba a buscar helados y encurtidos, que te alegraba, animaba y ayudaba a
elegir un nombre. Yo no tena a nadie. Me hunda en la apata, sin hacer caso de las
llamadas de Samantha, Lucy y mi madre, que se repetan dos veces por noche. No
poda enviar a nadie al establecimiento de comidas preparadas en plena noche, no
tena a nadie con quien discutir los mritos relativos de Alice y Abigail, nadie que me
alentara a encarar el futuro con optimismo y me dijera que todo saldra bien.
Tena la sensacin de que las cosas se iban complicando cada vez ms, en lugar
de lo contrario. Para empezar, mis compaeros del trabajo empezaron a darse cuenta.
Nadie me lo preguntaba a la cara, pero me miraban de vez en cuando, o se haca el
silencio cuando entraba en el lavabo de chicas o en la cafetera.
Una tarde, Gabby me acorral junto a mi mesa. Me la tena jurada desde otoo,
cuando mi artculo dominical sobre Maxi apareci en la primera pgina de la seccin
de Espectculos, para deleite de mis superiores. Les encant que furamos el nico
peridico de la Costa Este que hubiera conseguido una entrevista con Maxi, y que
adems fuera la nica entrevista en que hablara con tanta siceridad de su vida, sus
objetivos y sus romances fallidos. Me gan una buena prima, ms una elogiosa nota
de mi redactor jefe, que conservaba pegada con cinta adhesiva en la pared de mi
cubculo.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Todo esto fue positivo para m, pero tambin provoc que Gabby estuviera
cada vez de peor humor, sobre todo desde que yo haba recibido permiso para
escribir sobre los Grammy, mientras a ella le haban encargado redactar la nota
necrolgica de Andy Rooney, un conocido presentador de la CBS, por si su salud
empeoraba.
Ests engordando? pregunt.
Intent darle la vuelta a la pregunta, tal como aconsejaban los ltimos 10
trucos para manejar a gente difcil de la revista Redbook, consciente de que la gente
haba aguzado el odo.
Qu pregunta tan rara dije, con los labios entumecidos. Por qu te
interesa saberlo?
Gabby sigui mirndome, sin morder el anzuelo.
Tu aspecto es diferente dijo.
Intentas decir que es importante para ti que siempre tenga el mismo
aspecto? contest, cindome a las instrucciones de Redbook.
Me dirigi una larga y airada mirada, y luego se march, lo cual me vino de
perlas. No haba decidido qu dira a la gente, ni cundo, y de momento usaba
camisas y pantalones extragrandes, con la esperanza de que disimularan mi
aumento de peso (tres kilos en el primer trimestre, otros dos desde el Da de Accin
de Gracias) hasta los excesos de las vacaciones.
La verdad era que estaba comiendo bien. Cada fin de semana haca un brunch
con mi madre, y sala a cenar una o dos veces por semana con mis amigos, quienes
parecan ceirse a un calendario supersecreto. Cada noche, alguien llamaba y
propona pasar a tomar caf o encontrarnos por la maana para tomar un bagel. Cada
da, en el trabajo, Andy preguntaba si quera compartir las sobras del lugar fabuloso
en el que haba cenado la noche anterior, o Betsy me llevaba al excelente restaurante
vietnamita que haba a dos manzanas de distancia. Era como si tuvieran miedo de
dejarme sola. Me daba igual que me hubiera convertido en su objeto de compasin o
en su proyecto. Lo aceptaba todo, con la intencin de olvidar que echaba de menos a
Bruce y la obsesin por las cosas que no tena (seguridad, estabilidad, un padre para
mi hijo nonato, ropa de premam que no me diera aspecto de pista de esqu). Iba a
trabajar e iba a la consulta de la doctora Patel, y me apuntaba a todas las clases y
cursos que una madre en ciernes poda desear: Conceptos Bsicos de la Lactancia
Natural, Resucitacin Cardiopulmonar Infantil, Cmo Ser Buenos Padres.
Mi madre pas la voz, y todas sus amigas vaciaron sus desvanes y los desvanes
de sus hijas. En febrero, ya tena un cambiabebs y un contenedor de paales
utilizados, una cuna, un asiento de coche y un cochecito que pareca ms lujoso (y
ms complicado) que mi automvil. Tena cajas llenas de pijamas y gorros de punto,
ejemplares de Pat the Bunny y Goodnight Moon, y sonajeros de plata con marcas de
dientes. Tena biberones, tetinas y un esterilizador. Josh me regal un vale de
cincuenta dlares para EBaby. Lucy me regal un paquete de cupones escritos a
mano en los que acceda a hacer de canguro una vez a la semana (siempre que no
tenga que cambiar paales del nmero dos!).
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Poco a poco, fui transformando mi estudio en un cuarto de nios. Ocup el
tiempo que antes dedicaba a la escritura de guiones y relatos breves, as como cartas
a GQ y el New Yorker, e inici una serie de proyectos destinados a mejorar el
acondicionamiento de la casa. Y por desgracia, empec a gastar dinero. Compr una
alfombra verde mar que combinaba muy bien con las paredes amarillo limn, y un
calendario de Beatrix Potter. Rescat una mecedora abandonada en la basura,
encargu que sustituyeran el respaldo de caa y la pint de blanco. Empec a llenar
la librera con todos los libros infantiles que pude sablear al jefe de redaccin, ms
libros de casa, y libros de segunda mano. Cada noche lea a mi estmago..., slo para
acostumbrarme, y adems, porque haba ledo que los bebs son sensibles al sonido
de la voz de su madre.
Y cada noche, bailaba. Bajaba las persianas metlicas siempre polvorientas,
encenda unas cuantas velas, me quitaba los zapatos, suba la msica y me mova. No
siempre era un baile feliz. A veces, pona los primeros discos de Ani DiFranco y
pensaba en Bruce bien a mi pesar, mientras Ani vociferaba Nunca fuiste muy
amable, y siempre me dejabas tirada.... Pero intentaba ser feliz cuando bailaba, por
el bien del nio, no de m.
Me senta sola? Como una loca. Vivir sin Bruce, y sin la posibilidad de su
regreso, de volver a verle, y saber que nos haba rechazado por completo a m y al
nio, era como intentar vivir sin oxgeno. Algunos das me enfadaba y me enfureca
con l por haberme dejado estar con l tanto tiempo..., o por no volver cuando yo
quera. Sin embargo, procuraba deshacerme de la ira, tal como me haba desecho de
sus regalos, y seguir adelante.
A veces, no poda dejar de preguntarme si era el orgullo lo que nos separaba, y
si no sera ms inteligente por mi parte llamarle, o an mejor, ir a verle, y suplicar
hasta que me aceptara de nuevo. Me pregunt si, pese a todo lo que haba dicho, an
me quera. Me pregunt si alguna vez me haba querido. Intentaba dejar de pensar en
estas cosas, pero mi mente daba vueltas y vueltas, hasta que tena que levantarme y
hacer algo. Sacaba brillo a mi cubertera, tomaba medidas para impedir que el nio se
cargara las vitrinas, limpiaba los armarios. Por primera vez, mi apartamento estaba
limpio, hasta se vea bonito. Lstima que mi cabeza estuviera hecha un desastre.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Captulo 14
La cosa que toda mujer soltera ha de recordar dijo Samantha, mientras
caminbamos por Kelly Drive una fresca y ventosa maana de abril es que si l
quiere hablar contigo, llamar. Slo has de limitarte a repetir eso. Si l quiere hablar
conmigo, llamar.
Lo s dije abatida, con las manos apoyadas sobre el borde de mi vientre,
cosa que ya poda hacer desde que haba empezado a exhibir la curva oficialmente la
semana anterior.
Estar embarazada era extrao, pero implicaba algunas ventajas. En lugar de que
la gente (est bien, los hombres) me miraran con desinters y/o desdn porque era
una Mujer Rolliza, la gente me miraba con bondad, ahora que se me notaba el
embarazo. Era un bonito cambio. Incluso consegua que me reconciliara un poco con
mi apariencia, al menos unos cuantos minutos de vez en cuando.
Estoy mejor, de hecho dije. Intento tomar yo la iniciativa. Cuando pienso
en l, me obligo a pensar en algo relacionado con el beb. Algo que he de hacer,
comprar o firmar.
Me parece estupendo. Cmo va el trabajo?
Bastante bien.
Para ser sincera, lo del trabajo resultaba un poco raro. Era extrao hacer cosas
que, un ao antes, me habran emocionado..., o puesto de los nervios..., o
disgustado..., o alegrado, y experimentar la sensacin de que apenas tenan
importancia. Una audiencia personal, comida incluida, con Craig Kilborn, el famoso
praesentador de la CBS, para hablar del nuevo enfoque de su programa? Eh. Una
desagradable disputa con Gabby sobre cul de las dos iba a conseguir escribir la
autopsia de The Nanny? Lo que fuera. Hasta las miradas cada vez ms numerosas y
menos subrepticias de mis compaeros de trabajo, desde mi vientre (abultado) al
dedo anular izquierdo (desnudo), me importaban un pito. Nadie haba reunido
fuerzas todava para preguntarme algo, pero yo estaba preparada para las preguntas
cuando llegaran. S, dira, estoy embarazada. No, dira, ya no estoy con el padre. Eso tal
vez los mantendra a raya..., siempre que pudiera cambiar de tema y desviarlo hacia
la historia de sus embarazos/partos/hijos.
Qu hay previsto para hoy? pregunt Samantha.
Ms compras.
Samantha gru.
Lo siento, pero necesito algunas cosas ms de la tienda de pre-mams...
Saba que Samantha intentaba ser una buena compaera de compras, pero era
evidente que no le resultaba fcil. Para empezar, al contrario de todas las mujeres que
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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yo conoca, detestaba ir de compras. Adems, yo estaba muy segura de que
empezaba a hartarse de que todo el mundo supusiera que ramos amantes lesbianas.
Mientras Samantha ensalzaba las virtudes de los catlogos por correo y las
compras por Internet, un to pas corriendo a nuestro lado. Alto, delgado, pantalones
cortos y una camiseta de aspecto zarrapastroso, con el emblema de alguna
universidad. El tpico corredor de Kelly Drive en un sbado por la maana. Slo que
ste se par.
Hola, Cannie!
Yo me detuve y entorn los ojos, con las manos apoyadas en un gesto protector
sobre mi estmago. Samantha tambin par, boquiabierta. El Corredor Misterioso se
quit la gorra de bisbol. Era el doctor K.
Hola! dije, sonriente. Caramba. Fuera de aquel horrible edificio iluminado
con fluorescentes, fuera de la bata blanca y las gafas, era mono..., para ser mayor.
Presntame a tu amigo ronrone prcticamente Samantha.
El doctor Krushelevansky. Lo pronunci poco a poco, y creo que lo hice
bien, porque sonri. Del programa de la Universidad de Filadelfia que estaba
siguiendo.
Peter, por favor dijo.
Apretones de manos, mientras dos patinadores casi se nos llevan por delante.
Ser mejor que nos movamos dije.
Os acompaar dijo, si no os importa. Necesito descansar un poco...
Oh, claro! Por supuesto! dijo Samantha. Me dirigi una breve pero
significativa mirada, como diciendo: Es soltero, y judo, y si lo es, qu excusa
aduces para no haberme hablado nunca de l?
Yo me encog de hombros y enarqu las cejas, segura de que ella captara el
mensaje: No tengo ni idea de si es soltero, pero t no sigues ocupada? Al parecer,
Samantha haba roto el maleficio de la tercera cita, y continuaba saliendo con su
profesor de yoga. Muchas de nuestras conversaciones no relacionadas con Bruce
giraban en torno a si era demasiado zen para pensar en el matrimonio.
Entretanto, ignorante por completo de nuestros crpticos mensajes, el doctor K.
se estaba presentando a Nifkin, el cual haba sido objeto de varias conversaciones
durante la clase de Control del Peso.
As que t eres el famoso muchachito dijo, mientras Nifkin exhiba su salto
vertical, cada vez ms alto. Debera estar en el circo me dijo el doctor K., al
tiempo que masajeaba vigorosamente a Nifkin detrs de las orejas.
S, bien, unos cuantos kilos ms y yo tambin ir. An siguen contratando
tas gordas, no?
Samantha me fulmin con la mirada.
Tienes un aspecto muy saludable anunci el doctor K. Cmo va el
trabajo?
Muy bien.
Le tu artculo sobre The View dijo. Creo que tenas toda la razn... Me
recuerda la Cpula del Trueno.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 184 -
Entran cinco chicas, sale una enton. l ri. Samantha le mir, me mir,
calcul algunas ecuaciones en su cabeza y agarr la correa de Nifkin.
Bien! dijo con jovialidad. Gracias por acompaarme, Cannie, pero he de
irme. Nifkin llorique cuando ella empez a arrastrarle hacia el lugar donde haba
aparcado el coche. Hasta luego dijo. Que te diviertas comprando!
Vas de compras? pregunt el doctor K.
S, necesito... Lo que de verdad necesitaba era nueva ropa interior, pues mis
sucintas prendas ya no me cubran la delantera, pero no pensaba decrselo de
ninguna manera. Artculos de alimentacin dije con voz dbil. Iba a Fresh
Fields...
Te importa que te acompae? pregunt. Yo tambin necesito comprar
algunas cosas. Podra acompaarte en coche.
Le mir bajo la luz del sol.
Te dir una cosa: si podemos quedar dentro de una hora, desayunaremos, y
luego iremos a comprar.


Me dijo que viva en Filadelfia desde haca siete aos, pero nunca haba estado
en el Morning Glory Diner, mi lugar favorito para desayunar.
Si hay una cosa que me encanta, es presentar a la gente mis descubrimientos
gastronmicos. Fui a casa, tom una ducha rpida, me puse una variacin de mi
indumentaria habitual (pantalones de terciopelo negro, blusa gigantesca, zapatillas
Chuck Taylor de cordones, en un sutil tono margarita, que me haban costado 10
dlares), y despus me encontr con l en el restaurante, donde, por fortuna, ni
siquiera haba cola, una autntica chiripa los fines de semana. Me senta muy bien
cuando nos sentamos en el reservado. l tambin tena buen aspecto. Se haba
duchado, pens, y puesto unos pantalones caqui y una camisa a cuadros.
Supongo que te debe resultar extrao salir a comer con gente dije. Deben
sentirse muy tmidos a la hora de pedir lo que de verdad desean.
S dijo, me he dado cuenta.
Bien, ests invitado dije, y llam a una camarera con el pelo a lo rastafari,
vestida con un top sin espalda, con un tatuaje que serpenteaba sobre su estmago.
Yo tomar la fritatta de la casa con queso provolone y pimientos asados, acompaada
de beicon de pavo, un bollo, y si es posible, patatas y smola en lugar de uno u otro.
No hay problema dijo la mujer, y movi el bolgrafo en direccin al doctor.
Yo tomar lo mismo que ella dijo el doctor K.
Buen chico contest la camarera, y se alej hacia la cocina.
Es un brunch dije a modo de explicacin. l se encogi de hombros.
Ests comiendo por dos dijo. Cmo... va... todo?
Si te refieres a mi situacin, estoy bien. De hecho, ahora me siento mucho
mejor. Todava un poco cansada, pero eso es todo. Se acabaron los mareos, se
acabaron los vmitos, se acab el agotamiento por culpa del cual me quedaba
dormida en el lavabo del trabajo...
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 185 -
El doctor K. ri.
Te sucedi alguna vez?
Slo una vez, pero ahora todo va mejor. Pese a darme cuenta de que mi vida
se ha convertido en una de las canciones menores del catlogo de Madonna, voy
tirando. Pas una mano con ademn melodramtico sobre mi frente. So-la.
Me mir fijamente.
Se supone que has imitado a la Garbo?
Eh, no te metas con la embarazada.
Es la peor imitacin de Garbo que he presenciado en mi vida.
S, bien, me sale mejor si he bebido suspir. Dios, cmo echo de menos el
tequila.
Dgamelo a m dijo nuestra camarera, mientras depositaba nuestras
colmadas bandejas sobre la mesa. Nos abalanzamos sobre ellas.
Esto est muy bueno dijo el mdico entre bocado y bocado.
Verdad? Sus bollos son insuperables. El secreto reside en la manteca de
cerdo.
Me mir.
Homer Simpson.
Muy bien.
Homer te sale mucho mejor que Garbo.
S. Me pregunto qu revelar eso sobre m. Cambi de tema antes de que
pudiera contestar. Piensas alguna vez en el queso?
Constantemente. De hecho, vivo atormentado. Me despierto de noche,
pensando... en queso.
No, en serio dije, y pinch mi fritatta. Por ejemplo, quin invent el
queso? Quin dijo: Hum, apuesto a que esta leche resultara deliciosa si la dejara
pasar hasta que se formara un anillo de moho a su alrededor? El queso tuvo que ser
una equivocacin.
Nunca lo haba pensado, pero me he interrogado a menudo sobre el Cheez
Whiz.
El plato oficial de Filadelfia!
Has mirado alguna vez la lista de ingredientes del Cheez Whiz?
pregunt. Es aterradora.
Si quieres hablar de terrores, te ensear el folleto sobre episiotomas que me
dio mi doctora dije. Trag saliva. De acuerdo, no lo har mientras ests
comiendo correg, pero en serio, qu le pasa a la profesin mdica? Intentis
asustar a la raza humana para que abrace el celibato?
Ests nerviosa por el parto?
Joder, s. Intento encontrar un hospital que me d pastillas para dormir. Le
mir esperanzada.'T puedes extender recetas, verdad? Quiz podras darme algo
antes de que empiece la diversin.
Se estaba riendo de m. Tena una sonrisa encantadora. Sus labios gruesos
estaban rodeados de arrugas provocadas por las carcajadas. Me pregunt qu edad
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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tendra en realidad. Ms joven de lo que haba pensado al principio, pero
probablemente quince aos mayor que yo. No llevaba alianza, pero eso no
significaba nada. Muchos tos no la utilizaban.
Todo ir bien dijo.
Me dio el resto del bollo y ni siquiera se inmut cuando ped chocolate a la taza,
e insisti en que al brunch invitaba l, y que, de hecho, me lo deba por haberle
presentado el restaurante.
Adonde vamos ahora? pregunt.
Oh, puedes dejarme en Fresh Fields...
No, no. Estoy a tu disposicin.
Le mir de reojo.
Cherry Hill Mal? propuse, sin grandes esperanzas.
El Cherry Hill Mal estaba al otro lado del ro, en Nueva Jersey. Albergaba un
Macy's, dos tiendas de premam y un M.A.C. Por otra parte, yo le haba prestado el
coche a Lucy durante todo el fin de semana, pues haba conseguido un trabajo de
repartidora de flores cantante tras haber asegurado que, s, tena medio de transporte
propio, mientras esperaba que su carrera de modelo despegara.
Vamos.
Su coche era una especie de sedn plateado y aerodinmico. Las puertas se
cerraron con un ruido autoritario, y el motor sonaba mucho ms ostentoso que mi
modesto Honda. El interior era inmaculado, y el asiento del pasajero pareca... muy
poco utilizado. Como si ninguna nalga humana hubiera tocado todava el tapizado.
Nos metimos en la 676 y cruzamos el ro Delaware, que centelleaba bajo el sol,
por el puente Ben Franklin. Los rboles estaban cubiertos de una tenue pelusa verde,
y el sol se reflejaba en el agua. Mis piernas estaban agradablemente cansadas del
paseo, y me senta saciada por la comida cuando apoy las manos sobre el estmago.
Experimentaba algo que tard un momento en identificar. Felicidad, supuse por fin.
Me senta feliz.


Le advert en el aparcamiento.
Cuando entremos en las tiendas, tal vez imaginen que eres el, hum...
Padre?
Hum, s.
Sonri.
Cmo quieres que lo afronte?
Humm. No haba pensado en eso, tan dichosa me senta de estar en este
coche grande, fiable y poderoso, mirando la primavera por la ventanilla.
Improvisemos.
Y no sali nada mal. En los grandes almacenes, donde compr un equipo de
embarazo completo (vestido largo, vestido corto, falda, pantalones, blusa, todo
fabricado en una tela negra indestructible, elstica y garantizada a prueba de
manchas), los pasillos estaban abarrotados y nadie nos hizo caso. Lo mismo en la
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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juguetera R Us, donde compr cubos apilables, y en Target, donde tena cupones
dos por uno para toallitas y paales desechables. Not que la chica de Baby Gap
paseaba la vista entre nosotros mientras tecleaba mis compras en la caja registradora,
pero no dijo nada. Al contrario que la mujer de Pea in the Pod, que la semana pasada
nos haba dicho a Samantha y a m que ramos muy valientes, o la mujer de Ma Jolie
que, dos semanas antes, me haba asegurado que A pap le encantarn! los
pantalones que me estaba probando.
Fue muy agradable ir de compras con el doctor K. Circunspecto, pero siempre
dispuesto a ofrecer una opinin cuando se la peda, a cargar con todos mis paquetes
y hasta a sostener mi mochila. Me invit a comer en el snack (suena cutre, pero el
snack del Cherry Hill es muy agradable), sin que al parecer le alteraran mis cuatro
visitas al lavabo. Durante la ltima, incluso entr en una tienda de animales y
compr un hueso de cuero tan largo como Nifkin.
As no se sentir olvidado explic.
Te va a querer mucho dije. Ser la primera vez. Nifkin suele convertirse
en la primera lnea eliminadora de... ligues, estaba pensando. Pero esto no era un
ligue. Finalmente, dije: amigos nuevos.
Le gustaba Bruce?
Sonre, cuando record que los dos haban existido en una frgil tregua que
desembocaba en una guerra total si yo les daba la espalda el tiempo suficiente. Bruce
haba permitido a regaadientes que Nifkin durmiera en mi cama, tal como estaba
acostumbrado, y Nifkin haba concedido de mala gana a Bruce el derecho de existir,
pero en medio se haban encadenado las voces airadas, los insultos, as como
zapatos, cinturones y billeteros mordisqueados.
Creo que Bruce estuvo siempre a dos minutos de abandonar a Nifkin en un
lugar muy lejano. No le gustaban los perros. Y Nifkin no es fcil.
Me reclin en el asiento del coche, que an ola a nuevo, y sent la caricia del sol
de la tarde sobre mi cabeza.
Me sonri.
Cansada?
Un poco dije, y bostec. Descabezar una siesta cuando llegue a casa.
Le gui hasta mi calle, y asinti en seal de aprobacin cuando se desvi por
ella.
Bonita dijo. La mir, con la intencin de adivinar lo que l vea: los rboles
acabados de florecer que se arqueaban sobre las aceras, las macetas llenas de flores
delante de las casas de ladrillo.
S dije. Fue una suerte encontrarla.
Cuando se ofreci a ayudarme a subir las cosas, ni se me ocurri rechazarle,
aunque pens, mientras cargaba con paales hasta el tercer piso, qu le parecera mi
casa. Deba de vivir en los suburbios, en una de esas grandes casas antiguas de Main
Line, con diecisis habitaciones y un riachuelo que atravesaba el patio delantero, para
no hablar de cocinas que no se ufanaban de complementos anteriores a 1978. Al
menos, mi piso estaba relativamente limpio, me dije. Abr la puerta, y Nifkin se
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catapult hasta el vestbulo y empez a dar saltitos en el aire. El doctor K. ri.
Eh, Nif dijo, mientras Nifkin husmeaba el hueso de cuero a travs de las
bolsas y le daba un ataque de alegra. Dej caer mis bolsas sobre el sof y corr al
cuarto de bao, mientras Nifkin intentaba abrir la bolsa.
Ponte cmodo! grit.
Cuando sal, K. estaba en la segunda habitacin, donde yo haba intentado
montar una cuna regalada por una amiga de mi madre. La cuna me haba llegado
desmontada, sin instrucciones, y tal vez le faltaban piezas importantes.
Esto no est bien murmur. Te importa si hago una prueba?
Claro que no dije, sorprendida y complacida. Si consigues montarla,
estar en deuda contigo.
Sonri.
No me debes nada. Hoy me he divertido.
Antes de que pudiera extraer alguna conclusin, son el telfono. Me excus,
cog el inalmbrico y me dej caer sobre el sof sin la menor elegancia.
Cannie! canturre un acento ingls conocido. Dnde estabas?
De compras.
Bien, esto tambin era una sorpresa. Maxi y yo nos habamos mantenido en
contacto por correo electrnico y alguna llamada telefnica desde el trabajo. Hablaba
de sus dolores de cabeza en el plato de PlugIn, el thriller futurista cuyo
coprotagonista era un joven actor de moda que necesitaba no uno, sino hasta tres
mnagers de sobriedad para mantenerle a raya, y me enviaba por correo
electrnico soplos sobre inversiones y artculos sobre cmo abrir una cuenta al nio.
Yo le contestaba, hablaba sobre todo de trabajo, y de mis amigos..., y mis planes. No
haca muchas preguntas sobre la inminente llegada. Buena educacin, pensaba yo.
Tengo noticias dijo. Grandes. Enormes. La mayor de todas. Tu guin
empez sin aliento.
Tragu saliva. Mi guin no haba salido a colacin en todos los meses
transcurridos desde nuestro encuentro en Nueva York. Haba supuesto que Maxi lo
haba olvidado, no lo haba ledo, o lo haba ledo y decidido que era tan horrible
que, por el bien de nuestra amistad, era mejor no volver a hablar del asunto.
Me encant dijo. El personaje de Josie es una herona perfecta. Es
inteligente, y tozuda, y divertida, y triste, y para m sera un honor interpretarla.
Claro dije, sin comprender todava lo que estaba pasando. Empieza a
comer.
Me enamor del papel continu Maxi, sin hacerme caso, hablando cada vez
con mayor rapidez. He llegado a un acuerdo con ese estudio, Intermission...
Ense el guin a mi agente. Ella se lo ense a ellos. Tambin les encant..., sobre
todo la idea de que yo encarnara a Josie. De modo que, con tu permiso..., a
Intermission le gustara comprar tu guin, para que yo fuera la protagonista... T
estaras implicada desde el primer momento, por supuesto... Creo que las dos
podramos ponernos de acuerdo sobre cualquier cambio en el guin, y en las
decisiones importantes sobre el reparto, por no hablar de quin ser el director...
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Pero yo no estaba escuchando. Estaba tumbada en la cama, y mi corazn se
senta de repente impetuoso, extrao y muy emocionado. Van a hacer mi pelcula,
pens, con una enorme sonrisa en la cara. Oh, Dios mo, va a suceder por fin, alguien
va a hacer mi pelcula! Ahora soy una escritora, lo he conseguido, quiz me haga
rica!
Y fue entonces cuando lo sent. Como una ola que creciera en mi interior. Como
si yo estuviera en el mar y una ola me meciera, una y otra vez. Dej caer el telfono y
apoy ambas manos sobre el estmago, y luego llegaron una serie de golpecitos
suaves, casi inquisitivos. Se mova. Mi beb se estaba moviendo.
Ests aqu susurr. De veras ests aqu?
Cannie! dijo Maxi. Te encuentras bien?
Estoy bien! dije, y me puse a rer. Estoy perfecta.


- 190 -

CUARTA PARTE:
Suzie Lightning

JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 191 -

Captulo 15
Nunca haba tenido suerte con Hollywood. Para m, la industria del cine era
como un tipo al que mirabas con lujuria desde la cafetera del instituto, tan apuesto,
tan perfecto, que estabas convencida de que nunca se fijara en ti, y de que si le
pedas que firmara en tu anuario en la ceremonia de graduacin, te mirara sin
comprender y se esforzara por recordar tu nombre.
Era una relacin amorosa no correspondida, pero yo nunca haba dejado de
probar. Cada pocos meses importunaba a agentes con cartas en que preguntaba si les
interesaba mi guin. Lo nico que obtena era un puado de cartas de rechazo
preimpresas (Querida aspirante a escritora, empezaban), o de vez en cuando una
carta semipersonal para advertirme de que ya no aceptaban material no solicitado,
escritores desconocidos, escritores noveles, escritores sin agente, o el trmino
despectivo de moda que utilizaran en ese momento.
En una ocasin, el ao antes de conocer a Bruce, un agente se cit conmigo. Lo
que ms recuerdo de nuestro encuentro fue que, durante los diez minutos que me
concedi, no pronunci mi nombre en ningn momento, ni se quit las gafas de sol.
He ledo tu guin dijo, al tiempo que lo empujaba hacia m sobre la mesa
con las yemas de los dedos, como si fuera demasiado repugnante para que su palma
entrara en contacto con l. Es agradable.
Agradable no quiere decir bueno? pregunt, la conclusin evidente que
alguien extraera de la expresin de su rostro.
Agradable es bueno, para libros infantiles o viernes en la ABC. Para pelculas,
bien... Preferiramos que tu herona estrellara algo. Dio unos golpecitos con su
bolgrafo sobre la pgina del ttulo. Hechizo de estrellas, rezaba. Slo que haba
dibujado pequeos colmillos, similares a serpientes, que brotaban de la s final.
Adems, debo decirte que slo hay una actriz gorda en Hollywood...
Eso no es verdad! estall, al tiempo que abandonaba mi estrategia de
sonrer con cortesa y callar la boca, sin saber qu era lo que ms me haba ofendido,
su utilizacin de la expresin actriz gorda, o la idea de que slo haba una.
Una actriz gorda rentable corrigi. La verdad es que nadie quiere ver
pelculas sobre gente gorda. Las pelculas son para evadirse!
Bien.
Qu debo hacer ahora? pregunt.
Mene la cabeza, mientras empujaba la silla hacia atrs, coga su mvil y el vale
del aparcamiento.
No me imagino implicado en este proyecto dijo. Lo siento.
Otra mentira de Los ngeles.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 192 -
Somos antroplogos murmur a Nifkin, y al beb, mientras volbamos
sobre lo que bien poda ser Nebraska. No haba trado ningn libro infantil, pero
supuse que, si no poda leer, al menos poda explicar. Considralo una aventura.
Estaremos de vuelta en casa antes de que te des cuenta. En Filadelfia, donde nos
aprecian.
Nosotros (yo, Nifkin y mi vientre, que haba alcanzado un tamao en que ya lo
consideraba como algo aparte) bamos en primera clase. De hecho, por lo que poda
ver, ramos primera clase. Maxi haba enviado una limusina a mi apartamento, la
cual me haba conducido al aeropuerto, que distaba catorce kilmetros, donde haban
reservado cuatro asientos a mi nombre, y nadie parpade siquiera cuando vio llegar
a un pequeo y aterrorizado terrier en una cesta verde de plstico. Estbamos
volando a una altitud de nueve mil metros, y tena los pies apoyados en una
almohada, con una manta extendida sobre mis piernas, en la mano un vaso helado
de agua mineral con una raja de limn, y un surtido lustroso de revistas en el asiento
de al lado, bajo el cual descansaba Nifkin. Cosmo, Glamour, Mademoiselle, Mirabella,
Moxie. El nmero de abril de Moxie, todava calentito.
Lo cog, not que mi corazn se aceleraba, mi estmago se revolva, y la nuca se
cubra de sudor fro.
Lo dej sobre el asiento. Por qu deba disgustarme? Era feliz, tena xito,
volaba a Hollywood en primera clase para recoger un taln como nunca haba visto
en mi vida, para no hablar de que iba a codearme con superestrellas.
Lo recog. Lo dej. Lo recog de nuevo.
Mierda murmur, a nadie en particular, y busqu la pgina de Bueno en
la cama.
Las cosas que ella abandon, era el ttulo.
Ya no la quiero, empezaba el artculo.
Cuando despierto por las maanas, ella no es la primera cosa en que pienso: si
est conmigo, cundo la ver, cundo podr abrazarla de nuevo. Despierto y pienso
en el trabajo, en mi nueva novia, o lo ms probable, en mi familia, en mi madre, y en
cmo superar el reciente fallecimiento de mi padre.
Soy capaz de or nuestra cancin en la radio y no cambiar de emisora al
instante. Soy capaz de ver su nombre y no experimentar la sensacin de que algo
grande y encolerizado est bailoteando sobre mi corazn. Soy capaz de ir al Tick
Tock Diner, donde bamos con frecuencia a tomar tortillas y patatas fritas por la
noche, donde nos sentbamos juntos en un reservado y nos dedicbamos sonrisas
estpidas. Soy capaz de sentarme en el mismo reservado sin recordar que ella se
sentaba al principio delante de m, y luego, a mitad de la cena, se dejaba caer a mi
lado. Slo quiero ser sociable deca cada vez. Vengo de visita. Hola, vecino!,
deca, y me besaba, y continuaba besndome hasta que la camarera del cardado
rubio y la taza de caf en cada mano se paraba y sacuda la cabeza.
He reconquistado el Tick Tock. En un tiempo fue nuestro local, ahora vuelve a
ser mo. Me queda en el trayecto del trabajo a casa, y me gusta la tortilla de feta y
espinacas, y hasta puedo pedirla a veces sin recordar que ella me enseaba los
dientes en el aparcamiento, y yo me preguntaba si se le habra quedado encajado
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 193 -
algn trocito de espinaca.Son las cosas pequeas las que pueden conmigo, cada vez.
Anoche estaba barriendo (mi nueva novia iba a venir, y quera que todo
estuviera presentable), y descubr una galletita de perro embutida en una grieta
entre las baldosas.
Devolv lo ms lgico, las ropas y las joyas, y tir el resto. Sus cartas estn
guardadas en una caja, en el armario, y su foto exiliada en el stano. Pero cmo te
defiendes de una galleta de su perro que ha sobrevivido, sin ser detectada, durante
meses, y luego reaparece en tu pala de recoger la basura y te da nuseas? Cmo
sobrevive la gente a esto?
Cada cual tiene su historia, dice mi novia, con la intencin de calmarme. Cada
cual tiene su equipaje, cada cual carga con parte de su pasado. Es maestra en un
jardn de infancia, estudia sociologa, sabe lo que ha de decir. Pero me pone furioso
encontrar el protector labial color cereza de C. en mi guantera, un solo guante azul
en el bolsillo de mi abrigo. Tambin me enfurecen las cosas que no puedo encontrar:
mi camiseta sin mangas personalizada y la camiseta de Quesosaurus Rex que
consegu por enviar tres cajas de macarrones con queso Kraft, porque s que ella las
tiene y nunca me las devolver.
Creo que, cuando una relacin termina, debera declararse el Da de la
Amnista de las Cosas. No enseguida, cuando ests ofendido, dolorido, destrozado
y propenso con frecuencia a practicar el sexo con quien no te conviene, sino ms
adelante, cuando an puedes comportarte como un ser civilizado, pero antes de que
hayas terminado el proceso de convertir a tu ex amada en un simple recuerdo.
Convertir a tu ex amada en un simple recuerdo, pens con tristeza. De modo
que era eso lo que estaba haciendo. Slo que... Bien, convertir a una ex amada en un
recuerdo es una cosa, pero convertir a un nio en una distraccin sin importancia, en
algo a lo que ni siquiera puedes dedicar un poco de tiempo..., bien, eso es algo muy
distinto. Algo enfurecedor. Practicar el sexo con quien no te conviene! Y qu hay de
las consecuencias de su desliz?
Pero de momento, he contratado a un equipo de limpieza que se encargue de
mi apartamento. Los suelos, les digo, al tiempo que muestro la galletita encontrada,
y murmuro calamitosas predicciones sobre cucarachas, ratones y dems bichos.
Pero la verdad es que estoy atormentado por los recuerdos.
Ya no la quiero. Pero eso no significa que no haga dao.
Uf. Me reclin en el mullido asiento y cerr los ojos, al tiempo que
experimentaba la combinacin ms potente y horrible de tristeza y furia (y de
improviso, de arrolladora esperanza), de manera que por un momento pens que iba
a vomitar. Haba escrito el artculo tres meses antes. Era lo que tardaban las revistas
en imprimir algo. Haba visto mi carta? Saba que estaba embarazada? Qu senta
ahora?
An me echa de menos murmur, con la mano sobre mi estmago.
Significaba eso que an haba esperanza? Pens por un momento que le
enviara su camiseta del Quesosaurus Rex, a modo de seal..., de oferta de paz.
Despus, record que lo ltimo que le haba enviado era la noticia de que estaba
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 194 -
embarazada de l, y ni siquiera se haba molestado en descolgar el telfono y
preguntarme cmo me encontraba.
Ya no me quiere me record. Y me pregunt qu sentira E. cuando leyera
esto... E., la maestra de jardn de infancia con su dulce conversacin sobre equipajes y
sus pequeas y suaves manos. Se preguntaba acaso por qu escriba sobre m,
despus de tanto tiempo? Se preguntaba por qu me quera an? Me quera an, o
era yo quien me haca ilusiones? Si llamaba, qu me dira?
Me revolv inquieta en el asiento, ahuequ la almohada, la aplast contra la
ventanilla y me reclin sobre ella. Cerr los ojos, y cuando los abr, el capitn estaba
anunciando que descendamos hacia la hermosa Los ngeles, donde el sol brillaba y
el viento soplaba del sudoeste y la temperatura alcanzaba unos perfectos veintisiete
grados.


Baj del avin con los bolsillos llenos de regalitos que las azafatas me haban
dado, paquetes de chicles y chocolatinas, ms las toallitas, tubitos de rmel y
calcetines de rigor. Yo llevaba la cesta de Nifkin en una mano, la bolsa en la otra. En
la bolsa llevaba ropa interior para una semana, mi equipo de embarazada, salvo la
falda larga y la blusa, que llevaba puestas, y algunos artculos de higiene que haba
metido en el ltimo momento. Un camisn, varias zapatillas, mi agenda telefnica,
mi diario y un ejemplar manoseado de Tu beb saludable.
Cunto tiempo estars? haba preguntado mi madre la noche antes de
irme. Las cajas y bolsas con mis compras seguan diseminadas por el vestbulo y la
cocina, como cadveres. Pero observ que la cuna estaba montada a la perfeccin. El
doctor K. deba haberse encargado de ello mientras yo hablaba con Maxi.
Slo un fin de semana. Tal vez algunos das ms dije.
Has hablado a Maxi del beb, verdad?
S, mam, se lo dije.
Y llamars, verdad?
Puse los ojos en blanco, dije que s y me fui con Nifkin a casa de Samantha, para
darle la buena nueva.
Detalles! exigi, al tiempo que me ofreca una taza de t y se acomodaba
en su sof.
Le dije lo que saba: que iba a vender mi guin a un estudio, que necesitaba
encontrar un agente, y que me presentaran a los productores. No dije que Maxi me
haba animado a encontrar un lugar donde alojarme un tiempo, en caso de que
quisiera quedarme en California para las inevitables revisiones y reescrituras.
Esto es increble! dijo Samantha, y me abraz. Es fantstico, Cannie!
Y era fantstico, reflexion, mientras avanzaba por la pista y la cesta de Nifkin
me golpeaba la pierna.
Aeropuerto murmur al beb, y en la puerta estaba April. La reconoc al
instante. Las mismas botas de cuero negro hasta las rodillas, slo que ahora llevaba el
pelo recogido en una cola de caballo sobre la cabeza, y algo raro estaba sucediendo
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 195 -
entre su nariz y la barbilla. Tard un minuto en comprender que estaba sonriendo.
Cannie! dijo, salud y tom mi mano. Es un placer conocerte por fin!
Me mir de arriba abajo tal como recordaba, y se demor uno o dos segundos en mi
estmago, pero su sonrisa segua en su sitio cuando me mir a los ojos. Un talento
sobresaliente dictamin. Me encant el guin. Me encant, me encant. En
cuanto Maxi me lo ense, le dije dos cosas. Dije, Maxi, t eres Josie Weiss, y dije,
ardo en deseos de conocer al genio que la ha creado.
Pens por un momento en decirle que ya nos habamos conocido, y que haba
sido la peor experiencia profesional del mes, y tal vez de todo el ao. Me pregunt si
me habra odo susurrar hipcrita al beb, pero luego pens: para qu perturbar la
armona? Quizs era cierto que no me haba reconocido. Yo no estaba embarazada la
ltima vez que nos habamos visto, y ella no haba sonredo.
April se inclin para echar un vistazo a la cesta.
Y t debes ser el pequeo Nifkin! gorje. Nifkin empez a gruir. Dio la
impresin de que April no se daba cuenta. Qu perro tan bonito dijo.
Yo reprim una carcajada, y Nifkin continu gruendo con tal fuerza que la jaula
vibr. Nifkin tiene muchas cualidades, pero la belleza no se cuenta entre ellas.
Qu tal el vuelo? pregunt April, al tiempo que parpadeaba con rapidez
sin abandonar su sonrisa. Me pregunt si siempre trataba as a sus clientes famosos.
Me pregunt si yo ya era una cliente, si Maxi se me haba adelantado y firmado un
pacto de sangre, o lo que se hiciera cuando alguien adquira los servicios de alguien
como April.
Bien. Muy bien, en realidad. Nunca haba ido en primera clase.
April enlaz mi brazo con el suyo como si furamos antiguas compaeras de
colegio. Su antebrazo se encaj con firmeza bajo mi pecho derecho. Intent no hacer
caso.
Acostmbrate me aconsej. Toda tu vida va a cambiar. T limtate a
sentarte y disfrutar del viaje!


April me deposit en una suite del Beverly Wilshire, y explic que el estudio
me alojaba en l aquella noche. Aunque slo fuera por una noche, me sent como
Julia Roberts en Pretty Woman, cuando la prostituta acaba preada y sola, con el
nico consuelo de su perrito.
La suite bien habra podido ser la utilizada para el rodaje de Pretty Woman. Era
grande, luminosa y de lujo en todos los aspectos. Las paredes estaban cubiertas de
papel pintado a rayas doradas y crema, los suelos estaban cubiertos de alfombras
beis ultramullidas, y el cuarto de bao era una sinfona en mrmol veteado de oro.
Tambin, observ, era del tamao de mi sala de estar, con una baera lo bastante
grande para jugar un partido de waterpolo, si as me hubiera apetecido.
Tope luxury dije al beb, abr un par de puertas cristaleras y descubr
una cama grande como una pista de tenis, toda sbanas blancas y rematada con una
colcha rosa y dorada. Todo estaba limpio y ola a nuevo, y era tan esplndido que
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 196 -
casi daba miedo tocarlo. Tambin haba un fastuoso ramo de flores esperndome al
lado de la cama. Bienvenida!, deca la tarjeta de Maxi.
Ramo inform al beb. Muy caro, probablemente.
Nifkin haba salido de su jaula y se dedicaba a olfatear la suite. Me mir un
momento, y luego se alz sobre sus patas traseras para mover el morro hacia el
inodoro. Una vez que recibi el visto bueno, entr en el cuarto de bao.
Lo acomod sobre una almohada en la cama, tom un bao y me envolv en el
albornoz del Wilshire. Llam al servicio de habitaciones y ped t caliente, fresas y
pia natural, y extraje del minitar una botella de agua mineral y una caja de Choco
Leibniz, la reina de todas las galletas, sin ni siquiera palidecer cuando vi el precio (8
dlares), el triple de lo que deban de costar en Filadelfa. Despus, me recost sobre
dos de las seis almohadas que venan con la cama, aplaud y re.
He triunfado! grazn, mientras Nifkin ladraba para hacerme compaa.
Lo consegu!
Despus, llam a todas las personas que se me pasaron por la cabeza.
Si comes en algn restaurante de Wolfgang Puck, pide la pizza de pato
aconsej Andy, en su papel de crtico gastronmico.
Envame un fax antes de firmar nada me urgi Samantha, y procedi a
darme un sermn legal de cinco minutos antes de que pudiera calmarla.
Toma notas! dijo Betsy.
Toma fotos! dijo mi madre.
Te has llevado mis primeros planos, verdad? pregunt Lucy.
Promet que hara propaganda de Lucy, tomara notas con vistas a futuras
columnas para Betsy y fotos para mam, enviara por fax cualquier cosa de aspecto
legal a Samantha, y comera pizza de pato como homenaje a Andy. Entonces, me fij
en la tarjeta apoyada sobre una de las almohadas, grabada con las palabras Maxi
Ryder. Bajo su nombre se vea una nica palabra, Garth, un nmero de telfono y
una direccin de Ventura Boulevard. Presntate aqu a las siete. Habr bebidas y
diversin, deca.
Bebidas y diversin murmur, y me estir sobre la cama. Percib el olor
de las flores, y capt el tenue ruido de los coches que pasaban treinta y dos pisos ms
abajo. Despus, cerr los ojos y no despert hasta las seis y media. Me moj la cara
con agua, me puse los zapatos y sal a toda prisa.


Garth result ser Garth, peluquero de las estrellas, aunque al principio pens
que el taxi me haba dejado en una galera de arte. Era un error fcil de cometer. El
saln de Garth careca de los aderezos habituales: la hilera de piletas, los montones
de revistas manoseadas, el mostrador de recepcin. De hecho, daba la impresin de
que no haba nadie dentro de la sala de techo alto, decorada con una sola silla, una
sola pileta y un solo espejo antiguo del suelo al techo, excepto... Garth.
Me sent en la silla mientras el hombre que haba puesto grumos de
mantequilla en las trenzas de Britney Spears, hecho reflejos a Hillary y teido con
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 197 -
henna a Jennifer Lpez, levantaba y recolocaba secciones de mi pelo, lo tocaba y
escrutaba con la fra indiferencia de un cientfico, y yo trataba de explicarme.
No me parece correcto teirse el pelo cuando ests embarazada empec.
Tampoco esperaba quedarme embarazada, de modo que slo me hice reflejos, y han
pasado seis meses y s que tienen un aspecto terrible...
Quin te hizo esto? pregunt Garth con suavidad.
Ehhh, el embarazo o los reflejos?
Me sonri en el espejo y alz otra porcin de pelo.
No te los hicieron... aqu, verdad? pregunt con delicadeza.
Oh, no. En Filadelfia. Mirada inexpresiva de Garth. En Pennsylvania.
La verdad era que me lo haban hecho en la escuela de belleza de Bainbridge
Street, y yo pensaba que haban hecho un buen trabajo, pero a juzgar por la expresin
de Garth, comprend que no estaba de acuerdo.
Oh, Dios dijo en voz baja. Cogi un peine y una botellita de agua.
Tienes mucho apego a, hum....?
Me di cuenta de que estaba buscando la palabra ms amable para describir lo
que ocurra encima de mi cabeza.
Tengo bastantes apegos, pero ninguno por mi pelo contest. Haz
conmigo lo que quieras.
Tard casi dos horas: primero cortar, despus peinar, despus cortar las puntas,
despus lavarme la cabeza con una solucin rojiza que, jur, era completamente
natural, sin productos qumicos, derivada de las hortalizas ms orgnicas e incapaz
de perjudicar a mi hijo nonato.
Eres guionista? pregunt Garth despus de aclararme el pelo. Sostena mi
barbilla y mova mi cabeza de un lado a otro.
Sin productor, hasta el momento.
Van a pasarte cosas. Tienes el aura.
Ah, debe de ser el jabn del hotel.
Se acerc ms y empez a depilarme las cejas.
No te vengas abajo dijo. Ola a colonia maravillosa, y pese a estar muy
cerca de mi cara, su piel era impoluta.
Una vez que hubo modelado mis cejas a su satisfaccin, me enjuag el pelo, lo
sec y dedic una media hora a aplicar diferentes cremas y polvos a mi cara.
No llevo mucho maquillaje protest. Chap Stick y rmel. Poca cosa ms.
No te preocupes. Ser algo muy sutil.
Yo albergaba mis dudas. Ya haba aplicado tres tonos diferentes de sombra
alrededor de mis ojos, incluyendo uno que pareca violeta. Pero cuando me quit la
capita y me gir la cara hacia el espejo, lament haber dudado de l. Mi piel
resplandeca. Mis mejillas exhiban el color de un perfecto albaricoque maduro. Mis
labios eran gruesos, de un clido color vino, y se curvaban en una insinuacin de
buen humor, aunque no me daba cuenta de que estaba sonriendo. Y no me fij en la
sombra de ojos, slo en mis ojos, que parecan mucho ms grandes, mucho ms
apremiantes. Me pareca a m misma, slo que ms..., una versin mejor de m, ms
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 198 -
feliz.
Y mi pelo...
Es el mejor corte de pelo de mi vida dije.
Me pas los dedos poco a poco. Haba virado de un color castao ratn con
algunos reflejos repartidos al azar, a un color caramelo reluciente, con mechas de oro,
bronce y cobre. Lo haba dejado corto, los rizos de las sienes apenas rozaban mis
mejillas, haba recuperado el ondulado natural, y por un lado lo haba remetido
detrs de la oreja, lo cual me daba aspecto de golfilla. Una golfilla preada, claro,
pero quin era yo para quejarme?
Es el mejor corte de pelo de la historia.
Sonaron aplausos desde la puerta. Maxi apareci, con un vestido negro de
tirantes delgadsimos y sandalias negras. Llevaba clavos en forma de diamante en las
orejas y un solo diamante colgado de una cadena de plata alrededor del cuello. El
vestido se cea al cuello y dejaba su espalda al desnudo, casi hasta la lnea divisoria
del culo. Vi los tiernos brotes de sus omplatos, cada vrtebra del tamao de una
canica, la mancha simtrica de pecas sobre sus hombros.
Cannie! Dios mo dijo, mientras estudiaba primero mi pelo, y despus mi
estmago. Ests... Caramba.
Creas que bromeaba? pregunt, y re de su expresin de estupor.
Se arrodill delante de m.
Puedo...?
Claro dije. Apoy una mano sobre mi estmago, y al cabo de un momento,
el beb dio pataditas.
Oh! exclam Maxi, y retir las manos como si se hubiera quemado.
No te preocupes. No le hars dao a la nia. Ni a m.
As que es una nia? pregunt Garth.
Nada oficial. Una simple intuicin dije.
Maxi, entretanto, daba vueltas a mi alrededor como si fuera una pieza que
pensara comprar.
Qu ha dicho Bruce al respecto? pregunt.
Sacud la cabeza.
Nada, por lo que yo s. No s nada de l.
Maxi dej de dar vueltas y me mir, con los ojos abiertos de par en par.
Nada? An?
No bromeo dije.
Podra encargar que lo mataran se ofreci. O que le dieran una paliza, al
menos. Podra enviar a media docena de enfurecidos jugadores de ftbol americano
con bates de bisbol para que le rompieran las piernas...
O la polla suger. Eso le dolera an ms.
Maxi sonri.
Te encuentras bien? Tienes hambre? Tienes sueo? Tienes ganas de salir?
Porque si no, ningn problema...
Sonre, y me atus mi pelo fabuloso.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 199 -
Pues claro que quiero salir! Estoy en Hollywood! Me han maquillado!
Vamonos!
Tend a Garth mi tarjeta de crdito, pero l la rechaz, no tena de qu
preocuparme, todo estaba controlado, y si le prometa que volvera dentro de seis
semanas para recortarme las puntas, ya se daba por pagado. Le di las gracias una y
otra vez, hasta que Maxi me sac a rastras. Su pequeo coche plateado estaba
aparcado en el bordillo. Sub con cuidado, consciente de mi centro de gravedad
cambiante..., y tambin de que, al lado de Maxi, incluso con mi fabuloso pelo nuevo y
la esplndida tez potenciada por Garth, incluso con mi blusa negra mate, la falda
semichic, y mis zapatos de plataforma negros, todava me senta como un dirigible
desaliado. Una golfilla en forma de dirigible, al menos, pens, mientras Maxi
cruzaba tres carriles de airados coches y aceleraba en un semforo en mbar.
Me encargu de que el portero del hotel echara un vistazo a Nifkin, por si
llegbamos tarde grit, mientras el viento calentujo de la noche azotaba nuestros
rostros. Tambin le alquil una caseta.
Caramba. Qu suerte la de Nifkin.
No se me ocurri preguntarle adonde bamos hasta dos semforos despus.
Maxi se reanim al instante.
Al Star Bar! Es uno de mis lugares favoritos.
Hay una fiesta?
Siempre hay una fiesta. Y un sushi estupendo.
Suspir. No poda comer pescado crudo ni beber alcohol. Y si bien me
entusiasmaba la idea de codearme con las estrellas, saba que no tardara mucho en
desear acostarme en la cama de la esplndida suite del hotel. Antes del embarazo
nunca me haba gustado demasiado acostarme tarde ni las fiestas desmadradas, y
ahora me hacan menos gracia todava. Me quedara un ratito, me dije, y despus
utilizara la excusa del cansancio de la embarazada para irme a casa.
Maxi me hizo un resumen de la gente que podra estar en el bar, ms el
pertinente informe que una novata como yo deba recibir. El famoso actor y la
famosa actriz, casados desde haca siete aos, averig, escenificaban una farsa.
l es gay murmur Maxi, y ella se lo monta con su entrenador personal
desde hace aos.
Qu tpico! susurr.
Maxi ri y se inclin un poco ms hacia m. La ingenua estrella de la segunda
pelcula de accin ms cara del verano quiz me ofreciera xtasis en el lavabo de
seoras (al menos, a m me ofreci, dijo Maxi). La princesa del hip-hop, que en
teora no mova un dedo sin contar con su madre baptista y fantica de la Biblia, era
un pendn desorejado dijo Maxi. Se acuesta con chicos, se acuesta con chicas,
con ambos al mismo tiempo, mientras mam preside reuniones evanglicas en
Virginia. El director cincuentn acababa de salir de la clnica Betty Ford
14
. Al
protagonista cuarentn le haban diagnosticado adiccin al sexo durante su ltima

14
Centro mdico especializado en desintoxicaciones de alcohol, drogas, etctera. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 200 -
estancia en Hazelden
15
. Y la directora de la galera de arte, sobre la que tantas
habladuras corran, no tena ni pizca de lesbiana, aunque le encantaba alimentar los
rumores.
Htero como la que ms dijo Maxi, en tono de disgusto. Creo que hasta
tiene un marido escondido en Michigan.
Qu horror!
Maxi lanz una risita y aferr mi brazo. Las puertas del ascensor se abrieron, y
dos atractivos chicos vestidos con pantalones cortos blancos y camisa blanca
empujaron las puertas de cristal de tres metros de alto, para revelar una barra que
pareca suspendida en el cielo nocturno. La sala estaba rodeada de ventanas. Haba
docenas de mesitas con manteles blancos para dos y cuatro personas, adornadas con
docenas de velas votivas encendidas. De las paredes colgaban cortinas de color
marfil que la brisa nocturna haca ondular. La barra estaba iluminada con luz de
nen azul, y la camarera era una mujer de un metro ochenta con un traje ceido azul
noche, que serva martinis con una cara tan maravillosa y solemne como una
mscara africana tallada. Maxi dio un apretn final a mi brazo, y susurr.
Vuelvo enseguida.
Sali disparada a dar besos voltiles a gente que yo slo haba visto en el cine.
Me apoy contra una columna y procur no mirar demasiado fijamente.
Estaba la princesa del hip-hop, con diminutas trenzas que caan como una
cascada desde su cabeza hasta casi la cintura. Estaban las megaestrellas casadas, que
se exhiban ante el mundo como una pareja devota, y la directora de una galera de
arte que no era lesbiana, con una camisa de esmoquin almidonada y una pajarita
roja. Docenas de camareros y camareras deambulaban por todas partes. Todos iban
vestidos de blanco: pantalones blancos, shorts blancos, blusas blancas, zapatillas
blancas prstinas. Conseguan que el lugar pareciera el hospital ms chic del mundo,
slo que el personal portaba martinis de gran tamao en lugar de orinales, y todo el
mundo era hermoso. Mis manos suspiraban por una libreta y un boli. Era absurdo
que estuviera en un lugar como ste, rodeada de gente como sta, sin tomar notas
para un futuro artculo en el que, tal vez, me mostrara sarcstica. No era mi
ambiente.
Me acerqu a las ventanas, que dominaban una piscina iluminada en la que
nadie nadaba. Haba un bar polinesio, con el techo de caas y las antorchas de rigor,
abarrotado de gente, todos jvenes, todos guapsimos, la mayora con anillados
corporales y tatuajes, con el aspecto de ir a rodar un vdeo musical de un momento a
otro. Ms all, contaminacin, anuncios de Calvin Klein y las luces centelleantes de la
ciudad.
Y all, dando la espalda a la sala, con una copa en la mano, la vista clavada en la
noche, estaba... Oh, Dios, era posible? S. Adrian Stadt. Le reconoc por la forma de
sus hombros, el porte de sus caderas. Bien sabe Dios el tiempo que he pasado
fantaseando sobre sus pelculas. Llevaba el pelo corto, y su nuca brillaba a la tenue

15
Organizacin centrada en terapias antiadicciones. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 201 -
luz de la sala.
Adrian no era apuesto al estilo del clsico protagonista rudo, y tampoco
perteneca a la ltima cosecha de chicos bonitos andrginos. Era como el vecino de al
lado, de estatura mediana, facciones regulares, pelo castao normal y ojos castaos
normales. Lo que le converta en un ser especial era su sonrisa, la dulce sonrisa
torcida que dejaba al descubierto un diente delantero apenas astillado (siempre
contaba en las entrevistas que se lo haba hecho al caer de una cabaa en un rbol a
los nueve aos). Adems, esos ojos castaos normales podan transmitir mil
variaciones de confusin, perplejidad, desconcierto y dems expresiones necesarias
para interpretar al protagonista de una comedia romntica. Tomadas de una en una,
las piezas no eran nada especial, pero si las montabas encontrabas una estrella de
Hollywood de pies a cabeza. Al menos, as le defina Moxie en la columna Hombres
que adoramos!.
Por suerte, yo haba sido inmune a los enamoramientos adolescentes, nunca
haba empapelado mi taquilla con fotos de New Edition o lo que fuera, pero tena
debilidad por Adrian Stadt. Verle en Saturday Night!, cuando entre lamentos y
quejidos encarnaba al Chico Elegido en Ultimo Lugar para el Equipo de Ftbol, o
cantaba el falsamente operstico Lamento de las Madres de la Asociacin de Padres
y Profesores, me haba llevado a pensar que, de habernos conocido, habramos sido
amigos..., o algo ms. Claro que, a juzgar por su popularidad, millones de mujeres
sentan exactamente lo mismo que yo. Pero cuntas estaban en el Star Bar una
calurosa noche de abril en Los ngeles, con su dolo delante de ellas?
Retroced hasta apoyarme contra una columna, con la intencin de esconderme
para poder mirar, sin que nadie me interrumpiera, la espalda de Adrian Stadt, y
tratar de decidir si llamaba primero a Lucy o a Samantha para darles la noticia. Todo
iba bien, hasta que una pandilla de chicas esquelticas con tacones de aguja enfil en
tromba en la sala y se plant delante, detrs y alrededor de m. Me sent como un
elefante que hubiera irrumpido en mitad de una manada de grciles, veloces y
hermosos antlopes, y no vea una forma fcil de escabullirme.
Me aguantas esto un momento? me pregunt la chica ms alta, delgada y
rubia, al tiempo que indicaba su pashmina plateada. Cog el chal, la mir y me qued
boquiabierta. Era Bettina Vanee, cantante de la banda de punk Screaming Ophelia,
una de mis msicas favoritas para bailar las noches que me senta amargada.
Me encanta tu msica solt, mientras Bettina se apoderaba de un martini.
Me mir, con los ojos turbios, y suspir.
Si me dieran un centavo por cada chica gorda que me dice eso...
Me sent tan paralizada como si me hubiera echado agua helada a la cara. Tanto
maquillaje, mi estupendo corte de pelo, la ropa nueva, mi xito, y todo cuanto vean
las Bettina Vanee del mundo era otra chica gorda, sentada sola en su cuarto,
escuchando a las estrellas del rock cantar sobre vidas en las que ni siquiera podan
soar, vidas que nunca conoceran.
Sent las pataditas del beb en aquel momento, como un puito que me llamara
desde el interior, como un recordatorio. De repente, pens, a la mierda con ella. Yo
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 202 -
tambin soy alguien, pens.
Para qu necesitas esa limosna? Es que ya no eres rica? pregunt.
Algunas de las gacelas lanzaron risitas. Bettina puso los ojos en blanco. Busqu en mi
bolso y, por suerte, mis dedos se cerraron alrededor de lo que necesitaba. Toma tu
centavo dije con dulzura. A lo mejor puedes empezar a ahorrar para tu siguiente
esnifada.
Las risitas se convirtieron en carcajadas estentreas. Bettina Vance me traspas
con la mirada.
Quin eres? sise.
Se me ocurrieron algunas respuestas: una ex admiradora? Una chica gorda
enfadada? Tu peor pesadilla?
En cambio, me decant por la respuesta sencilla, modesta y verdadera.
Soy escritora dije en voz baja, y me obligu a no retroceder ni apartar la
vista.
Bettina me mir durante lo que se me antoj una eternidad. Despus, me
arrebat el chal de las manos y se alej, seguida de sus esquelticas acolitas. Me
recost contra la columna, temblorosa, y pas una mano sobre mi vientre.
Puta susurr al beb. Uno de los hombres que se hallaban en el borde de la
multitud me sonri, y luego se march antes de que pudiera archivar su cara. En el
instante que tard en reconocerle, Maxi se materializ a mi lado.
De qu iba el rollo? pregunt.
Adrian Stadt logr pronunciar.
No te dije que estaba aqu? pregunt Maxi con impaciencia. Jess, qu
le pasaba a Bettina?
Bettina me importa un rbano murmur. Adrian Stadt acaba de
sonrerme! Le conoces?
Un poco. Y t?
Puse los ojos en blanco.
Oh, s dije. Participa en mi liga de bolos de Filadelfa.
Maxi compuso una expresin de perplejidad.
No es de Nueva York?
Era broma. Pues claro que no le conozco! Pero soy una gran admiradora.
Hice una pausa, mientras pensaba si deba confesar a Maxi que Adrian Stadt
era la inspiracin fundamental de mi guin. Al igual que Josie Weiss era yo, Avery
Trace era Adrian Stadt, slo que con un nombre diferente, y sin la molesta
propensin a ligar con supermodelos. Antes de decidir lo que iba a decir, Maxi
conect sus neuronas.
Es el Avery perfecto murmur. Deberamos hablar con l.
Se dirigi hacia la ventana. Yo me qued petrificada. Gir en redondo.
Qu pasa?
No puedo abordarle y empezar a hablar.
Por qu no?
Porque estoy... Intent imaginar una forma elegante de decir: en una liga
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 203 -
muy diferente de las estrellas de cine guapas y famosas. Me decid por:...
embarazada.
Creo que la gente embarazada an tiene permiso para hablar con gente no
embarazada dijo Maxi. Agach la cabeza.
Soy tmida.
Ah, no. Eres periodista, por el amor de Dios!
Tena razn. Era cierto que, gracias a mi actividad profesional, poda abordar a
gente mucho ms poderosa, influyente y guapa que yo. Pero a Adrian Stadt, al tipo
con el que me haba permitido soar durante cien pginas, no. Y si le caa mal? Y si,
en persona, no me gustaba? No era mejor proteger la fantasa?
Maxi se removi inquieta.
Cannie...
Me sale mejor por telfono murmur por fin.
Maxi suspir, de una forma encantadora, como era su estilo.
Espera aqu dijo, y corri a la barra. Cuando regres, llevaba un mvil en la
mano.
Oh, no dije cuando lo vi. Tuve mala suerte con ese telfono.
Es un telfono diferente dijo Maxi, al tiempo que escudriaba los nmeros
que haba apuntado en su mano con algo que pareca perfilador de labios. Ms
pequeo. Ms liviano. Ms caro.
El telfono empez a sonar. Me lo tendi. Al otro lado de la sala, delante de las
ventanas, Adrian Stadt abri su telfono. Vi que sus labios se movan, reflejados en el
cristal.
Hola?
No saltes dije. Fue lo primero que se me ocurri. Mientras hablaba, me
escond detrs de una columna cubierta de seda blanca, pero de manera que an
poda ver su reflejo en el cristal. No saltes repet. No hay para tanto.
Lanz una breve carcajada.
Qu sabrs t dijo.
Pues claro que s contest, con el telfono aferrado en mi mano, de repente
sudorosa. No poda creer lo que estaba pasando. Yo estaba hablando (incluso
flirteando!) con Adrian Stadt. Eres joven, eres guapo, tienes talento...
Me halagas dijo. Tena una voz maravillosa, modulada y clida. Me
pregunt por qu hablaba siempre con aquel sonsonete lloriqueante en sus pelculas,
cuando en realidad sonaba as.
Pero es verdad! Lo eres. Ests en este lugar maravilloso, y hace una noche
preciosa. Se pueden ver las estrellas.
Otro amargo torrente de carcajadas.
Las estrellas se burl. Como si las deseara.
No me refiero a sas dije. Mira por la ventana. Vi que sus ojos me
obedecan. Alza la vista. Lade la cabeza. Ves esa estrella brillante, justo a tu
derecha?
Adrian forz la vista.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 204 -
No veo nada. La contaminacin explic. Se volvi y escudri la
multitud. Dnde ests?
Me acurruqu todava ms detrs de mi columna. Cuando tragu saliva, o el
ruido de mi garganta.
O al menos dime quin eres.
Una amiga.
Ests en esta sala?
Quiz.
Su voz adopt un leve tono burln.
Puedo verte?
No. An no.
Por qu no?
Porque soy tmida. No prefieres conocerme as?
Sonri. Vi que sus labios se curvaban en la ventana.
Cmo s que eres real? pregunt.
No lo sabes. Podra ser un invento de tu imaginacin.
Se volvi con celeridad, y por un momento sent que sus ojos se posaban en m.
Dej caer el telfono, lo recog, lo cerr y se lo devolv a Maxi, todo en un solo
movimiento que quise considerar elegante, pero tal vez no lo fue.
Al instante, el telfono empez a sonar. Maxi lo abri.
Hola?
O la voz de Adrian.
Invento? Eres t, invento?
Cgelo, por favor dijo Maxi, y me devolvi el telfono. Me retir tras mi
columna.
Star 69
16
es la causa de la afliccin de la existencia humana en los noventa
empec. Qu ha sido del anonimato?
Anonimato repiti poco a poco, como si fuera la primera vez que oa la
palabra.
Piensa continu en las generaciones de muchachos pberes que nunca
ms podrn hacer llamadas obsesivas a las chicas de las que estn colgados. Piensa
en lo que padecern.
Eres divertida dijo.
Es un mecanismo de defensa repliqu.
Puedo verte?
Sujet el telfono con todas mis fuerzas y no contest.
Voy a seguir llamando hasta que me dejes verte.
Por qu?
Porque pareces muy agradable. Puedo invitarte a una copa?
No bebo dije.
Nunca te entra sed? pregunt, y yo re pese a todo. Djame verte.

16
Revista de chismorreos. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 205 -
Suspir, estir mi blusa, ech un veloz vistazo a mi alrededor para comprobar
que Bettina Vanee se haba esfumado, y luego me acerqu a l por detrs y le di un
golpecito en el hombro.
Eh dije, con la esperanza de que recibiera todo el impacto del maquillaje y
el pelo antes de llegar a mi vientre. Hola.
Se volvi lentamente. En persona, era adorable. Ms alto de lo que haba
imaginado, y muy mono, muy dulce. Y estaba borracho. Muy, muy borracho.
Me sonri. Descolgu mi telfono. Agarr mi mueca.
No dijo. Cara a cara.
Cerr el telfono.
De cerca era guapsimo. En la pantalla daba el pego, pero en carne y hueso era
asombroso, con sus bonitos ojos castaos y...
Ests embarazada solt de repente.
Bien, no era la noticia de ultimsima hora, pero no estaba mal.
S dije. Estoy embarazada. Me llamo Cannie.
Cannie repiti. Dnde est tu, hum...?
Movi la mano en el aire, ademn que yo traduje como el padre de la
criatura.
He venido sola dije, y decid pasar el tema por alto. En realidad, he
venido con Maxi Ryder.
Yo he venido solo dijo, como si no me hubiera odo. Siempre estoy solo.
Yo s que eso no es cierto dije. Da la casualidad de que estoy enterada de
que sales con una estudiante de medicina alemana llamada Inga.
Greta murmur. Rompimos. Tienes buena memoria.
Me encog de hombros e intent aparentar modestia.
Soy una admiradora dije. Estaba intentando decidir si sera prudente
pedirle el autgrafo, cuando Adrian tom mi mano.
Tengo una idea dijo. Quieres salir a la calle?
A la calle?
Quera salir a la calle con Adrian Stadt? Llevaba el Pontfice un sombrero
grande? Asent con tal entusiasmo que tem ser vctima de un latigazo cervical, y me
intern entre las masas ataviadas con tops sin espalda y minifaldas en busca de Maxi.
La localic por fin apretujada en la barra.
Escucha dije, salgo un momento a la calle con Adrian Stadt.
Ah, de veras, eh? dijo con socarronera.
No es eso.
Ah, no?
Parece un poco... solitario.
Hummm. Bien, recuerda que es un actor. Medit un momento. Bien, en
realidad es un comediante que hace pelculas.
Slo vamos a dar un paseo dijo, desesperada por no ofenderla o irritarla,
pero an ms desesperada por volver con Adrian.
Como quieras dijo. Escribi su nmero en una servilleta y extendi la mano
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 206 -
para que le devolviera el mvil. Llmame desde donde ests.
Le di el telfono, guard el nmero en mi bolso y puse los ojos en blanco.
Oh, claro. Voy a seducirle. Ser muy romntico. Nos apretujaremos en el sof,
y yo le besar, y l me dir que me adora, y entonces, mi hijo nonato le dar una
patada en las costillas.
Maxi abandon su expresin enfurruada.
Y a continuacin prosegu, filmar todo el rollo y vender los derechos a
la Fox, y lo convertirn en un especial: El tro ms pervertido del mundo. Maxi ri.
De acuerdo. Pero ve con cuidado.
La bes en la mejilla y, aunque parezca mentira, descubr que Adrian Stadt
continuaba esperndome. Le sonre, y l me gui hasta el ascensor, y luego hasta la
puerta, donde nos encontramos ante algo que pareca una autopista. Ni bancos, ni
hierba, ni siquiera una solitaria parada de autobs o una acera por la que pasear.
Uf dije. Entretanto, Adrian pareca mucho ms cocido que en el Star Bar.
Daba la impresin de que el aire fresco no le despejaba, tal como yo haba esperado.
Agarr mi mano, pero en realidad rode mi mueca, y me acerc a l..., bien, todo lo
que mi vientre le permiti.
Bsame dijo, y yo solt una carcajada por lo absurdo de la situacin.
Bsame! Como en una pelcula! Estaba mirando por encima de su hombro por
si vea las inevitables luces brillantes, los extras y el director dispuesto a gritar:
Corten!, cuando Adrian desliz su pulgar sobre mi mejilla, y luego sobre mis
labios. Era un movimiento que estaba muy segura de haberle visto hacer en la
pantalla, pero descubr que me importaba un pito.
Cannie susurr. Slo orle pronunciar mi nombre me despert lugares que
no haba esperado sentir hasta despus del parto. Bsame.
Acerc sus labios a los mos, y yo alc la cabeza hacia arriba, y apart mi
cuerpo, mientras su mano se curvaba tras mi cuello y sostena mi cabeza como si
fuera algo precioso. Oh, qu beso ms suave, pens, y luego sus labios se posaron de
nuevo sobre los mos, con mas fuerza, su mano ms insistente, mientras el trfico
pasaba rugiendo junto a nosotros y yo senta que me derreta, olvidaba mi
determinacin, mi historia, mi nombre.
Ven conmigo dijo, mientras llovan besos sobre mis mejillas, mis labios, mis
prpados.
Me alojo en un hotel... murmur con un hilo de voz, y me di cuenta, en
cuanto las palabras surgieron de mi boca, que era la excusa ms barata del mundo.
Adems, qu estaba pasando aqu? Era posible que estuviera tan solo? Tena
debilidad por las mujeres embarazadas? Era sta, tal vez, su idea de una broma?.
O tal vez quieres...? Intent pensar a toda prisa. Si estuviera en Filadelfia, si el
objeto de mi deseo, que adems estaba muy borracho, me estuviera sobando en una
calle cualquiera, qu sugerira yo? Pero no se me ocurri nada, claro est. Siempre
pasaba lo mismo. Ir a un bar? ofrec por fin. A un restaurante?
Adrian busc en su bolsillo y sac lo que deba ser un vale de aparcamiento.
Qu tal un paseo en coche? pregunt.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 207 -
Podemos...? Pens a toda pastilla. Podemos ir a la playa? Hace una
noche tan bonita...
Lo cual no era exactamente cierto. La noche era muy brumosa, pero al menos
haca calor, y soplaba un poco de brisa.
Adrian se balanceaba hacia atrs y adelante, y me dedic una sonrisa dulce,
algo bobalicona.
Eso parece un buen plan dijo.
Antes que nada, exista el problema nada insustancial de arrebatarle las llaves.
Ooooh, un descapotable gorje, cuando un pequeo coche rojo lleg al
bordillo. Nunca he conducido uno. Le dirig mi mirada ms encantadora y
retozona. Me dejas conducirlo?
Me tendi las llaves sin decir palabra, y luego se sent a mi lado en silencio, y
slo habl para indicarme por dnde deba girar.
Cuando le mir, tena la mano apretada contra la frente.
Te duele la cabeza? pregunt. Asinti con los ojos cerrados. Cerveza
antes de licor?
Se encogi.
xtasis antes de vodka, ms bien contest.
Uf. Supuse que, si iba a quedarme en Hollywood, tendra que acostumbrarme a
confesiones sobre el uso de drogas con fines recreativos.
No pareces muy exttico observ.
Bostez.
Tal vez pida que me devuelvan el dinero dijo, y me mir de reojo. As
que ests, hum... Cundo...?
Cumplo el quince de junio dije.
As que tu marido ha vuelto a...
Decid terminar con el juego de los interrogantes.
Soy de Filadelfia, y no tengo marido. Ni novio.
Oh! exclam Adrian, como si pisara suelo ms firme. Pero tu compaero
est all, no?
Re. No pude evitarlo.
Tampoco existe compaero. Estamos hablando de la tpica madre soltera.
Le hice un breve resumen de la historia: Bruce y yo, nuestra ruptura y los veinte
minutos de reconciliacin, el embarazo, el guin y mi vuelo a California de unas doce
horas antes.
Adrian asinti, pero no hizo preguntas, y yo no poda mirarle a la cara para leer
su expresin. Tena que concentrarme en el volante. Por fin, tras una serie de giros y
revueltas, nos encontramos aparcados en un risco que dominaba el ocano. Pese a la
niebla, era magnfico: el olor del agua salada, el sonido rtmico de las olas sobre la
orilla, la sensacin de la cercana del agua, tanto poder y movimiento...
Me volv hacia Adrian.
A que es fantstico? pregunt. No contest. Adrian?
Ni el menor movimiento. Me inclin hacia l poco a poco, como un cazador que
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 208 -
se acercara a un len. Inmovilidad total. Me acerqu an ms.
Adrian? susurr. Ni palabras cariosas murmulladas, ni preguntas sobre
mi guin, o mi estilo de vida en Filadelfia. En cambio, o ronquidos. Adrian Stadt se
haba dormido.
No pude por menos que rerme de m. Era el clsico momento de Cannie
Shapiro: en la playa con una rutilante estrella de cine, con el viento que azotaba las
olas y la luna brillando sobre el agua, un milln de estrellas en el cielo, y l perda el
conocimiento.
Entretanto, no saba dnde estaba. Y empezaba a hacer fro, con el viento que
agitaba el agua. Busqu en el coche una manta o una sudadera, en vano. Nada de
nada. Eran las cuatro de la maana, segn las manecillas verdes fluorescentes de mi
reloj. Decid concederle media hora, y si no despertaba y empezaba a moverse...,
bien, ya pensara algo.
Puse el motor en marcha para tener calor, y msica del CD de Chris Isaak que
contena el reproductor. Despus, me reclin en el asiento, arrepentida de no haber
cogido una chaqueta, con un ojo en Adrian, que roncaba con entusiasmo, y el otro en
mi reloj. Era..., s, pattico, en realidad, pero tambin un poco divertido. Mi gran viaje
a Hollywood, pens con tristeza. Mi romance. Tal vez era el tipo de chica que
mereca ser el hazmerrer de las revistas, pens, pero luego negu con la cabeza.
Saba cuidar de m misma. Saba escribir. Y me haba pasado lo que ms deseaba en
el mundo: vender mi guin. Tendra dinero, comodidades, cierta fama. Y estaba en
Hollywood! Con una estrella de cine!
Mir a mi derecha. La susodicha estrella de cine segua sin moverse. Me inclin
hacia l. La respiracin era ronca, y tena la frente perlada de sudor.
Adrian? susurr. Nada. Adrian dije con voz normal.
No movi ni un prpado. Sacud sus hombros con delicadeza. No pas nada.
Cuando le solt, se desplom como un saco en el asiento. Estaba empezando a
preocuparme.
Deslic una mano en su bolsillo, mientras procuraba no pensar en los posibles
titulares de la prensa amarilla (Estrella de Saturday Night! acosada por guionista en
ciernes!), y encontr su mvil. Despus de unos cuantos intentos, obtuve el tono de
marcar. Estupendo. Y ahora, qu?
Entonces, tuve una inspiracin. Busqu en mi bolso y saqu la tarjeta del doctor
K. del billetero. En una sesin de la clase de Control del Peso nos haba dicho que no
dorma mucho, y sola estar en su consulta a las siete de la maana, y en la Costa Este
ya era ms tarde.
Contuve el aliento. Y tecle el nmero.
Hola? dijo su voz profunda.
Hola, doctor. Soy Cannie Shapiro.
Cannie! dijo, contento de orme, sin demostrar alarma por el hecho de la
llamada a larga distancia, y de que para m eran las tantas de la madrugada.
Cmo fue tu viaje?
Bien dije. Hasta el momento. Slo que ahora tengo un problema.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 209 -
Dime.
Bien, yo, hum... Hice una pausa para pensar. He hecho un nuevo amigo.
Eso es bueno dijo, alentador.
Estamos en la playa, en su coche, y est como desmayado, y no consigo
despertarle.
Eso es malo.
S admit, y ni siquiera es mi peor ligue. En circunstancias normales, le
dejara dormir, pero me dijo que antes haba estado bebiendo, y que haba tomado
xtasis...
Hice una pausa, y no o nada.
No es lo que piensas dije, si bien no tena ni idea de lo que estaba
pensando, slo que deba ser una combinacin de mi nombre y palabras como
casquivana.
As que ha perdido el conocimiento? pregunt el doctor K.
Bueno, s. En esencia. Suspir. Y yo que pensaba ser bastante divertida.
Pero respira?
Respira, pero suda expliqu. Y no se despierta.
Toca su cara, y descrbeme el tacto de su piel.
Obedec.
Caliente inform. Sudoroso.
Mejor que fro y hmedo. Eso no sera bueno. Intenta esto. Quiero que
conviertas la mano en un puo...
Hecho inform.
Ahora, masajea su esternn con los nudillos. Es el hueso del pecho. Hazlo con
fuerza... Lo que queremos saber es si as reacciona.
Me inclin y segu sus instrucciones. Adrian se encogi y dijo una palabra que
habra podido ser madre. Me volv a acomodar en el asiento y cont al doctor K. lo
sucedido.
Muy bien dijo. Creo que tu caballero acompaante se pondr bien, pero
deberas hacer dos cosas.
Adelante dije. Encaj el telfono bajo la barbilla y me volv hacia Adrian.
Primero, ponle de costado. De esta forma, si vomita, no se atragantar.
Empuj a Adrian hasta colocarle como me indicaban.
Ya est dije.
Lo segundo es quedarte con l. chale un vistazo cada media hora o as. Si se
pone fro o empieza a temblar, o si el pulso es irregular, yo llamara al 911. Si no, por
la maana debera encontrarse bien. Tal vez sienta nuseas, o le duela la cabeza
avis, pero no existirn daos permanentes.
Fantstico dije, y me encog por dentro cuando pens en lo que ocurrira
por la maana, cuando Adrian se despertara con la madre de todas las resacas y se
encontrara a mi lado.
No estara mal que mojaras un pao en agua fra, lo escurrieras y se lo
aplicaras en la frente dijo el doctor. En el caso de que te sientas compasiva.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 210 -
Me puse a rer. No pude evitarlo.
Gracias dije. De veras. Muchsimas gracias.
Espero que la situacin mejore dijo, pero parece que la tienes controlada.
Llmame y dime cmo van las cosas.
Desde luego. Gracias otra vez.
Cudate, Cannie. Llmame si necesitas algo ms.
Colgamos, y medit. Un pao? Mir en la guantera y slo encontr un contrato
de alquiler del coche, varios estuches de CD y dos bolgrafos. Mir en mi bolso: el
lpiz de labios que Garth me haba regalado, el billetero, llaves, agenda, un salvaeslip
que Lo que hay que esperar cuando esperas me aconsejaba llevar encima.
Mir a Adrian. Mir el salvaeslip. Ojos que no ven, corazn que no siente, de
manera que baj del coche, me acerqu con cuidado al agua, moj el salvaeslip, volv
arriba y lo apoy con ternura sobre su frente, conteniendo la risa.
Adrian abri los ojos.
Eres tan dulce dijo, arrastrando las palabras.
Hola, Bella Durmiente! dije. Ests despierto! Estaba empezando a
preocuparme...
Por lo visto, Adrian no me oy.
Apuesto a que sers una madre estupenda dijo, y cerr los ojos de nuevo.
Sonre, y me reclin en el asiento. Una madre estupenda. Era la primera vez que
pensaba en eso, en el hecho de ser madre. Haba pensado en el parto, claro est, y
tambin en la logstica de cuidar de un recin nacido, pero nunca me haba parado a
reflexionar sobre la clase de madre que yo, Cannie Shapiro, de casi veintinueve aos,
podra ser.
Rode mi estmago con las manos mientras Adrian roncaba a mi lado. Una
buena madre, pens, estupefacta. Pero de qu clase? Sera una de esas madres guay
que caan bien a todos los cros del barrio, que servan ponche de frutas y galletas, en
lugar de leche desnatada y fruta, que llevaban tejanos y zapatos a la moda, y que
eran capaces de hablar con los cros, en lugar de largarles sermones? Sera
divertida? Sera la clase de madre que nombraran madre de la clase, o que
aparecera el Da de la Carrera? O tal vez sera una de esas madres preocupadas,
siempre pegada a la puerta, a la espera de que el hijo llegara a casa, siempre
corriendo detrs de l, con un jersey, una gabardina, un paquete de pauelos de
papel?
T sers t, dijo una voz en mi cabeza. La voz de mi madre. La reconoc al
instante. Yo sera yo. No haba otra posibilidad. Tampoco estaba tan mal. Me haba
portado muy bien con Nifkin, razon. Por algo se empezaba.
Apoy la cabeza contra el hombro de Adrian, en la conviccin de que no le
importara. Fue entonces cuando pens en otra cosa.
Recuper su telfono de mi bolso, saqu la servilleta con el nmero de Maxi y
contuve el aliento hasta que o su alegre voz de acento ingls.
Hola.
Hola, Maxi susurr.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 211 -
Cannie! grit. Dnde ests?
En la playa dije. No s muy bien dnde, pero...
Ests con Adrian? pregunt.
S susurr, pero se ha desmayado.
Maxi se puso a rer..., y yo tambin.
Aydame. Qu debo hacer? Me quedo? Me voy? Le dejo una nota, por
ejemplo?
Dnde ests, exactamente?
Mir a mi alrededor en busca de un letrero, una luz, algo.
Recuerdo que la ltima calle por la que pasamos era Del Rio Way dije. Y
estamos en lo alto de un risco, tal vez a unos veinticinco metros del agua...
S dnde es dijo Maxi. Eso creo, al menos. Fue donde rod la escena de
amor de Los ojos de Estella.
Fantstico dije, e intent recordar quin se haba desmayado en esa escena
concreta. Qu debera hacer?
Voy a indicarte cmo llegar a mi casa. Estar esperando.
Las instrucciones de Maxi fueron perfectas, y al cabo de veinte minutos
estbamos entrando en el camino de acceso de una casita de la playa con techo de
chilla. Era la clase de lugar que yo habra elegido, obedeciendo a mis preferencias, y
contando con varios millones de dlares.
Maxi estaba esperando en la cocina. Se haba cambiado el vestido por unas
mallas negras y una camiseta, y se haba recogido el pelo en unas trenzas, lo cual
habra resultado ridculo en un 99,9 por ciento de la poblacin femenina, pero ella
estaba adorable.
Sigue desmayado?
Ven a ver susurr.
Volvimos al coche, donde Adrian continuaba derrumbado en el asiento del
pasajero, con la boca abierta, los ojos cerrados y mi salvaeslip depositado sobre su
frente.
Maxi estall en carcajadas.
Qu es eso?
Lo mejor que pude encontrar contest, a la defensiva.
Sin dejar de rer, Maxi cogi un ejemplar de Variety de su contenedor de basura
ecolgico, lo enrroll y dio unos golpecitos en el brazo de Adrian. Nada. Baj la
revista y le dio unos golpecitos en el estmago. Ninguna reaccin.
Ufdijo Maxi. Bien, no creo que est agonizando, pero tal vez deberamos
entrarle.
Poco a poco y con mucho cuidado, con gran aparato de gruidos y risitas,
sacamos a Adrian del coche y lo depositamos en el sof de la sala de estar de Maxi,
un magnfico mueble de cuero blanco que, esper, Adrian no mancillara.
Deberamos ponerle de lado, por si vomita... suger, y mir a Adrian. De
veras crees que est bien? Tom xtasis...
Supongo que s contest Maxi, como sin darle importancia. Pero quiz
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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deberamos quedarnos con l. Me mir. Debes de estar agotada.
T tambin. Siento todo esto...
No te preocupes, Cannie! Ests haciendo una buena obra!
Pase la mirada entre Adrian y yo.
Vamos a dormir? pregunt.
Parece un buen plan contest.
Mientras Maxi desapareca, supuse que para hacer las camas, le quit a Adrian
los zapatos y los calcetines, as como el cinturn, le desaboton la camisa y sustitu el
salvaeslip por un pao que encontr en la cocina.
Despus, mientras Maxi apilaba mantas y almohadas en el suelo, me quit el
maquillaje, me puse una camiseta prestada por Maxi y pens en qu poda colaborar.
Haba una chimenea en el centro de la sala de estar, una chimenea de aspecto
perfecto, prstina, con un montn de troncos de abedul en el centro. Yo saba hacer
fuego. La combinacin perfecta.
No encontr peridicos, de modo que arranqu pginas de Variety, las retorc,
las coloqu debajo de la lea, comprob que el can estuviera abierto, me asegur
de que la lea fuera lea de verdad, y no una reproduccin decorativa en cermica, y
luego encend una cerilla de la caja que haba cogido en el Star Bar, con la esperanza
de demostrar a Samantha, Andy y Lucy que haba estado en el local. El papel
prendi, los troncos empezaron a arder, y yo me mec sobre los talones, satisfecha.
Caramba dijo Maxi, al tiempo que se tumbaba sobre su pila de mantas y
volva la cabeza hacia el fuego. Cmo aprendiste a hacerlo?
Mi madre me ense dije.
Ella me mir expectante, as que le cont la historia... a Maxi, y a mi beb
tambin, pens, de cuando todos bamos a pescar a Cape Cod, y mi madre encenda
un fuego para calentarnos, nos sentbamos en crculo (mi padre, mi hermana, mi
hermano y yo), asbamos malvaviscos y veamos a mi madre de pie en el agua,
lanzando el hilo plateado en las aguas negrogrisceas, con los pantalones
arremangados y las piernas fuertes, bronceadas y slidas.
Buenos tiempos repiti Maxi, rod de costado y se qued dormida. Yo me
qued un rato con los ojos abiertos en la oscuridad, escuchando la respiracin
profunda de Maxi y los ronquidos de Adrian.
Bien, aqu ests, me dije. El fuego se estaba apagando, apenas ardan unas
brasas. Mis manos y pelo olan a humo, y oa el movimiento de las olas en la orilla, y
vea que el cielo iba virando de negro a gris. Aqu ests, pens. Has llegado.
Rode el vientre con las manos. La nia se volvi, nad en su sueo. La nia,
pens. Sin la menor duda.
Envi una oracin de buenas noches a Nifkin, que por una noche estara bien en
su lujoso hotel. Despus, cerr los ojos y conjur el rostro de mi madre sobre aquellos
fuegos de Cape Cod, tan feliz y en paz. Y, como me senta feliz y en paz, me dorm
por fin.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 213 -

Captulo 16
Cuando despert, eran las diez y media de la maana. El fuego se haba
apagado. Adrian y Maxi seguan durmiendo.
Sub al segundo piso con el mayor sigilo posible. Suelos de madera dura
pulidos, estanteras y cmodas modernas de arce, casi todas vacas. Me pregunt
cmo se senta Maxi, habitando y abandonando una serie de casas, como una oruga
que abandonara su capullo. Me pregunt si le molestaba. Saba que a m s me
afectara.
El cuarto de bao rebosaba de toda clase de toallas esponjosas, y jabones y
champs en frascos del tamao de muestras. Tom una ducha larga y clida, me
cepill los dientes con uno de los cepillos nuevos de trinca, todava envueltos en
plstico, que encontr en el botiqun, y despus me vest con la camiseta y los
pantalones de pijama nuevos que encontr en un cajn de la cmoda. Estaba segura
de que necesitaba un secador, y tal vez un ayudante que intentara reproducir lo que
Garth haba hecho con mi pelo la noche anterior, pero no encontr ninguno de
ambos. En consecuencia, me tir hacia atrs secciones de mi pelo, los sujet con
horquillas y remat la jugada con unas gotas de una pocin francesa que ola de
maravilla. Bien, al menos eso pens que era. A instancias de mi padre, haba
estudiado latn en el instituto. til para sacar sobresaliente en el examen de aptitud
escolar, intil para esas maanas en que, de forma inesperada, tenas que traducir los
nombres de los artculos de tocador de una estrella de cine.
Cuando volv abajo, Maxi segua dormida, aovillada como una garita adorable
sobre un montn de mantas, pero de Adrian slo encontr una hoja de papel.
La recog. Querida Cassie empezaba, y me re. Bien, al menos, no ha errado
mucho. Cosas peores me haban llamado. Muchas gracias por cuidar de m esta
noche. S que no nos conocemos bien...
Volv a resoplar. No nos conocemos bien! Apenas habamos intercambiado
cinco frases cuando se desmay!
... pero s que eres una buena persona. S que sers una madre maravillosa.
Siento haberme tenido que marchar con tantas prisas, y no poder vernos hasta dentro
de cierto tiempo. Esta maana vuelo a Toronto para rodar exteriores. Espero que te lo
pases bien en California.,
Pues vaya. Desdobl la nota por completo, y una llave cay en los restos de mi
regazo. La llave de un coche.
El alquiler termina el mes que viene haba escrito Adrian en el reverso de la
hoja, junto con el nombre y la direccin de un vendedor de coches de Santa Mnica
. Devulvelo cuando vayas a regresar a casa. Y disfrtalo!
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 214 -
Me puse poco a poco en pie, me acerqu a la ventana y contuve el aliento
cuando sub las persianas. All estaba el cochecito rojo. Pase la vista entre la llave
que sostena en la mano y el coche aparcado en el camino de entrada, y me pellizqu,
imaginando que despertara y descubrira que todo era un sueo..., que an segua
en mi cama de Filadelfia, con un montn de libros sobre planificacin materna en la
mesita de noche y Nifkin hecho un ovillo sobre la almohada de al lado.
Maxi bostez, se levant con agilidad y se acerc.
Qu pasa? pregunt.
Le ense el coche, la llave y la nota.
Es como estar soando dije.
Era lo menos que poda hacer dijo Maxi. Bastante suerte ha tenido de que
no le registraras los bolsillos y le sacaras fotos desnudo.
Le dirig una mirada inocente.
Deba hacer eso?
Maxi sonri.
Sintate dijo. Voy a buscar a tu perro, y despus planearemos tu
conquista de Hollywood.
Haba esperado que la alacena de Maxi estuviera vaca, salvo por los alimentos
de los que subsistan las estrellas: pastillas de menta Altoids, agua mineral con gas,
tal vez algn brebaje de hierbas que los gurs de las dietas hubieran decretado.
Pero las estanteras de Maxi estaban repletas de productos bsicos, desde caldo
de pollo hasta harina, azcar y especias, y la nevera contena manzanas y naranjas,
leche y zumo, mantequilla y queso cremoso.
Quiche, decid, y ensalada de fruta. Estaba troceando kiwis y fresas cuando
Maxi regres. Se haba puesto pantalones de lycra negros y una camiseta rojo cereza,
con unas gafas de sol gigantescas y lo que me parecieron prendedores rub en el pelo,
y Nifkin exhiba un collar de cuero rojo tachonado de las mismas joyas, con una
correa roja a juego. Ambos tenan un aspecto magnfico. Serv a Maxi y, a falta de
galletas, di a Nifkin un trocito de quiche.
Esto es tan bonito dije, mientras admiraba el reflejo del sol en el agua, la
brisa fresca que agitaba el aire.
Deberas quedarte una temporada sugiri Maxi.
Negu con la cabeza.
He de ultimar algunas cosas y volver... empec, y luego call. A qu
venan tantas prisas? El trabajo poda esperar. An me quedaban das de vacaciones.
Saltarse algunas clases de premam no significara el fin del mundo. Una habitacin
con vistas al mar era tentadora, sobre todo teniendo en cuenta la primavera
caprichosa y cambiante de Filadelfia. Maxi me estaba leyendo los pensamientos.
Ser estupendo! T escribirs, yo ir a trabajar, haremos fiestas y hogueras.
Nifkin se lo pasar en grande... Te ...
Me vinieron ganas de dar saltitos de alegra, pero no estaba segura de que el
beb lo aprobara. Sera increble estar aqu. Podra mecerme en el oleaje. Nifkin se
dedicara a perseguir gaviotas. Maxi y yo cocinaramos. Habra que atar algunos
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 215 -
cabos. No se me ocurran cules, o dnde. En aquella maana, con el sol brillando y
las olas lamiendo la orilla, pareca ms fcil dejar que esta aventura maravillosa
siguiera su curso que perder ms tiempo intentndolo.


Los acontecimientos se precipitaron a partir de ese momento. Maxi me
acompa en coche a un rascacielos de paredes de cristal de un azul plateado, con un
elegante restaurante en la planta baja.
Quiero que conozcas a mi agente explic, mientras apretaba el botn de la
sptima planta.
Me devan los sesos en busca de las preguntas adecuadas.
Se ocupa de... escritores? pregunt. Es buena?
S, y mucho dijo Maxi, mientras me guiaba por el pasillo. Llam con los
nudillos a una puerta abierta y asom la cabeza.
Y una mierda! deca la voz de una mujer. Terence, eso es una chorrada.
Se trata del proyecto que andas buscando, y ha de estar terminado la semana que
viene...
Mir sobre el hombro de Maxi, imaginando que la voz perteneca a una mujer
que fumaba sin parar, de pelo rubio platino y hombreras, con un cigarrillo sin filtro
en una mano y una taza de caf en la otra..., una versin femenina del to reptiliano
con gafas de sol que me haba dicho que no haba actrices gordas en Hollywood. En
cambio, detrs de un gigantesco escritorio, haba una pelirroja menuda de piel
cremosa y pecas. Vesta un pichi verde claro, una camiseta color lila y unas zapatillas
Keds en sus piececitos infantiles. Llevaba el pelo recogido en un moo catico.
Aparentaba unos doce aos de edad.
sa es Violet dijo Maxi con orgullo.
Y UNA MIERDA! repiti Violet. Reprim el deseo de apoyar las manos
sobre mi vientre, donde imaginaba que estaban las orejas del beb.
Qu opinas? susurr Maxi.
Es..., hum dije. Se parece a Pipi Calzaslargas! Ya tiene edad para hablar
as?
Maxi se parti de risa.
No te preocupes dijo. Parece una girl scout, pero es muy dura.
Con un y una mierda de despedida, Violet colg el telfono, se puso en pie y
extendi la mano.
Cannie. Es un placer dijo, como una persona normal, en lugar del dragn
rugiente que haba estado acosando a Andrew Dice Clay slo unos momentos
antes. Me gust mucho tu guin. Sabes lo que me gust ms?
Los tacos? aventur.
Violet ri.
No, no dijo. Me gust que tu protagonista tuviera tanta fe en s misma.
En muchas comedias romnticas, da la impresin de que la protagonista siempre ha
de ser rescatada..., mediante el amor, el dinero o un hada madrina. Me encant que
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 216 -
Josie se rescatara a s misma, y creyera en ella en todo momento.
Caramba. Nunca lo haba pensado as. Para m, la historia de Josie era el
cumplimiento de un deseo puro y duro. La historia de lo que poda pasar si una de
las estrellas a las que entrevistaba en Nueva York me miraba y vea algo ms que un
pastelito de hojaldre en potencia con forma femenina de talla extragrande.
A las mujeres les va a encantar esta pelcula, joder predijo Violet.
Me alegro de que pienses eso dije.
Violet asinti, se quit el scrunchy del pelo, se pas los dedos por l y recogi los
rizos en una versin algo ms ordenada del mismo moo.
Hablaremos ms tarde dijo, mientras recoga una libreta, un puado de
bolgrafos, una copia de mi guin y lo que pareca una copia de un contrato. De
momento, vamos a conseguirte un poco de dinero.
Al final, result que la pequea Violet era una negociadora implacable. Tal vez
debido al sonido de su voz metlica y a la ristra incesante de obscenidades, el tro de
jovencitos ataviados con elegantes trajes acabaron asumiendo que mi guin vala la
pena. Al final, la cantidad de dinero que me dieron (una parte sera entregada a los
cinco das de firmar, la otra cuando empezara a rodarse la pelcula, y la tercera por el
primer vistazo a todo lo que escribiera en adelante) fue increble. Maxi me abraz,
y Violet nos abraz a las dos.
Ahora, haced que me sienta orgullosa dijo antes de volver a su oficina, con
su aspecto de colegiala.
A las cinco de la tarde estaba sentada en la terraza de Maxi con un cuenco de
uvas heladas en el regazo y una copa de zumo de uva espumoso sin alcohol en la
mano, invadida por un alivio inmenso. Ahora podra comprar la casa que me diera la
gana, contratar a una niera, incluso tomarme un ao entero de permiso cuando la
nia naciera. Y aunque tuviera que reescribir el guin, nunca sera tan espantoso
como enfrentarme a Gabby y a su ristra de crticas incesantes, tanto cara a cara como
a mis espaldas. No sera tan espantoso como repasar el sptimo borrador de mi carta
a Bruce. Esas cosas eran trabajo. Esta sera pura diversin.


Aquella tarde habl durante horas, y grit las buenas nuevas a mi madre, Lucy
y Josh, Andy y Samantha, parientes y colegas varios, a cualquiera que deseara
compartir mi felicidad. Despus llam al doctor K. a su consulta.
Soy Cannie dije. Slo quiero que sepas que todo va bien.
Tu amigo se encuentra mejor?
Mucho mejor dije, y le expliqu que Adrian se haba recuperado, yo haba
decidido quedarme en casa de Maxi, y que la pequea Violet me haba conseguido
un montn de dinero.
Ser una gran pelcula dijo el doctor K.
No puedo creerlo dije, tal vez por trigsima vez aquel da. Ni siquiera me
parece real.
Bien, limtate a disfrutar el momento. Da la impresin de que no has podido
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 217 -
tener mejor comienzo.
Maxi contemplaba la escena como aturdida, y se dedicaba a tirar una pelota de
tenis a Nifkin, hasta que ste se derrumb, jadeante, junto a un montn de algas.
Quin es se? pregunt, y yo me expliqu.
Es..., bien, era mi mdico, cuando intentaba perder peso, antes de quedar
embarazada. Ahora, supongo que es un amigo. Le llam anoche para pedirle consejo
sobre Adrian.
Me ha parecido que te gusta dijo Maxi, al tiempo que enarcaba las cejas al
estilo de Groucho Marx. Visita a domicilio?
No tengo ni idea dije. Es muy simptico. Es alto.
Eso est bien. Y ahora, qu?
Cena? suger.
Estupendo. Olvid que eres polivalente. Sabes escribir, y tambin cocinar.
No te hagas falsas esperanzas. Voy a ver qu hay en la nevera.
Maxi sonri.
Creo que antes deberamos hacer otra cosa.


El guardia jurado que haba en la puerta de la joyera nos salud con un
cabeceo, y abri de par en par la pesada puerta de cristal.
Qu estamos haciendo aqu? susurr.
Vamos a comprarte un regalo contest Maxi. Y no hace falta que hables
en voz baja.
Qu eres, mi pap querido? la reprend.
Oh, no dijo Maxi con expresin muy seria. Vas a comprarte algo.
La mir.
Qu? Por qu? No deberas animarme a ahorrar? Estoy esperando un
beb...
Pues claro que vas a ahorrar dijo Maxi, en el tono ms sensato, pero mi
madre siempre me deca que todas las mujeres deberan comprarse un objeto
perfecto..., y t, querida, ests en condiciones de hacerlo.
Respir hondo, como si fuera a sumergirme en aguas profundas, en lugar de
entrar en una joyera. La sala estaba llena de vitrinas, a la altura de donde antes se
encontraba mi cintura, y cada vitrina contena un tesoro en adornos, dispuestos con
sentido artstico en estuches de terciopelo color trtola. Haba anillos de esmeraldas,
anillos de zafiros, delgados brazaletes de platino incrustados de diamantes. Haba
pendientes de mbar y broches de topacio, pulseras de una malla de plata tan fina
que apenas se podan distinguir los eslabones, y gemelos de oro trabajado. Haba
pulseras de dijes centelleantes con diminutas zapatillas de ballet y llaves de coche en
miniatura... Pendientes de plata de ley en forma de gordos corazones de San
Valentn... Brazaletes entrelazados de oro rosa y amarillo... Broches centelleantes en
forma de mariquitas y caballitos de mar... Pulseras de diamantes como las que
llevaba la madre de Bruce... Me detuve y me apoy en un mostrador, abrumada.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 218 -
Una vendedora con un traje azul marino apareci como si se hubiera
teleportado.
En qu puedo ayudarla? pregunt con suma amabilidad.
Seal vacilante unos pendientes de diamantes diminutos.
Enseme stos, por favor ped.
Maxi mir por encima de mi hombro.
sos no resopl. Son diminutos, Cannie!
No crees que algo de mi cuerpo debera ser diminuto?
Maxi me mir, perpleja.
Por qu?
Porque...
Me qued sin voz.
Maxi agarr mi mano.
Sabes una cosa? dijo. Creo que tienes buen aspecto. Creo que tienes un
aspecto maravilloso. Pareces feliz..., saludable... y embarazada...
No te olvides de eso re.
Mientras tanto, la vendedora estaba desenvolviendo un rollo de terciopelo
negro, y colocando pendientes encima de la vitrina, el par que yo haba pedido
primero, y otro par que deba medir el doble. Los diamantes eran cada uno del
tamao de una uva pasa, y los acun en mi mano, contempl sus destellos azul y
violeta.
Son fantsticos dije en voz baja, y los alc hasta mis orejas.
Le sientan muy bien dijo la dependienta.
Nos los quedamos dijo Maxi con absoluta seguridad. No hace falta que
los envuelva. Se los llevar puestos.
Ms tarde, en el coche, con mis nuevos pendientes que proyectaban los colores
del arco iris sobre el techo, siempre que la luz del sol se reflejaba en ellos, intent
darle las gracias, por aceptarme como amiga, por comprarme el guin, por hacerme
creer en un futuro en el que mereca esas cosas, pero Maxi desech mis palabras con
un ademn.
Te mereces cosas bonitas dijo. No debera sorprenderte, Cannie.
Respir hondo. Amiga, susurr al beb.
Voy a prepararte la mejor cena de tu vida dije a Maxi.


No entiendo esto dijo mi madre, durante su sesin diaria de llamada
telefnica/interrogatorio. Tengo cinco minutos para averiguarlo.
Cinco minutos? Apret el telfono contra el pecho y escudri los dedos
de mis pies, con el fin de decidir si era posible sobrevivir en Hollywood con las uas
mal manicuradas, o si la polica de la pedicura me pondra una multa. A qu
vienen tantas prisas?
Pretemporada de softball dijo mi madre. Nos enfrentamos a las Lavender
Menace.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 219 -
Son buenas?
El ao pasado s, pero ests cambiando de tema. Bien, ests viviendo con
Maxi... empez mi madre, y call esperanzada. O al menos, eso cre detectar.
Slo somos amigas, mam. Una relacin platnica.
Suspir.
Nunca es demasiado tarde.
Puse los ojos en blanco.
Siento decepcionarte.
Qu ests haciendo?
Me divierto. Me lo paso pipa.
Apenas saba, por dnde empezar. Llevaba en California casi tres semanas, y
cada da daba la impresin de que Maxi y yo emprendamos una aventura, un
pequeo viaje en el descapotable rojo de Adrian, que cada vez pareca ms un
carruaje encantado, o una alfombra mgica. Anoche, despus de cenar, habamos ido
a pie hasta l muelle de Santa Mnica, y habamos comprado patatas fritas aceitosas
y limonada rosa helada, que habamos tomado con los pies colgando sobre el agua.
El da anterior habamos ido a un mercadillo de productos naturales del centro,
donde habamos llenado una mochila con frambuesas, zanahorias baby y
melocotones de via, que Maxi distribuy a sus compaeros de reparto (excepto al
protagonista porque, razon, considerara los melocotones una invitacin a hacer
Bellinis, y esta vez no quiero ser la responsable de que se caiga del remolque).
Haba cosas de California a las que todava no me haba acostumbrado: la
belleza uniforme de las mujeres, para empezar, el hecho de que todas las personas
que vea en las cafeteras o las mantequeras de lujo se me antojaban vagamente
familiares, como si hubieran interpretado a la novia o el mejor amigo del chico en
alguna comedia de situaciones de 1996, suspendida al poco de empezar. Por otra
parte, la cultura del coche me asombraba. Todo el mundo iba motorizado a todas
partes, de modo que no haba aceras ni carriles bici, tan slo interminables
embotellamientos de trfico, una contaminacin tan espesa como mermelada,
aparcacoches por doquier, incluso en una de las playas a las que habamos ido,
aunque parezca increble.
Ahora, oficialmente, ya lo he visto todo inform a Maxi.
No, ni hablar contest ella. En el Third Street Promenade hay un perro
salchicha disfrazado con mallas adornadas con lentejuelas, que colabora en un acto
de malabarismo. En cuanto hayas visto eso, lo habrs visto todo.
Trabajas en algo? pregunt mi madre, a quien las historias de perros
salchicha malabaristas y melocotones de via no parecan impresionar.
Cada da le dije, lo cual era cierto.
Entre aventura y salida, dedicaba al menos tres horas al da a trabajar con mi
porttil. Violet me haba enviado un guin tan trufado de notas que era
prcticamente ilegible. QUE NO CUNDA EL PNICO haba escrito con tinta azul
espliego en la pgina del ttulo. Las notas prpura son mas, las notas rojas son de
un lector contratado por el estudio, las negras son del tipo que tal vez acabe
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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dirigiendo la pelcula, y casi todo lo que dice son chorradas, creo. Tmatelo con
calma, SLO SON SUGERENCIAS! Me iba abriendo paso entre el bosque de notas
garrapateadas al margen, tachones, flechas y agregados en papeles autoadhesivos.
Cundo vendrs a casa? pregunt mi madre.
Me mord el labio. An no lo saba, y tena que tomar una decisin... pronto. Mi
trigsima semana se estaba acercando a la velocidad del rayo. Despus, debera
buscar un mdico en Los ngeles y dar a luz en la ciudad, o descubrir una forma de
volver a casa que no fuera en avin.
Infrmame de tus planes, por favor dijo mi madre. Me hara muy feliz
trasladarte del aeropuerto a casa, y hasta echar un vistazo a mi nieto o nieta antes de
su primer cumpleaos...
Mam...
Slo era una advertencia materna! dijo, y colg.
Me levant y camin hasta la arena. Nifkin trotaba detrs de m, con la
esperanza de que tendra que ir a buscar su pelota de tenis al agua.
Saba que deba tomar una decisin pronto, pero todo marchaba tan bien que
resultaba difcil pensar en otra cosa que no fuera el siguiente da soleado perfecto, la
siguiente comida deliciosa, la siguiente expedicin de compras, picnic o paseo por la
playa bajo el cielo estrellado. Aparte del ocasional recuerdo de Bruce y nuestros
tiempos felices juntos, y la incertidumbre de no saber qu sera de mi vida, el tiempo
que pasaba en la casa de la playa me deparaba una felicidad sin lmites.
Deberas quedarte aqu deca Maxi. Yo nunca contestaba que s, pero
tampoco que no. Intentaba llegar a una conclusin de la misma manera que en otro
tiempo haba investigado a mis novias, dando vueltas a las preguntas en mi cabeza.
Estaba hecha para esta vida? Poda vivir de esta manera?
Lo pensaba de noche, cuando haba terminado mi trabajo y la cena se estaba
haciendo, y Nifkin y yo pasebamos por la orilla del agua. Quedarme o
marcharme?, preguntaba, a la espera de una respuesta, del perro, del beb, del Dios
que no me haba dado instrucciones en noviembre. Pero no haba respuesta, slo las
olas, y al final, la noche estrellada.


La maana del tercer sbado de mi estancia en California, Maxi entr en el
cuarto de invitados, descorri las cortinas y llam a Nifkin con un chasquido de
dedos. El perro corri a su lado, con las orejas bien tiesas, como si fuera el perro
guardin ms pequeo del mundo.
Arriba todos! grit Maxi, mientras se balanceaba sobre sus pies. Vamos
al gimnasio!
Me incorpor con un gran esfuerzo.
El gimnasio? pregunt.
Maxi iba vestida para la ocasin, con sus rizos pelirrojos recogidos en una cola
de caballo, el maillot negro ceido, calcetines blancos y zapatillas blancas relucientes.
No te preocupes dijo Maxi. No ser agotador. Se sent sobre mi cama y
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 221 -
seal un calendario de un sitio llamado Centro Educativo de la Luz Interior. Lo
ves?
Autorrealizacin, meditacin y visualizacin, rezaba la descripcin del curso.
Seguidos de masturbacin? pregunt.
Maxi me mir airada.
No te burles dijo. Esto funciona.
Fui a la cmoda y empec a buscar un atuendo apropiado para la
autorrealizacin. Supuse que les seguira la corriente, y utilizara la sesin de
meditacin para ver si poda pensar en un dilogo plausible entre Josie, la herona de
mi guin y su futuro ex novio. O bien contemplara mi futuro, y lo que hara con l.
La autorrealizacin y la visualizacin me sonaban como estupideces de la Nueva Era,
pero al menos no iba a perder el tiempo.
El Centro Educativo de la Luz Interior era un edificio de madera blanca situado
en lo alto de una colina. Tena amplios ventanales y una superficie rodeada de hierba
y macetas de balsaminas. Por suerte, no haba aparcador.
Te va a gustar mucho dijo Maxi, mientras nos encaminbamos a la puerta.
Yo llevaba una camiseta extragrande de Maxi, que cada da se adecuaba ms a
mi talla, mallas, zapatillas de deporte y la obligatoria gorra de bisbol con visera, la
nica parte de su apariencia fsica a la que haba podido adaptarme.
En Filadelfia, un lugar como ste sera una hamburguesera gru.
Entramos en una sala grande y ventilada, con espejos en las paredes, un piano
en un rincn y olor a sudor, y ms tenue, a incienso. Maxi y yo encontramos sitio en
la parte posterior, y cuando Maxi fue a buscar colchonetas de espuma plegables, ech
un vistazo a los congregados. Haba un grupo de jovencitas con pinta de
supermodelo en la primera fila, pero tambin algunas mujeres mayores (una con el
pelo gris sin teir), y un to con una barba larga y abundante, y una camiseta que
deca: I Got the Crabs at Jimmy's Crab Shack [Consegu los camarones en el
chiringuito de Jimmy]. Muy diferente del Star Bar, pens, contenta, cuando la
monitora entr.
Pongmonos en pie dijo, y se inclin para introducir un disco compacto en
el reproductor.
Mir y parpade, porque delante de m haba una Mujer Rolliza..., con unas
mallas azul elctrico y un maillot negro ajustado, nada ms y nada menos. Tendra
unos diez aos ms que yo, muy bronceada, de cabello castao que le caa hasta la
mitad de la espalda, retirado de su cara ancha sin arrugas con una banda elstica que
haca juego con las mallas. Su cuerpo me record aquellas muecas de la fertilidad
que los arquelogos rescataban de las ruinas: pechos cados, caderas anchas, curvas
inapelables. Llevaba lpiz de labios rosa y un diminuto clavo en la nariz, y pareca...
a gusto. Segura de s misma. Feliz. La mir, sin poder evitarlo, y me pregunt si
alguna vez tendra yo ese aspecto de felicidad, si aprendera a ser feliz, y cul sera
mi apariencia con un clavo en la nariz.
Soy Abigailanunci. Abigail! Mi nombre femenino favorito para la nia!
Tena que ser una seal. De qu, no estaba segura, pero tena que ser buena. Y esto
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 222 -
es autorrealizacin, meditacin y visualizacin. Si os habis equivocado de lugar,
podis marcharos. Nadie lo hizo. Abigail sonri y oprimi un botn del estreo.
Un sonido de flautas, acompaadas de un suave tamborileo, invadi la sala.
Vamos a empezar con algunos estiramientos y respiraciones profundas, y despus
haremos lo que se llama meditacin guiada. Os sentaris en la postura que os resulte
ms cmoda, cerraris los ojos, y yo os guiar mientras imaginis situaciones
diferentes, posibilidades diferentes. Empezamos?
Maxi me sonri. Yo le devolv la sonrisa.
Preparada? susurr, y yo asent, y antes de darme cuenta estaba sentada
con las piernas cruzadas sobre una colchoneta, con los ojos cerrados, arrullada por el
sonido de las flautas y los tambores.
Imaginad un lugar seguro empez Abigail. Hablaba en voz baja y
relajante. No intentis elegirlo. Cerrad los ojos, a ver qu aparece.
Pens que vera la terraza de Maxi, o quiz su cocina, pero lo que vi, en tanto
Abigail repeta lugar seguro, fue mi cama..., mi cama de casa. La colcha azul, las
almohadas de alegres colores, Nifkin tumbado sobre ellas como un adorno peludo,
parpadeando mientras me miraba.
A juzgar por la inclinacin de la luz que penetraba a travs de las persianas,
estaba anocheciendo, la hora en que volva a casa del trabajo. Hora de pasear al
perro, hora de llamar a Samantha para saber cundo quera ir al gimnasio, hora de
echar un vistazo a mi correo, colgar mi ropa y descansar... Y de repente, me embarg
tal morria, tal anhelo de mi ciudad, mi apartamento, mi cama, que me sent dbil.
Me puse en pie con un gran esfuerzo. Por mi cabeza no paraban de desfilar
imgenes de la ciudad: la cafetera de la esquina, donde Samantha y yo
compartamos capuchinos con hielo, confidencias e historias de terror sobre
hombres... La Reading Terminal por la maana, invadida por el perfume de flores
recin cortadas y bollos de canela... Independence Mall, camino de casa despus de
dejar la oficina, los jardines verdes abarrotados de turistas que se esforzaban por ver
la Campana de la Libertad, los cornejos llenos de frutos color rojo oscuro... Penn's
Landing los sbados, con Nifkin tirando de la correa, intentando perseguir a las
gaviotas que volaban a escasa distancia del agua. Mi calle, mi apartamento, mis
amigos, mi trabajo...
Mi casa susurr, al beb, a m. Susurr lavabo a Maxi y sal.
Me par bajo el sol y respir hondo. Un momento despus, sent una palmada
en el hombro. Vi a Abigail con un vaso de agua en la mano.
Te encuentras bien?
Asent.
Estaba empezando a sentir..., bien, aoranza de mi casa, supongo expliqu.
Abigail asinti con aire pensativo.
Tu casa dijo, y yo asent a mi vez. Bien, eso es bueno. Si tu casa es un
lugar seguro, es algo maravilloso.
Cmo te...?
No encontr las palabras. Cmo encuentras la felicidad en un cuerpo como el
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tuyo..., como el mo? Cmo encuentras la valenta de seguir adelante, si crees que no
encajas en este mundo?
Abigail sonri.
Madur dijo, en respuesta a la pregunta no verbalizada. Aprend cosas.
T tambin lo hars.
Cannie?
Maxi me estaba mirando bajo la luz del sol, preocupada. La salud con la mano.
Abigail asinti.
Buena suerte dijo, y volvi al interior, meneando las caderas, con los
pechos bamboleantes, orgullosa y sin vergenza. La segu con la mirada, con el deseo
de poder susurrar modelo que imitar al beb.
Qu ha pasado? pregunt Maxi. Te encuentras bien? Como no volvas
supuse que estabas dando a luz en un puesto ambulante o algo por el estilo...
No. Todava no. Estoy bien.
Volvimos a casa, mientras Maxi explicaba que se haba imaginado ganando un
Oscar, circunstancia que aprovechaba para denunciar con gusto, elegancia y nfasis a
cada uno de sus ex novios desde el escenario.
Casi me puse a rer cuando visualic la cara de Kevin! grazn, y me mir
en el siguiente semforo en rojo. T qu viste, Cannie?
No quera contestarle... No quera herir sus sentimientos, diciendo que, en mi
opinin, mi felicidad se hallaba a unos cuatro mil quinientos kilmetros de distancia
de la casa de la playa y la costa de California, y de la propia Maxi.
La casa dije en voz baja.
Bien, pronto llegaremos contest Maxi.


Can-nie aull Samantha por telfono a la maana siguiente, en un tono
indigno de una abogada. Esto es ridculo! Insisto en que regreses. Estn pasando
cosas. Romp con mi profesor de yoga y ni siquiera estabas aqu para escucharme...
Cuntame la anim, reprimiendo una punzada de culpabilidad.
Da igual dijo Samantha, como sin darle importancia. Estoy segura de que
mis padecimientos no son tan interesantes como tus amigas del cine y sus rupturas...
Ya sabes que eso no es verdad, Sam. Eres mi mejor amiga, y quiero saberlo
todo acerca de ese malvado profesor...
Da igual repiti Sam. Preferira hablar de ti. Cmo va todo? Te has
tomado vacaciones permanentes? Vas a quedarte ah para siempre?
Para siempre, no. Es que... no estoy muy segura de lo que voy a hacer.
Y en aquel momento, no tena el menor deseo de hablar de ello.
Te echo de menos dijo Sam en tono plaidero. Hasta echo de menos al
chiflado de tu perro.
Algn da volver dije. Era lo nico de lo que estaba segura.
De acuerdo, cambio de tema dijo Samantha. Adivina quin me ha
llamado. El mdico con el que nos topamos en Kelly Drive.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 224 -
El doctor K.! exclam, y experiment una sbita oleada de felicidad al or
su nombre, junto con una punzada de culpa por no haberle llamado desde el da en
que haba firmado el contrato con Violet. Cmo ha conseguido tu nmero?
La voz de Samantha adquiri un timbre glido.
Es evidente dijo que, pese a mi peticin explcita, me apuntaste como tu
contacto de emergencia cuando le llenaste algn formulario.
Era un punto delicado. Siempre apuntaba a Samantha como contacto de
emergencia cuando sala de excursin en bicicleta. A Samantha no le haca mucha
gracia.
La verdad, Cannie, por qu no das el telfono de tu madre? pregunt, y
reiter la queja que haba formulado muchas veces anteriormente.
Porque me preocupa que Tanya conteste al telfono y mande sepultar mi
cadver en el mar.
En cualquier caso, llam porque quera saber cmo iba todo, y por si yo tena
tu direccin. Creo que quiere enviarte algo.
Fantstico! dije, y me pregunt qu sera.
Cundo vuelves?
Pronto contest.
Prometido?
Apoy las manos sobre el estmago.
Prometido dije, a las dos.
A la tarde siguiente, el buzn contena una caja de Mailboxes & More, de
Walnut Street, Filadelfia.
La llev a la terraza y la abr. Lo primero que vi fue una postal con la foto de un
perrito de ojos abiertos de par en par y aspecto angustiado, muy parecido a Nifkin. Le
di la vuelta.
Querida Cannie empezaba, Samantha me dice que estars una temporada
en Los Angeles, y pens que tal vez te apetecera leer algo (por ah leen, verdad?).
Te adjunto tus libros y algunas cosas que te recuerden tu casa. Llmame cuando
quieras saludarme. Estaba firmada Peter Krushelevansky (de la Universidad de
Filadelfia). Bajo la firma haba una posdata: Samantha me ha dicho que Nifkin
tambin ha ido a la Costa Oeste, as que le envo algo de paso.
Dentro de la caja encontr una postal de la Campana de la Libertad, y una de
Independence Hall. Haba una caja de lata con pretzeh cubiertos de chocolate negro,
de Reading Terminal, y una sola Tasty-kake, algo chafada. En el fondo de la caja mis
dedos encontraron algo redondo y pesado, envuelto en capas y capas del Philadelphia
Examiner (Cotilleando con Gabby, observ, estaba dedicado a la ltima pelcula
para televisin de Angela Lansbury). Dentro encontr un cuenco de comida para
perros de cermica. La letra N estaba grabada en el interior, pintada de un rojo
brillante con bordes amarillos. En la parte exterior haba pintados varios retratos de
Nifkin, todos muy precisos y certeros. Nifkin corriendo, Nifkin sentado, Nifkin en el
suelo mordisqueando un hueso de cuero. Me re, muy complacida.
Nifkin! dije, y Nifkin ladr y vino corriendo.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 225 -
Dej el cuenco en el suelo para que Nifkin lo olfateara.
Despus llam al doctor K.
Suzie Lightning! dijo a guisa de saludo.
Quin? Eh?
Es una cancin de Warren Zevon dijo.
Ah dije.
La nica cancin de Warren Zevon que conoca era una que iba de abogados,
pistolas y dinero.
Es sobre una chica que... viaja mucho explic.
Suena interesante dije, y tom nota mental de buscar la letra. Te llamo
para agradecerte tus regalos. Son maravillosos.
De nada. Me alegro de que te gustaran.
Pintaste a Nifkin de memoria? Es asombroso. Tendras que haber sido artista.
Soy un simple aficionado admiti, y son como el Doctor Maldad en el que
se desdobla Austin Powers. Me part de risa. De hecho, tu amiga Samantha me
prest unas cuantas fotografas, pero no las utilic mucho. Tu perro tiene un aspecto
muy especial.
Eres demasiado amable dije de todo corazn.
Han abierto un taller de pintura infantil en la esquina del campus explic
. Lo hice all. Era la fiesta del quinto cumpleaos de un cro, de modo que haba ocho
nios de cinco aos pintando tazones de caf, ms un servidor.
Sonre cuando me lo imagin: el doctor K., alto y con su voz profunda, plegado
en una silla, pintando a Nifkin mientras los nios le miraban boquiabiertos.
Cmo va todo por ah?
Le ofrec una versin condensada: las compras con Maxi, los platos que
cocinaba, el mercadillo de productos naturales que haba descubierto. Describ la
casita de la playa. Le dije que California se me antojaba maravillosa e irreal a la vez.
Le dije que paseaba cada maana, trabajaba cada da, y que Nifkin haba aprendido a
atrapar pelotas de tenis en medio de las olas.
El doctor K. emiti ruidos que transmitan inters, hizo las preguntas
pertinentes y atac la ms importante.
Cundo volvers?
No estoy segura dije. Tengo permiso sin sueldo, y an hay que arreglar
algunas cosas del guin.
As que... dars a luz ah?
No lo s dije poco a poco. No creo.
Bien fue todo cuanto dijo. Deberamos desayunar otra vez cuando
vuelvas.
Claro contest, con una repentina aoranza del Morning Glory de Sam. No
haba un sitio semejante aqu. Sera fantstico. O el coche de Maxi en el garaje.
Oye, he de irme...
Ningn problema. Llama cuando quieras.
Colgu el telfono, sonriente. Me pregunt cuntos aos tendra en realidad. Me
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 226 -
pregunt si me consideraba algo ms que una paciente, algo ms que una de las
chicas gordas que entraban y salan arrastrando los pies de su consulta, cada una con
su mal rollo a cuestas. Y decid que me gustara volver a verle.


A la maana siguiente, Maxi propuso otra excursin.
Todava me cuesta creer que tengas un cirujano plstico gru, mientras
suba al coche, pensando que nicamente en esta ciudad, en este preciso momento de
la historia, una actriz de veintisiete aos y facciones perfectas tendra a mano un
cirujano plstico.
Un mal necesario dijo Maxi, mientras adelantaba a varios vehculos de
menos potencia y se meta en el carril ms rpido.
La sede del cirujano era una sinfona en gris y malva, con suelos de mrmol,
paredes lustrosas y recepcionistas todava ms lustrosas. Maxi se quit sus gafas de
sol gigantescas y habl en voz baja con la mujer que haba detrs del mesn de
recepcin, mientras yo paseaba y examinaba las fotos tamao cartel de los mdicos
colgadas en la pared, y me pregunt cul de ellos tendra el placer de aumentar los
labios de Maxi y borrar las arrugas invisibles de los ojos. El doctor Fisher era un
Ken
17
rubio. La doctora Rhodes era una morenaza de cejas arqueadas que pareca de
mi edad, pero tal vez no lo fuera. El doctor Tasker era el jovial Pap Noel del grupo,
salvo por las mejillas regordetas y la doble papada. Y el doctor Shapiro...
Me qued petrificada, contemplando la foto de mi padre. Estaba ms delgado, y
se haba afeitado la barba, pero no caba duda de que era l.
Maxi se acerc, y sus tacones repiquetearon en el suelo. Cuando vio la
expresin de mi cara, agarr mi codo y me gui hasta una silla.
Qu pasa, Cannie? Es el beb?
Volv hacia la pared con piernas que parecan pedazos de madera fosilizada, y
seal.
Ese es mi padre.
Maxi contempl la foto, y luego me mir.
No sabas que estaba aqu? pregunt.
Negu con la cabeza.
Qu deberamos hacer?
Indiqu la puerta con un cabeceo y empec a caminar con la mayor rapidez
posible.
Irnos.


De modo que as ha terminado dije. Maxi, Nifkin y yo estbamos en la
terraza, bebiendo t de frambuesa helado. Liposuccin en Los Angeles. Parece el
principio de un chiste malo, verdad?

17
El novio de la mueca Barbie. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 227 -
Maxi desvi la vista. Sent pena por ella. Nunca me haba visto tan disgustada,
y no tena ni idea de cmo ayudarme. Yo no saba qu decirle.
Sigue sentada dije, al tiempo que me levantaba. Voy a dar una vuelta.
Pase junto al agua, dej atrs a las patinadoras en biquini, los partidos de
voleibol, los nios gritones. Dej atrs a los vendedores sobre zancos, los puestos de
anillado corporal, los vendedores de calcetines a diez dlares los cuatro pares, los
adolescentes con peinado rastafari que tocaban la guitarra sentados en los bancos del
parque, y los sin techo envueltos en capas y capas de ropa, espatarrados como
cadveres debajo de las palmeras.
Mientras caminaba, intent organizar mis pensamientos, como cuadros en una
galera, enmarcados y colgados de una pared.
Imagin mi familia tal como haba sido en otro tiempo: los cinco en el jardn
durante la celebracin de Rosh Hashanah, el Ao Nuevo judo, posando con nuestras
mejores prendas. Mi padre con la barba recin cortada y las manos sobre mi hombro.
Yo con el pelo echado hacia atrs mediante pasadores, los pechos incipientes
tensando el jersey, los dos sonrientes.
Nos imagin cinco aos despus: mi padre desaparecido. Yo, gorda,
malhumorada y asustada. Mi madre, histrica. Mi hermano, desdichado. Y Lucy con
su mohawk, sus anillados corporales y los tos que la llamaban a altas horas de la
madrugada.
Ms imgenes: mi graduacin universitaria. Mi madre y Tanya, abrazadas, en
su partido del campeonato de liga de softball. Josh, un metro ochenta de estatura,
alto y solemne, cortando el pavo el Da de Accin de Gracias. Aos de vacaciones, los
cuatro distribuidos alrededor de la mesa del comedor, mi madre en la cabecera y mi
hermano frente a ella, diversos novios y novias que hacan acto de presencia y
desaparecan, todos intentando aparentar que no faltaba nada.
Avanc en el tiempo. Orgullosa delante de mi primer apartamento, sujetando
una copia de mi primer artculo periodstico, sealando el titular: Aplazado el
debate sobre los presupuestos. Yo y mi primer novio. Yo y el novio de la
universidad. Yo y Bruce en el mar, riendo a la cmara, con los ojos entornados a
causa del sol. Bruce en el concierto de Grateful Dead, con un pie extendido como a
punto de lanzar una patada, una cerveza en la mano y el cabello suelto sobre los
hombros. Despus me obligu a retroceder y segu adelante.
Dej que el mar acariciara mis pies y sent... nada.
O quizs era el final del amor lo que senta, el lugar fro y vaco que queda en tu
interior cuando desaparecen el calor, el dolor y la pasin, el beso de la arena mojada
cuando las olas se retiran.
De acuerdo, pens. Has llegado. Has Triunfado. Y continas adelante porque
las cosas son as. Es la nica manera de funcionar. Continas avanzando hasta que
deja de doler, o hasta que encuentras cosas que todava duelen ms. As es la
condicin humana, todos arrastrndonos hacia adelante cargados con nuestras
miserias privadas, porque as son las cosas. Porque, imagino, Dios no nos dio otra
alternativa.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Maduras, recuerdo que me dijo Abigail. Aprendes.
Maxi segua sentada en la terraza, esperando.
Hemos de ir de compras dije.
Se puso en pie al instante.
Adonde? pregunt. Para qu?
Me re, y o las lgrimas dentro de la carcajada, y me pregunt si ella tambin
las habra percibido.
He de comprarme un anillo de boda.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 229 -

Captulo 17
La recepcionista de la consulta de mi padre no pareci preocupada por la larga
pausa que hice antes de explicar por qu llamaba. Tena una cicatriz, expliqu por
fin, y quera que el doctor Shapiro le echara un vistazo. Di el nmero del mvil de
Maxi, y Lois Lane la novia de Supermn como nombre, cosa que no despert la
curiosidad de la recepcionista. Me cit a las diez de la maana del viernes, y me
advirti de que el trfico poda ser brutal.
El viernes por la maana me puse en accin a una hora muy temprana. Llevaba
el pelo recin cortado (cortesa de Garth, aunque no haban pasado seis semanas, sino
slo cuatro), y en la mano derecha no exhiba el sencillo anillo de oro que haba
imaginado, sino un diamante de una enormidad tan impresionante, de un tamao
tan improbable, que apenas era capaz de mantener los ojos clavados en la carretera.
Maxi lo haba trado del plat, tras prometer que nadie lo echara de menos, y
era el elemento perfecto para anunciar a mi padre en particular, y al mundo en
general, que haba triunfado.
Deja que te haga una pregunta empez aquella maana, mientras
desayunbamos gofres y t de melocotn y jengibre. Por qu quieres que tu padre
crea que ests casada?
Me levant y descorr las cortinas. Mir el agua.
La verdad es que no lo s. Ni siquiera s si llevar el anillo cuando lo vea.
Lo habrs reflexionado a fondo dijo Maxi. T lo reflexionas todo.
Mir los anillos de mis dedos.
Supongo que es porque dijo que nadie me querra nunca, que nadie me
deseara. Tengo la sensacin de que si voy a verle, embarazada y sin estar casada...,
ser como darle la razn.
Maxi me mir como si fuera la cosa ms triste que hubiera odo en su vida.
Pero t sabes que eso no es cierto, verdad? Sabes que mucha gente te quiere.
Respir hondo.
Oh, claro dije. Es que... con este... cuesta ser razonable. La mir.
Cosas de la familia, sabes? Quin es razonable con los asuntos familiares? Slo...
quiero saber por qu hizo lo que hizo. Al menos, quiero hacerle la pregunta.
Tal vez carezca de respuestas dijo Maxi. Y si las tiene, quiz no sean las
que deseas or.
Quiero or algo dije con voz trmula. Me siento como... Slo se tiene un
padre y una madre, y mi madre es... Hice un ademn vago que indicaba el
lesbianismo y una compaera de la vida impresentable. Mi dedo centelle a la luz del
sol. Creo que debo intentarlo.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 230 -


La enfermera que me condujo al cubculo tena unos pechos tan simtricos y
redondos como las dos mitades iguales de un meln cantalupo. Me tendi un
esponjoso albornoz y una tablilla llena de formularios que deba rellenar.
El doctor vendr enseguida dijo, mientras encenda una luz potente para
iluminar mi cara, donde me haba inventado una cicatriz. Aj dijo, al tiempo que
examinaba la cicatriz. No parece gran cosa.
Pero es profunda dije. Se ve en las fotos.
Asinti como si fuera de lo ms lgico y sali de la habitacin.
Me sent en una butaca beis, invent mentiras para rellenar el formulario y
lament no tener una cicatriz de verdad, una marca que pudiera ensear al mundo, y
a l, smbolo de lo que haba padecido, de que haba sobrevivido. Veinte minutos
despus, alguien llam a la puerta con decisin, y mi padre entr.
Qu la trae por aqu, seorita Lane? pregunt, con los ojos clavados en la
tablilla.
Yo no dije nada. Al cabo de un momento, levant la vista. Una expresin
irritada apareci en su cara, como diciendo no me hagas perder el tiempo, una
expresin que reconoc de mi infancia. Me mir durante un minuto, sin que su rostro
transparentara otra cosa que fastidio. Entonces cay en la cuenta.
Cannie?
Asent.
Hola le dije.
Dios mo, qu...? Mi padre, un hombre que tena un insulto para cada
ocasin, se haba quedado por una vez sin habla, gracias a Dios. Qu haces aqu?
Concert una cita.
Se encogi, se quit las gafas y se pellizc el puente de la nariz, otra pose que
recordaba bien. Por lo general presagiaba un estallido de ira, o algo por el estilo.
Desapareciste como por arte de magia dije. Empez a negar con la cabeza y
a abrir la boca, pero no iba a permitir que hablara sin haber soltado antes mi
discurso. Ninguno de nosotros saba dnde estabas. Cmo pudiste hacer eso?
Cmo pudiste dejarnos plantados as? No dijo nada. Se limit a mirarme, como si
fuera transparente, como si fuera una paciente histrica, gritando que sus muslos
seguan rollizos o que el pezn izquierdo estaba ms alto que el derecho. Es que
no te importamos nada? No tienes corazn? O es una estupidez preguntar eso a
alguien que se gana la vida succionando celulitis de los muslos?
Mi padre me traspas con la mirada.
No es necesario que te des aires de superioridad.
No, lo que necesitaba era un padre dije. No me haba dado cuenta de lo
furiosa que estaba con l hasta que lo vi, con su inmaculada bata blanca de mdico,
las uas manicuradas, su bronceado y el pesado reloj de oro.
Suspir, como si la conversacin lo aburriera. Como si yo tambin lo aburriera.
Para qu has venido?
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 231 -
No he venido a buscarte, si es eso lo que preguntas. Una amiga ma tena una
cita, y la he acompaado. Vi tu foto. No ha sido muy inteligente por tu parte,
verdad? Para alguien que intenta esconderse.
No intento esconderme dijo, airado. Eso son estupideces. Te lo dijo tu
madre?
Entonces, por qu ninguno de nosotros saba dnde estabas?
Tampoco os habra importado murmur, levantando la tablilla con la que
haba entrado.
Me qued tan estupefacta, que no pude hablar hasta que apoy la mano en el
pomo de la puerta.
Ests loco? Claro que nos habra importado... Eres nuestro padre...
Se volvi a calar las gafas. Vi sus ojos detrs de los cristales, de un castao
acuoso.
Y ahora, todos sois personas maduras.
Crees que porque somos mayores nos importa un pito lo que hiciste? Crees
que necesitar a los padres es algo que desechas en la madurez, como una manta de
actividades o una trona?
Se irgui en toda su estatura, un metro setenta y cinco, y se arrop en la capa de
autoridad que le confera su condicin de mdico, de una forma tan palpable como si
se hubiera puesto un abrigo de invierno.
Creo dijo, pronunciando lenta y claramente las palabras que montones
de personas se sienten decepcionadas por la forma en que han evolucionado sus
vidas.
Eso es lo que quieres ser para nosotros? Una decepcin?
Suspir.
No puedo ayudarte, Cannie. No s lo que quieres, pero te dir una cosa: no
tengo nada que daros. A ninguno de vosotros.
No queremos tu dinero...
Me mir casi con ternura.
No estoy hablando de dinero.
Por qu? pregunt. Mi voz se quebr. De qu sirve tener hijos, si luego
los abandonas? Eso es lo que no comprendo. Qu hicimos...? Tragu saliva.
Qu atrocidad cometimos para que no quisieras volver a vernos?
Aun antes de terminar la frase, supe que era ridcula. Saba que ningn hijo
poda ser tan malo, tan decepcionante, tan feo, para provocar que un padre se
marchara. Saba que no era culpa nuestra. Poda deshacerme del peso, poda ser
libre.
Slo que saber algo en tu cabeza no es lo mismo que sentirlo en el corazn. En
aquel momento, supe que Maxi tena razn. Las respuestas, excusas o razonamientos
de mi padre no me satisfaran. Nunca seran suficientes.
Lo mir. Esper a que me preguntara algo, qu haba sido de m. Dnde viva,
qu haca, con quin haba decidido compartir la vida. En cambio, volvi a mirarme,
mene la cabeza y se volvi hacia la puerta.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 232 -
Eh! dije.
Se volvi para mirarme, y sent un nudo en la garganta. Qu quera decirle?
Nada. Quera que l me preguntara cosas: cmo ests, quin eres, qu ha sido de ti,
en quin te has convertido. Yo sostuve su mirada, pero l no dijo nada. Simplemente,
se march.
No pude evitarlo. Extend la mano hacia l, en busca de alguna seal, algo,
mientras sala por la puerta. Las yemas de mis dedos rozaron la bata blanca. No dej
de andar en ningn momento. No disminuy el paso.


Cuando regres, guard los anillos en su estuche de terciopelo. Me quit el
maquillaje de la cara y el gel de mi pelo. Despus llam a Samantha.
No te lo vas a creer empec.
No me extraara dijo. Cuenta.
Lo hice.
No me hizo ni una sola pregunta conclu. No quiso saber qu estaba
haciendo all, ni cmo me iba la vida. Creo que ni siquiera se fij en que estaba
embarazada. No le import.
Samantha suspir.
Es espantoso. No puedo ni imaginar cmo te sientes.
Me siento... Mir el agua, y luego el cielo. Me siento preparada para
volver a casa.


Maxi asinti cuando se lo dije, entristecida, pero no me pidi que prolongara mi
estancia.
Has acabado el guin? pregunt.
Hace unos cuantos das contest.
Inspeccion la cama, donde yo haba esparcido mis cosas: la ropa, los libros, el
osito de peluche que haba comprado una tarde para el beb en Santa Mnica.
Ojal hubiramos podido hacer algo ms dijo con un suspiro.
Hemos hecho cantidad de cosas contest, y ella me abraz.
Hablaremos..., y nos emiliaremos..., y vendrs a verme cuando nazca el nio...
Los ojos de Maxi se iluminaron.
Ta Maxi anunci. Tendrs que convencerle de que me llame ta Maxi.
Voy a malcriarlo a conciencia!
Sonre para m, cuando imagin a Maxi tratando al pequeo Max o a la pequea
Abby como a un Nifkin de dos patas, vistiendo al nio con ropas que hicieran juego
con las de ella.
Vas a ser una ta fabulosa.
Insisti en acompaarme en coche al aeropuerto, me ayud a facturar el
equipaje, y esper conmigo en la puerta, aunque todo el mundo, desde las azafatas
hacia abajo, la miraban como si fuera el espcimen ms raro del zoo.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 233 -
Esto acabar en Inside Edition le advert, riendo y llorando al mismo tiempo
mientras nos abrazbamos por ensima vez. Maxi me bes en la mejilla, despus se
agach y salud a mi estmago.
Tienes el billete? me pregunt.
Asent.
Tienes suelto para caprichitos?
Oh, s sonre, a sabiendas de que era cierto.
Bien, en ese caso, ya puedes irte.
Asent, sorb por la nariz y la abrac con fuerza.
Eres una amiga maravillosa le dije. Eres la mejor.
Cudate contest. Buen viaje. Llmame en cuanto llegues.
Asent, sin decir nada, porque no confiaba en mi voz, di media vuelta, en
direccin al pasillo, el avin y mi casa.
Esta vez, la seccin de primera clase estaba ms abarrotada que en el viaje de
ida. Un to ms o menos de mi edad y del mismo peso, de cabello rubio rizado y ojos
de un azul brillante, se sent a mi lado, mientras yo me esforzaba en abrocharme el
cinturn de seguridad (esta vez mucho ms tenso). Nos saludamos con un cabeceo.
Despus, extrajo un fajo de documentos legales, de aspecto importante, con
Confidencial estampado en todos ellos, y yo saqu mi Entertainment Weekly. Mir
de soslayo mi lectura y suspir.
Celoso? pregunt.
Sonri, asinti y sac un rollo de caramelos del bolsillo.
Te apetece un Ment? pregunt.
De veras son tan buenos? pregunt, y cog uno.
El hombre mir el rollo, me mir y se encogi de hombros.
Es una buena pregunta dijo.
Me reclin en el asiento. No estaba mal, medit, y deba tener un buen trabajo, o
al menos eso insinuaba la documentacin. Eso era lo que necesitaba: un tipo normal
con un buen trabajo, un tipo que viviera en Filadelfia, leyera libros y me adorara.
Ech otra mirada al seor Ment y sopes la idea de darle mi tarjeta..., y entonces o
la voz de mi madre, y la voz de Samantha, las dos convergiendo en mi cabeza al
mismo tiempo en un nico grito desesperado: Ests loca?
Tal vez en otra vida, decid, mientras me suba la manta hasta la barbilla. Claro
que sa saldra perfecta. Tal vez mi padre no volvera a ser mi padre, tal vez mi
madre seguira unida eternamente a Tanya, la Horrible Lesbiana. Tal vez mi
hermana siempre sera inestable, y tal vez mi hermano no aprendera nunca a
sonrer. Pero an podra encontrar cosas buenas en el mundo. Y algn da, me dije,
antes de caer dormida, quizs encontrara otra persona a la que amar.
Amor susurr al beb. Y entonces, cerr los ojos.


Si deseas algo con todas tus fuerzas, nos ensean los cuentos de hadas, al final
lo obtienes. Pero pocas veces tal como lo habas imaginado, y los finales no siempre
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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son felices. Durante meses, haba deseado a Bruce, soado con Bruce, conjurado el
recuerdo de su rostro delante de m mientras me dorma, incluso cuando no lo
intentaba. Al final, era casi como si hubiera deseado que cobrara forma, y al soar
con l tan a menudo y con tanta intensidad, no tuvo otro remedio que materializarse
ante m.
Sucedi tal como Samantha haba predicho.
Volvers a verle me haba dicho aquella maana, varios meses antes, cuando
le cont que estaba embarazada. He visto suficientes culebrones para
garantizrtelo.
Baj del avin, bostec para destaparme los odos, y all, en la zona de espera
que haba delante de m, bajo un letrero que indicaba Tampa/St. Petes, estaba
Bruce. Not que mi corazn aleteaba, pensando que haba venido a buscarme, hasta
que le vi acompaado de una chica que yo nunca haba visto. Bajita, plida, con
melena de paje. Tejanos claros, camisa Oxford amarillo plido. Vulgar, ropa vulgar,
facciones vulgares y cuerpo vulgar. Nada destacable, salvo sus cejas hirsutas. Mi
sustituta, supuse.
Me qued petrificada, paralizada por la horrible coincidencia, la indignante
desgracia. Pero si tena que ocurrir, sera en este lugar, el gigantesco y despiadado
Aeropuerto Internacional de Newark, donde viajeros procedentes de Nueva York,
Nueva Jersey y Filadelfia coincidan en busca de vuelos transatlnticos o vuelos
interiores baratos.
Durante unos cinco segundos permanec como anestesiada, y rec para que no
me vieran. Intent deslizarme pegada al borde de la sala, con la idea de que podra
llegar a la escalera mecnica, coger mis bolsas y escapar. Pero en aquel momento, los
ojos de Bruce se encontraron con los mos, y comprend que era demasiado tarde.
Se inclin, susurr algo a la chica, que volvi la cabeza antes de que pudiera
verla bien. Despus, Bruce cruz la explanada en direccin a m, con una camiseta
roja contra la que me haba refrotado un centenar de veces y unos pantalones cortos
azules que recordaba haberle visto ponerse, o quitarse, con la misma frecuencia.
Envi una veloz oracin de gracias por el corte de pelo de Garth, por mi bronceado,
por mis pendientes de diamantes, y experiment una punzada de desdicha por no
llevar el anillo de diamantes. Saba que todo era superficial, pero confi en tener buen
aspecto. Tan bueno como poda exhibir una embarazada de siete meses y medio
despus de un vuelo de seis horas.
Y entonces, Bruce se plant delante de m, plido y solemne.
Eh, Cannie dijo. Sus ojos se posaron en mi estmago como atrados por un
imn. As que...
Exacto repliqu con frialdad. Estoy embarazada.
Me ergu en toda mi estatura y sujet con fuerza la jaula de Nifkin. Ntfkin, por
supuesto, haba olido a Bruce, y trataba de salir para saludarle. O que su cola
rebotaba contra las paredes mientras lloriqueaba.
Bruce alz los ojos hacia el tabln informativo digital situado sobre la puerta
que yo acababa de cruzar.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 235 -
Vienes de Los ngeles? pregunt, demostrando que lea tan bien como
antes de separarnos.
Asent de nuevo, y esper que no se fijara en mis rodillas temblequeantes.
Qu haces aqu? pregunt.
Vacaciones contest. Nos vamos a pasar el fin de semana a Florida.
Nos, pens con amargura, y le mir. No haba cambiado. Tal vez un poco ms
delgado, con las mismas hebras grises en su coleta, pero el mismo Bruce de siempre,
el mismo olor, la misma sonrisa, las zapatillas de baloncesto con los cordones atados
a medias.
Bien por ti dije.
Bruce no mordi el anzuelo.
Has ido a Los ngeles por trabajo?
Tena algunas reuniones en la costa dije. Siempre haba deseado decir eso a
alguien.
El Examiner te envi a California?
No. Eran reuniones sobre mi guin.
Vendiste tu guin? Pareca contento de verdad. Eso es fantstico,
Cannie!
No dije nada, sino que me limit a fulminarle con la mirada. De todo lo que
necesitaba de l (amor, apoyo, dinero, el simple reconocimiento de mi existencia, de
que nuestro hijo exista, y de que a l le importaba), sus felicitaciones eran lo ltimo.
Yo... lo siento articul por fin.
Me enfurec al instante. Ser impresentable, pens, aparecer en el aeropuerto
para llevarse de vacaciones a la seorita Paje, tartamudear sus patticas disculpas,
como si pudieran borrar los meses de silencio, las preocupaciones que me haban
asaltado, la angustia de echarle de menos y calcular cmo iba a mantener a un hijo
sin ayuda. Y tambin estaba furiosa por su autosuficiencia. Le importbamos una
higa, el nio y yo. Nunca haba llamado, nunca haba preguntado, nunca se haba
preocupado. Nos haba abandonado, a los dos. A quin me recordaba esto?
Supe en aquel momento que no estaba furiosa con l, sino con mi padre, por
supuesto, el Abandonador Original, el autor de todas mis inseguridades y miedos.
Pero mi padre se hallaba a cuatro mil quinientos kilmetros de distancia, dndome la
espalda para siempre. De haber sido capaz de retroceder un paso y mirarle con
detenimiento, habra visto que Bruce era un to como tantos otros, incluida la hierba,
la coleta y la vida perezosa, incluida la tesina que nunca terminara, la librera que
nunca haba construido, la baera que nunca haba limpiado. Los tos como Bruce
abundaban tanto como los calcetines de algodn blancos que se vendan en paquetes
de seis en el Wal-Mart, aunque no tan limpios, y me bastara con aparecer en un
concierto de Phish y sonrer para adquirir otro.
Pero Bruce, al contrario que mi padre, estaba delante de m..., y distaba mucho
de ser inocente. Al fin y al cabo, l tambin me haba abandonado, no?
Dej a Nifkin en el suelo y me volv hacia Bruce, y sent que todos los aos de
furia se concentraban en mi pecho y ascendan hasta la garganta.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 236 -
Que lo sientes? escup.
Retrocedi un paso.
Lo siento dijo, con una voz tan triste como si lo estuvieran destripando.
S que tendra que haberte llamado, pero... Es que...
Entorn los ojos. Dej caer las manos.
Era demasiado susurr. Con la muerte de mi padre y toda la pesca.
Puse los ojos en blanco para explicar lo que opinaba de su excusa, y para dejar
claro que l y yo no bamos a intercambiar tiernos recuerdos de Bernard Guberman,
o de lo que fuera, en mucho tiempo.
S que eres fuerte dijo. Saba que te lo montaras bien.
Bueno, por fuerza, verdad, Bruce? No me dejaste muchas alternativas.
Lo siento repiti Bruce, cada vez ms desdichado. Espero que... seas
feliz.
Noto los buenos deseos que irradian de ti repliqu. Ah, espera. Me he
equivocado. Es efecto de la hierba.
Tuve la sensacin de que una parte de m se haba separado de mi cuerpo,
flotaba hasta el cielo y contemplaba el desarrollo de la escena, aterrorizada... y muy
triste. Canute, oh, Cannie, murmur una vocecilla, no es esta persona la que despierta tu
furia.
Sabes una cosa? le pregunt. Siento lo de tu padre. Era un hombre. T
no eres ms que un chico de pies grandes y vello facial. Nunca sers nada ms que
eso. Nunca sers ms que un escritor de tercera fila en una revista de segunda
divisin, y que Dios te ayude cuando no puedas vender ms recuerdos de nuestra
relacin.
La novieta se materializ a su lado y le cogi la mano. Yo segu hablando.
Nunca sers tan bueno como yo, y t siempre sabrs que yo he sido lo mejor
que te ha pasado en la vida.
La novieta intent decir algo, pero yo no me iba a callar.
Siempre sers un cretino con un montn de cintas en cajas de zapatos. El tipo
de los peridicos enrollados. El tipo con los piratas de Grateful Dead. El bueno de
Bruce. Pero esa forma de ser fatiga despus de segundo de carrera. Envejece, de la
misma forma que envejeces t. No mejora, como tu escritura. Sabes una cosa ms?
Avanc un paso, de forma que nuestros pies casi se tocaron. Nunca vas a
terminar la tesina. Y siempre vas a vivir en Nueva Jersey.
Bruce estaba pasmado. Boquiabierto, literalmente. No le favoreca, teniendo en
cuenta su barbilla huidiza y la red de arrugas alrededor de los ojos.
La novieta me mir.
Djanos en paz dijo con voz chillona.
Mis nuevos zapatos Manolo Blahnik me concedan siete centmetros ms, y me
senta como una amazona, poderosa, indiferente a esa cosilla insignificante que
apenas me llegaba a los hombros.
La mir como diciendo cierra el pico y deja hablar a la gente inteligente,
tcnica que haba perfeccionado durante aos con mis hermanos. Me pregunt si
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 237 -
alguna vez habra odo hablar de las pinzas para depilar, Claro que, a juzgar por el
modo en que me miraba, tal vez se estaba preguntando si yo haba odo hablar
alguna vez de las dietas..., o del control de natalidad. Descubr que me importaba un
pimiento.
Creo que no estaba hablando contigo dije, y tom prestada una frase de la
Marcha Recupera la noche, fechada hacia 1989. No creo en culpar a la vctima.
Eso devolvi a Bruce a la realidad. Apret la mano de la chica con ms fuerza.
Djala en paz dijo.
Oh, Jess suspir. Como si os estuviera haciendo algo a cualquiera de los
dos. Para tu informacin dije a la novieta, le escrib una carta cuando descubr
que estaba embarazada. Una sola carta. Y no volver a hacerlo. Tengo dinero por un
tubo, y un empleo mejor que el de l, por si se olvid decrtelo cuando te cont
nuestra historia, y me va a ir de coa. Espero que seis muy felices juntos. Recog a
Nifkin, agit mi espectacular peinado y pas como una flecha junto a un guardia de
seguridad. Yo registrara su equipaje dije, en voz lo bastante alta para que Bruce
me oyera. Seguro que lleva algo de matute.
Y despus, todava embarazada, fui a mear al lavabo.
Las rodillas me fallaban y tena las mejillas al rojo vivo. Ja, pens. Ja!
Abr la puerta del cubculo. Y all estaba la novieta, con los brazos cruzados
sobre su pecho esqueltico.
S? pregunt con cortesa. Algn comentario?
Torci la boca. Observ que tena un hueco entre los dientes.
Te crees muy lista dijo. l nunca te quiso de verdad. Me lo dijo.
Estaba alzando la voz. Cada vez ms chillona. Pareca un animalito disecado, de
esos que balan cuando lo estrujas.
Mientras que t dije eres el verdadero amor de su vida.
En el fondo de mi corazn, saba que no me estaba peleando con ella, pero no
poda evitarlo.
Su labio se torci, literalmente, como el de Nifkin cuando jugaba con sus
juguetes esponjosos.
Por qu no nos dejas en paz? sise.
Dejaros en paz? repet. Dejaros en paz? Te has aficionado a ese
sonsonete, y no lo entiendo. No os estoy haciendo nada. Vivo en Filadelfia, por el
amor de Dios...
Y entonces, lo vi. Algo en su cara, y supe qu era.
Sigue hablando de m, verdad? pregunt.
Abri la boca para decir algo. Decid que no tena ganas de orlo. De pronto, me
sent muy cansada. Arda en deseos de dormir en mi cama, en casa.
No empez ella.
No tengo tiempo para esto la interrump. Mi vida es mi vida.
Intent avanzar, pero ella estaba justo al lado del lavabo, y no me dej pasar.
Aprtate dije.
No. Escchame!
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 238 -
Apoy las manos sobre mis hombros, con la intencin de inmovilizarme, y me
empuj un poco. Al instante, mi pie resbal en un charco de agua. El tobillo se dobl
bajo mi cuerpo. Ca de lado y me golpe el estmago contra el borde del lavabo.
Sent un gran dolor, y me encontr cada de espaldas, cada en el suelo, con el
tobillo torcido en un ngulo que no presagiaba nada bueno, y ella se ergua sobre m,
jadeando como un animal, con las mejillas teidas de rojo.
Me incorpor, con las palmas de las manos apoyadas sobre el suelo, quise
agarrarme al lavabo, y de repente sent un calambre lacerante. Cuando baj los ojos,
vi que estaba sangrando. No mucho, pero... Bien, nunca te gusta ver sangre por
debajo de tu estmago, cuando slo te falta un mes y medio para parir.
Consegu ponerme en pie. Me dola tanto el tobillo que tena ganas de vomitar,
y not que resbalaba sangre por mi pierna.
La mir. Ella me devolvi la mirada, y baj la vista hacia la sangre. Entonces, se
llev una mano a la boca, dio media vuelta y sali corriendo.
Se me empezaba a nublar la vista, y oleadas de dolor recorran mi estmago.
Haba ledo cosas al respecto. Saba lo que significaba, y saba que era demasiado
pronto, que tena problemas.
Socorro intent decir, pero nadie me oy. Socorro... repet, el mundo se
ti de gris, y luego de negro.


- 239 -

QUINTA PARTE:
Joy

JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Captulo 18
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 241 -

Captulo 18
Cuando abr los ojos, estaba bajo el agua. En una piscina? En el lago de un
campamento de verano? En el mar? No estaba segura. Vea la luz sobre m, filtrada
a travs del agua, y notaba el tirn de lo que haba debajo, las profundidades oscuras
que no poda distinguir.
Haba pasado casi toda mi vida nadando con mi madre, pero fue mi padre
quien me ense a nadar, cuando era pequea. Haba tirado un dlar de plata al
agua, y yo lo haba seguido, aprendido a contener la respiracin, a hundirme ms de
lo que crea posible, a propulsarme hacia la superficie. Hndete o nada, deca mi
padre cuando emerga con las manos vacas, escupiendo y quejndome de que no
poda. Hndete o nada. Y volva a sumergirme. Quera el dlar de plata, pero ms que
nada, quera complacerle.
Mi padre. Estaba aqu? Di la vuelta frenticamente, chapote, intent izarme
hacia el origen de la luz, pero me estaba mareando. Me costaba seguir chapoteando,
me costaba flotar, y notaba que el fondo del mar tiraba de m, y pens que sera
estupendo dejar de moverme, hundirme hasta el fondo, en el lodo blando formado
por millares de conchas trituradas, dormir...
Hndete o nada. Vive o muere.
O una voz, procedente de la superficie.
Cmo te llamas?
Djame en paz, pens. Estoy cansada, muy cansada.
Notaba que la oscuridad tiraba de m, y anhelaba abandonarme.
Cmo te llamas?
Abr los ojos, los entorn a causa de la brillante luz blanca.
Cannie, murmur. Soy Cannie, djame en paz.
Qudate con nosotros, Cannie, dijo la voz.
Negu con la cabeza. No quera estar aqu, fuera donde fuera. Quera volver al
agua, donde era invisible, donde era libre. Quera ir a nadar otra vez. Cerr los ojos.
El dlar de plata centelle a la luz del sol, describi un arco en el aire, se hundi en el
agua, y yo lo segu hasta el fondo.


Cerr de nuevo los ojos y vi mi cama. No mi cama de Filadelfia, con su relajante
colcha azul y las almohadas de alegres colores, sino la cama de cuando era nia,
estrecha, hecha con pulcritud, cubierta con una colcha roja y marrn, y un montn de
libros encuadernados en tapa dura debajo. Parpade y vi la nia acostada en la cama,
una muchacha robusta de rostro serio, ojos verdes y cabello castao recogido en una
coleta que se derramaba sobre sus hombros. Estaba tumbada de costado, con un libro
abierto ante ella. Yo?, me pregunt. Mi hija? No estaba segura.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 242 -
Recordaba aquella cama. Haba sido mi refugio cuando era nia, el nico lugar
donde me senta a salvo cuando era adolescente, el lugar al que mi padre nunca
acuda. Recordaba haber pasado horas all los fines de semana, sentada con las
piernas cruzadas en compaa de una amiga, con el telfono y un cuartillo de helado
derretido entre nosotras, hablando de chicos, del colegio, del futuro, de cmo seran
nuestras vidas, y deseaba volver a ese tiempo, lo deseaba con todas mis fuerzas,
antes de que las cosas se torcieran, antes de la huida de mi padre y la traicin de
Bruce, antes de conocer el desenlace.
Baj la vista, la nia de la cama alz los ojos del libro, y sus ojos eran grandes y
claros.
Mir a la nia, y ella me sonri.
Mam, dijo.


Cannie?
Gem como si despertara del sueo ms delicioso y abr los ojos de nuevo.
Aprieta mi mano si puedes orme, Cannie.
La estrech sin apenas fuerzas. O voces sobre m, o algo acerca del grupo
sanguneo, algo acerca del monitor fetal. Era esto el sueo, y la chica de la cama era
real? O el agua? Quiz haba ido a nadar, quiz haba ido demasiado lejos, me haba
cansado, quiz me estaba ahogando en este preciso momento, y la imagen de mi
cama era algo que mi cerebro haba improvisado como postrera diversin.
Cannie?, repiti la voz, casi al borde de la histeria. Qudate con nosotros!
Pero yo no quera estar all. Quera volver a la cama.


La tercera vez que cerr los ojos, vi a mi padre. Me hallaba en su consulta de
California, sentada muy tiesa en su mesa de examen. Senta el peso de los diamantes
en mi dedo, en mis orejas. Senta el peso de su mirada sobre m, clida y llena de
amor, tal como la recordaba de veinte aos antes. Estaba sentado delante de m, con
su bata blanca, sonriente.
Cuntame cmo te ha ido, dice. Cuntame qu es de tu vida.
Voy a tener un hijo, le dije, y l asinti.
Eso es maravilloso, Cannie!
Soy reportera de un peridico. He escrito el guin de una pelcula, le dije. Tengo
amigos. Un perro. Vivo en la ciudad.
Mi padre sonri.
Estoy muy orgulloso de ti.
Extend la mano y l la tom.
Por qu no me lo dijiste antes?, pregunt. Lo habra cambiado todo, de haber sabido
que te importaba...
Me sonri, con expresin de perplejidad, como si yo hubiera dejado de hablar
en ingls, o l hubiera dejado de entenderme. Cuando retir su mano, abr la ma y
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 243 -
descubr un dlar de plata en la palma.
Es tuyo, dijo. Lo has encontrado. Siempre pudiste hacerlo.
Pero mientras hablaba, ya se iba dando la vuelta.
Quiero preguntarte algo, dije.
Estaba en la puerta, tal como yo recordaba, con la mano sobre el pomo, pero
esta vez se volvi y me mir.
Yo le devolv la mirada, sent la garganta seca, no dije nada.
Cmo pudiste hacerlo?, fue lo que pens. Cmo pudiste abandonar a tus hijos?
Lucy slo tena quince aos, y Josh nueve. Cmo pudiste hacer eso, cmo pudiste marcharte?
Las lgrimas resbalaron sobre mi cara. Mi padre se acerc a m. Sac un
pauelo doblado con sumo cuidado del bolsillo superior de la bata, donde siempre lo
llevaba. Ola a la colonia que siempre usaba, como a limn, y al almidn de la
tintorera china. Mi padre se inclin y sec mis lgrimas.
Despus nuevamente se hizo la oscuridad debajo de m, y brill luz encima.
Hndete o nada, pens con tristeza. Y si deseara hundirme? Qu poda
mantenerme a flote?
Pens en la mano de mi padre sobre mi mejilla, y pens en la firme mirada de la
chica de la cama. Pens en la sensacin de tomar una ducha caliente despus de una
larga excursin en bicicleta, o de baarse en el mar un da caluroso de verano. Pens
en el sabor de las fresas diminutas que Maxi y yo habamos encontrado en el
mercadillo de productos ecolgicos. Pens en mis amigos, y en Nifkin. Pens en mi
cama, cubierta con sbanas de franela que los viajes a la tintorera haban
adelgazado, con un libro sobre la almohada y Nifkin tumbado a mi lado. Y pens un
momento en Bruce..., no en Bruce concretamente, sino en la sensacin de enamorarse,
de ser amada, de ser valiosa.
Atesorada, o decir a Maxi.
De acuerdo, pens. Estupendo. Nadar. Por m, y por mi hija. Por todas las
cosas que amo, y por toda la gente que me ama.


Cuando volv a despertar, o voces.
Esto no tiene buen aspecto dijo una. Ests seguro de que cuelga como es
debido?
Mi madre, pens. Quin ms?
Qu es esta cosa? pregunt otra voz, joven, femenina, hosca: Lucy.
Budn, probablemente.
No es budn.
O un gruido ronco. Tanya.
Despus:
Lucy! Saca el dedo del desayuno de tu hermana!
Si no va a comerlo dijo Lucy, malhumorada.
No s por qu se empean en traer comida rugi Tanya.
Ve a buscar la gaseosa dijo mi madre. Y cubitos de hielo. Dicen que
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 244 -
puede tomar cubitos de hielo cuando despierte.
Mi madre se acerc. Percib su olor, una combinacin de Chloe, protector solar
y champ Pert.
Cannie? murmur.
Abr los ojos, esta vez de verdad, y vi que no estaba debajo del agua, o en mi
antiguo dormitorio, ni en la consulta de mi padre. Estaba en un hospital, en una
cama. Tena una intravenosa clavada en el dorso de la mano, un brazalete de plstico
con mi nombre alrededor de la mueca, un semicrculo de mquinas que gorjeaban y
pitaban, a mi alrededor. Levant la cabeza y mir hacia abajo. Mi estmago no
sobresala entre la cara y los pies.
Beb dije.
Mi voz son extraa y estridente. Alguien sali de las sombras. Bruce.
Eh, Cannie dijo, con aspecto tmido, desdichado y horriblemente
avergonzado.
Le indiqu que se marchara con un ademn de la mano que no llevaba la
intravenosa.
T no dije. Mi beb.
Ir a buscar al mdico dijo mi madre.
No, ya voy yo dijo Tanya.
Las dos se miraron, y luego salieron en silencio de la habitacin como de mutuo
acuerdo. Lucy me dirigi una mirada indescifrable y las sigui. De forma que Bruce
y yo nos quedamos solos.
Qu ha pasado? pregunt.
Bruce trag saliva.
Ser mejor que te lo diga el mdico.
Estaba empezando a recordar: el aeropuerto, el lavabo, su novieta. La cada. Y
despus, la sangre.
Intent incorporarme. Unas manos volvieron a tumbarme.
Qu ha pasado? pregunt, con una voz cercana a la histeria. Dnde
estoy? Dnde est mi beb? Qu ha pasado?
Una cara entr en mi campo de visin. Un mdico, sin duda, con bata blanca, el
estetoscopio de rigor y una placa de plstico con su nombre.
Veo que ests despierta! dijo con cordialidad. Yo le mir con el ceo
fruncido. Cmo te llamas?
Respir hondo, consciente de repente del dolor que senta. Desde el ombligo
hacia abajo, era como si me hubieran abierto en canal, y luego cosido de cualquier
manera. El tobillo lata al unsono con el corazn.
Soy Candace Shapiro empec, y estaba embarazada... Mi voz se
estrangul. Qu ha pasado? supliqu. Se encuentra bien mi beb?
El doctor carraspe.
Ha padecido lo que se denomina placentae abruptio empez. Lo cual
significa que tu placenta se separ por completo del tero. Eso provoc la
hemorragia... y el parto prematuro.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 245 -
As que mi beb... susurr.
El mdico compuso una expresin sombra.
Tu beb lleg aqu en estado grave. Hicimos una cesrea, pero como no
tenamos el monitor fetal conectado, no estamos seguros de si se qued sin oxgeno, y
en tal caso, durante cunto tiempo.
Sigui hablando. Peso escaso. Prematura. Pulmones subdesarrollados.
Respirador artificial. Unidad de Cuidados Intensivos. Me dijo que el tero se
desgarr durante el parto, que sangraba mucho, y que tuvo que tomar medidas
radicales. Radical significaba que me haba extirpado el tero.
Detestamos hacer eso a mujeres jvenes dijo con seriedad, pero las
circunstancias no nos dejaron otra alternativa.
Sigui perorando sobre asesora, terapia, adopcin, cultivo de vulos e hijos
adoptados, hasta que me dieron ganas de gritar, tirarme a su cuello, obligarle a
contestar a la nica pregunta que me importaba. Mir a mi madre, que se mordi el
labio y apart la vista cuando intent incorporarme. El mdico pareci alarmado, y
trat de acostarme, pero yo no se lo permit.
Mi beb dije. Es chico o chica?
Chica dijo, a regaadientes, pens.
Una nia repet, y me puse a llorar. Mi hija, pens, mi pobre hija, a la que
no haba podido proteger, ni siquiera cuando lleg al mundo. Mir a mi madre, que
haba vuelto y estaba apoyada contra la pared, sonndose. Bruce apoy una mano
torpe sobre mi brazo.
Aljate de m llor. Vete. Me sequ los ojos, me remet el pelo detrs de
las orejas y mir al mdico. Quiero ver a mi beb.
Me acomodaron en una silla de ruedas, dolorida y cosida, y me condujeron a la
Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal. No poda entrar, explicaron, pero podra
verla por la ventana. Una enfermera la seal.
All indic.
Apret la frente contra el cristal. Era muy pequea. Un pomelo rosado y
arrugado. Con extremidades no ms grandes que mi meique, las manos del tamao
de mi pulgar, una cabeza del tamao de la nectarina ms diminuta. Los ojitos
cerrados, con una expresin indignada en la cara. Una pelusilla negra en la cabeza,
con un gorrito beis sobre ella.
Pesa casi kilo y medio dijo la enfermera.
Nena, susurr, y tamborile con los dedos sobre la ventana, manteniendo un
ritmo suave. No se haba movido, pero cuando di los golpecitos, agit los brazos. Me
estaba saludando, imagin. Hola, nena, dije.
La enfermera me observaba con atencin.
Se encuentra bien?
Le hace falta un gorro mejor dije, con un nudo en la garganta, transida de
pena, y resbalaban lgrimas sobre mi rostro, pero no lloraba. Era como si rezumaran.
Como si yo estuviera llena de tristeza y una especie de esperanza tuviera que abrirse
paso hacia fuera. En casa, en su cuarto, el cuarto amarillo con la cuna, en la
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 246 -
cmoda, en el cajn de arriba, tengo montones de gorros. Mi madre tiene las llaves.,.
La enfermera se inclin.
He de llevarla a su habitacin dijo.
Por favor, que le pongan un gorro ms bonito repet. Estpida, obstinada.
No necesitaba un tocado elegante, sino un milagro, y hasta yo me daba cuenta.
La enfermera se acerc un poco ms.
Dgame el nombre de la nena dijo. Haba una hoja de papel pegada con
cinta adhesiva en un extremo de la incubadora. NIA SHAPIRO, rezaba.
Abr la boca, sin saber lo que iba a pasar, pero cuando la palabra lleg supe al
instante, en el fondo de mi corazn, que era la correcta.
Joy -dije. Se llama Joy
18
.


Cuando volv a mi habitacin, Maxi haba llegado. Un cuarteto de ayudantes de
enfermera se apelotonaban ante la puerta de mi habitacin, con rostros como flores,
o globos apretujados. Maxi corri una cortina blanca alrededor de mi cama para
aislarme. Iba vestida con una sobriedad inaudita en ella (tejanos negros, zapatillas
negras, sudadera con capucha), y traa rosas, un ridculo cargamento de rosas, el tipo
de guirnaldas con el que rodeas el cuello del caballo que ha ganado la carrera. O
depositas sobre un atad, pens con aprensin.
He venido en cuanto me enter dijo, con expresin contrita.Tu madre y
tu hermana estn afuera. Slo nos dejan entrar de una en una.
Se sent a mi lado y tom mi mano, la del tubo, y no pareci alarmarse cuando
no la mir, y ni siquiera le estrech la mano.
Pobre Cannie dijo. Has visto al beb?
Asent, mientras secaba las lgrimas de mis mejillas.
Es muy pequea consegu articular, y me puse a llorar.
Maxi se encogi, con aspecto de impotencia, y desolada por ser impotente.
Bruce ha venido dije entre sollozos.
Espero que le dijeras que se fuera al infierno.
Algo as. Me pas la mano libre por la cara y lament no tener un
Kleenex. Esto es repugnante dije, sollozando. Esto es pattico y repugnante.
Maxi se inclin y acun mi cabeza en su brazo.
Oh, Cannie dijo con tristeza. Cerr los ojos. No me quedaba nada ms que
preguntar, nada ms que decir.


Despus de que Maxi se fuera, dorm un rato, de costado. Si so, no record
nada. Y cuando despert, Bruce estaba en la puerta.
Parpade y le mir.
Puedo hacer algo? pregunt. Yo segu mirando, sin decir nada.

18
En ingls, alegra, gozo. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 247 -
Cannie? pregunt, inquieto.
Acrcate ped. No muerdo. Ni empujo aad a propsito.
Bruce camin hacia mi cama. Estaba plido, nervioso, incmodo en su piel, o
quiz desdichado por estar cerca de m otra vez. Observ un montn de espinillas en
su nariz, y adivin por su postura, por la forma de embutir las manos en sus bolsillos
y clavar la vista en el linleo, que esto le estaba matando, que deseara estar en
cualquier sitio excepto aqu. Bien, pens, y sent que la rabia se acumulaba en mi
pecho. Que sufra.
Se sent en la silla, al lado de la cama, y me dirigi veloces miradas. Los tubos
de drenaje que surgan de debajo de las sbanas, la bolsa de la intravenosa. Dese
que sufriera nuseas. Dese que se asustara.
Puedo decirte con toda exactitud cuntos das han pasado desde la ltima
vez que hablamos dije.
Bruce cerr los ojos.
Puedo decirte con toda exactitud cmo es tu dormitorio, lo que dijiste la
ltima vez que estuvimos juntos.
Extendi las manos hacia m, como un ciego.
Cannie, por favor dijo. Por favor. Lo siento. Palabras por las que en
otro tiempo yo habra dado cualquier cosa. Se puso a llorar. Nunca quise... Nunca
quise que esto sucediera...
Le mir. Ya no senta amor, ni odio. No senta nada, salvo un cansancio infinito.
Como si de repente tuviera cien aos, y supe en aquel momento que debera vivir
cien aos ms, cargada con mi dolor como una mochila llena de piedras.
Cerr los ojos, y supe que era demasiado tarde para nosotros. Haban ocurrido
demasiadas cosas, y ninguna buena.
Un cuerpo en movimiento permanece en movimiento. Yo haba iniciado el
problema cuando le dije que necesitaba un respiro. O quiz lo haba iniciado l
cuando me pidi que saliramos juntos. Qu ms daba ya?
Volv la cabeza hacia la pared. Al cabo de un rato, Bruce dej de llorar. Y un
poco despus, le o salir.


Despert a la maana siguiente con el sol sobre la cara. Al instante, mi madre
entr por la puerta a toda mecha y acerc una silla a mi cama. Pareca incmoda. Era
una experta en contar chistes, rerse de todo, aguantar lo que fuera sin chistar y
seguir adelante costara lo que costara, pero las lgrimas le podan.
Cmo ests? pregunt.
Hecha una mierda! chill, y mi madre retrocedi tan deprisa, que su silla
provista de ruedas sali despedida hasta el centro de la habitacin. Ni siquiera
esper a que volviera a acercarse para continuar mi perorata. Cmo crees que
estoy? He dado a luz algo que parece un experimento cientfico de instituto, me han
rajado de arriba abajo y me duele...
Apoy la cara en las manos y llor un momento.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Hay algo en m que no funciona solloc. Soy defectuosa. Tendras que
haberme dejado morir...
Oh, Cannie, no hables as...
Nadie me quiere grit. Ni pap, ni Bruce, ni...
Mi madre acarici mi pelo.
No hables as repiti.Tienes un hermoso beb. Pequeo, eso s, de
momento, pero hermoso.
Carraspe, se levant y empez a pasear de un lado a otro, el comportamiento
tpico de ella cuando algo doloroso se avecinaba.
Sintate le dije con voz cansada, y obedeci, pero vi que sacuda un pie
frenticamente.
He hablado con Bruce dijo.
Exhal un profundo suspiro. Ni siquiera quera or ese nombre. Mi madre lo
adivin por la cara que puse, pero sigui hablando.
Con Bruce continu, y con su nueva novia.
La Empujadora? pregunt, en voz alta, aguda e histrica. La viste?
Se siente fatal, Cannie. Los dos.
No me extraa dije airada. Bruce no me llam ni una sola vez durante
todo el embarazo, luego la Empujadora hace su nmero...
Mi madre pareca estupefacta por mi tono.
Los mdicos no estn seguros de que eso causara tu...
Da igual repliqu. Yo creo que s, y espero que esa puta estpida
tambin.
Mi madre estaba asombrada.
Cannie...
Cannie qu? Crees que voy a perdonarlos? Nunca los perdonar. Mi beb
casi muri, yo casi mor, nunca tendr ms hijos, y ahora, slo porque lo sienten,
hay que olvidarlo todo? Nunca los perdonar. Nunca.
Mi madre suspir.
Cannie dijo con dulzura.
No puedo creer que te pongas de su parte! chill.
No me pongo de su lado, Cannie, claro que no. Estoy de tu parte. Pero creo
que no es sano para ti estar tan furiosa.
Joy casi muri.
Pero no lo hizo. No muri. Se pondr bien...
No lo sabes repliqu con furia.
Cannie, le falta peso, y sus pulmones estn poco desarrollados...
Se qued sin oxgeno! No lo oste? Se qued sin oxgeno! Podra tener
infinidad de problemas!
Se parece a ti cuando naciste dijo mi madre, impaciente. Se pondr bien.
Lo s.
Ni siquiera sabas que eras gay hasta cumplir los cincuenta y seis aos!
grit. Cmo voy a creer que sepas algo?
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Seal la puerta.
Vete dije, y me puse a llorar.
Mi madre mene la cabeza.
No pienso irme dijo. Habla conmigo.
Qu quieres or? dije, mientras intentaba secarme la cara y hablar con voz
normal. La nueva novia del capullo de mi ex novio me empuj, y mi hija casi
muri...
Pero el meollo del asunto, aquello que no me decida a reconocer, era que le
haba fallado a Joy. No haba logrado ser lo bastante buena, lo bastante guapa, lo
bastante delgada, lo bastante adorable, para retener a mi padre. O a Bruce. Y ahora,
no haba logrado proteger a mi hija.
Mi madre se acerc de nuevo y me abraz.
No me la mereca llor. No supe protegerla, dej que se expusiera al
peligro...
De dnde has sacado esa idea? susurr en mi pelo. Fue un accidente,
Cannie. No fue culpa tuya. Vas a ser una madre maravillosa.
Si tan fantstica soy, por qu no me quiso? llor, aunque no saba muy
bien de quin estaba hablando. De Bruce? De mi padre?. Qu me pasa?
Mi madre se levant. Vi que miraba el reloj de pared. Ella capt mi mirada. Se
mordi el labio.
Lo siento dijo en voz baja, pero he de irme unos minutos.
Me sequ los ojos para ganar tiempo, para intentar procesar lo que me haba
dicho.
Has de...
He de recoger a Tanya en su clase de educacin continuada.
Qu pasa, Tanya ha olvidado cmo se conduce?
Tiene el coche en el taller.
Y qu estudia hoy? Qu faceta de s misma est potenciando? Nietas
dependientes de abuelos emocionalmente distantes?
Djalo ya, Cannie replic con brusquedad mi madre, y me qued tan
estupefacta que ni siquiera pude pensar en ponerme a llorar otra vez. S que no te
cae bien, y estoy harta de orlo.
Ah, y has decidido sacarlo a colacin ahora? No podas esperar a que tu
nieta saliera de cuidados intensivos?
Mi madre se humedeci los labios.
Hablaremos ms tarde dijo, y se encamin hacia la puerta. Con la mano en
el pomo, se volvi una vez ms. S que no lo crees, pero te pondrs bien. Tienes
todo cuanto necesitas. Pero es necesario que lo sepas en el fondo de tu corazn.
Frunc el ceo.
Saberlo en el fondo del corazn. Sonaba a basura Nueva Era, como algo
pirateado de uno de los estpidos libros de autoayuda de Tanya.
Claro dije. Vete! Llevo bien lo de que me abandonen. Estoy
acostumbrada.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 250 -
No se volvi. Suspir, clav la vista en la manta y confi en que ninguna
enfermera me oyera declamar aquellos dilogos de culebrn de tercera. Me senta
muy desdichada. Me senta vaca, como si me hubieran arrancado las entraas y slo
quedara un gran hueco, agujeros negros vacos. Cmo iba a comportarme como una
buena madre, teniendo en cuenta las alternativas que haban tomado mis padres?
Tienes todo cuanto necesitas, me haba dicho. Pero no entenda a qu se
refera. Reflexionaba sobre mi vida y slo vea lo que faltaba: padre, novio, promesas
de salud y bienestar para mi hija. Todo cuanto necesito, pens con tristeza, y cerr los
ojos, confiando en que soara otra vez con mi cama, o con agua.


Cuando la puerta se abri de nuevo, una hora despus, ni siquiera levant la
vista.
Dselo a Tanya anunci, an sin abrir los ojos. Porque no quiero orlo.
Bien, yo lo hara dijo una profunda voz familiar, pero creo que a ella no
le va mi sexo..., y adems, no hemos sido presentados.
Alc los ojos. Vi al doctor K., con una caja blanca de pastelera en una mano y
una bolsa de lona negra en la otra. Daba la impresin de que la bolsa de lona se
agitaba.
He venido en cuanto me enter empez, mientras se plegaba en la silla que
mi madre haba ocupado poco antes. Dej la caja en la mesita de noche y la bolsa
sobre su regazo. Cmo te encuentras?
Bien dije. Me mir con detenimiento. O sea, fatal.
Lo creo, despus de lo que has pasado. Cmo est...?
Joy dije. Utilizar su nombre me resultaba extrao..., presuntuoso casi, como
si desafiara al destino pronuncindolo en voz alta. Es pequea, y tiene los
pulmones poco desarrollados, y respira con asistencia mecnica... Hice una pausa
y me pas la mano sobre los ojos. Adems, me han hecho la histerectoma, y tengo
la impresin de que no paro de llorar.
Carraspe.
Demasiada informacin? pregunt entre sollozos.
Neg con la cabeza.
En absoluto dijo. Puedes hablarme sobre todo lo que quieras.
La bolsa de lona negra salt de su regazo. Me pareci tan divertido que casi
sonre, pero era como si mi cara hubiera olvidado la tcnica.
Llevas una mquina de movimiento perpetuo en la bolsa, o es que se alegra
de verme?
El doctor K. ech un vistazo a la puerta cerrada. Despus se inclin hacia m.
Era peligroso susurr, pero pens...
Dej la bolsa sobre la cama y abri la cremallera. Asom el morro de Nifkin,
seguido por las puntas de sus orejas, y despus, enseguida, todo su cuerpo.
Nifkin! exclam, mientras el animal se acomodaba sobre mi pecho y
proceda a lamerme toda la cara. El doctor K. le sujetaba, para alejarle de mis
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 251 -
diversos tubos y conexiones.
Cmo conseguiste...? Dnde estaba?
Con tu amiga Samantha. Est esperando fuera.
Gracias dije, a sabiendas de que las palabras eran incapaces de expresar la
felicidad que me haba deparado. Muchsimas gracias.
Ningn problema dijo el doctor. Mira... Hemos estado practicando.
Levant a Nifkin y lo dej en el suelo. Lo ves?
Me apoy sobre los codos y asent.
Nifkin... SINTATE! dijo el doctor K., con una voz tan profunda y
autoritaria como la de James Earl Jones anunciando al mundo que esto es... la CNN.
El trasero de Nifkin bes el linleo a la velocidad del rayo, y mene la cola a triple
velocidad de la habitual. Nifkin... TMBATE! Y Nifkin se aplast contra el suelo,
en tanto miraba al doctor K. con ojos centelleantes y su lengua rosada colgaba
mientras jadeaba. Y ahora, nuestro acto final... EL MUERTO!
Nifkin se derrumb de costado, como si le hubieran disparado.
Increble dije. Era cierto.
Aprende rpido dijo el doctor K., al tiempo que meta el perro dentro de la
bolsa. Se inclin hacia m. nimo, Cannie dijo, y apoy una mano sobre la ma.
Sali, y entr Samantha, que corri hacia mi cama. Iba vestida de abogada: traje
negro, botas de tacn alto, maletn de color caramelo en una mano y las gafas de sol y
las llaves del coche en la otra.
Cannie dijo. He venido...
... en cuanto te has enterado termin.
Cmo te encuentras? Cmo est la nia?
Yo me encuentro bien, y la nia... Bien, est en la unidad de cuidados
intensivos. Hay que esperar.
Samantha suspir. Cerr los ojos. De repente, me sent agotada por completo. Y
hambrienta.
Me incorpor, y puse otra almohada bajo mi espalda.
Eh, qu hora es? Cundo se come aqu? No llevars un pltano en el bolso,
o algo por el estilo, verdad?
Samantha se puso en pie, agradecida de poder hacer algo, supuse.
Ir a ver... Eh, qu es esto?
Seal la caja de la pastelera que haba dejado el doctor K.
No lo s dije. La trajo el doctor K. Echa un vistazo.
Sam rompi el cordel y abri la caja, y dentro haba un bollo de crema de la
Pink Rose Pastry Shop, un tringulo de budn de chocolate de Silk City, un brownie
envuelto todava en el papel de Le Bus, y una caja de frambuesas.
Increble murmur.
Yum! dijo Samantha. Cmo sabe lo que te gusta?
Se lo dije contest, conmovida por el hecho de que se hubiera acordado.
En la clase de Control del Peso tenamos que escribir cules eran nuestros platos
favoritos.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Sam me cort un pedazo del bollo, pero me supo a polvo y piedras. Lo tragu
por educacin, beb un poco de agua, y despus le dije que estaba cansada, que
quera dormir.


Estuve recuperndome en el hospital otra semana, mientras Joy creca y se
fortaleca.
Maxi apareca cada maana durante una semana, se sentaba a mi lado y lea
artculos de People, In Style y Entertainment Weekly, que embelleca con su coleccin
particular de ancdotas. Mi madre y mi hermana se quedaban conmigo de da,
trababan conversacin, y procuraban abreviar las pausas que se producan cuando
yo deca alguna gilipollez. Samantha vena cada noche despus del trabajo, y me
deleitaba con habladuras de Filadelfia, criticaba las entrevistas a estrellas anticuadas
que haca Gabby y explicaba que Nifkin haba adoptado la costumbre de pararse ante
mi edificio de apartamentos, y luego se negaba a avanzar ni un paso ms. Andy vino
con su esposa, una caja de galletas de chocolate de Famous Fourth Street y una tarjeta
que todos los miembros de la sala de redaccin haban firmado. Ponte bien pronto,
deca. No crea que fuera as, pero tampoco se lo dije.
Estn preocupados por ti susurr Lucy cuando mi madre estaba en el
pasillo, comentando algo con las enfermeras.
La mir y me encog de hombros.
Quieren que hables con un psiquiatra.
No dije nada. El semblante de Lucy era muy serio.
Es la doctora Melburne explic. Me trat una temporada. Es horrible.
Ser mejor que te animes y empieces a hablar ms, de lo contrario te interrogar
acerca de tu infancia.
Cannie no tiene que hablar si no lo desea dijo mi madre, mientras serva un
vaso de gaseosa que nadie bebi. Enderez mis flores, ahuec mis almohadas por
ensima vez, se sent, volvi a levantarse y busc algo ms que hacer. Cannie slo
ha de descansar.


Tres das despus, Joy respir por primera vez sin respirador artificial.
Y me dejaron sostenerla por fin, levantar su cuerpecito de dos kilos y medio y
acunarla, acariciar sus manos, cada ua imposiblemente perfecta y diminuta. Se
agarr con fuerza a mi dedo con los suyos. Not los huesos, el pulso de la sangre bajo
la piel.
Cgete, le transmit. Cgete, pequea. El mundo es duro muchas veces, pero tambin
tiene cosas buenas. Y yo te quiero. Tu madre te quiere, pequea Joy.
Estuve sentada con ella durante horas, hasta que me obligaron a volver a la
cama, y antes de marcharme llen su certificado de nacimiento, y mi letra era clara y
firme. Joy Leah Shapiro. Leah por Leonard, el segundo nombre del padre de Bruce.
Leah [La], la segunda hermana, con la que Jacob no quera casarse.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Apuesto a que la vida de Leah fue ms interesante, susurr a mi hija, cogiendo
su mano, yo en la silla provista de ruedas y ella en su caja de cristal, que yo me
esforzaba en no ver como un atad. Apuesto a que Leah iba de excursin con sus
amigas y tomaba palomitas de maz y margaritas para cenar, si as lo deseaba.
Apuesto a que iba a nadar desnuda y dorma bajo las estrellas. Era muy probable que
Raquel comprara los CD de Celine Dion y los platos coleccionables de Franklin Mint.
Deba de ser aburrida, incluso para ella misma. Nunca sala a la aventura, nunca se
arriesgaba. Pero t y yo, nena, vamos a vivir aventuras. Te ensear a nadar, a
navegar, a hacer un fuego..., todo lo que mi madre me ense, y todo lo dems que
he aprendido. Consigue salir de aqu, pens con todas mis fuerzas. Vamos a casa,
Joy, y las dos estaremos bien.


Dos das despus, obtuve parte de mi deseo. Me enviaron a casa, pero
decidieron que Joy deba quedarse.
Unas cuantas semanas ms dijo el mdico, con lo que deba considerar un
tono tranquilizador. Queremos estar seguros de que sus pulmones maduren... y de
que haya ganado el peso necesario.
Estall en amargas carcajadas.
Si sigue el ejemplo de su madre anunci, eso no debera representar
ningn problema. Se pondr como una vaca.
El doctor me dio lo que deba considerar una palmadita tranquilizadora en el
hombro.
No te preocupes dijo. Todo ir bien.
Sal cojeando del hospital, parpade bajo el clido sol de mayo, y sub al coche
de mi madre. Guard silencio durante el trayecto hasta casa. Vi las hojas, la fresca
hierba verde, las colegialas del St. Peter con sus pulcros pichis. Lo vi, pero sin verlo.
Para m, todo el mundo pareca gris. Era como si no quedara ms espacio en mi
interior que para la furia y el miedo.
Mi madre y Lucy descargaron mis bolsas del maletero y me acompaaron hasta
el edificio. Lucy carg con mis bolsas. Mi madre caminaba con lentitud junto a m, y
Tanya arrastraba los pies detrs de nosotras. Senta los msculos de las piernas
dbiles e infrautilizados. Me dolan los puntos, me picaba el tobillo en su yeso.
Result que slo me haba torcido el tobillo al caer, pero nadie pens en echar un
vistazo a mis piernas hasta das despus, de modo que el pie haba seguido torcido, y
los tendones rotos, lo cual signific un yeso durante seis semanas. Peccata minuta
comparado con todo lo dems.
Busqu en mi bolso. Mi billetero, el paquete medio vaco de chicles, la barra de
proteccin labial y una caja de cerillas del Star Bar parecan reliquias de otra vida.
Estaba tanteando en busca de las llaves, cuando Lucy introdujo su llave en la puerta
del primer piso.
Yo no vivo aqu dije.
Ahora s contest Lucy. Me dedic una amplia sonrisa. Mi madre y Tanya
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 254 -
tambin.
Atraves cojeando el umbral y parpade.
El apartamento (gemelo del mo del tercer piso, todo madera oscura y apliques
aos setenta) haba sido transformado. La luz del sol entraba a chorros por unas
ventanas que antes no existan, y se reflejaba en los suelos de arce prstinos y pulidos
que no lo eran cuando haba visto por ltima vez el piso.
Entr con paso lento en la cocina, movindome como si estuviera bajo el agua.
Armaritos nuevos de color miel. En la sala de estar haba un sof y confidente
nuevos, mullidos y cmodos, tapizados en algodn amarillo crema, bonitos pero
robustos, recuerdo haber dicho a Maxi, mientras le enseaba las cosas que me
gustaban del ltimo nmero de Martha Stewart Living, una tarde perezosa. Una
bonita alfombra tejida en granate, azul oscuro y oro cubra el suelo. Haba un
televisor de pantalla plana y un nuevo estreo en el rincn, y montones de libros
infantiles en las estanteras.
Lucy casi bailaba de pura alegra.
A que es increble, Cannie? No es asombroso?
No s qu decir dije, mientras avanzaba por el pasillo.
El cuarto de bao estaba irreconocible. El papel pintado color pastel que se
remontaba a la poca de la administracin Carter, el feo tocador de madera oscura,
los baratos apliques de acero inoxidable y el retrete agrietado, todo haba
desaparecido. Todo era de azulejos blancos, con pinceladas doradas y azul marino.
La baera era de burbujas, con dos duchas, por si quera baarme acompaada.
Haba armaritos nuevos con espejos, lirios en un jarrn, una profusin de las toallas
ms esponjosas que haba visto jams, en un toallero nuevo de trinca. Una baerita
blanca para bebs descansaba sobre una repisa, junto con un surtido de juguetes de
bao, esponjitas cortadas en forma de animales, y una familia de patitos de goma.
Ya vers la habitacin de la nia! grazn Lucy.
Las paredes estaban pintadas de amarillo limn, como yo haba hecho arriba, y
reconoc la cuna que el doctor K. haba montado, pero los dems muebles eran
nuevos. Vi un cambiabebs muy adornado, una cmoda, una mecedora de madera
blanca. Antigedades, jade Tanya, mientras pasaba un grueso dedo sobre la
madera curva, pintada de un rosa muy tenue. Haba ilustraciones enmarcadas en las
paredes: una sirena nadando en el mar, un velero, elefantes que desfilaban de dos en
dos. Y en un rincn haba lo que parecan los juguetes ms pequeos del mundo.
Estaban todos los juguetes que yo haba visto, ms algunos que no. Un juego de
bloques para construir edificios. Sonajeros. Pelotas. Juguetes que hablaban, ladraban
o lloraban cuando los apretabas o tirabas de sus cordones. El mismo caballito
mecedor que haba visto en Santa Mnica dos meses antes. Todo.
Me hund poco a poco en el confidente de algodn amarillo, bajo el mvil de
delicadas estrellas, nubes y medias lunas, junto a un oso de peluche de un metro de
altura.
Hay ms dijo Lucy.
No te lo vas a creer aadi mi madre.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 255 -
Volv al dormitorio. Mi sencillo armazn de metal haba sido sustituido por una
magnfica cama de hierro forjado con dosel. Mis sbanas rosa haban sido sustituidas
por algo ms hermoso: franjas blancas y doradas, rosas diminutas.
Es de algodn puro se jact Lucy, y procedi a enumerar los mritos de mis
nuevas sbanas. Indic las fundas de almohada, la alfombra tejida a mano (amarilla,
con un borde de rosas rojas), y abri el vestidor para exhibir ms muebles antiguos:
una cmoda de nueve cajones, una mesita de noche coronada por un ramo de
narcisos trompeteros en un jarrn azul gengibre.
Abre las persianas dijo Lucy.
Obedec. Haba una nueva terraza al otro lado de la ventana del dormitorio.
Haba una enorme maceta de arcilla con geranios y petunias, bancos y una mesa de
picnic, una parrilla a gas del tamao de un Volkswagen Escarabajo en el rincn.
Me sent (en realidad, me desplom) en la cama. Haba una diminuta tarjeta
sobre la almohada, como las que acompaan a los ramos de flores. La abr con la ua
del pulgar.
Bienvenida a casa deca por un lado. De tus amigos, deca el otro.
Mi madre, Lucy y Tanya se haban puesto en fila, mirndome, esperando mi
aprobacin.
Quin...? empec. Cmo...?
Tus amigos dijo Lucy, impaciente.
Maxi?
Las tres intercambiaron una mirada furtiva.
Venga ya. Mis dems amigos no pueden permitirse estas cosas.
No pudimos impedrselo! exclam Lucy.
Es cierto, Cannie dijo mi madre. No acept un no como respuesta.
Conoce a todos estos contratistas... Llam a un decorador para que buscara todas
estas cosas... Haba gente trabajando aqu da y noche...
A mis vecinos les habr encantado coment.
Te gusta? pregunt Lucy.
Es... Levant las manos, y las dej caer en mi regazo. Mi corazn lata a
demasiada velocidad, distribua dolor a todas las partes de mi cuerpo lastimadas.
Pens en la palabra que necesitaba. Es asombroso dictamin por fin.
Qu quieres hacer? pregunt Lucy. Podramos ir a comer a Dmitri's...
Hay un documental sobre lesbianas en el Ritz grazn Tanya.
Vamos de compras? pregunt mi madre. Si quieres comprar artculos
de alimentacin, te ayudaremos a cargarlos.
Me puse en pie.
Creo que tengo ganas de ir a pasear dije.
Mi madre, Lucy y Tanya me miraron con curiosidad.
A pasear? repiti mi madre.
Cannie, an llevas el pie enyesado seal mi hermana.
Pero tengo ganas de andar repliqu.
Quera sentirme exultante. Quera sentirme feliz. Estaba rodeada de gente a la
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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que quera. Viva en un piso magnfico. Pero experimentaba la sensacin de que
estaba mirando mi nuevo apartamento a travs de un espejo sucio, de que palpaba
los algodones y la mullida alfombra con unos gruesos guantes de goma. Era por Joy,
por no tener a Joy. Nada me consolara hasta que ella no estuviera en casa, pens, y
de repente sent tal furia que not una gran debilidad en los brazos y las piernas, y
mis puos y pies ardieron en deseos de propinar puetazos y patadas. Bruce, pens,
Bruce y la jodida Empujadora. Este debera ser mi triunfo, maldita sea, pero cmo
puedo ser feliz con mi beb en el hospital todava, cuando Bruce y su nueva amiguita
haban sido los culpables de esa circunstancia?
Bien dijo mi madre, inquieta. Iremos a pasear.
No dije. Sola. Quiero estar sola.
Todas se quedaron perplejas, incluso preocupadas, mientras salan por la
puerta.
Llmame dijo mi madre. Avsame cuando quieras que Nifkin vuelva.
Lo har ment.
Quera que se marcharan ya, de mi casa, de mi pelo, de mi vida. Me senta a
punto de estallar. Mir por la ventana hasta que subieron al coche y se perdieron de
vista. Despus, saqu un sujetador de jogging, una camiseta rada, unos pantalones
cortos, unas sencillas zapatillas, y sal a las aceras calurosas, decidida a no pensar en
mi padre, en Bruce, en la nia, en nada. Slo quera pasear. Y despus, tal vez podra
dormir de nuevo.


Mayo dio paso a junio, y todos mis das giraban en torno a Joy. Iba al hospital a
primera hora de la maana, recorra a pie las treinta manzanas que distaba el
Hospital de Nios de Filadelfia en cuanto sala el sol. Con bata, mascarilla y guantes
me sentaba a su lado en la mecedora esterilizada de la Unidad de Cuidados
Intensivos de Neonatos, sostena su manita, rozaba sus labios con las yemas de los
dedos, cantaba las canciones que habamos bailado meses antes. Eran los nicos
momentos en que no senta la rabia que me consuma. Las nicas veces que poda
respirar.
Y cuando notaba que volva la rabia, cuando senta un ahogo en el pecho y mis
manos deseaban golpear algo, me iba. Marchaba a casa para pasear de un lado a otro
y extraer leche de mis pechos, para limpiar y restregar suelos y encimeras que ya
haba limpiado y restregado el da anterior. Daba largos y furiosos paseos por la
ciudad, con mi tobillo embutido en un yeso cada vez ms mugriento, cruzaba los
semforos en mbar y lanzaba miradas siniestras a cualquier coche que osaba
avanzar unos centmetros.
Me acostumbr a la vocecilla de mi cabeza, la del aeropuerto, la que haba
flotado hasta el techo y presenciado mi ataque de rabia contra Bruce, mientras
lamentaba en silencio que no fuera el destinatario de su ira. Me acostumbr a la
vocecilla que preguntaba por qu? cada maana, cuando me ataba las zapatillas y
me probaba una sucesin de camisetas..., y preguntaba por qu? otra vez por la
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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noche, cuando escuchaba mis mensajes (diez, quince mensajes de mi madre, mi
hermana, Maxi, Peter Krushelevansky, de todos mis amigos), y borraba todos sin
contestar, hasta el da que empec a borrarlos sin escucharlos. Ests demasiado
triste, murmuraba la voz, mientras yo avanzaba como una exhalacin por Walnut
Street. Tmatelo con calma, deca la voz, mientras yo engulla caf ardiente, taza
tras taza, a modo de desayuno. Habla con alguien, deca la voz. Deja que te
ayuden. Hice caso omiso. Quin poda ayudarme ahora? Qu me quedaba, sino
las calles y el hospital, mi apartamento silencioso, mi cama vaca?
Dej que el buzn de voz grabara mis llamadas. Avis a la oficina de correos de
que estara ausente de la ciudad durante un perodo indefinido de tiempo, y de que
guardaran mi correo. Dej que mi ordenador acumulara polvo. Dej de mirar mi
correo electrnico. Durante uno de mis paseos, tir mi busca al ro Delaware sin ni
siquiera disminuir el paso. Empec a dar paseos ms largos, cuatro horas, seis horas,
por los peores barrios de la ciudad, entre traficantes de crack, putas de ambos sexos,
pichones muertos en las alcantarillas, los esqueletos quemados de coches, sin ver
nada, sin miedo. Cmo poda perjudicarme esto, despus de lo que haba perdido
ya? Cuando me cruc con Samantha en la calle, le dije que estaba demasiado
ocupada para salir, mientras me remova inquieta y clavaba los ojos en el horizonte,
para no tener que ver su expresin preocupada. Estaba preparando las cosas,
expliqu, ansiosa por salir pitando. La nia vendr a casa pronto.
Puedo verla? pregunt Sam.
Negu con la cabeza al instante.
No estoy preparada... Quiero decir, ella no est preparada.
Qu quieres decir, Cannie?
Su salud es frgil todava dije, intentando repetir lo que haba odo en la
Unidad de Cuidados Intensivos.
Pues me quedar fuera y mirar por la ventana dijo Sam, perpleja. Y
luego, iremos a desayunar. Te acuerdas de nuestros desayunos? Era nuestra comida
favorita.
He de irme dije con brusquedad, intentando pasar de largo, pero Samantha
no se movi.
Qu te est pasando en realidad, Cannie?
Nada dije, y la apart de un empujn, con la vista clavada en el frente.
Nada, nada, todo va bien.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Captulo 19
Caminaba y caminaba, y era como si Dios me hubiera proporcionado unas
gafas especiales, gracias a las cuales poda ver las cosas malas, las cosas tristes, el
dolor y la desdicha de la vida urbana, la basura arrojada a patadas en las esquinas, en
lugar de ver las flores plantadas en jardineras. Vea maridos y mujeres que se
peleaban, en lugar de abrazarse o cogerse de la mano. Vea nios correr por las calles
en bicicletas robadas, lanzando insultos y blasfemias, y adultos que sonaban como si
estuvieran desayunando sus propios mocos, mirando a las mujeres con ojos
desvergonzados y lascivos. Perciba el hedor de la ciudad en verano: orina de
caballo, alquitrn recalentado y los gases de escape grisceos de los autobuses. Las
tapas de las bocas de alcantarilla dejaban escapar vapor, las aceras eructaban calor
procedentes del metro.
Mirara a donde mirara, slo vea vaciedad, soledad, edificios con ventanas
rotas, drogadictos piojosos con las manos extendidas y los ojos muertos, dolor,
mugre y podredumbre.
Pensaba que el tiempo me curara y los kilmetros calmaran mi dolor.
Esperaba con ansia la maana que despertara y no imaginara al instante a Bruce y
la Empujadora padeciendo muertes horripilantes..., o an peor, perdiendo a mi beb,
perdiendo a Joy.
Llegaba al hospital al amanecer, y a veces antes, y daba vueltas al aparcamiento
hasta que me calmaba lo suficiente para entrar. Me sentaba en la cafetera,
engullendo vaso tras vaso de agua, intentaba sonrer y parecer normal, pero, por
dentro, mi cabeza daba vueltas con furia, pensando, cuchillos?, pistolas?,
accidente de trnsito? Sonrea y deca hola, pero en realidad, mi mente estaba
planeando la venganza.
Imagin que llamaba a la universidad donde Bruce daba clases de ingls a los
de primero, y les revelaba que haba superado la prueba de drogodependencias
ingiriendo litros y litros de infusin de rannculo, que compraba de estrangis
llamando a un telfono anunciado en las ltimas pginas de High Times. Orina de la
suerte se llamaba el mejunje. Les dira que se presentaba colocado a trabajar. Lo
haca con frecuencia, y era probable que continuara con la costumbre, y si le
examinaban con atencin, se daran cuenta. Llamara a su madre, llamara a la polica
de su ciudad, conseguira que lo detuvieran, que lo encarcelaran.
Imagin que escriba a Moxie, incluida una foto de Joy en la Unidad de
Cuidados Intensivos, cada vez ms grande, cada vez ms fuerte, pero todava una
visin pattica, entubada, respirando mediante un respirador artificial casi siempre,
con horrores sin cuento acechando en su futuro: parlisis cerebral, deficiencias de
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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aprendizaje, ceguera, sordera, retraso mental, toda una gama de desastres que los
mdicos no haban mencionado. Me conectaba a Internet, entraba en sitios con
nombres como prematuros.com, lea historias contadas en primera persona por
padres cuyos hijos haban sobrevivido, horriblemente lesionados, que haban llegado
a casa con botellas de oxgeno, monitores de apnea o traqueotomas. Lea artculos
sobre crios que crecan con epilepsia, deficiencias del aprendizaje, que nunca
maduraban. Y lea artculos sobre bebs que moran: al nacer, en la UCI, en casa.
Nuestro precioso ngel, rezaba un titular. Nuestra querida hija.
Quera copiar estas historias y mandarlas por correo electrnico a la
Empujadora, junto con una fotografa de Joy. Quera enviarle una foto de mi hija. Ni
cartas, ni palabras, slo la foto de Joy, enviarla a su casa, enviarla a su escuela,
enviarla a su jefe, a sus padres si poda localizarlos, ensear a todo el mundo lo que
haba hecho, aquello de lo que era responsable. Me descubr planificando paseos que
me conducan cerca de tiendas de armas. Me descubra mirando los escaparates. An
no me decida a entrar, pero saba que sera el siguiente paso. Y luego, qu?
No me permit contestar a la pregunta. No me permit pensar ms all de la
imagen que haba atesorado: el rostro de Bruce cuando abra la puerta y me vea colt
una pistola en la mano. El rostro de Bruce cuando yo deca: Yo te ensear a
lamentarlo.
Una maana, pas junto a un quiosco y vi el nuevo nmero de Moxie, el
ejemplar de agosto, aunque slo estbamos en julio, y haca tanto calor que el aire
rielaba y las calles se volvan pegajosas bajo el sol. Me apoder de un ejemplar.
Piensa pagarlo, seorita?
No rug, voy a robarlo.
Tir dos pavos y monedas sobre el mostrador y empec a pasar con furia las
pginas, mientras me preguntaba cul sera el titular. Mi hija el vegetal? Cmo
joder de verdad la vida de tu ex?
Dentro vi una sola palabra, una sombra incongruencia en la lnea frivola y
distendida de Moxie. Complicaciones, deca.
Embarazada, dice la carta, y ya no puedo leer ms. Es como si la sola palabra
me haya desnucado y dejado paralizado, salvo por el hielo que repta por mi nuca, el
principio del miedo.
No encuentro una forma sencilla de decrtelo ha escrito, as que lo dir sin
ms. Estoy embarazada.
Hace diecisis aos, recuerdo que estaba sobre el bimah de mi sinagoga de Short
Hills, cuando mir a la multitud de amigos y parientes y pronunci aquellas
palabras reverenciadas por el tiempo: Hoy soy un hombre. Ahora, cuando siento
el escalofro que recorre mi estmago, cuando siento que las palmas de mis manos
empiezan a sudar, s la verdad: hoy soy un hombre. Y esta vez, va en serio.
No creo dije, en voz tan alta que los sin techo dispersos por la calle se
detuvieron y miraron. No creo. Un hombre. Un hombre me habra llamado. Habra
enviado una postal, como mnimo! Devolv mi atencin a la pgina.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Pero no soy un hombre. Resulta que soy un cobarde. Met la carta en una
agenda, guard la agenda en el cajn de un escritorio, cerr con llave el cajn y, por
culpa de un accidente premeditado, perd la llave.
Dicen (el plural se refiere a los grandes filsofos, o quizs al reparto de Seinfeld)
que romper es como volcar una mquina de Coca-Cola. No puedes hacerlo as como
as, has de mover el aparato, balancearlo de un lado a otro varias veces. Para C. y
para m no fue as. Fue una ruptura limpia y rpida. Un trueno. Intenso, espantoso y
concluido en cuestin de segundos.
Mentiroso, pens. Menudo mentiroso. No fue un trueno, ni siquiera una
ruptura. Slo te dije que quera un poco de tiempo!
Despus, menos de tres meses ms tarde, mi padre muri.
Deambulaba de un lado a otro con el telfono en la mano, y su nmero an era
el primero de la memoria. La llamo? No la llamo? Era mi ex o mi amiga?
Al final, opt por la amistad. Y ms tarde, cuando un montn de personas
estaban merendando en la cocina de mi madre, opt por algo ms.
Y ahora, tres meses despus, todava lloro la muerte de mi padre, pero tengo la
sensacin de que he terminado con C. por completo. Ahora s lo que es la tristeza
verdadera. La exploro cada noche como un nio que ha perdido un diente y no
puede parar de tocar con la lengua el espacio vaco donde estaba.
Slo que ahora est embarazada.
Y no s si se ha propuesto engaarme o atraparme, si soy el padre, ni siquiera si
est embarazada de veras.
Oh, esto es increble anunci a toda Broad Street. Esto es increble, joder!
Y la cuestin es que soy demasiado cobarde para preguntar.
Es tu eleccin, imagino que digo con mi silencio. Tu decisin, tu juego, tu
movimiento. Consigo silenciar a la parte de m que se interroga, que quiere saber
cmo eligi: si fue a la clnica de Locust Street y pas delante de los manifestantes
con sus pancartas de bebs muertos cubiertos de sangre; si lo hizo en la consulta del
mdico, si fue con una amiga, un nuevo amante o sola. O si est paseando por su
ciudad natal en este momento con un estmago tan grande como una pelota de
playa y libros llenos de nombres de nios.
No pregunto, ni llamo. No envo un cheque, una carta, ni siquiera una postal.
Estoy acabado, vaco, seco y sin lgrimas. No queda nada para ella o el nio, si es
que existe.
Cuando me permito pensar al respecto, me enfurezco conmigo mismo (cmo
pude ser tan idiota?) y con ella (cmo pudo dejarme?) Pero no me lo permito
demasiado. Me despierto, voy a la oficina, acto observando todos los formulismos,
intento mantener alejada la punta de mi lengua del agujero de mi sonrisa. Pero en el
fondo, s que no puedo postergar esto mucho tiempo ms, que ni siquiera mi
cobarda puede aplazar lo inevitable. En mi escritorio, encajada en una agenda y
cerrada con llave en un cajn, hay una carta con mi nombre escrito.

JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 261 -

Llega tarde! me reprendi la jefa de enfermeras, y sonri para demostrar
que no lo deca en serio. Yo llevaba el ejemplar de Moxie enrollado como si tuviera la
intencin de pegar a un perro con l.
Tome dije, y se lo ofrec. La mujer apenas le dedic una mirada.
No leo estas cosas dijo. Es basura.
Estoy de acuerdo dije, y me dirig a la sala infantil.
Alguien ha venido a verla avis la mujer.
Llegu a la sala y vi a una mujer ante mi ventana, la ventana situada delante de
la incubadora de Joy. Vi un pelo gris corto, impecablemente peinado, un elegante
traje de pantaln negro, un brazalete de diamantes alrededor de una mueca. Un
tenue aroma a Allure impregnaba el aire, sus uas manicuradas brillaban bajo las
luces fluorescentes. La Siempre Exquisita Audrey se haba puesto el conjunto
adecuado para ir a visitar a la primognita prematura ilegtima de su hijo.
Qu haces aqu? pregunt.
Audrey lanz una exclamacin ahogada y retrocedi dos gigantescos pasos. Su
cara palideci dos tonos ms que su base Este Lauder.
Cannie! dijo, y apret una mano contra su pecho. Me has..., me has
asustado.
La mir sin decir nada, mientras sus ojos me repasaban de arriba abajo,
incrdulos.
Ests muy delgada dijo por fin.
Baj la vista y observ sin mucho inters que era cierto. Tanto andar, tanto
conspirar, comiendo tan slo un pedazo de wagel o de pltano, y taza tras taza de
caf sin azcar, porque el sabor era igual a mi estado de nimo. Mi nevera contena
botellas de leche materna y poco ms. No poda recordar la ltima vez que haba
comido como un ser humano. Se me marcaban los huesos de la cara y de las caderas.
De perfil, era Jessica Rabbit, ese personaje sexy de un cmic: culo inexistente,
estmago liso, busto improbable, gracias a la leche. Si no te acercabas lo suficiente
para observar que mi pelo estaba sucio y deslustrado, que tena gigantescos crculos
negros bajo los ojos y, sobre todo, que ola fatal, era un autntico bombn.
No se me escapaba la irona: despus de una vida obsesionada por contar
caloras, Weight Watchers y StairMasters, haba encontrado la forma de deshacerme
de aquellos kilos para siempre. De liberarme de la grasa y la celulitis. Deba
comercializar el mtodo, pens histricamente. La Dieta de la Placentae Abruptio, la
Histerectoma de Urgencia y el Beb con Posibles Daos Cerebrales. Me hara rica.
Audrey acarici su brazalete, nerviosa.
Supongo que te estars preguntando... empez.
Yo no dije nada, pues saba muy bien cunto le haba costado dar este paso. Lo
saba, y me importaba un bledo. Una parte de m deseaba verla retorcerse de
angustia, buscar las palabras. Una parte de m deseaba que sufriera.
Bruce dice que no quieres hablar con l.
Bruce tuvo la oportunidad de hablar conmigo. Le escrib para decirle que
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 262 -
estaba embarazada. No me llam.
Sus labios temblaron.
No me lo dijo susurr, casi para s. Cannie, lamenta mucho lo sucedido.
Resopl con tal fuerza que tuve miedo de molestar a los bebs.
Bruce llega tarde.
La mujer se mordi el labio, y dio vueltas al brazalete.
Quiere hacer lo correcto.
Y qu es? Impedir a su novieta que vuelva a atentar contra la vida de mi
hija?
Dijo que fue un accidente susurr.
Puse los ojos en blanco.
Quiere hacer lo correcto repiti. Quiere ayudar...
No necesito dinero dije con deliberada grosera. Ni el tuyo ni el de l. He
vendido mi guin.
Su rostro se ilumin, contenta de que abordramos un tema agradable.
Eso es maravilloso, cario!
Yo no dije nada, con la esperanza de que mi silencio la desmoronara, pero
Audrey era ms valiente de lo que yo sospechaba.
Puedo ver a la nia? pregunt.
Me encog de hombros y seal la ventana. Joy estaba en el centro de la sala
infantil. Ya pareca menos un pomelo airado, ms un meln cantalupo, tal vez, pero
todava era diminuta, frgil, con el respirador de aspecto futurista sujeto a su cara
ms a menudo que no. La grfica que colgaba en el extremo de la cuna rezaba: Joy
Leah Shapiro. Slo llevaba un paal, ms calcetines a rayas rosas y blancas, y un
gorrito rosa coronado por un pompn. Haba entregado mi coleccin a las
enfermeras, para que cada maana le pusieran un gorro diferente. Era el beb de la
UCI mejor tocada.
Saldr adelante?
No lo s dije. Es probable. Dicen que es probable. Todava es pequea, y
ha de aumentar de tamao, y sus pulmones han de crecer hasta que pueda respirar
sin ayuda. Despus ir a casa.
Audrey se sec los ojos con el pauelo que haba sacado de su bolso.
Te quedars aqu? La criars en Filadelfa?
No lo s dije, sincera en demasa. No s si quiero volver al peridico, o
regresar a California. Tengo amigos all.
Pero mientras pronunciaba estas palabras, me pregunt si era cierto. Despus
de pergear una formularia nota de agradecimiento, que no lograba expresar ni una
mnima parte de la gratitud que debera sentir por todo lo que haba hecho por m,
haba deparado a Maxi el mismo silencio que a mis dems amigos. Quin saba lo
que pensaba, o si se segua considerando amiga ma?
Audrey enderez los hombros.
Me gustara ser su abuela dijo con cautela, con independencia de lo
sucedido entre Bruce y t...
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 263 -
Lo sucedido repet. Te dijo Bruce que me practicaron una histerectoma?
Que no volver a tener hijos? Te lo mencion, por casualidad?
Lo siento, Cannie repiti de nuevo, con voz chillona, impotente y algo
asustada.
Vete le dije. Por favor. Ya hablaremos de esto en otro momento, pero
ahora no. Estoy demasiado cansada.
Apoy una mano en mi hombro.
Deja que te ayude dijo. Puedo traerte algo? Un poco de agua?
Negu con la cabeza, me desprend de su mano y volv la cara.
Por favor dije, vete.
Me qued inmvil, con los ojos cerrados, hasta que o las suelas de sus zapatos
alejarse por el pasillo. As fue como me encontr la enfermera, apoyada contra la
pared y llorando, con las manos convertidas en puos.
Se encuentra bien? pregunt, y toc mi hombro. Asent, y me volv hacia
la puerta.
Volver despus le dije. Voy a dar un paseo.


Aquella tarde camin horas y horas, hasta que las calles, las aceras y los
edificios se convirtieron en una mancha gris. Recuerdo que compr una limonada en
algn sitio, y unas horas despus par en una estacin de autobs para mear, y
recuerdo que, en un momento dado, el tobillo que haba llevado enyesado empez a
doler. No hice caso. Segu andando. Camin hacia el sur, luego hacia el este, atraves
barrios desconocidos, pis vas de tranva, pas ante farmacias apagadas, fbricas
abandonadas, la curva lenta y nauseabunda del Schuylkill. Pens que, quiz, seguira
andando hasta Nueva Jersey. Mira, dira, parada en el vestbulo del edificio de
apartamentos de Bruce como un fantasma, como un pensamiento culpable, como una
herida antigua que hubiera empezado a sangrar de repente. Mira en qu me he
convertido.
Camin y camin, hasta que sent algo extrao, una sensacin desconocida. Un
dolor en el pie. Baj la vista, levant el pie izquierdo y observ confusa que la suela se
desprenda poco a poco de la mugrienta zapatilla y caa al suelo.
Un tipo sentado en la entrada de una casa de la acera de enfrente se puso a rer.
Eh! grit, mientras yo paseaba la mirada entre el zapato y la suela, como
idiotizada, intentando extraer alguna conclusin. La nena necesita un par de
zapatos nuevos!
Mi nena necesita un par de pulmones nuevos, pens, en tanto paseaba la vista a
mi alrededor. Dnde estoy? No conoca el barrio. No me sonaban los nombres de las
calles. Y estaba oscuro. Consult mi reloj. Las ocho y media, y por un momento no
supe si era de da o de noche. Estaba sudada, sucia y agotada..., y perdida.
Registr mis bolsillos en busca de respuestas, o al menos de dinero para un taxi.
Encontr un billete de cinco dlares, algo de calderilla y diversos hilos.
Busqu un punto de orientacin, una cabina telefnica, algo.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 264 -
Eh grit al tipo de la acera de enfrente. Dnde estoy?
El hombre ri y se meci sobre sus talones.
Powelton Village! Ests en Powelton Village, nena!
Por ah se empezaba.
Por dnde se va a University City? pregunt.
Mene la cabeza.
Te has perdido, nena! Vas en direccin contraria! Su voz era profunda y
resonante, con acento del sur. Se levant y camin hasta m, un negro de edad
madura con una camiseta blanca y pantalones caqui. Escudri mi cara. Ests
enferma? pregunt por fin.
Negu con la cabeza.
Slo perdida aclar.
Vas a la universidad? continu, y yo volv a negar con la cabeza, y l se
acerc todava ms, con expresin ms preocupada. Ests borracha? pregunt,
y me vi obligada a sonrer.
Pues no dije. Sal a dar un paseo y me perd.
Bien, ser mejor que te encuentres dijo.
Por un terrible y angustioso momento, estuve convencida de que iba a empezar
a hablarme de Jess. Pero no lo hizo. En cambio, procedi a un largo y cuidadoso
inventario de mi persona, empezando por las zapatillas destrozadas, siguiendo con
las pantorrillas amoratadas, los pantalones cortos que haba doblado dos veces en la
cintura para que no resbalaran por mis caderas, la camiseta que no me haba
cambiado en cinco das, y el pelo, que me llegaba ms abajo de los hombros por
primera vez desde haca ms de diez aos y, debido a que no me lo haba cepillado
ni lavado en das, colgaba en plan rastafari.
Necesitas ayuda dijo, por fin.
Inclin la cabeza y asent. Ayuda. Era verdad. Necesitaba ayuda.
Tienes gente?
S le dije. Tengo una hija empec, y se me hizo un nudo en la garganta.
Alz el brazo y seal.
Por ah se va a University City dijo. Vas hasta la esquina de la Calle 45, y
el autobs te lleva directo. Rebusc en su bolsillo, extrajo un pase de autobs algo
arrugado y me lo dio. Despus, se agach y examin mi zapato. Qudate aqu
dijo.
Permanec inmvil, temerosa de mover un solo msculo. Aunque no estaba
muy segura de qu tena miedo. El hombre sali de su casa con un rollo plateado de
cinta adhesiva en la mano. Levant el pie, y l sujet la suela con cinta.
Ve con cuidado dijo. Ahora eres madre, y has de ir con cuidado.
Lo har dije. Empec a cojear hacia la esquina que haba sealado.


Pese a mi aspecto desastrado, nadie me dedic ni una sola mirada en el
autobs. Todo el mundo estaba demasiado absorto en sus pensamientos, despus de
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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salir del trabajo: la cena, los hijos, la programacin televisiva, las minucias de sus
vidas cotidianas. El autobs atravesaba poco a poco la ciudad. Empec a reconocer
las cosas. Vi el estadio, los rascacielos, la lejana torre blanca del edificio del Examiner.
Y despus, vi la oficina de Trastornos Alimentarios de la Universidad de Filadelfia,
donde haba ido un milln de aos antes. Cuando lo nico que me preocupaba era
no estar delgada.
Encuntrate, pens, y tir del cordn de parada con tanta fuerza, que por un
momento pens que lo haba arrancado. Sub en ascensor hasta la sptima planta,
pensando que encontrara todas las luces apagadas y las puertas cerradas con llave,
mientras me preguntaba por qu me tomaba la molestia.
Pero su luz estaba encendida, y la puerta abierta.
Cannie! dijo el doctor K., sonriente. Sonriente hasta que se levant, rode
el escritorio y percibi mi hedor. Y me mir de cerca.
Soy un xito dije, e intent sonrer. Mrame! Veinte kilos de sebo
perdidos en un mes! Me pas una mano sobre los ojos. Estoy delgada dije, y
me puse a llorar. S, yo.
Sintate dijo, y cerr la puerta.
Pas un brazo alrededor de mis hombros y me gui hasta el sof, donde me
sent, sorbiendo por la nariz y pattica.
Dios mo, Cannie, qu te ha pasado?
Fui a dar un paseo empec. Senta la lengua hinchada y como cubierta de
sarro, y los labios agrietados. Me perd dije. Hablaba con voz extraa y ronca.
Fui a dar un paseo, y me extravi. Ahora intento encontrarme.
Apoy una mano sobre mi cabeza y la acarici con dulzura.
Deja que te acompae a casa.
Dej que me guiara hasta el ascensor, y luego hasta su coche. Mientras salamos,
se par en una mquina dispensadora y compr una lata fra de Coca-Cola. La agarr
sin preguntar y me la zamp toda. l no pronunci palabra, ni siquiera cuando eruct
ruidosamente. Par en un sper y sali con una botella de agua y un polo de naranja.
Gracias grazn, eres muy amable.
Beb el agua y chup el polo.
Llevo unos das intentando localizarte dijo. En casa y en el trabajo.
Estoy muy ocupada recit.
Joy ya est en casa?
Negu con la cabeza.
Me mir.
Te encuentras bien?
Ocupada volv a graznar. Me dolan las tetas. Baj la vista y no me
sorprendi ver dos manchas circulares debajo de la V de sudor que empezaba en la
clavcula.
Ocupada en qu? pregunt.
Cerr la boca. No haba pensado en continuar el dilogo despus de ocupada.
En un semforo, me mir y escrut mi rostro.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 266 -
Te encuentras bien?
Me encog de hombros. El coche de detrs toc la bocina, pero l no se movi.
Cannie dijo con voz cariosa. Una sola lgrima resbal por mi mejilla.
Extendi la mano para secarla. Yo me ech hacia atrs como si me hubieran
quemado.
No! grit. No me toques!
Por Dios, Cannie, qu pasa?
Sacud la cabeza, contempl mi regazo, donde las ruinas del polo se estaban
fundiendo. Continuamos un rato en silencio, mientras el coche ronroneaba debajo de
nosotros y el aire acondicionado susurraba sobre mis rodillas y hombros.
Volvi a hablar en otro semforo.
Cmo est Nifkin? Recuerda algo de lo que le ense? Me dirigi una
veloz mirada. Te acuerdas de cuando fuimos a verte, verdad?
Asent.
No estoy loca.
Pero no saba si eso era cierto. Saban los locos que lo estaban? O crean que
eran perfectamente normales, al tiempo que no cesaban de cometer locuras, como ir
por ah sucios, con los zapatos destrozados y la cabeza tan llena de rabia que pareca
a punto de estallar?
Adonde vamos? articul por fin. Debera ir a casa. O al hospital. Debera
volver all.
Frenamos en un semforo en rojo.
Trabajas ya? me pregunt. No he visto tu nombre...
Haba pasado tanto tiempo desde que haba entablado esta especie de
conversacin normal con alguien, que tard un poco en elegir las palabras correctas.
Estoy de permiso.
Comes bien? Me mir de reojo en la oscuridad. Aunque tal vez debera
preguntar si comes algo.
Me encog de hombros.
Es difcil. Con la nia. Con Joy. Voy a verla al hospital dos veces al da, y
estoy preparando las cosas en casa... Camino mucho conclu.
Ya lo veo.
Unas cuantas manzanas ms de silencio, otro semforo en rojo.
He estado pensando en ti dijo. Confiaba en que te dejaras caer, o
llamaras...
Bien, lo he hecho, no?
Pensaba que tal vez podramos ir al cine. O volver a aquel restaurante.
Me son tan raro que casi re. Hubo un tiempo en que haba ido a restaurantes,
al cine, cuando todos mis pensamientos no giraban alrededor de la nia y mi rabia?
Adonde ibas cuando te extraviaste?
A pasear dije con un hilo de voz. Slo a pasear.
Mene la cabeza, pero no pregunt nada.
Por qu no dejas que te lleve a mi casa? Te preparar la cena.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 267 -
Medit.
Vives cerca del hospital?
An ms cerca que t. Te llevar en cuanto quieras.
Asent una vez y ced.


Estuve callada mientras el ascensor nos suba hasta el piso diecisis, callada
mientras l abra la puerta con su llave, se disculpaba por el desorden, preguntaba si
an me gustaba el pollo y si quera hablar por telfono. Asent para el pollo, mene la
cabeza para el telfono, y atraves poco a poco su sala de estar, pas la mano por los
lomos de sus libros, examin las fotos familiares enmarcadas, mirando sin ver.
Desapareci en la cocina, y luego sali con una pila de cosas dobladas: una toalla
blanca esponjosa, unos pantalones de chndal y una camiseta, pastillas de jabn y
frascos de champ en miniatura de un hotel de Nueva York.
Te apetece darte una ducha? pregunt.
El cuarto de bao era grande y limpio. Me despoj de la camisa, despus de los
pantalones cortos, mientras intentaba recordar sin muchas ganas cundo haban
estado limpios. A juzgar por la apariencia y el olor, deduje que haba transcurrido
bastante tiempo. Los dobl, volv a doblarlos, y luego decid que a la mierda con ellos
y los tir a la basura. Permanec bajo el agua mucho rato, con los ojos cerrados, y slo
pens en la sensacin del agua en la cara.
Encuntrate, me dije. Intenta encontrarte.
Cuando sal de la ducha, vestida, con el pelo seco, l estaba poniendo la comida
en la mesa.
Bienvenida sonri. Te parece bien esto?
Haba una ensalada variada, un picantn asado y una bandeja de pasteles de
patata, que no haba visto servir fuera del Hanukah en aos. Me sent. La comida
ola bien. La primera vez que algo me haba olido bien desde haca tiempo.
Gracias dije.
Llen mi plato, y no habl mientras yo coma, aunque me observaba con
atencin. De vez en cuando alzaba la vista y le vea... no mirando, exactamente. Slo
me observaba.
Por fin, apart mi plato.
Gracias repet. Estaba todo muy bueno.
Me condujo hasta el sof y me ofreci un cuenco de cermica lleno de helado de
chocolate y sorbete de mango.
De Ben and Jerry explic. Le mir, con las neuronas todava desconectadas,
recordando que me haba llevado ese postre al hospital en una ocasin. Te
acuerdas de cuando hablamos de los helados en clase?
Le mir sin comprender.
Cuando hablamos de comidas pulsionales me anim. Y entonces me
acord, sentados alrededor de una mesa un milln de aos antes, hablando de las
cosas que me gustaba comer. Se me antoj increble que alguna vez me hubiera
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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gustado algo..., que me hubieran gustado las cosas normales. Comida, amigos, ir a
pasear y al cine. Volvera a vivir de esa manera?, me pregunt. No estaba segura...,
pero pens que quiz debera intentarlo.
Recuerdas todos los platos favoritos de tus pacientes? pregunt.
Slo de mis pacientes favoritos replic. Estaba sentado en la butaca, frente
a m, mientras yo coma, saboreando cada bocado: Suspir cuando termin. Haba
pasado mucho tiempo desde la ltima vez que haba comido tan bien. Mucho tiempo
desde que algo me haba sabido bien.
Carraspe. Imagin que era como una seal para irme. Deba de tener planes
para la noche. Hasta una cita, tal vez. Me devan los sesos y trat de recordar. Qu
da era? Ya haba llegado el fin de semana?
Bostec, y el doctor K. me sonri.
Pareces muy cansada dijo. Por qu no descansas un rato?
Su voz era clida, relajante.
Te gusta el t, no el caf, verdad? Asent. Vuelvo enseguida.
Fue a la cocina y yo estir mis piernas sobre el sof, y cuando volvi ya estaba
medio dormida. Los prpados me pesaban. Bostec, y trat de incorporarme cuando
me dio el tazn.
Adonde ibas hoy? pregunt.
Volv la cabeza, en busca de la manta colgada sobre el respaldo del sof.
Slo fui a dar un paseo. Supongo que me perd, o algo por el estilo. Pero estoy
bien. No deberas preocuparte. Estoy bien.
No lo ests replic; haba irritacin en su voz. Eso es evidente. Ests
medio muerta de hambre, vagas por la ciudad sin rumbo, dejas tu trabajo...
Permiso correg. Estoy de permiso por compasin.
No debera avergonzarte pedir ayuda.
No necesito ayuda dije instintivamente. Porque se era mi reflejo
condicionado desde la adolescencia, alimentado con los aos. Estoy bien. Puedo
arreglrmelas. Estoy bien. Lo tengo todo controlado. Estoy bien. Estamos bien. Yo y
mi hija. Estamos bien.
Mene la cabeza.
Cmo vas a estar bien? No eres feliz...
Por qu debera ser feliz?
Tienes una nia hermosa...
S, pero no gracias a los dems.
Me mir. Yo le devolv la mirada, furiosa. Despus, dej el t y me levant.
Debo irme.
Cannie...
Busqu mis calcetines y los zapatos sujetos con cinta adhesiva.
Puedes llevarme a casa?
Pareca afligido.
Lo siento... No quera que te enfadaras.
No me he enfadado. No estoy enfadada. Pero quiero ir a casa.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Suspir, y luego se mir los pies.
Yo pensaba... musit.
Pensabas qu?
Nada.
Pensabas qu? repet, con ms insistencia.
Era una mala idea.
Pensabas qu? repet, en un tono que no aceptaba el no como respuesta.
Pensaba que si venas aqu, te relajaras. Mene la cabeza, como estupefacto
por sus esperanzas, sus suposiciones. Pensaba que quiz querras hablar de cosas...
No hay nada de qu hablar dije, pero con ms dulzura. Me haba dado
cena, ropa limpia, un polo de naranja, me haba acompaado en coche. Estoy bien.
De veras.
Nos quedamos en silencio unos momentos, y algo pas entre nosotros, la
tensin se apacigu. Sent las ampollas de mis pies, las mejillas tensas y doloridas por
el sol. Sent el algodn delgado y fresco de su camiseta en mi espalda, y lo agradable
que era, y mi estmago lleno de buena comida, y lo agradable que era. Y sent mis
pechos, aquejados de un dolor sordo.
Eh, no tendrs un sacaleches por casualidad? pregunt. Mi primer intento
de bromear desde que haba despertado en el hospital.
Neg con la cabeza.
Ayudara un poco de hielo? pregunt.
Asent y volv a sentarme en el sof, adonde me trajo hielo envuelto en una
toalla. Le di la espalda y me puse el hielo debajo de la camiseta.
Cmo est Nifkin? pregunt.
Cerr los ojos.
Est con mi madre murmur. Lo envi con ella una temporada.
Bien, que no se prolongue demasiado. Olvidar sus trucos. Tom un sorbo
de t. Iba a ensearle a hablar, si hubiramos pasado ms tiempo juntos.
Asent. Me volvan a pesar los prpados.
Tal vez en otro momento dijo. Mantena los ojos cortesmente apartados,
mientras yo iba moviendo el hielo. Me gustara volver a ver a Nifkin. Hizo una
pausa y carraspe. Tambin me gustara verte a ti, Cannie.
Le mir.
Por qu? Una pregunta grosera, lo saba, pero tena la sensacin de que
me haba desprendido de los buenos modales..., de todos, en realidad. Por qu
yo?
Porque te aprecio.
Por qu?
Porque eres... Se interrumpi. Cuando le mir, estaba moviendo las manos
en el aire, como si intentara esculpir frases en el aire. Eres especial.
Negu con la cabeza.
Lo eres.
Especial, pens. Yo no me senta especial. En realidad, me senta ridicula. Me
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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senta como un fantoche, una llorica, un monstruo. Qu aspecto debo de tener?, me
pregunt. Me imagin en la calle aquella noche, con mi zapato descuajaringado,
sudorosa y mugrienta, los pechos rezumando leche. Deberan tomar una foto, colocar
mi cartel en todos los institutos, clavarlo con chinchetas en las libreras junto a las
novelas de Harlequin y los libros de autoayuda acerca de encontrar a tu alma gemela,
el compaero de tu vida, tu verdadero amor. Podra convertirme en una advertencia.
Podra conseguir que las chicas eludieran mi destino.
Deb de adormecerme en aquel momento, porque cuando despert con un
sobresalto, con la mejilla apoyada sobre la manta y la toalla llena de hielo
fundindose en mi regazo, estaba sentado delante de m.
Se haba quitado las gafas, y sus ojos eran bondadosos.
Toma dijo. Tena algo en los brazos, acunado como un beb. Almohadas.
Mantas. Te he preparado el cuarto de invitados.
Camin hacia la habitacin como envuelta en una bruma, muerta de cansancio.
Las sbanas eran frescas y limpias, las almohadas como un abrazo. Dej que retirara
la colcha, me ayudara a tumbarme, me cubriera con las mantas y las alisara. Su rostro
pareca mucho ms dulce sin las gafas, en la oscuridad.
Se sent en el borde de la cama.
Me dirs por qu ests tan furiosa? pregunt.
Estaba muy cansada, y senta la lengua pesada y lenta. Era como estar drogada,
o hipnotizada. Como soar bajo el agua. O quiz se lo habra dicho a cualquiera, si le
hubiera dejado acercarse lo suficiente para preguntar.
Estoy furiosa con Bruce. Estoy furiosa porque la novieta me empuj, y estoy
furiosa porque no me quiere. Estoy furiosa con mi padre, supongo.
Enarc una ceja.
Lo vi... en California... Hice una pausa para bostezar, para reprimir las
palabras. No quiso reconocerme. Pas las manos sobre el vientre, o lo que
quedaba de l. La nia... Me pesaban los prpados, de manera que apenas poda
abrir los ojos. No quiso saber nada.
Me acarici la mejilla con el dorso de la mano, y yo me apoy contra ella como
una gatita, sin pensar.
Lo siento mucho dijo. Hay mucha tristeza en tu vida.
Aspir, expuls el aire, mientras meditaba sobre esta realidad.
No es una noticia de ltima hora dije.
Sonri.
Slo quera que lo supieras. Quera verte, para poder decirte...
Le mir con los ojos abiertos de par en par en la oscuridad.
No has de hacer todo sola dijo. Hay gente que te quiere. Has de dejar que
te ayuden.
Entonces me sent. Las sbanas y las mantas cayeron sobre mi vientre.
No le dije. Eso es un error.
Qu quieres decir?
Mene la cabeza, impaciente.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Sabes lo que es el amor?
Medit sobre la pregunta.
Creo que en una ocasin o una cancin al respecto.
El amor dije es la alfombra que te quitan de los pies para que te caigas. El
amor es Lucy, que siempre levanta la pelota de ftbol en el ltimo momento para
que Charlie Brown se caiga de culo. El amor es algo que, cada vez que crees en l, se
desvanece. El amor es para los gilipollas, y yo no pienso volver a ser una gilipollas.
Cuando cerr los ojos, me vi como era unos meses antes, tendida en el suelo de
un lavabo, con reflejos en el pelo y maquillaje en la cara; los zapatos caros, la ropa
elegante y los pendientes de diamantes no haban podido protegerme, no haban
alejado al lobo de mi puerta.
Quiero una casa con suelos de madera dura dije, y no quiero que entre
nadie ms.
l estaba tocando mi pelo, diciendo algo.
Cannie repiti.
Abr los ojos.
No ha de ser as.
Le mir en la oscuridad.
De qu otra forma podra ser?
Se inclin hacia adelante y me bes.
Me bes, y al principio me qued demasiado sorprendida para hacer algo,
demasiado sorprendida para moverme, demasiado sorprendida para hacer otra cosa
que continuar sentada, muy quieta, cuando sus labios tocaron los mos.
Apart la cabeza.
Lo siento dijo.
Me inclin hacia l.
Suelos de madera dura susurr, y me di cuenta de que le estaba tomando el
pelo, y de que estaba sonriendo, y de que haca mucho tiempo que no sonrea.
Te dar lo que pueda dijo, y me mir de una manera indicadora de que, oh,
milagro de los milagros, se lo estaba tomando muy en serio. Y despus, me volvi a
besar, subi las sbanas hasta mi barbilla, apoy su mano clida sobre mi frente y
sali de la habitacin.
O que la puerta se cerraba, y que acomodaba su cuerpo larguirucho en el sof.
Escuch hasta que apag las luces y su respiracin se hizo profunda y regular.
Escuch, con las sbanas apretadas contra mi cuerpo, atesorando la sensacin de
estar protegida, de que alguien cuidaba de m. Y entonces pens con claridad, por
primera vez desde que Joy haba nacido. Decid, en aquella cama extraa, en la
oscuridad, que poda seguir asustada eternamente, que poda seguir paseando, que
poda cargar con mi rabia a todas partes, concentrada en mi pecho. Pero tal vez
exista otra forma. Tienes todo lo que necesitas, haba dicho mi madre. Y, tal vez,
todo lo que necesitaba era la valenta de admitir que necesitaba a alguien en quien
apoyarme. Y despus sera capaz de hacerlo: podra ser una buena hija, y una buena
madre. Y hasta feliz. Quiz.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Baj de la cama. Sent la frialdad del suelo bajo mis pies. Avanc con cautela a
oscuras, sal de la habitacin, cerr la puerta a mi espalda. Me acerqu al sof, donde
l se haba quedado dormido con un libro que estaba resbalando de sus dedos. Me
sent en el suelo a su lado y me acerqu tanto, que mis labios casi tocaron su frente.
Despus, cerr los ojos, respir hondo y me lanc al vaco.
Socorro susurr.
Abri los ojos al instante, como si no estuviera dormido, sino esperando, y toc
mi mejilla.
Socorro repet, como si fuera una nia, como si acabara de aprender esta
palabra y no pudiera cesar de repetirla. Aydame. Socorro.


Dos semanas despus, Joy fue a casa. Tena ocho semanas, pesaba tres kilos y
medio, y respiraba, por fin, sin ayuda.
Todo ir bien dijeron las enfermeras. Pero yo an no haba decidido que
estaba preparada para ser la de siempre. Estaba demasiado herida todava,
demasiado triste.
Samantha me ofreci su casa. Cogera permiso, dijo, haba acumulado semanas
libres, hara lo posible por poner el piso en condiciones. Maxi se ofreci a venir, o a
trasladarnos a las dos en avin a Utah, donde estaba rodando una epopeya de
vaqueras bautizada con el peculiar ttulo de Buffalo Girls 2000. Peter, por supuesto,
fue el primero en decirnos que podamos quedarnos con l o, si yo quera, se
quedara en mi casa con nosotras.
Olvdalo le dije. He aprendido que no se puede dar leche gratis a los
hombres y esperar que despus compren la vaca.
Su rostro se ti de prpura.
Cannie empez, no era mi intencin...
Entonces me re. Era agradable rer. Haba pasado demasiado tiempo sin
hacerlo.
Era una broma dije, y me mir con tristeza. Creme, no estoy en forma
para pensar en eso durante un tiempo.
Al final, decid ir a casa, a casa de mi madre y la horrible Tanya, que haba
accedido a guardar en un almacn su telar durante mi estancia y devolvernos a Joy y
a m a la Habitacin Antes Conocida como la Ma. De hecho, las dos se alegraron de
darnos asilo.
Es tan agradable volver a abrazar a un nio! dijo mi madre, sin tener en
cuenta el hecho de que la diminuta, frgil y enfermiza Joy, con su monitor de apnea y
miradas de preocupaciones por su salud, no era el tipo de beb con el que una
abuela soara.
Pensaba que estaramos una o dos semanas, una buena oportunidad de
restablecerme, de descansar, de acostumbrarme a cuidar de la nia. Al final, nos
quedamos tres meses, yo en la cama que haba usado cuando era una nia, y Joy en
una cuna a mi lado.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Mi madre y Tanya me dejaron en paz. Me traan a la puerta bandejas de comida
y tazas de t. Recuperaron mis CD y media docena de libros de mi apartamento, y
Tanya me regal una colcha prpura y verde.
Para ti dijo con timidez. Siento lo sucedido.
Y me di cuenta de que lo deca en serio. Lo senta, y se estaba esforzando. Hasta
haba dejado de fumar. Por la nia, me dijo mi madre. Fue muy amable por su parte.
Gracias dije, mientras me envolva en ella. Sonri como una salida de sol.
De nada.
Samantha vena varias veces a la semana, y me traa golosinas de la ciudad:
hojas de parra a la brasa del puesto vietnamita de Reading Terminal, ciruelas de una
granja de Nueva Jersey. Peter tambin vena a verme, cargado de libros, peridicos,
revistas (nunca Moxie, me agrad observar) y pequeos regalos para Joy, incluyendo
una diminuta camiseta que deca Girl Power.
Es fantstica dije.
Peter sonri, y hundi la mano en el maletn.
A ti tambin te he trado una dijo.
Gracias.
Joy se agit en su sueo. Peter la mir, y despus a m.
Cmo ests, en realidad?
Estir los brazos sobre la cabeza. Estaba muy, muy bronceada, de tanto tiempo
que haba pasado caminando bajo el sol, pero las cosas estaban empezando a
cambiar. Para empezar, me duchaba. Y coma. Estaba recuperando las caderas y los
pechos, y me pareca estupendo..., como si volviera a reconocerme. Como si estuviera
recuperando no slo mi cuerpo, sino la vida que haba dejado atrs. En conjunto, no
haba sido una vida tan mala. Haba perdido cosas, cierto, y haba gente que no me
volvera a querer, pero tambin existan... posibilidades, pens, y sonre a Peter.
Mejor dije. Creo que estoy bastante mejor.


Una maana de septiembre despert con ganas de pasear otra vez.
Quieres compaa? grazn Tanya.
Negu con la cabeza. Mi madre me mir con el ceo fruncido mientras me
ataba los cordones de las zapatillas.
Quieres llevarte a la nia? pregunt.
Mir a Joy. Ni siquiera lo haba pensado.
Un poco de aire puro no le sentara mal dijo mi madre.
No creo contest poco a poco.
No se romper dijo mi madre.
No ests tan segura dije, y sent que mis ojos se llenaban de lgrimas.
Estuvo a punto.
Los bebs son ms fuertes de lo que pensamos. A Joy no le pasar nada..., y
no puedes tenerla encerrada eternamente.
Ni siquiera si la llevo de casa al colegio y viceversa?
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Mi madre sonri y me dio el portabebs. Lo sujet sobre mi pecho con
movimientos torpes y acomod a Joy.
Era tan pequea todava, tan pequea, que pesaba como una hoja de otoo.
Nifkin me mir y acarici mi pierna con la pata, al tiempo que lloriqueaba en voz
baja. Le puse la correa y tambin me lo llev. Bajamos con parsimonia hasta el borde
del camino de entrada y salimos a la calle, a un paso que habra convertido a un
artrtico en un corredor de fondo. Era la primera vez que salamos a la calle desde
que habamos llegado, y me senta aterrorizada, de los coches, de la gente, de todo,
pens con tristeza. Joy se apretaba contra m con los ojos cerrados. Nifkin andaba a mi
lado, gruendo a los coches que pasaban.
Mira, nena susurr a la cabeza de Joy. Mira el mundo.
Cuando regresamos de nuestro paseo matutino, el coche de Peter estaba
aparcado en el camino de entrada. Mi madre, Tanya y Peter estaban sentados a la
mesa de la cocina.
Cannie! dijo mi madre.
Hola dijo Peter.
Estbamos hablando de ti dijo Tanya. Aunque llevaba casi un mes sin
fumar, su voz an sonaba como la de las hermanas de Marge Simpson.
Eh dije a Peter, contenta de verle.
Mov la mano en un saludo general, saqu a Joy de la mochila, la envolv en una
manta y me sent con ella en mi regazo. Mi madre sirvi t mientras Joy miraba a
Peter con los ojos abiertos de par en par.
Ya haba venido en otras ocasiones, pero Joy siempre haba estado dormida.
ste era su primer encuentro real.
Hola, nena dijo Peter con solemnidad.
Joy arrug la cara y se puso a llorar. Peter compuso una expresin compungida.
Lo siento empez.
No te preocupes dije, y di la vuelta a Joy para que estuviera de cara a m, la
mec hasta que sus sollozos se transformaron en gemiditos, despus en hipidos, y por
fin call.
No est acostumbrada a los hombres dijo Tanya. Se me ocurrieron al
menos seis rplicas groseras, pero mantuve la boca cerrada prudentemente.
Creo que los nios se asustan de m dijo Peter, contrito. Debe de ser mi
voz.
Joy ha odo toda clase de voces dije con irona.
Mi madre me dirigi una mirada asesina. Tanya no pareci darse cuenta.
No est asustada dije. De hecho, estaba dormida, con los labios
entreabiertos y las pestaas largas y oscuras apoyadas sobre sus mejillas sonrosadas,
donde las lgrimas an se estaban secando. Lo ves?
Le sequ la cara y la inclin hacia l, para que pudiera verla. Peter se inclin y la
mir.
Caramba dijo con reverencia. Extendi un dedo largo y delgado y le
acarici la mejilla. Sonre a Joy, que se despert al instante, mir a Peter y empez a
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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bramar de nuevo.
Lo superar dije. Nia grosera! susurr en su odo.
A lo mejor tiene hambre sugiri Tanya.
O el paal mojado dijo mi madre.
O le ha decepcionado la programacin del horario de mxima audiencia de la
ABC dije.
Peter se parti de risa.
Bien, es una espectadora muy perspicaz dije, mientras acunaba a Joy sobre
mi hombro. Le gust mucho Sports Night.
Una vez tranquilizada, me serv t y un puado de galletas de chocolate. Aad
una manzana del frutero y puse manos a la obra.
Peter me dirigi una mirada de aprobacin.
Tienes mucho mejor aspecto anunci.
Dices eso cada vez que me ves.
Es que es verdad insisti. Mucho ms saludable.
Y era verdad. Con tres comidas al da, ms algunos aperitivos, estaba
recuperando a toda prisa mis proporciones anteriores a la dieta. Y continuaba
recibiendo los cambios con agrado. Ahora lo vea todo de una forma diferente. Mis
piernas eran robustas y fuertes, no gordas o desproporcionadas. Mis pechos tenan
ahora un propsito, adems de tensar mis jersis y dificultar la compra de un
sujetador que no fuera beis. Hasta mi cintura y mis caderas, surcadas de estras
plateadas, sugeran vigor y contaban una historia. Tal vez fuera una chica grande,
razon, pero no era lo peor del mundo. Yo era un puerto seguro y un lugar de
descanso mullido. Hecha para la comodidad, no para la velocidad, pens, y re para
m. Peter sonri.
Mucho ms saludable repiti.
Te echarn a patadas del centro diettico si corre la voz de que me dices eso.
Se encogi de hombros, como si no importara.
Creo que tienes un aspecto excelente. Siempre lo pens.
Mi madre estaba radiante. Le comuniqu con la mirada que se metiera en sus
asuntos y acomod a Joy en mi regazo.
Bien dije, qu te trae por estos pagos?
Pues vers dijo Peter, me estaba preguntando si a ti y a Joy os apetecera
ir a dar un paseo en coche.
Sent que mi pecho se tensaba otra vez. Joy y yo no habamos ido en coche
desde su llegada, excepto para los reconocimientos peridicos en el hospital.
Adonde? pregunt, en tono indiferente.
A la orilla dijo, utilizando la tpica expresin de Filadelfia. Es un paseo
corto.
Sonaba bien. Y tambin aterrador.
No estoy segura dije con pesar. No estoy segura de que la nia est
preparada.
Ella, o t? inquiri mi servicial madre.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Volv a indicarle, con una mirada todava ms furibunda, que se metiera en sus
asuntos.
Estar con vosotras, por si necesitas asistencia mdica dijo Peter.
Venga, Cannie dijo mi madre.
Te sentar bien me apremi Tanya.
Le mir. l sonri. Suspir, sabiendo que estaba derrotada.
Un paseo corto dije, y l asinti, ms contento que unas pascuas, y se
levant para ayudarme.
Tardamos un rato en marchar, por supuesto, tres cuartos de hora, para ser
exacta, y tres bolsas llenas de paales, gorros, jersis, el cochecito, biberones, mantas
y dems parafernalia, todo embutido en el maletero. Acomodamos a Joy en su
asiento especial, yo me sent en el asiento del pasajero, Peter se puso al volante y nos
dirigimos a la playa de Jersey.
Peter y yo hablamos un poco al principio, de su trabajo, de Lucy, de Maxi, de
que Andy haba recibido amenazas de muerte despus de publicar una crtica muy
negativa de una famosa marisquera de Filadelfia, la cual se haba aprovechado de su
reputacin y su sopa de tortuga mediocre durante cuatro dcadas. Despus, cuando
entramos en la autova de Atlantic City, sonri, toc un botn del tablero de mandos
y el techo se abri.
Un techo deslizante! dije, impresionada.
Saba que te gustara! grit.
Mir a Joy, encajada en su asiento, y me pregunt si tendra demasiado aire,
pero daba la impresin de que estaba disfrutando. La cinta rosa que haba atado en
su pelo, para que todo el mundo supiera que era una nia, se agitaba, y tena los ojos
abiertos de par en par.
Fuimos hasta Ventnor y aparcamos a dos manzanas de la playa. Peter desdobl
el complicado cochecito de Joy, mientras yo bajaba del coche, la envolva en ms
mantas de las que mereca el caluroso da de septiembre y la colocaba en el cochecito.
Caminamos con parsimonia hasta el agua, yo empujando, Peter a mi lado. La luz del
sol era como miel sobre mis hombros, y mi cabello brillaba.
Gracias dije. Se encogi de hombros, como violento.
Me alegro de que te guste contest.
Anduvimos sobre el paseo de tablas, unos veinte minutos en una direccin,
otros veinte minutos en la otra, porque haba decidido que no quera que Joy pasara
ms de una hora fuera de casa. Slo que el aire salado no pareca molestarla. Se haba
quedado dormida como un tronco, con la boquita relajada, la cinta rosa algo suelta y
el fino cabello castao rizado alrededor de sus mejillas. Me inclin para orla respirar,
y para echar un vistazo al paal. Ningn problema.
Peter volvi a mi lado con una manta en los brazos.
Quieres sentarte en la playa? pregunt.
Asent. Desdoblamos la manta, desat a Joy, caminamos hasta el agua y nos
sentamos, contemplando las olas que rompan. Hund los dedos de los pies en la
arena caliente y escudri la espuma blanca, las profundidades verdeazuladas, el
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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borde negro del ocano cuando se encontraba con el horizonte, y pens en todo lo
que no poda ver: tiburones, caballitos y estrellas de mar, las ballenas que se cantaban
unas a otras, vidas secretas que nunca conocera.
Peter pas otra manta sobre mis hombros, y dej apoyadas sus manos unos
segundos.
Cannie empez, quiero decirte algo.
Le dirig lo que supuse una sonrisa de aliento.
El da aquel en Kelly Drive, cuando Samantha y t estabais paseando...
dijo, y carraspe.
Me acuerdo. Sigue.
Bien, yo, eeeeh... no suelo correr.
Le mir, confusa.
Es que.., bien, recuerdo que dijiste en clase que ibas a dar paseos en bicicleta y
a pie por all, y pensaba que no poda llamarte...
Y te pusiste a correr?
Cada da confes. Maana y noche, y a veces a la hora de comer. Hasta
que te vi.
Me dej sorprendida el alcance de su devocin, a sabiendas de que en mi caso,
por ms que, deseara ver a la otra persona, no sera suficiente para animarme a
correr.
Yo, humm, tengo las espinillas hechas trizas ahora musit, y yo estall en
carcajadas.
Bien merecido! Podras haberme llamado...
Pero no poda. Para empezar, eras una paciente...
Era una paciente.
Y estabas, humm...
Embarazada de otro hombre termin.
Eras indiferente! exclam. Indiferente por completo! Eso era lo peor!
All estaba yo, soando contigo, con las espinillas entablilladas...
Re otra vez.
Para empezar, estabas triste por Bruce, que hasta yo saba que no te
convena...
No eras muy objetivo repuse, pero an no haba terminado.
Y luego te fuiste a California, cosa que tampoco te convena...
California es muy bonita dije en defensa de California.
Se sent a mi lado y pas los brazos alrededor de mis hombros. Nos apret a las
dos contra l.
Pensaba que nunca ibas a volver dijo. No poda soportarlo. Pensaba que
nunca te volvera a ver, y no saba qu hacer conmigo.
Sonre, y me volv para poder mirarle a los ojos. El sol se estaba poniendo, y las
gaviotas chillaban y volaban sobre las olas.
Pero volv dije. Lo ves? Lastimarse las espinillas no era necesario.
Me alegro dijo, y me recost contra l, dej que me apoyara, con el sol
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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poniente brillando en su pelo, la arena caliente que acunaba mis pies, y mi hija, Joy,
sana y salva en mis brazos.
Bien, supongo que la pregunta es empec, mientras volvamos a casa,
qu voy a hacer con mi vida a partir de ahora?
Me sonri durante un momento, antes de volver los ojos hacia la carretera.
Yo estaba pensando en si queras parar a cenar.
Claro dije. Joy dorma en su asiento. Habamos perdido su cinta rosa, pero
vi que la arena destellaba en sus pies descalzos. Ahora que hemos llegado a ese
acuerdo...
Quieres volver a trabajar? pregunt. Pens unos momentos.
Creo que s dije. Con el tiempo. Lo echo de menos. Saba que era
verdad. Creo que nunca haba pasado tanto tiempo sin escribir. Que Dios me
ayude, hasta echo de menos a mis novias.
Qu quieres escribir? Sobre qu?
Medit sobre la pregunta.
Artculos periodsticos? Otro guin? Un libro?
Un libro me burl. Como si pudiera!
Podra suceder.
Creo que no llevo dentro un libro dije.
Si lo hicieras dijo muy en serio, dedicara toda mi preparacin mdica a
sacarlo.
Re. Joy despert y emiti un ruido inquisitivo. La mir y agit la mano para
saludarla. Ella me mir, bostez y volvi a dormirse.
Un libro quiz no dije, pero me gustara escribir algo sobre esto.
Un artculo de revista? sugiri.
Quiz.
Estupendo dijo, como si estuviera decidido de una vez por todas. Ardo
en deseos de leerlo.


A la maana siguiente, despus de salir a pasear con Joy, de desayunar con
Tanya, de hablar por telfono con Samantha y de hacer planes con Peter para vernos
la noche siguiente, baj al stano y busqu el pequeo Apple que me haba
acompaado durante cuatro aos en Princeton. No esperaba gran cosa, pero cuando
lo enchuf, resopl, pit y se encendi. Y aunque notaba raro el teclado bajo mis
dedos, respir hondo, limpi el polvo de la pantalla y me puse a escribir.
Amar a una mujer rolliza
por Candace Shapiro
Cuando tena cinco aos aprend a leer. Los libros constituan un milagro para
m: pginas blancas, tinta negra, nuevos mundos y diferentes amigos en cada uno.
Hasta el da de hoy, disfruto de la sensacin de romper una faja por primera vez, la
impaciencia de saber adonde ir y a quin encontrar dentro.
Cuando tena ocho aos aprend a montar en bicicleta. Tambin esto abri mis
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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ojos a un nuevo mundo, que poda explorar sola: el arroyo que atravesaba un solar,
dos calles ms arriba, la heladera que venda cucuruchos caseros por un dlar, el
huerto que bordeaba un campo de golf y que ola como a sidra, debido a las
manzanas que caan al suelo en otoo.
Cuando tena doce aos descubr que era gorda. Mi padre me lo dijo, sealando
la parte interior de mis muslos y la parte inferior de mis brazos con el mango de su
raqueta de tenis. Recuerdo que habamos estado jugando, y yo estaba congestionada
y sudorosa, contenta por mover el cuerpo. Tendrs que vigilar eso, me dijo, y me
dio unos golpecitos con el mango, de manera que la carne superflua se agit. A los
hombres no les gustan las mujeres gordas.
Y aunque esto result no ser cierto del todo (hubo hombres que me quisieron, y
gente que me respet), cargu con estas palabras hasta la edad adulta como una
profeca, y vea el mundo a travs del prisma de mi cuerpo, y de la prediccin de mi
padre.
Aprend a seguir dietas, y por supuesto, a engaarlas. Aprend a sentirme
desdichada y avergonzada, a esconderme de los espejos y las miradas de los
hombres, a prepararme para los insultos que siempre crea que se avecinaban: la
lder de la tropa de Girl Scouts que me ofreca palitos de zanahoria, mientras las
dems reciban leche y galletas; la profesora bienintencionada que me pregunt si
haba pensado en hacer aerbic. Aprend una docena de trucos para hacerme
invisible, a mantener una toalla arrollada alrededor de mi estmago en la playa
(pero siempre sin nadar), a deslizarme hasta la ltima fila de cualquier fotografa de
grupo (sin sonrer nunca), a vestirme con tonos grises, negros y marrones, a pensar
en m exclusivamente como un cuerpo, ms que eso, un cuerpo que no daba la talla,
que se haba convertido en algo horrible, desagradable, despreciable.
Haba mil palabras que habran podido describirme: inteligente, divertida,
amable, generosa. Pero la palabra que eleg (la palabra que, en mi opinin, el mundo
haba elegido para m) era gorda.
Cuando tena veintids aos sal al mundo con una armadura invisible,
esperando que me dispararan, pero decidida a no caer. Consegu un trabajo
maravilloso, y por fin me enamor de un hombre que, pensaba, me amara hasta el
fin de mis das. No fue as. Y despus, por accidente, me qued embarazada.
Cuando mi hija naci, casi con dos meses de antelacin, descubr que hay cosas
peores que sentir aversin por tus muslos o tu culo. Hay cosas ms aterradoras que
probarse trajes de bao delante de espejos triples de los grandes almacenes. Existe el
miedo de ver a tu hija respirando con dificultad, en el centro de una cuna de cristal,
sin poder tocarla. Existe el terror de imaginar un futuro en que no ser fuerte ni
sana.
Y descubr, por fin, que existe el consuelo. El consuelo de acudir a la gente que
te quiere, el consuelo de pedir ayuda, y de darse cuenta, al fin, de que soy valorada,
atesorada, amada, aunque nunca usar una talla inferior a la 40, aunque mi historia
nunca tendr un final feliz estilo Hollywood, en que pierdo treinta kilos y el
Prncipe Azul decide que, al fin y al cabo, me quiere.
La verdad es que estoy bien como estoy. Siempre, desde el primer momento.
Nunca ser delgada, pero ser feliz. Me querr, y a mi cuerpo tambin, por lo que es
capaz de hacer, porque es lo bastante fuerte para levantar cosas, para caminar, para
subir una colina en bicicleta, para abrazar a la gente que quiero y alimentar una
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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nueva vida. Me querr porque soy robusta. Porque no me romper.
Saborear mi comida y saborear mi vida, y si el Prncipe Azul no aparece
nunca (o peor an, si pasa a mi lado, me dirige una mirada fra y calculadora, y me
dice que tengo una bonita cara y que si alguna vez he pensado en los biomananes),
me sentir en paz conmigo misma.
Y lo ms importante, querr a mi hija tanto si es grande como si es pequea. Le
dir que es hermosa. Le ensear a nadar, a leer y a montar en bicicleta. Y le dir
que, tenga la talla que tenga, podr ser feliz, y fuerte, y que encontrar amigos, y
xito, e incluso amor. Se lo susurrar en el odo cuando est durmiendo. Se lo dir.
Nuestras vidas, tu vida, sern extraordinarias.
Lo le dos veces, correg la puntuacin y las numerosas palabras mal tecleadas.
Despus, me levant y estir, apoy las palmas de las manos sobre la regin lumbar.
Mir a mi hija, que estaba empezando a parecerse a un beb de la especie humana, en
lugar de una especie de hbrido en miniatura. Y me mir: caderas, tetas, culo,
estmago, todas las zonas problemticas que antes me haban desesperado, el cuerpo
que me haba causado tanta vergenza, y sonre. Pese a todo, iba a ser feliz.
Las dos dije a Joy, que no se movi.
Llam a informacin, y marqu un nmero de Nueva York.
Hola, Moxie dijo una alegre secretaria. Mi voz no tembl un pice cuando
ped que me pusiera con el director ejecutivo.
Le importara decirme el motivo? gorje la secretaria.
Me llamo Candace Shapiro empec. Soy la ex novia del columnista de
Bueno en la cama.
O que la secretaria inhalaba aire con fuerza al otro extremo de la lnea.
Usted es C? pregunt con voz ahogada.
Cannie correg.
Ohdiosmo! Es alguien real!
Y mucho dije. Me estaba divirtiendo cantidad.
Tuvo el hijo?
S. Ella est aqu, dormida.
Caramba. Estbamos intrigados por el desenlace.
Bien, por eso llamo dije.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Captulo 20
Lo bueno de las ceremonias de dar nombre a las nias judas es que no estn
ligadas a una poca determinada. Con un nio, ha de ser al cabo de siete das del
parto. En el caso de las nias, puede ser al cabo de seis semanas, tres meses, cuando
sea. Es un servicio nuevo, algo no sujeto a formalidades, y los rabinos que se ocupan
de estas ceremonias suelen ser complacientes, un poco al estilo Nueva Era.
Le dimos nombre a Joy el 31 de diciembre, una maana fresca y perfecta de
Filadelfia. A las once, con un brunch a continuacin.
Mi madre fue de las primeras en llegar.
Quin es mi chica? cloque, mientras levantaba a Joy de la cuna. Quin
es mi alegra?
Joy ri y agit los brazos. Mi hermosa hija, pens, con un nudo en la garganta.
Tena casi ocho meses, y cada vez que la vea an pensaba que era un milagro.
Y hasta los desconocidos decan que su belleza era milagrosa, con su piel de
melocotn, los grandes ojos, las extremidades robustas provistas de rollos de grasa, y
la felicidad que emanaba. No habra podido darle un nombre ms adecuado. A
menos que tuviera hambre, o el paal estuviera mojado, Joy siempre sonrea, siempre
rea, observaba el mundo con atencin a travs de sus ojos expectantes. Era el beb
ms feliz que yo conoca.
Mi madre me la tendi, y luego nos abraz a las dos.
Estoy muy orgullosa de ti dijo.
Yo le devolv el abrazo.
Gracias susurr, con el deseo de poder decirle lo que deseaba en realidad,
de poder darle las gracias por quererme cuando era nia, y por respetarme ahora que
era una mujer. Gracias repet. Mi madre me dio un achuchn final y bes a Joy
en la cabeza.
Llen la baera blanca de Joy con agua caliente y la ba. Emiti toda clase de
ruiditos mientras yo lavaba sus piernas, sus pies, sus dedos, su tierno traserito. Le
apliqu locin, talco, le puse un vestido de punto blanco y un sombrero blanco con
rosas bordadas en el borde.
Nena susurr en su odo. Nena Joy.
Joy agit los puos en el aire como la atleta vencedora ms pequea del
universo, y solt una serie de slabas, como si estuviera conversando en un idioma
que ninguno de nosotros haba aprendido.
Sabes decir mam? pregunt.
Ahhh! anunci Joy.
Ni por asomo dije.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Oh dijo, y me mir con sus grandes ojos claros, como si comprendiera cada
palabra.
Despus, la entregu a Lucy y fui a ducharme, a lavarme el pelo y maquillarme,
y a practicar el discurso que haba estado escribiendo durante das.
Oa el timbre de la puerta, la puerta que se abra y cerraba, la gente que entraba.
Primero haban llegado los del servicio de comidas, y luego Peter, con dos cajas
envueltas en papel de plata y un ramo de rosas.
Para ti dijo, y puso las flores en un jarro. Luego, sac a pasear a Nifkin y
vaci el lavaplatos, mientras yo terminaba de controlarlo todo.
Qu amor dijo una de las chicas del servicio de comidas. Creo que mi
marido ni siquiera sabe dnde est el lavavajillas.
Sonre para darle las gracias sin molestarme en corregirla. Todo era demasiado
confuso para explicarlo a desconocidos..., como si les hubiera dicho que haba ido
todo el da con la ropa al revs. Primero llega el amor, luego viene el matrimonio, y
por fin el beb en su cochecito. Hasta los nios saban que se era el orden habitual.
Pero qu poda hacer yo?, razon. Las cosas pasan. No poda deshacer mi historia. Y
si me haba dado a Joy, no quera hacerlo de ninguna manera.
Entr en la sala de estar con Joy en brazos. Estaba Maxi, que me sonri, con el
saludo ms discreto. Samantha estaba a su lado, y al lado de Sam mi madre y Tanya,
Lucy y Josh, Betsy y Andy, y Ellen, la esposa de Andy, y dos enfermeras del hospital
que haban cuidado de Joy. Y en una esquina, Audrey, vestida impecablemente con
un vestido de algodn color crema. Peter estaba a su lado. Todos mis amigos. Me
mord el labio y baj la vista para no llorar. La rabina pidi silencio, y luego solicit a
cuatro personas que se adelantaran para sostener las varas del huppah
19
. Vi que era el
de mi abuela, pues reconoc el bonito encaje antiguo de las bodas de mis primas. Era
el huppah bajo el cual yo me habra casado, si las cosas hubieran seguido el orden
habitual. En las ceremonias de dar nombre, el huppah se utiliza para proteger al beb,
el esposo y la esposa, pero yo haba tomado medidas, y a peticin de la rabina todo el
mundo se agrup bajo el huppah conmigo. Mi hija recibira su nombre rodeada de
toda la gente que nos haba querido y apoyado, decid, y la rabina dijo que le pareca
estupendo.
Joy estaba despierta y muy alerta, tomando nota de todo, sonriente como si
supiera que era el centro de atencin, como si no cupiera duda de que se era su
lugar. Nifkin estaba sentado educadamente a mis pies.
Empezamos? pregunt la rabina.
Pronunci un breve discurso sobre Israel y la tradicin juda, y dijo que Joy era
bienvenida a la religin heredada de Abraham, Isaac y Jacob, y tambin de Sara,
Rebeca y La.
Cant una oracin, recit plegarias sobre el pan y el vino, moj un pao en
Manischevitz y lo apret contra los labios de Joy.
Ohhh! cloque Joy, y todo el mundo se puso a rer.

19
Palio bajo el que se celebran las bodas judas. (N. del T.)
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Y ahora dijo la rabina, la madre de Joy, Candace, nos explicar cmo
eligi el nombre.
Respir hondo. Joy me mir con sus grandes ojos. Nifkin estaba muy quieto
contra mi pierna. Saqu una libreta del bolsillo.
Este ao he aprendido muchas cosas empec. Respir hondo otra vez. No
llores, me dije. He aprendido que las cosas no siempre salen como habamos
planeado, o como creemos que deberan salir. Tambin he aprendido que hay cosas
que salen mal y no hay manera de arreglarlas, ni vuelven a ser como antes. He
aprendido que hay cosas que se rompen y as se quedan, y he aprendido que puedes
superar los malos momentos y seguir buscando otros mejores, siempre que haya
gente que te quiera. Par y me pas las manos sobre los ojos. He llamado Joy a
mi hija porque es la alegra de mi vida, y se llama Leah por el padre de su padre. Su
segundo nombre era Leonard, y era un hombre maravilloso. Amaba a su esposa, y a
su hijo, y s que tambin habra amado a Joy.
Y eso fue todo. Me puse a llorar. Audrey estaba llorando, mi madre y Tanya se
abrazaban, e incluso Lucy, que a veces no reaccionaba en los momentos de tristeza
(Es por el Prozac, explicaba), se estaba secando las lgrimas. La rabina observaba la
escena, pensativa.
Bien dijo, por fin, vamos a comer?
Despus de los bagels y la ensalada de esturin, despus de las galletas de
mantequilla, el pastel de manzana y las mimosas, despus de que Nifkin hubiera
devorado cien gramos de salmn ahumado y vomitado detrs del inodoro, despus
de abrir los regalos y dedicar un cuarto de hora a intentar convencer a Maxi de que
Joy no iba a necesitar un collar de perlas cultivadas hasta que cumpliera dieciocho
aos, como mnimo, despus de retirar el papel de envolver, guardar las sobras, y
despus de que Joy y yo hiciramos una siesta, Peter, Joy y yo bajamos hasta el ro
para esperar el fin del siglo.
Me senta bien por el modo en que iba todo, pens, mientras arropaba a Joy en
su cochecito. Haba empezado la preproduccin de mi pelcula. Mi versin de Amar
a una mujer rolliza haba salido a finales de noviembre, en sustitucin de la
columna de Bruce. La respuesta, me dijo la directora ejecutiva, haba sido
abrumadora, pues todas las mujeres que alguna vez se haban sentido demasiado
gordas, demasiado feas o raras para sentirse aceptadas o merecedoras de amor,
haban escrito para ensalzar mi valenta, para criticar el egosmo de Bruce, para
contar la odisea que supona ser gorda y mujer en Estados Unidos, y para ofrecer sus
mejores deseos a Joy.
Nunca haba visto nada semejante dijo la directora ejecutiva, mientras
describa los montones de correo, mantas de beb, libros infantiles, ositos de peluche
y diversos amuletos de la buena suerte religiosos y laicos que haban invadido la sala
de correo de Moxie. Te gustara escribir para nosotros con regularidad? Ya lo
haba pensado todo. Enviara informes mensuales desde la perspectiva de una madre
soltera, con datos puestos al da sobre mi vida y la de Joy. Quiero que nos cuentes
lo que supone vivir en tu cuerpo: trabajar, ligar, compaginar tus amigos solteros con
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 284 -
tus obligaciones de madre.
Qu hay de Bruce? pregunt.
Me entusiasmaba la idea de escribir para Moxie (y an ms cuando me dijeron
lo que pagaban), pero no as el hecho de ver mis artculos aparecer al lado de los de
Bruce cada mes, ver que hablaba a los lectores de su vida sexual, mientras yo les
informaba acerca de papillas, paales, y de las dificultades de encontrar trajes de
bao de mi medida.
El contrato de Bruce no ha sido renovado dijo. De lo cual me alegr, dije, y
acept las condiciones.
Pas diciembre instalndome en mi nuevo apartamento, y en mi vida. Me lo
tom con calma. Me levantaba por la maana, me vesta y vesta a la nia, pona la
correa a Nifkin, acomodaba a Joy en el cochecito, caminbamos hasta el parque, nos
sentbamos al sol. Nifkin corra a buscar su pelota, los vecinos venan a saludar a Joy.
Despus, me encontraba con Samantha para tomar caf y practicaba el deporte de
estar en pblico, entre coches, autobuses, desconocidos y las cien mil otras cosas de
las que haba aprendido a tener miedo cuando Joy lleg al mundo con tal
brusquedad.
Tambin encontr una terapeuta: una mujer cariosa de la edad de mi madre,
provista de un talante confortador y una enorme cantidad de Kleenex, que no pareci
nada alarmada cuando pas las dos primeras sesiones llorando sin parar, y la tercera
contando la vieja historia de lo mucho que mi padre me haba querido y lo mucho
que me haba dolido su partida, en lugar de atacar los problemas que parecan ms
pertinentes.
Llam a Betsy, mi directora, y llegamos al acuerdo de que trabajara a tiempo
parcial, que me dedicara a proyectos importantes, y que trabajara desde casa si era
necesario. Llam a mi madre y formalizamos un pacto: cada viernes por la noche ira
a cenar a su casa, y Joy y yo nos quedaramos a dormir, para poder ir a la maana
siguiente a las clases de natacin del Centro Judo. Joy se senta en el agua como en
casa, como un patito.
Nunca haba visto algo parecido grua Tanya, mientras Joy chapoteaba,
adorable en su traje de bao rosa con volantes en el trasero. Nadar como un pez!
Llam a Audrey y me disculp..., bien, me disculp en lo posible, entre su
sucesin de disculpas por Bruce. Lamentaba su comportamiento, lamentaba que no
me hubiera apoyado, lamentaba sobre todo no haberse enterado, porque le hubiera
obligado a portarse como una persona decente. Lo cual no era posible, por supuesto.
No puedes obligar a los adultos a hacer lo que no quieren. Pero no se lo dije.
Le dije que sera un honor para m concederle un papel en la vida de Joy.
Pregunt, muy nerviosa, si albergaba la intencin de conceder a Bruce un papel en la
vida de Joy.
Le dije que no..., pero tambin que las cosas cambian. Un ao antes no habra
podido imaginarme con un hijo. Quin sabe? El ao que viene, tal vez Bruce vendr
a comer o a dar un paseo en bicicleta, y Joy le llamar pap. Todo es posible,
verdad?
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 285 -
No llam a Bruce. Lo pens y lo pens, le di mil vueltas en la cabeza, lo analic
desde cada ngulo posible, y al final decid que no poda. Haba sido capaz de
expulsar mucha furia..., pero no toda. Quiz tambin era cuestin de tiempo.


No has hablado con l? pregunt Peter, mientras caminaba a mi lado, con
una mano sobre el cochecito de Joy.
Ni una vez.
Sabes algo de l?
Me han contado... cosas. Es un sistema muy pintoresco. Audrey se lo cuenta a
mi madre, que se lo cuenta a Tanya, que se lo cuenta a todos sus conocidos, incluida
Lucy, que me lo cuenta a m.
Qu sientes al respecto?
Le sonre, bajo el cielo, que se haba ennegrecido por completo.
Ya pareces mi psiquiatra. Respir hondo y expuls el aire, que se convirti
en una nube plateada y se disip. Al principio, fatal, y ahora, slo a veces.
Su voz era muy cariosa.
Pero slo a veces?
Sonre.
Casi nunca. Cog su mano y l apret mis dedos. Las cosas pasan,
sabes? Es la gran leccin que he extrado de la terapia. Las cosas pasan, y no puedes
impedirlo. No puedes hacer retroceder el reloj, y lo nico que puedes cambiar, lo
nico que debe preocuparte, es permitir que te afecten.
Cmo permites que te afecte esto?
Le sonre de reojo.
Eres muy insistente.
Me mir con seriedad.
Tengo motivos ocultos.
Ah, s?
Peter carraspe.
Me pregunto si... me tomaras en cuenta.
Lade la cabeza.
Para el puesto de consultor dietista de puertas adentro?
Cualquier cosa de puertas adentro murmur.
Cuntos aos tienes, por cierto? brome. Era el nico tema que no
habamos atacado durante nuestras excursiones a libreras, a la playa y al parque con
Joy.
Cuntos aos crees que tengo?
Efectu un clculo objetivo y le rebaj cinco aos.
Cuarenta.
Suspir.
Tengo treinta y siete aos.
Me qued tan sorprendida, que no pude disimularlo.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 286 -
De veras?
Su voz, por lo general lenta, profunda y segura de s misma, son ms aguda y
vacilante.
Es que soy muy alto, creo..., y el pelo empez a encanecer cuando tena
dieciocho aos..., y como soy profesor, todo el mundo hace ciertas suposiciones...
Tienes treinta y siete aos?
Quieres que te ensee el permiso de conducir?
No, no. Te creo.
Lo s empez. S que todava soy demasiado mayor para ti, y que no soy
lo que tenas en mente.
No seas tonto...
Soy torpe y patoso. Se mir los pies y suspir. Camino lenta y
pesadamente.
Sobre todo ahora, con las espinillas hechas polvo murmur.
Yo... Quiero decir, la verdad...
Has llegado a la parte sentimental del discurso? pregunt, todava
bromeando. No te importa que sea una mujer rolliza?
Rode mi mueca con sus dedos largos.
Creo que pareces una reina dijo, con tal pasin que me qued asombrada...,
y muy satisfecha. Creo que eres la mujer ms asombrosa y excitante que he
conocido en mi vida. Creo que eres inteligente, divertida, y tienes un corazn
maravilloso... Hizo una pausa y trag saliva. Cannie...
Entonces, call.
Sonre (una sonrisa secreta, satisfecha), mientras l esperaba mi respuesta. Y
supe cul era, pens, mientras le observaba mirarme. La respuesta era que le
quera..., que era el hombre ms bondadoso, considerado y adorable que poda
desear. Que tena un corazn de oro, y era honrado, y dulce, y que viviramos
aventuras juntos..., yo, Peter y Joy.
Quieres ser el primer hombre al que beso en este milenio? pregunt.
Peter se acerc ms. Sent su aliento clido en la mejilla.
Quiero ser el nico hombre que beses en este milenio dijo con firmeza.
Roz mi cuello con los labios..., la oreja..., la mejilla. Re hasta que bes mis
labios para silenciarme. Apretada entre nosotros, Joy lanz un gritito y agit un puo
en el aire.
Cannie? susurr Peter en mi odo, con una mano en el bolsillo de la
chaqueta.
Shhh dije, pues saba cul era la pregunta, y cul sera la respuesta. S,
pens. S, quiero. Shhh, ya van a empezar.
Sobre nuestras cabezas estallaron fuegos artificiales, grandes estallidos de luz y
color. Cay hacia el ro una lluvia de chispas plateadas, y la noche se llen de
explosiones y silbidos, cuando los petardos gastados surcaron la noche y se
hundieron en el agua. Baj la vista. Joy estaba fascinada, con los ojos abiertos de par
en par y los brazos extendidos, como si intentara apoderarse de lo que estaba viendo.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 287 -
Sonre a Peter, levant un dedo y le ped con la mirada que esperara. Desat a
Joy de la mochila, pas los brazos por debajo de sus axilas y la sostuve delante de m
mientras me pona en pie. Sin hacer caso de los gritos bienintencionados de
Agchese! y Vaya con cuidado, seora!, me ergu en el reborde, dej que el fro
y las luces baaran mi pelo, mi cara y a mi hija.
Levant los brazos sobre mi cabeza y alc a Joy hacia la luz.

*
*
*
*
*
*

JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 288 -

AGRADECIMIENTOS

Bueno en la cama no habra sido posible sin mi brillante, paciente y devota
agente, Joanna Pulcini, quien sac a Cannie de la oscuridad, la adecent y le encontr
un hogar. Agradezco la cuidadosa lectura y los buenos consejos de Liza Nelligan.
Tambin doy las gracias a mi editora, Greer Kessel Hendricks, cuyo ojo clnico y
sugerencias inestimables contribuyeron a mejorar muchsimo este libro.
Gracias a la ayudante de Greer, Suzanne O'Neill, y a la ayudante de Joanna,
Kelly Smith, que contestaron a mil preguntas y sostuvieron mi mano.
Gracias a Linda Michaels y Teresa Cavanaugh, que ayudaron a Cannie a ver el
mundo, y a Manuela Thurner, la traductora alemana de Bueno en la cama, quien pill
una docena de discrepancias y aprendi el significado de Tater Tot (pastel de
patatas).
Desde la escuela elemental hasta la universidad, tuve la suerte de encontrar a
profesores que creyeron en m, y en el poder de las palabras: Patricia Ciabotti, Marie
Miller y, en especial, John McPhee.
Trabajo con, y he aprendido de, la mejor gente de la profesin en el Philadelphia
Examiner. Gracias a Beth Gillin, directora extraordinaria, y a Gail Shister, Jonathan
Storm, Carrie Rickey, Lorraine Branham, Max King y Robert Rosenthal.
Gracias a mis amigos, que me inspiraron y divirtieron, en especial Susan
Abrams, Lisa Maslankowski (por la asesora mdica), Bill Syken, Craig y Elizabeth
LaBan y Scott Andron. Gracias a mi hermana Molly, mis hermanos Jake y Joe, y mi
abuela Faye Frumin, que siempre crey en m, y a mi madre, Francs Frumin Weiner,
que an no puede creerlo.
Gracias a Caren Morofsky, por ser tan buena colegui.
Gracias a mi musa, Wendell, Rey de Todos los Perros.
Y por fin, gracias a Adam Bonin, primer lector y compaero de viaje, quien
logr que el periplo valiera la pena.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 289 -

UNA CONVERSACIN CON JENNIFER WEINER

P: Cannie es una creacin maravillosa: ojos claros, divertida y perspicaz. Cul fue la
inspiracin de su historia? Los matices de su discurso llegaron con facilidad?
R: Venga ya! Me voy a sonrojar! Porque, bsicamente, la verdad es que Cannie es una
versin mucho ms divertida, mucho ms sincera, de m. La historia empez de la
manera siguiente: me dejaron plantada. Mejor dicho, romp con un novio de mucho
tiempo, y poco despus, decid que era el amor de mi vida, y que no poda vivir sin
l (s que parece una locura, pero creo que sucede muy a menudo).
Pero y levanta la mano si lo venas venir mi ex novio no quiso saber nada
de m, en parte porque le haba herido, creo, y en parte porque los motivos de
terminar la relacin eran vlidos. No nos iba a resultar fcil construir un futuro
juntos, y ambos lo sabamos. Adems, actuando con una celeridad y agudeza que
pocas veces haba exhibido durante los aos que pasamos juntos, se ech una novia
nueva. De un da para otro.
Y as me qued, suspirando de la manera ms lamentable por un to que no
quera saber nada de m. Lea su horscopo cada da, contaba los das transcurridos
desde la ltima vez que habamos hablado, celebraba cada aniversario sin
importancia, y me comportaba de una manera pattica en general. Peor an, incida
en todos los tpicos. Como escritora, te has preparado para eliminar los tpicos de tu
obra..., pero no hay maneras originales de tener el corazn roto.
Decid que, si tena que vivir con esta desdicha, poda intentar imprimirle un
giro positivo, al menos. Decid escribir la historia de una chica que tena el corazn
roto como yo, pero le concedera una vida mucho ms interesante y movida que la
ma. Le insuflara todos mis demonios, y le garantizara un final feliz (algo que no
tena muy claro conseguir en la vida real). Empez como una historia que yo me
estaba contando para distraerme de la desdicha de estar separada del seor
Imperfecto, para impedir que le siguiera llamando, escribiendo o pensando en lo que
habra podido ser y no fue.
As naci Cannie. En cuanto tuve esa voz en mi cabeza (esa voz triste de alguien
que experimenta sus prdidas de una forma atroz, como recin padecidas), la
cuestin era imaginar cmo conducirla hacia ese final feliz que yo haba prometido.
En ese momento, el libro se convirti en un ejercicio de qu pasara si? Qu
pasara si mi ex y yo nos reconciliramos? Qu pasara si esa estrella de cine que
haba conocido en Nueva York se hiciera amiga ma? La voz lleg con mucha
facilidad. Di a Cannie lo que yo llamo mi voz de las 3 de la maana; es decir, todas
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 290 -
las cosas ingeniosas, inteligentes y arrolladuras que se me ocurren a las 3 de la
maana (por lo general, una semana, ms o menos, despus de que tuviera lugar el
acontecimiento en cuestin), las puse en su boca.
Fue muy divertido escribir con la voz de Cannie, y contar la historia de Bueno en
la cama. En ocasiones, experimentaba la sensacin de estar escribiendo mi propio
futuro, como si el final feliz que escrib para ella fuera a convertirse en mi propio
final feliz (por desgracia, nadie ha redecorado todava mi apartamento!)

P: Muchos autores dicen que es ms difcil escribir comedia que tragedia. Ests de
acuerdo? Cules son los retos de mezclar humor y drama? Por qu crees que las
novelas cmicas y reales como la vida misma, por bien trabajadas y logradas
que estn suelen considerarse al margen del canon literario serio?
R: No puedo hablar sobre si es ms difcil escribir comedia que tragedia, o cmo
mezclarlas con eficacia, porque creo que casi todo lo que he escrito es una mezcla de
ambas. Nunca he intentado decirme: ahora voy a escribir una escena divertida, o
de acuerdo, ahora voy a ponerme sentimental. Se trata de ahora voy a contar la
historia de esta mujer, y la historia contiene comedia y tragedia, como todas las
vidas, y suelen aparecer al mismo tiempo.
Debo decir que cuando el libro estuvo terminado, mi agente intent decidir si
atraera a editoriales ms literarias (las casas que publican libros de gente que saca
msters en literatura en Iowa y publica su primer relato corto en The New Yorker), o a
editoriales comerciales (Judith Krantz, Susan Isaacs...) Las casas literarias nos
rechazaron enseguida. Recibimos cantidad de comentarios del tipo es bueno, pero
no entra en nuestros parmetros. No s si fue por culpa del humor, o por el final de
cuento de hadas tan poco de moda, tan diferente de casi todo lo que he ledo en el
New Yorker, en que los relatos cortos suelen terminar con alguien contemplando las
paredes blancas de una habitacin blanca, y t crees que algo ha pasado, pero no
sabes muy bien qu. Estoy de acuerdo en que las cosas divertidas no suelen
considerarse literarias o serias en estos tiempos, pero escrib Bueno en la cama
como una historia que me contaba a m misma, y como el tipo de libro que me
apeteca leer, y hasta el momento estoy muy contenta con el resultado, y con la
reaccin de los lectores.

P: Slo con la fuerza de su humor, Bueno en la cama es una gran lectura, pero la
historia de Cannie es mucho ms que una vieta cmica alargada. Habanos de los
temas y problemas concretos que abordas en tu retrato de Cannie y su trayectoria
como mujer urbanita y soltera.
R: Primero y ante todo, domina el tema de encontrar amor, y de construir una familia a
tu gusto, pese a una historia desgraciada. Durante aos, hemos ledo investigaciones
sobre los efectos del divorcio en la gente, el dao que les causa, o en el caso de las
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 291 -
mujeres jvenes, la falta de confianza en inspirar amor duradero. Por mi experiencia,
s que esto es muy cierto.
Que un padre te abandone es una de las cosas ms desgarradoras que puedo
imaginar. En cierto sentido, creo que es peor que un padre muera o enferme, porque
hay cosas que las personas no pueden controlar, mientras que el divorcio es una
opcin, y se me antoja el tipo de rechazo ms desgarrador: esa persona pudo haberse
quedado, pero no lo hizo, por lo tanto la culpa es ma. El divorcio es duro, pero parte
de la trayectoria de Cannie consiste en superar ese dolor, y aprender que existe la
posibilidad del amor en su vida, pese a los mensajes que su padre le enve, pese a los
mensajes que la cultura le enve.
El segundo tema es igualmente importante: la idea de hacerse adulto y elegir tu
familia, de encontrar buenos amigos y convertirlos en tus hermanos y hermanas.
Cannie tiene una amiga del alma, su perro y Maxi, que interpreta el papel de hada
madrina. Tiene a su madre, y a Tanya (para bien o para mal!), a su hermana y a su
hermano. Una de las imgenes ms conmovedoras y potentes, en mi opinin, es la de
la ceremonia de dar nombre a Joy, cuando Cannie congrega a sus seres queridos bajo
la huppah. La huppah es tpica de las bodas judas, por supuesto, y da cobijo a la
familia nuclear bsica: los novios, los padres del novio y los padres de la novia. En el
caso de Cannie, yo quera reinventar esa imagen, y hacer que la huppah cobijara a
todas las personas que ha escogido para que la acompaen en la vida, y en la vida de
su hija, con el fin de significar que la familia puede abarcar algo ms que los
parientes biolgicos. Puede incluir a todos los seres que amamos.

P: Es muy refrescante leer una novela protagonizada por una mujer rolliza, que no
es slo el contrapunto cmico de la ingenua esbelta. Y an mejor, no termina con
Cannie adelgazando siete tallas, tan feliz y contenta. Escribiste en parte el libro
para llenar un hueco en las estanteras?
R: Una de mis grandes frustraciones como lectora ha sido la escasez de personajes
parecidos a m. Hay libros en que la protagonista empieza gorda, pero por un
milagro de la ficcin, el deus ex machina de una dieta, acaba flaca al final del libro (por
ejemplo She's Come Undone, una de mis favoritas!) Hay muchos libros en que la
protagonista cree que es gorda, pero no lo es (como en El diario de Bridget Jones), y se
pasa el tiempo obsesionada por ello. Pero nunca he ledo un libro en que la
protagonista fuera grande, rolliza alegremente rechoncha, gorda, o como quieras
llamarlo, y terminara feliz sin adelgazar. Nunca he ledo un libro que expresara la
realidad de lo que significa vivir en un cuerpo ms grande de lo normal.
Mi experiencia ha sido sta: no ser como una actriz de Friends implica desdicha,
porque eso es lo que el mundo espera de las mujeres. Como Cannie, he sido un
soldado de infantera en las guerras del cuerpo. Como Cannie, he vivido con envidia,
y con la certeza de que mi cuerpo me convierte en una indeseable, una rebelde de
facto en un mundo en que las mujeres han de ser delgadas, o esforzarse con
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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desesperacin por serlo. Como Cannie, he sufrido con la cultura que nunca muestra a
mujeres como yo, a menos que traten con desesperacin de tener otro aspecto, o sean
el contrapunto cmico (dej de ver Friends cuando, una noche, vi a un personaje que
se pareca a m. Por fin, dije..., y luego me di cuenta de que era Courteney Cox
caracterizada de gorda durante un flashback).
Es cierto que ser gorda puede depararte toda clase de desdichas, pero eso no
significa que ests destinada a una vida de infelicidad y/o contrapunto cmico. Hay
perodos de tiempo (minutos, horas, das, semanas) en que mi cuerpo es algo en lo
que vivo, y no estoy obsesionada por l ni deseo que fuera diferente, porque estoy
ocupada escribiendo, trabajando o paseando en bicicleta.
Es posible que las mujeres gordas tengan papeles cmicos en las pelculas o la
televisin, pero en la vida real tienen trabajos, bebs, amantes y maridos, y ninguna
de nosotras va a acabar con varias tallas menos. Cuando me puse a escribir Bueno en
la cama, no caba duda de que Cannie iba a ser de mi talla, y no caba duda de que su
realidad iba a reflejar mi realidad. Quera describir la desdicha de vivir en un cuerpo
de talla extra grande, pero tambin demostrar que no se trata de una desdicha pura y
dura. Quera abarcar todo: el xito profesional, amistades recompensadoras, una
familia cariosa aunque fastidiosa, un perro raro, grandes banquetes, grandes
aventuras, y amor, autoaceptacin al final. Si viene a llenar un hueco en las libreras,
o en la coleccin personal de los lectores, lo ignoro, pero s que a m me llen un
hueco.

P: Cannie Shapiro: herona feminista? Es Bueno en la cama una novela con
mensaje? Las etiquetas son tan reductoras?
R: Bien sabe el Seor que no me sent ante mi porttil y dije: Voy a escribir una novela
poltica que empujar a las mujeres a las barricadas y lograr que la industria de las
dietas se ponga de rodillas. Slo quera contar una historia extrada de mi propia
experiencia, y con un final feliz (cuando la estaba escribiendo, no estaba segura de
que mi vida gozara de un final feliz, por lo cual quera estar muy segura de que mi
herona conseguira lo que ansiaba con tanta desesperacin).
Adems, saba que terminar delgada no ira incluido en el lote del final feliz de
Cannie. Por otra parte, empec a escribir en pleno escndalo Lewinsky, que me irrit
sobremanera. Haba problemas de perjurio, de infidelidad, de tratar a los empleados
de una manera que habra provocado el despido de cualquier director general, y
qu haca nuestra cultura? Chistes sobre gordas. Comentar que el presidente habra
podido traicionar a su esposa con una belleza ms estereotipada. Decir cosas
horribles sobre el aspecto de Monica Lewinsky y Linda Tripp, y tratar los problemas
que yo consideraba fundamentales como si fueran irrelevantes. Me enfureci... y me
entristeci. Porque si eres alguien cuyo cuerpo se pareca ms al de Monica o al de
Linda Tripp, el mensaje te llegaba claro y fuerte: no vales nada. No mereces respeto,
no mereces amor, ni siquiera mereces ser deseada.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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El mensaje no era intencionado, pero cuando termin de escribir el libro, vi con
claridad que transmita uno..., y por suerte, yo estaba de acuerdo con l (creo que
habra sido muy decepcionante que el cambio de Cannie hubiera terminado, no en
una autoaceptacin radical, sino en la supremaca blanca o algo por el estilo).

P: A las mujeres les va a encantar esto, dice Violet acerca del guin de Cannie. Lo
mismo puede decirse de Bueno en la cama, sin duda. Pero qu me dices de los
hombres? Como es lgico, abordarn Bueno en la cama desde una perspectiva
totalmente diferente. Hubo algn lector masculino del manuscrito, antes de su
publicacin?
R: Un momento, qu dices? Vamos a permitir que los hombres lean este libro? De
acuerdo. Lo siento... Supongo que los hombres pueden comprar lo que les d la gana.
La verdad es que Bueno en la cama no tuvo lectores previos. Lo escrib sola, en mi
austero dormitorio, y no estaba segura de si le interesara a alguien. Cuando lo
termin, hice cuatro copias y envi tres a varios agentes de Nueva York, cuyos
nombres haba visto en las dedicatorias de libros que me haban gustado. Di la cuarta
copia al hombre que por aquel entonces era mi novio, y ahora mi marido. l fue mi
primer lector. Me enviaba correos electrnicos o me llamaba todo el da para decirme
cunto le gustaba, y siempre le preguntaba en qu pgina estaba, porque quera
localizar el momento exacto en que decidira que yo estaba loca, o era pattica, y ya
no quisiera volver a salir conmigo. Creo que el segundo to que lo ley fue mi
hermano Jake. Fue bastante violento. Quera darle una versin expurgada, con todas
las escenas de sexo tachadas, pero creo que lo manej bien. No paraba de repetirle:
Es ficcin! No te preocupes! Me lo he inventado todo! En este momento ignoro
cmo reaccionarn frente al libro los hombres con los que no tengo relacin o piensan
casarse conmigo. Espero que les aporte una visin de la vida que no haban
imaginado. Los hombres de nuestra cultura todava son juzgados por sus actos, sus
xitos y sus ingre-sos, mientras que las mujeres todava son juzgadas por sus
cuerpos, sus rostros, o su xito o fracaso en conformarse a lo que el mundo dice que
es bello, y creo que los hombres no cesan de sorprenderse y horrorizarse de lo dura
que puede ser la vida para las mujeres que no encajan en esas definiciones.

P: Maxi, Samantha, la madre de Cannie y Tanya son personajes maravillosamente
desarrollados, de lo ms creble (tambin me encant la breve aparicin de Violet).
Se basan en personas reales?
R: A lo largo de los aos he conocido a muchas mujeres interesantes, divertidas e
inteligentes (y tambin algunas que no), y creo que hay pedazos de personas reales
en todas las mujeres de Bueno en la cama. Samantha se basa en parte en mi amiga
Susan, y la madre de Cannie, Ann, se parece mucho a mi madre, Fran. En cuanto a
Violet, la Increble Agente Blasfema, admito que recuerda un poco a mi agente, la
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 294 -
divina y bondadosa Joanna Pulcini, pero nunca he odo decir a Joanna nada ms
fuerte que maldita sea. Adems, los lectores deberan saber que el resultado de
introducir personas reales (aunque slo sean fragmentos) en tus novelas es que la
gente se pone muy rara. Mi familia, por ejemplo. OH, NO!, exclamarn a pleno
pulmn, ES JEN! NO HABLES CON ELLA! TE SACAR EN UN LIBRO!

P: Cmo empezaste a escribir? Tus padres tuvieron un papel en tus aspiraciones?
R: Escribo desde que aprend a hacerlo. No recuerdo una poca en que no estuviera
interesada en escribir poemas y contar historias, cuando no me importaba el
lenguaje, los personajes y los mundos que slo existan en papel. Mis padres me
alentaron a escribir, pero sobre todo me alentaron a leer. Mi padre me lea cuando era
pequea, y tanto l como mi madre me proporcionaban libros sin cesar, procedentes
de la biblioteca local y de las libreras. Nuestra casa estaba llena de libros, y me
dejaban leer los que quisiera, siempre que fuera capaz de dar una explicacin
aceptable de lo que estaba leyendo, para demostrar que lo comprenda. Esto fue el
origen de momentos muy interesantes. Algunos de los libros eran textos mdicos de
mi padre, llenos de seductoras ilustraciones de todas las enfermedades ms grotescas
conocidas por el hombre, y algunas que a estas alturas ya se pueden curar. A veces
me provocaban pesadillas, pero continuaba mirando las ilustraciones.

P: Cmo influye tu trabajo en el Philadelphia Examiner en tu trabajo de novelista, y
viceversa?
R: Mi trabajo en el Inquirer, y como periodista en general, me ha proporcionado una
forma de ver el mundo que poca gente posee. Me deja al margen de tragedias,
comedias y reuniones de la junta escolar muy aburridas, y me permite conocer a
gente con la que nunca habra podido ponerme en contacto, que es lo mejor que
cualquier novelista podra pedir. Me ha facilitado incontables ejemplos... Por
ejemplo, la horrible April es una amalgama de todas las espantosas publicistas con
las que he tenido que lidiar a la hora de entrevistar a estrellas de cine.

P: Quin sera la Cannie Shapiro en una adaptacin cinematogrfica?
R: Si quieres que te diga la verdad, no se me ocurre ninguna actriz adecuada, lo cual
considero una de las tragedias de Hollywood. A este respecto, Janeane Garofalo ha
seguido otra de sus dietas a base de caf y cigarrillos, de manera que est descartada.
Kate Winslet tambin se ha puesto a rgimen (concedi una penosa entrevista en la
que dijo que se odiaba por hacerlo, pero de lo contrario no obtena papeles), as que
olvdala. Creo que Drew Barrymore posee el espritu y coraje apropiados, pero es
bastante menos rolliza que mi Cannie. Tengo ganas de venderla como sea, pero si
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
- 295 -
alguna vez Bueno en la cama se convierte en una pelcula (lo cual no parece probable,
por el problema de la gordura), insistira en que la actriz que la interpretara fuera de
su misma talla, no slo Renee Zellweger con seis kilos de ms, ni tampoco Gwyneth
Paltrow disfrazada de gorda.
Y si bien me han desalentado, incluso disgustado, algunas respuestas llegadas
de Hollywood (la frase sobre la nica actriz gorda comercial que pronuncia la
babosa agente en la novela es una cita de lo que me dijo un agente, igualmente
baboso, sobre un primer borrador de Bueno en la cama), an confo en que Bueno en la
cama se convierta en una pelcula, o en un telefilm, sobre todo porque creo que, al
mismo tiempo que Hollywood me est diciendo que no hay actrices de talla XL,
tengo la sensacin de que estn diciendo a las actrices de talla XL que deberan
adelgazar, de lo contrario se quedarn sin trabajo.

P: Llena los espacios en blanco: 1) Nunca me pierdo una nueva novela de... 2) He
perdido la cuenta de las veces que he reledo..., de mi autor favorito... 3) La banda
sonora que oan los lectores cuando lean Bueno en la cama debera incluir msica
de...
R: No esperars que desvele a mis favoritos... es como pedir a una madre que elija entre
sus hijos! Pero ah va: nunca me pierdo la nueva novela de Susan Issacs, Andrew
Vachss, John Irving y Nicholas Christopher. He perdido la cuenta de las muchas
veces que he reledo Pearl, de Tabitha King, y Oracin por Owen Meany, de John
Irving. Una buena banda sonora debera incluir msica de Liz Phair (Exile in Guyville
y Whitechocolatespaceegg), Emmylou Harris, Dar Williams? Richard Thompson,
bastante Ani DiFran-co y, por supuesto, Warren Zevon y Bruce Springsteen.

P: Hblanos de los epgrafes de la novela. Philip Larkin y Liz Phair forman una
pareja intrigante.
R: Cuando iba a la universidad, segu un curso de Poetas Ingleses Modernos. Larkin era
mi favorito, poque era la primera vez que me topaba con poesa capaz de hacerme
rer a carcajadas..., para cinco minutos despus, darme cuenta de que acababa de leer
algo estremecedor.
El poema que Cannie y sus hermanos citan (el que empieza, te joden, tu pap y
tu mam, no es su intencin, pero lo hacen) es un ejemplo perfecto. Por una parte, te
quedas asombrado y estimulado al encontrar un taco en un poema serio, y asientes
con la cabeza y res de la verdad que encierra, porque todo el mundo que tiene
padres sabe que te joden, y no, no es su intencin, pero s, eso es lo que sucede, tal
como una cancin infantil se te mete en la cabeza, como una rima de bao de
burbujas. Pero cuando llegas al final (la imagen de la desdicha que profundiza como
el bajo costanero, y esa amarga advertencia que cierra el poema), es como si te
hurgaran el corazn con un cuchillo, despus de que las carcajadas te hayan dejado
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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indefenso. Ese era el efecto que yo andaba buscando para mi novela, algo que fuera
divertido, pero que tambin hurgara en la herida. Liz Phair es una de mis heronas.
Creo que sus letras son brillantes y valientes, y escuchaba su cancin Polyester
Bride casi de manera constante durante los primeros meses de escribir Bueno en la
cama..., pero Polyester Bride pareca demasiado obvia, y el verso sobre que el amor
no se parece en nada, nada, nada a lo que dicen encajaba con el tono y la historia
de Bueno en la cama.

P: Cmo crees que son tus lectores? Qu desean de una novela? Describe a tu lector
ideal.
R: Mi lector ideal es cualquier mujer que alguna vez haya sentido la necesidad de
desnudarse a oscuras, cualquier mujer que se haya sentido desdichada por el tamao
de sus caderas, la forma de su cara o la textura de su pelo..., lo cual quiere decir, por
desgracia, cualquier mujer soltera de Estados Unidos, y tal vez de otros pases, a
juzgar por la acogida dispensada a Bueno en la cama en el extranjero.
Creo que la gente espera divertirse con una novela, antes que nada, personajes
con los que puedan identificarse, personajes con los que quieran pasar unos ratos, y
un mensaje que refuerce la verdad que ya conocen. Las lectoras de Bueno en la cama se
parecern mucho a Cannie: inteligentes, un poco cnicas, educadas en unacultura que
les dice que no son lo bastante buenas, y desean abrir sus corazones a las
posibilidades del amor, aunque slo en la ficcin.

P: Ha terminado la historia de Cannie? Habr una secuela? En qu trabajas
actualmente?
R: Me lo han preguntado muchas veces (Volveremos a ver a Cannie?). Para citar a
Los Simpson, respuesta breve, no, respuesta larga, s con un quiz. La cuestin es que
Cannie es feliz ahora. Ha terminado su viaje, y ha acabado en un lugar maravilloso,
justo donde necesita estar. Lo cual es fabuloso para ella como personaje, pero no
tanto para m como novelista, porque los personajes felices no son tan interesantes
como los que viven alguna extravagante crisis vital.
Pero no la hemos perdido de vista del todo. Cannie, Joy y Nifkin aparecen en un
libro en el que estoy trabajando ahora, titulado en principio En su lugar. No es una
secuela (se trata de una historia sobre dos hermanas que no se llevan bien, y que al
final hacen las paces), pero est ambientada en la misma Filadelfia que habita
Cannie, de modo que volver.
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NOTA DE LA AUTORA
Queridos lectores:
Saludos desde Filadelfia! Antes que nada, quiero daros las gracias por leer
Bueno en la cama. Espero que seguir la experiencia de Cannie os haya divertido tanto
como a m crearla.
Quera informaros de que estoy trabajando con ahnco en mi nuevo libro, la
historia de dos hermanas sin nada en comn y la abuela que nunca han conocido. Se
titula En su lugar, y ser publicada la primavera de 2003. No es una secuela de la
historia que acabis de leer, aunque algunos personajes hacen apariciones especiales,
de modo que gozaris de la oportunidad de ver dnde se encuentran Cannie, Peter,
Nifkin y Joy unos aos ms tarde.
Por fin, si queris hacerme preguntas o comentarios (o si por algn extrao
motivo quisierais saber ms de mi vida, o en qu estoy trabajando..., o si queris
echar un vistazo a los primeros captulos de En su lugar), entrad en mi web,
www.jenniferweiner.com, o escribidme algo ajen@jenniferweiner.com.
Una vez ms, gracias por leer! Cuidaos,
JENNIFER WEINER.

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RESEA BIBLIOGRFICA
JENNIFER WEINER
Jennifer Agnes Weiner naci el 28 de Marzo de 1970 en la base de
la armada De Ridder en Louisiana. Es escritora de bestseller, a menudo
categorizados como chic-lit.
Se educ en Conneticut y estudi Ingls y escritura creativa en la
Universidad de Princeton. Jennifer, humoristicamente, se refiere a s
misma como una paria de la prestigiosa tradicin en escritura creativa de
Princeton. Despus de la universidad ingres como periodista en
practicas en el Centre Daily Times, el peridico diario del State College
de Pennsylvania. Despus se translad al Lexington Herald-Leader de
Kentucky. Mientras mantena una columna sobre la Generacin X, aterriz en el Philadelphia
Inquirer como articulista, donde contina contribuyendo ocasionalmente, as como en otras
populares revistas del pas. Ella cree firmemente que su trabajo como periodista beneficia su
escritura de ficcin y que tener un trabajo para un aspirante a escritor es mejor que un master
postgraduado en Bellas Artes.
Reside en la ciudad de Philadelphia con su marido, el abogado Adam Bonin, su hija
Lucy y su perro Wendell.
Weiner es la autora de cuatro novelas y de una coleccin de relatos. En orden de
publicacin: Good in Bed, In Her Shoes, Little Earthquakes, Goodnight Nobody, The Guy Not
Taken. Su obra In Her Shoes fue adaptada al cine en el 2005, interpretada por Cameron Diaz
y Toni Collette. Good in Bed y Little Earthquakes estn tambin en proyecto de ser filmadas.
Las novelas de Jennifer, especialmente la primera, son semi-autobiogrficas, y a
menudo estn ambientadas en Philadelphia y centradas en caracteres femeninos que tienen
una talla "super-extra".
BUENO EN LA CAMA
A los 28 aos, Cannie Shapiro cree que su vida ha sido razonablemente feliz. Es una
periodista de reconocido talento, a quien sus amigos consideran divertida e independiente.
Quiz demasiado agobiada por sus eternos problemas de peso y los constantes conflictos con
los hombres, est siempre dispuesta a ver el lado cmico de las cosas y es capaz de reaccionar
con irona frente a las situaciones ms difciles.
Ese sentido del humor le permite aceptar con filosofa la separacin temporal que,
despus de tres aos de relacin, le propone su novio Bruce.Pero cuando ojea la revista
femenina de moda y descubre un texto firmado por su anterior pareja, se siente destrozada por
un artculo que considera una humillacin pblica.
En su artculo, Bruce no solamente describe con todo detalle aspectos muy ntimos de
su vida sexual, tambin se refiere claramente a las inseguridades de Cannie y a su constante
batalla contra la bscula.Herida y con la autoestima por los suelos, buscar consuelo en la
ginebra y refugio en el afecto inquebrantable de su perro Nifkin.
JENNIFER WEINER BUENO EN LA CAMA
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Pero Niflkin slo puede ladrar para consolarle y las consecuencias de la ginebra no son
lo que se dice muy recomendables. As que Cannie decidir que ha llegado el momento de dar
un giro a su vida. Hacia dnde?
Cuando una chica como Cannie se propone cambiar, las consecuencias son siempre
imprevisibles.

Una historia original, gil y divertida. Una lectura obligada para las mujeres que estn
preocupadas por conseguir la silueta ideal o conocen a alguien que lo est.
Publishers Weekly.

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2001 by Jennifer Weiner
Ttulo original: Good in Bed
Editor original: Washington Square Press, New York

Traduccin: Eduardo G. Murillo

2003 by Ediciones Urano, S.A.
ISBN: 84-95618-63-X
Depsito legal: B. 42.144 - 2003

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