Debussy - SR Corchea

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DEBUSSY

CRITICO

por

Federico Heinlein
En estas pginas se encontrarn, sincera y honradamente sentidas, impresiones ms bien que crtica. Esta toma a menudo la forma de variaciones brillantes sobre el tema de "Usted se equivoca porque no hace como yo", o "Usted tiene talento y yo no. Esto no puede continuar". Yo
tratar de descubrir las fuerzas que crearon las obras de arte, lo cual
vale ms que desarmarlas como relojes raros.
As dice Debussy en el primero de sus artculos aparecidos en "La
Revue blanche". No persigue, por lo visto, la quimera de la objetividad crtica. Desea, simplemente, captar lo que hay detrs de cada obra,
y darnos su impresin cndida y directa, sin pretender a ningn juicio
analtico.
La cosecha periodstica del compositor francs se limita a algunos
artculos, publicados en diversos diarios, y a la colaboracin en revistas
como la ya nombrada, el "Gil BIas" y la "Revue s. I. M.". Varios de esos
escritos se reunieron en un volumen, planeado por Debussy pero editado recin tres aos despus de su muerte, bajo el ttulo de "Monsieur
Croche, Antidilettante", disfraz que esconde, apenas velados, los rasgos del propio autor.
Sin embargo, y como es natural, personalsimas opiniones abundan
tambin en sus cartas y en declaraciones verbales_ Por lo tanto, un panorama ms completo de su visin del mundo musical no debe circunscribirse a lo que podramos llamar su "labor oficial" en el terreno de
la crtica.
El "Seor Corchea" detesta a los pblicos corrientes: "Ha observado usted, le pregunta a Debussy este otro yo, la hostilidad del auditorio de una sala de concierto? Ha mirado esos rostros opacos de tedio, de indiferencia e incluso de estupidez? Jams particiPan en los
acendrados dramas de la lucha sinfnica que hacen entrever la posibilidad de alcanzar el Pinculo del edificio sonoro para resPirar all una
atmsfera de belleza total. Esas gentes, seor, siempre parecen invitados
ms o menos bien educados. Con paciencia y aburrimiento soportan su
destino, y no se van porque es forzoso que los vean a la salida. Sin eso,
para qu habran venido?
Conciertos y concertistas pertenecen a los blancos preferidos de su
pluma, que puede ser' mordaz aun bajo la apariencia ms angelical:
La Balada (para piano y orquesta, de Gabriel Faur) es casi tan bella

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como Madame Hasselmans, la pianista. Con qu ademn encantador


se ajustaba un hombro del vestido, que se le corra en cada pasaje animado!
La atraccin del virtuoso sobre el pblico, declara, es muy semejante a la del circo sobre la multitud. Se espera siempre que va a ocurrir
algo peligroso.
En princiPio, dice, no me gustan los conciertos. Se tocan demasiadas cosas, y demasiadas cosas distintas. El odo se cansa ms luego que,
por ejemplo, la vista. En los conciertos no hay compasin por el odo del
pblico. Despus de una hora de msica, escucha algo, an?
Personas graves e instruidas nos dirn que tal director o tal otro
sabe el "tempo" justo, lo cual es, por lo dems, un excelente tema de
conversacin. JDe dnde les viene tanta certeza a esas personas? Han
recibido mensajes del Ms All? Tales gentilezas de ultratumba me
sorprenderan mucho, de parte de Beethoven. Y si su pobre alma yerra alguna vez en una sala de concierto, volver a subir rpidamente hacia
aquel mundo donde no se escucha sino la msica de las esferas.
Con qu sarcasmo observa el desempeo de ciertos directores de
orquesta! He aqul su descripcin del joven Alfred Cortot, quien a principios de este siglo an no habla abandonado la batuta para dedicarse
exclusivamente al teclado:
Cortot es el director de orquesta francs que mejor partido ha sacado de la pantomima habitual en los directores germanos ... Tiene el
mechn de Nikisch (quien, por lo dems, es hngaro), y ese mechn
posee un agudo inters, gracias al movimiento apasionado que lo agita,
con el menor matiz... Ora cae melanclico y cansado en los pasajes
suaves, interceptando toda comunicacin entre Cortot y la orquesta . .. ,
ora se levanta orgulloso en los pasajes blicos . .. En ese instante Cortot
avanza hacia la orquesta, amenazndola con la punta de su batuta, tal
como hacen los banderilleros cuando quieren desconcertar al toro (los
msicos de la orquesta tienen una sangre fra de groenlandeses, estn
curados de espanto). Igual a Weingartner, se inclina afectuosamente sobre los primeros violines, susurrndoles ntimas confidencias; se devuelve hacia los trombones, censurndolos con un gesto cuya elocuencia puede traducirse as: "Vamos, nios, bro! Traten de ser ms trombn que
naturaleza", y los dciles trombones embuchan concienzudamente sus
tubos.
Justo es agregar que Cortot conoce Wagner al revs y al derecho y
que es un msico completo. Es joven, y su amor a la msica es totalmen-

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te desinteresado. He aqu razones de sobra como para no juzgarlo con


severidad por ademanes que son ms decorativos que tiles.
Veamos algunos pensamientos sobre composicin:
Dnde est la msica francesa, dnde nuestros viejos clavecinistas,
tan llenos de msica verdadera? Ellos tenan el secreto de esa gracia
profunda, esa emocin sin ePilepsia, que nosotros olvidamos cual hijos
ingratos.
Rameau, dice, era lrico. Es eso lo que nos corresponde bajo cualquier punto de vista, y debimos permanecer lricos, en vez de tardar
todo un siglo musical en volver a serlo.
Rechaza a la gran mayora de los compositores germanos: no poseen
nuestro temperamento, son tan pesados y obscuros. Incluso a su querido
Musorgski le reprocha el contraste con los ideales lricos franceses: no
considero el empaque en el "Boris" ms satisfactorio que el persistente
contrapunto al final de "Los Maestros Cantores".
En otra parte habla de ese "contrapunto" del que nosotros hemos
hecho un trabajo de chinos, mientras que los antiguos maestros del Renacimiento francs saban hacerlo sonrer.
Qu opina sobre la msica de programa? Desde"0, dice, toda msica que tiene que seguir un texto literario que le han fijado de antemano.
Diversas son sus opiniones acerca de la forma. El acento de Nietzsche vibra en el siguiente manifiesto: Hay que buscar la disciplina en la
libertad y no en las frmulas de una filosofa vuelta caduca, y buena para los dbiles. N o escuchar los consejos de nadie sino del viento que pasa
y nos cuenta la histoTia del mundo.
A Raoul Bardac dice: deje respirar sus ideas, sucumben tan fcilmente ante las exigencias de la forma! Contrasta con lo anterior el relato,
quiz apcrifo, del consejo, dado por Debussy a Erik Satie, de pensar
ms en la forma (el fruto de tal amonestacin habra sido el titulo de
la prxima obra de Satie, "Tres trozos en forma de pera").
En una carta del ao 14 leemos: Con el andar del tiempo detesto
ms y ms aquel desorden arbitrario que slo es engao del odo, y tambin esas armonas estrambticas o divertidas que son meros juegos de
sociedad. Cunto camino recorrido media entre este creador maduro y
el joven revolucionario que profesaba como nica regla la sensualidad,
su placer, el festn del odo.
Un espritu de amarga rebelda late en la siguiente afirmacin: Si
en ocasiones algn hombre de genio trata de sacudir el duro cabestro

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de la tradicin, todos se ponen de acuerdo para hundirlo en el ridculo.


Entonces el pobre opta por morir joven, y es esa la nica manifestacin
que encuentra numerosos estmulos.
Creemos or a Leibniz en la sentencia: La msica es una matemtica misteriosa cuyos elementos forman parte del infinito.
Trato de olvidar la msica, dice Debussy, porque ella me imPide
escuchar aqulla que no conozco, o que conocer "maana" .

Dos compases, declara confiado, me dan la clave de una sinfona o


de cualquier otra ancdota musical.
Pasemos revista a algunas de las opiniones que le merecen otros
compositores. Despus de escuchar misas de Palestrina y Orlandus Lassus,
escribe: Es la nica msica sacra que existe para m. La de Gounod y
Compaa parece proceder de una especie de misticismo histrico ~ da
la impresin de una farsa siniestra.
Las dos personas mencionadas son maestros, especialmente Orlandus, quien es ms decorativo y ms humano que Palestrina. Los efectos
que logra de su gran conocimiento del contrapunto son asombrosos ...
El contrapunto puede ser la cosa ms detestable en msica, pero en la
obra de ellos es muy hermoso.
De la msica de Rameau dice que posee fina elegancia, sin caer jams en la afectacin ni en retorcimientos de dudosa gracia. Remos
reemplazado esa msica por el gusto de lo bonito, o por nuestras preocupaciones de cerrajero bizantino?
En una carta manifiesta: Estoy contento de vuestro entusiasmo por
Rameau, l lo merece por todo aquello que, en esa msica, debi habernos guarecido de la embustera grandilocuencia de un Gluck, de la metafsica farsante de un Wagner, del falso misticismo del viejo ngel
belga . ..
La Misa en Si menor, de Bach, la califica de monumento de belleza, nico e inimitable. Juan Sebastin es el Santo Grial (y Wagner, el
Klingsor que quiso derribarlo) . Lo ve como un dios benvolo, al que los
msicos deberan dirigir una oracin antes de ponerse a trabajar, a fin
de preservarse de la mediocridad.
Sin embargo, descubre esa misma mediocridad en el dios, pues dice
en una carta al editor Durand: Cuando el viejo chantre sajn se halla
sin ideas, parte de cualquier cosa y es realmente despiadado. En resu Csar Franck.

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midas cuentas, no se le soporta sino cuando es admirable . .. Si hubiese


tenido un amigo . .. quien, por ejemPlo, le diera el consejo gentil de no
escribir msica, un da por semana, eso nos habra evitado unos centenares de pginas donde hay que pasearse en un cercado de compases sin
deleite, que desfilan implacables, siempre con la misma pequea bellaquera de sujeto y contrasujeto.
Especial ojeriza le tiene a Gluck. En una "carta abierta" censura
su pompa ceremoniosa y se burla de su ronroneo dramtico.
A ttulo de qu, pregunta, est an viva la tradicin de Gluck?
Critica su manera pomposa y falsa de tratar el recitativo, y esa costumbre de interrumpir la accin en forma descorts, como lo hace Orfeo,
habiendo perdido a su Eurdice, con una romanza que no indica precisamente un estado de nimo muy lamentable ... Sin embargo, es de
Gluck ... y uno se inclina.
A Mozart lo llama su to abuelo. Es el ms puro de los msicos, es
LA MUSICA.

Qu opinin le merece el maravilloso Cuarteto en IDo sostenido


menor, op. 131, de Beethoven? En definitiva, escribe a Pierre Louys, el
Cuarteto N9 14 es una larga y pesada broma.
Vapulea la cancin "Adelai'de" con las palabras: pienso que el viejo
maestro debe haberse olvidado de quemar esto, y dice de las sonatas que
estn muy mal escritas para el piano. Son, en rigor, sobre todo las ltimas, transcripciones de obras orquestales. A menudo hace falta una tercera mano que Beethoven seguramente oa, al menos as lo espero.
Hay que tener, pues, declara en otra oportunidad, el coraje de reconocerlo: aun Beethoven no es siempre gracioso, no es siempre genial como para proporcionar tres horas de emocin intensa.
Admira, sin embargo, la Novena Sinfona: Nada es superfluo en esa
obra de proporciones enormes, ni siquiera el andante, al que estticas
recientes tildaron de prolijo. No es un descanso, finalmente ideado,
entre la persistencia rtmica del scherzo y el torrente instrumental que
arrolla las voces en forma invencible hacia la gloria del final?
Sobre el tema de la Alegra dice que no existe ejemPlo ms triunfante de la ductilidad de una idea ante el molde que se le impone.
Aprecia a Weber como padre de esa Escuela Romntica que ha generado a nuestro Berlioz, tan enamorado del colorido romntico que algunas veces se olvida de la msica; a Wagner, gran empresario de smbolos; y, ms cerca de nosotros, a ese Ricardo Strauss con su imaginacin
tan notablemente afn al Romanticismo.

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"Obern" posee la especie de melancola soadora tan propia de


aquellos tiempos, jams entorpecida por el indigesto claro de luna en
el que se baaban casi todos sus contemporneos.
De algunos "lieder" de Schubert dice que son como flores secas, valindose de un ttulo de las "Canciones del Molinero". Berlioz es un
monstruo. En manera alguna un msico. Crea la ilusin de la msica
con procedimientos tomados de la literatura y la pintura. Chopin y Couperin son admirables adivinos, Mendelssohn, en cambio, un notario
dcil y elegante.
Como una de las melodas de Liszt ms singularmente evocadoras
que yo haya conocido describe el "Sueo de Amor" (NQ 3) . Refirindose al poema sinfnico "Mazeppa", dice: Creo que la belleza innegable
de la obra de Liszt se debe a que amaba la msica hasta la exclusin de
todo otro sentimiento.
Captulo aparte mereceran los juicios de Debussy sobre Wagner, el
coloso germano, ese viejo envenenador, que le despierta, durante toda
su vida, sentimientos de la ms encontrada ambivalencia.
El sistema de motivos conductores lo tilda de juego en el que cual
quier personaje presenta su tarjeta de visita, cada vez que entra. Dice
que la msica wagneriana es muy conmovedora, pero que canta en demasia. Con sarcasmo trata de paliar el entusiasmo de Ren Peter en
un concierto wagneriano: De modo que esto le gusta, mi amiguito?
Bien, muy bien. Las cosas bellsimas hay que amarlas desde muy joven.
As queda ms tiempo para hastiarse de ellas.
El mismo amigo nos describe a Debussy en el piano, cantando entre
lgrimas el final de "Carmen", seguido del comentario: Dime, pues,
entre nosotros, eh? Por ms que esto no sea sino msica francesa, tu
amiguito de Bayreuth podr "hacerse huincha" antes de retorcemos el
corazn de tal manera.
La Tetraloga, dice Debussy, es irresistible como el mar ... No se
critica una obra de la magnitud del "Ring" . .. Nunca podr morir.
En "Parsifal", ltimo esfuerzo de un genio ante el cual hay que
inclinarse, Wagner trata de ser menos duramente autoritario con la msica, de ah que ella resPire ms ampliamente . .. Ya no hay ese jadeo
enervado en demanda de la pasin enfermiza de un Tristn, los gritos
de bestia enfurecida de una Isolda ni el comentario grandilocuente de
la ferocidad de un Wotan ...
As Y todo, la leccin especial que Wagne) sacaba de la humanidad
se manifiesta en la actitud de ciertos personajes de ese drama: mlren a

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Amfortas, triste Caballero del Grial que se queja como una modista y
gime cual nio . .. Caramba! ... cuando se es Caballero del Grial, hijo
de rey, uno se atmviesa el cuerpo con su lanza y no exhibe una pecaminosa herida a tmvs de melanclicas cantilenas, yeso dumnte tres actos.
En cuanto a Kundry, vieja rosa del infierno que ha proporcionado mucho material a la litemtum wagneriana, confieso mi falta de entusiasmo
por esa sentimental mmem ambulante. El ms bello carcter en "Parsifal" pertenece a Klingsor (ex Caballero del Grial, echado del Santo Lugar por sus opiniones demasiado personales sobre la castidad). Este es
singular en su ensaamiento rencoroso. Sabe lo que valen los hombres,
y pesa en desdeosas balanzas la solidez de sus votos de castidad, por lo
cual se puede argir sin esfuerzo que ese mago camastrn, ese viejo
mamarmcho, es no slo el nico personaje "humano" sino la nica figura "moral" de este drama, en el que se predican las ideas morales y religiosas ms postizas, cuyo Caballero heroico y necio es el joven Parsifal . ..
Todo lo que antecede no concierne sino al poeta que suele admirarse en Wagner, sin que logre perjudicar en nada la parte decorativa de
"Parsifal". Esta es por doquier de una belleza suprema. Se escuchan all
sonoridades orquestales nicas e inesperadas, nobles y recias. Es uno de
los ms hermosos monumentos sonoros que se hayan erigido a la gloria
inalterable de la msica.
Mnima ha sido la reaccin de Debussy ante Brahms. de cuyo Concierto para violn slo supo decir que era muy aburrido. En cambio, su
cario perceptivo logra definir en breves palabras el genio de Musorgski: Nunca se ha traducido una sensibilidad ms refinada por medios tan
simples. Parece el arte de un salvaje curioso que andara descubriendo
la msica con cada paso trazado por su emocin. Y nunca se trata de forma alguna, o, al menos, esta es tan mltiPle que resulta imposible emparentarla con las establecidas, por as decir, administrativas. Aquello
se arma y se mantiene gracias a pequeos toques sucesivos, unidos por
lazos misteriosos y un don de luminosa clarivide'ncia.
Sobre una fuga de Chaikovski escribe a la seora van Meck: Entre
las fugas modernas, nunca he visto nada tan bello. Jams Massenet sabra hacer nada parecido.
Este ltimo es, entre los compositores franceses, el nico cuya influencia se nota, de manera cabal, en la msica debussiana. Escchese la
ternura del siguiente prrafo:
A sus colegas les costaba perdonarle aquel poder de gustar que es,
en realidad, un don. A decir verdad, ese don no es indispensable, sobre

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todo en arte, y puede afirmarse, entre otros ejemplos, que Juan Sebastan Bach nunca gust, en el sentido que toma la palabra cuando se trata de Massenet. ,Se ha odo decir de las modistillas que tarareen "La
Pasin segn San Mateo"? Lo dudo. En cambio, todo el mundo sabe
que despiertan por la maana, cantando "Manon" o "Werther". Que
nadie se engae al respecto: es esa una gloria deliciosa que envidiar
secretamente ms de uno de aquellos grandes puristas quienes, para
calentar sus corazones, slo poseen el respeto un tanto laborioso de los
cenculos.
Describe las canciones de Frederick Delius como muy dulces e inocentes, msica para arrullar a los convalescientes de los barrios ricos.
Grieg, uno de cuyos "lieder" compara a un bombn rosado, relleno de nieve, es caricaturado en la siguiente vieta: De frente tiene el
aire de un fotgrafo genial. Por detrs, su manera de cortarse el pelo
lo asemeja a un girasol.
"Sheherazade" (de Rimski-Korsakov) no mejora con la edad. Me
recuerda ms un bazar que el Oriente.
Enojo inusitado destila este prrafo (extra/do de una carta a
Pierre Louys) que zahiere la pera de Charpentier, "Louise": Slo
porque provee, como es debido, a la necesidad pblica de belleza barata y arte idiota, tiene semejante atraccin. Charpentier ha tomado los
gritos de Pars, que son tan deliciosamente humanos y pintorescos, convirtindolos en endebles cantinelas, al Pie de las cuales ha puesto armonas que, para ser bien hablados, llamaremos parsitas. El muy
indecente! Es mil veces ms convencional que "Los Hugonotes", cuya
tcnica, aunque no lo parezca, es la misma . .. y este hombre se imagina que puede expresar el alma de los pobres!!! Es tan estpido que da
lstima.
La admiracin que siente por Ricardo Strauss se traduce en este
retrato: No tiene mechn loco ni gestos de epilptico. Es alto y posee
el modo franco y decidido de un gran exPlorador que pasa a travs
de las tribus salvajes con la sonrisa en los labios ... Su frente es la de
un msico, pero los ojos y el gesto son de un "Superhombre", como
deca aquel que debe haber sido su profesor de energa: Nietzsche ...
De l tambin ha tomado el sublime desdn de los sentimentalismos
tontos y el deseo de que la msica no siga eternamente iluminando, por
buenas o malas, nuestras noches, sino que ella reemplace el sol. Puedo
aseguraros que hay sol en la msica de Ricardo Strauss ... Os repito
que es imposible resistir al dominio conquistadoT de ese hombTe .

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Saludo de un genio a otro, no demasiado frecuente entre msicos


coetneos, que trae a la mente las palabras enviadas a Ravel, tres das
antes del estreno del Cuarteto para cuerdas, cuando supo Debussy que
se le haban sugerido algunas enmiendas al autor: Por los dioses de la
Msica, y por m, no cambie nada en su Cuarteto!


Echemos una breve mirada sobre las opmlOnes que le merecen al
compositor algunas de sus propias obras. Al editor que, quince aos
despus de su creacin, imprime una pieza de juventud, le escribe: No
debera Ud. publicar la "Reverie". Fue una cosa sin importancia, hecha
en forma muy rPida por hacer un servicio a Hartmann. En dos pala.
bras: no sirve!
Era enemigo de la audicin integral de sus cuadernos de preludios,
opinando que no son todos buenos.
En una carta sobre los estudios dice que hay all mil maneras de
tratar a los pianistas como se lo merecen ... Esto no es siempre muy
ameno, pero, a veces, ingeniossimo.
Quienes tienden a interpretar su msica como un continuo susurro
delicuescente, conviene que recuerden la irritacin del maestro duran
te un ensayo del "Martirio de San Sebastin": No he escrito una m'
sica de cueva. No s por qu los instrumentistas piensan que siempre
tienen que ponerle sordina. Toquen! ... Toquen! ...
Qu pretende la msica debussiana? Desde luego, no procura
pintar exterioridades, ninguna imitacin directa, ms bien traduccin
anmica de lo que no es visible en la naturaleza. De su "Printemps"
dice: no es una primavera descriptiva, sino humana.
En el campo de la pera desem"a conservar la lnea meldica lri
ca, y no dejar que la orquesta p,"edomine. Mi msica, declara en repetidas ocasiones, no asPira sino a ser meloda. Ese gran modernista de
su poca dice en una carta a un amigo: no somos modernos.
Sirva de punto final a esta somera seleccin el extracto de un reportaje que le fue hecho en sus ltimos aos de vida, reflejo luminoso de
su pensamiento y su sentir: A bonezco las doctrinas y sus impertinencias. Es P01' eso que quiero escribir mi sueo musical con el ms completo apartamiento de m mismo. Quiero cantar mi paisaje interior con
la ingenua candidez de un nio. Por cierto que esta inocente gramtica
del arte no se impone sin tropiezos. Ella ofender siempre a los partidarios del artificio y de la mentira.

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COLABORAN

EN

ESTE

NUMERO

Yolanda Montecino de AguiTre. Periodista, crtico de ballet en diferentes diarios y revistas santiaguinas, conferencista de nota sobre
temas baIletomanos.

lean Creusot. Director de la Escuela de Msica de Epinal, FranCia. Crtico Musical en peridicos franceses y extranjeros.

Len Schidlowsky. Compositor de vanguardia, profesor de educa


cin musical en el Instituto Hebreo desde 1955. Secretario y Director
de la Asociacin Nacional de Compositores.

Irma Godoy Tapia. Critico musical en peridicos y revistas italianas y americanas, corresponsal de la Revista Musical Chilena en iJtalia.

Dom Len Toloza, O.S.B. Monje Benedictino del Monasterio de


Las Condes en Chile. Estudios teolgicos en Beuron (Alemania) y en
Roma. Investigaciones gregorianas en Roma, Solesmes (Francias) y
SanktGaIlen (Suiza). Profesor de paleografa y semiologia gregoriana!.
en el Conservatorio Nacional de Msica de Santiago.

Federico Heinlein. Compositor, pianista y profesor del Conserva


torio Nacional de Msica. Crtico musical y asiduo colaborador de la
Revista Musical Chilena.

Aurelio de la Vega. Compositor y musicologo cubano, actualmente


profesor de msica, en el Departamento de Msica de San Fernando
VaIley State CoIlege.

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