Lectio Divina Lucas CArlos Mester

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Lectio: Lucas 5,27-32

3) Reflexin
El Evangelio de hoy trae el mismo asunto sobre el cual hemos reflexionado ya en enero en el
evangelio de Marcos (Mc 2,13-17). Slo que esta vez est sacado del Evangelio de Lucas y es bien
abreviado, concentrando la atencin en la cena principal que es el llamado y la conversin de Lev y
la conversin que esto supone para nosotros que estamos entrando en la cuaresma.
Jess llama a un pecador para ser discpulo. Jess llama a Lev, un publicano, e este,
inmediatamente, lo deja todo, sigue a Jess y empieza a hacer parte del grupo de los discpulos.
Enseguida Lucas dice que Lev prepar un gran banquete en su casa. En Marcos, pareca que el
banquete era en la casa de Jess. Lo que importa es la insistencia en la comunin de mesa de Jess
con los pecadores, lo cual estaba prohibido.
Jess vino no para los justos, sino para los pecadores. El gesto de Jess provoc la rabia de las
autoridades religiosas. Estaba prohibido comer con publicanos y pecadores, pues sentarse a la mesa
con alguien era lo mismo que tratarle como hermano. Con su gesto Jess estaba acogiendo a los
excluidos como hermanos de la misma familia de Dios. En vez de hablar directamente con Jess,
los escribas de los fariseos hablan con los discpulos: Qu! El come con los pecadores y
publicanos? Jess responde: No necesitan mdico los que estn, sino los que estn mal. No he
venido a llamar a justos, sino a pecadores. Es la conciencia de su misin que ayuda a encontrar la
respuesta y a indicar el rumbo para el anuncio de la Buena Nueva de Dios. El vino para reunir a la
gente dispersa, para reintegrar a los que han sido excluidos, para revelar que Dios no es un juez
severo que condena y expulsa, sino un Pare/Madre que acoge y abraza.
4) Para la reflexin personal
Jess acoge e incluye a las personas. Cul es mi actitud?
El gesto de Jess revela la experiencia que tiene de Dios como Padre. Cul es la imagen de Dios
que se irradia para los dems a travs de mi comportamiento?

Lectio: Lucas 5,33-39


3) Reflexin
En el Evangelio de hoy vamos a ver de cerca un conflicto entre Jess y las autoridades religiosas
de la poca, escribas y fariseos (Lc 5,3). Esta vez el conflicto es entorno al ayuno. Lucas relata
varios conflictos entorno a las prcticas religiosas de la poca: el perdn de los pecados (Lc 5,2125), comer con pecadores (Lc 5,29-32), el ayuno (Lc 5,33-36), adems de los conflictos entorno a la
observancia del sbado (Lc 6,1-5 e Lc 6,6-11).
Lucas 5,33: Jess no insiste en la prctica del ayuno. Aqu, el conflicto es entorno a la prctica del
ayuno. El ayuno es una costumbre muy antigua, practicada por casi todas las religiones. Jess
mismo lo practic durante cuarenta das (Mt 4,2). Pero l no insiste con los discpulos para que
hagan lo mismo. Les deja la libertad de actuar. Por esto, los discpulos de Juan Bautista y de los
fariseos, que estaban obligados a ayunar, quieren saber porqu motivo Jess no insiste en el ayuno.
Lucas 5,34-35: Mientras el novio est con ellos no precisan ayunar. Jess responde con una
comparacin. Mientras el novio est con ellos, esto es, durante la fiesta de las bodas, stos no
precisan ayunar. Durante el tiempo en que l, Jess, est con sus discpulos, es fiesta de bodas. Pero
el da vendr en que el novio no estar. En ese da, si quieren, pueden ayunar. Jess alude a su
muerte. Sabe y siente que si contina por este camino de libertad, las autoridades van a querer
matarle.

En el Antiguo Testamento, varias veces, Dios mismo se presenta como siendo el novio de la gente
(Is 49,15; 54,5.8; 62,4-5; Os 2,16-25). En el Nuevo Testamento, Jess es visto como el novio de su
pueblo, de su gente (Ef 5,25). El Apocalipsis presenta el convite para la celebracin de las nupcias
del Cordero con su esposa, la Jerusaln celestial (Ap 19,7-8; 21,2.9).
Lucas 5,36-39: Vino nuevo en pellejos nuevos! Estas palabras sueltas sobre el remiendo nuevo en
pao viejo y sobre el vino nuevo en pellejos viejos deben entenderse como una luz que arroja su
claridad sobre los diversos conflictos, relatados por Lucas, antes y despus de la discusin entorno
al ayuno. Aclaran la actitud de Jess con relacin a todos los conflictos con las autoridades
religiosas. Colocados en trminos de hoy seran conflictos como stos: bodas de personas
divorciadas, amistad con prostitutas y homosexuales, comulgar sin estar casado/a por la iglesia,
faltar a la misa los domingos, no hacer ayuno el viernes santo, etc.
No se pone remiendo nuevo a un vestido viejo, porque a la hora de lavarlo, el remiendo nuevo se
encoge y el vestido se desgarra an ms. Nadie pone vino nuevo en pellejo viejo, porque el vino
nuevo por la fermentacin hace estallar el pellejo viejo. Vino nuevo en pellejo nuevo! La religin
defendida por las autoridades religiosas era como ropa vieja, como pellejo viejo. O lo uno, o lo otro.
No se debe combinar lo nuevo que Jess trae con costumbres antiguas. O lo uno, o lo otro! El vino
nuevo que Jess trae hace estallar el pellejo viejo. Hay que saber separar las cosas. Muy
probablemente Lucas trae estas palabras de Jess para orientar a las comunidades de los aos 80.
Haba un grupo de judeo-cristianos que queran reducir la novedad de Jess al tamao del judasmo
de antes. Jess no est en contra de lo que es viejo. Lo que l no quiere es que lo viejo se
imponga y as empiece a manifestarse. Sera lo mismo que reducir, en la Iglesia catlica, el mensaje
del Concilio Vaticano II a lo que se viva en la Iglesia antes del concilio, como hoy mucha gente
parece estar queriendo hacer.
4) Para la reflexin personal
Cules son los conflictos entorno a las prcticas religiosas que, hoy, traen sufrimiento a las
personas y son motivo de mucha discusin y polmica? Cul es la imagen de Dios que est por
detrs de todas estas ideas preconcebidas, normas y prohibiciones?
Cmo entender hoy la frase de Jess: No colocar remiendo del pao nuevo en vestido viejo?
Qu mensaje sacas de todo esto para tu vida y para tu comunidad?

Lectio: Lucas 6,1-5


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos habla del conflicto alrededor de la observancia del sbado. La
observancia del sbado era una ley central, uno de los Diez Mandamientos. Ley muy antigua que
fue revalorizada en la poca del cautiverio. En el cautiverio, la gente tena que trabajar siete das por
semana de sol a sol, sin condiciones de reunirse para escuchar y meditar la Palabra de Dios, para
rezar juntos y para compartir su fe, sus problemas y su esperanza. De all surgi la necesidad
urgente de parar por lo menos un da por semana para reunirse y animarse mutuamente en aquella
condicin tan dura del cautiverio. De lo contrario, perderan la fe. Fue as que renaci y fue
reestablecida con vigor la observancia del sbado.
Lucas 6,1-2: La causa del conflicto. En un da de sbado, los discpulos pasan por las plantaciones
y se abren camino arrancando espigas. Mateo 12,1 dice que ellos tenan hambre (Mt 12,1). Los
fariseos invocan la Biblia para decir que esto es trasgresin de la ley del sbado: "Por que hacis lo
que no es lcito el sbado?" (Cf. Ex 20,8-11).
Lucas 6,3-4: La respuesta de Jess. Inmediatamente, Jess responde recordando que el mismo
David hizo tambin cosas prohibidas, pues tir los panes sagrados del templo y los dio de comer a
los soldados que tenan hambre (1 Sam 21,2-7). Jess conoca la Biblia y la invocaba para mostrar
que los argumentos de los dems no tenan fundamento. En Mateo, la respuesta de Jess es ms

completa. No slo invoca la historia de David, sino que suscita tambin la legislacin que permite
que los sacerdotes trabajen el sbado y cita la frase del profeta Oseas: Misericordia quiero y no
sacrificio. Cita un texto histrico, un texto legislativo y un texto proftico (cf. Mt 12,1-18). En
aquel tiempo, no haba Biblias impresas como tenemos hoy en da. En cada comunidad slo haba
una nica Biblia, escrita a mano, que quedaba en la sinagoga. Si Jess conoca tan bien la Biblia, es
seal de que l, durante los 30 aos de su vida en Nazaret, tiene que haber participado intensamente
en la vida de la comunidad, donde todos los sbados se lean las Escrituras. Nos falta mucho a
nosotros para que tengamos esa misma familiaridad con la Biblia y la misma participacin en la
comunidad.
Lucas 6,5: La conclusin para todos nosotros. Y Jess termina con esta frase: El Hijo del Hombre
es seor del sbado! Jess, como hijo de Hombre que vive en la intimidad con Dios, descubre el
sentido de la Biblia, no de fuera a dentro, sino de dentro a fuera, esto es, descubre el sentido a partir
de la raz, a partir de su intimidad con el autor de la Biblia que es Dios mismo. Por esto, se dice
seor del sbado. En el evangelio de Marcos, Jess relativiza la ley del sbado diciendo: El
hombre est hecho por el sbado, y no el sbado por el hombre (Mc 2,27).
4) Para la reflexin personal
Cmo pasas el domingo, nuestro sbado? Vas a misa por obligacin, para evitar el pecado o para
estar con Dios?
Jess conoca la Biblia casi de memoria. Y yo? Qu representa la Biblia para m?

Lectio: Lucas 6,6-11


3) Reflexin
Contexto. Nuestro pasaje presenta a Jess curando a un hombre que tena una mano seca. A
diferencia del contexto de los cap. 3-4 en los que Jess aparece solo, aqu Jess aparece rodeado de
sus discpulos y de las mujeres que lo acompaaban. En los primeros tramos de este camino
encontrar el lector diversos modos de escuchar la palabra de Jess por parte de los que lo siguen
que en definitiva podran sintetizarse en dos experiencias que reclaman a su vez dos tipos de
aproximacin a Jess: el de Pedro (5,1-11) y el del centurin (7,1-10). El primero encuentra a Jess
que, despus de la pesca milagrosa, lo invita a ser pescador de hombres, y cae despus de rodillas
ante Jess: Aljate de m, Seor, que soy un hombre pecador (5,8). El segundo no tiene ninguna
comunicacin directa con Jess: ha odo hablar muy bien sobre Jess y le enva intermediarios para
pedirle la curacin de su criado que est muriendo; pide algo no para s, sino para una persona muy
querida. La figura de Pedro representa la actitud del que, sintindose pecador, pone su obrar bajo el
influjo de la Palabra de Jess. El centurin, mostrando su solicitud por el criado, aprende a escuchar
a Dios. Pues bien, la curacin del hombre que tiene una mano seca se coloca entre estas vas o
actitudes que caracterizan la itinerancia de la vida de Jess. El hecho milagroso se produce en un
contexto de debate o controversia: las espigas arrancadas en sbado y una curacin tambin en
sbado, precisamente la mano seca. Entre las dos discusiones, la palabra de Jess juega un papel
crucial: El Hijo del hombre es seor del sbado (6,5). Yendo a nuestro pasaje, preguntmonos qu
significa esta mano seca? Es smbolo de la salvacin del hombre que es conducido a su situacin
original, la de la creacin. Adems, la mano derecha expresa el obrar humano. Jess devuelve a este
da de la semana, el sbado, su ms profundo sentido: es el da de la alegra, de la restauracin, y no
de la limitacin. El sbado que Jess presenta es el sbado mesinico, no el sbado legalista; las
curaciones realizadas por l son signos del tiempo mesinico, de la restauracin y liberacin del
hombre.
Dinmica del milagro. Lucas pone ante Jess a un hombre con una mano sin fuerza, seca,
paralizada. Nadie se interesa por pedir su curacin y menos an el directamente interesado. Pero la
enfermedad no era slo un problema individual, sino que sus efectos repercuten en toda la

comunidad. En nuestro relato no emerge tanto el problema de la enfermedad sino ms bien su


relacin con el sbado. Jess es criticado porque ha curado en sbado. La diferencia con los fariseos
consiste en que stos, en el da de sbado, no actan en base al mandamiento del amor que es la
esencia de la ley. Jess, despus de ordenar al hombre ponerse en el centro de la asamblea, hace una
pregunta decisiva: es lcito o no curar en sbado?. Los espacios para la respuesta son reducidos:
curar o no curar, o sea, curar o destruir (v.9). Imaginmonos la dificultad de los fariseos: haba que
excluir que en sbado se pudiese hacer el mal o conducir al hombre a la perdicin y menos an
curar ya que ayudar en sbado estaba permitido slo en casos de extrema necesidad. Los fariseos se
sienten provocados, lo cual excita su agresividad. Aparece como evidente que la intencin de Jess
al curar en sbado es procurar el bien del hombre, en primer lugar el que est enfermo. Esta
motivacin de amor nos invita a reflexionar sobre nuestro comportamiento y a fundamentarlo en el
de Jess, que salva. Jess no presta atencin slo a la curacin del enfermo, sino que est tambin
interesado por la de sus adversarios: corarlos de su torcida actitud al observar la ley; observar el
sbado sin reanimar al prjimo de sus enfermedades no est en conformidad con lo que Dios quiere.
Para el evangelista, la funcin del sbado es hacer el bien, salvar como Jess hace en su vida
terrena.
4) Para la reflexin personal
Te sientes urgido las palabras de Jess? Cmo te comprometes en tu servicio a la vida? Sabes
crear condiciones para que el otro viva mejor?
Sabes poner en el centro de tu atencin a todos los hombres y a sus necesidades?

Lectio: Lucas 6,20-26


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos presenta las cuatro bienaventuranzas y las cuatro maldiciones del
Evangelio de Lucas. Hay una manera progresiva en la forma que Lucas tiene de presentar la
enseanza de Jess. Hasta el 6,16, dice muchas veces que Jess ensea a la gente, pero no llega a
relatar el contenido de la enseanza (Lc 4,15.31-32.44; 5,1.3.15.17; 6,6). Ahora, despus de
informar que Jess vio la multitud deseosa de or la palabra de Dios, Lucas trae el primer grande
discurso que empieza con la exclamacin:"Bienaventurados los pobres!" y "Ay de vosotros los
ricos!", y ocupa todo el resto del captulo (Lc 6,12-49). Algunos le llaman a este discurso el
Sermn de la planicie, pues segundo Lucas, Jess baj de la montaa y se par en un lugar de
llanura donde hizo su discurso. En el evangelio de Mateo, este mismo discurso est hecho en el
monte (Mt 5,1) y es el llamado "Sermn de la Montaa". En Mateo, el sermn tiene ocho
bienaventuranzas, que tienen un programa de vida para las comunidades cristianas de origen
judaica. En Lucas, el sermn es ms breve y ms radical. Contiene cuatro bienaventuranzas y cuatro
maldiciones, dirigidas para las comunidades, constituidas de ricos y de pobres. Este discurso de
Jess va a ser meditado en el evangelio diario de los prximos das.
Lucas 6,20: Bienaventurados los pobres! Mirando hacia los discpulos, Jess declara:
"Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de los cielos!" Esta declaracin identifica
la categora social de los discpulos. Ellos son pobres! Y a ellos Jess promete: Vuestro es el
Reino de los Cielos! No es una promesa para el futuro. El verbo est al presente. El Reino les
pertenece ya. En el evangelio de Mateo, Jess explicita el sentido y dice: "Bienaventurados los
pobres de Espritu!" (Mt 5,3). Son los pobres que tienen al Espritu de Jess. Pues hay pobres con
cabeza o espritu de rico. Los discpulos de Jess son pobres con cabeza de pobre. Como Jess no
quieren acumular, pero asumen su pobreza y, como l, luchan por una convivencia ms justa, donde
haya fraternidad y puesta en comn de los bienes, sin discriminacin.
Lucas 6,21-22: Bienaventurados los que ahora tiene hambre y lloran! En la 2 y 3
bienaventuranza Jess dice. "Bienaventurados los que ahora tenis hambre, porque seris saciados!

Bienaventurados los que ahora lloris porque reiris!" Una parte de las frases est al presente y otra
al futuro. Aquello que ahora vivimos y sufrimos no es lo definitivo. Lo definitivo es el Reino que
estamos construyendo hoy con la fuerza del Espritu de Jess. Construir el Reino trae sufrimiento y
persecucin, pero una cosa es cierta: el Reino va a llegar y seris saciados y reiris!.
Lucas 6,23: Bienaventurados seris cuando los hombres os odien....! La bienaventuranza se
refiere al futuro: "Bienaventurados seris cuando los hombres os odien, os expulsen, proscriban
vuestro nombre como malo por causa del Hijo del Hombre. Alegraos ese da porque grande ser
vuestra recompensa, porque as fueron tratados los profetas!" Con estas palabras de Jess, Lucas
anima a las comunidades de su tiempo, que estaban siendo perseguidas. El sufrimiento no es
estertor de muerte, sino dolor de parto. Fuente de esperanza! La persecucin era una seal de que
el futuro anunciado por Jess estaba llegando para ellas. Iban por el justo camino
Lucas 6,24-25: Ay de vosotros los ricos! Ay de vosotros los que estis hartos y os res! Despus
de las cuatro bienaventuranzas a favor de los pobres y excluidos, siguen cuatro amenazas o
maldiciones contra los ricos y los que se lo pasan bien y son elogiados por todos. Las cuatro
amenazas tienen la misma forma literaria que las cuatro bienaventuranzas. La 1 est al presente. La
2 y la 3 tienen una gran parte al presente y la otra al futuro. Y la 4 se refiere enteramente al futuro.
Estas amenazas slo se encuentran en el evangelio de Lucas y no en el de Mateo. Lucas es ms
radical en la denuncia de la injusticia.
Delante de Jess, en aquella planicie no haba ricos. Slo haba gente pobre, venida de todos los
lados (Lc 6,17-19). Asimismo, Jess dice: "Ay de vosotros los ricos!" Y es que Lucas, al transmitir
estas palabras de Jess, estaba pensando ms en las comunidades de su tiempo. En ellas haba ricos
y pobres, y haba discriminacin de los pobres por parte de los ricos, la misma que marcaba la
estructura del Imperio Romano (cf. Sant. 5,1-6; Ap 3,17-19). Jess hace una crtica dura y directa a
los ricos: Vosotros los ricos, ya tenis consolacin! Vosotros ya estis hartos, pero pasaris
hambre! Vosotros os estis riendo, pero quedaris afligidos y lloraris! Seal de que para Jess, la
pobreza no es una fatalidad, ni es fruto de prejuicios, sino que es fruto de enriquecimiento injusto de
los otros.
Lucas 6,26: Ay de vosotros cuando todos hablen bien de vosotros, porque as vuestros padres
trataron a los falsos profetas! Esta cuarta amenaza se refiere a los hijos de los que en el pasado
elogiaban a los falsos profetas. Es que algunas autoridades de los judos usaban su prestigio y su
autoridad, para criticar a Jess.
4) Para la reflexin personal
Miramos la vida de las personas con la misma mirada de Jess? Dentro de tu corazn, qu
piensas de verdad: una persona pobre y hambrienta puede ser realmente feliz? Las telenovelas y la
propaganda del comercio, qu ideal de nos presentan?
Diciendo Felices los pobres, Jess estaba queriendo decir que los pobres han de seguir en la
pobreza?

Lectio: Lucas 6,27-38


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos presenta la segunda parte del Sermn de la Planicie. En la primera parte
(Lc 6,20-26), Jess se diriga a los discpulos (Lc 6,20). En la segunda parte (Lc 6,27-49), se dirige
a los que me escuchis, esto es, aquella multitud inmensa de pobres y de enfermos, llegada de
todos los lados (Lc 6,17-19).
Lucas 6,27-30: Amar a los enemigos! Las palabras que Jess dirige a este pueblo son exigentes y
difciles: amar a los enemigos, no maldecir, ofrecer la otra mejilla a quien te hiera en una, no
reclamar cuando alguien toma lo que es tuyo. Tomadas al pie de la letra, estas frases parecen

favorecer a los ricos que roban. Pero ni siquiera Jess las observ al pie de la letra. Cuando el
soldado le hiri en la mejilla, no ofreci la otra, sino que reaccion con firmeza: Si habl mal,
prubalo! Y si no por qu me golpeas? (Jn 18,22-23). Entonces, cmo entender estas palabras?
Los versculos siguientes nos ayudan a entender lo que Jess quiere ensearnos.
Lucas 6,31-36: La Regla de Oro! Imitar a Dios. Dos frases de Jess ayudan a entender lo que l
quiere ensear. La primera frase es la as llamada Regla de Oro: " Y tratad a los hombres como
queris que ellos os traten! (Lc 6,31). La segunda frase es: "Sed compasivo como vuestro Padre
celestial es compasivo!" (Lc 6,36). Estas dos frases muestran que Jess no quiere invertir
sencillamente la situacin, pues nada cambiara. Quiere cambiar el sistema. Lo Nuevo que el quiere
construir nace de la nueva experiencia de Dios como Padre lleno de ternura que acoge a todos! Las
palabras de amenaza contra los ricos no pueden ser ocasin para que los pobres se venguen. Jess
manda tener una actitud contraria: Amar a vuestros enemigos!" El amor no puede depender de lo
que recibimos del otro. El verdadero amor tiene que querer tambin el bien del otro,
independientemente de que l o ella hagan por m. El amor tiene que ser creativo, pues as es el
amor de Dios para nosotros: "Sed compasivos como el Padre celestial es compasivo!". Mateo dice
lo mismo con otras palabras: Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5,48).
Nunca nadie podr llegar a decir: Hoy he sido perfecto como el Padre celestial es perfecto. He sido
compasivo como el Padre celestial es compasivo. Estaremos siempre por debajo del listn que
Jess puso ante nosotros.
En el evangelio de Lucas, la Regla de Oro dice: "Y todo lo que ustedes desearan de los dems,
hganlo con ellos y aade: Pues en esto consisten la Ley y los Profetas" (Mt 7,12). Prcticamente
todas las religiones del mundo tienen la misma Regla de oro con formulaciones diversas. Seal de
que aqu se expresa una intuicin o un deseo universal que nace del fondo del corazn humano.
Lucas 6,37-38: Porque con la medida con que midis se os medir. No juzguis y no seris
juzgados, no condenis y no seris condenados; perdonad y seris perdonados. Dad y se os dar;
una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrn en el halda de vuestros vestidos. Porque
con la medida con que midis se os medir. Son cuatro consejos: dos de forma negativa: no juzgar,
no condenar; y dos de forma positiva: perdonar y dar con medida abundante. Cuando dice y se os
dar, Jess alude al tratamiento que Dios quiere tener con nosotros. Pero cuando nuestra manera de
tratar a los otros es mezquina, Dios no puede usar la medida abundante y rebosante que a El le
gustara usar.
Celebrar la visita de Dios. El Sermn de la Planicie o Sermn del Monte, desde su comienzo, lleva
a los oyentes a optar, a una opcin a favor de los pobres. En el Antiguo Testamento, varias veces,
Dios coloc a la gente ante la misma opcin de bendicin o de maldicin. La gente tena la libertad
de escoger. "Te puse delante la vida o la muerte, la bendicin o la maldicin. Escoge, por tanto, la
vida, para que vivas t y tu descendencia" (Dt 30,19). No es Dios quien condena, sino que la gente
misma segn la opcin que har entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal. Estos momentos de
opcin son los momentos de la visita de Dios a su gente (Gn 21,1; 50,24-25; Ex 3,16; 32,34; Jer
29,10; Sal 59,6; Sal 65,10; Sal 80,15, Sal 106,4). Lucas es el nico evangelista que emplea esta
imagen de la visita de Dios (Lc 1,68. 78; 7,16; 19,44; He 15,16). Para Lucas Jess es la visita de
Dios que coloca a la gente ante la posibilidad de escoger la bendicin o la maldicin:
Bienaventurados vosotros los pobres!" y "Ay de vosotros, los ricos!" Pero la gente no reconoce la
visita de Dios (Lc 19,44).
4) Para la reflexin personal
Ser que miramos la vida y a las personas con la misma mirada de Jess?
Qu quiere decir hoy ser misericordioso como el Padre celestial es misericordioso"?

Lectio: Lucas 6,36-38

3) Reflexin
Los tres breves versculos del Evangelio de hoy (Lc 6,36-38) constituyen la parte final de un breve
discurso de Jess (Lc 6,20-38). En la primera parte de este discurso, l se dirige a los discpulos (Lc
6,20) y a los ricos (Lc 6,24) proclamando para los discpulos cuatro bienaventuranzas (Lc 6,20-23),
y para los ricos cuatro maldiciones (Lc 6,20-26). En la segunda parte, se dirige a todos los que lo
escuchan (Lc 6,27), a saber, aquella multitud inmensa de pobres y enfermos, venida de todos los
lados (Lc 6,17-19). Las palabras que dice a esta multitud y a todos nosotros son exigentes y
difciles: amar a los enemigos (Lc 6,27), no maldecir (Lc 6,28), ofrecer la otra mejilla a los que te
golpean la cara y no reclamar cuando alguien toma lo que es nuestro (Lc 6,29). Cmo entender
estos consejos tan exigentes? La explicacin nos la dan tres versculos del evangelio de hoy, de
donde sacamos el centro de la Buena Nueva que Jess vino a traernos.
Lucas 6,36: Ser misericordioso como vuestro Padre es misericordia. Las bienaventuranzas para los
discpulos (Lc 6,20-23) y las maldiciones contra los ricos (Lc 6,24-26) no pueden ser interpretadas
como una ocasin para que los pobres se venguen de los ricos. Jess manda tener la actitud
contraria. Y dice:"Amad a vuestros enemigos!" (Lc 6,27). La mudanza o la conversin que Jess
quiere realizar en nosotros no consisten en algo superficial solamente para invertir el sistema, pues
as nada cambiara. El quiere cambiar el sistema. La Novedad que Jess quiere construir viene de la
nueva experiencia que tiene de Dios como Padre/Madre lleno de ternura que acoge a todos, buenos
y malos, que hace brillar el sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos (Mt 5,45).
El amor verdadero no depende de lo que yo recibo del otro. El amor debe querer el bien del otro
independientemente do lo que l o ella hacen por m. Pues as es el amor de Dios por nosotros. El es
misericordioso no solamente para con los buenos, sino para con todos, hasta con los ingratos y con
los malos (Lc 6,35). Los discpulos y las discpulas de Jess deben irradiar este amor
misericordioso.
Lucas 6,37-38: No juzgad y no seris juzgados. Estas palabras finales repiten de forma ms clara
lo que l haba dicho anteriormente: As, pues, tratad a los dems como queris que ellos os traten
(Lc 6,31; cf. Mt 7,12). Si no deseas ser juzgado, no juzgues! Si no deseas ser condenado, no
condenes! Si quieres ser perdonado, perdona! No te quedes esperando hasta que el otro tome la
iniciativa, tmala t la iniciativa y comienza ya! Y vers que todo esto ocurre.
4) Para la reflexin personal
La Cuaresma es tiempo de conversin. Cul es la conversin que el evangelio de hoy me pide?
Has procurado ser misericordioso como el Padre del cielo es misericordioso?

Lectio: Lucas 6,39-42


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos presenta unos pasajes del discurso que Jess pronunci en la planicie
despus de una noche pasada en oracin (Lc 6,12) y de haber llamado a los doce para que fueran
sus apstoles (Lc 6,13-14). Gran parte de las frases reunidas en este discurso fueron pronunciadas
en otras ocasiones, pero Lucas, imitando a Mateo, las rene aqu en este Sermn de la Planicie.
Lucas 6,39: La parbola del ciego que gua a otros ciego. Jess cuenta una parbola a los
discpulos: "Puede un ciego guiar a otro ciego? No caern los dos en el hoyo? Parbola de una
sola lnea, pero que tiene mucha semejanza con las advertencias que, en el evangelio de Mateo, van
dirigidas a los fariseos: Ay de vosotros los ciegos! (Mt 23,16.17.19.24.26) Aqu, en el contexto
del evangelio de Lucas, esta parbola va dirigida a los animadores de las comunidades que se
consideraban dueos de la verdad, superiores a los otros. Por esto, son guas ciegos.
Lucas 6,40: Discpulo Maestro. Ningn discpulo es mayor que el maestro; ser como el
maestro cuando est perfectamente instruido. Jess es Maestro. No es profesor. El profesor da la

clase, ensea diversas asignaturas, pero no convive. El maestro convive. Su materia es el mismo, su
testimonio de vida, su manera de vivir aquello que ensea. La convivencia con el maestro tiene tres
aspectos: (1) El maestro es el modelo o el ejemplo que hay que imitar (cf. Jn 13,13-15). (2) El
discpulo no slo contempla e imita, sino que adems se compromete con el destino del maestro,
con sus tentaciones (Lc 22,28), persecucin (Mt 10,24-25), y muerte (Jn 11,16). (3) No slo imita el
modelo, no slo asume el compromiso, sino que llega a identificarse: "Vivo, pero no soy yo, es
Cristo quien vive en m" (Gl 2,20). Este tercer aspecto es la dimensin mstica del seguimiento de
Jess, fruto de la accin del Espritu.
Lucas 6,41-42: La brizna en el ojo del hermano. Cmo es que miras la brizna que hay en el ojo
de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? Cmo puedes decir a tu hermano:
`Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo', si no ves la viga que hay en el tuyo?
Hipcrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrs ver para sacar la brizna que hay en el ojo
de tu hermano."
En el Sermn de la Montaa, Mateo trata el mismo asunto y explica un poco mejor la parbola de la
brizna en el ojo. Jess pide una actitud creativa que nos haga capaces de ir al encuentro del otro sin
juzgarlo, sin ideas preconcebidas y sin racionalizaciones, acogiendo al otro como hermano (Mt 7,15). Esta total apertura hacia el otro como hermano nacer en nosotros slo si sabremos
relacionarnos con Dios en total confianza, como hijos con su padre (Mt 7,7-11).
4) Para la reflexin personal
Brizna o viga en el ojo. Cmo me relaciono con los dems en casa y en familia, en el trabajo con
los colegas, en la comunidad con los hermanos y hermanas?
Maestro y discpulo. Cmo soy discpulo/a de Jess?

Lectio: Lucas 6,43-49


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos presenta la parte final del Sermn de la Planicie que es la versin que
Lucas da del Sermn de la Montaa del Evangelio de Mateo.
Lucas 6,43-45: La parbola del rbol que da buenos frutos. Porque no hay rbol bueno que d
fruto malo y, a la inversa, no hay rbol malo que d fruto bueno. Cada rbol se conoce por su fruto.
No se recogen higos de los espinos, ni de la zarza se vendimian uvas. La carta del apstol Santiago
sirve de comentario para esta palabra de Jess: Puede brotar de la misma fuente agua dulce y
agua amarga? Pueda una higuera producir aceitunas o la vid higos? Tampoco el mar puede dar
agua dulce (Stgo 3,11-12). La persona bien formada en la tradicin de la convivencia comunitaria
hace crecer dentro de s una buena manera de ser que la lleva a practicar el bien. Del buen tesoro
de su corazn saca lo bueno, pero la persona que descuida de su formacin tendr dificultad en
producir cosas buenas. Porque del malo saca lo malo, porque de la abundancia del corazn habla la
boca". Respecto del buen tesoro del corazn merece la pena decir lo que dice el libro del
Eclesistico sobre el corazn: Djate llevar por lo que te dicta el corazn, porque nadie te ser ms
fiel que l: el alma de un hombre suele advertir a menudo mejor que siete vigas apostados sobre
una altura. Y por encima de todo ruego al Altsimo, para que dirija tus pasos en la verdad. (Ec
37,13-15).
Lucas 6,46: No basta decir Seor, Seor. Lo importante no es hablar bien de Dios, sino hacer la
voluntad del Padre y ser as una revelacin de su rostro y de su presencia en el mundo.
Lucas 6,47-49: Construir la casa sobre una roca. Escuchar y practicar, es sta la conclusin final
del Sermn de la Montaa. Mucha gente buscaba seguridad y poder religioso mediante dones
extraordinarios o de observancia. Pero la verdadera seguridad no viene del poder, no viene de nada
de esto. Viene de Dios! Y Dios se vuelve fuente de seguridad, cuando tratamos de practicar su
voluntad. Ser la roca que nos sustenta en la hora de las dificultades y de las tormentas.

Dios, roca de nuestra vida. En el libro de los Salmos, con frecuencia encontramos la expresin:
Dios es mi roca y mi fortaleza... Dios mo, roca ma, mi refugio, mi escudo, la fuerza que me
salva... (Sal 18,3). El es la defensa y la fuerza de quien cree en l y de aquel que busca la justicia
(Sal 18,21.24). Las personas que confan en este Dios, se vuelven a su vez roca para los dems. As,
el profeta Isaas invita a quienes estaban en el cautiverio: Escchenme ustedes, que anhelan la
justicia y que buscan a Yahv. Miren la piedra de que fueron tallados y el corte en la roca de donde
fueron sacados. Miren a Abrahn, su padre y a Sara que les dio a luz (Is 51,1-2). El profeta pide
para al pueblo que no olvide el pasado y recuerde como Abrahn y Sara por la fe en Dios se
volvieron roca, comienzo del pueblo de Dios. Mirando hacia esta roca, la gente deba sacar valor
para luchar y salir del cautiverio. Del mismo modo, Mateo exhorta a las comunidades para que no
olviden nunca esa misma roca (Mt 7,24-25) y as puedan ellas mismas ser roca para fortalecer a sus
hermanos en la fe. Este es tambin el sentido del nombre que Jess da a Pedro: T eres Pedro y
sobre este piedra edificar mi Iglesia (Mt 16,18). Esta es la vocacin de las primeras comunidades,
llamadas a unirse a Jess, la piedra viva, para volverse tambin ellas piedras vivas gracias a la
escucha prctica de la Palabra (Pd 2,4-10; 2,5; Ef 2,19-22).
4) Para la reflexin personal
Cul es la calidad de mi corazn?
Mi casa, est construida sobre una roca?

Lectio: Lucas 7,31-35


3) Reflexin
En el evangelio de hoy vemos como la novedad de la Buena Nueva fue avanzando de tal modo
que las personas agarradas a las formas antiguas de la fe quedaban como perdidas sin entender nada
de la accin de Dios. Para esconder su falta de apertura y de comprensin ellas se defendan y
buscaban pretextos infantiles para justificar su actitud de no aceptacin. Jess reacciona con una
parbola para denunciar la incoherencia de sus adversarios: Os parecis a nios que no saben lo
que quieren!"
Lucas 7,31: Con quin comparar a los hombres de esta generacin? A Jess le parece extraa la
reaccin de la gente y dice: "Con quin, comparar, pues, a los hombres de esta generacin? Y a
quin se parecen? Cuando una cosa es evidente y las personas, o por su ignorancia o por mala
voluntad no quieren darse cuenta o no sen dan cuenta, es bueno encontrar comparaciones que
hablan por s solas.
Lucas 7,32: Como nios, in fundamento. La comparacin que Jess encuentra es sta: Vosotros os
parecis a los chiquillos que estn sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: "En el
mundo entero hay nios mimados y que tienen la misma reaccin. Reclaman cuando los otros no
hacen y actan como ellos quieren. El motivo de la queja de Jess es la manera arbitraria con que,
en el pasado, reaccionaron ante Juan el Bautista y, ahora en el presente, ante el mismo Jess.
Lucas 7,33-34: Su opinin sobre Juan y Jess. Porque ha venido Juan el Bautista, que no coma
pan ni beba vino, y decs: `Demonio tiene.' Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y
decs: `Ah tenis un comiln y un borracho, amigo de publicanos y pecadores. Jess fue discpulo
de Juan Bautista, crean l y se hizo bautizar por l. Fue cuando el bautismo que l tuvo la
revelacin del Padre respecto de su misin como Mesas Siervo (Mc 1,10). Al mismo tiempo, Jess
resalta la diferencia entre l mismo y Juan. Juan era ms severo, ms asctico, ni coma, ni beba.
Quedaba en el desierto y amenazaba a la gente con los castigos del Juicio Final (Lc 3,7-9). Por esto
decan que tena un demonio, que estaba posedo. Jess era ms acogedor, coma y beba como todo
el mundo. Andaba por los poblados y entraba en la casa de la gente, acoga a las prostitutas y a los
recaudadores de impuestos. Por eso decan que era comiln y que se emborrachaba. A pesar de

generalizar al hablar de los hombres de esta generacin (Lc 7,31), probablemente, Jess tiene en
mente la opinin de las autoridades religiosas que no crean en Jess (Mc 11,29-33).
Lucas 7,35: La conclusin obvia a la que Jess llega. Y Jess termina sacando la conclusin: Y la
sabidura se ha acreditado por todos sus hijos. La falta de seriedad y de coherencia aparece
claramente en la opinin que emiten sobre Jess y Juan. La mala voluntad es tan evidente que no
necesitaba de prueba. Esto hacer recordar la respuesta de Job a sus amigos que pretendan ser
sabios: Quin podra obligaros a guardar silencio? Esto sera el nico acto sabio de vosotros!
(Job 13,5).
4) Para la reflexin personal
Cuando emito una opinin sobre los otros, soy como los fariseos y los escribas que opinaban
sobre Juan y Jess? Ellos apenas expresaban sus ideas preconcebidas y nada informaban sobre las
personas que eran juzgados por ellos.
Conoces a grupos en la Iglesia de hoy que mereceran la parbola de Jess?

Lectio: Lucas 7,36-50


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos habla del episodio de la mujer que fue acogida por Jess durante una
comida en casa de Simn, el fariseo. Uno de los aspectos de la novedad que la Buena Nueva de
Dios trae es la actitud sorprendente de Jess hacia las mujeres. En la poca del Nuevo Testamento,
la mujer viva marginada. No participaba en la sinagoga, no podis ser testigo en la vida pblica.
Muchas mujeres, sin embargo, se resistan contra esa exclusin. Desde el tiempo de Esdras, creca
la marginalizacin de las mujeres por parte de las autoridades religiosas (Es 9,1 a 10,44) y creca
tambin la resistencia de las mujeres contra su exclusin, como aparece en las historias de Judit,
Ester, Ruth, Noem, Susana, de la Zalamita y de tantas otras. Esta resistencia encuentra eco y
acogida en Jess. En el episodio de la mujer del perfume emergen el incorfomismo y la resistencia
de las mujeres en el da a da de la vida y de la acogida que Jess les daba.
Lucas 7,36-38: La situacin que provoca el debate. Tres personas totalmente diferentes se
encuentran: Jess, Simn, el fariseo, un judo practicante, y la mujer de la que decan que era
pecadora. Jess est en casa de Simn que lo invit a comer. La mujer entra, se coloca a los pies de
Jess, empieza a llorar, moja los pies de Jess con las lgrimas, suelta los cabellos para secar los
pies de Jess, besa y unge los pies con perfume. Soltar los cabellos en pblico era un gesto de
independencia. Jess no se retrae, ni aleja a la mujer, sino que acoge su gesto.
Lucas 7,39-40: La reaccin del fariseo y la respuesta de Jess. Jess estaba acogiendo a una
persona que, segn las costumbres de la poca, no poda ser acogida, pues era pecadora. El fariseo,
observando todo, critica a Jess y condena a la mujer: "Si ste fuera profeta, sabra quin y qu
clase de mujer es la que le est tocando, pues es una pecadora. Jess le respondi: Simn, tengo
algo que decirte. Jess usa una parbola para responder a la provocacin del fariseo.
Lucas 7,41-43: La parbola de los dos servidores. Uno deba 500 denarios, el otro 50. Ninguno de
los dos tena con qu pagar. Ambos fueron perdonados. Quin de ellos le amar ms? Respuesta
del fariseo: "Supongo que aquel al que perdona ms!". La parbola supone que los dos, tanto el
fariseo como la mujer, haban recibido algn favor de Jess. En la actitud que los dos toman ante
Jess, muestran como apreciaban el favor recibido. El fariseo muestra su amor, su gratitud,
invitando a Jess a que coma con l. La mujer muestra su amor, su gratitud, mediante las lgrimas,
los besos y el perfume.
Lucas 7,44-47: El mensaje de Jess al fariseo. Despus de recibir la respuesta del fariseo, Jess
aplica la parbola. Y estando en la casa del fariseo, invitado por l, Jess no pierde ocasin para
tomarse la libertad de hablar y actuar. Defiende a la mujer, y critica al judo practicante. El mensaje

de Jess para los fariseos de todos los tiempos es: "A quien poco se le perdona, poco amor
muestra!" Un fariseo piensa que no tiene pecado, porque observa en todo la ley. La seguridad
personal que yo, fariseo, creo en m por la observancia de las leyes de Dios y de la Iglesia, muchas
veces me impide experimentar la gratuidad del amor de Dios. Lo que importa no es la observancia
de la ley en s, sino el amor con que observo la ley. Y usando los smbolos del amor de la mujer,
Jess da respuesta al fariseo que se consideraba en paz con Dios:" Entr en tu casa y no me diste
agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lgrimas y los ha secado con sus
cabellos. No me diste el beso. Ella, desde que entr, no ha dejado de besarme los pies. No ungiste
mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume! Simn a pesar de todo lo que me
ofreciste, t tienes poco amor!"
Lucas 7,48-50: Palabra de Jess para la mujer. Jess declara la mujer perdonada y aade: "Tu fe te
ha salvado. Vete en paz!" Aqu aflora la novedad de la actitud de Jess. El no condena, sino acoge.
Y fue la fe lo que ayud a la mujer a recomponerse y a encontrarse consigo misma y con Dios. En
la relacin con Jess, una fuerza nueva despert dentro de ella y la hizo renacer.
4) Para la relacin personal
Dnde y cundo las mujeres son despreciada por los fariseos de hoy?
La mujer, ciertamente, no hubiera hecho lo que hizo, si no hubiese tenido la certeza absoluta de ser
acogida por Jess. Los marginados y los pecadores tienen hoy la misma certeza respecto de
nosotros?

Lectio: Lucas 8,1-3


3) Reflexin
El evangelio de hoy contina el episodio de ayer, que hablaba de la actitud sorprendente de Jess
para con las mujeres, cuando defendi a una mujer, conocida en la ciudad como pecadora, contra las
crticas de un fariseo. Ahora, en el comienzo del captulo VIII, Lucas describe como Jess iba por
los poblados y por las ciudades de Galilea, y la novedad es que iba acompaado no slo por los
discpulos, sino que tambin por las discpulas.
Lucas 8,1: Los doce que siguen a Jess. En una nica frase Lucas describe la situacin: Jess anda
por todas partes, por los poblados y ciudades de Galilea, anunciando la Buena Nueva de Dios y los
doce estn con l. La expresin seguir a Jess (cf. Mc 1,18; 15,41) indica la condicin del
discpulo que sigue al Maestro, veinte y cuatro horas por da, procurando imitar su ejemplo y
participar de su destino.
Lucas 8,2-3: Las mujeres siguen a Jess. Lo sorprendente es que, al lado de los hombres, hay
tambin mujeres junto a Jess. Lucas coloca a los discpulos y a las discpulas en pie de igualdad,
pues ambos siguen a Jess. Lucas tambin conserv los nombres de algunas de estas discpulas:
Mara Magdalena, nacida en la ciudad de Mgdala. Haba sido curada de siete demonios. Juana,
mujer de Cuza, procurador de Herodes Antipas, que era gobernador de Galilea. Susana y varias
otras. De ellas se afirma que sirven a Jess con sus bienes. Jess permita que un grupo de
mujeres le siguiera (Lc 8,2-3; 23,49; Mc 15,41). El evangelio de Marcos, hablando de las mujeres
en el momento de la muerte de Jess, informa: Unas mujeres miraban de lejos. Entre ellas, Mara
Magdalena, Mara, madre de Santiago, el menor, y de Jos, y Salom. Ellas haban seguido y
servido a Jess, desde cuando l estaba en Galilea. Junto con ellas haba otras ms, que haban
subido con Jess a Jerusaln (Mc 15,40-41). Marcos define su actitud con tres palabras: seguir,
servir, subir hasta Jerusaln. Los primeros cristianos no llegaron a elaborar una lista de estas
discpulas que seguan a Jess como hicieron los doce discpulos. Pero en las pginas del evangelio
de Lucas aparecen los nombres de siete discpulas: Maria Magdalena, Juana, mujer de Cuza, Susana

(Lc 8,3), Marta y Maria (Lc 10,38), Mara, madre de Santiago (Lc 24,10) y Ana, la profetisa (Lc
2,36), de ochenta y cuatro de edad. El nmero de ochenta y cuatro es doce veces siete. La edad
perfecta! La tradicin eclesistica posterior no valor este dado del discipulado de las mujeres con
el mismo peso con que valor el seguimiento de Jess por parte de los hombres. Es una lstima!
El Evangelio de Lucas fue considerado siempre el evangelio de las mujeres. De hecho, Lucas es lo
que trae el mayor nmero de episodios en que se destaca la relacin de Jess con las mujeres. Y la
novedad no est slo en la presencia de las mujeres alrededor de Jess, pero tambin y sobre todo
en la actitud de de Jess con relacin de Jess con las mujeres. Jess las toca y se deja tocar por las
mujeres, sin miedo a contaminarse (Lc 7,39; 8,44-45.54). A diferencia de los maestros de la poca,
Jess acepta a las mujeres como seguidoras y discpulas (Lc 8,2-3; 10,39). La fuerza libertadora de
Dios, actuante en Jess, hace que la mujer se levante y asuma su dignidad (Lc 13,13). Jess es
sensible al sufrimiento de la viuda y se solidariza con su dolor (Lc 7,13). El trabajo de la mujer
preparando alimento est considerado por Jess como seal del Reino (Lc 13,20-21). La viuda
persistente que lucha por sus derechos es colocada como modelo de oracin (Lc 18,1-8), y la viuda
pobre que comparte sus pocos bienes con los dems como modelo de entrega y de don (Lc 21,1-4).
En una poca en que el testimonio de las mujeres no era considerado como vlido, Jess acoge a las
mujeres como testigos de su muerte (Lc 23,49), sepultura (Lc 23,55-56) y resurreccin (Lc 24,111.22-24)
4) Para la reflexin personal
En su comunidad, en su pas, en su Iglesia, cmo se le valora a la mujer?
Compare la actitud de nuestra Iglesia con la actitud de Jess.

Lectio: Lucas 8,4-15


3) Reflexin
En el evangelio de hoy vamos a meditar la parbola de la simiente. Jess tena una manera bien
popular de ensear por medio de parbolas. Una parbola es una comparacin que usa las cosas
conocidas y visibles de la vida para explicar las cosas invisibles y desconocidas del Reino de Dios.
Jess tena una capacidad muy grande de encontrar imgenes bien simples para las cosas de Dios
con las cosas de la vida que la gente conoca y experimentaba en su lucha diaria por la sobre
vivencia. Esto supone dos cosas: estar dentro de las cosas de la vida y estar dentro de las cosas de
Dios, del Reino de Dios. Por ejemplo, la gente de Galilea entenda de simiente, de terreno, de lluvia,
de sol, de sal, de cosecha, de pesca, etc. Ahora bien, son exactamente estas cosas conocidas por la
gente las que Jess usa en las parbolas para explicar el misterio del Reino. El agricultor que
escucha, dice: Simiente en el terreno, yo s lo que es! Jess dice que esto tiene que ver con el
Reino de Dios qu ser? Y es posible imaginar las largas conversaciones de la gente! La parbola
se mezcla con la gente y lleva a escuchar la naturaleza y a pensar en la vida.
Al terminar de contar una parbola, Jess no explicaba, pero sola decir: Quin tiene odos para
or que oiga! Lo que significaba: Y esto! Vosotros lo habis odo. Ahora tratad de entender! De
vez en cuando, explicaba para los discpulos. A la gente le gustaba esta manera de ensear, porque
Jess crea en la capacidad que las personas tienen de descubrir el sentido de las parbolas. La
experiencia que la gente tena de la vida era para l un medio para descubrir la presencia del
misterio de Dios en sus vidas y engendrar valor para no desanimar a lo largo del camino.
Lucas 8,4: La multitud detrs de Jess. Lucas dice: Se iba reuniendo mucha gente, a la que se
aada la que proceda de las ciudades. Entonces el cont esta parbola. Marcos describe como
Jess cont la parbola. Y se reuni tanta gente junto a l que hubo de subir a una barca y, ya en el
mar, se sent; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar (Mc 4,1).
Lucas 8,5-8a: La parbola de la simiente retrata la vida de los campesinos. En aquel tiempo, no era

fcil vivir de la agricultura. El terreno era muy pedregoso. Haba mucho matorral. Poca lluvia,
mucho sol. Adems de esto, muchas veces, la gente acortaba el camino y, pasando en medio del
campo, pisoteaba las plantas (Mc 2,23). Sin embargo, a pesar de todo esto, cada ao, el agricultor
sembraba y plantaba, confiando en la fuerza de la simiente, en la generosidad de la naturaleza.
Lucas 8,8b: Quin tiene odo para or, que oiga! Al final, Jess termina diciendo: Quien tiene
odo para or, que oiga! El camino para llegar a comprender la parbola es la bsqueda: Tratad de
entender! La parbola no entrega el significado de inmediato, pero lleva a la persona a que piense.
Le lleva a descubrir el mensaje desde la experiencia que la persona misma tiene de la simiente.
Despierta la creatividad y la participacin. No es una doctrina que ya viene pronta para ser enseada
y decorada. La Parbola no da agua en botella, sino que entrega la fuente.
Lucas 8,9-10: Jess explica la parbola a los discpulos. En casa, a solas con Jess, los discpulos
quieren saber el significado de la parbola. Jess respondi por medio de una frase difcil y
misteriosa. Dice a los discpulos: "A vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino de
Dios; a los dems slo en parbolas, para que viendo, no vean y, oyendo, no entiendan. Esta frase
hace que la gente se pregunte: Al final, la parbola sirve para qu? Para aclarar o para esconder?
Jess usaba las parbolas, para que la gente continuara en la ignorancia y no llegara a convertirse?
Ciertamente que no! Pues en otro lugar se dice que Jess usaba parbolas segn la capacidad de
los oyentes (Mc 4,33). La parbola revela y esconde al mismo tiempo! Revela para los de
dentro, que acepan a Jess como Mesas Servidor. Esconde para los que insisten en ver en l al
Mesas como Rey grandioso. Estos entienden las imgenes de la parbola, pero no llegan a
comprender su significado.
Lucas 8,11-15: La explicacin de la parbola, parte por parte. Una por una, Jess explica las partes
de la parbola, desde la simiente y el terreno hasta la cosecha. Algunos estudiosos piensan que esta
explicacin fue aadida despus. No sera de Jess, sino de alguna comunidad. Es bien posible!
No importa pues dentro del germen de la parbola est la flor de la explicacin. Germen y flor,
ambos tienen el mismo origen que es Jess. Por esto, nosotros tambin podemos continuar la
reflexin y descubrir otras cosas bonitas dentro de la parbola. Una vez alguien pregunt en una
comunidad: Jess dijo que tenamos que ser sal. Para qu sirve la sal? Las personas fueron
dando su opinin a partir de la experiencia que cada cual tena de la sal. Discutan y, al final,
encontraron ms de diez finalidades diferentes para la sal. Y aplicaron todo esto a la vida de la
comunidad y descubrieron que ser sal es difcil y exigente. La parbola funcion! Lo mismo vale
para la simiente. Todo el mundo tiene alguna experiencia de la simiente.
4) Para la reflexin personal
La simiente cae en cuatro lugares diferentes: camino, piedra, espinos y tierra buena. Qu
significa cada uno de estos cuatro terrenos? Qu tipo de tierra soy yo? A veces la gente es piedra,
otra vez espinos. Otras veces es camino o tierra buena. En nuestra comunidad, qu somos
normalmente?
Cules son los frutos que la Palabra de Dios est produciendo en nuestra vida y en nuestra
comunidad?
5) Oracin final
Seor, explicando tus proezas a los hombres,
el esplendor y la gloria de tu reinado.
Tu reinado es un reinado por los siglos,
tu gobierno, de edad en edad. (Sal 145,12-13)

Lectio: Lucas 8,19-21


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos habla del episodio en que los padres de Jess, inclusive su madre,
quisieron conversar con , pero Jess no les presta atencin. Jess tuvo problemas con la familia. A
veces, la familia ayuda a vivir mejor y a participar en la comunidad. Otras veces, dificulta esa
convivencia. As fue para Jess, y as es para nosotros.
Lucas 8,19-20: La familia busca a Jess. Los parientes llegan a la casa donde estaba Jess.
Probablemente haban venido de Nazaret. De all a Cafarnam hay slo unos 40 km. Su madre
estaba con ellos. No entran, pues haba mucha gente, pero le mandan un recado: Tu madre y tus
hermanos estn fuera ah fuera, y quieren verte". Segn el evangelio de Marcos, los parientes no
quieren ver a Jess. Ellos quieren llevrselo y trarselo para casa (Mc 3,32). Pensaban que Jess se
haba vuelto loco (Mc 3,21). Probablemente, tenan miedo, pues segn nos informa la historia, la
vigilancia de parte de los romanos con relacin a todos los que de una forma o de otro tenan un
cierto liderazgo popular, era enorme (cf. He 5,36-39). En Nazaret, en la sierra, estara ms al seguro
que en la ciudad de Cafarnam.
Lucas 8,21: La respuesta de Jess. La reaccin de Jess es firme:"Mi madre y mis hermanos son
los que oyen la Palabra de Dios, y la ponen en prctica." En Marcos, la reaccin de Jess es ms
concreta. Marcos dice: Entonces Jess mir hacia las personas que estaban sentadas a su alrededor
y dijo: Aqu estn mi madre y mis hermanos. Aquel que hace la voluntad de Dios, ste es mi
hermano, mi hermana y mi madre" (Mc 3,34-35). Jess ensancha la familia! No permite que la
familia lo aleje de la misin: ni la familia (Jn 7,3-6), ni Pedro (Mc 8,33), ni los discpulos (Mc 1,3638), ni Herodes (Lc 13,32), ni nadie (Jn 10,18).
Es la palabra la que crea la nueva familia alrededor de Jess: "Mi madre y mis hermanos son
aquellos que escuchan la Palabra de Dios, y la ponen en prctica.". Un buen comentario de este
episodio es lo que dice el evangelio de Juan en el prlogo: En el mundo estaba, y el mundo fue
hecho por ella, y el mundo no la conoci. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a
todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; los
cuales no nacieron de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre sino que nacieron de
Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria,
gloria que recibe del Padre como Unignito, lleno de gracia y de verdad (Jn 1,10-14). La familia,
los parientes, no entendieron a Jess (Jn 7,3-5; Mc 3,21), no hacen parte de la nueva familia. Hacen
parte de la nueva comunidad slo aquellos y aquellas que reciben la Palabra, esto es, que creen en
Jess. Estos nacen de Dios y forman la Familia de Dios.
La situacin de la familia en el tiempo de Jess. En el tiempo de Jess, tanto la coyuntura poltica,
social y econmica como la ideologa religiosa, todo conspiraba para el enflaquecimiento de los
valores centrales del clan, de la comunidad. La preocupacin con los problemas de la propia familia
impeda que las personas se uniesen en comunidad. Ahora, para que el Reino de Dios pudiera
manifestarse, de nuevo, en la convivencia comunitaria de la gente, las personas tenan que superar
los lmites estrechos de la pequea familia y abrirse a la gran familia, a la Comunidad. Jess dio el
ejemplo. Cuando su familia trat de apoderarse de l, reaccion y ensanch la familia (Mc 3,33-35).
Cre comunidad.
Los hermanos y las hermanas de Jess. La expresin hermanos y hermanas de Jess es causa de
mucha polmica entre catlicos y protestantes. Basndose en ste y en otros textos, los protestantes
dicen que Jess tena ms hermanos y que Mara tena ms hijos. Los catlicos dicen que Mara no
tuvo ms hijos. Qu pensar de esto? En primer lugar, las dos posiciones, tanto de los catlicos
como de los protestantes, ambas tienen argumentos sacados de la Biblia y de la Tradicin de sus
respectivas iglesias. Por esto, no conviene pelearse ni discutir esta cuestin con argumentos slo de
la cabeza. Pues se trata de convicciones profundas, que tienen que ver con la fe y con los
sentimientos de ambos. El argumento slo de la cabeza no consigue deshacer una conviccin del
corazn. Apenas irrita y aleja! An cuando no concuerdo con la opinin del otro, tengo que

respetarla siempre. En segundo lugar, en vez de discutir alrededor de textos, nosotros todos,
catlicos y protestantes, deberamos unirnos bien para luchar en defensa de la vida, creada por Dios,
vida tan desfigurada por la pobreza, por la injusticia, por la falta de fe. Deberamos recordar alguna
que otra frase de Jess: He venido para que todos tengan vida, y la tengan en abundancia(Jn
10,10). Que todos sean uno, para que el mundo crea que T, Padre, me has enviado(Jn 17,21).
No se lo impidis! Quien no est en contra est a favor nuestro(Mc 10,39.40).
4) Para la reflexin personal
La familia ayuda o dificulta tu participacin en la comunidad cristiana?
Cmo asumes tu compromiso en la comunidad cristiana sin perjudicar ni la familia ni la
comunidad?

Lectio: Lucas 9,1-6


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos trae la descripcin de la misin que los Doce recibieron de Jess. Ms
adelante, Lucas habla de la misin de los setenta y dos discpulos (Lc 10,1-12). Los dos se
completan y revelan la misin de la iglesia.
Lucas 9,1-2: Envo de los doce para la misin. Les dio autoridad y poder sobre todos los
demonios, y para curar enfermedades; y los envi a proclamar el Reino de Dios y a
curar.Llamando a los doce, Jess intensifica el anuncio de la Buena Nueva. El objetivo de la
misin es simple y claro: reciben el poder y la autoridad para expulsar a los demonios, para curar
las dolencias y para anunciar el Reino de Dios. As como la gente quedaba admirada ante la
autoridad de Jess sobre los espritus impuros y ante su manera de anunciar la Buena Nueva (Lc
4,32.36), lo mismo deber acontecer con la predicacin de los doce apstoles.
Lucas 9,3-5: Las instrucciones para la Misin. Jess los envi con las siguientes recomendaciones:
no pueden llevar nada ni bastn, ni alforja, ni dinero, ni dos tnicas. No pueden andar de casa en
casa, sino que Cuando entris en una casa, quedaos en ella hasta que os marchis de all. En caso
de que no os reciban sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos. Como veremos,
estas recomendaciones extraas para nosotros, tienen un significado muy importante.
Lucas 9,6: La ejecucin de la misin. Y ellos se fueron. Es el comienzo de una nueva etapa. Ahora
ya no es slo Jess, sino es todo el grupo que va a anunciar la Buena Nueva de Dios a la gente. Si la
predicacin de Jess ya causaba conflictos, cunto ms ahora, con la predicacin de todo el grupo.
Los cuatro puntos bsicos de la misin. En el tiempo de Jess, haba diversos movimientos de
renovacin: esenios, fariseos, zelotes. Ellos tambin buscaban una nueva manera de convivir en
comunidad y tenan a sus misioneros (cf. Mt 23,15). Pero stos, cuando iban en misin, iban
prevenidos. Llevaban alforja y dinero para cuidar de su propia comida. Pues no confiaban en la
comida de la gente que no siempre era ritualmente pura. Al contrario de los otros misioneros, los
discpulos y las discpulas de Jess recibieron recomendaciones diferentes que nos ayudan a
entender los puntos fundamentales de la misin de anunciar la Buena Nueva:
a) Deben ir sin nada (Lc 9,3; 10,4). Esto significa que Jess obliga a confiar en la hospitalidad.
Pues, quien va sin nada, va porque confa en la gente y piensa que va a ser recibido. Con esta
actitud, critican las leyes de la exclusin, enseadas por la religin oficial, y por la nueva prctica,
mostraron que tenan otros criterios de comunidad.
b) Deben quedarse hospedados en la primera casa hasta retirarse del lugar (Lc 9,4; 10,7). Esto es,
deben convivir de forma estable y no andar de casa en casa. Deben trabajar como todo el mundo y
vivir de lo que reciben a cambio, pues el obrero merece su salario (Lc 10,7). Con otras palabras,
tienen que participar de la vida y del trabajo de la gente, y la gente los acoger en su comunidad y
compartir con ellos casa y comida. Esto significa que deben confiar en el compartir. Esto explica

tambin la severidad de la crtica contra los que no aceptan el mensaje: sacudirse el polvo de los
pies, como pretexto contra ellos (Lc 10,10-12), pues no rechazan algo nuevo, sino que su propio
pasado.
c) Tienen que curar a los enfermos y expulsar los demonios (Lc 9,1; 10,9; Mt 10,8). Esto es, deben
ejercer la funcin de defensor (gol) y acoger para dentro del clan, dentro de la comunidad, a los
excluidos. Con esta actitud critican la situacin de desintegracin de la vida comunitaria del clan y
apuntan hacia salidas concretas. La expulsin de demonios es seal de que el Reino de Dios ha
llegado (Lc 11,20).
d) Tienen que comer lo que el pueblo les da (Lc 10,8). No pueden vivir separados con su propia
comida, sino que han de aceptar la comunin de mesa. Esto significa que, en contacto con la gente,
no deben tener miedo a perder la pureza como era enseada en la poca. Con esta actitud critican
las leyes de la pureza en vigor y muestran, por medio de la nueva prctica, que poseen otro acceso a
la pureza, esto es, a la intimidad con Dios.
Estos eran los cuatro puntos bsicos de la vida comunitaria que deban marcar la actitud de los
misioneros o de las misioneras que anunciaban la Buena Nueva de Dios en nombre de Jess:
hospitalidad, compartir, comunin de mesa, y acogida a los excluidos (defensor, gol). Si estas
cuatro exigencias se cumplen, entonces pueden y deben gritar a los cuatro vientos: El Reino ha
llegado! (cf. Lc 10,1-12; 9,1-6; Mc 6,7-13; Mt 10,6-16). Pues el Reino de Dios que Jess nos ha
revelado no es una doctrina, ni un catecismo, ni una ley. El Reino de Dios acontece y se hace
presente cuando las personas, motivadas por su fe en Jess, deciden convivir en comunidad para as
testimoniar y revelar a todos que Dios es Padre y Madre y que, por consiguiente, nosotros, los seres
humanos, somos hermanos y hermanas unos de otros. Jess quera que la comunidad local fuera de
nueva una expresin de la Alianza, del Reino, del amor de Dios como Padre, que nos hace a todos
hermanos y hermanas.
4) Para la reflexin personal
La participacin en la comunidad te ha ayudado a acoger y a confiar ms en las personas, sobre
todo en los ms sencillos y en los pobres?
Cul es el punto de la misin de los apstoles que tiene ms importancia para nosotros hoy? Por
qu?

Lectio: Lucas 9,7-9


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos presenta la reaccin de Herodes ante la predicacin de Jess. Herodes no
sabe situar a Jess. Haba matado a Juan Bautista y ahora quiere ver a Jess de cerca. En el
horizonte despuntan amenazas.
Lucas 9,7-8: Quin es Jess? El texto empieza con un balance de las opiniones de la gente y de
Herodes sobre Jess. Algunos asociaban a Jess con Juan Bautista y Elas. Otros lo identificaban
como Profeta, esto es, como alguien que habla en nombre de Dios, que tiene el valor de denunciar
las injusticias de los poderosos y que sabe animar la esperanza de los pequeos. Es el profeta
anunciado en el Antiguo Testamento como un nuevo Moiss (Dt 18,15). Son las misma opiniones
que Jess mismo recoge de los discpulos al preguntarle: "Quin dice los dems que o soy?" (Lc
9,18). Las personas trataban de comprender a Jess desde lo que ellos mismos conocan pensaban y
esperaban. Trataban de enmarcarle dentro de los criterios familiares del Antiguo Testamento, con
sus profecas y esperanza, y de la Tradicin de los Antiguos, con sus leyes. Pero eran criterios
insuficientes. Jess no caba all dentro, era ms grande!

Lucas 9,9: Herodes quiere ver a Jess. Entonces Herodes dijo: "A Juan, le decapit yo.Quin es,
pues, ste de quien oigo tales cosas? Y buscaba verle. Herodes, hombre supersticioso y sin
escrpulos, reconoce ser el asesino de Juan el Bautista. Ahora quiere ver a Jess. Lucas sugiere as
que hay amenazas que empiezan a despuntar en el horizonte. Herodes no tuvo miedo de matar a
Juan Bautista. No lo tendr tampoco a la hora de matar a Jess. Cuando le dijeron que Herodes
trataba de hacerle preso, mand a decirle: Id a decir a ese zorro: Yo expulso demonios y llevo a
cabo curaciones hoy y maana, y al tercer da soy consumado. (Lc 13,32). Herodes no tiene poder
sobre Jess. Cuando en la hora de la pasin, Pilatos manda Jess donde Herodes para que investigue
sobre l, Jess no le da ninguna respuesta (Lc 23,9). Herodes no mereca respuesta.
De padre en hijo. Hay veces en que se confunden los tres Herodes que vivieron en aquella poca,
pues los tres aparecen en el Nuevo Testamento con el mismo nombre: a) Herodes, llamado el
Grande, gobern sobre Palestina del 37 al 4 antes de Cristo. Aparece en el nacimiento de Jess (Mt
2,1). Mat a los nios de Beln (Mt 2,16). b) Herodes, llamado Antipas, gobern sobre Galilea del 4
al 39 despus de Cristo. Aparece en la muerte de Jess (Lc 23,7). Mat a Juan Bautista (Mc 6,1429). c) Herodes, llamado Agripa, gobern sobre toda Palestina del 41 al 44 despus de Cristo.
Aparece en los Hechos de los Apstoles (Hec 12,1.20). Mat al apstol Santiago (He 12,2).
Cuando Jess tena ms o menos cuatro aos, muri el rey Herodes. Aquel que mat a los nios de
Beln (Mt 2,16). Su territorio fue dividido entre los hijos. Arqualo, uno de sus dos hijos, recibi el
gobierno sobre la Judea. Era menos inteligente que el padre, pero ms violento. Solamente en su
toma de posesin fueron masacradas casi 3000 personas, en la plaza del Templo! El evangelio de
Mateo informa que Mara y Jos, cuando supieron que este Arqualo haba asumido el gobierno de
Judea, tuvieron miedo de volver por all y fueron a morar en Nazaret, en Galilea (Mt 2,22),
gobernada por otro hijo de Herodes, llamado Herodes Antipas (Lc 3,1). Este Antipas qued en el
poder por ms de 40 aos. Durante los treinta y tres aos que Jess vivi nunca huno cambios en el
gobierno de Galilea.
Herodes el Grande, el padre de Herodes Antipas, haba construido la ciudad de Cesara Martima,
inaugurada en el ao 15 antes de Cristo. Era el nuevo puerto de desage de los productos de la
regin. Deba competir con el gran puerto de Tiro en el Norte, y as ayudar para el fomento del
comercio en Samaria y en Galilea. Por esto, desde los tiempos de Herodes el Grande, la produccin
agrcola en Galilea empezaba a orientarse no ms a partir de las necesidades de las familias, como
era antes, sino desde las exigencias de mercado. Este proceso de cambio en la economa continu
durante todo el gobierno de Herodes Antipas, ms de cuarenta aos, y encontr en l a un
organizador eficiente. Todos estos gobernantes estaban bajo dueo. Quien mandaba e Palestina,
desde el 63 antes de Cristo, era Roma, el Imperio.
4) Para la reflexin personal
Tengo que preguntarme siempre: quin es Jess para m?
Herodes quiere ver a Jess. Era curiosidad morbosa y supersticiosa. Otros quieren ver a Jess,
porque quieren encontrar un sentido a la vida. Y qu motivacin tengo que me empuja a ver y a
encontrar a Jess?

Lectio: Lucas 9,18-22


3) Reflexin
El evangelio de hoy retoma el mismo asunto del evangelio de ayer: la opinin de la gente sobre
Jess. Ayer, era a partir de Herodes. Hoy es el mismo Jess quien pregunta qu dice la opinin
pblica, y los apstoles responden dando la misma opinin que ayer. En seguida viene el primer
anuncio de la pasin, de la muerte y de la resurreccin de Jess.

Lucas 9,18: La pregunta de Jess despus de la oracin. Estando una vez orando a solas, en
compaa de los discpulos, les pregunt: Quin dice la gente que soy yo? . En el evangelio de
Lucas, en varias oportunidades importantes y decisivas Jess aparece rezando: en el bautismo,
cuando asume su misin (Lc 3,21); en los 40 das en el desierto, cuando vence las tentaciones del
diablo con la luz de la Palabra de Dios (Lc 4,1-13); por la noche, antes de escoger a los doce
apstoles (Lc 6,12); en la transfiguracin, cuando con Moiss y Elas conversa sobre la pasin en
Jerusaln (Lc 9,29); en el huerto, cuando se enfrenta a la agona (Lc 22,39-46); en la cruz, cuando
pide perdn por el soldado (Lc 23,34) y entrega el espritu a Dios (Lc 23,46).
Lucas 9,19: La opinin de la gente sobre Jess. Ellos respondieron: "Unos, que Juan el Bautista;
otros, que Elas; otros, que un profeta de los antiguos ha resucitado." Al igual que Herodes, muchos
pensaban que Juan Bautista hubiera resucitado en Jess. Era creencia comn que el profeta Elas
tena que volver (Mt 17,10-13; Mc 9,11-12; Mt 3,23-24; Ec 48,10). Y todos alimentaban la
esperanza de la venida del profeta prometido por Moiss (Dt 18,15). Respuestas insuficientes.
Lucas 9,20: La pregunta de Jess a los discpulos. Despus de or las opiniones de los dems,
Jess pregunta: Y vosotros quin decs que soy yo?. Pedro respondi: El Mesas de Dios!
Pedro reconoce que Jess es aquel que la gente est esperando y que viene a realizar las promesas.
Lucas omite la reaccin de Pedro tentando de disuadir a Jess a que siguiera por el camino de la
cruz y omite tambin la dura crtica de Jess a Pedro (Mc 8,32-33; Mt 16,22-23).
Lucas 9,21: La prohibicin de revelar que Jess es el Mesas de Dios. Pero les mand
enrgicamente que no dijeran esto a nadie. Les est prohibido el que revelen a la gente que Jess
es el Mesas de Dios. Por qu Jess lo prohibi? Es que en aquel tiempo, como ya vimos, todos
esperaban la venida del Mesas, pero cada uno a su manera: unos como rey, otros como sacerdote,
otros como doctor, guerrero, juez, o profeta! Nadie pareca estar esperando al mesas siervo,
anunciado por Isaas (Is 42,1-9). Quien insiste en mantener la idea de Pedro, esto es, del Mesas
glorioso sin la cruz, no va a entender nada y nunca llegar a tomar la actitud del verdadero
discpulo. Continuar ciego, como Pedro, cambiando a la gente por un rbol (cf. Mc 8,24). Pues sin
la cruz es imposible entender quin es Jess y qu significa seguir a Jess. Por esto, Jess insiste de
nuevo en la Cruz y hace el segundo anuncio de su pasin, muerte y resurreccin.
Lucas 9,22: El segundo anuncio de la pasin. Y Jess aadi: "El Hijo del hombre debe sufrir
mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar
al tercer da. La comprensin plena del seguimiento de Jess no se obtiene por la instruccin
terica, sino por el compromiso prctico, caminando con l por el camino del servicio, desde
Galilea hasta Jerusaln. El camino del seguimiento es el camino de la entrega, del abandono, del
servicio, de la disponibilidad, de la aceptacin del conflicto, sabiendo que habr resurreccin. La
cruz no es un accidente de camino, sino que forma parte del camino. Pues en un mundo organizado
desde el egosmo, el amor y el servicio slo pueden existir crucificados! Quien hace de su vida un
servicio a los dems, incomoda a los que viven agarrados a los privilegios, y sufre.
4) Para la reflexin personal
Creemos todos en Jess. Pero algunos entienden a Jess de una manera y otros de otra. Hoy cul
es el Jess ms comn en la manera de pensar de la gente?
La propaganda cmo interfiere en mi modo de ver a Jess? Qu hago para no dejarme embaucar
por la propaganda? Qu nos impide hoy reconocer y asumir el proyecto de Jess?

Lectio: Lucas 9,43b-45

3) Reflexin
El evangelio de hoy nos habla del segundo anuncio de la Pasin, Muerte y Resurreccin de Jess.
Los discpulos no entendieron la palabra sobre la cruz, porque no son capaces de entender ni di
aceptar a un Mesas que se hace siervo de los hermanos. Ellos siguen soando con un mesas
glorioso.
Lucas 9,43b-44: El contraste. Estando todos maravillados por todas las cosas que haca, dijo a sus
discpulos: Poned en vuestros odos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos
de los hombres. El contraste es muy grande. Por un lado la gente vibra y admira todo aquello que
Jess deca y haca. Jess parece corresponder a todo aquello que la gente suea, crea y espera. Por
otro lado, la afirmacin de Jess que ser preso y que ser entregado en manos de los hombres. Es
decir, la opinin de las autoridades sobre Jess es totalmente contraria a la opinin de la gente.
Lucas 9,45: El anuncio de la Cruz. Pero ellos no entendan lo que les deca; les estaba velado su
sentido de modo que no lo comprendan y teman preguntarle acerca de este asunto. Y tenan
miedo a hacer preguntas sobre el asunto. Los discpulos lo escuchaban, pero no entendan las
palabras sobre la cruz. Pero con todo, no piden aclaraciones. Tienen miedo en dejar aflorar su
ignorancia!
El ttulo de Hijo del Hombre. Este nombre aparece con gran frecuencia en los evangelios: 12
veces en Juan, 13 veces en Marcos, 28 veces en Lucas, 30 veces en Mateo. En todo, 83 veces en los
cuatro evangelios. A Jess le gustaba mucho usar este nombre, ms que todos los dems. Este ttulo
viene del AT. En el libro de Ezequiel, indica la condicin bien humana del profeta (Ez 3,1.4.10.17;
4,1 etc.). En el libro de Daniel, el mismo ttulo aparece en una visin apocalptica (Dan 7,1-28), en
la que Daniel describe los imperios de los Babiloneses, de los Medos, de los Persas y de los
Griegos. En la visin del profeta, estos cuatro imperios tienen la apariencia de animales
monstruosos (cf. Dan 7,3-8). Son imperios animalescos, brutales, deshumanos, que persiguen,
deshumanizan y matan (Dan 7,21.25). En la visin del profeta, despus de los reinos anti-humanos,
aparece el Reino de Dios que tiene apariencia no de animal, sino que de figura humana, Hijo de
hombre. Es decir, se trata de un reino con apariencia de gente, reino humano, que promueve la vida.
Humaniza. (Dan 7,13-14). En la profeca de Daniel la figura del Hijo del Hombre representa, no a
un individuo, sino, como el mismo dice, al pueblo de los Santos del Altsimo (Dan 7,27; Cf. Dan
7,18). Es el pueblo que no se deja deshumanizar ni engaar o manipular por la ideologa dominante
de los imperios animalescos. La misin del Hijo del Hombre, esto es, del pueblo de Dios, consiste
en realizar el Reino de Dios como un reino humano. Reino que no persigue la vida, sino que la
promueve! Humaniza a las personas.
Al presentarse a los discpulos como a Hijo del Hombre, Jess asume como suya esta misin que es
la misin de todo el Pueblo de Dios. Y es como si les dijera a ellos y a todos nosotros: Vengan
conmigo! Esta misin no es slo ma, sino que es de todos nosotros. Vamos juntos a realizar la
misin que Dios nos ha entregado, a realizar el Reino humano y humanizador que l so! Y fue lo
que l hizo y vivi durante toda la vida, sobre todo, en los ltimos treinta aos. Deca el Papa Len
Magno: Jess fue tan humano, pero tan humano, como slo Dios puede ser humano. Cuando ms
humano, tanto ms divino. Cuando ms hijo del hombre tanto ms hijo de Dios! Todo aquello
que deshumaniza a las personas aleja de Dios. Fue lo que Jess conden, colocando el bien de la
persona humana como prioridad encima de las leyes, encima del sbado (Mc 2,27). En la hora de
ser condenado por el tribunal religioso del sinedrio, Jess asumi este ttulo. Al preguntarle si era el
hijo de Dios (Mc 14,61), responde que es el hijo del Hombre: Yo soy. Y veris al Hijo del
Hombre sentado a la derecha del Todo-Poderoso (Mc 14,62). Por causa de esta afirmacin fue
declarado reo de muerte por las autoridades. El mismo saba de esto, pues haba dicho: El Hijo del
Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate de muchos (Mc
10,45).
4) Para la reflexin personal
Cmo combinas en tu vida el sufrimiento y la fe en Dios?
En tiempo de Jess haba contrastes: la gente pensaba y esperaba de una forma, mientras que las

autoridades religiosas pensaban y esperaban de otra forma. Hoy existe ese mismo contraste.

Lectio: Lucas 9,46-50


3) Reflexin
El texto se ilumina. Si anteriormente Lucas nos presentaba cmo se reunan los hombres en torno
a Jess para reconocerlo por la fe, para escucharlo y presenciar sus curaciones, ahora se abre una
nueva etapa de su itinerario pblico. La atencin a Jess no monopoliza ya la actitud de la
muchedumbre, sino que Jess se nos presenta como el que poco a poco es quitado a los suyos para
ir al Padre. Este itinerario supone el viaje a Jerusaln. Cuando est a punto de emprender este viaje,
Jess les revela el final que le espera (9,22). Despus se transfigura ante ellos como para indicar el
punto de partida de su xodo hacia Jerusaln. Pero inmediatamente despus de la experiencia de
la luz en el acontecimiento de la transfiguracin, Jess vuelve a anunciar su pasin dejando a los
discpulos en la inseguridad y en la turbacin. Las palabras de Jess sobre el hecho de su pasin, el
Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, encuentran la incomprensin de los
discpulos (9,45) y un temor silencioso (9,43).
Jess toma a un nio. El enigma de la entrega de Jess desencadena una disputa entre los
discpulos sobre a quin le corresponder el primer puesto. Sin que sea requerido su parecer, Jess,
que como el mismo Dios lee en el corazn, interviene con un gesto simblico. En primer lugar toma
a un nio y lo pone junto a l. Este gesto indica la eleccin, el privilegio que se recibe en el
momento en que uno pasa a ser cristiano (10,21-22). A fin de que este gesto no permanezca sin
significado, Jess contina con una palabra de explicacin: no se enfatiza la grandeza del nio,
sino la tendencia a la acogida. El Seor considera grande al que, como el nio, sabe acoger a
Dios y a sus mensajeros. La salvacin presenta dos aspectos: la eleccin por parte de Dios
simbolizada en el gesto de Jess acogiendo al nio, y la acogida de Jess (el Hijo) y de todo hombre
por parte del que lo ha enviado, el Padre. El nio encarna a Jess, y los dos juntos, en la pequeez y
en el sufrimiento, realizan la presencia de Dios (Bovon). Pero estos dos aspectos de la salvacin son
tambin indicativos de la fe: en el don de la eleccin emerge el elemento pasivo, en el servicio, el
activo; son dos pilares de la existencia cristiana. Acoger a Dios o a Cristo en la fe tiene como
consecuencia acoger totalmente al pequeo por parte del creyente o de la comunidad. El ser
grandes, sobre lo cual discutan los discpulos, no es una realidad del ms all, sino que mira al
momento presente y se expresa en la diacona del servicio. El amor y la fe vividos realizan dos
funciones: somos acogidos por Cristo (toma al nio), y tenemos el don singular de recibirlo (el que
acoge al nio, lo acoge a l y al Padre, v.48). A continuacin sigue un breve dilogo entre Jess y
Juan (vv-49-50). Este ltimo discpulo es contado entre los ntimos de Jess. Al exorcista, que no
forma parte del crculo de los ntimos de Jess, se le confa la misma funcin que a los discpulos.
Es un exorcista que, por una parte, es externo al grupo, pero por la otra, est dentro porque ha
entendido el origen cristolgico de la fuerza divina que lo asiste (en tu nombre). La enseanza de
Jess es evidente: un grupo cristiano no debe poner obstculos a la accin misionera de otros
grupos. No existen cristianaos ms grandes que otros, sino que se es grande por el hecho de ser
cada vez ms cristiano. Adems, la actividad misionera debe estar al servicio de Dios y no para
aumentar la propia notoriedad. Es crucial el inciso sobre el poder de Jess: se trata de una alusin a
la libertad del Espritu Santo cuya presencia en el seno de la Iglesia es segura, pero puede
extenderse ms all de los ministerios constituidos u oficiales.
4) Para la reflexin personal
Como creyente, como bautizado, cmo vives t el xito y el sufrimiento?
Qu tipo de grandeza vives al servir a la vida y a las personas? Eres capaz de transformar la
competitividad en cooperacin?

Lectio: Lucas 9,57-62


3) Reflexin
En el evangelio de hoy sigue el largo y duro camino de Jess desde la periferia de Galilea hacia la
capital. Al salir de Galilea, Jess entra en Samaria y sigue hacia Jerusaln. Pero no todos le
entienden. Muchos le abandonan, porque las exigencias son enormes. Al comienzo de su actividad
pastoral, en Galilea, Jess haba llamado a tres: Pedro, Santiago y Juan (Lc 5,8-11). Aqu tambin
en Samaria son tres las personas que se presentan o que son llamadas. En las respuestas de Jess,
emergen las condiciones para poder ser discpulo/a de Jess.
Lucas 9,56-58: El primero de los tres nuevos discpulos Mientras iban caminando, uno le dijo:
Te seguir adondequiera que vayas. Jess le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo
nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
A esta primera persona que quiere ser discpulo, Jess pide que se despoje de todo: no tiene donde
reclinar la cabeza, mucho menos tiene que buscar una falsa seguridad donde reclinar el pensamiento
de la cabeza.
Lucas 9,59-60: El segundo de los tres nuevos discpulos. A otro le dice: Sgueme. l respondi:
Djame ir primero a enterrar a mi padre. Le respondi: Deja que los muertos entierren a sus
muertos; t vete a anunciar el Reino de Dios. A esta segunda persona llamada por Jess, Jess le
pide que deje que los muertos entierren a los muertos. Se trata de un dicho popular empleado para
decir: deja las cosas del pasado. No pierdas tiempo con lo que ha ocurrido, mira adelante. Tras
haber descubierto la vida nueva en Jess, el discpulo no debe perder tiempo con lo que ha ocurrido.
Lucas 9,61-62: El tercero de los tres nuevos discpulos. Tambin otro le dijo: Te seguir, Seor;
pero djame antes despedirme de los de mi casa. Le dijo Jess: Nadie que pone la mano en el
arado y mira hacia atrs es apto para el Reino de Dios.A esta tercera persona llamada a ser
discpulo, Jess le pide que rompa con los lazos familiares. En otra ocasin haba dicho: Aquel que
ama a su padre y a su madre ms que a m, no puede ser mi discpulo (Lc 14,26; Mt 10,37). Jess es
ms exigente que el profeta Elas quien deja que Eliseo se despida de sus padres (1Re 19,19-21).
Significa tambin romper los lazos nacionalistas de la raza y de la estructura familiar patriarcal. Las
exigencias fundamentales que Jess presenta como condiciones necesarias para aquel o aquella que
quiere ser discpulo/a son tres: (a) abandonar los bienes familiares, (b) no apegarse a los bienes que
se han tenido y acumulado en el pasado, y (c) cortar con los lazos familiares. En realidad, nadie,
aunque lo quiera, puede cortar con los lazos familiares, ni tampoco con lo vivido en el pasado. Lo
que se nos pide es saber reintegrar todo (bienes materiales, vida personal y vida familiar) de forma
nueva alrededor del nuevo eje que es Jess y de la Buena Noticia que l nos trae.
Jess, l mismo, vivi y se dio cuenta de lo que peda a sus seguidores. Con su decisin de subir
hacia Jerusaln, Jess revela su proyecto. Su camino hacia Jerusaln (Lc 9,51 a 19,27) est
representado como la asuncin (Lc 9,51), el xodo (Lc 9,31) o la travesa (Lc 17,11). Una vez
llegado a Jerusaln, Jess realiza el xodo, la asuncin o la travesa definitiva de este mundo hacia
el Padre (Jn 13,1). Solamente una persona realmente libre puede hacerlo, porque un tal xodo
supone entregar la propia vida a los hermanos (Lc 23,44-46; 24,51). Esto es el xodo, esta es la
travesa, la asuncin de la que las comunidades tienen que darse cuenta para que el proyecto de
Jess vaya adelante.
4) Para la reflexin personal
Compara cada una de estas tres exigencias con tu propia vida.
Cules son los problemas que emergen en tu vida como consecuencia de la decisin que has
tomado de seguir a Jess?

Lectio: Lucas 10,1-12


3) Reflexin.
El contexto. El cap. 10, que empieza con nuestro pasaje, presenta un carcter de revelacin. En 9,
51 se dice que Jess se afirm en su voluntad de ir a Jerusaln. Este camino, expresin de su ser
filial, se caracteriza por una accin doble: estn estrechamente unidos el ser quitado de Jess
(v.51) y su venida mediante la invitacin de sus discpulos (v.52); hay una ligazn en el doble
movimiento: ser quitado del mundo para ir al Padre, y ser enviado a los hombres. De hecho
sucede a veces que el enviado no es atendido (v.52) y por tanto debe aprender a entregarse sin por
desistir ante el rechazo de los hombres (9,54-55). Tres breves escenas ayudan al lector a
comprender el significado del seguimiento de Jess, que va a Jerusaln para ser quitado del mundo.
En la primera, se presenta un hombre que desea seguir a Jess a dondequiera que vaya; Jess lo
invita a abandonar todo lo que le proporciona bienestar y riqueza. Los que quieran seguirlo deben
compartir con l su condicin de nmada. En la segunda, es Jess el que toma la iniciativa y llama a
un hombre cuyo padre acaba de morir. El hombre pide una dilacin de la llamada para atender a su
deber de sepultar a su padre. La urgencia del anuncio del reino supera a este deber: la preocupacin
por sepultar a los muertos resulta intil porque Jess va ms all de las puertas de la muerte y esto
lo realiza incluso en los que lo siguen. Finalmente, en la tercera escena, se presenta a un hombre
que se ofrece espontneamente a seguir a Jess, pero pone una condicin: saludar antes a sus
padres. Entrar en el reino no admite demoras. Despus de esta renuncia, la expresin de Lc 9,62,
Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrs es apto para el reino de Dios, introduce el
tema del cap. 10.
Dinmica del relato. El pasaje objeto de nuestra meditacin empieza con expresiones muy densas.
La primera, Despus de esto, remite a la oracin de Jess y a su firme decisin de ir a Jerusaln.
La segunda, respecta al verbo designar: design a otros setenta y dos y los envi (10.1),
precisando que los enva delante de s, es decir, con la misma resolucin con la que l se encamina a
Jerusaln. Las recomendaciones que Jess les da antes de enviarlos son una invitacin a ser
conscientes de la misin a la que se les enva: la mies abundante en contraste con el nmero exiguo
de obreros. El Seor de la mies llega con toda su fuerza, pero la alegra de su llegada se ve impedida
por el reducido nmero de obreros. De aqu, la invitacin categrica a la oracin: Rogad al Dueo
de la mies que enve obreros a su mies (v.2). La iniciativa de enviar a la misin es competencia del
Padre, pero Jess da la orden: Id, indicando despus el modo de seguir (vv.4-11). Empieza con el
equipamiento. Ni bolsa, ni alforja, ni sandalias. Estos elementos manifiestan la fragilidad del que es
enviado y su dependencia de la ayuda que viene del Seor y de los habitantes de la ciudad. Las
prescripciones positivas se resumen, en primer lugar, en la llegada a la casa (vv.5-7) y despus en el
xito en la ciudad (v.8-11). En ambos casos no se excluye el rechazo. La casa es el lugar en el que
los misioneros tienen los primeros intercambios, las primeras relaciones, valorando los gestos
humanos del comer, del beber y del descanso, como mediaciones sencillas y normales para
comunicar el evangelio. La paz es el don que precede a la misin, es decir, la plenitud de vida y de
relaciones; la alegra verdadera es el signo que caracteriza la llegada del Reino. No hay que buscar
la comodidad, es indispensable ser acogidos. La ciudad, sin embargo, es el campo ms extenso de la
misin en el que se desenvuelve la vida, la actividad poltica, las posibilidades de conversin, de
acogida o de rechazo. A este ltimo aspecto se une el gesto de sacudirse el polvo (vv.10-11), como
si los discpulos, al abandonar la ciudad que los ha rechazado, dijesen a sus habitantes que no se han
apoderado de nada, o tambin podra indicar el cese de las relaciones. Al final, Jess recuerda la
culpabilidad de la ciudad que se cierre a la proclamacin del evangelio (v.12).
4) Para la reflexin personal

Cada da el Seor te invita a anunciar el Evangelio a tus ntimos (la casa) y a los hombres (la
ciudad). Adoptas un estilo pobre, esencial, al testimoniar tu identidad cristiana?
Eres consciente de que el xito de tu testimonio no depende de tus capacidades personales, sino
slo del Seor que enva y de tu disponibilidad?

Lectio: Lucas 10,25-37


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos presenta la parbola del Buen Samaritano. Meditar una parbola es lo
mismo que profundizar en la vida, para descubrir en ella los llamados de Dios. Al descubrir el largo
viaje de Jess hacia Jerusaln (Lc 9,51 a 19,28), Lucas ayuda a las comunidades a comprender
mejor en qu consiste la Buena Nueva del Reino. Lo hace presentando a personas que vienen a
hablar con Jess y le plantean preguntas. Eran preguntas reales de la gente al tiempo de Jess y eran
tambin preguntas reales de las comunidades del tiempo de Lucas. As, en el evangelio de hoy, un
doctor de la ley pregunta: "Qu he de hacer para tener en herencia vida eterna?" La respuesta, tanto
del doctor como de Jess, ayuda a comprender mejor el objetivo de la Ley de Dios.
Lucas 10,25-26: "Qu he de hacer para tener en herencia vida eterna?" Un doctor, conocedor de
la ley, quiere provocar la pregunta: "Qu he de hacer para tener en heredad vida eterna?" El doctor
piensa que tiene que hacer algo para poder heredar. El quiere garantizarse la herencia por su propio
esfuerzo. Pero una herencia no se merece. La herencia la recibimos simplemente por ser hijo o hija.
As, pues, ya no eres esclavo, sino hijo, y tuya es la herencia por gracia de Dios. (Gal 4,7). Como
hijos y hijas no podemos hacer nada para merecer la herencia. Podemos perderla!
Lucas 10,27-28: La respuesta del doctor. Jess responde con una nueva pregunta: Qu est
escrito en la Ley?" El doctor responde correctamente. Juntando dos frases de la Ley, l dice:
"Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu
mente; y a tu prjimo como a ti mismo." La frase viene del Deuteronomio (Dt 6,5) y del Levtico
(Lev 19,18). Jess aprueba la respuesta y dice: "Haz esto y vivirs!" Lo importante, lo principal,
es amar a Dios! Pero Dios viene hasta m, en el prjimo. El prjimo es la revelacin de Dios para
conmigo. Por esto, he de amar tambin a mi prjimo con todo mi corazn, con toda mi alma, con
toda mi fuerza y con todo mi entendimiento.
Lucas 10,29: "Y quin es mi prjimo?" Queriendo justificarse, el doctor pregunta: "Y quin es
mi prjimo?" El quiere saber para l:"En qu prjimo Dios viene hasta mi?" Es decir, cul es la
persona humana prjima a m que es revelacin de Dios para mi? Para los judos, la expresin
prjimo iba ligada al clan. Aquel que no perteneca al clan, no era prjimo. Segn el Deuteronomio,
podan explotar al extranjero, pero no al prjimo (Dt 15,1-3). La proximidad se basaba en lazos
de raza y de sangre. Jess tiene otra forma de ver, que expresa en la parbola del Buen Samaritano.
Lucas 10,30-36: La parbola:
a) Lucas 10,30: El asalto por el camino de Jerusaln hacia Jeric. Entre Jerusaln y Jeric se
encuentra el desierto de Jud, refugio de revoltosos, marginados y asaltantes. Jess cuenta un caso
real, que debe haber ocurrido muchas veces. Bajaba un hombre de Jerusaln a Jeric y cay en
manos de salteadores que, despus de despojarle y darle una paliza, se fueron, dejndole medio
muerto.
b) Lucas 10,31-32: Pasa un sacerdote, pasa un levita. Casualmente, pasa un sacerdote y, acto
seguido, un levita. Son funcionarios del Templo, de la religin oficial. Los dos vieron al hombre
asaltado, pero pasaron adelante. Por qu no hicieron nada? Jess no lo dice. Deja que nosotros
supongamos o nos identifiquemos. Tiene que haber ocurrido varias veces, tanto en tiempo de Jess,
como en tiempo de Lucas. Hoy tambin acontece: una persona de Iglesia pasa cerca de un hombre

sin darle ayuda. Puede que el sacerdote y el levita tengan una justificacin: "No es mi prjimo!" o:
"El es impuro y si lo toco, yo tambin quedo impuro!" Y hoy: "Si ayudo, pierdo la misa del
domingo, y peco mortalmente!"
c) Lucas 10,33-35: Pasa un samaritano. Enseguida, llega un samaritano que estaba de viaje. Ve, es
movido a compasin, se acerca, cuida las llagas, le monta sobre su cabalgadura, le lleva a la
hospedera, da al dueo de la hospedera dos denarios, el sueldo de dos das, diciendo: "Cuida de l
y si gastas algo ms te lo pagar cuando vuelva." Es la accin concreta y eficaz. Es la accin
progresiva: llevar, ver, moverse a compasin, acercarse y salir para la accin. La parbola dice "un
samaritano que estaba de viaje". Jess tambin iba de viaje hacia Jerusaln. Jess es el buen
samaritano. Las comunidades deben ser el buen samaritano.
Lucas 10,36-37: Quin de estos tres te parece que fue prjimo del que cay en manos de los
salteadores? l dijo: El que practic la misericordia con l. Djole Jess: Vete y haz t lo
mismo. Al comienzo el doctor haba preguntado: Quin es mi prjimo? Por detrs de la
pregunta estaba la preocupacin consigo mismo. El quera saber: "A quin Dios me manda amar,
para que yo pueda tener paz en mi conciencia y decir: Hizo todo lo que Dios me pide: "Quin de
estos tres te parece que fue prjimo del que cay en manos de los salteadores?" La condicin del
prjimo no depende de la raza, del parentesco, de la simpata, de la cercana o de la religin. La
humanidad no est dividida en prjimo y no prjimo. Para que tu sepas quin es tu prjimo, esto
depende de que tu llegues, veas, te muevas a compasin y te acerques. Si tu te aproxima, te acercas,
el otro ser tu prjimo! Depende de ti y no del otro! Jess invierte todo y quita la seguridad que la
observancia de la ley podra dar al doctor.
Los Samaritanos. La palabra samaritano viene de Samara, capital del reino de Israel en el Norte.
Despus de la muerte de Salomn, en el 931 antes de Cristo, las diez tribus del Norte se separaron
del reino de Jud en el Sur y formaron un reino independiente (1 Re 12,1-33). El Reino del Norte
sobrevivi durante unos 200 aos. En el 722, su territorio fue invadido por Asiria. Gran parte de su
poblacin fue deportada (2 Re 17,5-6) y gente de otros pueblos fue trada hacia Samaria (2 Rs
17,24). Hubo mezcla de raza y de religin (2 Re 17,25-33). De esta mezcla nacieron los
samaritanos. Los judos del Sur despreciaban a los samaritanos considerndolos infieles y
adoradores de falsos dioses (2 Re 17,34-41). Haba muchas ideas preconcebidas contra los
samaritanos. Eran mal vistos. De ellos se deca que tenan una doctrina equivocada y que no
formaban parte del pueblo de Dios. Algunos llegaban hasta el punto de decir que ser samaritano era
cosa del diablo (Jn 8,48). Muy probablemente, la causa de este odio no era slo la raza y la religin.
Era tambin un problema poltico y econmico, enlazado con la posesin de la tierra. Esta rivalidad
perdur hasta el tiempo de Jess. Sin embargo Jess los pone como modelo para los dems.
4) Para la reflexin personal
El samaritano de la parbola no perteneca al pueblo judo, pero haca lo que Jess peda. Hoy
acontece lo mismo? Conoces a gente que no va a la Iglesia pero que vive lo que el evangelio pide?
Quin es hoy el sacerdote, el levita y el samaritano?
El doctor pregunta: Quin es mi prjimo? Jess pregunta: Quin fue prjimo del hombre
asaltado? Son dos perspectivas diferentes: el doctor pregunta desde s. Jess pregunta desde las
necesidades del otro. Mi perspectiva cul es?

Lectio: Lucas 10,38-42

3) Reflexin
El contexto. El viaje de Jess emprendido en 9,51, est sembrado de encuentros singulares, entre
ellos el de un doctor de la ley (10,25-37), que precede al encuentro con Marta y Mara (vv. 38-42).
Ante todo, pues, el doctor de la Ley hace una pregunta a Jess, lo cual propicia al lector ocasin
para descubrir cmo se consigue la vida eterna, que es la intimidad con el Padre. A ella se llega
participando en la misin de Jess, el primer enviado que nos muestra la misericordia de Dios en su
plenitud (v.37). En Jess, el Padre se ha acercado a los hombres mostrando de manera tangible su
paternidad. La expresin que Jess dirige al doctor de la Ley y al lector, al final del encuentro, es
crucial: Vete y haz t lo mismo (v.37). Hacerse prximo, acercarse a los otros como ha hecho
Jess, nos hace instrumentos para mostrar de manera viva el amor misericordioso del Padre. Esta es
la llave secreta para entrar en la vida eterna.
La escucha de la Palabra. Despus de este encuentro con un experto de la Ley mientras iba de
camino, Jess entra en un poblado y es acogido por sus viejos amigos Marta y Mara. Jess no es
slo el primer enviado del Padre, sino tambin el que, por ser l la Palabra nica del Padre, rene a
los hombres, en nuestro caso los miembros de la familia de Betania. Si es verdad que hay muchos
servicios que llevar a cabo, como la acogida y atencin a las necesidades de los dems, es an ms
cierto que lo que es insustituible es la escucha de la Palabra. Aqu, el relato de Lucas es al mismo
tiempo un hecho real y algo ideal. Empieza con la acogida por parte de Marta (v.38), y despus
presenta a Mara en la actitud propia del discpulo, sentada a los pies de Jess y atenta a escuchar su
Palabra. Esta actitud de Mara resulta extraordinaria, porque en el judasmo del tiempo de Jess no
estaba permitido a una mujer asistir a la escuela de un maestro. Hasta aqu vemos un cuadro
armonioso: la acogida de Marta y la escucha de Mara. Pero la acogida de Marta se convertir en
breve en un sper activismo: la mujer est tensa, dividida por las mltiples ocupaciones; est tan
ocupada que no consigue abastecer las mltiples ocupaciones domsticas. La gran cantidad de
actividades, comprensible por tratarse de un husped singular, sin embargo resulta
desproporcionada, hasta el punto de impedirle vivir lo esencial justo en el momento en que Jess se
presenta en su casa. Su preocupacin es legtima, pero pronto se convierte en ansia, un estado de
nimo no conveniente para acoger a un amigo.
Relacionar el servicio y la escucha. Su servicio de acogida es muy positivo, pero resulta
perjudicado por el estado ansioso con que lo realiza. El evangelista deja ver al lector que no hay
contradiccin entre la diacona de la mesa y la de la Palabra, pero pretende presentar el servicio en
relacin con la escucha. Marta, al no haber relacionado la actitud espiritual del servicio con la de la
escucha, se siente abandonada por su hermana y en vez de dialogar con Mara se queja al Maestro.
Atrapada en su soledad, se enfada con Jess que parece permanecer indiferente ante su problema
(No te importa?) y con la hermana (que me ha dejado sola en el trabajo). En su respuesta,
Jess no la reprocha ni la crtica, pero busca ayudar a Marta a recuperar lo que es esencial en aquel
momento: escuchar al maestro. La invita a escoger la parte nica y prioritaria que Mara ha
escogido espontneamente. El episodio nos alerta sobre un peligro siempre frecuente en la vida del
cristiano: los afanes, el ansia y el activismo pueden apartar de la comunin con Cristo y con la
comunidad. El peligro aparece de manera muy sutil, porque con frecuencia las preocupaciones
materiales que se realizan con ansia las consideramos una forma de servicio. Lo que preocupa a
Lucas es que en nuestras comunidades no se descuide la prioridad que hay que dar a la Palabra de
Dios y a su escucha. Es necesario que, antes de servir a los otros, los familiares y la comunidad
eclesial sean servidos por Cristo con su Palabra de gracia. Cuando estamos inmersos en las tareas
cuotidianas, como Marta, olvidamos que el Seor quiere cuidar de nosotros. Por el contrario, es
necesario poner en manos de Jess y de Dios todas nuestras preocupaciones.
4) Para la reflexin personal
Sabes relacionar el servicio con la escucha de la Palabra de Jess? Te dejas llevar ms bien por
la ansiedad ante tus mltiples ocupaciones?
Has entendido que antes de servir debes aceptar ser servido por Cristo? Eres consciente de que
tu servicio slo ser divino si antes acoges a Cristo y a su palabra?

Lectio: Lucas 11,5-13


3) Reflexin
El evangelio de hoy contina el asunto de la oracin, iniciado ayer con la enseanza del Padre
Nuestro (Lc 11,1-4). Hoy Jess ensea que debemos rezar con fe e insistencia, sin desfallecer. Para
esto, usa una parbola provocadora.
Lucas 11,5-7: La parbola que provoca. Como de costumbre, cuando tiene algo importante que
ensear, Jess recurre a una comparacin, a una parbola. Hoy nos cuenta una historia curiosa que
termina en pregunta, y dirige esta pregunta a la gente que escucha y tambin a nosotros que hoy
leemos o escuchamos la historia: "Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a l a
medianoche, le dice: Amigo, prstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo
mo y no tengo qu ofrecerle', y aqul, desde dentro, le responde: `No me molestes; la puerta ya est
cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a drtelos. Antes de que Jess d
la respuesta, quiere que nosotros demos nuestra opinin. Qu contestaras: s o no?
Lucas 11,8: Jess mismo responde a la provocacin. Jess da su respuesta: Os aseguro que si no
se levanta a drselos por ser su amigo, se levantar para que deje de molestarle y le dar cuanto
necesite. Si no fuera Jess, tendras el valor de inventar una historia en la que se sugiere que Dios
atiende nuestras oraciones para verse libre de ser molestado? La respuesta de Jess afianza el
mensaje sobre la oracin, a saber: Dios atiende siempre nuestra oracin. Esta parbola recuerda
otra, tambin en Lucas, la de la viuda que insiste en conseguir sus derechos ante el juez a quien no
le importa ni Dios ni la justicia, y que atiende a la viuda no porque es justo, sino porque quiere
librarse de la mujer inoportuna (Lc 18,3-5). Jess saca luego unas conclusiones para aplicar el
mensaje de la parbola a la vida.
Lucas 11,9-10: La primera aplicacin de la Parbola. Yo os digo: Pedid y se os dar; buscad y
hallaris; llamad y se os abrir. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama,
le abrirn. Pedir, buscar, llamar! Jess no pone condiciones. Si pides, recibirs. Si llamas a la
puerta, te abrirn. Jess no dice cunto tiempo va a durar el pedido, la bsqueda o el llamar, pero lo
cierto es que vas a obtener resultado.
Lucas 11,11-12: La segunda aplicacin de la parbola. Qu padre hay entre vosotros que, si su
hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpin?
Esta segunda aplicacin deja ver al pblico que escuchaba las palabras de Jess y la manera en que
l ensea en forma de dilogo. El pregunta: Tu tienes hijos, si te pide un pez le das en cambio una
culebra? La gente responde: No! y si pide un huevo, le das un escorpin? -No! Por
medio del dilogo, Jess implica a las personas en la comparacin y por la respuesta que recibe, las
compromete con el mensaje de la parbola.
Lucas 11,13: El mensaje: recibir el don del Espritu Santo. Si, pues, vosotros, aun siendo malos,
sabis dar cosas buenas a vuestros hijos, cunto ms el Padre del cielo dar el Espritu Santo a los
que se lo pidan! El gran don que Dios tiene para nosotros es el Espritu Santo. Cuando fuimos
creados, el sopl su espritu en nuestras narices y nos volvimos un ser vivo (Gn 2,7). En la segunda
creacin, a travs de la fe en Jess, l nos da de nuevo al Espritu, el mismo Espritu que hizo que la
Palabra se encarnara en Mara (Lc 1,35). Con la ayuda del Espritu Santo, el proceso de encarnacin
de la Palabra sigue hasta la hora de la muerte en la Cruz. Al final, en la hora de la muerte, Jess
devuelve el Espritu al Padre: Entre tus manos encomiendo mi espritu (Lc 23,46). Es ste el
Espritu que Jess promete como fuente de verdad y de comprensin (Jn 14,14-17; 16,13), y como
ayuda en medio de las persecuciones (Mt 10,20; He 4,31). Este Espritu no se compra con dinero en

los grandes almacenes. La nica manera de obtenerlo es mediante la oracin. Nueve das de oracin
obtuvieron el don abundante del Espritu en da de Pentecosts (He 1,14; 2,1-4).
4) Para la reflexin personal
Cmo reaccionas ante la provocacin de la parbola? Una persona que vive en un piso pequeo
en un gran ciudad, cmo respondera? Abrira la puerta?
Cuando rezas, rezas con la conviccin de que vas a recibir algo?

Lectio: Lucas 11,15-26


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos presenta una larga discusin entorno a la expulsin de un demonio mudo
que Jess acababa de realizar ante la gente.
Lucas 11,14-16: Tres reacciones diferentes ante la misma expulsin. Jess estaba expulsando
demonios. Ante este hecho bien visible, realizado ante todos, hubo tres reacciones, diferentes. La
gente qued admirada, aplaudi. Otros dijeron: "Por Beelzebul, prncipe de los demonios, expulsa
los demonios. El evangelio de Marcos informa que se trataba de los escribas que haban llegado a
Jerusaln para controlar la actividad de Jess (Mc 3,22). Otros pedan una seal del cielo, pues no
se convencieron ante la seal tan evidente de la expulsin realizada ante todo el pueblo.
Lucas 11,17-19: Jess muestra la incoherencia de los adversarios. Jess usa dos argumentos para
rebatir la acusacin de estar expulsando demonios en nombre de Beelzebul. En primer lugar, si el
demonio expulsa su propio demonio, se divide a s mismo y no sobrevive. En segundo lugar, Jess
les devuelve el argumento: Si yo expulso los demonios por Beelzebul, por quin los expulsan
vuestros hijos? Dicho con otras palabras, ellos tambin estarn haciendo las expulsiones en
nombre de Beelzebul.
Lucas 11,20-23: Jess es el hombre ms fuerte que lleg, seal de la llegada del Reino. Aqu Jess
llega al punto central de su argumentacin: Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio,
sus bienes estn en seguro; pero si llega uno ms fuerte que l y le vence, le quita las armas en las
que estaba confiado y reparte sus despojos. En la opinin de la gente de aquel tiempo, Satans
dominaba el mundo mediante demonios (daimnia). El era el hombre fuerte y bien armado que
guardaba su casa. La gran novedad era que Jess consegua expulsar los demonios. Seal de que l
era el hombre ms fuerte que lleg. Con la llegada de Jess el reino de Beelzebul entr en declino:
Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de
Dios.. Cuando los magos del Faran vieron que Moiss haca cosas que ellos no eran capaces de
hacer, fueron ms honrados que los escribas de Jess y dijeron: Aqu est el dedo de Dios! (Ex
8,14-15).
Lucas 11,24-26: El final es peor que el principio. En la poca de Jess, en los aos 80, ante las
persecuciones, muchos cristianos se volvieron atrs y abandonaron las comunidades. Volvieron a la
forma de vivir de antes. Lucas, para avisar a ellos y a nosotros, guard estas palabras de Jess sobre
el final que es peor que el principio.
La expulsin de los demonios. El primer impacto que la accin de Jess causa en la gente es la
expulsin de los demonios: Hasta a los espritus impuros da rdenes y ellos le obedecen! (Mc
11,27). Una de las principales causas de la discusin de Jess con los escribas era la expulsin de
los demonios. Ellos lo calumniaban diciendo: Est posedo por Beelzebul! Expulsa a los
demonios por el prncipe de los demonios El primer poder que los apstoles recibieron cuando
fueron enviados en misin fue el poder de expulsar los demonios: Les dio poder sobre los espritu
del mal (Mc 6,7). La primera seal que acompaa el anuncio de la resurreccin es la expulsin de

los demonios: Estos son los signos que acompaarn a los que crean: en mi nombre expulsarn
demonios, hablarn en lenguas nuevas. (Mc 16,17). La expulsin de los demonios era lo que ms
llamaba la atencin de la gente (Mc 1,27). Alcanzaba el centro de la Buena Nueva del Reino. Por
medio de esto, Jess devolva las personas a ellas mismas. Devolva el juicio, la conciencia (Mc
5,15). Sobre todo el evangelio de Marcos, del comienzo al final, con palabras casi iguales, repite sin
parar el mismo mensaje. Y Jess expulsaba los demonios! (Mc 1,26.34.39; 3,11-12.22.30; 5,120; 6,7.13; 7,25-29; 9,25-27.38; 16,17). Parece un refrn que vuelve una y otra vez. Hoy, en vez de
usar siempre las mismas palabras, usaramos palabras distintas para transmitir el mismo mensaje y
diramos: El poder del mal, Satans, que da miedo a la gente, Jess lo venci, lo domin, lo
agarr, lo destron, lo derrot, lo expuls, lo elimin, lo extermin y lo mat! Lo que el evangelio
nos quiere decir es esto: A los cristianos est prohibido tener miedo de Satans! Por su
resurreccin y su accin libertadora, Jess aleja de nosotros el miedo de Satans, crea libertad en
nuestro corazn, nos da firmeza en la accin y pone esperanza en el horizonte! Debemos caminar
con Jess, por su camino, con el sabor de la victoria sobre el poder del mal.
4) Para la reflexin personal
Expulsar el poder del mal. Cul es hoy el poder del mal que masifica a la gente y le roba la
conciencia crtica?
Puedes decir que ests totalmente libre y liberado/a? En caso de respuesta negativa , alguna parte
de ti est en poder de otras fuerzas. Qu haces para que este poder no te domine?

Lectio: Lucas 11,27-28


3) Reflexin
El evangelio de hoy es bien breve, pero encierra un significado importante en el conjunto del
evangelio de Lucas. Nos da la clave para entender lo que Lucas ensea respecto de Mara, la Madre
de Jess, en el as llamado Evangelio de la Infancia (Lc 1 y 2).
Lucas 11,27: La exclamacin de la mujer.Estaba l diciendo estas cosas cuando alz la voz una
mujer de entre la gente y dijo: Dichoso el seno que te llev y los pechos que te criaron! La
imaginacin creativa de algunos apcrifos sugiere que aquella mujer era una cecina de Nuestra
Seora, all en Nazaret. Tena un hijo, llamado Dimas, que, como tantos otros chicos jvenes de
Galilea de aquella poca, entr en la guerrilla contra los romanos, fue llevado a la crcel y ejecutado
junto con Jess. Era el buen ladrn (Lc 23,39-43). Su madre, al or que Jess hablaba tan bien a la
gente, record a Mara, su vecina y dijo: Mara debe ser tan feliz teniendo a un hijo as!.
Lucas 11,28: La respuesta de Jess. Jess responde, haciendo el mayor elogio de su madre:
Dichosos ms bien los que oyen la palabra de Dios y la guardan. Lucas habla poco de Mara: aqu
(Lc 11,28) y en el Evangelio de la Infancia (Lc 1 y 2). Para Lucas, Mara es la hija de Sin, imagen
del nuevo pueblo de Dios. Presenta a Mara como modelo para la vida de las comunidades. En el
Concilio Vaticano II, el documento preparado sobre Mara, fue inserto como captulo final en el
documento Lumen Gentium sobre la Iglesia. Mara es modelo para la Iglesia. Y sobre todo en la
manera de relacionarse con la Palabra de Dios Lucas ve en ella el ejemplo para las comunidades.
Mara nos ensea cmo acoger la Palabra de Dios, cmo encarnarla, vivirla, profundizarla,
rumiarla, hacerla nacer y crecer, dejarnos plasmar por ella, an cuando no la entendemos o cuando
nos hace sufrir. Es sta la visin que subyace detrs del Evangelio de la Infancia (Lc 1 e 2). La llave
para entender estos dos captulos nos es dada en el evangelio de hoy: Dichosos, ms bien, los que
oyen la palabra de Dios y la guardan. Veamos cmo en estos captulos Mara se relaciona con la
Palabra de Dios.
a) Lucas 1,26-38:

La Anunciacin: "Hgase en m segn tu palabra!"


Saber abrirse, para que la Palabra de Dios sea acogida y se encarne.
b) Lucas 1,39-45:
La Visitacin: "Dichosa aquella que crey! "
Saber reconocer la Palabra de Dios en una visita y en tantos otros hechos de la vida.
c) Lucas 1,46-56:
El Magnificat: El Seor hizo en m maravillas!
Reconocer la Palabra en la historia de la gente y producir un canto de resistencia y de esperanza.
d) Lucas 2,1-20:
El nacimiento: Ella meditaba todas estas cosas en su corazn."
No haba sitio para ellos. Los marginados acogen la Palabra.
e) Lucas 2,21-32:
La presentacin: "Mis ojos vieron tu salvacin!"
Los muchos aos de vida purifican los ojos.
f) Lucas 2,33-38:
Simen y Ana: "Una espada atravesar su alma"
Acoger y encarnar la palabra en la vida, ser seal de contradiccin.
g) Lucas 2,39-52:
A los doce aos en el Templo: "Entonces, no saban que tengo que estar con el Padre?"
Ellos no comprendieron las Palabras que les fueron dichas!
h) Lucas 11,27-28:
El elogio de la madre: "Dichoso el vientre que te llev!"
Dichoso aquel que escucha y pone en prctica la Palabra.
4) Para la reflexin personal
Consigues descubrir la Palabra viva de Dios en tu vida?
Cmo vives la devocin a Mara, la madre de Jess?

Lectio: Lucas 11,29-32


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos presenta una acusacin muy fuerte de Jess contra los fariseos y los
escribas. Ellos queran que Jess diera una seal, pues no crean en las seales y en los milagros que
estaba haciendo. Esta acusacin de Jess sigue en los evangelios de los prximos das. Al meditar
estos evangelios, debemos tomar mucho cuidado para no generalizar la acusacin de Jess como si
fuera dirigida contra el pueblo judo. En el pasado, la ausencia de esta atencin contribuy,
lamentablemente, a aumentar en los cristianos el anti-semitismo que tantos males acarre a la
humanidad a lo largo de los siglos. En vez de levantar el dedo en contra de los fariseos del tiempo
de Jess, es mejor mirarnos en el espejo de los textos, para percibir en ellos al fariseo que vive
escondido en nuestra Iglesia y en cada uno de nosotros, y que merece la misma crtica de parte de
Jess.
Lucas 11,29-30: El seal de Jonas. Los ninivitas se levantarn en el Juicio con esta generacin y
la condenarn; porque ellos se convirtieron por la predicacin de Jons, y aqu hay algo ms que
Jons." Habindose reunido la gente, comenz a decir: Esta generacin es una generacin malvada;
pide un signo, pero no se le dar otro signo que el signo de Jons. El evangelio de Mateo informa
que algunos escribas y fariseos: pidieron una seal (Mt 12,38). Queran que Jess realizara para
ellos una seal, un milagro, para que pudiesen verificar si era l mismo el enviado de Dios segn se

lo imaginaban. Queran que Jess se sometiera a los criterios de ellos. No haba en ellos apertura
para una posible conversin. Pero Jess no se someti a sus pedidos. El evangelio de Marcos dice
que Jess, ante el pedido de los fariseos, solt un profundo respiro (Mc 8,12), probablemente de
disgusto y de tristeza ante tanta ceguera. Porque de nada sirve poner un bonito cuadro ante alguien
que no quiere abrir los ojos. La nica seal es la seal de Jons. Porque as como Jons fue signo
para los ninivitas, as lo ser el Hijo del hombre para esta generacin. Como ser esta seal del
Hijo del Hombre? El evangelio de Mateo responde: Porque de la misma manera que Jons estuvo
en el vientre del cetceo tres das y tres noches, as tambin el Hijo del hombre estar en el seno de
la tierra tres das y tres noches. (Mt 12,40). La nica seal ser la resurreccin de Jess. Esta es la
seal que, en el futuro se dar a los escribas y a los fariseos. Jess, condenado por ellos a una
muerte de cruz, ser resucitado por Dios y seguir resucitando de muchas maneras en aquellos que
creen en l. La seal que convierte no son los milagros, sino el testimonio de vida!
Lucas 11,31: Salomn y la reina del Medioda. La alusin a la conversin de la gente de Ninive
asocia y hace recordar la conversin de la Reina del Medioda: La reina del Medioda se levantar
en el Juicio con los hombres de esta generacin y los condenar; porque ella vino de los confines de
la tierra a or la sabidura de Salomn, y aqu hay algo ms que Salomn. Esta evocacin casi
ocasional del episodio de la Reina del Medioda que reconoci la sabidura de Salomn, muestra
cmo se usaba la Biblia en aquel tiempo. Era por asociacin. La interpretacin principal era sta:
La Biblia se explica por la Biblia. Hasta hoy, sta es una de las normas ms importantes para la
interpretacin de la Biblia, sobre todo para la Lectura Orante de la Palabra de Dios.
Lucas 11,32: Aqu hay algo ms que Jons. Despus de la digresin sobre Salomn y la Reina del
Medioda, Jess vuelve a hablar de la seal de Jons: Los ninivitas se levantarn en el Juicio con
esta generacin y la condenarn; porque ellos se convirtieron por la predicacin de Jons, y aqu
hay algo ms que Jons. Jess es mayor que Jons, mayor que Salomn. Para los cristianos, es la
clave principal para la Escritura (2Cor 3,14-18).
4) Para la reflexin personal
Jess critica a los escribas y a los fariseos que llegaban a negar la evidencia, volvindose incapaz
de reconocer la llamada de Dios en los acontecimientos. Y nosotros, los cristianos de hoy, y yo:
merecemos esta misma crtica de Jess?
Nnive se convirti ante la predicacin de Jons. Los escribas y los fariseos no se convirtieron.
Hoy, lo que acontece provoca mutaciones y conversiones en la gente del mundo entero: amenaza
ecolgica, la urbanizacin que deshumaniza, el consumismo que masifica y aliena, las injusticias, la
violencia, etc. Muchos cristianos vivimos ajenos a estos clamores de Dios que vienen de la realidad.

Lectio: Lucas 11,37-41


3) Reflexin
En el evangelio de hoy sigue la relacin tensa entre Jess y las autoridades religiosas de aquel
tiempo. A pesar de la relacin tensa, haba algo familiar entre Jess y los fariseos. Convidado a
comer en casa de ellos, Jess acepta la invitacin. Jess no pierde ante ellos la libertad, ni los
fariseos ante Jess.
Lucas 11,37-38: Admiracin del fariseo ante la libertad de Jess. Cuando termin de hablar, un
fariseo le rog que fuera a comer con l; entr, pues, y se puso a la mesa. Jess acepta la invitacin
de comer en casa del fariseo, pero no cambia su manera de actuar, pues se sienta sin antes lavarse
las manos. Ni el fariseo muda de actitud ante Jess, pues expresa su admiracin por el hecho que
Jess no se lava las manos. En aquel tiempo, lavarse las manos antes de las comidas era una
obligacin religiosa, impuesta a la gente en nombre de la pureza, exigida por la ley de Dios. El
fariseo se extra viendo que Jess no observa esta norma religiosa. Y, a pesar de ser totalmente

diferentes, el fariseo y Jess tenan algo en comn: la seriedad de vida. La forma de vivir de los
fariseos era as: cada da dedicaban ocho horas al estudio y a la meditacin de la ley de Dios, otras
ochos horas al trabajo para poder dar de comer a la familia, y dedicaban otras ocho horas al
descanso. Este testimonio serio de su vida les daba un gran sentido de liderazgo popular. Quiz era
por esto que, a pesar de ser totalmente diferentes, los dos, Jess y los fariseos, se entendan y se
criticaban mutuamente, sin perder la posibilidad de dilogo.
Lucas 11,39-41: La respuesta de Jess. Bien! Vosotros, los fariseos, purificis por fuera la copa y
el plato, mientras por dentro estis llenos de rapia y maldad!. Insensatos! El que hizo el exterior,
no hizo tambin el interior? Dad ms bien en limosna lo que tenis y entonces todo ser puro para
vosotros. Los fariseos observaban la ley al pie de la letra. Miraban slo la letra y, por esto, eran
incapaces de percibir el espritu de la ley, el objetivo que la observancia de la ley quera alcanzar en
la vida de las personas. Por ejemplo, en la ley est escrito: Ama a tu prjimo como a ti mismo (Lv
19,18). Y ellos comentaban: Debemos amar al prjimo, pero slo al prjimo, a los otros no! Y de
all naca la discusin sobre la cuestin: Quin es mi prjimo? (Lc 10,29) El apstol Pablo
escribe en la segunda carta a los Corintios: La ley escrita da muerte, mientras que el Espritu da
vida (2Cor 3,6). En el Sermn de la Montaa, Jess crtica a los que observan la letra de la ley,
pero que no acata el espritu de la Ley (Mt 5,20). Para ser fiel a lo que Dios pide de nosotros no
basta observar slo la letra de la ley. Esto sera lo mismo que limpiar el vaso o el plato por fuera y
dejar el interior lleno de suciedad: robo y maldad. No basta no matar, no robar, no cometer
adulterio, no jurar. Slo observa plenamente la ley de Dios aquel que, ms all de la letra, va hasta
la raz y arranca desde dentro de s los deseos de robo y de maldad que pueden llevar al asesinato,
al robo, al adulterio. La plenitud de la ley se realiza en la prctica del amor (cf. Mt 5,21-48).
4) Para la reflexin personal
Nuestra Iglesia, merece hoy esta acusacin de Jess contra los escribas y los fariseos? Y yo, la
merezco?
Respetar la seriedad de vida de los dems que piensan de forma diferente de nosotros puede
facilitar el dilogo tan necesario y tan difcil hoy en da. Cmo practico el dilogo en familia, en el
trabajo y en la comunidad?

Lectio: Lucas 11,42-46


3) Reflexin
En el Evangelio de hoy sigue la relacin conflictiva entre Jess y las autoridades religiosas de la
poca. Hoy, en la Iglesia, se vive el mismo conflicto. En una determinada dicesis, el obispo
convoc a los pobres a que participaran activamente. Ellos escucharon las peticiones y muchos de
ellos empezaron a participar. Surgi un serio conflicto. Los ricos decan que haban sido excluidos y
algunos sacerdotes empezaron a decir: El obispo hace poltica y olvida el evangelio!
Lucas 11,42: Pero, ay de vosotros, los fariseos, que pagis el diezmo de la menta, de la ruda y de
toda hortaliza, y dejis a un lado la justicia y el amor a Dios! Esto es lo que haba que practicar,
aunque sin omitir aquello.. Esta crtica de Jess contra los lderes religiosos de aquella poca
puede ser repetido contra muchos lderes religiosos de los siglos siguientes, hasta hoy. Muchas
veces, en nombre de Dios, insistimos en detalles y olvidamos la justicia y el amor. Por ejemplo, el
jansenismo volvi rida la vivencia de la fe, insistiendo en observancias y penitencias que
desviaban a la gente del camino de amor. La hermana carmelita Santa Teresa de Lisieux se cri en
ese ambiente jansenista que caracterizaba a Francia hacia los finales del siglo XIX. Fue a partir de
una dolorosa experiencia personal, que ella supo recuperar la gratuidad del amor de Dios como una
fuerza que tiene que animar por dentro la observancia de las normas. Pues, sin la experiencia del
amor, las observancias hacen de Dios un dolo.

La observacin final de Jess deca: No pensis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he
venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Os lo aseguro: mientras duren el cielo y la tierra, no dejar
de estar vigente ni una i ni una tilde de la ley sin que todo se cumpla. Por tanto, el que traspase uno
de estos mandamientos ms pequeos y as lo ensee a los hombres, ser el ms pequeo en el
Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los ensee, se ser grande en el Reino de los
Cielos. Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no
entraris en el Reino de los Cielos. Jess llama la atencin de los discpulos sobre el
comportamiento hipcrita de algunos fariseos. A ellos les gustaba circular por las plazas con largas
tnicas, recibir el saludo de la gente, ocupar los primeros lugares en las sinagogas y lugares de
honor en los banquetes (cf. Mt 6,5; 23,5-7). Marcos aade que a ellos les gustaba entrar en las
casas de las viudas y hacer largas preces en cambio de dinero! Personas as recibirn un juicio muy
severo (Mc 12,38-40). Hoy en nuestra Iglesia ocurre lo mismo.
Lucas 11,44: Ay de vosotros, sepulcros que no se ven. Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipcritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen hermosos, pero por
dentro estn llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! As tambin vosotros, por fuera
aparecis justos ante los hombres, pero por dentro estis llenos de hipocresa y de iniquidad (Mt
23,27-28). La imagen de los sepulcros blanqueados habla por s sola y no necesita comentarios.
Por medio de ella, Jess condena a los que tienen una apariencia ficticia de persona correcta, pero
cuyo interior es la negacin total de aquello que quieren hacer por fuera. Lucas, habla de sepulcros
escondidos: Ay de vosotros, pues sois como los sepulcros que no se ven, sobre los que andan los
hombres sin saberlo". Quien pisa o toca un sepulcro se vuelve impuro, lo mismo cuando el sepulcro
est escondido bajo tierra. La imagen es muy fuerte: por fuera, el fariseo de siempre parece justo y
bueno, pero ese aspecto es un engao, pues en su interior existe un sepulcro escondido que, si la
gente no sabe darse cuenta, difunde un veneno que mata, comunica una mentalidad que aleja de
Dios, sugiere una comprensin errada de la Buena Noticia del Reino. Una ideologa que hace del
Dios vivo, un dolo muerto!
Lucas 11,45-46: Crtica del doctor de la ley y la respuesta de Jess. Uno de los legistas le
respondi: Maestro, diciendo estas cosas tambin nos injurias a nosotros! En la respuesta Jess
no se vuelve atrs, sino que deja bien claro que la misma crtica vale tambin para los escribas: "Ay
tambin de vosotros, los legistas, que imponis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las
tocis ni con uno de vuestros dedos!. En el Sermn de la Montaa, Jess expresa la misma crtica
que sirve de comentario: En la ctedra de Moiss se han sentado los escribas y los fariseos. Haced,
pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan
cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas
(Mt 23,2-4).
4) Para la reflexin personal
La hipocresa mantiene una apariencia engaadora. hasta dnde acta en m la hipocresa? Hasta
dnde acta en nuestra Iglesia?
Jess criticaba a los escribas que insistan en la observancia disciplinar de las cosas minutas de la
ley como el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y olvidan insistir en el objetivo de la
ley que es la prctica de la justicia y del amor. Esta crtica vale tambin para m?

Lectio: Lucas 11,47-54


3) Reflexin
De nuevo, por ensima vez, el evangelio de hoy habla del conflicto entre Jess y las autoridades
religiosa de la poca.
Lucas 11,47-48: Ay de vosotros, porque edificis los sepulcros de los profetas que vuestros

padres mataron! Por tanto, sois testigos y estis de acuerdo con las obras de vuestros padres; porque
ellos los mataron y vosotros erigs monumentos. Mateo dice que se trata de escribas y de fariseos
(Mt 23,19). La lgica de Jess es clara. Si los padres mataron a los profetas y los hijos construyen
los tmulos, es porque los hijos aprueban los crmenes cometidos por los padres. Adems de esto,
todo el mundo sabe que el profeta muerto, no incomoda. De este modo, los hijos se vuelven testigos
y cmplices del mismo crimen (cf. Mt 23,29-32).
Lucas 11,49-51: Pedir cuenta de la sangre derramada desde la creacin del mundo. Por eso dijo la
Sabidura de Dios: Les enviar profetas y apstoles; a algunos los matarn y perseguirn, para que
se pidan a esta generacin cuentas de la sangre de todos los profetas derramada desde la creacin
del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacaras, el que pereci entre el altar y el
Santuario. S, os aseguro que se pedirn cuentas a esta generacin. Comparado con el evangelio de
Mateo, Lucas acostumbra ofrecer una versin abreviada del texto de Mateo. Pero aqu aumenta la
observacin: derramado desde la creacin del mundo, desde la sangre de Abel. Hizo lo mismo
con la genealoga de Jess. Mateo, que escriba para los judos convertidos, empieza con Abrahn
(Mt 1,1.2.17), mientras que Lucas va hasta Adn (Lc 3,38). Lucas universaliza e incluye a los
paganos, pues escribe su evangelio para los paganos convertidos. La informacin sobre el asesinato
de Zacaras en el Templo la da el libro de las Crnicas: Entonces el espritu de Dios revisti a
Zacaras, hijo del sacerdote Joyad, que, presentndose delante del pueblo, les dijo: As dice Dios:
Por qu traspasis los mandamientos de Yahv? No tendris xito, porque habis abandonado a
Yahv, l os abandonar a vosotros. Mas ellos conspiraron contra l y, por mandato del rey lo
apedrearon en el atrio de la casa de Yahv. (2Cr 24,20-21). Jess conoca la historia de su pueblo
hasta en las minucias. Sabe que va a ser el siguiente en la lista de Abel, hasta Zacaras. Hasta hoy la
lista sigue abierta. Mucha gente ha muerto por causa de la justicia y de la verdad.
Lucas 11,52: Ay de vosotros, los legistas, que os habis llevado la llave de la ciencia! No
entrasteis vosotros, y a los que estn entrando se lo habis impedido.. Cierran el Reino? Y cmo
lo hacen? Piensan tener el monopolio de la ciencia respecto de Dios y de la ley de Dios e imponen
su manera de ver a los dems, sin dejar margen a otra idea, a una idea diferente. Presentan a Dios
como a un juez severo y en nombre de Dios imponen leyes y normas que no tienen nada que ver
con los mandamientos de Dios, falsifican la imagen del Reino y matan en los dems el deseo de
servir a Dios y al Reino. Una comunidad que se organiza alrededor de este falso dios no entra en el
Reino, ni tampoco es expresin del Reino, e impide que sus miembros entren en el Reino Es
importante notar la diferencia entre Mateo y Lucas. Mateo habla de entrada en el Reino de los cielos
y redacta en la forma verbal del presente: "Ay de vosotros, escribas y fariseos hipcritas, que
cerris a los hombres el Reino de los Cielos! Vosotros ciertamente no entris; y a los que estn
entrando no les dejis entrar (Mt 23,13). La expresin entrar en el Reino de los Cielos puede
significar entrar en el cielo despus de la muerte, pero es ms probable que se trate de entrada en la
comunidad alrededor de Jess y en las comunidades de los primeros cristianos. Lucas habla de llave
de la ciencia y la frase est redactada con el verbo en pasado. Lucas simplemente constata que la
pretensin de los escribas de poseer la llave de la ciencia respecto de Dios y de la ley de Dios les
impide reconocer a Jess como Mesas e impide al pueblo judo el hecho de reconocer a Jess como
Mesas: Os habis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que estn entrando
se lo habis impedido.
Lucas 11,53-54: Reaccin en contra de Jess. La reaccin de las autoridades religiosas contra
Jess fue inmediata. Y cuando sali de all, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle
implacablemente y hacerle hablar de muchas cosas, buscando, con insidias, cazar alguna palabra de
su boca. Al considerarse los nicos y verdaderos intrpretes de la ley de Dios, tratan de provocar a
Jess alrededor de la interpretacin de la Biblia para poder cazar con insidias algunas palabras de su
boca. As contina y crece la oposicin contra Jess y crece el deseo de eliminarlo (Lc 6,11; 11,5354; 19,48; 20,19-20; 22,2).
4) Para la reflexin personal
Muchas personas que queran entrar fueron impedidos o dejaron de creer por causa de las

actitudes anti-evanglicas de sacerdotes. Tienes experiencias de este tipo?


Los escribas comenzaron a criticar a Jess que pensaba y actuaba de forma distinta. No es difcil
encontrar motivos para criticar a quien piensa de forma distinta a m. Tienes experiencias de este
tipo de cosas?

Lectio: Lucas 12,1-7


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos presenta una crtica de Jess contra las autoridades religiosas de su
tiempo.
Lucas 12,1: Miles y miles de personas buscan a Jess. En esto, habindose reunido miles y miles
de personas, hasta pisarse unos a otros. Esta frase deja entrever la enorme popularidad de Jess
y el deseo de la gente de encontrarse con l (cf. Mc 6,31; Mt 13,2). Deja entrever, asimismo, el
abandono en el que se encontraba la gente. Son como oveja sin pastor, deca Jess en otra ocasin
cuando vio la multitud aproximarse para escuchar su palabra (Mc 6,34).
Lucas 12,1b: Cuidado con la hipocresa Se puso a decir primeramente a sus discpulos:
Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresa. Marcos hablaba ya de levadura de
los fariseos y de los herodianos y sugera que se trataba de la mentalidad o de la ideologa
dominante de la poca que esperaba a un mesas glorioso y poderoso (Mc 8,15; 8,31-33). Aqu, en
este texto, Lucas identifica la levadura de los fariseos con la hipocresa. La hipocresa es una actitud
que invierte los valores. Esconde la verdad. Muestra una fachada bonita que encubre y disfraza la
podredumbre que hay por dentro. En este caso la hipocresa era la cscara aparente de la mxima
fidelidad a la Palabra de Dios que esconda la contradiccin de la vida de stos. Jess quiere lo
contrario. Quiere coherencia que no deja en lo escondido.
Lucas 12,2-3: Lo escondido ser revelado. Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto ni
oculto que no haya de saberse. Porque cuanto dijisteis en la oscuridad ser odo a la luz, y lo que
hablasteis al odo en las habitaciones privadas ser proclamado desde los terrados. Es la segunda
vez que Lucas habla de este asunto (cf. Lc 8,17). En vez de la hipocresa de los fariseos que esconde
la verdad, los discpulos deben tener sinceridad. No deben tener miedo a la verdad. Jess los invita a
compartir con los otros las enseanzas que aprendieron de l. Los discpulos no podan tenerlas slo
para ellos, sino que deban divulgarla. Un da, las mscaras se caern y todo ser revelado a las
claras, proclamado desde los terrados (cf. Mt 10,26-27).
Lucas 12,4-5: No hay que tener miedo. No temis a los que matan el cuerpo, y despus de esto no
pueden hacer ms. Os mostrar a quin debis temer: temed a Aquel que, despus de matar, tiene
poder para arrojar a la gehenna; s, os repito: temed a se. Aqu Jess se dirige a sus amigos, a los
discpulos y a las discpulas. Ellos no deben tener miedo de aquellos que matan el cuerpo, que
torturan, que machacan y hacen sufrir. Los torturadores pueden matar el cuerpo, pero no consiguen
matar en ellos la libertad y el espritu. Deben tener miedo, esto es, de que el miedo al sufrimiento
los lleve a esconder o a negar la verdad y, as, les haga ofender a Dios. Pues quien se aleja de Dios
se pierde por siempre.
Lucas 12,6-7: Valis ms que muchos pajarillos. No se venden cinco pajarillos por dos ases?
Pues bien, ni uno de ellos est olvidado ante Dios. Hasta los cabellos de vuestra cabeza estn todos
contados. No temis; valis ms que muchos pajarillos Los discpulos no deben tener miedo a
nada, pues ellos estn en las manos de Dios. Jess manda mirar los pjaros. Dos pajarillos se
venden por pocos centavos y ninguno de ellos cae en tierra sin el consentimiento del Padre. Hasta
los cabellos de la cabeza estn contados. Lucas dice que ningn cabello cae sin que el Padre lo diga
(Lc 21,18). Y caen tantos cabellos! Por esto: no temis; valis ms que muchos pajarillos. Es sta
la leccin que Jess saca de la contemplacin de la naturaleza. (cf Mt 10,29-31)

La contemplacin de la naturaleza. En el Sermn de la Montaa, el mensaje ms importante Jess


lo saca de la contemplacin de la naturaleza. El dice: " Habis odo que se dijo: Amars a tu
prjimo y odiars a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os
persigan, para que seis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos,
y llover sobre justos e injustos. Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre
celestial. (Mt 5,43-45.48). La observacin del ritmo del sol y de la lluvia llevaron a Jess a esta
afirmacin revolucionaria: Pero yo os digo: amar a vuestros enemigos! Lo mismo vale para la
invitacin a mirar los lirios del campo y las aves del cielo (Mt 6,25-30). Esta actitud,
sorprendentemente contemplativa ante la naturaleza, lleva a Jess a una crtica de las verdades
aparentemente eternas. Seis veces seguidas tuvo el valor de corregir en pblico la Ley de Dios: Se
os dijo, pero yo os digo.... El descubrimiento hecho en la contemplacin renovada de la naturaleza
se vuelve para l una luz muy importante para releer la historia con otros ojos y descubrir en ella las
luces que antes no eran percibidas. Hoy estamos antes una nueva visin del universo. Los
descubrimientos de la ciencia respecto de la inmensidad del macro-cosmos y del micro-cosmos
estn siendo fuente de una nueva contemplacin del universo. Est comenzando ya la crtica de
muchas verdades aparentemente eternas.
4) Para la reflexin personal
Lo escondido ser revelado. Hay en m algo que temo sea revelado un da?
La contemplacin de los pajarillos y de las cosas de la naturaleza lleva Jess a actitudes nuevas y
sorprendentes que revelan la bondad gratuita de Dios. Tengo costumbre de contemplar la
naturaleza?

Lectio: Lucas 12,8-12


3) Reflexin
El contexto. En el cap. 11 que precede a nuestro relato, Lucas, en el camino de Jess hacia
Jerusaln, muestra su intencin de revelar los abismos del obrar misericordioso de Dios y, al mismo
tiempo, la profunda miseria que se esconde en el corazn del hombre, y en particular en los que
tienen la misin de ser testimonios de la Palabra y de la obra del Espritu Santo en el mundo. Jess
presenta estas realidades con una serie de reflexiones que surten efecto en el lector: verse atrado
por la fuerza de su Palabra hasta el punto de sentirse interiormente juzgado y despojado de las
pretensiones de grandeza que inquietan al hombre (9,46). El lector se identifica, adems, con
algunas actitudes provocadas por la enseanza de Jess: ante todo, se reconoce en el discpulo que
sigue a Jess y es enviado delante de l como mensajero del reino; en el que tiene dudas para
seguirlo; en el fariseo o doctor de la ley, esclavos de sus propias interpretaciones y estilo de vida. En
sntesis, el recorrido del lector por el cap. 11 tiene como caracterstica encontrarse con la enseanza
de Jess que le revela la intimidad de Dios, la misericordia del corazn de Dios, pero tambin la
verdad de su ser como hombre. Sin embargo, en el cap. 12 Jess contrapone al corazn pervertido
del hombre la benevolencia de Dios, que siempre da de manera sobreabundante. Est en juego la
vida del hombre. Hay que estar atento a la perversin del juicio humano, o mejor, a la hipocresa
que distorsiona los valores para slo favorecer el propio inters y las propias ventajas ms que para
interesarse por la vida, la que se recibe de manera gratuita. La palabra de Jess dispara al lector un
interrogante sobre cmo afrontar la cuestin de la vida: el hombre ser juzgado por su
comportamiento ante los peligros. Hay que preocuparse no tanto de los que pueden matar el
cuerpo, sino tener en el corazn el temor de Dios que juzga y corrige. Jess no promete a los
discpulos que se ahorrarn las amenazas y las persecuciones, pero les asegura la ayuda de Dios en
el momento de la dificultad.
Saber reconocer a Jess. El compromiso valiente de reconocer pblicamente la amistad con Jess
comporta, en consecuencia, la comunin personal con l cuando vendr para juzgar al mundo. Al

mismo tiempo, el que me niegue, el que tenga miedo de confesar y reconocer pblicamente a
Jess, l mismo se condena. Se invita al lector a reflexionar sobre la importancia crucial de Jess en
la historia de la salvacin: es necesario decidirse, o con Jess o contra l y contra su Palabra de
gracia; de esta decisin, reconocer o negar a Jess, depende nuestra salvacin. Lucas evidencia que
la comunin que en el tiempo presente ofrece Jess a sus discpulos ser confirmada y llegar a la
perfeccin en el momento de su venida en la gloria (vendr en su gloria, en la de su Padre y en la
de los santos ngeles: 9,26). Es evidente la referencia a la comunidad cristiana: aunque se est
expuesto a la hostilidad del mundo, es indispensable que el testimonio valiente de Jess y de la
comunin con l no disminuya, es decir, no hay que avergonzarse de ser y de manifestarse
cristianos.
La blasfemia contra el Espritu Santo. Blasfemar es entendido aqu por Lucas como hablar de
manera ofensiva o en contra. Este verbo se aplic a Jess cuando, en 5,21, perdon los pecados. La
cuestin que plantea nuestro pasaje puede presentar alguna dificultad para el lector: Es menos
grave la blasfemia contra el Hijo del hombre que la que va contra el Espritu Santo? El lenguaje de
Jess puede resultar un poco fuerte para el lector del evangelio de Lucas: a lo largo del evangelio ha
visto a Jess mostrando la actitud de Dios que va en bsqueda del pecador, que es exigente pero
sabe esperar el momento de la vuelta a l y la madurez del pecador. En Marcos y en Mateo, la
blasfemia contra el Espritu Santo es la falta de reconocimiento del poder de Dios en los exorcismos
de Jess. Pero en Lucas ms bien significa el rechazo consciente y libre del Espritu proftico que
acta en las obras y enseanzas de Jess, es decir, el rechazo del encuentro con el obrar
misericordioso y salvfico del Padre. La falta de reconocimiento del origen divino de la misin de
Jess, la ofensa directa a la persona de Jess, pueden ser perdonadas, pero el que niega el obrar del
Espritu Santo en la misin de Jess no ser perdonado. No se trata de la oposicin entre la persona
de Jess y el Espritu Santo, o de un contraste o smbolo de dos perodos diversos de la historia, el
de Jess y el de la comunidad post-pascual, sino que, en definitiva, el evangelista trata de demostrar
que negar la persona de Cristo equivale a blasfemar contra el Espritu Santo.
4) Para la reflexin personal
Eres consciente de que ser cristiano reclama afrontar dificultades, insidias y peligros, hasta el
punto de arriesgar la propia vida para dar testimonio de la amistad personal con Jess?
Te avergenzas de ser cristiano? Prefieres el juicio de los hombres, su aprobacin, o el hecho de
no perder tu amistad con Cristo?

Lectio: Lucas 12,13-21


3) Reflexin
El relato del evangelio de hoy se encuentra slo en el Evangelio de Lucas y no tiene paralelo en
otros evangelios. Forma parte de la descripcin del camino de Jess, desde Galilea hasta Jerusaln
(Lc 9,51 a 19,28), en el que Lucas coloca la mayor parte de las informaciones que consigue recoger
respecto de Jess y que no se encuentran en los otros tres evangelios (cf. Lc 1,2-3). El evangelio de
hoy nos trae la respuesta de Jess a la persona que le pidi que mediara en el reparto de una
herencia.
Lucas 12,13: Un pedido para repartir la herencia. Uno de la gente le dijo: Maestro, di a mi
hermano que reparta la herencia conmigo. Hasta hoy, la distribucin de la herencia entre los
familiares es siempre una cuestin delicada y, muchas veces, ocasiona infinitas discusiones y
tensiones. En aquel tiempo, la herencia tena que ver tambin con la identidad de las personas (1Re
21,1-3) y con su supervivencia (Nm 27,1-11; 36,1-12). El mayor problema era la distribucin de
las tierras entre los hijos del fallecido padre. Siendo una familia grande, se corra el peligro de que

la herencia se desmenuzara en pequeos pedazos de tierra que no podran garantizar la


supervivencia de todos. Por esto, para evitar la desintegracin o pulverizacin de la herencia y
mantener vivo el nombre de familia, el mayor de los hijos reciba el doble de la herencia (Dt 21,17.
cf. 2Re 2,11).
Lucas 12,14-15: Respuesta de Jess: cuidado con la ganancia. Jess respondi: "Hombre,
Quin me ha constituido juez o repartidor entre vosotros? En la respuesta de Jess se ve la
conciencia que tena de su misin. Jess no se siente enviado por Dios para atender el pedido de
arbitrar entre los parientes que se pelean entre s por el reparto de la herencia. Pero el pedido
despierta en l la misin de orientar a las personas, pues: Les dijo: Mirad y guardaos de toda
codicia, porque, aunque alguien posea abundantes riquezas, stas no le garantizan la vida. Formaba
parte de su misin el esclarecer a las personas respecto del sentido de la vida. El valor de una vida
no consiste en tener muchas cosas, sino en ser rico para Dios (Lc 12,21). Pues, cuando la ganancia
ocupa el corazn, no se llega a repartir la herencia con equidad y con paz.
Lucas 12,16-19: La parbola que hace pensar en el sentido de la vida. Inmediatamente despus
Jess cuenta una parbola para ayudar a las personas a reflexionar sobre el sentido de la vida: "Los
campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre s, diciendo: Qu har, pues no
tengo dnde almacenar mi cosecha El hombre rico est totalmente encerrado en la preocupacin de
sus bienes que aumentarn de repente por causa de una cosecha abundante. Piensa slo en acumular
para garantizarse una vida despreocupada. Dice: Y dijo: Voy a hacer esto: Voy a demoler mis
graneros, edificar otros ms grandes, reunir all todo mi trigo y mis bienes y dir a mi alma:
Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos aos. Descansa, come, bebe, banquetea.'
Lucas 12,20: Primera conclusin de la parbola. Pero Dios le dijo: Necio! Esta misma noche te
reclamarn el alma; las cosas que preparaste, para quin sern?' La muerte es una llave importante
para redescubrir el sentido verdadero de la vida. Relativiza todo, pues muestra lo que perece y lo
que permanece. Quien slo busca tener y olvida el ser pierde todo en la hora de la muerte. Aqu se
evidencia un pensamiento muy frecuente en los libros sapienciales: para qu acumular bienes en
esta vida, si no sabes dnde poner los bienes que acumulas, ni sabes lo que el heredero va a hacer
con aquello que tu le dejas (Ecl 2,12.18-19.21).
Lucas 12,21: Segunda conclusin de la parbola. As es el que atesora riquezas para s y no se
enriquece en orden a Dios.. Cmo volverse rico para Dios? Jess dio diversas sugerencias y
consejos: quien quiere ser el primero, que sea el ltimo (Mt 20,27; Mc 9,35; 10,44); es mejor dar
que recibir (At 20,35); el mayor es el menor (Mt 18,4; 23,11; Lc 9,48) guarda su vida aquel que la
pierde (Mt 10,39; 16,25; Mc 8,35; Lc 9,24).
4) Para la reflexin personal
El hombre pide a Jess que le ayude en el reparto de la herencia. Y t qu pides a Dios en tus
oraciones?
El consumismo crea necesidades y despierta en nosotros el deseo de acumular. Qu haces t para
no ser vctima de la sociedad de consumo?

Lectio: Lucas 12,35-38


3) Reflexin
Por medio de la parbola, el evangelio de hoy nos exhorta a la vigilancia.
Lucas 12,35: Exhortacin a la vigilancia. "Tened ceida la cintura y las lmparas encendidas.
Ceirse significaba amarrar una tela o una cuerda alrededor del traje talar, para que no estorbara los
movimientos del cuerpo. Estar ceido significaba estar preparado, pronto para la accin inmediata.

La vspera de la huida hacia Egipto, en la hora de celebrar la pascua, los israelitas deban ceirse,
esto es, estar preparados para poder partir inmediatamente (Ex 12,11). Cuando alguien iba a
trabajar, a luchar o a ejecutar una tarea se cea (Ct 3,8). En la carta a los Efesios, Pablo describe la
armadura de Dios y dice que los riones deben estar ceidos con el cngulo de la verdad (Ef 6,14).
Las lmparas deban de estar encendidas, pues la vigilancia es tarea tanto para el da como para la
noche. Sin luz no se anda en la oscuridad de la noche.
Lucas 12,36: La parbola. Para explicar lo que significa estar ceido, Jess cuenta una pequea
parbola. Y sed como hombres que esperan a que su seor vuelva de la boda, para que, en cuanto
llegue y llame, al instante le abran. La tarea de aguardar la llegada del dueo exige una vigilancia
constante y permanente, sobre todo cuando es de noche, pues el dueo no tiene una hora
determinada para volver. Puede hacerlo en cualquier momento. El empleado ha de estar atento,
vigilante siempre!
Lucas 12,37: Promesa de felicidad. Dichosos los siervos a quienes el seor, al venir, encuentre
despiertos: yo os aseguro que se ceir, los har ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les
servir. Aqu, en esta promesa de felicidad, los papeles se invierten. El dueo se vuelve empleado
y empieza a servir al empleado que se vuelve dueo. Evoca a Jess en la ltima cena que, an
siendo seor y maestro, se hizo siervo y empleado de todos (Jn 13,4-17). La felicidad prometida
tiene que ver con el futuro, con la felicidad en el fin de los tiempos, y es lo opuesto de aquello que
Jess prometi en otra parbola que deca: Quin de vosotros que tiene un siervo arando o
pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: `Pasa al momento y ponte a la mesa?' No le dir
ms bien: `Preprame algo para cenar, y cete para servirme y luego que yo haya comido y bebido
comers y bebers t?' Acaso tiene que dar las gracias al siervo porque hizo lo que le mandaron?
De igual modo vosotros, cuando hayis hecho todo lo que os mandaron, decid: No somos ms que
unos pobres siervos; slo hemos hecho lo que tenamos que hacer. (Lc 17,7-10).
Lucas 12,38: Repite la promesa de felicidad. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si
los encuentra as, dichosos ellos! Repite la promesa de felicidad que exige vigilancia total. El
dueo puede volver en medio de la noche, a las tres de madrugada, o en cualquier otro momento. El
empleado tiene que estar preparado, ceido para poder entrar en accin.
4) Para la reflexin personal
Somos empleados de Dios. Debemos estar ceidos, preparados, atentos y vigilantes, veinte y
cuatro horas al da. Lo consigues? Cmo?
La promesa de felicidad futura es al revs del presente. Qu nos revela esto de cara a la bondad
de Dios para con nosotros, para conmigo?

Lectio: Lucas 12,39-48


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos lanza de nueva una exhortacin a la vigilancia con otras dos parbolas.
Ayer la parbola era sobre el dueo y el empleado (Lc 12,36-38). Hoy, la primera parbola es sobre
el dueo de la casa y el ladrn (Lc 12,39-40) y la otra habla del propietario y del administrador (Lc
12,41-47).
Lucas 12,39-40: La parbola del dueo de la casa y del ladrn. Entendedlo bien: si el dueo de
casa supiese a qu hora iba a venir el ladrn, no dejara que le horadasen su casa. Estad tambin
vosotros preparados, porque cuando menos lo pensis, vendr el Hijo del hombre. As que como el
dueo de la casa no sabe a qu hora llega el ladrn, as nadie sabe la hora de llegada del hijo del
Hombre. Jess lo deja bien claro: " Mas de aquel da y hora, nadie sabe nada, ni los ngeles en el
cielo, ni el Hijo, sino slo el Padre!" (Mc 13,32). Hoy, muchas gente vive preocupada con el fin del

mundo. Por las calles de las ciudades, a veces se ve escrito sobre los muros: Jess volver! Hubo
gente que, angustiada por la proximidad del fin del mundo, lleg a cometer suicidio. Pero el tiempo
pasa y el fin no llega! Muchas veces la afirmacin Jess volver! es usada para meter miedo en
las personas y obligarlas a atender una determinada iglesia. De tanto esperar y especular alrededor
de la venida de Jess, mucha gente deja de percibir su presencia en medio de nosotros, en las cosas
ms comunes de la vida, en los hechos de la vida diaria. Pues lo que importa no es saber la hora del
fin del mundo, sino tener una mirada capaz de percibir la venida de Jess ya presente en medio de
nosotros en la persona del pobre (cf Mt 25,40) y en tantos otros modos y acontecimientos de la vida
de cada da.
Lucas 12,41: La pregunta de Pedro. Seor, dices esta parbola para nosotros o para todos?" No
se ve bien el porqu de esta pregunta de Pedro. El evoca otro episodio, en el cual Jess responde a
una pregunta similar, diciendo: A vosotros os he dado conocer el misterio del Reino de Dios, pero
a los otros todo les es dado a conocer en parbolas (Mt 13,10-11; Lc 8,9-10).
Lucas 12,42-48: La parbola del dueo y del administrador. En la respuesta de Pedro Jess
formula otra pregunta en forma de parbola: Quin es, pues, el administrador fiel y prudente a
quien el seor pondr al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su racin conveniente?
Inmediatamente despus, Jess mismo en la parbola da la respuesta: el buen administrador es
aquel que cumple su misin de siervo, que nunca usa los bienes recibidos para su propio provecho,
y que est siempre vigilante y atento. Es posible que sea una respuesta indirecta a la pregunta de
Pedro, como si dijera: Pedro, la parbola es realmente para ti! A ti te incumbe saber administrar
bien la misin que Dios te da como coordinador de las comunidades. En este sentido, la respuesta
vale tambin para cada uno de nosotros. Y all toma mucho sentido la advertencia final: a quien se
le dio mucho, se le reclamar mucho; y a quien se confi mucho, se le pedir ms..
La llegada del Hijo del Hombre y el fin del mundo. La misma problemtica haba en las
comunidades cristianas de los primeros siglos. Mucha gente de las comunidades decan que el fin
del mundo estaba cerca y que Jess volvera despus. Algunas comunidades de Tesalnica en
Grecia, apoyando la predicacin de Pablo, decan: Jess volver! (1 Tes 4,13-18; 2 Tes 2,2). Por
esto, haba personas que haban dejado de trabajar, porque pensaban que la venida fuera cosa de
pocos das o semanas. Trabajar para qu, si Jess iba a volver? (cf 2Ts 3,11). Pablo responde que
no era tan simple como se lo imaginaban. Y a los que no trabajaban deca. Quien no trabaja, no
tiene derecho a comer! Otros se quedaban mirando al cielo, aguardando el retorno de Jess sobre
las nubes (cf He 1,11). Otros se quejaban de la demora (2Pd 3,4-9). En general, los cristianos vivan
en la expectativa de la venida inminente de Jess. Jess vena a realizar el Juicio Final para terminar
con la historia injusta de este mundo de aqu abajo e inaugurar la nueva fase de la historia, la fase
definitiva del Nuevo Cielo y de la Nueva Tierra. Pensaban que esto acontecera dentro de una o de
dos generaciones. Mucha gente seguira con vida cuando Jess iba a aparecer glorioso en el cielo
(1Ts 4,16-17; Mc 9,1). Otros, cansados de esperar, decan: No volver nunca! (2 Pd 3,4). Hasta
hoy, la venida final de Jess no ha ocurrido. Cmo entender esta tardanza? Supone que ya no
percibimos que Jess volvi, que est en medio de nosotros: Y he aqu que yo estoy con vosotros
todos los das hasta el fin del mundo." (Mt 28,20). El ya est con nosotros, a nuestro lado, en la
lucha por la justicia, por la paz y por la vida. La plenitud no ha llegado todava, pero una muestra o
garanta del Reino ya est en medio de nosotros. Por esto, aguardamos con firme esperanza la plena
liberacin de la humanidad y de la naturaleza (Rm 8,22-25). Y en cuanto esperamos y luchamos,
decimos con certeza: El ya est en medio de nosotros! (Mt 25,40).
4) Para la reflexin personal
La respuesta de Jess a Pedro sirve tambin para nosotros, para m. Soy un buen administrador/a
de la misin que recib?
Cmo hago para estar vigilante siempre?

Lectio: Lucas 12,49-53


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos presenta algunas frases sueltas de Jess. La primera sobre el fuego sobre
la tierra la tiene slo Lucas. Las otras tienen frases ms o menos paralelas en Mateo. Esto nos
remite al problema del origen de la composicin de estos dos evangelios que hizo correr ya mucha
tinta a lo largo de los ltimos dos siglos y se resolver plenamente slo cuando podamos conversar
con Mateo y Lucas, despus de nuestra resurreccin.
Lucas 12,49-50: Jess, vino a traer fuego sobre la tierra. "He venido a arrojar un fuego sobre la
tierra y cunto deseara que ya hubiera prendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y qu
angustiado estoy hasta que se cumpla! La imagen del fuego vuelve muchas veces en la Biblia y no
tiene un sentido nico. Puede ser imagen de la devastacin y del castigo y puede tambin ser la
imagen de la purificacin y de la iluminacin (Is 1,25; Zc 13,9). Puede evocar hasta proteccin
como vemos en Isaas: Si pasas en medio de las llamas, no te quemars (Is 43,2). Juan Bautista
bautizaba con agua, pero despus de l, Jess habra de bautizar por medio del fuego (Lc 3,16).
Aqu, la imagen del fuego es asociada a la accin del Espritu Santo que descendi el da de
Pentecosts bajo la imagen de lenguas de fuego (He 2,2-4). Las imgenes y los smbolos no tienen
nunca un sentido obligatorio, totalmente definido, que no permita divergencia. En este caso ya no
sera ni una imagen, ni un smbolo. Es tpico de la naturaleza del smbolo el provocar la
imaginacin de los oyentes y de los espectadores. Dejando la libertad a los oyentes, la imagen del
fuego combinado con la imagen del bautismo indica la direccin en la que Jess quiere que la gente
dirija su imaginacin. El bautismo es asociado con el agua y es siempre expresin de un
compromiso de Jess con su pasin:. Podis ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser
bautizado? . (Mc 10,38-39).
Lucas 12,51-53: Jess vino a traer la divisin. Jess habla siempre de paz (Mt 5,9; Mc 9,50; Lc
1,79; 10,5; 19,38; 24,36; Jo 14,27; 16,33; 20,21.26). Entonces cmo entender la frase del
evangelio de hoy que parece decir lo contrario: Creis que estoy aqu para poner paz en la tierra?
No, os lo aseguro, sino divisin.. Esta afirmacin no significa que Jess estuviera a favor de la
divisin. No! Jess no quiere la divisin. El anuncio de la verdad que l, Jess de Nazaret, era el
Mesas se volvi motivo de mucha divisin entre los judos. Dentro de la misma familia o de la
comunidad, unos estaban a favor y otros radicalmente en contra. En este sentido la Buena Noticia
de Jess era realmente una fuente de divisin, una seal de contradiccin (Lc 2,34) o como deca
Jess: Estarn divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la
hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra. Era lo que estaba
ocurriendo, de hecho en las familias y en las comunidades: muchas divisiones, mucha discusin,
como consecuencia del anuncio de la Buena Noticia entre los judos de aquella poca, unos
aceptando, otros negando. Lo mismo vale para el anuncio de la fraternidad como valor supremo de
la convivencia humana. No todos concordaban con este anuncio, pues preferan mantener sus
privilegios. Por esto, no tenan miedo de perseguir lo que anunciaban la fraternidad y el compartir.
Esta es la divisin que surga y que est en el origen de la pasin y de la muerte de Jess. Era lo que
estaba aconteciendo. Lo que pensaba la gente. Jess quiere la unin de todos en la verdad (cf. Jn
17,17-23). Hasta hoy es as. Muchas veces, all donde la Iglesia se renueva, el llamado de la Buena
Noticia se vuelve una seal de contradiccin y de divisin. Personas que durante aos vivieron
acomodadas en la rutina de su vida cristiana, y que ya no quieren ser incomodadas por las
innovaciones del Vaticano II. Incomodadas por los cambios, usan toda su inteligencia para
encontrar argumentos en defensa de sus opiniones y para condenar los cambios como contrarios a lo
que ellas piensan ser la verdadera fe.
4) Para la reflexin personal
Buscando la unin, Jess era causa de divisin. Te ocurri lo mismo alguna vez?

Ante los cambios en la Iglesia, cmo me sito?

Lectio: Lucas 12,54-59


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos presenta un llamamiento de parte de Jess para aprender a leer los Signos
de los Tiempos. Fue este texto lo que inspir a Juan XXIII el convocar a la Iglesia para prestar
atencin a los Signos de los Tiempos y percibir mejor las llamadas de Dios en los acontecimientos
de la historia de la humanidad.
Lucas 12,54-55: Todos saben interpretar los aspectos de la tierra y del cielo, ... Deca tambin a
la gente: Cuando veis que una nube se levanta por occidente, al momento decs: `Va a llover', y as
sucede. Y cuando sopla el sur, decs: `Viene bochorno', y as sucede.. Jess verbaliza una
experiencia humana universal. Todos y todas, cada cual en su pas y en su regin, sabemos leer los
aspectos del cielo y de la tierra. El cuerpo mismo percibe cuando amenaza lluvia o cuando los
cambios del tiempo: Vamos a tener lluvia! Jess se refiere a la contemplacin de la naturaleza
como siendo una de las fuentes ms importantes del conocimiento y de la experiencia que l mismo
tena de Dios. Fue la contemplacin de la naturaleza lo que le ayud a descubrir aspectos nuevos en
la fe y en la historia de su pueblo. Por ejemplo, la lluvia que cae sobre buenos y malos, y el sol que
nace sobre justos o injustos, le ayudarn a formular una de las imgenes ms revolucionarias:
Amad a vuestros enemigos! (Mt 5,43-45).
Lucas 12,56-57: ..., pero no saben leer los signos de los tiempos. Y Jess saca la conclusin para
sus contemporneos y para todos nosotros: Hipcritas! Sabis explorar el aspecto de la tierra y del
cielo, cmo no exploris, pues, este tiempo? San Agustn deca que la naturaleza, la creacin, es
el primer libro que Dios escribe. Por medio de ella Dios nos habla. El pecado embroll las letras del
libro de la naturaleza y, por ello, ya no conseguimos leer el mensaje de Dios estampado en las cosas
de la naturaleza y en los hechos de la vida. La Biblia, el segundo libro de Dios, fue escrito no para
ocupar o reemplazar la Vida, sino para ayudar a interpretar la naturaleza y la vida y para aprender de
nuevo a descubrir los llamados de Dios en los acontecimientos. Por qu no juzgis por vosotros
mismos lo que es justo? Compartiendo entre nosotros lo que vemos en la naturaleza, iremos
descubriendo la llamada de Dios en la vida.
Lucas 12,58-59: Saber sacar la leccin para la vida. Cuando vayas con tu adversario al
magistrado, procura en el camino arreglarte con l, no sea que te arrastre ante el juez, el juez te
entregue al alguacil y el alguacil te meta en la crcel. Te digo que no saldrs de all hasta que no
hayas pagado el ltimo cntimo. Uno de los puntos en que Jess ms insista es la reconciliacin.
En aquella poca haba muchas tensiones y conflictos entre grupos radicales con tendencias
diferentes, sin dilogo: zelotes, esenios, fariseos, saduceos, herodianos. Ninguno quera ceder ante
el otro. Las palabras de Jess sobre reconciliacin pidiendo acogida y comprensin iluminan esta
situacin. Pues el nico pecado que Dios no consigue perdonar es el que no perdonemos a los
dems (Mt 6,14). Por esto, aconseja procurar la reconciliacin antes de que sea demasiado tarde.
Cuando llegue la hora del juicio, ser demasiado tarde. Cuando tengamos tiempo, procuremos
cambiar de vida, de comportamiento y de modo de pensar y procuremos acertar el paso (cf. Mt
5,25-26; Col 3,13; Ef 4,32; Mc 11,25).
4) Para la reflexin personal
Leer los Signos de los Tiempos. Cuando escucho o leo las noticias en la tele o en los peridicos,
tengo la preocupacin de percibir las llamadas de Dios en estos hechos?

Reconciliar es la peticin en la que Jess ms insiste. Cmo trato de colaborar en la


reconciliacin entre las personas, las razas, los pueblos, las tendencias?

Lectio: Lucas 13,1-9


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos proporciona informaciones que encontramos slo en el evangelio de
Lucas y no tienen pasajes paralelos en otros evangelios. Estamos meditando el largo caminar de
Jess, desde Galilea hasta Jerusaln, que ocupa casi la mitad del evangelio de Lucas, desde el
captulo 9 hasta el captulo 19 (Lc 9,51 a 19,28). Es aqu donde Lucas coloca la mayor parte de la
informacin que tiene sobre la vida y la enseanza de Jess (Lc 1,1-4).
Lucas 13,1: El acontecimiento que pide una explicacin. En aquel mismo momento llegaron
algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre haba mezclado Pilatos con la de sus
sacrificios.. Cuando leemos los peridicos o cuando asistimos al noticiario en la TV, recibimos
muchas informaciones, pero no siempre evaluamos todo su significado. Escuchamos todo, pero no
sabemos bien qu hacer con tantas informaciones y noticias. Noticias terribles como el tsunami, el
terrorismo, las guerras, el hambre, la violencia, el crimen, los atentados, etc. As fueron a llevar a
Jess la noticia de la terrible masacre que Pilatos, gobernador romano, hizo con algunos peregrinos
samaritanos. Noticias as nos incomodan. Nos derriban: Qu puedo hacer? Para apaciguar la
conciencia, muchos se defienden y dicen: Es su culpa! No trabajan! Es gente llena de
prejuicios! En tiempo de Jess, la gente se defenda diciendo: Es un castigo de Dios por sus
pecados! (Jn 9,2-3). Desde hace siglos se enseaba: Los samaritanos no valen. Siguen una
religin equivocada! (2Re 17,24-41)!
Lucas 13,2-3: La respuesta de Jess. Jess tiene otra opinin. "Pensis que esos galileos eran ms
pecadores que todos los dems galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no
os converts, todos pereceris del mismo modo. Jess ayuda a las personas a leer los hechos con
otros ojos y a sacar una conclusin para su vida. Dice que no fue castigo de Dios. Por el contrario:
Y si no os converts, todos pereceris del mismo modo y procura alertar hacia la conversin y el
cambio.
Lucas 13,4-5: Jess comenta otro hecho. O aquellos dieciocho sobre los que se desplom la torre
de Silo y los mat, pensis que eran ms culpables que los dems hombres que habitaban en
Jerusaln? Debe haber sido un desastre muy comentado en la ciudad. Una tormenta derrib la torre
de Silo y mat a dieciocho personas que se estaban abrigando debajo. El comentario normal era:
Castigo de Dios! Jess repite: No, os lo aseguro; y si no os converts, todos pereceris del
mismo modo ". Ellos no se convirtieron, no cambiaron, y cuarenta aos despus Jerusaln fue
destruida y mucha gente muri asesinada en el Templo como los samaritanos, y mucha ms muri
debajo de los escombros de las murallas de la ciudad. Jess trat de prevenir, pero no escucharon la
peticin de paz: Jerusaln! Jerusaln! (Lc 13,34). Jess ensea a descubrir las llamadas que
vienen de los acontecimientos de la vida de cada da.
Lucas 13,6-9: Una parbola para que la gente piense y descubra el proyecto de Dios. " Les dijo
esta parbola: Un hombre tena plantada una higuera en su via, fue a buscar fruto en ella y no lo
encontr. Dijo entonces al viador: `Ya hace tres aos que vengo a buscar fruto en esta higuera y no
lo encuentro. Crtala; Para qu ha de ocupar el terreno estrilmente?' Pero l le respondi: `Seor,
djala por este ao todava y mientras tanto cavar a su alrededor y echar abono, por si da fruto en
adelante; y si no da, la cortas. Muchas veces la via es usada tanto para indicar el cario que Dios
tiene hacia su pueblo o como falta de correspondencia de parte de la gente hacia el amor de Dios (Is
5,1-7; 27,2-5; Jr 2,21; 8,13; Ez 19,10-14; Os 10,1-8; Mq 7,1; Jn 15,1-6). En la parbola, el dueo de
la via es Dios Padre. El agricultor que intercede por la via es Jess. Insiste con el Padre para
alargar el espacio de la conversin.

4) Para la reflexin personal


El pueblo de Dios, la via de Dios. Yo soy un pedazo de esta via. Me aplico la parbola de la
via. Qu conclusiones saco?
Qu hago con las noticias que recibo? Trato de tener una opinin crtica, o sigo la opinin de la
mayora y de los medios de comunicacin?

Lectio: Lucas 13,10-17


3) Reflexin
El evangelio de hoy describe la curacin de la mejor encorvada. Se trata de uno de los muchos
episodios que Lucas nos narra, sin mucho orden, al describir el largo camino recorrido por Jess
hacia Jerusaln (Lc 9,51 a 19,28).
Lucas 13,10-11: La situacin que provoca la accin de Jess. Jess est en la sinagoga en un da
de reposo. Cumple con la ley, guardando el sbado y participando en la celebracin con su gente.
Lucas informa que Jess estaba enseando. Haba en la sinagoga una mujer encorvada. Lucas dice
que un espritu de flaqueza le impeda asumir una postura recta. En aquel tiempo la gente explicaba
as las dolencias. La mujer llevaba dieciocho aos en esta situacin. No habla, no tiene nombre, no
pide la curacin, no toma ninguna iniciativa. Su pasividad llama la atencin.
Lucas 13,12-13: Jess cura la mujer. Viendo a la mujer, Jess la llama e le dice: Mujer, queda
libre de tu enfermedad!. La accin de liberar se realiza por medio de la palabra, dirigida
directamente a la mujer, y por el toque de la imposicin de las manos. Inmediatamente, se pone de
pie y empieza a alabar al Seor. Hay una relacin entre el ponerse de pie y dar gloria a Dios. Jess
hace que la mujer se ponga de pie para que pueda alabar a Dios en medio del pueblo reunido en
asamblea. La suegra de Pedro, una vez curada, se levanta y se pone a servir (Mc 1,31). Alabar a
Dios y servir a los hermanos!
Lucas 13,14: La reaccin del jefe de la sinagoga. El jefe de la sinagoga se volvi furioso viendo la
accin de Jess, porque haba curado a la mujer un da de sbado: Hay seis das en que se puede
trabajar; venid, pues, esos das a curaros, y no en da de sbado. . En la crtica del jefe de la
sinagoga resuena la palabra de la Ley de Dios que deca: Acurdate del da de sbado para
santificarlo. Trabaja seis das y, en ellos, haz todas tus faenas. Pero el da sptimo es da de
descanso, consagrado a Yahv, tu Dios. Que nadie trabaje. (Ex 20,8-10). En esta reaccin
autoritaria del jefe tenemos una llave para entender por qu motivo la gente estaba tan oprimida y
por qu la mujer no poda participar en aquel tiempo. El dominio sobre las conciencias a travs de
la manipulacin de la ley de Dios era muy fuerte. Era sta la manera en que mantenan a la gente
sometida y encorvada.
Lucas 13,15-16: La respuesta de Jess al jefe de la sinagoga. El jefe conden a las personas
porque quera que observasen la Ley de Dios. Aquello que para el jefe de la sinagoga es observancia
de la ley de Dios, para Jess es hipocresa: "Hipcritas!No desatis del pesebre todos vosotros en
sbado a vuestro buey o vuestro asno para llevarlos a abrevar? Y a sta, que es hija de Abrahn, a la
que at Satans hace ya dieciocho aos, no estaba bien desatarla de esta ligadura en da de
sbado? Con este ejemplo sacado de la vida diaria, Jess muestra la incoherencia de este tipo de
observancia de la ley de Dios. Si est permitido desatar un buey en el da de sbado, slo para darle
de beber, mucho ms est permitido desatar a una hija de Abrahn para liberarla del poder del mal.
El verdadero sentido de la observancia de la Ley que agrada a Dios es ste: liberar a las personas
del poder del mal y ponerlas de pie, para que puedan glorificar a Dios y rendirle homenaje. Jess
imita a Dios que endereza a los encorvados (Sal 145,14; 146,8).
Lucas 13,17: La reaccin de la gente ante la accin de Jess. La enseanza de Jess deja confusos

a sus adversarios, pero la multitud se llena de alegra por las maravillas que Jess est realizando:
toda la gente se alegraba con las maravillas que haca. En la Palestina del tiempo de Jess, la
mujer viva encorvada, sometida al marido, a los padres y a los jefes religiosos de su pueblo. Esta
situacin de sumisin estaba justificada por la religin. Pero Jess no quiere que ella siga
encorvada. Desatar y liberar a las personas no tiene un da marcado. Es todos los das, y hasta el
da de sbado!
4) Para la reflexin personal
La situacin de la mujer ha cambiado mucho o es la misma que en el tiempo de Jess? Cul es
la situacin de la mujer hoy en la sociedad y en la Iglesia? Hay alguna relacin entre religin y
opresin de la mujer?
La multitud se alegra con la accin de Jess. Cul es la liberacin que est aconteciendo hoy y
que est llevando a la multitud a alegrarse y a dar gracias a Dios?

Lectio: Lucas 13,18-21


3) Reflexin
El contexto. A lo largo del camino que lo conduce a Jerusaln, Jess estaba rodeado por miles de
personas (11,29) que se agolpaban en su entorno. El motivo de esta atraccin de las multitudes es la
Palabra de Jess. En el cap. 12 aparece la sucesin alterna de los destinatarios de la Palabra: los
discpulos (12,1-12), la multitud (vv.13-212), los discpulos (vv.22-53) la multitud (vv.54-59). Sin
embargo, en Lc 13,1-35 el tema dominante es el escndalo de la muerte. En la primera parte se
habla de la muerte de todos (vv.1-9), mientras que en la segunda se habla de la muerte de Jess
(vv.31-35) y de la muerte ahorrada a los pecadores para que puedan disponerse a la conversin.
Pero al lado del tema dominante hay otro: la salvacin ofrecida a los hombres. La curacin de la
mujer encorvada: una hija de Abraham a la que Satans mantena atada haca dieciocho aos, es
liberada por Jess. Adems, en el corazn de este cap. 13, encontramos dos parbolas que forman
una unidad temtica: el reino de Dios comparado con el grano de mostaza y con la levadura.
El Reino de Dios es semejante a una semilla de mostaza. Esta semilla es muy comn en Palestina,
de modo particular junto al lago de Galilea. Es conocida por su singular pequeez. En Lc 17,6 Jess
usa esta imagen para expresar su esperanza de que sus discpulos tengan un mnimo de fe: Si
tuviereis fe como un grano de mostaza. Esta parbola tan sencilla compara dos momentos de la
historia de la semilla: cuando es enterrada (los inicios modestos) y cuando se hace un rbol (el
milagro final). Por tanto, la funcin del relato es explicar el crecimiento extraordinario de una
semilla que se entierra en el propio jardn, a lo que sigue un crecimiento asombroso al hacerse un
rbol. Al igual que esta semilla, el Reino de Dios tiene tambin su historia: el Reino de Dios es la
semilla enterrada en el jardn, lugar que en el Nuevo Testamento indica el lugar de la agona y de la
sepultura de Jess (Jn 18,1.26; 19.41); sigue despus el momento del crecimiento en el que llega a
ser un rbol abierto a todos.
El Reino de Dios es semejante a la levadura. La levadura se esconde en tres medidas de harina. En
la cultura hebrea, la levadura era considerada un factor de corrupcin, hasta el punto que se
eliminaba en las casas para no contaminar la fiesta de Pascua, que justamente empezaba la semana
de los zimos. El uso de este elemento negativo para describir el Reino de Dios era un motivo de
perturbacin para los odos de los judos. Pero el lector percibe su fuerza convincente: es suficiente
meter una pequea cantidad de levadura en tres medidas de harina para conseguir una gran cantidad
de pasta. Jess anuncia que esta levadura, escondida o desaparecida en las tres medidas de harina,
despus de un tiempo, hace crecer la masa.
Efectos del texto en el lector. Qu nos dicen a nosotros estas dos parbolas? El Reino de Dios,
comparado por Jess a una semilla que se convierte en rbol, nos acerca a la historia de Dios como

la historia de su Palabra: est escondida en la historia humana y va creciendo; Lucas piensa en la


Palabra de Jess (el reino de Dios est en medio de vosotros) que ya est creciendo pero que todava
no se ha convertido en rbol. Jess y el Espritu Santo estn dando soporte a este crecimiento de la
palabra. La imagen de la levadura completa el cuadro de la semilla. La levadura es el Evangelio que
acta en el mundo, en la comunidad eclesial y en cada creyente.
4) Para la reflexin personal
Eres consciente de que el Reino de Dios est presente en medio de nosotros y que crece de
manera misteriosa difundindose en la historia de cada hombre, en la Iglesia?
El Reino es una realidad humilde, escondida, pobre y silenciosa, mezclado con las luchas y
placeres de la vida. Has aprendido en las dos parbolas que slo vers el reino en ti si adoptas una
actitud de servicio humilde y de escucha silenciosa?

Lectio: Lucas 13,31-35


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos hace sentir el contexto amenazador y peligroso en el que Jess viva y
trabajaba. Herodes, el mismo que haba matado a Juan Bautista, quiera matar a Jess.
Lucas 13,31: El aviso de los fariseos a Jess. En aquel mismo momento se acercaron algunos
fariseos y le dijeron: Sal y vete de aqu, porque Herodes quiere matarte. Es importante notar que
Jess recibi el aviso de parte de los fariseos. Algunas veces, los fariseos estn juntos con el grupo
de Herodes queriendo matar a Jess (Mc 3,6; 12,13). Pero aqu, se solidarizan con Jess y quieren
evitar el que muera. En aquel tiempo, el poder del rey era absoluto. No daba cuenta a nadie de su
manera de gobernar. Herodes haba matado a Juan Bautista y ahora est queriendo terminar con
Jess.
Lucas 13,32-33: La respuesta de Jess. Jess dijo: "Id a decir a ese zorro: Yo expulso demonios y
llevo a cabo curaciones hoy y maana, y al tercer da soy consumado.. La respuesta de Jess es
muy clara y valiente. Llama a Herodes zorro. Para anuncia el Reino Jess no depende del permiso
de las autoridades polticas. Manda un recado informando que va a continuar su trabajo hoy y
maana y que seguir hasta pasado maana, es decir el tercer da. En esta respuesta se percibe la
libertad de Jess ante el poder que quera impedirle de realizar la misin recibida del Padre. Pues,
quien determina los plazos y la hora es Dios y no Herodes! Al mismo tiempo, en la respuesta se deja
ver un cierto simbolismo relacionado con la muerte y la resurreccin en el tercer da en Jerusaln.
Es para decir que no morir en Galilea, sino en Jerusaln, capital de su pueblo, y que resucitar el
tercer da.
Lucas 13,34-35: Lamento de Jess sobre Jerusaln. "Jerusaln, Jerusaln!, la que mata a los
profetas y apedrea a los que le son enviados. Cuntas veces he querido reunir a tus hijos, como una
gallina su nidada bajo las alas, y no habis querido Este lamento de Jess sobre la capital de su
gente evoca la larga y triste historia de la resistencia de las autoridades a los llamamientos de Dios
que les llegaban a travs de los profetas y de los sabios. En otro lugar Jess habla de los profetas
perseguidos y matados desde Abel hasta Zacaras (Lc 11,51). Llegando a Jerusaln justo antes de su
muerte, mirando hacia la ciudad desde lo alto del Monte de los Olivos, Jess llora sobre ella, porque
no reconoci en tiempo en que Dios vio a visitarla " (Lc 19,44).
4) Para la reflexin personal
Jess califica el poder poltico como zorro. El poder poltico de tu pas, merece esta calificacin?
Jess trat muchas veces de convertir a la gente de Jerusaln, pero las autoridades religiosas se
resistan. Yo, cuntas veces me he resistido?

Lectio: Lucas 14,1-6


3) Reflexin
El evangelio de hoy relata un episodio de la discusin entre Jess y los fariseos, acontecido
durante el largo viaje de Jess desde Galilea hasta Jerusaln. Es muy difcil situar este hecho en el
contexto de vida de Jess. Hay semejanzas con un hecho narrado en el evangelio de Marcos (Mc
3,1-6). Probablemente, se trata de una de las muchas historias transmitidas oralmente y que, en la
transmisin oral, fueron siendo adoptadas segn la situacin, las necesidades y las esperanzas de la
gente de las comunidades.
Lucas 14,1: La invitacin en el da de sbado. Sucedi que un sbado fue a comer a casa de uno
de los jefes de los fariseos. Ellos le estaban observando.. Esta informacin inicial sobre el convite
en casa de un fariseos le sirve a Lucas para contar diversos episodios que hablan de convites:
curacin del hombre enfermo (Lc 14,2-6), escogida de los lugares para comer (Lc 14,7-11),
escogida de los convidados (Lc 14,12-14), convidados que no aceptan la invitacin (Lc 14,15-24).
Muchas veces Jess es convidado por los fariseos para participar en comidas. En la invitacin tiene
que haber habido una cierta curiosidad y un poco de malicia. Quieren observar a Jess de cerca para
ver si l observa en todo las prescripciones de la ley.
Lucas 14,2: La situacin que provoca la accin de Jess. Haba all, delante de l, un hombre
hidrpico. No se dice cmo un hidrpico puede entrar en casa del jefe de los fariseos. Pero si l
est delante de Jess es porque quiere ser curado. Los fariseos observan a Jess. es un da de
sbado, y en un da de sbado, est prohibido curar. Qu hacer? Se puede o no?
Lucas 14,3: La pregunta de Jess a los escribas y a los fariseos. Entonces pregunt Jess a los
legistas y a los fariseos: Es lcito curar en sbado, o no?" Con su pregunta Jess explicita el
problema que estaba en el aire: se puede o no curar en un da de sbado? La ley permite esto s o
no? En el evangelio de Marcos, la pregunta es ms provocadora: Es lcito en sbado hacer el bien
en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla? (Mc 3,4).
Lucas 14,4-6: La curacin. Los fariseos no respondieron y quedaron en silencio. Ante el silencio
de aquel que ni aprueba ni desaprueba, Jess le toma, le cura y le despide. En seguida, para
responder a una posible crtica, explicita el motivo que le lleva a curar: " Y a ellos les dijo: A quin
de vosotros se le cae un hijo o un buey a un pozo en da de sbado y no lo saca al momento? Con
esta pregunta, Jess muestra la incoherencia de los doctores y de los fariseos. Si uno de ellos, en da
de sbado, encuentra que no hay ningn problema en socorrer a un hijo o hasta un animal, Jess
tambin tiene el derecho de ayudar y curar a un hidrpico. La pregunta de Jess evoca el salmo, en
el que se dice que Dios mismo socorre a hombres y animales (Sal 36,8). Los fariseos no pudieron
replicar a esto. Pues ante la evidencia no hay argumento que pueda negarla.
4) Para la reflexin personal
La libertad de Jess ante la situacin. Y aunque se sienta observado por quienes no le aprueban,
Jess no pierde su libertad. Qu libertad existe en m?
Hay momentos difciles en la vida, en que nos vemos obligados a escoger entre la necesidad
inmediata del prjimo y la letra de la ley. Cmo actuar?
5) Oracin final
Doy gracias a Yahv de todo corazn,
en la reunin de los justos y en la comunidad.
Grandes son las obras de Yahv,
meditadas por todos que las aman. (Sal 111,1-2)

Lectio: Lucas 14,1.7-11


3) Reflexin
El contexto. La Palabra de gracia que Jess revela con su enseanza y sus curaciones, corre el
riesgo de ser anulada; para Jess, cada da est ms cerca el hecho de la muerte, como ocurri a
todos los profetas que lo precedieron. Esta realidad, hacia la que Jess se dirige, muestra con
claridad el rechazo del hombre y la paciencia de Dios. Rechazando a Jess como el primer enviado,
como la nica Palabra de gracia del Padre, el hombre se acarrea su propia condenacin y cierra la
posibilidad que el Padre le haba abierto de acceder a la salvacin. Sin embargo, todava no se ha
apagado la esperanza: es posible que un da reconozca el hombre a Jess como aquel que viene en
el nombre del Seor, lo cual ser un motivo de alegra. Por tanto, la conclusin del cap. 13 de Lucas
nos hace comprender que la salvacin no es una empresa humana, sino que slo puede ser recibida
como un don absolutamente gratuito. Veamos, pues, cmo acontecer este don de la salvacin,
teniendo siempre presente este rechazo de Jess como enviado nico de Dios.
La invitacin al banquete. Ante el peligro de ser obligado a callar, fue sugerido a Jess que huyese,
y sin embargo acepta la invitacin a una comida. Esta actitud de Jess hace comprender que l no
teme las tentativas de agresin a su persona, ni siquiera le dan miedo. El que lo invita es uno de los
jefes de los fariseos, una persona con autoridad. La invitacin tiene lugar en sbado, un da ideal
para las comidas festivas, que normalmente se tena hacia medioda, despus que todos haban
participado en la liturgia sinagogal. Durante la comida, los fariseos lo estaban observando (v.1):
una accin de control y de vigilancia que hace alusin a la sospecha sobre su comportamiento. Con
otras palabras, lo observaban esperando de l alguna accin incompatible con la idea que ellos
tenan de la ley. Pero a fin de cuentas lo controlan no tanto para salvaguardar la observancia de la
ley, sino para atraparlo en algn gesto. El sbado, despus de haber curado ante los fariseos y
doctores de la lay a un hidrpico, ofrece dos reflexiones sobre cmo hay que acoger la invitacin a
la mesa y con qu nimo hay que hacer la invitacin (vv. 12-14).
La primera la llama Lucas una parbola, es decir, un ejemplo, un modelo o enseanza a seguir.
Ante todo, hay que invitar gratuitamente y con libertad de nimo. Con frecuencia, los hombres, en
vez de esperar la invitacin, se adelantan y se hacen invitar. Para Lucas, el punto de vista de Dios es
el contrario, el de la humildad: Ha derrocado del trono a los poderosos y ha ensalzado a los
humildes. La llamada a participar de la gran cena del Reino tiene como xito la mejora del nivel
de vida del que sabe acoger gratuitamente la invitacin a la salvacin.
El ltimo lugar. Es verdad que ceder el propio sitio a los otros no resulta gratificante, sino que
puede ser humillante; es una limitacin del propio orgullo. Pero resulta ms humillante y motivo de
vergenza cuando hay que cambiarse al ltimo lugar; entonces es un deshonor ante los ojos de
todos. Por una parte, Lucas piensa en todas las situaciones humillantes y dolorosas en las que el
creyente se puede encontrar, y por otra, en el sitio reservado para el que vive estos acontecimientos
ante los ojos de Dios y de su reino. Los orgullosos, los que buscan los primeros lugares, los
notables, se pavonean de su situacin social. Al contrario, cuando Jess vino a habitar entre
nosotros, no haba sitio para l (2,7) y decidi seguir ocupando un lugar entre la gente humilde y
pobre. Por esto Dios lo ha ensalzado. De aqu, la preciosa sugerencia de optar por su misma actitud,
escogiendo el ltimo lugar. El lector puede encontrarse incmodo ante estas palabras de Jess que
minan el sentido utilitarista y egosta de la vida; pero a la larga, su enseanza se muestra
determinante para subir ms alto; el camino de la humildad conduce a la gloria.
4) Para la reflexin personal
En tu relacin de amistad con los dems prevalece el clculo interesado, la bsqueda de recibir
recompensa?

Al relacionarte con los dems, est tu yo siempre y a toda costa en el centro de la atencin,
incluso cuando haces algo a favor de los hermanos? Ests dispuesto a dar lo que t eres?

Lectio: Lucas 14,15-24


3) Reflexin
El evangelio de hoy sigue la reflexin alrededor de asuntos enlazados con la comida y las
invitaciones. Jess cuenta la a parbola del banquete. Mucha gente ha sido invitada, pero la mayora
no acudi. El dueo de la fiesta se indigna viendo que los convidados no acuden y manda llamar a
los pobres, a los lisiados, a los ciegos, a los cojos. Pero sigue habiendo sitio. Entonces el dueo
manda convidar a todo el mundo, hasta que la casa queda llena. Esta parbola es una luz para las
comunidades del tiempo de Lucas.
En las comunidades del tiempo de Lucas haba cristianos, venidos del judasmo y cristianos
venidos de los paganos. A pesar de las diferencias de raza, clase y gnero, ellos tenan un gran ideal,
basado en el compartir y en la comunin (Hec 2,42; 4,32; 5,12). Pero haba muchas dificultades,
pues los judos tenan normas de pureza legal que les impedan comer con los paganos. Y hasta
despus de haber entrado en la comunidad cristiana, algunos de ellos guardan la antigua costumbre
de no sentarse con los paganos alrededor de la misma mesa. As, Pedro tuvo conflictos en la
comunidad de Jerusaln, por haber entrado en casa de Cornelio, un pagano y haber comido con l
(Hec 11,3). En vista de esta problemtica de las comunidades, Lucas guarda una serie de palabras
de Jess respecto a la comunin alrededor de la mesa (Lc 14,1-24). La parbola que aqu meditamos
es un retrato de lo que estaba aconteciendo en las comunidades.
Lucas 14,15: Dichoso el que pueda comer en el Reino de Dios. Jess haba terminado de contar
dos parbolas: una sobre la eleccin de los lugares (Lc 14,7-11), y la otra sobre la eleccin de los
invitados (Lc 14,12-14). Al or estas parbolas, alguien que estaba en la mesa con Jess tiene que
haber percibido el alcance de la enseanza de Jess y dice: "Dichoso el que pueda comer en el
Reino de Dios!". Los judos comparaban el tiempo futuro del Mesas a un banquete, marcado por la
hartura, la gratitud y la comunin (Is 25,6; 55,1-2; Sal 22,27). El hambre, la pobreza y la caresta
hacan que el pueblo tuviera esperanza de cara al futuro. La esperanza de los bienes mesinicos,
comnmente experimentada en los banquetes, se proyectaba para el final de los tiempos.
Lucas 14,16-20: El gran banquete est listo. Jess responde con una parbola. "Un hombre dio una
gran cena y convid a muchos". Pero los deberes de cada cual impiden a los invitados a que acepten
la invitacin. El primero dice: He comprado un campo. Tengo que ir a verlo! El segundo: He
comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. El tercero: Me cas. No puedo ir. Dentro de
las normas y de las costumbres de la poca, aquellas personas tenan derecho a no aceptar la
invitacin (cf. Dt 20,5-7).
Lucas 14,21-22: El banquete permanece de pie. El dueo de la fiesta queda indignado con las
excusas. En el fondo, quien se indigna es Jess mismo, pues las normas de estricta observancia de la
ley reducan el espacio para que la gente pudiera vivir gratuitamente un banquete amigo que
engendraba fraternidad y compartir. All, el dueo de la fiesta manda los empleados a que inviten a
los pobres, a los ciegos, a los cojos, a los lisiados. Los que, normalmente, eran excluidos como
impuros, ahora son invitados a sentarse entorno a la mesa del banquete.
Lucas 14,23-24: Todava hay sitio. La sala no se llen. Haba sitio todava. Entonces, el dueo de
la casa manda invitar a los que andan por los caminos. Son los paganos. Ellos tambin son invitados
a sentarse entorno a la mesa. As, en el banquete de la parbola de Jess, se sientan juntos a la
misma mesa, judos y paganos. En el tiempo de Lucas haba muchos problemas que impedan la

realizacin de este ideal de la mesa comn. Por medio de la parbola, Lucas muestra que la prctica
de la comunin de la mesa vena de Jess mismo.
Despus de la destruccin de Jerusaln, en el ao 70, los fariseos asumieron el liderazgo en las
sinagogas, exigiendo el cumplimiento rgido de las normas que lo identificaban como pueblo judo.
Los judos que se convertan al cristianismo eran considerados como una amenaza, pues derribaban
los muros que separaban Israel de los dems pueblos. Los fariseos trataban de obligarlos a
abandonar la fe en Jess. Todo esto produca una lenta y paulatina separacin entre judos y
cristianos y era fuente de mucho sufrimiento, sobre todo para los judos convertidos (Rom 9,1-5).
En la parbola, Lucas deja bien claro que estos judos convertidos no son infieles a su pueblo. Es lo
contrario! Son los invitados que aceptaron ir al banquete. Son los verdaderos continuadores de
Israel. Infieles fueron quienes no aceptaron la invitacin y no quisieron reconocer en Jess al
Mesas (Lc 22,66; Hec 13,27).
4) Para la reflexin personal
Cules son las personas que generalmente son invitadas y cules no son invitadas a nuestras
fiestas?
Cules son los motivos que limitan hoy la participacin de las personas en la sociedad y en la
Iglesia? Y cules son los motivos que algunos alegan para excluirse de la comunidad? Son
motivos justos?

Lectio: Lucas 14,25-33


3) Reflexin
El evangelio de hoy habla del discipulado y presenta las condiciones para que alguien pueda ser
discpulo o discpula de Jess. Jess est camino de Jerusaln, donde va a morir en la Cruz. Este es
el contexto en que Lucas coloca las palabras de Jess sobre el discipulado.
Lucas 14,25: Ejemplo de catequesis. El evangelio de hoy es un ejemplo bonito de cmo Lucas
transforma las palabras de Jess en catequesis para la gente de las comunidades. Dice: Caminaba
con l mucha gente. Y volvindose les dijo. Jess habla a grandes multitudes, esto es, habla a
todos, inclusive a la gente de las comunidades del tiempo de Lucas y nos habla tambin a nosotros
hoy. En la enseanza que sigue, pone las condiciones para que alguien sea discpulo de Jess.
Lucas 14,25-26: Primera condicin: odiar al padre y a la madre. Algunos le quitan fuerza a la
palabra odiar y la traducen con dar preferencia a Jess por encima de los padres. El texto original
usa la expresin odiar a los padres. En otro lugar Jess manda amar y honorar a los padres (Lc
18,20). Cmo explicar esta contradiccin? Es una contradiccin? En el tiempo de Jess, la
situacin social y econmica llevaba las familias a encerrarse en s mismas y les impeda cumplir
con la ley del rescate (goel), esto es, socorrer a los hermanos y hermanas de la comunidad (clan)
que estaban amenazados de perder su tierra o de caer en la esclavitud (Cf. Dt 15,1-18; Lev 25,2343). Encerradas en s mismas, las familias debilitaban la vida de comunidad. Jess quiere rehacer la
vida en comunidad. Por esto, pide que se rompa la visin estrecha de la pequea familia que se
encierra en s misma y pide que las familias se abran entre s en la gran familia, en la comunidad.
Este es el sentido de odiar el padre y la madre, la mujer, los hijos, los hermanos y hermanas. Jess
mismo, cuando los parientes de su pequea familia quieren llevarlo de nuevo a Nazaret, no atiende
su peticin. Ignora u odia su peticin y alarga la familia diciendo: Mi hermano, mi hermana, mi
madre son todos aquellos que hacen la voluntad del Padre (Mc 3,20-21.31-35). Los vnculos
familiares no pueden impedir la formacin de la Comunidad. Esta es la primera condicin.
Lucas 14,27: Segunda condicin: cargar la cruz El que no lleve su cruz y venga en pos de m, no

puede ser discpulo mo.. Para entender bien el alcance de esta segunda exigencia debemos mirar
el contexto en que Lucas coloca esta palabra de Jess. Jess est yendo hacia Jerusaln donde ser
crucificado y morir. Seguir a Jess y llevar la cruz detrs de l significa ir con l hasta Jerusaln
donde para ser crucificado como l. Esto evoca la actitud de las mujeres que haban seguido a
Jess y le haban servido desde cuando estaba en Galilea. Muchas otras estaban all, pues haba
subido con Jess a Jerusaln (Mc 15,41). Evoca tambin la frase de Pablo en la carta a los Glatas:
Cuanto a m, jams me gloriar a no ser en la cruz de nuestro Seor Jesucristo, por quien el mundo
est crucificado para m y yo para el mundo (Gl 6,14)
Lucas 14,28-32: Dos parbolas. Las dos tienen el mismo objetivo: llevar a las personas a pensar
bien antes de tomar una decisin. En la primera parbola dice: Porque quin de vosotros, que
quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos y ver si tiene para acabarla? No
sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a
burlarse de l, diciendo: ste comenz a edificar y no pudo terminar! Esta parbola no necesita
explicacin, habla por s sola: que cada uno reflexione bien sobre su manera de seguir a Jess y se
pregunte si calcul bien las condiciones antes de tomar la decisin de ser discpulo de Jess.
La segunda parbola: O qu rey, antes de salir contra otro rey, no se sienta a deliberar si con diez
mil puede salir al paso del que viene contra l con veinte mil? Y si no, cuando el otro est todava
lejos, enva una embajada para pedir condiciones de paz. Esta parbola tiene el mismo objetivo
que la anterior. Algunos se preguntan: Cmo es que Jess se puso a usar un ejemplo de guerra?
La pregunta es pertinente para nosotros que conocemos las guerras de hoy. Slo la segunda guerra
mundial (1939 a 1945) caus 54 millones de muertos. En aquel tiempo, las guerras eran como la
competitividad comercial entre las empresas de hoy que luchan para obtener ms beneficios.
Lucas 14,33: Conclusin para el discipulado. La conclusin es una sola: seguir a Jess es una cosa
seria. Hoy, para mucha gente, ser cristiano no es una opcin personal, ni una decisin de vida, sino
un simple fenmeno cultural. No se les pasa por la cabeza tomar una opcin. Quien nace brasileo,
es brasileo. Mucha gente es cristiana porque naci as y muere as, sin haber tenido nunca la idea
de optar y de asumir lo que ya es por nacimiento.
4) Para la reflexin personal
Ser cristiano es cosa seria. Tengo que calcular bien mi manera de seguir a Jess. Cmo acontece
esto en mi vida?
Odiar a los padres; Comunidad o familia. Cmo combinas las dos cosas? Consigues
armonizarlas?

Lectio: Lucas 15,1-10


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos trae las primeras tres parbolas enlazadas entre s por la misma palabra.
Se trata de tres cosas perdidas: la oveja perdida (Lc 15,3-7), la moneda perdida (Lc 15,8-10), el hijo
perdido (Lc 15.11-32). Las tres parbolas son dirigidas a los fariseos y a los doctores de la ley que
criticaban a Jess (Lc 15,1-3). Es decir que son dirigidas al fariseo o al doctor de la ley que existe
en cada uno de nosotros.
Lucas 15,1-3: Los destinatarios de las parbolas. Estos tres primeros versos describen el contexto
en el que fueron pronunciadas las tres parbolas: Todos los publicanos y los pecadores se
acercaban a l para orle. Los fariseos y los escribas murmuraban. De un lado, se encontraban los
cobradores de impuestos y los pecadores, del otro los fariseos y los doctores de la ley. Lucas dice
con un poco de exageracin: Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a l para orle.
Algo en Jess atraa. Es la palabra de Jess la que los atrae (Cf. Is 50,4). Ellos quieren orlo. Seal

de que no se sienten condenados, sino acogidos por l. La crtica de los fariseos y de los escribas era
sta: "Este hombre acoge a los pecadores y come con l!". En el envo de los setenta y dos
discpulos (Lc 10,1-9), Jess haba mandado acoger a los excluidos, a los enfermos y a los posedos
(Mt 10,8; Lc 10,9) y a practicar la comunin alrededor de la mesa (Lc 10,8).
Lucas 15,4: Parbola de la oveja perdida. La parbola de la oveja perdida empieza con una
pregunta: "Quin de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y
nueve en el desierto y va a buscar la que se perdi, hasta que la encuentra? Antes de que l mismo
diera una respuesta, Jess tiene que haber mirado a los oyentes para ver cmo respondan. La
pregunta es formulada de tal manera que la respuesta no puede que ser positiva: S, l va en
bsqueda de la oveja perdida! Y t cmo responderas? Dejaras las 99 ovejas en el campo para
ir detrs de la nica oveja que se perdi? Quin hara esto? Probablemente la mayora habr
respondido: Jess, entre nosotros, ninguno hara una cosa tan absurda. Dice el proverbio: Mejor
un pjaro en mano, que ciento volando!
Lucas 15,5-7: Jess interpreta la parbola de la oveja perdida. Ahora en la parbola el dueo de las
ovejas hace lo que nadie hara: deja todo y va detrs de la oveja perdida. Slo Dios mismo puede
tener esta actitud. Jess quiere que el fariseo y el escriba que existe en nosotros, en m, tome
conciencia. Los fariseos y los escribas abandonaban a los pecadores y los excluan. Nunca iran tras
la oveja perdida. Dejaran que se perdiera en el desierto. Prefieren a las 99 que no se perdieron. Pero
Jess se pone en lugar de la oveja que se perdi, y que en aquel contexto de la religin oficial caera
en la desesperacin, sin esperanza de ser acogida. Jess hace saber a ellos y a nosotros: Si por
casualidad te sientes perdido, pecador, recuerda que, para Dios, t vales ms que las 99 otras ovejas.
Dios te sigue. Y en caso de que t te conviertes, tiene que saber que habr ms alegra en el cielo
por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de
conversin."
Lucas 15,8-10: Parbola de la moneda perdida. La segunda parbola: "O, qu mujer que tiene
diez dracmas, si pierde una, no enciende una lmpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta
que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas y les dice: `Alegraos
conmigo, porque he hallado la dracma que haba perdido.' Pues os digo que, del mismo modo, hay
alegra entre los ngeles de Dios por un solo pecador que se convierta. Dios se alegra con nosotros.
Los ngeles tambin se alegran con nosotros. La parbola era para comunicar la esperanza a quien
estaba amenazado de desesperacin por la religin oficial. Este mensaje evoca lo que Dios nos dice
en el libro del profeta Isaas: Te tengo grabado en la palma de mi mano (Is 49,16). Tu eres
precioso a mis ojos, yo te amo (Is 43,4)
4) Para la reflexin personal
T iras detrs de la oveja perdida?
Piensas que la Iglesia de hoy es fiel a esta parbola de Jess?

Lectio: Lucas 16,1-8


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos presenta una parbola que trata de la administracin de los bienes y que
encontramos slo en el evangelio de Lucas. Se la conoce como La parbola del administrador
deshonesto. Parbola desconcertante. Lucas dice: El Seor alab al administrador injusto porque
haba obrado con sagacidad. El Seor es Jess mismo y no el administrador. Cmo es que Jess
puede elogiar a un empleado corrupto?
Lucas 16,1-2: El administrador es amenazado de despido. Haba un hombre rico que tena un

administrador a quien acusaron ante l de malbaratar su hacienda. Le llam y le dijo: ` Qu oigo


decir de ti? Dame cuenta de tu administracin, porque ya no seguirs en el cargo.' El ejemplo,
sacado del mundo del comercio y del trabajo, habla por s solo. Alude a la corrupcin que exista. El
dueo descubri la corrupcin y decidi despedir al administrador deshonesto. Este, de repente, se
ve en una situacin de emergencia y obligado por las circunstancias imprevistas a encontrar una
salida para poder sobrevivir. Cuando Dios se hace presente en la vida de una persona, all, de
repente, todo cambia y la persona entra en una situacin de emergencia. Tendr que tomar una
decisin y encontrar una salida.
Lucas 16,3-4: Qu hacer? Qu salida tomar? Se dijo entre s el administrador: Qu har ahora
que mi seor me quita la administracin? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergenza. Y empieza
a reflexionar para descubrir una salida. Analiza, una por una, las posibles alternativas: cavar o
trabajar la piedra para sobrevivir, pero para esto no tiene fuerzas. Mendigar le da vergenza. Analiza
las cosas. Calcula bien las posibles alternativas. Ya s lo que voy a hacer, para que cuando sea
destituido del cargo me reciban en sus casas. Se trata de garantizar su futuro. El administrador
deshonesto es coherente con su modo de pensar y de vivir.
Lucas 16,5-7: Realizacin de la solucin encontrada. Y llamando uno por uno a los deudores de
su seor, dijo al primero: ` Cunto debes a mi seor?' Respondi: `Cien medidas de aceite.' l le
dijo: `Toma tu recibo, sintate en seguida y escribe cincuenta.' Despus dijo a otro: `T, cunto
debes?' Contest: `Cien cargas de trigo.' Dcele: `Toma tu recibo y escribe ochenta. ". Dentro de su
total falta de tica el administrador fue coherente. El criterio de su accin no es la honestidad y la
justicia, ni el bien del dueo de quien va a depender para vivir y sobrevivir, sino su propio inters.
El quiere la garanta de tener a alguien que lo reciba en su casa.
Lucas 16,8: El Seor elogi al administrador deshonesto. Y ahora viene la conclusin
desconcertante: El Seor alab al administrador injusto porque haba obrado con sagacidad, pues
los hijos de este mundo son ms sagaces con los de su clase que los hijos de la luz. La palabra
Seor se refiere a Jess y no al dueo, al hombre rico. Este jams alabara a un empleado
deshonesto con l en el servicio y que ahora, roba ms de 50 barriles de aceite y 20 sacos de trigo.
En la quin alaba es Jess. Y Jess no alaba el robo, sino la presencia de espritu del administrador.
Sabe calcular bien las cosas y sabe encontrar una salida, cuando de repente se ve sin trabajo. As,
como los hijos de este mundo saben ser expertos en sus cosas, as los hijos de la luz deben aprender
de ellos a ser expertos en la solucin de sus problemas, usando los criterios del Reino y lo los
criterios de este mundo. Sean expertos como las serpientes y simples como las palomas (Mt
10,16).
4) Para la reflexin personal
Soy coherente?
Cul es el criterio que uso en la solucin de mis problemas?

Lectio: Lucas 16,9-15


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos presenta unas palabras de Jess alrededor del uso de los bienes. Son
palabras y frases sueltas, de las que no conocemos el contexto exacto en el que fueron
pronunciadas. Lucas las coloca aqu para formar una pequea unidad alrededor del uso correcto de
los bienes de esta vida y para ayudar a entender mejor el sentido de la parbola del administrador
deshonesto (Lc 16,1-8).

Lucas 16,9: Usar bien el dinero injusto "Yo os digo: Haceos amigos con el dinero injusto, para
que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas. Otros traducen riqueza inicua.
Para Lucas, el dinero no es algo neutral, es injusto, es inicuo. En el Antiguo Testamento, la palabra
ms antigua para indicar al pobre (ani) significa empobrecido. Viene del verbo ana, oprimir, rebajar.
Esta afirmacin, evoca la parbola del administrador deshonesto, cuya riqueza era inicua, injusta.
Aqu se hace patente el contexto de las comunidades del tiempo de Lucas, esto es, de los aos 80
despus de Cristo. Inicialmente, las comunidades cristianas surgieron entre los pobres (cf. 1Cor
1,26; Gl 2,10). Poco tiempo despus fueron entrando personas ms ricas. La entrada de los ricos
trajo consigo problemas que estn evidenciados en los consejos dados en la carta de Santiago (Sant
2,1-6;5,1-6), en la carta de Pablo a los Corintios (1Cor 11,20-21) y en evangelio de Lucas (Lc 6,24).
Estos problemas se fueron agravando al final del siglo primero, como atesta el Apocalipsis en su
carta a la comunidad de (Ap 3,17-18). Las frases de Jess que Lucas conserva son una ayuda para
aclarar y resolver este problema.
Lucas 16,10-12: Ser fiel en lo pequeo y en lo grande. El que es fiel en lo insignificante, lo es
tambin en lo importante; y el que es injusto en lo insignificante, tambin lo es en lo importante. Si,
pues, no fuisteis fieles en el dinero injusto, quin os confiar lo verdadero? Y si no fuisteis fieles
con lo ajeno, quin os dar lo vuestro? Esta frase aclara la parbola del administrador deshonesto.
El no fue fiel. Por esto fue sacado de la administracin. Esta palabra de Jess trae tambin una
sugerencia de cmo realizar el consejo de hacerse amigos con dinero injusto. Hoy ocurre algo
similar. Hay personas que dicen palabras muy lindas sobre la liberacin, pero que en casa oprimen a
la mujer y a los hijos. Son infieles en las cosas pequeas. La liberacin en lo macro empieza en lo
micro, en el pequeo mundo de la familia, de la relacin diaria entre las personas.
Lucas 16,13: No podis servir a Dios y al dinero. Jess es muy claro en su afirmacin: . Ningn
criado puede servir a dos seores, porque aborrecer a uno y amar al otro; o bien se dedicar a uno
y desdear al otro. No podis servir a Dios y al dinero. Cada uno, cada una tendr que optar.
Tendr que preguntarse: A quin, qu pongo en el primer lugar en mi vida: a Dios o al dinero?
En lugar de la palabra dinero cada cual puede colocar otra palabra: coche, empleo, prestigio, bienes,
casa, imagen, De esta opcin depender la comprensin de los consejos que siguen sobre la
Providencia Divina (Mt 6,25-34). No se trata de una opcin hecha slo con la cabeza, sino de una
opcin bien concreta de la vida que abarca tambin actitudes.
Lucas 16,14-15: Crtica a los fariseos que aman el dinero. Estaban oyendo todas estas cosas los
fariseos, que son amigos del dinero, y se burlaban de l. Y les dijo: Vosotros sois los que os las
dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que es
estimable para los hombres, es abominable ante Dios.. En otra ocasin Jess menciona el amor de
algunos fariseos al dinero: mientras devoran las casas de las viudas y simulan largas
oraciones (Mt 23,14: Lc 20,47; Mc 12,40). Ellos se dejaban llevar por la sabidura del mundo,
de quien Pablo dice: Y si no, mirad, hermanos vuestra vocacin; pues no hay entre vosotros
muchos sabios segn la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles. Antes eligi Dios la
necedad del mundo para confundir a los sabios y eligi Dios la flaqueza del mundo para confundir a
los fuertes. Y lo plebeyo del mundo, el desecho, lo que no es nada, lo eligi Dios para anular lo que
es (1Cor 1,26-28). A algunos fariseos les gustaba el dinero, como hoy a algunos sacerdotes les
gusta el dinero. Vale para ellos la advertencia de Jess y de Pablo.
4) Para la reflexin personal
T y el dinero? Por qu optas?
Fiel en lo pequeo? Cmo hablas del evangelio y cmo vives el evangelio?

Lectio: Lucas 17,7-10


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos presenta una parbola que se encuentra slo en el evangelio de Lucas, sin
paralelo en los otros evangelios. La parbola quiere ensear que nuestra vida debe caracterizarse
por la actitud de servicio. Empieza con tres preguntas y, al final, Jess mismo da la respuesta.
Lucas 17,7-9: Las tres preguntas de Jess. Se trata de tres preguntas sacadas de la vida de cada
da, para las cuales los oyentes adivinaban ya la respuesta. Las preguntas son formuladas de tal
manera que invitan a cada oyente a que piense en su propia experiencia y, desde su experiencia,
trate de dar una respuesta. La primera pregunta: Quin de vosotros que tiene un siervo arando o
pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: `Pasa al momento y ponte a la mesa? Todo el
mundo responder: No! Segunda pregunta: No le dir ms bien: `Preprame algo para cenar, y
cete para servirme y luego que yo haya comido y bebido comers y bebers t? Todo el mundo
contestar: S! Claro! Tercera pregunta: De igual modo Acaso tiene que dar las gracias al
siervo porque hizo lo que le mandaron? Todo el mundo contestar: No! Por la manera que Jess
tiene de plantear preguntas, la gente percibe hacia qu direccin quiere orientar nuestro
pensamiento. Quiere que seamos servidores unos de otros.
Lucas 17,10: La respuesta de Jess. Al final, Jess mismo saca la conclusin que ya estaba
implcita en las preguntas: De igual modo vosotros, cuando hayis hecho todo lo que os mandaron,
decid: No somos ms que unos pobres siervos; slo hemos hecho lo que tenamos que hacer. Jess
mismo nos da el ejemplo cuando dice: El Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para
servir (Mc 10,45). El servicio es un tema que gusta a Lucas. El servicio representa la forma como
los pobres del tiempo de Jess, los anawim, esperaban al Mesas: no como un Mesas glorioso, re,
sumo sacerdote o juez, sino como el Siervo de Yav, anunciado por Isaas (Is 42,1-9). A Mara, la
madre de Jess, se le presenta el ngel: He aqu la sierva del Seor. Hgase en m segn tu
palabra! (Lc 1,38). En Nazaret, Jess se presenta como el Siervo, descrito por Isaas (Lc 4,18-19 e
Is 61,1-2). En el bautismo y en la transfiguracin, fue confirmado por el Padre que cita las palabras
dirigidas por Dios al Siervo (Lc 3,22; 9,35 e Is 42,1). A sus seguidores Jess pide Quien quiere ser
el primero, se haga siervo de todos (Mt 20,27). Siervos intiles! Es la definicin del cristiano.
Pablo habla de esto a los miembros de la comunidad de Corinto cuando escribe: Yo plant, Apolo
reg; pero quien dio el crecimiento fue Dios. Ni el que planta, ni el que riega es algo, sino Dios que
da el crecimiento (1Cor 3,6-7). Pablo y Apolo no son que instrumentos, servidores. Lo que vale
es Dios, y slo El! (1Cor 3,7).
Servir y ser servido. Aqu, en este texto, el siervo sirve al seor, y no el seor al siervo. Pero en
otro texto de Jess, se dice lo contrario: Dichosos los siervos que el seor encuentra en vela
cuando llega; en verdad os digo que se ceir, y los sentir a la mesa, y se prestar a servirlos (Lc
12,37). En este texto el seor sirve al siervo, y no el siervo a su seor. En el primer texto, Jess
habla del presente. En el segundo texto, Jess habla del futuro. Este contraste es otra manera de
decir: gana su vida aquel que est dispuesto a perderla por amor a Jess y al Evangelio (Mt 10,39;
16,25. Quien sirve a Dios en esta vida, ser servido por Dios en la vida futura.
4) Para una reflexin personal
Cmo defino mi vida?
Ponte las mismas preguntas de Jess. Vivo como un siervo intil?

Lectio: Lucas 17,11-19

3) Reflexin
En el Evangelio de hoy, Lucas cuenta como Jess cura a diez leprosos, pero uno slo le agradece.
Y era un samaritano! La gratitud es otro tema muy propio de Lucas: vivir con gratitud y alabar a
Dios por todo aquello que recibimos de l. Por esto, Lucas habla muchas veces de que la gente
quedaba admirada y alababa a Dios por las cosas que Jess haca (Lc 2,28.38; 5,25.26; 7,16; 13,13;
17,15.18; 18,43; 19,37; etc.). El evangelio de Lucas contiene varios cnticos e himnos que expresan
esta experiencia de gratitud y de reconocimiento (Lc 1,46-55; 1,68-79; 2,29-32).
Lucas 17,11: Jess, camino hacia Jerusaln. Lucas recuerda que Jess estaba de camino hacia
Jerusaln, pasando por Samara para ir a Galilea. Desde el comienzo del viaje (Lc 9,52) hasta ahora
(Lc 17,11), Jess va por Samara. Slo ahora est saliendo de Samara, pasando por la Galilea para
poder llegar a Jerusaln. Esto significa que las importantes enseanzas, dadas en estos captulos de
9 a 17, fueron dadas todas en un territorio que no ero judo. El or esto tiene que haber sido motivo
de mucha alegra para las comunidades, venidas del paganismo. Jess, el peregrino, sigue su viaje
hasta Jerusaln. Sigue eliminando las desigualdades que los hombres han creado. Sigua el largo y
doloroso camino de la periferia hacia la capital, de una religin cerrada en s misma, a una religin
abierta que sabe acoger a los otros como hermanos y hermanas, hijos e hijas del mismo Padre. Esta
apertura se ver en la acogida dada a los diez leprosos.
Lucas 17,12-13: El grito de los leprosos. Diez leprosos se acercan a Jess, se paran a distancia y
gritan: "Jess, maestro, ten piedad de nosotros!" El leproso era una persona excluida. Era
marginado y despreciado, sin el derecho a vivir con su familia. Segn la ley de la pureza, los
leprosos deban de ir con ropa rota y el cabello suelto gritando: Impuro! Impuro! (Lv 13,45-46).
Para los leprosos, la busca de un tratamiento significaba lo mismo que buscar la pureza para poder
ser reintegrados en la comunidad. No podan acercarse a los otros (Lv 13,45-46). Si un leproso
tocaba a alguien le causaba impureza y creaba un impedimento para la que la persona pudiera
dirigirse a Dios. A travs de este grito, ellos expresaban la fe en que Jess poda curarlos y
devolverles la pureza. Obtener la pureza significaba sentirse, de nuevo, acogido por Dios y poderse
dirigir a El para recibir la bendicin prometida a Abrahn.
Lucas 17,14: La respuesta de Jess y la sanacin. Jess responde:"Vete a mostrar a los
sacerdotes!" (cf. Mc 1,44). Era el sacerdote que deba verificar la curacin y dar el atestado de
pureza (Lv 14,1-32). La respuesta de Jess exiga mucha fe de parte de los leprosos. Deben ir donde
el sacerdote como si ya estuvieran curados, cuando, en realidad, su cuerpo segua cubierto de lepra.
Pero ellos creen en la palabra de Jess y van donde el sacerdote. Y ocurre que mientras van de
camino, se manifiesta la curacin. Quedan purificados. Esta curacin evoca la historia de la
purificacin de Naamn de Siria (2Re 5,9-10). El profeta Eliseo mand al hombre que se lavara en
el Jordn. Naamn tena que creer en la palabra del profeta. Jess ordena a los diez leprosos que se
presenten a los sacerdotes. Ellos tenan que creer en la palabra de Jess.
Lucas 17,15-16: Reaccin del samaritano. Uno de ellos, vindose curado, se volvi glorificando
a Dios en alta voz, y, postrndose rostro en tierra a los pies de Jess, le daba gracias; y ste era un
samaritano. Por qu los otros no volvieron? Por qu slo el samaritano? En la opinin de los
judos de Jerusaln, el samaritano no observaba la ley como era debido. Entre los judos haba la
tendencia a observar la ley para poder merecer o conquistar la justicia. Por la observancia, ellos iban
acumulando crditos ante Dios. La gratitud y la gratuidad no forman parte del vocabulario de las
personas que viven as su relacin con Dios. Tal vez sea por esto que no agradecieron el beneficio
recibido. En la parbola del evangelio de ayer, Jess haba formulado la pregunta sobre la gratitud:
Acaso tiene que dar las gracias al siervo porque hizo lo que le mandaron? (Lc 17,9) Y la
respuesta era: No! El samaritano representa a las personas que tienen la conciencia clara de que
nosotros, los seres humanos, no tenemos mrito, ni crdito ante Dios. Todo es gracia, empezando
por el don de la vida.
Lucas 17,17-19: La observacin final de Jess. Jess se extraa: No quedaron limpios los diez?
Los otros nueve, dnde estn? No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este
extranjero? Para Jess, agradecer a los dems por el beneficio recibido es una manera de dar a
Dios la alabanza que le es debida. En este punto, los samaritanos deban lecciones a los judos. Hoy

son los pobres los que desempean el papel del samaritano y nos ayudan a redescubrir esta
dimensin de la gratuidad de la vida. Todo lo que recibimos tiene que ser visto como un don de
Dios que viene hasta nosotros a travs del hermano, de la hermana.
La acogida dada a los samaritanos en el evangelio de Lucas. Para Lucas, el lugar que Jess daba a
los samaritanos es el mismo que el que las comunidades tenan que reservar a los paganos. Jess
presenta al samaritano como un modelo de gratitud (Lc 17,17-19) y de amor al prjimo (Lc 10,3033). Esto deba ser muy chocante, pues para los judos, samaritano o pagano, era la misma cosa. No
podan tener acceso a los atrios interiores del Templo de Jerusaln, ni participar del culto. Eran
considerados portadores de impureza, impuros desde la cuna. Para Lucas, pero, la Buena Nueva de
Jess se dirige, en primer lugar, a las personas y a los grupos considerados indignos de recibirla. La
salvacin de Dios que llega hasta nosotros en Jess es puro don. No depende de los mritos de
nadie.
4) Para la reflexin personal
Y t, sueles agradecer a las personas? Agradeces por mera costumbre o por conviccin? Y en la
oracin: agradeces u olvidas?
Vivir en la gratitud es una seal de la presencia del Reino en medio de nosotros. Cmo transmitir
para los dems la importancia de vivir en la gratitud y en la gratuidad?

Lectio: Lucas 17,20-25


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos trae una discusin entre Jess y los fariseos sobre el momento de la
venida del Reino. Los evangelios de hoy y de los prximos das tratan de la llegada del fin de los
tiempos.
Lucas 17,20-21: El Reino en medio de nosotros. Habindole preguntado los fariseos cundo
llegara el Reino de Dios, les respondi: La venida del Reino de Dios no se producir
aparatosamente ni se dir: `Vedlo aqu o all', porque, mirad, el Reino de Dios ya est entre
vosotros". Los fariseos pensaban que el Reino poda llegar solamente si la gente llegaba a la
perfecta observancia de la Ley de Dios. Para ellos, la venida del Reino sera la recompensa de Dios
al buen comportamiento de la gente, y el mesas llegara de forma solemne como un rey, recibido
por su pueblo. Jess dice lo contrario. La llegada del Reino no puede ser observada como se
observa la llegada de los reyes de la tierra. Para Jess, el Reino de Dios ha llegado! Ya est en
medio de nosotros, independientemente de nuestro esfuerzo o de nuestro mrito. Jess tiene otro
modo de ver las cosas. Tiene otra mirada para leer la vida. Prefiere al samaritano que vive en la
gratitud a los nueve que piensan que merecen el bien que reciben de Dios (Lc 17,17-19).
Lucas 17,22-24: Seales para reconocer la venida del Hijo del Hombre. Das vendrn en que
desearis ver uno solo de los das del Hijo del hombre, y no lo veris. Y os dirn: `Vedlo aqu, vedlo
all.' No vayis, ni corris detrs. Porque, como relmpago fulgurante que brilla de un extremo a
otro del cielo, as ser el Hijo del hombre en su Da.. En esta afirmacin de Jess existen
elementos que vienen de la visin apocalptica de la historia, muy comn en los siglos antes y
despus de Jess. La visin apocalptica de la historia tiene la siguiente caracterstica. En pocas de
gran persecucin y de opresin, los pobres tienen la impresin de que Dios perdi el control de la
historia. Ellos se sienten perdidos, sin horizonte y sin esperanza de liberacin. En estos momentos
de aparente ausencia de Dios, la profeca asume la forma de apocalipsis. Los apocalpticos, tratan de

iluminar a la situacin desesperadora con la luz de la fe para ayudar a la gente a no perder la


esperanza y para que siga con valor la caminada. Para mostrar que Dios no ha perdido el control de
la historia, ellos describen las varias etapas de la realizacin del proyecto de Dios a travs de la
historia. Iniciado en un determinado momento significativo en el pasado, este proyecto de Dios
avanza, etapa por etapa, a travs de la situacin actual vivida por los pobres, hasta la victoria final al
final de la historia. De este modo, los apocalpticos sitan el momento presente como una etapa ya
prevista dentro del conjunto ms amplio del proyecto de Dios. En general, la ltima etapa antes de
la llegada del final se presenta como un momento de sufrimiento y de crisis, del que muchos
quieren aprovechar para ilusionar a la gente diciendo: Est aqu' o: 'Est all'. No vayis, ni corris
detrs. Porque, como relmpago fulgurante que brilla de un extremo a otro del cielo, as ser el Hijo
del hombre en su Da. Con la mirada de fe que Jess comunica, los pobres van a poder percibir que
el reino est ya en medio de ellos (Lc 17,21), como un relmpago, sin sombra de duda. La venida
del Reino trae consigo su propia evidencia y no depende de los pronsticos de los dems.
Lucas 17,25: Por la Cruz hasta la Gloria. Pero antes tendr que padecer mucho y ser reprobado
por esta generacin. Siempre la misma advertencia: la Cruz, escndalo para los judos y locura
para los griegos, pero para nosotros es expresin de la sabidura y del poder de Dios (1Cor 1,18.23).
El camino para la Gloria pasa por la cruz. La vida de Jess es nuestro canon, es la norma cannica
para todos nosotros.
4) Para la reflexin personal
Jess dice: El reino est en medio de vosotros! Has descubierto alguna seal de la presencia
del Reino en tu vida, en la vida de tu gente o en la vida de tu comunidad?
La cruz en la vida. El sufrimiento. Cmo ves el sufrimiento y qu haces con l?

Lectio: Lucas 17,26-37


3) Reflexin
El evangelio de hoy sigue la reflexin sobre la llegada del fin de los tiempos y trae palabras de
Jess sobre cmo preparar la llegada del Reino. Era un asunto candente, que en aquel tiempo,
causaba mucha discusin. Quien determina la hora de la llegada del fin es Dios. Pero el tiempo de
Dios (kairs) no se mide por el tiempo de nuestro reloj (chronos). Para Dios, un da puede ser igual
a mil aos, y mil aos igual a un da (Sal 90,4; 2Pd 3,8). El tiempo de Dios corre de forma invisible
dentro de nuestro tiempo, pero es independiente de nosotros y de nuestro tiempo. Nosotros no
podemos interferir en el tiempo, pero debemos estar preparados para el momento en que la hora de
Dios se hizo presente en nuestro tiempo. Puede ser hoy, puede ser de aqu a mil aos. Lo que da
seguridad, no es saber la hora del fin del mundo, sino la certeza de la presencia de la Palabra de
Jess presente en la vida. El mundo pasar, pero su palabra no pasar jams (Cf. Is 40,7-8).
Lucas 17,26-29: Como en los das de No y de Lot. La vida corre normalmente: comer, beber,
casarse, comprar, vender, plantar, construir. La rutina puede envolvernos de tal forma que no
conseguimos pensar en otra cosa, en nada ms. Y el consumismo del sistema neoliberal contribuye
a aumentar en muchos de nosotros esta total desatencin a la dimensin ms profunda de la vida.
Dejamos entrar la polilla en la viga de la fe que sustenta el tejado de nuestra vida. Cuando la
tormenta derriba la casa, muchos dan la culpa al carpintero: Mal servicio! En realidad, la causa
de la cada fue nuestra prolongada desatencin. La alusin a la destruccin de Sodoma como figura

de lo que va a suceder al final de los tiempos, es una alusin a la destruccin de Jerusaln de parte
de los romanos en el ao 70 dC (cf Mc 13,14).
Lucas 17,30-32: As ser en los das del Hijo del Hombre. As suceder el Da en que el Hijo del
hombre se manifieste.. Difcil para nosotros imaginar el sufrimiento y el trauma que la destruccin
de Jerusaln caus en las comunidades, tanto de los judos como de los cristianos. Para ayudarlas a
entender y a enfrentar el sufrimiento, Jess usa comparaciones sacadas de la vida: Aquel Da, el
que est en el terrado y tenga sus enseres en casa, no baje a recogerlos; y, de igual modo, el que est
en el campo, no se vuelva atrs. La destruccin vendr con tal rapidez que no merece la pena bajar
a la casa para buscar algo dentro (Mc 13,15-16). Acordaos de la mujer de Lot (cf. Gn 19,26),
esto es, no miris atrs, no perdis tiempo, tomad la decisin e id adelante: es cuestin de vida o de
muerte.
Lucas 17,33: Perder la vida para ganar la vida. Quien intente guardar su vida, la perder; y quien
la pierda, la conservar. Slo se siente realizada la persona que es capaz de darse enteramente a los
dems. Pierde la vida la que la conserva slo para s. Este consejo de Jess es la confirmacin de la
ms profunda experiencia humana: la fuente de la vida est en la entrega de la vida. Dando, se
recibe. En verdad os digo: el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo. Pero si muere, da
mucho fruto (Jn 12,24). Lo importante es la motivacin que aade el evangelio de Marcos: Por m
y por el Evangelio (Mc 8,35). Al decir que nadie es capaz de conservar su vida con su propio
esfuerzo, Jess evoca el salmo donde se dice que nadie es capaz de pagar el precio del rescate de la
vida: Nadie puede rescatar al hombre de la muerte, nadie puede dar a Dios su rescate; pues muy
caro es el precio de rescate de la vida, y ha de renunciar por siempre continuar viviendo
indefinidamente sin ver la fosa. (Sal 49,8-10).
Lucas 17,34-36: Vigilancia. Yo os lo digo: aquella noche estarn dos en un mismo lecho: al uno
tomarn y al otro le dejarn; habr dos mujeres moliendo juntas: a una la tomarn y a la otra la
dejarn. Evoca la parbola de las diez vrgenes. Cinco eran prudentes y cinco necias (Mt 25,1-11).
Lo que importa es estar preparado/a. Las palabras: Una la tomarn y otra la dejarn evocan las
palabras de Pablo a los Tesalonicenses (1Tes 4,13-17), cuando dice que en la venida del Hijo
seremos arrebatados al cielo junto con Jess. Estas palabras dejados atrs proporcionan el ttulo
de una terrible y peligrosa novela de extrema derecha fundamentalista de Estados Unidos: Left
behind! Esta novela no tiene nada que ver con el sentido real de las palabras de Jess.
Lucas 17,37: Dnde y cundo? Los discpulos preguntaron: "Seor, dnde ocurrir esto?" Jess
respondi: "Donde est el cuerpo, all tambin se reunirn los buitres". Respuesta enigmtica.
Algunos piensan que Jess evoca la profeca de Ezequiel, retomada en el Apocalipsis, en la cual el
profeta se refiere a la batalla victoriosa final contra los poderes del mal. Las aves de rapia o los
buitres sern invitadas a comer la carne de los cadveres (Ez 39,4.17-20; Ap 19,17-18). Otros
piensan que se trata del valle de Josafat, donde tendr lugar el juicio final segn la profeca de Joel
(Joel 4,2.12). Otros piensan que se trata simplemente de un proverbio popular que significaba ms o
menos lo mismo que dice nuestro proverbio: Cuando el ro suena, agua lleva!
4) Para la reflexin personal
Soy del tiempo de No y de Lot?
Novela de extrema derecha. Cmo me sito ante esta manipulacin poltica de la fe en Jess?

Lectio: Lucas 18,1-8


3) Reflexin

El evangelio de hoy nos relata otro asunto muy importante para Lucas, a saber: la oracin. Es la
segunda vez que Lucas nos trae palabras de Jess para ensear a rezar. (Lc 11,1-13). Nos ha
enseado el Padre Nuestro y, por medio de comparaciones y de parbolas, nos ensea que debemos
rezar con insistencia, sin desfallecer. Ahora, esta segunda vez, recurre de nuevo a una parbola
sacada de la vida para ensear la insistencia en la oracin (Lc 18,1-8). Es la parbola de la viuda
que incomoda al juez sin moral. La manera de presentar la parbola es muy didctica. Primero,
Lucas da una breve introduccin que sirve de llave de lectura. Luego cuenta la parbola. Al final,
Jess mismo la aplica.
Lucas 18,1: La introduccin. Lucas introduce la parbola con la siguiente frase: " Les propuso una
parbola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer". La recomendacin a orar
Sin desfallecer aparece muchas veces en el Nuevo Testamento (1 Tes 5,17; Rom 12,12; Ef 6,18;
etc.). Este es un rasgo caracterstico de la espiritualidad de las primeras comunidades cristianas.
Lucas 18,2-5: La parbola. Luego Jess presenta dos personajes de la vida real: un juez sin
consideracin para Dios y sin consideracin para las personas, y una viuda que lucha por sus
derechos ante el juez. El simple hecho que Jess presenta estos dos personajes revela la conciencia
crtica que tena de la sociedad de su tiempo. La parbola presenta a la gente pobre luchando en el
tribunal por sus derechos. El juez decide atender a la viuda y hacerle justicia. El motivo es ste:
dejar libre de la obstinacin de la viuda y sta deje de importunarle. Motivo bien interesado. Pero
la viuda obtuvo lo que quera! Es ste el hecho de la vida diaria del que Jess se sirve para ensear
cmo rezar.
Lucas 18,6-8: La aplicacin. Jess aplica la parbola: " Od lo que dice el juez injusto; pues, no
har Dios justicia a sus elegidos, que estn clamando a l da y noche? Les har esperar? Os digo
que les har justicia pronto. Si no fuera Jess, nosotros no tendramos el valor de comparar a Dios
con un Juez inmoral. Al final Jess expresa una duda: " Pero, cuando el Hijo del hombre venga,
encontrar la fe sobre la tierra? Es decir, vamos a tener el valor de esperar, de tener paciencia,
aunque Dios se demora en atendernos?
Jess orante. Los primeros cristianos tenan una imagen Jess orante, en contacto con el Padre. De
hecho, la respiracin de la vida de Jess era hacer la voluntad del Padre (Jn 5,19). Jess rezaba
mucho e insista para que la gente y sus discpulos rezaran tambin. Pues es en la confrontacin con
Dios donde aparece la verdad y la persona se encuentra consigo misma en toda su realidad y
humildad. Lucas es el evangelista que ms nos informa sobre la vida de oracin de Jess. Nos
presenta a Jess en constante oracin. He aqu algunos de los momentos en los que Jess aparece
rezando. T puedes completar la lista:
- A los doce aos de edad va al Templo, a la Casa del Padre (Lc 2,46-50).
- Reza cuando es bautizado y asume la misin (Lc 3,21).
- Cuando inicia la misin, pasa cuarenta das en el desierto (Lc 4,1-2).
- En la hora de la tentacin, se enfrenta al diablo con textos de la Escritura (Lc 4,3-12).
- Jess tiene costumbre de participar en las celebraciones en las sinagogas, los sbados (Lc 4,16)
- Busca la soledad del desierto para rezar ( Lc 5,16; 9,18).
- La vspera de elegir a los doce Apstoles, pasa la noche en oracin (Lc 6,12).
- Reza antes de comer (Lc 9,16; 24,30).
- Cuando explica la realidad y habla de su pasin, reza (Lc 9,18).
- En la hora de la crisis sube al Monte para rezar y es transfigurado cuando reza (Lc 9,28).
- Ante la revelacin del Evangelio a los pequeos, dice: Padre, yo te alabo! (Lc 10,21)
- Rezando, despierta en los apstoles la voluntad de rezar (Lc 11,1).
- Reza por Pedro para que no desfallezca en la fe (Lc 22,32).
- Celebra la Cena Pascual con sus discpulos (Lc 22,7-14).
- En el Jardn de los Olivares, reza, sudando sangre (Lc 22,41-42).
- En la angustia de la agona, pide a los amigos que recen con l (Lc 22,40.46).
- En la hora de ser clavado en la cruz, pide perdn por los ladrones (Lc 23,34).
- En la hora de la muerte, dice "En tus manos entrego mi espritu!" (Lc 23,46; Sal 31,6)
- Jess muere soltando el grito del pobre (Lc 23,46).

Esta larga lista indica lo siguiente. Para Jess, la oracin estaba ntimamente unida a la vida, a los
hechos concretos, a las decisiones que deba tomar. Para poder ser fiel al proyecto del Padre, trataba
de quedarse a solas con l. De escucharlo. En los momentos difciles y decisivos de su vida, Jess
rezaba los Salmos. Al igual que todo judo piadoso, los conoca de memoria. La recita de los
Salmos no mat en l la creatividad. Por el contrario, Jess llega a componer l mismo un Salmo
que nos transmite. Es el Padre Nuestro. Su vida era una permanente oracin. No busco mi
voluntad, sino la voluntad de Aquel que me envi." (Jn 5,19.30) A l se aplica lo que dice el Salmo:
"No hago ms que orar!" (Sal 109,4)
4) Para la reflexin personal
Hay gente que dice que no sabe rezar, pero conversa con Dios todo el da. Conoces a personas
as? Cuenta cmo son. Hay muchas maneras que la gente usa para expresar su devocin y oracin.
Cules son?
Qu nos ensean estas dos parbolas sobre la oracin? Qu nos ensean sobre la manera de ver
la vida y las personas?

Lectio: Lucas 18,35-43


3) Reflexin
El evangelio de hoy describe la llegada de Jess a Jeric. Es la ltima parada antes de la subida a
Jerusaln, donde se realiza el xodo de Jess segn haba anunciado en su Transfiguracin (Lc
9,31) y a lo largo de la caminada hasta Jerusaln (Lc 9,44; 18,31-33).
Lucas 18,35-37: El ciego sentado junto al camino. Cuando se acercaba a Jeric, estaba un ciego
sentado junto al camino pidiendo limosna; al or que pasaba gente, pregunt qu era aquello. Le
informaron que pasaba Jess. En el evangelio de Marcos, el ciego se llama Bartimeo (Mc 10,46).
Al ser ciego, no poda participar en la procesin que acompaaba a Jess. En aquel tiempo, haba
muchos ciegos en Palestina, pues el sol fuerte golpeando contra la tierra pedregosa emblanquecida
haca mucho dao a los ojos sin proteccin.
Lucas 18,38-39: El grito del ciego y la reaccin de la gente. Entonces el ciego grit: "Jess, hijo
de David, ten piedad de m!" E invoca a Jess usando el ttulo de Hijo de David. El catecismo de
aquella poca enseaba que el mesas sera de la descendencia de David, hijo de David, mesas
glorioso. A Jess no le gustaba este ttulo. Citando el salmo mesinico, l lleg a preguntar: Cmo
es que el mesas puede ser hijo de David si hasta el mismo David le llama mi Seor (Lc 20,41-44)
? El grito del ciego incomodaba a la gente que acompaaba a Jess. Por esto, Los que iban delante
le increpaban para que se callara. Ellos trataban de acallar el grito, pero l gritaba mucho ms
fuerte: Hijo de David, ten compasin de m! Hoy tambin, el grito de los pobres incomoda la
sociedad establecida: migrantes, enfermos de SIDA, mendigos, refugiados, tantos!
Lucas 18,40-41: La reaccin de Jess ante el grito del ciego. Y Jess qu hace? Jess se detuvo
y mand que se lo trajeran. Los que queran acallar el grito del pobre, ahora, a peticin de Jess, se
ven obligados a ayudar al pobre a que llegue hasta Jess. El evangelio de Marcos aade que el ciego
dej todo y se fue hasta Jess. No tena mucho. Apenas un manto. Pero era lo que tena para cubrir
su cuerpo (cf. Es 22,25-26). Era su seguridad, su tierra firme! Hoy tambin Jess escucha el grito
de los pobres que a veces nosotros no queremos escuchar. Cuando se acerc, le pregunt: Qu
quieres que te haga? No basta gritar. Hay que saber porqu se grita! l dijo: Seor, que vea!.
Lucas 18,42-43: Recobra tu vista. Jess dice: "Recobra tu vista Tu fe te ha salvado. Y al instante

recobr la vista y le segua glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al verlo, alab a Dios. El ciego
haba invocado a Jess con ideas no totalmente correctas, pues el ttulo de Hijo de David no era
muy exacto. Pero l tiene ms fe en Jess que en sus ideas sobre Jess. Dio en el blanco. No
expresa exigencias como Pedro (Mc 8,32-33). Sabe entregar su vida aceptando a Jess sin imponer
condiciones. La curacin es el fruto de su fe en Jess. Curado, sigue a Jess y sube con l a
Jerusaln. De este modo, se vuelve discpulo, modelo para todos nosotros que queremos seguir a
Jess por el camino hacia Jerusaln: creer ms en Jess que en nuestras ideas sobre Jess. En esta
decisin de caminar con Jess est la fuente de valor y la semilla de la victoria sobre la cruz. Pues la
cruz no es una fatalidad, ni una exigencia de Dios. Es la consecuencia del compromiso de Jess, en
obediencia al Padre, de servir a los hermanos y no aceptar privilegios.
La fe es una fuerza que transforma a las personas. La Buena Nueva del Reino estaba escondida
entre la gente, escondida como el fuego bajo las cenizas de las observancias sin vida. Jess sopla
sobre las cenizas y el fuego se enciende, el Reino aparece y la gente se alegra. La condicin es
siempre la misma: creer en Jess. La curacin del ciego aclara un aspecto muy importante de
nuestra fe. A pesar de invocar a Jess con ideas no del todo correctas, el ciego tuvo fe y fue curado.
Se convirti, lo dej todo y sigui a Jess por el camino del Calvario. La comprensin total del
seguimiento de Jess no se obtiene por la instruccin terica, sino por el compromiso prctico,
caminando con l por el camino del servicio, desde Galilea hasta Jerusaln. Aquel que insiste en
mantener la idea de Pedro, esto es, del Mesas glorioso sin la cruz, no va a entender nada de Jess y
no llegar nunca a tomar la actitud del verdadero discpulo. Aquel que sabe creer en Jess y se
entrega (Lc 9,23-24), que acepta ser el ltimo (Lc 22,26), beber el cliz y cargar con su cruz (Mt
20,22; Mc 10,38), ste, al igual que el ciego, an teniendo las ideas no enteramente justas, seguir
a Jess por el camino (Lc 18,43). En esta certeza de caminar con Jess est la fuente de la audacia
y la semilla de la victoria sobre la cruz.
4) Para la reflexin personal
Cmo veo y siento el grito de los pobres: migrantes, negros, enfermos de SIDA, mendigos,
refugiados, tantos?
Cmo es mi fe: me fijo ms en las ideas sobre Jess o en Jess?

Lectio: Lucas 19,1-10


3) Reflexin
En el evangelio de hoy, estamos llegando al final de la larga caminada que empez en el captulo 9
(Lc 9,51). Durante esa caminada, no se saba bien por dnde Jess iba. Lo nico que se saba era
que iba hacia Jerusaln. Ahora, al final, la geografa queda clara y definida. Jess lleva a Jeric, a la
ciudad de las palmeras, en el valle del Jordn. ltima parada de los peregrinos, antes de subir para
Jerusaln. All en Jeric termin la larga caminada del xodo 40 aos por el desierto. Tambin el
xodo de Jess est terminando. Al entrar a Jeric, Jess encuentra a un ciego que quera verle (Lc
18,35-43). Ahora, al salir de la ciudad, encuentra a Zaqueo, un publicano, que tambin quiere verle.
Un ciego y un publicano. Los dos eran excluidos. Los dos molestaban a la gente: el ciego con sus
gritos, el publicano con sus impuestos. Los dos son acogidos por Jess, cada cual a su manera.
Lucas 19,1-2: La situacin. Jess entra en Jeric y atraviesa la ciudad. "Haba un hombre llamado
Zaqueo, muy rico, jefe de los publicanos". Publicano era la persona que cobraba el impuesto

pblico sobre la circulacin de la mercanca. Zaqueo era el jefe de los publicanos de la ciudad.
Sujeto rico y muy ligado al sistema de dominacin de los romanos. Los judos ms religiosos
argumentaban as: El rey de nuestro pueblo es Dios. Por esto, la dominacin romana sobre
nosotros es contra Dios. Quien colabora con los romanos peca contra Dios! As, los soldados que
servan en el ejrcito romano y los cobradores de impuestos, como Zaqueo, eran excluidos y
considerados como pecadores e impuros.
Lucas 19,3-4: La actitud de Zaqueo. Zaqueo quiere ver a Jess. Siendo pequeo, corre hacia
delante, sube a un rbol, y espera para ver a Jess que pasa. Tiene enormes ganas de ver a Jess!
Anteriormente, en la parbola del pobre Lzaro y del hombre rico, sin nombre, (Lc 16,19-31), Jess
mostraba lo difcil que es para que un rico se convierta y abra la puerta de separacin para acoger al
pobre Lzaro. Aqu aparece el caso de un rico que no encierra en si riqueza. Zaqueo quiere algo
ms. Cuando un adulto, persona de peso en la ciudad, sube a un rbol es porque no est de acuerdo
con la opinin de los dems. Algo ms importante lo mueve por dentro. Est queriendo abrir la
puerta al pobre Lzaro.
Lucas 19,5-7: La actitud de Jess, reaccin del pueblo y de Zaqueo. Al llegar cerca y viendo a
Zaqueo sobre un rbol, Jess no pregunta ni exige nada. Apenas responde al deseo del hombre y
dice: "Zaqueo, baja pronto! Porque conviene que hoy me quede yo en tu casa." Zaqueo baja y
recibe a Jess en su casa, con mucha alegra. Todos murmuraban: "Ha ido a hospedarse en casa de
un hombre pecador!" Lucas dice que todos murmuraban! Esto significa que Jess estaba
quedndose solo en su actitud de acoger a los excluidos, sobre todo a los colaboradores del sistema.
Pero a Jess no le importan las crticas. Va a casa de Zaqueo y lo defiende contra las crticas. En vez
de pecador, le llama hijo de Abrahn (Lc 19,9).
Lucas 19,8: Decisin de Zaqueo. "Dar, Seor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo
defraud a alguien, le devolver cuatro veces ms. Esta es la conversin en Zaqueo por la acogida
de parte de Jess. Devolver cuatro veces lo que la ley mandaba en algunos casos (Ex 21,37; 22,3).
Dar la mitad de los bienes a los pobres era una novedad que produca el contacto con Jess. Era el
compartir que tena lugar de hecho.
Lucas 19,9-10: Palabra final de Jess. "Hoy ha llegado la salvacin a esta casa, porque tambin
ste es hijo de Abrahn" La interpretacin de la Ley por a Tradicin antigua exclua a los publicanos
de la raza de Abrahn. Jess dice que vino a buscar y a salvar a lo que estaba perdido. El Reino es
para todos. Nadie poda ser excluido. La opcin de Jess es clara, su llamada tambin: no es posible
ser amigo de Jess y seguir apoyando el sistema que margina y excluye a tanta gente. Al denunciar
las divisiones injustas, Jess abre el espacio para una nueva convivencia, regida por los nuevos
valores de verdad, justicia y amor.
Hijo de Abrahn: "Hoy ha llegado la salvacin a esta casa, porque tambin ste es hijo de
Abrahn!" A travs de la descendencia de Abrahn, todas las naciones de la tierra sern bendecida
(Gn 12,3; 22,18). Para las comunidades de Lucas, formadas por los cristianos de origen judaica
como de origen pagana, la afirmacin de Jess llamando a Zaqueo hijo de Abrahn era muy
importante. En ella encontraban la confirmacin de que, en Jess, Dios estaba cumpliendo las
promesas hechas a Abrahn, dirigidas a todas las naciones, tanto a los judos como a los gentiles.
Estos son tambin hijos de Abrahn y herederos de las promesas. Jess acoge a los que no eran
acogidos. Ofrece un sitio a los que no lo tienen. Recibe como hermano y hermana a las personas
que la religin y el gobierno excluan y etiquetaban como:
- inmorales: prostitutas y pecadores (Mt 21,31-32; Mc 2,15; Lc 7,37-50; Jo 8,2-11),
- herejes: paganos y samaritanos (Lc 7,2-10; 17,16; Mc 7,24-30; Jn 4,7-42),
- impuras: leprosos e posedos (Mt 8,2-4; Lc 17,12-14; Mc 1,25-26),
- marginados: mujeres, nios y enfermos (Mc 1,32; Mt 8,16;19,13-15; Lc 8,2-3),
- luchadores: publicanos y soldados (Lc 18,9-14;19,1-10);
- pobres: la gente de la tierra y los pobres sin poder (Mt 5,3; Lc 6,20; Mt 11,25-26).
4) Para la reflexin personal
Nuestra comunidad, cmo acoge a las personas despreciadas y marginadas? Somos capaces de

percibir los problemas de las personas y de prestarles atencin, como lo hizo Jess?
Cmo percibimos que la salvacin entra hoy en nuestra casa y en nuestra comunidad? La ternura
acogedora de Jess produce un cambio total en la vida de Zaqueo. La ternura acogedora de nuestra
comunidad est provocando algn cambio en el barrio? Cul?

Lectio: Lucas 19,11-28


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos trae la Parbola de los Talentos, en la que Jess nos habla de los dones
que las personas reciben de Dios. Toda persona tiene alguna cualidad, recibe algn don o sabe
alguna cosa que puede ensear a los otros. Nadie es slo alumno, nadie es slo profesor.
Aprendemos unos de otros.
Lucas 19,11: La llave para entender la historia de la parbola. Para introducir la parbola Lucas
dice lo que sigue: Mientras la gente escuchaba estas cosas, aadi una parbola, porque estaba l
cerca de Jerusaln y crean ellos que el Reino de Dios aparecera de un momento a otro. En esta
informacin inicial, Lucas destaca tres motivaciones que llevan a Jess a contar la parbola: (a) La
acogida que hay que dar a los excluidos, pues, diciendo mientras la gente escuchaba estas cosas,
se refiere al episodio de Zaqueo, el excluido que fue acogido por Jess (b) La proximidad de la
pasin, de la muerte y de la resurreccin, pues deca que Jess estaba cerca de Jerusaln donde iba a
morir en breve. (c) La llegada inminente del Reino de Dios, pues las personas que acompaaban a
Jess pensaban que el Reino de Dios llegara luego.
Lucas 19,12-14: El inicio de la Parbola. Dijo, pues: Un hombre noble march a un pas lejano,
para recibir la investidura real y volverse. Llam a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo:
`Negociad hasta que vuelva.' Pero sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrs de l una embajada
que dijese: `No queremos que se reine sobre nosotros. Algunos estudiosos piensan que en esta
parbola Jess se refiere a Herodes quien setenta aos antes (40 aC), haba ido a Roma con el fin de
recibir el ttulo y el poder de Rey de Palestina. A la gente no le gustaba Herodes y no quera que
fuera rey, pues la experiencia que haban tenido con l como comandante para reprimir las
rebeliones en la Galilea contra Roma fue una experiencia trgica y dolorosa. Por esto decan: No
queremos que se reine sobre nosotros A este mismo Herodes se aplicara la frase final de la
parbola: Y a esos enemigos mos, que no queran que yo reinara sobre ellos, traedlos aqu y
matadlos delante de m. De hecho, Herodes mat a mucha gente.
Lucas 19,15-19: Rendimiento de cuentas de los primeros empleados que recibieron cien monedas
de plata. La historia nos dice que Herodes recibi el ttulo de rey y volvi a Palestina para asumir el
poder. En la parbola, el rey llama a los empleados a los que haba dado cien monedas de plata, para
saber cunto haban ganado. Se present el primero y dijo: `Seor, tu mina ha producido diez
minas.' Le respondi: `Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido fiel en lo insignificante, toma el
gobierno de diez ciudades. Vino el segundo y dijo: `Tu mina, Seor, ha producido cinco minas.'
Dijo a ste: `Ponte t tambin al mando de cinco ciudades.' Segn la historia, tanto Herodes Magno
como su hijo Herodes Antipas, ambos saban tratar con el dinero y promover a las personas que los
ayudaban. En la parbola, el rey da diez ciudades al empleado que multiplic por diez las cien
monedas que haba recibido, y cinco ciudades al empleado que las multiplic por cinco.
Lucas 19,20-23: Rendimiento de cuentas del empleado que no gan nada. El tercer empleado lleg
y dijo: ''Seor, aqu tienes tu mina, que he tenido guardada en un lienzo; pues tena miedo de ti, que
eres un hombre severo; que tomas lo que no pusiste y cosechas lo que no sembraste. En esta frase

aflora una idea equivocada de Dios que es criticada por Jess. El empleado ve a Dios como a un
dueo severo. Ante un Dios as, el ser humano siente miedo y se esconde detrs de la observancia
exacta y mezquina de la ley. Piensa que, al actuar as, no ser castigado por la severidad del
legislador. En realidad, una persona as no cree en Dios, sino que cree solamente en si misma, en su
propia observancia de la ley. Ella se cierra en s misma, se aleja de Dios y no consigue ocuparse y
preocuparse de los otros. Se vuelve incapaz de crecer como persona libre. Esta imagen falsa de Dios
asla al ser humano, mata la comunidad, acaba con la alegra y empobrece la vida. El rey responde:
'`Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabas que yo soy un hombre severo, que tomo lo que no
puse y cosecho lo que no sembr; pues, por qu no colocaste mi dinero en el banco? Y as, al
volver yo, lo habra cobrado con los intereses. El empleado no fue coherente con la imagen que
tena de Dios. Si imaginaba a un Dios tan severo, hubiera tenido que colocar, por lo menos, el
dinero en el banco. As que es condenado no por Dios, sino por la idea errada que tena de Dios y
que le vuelve temeroso e inmaduro. Una de las cosas que ms influye en la vida de la gente es la
idea que nos hacemos de Dios. Entre los judos de la lnea de los fariseos, algunos imaginaban a
Dios como a un Juez severo que los trataba de acuerdo con el mrito conquistado por las
observancias. Esto produca miedo e impeda a las personas el poder crecer. Sobretodo, impeda que
las personas pudiesen abrir un espacio dentro de s para acoger la nueva experiencia de Dios que
Jess comunicaba.
Lucas 19,24-27: Conclusin para todos. Y dijo a los presentes: `Quitadle la mina y ddsela al que
tiene las diez minas.' Dijronle: `Seor, tiene ya diez minas.' -`Os digo que a todo el que tiene, se le
dar; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitar. El seor manda quitarle las cien monedas
y darlas a aquel que ya tena mil, porque a todo el que tiene, se le dar, pero al que no tiene, aun lo
que tiene se le quitar. En esta frase final est la clave que aclara la parbola. En el simbolismo de
la parbola, las monedas de plata del rey son los bienes del Reino de Dios, esto es, todo aquello que
hace crecer a las persona y revela la presencia de Dios: amor, servicio, compartir. Aquel que se
cierra en si mismo con miedo a perder lo poco que tiene, ste va a perder lo poco que ya tiene. La
persona, pues, que no piensa en s, sino que se entrega a los otros, sta va a crecer y a recibir a su
vez, de forma inesperada, todo lo que entreg y mucho ms: cien veces ms, con persecuciones
(Mc 10,30). Pierde la vida quien quiere salvarla, gana su vida quien tiene el valor de perderla (Lc
9,24; 17,33; Mt 10,39;16,25;Mc 8,35). El tercer empleado tiene miedo y no hace nada. No quiere
perder nada y, por esto, no gana nada. Pierde hasta lo poco que tiene. El Reino es riesgo. Aquel que
no quiere correr riesgos, pierde el Reino!
Lucas 19,28: Volviendo a la triple llave inicial. Al final, Lucas concluye el asunto con esta
informacin: Y dicho esto marchaba por delante, subiendo a Jerusaln. Esta informacin final
evoca la triple llave dada al comienzo: acogida a los excluidos, proximidad de la pasin, muerte y
resurreccin de Jess en Jerusaln y la idea de la inminente llegada del Reino. A los que pensaban
que el Reino de Dios estaba por llegar, la parbola manda mudar la mirada. El Reino de Dios llega,
s, pero a travs de la muerte y de la resurreccin de Jess que acontece en breve en Jerusaln. Y el
motivo de la muerte fue su acogida, la acogida que Jess daba a los excluidos como Zaqueo y a
tantos otros. Molestaba a los grandes y ellos lo eliminaron condenndolo a muerte y a una muerte
de cruz.
4) Para la reflexin personal
En nuestra comunidad, tratamos de conocer y valorar los dones de cada persona? A veces los
dones de unos generan envidia y competitividad en otros. Cmo reaccionamos?
Nuestra comunidad es un espacio donde las personas pueden explayar sus dones?

Lectio: Lucas 19,41-44


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos dice que Jess, al llegar cerca de Jerusaln, viendo la ciudad, empieza a
llorar y a pronunciar palabras que hacan vislumbrar un futuro muy sombro para la ciudad, capital
de su pueblo.
Lucas 19,41-42 Jess llora sobre Jerusaln. Al acercarse y ver la ciudad, llor por ella, diciendo:
Si tambin t conocieras en este da el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos!.
Jess llora, pues ama su patria, a su pueblo, la capital de su tierra, el Templo. Llora porque sabe que
todo va a ser destruido por culpa del pueblo mismo que no sabe percibir ni valorar la llamada de
Dios dentro de los hechos. La gente no percibe el camino que podra llevarlo a la Paz, Shalm. Pero
ahora esto est oculto a tus ojos. Esta afirmacin evoca la crtica de Isaas a la persona que adoraba
los dolos: Se alimenta de ceniza, un corazn engaado le extrava y no salva su alma, dicindose:
No es mentira lo que tengo en mi diestra?" (Is 44,20). La mentira estaba en sus ojos y por esto se
volvieron incapaces de percibir la verdad. Como dice San Pablo: Ellos se rebelan a la verdad y
obedecen a la injusticia (Rom 2,8). La verdad se hace presa de la injusticia. En otra ocasin, Jess
lamenta que Jerusaln no sepa percibir ni acoger la visita de Dios: "Jerusaln, Jerusaln!, la que
mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. Cuntas veces he querido reunir a tus hijos,
como una gallina su nidada bajo las alas, y no habis querido! Pues bien, se os va a dejar desierta
vuestra casa (Lc 13,34-35).
Lucas 19,43-44 Anuncio de la destruccin de Jerusaln. Porque vendrn das sobre ti en que tus
enemigos te rodearn de empalizadas, te cercarn y te apretarn por todas partes, te estrellarn
contra el suelo a ti y a tus hijos que estn dentro de ti y no dejarn en ti piedra sobre piedra.". Jess
describe el futuro que le va a tocar a Jerusaln. Usa las imgenes de guerra que eran comunes en
aquel tiempo, cuando un ejrcito atacaba a una ciudad: trincheras, cerco cerrado alrededor, matanza
de la gente y destruccin total de las murallas y de las casas. As, en el pasado, Jerusaln fue
destruida por Nabucodonosor. As, las legiones romanas solan hacer con las ciudades rebeldes y as
se har nuevamente cuarenta aos despus, con la ciudad de Jerusaln. De hecho, en el ao 70,
Jerusaln fue cercada e invadida por los ejrcitos romanos. Todo fue destruido. Ante este trasfondo
histrico, el gesto de Jess se convierte en una advertencia muy seria a todos los que pervierten el
sentido de la Buena Nueva de Dios. Ellos tienen que escuchar la advertencia final: Porque no has
conocido el tiempo de tu visita. En esta advertencia, toda la labor de Jess est definida como una
visita, la visita de Dios.
4) Para la reflexin personal
Lloras a veces viendo la situacin del mundo? Mirando la situacin del mundo, Jess llorara
ahora? La previsin es sombra. Desde el punto de vista de la ecologa, pasamos ya el lmite. La
previsin es trgica.
La labor de Jess est visto como una visita de Dios. Has recibido en tu vida alguna visita de
Dios?

Lectio: Lucas 19,45-48

3) Reflexin
El contexto. Tras describir la subida de Jess a Jerusaln (17,11-19,28), Lucas lo presenta ahora
realizando su accin en el contexto del templo. Despus de la entrada del enviado del Seor a
Jerusaln pasando por la puerta de oriente (19,45), el templo es el primer lugar en que Jess lleva a
cabo su accin: las controversias que se narran tienen lugar en este sitio y a l hacen referencia. La
subida de Jess al templo no es slo una accin personal sino que afecta tambin a la multitud de
los discpulos (v.37) en su relacin con Dios (vv.31-34). Lucas narra ante todo un primer episodio
en el que presenta los preparativos de la entrada de Jess en el templo (vv.29-36) y su realizacin
(vv.37-40); sigue despus una escena en la que se presenta a Jess llorando sobre la ciudad (vv.4144), mientras que en la siguiente encontramos la narracin de nuestro pasaje de hoy: su presencia en
el templo y la expulsin de los vendedores (vv.45-48).
El gesto de Jess. No tiene un valor poltico, sino una significacin proftica. Parecer al lector
que la meta del gran viaje de Jess a Jerusaln es su ingreso en el templo. Es evidente la referencia
a la profeca de Malaquas y su cumplimiento con la entrada de Jess en el templo: Y enseguida
vendr a su Templo el Seor a quien vosotros buscis (3.1). Jess une al gesto de expulsar del
templo a los vendedores dos referencia a la Escritura: Ante todo Is 56, 7: Mi casa ser casa de
oracin. El templo es el lugar en el que Jess se dirige al Padre. La actividad comercial y
especulativa ha convertido el templo en una cueva de ladrones y lo ha desprovisto de su nica y
exclusiva misin: el encuentro con la presencia de Dios. La segunda referencia a la Escritura est
tomada de Jr 7,11: En cueva de bandoleros se ha convertido a vuestros ojos esta Casa que se
llama por mi Nombre?. La imagen de cueva de ladrones le sirve a Jess para condenar el trfico
material en sentido amplio y no slo los trficos deshonestos que de manera velada e ilegal se
cometan en el templo. Jess exige un cambio de rumbo: purificar el templo de todas aquellas
negatividades humanas y conducirlo a su funcin originaria: rendir verdadero servicio a Dios.
Expulsando a estos impostores del comercio se cumple la profeca de Zacaras: Y no habr ms
comerciante en la Casa de Yahv Sebaot aquel da (14,21). Al pronunciarse as Jess sobre el
templo, no se refiere a una restauracin de la pureza del culto, como era la intencin de los zelotas.
La intencin de Jess va ms all de la pureza del culto, es ms radical, es intransigente: el templo
no es una obra realizada por el esfuerzo humano; la presencia de Dios no est ligada a su aspecto
material; el autentico servicio a Dios lo realiza Jess en su enseanza. Con motivo de esta
predicacin los sumos sacerdotes, los escribas y los notables del pueblo buscaban matarlo (v.47).
En los lmites temporales del espacio del templo, Jess lleva a cabo una enseanza altamente
significativa, es ms, es justamente en este lugar tan fundamental para los judos donde su
enseanza alcanza el vrtice, y ser desde aqu desde donde partir la palabra de los apstoles (Hch
5,12.20.25.42). La difusin de la Palabra de gracia de la que Jess es el nico portador se abre como
un arco que tiene su inicio cuando con doce aos discute entre los Doctores de la ley en el templo;
contina con su enseanza mientras atraviesa Galilea y durante el camino hacia Jerusaln; y se
completa con la entrada en el templo donde toma posesin de la casa de Dios. En este lugar se
echan los fundamentos para la futura misin de la Iglesia: la difusin de la palabra de Dios. Los
principales del pueblo no pretenden suprimir a Jess por haber destruido los negocios econmicos
del templo, sino que sus motivos alcanzan a toda su anterior actividad docente y se hacen patentes
ante el discurso contra el templo. Jess reivindica algo que desencadena la reaccin de los sumos
sacerdotes y de los escribas. En contraste con esta actitud hostil aparece la actitud del pueblo que
le oa pendiente de sus labios. Jess es visto como el mesas que, con su Palabra de gracia, rene
en torno a l al pueblo de Dios.
4) Pare el examen personal
Tu oracin al Seor consiste en una relacin sencilla de padre a hijo como fuerza para
comunicarte con Dios, o ms bien est recubierta de costumbres y prcticas con la pretensin de
conseguir su benevolencia?
Al escuchar la palabra de Jess, te sientes cogido por su enseanza como la multitud que estaba
pendiente de sus labios? Es decir, prestas la debida atencin a la escucha del Evangelio para unirte

a Cristo?

Lectio: Lucas 20,27-40


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos informa sobre la discusin de los Saduceos con Jess acerca de la fe en la
resurreccin.
Lucas 20,27: La ideologa de los Saduceos. El evangelio de hoy comienza con esta afirmacin:
Los saduceos sostienen que no hay resurreccin. Los saduceos eran una lite aristocrtica de
latifundistas y comerciantes. Eran conservadores. No aceptaban la fe en la resurreccin. En aquel
tiempo esta fe comenzaba a ser valorada por los fariseos y por la piedad popular. Animaba a la
resistencia de la gente en contra de la dominacin tanto de los romanos como de los sacerdotes, de
los ancianos y de los saduceos. Para los saduceos, el reino mesinico estaba ya presente en la
situacin de bienestar que ellos estaban viviendo. As seguan la llamada Teologa de la
Retribucin que distorsiona la realidad. Segn esta teologa, Dios retribuye con riqueza y bienestar
los que observan la ley de Dios, y castiga con el sufrimiento y la pobreza a los que practican el mal.
As, se entiende que los saduceos no queran mudanzas. Queran que la religin permaneciera tal y
como era, inmutable como Dios mismo. Por esto, para criticar y ridiculizar la fe en la resurreccin,
contaban casos ficticios para mostrar que la fe en la resurreccin llevara a la persona al absurdo.
Lucas 20,28-33: El caso ficticio de la mujer que se cas siete veces. Segn la ley de la poca, si el
marido muere sin hijos, su hermano tiene que casarse con la viuda del fallecido. Era para evitar que,
en caso de que alguien muriera sin descendencia, su propiedad pasara a otra familia (Dt 25,5-6).
Los saduceos inventaron la historia de una mujer que enterr a siete maridos, hermanos entre s, y
ella misma acab muriendo sin hijos. Y le preguntaron a Jess. sta, pues, de cul de ellos ser
mujer en la resurreccin? Porque fue mujer de los siete. Caso inventado para mostrar que la fe en
la resurreccin crea situaciones absurdas.
Lucas 20,34-38: La respuesta de Jess que no deja dudas. En la respuesta de Jess aflora la
irritacin de aquel que no aguanta el fingimiento. Jess no aguanta la hipocresa de la lite que
manipula y ridiculiza la fe en Dios para legitimar y defender sus propios intereses. Su respuesta
tiene dos partes: (a) vosotros no entendis nada de la resurreccin: "Los hijos de este mundo toman
mujer o marido; pero los que alcancen a ser dignos de tener parte en aquel mundo y en la
resurreccin de entre los muertos, ni ellos tomarn mujer ni ellas marido, ni pueden ya morir,
porque son como ngeles, y son hijos de Dios por ser hijos de la resurreccin. (vv. 34-36). Jess
explica que la condicin de las personas despus de la muerte ser totalmente diferente de la
condicin actual. Despus de la muerte no habr bodas, todos sern como ngeles en el cielo. Los
saduceos imaginaban la vida en el cielo igual a la vida aqu en la tierra. (b) Vosotros no entendis
nada de Dios: Y que los muertos resucitan lo ha indicado tambin Moiss en lo de la zarza, cuando
llama al Seor el Dios de Abrahn, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Y al final concluye: No
es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para l todos viven! Los discpulos y las discpulas,
que estn alerta y aprendan. Quien est del lado de estos saduceos, estar del lado opuesto a Dios.
Lucas 20,39-40: La reaccin de los otros ante la respuesta de Jess. Algunos de los escribas le
dijeron: Maestro, has hablado bien. Pues ya no se atrevan a preguntarle nada. Muy
probablemente estos doctores de la ley eran fariseos, pues los fariseos crean en la resurreccin (Cf.
Hechos 23,6).
4) Para la reflexin personal
Hoy los grupos de poder cmo imitan a los saduceos y arman manifestaciones para impedir

mudanzas en el mundo y en la Iglesia?


T crees en la resurreccin? Al decir que crees en la resurreccin, piensa en algo del pasado, del
presente o del futuro? Has tenido en tu vida alguna experiencia de resurreccin?

Lectio: Lucas 21,1-4


3) Reflexin
En el Evangelio de hoy, Jess elogia a una viuda pobre que sabe compartir ms que los ricos.
Muchos pobres de hoy hacen lo mismo. La gente dice: El pobre no deja morir de hambre al
pobre. Pero a veces, ni esto es posible! Doa Ccera que viva en el interior de Paraba, Brasil, se
fue a vivir a la ciudad y deca: En el campo, la gente era pobre, pero siempre haba una cosita para
dividirla con el pobre que llamaba a la puerta. Ahora que estoy aqu, en la ciudad, cuando veo a un
pobre que llama a la puerta, me escondo de vergenza porque no tengo nada en casa para darle! De
un lado: gente rica que tiene todo, pero que no quiere compartir. Por el otro: gente pobre que no
tiene casi nada, pero que quiere compartir lo poco que tiene.
Al comienzo de la Iglesia, las primeras comunidades cristianas, eran de gente pobre (1 Cor 1,26).
Poco a poco fueron entrando tambin personas ms ricas, lo cual trajo consigo varios problemas.
Las tensiones sociales, que marcaban al imperio romano, empiezan a marcar tambin la vida de las
comunidades. Esto se manifestaba, por ejemplo, cuando se reunan para celebrar la cena (1Cor
11,20-22), o cuando tenan reuniones (Santiago 2,1-4). Por esto, la enseanza del gesto de la viuda
era muy actual, tanto para ellos, como para nosotros hoy.
Lucas 21,1-2: La limosna de la viuda. Jess estaba ante el arca del Templo y observaba cmo la
gente iba echando su limosna. Los pobres echaban pocos centavos, los ricos monedas de gran valor.
Los cofres del Templo reciban mucho dinero. Todos echaban algo para la manutencin del culto,
para el sustento del clero y la conservacin del edificio. Parte de este dinero era usada para ayudar a
los pobres, pues en aquel tiempo no haba seguridad social. Los pobres vivan de la caridad pblica.
Las personas ms necesitadas eran los hurfanos y las viudas. Dependan en todo de la caridad de
los dems, pero as mismo, trataban de compartir con otros lo poco que posean. As, una viuda bien
pobre, pone su limosna en el arca del Templo. Nada ms que dos centavos!
Lucas 21,3-4: El comentario de Jess. Qu vale ms: los pocos centavos de la viuda o las muchas
monedas de los ricos? Para la mayora, las monedas de los ricos eran mucho ms tiles para hacer la
caridad que los pocos centavos de la viuda. Los discpulos, por ejemplo, pensaban que el problema
de la gente poda resolverse slo con mucho dinero. Cuando la multiplicacin de los panes, ellos
haban sugerido comprar pan para dar de comer a la gente (Lc 9,13; Mc 6,37). Felipe lleg a decir:
Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno reciba un pedacito! (Jn 6,7). De hecho,
para aquel que piensa de esa manera, los dos centavos de la viuda no sirven para nada. Pero Jess
dice: De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado ms que nadie. Jess tiene criterios
diferentes. Al llamar la atencin de los discpulos hacia el gesto de la viuda, les ensea a ellos y a
nosotros dnde debemos procurar ver la manifestacin de la voluntad de Dios, a saber, en los
pobres y en el compartir. Y un criterio muy importante es el siguiente: Porque todos stos han
echado como donativo de lo que les sobra, sta en cambio ha echado de lo que necesita, de todo lo
que tiene para vivir.
Limosna, compartir, riqueza. La prctica de dar limosnas era muy importante para los judos. Era
considerada una buena obra, pues la ley del Antiguo Testamento deca: Nunca dejar de haber
pobres en la tierra; por esto te doy este mandamiento: abrirs tu mano a tu hermano, al necesitado y
al pobre de tu tierra. (Dt 15,11). Las limosnas, colocadas en el arca del Templo, sea para el culto,
sea para los necesitados, los hurfanos o las viudas, eran consideradas como una accin agradable a

Dios (Eclo 35,2; cf. Eclo 17,17; 29,12; 40,24). Dar limosna era una manera de reconocer que todos
los bienes y dones pertenecen a Dios y que nosotros no somos que administradores de esos dones.
Pero la tendencia a la acumulacin sigue muy fuerte. Cada vez renace de nuevo en el corazn
humano. La conversin es necesaria siempre. Por eso Jess dijo al joven rico: Va, vende todo lo
que tienes y dalo a los pobres (Mc 10,21). La misma exigencia se repite en los otros evangelios:
Vended vuestros bienes y dadlos en limosna: haceos bolsas que no se gastan, un tesoro inagotable
en los cielos, adonde ni el ladrn llega ni la polilla roe (Lc 12,33-34; Mt 6,9-20). La prctica del
compartir y de la solidaridad es una de las caractersticas que el Espritu de Jess quiere realizar en
las comunidades. El resultado de la efusin del Espritu en el da de Pentecosts fue ste: No haba
entre ellos indigentes, pues cuantos eran dueos de haciendas o casas las vendan y llevaban el
precio de lo vendido y lo depositaban a los pies de los apstoles (Hechos 4,34-35; 2,44-45). Estas
limosnas colocadas a los pies de los apstoles no se acumulaban, sino que y a cada uno se le
reparta segn su necesidad (Hechos 4,35b; 2,45). La entrada de los ricos en las comunidades
cristianas posibilit, por un lado, una expansin del cristianismo, al ofrecer mejores condiciones
para los viajes misioneros. Pero por otro lado la tendencia a la acumulacin bloqueaba el
movimiento de la solidaridad y del compartir. Santiago ayudaba a las personas a que tomaran
conciencia del camino equivocado: Y vosotros los ricos, llorad a gritos por las desventuras que os
van a sobrevenir. Vuestra riqueza est podrida; vuestros vestidos, consumidos por la polilla; vuestro
oro y vuestra plata, comidos de orn. (Sant 5,1-3). Para aprender el camino del Reino, todos
debemos volvernos alumnos de aquella pobre viuda, que comparti con los dems hasta lo
necesario para vivir (Lc 21,4).
4) Para la reflexin personal
Cules son las dificultades y las alegras que has encontrado en tu vida para practicar la
solidaridad y compartir con los otros?
Cmo es que los dos centavos de la viuda pueden valer ms que las muchas monedas de los
ricos? Cul es el mensaje de este texto para nosotros hoy?

Lectio: Lucas 21,5-11


3) Reflexin
En el evangelio de hoy empieza el ltimo discurso de Jess, llamado Discurso Apocalptico. Es un
largo discurso, que ser el asunto de los evangelios de los prximos das hasta el final de esta ltima
semana del ao litrgico. Para nosotros del Siglo XXI, el lenguaje apocalptico es extrao y
confuso. Pero para la gente pobre y perseguida de las comunidades cristianas de aquel tiempo era la
manera que todos entendan y cuyo objetivo principal era animar la fe y la esperanza de los pobres y
oprimidos. El lenguaje apocalptico es fruto del testimonio de fe de estos pobres que, a pesar de las
persecuciones y a pesar de lo que vean, seguan creyendo en que Dios estaba con ellos y que
seguan siendo el Seor de la historia.
Lucas 21,5-7: Introduccin al Discurso Apocalptico. En los das anteriores al Discurso
Apocalptico, Jess haba roto con el Templo (Lc 19,45-48), con los sacerdotes y con los ancianos
(Lc 20,1-26), con los saduceos (Lc 20,27-40), con los escribas que explotaban a las viudas (Lc
20,41-47) y al final vemos en el evangelio de ayer que teje el elogio de la viuda que dio en limosna
todo aquello que posea (Lc 21,1-4). Ahora, en el evangelio de hoy, al or como algunas personas
hablaban del Templo, de cmo estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, Jess
responde anunciando la destruccin total del Templo: "De esto que veis, llegarn das en que no
quedar piedra sobre piedra que no sea derruida." Al or este comentario de Jess, los discpulos

preguntan: "Maestro, cundo suceder esto? Y cul ser la seal de que todas estas cosas estn
para ocurrir?" Ellos quieren ms informacin. El Discurso Apocalptico que sigue es la respuesta de
Jess a esta pregunta de los discpulos sobre el cundo y el cmo de la destruccin del Templo. El
evangelio de Marcos informa lo siguiente sobre el contexto en que Jess pronunci este discurso.
Dice que Jess haba salido de la ciudad y estaba sentado en el Monte de los Olivares (Mc 13,2-4).
All, desde lo alto del Monte, tena una vista majestuosa del Templo. Marcos nos dice que eran slo
cuatro los discpulos que fueron a escuchar el ltimo discurso. Al comienzo de su predicacin, tres
aos antes, all en Galilea, las multitudes iban detrs de Jess para escuchar sus palabras. Ahora, en
el ltimo discurso, hay apenas cuatro oyentes: Pedro, Santiago, Juan y Andrea (Mc 13,3).
Eficiencia y buen resultado no siempre se miden por la cantidad!
Lucas 21,8: Objetivo del discurso: "Mirad, no os dejis engaar!" Los discpulos haban
preguntado: "Maestro, cundo suceder eso? Y cul ser la seal de que todas estas cosas estn
para ocurrir? Jess empieza su respuesta con una advertencia: "Mirad, no os dejis engaar.
Porque vendrn muchos usurpando mi nombre y diciendo: `Yo soy' y `el tiempo est cerca'. No les
sigis. En poca de mudanzas y de confusin siempre aparecen personas que quieren sacar
provecho de la situacin engaando a los dems. Esto acontece hoy y estaba ocurriendo en los aos
80, poca en que Lucas escribe su evangelio. Ante los desastres y guerras de aquellos aos, ante la
destruccin de Jerusaln del ao 70 y ante la destruccin de la persecucin de los cristianos por el
imperio romano, muchos pensaban que el fin de los tiempos estuviera llegando. Y hasta haba gente
que deca: Dios ya no controla los hechos. Estamos perdidos! Por esto, la preocupacin
principal de los discursos apocalpticos es siempre la misma: ayudar a las comunidades a discernir
mejor los signos de los tiempos para no dejarse engaar por las conversaciones de la gente sobre el
fin del mundo: "Mirad, no os dejis engaar!". Luego viene el discurso que ofrece seales para
ayudarlos en el discernimiento y, as, aumentar en ellos la esperanza.
Lucas 21,9-11: Seales para ayudar a leer los hechos. Despus de esta breve introduccin,
empieza el discurso propiamente dicho: Cuando oigis hablar de guerras y revoluciones, no os
aterris; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato.
Entonces les dijo: Se levantar nacin contra nacin y reino contra reino. Habr grandes
terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habr cosas espantosas y grandes seales del cielo.
Para entender bien estas palabras, es bueno recordar lo siguiente. Jess viva y hablaba en el ao 33.
Los lectores de Lucas vivan y escuchaban en el ao 85. Ahora, en los aos cincuenta, entre el ao
33 y el ao 85, la mayora de las cosas mencionadas por Jess haban acontecido ya y todos las
conocan. Por ejemplo, en varias partes del mundo haba guerras, aparecan falsos mesas, surgan
enfermedades y pestes y, en Asia Menor, los terremotos eran frecuentes. En un estilo bien
apocalptico, el discurso enumera todos estos acontecimientos, uno despus de otro, como seales o
como etapas del proyecto de Dios en la andadura de la historia del Pueblo de Dios, desde la poca
de Jess hasta el fin de los tiempos:
1a seal: los falsos mesas (Lc 21,8);
2a seal: guerras y revoluciones (Lc 21,9);
3a seal: nacin contra otra nacin, un reino contra otro reino, (Lc 21,10);
4a seal: terremotos en varios lugares (Lc 21,11);
5a seal: hambre, peste y seales en el cielo (Lc 21,11);
Hasta aqu el evangelio de hoy. El evangelio de maana trae una seal ms: la persecucin de las
comunidades cristianas (Lc 21,12). El evangelio de pasado maana trae dos seales ms: la
destruccin de Jerusaln y el inicio de la desintegracin de la creacin. As, por medio de estas
seales del Discurso Apocalptico, las comunidades de los aos ochenta, poca en la que Lucas
escribe su evangelio, podan calcular a qu altura se encontraba la ejecucin del plan de Dios, y
descubrir que la historia no se haba escapado de la mano de Dios. Todo era conforme con lo que
Jess haba previsto y anunciado en el Discurso Apocalptico.
4) Para la reflexin personal
Qu sentimiento te habitaba durante la lectura de este evangelio de hoy? Sentimiento de miedo

o de paz?
Piensas que el fin del mundo est cerca? Qu responder a los que dicen que el fin del mundo
est cerca? Qu es lo que hoy anima a la gente a resistir y tener esperanza?

Lectio: Lucas 21,12-19


3) Reflexin
En el evangelio de hoy, que es la continuacin del discurso iniciado ayer, Jess enumera una seal
ms para ayudar las comunidades a situarse en los hechos y a no perder la fe en Dios, ni el valor
para resistir contra los embates del imperio romano. Repetimos las cinco primeras seales del
evangelio de ayer:
1a seal: los falsos mesas (Lc 21,8);
2a seal: guerras y revoluciones (Lc 21,9);
3a seal: nacin contra otra nacin, un reino contra otro reino, (Lc 21,10);
4a seal: terremotos en varios lugares (Lc 21,11);
5a seal: hambre, peste y seales en el cielo (Lc 21,11);
Hasta aqu el evangelio de ayer. Ahora, en el evangelio de hoy, hay una seal ms:
6a seal: la persecucin de los cristianos (Lc 21,12-19)
Lucas 21,12. La sexta seal: la persecucin Varias veces, en los pocos aos que Jess pas entre
nosotros, avis a los discpulos de que iban a ser perseguidos. Aqu, en el ltimo discurso, repite lo
mismo y hace saber que hay que tener en cuenta la persecucin a la hora de discernir los signos de
los tiempos: "Pero, antes de todo esto, os echarn mano y os perseguirn, os entregarn a las
sinagogas y crceles y os llevarn ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os suceder para
que deis testimonio. Y de estos acontecimientos, aparentemente tan negativos, Jess haba dicho:
No os aterris; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato. "
(Lc 21,9). Y el evangelio de Marcos aade que todas estas seales son "apenas el comienzo de los
dolores de parto!" (Mc 13,8) Ahora bien, los dolores de parto, an siendo muy dolorosos para la
madre, no son seal de muerte, sino de vida. No son motivos de temor, sino de esperanza! Esta
manera de leer los hechos daba mucha tranquilidad a las comunidades perseguidas. As, leyendo u
oyendo estas seales, profetizadas por Jess en el ao 33, los lectores de Lucas de los aos ochenta
podan concluir: "Todas estas cosas estn aconteciendo segn el plan previsto y anunciado por
Jess. por tanto, la historia no se escap de las manos de Dios. Dios est con nosotros!
Lucas 21,13-15: La misin de los cristianos en la poca de la persecucin. La persecucin no es
una fatalidad, ni puede ser motivo de desaliento o de desesperacin, sino que hay que considerarla
como una oportunidad, ofrecida por Dios, para que las comunidades lleven a cabo la misin de
testimoniar con valor la Buena Noticia de Dios. Jess dice: esto os suceder para que deis
testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazn no preparar la defensa, porque yo os dar una
elocuencia y una sabidura a la que no podrn resistir ni contradecir todos vuestros adversarios..
Por medio de esta afirmacin, Jess anima a los cristianos perseguidos que vivan angustiados.
Hace saber que, aunque perseguidos, ellos tenan que cumplir una misin, a saber: dar testimonio de
la Buena Noticia de Dios y as, ser una seal del Reino (Hechos 1,8). El testimonio valiente llevara
a la gente a repetir lo que dijeron los magos de Egipto ante las seales y el valor de Moiss y Aarn:
Aqu est la mano de Dios! (Ex 8,15). Conclusin: si las comunidades no deben preocuparse, si
todo est en las manos de Dios, si todo estaba ya previsto por Dios, si todo no es que dolor de parto,
entonces no hay motivo para quedarse preocupados.
Lucas 21,16-17: Persecucin dentro de la familia. Seris entregados por padres, hermanos,

parientes y amigos, y matarn a algunos de vosotros.. La persecucin no viene de fuera, de parte


del imperio, sino que viene de dentro, de la familia misma. En una misma familia, unos aceptaban
la Buena Noticia, otros no. El anuncio de la Buena Noticia produca divisiones en la misma familia.
Haba personas que, basndose en la Ley de Dios, llegaban a denunciar y a matar a sus propios
familiares que se declaraban seguidores de Jess (Dt 13,7-12).
Lucas 21,18-19: La fuente de esperanza y de resistencia. Pero no perecer ni un cabello de
vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaris vuestras almas. Esta observacin final de Jess
recuerda la otra palabra que Jess haba dicho: ni un cabello de vuestra cabeza caer! (Lc 21,18).
Esta comparacin era una llamada fuerte a no perder la fe y a seguir firme en la comunidad.
Confirma lo que Jess haba hecho en otras ocasiones: Quien quiere salvar su vida, la pierde, pero
aquel que pierde su vida por causa ma, la salvar (Lc 9,24).
4) Para la reflexin personal
Cmo sueles leer las etapas de la historia en tu vida y en la vida de tu pas?
Mirando la historia de la humanidad de los ltimos 50 aos, la esperanza aument o disminuy
en ti?

Lectio: Lucas 21,20-28


3) Reflexin
En el evangelio de hoy sigue el Discurso Apocalptico con ms seales, la 7 y la 8a, que deban
de acontecer antes de la llegada del fin de los tiempos o mejor antes de la llegada del fin de este
mundo para dar lugar al nuevo mundo, al cielo nuevo y a la tierra nueva (Is 65,17). La sptima
seal es la destruccin de Jerusaln y la octava es los cambios en la antigua creacin.
Lucas 21,20-24. La sptima seal: la destruccin de Jerusaln. Jerusaln era para ellos la Ciudad
Eterna. Y ahora estaba destruida! Cmo explicar este hecho? Dios no tiene en cuenta el mensaje?
Es difcil para nosotros imaginarnos el trauma y la crisis de fe que la destruccin de Jerusaln caus
en las comunidades de tantos judos y cristianos. Cabe aqu una breve observacin sobre la
composicin de los Evangelios de Lucas y de Marcos. Lucas escribe en el ao 85. Se sirve del
evangelio de Marcos para componer su narrativa sobre Jess. Marcos escribe en el ao 70, el mismo
ao en que Jerusaln estaba siendo cercada y destruida por los ejrcitos romanos. Por esto, Marcos
escribi dando una cita al lector: Cuando vierais la abominable desolacin instalada donde no debe
el que lee entienda entonces los que estn en Judea huyan a los montes (Mc 13,14). Cuando
Lucas menciona la destruccin de Jerusaln, Jerusaln estaba en ruinas desde hace quince aos. Por
esto l omite el parntesis de Marcos. Lucas dice: "Cuando veis a Jerusaln cercada por ejrcitos,
sabed entonces que se acerca su desolacin. Entonces, los que estn en Judea que huyan a los
montes; los que estn en medio de la ciudad que se alejen; y los que estn en los campos que no
entren en ella; porque stos son das de venganza en los que se cumplir todo cuanto est escrito.
Ay de las que estn encinta o criando en aquellos das! Habr, en efecto, una gran calamidad sobre
la tierra y clera contra este pueblo. Jerusaln ser pisoteada por los gentiles, hasta que el tiempo de
los gentiles llegue a su cumplimiento. Al or a Jess que anunciaba la persecucin (6 seal) y la
destruccin de Jerusaln (7 seal), los lectores de las comunidades perseguidas del tiempo de
Lucas concluan: Este es nuestro hoy. Estamos en la 6 seal!
Lucas 21,25-26: La octava seal: mudanzas en el sol y en la luna. Cundo ser el fin? Al final
despus de haber odo hablar de todas estas seales que ya haban acontecido, quedaba en pie la
pregunta: El proyecto de Dios avanza mucho y las etapas previstas por Jess se realizaron ya.

Ahora estamos en la sexta y en la sptima etapa. Cuntas etapas o seales faltan hasta que llegue el
fin? Falta mucho? La respuesta viene ahora en la 8 seal: "Habr seales en el sol, en la luna y
en las estrellas; y en la tierra, angustia de la gente, trastornada por el estruendo del mar y de las olas.
Los hombres se quedarn sin aliento por el terror y la ansiedad ante las cosas que se abatirn sobre
el mundo, porque las fuerzas de los cielos se tambalearn. La 8 seal es diferente de las otras
seales. Las seales en el cielo y en la tierra son una muestra de lo que est llegando, al mismo
tiempo, el fin del viejo mundo, de la antigua creacin y el comienzo de la llegada del cielo nueva y
de la tierra nueva. Cuando la cscara del huevo empieza a rasgarse es seal de que lo nuevo est
apareciendo. Es la llegada del Mundo Nuevo que est provocando la desintegracin del mundo
antiguo. Conclusin: falta muy poco! El Reino de Dios est llegando.
Lucas 21,27-28: La llegada del Reino de Dios y la aparicin del Hijo del Hombre. Y entonces
vern venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder
estas cosas, cobrad nimo y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra liberacin. En este
anuncio, Jess describe la llegada del Reino con imgenes sacadas de la profeca de Daniel (Dan
7,1-14). Daniel dice que, despus de las desgracias causadas por los reinos de este mundo, vendr el
Reino de Dios. Los reinos de este mundo, todos ellos, tienen figura de animal: len, oso, pantera y
bestias salvajes (Dn 7,3-7). Son reinos animales, deshumanizan la vida, como acontece con el reino
neoliberal hasta hoy! El Reino de Dios, pues, aparece como un aspecto del Hijo del Hombre, esto
es, con un aspecto humano de gente (Dn 7,13). Es un reino humano. Construir este reino que
humaniza, es tarea de la gente de las comunidades. Es la nueva historia que debemos realizar y que
debe reunir a la gente de los cuatro lados del mundo. El ttulo Hijo del Hombre es el nombre que a
Jess le gustaba usar. Solamente en los cuatro evangelios, este nombre aparece ms de 80 (ochenta)
veces. Todo dolor que soportamos desde ahora, toda la lucha a favor de la vida, toda la persecucin
por causa de la justicia, todo el dolor de parto, es semilla del Reino que va a llegar en la 8 seal.
4) Para la reflexin personal
Persecucin de las comunidades. Destruccin de Jerusaln. Desesperacin. Ante los
acontecimientos que hoy hacen sufrir a la gente me desespero? Cul es la fuente de mi esperanza?
Hijo de Hombre es el ttulo que Jess gustaba usar. El quera humanizar la vida. Cuanto ms
humano, ms divino, deca el Papa Len Magno. En mi relacin con los dems, soy humano?

Lectio: Lucas 21,29-33


3) Reflexin
El evangelio de hoy nos trae las recomendaciones finales del Discurso Apocalptico. Jess insiste
en dos puntos: (a) en la atencin que hay que dar a los signos de los tiempos (Lc 21,29-31) y (b) en
la esperanza, fundada en la firmeza de la palabra de Jess, que expulsa el miedo y la desesperanza
(Lc 21,32-33)..
Lucas 21,29-31: Mirad la higuera y todos los rboles. Jess manda mirar la naturaleza: "Mirad la
higuera y todos los dems rboles. Cuando veis que echan brotes, sabis que el verano est ya cerca.
As tambin vosotros, cuando veis que suceden estas cosas, sabed que el Reino de Dios est cerca
Jess pide que la gente contemple los fenmenos de la naturaleza para aprender de ellos cmo leer e
interpretar las cosas que estn aconteciendo en el mundo. Los brotes en la higuera son una seal
evidente de que el verano est llegando. As tambin aquellas siete seales son la prueba de que el
Reino de Dios est cerca! Hacer este discernimiento no es fcil. Una persona sola no se da cuenta

del mensaje. Es reflexionando juntos en comunidad que la luz aparece. Y la luz es sta:
experimentar en todo lo que acontece una llamada a no encerrarse en el momento presente, sino
mantener el horizonte abierto y percibir en todo una flecha que apunta ms all, hacia el futuro.
Pero la hora exacta de la llegada del Reino nadie la sabe. En el evangelio de Marcos, Jess llega a
decir: "Cuanto a ese da o a esa hora, nadie la conoce, ni los ngeles del cielo, ni el Hijo, sino slo
el Padre." (Mc 13,32).
Lucas 21,32-33: Yo os aseguro que no pasar esta generacin hasta que todo esto suceda. El cielo
y la tierra pasarn, pero mis palabras no pasarn. Esta palabra de Jess evoca la profeca de Isaas
que deca: "Toda carne es hierba y toda su gloria como flor del campo. Scase la hierba, marchtase
la flor cuando pase sobre ella el soplo de Yahv. Scase la hierba, marchtase la flor, pero la palabra
de nuestro Dios permanece para siempre (Is 40,7-8). La palabra de Jess es la fuente de nuestra
esperanza. Lo que dice acaecer!
La venida del Mesas y el fin del mundo. Hoy mucha gente vive preocupada con el fin del mundo.
Algunos se basan en una lectura errada y fundamentalista del Apocalipsis de Juan, y llegan a
calcular la fecha exacta del fin del mundo. En el pasado, a partir de los mil aos mencionados en
el Apocalipsis (Ap 20,7), la gente sola repetir: El ao 1000 pas, pero el 2000 no pasar! Por
esto, en la medida en que se iba acercando el ao 2000, muchos quedaban preocupados. Hubo hasta
gente que, angustiada con la llegada del fin del mundo, lleg a suicidarse. Pero en ao 2000 pas y
nada aconteci. El fin del mundo no lleg! La misma problemtica estaba viva en las comunidades
cristianas de los primeros siglos. Ellas vivan en la expectativa de la venida inminente de Jess.
Jess vendra a realizar el Juicio Final para terminar con la historia injusta del mundo ac abajo e
inaugura una nueva fase de la historia, la fase definitiva del Nuevo Cielo y de la Nueva Tierra.
Pensaban que esto ocurrira dentro de una o dos generaciones. Mucha gente estara con vida todava
cuando Jess iba a aparecer glorioso en el cielo (1Ts 4,16-17; Mc 9,1). Y haba hasta personas que
haban dejado de trabajar, porque pensaban que la venida fuera cosa de pocos das o de semanas
(2Tes 2,1-3; 3,11). As pensaban. Pero hasta ahora, la venida de Jess todava no ha ocurrido!
Cmo entender esta demora? En las calles de la ciudad, la gente ve pintadas en las paredes las
palabras Jess volver! Viene o no viene? Y cmo ser su venida? Muchas veces la afirmacin
Jess volver es usada para dar miedo a las personas y obligarlas a ir a una determinada iglesia.
En el Nuevo Testamento, el retorno de Jess es siempre motivo de alegra y de paz. Para los
explotados y oprimidos, la venida de Jess es una Buena Noticia. Cundo vendr? Entre los judos,
las opiniones eran muy variadas. Los saduceos y los herodianos decan: Los tiempos mesinicos
llegaron ya! Pensaban que su bienestar durante el gobierno de Herodes fuera expresin del Reino
de Dios. Por esto, no queran cambio y estaban en contra de la predicacin de Jess que convocaba
a la gente para cambiar y convertirse. Los fariseos decan: La llegada del Reino va a depender de
nuestro esfuerzo en la observancia de la ley! Los esenios decan: El Reino prometido llegar slo
cuando hayamos purificado el pas de todas las impurezas. Entre los cristianos haba la misma
variedad de opiniones. Algunos de la comunidad de Tesalnica en Grecia, apoyndose en la
predicacin de Pablo, decan: Jess volver! (1 Tes 4,13-18; 2 Tes 2,2). Pablo responde que no
era tan simple como se lo imaginaban. Y a los que haban dejado de trabajar deca: Quien no
quiere trabajar, que no coma! (2Tes 3,10). Probablemente se trataba de gente que a la hora del
almuerzo iba a mendigar comida a casa del vecino. Los cristianos opinaban que Jess volvera
despus que el evangelio fuera anunciado al mundo entero (Hechos 1,6-11). Y pensaban que cuanto
mayor fuera el esfuerzo de evangelizar, ms rpidamente vendra el fin del mundo. Otros, cansados
de esperar, decan: No volver! (2 Pd 3,4). Otros basndose en las palabras de Jess, decan con
acierto: Ya est en medio de nosotros! (Mt 25,40).
Hoy pasa lo mismo. Hay gente que dice: Como van las cosas, est bien tanto en la Iglesia como en
la sociedad. No quieren cambios. Otros esperan el retorno inmediato de Jess. Otros piensan que
Jess volver por medio de nuestro trabajo y anuncio. Para nosotros, Jess est en medio de
nosotros (Mt 28,20). El ya est de nuestro lado en la lucha por la justicia, por la paz, por la vida.
Pero la plenitud no ha llegado todava. Por esto, esperamos con firme esperanza la liberacin total
de la humanidad y de la naturaleza (Rom 8,22-25).

4) Para la reflexin personal


Jess pide que miremos la higuera, para contemplar los fenmenos de la naturaleza. En mi vida
aprend alguna cosa contemplando la naturaleza?
Jess dijo: El cielo y la tierra pasarn, pero mi palabra no pasar. Cmo encarno estas palabras
de Jess en mi vida?

Lectio: Lucas 21,34-36


3) Reflexin
Estamos llegando al final del largo discurso apocalptico y tambin al final del ao litrgico. Jess
da un ltimo consejo convocndonos a la vigilancia (Lc 21,34-35) y a la oracin (Lc 21,36).
Lucas 21,34-35: Cuidado para no perder la conciencia crtica. Cuidad que no se emboten vuestros
corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida y venga aquel
Da de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendr sobre todos los que habitan toda la
faz de la tierra. Un consejo similar Jess lo haba dado ya cuando le preguntaron sobre la llegada
del Reino (Lc 17,20-21). El responde que la llegada del Reino acontece como un relmpago. Viene
de repente, sin previo aviso. Las personas han de estar atentas y preparadas, siempre (Lc 17,22-27).
Cuando la espera es larga, corremos el peligro de quedar desatentos y no prestar ms atencin a los
acontecimientos los corazones se embotan por el libertinaje, por la embriaguez y por las
preocupaciones de la vida. Hoy, las muchas distracciones nos vuelven insensibles y la propaganda
puede hasta pervertir en nosotros el sentido de la vida. Ajenos a los sufrimientos de tanta gente del
mundo, no percibimos las injusticias que se cometen.
Lucas 21,36: La oracin como fuente de conciencia crtica y de esperanza. Estad en vela, pues,
orando en todo tiempo para que tengis fuerza, logris escapar y podis manteneros en pie delante
del Hijo del hombre. . La oracin constante es un medio muy importante para no perder la presencia
de espritu. La oracin nos ayuda a profundizar en nosotros la conciencia de la presencia de Dios en
medio de nosotros y, as, sacar fuerza y luz para aguantar los malos das y crecer en la esperanza.
Resumen del Discurso Apocalptico (Lc 21,5-36). Hemos pasado cinco das, desde el martes hasta
hoy sbado, meditando y profundizando sobre el significado del Discurso Apocalptico para
nuestras vidas. Los tres evangelios sinpticos traen este discurso de Jess, cada uno a su manera.
Vamos a ver de cerca la versin que nos ofrece el evangelio de Lucas. He aqu un breve resumen de
lo que meditamos esos cinco das.
Todo el Discurso Apocalptico es un intento para ayudar a las comunidades perseguidas a situarse
dentro del conjunto del plan de Dios y as tener esperanza y valor para seguir firme por el camino.
En el caso del Discurso Apocalptico del evangelio de Lucas, las comunidades perseguidas vivan
en el ao 85. Jess hablaba en el ao 33. Su discurso describe las etapas o las seales o de la
realizacin del plan de Dios. En todo son 8 seales o periodos desde Jess hasta el final de los
tiempos. Leyendo e interpretando su vida a la luz de las seales dadas por Jess, las comunidades
descubran en qu medida estaban realizando el plan. Las siete primeras seales haban acontecido
ya. Pertenecan todas al pasado. Pero sobre todo en la 6 y en la 7 seal (persecucin y destruccin
de Jerusaln) las comunidades encuentran la imagen o el espejo de lo que estaba ocurriendo en el
presente. He aqu las siete seales:
Introduccin al Discurso (Lc 21,5-7)
1a seal: los falsos mesas (Lc 21,8);
2a seal: guerras y revoluciones (Lc 21,9);
3a seal: nacin contra otra nacin, un reino contra otro reino, (Lc 21,10);

4a seal: terremotos en varios lugares (Lc 21,11);


5a seal: hambre, peste y seales en el cielo (Lc 21,11);
6 seal: la persecucin de los cristianos y la misin que deben realizar (Lc 21,12-19) + Misin
7 seal: la destruccin de Jerusaln (Lc 21,20-24)
Al llegar a esta ltima seal, las comunidades concluyen: Estamos en la 6 y en la 7 seal. Y aqu
viene la pregunta ms importante: Cunto falta para que llegue el fin? A aquel que est siendo
perseguido no le importa el futuro distinto, quiere saber si estar vivo el da siguiente o si tendr la
fuerza para aguantar la persecucin hasta el da siguiente. La respuesta a esta pregunta inquietante
la tenemos en la octava seal:
8 seal: cambios en el sol y en la luna (Lc 21,25-26) que anuncian la llegada del Hijo del Hombre.
(Lc 21,27-28).
Conclusin: falta poco, todo est conforme con el plan de Dios, todo es dolor de parto, Dios est
con nosotros. Nos da fuerza para aguantar. Vamos a testimoniar la Buena Noticia de Dios trada por
Jess.
En definitiva, Jess confirma todo con su autoridad (Lc 21,29-33).
4) Para la reflexin personal
Jess pide vigilancia para que no seamos sorprendidos por los hechos. Cmo vivo este consejo de
Jess?
La ltima peticin de Jess al final del ao litrgico es sta: Estad en vela, orando en todo tiempo.
Cmo vivo este consejo de Jess en mi vida?

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