Ultimas Tendencias Del Arte
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Ultimas Tendencias Del Arte
arte
1. Revisando a Greenberg
2. Cambios en la recepcin del arte
- El nuevo espectador
- Formas de mirar
1. Revisando a Greenberg
Greenberg, en Hacia un nuevo Laocoonte y en Modernist Painting, haba
creado una gran narrativa del arte moderno que sustituyera a la narrativa
vasariana que llevaba imponiendo su paradigma a la pintura, el arte por
excelencia desde el Renacimiento.
Lo cierto es que hay algo muy poderoso en la visin de Greenberg, pues
haba percibido la historia posvasariana como una historia de autoexamen y
haba identificado al modernismo con ese esfuerzo por poner a la pintura en
un fundamento inconmovible derivado del descubrimiento de su propia
esencia filosfica.
Pero como ha sealado Danto en Despus del fin del arte. El arte
contemporneo y el linde de la historia, Greenberg es tpico del periodo que
trata de analizar, pues tiene su propia definicin de lo que debe ser la
esencia de la pintura al seguir preocupado por intentar definir qu es arte y
qu no, sin preguntarse por qu algo es arte, la gran pregunta posmoderna.
Greenberg se apropi adems de un
segundo
dogma
kantiano:
la
incambiabilidad del arte, pues crey
que la habilidad para apreciar la
pintura modernista hace ms fcil
para nosotros apreciar el arte de otros
periodos histricos o el arte de otras
culturas porque podemos admirarlo de
una manera exclusivamente formal.
Sin embargo a Greenberg se le
cuestionaron esas ideas y muchas
otras, pues el final de esta narrativa de la modernidad es lo que Danto
llam el fin del arte. Danto quiere declarar que las grandes narrativas que
haban definido al arte desde el Renacimiento ya no podan seguirlo
haciendo, sobre todo porque buena parte de su fundamento estaba en dejar
fuera de la narracin a determinados movimientos (por ejemplo Greenberg
ignor deliberadamente el Surrealismo), y ahora sin embargo al estar
vigente un pluralismo absoluto ya no hay reglas sobre lo que es arte y lo
que no es arte.
Desde 1968 la historia del arte pierde su rumbo porque no ha emergido
nada semejante a una direccin discernible, pues lo que apareci fue una
gran cantidad de comportamientos artsticos, caminos que no son ms
privilegiados que el resto. La pintura ya no era slo el vehculo principal de
desarrollo artstico, pues ahora aparecan diversas prcticas y medios: era
como si el gran ro se hubiera bifurcado en una inabarcable red de
afluentes.
Y aqu es donde surge para Danto la pregunta filosfica sobre la naturaleza
del arte, pues slo cuando estuvo claro que cualquier cosa poda ser arte, se
pudo pensar filosficamente sobre el arte y discernir por qu algo es arte o
no lo es: los artistas se liberaban de la carga de la historia y eran ya libres
para hacer arte en cualquier sentido que deseen.
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Todo esto por supuesto hizo literalmente estragos en el mundo del arte,
sobre todo en dos campos diferentes. Uno de ellos fue el del mercado, pues
desde que el espritu reconstructivo (con Foucault a la cabeza) hizo
reflexionar sobre quin se beneficiaba si una narrativa era aceptada y quin
resultaba oprimido por ella, esa pregunta se hizo extensiva al modernismo.
Los crticos de izquierdas pensaron que el artista haba estado
coaccionado, que los museos actuaban como agentes conservadores del
status quo y que la pintura haba sido elevada artificialmente como la forma
de arte por excelencia.
Todava conservamos muchos ecos de este discurso, pero mucho ms
importante fue el impacto en la esttica y en el problema de su
redefinicin. La esttica haba sido forjada como disciplina en tiempos en
los que el arte haba permanecido estable en su concepcin y prctica y si
hubo de actualizarse con el modernismo, Greenberg al revisar la teora de
que el arte deba ser mimtico, salv el escollo que supuso la llegada de la
abstraccin al dejar claro que lo que importaba era la calidad esttica
entendida como formal.
Pero la teora esttica clsica ya no puede funcionar con el arte despus
de el arte, precisamente porque desprecia del todo la calidad esttica tal y
como se haba venido entendiendo hasta entonces. Sin embargo una vez
que fue innegable el estatus artstico de la nueva produccin artstica, se
hizo claro que la esttica como teora necesitaba una seria revisin, labor en
la que se encuentran algunos de los tericos que veremos a continuacin.
- Formas de mirar
Entonces, cmo ver, cmo
enfrentarnos al arte actual?
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Por eso las obras de un artista puramente conceptual como Kosuth son
comprensibles, caso de Una y tres sillas (1965), que harn pensar al
espectador sobre los distintos niveles de percepcin y en la llamada crisis
de la representacin. Tambin otros artistas posteriores nos obligan a leer, a
relacionar la imagen y el texto, aunque de
manera diferente. Hirst por ejemplo coloc un
tiburn en formol, pero sin leer el ttulo de la
obra: La imposibilidad fsica de la muerte en la
mente de alguien vivo, la pieza no aparece
concebida como completamente abierta.
Evidentemente en esta obra mirar es
tambin ver mucho ms all de lo que
ves. En los ochenta la norma fue desconfiar de
las representaciones debido a sus motivaciones
ideolgicas de fondo y por tanto se crearon
obras que atraviesan y decodifican la vida
meditica para desactivar sus estrategias.
Ya no hay un Palacio de Invierno que asaltar,
sino que el poder est por todas partes, por lo
que a estos micropoderes se les debe oponer
microrresistencias. La teora feminista abogar
por esta estrategia, como vemos en Tu cuerpo es un campo de batalla o T
no eres t misma de Brbara Kruger.
En una lnea ms poltica estn propuestas suyas como Pro-life for the
unborn, pro-death for the born, aunque otra cosa sera la propuesta de
Wodiczko La proyeccin sin hogar: propuesta para la ciudad de Nueva York
que pretenda proyectar imgenes de mendigos sobre las estatuas de
prohombres de la metrpolis. Sin embargo la forzada estetizacin de las
imgenes, el proyectar una imagen social, hace que los espectadores
apenas se sorprendan.
El arte actual tambin
plantea la posibilidad de
formar parte cuando mirar
puede
ser
participar.
Desde el 68 y con un repunte
actual, el activismo poltico y
el
arte
se
han
venido
contaminando mutualmente
porque han necesitado crear
imgenes legibles y efectivas.
El arte activista es por tanto
un arte en el que cabe la
posibilidad de participar en
todo el sentido de la palabra y
que se sita de un modo
parcial fuera de las confusas fronteras del mundo del arte (lejos por tanto
del dictamen de los mandarines).
En este sentido se han de interpretar propuestas como la que llev a cabo
el colectivo Reclaim the Streets! para evitar la construccin de la M11
londinense, en el que los artistas produjeron nuevas imgenes que pudieran
ser vistas por la mayor cantidad posible de personas con el fin de que la
problemtica se concretase sobre la gente.
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1. La internacionalizacin de la protesta
2. La herencia del Mayo del 68
- Ideas y arte en Mayo del 68
3. El arte despus de Greenberg. Arte Minimal y conceptual
- Arte Minimal
- Arte conceptual
1. La internacionalizacin de la protesta
Pero como decimos no solo fue el Mayo francs, porque durante ese
momento en todo el mundo se sucedan acontecimientos que ponan de
manifiesto un profundo malestar con la poltica autoritaria y la falta de
libertades individuales del momento.
En EE.UU. se sucedan las movilizaciones contra la guerra de Vietnam y el
movimiento por los derechos civiles encabezado por Martin Luther King, en
Checoslovaquia floreca y era aplastada la Primavera de Praga, en Mxico el
gobierno realiz una matanza de estudiantes el 2 de octubre en la Plaza de
Tlatelolco e incluso en la recalcitrante Espaa los universitarios comenzaban
a expresar en pblico su disconformidad con la dictadura.
arte y cul era su relacin con la vida cotidiana, qu capacidad tena para
transformar la sociedad y para hacer un mundo mejor.
Este fue el caso de la Internacional Situacionista, movimiento muy
presente en las consignas parisinas en tanto que tena un carcter
eminentemente subversivo. Para ellos el arte no era una actitud separada
ante la vida, sino que deba crear situaciones: la vida en s deba ser un
arte.
Por tanto se defenda el fin del arte tradicional para incorporar los valores
artsticos directamente a la vida cotidiana, dando lugar a un arte annimo y
colectivo. Se crea que la alta cultura estaba consagrada al mercado y no
a las personas y a la sociedad, y que por tanto ese arte deba desaparecer. Y
estas ideas situacionistas estaran muy presentes en
el arte posterior, fundamentalmente la concepcin
del arte como experiencia, lo que se puede
identificar en todas las propuestas que surgen a
partir de este periodo convulso: minimal, land arte,
acciones
No hay ms que ver los carteles de Mayo del 68,
que expresaban consignas y daban informacin, pero
de los que no estaba exento el carcter ldico
situacionista, pues se exaltaba la creatividad, los
deseos Son muchos los ejemplos que podemos
poner, algunos tan famosos como La lutte continue o
Mai 1968. Dbut d`une lutte prolongue, o los que
arremetan contra el rgimen gaullista, la actuacin
de la polica o el rechazo al sistema de produccin.
Por su parte la potica del momento quedaba
perfectamente ilustrada en el conocidsimo La beaut est dans la rue e
incluso la vuelta a la normalidad era sagazmente recogida en Retour la
normale.
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Ya
no
se
estaba
frente
a
la
representacin de una bandera, sino que
el cuadro pasa en cierto sentido a ser una
bandera en s mismo. Si Duchamp pona
en duda la propia naturaleza del arte al
declarar como arte a objetos extrados
directamente de la realidad, Jones
realizaba piezas que eran a la vez obra y
objeto.
Lo universal y lo objetivo sern el punto
de partida de otra corriente muy diferente
llamada Abstraccin
post-pictrica,
ms cercana a la lite formalista y
desarrollada en los cincuenta y sesenta por artistas como Newman que
rechazan como Jones y Rauschenberg la expresin de los estados del artista.
Buscar lo absoluto e irrefutable es el nico objetivo vlido de la nueva
generacin que si bien adopta del Expresionismo abstracto la capacidad
expresiva del color, lo hace con resultados distintos al pretender mostrar su
valor expresivo intrnseco. Por eso se tiende a la plenitud y la homogeneidad
y no se deja ver la pincelada que delata la mano del artista, mientras que al
insistir en la condicin de objeto del cuadro se rompe con la idea
renacentista del cuadro como ventana abierta a otra realidad.
- Arte Minimal
El trmino minimal surge en los ochenta para agrupar la obra de varios
artistas que a partir de 1963 trabajaron con una serie de estructuras
primarias de gran tamao y que desde 1966 trascendi de los lmites de
Nueva York. Sin embargo ni ste ni los otros trminos que se le han aplicado
satisfacen a sus propios protagonistas, al igual que no hay consenso sobre
lo que estas obras significan o representan, puesto que el Arte Minimal no
es un movimiento al uso.
Lo que estos artistas proponan se alejaba de una simple maniera para
adentrarse en una dimensin del objeto artstico. Slo genricamente se ha
denominado como minimal a toda una serie de obras definidas por usar
formas geomtricas bsicas sin ningn tipo de ornamentacin, realizadas
mediante componentes industriales sin delatar la huella del autor y en los
que el color no tiene una funcin significativa, buscando incidir en la unidad
formal.
Las propuestas minimal estaban determinadas por la psicologa de la
forma, que haba demostrado cmo la percepcin era un fenmeno
compuesto por dos elementos: las sensaciones fsicas externas y los
estmulos individuales internos, lo que vena a decir que frente a un mismo
objeto externo dos sujetos podan percibir cosas distintas.
En 1964 Morris inauguraba una exposicin en la Green Gallery
neoyorquina donde coloc un grupo de siete esculturas hechas de
contrachapado gris de forma polidrica. Desde un punto de vista formal esta
propuesta imposibilita al espectador el acercarse desde una visin
tradicional, pues la simplicidad de las formas limitaba al mximo los
estmulos internos que podan interferir en su percepcin: no haba
subjetividad posible.
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Entonces,
cmo
enfrentarnos a estas
obras? Dejndose llevar
por las sensaciones que
suscitan, su relacin en
el
espacio
y
la
ocupacin
de
ese
mismo espacio por el
espectador.
No
se
puede slo contemplar:
hay
que
caminar,
ocupar, recorrer para
que nos sintamos de ms ante estas obras, rasgo comn del minimal que
quiz explica el gran rechazo que suele producir.
Lo mismo provocan las obras de Judd, quien aprovech las posibilidades de
la produccin en serie para colocar en filas o columnas piezas idnticas,
surgiendo la integridad de sus objetos de la propia visin, como en Sin
Ttulo.
La objetualidad del objeto artstico es tambin evidente en la obra de
Flavin, aunque la luz de los neones con los que trabaja le confiere un
carcter especial al tener una vertiente fuertemente ptica vinculada en
gran medida a la pintura y a la tradicin del ready-made, aunque Flavin no
lanza estos ready-made como gesto antiartstico sino como punto de partida
de un nuevo proceso creativo que transforma los espacios y que engloba a
los espectadores, baados por la luz que emerge de las obras.
- Arte conceptual
Retomando el discurso de Danto de su El
arte despus del fin del arte, vemos cmo us
por ejemplo una obra de Morris, Caja con el
sonido de su propia fabricacin, para
denunciar la debilidad e invalidez del anlisis
formalista greenbergiano. Cmo analizar
formalmente esta obra sin usar palabras
vacas?
Lo que vena a subrayar Danto es que desde
los sesenta el arte tradicional haba sido
superado, que los artistas haban presionado
contra los lmites del arte y haban
comprobado que stos cedan. As lo entenda
tambin Kosuth, uno de los artistas conceptuales ms reconocidos, al
afirmar que la nica tarea para los artistas de nuestro tiempo era investigar
la naturaleza del mismo arte. Si el minimal haba demostrado que los
grandes discursos narrativos ya no servan, el camino quedaba abierto para
la investigacin filosfica a partir de conceptos como la idea o el proceso.
Qu es entonces el arte conceptual? A grandes rasgos nos referimos a
aquellas obras que ponen nfasis no en los aspectos formales sino en los
componentes mentales del arte y de su recepcin: lo material queda en
segundo plano al pasar al primero la teora y la actividad reflexiva, postura
sentenciada por Bochner al afirmar que I do not make art. I do art. Al
desmaterializar el arte se traslada la carga artstica a lo cognitivo, el objeto
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14
Algunos de los principios sobre los que emerge el arte actual tuvieron su
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punto de partida en la reflexin sobre el papel y los lmites del arte que
protagonizaron las vanguardias artsticas, especialmente en cuanto a la
revisin de la nocin de espacio artstico, que constreido a su condicin
bidimensional o tridimensional impeda la ansiada identificacin entre arte y
vida. La aparicin del collage nos ejemplifica esta tendencia, pues al incluir
objetos de la vida cotidiana en el mbito sagrado de la pintura iba a lograr
una revisin del propio concepto de arte como lenguaje y a la asimilacin de
nuevos soportes para la expresin.
Los futuristas queran abrir las figuras y encerrar en ellas el ambiente y los
dadastas desvanecan los lmites del objeto artstico, confirmando en
palabras de Larraaga que el plano del cuadro se estaba rompiendo hacia
delante, hacia el espacio del espectador y hacia los lados, apropindose del
espacio expositivo, como haba querido dejar claro Fontana con su
Concepto espacial (1959), cuando ya era evidente que la calificacin de
pintor estaba siendo sustituida por la de artista plstico.
Por lo tanto si el arte pretenda identificarse con la vida, los espacios de
representacin estaban abocados tambin a transformarse, deban
recorrerse, tocarse: haba que facilitar una relacin con el espectador de
mltiples posibilidades. Por eso desde mediados de los sesenta y citando
nuevamente al autor anterior se haba pasado de la concepcin de un
espacio donde se incluyen las cosas y las personas, a un espacio donde se
exponen esos mismos sujetos y sus objetos, y despus a un espacio como
confluencia y elaboracin, un espacio que se activa o se construye, un
espacio como relacin.
1. Instalaciones
Las instalaciones son el reflejo de la invalidez actual de la tradicional
compartimentacin del arte en pintura, escultura y arquitectura, pero a
qu nos referimos cuando hablamos de ellas? No es una tarea fcil aunque
el trmino haya sido asimilado por el pblico y la prctica contempornea.
Muchos han visto una nueva categora o gnero artstico, otros las han
entendido como una evolucin del montaje expositivo o una derivacin de la
escenografa teatral, un hbrido de arquitectura, pintura y escultura o tan
slo una nueva dimensin de esta ltima.
En todo caso lo que est claro es la heterogeneidad de las propuestas que
reciben este nombre y que ms vale asumir que el concepto surge para
nombrar una manera de proponer arte, y no para definirlo.
Si observamos la obra minimal Greens crossing greens de Flavin veremos
que es difcil decidir dnde comienza y termina la obra, pues el propio
espacio arquitectnico queda alterado por el color y el espectador se hace
partcipe al estar baado por l, por no hablar de que la contemplacin del
color (tradicionalmente vista desde el exterior en la pintura) se hace ahora
desde el interior. Por tanto podramos concluir que la caracterstica
fundamental de las instalaciones radica en la conquista del espacio
circundante.
- Descifrando el espacio
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2. Intervenciones
Las controvertidas relaciones con las instituciones musesticas y con las
galeras no se manifestaran exclusivamente en el mbito cerrado de estas.
En palabras de Acconci en los aos 70 quera que el mundo del arte fuera
lo contrario a los alteres. Sin mitos. [] Haba muchos pedestales que
derribar, que deban ser desmitificados. Mostrar que en ellos no haba nada
divino, mgico o excepcional.
Acconci trabaj los lmites del sistema, ya fuese un texto, su cuerpo o el
espacio, colocando las fronteras entre lo pblico y lo privado y el contexto
social comunicativo que conlleva como el tema central de sus propuestas.
En Where we are now (Who are anyway?) (1976) present en una sala con
una pared tapiada una mesa que se alarga saliendo por la ventana para
convertirse en un trampoln, mientras se oye el tic-tac de un reloj, el
discurso del artista hablando del fracaso y el ruido de una multitud.
En este contexto en el que la obra de este artista nos seala la bsqueda
de nuevos espacios para el arte que se desarrollaba entonces (no solo se
estaban por tanto buscando nuevos lenguajes), si el arte haba cado de su
secular pedestal: por qu no llevarlo a una plaza de verdad? Por tanto
entendemos como intervenciones aquellas propuestas que surgen de la
relacin entre la obra y su contexto y que en el caso que nos ocupa,
aquellas que se manifiestan en el espacio urbano a travs de tcnicas de
invasin o interrupcin con objeto de sacar a la luz las complejas relaciones
que se establecen entre la sociedad y el espacio pblico.
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1. Video Arte
- Cine y televisin. De la confrontacin de un nuevo lenguaje a la
imposicin de una nueva realidad
- El vdeo como soporte artstico
2. Net Art
toda dura fue la invalidez del arte heredado, la crisis de un arte entendido
como representacin de la realidad, punto de vista desde el que podemos
interpretar por ejemplo los collages cubistas.
Por otro lado y tambin en parte fruto de la era maquinista, la actitud del
artista conocera una importante transformacin que le llevara a considerar
la experimentacin como un elemento esencial de la prctica artstica. Y
ciertamente la asimilacin de los nuevos medios por parte de los artistas del
siglo pasado ha sido profunda y rpida y a tenor del agrado con el que lo
han hecho, no extraa que Danto declarara el fin del arte cuando se
reconoci que ste ya no tena que ser de una determinada manera.
Pero si analizamos la aportacin de las nuevas tecnologas en el arte del
siglo XX, pronto vemos la certeza de un cambio, puesto que estas nuevas
manifestaciones estaban vinculadas a la plasmacin del movimiento y en
consecuencia a la posibilidad de trabajar sobre el tiempo. Esta ya haba sido
la intencin de los futuristas, sin embargo todava hara falta tiempo para
entender la naturaleza de proceso del tiempo, lo que se convertira en el
centro gravitacional de las prcticas artsticas desde mediados del siglo XX.
1. Video Arte
Resulta difcil analizar aqu toda la influencia que las nuevas tecnologas
han tenido en la produccin artstica contempornea y rastrear todas sus
posibilidades expresivas, por lo que nos centraremos en dos de sus
manifestaciones ms relevantes, el arte computacional o Net Art y el Video
Arte.
Este ltimo nacera en los aos sesenta en Norteamrica siguiendo la
dinmica de la aparicin de otros muchos nuevos ismos (conceptual,
minimal, land art, body art) y tomara cuerpo a partir de la proliferacin de
imgenes filmadas por parte de los artistas Fluxus, sobre todo desde que
Paik (arriba) expuso en 1965 en el Caf GoGo unas tomas casuales de la
llegada del Papa a Nueva York, donde su consideracin de arte derivaba
fundamentalmente de la actitud del artista y del hecho de que ste lo
considerase como tal (tal y como haba hecho Duchamp).
El Video Arte utiliza en la plasmacin de sus objetivos artsticos un nuevo
soporte y un nuevo objeto, respectivamente la pantalla televisiva y el
televisor, por lo que se sita entre la confusa razn de ser obra de arte y la
realidad de ser parte de un mass media.
Desde el punto de vista del objeto ya slo el hecho de que la obra pudiera
ser reproducida y copiada es una nueva muestra de la ruptura con la nocin
histrica de arte en la poca posmoderna. Se
estaba rompiendo segn Benjamin el aura de
la obra de arte, pues el triunfo de los nuevos
medios y especialmente del cine modific
definitivamente la relacin del arte con la
sociedad, instalando una presencia masiva
donde anteriormente exista una presencia
irrepetible.
Cine
y
televisin.
De
la
confrontacin de un nuevo lenguaje a
23
2. Net Art
La implantacin de la tecnologa digital y de Internet abrira, como no
poda ser de otra forma, un nuevo campo de trabajo para la expresin
artstica. Los mismos fundamentos de la relacin arte-tecnologa ya vistos
son vlidos para esta nueva realidad, por lo que vamos a mencionar tan slo
algunos aspectos especialmente relevantes derivados del nuevo soporte
artstico.
En primer lugar la naturaleza de los nuevos medios obligaba a los artistas
a trabajar con un material mucho ms alejado de los medios artsticos
tradicionales de lo que hasta el momento se haba podido observar (su
contenido tecnolgico es muy alto), lo que por otra parte permiti la entrada
a este universo artstico de sujetos cuya relacin con la tradicin histricoartstica era prcticamente nula.
En segundo lugar la propia implantacin de Internet en la sociedad
contempornea ha transformado la estructura de sta, globalizndola, pero
tambin hacindola heterognea. Es por ello que las propias propuestas
artsticas desarrolladas en Internet lo son, mostrando actitudes
neodadastas, activismo poltico, inters por lo ldico y en general un fuerte
carcter conceptual.
Se considera a jodi.org (1994) como la primera obra Net Art reconocible,
un batiburrillo de cifras y signos tras los que se esconda el dibujo de una
bomba que quera desvelar lo que se esconde tras el milagro de Internet y
hacer
una
reflexin
conceptual
sobre
la
manipulacin del medio. My
Boyfriend Came Back from
the War ejemplifica la
interactuacin
con
el
pblico,
otra
de
las
constantes en el Net Art,
pues el visitante debe
26
5. Arte y naturaleza
1. Integraciones
2. Interrupciones
3. Implicaciones
1. Integraciones
Aunque resulta complicado llevar a cabo una clasificacin sobre las
intervenciones que comnmente denominamos Land Art, podemos agrupar
estas obras en funcin de algunas caractersticas comunes que surgen de la
actitud con la que en cada caso los artistas se enfrentan al territorio.
As entenderemos como integraciones una serie de obras que manipulan
el paisaje como si se tratase de un autntico material, desplazndolo,
cortndolo, aglomerndolo o reubicndolo. Son de dimensiones
monumentales en muchos casos, sus formas geomtricas elementales y su
localizacin en grandes espacios reflejan un claro carcter minimalista, en
ellas se hace presente la comprensin del entorno y la reflexin sobre la
intervencin humana, en una especie de gesto artstico condenado a la
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2. Interrupciones
Como interrupciones nos referimos a aquellos proyectos que conjugan el
entorno y la actividad humana mediante intervenciones en las que se hace
uso de materiales fabricados, de tal forma que se plantean una reflexin
sobre la capacidad transgresora de la actividad humana y su relacin con el
entorno, cuestionando en ocasiones la propia definicin de natural.
Entre 1974 y 1977 De
Maria construy su obra ms
conocida, su Campo de
relmpagos,
400
postes
metlicos
distribuidos
regularmente sobre ms de
un 1 km2 en una cuenca
plana y semirida aislada,
deshabitada, silenciosa y
enmarcada por montaas.
El carcter efmero de su
contemplacin
no
deja
dudas sobre su condicin
procesual, pero sin embargo
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naturaleza.
Este mismo tiempo csmico lo encontramos en la obra de Nancy Holt,
Tneles solares, cuatro grandes cilindros de hormign alineados con los
solsticios en una gran llanura. La obra es una metfora del nacimiento y la
muerte, facilita la comprensin a
escala humana del tiempo csmico y
el espacio natural, pero tambin nos
resguarda del Sol y est agujereada
de tal forma que marca la situacin de
diferentes constelaciones.
El inters por la astronoma se
reflejar en otras obras como el Eje
estelar de Ross, una gran hendidura
semicircular en una meseta de
Alburquerque que deba albergar una
estructura que inclua una gran
escalera y que serva para seguir a la estrella Polaris y otras constelaciones
a lo largo del ao. De la misma forma Turrel construy en un crter de
Arizona un observatorio solar y estelar, pero claramente no con fines
cientficos sino perceptivos.
3. Implicaciones
Por implicaciones entendemos aquellas obras en las que la relacin que se
establece entre artista y entorno adquiere un carcter netamente personal,
destacando por tener una escala humana y un gran respeto por el entorno.
Como indica Raquejo, la vuelta a lo primitivo no radica en un deseo
nostlgico de un tiempo pasado, sino en la aceptacin de lo permanente en
la historia de la humanidad. Y es que los estudios del estructuralismo
lingstico de Sausarre y su traslacin a las ciencias sociales por LviStrauss pusieron de manifiesto que las sociedades pasadas tenan formas
de pensamiento que en nada se diferenciaban a las actuales.
De esta forma el arte pasado y presente aparecen conectados, poniendo
en tela de juicio el concepto de progreso cultural. No ser la visin del
primitivismo que usaron los artistas de las vanguardias histricas, a los que
slo interesaba el objeto artstico en tanto que forma (descontextualizndolo
por tanto), sino que los artistas Land Art buscarn en l un lenguaje
simblico que les permita acercarse a la naturaleza: que el arte funcionase
nuevamente como intermediario entre el hombre y lo sobrenatural.
La relacin del artista con el entorno quedaba determinada por una actitud
vital de atenta observacin y de experimentacin del lugar, siendo el caso
de Long paradigmtico. En sus obras (A Circle in Huesca) establece una
relacin respetuosa y sincera con la naturaleza, pues son de escala humana
y estn hechas con materiales del lugar (generalmente piedras dispuestas
geomtricamente) que incluso a veces vuelve a recolocar tras documentar
fotogrficamente la obra.
32
Segn
l
su
trabajo
consiste en un equilibrio
entre las formas de la
naturaleza y el formalismo
de las ideas abstractas de lo
humano, como lneas y
crculos. De hecho ya el
propio
caminar
solitariamente
por
los
diversos paisajes del mundo
es parte de la obra, pues la
decisin del lugar donde la
realiza es intuitiva y en
ocasiones tan slo el propio
acto de caminar testifica la presencia del artista, como en A line made by
walking, un autntico acto artstico primigenio.
Por su parte en Las Vegas Piece De Maria se sirve de formas abstractas
(figuras geomtricas simples) para escribir sobre el desierto de Nevada,
marcando el terreno de forma imperceptible como ocurri en Nazca.
Adems el carcter inmaterial de la obra se enfatiza en su ttulo, pues piece
(pieza) hace referencia precisamente a esa condicin material que est
ausente.
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1. Hablando de arte
Si empezamos por las primeras ya hemos visto que desde Mayo del 68 el
objeto del arte empez a ser considerado como algo que no era ms que
una mercanca ms y que estaba solo al alcance de los entendidos y de los
adinerados: el arte no reflexionaba, no subverta y no comunicaba.
En la performance El obrero sonriente de Dine, uno de los primeros
artistas que trabaj con la accin, dibuj en una gran sbana blanca a modo
de lienzo una serie de cabezas, las palabras I love, bebi pintura, se ech el
resto por encima y luego acab la frase para que se pudiera leer I love what
Im doing. HELP! Finalmente salt por encima de su pintura en una autntica
burla a los expresionistas abstractos, que por muy revolucionarios que
fueran seguan dentro de los lmites tradicionales del arte.
Pero si estos eran en parte subversivos y en parte estaban al lado del
orden, hay que pensar que incluso el arte que slo habla de arte no es ni
inocente ni apoltico (Agamben pensaba que ni siquiera la dimensin
esttica del arte tradicional era tan inocente como normalmente pensamos).
La misma crtica de Dine la har Hillier en Hand Paintings (1969). Tras
hacer que sus invitados imprimieran la huella de sus manos pintadas en
lienzos durante unos aos, en 1972 quem ritualmente algunas de estas
pinturas, recogi las cenizas y las meti en recipientes en forma de granada
que reuni en una fuente de cristal que titul Granadas de mano: pero la
aparente muerte de sus pinturas no era para ella peor que la muerte que
hubieran sufrido sus cuadros de haber entrado en un museo.
Pero estos artistas no slo critican el arte por el arte, sino el propio
concepto heredado de esttica y de lo bello. A partir de trabajos como los
anteriores, muchos artistas decidieron activar diferentes sentidos con
respecto a la percepcin del arte que no fueran los histricamente
prioritarios de la vista y del odo (porque
prevalecen a los otros porque hacen
conmensurable
sus
respectivas
percepciones).
Por ello algunos artistas de accin
pretenden que el juicio sobre lo bello se
sustraiga a criterios objetivos y claramente
establecidos, en otras palabras, queran que
lo bello encontrase un espacio en la
inmediatez del sentir.
As Passege Way de Morris requiere la
participacin activa del espectador, pues se
trata de un corredor que este atraviesa y que
se va poco a poco estrechando.
Un incmodo lugar de trnsito proponan
por su parte Abramovic y Ullay en
Imponderabilia (1977), pues para entrar a ver la exposicin los espectadores
deban pasar por el pequeo espacio que quedaba entre sus propios
cuerpos desnudos.
Por su parte Rebecca Horn cre una serie de complejos trabajos basados
35
en
las
percepciones:
sus
esculturas-perfomances dedicados
a
subrayar
las
actividades
cotidianas que constituyen la vida
como Arm Extensions o Finger
Gloves, donde experimenta un
nuevo modo de actuar. Ms
adelante Horn complic su trabajo,
caso de Abanico de cuerpo
mecnico, que extiende las lneas
del cuerpo ms all del mismo a la
vez que oculta diversas partes
segn gira.
esttica).
El trabajo artstico es una de ms complejas unidades de informacin de
que es capaz de disponer el hombre, por lo que el artista puede ser visto
como un agitador capaz de cambiar lo colectivo forzndolo a una
comunicacin ininterrumpida.
Una accin demuestra la presencia activa del hombre en el mundo, una
presencia que el artista se empea en que sea analtica y consciente. El
trmino accin ya subraya la relacin con el activismo y de hecho, la accin
en arte fue imaginada como un modo de remediar la estetizacin que no
slo haba convertido al objeto artstico en una parte neutra de la
produccin cultural, sino que adems pareca que se estaba globalizando.
No slo el arte se haba estetizado, sino la realidad misma (moda,
publicidad, etc.), siendo as un vehculo privilegiado para la anestesia, la
desensibilizacin, la indiferencia el gran problema segn Lipovetsky.
Desde luego ha habido cambios en la segunda mitad del siglo XX: hay un
nuevo tipo de control social ms sutil y dominado por los medios de
comunicacin, se han diversificado los modos de vida, la esfera de la vida
privada es imprecisa, hay ausencia de creencias, un abandono ideolgico y
poltico lo que redunda en la indiferencia.
Por eso puede resultar muy interesante presentar lo obvio, lo que vemos
continuamente pero que curiosamente nunca verbalizamos. En 1970,
despus de haber vivido un tiempo en un desvn, Fox present la obra
Cellar instalndola en el stano de una nueva galera y dando lugar a un
cuadro vivo gracias a la participacin de un vagabundo.
As al entrar en la instalacin el espectador se encontraba un ambiente
oscuro y escuchaba los ronquidos del vagabundo y otros sonidos, pero
tambin haba acciones de Fox como la de lavarse las manos, sealando
que no quera saber nada.
En la misma lnea figura la obra Inmigrantes que Jess Rodrguez present
en La Rbida en 2001, tres acciones realizadas en tiempos y lugares
diferentes pero con la reflexin comn sobre la inmigracin que el sur de
Espaa recibe de frica. La primera accin sucedi en la playa de Tarifa,
donde coloc ramos de flores en una hilera para celebrar irnicamente su
bienvenida.
Raquejo nos recuerda al respecto que las flores se entregan a los muertos,
pero que esta es una costumbre relativamente nueva, pues antes slo se
daban a los muertos en olor de santidad: nios, monjas, inocentes, y nada
ms inocente que estos inmigrantes engaados por gobiernos y mafias en
su intento por salir de la miseria.
La segunda accin se llev a cabo al abrir desde un barco un camino de
rosas en el Estrecho, dejadas para los inmigrantes que horas despus
intentaran cruzarlo; mientras que la tercera sucedi ya en La Rbida y
consisti en el dibujo de un laberinto en una explanada, el mismo laberinto
que recorrer el inmigrante una vez llegado.
Aceptando que hay muchas
variantes
en
las
posiciones
polticas del arte de accin en el
mundo
occidental,
vamos
a
centrar el final del tema en hacer
un repaso a dos especialmente
fructferas. La primera es el arte
37
espontneas y annimas: el arte de las calles. Por eso se viste con paos de
colores y posteriormente fue incorporando fotografas y frases a sus capas,
frases como Yo encarno la revuelta o Tenemos hambre.
Estas acciones de Oiticica se alejan de la macropoltica tanto de derecha
como de una izquierda occidentalizada que ni siquiera haban demostrado
entender mnimamente la problemtica latinoamericana.
Arthur Barrio acta en respuesta a la violencia social y poltica operada en
Brasil desde 1969 y la proclamacin de la dictadura militar con acciones
como Bultos sangrientos, bultos hechos a partir de todo tipo de cosas
(trajes,
sangre,
peridicos) que dej por
toda la ciudad para sealar
la
existencia
de
una
autoridad
remota
que
perpetraba
atrocidades
contra la gente. En esta
accin lo opaco se revela
como transparencia porque
la
densidad
de
los
materiales, pobres, sucios y
duros,
recupera
las
pulsiones menos estticas.
Tambin Cildo Meireles
respondi a la dictadura brasilea con El Sermn de la Montaa: Fiat Lux
(1973). En ella visti a unos actores como si fueran los guardaespaldas del
presidente y los coloc en torno a un montn de paquetes de cigarrillos Fiat
Lux, denunciando que las autoridades haban mandado contener la energa
popular, mientras que las alusiones bblicas podran conectar con la Teologa
de la Liberacin que comenzaba a surgir en aquellos momentos.
En resumen, lejos del status del artista regularizado y dirigido por la
industria cultural, todos estos artistas se mantuvieron voluntariamente en la
periferia y fueron por tanto capaces de generar una esttica singular
marcada por una renarrativacin del arte y buscando plantear un arte activo
capaz de dar a luz una poltica diferente a la de Estado en la medida en que
no se crea para servir, obedecer u olvidar, sino para recordar y contribuir.
39
40
estricta. De esta forma la expulsin del autor oblig al artista a ocupar ese
lugar mediante otros roles del sujeto, posibilidades que van a ser mltiples.
Una
revisin
de
la
46
Con la muerte del autor, la caracterstica que define mejor la influencia del
pensamiento posmoderno en el mbito de la prctica artstica es el
cuestionamiento del sujeto moderno. El yo contemporneo que hablaba,
opinaba, actuaba y haca poltica, result ser para muchos un yo occidental,
blanco, heterosexual, masculino y de clase media: era lo que se entenda
por normal, aunque esa normalidad fuese en realidad una minora.
Para que este concepto entrara en crisis y nacieran nuevos sujetos hizo
falta la labor de pensadores como Foucault, Deleuze o Guattari: es el
momento de las mujeres, de los homosexuales, de la teora poscolonial, de
la alteridad, etc. Son estos otros de los que nos vamos a ocupar en este
tema (dejando el arte del feminismo y las cuestiones de gnero para el
ltimo captulo).
48
50
De la esquizofrenia se ha ocupado
Muoz en Double Bind, una enorme
instalacin en la Tate Modern londinense
que tena dos alturas: la de arriba
estaba limpia y era muy minimal, con
formas geomtricas en el suelo de las
que algunas eran verdaderos agujeros
que comunicaban con la parte de abajo,
que era un sala oscura que reciba la luz
desde
arriba
y
donde
muchos
personajes
realizaban
diversas
acciones, mientras que un ascensor
conectaba permanentemente los dos
pisos.
El ttulo puede ser interpretado como
cuando
una
persona
emite
simultneamente
dos
rdenes
contradictorias, como decir Te perdono
pero realizar gestos que demuestran lo contrario. Deleuze cree sin embargo
que el fenmeno del Double Bind es muy corriente y que no es ms que el
reflejo de la oscilacin entre dos polos: la norma y la neurosis.
Para Deleuze todos somos mquinas deseantes y como productores de
deseos contradictorios, somos todos esquizofrnicos. Por tanto hemos
considerado a los esquizofrnicos como andrajos autistas separados de lo
real y de la vida, mientras que se tratara de individuos que se resisten a
dejar de ser una mquina deseante para convertirse en una mquina
productora.
Cuando Deleuze dice que la esquizofrenia es la enfermedad de nuestra
poca no est diciendo que la vida moderna nos vuelve locos, sino que el
capitalismo y su proceso de produccin ejercen una formidable carga
esquizofrnica en los individuos sobre los que hace caer todo el peso de su
represin.
Por ltimo, para tratar el enfermo y especialmente el enfermo de Sida,
podemos volver de nuevo a la obra de Goldin. En los ochenta, en lo ms
crudo de la oleada conservadora de Reagan y despus Bush padre, el
activismo resurgi con mucha fuerza, especialmente el que busc
desmitificar el Sida al disociarlo de las cuatro haches (heroinmanos,
hemoflicos, haitianos y especialmente homosexuales) a los que se
asociaba.
Goldin intent romper el mensaje subyacente lanzado desde los medios
que afirmaba que la
Naturaleza no perdonaba
a quien se desviaba de
su camino, por lo que
comisari la exposicin
Testigos: contra nuestra
desaparicin, que fue
finalmente
censurada
(por aquel entonces el
senador
ultraconservador Helms
prevena
pblicamente
al pas al declarar la
51
Desde hace ya unas dcadas parece que la poltica ha vuelto al arte y que
el arte ha vuelto a la poltica, si es que algn da se haban alejado. Durante
la Documenta XI de Kassel la esttica propuesta por muchas de las obras
estara por encima de la oposicin entre la contemplacin de la obra nica y
la recepcin dispersa de la obra reproducible, as como de la oposicin entre
arte politizado y arte autnomo.
Aceptando que durante la modernidad la esttica formalista
hubiera alejado al arte de la poltica, este nuevo acoplamiento no
est exento de problemas, sobre los que vamos a reflexionar.
Para ello hay que empezar desde el principio, recuperando la discusin
entre Adorno y Benjamin sostenida en el ao 1936 en torno a la valoracin
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Con los restos hizo una bola, aadi diversos productos qumicos y dej la
sustancia burbujeando durante un ao, hasta que ante la peticin de la
biblioteca de que la coleccin fuera devuelta, present su masa destilada y
fue despedido, acabando los restos de su Still and Chew en el Museo de Arte
Moderno de Nueva York.
Por su parte Aslam cuestiona la autonoma artstica de Greenberg (por la
que el arte deba ocuparse slo de s mismo), as como el concepto kantiano
de la contemplacin desinteresada. Por ello en su obra inscribe lo ms
doliente de la realidad humana, que llegar al espectador si se para el
tiempo suficiente para contemplarla.
En Alfombra, la orla decorativa est compuesta de calaveras, personas y
fotografas de manifestaciones, mientras que el motivo central son de nuevo
calaveras rodeadas de parejas de nios muertos o moribundos, as como de
motivos florales que ocupan toda la superficie. En Acolchado el motivo
central es una multitud de ombligos y en los bordes se muestran imgenes
de refugiados y calaveras: es la muerte que deambula alrededor del mundo
privilegiado que permanece mirndose el ombligo.
De esta forma el trabajo de Latham es una ingeniosa accin, poltica en su
crtica al arte, pero ajeno a su entorno poltico/social (no est politizada) y
que acabara en un museo. Aslam tambin habla de los problemas del arte,
por lo que su obra est politizada y se instala sin complejos en un museo.
Latham criticaba la contemplacin desinteresada, el arte de lite; Aslam
nos exige sin embargo una contemplacin si bien desde luego no
desinteresada, su arte sera una especie de remiendo del vnculo social, un
analgsico, aunque a lo mejor no est haciendo eso o slo eso. Podemos
argumentar que ambas obras son muy diferentes en sus medios de hacer y
en sus intereses, as que vamos a comparar otras tres.
Durante la Guerra de Vietnam Rosler prefiri plantear el problema con un
lenguaje diferente pero heredado de otros anteriores: le interesaba analizar
cmo viven los ciudadanos del Primer Mundo una guerra desde el
momento en que esta entra en sus casas por la televisin.
Por ello (toda la obra
de Rosler es de un
compromiso poltico sin
fisuras), realiz una
serie de fotomontajes
llamada
Llevar
la
guerra a casa (1968),
para
como
deca
Rancire llevar disenso
al consenso en tanto
que inclua imgenes
de civiles mutilados
dentro de interiores de
hogares
estadounidenses
sacados de revistas de
decoracin. Rosler, como la televisin, introduca a su manera la guerra en
los hogares estadounidenses.
En el mismo sentido aunque politizando ms los materiales, Rosler
propuso Diaper Pattern: una gran colcha (como en la tradicin popular
estadounidense) colgada de una pared, formada por paales usados por su
54
hijo y que presentaba en cada cuadrado mensajes del tipo: Una de las
ventajas de la campaa area en Vietnam era que podan lanzar montones
de bombas sobre montones de chinitos sin ver nunca sus caras amarillas.
De esta forma demuestra que la mierda no slo est en los paales.
La misma politizacin de los materiales clave en muchos artistas a partir
de los ochenta la demuestra Piffer (Senda encarnada) cuando aborda la
violencia encarnada en la historia argentina, jugando con el doble sentido
de encarnada, que se refiere tanto a la carne vacuna (el soporte de sus
obras y uno de los smbolos nacionales del pas) como a los cuerpos
humanos maltratados por esa violencia: la carne es pues la esencia de ser
argentino.
La otra obra propuesta es el mencionado Rompecabezas de Hourani
(2000), que tambin usa imgenes de la guerra contempornea pero de un
modo muy diferente. Utiliza por ejemplo imgenes como la de Mohamed Al
Durra, el nio palestino que muri ante una cmara de televisin debido a
un disparo israel, para crear una obra perversamente ldica: un
rompecabezas en el que se recrea esa imagen pero que basta con darlo la
vuelta para observar otra cosa. Como en un peridico, no hay ms que
pasar la pgina para no ver ms la imagen.
De nuevo todas estas obras mencionadas abren expectativas diferentes.
Para Rosler fue relativamente fcil implicar por medio de sus fotomontajes
al espectador, puesto que entonces no exista la saturacin de imgenes
actual, sobresaturacin que es absolutamente necesaria para el poder.
Las imgenes no slo controlan la produccin de la verdad, sino que su
exceso oculta la verdad o al menos una verdad otra que tambin
deberamos contemplar. Por eso Hourani nos obliga a reconstruir las
imgenes dedicndole tiempo: ya no slo se trata de mirar, la obra tiene
que implicarnos de alguna manera.
responder polticamente.
Ya hemos visto los problemas que esto plantea a raz de una obra de
Wodiczko, pero merece la pena compararlas con las imgenes que propone
Bijari (Mobiliario urbano). El primero apela a nuestra emotividad caritativa a
travs de los homeless, mientras que el segundo compromete nuestro modo
de mirar una realidad que se reconoce como ajena.
Wodiczko en realidad abre un vaco de conciencia que acabar ocupando
el cinismo, aunque pueda creer que se enfrenta a la razn cnica. Esta,
definida por el filsofo Sloterdijk es llamada la falsa conciencia ilustrada:
el cnico sabe que sus creencias son falsas o ideolgicas pero se aferra a
ellas por la autoproteccin y para evitar las contradicciones: no rechaza la
realidad pero hace caso omiso de ella.
Podemos tambin comparar La proyeccin sin hogar. Propuesta para la
ciudad de Nueva York con Boltansky, quien como ya hemos tambin visto se
enfrent al problema de la representacin del horror. Podemos pensar que
no podemos enfrentarnos a
ello, pero tambin podemos
pensar que esa imposibilidad
puede estar encubriendo una
prohibicin, tanto sobre el
propio acontecimiento como
sobre el arte.
La cuestin entonces no es
saber si se puede o no
representar, sino qu se quiere
representar y qu modo de
representacin se elige para
ello. Ese es el problema de
Wodiczko pero no de Boltansky,
como demostr en Archivo y en
las miradas de la fachada del
Haus der Kunst.
Segn Foster los artistas se han enfrentado a la razn cnica durante toda
la modernidad desde dos posiciones diferentes. La primera es la de
Baudelaire, la de empujar a la razn cnica a un extremo y llevar la pose de
indiferencia hasta la desafeccin, pero la segunda es la de Courbet:
comprometido en oposicin al dandi.
Para Rancire estas posiciones (y su relacin con la poltica y la esttica)
en nuestro presente postutpico parecen merecer algunas matizaciones, as
como la idea de esttica anestsica planteada por Bck-Morss. Rancire
acepta que todas las posiciones en el arte actual no son ms que
fragmentos de una alianza rota entre radicalismo poltico y radicalismo
artstico y esa alianza era la esttica.
Como Bck-Morss acepta que la esttica ya no es un modo de contactar
con la realidad, pero ese arte que la primera coloca cerca de las
fantasmagoras, l lo ve fragmentado y aceptando una capacidad
disminuida. Para Rancire slo hay poltica si hay disenso, por lo que es en
este sentido que el arte puede hacer poltica.
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En este ltimo tema vamos a intentar ver como las diferentes oleadas de
pensamiento feminista se han visto reflejadas en el trabajo de muchas
artistas que de esta forma han empezado a formar parte del pensamiento
feminista.
Hemos de aclarar de nuevo que el arte feminista no es simplemente el
arte hecho por mujeres, sino que es el arte que debate cuestiones polticas
que han afectado y afectan a las mismas; mientras que por otra parte
hemos de entender en su justa medida la importancia de estas artistas no
slo dentro del pensamiento terico feminista, sino tambin dentro del
desarrollo y el comportamiento artstico, sobre todo en la segunda mitad del
siglo XX.
Las feministas supieron desde el principio que las imgenes que nos
rodeaban no eran inocentes, por lo que no concordaban con el modelo
idealista kantiano que sustentaba un arte universal y neutro que en
realidad estaba jerarquizado y era etnocntrico y sexista. Las imgenes
construyen por tanto identidades, como le sucede al nio lacaniano que se
mira al espejo, y as era evidente que el arte tradicional haba mostrado a
las mujeres o bien como sumisas, castas y fieles compaeras de los
hombres, o bien como peligrosos dolos de perversin y perdicin.
Aprendemos lo socialmente consensuado como realidad a travs de sus
manifestaciones y por lo tanto el sistema representacional es una forma de
dominio primordial, por lo que se convirti en un territorio poltico
fundamental contra el que se empearon en trabajar las feministas desde
un principio (por lo que es evidente que el arte implicado de finales del siglo
pasado tiene una deuda con todas estas artistas y pensadoras).
59
que ya haba
poco despus
mayo, donde
lugares donde
3. La ltima generacin
Lo cierto es que hay un mundo que no vemos o no queremos mirar, y esta
ha sido la acusacin que la ltima generacin de feministas ha hecho a sus
predecesoras, pues se han dado cuenta de que el discurso terico feminista
haba ignorado a las mujeres de otra razas y de otros continentes.
De esta forma desde finales de los setenta se comenz a deconstruir el
concepto de gnero como creacin absolutamente estable, para intentar
incluir las voces de los desposedos (los otros) y para revisar los anteriores
textos del pensamiento feminista y reconocer que haban oscurecido la
heterogeneidad de la mujer.
Pero no hay posicin terica contempornea comprometida que no
conlleve peligros. En el caso de los discursos feministas la cruda realidad es
que han sido muchas veces minimizados, sesgadamente utilizados y
superficialmente asimilados, con su consiguiente desactivacin poltica, en
la bsqueda de un proyecto ampliado, global o de un humanismo
posmoderno no siempre bienintencionado.
Conscientes de este peligro, muchas feministas apelan a una comunidad
genrica de intereses, a pesar de que esto conllevara volver a caer en un
cierto separatismo. En definitiva el feminismo debe conocer que su
horizonte es la individualidad y el nominalismo, pero no debe ignorar que el
nosotras est exigido por la heterodesignacin y por la pragmtica que se
autoimpone.
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