Blomberg Pedro Poesias Selectas

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HECTOR PEDRO BLOMBERG

POESIAS
SUS MEJORES CANCIONES

LIBRERIAS ANACONDA
AVENIDA DE M A Y 0 6 0 1

esq.

BUENOS AIRES

PERU

NOTA DEL EDITOR


Hecho el dep6siio que
marca la ley.
Librer tas Anaconda.

~ibrertasANACONDA presentan en este volumen una


selecci6n de las poesfas de Hiclor Pedro Blomberg, tan
lmstamente dijundidas en los pafses de habla castellana
desde que su autor public6 su libro de versos inicial, hace
justamenie doce aiios.
La presente seZecci6n ha sido cuidadosamente realizada
por el poeila de sus cuatro voliimenes de poesfas Zfricas,
habihndole agregado varias otras de reciente creaci6n que
hullibanse dispersas en diarios y revistas y cu2o mdrito.
no es inferior at de aqm$las que dieron justo renomEre a1
candor de "A la deriva".

Talleres Gr6fieos Argentines, L. J. Rosso, Doblas 981

rC

Librerks ANACONDA, en su ajdn de renovacibn


editorial, no ha vacikdo en realizur el esfuerzo que signijica
esle libro, en la eonvicci6n de que merecerh una acogida
favorable por 20s admiradores de las pozs'las de Hgctor
Pedro Blonaberg, el mhs leido de Eos poetas argenlinos confenaporhneos.

A UNA ERRANTE
Eras, cual yo, una errante, 3. como 30, lenlas
La sangre de 10s nbmades y el dulce ma1 de andar,
Y en tus eztrafios sueAos de azules lejantas
Amabas las c i u d a d ~ los
, caminos y el mar.'

Tii tamtikn comprendtas las voces de la espunw,


El ididma del viento, la profunda canaih
De las viejas ciudades dormidas en lo h,
Y otas de las piedras latir el eoraz6n.

Subias alejarte, el alma a la deriva,


Por tos anchos caminos del ensue50 y del mar.
(jTriste coraz6n mfo, oh gaviota cautiva
Que acaso nunca vuelvas las oras a escuchar!)

Canci6n de aquella alondra que en la copa de un tilo,


U n alba terlinesa rim6 m i soledad;
Pupilas de la esfinge, que junto a1 rojo Nilo,
Volcaron en mi sombra su luz de eternidad.

iTe acuerdas, oh viajera, de G6nova y de Roma,


Los barcos y las ruinas, y de Londres Ia gris,
Cu3a uisibn terrible, que en mi alma siempre asoma,
Solo desvanecta el julgor de Parts?

Ciudades, cielos, mare?, ondas, soles'j rios...


El alma siempre en v i a ~ ey la eterna inquietud.
So56 que reanudaban tus suefios y 10s mtos
El viaje milagroso de nuestra juaenlud.

C a n f a de
~ la orilla del mar napolitano
Bajo la extraiia luna de Sorrento la azul.
~Seguialoso?endo, como u n sue50 lejano,
Cuando el vapor zarpaba del dock de Livekpool?
Creplisculos de? Sena, clzyas ondas mectan
Con su caniar de siglos m i trkte corazbn;
Los espectros de piedra de Notre Dame hundian
E n las aguas ekrnas su siniestra visibn.
Despuks te murmurahan en 10s claros nocturnos

Su brumosa Zeyen& 10s castillos del Rhin,


Y la voz misteriosa de 10s fiords taciturnos
T e canlaba las sagas olvidadas de Odin.

Cielo azul de Granada, pens6 que hacia el olvido


Llevaban ius leyendas las nguas del Genil,
Y a1 aiiorar el reino de m i ensueiio perdido
M e invadib en sus riberas la angustia de BoaMil.

&Qd viejo navegante en tus maderas grises


Escubpi6 esta minriscula figura de mujer,
Y aE grabar en tu popa esta palabra: "Ulises"
De la Odisea el genio te trasmiti6 a1 nacer?
Diminuto navio perdido entre la bruma
Del humo de las pipas, nunca, jambs, 10s dos
Oiremos las canciones lejanas de la espuma,
Ni soplar6 en nuestra alna el gran viento de Dios.
En las otscuras albas del bar, en Zos instantes

En que los viejos astros camienzan a morir,


Vi correr por tus puentes pequeiios tripulanfes,
Corn si a1 alba fueras tii tambii?n a partir.
EL BUQUECITO EN LA BOTELLA
Diminuto navlo preso en una botella,
Con lus velas tendidas, tu puente y i n bauprb,
,+S'ueiias los anchos mares : la polar estrella
Entre el ruido y el hum0 de este fig6n inglis?
Diminuto navlo, ~ q u Emanos marineras,
Rugosas y pacientes, en los ocios del mar
Con amor trabajaron tus pequefias maderas
E izaron esas velas que el viento no ha de h i m h r ?

Ot como cantaban, dentro de t u botella,


Tus vagos hombrecitos una vieja canci6n
A1 recoger el ancla, bajo la turbia estrella
Que 'alumbraba la szzcics miseria del f ig6n.

Diminuto naulo, sigue lu i n d v i l suefio;


Los muelles del Oriente, del alisio el cantar,
Del Gulf Stream las baladas, el Caribe risueiio,
Los extrafios paisajes ahoghndose en el mar...
Dile a tus diminutos y vagos mariner08
Que recojan las telas, pues nunca has de partir
Del mar por 10s inmensos y azules deprolam
A las claras riberas donde el sol va a norir.

Aqul nos quedaremos, diminuto navfo,


Anclados en la tierra, para siempre, 10s dos;
N i en tu pequeiio puente ni en el coraz6n mlo
Volwrh a sophr nunca el gran viento de Dios.

LA PALOMA DEL ZOCO

/Oh flor de la morerta,


Suefio de amor musulmhn,
Que con f u melancolh
Cruzabas por la alegrta
DeZ zoco grande de Orrin!
Cuando el narrador de cuentos
Termina su historia azul
Con mon&onos acentos,
Tiemblan lus labios s a q r h h
Bajo tu wlo de tul.

En las tardes del Profeta,


Cuando ha callado el muezzin,
Lloras, doliente J secreta,
Por Ben-Hasstin, el poda,
Que se fu.6 con su violtn.
Cuhntas veces, musulmana,
Soiiaste verle volver
Con alguna caravans,
Cuando la blanca maiiana
Del desierlo iba a nacer...
Pero no quiso Mahoma
Que volviera Ben-Hasshn
A1 nido de su paloma,
Cuando el rojo sol asoma
Sobre Zos techos de Orhn.
Vuebe el narrador de cuentos
A contar su historia azul
Con rnon6tonos acentos;
Tiernblan 10s labios sangrientos
Bajo tu velo de tul.
Regresan las caravanas
E n el blanco amanecer;
Gimen c o p l ~ smusulmanas
MelancMicas, lejanas,
Por 10s que no han de volver.

Y la dolknte paloma
Que uhndon6 Ben-Hass6n
Reza cuando el sol asoma;
"jEskba escrito, oh Mahoma!"
Y llora sobre el Kortin.

Una muiieca rubia que bailaba ha venido


A sentarse a m i lado, y me dice a2 otdo
Las palabras de siempre. ;Blanca y trhgica "miss"!
Barre el vienlo nocturno la calleja desierla,
Y sueiio en las pupilas de una mufieca muerla
Que duerme bajo el cielo de un lejano pats ...

PUERTO LEJANO

...

Cieb pis & Inglatma Puerto frisk y sombrto


AI que lEegt5 la barca en u n amanecer:
Junto a Esa muelIeu ducrme fatigado el navb
Corn si el agua negra lo Juera a adormecer.
El vienio en las callejas ohcuras ha dejado
Cantares de naarinos de un barco que se jd.
Mientms teto m i copa 108 susAos del pasado
Cantan en la alegrh triste de cde cafk.

Ceilbn y China, Mozambique, Australia.. .


Climas de fuego, tierras de ansiedad ...
Embarclibamos negros en Guinea
Y cargamos mujeres en Bombay.
Cielos egipcios, vientos del Caribe,
Pailebotes con sal rumbo al Brasil;
Viejas goletas navegando a Bremen
Del Mar del Norte entre la brurna gris.
Nieblas de Londres, claro sol de Cbdiz,
Que a veces canian su canci6n de ayer;
Voces de luz, de oleajes y de espumas,
De u n pasado lejano que se fu6.

REPOSO
;C&nto he ro&& por 10s siete mares!
Del horizonte descubrt el conjfn,
Pesquk ballenas en el gran d a n o
Y trafiqd en la Costa de Marfil.
jCuhnt~snavbs arrullaron mi alma
Sobre las rutas de la mar azul!
Me embriagb. el opio de remotos puertos
Y alck canciones a la Cruz del Sur.

Con la frente apojada en tu regazo


T u duke coraz6n siento latir,
Y sueiio con quedarme aquf contigo
Y morir junto a ti.

Sobre la arena roja sollozaba el oleaje.


Y ella esperaha siempre que kl volviera det viaje
Mirando las estrellas misterwsas del Sur.

Y al besarla la espuma en su ensueiio creta


Feliz y solitaria, que el ahogado volvfa
A besarla en la playa roja de Kandapur.

LA VIRGEN DE KANDAPUR
Vetamosla a1 alba, de Eruces en la arena,
Cuando ltarnos de Goa a1 golfo de Manar,
Oyendo del mar hrabe la exirafia cantilena.
Desde el velero nadie nunca la vi6 llorar.
Jugahan con sus frenzas, besaban sus mejillas,
Mojaban su regazo Canthbanle tal vez
Los sueiios de u n ahogado las aguas amarillas ...
All& lejos pasaban los paqrtebofs de Suet.

...

POES~ASSELECTAS

Fatiga. Ensuefio. Sonabra. E n u n cantar lejano


Da a1 viento su w t a l g i a el obscuro ajricano.
Parpadean las Euces de u n miserable bar.
Canta en la 2arde triste el alma gris del puerto,
El alma de 10s hombres que se han ido o se han muerto
Y las goletas dicen su pesadumbre al mar.

CREPUSCULO E N EL PUERTO
Sangre del sol naurienb coagulan las mesanas
Y las goletas duermen en su cansancio gris.
Pasa la gran tristeza de las cosas lejanas;
U n negro esi% soiiando con su ardiente pats.
Se ve el alto velamen contra 10s rojos cielos
De u n pailebot que parle hacia un puerto espaiiol:
Se dirtan sus velas gigantescos paiiuelos
Que enjugaran la sangre luminosa del sol.

Por eso 10s marinos en 10s remotos climas,


Cuando las proras cortan Zas espumosas c i m s
De 10s oleajes trimulos e hirvientes a1 pasar,
ContempEan las espumus y buscan en las olas
Esas manos extraiias, suplicantes y solas,
Que en Zas noches de luna se ven salir del mar.

LAS MANOS QUE SALEN DEL MAR


Cmndo el buque navega por mares muy lejanos
Y en las velas inm6viles no se escucha u n cantar,

NO h K i s visto unas blancas y solitarias manos,


Unas manos extraiias, saliendo de la mar?
Las vieron 10s pilotos laciturnos y ancianos,
Pero nunca en 10s puertos lo quisieron contar;
Las vieron en las noches de luna, en 10s oceanos
Esas manos siniestras que parecen rogar.

Oh muerlos de los mares, muertos de miles de oiios


Que hablan en los oleajes con acentos eztraiios
Que s61o algiin piloto muy viejo comprendib

...

E n las noches ocebnicas, misferiosas 2 solas


jOh muertos que algfin dla saldr&n.de entre las olas
A contar una historia que nunca se escribib!

LOS AHOGADOS
De las ondas arrulla la gran cancibn obscura
El suefio de esos muertos que la mar devor6
De 10s h
k
m ahogados de una enopme aventura,
De una edad formidable que nunca se escribib.
Las noches g las aKas del ocbano est6n llenas
De sus tristes y errantes sombras, y en alta mar
Sueiian 10s navegantes que fueron las sirenas
Galstando en las esfelas hirvientes, a1 pasar.

Las erranfes sirenas


Juegan con sus cabellos
Y les hablan de cosas misferiosas.
Y a1 resplandor de las lejanas lunas
Bensan sus labios muertos,
Y 10s estrechan amoi+osas contra
S u regazo de esramas.
Son 10s muertos erranfes,
Son Ios mudos viajeros solitaries
Las lunas de alfa mar 10s amortajan,
Sobre su sepultura
Tiembla la Cruz del Sur.

...

LOS VIAJEROS SOLITARIOS


E l Gulf Stream se 10s lleva. Las espumas
Cantan en sus otdos
Eternas 3 mon6tonas baladas.
S u s ojos fijos, sus ierribles ojos,
Esffin clavados en 10s claros cielos:
jParece que soiiarhn todavta!
Se posan 10s albatros
E n sua helados pechm
C w n d o el sol lropical 10s amortaja.

Una tragedia humilde, misteriosa, se siente

En ague2 bar.., Y cuando se va el iiltimo cliente,


Con 10s brazos sobre una mesa, se oye llorar

A la vieja irlandesa, que todavia sue&


Con 10s ojos azules de aquella su pequeiia
Que se fug para siempre, una noche, del bar

LA IRLANDESA DEL BAR


E s u n caj6 pequeiio, un bar triste y obscuro,
Incrustado en la Dcirsena. Una vieja irlandesa
Sirve a 10s pocos clienfes una mala cerueza.
Hay u n violenio cromo del rey Jorge en el muro.
Enlre 10s humos acres de aque2 alcohol impura
Adormikeme el opio sufil de m i Irisleza;
Un mono de 10s tr6picos chilla bajo una mesa
Y Nn ebrio canturrea con acento inseguro.

...

Wang-Li, dame miis opio, que mi nave maiiana


Se Ilevar6 m i uida miserable y lejana,
Con el dolor de siempre, por las rutas del mar.

La dormida me mira con mirar fijo, ertrafio,


Con aquellos sus bellos ojos que yo am6 antaiio ...
Pero Wang-Li ya uiene ... Se oye su lento andar ...

EN EL FUMADERO DE OPIO
Wang-Li, dame m6s opio todavta.
( Y a he fumado dos pipas, con esta sercin tres;)
Para llenar de suefios m i vida mrrerta 5 fria;
kZ olvido. primero, 3 la muerte despu6s ...
Wang-Li, dame mcis opio. Una mujer dormia
y rtgida a mis pies ...
Cu6ntas pipas le has dado, _Wang Y o la conocla
Cu6ndo era bella y joven, en zzn puerto francks ...

En actitud convulsa

Fuimos iambiin como los buques. Fuimos


Bajo la- clara literfad del viento
En una fiebre ardiente de avatares
A los climas soleados y a 10s puertos,
Somos como 10s buques. Por nosotros
Pasaron cual fmthsticos viajeros,
- Viajeros que no vuelven La Ilusidn, el Amor y la Esperanza.

BUQUES
Llivanos para siempre, niejo oclano,
A nosofros tambiin, como 10s restos
De 10s buques hundidos,
Como el viento las hojas,
Como el tiempo el recuerdo. Ven y ll~vanos
Con nuestras esperanzas inmufables
Y con nuestros dolores injinitos.
Ll6vanos para siempre ...
Somos tambiin 10s buques eagahundos.
U n dta juirnos brboles
Y sentimos pasar la primavera,
Nuestro ramaje se cubrid de Jlores
Y nuestro corazbn refoil6 en jrufos.

Somos como 10s buques. Barcos viejos


EncaEIados aqut, entre las rompientes,
Y llora en nuesiras almas la resaca.
Las borrascas, 10s vientos,
Desmantelaron los errantes cascos;
La marea adormece
Nuestras obscuras almas solitarias,
Y las muderas carcornidas g i m n
En las noches de luna ...

U n suspiro de tierras calienles y fatales,


De extraiias aiioranzas, de nostalgias mortales;
V i n o de la baht@. bajo la ardiente luz.

...Cuando las viejas Plkyades temblaron e n la altura,


E l hombre estaba frto, e n la cabina obscura,
Con 10s ojos abiertos y los brazos en cruz.

"Se muere de escorbuio", dijo en el lazareto,


Encogi8ndose de hombros el cirujano inglks.
Abrib sus triste ojos el phlido esgueleto;
Un ave de 10s trbpicos cant6 sobre el baupr6s.
El enferrnero negro lo contemp16 u n instante,

Y fu6 a tocar s u banjo, o a embriagarse de ron;


Con 10s ojos abiertos, el pobre agonizante
O f a de las aguas la trimula canciiin.

Me llama u n uiejo canlar


Del jondo del horizonte,
Deja otra vez que remonte
Las anchas rutas del mar.
Me llama el canto de aiiil
Del cielo de las Antillas,
El Gulf Stream bajo las quillas
Y 10s soles del Brasil.
Me duele decirte adids,
Pero con viejos cantares
Me estiin llamando 10s mares
Y las estrellas de Dios.

B R U M A
Mhs lejos, siempre mcis lejos,
Oh navtos zaciturnos
Que en 10s silcncios nocturnes
Sueiian en 10s puertos viejos.
Donde el cielo es mhs azul,
Donde solloza la espuma.
(Estoy borracho de bruma,
E n un muelle, en Liverpool).

Lejos, mcis lejos... Allh


Donde el horizonte empieza:
Siento la extraiia tristeza
Del que nunca uolverh.
Quiero escuchar la canci6n
Misteriosa de la espuma ...
(Se me ha llenado de bruma
M i sombrzo coraz6n).
All& en las tierras lejanas,
AlM, en la faz de 10s mares,
Escuchando 10s cantares
Del alisio en las mesana8.

Las pkgarias de 10s rnuertos


En 10s oleajes hirvien tes,
Las gaviotas estridentes
E n las albas de 10s puertos.
El cantar del timonel
E n las noches tropicales.
(Tafifan vientos australes
El baupr6s del "Marj Bell").
El Mar de Irlanda gemfa
Junto al gran mueEle desierto,
Y en el silencio del puerlo
Y o soiiaba todavb.

LAS GAVIOTAS
Suena el cispero graznar
De las errantes gaviotas,
Como diab6licas notas
De u n misterioso cantar.
Aves extrafias e inquietas,
EspEritus de 10s mares,
Turbando con sus canlare8
Las silenciosas golelas.

46

H ~ C T O RPEDRO ULOMBERG

Siguen con raudo colar


Los buques abandonados .
Y son las almas de ahogados
Que can saliendo del mar.
Aves brujas, en la estela
De la nave que salia
Graznaron su profectcc
Cuando el viento hinch6 la vela.

Y a1 oir el canto aquel


E n la voz de la marea,
TurEado por negra idea
Palideci6 el timonel.
iQuk graznabas, ave bruja,
E n las cuerdus del bauprb?
Oirlin tu canfo despugs,
Cuando la tormenta ruja.
Pasan, bajo el cielo gris,
En el rumor de 10s puertos:
Son las almas de 10s muertos
E n marcha a un vago pais.
Suena el iispero graznar
De las errantes gaviotas:
hac cia q d tierras remotas,
Alma mta, has de zarpar?

BARCOS DORMIDOS
Bajo los resplandores sangrienlos, mortecinos,
Que arroja en cada cueca u n lrimulo jarol,
Swr7:an 10s harapienlos jf rudos Aladinm
Con talismanes de opio, con Ibmparas de alcohol.
Perfumes de las tierros soleadas

dislanfes...

El Tbmesis suspira, vaslo, trc-igico j griu,


Y pasa par 10s barcos 3 las almas erranfes
El gran soplo nostcilgico de un perdido pais.

Es de noche en el Tiimesis. Los marineros chinos


E n las cuevas del Wapping sueiian sus peregrinos
Sueiios de opio y muerte. A1 alba partiriin.

Y en la triigica trurna, misteriosa y espesa,


Los navtos reposan bajo la noche inglesa
Y suefian con 10s cielos ardientes del Ceyliin.

PUERTO DE ORIENTE
Viento y arena, muelles carcomidos;
Viejos bazares donde nadie compra;
Cielos ardientes, lunas trop icales,
Y mtis alM el desierto verde y gris.

Es*el viejo Port Said en la ribera.


Bergantines tie velas color piirpura
Camino de Aden y Zejanos puertos
Posan por el canal, en el crepiisculo;
LEevan sus aktados marineros
Turbantes verdes y sandalias persas.

Grandes veleros de los siete mares,


Rojos d u d e Eas quillas a las jbrcias
E n v i ~ j ehacia 10s puertos del Orienfe;
Los tlancos pailebotes del Ceylon
Reflejan sus velhmenes sangr ientos
En el mar de zajiro,
Rojo e n el alba, y en la noche azul.

UNA C A N C I O N DE NOCHE, EN ALTA MAR


Una canci6n de noche, en alla mar, sul~la
Del puente de la nave. Una antigua cancibn
Vieja como Eos mares. El fimonel la ota
Y veta e n 10s astros como una anunciaci6n.
Lloraban los oteajes J la nave segufa
+9u ruta hacia las blancas tierras de promisibn;
Gimib el viento en las jarcias. El timonel dormh,
Y contemplaha en sueiios una extrafia tlisibn.

N o era la misteriosa canci6n de una sirena


N i el viento entre el cordaje... Era la cantilena
De un grumete despierto que contemplaba el mar;
Y al rnirar las estrellas temblando en 10s abismos
Volcaba sus misterios, leyendas y herofsmos
E n la trlmula nota de su extrafio cantar.

ULTIMA BARCAROLA
Barcarola de Sorrento
Que me arrulla a1 regresar,
jCutintas veces ese acento
En otro mar y otro viento
Vino a mi otdo a cantur!
Dulce y vieja barcarola
Que me vuelve a entristecer
E n la nave erranfe y sola,
Y que canta en cada ola
La nosialgia de uoluer

...

Sobre la noche extrunjera


Temblaba la Cruz del Sud;
l i n soplo de primavera
Cruz6 la obscura ribera,
Y sofiC e n m i juventud.

jOh melanc6licas notas


De la olvidada cancibn
Otda en tierras remotas
A1 graznar de las gauiotas!
Soiiaba m i corazbn.
Canci6n de Santa Lucia,
Burcarola del ajer,
i P o r quE esta noche vacia
Turbaste lo que dorm ta
Y me has truelto a entristecer?

EL T A ~ ~ E D ODRE C I T A R A
Taiiedor de ccttaro del coj6 nocturno,
~ ( 2 ~xtraiias
~ 6
nostalgias blanquearon tu sien?
iSueiias, extranjero rubio y taciturno,
Mientras e n el alba solloza Chop:n?

...

Llorabas anoche, oh pobre extranjero


iSoiiabas 10s valles del R ; n bajo el sol?
i L a voz de la alondra, la nieve de enera?
Y estabas Ilorando ... iFu6 sangre o alcobl?

Unos ojos muertos, ctaros ji tranquilos,


Surgtan lejanos en tu ensoiiaci6n,
Y en el tar volcaban su aroma los tilos.
Por las calles grises la aurora uenks,
Y su canci6n triste 5 extraiia seguta
La cttara rofa de tu coraz6n.

LA NEGRA DEL MAR


Cuando clavb en 10s mios sus ojos africanos,
Esa noche de Eluvia, en la puerta del bar,
Y o adivink la historia dolorosa j obscura
De aquella miserable Jeanette de New Orleans.
M e contci la tragedia del padre mariner0
Que mataron en Cuba y arrojaron a1 mar;
De la abuelita ciega que vino de Kentucky
En busca de los nietos que ya no estaban miis.

Despuis me hub6 de u n hombre que se muri6 en Jamaica,

De la fiebre amarilla. Fuk u n tlanco que la am6 ...


Las obscuras pupilas de Jeanette se enturbiaban,
Y 10s ebrios cantaban una extrafia cancihn.

Baladas de 10s muelles j de 10s entrepuentes,


De 10s bares &I mundo y de la mar azul:
Jeanette habza escuchado esas mismas canciones
E n 10s puertos del Norte y en 10s puertos del Sur.

Jeanete iba con su hambre por todas las riberas:

Lm hombres de 10s larcos no la huscahan )a;


Ella tuvo una herrnanam una negra famosa
Que un diu se fu& a Francia y no volvi6 jam&
La 1Zuvia descendca sobre el puerto dormido;
La ltimpara arrojaba uerdosa claridad.
(Yo vefa palmeras y lunas iropicales
E n las turbias pupilas de la negra del mar).

...
EL TESORO DE SAMMY MAC GANN

Sammy muri6 de Jiebre amarilla en Manila,

Y aunque era u n mat srzjelo no lo puedo olvidar,


Con sus brazos tatuados, sus cabellos rojizos,
Celestes las pupilas y el torso de titbn.
Lo conoci una noche con dos chicas malayas,
All6 en u n misterioso caj6 de Honolulit,
Con voz aguardenfosa cantaba las laladas
De las tierras soleadas y de la mar at&.

Nos embarcamos juntos en la golela "Andi.6rneda",


hIatrtcula de Glusgow, y de u n mar a otro mar
Anduvimos seis afios navegando con Sammy.
( E n las tripulaciones se llamaba Mac Gann).
E n tierra siempre estaba bebiendo como cuairo,

Y golpeaba a cualquiera por u n "sl" o por u n "no";


N o he conocido u n hombre como ese pelirrojo:
Sammy ICfuc Gann tenfa la fuerza de Sans6n.
A bordo no era mismo. Del Ir6pico en las calmas
Siempre eslaba leyendo en u n cuaderno aznl:
E n la tapa grasienta leiase, borroso:
"Canciones de la vieja Carolina del Sur".
Las recit6 en voz alta muchas veces. Lloraba
Leyendo lus baladas de Nelly, y Nancy y M a j ,
Del sol y de los negros, all6 en las plantaciones
Donde habfa vivido su cbndida nifiez.
Andaba por la obscura miseria de 10s mares
Con el grasiento libro sotre su coraz6n;
E n noches lempestuosas de extraiias taiitudes
Las baladas le hablaban de su pafs de sol.
Cuando murk5 de fiebre amarilla, en Manila,
Sammy pus0 en mis manos, llorando, el libro azul.
Ast hered6 el tesoro del pobre marinero:
"Canciones de la vieja Carolina del Sur".

T O M M Y ' S BAR
Tommy' s Bar, familiar y melanc6lico.
El hum0 azul de 10s cigarros griegos
Dibuja extraiias pesadillas. Duerme
Bujo 10s astros jatigado el puerlo.
Es la alta noche, y el antiguo piano,
Bajo 10s dedos del pianista ciego
Entona la canci6n de Tipperary.

Madrugadas de aEohol, noches sin sueiio,


Nostalgia de las noches taciturnas
Bajo 10s astros de extranjeros cielos;
Melancolta gris de 10s errantes,
Amaneceres trhgicos de tedio,
Y el suspiro projundo
De 10s buques inmdviles e inquietos.
Trhgicos ojos de mujeres trtigicas
Miran sobre las copas de veneno,
Y despiertan visiones de lujuria
E n las turbias pupilas de 10s ebrios.
El alta estata cerca,
Y clareaba en el barrio marinero.
Call6 el piano el cantar de Tipperar?.
Guardd la noche sus idilios negros,
Aletearon las brisas de la aurora,
S e oy6 el confuso sollozar de u n ebrio,
Suspiraron las naves su nostalgia,
Y a1 morir las estrellas e n el cielo,
De T o m m y ' s Bar las amarillas luces
E n el amanecer palidecieron.

LAS DOS I R L A N D E S A S
Aqui ~ s t o ycon 10s chinos y las dos irlandesas
Que llegaron a bordo del Jamaica Mar&;
Maggie, la ma)or, tiene ojos como turquesas
Y bebe gin en este viejo bar del Dock Sur.
Nancy, la menor de ellas, parece una gitana,
Pero naci6 en el barrio m6s po5re de Dublln;
Arde en sus ojos negros una pasibn lejana
Y en s u phlida frente hay una cicatriz.

De d6nde las trajeron 10s chinos taciturnos


Maggie me hub16 a1 otdo: "10s conoci en Shanghai..."
(En el bar se mortan 10s murmullos nocturnos
Y en 10s latios de Nancy se apagaba u n cantar ...)
El Marh habia pariido con rumbo a Yokohama.
Maggie me am6 en las noches siniestras del Dock Snr;
Me hablaba de su vida errante, y una llama
De pasi6n palpitaba en su mirada azul.

Nancy, junto a nosofros, cantaha dulcemente


Canciones misteriosas de la China y del mar.
( Quitn las llev6 de Irlanda al infierno de Oriente,
Y por quk las trajeron 10s chinos de Shanghai )
Pero yo amaba a Nanc), la irlandesa morena;
Los chinos, silenciosos, miraban a las dos;
Las casuchas dormtan bajo la Euna llenu
Y en 10s negros navtos temblaba u n resplandor.
!Nancy! !Nancy! Una noche su canci6n qued6 trunca;
Los chinos dormitaban borrachos chandh...
!Pobre Maggie! Esa noche bebi6 m&s gin que nunca
Y se arroj6 a las aquas obscuras del Dock Sur.

MARINERO,..
-d De d6nde vienes, mar inero?

-Del mar, del mar,

De 10s remotos horizontes


Y de la azul inmensidad.

-dDEnde estuviste, marinero?


- Lejos, m u ) lejos, m&s alM
De' las riberas J 10s soles,
De las espunzas J dct mar,

- i A quikn amaste, marinero?

-A cien mujeres, capittin;

A las mulatas en La Habana,


Las bayaderas en Bombay
Geishas am6 en el Yoshiwara,
Y negras Euas en Dakar,
Pdlidas griegas en las islas,
Rubias judtas en el Wapping,
Y una princesa en el Ceylbn
Labios ardientes md besaron
En cada puerto, en cada mar:
Las cien mujeres que me amaron
Y a me oluidrrron, capithn.,.

...

-4Ad6nde partes, nzarinero?

- Al mar, a1 mar,

Hasta que un dfa me amortajen


Y ya no vuelza nunca mcis;
Sobre m i sueiio las mareas
Rodarcin, cantarcin..

LA

BRUJA

Era una bruja eztraila y jamiliar. BebCa


M6s que 10s fogoneros en las sucias tabernas
Del puerto. $e arrastraba sobre sus viejas piernas
Hacia Zos muelles cuando algtin hrco w b f a .
En las noches inquietas &el "waterside" port&
Hablaba sollozando, ebria, en cualquier caf6,
De su belleza muerta, su pats brasileilo,
S u juventud lejana J el hombre que se jd.

El hombre se habta ido h c f a cuarenta silos,


Y ella acechuba siempre Eos semblanles estraiios
Cada vet que 10s barcos regresaban del mar.

Y entre dos borracheras, un dta 3 otro d k ,


En su iZusi6n terrible soiiaba todavda
Hallarlo, aquella bruja trbgica y familiar.

LOS

ANTROS

Con las primeras lutes llegb la gran goleta


De puertos australianos. Seis m e s s en el mar.
Cuando cay6 la noche m la ribera inquiefa
Se escapb de 10s antros u n shiestro cantar.
Todos estaban ebrios. Sangre, sudor 3 vino
Manchaba los semblantes bronceados por el sol.
E n cada antro, a la lumbre de u n farol mortecino,
Bramaba la lujuria 3 cantaba el alcohol.

Obscura 3. misteriosa, la goleta dormb.


Agonizd la noche. La claridad del dta
Volc6 en los ~ i e j o spuentes su resplandor de aAil.
E n la sombra de u n antro, en la quietud deI puerto,
Una mujer lloraba junto a u n grumete muerto
Y enjugaba la sangre de aquel rostro infantil.

GTE ACUERDAS, COMPARERO?


i T e acuerdas, compaiiero, cuando en los viejos dtas
E n 10s muelles de Liverpool cargiibamos carbbn?
i T e acuerdas de las rojas y ~ & g i e a so r g b
Cuando el barco tocaba lcls islm SalomM
4Te acuerdas de los a h corriendo en 10s veleros
Desde la mar de Bebing hasta el canal de Suez?
dTe acuerdas de 10s a d o s y de los fumaderos
De Shanghai y de bndres, de Port Said y de Brest?

LTe acuerdas de kas rubias sirenas de Marsella,


La que murib en mis brazos la roja noche aqmlla?
LY de la japonesa del caf6 de Madrds?
LTe acuerdas de cuando eras conb yo, erguido y juerie,
Y corrimos el mundo rGndonos de la muerte?
il'e acuerdas, compaiiero, de lo que ?a no es mhs?

LA

GRIEGA

Era jlor de tragedia, oon sus claras pupilas


Y su piilido rostro sin luz de jucenh.d.
La amaban en las noches sintegtras e intranquilas
Los hsperos jasones de la Dcirsena Sud.
Era flor de lujuria en el antro del puerlo,
A1 resplandor eztraiio, sangrienilo del farol;
At alba enmudectan en el patio desierto
Los roncos acordeones, 10s chnlicos de alcohol.

Andaba su recuerdo por el mar. Los errantes


Sofiaban con sus claras pupilas inquietanies.
Miis de uno la maldijo y mds de uno la am6.

Y ella siguib. en el antro rojo de la ribera -,

- Jadeando sus espasmos la turba marinera Hasta que u n fogonero borracho la m t 6 .

LA INGLESA DEL C I T Y BELL


Esta inglesa tan phlidcs que canturrea tangos
En esfe bar del bajo, fuk en u n Zejano uyer
U n tdolo det Gaiety, rana esfrella de Londres:
Se cad con u n duque 31 huyd con u n chauffeur.
Tuao su rey galante y su cadi110 en Francia;
Amor de marineros, por el bajo anda aCtn
Balbuceando canciones que la hicieron famosa,
Soiiando con el hombre que am6 en su juvenfud.

LA TURQUITA DEL SOTANO


La turquita del sbtano lee versos en h r a k
Cuando llueve y no ha? nadie en la sombra del bar.
~ Q u i ?haies en esfa cueva, paloma de 10s zocos?
N i contan tos gumtries, n i hap arena, n i hay mar.
Te llaman "la turquita", pero' naciste en Africa;
Las estrellas de Thnger jamcis le alumbrarhn,
Y en tu lai~gamiseria lee& lus versos &rates
Husta eel glorioso dta en que +e lliarne Alh

...

LA JUDIA DEL WEMBLEY


Nucib hace cuarenfa aEos en el ghetto de Praga,
Y u n rnhico gitano la llevb a Nueva York
Cuando tenfa quince. Anduvo por las i s h
Del mar de las Antillas hash que El se muri6.
Tiene el catello rojo, y unos ojos tan dulces
Como los que tenfo la mujer de Jacob,

LA CALLE DONDE) MATARON A IVONNE


Delia la mejicanu, Ea de b s ojos negros
Y la del rostro exmgtk, cuanrlo va a amnecer
Lbora, y habka aFe an hombre que por amar a M6jico
Murib ante 10s f m i k s el aiio veintitrib.

Delia la mejicana, M1 del perfil azteca,


Es la estrella de to& estos negros cafks.

N i la inglesa del M'embley, n i la turca del s6tan0,


Pasan por esta calle despuks de anochecer:
Delia la mejicana coniaba que, haee tiempo,
U n negro mariner0 ma@ aqu%a una rnujer.
Delia la mejicana la habfa conocido
E n 10s bars de 20s muelles de Cuba y el Brasil:
Una francesa rubia del Vieux Port de Marsella,
De cabebellos rojizos y de rostro infamil.

"Ivonne era su nombre. Y en cada puerto, alguno


Se mataba por ella ... Cuando llega el amor
A nosolras, las tristes mujeres de 10s puertos,
Todo termina en sangre, todo acaba en dolor,.."
(Delia la mejicana enmudeci6 u n instante;
Contemplb la sombrEa calleja del Dock Sud,
Y el trhgico recuerdo de su lejano idilio
Puso en su jaz marchita julgor de juvenfud).
"Pero lvonne sdlo amaba a u n hombre que en Guajana
Cumplfa una condena ... N o lo verla m&.
" M e escapari olgiin dia ... Te enconirar6 en u n puerto",
El le habta jurado muchos aiios atrhs".
";Pobre I t ~ ~ n n En
e ! 10s muelles de La Habana y de Sanios
E n cada mariner0 que entraba en cada bar
Crefa ver el rostro del preso de Cayena:
El amor de 10s otros nunca ta hizo olvidar".
"Ast pas6 nueve aiios (dijo la rnejicana),
Y o no sI. si aquel hombre jarnhs iba a uolver ...
jPobre Ivonne! Pero su alma lo espera en esta calle
Donde la mat6 el negro en u n anochecer"..

LAS VELADAS DEL B A R GARIBALDI


Las veladas del bar Garibaldi t e n h n
Olor a sangre, a whisky, a espuma y a carbbn;
All f, cuando 10s hombres llegaban o part fan,
Sonaba de 10s mares la terrible cancibn.
~ D d n d eestariin aquellos rudos aaenlureros,
Ulises andrajosos que hablaban en inglis
De extrafias Odiseas a bordo de veleros,
Y de obscuras Iliadm hacia el esk de Suez?

Eran de Glasgow y Glnova, de Cbdiz y el Pireo,


De Hamburgo 3 S u n Francisco, de Capetown y Bomliay.
A veces, en la noche, parece que aSn 10s veo
Y escucho alguna historia que sucedi6 en Shanghai.
~ A d d n d ese habriin ido b s erranies que u n dda
Poblaron de leyendas el lumulto del bar?
Algunos redondean el mundo todavfa,
Olros esfhn durmiendo en el fondo del mar.
Sospecho que uno de ellos se pudre en u n presidio;
Tal mz oko agoniza en al'glin hospital;
Olro buscd en las aguas sangrkntas del suicidio
La rula misteriosa para el puerto final.

Oh mis Jasones ebrios... E n sus almas traEan


La cancilin de la vida vagabunda 3 brulal;
Y eran bellos, sublimes, porque todos lentan
El desdtn de la muerte, del amor 3 del mal.

SAMMY O'FLYNN
(REQUIEM DEL COCINERO NEGRO)

~Estcisdurmiendo bajo el agua, Sammy?


Nadie cant6 su sombra, su dolor, s u auenlura.
Sdlo yo, alguna noche de mdsica y de alcohol,
Recogt su kyenda miserable y obscura
Y cant6 sw tragedia bajo la luz del sol.

i Te sirven 10s rmaddporas de almohada?


Y a devoraron 10s hambrientos peces
T u fie1 y obscuro corazdn de humilde?
Oh Sammy, las sirenas invisibles
d Y a tejieron con algas tu mortaja?
T u s ojos fieles, tus pupilas muertas,
dYa no uen desde el fondo de 10s mares
Los luceros lejanos?

A veces, en el puente,
Bajo la Cruz del Sur, en noches claras,
Pienso en tu largo sueiio, pobre Sammy,
Y vuelve a mis otdos
La cancibn que cantamos
Una noche de guardia, en la goleta,
Fondeados en la rada de Honolulu ...
Oh Sammy, si th vieras,
El mar ya no es como antes..,
U n dolor de morir jlota en 10s puertos,
Y en la estela que dejan tos navios
S e vsn saltar 10s tiburones-tigres.

Mas th no sabes, porque duermes, Samnty,


En tu mortaja de algas,
La cabeza apoyada en las madr&poras,
Desde aquella mafianu que entregamos
A Dios tu alma y a la mar t u cuerpo...

Y yo sigo esperando lodavfa

Que una clara mafiana del oceano


Me recen el ojicio de dijuntos
Y me arrojen a1 mar, con una tala
Amarrada a los pies
Por eso a veces
Pienso en tu largo ~ueiio,pobre Sammy,
Y vuelve a mis otdos
La cancibn de la rada de Honolulu ...

...

BARRIO M A R I N E R 0
Lhscaros y noruegos, hra6es de Aden, chinos,
Roslros duros, bronceados por el viento y el sol,
Rubios escandinams, morenos levanlinos,
Qus hablan todas las Eenguas, del hindii a1 espaiiol,
Por las turbias callejas donde nunca es de dta
V a n las tripulaciones con inseguro andar;
Oh negros paralos de la-marinerla
Donde se vuelcan todas las miserias del mar.

~ Q u kconcibn era aquella que tocaba la orquesla


E n el bar del rey Jorge, en la alcoh62ica fiesta?
LNO era el viejo y famoso cantar de "Mandalay"?
Al beber los errantes sus copas wnenosas,
Soiiatan que la ojeron en noches ya borrosas
E n el bar de algiin muelle de Santos o Bombay.

E L B A I L E DE LOS AHOGADOS
Los peces devoraron, hambrienlos, sus entrailas,
Pero 10s esqueletos, en siniestro caiuen,
Envueltos en verdosas claridades eztraiias,
Bailan, con grandes ojos abiertos que no uen...

jOh el buque que una noche se hundib en el odano!


Los sorprendi6 la muerte, pero el baile sigui6;
Las parejas de espectros, tornados de la mano,
Bailaban, cuando a1 alba la elernidad Elegb.

Fracs y plilith sedas cubren 10s esqueldos


Bailando a 10s acordes musicales e inquietos
Que la piunista nuerta parecta arrancar
A1 piano, mientras duerme la nave sumergida
1Oh el bade gue en extrafhs attitudes de vida
Danzaban 10s ahogados en el fondo del marl

...

L A CIUDAD EN EL FOND0 DEL MAR

...

Escuchad, navegantes Es la caneihn lejana


De la ciudad que espera en el fondo deb mar:
Son sus gentes que cantan... La voz de una campana
Bajo Eas aguas grises hrt emperado a doblar.
Arriba, el oceano encrespa sus e s p u m s
Y mumuran los vientos su cansada cmci6n;
De la ciudcrd ahogada, perdidcr.entre las brumas
De las viejas ley&das, aun late el eorazbn.

Ha de surgir u n dfa del fondo de 10s mares...


A travk de los siglos sonarhn sus cantares,
Doblardn sus campanas bajo el oceano grk.

Y oirlin 80s naveganles, mientras Itega el Gran Dfa,


E n el rumor del viento, sobre la mar bravia,
Las voces rnisteriosas de la ciudad de Ys.

TESOAOS DEL MAR


lVo tos busqdis, no son para uosotros.
Oh miserables, codiciosos vivos
Dejadlos en el fondo de 10s mares,
Donde viven 10s grandes peces ciegos,
Donde los blancos esqueletos velan
E n attitudes rfgidas y extrafias,
Fabulosos y eternos
Los tesoros del mar.

...

A veces en la sombra y el misterio

De transparentes noches tropicales

Se oyen elaros tafiidos


Como claras campanas' sumergidas:
Son las blaneas sirenas vagabundas
Que cuentan con sus dedos espectrales,
Bajo el fijo mirar de los ahogqdos,
Los tesoros del mar.

FATA MORGANA
Fabulosa princesa de Eos mares,
i E n qu6 horizonte lu morada estb?
Y o busqu.4 tus pupilas misteriosas
En las profundidudes de coral.
El uago aiento, la llorosa espuma,
Me hablaban en su tr6mula canci6n
De t u isla de oro, de t u azul ribera,
All6 muy lejos, donde muere el sol

...

E n alta mar, en las errantes naves,


Bajo el gran cielo tempestwso y gris,
T u voz, como una ctfara lejana,
Parecta tlamar desde el conjtn.
;Fafa Morgana! Los marinos suecan
Con las pairneras de tu tierra azul
Cuando 10s buques fatigados corren
Bajo los brazos de la Cruz del Sur.
Reina de las sirenas invisibles,
Misteriosa princesa de la mar,
Las d m a s de los mtseros ahogados
E n tu regazo reposando esthn

...

/Fala Morgana! T u cancibn celeste


E n medio de las brumas sonar6
Cuando envuelvan mi cuerpo en su mortaja
Y me arrojen al agua en altu mar..,

E L BUQUE F A N T A S M A
iPor qui: blasfemas, infernal piloto?
Por qu6 maldices, viejo Vanderdecken?
Hace tres siglos que .los vientos rugen
En las zlelas podridas de tu nave;
Hace tres siglos 10s albolrw graznan
E n torno de tus palos carcomidos;
Hace tres siglos gue tu voz rnaldice
A 10s espectros de tus marineros;
Hace tres siglos tu blasfemia estalla
Haciendo esirentecer a las sirenas;
Hace tres siglos la tormenla azotp
Las maderas crujientes de tu nave,
iY tu nave no avanza todavkc!

H ~ C T O RPEDRO BLOMBERG

N o jures mds, diabblieo piloto,


Nawgante rnaldito de 10s siglos,
Pwque e s h condenado para siernpre..
'Numa tu nave ha de ZEegar a un puerto,
Siempre irhs por el mar, en la torments,
Escuchando el grazndr cle tus allatros,
Con tus puentes poblados I fantasmas
Con lus velas pudriindose en 10s mlistiles.

..

Siempre irds por el mar, eternamente,


De pie junto a1 Iimbn, en atormenfa,
Dirigiendo a1 infierno tra navfo,
Maldiciendo a 10s eielos y a las aguas,
Bajo el cklo de Dios, mientras el aiento
Lleua tu makdici6n ronca y sacrilega
Hacia la eternidad!

L A MUERTA DE PERE LACHAISE


Tentas que morir en un otoiio
Mirando 20s castaAos taciturnos
Del buleuar envuelto en la llovizna;
Tentas que dormir el largo sue60
Lejos de nuestra pampa en primavera,
Lejos de aquellos cielos que volcaron
Todo su sol en nuestras pobres a l m s .

..

Ya volvi6 a florecer el jazminero


Cerca de nuestro ombii meditabundo,
Mas no voEui6 a canturme la cakndria
La canci6n que sablas.

iQuk suen'as, margarita de mis campos,


De Pere Lachaise en el silencio eterno?
La miisica del vienlo entre 10s trigos,
La voz de lr guitarra en 10s crepiiscuEos,
4 E n t u dormido coraz6n no cantan?

Y querias volver sobre los mares,

Y guertas soiiar en los navios

Con aquellas ordienles serenatas


Que te cant6 entre 10s rosales nuevos
Cuando la pampa: se baiiaba en luna
Y la catandria regresaba al nido.
Tentas que morir en u n otoiio
Lejos del sol y de la tierra mta...
T e fuiste, margarjta de mis campos,
Y cada vez que pronuncik tu nombre
T u recuerdo dolib como una herida
Que se abriera de nuevo...

UNA CANCION DE AMOR, A BORDO


E n tus pestaiias encontrd la estrella
Del vkjo mar que me llamaba siempre;
Tus hbios me dijeron: "Ven conmigo"
Y las olas cantaron en mi ensuefio.
E n tus pupilas ui los horizonles,
T u s manos amorosas me llanaron
A las tierras del sol y del oluido,
Y en tus palabras s w p w b la espuma.

H ~ C T O RPEDRO BLOMBERG

E n tus cabellos aspirk el perfume


De las blancas magnolias tropicakes,
Y he sotiado en partir, siempre contigo,
A las riberas donde el sol se muere.
E n tu cuerpo hall6 u n ritmo de palmeras
Mecidas por el viento de 10s mares,
Y a1 besarte en el puente del navto
M i corazdn pobl6se de luceros.

NOCTURNO DE I.A MUERTA


~QuE.blanca estabas la iiltirna noche que pude verte
Bajo el nilagro del plenilunio de primauera!
Y o comprendia que alguien rondaba junto a tu rera,
Y era la muerte.
E n aqueb banco de piedra estahs, pbbida, inerte,
E n las estrellas fijos tus ojos sin luz alguna;
Y o sentt un ruido cual de hojas secas bajo la luna,
Y era la mwrie,

jQuk amargo y hondo presenlimiento que iba a perderte,


Qut extra50 sue50 tuve esa noche que iba a dejarte!
St, l o sabfa que te buscaban para llevarte,
Y era la muerte.

Y me dejasle sin que pudiera yo devolverle


Toda la vida, todo el ensue50 que d i i me diste..,
Por eso a veces, cuando hace funa, me sienfo triste
Como la mrzerte.

A MYRIAM GREY
Siento aiin ternblar tus manos en las mtas febriles,
Y tu voz a u n me canta las canciones de ayer,
Pero tus ojos negros no me miran como antes,
Myriana Grey.
Mujeres de m i vida que se desvanecieron
Como p6lidas sombras en el ananecer,
S6l0 qued6 en el mto t u coraz6n ausente,
Myriam Grey.

En las obscuras olas del mar de m i agonia


V i t u perdida sombra y te sofig volver;
A mi voz suplicante respondta el sibncio,
Myrium Grey.
Me,dicen que no suefie, me dicen que te has ido,
Y en la quimera inm6vil que nunca podrci ser
Dej6 m i puerta abierta para que tii volvieras,
Myrium Grey.
Gitano del recuerdo, me irk por los caminos
Y canturd como antes las canciones de ayer,
Pero tii que esfcis lejos no escucharcis mis cantos,
Myriam Grey.

Y morircin los afios, se llenarh de nieve


El cotazdn que fuera de una solu mrGer,
Y tii no satrixs nunca lo que te quise u n dta,
Myriam Grey

...

LA CASA QUE DERRIBARON


Y a no estbn mhs los despiniades nuros,
Y a derribaron la ruinosa casa
Donde vivimos nuestru jusentud

...

Nada ha quedado, nadu,


N i aquel rosal que perfumaba el patio
N i el clavel andaluz de tu uentana...

Muros que reflejaron nuestras sombras,


Piedras que recogieron nuestras IrEgrimas,
Umbrales que gastaron nuestros pasos,
Rejas que atraves6 nwstra esperanza,
Rincones que sabtcrn 10s secretos
De nues..ras pobres a l m s ...
La pyerta en que te vi POP vez primera,
Los corredores don& 15 c a n ~ b a s ,
E l patio en que confarnos las estrellus,
La silenciosa sala
Donde nuestras dos sombras se juntaron
A2 fulgor tembloroso de la liimpara

...

Nada, nada ha quedado


De la casona obscura p solitaria
De angostas puertas y de techos bajos
Que fuera u n dba el encantado alc6zar
De nuestro viejo ensue60
Y de nueska esperanza.
Todo lo derribaron
Y no ha quedado nada.
Ni u n cantar, ni una piedra

...

Ayer me puree3 que se llevaban


Nuesfro pasado y nuestra juwntud
Con las escombros de la vieja casa.

CARTAS M U E R T A S
(Poste restante)
Edas cartas que esperan, ignoradas y muertas,
Estas cartas que nadie reclamarii jamhs,
Durmiendo en las obscuras ojicinas desierlas,
Como 10s wrazona q w no han de aofiar nub.
<Qu&manos kmblorosas de amor la8 escribieron
Mhs alld de los mares, qu6 triigica pasidn
Volcb en ellas 10s sueiios que se desvancciercn?
iCuiinta ardiente esperanza, cu6nla dulcs wncibn!

108

HBCTOR PEDRO

BLoMBERC

Potres cartas dormidas... E n sus sobres manchudos


Hay lcigrimas de sangre y plegarias de amor.
Siiplicas de recuerdo, lamentos desolados,
Besos, penas y lhntos, palabras de terror ...
Son coces de las almas lejanas. Son cantares
Silenciosos y edraiios que nadie ha de escuchar;
Vinieron en 10s buques, sobre 10s anchos mares...
~ D 6 n d eestardn las almas que fueron a buscar?
Estas carias que esperan, ignoradas y mttertas,
Estas cartas que nadie reclamurci jamiis,
Durmiendo en las ohscuras ojicinas desiertas,
Como 10s corazones que no han de soiiar mcis...

PIEZA DE IIOTEL
En el frio crepEsculo de la ciudad inmensa,
S6lo con m i valija, he llegadu a este hotel,
Y en la noche de insomnio el ,alrrta de esla pieza
Me cant6 en esie lecho nodesto de Euqu6.

Senti el lalido ardiente & auaentes corazone8,


Srzspiros de agonfa g besos de pasibn,
E l himno de una cuna, el sollotar &I hombre
Que en una madrugada a!e Invierno de mb6.

Estos nomtres escritos con lcipiz en cl muro...


Misterwsa Maria, oqut te am6 t u Juan ...
Cuando kI se fu6, canaado de aquel idilio ocullo,
En esla misma pieza aprendiste a Zlorar.
Este enturbiudo espejo gue refEejb la angustia
De aqua mtzchcho p&lido que se sinti6 morir
Esperando la carta que no llegaba nunca...
E l dia de su entierro la carta Eleg6, a1 fin.
E d a mesa de pino que vi6 escrair las cartas
Del hambre y la esperanza, del sueiio y del perddn,
Esla mesa de pino que recogib las higrimas
De tanto atormentado coraz6n que pas6 ...
Este viejo retrato de una mujer morena
alguien dejb olvidado en la mesa de luz:
Lo miro largo tiempo: ni u n nombre, n i una ji3c ha...
Y es bella como un suefio de amor y juventnd.
Que

Aquf el remordimiento, el crimen y el pecado


Viuiepon su agonia, temblaron su terror;
En a t a mGma pieza, entre eslos muros blancos,
El cielo y el infierno canlaron su cancibn.
Entra por la ventana la luz azul del dia,
U n reloj ronco y triste ha sonado las seis;
He besado el retrato de la desconocida,
Me he quedado dormido en el amanecer.

HOTEL DE P R O V I N C I A
Estas pequerias gentes de esie hotel de provincia ...
Y o las saludo a todas a la hora de comer,
A1 solitario iiiejo que, haee m& de veinte afios,
Llegb a1 hotel -de paso -pero nunca se jd.

Le doy libros de versos a la maestrita rubia,


Novelas a la hija del dueiio del hotel,
(Tiene diez y siete aiios; una noche, en septiembre,
Se equivocb de pieza Pero j& sin querer).

...

Allh, en el fondo, hay una pareja misteriosa:


E l es joven, buen mozo; ella, u n poco otoiial.
Y o tengo la sospecha que 41 la rob6 a1 marido...
Comen siempre en silencio y no salen jamhs.
E l estudiante a veces regresa muy borracho

Y toca la guitarra hasta el amanecer;

Le han pedido la pieza, pero no se va nunca,


Y le pide dinero al duefio deE hotel.

Mr. White, el gerente de la usina, se embriaga


Los domingos tan sblo. Tiene un gran corazbn.
S6 que estci enamorado de la maestrita rubia,
Y le habla de Lord Byron, de Londres y de golf.
E l periodista duerme todo el dta. .De no&
Escribe u n drama en verso. Ha escrito cuatro ya ...
Y o creo que 10s dramas son buenos, pero a1 pobre
Ninguna compaAia se 10s qniere estrenar.

COCHE DE PLAZA

En las noches de invierno juqamos a las cartas


0 escuchamos el disco de algiin tango llorbn;
Cuando llega el estio, sentados en el patio,
Contemplamos la luna, nosthlgicos de amor.

FuE thlamo errante de aquellas ardientes


Parejas malditas de Sully-Prudhmme;
E l caballo blanco corrla, corrla,
En noches sin luna 2 dias sin sol.

Olor de madreselvas, tristeza de progincia ...


Estas pequeiias gentes de este modesto hotel
No saben lo que sueiio, n i porguk escribo versos
En las noches de luna,.. Y o tampoco lo sC.

Corrta la tarde que el hombre de negru


Se alojb, de pronto, la bala en la sien;
El piso del coche se manch6 de sangre ...
El cochero aun sueiia que a veces lo ve.

Corrfa, llevando en la primavera,


Ruidosos chiquillos, camino del Zoo;
Corrca, llevarldo Eos blancos abuelos
A beber 10s ra3os del hltimo sol.
Cancicin misteriosa del coche de plazo
Y el caballo blanco que iiraba de 61...
Dormit6 en la puerta de las mancebtas
Y llee6 10s ebrios a1 amnnecer.
Lo moj6 con liigrimas la aiejita pobre
Que sali6 Elorando de aquel hospital
El caballo blanco corria, corr~u,
Y el viejo cochero soEala en llegar.

...

LA P E Q U E ~ ~EMIGRANTE
A
Inm6uil en bu sueiio, m u y blanca en tus andrajos,
T e v i anoche, eztranjera, sofiando en la estacibn;
Vibratan las campanas sonoras del crephsculo,
Pero en t u alma lejana habta otra canci6n.
Entre u n raido anciano y una p6lida vieja,
iVenlas de las tierras donde reinara el zar,
De una t b a e n Ukrania, de una aE&a en Pdonia,
Con tu fe de quince aiios cantand~sobe d mar?

4Venias de la Biblia, con tus doradas trenzas,


Con tus ojos de asombro J u n pobre traje gris
Sobre tu carne hebreo florecida de rosas,
A sembrar tus rosales en mi dulce pats?
Anoche te miraba, oh pequeiia extranjera,
Inm6vi1, soiiadora, esperando tu tren
E n medio de u n tumulb de Elancas caravanas,
Y s61o el verso mfo-bes6 tu triste sien.
Pens6 que eras la madre d4 venideras razas,
g triste chica de la eslaci6n;
Tuyos eran 10s campos y t u p s 2as estrelZas,
Tuyo el desconocido pafs de Promisi6n.

Tii,la andrajosa

EL S U E ~ ODE ZBRAHIM

Para ti jloreclan 10s trigos de la pampa,


Para la herencia tuya trabaj6 Canakn,
Y kr guitarra indigena para tus irenzas rubias
Preludiaba los cantos que nunca morirhn.
Son6 la medianoche. Saliste de 2u ensueiio.
Con tu atado de ropa de vi subir a1 tren.
Entre el raido anciano y la pitlida vieja.
Y $610 el verso mto tes6 tu blanca sien.

...

Oh rnisero Ibrahirn Esih soiiando


Junto al Bcisjoro atul con la cadina,
Y lus lbgrimas corren
De sus muertas pupilas.

Pasan 10s caiquea bajo el Cuerno de Oro


Y d muezzfn melancblico euspira
Las ardientes pkgariue del Profekr
E n lejana m q u i t a .
Girne el viento del Sur en loa ciprtsss
Y del Asia Menor en b e cdihos,

Pero lbrahaim no ve, Ibrahim no siente


Mhs que el dolor de su alma obscura j misera,
Desde la noche triigica,
Desde el terrible dta
En q u . el rojo puiial de 10s eunucos
A bras6 para siempre sus pupilas

...

Del alba hasta el crepiisculo


Vaga Ibrahim, 3. 10s sollozos riman
E l amargo poema
De su pena infinita.
Y 10s perros hambrientos de Scutari
Le siguen en fcrdlica jauria.
Una noche de luna Ibrahim tuvo u n sueiio.
Soiih que la cadina,
Que la Rosa del Asia,
En sus brazos amantes se dormin,
Y que Ilrahim beshbala en 10s ojos
Y u n camello rojo 10s dos iban
A Eas tierras lejanas del Profefa.
(Era tan dulce el sueiio
Que It rahim sonreia).
Unos hrahes que iban a la Meca
Vieron en el umbra1 de una mezq~rifa
A E mtsero IErahim, que estaba mnerto,
Muerto de amor por la cadina.

NOSTALGIA AFRICANA
iSueiias, viejo elefante casi ciego,
Dulce, triste y nost6lgic0,
Con el vago murmullo de tu selva
Y la luna en el fondo de tu rio africano?
Monslruoso prisionero,
iPor qub praderas andarci el rebafio?
A veces tus pupilas casi ciegas
Ven las riberas de 10s grandes lagos,
Y el bosiezo de u n le6n true a tu ensueiio
La visi6n del pasado.

Viejo elejanle prisionero y Iriste,


Oh manso y duke monstruo de cien afios,
Cdmo olfa la selva en primvera

Cuando en la clara noche aullaban los leopardos


Y bebkn las ttmidas girajas
Junto a 10s torvos leones en el rto africano.
Otas el gruiiir e!o 10s gorilas,

Y el -hedor de las hienas flotaba en el espacio.


A1 alba, en los gigantes sicomoros
Se refan 10s phjaros,
Y el rojo sol de2 Africa p o n h
Flores de fuego en 10s baobabs enanos.

"RESTAURANT DE NUIT"
Oh monstruo dulce 2 irisle,
Y o siento tu nostalgia de cien aiios:
Cuando rujen 10s leones en la noche
Y o s6 que esths llorando...

Man6n estaba soiiando


Borracha de cocatna.
Una afioranza sin nombre
De 10s oiolines venh.

A veces me daba miedo


El perro negro de Illian:
S e me mtojaba el espf~ifu
De algiin amante suicidar.

Luzanne ... Luzanne era suave


Como una tristeza antigua.
Nunca le dije " J e t'aime".
Para quE, si lo sabia

Musas de arnor... Las amtEbamos


chez Julien, mientras corrian
E n la entraAa de la noche
Las arenas de la uida.

Raimonde, quE evocabas siempre


Frente a la copa vacia
Qu& vetas hasta el alba
E n las paredes bruiiidas

!Julien! La orquesta nocturna


A1 son de la Danza Egipcia
Desipaba en las cabezas
U n sueiio de morfina.

Gloria del cuerpo gitano


Y la mirada homicida,
!Como embriagaba, en la noche,
El vino de tus pupilns!

Melancolia de cosas
Que fueron ... Melancol~a
De ojos que ardieron de fiebre
Y hoy el olvido marchita.

Rende jugaba a 10s dados


Gomo si en sus manos lividas
Fueran corazones de hombres,
Que rodaban, que caian...

Estaban todas, anoche:


Tocaban la Danza Egipeia
!QuC tr istezas misteriosas
Lloraban en las pupilas! ...

Andrke de melena de oro


Y de rnirada sombrta:
Y o pude escribir aqui
M i soneto a Margarita.
Ginuccia, d6nde estarir.
Todas las noches venia
Y a1 escuchar 10s violines
S e quedaba pensaliva,

Duerme. E s la hora del Profeta. Duerm,


Que 10s oasis llaman hacia all&,
M i s allcE de las rojas y caldeadas arenas
Donde nuestra alma muere de amor y de pesar.
Durmamos, oh latido de m i corazbn. V a m s
Tambiin con las jelices caravanas que van
Por el duke desierto de la noche
A 10s oasis de la eternidud.
Mientras el muezzin calla y las brisas de Siria
Murmuran en las hojas abiertas del Koran,
Y los odres del tiempo se abren para nosofros,
Recemos los plegarias misteriosas de Islam,
Y jumemos el opio de 10s sueiios eternos
Bajo la santa luna, en el seno de Ali.

UNA CANCION DE I S L A M
Ha callado el muezzin en las mezquitas;
Mahoma nos envia su presentk inmortal:
Durmamos, oh lcstido de m i coratbn. Duerme,
Que ha salido la luna. No despertemos ntis...
Pasa el tiempo en su lento dromedurio,
E n su hoz tiemtla u n extrafio resplandor espectral.
Y sus odres de estrellas llevan agua
Azul de eternidud.

Del goljo de Vizcaqa;


Te llevaba la nave de lu sueiio
A 10s remotos y calientes climas,
Y divisabas las lejanas luces
De la vieja Bagdad ...

E L ULTIMO

SUENO

D E P I E R R E LOTI

~ Q u Bmisteriosos sueiios
T e coniaban 10s astros familiares
E n tu casita riisticcr de Hendaja,
Cuando temtlabas en las claras noches
Con las fiebres mortales de Indochina,
Y volvia de nuevo a tus ofdos
La balada remota de las aguas
Y el cantar luminoso de 20s cielos?
Volvias, en 10s sueiios de tu fiebre,
A las tierras distantes;
Vetas a lo lejos en la noche
Los faros iemblorosos

Senttas en tu frente en
El soplo de 10s vientos ajricanos;
T u s pupilas febriles
Contemplaban de nuevo, alucinadas,
Las riberas desiertas
Donde dormitan los caimanes grises;
Los monstruosos baobabs, a cuya sombra
Se sueiia en el olvido y en la muerte,
Y vetas, distintas y cercanas,
Las arenas de Annam
Sangrientas bajo el sol ...
Por la ventana abierla
Entraba u n rayo de la luna roja
Y trata otro sue60
A tu frente febril;
OCas u n cantar b6rhro y triste
Que volvfa del fondo del pasado:
Era el canto de amor de 10s m a o r h ,
La canci6n qw a tu ofdo
Cantaba tu princesa
E n las noches dc luna de Oceanla..,

128

H ~ C T O RPEDRO BLOMBERG

A1 eco triste del cantar tahitiano


E n torno de tu lecho
Danzaban melancblicas las sornbras
De Orena y Rarahii. ..
Invadtan t u cuarto soliiario
Aromas de naranjos jlorecidos;
Las estrellas australes
Alumbraban tu suefio,
Y u n eco de leyendas
Flotaba en derredor.
jQuB ezrrafio era aquel suefio que soiiabas
Bajo la luna roja
E n la seba incendiada de tu fiebre!
Rodeado por fus pdlidas visiones,
Oyendo log cantares espectrales,,
Sonreiste at s o h r que te envolvtan
Las alas invisibles de la muerte.

EL

PADRE

Padre m&, eras bueno, y hernoso, y eras juerte,


Tu cabeza de viking en m i recuerdo est6:
La inquietud rnisteriosa de m i sangre que canta,
iEra tu propia ungustia? ?F& tu propia ansiedad?
El niiio de cinco aiios oia en tus palabras
LAI voz de los abuelos y el murmullo del mar:
E n ti y en 61 vivian 10s grandes hombres rubios
Que amaban la tormenia y la aurora boreal.

Sentado en tus rodillas, absorto entre tus bratos,


V e h en tus pupilas, cansadas de sofiar,
Los trkmulos ocbanos, las nevadas riberas
Donde naci6 el abueto que se llamata Juan.
Los dos iramos una nostalgia de c i e ~aiios:
Th, el viking tacilurno que no fu4 capithn
De goletas errantes, porque naciste tarde,
Y o , el nieto de 10s hombres romhnticos del mar.
U n dta tu nostalgia se hundi6 en el horizonle,
Partiste en el navfo que no regresa mhs ...
E n mb qued6 cantando la sanqre de lcss sagas,
La sangre del aluelo que se ltamaba Juan.

EL

ABUELO

M i abuelo era un honrado marino de Noruega


Que vino a Buenos Aires mandartdo u n viejo trick.
Ita a South Georgia, e n busca de aceite de ballena.
Tenta un alma clarar, romiintica 3 pueril.
Esa alma ancl6 en 10s ojos azutes de mi abuela
Que tenha quince aiios ? un rostro de j m t n ;
Y 10s dos se casaron, u n dta, por la igEesk.
(Entonces no existta el Registro Civil).

jC6mo la am6 m i abuelo! E n las pupilas de ella


Cada ago u n hijo nuevo emendfa una estrella;

Cuando nacib m i padre su cabello era gris.


Pasaron muchos afios, muchos, mhs de cincuenta ...
M i atuela vi6 diez nietos y se rnurici contents,
Pero m i abuelo nnnco se olvidci de su brick.

N o he podido quemarlas ... Me hublaban todavta


Sus pbginas marchitas de tu muerta pasibn,
La, fiebre de una noche, las lhgrimas de zzn dia
Y el eco moritundo de la iiltima cancicin.
;Tus cartas! E n el liempo que nunca volverfa
Hicieron todas ellas temblar m i coraz6n ...
Despub vino el silencio, la ausencia, la agonia,
Y el tiempo trajo el b6lsamo de la consolacibn.

Dorm& en ellas nuestro romance ya oluidado,

La luz de lo8 aeinte aiios, el juego del pasado,


La gloria de la vida, la juaentud en flor.

Anoche las contaba con mano indiferenle;


Sobre una de ellas, la iiltima, cay6 m i llanlo ardiente,
Y no pude quemarlas, las cartas de tu amor...

LA PALMERA SOLITA RIA


Entre 10s grises edif icios,
Mustia, en inm6uil avtitud de enferma,
Con sus ramas catdas como brazos cansados,
Bajo 10s turbios cielos de la ciudad inmensa,
Esth soiiando misteriosos sueiios
La palmera.

...

Pafmera solitaria
Desde mi bohardilla de poela,
Desde el rinc6n sin luz de mi ventana

Y o dialogo con ella,


Y me cuenfa sus sueiios misteriosos
La palmera.
Me habla del cielo azul del tr6pico disfante,
De una lejana tierra,
Del canto de 10s phjaros de fuego,
De u n r f o de aguas claras y de verdes riberas,
Y de las noches indias
Palpitantes de estrellas...
Humo, rumores, lluuia
De la ciudad inmensa
Entre 10s grises edijicios,
En el rinc6n sin luz de mi bohardilla,
Y o lanbi4n sueiio como la palmera.

...

LA MULATA DEL VIOLIN


;Cbmo llovtcr el invierno
E n que 30 la conoct!
Era en u n bar solitario:
Desde el crepiisculo gris
Tocaba hash medianoche
La mulata del violin.
Sus pupilas misteriosas
Se detentan en mt,
Y yo kla sus sueAos
Con pesadumbre sutil,
Mientras caia kr Iluoia,
Mientras lloraba el violin.

Estaba soiicmdo, siempre


d Veta el sol del Brasil,
Las palmas de la jazenda?
@la el canto sin fin
De 10s ptijaros de juego
Bajo los cielos de aiiil?

...

iC6m0 soiiaba en las noches


La mulata del violtn!
Noches del bar solifario,
Alguien queria morir,,.
Una noche enmudecieron
Los acentos del violtn.
Sigui6 Elorando la lluvia
En el c r e p ~ c u l ogris.
dMuri6 de amor o a'e jrto
La mulata del violtn?

A M A R I A KEMPELFELDT
iQui6n eras, oh Maria, misteriosa Marfa,
La dueAa de este libro que he encontrado a1 partir?
E n la primera p h i n u , en alembn, decta
Con letra femblorosa: "Te quiero hash morir".
Dulce Marla Kempelfddt, aqul, en este navfo
Que te llevaba lejos, jsoiiaste como 303
~ T coraz6n
u
sangrata nostalgias, corno el mio?
iTarnpoco tu yuimera de amor se realisti?

"I& liebe die, Maria ..."i E n quk brumoso puerto,


En qu4 tierra lejana dejaste el coraz6n
Que gimi6 en estas pbginas, en este libro abierto

Y obidado en un barw, su ensueiio 5 su pasihn?


"Ich liete die, Marla. " Y o guardo el libro, y leo
El verso que ha veinte aAos escribi6 en alemhn
Un hombre que te amaba, y en mis ensueiios veo
Tu rostro rubio y triste... Y 10s barcos se van...

LA MUERTE DE SCHNEIDER
A Schneider lo mataron una nock
En el Eoliche de la Parayuaya.
TenGa los ojos azules
Y la caw muy pMida.
Schneider ola el canto de la alondra
Del viejo Rhin en las maiianas clarus:
Sofiaba con pukes
De sol, y con tierras lejanas.

142

H ~ C T O RPEDRO BLOMBERG

Se embarc6 en u n velero, all& en Hamturgo,


Parti6 en la niebta de una madrugadu.
Schneider fuk por 10s cinco oceanos
Con sus ojos azuks y su cam muy pblida.
Se enamor6 una noche, mu) ebrio J muy romhntico,
De aquella camarera valenciana
Que volvla locos a 20s rnarineros
En aquella taberna del R f o de la Plata,
Y u n h o d r e lo matb de u n navujazo
E n una vuelta de la calk Australia.
~D6ndeeslaria el alma de Schneider?
doyendo las alondras del Rhin en las miianas?
Vagando por 10s mares
En las perdidas barcas?

LA$ NOCHES DEL CAFE D E LA PALOMA


Y o he llorado por Schneider, una noche de llucia,
En el bdiche de la Paraguaya.

Cajk de2 barrio viejo, caj6 de la Paloma ...

Yo soiiaba on sus mesas o jugaba a1 billar


E n 10s largos hastfos de remotos veranos,
En las noches que no han de volver mbs.

E n una de esas noches mis ojos se encontraron


con su carita pblida Era rubia y gentil,..
Yo le escribta versos... me am6 una primcswra,
La renguita Lucta, que tocaba el vkitn.

...

Romero me aburria con largas narraciones


De cuando juk conscripto y anduvo por el Sur;
Y o escuchaba en silencio, abstratdo, y miraba,
La vereda de enfrente, don& habta u n ombli.
E l moreno Requena locaba la guitarra
Y me contaba historias que no ten'wln fin,
Historias de divorcios y escandQlosos pleitos:
Requena era escribiente de u n juez de lo civil.
Juan Cruz lefa siempre novelas de Gutitrrez:
" E l Chacho", "Hormiga negra", "Juan Cuello", en el cafi!;
Soiiaba con el tiempo de Rosas, y tenta
Una daga de plata guardada en el jacquet.
Despds ventan otros: Anselmi, 10s Rodrfguez,

Que jugaban a1 truco hasta el amanecer;


El oficial Martdnez, que hacta versos malos,
Los Zeta en voz alta, en medio del cafd.

Don Jos6, el de "La Estrella", que cerrii la farmacia,


Cuando una noche, en Junio, su mujer se murib
Y le dejii solito ... !C6mo bebfa, el pobre!
Se quedaEa dormido, tranquilo, en su rincbn.
N o he enconlrado a ninguno, despuks de tantos aiios:
El Caji! no es el mismo, y ya no esth el ombii ...
lOh, noches del antiguo cafk de la Paloma
Que vieron dulcemente pasar m i juventud!

Pienso en todos: se han ido con sus pequeiias vidas,


Con 10s obscuros sueAos que soiiaban aquf;
S61o queda u n recuerdo de amor de primavera:
La renguita LucEa, que tocaba el violfn

...

Allh en el negro patio, Rebeca, la estudiank,


Vuelve a leer a hurtadillas, temblando el corazbn
Y hiimedas las pupilas, la carta del amante
Que conocia la utspera del Dta del Perdbn.
Los sastrecillos siguen cosiendo todavfa;
( E l vendr6, sastrecillos, y E l os d i r k "Venid!")
E n el umbml mugriento de la pescaderia
Simbn, el "schnorrer", sueiicr la gloria de David.
E n el Bar Palestina, donde se pasa el dfa,
Jacobo escribe en "iddisch" una nueta cancibn:
Cuando Jacobo estaba en Odessa, tenta
El mismo sobretodo y la misma ilusi6n

...

CREPUSCULO EN E L GHETTO
Urn tras otra han ido naciendo las eslrellas
Sobre el obscuro barrio del pueblo de Israel;
Las viejecitas pasan ... Hay en 10s ojos de ellas
La luz que aZumbr6 u n dfa Zos ojos de Raquel.
Abraham, el patriarca que vende cigarrillos,
Sentado en la uereda, ve morir su salud,
Y pasa, con sus dedos lemblones y amarillos,
Lus plig inas sagradas, grasientas, del Talmud.

Isaac, en la casa que abrib, de compraventa,


Hace ya muchos aiios, se ha dejado dormir;
Los aiios que ha vivido... Son cerca de noventa ...
SueAa que est6 en Ukrania, sabe que 2x1 a morir.
S e alejan en la noche 10s viejos organillos;
Simbn, el "schnorrer", suefia su obscura juventud;
Eslri muerto el patriarca que vende cigarrilbs,
Sobre la sucia acera ha catdo el Talmud ...

LA qu6 la gloria de 10s visires?


Nuestra alma el viento se llevarh.
Llena las copas hasta 10s bordes,
Bebamos juntos, Omar Khayy6m.
Entre las rosas del jardtn persa
Teje las tiendas de la Verdad;
Vino de ensueihs y ekrnidades
Corre en las copas del Rubai)&t.

LA qd la gloria de los sultanes?


Dame los cantos deE viejo Hafiz:
Los cantaremos Imjo la luna ...
jMahoma tenga piedad de mi!

OMAR KHA Y Y A M
Hay en el ckro cielo de Persia
Una sonrisa de eternidad.
Los dromedaries ak Samarwnda,
~ A u nno llegaron, Omar KItayy6m3

V i lewrntarse nubes de polvo


E n el carnino d i Naishapur.
Vienen 10s odres llenos de vino
Bajo la suave ctipulu azul.

POES~AS SELECTAS

Los verdes infiernos del tr6pico ardtan,


Los rtos cantaban su mortal cancihn,
La flor me llamaba... Sus voces ventan
A encender la fiebre de m i coraz6n.
E n la verde entraiia de la selva estaba,
I,a arranquk con mano sangrienta y jetril,
Mall la serpiente que a ella enroscaba.
iAh, c6mo quemcrba el sol del Brasil!
La traje conmigo, solo y moribund0 ...
iOh flor & las s e l m malditas del Sud!
Me muero y la dejo aGn viva en el mundo:
Quiero que la pongan sobre m i atahd.

EL CAZADOR DE ORQUIDEAS
,jNo w n que est4i vim? La traje de lejos...
Esta mano sola me dejd u n caim6n,
La arranqud con ella de entre 10s reflejos
Del pantano donde las serpientes van.

La busqu6 en las selvas, entre las legiones


De diablos, sintiendo la muerte sutil.
La noche, el misterio, la tuna y 10s leones...
]Ah, c6mo quemaba el sol del Brasil!

Porqzze nuctan los nuevos dioses


E n las plegarias de 10s mujiks,
Y 10s iconos pali&ctan
E n el Kremlin.

Oh Sanla Rusia de 10s dolores,


i Y a estii en Siberia la luz del sol?
El rojo llanto de Dostoiewski
L Y a se enjug6?
jV02 de las troikas sobre la nieve!
;Sueiio de sangre que disip6
La horrible angustia de los hermanos
Karamazoff!

LAS C A M P A N A S D E S A N B A S I L I O
Sonad, campanas de Sun Basilio,
Como en los liempos del rojo Iviin ...
Cantad, oh uientos de 10s eskpas:
/Ha muerto el zar!
;Canci6n terrible la que cantaban
Las balalaikas de Novgorod!
Hasta en kas isbas corrfa el llanto
De la cancicin.

Rojas campanas de Petrogrado,


A u n corre el llanto de los mujiks
- Llanto de siervos -sobre la tumbcr
De Kropotkin.
Mar de Finlandia, rocas del Chucaso,
iDonde estii el sueiio de Le6n Tobtoi?
Campos de Ukrania, Lno veis que aun Gorki
Gime de amor?
A u n es de noche sobre las isbas:
Los padrecitos del porvenir
Crucijicaron a1 Cristo rojo
De Bakunin

...

iC6mo cantaban 10s balalaikas!


iQu6 angustias lloran en su cancibn!
Nieve sangrienta de 10s caminos
De Novgorod

...

Sonad, campanas de San Basilio,


Como en 10s tiempos del rojo Ivicn...
Cantad, oh vientos de las estepas:
jHa muerto el zar!

EN EL MAR DE CORAL
Por una perla negra la compr6 a u n europeo
Que vendta de todo en el Mar de Coral;
Y fu6 una ardiente nwhe de luna, allh en Borneo,
Que le canti? en malayo la cmci6n inmortal

...

U n hombre de la China, Kwan Y i n era su nombre, Me la rob6 otra noche, pero yo lo enconfd:
Lo estrangulk sonriendo, porque yo era m6s hombre
Y otra vez en mis brazos amantes le I l d .

...

H u f m s de las islas, bajo la vieja luna.


Ah, pero en la canoa ya no habh agua alguna
Tres dtas navegamos bajo el sol infernal.

...

Ella dormfa, rnuerta. .. La alcE en mis brazos, loco


De sed, y murmurando: ";Tomadla por u n poco
la ech.4 a 10s diablos en el Mar de Coral.
De agua!

..."

VERSOS A ANA MAY WONG


Bella Flor de la Lunrt, dulce Lirio del Rto,
Era en el barrio chino la Fiesta del Draghn
Cuando tii apareciste con tus sandalias rojas,
Y el violin de tres cuerdas ik cant6 esta canci6n:
''Desk 10s ruiseiiores del tiempo de Cbnfueio
Hasta el agua amarilla que besa el arrozal,
Sabfan que vendrhs, ornada de amapolas,
A esta calleja obscura donde florece el mal.,."

La pasi6n misteriosa de tus pupilas chinas


Me hblaba de 10s juncos que ruedan hacia el mar;
De Buda y las pagodas ... Y 10s mendigos ciegos
Cantaron en la orilla al sentirte pasar.
Ana: May Wong: las brisas lejanas de Mongolia
Murmuraban tu nombre. Y en aquella ciudad,
(La Blanca Sun Francisco) te cubrieron de rosqs,
A t f , esclava amarilla deE Ladrdn de Bagdad.
La canci6n del leproso me dijo que eras m fa,
Cuando el iiltimo junco se fuk, al anochecer;
Y el bonzo taciturn0 me tmjo tu sandalia
Dicihdome: "en la Euna novena ha de volver".
Ana Ma? Wong: el viento del Asia se llevaba
Las jlores que catan Y o te quemaba el "joss"
Mientras lavabas platos en el hotel de Holly.uood,
Y buscaba una estrella para nosotros dos...

...

LOS JUNCOS
Juncos del Yan-Tse-Kiang, oh lentos juncos
el aiento mece en el sagrado rto,
Misteriosas cigiieiias del creptisculo
Rodando hacia el destine.
Que

Juncos del Yan-Tse-Kiang, en cuyas eelas


Bostezan 10s dragones amarillos,
Y frota urn fragancia de lejanos
Ciruelos fborecidos.

Juncos del Yan-Tse-Kiang, lentos y graves,


Espectrales y frbgiles navdos
En cuyas enigmhticas siluetas
Pasa el nisterio chino.
doh juncos, qd tra6is en vueslros vientres?
icancion~lsde arrozales florecidos?
,jVisiones de antiqufsimas pagodas
Donde Buda estci vivo?

Vi pasar todo el opia de la china


Por el silencio del sagrado rdo,
Y aspirk en el crepiisculo el perfume
De los mortales lir ios..

VERSOS ESCRITOS EN LA ARENA


A nuestros pies el ociano
Iba votcando sus espumas,
Y 30 sofiaba con las brumas
De otro pats vago y lejano...

Todo era uzul en sus pupilas,


Todo era sol en el balneario,
Y 50 soiiaba solitario
Con mis ciudades intranquilas

U n viejo tuque abandonado


Agonizaba, allci, a lo lejos,
Y una canci6n de amores viejos
Vino a buscarme del pasado.

' ' i Q ~ kcontemplabas en la espuma?"


DespuEs oi que ella me decia,
Y yo sofiaba todavta
Con m i pais vago de bruma.

Junto a las ondas espumosas


M i compafiera no satta
Que el ockuno me traia
Voces y sombras misteriosas.

"Nada", ezclamk con voz serena,


Y amtos, tornados de la mano,
Dando la espalda al oceuno,
Nos alejamos por la arena.

Nostalgia gris de otras mafianas,


Figuras pcilidas y frias
Vagas memorias de otros dias,
De amadas muertas y lejanas.
Mernor ias viejas J borrosas
De otras riberas y otros cielos,
Besos, adioses y pa fiuelos,
A1M en las diirsenas brumosas ...
Voces de mares y navfos,
Noches estrafias de otros pgertos,
Semblanles pcilidos y muertos,
Rostros que am6 y hoy estcin frtos.
Turbb una voz en la ribera
M i ensofiaci6n zraga y, remota:
Era el graznar de una gaviota
Que se alejaba mar afuera,

Esta casa jug rtn buque,


U n errante bajel desconocido
Que e n sus juegos brutales el ockano
Arroj6 un dtu a1 arena1 rojizo.

Esta casa ,fuE un Euque


Que navegb del mar por 10s caminos,
Y recorri6 las rutas del pianeta,
Y recogib las voces del abismo,
Y caldearon 10s soles de otros climas,
Y sus velas hincharon 10s alisios,
Y Eled en sus enirafias Zos ensuegos
De 10s hombres errclntes y perdidos
Que iban buscondo el vellocino cle oro.

LA CASA DEL MAR


Casa de mar, blanqueando solitaria
Enfre la primavera de 10s trigos;
De su abierta ventana, en el verano,
S e escapaba u n cantar, y el viento mismo,
Ronco con el mugir de las haciendas,
S e detenia a oirlo.

Casa del mar, alzhndose e n la pampa


Guardando en 10s sibncios infinitos
Del campo verde y del profundo cielo
La mkterwsa intimidud de u n nido

...

Esta casa jui un buqua. Era construfdo


Bajo el phlido cielo escandinavo
Con la modercr de 10s altos pinos
Que crecen junlo al fiord, y que decoran,
Bajo 10s cielos phlidos y frfos,
Las baladas de nime de noruega.

La voz del ockano


Suele urrullar el alma este de pina:
La puetla de nos!algias misteriosas
E n 10s hondos silencios injinilos.

Buque que atravesd todos 10s mares,


Pino de aquel navto.

..

Las manos amorosas de 10s Iwmbres


Hicieron esta casa con el pino.

FLORENCIA
;Oh la ciudad lirio florecida en piedrar
Del Arno murmura la voz secular;
Los divinos mhrmoles se envuelven en hiedra;
Los siglos ardientes se sienten pasar.

NO jd en esta Piazza del2a Signoria


Donde el Alighieri se sinti6 inmorkrl,
Y a1 sol de Toscana, que el cielo encendfa,
Gimi6 Galileo, muriente y triunfab

dNo fuE por la Puerta de este Baptisterio


Que entrb el gran Leonsrdo en la elernidad,
Y oy6 el viejo Alfieri la voz del misterio
Vibrando e n Zas piedras de la Trinidad?
dNo subiii a este cielo, victoriosa y sola,

- Convertida en llama de inmortalidad E l alma sublime de Savonarol~,


Desde las hogueras de la iniquidad?

iRiberas del Amo! La agreste zampoiia


Del valle de Fi6sole se escucha cantar,
Y el pcilido espectro de J u a n de Bologna
Sobre el Ponfe Vecchio se ve divagar.

Las campanas suenan, all&, en la Annunziata


Aqut, en estos parques sin una canci6n,
El viejo Bocaccio de barbas de plata
Contaba 10s cuentos det Decamerbn.

...
Ciudad de tragedia, bajo el sol de julio
Se pudren las aguas del turbio canal,
NO ser6 la sangre del viejo Paululio
Que moja tus piedras, ciudad infernal?
Desd6mona canta Za copla del sauce;
Marino Faliero ya no ha de volver;
Del Lido atraviesan el ldgutre cauce
Las g6ndolas negras a1 amanecer.

En el Sotto Piombi, siniestro y dormido,


Danzan 10s espectros s u danza infernal;
E n esta agua obscura, rojiza, del Lido,
Diindalo el maldito la26 su puiial.
iQue sueiks, Venecia? jLa gloria ya muerta?
iQue alumtre tus piedras por fin el 'yiat lux"?
Se ahoguron en songre, del Tiempo en la puerta,
Lcrs abejas de oro del dltimo Dux.

Cancibn misteriosa del mar de Levante,


Eterno murmullo del mar siempre azul:
Mallorca la de Oro, que vi6 10s bajeles
Surcar las espumas, buscando la luz

...

E l viento le trajo 10s viejos cantares


De UZises errante y el rudo Jas6n;
Piratas y santos soiiaron sus sueiios
E n esta ribera divina de sol.

H ~ C T O RPEDRO BLOMBEBG

Moj6 en sstas ondas del mar legendario


S u espada Don Jaime el Conquistador;
Las viejas palmeras oyeron las aoces
De Raimundo Lulio, que hablaba con Dios.
Chopin se moria mirando estos cielos,
Aquf, en 10s crepfisculos que am6 Jorge Sand:

Darbo, el Divino, cay6 de rodillas


Sintiendo la muerte, mirando este mar.

LOS INFIERNOS
lnjiernos de opio en 10s antros
Del muelle de San Francisco,
Las callejas misteriosas,
Las mujerzuelas, 10s chinos.
Injiernos de cocatna,
Interminables delir ios
E n 10s turbios aposentos
De sinieslros hotelillos.

ParaLos del acbnito,


Besos viscosos y frfos
Bajo la Zhmpara roja,
En el horror del prostfbulo.
Noches rojas en 10s muelles
Cuando llegan 10s navlos,
Y pasa u n soplo de sangre
Sobre 10s barrios maldifos.
Hemos llegado de China
A1 muelle de Sun Francisco.
Nos reseca las entraiias
La sed de 10s paratos.
Pero en los brazos febriles,
E n 10s extraiios delirios
Del opio. y la coca tna,
Est& canhndo el Pactfico.

Y de las lhmpa~asr o j a ~
A1 resplandor mortecino
Nos burlamos de la muerte
Que acecha en 10s parabos.

MIOS...
Oh mares mtos, anchos mares
Donde las naves del soAar
Cruzan buscando u n horizonte
De eternidad.

Oh barcos mtos, donde sueiian


Hombres que nunca uolverhn,
Cada madera carcomida
Tiene u n cantar.

Oh puertos mios, turbios puerfos


Donde la bruma vence a1 sol,
Figones sbrdidos, mujeres
Que nadie am6.
Oh marineros, pobres almas
De 10s que mueren en el mar,
Bajo el requien de 10s oleajes
Dormid, soiiad.
M f o es el mar, mto es el viento,
M f a s las naves, mto el sol,
Mtas las almas que sangraron
E n m i cancibn...

AL "BOUGAINVILLE"
Ayer, cuando volvfas de las tierras distanfes,
Caldeadas por 10s soles de China y del Brasil,
Me invadi6 la nostalgia de 10s dtas errantes,
Cuando vagamos juntos, ioh viejo Bougainville!

...

Me hablaban tus maderas en su mudo lenguaje,


De ocianos espumosos bajo cielos de aAil,
De tierras misteriosas iOh, cubnto extra60 viaje
Del Havre a Singapore, la Costa de Marfil!

...

Y me turb6 el ensue60 de quedorme en tu puente,


Y de hundirrne en las rutas Eejanas del Oriente
iDulce y vieja quimera de morir en el mar,

...

Bajo la azul pupila de la primera eslrella!


( E n m i ensuefio vela las Euces de Marsella
Temblando entre la bruma, como antes, at clarear ...)

B A G D A D

Blanca Bagdad,
Dulce ciudad
Donde rein6 Hariin-al-Raschid,
E n cada piedra
Teje la hiedra
Los ensuefios de Schehevezad;
En tus callejas
Vagas 3 ciejas
La leyenda exprime su vid,
Y con su vino
Cargb Aladino
La nave del viejo Simbad.

180

H ~ C T O RPEDRO BLOMBERO

Las caravanas
Pasan lejanas
Y est6 sofiando el Gran Visir
Con el tesoro
De plala y oro
De la cueva de Alt-BUM;
Y a de la aurora
Llega la hora,
Los camellos van a partir:
La S12ima estrella
Y a no destella
Y el ladd enmudece ya.
No hay sornbra alguna
Bajo la luna
De los califas de Bagdad;
Flitima sueiia,
Blanca y risueEa,
Y una guzla canta sutil ...
A bd-Hasshn,
Ven, que se mn
Las estrellas de la ciudad:
Sobeida espera
La luz primera,
Y las Noches son m6s de mil ...

EN EL BAR DE LA A U S T R A L I A N A
Los muchachos esthn ebrws
En el bar.
Un velero quiebra el agua
Del canal.
La australiana esth borracha
De cofiac;
Y era betla, en otro tiempo...
00
es nerdad
Que era hermosa, en la ribera

De otro mar,
Cuando tii eras un grurnete
De m i eaad?
Pero ahora, pobre Maggie,
C6mo est6

...

JPor quk lloras sobre el whisky,


Capitbn?

MueEle sucio, turbio cielo,


Viejo bar;
Alma triste de 10s hombres
Que se van,
De los hombres que no vuelven
Nunca mcis.

El borracho ya ha dejado
Dc cantar.

Un borracho esth cantando


Sin cesar
U n cantar de 20s errantes:
"Mothrland",
Y en el piano, el inglks ciego
Toca an vals.

La tuz ~uelcauna amarilla


Chridad
En la rnugre J la miseria
De esie tar
Que fundara hace lreinta aiios
- To1 vez m h Aquel ezcampe6n del mundo,
Tommj Sand.
St, aquel mismo que mataron,
De eslo harh
Catorce aiios, cuando llegue
Aravidad.

La austratiana se ha dormido,
Copithn.....

Me habla del cielo azul del tr6pico didante,


De una tierra lejana
De2 canto de 10s phjaros de juego,
De u n rlo de aguas claras 3 de oerdes riberas,
Y de n o c k s indias
Palpitantes de estrellas

...

Humo, rumores, lluvia


De la ciudad inmensa ...
Enfre 10s grises edificios,
E n el rincbn sin luz de m i bohardilla
Y o tambiCn sueiio eon la palmera.

LA P A L M E R A SOLITARIA
Entre 10s grises edif icios,
Mustia, en inm6vil actitud de enferma,
C o n sus ramas eaidas como brazos eansados,
Bajo 10s turbios cielos de la eiudud inmensa,
Estii soiiando misteriosos suefios,
La Palmera.

...

Patmera solitaria
Desde m i bohardilla de poeta,
Desde el rincbn sin luz de m i uenlana
Y o dialog0 con etla
Y me cuenta sus suegos miskriosos,
La Pulmera.

E n la penumbra de la nave,
Adormecido de quietud,
Oigo tus versos inmortales,
Santa Teresa de Jesds.
Crece la hiedra sobre el muro
( N o tengo miedo de morir
Cuando solloza una campana
Sobre la calle Potosl).
Entra la sombra del crep2isculo;
Y a se empez6 a desvanecer
E l gobelino del pirata
Sobre la tumba del Virrey

...

V E R S O S EN UN M U R O DE $AN JUAN
Crece la hiedra sobre el muro
E n esta iglesia de S u n Juan:
D6nde se fueron las monjitas
Que aquE ventan a rezar
SueAan, inm6viles, los santos;
Y a la derecha del altar
Esth durmiendo el sueiio eterno
Don Pedro Melo 3 Portugal.

~ Q u kvoces aun despiertan la calle del Pecado?


A u n vaga, rojo espectro, Cuitiiio en su cucrtel;
El Hueco de las Animus se acuerda del pasado
Y el viento sur agi~asus sauces otra vez.
Borrosas pulpertas, sonoras de guitarras:
!Oh tardes de otro tiempo! ... Fuk aqut que se llor6,
E n los antiguos patios, bajo las verdes parras,
La muerte de Camila por el Restaurador,
Fuk aquf que la "Diamela" del viejo Echeverrta,
-Mientras el toque de hnimas dobl6 en la Concepci6nA1 son de una vihuela doliente, humedecia
Pupilas de porteiias con lcigrimas de amor...

CANCION DE LOS BARRIOS D E L SUR


Barrios en cuyos patios aun crecen jazmineros,
Aleros coloniales que tesa el viento sur;
Ventanas que veian pasar 10s mazorqueros,
Rejas que acariciaron las ramas del ombh.
Barrios del tiempo viejo, que arrultan las campanas
Antiguas, mientras duermen Son Telmo y Monserrat;
Callan las serenatas de las noches lejanas,
No hay negros en la Plaza de la Fidelidad.

iQuk abue1o.s inmortales amaron y soiiaron


E n estas casas viejas que guarda el barrio sur?
Quizic, en las noches claras, sus sombras regresaron,
Ardientes e invisibles, del barrio en la quietud ...

;Oh barrio del recuerdo, obscuro y olvidado!;


Suspiro cuando pienso que u n dfa hos de morir
El coraz6n port~iio,el alma del pasado,
Romicntica y ardienfe, estci guardada en ti.

...

"Vengo esta noche, rosal porteiio,


Porque no puedo vivir sin ti...".
La coot de un homhre cant6 e n la reja;
De la ventana ca26 u n jazrnln.
"Vendrk a Euscarte cuando LavaEle
Tome su lanza para volver,
Vendri a buscarte cuando arrojemos
De Buenos Aires a Jucln ManueL
"jCijmo he sofiado con tus pupilas!
iCbmo temblaba m i coraz6n
Cuondo en la noche de Sauce Grande
Besk t u cinta, prenda de amor!

"Di que me esperas, que no me olvidas.. .

LA SERENATA DEL UNlTARlO


Duerme la calle 0% Sanla Clara.
Una ventc-na por fin se abri6,
Y una voz ronca cant6 a lo lejos:
" j Viva la Santa Federaciijn!"
Lleg6 una sombra junto a la reja;
De una guitarra sali6 un cantar.
/Ah, c6mo oltan 10s jazmineros
Bajo la luna de la ciudad!

TCjeme u n poncho blanco J azul;


Reza en la noche por l u unitario,
Y enciende un cirio frente a la Cruz".
Turk6 el galope de 10s caballos
Las dulces notas d~ h canci6n;
Se oy6 entre el ruido de 10s pucales
"iViva el Iludre Reslaurador!".
N o qued6 nadie junto a la reja,
Habia sangre sobre el jazmin;
Tras la ventana vibr6 u n sollozo:
''Porque no puedo vivir sin ti...",

Duerme la calk? de Santa Clara.


En el silencio s61o se oy6
Una voz ronca que iba cantando:
"/Viva la Santa Federaci6n!"

LA CAMPANA DE SAN TELMO


Oye, madre, como suena
La campana cEe San Telmo:
Ast doblah la noche
En que 81 me di6 su paiiuelo.
Hace un aiio que se ha ido
Y todouta rao ha vuelto;
El, que me h s b en la reja
Diem: '>ronto uuelm;
Me goy, que me estbn buscando
Los puiiales mazorqueros",

Madre, no duerno de noche


Eseuchando en el silencio,
Como dobla, hora tras hora,
La eampuna de S u n Telmo,
Mkmtras se seca el jaznatn
Que perfuma su paiiuelo,
Y canta u n eco de muerte,
E n el grito del sereno.
Madre, Lno ojes c6mo suena?
Madre, no s% lo que tengo,
Que escucho la serenata
De su guitarra en mis sueiios
Y me parece que ojera
La serenata de u n muerto.
Madre, uieron su cabeza
E n Ibs cercos de Palerrno,
Lfvido y trcigico el rostro
Y 10s ojos muy abiertos.,,
Madre, dkjame que mueru
Mientras beso su pa?iuelo,
Y oigo en la noche e'a sangre
La campana de S a n Telmo.

LA P U L P E R A DE SANTA LUClA
Ero rubia J sus ojos celestes,
Reflejaban la gloria del dda,
Y cuntaba como una calandria
La pulpera de Santa Lucta.
Era flor de la vieja parroguia;
iQui6n fuk el gaucho que no la querta?
Los soldados de cualro cuarteles
Suspiraban en la pulperta.

Le cant6 el payador mazorquero


Con u n duke gemir de vihuelas
En la reja que olta a jazmines,
En el patio que olta a diamelas:

"Te quiero, pulpera,


iCu6ndo seriis mfa?
Oye las guitarras
De Santa Lucta ..."
La Elev6 u n payador de Lavalle
Cuando el afio cuarenta morta:
Ya no alumbran sus ojos celestes
La parroquia de Santa Lucia.
Y volti6 el payador mazorquero
A cantar en el patio vacto
La doliente 3 postrer serenata
Que lleviibase el viento del r,o:
"lDbnde e s t h , pulpera
Quk no fuiste mta?
Lloran las guitarras
De Santa Lucla

...",

MINUE F E D E R A L
Manuelita Rosas lleg6 la primera
Cuando en S u n Ignacio dotlaban las diez.
Bailaba sonriendo, su pequeiia mano
Perdida en la mano del ministro inglks.
Agustina Rosas de Mansilla eslata
Miis tella que nunca; tail6 sin cesar.
(iOh noches lejanas de la tirania
que la tlanca aEuela no pudo olvidar!)

Mercedes Rivera, sonr iendo enfre yasas,


Leia unos versos y hahlata de amor.
1.0s ojos sombrtos de Sanla Coloma
Buscaban 10s ojos del Restaurador.
Sonrie, unitaria vestida de rosa,
Sonrk, portefia, tailando el minuC,
Y no nombres nunca, si quieres que vuelva,
A1 rubio unitario que u n dia se jut...
Baila con Mariiio, sonrkle a Rosas,
Oclalla la anglutia de tu coraz6n;
LavaJle estci cerca, pero th, unitaria,
Baila, que te acecha la Fedkraci6n.

I d una ha sonado, allh en San Francisco.


Manuelita Rosas dej6 de bailar.
(iOh noclzes lejanas de la tiranfa
Que la blanca abuela no pudo olvidar ...)

L A MAZORQUERA D E M O N S E R R A T
Cumpli6 quince uiios la primavera
Del afio rojo de la ciudad,
Y ta llamaba "la rnazorquera"
En la parroquia de hfonserrat.
Eran sus ojos negros, traidores,
Y lastimaban como u n puiial,
Y los sargentos resiauradores
Le dedicccban esle cantar:

"Cuida la vida del que te quiera


Porque cien dugas lo buscarbn
Por tus amores de mazorquera,
E n todo el barrio de Monserrat".
Bajo el rebozo, rojos, sangrienfos,
Los labios de ella r e k n d s ,
Y Ear guitarras de 10s sargentos
AsE v o b h n a suspirar:
"Por lus amores degollarta
Hasla a1 portefio m6s federal,
Juan Manuel mismo te adoraria
Oh, mazorquera de Momerrat.,."
Ella enlornaba 10s negros ojos
Y sonrefa siempre a1 pasar
Entre el revue10 de ponehos rojos
De la plazuela de Monserrat.

Y fuk u n sargento, loco de celos,


Que hiri6 una tarde con su pufial,
-La duga roja de sus cien duelosLa mzorquera de Monserrat.
Llena de sangre, mientras morta,
Cay6 urn estamp de entre su chal,

Y en el suspiro tde su agoniu.


El mazorquero creyb escuchar

Estas palabras roncas, llorosas:


"jS6l0 a ti amaba!", y a1 expirar
Bes6 en la estnmpa Ea jaz de Rosas
La mazorquera de Monserrat.

Si en rez de Eas cuairo balas


Que maiiana me han de dar,
Me estaquearan solamente,
Virgencita de Lujiin.

Y m i pobre mazorquera,
La que llora en Monserrat,
T e llevarh sus dos lrenzas
Y de azul se vestirri,

Si en el patio del Retiro,


Cuando comience a clarear,
$610 me den mil azotes,
Virgenciia de Lujhn.
PLEGARIA D E L MAZORQUERO
A L A V l R G E N DE LUJAN
Virgen gaacha, Virgen mia,
Virgencita tZe Lujrin,
Mafiana, ab cbrear el alba,
Rosas me ua a fusilar.
Llevari mis nazarenas
De plata para lu alkr,
Y mis cinco parejeras
Para tu iglesia swhn

Virgen gauchu, Virgen mfa,


$610 me queda rm puiial
De plata para ojrecerte:
Y a no tengo nada miis
Que m i guitarra de criollo,
Y en ella t'e he de cantar
Mienfras le quede una cuerda,
Virgencita de Lujiin.
S e estii apagando el lucero
Y 10s trompas pronto van
A tocar m i iiltirna diana.
tSefiora, me salvarhs?

1 .

I . . . . . . . . . , . . . . . . . . . . . .

Ahl traen llorando a mi china

Y el piquete triene atrhs.

iPorqu6 me has abandonado,


T'irghcita de Lujbn?.

..

CAMZLA O' GORAZAN


Cumila 0'Gorman, Camila
Las campanas del Sowrro
Dobkan por ti toduvta.
Sauces cde Santos Lugares,
Modreselvas de las ruinas,
Trligica sombra qua aun andas
En d6nde f& tu agonla.

i D 6 n L esihs, Camila 0'Gorman,


Con lw ardientes pupilas,

Trunca tu cancihn de amor


Entre las balas malditas,
Junto aZ cuerpo ensangrentado
Del hombre que te quer fa?
~ Q u ksauce Elora en la noche
Sobre tu sueiio, Camila?
iQ& corazhn no te llama,
Qu6 pecho no te suspira
E n la ciudad donde amaste,
A pasionada herotna?
dEn qu6 patio no girni6
Una guitarra trist tsima
Por tu alma, Camila 0'Gorman
Mientras la sombra maldita
De Juan Manuel, en su insomn
De pavor se consumfa?
Duerrne lu sue50 de amor,
Nunca has de morir, Carnilo;
Nunca mientras ha9a u n alma
De pasi6n en agonta,
Un sauce en SanEos Lugares,
Y una guikrra argmtina.

DELFINA RAMIREZ
Oye, Delfina Rarntrez,
Que aqul be vengo a cantar
Un romance de las lunzas
A orillas del Uruguay.

(Alin se acuerdan las cuchillas


Bajo el cielo siempre azul
De 10s tapes de Andresilo
Y las cargas de Hereiiri).

H ~ C T O RPEDRO BLOMBERG

Sangre de Poncho Ramtrez


Que en el ceibo florecib
Como urn Mgrima roja
Que inrnortalizara el sol.
Sus ojos muerios miroban
El martirio de su amor,
I.Y lloraban todavfa
De coraje y de pasibn!
(Abn se aczaerdan las cuchillas
Bajo el cielo siempre atul,
De 10s indios de Andresito
Y las lanzas de Hereiih).
Duerme; Delfina Ramfrez,
Que por t i y tu capithn
EsGn Elorando 10s sauces
A orillas del Uruguay...

L A BALLENERA
Es el vienlo en 10s sauces
De la ribera...
Huye, que todo duerme. La Mazorea
Ebria de sangre en sus guaridas vela:
El rumor de sus cantos federales
Se extingue en las tinieblas.
Huye unitario, sotre el patrio rto,
Huye, porque maiiana tu cabeza
Ya m estarti sobre tus hombros
Si te entuenfra la gente mazorquera.

210

H ~ C T O RPEDRO BLOMBERG

N o temas... E s el viento entre 10s sauces...


H u j e , que te acompaiia en esta nvche negra
La plegaria de amor de Manuelita
Y te llaman 10s cantos de Varela.
Y a han dado 10s serenos
las doce de la noche.
Alli &be esperar la ballenera,
E n la arena del bajo, junto a 10s sauces negros,
ZPor gut en tus labios tiembla
El adi6s desolado de Balcarce?
jAh! iPor qui no esth alli la ballenera?
"jViva el Restaurador! jitfuera el salvaje!"

CANCION DE LA TIRANA UNITARIA


Hubo u n julgor de dagas en la arena,
U n grito de agonta
;Santa Federacibn! Otra cabeza
Rubia y ensangrentada
Fu2 pasando por manos mazorqueras...

...

NO rezabcls por tu alma, Manuelita,


E n la lrigubre noek sin estrellas?

...S6Io se oia el viento entre los sauces


De la ribera.

Tirana unitaria, t u cinfa celeste


La hull4 en m i guitarra de tuen federal,
Y en noches de luna cant% en tiz rentana
M&s de un suspirante "cieliio injernal".
Tirana unitaria: le dije a CuitiAo
Que tS eras mhs santa que la Encarnacibn,
Y el buen mazorquero jur6 por su daga
Que por t i velaba la Federaci6n.

212

H ~ C T O RPEDRO BLOMBERU

Tirana unitaria, me voj con Oribe,


Y all& en las estrellas del cielo orienbl
Seguirk mirando tus ojos No terns,
Porque de Cuitiiio te ampara el puAal.

...

Tirana unitaria, m i oieja guitarra


Seguirci cantando tus sueiios de amor,
Y mi ulna, en las noches de luna, por verte
Volve.r& a la lierra deE Restaurador.

CANCION DE AMALIA
jAmalia! La sangre del aiio cuarenta
Salpic6 tu rostro color de jazmfn;
Doliente azucena de la Tiranfa,
Hasta hoy Buenos Aires se acuerdu de ti.
Los ojos azuks del rubio unitario
Llenaron 10s sueiios de tu coraz6n
;Ah, c b m lloraron tus negras pupilas
En las noches rojas del Resiuurador!

...

jdrnulia! Suspiro de amor sin wntura,


Del bardo unitario la ardienle canci6n,
Rim6 con las tuyas las lcigrirnas rojas
Que m n c b la daga del Restaurador.
El canlo de muerte de 10s mazorqueros
Llegaba en las noches hash t u jardln,
Tu velo de novia mancharon de sangre...
Hasta hoy Buenos Aires se acuerda de ti.

LA HIJA DEL MAZORQllERO


& esbi muriendo de amor
La hija dei mazorquero;
iCbmo llorabu por ella
La guilarra de ,Juan Cuello!

En sus Iabios federales


Sangraba u n rosal porteiio,
Y sus ojos unitarios
Eran del color del cielo.

ICa a misa en Monserral


Y cr novenas en S a n Telmo.
Vibraba de serenatas
El rancho del mazorquero.

A la siguimte maiiana
Vieron sus ojos de cielo
Que u n soldado Eo trata,
Pero estaba mudo y ciego.

Cant6 el pericdn de Rosos,


Bail6 el minuk montonero,
E l santo de Monuelito,
Una tarde, all6 en Palermo;

...Dobld en la tarde de abril


La campana de S u n Telmo:
Estaba muerta de amor
La hija del mazorquero.

Y el Restaurador le dijo,
RegoMndole un paiiuelo:
"Por Csta jlor mazorquera
Mhs de uno ha de andar muriendo".
Y era ella quien se morta,
Cuando, llorando en silencio
Iba a misa e n Monserrat
Y a novenas en S a n Telmo.
E n el cuartel de Cuitiiio
Atormentaha a1 preso
Por ~ u i 6 nmorta de amor
La hija del mazorquero.

"No llores ... T e lo dar6".


Dijo Cuitiiio, sonriendo,
C u m d o ella pidid, llorando,
La vida del prisionero.

"FuB la flor de los Banguelas


E n el barrio &l Tambor,
Pero nadie la querta
Uomo Lhzaro el cantor.
"aerraba ella la ventana
A l escuchar su cancidn,
Porque Martina Balcarce
No tenfa crrazdn.
Por andar con unitarios
Lo mandaron fusilar.
Fu6 en u n Carnaval de Rosas
auando ella lo vi6 pasar

L A COPLA D E L A P A R D A BALC1ARCE

"Rubio y phlido, entre cuatro


Negros del Restaurador.
Y rec2n sup0 Martina
Que era Lhzaro su amor.

A buel ita Dominga, reina de 10s candombes,


Enskfiame la copla de la parda Balcarce,
Que el Clarnaval de Rosas esta noche se acaba
Y m i guitarra quiere cantarla como nadie.

L c Q ~ i edarle
r ~ u n beso a solas",
Dijo a1 jefe del cuartel;
Y hasta que tocaron diana
Estuvo sola con kl.

Ahuelita Dominga, que fenfa cien afios


Y habfa sido esclava del padre de m i padre,
E n el anliguo patio, delr6s de Sah Francisco,
Me cantaba esta copla de pasidn y de sangre:

" A las diez de la maiiana


Murid Lhzaro el cantor;
Negrus y blancos lloraban
E n el barrio del Tambor.

"Pobre Martina Balcarce,


Qu6 linda estaba despds ...
Iba a rezar por el muerto
Los lunes de cada mes.
"Pasaron mrios. U n d b
0 ~ 3 - 6ad barrio del Tarnbor
U n pardito de ojos claros
Que era el hijo del cantor.

"Y otro Carnaval de Rosas

- El S12imo Carnaual-

Bes6 a1 pardito de Lhzaro


Y se ensart6 en u n puiial.

"Cuando muri6 la Martina


Dej6 a1 hijo de su amor:
Negras 3 blancas lloraban
E n el barrio del Tambor".
Abuelita Dominga, reina de 10s candombes,
Que habfa sido esclava del padre de m i padre,
Suspiraba en el patio detrhs de Sun Francisco
A1 cantarme la copla de la parda Balcarce.

LOS J A Z M I N E S D E S A N IGNACIO
Lindo es el sol de Ma20
Ti5 eres mhs linda
Porteiia mala.
E l doming0 de Ramos
E n S a n Ignacio
Por la maiiana
Comprd jazmines
Jazmines blancos,
Y a1 decirle a tu par&
Que te lo diera,
M e miraron las negras
De la recoba
Con cara extraiia.

E n tus negras p u p i h
Brill6 el lucero
De la mafiana.

A Carmen la Mulata
de Sun Francisco
Le dE una carta
Para tus manos
S i n decir nada
(Adentro iba u n anillo
De oro y de plata)
Y Chrmen me la trajo
La misma noche
Siempre cerrada.
Se nublaron tus ojos
Bajo la sombra
De tu pestaiia

Y cuando fusilaron
Aquel muchacho
Allh en la plaza
De la Victoria,
Vi que llorabas
Y que el muerto tenfa
Jazmines blancos
Esos que yo te enviara
Entre sus manos
Ensangrentadas...

EL BESO DE MANUELITA
El buque te llevaba por 10s lejanos mares
A las brumosas tierras que nunca besa el sol;
Quh Mgrimas ardientes corr fan de tus ojos,
De aquellos ojos negros que am6 el Restaurador.

Dormb tu "talita", fruncido el torvo ceAo,


T u s manos amorosas pos6banse en su sien,
Poblaban 10s espectros sus rojas pesadillas ...
Qu& sueiios esa n o c h so26 don Juan Manuel!

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