Amado Nervo
Amado Nervo
Amado Nervo
DEL POETA
(1886-1891)
I
AMADO NERVO
Texto establecido por Alfonso Mndez Plancarte
Edicin de Gustavo Jimnez Aguirre,
Eliff Lara Astorga y Carlos Ramrez Vuelvas
NDICE
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PLEGARIAS A MARA
Maris stella
[El nombre de Mara]
Benedicite!
A Mara de Guadalupe, mi Madre!...
En el da de la Asuncin de Mara
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CANTOS A LA NATURALEZA
[Primaveral]
[A la luz de las estrellas]
[Maana de mi vida]
Las montaas
Nubes
La tempestad
[Bajo la sombra del jeric]
La reina de la noche
Noche invernal
Ofrecimiento
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NOTA SOBRE
LA EDICIN
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en el acrstico Nia del corazn se conservaron las letras versales para no modificar la intencin autoral. Se evaluaron las palabras en
maysculas que aparecen en la edicin de 1952
y se decidi transcribir en minsculas algunos
casos siguiendo un criterio actual, pero con respeto al propsito expresivo de Nervo. As, Obispo,
Lmpara y Corazn cambiaron a obispo, lmpara
y corazn, mientras Madre, Dios, Dueo, y otros
apelativos referidos a la divinidad o a la Virgen
Mara, conservan la inicial en alta. Slo en el
poema A Iturbide se respetaron las maysculas
de Religin, Unin, Independencia debido a la
referencia histrica de estos vocablos (el lema del
ejrcito trigarante de 1820).
Por otro lado, las composiciones que Mndez
Plancarte titul fueron sealadas entre corchetes.
Posiblemente por descuido editorial, en 1952
aparecieron sin aquellos signos algunos encabezados de poemas que s los presentan en 1938 y
1943. Por ello, seguimos estas dos ltimas ediciones para diferenciar entre los ttulos originales y
los propuestos por el editor. Al mismo tiempo,
colocamos tres puntos suspensivos entre corchetes [] al final de aquellos textos considerados
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MAANA
DEL POETA
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MIS VERSOS
LAS FLORES dan aromas,
las ondas mil rumores,
los sauces gemidores
su abrigo protector;
diamantes va regando
doquier el aura inquieta,
y el arpa del poeta
sus cnticos de amor.
He aqu, Seor, de mi arpa1
los cnticos dispersos.
Son tuyos estos versos
de vaga inspiracin;
escritas en mis horas
de dicha y de congojas,
te traigo en estas hojas
mi ardiente corazn!
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DICHA FUGAZ
COMO LAS NUBES que impele el viento,
cuando principia la tempestad,
a otras regiones del firmamento,
mis ilusiones,
dulces ficciones,
as se van!...
Como el murmullo del agua pura,
como el acento de algn cantar
desaparecen en la espesura,
mis ilusiones,
dulces ficciones,
as se van!...
Como las olas del mar en calma
van a perderse en la inmensidad;
como abandona su cuerpo el alma;
mis ilusiones,
dulces ficciones,
as se van!...
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MI DICHA
OH MUSTIA FLOR sin ptalos ni aroma
que ayer mirabas orgullosa al sol:
semejante eres a la dicha ma
que rpida pas!
Como inclinas tus hojas ya marchitas
y tu flexible tallo sin verdor
hacia la tierra que te vio lozana,
as inclino tambin mi frente yo.
Ayer eras la reina de las flores,
y hoy eres el emblema del dolor;
ayer, tambin me sonrea la dicha
que rpida pas!
Ligero colibr, preso en la jaula,
que chupabas ayer la dulce flor,
y hoy, triste, el pico hacia la tierra inclinas,
as inclino tambin mi frente yo!
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T Y YO
(IMITACIN)
VIOLETA PURA de suave aroma,
jirn hermoso del cielo azul,
arrullo tierno de una paloma:
eso eres t.
Visin que en sueos el poeta mira,
el ngel bello de la virtud,
ser misterioso que amor inspira:
eso eres t.
Ave doliente de la espesura,
postrer latido de un corazn,
oculto arroyo que no murmura:
eso soy yo.
Suspiro triste de algn amante,
flor de un sepulcro, prado sin sol,
bardo sin nombre, cfiro errante:
eso soy yo.
(1887)
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DEL ALMA
Y DE DIOS
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Notas alegres,
hermosas trovas
que antes vibrabais
en mi arpa tosca,
tambin os fuisteis...
tambin vosotras!
Como las nubes,
como las aves,
como la sombra!...
Alma que sueas
y que ambicionas,
t tambin pronto
te irs llorosa
como tus sueos
y tus memorias,
como las nubes,
como las aves,
como la sombra!...
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II
MS TARDE, las nubes teidas de rojo
del sol moribundo vagaban en torno;
ni un leve rumor!...
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[SEOR, YO NO TE PIDO...]
Seor, yo no te pido la riqueza,
no te pido la fama ni la gloria;
que se borre mi nombre en la memoria
del mundo, cuando baje hacia la huesa.
No hagas, Seor, dichoso mi maana
dndome al ngel que entusiasta adoro.
Era, Dios santo, mi nico tesoro;
mas... que se cumpla tu orden soberana!
Arrebata tambin cuanto poseo;
que no haya en mi desierto ni una palma;
mas djame, Seor, la paz del alma,
que ya cansado de luchar me veo.
No puedo ms. Mi vida es un tormento
indefinible, cruel, sordo, espantoso.
Yo no tengo las fuerzas de un coloso,
y en la lucha se extingue ya mi aliento.
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QUIERO LLORAR...
Despus que padezco tanto,
que es tan brbaro mi duelo,
ay, no me concede el cielo
ni el don de verter mi llanto.
Me destrozan los abrojos
del mundo, no tengo calma,
hay un infierno en mi alma,
pero estn secos mis ojos!
Seor, aumenta el penar
de mi mrtir corazn,
mas deja, por compasin,
deja que pueda llorar!
Recuerda que t en el mundo
cuando padeciste tanto,
vertiste, Seor, tu llanto
en tu dolor sin segundo.
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ANHELOS
LA AURORA es el fulgor de tu mirada...
Cuando se pinta en el sereno ro
con tinta nacarada
la bveda serena y azulada,
semeja tu sonrisa, Dueo mo!
Las entreabiertas flores
muestran en cada ptalo tus huellas...
Los pjaros cantores
dicen tu nombre, y con sin par fulgores
lo escriben en el cielo las estrellas.
Dios, Dios por dondequiera!
Los mares, la montaa, la pradera,
la luz amarillenta de la luna,
del viejo templo la grietosa ruina,
la gaviota que cruza la laguna,
los mirlos que se arrullan en la encina,
todo me habla de ti, todo me advierte
tu amor y tu ternura,
y mi espritu anhela ya por verte...
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PLEGARIAS
A MARA
MARIS STELLA
LA NOCHE est muy negra,
la tempestad avanza.
Estrella de los mares,
ilumina las aguas enlutadas!
Piedad para el marino
que, lejos de su patria,
con encrespadas olas
en dbil barco sin cesar batalla.
Estrella de los mares,
celeste y suave lmpara,
tus plidos reflejos
sobre el obscuro pilago derrama.
Ya luzcan tus fulgores
mostrndonos las playas
y en las rizadas ondas
formando cintas de vistosa plata.
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BENEDICITE!
OBRAS DE DIOS, gentil naturaleza
fecunda y bella de la patria ma;
bveda excelsa de sin par belleza,
bendecid a Mara!
Pintadas flores que alfombris el llano
matizando la vega de colores
y en cuyos broches el roco liviano
deja perlas de cndidos fulgores;
dulce ornato del suelo mexicano,
bendito del Seor, cndidas flores
impregnadas de esencia y ambrosa,
bendecid a Mara!
Brillantes linfas de rizada plata
en donde el cielo difano se mira,
donde la luna plida retrata
su dulce faz, mientras callada gira
baando cariosa en su luz grata
las plumas del tzentzontle a quien inspira
cantares de admirable meloda,
bendecid a Mara!
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A MARA DE GUADALUPE,
MI MADRE!...
OYE LA VOZ del corazn amante...
Sus dulces confidencias
quiere hacerte mi espritu, hoy que lejos
del bullicio se encuentra.
No vibrarn en mi arpa los gemidos
de un alma que est enferma;
no habr entre sus compases ni una nota
de dolor o de queja.
Si hay tristezas en mi canto, es porque me hallo
desterrado en la tierra;
mas no para que llegue hasta tu odo,
la voz de mis tristezas.
T las sabes; y, Madre cariosa,
bien s que las consuelas
dirigiendo a tu siervo esas miradas
con que el Empreo alegras...
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EN EL DA DE LA ASUNCIN DE MARA
REINA DEL CIELO, flor de las flores,
Madre, la Madre de mis amores!,
oye mi voz.
Hoy, que celebro tu triunfo santo,
vuelve a tu trono mi tierno canto,
Madre del alma, Madre de Dios!
Una maana fresca y naciente,
cuando las luces del rey del da
tornasolaban todo el oriente,
de su sepulcro surgi esplendente
la Inmaculada Virgen Mara.
De ngeles bellos grandes legiones
la acompaaban, y con canciones
decan amantes en tonos mil:
Ven a los brazos del Dios eterno,
Virgen y Madre! Pas el invierno,
lleg el abril!
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CANTOS
A LA NATURALEZA
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[PRIMAVERAL]
QU BELLA ESTS, natura,
con tus nacientes flores,
con tu azulado espacio
teido de arrebol,
con tus inmensos montes
do habitan los condores,
con sus tranquilas fuentes
cubiertas de vapores,
y tus frondosos bosques,
y tu radiante sol!...
Gocemos! Ya las rosas
se yerguen, y suspira
meciendo sus corolas
la brisa matinal.
El pjaro gorjeando
del nido en torno gira;
que broten entusiastas
los cantos de mi lira,
bajo la fresca sombra
del verde platanal!
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[MAANA DE MI VIDA...]
MAANA de mi vida,
maana del poeta,
qu bellas son tus flores,
qu puras sus esencias!
Tu sol esplendoroso
calienta y refrigera;
tus auras blando gimen,
tus pjaros gorjean.
Tu cielo es un zafiro
donde, cual blancas vestas,
vagando van errantes
las nubes veraniegas.
[...]
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LAS MONTAAS
QU PAISAJE a la vista se despliega!
Cerca de m, las rsticas cabaas;
ms all, la sabana de la vega;
por cima, un mar de luz do el sol navega:
y a lo lejos, inmensas!, las montaas.
Salve, vastas pirmides del mundo,
pedestales enormes del espacio!
Qu dichoso es el cndor vagamundo
que escala vuestras cimas sin segundo
para formar en ellas su palacio!
Salve, salve, gigantes de granito!
Al hollar con sus plantas vuestra frente,
lanzan los hombres entusiasta grito:
creen tocar con su mano el infinito
donde mora el Creador Omnipotente!
Salve, plcidas cumbres, los guardianes
de frtiles campias y riachuelos
que van mugiendo por sus verdes planes!
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NUBES
BLANCAS MOLES de cndidos vapores
que vests los colores
que os brinda el sol en su triunfante paso:
rosa y oro al brotar en el oriente
y prpura esplendente
cuando se hunde el monarca en el ocaso!
Cortinajes inmensos del espacio
que adornis el palacio
donde el Eterno su morada ostenta;
tan leves cuando impele vuestro giro
el cndido cefiro,
tan negras cuando os hincha la tormenta!
Vagamundas ligeras, tan errantes
que mecis ondulantes
de Favonio al vaivn vuestros crespones;
muy semejantes ay!, a los humanos,
formis fantasmas vanos,
para verlos despus hechos jirones.
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LA TEMPESTAD
AVANZA LA TORMENTA atronadora:
el cielo se encapota
con pardas nubes que la luz no dora;
retumban con el trueno las montaas,
y la blanca gaviota
vuela, surcando la extensin ignota
a ocultarse medrosa entre las caas.
Todo es aterrador, todo imponente.
La tarde se obscurece,
gimen los vientos con furor potente,
la tierra se estremece.
Con lnguido desmayo
el sabino su copa balancea,
y de una en otra nube se pasea
como monarca poderoso el rayo.
Lleg la tempestad. Ya se levantan
hasta el cielo las olas espumosas
abriendo abismos a sus pies, que espantan.
Las aves asustadas ya no cantan
volando mansamente entre las rosas.
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Mas si me alejo,
sobre tu tronco grabada dejo9
la hermosa cifra de la que am
mi alma entusiasta y el labio nombra...
Que la proteja tu fresca sombra,
la fresca sombra del jeric!
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LA REINA DE LA NOCHE
CUANDO SE CUBRE LA TIERRA
con su enlutado ropaje,
cuando entona en el boscaje
sus trinos el ruiseor,
cuando la tmida rosa
plega temblando su broche,
abre la reina de noche
su cliz embriagador.
Mil alados geniecillos
se desprenden de su seno
y en el ambiente sereno
su aroma infiltrando van;
todas las flores se inclinan
ante su reina, y al verla
vuela el cfiro a mecerla
murmurando con afn.
Y ella gallarda levanta
la frente altiva y ufana,
como una hermosa sultana
que orna sus sienes de tul;
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NOCHE INVERNAL
AVANZA, negra deidad,
con tu squito de estrellas,
con tu pilago de sombras,
con tu luna amarillenta!
Avanza!... Yo, recostado
sobre la pajiza yerba
que alfombra el ruinoso patio
de mi morada desierta,
te contemplo, y entre tanto
plidas a m se acercan
las sombras de mis amores12
diciendo todas: Te acuerdas?
Mundos de luz, suspendidos
en el vaco; luna bella,
tan triste..., tan triste siempre
como una esperanza muerta;
rumores desconocidos
que... yo no s lo que expresan;
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OFRECIMIENTO*
SEOR, t regaste los campos de flores
que llenan el aire de aroma y frescor,
cubriste los cielos de inmensos fulgores
y diste a los mares su eterno rumor.
Doquier resplandece tu amor sin segundo;
la tierra proclama tu gloria doquier;
y en medio a esos himnos que brotan del mundo,
yo quiero elevarte mi voz de placer.
T en mi alma encendiste la llama secreta
que inspira entusiasta mi voz balad;
por eso te ofrezco mis cantos de poeta;
pues t los inspiras, que vayan a ti.
Perdona el mezquino lenguaje del hombre;
perdona si en cambio te pido, Seor,
que nunca se aparte del labio tu nombre,
que viva en el alma por siempre tu amor.
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Notas
MIS VERSOS
1 v. 9 (tachado): He aqu, mujer, de mi
arpa
SICUT NUBES, QUASI AVES, VELUT UMBRA
2 v. 10 (tachado): de mis amores Y comparando con A Kempis este su esbozo, se
notar el como las aves (despus naves).
[SEOR, DAME TU AMOR]
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BENEDICITE!
4 v. 22: cndidas aureolas
[PRIMAVERAL]
5 v. 30 (despus): con plcido rumor
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tu perfume a tu cantor;
o bien: s t reina de la noche,
compaera del cantor;
NOCHE INVERNAL
12 v. 11: las sombras de mi pasado;
13 v. 21: cantaros;
14 v. 27: mi espritu que no tiene Y todo es
una primitiva versin de la II entre las Perlas
negras.
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