Este documento resume un libro sobre la muerte y los moribundos escrito por Elisabeth Kübler-Ross. Describe las cinco etapas por las que suelen pasar los pacientes terminales (negación, ira, pacto, depresión y aceptación), así como las reacciones comunes de familiares y personal médico. Explica que aceptar y comprender estas etapas puede ayudar a los pacientes a sentirse más humanizados y reducir su sufrimiento ante la muerte.
Este documento resume un libro sobre la muerte y los moribundos escrito por Elisabeth Kübler-Ross. Describe las cinco etapas por las que suelen pasar los pacientes terminales (negación, ira, pacto, depresión y aceptación), así como las reacciones comunes de familiares y personal médico. Explica que aceptar y comprender estas etapas puede ayudar a los pacientes a sentirse más humanizados y reducir su sufrimiento ante la muerte.
Este documento resume un libro sobre la muerte y los moribundos escrito por Elisabeth Kübler-Ross. Describe las cinco etapas por las que suelen pasar los pacientes terminales (negación, ira, pacto, depresión y aceptación), así como las reacciones comunes de familiares y personal médico. Explica que aceptar y comprender estas etapas puede ayudar a los pacientes a sentirse más humanizados y reducir su sufrimiento ante la muerte.
Este documento resume un libro sobre la muerte y los moribundos escrito por Elisabeth Kübler-Ross. Describe las cinco etapas por las que suelen pasar los pacientes terminales (negación, ira, pacto, depresión y aceptación), así como las reacciones comunes de familiares y personal médico. Explica que aceptar y comprender estas etapas puede ayudar a los pacientes a sentirse más humanizados y reducir su sufrimiento ante la muerte.
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SOBRE LA MUERTE Y LOS MORIBUNDOS; ELISABETH KBLER-ROSS,
GRUPO EDITORIAL RANDOM HOUSE. MXICO 2006
PREFACIO. El libro es el resultado de la oportunidad de aprender del paciente moribundo, de las etapas finales de la vida, sus angustias, temores y esperanzas y del trato que se le da en los hospitales Su objetivo es reconsiderarlo como ser humano y aspira a animar a otros a lograr un mayor acercamiento para prestar ayuda en las ltimas horas. Una experiencia compensatoria de la que se sale enriquecido y con menos ansiedad ante el propio final. 1.- SOBRE EL MIEDO A LA MUERTE. El hombre en todas las pocas y culturas nunca ve en el inconsciente su propia muerte. Solo es posible ser matados y va asociada a un acto de maldad, aterrador, que exige pena y castigo. Al crecer atenuamos esta visin, pero siempre quedan vestigios en el inconsciente, siempre y cuando no se les provoque con demasiada fuerza. El miedo a la muerte es universal y un acontecimiento aterrador y terrible. La sociedad actual la considera un tab y no se afronta con tranquilidad. Hoy da morir es algo solitario, mecnico y deshumanizado. Se convierte en algo impersonal porque el paciente es arrebatado de su familia y llevado al hospital; a menudo se le trata como alguien sin derecho a opinar; en razn de su cuidado, es tratado como una cosa, no como una persona, con el consiguiente aumento de sufrimiento emocional, aunque no fsico. 2.- ACTITUDES CON RESPECTO A LA MUERTE Y AL MORIBUNDO. El avance de la ciencia y la tecnologa, sin atender el aspecto humano, as como una sociedad masificada han deshumanizado las relaciones y han contribuido a incrementar el miedo a la muerte. La esperanza y la finalidad del sufrimiento que ofrecan la religin, han casi desaparecido, ya no se cree que la recompensa estar en el cielo. El desarrollo no puede detenerse pero debemos avanzar tambin en las relaciones humanas interpersonales; para ello, cada ser humano solo, individualmente debe aprender a enfrentar la realidad de su propia muerte y prepararse en el cuidado humano y total del paciente. En 1965 inicia el `proyecto de estudiar la muerte y el morir observando y aprendiendo de entrevistar a los moribundos. Sin idea preconcebida y sin preparacin sobre el tema, viendo al paciente una vez por semana, y los dems observando en un espejo unidireccional. Se le pide permiso para grabar el dilogo todo el tiempo que quiera hablar y puede suspender la entrevista en el momento que quiera y por cualquier razn. Sigue una sesin de anlisis de las dinmicas generadas tanto en el paciente como en el equipo, para realizar recomendaciones. Al hablar sobre su enfermedad debe hacerse francamente, dejando abierta la esperanza y refrendndole que se le acompaar y tratarn de disminuir el sufrimiento. Los diferentes pacientes reaccionan de manera diferente segn su personalidad y su estilo de vida, pero tambin influidos por las actitudes del mdico. 3.- PRIMERA FASE: NEGACIN Y AISLAMIENTO. La negacin es normal en todos; es una defensa provisional para amortiguar la impresin y recobrarse, mientras se movilizan otras defensas, pero no desaparecen del todo, se traslapan y reaparecen. Se le debe reconocer y aceptar, sin confrontarlo. Despus del estupor inicial, su respuesta habitual es:No, no puedo ser yo. 4.- SEGUNDA FASE: IRA. Sigue Por que yo y no l? Aparece una ira que se desplaza en todas direcciones, a lo que le rodea y casi al azar, por lo que es muy difcil de manejar por la familia y el personal mdico. Al paciente que se le ofrezca
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GRUPO EDITORIAL RANDOM HOUSE. MXICO 2006 tolerancia ante su indignacin racional o irracional, se le respete, comprenda, se le atienda y escuche, se sentir un ser humano valioso y reducir su agresin. 5.- TERCERA FASE: PACTO. Es un intento de posponer los hechos; incluye un premio a la buena conducta, fija un plazo impuesto por uno mismo y la promesa implcita de que no se pedir nada ms si se le concede ese aplazamiento. La mayora se hacen con Dios y generalmente se guardan en secreto: 6.- CUARTA FASE: DEPRESIN. Pronto experimentar un gran sentimiento de prdida. La depresin puede ser 1) reactiva, cuando refiere las prdidas de su pasado; su estatus, sus roles, su capacidad econmica, etc y el paciente es animado, alentado o halagado para apoyarlo: 2) anticipatoria cuando se refiere a las prdidas inminentes, es el dolor que experimenta al salir de este mundo. Si se le permite expresar su dolor ante la prdida inminente de sus objetos amorosos, podr encontrar la aceptacin final; como es silenciosa, no se necesitan muchas palabras, sino expresar los sentimientos, acariciando, tocando una mano o el pelo o simplemente sentarse en silencio 7.- QUINTA FASE: ACEPTACIN. Es una fase casi desprovista de sentimientos, no es feliz. Ha encontrado cierta paz, por lo que disminuye su inters por las noticias del mundo, los problemas, las visitas y la televisin. La comunicacin es ms de gestos y compaa en silencio. La visita es conveniente a ltima hora de la tarde. Generalmente es cuando la familia necesita ms apoyo activo que el paciente 8.- ESPERANZA. Los mecanismos de defensa que experimentan en estas fases son normales en todos cuando se afrontan situaciones sumamente difciles; duran diferentes perodos de tiempo, se reemplazan unos a otros y a veces coexisten. Lo nico que persiste a los largo de estas fases es la esperanza; que deja abierta una posibilidad de curacin, de que todo sea una pesadilla y haya un nuevo medicamento; el deseo de que todo tenga algn sentido y al final valga la pena que haya aguantado un poco ms, dndole una sensacin de misin especial en la vida y les ayuda a conservar el nimo y a soportar; en cierto modo puede ser una racionalizacin del sufrimiento, una forma de navegacin temporal, pero necesaria y es lo que los sostiene durante todo el tiempo de sufrimiento. Si deja de manifestar esperanza es seal de una muerte inminente. Hay dos situaciones que generan conflictos: una, y ms dolorosa es cuando la familia o el personal trasmite desesperanza cuando el paciente todava necesita esperanza, y la otra viene de la incapacidad de la familia para aceptar la fase final de su enfermo. Por el sndrome pseudo-terminal, propone nunca considerar desahuciado a ningn paciente sino darles a todos la posibilidad de un tratamiento ms eficaz. 9.-.- LA FAMILIA DEL PACIENTE. Las reacciones de la familia influyen de manera determinante en el estado del paciente, por lo que es necesario atender a los cambios en la casa y los efectos en la familia producidos por la enfermedad. La realidad se afecta de manera diferente si se trata del padre o la madre, ya que la rutina y las obligaciones cambian, al igual que la forma de satisfacerlas y todo esto puede generar en todos ellos, sentimientos de soledad, angustia, resentimientos, aunque comprendan lo razonable de dichos cambios; podemos ayudar permitindoles expresar esos sentimientos y aligerar las cargas que se han creado, brindndoles opciones para apoyarse en otras personas; el compartir entre ellos, sus sentimientos, especialmente de dolor, miedo o culpa puede ser de 2
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GRUPO EDITORIAL RANDOM HOUSE. MXICO 2006 gran ayuda; dicha comunicacin se hace ms sencilla con el aumento de la experiencia. Es importante administrar sus energas para no derrumbarse cuando ms se les necesite, manteniendo un equilibrio entre el cuidado al paciente y el respeto a sus propias necesidades Ellos pasan por las mismas fases de adaptacin, la ms difcil de las cuales es la de la aceptacin, debido al dolor de la separacin final. Al producirse la muerte, despus del ajetreo, enfrentan el vaco y necesitan apoyo, alguien con quien hablar, un ser humano que est disponible, no un especialista; algunos se aslan y es menester comprender su necesidad y ayudarlos a salir gradualmente; la rabia y el dolor necesitan solucionarse a travs de hablar, gritar, llorar, compartir y expansionar sus sentimientos, tanto si son racionales como irracionales, desde el inicio de la enfermedad, hasta meses despus de la muerte de su familiar. Si se tolera su rabia, su culpabilidad contra quien vaya dirigida, se le ayuda a la aceptacin y a orientar sus sentimientos de un modo constructivo. 10.- ALGUNAS ENTREVISTAS CON PACIENTES MORIBUNDOS. Presenta transcripciones de diferentes entrevistas y al final, un resumen relacionando el contenido de la entrevista con el material de los captulos anteriores. 11.- REACCIONES ANTE EL SEMINARIO SOBRE LA MUERTE Y LOS MORIBUNDOS. En principio hubo gran resistencia y hostilidad abierta, mayor, cuanto ms experiencia tena el mdico; lo ms difcil con ellos, es que empiecen; una vez hecho, pueden continuar. Las enfermeras tambin revelaron resistencia e indignacin; pero hubo otras que acogieron con alivio y esperanza. Sentan que su identificacin y comunicacin con los pacientes eran mayores, pero tambin sus frustraciones, limitaciones y su falta de entrenamiento sobre cmo desempearse en aquella clase de crisis. Sus actitudes cambiaban mucho ms fcil que la de los mdicos. Las asistentas sociales presentaban menos aprehensin para enfrentar las crisis, quiz porque eran las que menos trataban con el moribundo y se encargaban ms del cuidado de los nios, del aspecto financiero, o los conflictos de los parientes. Las terapistas ocupacionales han ayudado con trabajos manuales o artsticos para demostrarles que an podan funcionar a algn nivel. Entre los capellanes, pastores, rabinos y sacerdotes hay poca hostilidad o disgusto o que eludan la cuestin, pero utilizan el libro de rezos como una excusa para no comunicarse en serio con el paciente. La experiencia de un estudiante de teologa que enfrent la posibilidad de su propia muerte, ense la diferencia que hay entre ser un observador y ser el propio paciente. Los estudiantes con muy diversas motivos para inscribirse, requeran dos o tres sesiones antes involucrarse para hablar de sus propias reacciones o sentimientos delante del grupo y afrontar su propia actitud con respecto a la muerte, sin actitudes defensivas; la apertura, la honestidad y la aceptacin hizo posible compartir lo que cada miembro aportaba al grupo. Los pacientes fueron quienes respondieron de manera ms favorable y abrumadoramente positiva a la posibilidad de hablar de sus preocupaciones y temores, reales o imaginarios, sus fuerzas, esperanzas o frustraciones, con alguien que entra, coge una silla y se sienta; que lo escucha realmente, sin prisas y le habla de una manera simple y directa, alguien que rompe la monotona, la soledad y la espera angustiosa y sin sentido. Con esto sienten que quiz lo que aporten puede ser significativo y servir, por lo menos a otros; se les dice que su labor es ensear. A menudo responden con 3
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GRUPO EDITORIAL RANDOM HOUSE. MXICO 2006 agradecimiento casi exagerado ante quien se preocupa por ellos y les dedica un poco de tiempo. Lo que ensean es que todos son concientes de la gravedad de su enfermedad, se les haya dicho o no, lo compartan con otros o no; pero llega el momento que sienten la necesidad de compartir algunas preocupaciones, de afrontar la realidad y de ocuparse de las cuestiones vitales, con una persona comprensiva; les molesta ser tratados como nios y no se les tome en cuenta para tomar decisiones importantes porque notan el cambio de actitud en la familia y el personal cuando existe algo grave. Cuando llegan a la fase de aceptacin y decatexis final, consideran una gran molestia cualquier interrupcin del exterior, la cual les impide morir en paz y dignidad. La decatexis es la seal de muerte inminente donde el paciente responde a un sistema de seales interior que le avisa de su muerte inminente. Para el paciente la muerte en s misma, no es el problema, sino la sensacin de desesperanza, inutilidad y aislamiento que la acompaa. 12.- TERAPIA DEL ENFERMO DE MUERTE. Las necesidades especiales del paciente moribundo pueden averiguarse escuchndolo, sin prisas. Quien lo haga debe tener la experiencia de la madurez; debe examinar a fondo su actitud respecto de la muerte: dos personas que se comuniquen sin miedo ni angustia. Se intentar dar a entender al paciente, con palabras y actitudes que se est dispuesto a compartir sus preocupaciones. El paciente captar y se abrir o dar a entender que no es el momento adecuado. Se le comprender y dar la seguridad de que se volver en el momento oportuno. En muchos pacientes solo se lleva a cabo esta entrevista inicial; otros sentan gran alivio ante la oportunidad de hablar con alguien de sus pecados reales o imaginarios que le ocasionaban culpa y generalmente en una sola sesin se libran de su carga y pueden morir; los que tienen ms problemas que solucionar y tienen la suerte de contar con tiempo para superar sus conflictos mientras estn enfermos y pueden comprender las cosas que todava pueden disfrutar, puede ser til la terapia a corto plazo. Estas sesiones se llevan a cabo un modo irregular, se programan individualmente, segn el estado fsico del paciente y su capacidad y voluntad de hablar; a menudo duran unos cuantos minutos y se hacen ms frecuentes cuando est ms molesto o sufre ms. La posibilidad de implementar una terapia de grupo est siendo estudiada, para atender a quienes tienen varios ingresos al hospital. Al final, el paciente abandona el dolor, deja de imaginar, desaparece la conciencia de su entorno y casi no come y son ahora los parientes quienes soportan la ms dura carga por la prdida definitiva que se avecina. Se aborda con terapia del silencio para el paciente y disponibilidad de cara a los parientes. Se ayuda a seleccionar a quien se sienta ms capaz, por fortaleza y amor, de estar junto al moribundo y acompaarlo. Ese momento no es espantoso ni doloroso, sino el pacfico cese del funcionamiento del cuerpo. Acompaarlo crea conciencia de la condicin de nico que posee cada individuo y de la finitud, de la limitacin de nuestra vida. 2.- CARACTERSTICAS Y DATOS IMPORTANTES DEL AUTOR CON RELACIN AL TEMA DE ESTUDIO. Elisabeth Kbler-Ross nace en Zurich, Suiza. Estudia medicina y en 1959 contrae matrimonio con un mdico norteamericano con quien se traslada a residir a Nueva York donde estudia psiquiatra. Posteriormente emigra a Denver donde inicia su labor con enfermos terminales. En 1969 publica 4
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SOBRE LA MUERTE Y LOS MORIBUNDOS; ELISABETH KBLER-ROSS,
GRUPO EDITORIAL RANDOM HOUSE. MXICO 2006 su libro Sobre la muerte y los moribundos que recoge sus experiencias en el seminario auspiciado por el departamento de psiquiatra del Billings Hospital de la Universidad de Chicago y donde postula las cinco fases que suelen atravesarse previo a la muerte. Dedica su vida a impulsar la medicina de cuidados al enfermo terminal y a luchar contra la despersonalizacin que ocurre en los hospitales. Se inspira en el modelo Hospice. Escribi en total 13 libros enfocados a este tema, entre los que se encuentran Una luz que se apaga (1985) y Lecciones de Vida (2000). Muere el 24 de agosto de 2004 en Scottsdale, Arizona. 3.- JUICIO CRTICO. La obra, tiene el mrito de ser pionera en informar sobre el problema de la atencin hospitalaria del enfermo terminal; aporta situaciones observadas en la prctica, y a partir de ellas plantea de manera clara y sencilla el proceso que se lleva a cabo durante el proceso de muerte. La transcripcin literal de las grabaciones que realizaba, permiten conocer con detalle, las situaciones que postula y la manera como las aborda. Enfoca tambin las experiencias del personal mdico y las actitudes ante lo que era novedoso. Posiblemente la limitacin se relacione al mbito donde se llev a cabo dicha experiencia, lo cual determina las caractersticas de la muestra de estudio, que habr de relacionarse con la experiencia en nuestro pas. 4.- OPININ PERSONAL. Formar parte de los pioneros cubre de mrito la obra y labor de Elisabeth Kbler-Ross. Por si fuera poco, completa con una vida dedicada no solo a la atencin sino a la difusin, a travs de sus libros y a la enseanza, a travs de sus conferencias y cursos, como maestra. Esta curiosidad y dedicacin lo vierte en esta primera obra y su basta experiencia acumulada la hace una figura central en la funcin tanatolgica.