Buenos Aires y El Rock
Buenos Aires y El Rock
Buenos Aires y El Rock
Identidad y Cultura
Temas de Patrimonio Cultural 18
MINISTERIO DE CULTURA
Jefe de Gobierno
Lic. Jorge Telerman
Ministra de Cultura
Arq. Silvia Fajre
Comisin para la Preservacin del Patrimonio
Histrico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires
Lic. Leticia Maronese
Buenos Aires y el rock
Adriana Franco
Gabriela Franco
Daro Caldern
Comisin para la
PRESERVACIN
DEL PATRIMONIO
HISTRICO
CULTURAL
de la Ciudad
de Buenos Aires
Temas de Patrimonio Cultural 18
Impreso en Argentina
Franco, Adriana
Buenos Aires y el rock / Adriana Franco ; Gabriela Franco ; Daro Caldern - 1a ed. -
Buenos Aires : Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 2006.
192 p. ; 23x16 cm.
ISBN 987-1037-57-0
Este libro no puede reproducirse, total o parcialmente, por ningn mtodo grfico, elec-
trnico, mecnico u oralmente, incluyendo los sistemas fotocopia, registro magnetofnico
o de alimentacin de datos, sin expreso consentimiento del autor.
Buenos Aires y el rock
Secretaria General
Lic. Leticia Maronese
Funcionaria Coordinadora
Lic. Mara Rosa Jurado
Vocales
Arq. Nstor Zakim
Prof. Julin Kopecek
Lic. Liliana Mazettelle
Lic. Lidia Mirta Dos Reis
Arq. Jorge Mallo
Cons. Alberto Orsetti
Mus. Mara Teresa Dondo
Temas de Patrimonio Cultural 18
Buenos Aires y el rock
ndice
Temas de Patrimonio Cultural 18
Buenos Aires y el rock
Prlogo
La ciudad es tambin su msica
Por la Arq. Silvia Fajre,
Ministra de Cultura GCBA
Temas de Patrimonio Cultural 18
10
Buenos Aires y el rock
Hobsbawm, Eric, Historia del siglo XX, Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1998, pg. 260.
11
Temas de Patrimonio Cultural 18
Grinberg, Miguel, La msica progresiva argentina (Cmo vino la mano), Editorial Convergencia, Buenos Aires, 1977,
pg. 9.
Pujol, Sergio, La dcada rebelde. Los aos 60 en la Argentina, Emec, Buenos Aires, 2002, pg. 45.
Ya en 1962 la influyente revista Primera Plana hablaba de la dcada frentica.
12
Buenos Aires y el rock
nentes bsquedas de Miles Davis; de la Nueva Cancin de Nacha Guevara; del Caf
Concert; del Grupo Vocal Argentino y los Zupay y de muchas otras experiencias reno-
vadoras que hicieron que, como dijo stor Piazzolla (otro protagonista de ese tiempo),
...los 60 fueran los aos ms bellos que tuvo Buenos Aires en su historia.(5)
Grinberg lo explic muy bien al sealar que hacia 1965 se incubaba lo que tres
aos despus comenzara a significar algo nuevo para otro sector de la juventud, marginal
por cierto, pero obstinado en cultivar una expresin musical ms cercana a sus sentimien-
tos, a su voluntad de encuentro generacional, lejos de la tontera. Chicas y chicos que
constituiran el pblico inaugural del rock cantado en castellano en la Argentina. (6)
Fue en ese ao cuando llegaron a Buenos Aires, desde Montevideo, Los Shakers,
mientras en Rosario daban sus primeros pasos Los Gatos Salvajes, y durante el verano
de 1965-1966 debutaban en Villa Gesell Los Beatniks.
La nueva msica se vincula con los hippies de Plaza Francia y en ese ambiente se
hacen las primeras pruebas. Los pioneros ganan con timidez sus espacios: La Cueva (como
escribi Miguel Grinberg, tras las puertas cerradas de ese subsuelo quedaron bailando
los fantasmas inaugurales del rock argentino(7)) y algn teatro de la calle Florida.
Moris, Pajarito Zaguri, Javier Martnez, Jos Alberto Iglesias (Tanguito o
Ramses VII) y Litto Nebbia, entre otros pioneros, le ponen nombre y apellido a una
cancin urbana en castellano: nace el rock nacional.
Este libro
Este libro habla de todo ese proceso pero, a diferencia de otros trabajos sobre el
gnero (donde se recorre la historia del rock nacional, la vida de sus creadores, etc.), los
autores (despus de un exhaustivo relevamiento de miles de letras) prefirieron analizar
la relacin del rock con la ciudad de Buenos Aires y como esta se refleja en las letras.
Las referencias a la ciudad fueron implcitas en las primeras canciones y se hi-
cieron explcitas con el correr de los aos.
La potica inicial inclua tambin una exhortacin a dejar la ciudad para buscar
el paraso en el campo. Hacia 1975-1976 se vuelve a la ciudad y poco despus comien-
zan a aparecer los barrios (especialmente los del sur) con sus propias caractersticas.
El estudio revela tambin que esas menciones a la ciudad disminuyen durante la
dictadura y vuelven a instalarse en las letras con la recuperacin democrtica.
La violencia que se vive en las grandes urbes es una preocupacin permanente
de la potica rockera (la violencia que genera la represin policial y tambin aquella que
13
Temas de Patrimonio Cultural 18
La mirada desde la experiencia de una generacin que quera tomar el cielo por
asalto
Finalmente... debo confesar que el rock nacional no me conmova. En aquellos
aos de su surgimiento y primera expansin, yo era de aquellas personas que denunciaba
su falta de compromiso social. Los vea intilmente pacifistas en un momento en que
slo se valoraba a los pacifistas norteamericanos que se oponan a la guerra de Vietnam.
Alfredo Zitarrosa, Carlos Puebla, Daniel Viglietti o nuestros folkloristas testimoniales
eran, por su militancia y visin de los problemas latinoamericanos, mis preferidos.
Y esta visin, compartida por muchos para los cuales el campo era para de-
salambrar (en trminos de Viglietti), se expres no pocas veces en la estpida frase el
rock no tiene ningn desaparecido.
Ms de treinta aos despus reivindico a esos msicos que, pese a ser vigorosa-
mente pacifistas, jams adhirieron a la Teora de los dos demonios, siempre la tuvieron
clara. Adems tengo que reconocer que, a pesar de todo y frente a tantas defecciones
de preclaros, an resisten. Frente a qu resisten? Frente a la cultura hegemnica, la
injusticia, la violencia, la marginacin o la pobreza.
Nuestra realidad social est presente en su potica (las canciones de la Bersuit,
por ejemplo, son una muestra clara de esa posicin, aunque ya con los Los Redondos
el rock haba subrayado su carcter cuestionador del sistema, especialmente despus de
la muerte del joven Bulacio). Tras la tragedia de Croman, tambin resisten frente a
la falta de locales donde actuar (ante tantas clausuras y restricciones, uno se pregunta si
La Cueva estara hoy habilitada). Adems, y nuevamente tengo que reconocerlo, esas
letras de la Bersuit me han hecho a veces reflexionar ms que algunos textos de otros
colegas socilogos.
14
Buenos Aires y el rock
Hoy rescato sobre todo el movimiento de masas que conlleva el rock. Por fuera
de sus grandes estrellas, grupos o bandas, estn los seguidores que se involucran en la
msica y que tejen a su alrededor ceremonias colectivas sorprendentes en cada recital.
Ese espritu colectivo que se manifiesta en cada show tiene que ver profundamente con
nuestra cultura, con nuestras vivencias, con nuestra historia. Somos nosotros, con nuestras
virtudes y con nuestros defectos. Y siempre es bueno reconocerse.
Mucho se discuti entre los cientistas sociales si el rock era un movimiento social
o una subcultura. Creo que ambas categorizaciones no se oponen. Fue un movimiento
social muy importante durante la dictadura, la nica expresin que tuvieron los jvenes
en los aos de plomo, el espacio donde forjaron su identidad y se socializaron. Esos
jvenes no hacan poltica de la manera tradicional y dentro de los esquemas partidarios.
Buscaban algo mucho ms abarcador: el poder en el imaginario cultural de una sociedad
profundamente herida y frustrada. Luchaban, en definitiva, por el poder simblico.
El rock es tambin una subcultura, la de los jvenes. Como ya se dijo, basta
observar un recital para apreciar los procesos colectivos que anan a miles y miles de
voluntades.
El rock nacional es la msica que en los ltimos treinta aos ms nos ha iden-
tificado como pueblo. Forma parte indisoluble de nuestro patrimonio histrico-cultural,
aunque esto suene raro para quienes imaginan a los bienes patrimoniales como algo
monumental, viejo o muerto.
A diferencia de otros bienes culturales, el rock nacional no necesita de medidas
que lo preserven. El movimiento de masas que lo identifica es la fuente de todo su vigor
y su permanencia. Es cambiante porque est vivo; nos va reflejando como pueblo, a
cada instante.
Agradezco a Daro el ayudarme a reencontrarme con una parte de m misma
que estaba latente. Deseo tambin que esto pueda ocurrirle a otros de mi generacin,
para que puedan no slo resistir, sino tambin buscar, encontrar y realizar los sueos
interrumpidos.
15
Temas de Patrimonio Cultural 18
16
Buenos Aires y el rock
Agradecimientos
A Eduardo Mileo, Jazmn Carbonell, Gretel Thomasz, Daniela Fiorentino, Charlie
Fernndez Lpez, Leonel Contreras, Alejandra Ruiz, Ramn Figueredo, Ricardo Cas-
telbajac, Fernando Uzal, Olga lvarez, Horacio Spinetto y Claudio Di Domnico, por
las charlas iluminadoras, las lecturas, las sugerencias y los generosos aportes de datos y
materiales. Y a los msicos y artistas que motivaron con su obra estas reflexiones.
17
Temas de Patrimonio Cultural 18
18
Buenos Aires y el rock
Introduccin
Para quin canto yo entonces
19
Temas de Patrimonio Cultural 18
Gorelik, Adrin: Miradas sobre Buenos Aires. Historia cultural y crtica urbana. Siglo XXI. Buenos Aires, 2004.
20
Buenos Aires y el rock
21
Temas de Patrimonio Cultural 18
Miguel Grinberg, en su libro Cmo vino la mano,(1) aunque toma tambin como
punto de partida del rock argentino la grabacin de La balsa, dice sin embargo: Los
orgenes del rock criollo se remontan a 1963, con las primeras realizaciones en Buenos
Aires de Javier Martnez, Moris Birabent y Pajarito Zaguri y de Litto Nebbia en Ro-
sario.
Discusiones y preciosismos histricos aparte, el tema de Los Gatos parece funcio-
nar como un aleph, como un centro imaginario y neurlgico que irradia lneas, hacia atrs
y hacia adelante, y donde los hechos se entremezclan con los msicos y las canciones
van siempre unidas a ancdotas, dando cuenta de todo un movimiento cultural que no
puede pensarse separado de la informacin que circulaba en el mundo y que incitaba al
cambio en esos tan activos aos sesenta.
Desde Buenos Aires esa informacin era transmitida hacia el interior. La capital
con vocacin de europea funcionaba entonces y lo hace ahora como un imn que atrae
poderosamente hacia s toda produccin de la cultura que, para ser finalmente recono-
cida, debe tener su bautismo de fuego en la metrpoli. Justamente en ese tiempo y entre
muchos otros, los integrantes del grupo rosarino Los Gatos Salvajes fueron tentados por
los brillos de Buenos Aires y llegaron aqu para tocar en vivo, actuar en TV y grabar
en 1965 varios simples y un long play. Tras el regreso de algunos de sus integrantes
a Rosario, la persistencia tozuda de Litto Nebbia y Ciro Fogliatta y la incorporacin
de nuevos integrantes terminaron de dar forma a Los Gatos para dar as comienzo a la
historia oficial.
Vientos de cambio
En esos tiempos Buenos Aires era una caldera avivada por el fuego de renovacin
de los aos sesenta. La ciudad, con su extrao sino de haber sido fundada dos veces,
clamaba por una tercera fundacin, la definitiva. Todo estaba en ebullicin; la rebelin
estaba en el aire y los medios de comunicacin comenzaban a dar cuenta de las nuevas
ideas, las alteraciones de las costumbres cotidianas y las bsquedas novedosas, mientras
en la calle se incorporaban poco a poco giros idiomticos nuevos y clasificaciones que
intentaban dar cuenta, o encasillar en tono de broma, a estos nuevos personajes que
circulaban por la ciudad y desafiaban lo establecido.
La Argentina palpitaba tambin al ritmo de lo que estaba sucediendo en el mundo
en aquella dcada tan peculiar. Una nueva fuerza cultural atravesaba fronteras o, mejor
an, descrea de ellas. Eran tiempos de cambio, tiempos de vientos que soplaban hacia
Grinberg, Miguel: Cmo vino la mano. Orgenes del rock argentino, Distal, Buenos Aires, 1993. Aunque este libro es sin
duda uno de los hitos que ayud a consolidar la historia, en verdad el primer libro de rock publicado en la Argentina fue
Agarrate!!!, de Juan Carlos Kreimer (Buenos Aires, Galerna, 1970).
22
Buenos Aires y el rock
el futuro, porque all parecan estar las claves de lo que estaba por definirse, abiertas a
quien quisiera leerlas con ojos nuevos.
Todo estaba siendo cuestionado: los jvenes haban descubierto una voz propia
y potente; las mujeres bregaban por una libertad indita que inclua el derecho al placer
ms all de la reproduccin gracias a las pastillas anticonceptivas; las artes plsticas
ponan en tela de juicio los mismos conceptos de obra y de museo como lugar esttico y
pasivo, para dar paso a los happenings y performances; se discuta sobre existencialismo
y se intercambiaban libros de los poetas beatniks.
Todo esto llegaba avivado por el rechazo a la guerra de Vietnam, en la que se haba
involucrado Estados Unidos; una guerra en territorio lejano que provoc como reaccin
un pacifismo combativo y un nuevo y diferente protagonismo: los que se oponan a ella
tenan novedosos recursos, estrategias que tomaban de la resistencia civil de Gandhi.
Los norteamericanos, en ceremonias colectivas, quemaban sus documentos, sus libretas
de enrolamiento, para evitar ser enviados al Sudeste asitico o instalaban la posibilidad
de aducir la objecin de conciencia como recurso moral frente a la inmoralidad violenta
de la guerra. Los jvenes, principales candidatos a ir al frente, ya no queran ser simples
peones en el gran tablero mundial. Buenos Aires, aunque alejada geogrficamente de
aquellas vicisitudes, se haca eco del reclamo pacifista mientras viva sus propias pesa-
dillas entre elecciones con el peronismo proscrito y la omnipresencia de los militares
como piezas siempre en juego en el panorama poltico.
En 1967, San Francisco convoc al gran verano del amor, en el que la propuesta
bsica era make love, not war (hacer el amor, no la guerra). Las formas colectivas de
resistencia se multiplicaban. En Francia, el Mayo Francs de 1968 reuni a estudiantes
y obreros en un grito anrquico con eslganes que se haran famosos, como Prohibido
prohibir, Sea realista, pida lo imposible o La imaginacin al poder, que demostraban
que lo que estaba en juego no era un simple reclamo puntual, sino el deseo de nuevas
maneras de ser en el mundo.
Un ao despus, el festival de Woodstock pareci demostrar, con medio milln
de personas reunidas para escuchar msica pero sobre todo para vivir una experiencia
comunitaria por tres das, que una verdadera revolucin estaba en marcha. Una revolucin
que intentaba evitar con cambios radicales las sombras negras de un futuro de catstrofe
nuclear. La Tierra, el planeta, se viva como uno y para todos y apareca un pensamiento
diferente, un indito respeto a la naturaleza.
La paz era la meta que haba que alcanzar y las experimentaciones con drogas
psicodlicas prometan abrir la mente hacia nuevos horizontes, experiencias que iban
unidas a la apertura a nuevas religiones, en especial las orientales, que Los Beatles haban
promovido con su descubrimiento de las enseanzas de Maharishi Mahesh Yogui y la
meditacin trascendental. Se hablaba de budismo zen, de sufes y de las enseanzas de
23
Temas de Patrimonio Cultural 18
24
Buenos Aires y el rock
que sobre el final de esa dcada y, sobre todo en la siguiente, adquiriran un destacado
protagonismo. Ac se saba lo que pasaba en estas tierras, pero tambin se segua con
atencin lo que suceda en el resto del mundo. De hecho, como dice Sergio Pujol en su
libro La dcada rebelde: Ningn otro momento de la vida argentina estuvo tan estre-
chamente asociado a procesos internacionales como lo estuvo la dcada del sesenta.(2)
Todo llegaba a la curiosa capital argentina.
Aunque comparados con los actuales aquellos eran tiempos de ms lenta comu-
nicacin, de todas maneras este nuevo y a veces anrquico conjunto de pensamientos y
bsquedas no se haba demorado en llegar a Buenos Aires. La informacin circulaba; ya
en 1969 se public El libro hippie,(3) en el que Jerry Hopkins (uno de los representantes
de las nuevas ideas en los Estados Unidos) reuni una serie de artculos aparecidos en
ese otro nuevo fenmeno norteamericano: la prensa alternativa. Se trataba de modestas
publicaciones que se ocupaban de todo lo que los grandes medios todava no haban
incorporado a sus agendas de preocupaciones. All se hablaba de la guerra de Vietnam (el
captulo dedicado a ella se titulaba La guerra es un buen negocio, invierta a su hijo),
la experimentacin con drogas, la religin, la poltica, el sexo, las artes y la educacin,
entre otros temas.
Tambin se realizaba la edicin local de la revista Planeta, de Louis Pauwels,
que inclua notas sobre religiones (sufismo, hinduismo, budismo), literatura, la guerra
y un nuevo humanismo y medicinas alternativas.
Estaban, adems, las revistas locales que se sumaban a los aires de renovacin.
Aunque de circulacin limitada, publicaciones como Eco Contemporneo, dirigida por
Miguel Grinberg, combinaban las novedosas formas de escritura y poesa con informa-
cin sobre temas que convocaban a los curiosos de entonces: el cambio de los hbitos,
la ecologa, las nuevas formas de relacin que ponan en tela de juicio a la familia tra-
dicional. Poco despus se sumaran revistas ya ms especializadas en msica y menos
intelectuales, como Pinap, La Bella Gente, Cronopios y, en 1970, Pelo.
En este panorama de poca en el mundo, y tambin en Buenos Aires, la msica
jug un papel fundamental. En el mismo libro, Pujol asegura: De todas las formas
expresivas que hicieron de los aos 60 un perodo de efervescencia cultural, la msica
y ms especficamente la llamada msica popular fue sin duda la que mejor supo
traducir los anhelos de una generacin. Quizs por ello la que surgi en aquellos aos
se convirti en el nuevo folklore urbano de esta ciudad, la msica que actualmente ms
identifica a sus habitantes con ella, aunque el tango siga siendo la etiqueta for export por
excelencia. Que lo que se cantaba tena que ver con todos estos cambios que ocurran en
Pujol, Sergio: La dcada rebelde. Los aos sesenta en la Argentina, Emec, Buenos Aires, 2002.
Hopkins, Jerry: El libro hippie, Brjula, Buenos Aires, 1969.
25
Temas de Patrimonio Cultural 18
26
Buenos Aires y el rock
Carmona, Juanjo: El paladn de la libertad. Biografa de Miguel Abuelo y sus Abuelos de la Nada, Compaa General de
Ideas, Buenos Aires, 2006.
27
Temas de Patrimonio Cultural 18
como cantaban los mismos Pedro y Pablo, Buenos Aires era la ciudad. En todo
caso aquella que haba que cambiar o de la que haba que alejarse. Y no es casual que,
en 1970, a uno de los primeros festivales de la nueva msica se lo llamara B.A.Rock
(Buenos Aires Rock).
El rock argentino estaba indisolublemente ligado a la ciudad. Porque si La balsa
funciona como tema primero, no lo es menos la ancdota que, como dijimos, viene
junto con l, aquella que pone a Tanguito comenzando a componerla y a Litto Nebbia
terminando el trabajo en el bao del bar La Perla del Once, donde recalaban estudiantes
aprovechando las largas horas que estaba abierto, y que tambin se convirti en refugio
para estos nufragos de la ciudad que iban de la plaza San Martn al bar del Once,
donde se reunan, tocaban la guitarra e imaginaban el futuro que estaba all, a la vuelta
de la esquina, y que ellos desde esas mesas estaban ayudando a disear. La ancdota
qued registrada en la nica grabacin de Tanguito donde, antes de comenzar el tema,
se escucha que alguien dice, varias veces: En el bao de La Perla del Once compusiste
La balsa.
As, si el tango tuvo un Cafetn de Buenos Aires, el rock tuvo su Cueva y su Perla.
Lugares donde recalar, donde hacer un alto, lugares de encuentro.
De tarde bamos siempre a La Perla del Once: Tango, Litto, Javier y yo. En La
Perla no nos dejaban cantar. Cuando queramos sacar algo nos bamos al bao. Ah, en
medio del olor de los tipos que venan a mear desde la provincia, crebamos. El dueo
saba y al rato mandaba al mozo a decir que en el bao tampoco, haba que encerrarse
en los cagaderos. En la plaza nos corra la cana. En las casas no podamos. En los bares
te echaban. As naci La balsa: Estoy muy triste aqu en este mundo de mierda....
La otra, la que todos conocen, es su versin de saln, recuerda Moris en Agarrate!!!
de 1970.(5) Adems, contena ese verbo, naufragar, que como sealamos se haba
hecho contrasea entre los diletantes de entonces.
Otro de los puntos de ese recorrido que dibujaba otra ciudad era La Cueva de
avenida Pueyrredn, un club de jazz que poco a poco se convirti en refugio para los
msicos y nufragos porteos.
La ciudad entonces era tambin un territorio a conquistar. Como un espacio propio
pero a la vez ajeno, un lugar de todos que sin embargo tena reglas impuestas que se
oponan a esta nueva oleada de ideas y proyectos que llegaba, imparable. Era un trabajo
a realizar. Y haba quienes estaban dispuestos a hacerlo. En diciembre de 1966 se orga-
niz el primer recital de rock en Buenos Aires, las tres jornadas se llamaron Aqu, all
y en todas partes, tal como el tema de Los Beatles que acababa de editarse en el lbum
28
Buenos Aires y el rock
Revolver y que tambin tendran su resonancia local, porque son esas las palabras que,
como una suerte de mantra, cant Tanguito sobre el final de Amor de primavera.
Se reflexionaba tambin, en aras de forzar el cambio, la novedad. Para esos reci-
tales, para que quedara claro que no se trataba slo de msica, Miguel Grinberg escribi
un artculo que es un canto a la relacin ambivalente que mantenan por entonces con
la ciudad aquellos que queran verla distinta, nueva, propia.
Una ciudad es como un hombre: nace, crece, se llena de cicatrices. Una ciudad
muere cuando los hombres la abandonan (lo mismo sucede con las civilizaciones). Cada
uno de nosotros ha dejado un trozo de s mismo en alguna plaza, en algn edificio. La
muerte de un hombre es determinada por una simple jugarreta de la fisiologa. Somos
ms frgiles que la ciudad. Pero tenemos memoria.
Quienes han visto amanecer en el mar, quienes han olido el olor de la plvora o
quienes han recorrido una carretera a toda marcha sobre una motocicleta, saben que ms
all de la ciudad (o ms ac) a veces est la vida. Y as como hay maneras de morirse
sin que nadie se d cuenta, hay modos de sobrevivir simulando la muerte. Nada de ello
nos interesa. Por eso nuestro descontento.
Recordamos el itinerario de muchos jvenes de muchas ciudades. Jvenes que
han caminado sobre la cuerda floja de las dos alternativas citadas. Algunos han vislum-
brado una forma de crecer sin hacer concesiones a la barbarie cotidiana. Observando esos
rostros nios, esos sentimientos a flor de piel, es posible detectar el germen de una nueva
sensibilidad: la de los trovadores. Contemporneos de unos escombros llamados Vida
Social y herederos de unas enormes ganas de vivir. El secreto consiste en no someterse
a los mercaderes de la protesta o a los patrocinadores de la mentira.
Un hombre tambin se acaba cuando pierde su poder de invencin, y su capacidad
para crear y emocionarse. Y aunque gruan los estriles y los conformistas, el resto es
cantar y disfrutar lo disfrutable, a despecho del caos y la indiferencia.(6)
Grinberg no era el nico. Esa ciudad que se senta viva y que queran que fuera
vivible est reflejada tambin en el dibujo-grfico hecho por Miguel Abuelo, titulado El
Ghetto en el que marcaba los lugares clave de la ciudad de entonces, o al menos clave
para este grupo de inquietos msicos, diletantes, artistas e intelectuales que circulaban
por ella. Estn, claro, los bares de siempre, como La Academia, La Giralda, el Bar-Baro,
pero tambin el Instituto Di Tella, la Galera del Este, el cine Lorraine (con la aclaracin:
neorrealismo italiano, constructivismo ruso, tambin Goddard, Truffaut, etc.), la plaza
Francia y el Beat Baires del teatro Coliseo.
En 1967, los que entonces se denominaban hippies decidieron mostrarse a la luz del
da. Porque tambin necesitaban ser escuchados, reconocidos, aceptados como habitantes
Miguel Grinberg (presentacin de los recitales donde actuaron, entre otros, Moris, Tanguito y The Seasons, diciembre de
1966). Citado en Juan Carlos Kreimer, op. cit. pg. 14.
29
Temas de Patrimonio Cultural 18
de Buenos Aires. Para eso, organizaron (precariamente, en un boca a boca que circulaba
entre los de pelo ms largo que lo permitido) una reunin el Da de la Primavera en la
plaza San Martn. Se prepara para el 21 de septiembre una reunin nacional de toda la
gente linda, melenuda, hippie, o como se te ocurra llamarle, en Buenos Aires. Vestite
como te vestiras si este pas fuese libre. Pas la bola y preparate vos tambin, deca el
volante redactado por Pipo Lernoud. Se reunieron ms de doscientas personas vestidas
de manera llamativa, hippie. Ac tambin hubo un verano del amor.
Mi voz renacer
Los viajes y el naufragar, las ideas nuevas y los cuestionamientos a lo establecido
necesitaban ser expresados. Y all aparece la urgencia de cantar en castellano, o en todo
caso de volver a cantar en castellano retomando el camino transitado por el folklore y
sobre todo por el tango, para poder darles el acento local a los nuevos ritmos que movan
al planeta.
El rock en castellano es una idea con patente argentina. As lo reconoci Hugo
Fattoruso, integrantes de Los Shakers, el grupo uruguayo que se convirti en adalid de la
movida beat y que algunos hasta llamaron Los Beatles latinoamericanos. Ellos cantaban
sus propios temas, s, pero en ingls. Nunca se nos ocurri que podamos hacer letras
en castellano. Eso fue un invento argentino, dijo Fattoruso.(7)
Marcelo Camerlo, en el libro The Magic Land,(8) dice: En 1966, Los Beatniks
grabaron el primer simple de garage cantado en castellano, pero no fue hasta el ao
siguiente, con el lanzamiento del hit masivo La balsa, de Los Gatos, que la historia
cambi. Aunque, tal vez adelantado a su tiempo, de ese simple precursor slo se editaron
seiscientas copias que ni siquiera llegaron a agotarse, a pesar del intento publicitario
de convocar a varios amigos y amigas a una plaza de la calle Arroyo para meterse en
la fuente en ropa interior. En un intento de obtener repercusin y de que su voz fuera
escuchada, convocaron a los medios de difusin y hasta consiguieron la portada de la
revista As, aunque, para saltear la censura de esos tiempos, la foto se proces de tal
manera que dejaba ver menos de lo que se imaginaba.
Aun antes en el tiempo, en 1963, Tanguito haba grabado tambin un simple con
el grupo The Dukes, que inclua un tema propio, Mi Pancha, que algunos ven como la
primera composicin rockera en castellano. Estaba en el lado B, porque la otra cara del
vinilo traa Dec por qu no quers, un tema de Palito Ortega, lo que demuestra que
los que hoy se ven como universos diferentes en ese entonces an no estaban tan clara-
mente delimitados, y que en el show business de entonces no se despreciaban caminos
En Polimeni, Carlos: Bailando sobre los escombros. Historia crtica del rock latinoamericano, Biblos, Bs. As., 2002.
Camerlo, Marcelo: The Magic Land. A guide to South American Beat, Psychedelic and Progressive Rock, 1966-1977,
Volume 1 Argentina Uruguay, Madrid, Kliczkowski Publisher, 1998.
30
Buenos Aires y el rock
Fernndez Bitar, Marcelo: Historia del rock en la Argentina, Distal, Buenos Aires, 1997.
31
Temas de Patrimonio Cultural 18
Tanguito de mi pas
Claro que no se sembraba sobre un terreno absolutamente virgen. A pesar de la
idea de que se estaba recreando, reinventndolo todo, la msica que estaba surgiendo con
vocacin de echar amarras no surgi de la nada. Por un lado estaba la clara influencia del
rock norteamericano e ingls; aunque en los escasos medios de comunicacin de entonces
10 VV.AA.: Msica argentina. La mirada de los crticos, Libros del Rojas, Universidad de Buenos Aires, Bs. As., 2005.
11 Ochoa, Ana Mara: Msicas locales en tiempos de globalizacin, Norma, Buenos Aires, 2003.
32
Buenos Aires y el rock
poco se escuchara ms all de Los Beatles, de todas maneras los iniciados, si bien era
poco lo que se editaba en forma local, encontraban la forma de estar al tanto.
Por otro lado estaba lo local, el folklore y el tango, que se escuchaban en las
casas, que bailaban los padres. El primero ocupaba el lugar de baluarte de la tradicin
y los orgenes, de un ser argentino que, aunque en auge en la ciudad en aquellos
tiempos de peas, segua siendo de todas maneras un tanto ajeno, casi extico, para
los habitantes de Buenos Aires. Para ellos, para los porteos, la msica popular local
era desde haca aos el tango.
Los gneros de msica popular urbana tienen su origen en msicas locales,
transformadas a travs de los medios de comunicacin, dice en el mismo libro Ana
Mara Ochoa. La definicin puede aplicarse perfectamente a la gnesis del rock argentino,
aunque, quizs en ese tiempo en que la velocidad de informacin comenzaba claramente
a acelerarse, la definicin debera plantearse al revs. El rock argentino sera entonces
aquella msica venida de afuera transformada por las msicas locales.
Y es desde un principio con el tango con el que ms conexin har el rock local.
Sin desconocer, claro, el papel de los ritmos folklricos desde los iniciales Arco Iris,
hasta los cruces actuales, con el gran mojn que signific el recorrido por el pas de
Gieco y Santaolalla, que se plasm en el disco De Ushuaia a La Quiaca, que siempre
tuvieron una mayor distancia con lo que pasaba en la urbe. Al folklore se lo fue a buscar,
hizo falta un impulso casi consciente, una decisin de salir a la pesca de otros ritmos, una
necesidad curiosa de reconocer tambin lo que suceda en el pasado y en el interior.
Las marcas del tango, en cambio, parecieron estar intrnsecamente unidas al rock
desde un mismo comienzo, como si estuviera incluido en el ADN musical de quienes
intentaban cambiarlo y renovarlo todo.
No era tan claro entonces. El tango, tras la renovacin planteada por Piazzolla que
los tangueros ms clsicos desestimaron y criticaron, se haba estancado en un insistente
mirar hacia atrs. El rechazo al bandoneonista marplatense trajo como consecuencia un
anquilosamiento, una desaceleracin del gnero, que lo conden durante aos. No ha-
ba renovacin ni se ampliaba el repertorio, siempre apegados a lo que fue. El tango se
haba vuelto conservador y, por ende, miraba de reojo a los jvenes msicos que, como
lo mostrara la historia, iban a ocupar ese lugar que l no supo retener como banda de
sonido de la ciudad, como msica unida a la vida cotidiana de un pueblo.
Los rockeros de entonces tambin miraban hacia el tango como algo no deseado,
que sin embargo, y a pesar de los recelos, se les colaba en la msica, en los gestos, en
las letras. Y hasta en el nombre de uno de los precursores del gnero: se llamaba nada
menos que Tanguito el coautor de La balsa, el tema fundante.
Estaba tambin en la msica. El bandonen de Yo vivo en esta ciudad, de
Pedro y Pablo, y el de Rodolfo Mederos en el primer disco de Almendra son apenas los
33
Temas de Patrimonio Cultural 18
primeros atisbos de un cruce que sigui con Beytelmann en una segunda versin de La
Biblia de Vox Dei, Mosalini tocando en el Luna Park con Invisible y en las bsquedas
piazzolleanas de Alas, bendecidas por el mismo Astor.
Las letras de Manal y de Moris estaban plagadas de imaginera tanguera, y algu-
nas composiciones son prcticamente tangos de un nuevo estilo. Mi querido amigo
Pipo es el primer tango de la msica juvenil, y todo el mundo me mir un poco raro,
defini Moris.(12)
El camino fue y vino. Y los tangueros de hoy ven en el tango el eslabn con el
pasado. Plegaria para un nio dormido es uno de los primeros tangos de mi vida. A
m me pegaba mucho y ahora me doy cuenta de que me pegaba por el lado porteo... El
rock argentino es como un tango en el exilio. Haban pasado muchos aos de muerte del
tango. Los msicos de rock argentino queran mostrar revolucin, queran mostrar algo
distinto. Pero inevitablemente al inventar el rock argentino estaban usando de trampoln
toda la potica tanguera, toda la tradicin de la msica popular de Buenos Aires, dijo,
en el film documental Tango, un giro extrao,(13) Acho Estol, de La Chicana, uno de los
grupos de tango que hoy renuevan el cancionero y que en una de sus composiciones, de
sus nuevos tangos, cita a Manal, quizs el grupo ms tanguero de los pioneros.
12 balos, Ezequiel: Historias del rock de ac, AC, Buenos Aires, 1995.
13 Tango, un giro extrao (Argentina, 2004). Direccin y guin: Mercedes Garca Guevara. Con La Chicana, Fernando Ote-
ro, Las Muecas, Adrin Iaies, Pablo Mainetti, Brian Chambouleyrn, 34 Pualadas, Osvaldo Marinero Montes, Gimena
Aramburu, Juan Fossati, Mayra Galante, Silvio Grand.
14 balos, Ezequiel: Pequeas ancdotas del rock de ac. Los primeros aos, s.d., 2004.
34
Buenos Aires y el rock
15 Kreimer, Juan Carlos; Carlos Polimeni; Gustavo lvarez Nez y Guillermo Pintos: Ayer noms. 40 aos de rock en la
Argentina, Musimundo, Buenos Aires, 2006.
35
Temas de Patrimonio Cultural 18
as, en Belgrano se form Almendra; en Quilmes, Vox Dei; en Palomar, Arco Iris; en
Caballito, Sui Generis.
En los aos setenta ya se haban multiplicado los grupos que ensayaban en garajes
y armaban sus pequeos recitales, mientras otros, ya ms consolidados, se presentaban
en teatros cntricos (en algunos casos en la maana) y en el Luna Park. A partir de me-
diados de la dcada del setenta, los recitales y los discos de rock fueron una forma de
resistencia artstica y vital en los tiempos negros de la dictadura; tanto en los grupos que
seguan con el rock ms apegado a las races bluseras como en aquellos que buscaron en
la fusin con el jazz (o el tango, en el caso de Alas) nuevos caminos creativos.
Incluso antes, con ese don que a veces se advierte en los artistas para anticipar
lo que vendr, para funcionar como radares que captan lo que ya est en el aire pero an
no ha tomado forma definitiva, algunos msicos preanunciaron en clave potica lo que
sucedera poco despus. Con esta sangre alrededor cantaba Spinetta en Cantata de
puentes amarillos no s qu puedo yo mirar / la sangre re idiota como esta cancin.
Una cancin que tambin se volva urbana cuando se exhortaba a cierta huida bien ciu-
dadana (tom el taxi, nena, los hombres te miran, te quieren tomar) y que, de paso,
se convirti en la dolorosa conciencia del fin de una ilusin, la que haban sembrado
las nuevas ideas de los aos sesenta: En el mar, naufrag, una balsa que nunca zarp,
como si se estuviera escribiendo el destino de aquella embarcacin inaugural.
Pero, pasados los oscuros aos del terror, en los aos ochenta el rock sali de su
introspeccin y se volvi ms festivo, encontr en la diversin, en el juego sensual y en
la irona una forma de conjurar tanta noche, de celebrar los nuevos tiempos. Virus, Los
Twist, Los Abuelos de la Nada y Viuda e Hijas de Roque Enroll, entre otros, represen-
taron una nueva actitud que propona un canto a la vida, una renovacin con mucho de
ldico y una nueva manera de apropiarse de la ciudad y la cultura.
Tras esos tiempos de expansin, los noventa llegaron marcados por el barrio. Aquel
rock que haba comenzado con pretensin de universal, y que se sumaba a la corriente
de los aos sesenta, se concentr en sus veredas, en sus calles. Sin premeditacin, esa
categora de rock barrial que englobara a las bandas ms convocantes de la dcada
pasada (desde los Redondos hasta La Renga, pasando por Los Piojos, Bersuit y Los
Caballeros de la Quema) se convirti en una barrera de resistencia a la globalizacin,
que haba mostrado que no tena mucho que ver con la utopa hippie de los aos sesenta
sino que era ms bien un modelo que dejaba demasiados excluidos.
El camino fue largo y se sigue andando. Buenos Aires ya ha quedado marcada
como una ciudad con ritmo de rock, la que los grupos ingleses y norteamericanos descu-
bren en su primera visita como una suerte de secreto paraso rock. Y, como galardn, el
hecho concreto de que Buenos Aires haya sido la ciudad del mundo donde Los Rolling
Stones, la banda que, por su longevidad y vigencia, se ha convertido en paradigma del
36
Buenos Aires y el rock
gnero, realizaron ms shows en sus giras de 1995 y 1998, ciudad a la que citan y a la
que siempre quieren regresar.
37
Temas de Patrimonio Cultural 18
38
Buenos Aires y el rock
Primera parte
La ciudad en las letras de rock
39
Temas de Patrimonio Cultural 18
40
Buenos Aires y el rock
Instantneas
Adriana Franco y Gabriela Franco
Aquello que se conoce en la historia se puede rastrear en las canciones y ver all
las marcas, las seales que la ciudad le imprimi a ese rock que le ha dado la banda de
sonido de estos aos, y cmo, a la vez, esas mismas composiciones ayudaron a definir
a Buenos Aires, a sumarle imaginarios. Siguiendo la idea de Walter Benjamin de la
cultura urbana como un documento disponible para la interpretacin, las canciones de
rock, por su carcter de muy difundidas pero a la vez poco estudiadas, se ofrecen como
un material privilegiado para su estudio, un manuscrito que siempre estuvo all, pero
que por su cotidianeidad nadie se ocup de ir a interrogar.
Se trata de un legado que requiere de la escucha mejor an que de la lectura, ya
que en las canciones las letras conforman una unidad con la msica en un ida y vuelta
cuyos lmites exactos son indecidibles. En esa comunin gestltica entre la letra y la
msica, cada palabra dice lo que dice y adems lo que el bandonen, la trompeta o el
tambor africano que la acompaa le hace decir.
Pero como le sucedi a Roland Barthes con sus ensayos sobre la moda, en las
canciones se conjugan diversos sistemas (la msica, la letra, el arte asociado a los discos
y sus tapas, lo teatral de sus puestas, entre otros aspectos) que no pueden ser abordados
a un mismo tiempo. Por ello, para esta investigacin, luego de dejar de lado los aspectos
estrictamente musicales y otros elementos relacionados con la produccin discogrfica,
nos abocamos a observar las letras vinculadas con la ciudad.
All, en ese cancionero que ha formado el rock en estos cuarenta aos de recorrido
han quedado registrados (y se siguen registrando) los cambios que la ciudad ha vivido,
en un juego continuo. Los nuevos hbitos, los difciles tiempos de la dictadura militar,
las tecnologas renovadoras que todo lo alteran, la relacin con un mundo que, tambin,
est en perpetuo movimiento.
Forman parte as, y sin duda, de aquello que la unesco llama patrimonio intangible
y que define como las producciones o conocimientos que, en una determinada regin, se
41
Temas de Patrimonio Cultural 18
transmiten por diferentes vas de una generacin a otra.(1) Para muestra: los graffitis de
bandas, los ttulos de canciones que se resignifican cuando son utilizados como titulares
de noticias, los nios cantando en el colegio los temas fundadores del rock argentino o
aquellas melodas que se convierten en cnticos de cancha.
Teniendo en cuenta la importancia de este patrimonio y la relacin identitaria
entre la msica y su lugar de origen, rastreamos en el amplio repertorio del cancionero
del rock aquellas letras que estn estrechamente vinculadas al fenmeno urbano en
general y a la ciudad de Buenos Aires en particular, y conformamos un primer corpus
de alrededor de quinientas canciones. Al hacer este recorte varias sorpresas saltaron a
la vista. La primera una observacin emprica es que son muchas, muchas ms de las
esperadas, las canciones que concretamente citan a la ciudad por su nombre: canciones
que la evocan y la invocan, que le reclaman y le ofrecen promesas o elogios, juegan
con su nombre, lo dan vueltas y le inventan nuevos significados, en un juego en el que
la ciudad vive al ritmo del rock y es transformada por el rock. En efecto, Buenos Aires
es para el rock una ciudad citable y as queda demostrado en las casi ciento cincuenta
canciones del rock argentino que incluyen explcitamente el nombre Buenos Aires.(2)
Por supuesto, en algunos casos se trata de menciones a nuestra ciudad en funcin del
tema principal de la letra. Pero en muchos el motivo central de la cancin es la misma
ciudad de Buenos Aires.
Otra certeza es la que se impone al ordenar ese conjunto de canciones cronolgi-
camente: en los inicios, son unas pocas las que la citan por su nombre. Pero todo cambia
a principios de los aos ochenta, cuando las menciones a la ciudad comienzan a colarse
con mayor frecuencia en las letras de rock. Varias situaciones confluyeron entonces para
darle a la relacin entre el rock y la ciudad una nueva dinmica. La guerra de Malvinas,
adems del horror y el dolor, trajo como inesperada consecuencia que las radios, evitando
pasar msica en ingls, le abrieran un espacio hasta entonces vedado a la difusin del
rock local. Los tiempos oscuros de la dictadura iniciaban la retirada y se empezaba a
respirar otro aire en la ciudad. Una ciudad que, ya en democracia, fue reapropiada por
los habitantes: as la gente volvi a salir, a pasear sin miedos, a disfrutar de sus calles,
y tambin a cantarle a la ciudad. Y all estaba el rock, esperando su oportunidad de ser,
de una vez por todas, la banda de sonido de los tiempos.
Porque aquella nueva relacin que puede leerse en la ms frecuente invocacin
de su nombre a partir del regreso de la democracia no hizo otra cosa que consolidarse
con el paso de los aos; incluso, reflejando los avatares que se vivieron poltica y social-
mente. As se puede observar que, a contramano de la supuesta globalizacin aquella
VV.AA.: Primeras jornadas de patrimonio intangible. Memorias, identidades e imaginarios sociales, CPPHC, Secretara
de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, 2001, p. 11.
El listado de estas canciones se incluye al final del libro.
42
Buenos Aires y el rock
utopa de los noventa que pondra al pas al mismo nivel que las grandes potencias, el
rock mir para adentro, se volvi barrial, cotidiano, ms regional an. Y esto se detecta
en la proliferacin de letras que ya no se limitan a mencionar a la ciudad sino que citan
barrios, calles y esquinas. Como si ante el peligro de que la avalancha de informacin
planetaria recibida borrara para siempre los rasgos identitarios propios, las letras y la
movida del rock en general se aferraron a lo chico pero propio, a lo que hace marca de
origen, a la calle recorrida de nio, al grupo de pertenencia.
La relacin entre las letras de rock y la ciudad ofrece una suerte de nueva posibi-
lidad de lectura de la historia, y as esas letras se han vuelto documento de los cambios
vividos en estas ltimas cuatro dcadas. Al anlisis de este populoso grupo de canciones,
nos dedicaremos en esta primera parte. De su lectura y escucha atentas, han surgido di-
versos aspectos recurrentes que sirven para comprender la relacin que ha mantenido el
rock argentino con su ciudad de origen. A modo de anticipo, comenzaremos por observar
cuatro canciones que brillan con una luz propia, que se imponen. Son letras que no slo
mencionan a la ciudad sino que estn dedicadas enteramente a ella.(3) Y son paradigmticas
porque en s mismas renen buena parte de los aspectos que se irn viendo a lo largo del
anlisis de las letras y que son la constante de este cancionero.
Una de las canciones dedicadas a nuestra ciudad es Che, Buenos Aires de
Moris (1995):
Adems de esas cuatro canciones, pueden mencionarse: Yo vivo en una ciudad, Pedro y Pablo (1970); Los locos de
Buenos Aires, Alejandro del Prado (1984); Ciudad mujer, Pedro y Pablo (1985); En blanco y negro, Silvina Garr
(1986); Sweet home Buenos Aires, Javier Calamaro (1999); El diablo en tu corazn, Fito Pez ( 2000); Buenos Aires
de tus amores, Len Gieco (2001); Buenos Aires, Antonio Birabent (2004); Buenos Aires no tiene la culpa, Celeste
Carballo y Jos Colngelo (2004).
43
Temas de Patrimonio Cultural 18
El ttulo de este tema ya marca una tendencia que se contina en la primera lnea de
la cancin: Buenos Aires es una ciudad con la que se dialoga, un personaje de confianza
con el que se traba relacin de igual a igual, y al que se interpela con el modo informal
del habla del porteo: Che, Buenos Aires, sos igual que yo. Es tambin la ciudad que
ya en los aos noventa est tramada por dos tradiciones musicales: el tango y el rock.
En esa unin se construye la identidad del habitante de Buenos Aires (escucho un tango
y un rock / y presiento que soy yo). La cara bohemia de nuestra ciudad tambin halla
su lugar en esta letra (amanezco en los bares). Y la ciudad amada adquiere la figura
de mujer (diosa loca y mujer).
El tema de Fito Pez y Joaqun Sabina sobre la ciudad se titula simplemente
Buenos Aires:
Buenos Aires
Fito Pez - Joaqun Sabina (1998) y bien despierto, supersexy,
En Buenos Aires brilla el sol y un par de pibes, quiero una oracin
en la esquina, inventan una solucin. que nos ayude a descorrer el velo
En Buenos Aires todo vuela, la alegra, y que termine la desolacin.
la anarqua, la bondad, la desesperacin. Buenos Aires, malos tiempos
Y Buenos Aires es un bicho que camina, para hacerte una cancin.
ensortijado entre los sueos y la confusin. En Buenos Aires los amigos acarician
En Buenos Aires descubr que el da y los enemigos tiran a matar.
hace la guerra, la noche el amor. En Buenos Aires, San Martn y Santa Evita
En Buenos Aires leo, fumo, toco el piano montan una agencia de publicidad.
y me emborracho solo en una habitacin. En Buenos Aires, la poltica... qu falta
En Buenos Aires casi todo ya ha pasado de respeto, qu atropello a la razn.
de generacin en degeneracin. En Buenos Aires, el fantasma de la pera
Y Buenos Aires come todo lo que encuentra camina solo por Constitucin.
como todo buen Narciso, nadie como yo. En Buenos Aires tengo ms de lo que quiero
Pero el espejo le devuelve una mirada pero lo que quiero nadie me lo da.
de misterio, de terror y de fascinacin. En Buenos Aires hay un Falcon pesadilla
Buenos Aires, buenos aires, en el museo de cera de la atrocidad.
buenos aires para vos. En Buenos Aires falta guita pero sobran
En Buenos Aires toca Charly en un boliche corazones condenados a latir.
planetario, es alto y voluptuoso. En Buenos Aires amanezco, resucito,
En Buenos Aires llega un punto en que ya me defiendo a gritos, quiero ser feliz.
nada En Buenos Aires cuando hablamos de la luna
vale nada y todo vale nada. slo hay una: la del Luna Park.
En Buenos Aires nos acechan los fantasmas En Buenos Aires he perdido mil batallas
del pasado y cada tango es una confesin. pero hay una guerra que pienso ganar.
Cuando en el mundo ya no quede nada, Buenos Aires.
en Buenos Aires la imaginacin. En Buenos Aires brilla el sol y un par de pibes,
Es una playa macednica tan cierta en la esquina, inventan una solucin.
y tan absurda viven Borges, Dios y el rock (cuando en el mundo ya no quede nada)
and roll. en Buenos Aires todo vuela, la alegra,
En Buenos Aires viven muertos, muertos viven la anarqua, la bondad, la desesperacin.
y no quiero ms tanta resignacin. Todas las noches sale el sol
Yo quiero un barrio bien canalla, bien sutil todos los das vuelve el sol.
44
Buenos Aires y el rock
45
Temas de Patrimonio Cultural 18
Ya desde los ttulos, estas cuatro canciones parecen entablar un dilogo que anun-
cia uno de los rasgos ms insistentes en la caracterizacin de nuestra ciudad: la metrpoli
se presenta como un espacio que produce un sentimiento contradictorio: fascinacin
y rechazo, amor y odio, ofrenda y exigencia, te amo, te odio, dame ms. Este senti-
miento ambiguo se expresa a travs de la oposicin y el oxmoron en expresiones como
A Buenos Aires, mi cloaca preferida o sos tan romntica y tan decadente, citas en
las que se renen elementos antagnicos y amores inexplicables. Estas figuras retricas
estructuran en alguna medida las canciones (en Buenos Aires viven muertos / muertos
viven) y permiten adems expresar esa cualidad multifactica y catica de la urbe donde
todo tiene lugar: la figura de acumulacin trabaja en ese sentido (en Buenos Aires todo
vuela, la alegra, la anarqua, la bondad, la desesperacin). En este contexto catico, la
cancin de Pez y Sabina se inscribe como una nueva versin de Cambalache: si antes
eran la Biblia y el calefn, ahora son Borges, Dios y el rock and roll, mientras San
Martn y Santa Evita montan una agencia de publicidad, para cerrar con un verso de
aquel tango: en Buenos Aires la poltica... qu falta de respeto, qu atropello a la razn.
Esta referencia al tango es otro de los modos frecuentes con los que el rock busca
representar a Buenos Aires, y de paso hace lazo con la historia. En el tema de Pez y
Sabina, a la alusin a Cambalache, se agrega que en Buenos Aires nos acechan los
fantasmas del pasado / y cada tango es una confesin. Como ya vimos, Moris propone
que los dos caminos de esta ciudad son el tango y el rock, una esquina en la que se unen
la guitarra y el bandonen. Y Calamaro propone una versin radiante de Volver
y apela al infaltable mi Buenos Aires querido, como ocurre en otros temas, incluido
46
Buenos Aires y el rock
el de La Portuaria, pero en este caso con una variacin: Buenos Aires en clave femenina
(mi querida... Buenos Aires).
Esta ltima cita nos permite volver sobre otra imagen sealada y recurrente: la
ciudad como mujer. En efecto, la personificacin de la ciudad es una figura que se repite
a la hora de retratar a Buenos Aires. A travs de esta operacin la ciudad se vuelve ms
humana (pero una ciudad adems de cemento / es carne y hueso y sangre), ya sea para
convertirla en un espejo (sos mi espejo / yo en ti me reflejo) o en una amante a la que
se recorre (camin tantas noches [...] por tu boca, por tus labios). Y la ciudad como
amante asume generalmente la forma de una mujer, con quien siguiendo los sentimientos
opuestos que la urbe produce se establece en muchos casos una relacin de amor-odio:
sos tan seductora, imprecisa y distante [...] y tantas veces te dije te dejo.
Pese a todo, en las letras se rescata siempre algn aspecto positivo: Pez/Sabina
reconocen que en Buenos Aires falta guita, pero sobran corazones condenados a latir,
Calamaro seala esa doble cara de Buenos Aires recordando que el diamante es carbn y
agrega Buenos Aires es ma / y no la cambiara / me la quedo con toda su porquera.
Por otra parte, Buenos Aires es retratada a la madrugada, como si la hora en que
se detienen las actividades citadinas convocara a hablarle a la ciudad. Por las calles
desiertas, en el silencio de la madrugada, amaneciendo en los bares, as se encuentran
la ciudad y el poeta. Y en esa calma se siente la soledad que el trajn diario oculta (en
Buenos Aires [...] me emborracho solo en una habitacin).
Buenos Aires est representada tambin por los personajes que la habitan, y
para pintar la aldea entonces tambin se cita a Charly Garca tocando en un boliche
planetario. Y esta referencia solapada a un bar, se contina en las menciones al Luna
Park y a otros lugares concretos que resumen los itinerarios que dibujan la cara de una
Buenos Aires propia y particular.
La ciudad tambin est marcada por su historia y all aparecen San Martn y
Evita como personajes paradigmticos, y tambin algunas cicatrices, como un Falcon
de pesadilla, que alcanza para aludir a los sombros tiempos de la dictadura.
Buenos Aires est escrita por su literatura y por eso tienen lugar definiciones
como es una playa macednica / tan cierta y tan absurda / viven Borges, Dios y el rock
and roll. y la infaltable referencia a Mujica Lainez a travs de la mencin de su clsico
Misteriosa Buenos Aires.
En las canciones que hablan de nuestra ciudad estos tpicos vuelven una y otra
vez con variantes y matices que van construyendo una imagen rica y multifactica de
la ciudad que las alberga. El juego est presentado: avanzamos ahora sobre ese animal
urbano que baila al ritmo del rock.
47
Temas de Patrimonio Cultural 18
48
Buenos Aires y el rock
Hay una Buenos Aires para todos los gustos, aunque tambin la ciudad muestra
costados que no le gustan a nadie. Hay una Buenos Aires para amar y hay una Buenos
Aires de miserias. A veces se ama tanto a la ciudad que ella se convierte en objeto de
deseo, en una mujer con insondables calles por recorrer y besar. Buenos Aires es tan
propia que incluso puede volverse uno mismo, o al menos un espejo en el que uno
reconoce la belleza y los propios defectos. Pero tambin Buenos Aires deja solo al ca-
minante, annimo entre sus arterias desiertas a la luz de cualquier madrugada. Y, como
toda ciudad, oculta su lado perverso, el lugar donde anidan la violencia, la represin, la
sordidez en todas sus formas.
Como un caleidoscopio, las letras del rock argentino albergan todas estas imgenes
de su ciudad: la ciudad de cemento, oficina y soledad; la ciudad violenta y represiva; y la
ciudad seductora personificada muchas veces en la figura de una mujer. As la muestran
los adjetivos que la acompaan en las letras: Buenos Aires plida, gris, desierta;
Buenos Aires cruel y violenta; Buenos Aires linda, frgil, susceptible.
Miguel Cantilo explica en el glosario de su libro: Las plidas no se producen, se tiran a los dems o se comen por
situaciones circundantes (Me tir una plida / Me com una plida. Cantilo, Miguel, Chau loco, Galerna, Buenos
Aires, 2000.
49
Temas de Patrimonio Cultural 18
Mara Rosa Yorio cae tambin en sus redes y se pregunta Quin sedujo a
quin, Buenos Aires? (1982), entablando un dilogo de igual a igual con esa ciudad
que hechiza.
50
Buenos Aires y el rock
Para adorarla, la ciudad tiende a ser vista como sujeto femenino, ya sea atribuyn-
dole la figura de una mujer o simplemente a travs del uso extendido de la adjetivacin
en femenino. En este sentido, es paradigmtica la cancin que Pedro y Pablo le dedican
a Buenos Aires en 1985. El tema se titula Ciudad mujer.
51
Temas de Patrimonio Cultural 18
52
Buenos Aires y el rock
enfermo (Te busqu, 1997). En esa misma lnea, el grupo Binica Electrnica propone
una suerte de quiasmo sostenido tambin en el nombre de la ciudad: caen malas noches
para buenos aires (Suerte, 2001).
Pero el sustantivo tambin propone su campo de asociaciones, y es as que el
nombre de la ciudad guarda su propia trampa al facilitar la crtica a una de sus propiedades
intrnsecas, la asfixia urbana: Sigo vivo hoy en Buenos Aires / sobrevivo y me falta el
aire (Tango traidor, Todos Tus Muertos, 1988); l solo quiere respirar / aquellos
viejos buenos aires / aquellos viejos buenos aires / que te secan la voz (Viejos Bue-
nos Aires, Hasta las Manos, 1994); Pudiendo estar en Buenos Aires, / donde falta el
aire, / y se sufre de verdad (Como un bol, Bersuit Vergarabat, 2004). Y cuando los
aires estn tan rancios, la cercana fontica produce escalofros: Buenos Auschwitz
(Perreras (2.57 am), Los Caballeros de la Quema, 1996).
No todos los lazos que tiende desde su nombre son negativos. La ciudad es un
buen augurio cuando Fabiana Cantilo canta Buenos Aires van a venir (Ya fue, 1995)
y el aire de la ciudad se vuelve msica cuando se cuela por los instrumentos: Buenos
Aires quemando frases / de aires de bandonen (Piazzolla, Los Fabulosos Cadillacs,
1997). Y a pesar del smog, la ciudad tambin oxigena: Vuelvo a tomar aire / para saludar
a Buenos Aires (No tan Buenos Aires, Calamaro, 1999) o Misteriosa Buenos Aires
/ soplan aires desde el ro (Buenos Aires, Antonio Birabent, 2004).
Tambin es posible recuperar la potica del nombre fundacional para convertirlo
en un anhelo: Santa Mara de los Buenos Aires / si todo estuviera mejor (Matador,
Los Fabulosos Cadillacs, 1993). O transformar su nombre de fantasa, Reina del Plata,
en su opuesto: Buenos Aires, reina de los lamentos (El camino, Aztecas Tupro).
53
Temas de Patrimonio Cultural 18
Pez); anduve caminando por calles al azar / por calles vacas / Buenos Aires, Buenos
Aires, humedad (Cae el sol, Soda Stereo); Hace fro en Buenos Aires / msica en los
automviles / caen del walkman gotas de humedad (Instantneas, Pez). Y la queja
insistente del porteo la retoma tambin Kevin Johansen, quien aprovecha la cercana
fnica para colar su mirada irnica y su humor particular: es el Buenos Aires Anti-Social
Club / porque ac lo que mata es la humildad (Buenos Aires Anti-Social Club).
54
Buenos Aires y el rock
Ya estamos lejos hoy de los tiempos en que se vea la geografa como un destino.
Una postura que, apoyada en la idea de que las formas del paisaje dictaban, influan
o condenaban a un determinado tipo de ser, daba lugar a una antropogeografa que
estableca una correlacin entre el ser de un pas y la geografa. Un pensamiento de
larga tradicin que lleg a producir, en el siglo XVIII, una forma de relacionar rasgos
humanos con tipos de paisaje: as, los pueblos de mar tendran caractersticas absolu-
tamente distintas a los de la montaa o el desierto. Y, llevado a nuestro pas, leer, por
ejemplo, en la infinidad de la pampa argentina la causa de un supuesto estado mental
de soledad y aislamiento de los habitantes de la regin. Ese pensamiento moderno,
teido de romanticismo, es el mismo con el que Sarmiento da inicio a su Facundo: El
desierto la rodea por todas partes y se le insina en las entraas, dice sobre la Argentina
y el mal que la aqueja.
Ahora, ya entreverados los textos, o ms precisamente con las herramientas que
provee un pensamiento basado en la intertextualidad, son posibles otras lecturas, en las
que se tiene en cuenta no slo aquello material y tangible sino tambin las producciones
o conocimientos que, en una determinada regin, se transmiten por diferentes vas de
una generacin a otra.
No cabe duda de que las letras de rock entran claramente dentro de esta definicin,
habindose convertido en un bagaje cultural que las nuevas generaciones han adoptado
y que el mercado rpidamente detect (primero, la industria discogrfica, luego tambin
los medios radiofnicos, que llegaron hasta la creacin de una radio, la Mega, cuya
programacin est dedicada a promover a los nuevos grupos o artistas apoyada en la
historia de estos cuarenta aos).
Por qu no, entonces, intentar leer en ellas nuevos mapas desafectados de la
cartografa. Una cartografa no atada a las coordenadas y medidas de la tierra real, del
pas y sus paisajes dados por la naturaleza, sino en la que se busca dar cuenta de los
55
Temas de Patrimonio Cultural 18
imaginarios que se ponen en juego, de los trazados y rutas que se han ido creando (y se
siguen creando) en el transcurrir de la historia y en los que pueden leerse ciertas mani-
festaciones o hechos de la poca.
Elegimos para esta parte de la investigacin, y como ya se dijo antes, aquellas
letras de rock que citan expresamente a la ciudad de Buenos Aires, recortndolas del
gran universo del cancionero, aunque sin perderlo de vista.
Ese material revela varias cosas y permite descubrir all cmo se vea y se ve el
mundo con epicentro en Buenos Aires. Ver, por ejemplo, qu otras ciudades son citadas en
esas canciones y de esta manera pensar a cules estara ligada la nuestra en este universo
potico. Y, como si se tratara de rutas de viaje, ver las lneas imaginarias que surgen
desde la capital argentina que la unen, la relacionan y la confrontan con otras ciudades,
atravesando ocanos y kilmetros. El mundo que as queda dibujado parece tener sus
propios lmites, alejados de los de la geografa; un planeta imaginario que lleva inscripto
en l los rastros de la cultura y de las maneras de ver el mundo propias de ese tiempo.
En las letras del rock argentino que citan a Buenos Aires se encuentra una marcada
preferencia por las ciudades europeas y un tanto menos por las latinoamericanas, mientras
que el Oriente es apenas mencionado y son completamente olvidadas frica y Australia.
As, aunque ubicada geogrficamente en el extremo sur del planeta, Buenos Aires se vive
a s misma como una metrpolis central, conectada a los centros de la cultura occidental;
tanto que siempre produce un impacto a sus habitantes cuando desde el hemisferio norte
se habla de esta zona como down there (all abajo). Es una visin que tiene larga data
en la Argentina. Buenos Aires se vio con orgullo como las ms europea de las ciudades
de Amrica Latina, una visin que an en las ltimas dcadas, cuando el proceso de
latinoamericanizacin se hizo cada vez ms evidente, se intenta denegar.
En gran medida cuentan las letras los ojos de los habitantes porteos parecen
seguir con la vista fija en Europa. En los mismsimos inicios del rock local, en lo que
podra llamarse su prehistoria, el grupo The Seasons (que integraban Alejandro Medina
y Carlos Mellino) bautiz a su lbum de msica beat, Liverpool at B.A., marcando as
la conexin de esta ciudad con la de Los Beatles; adems, el lbum estaba cantado en
un ingls sanateado, tal como ellos mismos lo reconocan.
Y ese foco que, tanto en las letras como en la vida, sigue puesto en Europa como
cuando era Pars quien dictaba las modas, lo que haba que leer o escuchar y cmo haba
que pensar y vestirse, se revela en citas de las canciones seleccionadas que insisten
con Francia y Espaa, a veces incluso con la referencia a barrios en particular de esas
ciudades (Vendindole a los negros en la calle Montparnasse, canta Pez en Cara-
belas nada). Tambin, aunque ya un tanto menos, quedan repartidas en las letras otras
ciudades italianas, Londres y la cita al continente todo.
56
Buenos Aires y el rock
En esto se anudan dos grandes situaciones histricas: por un lado, la gran in-
migracin de fines del siglo XIX y principios del XX (con toda una cultura que qued
impregnada aqu, y una relacin constante con la nostalgia de otros mundos, que convive
con la idea de esta ciudad como tierra prspera y prometedora), y, por otro, la forzada
emigracin que trajeron los aos duros de la dictadura y, mucho ms recientemente, la
de la crisis econmica de 2001.
Pars aparece como el lugar del exilio por antonomasia: en Exilio en Pars,
Miguel Mateos retrata no slo un universo geogrfico sino tambin el porqu de tal
destino (Vos sabs bien por qu me tuve que ir, / oh, nena, senta miedo) y una clara
apelacin final: No quiero volver a ser un argentino en Pars. El mismo autor, en otro
tema (Solos en Amrica) clama porque Europa no contesta, solos, solos en Amrica,
apenas tres aos despus.
Otro ngulo lo aporta Len Gieco cuando, al hablar de Buenos Aires, dice que
la ciudad est como Francia en colores de da domingo. Tambin la capital argentina
se equipara a las grandes ciudades cuando se plantea como una urbe dura, sin corazn,
territorio de la soledad y el aislamiento. En Baires, en Londres o en Rusia, todo es una
pelea sucia, canta Pez en Cancin de amor mientras tanto. Los Fabulosos Cadilla-
cs, por su parte, cantan Esquinas sangran mis pies, violentango en Pars, en el tema
Piazzolla, retratando as a la capital francesa como lugar de salvacin pero tambin
de destierro.
Tambin vale mencionar la confusin de no s si es Baires o Madrid, de
Ptalo de sal (Fito Pez), o El cuarto menguante sigue igual en Europa y ac (La
otra orilla, de Celeste Carballo). Europa puede ser tambin el lugar del ensueo, aquel
de la cuna cultural y la poesa: An te espera la luna de Venecia, canta Luis Alberto
Spinetta en Cruzars.
57
Temas de Patrimonio Cultural 18
la voz clarita del barrio otra vez nos va a cantar (El mar de Sols, de Octubre Rojo) o
Guitarreando Guatemala, por Honduras el tambor (Cabalgando, de Kuko).
Tambin la regin aparece en algunos temas como el lugar donde poder escapar
de lo urbano, casi como si se hiciera propia la fantasa europea de una Amrica salvaje,
voluptuosa, selvtica, ligada a los placeres y a una vida ms ednica. La alegra no es
slo brasilera, canta Charly Garca en Yo no quiero volverme tan loco, de 1982, en
la salida de la dictadura; Spinetta, en Resumen porteo, aporta esa visin de lugar
de huida (Ricky se va... un par de pilas nuevas para el walkman y un boleto en micro
hacia Ro) y tambin aparece una lectura similar en El loco de la calesita, con se
fue a Brasil con plata de su abuela; mientras que Las Pelotas viajan ms lejos en el
mapa y piensan una luna de miel en Hawaii (Hawaii), remarcando, con irona, esa
bsqueda del paraso de los pases centrales.
En cambio, es llamativo que Buenos Aires mira poco hacia el interior del pas.
Cuando, como dijimos, se toma como material de trabajo las ciudades donde explcita-
mente se nombra a Buenos Aires, las conexiones hacia el adentro son escasas. En todo
caso s hay algunas en las que la ciudad es mirada desde el interior: De Corrientes a
Buenos Aires, canta Gieco en Cachito, campen de Corrientes, en la que se la ve
como a una ciudad del engao; o, del mismo Gieco, En Buenos Aires los zapatos son
modernos, pero no lucen como en la plaza de un pueblo (Carito). Y no es casualidad
encontrar en este punto dos temas de Gieco, un msico que siempre tuvo una actitud
atenta respecto del interior del pas, y el recorrido que qued registrado en el disco De
Ushuaia a la Quiaca es una clara demostracin de ello.
Esta visin un tanto romntica tambin se conecta con la imagen que, en los inicios
del rock nacional, se tena del interior, que era visto como un lugar de liberacin posible
de la alienacin ciudadana, de contacto ideal con la naturaleza; no tanto las principales
ciudades del interior, sino ms precisamente los pequeos pueblos y en especial, en esos
tiempos, el sur. (Toma el tren hacia el sur, que all te ir bien, deca Almendra, o las
Maanas campestres, de Arco Iris), relacin que, como se ve en otro apartado, se va
perdiendo con el paso de los aos.
En los ltimos aos, el eje parece haberse corrido, del sur al norte. Si en los inicios
el sur del pas, especialmente la zona de El Bolsn, funcionaba como centro de atencin,
como paraso perdido que llevaba implcita la idea o la posibilidad de una vida distinta,
casi precapitalista; ya para fines de la dcada del ochenta y bien entrados los noventa, la
tierra prometida pas a ser fundamentalmente Brasil, que llevaba asociada la idea de
un lugar hedonista, de libertad, drogas y sexo, una exuberancia que se corresponde con
58
Buenos Aires y el rock
Diederichsen, Diedrich: Personas en loop. Ensayos sobre la cultura pop, Interzona, Buenos Aires, 2005.
Rock & Pop, 30 de noviembre de 1988.
59
Temas de Patrimonio Cultural 18
permita viajes al exterior y que nuevamente, como en los tiempos de la dictadura, tuvo
a Miami como uno de sus destinos preferenciales.
Recorrido entonces que, al ritmo de las letras y de la historia reciente, pas de
mirar hacia ese buclico sur a recuperar el norte como lugar ancestral, pero tambin el
de salvataje obligado en los tiempos de la dictadura, sin olvidarse de retomar la tradicin
argentina de soar con ser Europa para enfrentarse ms recientemente a la realidad de
ser un pas ms del Tercer Mundo.
60
Buenos Aires y el rock
61
Temas de Patrimonio Cultural 18
62
Buenos Aires y el rock
El clan Molinari (el ex Almendra Edelmiro y Gabriela, primera mujer del rock)
tambin tiene una seguidilla de canciones en ese mismo plan que incluyen Campesina
del sol, Cosas rsticas y Larga vida al sol, entre otras.
Pero, como toda utopa, en algn momento tena que caer. Y el cambio se oper
en poco tiempo. Ya en 1976, Luis Alberto Spinetta tomaba respecto de la ciudad una
posicin y una distancia diferentes. En El anillo del Capitn Beto ya no prevalece el
deseo de irse de ella, sino de volver, de recuperarla. En su nave, Beto, ese capitn de
Haedo perdido en el espacio, aora su viejo umbral, la ciudad en la que alguien silbe un
tango y hasta los camiones de basura, mi vieja y el caf; ese capitn espacial que lleva
en su cabina dos elementos bien ciudadanos, la foto de Carlitos y un bandern de River
Plate, necesita que alguien le cebe unos amargos. Quizs funcionaba como un reflejo
de la realidad cruel que se viva: ahora era la ciudad de la dictadura y de los peligrosos
Falcon sin patente de la que partir no era ya una eleccin, sino que en muchos casos el
exilio forzoso era la nica alternativa.
Tambin Charly Garca presenta otro horizonte en 1978 (igualmente relacionado
con los aos duros) cuando, en Los sobrevivientes, grabada con Ser Girn, canta con
algo de resignacin y ambivalencia: Estamos hartos de huir / en la ciudad. / Nunca
tendremos raz / nunca tendremos hogar / y sin embargo ya ves: / somos de ac. Un
ao despus, el do Vivencia, en Plaza Roberto Arlt, reivindica ese espacio como un
oasis en el medio de la rutina: Plaza Roberto Arlt / a la gente le regalas / un silencio en
el murmullo / frenndole las nostalgias / te conviertes en almohada / de esa lgrima que
pasa / por Esmeralda y Rivadavia.
Pero fue en los aos ochenta cuando Buenos Aires fue descubierta y mirada con
otros ojos para elegirla, con sus defectos y virtudes, como la ciudad propia. La queja
por el humo de la ciudad persiste, pero ya no hay una intencin de huir de ella, sino, en
todo caso, de buscar formas de escape dentro de la misma urbe. Virus elige titular uno
de sus temas Buenos Aires smog (1983): all se plantea una relacin ms moderna
con el entorno urbano a travs de un sujeto que tiene mucho del flneur que vaga por
las calles, se deja perder, toma impresiones en una libreta, describe la ciudad o ella
63
Temas de Patrimonio Cultural 18
lo inscribe y escribe en ese derrotero: Voy respirando el smog / de esta sucia Buenos
Aires / y como un cansado ratn / deambulo por la ciudad.
Es que corran otros aires. Acababa de regresar la democracia, y durante unos
aos no haban sido tanto el campo y el sur las metas elegidas, sino otros destinos aptos
para huir de las fuerzas oscuras de la represin. All estaba Brasil, que dejara la impronta
de la alegra cuando Garca, en 1982, cantaba que la alegra no es slo brasilera (Yo
no quiero volverme tan loco, 1982) o el Pars no elegido de Miguel Mateos (Exilio
en Pars, 1983).
Definitivamente la situacin ha cambiado en 1987 cuando el mismo Charly Gar-
ca ya clama por volver a la ciudad en el Rap de las hormigas, y canta: estoy en el
medio de la selva / esto no lo aguanto ms. / No me banco las hormigas / yo me vuelvo
a la ciudad. El campo ya no es una alternativa, ni se lo reivindica como espacio; por
el contrario, se lo rechaza. El sujeto del rock admite as su condicin irreversiblemente
urbana. Diez aos despus que Garca, Sometidos por Morgan sigue en la misma lnea
en Mi Puna triste (prefiero los subterrneos / yo me voy pa la ciudad / Constitucin
y Retiro / y el Once me han de esperar. / All al menos hay peatones / a ellos les podr
cantar).
Quedan, claro, algunos resabios, como cuando Memphis canta en 1994: Basta
ya de la ciudad / me cans de verdad / ustedes estn locos / no se queden ah. / Detrs
del horizonte / la felicidad se esconde. / Voy a levantar cosechas. Y La Renga, uno de
los grupos que ms ha asumido en estos ltimos aos el ideario de la dcada del sesenta,
en Motoralmaisangre: Revisa todo en tu interior / para salir en la maana / detrs del
sol. Tambin rbol rescata ese deseo: y yo pienso que ojal que el asfalto / se haga
pasto porque la gente se inquieta (Trenes, camiones y tractores, 2004).
Pero estas huellas son casos aislados. Lo cierto es que despus de los ochenta la
dicotoma campo-ciudad prcticamente no aparece en las letras de rock y, en cambio, las
referencias urbanas se vuelven moneda corriente, no necesariamente como exaltacin
del espacio urbano, aunque s como aceptacin o entorno ineludible. Los ms de ciento
cincuenta temas que le cantan a Buenos Aires ms las muchsimas canciones que refieren
de otros modos a la urbe son una demostracin de esta entrega a la ciudad que, entre
sus flaquezas y aciertos, tambin alberga al rock.
64
Buenos Aires y el rock
65
Temas de Patrimonio Cultural 18
66
Buenos Aires y el rock
Spinetta cierra su tema Resumen porteo con sombras palabras: Usualmente slo
flotan cuerpos a esta hora.
Aos despus, Los Fabulosos Cadillacs vuelven a hacer una conexin sobre esto
cuando, a su versin del tema Desapariciones, de Rubn Blades, la interceptan con
Ro Manzanares, para reforzar la relacin entre el ro y los desaparecidos. Adems,
en una de las presentaciones de la banda en el estadio Obras, Vicentico remarc an
ms la situacin al mencionar en medio del tema la cercana del ro y de la Escuela de
Mecnica de la Armada.
Saliendo por un momento del mbito estricto de las letras, Charly Garca intent,
en 1999, montar para un show multitudinario y gratuito en Costanera Sur, una puesta
que incluira helicpteros que arrojaran maniques al ro. La polmica propuesta, en su
exposicin cruel de lo que haba pasado, result tan intolerable y levant cuestionamien-
tos tales, entre ellos de las mismas Madres de Plaza de Mayo, que finalmente el msico
decidi cancelar el proyecto. De todas maneras, encontr la forma de emitir su mensaje
y cambi la lista de temas de esa noche, para cantar muchos de los que hicieron alusin
al tema en su momento.
Va a amanecer y desde el muelle veo el ferry en que te vas (Patricio Rey y sus
Redonditos de Ricota)
El ro y su puerto no slo han sido lugar de llegada, sino tambin va de salida.
Los Redondos han usado este recurso varias veces, siempre en su funcin de escape o
prdida. As, en el lbum de 1993 Lobo suelto, cordero atado, aparece Va a amanecer
y desde el muelle veo el ferry en que te vas, y en Botija rapado se cita nuevamente
al ferry: Pudo cruzar el charco a tiempo y en el ferry tararea la la la la, Zaf!!!.
Antes, en La mosca y la sopa (1991) se haba mencionado al Delta como un
lugar de refugio, de aislamiento: Vas a vivir en el Delta, en un lanchn, buscando de
qu rer (Tarea fina).
El ro trasciende su presencia fsica en estos imaginarios citados, y tambin se
hace presente en la ciudad como viento, como aire que respiramos: Soplan aires desde
el ro que te mecen suavemente, canta Antonio Birabent en Buenos Aires, jugando
con el nombre de la ciudad, como ya se mencion en otro apartado.
Su presencia marrn y quieta ha servido tambin para el despliegue de imgenes
poticas. Que la nuestra es agua de ro mezclada con mar, cantan Los Fabulosos Ca-
dillacs en Vasos vacos. Mientras que Vicentico, en El barco, de su segundo lbum
solista (Los rayos), encuentra en el puerto el marco ideal para una cancin de ilusin y
despecho: Y el puerto oscuro en la noche / despide la nave / que tiene un solo destino
/ que es cruzar el ro / y llegar a vos.
67
Temas de Patrimonio Cultural 18
Ro de la Plata
dios que mata y hace bien
no me des la espalda que tengo hambre
tengo sed
(...)
Sol de madrugada sobre el ro durmete
quin dar color al agua,
quin me quitar la sed,
ser el Ro de la Plata
o el sol que me vio nacer.
68
Buenos Aires y el rock
Ha sido largo el recorrido desde aquella ciudad de la que se quera huir hasta este
tiempo en el que incluso hay una suerte de subgnero llamado rock barrial. Acompaando
o yendo al ritmo de los cambios sociales y polticos que le toc vivir al pas y por ende
a la ciudad, las letras del rock fueron un vehculo para lograr ese reencuentro con lo
propio, en una lenta apropiacin que fue del canto a la ciudad con defectos y virtudes
de los aos ochenta, a este tiempo en que el rock lleva banderas que identifican a los
seguidores de las bandas por su barrio de origen. Una actitud del pblico que responde
a las propuestas letrsticas, que se han hecho ms locales y que, en un ida y vuelta, las
bandas reconocen: as, Los Piojos, por ejemplo, una de las bandas ms convocantes,
tienen ya como costumbre que el cantante, al cierre de los shows, enumere los nombres
de los barrios que se exhiben, orgullosos, desde las banderas en alto; esas banderas en
mi corazn a las que tambin les cantaban los Redondos.
Claro que no son slo barrios lo que se nombra en las letras. Casi desde el inicio
hubo algunos lugares concretos de la ciudad que fueron citados, nombrados e invocados:
las letras del rock estn ligadas a su lugar de origen, y las muchsimas referencias a calles,
bares, barrios, esquinas o plazas son la demostracin ms evidente de ello.
Ya desde los ttulos de las canciones vemos cmo el rock echa raz en alguna
zona portea: a partir de los fundantes Avenida Rivadavia y Avellaneda blues, de
Manal en 1970, se descubren muchos otros atravesando el tiempo y los estilos: Once,
de Babasnicos; Mataderos blues, de Memphis; Cancin de Bajo Belgrano, de Spi-
netta Jade; En el Bajo Flores, de Rata Blanca; Las golondrinas de Plaza de Mayo,
de Invisible; Maana en el Abasto, de Sumo; En las calles de Liniers, de Hermtica;
Para salir de Devoto, de Celeste Carballo; Maldito San Telmo, de Jvenes Pordio-
seros; Puerto Madero, de Kevin Johansen; Callejeros de Boedo, de Callejeros. Y
hasta hay una banda llamada Buenos Aires, y otra, Todos Al Obelisco, que en su mismo
nombre no slo menciona ese emblema porteo, sino que se hace eco de la costumbre
de ir all a festejar triunfos.
69
Temas de Patrimonio Cultural 18
70
Buenos Aires y el rock
Corrientes, eje central de la ciudad, arteria viva y elegida desde siempre para el
andar sin rumbo fijo o para recalar en sus bares, encontr en el rock quien la mantuviera
viva, como antes lo haba hecho el tango. Pero no es la nica contrasea para definirse
como habitante de la ciudad, o para apropiarse de ella.
Otra zona portea que insiste es Constitucin (no as Retiro). Paz y Sabina
hablan de un fantasma que merodea por all en el tema titulado Buenos Aires. En De
1920, incluido en Ciudad de pobres corazones, Pez se pregunta cunto sale un taxi
desde aqu a Constitucin; los Cadillacs tambin la citan: En un caf de Constitucin
perdi un amor de esos amores que se pierden en un caf. Pez traza un eje sureo
en La esttica del resentimiento, cuando enumera: Agarrs por San Juan, Barracas,
Constitucin, Garay. Y Baglietto le pone voz a la letra de Adrin Abonizio Constitu-
cin de noche:
La noche en Constitucin
tiene un aire particular
que la lleva la brisa del ro
la traen los autos al clarear
(...)
roja y roja es Constitucin
la viven gastando las babas del diablo
la sangre del alcohol.
71
Temas de Patrimonio Cultural 18
Me sa
Bul ma
Billi bus
Agu an
Je ecu
No faltan en el cancionero las citas a lugares clave para el rock: a Prix dAmi
le canta Pez en Fue amor, y el Luna Park aparece en 25 estrellas de oro, de Los
Twist, junto a la Bombonera, otro emblema porteo. Pero son muchos los que nombran
al otrora centro del boxeo, y no as al estadio Obras, aunque a este se lo llame la catedral
del rock. Los Redondos hacen planteo crtico del gnero en La bestia pop (voy a
bailar el rock del rico Luna Park), de lo que parece hacerse eco la Bersuit cuando en
Como un bol se pregunta qu hago yo ac tocando en el Luna Park; entre tanto
Andrs Calamaro muestra en Eclipsado uno de sus caractersticos juegos de palabras:
eclipse en el Luna Park, eclipse de alta mar; y tambin lo cita Celeste Carballo en La
otra orilla cruzando sitios y personajes en un paseo imaginario: y por Corrientes me
encontr con Dylan y cantamos en el Luna Park (pero cmo?, no fue en Obras? Ah,
no, en el Gran Rex). Tal vez sea porque desde un principio el Luna Park fue un mbito
que alberg, con sus idas y venidas, al rock, pero lo cierto es que parece ser un espacio
emblemtico, y la cancin de Pez as lo afirma: En Buenos Aires cuando hablamos
de la luna / slo hay una: la del Luna Park.
Son muchsimos ms los barrios y calles que se nombran en las letras de rock.
Pero en ese extenso listado se pueden observar algunas preferencias. Es que, desde
aquella Avenida Rivadavia inicial, la ciudad parece haber quedado dividida por ese
eje imaginario entre un norte y un sur; y el rock eligi definitivamente poner su voz
y su canto hacia el sur de la ciudad. As, no hay tantas referencias a Palermo como a
San Telmo, Belgrano aparece poco en contraposicin con Flores y, como vimos, Retiro
es casi ignorado mientras Constitucin insiste en varios temas. El sur de la ciudad
(2000), al que le cant Pappo y que en 2006 version en forma de homenaje La Mancha
de Rolando, es entonces el punto cardinal que el rock privilegia a la hora de cantarle a
Buenos Aires.
72
Buenos Aires y el rock
[El tango] es una cosa absolutamente inconsciente: la tens adentro, est ac.
Est a pesar mo, y adems me encanta que est.
Es algo que me distingue del mundo.
Fito Pez, 1986 (1)
Guerrero, Gloria: La historia del palo. Diario del rock argentino 1981-1994, Ediciones de la Urraca, 1995, pg. 154.
Grinberg, Miguel: La msica progresiva argentina (Cmo vino la mano), Buenos Aires, Convergencia, 1977, pg. 24.
73
Temas de Patrimonio Cultural 18
El tango te espera
La distancia formal que separaba al tango del rock persisti varios lustros ms,
aunque con excepciones. En consonancia con el axioma que reza el tango te espera,
en la medida en que los msicos iban acercndose a sus treinta abriles fueron recono-
cindolo como parte de su ADN musical y cultural. As lo hizo Charly Garca en Yo no
Por ejemplo, en la contratapa del disco debut de Pedro y Pablo (1970), sus integrantes trazaban un perfil de s mismos.
Miguel Cantilo se presentaba as: Soy de Escorpio, de River, de Los Beatles, de Cortzar y de Piazzolla.
Grinberg, Miguel: 25 aos de rock argentino, Buenos Aires, Promundo, 1992.
Pujol, Sergio: Rock y dictadura. Crnica de una generacin (1976-1983), Buenos Aires, Emec, 2005, pg. 38.
74
Buenos Aires y el rock
quiero volverme tan loco (1982), cuando emparentaba el tango con el rock y proclamaba
que se identificaba con ambos gneros. Otro msico de la misma generacin, Miguel
Mateos, publicaba ese ao una oda al tango, cuyo ttulo parafraseaba a los de Piazzolla
(Amelitango, Violentango, Libertango): Ochentango.
Guerrero, Gloria: La historia del palo. Diario del rock argentino 1981-1994, Bs. As., Ed. de la Urraca, 1995, pg. 228.
Berti, Eduardo: Rockologa. Documentos de los ochenta, Buenos Aires, Beas Ediciones, 1994, pg. 113.
Revista Rock en Blanco y Negro, enero de 1991.
75
Temas de Patrimonio Cultural 18
-25 estrellas de oro, Los Twist, 1983: Sarmiento, Pern, Alfonsn, Brizuela Mndez, Gardel.
-Smbolos patrios, Miguel Cantilo, 1985: la Virgen, el Che, Discpolo, Borges, Pern, Gardel.
-dolo de los quemados, Len Gieco, 2001: Edmundo Rivero, Sixto Palavecino, Hermenegildo
Sbat, Madres de Plaza de Mayo, Martn Fierro, Don Quijote, Eva Pern, Alsogaray, Videla, Dios,
Gardel.
Nos estamos refiriendo slo a las canciones seleccionadas para esta investigacin. La lista de temas de rock que mencionan
a Gardel es mucho ms extensa.
76
Buenos Aires y el rock
-La argentinidad al palo, Bersuit Vergarabat, 2004: Alberto Locati, Barreda, Monzn, Gustavo
Cordera, el Che, Maradona, Dios, Videla, Galtieri, Alfonsn, Menem, Mara Julia Alsogaray, De la
Ra, Adolfo Rodrguez Saa, Yabrn, el soldado Carrasco, Guido Di Tella, Vicco, Spadone, Favaloro,
Gardel.
-Todo eso, Callejeros, 2004: Porcel, Olmedo, Maradona, Luca Prodan, Las Madres y Las Abuelas
de Plaza de Mayo, Gardel.
Otro ejemplo del viraje gradual del rock hacia el tango se manifiesta en que al
promediar la dcada tres pioneros del rock publicaron discos titulados as: En el 2000...
(tambin)... (Pajarito Zaguri, ex Los Beatniks), Sur y despus (Moris) y Nebbia canta
a Cadcamo (Litto Nebbia).
Por su parte, en el tema Piazzolla (1997) Los Fabulosos Cadillacs utilizan una
batera de referencias tangueras que van desde el propio Piazzolla hasta apelaciones
a la cancin Balada para un loco y al bandonen: Piantao, calavera, luna, loco. /
Tango!, voy a estrellarme con tu bandonen a toda velocidad. En el mismo tema se
observa otra referencia al tango Solo, que, si bien no es de Piazzolla, forma parte de
la banda de sonido de la pelcula El exilio de Gardel, de la cual s compuso gran parte
de la msica. Finalmente sugiere el origen marplatense de uno de los tangueros ms
apreciados por los rockeros.
Solo!
Solo vino del mar, y solo se fue con l
piantao el fulano aquel, va por calles canallas.
10 En 1988 Pez colabor con un tema (Dando vueltas en el aire) en la banda de sonido de la pelcula Sur (de Pino Solanas),
compuesta en su mayor parte por Astor Piazzolla. Adems, en el film comparti escenas con el Polaco Goyeneche.
11 Tango que me hiciste mal / y que sin embargo quiero, / porque sos el mensajero / del alma del arrabal (Enrique Ma-
roni).
77
Temas de Patrimonio Cultural 18
b. Reversiones de tangos
Una de las formas en que el rock inadvertidamente incorpor el tango fue mediante
el uso del bandonen, su instrumento por excelencia. El bandonen apareci temprana-
mente en Laura va (Almedra, 1969), Yo vivo en esta ciudad y Che, ciruja (Pedro
y Pablo, 1970), y Cuando ya me empiece a quedar solo (Sui Generis, 1973). As, sin
que lo reconocieran, el tango se les colaba a los rockeros a travs de instrumentos mu-
sicales. Pero la mejor demostracin de la aceptacin final del tango por parte del rock
fue la recreacin, grabacin e incorporacin de sus canciones al propio repertorio. La
siguiente lista ofrece un panorama de ese proceso.
78
Buenos Aires y el rock
Aunque en la lista no figura el detalle de los tangos grabados por Litto Nebbia,(12)
es muy conocida su temprana afinidad por el tango, que se refleja en los discos sealados,
ntegramente dedicados a la obra de Gardel y Le Pera y de Enrique Cadcamo. Adems,
desde su sello discogrfico, Melopea, siempre impuls el gnero, incorporando a su
catalgo figuras de la talla de Adriana Varela o el Polaco Goyeneche.
Andrs Calamaro, otro prolfico cantante de covers tangueros, registr en su disco
El regreso (2005) el clsico Por una cabeza y alcanz su mxima expresin revisionista
en 2006, al grabar un lbum completo dedicado al tango, Tinta roja.
Nuevos tangos
Miguel Cantilo fue uno de los primeros msicos que, a travs de una cancin,
describi los lazos familiares que unan al rock local con el tango (Del tango y el tan-
guito, Matena, 1985). En un contexto signado por la falta de renovacin del gnero
sugera que el rock era una especie de continuador del tango, su heredero, y anticipaba
el intercambio y reencuentro que se dara entre ambos:
Porque soy porteo
yo canto tanguitos
el tanguito es joven
loco y zapador
79
Temas de Patrimonio Cultural 18
sale de la calle
pero no de un tnel
rasca la guitarra
pega en un tambor.
(...)
Como en una parbola
de aquel hijo prdigo
el tanguito un da
volver a su hogar
con su nuevo ritmo
con su nuevo cdigo
pero ese buen aire
cosa familiar.
Aos despus el rock intentara retomar no slo aquella intencin del tango
sino sus cdigos, tanto poticos como musicales. De esta forma comenzaron a aparecer
tmidamente nuevos tangos, compuestos por rockeros.
Alejandro del Prado haba sido pionero al registrar en 1984 su evocativo Tanguito
de Almendra. Del mismo modo, al ao siguiente Baglietto grababa un tango nuevo, con
letra de Juan Gelman, msica de Fernando de la Riestra y bandonen a cargo de Rubn
Jurez: Sentado al borde de una silla desfondada (Mi Buenos Aires querido).
Tambin compusieron tangos con letra y msica propias rockeros como Fito
Paz (Loca tuca de Dios, grabado por Fabiana Cantilo en 1995) y Daniel Melingo
(prcticamente todos los de su primer disco, Tangos bajos, 1998). En 1995 el grupo
Divididos edit su tango Volver ni a palos (Otroletravaladna) y al ao siguiente Los
Piojos grabaron Gris (Tercer arco). Por su parte, en 1997 Miguel Cantilo grab un
disco de tangos nuevos, con ttulos como Tanguito era Gardel y Cuando bailo el
tango (De amores y pasiones).
En algunos casos lograron componerlos en sociedad con tangueros, como Cala-
maro en Jugar con fuego (1999), escrito en coautora con Mariano Mores, o Celeste
Carballo, que hizo lo propio junto a Jos Colngelo (Buenos Aires no tiene la culpa,
2004). Otros casos son el de Omar Mollo, rockero de estirpe actualmente dedicado casi
exclusivamente al tango, y el de Daniel Melingo, que logr obtener el consentimiento de
Enrique Cadcamo para musicalizar sus poemas inditos. El resultado se public en su
disco Ufa! (2002). Tambin les puso msica y grab letras de Luis Alposta y Celedonio
Flores. Adems, a mediados de la dcada del noventa Melingo condujo el programa Mala
yunta, que se emita semanalmente por el canal Solo Tango, en el que invitaba a rockeros
consagrados a interpretar tangos en el estudio, una curiosidad para el momento.
Un prrafo aparte merecen los cruces entre msica electrnica y tango, como el
disco del colectivo Bajofondo Tango Club, en el que participan msicos de rock y que
80
Buenos Aires y el rock
fue producido por Gustavo Santaolalla.(13) Este pionero del rock nacional tambin produjo
en 2005 el proyecto Caf de los maestros, orientado a plasmar en nuevas grabaciones
la obra de glorias vivientes del tango, recuperando el sonido de las grandes orquestas.
Finalmente, en los ltimos aos, formaciones novedosas, como Pequea Or-
questa Reincidentes, Me Dars Mil Hijos, Buenos Aires Negro, Tanguetto, Romina y
los Urbanos, y hasta la Orquesta Tpica Fernndez Fierro, parecen ser las que asumen
las influencias mltiples con ms naturalidad (aunque todava, en las entrevistas, deben
dar explicaciones acerca de si su msica es tango o rock).
Con una tradicin de ms de cuarenta aos, la brecha generacional entre el rock y
el tango se vuelve relativa. Cada vez est ms cerca el da en que un joven msico reco-
nozca influencias de Manzi, Spinetta, Discpolo, Charly Garca, Troilo o Moris, sin sentir
la necesidad de explicar nada. Es que se trata slo de la msica de Buenos Aires.
13 Si el tango es el sonido de las calles de Buenos Aires, el colectivo Bajofondo Tango Club es la banda de sonido para los
porteos del nuevo milenio: tango y electrnica, afirma la cajita del primer lbum de Bajofondo Tango Club (2002).
81
Temas de Patrimonio Cultural 18
82
Buenos Aires y el rock
Yo tengo muy claro que hasta que apareci el rock, toda la gente se
vesta de gris, azul y marrn. Y que con el rock lleg el color.
Sandro(1)
Introduccin
Para este captulo, hemos trabajado fundamentalmente con el corpus general de
ms de quinientas canciones que fueron seleccionas tomando en cuenta las referencias
a la ciudad. Una vez ordenadas cronolgicamente, surgieron grupos de canciones en las
que predominaba un cierto tipo de mirada sobre la ciudad: se comprob as que esos
grandes grupos coincidan aproximadamente con perodos histricos o ciertas etapas de
la vida nacional de caractersticas muy marcadas.
Esas miradas predominantes en que la ciudad de Buenos Aires es retratada en las
letras de rock a lo largo de un proceso histrico de 40 aos el que va desde los orgenes
del rock local hasta la actualidad son el objeto de este apartado.
Por distintas razones, hemos considerado que cuando las canciones hablan de la
ciudad se refieren a Buenos Aires. Entre otras, porque su produccin es mayoritaria-
mente portea y porque no es indispensable que las canciones la llamen por su nombre
(Buenos Aires) para referirse a ella. Las menciones de ese tipo no fueron inicialmente
lo corriente: tardaron aos en surgir. En este sentido, es interesante notar que en los or-
genes la ciudad aparece en las canciones como una totalidad indiferenciada: las imgenes
de Buenos Aires son al comienzo abstractas y generales. Solamente con el correr del
tiempo van volvindose concretas y puntuales, como si la distancia entre los rockeros y
Buenos Aires fuera al comienzo grande y fuera achicndose a lo largo de la historia, para
finalmente desaparecer. Pero, a excepcin de un fugaz y peculiar perodo (1981-1984),
hay un punto que permanece constante, y es el tono predominantemente crtico con que
Pintos, Vctor: Tanguito. La verdadera historia, Buenos Aires, Planeta, 1993, pg. 38.
83
Temas de Patrimonio Cultural 18
Estos perodos slo reflejan las grandes tendencias o corrientes que se observan en el corpus al analizar la relacin rock-
ciudad. Esto no significa que en todos los perodos no puedan encontrarse en las canciones otras imgenes urbanas, aparte
de las destacadas aqu. Tampoco significa que en una misma cancin no puedan encontrarse diferentes valoraciones acerca
de la ciudad.
84
Buenos Aires y el rock
Oye, no finjas ms
no tienes que fingir
conmigo puedes ser
tal como eres t
no has entendido que
a nadie engaars?
Vers que as
la vida cambiar
libre sers
y vivirs en paz.
No finjas ms
no, no, no actes ms
y nunca trates ms
de copiar a los dems
debes buscar autenticidad
eso te dar la felicidad.
85
Temas de Patrimonio Cultural 18
Dejaron grabado otro tema, Soldado, un alegato antibelicista que fue publicado recin en 1997.
86
Buenos Aires y el rock
Hoy despert,
y vi la calle y vi la gente
es todo gris y sin sentido
la gente vive sin creer.
87
Temas de Patrimonio Cultural 18
t solo hars
tus disfraces sin porqu
te reirs
fumars
o bailars
para escapar de tu vida
que slo es
una historieta
paralela de tu ser
(...)
nunca eres t
siempre eres una ficcin
nunca es verdad
slo cambias el actor
qu pena me das.
Las referencias a cielos cubiertos, nublados o el reclamo para ver cielos de verdad quiz no sean slo un recurso
potico, ni tampoco una casualidad. Por aquellos aos el servicio de recoleccin de basura no alcanzaba a toda la ciudad y en
buena parte de ella se la quemaba en los incineradores de los edificios, lo que sumado a las industrias y al crecimiento del
parque automotor haba convertido al holln en un problema grave. Eso dur hasta 1977, en que se prohibi la incineracin
88
Buenos Aires y el rock
Sobre este tema, uno de sus autores, Javier Martnez, dira despus: Yo pase
mucho por ah, anduve mucho, y siempre me atrajo porque creo que en ese paisaje est
un poco el alma de la ciudad, que de repente en la Recoleta, en el centro, en Barrio
Norte o en Belgrano no pods encontrar. Ah est la vida industrial, el rostro duro de
la realidad.(6)
Junto al ambiente gris y montono de la urbe, algunas canciones cuestionan tam-
bin la alienacin, la soledad y el aislamiento o anonimato aparentemente caracterstico
de la vida urbana. En el tema Por qu bajamos a la ciudad Los Gatos se preguntaban:
A quin no le interesa / ser dueo de sus das. / Si muero no te enterars / si mueres
t cmo lo sabr. La cancin terminaba con un interrogante: Por qu bajamos a la
ciudad?.
En Manal, el tema de la alienacin y la soledad ante la avasalladora materialidad
de la gran ciudad aparece claramente. En contraste con la inmensidad e inhumanidad
de la urbe, el personaje no se cansa de repetir: Necesito un amor.
de basura, amplindose el sistema de recoleccin. De todas formas, en aos posteriores las letras igual apelarn a l: es que
aunque el smog disminuy, nunca fue eliminado totalmente y, aceptado o no, siempre ser utilizado como metfora de lo
antinatural en la ciudad.
Pintos, Vctor: Tanguito. La verdadera historia, Buenos Aires, Planeta, 1993, pg. 218.
89
Temas de Patrimonio Cultural 18
necesito un amor.
Por el puerto mirando barcos
necesito un amor.
En el subte, todos los das
necesito un amor.
Es inmensa la ciudad
solitario en la multitud
no soy un hombre ms
necesito un amor.
Cada minuto es un minuto menos
necesito un amor.
Por ltimo, como contrapunto a la hostilidad urbana, otro de los temas abordados
es la exaltacin del campo y la naturaleza. La utopa de huir de la ciudad fue abordada
por Los Gatos en Campo para tres y Yo viva en las montaas, por Manal en Una
casa con 10 pinos y por Almendra en Campos verdes, Rutas argentinas y Toma
el tren hacia el sur. El tema sera retomado por diversos grupos y solistas.
90
Buenos Aires y el rock
c. Primeras apropiaciones
A fines de 1970, al tiempo que estos tres grandes pilares del rock local se disol-
van, se publicaba una cancin que se convertira en clsico del gnero y de la ciudad
de Buenos Aires.
Yo adoro a mi ciudad
aunque su gente no me corresponda
cuando condena mi aspecto y mis ondas
con un insulto al pasar.
Yo adoro a mi ciudad
cuando las chicas con sus minifaldas
parecen darle la mgica espalda
a la inhibicin popular.
Yo adoro a mi ciudad
aunque me acusen de loco y de mersa
aunque guadaen mi pelo a la fuerza
en un coiffeur de seccional.
91
Temas de Patrimonio Cultural 18
92
Buenos Aires y el rock
En sintona con Yo vivo en esta ciudad de Pedro y Pablo, al poco tiempo el grupo
La Pesada public su lbum Buenos Aires blus (sic), que contiene otra cancin a la que
puede considerarse tambin como bisagra: Toda de gris. En efecto, ac el carcter
gris de la ciudad ya no resulta tan negativo sino que est relativizado, naturalizado y
aceptado como parte inseparable de ella:
Seria y formal,
sos mi lugar,
sos mi lugar!
Gris...
toda de gris,
vos sos mi ciudad
Ciudad...
Sos mi lugar,
mi lugar,
mi lugar...
93
Temas de Patrimonio Cultural 18
Otros temas de principios de la dcada del setenta retoman la cuestin del trabajo
en la ciudad, especialmente el de oficina, al que oponen a un modo de vida supuestamente
natural. Se destacan canciones como Salgan al sol, de La Pesada (una secretaria en
minifalda / y mi jefe en un rincn / salgan al sol, idiotas!) y Muchacho del taller y
la oficina, de Moris (muchacho del taller y la oficina / esta cancin es para ti / est
llegando ahora en el ter de la radio / brilla afuera el sol de la ciudad).
Fiel a su poca, el disco contiene temas como Blues del xodo, que plantea el escape de la ciudad, o Padre Francisco,
que segn Miguel Cantilo est inspirada en la obra de los curas tercermundistas, como la que realizaba Carlos Mugica en
la villa de Retiro.
94
Buenos Aires y el rock
y a perder mi libertad
(...)
y las bocas no se ren
y los ojos no se miran
no se miran con tranquilidad.
balos, Ezequiel: Historias del rock de ac. Primera generacin, Buenos Aires, AC, 1995, pg 71.
Reportaje de Alfredo Rosso en 1996, lmina interna de la edicin en CD de Claudio Gabis y La Pesada, Sony Music.
10 Es un hecho que a partir de 1974, en especial tras la muerte del presidente Pern, la violencia urbana se increment mientras
se restringan cada vez ms las libertades pblicas. En septiembre de ese ao se cercen severamente la libertad de prensa y
en noviembre se dict el estado de sitio en todo el territorio por tiempo indeterminado.
95
Temas de Patrimonio Cultural 18
11 Libro que acompaa la caja de CDs 10 aos de vida. Investigacin a cargo de Vctor Pintos. EMI, 1994.
12 Aunque fueron grabadas y mezcladas, recin fueron publicadas en 1986.
13 Una de esas versiones aparece en el disco Porsuigieco (1976), pero slo en los ejemplares de la primera tirada. En posteriores
ediciones el tema desapareci del disco, siendo reemplazado por otro. De esa manera, aquella versin del tema se convirti a
s misma en fantasma: los ejemplares que pertenecen a la primera tirada son muy buscados por coleccionistas.
96
Buenos Aires y el rock
Algn hueco
en las entraas del silencio
se refugia en los pasillos de su historia
y Buenos Aires slo es piedra.
El trabajo contena otra cancin, La muerte cont el dinero, que comenzaba di-
ciendo: Se quiebra el cielo en cortezas de cal / cubren las tumbas trozos de alta mar.
En 1976 la ciudad tambin aparece en El anillo del capitn Beto, del grupo
Invisible. Presentado a fines de ese ao en el Luna Park, el tema es especialmente rico
en imgenes urbanas. Fue parte de la banda de sonido de una poca, alcanzando la cate-
gora de clsico del gnero. Beto es un colectivero perdido en el espacio. Su nave es
descripta con los tpicos elementos que caracterizaban a los colectivos.
Beto siente nostalgia y en su errar busca otro lugar que al menos se le asemeje.
Enajenado de su ciudad, teme que finalmente no quede ni una triste sombra de ella.
97
Temas de Patrimonio Cultural 18
Vive esa ausencia como una suerte de exilio. El tema concluye sentenciando que Beto
jams podr volver a la Tierra y que tardaron muchos aos hasta encontrarlo.
El disco El jardn de los presentes traa otra cancin que mencionaba a uno de los
principales smbolos de Buenos Aires: Las golondrinas de Plaza de Mayo.
Retomando la cuestin de la disminucin de las referencias concretas a la urbe
verificada en las canciones, es posible que no se deba exclusivamente a la censura o au-
tocensura. Transitar libremente por la ciudad no es condicin indispensable para escribir
canciones sobre ella, pero es probable que la prctica aporte miradas y experiencias que
faciliten la tarea, o la inspiracin. El panorama de una ciudad literalmente tomada, con
tanquetas en la calle Corrientes y autos Falcon surcndola, no era del todo auspicioso
ni para recorrerla (especialmente por la noche, territorio preferido del rock) ni para
describirla, mucho menos para hacer canciones.
En ese sentido, una cancin de La Mquina de Hacer Pjaros, Hipercandombe,
adverta en 1977 sobre dos peligros:
Un peligro claro era el asedio policial, que obligaba a camuflar el pelo largo dentro
de la ropa. Pero resultaba menor frente a otro peligro, ms sutil y subjetivo: la paranoia.
Es que la paranoia poda conducir al aislamiento total y limitaba an ms las de por s
escasas posibilidades de recorrer la ciudad y salir de ese aislamiento. De todos modos,
otra cancin del disco Pelculas denunciaba desde su ttulo la escasez de motivaciones
para salir a la calle, a travs del interrogante Qu se puede hacer salvo ver pelculas?:
en Buenos Aires modelo 1977 slo se poda ir al cine.
A propsito del lanzamiento del lbum Pelculas, uno de los integrantes de la
banda, Charly Garca, deca que el nuevo disco era un long play urbano y que habla-
ba de lo que le pasa a la gente en la ciudad. Reflexionaba tambin sobre el uso del
lenguaje: Es genial cuando uno encuentra un argumento para decir lo que quiere. Pero
a veces para decirlo hay que dar muchas vueltas, y es all donde la gente pierde. Yo
trato de cargar las cosas con smbolos e imgenes que pueda entender todo el mundo.
Finalmente sugera: Hay que inventar un lenguaje nuevo. S que la gente que tiene que
entender va a entender.(14)
14 Expreso Imaginario N 10 (1977), citado en el libro que acompaa la caja de CDs 10 aos de vida.
98
Buenos Aires y el rock
Esta oscuridad
esta noche de perros.
Esta soledad que pronto te va a matar.
Vas perdido entre las calles que solas andar.
Vas herido como un pjaro en el mar.
Sangre.
99
Temas de Patrimonio Cultural 18
As como Ser Girn manifestaba hartazgo, aqu el protagonista del tema mira
la ciudad desde su ventana, pero no deja de proponer salir a la calle otra vez. El tema se
llamaba Las cosas para hacer. Y eran muchas.
15 Ralph Rothschild, La fiesta de Almendra, Expreso Imaginario, Buenos Aires, enero de 1980, pg. 31.
16 Ese crecimiento se ve claramente en el multitudinario fenmeno producido por la gira nacional de Almendra de 1980 y en
el recital gratuito de Ser Girn en la Rural, que en diciembre del mismo ao rene a 60.000 personas, hasta ese momento la
mayor concentracin de gente en un recital de rock.
17 Vila, Pablo: Rock nacional, crnicas de la resistencia juvenil, en Los nuevos movimientos sociales/1, compilacin de
Elizabeth Jelin, Buenos Aires, Centro Editor de Amrica Latina, 1985, pg. 97.
18 Sobre 500 canciones analizadas, en 1980 encontramos una sola alusin, mientras que en 1981 se contabilizan ocho, y
dieciocho en 1982.
100
Buenos Aires y el rock
19 Mucho se ha debatido sobre la importancia que tuvo la prohibicin de difundir temas en ingls durante la guerra de Malvinas
en el desarrollo del rock local. Lo cierto es que esa prohibicin rigi en un perodo menor al de la propia guerra, que dur slo
dos meses y medio. Nadie duda de que esa circunstancia dio ms difusin y posibilidades de produccin al gnero, pero no
es menos cierto que el llamado rock nacional vena desde mucho antes dando muestras de un gran crecimiento, en todo caso
contenido por la represin y polticas culturales y econmicas adversas. Parece ms adecuado considerar que la guerra perdida
anunci el final de la dictadura, circunstancia esta que s fue clave para el desarrollo pleno de la msica local.
101
Temas de Patrimonio Cultural 18
irona el espritu casi deportivo con que la guerra se haba vivido desde Buenos Aires.
Aos despus su autor explicara: Yo en esa poca no sala. Iba de la cama al living, y
no era el nico. No se poda salir a la calle porque era un bajn, a menos que estuvieras
arengando en la mano partido de ftbol y vamoa ganar.(20)
Sin embargo, predominaron las canciones que celebraban la recuperacin del
espacio pblico. En otro tema, Yo no quiero volverme tan loco, Garca invitaba a
bailar en las calles:
Por su parte, Juan Carlos Baglietto populariza La msica del Ro de la Plata, una
cancin de un joven desconocido, Fito Pez, que utiliza un marco urbano (en cada luna,
en cada esquina en cada madrugada / en conventillos, rascacielos y en alguna cancha)
para invitar a festejar en las calles, sumndose a la propuesta del tema anterior.
Cantemos en la vereda
que el canto tambin es fuerza
gastemos nuestras gargantas
para brindar
borrachos de alegra y esperanza.
20 Ramos, Laura y Cynthia Lejbowicz: Corazones en llamas. Historias del rock argentino en los ochenta, Buenos Aires,
Editorial Clarn/Aguilar U.T.E, 1991, pg. 51.
102
Buenos Aires y el rock
c. La transicin democrtica
En 1983 el rock argentino, aliviado, profundiza la tendencia a celebrar la recu-
peracin de su ciudad. Memphis la Blusera, en su disco debut, graba Moscato, pizza
y fain, tema en el que describe un paseo por el centro, el bullicio de la calle Lavalle
a la hora 23, y que la calle Corrientes / se llena de gente / que viene y que va / salen
del cine / ren y lloran / se aman se pelean / se vuelven a amar. Tambin el regreso al
barrio, a seguir celebrando en una tradicional pizzera: y en la Universal(21) / fin de la
noche / moscato, pizza y fain.
Del mismo modo, otro tema interpretado por Baglietto (de Fabin Gallardo, La
msica me ayuda), invita tambin a vivir la ciudad y su noche sin perder ms tiempo.
Al igual que en otras composiciones la msica parece acompaarlo todo cual banda
de sonido, como si en ese momento las calles, el sol, el ro y hasta la oficina tuvieran
msica.
A pesar del tono de algaraba por la recuperacin de la ciudad, no todas las im-
genes que reflejan las canciones son tan positivas. La noche sigue generando temores.
En poco tiempo el debate sobre el destino de los detenidos desaparecidos haba cobrado
estado pblico, y la temtica comenzaba a colarse en las letras. As, Miguel Mateos co-
menzaba la cancin Un gato en la ciudad cantando: Camino solo con la noche detrs
/ es buena hora para andar, pero terminaba su paseo nocturno diciendo: la noche est
103
Temas de Patrimonio Cultural 18
ms peligrosa que ayer / no quiero desaparecer. Otro tema que aluda a la cuestin de
los desaparecidos era Los dinosaurios, de Charly Garca:
104
Buenos Aires y el rock
Probablemente esta diversidad temtica se relacione con aquello que Pablo Vila
observaba en 1985: Con el arribo de la democracia, el rock no tiene muy en claro qu
propuesta asumir. Le llevara un tiempo notar que una vez desaparecido el rgimen
militar que exacerbaba las caractersticas del sistema que el rock siempre critic, sigue
quedando el sistema.(22)
En el caso del rock la falta de claridad que menciona Vila tena una explicacin
posible: al recomenzar la democracia, el rock contaba con dieciocho aos de trayecto-
ria, de los cuales quince fueron regidos por dictaduras y los otros tres transcurrieron en
medio de un gobierno surgido de elecciones libres pero plagado de dificultades y falta
de garantas civiles.
De esta manera la nueva realidad democrtica encuentra al rock un tanto desorien-
tado, en medio de un gobierno que organiza recitales en las calles y una democracia a la
que, de tan ansiada, costaba criticar o a la que al menos haba que darle tiempo.
Virus, el grupo moderno en ascenso, es otra vez el que coloca las cosas en su
lugar, a la vez que anticipa tempranamente, en 1983, por dnde poda estar la veta que
el rock explotar en adelante: la exclusin de los jvenes en trminos econmicos o
sociales. La cancin es Buenos Aires smog, de su disco Agujero interior:
22 Vila, Pablo: Rock nacional, crnicas de la resistencia juvenil, en Los nuevos movimientos sociales/1, compilacin de
Elizabeth Jelin, Buenos Aires, Centro Editor de Amrica Latina, 1985, pg. 112.
105
Temas de Patrimonio Cultural 18
cio ruin, sucio, casi insoportable. Y no slo eso: aunque ya no denuncia ningn tipo de
persecucin, s marca la carencia de algo fundamental para vivir en la urbe: el dinero.
Len Gieco, por su parte, retrata el drama y el desarraigo de los migrantes internos
en la gran ciudad, cuando interpreta Carito:
Al ao siguiente Los Violadores se despachan con una cancin que parece tener
reminiscencias de aquel primer rock que cargaba sus tintas contra la ciudad gris y sus
trabajos. Sin embargo, el tema Maquinaria da una vuelta de tuerca: apunta ms a la supe-
rexplotacin laboral, ligndola a la sordidez de la urbe (todo es maquinaria sucia).
106
Buenos Aires y el rock
En el extremo de la calle
la florista se emborracha con Legui
y la ciudad la mambea un instante
y la devuelve en su silla.
Otra cancin que data de esa poca (aunque recin fue publicada en 1987) es
Maana en el Abasto, del grupo Sumo. All se anticipan varios elementos que luego
seran reivindicados por el rock local, como el barrio y la calle.
107
Temas de Patrimonio Cultural 18
Su autor sealaba en junio de 1986 que el tema muestra toda una situacin
social. Cerraron el mercado. Se quedaron miles y miles de personas sin casa, sin laburo
y sin guita. Y ahora el Abasto es una zona fantasma. Lo s porque viv ah y conoc
a mucha de esa gente. Ya ves: no es que estamos ah relocos en el escenario diciendo
cualquier cosa.(23)
23 Guerrero, Gloria: La historia del palo. Diario del rock argentino 1981-1994, Ediciones de la Urraca, 1995, pg. 160.
24 Luego de su muerte en diciembre de 1987, no pas demasiado tiempo para que en las paredes de la ciudad comenzara a
aparecer la leyenda Luca not dead o Luca no muri, que manifestaba la devocin de sus ex fans o de quienes no lo co-
nocieron pero admiraban su msica. Los recitales del grupo Sumo tambin adquirieron carcter mtico, y la tumba de Prodan
en el cementerio de Avellaneda se convirti en sitio de peregrinaje.
108
Buenos Aires y el rock
En 1988, la gran difusin alcanzada por el tema de Sumo coincide con la rei-
vindicacin de la calle como territorio a ocupar y como fuente de saberes en varias
canciones. La calle aparece as en temas como Vencedores vencidos, de los Redondos
(Me voy corriendo a ver / qu escribe en mi pared(25) / la tribu de mi calle. / La banda de
mi calle!) y Chico callejero, de Rata Blanca (Callejero, eres dueo de tus sueos / tu
vida, tu libertad / slo vos sabs / cmo y dnde se transa / que la calle, es tu verdad. //
Callejero, nuestros sueos / nos convierten / en amos de la ciudad. / No podrn sistemas
ni policas / arrancarte de tu alma ya / ese gusto de ser / un chico callejero).
Por su parte, Fito Pez publica su Cancin de amor mientras tanto (hoy voy
a salir a la calle / y voy a incendiar tus ciudades // y Luca ya se dio por muerto / por
asco y por aburrimiento). Luca tambin contina reivindicando la pertenencia a la
calle, al publicarse de manera pstuma una grabacin casera del tema Aos (clsico
de Milans), realizada junto a Andrs Calamaro. All se escucha a Prodan decir: sos
callejero vos? Bancatel, modificacin de la letra mediante. Es tambin hacia fines de
esa dcada cuando comienza a circular el trmino aguante, ligado a la resistencia, al
valor, al barrio, a la calle. Tiempo despus har su aparicin en las letras.
25 Esta cancin preanuncia la intensificacin de la prctica del graffiti, sean estos de nombres de bandas o de temas relativos a
ellas. Claudia Kosak seala que en los noventa el auge del rock barrial dio un particular sentido a estas prcticas, ya sea como
promocin gratuita o como una forma de suscribir a una identidad grupal, ligada a tal o cual subcultura, de parte de los seguidores
de una banda. Kosak afirma adems que en la actualidad estos cubren la ciudad en tal grado que suelen llamar la atencin de
visitantes extranjeros. (Revista UBA: Encrucijadas, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, agosto de 2005).
109
Temas de Patrimonio Cultural 18
Poco despus exige ms libertad / ms dinero, y concluye: Quiero irme del pas / y
despertarme maana en otro lado / me voy silbando un tango de Carlitos: Mi Buenos
Aires querido, / cuando no te vuelva a ver.
Pese a la profundizacin del deterioro poltico y econmico de 1989, que tambin
golpe a la industria discogrfica, se destaca el lbum debut de Hermtica. Adems de
una cruda postal del conurbano (Desde el Oeste), traa un tema de ttulo sugerente,
Vctimas del vaciamiento, en el que surge por primera vez en las letras el trmino
aguante. Por otro lado, el tema Estn rompiendo todo, del grupo Man Ray, describe
los saqueos a supermercados: Buitre est furioso, fue al supermercado / se encontr
rodeado, todo remarcado. / Estn rompiendo todo, se llevan hasta el carro / tiros en el
aire, cuerpos en el barro.
Ese ao en medio de saqueos, estado de sitio, ataque al regimiento de La Tablada
con decenas de muertos y heridos, salida anticipada de un presidente, hiperinflacin y
crisis energtica Charly Garca publica Suicida: Todo el mundo en la ciudad / es un
suicida / y es la verdad. / Todo el mundo en la ciudad / tiene mil vidas / y es la verdad.
// Todo el mundo sabe que no hay salidas / y es la verdad.
A raz de la crisis poltica y econmica de 1989 muchos argentinos emigraron
buscando mejores horizontes econmicos.(26) As como el exilio provocado por la dic-
tadura tuvo su correlato en las letras de rock, esta nueva ola de emigracin tambin lo
tendra.
26 En 1989 Fito Pez, sin posibilidades de grabar su nuevo trabajo, anunci que se iba del pas. El tema fue muy difundido
por los medios, aunque finalmente su partida no se concret. De todos modos, sobre el fin de la dcada no fueron pocos los
msicos que abandonaron el pas, como Roberto Pettinato (ex Sumo), Isabel de Sebastin (Metrpoli) y Daniel Melingo (ex
Los Abuelos de la Nada y Los Twist).
110
Buenos Aires y el rock
guardar. Adems, ahora el muchacho porta una 22 en el bolsillo de las drogas, vive en
el Docke, lo persigue la polica y su madre es un yiro. Ya no haba romanticismo.
Otras canciones de Tercer Mundo refieren a barrios por su nombre, entre perse-
cuciones policiales y muertes. Bode y Evelyn cuenta que los personajes en cuestin
escaparon de los patrulleros de la muerte y recorrieron Pompeya toda la noche. Pez
tambin menciona barrios en Carabelas nada: lo del tango es una idea / que me toca
aunque no quiera / una chica sube a un taxi, / Caballito-Buenos Aires / muere un tipo en
Mataderos, / un balazo en un aguante.(27)
Lo orillero y marginal pasa a ser as central en el tratamiento que el rock hace de
la ciudad. No podra ser de otra manera: siendo el rock una msica eminentemente urbana
de intenciones o pretensiones antisistema y siendo constante el deterioro econmico
y social, el rock de los noventa necesariamente dar cada vez ms espacio a ese tipo de
imgenes, ligadas a la decadencia y la pobreza, cuando no directamente a la miseria.
27 Dentro de las casi 500 canciones seleccionadas durante la investigacin, los tres barrios aparecen mencionados por primera
vez; en trminos generales, los barrios comienzan a ser mencionados con ms asiduidad en los noventa, coincidiendo con lo
que se dio en llamar rock barrial.
111
Temas de Patrimonio Cultural 18
28 Tratndose de Liniers, las largas filas parecen aludir a la iglesia de San Cayetano, aunque tambin podran referir a
templos evangelistas, que a comienzos de la dcada del noventa se abran por toda la ciudad, especialmente cerca de las
estaciones de trasbordo.
112
Buenos Aires y el rock
Volv al barrio!, en el 5
porque el barrio es ms lindo.
113
Temas de Patrimonio Cultural 18
Nosotros venimos
del sur de la ciudad.
Un barrio de leyenda tango y arrabal.
Nosotros venimos de un barrio
de un barrio industrial.
Tenemos algunos bares
con sus tpicos borrachos
y algunos linyeras
pidiendo algo que morfar.
Otro de sus temas, uno de los ms antiguos, Arrebato, describe esa situacin:
no vayas muy confiado por la calle / porque de repente puede pintar / un arrebato por
la noche / un arrebato en la ciudad. En otra cancin, Ya no sos igual, criticaba a un
114
Buenos Aires y el rock
amigo por haberse hecho polica, pero tambin por haberse ido del barrio. Sentenciaba:
Carlos se vendi al barrio de Lans.
La pertenencia al barrio(29) a rajatabla (y el enfrentamiento con barrios vecinos), el
kiosco de la esquina (con su inseparable cerveza), la persecucin policial y el aguante
tanto ante la polica como en las canchas de ftbol son temticas exaltadas por 2 Minutos.
Todo tiene a la calle como principal escenario. 2 Minutos introduce de esta forma las
principales lneas temticas referidas a lo urbano que sern adoptadas por lo que se dio
en llamar rock barrial o rock chabn.
Acerca del desarrollo de esa corriente del rock local, Pablo Semn afirma que en
los noventa el rock ensanch su margen y se populariz (...) los jvenes armaron un
circuito musical del que participaba gente del Gran Buenos Aires y de los barrios pobres
de la Capital, y al que se agregaron, en los peores momentos de la crisis econmica de
fines del noventa, los jvenes de las clases medias.(30)
Esa corriente estilstica se volvi predominante en el rock argentino. Parte de ese
crecimiento suele atribuirse a operaciones de marketing, pues la frmula que exacerbaba
la sordidez mostr muy buenos resultados. Pero no es menos cierto que, conforme se
deterioraba el marco social que intentaban reflejar aquellas canciones, ms se inclinaba
el gusto de los jvenes hacia el rock barrial. Por otra parte, quiz ese predominio se
relacione con los efectos de la globalizacin: cuanto ms se hacan sentir sus efectos,
ms microlocales se volvan las letras.
f. Se viene el estallido
Volviendo al tema de las miradas predominantes sobre la ciudad, con rock barrial
o sin l, el rock argentino continuar utilizando las imgenes urbanas para describir o
denunciar otras realidades, menos urbansticas o arquitectnicas y ms sociales, como
ya lo vena haciendo.
Hacia la segunda mitad de la dcada proliferan las canciones de este tipo. Los
Fabulosos Cadillacs publican Paquito, que cuenta el drama del sida en una humilde
zona del conurbano, e Illya Kuryaki and The Valderramas, el tema Remisero, una fbula
surrealista sobre un oficio que con el incremento de la desocupacin se extenda cada
vez ms. Mientras, Los Caballeros de la Quema graban una postal bonaerense, Qu
pasa en el barrio?, donde a la manera de Maana en el Abasto desfilan por los ojos
del observador problemticas como el aborto o la violencia familiar. Por su parte, Fito
Pez escribe y graba Cadver exquisito, donde tambin aparece el pago chico: vengo
29 En 1994, la exaltacin de la pertenencia a un barrio haca un tiempo ya que se reflejaba en los recitales. Importadas desde
las canchas, las banderas con nombre de barriadas decoraban los encuentros.
30 Pablo Semn, suplemento La cultura argentina hoy, Pagina/12, Buenos Aires, 18 de marzo de 2006, pg. 3.
115
Temas de Patrimonio Cultural 18
de un barrio / tan mezquino y criminal / quiz te queme, queme, quiz / si de nada sirve
vivir / buscs algo por qu morir.
La cancin Sobaco ilustrado, del grupo Maln, inclua el drama del desempleo
sufrido por un ex convicto:
Sos de los que quieren que los chicos estn pidiendo guita y comida en las calles.
Cerrs las ventanillas de tu auto falo, cuando los chicos te piden un mango.
Cuidado Patri, guarda Ezequiel, cuidado el bolso con cosas de valor.
Cuidado Nancy, pon el brazo adentro, de un manotazo te sacan el reloj.
(...)
Sos un imbcil que a los chicos culps de la pobreza y la mugre que hay.
Que nunca te echen, rogale a tu Dios, porque en el culo te pondrs ese auto.
No quiero que me limpien el parabrisas porque est limpio y lo van a ensuciar.
No quiero que me pasen esa estampita, de alguna iglesia la habrn ido a robar.
Las canciones que cantan a la ciudad ruin y utilizan el marco urbano para descri-
bir situaciones sociales son innumerables. Una de ellos es Homero, del grupo Viejas
Locas, de Villa Lugano, que sita en un barrio de monoblocks a un obrero de la Buenos
Aires de 1999:
En Momo sampler, el ltimo disco publicado por los Redondos (2000), los autores
apelan al barrio de Constitucin y a una gran cuota de irona para, en el tema Sheriff,
116
Buenos Aires y el rock
describir una situacin social que se volva insostenible y al mismo tiempo impugnar a
una dirigencia poltica que, muy lejos de solucionar los problemas, los agravaba:
(...)
Son tres tiros a un peso
y la guita es miel...
Sos como un fuego en un caaveral
(un kamikaze que ameniza la funcin...)
Tarde en la noche... Plaza Constitucin
hay sangre rancia de Tramontina tajeador.
(...)
Sheriff! Sheriff!
ladr! ladr y mord!
No permitas que pise mierda en mi jardn.
31 El trmino parece aludir a Carlos Ruckauf, en ese entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, quien en la campaa
electoral de 1999 que lo consagr como tal haba afirmado que era necesario meter bala a los delincuentes, generando una
polmica alrededor de la poltica de gatillo fcil.
117
Temas de Patrimonio Cultural 18
cantando a la gente
que duerme en la calle!
estn tan fros!
abrigados slo con cartones.
estn matndonos!
no pierdan la fe.
si un Che nuevo no aparece
a mostrarnos el camino.
arma la rebelin
para que las cosas s sucedan
y destraben la justicia
al fin, al fin, al fin!
En su segundo disco No es slo rock and roll, del ao 2003, Intoxicados insiste
con otra semblanza barrial de Lugano en el tema Una vela:
118
Buenos Aires y el rock
119
Temas de Patrimonio Cultural 18
Para concluir basta con reiterar que la ruindad urbana y la pobreza son los temas
predominantes del rock en los ltimos aos. Celeste Carballo es quien echa un manto de
piedad sobre la ciudad cuando en 2004 les recuerda a quienes abandonaron Buenos Aires
por Nueva York, buscando un destino mejor, que...Buenos Aires no tiene la culpa.
120
Buenos Aires y el rock
Segunda parte
Otras relaciones del rock y la ciudad
121
Temas de Patrimonio Cultural 18
122
Buenos Aires y el rock
balos, Ezequiel, Historias del rock de ac, AC Editora, Buenos Aires, 1995, pg. 79.
Berti, Eduardo, Crnica e iluminaciones, Editora 12, Buenos Aires, 1988.
123
Temas de Patrimonio Cultural 18
Otra circunstancia que permite explicar la actitud negativa hacia la propia len-
gua es que el espaol cantado estaba ligado a producciones musicales de las que estos
jvenes rockeros queran tomar distancia: por un lado, el tango, respecto del cual lo que
realmente exista era una brecha generacional ms que musical: se trataba de la msica
que escuchaban los viejos y por lo tanto quedaba del lado de la tradicin y las ideas
conservadoras (todava faltaba que pasaran algunos aos para que los rockeros pudieran
escuchar el tango). Por otro lado, los productos de El Club del Clan y La Escala Mu-
sical. Sobre la necesidad de diferenciarse de estos exponentes, Spinetta cuenta: Hasta
ese momento cantar en ese idioma [el ingls] era una forma de mantener lo nuestro en un
estado underground, por decirlo as. Lo otro era El Club del Clan, basura pura. Entonces
una forma de conservar una especie de estadio de calidad era cantar en el idioma de Los
Beatles y de los grupos que tenan esa onda.(3)
Es cierto que entre los nuevos rockeros y los productos que ofrecan los emporios
de la msica de entonces, no haba una divisin absoluta: Los Gatos Salvajes partici-
paron en alguno de los programas de La Escala Musical, y tambin Almendra y Manal
tocaban en los bailes, junto a Johnny Tedesco u otras figuras de ese tipo. Sin embargo,
la diferencia exista y era de principios: las producciones musicales de esos programas
de televisin eran generalmente copias calcadas del rock and roll norteamericano. Ben
Molar cuenta que cuando el mexicano Ricardo Meja se incorpor a RCA, le propuse
grabar doce xitos mundiales que seleccion especialmente y le suger, inclusive, el
nombre de algunos muchachos que podan emular a Elvis Presley o Paul Anka. l acept,
y yo hice la versin castellana de los hits.(4)
Por otra parte, el pblico argentino estaba acostumbrado a las traducciones. De
hecho, el mismo nombre The Beatles apareca traducido como Los Grillos en las
ediciones locales de algunos de sus primeros discos. Y los ttulos de sus simples y long
plays, as como los de sus temas, tambin estaban traducidos, provocando en algunos
casos distorsiones de todo tipo, como el sinttico Frutillas por Strawbery Fields For
Ever, la interpretacin particular de Cant Buy Me, Love en El dinero no puede
comprar mi amor, o el supuestamente literal Por favor yo del disco Please Please
Me, que termina perdiendo el ambiguo sentido original.(5)
Daz, Juan Carlos: Martropa. Conversaciones con Spinetta, Aguilar, Buenos Aires, 2006, pg. 166.
www.magicasruinas.com.ar.
Se conoce tambin una edicin uruguaya de A hard days night titulada Qu noche la de aquel da.
124
Buenos Aires y el rock
balsa) y por el crecimiento sin pausa que tuvo el movimiento desde entonces hasta
nuestros das. La resistencia a cantar rock en castellano haba quedado atrs.
Entre los testimonios de la poca, es frecuente encontrar distintos relatos acerca
de cmo impact en cada uno de los protagonistas la incursin del castellano en el rock.
En esas historias aparece con insistencia la influencia que unos tuvieron sobre los otros,
una suerte de fenmeno en cadena producido a partir de la escucha de alguna otra banda
que cantaba en castellano o incluso a partir de las conversaciones que se daban en los
encuentros en bares o recitales. Spinetta lo explica as: [Cantar en ingls] era un modismo
de la poca que se cambi en cuanto vislumbramos que nosotros no estbamos solos en
el asunto; la eleccin de cantar en castellano fue entonces fundamental.(6)
En el caso de Vox Dei, cuenta Quiroga que ese paso del ingls al castellano
ocurri despus de un show en el Teatro Payr: Cuando nos vamos al camarn viene
un flaco, muy flaco, que nos dice: Loco, la banda suena un montn, pero por qu
teniendo todo el idioma a su disposicin cantan en ingls? Era Luis Alberto Spinetta.
(...) Automticamente ese da mientras volvamos en tren empec a hacer la traduccin
de Bitter Sugar. (...) A partir de ese da cantamos todos los temas en castellano.(7) A
pesar de la lucidez de Spinetta, l mismo en esa poca cantaba algunos temas en ingls:
sobre otro encuentro en el Payr, Spinetta cuenta que al finalizar el show se arm una
polmica y de ese modo llamamos la atencin de varios, entre ellos Kleiman, a quien
entonces invitaron a un ensayo. Cuando Kleiman fue a presenciarlo cantaron A dnde
vas, Mary Sue?, un tema en un ingls medio sanateado. Y contina Spinetta: Ah
Kleiman plante: en castellano o en ingls?. Y finalmente grabaron en castellano.
Por su parte, Miguel Cantilo tambin cuenta que cuando salieron Los Gatos
empec a sacar sus temas en el tocadiscos y a componer en castellano.(8) Y Litto Nebbia,
a su vez, se hace cargo de esa pica: Cuando nosotros empezamos a vender con los
discos, desde ese da nadie ms grab un disco en ingls, ni en francs, ni en italiano, en
la Argentina (...). Desde ese da nadie ms se anim a grabar un disco en ingls.(9)
Ancdotas de ese tipo son frecuentes. As lo cuenta Gustavo Santolalla: Cuando
grabo esos dos temas en ingls, recin estaba saliendo Almendra. Y por primera vez,
salvo Los Gatos, que no me terminaban de convencer, igual que mis propios temas en
espaol, escucho msica cantada en castellano.(10) La cita es elocuente en dos sentidos:
Santaolalla ya estaba componiendo canciones en castellano, pero todava no se auto-
rizaba a cantarlas ya que l mismo an no les daba crdito; y adems su afirmacin de
que Almendra fue la primera msica cantada en castellano que escuch deja fuera de
125
Temas de Patrimonio Cultural 18
esta categora a todas las otras producciones que estaban saliendo en aquella poca a
partir de programas musicales televisivos, en los que como ya se ha dicho haba temas
cantados en castellano pero que eran traducciones de xitos de afuera o letras hechas
con un fin netamente comercial.
Por otro lado, se encuentran muchos comentarios que indican que los produc-
tores musicales ya estaban incitando a la creacin de msica en castellano, ya que no
les haba pasado desapercibido el xito de ventas de La balsa y que esa imposicin
comercial tambin llegaba a sectores ajenos al crculo beat: en la revista Pinap, en 1968,
queda consignado este fenmeno como una moda del momento cuando all se seala
que en su ltimo disco, el correcto Donald, segn la ltima de las sper ondas, canta
en castellano.(11)
Otra vez Santaolalla es quien confiesa que Ricardo Kleiman ya vena oliendo
la cosa cuando, luego de escuchar el material que le haba llevado, le propuso: Y por
qu no hacs esto mismo, pero en castellano?. Santaolalla contest: No, en castellano
no!, y se guard la copia. Esto fue en 1967. Un poco ms tarde, cuando dio una prueba
con Fernando Falcn (que resultara ser socio de Kleiman) lo hizo en ingls y Falcn
pidi algo en castellano: recin entonces se animaron a tres temas en castellano que ya
tenan compuestos, y poco ms tarde Arco Iris grababa su primer disco.
Ms all de esta incitacin por parte de productores, se puede decir que en ese
primer momento el cambio del ingls al castellano fue un gesto que provino claramente
de parte de los mismos hablantes, sin apoyo de una poltica cultural implementada desde
el Estado, aunque ciertamente avalado por las discogrficas, que vislumbraron un espacio
para agrandar su negocio. Recin en 1982, en el contexto de la guerra de las Malvinas, la
reivindicacin del acto de cantar en nuestra lengua se plante como una regla impuesta
desde el aparato del poder; se constituy as en una poltica lingstica ejercida desde el
Estado, aunque ciertamente no muy planificada. Tambin nos anticipamos a sealar que
la aparicin de bandas que volvieron al uso del ingls (Sumo, Los Pericos, etc.) puso
nuevamente este tema en el debate durante algn tiempo.
Entre el t y el vos
Decididos a cantar en castellano, la cuestin fue entonces qu variedad del caste-
llano habran de utilizar. Como primera particularidad, los compositores se enfrentaron al
dilema entre el uso del t propio del habla espaola y el voseo tpico de la Argentina.
Por supuesto, no eran plenamente conscientes de esta disyuntiva, as como tampoco eran
completamente conscientes de que estaban sentando las bases del rock argentino.(12)
11 Pinap, N 5, Seccin informativa, citado en Pintos, Vctor, Tanguito, Planeta, Buenos Aires, 1993, pg. 202.
12 En la poca de A estos hombres tristes [1969] yo todava no haba pensado en optar entre t y vos. Spinetta, en
Berti, Eduardo: op. cit.
126
Buenos Aires y el rock
13 Warley, Jorge y Guillermo Toscano y Garca, El rock argentino en cien canciones, Colihue, Buenos Aires, 2003.
127
Temas de Patrimonio Cultural 18
128
Buenos Aires y el rock
14 Eduardo Berti, siguiendo la periodizacin marcada por Miguel Grinberg, describe cada etapa segn el predominio de
una u otra forma pronominal. En relacin con el tema que nos ocupa, sostiene: El ciclo I del rock argentino [1965-1970]
fue el del t, as como el II [1971-1976] el del vos, ya que los pioneros del rock en castellano utilizaban una suerte de
espaol neutro que recin a partir de los setenta dio cabida a un lenguaje ms callejero, ms real si se quiere, donde
adems del voseo caba el argot juvenil. (Berti, Eduardo: Rockologa. Documentos de los 80, Beas Ediciones, Buenos
Aires, 1994, pg. 42.)
15 Berti, Eduardo: Crnica e iluminaciones, op. cit., pgs. 40-41.
129
Temas de Patrimonio Cultural 18
rencia en los primeros discos por la forma t, que se vuelve menos frecuente a partir
de Yendo de la cama al living y sobre todo de Clics modernos; pero lo ms llamativo
es la convivencia del vos y el t. Es probable que en la mayora de los casos lo que
Garca privilegie sea el acento de la frase musical. Un buen ejemplo es el tema Yendo
de la cama al living, en el que las formas pods y puedes se alternan y la eleccin
de una u otra permite hacer coincidir el acento musical con el acento gramatical.
Observando la produccin de Pez, llama la atencin la ausencia total de la forma
t en sus primeros dos discos. En los siguientes, aparecen tanto el vos como el t,
incluso a veces conviviendo en una misma cancin. La utilizacin de una u otra forma
no parece obedecer a ningn patrn especial. En algunos casos, se puede argir una
razn rtmica puntual, pero slo en algunos casos, y tampoco en ellos esa solucin es la
nica alternativa. Pensando en la comercializacin internacional y el mercado latino en
particular, tampoco se pueden hacer especulaciones, ya que en el disco Tercer mundo,
grabado cuando Pez ya haba conseguido una importante llegada en Amrica Latina,
predomina casi exclusivamente la forma verncula. Y en El amor despus del amor
tambin rige el voseo (aunque hay dos temas con la forma t y otro en el que alternan
las dos variantes). Por el contrario, en Circo beat predomina el uso de t, pero tampoco
aqu es absoluto: se cuelan algunos voseos y un tema en el que se da la oscilacin entre
las dos formas. En Abre vuelve a predominar la segunda persona ibrica y en Rey Sol
no hay ningn tema en el que slo aparezca la forma t (en algunos oscila, en otros
se inclina por el vos).
Ms all de estos casos particulares, la tendencia desde los ochenta hasta la ac-
tualidad fue una marcada y ascendente preferencia por el uso del voseo. Por ejemplo,
de los ochenta se puede observar esta inclinacin en la mayora de los temas de Virus,
Los Violadores o los Redondos, por nombrar algunas bandas de muy distintos estilos. Y
en los noventa se sigui la misma direccin: Bersuit Vergarabat o La Renga han optado
casi siempre por el vos y son muy escasas las apariciones de algn verbo conjugado
en la forma castiza de la segunda persona. Lo mismo puede decirse del primer lustro
de este siglo.
Sin embargo, ms all de que es indudable que en el rock argentino de las ltimas
dcadas ha predominado el uso del voseo, es cierto tambin que la forma ibrica de la
segunda persona sigue colndose en algunas letras. As ocurre, por ejemplo, en Llva-
telo, de Los Piojos, o en D-Generacin, de Babasnicos.
Podemos hallar algunas explicaciones a esta permanencia del t. Por un lado,
se puede vincular la eleccin de una u otra forma de la segunda persona a dos corrientes
estticas que se pueden observar en el cancionero del rock local y que han sido seala-
130
Buenos Aires y el rock
das en otros trabajos:(16) una lnea ms lrica, iniciada por Almendra, y que ha sido ms
propensa a la utilizacin de la forma ibrica, y otra ms ceida al habla coloquial, cuyo
antecedente fundamental es Manal, y que ha optado generalmente por el voseo. Esta
segunda lnea halla sus continuadores en las bandas del llamado rock barrial.
Tambin podemos tener en cuenta que en los inicios se vena de una prctica de
traduccin del ingls, y tradicionalmente las traducciones hechas en la Argentina han
optado por la forma t, tanto para las letras como para los textos en general.
Por otra parte, cabe sealar que junto al uso extendido del voseo en la Argentina
hay una tradicin literaria legada de Espaa que ha hecho del t una voz presente, sobre
todo en la lengua escrita. En este sentido, la variedad espaola se presenta como una
variedad culta, con un prestigio esttico a cuestas. La presencia de la variedad de Espaa
se complementa con la existencia de una variedad de un pretendido espaol neutro que
tambin apela al uso del t y que llega a travs de los doblajes y subtitulados de series
y pelculas. Por tanto, desde los textos escritos en castellano en otras latitudes hasta la
gran mayora de las traducciones, pasando por las series y pelculas que se pasaban y
pasan por televisin y las pelculas extranjeras de los cines, el t tiene una presencia
importante en la vida cotidiana de los hablantes rioplatenses, y esta realidad lingstica
encuentra su correlato en las letras de rock, en las que hasta la actualidad sigue apare-
ciendo ocasionalmente la forma castiza.
La oscilacin que an se encuentra entre el vos y el t en las letras de rock es
entonces un fenmeno que caracteriza a la realidad lingstica de Buenos Aires. Como
ya haba percibido Csar Fernndez Moreno, la lengua argentina no se define necesa-
riamente por el voseo sino por una tensin entre el t y el vos. En Argentino hasta
la muerte, un libro irreverente en el que retrata burlonamente la identidad del porteo,
escribe: vos ust t ta te ti corasn corazn qu vas a hacerle hacelle / bla bla bla si no
sabes ni siquiera sabs quin sos eres(17). Siguiendo en la serie literaria, el tironeo entre
lenguas la paradoja de tener una lengua madre que no es la lengua materna tambin
se puede rastrear en algunas obras poticas que se estn escribiendo hoy.(18) Es posible
inferir que no se trata de una vacilacin o un camino desandado en el terreno que la
literatura gan a principios del siglo XX, sino de una reapropiacin del legado literario
en lengua castellana. En este sentido, se inscriben tambin las palabras ya citadas de
uno de los mejores y ms reflexivos poetas del rock, Luis Alberto Spinetta: Hay que
explotar el idioma ms all de los usos locales. Y de eso parece tratarse: de ampliar las
posibilidades expresivas de una lengua.
131
Temas de Patrimonio Cultural 18
19 Ver, por ejemplo, Cantilo, Miguel, Glosario, Chau loco, Galerna, Buenos Aires, 2000, pgs. 173-174.
20 balos, Ezequiel, op. cit., pg. 127.
21 www.dospotencias.com.ar.
Grinberg, Miguel, op. cit., pgs. 54-55.
132
Buenos Aires y el rock
rock de los comienzos tampoco hay una jerga rockera, a pesar de que era sin duda un
componente importante en la construccin de la identidad de ese grupo. Por la escasa
incidencia que ha tenido esa jerga en las canciones, cabe suponer que probablemente
no hizo falta apelar a ese cdigo comn para explicitar la relacin de pertenencia o lo
que es lo mismo ese cdigo era intuido de todos modos.
Por otra parte, los tres testimonios recin citados llaman la atencin sobre la vi-
gencia de las palabras que se acuaron en esos primeros aos, y en gran medida esto es
cierto: cortala o copar son expresiones que utilizan o pueden comprender la mayora
de los hablantes argentinos.
Ms all del cancionero, otros discursos parecen haber sido ms permeables a
esta jerga, por ejemplo el discurso periodstico especializado. Entre otros ejemplos, se
pueden mencionar el estilo de las notas del Expreso Imaginario, las columnas que Laura
Ramos escribi y public en el suplemento S de Clarn tituladas Buenos Aires me
mata y el tono de los artculos de la revista Cerdos & Peces.
Volviendo a las letras, es de notar que en los ltimos aos, y en coincidencia con el
fenmeno del denominado rock barrial, hay una inclinacin ms recurrente a rescatar en
las canciones el habla cotidiana local. Incluso en algunos casos se observa cierta reivindi-
cacin del lunfardo, como en Los Piojos, que cantan en el tema Pistolas, de 1994: tanto
tanto te cuidabas y ahora ests escofinada y un escote que termina cuando empieza la
cada de algn otario sin red; o Almafuerte, que seala a sopladores y compinches y
advierte: no curro y me cuido de algn curro (Tangolpeando, 1999).
Adems de la recuperacin del lunfardo histrico que algunas bandas realizan
en sus letras, cabe sealar que muchos de los vocablos que fueron y son acuados en
el mbito del rock han sido incorporados al registro lexicogrfico de las voces que se
utilizan en Buenos Aires. As ocurre, por ejemplo, en el Diccionario etimolgico del
lunfardo(24) de Oscar Conde, en el que se incluyen expresiones como ricotero dentro
del conjunto de trminos lunfardos, o en Lengua y poder,(25) de Luis Labraa y Ana
Sebastin, catlogo en el que pueden hallarse los trminos rocanrolero o rolinga
como parte del acervo del porteo estndar.
23 Borges, Jorge Luis: El escritor argentino y la tradicin, en Discusin, Obras completas, tomo I, Emec, Buenos Aires,
1996, pgs. 267-274.
24 Conde, Oscar: Diccionario etimolgico del lunfardo, Taurus, Buenos Aires, 2004.
25 Labraa, Luis y Ana Sebastin, Lengua y poder, Comisin para la Preservacin del Patrimonio Histrico Cultural de la
Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2004.
133
Temas de Patrimonio Cultural 18
Ingls + castellano
Ya se ha dicho: en los comienzos se cantaba en ingls o se sanateaba en ese
idioma. Una suma de talentos y circunstancias provocaron la ruptura y se comenz a
cantar rock en castellano. Sin embargo, desde un primer momento quedaron en el rock
local algunos vestigios de su origen. Entre otras cosas, cabe mencionar los prstamos
que se han tomado de esa lengua, como el vocativo baby, aunque incluso en ese caso
encontramos muchas veces su versin castellana: nene/a; y la famosa onomatopeya
yeah, yeah, yeah, que tambin fue incorporada (y en el caso de Brasil se transform
directamente en un gnero, el ieieie).
Como se sabe, con la guerra de Malvinas, cantar en castellano fue repentina-
mente una obligacin: la exigencia impuesta a las radios de pasar slo msica cantada
en castellano produjo una demanda de rock local que ha quedado consignada en varios
textos. Pero ya para entonces tambin estaba surgiendo en Buenos Aires la primera banda
que volvera a cantar en ingls. En realidad no se trataba de volver, dado que quien
cantaba era extranjero, aunque su extranjera tampoco era inglesa. Luca Prodan, italiano
de nacimiento pero educado en Inglaterra, haba llegado y la banda que junto con los
otros integrantes form en 1981 debutara en vivo en 1982, antes de Malvinas. Muchos
de los temas que entonces tocaron formaran parte del primer disco de Sumo, Divididos
por la felicidad, que llegara en 1985. De ese disco, slo tres temas son en castellano, los
restantes siete estn en ingls. Poco despus tambin aparecan Los Pericos y con ellos
nuevamente la polmica(26) sobre qu lengua deba utilizar el rock de ac.
Con mayor o menor felicidad, en ambos casos se observan juegos de palabras o
combinaciones lxicas contrastantes entre el ingls estndar y el castellano local, como
ocurre en After chabn, Pampas reggae o Big yuyo. Sobre este ltimo ttulo, cabe
adems sealar la raz quechua del trmino yuyo, y que ms all del juego lingstico
all plasmado casi todos los temas que incluye el disco son en castellano, segn Bahiano,
debido a la necesidad de establecer un contacto ms directo con el pblico: Me di cuenta
de que necesitaba comunicarme y de la nica manera que poda lograrlo era hablando
el mismo idioma de la gente.(27)
Ms all de ese momento controvertido, el rock argentino ha experimentado
ms de una vez con el ingls. Uno de los primeros ensayos es el disco de Spinetta Only
26 Las letras en ingls provocaron una polmica de importancia, sobre todo cuando apareci el grupo Los Pericos, a fines de
1987, con un disco de reggae cantando casi por completo en un ingls trucho de pronunciacin similar al patois o dialecto de
los jamaiquinos residentes en Gran Bretaa. Los msicos que a fines de los setenta haban luchado por hacer msica beat en
espaol, como Litto Nebbia, inmediatamente protestaron ante la aparicin de Los Pericos y otros grupos, como Los Chanchos
o La Zimbabwe Reggae Band, tambin con letras en ingls. (...) El auge del ingls decay a fines de 1988. (Berti, Eduardo,
Rockologa. Documentos de los 80, Beas Ediciones, Buenos Aires, 1994, pg. 49.)
27 Entrevista a Los Pericos, suplemento No!, Pgina/12, 7 de enero de 1993. Es curioso observar que en ese mismo suple-
mento, pero trece aos ms tarde, The Tandooris, una de las bandas incluidas bajo el rtulo de rock garaje, responde con
palabras que parecen calcadas de las de Bahiano cuando intenta explicar el pasaje del ingls al castellano en sus composi-
ciones: Ahora estamos haciendo temas en castellano porque queremos que se entienda el mensaje al toque (No!, jueves
29 de junio de 2006).
134
Buenos Aires y el rock
A modo de cierre
Cabe decirlo otra vez: el rock argentino cre una modalidad nueva dentro del
gnero al atreverse a cantar en castellano ese ritmo que se estaba imponiendo en el
mundo en lengua inglesa. Y tambin dio un gran salto cuando se anim a cantar en el
castellano porteo, asumiendo la particular variedad lingstica local. Pero, por suerte,
estas batallas no fueron llevadas a cabo para restringir los horizontes de la expresin sino
para ampliarlos. As, parece no hacerle falta al rock negarse a la posibilidad de cantar en
ingls (como lo siguen haciendo hoy varias bandas), ni de incorporar algunos trminos
en otras lenguas y experimentar las mezclas ms osadas, ni de visitar las diversas varie-
dades del castellano que se hablan en otras latitudes. Podramos decir entonces que el
rock, fiel a su espritu libertario original, se ha encargado de abrir caminos a la palabra
y ms all de sus conquistas coyunturales no necesita hoy imponerse controles para
que su voz sea propia e inconfundible.
135
Temas de Patrimonio Cultural 18
136
Buenos Aires y el rock
Era como estar haciendo canciones para un pblico inexistente, para radios
inexistentes, para conciertos inexistentes, no haba grandes productores ni gran-
des recitales, era como un beb recin nacido.
Moris, Historias del rock de ac, 1995.
Muchos aos despus de 1965 algunas bandas manifiestan que, habiendo alcanzado cierta repercusin en sus lugares de
origen, para seguir creciendo deben venir a Buenos Aires. Los testimonios llegan a afirmar incluso que el pblico de ciudades
del interior no presta atencin a grupos locales sino hasta que triunfan en Buenos Aires. La asimetra se repite con respecto a
las visitas de artistas desde la Capital. Por ejemplo, segn Pujol, el primer msico de rock que visita Ushuaia es Len Gieco,
recin en 1981. (Para esta y las dems referencias que se utilizan en este artculo, remitirse a la bibliografa.)
137
Temas de Patrimonio Cultural 18
1968, el nmero 1 de la revista Pinap sealaba que all los recibieron con los brazos
abiertos: se haban convertido en los hijos predilectos de los rosarinos. Otra muestra
de la importancia que desde sus orgenes ha tenido y tiene la ciudad para un gnero
como el rock.
Sin embargo, hay que resaltar que el desarrollo del rock en Buenos Aires no fue
lineal: inicialmente slo ciertos espacios y sectores fueron receptivos hacia el nuevo
gnero. En este captulo se rastrean y describen algunos de esos espacios, as como los
principales recorridos trazados por el rock en el espacio urbano porteo.
138
Buenos Aires y el rock
jazz, antepasado del rock. Pasarotus, un pequeo local situado en la avenida Pueyrredn
1723, era uno de ellos.
No obstante, algunos testimonios coinciden en sealar que, para ganarse la vida,
aquellos msicos de jazz comenzaron a trabajar los fines de semana en otros sitios acom-
paando en sus shows a cantantes consagrados, ya que era ms rentable. Probablemente a
raz de estas vacantes, en 1965 Pasarotus comenz a acoger en su pequeo local/escenario
a jvenes que intentaban abrirse paso musicalmente con otro lenguaje. Fue un perodo
de transicin, difcil de determinar, en el que tambin fue mutando la composicin de
los habitus y el nombre del local, que pas a denominarse La Cueva.(2)
La transformacin paulatina desde el jazz al beat acaecida en el pequeo stano
a mediados de la dcada del sesenta fundamenta en parte la importancia que el lugar
tendra en el desarrollo del nuevo gnero. Es que ese perodo de transicin y ese escenario
les permiti a los jvenes msicos foguearse y, algo no menos importante y pocas veces
recordado, observar a excelentes msicos de jazz, conversar con ellos y hasta compartir
sus instrumentos profesionales.
Pero quiz la funcin ms importante de La Cueva haya sido la de mbito de
sociabilidad: nucle y permiti que gente con inquietudes similares msicos o no se
conocieran y reconocieran entre s, que intercambiaran informacin, adems de sueos,
miradas, proyectos. Se preanuncian o esbozan all signos de una identidad comn. Miguel
Abuelo es muy grfico acerca de aquel reconocimiento: Ca en La Cueva de casualidad.
Vena caminando por la calle y vi un agujero con luces, me met y me encontr con un
montn de parroquianos de lo ms raros, eran realmente bichos, y me dije: Oia, qu
pasa ac?.
Ms all de las ancdotas, en La Cueva compartieron su tiempo quienes poco
despus grabaran las canciones fundantes del gnero, como Moris, Nebbia, Javier
Martnez, Tanguito o Miguel Abuelo. Adems, muchos de quienes asistieron a La Cueva
se convertiran con el tiempo en periodistas especializados, representantes artsticos,
productores discogrficos o de espectculos y otros oficios relacionados con el rock;
tambin en pblico de recitales.
En el plano musical, en La Cueva presentaron el histrico primer y nico sim-
ple Los Beatniks, y tocaron como grupo estable durante unos meses Los Gatos, an
inditos.
Para entrar al local, adems de exhibir los documentos (no podan ingresar meno-
res de edad), haba que bajar desde la vereda tres o cuatro escalones. Era muy pequeo:
sus dimensiones no excedan los 10 por 4 metros y la capacidad era de alrededor de 50
Probablemente la similitud entre los nombres La Cueva y The Cavern el stano donde comenzaron a tocar los Beatles sea
casual, ya que an era temprano para hacer esas asociaciones. Quiz se deba a que el local estaba bajo nivel y a que era muy
pequeo, asemejndose a una cueva. De todas maneras, ambos nombres hablan de cierta marginalidad.
139
Temas de Patrimonio Cultural 18
personas de pie. No haba mesas ni sillas, slo un largo banco, algunos almohadones y
una heladera tipo mostrador.(3) En julio de 1967, durante la dictadura de Ongana, tras dos
atentados, incidentes provocados por grupos derechistas y razzias policiales constantes,
La Cueva cerr su entrada para siempre. Ms adelante fue un negocio de reparacin de
electrodomsticos. Fue demolida a principios de la dcada del ochenta y hoy se alza all
un edificio de cocheras.
En los primeros minutos de la pelcula El perseguidor (1962), de Osas Wilensky, basada en el cuento homnimo de Julio
Cortzar y protagonizada por Sergio Renn, puede observarse el lugar y su ambiente cuando todava era un club de jazz.
Especficamente, La Perla haba albergado a partir de 1921 a un grupo que se reuna los sbados por la noche en torno a
Macedonio Fernndez. Entre ellos estaban Jorge Luis Borges y Ral Scalabrini Ortiz.
140
Buenos Aires y el rock
Adems de La Perla haba otros bares. Algunos estaban sobre la avenida Corrientes
o cercanos a ella, como La Paz, el Ramos, La Giralda y La Academia. Otros se hallaban
en la zona de influencia de la denominada manzana loca, comprendida aproximadamente
entre las calles Marcelo T. de Alvear y Maip, y las avenidas Crdoba y Leandro N. Alem,
es decir, las calles cercanas al Instituto Di Tella y a la Facultad de Filosofa y Letras.
El Bar Moderno,(5) que estaba en Maip 918, es parte de esa historia. El intercambio de
bar en bar posibilit que en poco tiempo msicos y grupos como Almendra, Manal o
Tanguito pudieran insertarse en otros ambientes culturales y tocar en el Instituto Di Tella,
por ejemplo. Una costumbre de Moris y Nebbia, antes de grabar, era entrar a cualquier
bar e interpretar sus canciones al paso hasta que los echaran, en un intento vano por
difundirlas ante un pblico que, en general, se mostraba refractario.
Otras noches, despus de La Cueva algunos de sus habitantes se dirigan a la
plaza Francia o a la plazoleta Coronel Tedn, a la que haban bautizado probablemente
en un juego de palabras plaza Chapln. Esta ltima quedaba en lo que hoy es la calle
Posadas, bajo la autopista Illia. Es que frente a esa plaza, sobre Carlos Pellegrini (muy
cerca del edificio que hoy llaman El Rulero), estaba la pensin Norte, donde vivan al-
gunos de ellos, como Miguel Abuelo, Pipo Lernoud, Pajarito Zaguri y Moris.(6) Durante
esas noches Tanguito interpretaba sus canciones sentado en las escalinatas del parisino
pasaje Seaver, que conectaba la plazoleta con la Avenida del Libertador.
A finales de la dcada del sesenta comenzaron las obras para continuar la avenida
9 de Julio, que entonces llegaba slo hasta la calle Paraguay. De all que hacia 1979 los
tres lugares mencionados (plazoleta, pensin y pasaje) fueran demolidos, sobreviviendo
slo un sector de la pequea plaza.(7)
Con La Cueva cerrada definitivamente, otro de los sitios que fueron dinamizando
el ambiente que dio origen al rock local estara tambin ligado a una plaza. Inspirados
en el movimiento hippie y las protestas contra la guerra de Vietnam, Pipo Lernoud y
otros ex cueveros se propusieron, das antes del Da de la Primavera de 1967, reunir a
todos los melenudos. Para eso pidieron a sus conocidos que difundieran esta consigna
entre todos los que usaran pelo largo: reunirse en plaza San Martn el 21 de septiembre
vestidos como lo haran en un pas libre.(8)
En la pelcula Tiro de gracia, de Ricardo Becher, estrenada en 1969, se puede observar el clima de la poca y del bar,
protagonizado por algunos de sus autnticos habitantes, como Sergio Mulet (tambin guionista del film), el poeta Mariani y
Javier Martnez, que adems compuso e interpret la banda sonora con Manal.
Aunque algunos de ellos tenan su propia casa, vivan all como una manera de emanciparse de sus padres. Otro caso es el
de los integrantes de Los Gatos Salvajes, luego Los Gatos, y aos ms tarde Len Gieco, que, al no ser oriundos de Buenos
Aires, vivan en los llamados hoteles-pensiones, siempre en la zona del centro.
Tanto el pasaje Seaver como la plaza Coronel Tedn pueden observarse en la pelcula Las turistas quieren guerra, del ao
1977, dirigida por Enrique Cahen Salaberry y protagonizada por Alberto Olmedo y Jorge Porcel. Paradjicamente, en el
mismo lugar, ms de 20 aos despus se realizara un espectculo de rock multitudinario (cuando todava no estaba construida
la autopista Illia y el lugar era una gigantesca explanada). En diciembre de 1988, para festejar los primeros cinco aos de
democracia, tocaron all Soda Stereo, Spinetta, Fito Pez y otros, ante 150.000 personas.
En medio de la dictadura de Ongana, la intencin subyacente era concientizar y protestar: los jvenes de pelo largo no eran
vistos como ellos queran que los vieran, es decir, como pacifistas. Eran agredidos en la calle por patotas y detenidos casi a
diario por la polica, sospechados de homosexualidad, por vagancia o averiguacin de antecedentes. Esa situacin durara
141
Temas de Patrimonio Cultural 18
La asistencia al encuentro de plaza San Martn no super las 200 personas, pero
provoc una exposicin meditica que traera aun ms adeptos para el rock, tanto msicos
como futuro pblico. Los medios comenzaron a publicar notas sin demasiado rigor sobre
los hippies, y un grupo de ellos fue convocado al programa de TV Sbados Circulares,
de Pipo Mancera. Con los aos, Spinetta (que en el barrio de Belgrano estaba gestando
el grupo Almendra) recordara el entusiasmo que le gener ver ese tipo de espectculo
por televisin.
Confirmando el carcter de mbito de sociabilidad que tuvieron algunas plazas
de la ciudad, all se integran al incipiente ambiente msicos como el baterista Pomo,
quien al poco tiempo traera a su amigo del barrio de La Paternal Norberto Pappo
Napolitano.(9)
Muchos aos despus Lernoud opinara que en esas reuniones se haba formado
el pblico que asistira a los recitales de los todava inexistentes Manal y Almendra.
Plaza Francia
Despus de ese particular Da de la Primavera en plaza San Martn, algunos
comenzaron a congregarse en otra plaza, la Intendente Alvear, conocida popularmente
como plaza Francia. Se reunan cerca del arenero. A veces pasaban la noche all, cantando
o durmiendo. No todos los ex cueveros participaban de la propuesta: sobresalan Pipo
Lernoud, Miguel Abuelo y Tanguito. Algunos eran artesanos. Otros, adolescentes que
escapaban de sus casas. Son muy recordados los recitales espontneos de Tanguito en
plaza Francia. Una cancin suya, indita, describe el lugar:
Durante aquel verano del 68, despus de pasar la noche all, se dirigan a veces
a balnearios de la Costanera Norte, va Salguero. Otros das tambin solan pasar el
tiempo en una plaza cercana, la Rubn Daro (desde 1997 llamada plaza Evita), situada
donde hoy se erige la Biblioteca Nacional. Estos recorridos estn documentados con
lujo de detalles por revistas de actualidad de aquellos aos, que, entre el asombro y la
preocupacin, publicaron varias notas sobre el fenmeno.
dcadas. Los testimonios sealan que a fines de los sesenta los protagonistas mencionados eran detenidos principalmente en
las seccionales policiales 3, 5, 15, 17 y 19. Al observar el mapa de sus jurisdicciones en aquellos aos se comprob que,
formando un bloque, contenan prcticamente todos los lugares mencionados.
Ambos se convertiran rpidamente en baterista y guitarrista, respectivamente, de una de las primeras bandas fundamentales:
Los Abuelos de la Nada. Poco despus Pappo integrara fugazmente Manal y sera violero de Los Gatos, en su ltima etapa.
Estos dos msicos Pappo y Pomo fueron durante dcadas protagonistas insoslayables del rock local.
142
Buenos Aires y el rock
10 El asilo de ancianos Gobernador Viamonte fue reconvertido en 1980 en el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires (hoy
Centro Cultural Recoleta). En los noventa un sector pas a formar parte del actual Paseo del Pilar-Buenos Aires Design y el
antiguo muro fue demolido.
143
Temas de Patrimonio Cultural 18
taban revistas alternativas, como Opium, Sunda, La Loca Poesa, Eco Contemporneo y
El ngel del Altillo. Entre poema y poema, Moris y Nebbia interpretaban sus canciones.
Ubicado dentro de la galera Americana, avenida Santa Fe 2450, el Teatrn abri sus
puertas a mediados de los sesenta y las cerr definitivamente a fines de 2005.
11 El teatro Apolo en realidad fue demolido a principios de los sesenta. Es uno de los pocos casos en los que se respet la ley
14.800/59, que obliga a construir otro teatro donde haba uno. El que reemplaz al original se inaugur como teatro Nuevo
Apolo, aunque se lo sigui llamando por su anterior nombre. Luego pas a denominarse cine-teatro Lorange, hasta hoy.
144
Buenos Aires y el rock
comentarios coincidan en que el teatro estaba colmado: ya no eran tan pocos. Por otro
lado, la descripcin del pblico confirma la opinin de Lernoud comentada anterior-
mente acerca de que las reuniones en las plazas contribuyeron a la conformacin de un
pblico rockero.
El teatro Payr, aunque ms pequeo, tambin fue tempranamente muy receptivo
hacia la nueva msica. Ya en 1968 Los Gatos realizaron recitales all. En uno de ellos
que inclua debate posterior, muy a la usanza de la poca, los integrantes del entonces
desconocido grupo Almendra consiguieron una cita con el productor Ricardo Kleiman,
que a la sazn les posibilitara grabar sus primeras canciones. Los Almendra volveran
tiempo despus al Payr, pero ya no como pblico sino como intrpretes.(12) Su esce-
nario tambin alberg a Manal y a Vox Dei, entre otros. Claudio Gabis, del tro Manal,
recuerda que en aquellos recitales comenz a quedar gente fuera del teatro, colmada
su capacidad. A fines de los aos sesenta el Payr se sum as a sitios como el Instituto
Di Tella y ciertos bares, que funcionaron como puntos de cruce con artistas de otras
corrientes estticas.(13) El teatro Payr contina funcionando como teatro independiente
en la calle San Martn 766.
12 Durante uno de los conciertos de Almendra en el Payr, en 1969, la polica irrumpi en el escenario para detener el recital
y abofete a Emilio Del Guercio. Esa situacin se halla recreada en la pelcula El extrao del pelo largo, de Julio Porter,
protagonizada por Litto Nebbia en 1970.
13 Por ejemplo, con artistas de caf concert, como Nacha Guevara, Jorge de la Vega, Marikena Monti y Federico Peralta
Ramos. Es por eso que en aquel momento un sector de la prensa identificaba a todos ellos como pertenecientes a un mismo
movimiento artstico.
145
Temas de Patrimonio Cultural 18
14 El anfiteatro Ro de la Plata quedaba en Figueroa Alcorta y Pueyrredn, donde luego se construy el Centro Municipal
de Exposiciones.
146
Buenos Aires y el rock
que despus del recital del teatro Apolo los primeros shows fueron en clubes de ba-
rrio de los suburbios que no eran ni clubes de rock & roll, ni mucho menos de msica
progresiva, el primero fue en Lomas de Zamora, y que despus del ciclo Beat Baires
empieza la larga peregrinacin por todos los clubes del Gran Buenos Aires hasta un
lmite de 60, 70 kilmetros, a un promedio de 3, 4 5 por fin de semana. El circuito de
recitales de Almendra no fue diferente. Emilio Del Guercio cuenta que los empresarios
armaban paquetes () nos llevaban con, por ejemplo, Johnny Tedesco y cuatro bandas
ms. Al principio nos tiraban con sillas, camisetas, alguna que otra zapatilla, porque nos
mandaban a tocar a clubes donde la gente quera ver a Los Iracundos o a Jolly Land,
y aparte bamos vestidos con camisetas, cuando los otros tipos iban con trajecitos de
lam y corbatita, y hacamos una msica que no era para bailar. () bamos a tocar a
esos lugares que por ah no era un auditorio dedicado a nosotros pero, bueno, bamos
haciendo el surco. Para Del Guercio una de las razones de la separacin de Almendra
fue que nosotros tenamos una concepcin hiperesttica pero tocbamos en clubes de
barrio donde no haba ni cinco minutos para afinar. Para una concepcin tan romntica
y sacralizada del arte, era terrible cantar cuatro veces en la noche la misma cancin.
Los testimonios sobre aquella modalidad, que Spinetta calificara luego como
cncer de los grupos, son numerosos y similares. Aos despus Charly Garca afirmara
lo mismo con respecto al final de Sui Generis. Segn l, uno de los motivos por los que
se separaron (1975) fue que los empresarios que los manejaban no los preservaron, ya
que los hacan tocar en infinitos bailes, lo que termin por desgastar a la banda. Proba-
blemente los efectos nocivos de aquellos manejos empresariales seran los que con el
tiempo convertiran a la produccin propia e independiente en una bandera.
147
Temas de Patrimonio Cultural 18
15 Visto desde una perspectiva ms general, la realidad es que el crecimiento tanto de recitales como de pblico de rock no
se detendra nunca.
16 El crecimiento exponencial de la cultura rock en la Buenos Aires de 1970 puede observarse en otros fenmenos ocurridos
ese ao, como el estreno de la pelcula Woodstock, la aparicin de la revista Pelo y el comienzo de los ensayos de la pera
rock Hair, que contaba en su elenco a Rubn Rada, Miguel Abuelo y Horacio Fontova.
148
Buenos Aires y el rock
y Sumo (1984). El debut en Capital de Juan Carlos Baglietto junto a un muy joven Fito
Pez tambin sucedi all, en 1982. Con una capacidad de 300 butacas, muchas bandas
hicieron sus primeras armas en el Auditorio Buenos Aires. En la dcada del noventa fue
cine condicionado y actualmente, luego de que fuera rematado, se encuentra cerrado
y en avanzado estado de deterioro. Un cartel que cuelga en la puerta de la galera lo
ofrece en venta.
El Centro de Artes y Ciencias, ubicado en Cerrito 228, frente al Edificio Del
Plata, es muy recordado porque all debut en Capital el grupo platense Patricio Rey y
sus Redonditos de Ricota, en 1978. Pero a comienzos de la dcada del setenta dieron sus
primeros pasos sobre su escenario artistas como Ral Porchetto y Alas. Siendo contem-
porneo del Di Tella, a lo largo de su historia alberg tambin expresiones vanguardistas,
en especial de tipo teatral, y auspici recitales de rock en salas ms grandes, como el cine
Metro. Cambi varias veces de nombre hasta que a fines de los setenta pas a llamarse
Teatro del Plata. Fue escenario casi obligado de grupos de rock que comenzaban a tener
una convocatoria ascendente. Por all pasaron literalmente cientos de bandas que no
lograron trascender, pero tambin otras, en el comienzo de sus carreras, como Ratones
Paranoicos (1982), La Renga (1988), Surez (1993), Zumbadores (2000) y Callejeros
(2001). El pequeo auditorio en desnivel era un subsuelo, a las puertas de una galera
comercial, y a fines de 2002 cerr definitivamente por problemas de habilitacin muni-
cipal. En su lugar ahora funcionan oficinas.
Pese al crecimiento ya sealado, en la primera mitad de la dcada del setenta la
realizacin de recitales no era muy intensa, considerada desde los parmetros actuales.
Como pantallazos, distintas salas comenzaron a prestar sus localidades para recitales
que todava deban realizarse, en ocasiones, por la maana o en horarios de trasnoche: el
rock no alcanzaba aun el estatus necesario para merecer los horarios centrales. Algunos
de esos espacios que ampliaron los recorridos del rock fueron el cine Metro (Cerrito
570), el teatro Oden (Corrientes y Esmeralda, demolido en 1991), los cines-teatro Gran
Rex, Opera, Premier y Lorange, el Teatro del Globo y el Astros.
Dado el carcter espordico e irregular en que las salas se fueron incorporando al
circuito, slo detallaremos las que a nuestro juicio tuvieron mayor grado de receptividad
o importancia histrica en aquellos primeros aos setenta. En tal sentido, adems del
ya mencionado teatro Coliseo, se destacan los teatros Astral, Pueyrredn, IFT, Olimpia
y el cine-teatro Atlantic.
Ubicado sobre la avenida Corrientes 1639, el teatro Astral recibi as a grupos
y solistas destacados, como Manal, Moris, Pescado Rabioso, Invisible, Color Humano,
Sui Generis y Crucis. Uno de los discos ms importantes de todos los tiempos, Artaud,
de Luis Alberto Spinetta, fue presentado all, los domingos por la maana, en septiembre
de 1973.
149
Temas de Patrimonio Cultural 18
150
Buenos Aires y el rock
se presentaron all Nito Mestre y Los Desconocidos de Siempre durante varios fines de
semana; tambin Porchetto y el do Pastoral. En 1977 hicieron lo propio grupos como
Soluna, Plus, Vox Dei, Pappos Blues, y Charly Garca junto a Len Gieco realizaron
una zapada celebrando el aniversario del programa Imagnate, de Juan Alberto Bada.
Nito Mestre volvi a tocar en 1978, al igual que Pappos Blues. El lugar es hoy sede de
los estudios del canal de noticias Crnica TV.
151
Temas de Patrimonio Cultural 18
17 A raz de la intensa difusin que tuvieron los hechos, durante los meses posteriores muchas otras salas restringieron el
acceso del rock. Las crticas de msicos y prensa hacia Billy Bond y La Pesada tuvieron su respuesta en el ltimo disco de
la banda, titulado Tontos (20 de octubre de 1972), publicado al poco tiempo.
18 La pelcula Adis, Sui Generis documenta aquellos recitales. Fue dirigida por Bebe Kamin y se estren al ao siguiente.
152
Buenos Aires y el rock
muchas dudas, sospechas la influencia que ejerca esa msica en la juventud, sujeto
social protagonista de la dcada. El diario La Opinin, por ejemplo, cerraba la crtica de
aquel espectculo sorprendido por la representatividad del conjunto, deslizando sobre
todo en este pas de tan extraa democracia en el que seguramente ningn partido poltico
hoy pueda juntar diez mil personas en el parque Lezica.
Con esa mayor capacidad de convocatoria y con la dictadura militar entronizada
en el poder, el estadio se convirti durante 1976 y 1977 en el escenario por excelencia
para el rock. Son muy recordadas las detenciones masivas de asistentes, tanto a la salida
como a la entrada del Luna Park.
A manera de balance del ao 1976, la revista Pelo repasaba distintos tems rela-
tivos al rock. Con respecto a los lugares que se haban destacado ese ao deca: Lugar
de recitales del ao: estadio Luna Park. Porque todo el mundo quiso hacer su concierto
en ese enorme y horrible galpn. Pero no todos salieron bien y para muchos llenar a
medias su capacidad represent un fracaso. De todas maneras, para los grandes grupos
fue la nica posibilidad de presentarse y tocar para una multitud. Como siempre, el gran
problema fue el sonido, un obstculo insalvable por la psima acstica del recinto.
En la actualidad, tras una serie de reformas que mejoraron notablemente sus
cualidades acsticas, el Luna contina albergando recitales de los grupos o solistas
ms convocantes de la escena local, en ocasiones con mltiples funciones.
153
Temas de Patrimonio Cultural 18
la convocatoria de los grupos. Y para la dictadura, porque desplazaba a los rockeros del
cntrico Luna Park hacia uno de los bordes de la ciudad.
Desde aquel recital de Spinetta hasta la actualidad son innumerables los conciertos
que se sucedieron all, y el estadio se gan un sobrenombre fastuoso: La catedral del
rock. Es que, para un grupo de rock, tocar en Obras tiene un valor simblico difcil de
medir, significa algo as como llegar. No hay banda que se precie de ser exitosa que no
haya pasado por su escenario. Las canchas de hockey y rugby adyacentes al estadio, que
en el pasado dieron marco slo a eventos masivos excepcionales, como el Festival de la
Solidaridad Latinoamericana y B.A.Rock en 1982, Soda Stereo en 1988 o los Redondos
en 1989, hoy ante la masividad de algunos grupos o solistas se utilizan cada vez ms
asiduamente, a falta de estadios techados de similar capacidad.
Desde noviembre de 2005, en el marco de novedosas estrategias publicitarias,
pas a denominarse estadio Pepsi Music, lo cual provoc alguna que otra polmica entre
rockeros ortodoxos. Por ahora el pblico contina refirindose al sitio como Obras.
El tiempo dir.
En lo extramusical, el estadio Obras fue testigo de una de las pginas ms oscuras
del rock local, an sin dilucidar. El 19 de abril de 1991, durante un recital de Patricio
Rey y sus Redonditos de Ricota, la polica detuvo a decenas de jvenes que esperaban
para entrar. Entre ellos estaba el menor de edad Walter Bulacio, que tal como se acos-
tumbraba desde tiempos remotos fue subido por la fuerza a un colectivo de lnea y
conducido a una comisara, todo ello en medio de golpizas. Unos das despus falleci
de un derrame cerebral. El caso se convirti en un smbolo de la lucha por los derechos
civiles y dio lugar a innumerables marchas y recitales denunciando la situacin. La po-
lmica abierta gener que los edictos policiales que permitan aquellas prcticas fueran
declarados inconstitucionales.(19)
Los pubs
Durante los setenta los teatros y estadios mencionados anteriormente fueron los
principales escenarios. Sin embargo, a fines de la dcada comenzaron a surgir tmidamente
locales de capacidad reducida y ambiente ms ntimo: los pubs. Los ms recordados son
Jazz y Pop (Chacabuco 508), Music Up (Corrientes 1792) y La Trastienda (Thames y
Gorriti). La programacin de estos reductos se orientaba ms hacia el jazz o la proyeccin
folklrica pero es importante sealar que hacia 1978 esos gneros eran considerados
como parte del heterogneo rock local. Propietarios de esos locales recuerdan que la
opcin por programar dichos gneros no era solo esttica o artstica sino porque solan
19 En el ao 2001, la Legislatura portea declar al da 19 de abril como Da contra la Violencia Institucional hacia los Jvenes.
Ante la prescripcin de la causa, en 2002 el expediente fue elevado a la Comisin Interamericana de Derechos Humanos,
que conden por primera vez a la Argentina por violaciones a los derechos humanos cometidas en democracia. La Argentina
reconoci el hecho y la Corte Suprema de Justicia debi reabrir la causa.
154
Buenos Aires y el rock
atraer menos la atencin de los vecinos o la polica. De todas maneras, esa opcin no
evitaba lo que por aquellos aos (y algunos lustros ms) era una prctica policial habitual:
los agentes entraban al local, pedan y retenan documentos a los asistentes. Finalmente
algunos de ellos eran seleccionados para pasar la noche detenidos por averiguacin de
antecedentes.
Music Up y Jazz y Pop fueron inaugurados en 1978. El primero de ellos ubicado
en la planta alta de la tradicional disquera Zivals de Corrientes y Callao, solo perma-
neci abierto un ao y medio: apenas inaugurado debi cerrar tres meses por problemas
de habilitacin municipal y al tiempo lo hizo definitivamente, por las constantes visitas
de la polica. Jazz y Pop en cambio permaneci abierto hasta mediados de los ochenta.
El nico que permanece en actividad es La Trastienda, aunque en Balcarce 460.
No obstante la existencia previa de estos locales, la historiografa rockera recuerda
especialmente otro boom de apertura de pubs, el que se dio a partir de 1982. La revista
Pelo de mayo de ese ao daba cuenta de aquel suceso en un artculo titulado Los nuevos
circuitos para tocar y or rock. En plena guerra de Malvinas la nota afirmaba que en la
Argentina los ciclos de estrechamiento y apertura cultural se repiten indefectiblemente
cada determinada cantidad de aos (...) en estos momentos estamos en un momento de
relativo renacimiento, la luz va surgiendo, va reapareciendo de a poquito y el arte y los
artistas van multiplicando sus posibilidades de expresin. Pronto la historia confirma-
ra tal percepcin. A continuacin el artculo pasaba a enumerar los distintos pubs que
comenzaban a surgir en la ciudad, calificando a los nombrados anteriormente como
pioneros. Entre los nuevos se destacaban Shams (Federico Lacroze 2121) y Melopea
(un stano de Las Heras y Pueyrredn). El primero de ellos permaneci abierto durante
una dcada albergando a numerossimos artistas como Spinetta, David Lebn, Pedro
Aznar, el grupo Zas, Silvina Garr. En cambio Melopea, recin inaugurado y regenteado
con mucho xito por Litto Nebbia solo dur cuatro meses: fue cerrado en julio de ese
mismo ao por la Municipalidad.
Curiosamente, slo unas pginas antes, en otro artculo de la misma revista,
Miguel Cantilo denunciaba un estado de cosas que era y seguira siendo constante
respecto de los sitios donde se tocaba rock. Cantilo deca que para el rock, especfica-
mente, hay grandes problemas, grandes trabas. Es necesario concientizar al pblico y a
las autoridades de que el rock no implica nada negativo. Si el show que hay en un pub
es de boleros, tango o msica brasilera, no hay problemas porque eso es sano, pero
si se hace rocknroll se lo combate.
De todos modos, dentro de aquella explosin de pequeos sitios para escuchar
bandas, el verdadero fenmeno que marcara a fuego la escena del rock local sera prota-
gonizado por aquellos pubs que, a diferencia de los mencionados, dieron lugar a nuevas
expresiones y a un recambio generacional que revolucionara al rock local.
155
Temas de Patrimonio Cultural 18
156
Buenos Aires y el rock
escenario grupos como Suter y Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Fue desalojado
en agosto del 85 tras un concierto de despedida al lugar, en el que participaron msicos
de la primera poca del rock, como Charly Garca, Miguel Abuelo, Spinetta, Oscar
Moro, David Lebn, Gustavo Bazterrica y Rinaldo Rafanelli. Ubicado sobre la salida
del tnel de Avenida Libertador (direccin norte), su lugar es ocupado en la actualidad
por un suntuoso edificio de departamentos.
El antiguo cabaret Marab(20) (Maip 365) fue otro de los sitios donde se desa-
rroll la renovacin del rock local. Por ejemplo, en 1983 fue presentado en ese stano
el exitoso disco debut de Los Twist, La dicha en movimiento, uno de los paradigmas
del recambio. A comienzos de 1984 se program un ciclo donde tocaron Virus, Los
Abuelos de la Nada y Los Twist; el grupo soporte era Soda Stereo, que interpretaba sus
canciones despus del grupo principal. Cuenta Cerati: En los das del Marab todo el
mundo se iba antes del final, pero cada vez iba quedando ms gente, y ah empezamos
a ver que la cosa tena convocatoria. Durante esa serie de shows Soda Stereo recibi
la oferta para grabar su primer disco. Ese mismo ao toc Pappo, y tiempo despus el
local se convirti en la discoteca de orientacin heavy metal Halley, tambin mtica.
Actualmente se encuentra cerrado y en desuso.
De caractersticas similares a los anteriores aunque con un poco ms de capacidad,
La Esquina del Sol fue otro de aquellos lugares que albergaron a pequeas bandas que
en pocos aos tendran un alcance masivo. Situado en el corazn de Palermo, el local de
la esquina de Gurruchaga y Guatemala fue testigo de innumerables recitales de Patricio
Rey y sus Redonditos de Ricota, antes siquiera de que publicaran su primer disco. Perma-
neci abierto entre 1983 y 1985. En el lugar funciona hoy un cantobar, donde cantantes
aficionados interpretan canciones que quiz fueron creadas o estrenadas all.
Por ltimo, el Centro Parakultural es otro sitio que, con capacidad para 300
espectadores, es recordado como parte fundamental del rock de la dcada del ochenta,
y no slo por lo musical. Ubicado en Venezuela 336, barrio de Montserrat, abri sus
puertas en marzo de 1986. Era un pequeo stano que haba sido el Teatro de la Cortada
(seguramente llamado as por encontrarse frente al pasaje 5 de Julio); en algn momento
de finales de los setenta haban tocado all los Redondos y Celeste Carballo, todava
desconocidos. En principio, la idea era dar clases de teatro y as comenz a albergar a
grupos de teatro under, como Gambas al Ajillo, El Cl del Claun, el tro integrado por
Batato Barea, Alejandro Urdapilleta y Humberto Tortonese y otros performers teatrales
tan en boga en la primavera democrtica.
Aunque sus dueos no estaban convencidos de incorporar al rock porque siem-
pre trae problemas con los vecinos, con la polica, pronto comenzaron a tocar bandas
20 Se inaugur en la dcada del treinta y es recordado principalmente porque fue donde debut Anbal Troilo, motivo por el
que la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires lo declar Sitio de Inters Cultural.
157
Temas de Patrimonio Cultural 18
21 Luego funcion unos aos ms en un local ms grande, de la calle Chacabuco 1072, bajo el nombre de Parakultural New
Border. Dicho local ms adelante alberg a Megafn, donde tambin tocaban bandas. A raz de las denuncias de vecinos por
ruidos molestos, era clausurado recurrentemente. Hoy se encuentra en venta.
22 Una publicidad de La Esquina del Sol publicada en la revista Pelo en agosto de 1984 anunciaba su direccin como Gu-
rruchaga y Guatemala, Palermo Joven, sumndose a la tendencia de configurar al barrio agregndole motes como Sensible,
Hollywood, Soho, etc. Del mismo modo un vecino histrico del barrio, Charly Garca, suele llamarlo Palermo Bagdad.
158
Buenos Aires y el rock
159
Temas de Patrimonio Cultural 18
juntos que luego fueron masivos, como los Redondos, Memphis la Blusera, La Renga,
Bersuit Vergarabat y Sumo(23) por dar slo algunos ejemplos. Ms ac en el tiempo, el
grupo Miranda! tambin reconoce las posibilidades que le brind ese espacio. Quiz por
ello el lugar adquiri caractersticas mticas mientras an exista. Fue uno de los sitios
consagrados al rock que ms tiempo permaneci en funcionamiento. Desde lo sucedido
en Repblica Croman (tambin gerenciado por Chabn) permanece cerrado. Sus ex
empleados intentan reabrirlo como cooperativa.
Por su parte, Paladium (Reconquista 945) abri sus puertas a fines de 1985 en
un edificio que haba sido una usina elctrica. Con motivo de su inauguracin, la revista
Pelo confirmaba el problema de falta de espacios que sufra la msica local, al sealar
que la sala constituye el primer espacio digno que tiene el rock en este lugar.
Aunque a poco de inaugurado comenz a funcionar como discoteca, por su gran
capacidad (ms de 1.500 personas) se realizaran all recitales que marcaran una poca y
evitaran a las bandas el riesgo de convocar al costoso Obras. Presentaron all sus discos
grupos en ascenso, como Soda Stereo (Signos, 1986), los Redondos (Octubre, 1986), Los
Violadores (Y ahora que pasa, eh?, 1985, y Fuera de sektor, 1986), y la dupla Charly
Garca-Pedro Aznar (Tango, 1986). Tambin all se grab en vivo el LP de Riff Riff &
roll (1986) y se rod el video larga duracin Ciudad de pobres corazones (de Fernando
Spiner), protagonizado por Fito Pez (1987). En agosto del 86 el local lleg a publicar
un boletn llamado La Voz de Paladium, con artculos sobre novedades nacionales e in-
ternacionales, discos, estticas y reportajes, que se reparta entre los asistentes. El mismo
ao se realiz all otro evento de importancia, el festival Subterrock, donde hacen sus
primeros shows grupos desconocidos por entonces, pero que dejaran marcas en el rock
local, como Los Fabulosos Cadillacs o Don Cornelio y la Zona. La realizacin de recitales
fue espacindose cada vez ms, funcionando slo como disco, hasta su cierre, a fines de
1992. Hoy su lugar es ocupado por un importante hotel y centro de convenciones.
No obstante el surgimiento de estos lugares, el problema de la falta de sitios pe-
queos y medianos con condiciones adecuadas no estaba resuelto. Numerosos msicos
continuaran quejndose recurrentemente de esa situacin, que al menos sirvi para
deshacerse del antiguo prurito del rock nacional contra las discotecas. Por ejemplo, Diego
Frenkel (en ese entonces del grupo Clap, hoy lder de La Portuaria) deca a Cantarock
en julio de 1986: La idea artstica actual no es oponerse al sistema, sino infiltrarse y
utilizarlo (...) queremos tocar en discotecas porque estamos un poco cansados de tocar
en pubs: no son cmodos, siempre hay problemas de sonido y no se gana plata. Y vos
ests en una sociedad donde tens que ganar plata. Me gusta la idea de ir a las discotecas
23 En diciembre de 1987, das antes de su muerte, Luca Prodan anunciaba prximos shows all (que no llegaron a realizarse)
y, al igual que Arnedo, trazaba un paralelo entre los boliches de Chabn y otros sitios mticos: Sumo toc mucho en Cemento,
tenemos lazos con los dueos que van bien atrs en el tiempo, desde la poca del caf Einstein, que era tipo La Cueva o La
Perla del Once pero de la poca de la new wave. Y los dueos son los mismos de Cemento, que es mucho ms grande.
160
Buenos Aires y el rock
24 El uso del espacio pblico para recitales merece un anlisis que excede los objetivos de esta investigacin. Detallaremos
slo los aspectos centrales.
161
Temas de Patrimonio Cultural 18
162
Buenos Aires y el rock
1991), o la misma cifra, que congreg Charly Garca en Puerto Madero (ciclo Buenos
Aires Vivo 3, 1999) todos organizados por el municipio, puede apreciarse que aquellas
especulaciones que realizaba la revista Pelo en 1984 no haban sido desacertadas, pues
se comprobaba un incremento notable de asistentes para este tipo de espectculos.
Abran canchas
Entre fines de la dcada del ochenta y principios de la del noventa, el crecimiento
de la cantidad de pblico que asista a recitales de rock vernculo era tan constante como
siempre pero, dada la magnitud que estaba alcanzando, se volvi ms perceptible. De
esta manera comienzan a abrirse o a utilizarse regularmente espacios alternativos con
muchsima ms capacidad que los pubs. As, se suceden recitales en los teatros Fnix
(Rivadavia y Pergamino) y el ya mencionado Pueyrredn, ambos del barrio de Flores,
el cine-teatro Argos de Colegiales (Federico Lacroze y lvarez Thomas), viejos teatros
de los barrios San Telmo y Montserrat, como el Arlequines (Per al 500), el Bambalinas
(Chacabuco 947), o la discoteca Airport (Cabildo 4663), en Nez.
Del mismo modo, antes del cambio de dcada, antiguos y gigantescos cines sin
sus butacas se reconvierten en sitios para rock con capacidades que superan ampliamente
las mil personas. Uno de ellos es el situado en Bernardo de Irigoyen al 1300, en el ba-
rrio de Constitucin, que se transforma en Satisfaction (luego transformado en templo
evanglico). Otro es el cine Cosmos,(25) de Corrientes 2046, que pasa a ser la nueva sede
de la discoteca Halley.
No es casual que la mayora de estos lugares hayan sido utilizados por Patricio
Rey y sus Redonditos de Ricota, un grupo cuya trayectoria est signada por la proble-
mtica de la falta de espacios adecuados para realizar recitales: desde antes de publicar
su primer disco (Gulp!, 1985) hasta su ltimo show (2001) su convocatoria no dejara
de crecer.
As, a finales de la dcada, el grupo que en principio se negaba a tocar en
Obras desfil por todos los sitios de mayor capacidad (Paladium, Cemento, los teatros
Fnix y Bambalinas, Airport, Satisfaction, Halley) hasta que finalmente, en diciembre
de 1989, no le qued otra alternativa que pasar por la catedral del rock, que en poco
tiempo tambin le result insuficiente y conflictiva. Comenzados los aos noventa el
grupo debi incluso experimentar con lugares alternativos o atpicos, como parque
Sarmiento (1990), Autopista Center (1991) o el Centro Municipal de Exposiciones (1992).
Tras este ltimo show, sin resultados positivos, Poli, mnager del grupo, empecinado en
la produccin independiente, declaraba a la revista Humor N 328 que ya no existen
lugares para tocar.
25 Varios aos despus el cine Cosmos reabri sus puertas, aunque utilizando slo una pequea parte de su antiguo local.
163
Temas de Patrimonio Cultural 18
26 En 1972 Arco Iris haba presentado su pera Sudamrica, o el regreso a la Aurora en el estadio de River y en 1982 Charly
Garca hizo lo propio con su lbum Yendo de la cama al living en el estadio de Ferro, ante 25.000 personas.
27 El teatro Gran Rex cuenta con 3.200 localidades.
28 Aunque nunca fueron confirmados, alrededor del ao 1992 comenzaron a circular rumores acerca de cierta monopolizacin
de los estadios de ftbol y Obras; tambin sobre condiciones leoninas exigidas a los msicos locales para presentarse como
teloneros de los grupos internacionales.
164
Buenos Aires y el rock
formacin de un pblico de rock argentino masivo, lo cierto es que los escenarios y los
grupos de rock local se capilarizan especialmente en la dcada de los noventa.
A los pequeos pubs sobrevivientes de los ochenta, como Medio Mundo Variet
(Corrientes 1872), La Luna (Cabrera 3769), Boa Vista (Costa Rica y Armenia), Babi-
lonia (Guardia Vieja al 3300), se suman locales como Hillock (Cabrera 2927) y otros
un poco ms grandes que dejaran su marca en el rock local. Algunos de ellos son Die
Schule(29) (Alsina 1671), Arpegios (Cochabamba al 400), New Order (Cabildo 4663) y
El Galpn del Sur (Humberto I 1739). Estos locales albergaron a grupos que renovaran
nuevamente el gnero, como Babasnicos, Ta Newton, Martes Menta, Juana la Loca,
Fun People, y a otras bandas nuevas que llegaran a ser masivas, como La Renga, Los
Piojos, Las Pelotas, Los Caballeros de la Quema y la Mississippi Blues Band, por citar
slo algunos ejemplos.
Otro sitio inaugurado a principios de la dcada que merece ser destacado es el
Samovar de Rasputn, especializado en blues y ubicado en un pequeo local de Del Valle
Iberlucea casi Caminito, en el corazn del barrio de La Boca. Por su escenario desfilan
pioneros del rock local, como Alejandro Medina, Jorge Pinchevsky, Javier Martnez y
Pajarito Zaguri. Ante el auge del rock en general y del blues en particular, en 1992
debi trasladarse a un local ms grande, en Almirante Brown al 100. Sus banquetes
de blues de los das jueves son toda una leyenda. Actualmente en su sitio original, se
encuentra impedido de realizar recitales por disposiciones municipales.
Confirmando aquella fuerte tendencia expansiva, en 1992(30) se inauguran cuatro
locales con capacidad para ms de mil personas donde se realizan recitales de rock
local en forma regular, todas las semanas: The Roxy (Rivadavia al 1900), El Viejo
Correo (Rivadavia 7728), la nueva sede de Prix dAmi (Cabildo y Monroe) y Stadium
(Rivadavia 3636).
Este ltimo sitio funcion en lo que haba sido El Palacio del Cine, ya sin butacas.
Los medios anunciaron que su capacidad era de 5.000 espectadores, pero es muy proba-
ble que slo alcanzara a la mitad de esa cifra (as y todo, para un lugar que prometa ser
utilizado exclusivamente por el rock, esa cantidad era toda una novedad para la poca).
Fue inaugurado el 30 de octubre de 1992 por Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota,
en otro intento fallido por encontrar un lugar adecuado para sus shows en Capital. Fue
inmediatamente clausurado ante denuncias de vecinos. Reabierto tiempo despus, por
su escenario desfilaron bandas de convocatoria ascendente, como Bersuit Vergarabat,
29 Die Schule fue otro de los emprendimientos de Omar Chabn. Se lo llam el hermano menor de Cemento y adems de
recitales solan realizarse espectculos de teatro under. Hacia 1998 se transform en La Flor, una suerte de pea folclrica.
30 En 1992 tambin aparecen el suplemento No! de Pgina/12, radios que transmiten slo rock nacional (FM La Boca), se
reeditan viejos clsicos del rock local en el novedoso formato CD, salen al aire programas de TV abierta sobre historia del
rock nacional y surgen numerosos sellos independientes. En 1993 el fenmeno se profundizara con el estreno de la pelcula
Tango feroz. Medios como La Nacin, la revista Gente y otros publican fascculos con la historia del gnero y comienzan a
editarse discos de rock nacional para nios.
165
Temas de Patrimonio Cultural 18
La Renga, 2 Minutos y Las Pelotas. Llegaron a realizarse all shows de grupos de rock
extranjeros, hasta que hacia fines de 1994 fue definitivamente clausurado. Hoy funcio-
na all una pista de bowling, y un pequeo sector del antiguo pullman est destinado a
auditorio para bandas nuevas.
Como dato curioso de aquel auge del rock local y de su historia, cabe agregar
que en agosto de aquel 1992 abri sus puertas una nueva versin de La Cueva, en un
pequeo local del barrio de Constitucin (Bernardo de Irigoyen 1516). Los primeros
shows estuvieron a cargo de leyendas del rock nacional, como Alejandro Medina (ex
Manal) y Willy Quiroga (ex Vox Dei), pero debido a sus reducidas dimensiones pronto
se convirti en lugar de fogueo para bandas nveles. Este tipo de sitios, que constituyen
una categora en s mismos, empezaron a florecer por toda la ciudad para dar cabida a los
cientos de grupos que, absolutamente desconocidos, buscaban un lugar donde mostrar su
msica. En algunas ocasiones tocaban cinco en una sola noche, ante amigos y familiares,
como todas las bandas que alguna vez sern masivas.
Dejaremos por ahora de lado la enumeracin de lugares. Queda claro que poco
antes de cumplir 30 aos de vida, el rock local se haba expandido por la ciudad ocupando
con continuidad y contundencia todos los espacios fsicos posibles: desde los stanos
y sitios pequeos para grupos desconocidos recin formados, hasta las canchas de los
clubes de ftbol instituciones profundamente arraigadas en la sociedad, pasando por
el espacio pblico propiciado por el Estado y los grandes teatros de la calle Corrientes.
Sin embargo, ello no signific que cesaran los problemas.
En este punto debemos volver al paradigma protagonizado por los Redondos,
que, dada la falta de espacios adecuados para tocar en Capital, prcticamente dedican los
ltimos diez aos de su existencia a intentar soluciones, tan diversas como imaginativas,
al problema que planteaba la organizacin de shows de manera independiente tanto de
las grandes empresas productoras de espectculos como del Estado.
As, a fines de 1993 inauguran el uso para el rock del estadio del club Huracn
(aos despus tambin lo usarn otros grupos, como La Renga y Los Piojos, admirado-
res del estilo de produccin de los Redondos).(31) En 1994 repiten la experiencia. Y no
vuelven a tocar en la ciudad de Buenos Aires sino hasta seis aos despus (River, abril
de 2000), en lo que sera su ltimo show porteo.
Los Redondos fueron hasta su separacin (en agosto de 2001 se presentaron por
ltima vez en pblico en Crdoba) la banda ms popular y convocante en la historia
de la msica rock hecha en la Argentina. Todava se discute y analiza el fenmeno que
generaron, pero aquellos seis aos sin tocar en esta ciudad merecen ser tenidos en cuenta
dentro del tema que nos ocupa.
31 Del mismo modo, aunque eventualmente, ms adelante se sumaran para el rock las canchas de Atlanta, Excursionistas
y All Boys.
166
Buenos Aires y el rock
Respecto de esa problemtica urbana que aqueja a Buenos Aires podemos citar
declaraciones de grupos ms cercanos en el tiempo. En diciembre de 1999 el estadio Obras
se hallaba cerrado por reformas a raz de denuncias de vecinos por ruidos molestos. No
era la primera vez que cerraba (en 1997 tambin haba sucedido lo mismo), ocasionando
importantes problemas a los grupos. Por ejemplo, a la banda Viejas Locas, que le deca
a la revista La Garca: Se nos empez a hacer complicado tocar en Buenos Aires. En
ese sentido, este fue un ao difcil. Y ms en el punto en el que estamos nosotros, que
por el momento no podemos hacer grandes estadios, pero a la vez lugares ms chicos
no nos alcanzan. En este sentido no tens lugares como para hacer shows ante, ms o
menos, 7.000 personas. As que el problema no es que slo cierren o clausuren locales.
No hay una infraestructura armada para que toquen bandas de rock. Bah, en realidad el
problema no es slo para el rock; no hay espacios para nada. Ponele que hubiera otro
deporte, tipo bsquet, que convocara mucha gente. Tampoco habra lugar. Tens lugares
para llevar una luca de gente, o una luca y media, y de ah salts a lugares para quince
lucas. Nosotros estamos en un punto de cinco, seis lucas, y se nos complica.
Al problema que denunciaba el testimonio sobre la capacidad de los espacios, en
el caso del rock se suma especialmente tras la serie de clausuras posterior a la tragedia
de Croman el endurecimiento de las condiciones necesarias para habilitar un local.
En la actualidad los msicos reclaman soluciones a la falta de lugares para tocar rock,
casi del mismo modo en que lo haca Claudio Gabis ms de treinta aos antes (en 1973):
No hay lugares donde tocar, porque no hay lugares donde el msico pueda tocar sin el
eterno problema del ruido, de la represin a la vida del msico.
167
Temas de Patrimonio Cultural 18
En ese renovado marco surge un nuevo sitio para el rock, Repblica de Croma-
n (Bartolom Mitre 3060), casualmente muy cerca de La Perla del Once. Antes haba
sido El Reventn, un local de msica tropical. En abril de 2004 su inauguracin fue
muy celebrada: el lugar era amplio para los estndares del rock y se le haba ganado un
espacio a la bailanta. Funcion hasta que el 30 de diciembre de 2004 un incendio acab
con la vida de 194 personas.
Adems de consecuencias polticas de diversa ndole, la tragedia gener numero-
sos debates y reclamos que exigan mayor control social sobre los espectculos pblicos
en la ciudad. Vale decir, mayores controles por parte del Estado local (inspectores) y del
Estado nacional (Polica y Bomberos). Ese reclamo paradjico en el caso del rock se
hizo extensivo a los propios msicos y encargados de locales. Otra consecuencia fue
que poco a poco cayera en desuso la prctica ampliamente extendida en los recitales
(desde fines de la dcada del noventa) de utilizar fuegos artificiales, ya sea en sitios
abiertos o cerrados.
La clausura masiva de locales posterior a los hechos dej sin espacio a msicos
de todos los gneros, as como a actores, poetas, titiriteros, bailarines y toda clase de
artistas y profesionales tcnicos, porque aquellos stanos y pequeas salas, adems
de darles la posibilidad de expresarse, constituan tambin su fuente de trabajo.(32) Al
mismo tiempo, los locales que lograron mantener sus puertas abiertas, para protegerse
de las clausuras debieron enfrentar mayores costos, que finalmente termin pagando el
pblico. En algunos casos las restricciones llegaron a extremos ridculos (como impedir
el acceso a los asistentes que portaran biromes o encendedores).
La disminucin de los locales hizo que para algunos grupos fuera cada vez ms
difcil tocar sin asociarse a empresas productoras de espectculos. Para las bandas ms
chicas lo hizo directamente imposible.
De la investigacin que dio lugar a este artculo surge claramente que la existen-
cia de la casi totalidad de los lugares donde se desarroll el rock local fue efmera, lo
que en muchos casos es atribuible a una labilidad normativa evidente. Slo persistieron
aquellos mbitos que fueron proyectados desde sus cimientos para albergar espectculos
o deportes: desde los estadios de ftbol hasta Obras, pasando por el Luna Park y los
grandes teatros de la calle Corrientes, sin olvidar al teatro Coliseo, un viejo amigo del
rock. As las cosas, no resulta casual que actualmente, entre los lugares del rock de
mayor actividad, dos de ellos sean viejos cines-teatros, como El Teatro (ex Argos) y su
sucursal de Flores (ex Fnix).
Es deseable que, pese al dolor provocado por la tragedia, se logre asimilar la
experiencia acumulada en tantos aos de recitales y que las autoridades competentes
32 Al cierre de este artculo se acaba de producir la clausura definitiva de un local El Marquee, Scalabrini Ortiz 666 legen-
dario y de larga trayectoria en la escena del rock local.
168
Buenos Aires y el rock
169
Temas de Patrimonio Cultural 18
170
Buenos Aires y el rock
171
Temas de Patrimonio Cultural 18
Fernndez Bitar, Marcelo: Historia del rock en Argentina. Una investigacin cronolgica, Buenos Aires, Ediciones El
Juglar, 1987 y siguientes ediciones (actualizadas hasta 1997).
De la Puente, Eduardo y Daro Quintana: Rock! Antologa analizada de la poesa rock argentina desde 1965, Buenos Aires,
1988 y siguientes ediciones (actualizadas hasta 1996).
VV.AA.: Enciclopedia Rock nacional 30 aos de la A a la Z, Buenos Aires, Mordisco, 1996.
172
Buenos Aires y el rock
Aires es una ciudad del rock y que ni siquiera en aquellos primeros tiempos de tensin
y desconfianza mutua la ciudad y el rock fueron universos ajenos, sino que se han acom-
paado en una relacin indisoluble en estos cuarenta aos. La ciudad est aqu, varias
veces centenaria pero viva y creciendo, y el rock sigue cantndole, hacindola suya,
mantenindola viva y cambiante en el imaginario y la vida cotidiana de sus habitantes.
173
Temas de Patrimonio Cultural 18
174
Buenos Aires y el rock
175
Temas de Patrimonio Cultural 18
176
Buenos Aires y el rock
Buenos Aires, La Habana, Nueva York, Buenos Aires siempre la hizo llorar
me pregunto quien empez el fuego. con sus lgrimas podra lavar toda la ciudad.
Solos en Amrica Los olvidados
Miguel Mateos (1986) Los Fabulosos Cadillacs (1990)
Buenos Aires se ve tan susceptible. When the New York girls came to Buenos Aires
En la ciudad de la furia they dance the tango all night long.
Soda Stereo (1988) Slo un poquito noms
Charly Garca (1990)
Dulce, dulce, dulce Carol, hay tanta niebla en ltimo rap en Buenos Aires**
Buenos Aires. Charly Garca / Pedro Aznar (1991)
Dulce Carol
Los Pericos (1990)
La ciudad va a reventar
el camino es largo,
Gustavo en Buenos Aires (instrumental)** y Buenos Aires arde.
Litto Nebbia Arde de sirenas y de canas
Buenos Aires.
Arde de violencia ya se quema
Hay ruido en todas partes Buenos Aires.
hay ruido en Buenos Aires. Arde Buenos Aires
Hay ruido a ruido Los Fabulosos Cadillacs (1992)
Alejandro Lerner (1990)
177
Temas de Patrimonio Cultural 18
Santa Mara de los Buenos Aires Che, Buenos Aires, sos igual que yo
si todo estuviera mejor. tus dos caminos: tango y rock.
Matador Che, Buenos Aires
Los Fabulosos Cadillacs (1993) Moris (1995)
Piso diecisis
hoy miro a Buenos Aires
desde aqu.
Amrica del Sur
Los Gardelitos (1996)
178
Buenos Aires y el rock
O cuando llueve en Buenos Aires No tiene que haber muchachitos en las calles
cuando se pone el sol en la imaginacin. de Buenos Aires a las 5 de la maana.
Como la lluvia en Buenos Aires Yo soy anarquista, Duhalde me mand a dormir
Juan Carlos Baglietto (1996) El Otro Yo (1997)
Aunque nos tapen las luces del da Buenos Aires con su magia
con mil carteles vendiendo en ingls, se meti en mi memoria.
mi Buenos Aires ser todava Alas de tango
ciudad de tango en la sangre y los pies. Len Gieco (1997)
Ciudad de tango
Ignacio Copani (1996)
Parque Lezama de diablos, calavera del maestro
de Buenos Aires, melanclica.
Sabato
Caminar por Buenos Aires Los Fabulosos Cadillacs (1997)
con mi guitarra y mi gabn.
Criado por lobos
Miguel Mateos (1996) Te busqu en Buenos Aires,
en los bosques de Palermo.
No eran buenos esos aires
Que se abra Buenos Aires. y acab bastante enfermo.
Que se esparza por la tierra. Te busqu
Que se abra Buenos Aires Ariel Rot (1997)
y que abra bien las piernas.
Que se abra Buenos Aires
Los Visitantes (1996) En Buenos Aires brilla el sol y un par de pibes,
en la esquina, inventan una solucin...
Buenos Aires
En Buenos Aires tambin Fito Pez / Joaqun Sabina (1998)
algo est pasando tal vez.
Necesito un gol
Charly Garca (1996) Etapas de la vida,
ciudad de Buenos Aires.
Presa fcil
Porque chumban perreras Almafuerte (1998)
en Buenos Auschwitz.
Hay tufo a perrera
en Buenos Auschwitz. Buenos Aires es tan cruel,
Perreras (2.57 am) la nostalgia es corazn
Los Caballeros de la Quema (1996) en este estpido lugar.
El desengao
Pez (1998)
Che, Buenos Aires, sos igual que yo
tus dos caminos: tango y rock.
(...) Mxico me atormenta, Buenos Aires me mata.
Y vos quers ac parado en la esquina Yo me bajo en Atocha
que yo te represente? Fito Pez / Joaqun Sabina (1998)
que yo sea el puerto, la noche,
el da, Buenos Aires?
Buenos Aires shuffle Costumbrismo en Buenos Aires.
Claudio Gabis (1997)(2) Es otoo y la lluvia cae.
Y otra vez ms de lo mismo.
Y la imagen se deshace.
Quin otro sino vos desnud la ciudad Y supongo el sol, el cielo,
y los versos del caf, Corrientes de Buenos Aires esta gris ciudad otra vez.
quemando frases de aires de bandonen Pelos de gato
Buenos Aires quemando frases de aires de Pez (1998)
bandonen.
Piazzolla
Los Fabulosos Cadillacs (1997) Una vez en Buenos Aires me di cuenta
que existen las fantasas.
Negrita
El tema Buenos Aires Shuffle retoma la letra de Che, Andrs Calamaro (1999)
Buenos Aires (ya citada) cambiando algunos versos y
agregando nuevas estrofas.
179
Temas de Patrimonio Cultural 18
Le dice un amigo que las noches de Buenos Buenos Aires amanece otra vez
Aires y me quedo y me apago.
no llevan estrellas. Ac todo sigue igual.
Salvador y los cordones flojos El grito
Los Fabulosos Cadillacs (1999) Tren Loco (2000)
180
Buenos Aires y el rock
El escudo de Mendoza
(...) En un lugar neutral, creo que por Buenos Aires
El sol poder y luz Bandidos rurales
los laureles, fe y esperanza Len Gieco (2003)
representan el centro-oeste
del Gran Buenos Aires.
La Matanza Y te vi excitante y encendida!
Claudio Marciello (2001) mi querida Buenos Aires
(...)
y te vi
Buenos Aires tan fra, (misteriosa Buenos Aires).
Madrid se est quemando. Buenos Aires
Siete sueos La Portuaria (2003)
Espas Secretos (2001)
Nadie dijo que lo nuestro era solamente el tango. La ciudad transpira, la carne me inspira
La alegra vivi siempre en manos del Carnaval. que todo Buenos Aires es como una parrilla.
En Rosario, en Buenos Aires, en Morn, Monte- Morbo-porno
video. Attaque 77 (2003)
La voz clarita del barrio otra vez nos va a cantar.
El mar de Sols
Octubre Rojo (2001) Diablo est en Buenos Aires
y el Congreso corrompido.
Por el camino de tierra
Golpe de suerte Sptima Ola (2003)
y caen malas noches para Buenos Aires.
Suerte
Binica Electrnica (2001) Tu cometa pone un cao en la sien
Buenos Aires que se escapa otra vez.
Saeta nasal
El Grito (2004)
181
Temas de Patrimonio Cultural 18
182
Buenos Aires y el rock
Cuando dices que vienes a buscar los buenos En Buenos Aires yo quisiera ahora estar
aires Mxico me mata ms que el Luna Park.
En principio preguntate qu quers. Ecos
(...) Carlos Garca Lpez (2006)
A transformar esa ilusin que respiro en el aire,
Es que huele, todo huele, a Buenos Aires.
Buenos Aires
Dora Brown (2005)
Buenos Aires**
Vondir (2005)
Montevideo duerme
Buenos Aires me mata
Santa Marta no tiene tren
y vos te vas a Berln
Te vas a Berln sin hacer trampa.
Te vas a Berln
Richter (2005)
* Es ttulo de disco.
** Es ttulo de tema.
183
Temas de Patrimonio Cultural 18
184
Buenos Aires y el rock
Bibliografa especfica
balos, Ezequiel: Historias del rock de ac. Primera generacin, Buenos Aires,
Editora AC, 1995.
balos, Ezequiel: Pequeos ancdotas del rock de ac. Los primeros 10 aos,
Buenos Aires, edicin de autor, 2004.
Aguirre, Javier; Roveta, Mariana; Correa, Martn y Tijman, Gabriela Alejandra:
Diccionario del rock argentino, Buenos Aires, Musimundo, 2005.
Alabarces, Pablo: Entre Gatos y Violadores. El rock nacional en la cultura
argentina, Buenos Aires, Colihue, 1993.
lvarez Nez, Gustavo (comp.): Antologa Poetas Rock, Buenos Aires, La
Marca, 2003.
Antonelli, Mario: Los Gatos Salvajes. 1965-2005. 40 aos de rock de autor en
castellano, Buenos Aires, Catlogos, 2005.
Arboleya, Sergio: La trova rosarina, Buenos Aires, Homos sapiens, 1998.
Berti, Eduardo: Rockologa. Documentos de los 80, Buenos Aires, Beas Edi-
ciones, 1994.
Berti, Eduardo: Spinetta, crnica e iluminaciones, Buenos Aires, Editora/12,
1988.
Camerlo, Marcelo: The Magic Land. A guide to South American Beat, Psyche-
delic and Progressive Rock, 1966-1977, Volume 1 Argentina Uruguay, Madrid,
Kliczkowski Publisher, 1998.
Cantilo, Miguel: Chau loco! Los hippies en la Argentina de los setenta, Buenos
Aires, Galerna, 2000.
Cantilo, Miguel: Todo Miguel Cantilo, Buenos Aires, Mutantia, 1983.
Carmona, Juanjo: El paladn de la libertad: Biografa de Miguel Abuelo y sus
Abuelos de la Nada, Buenos Aires, Compaa General de Ideas / Conexin
Tierra, 2006.
Cuccioletta, Guillermo y Cuccioletta, Martn: Soda Stereo. La historia, Buenos
Aires, Galerna, 1997.
185
Temas de Patrimonio Cultural 18
186
Buenos Aires y el rock
187
Temas de Patrimonio Cultural 18
Sitios de Internet
www.rock.com.ar
www.dospotencias.com.ar
www.magicasruinas.com.ar
www.lahistoriadelrock.com.ar
www.progresiva70s.com.ar
188
Buenos Aires y el rock
189
Temas de Patrimonio Cultural 18
190
Buenos Aires y el rock
191
Temas de Patrimonio Cultural 18
192