El Nuevo Poder Economico en La Argentina en Los Años
El Nuevo Poder Economico en La Argentina en Los Años
El Nuevo Poder Economico en La Argentina en Los Años
1- ANTECEDENTES HISTORICOS
La década de los años veinte pone en evidencia el estancamiento y la debilidad del modelo
agroexportador. Las exportaciones agropecuarias pierden acentuadamente su carácter
dinámico. Las inversiones extranjeras tienden a estabilizarse. La expansión del ferrocarril
había alcanzado su máximo desarrollo.
A partir de la limitación de las importaciones que dio lugar la Primera Guerra Mundial se
desarrollo una actividad industrial dirigida al mercado interno con el complemento de una
nueva onda de inversiones extranjeras orientadas hacia la industria.
Durante la década del 30 dentro de los sectores dominantes se van delineando dos
posiciones enfrentadas. Por un lado, los grandes productores pampeanos y los capitales
ingleses sostenían la necesidad de no alterar el esquema vigente: la crisis del modelo
agroexportador era coyuntural. Por otro lado, los grupos económicos diversificados
originados en la industrialización de ka renta agropecuaria sostenían la necesidad de
introducir cambios sustanciales dada las transformaciones verificadas en el plano
internacional (la nueva hegemonía norteamericana) y la dinámica industrial como factor de
singular importancia en el proceso de acumulación interno. En primer término intentaba
que la presencia de Estados Unidos, además de proveedor de bienes manufacturados, se
extendiera a la producción industrial. En segundo lugar, mediante una mayor injerencia del
Estado en la asignación de los recursos, pretendía una reactivación de la producción y la
ocupación basadas en la construcción y en la industrialización exportadora.
El Plan Pineda proponía que el Estado adquiriera los excedentes agrícolas que no
encontraban ubicación en el mercado externo y al mismo tiempo estimulara la producción
industrial exportable y la construcción.
La sola compra de los excedentes agrícolas inmovilizados por la falta de demanda derivada
de las Segunda Guerra Mundial era insuficiente para reactivar la economía. Era necesario
poner en marcha un basto plan de construcción de viviendas populares, propone estimular
aquellas producciones industriales que no acarreen una disminución de las exportaciones
provenientes de los países compradores de los productos locales y que por otro puedan
exportarse. Destaca la necesidad de establecer acuerdos con los Estados Unidos y Brasil y
de avanzar además en la definición de una zona de libre comercio que abarque a los
Estados Unidos y a América Latina.
Se le otorga un conjunto de nuevas atribuciones al Banco Central, podría disponer de una
parte de los depósitos existentes en los bancos comerciales y destinar a préstamos de
mediano y largo plazo. Se proponía la emisión de valores públicos con la intención de crear
un mercado de capitales.
El proyecto propuesto por el sector mas moderno del viejo bloque agroexportador es
derrotado, al no poder conciliar los intereses que representa con los del resto de los sectores
sociales.
El nuevo papel del Estado, en la política peronista, extenderá su esfera de acción no solo a
la producción industrial sino también a la prestación de servicios para la comunidad.
Entre 1958 y 1962 se produce una significativa inversión de capitales externos destinados a
instalar empresas industriales que se dedicaron en lo esencial a abastecer la demanda local.
Proceso que se complementa entre 1966 y 1969 con una nueva afluencia de capitales
externos destinados a la ampliación de los establecimientos ya instalados, así como a la
adquisición de firmas locales.
La expansión industrial era acompañada de una caída del volumen de los bienes
exportables debido al aumento de la demanda interna y ele stancamiento de la producción
agropecuaria.
La devaluación del peso tría aparejado, por un lado, un aumento de las exportaciones y por
otro un incremento de los precios relativos de los productos agropecuarios que tendían a
deprimir el salario real. Asimismo, encarecía los insumos importados por el sector
industrial, que junto al deterioro de la demanda desencadenaban una caída de la producción
manufacturera.
Dos variantes distintas que están relacionadas con propuestas politico-sociales enfrentadas:
por un lado, la industrialización basada en la expansión de la producción de los bienes
suntuarios y, por otro, de aquella en que dicho papel lo cumplen los bienes de consumo
masivo. Ello implica necesariamente una politica distinta de distribución del ingreso.
En los sectores dominantes, se consolida el predominio del capital extranjero industrial que
ocupa el espacio central del nuevo modelo de acumulación.
2.3.2. Las dos modalidades de acción de las ET: las formas diversificadas y/o
integradas y las relativamente especializadas
El primer tipo de ET se basa en una dinámica de acumulación que tiene un ciclo simple del
excedente, compuesto por una sola fase, que se inicia con la radicación de una subsidiaria
en la producción manufacturera, en la que la maquinaria y el equipo (tecnología
incorporada) representa una parte significativa de la inversión.
El segundo tipo de ET se asienta sobre una dinámica de acumulación que tiene un ciclo
complejo del excedente, concluye con la reinversión total o parcial, pero siempre
significativa, de utilidades.
Ambos tipos de ET se instalan tanto en la primera como en segunda fase del proceso
sustitutivo.
A partir del proyecto “desarrollista”, implementado desde finales de 1958, queda cada vez
más claro que las nuevas empresas que se incorporan a la industria argentina, filiales de las
grandes ET-y aquellas subsidiarias preexistentes que renuevan su esquema productivo
adecuándolo a las nuevas circunstancias-, van transformando las características centrales de
la actividad manufacturera que se realiza en el país.
En una primera fase, que concluye prácticamente con la primera crisis del nuevo modelo
1962.1963, ramas tradicionales son sustituidas, casi por completo, por nuevas producciones
y, en correspondencia, un conjunto muy amplio de empresas –en general, firmas nacionales
de pequeña y mediana envergadura, con mano de obra intensivas, con patrones
tecnológicos obsoletos- es reemplazado por otro sector de firmas, muy reducido en numero,
con plantas de mayor tamaño relativo, de capital-intensivas, por lo menos para los
estándares nacionales previos.
Puede afirmarse que, en el nuevo esquema productivo –liderado crecientemente por las
filiales de las empresas transnacionales-, las heterogeneidades estructurales y de
performance aumentaron significativamente.
El ministro de Economía Martínez de Hoz, anunció “las bases fundamentales del programa
por la junta militar”:
- Alcanzar una razonable distribución de ingreso, con nivel de los salarios en la medida
adecuada.
Sobre la base de tales objetivos, la contención de la inflación pasó a ser considerada como
“la prioridad en el corto plazo”. La primera fase de ajuste:
La contención de los salarios nomines trajo aparejado un deterioro de los salarios, de lo que
a juicio del secretario de programación y Coordinación Económica constituía “el aporte
que necesariamente debemos pedirles”
Entre ellas, basta citar la disolución de la CGT, la supresión de las actividades gremiales y
del derecho de huelga, las reformas a la Ley de Contrato de Trabajo, la eliminación de las
convenciones colectivas en materia salarial, etc.
Hacia mediados de 1976, un nuevo y más bajo nivel salarial. Se inicio la segunda fase,
privilegiando la inversión como “factor de impulso”. En 1976 se sanciona un nuevo
régimen de inversiones extranjeras, la desregulación generalizada del accionar de las
empresas de capital extranjero, se les otorga la igualdad de derechos respecto de las
nacionales, serán considerados como “entes independientes”.
A finales de 1976, un rebrote inflacionario, se materializan al comercio exterior. La
unificación de la paridad cambiaria* (igualdad de moneda) - financiera y comercial -, la
eliminación de regulaciones y subsidios (los derechos de exportación de los productos
agropecuarios se reducen, se suprimen los depósitos previo para las importaciones y se
contraen los reembolsos a las exportaciones no tradicionales) y por último la sanción del
Decreto por el que se reducen significativamente los aranceles de importación.
El balance que realiza el MDE a fines de 1980 se limita a diferenciar dos tipos de
resultados de la política económica (recuperación de la confianza internacional,
planificación a largo plazo de la inversión pública, de otras áreas, se obtuvieron resultados
satisfactorios pero incompletos).
La industria manufacturera fue, sin duda una de las actividades más afectadas por la
política económica implementada por el régimen militar. La inestabilidad de los mercados
industriales, emerge como un denominador común del desenvolvimiento de ellos durante la
última década. En tal contexto, la estrategia empresarial de mediano o largo plazo.
La producción Industrial:
Ocupación obrera
Que no resulte sorprendente que con el inicio de esta conducción militar y la adopción de
aquellas medidas disciplinadotas, la ocupación industrial se reduzca en forma interrumpida
y la jornada media de trabajo tienda a incrementarse sistemáticamente.
Esta reducción sistemática del empleo industrial, desvinculado del comportamiento de la
producción sectorial, se mantiene en forma ininterrumpida hasta el inicio de 1938.
Los salarios
Uno de los logros más importantes de la política del régimen militar, aun cuando el salario
real comienza a deteriorarse en 1975, Post Rodrigazo se establece un nuevo nivel de
renumeraciones que implica, para los trabajadores, una perdida de un tercio de sus ingresos.
En 1983 luego de la caída del gob. Militar se registró una importante recomposición
salarial, que resultó insuficiente para recuperar los niveles anteriores al golpe militar.
La redefinición del poder económico: el avance de los grupos económicos y del capital
extranjero diversificado y/o integrado en la industria argentina.
Las pequeñas y medianas firmas industriales, que fueron las más severamente afectadas por
esa política económica.
Las mencionadas heterogeneidades están presentes tanto en los grupos económicos como
en las ET diversificadas y/o integradas. En efecto, dentro de los primeros hay capitales que
conforman su estructura empresarial integrándose vertical y horizontalmente en la
producción de papel.
La dictadura se propuso lograr un férreo control sobre el aparato del estado y sustituir una
doctrina de seguridad, basada en la represión de los movimientos populares, sustentada en
el aniquilamiento popular y la crisis productiva.
Se puede concluir que la sociedad argentina transita hace varios años por una crisis
heterogénea y desigual en un extremo de la estructura Económico social al sector
asalariado, con una escasa participación.
La evolución histórica y las características productivas que presentan las nuevas fracciones
dominantes sirven para comprender la profundidad de la reestructuración en marcha y las
particularidades del nuevo patrón de acumulación.
Esto tiene consecuencias cuando la política económica conjuga altas tasas de interés con la
disminución de los aranceles a las importaciones y la subvaluación del dólar. A partir de
allí, el endeudamiento con el sistema bancario y extrabancario comienza a ser decisivo en
el financiamiento de las firmas industriales, por lo que la vinculación entre empresas
financieras e industriales que controlaban los grupos económicos y las ET diversificadas.
Adquirió una importancia vital.
De esta manera las empresas productivas tenían un fluido acceso a tasas de interés
diferenciales, a recursos financieros, en momentos en que la carencia de estos traía
aparejada unos muchos casos la quiebra o el cierre de numerosas firmas.
Dentro de las empresas independientes nacionales, las de mayor tamaño relativo podían
conseguir recursos financieros en forma más fluida y en mejores términos que las pequeñas
y medianas, pero no podían competir con las condiciones que obtenían las firmas
industriales de los grupos económicos o de las ET.
La segunda característica estructural que permitió que estos capitales se beneficien con la
política económica se deriva del amplio espectro de actividades que cubren, lo que les
permitía participar en las más dinámicas y de mayor tasa de retorno.
La tercera característica importante para obtener ventaja sobre el resto de los capitales
radicó en la integración vertical entre las distintas actividades que desarrollaban sus
empresas controladas o vinculadas.
La cuarta y última causa del creciente predominio de las nuevas fracciones dominantes está
directamente vinculada con la redefinición del aparato estatal una acentuada reasignación
del excedente hacia las empresas controladas o vinculadas por estos capitales, ya no por
medio del endeudamiento fiscal o previsional, sino a través de la demanda y la oferta de
bienes y servicios, del manejo de sus precios relativos y del crédito, e incluso del acceso
diferencial a este, así como a los avales o garantías oficiales.
-La deuda externa privada, que luego de contraída fue transferida al Estado, en un primer
momento mediante los seguros de cambio y luego directamente a través de su estatización.
5.4 El creciente control del nuevo poder económico industrial sobre la producción
Diversos motivos pueden explicar esta disparidad: se quiso perjudicar directamente a las
empresas estatales en beneficio de la actividad no estatal o se pretendió disminuir el
ritmo de crecimiento de la inflación controlando la presión que sobre ella ejercían los
precios de las firmas estatales. De esta manera, existió un subsidio implícito a los grandes
demandantes de bienes - intermedios - que produce el Estado.
5.5 El papel de la inversión subsidiada por el estado en la expansión del nuevo poder
económico
La nueva fase prevé una industrialización selectiva ligada a las fracciones dominantes y
definidas a partir de viejos criterios oligárquicos: el mercado externo y el estado.
Por un lado, fue el país latinoamericano que más velozmente se endeudó. Por otro lado, fue
el país en donde menos inversiones productivas se realizaron como consecuencia de tal
endeudamiento. Por último, fue el país en que el endeudamiento constituyó una inédita
apropiación de excedentes por parte de una minoría, que saqueó ala nación y comprometió
el futuro de argentinos.
La importancia que tuvieron la deuda externa privada y la política económica en la
generación de la deuda externa total y la fuga de capitales.
Ahora bien, ¿quienes sacaron dichos capitales y por que lo hicieron? La causa más
importante fue que garantizaran sus obligaciones contraídas.
En ese momento, la dictadura militar puso en marcha el endeudamiento masivo del Estado,
y en pocos mese salieron del país, más de 20 millones de dólares.
Se puede concluir, entonces que el endeudamiento externo constituyó uno de los mayores
saqueos que registra la historia resiente de nuestro país, que fue llevado acabo por un
reducido numero de grupos económicos y de ET que impusieron las modalidades y el ritmo
del endeudamiento externo, realizaron una inédita fuga de capitales al exterior y ,
finalmente, traspasaron sus propias deudas al Estado.
Impacto en los diversos sectores sociales que componen el campo popular. Se produjo una
disgregación política y social, que se evidencia en las crecientes diferencias que surgieron
entre los sectores obreros, medios, y empresarios pequeños y medianos, en la perdida de
importancia política y social de los trabajadores industriales y en la crisis de la identidad
política que los nucleaba mayoritariamente en el peronismo.
CONCLUSIONES
Férreo control sobre el aparato del Estado que permitirá la reconstrucción de las
condiciones de dominación social mediante el “disciplinamiento”. Acentuada caída del
salario real. Intervención de las entidades sindicales y la supresión de las convenciones
colectivas, y del derecho de huelga.
A partir de 1980, la política económica tuvo otros efectos al converger las altas tasas de
interés, el rezago cambiario y la reducción del aparato del Estado. Se produjo entonces una
profunda crisis que alteró, ahora sí, los patrones de la industrialización sustitutiva.
Se puede concluir que la sociedad argentina transita desde hace varios años por una crisis
heterogénea y desigual que crecientemente fija en un extremo de la estructura
socioeconómica a un sector asalariado con una escasa participación en el ingreso social,
seriamente desplazado de la actividad productiva, con un sensible deterioro en sus
condiciones laborales y con fuertes carencias en los servicios públicos que recibe. En el
otro, consolida a una fracción de los sectores dominantes que, habiendo partido de una
estructura empresarial integrada y/o diversificada, aumenta su control sobre los mercados y
tiende a condicionar el accionar del Estado vinculándolo, crecientemente, a la propia
dinámica de su proceso de acumulación y adquiriendo, de este modo, una gran capacidad
para determinar el rumbo del proceso económico-social.
Se trata de grandes capitales, tanto nacionales como extranjeros, que controlan la propiedad
de múltiples firmas locales ubicadas en una diversidad de actividades económicas. La
relación establecida entre sus empresas responde a estrategias de integración horizontal,
vertical o de diversificación. Estas no son excluyentes entre sí, sino que por el contrario
pueden estar diversamente combinadas.