Epicteto desarrolla aspectos clave de su ética y teoría de la acción a partir de un motivo socrático de que "una vida sin examen no es vivible para el hombre". Epicteto traduce este dictum socrático como "hacer un uso correcto de las representaciones", lo que evitaría tanto el error teórico como el práctico. Al someter cada representación a examen antes de asentir a ella, se sigue la recomendación socrática de no aceptar nada sin examen previo, lo que es fundamental para la teoría de la
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Epicteto desarrolla aspectos clave de su ética y teoría de la acción a partir de un motivo socrático de que "una vida sin examen no es vivible para el hombre". Epicteto traduce este dictum socrático como "hacer un uso correcto de las representaciones", lo que evitaría tanto el error teórico como el práctico. Al someter cada representación a examen antes de asentir a ella, se sigue la recomendación socrática de no aceptar nada sin examen previo, lo que es fundamental para la teoría de la
Epicteto desarrolla aspectos clave de su ética y teoría de la acción a partir de un motivo socrático de que "una vida sin examen no es vivible para el hombre". Epicteto traduce este dictum socrático como "hacer un uso correcto de las representaciones", lo que evitaría tanto el error teórico como el práctico. Al someter cada representación a examen antes de asentir a ella, se sigue la recomendación socrática de no aceptar nada sin examen previo, lo que es fundamental para la teoría de la
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Epicteto desarrolla aspectos clave de su ética y teoría de la acción a partir de un motivo socrático de que "una vida sin examen no es vivible para el hombre". Epicteto traduce este dictum socrático como "hacer un uso correcto de las representaciones", lo que evitaría tanto el error teórico como el práctico. Al someter cada representación a examen antes de asentir a ella, se sigue la recomendación socrática de no aceptar nada sin examen previo, lo que es fundamental para la teoría de la
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kriterion, Belo Horizonte, n 125, Jun./2012, p. 81-102.
Una vida sin examen no merece ser
vivida por el hombre: variaciones socrticas en epicteto Marcelo D. Boeri* mboeri@uahurtado.cl RESUMEN La presencia socrtica en las Disertaciones de Epicteto es notoria, aunque no es del mismo modo claro qu es lo que reconoce como propiamente socrtico de su propio pensamiento o qu ingredientes incorpor y desarroll en el marco de su teora moral y de su teora de la accin. El propsito de este ensayo es mostrar cmo, a partir de un motivo socrtico (una vida sin examen no es vivible para el ser humano; Platn, Apologa de Scrates 38a5-6), Epicteto desarrolla algunos aspectos cruciales de su tica y de su teora de la accin, al traducir el dictum socrtico como hacer un uso correcto de las representaciones, lo nico que garantizara evitar tanto el error terico como el prctico. Palabras clave Epicteto; Scrates; tica; teora de la accin. RESUMO A presena socrtica nas Dissertaes de Epicteto notria, ainda que no do mesmo modo claro o que que ele reconhece como propiamente socrtico em seu prpio pensamento ou qual ingredientes incorporou e desenvolveu no marco de sua teoria moral e de sua teoria da ao. O propsito deste ensaio o de mostrar como, a partir de un motivo socrtico (uma vida sem exame no vivvel para o ser humano; Plato, * ProfessordeFilosofiaAntiguanaUniversidadAlbertoHurtado,Chile.Estetextoesunresultadoparcialdel proyectoFondecyt1085103(Chile).Artigorecebidoem22/12/2010eaprovadoem16/4/2011. Marcelo D. Boeri 82 Apologia de Scrates 38a5-6), Epicteto desenvolve alguns aspectos cruciais de sua tica e de sua teoria da ao, ao traduzir o dictum socrtico como fazer um uso correto das representaes, o nico que garantiria evitar tanto o erro terico como o prtico. Palavras-chave Epicteto; Scrates; tica; teoria da ao. 1. Introduccin: Epicteto el socrtico es difcil imaginarse la controversia que poda causar un flsofo como Scrates que, a pesar de no haber escrito nada, suscit reverencia en unos y rechazo en otros. Platn qued completamente eclipsado por su fgura, a punto tal que lo convirti en el personaje central de varios de sus dilogos ms importantes. Aristteles, quien obviamente no lo conoci, tiene una visin ms distante y, en algunos casos, fuertemente crtica de l. Pero ni siquiera Aristteles, el primer gran crtico sistemtico de algunas tesis socrticas, permaneci ajeno a algunas de las posiciones socrticas ms contra-intuitivas. Las conexiones entre Scrates y los estoicos antiguos no han sido mayormente cuestionadas, aunque tales vnculos probablemente an no han sido aclarados por completo. 1 A pesar del estado fragmentario de los textos del estoicismo antiguo y medio, es seguro que los estoicos antiguos (Zenn, Cleantes y Crisipo) y epicteto se consideraron a s mismos como discpulos de Scrates y reconocieron en l el modelo de persona sabia. 2 esto ha sido ampliamente reconocido por algunos destacados estudiosos y est muy bien 1 UnadelasprimerasestudiosascontemporneasenenfatizarlasconexionesentreScratesylosestoicos antiguosfueIOPPOLO1980(especialmente70-79;86-89);vasetambinLONG1988(reimpresoensu 1996; en adelante cito este artculo siguiendo la paginacin de 1996). SEDLEY, por su parte, tambin hasubrayadolaimportanciadeScratesparalosestoicosalenfatizarqueeltrasfondodelapsicologa estoicadeberaubicarseenlapsicologasocrticamsqueenlaplatnica(vasesu[1993],313-314;317- 318).OtrosestudiosostambinhansealadolasconexionesentreScratesylosestoicos(cf.STRIKER 1994).EllegadosocrticohasidoanalizadoporLONG1999:617-641y,msextensamente,porALESSE 2000: 299-334.Cuando me es posible en la cita de los textos estoicos, remito a VON ARNIM1903-1905 (cito, como es habitual, con la sigla SVF, indicando volumen y nmero de texto), a A.A. LONG, D.N. SEDLEY1987(citoLSseguidodelaseccinynmerodetexto),yak.HLSER1987-1988(citoconla siglaFDSseguidadelnmerodetexto). 2 Cito los textos de Epicteto por la edicin del texto griego de SCHENKL 1965; las traducciones de los pasajescitadostextualmentemepertenecen.VaseEpicteto,Disertaciones(enadelanteDis.),I91(donde atribuyeaScrateslatesisdelcosmopolitismo),I9,12-13(dondeatribuyeaScratesladoctrinadelos indiferentes,i.e.aquellostemsquenosonnibienesnimalesyque,porende,nocontribuyenennada ni a la felicidad ni a la infelicidad del agente.Se tratade una tesis que tiene un antecedentesocrtico- platnico importante; vase Eutidemo 281d; Gorgias 467e6-468a4). En Dis. IV 5, 1-4 Epicteto hace un reconocimientoexplcitodeScratescomomodelomoral(citadoporLONG1996:1-2).Paralapresencia deScratesenlasDis.deEpicteto,vaseLONG1996:2,n.2yLONG2002,cap.3. 83 UnA viDA Sin ExAMEn nO MErEcE SEr viviDA POr EL hOMBrE atestiguado en las fuentes. 3 A pesar de que es un hecho reconocido que la infuencia de Scrates en las escuelas helensticas y especialmente en los estoicos fue mayormente a travs de los cnicos, 4 y aun cuando, a mi juicio, no siempre es claro qu Scrates debera considerarse como modelo de los estoicos si el de Jenofonte o el de Platn, me inclino a creer que en aquellos pasajes en los que puede detectarse una discusin terica ms refnada de la tica estoica el Scrates platnico es el mejor candidato para ser considerado como una infuencia positiva en los estoicos. 5 en los restos fragmentarios del estoicismo antiguo encontramos tres tesis tpicamente socrticas que estn claramente documentadas y argumentadas en varios dilogos platnicos: (i) la virtud es conocimiento (Menn 87c-d; Teeteto 176c), (ii) entre las virtudes hay unidad (Platn, Protgoras, 331e; 359b; 361a-b) lo cual es reformulado por los estoicos en trminos de su implicacin recproca (ovtokoooJio) de las virtudes, y (iii) la virtud y la felicidad son lo mismo. 6 Como he sealado, la presencia socrtica en las Disertaciones de epicteto es sin duda notoria, aunque no es del mismo modo claro qu es lo que reconoce como propiamente socrtico de su propio pensamiento o qu ingredientes incorpor y desarroll en el marco de su teora moral y de su 3 Cf.LONG-SEDLEY1987(LS),vol.I,383;STRIKER1994:241-251;DeFILLIPO-MITSIS,1994:252ss.,vase tambinSCHOFIELD,1984:83-96y,msrecientemente,LONG1999. 4 LONG1999:620;623.Sobrelainfluenciacnicaenlosestoicoscf.lostextosreunidosporGIANNANTONI 1990,vol.II,VA,135-140. 5 Hay, sin embargo, una importante presencia de la tradicin socrtica independientemente de la de Platnenelestoicismo(cf.Cicern,Sobre la naturaleza de los diosesII18;III27;SextoEmprico,Contra Matemticos IX 98; Jenofonte, Recuerdos de Scrates I 4, 5-18, citado y comentado por Long, quien hallamadolaatencinsobreestepasajeensu1996:20-23.Dehechoessteunodelospocostextos quenospermitiranpensarenScratescomoenunpredecesordelatesisestoicadequelosprincipios de la moralidad pueden derivarse de las leyes que gobiernan el mundo natural (cf. Plutarco, Sobre las contradicciones de los estoicos [Contrad.], 1050-b). Para una discusin del texto de Jenofonte recin citado vase DeFILLIPO-MITSIS 1994: 253-255. Sera posible, sin embargo, que Jenofonte, a su vez, haya sido influenciado por Antstenes, como lo muestran los varios pasajes en los que Jenofonte cita tesisdeAntstenes(comoladequelariquezaolapobrezaresidenoenlacasadeuno,sinoensualma; Simposio,IV34=GIANNANTONI1990,vol.II,VA82).Esmuyprobablequelosestoicosnohayantenido el problema de Scrates (LONG 1996: 4-5) y que no hayan distinguido claramente entre los textos histricamentesocrticosylostextosplatnicos(SEDLEY1993:314).Esoseveyaenlosautoresdela antigedadqueconstituyenfuentesimportantesdelestoicismoantiguo:Galeno,alcomentarlaexplicacin de Crisipo de la debilidad del alma del vicioso, atribuye la tesis de que nadie yerra voluntariamente a Platn,noaScrates(Sobre las doctrinas de Hipcrates y Platn[DHP],p.272,36-274,1,ed.DELACY). LamejordiscusindeconjuntodeGalenocomofuentedelapsicologaestoicasiguesiendo,amijuicio, ladeFILLION-LAHILLE1984.SutesisdequePosidonionorechazelmonismopsicolgicodeCrisipoy dequeloquePosidoniohizofueunareelaboracinprogresivadeunamismadoctrina,siemprefielasus principios y firme en sus grandes lneas (1984: 122-123) gan varios adeptos entre los intrpretes (cf. GILL1998;COOPER1999:451-455;467-468). 6 Vase Estobeo, Extractos de fsica y tica (Ext.; cito por el nmero de pgina y lnea de la ed. de WACHSMUTH), II 59, 4-60, 80; 63, 6-10; Galeno, DHP p. 434-436, ed. DE LACY(SVF III 256); Digenes Laercio[DL]VII87.Paraunainterpretacindeconjuntodelasposicionessocrticascf.GMEZ-LOBO 1998yBRICKHOUSE-SMITH2000. Marcelo D. Boeri 84 teora de la accin. en este ensayo me propongo mostrar cmo, a partir de un motivo socrtico (una vida sin examen no es vivible para el ser humano; Platn, Apologa de Scrates 38a5-6), epicteto desarrolla algunos aspectos cruciales de su tica y teora de la accin. 7 en la reinterpretacin que epicteto hace de esta sentencia socrtica la misma es traducida como hacer un uso correcto de las representaciones, lo nico que garantizara evitar tanto el error terico como el prctico, ya que la recomendacin socrtica de no vivir una vida sin examen es, en opinin de epicteto, lo mismo que no aceptar una representacin sin examen. en el contexto de su teora de la accin tal afrmacin signifca no prestar asentimiento a una representacin sin haberla sometido antes a examen (cf. Dis. iii 12, 15, 2-3: ovs:ctootov 0iov un .nv, out. ovs:ctootov oovtooiov un roooocysoJor). 2. La imposibilidad de vivir una vida sin examen y el uso correcto de las representaciones Como he indicado recin, epicteto traduce la sentencia socrtica, segn la cual una vida sin examen no es vivible para un ser humano, como no aceptar una representacin que no haya sido sometida a examen (Dis. iii 12, 15, 2-3), lo cual es lo mismo que hacer un uso correcto de las representaciones. Una vida buena, es decir, una vida humana de buena calidad supone, en opinin de epicteto, el ejercicio de una facultad que, como la capacidad impulsiva (ouvour. oountrkn), repulsiva, .oooountrkn), desiderativa .oosktrkn) o de aversin .ckkrtrkn) es comn a todo ser humano: la facultad que hace uso de las representaciones o impresiones .ouvour. yonotrkn toi. oovtooior., Dis. i 1, 12). Segn epicteto, si uno cuida de esta facultad y pone todo lo de uno mismo en ella, nunca ser impedido (ouocrots koJnon) ni nada se le presentar como un obstculo .ouocrot' curooroJnon), no se lamentar ni censurar, ni tampoco adular a nadie .Dis. i 1, 13). en suma, el uso correcto de la facultad de hacer uso de las representaciones parece garantizar la completa autosufciencia del agente racional y una vida humana de buena calidad. 8 7 El pasaje de la Apologa platnica es parafraseado por Epicteto en Dis. I 26, 18, 1 y III 12, 15, 2 como Scrateshablabadenovivirunavidasinexamen.ConScratesosocrticomerefieroespecialmente al Scrates platnico, cuyas tesis y argumentos pueden ser reconstruidos especialmente a partir de algunos dilogos tempranos de Platn (tales como Protgoras, Gorgias, Menn, Laques, Eutidemo y, talvez,ellibroIdelaRepblica).Paraunadefensadeestepuntodevistaydelaposibilidaddeseguir hablandodeinvestigacionessocrticascf.elrecientelibrodeBRICKHOUSE-SMITH2010(especialmente cap.1). 8 Elusocorrectodenuestrasrepresentacioneses,segnEpicteto,lonicoquedependedenosotros(Dis.I 1, 7-9). Vase tambin II 18, 24-32, donde es claro que pretende enfatizar que no depende del agente laoovtooio,sinoelexamenqueunohagadeella:Esprameunpoco,representacin;permtemever 85 UnA viDA Sin ExAMEn nO MErEcE SEr viviDA POr EL hOMBrE Son abundantes los pasajes en los que epicteto enfatiza el hecho de que, aunque el dios ha dotado de razn a todos los seres humanos, es solamente el flsofo quien se propone hacer un uso adecuado de su racionalidad para descubrir el bien y el mal. en efecto, epicteto sostiene que los humanos hemos recibido de la naturaleza medidas y cnones (uctoo koi kovovo.) para descubrir la verdad; no obstante, solemos hacer exactamente lo contrario de lo que tales medidas y cnones nos indican. 9 esto, en cierto modo, signifca que un agente racional es capaz de hacer elecciones alternativas: la naturaleza o dios nos ha dotado de racionalidad y en parte es nuestra propia responsabilidad desarrollar apropiadamente dicha racionalidad. en efecto, los dioses han dotado a los seres humanos de una cierta porcin de s mismos, esto es, la facultad de elegir o rechazar algo, o ms especfcamente, la posibilidad de elegir o rechazar un curso determinado de accin. esa facultad de elegir es identifcada con la facultad de hacer un uso (correcto) de las representaciones (Dis. i 1, 7-13). Si se no fuere el caso, no sera posible distinguir una representacin verdadera de una falsa y, consecuentemente, tampoco sera posible descubrir la verdad, que, desde el punto de vista de epicteto, signifca conocer la esencia del bien y actuar en conformidad con l. 10 obviamente, no hay ningn pasaje en los textos socrtico-platnicos en los que encontremos desarrollos como los que acabamos de discutir como probables explicaciones de la tesis socrtica, segn la cual una vida sin examen no es digna de ser vivida por un ser humano. Sin embargo, hay al menos un pasaje en el Menn platnico que puede haber servido de inspiracin a epicteto en su tesis de hacer un uso correcto (de las representaciones): Scrates: tomndolas una por una, examinemos cules son las cosas que nos benefcian: mencionamos la salud, la fuerza, la belleza y la riqueza. A stas y a otras cosas semejantes las llamamos benfcas (eocruo), no? Menn: S. Scrates: Pero estas mismas cosas afrmamos que a veces tambin nos daan, discrepas t de esto? Menn: no, as es. Scrates: examina ahora qu es lo que dirige a cada una de ellas cuando nos benefcia y qu es lo que la dirige cuando nos daa. no sucede que cuando la dirige un uso recto (ooJn yonor.) nos benefcia y cuando no, nos daa? quineresydequ[eresrepresentacin].Permitequetesometaaprueba[ookruo.;SCHENKL lee ookruoo];II18,24-25.Elqueescapazdehacerestoesquienseejercitaverdaderamenteenrelacin consusrepresentaciones(II18,27). 9 Cf.Dis.II20,21-22conelcomentariodeIERODIAKONOU2007:59-60. 10 Paraunadiscusinpormenorizadadeesteimportantedetallecf.DRAGONA-MONACHU2007:122-123. En Epicteto la expresin esencia del bien (ouoio tou ooJou) es a veces sinnimo de roooiosor. o, msprecisamente,delmodoenqueseencuentradispuestanuestraroooiosor. .Dis.I29,1).Enocasiones tambinsignificaelusoapropiadodelaspropiasrepresentaciones(I20,15);paraelsignificadoderoooiosor. enEpicteto(avecesarbitrio,enelsentidodeladeterminacinqueposeeelagenteenlaeleccindeun cursodeaccin,otambindelyo)ylasdificultadesdesutraduccincf.LONG2002:28-30. Marcelo D. Boeri 86 [...] La riqueza y las dems cosas de esa ndole, de las que acabamos de decir que a veces son buenas y a veces dainas, no ocurre que tal como la prudencia al dirigir el resto del alma haca benfcas las cosas del alma y la necedad las haca dainas, as tambin si el alma las usa y dirige rectamente las hace benfcas y si lo hace incorrectamente, dainas? (Platn, Menn 87e5-88a5; 88d4- e2; trad. A. GMeZ- LoBo 2004). en el contexto es claro que lo que Platn se propone mostrar es que bienes (condicionales), tales como riqueza o belleza, solamente pueden ser verdaderos bienes si son usados correctamente, es decir, si son usados con criterios racionales correctos bajo los dictados de un alma sabia o prudente (Menn 88e3-4). tambin sugiere que algo similar puede ocurrir con la valenta (o, en realidad, con una supuesta valenta que en rigor no lo es): si la valenta no es prudencia, sino una cierta osada (Joooo.), una persona osada o audaz que acta sin inteligencia (vou.) sufre un dao, no un benefcio (lo mismo puede ocurrir en relacin con una supuesta forma de moderacin desprovista de inteligencia). Ahora bien, dada la identidad (declarada por Scrates en 88d2-3) entre oostn y ooovnor. ni los bienes condicionales ni los estados anmicos ms o menos similares a genuinas excelencias pueden ser verdaderos bienes. en cualquier caso, la explicacin es efectiva para mostrar que, si un tem carece de conocimiento o de un criterio racional que garantice su uso correcto, no califca como un verdadero bien, adems del hecho de que dicho conocimiento es una propiedad del alma. Aunque no hay forma de probar que este pasaje del Menn (o algn otro similar de otro dilogo platnico) es el que efectivamente haya inspirado la tesis epictetea sobre el uso correcto de las representaciones, es relativamente claro que la tesis platnica respecto de la necesidad de contar con un conocimiento para ser capaz de hacer un uso correcto de algo es incorporada sin discusin por epicteto a su modelo explicativo de la accin. Dado que es inevitable que todo individuo haga uso de cada cosa de acuerdo con lo que supone o cree sobre ella (Dis. i 3, 4-6; ii 11, 14-15), pero puesto que el propio juicio no puede ser, ni siempre ni en todos los casos, el criterio, urge explicar cmo las propias creencias que pueden ser falsas y, por ende, no califcan como verdaderos criterios pueden ser el punto de partida de un uso correcto de las representaciones. 11 es habitual en epicteto enfatizar el hecho de que el humano, por el solo hecho de estar dotado de racionalidad y comprensin, es capaz de progresar hasta el punto en que sus representaciones 11 Epictetoponeelejemplodeunlocoque,comocualquierotrapersona,haceloqueleparecebien,pero suparecerobviamentenopuedeseruncriterioconfiabledesuaccin(II11,12). 87 UnA viDA Sin ExAMEn nO MErEcE SEr viviDA POr EL hOMBrE y su asentimiento sean completamente racionales y virtuosos (cf. Dis. i 4, 18-21). Hay un sentido en que ninguna representacin puede ser virtuosa pues, en rigor, no depende del agente; no obstante, epicteto est dispuesto a mostrar que lo que se le representa al agente es la medida de su accin (uctoov roon. roo:s. to oorvousvov), pero esa representacin puede aparecer (o representarse) bien o mal .koe. ooivstor n koke.): si bien, el agente no es culpable, si mal el agente mismo recibe el castigo .Dis. i 28, 10). esta idea, probablemente socrtica en su origen, es que lo decisivo reside en el estado cognitivo del agente y en el tipo de creencias que de tal estado cognitivo se siguen: si el estado epistmico propio de mi alma es conocimiento lo que se me representa como correcto es digno de mi asentimiento porque es efectivamente correcto. Si mi estado cognitivo es ignorancia lo que se me representa como bueno no lo ser y el prestarle asentimiento dar lugar al error prctico. el argumento evoca la tesis socrtica de que para neutralizar el poder de la apariencia e intentar distinguir apropiadamente el bien aparente del bien real el agente debe procurar fortalecer o refnar sus capacidades cognoscitivas y, junto con ellas, sus estados caracterolgicos. 12 Como es obvio, los desarrollos de epicteto sobre el uso correcto de las representaciones no pueden inferirse de una manera particularmente obvia a partir de la sentencia socrtica, segn la cual una vida sin examen no es digna de ser vivida para un ser humano, pero se es el modo en que sin duda entendi dicha sentencia epicteto y, al menos en cierto sentido, su comprensin de la misma parece exhibir varios ingredientes ciertamente socrticos: (i) el conocimiento que es la virtud o excelencia moral no debe entenderse como un conocimiento puramente intelectual que no tenga conexin con la accin. (ii) el examen de las representaciones, por ende, no es solamente relevante para no cometer un error terico, sino fundamentalmente para evitar el error prctico. Como veremos enseguida en el siguiente apartado, epicteto parece estar particularmente preocupado por las representaciones cuyo asentimiento dan lugar a una accin. Dicho de otro modo, parece que el nfasis prctico en la expresin uso correcto de las representaciones es decisivo. Hay claramente un sentido en el que uno siempre podra pensar que con uso (yonor.) 12 Paraesteenfoquesocrticocf.Platn,Protgoras356d3-e2.SetratadeunatesisquetambinAristteles incorporaasuexplicacindelaaccincuandoentica NicomaqueaIII5procuramostrarquesicadauno esresponsabledesupropioestadodelcarcter,tambindebeser,en cierto modo,responsable,decmo algoxseleapareceorepresentacomosiendobueno(1114a31-b3;paraunadiscusindetalladadeeste temaenAristtelesysusconexionesconlosestoicosmepermitoremitiraBOERI2004:131-134).Dicho deotromodo,elfin(quecoincideconelbien)selerepresentaacadaunodeunmodoquecorresponde consupropioestadodelcarcter. Marcelo D. Boeri 88 epicteto slo puede pensar en lo que tal expresin signifca en el dominio prctico: usar las representaciones es tratar con ellas de tal manera que el resultado de dicho trato o uso d lugar a un estado de cosas que compromete la vida prctica: debemos preparar del mejor modo posible lo que depende de nosotros y usar (yonoJor) lo dems tal como es por naturaleza (Dis. i 1, 17). Preparar del mejor modo posible lo que depende de nosotros es preparar de manera ptima nuestra facultad de usar apropiadamente las representaciones (que es lo nico que en rigor depende de nosotros), y usar lo dems tal como es por naturaleza signifca, como el propio epicteto aclara, hacerlo como el dios quiere. esto es, hacer lo apropiado a la propia naturaleza: algunas cosas han sido producidas por dios con un propsito, otras con otro. el dios precisaba de los animales como de criaturas que hicieran uso de sus representaciones, y de los humanos como de quienes fueran capaces de comprender ese uso. en efecto, el uso (yonor.) es una cosa, la comprensin (roookoouJnor.) de dicho uso, en cambio, es otra. es por eso que a los dems animales les basta con comer, beber y llevar a cabo otras funciones que corresponden a su naturaleza. Pero para los humanos, a quienes el dios ha dotado de la facultad de comprender (roookoooJntrkn ouvour.), ese tipo de funciones no es sufciente (cf. Dis. i 6, 13-17). no es, entonces, que los irracionales no hagan uso de las representaciones o incluso de que, hasta cierto punto, hagan un uso correcto de sus representaciones cuando, por ejemplo, distinguen la comida de la bebida. Pero el uso correcto de las representaciones que epicteto est interesado en acentuar es el que presupone un uso comprensivo y prctico de las representaciones, el nico que garantizara alcanzar de manera apropiada el fn humano, que reside en la contemplacin y la comprensin que da lugar al modo de vida que est en armona con la naturaleza (Dis. i 6, 20-21) Como es claro en el pasaje socrtico de Apologa 38a que epicteto entiende en trminos de uso correcto de las representaciones, el examen en que debe consistir una vida humana de buena calidad no es ms que examinar racionalmente lo que se refere a la excelencia o perfeccin humana. el talante prctico de este tipo de nfasis es conservado y ampliado por epicteto con el desarrollo de una teora de la accin que presupone la doctrina estoica del asentimiento. 3. Uso correcto de las representaciones y asentimiento Segn la versin estoica ms o menos ortodoxa, el asentimiento (ookotoJsor.) es un acto mental por el cual el sujeto da su aceptacin al contenido intencional de una representacin, i.e. acepta como verdadero 89 UnA viDA Sin ExAMEn nO MErEcE SEr viviDA POr EL hOMBrE el contenido de la representacin; aunque asentimiento y representacin pueden entenderse como dos acontecimientos diferentes que suceden en la mente, en algunos casos su relacin es muy estrecha. 13 Hay casos en los que el asentimiento a un cierto tipo de representacin da lugar a la accin, i.e. aquellos casos en los que el asentimiento lo es a una representacin motivante o impulsiva (oovtooio oountrkn). 14 en todo caso los estoicos parecen haber distinguido claramente el objeto del asentimiento: las proposiciones (que constituyen el contenido intencional de las representaciones; cf. estobeo, Ext. ii 88, 2-6; SvF iii 171; LS 33i) y tambin parecen haber argumentado que el asentimiento depende del agente. 15 esto ltimo es particularmente enfatizado por Alejandro de Afrodisia (Sobre el destino 178, 17-28), quien hace especial hincapi en el hecho de que el ser humano, a diferencia de los animales, no sigue sus representaciones irrefexivamente, sino que su propia naturaleza lo ha dotado de razn, la cual lo faculta a decidir qu es elegible y que no lo es (como es obvio, se trata en este caso del asentimiento que se presta a una representacin evaluativa pues dicha representacin se le aparece 13 Enmiinterpretacindelapsicologaestoicadelaaccinestoysugiriendoqueasentimientoeimpulsoson eventosdiferentes(paraunalecturadistinta,queidentificaasentimientoeimpulso,cf.BRENNAN2003: 265-268).Elasentimientoesuntipodeactocognitivoqueimplicaelreconocimientodequelaproposicin (que,segnlosestoicos,eslarepresentacin)esverdadera,entantoqueelimpulsoesunmovimiento hacialarealizacindelaaccinqueelagenteconsideraapropiada.Lacuestinesmuycontrovertidaylos textosmuyescasos:unopodrapensarqueasentimientoeimpulsosonunanicatotalidadenlamedida en que el impulso inmediatamente convierte en accin el predicado de la proposicin, y esto ocurre cuandolaproposicinhasidoreconocidacomoverdadera.Paraladiscusindeestaespinosacuestin vase tambin INWOOD 1985: 60-62 y IOPPOLO 1995: 27-28. El escptico Arcesilao (citado por Sexto Emprico, Contra los profesores VII 154) objetaba a los estoicos que, si la representacin es un roJo. quesedaenelalma,elsujetonopuededarasentimientoalarepresentacin,sinoaunaproposicin; estaobjecin,enrealidad,nogeneraningunadificultadalosestoicospuesexpresamenteadmitenqueel asentimientoloesalasproposiciones(cf.Estobeo,Ext.II88,1-6)yquelaoovtooio es unaproposicin (cf.Sexto,Contra los profesoresVII242;306-307;312-313).InclusoMarcoAureliosiguepensandoque unarepresentacinesunaproposicin(cf.V16,dondeunargumentoesunbuenejemplodeoovtooio). CuandolosestoicosargumentanqueunarepresentacinesunroJo.loqueenrealidadestnhaciendo es enfatizar su aspecto fisiolgico; pero las oovtooior estoicas tambin tienen un aspecto intencional, raznporlacualpuedenidentificarseconproposiciones. 14 Estobeo,Ext.II86,17-18(SVFIII169,171,173;LS53Q,33I);sobrelarepresentacinimpulsivacomoel tipoderepresentacincuyoasentimientodalugaraunimpulsoyaunaaccincf.tambinOrgenes,Sobre los principiosIII1,2,11-12:lascosasanimadassemuevenporsmismascuando[enellas]sobrevieneuna representacinqueincitaelimpulso(oovtooio. crvoucvn. oounv rookoooucvn.).Epictetoargumenta queZeuslehaconferidoalserhumanounaporcindesmismo(coekoucv oor ucoo. tr nuctsoov),i.e.,esta facultadquenosloimpulsa[aactuar],sinotambinanoactuar(tnv ouvourv toutnv tnv oountrknv ts koi oooountrknv; Dis.I 1, 12, 2), pero es evidente que esa facultad impulsiva o repulsiva a la accin presuponecomopasopreviounactodeasentimiento(cf.I14,7,3-6;I21,2).Sobrelarecomendacinde Epictetodenoprestarasentimientomsqueaunarepresentacincognitivacf.III8,4,2-5,1(vasetambin III12,14,dondeelasentimientoesentendidocomounaactividadracionalcrticaquenodaporciertauna representacinsinsometerlaaexamen). 15 ClementedeAlejandra,MiscelneasII12,54,5-55,1(SVFII992;FDS365).Cf.tambinEpicteto,Dis.III 7,14-15. Marcelo D. Boeri 90 al agente como algo elegible). La razn, en efecto, somete a prueba las representaciones antes de que el sujeto les preste su asentimiento. 16 en conexin con esta caracterizacin de asentimiento pueden leerse tres importantes pasajes de epicteto, 17 que introducen el interesante problema de que nadie asiente voluntariamente a lo falso, revelando de nuevo un importante ingrediente socrtico-platnico del pensamiento epicteteo: nadie cree que lo que cree es falso (cf. Platn, Teeteto 171b4; 200a3; Sofsta 228c). Siempre que uno presta su asentimiento lo hace porque cree que la proposicin es verdadera; lo que puede ocurrir, como seala epicteto, es que uno crea o le parezca que lo falso es verdadero. es por eso que uno no puede creer que algo le conviene y no elegirlo; el caso de Medea ilustra, segn epicteto, el asunto: Medea cree que es ms conveniente para ella castigar a su marido, no importa que eso presuponga asesinar a sus hijos. Lo que puede suceder es que la creencia que motiva esa eleccin sea falsa, de donde se sigue que tomar por verdadero lo que en realidad es falso. ste es el caso del ruin o inferior (oouo.) estoico; uno podra argumentar de un modo conservadoramente estoico que todo lo que se le presenta a un oouo. estoico es susceptible de su asentimiento como si fuera real (i.e. verdadero), pues es un sujeto cuyo asentimiento es siempre precipitado. 18 Como ya he adelantado, los estoicos sostienen que para que el asentimiento a una representacin d lugar a un impulso y a la accin correspondiente, tal representacin debe ser motivante o impulsiva (oovtooio oountrkn). 19 el asentimiento a una representacin que no es impulsiva (como mi mano tiene cinco dedos) no da lugar a una accin; la idea estoica es que cualquier agente racional, sabio o no sabio, obra sobre la base de una representacin de lo debido; pero para que la representacin motivante o impulsiva sea cognitiva (es decir, verdadera, proveniente de lo que es o lo que es el caso, y que describe una cosa o estado de cosas como exactamente es; DL Vii 45-46; SvF ii 53; LS 40C; FDS 16 UncomentariomsdetalladodeesteimportantepasajedeAlejandropuedeverseenSALLES2005:57- 58. 17 Epicteto,Dis.I28,4(citoytratoendetalleestepasajemsabajo);III7,14-15;III22,42-43. 18 Cf. DL VII 46; Estobeo, Ext. II 112, 5-7 (SVF III 548). El sabio, en cambio, se caracteriza por tener no precipitacin (oroortoio), que se define como conocimiento (crrotnun) de cundo hay que dar asentimiento y de cundo no hay que darlo. Vase las observaciones de GRLER 1977: 85-86 sobre la definicin de no precipitacin como la disposicin de no dar asentimiento antes de tener una cognicin (cf. SVF II 131=Papyrus Herc. 1020). Vase tambin Epicteto, Dis.II 8, 29: Les mostrar el temple del filsofo (vsuoo oroooooo); qu temple? Un deseo alcanzable, una evitacin que no es inevitable, un impulso apropiado, un propsito cuidadoso, un asentimiento no precipitado. Para un anlisispormenorizadodelasentimientoprecipitadoenEpictetovaseSALLES2007:251-255. 19 Cf.Estobeo,Ext.II86,17-87,5;SVFIII169;LS53Q.VasetambinOrgenes,Sobre los principiosIII1,2-3; SVFII988.Cicern,Cuestiones AcadmicasII24-25. 91 UnA viDA Sin ExAMEn nO MErEcE SEr viviDA POr EL hOMBrE 33) debe ser garanta de la verdad (en este caso prctica), ya que si el agente le presta su asentimiento el resultado ser un acto virtuoso. epicteto ofrece una explicacin importante al respecto: la premisa inicial del argumento es que todo error o acto incorrecto (ouootnuo) implica un conficto o contradiccin (uoyn), seguramente entre lo que cree el agente de algo y lo que ese algo efectivamente es el caso. Pero el que est en el error no quiere (ni cree) estarlo, sino que cree que acta correctamente. De donde se sigue la conclusin de que el que est en el error no hace lo que (en realidad) quiere (Dis. ii 26, 1). el argumento tiene un tono fuertemente intelectualista y, una vez ms, recuerda un argumento similar del Scrates platnico. 20 epicteto ensaya un segundo argumento: (i) toda alma racional es por naturaleza contraria al conficto o a la contradiccin; sin embargo, (ii) no hay nada que a un agente le impida llevar a cabo acciones confictivas o contradictorias (to uoyousvo rorsiv), 21 a menos que ignore que las est llevando a cabo. Pero (iii) habiendo advertido (roookoooJnoovto) que est llevando a cabo acciones confictivas, renuncia y evita tal conficto. De donde se sigue (iv) que quien es hbil en la argumentacin (osrvo. cv oe), exhortativo y capaz de refutar es el que le muestra a cada uno el conficto que le est causando su error, i.e. le hace ver que no lleva a cabo lo que en realidad quiere, sino que hace lo que en realidad no quiere. Pero nadie puede salir del error a menos que se le haga evidente que lo que est haciendo no es en realidad lo que le conviene ni lo que quiere (porque nadie quiere lo que es malo para s mismo). Hasta tanto no ocurra esto el agente permanecer frme en su error porque tiene la impresin de que hace lo correcto (kotooJeuoto. oo oovtooiov ou0ovv rorsi outo; Dis. ii 26, 3-5). el argumento es importante para mostrar, una vez ms, que es el asentimiento a una representacin impulsiva de lo debido o correcto la que pone en movimiento al agente como tal; tambin es relevante para mostrar que, hasta que el agente no adquiera un cierto esclarecimiento cognitivo, ser incapaz de prestar su asentimiento a la representacin prctica correcta, sino que seguir prestndolo a la representacin prctica incorrecta, aunque creyendo que lo presta a una representacin correcta. Uno podra preguntarse por qu, aunque se le presente una representacin correcta, el vil estoico no 20 Cf.Platn,Gorgias468b1-e5;494c4-495c2;499e8-9;506c4-507d2. 21 Estas acciones contradictorias o conflictivas probablemente deben entenderse en el sentido de las accionesquevanencontradelosverdaderosinteresesydeseosdelagente,porquetodoserracional dicelapremisasocrticaqueEpictetohacesuyaquiereypersigueloqueesbuenoo,msprecisamente, loquecreequeesbueno.Elproblemaesquepuedeestarequivocadoencreerquealgoquepersigue comounbiensea,efectivamente,unbien. Marcelo D. Boeri 92 asiente a ella; tal vez la respuesta estoica ms razonable sera que uno reconoce tal representacin y asiente a ella si y slo si tiene conocimiento; si tiene opinin no la reconoce en un sentido cabal, pues reconocerla en un sentido cabal es asentir a ella toda vez que se hace presente. Lo que he discutido hasta ahora indica que la nocin estoica de asentimiento (ookotoJsor.) es lo sufcientemente amplia como para desempear un papel signifcativo tanto en la epistemologa como en la tica y la teora de la accin. Como ya he sealado, la accin se sigue del impulso que, a su vez, resulta del asentimiento a la representacin impulsiva. La accin es un movimiento corpreo que presupone algn tipo de intencin por parte del agente; en cuanto movimiento intencional una accin presupone un impulso (ooun) previo y, por lo tanto, algo que lo ponga en movimiento, a saber, una representacin impulsiva. esa representacin es impulsiva de lo apropiado o debido (koJnkov) o, ms precisamente, de lo que el agente cree que es correcto o apropiado. Desde el comienzo de este apartado indiqu la relevancia de la nocin de asentimiento para comprender el signifcado de la prescripcin hacer un uso correcto de las representaciones como una interpretacin del dictum socrtico una vida sin examen no es digna de ser vivida por un ser humano. Pero el pasaje clave de epicteto, donde la nocin de asentimiento desempea, una vez ms, un papel decisivo, es el siguiente: Cul es la causa de asentir a algo? el hecho de que se [nos] representa-parece 22
que es el caso (to ooivsoJor tr urooysr). Por ende, no es posible asentir a lo que se representa-parece que no es el caso. Por qu? Porque sta es la naturaleza de la mente (orovoro): consentir (crrvsusrv) a lo que es verdadero, rechazar (ooooosotsiv) lo que es falso, suspender el juicio (crcysrv) respecto de lo que no es evidente. Cul es la prueba de esto? experimenta (roJs), si puedes, que es de noche; no es posible. no experimentes (ororoJs) que es de da; no es posible. experimenta o no experimentes que el nmero de estrellas es par; no es posible. Por tanto, cuando alguien asiente a lo falso, sbete que no quera asentir a lo falso, pues toda alma est privada de la verdad de modo involuntario (okoooo), como dice Platn; 23 pero le pareci que lo falso era verdadero. Pero vamos, en el caso de las acciones (cri oc tev roo:sv), qu tenemos que sea all de la ndole de lo verdadero o lo falso? Lo debido y lo que es contrario a lo debido (to koJnkov koi rooo to koJnkov), lo conveniente y lo inconveniente, lo que se refere a m y lo que no se refere a m, y todo lo que es semejante a esto. Por consiguiente, no puede una persona creer que algo le conviene pero no elegirlo? no puede, como la que dice: Comprendo (uovJov) que lo que estoy por hacer es malo, pero mi furia (Jouo.) es ms poderosa que mis decisiones (0oosuuoto). 24 Porque esto 22 EnelcontextoesmuyclaroqueooivsoJor ysuscognadostieneundoblevalorfenomnico-cognitivo,de ahmitraduccinrepresenta-parece. 23 SetratadeunaparfrasismsomenoslibredePlatn,Sofista228c. 24 Eurpides,Medeavv.1078-1079. 93 UnA viDA Sin ExAMEn nO MErEcE SEr viviDA POr EL hOMBrE mismo, satisfacer su furia y castigar a su esposo, lo considera ms conveniente que salvar a sus hijos. S, pero se engaa. Mustrale claramente que se engaa y no lo har [ms], pero hasta que no se lo muestres, cmo puede seguir a algo si no es a lo que le parece [ser el caso]? A nada [puede seguir si no le parece que es el caso]. [...] Consiguientemente, cualquiera que recuerde esto con claridad, que la medida de toda accin es lo que a una persona le (a)parece ser el caso (to oorvousvov) por lo dems, el (a)parece es correcto o incorrecto; si correcto, es irreprochable, si incorrecto, l mismo es castigado pues no puede ser uno el equivocado y otro el perjudicado no se encolerizar con nadie, no se irritar con nadie, no se enojar con nadie, no censurar a nadie, no odiar a nadie, no se pondr en guardia con nadie; de manera que los hechos que son tan grandes y terribles tienen este principio, lo que (a)parece (representa: to oorvousvov)? se y no otro: la ilada no es otra cosa que una representacin (oovtooio) y un uso de las representaciones (yonor. oovtoorev) (epicteto, Dis. i 28, 1, 1-12, 2; con omisiones). el argumento puede articularse en los siguientes pasos: (i) el estado de creencia del agente es la causa (oitrov) del acto de asentimiento (ookototiJsoJor), ya que nadie asiente a lo que cree que es falso. La propia naturaleza de la mente (orovoro) es consentir a lo que es verdadero, rechazar lo que es falso y suspender el juicio respecto de lo que es no evidente u opaco desde el punto de vista cognitivo; pero un acto mental lgicamente anterior a consentir, rechazar y suspender el juicio es el creer, i.e. el estado de creencia en que se encuentra la persona que establece qu es verdadero, qu falso y qu no evidente (i.e. qu es no evidentemente verdadero o falso). De aqu se sigue (ii) que quien asiente a lo falso, en realidad, no quera asentir a lo falso (aqu puede leerse, una vez ms, un ingrediente intelectualista socrtico en el argumento de epicteto). ese error (terico pero que, como se ve en el texto, epicteto hace extensivo al dominio prctico) se debe a que la creencia y, en general, el estado mental involucrado en el proceso de discernimiento de lo verdadero, lo falso y lo indeterminado o no evidente (oono) era falsa. en el siguiente paso (iii) epicteto pasa explcitamente al nivel prctico de consideracin, y se pregunta qu es lo verdadero y lo falso en el dominio de la accin (Dis. i 28, 5, 1-2:); la respuesta es que lo verdadero (en el sentido de verdad prctica, ya que se trata de lo verdadero en el dominio de la praxis) no puede ser otra cosa que lo debido (to koJnkov), y lo falso lo que es contrario a lo debido (rooo to koJnkov), lo conveniente y lo no conveniente, etc.; como es habitual en el estoicismo, este tipo de casos se ejemplifca con Medea, un modelo psicolgico oscilante tpico que, caractersticamente, se encuentra en un estado de autoengao. 25 Para sacar a Medea del autoengao 25 MedeayaeraunejemplofavoritodelestoicoCrisipoparailustrarunestadodefalsacreenciaoengao,en elqueelagentesemuestravacilante,cambiadeopininpermanentemente,oscilaentretomarladecisin Marcelo D. Boeri 94 hay que mostrarle que est en el engao y eso, presumiblemente, solamente puede lograrse mediante un procedimiento de esclarecimiento cognitivo, de manera que un agente de estas caractersticas d cada vez con menor frecuencia asentimiento a las representaciones no cognitivas. en este paso del argumento queda claro tambin el papel relevante de lo debido en la determinacin de lo que es correcto (i.e. verdadero) en el dominio prctico, una idea que sin duda se remonta al estoicismo antiguo, tal como es reportada por estobeo. 26
Sugiero que en este pasaje de estobeo y en el de epicteto recin citado in extenso la expresin to koJnkov no est usada en el sentido tcnico estoico estricto de acto debido (es decir,lo que una vez realizado, comporta una justifcacin razonable, un acto que la razn elige llevar a cabo, tal como honrar a los padres, a los hermanos, a la patria, compartir la vida con los amigos, actos que no tienen un carcter necesariamente moral), sino de acto debido perfecto, que se identifca con el acto correcto (kotooJuo), es decir, las actividades segn virtud, como el actuar con prudencia y con justicia. 27 Lo debido debe ser entonces una representacin impulsiva, cuyo contenido coincide con un acto debido perfecto o un acto correcto, es decir, un acto debido cuyo contenido es un acto virtuoso. Pero el paso ms importante del argumento es el que (iv), retomando la afrmacin inicial del pasaje, sostiene que la medida (uctoov) de toda accin es lo que al agente le (a)parece ser el caso. 28 Pero tal (a)parecer puede ser correcto o incorrecto y, sugiero, la correccin o incorreccin del (a)parecer o, ms precisamente, el asentimiento o no asentimiento a un (a)parecer correcto o incorrecto depende del estado cognitivo del agente. eso explica la introduccin que, hacia el fnal del pasaje, hace epicteto del uso de las representaciones. correctaoincorrectapero,finalmente,siempretomalaincorrecta(Cf.Eurpides,Medea,v.1078,citado porCrisipo,comonosinformaGalenoenDHPIII3,188,27-28;IV6,270,10-24;272,9-274,26).Segnla explicacinestoica,Medeadebehaberprestadosuasentimientoaunaproposicincuyocontenidopodra habersidolocorrectooapropiadoesvengarmedemimarido.Aldarsuasentimientoaestaproposicin (comofinalmentehace)escapazdedarsecuentadelasconsecuenciasquesuaccinimplicaporque, enalgunamedida,esconscientedelhechodequeestapuntodehaceralgomalo:matarasuspropios hijos (Eurpides, Medea, vv. 1078-1080). Esto concuerda perfectamente con la explicacin estoica de que todas las pasiones o afectos son violentos, porque los que se encuentran en estados pasionales, emocionales o afectivos (roJn), aunque con frecuencia ven o advierten que no deberan hacer algo, sentir,oserafectadosporalgo(dolorotemor,porejemplo),alserarrastradosporlaviolenciadetales estadosafectivos,sonconducidosahacerloosentirlodetodosmodos(Estobeo,Ext.II89,6-9-90,2-6y miscomentariosenBOERI2005:404-405). 26 Ext.II86,17-18(=SVFIII169). 27 Estobeo,Ext.II85,13-86,4;86,10-16(SVFIII494;cf.LS59B);DLVII108(SVFIII495;LS59E);Estobeo, Ext.II96,18-97,14(SVFIII501;LS59M). 28 Dis. I 28, 10, 1-2: ovJoere uctoov roon. roo:s. to oorvousvov. Como en los casos anteriores, la grafa(a)pareceintentaapresareldoblecarcterdelasexpresionesgriegasto oorvousvov yooivstor: fenomnico(aparece)ycognitivo(parece). 95 UnA viDA Sin ExAMEn nO MErEcE SEr viviDA POr EL hOMBrE 4. Uso correcto de las representaciones y criterio de verdad prctica epicteto parece particularmente interesado en acentuar el carcter innato del bien, a punto tal que cuando se da una representacin clara del bien (ooJou oovtooiov cvoon) el agente no puede ms que prestar su asentimiento, lo que en el lenguaje estoico tcnico signifca asentir a la proposicin que expresa el contenido intencional de la representacin clara del bien que, como tal, debera ser una representacin cognitiva (Dis. iii 3, 1-4). Pero epicteto tambin puede estar enfatizando la disposicin natural que tienen los agentes racionales hacia el bien, y ello en el sentido de que las personas nicamente sern plenamente racionales cuando en el dominio terico reconozcan el bien como tal y en el prctico obren segn el bien. este enfoque introduce el espinoso tema del innatismo estoico y en particular de la existencia de preconceptos (roonosr.). 29 epicteto est dispuesto a defender la tesis de que los preconceptos son comunes a todos los seres humanos y que, aun cuando lleguemos a la vida careciendo de conceptos tericos (como el de tringulo rectngulo), no podemos llegar a la vida sin un concepto implantado (cuooto. cvvoro) de bueno o malo, honroso o vergonzoso, conveniente o inconveniente, etc. Su argumento para justifcar esta afrmacin no es quiz del todo convincente, 30 aunque tal vez ayuda a comprender la radicalidad que en su opinin tiene el talante prctico 29 LaevidenciatextualmsrelevantesobreeltemaseencuentraenPlutarco(Sobre las nociones communes [Noc.]1070C-D,dondeatribuyeaCrisipoquenocionesevaluativascomobueno,malo,loqueesobjeto de eleccin o de evitacin tienen un origen connatural ouuooto. cvsor. y derivan de principios que estnennosotros.VasetambinPlutarcoContrad.1042A,dondeseargumentaqueladiscusinsobrelos bienesylosmaleseslamscoherenteconelmododevidaylaqueespecialmenteestencontactoconlos preconceptosimplantados:cuootor roonosr.)yenEpicteto(Dis.I22,1;II11,1-7).Evidenciaadicionalal respectoseencuentratambinenAlejandrodeAfrodisia,Sobre la mezcla 217,2-4,ed.Bruns.Loqueparece claroesquetantoCrisipocomoEpictetoparecenrespaldarunciertoinnatismorespectodelosconceptos prcticosoevaluativos,norespectodelostericos. 30 SegnEpicteto,somosinstruidosmedianteunmtodotcnico(ck trvo. tsyvrkn. rooonos.)eneluso deconceptostericoscomotringulorectnguloosemitono;enefecto,nadiedesdeelcomienzode suvidahaceusodeellos(yporesolosquenolosconocentampococreenconocerlos).Peronohay nadieque,inclusoinadvertidamente,notengaunconceptoinnato(ouk cyv cuootov cvvorov cnoJsv) decosastalescomobuenoomalo,porquetodosusamostalesnombreseintentamosaplicarlosalos casosparticulares,comocuandounodicelohizobien,demaneradebidaoindebida;fuedesafortunadoo afortunado;esjustooinjusto.Usamosesosnombrescomosiestuviramosinstruidosporlanaturaleza (uro tn. ouos. eorso osorooucvoo.); cf. Dis. II 11, 1-7.En su monografa pionera sobre Epicteto y el estoicismo antiguo BONHFFER intent argumentar que las roonosr. estoicas no dependen de la experienciasensible,yaquedichospreconceptosserestringenalosconceptosevaluativos(cf.su1890: 200-203.BONHFFER estpensandoenDis.I18,6,donde Epictetoargumentaquelavistaescapaz dediscernirorokortrknpropiedadessensiblescomoblancoonegro,peroeseljuicioveunel quediscierneloqueesbuenoomalo(i.e.propiedadesevaluativas;paraladiscusindeestospasajescf. BONHFFER1890:193-195).SANDBACHpresentalgunasobjecionesimportantesalaidentificacinde BONHFFERentreconceptoypreconcepto(cf.su1971:22-23;35,n.12).Unadiscusinactualizada delinnatismoestoicoseencuentraenSCOTT1995:201-207. Marcelo D. Boeri 96 del uso correcto de las representaciones.Una persona es noble y buena, piensa epicteto, por el hecho de hacer uso de sus representaciones tal y como lo indica la naturaleza, pues toda alma por naturaleza asiente a lo verdadero, rechaza lo falso y suspende el juicio respecto de aquello que no es evidente (Dis.iii 3, 1-2 et passim). Si esto es as, el agente se encamina desiderativamente hacia el bien, evita el mal y no hace ninguna de las dos cosas respecto de lo que no es bueno ni malo. Pero para que esta explicacin funcione adecuadamente hay que dar por sentado que el agente sabe realmente qu es lo que racionalmente le conviene y cul es el verdadero objeto de su inters, como vimos antes al comentar el socrtico pasaje de Dis. ii 26, 1. Como es obvio, la cuestin del asentimiento y del estado cognitivo del agente resulta crucial para explicar de qu modo una persona es capaz de distinguir un bien real de uno aparente. en sus discusiones con los Acadmicos los estoicos Crisipo y Antpatro parecen haber defendido la tesis de que no hay accin ni impulso sin asentimiento .oookotoJct.), y que los que sostienen que, cuando una apariencia o representacin apropiada (oiksio oovtooio) se hace presente, el impulso inmediatamente sobreviene sin ningn consentimiento o asentimiento (suJu. oouov un s:ovto. uno ookotoJsucvoo.) dicen tonteras. 31 As, lo que Plutarco est observando es que para los estoicos, despus de todo, la mera presencia de la representacin apropiada activa el impulso directamente sin que se requiera un asentimiento previo. Para escapar a la contradiccin que Plutarco atribuye a Crisipo este pasaje podra interpretarse como si signifcara que dar asentimiento a una proposicin que describe una representacin impulsiva del tipo debo hacer F es lo mismo que llevar a cabo un impulso de hacer F. Hay, sin embargo, un problema de orden sistemtico que debe ser enfatizado: lo apropiado o debido (koJnkov) debe ser diferente en el sabio y en el ruin en la medida en que los estndares que tienen para decidir qu apariencias o representaciones son realmente apropiadas son diferentes, y sus evaluaciones de lo que es bueno o malo pueden discrepar. tanto el sabio como el ruin reciben representaciones cognitivas y no cognitivas, pero cuando el sabio recibe estas ltimas advierte que la proposicin que describe el contenido de la representacin no es verdadero y no asiente a ella. esto muestra que la representacin impulsiva slo es condicin necesaria de la accin, no sufciente, porque sin asentimiento 31 Plutarco, Contrad. 1057A (SVF III 177; LS 53S). Lo que sigue en el pasaje de Plutarco es parte de su disputaconlosestoicos:PlutarcointentamostrarqueCrisiposecontradicealdecirquenohayaccinni impulsosinasentimientoyalsugerirmstarde(cf.1057A-B)quenoserequiereningnasentimientoo consentimiento,sinoslounaaccineimpulsohacialoqueaparece. 97 UnA viDA Sin ExAMEn nO MErEcE SEr viviDA POr EL hOMBrE no hay accin y el asentimiento depende del agente. Uno tal vez debera preguntarse si puede ocurrir que el ruin se encuentre frente a lo que es propia o realmente bueno y no lo reconozca como tal. Galeno informa una teora de Crisipo que parece bastante cercana al enfoque de epicteto: segn Crisipo, si un agente considera que lo placentero es bueno y lo doloroso malo, y si sigue su creencia y elige lo primero y evita lo segundo, es ignorante de la esencia del bien (ouoJn. cotrv ouoio. ooJou) y, por eso, es intemperante. en todas nuestras acciones, entonces, elegimos lo que parece ser bueno y evitamos lo que parece ser malo, y por naturaleza poseemos esas tendencias hacia cada una de esas cosas. Pero para hacer correctamente nuestras elecciones y evitaciones necesitamos de la flosofa, cuya funcin es ensearnos qu es lo verdaderamente bueno y malo (to kot' onJsrov ooJov ts koi kokov). en su funcin teraputica la flosofa se convierte en el medio por el cual podramos distinguir el bien aparente del bien real (Galeno, DhP Vii 2, 436, 23-29; SvF iii 256). epicteto ofrece un interesante argumento adicional que ayuda a examinar las diferentes actitudes que los agentes virtuosos y viciosos tienen frente a una apariencia o representacin apropiada. Las personas argumenta epicteto toman en serio aquellas cosas que aman de modo apropiado. Solamente toman en serio los bienes; en cambio, no toman en serio ni los males ni lo que no les concierne. As, pues, si toman en serio los bienes, tambin los aman. Por lo tanto, cualquiera que conozca lo que es el bien debe amarlo. Por el contrario, quien es incapaz de discriminar lo que es bueno de lo que es malo (y lo que no es ni bueno ni malo) no puede amar. Consecuentemente, amar es nicamente propio del prudente o del sabio (ooovruo.; Dis. ii 22, 1-3). La razn por la que el ruin no puede distinguir entre el bien y el mal es que, al no hacer un uso correcto de sus sentidos y al no discriminar correctamente sus representaciones, es perturbado y dominado (tooottn koi ntteorv) por sus representaciones (o apariencias) y por su persuasividad. el efecto inmediato es que cree, primero, que x es bueno, luego, que ese mismo x es malo, ms tarde que no es ni malo ni bueno. en trminos socrticos, este agente est siendo dominado por el poder de la apariencia, que lo hace cambiar de opinin acerca de lo mismo, remueve su tranquilidad y fomenta su inestabilidad de carcter y falta de decisin (Dis. ii 22, 5-7; ii 22, 25; esta descripcin de epicteto del agente vicioso evoca la del Scrates platnico del Protgoras 356d1-e2). Por el contrario, la persona que tiene sus capacidades cognitivas correctamente entrenadas tambin tendr su carcter bien dispuesto, y advertir que el bien del hombre es su roooiosor. bien dispuesta (Dis. i 8, 16; i 29, 1). La tesis que yace detrs de esta explicacin es que uno tendr una vida prctica de buena Marcelo D. Boeri 98 calidad si y slo si hace un uso correcto de sus representaciones o apariencias, 32
que es lo nico que, en sentido estricto, depende del agente. Los seres humanos no podemos eliminar las apariencias o representaciones de nuestras vidas; lo que s podemos hacer es examinarlas, de manera de rechazar aquellas que no pasen el examen de la razn. epicteto sostiene que la naturaleza nos ha dotado de razn para hacer un uso correcto de las representaciones, y hacer un uso correcto de las representaciones no es otra cosa que someterlas a prueba, distinguirlas y no asentir a ninguna que no haya sido sometida a prueba (Dis. i 20, 5-8). nada indica que uno debe ser necesariamente bueno o malo; por el contrario, el propio estado del carcter (o roooiosor., que exhibe lo que los humanos son como agentes que se defnen propiamente en trminos de sus propios actos volitivos) depende de cada persona. 33 el lugar que las cosas externas (to ckto.) tienen para epicteto muestra el modo en el que la propia roooiosor. debera funcionar para alcanzar el bien real y, por ende, para tener una vida de buena calidad. Las cosas externas son los materiales (uor) de nuestra eleccin: dependiendo del modo en que la propia eleccin se comporte el agente alcanzar su propio bien o su propio mal. Pero el nico modo a travs del que la eleccin alcanzar el propio bien es no teniendo una especial consideracin por dichos materiales: si las propias creencias (oouoto) respecto de esos materiales son correctas, harn nuestra eleccin buena, si son perversas y distorsionadas, la harn mala (Dis. i 29, 2-4). Adems, epicteto argumenta que la tarea de un agente racional que est haciendo algn progreso en su vida moral radica en tres factores: (i) en el deseo y el rechazo (ooc:sr koi ckkiosr), para que sea infalible en el primero y no d tropiezos en el segundo, (ii) en los impulsos y repulsiones (cv oouoi. koi oooouoi.), para no caer en el error, y (iii) en el asentimiento y la suspensin del juicio (cv roooJcosr koi croyn) para no ser engaado (Dis. i 4, 10-12). De estos requerimientos, el ms importante y urgente, observa epicteto, es el primero, pues las pasiones surgen cuando se frustra el deseo o cuando el agente cae en lo que rechaza (Dis. iii 2, 3; de hecho, el origen de una emocin se explica por el hecho de que uno quiere que algo suceda y que tal hecho no resulte tal como uno quiere; i 27, 10-11). Sin duda, deberamos suponer que los otros dos requisitos tambin contribuyen de un modo importante a que no surjan los 32 VaseDis.I 1, 7; I 1, 12; I 6, 13; I 20, 5.Incluso la determinacin de la esencia del bien depende en ciertomododelusodelasaparienciasorepresentaciones(cf.Dis.II1,4;II8,7-8).Sobreelusodelas representacionesenEpictetocf.lapormenorizadadiscusindeLONG1996:275-281y,msrecientemente, 2002:85,y214-217. 33 Cf.LONG2002:28-29;218-220. 99 UnA viDA Sin ExAMEn nO MErEcE SEr viviDA POr EL hOMBrE estados emocionales, pues la evaluacin correcta del impulso y la repulsin que deberan traducirse en un impulso a actuar o no actuar en una direccin determinada y, en conexin con esto, la evaluacin del asentimiento y la suspensin del juicio (que evita que seamos engaados por lo que no es claro) suministran al agente los recursos apropiados para tener creencias basadas en conocimientos, i.e. creencias frmes, confables y constantes. 5. Eplogo: Epicteto, el socrtico? Queda todava una ltima pregunta: si el ruin estoico es, como el perverso socrtico, ignorante, qu puede hacer para ser consciente de su propio estado de ignorancia? Segn epicteto, una tarea peculiar del bueno es tratar con sus apariencias o representaciones del modo apropiado, i.e. de acuerdo con la naturaleza (Dis. iii 3, 1), lo cual debe signifcar haciendo un uso correcto de tales representaciones luego de someterlas a un preciso anlisis racional. Pero para hacer eso uno ya tiene que ser sabio en sentido estoico; si no es as, habr que presuponer que la propia evaluacin de la representacin puede ser defciente. epicteto hace notar que tal como est en la naturaleza de toda alma asentir (crrvsusrv) a lo que es verdadero, rechazar (ovovsusrv) lo que es falso, y suspender el juicio (croyn) respecto de lo que no es evidente, as tambin el alma del agente debe ser desiderativamente puesta en movimiento hacia el bien (roo. ucv to ooJov oosktrke. krvsioJor), debe rechazar el mal y lo que no es ni malo ni bueno. epicteto tambin cree que cuando el bien se representa o aparece al agente, inmediatamente activa su alma hacia l, en tanto que cuando lo que aparece es el mal el alma se aparta de l: la propia alma nunca rechazar una representacin clara del bien (ooJou oovtooio cvoon.; Dis. iii 3, 2-4). Sin embargo, uno podra preguntar: el alma de quin? Si epicteto quiere decir el alma del sabio, no hay ninguna difcultad, pero si cree que esto es as con respecto a cualquier alma (incluyendo la del ruin, claro est), el asunto parece problemtico. Sin duda, es necesario tener las propias creencias acompaadas de conocimiento para no rechazar una representacin clara del bien. Como ya he sealado, tal vez epicteto slo est subrayando la disposicin natural que los seres racionales tienen hacia lo que es bueno en la medida en que, en su opinin, todo el mundo nace dotado de una concepcin innata de lo que es bueno y malo (Dis. ii 11, 3-4), y esto es de tal manera que los agentes sern realmente racionales cuando reconozcan lo que es bueno en el nivel terico y acten correctamente en el nivel prctico. Lo que parece ser ms o menos claro es que hay una relacin esencial entre el bien como objeto de impulso y el bien como objeto de conocimiento. Pero Marcelo D. Boeri 100 la apariencia o representacin del bien real es la nica que es capaz de poner en movimiento el impulso correcto, un impulso que se traduce en una accin virtuosa. Parece al menos extrao tener alguna razn para sospechar que de la (aparentemente) inocente afrmacin una vida sin examen no es digna de ser vivida para el ser humano (Platn, Apologa 38a) pueda seguirse toda la parafernalia que, segn epicteto, signifca la sentencia socrtica. Sin embargo, si lo que he sugerido en este ensayo es al menos plausible, uno tendra que hacer un esfuerzo ms amplio y tratar de entender que en los s. i-ii d.C. Scrates segua vivo, ya que sus ideas seguan siendo discutidas o, ms an, reinterpretadas con trasfondos que, aunque a Scrates no podan siquiera habrsele ocurrido, eran exigidos por los contextos sistemticos estoicos de los que parte epicteto. A la pregunta de si epicteto puede considerarse como un socrtico respondo que s, aunque ser un socrtico no puede entenderse en el sentido de alguien que suscribe a todo lo que, supuestamente, dice Scrates (i.e. el Scrates de los dilogos de Platn), sino ms bien en el sentido de un flsofo que elabora y reinterpreta lo que comprende y cree que debi ser el pensamiento de Scrates, de modo que dicho pensamiento pueda ser funcional a su propia flosofa. Referencias bibliogrfcas ALeSSe, F. 2000. La stoa e la tradizione socratica, napoli: Bibliopolis. ArniM, i. von, (ed.) 1903-1905. Stoicorumveterum Fragmenta, Leipzig: teubner(4 vols.; citado SvF). Boeri, M.D. 2004. Socrates, Aristotle, and the Stoics on the apparent and real good, en J. J. Cleary, G. Gurtler (eds.) Proceedings of the Boston Area colloquium in Ancient Philosophy, vol. XX , Leiden: Brill, 109-141. Boeri, M.D. 2005.the Presence of Socrates and Aristotle in the Stoic Account of akrasia, en r. Salles (ed.) 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La Discusión Aristotélica Sobre Los Modos de Vida. El Contraste Entre El Bíos Theoretikós en Ética A Nicómaco X 7-8 y El Bíos Praktikós en Política VII 3