Los Pecados Secretos Spurgeon

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Sermn #673

El Plpito del Tabernculo Metropolitano

Los Pecados Secretos Echados Fuera por Avispas Exterminadoras


NO. 673
SERMN PREDICADO LA MAANA DEL DOMINGO 28 DE ENERO DE 1866, POR CHARLES HADDON SPURGEON, EN EL TABERNCULO METROPOLITANO, NEWINGTON, LONDRES.
Tambin enviar Jehov tu Dios avispas sobre ellos, hasta que perezcan los que quedaren y los que se hubieren escondido de delante de ti. Deuteronomio 7:20.

Podemos ver la historia de la conquista de Canan llevada a cabo por los hijos de Israel, desde un punto de vista espiritual. La tierra de Canan le fue dada a Abraham y a su simiente en un pacto de sal. Nuestro cuerpo, alma y espritu son entregados a Cristo Jess como Su porcin y Su herencia, y el principio recin nacido en nosotros representado por la simiente de Israel, ha de conquistar la totalidad de nuestro ser para Cristo, para que l la posea incluyendo todos sus poderes y pasiones, todas sus partes y facultades. Cuando nuestro Seor Jesucristo muri, no slo muri por nuestras almas, sino tambin por nuestros cuerpos, y no compr un derecho sobre una parte de nosotros, sino sobre el hombre entero. l contempl en Su pasin nuestra completa santificacin: espritu, alma y cuerpo, para que en este triple reino l reine supremamente sin ningn rival. La tarea de la naturaleza recin nacida que Dios ha dado al hombre regenerado, es hacer valer los derechos del Seor Jesucristo. Alma ma, en tanto que eres hija de Dios, has de vencer a todo el resto que permanece todava en ti sin la bendicin; has de sojuzgar todos tus poderes y pasiones bajo el cetro de plata del reino de gracia de Jess, y no debes estar satisfecha nunca hasta que quien es el Rey por haberla comprado, se convierta tambin en el Rey por la insigne coronacin, y reine supremo en ti. Aunque Israel posea a Canan por derecho, los heveos y los jebuseos y siete poderosas naciones mantenan la posesin, y, ay!, somos llevados a sentir dolorosamente que, aunque Cristo tiene todo el derecho sobre nosotros, y l nicamente ha de reinar en nuestros cuerpos mortales, sin embargo, el pecado tiene una morada en nosotros. Esos viejos pecados que nacieron con nosotros, y que parece que nunca morirn hasta que nosotros mismos seamos envueltos en nuestra mortaja, han entrado en nosotros y morarn en nosotros. Yo podra decir acerca de nuestra naturaleza lo que se dijo en Egipto durante la plaga de las ranas: He aqu estas inmundas criaturas han llegado a nuestros aposentos, y nuestras artesas; no hay ninguna parte de nuestro corazn que sea demasiado ardiente o demasiado sagrado paVolumen 12 www.spurgeon.com.mx 1

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ra que el pecado no se entrometa all. Toda la cabeza est enferma, y todo el corazn est apocado: desde la planta del pie hasta la cabeza, naturalmente, no hay nada sino heridas y raspones y llagas putrefactas. El pecado se ha atrincherado en nuestra naturaleza, y no permitir ser echado fuera por nuestra simple pltica sobre l ni por nuestras mejores resoluciones. Nuestros pecados tienen carros de hierro, como bien sabemos los que tenemos que contender contra ellos, y sus ciudades tienen murallas que llegan hasta el cielo; su sistema de trincheras es muy slido. Nuestros pecados se han afianzado de tal manera en nuestra carne, que clama: no los maten. Ciertamente ya pas la amargura de la muerte, dijo Agag, cuando se present alegremente delante de Samuel. Y as, nuestros pecados vienen tan alegremente ante nosotros, y asumen formas tan agradables y son tan simpticos, que algo nos susurra: djalos que vivan; es difcil eliminarlos: es muy difcil cortarlos y no dejar ni una raz ni una rama, pues mantienen la posesin y la nueva naturaleza es tan solo un beb; pero la vieja naturaleza es el viejo hombre, y es una lucha muy desigual entre un beb y un hombre viejo. La nueva naturaleza acaba de emerger a una atmsfera que no es propicia para ella, en tanto que la vieja naturaleza tiene todo lo que necesita como ayuda; el diablo, desde abajo, el mundo, desde afuera, e incluso los cuidados de los negocios y de la vida, todos parecen actuar como aliados de la vieja naturaleza: mientras tanto, la nueva naturaleza tiene que luchar sola, excepto que el Espritu Eterno es nuestro ayudador, y Aquel que es el Padre de nuestra nueva naturaleza es tambin su apoyo y su socorro; de lo contrario habra muerto desde hace tiempo, y habra sido eliminada por las huestes de sus enemigos. Cristo y la santidad tienen un derecho sobre nosotros, pero el pecado mantiene la posesin. Entonces qu pasa, amados? Pues sucede esto: ya que el pecado no tiene derecho alguno sobre ninguna parte de nosotros, emprendemos una guerra buena y legal cuando buscamos, en el nombre de Dios, echarlo fuera. Oh, cuerpo mo, t eres un miembro de Cristo; acaso he de tomarte y sujetarte al Prncipe de las Tinieblas? Oh alma ma, Cristo sufri por mis pecados y te redimi con Su sangre sumamente preciosa; acaso he de permitir que tu memoria se convierta en una bodega de maldad, o que tus pasiones se conviertan en tizones de la iniquidad? He de entregar mi juicio para que sea pervertido por el error, o mi voluntad para que sea conducida con los grilletes de la iniquidad? No, alma ma, t le perteneces a Cristo y el pecado no tiene ningn derecho sobre ti. El pecado no tendr dominio sobre nosotros, pues no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia. Cristo nos ha comprado, y pag por nosotros. Dios nos ha heredado para que seamos de Cristo; le pertenecemos; nosotros somos Su porcin y Su recompensa. Entonces, el pecado no tiene ningn derecho legal, pero tiene la posesin, y ustedes saben que eso equivale a nueve puntos de la ley. Pero vamos a disputar los nueve puntos: vamos a presentar el punto ms importante: que Dios, el Juez de todo, ha decidi2 www.spurgeon.com.mx Volumen 12

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do que los comprados con sangre le pertenecen a Cristo, y lucharemos incluso hasta la muerte en contra de estos pecados. Si leemos este captulo en un sentido espiritual, se nos instruye que no hemos de tolerar de ninguna manera ningn tipo o suerte de tregua con el pecado. Yo creo que muchos creyentes, espero que sean creyentes han renunciado a combatir una parte de sus pecados. No son borrachos, no son rateros; no son dados a la inmundicia de vida o de lenguaje; pero, tal vez, el suyo sea un temperamento irascible, y no tratan de dominarlo. Piensan que eso es constitucional, y suplican por esa condicin como si debieran dejarla tranquila. Esta tribu especial estos jebusitas han de ser perdonados, segn su palabrera pecaminosa. Pero, oh, amados, como cristiano, no tengo ms derecho a permitir que el mal carcter more en m, del derecho que tengo de permitir que el propio demonio more all. Yo s que se ha dicho, muy a menudo, que la gracia es injertada frecuentemente en una rama de manzano silvestre. As es; pero, en la labranza espiritual, el injerto tendr una influencia sobre todo lo que est debajo de l as como sobre todo lo que est encima. Cul es su fruto? Es un manzano silvestre? El fruto no viene del manzano silvestre, sino de la naturaleza superior; y aunque yo sea injertado en un manzano silvestre, mi fruto debe participar de la nueva naturaleza y debo producir un dulce fruto. Algunas personas piensan o tal vez no lo sepan que son atormentados naturalmente por el orgullo, que tienen naturalmente un espritu altivo, o un temperamento arrogante, y cuando se les informa de eso, se vuelven speros para con cualquier persona que se atreva a mencionarlo, y piensan que eso no es pecado. Pero, oh amados, en un cristiano la soberbia es uno de los vicios ms abominables. Qu podra haber en ustedes y en m de lo que debiramos estar orgullosos? Si debemos todo lo que tenemos al don de Dios, si no tenemos nada excepto lo que l nos da, y si retornaramos a nuestra propia pobreza a menos que Dios nos guarde, cmo nos atrevemos a alzar nuestras cabezas? Dios hiri a Nabucodonosor, y le hizo ir y comer hierba como el buey, y sus cabellos crecieron como plumas de guila, y sus uas semejaban garras de aves de rapia, todo por causa de su orgullo; y a algunos de los amados hijos de Dios se les ha permitido tener terribles cadas por ello, y todo debido a que fueron levantados a lo alto y dijeron: No ser movido jams, mi monte est firme. Hemos de cuidarnos de estos pecados, y no hacer una tregua ni conferenciar con ellos. No he de decir de ningn pecado: no puedo evitarlo, por tanto, no voy a contender con l. Amados, hay que derrotar a los pecados! Hay que combatirlos! En el nombre de Dios, hemos de destruirlos, pues de lo contrario ellos nos destruirn. Podra decir de nuestros pecados lo que un oficial escocs les dijo a sus soldados cuando fue sorprendido en una posicin desventajosa. Dijo l: mis muchachos, all est el enemigo! Mtenlos o ellos los matarn a ustedes; y yo he decir lo mismo de todos los pecados. All estn! Destryanlos, o ellos los destruirn a ustedes. La nica forma de
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entrar a la vida eterna es siendo ms que vencedores por medio de l, que nos ha amado. Ustedes saben que est escrito: Al que venciere, dar a comer del man escondido, pero slo a los que vencieren. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Y as como no hemos de excusar algunos pecados ni permitirles que vivan, as tambin, sobre todo, no hemos de caer en un estado de desaliento, y no hemos de suponer que nunca echaremos fuera a los pecados. No creo que seremos perfectos jams en esta vida, pero, cun cerca de la perfeccin puede llegar un cristiano, es un asunto que no me gustara discutir con palabras, sino que preferira esforzarme por descubrirlo en la prctica. Cun semejante a Cristo puede ser un creyente, no me aventurara a afirmarlo, pero, ciertamente, ha habido algunos hombres de quienes podramos decir sin exageracin que podramos tomarlos como un ejemplo, pues su Seor pareca vivir de nuevo en ellos. No hay necesidad de que tengan que ceder siempre el paso al orgullo, o a la pereza, o a la avaricia, o a cualquier otra forma de pecado. Ustedes son capaces de vencerlos no con su propia fuerza, pues los dbiles de ellos seran demasiado fuertes para ustedes pero pueden vencerlos por medio de la sangre del Cordero. Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe, y nuestra fe ser capaz de dominar a estos pecados. As como la fe de antao hizo huir a los ejrcitos de los extranjeros, puede hacer lo mismo en este da. Entonces, queridos amigos, no pregunten: Cmo los podr exterminar, pues son ms grandes y ms fuertes que yo? Han de acudir al fuerte para obtener fuerza, y confiar humildemente en Dios, y l, el poderoso Dios de Jacob, vendr seguramente en su rescate, y cantarn victoria por medio de Su gracia. Hay una palabra de aliento dada en el captulo para aquellos que tienen una propensin a dudar de este asunto. A Israel se le record que Dios lo haba sacado de Egipto. Lo liber de la casa de servidumbre. Y a ustedes se les recuerda, queridos amigos, que son salvos. Cristo ya ha hecho una obra mayor por ustedes que la que todava queda por ser completada. Llevar el peso de sus pecados y romper el yugo de hierro de la servidumbre espiritual que estaba en sus cuellos, requiri la muerte de Cristo; pero habiendo sido ya hecho eso, comparativamente, es slo una ligera labor liberarlos del pecado que mora todava en ustedes. El trabajo ms importante ya ha sido hecho. Jehov se hizo hombre. Vivi en la tierra. Dios, el Verbo, se hizo carne y habit entre nosotros, y a su debido tiempo se humill en Su obediencia incluso hasta la muerte, y muerte de cruz. Todos los pecados de ustedes han sido destruidos por Cristo, y no hay condenacin que deban temer, puesto que Cristo muri. Ustedes son perdonados; el yugo ha sido quitado de sus hombros; ustedes han sido liberados por el Hijo, y son, en verdad, libres. Es cierto que se encuentran en el desierto, pero han llegado a travs del Mar Rojo, donde sus pecados murieron ahogados. No vern jams a sus enemigos, sus viejos pecados. El man cae en torno a su campamento, y la colum4 www.spurgeon.com.mx Volumen 12

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na de fuego y de nube los conduce a travs del desierto. Y ya que han visto lo que Dios ha hecho, tendrn miedo en cuanto al futuro? nimo, nimo! l nunca comienza algo sin tener la intencin de terminarlo. Nunca se dir de l: Este hombre comenz a construir, pero no fue capaz de completar la estructura. nimo, nimo! No los sac de Egipto para que fueran destruidos. Qu diran los paganos en cuanto a su Dios, si, despus de todo, cayeran y perecieran? Saldrn airosos, entrarn en posesin de cada pulgada de la tierra prometida, slo sean fuertes y muy valientes, pues el Seor, ciertamente, echar fuera sus pecados, y tomar su cuerpo, alma y espritu, como posesin consagrada y santa por siempre. Pero hay una creencia entre algunos cristianos que son poco instruidos y que no conocen nada por experiencia que la santificacin es una obra instantnea. Hay algunos que piensan que desde el momento en que creen en Jess, nunca sern atormentados de nuevo por ningn pecado, cuando es precisamente entonces que comienza la batalla. En el instante en que el pecado es perdonado, deja de ser mi amigo y se convierte en mi mortal enemigo. Cuando la culpa por el pecado ha desaparecido, entonces el poder del pecado se vuelve detestable y comenzamos a contender contra l. Cada vez y cuando nos enteramos de amigos que no pueden entender mi enseanza sobre este punto. Afirman que no sienten nada del pecado que se subleva en ellos. Oh, amados, deseara que lo sintieran, pues me temo que no saben nada de la vida del Evangelio si no lo sienten. No dara un centavo por su religin, si no tienen un conflicto interno. Incluso los paganos virtuosos han ido ms lejos que eso, pues algunos de ellos han escrito que sintieron que eran como dos partes contendiendo o peleando; y, ciertamente, los cristianos han ido ms lejos todava, o deberan haber ido ms lejos. Esto, lo s sea lo que sea en cuanto a ustedes tengo que pelear cada da para acercarme una sola pulgada ms cerca del cielo, y siento que ser una lucha hasta el ltimo momento, y que tendr una reyerta con mis corrupciones incluso a la orilla del Jordn. Recuerden la experiencia de John Knox. Haba luchado con los hombres, y yo podra decir que haba luchado con bestias en feso, y, sin embargo, en sus ltimos momentos antes de expirar, sostuvo la lucha ms dura que enfrent jams con la justicia propia. Ustedes habran pensado: ciertamente John Knox no podra ser justo con justicia propia. El hombre que haba denunciado toda confianza en las buenas obras, fue todava vejado con el propio error que haba denunciado. Y lo mismo suceder con ustedes. No importa cun cerca vivan de Dios, o cun estrechamente sigan a Cristo, tendrn una mayor o menor medida de mal con la que contender todava; es ms, podra decir que entre ms santo seas, ms tendrs que luchar contra el pecado. Entre ms blanco se vuelva un vestido, ms fcilmente se ve una mancha, y entre ms te asemejes a Cristo, ms detectars cun desemejante a l eres. Un sentido espiritual ser despertado, de tal manera que descubrirs que es peVolumen 12 www.spurgeon.com.mx 5

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cado aquello que no considerabas que era pecado; y a menudo sentirs, entre ms ests progresando en la gracia, como si no estuvieses creciendo del todo, o como si, ciertamente, pareciera que vas hacia abajo. Cuando pienso que soy ms malvado, soy ms santo, y cuando lamento mi propia pecaminosidad, entonces soy ms propenso a ser aceptado por Dios. Es mejor tener una baja opinin de uno mismo; pero ya sea que s o que no, puedes tener esto por cierto: has de echar fuera tus pecados de poquito en poquito; no sern echados fuera de inmediato: ser la labor de toda una vida, y nunca tendrs que quitarte tu armadura ni envainar tu espada hasta que llegues al lecho del guerrero y descanses en la tumba. Ahora deseo llamar su atencin especialmente al versculo que estamos considerando. Vemos que despus de un largo conflicto con Canan, algunos de esos antiguos habitantes existan todava. Se ocultaban en cuevas y en otros lugares; pero deban de ser sacados por un arma muy singular, es decir, por avispas. Estas avispas deban encontrarlos y sacarlos, tal vez, deban picarlos y matarlos, o si no, deban hacerlos salir para que fueran eliminados por los hijos de Israel. Tres cosas han de ser advertidas, entonces, esta maana. La primera es: pecados que son dejados y guardados en nosotros, incluso en nosotros, que durante muchos aos hemos sido seguidores de Cristo; en segundo lugar, un medio muy singular de destruirlos; y, luego, en tercer lugar, una leccin sugerente para todos nosotros, que nos ensea a examinar nuestros propios corazones para descubrir estos pecados secretos. I. Y primero, queridos amigos, veremos LOS PECADOS QUE PERMANECEN Y QUEDAN ESCONDIDOS. John Bunyan, muy sabiamente describe la ciudad de Almahumana despus de que fue tomada por Prncipe Emanuel. El Prncipe cabalg al Castillo llamado Corazn y tom posesin de l, y la ciudad entera fue suya; pero haba ciertos Diabolonianos, seguidores de Dibolo, que nunca abandonaron la ciudad. No podan ser vistos en las calles, no podan ser odos en los mercados, no se atrevan nunca a ocupar ninguna casa, pero andaban espiando en ciertas viejas guaridas y cuevas. Algunos de ellos se volvieron lo suficientemente impudentes para ofrecerse como siervos a los hombres de Almahumana bajo otros nombres. Estaba el seor Codicia, que era llamado el seor Prudencia Econmica, y estaba el seor Lujuria, que era llamado el seor Jbilo Inofensivo. Adoptaban otros nombres, y vivan todava all, para suma molestia de la ciudad de Almahumana, andando a escondidas en hoyos y en rincones, y slo saliendo en los das oscuros, cuando podan hacer la maldad y servir al Prncipe Negro. Ahora, en todos nosotros, por vigilantes que seamos, aunque pongamos al seor Buen Fisgn a escuchar a la puerta, y vigile, y mi Seor Alcalde, el Seor Entendimiento, sean muy cuidadosos para buscarlos a todos ellos, aun as, muchos pecados ocultos an permanecern.
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Pienso que deberamos siempre orar a Dios pidindole que nos perdone aquellos pecados de los que no sabemos nada. Tus agonas desconocidas, reza la antigua liturgia griega; y hay pecados desconocidos para los cuales esas agonas hacen expiacin. Tal vez, los pecados que ustedes y yo confesamos no sean ni la dcima parte de los que realmente cometemos. Nuestros ojos no estn lo suficientemente abiertos para conocer la atrocidad de nuestro propio pecado, y es posible que si pudiramos conocer plenamente el alcance de nuestra propia pecaminosidad, nos volvera locos. Es posible que Dios, en Su misericordia, permita que seamos algo ciegos para con la maldicin abominable del pecado. Nos da lo suficiente de ello para hacer que lo odiemos, pero no lo suficiente que nos conduzca a desesperar absolutamente. Nuestro pecado es sumamente pecaminoso. Ahora, permtanme sugerir que entre los pecados que acechan en nosotros est el viejo pecado de incredulidad. T has experimentado una grandiosa liberacin, mi querido hermano, y piensas que ya no hay ms incredulidad que permanezca en ti. No sabes que a ese viejo villano Incredulidad nunca se le podra dar alcance, o si fuese encerrado pronto se las arreglara para escapar y obtener su libertad. Experimentars la incredulidad esta misma tarde, si llegaras a encontrarte con un problema, y aunque ahora dices: nunca tendra dudas de la promesa por causa de la incredulidad, no me sorprendera que una pequea depresin de espritu, tal vez un desgano en el servicio de Dios, pudiera conducirte a dudar como siempre dudaste en tu vida. No albergues el placentero engao que tu incredulidad est muerta. Est oculta, pero saldr de nuevo. He de mencionar especialmente dentro de estos espas a la soberbia. Oh, nosotros pensamos: cmo podra ser orgulloso? Vamos, yoyo he tenido tales experiencias acerca de mi propia debilidad y pecaminosidad, que no puedo ser orgulloso, sin tomar en cuenta que todo el tiempo que hablamos estamos diciendo la cosa ms altiva que pudiramos decir. Habl una vez, lo recuerdo, con un hombre que se consideraba a s mismo un cristiano muy eminente. Me dijo que con toda la afliccin y experiencia por las que haba atravesado, el Seor haba eliminado completamente el orgullo que haba en l. Yo le coment: te debe haber golpeado muy duro, hermano. Mientras me hablaba, yo pens que l era la encarnacin del orgullo, pero no me acord que yo mismo era probablemente tan malo como l al pensar que no me habra gustado hablar como hablaba l. El orgullo es una cosa muy astuta; le gusta vestir las ropas de un prncipe, pero, si no puede hacerlo, se queda satisfecho con llevar los harapos de un mendigo. En tanto que se pueda introducir en nuestros corazones, no le importa qu forma tenga asumir. Ese detestable pecado del orgullo todos lo podemos condenar en otras personas, y, sin embargo, probablemente cada uno de nosotros tiene algo de su levadura, incluso en nuestros espritus en este preciso instante. T eres alguien muy soVolumen 12 www.spurgeon.com.mx 7

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berbio, hermano mo; t eres alguien muy soberbia, hermana ma. El orgullo todava acecha en todos nosotros. Y junto a estas cosas, hay tambin una gran cantidad de ira y mal carcter en nosotros. Oh, creemos que no hay nadie de tan buen carcter como nosotros, y que no nos hemos dicho ni una sola palabra de enfado durante meses. S, pero es muy fcil tener buen carcter cuando todo te sale a pedir de boca. Es algo muy fcil ser amigable, y amable, y corts, y amoroso, y nunca estar enojado cuando la esposa es muy amable, y los hijos son obedientes, y los siervos son serviciales, y el negocio prospera; pero, mi querido hermano, cmo sera si los asuntos hubieren de cambiar y pudieran hacerlo muy pronto? Supn que estuvieras irritado como el hermano Fulano de Tal lo est: qu pasa entonces? T sabes que no has de juzgar al hombre por las circunstancias: hemos de juzgarle intrnsecamente por s mismo. Un barril de plvora no es muy peligroso si uno se sienta sobre l o lo guarda bajo la cama en la noche, o si se le usa como almohada; es algo muy seguro, en verdad, siempre que no haya ningn fuego cerca de l. No ha explotado, y, sin embargo, ha estado bajo nuestro propio silln todo el tiempo. Ah, pero si las chispas hubieran volado, como vuelan en la casa de tu vecino, al otro lado del camino, podras decir que tu plvora es muy diferente de la suya? Y yo creo, a veces, que cuando pensamos que hemos destruido a la ira y hemos abatido la tendencia al enojo, es slo porque el cananeo se ha escondido y no podemos verle, pero l todava est all, y puede salir un da de nuevo. Lo mismo sucede con nuestro descontento y rebelin. No me doy cuenta de que estoy descontento; varios de ustedes pueden decir lo mismo. Se sienten felices esta maana, y llenos de gratitud y agradecidos; podran cantar S, pero no debes estar demasiado seguro de que no ha quedado ningn descontento en tu corazn. Ahora supny esa suposicin es tan fcil de hacersesupn que uno de tus seres ms queridos se enfermera y muriera; puedes bendecir a un Dios dador, pero, podras bendecir a un Dios que quita? Supn que tus riquezas desarrollaran alas y cada una de ellas volara lejos; podras todava alabar al Dios que es tan bueno cuando quita como cuando da? Hermanos, no sabemos de qu espritu somos. Cuando nos figuramos que podemos correr con la caballera, sera bueno recordar que no siempre hemos sido capaces de correr con la infantera; y cuando nos imaginamos que tal y tal amigo se comport mal en la honda afliccin, sera bueno que nos recordramos a nosotros mismos con frecuencia, para que no nos quejemos, pues el descontento podra ser uno de los pecados que acechan en nuestra alma. Adems, la idolatra es un pecado que a menudo es encontrado all. T no sabes que idolatras a tu hijo, y nunca lo sabrs hasta que ese nio
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No cambiara mi bienaventurado estado Por nada de lo que la tierra llama buen o grandioso.

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muera y entonces lo descubrirs. T no sabes que idolatras tus riquezas; pero si desaparecieran, y tuvieras que renunciar a ellas, y estuvieras listo a decir, como la esposa de Job: Maldice a Dios, y murete, descubriras entonces que era tu becerro de oro. La idolatra ha sido el pecado de todas las edades y de todos los tiempos. Estos amados hijos de Dios, cuyos corazones deberan contar de Jehov y slo de Jehov, tienen la necesidad de vigilar cuidadosamente, para evitar que al mismo tiempo se entreguen a la confianza propia, que es slo otra forma de idolatra, la adoracin de nosotros mismos en vez de la adoracin a Dios. Hemos de cuidarnos de no entregarnos a la satisfaccin en nosotros mismos, y pensar que nuestra justicia es algo satisfactorio despus de todo. Es algo bendito descubrir la idolatra, pero se esconder si puede hacerlo. Es bueno considerar la pregunta: Cmo es que estas cosas es esconden en nosotros? Otras personas las encuentran, cmo es que nosotros no podemos encontrarlas? Es cierto que ustedes pueden detectar las faltas de otras personas, pero no pueden detectar las suyas. Los espectadores ven con frecuencia ms que los jugadores, y nosotros percibimos algunas veces ms a la distancia que cuando nos acercamos ms. El hecho es que la parcialidad para con nosotros mismos, nos ciega a nuestras propias imperfecciones, y nos hace ver la mota en el ojo de nuestro hermano aunque haya una viga en nuestro propio ojo. En muchos casos esta ignorancia surge de la falta de anlisis; no es un trabajo agradable buscar nuestras faltas: Cazadnos las zorras, las zorras pequeas, que echan a perder las vias; no es un trabajo fcil; no nos gusta descubrir nuestro pecado. Demasiados entre nosotros son haraganes en cuanto a la religin; hacen el trabajo de Dios engaosamente, no escudrian sus corazones con lmparas ni se prueban como con el crisol, como en un horno; no son purificados siete veces, y as, el pecado escapa por falta de una sincera bsqueda para descubrirlo. Adems, el pecado es tan sutil que cambia su forma. Si Satans no puede dispararnos desde arriba, lo har desde un costado; si no puede atacarnos en la cabeza, buscar hacernos caer metindonos una zancadilla. Pecados de todas las formas, y estilos y tonalidades, nos abruman, y la gran probabilidad es que al tratar de eliminar un pecado caeremos en otro. A menudo, al intentar alcanzar una virtud, hemos tirado por encima del blanco, y nos hemos ido a un vicio. Hemos querido honrar a Dios y humillarnos, pero entonces nos hemos vuelto ruines en espritu. Queramos ser nobles y valerosos, pero entonces nos hemos vuelto intimidantes. Queramos ser amorosos, pero nos hicimos falsamente caritativos, tolerando el pecado. Queramos ser severos contra el pecado, pero nos hemos vuelto amargos contra los amigos que han cado en l. Confundimos el camino angosto, y rompemos la valla, ya sea a la derecha o a la izquierda. Es la sutileza del pecado la que hace difcil que lo descubramos. Adems, amados, hemos cado en el mal hbito de compararnos y contrastarnos con otros. Constantemente estamos entregndonos a la
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suposicin: Oh, bien, yo soy mejor que algunos. Miramos a nuestros compaeros cristianos y vemos sus inconsistencias, y decimos: Bien, yo no hago eso. Me temo que aquella oracin farisaica en muy comn incluso entre los cristianos: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres. El propio predicador, aunque pudiera predicarles la humildad, algunas veces se pone a compararse con otros predicadores, y sus oyentes, l no lo duda, hacen lo mismo. Oh, t piensas: yo soy ms rpido en la obra de Dios, ms denodado que algunos cristianos; yo quisiera que despertaran tambin; pero, mientras estamos censurndolos, estamos realmente poniendo una uncin aduladora en nuestras propias almas, al suponer que somos mucho mejores, y que hemos eliminado mucho de nuestros propios pecados. Oh, amados, cudense de estarse comparando con otros, pues esto no es sabio. Acudan a Cristo, y mrenle, y entonces sus faltas sern aparentes. Contemplen Su perfeccin, y a la luz de eso, sus propias debilidades pronto sern descubiertas; pero si ustedes miran la justicia de su hermano, que no es sino un poco mejor que la suya y tal vez no sea tan buena, sern propensos a enorgullecerse y ser altivos, y as caern en pecado. Sin embargo, no voy a extenderme sobre este punto. Hay, sin duda, en todos nosotros, cananeos que todava moran en la tierra, que sern espinas en nuestro costado. II. Ahora, en segundo lugar: UN INSTRUMENTO SINGULAR PARA SU DESTRUCCIN: TAMBIN ENVIAR JEHOV TU DIOS AVISPAS SOBRE ELLOS. Estos individuos recurrieron a cuevas y madrigueras: Dios emple los mejores instrumentos para su destruccin. Yo supongo que estas avispas eran avispas grandes; dos o tres veces, tal vez, ms grandes que una avispa normal, con muy terribles aguijones. No es un caso histrico inusual, encontrar distritos que han sido despoblados por insectos que pican. En conexin con el viaje del doctor Livingstone, no podemos olvidar nunca aquel extrao tipo de husped que es tal plaga para el ganado en cualquier distrito, que en el momento que apareci, tenan que huir o morir por causa de ellos. La avispa debe de haber sido una criatura muy terrible; pero no es del todo extraordinario que hubiera avispas capaces de echar fuera a una nacin. La avispa constituy un instrumento muy simple. No era el sonido de una trompeta, ni siquiera el centelleo de milagros; era un instrumento simple y natural para hacer salir a estos pueblos de sus guaridas. Es bien sabido que los insectos, en algunos pases, pican a una raza de personas y no a otras. Algunas veces, los habitantes de un pas no son cuidadosos en absoluto de los mosquitos o criaturas semejantes, mientras que los extranjeros son grandemente vejados por ellos. Dios, por tanto, poda traer avispas que picaran a los heveos y a los jebusitas pero no molestaran a los israelitas, y de esta manera los cananeos eran obligados a salir de sus cuevas; algunos murieron por las picaduras de
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las avispas, y otros fueron puestos en el camino de las filosas espadas de los hombres de Israel, y as murieron ellos. La analoga espiritual para esto es, la afliccin diaria que Dios nos enva a cada uno de nosotros. Yo supongo que todos ustedes tienen sus avispas. Algunos tienen avispas en la familia; tu hijo podra ser una avispa para ti; tu esposa, tu esposo, tu hermano, el ms querido amigo que tienes, pueden ser una cruz diaria para ti; y, aunque una cruz inerte es muy pesada, una cruz viva es mucho ms pesada. Enterrar a un hijo es un gran dolor, pero que ese nio viva y peque contra ti es diez veces peor. Podras tener avispas que te perseguirn hasta tu recmara algunos de ustedes saben lo que eso significade tal manera que donde deberas encontrar tu reposo y tu ms dulce solaz, es all donde recibes tu picadura ms amarga de la afliccin. La avispa viene algunas veces en la forma del negocio. T ests perplejono puedes prosperaruna cosa viene detrs de la otra. Pareces haber nacido para tener ms problemas que otras personas. Te has aventurado hacia la derecha, pero fue un fracaso; empujaste hacia la izquierda, pero eso fue un derrumbe. Casi todo el mundo en el que confas falla inmediatamente, y aquellos en quienes no confas son las personas en quienes habras podido confiar seguramente. Parecieras estar infestado con esas avispas en tu negocio, para hacer que todo te salga mal; experimentas perplejidad tras perplejidad; nada es tan serio como para ser tu ruina, pero representan cierta cantidad de problemas molestos que te mantienen inquieto. Otros tienen avispas en sus cuerpos. Algunos tienen constantes dolores de cabeza; achaques y dolores pasan y disparan a lo largo de los nervios de otras personas. Si pudieras estar libre de ellospiensascun feliz seras; pero tienes tu avispa, y esa avispa est siempre contigo. Pero si tratara mencionar la lista completa de avispas, necesitara toda la maana, pues hay una afliccin particular para cada persona. Cada hombre tiene su propia forma de picadura ofensiva que tiene que sentir. Acudirs corriendo a tus amigos algunas veces, y dirs: Oh, tengo tal problema. Fulano de Tal ha estado diciendo tal y tal cosa de m; si no tuviera tantos malos vecinos podra continuar. Este es el peor problema que un hombre podra experimentar. T no sabes, t no sabes. El corazn conoce su propia amargura. Hay un esqueleto en cada hogar; todo hombre tiene un zapato que aprieta ms o menos; y no hay un solo cristiano en la tierra que no tenga una avispa. Pero, para qu son las avispas? Son enviadas con el mismo objetivo por el que Dios envi las avispas a Canan, es decir, para echar fuera a los cananeos; y tendr que mostrar que precisamente hacen eso. Las avispas te llevan a la oracin. Slo pongan la palabra avispa al verso que hemos estado cantando
Las avispas hacen dulce la promesa, Las avispas dan nueva vida a la oracin, Las avispas me conducen a Sus pies, Me humillan y me mantienen all,
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y entonces acaban de ver el sentido de lo que hacen estas avispas diarias. T no oraras si no tuvieras ningn problema; me temo que te volveras indolente, fro, indiferente; pero estos te pican, y t dices: he de ir a mi Dios en busca de consuelo para esta plaga, esta molestia. Vamos, qu bendicin es para ti ser picado y conducido a los pies de tu Padre! La picadura que te lleva all es bendita. No valoraras ni a la mitad las promesas, si no fuera por las avispas; pero te diriges a alguna preciosa palabra de Dios que se adecua precisamente a tu caso, y dices: Nunca vi tal dulzura en ello como la veo ahora. Bendito sea Dios por enviar un pasaje tan adecuado a mi condicin. Las avispas te llevan a la promesa, y parecieran sealarte el lugar donde fluyen la leche y la miel. Y cmo tienden tambin a ponerte a Sus pies despus de que has sido de un temperamento irascible. Despus de que has sentido cun orgulloso debes haber sido, todo debido a que la avispa ech fuera el orgullo, has acudido a Dios y has dicho: Seor, no pens que fuera tan insensato; no lo habra credo. Si alguien me hubiera dicho ayer: haras tal y tal cosa, yo le habra respondido: es tu siervo un perro para que haga tan grandes cosas? Pero esto me ha turbado tanto, me mordi en una llaga, me irrit, al punto que no poda soportarlo, que he hecho lo que no habra hecho por todo el mundo. Eso slo muestra lo que estaba all antes. Mira, si el pecado no hubiera estado en ti, no habra podido salir. Toda la afliccin del mundo no pone al pecado en el cristiano, pero lo saca. Y justo como la enfermedad es mejor cuando es sacada a la superficie, para que as su poder en el interior pueda ser destruido, as tambin es una bendicinuna dolorosa bendicincuando la avispa llega y nos hace ver el mal que de otra manera habra permanecido oculto en nosotros. Ustedes saben, mis queridos amigos, prcticamente, me atrevera a decir, lo que quiero decir. El otro da t te encontrabas en un marco mental tan celestial, habas gozado de media hora a solas, o acababas de llegar a casa procedente del Tabernculo y gozaste del servicio, y algo te palme en la espalda y te dijo: cmo has crecido en la gracia! No lo dijiste en palabras, pero, en verdad, pensaste realmente: bien, estoy progresando; hay algo bueno en m despus de todo. Cuando llegaste a casa, tal vez la carne estuvo mal cocinada, o hubo algo que fue preparado de manera totalmente opuesta a lo que hubieras deseado, y te pareci que fue hecho a propsito para irritarte. Pensaste as, y sin considerarlo ni un momento, dijiste algunas palabras muy duras, muy duras! Entonces, algo vino y te toc en el otro hombro y dijo: Ah!, es esto crecer en la gracia?, y te sentiste muy humillado, te sentiste rebajado muchos grados en la escala; y cuando subiste a tu alcoba, si hubieras subido all sin esa avispa, tu oracin habra sido la oracin de un fariseo, pero segn sucedi, cuando llegaste a la alcoba, todo lo que podas decir era: Dios, s propicio a m, pecador. La avispa te haba hecho un mundo de bien. Pudo haber sacado un poco de mal carcter, pero, a pesar de eso, sac tu orgullo y tu arrogancia.
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Los problemas diarios que enfrentamos tienen el propsito de conducirnos a Dios, de conducirnos a la promesa, y tambin de mostrarnos dnde estn nuestros puntos dbiles, para que podamos contender con todo nuestro poder contra ellos. Yo creo, mis queridos amigos, que los seres de corazn ms duro, los ms corrugados, y los cristianos ms desagradables de todo el mundo son aquellos que nunca han experimentado mayores problemas, y aquellos que son ms sensibles, amorosos, y semejantes a Cristo, son generalmente aquellos que ha tenido las mayores aflicciones. La peor cosa que pudiera ocurrirnos a cualquiera de nosotros es que nuestra senda sea nivelada demasiado, y una de las mayores bendiciones que el Seor nos dio jams fue una cruz. Nunca habra sido capaz de verdijo alguiensi no hubiera estado ciego; y otro dijo: nunca habra podido correr la carrera puesta delante de m si no me hubiera roto la pierna. Nuestras debilidades son canales de bendicin; nuestras dificultades, pruebas y perplejidades, son los ms dulces y benditos instrumentos de gracia para nuestras almas. Pienso que debemos estar muy agradecidos con Dios por la avispa. Uno dice: yo no lo estoy. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero despus da fruto apacible de justicia. Cuando tienes una mente sana, mi querido hermano, y Dios el Espritu Santo te ensea realmente a ser sabio, irs y agradecers a Dios por las avispas. Seor, yo te bendigo porque no me has dejado sin disciplina. Te alabo por los cuidados y los problemas que son tan desagradables para mi carne, por los cuales esa carne es mortificada. Yo te doy gracias, Padre. Nunca oyes a un hijo decir eso, pero si fuera un hijo sabio, lo dira. Yo te doy gracias, Padre mo, por la vara. Yo te doy gracias, oh mi Dios, porque no me has permitido que haga mi voluntad, has ensombrecido mis panoramas, has frustrado mis esperanzas, has echado a perder mis planes, has derrumbado mis expectativas, y me has quitado mis gozos: te doy gracias, oh T, grandioso Liberador, por haber quebrantado las barras de oro de mi jaula para dar libertad a mi espritu, y por haber roto las ataduras de mi cautividad que me ligaban a la tierra, para que me pueda remontar a lo alto, hasta Ti. Siempre que ests cantando las alabanzas de Dios, di: l nos envi avispas, porque Su misericordia es eterna: sea bendito eternamente. Hay un punto que quiero que adviertan en el texto; sera una culpa de mi parte pasarlo por alto sin ninguna observacin; y es que se nos dice expresamente que las avispas vinieron de Dios. l las envi. Enviar Jehov tu Dios avispas sobre ellos. Tal vez, esto te ayudar a soportar sus picaduras otra vez. Dios pesa tus pesares en balanzas, y mide tus aflicciones, cada dracma y cada escrpulo de ellas; y como provienen directamente de la mano de un Padre amante, acptalas con alegra agradecida, y pide en oracin que el resultado que la Sabidura Divina ha ordenado que fluya de ellas, pueda redundar abundantemente en tu santificacin, en ser hecho a semejanza de Cristo.
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III. Y ahora debo concluir observando que aqu tenemos UNA LECCIN MUY SUGERENTE PARA NOSOTROS MISMOS, una leccin que ya hemos anticipado, pero que hemos de repetir. Es esta. Cul es mi particular pecado acosante? He sido cuidadoso en mi autoexamen? He emitido una constante orden de cateo contra las formas sutiles del mal? Si no lo he hecho, he de esperar tener a la avispa. Dios nunca castiga penalmente a Sus hijos por el pecado, pero los disciplina paternalmente por ese pecado. A menudo puedes descubrir cul es tu pecado, por el castigo, pues puedes ver el rostro del pecado en el castigo: el uno es muy semejante al otro. Querido amigo, cul es tu particular afliccin hoy? Qu avispa te pica? Acude a Dios con la peticin de Job: Hazme entender por qu contiendes conmigo; pues si las consolaciones de Dios son poca cosa contigo, es debido a que hay algn pecado secreto en ti. Mira la afliccin que experimentas hoy, y ve si no puedes descubrir el pecado. Un hijo desobediente: es posible que t tambin ests viviendo en algn acto de desobediencia hacia tu Padre celestial? Es algn sirviente el que te fastidia? Es posible que t tambin seas un mal siervo del Rey, ocioso e indiferente a Su mandato? Se trata de una prdida en los negocios? No sera posible que no ests atendiendo el negocio de Dios, y, por tanto, Su Iglesia es la perdedora, y, por tanto, l te hace un perdedor en tu propio negocio? Se trata de una enfermedad en la carne? No podra haber alguna enfermedad espiritual all, que es necesario mantener a raya y someter? Te ha tratado altivamente alguien ms? No podras ser altivo t tambin? Te ha calumniado alguien, y te dueles por esa calumnia? Nunca has hablado en contra de los hijos de Dios? No podras tener una lengua que tiene comezn, y Dios te est haciendo sentir el escozor de eso, para que te preocupes acerca de cmo quitas el freno de esa lengua ingobernable? Ha subvalorado alguien tu labor, y ha hablado despreciativamente de tus motivos? No podras haber tenido t tambin pensamientos severos en relacin a algunos de tus hermanos en las labores cristianas? Te sientes, precisamente ahora, bajo una gran depresin de espritu? No es posible que hayas descuidado entrar en comunin con Cristo en Su sufrimiento, y, por tanto, l te est sujetando y llevndote a esa comunin por una fuerza mayor? No s lo que suceda contigo, amado, pero esto s, que no he escudriado mi propia alma como deseara hacerlo en el futuro. Yo deseara descubrir todo lo que est dentro de m que sea malo, para que pueda ser arrastrado y eliminado de inmediato. Es un trabajo muy duro. Es un trabajo que no podra ser hecho, si no fuera por esa preciosa seguridad de que Dios est con nosotros. Dios, el poderoso Dios de Jacob, quiere que seamos Su pueblo. l ha preparado un cielo para un pueblo perfecto, y l nos har perfectos, para no perdernos a nosotros ni el lugar que nos ha preparado. l ha jurado por S mismo que nunca te dejar. l echar fuera, con una mano poderosa y un brazo extendido, tus lascivias y corrupciones, hasta que seas perfecto como tu Padre en el cielo es perfecto.
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Vengan, entonces, ustedes, hombres de guerra, tomen sus arneses, y pnganse su armadura, y vigoricen sus almas para el combate. An no habis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado. Considerad a aquel que sufri tal contradiccin de pecadores contra s mismo, para que vuestro nimo no se canse hasta desmayar, y, ahora, a partir de este momento y para siempre, pelear la buena batalla por la corona incorruptible de gloria. He estado hablando a personas salvas, y slo a personas salvas. Pero ustedes que no han sido salvados tendrn tambin las avispas, slo que esas avispas no sern de utilidad para ustedes. Les picarn y los apartarn de Dios, en vez de acercarlos a l. Sus pruebas slo los harn sentir antipata y odiar ms al Altsimo. Oh, que esta gracia los visitara, y cambiara su corazn! Y entonces, tal vez, sus pruebas podran ser santificadas para llevarlos ante el rostro de su Padre. Que as sea, y Suya ser la gloria eternamente. Amn. Porcin de la Escritura leda antes del sermn: Deuteronomio 7 Nota del traductor: Escrpulo: medida de peso antigua.

http://www.spurgeon.com.mx/sermones.html Oren diariamente por los hermanos Allan Roman y Thomas Montgomery, en la Ciudad de Mxico. Oren porque el Espritu Santo de nuestro Seor los fortifique y anime en su esfuerzo por traducir los sermones del Hermano Spurgeon al espaol y ponerlos en Internet. Sermon #673Volume 12 SECRET SINS DRIVEN OUT BY STINGING HORNETS

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