Noche - de - Ronda Ana Lidia Vega

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NOCHE DE RONDA
ANA LIDIA VEGA SEROVA
Edicin: Ena Luca Portela
Diseo de cubierta: Francisco Masvidal
Ilustracin de cubierta: Carlos Rafael Vega
Diseo interior: Vivian Lechuga
Correccin: Lourdes Daz Castro
Diagramacin: Onelia Silva Martnez
Anna Lidia Vega Serova, 2003
Sobre la presente edicin:
Ediciones UNIN, 2003
ISBN: 959-209-524-8
Ediciones UNIN
Unin de Escritores y Artistas de Cuba
17 no. 354 e/ G y H, El Vedado,
Ciudad de La Habana
E-mail: editora@uneac.co.cu
A mis padres
A Mann y sus padres
A Cristian y los suyos
No me creo que he visto
las cosas que he visto.
RAYMOND CARVER

Captulo I
Bunny Banana habita en un cuarto pintado de
gris. La mayor parte del espacio est ocupada
por una cama que Bunny comparte con su hijo.
Cuando el nio se duerme, ella enciende la luz,
se acuesta en su mitad de la cama y escribe
poemas de amor.
Bunny Banana tiene amores secretos. Su co-
razn con que vive parece un edificio de aparta-
mentos como en el que vive y en cada aparta-
mento tras una puerta bien cerrada hay un amor
secreto.
Bunny recuesta la libreta sobre una pared y
extiende el pie derecho hasta chocar con la pa-
red opuesta. No tengo claro si es que Bunny es
una giganta o el mundo es muy chico.
Debajo de la cama se oye un sonido perma-
nente. Eso son las cucarachas que se divierten
jugando a los escondidos entre bultos de ropa
sucia y zapatos. Bunny les teme a las cucara-
chas. Bunny odia a las cucarachas. Cuando ve
alguna, se manda a correr o salta encima de los
muebles, llevada por el pnico.
Una vez dio un brinco tan grande al divisar

una cucaracha en el horizonte, que se golpe contra el techo


(no tengo claro si es que Bunny es TAN alta...). El cuarto se
estremeci por el impacto y la lmpara de caabrava que
cubra el bombillo de 40 bujas se desprendi a medias. To-
dava sigue ladeada para los curiosos que deseen compro-
barlo.
Mientras el pie derecho de Bunny se apoya en la pared, el
izquierdo se mece de modo circular, espantando mosquitos y
otros insectos despreciables que quieran posarse sobre su
esplndido cuerpo para beberse su preciosa sangre.
En lo que Bunny se dedica a la creacin literaria, aprovecho
para describirles el resto del cuarto.
La cama ya lo dije, al lado de la cama est la silla en la
que nadie debe sentarse, si desea conservar la plenitud de
facultades. Al lado de la silla hay un escritorio, utilizado como
librero-multipropsito. Entre las cosas que se destacan en el
montn se encuentran: la pecera (seca) con la jicotea (viva
an), la pistola de hacer pompas de jabn (se destaca por los
colores naranja-verde-morado) y algunos relojes, todos mar-
cando diferentes horas. Inmediatamente al lado de la mesa
se destaca el gavetero con un espejo partido encima, luego
viene la puerta que no se destaca mucho y luego (ya es la
otra pared) el closet que no se destaca, pero tiene pegada
una reproduccin de Botero que s se destaca porque repre-
senta a un picador muy gordo montando un caballo muy
gordo y dos manzanitas en el aire. Hasta donde me permiten
mis conocimientos de las artes plsticas, sospecho que las
manzanas ayudan a mantener en equilibrio la composicin.
Pero volviendo a Bunny.
Si yo fuera a escribir una novela de amor, les contara la
apasionada historia de cuando se conocieron la joven y bella

Bunny Banana y el joven y bello Yoswasleydis Puales.


Si yo fuera a escribir una novela de ciencia-ficcin, les
contara sus aos de matrimonio, donde cada uno respecti-
vamente fue: mquina para lavar-planchar-cocinar-fregar-
hacer el amor y mquina para exigir que se lave-planche-
cocine-friegue-haga el amor. Mquinas fuertes y bien
diseadas. Anticorrosivas.
Si yo fuera a escribir una novela policial, les contara so-
bre el divorcio de Bunny y Yoswasleydis, las trampas, los cr-
menes domsticos, los asesinatos mltiples y robos con fuer-
za.
Pero no pienso escribir ninguna novela de amor-policial-
ciencia-ficcin. Slo quiero echarles un cuento que tal vez se
asemeje a una fbula.
Imagnense que Bunny no es una mujer, sino una cucaracha
(las fbulas tratan de animales y son los que tengo a mano).
Imagnense que es una cucaracha muy atractiva que escri-
be poesas de amor por las noches. Imagnense tambin que
nadie la ama. Entonces la cucaracha decide suicidarse (Bunny
an no la ha decidido, pero la cucaracha s). En ese momen-
to pasa por ah un gallo y dice: Cucarachita Martina, que
linda ests... Ustedes creen que Bunny le va a preguntar al
gallo lo que hace de noche? Ja!
En realidad todo es muy diferente. Lo intentar otra vez a ver
si lo logran agarrar.
Bunny Banana habita en un cuarto pintado de gris. El cuarto
es parte de un apartamento que tiene: dos cuartos, sala-co-
medor, cocina, bao, patio (se aceptan proposiciones). Bunny
comparte el cuarto pintado de gris con su hijo. El otro cuarto
(pintado de azul estrambtico (alguien sabe lo que es un ver-
dadero azul estrambtico? Oh, Dios! Y ahora qu hago con
los parntesis? Si no les molesta, los voy a dejar abiertos. El

otro cuarto lo comparten Yoswasleydis Puales y su mam


Cira. Todos juntos comparten el resto del apartamento (aun-
que no lo comparten muy parejo: la que ms lo comPARTE
es Cira al ser la propietaria y la jefa de ncleo).
Bunny Banana lleva ya siete aos viviendo ah. (Cinco de
los siete separada de Yoswasleydis Puales.) Ella quisiera ser
Cucarachita Martina para escoger SU rinconcito entre los bul-
tos de ropa sucia y los zapatos, crear SU nidito decorado y
decoroso y decorativo (como la pintura de Botero, bien equi-
librado), pero Bunny es como un perro sin raza, como un
perro sin casa, como un perro sin coraza (o sea: con la piel
sarnosa y ojos legaosos y genitales gonorreicos (perdn eso
es de otro cuento que no viene al caso y de nuevo me equivo-
qu con los parntesis, as que con su permiso:
Bunny Banana cierra la libreta de poemas y se levanta con
una firme decisin. Mira por un momento el cuerpecito dbil
e indefenso del hijo que ronca con la boca abierta (producto
de adenoiditis crnica aguda), le da un beso en el hombro y
le arregla la sbana como una buena mam cualquiera. Lue-
go abre el closet (haciendo desaparecer al equilibrado pica-
dor), saca una saya, un pulver y un ajustador muy sexy (con
perlitas en el pecho), se viste rpido, se mira en el espejo,
guia un ojo febril a su febril reflejo, agarra una mochila en
la que guarda: el monedero (con veintinueve pesos y cin-
cuenta y cinco centavos), el peine, el carnet de identidad, la
pistola de hacer pompas de jabn del hijo, uno de los relojes
(el que marca la hora ms bonita en su opinin), un cepillo
dental (usado), un jabn de lavar (los de bao hace dos me-
ses que no vienen al mercado), la libreta de poemas, el bol-
grafo y muchas cosas ms. Se cuelga la mochila al hombro y
sale sigilosa del cuarto, del apartamento, del edificio.
Camina por la calles desoladas. Lo que ms deseara en ese
momento es encontrarse con algn violador. El violador la

asalta desde atrs y la tumba. Bunny lucha un poco para


mantener las apariencias, pero lo que hace en realidad es
excitarse infinitamente. El violador le arranca las ropas y ella,
excitada infinitamente, se las arranca a l. l aplica la fuerza,
le agarra la garganta, mientras busca con el pene duro (como
el bastn con que los policas dan golpes) su vagina y ella
gime de placer ahogndose; busca con la vagina el pene duro,
lo encuentra, lo absorbe y comienza a sobarlo all dentro con
movimientos febriles y excitados infinitamente. El violador est
confundido, trata de librarse de los brazos de Bunny (Cuntos
brazos tiene Bunny?). Bunny-pulpo lo succiona, lenta pero
aplastante, Bunny-cobra se enreda alrededor de su cuerpo,
tirando un anillo tras otro, exprimindolo como un limn,
Bunny-pantera clava las garras en la blanda carne que palpi-
ta junto a la suya, destroza el pecho y arranca el corazn con
que vive para hundir sus colmillos blancos en el jugoso ms-
culo, mientras su cltoris estalla en cincuenta mil soles, des-
lumbrando a los habitantes de los universos vecinos. Al otro
da salen las noticias en todos los peridicos: el Violador ha
sido violado y brutalmente asesinado, vctima de otro viola-
dor abominable.
Bunny-violador abominable camina por las calles desola-
das sin encontrarse a nadie, ni siquiera a un jodido perro
callejero, a un perro sarnoso, a un perro sin raza-casa-co-
raza. Ese soy yo! alla Bunny Banana muy ofendida. La
verdad es que me gustara algn da probarlo con un perro.
Debe ser infinitamente excitante y brutal.
Bunny Banana mira los edificios. En cada edifico hay una o
dos ventanas encendidas. Trata de imaginar lo que estarn
haciendo esa gente a esa hora.
Leen. Escriben poesa. Tiemplan. Lloran. Beben.
De pronto oye msica y voces, va guindose por el sonido

entre edificios, edificios, edificios como tras el flautista de


Hmelin. Si yo fuera una rata! Ms cerca, ms cerca, tibio,
caliente, te quemas! Es un balcn en un quinto piso. Sube
los cinco pisos jadeando, entra por la puerta abierta, se sien-
ta en un rincn y observa sin ser vista.
Son jvenes muy jvenes. Bailan, beben, ren. Son mu-
chos, todos alegres y sanos, con sonrisas deslumbrantes y
buenos modales. Muchachas de piernas largas y sayas cor-
tas, de cabellos sedosos y piel tostada. Muchachos con b-
ceps bajo las camisetas blanqusimas que compiten con la
blancura de los dientes.
Hola dice alguien a su lado. Quieres bailar?
Bunny-la-invisible baila con alguien igualmente invisible,
sudando a chorros, apretando sus senos cados contra la mus-
culatura del otro cuerpo, sintiendo con el pubis el miembro
excitado de l, sabiendo que se le humedece el blmer, se
aprieta ms y ms. La msica la ensordece dejando de existir
fuera de Bunny. Bunny-msica se mueve entre los jvenes,
choca con ellos, los roza y re, re; abre mucho la boca de
muelas cariadas, la boca de lengua obscena, la boca-trampa
venenosa. Bunny-solitaria camina por las calles desoladas y
re como si estuviera contenta.
Se acerca finalmente a una parada y decide coger una gua-
gua para el centro. Se sienta en el banco a esperar. Se aburre
y saca la pistola de hacer pompas de jabn. Hace muchas
pompas que llenan el aire y suben mezclndose con las es-
trellas.
Quin es el ltimo? escucha la pregunta.
Bunny mira sin comprender en direccin de la voz y divisa
a una mujer muy estrafalaria (Alguien ha visto a una verda-
dera mujer estrafalaria?).
Yo soy la ltima responde luego de mirar un rato.
Y detrs de quin vas? pregunta la estrafalaria.
Bunny la vuelve a mirar durante otro rato ms largo an.

La mujer le devuelve la mirada desafiante. Se miran y se


miran y las pompas explotan alrededor como fuegos artificia-
les.
Dentro de un tiempo ya estn conversando como viejas,
muy viejas amigas.
Me l l amo Mari l uz confi esa l a mujer, soy
astrloga, Qu signo t eres?
Piscis contesta Bunny y baja la vista.
Lleg la guagua y se montaron juntas y juntas fueron a casa
de Mariluz. Por todo el camino qued un rastro de pompas de
jabn.
La casa de Mariluz constaba de una sola pieza que era cuar-
to-sala-comedor-cocina-patio (no se aceptan proposiciones).
Se encontraba en el garaje de un edificio de apartamentos
(como el corazn) y era ma-ra-vi-llo-sa. No tena muebles ni
nada, slo esteras con cartelitos (escritos en ingls) que de-
can cama, sof, mesa, silla, cuadro, televisor, etc.
Mariluz se sent en la estera que deca cama y Bunny se
sent en otra que deca mesa. (Bunny no sabe ingls, la
pobre.)
Mariluz encendi un cigarro de boquilla extralarga y acer-
c a sus pies la estera con el cartelito cenicero.
Te estuve esperando. dijo. Cuntame sobre ti.
Bunny Banana no tiene nada (o casi nada, que no es lo
mismo, pero es igual) que contar. Por eso se encoge de hom-
bros y se rasca una canilla.
Desde que el cometa C-x-2037 entr en casa de Neptuno,
supe que algo extraordinario sucedera en mi vida dijo Mariluz
despacio, como a tientas. Quiero conocerte. Dime, has
amado?
Bunny se rasc la otra canilla y sinti que se ruborizaba.
Esper por si Mariluz deca algo ms, pero como aquella ca-

llaba, asinti sin levantar la vista.


Mariluz sonri a su ingenuidad (para no decir estupidez) y
absorbi bastante humo, llenndose de paciencia.
A quin has amado, Piscis? pregunt lentamente
. Qu amores secretos esconde tu corazn?
Bunny ech un vistazo dentro del edificio; todas las puer-
tas cerradas, las llaves perdidas y las que no estn cerradas,
vacas, vacas. Al fin (al fin!) adivin la respuesta correcta y
se levant con una firme decisin.
Estoy sola dijo mirando a los ojos estrafalarios, hace
tiempo que no tengo a nadie, ni siquiera a un violador, ni
siquiera a un perro callejero.
Saba todo lo que pasara luego, con lujo de detalles.
Bunny se despert con dolor en los huesos. A pesar del
cartelito cama una estera sigue siendo una estera aunque
la mates. Se sent tratando de volver en s y recordarlo todo
paso a paso. Cuando lleg al paso Mariluz la busc con la
vista. No estaba en ningn lado. Ley por si acaso los cartelitos,
pero ninguno deca Mariluz, suponiendo que en ingls se
deletree igual. Decidi esperar un poco y sac la pistola de
hacer pompas de jabn para no aburrirse. Al cabo de un rato
lleg Mariluz en persona con una cesta. Entr flotando entre
las pompas que llenaban el espacio. Se acerc a la estera
que deca mesa, tom dos esteras que decan plato y ech
un poco de marpacficos de la cesta sobre ellas.
Quera servirte el desayuno antes de que te desperta-
ras le dijo a Bunny con una sonrisa estrafalaria.
Bunny Banana sinti un estrafalario pinchazo en el cora-
zn, se acerc a Mariluz y le hizo el amor sobre la estera con
el cartelito tabla de planchar entre el desayuno que eran las
flores de marpacfico.

Luego se desayunaron las flores. Bunny haba odo antes


la palabra vegetariano, pero se imaginaba que se trata de
una especie de indios recolectores.
Y nunca te comes ni siquiera un pedacito de langosta?
Mariluz slo re por toda respuesta.
No me cabe en la cabeza cmo puedes vivir sin comer
langosta. No me imagino que alguien deje de repente de co-
mer langosta y no lo parta un rayo. Yo no podra hacerlo ni un
minutico.
Mariluz ri superestrafalariamente y dijo:
Yo ser tu langosta, Piscis, cmeme completa.
A decir verdad, no fue as como sucedi todo eso. Es muy difcil
contar las cosas objetivamente, pero lo intentar otra vez.
Bunny Banana se despert con dolor en los huesos. Se pas
toda la noche templando con Mariluz, adoptando posiciones
incmodas para mayor estrafalariamiento y adems, imag-
nese, la falta de prctica. (Cundo fue la ltima vez que
templaste? Cul es tu promedio de orgasmos mensuales?)
No es lo mismo templar con un tipo que con una tipa. Pero
para la pobre Bunny que se iba a echar un perro, a falta de
pan... La cosa es que trotaba encima de Mariluz como el
famoso picador muy gordo, slo faltaban las dos manzanitas
en el aire. Trotaba, trotaba, trotaba sin llegar a ningn lado.
El cuarto segua siendo el mismo, con las mismas esteras, los
mismos carteles en el mismo ingls. Mariluz, por supuesto,
llevaba la voz cantante, pero hacan un do de ngeles (Dios
me perdone). Con el nico inconveniente de que a Bunny le
hubiera gustado llegar. Entonces Mariluz consult los astros
y le dijo:
Piscis, ten paciencia, que todo llega en su debido mo-
mento.

Trotaron, trotaron, trotaron, faltaban las manzanitas.


Tienes hambre? pregunt Mariluz.
Me muero de hambre! dijo Bunny con la esperanza
de coger un diez.
Pero se equivoc profundamente. Tuvo que seguir trotan-
do sobre el caballo muy gordo al jardn en busca de mares
pacficos.
Y eso se come? Bunny separ la flor del tallo, exprimi
ligeramente el culito, sali un mojoncito blanco que peg en
la nariz. Mira, tengo un pinochito.
Se come y es delicioso dijo el caballo que coma jar-
dines.
Regresaron trotando a casa. Comieron flores. Bunny les
exprima el culito a todas y se llen la nariz de mojoncitos
blancos. Mariluz le acerc la estrafalaria cara, sac su estra-
falaria lengua y se lami los pinochitos.
En ese breve (brevsimo!) instante Bunny Banana sinti el
famoso y tantas veces descrito en la literatura mundial (para
qu repetirme?) orgasmo.
Llegu! grit aguantando con ambas manos la vagi-
na que trotaba sola, mientras Mariluz le lama la savia que
saba a manzanitas.
Bunny Banana se despert con dolor en los huesos y una
sonrisa en los labios. Mariluz le tena preparado un esplndi-
do desayuno de flores con las que cubri el esplndido cuer-
po de Bunny.
Bunny comi y le hizo el amor a Mariluz. Esta vez lleg sin
problemas.
Estoy feliz confes.
Yo tambin asegur Mariluz luego de consultar los
astros.
Y ahora qu se supone que pase? pregunt Bunny
Bananafeliz.

Ahora viene la bruja malvada, el lobo feroz, el punto de


giro o como quieran nombrarlo dije yo, pero no me escu-
charon, sumergidas en su felicidad.
Tocan a la puerta.
Mariluz se levanta de la estera con el cartel sof y abre.
Entra Yoswasleydis, trae al nio cargado.
El nio llora le explica a Mariluz.
No seas mentiroso interrumpe Bunny cubrindose la
desnudez con flores de marpacfico (una en cada seno y otras
tres sobre la pelvis).
Tu lloraste? le pregunta Mariluz al nio luego de con-
sultar los astros.
S dice el nio. Mi mam se llev mi pistola de hacer
pompas de jabn. No puedo estar sin ella ni un minutico.
Devulvele la pistola ordena Mariluz. Cmo se te
ocurri llevrtela?
Bunny saca la pistola, muy apenada.
No quiero la pistola se entromete Yoswasleydis,
quiero que vuelvas a casa.
Bunny le dispara una rfaga de pompas de jabn.
Cuando tocaron a la puerta, Bunny Banana comprendi que
haba tocado su hora. Se arrastr hasta los estrafalarios pies
de Mariluz y le suplic:
No abras, por favor, no me traiciones!
Mariluz le pas la mano como a un perro muy querido que
no abandonara por nada del mundo y Bunny agit alegre la
colita.
Los toques en la puerta se hicieron ms insistentes, es-
tremeciendo la ma-ra-vi-llo-sa casa. La araa se desprendi
del techo y se hubiera estrellado con un violento estrpito si
no fuera una simple estera con el cartelito araa. La puerta
cruja bajo los golpes.

La va a tumbar dijo Bunny indecisa.


Aydame! grit Mariluz levantndose luego de con-
sultar los astros.
Juntas arrastraron la estera mesa y la estera sof,
pusieron encima las esteras sillas, sillones y tambin (por
si acaso) la cama. Sali una bonita barricada.
T crees que aguante? pregunt Bunny Banana
dudosa.
Mariluz le respondi con una de sus estrafalarias sonri-
sas.
Abran! gritaba Yoswasleydis del otro lado.Si no
abren, las mato!
Tendrs que matarnos! contest Bunny.
Nos va a matar de verdad dijo Mariluz pensativa, fu-
mando el cigarro de boquilla extralarga.
Qu me puede importar la muerte, cuando mi corazn
canta? respondi Bunny a pecho abierto.
Tal vez sea mejor abrirle coment Mariluz pensativa y
absorbi bastante humo, tal vez sea negociable.
Por encima de mi cadver Bunny se acost sobre las
esteras amontonadas delante de la puerta y cerr los ojos
. Patria o Muerte.
Entonces abre y deja entrar a Yoswasleydis Puales que llora
sentado en el quicio.
Vuelve a casa pide Yoswasleydis limpindose los mo-
cos en la manga de la camisa.
Esta es mi casa ahora. Voy a vivir aqu hasta que la
muerte nos separe Bunny se sienta al lado de Mariluz.
Mariluz se aparta un poco como para no comproME-
TERSE (entre marido y mujer).
Bunny, por favor suplica Yoswasleydis, limpindose
los mocos, vuelve, te extraamos.

Quin me extraa? Bunny se mueve un poco para el


lado de Mariluz.
Mariluz se aparta otro poco y queda fuera de la estera
(cosa que le desagrada enormemente).
El nio te extraa. Cira te extraa. Yo te extrao.
Y las cucarachas? pregunta Bunny con una imitacin
de la sonrisa estrafalaria de Mariluz que le sale una sonrisa
jorobada cualquiera.
Ya no hay ms cucarachas asegura Yoswasleydis pi-
sando tierra firme, las hemos envenenado a todas.
Eso ha sido un golpe bajo de Yoswasleydis Puales, la
apual en pleno edificio que hace poco cantaba con voces
de ngeles.
Ya no hay ms juegos a los escondidos entre los bultos
de ropa sucia y zapatos. Nunca habr un nidito decorado y
decoroso y decorativo (a la Botero). Se acab la Cucarachita
Martina feliz.
Nadie mejor que Bunny Banana sabe lo imperceptible de
la frontera entre el odio y el amor. Qu ser de mi vida aho-
ra que ya no ests, enemigo mo, enemigo ntimo?
Mariluz consulta los astros y decide comproMETERSE.
Te puedes quedar con nosotros, si as lo deseas le
hace la propuesta indecente a Yoswasleydis mirndolo con
sus ojos estrafalarios.
En ese momento inolvidable a Bunny le hubiera gustado que
la tierra la tragara. Se abre el piso en una profunda rajadura
partiendo justo a la mitad la estera con el cartelito televisor
y Bunny cae al precipicio formado, agarrando en el ltimo
instante la mochila con su valioso contenido. Yoswasleydis
Puales queda a solas con la estrafalaria Mariluz, indudable-
mente se enamora de ella, se casan (luego de consultar los
astros) y viven muy felices, pero Bunny no se entera de nada
de eso en su vuelo ms y ms bajo (o ms y ms alto (depen-

de de cmo lo mires, porque si la altura se mide a partir de la


posicin de la cabeza
Qu les parece si cenamos? pregunta Mariluz echando
una bocanada de humo.
Bunny mira a Yoswasleydis, rascndose una canilla.
Yoswasleydis mira a Bunny, limpindose los mocos en la manga
de la camisa.
Tengo hambre dice Yoswasleydis.
Puedes comer marpacficos le propone Bunny y le
extiende la flor que se quita del seno derecho.
Yo soy un hombre se ofende Yoswasleydis.
Entonces sal a cazar un mamut le aconseja Mariluz,
masticando la flor del seno izquierdo de Bunny.
Me encantan los mamuts comenta Bunny ajustndo-
se el pinochito en la nariz. No me imagino mi vida si dejara
de comer mamuts. Yo no quiero pensarlo ni un minutico.
Yoswasleydis se limpia los mocos en la manga de la camisa y
sale con la frente en alto para volver con la frente marchita.
No hay mamuts. En todo este jodido mundo no hay ni un
jodido mamut. No comprendo dnde se habrn metido.
Come flores aconsejan Bunny y Mariluz a coro de n-
geles.
Yoswasleydis se limpia los mocos y comienza a comerse
las uas.
Podemos jugar dice Mariluz muy estrafalariamente.
A los escondidos! se anima la Cucarachita sobrevi-
viente.
Dnde nos vamos a esconder? Yoswasleydis tam-
poco sabe ingls, el pobre, por lo tanto ignora que la ma-
ra-vi-llo-sa casa est repleta de muebles. Mejor juguemos
a la botella.
No-o-o-o sonre Mariluz despacio como a tientas

, mejor juguemos al tren.


Jugaron al tren. Primero Mariluz era la locomotora,
Yoswasleydis el primer vagn y Bunny el segundo. Luego Bunny
era la locomotora, Yoswasleydis el primer vagn y Mariluz el
segundo. Y as sucesivamente. Al final ya no eran ningn tren,
sino un emparedado con tres cabezas que se revolva sobre
la estera con el cartelito estera.
Terminaron insuperablemente exhaustos. (Alguien ha
terminado alguna vez insuperablemente exhausto?)
Yoswasleydis vuelve enseguida sin ningn mamut.
No hay mamuts dice. Si hubiera aunque sea uno
solo, pueden estar seguras de que lo cazara.
Se sienta en el piso entre dos esteras.
Reza un Padrenuestro le propone Bunny para que
te mande el pan de cada da.
No me lo s se lamenta Yoswasleydis Cmo se
reza, Mariluz?
Esta se encoge de hombros, amasando un cigarro de bo-
quilla extralarga.
Yo slo me s el Maha-mantra: Hare Krishna, Hare Krisna,
Krisha Krisha, Hare Hare... canta soltando la bocanada de
humo.
Hazlo con tus propias palabras sugiere Bunny.
Papato nuestro que vive en el cielo, espero que te en-
cuentres en plenitud de facultades, te prometo que seremos
buenos y nos vamos a querer y a ti tambin, si nos mandas
un poquito de comida, un panecito con perro caliente, o una
pizza, o lo que sea, amn.
Amn suspira Bunny Banana. Te sali autntico.
No cay ninguna man del techo, ninguna lluvia de fritas
ni frutas ni frituritas. Nada. Donde caa una lluvia era afuera,

pero era una lluvia de agua mojada.


Mariluz consult los astros y le dijo a Bunny despacio como
a tientas:
Es mejor que regreses para tu casa, Piscis.
A cul casa?
Bueno, a donde sea. l no nos dejar en paz.
Yo no las dejar en paz afirm Yoswasleydis comin-
dose las uas.
Pero si nos bamos a casar y tener muchos hijos y ha-
cernos viejas juntas y, cuando nos hiciramos bien viejas,
bamos a comprarnos un barquito, un barquito, un barquito...
Yo no puedo tener hijos. Tengo el tero seco.
Yo lo tengo mojado.
T ya tienes un hijo le record Yoswasleydis, no
puedes joderle la vida porque los nios son la esperanza del
mundo.
Bunny se rasc una canilla. Esper, por si Mariluz deca
algo ms, pero como aquella callaba estrafalariamente, dijo
sin levantar la vista:
No tienes derecho a botarme para la calle.
Mariluz sonri a su ingenuidad (para no decir estupidez) y
absorbi bastante humo, llenndose de paciencia.
Quiero aclararles que esa gente no dijeron nada de eso. Eso
fue lo que pensaron decir. Pero en la vida real nadie dice lo
que piensa decir, ni hace lo que dice pensar. Ni siquiera yo.
Por ejemplo: cuando pienso: Qu crueles son los que reco-
gen a los pobrecitos perritos sin casa, les dan comida, amor
y luego los botan... pienso escribir: Mariluz no era ningu-
na cruel que arranca, ella le dio a Bunny comidita en forma
de marpacficos y amorcito en forma de sexo... pero en
realidad escribo: Mariluz sonri a su ingenuidad... No s si
captaron la idea. Por si acaso lo repetir todo desde el princi-
pio.

Mariluz consult los astros y le dijo a Bunny despacio como a


tientas:
Es mejor que regreses a tu casa, Piscis.
Bunny Banana sinti que se mora. Una parte de ella se
desplom sobre la estera con cartelito florero y la otra vol
al cielo ms y ms alto (o ms y ms bajo (depende de cmo
lo mires, porque si la altura se mide a partir de la posicin de
la cabeza
Bunny mir los estrafalarios ojos. Mariluz la mir con sus
estrafalarios ojos. Se miraron y se miraron y las pompas
explotaban alrededor. No, mentira, las pompas llegaron des-
pus, cuando Yoswasleydis sac la pistola y dijo:
Si se dan otro beso delante de m, las mato a las dos.
Dejaron de besarse. Se oy una puerta que se cerraba
dentro del pecho de Bunny.
Podemos seguir siendo amigas dice Mariluz despacio
como a tientas.
Como si no hubiera pasado nada? pregunta Bunny.
No fue toda Bunny la que pregunt, slo la parte que estaba
desplomada sobre la estera con el cartelito florero. La otra,
que subi volando, no tena nada que preguntar.
Borrn y cuenta nueva Yoswasleydis suelta una rfa-
ga de la pistola de hacer pompas de jabn.
Todos caen fulminados.

CaptuloII
Me acerco al fin a la parada y decido coger una guagua para
el centro. Me siento en el banco a esperar. Me aburro y saco
la pistola de hacer pompas de jabn. Hago muchas pompas
que llenan las desoladas calles y suben mezclndose con las
estrellas.
Llega una guagua que no va al centro, que va a otra parte
(donde est la vida) y me monto. Hago pompas adentro, pero
nadie me hace pompas. No me importa mucho. Lo nico que
me importa es llegar para equilibrar las cosas.
Tras las ventanillas se desliza el paisaje a una velocidad
aproximada de 60 km/h Es tan extrao! A veces uno trota-
trota-trota a toda velocidad y el paisaje sigue siendo el mis-
mo, pero otras veces uno est SENTADO, casi no se mueve, y
el paisaje se desliza a su alrededor. Eso debe tener algo que
ver con el equilibrio y esas cosas. No recuerdo bien cmo lo
llamaba mi profesora de Fsica, en fin: lo que disminuye en
un lado, aumenta en otro, y viceversa. O sea, mientras ms
cerca, ms lejos, qu es? la cerca! No-o-o-o, es Bunny
tratando de llegar.
Llega la guagua que no va al centro, va a otra parte (donde
est la vida) y me monto. Hay algunas personas dentro que

van a otra parte. Busco un asiento de los sencillos, pero todos


estn ocupados, as que me tengo que conformar con el do-
ble. No me gustara tener al lado a cualquier tipo de esos
que... Se avecina uno de esos y se sienta. Ni siquiera me pide
permiso, ni siquiera con la vista. De todas formas le digo:
Est ocupado y l responde: Mil gracias. Me pongo a
mirar por la ventanilla donde se refleja la cara del tipo que
est mirando por la ventanilla donde se refleja mi cara y nos
miramos estructuradoramente (Saben cmo es eso?). Lue-
go de estructurarnos, nos ponemos a hablar de la luna que
se quiebra y todas esas cosas tan poticas y le digo que es-
cribo poesas y me dice que le diga alguna y se la digo y me
pide otra y veo que no es ningn tipo de esos y me gustara
terriblemente...
Busco un asiento sencillo, pero todos estn ocupados, as que
me tengo que conformar con uno doble. Se avecina un hom-
bre (qu hombre!) y pregunta: Est ocupado? Respon-
do: Mucho gusto. Bunny. No hay de qu contesta.
No dije nada de eso, no dijo nada de eso, pero l me oy,
pero yo lo o. Se sent sonriendo, pregunt: Adnde vas tan
bonita? A casa de abuelita confes. No iba a casa de
ninguna abuelita, iba a casa de mi padre. Papato querido
que vive en un apartamento de cuatro cuartos, acepta a la
pobre Bunny por lo menos por un tiempecito... Y dnde vive
tu pap? pregunta. Seguro que es policapens. Me gus-
tara algn da hacerlo con un polica. Ellos tienen unos basto-
nes muy duros y unos penes que cmo sern?

El hombre a mi lado dorma. A lo mejor vena de la guardia


en el trabajo, muy cansado, o de una fiesta, o de casa de su
amante que es una muchacha que no sabe coser, no sabe
bordar, no pone la aguja en el delantal como la anticorrosiva
de la esposa que s sabe poner la aguja pero no pone una.
El hombre a mi lado dorma como un bello durmiente cual-
quiera y yo pensando en s lo despierto o no. Lo tir a suerte:
si en la prxima parada se baja alguien, le doy el beso. Si
sube alguien, se lo doy igual. Pero si nadie se baja ni se sube,
entonces le doy dos besos. De ningn modo dejara escapar
la oportunidad de casarme con un prncipe. Las esposas de
los prncipes no son ningunas mquinas. Ellas tienen todo un
arsenal de mquinas: una para limpiar el nidito decorado-
decoroso, otra para cocinar, otra para hacer el amor. Nos
casamos por la iglesia o por lo civil? Por la iglesia y por lo
civil. T quieres de noche o de da? De noche y da. Te
peinas o te pones papelillos.
Cuando finalmente me decido a darle el beso, ya es la
ltima parada y hay que bajarse.
Bunny Banana camina por las calles desoladas. Se orienta
fcilmente porque se sabe el camino a casa de su padre que
antes tambin fue su casa y ahora es evite ser requerido.
Toca el timbre. Toca el timbre. Toca el timbre.
Jos Banana abre y mira a Bunny como si jams en su
vida hubiese conocido a ninguna Bunny Banana.
Hola, pap. Soy Bunny dice Bunny contentsima, pa-
saba por aqu cerca y me dije: Djame-llegar-a-saludar-a-
mi-pap. Cmo ests? Y tu mujer? La nia?
Se filtra por la rendija entre Jos y la puerta, se sienta en
el sof y sonre contentsima.

T sabes qu hora es? pregunta Jos Banana con


una cara como un retrato de la cara de Jos Banana hecho
por Picasso en su perodo cubista.
En seguida te digo Bunny contentsima busca en la
mochila el reloj que marca la hora ms bonita en su opinin.
Es hora de dormir! ruge Jos con su cara cubista.
Estupendo! se contenta an ms la contenta. Me
muero del sueo. Ve y acustate, no te preocupes por m, me
siento como en mi casa, puedo acomodarme en el sof
cierra los ojos.
Los cubitos de la cara de Jos se riegan por todo el piso,
pero Bunny no los ve, sumergida en un profundo sueo.
Sabes que no te puedes quedar murmura Jos muy
bajito para no gritar.
S que puedo responde Bunny sumergida en un pro-
fundo sueo.
Jos la agarra por el pelo, la arrastra hasta el portal y
cierra la puerta.
Pirdete y que no te vuelva a ver le dice por el ojo de
la cerradura.
A lo mejor, no la arrastr nada porque Bunny se peg al
sof con cola-loca. Entonces la arrastr con sof y todo. A lo
mejor, Bunny peg el sof al piso tambin. Entonces Jos
serruch las patas del sof que eran duras (de bano o cao-
ba) y se cans tanto que decidi serrucharle el cuello a Bunny
que era uno solo y las patas eran cuatro. En eso vinieron los
policas con sus bastones muy duros
Toca el timbre. Toca el timbre. Toca el timbre.
Quin es? pregunta del otro lado de la puerta la
esposa de Jos Banana.
Soy yo: Bunny contesta Bunny por el ojo de la cerradu-
ra.

Ensame la pata por la rendijita dice la esposa de


Jos.
Mentira, lo que dijo fue:
Vuelva maana, estamos cerrados.
Tampoco dijo eso. No dijo nada porque era muda. Tam-
bin era sorda y ciega. Abri.
No toques ms el timbre orden, vas a despertar a
tu padre.
Es lo que pretendo respondi Bunny tocando el tim-
bre. Quiero hablar con l.
Es intil re la muda en el lenguaje de mudos, l no
quiere hablar contigo.
Habra que verlo.
Mara, esposa de Jos, entr al cuarto y regres con Jos
en los brazos. Lo coloc sobre el sof, le arregl el pijamita
de rayitas y anunci:
Mralo.
Pap comenz Bunny despacio como a tientas, me
fui de la casa de Yoswasleydis.
Qu dice? pregunt Jos que dorma sobre el sof
con la boca abierta.
Dice que viene a vivir para ac.
Dile que se vaya a vivir para el coo de su madre
bram Jos a travs de la boca abierta.
Dice tu padre que busques un alquiler, que l te lo paga
le traduce la muda a Bunny Banana.
Pap pronuncia Bunny rascndose una canilla, por
qu t no me quieres?
Qu dice? le pregunt Jos a Mara a travs de lo
mismo.
Dice que a ella lo que le gusta es tu casa con cuatro
cuartos, tan decorada y decorosa, con jamoncito en el refri-
gerador y papel sanitario en el bao le explica la sorda al
marido.
Dile a ella que es un mal ejemplo para mi hija menor.

Dice tu pap se pone a traducir la ciegaque su casa


es un templo.
Bunny se rasca la otra canilla, luego con una firme deci-
sin se instala de rodillas delante del sof y reza:
Papato querido que vive en una casa de cuatro cuartos,
no botes a Bunny para la calle, si ella es la misma Bunnita
Bananita de cuando era tu hija menor y t no la podas botar
(porque los nios son la esperanza del mundo), slo que cre-
ci, y se hizo grande, y se hizo sin casa-coraza; te prometo
ser buena, querer al prjimo, no robar ni matar a nadie, ni
desear a la mujer del prjimo as en la tierra como en el
cielo, amn.
Amn repitieron Mara y Jos a coro de ngeles.
Me imagino que ustedes se imaginan que nada de eso fue
as. Les contar la verdad verdadera de cmo fue.
Bunny Banana toca el timbre y le abre Nuby Banana, que es la
hija menor de Jos (que es tambin el padre de Bunny) y
Mara (que no es tambin la madre de Bunny).
En opinin de Mara y Jos, Nuby es una chica brillante. En
opinin de Bunny, sin embargo, es algo as como un gatico
amaestrado. En opinin de Nuby, Bunny es una loca fabulosa,
a la que el mundo entero suea parecerse. En opinin de
Mara y Jos, Bunny es una trastornada con un rollo en la
cabeza. En mi opinin, todos deben revisar su punto de vista,
pero la ma no cuenta, por supuesto.
Hola! dice Nuby Banana muy eufrica por ver a la
loca fabulosa (segn su punto de vista), qu bueno que
viniste. Cmo ests?
Hola responde la loca fabulosa mirando al gatico
amaestrado (segn su punto de vista) sin mucho inters.
Estoy perdida. No tengo adnde ir.

Por qu tendras que ir adnde? se sorprende Nuby


muy eufrica. Qudate aqu.
Y t crees que tus padres me dejen?
No tienen por qu enterarse!
Bunny Banana la mira con mayor atencin. Dirase que
est ligeramente asombrada, como cuando uno descubre
que del gato slo queda su sonrisa.
Eres brillante cambia su punto de vista, mientras al-
rededor de la frente de Nuby se prende un nimbo de cien
bujas Pero dnde me voy a meter?
(No es que Bunny sea una giganta, pero tampoco es una
Pulgarcita cualquiera.)
No s el nimbo alrededor de la frente de Nuby parpa-
de como cuando baja el voltaje y hay que quitar el refrigera-
dor, no vaya a ser que..., mtete en mi cuarto. Yo puedo
compartir contigo la cama, cierro la puerta y si ellos tocan, te
escondes en el closet, hasta que se vayan. Usas el bao cuan-
do no estn y comes de noche. Qu te parece?
Podemos intentarlo.
Lo intentaron.
La cama de Nuby era estrecha y Bunny era ancha (No es
que fuera TAN gorda...).
No importa sigui alumbrando la brillante, pode-
mos usar la estera. Una noche t duermes en la estera, otra
tambin. Hoy te toca a ti.
Tun-tun-tun tocaron en la puerta del cuarto.
Quin es? pregunt Nuby en lo que Bunny se meta
en el closet.
Abre, Nuby! dijo Jos Banana. Tun-tun-tun!
Nuby abri.
Con quin estabas hablando?
Con nadie.
Nadie estaba en el closet tratando de no respirar.
Yo s que estabas hablando. TE O.
A lo mejor hablaba dormida.

Y por qu ests despierta?


Estoy dormida. T tambin ests dormido. Soamos el
uno con el otro.
De todas formas voy a revisar el cuarto, por si acaso
decidi Jos.
No puedes hacerlo se molest Nuby, eso va en con-
tra de los derechos humanos.
En un sueo los violo bien y no pasa nada se ech a
rer Jos.
En ese preciso instante Bunny deseara que al padre le
diera un dolor muy fuerte de barriga, clicos y diarrea.
Disculpa dice Jos con voz pasmada, necesito ir al
bao y sale corriendo del cuarto.
No le dio ningn dolor de barriga, clicos ni diarrea. Si-
gui registrando, abri el closet y se encontr cara a cara con
Bunny.
Hola, pap sonri Bunny, pasaba por aqu cerca...
Pap! suplic Nuby, deja que mi hermana se que-
de con nosotros...
T ests loca le dijo el padre a la chica brillante, cam-
biando su punto de vista, ests completamente loca.
Jos! se escuch la voz de Mara. Dnde ests
que no te veo?
Estoy en el cuarto de Nuby soando pesadillas.
Tmate una infusin de tilo sugiri Mara en off.
Yo te la preparar Bunny corri para la cocina.
No le eches cianuro rog Nuby.
Ella no sabe dnde est la calm Jos Banana.
Tun-tun-tun alguien tocaba en la puerta del cuarto.
Quin es? pregunt Nuby en lo que Bunny se meta
en el closet.
El alacrn y el ciempis dijo Jos Banana.
Bunny se meti en el closet y Nuby abri.
El closet estaba oscuro e inodoro. No se vea nada y tam-
poco se oa nada. No haba nada fuera de Bunny y Bunny era

nada. Nada nadando en la nada. El vaco en equilibrio perfec-


to y Bunny record que al principio estaba el verbo y el verbo
era Dios. Bunny-Dios cre el universo en siete das de la
nada y cre al hombre a su imagen y semejanza y am en el
hombre la imagen y la semejanza. Las diferencias simple-
mente las ignor. El hombre tambin am en Bunny la ima-
gen y la semejanza. De ah todas las contradicciones entre
Dios y el hombre, entre el hombre y Dios, entre el hombre y
el hombre, entre Dios y Dios. Adems, de que el hombre
proviene del mono (Y el mono de quin proviene? De su
pap mono y mam mona. Y ellos de quin provienen?
De su Dios-mono que los cre a SU imagen y semejanza.
Y cmo tienen los monos los penes? Eso habra que ver-
lo. Eureka! grit Bunny entusiasmada, salt del closet
contenta como un conejo, dejando petrificados a Jos y fami-
lia y corri rumbo al zoolgico.
Ya puedes salir le avis Nuby, dale que me muero del
sueo.
No quiero respondi Bunny, estoy bien aqu.
Estaba realmente bien. El closet era un lugar limpio, aun-
que no iluminado, pero te peinas o te pones papelillos. Era un
rinconcito donde se poda estar cualquier cantidad de tiempo
sin extraar al hombre que proviene del mono, sin extraar a
las cucarachas ni al perro callejero. Puedes estar sentada o
parada e incluso hasta en cuclillas. Puedes pensar cosas, por
ejemplo, que ests presa y te metieron en la solitaria por
rebelda tus verdugos que se llaman Yoswasleydis, pero
estoicamente soportas todas las torturas y por nada del mun-
do revelas el secreto militar.
Abre, Bunny! grita Nuby, la espa enemiga.
No pasarn! gimo y creo de la nada el cuchillo con el
que me cortar el entronque de la lengua para tragrmela y
morir como hroe asfixiado en nombre de la Justicia.

Corren los aos y yo sigo luchando en mi celda contra los


tiranos. Mi pelo crece llenando el espacio y seguir creciendo
aunque la vida me abandone. Mi piel se torna plida y frgil
como un pergamino. Siento que la muerte est al doblar de
la esquina y decido escribir un testamento para las futuras
generaciones. Con el cuchillo creado de la nada me corto una
falange del dedo ndice y escribo con tinta sangre del corazn
en la pared de la celda oscura mi ltimo poema de amor.
Ya puedes salir murmura Nuby araando suavemente la
puerta del closet.
Bunny sale frotndose los muslos.
Un poco ms y me desmayo dice. Qu incmodo
es tu closet!
Incmodo es dormir en el techo contesta Nuby,
porque se caen las sbanas.
La cama de Nuby era estrecha y Bunny era ancha (no es
que fuera TAN gorda...).
Me puedo acostar en la estera le asegur a Nuby .
Podemos ponerle a la estera un cartelito que diga cama
para que sea una cama. Yo le en algn lado sobre alguien
que tena el cuarto lleno de esteras con cartelitos...
No seas mentirosa interrumpi la hermana menor, si
quieres dormir sobre una estera, duerme todo lo que te d la
gana, pero no te justifiques.
Se acostaron.
Bunny, ests dormida?
S.
Slo quera preguntarte...
S?
Tu crees que hay vida en otros planetas?
Qu s yo! Si la hay debe ser la misma mierda.
Es que me preocupa sobremanera ese asunto...

Callaron un rato pensando cada una en lo suyo. Nuby pen-


saba en los ET y los OVNI y cosas elevadas. Bunny pensaba
en las terribles ganas de orinar que tena y la necesidad de
aguantar, porque si va al bao y se despiertan Mara y Jos...
A menudo pasa que entre desconocidos es como si fueran
santos que no mean, ni cagan, ni vomitan, ni eructan, ni se
tiran pedos, ni sudan siquiera. Pero Bunny tena confianza
con su hermana.
Nuby, ests dormida?
S.
Slo quera preguntarte...
S?
Necesito ir al bao, qu hago?
Mejor aguanta. La verdad que me gustara tener un
encuentro cercano...
Se me va a salir...
Te imaginas que ahora mismo toquen a la puerta y
sean un reptil con antenitas en un platillo volador?
Prefiero que toquen la puerta y sea un orinal con patas:
a la orden.
Suena el timbre.
Mtete en el closet dijo Nuby y fue a abrir.
Ya suponen, por supuesto, que el que estaba en la puerta era
Yoswasleydis Puales con el nio a cuestas.
El nio llora le explic Yoswasleydis a Nuby.
El nio ech un berrido como para ilustrar las palabras
del padre.
Cllate suplic Nuby, vas a despertar a todo el mun-
do.
No me digas que tu hermana est durmiendo plcida-
mente en lo que yo sufro la inmensa pena de su partida!
Claro que Bunny no estaba durmiendo. Aprovechando la

ausencia de Nuby, ella atraves sigilosa como una sombra el


cuarto donde roncaban a travs de las bocas abiertas Mara y
Jos, entr en el paradisaco cubculo azulejeado y reluciente
del bao, se subi la saya, se baj el blmer, se sent tem-
blando de ansias y emocin sobre el plstico salvavidas, sus-
pir, cerr los ojos, rez un Padrenuestro a su manera y
liber al fin el dorado chorro del meado.
Oh, vida! exclam jubilosa. La gloria eres t!
En ese preciso instante oy desde algn lugar del espacio
un grito que inmediatamente reconoci como el de su hijo.
Porque no hay madre en el mundo que no reconozca el llanto
de la criatura salida de sus entraas, as sea entre otros cien
mil gritos infantiles. El corazn de madre de Bunny dio un
vuelco en el vaco, sangrando lgrimas negras. Mi tesoro
gimi Bunny Banana secndose apresurada con el papel sa-
nitario sin disfrutarlo siquiera (aunque haca como doscientos
aos que no tena el placer de limpiarse con un suave, absor-
bente, autntico, papel sanitario). Mi ngel! gimi su-
bindose el blmer y bajndose la saya sin lavarse las manos
con el fragante, antibacterial, desodorante y humectante ja-
bn Lux (aunque haca como doscientos aos...); Mi rey
gimi saliendo como una flecha sin registrar el armario que
seguro estaba repleto de..., atravesando el cuarto donde ron-
caban..., apretando el pecho angustiado... Qu te han he-
cho, mi corazn? gimi arrancando al primognito de los
brazos traicioneros de Yoswasleydis y cubrindolo de besos
como una buena mam cualquiera.
Qu conmocin! gimieron Nuby y Yoswasleydis a coro
de ngeles . Qu escualidez!
Pero quien estaba en la puerta no era ningn Yoswasleydis
Puales. Era Cira, la mam de Yoswasleydis, con el nio a
cuestas.

El nio llora le dijo Cira a Nuby.


El nio dorma plcidamente sobre el hombro de la abuela.
No lo parece coment Nuby desconcertada.
Ese no, boba corrigi Cira, es el MO el que llora.
Oh contest Nuby a falta de palabras.
Vine a buscar a mi nuera a ver si lo hace callar.
Oh repiti Nuby.
S que est aqu. Mi infalible olfato de madre me lo
indica.
Oh volvi a exclamar Nuby.
Cira la mir fijamente para asegurarse de que no se bur-
laba.
No se burlaba. Haba perdido el don de la palabra real e
irretornablemente.
Oh Nuby le hizo seas a Cira para que esperara.
Se adentr en el apartamento, busc a Bunny que sufra
un ataque de claustrofobia en el closet y le dijo:
Oh sealando en direccin de la sala.
Qu usted desea? pregunt Nuby al ver a Cira en la
puerta.
Venganza ripost esta, ojo por ojo.
Los ojos se acabaron inform Nuby, slo quedan
orejas para los miembros de la seccin de artes plsticas.
Contra carnet.
Soy una mujer dbil e indefensa. Tengo hernia, artritis
y arteriosclerosis. Me cas a los catorce aos y nunca he
dejado de trabajar en nombre de la sociedad. Siempre quise
al prjimo como a m misma con el sudor de mi frente. Dn-
de est la desgraciada esa?
Nuby extendi la palma de la mano y Cira ech sobre la
palma de la mano de Nuby treinta monedas.
Vuelve a casa, mujer, que tu hijo tendr lo que desea...

Nuby, ests dormida?


S.
Slo quera hacerte una pregunta...
S?
Has querido a alguien en tu vida como a ti misma?
Me despert con dolor en los huesos. Qu tiempo se puede
pasar uno durmiendo sobre esteras? Los chinos lo hacen
toda la vida. S, pero China tiene sus arcanos, China tiene
sus secretos, China tiene sus murallas infranqueables...
Estuve un rato pensando en todo y todo pareca una pesa-
dilla. Tena deseos de volver a dormirme y despertar en otro
lugar, tiempo y bajo otro nombre.
Entr mi hermana junto con Yoswasleydis, Cira, el nio y
dos policas.
Aqu est dijo sealndome.
El nio se tir llorando sobre m y comenz a abrazarme.
Pens que con otra entidad podra tener otro hijo: rosado,
gordito, limpio y con ropitas de revista... Mi nio flaco y eter-
namente mocoso! Lo abrac tambin.
Cira miraba desde el umbral con los brazos cruzados y
sonrea. Nuby miraba desde el umbral con los brazos cruza-
dos y no sonrea. Los policas hacan preguntas y yo respon-
da, pero era como si no fuera yo. Yoswasleydis, histrico, gri-
taba algo sobre abandono de hogar. Sent enormes deseos de
dormirme.
Es un caso clnico llegaron a mis odos las palabras de
uno de los policas. Me demor mucho tiempo, incluso les
ped que me ensearan los penes, antes de comprender:
YO soy un caso clnico?
Demor otra eternidad en deducir que fue Nuby la que me
denunci. Por qu? quise preguntarle, pero no lo hice.
Tal vez se deba al calor.

Llvense al nio dijo uno de los policas y Cira se llev


a mi pobre hijo. Comenzaron a revisarme. Eran policas o
cualquier otra cosa disfrazados de policas?
Quise revisarlos tambin, para ser recproca y me excit
infinitamente. Quise masturbarme (a falta de pan), pero me
esposaron. Yoswasleydis, histrico, gritaba algo sobre ca-
dena perpetua y yo ped llvense al nio, pero no se lo
llevaron.
Nuby, ests dormida? quise decir, slo quiero ha-
certe una pregunta pero no lo dije. Saba todas las res-
puestas con lujo de detalles.
Bunny Banana se despert con dolor en los huesos, aunque
no se despert por el dolor en los huesos, sino porque haba
sentido aun antes de despertar que las cosas haban cambia-
do. No abri los ojos inmediatamente, esper un poco hasta
asegurarse de que se encontraba en plenitud de facultades,
entonces los abri.
Vio delante de s a Nuby, pero algo le deca que no era
Nuby, al menos no la Nuby que conoca.
Bunny, tienes visita dijo Nuby.
Bunny miraba a su hermana menor tratando de compren-
der por qu esta hizo lo que hizo.
Lo siento, Bunny dijo Nuby, eres envidiablemente
loca, fabulosamente libre, implagiablemente sola. Debes pe-
recer.
No hay otra salida? pregunt Bunny rascndose una
canilla.
Est la ventana, pero es un tercer piso... Elige.
Eres muy generosa sonri Bunny y sin proponrselo
le sali una sonrisa estrafalaria de verdad.
Abri la ventana de par en par, se subi en el marco y
mir a la hermana menor por ltima vez.

Nuby dijo rascndose la otra canilla, treinta mone-


das pueden ser un tesoro, si con ellas se gana el equilibrio.
Salt al vaco cayendo ms y ms bajo (o ms y ms alto,
depende de cmo lo mires), pero antes de que se estrellara
contra el asfalto apareci un platillo volador manejado por un
reptil con antenitas y agarr a Bunny Banana en el aire. Lue-
go subi ms y ms alto (o ms y ms bajo, porque...), de-
jando un rastro de pompas de jabn que explotaban sobre
las manos extendidas de Nuby, Yoswasleydis, Cira, el nio,
Jos, Mara y dos policas que podan ser cualquier otra cosa.

CaptuloIII
Pobre Bunny! Mujer de carnes rancias, nia envejecida con
sueos envejecidos de nia, frgil criatura de las cloacas (Cat:
Rata comuna; Nombre Cientfico: Ratus Norvgicus; Fam:
Mridos).
Quin sabe la dimensin de tu tristeza ratuna? A quin
le has contado tus secretos rateros? Contra quin ha sido
descargada tu rabia ratil? Slo t, Bunny, slo t misma, ama
y seora de tu cuerpo, mente y corazn (y yo un poco, pero
yo, por supuesto, no cuento).
Qu tiempo puede andar uno por las calles desoladas?
Durante cuntas noches y noches puede estar tocando en
puertas cerradas, en corazones intransigentes, buscando un
simple nidito?
Ah ests, haciendo pompas con la pistola naranja-verde-
morada que en la oscuridad parece una pistola gris cualquie-
ra. Te aburres de sufrir y decides ponerte a pensar en cmo
sern los penes de los extraterrestres. Tal vez no tienen pe-
nes ningunos, tal vez hacen el amor con las antenitas, o son
hermafroditas, o tiemplan por medio de la realidad virtual. La
verdad es que me gustara hacerlo con un extraterrestre.
Bunny Banana camina, camina, camina; el paisaje cambia de
vez en vez, pero no hay equilibrio. La ciudad con todos sus

edificios de apartamentos (como el corazn) ha quedadoatrs,


pero no hay equilibrio. Los viejos sueos y las viejas pasiones
han quedado atrs, pero no hay equilibrio. Adnde dnde te
lleva el camino, caballero perdn caballera de la triste
figura?
Todos los caminos llevan hacia el mar y hacia el mar lleg
Bunny Banana y se detuvo. Lo mir y l la mir y se miraron
largamente y las pompas explotaban alrededor como fuegos
artificiales. No, mentira, las pompas aparecieron despus,
cuando Bunny Banana se apunt a la sien con la pistola y dijo:
Ser o no ser.
El mar no dijo nada. El mar se hallaba en equilibrio per-
fecto, sin manzanitas ningunas, ni falta le hacan.
Bunny quiso tomar parte del equilibrio del mar y se
adentr en el mar con la intensin de templrselo, pero el
mar, como los extraterrestres, no tena pene: era hermafro-
dita, era bisexual (poda ser l o ella, segn las circunstan-
cias o la conveniencia de quin? no s, qu importa?),
era absoluto y no necesitaba de Bunny. La escupi a la
orilla y sigui en su autocomplacencia. Entonces Bunny deci-
di imitarlo; se subi la saya, se baj el blmer, se sent,
temblando de ansias y emocin sobre una roca, suspir,
cerr los ojos, rez un Padrenuestro a su manera y comenz
a frotarse el cltoris con la mano derecha, mientras compar-
ta los dedos de la izquierda entre la vagina y el ano.
Disculpa que te interrumpa dijo alguien.
Bunny levant la cabeza y vio a un joven de barbas.
Slo quiero hacerte una pregunta...
S? dijo Bunny.
Has visto pasar por aqu un carro Habanautos del que
se bajaron tres escritores?
No interrumpi Bunny y dio la conversacin por termi-

nada.
Pero si no me dejaste explicar!... protest el barbu-
do.
Por aqu no ha pasado NADA.
Y t, por casualidad, no eres escritora?
No interrumpi Bunny y dio la conversacin por...
Y no te gustara serlo?
No interrumpi Bunny y dio la con...
Djame ver tus pies el barbudo se inclin mucho y
mir con atencin los pies de Bunny que eran la terminacin
de las piernas de Bunny, abiertas de par en par.
Bunny observ impasible al hombre que observaba impa-
ciente los pies de Bunny.
Qu clase de pies! exclamaba el barbudo. Qu
belleza de pies!
Mire, ciudadano dijo Bunny despacio como a tientas
, tengo dos pies iguales a los de todo el mundo y no veo por
qu rayos tiene nadie que ponerse a mirrmelos desvi la
vista hacia su cltoris, aceler los movimientos febriles y exci-
tados infinitamente de ambas manos y dio la conversacin
por terminada.
Disculpa que te interrumpa dijo alguien.
Bunny levant la cabeza y vio a un joven de barbas.
Slo quiero hacerte una pregunta...
S? dijo Bunny.
Hace mucho que ests aqu?
Por qu? dijo Bunny.
Porque te veo sola. Yo tambin estoy solo. Podra echarte
un cuento de dos horas y enamorarte hablando de la belleza
de tus pies, por ejemplo, pero me parece insensato para dos
personas adultas perder el tiempo...

Ja! lo interrumpi Bunny y le vaci en el rostro el


champn de la copa.
Ja! digo yo, no s lo que habrn credo, por supuesto?
Claro que es mentira! Claro que Bunny, rata hambrienta, se
lanza al cuello del barbudo y lo tumba. l lucha un poco para
mantener las apariencias, pero lo que hace en realidad es
excitarse infinitamente. Bunny le arranca las ropas y l, exci-
tado infinitamente, se las arranca a ella; ella aplica la fuerza,
le agarra la garganta, mientras l busca con el pene duro... Y
por qu siempre tiene que ser duro? A lo mejor l era impo-
tente-manitico-aberrado-pervertido, de esos que slo se les
para cuando les meten el dedo en el culo yo te lo meto, no
faltaba ms! o cuando la pareja viste uniforme de primaria
espera un momentico para pedirle el uniforme prestado a
mi hermana menor! o cuando les dan muchos golpes
alcnzame aquel bastn de polica!o cuando se embarran
de orina, mierda, sangre yo te embarro, amor, me desor-
denas!...
Msica en off: tra-la-l la-l.
En este punto dramtico necesito hacer una pausa comercial
(volver de inmediato con el cuentecito, no se desesperen).
Supongamos que termine algn da de escribir todo esto
y algn editor me lo publique y sea algn editor extranjero y
el libro tenga algn xito en algn lejano pas donde lo est
leyendo algn amigo desconocido de costumbres, lengua y
recursos diferentes a los mos (o los de Bunny, si lo prefie-
ren).
No es muy difcil suponerlo, porque hace poco le pas a
una amiga ma escritora que public un cuento en Italia (Oh,
mamma ma!) y era un cuento sobre una tipa que estaba con

la menstruacin y no tena ntimas y usaba trapitos que lava-


ba y volva a usar y entonces un montn de italianas conmo-
vidas le mandaron un montn de ntimas, tampax y algodn.
Aqu abajo les pongo la lista de mis necesidades (o las de
Bunny, si lo prefieren) en un orden arbitrario.
(Tambin se aceptan aportes monetarios.)
G Casa, palacio, choza o cualquier otro rinconcito habitable
(preferentemente decorado y decoroso).
G Un horno microondas.
G Varios vestidos de tela india, talla L o XL.
G Desodorantes, jabn, champ, pasta de dientes,
detergentes, ntimas y otros productos de aseo.
G Una computadora!
G Bolgrafos, lpices, libretas, hojas, etc., etc., etc.
G Una coleccin de discos compactos de msica clsica.
G Un carro (me gustan los deportivos, o a Bunny, si lo
prefieren), aunque me vendra bien cualquier otro vehculo:
moto, lancha, avioneta y hasta una bicicleta montaesa.
G Analgsicos fuertes para el dolor de muelas.
G Condimentos y esencias para que las comidas sepan a
algo.
G Un diccionario de antnimos y sinnimos.
G Una cajita de msica.
G Amor amor amor amor amor amor amor amor.
Msica en off: tralalilal
Fin de los comerciales.
Pobre Bunny!, ah ests, sentada en una parada (qu men-
tirosa eres!, no decas que Bunny estaba en la orilla del mar
y lleg un barbudo y ella se lo... pues s, era mentira, y
qu?, no interrumpas ms, que me desconcentras).

Pobre Bunny! Ah ests, sentada en una parada, esperando


que llegue el ltimo tranva, llamado, sin dudas, Deseo, pero
no hay tranvas. En toda esta jodida ciudad no hay ni un jodi-
do tranva. No comprendo dnde se habrn metido.
Disculpa que te interrumpa...
Te dije que no interrumpas ms!
No seas bruta, es el barbudo quien habla.
Ah! Bueno, pero... Es que el barbudo no dijo eso. No dijo
nada. Simplemente se sent en el banco al lado de Bunny a
esperar el tranva perdnla guagua. Lleg la guagua y se
montaron juntos y juntos fueron a casa del barbudo. Por todo
el camino qued un rastro de pompas de jabn que suban
mezclndose con las estrellas.
La casa del barbudo no era la casa del barbudo. Era un bar y
estaba casi lleno. Lo suficientemente lleno como para que
uno no se sienta solo, se sienta como en su casa (Y si yo me
siento solo en casa?). Haba algunas personas estrafalarias y
otras simplemente personas conversando aqu y all. Bunny
se acerc a la barra y pidi un doble de ron para entrar en
ambiente. Qu suerte que se me ocurri traer mi monedero
con veinte y nueve pesos y cincuenta y cinco centavos!
El barbudo pregunt mientras entraba en ambiente:
A qu grupo t perteneces?
Bunny reflexion durante dos (o cuanto ms, tres) segun-
dos y respondi despacio como a tientas:
A ninguno.
Eso es imposible protest el barbudo sobndose la
barba con la mano. Tengo un estudio muy detallado a
base de mis conocimientos semiticos, semnticos y semi-
anti-sicticos que demuestra que aunque el autor cree su

obra parcialmente solo, su obra parcialmente se integra a un


determinado clan social que la y lo identifica.
Qu interesante! exclam Bunny sorbiendo de su
vaso. Y t, de qu clan eres?
Slo se lo puedo confesar a los iniciados murmur el
barbudo sobndose la barba con la mano podra ser peli-
groso para ti conocer el nombre de mi clan. Somos persegui-
dos...
Ku-Klux-Klan? pregunt Bunny con los ojos abiertos
de par en par.
No, por tu madre aull el barbudo asustado y mir
para los lados asegurndose de que nadie estaba escuchan-
do . No somos racistas ni terroristas. Somos Artistas.
Son artistas! gimi Bunny Banana feliz por la coinci-
dencia. Yo tambin!
Ya me lo imaginaba dijo el barbudo, tienes el sello de
los elegidos en la frente...
Bunny se llev la mano a la frente para palparse el sello.
Yo escribo poesas confes sonrojada, poesas de
amor... Quieres que te lea alguna?
Ahora no embaraj el barbudo, ahora estoy muy
atareado elaborando otro estudio sobre la esencial pregunta
del escribanismo.
Cul es? se interes Bunny, mientras el barbudo se
alejaba hacia una de las mesitas ocupada por algunas perso-
nas estrafalarias y otras simplementes personas.
Ser o no ser respondi este sin mirarla.
Bunny Banana se acerc a la barra y pidi un doble de ron
para entrar en ambiente. Dispersos como islas en el mar
varios grupos rodeaban las mesas conversando entre trago y
trago. No la miraban y ella se sinti invisible.
Hola dijo alguien a su lado. Soy Hamlet. Eres nue-
va?

Hola respondi Bunny volvindose visible.


Mir a Hamlet y vio al barbudo.
Soy Bunny se present.
Y qu crees del postmodern? indag Hamlet.
No s... se encogi de hombros Bunny, prefiero que
me publiquen in vitum y no postmorten...
Qu ingeniosidad! se admir Hamlet. Una respuesta
marcadamente feminista. Asistes a las peas del pensamien-
to femenino?
No dijo Bunny y se rasc una canilla. Asist por un
tiempo al curso de corte y costura, pero no consegu tela por
dnde cortar.
Eres sorprendente dijo Hamlet. Estoy a punto de
enamorarme perdidamente de ti.
No lo hagas suplic Bunny y se rasc la otra cani-
lla. Yoswasleydis te matara.
Y ese quin es? Tu editor? Nunca lo o nombrar. Es
independiente?
No suspir Bunny, l es ateo.
Hamlet la condujo a una de las mesas ms cercanas para
presentarle a algunos luceros del mbito cultural. Bunny Ba-
nana se sinti gris e insignificante en medio de tantas perso-
nalidades. Para levantar su autoestima quiso decirles algu-
nas poesas, pero todos se negaron ms o menos
delicadamente.
Ser de mal gusto decir poesas? se preguntaba Bunny
cuando vio a un personaje muy estrafalario subirse a una
mesa con varios folios mecanografiados en las manos y gri-
tar suelta un folio al aire aullar suelta otro foliomau-
llar suelta otro sacar la lengua otro y ponerse bizco
en medio de las ovaciones.
Ese Joj es un gran poeta exclamaba Hamlet dando
palmadas.
Es inigualable chill la damita a su derecha.

Escribe como los ngeles murmur un viejo a la iz-


quierda.
Bunny Banana comprendi que no comprenda nada, pero
para evitar el ridculo se sum a las alabanzas. El tal Joj
salt de la mesa y se retir del local escoltado por algunos
amigos tan estrafalarios como l. Bunny se puso a pensar en
lo excitante y brutal que sera templar con Joj, cuando la
damita de la derecha interrumpi sus fantasas erticas:
Menos mal que se fue. Si se queda un rato ms, me
vomito encima.
Cada da es ms payasa y maricona. No comprendo
cmo lo publican tanto! se quej el viejo de la izquierda.
Porque se ha echado a media editorial le explic
Hamlet sobndose la barba con la mano.
Bunny Banana escuchaba sonriendo mientras se pregun-
taba qu coo haca en ese lugar. El grupo de la mesa con-
versaba muy animadamente sobre personas desconocidas y
al parecer muy mediocres, oportunistas e hipcritas que son
muy promovidos y publicados porque se acuestan con me-
dias editoriales (Cuntas editoriales hay en esta jodida ciu-
dad?). Bunny mir a hurtadillas hacia la salida en busca de
escape.
Pero Bunny! Hamlet descubri su intencin.
Queridsima Bunny! le pas la mano derecha por la espalda
mientras que con la izquierda se sobaba la barba. Aqu tene-
mos a una joven y prometedora poetisa de la reciente gene-
racin. Una digna representante de los ultrarrecon-
tranovsmos. Una fmina bella y talentosa a la que han ignorado
y pisoteado todos esos jojoes de puta mierda. Que hable por
s misma en defensa de sus derechos! Habla Bunny!
Bunny intentaba intensamente hacerse invisible.
Habla, Bunny! dijo la damita de la derecha.
Habla, Bunny! dijo el viejo de la izquierda.
Habla, Bunny! Habla, Bunny! bramaban a coro de

ngeles todas las personas estrafalarias y simplemente per-


sonas a su alrededor, abriendo mucho bocas y ojos, dando
puetazos en las mesas y patadas al piso, volteando hacia
Bunny las caras rojas, sudorosas, llenas de tics nerviosos,
granos y venas hinchadas HABLA, BUNNY! vociferaban
rodendola, cortndole la nica va de escape, aprisionndo-
la entre sus cuerpos enfermizos de intelectualoides HA-
BLA-BU-NNY!
Bunny Banana en su intil esfuerzo por hacerse invisible, con
su plida sonrisa por evitar el ridculo, contra todas las ban-
deras, se subi en la mesa y habl:
Manda refuerzo que estamos ganando dijo.
Y entonces los presentes estrafalarios o no se pusie-
ron febriles a interpretar conceptualmente lo escuchado, ol-
vidndose de la propia Bunny, que aprovech la confusin
para fugarse de la masacre literaria, agarrando con el ltimo
instante la mochila con su valioso contenido con la mano de-
recha y a Hamlet con la izquierda, porque no iba a perder la
oportunidad de echarse a un barbudo, autntico y encanta-
dor escribano.
Bunny corre por las calles desoladas como si la persiguiera
una manada de canbales hambrientos. El corazn con que
vive palpita en el pecho, la respiracin obstruida por las
sustancias txicas de la realidad sale ruidosa y dispareja a
travs de su boca abierta, boca de muelas cariadas, boca de
lengua obscena, boca-trampa venenosa. Toda Bunny parece
un pjaro herido en su ltimo intento de salvacin. Dobla
ciegamente las esquinas sin rumbo, salta muros, cae y vuel-
ve a levantar, arrastrando tras s el dcil cuerpo de Hamlet,
que la sigue ansioso por llegar para restablecer el equilibrio.

Nada de eso fue as BUNNY, POR FAVOR, NO EMPIECES.


Todo lo anterior es mentira BUNNY, TE LO RUEGO . Yo
corra sola POR QU, BUNNY? SI ESTABA QUEDANDODE
LO MS BONITO. Por favor, no interrumpas, t no sabes
cmo fue todo aquello LO QUE NO S, LO INVENTO. No
le hagan caso. Como les iba diciendo, corra sola. Disfrutan-
do a plenitud de facultades mi soledad de corredor de fondo.
Hasta que tropec con un extrao en la noche, que corra en
direccin diametralmente opuesta. Nuestros ojos se cruza-
ron por un instante. Y en ese instante yo supe que el extrao
en la noche, el tipo se de barbas YA SABA YO se llama
Hamlet NOTE LODIJE?y es un escritor famoso y solita-
rio que ha elaborado una teora sobre no s qu y es el hom-
bre de mi vida, mi media naranja, mi destino, mi amor a
primera vista y hasta que la muerte nos separe, que tiene el
promedio de orgasmos y las dimensiones flicas exactamen-
te compatibles conmigo, que tendremos muchos hijos y sere-
mos felices y equilibrados y moriremos el mismo da a la
misma hora en el mismo hospital; supe el nombre de la en-
fermera que nos atendera y el de su hijo con sndrome de
Down y el de su perrita salchicha que se pone de muy mal
humor cuando... Pero un instante dura slo un instante y no-
sotros seguimos corriendo en direcciones diametralmente
opuestas alejndonos ms, y ms y ms.
OH, HAMLET, DE LOQUE TE HAS PERDIDO!...

CaptuloIV
Me gustara que ahora Bunny Banana vea una luz en medio
de la noche, vaya hacia la luz y encuentre ah el equilibrio.
Que se case con el prncipe entregue su alma a Dios to-
mando a cambio los hbitos, muera y reencarne en koala
publique sus poesas y sea un bestseller, acabe de templar-
se al violador, al perro, al extraterrestre, al polica, hasta que
la destroce un caballo muy gordo en el momento del xtasis
orgsmico.
Pero la verdad es triste y gris, como el cuarto en el que
habita Bunny Banana (con algunos elementos que se desta-
can ms que otros, pero que en la oscuridad parecen todos
algunos elementos ms grises que otros). Como la vida mis-
ma de Bunny Banana (montona e inodora), como Bunny en
cuestin: rata, cucaracha, perro callejero o planta (por
qu no?). Planta, campanita del antojo, flor nocturna en la
quinta avenida, cubierta de polvo y desechos y esta cancin
no es slo para el que pueda escucharla, pero Bunny canta,
canta, porque no tiene unicornio (criatura flica, segn la
mitologa) y cunto no dara por templarse aunque sea a un
caballo, pero no hay caballos, en toda esta jodida ciudad no
hay ni un jodido...
A la orden dijo el caballo frenando en sus cuatro pa-
tas delante de Bunny, que abri los ojos de par en par. Esta-

mos para servirla relinch.


Bunny dej de cantar y pas la mano por el gris lomo.
Luego, de un salto lo mont como una autntica jinetera, a
pesar de que el caballo era viejo, muy viejo.
El caballo viejo no era ningn caballo viejo, por supuesto.
Era un extranjero viejo (gris, por supuesto) y bastante estra-
falario. Lo suficiente estrafalario como para echrselo, aun-
que no lo suficiente como para hacerlo gratis.
Entraron en el primer hotel cinco estrellas que se trope-
zaron y fueron directamente al bar que estaba casi lleno. Lo
suficiente lleno como para que uno no se sienta solo, se sien-
ta como en su casa.
No s por qu tengo la sensacin de que esto ya me ha
pasado se dijo Bunny.
No, no ha pasado le contestnada de esto ha pasado
nunca ni est pasando.
Bunny se sorprendi muchsimo al descubrir que yo no men-
ta. Del cielo caa una lluvia de agua muy mojada. Moj a
Bunny completica y tambin la mochila con su valioso conte-
nido. Bunny caminaba por las calles desoladas pisando los
charcos y pensando en que a falta de extranjero podra tem-
plarse a algn nativo, pero por lo visto todos fueron extintos.
En toda esta jodida ciudad no hay ni un jodido nativo. No
comprendo dnde... Sera bueno tocar en cualquier puerta y
ofrecerme. Tambin hubiera podido ofrecer los veintinueve
pesos con cincuenta y cinco centavos si no se hubieran moja-
do. No tengo trono ni reino ni nadie que me comprenda, pero
te doy a cambio mi mano y corazn.
Para qu puede servir un corazn? La mano todava:
dame una manito aqu... Puedes leer la mano cuando no
tengas un libro a mano. Y el corazn? Bistec de corazn.
Corazn al minuto con manzanas. No hay muchas opciones.
Picadillo de corazn? Te doy mi mano para que espantes a

los mosquitos y mi corazn para la cena.


Se acerca finalmente a una parada y se sienta en el banco a
esperar que escampe. Un carro Habanautos se detiene fren-
te a ella y de l sale un extranjero muy viejo y bastante estra-
falario. Lo suficiente estrafalario como para...
Aqu estn dando corazn de perro? pregunta.
Se acerca finalmente a una parada y se sienta en el banco a
esperar que escampe. Un carro Habanautos se detiene fren-
te a ella y de l sale una extranjera muy vieja y bastante
estrafalaria.
Me llamo Mariluz. Soy viuda. Me quiero casar y no en-
cuentro con quin.
Se acerca finalmente a una parada y decide no sentarse en el
banco. Sigue caminando. Un carro Habanautos le pasa por el
lado y se detiene algunos metros delante. De l sale un perro
muy viejo y bastante estrafalario.
Bunny Banana le apunta con la pistola del hijo y aprieta el
gatillo.
Soy periodista de la ABCD dijo el perro atragantndose
con la lluvia y las pompas de jabn. Estamos haciendo una
encuesta sobre las diferencias raciales.
Est la raza humana comenz a enumerar Bunny, la
raza sobrehumana y los deshumanizados. La diferencia est
en la hora fantasma de cada cual.
El perro taquigrafiaba traduciendo simultneamente a
catorce idiomas.

Usted, por ejemplo volvi a la carga. Se ha senti-


do alguna vez discriminada?
Bueno... Bunny se rasc una canilla generalmente
me han negado el derecho a la palabra: me impiden decir
mis poesas de amor. Quiere que le diga alguna?
Gracias interrumpi el periodista, las historias de
horror son para la seccin ecolgica. Permtame otra pre-
gunta...
Claro, claro! Bunny se rasc la otra canilla.
Alguna vez ha pensado en que le gustara haber naci-
do en otro grupo racial? Social? Poltico? Cultural? Econ-
mico? Religioso? Territorial?
Bunny pens largamente. Muy largamente.
El perro apuntaba los pensamientos de Bunny.
Mil gracias dijo al fin, mil gracias y mil disculpas. No
s si aceptara una sugerencia ma...
Con muchsimo gusto! asinti Bunny efusiva.
Suicdate.
Bunny Banana camina por las calles desoladas pisando los
charcos. Tal vez si ella hubiera nacido en otro grupo territo-
rial andara pisando los copos de nieve.
Piensa: es agradable pisar los copos de nieve.
Piensa: ms agradable es estar dentro de la casita en el
medio del bosque, la estufa centelleando, la nieve cayendo
tras la ventana y un cuerpo clido muy cerca.
Piensa: se puede prescindir del bosque, la estufa y la ca-
sita. Se puede prescindir hasta de la nieve. Pero no puedo
prescindir de un cuerpo clido. Da lo mismo si es nativo o
extranjero, perro o chivo, liebre o gato...
Casi cae al tropezar con el cuerpo. Lo palp. Todava es-
taba clido. Lo arrastr por las calles desoladas, buscando un
rinconcito, pero en toda esta jodida ciudad... Entonces lo des-

visti ah mismo en la parada. Se desvisti tambin y cay


sobre l apasionadamente. Algo faltaba. Cambi de posicin,
se coloc debajo, usndolo de manto. No se sinti mejor. Se
sacudi el cuerpo menos clido (enfriado por la lluvia, viento
y el helado soplo de angustia que manaba del alma de la
insatisfecha Bunny).
Aydame le pidi.
El cuerpo no responda. Ni siquiera por seas. Ni siquiera
mentalmente. Era un cuerpo muy hermtico. Y enigmtico. Y
mimtico (Alguien ha tropezado con un cuerpo de verdad
mimtico?).
Sabes le dijo Bunny, no me importa el sexo.
Le cont su vida. Llor y ri. A veces paraba sintiendo la
garganta seca y beba agua de los charcos. O masticaba los
copos de nieve. O chupaba un carmbano. Acab insupera-
blemente exhausta.
Eres un buen compaero coment al acabar, sabes
or. Muy comprensivo. Te amo. Como nunca a nadie. Como
nunca nadie a nadie. Quiero compartir contigo alma corazn
y vida. Alma para conquistarte, corazn para quererte y vida
para vivirla junto a ti.
El cuerpo segua mudo. Bunny volvi a insistir. Se inclin
despacio y lo bes. A lo mejor pensaba que era un bello
durmiente. Sinti el fro mortal en los labios y una gran desilu-
sin. No era ningn bello durmiente. La verdad es que me
gustara algn da hacerlo con un cadver.
Bunny Banana camina por las calles desoladas sin encontrarse
ningn cuerpo. No comprendo dnde se habrn metido. De
repente divisa una luz en el medio de la noche y se detiene
expectante. Una luz en el medio de la noche no es algo que
se deba tomar a la ligera. Es muy fcil correr en direccin de
una luz en medio de la noche ciegamente como lo hacen las

mariposas, cucarachas y otros insectos despreciables. Pero


un ser pensante (y Bunny, a pesar de sus tendencias canino-
vegetales, es un ser pensante) debe necesariamente dete-
nerse a reflexionar ante las sustancias txicas de la realidad.
Bunny Banana se detiene a reflexionar durante dos o cuan-
to ms tres segundos y luego se lanza en direccin de la luz
en medio de la noche como un insecto despreciable cualquie-
ra, hasta tropezar con un hotel cinco estrellas. Entra al lobby
como Pedro por su casa y va directamente al bar que est
casi lleno. Lo suficientemente...
Quin dej entrar al perro? chill el cantinero.
Tendieron una trampa, haciendo sonar la alarma y los
cuernos de caza, dispararon las flechas envenenadas y ro-
dearon a la agonizante con estacas en las manos.
No soy un mamut trat de defenderse Bunny.
El extranjero de la mesa ms cercana pas la mano por el
gris lomo. Bunny lami la mano agitando la colita.
Qu desea beber? pregunt el cantinero.
Cianuro dijo Bunny agitando la colita.
Lleg la guagua y se montaron juntos y juntos fueron a casa
del extranjero. En el aire qued un rastro de pompas, no
qued ningn rastro de pompas, qued un rastro de estircol
que el cantinero recogi con una pala y us de abono en el
jardn para sembrar una rosa blanca, tampoco la guagua era
una guagua, sino un elevador que subi ms y ms alto (o
ms y ms bajo, depende de cmo lo mires, porque...) ni la
casa del extranjero era la casa del extranjero, sino una
habitacin en el hotel cinco estrellas que constaba de la habi-
tacin en s y bao (las proposiciones las acepta el custodio,
luego las reparte en calidad de propina).

Entre las cosas que se destacan en la habitacin estn: la


estera delante de la cama, el orinal debajo de la cama, el
pene del extranjero sobre la cama. La estera se destaca por
un problema de memoria afectiva (cuando yo era un perro...),
el orinal se destaca por su valor monetario (de plata el ori-
nal...), el pene del extranjero se destaca por sus escandalo-
sas proporciones. No es que Bunny sea una giganta, pero
tampoco es una Pulgarcita cualquiera. Se acost en la este-
ra.
Me llamo Mariluz dijo el extranjero. Soy periodista
de la ABCD.
Pens que Mariluz era un nombre de hembra comen-
t Bunny.
Lo es Mariluz jugueteaba con su pene en vas de ex-
tincin, pero en mi pas los hombres luchamos por la igual-
dad con las mujeres.
Ya veo contest Bunny.
Definitivamente la suerte no la acompaaba.
Vamos al grano suspir mudndose de la familiar es-
tera a la camilla de operaciones.
Bunny Banana se despert con dolor en los huesos. Mir en-
torno ligeramente angustiada, tratando de no recordar nada,
pero el recuerdo roncaba a su lado y era inevitable. Qu
coo yo hago aqu? se hizo Bunny la pregunta esencial
para el lugar y momento. La contest tan crudamente como
pudo: Comiendo mierda. Se levant con una firme decisin,
se puso rpidamente la saya, el ajustador sexy (con perlitas
en el pecho), el pulver, gui un ojo febril a su febril reflejo,
tom deprisa la mochila con su valioso contenido y fue sor-
prendida en el instante cumbre por las siguientes palabras
del recuerdo definitivamente despierto:
Bunny Banana, qu linda ests.

Como no soy bonita te lo agradezco ms respondi


sta con voz desfallecida.
Te quieres casar conmigo?
Bunny se imagin otra vez convertida en una mquina de
lavar-planchar-fregar-hacer el amor y sinti vrtigos.
Las esposas de los periodistas de la ABCD no son ningu-
nas mquinas le expliqu yo, ellas mismas tienen todo un
arsenal de mquinas.
Pero t sabes lo que l hace de noche? replic Bunny
con lgrimas en los ojos.
Yo sonre a su ingenuidad para no decir estupidez.
Dormir y callar! grit Bunny.
Te puedes buscar un amante suger despacio como a
tientas.
No-o-o-o! se horroriz Bunny, los periodistas de la
ABCD conocen a un montn de gngsteres, capos mafiosos,
asesinos a sueldo y detectives privados. Seguro que me con-
tratar a un guardaespaldas y descubrir mi infidelidad. En-
tonces nos mandar a matar o se suicida l mismo y no me lo
perdonar jams y me suicidar tambin, no sin antes dejar
una nota: Adis, mundo cruel, oh, muerte acogedora, voy a
tu encuentro.
Te quieres casar conmigo? dijo Mariluz, jugueteando con
su pene en vas de extincin. Podramos tener un nio.
Yo ya tengo uno respondi Bunny. Se llama
Rocamadour y no le puedo joder la vida porque los nios son
la esperanza del mundo.
Lo vestir de plata asegur Mariluz, alcanzando el
orinal, toma, mi regalo de bodas volvi a juguetear con
su ya saben.
Gracias Bunny le dio vueltas al orinal en las manos ,

eres muy generoso, pero no puedo aceptar...


Qu ms deseas, ama y seora? Mariluz adopt la
pose del genio de la lmpara abandonando su entretenimien-
to preferido.
Bunny revis la interminable lista de sus necesidades y
descubri el punto dbil.
Amor dijo.
Por ms que me esfuerce en acercarme a la verdadera histo-
ria de Bunny Banana, no logro contar las cosas de un modo
consecuente y equilibrado. En otro momento reflexionar con
ms profundidad respecto al tema y tal vez llegue a alguna
conclusin. Mientras, slo puedo intentar repetirlo todo; si lo
desean, claro.
Bunny Banana se despert con dolor en los huesos a pesar de
no haber dormido sobre una estera ni haber pasado la noche
templando. Es posible que Bunny tenga un problema seo.
Tambin pueden haber influido sus esfuerzos por pasarse la
noche templando. Pero Mariluz se mantuvo firme en su posi-
cin clibe. Tal vez eso formaba parte de su lucha por la
igualdad con las mujeres, o simplemente era impotente. En
cualquier caso, Bunny intent escapar de la turbacin en la
masturbacin con logros parciales: se turb ms. Ya definiti-
vamente turbada, perturbada y masturbada, Bunny Banana
se durmi y so ser la protagonista de una pelcula porno,
sufriendo una gran desilusin al despertar.
Huye, Bunny, me dije con lgrimas en el alma, este no es
tu lugar en el mundo. Y cul es tu lugar en el mundo?, me
pregunt...
Mariluz interrumpi mi dilogo interior incorporndose rui-

dosamente en el lecho.
Buenos das, Bunny Banana. Todava ests aqu?
Ya me iba. Slo esperaba la recompensa por la grata
noche que te he proporcionado respond vistindome.
No comprendo me dijo, yo te di de comer, te di de
beber, te ofrec mi casa que es la habitacin del hotel cinco
estrellas. Qu ms deseas de una persona honesta?
Amor respond angustiada.
Se lo dije mentalmente, por supuesto. Sonri y me man-
d pal carajo, tambin mentalmente, por supuesto.
Discutimos un rato sin escatimar ofensas ni acusaciones,
todo mentalmente, por supuesto. Al final nos rendimos los
dos. Camos sobre el campo de batalla, desangrados, y cuer-
vos malolientes nos picotearon los ojos.
Pretendes casarte conmigo? pregunt Mariluz siguiendo
con la vista los movimientos de Bunny, que frente al espejo
cubra de sencillos atuendos su esplndido cuerpo.
Para nada contest sta sinceramente.
Todas ustedes buscan lo mismo: un hogar, un hombre
que las mantenga, hijos, nietos, una vejez encantadora...
Te equivocas insisti Bunny.
No se conforman con que mis brazos te ofrezcan el
discreto instante de una aventura...
Mariluz interrumpi Bunny, alguna vez en tu vida
has escrito poesas? Poesas de amor?
Mariluz mir a Bunny sin comprender, como si de repente
esta le hablara en un autntico ingls.
Quieres que te diga alguna? Bunny sac de la mochi-
la su libreta de poemas.
No, gracias reaccion el extranjero muy viejo.
Bunny le regal una sonrisa casi estrafalaria y cerr la
puerta al salir. Bunny Banana camina por las calles desoladas
pisando los copos de nieve. Acaba de matar a un extranjero

viejo sin el menor remordimiento. Enterr el cuerpo clido en


el bosque de Sherwood y bot el arma del crimen en las
aguas turbulentas del Nilo.
Pero no se siente mejor.
Bunny Banana, asesina despiadada, no palpit de placer al
restregar las vsceras de la vctima contra su cltoris ardiente.
Bunny Banana, manitica astuta, no gimi satisfecha al
succionar la blanda mdula, al lamer los elsticos tejidos, al
sobar las superficies hmedas.
Bunny Banana, psicpata peligrosa, no se estremeci en
un orgasmo al introducirse los restos descuartizados por el
esfnter del ano.
Bunny llora de rabia, impotencia y soledad, dejando tras s
un rastro del corazn destrozado con que vivi el susodicho.
Se lo pueden imaginar?
Un bello rastro de gotas rojas sobre los blanqusimos co-
pos de nieves. Como manzanas.
Y sin embargo, no se mueve. O sea: no hay equilibrio. En
toda esta jodida... no comprendo...
Bunny Banana camina por las calles desoladas pisando
en fin. Matara a cualquiera que se le tropiece. O tal vez no lo
matara: lo amara. O mejor, lo amara y despus lo matara.
O viceversa. Pero nadie se le tropieza.
Llora de rabia, impotencia y soledad, dejando un rastro de
pura sangre del corazn con que vive. De SU corazn.

CaptuloV
No, no te rindas ante las oscuridades perniciosas, ante los
ojos intransigentes de la noche. Lucha por tu condicin de
mujer en flor, sigue en las calles desoladas hasta encontrar
aunque sea un amor verdadero o dos, no hace falta ms, y
hazle todas las cosas que te gustara hacerle, todas las cosas
que te gustara que te hicieran, todas las cosas que le guste
que le hagan.
Bunny Banana escucha hondamente los consejos que yo le
susurro por el odo derecho, mientras capta con el odo iz-
quierdo los sonidos reveladores de una presencia menos in-
material que la ma. Va guindose por el sonido (como tras el
flautista de Hmelin) hasta dar de frente con un seor mayor
con cara de trastornado y olor nauseabundo que interpreta el
Cisne de Cent-Sans enuninstrumento improvisado de unpei-
ne deshecho y una tira de papel sanitario usado.
Queda maravillada.
Hola dice el seor mayor interrumpiendo su concier-
to, bienvenida a mi casa. Acomdate donde te parezca. Qu
deseas de beber?
Hola dice Bunny mirando el paisaje comprendido por
una esquina de dos calles desoladas, edificios y latones de
basura. Cul es tu casa?

El seor mayor con cara de trastornado y olor nausea-


bundo seala con un amplio gesto el paisaje comprendido
por la esquina, edificios y latones.
Cul si no es la casa de los que no tiene casa? respon-
de. Puedes elegir tu rinconcito en medio de tanto espacio
colectivo. Puedes vivir lo mismo en un parque, debajo de un
puente, que en las ruinas de un palacio. Tambin podras
buscarte algo ms convencional, pero las ciudadelas no es-
tn de moda.
Bunny mira incrdula al seor mayor con cara de trastor-
nado y olor nauseabundo. Nunca lo he hecho con un seor
mayor con cara de trastornado y olor nauseabundo. Tal vez
sea excitante y brutal. Se lanza a su cuello, cubriendo de
besos la trastornada cara, hurgando con las manos la nau-
seabunda carne, halla la verga, cubierta de costras de proce-
dencia dudosa y la envuelve en un santiamn con su vulva
adoptando una posicin muy sofisticada.
Bunny mir incrdula al seor mayor con cara de trastornado
y olor nauseabundo.
Bueno se decidi, qu tienes de beber?
El hombre se par en pose teatral y con voz engolada
enumer:
Cctel Ilusin: 2 lneas de agua de lluvia
2 lneas de orina de sapo
1 lnea de leche de rata recin parida
goticas de limn
Cctel mbar: 2 lneas de orina de sapo
2 lneas de orina de rata
1 lnea de agua de fosa
goticas de limn

Cctel Medianoche:
1 gotica de esperma de perro
1 lnea de leche de rata recin parida
2 lneas de agua de fosa
goticas de limn.
Cctel Secreto...
No interrumpi Bunny e intent sonrer, gracias, yo
estoy bien. No deseo beber nada. Tampoco comer nada.
El seor mayor con cara de trastornado y olor nausea-
bundo le respondi a Bunny con una mezcla de lstima y
desilusin:
Como t quieras. Pero no puedes rechazar mi sincera
amistad que te ofrezco de todo corazn.
No sonri Bunny, acepto tu sincera amistad y te
ofrezco en cambio la ma de todo corazn.
Sellaron el intercambio con un prolongado abrazo muy
amistoso, mientras sus rganos reproductores se buscaban
ansiosos, se encontraban y se unan en un coito muy excitan-
te y brutal.
Mir incrdula al seor mayor con cara de trastornado y olor
nauseabundo que prosigui:
Toda la ciudad es tu casa, todo el pas es tu casa, el
mundo entero es tu casa; lmpiala de inmundicias, decrala
con esmero. Entonces invita a los amigos para que compar-
tan contigo el nacimiento de los deseos lquidos.
Dej caer algunas lgrimas de humildad y por si acaso me
rasqu la canilla derecha. l volvi a interpretar la tristsima
meloda del Cisne de Cent-Sans desde donde la haba inte-
rrumpido.

Quin eres? pregunt Bunny secndose las lgrimas de


humildad.
Soy un viejo enfermo payaso, embalsamador y taxider-
mista; tambin hago otros trabajos manuales: hurto menor,
robo con fuerza, masturbacin y asesinatos a sueldo, even-
tualmente. No conozco mi nombre, ni te lo dira, aunque lo
supiera, pero puedes llamarme Hamlet para mayor comuni-
cacin.
Mucho gusto dijo Bunny. Yo soy Bunny Banana y
escribo poesas de amor.
Oh gimi Hamlet, has elegido un oficio doloroso de
tan dulce. Hace aos conoc a una mujer que escriba poesas
de amor. Muri de tisis en una playa desierta y su cadver fue
vendido a los traficantes de rganos que lo asaron y lo ingi-
rieron llorando una noche de luna llena, conmovidos por tan-
ta belleza...
Quieres que te lea alguna?, Bunny sac solcita la
libreta de la mochila.
Oh, no! la detuvo Hamlet, slo lograras echarle
sal a mis heridas no cicatrizadas... Dime se dirigi a Bunny
con cara ms trastornada que nunca, has amado?
Me qued algunos instantes pensativa y por si acaso me
rasqu la canilla izquierda. Luego asent avergonzada, conte-
niendo las ganas de rascarme ambas canillas a la vez.
S dije, he amado desde que tengo uso de razn.
Pero todos mis amores han sido secretos y ninguno corres-
pondido.
Oh! gimi Hamlet, tienes un destino desusado y
sorprendente. Hace aos conoc a una mujer que tena amo-
res secretos no correspondidos. Muri de cncer en una mon-
taa solitaria y su cuerpo fue hallado por el jefe de los asalta-
dores locales que lo coloc en una urna de cristal llena de
ptalos perfumados y anduvo de aldea en aldea con la urna a

cuestas recaudando fondos para las jvenes madres solteras


y viudas hasta que lo mataron en un accidente de trnsito dos
turistas polacos homosexuales... Pero dijo Hamlet despa-
cio como a tientas ahora, ests atada afectivamente a al-
gn ser? Quiero decir, que no sean tus padres...
Volv a pensar durante un minutico o dos, inspeccionando
las puertas de mi corazn. Todas lucan un grueso candado.
No respond firmemente, estoy libre.
Saba todo lo que me pasara luego con lujo de detalles,
o al menos, eso crea.
Bunny Banana se despert sin el menor dolor en toda su ple-
nitud de facultades. Mir atnita el paisaje que comprenda
los lujosos aposentos estilo Luis XIV o tal vez Luis XV, no
estaba bien segura. Vio abrirse una puerta de bano o cao-
ba, no estaba bien segura, y entrar a un joven criado chino o
japons con una bandeja de oro o plata o las dos cosas.
Dnde estoy? pregunt Bunny atnita y el joven cria-
do chino o japons no respondi. Tal vez era mudo o sordo o
las dos cosas.
Coloc la bandeja sobre una mesita de mrmol o marfil,
no estaba bien segura, y sali tan sigilosamente como entr.
Bunny cerr los ojos tratando de recordarlo todo paso a
paso. Cuando lleg al paso Hamlet lo busc con la vista. No
estaba en ningn lado. Decidi esperar un poco y sac la
pistola del hijo de hacer pompas de jabn para no aburrirse.
Hizo muchas pompas, pero Hamlet no apareci, el que apa-
reci fue un joven de aspecto estrafalario y se acerc a Bunny
flotando entre las pompas.
Hola dijo, bienvenida a mi casa. Deseas algo de
beber?
Hola contest Bunny, su cara me resulta
conocida. Nos hemos visto con anterioridad?

El joven de aspecto estrafalario le respondi a Bunny con


una mezcla de lstima y desilusin.
Pero Bunny! Ests enferma? Te diste algn golpe en
la cabeza? Sufres de amnesia? Baches en la memoria? Hace
aos conoc a una mujer que olvidaba por las maanas con
quien se acostaba por las noches. Muri de sfilis en medio de
la selva y su cadver fue devorado por los cocodrilos. En el
lugar donde caan las heces florecan ramos de marpacficos.
Los caminantes recogan las flores para regalrselas a sus
amadas que se las prendan en el cabello y se infectaban
inevitablemente sin saber la procedencia de sus males...
Usted quiere decir Bunny tena los ojos abiertos de
par en par que es el mismo Hamlet al que me encontr en
una esquina entre edificios y latones de basura?
Bueno el hombre se sonroj ligeramente, las apa-
riencias engaan, la vida es una ilusin y el amor tiene la
capacidad de transformar...
Creo que s beber algo suspir Bunny. Qu tiene
de beber?
El joven de aspecto estrafalario se par en pose teatral y
con voz engolada enumer:
Cctel Secreto, cctel mbar, cctel Medianoche...
Nointerrumpi Bunny e intent sonrer, gracias, no
deseo beber nada. Tampoco comer nada. Supongo que estoy
bien.
Hamlet se encogi de hombros, se sent solo a la mesa
de mrmol o marfil y engull con finos modales el contenido
de la bandeja de oro o plata trada por su joven criado chino
o japons o las dos cosas. Se limpi la boca con la servilleta,
eruct delicadamente y se volvi hacia Bunny:
Entonces hagamos el amor.

Dichoso aquel que no distingue entre el hacer el amor y tem-


plar! Bunny Banana distingui desde el primer instante, sor-
prendida y atnita. Se trota igual, pero no como la pareja de
gordiflones picador-caballo, sino ms bien al estilo de dos
cisnes anorxicos que agonizan bajo el acompaamiento de
Cent-Sans interpretado por un seor mayor con cara de tras-
tornado y olor nauseabundo en la filarmnica improvisada de
un peine desecho y papel sanitario usado.
Bunny, por supuesto, no lleg y no llegara jams; nunca
present cuadro de poseer finos modales y educacin ade-
cuada. En cambio, fue retribuida con ternura desconocida de
caricias sofisticadas y se regode exponindose a los rayos
de una felicidad imposible. Porque si bien es cierto que hacer
el amor era una agradable y curiosa novedad, hay que reco-
nocer que el vulgar y ordinario destino de Bunny le impona
ser satisfecha nicamente en coitos excitantes y brutales.
Eres una flor paradisaca que abre sus ptalos iridis-
centes y yo soy un insecto obsesionado con el nctar que
guardas en tus entraas murmur Hamlet en el odo de
Bunny, mientras sus delgados dedos recorran el esplndido
cuerpo en el relajamiento posteyaculatorio.
Una cucaracha? pregunt Bunny con los ojos abiertos
de par en par.
Eres un fruto de melocotn prosigui Hamlet ignoran-
do la pregunta, dulce y jugoso y yo soy un ave insaciable
que mientras ms te saborea, ms te desea.
Soy Bunny intent corregirlo Bunny.
Eres una vela ardiente repuso Hamlet que atrae mi
alma noble como una mariposa para desolarla en tu fuego.
Bunny Banana insisti Bunny. Escribo poesas de
amor.
Eres un oasis en el medio del desierto, una isla para el
nufrago, un techo en el diluvio, la aurora boreal en el pas

de las sombras largas...


Quieres que te lea alguna?
No s si so con un seor mayor con cara de trastornado y
olor nauseabundo al tiempo que haca el amor con un joven
de aspecto estrafalario o me vea en sueos junto al joven al
tiempo que templaba con el seor mayor.
No s si el mendigo se convierte en prncipe, si la Bestia
pierde el maleficio, o Belceb el Cojuelo toma aspecto de un
ser humano encantador.
Lo nico que puedo jurar es que siempre fui y siempre
ser la misma Bunny Banana.
Saco mi pistola de hacer pompas de jabn para distraer-
me, mientras a mi lado ronca Hamlet. Hago muchas pompas
que explotan en el medio de los lujosos aposentos estilo Luis
XIV o cuanto ms Luis XV, no estoy segura, cuando se abre la
puerta de bano o caoba, no estoy segura, y entra el joven
criado chino o japons o las dos cosas.
Entra flotando entre las pompas y se me acerca.
Hola le digo muy amable. Cmo est usted? Su
mujer, los hijos?
Mira mi esplndido cuerpo descubierto, mira a Hamlet
que ronca a mi lado y vuelve a mirarme. Algo se remueve en
mi interior con un presentimiento o esperanza o las dos co-
sas. La verdad es que me gustara hacerlo con un joven cria-
do chino o japons. Debe ser muy excitante y brutal.
De pronto caigo en no debe comprenderme. Hago un es-
fuerzo por recopilar mis conocimientos de idiomas extranje-
ros y le digo muy amable:
Geisha. Chop-suey, hara-kiri.
Me responde con una cara de terror apocalptico (Al-
guien ha experimentado alguna vez un terror apocalptico?).

Haiku, Sanyo Mitsubishi kimono lo tranquilizo.


Se arrodilla de repente, toma mi mano en las suyas y
murmura sin el menor acento:
Debemos hablar, se lo ruego, salgamos de aqu!
Salto de la cama y lo sigo, bajamos por una escalera de
caracol ms y ms depende de cmo lo mires tan rpido
que no me da tiempo a leer las inscripciones en los potes de
mermelada... Salimos por una pequesima puerta a lo que
yo supona que debi ser el jardn de rosas y en realidad es la
calle. Miro atnita el paisaje que comprende una esquina,
edificios y latones.
Bueno? comienzo a inquietarme.
Soy Mariluz dice el joven criado chino o japons y se
quita la mscara dejando al descubierto un rostro femenino
bastante estrafalario, la novia del prncipe Hamlet me
mira comprobando mi reaccin.
No estoy en condiciones de reaccionar.
Dime comienza despacio como a tientas, has ama-
do?
Por toda respuesta me lanzo a su cuello y la tumbo. Ella
lucha un poco para mantener las apariencias, pero lo que
hace en realidad es excitarse infinitamente. Le arranco las
ropas y ella, excitada infinitamente, no tiene nada que arran-
car. En eso llegan los policas con sus bastones muy duros y
se los pedimos prestados por un momentico.
Bunny Banana se despierta sin el menor dolor en toda su
plenitud de facultades. Mira por un rato el paisaje com-
prendido por lujosos aposentos y se hace la nica pregunta
posible dados el lugar y momento: Qu coo? Busca un
rato la respuesta y no la encuentra. Se encoge de hombros.
En eso se abre la puerta de alguna madera preciosa, entra el
prncipe Hamlet con una bandeja de algn metal precioso y la
pone sobre la mesa de algn precioso mineral.

Hola saluda, te traje el desayuno. En realidad ten-


go a un joven criado asitico que es mi novia Mariluz disfra-
zada, pero hoy decid servirte yo mismo.
Hola Bunny se rasca las canillas con desesperacin
, por favor, tcame el Cisne de Cent-Sans en lo que yo me
adapto a las nuevas condiciones externas.
Bunny Banana se demora dos o cuanto ms tres minutos en
adaptarse a las nuevas condiciones externas, luego se lo co-
munica a Hamlet.
Muy bien ste interrumpe la interpretacin y guar-
da el instrumento en el bolsillo. Entonces te propongo
desayunar, mirar juntos mi coleccin de sellos y hacer el amor.
No-o-o-ocontesta Bunny despaciocomoa tientas, ese
orden me resulta demasiado ortodoxo. Mejor primero haga-
mos el amor, despus hagamos el amor, despus tambin
hagamos el amor y despu-e-es, si quieres miramos los se-
llos y desayunamos.
Oh! gime Hamlet, eres una persona extraordinaria
con una intuicin innata para la planificacin. Hace aos co-
noc a una mujer con ese sentido del ritmo vitae. Muri de tos
ferina en un sembrado de arroz con la nica compaa de su
estengrafa privada que le profesaba un respeto rabnico y
cumpli su ltimo deseo al pie de la letra: quem el cuerpo
en el interior de una cueva cercana y reparti las cenizas
licuadas con zumo de remolacha entre los perros callejeros
sin amparo filial.
Hicieron el amor. A la cuarta, o cuanto ms, quinta vez Bunny
Banana pint con la lengua dos manzanitas en la cabecera de
la cama para mayor equilibrio. Eso, ms tocarse disimula-
damente el cltoris con la mano derecha, mientras los dedos
de la izquierda jugueteaban disimuladamente con el esfnter

del ano, la ayud a llegar de una manera casi excitante y


brutal.
Llegu! grit Bunny, mientras Hamlet le canturrea-
ba en el odo la inolvidable meloda del Cisne de Cent-
Sans.
Unos instantes despus l agitaba la campanita en el ex-
tremo derecho de la cabecera de la cama, justo sobre las dos
manzanitas que haba pintado Bunny con la lengua.
Como si estuviera espiando detrs de la puerta, tal vez
por el ojo de la cerradura, entr sin demoras la novia, vestida
de un joven criado chino o japons:
A la orden.
Treme mi coleccin de sellos exigi Hamlety cam-
bia el contenido de la bandeja por manjares frescos, que
stos ya deben haberse descompuesto.
La servicial novia del prncipe Hamlet obedeci.
Eres la primera persona despus de m, mi novia, mi
familia y el estrecho crculo de amigos, que tendr el privile-
gio de contemplar mi coleccin de sellos.
Me honra tu confianza acert a responder Bunny.
Hamlet tom de las manos del criado una carpeta, extrajo
de ella una pequea cartulina, la dobl en forma de avin de
papel y lo lanz al aire. ste dio una vuelta sobre la cama y
cay justo en las manos de Bunny.
brelo sugiri Hamlet temblando de ansias y emo-
cin.
Bunny lo abri. Estaba en blanco. Mir por si acaso en el
reverso y se rasc una canilla.
Qu te parece? indag Hamlet temblando de ansias
y emocin.
Bueno... Bunny se rasc la otra canilla segn me
permiten mis conocimientos de las artes de sellos, se trata
de un ejemplar inigualable. Me ha dejado muda de asombro.

Hamlet tembl an ms, extrajo de la carpeta la siguien-


te cartulina, le dio el mismo tratamiento, pero fall, a no ser
que esa haya sido su intencin. El avin fren justo entre los
muslos de Bunny, abiertos de par en par.
Bunny Banana mir atentamente la cartulina y asinti con
la cabeza, adoptando un aire de estar contemplando algo
extraordinario.
Quiero que aprecies los detalles aconsej Hamlet tem-
blando de ansias y emocin, quiero que te deleites con la
fuerza, la maestra. Veo-veo-veo, vuelan estampillas en el
correo; mariposas son que de noche duermen en el buzn
recit eufrico y sac otra cartulina.
En total fueron doscientos setenta y ocho.
Algn da har una exposicin confes Hamlet tem-
blando an. Tal vez subaste dos o cuanto ms tres piezas.
Qu te parece? mir a Bunny al tiempo que agitaba la
campanita.
Una idea maravillosa murmur Bunny. Estupenda!
aadi con ms nfasis.
Llvate la carpeta orden Hamlet al joven criado que
era su novia y cambia el contenido de la bandeja por man-
jares frescos, que stos deben haberse descompuesto.
Oh! gimi Hamlet cuando la puerta se cerr tras su
novia que era su criado, eres divinamente sensible. Pocas
personas tienen tu don de percepcin de las artes de sellos.
Hace aos conoc a una mujer que podra igualarte en ese
don si no hubiese muerto de un colapso en un valle inundado
a consecuencia del fenmeno El Nio. Su cadver fue pesca-
do por un terrorista rabe que se ocultaba de la Interpol ha-
cindose pasar por millonario dueo de tres pozos petrole-
ros. Escalp el cabello de la ahogada para encargar una peluca
de regalo a su nueva esposa, la nmero quinientos veintiocho
en el harn. El resto lo enterr al pie de una ceiba sin lpida
ni seal ninguna. Poco tiempo despus la ceiba se sec, se
pudri y se deshizo en trocitos minsculos que sirvieron de

materia prima para los nidos de las codornices y gavilanes


vecinos.
Hamlet dijo Bunny despacio como a tientas. Te
quieres casar conmigo?
Oh! gimi Hamlet, qu directa eres! Hace aos
conoc a una mujer...
Hamlet! interrumpi Bunny, te he hecho una propo-
sicin y exijo respuesta.
El joven de aspecto estrafalario busc la filarmnica im-
provisada de un peine deshecho y papel sanitario usado.
Necesito pensarlo dijo y se puso a tocar la dulcsima
tonada del Cisne de Cent-Sans.
Bunny Banana! la llam disimuladamente la novia-
criado que espiaba detrs de la puerta o por el ojo de la
cerradura o las dos cosas.
Bunny acudi a su llamado disimuladamente.
Si vas al bao, no tires el papel sanitario usado! le
grit Hamlet interrumpiendo su interpretacin por un ins-
tante.
Qu deseas? dice Bunny al criado-novia.
Debo advertirte tres cosas responde este o esta o las
dos.
Adelante Bunny se rasca la canilla derecha.
Uno. El prncipe Hamlet, hijo legtimo y heredero uni-
versal del Caballero de Pars, no es ningn prncipe. Es un
viejo enfermo payaso, embalsamador y taxidermista. Tam-
bin hace trabajos manuales: hurto menor, robo con fuerza,
masturbacin y asesinatos a sueldo, eventualmente.
Eso ya lo s Bunny se rasc la canilla izquierda. Si-
gue.
Dos. La novia fiel y sirvienta fiel del prncipe Hamlet,
que no es prncipe, como ya sabes, soy yo: Mariluz. Nos per-
mitimos ciertas libertades, gente civilizada, en fin. Pero si se

casan, los enveneno a los dos y luego me mato. Tengo cianu-


ro suficiente.
Y lo tercero? Bunny vuelve a su canilla derecha, nota
la roncha de tanto rascarse y decide abstenerse para evitar
lceras o consecuencias mayores.
Es un gran secreto que slo conozco yo, adems del
mismo Hamlet, nuestros familiares y el estrecho crculo de
amigos. Su coleccin de sellos no es ninguna coleccin de
sellos. Son cartulinas en blanco!
Estoy impresionada comenta Bunny despacio como a
tientas sonriendo a su ingenuidad para no decir estupidez .
Yo tambin debo decirte algo y es una sola cosa.
Te escucho.
Bunny se rasca esta vez el cltoris libre de ronchas.
Por qu no jugamos los tres al tren?
Mariluz se neg rotundamente a jugar. Hamlet tambin se
neg rotundamente.
He tomado una decisin dijo y las dos mujeres lo mi-
raron temblando de ansias y emocin. No puedo casarme
con Bunny porque estoy comprometido con Mariluz. Tampoco
puedo casarme con Mariluz porque amo a Bunny. Por lo tan-
to, no me casar con ninguna de las dos ni con cualquier
tercera. Prefiero encerrarme en un monasterio zen hasta el
final de mis das. Tal vez en mi prxima reencarnacin logre
corregir el karma...
Con esas palabras y antes de que ellas pudieran reaccio-
nar, Hamlet se march, dejando en el aire doscientos setenta
y ocho aviones de papel.
Me despierto sin el menor dolor en toda mi plenitud de facul-
tades. Miro durante dos o cuanto ms tres minutos el paisaje

comprendido por un cielo azul estrellado y trato de adaptar-


me a la nuevas condiciones externas.
Me levanto, ampliando con ese acto el paisaje compren-
dido esta vez por una esquina, edificios y latones de basura.
En un latn estuve durmiendo yo, a pesar de no ser ninguna
Pulgarcita. En el latn vecino ronca a travs de la boca abier-
ta un seor mayor con cara de trastornado y olor nauseabun-
do. En un tercer latn con la placidez de un recin nacido
duerme un joven o una joven o las dos cosas con aire orien-
tal. Por todo el derredor estn esparcidos aviones hechos de
cartulina blanca. Los recojo (son exactamente doscientos se-
tenta y ocho) y los coloco cuidadosamente en el latn que
hace unos instantes estuvo ocupado por mi esplndido cuer-
po. Busco en la mochila mi peine, levanto del suelo una tira
de papel sanitario usado y me alejo por las calles desoladas
tocando la inolvidable meloda del Cisne de Cent-Sans.
Oh, Bunny! le gimo a Bunny Banana en ambos odos para
que no atienda otro sonido que no sea el de mi voz inmate-
rial. Eres dichosamente sensata. Hace aos conoc a una mu-
jer con esa caracterstica. Muri. En el desierto del Sahara de
esquizofrenia. Su cuerpo fue convertido en estatua de sal
que fue a su vez lamida por una vaca del desierto o un came-
llo o las dos cosas, no estoy segura.

CaptuloVI
Din-don, suena el cascabel amarrado al tobillo de Bunny.
Din, don, avisa que va a pasar un leproso, un infectado, un
intocable.
Din-don, se apartan de su camino los escasos transen-
tes, los perros abandonados, los miserables gatos y todo tipo
de insectos. Din un paso incierto por las calles desola-
das, don otro paso incierto hacia ningn lugar.
Quin te ha marcado con un cascabel en el tobillo? (din-
don).
Quin te ha apresado en el vulo del vaco? (din-don).
Quin te ha condenado al desequilibrio eterno (din-don).
Camina, Bunny, camina (din), busca, Bunny, busca (don), no,
no te rindas ante las oscuridades perniciosas (din), ante los
ojos intransigentes de la noche (don), no, no renuncies a la
esperanza (din), recuerda que la desesperanza es uno de los
nombres del demonio (don).
Papato querido que vive en el cielo, aydame a encontrar
aunque sea un poquito de equilibrio, o dos, no hace falta
ms, mndame un techo en cualquiera de sus proyecciones,
comidita en cualquiera de sus proyecciones y amor en cual-
quiera de sus proyecciones.

Cesa el sonido del cascabel amarrado al tobillo de Bunny, lo


que significa que esta se ha parado.
Qu te ha hecho detener, criatura errante?
Oigo voces, s, muchas voces, voces humanas, vivas, c-
lidas.
Y de dnde provienen esas voces?
No s, no logro comprenderlo, tal vez sea un pramo, un
llano en llamas o...
O qu, Bunny? Habla sin rodeos!
O un cementerio!
Din-don, suena el cascabel amarrado al tobillo de Bunny.
Din, don anuncia cada paso suyo, cada pisada.
Din, don, se aleja entre las cruces y lpidas.
Qu calor hace esta noche! Dan ganas de darse un buen
chapuzn en el ro.
No me recuerdes el ro que me siento morir ahogado de
nuevo.
Si han pasado treinta aos ya!
Yo lo comprendo: cuando se habla del fuego es como si
volviera arder...
T te lo buscaste, para qu te echaste el galn de
alcohol y prendiste el fsforo?
S, mam, para qu?
No vuelvan con lo mismo! Ya lo he contado un milln de
veces: llegu a casa, lo vi con otra, me envolv en una fraza-
da junto con el beb y lo hice... Se llama demencia temporal.
Ay, mam, ay, mam, ay, mam...
Haz callar al chiquillo se de una vez! Con el calor que
hace y la gritera es como para pegarse un tiro...
No te servira de mucho...
Durmete, mi nio, durmete, mi amor...

Mariluz, ests dormida?


S...
Slo quera preguntarte...
S?
Todava me amas?
Todava.
Yo tambin. Sabes, el SIDA no es lo peor que le puede
ocurrir a uno.
No, no es lo peor.
Qu les parece si jugamos a algo?
A la sinceridad?
A los escondidos?
Al tren?
Cllense! Alguien est merodeando por aqu...
Ser el luntico de Hamlet que volvi a salir de su
tumba?
Ser el luntico de su padre?
S-s-s-s-sh... Oyen?
Lo oigo!
Din-don, din-don, din-don...
Uno nuevo?
Lo oyes, Mariluz?
Qu lstima que el nio se durmi! Le gusta tanto co-
nocer a los nuevos...
No es ningn nuevo, imbciles. Es un vivo.
Un vivo?
S, un vivo, je-j.
Un vivo! jo-j.
Un vivo! ja-j.
Hola saluda Bunny, soy Bunny. Escribo poesas de amor.

Hola-hola-hola...
Estamos encantados.
Yo tambin escribo poesas.
Y yo.
Y yo.
Aqu todos escribimos poesas.
De amor!
Quieren que les lea alguna? Bunny saca la libreta de
la mochila y la abre.
Oh, no-no-no-no-no...
Oh, no-no-no...
Tenemos un trato.
De no leernos las poesas.
De no escucharlas.
Nunca.
Por qu? se sorprende Bunny.
Ella est loca.
Le falta un tornillo.
Estn seguros de que es un vivo?
No lo parece mucho.
Qu lstima que el nio se durmi!
Este maldito calor...
Le hubiera gustado hablar con un vivo...
No ests tan segura...
S que le hubiera gustado!
... de que es un vivo.
Bunny, mejor cuntanos cmo andan las cosas por all...
La Tierra sigue dando vueltas? Y el hueco en la capa
de ozono? Y los hielos del Polo Norte? El abominable hom-
bre de las nieves?
Y el SIDA? Todava no tiene cara?
Cura, idiota, no cara!
El SIDA no es lo peor que le puede ocurrir a uno.

Y la msica? Qu msica est de moda?


Cmo se baila ahora? Con lo que me gustaba bailar!
Y las ropas? Qu sombreros se usan?
Qu carros?
Qu consoladores?
Aqu uno no se entera de nada...
No tenemos radio.
Ni televisin.
No nos traen peridicos.
Nos discriminan.
No nos dan derecho al voto.
Y la poltica? Quin est en el poder?
Dejemos la poltica!
Todo es poltica.
Por qu mejor no jugamos?
A la sinceridad!
Al tren!
A los escondidos!
Dnde se escondera Bunny?
No, no podemos jugar.
Con este maldito calor!
Dinos, Bunny, has amado?
En el medio del silencio repentino Bunny respondi con la
nica verdad posible para el lugar y momento:
No. Nunca he amado.
Din-don suena el cascabel amarrado al tobillo de Bunny.
Din-don anuncia cada paso suyo, cada pisada.
Din-don se aleja entre las cruces y lpidas.
Cesa de pronto el sonido del cascabel, lo que significa que
sta se ha parado
Qu te ha hecho detener, criatura errante?
Oigo voces, s, muchas voces, voces humanas, vivas, c-

lidas.
Pues adelante, Bunny, ve a su encuentro!
Qu clase de calor hace esta noche! Dan ganas de darse
un buen chapuzn en el ro...
No me hables del ro, que la ltima vez que me met,
por poco muero ahogado...
Si han pasado tres aos ya!
Yo lo comprendo: cuando hablan del fuego me siento
arder de nuevo...
T te lo buscaste. Para qu te echaste la botella de
alcohol y prendiste el fsforo?
S, mam, para qu, para qu, para qu?
Cllense! Alguien est merodeando por aqu.
Un muerto?
La polica?
S-s-s-sh... Lo oyen?
Din-don, din-don, din-don...
Uno nuevo?
Qu lstima que el nio se durmi! Le gusta tanto co-
nocer a los nuevos...
Acrcate, no temas, no te haremos dao...
No parece estar muerta.
Quin eres?
Hola saluda Bunny, soy Bunny. Escribo poesas de
amor.
Hola-hola-hola...
Estamos encantados.
Yo tambin escribo poesas.
Y yo.
Y yo.
Aqu todos escribimos poesas.
T no eres un muerto, eh?
Yo, no. Y ustedes?

Qu graciosa! Ja-ja-j...
Esto est lleno de muertos.
A veces salen.
Son espantosos! U-u-u-u-u-u!
Quieres medicina?
Medicina?
S, pastillas, coca, caballo, yerba, segn tus hbitos y
males.
Yo escribo poesas de amor. Es eso un mal?
Ella est loca.
Le falta un tornillo.
Prueba un poco de cannabis, creo que te asentar.
Ay, mam, ay, mam ay, mam...
Hagan callar al chiquillo ese de una vez! Con el calor
que hace...
Qu le pasa al nio?
Es un nio autista.
Trastornado.
La madre se peg candela junto con l.
Apenas lo salvaron.
Demencia temporal.
Pobrecito! Cuchi-cuchi-cuchi...
Toma, mcelo un rato.
Durmete, mi nio, durmete, mi amor...
chale el humo del cigarro en la cara, vers cmo se
tranquiliza en seguida.
Durmete pedazo... Siento como un mareo...
Es que te est haciendo efecto.
Mariluz, ests dormida?
Estoy en el Astral.
Slo quera preguntarte...
No me jodas.
Sabas que el SIDA no es lo peor que le puede ocurrir a
uno?

Qu es lo peor?
Lo peor es morirse.
A veces es lo mejor...
Durmete mi... El SIDA?
Todava no te has infectado? Mira a ver el cigarro que
tienes en la boca!
No le hagas caso, eso no se pega con la yerba.
Ni con los besos. Quieres besarme?
No, gracias. Durmete mi nio...
Y a Mariluz? Quieres besar a Mariluz? Oye, Mariluz!
No jodas ms, chico; estoy en el Astral...
No quiero besar a nadie. Durmete mi amor...
chale bien el humo en la cara. Tiene hbito.
Qu perro calor!
Creo que s me ha hecho efecto. Lo oigo todo en estreo.
Nunca antes habas fumado?
Nunca. Estoy en el aire. Miren: estoy volando!
Cuidado con el nio.
Qu les parece si jugamos?
A los escondidos!
A la botella!
Al tren!
No-o-o-o, mejor es contarnos historias.
Quin empieza?
Yo. Voy a leerles una poesa de amor.
Oh, no-no-no-no-no!
Ay, mam, ay, mam...
Devulveme al nio, ya lo tuviste bastante.
Toma. Yo tengo uno en la casa. Se llama Rocamadour.
Roca... qu?
Rocamadour. Beb Rocamadour. Ay, beb, ay, beb...
Y sa por qu llora?
Es la yerba.
Ay, beb, ay, beb!...

El nio autista deformado por las quemaduras comenz a


gritar dndose golpes en la cabeza.
La madre del nio autista deformada por las quemaduras
comenz a gritar dndose golpes en la cabeza.
El adolescente desnudo de pelo verde que sufra de calor
sac la aguja de la vena de su brazo izquierdo y comenz a
gritar dndose golpes en la cabeza.
El adolescente vestido a medias calvo sac la aguja de la
vena de su brazo derecho y comenz a gritar dndose golpes
en la cabeza.
La adolescente desnuda calva que pareca dormir sobre
las piernas del adolescente vestido a medias calvo retorn
del Astral y comenz a gritar dndose golpes en la cabeza.
La adolescente desnuda de pelo malva que pareca dor-
mir sobre las piernas de la madre del nio autista deformada
por las quemaduras sac su lengua de entre las piernas de la
madre del nio autista deformada por las quemaduras y co-
menz a gritar dndose golpes en la cabeza.
Bunny Banana sac su pistola de hacer pompas de jabn
de la mochila y hubiera comenzado a gritar dndose golpes
en la cabeza y disparando contra toda esa gente estrafalaria
si no se le ocurriera la oportuna y genial idea dado el lugar y
momento de salir de ah corriendo, corriendo, corriendo...
Din-don-din-don-din-don, suena el cascabel amarrado al to-
billo de Bunny. Corre, Bunny, corre (din-don-din). Busca, Bunny,
busca (don-din-don). Recuerda que la desesperanza es uno
de los nombres del demonio.
Papato querido que vive en el cielo, yo quiero ser buena, no
robar ni pronunciar tu nombre en vano, pero resulta su-
mamente difcil amar a algunos prjimos como a m mis-
ma, algunos prjimos que no parecen ser de la raza humana,

algunos prjimos que no parecen ser hechos a tu imagen y


semejanza, algunos prjimos que no siento prjimos por ms
que me les aproxime...
Cesa el sonido del cascabel, lo que significa que Bunny se ha
parado.
Qu te ha hecho detener, criatura errante?
Oigo voces, s, muchas voces, voces humanas, vivas, c-
lidas.
Y de dnde provienen esas voces?
No lo s, las oigo en mi cabeza, me revientan los tmpa-
nos, vienen de todos lados y hacia todos lados van...
Tu cabeza, Bunny?
S, mi cabeza es una granada de mano, una fruta-bomba,
un reactor nuclear de lenta reaccin...
Y qu te dicen esas voces?
Hablan, hablan, del calor, del SIDA, drogas, sexo y vio-
lencia... No paran de hablar!
Din-don suena el cascabel amarrado al tobillo de Bunny.
Din-don anuncia cada paso suyo, cada pisada. Din-don
se adentra en un almacn (UN ALMACN? S, en un alma-
cn, un depsito, si lo prefieren. UN DEPSITO DE CAD-
VERES? No-o-o-o, un depsito, je-j, de maniques).
Qu clase de calor hace esta noche!
Ve y date un chapuzn en el ro.
Ja, ja, ja, ja, ja...
Qu les parece si jugamos a algo?
A contarnos historias!
Cllense! Alguien est merodeando por aqu...
Din-don, din-don, din-don...
Lo oyen?
Ser un nuevo?

Las voces suenan en mi cabeza, me revientan los tmpanos,


vienen de todos lados y hacia todos lados van...
No creers en serio que son lo maniques los que hablan,
no?
Los maniques, s, los malditos maniques, hechos a ima-
gen y semejanza, aunque no parezcan ser de raza humana...
Ser un vivo?
No lo parece... Ser un muerto?
Un muerto? No lo parece...
Malditas voces de malditos maniques... Nunca lo he he-
cho con un maniqu. Debe ser infinitamente excitante y bru-
tal...
Escucha, Bunny...
T, cllate! Cllense todos! Cllense-cllense-cllense...
Es un loco.
Ms bien, una loca.
Le falta un tornillo.
Est drogada?
Tendr el SIDA?
Es el calor, caballeros, es el calor...
Bunny Banana saca la pistola de la mochila y comienza a
disparar contra los maniques, uno tras otro. Los maniques
caen fulminados, uno tras otro. Mueren con la muerte lenta y
agnica de los maniques.
Mariluz, ests muerta?
Estoy en eso...
Slo quera decirte que te amo...
Y yo a ti...

Bunny Banana cae encima de los cadveres de los maniques


y se los tiempla, uno tras otro. Le resulta excitante y brutal.
Luego, insuperablemente exhausta, saca de la mochila la li-
breta de poemas y les lee a los destrozados, fornicados y
sodomizados cadveres de maniques todas sus poesas de
amor, una tras otra.
Esa tipa no est loca, eso es demencia temporal...
La paciente presenta un cuadro intenso de esquizo-frenia
crnica aguda...
Se denotan ciertos rasgos de psicopata...
Eso es fuego uterino, ninfomana, no caben dudas!
Yo, particularmente, me inclino por el criterio de neuro-
sis, con elementos de neuritis y neuralgia...
No me hagan rer! Es evidente que tienen un caso de
complejo de Edipo invertido, castracin lacaniana y manchas
en el subconsciente...
Es el calor, caballeros, es el calor!
Din-don, din-don, din-don, din-don, din-don...

CaptuloVII
Bunny Banana nunca antes haba imaginado que una ciudad
de calles desoladas poda ser el desierto del Sahara. Siem-
pre pens que tras la puerta de su cuarto, apartamento, edi-
ficio comenzaban los senderos de la vida real, llena de luces,
msica y personas alegres; los mismsimos senderos de la
Felicidad. Cun equivocada estaba! pens Bunny cami-
nando sobre las dunas del desierto.
Se cansa de caminar y se sienta sobre una duna. Saca la
pistola de hacer pompas de jabn para no aburrirse. Hace
muchas pompas, cuando la sorprende la voz de su hijo
Rocamadour.
Por favor... dibjame una oveja!
Eh?
Dibjame una oveja...
Bunny deja de hacer pompas, mira al hijo que se entretie-
ne explotndolas con el dedo y le hace la nica pregunta
posible dado el lugar y momento:
Qu coo haces aqu?
Hu de casa responde Rocamadour con toda la flema
de un nio autista, te he seguido tras la puerta del cuarto,
apartamento, edificio y te seguir hasta el fin del mundo.

Ytupadre? Bunnyponecaradeterror apocalptico. Pue-


des asegurarme que tu padre no te ha seguido y no te segui-
r hasta el fin del mundo?
Yoswasleydis Puales intent espiarme responde
Rocamadour con toda la flema de un nio autista, pero lo
he despistado, usando el maquillaje y otras tcnicas moder-
nas de contrainteligencia. En este momento est perdido en
el bosque de Sherwood a punto de convertirse en hom-bre-
lobo.
Y entonces?
Entonces nos buscar y guindose por su infalible olfa-
to, nos encontrar y nos devorar a ambos de un bocado.
Oh! gime Bunny.
Pero los cazadores que andaban por ah cerca, mata-
ron al lobo, le abrieron la barriga con unas tijeras y todos
vivieron felices.
Mientes! Bunny Banana no puede tolerar la idea de
un Yoswasleydis muerto.
Nadie sabe mejor que ella lo imperceptible de la frontera
entre el odio y el amor. Qu ser de mi vida cuando t no
ests, enemigo mo, enemigo ntimo?
Rocamadour explot con el dedo algunas pompas de jabn y
pidi con la flema de un nio autista:
Dibjame una oveja...
Y para qu t quieres una oveja? indag Bunny.
Para quererte mejor.
Bunny Banana sac de la mochila su libreta de poemas y
arranc una hoja en blanco.
Veamos dijo, como bien sabes, fui separada de mi
carrera de pintora por las personas mayores cuando tena

seis aos de edad y nada haba aprendido a pintar, salvo


paredes de ladrillos que son as:
_________________________
_|_____|______|______|_______etc
____|______|______|______|___etc
_|______|______|______|______etc
____|______|_______|_______|_____etc
__|______|_______|_______|______etc
_____|_______|_______|_______|____etc
__|_______|_______|_______|_____etc
... en un ladrillo puedes poner tu nombre y quedas por
siempre como un ladrillo en la pared, de lo ms bonito. Toma
le extendi el dibujo a Rocamadour.
Este se lo devolvi inmediatamente.
No quiero una pared de ladrillos, ni quiero ser un la-
drillo en la pared. Dibjame una oveja.
La oveja que t quieres est tras esa pared. Slo ten-
dras que romperla y sacarla.
Rocamadour mir a la madre con una mezcla de lstima y
desilusin.
Te crees que soy tonto? La oveja que est tras esa
pared es un lobo disfrazado de oveja.
Dibjame una oveja pidi Rocamadour explotando las
pompas con la flema de un nio autista.
Ya sabes que la nica pintora de la familia es tu abueli-
ta. Pdeselo a ella respond sin soltar el gatillo de su pisto-
la.
Y dnde vive mi abuelita?
En la casita del bosque.

No viva en ninguna casita. Viva en un hospital para per-


sonas con trastornos mentales. Se haba trastornado la men-
te en un accidente amoroso con mi padre hace muchsimos
aos y qued invlida por el resto de sus das.
Acompame a casa de abuelita...
Est bien. Ve t por este camino que es ms corto y yo
ir por este que es ms largo...
De eso nada. Te he seguido tras la puerta del cuarto,
apartamento, edificio y te seguir hasta el fin del mundo.
Entonces iremos juntos suspir resignada sin dejar
de apretar el gatillo de su pistola, pero debo advertirte algo:
le pides que dibuje la oveja y nos iremos enseguida. Tu abue-
lita est muy enferma y podramos contagiarnos.
Tiene catarro? pregunt Rocamadour explotando las
pompas de jabn.
No. Sufre de mal de amores.
Lleg el camello (ni lleno ni vaco) y se montaron juntos y
juntos fueron a travs de las dunas del desierto hasta la casa
de abuelita que era el hospital para personas con trastornos
mentales. Por todo el camino qued un rastro de pompas de
jabn.
Se la encontraron en el jardn de su casa que no es su
casa cultivando una rosa blanca bajo los rayos de la luna que
se quiebra.
Hola salud Bunny pasaba por aqu cerca y me dije:
djame llegar a saludar a mi mam...
Hola salud Rocamadour, dibjame una oveja.
La abuelita no salud ni nada. Sigui cultivando su rosa
con la flema de un nio autista.
Bunny Banana se sinti de pronto insuperable exhausta (Al-
guien se ha sentido alguna vez insuperablemente exhausto?).

Saba todo lo que iba a pasar con lujo de detalles.


Han llegado en un mal momento... anunci la abuelita.
Nos iremos en seguida asegur Bunny y se rasc una
canilla.
Pero antes, dibjame una oveja clam Rocamadour y
le rasc la otra canilla a Bunny.
Han llegado en un mal momento, porque en casa no
hay agua. Y al no haber agua, no puedo baarme. Y al no
poder baarme, no puedo comer. Porque no puedo comer
cubierta de sangre...
Bunny Banana tuvo deseos de vomitar. Rocamadour lo hizo
por ella. Ya, ms aliviada, Bunny pidi:
Mam, por favor, dibjale una oveja al nieto...
Y t, quin eres?
Soy Bunny, tu hija y ste es Roca...
Bu-u-u-unny interrumpi la abuelita soadora, as
se llamaba mi hija. Muri anunci gravemente. En un
accidente junto a su padre... Y t, quin eres?
Soy Bunny insisti Bunny, tu hija; y ste es Roca...
Bu-u-unny interrumpi la abuelita soadora, as se
llamaba mi hija. Muri anunci gravemente. Hubo mucha
sangre... Y t, quin eres?
Mam! grit Bunny. Yo soy Bunny! Tu hija! Y este
es Rocamadour! Mi hijo!
No me grites que no soy sorda protest la abuelita
con la flema de un nio autista. Ya s que eres Bunny. Te
llamas igual que mi hija. Muri anunci gravemente. Hace
aos.
Bunny sac la pistola y le dispar una rfaga completa.

Han llegado en un mal momento anuncia la abuelita.


Podemos volver maana se alegra Bunny.
Quiero mi oveja! Quiero mi oveja! Quiero mi oveja!
grita Rocamadour y comienza a darse golpes en la cabeza.
Cllate ya! grita la abuelita y comienza a darse gol-
pes en la cabeza. Cllate, malcriado! Cllate, impertinen-
te!
Cmo puede reconocerme si jams me ha visto?
se sorprende el nio.
No lo s. A lo mejor ella es vidente dice Bunny insupe-
rablemente exhausta.
T eres vidente? le pregunta Rocamadour a la abue-
lita.
S contesta ella con la flema de un nio autista.
Y puedes responder cualquier pregunta que yo te haga?
S.
A ver, en qu se parece un mdico a otro mdico?
En la forma de hacer el tacto.
No-o-o, en que son mdicos!
Ah!
Y en qu se parece un cura a otro cura?
En que son curas?
No-o-o, en que no son mdicos!
Ah! la abuelita se anima de pronto, y en qu se
parece un cura a un mdico?
No s Rocamadour mira a la madre con ansias y emo-
cin, pero sta se rasca una canilla insuperablemente ex-
hausta.
En la batalla! exclama la abuelita y cae riendo a car-
cajadas.
En la batalla!En la batalla! exclama Rocamadour y
cae riendo a carcajadas.

Qu coo yo hago aqu? se pregunta Bunny Banana y


cae riendo a carcajadas.
Por favor... dibjame una oveja! le pidi Rocamadour a
la abuelita que cultivaba una rosa blanca bajo los rayos de la
luna que se quiebra.
Recuerdo cmo Hamlet Banana, mi difunto esposo me
deca: Ofelia, t no comprendes, no-no-n, que mi corazn
vive para ti eternamente... le confes la abuelita a su rosa.
Mi padre se llama Jos. Jos Banana la correg insu-
perablemente exhausta y est vivo an.
Yo le responda: Lo s, querido Otelo y l me pregunta-
ba cada noche: Ya has dicho tus oraciones, Desdmona? y
yo le deca: Papi riqui que vive en mi cama...
Dibjame una oveja insisti Rocamadour. Mam,
abuelita no entiende lo que uno habla?
No lo s suspir.
Entonces Romeo Banana rompi la foto de esa mujer
en pedacitos minsculos y exclam: No, Alfa, Romeo le en-
treg su corazn con que vive a Mariluz eternamente! y me
estrech con fuerza contra su adorable ser...
Vmonos de aqu agarr con fuerzas la mano del ado-
rable ser del nio con una firme decisin.
Y mi oveja? no comprendi ste.
Tendrs que aprender a vivir sin la oveja le asegur
. En la vida todos deben aprender a prescindir de algo, si no
quieren acabar como ella...
Seal a mi madre.
La abuelita en ese mismo instante se haba pinchado la
punta del dedo con una de las cuatro espinas de su rosa y
dibujaba en el aire con tinta sangre del corazn una be-
llsima, dulcsima, perfectsima oveja bajo los rayos de la
luna que se quiebra.

No es lo mismo andar sola por las calles desoladas que andar


con un nio a cuestas. Rocamadour tiene un cuerpecito dbil
e indefenso, pero as y todo, no es nada fcil.
Tengo sed fue lo primero que dijo cuando Bunny se
sent en una parada con la esperanza de coger un diez.
Tengo hambre dijo seguidamente.
Tengo sueo dijo por ltimo.
Puedes volver a casa aconsej Bunny. Por qu no
vuelves a casa?
Mam respondi Rocamadour, no puedo dejarte en
el abandono. Quin te cuidara?
Si soy yo quien tiene que cuidar de ti! protest Bunny.
No me decepciones, mam, los nios son la esperanza
del mundo...
Pero te deseo lo mejor! Tienes sed, hambre, sueo...
Lo mejor es que vuelvas a casa.
Rocamadour mir a la madre con una mezcla de lstima y
desilusin.
Puedes buscarte un marido con casa y dinero. Claro, es
mejor si es millonario y tiene carro, una que otra lancha, dos
o tres aviones, algunos castillos y un caballo para m.
Estabas hablando de m, nio? pregunt un joven de
aspecto estrafalario que acababa de sentarse en el banco de
la parada.
Bunny Banana lo mir a los ojos. l la mir con sus ojos.
Se miraron y se miraron y las pompas explotaban alrededor
como fuegos artificiales.
No apareci ningn joven de aspecto estrafalario. El que
apareci fue un tipo de edad media y no se sent en ningn
banco, porque vena ya sentado. Tena un silln porttil de
ltimo modelo. Anticorrosivo.
Hola le dijo Rocamadour, es usted millonario?
Pues ests de suerte, amigo. S que lo soy. Soy muy
millonario.
Y no le gustara casarse con una Cucarachita muy bo-

nita?
Bunny Banana mir al minusvlido que la miraba desde la
ausencia de ambas piernas. Nunca lo he hecho con...
Tampoco apareci el tipo de edad media en un silln de
ruedas. No apareci nadie. Nadie de nadie.
Tengo sed. Tengo hambre. Tengo sueo lloriquea
Rocamadour.
Puedes dormir aqu en el banco le sugiere Bunnyy si
duermes, dejars de sentir sed y hambre.
Rocamadour se acuesta en el banco e intenta hacerle caso
a la madre.
Mam, por favor, cuntame un cuento...
Bunny Banana le hace el cuento.
Y la abuelita no poda gritar en la barriga del lobo?
Rocamadour tiene un ojo despierto y otro dormido.
Con el ojo despierto mira a la madre. Con el ojo dormido
mira al lobo.
S responde Bunny, pero no se le oa.
No salan sus gritos por la garganta del lobo? el ojo
dormido de Rocamadour ve al lobo abierto (algo as como
una boa abierta) con la abuela adentro.
No-o-o dice Bunny, porque la abuelita se desmay.
Y cuando yo viva en tu barriga, estaba desmayado?
el ojo dormido de Rocamadour observa una oscuridad uterina.
Durmete ya! ordena Bunny y le da un beso en el
hombro como una buena mam cualquiera.
Mam, ests dormida?
S.
Slo quera preguntarte...
S?

La abuelita de Caperucita era pintora?


No lo s... Por qu?
Porque si la abuelita de Caperucita era pintora y estaba
enferma, es que tena mal de amores.
Rocamadour, ests dormido?
S.
Slo quera preguntarte...
S?
T le tienes miedo a tu abuelita?
No! Yo le tengo miedo al lobo!
Poco a poco fueron durmindose, sumidos en su felicidad. La
felicidad de Rocamadour consista en estar al lado de su ma-
dre hasta el fin del mundo. La madre de Rocamadour le ha
dado comidita en forma de amorcito en forma de no recha-
zarlo. La felicidad de Bunny consista en el propio hecho de
quedarse dormida que es una forma de alienacin que es
una forma de muerte.
Y ahora qu se supone que pase? preguntaron su-
midos en su felicidad en forma de sueo a travs de las bo-
cas abiertas a coro de ngeles.
Ahora viene la bruja malvada, el Lobo Feroz, el punto de
giro o como quieran llamarlo dije yo, pero no me escucha-
ron sumidos en su sueo que es una forma de felicidad.
Tocan a la puerta.
(A CUL PUERTA? No importa a cul. PERO SI ES-
TN EN UNA PARADA! No importa dnde estn, sino el
hecho de que se despiertan. EST BIEN, SE DESPIERTAN,
Y ENTONCES? Abren la puerta. QU PUERTA!? No
importa qu puerta, sino quin est tras ella. Y QUIN

EST TRAS ELLA? Escucha y calla.)


Tras la puerta estaba un polica con su bastn y todo.
Hola dice Bunny. Qu sorpresa ms agradable! En
qu puedo servirle?
Hola responde el polica. Tenemos una denuncia
contra usted.
Imposible! exclama Bunny ensimismada sin quitar los
ojos febriles del bastn de dar golpes.
En nombre de la ley explic el policase le acusa de
haber secuestrado al ciudadano Rocamadour Puales Bana-
na.
Y ese quin es? pregunta Bunny sin quitar los ojos
febriles del bastn de dar golpes.
Ese soy yo!
Ambos posan los ojos, atnitos, sobre el nio. Quin se
lo iba a imaginar?
Est usted detenida anuncia el polica y agarra a Bunny
para que no se escape.
Suelta a mi mam! grita el ciudadano Rocamadour
Puales Banana.
Calla, hijo ruega Bunny y agarra al polica para que
no se escape.
Yo fui quien me secuestr grita el ciudadano. Me
escap para seguir a mi madre hasta el fin del mundo por mi
propia voluntad y en plenitud de facultades.
An no ha llegado usted a la mayora de edad y no goza
del derecho de la libertad de accin replica el polica.
Espsame murmura Bunny muy excitada y febril,
nunca me lo han hecho esposada.
Polica recurre el nio a su ltimo recurso, t eres
mi amigo?
A qu polica no se le ablanda el corazn cuando oye esa
pregunta en boca de criatura inocente?

S, claro contesta con el corazn ablandado.


Entonces suelta a mi mam. Un amigo nunca se la lle-
vara presa.
No, no me sueltes lo agarra ms fuerte Bunny.
El polica lucha un poco y logra zafarse de los brazos trai-
cioneros de Bunny (Cuntos brazos tiene Bunny?). Esta in-
tenta atraparlo de vuelta, pero el hijo se lo impide. Corre,
polica, corre; huye, polica, huye; recuerda que Bunny Banana
ronda en la noche.
No era ningn polica el que haba tocado. Era la abuelita
enferma de mal de amores.
Hola salud, lamento llegar tarde, pero ahora fue
que acab el encargo.
Bunny y su hijo intercambiaron miradas significativas. Sig-
nificaban: est-loca-como-una-cabra.
No es una cabra interrumpi las miradas significati-
vas la abuelita, es la oveja.
Bunny y su hijo volvieron a intercambiar miradas.
Qu oveja? deca la mirada del nio.
Qu s yo? responda la mirada de Bunny.
La abuelita desarroll el rollo que traa enrollado debajo
del brazo que result ser un lienzo pintado al leo con una
oveja muy gorda y dos manzanitas en el aire para mayor
equilibrio.
Esta oveja! grit la abuelita temblando de ansias y
emocin.
Bunny y su hijo pararon el animado dilogo de miradas y
posaron sus ojos sobre el lienzo.
Waw! exclamaron a do de ngeles.
Mi oveja murmur Rocamadour. Es exactamente
como la necesitaba...
Bueno sonri la abuelita, me alegra que les guste.

Ahora debo regresar a mi casa que es el hospital para perso-


nas con trastornos mentales. Ah espera por m mi rosa, ni-
ca en el universo...
Mam! intent detenerla Bunny.
Y t, quin eres? pregunt la abuelita con la flema
de un nio autista.
Oh, no! gimi Rocamadour a punto de gritar y darse
golpes en la cabeza.
Les dir un secreto se inclin haca ellos la abuelita
. Estoy mortalmente enferma y podran contagiarse...
Les mostr los dientes, gru amenazadora y se alej a
salticos, casi corriendo.
Tampoco era la abuelita. O s, pero no sa, sino la otra, la
que habita en un cuarto pintado de azul estrambtico, la que
es madre de Yoswasleydis y se llama Cira.
Hola, abue dijo Rocamadour, pntame una oveja.
Djate de bromas, que me vas a enloquecer! grit
Cira.
Por qu tendras que enloquecer? Acaso sufres del
mal de amores?
No!, sufro del mal del hgado, por culpa de ustedes!
Eso se cura con no s qu y goticas de limn record
Bunny.
Eso se cura dndoles una buena tranca a ambos y en-
cerrndolos bajo llave para que no vuelvan a escapar!
No somos locos protest Bunny, sabemos lo que
queremos.
Eso va en contra de los derechos humanos protest
Rocamadour.
La que haba tocado era Cira. Lloraba desconsoladamente en

un pauelito blanco de encajes.


Hola, abue salud Rocamadour dibjame una ove-
ja.
Hola, Cira, qu tal?, cmo est usted? La familia?
salud Bunny.
Cira llor ms desconsoladamente.
S que necesitas agua, pero en el desierto escasea le
dijo a modo de disculpa Rocamadour.
Slo tenemos algunos ccteles... Deseas beber algo?
ofreci Bunny.
No deseo nada de beber contest Cira llorando en su
pauelito blanco. Deseo que vuelvan a casa.
Nunca la cort Bunny.
Jams la apoy el hijo.
La casa est vaca sin su entraable presencia. El mun-
do se ha convertido en el Sahara. Mi corazn con que vivo se
rompe en pedazos llor Cira en el pauelito de encajes.
Tendrs que aprender a vivir sin nosotros sentenci
Bunny y se rasc una canilla. En la vida todos deben apren-
der a prescindir de algo.
A mi edad es muy difcil asimilar los cambios, el progre-
so se quej Cira llorando desconsoladamente.
Nunca es tarde si la dicha es buena replic Rocama-
dour.
He bajado una libra! He tenido un paro estomacal, un
paro cardaco, un paro respiratorio y un paro laboral. Me
rebelo, me declaro en huelga y si no complacen mis peticio-
nes, har una demostracin de protesta, desnudndome en
una plaza pblica llor Cira en el pauelito blanco de enca-
jes.
Oh, no! gimi Rocamadour a punto de gritar y darse
golpes en la cabeza.

Ay, s! se anim Bunny y se rasc la otra canilla.


Nunca lo he hecho con Cira desnuda llorando desconso-
ladamente en una plaza pblica. Debe ser muy excitante y
brutal.
Pero la verdad de las verdades es que quien estaba en la
puerta no era ningn polica-abuelita-abuelita. Era el
mismsimo don Yoswasleydis, el mismsimo seor Puales,
comindose las uas a causa de la escasez de alimentos en
el desierto.
Hola, pap salud Rocamadour, dibjame una ove-
ja.
Yoswasleydis sac del bolsillo un papel y una pluma y di-
buj una oveja con su caja y bozal y todo.
Gracias, pap el nio se le subi en las rodillas, lo
abraz y le dio un beso en cada mejilla.
No quieras comprar a la criatura con tus dibujos de
mierda protest Bunny Banana.
Es un dibujo de oveja, mam explic Rocamadour.
Simplemente cumplo con mi deber de padre dijo
Yoswasleydis comindose las uas.
Tu deber de padre consiste en pasarme el dinero para
su manutencin le record Bunny.
A partir de ahora ese ser tu deber de madre replic
Yoswasleydis con la flema de un nio autista. Me lo llevo a
casa.
Por encima de mi cadver! advirti Bunny.
Rocamadour busc su pistola de hacer pompas de jabn
y asesin a la madre a sangre fra como un tirador embosca-
do cualquiera.
Mam, ests muerta?

Casi.
Slo quera preguntarte...
S?
Cmo se llama mi abuelita que es tu mam?
Mariluz. Se llama Mariluz, pero mi padre a veces le
deca Hamlet por su carcter indeciso..
Rocamadour, ya te has ido?
Casi.
Slo quera preguntarte...
S?
T le tienes miedo a tu abuelita?
No, mam. Yo te tengo miedo a ti.
Tienes que elegir insisti Bunny, sintindose morir.
Lo siento dijo Rocamadour, abrazando al padre. Me
quedar con mi mam. No la puedo dejar en el abandono.
Quin la cuidara?
Hijo murmur Yoswasleydis, sintindose morir, eres
libre en tu decisin. Espero que la hayas analizado bien y
sopesado los detalles y las consecuencias.
S, padre contest este con la flema de un nio autista
y se acerc a Bunny.
Bunny Banana, sintindose morir, hizo lo nico posible para
el lugar y momento, dados su sensatez innata y un desarro-
llado don de justicia: estrech por un instante el cuerpecito
dbil e indefenso del hijo, luego lo separ de s bruscamente
y le peg dos sonoras bofetadas, una en cada mejilla.
Yoswasleydis Puales le arrebat a Rocamadour, que llo-
raba desconsoladamente, abrazndolo.
Bunny! Me llevo a nuestro hijo a casa! Eres un mons-
truo vil y peligroso que es preciso mantener alejado del al-

cance de los nios! grit Yoswasleydis con cara de terror


apocalptico y se march rpidamente con el nio a cuestas.
Era exactamente lo que deseaba Bunny como una buena
mam cualquiera. Las calles desoladas no son el mejor lugar
para menores, por muy hijos nuestros que sean.

CaptuloVIII
Bunny Banana camina por las calles desoladas. Lo que ms le
gustara en ese momento es explotar como un huevo relleno
con confeti, de esos que se usan en los cumpleaos
guatemaltecos. Se rompe la cscara que forma el esplndido
cuerpo de Bunny y vuelan hacia todas partes sus sueos de
colores, sus fantasas erticas, la serpentina de recuerdos,
sus amigos y amantes inventados, sus animales secretos, su
coleccin de estampillas, de aviones y barcos de papel, sus
flores nunca germinadas, canciones no cantadas y todas las
poesas de amor.
Por unos instantes las calles desoladas se convierten en
una fiesta arrolladora, carnaval estridente, luego vuelven a
sumirse en la oscuridad y silencio. Slo el viento arrastra un
montn de hojas secas, algunos peridicos viejos sobre los
escupitajos de la acera, las cagadas de los perros y dems
basura pequea que se destaca en la noche.
Se acerca finalmente a una parada y descubre a una vieja
muy estrafalaria sentada en el banco junto a un perro muy
viejo.
Quin es el ltimo? pregunta Bunny.
La vieja mira a Bunny sin comprender, largamente.

Yo soy la ltima responde cuando se aburre de mirar.


Y detrs de quin usted va? pregunta Bunny.
La mujer vuelve a mirarla durante otro rato ms largo
an. Bunny le devuelve la mirada desafiante. Se miran y se
miran y las pompas explotan alrededor como los huevos re-
llenos con confeti en los cumpleaos guatemaltecos.
Al cabo de un tiempo ya estn conversando como viejas,
muy viejas amigas.
Me llamo Hamlet confiesa la estrafalaria y mi perro
se llama Mariluz. Soy muy amante de los perros. Cuando veo
alguno sin casa, lo recojo en seguida para darle comidita y
amorcito... Has visto por aqu a algn perro callejero?
Yo ser tu perro anuncia Bunny y baja la vista.
Lleg la guagua y se montaron juntas y juntas fueron a
casa de Hamlet. Por todo el camino qued un rastro de pom-
pas de jabn.
La casa de Hamlet no era ninguna casa. Era un barquito
chiquitico (no se aceptan proposiciones bajo ningn concep-
to). Constaba de la parte tcnica y el espacio habitable. El
espacio habitable, a su vez, constaba de una gran cama re-
donda con colchn de agua y un gran cuadro redondo sobre
la cama, que representaba a un negro muy viejo sentado en
el quicio de su casa delante de la plantacin de algodn. Se-
gn me permiten mis conocimientos de las artes plsticas al
cuadro le faltaban dos manzanitas para mayor equilibrio.
Ese es mi retrato explic la vieja muy estrafalaria aco-
modndose sobre la cama y acariciando al perro muy viejo
que la acariciaba acomodndose sobre la cama. Lo pint
un artista famossimo del siglo pasado, procedente de las islas
Cocoloco y amante mo en mi anterior reencarnacin.

Bunny Banana se rasc una canilla, luego se rasc la otra,


luego ambas a la vez.
Ven la llam Hamlet acariciando a Mariluz que la acari-
ciaba sobre la cama. Cuntame sobre ti... Has amado?
He amado respondi Bunny luego de echar un vistazo
dentro.
Se acomod sobre la cama y acarici al perro que acari-
ciaba a la vieja que comenz a acariciarla.
He amado desde que tengo plenitud de facultades. Mi
corazn con que vivo parece un edificio de apartamentos como
en el que vivo y en cada apartamento tras una puerta bien
cerrada hay un amor secreto. Mi primer amor se llamaba
Donald y era un pato en el sentido animal. (Tambin he ama-
do a patos en sus otras proyecciones, pero ms adelante.)
Donald viva en el televisor y en mi corazn simultneamente.
Era un amor muy sufrido porque no fue correspondido ja-
ms. Yo soaba sueos trmulos y despertaba en mi cuna
llorando de ansias y emocin.
Ven la llam la vieja estrafalaria acariciando al perro
muy viejo que la acariciaba sobre la cama. Cuntame so-
bre ti... Has amado?
Bunny Banana decidi prescindir de explicaciones exten-
sas, de palabras efmeras; no se debe derrochar el tiempo
en habladuras cuando tienes campo libre para actuar (el gesto
es ms preciso que su nombre, el beso es ms explcito que su
nombre, el sexo es ms contundente que su nombre).
Bunny Banana posea una sabidura inabarcable, pero ocul-
ta y lo demostr sobre la cama redonda con colchn de agua
bajo el cuadro redondo que representaba a su afortunada
amante en una reencarnacin anterior.
Oh gimi Hamlet a falta de palabras.
Saba todo lo que iba a pasar con lujo de detalles.

Los detalles sorprendieron ligeramente a Bunny Banana, aun-


que no tanto como para bajarle las ansias y la emocin. La
vieja estrafalaria llamada Hamlet no era propiamente UNA
vieja (refirindonos a su proyeccin sexual y no a la edad).
Tena baches corporales que consistan en un potente falo
(como el famoso bastn) justo sobre la voluminosa vulva.
Tambin tena sus respectivos testculos y senos.
Bunny Banana sorprendida no supo a qu atenerse ante
los baches, pero el perro muy viejo llamado Mariluz la sac
de dudas, apoderndose rpidamente de la voluminosa vulva
y los testculos y dejndole a Bunny sorprendida la opcin del
falo y los senos.
Fue infinitamente excitante y brutal.
Bunny Banana haba odo antes la palabra hermafrodita,
pero pensaba que se trataba de personajes de antiguos cuen-
tos griegos o romanos, no estaba segura.
Y cuando quieres orinar, por dnde lo haces? pre-
gunt Bunny acariciando lentamente al perro que acariciaba
lentamente a Hamlet que acariciaba lentamente a Bunny.
Segn las circunstancias sonri sta a su ingenuidad
para no decir estupidez.
Y nunca te has confundido? insisti Bunny sin dejar
de acariciar a Hamlet que segua acariciando al perro que
segua acariciando a Bunny.
Siempre me confundo y es delicioso respondi sta
despacito como a tientas, quieres probar?
Probaron.
Tambin fue infinitamente excitante y brutal.
Luego probaron confundirse de otra manera y de otra y de
otra. Terminaron los tres insuperablemente exhaustos. La casa

que era el barquito chiquitico se meca sobre las olas y giraba


en todas las direcciones, mientras el colchn de aguas sobre
la cama se meca y giraba en todas las direcciones, mientras
ellos, insuperablemente exhaustos, se mecan sobre el col-
chn y giraban en todas las direcciones.
Lo nico que rompa el equilibrio era el cuadro que represen-
taba el retrato de Hamlet en su anterior reencarnacin; no se
meca ni giraba. Entonces Bunny busc en la mochila entre
mltiples objetos destacados un creyn labial color terraco-
ta perlado (regalo de bodas de Yoswasleydis Puales) y dibu-
j dos manzanitas encima de la cabeza del negro muy viejo.
Todas las noches salgo a buscar perros sin raza-casa-cora-
za junto a Mariluz (que es mi hermano gemelo en su actual
reencarnacin). Les brindamos techo y comida, luego los bo-
tamos a las calles desoladas; pero contigo es diferente
pronunci Hamlet girando lentamente en todas las direccio-
nes.
Por qu conmigo es diferente? pregunt Bunny aca-
ricindola y girando en todas las direcciones.
Porque eres nuestro tercio de naranja, nuestro amor a
primera vista y hasta que la muerte nos separe, nuestra me-
dia costilla restante respondi Hamlet acariciando a su her-
mano gemelo en su actual reencarnacin y girando ms y
ms lentamente en todas las direcciones.
Y nunca me abandonarn? balbuce Bunny acari-
ciando al negro muy viejo en su actual reencarnacin con la
mano derecha mientras que con la izquierda acariciaba a su
perro muy viejo, los tres girando ms lentamente con cada
vuelta.
Jams murmur Hamlet deteniendo paulatinamente

los giros y caricias.


Quisiera morir junto a ustedes en este justo instante
confes Bunny sumergindose en un profundo sueo.
Nunca he tenido tantas ganas de vivir respondi su
amante sumida en un profundo sueo.
Jau, jau ladr Mariluz a travs de la boca abierta.
Bunny Banana so con su rbol genealgico hasta la spti-
ma reencarnacin. Era un manzano desproporcionado con
las races en el cielo y el frondaje en el fondo del mar. Las
ramas cargadas de manzanas se mecan como algas, unas
ms que otras, espantando tiburones, hipocampos, merluzas
y pequeos animales mamferos sin nombre conocido en la
ciencia, pero de gran popularidad entre las sirenas y los pe-
ces-pltano por sus amores corruptos y prolficos. El nico
que no les tema a las ramas mecidas como algas cargadas
de manzanas era el pez-serrucho que se dedicaba a talarlas
en orden de tablero de ajedrez (esta s, esta no, esta no, esta
s, ad infinitum). Bunny Banana so con la tala destructiva
de su rbol genealgico y llor en sus sueos y tuvo dos o
cuanto ms tres orgasmos producidos por el llanto que es
afrodisaco en situaciones artificiosas y despert con dolor en
los huesos.
Por qu lloras, paloma? pregunt solcita Hamlet,
tendida a su lado con Mariluz tendido entre las piernas de
ambas. Acaso tienes algn deseo insatisfecho, alguna in-
quietud subyacente, algunas ilusiones inhibidas?
Bunny Banana abraz el cuerpo clido de vieja estrafala-
ria que tena tendido a su lado y llor ms desconsola-damente,
estremecida por otros dos, o cuanto ms, tres orgasmos,
producidos por el llanto afrodisaco.
No me importa el sexo confes entre las sacudidas
. No me importa para nada el sexo, por muy equilibrado que

sea.
El negro muy viejo en su presente reencarnacin aplac
con palabras dulces y caricias consoladoras los latidos
compulsivos de Bunny por su costado derecho, mientras el
perro viejo Mariluz lo hizo por el costado izquierdo. No fue
excitante ni brutal, fue refrescante y Bunny logr dominar la
crisis del manzano mutilado.
Te amo le asegur a Hamlet. Como nunca a nadie.
Como nunca nadie a nadie. Quiero compartir contigo alma,
corazn y vida. Alma para conquistarte, corazn para que-
rerte y vida para vivirla junto a ti.
Hamlet le respondi con otro juramento de amor eterno.
Mariluz intent imitarlas, pero sufra de incomunicacin cani-
na; se limit a sacudir la colita. Sellaron el juramento con un
ritual antiguo y banal, mezclando algunas gotas de sangre de
cada uno con algunas gotas de orina de cada uno y escribien-
do con esa mezcla los tres nombres sobre el colchn de agua.
Bunny Banana se despert con dolor en los huesos. No se
despert llorando, a pesar de las inmensas ganas de llorar
que senta. A su lado se meca durmiendo una vieja estrafa-
laria, no recuerdo su nombre. A su lado dorma mecindose
un perro viejo no tiene sentido recordar su nombre. Sobre su
cabeza se meca el cuadro redondo, desequilibrado y obsceno.
Qu coo hago aqu? se hizo Bunny la nica pregun-
ta posible para el lugar y momento.
Se levant, intentando por sobre todas las cosas no llorar
no llorar no llorar, pero tambin un poco intentando no des-
pertar a los otros.
Los otros se despiertan.
Hola-hola-hola. Qu tal? Te encuentras en plenitud
de facultades?
Disculpe, pero no creo conocerlos. Nos hemos visto

con anterioridad?
No recuerdas la noche de anoche?
No.
Ni recuerdas cmo juramos amor eterno en un ritual
antiguo?
No.
Ni recuerdas todo el sexo, violencia y lenguaje de adul-
tos que intercambiamos?
No. No. No.
Logr levantarse sin que nadie se despertara. Logr vestir-
se, lavarse la cara con el jabn de lavar que traa en la mo-
chila (los de bao haca dos meses que no venan al merca-
do), lavarse los dientes con el cepillo que traa en la mochila,
peinarse, pintarse la boca con creyn labial color terracota
perlado (regalo de bodas de Yoswasleydis) que traa en la
mochila sin que nadie se despertara. Logr cantar sus mantras
matutinos (papato querido que no s dnde vives espero que
todava te acuerdes de m, aunque sea de vez en vez) sin que
nadie se despertara.
A lo mejor no estaban dormidos nada, a lo mejor estaban
muertos. O a lo mejor eran maniques muertos.
Bunny Banana hizo un gesto de despedida en direccin de
los quien sean que estaban en la cama, sali con una firme
decisin y entonces s que no pudo aguantar el llanto. Llor y
tuvo dos o cuanto ms tres orgasmos, dadas las cualidades
afrodisacas ya saben.
Bunny Banana se despert con dolor en los huesos y el re-
cuerdo de un sueo angustiante tras las pupilas. Busc con la
vista a alguien con quien compartir el recuerdo del sueo,
pero su vista slo tropez con el negro muy viejo sentado en
el quicio de su casa delante de la plantacin de algodn. Bunny

se dispuso a compartir con l (a falta de pan), pero l no se


mostr nada interesado en compartir con ella. No le dej otra
opcin que salir del espacio habitable del barquito al encuen-
tro de alguien ms digno y sensible.
Cmo describir los sentimientos de Bunny Banana, cuan-
do al salir del espacio habitable descubri que la casa que
era el barquito chiquitico, chiquitico, se hallaba rodeada de
agua por todos los lados hasta el horizonte?
Llor de tantos sentimientos indescriptibles y as llorando
se la encontraron Hamlet y Mariluz.
Por qu lloras, paloma? Acaso tienes algn deseo in-
satisfecho, alguna inquietud subyacente, algunas ilusiones
inhibidas? pregunt Hamlet solcita.
Dnde estoy? gimi Bunny llorando. Qu hago
aqu?
La vieja estrafalaria sonri a su ingenuidad (para no de-
cir estupidez).
Por el mar de las Antillas anda un barco de papel: anda y
anda el barco barco, sin timonel. Hay una Bunny ah llorando,
una Bunny solitaria con el rbol genealgico podado en orden
de tablero de ajedrez hasta la sptima reencarnacin, una
Bunny aislada del resto de la raza humana (con la excepcin
de un verdadero amor o cuanto ms dos) por todos los lados
hasta el horizonte, una Bunny perdida en tiempo y espacio a
consecuencia de sus propias contradicciones internas. (Te
peinas o te pones papelillos!)
Nuestro destino est en tus manos dice Hamlet des-
pacio como a tientas y desenrolla delante de Bunny un anti-
guo pergamino que resulta ser un mapa.
Jau, jau dice Mariluz despacio como a tientas y clava

en Bunny su mirada perruna.


Senegal, Singapur, Santa F, Fiji, Tanzania, Grecia, Egip-
to; el mundo espera por que lo descubras, Bunny sonre
Hamlet con su sonrisa estrafalaria.
Quiero volver a casa llora esta rascndose una cani-
lla.
A cul casa?
Bueno, adonde sea llora Bunny y se rasca la otra ca-
nilla.
Bunny sonre Hamlet despacio como a tientas, tu
deseo para m es ley. Pero me gustara antes de cumplirlo que
supieras exactamente tres cosas: UNO. Mi hermano gemelo
en su actual reencarnacin y yo te hemos recogido en las
calles desoladas, te hemos brindado toda nuestra comidita
en forma de amorcito en forma de sexo excitante y brutal. No
somos ningn cruel que arranca el corazn con que vives, te
vas porque quieres, o al menos eso crees querer. DOS. Todas
tus tendencias filosficas, teosficas, poticas, erticas no
tienen otro origen que en la desocupacin laboral estable y
no en la falta de equilibrio como sueles pensar y decir en las
orejas ensalivadas de tus amantes casuales. Deberas dedi-
carte a la siembra de arroz (caa, tabaco, ctricos), albaile-
ra, carpintera, plomera, tornera o limpieza de alcantarilla-
dos (baos pblicos, almacenes de viandas, mataderos). Esos
oficios tiemplan la voluntad y solidifican la espina dorsal de
cualquier personalidad. Y TRES. Hoy has despreciado la gran
posibilidad de tu vida como, estoy segura, lo has hecho en
reiteradas ocasiones. T no vales nada, Bunny Banana, tu
vida no vale nada. Puedes marcharte.
Jau, jau dice Mariluz.
Adis, mundo cruel. Oh, muerte acogedora, voy a tu
encuentro! exclama Bunny y se lanza tras la borda al mar
que la rodea por todos los lados hasta el horizonte.
Descubre con agrado que NO se hunde y se aleja a gran-

des brazadas del barquito chiquitico que, al ser un barquito


de papel, se moja rpidamente, se deshace, se esfuma entre
las olas y la espuma.
Bunny Banana se sienta sobre una roca en una playa desierta
y se pone a pensar en cmo sera sentirse nufrago en una
isla desierta. No debe haber mucha diferencia entre una isla
u otra, piensa Bunny. Se aburre y decide ponerse a rezar un
Padrenuestro a su manera.
Papato querido que vive en todas partes, que todo lo oye
y todo lo ve. T sabes que yo he intentado con mi plenitud de
facultades ser buena, no robar mucho, ni matar demasiado,
ni tener comercio carnal con el prjimo ms de la cuenta.
Por qu entonces me da la impresin de que me has aban-
donado desde mi nacimiento?
A lo mejor no rezaba nada. Simplemente miraba el mar
buscando manzanas. Con doble intencin. O con una sola
intencin, la ms caracterstica de su personalidad. Aunque
ya saba por experiencia propia que el coito con el mar no
puede ser parsimonioso ni refrescante, el coito con el mar
slo puede ser violento y brutal, como el coito con el violador,
como el coito con la muerte. Pero despus de un coito violen-
to y brutal se restablece el equilibrio, llegan las dos manzanitas
y todo (o nada, si lo prefieren) queda como pintado, como el
cuadro de Botero.
Se aburre de mirar el mar tambin y decide ponerse a hacer
pompas de jabn con la pistola del hijo. Hace muchas pom-
pas, cuando ve surgir en el horizonte un barquito chiquitico.
El barquito se acerca flotando entre las pompas y se detiene
en la orilla de la playa desierta. Quin vivir en un barquito
chiquitico? Seguro que un pirata, un viejo marinero, un lobo
de mar. Nunca lo he hecho... debe ser...

Decido investigar y toco el timbre toco el timbre toco el


timbre.
Quin es? pregunta el lobo de mar.
La Sirenita contesto.
Hala el cordoncito, la puerta se abrir dice el lobo con
voz de abuelita.
Toco el timbre. Toco el timbre. Toco el timbre.
Jau, jau ladra alguien tras la puerta.
Hay alguien ah? pregunto.
Jau, jau contestan.
Por favor, breme! grito.
Jau, jau dice el perro.
Se me haba olvidado que los perros no saben abrir las
puertas.
El barquito se acerc a la orilla de la playa desierta, pero no
se detuvo. Bunny vio cmo cay de l un objeto pequeo,
prximo, cotidiano y qued flotando sobre la superficie del
mar, mientras el barquito se hundi, se deshizo, se esfum o
se volvi a perder tras el horizonte. Las olas, solcitas, traje-
ron el objeto hasta las rocas donde estaba sentada Bunny y
sta pudo ver que se trataba de una botella sellada con una
nota adentro.
Abri la botella, sac el rollo de un antiguo pergamino y
ley la nota. Era simple, excitante y brutal. Constaba de una
sola palabra sin aclaraciones ni firma.
El mensaje escrito en el pergamino antiguo que ley Bunny
Banana era as:
SUICDATE

CaptuloIX
Qu puedo decirte de Bunny Banana que no sepas, que no
hayas sabido desde siempre, que no hayas vivido ya en tu
piel, que no sientas cada vez que sales de tu cuarto, edificio,
apartamento a las calles desoladas?
Cmo explicarte su soledad, tu soledad, a nadie le im-
porta, su soledad, mi soledad, cada cual en su hueco, como
contar lo incontable, cada cual en su Sahara, escribir lo in-
descriptible, la soledad?
Yo invent a Bunny Banana a mi imagen y semejanza una
de esas noches en que la luna se quiebra y la puse a rondar
y le dije: dame tu mano y danzaremos, pero Bunny no acept
mi mano franca y se fue hacia all como en sueos dormida
y quiso vestirse de mar y no hay quin la detenga.
Din-don, suena el cascabel amarrado a su tobillo.
Din-don, se pierde entre las olas.
Din... Don...
Pero NO se hunde.
Bunny llora de rabia, impotencia y soledad.
Yo le invent un nombre casi humano y le invent una vida
casi humana, pero el cuerpo que le regal, su esplndido
cuerpo, es MS que humano y NO se hunde.
T puedes pegarle el SIDA, envolverla en una frazada,
rocearla con alcohol y prender el fsforo, fulminarla infinita-

mente con la pistola de hacer pompas de jabn, apualearla


en el corazn con que vive, enclaustrarla por cien aos y ella
seguir ah, en las calles desoladas, en una parada cualquie-
ra, en la guagua, en la orilla del mar, en casa de algn cuerpo
clido y NO se hunde.
Por qu? me dice Bunny con cara de terror apocalp-
tico.
Me siento empequeecida, intil, frustrada. Soy un fraca-
so como aprendiz de Dios.
Crear es fcil, pero no puedes lavarte las manos, t, que
vives en el cielo o donde sea, me oyes?
No me oye.
Intntalo otra vez, le digo a Bunny.
Bunny saca la pistola de la mochila y se la vuelve a llevar
a la sien.
Detente, Bunny! grita alguien a su lado.
Ella abre los ojos y ve a Nuby Banana, su hermana menor.
Hola dice Nuby, pasaba por aqu cerca cuando te vi.
Cmo ests? Y la familia? El nio?
Nuby responde Bunny despacio como a tientas, la
vida es una mierda.
Pero, Bunny Nuby abre los ojos de par en par. La
vida es... depende de cmo la mires.
Soy un leproso, un infectado, un intocable explica
Bunny rascndose la canilla izquierda. Nadie me ama.
Yo te amo confiesa Nuby y le rasca la canilla dere-
cha.
Luego le rasc la rodilla, el muslo y as sucesivamente.
Bunny Banana observ cmo sanaban sus heridas y llagas
bajo la mano de la hermana menor. Temblaba de ansias y

emocin, pero Nuby pens que era del fro y se acost sobre
ella para brindarle el calor de su cuerpo clido. La abraz y
ambas subieron convertidas en ngeles ms y ms alto (o
ms y ms bajo (depende de cmo lo mires, porque, si la
altura se mide a partir de la posicin de la cabeza
Nunca lo he hecho con mi hermana menor. Debe ser infinita-
mente excitante y brutal. Pero ya es tarde para eso, al menos
en esta reencarnacin.
Papato querido que vive donde sea, espero que te encuen-
tres en plenitud de facultades; aqu te mando la lista de mis
sueos incumplidos (o los de Bunny, si lo prefieres) para que
los tengas en cuenta en mi prxima reencarnacin:
Viajar toda Europa en autostop (partiendo desde Pa-
rs)
Aprender a hablar chino
Tirarme en paracadas
Ser bajita y flaquita (no es que yo sea una giganta...)
Dar la vuelta al mundo montada en un barquito, un
barquito, un barquito...
Tener una casa a orillas del mar con rboles frutales,
rosas, un perro lanudo, un caballo y un koala
Bucear
Vivir en Australia (al menos por un tiempo)
Conocer a J. D. Salinger en su prxima reencarnacin
y al menos a un extraterrestre o dos, no hace falta ms...
Encontrar aunque sea un verdadero Amor Amor Amor
Bunny Banana saca la pistola de la mochila y se pone a hacer
pompas de jabn para matar el aburrimiento. El aburrimiento
ataca por el flanco derecho, luego por el izquierdo y redobla

las fuerzas. Es una batalla desigual. Bunny, gravemente heri-


da, cae convulsionando. Llega una guagua perdn, la
ambulancia y se la lleva al hospital, donde le hacen la entrega
solemne de la medalla por
Detente, Bunny! grita alguien a su lado.
Bunny abre los ojos y ve a Jos Banana con Mara a cues-
tas.
Hola, pap saluda Bunnyte encuentras en plenitud
de facultades?
Qu dice? le pregunta Jos a Mara.
Dice que est muy desilusionada de ti como padre
traduce la mujer de Jos.
Dile que no fue esa mi intencin ordena ste.
Dice tu padre obedece Mara que es muy orgulloso
para pedir perdn, pero lo siente.
Dile que est bien suspira Bunny, ser para la prxi-
ma reencarnacin...
Qu dice? le pregunta Jos a Mara.
Que te cuides mucho y vivas muchos aos ms y que
cuides de Nuby que an es pequea y necesita de un padre
como cualquiera y que si puedes te hagas cargo de no se qu
jicotea que vive en no se qu pecera y tambin que intentes
publicar su libreta de poemas y ayudes a criar a Rocamadour
que apenas te conoce y vayas a verlo aunque sea una vez al
ao o dos y que...
Bunny Banana saca la pistola de la mochila y se pone a hacer

pompas de jabn. Simplemente no se le ocurre otra cosa. Su


corazn con que vive late comprimido de tantas inquietudes y
tantas decepciones.
Todo es un problema de falta de equilibrio le digo yo.
En toda esta ciudad no hay ni una jodida manzana. No
puedo estar sin manzanas ni un minutico responde.
Pero despus de la noche llega el da le explico.
Y despus de la vida viene la muerte sonre.
Sonre y sonre y las pompas explotan alrededor como
fuegos artificiales.
En este punto dramtico necesito hacer otra pausa comercial
para darles alguna informacin.
Espero que est claro que Bunny Banana al fin cumple lo
prometido por m desde las primeras pginas: decide suici-
darse. Sus razones tendr, no la juzgo. Respeto la libertad
fantasma de cada cual frente a las sustancias txicas de la
realidad, a pesar de que est penado por la ley el atentado
contra la raza humana. (Es Bunny de raza humana?)
Hay grandes estudios sobre el suicidio (individual y en
masa), sobre la amplia gama de modos de su realizacin e
incluso sobre la cuestin esttica del mismo. (Para qu re-
petirme?)
Pero el gran problema est en que la pobre Bunny an no
ha elegido la forma ms apropiada para su propsito (des-
cartando de hecho el morir ahogada en el mar porque NO se
hunde). Por eso (nicamente por eso!) le ofrezco un brevsi-
mo test psicoanaltico que puede servirle de gua.
Subraya la respuesta correcta.
1.- Cuando ves sangre derramada sientes
a) asco

b) placer
c) indiferencia
2.- El dolor te es
a) insoportable
b) agradable
c) resistible, aunque molesto
3.- Matar un insecto o animal pequeo (rana, rata, etc.)
te provoca
a) pnico
b) alegra
c) nada
4.- Sentir hambre para ti es
a) irresistible
b) espiritualmente purificante
c) ligeramente desagradable
5.-Has practicado el sadomasoquismo o la autoflagelacin
a) jams
b) a menudo
c) una vez, por curiosidad
6.-Cuando te has quemado una superficie pequea
a) corriste al hospital ms cercano
b) lo ocultaste de todos para disfrutarlo a solas.
c) te curaste con remedios caseros.
7.- Los muertos en funerarias o entierros
a) te aterran
b) te fascinan
c) no te provocan emociones especiales
8.-Tus fantasas erticas se caracterizan por su

a) ternura
b) violencia
c) contencin
Clave
En el caso de que seales ms de 5 aes, eres una perso-
na con bajsimos instintos suicidas y para realizar exito-
samente tu plan debers contratar a un asesino a sueldo.
Como la mayora de ellos tienen corazones tiernos tras una
piel curtida, este de seguro se enamorar de ti, se casarn
luego, tendrn muchos hijos, nietos, etc.
Si sealaste ms de 5 bes, debes ser una persona tempe-
ramental y apasionada. Cualquier forma de suicidio est a tu
alcance, aunque es mejor que consultes el tema con un es-
pecialista. Este descubrir que el origen de tus males es el
fuego uterino, se enamorar perdidamente de ti, se casarn
luego, tendrn muchos hijos, nietos, etc.
Y, finalmente, si has sealado ms de 5 ces, sin dudas
eres una persona estable, tal vez humanoide. En ese caso no
tienes nada que temer. Ninguna accin autodestructiva podr
afectarte demasiado. El cientfico que te program reparar
los daos ardiendo de amor por ti, se casarn luego, tendrn
muchos hijos, nietos, etc.
Por dnde me qued?
Detente, Bunny! grita alguien a su lado.
Bunny abre los ojos y ve a Yoswasleydis Puales. En rea-
lidad, pudo haber sido el violador. Pudo haber sido Mariluz en
cualquiera de sus proyecciones, Hamlet en cualquiera de sus
proyecciones, Cira o Rocamadour, Nuby, Mara o Jos, el po-
lica, el perro, el caballo, CUALQUIERA. Pero era Yoswasleydis.

Tena aspecto de ser Yoswasleydis.


Te amo dijo, nunca he dejado de amarte.
Quiero que sepan que todo esto podra terminar aqu, yo puedo
escribir la palabra FIN, o ETC., o COLORN COLORADO, o un
simple punto final. Pero tambin puede seguir, por ejemplo
as:
Te amo dice Yoswasleydis, nunca he dejado de
amarte.
No te reconozco responde Bunny y se rasca ambas
canillas a la vez.
He cambiado, Bunny...
Te han hecho un transplante de corazn?
No. Me han hecho un lavado de cerebro.
Se ponen a conversar. Bunny le cuenta que se fue de su
casa en busca de nuevos senderos, pero se encuentra en el
umbral de la desesperanza.
Te comprendo responde el ex marido, nadie te com-
prende como yo en todo este jodido mundo.
Qu puedes saber t del equilibrio? duda la ex espo-
sa.
Lo s, Bunny. En mi poca de pubertad yo ensayaba con
una almohada, pero esta no tena el tamao suficiente como
para templrmela y besarla a la vez. Slo poda hacer una de
las dos cosas. Entonces descubr que el mundo es cruel y
desequilibrado.
Yo ser tu almohada. Yoswasleydis, yo ser tu equilibrio
dice Bunny y se lanza a su cuello.
Del cielo bajan dos angelitos cantando:
Qu bonito es el amor!

Les aseguro que ahora s pueden dar por terminada esta


bella historia, aunque si todava les queda curiosidad, se me
ocurre continuarla as:
Bunny se lanza al cuello de Yoswasleydis y lo tumba.
Yoswasleydis se lanza al cuello de Bunny y la tumba. Bunny le
desgarra las ropas a Yoswasleydis, mientras este se las des-
garra a ella. Luego se desgarran la piel, la carne, las vsce-
ras, los huesos, lo devoran todo y lo defecan, mezclan las
heces, forman con ellas un slo ser y llegan a una msera
semejanza del equilibrio.
Estoy feliz anuncia el hbrido de lo que fueron Bunny
Banana y Yoswasleydis Puales, procesados orgni-camente
. Oh, muerte acogedora, voy a tu encuentro...
Dicho esto, sube ms y ms alto (o ms y ms bajo, de-
pende de cmo lo mires (porque si la altura se mide a partir
de la posicin de la cabeza
Cualquier final que elijas es el final verdadero. Pero el ms
verdadero es este:
Te amo dijo Yoswasleydis, nunca he dejado de amar-
te.
Bunny lo mir con una mezcla de lstima y desilusin.
Bunny! exclam Yoswasleydis, dime que t tam-
bin me amas, que nunca has dejado de amarme...
Bunny Banana ech un vistazo dentro del edificio, todas
las puertas cerradas, las llaves perdidas y las que no estn
cerradas, vacas, vacas... Al fin (al fin!) adivin la respuesta
correcta y levant la vista decidida.
Nunca, Yoswasleydis Puales. No soy tu costilla, tu me-
dia naranja, tu amor a primera vista y hasta que la muerte

nos separe. Prefiero abrir lentamente mis venas, mi sangre


toda verterla a tus pies, que entregarme a tus brazos traicio-
neros. T lo mismo das un beso, que das una pualada,
Yoswasleydis Puales. No volver a ser tuya jams.
Con esas palabras Bunny volvi a sacar la pistola de la
mochila y se la llev a la sien, pero Yoswasleydis se la arre-
bat y se dispar mil tiros en el medio del pecho. Bunny, con
tantas cintas y lazos lo entierra en la arena. Dentro de poco
en ese sitio nace un manzano (todava sigue ah para los curio-
sos que decidan asegurarse). Del rbol caen dos man-zanitas
y quedan suspendidas en el aire. Me bajo del Pegaso y se lo
ofrezco a Bunny: Toma, toma, yo tengo ms en mi casa...
Ella lo monta y yo congelo la imagen para que pueda disfrutar
del equilibrio eternamente. Pero la computadora coge virus,
le da fiebre y con la escasez de medicinas
En el caso de que quieras inventarte tu propio final, dado el
lugar y momento, puedes usar el siguiente espacio para que
lo cuentes en tus propias palabras. Te prometo que ni yo ni
Bunny nos vamos a poner bravas; eres libre de mantener tu
arbitrario equilibrio.
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Pero, para ser sincera, no hay final ninguno. Yo invent a
Bunny Banana a mi imagen y semejanza de toda mi soledad

(a nadie le importa), de todo mi amor (cada cual en su hue-


co) y ahora no s qu coo hacer con ella porque NO se
hunde.
Intntalo otra vez le ruego.
Ella me mira con cara de terror apocalptico.
Y yo comienzo a contarle MI vida desde la ms tierna
infancia y lloramos las dos y ella me dice: Te comprendo, no
sabes cmo te comprendo y yo me siento perdonada; no s
si pueda algn da perdonar a MI Dios, que me invent a SU
imagen y semejanza, pero si L me contara SU vida desde la
ms tierna infancia, es posible que lo comprenda, porque
todo est en el equilibrio entre el hombre y Dios, entre Dios y
el hombre, entre Dios y Dios, entre el hombre y el hombre.
Lleg la guagua, pero Bunny no se mont. Nadie se le acerc,
nadie interrumpi su quietud. Tampoco lo deseaba. Ya no
deseaba nada. Haba alcanzado el equilibrio a su manera.
Acababa de descubrir que uno puede morir en vida y reencar-
nar en cualquier otra cosa. En una estatua, por ejemplo. Las
estatuas son muy equilibradas. No necesitan comidita, casa
ni amor. Tampoco necesitan esas cosas otras obras de arte,
la literatura incluida. No es tan malo ser la protagonista de un
libro, como uno se imagina. Aunque sea el libro ms raro del
mundo. Siempre queda pensar que si fueras gente de ver-
dad, podras salir ms mal parada.
Amaneca.

CaptuloX
Amanece. Los rayos del sol que entran por las persianas
semiabiertas (o semicerradas, si lo prefieren) iluminan el
cuarto gris donde habita Bunny Banana, llenndolo de suaves
tonos pastel. Iluminan los objetos que se destacan ms que
otros; sobre todo el cuadro de Botero que est frente por
frente a la ventana. El gordo picador se expone a los rayos
del sol como un negro muy viejo sentado en el quicio de su
casa delante de la plantacin de algodn. Tambin se ilumina
el pie de Bunny (el extendido hacia la pared opuesta a la
ventana, el derecho). El izquierdo sigue mecindose, espan-
tando mosquitos y otros insectos despreciables que deseen
posarse sobre su esplndido cuerpo para beberse su precio-
sa sangre. El nio, que duerme con la boca abierta (producto
de adenoiditis crnica aguda) se mueve inquieto en su lado
de la cama. Bunny le arregla las sbanas y le da un beso en el
hombro como una buena mam cualquiera. Luego aparta la
libreta de poemas y se levanta con una firme decisin. Tira
sus creaciones literarias al montn que se destaca encima de
la mesa y estas caen justo sobre la pistola de hacer pompas
de jabn del hijo. Se mira en el espejo, cierra defini-
tivamente las persianas, se acuesta en su lado de la cama
compartida, se tapa, se acomoda largamente, reza un
Padrenuestro a su manera, baja los prpados y se sumerge

en un profundo sueo.
Sabe todo lo que la espera con lujo de detalles.
Sorpresa!
Pensaste que ya se haba acabado?
Bueno, casi-casi-casi.
Esto, ms bien, es un regalo de despedida, un ltimo adis.
Deseo que lo disfrutes a plenitud de facultades y saques tus
propias conclusiones.
LIBRETA DE POEMAS DE BUNNY BANANA
A cualquiera que quiera leer
poesas de amor
En mi opinin, la vida es
un presente griego.
J. D. Salinger
1
De noche despiertan
mis amores lunticos
formando su ronda alucinante
La ciudad me pone mala cara
cara de tranca
y yo busco su boca
busco su boca
busco su boca

2
Esta ciudad
me traga y me escupe impasible
tiene los intestinos estriles
Me siento deshidratada
de tantos deseos
tantos pequeos abortos
Esta ciudad
con las manos manchadas de sangre
3
Entre sus ventanas
no hay ninguna diferente
ninguna domesticada
que me recuerde
a algn hombre que aguarda
o alguna mujer
Por qu entonces
paso revista con los ojos volcados?
4
Dnde meto la ternura?
clulas enloquecidas
Brota de los hoyos blandos
se expande tumefacta
Me asfixio en un charco de excrementos
sin destino definido
5
Reventar
como un globo de colores
dejando restos en paredes y muros
nombres de amantes nunca vistos

pjaros
si queda alguno
6
Luego vendrn los basureros
barrenderos sanitarios
los enterradores
los curas
Alguien dir: siempre la misma mierda
han perdido la vergenza
Alguien se dar un trago
Alguien se soplar la nariz
con los dedos
limpiando las calles
de mis desechos
7
Quin dijo que todo est perdido?
Vengo a ofrecerme
a vsceras, si lo desean, al menudeo
al por mayor
a la fuerza
a cualquiera que tema convertirse en pasado
al que no tema nada
aqu estoy rodando la noche
mientras la luna se quiebra.

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