A Jury of Her Peers (Susan Glaspell)

Descargar como txt, pdf o txt
Descargar como txt, pdf o txt
Está en la página 1de 147

UNIVERSIDAD NACIONAL FACULTAD DE FILOSOFA Y LETRAS SISTEMA DE ESTUDIOS DE POSGRADO ESCUELA DE LITERATURA Y CIENCIAS DEL LENGUAJE MAESTRA PROFESIONAL

EN TRADUCCIN AMERICAN WOMEN WRITERS, DE EILEEN BARRETT Y MARY CULLINAN Traduccin e Informe de Investigacin Trabajo de graduacin para aspirar al grado de Magster en Traduccin (Ingls - Espaol) Francine Ocampo Rodrguez Carn No. 980090-2 2004

La traduccin que se presenta en este tomo se ha realizado para cumplir con el req uisito curricular de obtener el grado acadmico en el Plan de Maestra en Traduccin, de la U niversidad Nacional. Ni la Escuela de Literatura y Ciencias del Lenguaje de la Universidad Nacional, ni la traductora, tendrn ninguna responsabilidad en el uso posterior que de la versin tr aducida se haga, incluida su publicacin. Corresponder a quien desee publicar esa versin gestionar ante las entidades pertin entes la autorizacin para su uso y comercializacin, sin perjuicio del derecho de propiedad intelectual del que es depositaria la traductora. En cualquiera de los casos, todo uso que se ha ga del texto y de su traduccin deber atenerse a los alcances de la Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos, vigente en Costa Rica.

DEDICATORIA A Valeria y Mara Fernanda, porque han sido mi motivacin para llegar hasta el final

AGRADECIMIENTOS De todo corazn a Alberto, por toda la ayuda que siempre me ha brindado para alcanzar esta meta. Gracias por su paciencia y las palabras de aliento. Gracias por estar conmigo en las buenas y en las malas. A mis padres por preocuparse siempre por nuestro estudio pese a las dificultades econmicas. A Dios que me ha ayudado en los peores momentos ensendome el camino.

RESUMEN El presente trabajo de graduacin, el cual consta de una traduccin y su correspondiente informe de investigacin, es uno de los requisitos para optar por el grado de Magster en Traduccin (ingls-espaol) de la Universidad Nacional. Este trabajo consta de varias secciones. En primer lugar, se presenta la traduccin de tres cuentos que forman parte de una antologa1 de prosa escrita por mujeres estadounidenses hacia finales del siglo XIX y durante el siglo XX. Los cuentos traducidos son The Revolt of Mother de Mary Wilkins Freeman, A Jury of Her Peers de Susan Glaspell y Holiday de Katherine Anne Porter. El informe de investigacin consta de cinco secciones: 1. la introduccin y justificacin en cuanto a la escogencia del texto y los temas investigados; 2. un anlisis de los rasgos principales de cada cuento y las implicaciones de estos elementos en el proceso de traduccin y el texto meta; 3. un estudio sobre la presencia de una gra n cantidad de adverbios de modo en los textos narrativos en ingls y sobre cmo evitar el anglicismo de frecuencia en espaol al traducirlos; 4. una descripcin de las variedades de lengua presentes en los textos originales; y finalmente 5. un mtodo para reproducir las variaciones de la lengua original en la lengua meta. Descriptores: Traduccin Traduccin literaria estadounidense Feminismo Literatura estadounidense Narrativa

1 Barret, Eileen y M. Cullinan, eds. American Women Writers: Diverse Voices in P rose since 1845. Nueva York: St. Martin s Press, 1992. ii

NDICE GENERAL Resumen Traduccin La revolucin de mam Juzgada por sus iguales .. Vacaciones ii 1 ...61

..26

Informe de investigacin Introduccin 84 Captulo I: Anlisis de texto ..89 Captulo II: Traduccin de adverbios de modo en textos literarios ..101 Captulo III: Variedades de lengua en textos literarios ...114 Conclusiones .130 Bibliografa 133 Apndice: Texto original 138

Traduccin

La revolucin de mam (Mary Wilkins Freeman) Pap! Qu ju? Pa qu estn esos hombres cavando en el campo? De repente, el rostro del viejo se alarg como si algo muy pesado colgara de l. Mantuvo la boca cerrada y continu ajustando las guarniciones de la gran yegua baya. Apresurado, le coloc el collar de un tirn. Pap! El viejo dio un manotazo sobre la silla de montar de la yegua. Escuche, pap, quiero saber pa qu estn cavando esos hombres en el campo y voy a averiguarlo. Ay, Mam! Por qu no se va pa la casa a ocuparse de sus cosas? dijo el viejo. Pronunciaba las palabras juntas; lo que deca era casi tan ininteligible co mo un gruido. Pero la mujer comprenda, era su lengua ms primitiva. No voy a entrar a la casa hasta que ust me diga qu estn haciendo esos hombres en el campo dijo ella. Y se qued all parada esperando una respuesta. Era una mujer pequea, sin cintura, como un beb en camisn. La expresin de su frente era apacible y benevolente bajo los mechones grises. Alrededor de la nariz y la boca, mostraba 1

unas arrugas llenas de mansedumbre; pero sus ojos, que miraban fijamente al viejo, revelaban que esa sumisin era el resultado de su propia voluntad, jams de la voluntad de otro. Se encontraban en el granero frente a sus puertas abiertas de par en par. La brisa de la primavera, llena del olor del pasto nuevo y flores escondidas, sopla ba en sus rostros. El campo frente a ellos estaba lleno de carretas y pilas de made ra en desorden. En las orillas, cerca de la valla y la casa, el pasto era de color ver de muy vvido y haba algunas flores de diente de len. El viejo lanz una inflexible mirada a su esposa mientras ajustaba las ltimas hebillas de las guarniciones. Ella le pareca tan inconmovible que le recordaba las rocas en los pastos, arraigadas a la tierra cubiertas por miles de generaciones de zarzamoras. Tir de las riendas y sali del granero. Pap! dijo ella. El viejo se detuvo.

Qu ju? Quiero saber pa qu estn esos hombres cavando en el campo. Bueno, ya que tiene que saberlo, estn cavando pa construir un stano. Un stano pa qu? Pa un granero. Un granero? Ah, no, pap! No me diga que ust va a hacer un granero en el terreno en dond bamos a construir la casa? El viejo no respondi. Se apresur a llevar la yegua hasta la carreta y sali del patio con gran estruendo, cabalgando con la vitalidad de un muchacho. 2

La mujer lo sigui con la mirada un momento; luego, sali del granero y cruz por un rincn del patio hacia la casa. La casa, rodeada por un sin nmero de cobertizos y galerones y el gigantesco granero, era minscula comparada con ellos. Tena el espacio justo para sus habitantes, como las cajas de las palomas bajo los aleros del granero. El rostro color rosa, delicado como una flor, de una hermosa muchacha se asomaba por una de las ventanas de la casa. Miraba a tres hombres que cavaban en el campo que limitaba con el patio cerca del camino. La muchacha se volvi en silencio cuando la mujer entr. Para qu estn cavando, mam? dijo ella . Te dijo? el nuevo granero.

tn cavando pa construir un stano pa

Mam, no me digas que va a construir otro granero? Esu es lo que dice. Un chico se detuvo frente al espejo de la cocina para peinarse despacio y con cuidado y se acomod el cabello en un elegante copete sobre la frente. Pareci no prestarle ninguna atencin a la conversacin de las mujeres. Sammy, sabas que pap va a construir otro granero? le pregunt la muchacha. El chico continu peinndose con esmero. Sammy! El chico se volvi. Tena el rostro igual al de su padre bajo aquel suave montculo de cabello caf. Aj, creo que s dijo a regaadientes. 3

Desde cundo lo sabes? Como hace tres meses. Por qu no dijiste nada?

pregunt la madre.

No pens que juera buena idea decilo. No entiendo para qu pap quiere otro granero dijo la muchacha con su dulce y pausada voz. Volvi a mirar por la ventana y observ a los hombres que cavaban en el campo. Su suave y dulce rostro mostraba una ligera preocupacin. Su frente era lisa y pura como la de un beb y llevaba el cabello rubio amarrado hacia atrs, en una fila de rulos de papel. Era robusta, pero sus suaves curvas ocultaban sus msculos. La madre mir al chico con severidad. Va a comprar ms vacas? pregunt. El chico no contest pues estaba amarrndose los zapatos. Sammy, quiero que me digas si va a comprar ms vacas. Creo que s. Cuntas? Cuatro, creo. La madre guard silencio. Entr a la despensa y se oy un tintineo de platos. El chico tom una gorra de un clavo detrs de la puerta, un viejo libro de aritmtica del estante y parti hacia la escuela. Era menudo, pero desgarbado. Cruz el patio con un brinco extrao en sus caderas que haca ver su chaqueta, hecha en casa, torcida en la espalda. 4 le

La muchacha fue al fregadero y empez a lavar los platos amontonados. Al instante, la madre sali de la despensa y apart a la muchacha. T los secas dijo ella . Yo los lavo, hay muchos platos esta maana. La mujer meti las manos en el agua con energa mientras su hija secaba los platos lentamente, como absorta en un sueo. Mam, dijo ella no crees que est muy mal que pap construya un nuevo granero sobretodo con lo que necesitamos una casa decente donde vivir? La madre restreg un plato con furia. Ay, Nanny Penn, toava no has cao en la cuenta de que somos mujeres dijo ella . No conoces a los hombres. Pronto te dars cuenta de que las mujeres sabemos solo lo que ellos creen que sabemos, siempre y cuando les convenga. Y que, debemos consideralos seres con autorid divina y no quejarnos de ellos ms de lo que nos quejamos del clima. No me importa. De todas maneras, no creo que George sea as dijo Nanny, con su delicado rostro enrojecido y un leve puchero como si fuera a reventar en llanto. Nada ms espera y vers. No creo que George Eastman sea distinto a los dems hombres. Aun as, no debes juzgar a pap. l no puede evitar ser como es porque ve las cosas muy distintas a nosotras. Y, despus de todo, hemos estao muy cmodos aqu. No hay goteras nunca ha habido, salvo aquella vez, pero pap las cubri. Deseara que la casa tuviera un saln. 5

Bueno, no creo que a George Eastman le haga ningn dao venir a visitarte en una cocina agradable y limpia como sta. Estoy segura que ms de una muchacha no tiene un sitio tan bonito como ste. Yo nunca me he quejao. Yo tampoco me he quejado, mam. Bueno, no creo que puedas quejarte del padre y de la casa que tienes. Imagnate que pap te obligara a trabajar? Muchas nias tienen que hacelo y no es porque sean ms fuertes o ms hbiles que t. Sara Penn lav el sartn con aire concluyente. Restregaba la parte exterior del sartn con el mismo afn que la parte interior. Era una excelente ama de casa, de su cajita de casa. La sala pareca nunca tener polvo, del que se produce por la friccin del tiempo sobre los objetos inanimados. Barra pero no pareca haber ninguna suciedad que recoger. Limpiaba y no se notaba la diferencia. Era como el artista cuya perfeccin sobrepasa el arte. Esta maana, Sara haba sacado un tazn y una tabla y haba hecho unos pasteles. No haba ni una pizca de harina en ella como se dedicara a labores ms delicadas como las de su hija. Nanny iba a casarse en el otoo y por eso estaba bordando y cosiendo batistas blancas. Cosa incesantemente mientras su madre cocinaba. Sus suaves manos y muecas, blancas como la leche, se vean aun ms blancas que su delicado trabajo. Pronto vamos a tener que sacar la estufa a aquel cobertizo dijo la seora Penn . Hablando de no tener cosas, ha sido una bendicin sacar la estufa durante el verano. Fue una gran cosa que pap arreglara aquella chimenea all afuera. 6

Mientras preparaba los pasteles, el rostro de Sara Penn mostraba esa expresin de sumisa vitalidad caracterstica de los santos del Nuevo Testamento. Estaba haciendo pasteles rellenos de fruta. Eran los preferidos de su esposo, Adoniram Penn. Los haca dos veces por semana. A Adoniram le gustaba comerse un pedazo de pastel entre comidas. Esta maana, Sara estaba apurada pues haba empezado ms tarde que de costumbre y quera tener por lo menos un pastel listo para el almuerzo. No importaba cunto resentimiento tuviera contra su esposo, ella nunca hubiera dejado de atender diligentemente sus deseos. La nobleza de carcter se manifiesta a travs de las rendijas cuando no se le abren las puertas. La nobleza de Sara hoy se mostraba en bandejas de frescos pasteles. As que Sara hizo los pasteles con esmero pese a que cuando apartaba la vista de su tarea, vea la escena que irritaba su paciencia y perturbaba la sereni dad de su alma: los hombres cavando las bases del nuevo granero, en el terreno en el que Adoniram le prometi que construira la casa hace cuarenta aos. Los pasteles estuvieron listos para el almuerzo. Adoniram y Sammy llegaron unos minutos despus del medioda. Comieron apresuradamente. Nunca haba mucho de qu hablar en la mesa de los Penn. Adoniram bendijo los alimentos y comieron de prisa. Luego, se levantaron y todos volvieron a sus quehaceres. Sammy volvi a la escuela con pasos largos y furtivos como un conejo. Quera jugar una partida de canicas antes de las clases y tema que su padre le 7

asignara alguna tarea. Adoniram corri a la puerta y lo llam, pero el chico ya iba lejos. Mam, por qu lo dej irse? dijo Adoniram . Necesitaba que me ayudara a descargar una madera. Adoniram se fue a descargar la madera en el patio. Sara recogi los platos del almuerzo mientras Nanny se quitaba los rulos de papel y se cambiaba el vestido. Tena que ir a la tienda a comprar ms materiales para su costura. Despus de que Nanny se haba ido, la seora Penn sali a la puerta y llam: Pap! Qu ju? Venga un momento. .No pueo dejar esta madera aqu. Tengo qu escargarla y ir por una carga de cascajo antes de las dos. Sammy tena que ayudame. Por qu lo dej irse tan temprano pa la escuela? .Es solo un minuto, pap. .Mam, ya le ije que no pueo. .Venga, pap. Sara Penn permaneci en la puerta con la compostura de una reina, con la cabeza erguida como si llevara una corona. Pero, a la vez, con una paciencia que haca la autoridad de su voz absoluta. Adoniram accedi. 8

La seora Penn fue la primera en entrar a la cocina y seal una silla. .Sintese, pap .dijo ella.. Tengo algo que decile. Adoniram se sent pesadamente. Su rostro luca imperturbable, pero miraba a su esposa con inquietud. .Bueno, qu pasa, mam? .Pap, quiero saber pa qu est construyendo otro granero. .No tengo naa que decir d eso. .No puee ser que ust crea que necesita otro granero? .Mam, ya le ije que no tengo naa que decir d eso y no vo a decir naa. . Qu es, que va a comprar ms vacas? Adoniram no respondi y guard silencio. .Yo s que s. Ponga atencin, pap .Sara Penn no se haba sentado y estaba de pie delante de su esposo con la humildad de una mujer de las escrituras., voy a hablale sinceramente como nunca le he hablao desde que nos casamos, pero hoy voy a hacelo. Nunca me he quejao ni voy a quejame ahora, pero tengo que hablale sinceramente. Pap, ve esta cocina. Vala bien. No tiene alfombra y el papel tapiz est too sucio y despegao. No lo hemos cambiao en diez aos. Adems, yo fui quien lo puso y cada rollo era baratsimo. Esta cocina, pap, es todo lo que he tenio pa trabajar, pa comer, pa sentarme desde que nos casamos . En too el pueblo, no hay una mujer que tenga un marido con la mitad del capital que ust tiene y viven mejor que yo. Esta cocina es too lo que Nanny tiene pa recibir a su prometio mientras que las dems muchachas tienen algo mejor aunque 9

sus padres no tengan los medios que ust tiene. Es too Pap, qu hubiera sentio ust si nuestra boda hubiera Recuerda que nos casamos en la casa de mi madre, en un muebles forrados y una mesa de caoba. Pero esto es too u boda. Ve, pap?!

lo que tendr pa la boda. sido en un lugar como este? saln alfombrado, con lo que mi hija tiene pa s

Sara Penn cruz la cocina como cruza el escenario un personaje de una tragedia. Abri de golpe una puerta que revelaba un cuarto diminuto, apenas con espacio suficiente para una cama y una cmoda, con un pasillo en medio. .Pap, este cuarto .dijo ella. es too lo que he teno pa dormir en cuarenta aos. Todos mis hijos nacieron all, los dos que murieron y los dos qu estn vivos. All he pasao mis enfermedades. Se acerc a otra puerta y la abri. Era la pequea y oscura despensa. .ste .dijo ella. es too el espacio que he teno pa los platos y pa guardar los vveres y los baldes de la leche. Pap, he cuidao la leche de seis vacas en este lugar y ahora ust va a construir otro granero y a comprar ms vacas pa darme ms trabajo con una despensa tan pequea. Empuj otra puerta y apareci un tramo de angostas y torcidas escaleras en forma de caracol. .Mire, pap .dijo ella., quiero que vea las escaleras que llevan a las dos recmaras sin terminar que son too lo que nuestros hijos han tenio pa dormir en toa su vida. En too el pueblo, no hay una muchacha ms hermosa y refinada que Nanny y eso es too lo que tiene por habitacin. El establo del caballo es mejor qu e 10

el cuarto de Nanny, ms caliente y protegido. Sara Penn se detuvo de nuevo ante su esposo. .Pap, ahora quiero que me diga .dijo ella. si le parece correcto lo que est haciendo de acuerdo con lo que ust profesa. Aqu mismo, cuando nos casamos hace cuarenta aos, ust me prometi que construira una casa nueva en aquel terreno en el campo antes de que terminara el ao. Ust dijo que tena suficiente dinero y que no permitira que yo viviera en un lugar comu este. Ya han pasao cuarenta aos, ust a ganao ms dinero y yo siempre he ahorrao, pero ust no ha construido la casa. Ha hecho galerones y establos para las vacas y un gran ero nuevo y ahora va a construir otro. Dgame, pap, ust cree qu eso est bien? Dales a los animales un albergue mejor que a su propia familia. Ust cree qu eso es correcto? .No tengo naa que decir. .Pap, no tiene naa que decir porque sabe qu eso no est bien. Y hay una cosa ms que no le he dicho. He soportao cuarenta aos sin tener la casa y creo que esperara otros cuarenta ms si no fuera por Nanny. No puede vivir con nosotros despus de casase. Va a tener que irse a vivir lejos y, pap, no creo que yo puea soportalo. Nanny es dbil. Tiene color en las mejillas, pero nunca ha sido fuerte. Siempre me he encargao de las tareas ms pesaas. Ella sola no puede encargase de una casa. Estara agotaa en menos de un ao. Imagnesela lavando y planchando y cocinando con esas manos, tan blancas y suaves, y barriendo! No pueo aceptalo, pap, de ninguna manera. 11

El rostro de la seora Penn estaba enrojecido y sus apacibles ojos parecan de fuego. Haba defendido su humilde causa lo mejor que pudo, usando las mejores palabras que conoca. En su discurso, Sara haba pasado de un tono severo a un tono lastimoso, pero su adversario respondi con un silencio rotundo que aniquila la elocuencia convirtindola en ecos banales. Adoniram se puso de pie pesadamente. .Pap, no va a decir naa? .dijo la seora Penn. .Tengo qu ir a recoger esa carga de cascajo. No pueo quedarme todo el da conversando. .Pero, pap, no va a pensar en lo que le ije? No va a construir la casa en lugar d ese granero?! .No tengo naa que decir. Adoniram sali de la casa arrastrando los pies. La seora Penn entr al cuarto. Cuando sali, tena los ojos enrojecidos. Traa un rollo de tela de algodn sin blanquear. Lo extendi sobre la mesa de la cocina y empez a cortar unas camisas para su esposo. Esta tarde, los hombres que trabajaban en el campo contaban con la ayuda de unos caballos y poda or sus gritos dirigiendo a las bestias. Sara tena un sencillo patrn para las camisas y an deba planear y ajustar las mangas. Nanny regres con los materiales para el bordado y se sent a coser de nuevo. Se haba quitado los rulos de papel y un suave rizo de cabello rubio caa sobre su frente como una aureola. Su rostro era fino y terso como la porcelana. De 12

repente, Nanny levant la mirada y su rostro y cuello se enrojecieron ligeramente. .Mam .dijo ella. .S? Cmo vamos a hacer la boda en esta cocina? Qu vergenza que no haya ningn invitado, solo los familiares de George. Podemos comprar papel pa las paredes y yo lo pondra. Adems, por qu te vas a avergonzar de lo que tienes? Por qu no hacemos la boda en el nuevo granero? dijo Nanny revelando un leve fulgor de ira . Qu sucede, mam, por qu me miras as? La seora Penn miraba a Nanny con una expresin extraa. Reanud su labor extendiendo cuidadosamente un patrn sobre la tela. Por naa dijo ella.

Adoniram sali ruidosamente del patio en su carreta de carga de dos ruedas tan erguido y orgulloso como un guerrero romano. La seora Penn abri la puerta y se qued mirando hacia fuera un instante. Los gritos de los hombres se oan ms fuertes. A Sara le pareca que a lo largo de los meses de primavera no haba odo otra cosa que los gritos de los peones y sonidos de serruchos y martillos. Pront o estuvo listo el nuevo granero. Era una edificacin sobresaliente para aquel pequeo pueblo. Los hombres venan los domingos a admirar la construccin con sus trajes de reunin y camisas blancas. La seora Penn no deca nada del nuevo 13

granero y Adoniram tampoco le mencionaba nada; aunque en algunas ocasiones, cuando regresaba de sus inspecciones, poda verse que su dignidad estaba herida. Qu raro que mam no diga nada del nuevo granero! le dijo un da a Sammy en confianza. Sammy tan solo le respondi con un gruido, extrao para un muchacho de su edad. Lo haba aprendido de su padre. Para la tercera semana de julio, el nuevo granero estaba listo. Adoniram haba planeado pasar los animales el mircoles, pero el martes recibi una carta que cambi sus planes. Lleg con la carta temprano por la maana. Sammy jue al correo dijo l y me trajo esta carta de Hiram.

Hiram era hermano de la seora Penn y viva en Vermont. Ah, s? Qu dice de la familia? Parece que toos estn bien. Dice que si voy pueo comprar un caballo como los que a m me gustan . Adoniram mir pensativo el granero a travs de la ventana. La seora Penn estaba haciendo unos pasteles y continu amasando la pasta con el rodillo pero estaba muy plida y su corazn lata fuertemente. No s si debu ir dijo Adoniram . No me gustara ime ahora a medio recoger el heno. Bueno, pero ya stn cortaos los diez acres y Rufus y los otros pueden arreglrselas sin m tres o cuatro das. Aqu no encuentro buenos caballos y me hace falta otro pa jalar madera en el otoo. Le ped a Hiram que me avisara cuando supiera de un buen caballo. Mejor voy. 14

Ya le alisto ropa limpia dijo la seora Penn con calma. Sara puso el traje de domingo y la ropa limpia de Adoniram sobre la cama del estrecho cuarto. Sac la locin de afeitar y la navaja. Finalmente, le aboton el cuello y le ajust el corbatn negro. Adoniram usaba cuello y corbatn solo en ocasiones muy especiales. Mantena la cabeza erguida con dignidad despectiva. Ya listo, con su chaqueta y sombrero cepillados, y una merienda de pastel y queso en una bolsa de papel, Adoniram titube en el umbral de la puerta y mir a su esposa como disculpndose. Si traen las vacas hoy, que Sammy las lleve al granero nuevo dijo l cuando traigan el heno, tambin pueden metelo ah. Ta bien dijo la seora Penn. Con su cara afeitada de frente, Adoniram sali de la casa. Apenas haba bajado el escaln de la puerta y se volvi con una mirada de nerviosa solemnidad. Vuelvo el sbado si too sale bien Se cua, pap dijo l. y

le respondi su esposa.

Ella y Nanny se quedaron en la puerta hasta que lo vieron desaparecer en la distancia. Los ojos de Sara tenan una expresin extraa e incierta; su frente, siempre serena, estaba contrada. Regres a la cocina y continu horneando. Nanny reanud la costura. El da de la boda se aproximaba y Nanny empezaba a ponerse plida y delgada de tanto coser. Su madre la observaba. Has tenio dolor hoy? 15 le pregunt.

Un poco. A medida que la seora Penn realizaba los quehaceres, su rostro se transform. Su frente, antes contrada, luca serena, la mirada tranquila y los labios relajados. Ide una mxima para s misma, aunque incoherente con sus pensamientos iletrados: El Seor nos seala el camino a travs de las oportunidades que llegan sin pedirlas , se repeta Sara. Y as tom la decisin de lo que hara. Si yo le hubiera escrito a Hiram , se deca a s misma mientras estaba en la despensa. Supongamos que le hubiera escrito a Hiram y le hubiera pedido que nos avisara si saba de algn buen caballo. Pero no jue as y no tengo naa que ver con que pap se haya ido. Parece una seal del cielo. Sin darse cuenta, termin sus reflexiones en voz alta. Qu dices, mam? Naa. La seora Penn se apresur a hornear. A las once en punto todo estaba listo. Los hombres traan la carga de heno lentamente por el camino hasta el nuevo granero. Cuando la seora Penn los vio, sali corriendo de la casa. Esperen! gritaba Esperen! dijo Nanny.

Los hombres se detuvieron sorprendidos. Sammy se asom por encima de la carga y se qued mirndola. Detnganse! volvi a gritar . No pongan el heno en el nuevo granero, llvenlo al viejo. 16

Pero Adoniram dijo que lo pusiramos aqu respondi uno de los peones, un joven, hijo de un vecino, a quien Adoniram haba contratado todo el ao para que lo ayudara en la granja. No pongan el heno en el nuevo granero. Hay suficiente espacio en el viejo, verd? dijo la seora Penn. Suficiente? respondi el joven con voz gruesa y pueblerina . Si juera por ms campo, no haba necesid de construir uno nuevo. Bueno, supongo que cambi de parecer . Tom las riendas y se dirigieron al viejo granero. La seora Penn regres a la casa. Pronto se oscurecieron las ventanas de la cocina y un olor a miel cocida inund la habitacin. Nanny dej su costura y pregunt: No es cierto que pap quera que pusieran el heno en el nuevo granero? No importa contest su madre.

Sammy baj de la carga de heno y fue a la casa a ver si el almuerzo estaba listo. Como pap no est, no hice almuerzo dijo su madre . Dej qu el juego se apagara. Puedes comer pan y leche y pastel. Pens que era suficiente pa nosotros . Puso unos tazones de leche, pan y un pastel en la mesa. Es mejor que almuercen ahora porque necesito que me ayuden ms tarde. Nanny y Sammy se miraron. Haba algo extrao en el comportamiento de su madre. La seora Penn no comi nada. Entr a la despensa y mientras ellos coman, la oan moviendo platos y ollas. Sali con una pila de platos, sac la 17

canasta de la ropa del cobertizo y los guard en ella. Nanny y Sammy solo miraban lo que ocurra. Sac tazas y cazuelas y las puso en la canasta con los otros platos. Qu vas a hacer, mam? pregunt Nanny con timidez. Una sensacin de que algo extraordinario sucedera la hizo temblar, como si hubiera visto un fantasma. Sammy disimulaba fijando la vista en el pastel. Ya vers lo que voy a hacer respondi la seora Penn . Nanny, si terminaste, quiero que vayas arriba y recojas tus cosas. Y t, Sammy, quiero que me ayues a sacar la cama del cuarto. Mam, para qu? dijo Nanny con voz entrecortada. Ya vers. Durante las horas siguientes, esta sencilla y piadosa madre de Nueva Inglaterra realiz una proeza comparable al asalto del general James Wolfe en las planicies de Abraham en la ciudad de Quebec. Wolfe no requiri ms ingenio, audacia y valenta para animar a sus perplejos soldados a subir aquellos empinados precipicios mientras el enemigo dorma, que Sara Penn para dirigir a sus hijos en la mudanza de sus pequeos muebles y enseres al nuevo granero durante la ausencia de su esposo. Nanny y Sammy seguan las instrucciones de su madre sin replicar, completamente sumisos. Y es que, en decisiones tan originales como la de su madre, existe cierto misterio y cierto poder sobrehumano. Nanny iba y vena con pequeas cargas mientras que Sammy arrastraba lo ms pesado con modesta energa. 18

A las cinco en punto de la tarde, la pequea casa donde la familia Penn haba vivido durante cuarenta aos se haba vaciado completamente en el nuevo granero. Nadie sabe para quin trabaja. Pese a que el arquitecto que dise el granero de Adoniram Penn lo hizo pensando en la comodidad de los animales, sin saberlo haba planeado un lugar perfecto para la comodidad de la gente. Fue suficiente un vistazo para que Sara Penn pudiera ver todas las posibilidades. Aquellos grandes compartimentos de los establos, con colchas, seran mejores cuartos que el que ell a tuvo durante cuarenta aos y, adems, haba un aposento para los carruajes bien cerrado. El cuarto de las guarniciones, con su chimenea y estantes, sera la cocin a que siempre haba deseado. El gran espacio en el centro sera el saln, digno de un palacio. Arriba haba el mismo espacio que abajo. Con divisiones y ventanas, sera una casa perfecta! Sara observ la fila de puntales ante el espacio designado para las vacas y decidi que ese sera el frente de la casa y la entrada principal. A las seis en punto, la estufa estaba instalada en el cuarto de las guarniciones, la cafetera herva y la mesa estaba lista para el t. Se vea casi tan acogedor como la pequea casa, ahora abandonada al otro lado del patio. El joven contratado por Adoniram orde las vacas y Sara, con toda naturalidad, le pidi que trajera la leche al nuevo granero. Estaba boquiabierto; era tal su asombro, que iba derramando sobre el pasto borbollones de espuma de los baldes rebosantes de leche. Antes del amanecer del da siguiente, el joven les haba contado a todos en la villa que la esposa de Adoniram Penn se haba mudado al nuevo granero. Los 19

hombres se reunan en la tienda para discutir el asunto; las mujeres, sin terminar sus quehaceres, cubrindose la cabeza con una estola, iban a toda prisa a casa de las vecinas. Cualquier alteracin al curso ordinario de la vida en aquel tranquilo pueblo era motivo suficiente para detenerlo todo. El pueblo entero se detuvo par a juzgar la accin de aquella mujer. Haba diferencia de opiniones: algunos crean que se haba vuelto loca, otros, que su espritu era de naturaleza rebelde. El viernes por la maana el pastor fue a verla. Sara se hallaba en la puerta del granero desvainando guisantes para el almuerzo. Levant la mirada, respondi al saludo del pastor con dignidad y prosigui con su tarea. No lo invit a pasar. Pese a que la expresin de santidad en su rostro no se alter, haba en l una rfaga de ira. El pastor se qued de pie frente a ella y habl. Mientras tanto, Sara manipulaba los guisantes como si fueran balas. Finalmente, levant la mirada y sus ojos reflejaban ese espritu que su mansa frente siempre haba encubierto. No desperdicie su tiempo, seor Hersey dijo ella . Lo e pensao mucho y creo que estoy haciendo lo correcto. Lo e puesto en mis oraciones y es un asunto entre el Seor, Adoniram y yo. Nadie ms tiene que opinar. Bueno, seora Penn, claro, que lo que est haciendo es delgado y cubierto de barba enfermizo que haba perdido hacer un gran esfuerzo para 20 si lo ha puesto en oracin y realmente siente lo correcto dijo el pastor algo indeciso. Su rostro, gris, era pattico. El seor Hersey era un hombre la confianza de los aos mozos. A menudo, deba cumplir con algunos de sus deberes pastorales pues

era tan severo consigo mismo como un asctico catlico. Y, finalmente, era derrotado por los ms listos. Creo qu esto es tan correcto como cuando nuestros antepasaos salieron de su pas porque no lograban obtener lo que les perteneca dijo la seora Penn y se puso de pie. Por el porte de aquella valiente mujer, el umbral del granero debi d e haber parecido la roca de Plymouth y ella uno de los primeros peregrinos. Seor Hersey, estoy segura que ust tiene buenas intenciones dijo ella , pero hay asuntos en los que las dems personas no deben opinar. He sio miembro de la iglesia durante ms de cuarenta aos. Tengo mis creencias y puedo tomar mis propias decisiones y actuar como mejor me parezca y nadie, solo el Seor, tiene derecho de decime que debo hacer. No va a pasar? Cmo est la seora Hersey? Bien, gracias contest el pastor an perplejo. Aadi algunas otras observaciones a modo de excusa y, luego, se march. En el estudio de los personajes de las Sagradas Escrituras, el seor Hersey era capaz de explicar las mayores complejidades; conoca bien la historia de sus antepasados, los peregrinos, y de muchos otros pioneros, pero Sara Penn sobrepasaba su compresin. Poda lidiar con casos primarios, pero los casos complejos lo confundan. Aun as, y pese a que estaba fuera de su competencia, al pastor le preocupaba ms la reaccin de Adoniram Penn a su regreso que los asuntos del Seor. Todos en la villa compartan la misma preocupacin. Cuando trajeron las cuatro vacas que Adoniram haba comprado, Sara orden que llevaran tres de ellas al viejo granero y la otra, al cobertizo de la casa donde haba esta do la 21

estufa por tantos aos. Esto hizo estallar la conmocin y la gente murmuraba que las cuatro vacas fueron albergadas en la casa. Al atardecer del sbado, cuando se esperaba el regreso de Adoniram, un grupo de hombres se reuni en el camino cerca del nuevo granero. El joven que trabajaba para Adoniram ya haba ordeado pero se qued en los alrededores. Sara tena la cena lista: pan moreno, frijoles horneados y pastel de crema. Era la cena preferida de Adoniram los sbados. Sara llevaba puesto un calic y haca sus quehaceres tranquilamente. Nanny y Sammy permanecan cerca de ella, con ojos muy abiertos. Nanny tena temblores repentinos de nervios. Sin embargo, era mayor la emocin de los hijos que cualquier otro sentimiento. Se impona una especie de confianza instintiva en la madre. Sammy mir por la ventana de la nueva cocina. .Ya lleg! .anunci en voz baja y temerosa. l y Nanny observaban lo que suceda a escondidas. Vieron que Adoniram dej el caballo recin comprado en la trocha y se dirigi a la puerta de la casa, pero la hall cerrada. Entonces, dio la vuelta para entrar por el cobertizo. La puerta trasera casi nunca se cerraba, ni siquiera cuando la familia sala. De repente, Nanny record la vaca y se preguntaba cul sera la reaccin del animal al ver a Adoniram. Un sollozo de terror se desprendi de su garganta. El viejo sali del cobertizo y se qued mirando a su alrededor aturdido. Mova la boca diciendo algo, pero no podan escucharlo. El joven que trabajaba para Adoniram espiaba desde un rincn del viejo granero, pero nadie lo vio. 22

Adoniram tom al caballo por el freno y se dirigi al nuevo granero. Nanny y Sammy se acercaron furtivamente a su madre. Las puertas del granero se abrieron y apareci Adoniram, con la larga y mansa cara del gran caballo canadiense asomndose sobre su hombro. Nanny se qued detrs de su madre, pero, de pronto, Sammy se adelant y se par delante de ella. Adoniram clav la mirada en ellos. .Qu demonios hacen toos aqu? . dijo l.. Qu ocurri en la casa? .Vinimos a vivir aqu, pap .respondi Sammy con voz aguda y temblorosa, pero con valenta. .Pero .Adoniram aspir .Por qu huele a comida? .dijo l. Entr y mir a travs de la puerta del cuarto de las guarniciones. Luego, mir a su esposa con rostro plido y asustado. .Qu demonios pasa aqu, mam? .dijo con voz entrecortada. .Venga, pap .dijo Sara, lo llev al cuarto de las guarniciones y cerr la puerta. .Pap .dijo ella., no se asuste, no estoy loca. No hay razn pa lterase. Hemos decidido venir a vivir aqu y as vamos a hacelo. Tenemos el mismo derecho a estar aqu que los nuevos caballos y las vacas. No podamos vivir ms tiempo en la casa y decid que no m iba a quedar ah. He cumplio mis obligaciones con ust durante cuarenta aos, y seguir hacindolo, pero aqu es donde voy a vivir. Va a tener que hacer algunas ventanas y poner divisiones y comprar muebles. .Pero, mam! .apenas logr balbucear el viejo. 23

.Mejor se quita la chaqueta y se lava. All est el cuenco pa lavase. Y despus d eso comemos. .Pero, mam! El viejo vio a Sammy por la ventana cuando llevaba el nuevo caballo al viejo granero. Adoniram movi la cabeza con un gesto de desaprobacin sin poder decir nada. Intent quitarse la chaqueta pero pareca que sus brazos haban perdido la fuerza. Sara lo ayud, verti un poco de agua en el cuenco de metal y puso un trozo de jabn. Despus de que Adoniram se haba aseado, Sara trajo un peine y un cepillo y desenred el pelo ralo y gris del viejo. Luego, puso los frijoles, el pan caliente y el t sobre la mesa. Sammy entr y la familia se reuni para cenar. Adoniram se sent y mir aturdido el plato de comida. Los dems esperaron. Pap, no va cer la oracin? dijo Sara. El viejo inclin la cabeza y dijo algo entre dientes. Durante la cena, Adoniram dejaba de comer de cuando en cuando y observaba disimuladamente a su esposa. Aun as, comi bien. Le gustaba la comida casera y era tan robusto y saludable que sus emociones no lograban afecta r su cuerpo. Sin embargo, despus de la cena, sali y se sent en el escaln de la puerta ms angosta, en el costado derecho del granero, y apoy la cabeza en las manos. Haba mandado hacer aquella puerta para que las vacas entraran en una fila majestuosa, pero Sara ya haba decidido que esa sera la puerta del frente de l a casa. 24

Despus de lavar los platos de la cena y los baldes de la leche, Sara sali a buscarlo. El crepsculo avanzaba y un arrebol cruzaba el cielo. Ante ellos, se extenda la vasta y plana superficie de los campos. En la distancia, se divisaban pilas de heno que semejaban las chozas de una villa. El viento era fresco, calmo y dulce. El paisaje era un ideal de paz y tranquilidad. Sara se inclin y toc el hombro delgado y compacto de su esposo. Pap! Los hombros del viejo temblaban: estaba sollozando. Pap, no se ponga as dijo Sara.

Pondr las divisiones y too lo que ust quiera, mam. Sara se cubri el rostro con el delantal sobrecogida por su propio triunfo. Adoniram era como una fortaleza cuyos muros se derrumbaron al usar las herramientas correctas. Mam dijo l con voz ronca , no saba lo importante que era pa ust hasta que esto sucedi. 1891 25

Juzgada por sus iguales (Susan Glaspell) Cuando Marta Hale abri la puerta protectora y el viento del norte cal en sus huesos, corri a traer su bufanda de lana. Mientras se cubra la cabeza, ech un vistazo a su cocina bastante preocupada. No era algo ordinario lo que la apartab a de sus quehaceres. Es posible que nunca hubiera ocurrido algo semejante en el condado de Dickson. La perturbaba dejar su cocina desordenada: los ingredientes del pan listos para mezclar y solo la mitad de la harina cernida. Detestaba ver las cosas a medias, pero justo cuando estaba preparando el pan, lleg un carruaje del pueblo a recoger a su esposo y el alguacil entr de prisa y dijo que su mujer quera que la seora Hale tambin viniera con ellos. Con una sonrisa burlona, el alguacil agreg que seguramente su esposa empezaba a ponerse nerviosa y quera que otra mujer la acompaara. Esa era la razn por la que Marta haba dejado su tarea sin terminar. .Marta! se oy la voz impaciente de su esposo , no hagas esperar a esta gente aqu con tanto fro. Sali y se uni al grupo conformado por tres hombres y una mujer que la esperaban en el gran carruaje de asiento doble. Despus de cubrirse bien con las mantas, Marta observ de nuevo a la mujer sentada a su lado en el asiento de atrs. Haba conocido a la seora Peters el ao anterior en la feria del condado y lo que recordaba era que ella no luca como la esposa de un alguacil. Era pequea, delgada y de voz dbil. La seora Gorman, la esposa del alguacil anterior, tena 26

una voz que pareca respaldar la ley con cada palabra. Pero, aun cuando la seora Peters no pareca la esposa de un alguacil, Peters, por s solo, se haca respetar. Er a del tipo de hombre que poda ser elegido como alguacil tan solo por su aspecto. Era robusto, de voz fuerte y sumamente ingenioso en cuanto al cumplimiento de la ley, al punto que pareca poseer una habilidad innata para distinguir entre quiene s eran criminales y quienes no lo eran. En ese preciso momento, Marta cay en la cuenta de que ese hombre, tan agradable y jovial con todos ellos, se diriga a la casa de los Wright en calidad de Alguacil. .El campo no es muy agradable en esta poca del ao .dijo al fin la seora Peters, como si se sintiera obligada a conversar al igual que los hombres en el asiento delantero. Marta apenas pudo finalizar su respuesta pues haban llegado a lo alto de una colina desde donde poda verse la casa de los Wright y la vista de aquel lugar la dejaba sin palabras; se vea tan solitario esta fra maana de marzo. Siempre haba sido un lugar solitario. La casa se hallaba en una hondonada y los lamos que la rodeaban tambin lucan solitarios. Los hombres miraban la casa y hablaban de lo ocurrido. El fiscal del condado, apoyado sobre un costado del carruaje, miraba fijamente el lugar a medida que se acercaban. .Me alegra que viniera conmigo .dijo la seora Peters con voz nerviosa mientras seguan a los hombres para entrar a la casa por la puerta de la cocina. Ya en el escaln de la entrada y con su mano en la perilla de la puerta, Marta sinti durante un instante que no poda cruzar aquel umbral. Y la razn por la que 27

no poda hacerlo era sencillamente porque nunca antes haba entrado a aquella casa. Muchas veces lo haba pensado Debo ir a visitar a Minnie Foster . Todava pensaba en ella como Minnie Foster pese a que desde hace veinte aos se haba convertido en la seora Wright. Pero siempre haba algo que hacer y Minnie Foster se esfumaba de su mente. Qu irnico que hoy s pudo venir. Los hombres se acercaron a la estufa. Las mujeres se quedaron juntas cerca de la puerta. El joven Henderson, el fiscal del Condado, se volte y les dijo: .Acrquense al fuego, seoras. La seora Peters dio un paso, pero se detuvo al instante y dijo: .No tengo fro. Las dos mujeres permanecieron cerca de la puerta, sin ni siquiera mirar mucho la cocina. Los hombres alabaron durante unos minutos la gran idea del alguacil de enviar a su oficial aquella maana a encender el fuego para cuando ellos llegaran. Luego, el alguacil se apart de la estufa, se desaboton el abrigo y apoy las manos sobre la mesa como si as marcara el inicio de las actividades oficiales. .Bien, seor Hale .dijo en un tono semioficial., antes de que revisemos el lugar, cuntele al seor Henderson exactamente qu vio cuando vino aqu ayer por la maana. El seor Henderson inspeccionaba la cocina. .Por cierto .dijo Henderson., han cambiado algo de lugar? Y dirigindose al alguacil le pregunt: 28

.Todo est tal como lo dej ayer? Peters recorri la cocina con la vista: de la alacena al fregadero y del fregadero a una vieja y pequea mecedora a un lado de la mesa. .Todo est igual. .Alguien debi de haberse quedado vigilando ayer. .Ah, s, ayer .respondi el alguacil como si ayer fuera ms de lo que uno puede manejar.. Tuve que enviar a Frank al local de Morris para atender el caso de aquel hombre enfurecido. No te imaginas lo ocupado que estuve ayer. Saba que seguramente regresaras de Omaha hoy, George, y como yo mismo revis todo. .Bueno, seor Hale .dijo el fiscal dejando ver que lo pasado, pasado., dgame exactamente qu sucedi cuando usted lleg aqu ayer por la maana. Marta, an apoyada en la puerta, tuvo esa sensacin de temor que siente la madre cuyo hijo est a punto de declamar un poema. A menudo, cuando Lewis contaba una historia, daba mil vueltas y enredaba las cosas. Marta esperaba que, por esta vez, su esposo contara lo sucedido sin rodeos y sin decir cosas innecesarias que solo empeoraran la situacin para Minnie Foster. Lewis no habl de inmediato y Marta not que se vea un poco extrao como si el estar en aquella cocina y tener que contar lo que haba visto all el da anterior lo hiciera sentirse descompuesto. .Bien, seor Hale .insisti el fiscal. 29

.Harry y yo llevbamos un cargamento de patatas al pueblo .as empez el seor Hale su relato. Harry era el hijo mayor de los Hale, pero no estaba con ellos esta maana por una muy buena razn: el cargamento de patatas no haba llegado a su destino el da anterior, as que Harry tuvo que ir esta maana al pueblo. Por eso no estaba en casa cuando el alguacil lleg a pedirle al seor Hale que los acompaara a la casa de los Wright, para que le contara lo sucedido al fiscal del condado all mismo, en donde pudiera contar todo con lujo de detalle. Adems de todas las otras emociones que intranquilizaban a Marta, vino la preocupacin de que Harry no se hubiera abrigado bien. Ninguno se haba percatado de lo congelado que estaba el viento del norte esta maana. .Venimos por este camino .continu Lewis mientras sealaba el mismo camino que haban transitado hace solo unos minutos. y apenas vemos la casa, le igo a Harry: Vo a ver si pueo convencer a John Wright de que compre una lnea de telfono. .Es que .le explica a Henderson., si no consigo a alguien ms que quiera un telfono, la compaa no va a venir por este camino rural, excepto por un precio muy alto que yo no pueo pagar. Ya yo haba hablao una vez d eso con Wright, pero no estuvo de acuerdo y ijo que, de toas maneras, la gente habla demasiao y too lo que l quera era paz y tranquilidad. Me imagino que ust sabe que malo era pa hablar. Pero yo pens que tal vez si iba hasta la casa y hablaba d el asunto delante de la esposa de Wright y le deca que a las mujeres les encanta ten er telfono y que en ese camino tan apartao sera una gran cosa. Bueno, le ije a Harry 30

qu eso era lo que le iba a decir aunque tambin le ije que no estaba muy seguro de que a John le importara lo que su esposa quisiera. Ay, Dios mo, ya empez a decir cosas innecesarias! . Marta trat de llamar su atencin hacindole gestos con la mirada, pero por suerte el fiscal lo interrumpi. .Seor Hale, es mejor hablar de eso ms tarde. Me interesa, pero en este momento me urge saber qu pas cuando usted lleg aqu. Esta vez, Lewis empez su relato con mucha prudencia y cuidado. .No se va ni se oa naa. Llam a la puerta pero nadie contest. Yo saba que tenan que estar despiertos porque ya eran pasas las ocho. Entonces toqu ms juerte y me pareci or a alguien diciendo Pase . No estaba muy seguro, es ms, toava no estoy muy seguro, pero abr la puerta, esta puerta .Lewis seal la puerta de la cocina donde se encontraban las dos mujeres.. Y all, en aquella meceora .sealndola., estaba sentada la seora Wright. Todos contemplaron la mecedora y Marta pens que aquella silla no pareca ser de Minnie Foster, la Minnie Foster que conoci hace veinte aos. Era de un rojo oscuro deslustrado con el respaldo hecho de tres piezas de madera, pero faltaba la del medio y, adems, estaba torcida hacia un lado. .Cmo luca la seora Wright? .pregunt el fiscal. .Bueno .dijo Lewis., se va extraa. .Qu quiere decir con extraa? 31

Mientras preguntaba, el fiscal sac una libreta y un lpiz. Eso no le gust nada a Marta y mantuvo la miraba fija en su esposo como para evitar que dijera algo innecesario que se anotara en aquella libreta y ocasionara ms problemas. El seor Hale habl con cautela como si a l tampoco le hubiera gustado ver aquella libreta. .Bueno, como si no supiera qu iba a hacer y como agotaa. .Cmo reaccion ella al verlo llegar? .Bueno, yo creo que no le import. No me puso mucha atencin. Le ije Buenas, seora Wright! Qu fro qu est, verd?! . Y ella me ijo De veras? sigui hacindole pliegues al delantal. .Me extra que no me ijera que me acercara a la estufa o que me sentara. Se que as sin volverme a ver. Entonces le ije Quiero hablar con John . Y ella se ri. Bueno, me supongo que fue como una risa. .Como Harry y los animales estaban esperando afuera en el fro, le ije un poco impaciente, Puede llamarme a John? . Me ijo No , as como sin fuerzas. Entonces, le pregunto No est? . Ella me mir y ijo S, s est . Entonces, por qu no me lo llama? , le pregunt ya desesperao. Porque est muerto , me dice, igual de tranquila y rendida y sigui hacindole pliegues al delantal. Y como quien no puee creer lo que acaba de escuchar, le igo Muerto?! . .Solo movi la cabeza para contestar, sin exaltarse pa naa, y sigui mecindose. Pero, onde est?!, 32 .le igo, porque no hallaba ni qu decir. y

.Simplemente seal arriba, as .imita el gesto sealando el cuarto de arriba. .Sub con la idea de ir a ver que pasaba. Pero, luego, no supe qu hacer. Caminaba de aqu pa all y luego le pregunt Pero, de qu muri? . Ella ijo .De una cuerda arrollada en el cuello .y sigui hacindole pliegues al delantal. El seor Hale se detuvo y se qued mirando la mecedora como si todava pudiera ver a la mujer que vio all sentada la maana anterior. Nadie dijo nada; era como si todos pudieran ver a la mujer que se sentaba all la maana anterior. .Y qu hizo usted? .Por fin el fiscal del condado rompi el silencio. .Sal y llam a Harry porque pens que podra necesitar ayuda. Entramos y subimos.. Casi susurrando, Lewis dijo: .Y all estaba l sobre la .Preferira que me cuente eso all arriba .dijo el fiscal., en donde pueda describir todo con detalle. Por ahora continuemos con el resto de la historia. .Bueno, lo primero que pens fue quitarle esa cuerda. Se va Se detuvo y el rostro le temblaba. .Pero Harry se le acerc y me ijo No, ya est muerto y es mejor que no toquemos nada . Entonces, bajamos. .Ella estaba igual, all sentada. Ya le avis a alguien? No .ijo ella sin perturbarse. .le pregunt..

.Harry ijo, Quin lo hizo, seora Wright? . Lo ijo muy serio, entonces ella como que reaccion y contest, No s . Harry sorprendido ijo, No sabe?! 33

Pero usted no estaba durmiendo con l en la misma cama? . Entonces, ella ijo, S, pero yo estaba en el lado de adentro . Harry insisti, Alguien le pas una cuerda por el cuello a su esposo y lo estrangul y usted no se despert?! . Ella respondi, No me despert . .Debimos de haber tenio cara de incrdulos porque un momento despus nos dijo: Duermo profundamente . .Harry iba a hacerle ms preguntas, pero le ije que no era asunto nuestro y que lo mejor sera que ella le contara todo primero al coronel o al alguacil. Entonces, Harry jue lo ms rpio que pudo al camino High Road y de ah donde los River, en donde hay telfono. .Y qu hizo ella cuando supo que ustedes iban a llamar al coronel? .. El fiscal volvi a sacar su lpiz, listo para hacer algunas anotaciones. .Se pas de la mecedora a esta silla de aqu .Hale seal una pequea silla en un rincn. y solo se sent all con las manos agarraas y mirando al piso. Sent que tena que hacer conversacin as que le ije que haba venido para ver si John quera poner telfono. Ella empez a rerse, luego, se detuvo y me mir asusta. El sonido del lpiz del fiscal sobre el papel hizo que el seor Hale levantara la mirada. .No s, tal vez no fue asusta .Hale se apresur a terminar su relato.. No quisiera decir que fue asusta. Harry regres rpido y luego lleg el doctor Lloyd y ust, seor Peters, y creo qu eso es too lo que tengo que decirles. 34

Dijo esto ltimo con alivio y se movi un poco como para relajarse. De hecho, todos se movieron un poco. El fiscal fue hacia las escaleras. .Vamos arriba primero, luego al granero y sus alrededores. Se detuvo y dio un vistazo a la cocina. .Est seguro que no haba nada importante aqu? .le pregunt al alguacil.. Algo que pudiera darnos una pista del motivo? El alguacil tambin dio un vistazo a la cocina como para asegurarse. .Nada ms que cosas de cocina .dijo el alguacil con una risa provocada por la insignificancia de las cosas de la cocina . El fiscal observaba la alacena cuya estructura era peculiar y mal acabada, mitad armario y mitad mueble de cocina, con la parte superior construida en la pared y la parte inferior del tipo tradicional de las alacenas. Como si la extrae za de aquel objeto lo atrajera, el fiscal tom una silla, abri la parte superior y se puso a esculcar. Despus de un momento, sac su mano llena de miel. .Aqu hay un desastre .dijo disgustado. Las dos mujeres se haban acercado y ahora hablaba la esposa del alguacil. .Ay, no, las conservas .dijo mirando a Marta como para encontrar una mirada comprensiva. Se volvi hacia el fiscal y le explic.: La seora Wright estaba preocupada por las conservas anoche cuando se puso tan fro. Dijo que el fuego se extinguira y se reventaran las jarras. El alguacil solt a rer. 35

.Bueno, pero quin entiende a las mujeres! Acusada de asesinato y se preocupa por unas conservas! El joven fiscal apret los labios y dijo: .Supongo que antes de que terminemos con el caso tendr cosas ms serias de qu preocuparse que sus conservas. .Bueno .dijo el esposo de Marta, con una superioridad ingenua., las mujeres siempre se preocupan por pequeeces. Las mujeres se acercaron una a la otra y ninguna dijo nada. De repente, el fiscal pareci recordar sus modales y pensar en su futuro. Y an as dijo el fiscal, con la galantera de un joven poltico , pese a todas sus preocupaciones, qu haramos sin ellas? No hablaron ni dieron muestras de agrado por el comentario. El fiscal se acerc al fregadero, se lav las manos y se volvi para secarse con una toalla que colgaba en un rodillo. Le dio vuelta en busca de un pedazo ms limpio donde secarse. Aj, toallas sucias! No es muy buena ama de casa que digamos, qu les parece, seoras? . Y pate unas ollas sucias que estaban en el piso debajo del fregadero. Hay mucho que hacer en una granja dijo Marta molesta.

Por supuesto, sin embargo mientras le haca una pequea reverencia a Marta , hay muchas casas en las granjas de Dickson en donde las toallas no estn 36

tan sucias como sta . Y tir de la toalla para que pudieran verla en toda su extensin. Esas toallas se ensucian en un momento. Los hombres siempre andan las manos sucias. Ah, ya veo, es leal a sus congneres! y ri. Luego, se detuvo y mir a Marta con malicia. Usted y la seora Wright eran vecinas. Supongo que tambin eran amigas. Marta neg la suposicin del fiscal con un movimiento de cabeza. La he visto muy poco en los ltimos aos. No haba venido a esta casa hace ya ms de un ao. Y por qu? No le agradaba? Me agradaba mucho contest Marta con firmeza . Pero las esposas de los granjeros siempre estamos ocupadas, seor Henderson y, adems Marta se detuvo y dio un vistazo a la cocina. S? dijo el fiscal esperando que continuara. Nunca me pareci un lugar agradable que para contestarle al fiscal. dijo Marta, ms para s misma

S el fiscal estuvo de acuerdo , no creo que nadie pueda decir que este es un lugar agradable. Creo que la seora Wright no tena las cualidades para crear un ambiente acogedor. Bueno, no creo que John Wright tuviera esas cualidades tampoco Marta entre dientes. 37 dijo

Quiere decir que ellos no se llevaban bien? el fiscal pregunt al instante. No, no es mi intencin decir nada contest Marta firmemente. Y mientras se alejaba un poco del fiscal, aadi: Pero no creo que un lugar podra ser ms agradable estando John Wright en l. Me gustara hablar de eso con usted ms tarde, seora Hale fiscal . Estoy ansioso por ver la situacin all arriba. dijo el

El fiscal se dirigi a las escaleras seguido por los otros dos hombres. Me imagino que no hay problema si mi esposa toma algunas cosas para llevarle a la seora Wright? pregunt el alguacil . Ella iba a llevarle una ropa y algunas otras cosas. Es que ayer nos la llevamos tan rpido. El fiscal mir a las dos mujeres a quienes iban a dejar solas con las cosas de cocina. S, seora Peters dijo mientras miraba a la otra mujer, la mujer robusta, la esposa del granjero parada detrs de la esposa del alguacil . Claro que la seora Peters es una de los nuestros dijo como para comprometerla . Ah, y mantngase alerta, seora Peters, ya que algn detalle podra servirnos. Sin duda, ustedes dos podran encontrar alguna pista que nos d el motivo y eso es justamente lo que necesitamos. El seor Hale se frot la cara al estilo de los presentadores de espectculos cuando se preparan para contar un chiste. 38

Pero, las mujeres podran reconocer una pista si la encontraran? dijo el seor Hale, y habiendo expresado esto solemnemente, sigui a los otros arriba. Las mujeres se quedaron inmviles y en silencio mientras escuchaban los pasos, primero en las escaleras y luego en la habitacin de arriba. Luego, como si se hubiera liberado de algo extrao, Marta empez a acomodar las ollas sucias que estaban debajo del fregadero pues el fiscal las ha ba desacomodado al patearlas con desprecio. No soportara que algn hombre entrara a mi cocina molesta , a registrarlo todo y criticarme. dijo Marta

Claro que es deber de ellos dijo la esposa del alguacil con ese tono condescendiente tpico en ella. El deber est bien dijo Marta bruscamente , pero supongo que el oficial que vino a encender el fuego esta maana tambin tiene que ver con esto . Y le dio un tirn a la toalla. Ay, si la hubiera visto antes! Me parece muy mal decir que ella no tena las cosas relucientes de limpieza sabiendo que tuvo que ir se inesperadamente. Marta mir la cocina. Ciertamente no reluca de limpieza. Un tarro de azcar en uno de los estantes inferiores llam su atencin. El tarro de madera estaba sin tapa y junto a l haba una bolsa de papel a medio vaciar. Marta se acerc al tarro. Estaba pasando el azcar de la bolsa al tarro , se dijo a s misma pausadamente. 39

Record la harina en la cocina de su casa. La mitad cernida y la otra mitad sin cernir. La haban interrumpido y tuvo que dejar las cosas a medio hacer. Qu habra interrumpido a Minnie Foster? Por qu dej aquello a medias? Sinti el impulso de terminar de pasar el azcar al tarro; siempre le haban molestado las cosas a medio hacer, pero al mirar a su alrededor, not que la seora Peters la observaba y no quera que ella tambin se preguntara por qu se haba empezado aquella tarea y, luego, por alguna razn, se haba dejado a medias. Qu lstima lo de las conservas! dijo Marta y se dirigi a la alacena que el fiscal dej abierta. Se subi en la silla y dijo como para s misma Me pregunto si todos los frascos se habrn perdido? Aquel desastre era una escena lastimosa, pero, finalmente, Marta dijo: Aqu hay uno que est entero! . Lo puso contra la luz y dijo Este tambin es de cerezas . Se asom de nuevo y dijo Bueno, creo que es el nico que se salv. Dio un suspiro y baj de la silla, fue al fregadero y limpi el frasco. Se va a sentir de lo ms mal despus de haber trabajado tanto durante el verano. Todava recuerdo la tarde en que prepar las cerezas el verano pasado. Puso el frasco en la mesa y suspir de nuevo mientras se sentaba en la mecedora. Pero no se sent. Haba algo que no la dejaba sentarse en aquella silla. Se enderez, dio un paso atrs y se qued mirando la silla como si pudiera ver a la mujer que se sentaba all plegando su delantal. La fina voz de la esposa del algua cil la trajo de vuelta a la realidad. 40

Debo recoger algunas cosas del armario del cuarto del frente .Abri la puerta del cuarto y se dispona a entrar, pero se detuvo y dijo nerviosa: Me acompaa, seora Hale? Usted usted puede ayudarme. Tardaron poco en el cuarto. El fro era tan intenso que cualquiera hubiera deseado salir de all lo antes posible. Santo Dios! dijo la seora Peters, dej las cosas sobre la mesa y se acerc a la estufa a toda prisa para entrar en calor. Marta se qued examinando la ropa que pidi la mujer detenida en el pueblo. Pobre Minnie! dijo Marta mientras sostena una vieja enagua negra que mostraba las marcas de un uso excesivo. Tal vez por eso casi no sala. M imagino que no se senta presentable y cuand uno no se siente bien no disfruta nada. Ella usaba ropa preciosa y era muy alegre. Claro, cuando era Minnie Foster, una de la s muchachas ms populares del pueblo, y cantaba en el coro. Pero eso bueno, eso fue hace veinte aos. Con un cuidado que reflejaba algo de ternura, Marta dobl las viejas ropas y las coloc en una esquina de la mesa. Mir a la seora Peters y haba algo en la mirada de esa mujer que la irritaba. A ella no le importa , pens Marta, que Minnie Foster tuviera ropa bonita cuando era joven, no hace ninguna diferencia para ella . La mir de nuevo y no estaba muy segura. En realidad, nunca haba estado completamente segura de lo que pasaba por la mente de la seora Peters. Ella tena 41

esa forma de ser cobarde y, aun as, sus ojos parecan mirar mucho ms all de las cosas. Esto es todo lo que tena que llevar? pregunt Marta.

No dijo la esposa del alguacil , tambin me dijo que quera un delantal. Qu extrao se anim a decir en esa forma nerviosa y dbil que la caracterizaba , porque no hay mucho con qu ensuciarse en la crcel! Bueno, supongo que si uno est acostumbrado a ponerse delantal, eso la va a hacer sentirse ms normal. Me dijo que estaban en la ltima gaveta de esta alacena. S, aqu estn. Adems el chal que siempre cuelga en la puerta de las escaleras. Tom el pequeo chal gris de detrs de la puerta que llevaba a las escaleras y durante un minuto se qued mirndolo. De pronto, Marta se le acerc. Seora Peters! S, seora Hale? Cree usted que ella lo hizo? Una rfaga de temor borr de los ojos de la seora Peters aquel poder de ver ms all de las cosas que Marta haba percibido. Bueno, no s dijo con una voz que evidenciaba su deseo de evadir el tema. Pues no creo que ella lo hiciera dijo Marta convencida . Imagnese, pidiendo un delantal y su pequeo chal. Preocupada por sus conservas. 42

Mi esposo dice se oyeron pasos en el cuarto de arriba. La seora Peters se detuvo, mir hacia arriba y, luego, continu en voz baja . Mi esposo dice que las cosas no estn nada bien para ella. El seor Henderson es terriblemente sarcstico en sus discursos y va a burlarse de ella diciendo que no se despert. Por un momento, Marta se qued en silencio, pero luego dijo: Bueno, supongo que John Wright tampoco se despert pasaban la cuerda por el cuello dijo en voz baja. mientras le

Verdad?, es tan extrao dijo la seora Peters tambin en voz baja . Ellos dicen que fue una forma muy rara de matar a un hombre. La seora Peters se ech a rer, pero el sonido de su propia risa la hizo detenerse repentinamente. Eso mismo dijo mi esposo contest Marta con toda naturalidad . Haba una pistola en la casa. Lewis dice qu eso es lo que no puede entender. Cuando venamos saliendo, el seor Henderson dijo que lo que haca falta para el caso era un motivo, algo que pusiera en evidencia la ira o sentimientos repentinos. Bueno, yo no veo seales de ira dijo Marta . No

Marta se detuvo como si su mente hubiera tropezado con algo. Le llam la atencin un limpin tirado en medio de la mesa. Se acerc lentamente. Una mitad limpia y la otra sucia. Entonces, despacio y casi sin querer, volvi la mirada al tarro de azcar y la bolsa medio vaca. Cosas que se empezaron pero no se terminaron . 43

Despus de un momento, retrocedi un poco y dijo para disimular: Cmo habrn encontrado las cosas all arriba? Espero que est un poco ms ordenado que aqu. Es que hizo una pausa y se repuso dejarla all en el pueblo, encarcelada, y venir a su casa a buscar pistas que la incriminen es como espiar. Pero, seora Hale Supongo que as es dijo la esposa del alguacil , la ley es la ley. dijo Marta secamente.

Marta se acerc a la estufa y dijo algo sobre su mal estado y el poco fuego que produca. Estuvo en eso un minuto, pero cuando se enderez, dijo indignada: La ley es la ley y una estufa inservible es una estufa inservible. Le gustara cocinar en esto? dijo mientras sealaba con el atizador el revestimiento interior completamente despedazado. Abri el horno y empez a hablar, pero de pronto, se perdi en sus propios pensamientos. Se preguntaba como sera tener que luchar con aquella estufa todos los das, ao tras ao. Se imaginaba a Minnie Foster tratando de hornear en aquel viejo aparato y se senta culpable por nunca haber venido a visitarla. Marta se sorprendi cuando oy a la seora Peters decir y se endurece . Uno se desanima con se oan los haba mirada

La esposa del alguacil haba observado la estufa, el fregadero, el cubo agua trada de afuera. Las dos mujeres se quedaron en silencio; arriba, pasos de los hombres buscando evidencia para condenar a la mujer que se encargado de aquella cocina. La esposa del alguacil haba recobrado esa 44

como de quien puede ver ms all de las cosas. Esta vez, Marta le habl con ms amabilidad. Seora Peters, lo mejor es quitarnos los abrigos porque si nos los dejamos puestos, no vamos a sentirnos calientes cuando salgamos. La seora Peters fue al fondo de la habitacin a colgar el abrigo de piel que llevaba puesto. De pronto, dijo: Mire, estaba cosiendo una colcha llena de retazos. y levant una gran canasta de costura

Marta puso algunas piezas sobre la mesa. Es un diseo de una cabaa Qu bonito!, verdad? dijo Marta acomodando varias piezas .

Estaban tan entretenidas con la colcha que no oyeron los pasos en las escaleras. En el momento en que los hombres llegaban, Marta estaba diciendo Ira a acolcharla o simplemente a anudarla? El alguacil levant las manos. Ay, Dios mo! Por lo que se preocupan las mujeres. Los hombres se echaron a rer por la simplicidad de las mujeres; se calentaron las manos cerca de la estufa y luego el fiscal dijo decidido: Bueno, vamos a revisar el granero. No s que hay de malo dijo Marta con cierto resentimiento cuando los hombres salieron en que nos entretengamos con pequeas cosas mientras 45

esperamos a que encuentren alguna evidencia. No me parece que sea algo como para burlarse. Bueno, es que ellos tienen cosas muy importantes que hacer esposa del alguacil para disculparlos. dijo la

Continuaron inspeccionando la colcha. Marta observaba las puntadas finas y uniformes y senta preocupacin por la mujer que cosi aquellas piezas. De repente, oy a la esposa del alguacil decir en un tono extrao: Pero, vea esto. Se volvi para ver la pieza que sostena la seora Peters. La costura dijo perturbada . El resto est tan bonito y uniforme, excepto esta. Pareciera que no saba lo que haca. Sus miradas se encontraron; fue como una luz que pas de una a la otra. Luego, haciendo un esfuerzo, trataron de mirar hacia otro lado. Por un momento, Marta se qued sentada y tap aquella costura tan distinta del resto. Luego, solt un nudo y algunas puntadas. Qu hace, seora Hale? pregunt la esposa del alguacil asustada. contest Marta con

Solt unas puntadas que no estaban bien hechas naturalidad. Creo que no debemos tocar nada

dijo la seora Peters un poco indecisa.

Solo voy a terminar este extremo dijo Marta todava en un tono normal. Enhebr una aguja y empez a rehacer las puntadas mal hechas. Durante un rato, Marta cosi en silencio. De pronto, oy aquella voz tmida y dbil. 46

Seora Hale! S, seora Peters. Por qu cree usted que ella estaba tan nerviosa? Este , no s dijo Marta como si fuera un asunto sin importancia, en el que no haba necesidad de detenerse . No s si ella estaba nerviosa. Yo coso muy mal cuando estoy cansada. Cort una hebra y mir a la seora Peters de reojo. Su rostro pequeo y delgado estaba tenso y tena esa mirada de poder traspasar las cosas. Pero de pronto cambi y dijo con su tpica voz dbil e insegura: Bueno, debo envolver esa ropa porque los hombres ya deben de estar por terminar. Dnde habr papel y cuerda? .Tal vez en ese mueble .dijo Marta despus de echar un vistazo. An le faltaba soltar una de las piezas mal cosidas. Apenas la seora Peters le dio la espalda, Marta aprovech para inspeccionar la costura y compararla con las puntadas delicadas y precisas de las otras piezas. La diferencia era sorprendente. Sostener aquella costura en sus manos le daba una sensacin extraa como si pudiera or los perturbados pensamientos de la mujer que la hizo, quizs como un intento para calmarse. La voz de la seora Peters distrajo a Marta. Aqu hay una jaula .dijo.. Seora Hale, usted sabe si tena algn pjaro? 47

Pues no. No s si tena un pjaro . Y se volte para ver la jaula que sostena la seora Peters. .No haba venido aqu desde hace tanto .Marta suspir.. El ao pasado estuvo por aqu un hombre vendiendo canarios muy baratos, pero no s si habr comprado uno. Tal vez s. Ella cantaba muy lindo. La seora Peters contempl la cocina. Es un poco extrao imaginarse un pjaro en este lugar .ri un poco, y luego volvi a levantar una barrera entre ellas. Bueno, pero es probable que s lo tuviera porque, de otro modo, para qu iba a querer esta jaula? Qu le habr ocurrido al pjaro? Supongo que se lo comi el gato dijo Marta y continu cosiendo.

No creo que tuviera un gato porque les tiene miedo. Cuando la llevaron ayer a la casa, mi gato entr a la habitacin y ella se puso muy perturbada y me pidi que lo sacara. .Mi hermana Bessie era igual .Marta ri. La esposa del alguacil no le respondi. El silencio llam la atencin de Marta. La seora Peters estaba examinando la jaula. .Mire esta puerta .dijo la seora Peters lentamente.. Est rota. Le arrancaron una de las bisagras. Marta se acerc. .Pareciera que quien lo hizo estaba enfurecido. 48

De nuevo, sus miradas se encontraron, asustadas, llenas de dudas y de inquietud. Durante un instante, guardaron silencio, inmviles. Luego, Marta se alej y dijo de repente: Si buscan alguna evidencia, espero que la encuentren pronto. No me gusta este lugar. Pero, seora Hale, me alegra mucho que haya venido conmigo . La seora Peters puso la jaula sobre la mesa y se sent. Me hubiera sentido muy sola aqu. S, verdad? contest Marta con cierta naturaleza y determinacin. Volvi a la costura, pero despus de un instante, la puso sobre el regazo y dijo con voz distinta, baja: Pero, voy a decirle qu deseara haber hecho. Deseara haber venido a visitarla de vez en cuando. Deb haber venido. Seora Hale, usted estaba muy ocupada atendiendo la casa y a los nios. Pude haber venido contest Marta secamente . No la visitaba porque este lugar me pareca triste, pero por eso mismo deb haber venido. Nunca mientras miraba a su alrededor me ha gustado este lugar. Tal vez porque est en una hondonada y no puede verse el camino. No s qu es, pero es un lugar solitario, siempre lo fue. Deseara haber venido a visitar a Minnie Foster. Ahora entiendo y no dijo ms. 49

No debe sentirse culpable dijo la seora Peters . No s por qu, pero nunca sabemos realmente cmo es la vida de nuestros vecinos hasta que algo sucede. No tener hijos ahorra trabajos Marta reflexion despus de un silencio , pero la casa se siente solitaria, y John Wright fuera todo el da, trabajando, y sin compaa hasta su regreso. Seora Peters, usted conoca a John Wright? No tanto como conocerlo; lo he visto en el pueblo. Dicen que era un buen hombre. Ah, s, claro dijo Marta irnicamente . No beba, cumpla su palabra a toda costa, creo, y pagaba todas sus deudas. Pero era un hombre cruel, seora Peters. Pasar el da a su lado Marta se detuvo y sinti un escalofro , era como quedarse afuera, en el viento congelado que cala hasta los huesos . Su mirada se detuvo en la jaula y agreg con amargura: Puedo imaginarme cunto deseaba tener un pjaro. De repente, Marta empez a albergar algunas sospechas, y mientras miraba la jaula fijamente dijo Pero, qu cree usted que le puede haber ocurrido al pjaro? No s dijo la seora Peters . Tal vez enferm y muri.

Marta se acerc y tom la jaula. Movi la puerta rota y, de pronto, las dos mujeres fijaron su mirada en ella como si acabaran de descubrir algo. La conoca? pregunt Marta en un tono ms amable. 50

No, hasta ayer que la llevaron a la casa dijo la esposa del alguacil. Ella , imagnese, ella misma era como pjaro. Dulce y hermosa, pero un poco tmida y nerviosa. Cunto cambi. Estuvo absorta en sus pensamientos durante mucho tiempo. Luego, como si un pensamiento alegre la hubiera invadido y se hubiera liberado para regresar a la vida cotidiana, dijo: Seora Peters, mire, sabe qu vamos a hacer? Por qu no le lleva la costura? As tal vez se distraiga un poco. Seora Hale, qu buena idea! .dijo la esposa del alguacil como si ella tambin se alegrara de entrar en un ambiente de normalidad., no creo que haya ningn problema, verdad? Bueno, vamos a ver que le llevo. Estarn los retazos y las otras cosas aqu? Fueron por la canasta de costura. Aqu hay uno rojo dijo Marta mientras sacaba un rollo de tela. Debajo de la tela haba una caja. Mire, tal vez aqu estn las tijeras y lo dems.. Sostuvo la caja en alto y dijo Qu hermosa caja! Apuesto a que la tiene desde hace mucho... cuando era joven. Durante un momento, la sostuvo en su mano y luego, con un pequeo suspiro, abri la caja. En ese mismo instante, se tap la nariz. Qu sucede?! La seora Peters se acerc pero tuvo que alejarse. 51

Hay algo envuelto en este pedazo de seda logr decir Marta casi desfallecida. Esas no son las tijeras dijo la seora Peters temerosa.

Marta, con las manos temblorosas, desenroll la seda. Dios mo, seora Peters! dijo alarmada , es... La seora Peters se acerc. Es el pjaro dijo en voz baja. Pero, seora Peters! dijo Marta horrorizada . Mrelo bien! El cuello vea el cuello! Est completamente vuelto hacia atrs. Marta extendi el brazo para mostrarle. La seora Peters volvi a acercarse. Alguien le torci el cuello dijo con voz lenta y profunda.

Y, entonces, las miradas de las dos mujeres volvieron a encontrarse, pero esta vez, sus ojos expresaban una revelacin nueva y un horror creciente. La seora Peters mir el pjaro muerto y, luego, la puerta rota de la jaula. Sus miradas volvieron a cruzarse hasta que se oy un ruido afuera. Marta escondi la caja en la canasta debajo de las piezas de tela y se sent rpidamente en una silla justo al frente de la canasta. La seora Peters se mantuvo apoyada en la mesa. El fiscal del condado y el alguacil entraron. Bueno, seoras dijo el fiscal como quien va a pasar de asuntos serios a temas de poca importancia , ya decidieron si lo iba a acolchar o solamente a anudarlo? 52

Creemos contest la esposa del alguacil un poco agitada anudarlo.

que iba a...

Henderson estaba tan preocupado por hallar alguna evidencia que ni siquiera se dio cuenta del cambio en la voz de la seora Peters al pronunciar aquella ltima palabra. Ah, qu interesante! dijo el fiscal en tono condescendiente. De pronto, vio la jaula. Se escap? Creemos que se lo comi el gato perturbacin. dijo Marta muy normal, sin mostrar su

El fiscal caminaba de un lado para otro como si estuviera analizando algo. Entonces, tienen gato? pregunt el fiscal un tanto distrado.

Marta lanz una mirada a la esposa del alguacil. Bueno, ya no dijo la seora Peters . Usted sabe, los gatos son desconfiados y es normal que huyan. Luego, la seora Peters se dej caer en su silla. El fiscal no le prest atencin. No hay indicios de que alguien haya entrado desde afuera dijo al alguacil como quien contina con una conversacin interrumpida . Y usaron su propia cuerda. Subamos de nuevo y repasemos todo, paso a paso. Tendra que haber sido alguien que conoca muy bien... La puerta de las escaleras se cerr y sus voces desaparecieron. 53

Las dos mujeres permanecieron sentadas, inmviles, sin mirarse, absortas en sus pensamientos y, al mismo tiempo, tratando de contenerlos. Cuando volvieron a hablar, parecan asustarse con sus propias palabras, pero no podan callar. Ella le tena afecto al pjaro enterrarlo en esa bella caja. dijo Marta en voz baja y lenta . Iba a

Cuando era nia dijo la seora Peters en voz baja , tena un gatito...un nio tom un hacha y frente a m, antes de que pudiera evitarlo . La seora Peters se cubri el rostro un instante. Si no me hubieran detenido sorprendida por lo que est a punto de decir, mira hacia arriba en donde se oyen pasos y termina tmidamente la frase me hubiera vengado. Permanecieron sentadas sin hablar ni moverse. Me pregunto cmo sera finalmente Marta se decidi a hablar, como si aquel lugar le fuera completamente extrao nunca haber tenido nios correteando por la casa . Mir lentamente alrededor de la cocina como si pudiera ver lo que habra significado ese lugar durante todos estos aos. No creo que a Wright le hubiera gustado tener un pjaro dijo despus de observar la cocina , o nada que trajera alegra. A ella le gustaba cantar. l tambin acab con eso Marta sin vacilar. La seora Peters se mostr inquieta. Bueno, no sabemos quin mat al pjaro. S que fue John Wright respondi Marta. 54 dijo

Seora Hale, fue terrible lo que sucedi en esta casa esa noche dijo la esposa del alguacil . Matar a un hombre mientras dorma...pasndole una cuerda por el cuello para estrangularlo. Marta toc la jaula con su mano. El cuello retorcido; para estrangularlo. No sabemos quin lo mat susurr la seora Peters con espanto . No lo sabemos. Marta no se alter. Despus de aos y aos de... nada, y luego tener un pjaro que cantara..., el silencio debi haber sido inmenso cuando el pjaro dej de cantar. Fue como si alguien ms dentro de ella hubiera hablado y hubiera hecho brotar en la seora Peters sentimientos que ella misma desconoca. S bien lo que es la soledad dijo con una voz extraa y montona . Cuando vivimos en Dakota y mi primer beb muri a los dos aos, me qued sin nada. Marta se levant. Cunto tiempo ms cree que tarden buscando alguna evidencia? S bien lo que es la soledad dijo la seora Peters ensimismada. Volvi a la realidad de golpe. La ley debe castigar el crimen, seora Hale y tensa. 55 dijo con esa tpica voz dbil

Si usted hubiera visto a Minnie Foster fue la respuesta de Marta cuando usaba vestido blanco con listones azules y se pona de pie al frente del co ro para cantar. La imagen de aquella joven y el remordimiento de haber sido vecina de Minnie durante veinte aos y haberla dejado morir de soledad significaba una carga insoportable para Marta. Ay, Dios! Deb haber venido de vez en cuando! dijo Marta mortificada . Ese s fue un crimen, un crimen!, y quin va a castigarlo? No debemos sentirnos culpables temor hacia las escaleras. dijo la seora Peters mirando con

Deb haber sabido que necesitaba ayuda! Esccheme, seora Peters, no me explico por qu, pero aunque vivamos cerca, siempre vivimos muy lejos unos de otros. Todos atravesamos los mismos problemas, solo que con distinta intensidad. Si no fuera as, por qu usted y yo comprendemos? Por qu sabemos lo que sabemos en este momento? Marta se limpi los ojos con la mano y, al ver el frasco de fruta sobre la mesa, lo tom y dijo ahogndose en llanto: Yo no le contara que las conservas se perdieron! Dgale que que todos los frascos estn bien, todos ellos. Tenga, llvele este como prueba de que todos estn enteros! Ella ella tal vez nunca sepa si se quebraron o no. Marta se apart. 56

La seora Peters tom el frasco como si estuviera feliz de asirlo, como si tocara un objeto familiar o tuviera algo que hacer que pudiera protegerla del peligro. Se puso de pie y busc algo en que envolver el frasco. Tom una combinacin de la pila de ropa que sac del cuarto y empez a envolver la conserva nerviosamente. Ay, Dios! la seora Peters empez a hablar en voz alta y fingida , qu suerte que los hombres no nos oyeron! Nosotras todas alarmadas por una cosa insignificante como un canario muerto dijo tratando de salir rpidamente del tema . Como si tuviera algo que ver con con bueno, imagnese, se hubieran redo de nosotras. Se oyeron pasos en las escaleras. Quizs se habran redo dijo Marta en voz baja quizs no.

No, Peters dijo el fiscal del condado de modo tajante . Todo est muy claro excepto el motivo del crimen. Pero usted sabe cmo son los jurados cuando se culpa a mujeres. Si hubiera algo definitivo, algo que mostrar o alrededor del cual construir la historia. Alguna cosa que explicara esta forma tan tonta de matarlo. Marta observ disimuladamente a la seora Peters y ella tambin la observaba. Al instante, ambas mujeres miraron hacia otro lado. La puerta de la cocina se abri y entr el seor Hale. Ya alist los caballos 57 dijo . Ta frisimo afuera.

Voy a quedarme un rato aqu anunci el fiscal de repente . Puedes enviar a Frank a recogerme, verdad? le pregunt al alguacil . Quiero revisarlo todo de nuevo. No me sentir satisfecho hasta que encontremos algo. Las miradas de las dos mujeres volvieron a cruzarse durante un momento. El alguacil se acerc a la mesa. Queras ver lo que mi esposa le lleva a la seora Wright? El fiscal tom el delantal y se ech a rer. Bueno, no creo que las damas hayan escogido algo muy peligroso. Marta tena una mano en la canasta de costura en donde haba escondido la caja. Pens que deba sacar la mano de la canasta, pero no pudo. El fiscal tom una de las piezas de tela que ella haba apuado para tapar la caja. Los ojos de Marta parecan de fuego y tena la sensacin de que si el fiscal tomaba la canasta, ella se la arrebatara. Pero no lo hizo. Con una risita entre dientes, se dio la vuelta diciendo: No, la seora Peters no necesita vigilancia. De hecho, la esposa de un alguacil est casada con la ley. Alguna vez lo haba visto de esa manera, seora Peters? La seora Peters estaba de pie junto a la mesa. Marta le hizo una sea con la mirada, pero no pudo verla. La seora Peters se haba apartado un poco. Cuando respondi, su voz se oa apagada. No solo 58 de esa manera.

Casada con la Ley! dijo el alguacil con una risa un tanto irnica. Luego, se acerc a la puerta que llevaba al cuarto del frente y dijo al fiscal George, puedes venir un minuto? Creo que debemos revisar estas ventanas. Ah, las ventanas! dijo el fiscal con sarcasmo. dijo el alguacil al granjero que

Saldremos en un minuto, seor Hale todava esperaba en la puerta.

El seor Hale se fue a cuidar los caballos. El alguacil entr al otro cuarto con el fiscal y, durante un ltimo momento, las mujeres volvieron a quedarse solas en aquella cocina. Marta se levant de un salto tomndose ambas manos y clav su mirada en la otra mujer que tambin conoca el secreto. Al principio, no poda verle el rostro porque haba permanecido vuelta desde que le sugirieron que estaba casada con la ley. Pero la mirada de fuego de Marta la oblig a volverse. Despacio, sin quererlo , la seora Peters volvi la cabeza y sus ojos se encontraron con los de Marta. Durante un momento, las dos quedaron presas en una mirada ardiente en la cual no haba ni un solo rastro de evasin o cobarda. Luego, Marta indic con un gesto la canasta donde escondan el motivo del crimen de aquella mujer. Aquella mujer ausente que, aun as, las haba acompaado todo el tiempo. La seora Peters permaneci inmvil un instante, pero luego se abalanz a la canasta, apart las piezas de tela, tom la caja y trat de meterla en su bolso per o la caja era demasiado grande. Desesperada, abri la caja para sacar el pjaro, pero 59

se derrumb, no pudo tocarlo. Se qued all parada, impotente, sin saber qu hacer. Se oy el sonido de la perilla de la puerta del cuarto. Marta le arrebat la caja a la seora Peters y la escondi en la bolsa de su gran abrigo justo antes de q ue el alguacil y el fiscal volvieran a la cocina. Bueno, Henry dijo el fiscal a manera de chiste por lo menos averiguamos que no iba a acolcharlo sino que iba a cmo le dicen ustedes, seoras? Marta tena la mano puesta sobre la bolsa de su abrigo. Decimos que iba a anudarlo, seor Henderson. 1917 60

Vacaciones (Katherine Anne Porter) En aquella poca yo era demasiado joven para algunos de los problemas que tena y no saba cmo solucionarlos. No importa ya qu clase de problemas eran o cul fue su desenlace. En aquel momento, pensaba que la nica solucin era huir de ellos pese a que mis tradiciones, crianza y educacin me haban enseado, irrefutablemente, que nadie, excepto los cobardes huyen de los problemas. Qu tontera! Debieron haberme enseado la diferencia entre ser valiente y ser temerario en lugar de tener que averiguarlo por m misma. Finalmente, comprend que si an me quedaba algo del sentido comn con que vine a este mundo, deba correr como un venado al primer indicio de peligro. No obstante, la historia que voy a contarles ocurri antes de que esta gran verdad calara en m: No podemos escapar de los problemas y peligros que son realmente nuestros y lo mejor es afrontarlos lo antes posible. Pero si no escapamos de los problemas de otros, so mos unas grandes tontas . Le confi a mi amiga Louise, una vieja compaera de la escuela, no mis problemas sino mi pequeo dilema: deseaba ir sola a algn lugar en el campo durante las vacaciones de primavera, pero deba ser un lugar muy sencillo y agradable y, por supuesto, no muy caro y no deba decirle a nadie dnde estaba yo. Si lo deseaba, le escribira de vez en cuando si algo interesante suceda. Me dijo que le encantaba recibir cartas, pero odiaba tener que contestarlas, y que conoca el lugar perfecto para m y que no le dira a nadie nada. En aquel entonces y hasta 61

la fecha Louise tena un gran ingenio para hacer parecer atractivas a las personas, lugares y situaciones menos probables de serlo. Contaba historias graciosas que se tornaban horribles si uno tena la oportunidad de verlas y orlas por s misma. Eso fue lo que ocurri con esta historia. Todo era tal como dijo Louise, si as se quiere, y todo era, a la vez, muy diferente. Conozco el lugar perfecto dijo Louise , una familia de campesinos alemanes chapada a la antigua, en una granja de tierra negra en el interior de Texas. Una casa al legtimo estilo patriarcal; un lugar donde uno detestara vivir, pero que es muy agradable visitar. El viejo padre, todopoderoso, con barba y tod o. La vieja madre, matriarca que usa zapatos de hombre y tiene innumerables hijos e hijas y yernos y bebs regordetes por todas partes. Y cachorros obesos, mi preferido era uno negro pequeito llamado Kuno. Vacas, terneros y ovejas y corderos y cabras y pavos y gallinas de guinea recorriendo las pequeas colinas verdes; patos y gansos en los estanques. Estuve all en el verano cuando era la cosecha de los melocotones y las sandas Estamos a finales de marzo le dije no muy convencida.

La primavera se adelanta all dijo Louise . Les escribir a los Mller acerca de ti. Nada ms preocpate por estar lista para partir. Pero dime, dnde est ese paraso? Cerca del lmite con Louisiana dijo Louise . Les pedir que te den el tico en el que me aloj. Era un lugar precioso! Es un cuarto grande y el techo llega hasta el piso en ambos lados. Hay unas pequeas goteras cuando llueve, entonces 62

las tablas estn manchadas con bellas rayas negras y grises, y verde musgo, y en un rincn haba una estantera con novelas baratas: La duquesa, Ouida, La seora E.D.E.N, Los poemas de Ella Wheeler Wilcox. Durante un verano alojaron a una muj er que era amante de la lectura y cuando se march, dej todos sus libros. Me encantaba! Y todos son tan saludables y buenos y el clima era perfecto. Cunto tiempo planeas quedarte? No haba pensado en eso, as que dije al azar: Un mes. Pocos das despus, llegaba, como un paquete de entrega inmediata, en un pequeo y sucio tren que avanzaba a paso de tortuga, a una plataforma empapada de una estacin en medio del campo. El jefe de la estacin apareci y cerr el saln de espera antes de que el tren hubiera desaparecido en una curva de la lnea. Mientras se acercaba a m con pisadas fuertes, pas el taco de tabaco a su mejilla y pregunt: A dnde se dirige? A la granja de los Mller le dije, parada junto a mi pequeo bal y mi maleta, mientras que el viento congelado traspasaba mi chaqueta. Alguien viene a recogerla? Eso dijeron. Bien dijo l, se subi a un pequeo y maltrecho carruaje del que tiraba un caballo que meneaba el lomo curiosamente y se march. Puse el bal sobre uno de sus lados y me sent en l de cara al viento y a aquel paisaje desolado, lleno de lodo, sin forma, y empec a escribir la primera 63 pregunt sin detenerse.

carta para Louise. Primero iba a decirle que a menos que pensara convertirse en novelista, su exagerada imaginacin no tena excusa. Tambin iba a decirle que, en la vida diaria, hay cosas tiles como los simples hechos a los cuales uno debe apegarse incondicionalmente. Lo dems lleva a confusiones como esta. Estaba comenzando a disfrutar el escribir aquella carta para Louise cuando un chico fornido, de unos doce aos, cruz la plataforma. A medida que se acercaba, se quit la desgarbada gorra que traa y la apu en su gruesa mano. Observ que tena los nudillos manchados. Sus mejillas, su nariz y su barbilla eran redondas y de un rojo fresco y saludable. Sus ojos angostos, largos, rasgados, de color azu l claro como el agua, no parecan pertenecer al globo de su cara, completamente circular como si la hubieran dibujado con un lpiz brillante. Era como si dos fuerzas incompatibles hubieran chocado para crearlo. Sus ojos eran hermosos, per o el resto del rostro no tena nada extraordinario. Llevaba puesta una camisa de lan a azul abotonada hasta la barbilla. La camisa apenas le llegaba a la cintura. Pare ca que, en cualquier momento, le quedara pequea. Los pantalones de dril azul le pegaban a los tobillos y los viejos zapatos para el barro le quedaban grandes. P oda verse que l no era el primero en usar aquellas ropas. Era como una aparicin alegre, libre, serena comparado con aquella tierra abatida y el triste y oscuro cielo. Le sonre lo mejor que pude con mi cara congelada por el viento. Sonri ligeramente sin mirarme a los ojos e hizo un gesto para que yo tomara la maleta. Haciendo un esfuerzo, levant el bal y se lo puso sobre la cabeza y cruz tambalendose la escabrosa plataforma. Baj los escalones 64

resbalosos por el lodo y pens que iba a caerse con la carga como lo hara una hormiga que levanta una piedra. Lanz el bal en la parte trasera de la carreta. De pronto, tom la maleta y la lanz a un lado del bal. Luego, se apoy en una rueda del frente para subir a la carreta mientras yo luchaba para subirme por la otra rueda. El pequeo caballo, peludo como oso polar, empez a trotar de mala gana mientras que el chico, inclinado hacia delante, con la gorra hasta las orejas, s ostena las riendas sin fuerza y se qued absorto en sus pensamientos. Entonces, me entretuve estudiando las correas, un verdadero misterio. Se unan y colgaban en los puntos ms inesperados. Se partan en lo que parecan ser sitios de unin estratgicos. Haban remendado superficialmente partes importantes con pedazos de cuerda deshilachada mientras que otras secciones que no parecan importantes estaban unidas fuertemente con alambre. El freno era demasiado largo para la pequea y robusta cabeza del animal. Al parecer, haba escupido la pieza de su boca desde el principio y ahora iba por el rumbo, y al paso, que quera. El vehculo era un gastado ejemplar de esos que llaman carretas de resorte. No s por qu las llamaban as? No tena ni un resorte y la plataforma del cajn, ideal para cargar productos robados, estaba tan vieja que apenas llegaba a la mi tad de las ruedas traseras y uno de los lados pegaba incesantemente en la rueda de hierro. Por cierto, las ruedas no giraban en forma circular como las ruedas comunes sino en forma de elipse debido a que no estaban ajustadas en el eje. As 65

que avanzbamos con una cadencia torpe y divertida como el movimiento ondulado de un pequeo bote en un mar picado. Los campos enlodados se extendan a ambos lados del camino, repletos de residuos del invierno listos para ser absorbidos y volver a convertirse en tierr a. Los escasos bosques deshojados se hallaban a la orilla de un campo cercano. No haba nada de belleza en ellos, excepto la esperanza de la primavera. Detestaba la desolacin, pero me regocijaba pensando que ms all de esto haba algo hermoso: un ro cuyos bancos le daban forma a su cauce o un campo completamente desnudo, arado y listo para recibir la semilla. El camino daba un giro repentino que casi lo ocultaba por completo durante unos instantes y cruzamos entre el bosque. Al observar las retorcidas ramas ms de cerca pude darme cuenta de que la primavera empezaba, resistindose, escondiendo sus recursos. Las hojas brotaban en conos verdes diminutos que salpicaban los retoos. Volvi a caer una lluvia dbil y serena, no tan opaca como la niebla sino una especie de bruma que s e espesaba sobre nosotros y baj, hasta que las nubes se convirtieron en lluvia de u n suave gris que nos envolvi. Cuando salimos del bosque, el chico se levant y seal hacia delante sin decir nada. Nos acercbamos a la granja a lo largo de un huerto de melocotones, un poco descolorido apenas con los nuevos retoos, pero no haba nada que pudiera ocultar la severa y angustiante fealdad de la casa. En este valle tejano cuyo relieve est conformado por pequeas y suaves colinas y bajos, el campo ondulado como le llaman los granjeros, la casa estaba en la cima de la colina ms 66

pelada como si en un esfuerzo ahorrativo se hubiera escogido el sitio menos frtil para construir un albergue. La casa all, desnuda, pareca mirarnos fijamente. Era como un intruso, un extrao, an al lado de la hilera de graneros en el fondo, con los aleros bajos y tantos aos que haba tomado el color de las piedras. Las angostas ventanas y el empinado techo me opriman. Deseaba regresar. Pens que haba recorrido un largo camino para descubrir que todo haba sido un fraude. Sin embargo, deba continuar porque all no podra haber nada tan doloroso como lo que dej atrs. A medida que nos acercbamos a la casa, la cual ya casi no poda verse, excepto por la luz amarilla de una lmpara en la parte posterior, tal vez de la cocina, mis sentimientos cambiaron de nuevo a afecto y ternura o tal vez solo me pareci que, quizs, poda volver a sentirlos. La carreta se detuvo frente a la entrada y me dispuse a bajar. Apenas toqu el suelo, un enorme perro negro de esa detestable raza pastor alemn se abalanz sobre m sin hacer ningn ruido. Tambin en silencio, me cubr el rostro con los brazos y retroced de un salto. Kuno, abajo! grit el chico arremetiendo contra el perro. La puerta del frente se abri de golpe y una jovencita de cabello amaril lo baj corriendo los escalones y sujet al feo animal por el cuello: No quiso hacerle dao un perro. dijo ella con toda seriedad en ingls . Es solo

Ya veo, este es el pequeo y tierno cachorro que Louise mencion, claro, un ao ms viejo. Kuno gimi y se disculp inclinndose y restregando una de sus patas delanteras en el suelo. La joven dijo con timidez y orgullo: 67

Yo lo ense a hacer eso. Siempre es tan mal educado, pero le ense a disculparse! Al parecer, llegu en el momento en que empezaban las tareas del atardecer. Toda la familia Mller sali en tropel por la puerta; cada hombre y cada mujer se dedicaban a las labores del momento. La nia me acompa hasta el corredor y dijo: Este es mi hermano Hans un joven se detuvo para darme la mano y prosigui su camino . Este es mi hermano Fritz dijo ella y Fritz tom mi mano un instante al pasar . Mi hermana Annetje dijo la nia y una joven callada, con un beb colgando holgadamente sobre el hombro como una bufanda, me sonri y extendi su mano. Muchas manos me saludaron, algunas ms jvenes que otras, grandes y pequeas, de hombre y de mujer, pero todas, manos trabajadoras y decentes de campesinos, tibias y fuertes. Y en todos los rostros encontr aquellos ojos claros y rasgados y el mismo cabello color caramelo como si todos fueran hermanos aunque entre ellos estaban el esposo de Annetje y el esposo de otra hij a. En el ancho pasillo, con una puerta en el frente y otra al final, lleno de una l uz empaada y olor a jabn, la madre, quien tambin iba saliendo, se detuvo para saludarme. Era una mujer alta, de apariencia fuerte, que llevaba un chal de lana negro sobre la cabeza. Sus enaguas caan sobre una combinacin de franela caf. No era de ella que los hijos haban heredado ojos claros como el agua. Los ojos de la madre eran negros, perspicaces y penetrantes, un mechn de su cabello revelaba el color negro ya manchado de gris, el rostro seco y arrugado era moreno como la 68

corteza de un rbol y caminaba como un hombre con sus botas de hule. Me dio la mano brevemente y dijo en una mezcla de alemn e ingls que yo era bienvenida, sonriendo y mostrando sus dientes manchados. Esta es mi hija Hatsy me dijo . Ella le mostrar la habitacin.

Hatsy me tom de la mano como si yo fuera una pequea nia que necesitaba ser guiada. La segu y subimos por una empinada escalera. Al fin, all estbamos en el tico de Louise con el techo en pendiente. Y s, era cierto que las tablas se encontraban manchadas con los colores que me haba dicho. Tambin estaban las novelas baratas amontonadas en un rincn. Por una vez en su vida, Louise no haba exagerado. La habitacin era hogarea y familiar como si la hubiera visto antes: Mi madre dice que podramos darle una habitacin mejor abajo dijo Hatsy en su suave y confuso ingls , pero Louise dijo en la carta que a usted le gustara aqu . Le dije que realmente me gustaba el tico. Hatsy baj las empinadas escaleras y su hermano subi, como si trepara a un rbol, con el bal en la cabeza y la maleta en la mano derecha. No me explico cmo el bal no se vino al suelo porque no lo sostena con la otra mano sino que usaba la mano izquierda para subir. Deseaba ofrecerle mi ayuda, pero tema ofenderlo; haba notado la tremenda facilidad y el estilo con que haba levantado el equipaje antes, un hombr e fuerte que presenta su acto de fuerza ante una audiencia dbil. Puso la carga en e l piso y se enderez; estir los hombros y no se vea muy agitado. Le di las gracias y l se hizo la gorra hacia atrs y luego volvi a acomodrsela hacia delante, lo cual, 69

supuse, era una especie de gesto de cortesa; luego, baj con su fornida complexin dando fuertes pisadas. Unos minutos despus, mientras miraba a travs de la ventana, pude verlo cruzando los campos con una linterna encendida y una gran trampa de acero. Empec a cambiar lo que dira en la primera carta para Louise: Creo que va a gustarme este lugar. No s decir por qu con exactitud, pero creo que todo estar bien. Tal vez pueda decrtelo dentro de unos das . El sonido de la conversacin en alemn entre los habitantes de la casa abajo era parte del placer porque no se dirigan a m ni esperaban que dijera nada. Todo el alemn que comprenda en aquel entonces se encontraba en cinco canciones, extremadamente sentimentales, de Heine que haba aprendido de memoria, pero la lengua que hablaba la familia era muy diferente: alemn rural corrompido por tres generaciones en otro pas. A pocas millas, donde Texas y Louisiana se funden en una cinaga podrida, cuya lenta decadencia ha nutrido las races del pino y el cedro, una colonia de inmigrantes franceses ha vivido all ms de doscientos aos de exilio. Pese a que no han sido del todo incorruptibles, se han mantenido msticamente fieles a sus tradiciones, hablando el francs de hace dos siglos, el cual en el presente es tan extrao para los mismos muchas de esas familias recuerdo con alegra. Y poda comprender, salvo 70 franceses como lo era para los ingleses. Haba conocido a durante unas prolongadas vacaciones de verano que aqu estaba, otra vez, escuchando un idioma que nadie los miembros de esta pequea comunidad campesina. Me

di cuenta que de nuevo estaba en una casa en donde el exilio era perpetuo. Estos eran campesinos alemanes fuertes, prcticos, de carcter duro, apegados a la tierra que clavaban sus azadones con fuerza y echaban races dondequiera que estuvieran porque para ellos la vida y la tierra son indivisibles. Sin embargo, nunca confundan la nacionalidad con el lugar que habitan. Me gustaban aquellas voces gruesas y efusivas y era tan gratificante no tener que comprender lo que decan. Adoraba ese silencio que libera de las constantes presiones de otras mentes, otras opiniones y otros sentimientos, esa libertad que envuelve y permite ir al interior de uno mismo, para descubrir nuevamente, porque es un eterno redescubrimiento, qu clase de ser en definitiva gobierna mi vida y toma todas las decisiones, sin importar quien piense que las ha tomado, incluso si soy yo misma. Esa criatura que poco a poco se lleva todo, excepto aquello de lo que no puedo prescindir para vivir y quien un da dir: .Ahora soy todo lo que tienes, tmame. Me detuve un largo rato a escuchar ese lenguaje desconocido y mudo: el silencio y su msica. Poda sacudirme y tocarme pero no perturbarme igual que el sonido que hacen las ranas o el viento en los rboles. Not que el rbol frente a la ventana del tico ocultara la vista de los graneros y los campos cuando floreciera pues las ramas casi alcanzaran la ventana, pero por ahora, solo formaban un delgado tamiz a travs del cual podan verse los terneros, manchados de caf y blanco, caminando contra la curtida oscuridad de los cobertizos. Los campos enlodados pronto seran verdes de nuevo; 71

las lluvias lavaran las ovejas y su pelaje volvera a ser gris. Por ahora, la belle za del paisaje se encontraba en la armona del valle que corra en ondulaciones hasta el borde del bosque. Era el campo del interior del estado y tena esa apariencia d e abandono de las cosas no queridas. El invierno en esta parte del sur es como un coma moribundo, no como el sueo de muerte del norte, con la promesa fiel de la resurreccin. Pero en el sur, mi querida e inolvidable tierra, despus de una larga enfermedad, basta un leve movimiento, un abrir de ojos entre un respiro y otro, entre la noche y el da, para que la tierra reviva y reviente en frutas y flores, primavera y verano, todo a la vez bajo el tibio y reluciente cielo azul. El viento fresco prometa otra leve y serena lluvia para la noche. Las voces de los miembros de la familia abajo se dispersaron y, luego, volvan a intensifica rse separadamente desde los patios y graneros. La anciana madre baj a grandes zancadas por el camino hacia los cobertizos de las vacas y Hatsy corra tras ella. La mujer llevaba sobre los hombros, sin dificultad, una percha de madera de la que colgaban cubos para la leche con tapas de hierro, mientras que su hija cargaba d os cubos de lata en un brazo. Cuando abrieron el portn de cedro que daba a los campos, las vacas entraron mugiendo y agolpndose y los terneros corran hacia sus madres buscando las ubres, con la boca abierta. Luego, segua la batalla de separar a los hambrientos cros de sus madres despus de haber bebido una escasa porcin. La mujer les pegaba por las ancas a mano abierta y Hatsy los halaba del ronzal mientras sus pies resbalaban en el barro. Las vacas bramaban y blandan los cuernos y los terneros gritaban como bebs revoltosos. Las largas trenzas rubias d e 72

Hatsy le pegaban contra los hombros y su risa era un indicio de alegra entre los bramidos furiosos de las vacas y los estridentes gritos de la mujer. En el corredor de la cocina, abajo, se oa el chapoteo de agua, el rechinar de la palanca de la bomba y las fuertes pisadas de los hombres con botas. Me sent en el borde de la ventana para ver cmo la oscuridad se haca ms profunda lentamente mientras que abajo encendan todas las lmparas. La pequea lmpara que me dieron tena una agarradera en la vasija del aceite como las tazas. Tambin haba una linterna con el tubo congelado que colgaba de un clavo en la pared. Una voz me llam desde el pie de la escalera, al asomarme vi a una mujer joven de cara morena y cabello muy rubio, bastante avanzada en su embarazo y con un hermoso nio de un ao en su cadera. Con un brazo sujetaba al nio y con el otro sostena en alto la linterna para alumbrarse: .La cena est lista .dijo ella y esper a que bajara. En el comedor, una gran habitacin cuadrada, la familia entera se estaba reuniendo alrededor de una mesa larga cubierta con un mantel de algodn a cuadros rojos, con fuentes repletas de comida caliente en ambos extremos. Una criada, lisiada y muy deformada, pona picheles de leche en la mesa. Tena el rostro tan inclinado que era casi imposible verlo y todo su cuerpo se encontraba mutilado de forma dolorosa y extraa, probablemente era un mal congnito, pens, pero pareca fuerte. Las manos retorcidas le temblaban constantemente y mova la cabeza al comps de los codos en su agitado ir y venir. Caminaba a toda prisa colocando platos alrededor de la mesa y esquivando a todo el que se le 73

cruzara en el camino. Ninguno se corri para dejarla pasar ni le hablaron ni siquiera la miraron cuando desapareci por la puerta de la cocina. Los hombres tomaron sus lugares en la mesa. Pap Mller se sent en el lugar del patriarca a la cabeza mientras que Mam Mller se asomaba tras l como una roca oscura. Los hombres ms jvenes se acomodaron a un solo lado de la mesa, las esposas de los casados permanecan de pie detrs de ellos para servirles. Tres generaciones en este pas no haban logrado hacerlos reconocer su machismo ni alterar sus costumbres de antao. Los dos yernos y los tres hijos varones se desenrollaron las mangas de la camisa antes de empezar a comer. Sus caras, recin lavadas, lucan relucientes y tenan el cuello de la camisa mojado. Mam Mller me seal y, luego, indicando con la mano a cada miembro de la familia, dijo rpidamente el nombre de todos. Como yo era una extraa e invitada, me sent en el lado de los hombres y Hatsy, cuyo verdadero nombre result ser Huldah, la hija soltera de la familia, se sent en el lado de los nios pa ra atenderlos y vigilarlos. Las edades de los nios iban de los dos a los diez aos y, con tan solo dos de las hijas casadas, haba cinco nios, sin contar al beb enhorquetado en la cadera de su madre. Los pequeos coman vorazmente y metan las manos en la azucarera para salpicar de azcar todo lo que coman. Estaban entretenidos con la comida y no le prestaban atencin a Hatsy que luchaba con ellos, apenas un poco menos enrgica que con los terneros, y casi no coma nada. Tena como diecisiete aos, labios plidos y era demasiado delgada. Su liso y fino cabello, amarillo como la mantequilla, con mechones claros y oscuros, legtim o 74

cabello de campesino alemn, le daba un aire de fragilidad. Sin embargo, posea la misma complexin grande y fuerte y la misma energa y fuerza animal presente en aquel comedor. Bastaba ver los ojos gris claro, colricos y profundos de pap Mller y sus pmulos salientes para darse cuenta a quien se parecan los miembros de la familia. Pobre Mam Mller, nunca tuvo un hijo parecido a ella, con ojos y cabello negro como los alemanes del sur. Sin duda, ella los haba parido, pero eso era todo. Pertenecan al padre. Aun la hija ms morena, Gretchen, quien esperaba un beb la consentida de la casa, con esa forma furtiva de sonrer que tienen los nios mimados, quien tena el aire de un animal saludable y perezoso y siempre pareca que estaba a punto de bostezar tena el cabello color caramelo y aquellos ojos claros y rasgados. Por el momento, Gretchen apoyaba al pequeo nio en el respaldar de la silla de su esposo y con el brazo izquierdo volva a llenarle el p lato de cuando en cuando. Annetje, la hija mayor, cargaba a su recin nacido sobre el hombro y l le babeaba a gusto la espalda mientras que ella le serva comida de las fuentes y tazones a su esposo. Si se encontraban sus miradas, sonrean con dulzura y cierta reserva, con la sonrisa de una larga y verdadera amistad. Pap Mller definitivamente no estaba de acuerdo en que los hijos se fueran a vivir lejos cuando se casaban. Casarse estaba bien, pero eso era motivo para quitarle a un hijo o a una hija? l poda ofrecerles trabajo y techo a los esposos d e sus hijas y, cuando fuera el momento, hara lo mismo con las esposas de sus hijos. Inclinndose sobre la cabeza de su esposo, desde el otro lado de la mesa, Annetje 75

me dijo que hace poco haban construido una habitacin nueva que daba al noreste para que Hatsy viviera all cuando se casara. Hatsy se sonroj y casi mete la cabeza en el plato de comida. Luego, levant la mirada con orgullo y exclam: Ja, ja, me casar muy pronto! Todos rieron excepto Mam Mller quien dijo en alemn que las muchachas no saben lo bien que estn solteras y se empean en casarse. El comentario no pareci molestarle a nadie y Gretchen dijo que era una suerte que yo fuese a estar all para la boda. Esto hizo que Annetje recordara algo y, hablando en ingls, les dijo a todos en la mesa que el pastor luterano le haba aconsejado asistir ms a menudo a la iglesia y llevar a los nios a la escuela dominical para que Dios la bendijera con un quinto hijo. Cont de nuevo y con el beb que iba a tener Gretchen, sumaban ocho nios menores de diez aos. Sin duda, alguien iba a necesitar una bendicin en aquella multitud. Pap Mller le dio un breve discurso a su hija en alemn. Luego, se volvi hacia m y dijo: Lo que digo ess que ess una locugrra ir a la iglesia y pagarr a un predicadorr para que hable tonterras. Ess como si l me pagarra por ir y escucharr, as yo s irra! . Los ojos se le encendieron con una furia repentina sobre aquella barba cuadrada, moteada de gris y amarillo, que le brotaba desde los pmulos. Qu ess lo que l piensa, que mi tiempo no vfale? Qu bien, ah! Que me paggue! Mam Mller buf y se movi inquieta en su lugar. Ach, habla, habla! Va hacerrg enojarr al pastorr si lo escucha. Qu harremos si no baptissa a los bebs? 76

Dle buen dinerro y los baptissarr Ah, s, as ess oiga!

grit Pap Mller . Ya verr!

Mam Mller estuvo de acuerdo , ssolo que l no lo

Se inici una efusiva conversacin en alemn durante la cual golpeaban los mangos de los cubiertos contra la mesa. Desist en mi esfuerzo por comprender, pero observ sus rostros. Pareca una batalla campal, pero en realidad se ponan de acuerdo en algo. Estaban unidos en sus escepticismos tribales y en todo lo dems. Tena una fuerte impresin de que todos ellos, incluso los yernos, eran un solo ser humano dividido en varias apariencias distintas. La criada lisiada trajo ms comida, recogi algunos platos y se march cojeando. Pareca ser el nico individuo en la casa. Aun yo me senta dividida en fragmentos que haba dejado o perdido en cada lugar que visit, en cada persona que conoc, pero sobre todo, en la muerte de personas cercanas que se llevaron a la tumba parte de mi vida. Sin embargo, la criada era un todo y no perteneca a ningn lugar. Me adapt con facilidad a la vida marginal de los hbitos y costumbres de la casa. El da comenzaba temprano en la granja de los Mller, desayunbamos bajo la luz amarilla de una lmpara con el viento hmedo y gris que soplaba con la suavidad de la primavera a travs de las ventanas. Los hombres beban las ltimas tazas de caf humeante de pie, con el sombrero puesto, y salan a enganchar a los caballos a los arados apenas clareaba. Annetje, cargando a su beb rechoncho sobre el hombro, poda barrer o arreglar camas con una sola mano y todo estaba listo temprano. Pasaba el resto del da afuera cuidando a las gallinas y los cerdos. De 77

vez en cuando, entraba con una caja llena de polluelos que acababan de romper el cascarn, puos miserables de pelusa mojada, y los colocaba sobre una mesa en su cuarto donde los atenda cuidadosamente durante su primer da de vida. Mam Mller caminaba por todas partes con grandes zancadas, dando rdenes a diestra y siniestra. Pap Mller, frotndose las barbas y encendiendo su pipa, se encamin al pueblo mientras que Mam Mller, tras l, le daba las ltimas instrucciones acerca de lo que deba traer. l nunca le contestaba y pareca no escuchar, pero siempre, despus de unas horas, regresaba con todos los encargos y habiendo hecho todas las diligencias que su esposa le solicitaba. Despus de arreglar mi cama y ordenar el tico, no tena nada ms que hacer, as que me alej de aquel frentico bullicio y fui a caminar por la vereda sintindome completamente intil. Pero el reposo, la casi mstica inercia de las mentes de esta familia en medio de esta vida de esfuer zo fsico, me invada poco a poco y yo la absorba en silencio, con gratitud, y senta que todo el dolor anudado en mi alma empezaba a liberarse. Ahora era ms fcil respirar y hasta poda llorar si lo deseaba. Despus de unos das, no volv a llorar. Una maana vi a Hatsy cavando con una pala en la huerta y acept mi ayuda para esparcir las semillas y cubrirlas. Trabajbamos varias horas cada maana hasta que el calor del sol y la posicin inclinada me produjeron un vrtigo placentero. Olvid contar los das, todos me parecan iguales, excepto por el cambio en los colores del paisaje que se intensificaban con el avance de la primavera. La tierra se hizo ms firme con la creciente maraa de una multitud de races. 78

Los nios, tan hambrientos y bulliciosos en la mesa, eran pequeines pacficos absortos en juegos silenciosos en el patio del frente. Siempre estaban haciendo panes y pasteles de barro y con sus maltrechas muecas y animales de trapo simulaban las actividades de la vida domstica. Los alimentaban, los acostaban, luego, los levantaban y volvan a alimentarlos y los ponan a trabajar haciendo ms panes de barro. Tambin jugaban a convertirse en caballos y se enganchaban a sus carros y carretas para llevarlos galopando hasta un gran castao al otro lado de la casa. Al llegar al rbol, ste se transformaba en una taberna y ellos de nuevo, en seres humanos, movindose muy despacio y haciendo la mmica de tomar cerveza. Milagrosamente, volvan a transformarse en caballos, se enganchaban a sus carruajes y galopaban a casa. Cuando los llamaban, venan a comer y a acostarse con la docilidad de sus juguetes y animales de trapo. Sus madres los trataban con una dulzura instintiva y constante. Pareca que los nios nunca les daban problemas y ellas eran devotas y cuidadosas como una gata con sus gatitos. A veces, llevaba a la nia de Annetje que le segua al recin nacido, una beb de dos aos, al huerto y a la vereda en su pequea carreta. En el huerto, empezaban a brotar conos verde agua de las ramas. Regresbamos por un camino ms pequeo y ms plano porque no era muy transitado y pasebamos despacio entre los morales donde el fruto empezaba a colgar y a encorvarse como gusanos verdes peludos. La beb iba sentada sobre un montculo compacto hecho de franela y algodn, sus ojos azul claro rasgados brillaban bajo su gorro y mostraba 79

los dos dientes de abajo en una sonrisa absorta. Algunas veces, los otros nios no s seguan en silencio. Cuando me devolva, ellos tambin lo hacan sin replicar y regresbamos a la casa con la misma serenidad con que salimos. El angosto camino que descubr llevaba al ro y se convirti en la ruta de mi caminata preferida. Casi todos los das, caminaba a la orilla del bosque desnudo y me entretena buscando indicios de la primavera. Los cambios en aquellas tierras eran sutiles y graduales. Un da not que las ramas de los sauces y de los arbustos de zarzamoras estaban llenas de pequeos puntos verdes. El color haba cambiado durante la noche, o al menos as pareca, y supe que al da siguiente todo el valle, e l bosque y la orilla del ro estaran revestidos de verde, estremecidos por el viento. Y as fue. Aquel da no regres del ro hasta que oscureci y camin a travs del pantano con los bhos y las chotacabras piando en lo alto de los rboles. Su llamado era un coro extrao y entrecortado en el bosque hasta que el grito de respuesta ms lejano se convirti en un eco fantasmal. Cuando pas en medio del huerto, los rboles estaban llenos de lucirnagas. Me detuve y me qued admirando aquel espectculo durante largo rato; luego, camin despacio asombrada porque nunca haba visto algo tan hermoso. Los rboles estaban llenos de ramos plidos que recin brotaban, las ramas permanecan inmviles en la delgada oscuridad, pero los cmulos de flores tiritaban en un baile silencioso de luz entretejida delicadamente, dando vueltas tan ligeras como las hojas en el vi ento y tan rtmicas como el agua de una fuente. Esa fuerza de vida haba brotado en todos los rboles, frgil y fresca como las burbujas. Cuando abr el portn, la luz de 80

la casa brill sobre mis manos como una fogata. Despus de entrar, mir hacia atrs y all estaba el resplandor de luz dorada, no era un sueo. Hatsy estaba arrodillada limpiando el piso del comedor con grandes trapos oscuros. Haca ese trabajo de noche para que los hombres no ensuciaran el piso con sus pesadas botas y as quedaba limpio para el otro da. Levant su joven rostro y me mir fatigada. .Ottilie, Ottilie! .llam Hatsy en voz alta antes de que yo pudiera hablar y dijo .Ottilie le traer la cena. Todo est listo.. Intent decirle que no tena hambre, pero ella quera asegurarme que no haba problema por haber llegado tarde. .Escuche, todos debemos comer. Tarde o temprano, no hay problema.. Se sent de cuclillas y levant la cabeza para ver el huerto a travs de la ventana. Sonri, se detuvo un momento y dijo .Ha llegado la primavera. Eso ocurre todas las primaveras.. Y volvi a inclinarse sobre la gran cubeta de agua con los trapos. La criada entr dando peligrosos traspis en el resbaloso piso y puso un plato de comida en la mesa para m con lentejas, salchichas y repollo morado en trozos. Estaba caliente y sabroso y yo estaba muy agradecida porque me di cuenta que, despus de todo, s tena hambre. La mir, dije: .Gracias. .No puede hablar .dijo Hatsy con toda naturalidad. Aquel rostro, oscuro e indefinido, no era joven ni viejo, pero estaba surcado de arrugas que no tenan que ver con la edad o el sufrimiento, simplemente 81 entonces se llama Ottilie? , y le

arrugas, fisuras sin orden, ennegrecidas como si de un fuerte y cruel puetazo le hubieran retorcido la carne. Sin embargo, en aquel rostro mutilado podan verse los pmulos salientes y los ojos azul claro rasgados, con las pupilas agrandadas y fijas que reflejaban la ansiedad de quien camina en la oscuridad llena de peligr os. Choc fuertemente contra la mesa al volverse, su espalda encorvada temblaba debido al incesante movimiento de sus secos brazos y se fue a toda prisa sin ningn propsito. Hatsy volvi a acuclillarse durante un momento, tir sus trenzas hacia atrs y dijo: Esa es Ottilie. No est enferma, qued as debido a una enfermedad que tuvo cuando era beb, pero puede trabajar tan bien como yo. Ella cocina, pero no puede hablar de manera que uno la entienda . Volvi a arrodillarse, se inclin y continu fregando el piso con energa renovada. Su cuerpo era una red de delgados y tensos ligamentos y largos msculos flexibles como un tejido de acero. Hatsy siempre trabajara demasiado y estara cansada toda la vida sin saber que eso era lo natural. Las personas trabajaban todo el tiempo porque siempre llega ms trabajo cuando logran terminar lo que estaban haciendo. Termin de cenar, llev el plato a la cocina y lo puse sobre la mesa. Ottilie estaba sentada en una silla con los pies cerca del horno abierto, los brazos cruzados y con un leve meneo en la cabeza. No se dio cuenta de que haba entrado a la cocina. 82

En casa, Hatsy usaba un viejo vestido caf de pana y botas de hule sin medias. Las enaguas dejaban ver sus delgadas piernas, levemente torcidas abajo d e las rodillas como si hubiera empezado a caminar siendo muy pequea. Hatsy es una chica buena y gil dijo Mam Mller, quien rara vez alababa a alguien o algo. Los sbados, Hatsy se daba un minucioso bao en una gran tina, en la bodega detrs de la cocina, en donde tambin se almacenaban ollas, tarros para desperdicios y jarras para el agua. Se soltaba las trenzas y se amar raba el cabello amarillo, suave y ondulado, con una corona hecha de botones de rosas de algodn. Se pona un vestido azul claro de seda china e iba al Turnverein a baila r y beber una jarra de cerveza oscura con su prometido, quien tena tal parecido con los hermanos de Hatsy que bien podra pasar por uno de ellos, pero nadie lo notaba, excepto yo. Nunca dije nada porque yo era solo una extraa cuyos comentarios no tenan valor. Los domingos, toda la familia iba al Turnverein despus de asearse bien y ponerse vestidos y camisas almidonados y despus de almacenar las canastas de comida en las carretas. Ottilie, la criada, corra a la puerta para verlos partir. Se paraba con los brazos temblorosos cruzados sobre l a frente para proteger sus torturados ojos y poder ver a la familia hasta donde el camino haca una curva. 83

Informe de investigacin

Introduccin El texto traducido para este trabajo de investigacin se compone de tres cuentos cortos que pertenecen a distintas escritoras estadounidenses y a distint as pocas: The Revolt of Mother de Mary Wilkins Freeman, escrito en 1891; A Jury of Her Peers de Susan Glaspell, escrito en 1917; y Holiday de Katherine Anne Porter, escrito en 1960. Los dos primeros se han traducido en su totalidad mient ras que, debido a los requisitos de extensin para los trabajos de traduccin, se traduj o aproximadamente una tercera parte de Holiday . Forman parte de una antologa1 de obras en prosa producidas por 57 escritoras estadounidenses durante los siglo s XIX y XX. Esta antologa nos muestra distintos temas feministas como los obstculos a los que han tenido que enfrentarse las mujeres en nuestra sociedad a travs del tiempo para hacer valer sus derechos y su ingenio para ganar libertad y poder. La seleccin de textos literarios para este trabajo de investigacin tiene dos objetivos principales: uno social y otro traductolgico. La traduccin proporciona al lector que no habla ingls acceso a literatura extranjera, tanto para fines acadmicos como para entretenimiento. Asimismo, la traduccin de literatura contribuye a que el lector no bilinge aprenda sobre otras culturas y otras vision es de mundo. Sin embargo, la razn principal para la escogencia de estos cuentos como texto de traduccin es lograr que estas historias de valor y liberacin lleguen 1 Barret, Eileen y M. Cullinan, eds. American Women Writers: Diverse Voices in P rose since 1845. Nueva York: St. Martin s Press, 1992. 84

a muchas mujeres del mundo hispanohablante de todos los estratos sociales. En una sociedad como la nuestra donde las mujeres se encuentran en franca desventaja y son discriminadas de muchas maneras, desde las formas ms escandalosas hasta las ms sutiles, la divulgacin de literatura que les d esperanza y valor, como los cuentos traducidos, puede ser de gran relevancia histrica y social. Y aun si la traduccin de estos textos no lograra contribuir a un cambio d e toda la sociedad, puede ayudar a muchas mujeres a cambiar su propia historia de opresin mediante acciones cotidianas y pacficas pero de gran significado. En cuanto al campo de la traduccin, se seleccionaron textos literarios porque, pese a que se han publicado numerosos trabajos acerca de la teora de la traduccin literaria, muchos de ellos parecen muy abstractos y no proporcionan al traductor principiante pautas o procedimientos claros que pueda poner en prctica para la traduccin de los rasgos caractersticos del texto literario. Si bien es necesario cierto grado de sensibilidad para traducir literatura es igualmente necesario desarrollar y conocer tcnicas mediante las cuales puedan resolverse los problemas de traduccin representados por los rasgos culturales y estilsticos del texto literario. Se revisaron varios trabajos de graduacin relacionados con textos literarios y, pese a su gran valor en cuanto al anlisis de diversos temas como la traduccin del criollo limonense2 o la traduccin de conceptos de una cultura lejana como lo es 2 Smith Jenkins, LaBonnie, traductora, Traduccin y anlisis comparativo de los cuen tos criollos del Hermano Araa realizada por un hablante nativo del criollo limonense y otro por un hablante no nativo del criollo limonense de Siany Gordon Spence (Universidad Nacional, Biblioteca Joaqun Garca Monge, Heredia, Tesis 3836, 2000). 85

la cultura de la India3, ninguno contempla la traduccin de adverbios de modo del ingls. No obstante, uno de los trabajos de graduacin revisados, La Casa Poseda de Shirley Jackson realizado por Ana Mara Dianda Martnez (1999), trata el tema de las variedades de lengua (tema incluido tambin en la presente investigacin) mediante el anlisis del dilogo de la novela. Propone un mtodo para conservar la espontaneidad y naturaleza de los enunciados en la lengua meta a travs de los recursos expresivos del lenguaje coloquial para lograr varias funciones como apelar al interlocutor, asentir, rechazar o explicar. La presente investigacin se compone de tres captulos. En el primer captulo se analizan los rasgos intratextuales y extratextuales ms sobresalientes del texto original con base en el anlisis propuesto por Christiane Nord (1991). S e analizan los principales rasgos culturales y estilsticos de cada cuento, su funcin y relevancia en el texto fuente y el procedimiento utilizado para reproducirlos en el texto meta con un efecto anlogo sin violentar la naturalidad de la lengua meta. En el segundo captulo, se analiza el uso de adverbios de modo en los textos narrativos en ingls, los cuales son muy frecuentes en ese idioma, pero deben evitarse en espaol para no incurrir en anglicismos de frecuencia ni producir un texto pesado para el lector de la versin traducida. El uso de gran cantidad de adverbios de modo es una caracterstica comn en los tres cuentos traducidos pese a que fueron escritos por distintas autoras en distintas pocas. A primera vista, 3 Chaves Solano, Magaly, traductora, Que Dios te conceda cien hijos varones: via je a travs de la vida de las mujeres de la India, de Elisabeth Bumiller. (Universidad Nacional, Biblioteca Jo aqun Garca Monge, Heredia, Tesis 2695, 1997). 86

podra parecer que este rasgo del ingls no tiene mucha importancia para el traductor, pero llega a representar una verdadera dificultad cuando deben traducirse veinte o treinta adverbios de modo al espaol en un solo texto. La traduccin de los adverbios de modo del ingls no solo representa el reto de evitar el anglicismo de frecuencia sino tambin la tarea de precisar el matiz de signific ado con que se usa este elemento en relacin al contexto. Por tanto, en este captulo se describen los procedimientos utilizados para determinar el significado del adverbio con precisin y expresar su funcin modificadora sin incurrir en los anglicismos de frecuencia. Adems, con el fin de proporcionar al traductor una herramienta de fcil acceso, se incluye una tabla de adverbios de modo tomados de los textos en ingls con las equivalencias usadas por la traductora en el texto me ta. El valor principal de las equivalencias recopiladas se debe al hecho de que no h an sido meramente extradas de un diccionario sino que se han seleccionado de acuerdo con la situacin comunicativa o contexto, lo cual es fundamental para la escogencia del trmino preciso en la lengua meta. Varios adverbios tienden a aparecer y reaparecer en distintos textos literarios narrativos y en situaciones anlogas de los personajes, por lo que se espera que esta recopilacin sea de gran utilidad para el traductor que se enfrente a un texto literario. El tercer captulo trata de las variedades de lengua presentes en los textos originales (dialecto geogrfico, lenguaje campesino y coloquial y acento extranjero). Las variedades de lengua en los textos literarios tienen la funcin d e caracterizar tanto a los personajes como su entorno y contribuir a crear el efec to de 87

la historia. Por tanto, el objetivo de este tercer captulo es describir los mecan ismos usados en la lengua meta para reproducir o recrear las variedades de lengua del TO en el TM con un efecto anlogo. 88

Captulo I Generalidades Se analizarn en este primer captulo las caractersticas del texto original que han influido en las decisiones del traductor para trasladar el sentido del texto fuente a la lengua terminal de forma natural y eficaz. Se describen los principa les aspectos extratextuales e intratextuales del texto original con el objetivo de representar el proceso mental que el traductor ha llevado a cabo antes de empeza r la traduccin, durante el proceso mismo de traduccin e incluso durante el proceso de revisin y correccin de su trabajo. El presente trabajo se centra en la traduccin literaria ya que el texto original pertenece al gnero literario narrativo y consiste especficamente en tres cuentos cortos que forman parte de una antologa de cuentos escritos por autoras estadounidenses desde 1845. En la traduccin literaria cada palabra, cada frase y cada recurso estilstico contribuyen a conformar el sentido del texto, que en su totalidad, representa la unidad de traduccin. Esto no quiere decir que cada rasgo del texto fuente deba traducirse con estricto apego. De hecho, esta prctica podra causar confusin o entorpecer el proceso de lectura en la lengua meta. Susan Bassnett-McGuire (1980) recomienda al traductor analizar esos rasgos lxicos y estilsticos a fin de determinar la funcin que cumplen en el texto original para reproducir esa funcin en la lengua meta. 89

La traduccin literaria, pese a las concepciones tradicionales, no puede ser fiel al texto original, en el sentido estricto de la palabra. Para lograr una tr aduccin inteligible, que se ajuste al genio de la lengua terminal, es necesario hacer ca mbios, pero estos a su vez, se realizan con el objetivo de trasladar la fuerza y el sen tido de los elementos del texto original a la versin traducida. En el presente trabajo, se emplea el tipo de traduccin que Peter Newmark (1987, 71-76) denomina traduccin semntica y Christiane Nord (1991, 72-73), traduccin documental o extica. Este tipo de traduccin se centra en la intencin y estilo del autor. Se conservan los rasgos de la cultura fuente y los elementos q ue imprimen un sello personal en el texto como sintaxis inusual, colocaciones poco comunes y metforas originales. Se preserva el sabor extranjero del texto para permitir al lector de la lengua meta conocer la visin de mundo de otra cultura. El cuento The Revolt of Mother de Mary Wilkins Freeman, fue escrito en 1891 y es el texto que contiene el mayor nmero de alusiones bblicas e histricas y referencias culturales. La accin se sita en una granja de una pequea villa de New England, al Noreste de los Estados Unidos. En l se muestra cmo una humilde y sumisa mujer logra cambiar su vida y la de su familia sin necesidad de usar la fuerza ni la violencia ni realizar un acto extraordinario. Consigue lo q ue aora, una casa digna donde vivir, mediante una accin pacfica y cotidiana. A lo largo del relato, aparecen varias alusiones a los peregrinos ingleses, su llegad a a los Estados Unidos y su tradicin puritana. Se mencionan sitios y personajes de la historia norteamericana como la Roca de Plymouth (lugar en donde encall el 90

barco en que llegaron los primeros peregrinos), el general ingls James Wolfe, quien atac a los franceses en Qubec, y las Planicies de Abraham, campos frente a la ciudad de Qubec en donde se llev a cabo la batalla del general Wolfe. Para comprender estas referencias histricas, fue necesario que el traductor realizara un proceso de documentacin. Con el fin de conservar estas referencias histricas y transmitirlas al lector del texto meta, se utiliza el mtodo explicativo, el cual consiste en utilizar el equivalente ms exacto junto con una breve explicacin o aclaracin que se inserta en el texto traducido. Por ejemplo, en el texto original , la narradora compara la decisin de Sara Penn con Wolfe s storming of the Heights of Abraham sin ms explicacin, asumiendo que su audiencia conoce ese pasaje de la historia norteamericana. En la traduccin, es necesario insertar explicaciones par a facilitar la comprensin y aprendizaje del lector de la lengua meta en cuanto a la cultura de origen del texto. Se agrega la palabra general y el nombre de Wolfe, James , as como la localizacin de las planicies de Abraham: Durante las horas siguientes, esta sencilla y piadosa madre de Nueva Inglaterra realiz una proeza comparable al asalto del general James Wolfe en las planicies de Abraham en la ciudad de Qubec . (p. 18) En lo que respecta a las alusiones bblicas constantemente se compara a la protagonista, Sara Penn, con un personaje bblico, lo cual sirve para reflejar la mansedumbre y bondad de esta mujer: Sarah Penn s face had that expression of meek vigor which might have characterized one of the New Testament saints. (p. 102) 91

she stood before her husband in the humble fashion of a Scripture woman. (p. 104) Asimismo, los nombres de la mayora de los personajes provienen del Antiguo Testamento: Sara, Adoniram (esposo de Sara), Hiram (hermano de Sara) y Sammy (Samuel), hijo de Sara y Adoniram. Newmark (1987) aconseja traducir los nombres propios si estos tienen alguna connotacin. La mayora de nombres propios de personajes histricos o famosos tienen un equivalente en otras lenguas o, al menos, una trascripcin. Los nombres bblicos presentes en este cuento conservan la misma grafa en espaol, excepto Sarah que cambia a Sara. La autora usa estos nombres como un medio para caracterizar a los personajes y para producir el ambiente religioso del lugar y poca del cuento. Por ejemplo, segn la historia bblica, Adoniram fue un recaudador de impuestos en tiempos del rey David, Salomn y Roboam. Adoniram, el esposo de Sara, es un hombre que ha amasado fortuna y encarna las caractersticas de un hombre avaro, interesado en adquirir caballos y ganado a expensas del sacrificio de su familia. Hiram, signi fica hermano exaltado y en la historia bblica se dice que fue gran amigo del rey David. En el cuento, Hiram es el hermano de Sara y gracias a la carta que ste escribe a Adoniram, se desarrollan una serie de eventos que le permiten a Sara realizar sus planes. En este sentido, Hiram es tambin el amigo, el auxiliador de Sara. 92

Asimismo, el sello de la autora se plasma en la introduccin de metforas originales que contribuyen a demostrar que la decisin de Sara es correcta y justa e inclusive, permitida mediante la ayuda divina: e Unsolicited opportunities are the guide-posts of the Lord to the new roads of lif

(p. 107) El Seor nos seala el camino a travs de las oportunidades que llegan sin pedirlas . (p. 17) El cuento A Jury of Her Peers de Susan Glaspell, publicado en 1917, tiene como propsito demostrar que las mujeres poseen una sensibilidad e intuicin generalmente ausentes en los hombres. En este cuento, dos mujeres descubren el motivo de un asesinato mediante detalles que observan en la cocina de la presunt a asesina. Los varones continuamente se burlan de ellas pues consideran que las mujeres se preocupan por tonteras y se pasan la vida entre cosas sin importancia. Pero es mediante esas pequeas cosas que las dos mujeres de esta historia logran descifrar el misterio del asesinato. Entre los elementos de mayor dificultad de traduccin en A Jury of Her Peers fue precisamente el ttulo del cuento. Una traduccin literal del ttulo era simplemente inadmisible: Un jurado de sus iguales . Sin embargo, esta traduccin literal fue til como punto de partida para recrear el ttulo en la lengua meta. Tenemos un jurado , es decir, un grupo de personas que deben decidir si Minnie Foster (nombre de soltera), la seora Wright en el presente, es culpable o inocente con base en los hechos. La presunta asesina es una mujer y el jurado es t 93

conformado por sus iguales , es decir, por otras mujeres que han tenido experiencias de vida similares a las suyas. Marta Hale y la seora Peters descubre n el motivo del homicidio a travs de pequeas pistas halladas en la cocina de los Wright. El jurado descubre por qu Minnie mat a su esposo, pero decide ocultar la evidencia porque como mujeres, como sus iguales , comprenden la tortura a la que Minnie ha sido sometida durante veinte aos por su esposo y han experimentado tambin un poco de esa tragedia, aunque en menor grado, en su propia vida. As fue como despus de este anlisis, se eligi el ttulo Juzgada por sus iguales. Este ttulo conserva el misterio y la funcin descriptiva del ttulo original y preserva la intencin de la autora del cuento que es expresar que quienes deben juzgar a la acusada han experimentado en cierto grado las mismas situaciones que llevaron a sta a cometer el crimen. Otro elemento que ha requerido atencin es la metfora de las tcnicas de confeccin de colchas y la forma en que se comete el asesinato: estrangulamiento. Dicha metfora se desarrolla aproximadamente a partir de la mitad del cuento hasta el final. La autora utiliza una manualidad que ha sido tradicin entre las mujeres norteamericanas durante varios siglos para crear una compleja comparacin y revelar la falta de perspicacia de los hombres. Las mujeres de la historia encuentran la canasta de costura de la seora Wright mientras buscan alguna ropa para llevarle. Al ver la colcha, se preguntan: Do you suppose she was going to quilt it or just knot it? (p. 508) 94

La primera dificultad es hallar un equivalente en espaol para los verbos quilt y knot. Los trminos encontrados en los distintos diccionarios consultados n o fueron del todo satisfactorios para la traductora. Quilt aparece como acolchar y knot como anudar . Es muy posible que, debido a que este tipo de manualidad no forma parte de la tradicin artesanal de la cultura meta (centroamericana), la traduccin de los vocablos relacionados con ella tambin representen cierta extraeza. En el texto traducido, se combina el uso de los equivalentes mencionados y palabras de significado ms general relacionadas con la costura: Why, she was piecing a quilt, and held up a large sewing basket piled with quilt pieces. (p. 508)

Mire, estaba cosiendo una colcha y levant una canasta de costura llena de retazos. (p. 45) Cuando los hombres, con tono burln, preguntan a las mujeres cmo creen que la seora Wright iba a hacerlo (refirindose a la colcha), ellas responden con irona (refirindose a la forma de matar al seor Wright): Iba a anudarlo . Pero ellos no logran relacionar la forma en que se comete el asesinato con la tcnica d e costura, que segn las mujeres, usara la acusada. El tercer cuento, Holiday de Katherine Anne Porter, publicado en 1960, contiene lenguaje moderno e informal usado por la protagonista y narradora. Trat a del viaje de una joven mujer a una granja de inmigrantes alemanes en el interior de Texas con el fin de escapar de sus problemas. All, ella descubre la falta de sensibilidad de esta familia alemana hacia uno de sus miembros, una mujer lisiad a 95

y desfigurada debido a una terrible enfermedad que sufri cuando era beb. El cuento presenta rasgos narrativos de mucho inters para el campo de la traduccin como descripciones detalladas del paisaje y el cambio de estaciones, muestras de ingls coloquial y el acento alemn de los miembros de la familia duea de la granja. Con base en la clasificacin de las funciones comunicativas de Christiane Nord (1991) y la clasificacin de tipos de textos de Newmark (1987), la funcin de los textos literarios es esencialmente expresiva, es decir, lo que prima es la expresin de las ideas, impresiones y opiniones del autor. Sin embargo, Christiane Nord en su artculo La traduccin literaria: entre intuicin e investigacin (1990), afirma que la funcin expresiva del texto literario tiende a debilitarse y combina rse con la funcin informativa al emplear la traduccin documental, es decir, cuando se intenta conservar el sabor extranjero del texto original y, por tanto, se man tienen y explicitan elementos propios de la cultura fuente. La intencin del autor del te xto original se sacrifica para permitir al lector de la cultura meta conocer acerca de la otra cultura. Como resultado, el efecto del texto no puede ser el mismo en el receptor original que en el receptor de la lengua meta. Ante un texto literario en otra lengua, el lector de la lengua terminal es una especie de espectador. Sin embargo, ms que un problema, este es el resultado normal cuando se toma la decisin de conservar los elementos de la cultura fuente. De no ser as, se limitara el acercamiento del lector de la lengua meta a la cultura del texto original. 96

Las narradoras de los tres cuentos tienen una actitud compasiva hacia las mujeres de sus historias. Describen el sufrimiento y los obstculos que experimentan sus protagonistas y, a la vez, resaltan en ellas una fuerza interna casi invencible. Presentan penas, sentimientos y experiencias que son comunes para muchas mujeres. Se identifican con las mujeres de sus historias, consideran just as sus causas y apoyan sus decisiones. Pese a que el tema de las referencias culturales no se trata en un captulo separado, debe indicarse que los tres cuentos traducidos contienen referencias a elementos materiales de la cultura estadounidense como comidas, paisajes y las estaciones en sus respectivas pocas. Por ejemplo, en el cuento Holiday , abundan las descripciones de la desolacin del paisaje al terminar el invierno y d e las maravillas del inicio de la primavera. El traductor se enfrenta a la tarea d e reproducir imgenes ajenas a la realidad de la cultura meta. Con el objetivo de conservar los elementos extranjeros, se recurre en varias ocasiones a la explica cin. Por ejemplo, custard pie se tradujo como pastel de crema. Debido a que la traduccin de custard en los diccionarios bilinges es flan/natilla, se us la definicin del diccionario monolinge (a sweetened mixture of milk and eggs) para seleccionar como equivalente la palabra crema. Entre las mayores dificultades de traduccin se encuentra el uso de gran cantidad de adverbios de modo en los textos originales que por lo general acompaan las acotaciones y descripciones del narrador. Esta situacin enfrenta al traductor a los anglicismos de frecuencia y, ms especficamente con los 97

anglicismos lxicos y la cacofona. La precisin al traducir los adverbios de modo en los textos literarios es de vital importancia ya que contienen matices que caracterizan a los personajes y sus acciones y contribuyen a comunicar la intenc in del autor y a crear el efecto del texto. Por tanto, en el segundo captulo de la memoria, se analizan los adverbios de modo que aparecen en los textos originales a fin de establecer procedimientos de traduccin que contribuyan a lograr una versin ms precisa y natural en la lengua meta. Asimismo, se recopilar una lista de adverbios de modo y las equivalencias usadas en la traduccin de los cuentos con el objetivo de brindar al traductor una herramienta que le facilite el proce so de traduccin de textos literarios. Otro aspecto sobresaliente de los textos originales es la presencia de variedades de lengua (dialecto, lenguaje coloquial y acento extranjero). El terc er captulo se dedica al anlisis de estos rasgos estilsticos, su incidencia en la caracterizacin de los personajes y las estrategias utilizadas para reproducirlos en la lengua meta. En The Revolt of Mother se representa el dialecto rural de New England de finales del siglo XIX. En A Jury of Her Peers se recrea el lenguaje rural del campesino estadounidense. En Holiday , la narradora y protagonista utiliza un registro informal y coloquial, caracterstico de su edad y su poca. Segn los especialistas como John Catford (1965, 91) y Andr Lefevere (1992, 68), para recrear las variantes del lenguaje original, el traductor debe identificar en la cultura meta un grupo social con caractersticas similares al grupo que se representa en e l texto original y reproducir la forma de hablar de dicho grupo. 98

A lo largo de la traduccin se consigue recrear un lenguaje rural que pueda ser comprendido por cualquier persona de habla hispana. Si bien es imposible recrear un lenguaje rural que coincida con los rasgos de todas las variantes del habla campesina de los distintos pases hispanohablantes, se han utilizado marcadores que representan el lenguaje propio de gente sencilla y campesina, con poca escolaridad. Para la traduccin de Holiday , en el cual se presenta el acento alemn en el ingls, se han utilizado mecanismos para reproducir una pronunciacin, gramtica y sintaxis con errores en espaol para producir el efecto del extranjero que ha aprendido una segunda lengua. El lenguaje informal y campesino se presenta en distintos grados dependiendo del personaje que intervenga. Las variedades de lengua en estos cuentos no solo marcan la posicin social sino tambin la capacidad emocional de algunos personajes. Los hombres de las historias utilizan el lenguaje poco culto con mayor frecuencia como reflejo de su falta de sensibilidad y dificultad comunicativa. Inclusive el patriarca alemn en Holiday , tiene mayor dificultad para hablar ingls que su esposa. La pronunciacin y el orden de las palabras que utiliza Pap Mller reflejan no solo el arraigo de su lengua materna sino tambin su carcter inflexible, severo y las costumbres machistas que dirigen su comportamiento. Los adverbios de modo y las variedades de lengua presentes en los textos originales contribuyen a tejer el sentido de cada historia y a crear el efecto q ue cada 99

autora tena en mente al escribirlas. El anlisis de estos aspectos permitir obtener una traduccin que se ajuste al genio de la lengua meta y que tenga un efecto anlogo al del texto original. 100

Captulo II Traduccin de adverbios de modo en textos literarios Uno de los rasgos ms sobresalientes del texto original es la gran cantidad de adverbios de modo de los que se sirve el ingls. Por tanto, los objetivos de es te captulo son: 1. determinar y sistematizar los mecanismos que pueden utilizarse para evitar el anglicismo de frecuencia que se produce al traducir los adverbios de modo del ingls terminados en ly como adverbios terminados en mente en espaol y 2. establecer un procedimiento para seleccionar el matiz de significado ms preciso del adverbio de modo de acuerdo con la situacin comunicativa del texto original (TO). Estas tcnicas contribuyen a preservar la riqueza descriptiva de los adverbios de modo de una forma natural en la lengua meta (LM). Gerardo Vzquez-Ayora (1977, 102-103) explica que el anglicismo de frecuencia se da tanto a nivel de estructura como a nivel lxico pues consiste en trasladar al espaol la frecuencia con que aparece cierta composicin o elemento en ingls. En lugar de utilizar los recursos propios del espaol para traducir el rasgo recurrente del ingls, se usa el equivalente ms parecido una y otra vez. En l a mayora de los casos, la correspondencia utilizada en espaol no constituye en s un anglicismo; el anglicismo se da por el uso excesivo de una forma determinada en el espaol. As, los adverbios de modo terminados en mente en espaol no constituyen en s un anglicismo, por el contrario son vocablos perfectamente correctos y necesarios en muchas ocasiones segn el matiz de la expresin. Lo que 101

resulta anglicado es el uso repetido de este tipo de adverbios, pues su uso en espaol es mucho ms reducido que en el ingls; estaramos trasladando al espaol la frecuencia de uso del adverbio en ingls, lo cual causara cierta extraeza en el texto traducido. Para Vzquez-Ayora, esa capacidad del idioma ingls de admitir una gran cantidad de adverbios de modo terminados en ly se debe a la tendencia de este idioma de describir detalles concretos de la realidad de forma muy sinttica. Por el contrario, el espaol es una lengua que requiere del discurso analtico, es decir, d e explicaciones para expresar lo que el ingls expresa con una sola palabra. Los adverbios de modo aparecen en distintas instancias de los cuentos traducidos, lo cual se debe en buena parte al tipo de narrador y sus mtodos de expresin o elocucin. El narrador de The Revolt of Mother es un narrador observador pues da cuenta de lo que ve pero no sabe lo que piensan o sienten los personajes. En este cuento se usan mayormente los pasajes descriptivos y reflexiones mediante las cuales el narrador presenta sus ideas como en el siguie nte ejemplo: During the next few hours a feat was performed by this simple, pious New England mother which was equal in its way to Wolfe s storming of the Heights of Abraham. (p. 108-109) Asimismo, se utiliza el dilogo aunque en menor proporcin que la descripcin y exposicin. Tan solo este cuento contiene aproximadamente 46 adverbios de modo terminados en -ly. 102

En A Jury of Her Peers hay narracin en tercera persona. El narrador se encuentra fuera de la historia y es omnisciente en la medida que sabe lo que pie nsa y siente la protagonista, Martha Hale. El tipo principal de elocucin que se utili za en este cuento es el dilogo, por tanto, la voz del narrador aparece en los inciso s o acotaciones insertados en medio de los parlamentos de los personajes o al final de estos. En este cuento encontramos cerca de 30 adverbios terminados en ly en las acotaciones del narrador. El narrador de Holiday es un narrador protagonista ya que el personaje principal es quien cuenta la historia. Encontramos extensos pasajes descriptivos y la exposicin de las ideas y observaciones del narrador. El dilogo es escaso en comparacin con las descripciones del paisaje, el clima y los personajes. En la porcin traducida de este cuento (aproximadamente un tercio) hallamos 60 adverbios de modo terminados en ly. Antes de explicar los mtodos principales recomendados por los especialistas para evitar el anglicismo de frecuencia al traducir al espaol los adverbios de modo del ingls, es necesario resaltar la importancia del contexto en la traduccin de dichos adverbios. Durante el proceso de traduccin fue fundamental la situacin comunicativa de cada uno de los cuentos y sus personajes. Debe tenerse en cuenta el contexto en todo momento y consultar tanto diccionarios monolinges como bilinges para escoger la acepcin que mejor se ajuste a la situacin comunicativa y evitar los falsos cognados. 103

Es comn que el traductor tienda a confiarse y a creer que si conoce palabras de la misma familia que el adjetivo que forma la base del adverbio en ingls, traducir la forma adverbial sin recurrir a diccionarios. Sin embargo, muchos adverbios de modo se alejan bastante del significado de otras palabras similares , incluso del adjetivo del que se derivan y en esto el contexto tiene un gran peso . Un ejemplo de un error que el traductor podra cometer fcilmente en su ajetreado quehacer cotidiano es pensar que el adverbio testily se relaciona con la palabra test (prueba) y que, por tanto, su significado sera algo as como poner a prueba , con la intencin de poner a prueba a alguien/algo . Mas si indagamos en un diccionario, ya sea monolinge o bilinge, veremos que el adverbio se deriva del adjetivo testy que no tiene nada que ver con una prueba pues significa enojadizo/malhumorado/disgustado . Otro ejemplo es el adverbio resentfully, el cual aparece en dos ocasiones en A Jury of Her Peers y se traduce de forma distinta en cada uno de los casos con ba se en la situacin comunicativa. La primera vez que aparece, el narrador lo utiliza para describir el modo en que el personaje enuncia su parlamento despus de llenarse la mano de miel: Here s a nice mess, he said resentfully. (p. 504)

Aqu hay un desastre dijo disgustado. (p. 35) La segunda vez que aparece este adverbio expresa cmo se siente una de las mujeres ante la burla de los hombres: 104

I don t see as there s anything so strange, Mrs. Hale said resentfully, after the outside door had closed on the three men our taking up our time with little thing s while we re waiting for them to get the evidence . (p. 508) No veo qu hay de malo dijo Marta con cierto resentimiento cuando los hombres salieron en que nos entretengamos con pequeas cosas mientras esperamos a que encuentren alguna evidencia. (p. 45) El significado ms habitual del adjetivo resentful es ofendido o agraviado , pero tambin puede expresar enojo o disgusto profundo como vimos en el primer ejemplo. A fin de conocer con detalle los distintos matices de significado de los adverbios de modo del ingls y poder seleccionar el equivalente ms adecuado de acuerdo con el contexto, se emple el siguiente procedimiento durante la traduccin: 1. Primeramente, se consultaba el significado del adverbio as como el significado del adjetivo que forma la base del adverbio de modo en diccionarios monolinges en ingls. 2. Luego, el adverbio, el adjetivo base y los equivalentes hallados se consultaban en un diccionario bilinge. 3. Finalmente, el significado de los equivalentes en espaol se consultaba en un diccionario monolinge. Este procedimiento le permite al traductor ampliar su conocimiento acerca de la polisemia de las palabras y le permite transferir a la LM esa gama de significad os 105

descriptivos con mayor precisin. Asimismo, los tres pasos del procedimiento descrito anteriormente no son siempre necesarios dependiendo del conocimiento del traductor y los matices de significado de cada adverbio. El adverbio de modo da especificidad a las acciones de los personajes y, como se ha visto, un mismo adverbio puede agregar matices de significado muy distintos dependiendo del contexto. En la seccin del adverbio como anglicismo lxico, Vzquez-Ayora (1977, 116-118) presenta una lista de adverbios de modo en ingls junto con un equivalente en espaol. Algunos de los adverbios enumerados en dicha lista tambin aparecen en los cuentos traducidos. Sin embargo, los equivalentes empleados en la presente traduccin difieren de los proporcionados por Vzquez-Ayora. Estas diferencias en la traduccin del adverbio se deben a sus distintos matices de significado y el contexto en que se utilizan: Adverbio en ingls Equivalente (Vzquez-Ayora) Equivalente (Traduccin) painstakingly a conciencia con cuidado shortly a la mayor brevedad, en breve secamente bruscamente wildly con rudeza horrorizado, con espanto Veamos los adverbios en contexto: 1. He combed slowly and painstakingly ( The Revolt of Mother p.101) Se pein despacio y con cuidado (p. 3) 2. But Mrs. Hale, said the sheriff s wife, the law is the law . I s pose tis answered Mrs. Hale shortly. ( A Jury of Her Peers p. 507) Pero, seora Hale dijo la esposa del alguacil , la ley es la ley. Supongo que as es dijo Marta secamente. (p. 54) 106

3. We don t know who killed him [the bird], whispered Mrs. Peters wildly. don t know. ( A Jury of Her Peers p. 512) No sabemos quin lo mat susurr la seora Peters con espanto No lo sabemos. (p. 54)

We

Lo anterior demuestra que no existe una equivalencia nica para los adverbios de modo en ingls y que el contexto es fundamental en la seleccin precisa de la equivalencia en la lengua meta. Entre los mtodos de traduccin que Vzquez-Ayora (1977, 116-119) recomienda para evitar el anglicismo de frecuencia de los adverbios terminados e n mente, el principal y ms usado es la caracterizacin sintctica. La caracterizacin consiste en definir el adverbio ingls mediante una locucin o frase prepositiva en espaol. Es un tipo de transposicin en la cual se sustituye un adverbio por una locucin prepositiva, es decir, por una frase que empieza con una preposicin. El espaol posee un nmero limitado de preposiciones en comparacin con el ingls, aproximadamente veinte preposiciones, mientras que el ingls posee ms de sesenta. No obstante, ello no limita la capacidad de expresin del espaol. Segn Garca Yebra (1997, 734), el espaol compensa el reducido nmero de preposiciones con que cuenta a travs de las locuciones preposicionales, las cuale s sirven para complementar el sentido del trmino del que depende la preposicin llamado trmino regente. Ejemplo: Yes, I s pose I did , he said, reluctantly. ( The Revolt of Mother p. 101)

Aj, creo que s dijo a regaadientes. (p. 3) 107

Segn Manuel Seco (1972, p. 147) los sustantivos con preposicin son las palabras que se usan con mayor frecuencia en esta funcin adverbial y expresan nociones de tiempo, lugar, modo e intensidad. Ej: Se trabaja con gran esmero. (modo) Asimismo, Mara Moliner (1998, p. 1494) coincide con Vzquez-Ayora al proponer el uso de expresiones adverbiales formadas por un sustantivo de cualidad como una solucin para evitar el uso excesivo de los adverbios terminados en mente (v.g., alegremente se sustituye por con alegra). Mara Moliner tambin presenta la opcin de usar la perfrasis de manera (o modo) + el adjetivo que forma la base del adverbio. Sin embargo, Vzqez-Ayora advierte que esta perfrasis debe usarse con cuidado pues si se emplea excesivamente, se produce un efecto similar al ocasionado por la repeticin de los adverbios terminados en mente. Aun cuando la funcin principal del adverbio es modificar al verbo, esta palabra tambin puede modificar adjetivos, otros adverbios e inclusive al sujeto d e la oracin. Las locuciones prepositivas tienden a modificar acciones (verbos). En A Jury of Her Peers , debido al uso extenso de dilogos, muchos de los verbos modificados por el adverbio de modo pertenecen al grupo de verbos dicendi (v.g. say, add, whisper, ask, concede). A continuacin se presentan algunos ejemplos de caracterizacin sintctica usados en este cuento: 1. I m glad you came with me Mrs. Peters said nervously (p. 500) Me alegra que viniera conmigo dijo la seora Peters con voz nerviosa (p. 27) 108

2. Of course they ve got awful important things on their minds, said the sheriff s wif e apologetically. (p. 508) Bueno, es que ellos tienen cosas muy importantes en que pensar dijo la esposa del alguacil para disculparlos. (p. 45) El segundo mtodo que recomienda Vzquez-Ayora para evitar el uso indiscriminado de adverbios de modo terminados en mente es la transposicin. Consiste en expresar la misma idea del adverbio usando otra categora gramatical. Despus de revisar textos paralelos, se pudo determinar que es comn traducir el adverbio de modo del ingls por un adjetivo en espaol particularmente cuando el adverbio modifica al sujeto. A continuacin se presentan algunos ejemplos de transposicin usados en el texto meta, en los cuales el adverbio de modo del ingls se transforma en un adjetivo: 1. Well, I don t think she did, affirmed Mrs. Hale stoutly. ( A Jury of Her Peers 7) Pues no creo que ella lo hiciera dijo Marta convencida. (p. 42) 2. I don t think we ought to touch things, Mrs. Peters said, a little helplessly. ( A Jury of Her Peers p. 508) Creo que no debemos tocar nada dijo la seora Peters un poco indecisa. (p. 46) 3. The old man glanced doggedly at his wife as he tightened the last buckles on the harness. ( The Revolt of Mother p. 100) El viejo lanz una inflexible mirada a su esposa mientras ajustaba las ltimas hebillas de las guarniciones . (p. 1) En el ltimo de los ejemplos anteriores, la cualidad de obstinado e inflexible describe tanto la personalidad del viejo como la forma en que mir a su 109 p. 50

esposa. Adems, constituye un ejemplo de transposicin doble en donde un

verbo

+ adverbio (glanced doggedly) se transforma en un sustantivo + adjetivo (mirada inflexible). Pese a que la transposicin doble no es tan comn como la transposicin sencilla, en la presente traduccin se emplea en varias ocasiones: 1. Her delicate face flushed pink, her lips pouted softly, as if she were to cry . ( The Revolt of Mother p. 102) Dijo Nanny, con su delicado rostro enrojecido e hizo un leve puchero como si fuera a reventar en llanto . (p. 5) 2. The road turned abruptly and was almost hidden for a moment ( Holiday p. 369) El camino daba un giro repentino que lo ocultaba durante un instante (p. 65) En estos ejemplos, el verbo + adverbio se transforma en un sustantivo + adjetivo en la versin traducida. 3. Presently Adoniram clattered out of the yard in his two-wheeled dump cart, sta nding as proudly upright as a Roman charioteer . ( The Revolt of Mother p. 106) Adoniram sali ruidosamente del patio en su carreta de carga de dos ruedas, tan erguido y orgulloso como un guerrero romano . (p. 13) Aqu, el adverbio + adjetivo se transforman en adjetivos en el texto meta. En otros casos, el adverbio cambi a un verbo o la estructura adverbio + adjetivo se fusiona en un solo adjetivo: 1. Men came on pleasant Sundays and stood around it [the new barn] admiringly. ( The Revolt of Mother p. 106) Los hombres venan los domingos a admirar el nuevo granero (p. 13) 110

2. He was lightly built, but clumsy . ( The Revolt of Mother p. 101) Sammy era menudo, pero desgarbado. (p. 4) Durante la etapa de revisin de la traduccin, se recopil una lista con adverbios de modo tomados de los textos originales. Se ha confeccionado un cuadro con los adverbios y el equivalente utilizado en el texto meta, el cual ap arece resaltado en negrita. Los equivalentes se clasifican en el cuadro de acuerdo con el procedimiento de traduccin empleado, sea la caracterizacin o la transposicin. Asimismo, se proporcionan algunos equivalentes adicionales, en letra regular, usados como alternativas durante el proceso de traduccin a fin de representar la gama de matices de significado del adverbio con la mayor precisin posible. El cuadro tiene como objetivo ayudar al traductor a prevenir el anglicismo de frecuencia de los adverbios terminados en mente y proporcionarle varias opciones para traducir el adverbio de modo del ingls. Esta lista es til para el traductor de textos narrativos ya que los adverbios de los cuentos traducidos parecen ser recurrentes; por tanto, es muy probable que el traductor de cuentos o novelas, incluso de obras de teatro (instrucciones del guin), encuentre en su tex to original varios de los adverbios incluidos en la lista. Como se ha sealado, no existe una frmula nica para traducir los adverbios de modo del ingls al espaol; lo que el traductor encuentra es una gama de alternativas y debe seleccionar la que ms convenga segn el contexto o la situacin comunicativa y los elementos oracionales modificados por el adverbio. 111

Adverbio de modo en ingls Locucin prepositiva Adjetivo absently distrado aggressively indignado apologetically para disculpar/excusar (a alguien) assiduously con esmero awkwardly extrao incmodo bitterly con amargura/rencor rencoroso bravely con valenta briskly decidido brusquely de repente abrupto calmly con calma con naturalidad/tranquilidad comfortably a gusto confidentially en confianza dazedly aturdido deliberately con prudencia a propsito/con intencin dreamily absorto en un sueo distrado doggedly inflexible obstinado doubtfully no muy convencido incierto dudoso facetiously a manera de chiste chistoso gracioso fiercely con furia furtively disimulo secreto gently con amabilidad gratefully con gratitud/agradecimiento agradecido grimly con irona severo inflexible inexorable guardedly con cautela helplessly en vano indeciso impotente incapaz/imposibilitado 112

Adverbio de modo en ingls Locucin prepositiva Adjetivo hoarsely con voz ronca incisively tajante intently con atencin absorto resuelto midly con naturalidad sin alterarse nervously con voz nerviosa con nerviosismo nervioso painstakingly con cuidado promptly al instante de prisa quietly en silencio reflectively pensativo relentlessly implacable severo reluctantly a regaadientes/ de mala gana resentfully con resentimiento/rencor disgustado ofendido/agraviado sedately con tranquilidad con sosiego/serenidad silently sin hacer ruido en silencio callado silencioso speechlessly sin poder decir nada estupefacto enmudecido sternly con severidad duro terminante stoutly convencido resuelto sturdily con vitalidad/fuerza robusto fuerte vigoroso testily con enojo molesto malhumorado tolerantly con tono indulgente vigorously con energa/vigor wildly con espanto sin pensar/a tontas y a locas sin ton ni son horrorizado frentico histrico 113

Captulo III Variedades de lengua en textos literarios Los cuentos traducidos para el presente trabajo de graduacin tienen en comn la caracterstica de que todos presentan alguna variedad de lengua sea un dialecto geogrfico, dialecto social o acento extranjero. Los personajes enuncian su parlamento de acuerdo con su situacin y origen. Como resultado, el traductor se enfrenta al reto de representar en la lengua meta las variedades de lengua presentes en el texto original. Las variedades de lengua en los textos literario s suelen tener gran importancia pues contribuyen a la caracterizacin de los personajes y su entorno y a crear el tono del texto como un todo. El traductor t iene la tarea de representar ortogrficamente algunas de las variaciones lingsticas y fonolgicas de los personajes segn su origen social. Esta representacin no es pues un reflejo exacto de la forma de hablar de cierto grupo sino una tcnica representativa de la variedad empleada por un grupo en condiciones sociales especficas. Basil Hatim y Ian Mason (1995, p. 56) clasifican las variedades de lengua en razn de dos elementos: el usuario y el uso del lenguaje. Las variedades relacionadas con el usuario se denominan dialectos. El dialecto es una variedad de lengua relacionada con el origen del hablante en la dimensin geogrfica, temporal y social. Hatim y Mason subdividen los dialectos en cinco categoras: geogrfico, temporal, social, estandarizado e idiolecto. Como su nombre lo dice, el dialecto 114

geogrfico corresponde a las variedades lingsticas caractersticas de cierto lugar o regin. El dialecto temporal refleja los cambios de una lengua a travs del tiempo. El dialecto social se refiere a la variedad de lengua que utiliza cada g rupo en el que se divide una comunidad lingstica. Tanto el lingista John C. Catford (1965) como Hatim y Mason (1995, p. 57) advierten de la precaucin que debe tener el traductor al intentar reproducir los dialectos geogrficos y sociales ya que, p or lo general, estos conllevan implicaciones ideolgicas y polticas. Por ejemplo, si el modo de hablar de los miembros de un grupo inculto y mafioso se tradujera usando la variedad de espaol mejicana, las caractersticas de inculto y mafioso se transfieren implcitamente al grupo de personas que hablan esa variedad de espaol. El idiolecto es la forma particular en que se expresa cada individuo: forma personal de pronunciar ciertas palabras o uso frecuente de cier tas estructuras lxicas y sintcticas. La necesidad de reproducir el idiolecto en la traduccin depende de la funcin que este rasgo desempee en el texto original. Por lo general, el idiolecto contribuye a crear la identidad de los personajes. No obstante, el idiolecto de cada individuo est inmerso en el dialecto del grupo soc ial al que ste pertenece y comparte caractersticas con dicho dialecto. Por tanto, en l a mayora de los casos, se recomienda reproducir el dialecto como estrategia de traduccin. Catford clasifica el dialecto y el idiolecto como variedades de lengua permanentes pues aunque sufren algunos cambios con el tiempo, el individuo conserva su idiolecto y dialecto relativamente invariable a lo largo de su vida. 115

El registro pertenece a las variaciones lingsticas relacionadas con el uso del lenguaje. ste se relaciona con la forma de expresarse en un campo social ms amplio como el cientfico, el religioso o deportivo y depende de la situacin inmediata del hablante y receptor. Por esta razn, Catford seala que el registro es una variedad de lengua transitoria ya que el individuo usa distintos registros segn las situaciones comunicativas a las que se enfrenta y lo que intenta obtener de ellas. El registro depende de la actitud del hablante con respecto al recepto r y comprende una amplia escala de modos de expresin entre los que encontramos: formal, respetuoso, neutro, educado, coloquial, informal, ntimo. Tanto Catford como Andr Lefevere (1992) afirman que en condiciones normales, el lenguaje siempre ocurre dentro de cierto contexto o situacin, el cua l debe tomarse como punto de partida para reproducir las variedades de lengua presentes en el texto original. Catford comenta un ejemplo de cmo se reprodujo el dialecto britnico conocido como cockney en francs. El cockney se usa en el sudeste de Inglaterra; sin embargo, para efectos de la traduccin, el aspecto geogrfico no es lo ms importante e incluso, en muchas ocasiones es irrelevante. Lo importante es quines lo usan y en qu medio social o situacin. El cockney es un dialecto usado por personas con poca educacin, de clase obrera, que viven en las cercanas de la capital inglesa. En la traduccin, se utiliz un dialecto francs, que pese a se r usado en un rea geogrfica distinta (norte de Francia), comparte las mismas caractersticas sociales que el cockney. 116

Las variedades de una misma lengua comparten un conjunto de caractersticas principales (gramaticales, lxicas y fonolgicas). A la vez, cada variedad posee rasgos propios llamados marcadores, los cuales la distinguen de otras variedades. Estos rasgos distintivos difieren considerablemente de una lengua a otra; por tanto, es imposible reproducir los mismos marcadores de una variedad de la lengua fuente en la lengua terminal. La tarea del traductor es buscar en la cultura meta una variedad usada por individuos en una situacin sociocultural anloga a la que se presenta en el texto original y reproducir las caractersticas del habla de ese grupo. Lefevere (1992, p. 61) y Roberto Mayoral Asensio (1990, p. 67-68) advierten del peligro de las discrepancias entre la var iedad seleccionada en la lengua terminal y la situacin expresada por el texto original, lo cual produce un efecto cmico que interfiere con la intencin del autor del texto original y su efecto en la audiencia. Nada ms imaginemos a un seor de alta sociedad hablando como el vendedor de peridicos de la esquina. The Revolt of Mother presenta algunos rasgos de uno de los cuatro principales dialectos que se distinguen en el territorio estadounidense: el dial ecto de New England. Este dialecto tiene su origen en la migracin de grupos puritanos desde las islas britnicas en el siglo XVII. La fuerte influencia religiosa de los primeros colonizadores se refleja en el uso de nombres del Antiguo Testamento: Sara, la protagonista, Adoniram, su esposo, Hiram, su hermano y su hijo Sammy (diminutivo de Samuel). Asimismo, el cuento contiene algunos vocablos propios de la regin nordeste: 117

Vocablo regional Vocablo general cellar basement pail bucket Otro rasgo del dialecto geogrfico es el uso de arcasmos en el dilogo de Sara y Adoniram: afore (before) forenoon (morning) in the midst (in the middle) betwixt (between) El uso de palabras arcaicas contribuye a crear el ambiente rural y conservador d e una villa poblada por descendientes de los primeros peregrinos. Ha sido necesari o neutralizar el vocabulario arcaico en la traduccin debido a que en la lengua meta no se cuenta con un arcasmo equivalente para cada uno de ellos. Sin embargo, otros detalles del texto como la vida en la granja y el comportamiento de los personajes permiten al traductor reproducir la atmsfera puritana de finales del siglo XIX. Asimismo, en el relato, se mencionan los frijoles horneados (baked be ans), los cuales eran parte de la cena preferida de Adoniram los sbados. Segn las fuentes consultadas, esta es una comida tradicional de la regin que todos saban cmo preparar, situacin que contribuy a crear la expresin not know beans about . The Revolt of Mother y A Jury of Her Peers comparten la caracterstica de que el lenguaje ms rudimentario es usado por hombres (especficamente, los esposos de las protagonistas), quienes emplean la mayor cantidad de variaciones gramaticales, lxicas y fonticas en comparacin con el ingls estndar (variedad usada en la educacin y los medios de comunicacin). Es posible que esto se deba a 118

la orientacin feminista de los cuentos, en los cuales se intenta demostrar que la s mujeres poseen mayor sensibilidad e inteligencia que los hombres. Al parecer, la falta de sensibilidad de los varones se representa mediante el uso de una varied ad de lengua considerada poco culta. En The Revolt of Mother , el narrador describe la forma de hablar de Adoniram, esposo de Sara, de la siguiente manera: He ran his words together, and his speech was almost as inarticulate as a growl (p. 100) mientras que de Sara dice: But the woman understood; it was her most native tongu e. (p. 100) Asimismo, en ambos cuentos encontramos el dialecto social o sociolecto perteneciente a la clase campesina, el cual denota poca educacin formal y contien e lenguaje informal y coloquial. En The Revolt of Mother , el habla campesina aparece principalmente en el discurso de Sara y Adoniram Penn. Por la forma de hablar de Adoniram, deducimos que es una persona que ha recibido muy poca educacin formal o ninguna y que es rudo y poco comunicativo. Sammy, el hijo de la pareja, tambin utiliza el habla campesina, pero su lenguaje parece refinarse hacia el final del cuento como una forma de reflejar su cambio interior. l, que siempre ha estado del lado de su padre e inclusive mantuvo en secreto la construccin del nuevo granero, hacia el final de la historia, apoya la decisin de su madre y est dispuesto a defenderla. Por otro lado, Nanny, la hija de Sara y Adoniram, es representada como una muchacha bella y delicada, casi como un ngel y, por tanto, es el personaje que utiliza el lenguaje ms educado, con menor nmero de alteraciones gramaticales, lxicas o fonticas. 119

Algunos de los rasgos principales del lenguaje campesino en The Revolt of Mother son efectos fonticos en el dilogo de los personajes: Omisin de sonidos, lo cual se representa con una apstrofe en el sitio de la omisin: an (and) diggin doin goin mornin blessin nothin s pose (suppose) wa n t (was not) em (them) Alteracin en la pronunciacin de algunas palabras: Palabra en ingls Pronunciacin alterada earth airth get git just jest maybe mebbe since sence you ye El lenguaje campesino tambin se representa mediante algunas desviaciones gramaticales: Uso del pronombre objeto them en lugar del pronombre demostrativo those: What are them men diggin over there in the field for? (p. 99) I want you to look at the stairs that go up to them two unfinished chambers (p. 104) If them cows come to-day, Sammy can drive em into the new barn (p. 107) Uso de la negacin ain t y de la doble negacin (lenguaje coloquial): 120

I ain t got nothin to say about it. (p. 104) We ain t had no new paper on it for ten years (p. 104) You said you had money enough, an you wouldn t ask me to live in no such place as this. (p. 105)

Uso de s al final de algunos adverbios como somewheres y noways. Concordancia sujeto/verbo y sujeto/auxiliar: He can t help it, cause he don t look at things jest the way we do. (p. 102) You see this room, father; it s all the one I ve had to work in sence we was married. (p. 104) I hadn t no idee you was so set on t as all this comes to. (p. 112) A Jury of Her Peers se desarrolla en el campo del medio oeste americano y presenta algunas caractersticas del dialecto regional estadounidense conocido como dialecto de los Montes Apalaches. Este dialecto comparte varios rasgos del dialecto sureo debido a las migraciones de blancos de clase baja hacia la regin del medio oeste. Uno de los rasgos ms sobresalientes de este dialecto es el uso d e expresiones idiomticas muy pintorescas: to to to to to to 121 have my hands full = to be very busy be put off = to get rid of /evade a person be done up = worn out keep your eye out = to be attentive, watchful be close (a person)=miserly, stingy have something red up/slicked up = to refer to a neat house.

Otra caracterstica es la omisin de la g al pronunciar palabras que terminan en ng. Al parecer, este es un rasgo que se conserva desde la colonizacin por parte de escoceses e irlandeses, tura ng , adems, de ser un resultado de del medio oeste presenta la negacin es comn en el sur. Cabe sealar que cuyos lenguajes nativos no poseen la estruc la mezcla con el dialecto sureo. El dialecto ain t y la doble negacin, rasgo que tambin tan solo el seor Hale utiliza esta negacin.

En A Jury of Her Peers tambin encontramos el dialecto social de la clase campesina. Los Hale son una familia de granjeros con poca educacin acadmica, lo cual se refleja en su lenguaje informal y coloquial. En esta historia en part icular, la diferenciacin de las distintas variedades de lengua usadas por los personajes es de vital importancia para su caracterizacin. La variedad menos culta es empleada principalmente por Marta, la protagonista, y su esposo, el seor Hale. Los personajes que se encuentran en un nivel socioeconmico superior como el alguacil y su esposa, la seora Peters, utilizan lenguaje coloquial en algunas ocasiones pe ro no presentan grandes desviaciones gramaticales o fonticas. Finalmente, el personaje que pertenece a la clase social ms alta, el fiscal del distrito, usa un a variedad estndar en todo momento. En esta historia el lenguaje informal y coloquial se representa mediante el uso de elementos lxicos como: Interjecciones my y why (para expresar sorpresa, duda, indignacin): Why, I don t think she minded. (p. 502) Why, she was piecing a quilt. (p. 508) 122

My! said Mrs Peters hurrying to the stove. (p. 506) My, wouldn t they laugh? (p. 513) Estas interjecciones se tradujeron por los siguientes equivalentes (respectivamente): bueno/mire/ Santo Dios!/ Ay, Dios! En la traduccin, se ha evitado usar elementos estrictamente locales como, por ejemplo, la interjeccin Diay con el fin de lograr una versin inteligible para cualquier lector hispanohablante. Tambin se utilizan elementos gramaticales como: La omisin de pronombres sujeto y omisin del verbo y verbo auxiliar en las preguntas conocidas como yes/no questions: Wish I d thought of that sooner! (p. 505) Pretty cold out there. (p. 513) You coming with me, Mrs. Hale? (p. 506) Ever think of it that way, Mrs. Peters? (p. 513)

Uso de los adjetivos real y awful + adjetivo en funcin de adverbio para resaltar el adjetivo que preceden. Es importante sealar que nicamente las mujeres utilizan esta estructura. She used to sing real pretty herself. (p. 509) and she was real upset. (p. 509) Those towels get dirty awful quick. (p. 504) Of course they ve got awful important things on their minds. (p. 508) 123

Concordancia sujeto/verbo y sujeto/auxiliar: I says to Harry (p. 502) She don t care. (p. 506) Well, I guess John Wright didn t wake up when they was slippin that rope under his neck. (p. 507) El habla campesina tambin se observa en elementos fonticos similares a los presentes en The Revolt of Mother como la omisin de sonidos y la pronunciacin alterada de algunas palabras. Por ejemplo, la palabra suppose aparece como s pose y el seor Hale dice coroner en lugar de colonel y dunno en lugar de don t know. Catford (1965) y Lefevere (1992) coinciden en que es imposible utilizar en el texto meta los mismos rasgos fonticos, lxicos y gramaticales usados en el texto original ya que estos rasgos o marcadores son propios de cada lengua y cultura. En ambos cuentos, encontramos personas con un nivel de educacin formal muy bajo, trabajadores de la tierra, que viven en granjas apartadas, en pueblos conservadores. Como grupo anlogo se ha seleccionado a los campesinos representados en las Concheras de Aquileo J. Echeverra y en Marcos Ramrez de Carlos Luis Fallas, insignes autores de la literatura costarricense. En estas ob ras, vemos al campesino sencillo, de baja escolaridad, que vive de su trabajo en el campo, en una sociedad patriarcal y prejuiciosa. Lefevere (1992) seala que, en muchos casos, el traductor se ve obligado a neutralizar o estandarizar la variedad del texto fuente y compensar en otras 124

secciones de la traduccin a fin de conservar el sentido y efecto del texto. En lo s siguientes ejemplos de A Jury of Her Peers no fue posible recrear el habla informal de Martha Hale y debi usarse el lenguaje estndar: She don t care, she said to herself. (p. 506)

A ella no le importa , pens Marta. (p. 41) I s pose tis, answered Mrs. Hale shortly. (p. 507) dijo Marta secamente . (p. 44)

Supongo que as es

La cantidad y variedad de marcadores de dialecto y registro es mucho mayor en los textos originales que en el texto meta. Por ejemplo, mientras que e n la siguiente oracin en ingls encontramos dos marcadores del lenguaje rural de New England, al traducirla nicamente se ha usado un marcador para recrear la variedad en espaol: Ej. What are them men diggin over there in the field for? ( The Revolt of Mother p. 99) Pa qu estn esos hombres cavando en el campo? (p. 1) Con fundamento en los textos paralelos, se utilizaron los siguientes elementos para recrear el habla campesina en la lengua meta: 1. Omisin de sonidos, pero sta, a diferencia del ingls, no se seala con una apstrofe. La apstrofe se utiliza para indicar que dos palabras separadas se han unido en una sola al pronunciarlas. Omisin de la d al inicio de algunas palabras como las conjugaciones del verbo decir o la palabra donde : 125

Ej. Mam, ya le ije que no pueo. Onde est?

Omisin de la d al final de palabras terminadas en ada, Ej. naa (nada) quejao (quejado) teno (tenido) Omisin de la d al final de algunas palabras como: Ej. ust (usted) necesid (necesidad) verd (verdad) Omisin de la r del infinitivo + pronombre encltico: Ej. hacelo (hacerlo) ayudame (ayudarme)

ado, -edo, -ido:

La unin de palabras: que/de + palabra que inicia con vocal (aqu s se utiliza la apstrofe): Ej. Tengo qu escargala Tengo qu ir Qu es que va a comprar ms vacas? Qu eso qu el d eso

Pronunciacin alterada: Ej. pa (para) va (vea)

Sustitucin de la f inicial seguida de vocal por j : Ej. Qu jue? Sammy jue al correo. Para ilustrar el uso de los procedimientos anteriores, se adjunta la traduccin de una muestra de un pasaje de 126 The Revolt of Mother :

You see this room, father; it s sence we was married. There ain t ain t got half the means you have to have her company in; an there their fathers not so able as hers . (p. 104)

all the one I ve had to work in an eat in an sit in another woman in the whole town whose husband but what s got better. It s all the room Nanny s got ain t one of her mates but what s got better, an is. It s all the room she ll have to be married in

Esta cocina, pap, es too lo que he teno pa trabajar, pa comer, pa sentarme desde que nos casamos. En too el pueblo, no hay ni una mujer que tenga un marido con la mit del capital que ust tiene, pero viven mejor que yo. Esta cocina es too lo que Nanny tiene pa recibir a su prometo mientras que las dems muchachas tienen algo mejor aunque sus padres no tengan los medios que ust tiene. Es too lo que tendr pa la boda . (p. 9) Por otra parte, en Holiday encontramos el acento alemn de los miembros de la familia Mller, especialmente el acento de Pap y Mam Mller. El acento se refiere a la forma en que una persona pronuncia una lengua, es decir, se limita al mbito fonolgico. Lefevere seala el acento como uno de los principales marcadores del idiolecto. Pese a que son pocos los parlamentos de los personajes de la familia Mller, la recreacin del acento alemn es de vital importancia debido al trasfondo del relato en el que se quiere resaltar los fundamentos utilitarios (socialistas) que rigen a los miembros de la familia Mller y los llevan a ser insensibles ante la discapacidad de Ottilie, la hija lisiada debido a una enfermedad. En el texto original, el acento de Pap y Mam Mller se representa mediante rasgos fonticos propios del idioma alemn: La s se pronuncia con vibracin como z La sustitucin de la d por t en palabras como good (goot) 127

W se pronuncia como v. Tambin se insertan algunas palabras en alemn en el parlamento de los personajes como la conjuncin und en vez de and. Asimismo, se altera la sintaxis y la gramtica en los enunciados de Pap y Mam Mller para reflejar su precaria competencia lingstica en ingls. La bibliografa en cuanto a la traduccin del acento extranjero es escasa. Por tanto, para representar el acento alemn en la versin en espaol se utiliz el mismo procedimiento observado en textos en ingls en los que se representan acentos. Se reproducen algunos rasgos fonticos sobresalientes propios de la lengua extranjera, ya que es muy probable que un hablante nativo del alemn o de cualquier otro idioma reproduzca los sonidos que le son familiares en cualquier lengua que aprenda. Asimismo, se utiliz una pgina en Internet en la cual se muestran rasgos fonticos de la pronunciacin de individuos provenientes de distintos pases al leer un mismo prrafo en ingls (http://classweb.gmu.edu/accent/generalizations) y se emplearon esas caractersticas en espaol: Al igual que en el ingls, la s se pronuncia con vibracin como ss. La r se pronuncia como la doble r en carreta cuando aparece entre vocales (v.g., ira/irra) y al final de las palabras si la antecede una vocal fuerte (v.g., pagar/pagarr). La r se pronuncia con un sonido gutural en las palabras que terminan en r antecedida por vocal dbil (v.g. locura/locugrra). 128

Pronunciacin de la v como vf (v.g., vale la pena/ vfale la pena). Ejemplo: What I say iss, it iss all craziness to go to church and pay a preacher goot money to talk his nonsense. Say rather that he pay me to come and lissen, then I vill go! (p. 374) Lo que digo ess que ess una locugrra ir a la iglesia y pagarr a un predicadorr para que hable tonterras. Ess como si l me pagarra por irr y escucharr, as yo s irra! . (p. 76) El traductor de textos literarios no puede hacer caso omiso de las variedades de lengua presentes en el texto original porque eso restara credibilidad a sus personajes y a la obra que traduce. Las variedades de lengua hacen que los personajes y las situaciones parezcan reales y contribuyen al efecto del texto c omo unidad. Siguiendo el consejo de Catford (1965) y Lefevere (1992, p. 66), la tare a del traductor es identificar en la cultura meta un grupo social anlogo al que se presenta en el texto original y representar la forma de hablar de dicho grupo. 129

Conclusiones El proceso de traduccin y la investigacin del presente trabajo de graduacin han demostrado que una de las mayores dificultades de los textos literarios, desde el punto de vista de la traduccin, es el hecho de estar inmerso s en una cultura distinta y distante, lo cual crea todo un universo de referencias y alusiones a elementos ajenos a la cultura meta y, en muchos casos, al traductor. No obstante, esta extraeza o lejana cultural es lo que hace la lectura interesante y bella para el lector de la cultura meta y, a la vez, exige al traductor el conoc imiento previo de la cultura de partida sea mediante la experiencia o mediante un arduo proceso de documentacin. La literatura es una puerta abierta hacia otras culturas y, por tanto, el traductor debe propiciar el contacto de la cultura meta con la cultura del texto original mediante la conservacin de los elementos propios de la otra cultura. El traductor logra conservar los elementos propios de la cultura de partida y hacerlos inteligibles para el lector de la cultura meta mediante la complementac in y la compensacin de las prdidas de significado o efectos estilsticos. 1. La traduccin literaria requiere de un anlisis minucioso de los principales aspectos estilsticos y culturales del texto original, su funcin y sus repercusiones en el texto meta. 2. El traductor tiene la posibilidad y la obligacin de preservar los rasgos propios de la cultura original para no privar al lector del conocimiento de otras visiones de mundo. 130

3. El traductor puede conservar los rasgos de la cultura meta de forma inteligible y natural en la lengua de llegada mediante las tcnicas de explicacin y compensacin. 4. Aunque el tema de los adverbios se considera un tema agotado, los adverbios de modo constituyen un reto para el traductor debido a los distintos matices de significado que contienen y su frecuencia. 5. El presente trabajo de investigacin proporciona al traductor un procedimiento para seleccionar con precisin el matiz de significado de los adverbios de modo del ingls. 6. La presente investigacin ha permitido reunir los procedimientos naturales del espaol para expresar la funcin descriptiva y modificadora del adverbio de modo mediante otras categoras gramaticales (locuciones prepositivas y adjetivos). 7. El cuadro de adverbios presentado en el Captulo II ofrece al traductor una herramienta de equivalencias en contexto para evitar el anglicismo de frecuencia. 8. Las variedades de lengua presentes en los textos literarios pueden conservarse y recrearse mediante la bsqueda de situaciones comunicativas anlogas entre la cultura fuente y la cultura meta. 9. El anlisis del contexto o situacin comunicativa es fundamental en la traduccin literaria ya que la seleccin de las equivalencias ms precisas y eficientes dependen de este anlisis. 131

10. El presente estudio constituye un punto de partida para la traduccin directa e inversa de dialectos geogrficos y sociales y acentos extranjeros, gracias a la recopilacin de marcadores de las distintas variedades de lengua que aparecen en el texto original y de las tcnicas empleadas para representar dichas variedades en la lengua meta. Aun as, quedan muchos aspectos acerca de las variedades de lengua que podran tratarse en futuras investigaciones como la sistematizacin de los marcadores de distintos acentos extranjeros en espaol o los efectos del gnero en los dialectos y registros. 132

BIBLIOGRAFA Texto original Barret, Eileen y M. Cullinan, eds. American Women Writers: Diverse Voices In Pro se Since 1845. Nueva York: St. Martin s Press, 1992. Textos paralelos Echeverra, Aquileo J. Concheras. San Jos: Editorial Costa Rica, 1995. Fallas, Carlos Luis. Marcos Ramrez. San Jos: Editorial Costa Rica, 2000. Garca Mrquez, Gabriel. Doce cuentos peregrinos. Bogot: La Oveja Negra, 1992. Diccionarios Babcock Gove, Philip, ed. Webster s Third New Internacional Dictionary of the Engl ish Language Unabridged. Cologne: Knemann, 1993. Moliner, Mara. Diccionario de uso del espaol. Madrid: Gredos, 1998. Dos tomos. Real Academia Espaola. Diccionario de la lengua espaola. Vigsima primera edicin. Madrid: Espasa, 2000. Williams, Edwin B., ed. The Williams Spanish & English Dictionary (Expanded International Edition). Pennsylvania: McGraw Hill, 1978. Textos de referencia Bassnett-McGuire, Susan. Translation Studies. Londres: Routledge, 1980. Catford, John C. A Linguistic Theory of Translation. Londres: Oxford University Press, 1965. Dianda Martnez, Ana Mara. Intertextualidad y simbolismo: su importancia en la traduccin y recreacin del texto literario , en Letras/Escuela de Literatura y Ciencias del Lenguaje. --. 32 --Heredia, C.R.: EUNA, 2000, pp. 91-105. 133

Ganza, Gastn. La traduccin de textos literarios , en Escena: Revista de las artes/Universidad de Costa Rica, Vicerrectora de Accin Social, Extensin Cultural. . 25, San Jos: Oficina de Publicaciones de la Universidad de Costa Rica, 2002, pp. 49-58. Gapper, Sherry. La traduccin como campo de estudio: tendencias y posibilidades actuales , en Letras/Escuela de Literatura y Ciencias del Lenguaje. --. 25 26 --Heredia, C.R.: EUNA, jul-dic 1990 ene-jun 1991, pp. 123-138. Garca Yebra, Valentn. Teora y prctica de la traduccin. Madrid: Editorial Gredos, 1997. Hatim, Basil y Ian Mason. Teora de la traduccin: una aproximacin al discurso. Barcelona: Ariel, 1995. Isnardi, Gabriela. Ideologa y esttica en la traduccin literaria , en: Matamoro, Blas y Juan Malpartida, eds. Cuadernos hispanoamericanos. Madrid: IMPRESA, jun. 1998, pp. 31-39. Lefevere, Andr. Translating Literature: Practice and Theory in a Comparative Literature Context. Nueva York: The Modern Language Association of America, 1992. Mayoral Asensio, Roberto. Comentario a la traduccin de algunas variedades de lengua , en: Raders, Margit y Juan Conesa, eds. II Encuentros complutenses en torno a la traduccin. Madrid: Editorial Complutense, 1990, pp. 65-71. Newmark, Peter. Manual de traduccin. Madrid: Ctedra, 1987. Nord, Christiane. La traduccin literaria entre intuicin e investigacin , en: Raders, Margit y Julia Sevilla, eds. III Encuentros complutenses en torno a la traduccin. Madrid: Editorial Complutense, 1993, pp. 99-109. ---------. Funcionalismo y lealtad: algunas consideraciones en torno a la traduccin de ttulos , en: Raders, Margit y Juan Conesa, eds. II Encuentros complutenses en torno a la traduccin. Madrid: Editorial Complutense, 1990, pp. 153-162. ---------. Text Analysis In Translation. msterdam-Atlanta: Rodopi, 1991. Raders, Margit. El anlisis del texto: requisito de la enseanza y de la prctica de la traduccin , en: Raders, Margit y Juan Conesa, eds. II Encuentros complutenses en torno a la traduccin. Madrid: Editorial Complutense, 1990, pp. 237-247. 134

Real Academia Espaola. Esbozo de una nueva gramtica de la lengua espaola. Madrid: Espasa-Calpe, 1991. Romaine, Suzanne. Language in Society: An Introduction to Sociolinguistics. Nuev a York: Oxford University Press, 1994. Santoyo, Julio Cesar. Prometeo de nuevo encadenado: la traduccin/recreacin literaria , en: Raders, Margit y Juan Conesaa, eds. II Encuentros complutenses en torno a la traduccin. Madrid: Editorial Complutense, 1990, pp. 35-46. Seco, Manuel. Gramtica Esencial del Espaol: introduccin al estudio de la lengua. Madrid: Aguilar, 1972 Valdivieso, Carolina, ed. Literatura para nios: cultura y traduccin. Santiago: Ediciones Mar de Plata, 1991. Vzquez-Ayora, Gerardo. Introduccin a la Traductologa: curso bsico de traduccin. Georgetown: Georgetown University Press, 1977. Williams, Jenny y Andrew Chesterman. The Map: A Beginner s Guide to Doing Research in Translation Studies. Manchester: St. Jerome Publishing, 2002. Wuilmart, Franoise. Especificidad y didctica de la traduccin literaria , en: Raders, Margit y Rafael Martn-Gaitero, eds. IV Encuentros complutenses en torno a la traduccin. Madrid: Editorial Complutense, 1994, pp. 165-178. Tesis consultadas Badilla Gutirrez, Rodolfo, traductor, La saga de Erick el vikingo: la traduccin de un comic de Terry Jones (Universidad Nacional, Biblioteca Joaqun Garca Monge, Heredia, Tesis 4843, 2003). Chaves Solano, Magaly, traductora, Que Dios te conceda cien hijos varones: viaje a travs de la vida de las mujeres de la india, de Elisabeth Bumiller (Universidad Nacional, Biblioteca Joaqun Garca Monge, Heredia, Tesis 2695, 1997). Dianda Martnez, Ana Mara, traductora, La Casa Poseda de Shirley Jackson (Universidad Nacional, Biblioteca Joaqun Garca Monge, Heredia, Tesis 3596, 1999). 135

Jaramillo Rojas, Marianella, traductora, Darjeeling, de Bharti Kirchner (Univers idad Nacional, Biblioteca Joaqun Garca Monge, Heredia, Tesis 4831, 2003). Smith Jenkins, LaBonnie, traductora, Traduccin y anlisis comparativo de los cuento s criollos del Hermano Araa realizada por un hablante nativo del criollo limonense y otro por un hablante no nativo del criollo limonense de Siany Gordon Spence (Universidad Nacional, Biblioteca Joaqun Garca Monge, Heredia, Tesis 3836, 2000). Pginas Web Accent generalizations. Online. http://classweb.gmu.edu/accent/generalizations. 02 noviembre 2004 Bernrdez, Enrique. La desaparicin de la variedad lingstica en el doblaje cinematogrfico. El trujamn. Centro Virtual Cervantes. Instituto Cervantes (Espaa). 22 noviembre 2002. Online. http://cvc.cervantes.es. 04 noviembre 2004 Dialect map of American English. Geocities. Online. www.geocities.com/Broadway/1906/dialects.html. 01 noviembre 2004 Los gneros literarios. Zona Profesores. Proyecto Cceros. 02 junio 2002. Online. http://iris.cnice.mecd.es. 07 setiembre 2004 Glosario de nombres bblicos www.nacionsanta.com Glossary. The Language Samples Project. 2001. Online. www.ic.arizona.edu. 02 noviembre 2004 Linguistics 2001: The Dialects of American English. Online. http://pandora.cii.wwu.edu/vajda/ling201/test3materials/AmericanDialects. htm. 01 noviembre 2004 Plymouth Rock. Pilgrim Hall Museum: America s museum of Pilgrim possessions. 14 julio 1998. Online. www.pilgrimhall.org/Rock.htm. 04 junio 2004 Regional vocabularies of American English. Wikipedia, the free encyclopedia. 02 octubre 2004. Online. http://en.wikipedia.org/wiki/Regional_vocabularies_of_American_English. 02 noviembre 2004. 136

Salvucci, C. Linguistic Geography of the United States. Evolution Publishing/ American Dialect Homepage. 1999. Online. www.evolpub.com. 01 noviembre 2004. 137

Apndice: Texto original

También podría gustarte