Apuntes de Semiologia Neurologica
Apuntes de Semiologia Neurologica
Apuntes de Semiologia Neurologica
SEMIOLOGIA
NEUROLOGICA
EXPLORACIÓN DE LOS REFLEJOS
MUSCULARES
El reflejo mandibular se obtiene percutiendo sobre un dedo del explorador que presiona la
mandíbula hacia abajo, manteniendo semiabierta la boca del paciente; al hacerlo, se
contraen los músculos maseteros y temporales. Es un reflejo mediado por la rama
mandibular del nervio trigémino; su nivel de integración se encuentra en la protuberancia.
En condiciones normales, la respuesta es débil y difícil de observar; su obtención con faci-
lidad indica un aumento en su actividad; se observa en síndromes bipiramidales, como la
esclerosis lateral amiotrofica y parálisis pseudobulbar.
El reflejo flexor de los dedos se observa como un movimiento de flexión de los mismos
con aducción del pulgar, al golpear sobre la superficie palmar en los dedos de la mano,
semiflexionados en posición de supinación. Su nivel es predominantemente C8.
El reflejo aquíleo se denomina también reflejo del tobillo, de los gemelos o del tríceps
sural. Para su exploración con el enfermo acostado, se realiza una dorsiflexión pasiva del
pie, con la pierna levemente flexionada y abducida, con una rotación externa de la cadera;
también puede explorarse con el enfermo arrodillado sobre una silla, dejando los pies sin
apoyo por fuera de su borde; se percute el tendón de Aquiles o la planta del pie, a fin de
distender los músculos gemelos; interviene el nervio tibial y su nivel es S1 (en parte L5 y
S2).
Los reflejos se deprimen o están abolidos por alteraciones funcionales en cualquier parte
del arco reflejo, con la excepción de los husos musculares, puesto que no se conocen clí-
nicamente daños selectivos de los mismos.
Una lesión segmentaría de la médula espinal a nivel dorsal puede reconocerse por estar
presentes los reflejos superiores y ausentes los inferiores.
Reflejo cremastérico:
Se estimula la de la cara interna del muslo en su acción más alta y se observa el ascenso del
testículo del mismo lado, por c tracción del cremáster; es más patente en niños. Se altera
de modo unilateral en las lesiones corticoespinales.
Reflejo anal:
Reflejo bulbocavernoso:
Se produce contracción de este músculo del pe al aplicar una presión sobre el glande
corresponde a los segmentos S2-S3-S4.
Reflejo plantar:
En las extremidades superiores, se afectan más los músculos abductores y los movimientos
finos de los dedos, y en las inferiores predomina la alteración de los flexores (de la cadera
y del pie). El miembro superior tiende a mantenerse flexionado y en aducción, y la pierna en
extensión; si es posible la marcha, el enfermo realiza una circunducción de la pierna en la
cadera (marcha de segador).
Inmediatamente después de una lesión cerebral aguda, los miembros están fláccidos, pero
en el curso de los primeros días o semanas el tono se incrementa de modo progresivo y
aparece espasticidad, más pronunciada en los aductores del hombro, flexores del codo y
dedos, pronadores de la mano, extensores de la cadera y rodilla y flexores plantares del
pie.
Tras las fases agudas iniciales, aparece hiperreflexia muscular, y con frecuencia clonus. El
signo de Babinski, o respuesta en flexión del reflejo plantar, es característico de las
lesiones de la neurona motora superior.
Como consecuencia del desuso y de afectación del sistema nervioso autónomo (control
vasomotor), se producen cambios tróficos en la piel (frialdad, cianosis, fragmentación de
las uñas) y huesos.
Las fasciculaciones son contracciones espontáneas de una o más unidades moto visibles a
través de la piel en un músculo que está aparentemente en reposo. Son tracciones
irregulares de fascículos musculares aislados, indicativas de denervación con un incremento
de la sensibilidad de fibras a la acetilcolina circulante; su ca más común es la enfermedad
de la neurona motora, y, con menor frecuencia, la polimielitis, la siringomielia o la
polineuropatía.
MOVIMIENTOS INVOLUNTARIOS
Tic
El tic o espasmo de hábito es un movimiento brusco que aparece de modo irregular, pero
recurrente, con mayor frecuencia en los músculos perioculares, cara y hombros, del que el
sujeto es consciente. De hecho, se realiza de modo voluntario y puede inhibirse durante un
cierto tiempo, pero al ejecutarlo el paciente obtiene alivio de una tensión que, de otro
modo, es intolerable.
Mioclonus
Son contracciones súbitas y breves de un grupo muscular (a veces pequeño, otras veces
masivo), irregulares en ritmo y amplitud. Los mioclonus obedecen a diversas causas y
mecanismos.
Por su distribución pueden ser focales, multifocales o generalizados; por su presentación
los hay espontáneos e inducidos por estímulos sensoriales o por movimientos voluntarios
(mioclonus de acción). Por el origen de la actividad anormal, se clasifican en corticales,
subcorticales,corticosubcorticales, medulares y periféricos.
Las enfermedades más frecuentes responsables de mioclonus son las epilepsias mioclónicas
familiares (entre ellas el síndrome de Ramsay Hunt y la enfermedad de Lafora), los
espasmos infantiles (síndrome de West), la epilepsia mioclónica juvenil, el síndrome
epiléptico de Lennox-Gastaut, las encefalopatías espongiformes subagudas (enfermedad de
Creutzfeldt-Jakob), la panencefalitis esclerosante subaguda, la encefalitis herpética, las
encefalopatías metabólicas y tóxicas (insuficiencia renal, litio), y la hipoxia cerebral.
Balismo
Corea
Cesan durante el sueño. Se deben a alteraciones orgánicas o funcionales del núcleo estriado
(generalmente, el núcleo caudado).
Atetosis
Los movimientos involuntarios tienden a afectar a músculos más proximales, y son más
lentos, con un carácter «reptante» y de mayor amplitud que en los movimientos coreicos;
han sido calificados como «espasmo móvil» o fluctuaciones de la postura en extremidades y
cara.
Distonía
Las distonías focales son más frecuentes, y aunque fueron interpretadas como manifes-
taciones de histeria, se considera que se trata de alteraciones de la neurotransmisión en
distintas partes de los ganglios basales. Entre ellas figuran la tortícolis espasmódica, el
blefaroespasmo, la distonía oromandibular (síndrome de Meige), el calambre del
escribiente, otros calambres profesionales, y la distonía laríngea o disfonía espástica.
Temblor
El temblor senil, de 6-7 Hz, es más intenso durante los movimientos lentos, y también
afecta a la cabeza. Es frecuente el temblor esencial benigno, muchas veces familiar; se
acentúa con la acción, permitiendo, no obstante, actividades que requieren movimientos de
coordinación fina.
Asterixis
No es estrictamente un temblor, sino una incapacidad para sostener una postura contra la
gravedad; la inhibición episódica del tono muscular origina un «temblor aletean-te» de las
manos extendidas. Se presenta típicamente en la encefalopatía hepática, y también en
otras encefalopatías metabólicas (insuficiencia renal, hipoxia).
Acatisia
Consiste en una inquietud motora o incapacidad para permanecer quieto, que hace que el
paciente cambie continuamente de postura, o sienta la necesidad de caminar o de realizar
movimientos alternativos sobre sus pies mientras permanece en bipedestación.
Aparece de forma aguda o como trastorno crónico. Puede observarse en algunos síndromes
parkinsonianos, pero especialmente relacionado con tratamientos que bloquean los
receptores de dopamina (derivados fenotiacínicos o haloperidol).
SÍNDROME PARKINSONIANO
En su forma completa, está constituido por cuatro componentes: bradicinesia, temblor de
reposo, rigidez y alteraciones posturales. Frecuentemente el inicio es unilateral, con
predominio de uno de los síntomas cardinales; el temblor es el más común, pero no
imprescindible para el diagnóstico.
Las alteraciones de los reflejos posturales son responsables de la posición encorvada o ci-
fosis del paciente, que tiende a caer y es incapaz de hacer movimientos correctivos
normales para mantener el equilibrio y la posición derecha; puede caminar aceleradamente
hacia delante (festinación) o mostrar tendencia a caer hacia atrás cuando permanece en pie
(retropulsión).
Las causas del síndrome parkinsoniano son variadas. La enfermedad de Parkinson es un
trastorno degenerativo progresivo de la sustancia negra de causa desconocida; la población
neuronal en esta área disminuye, y las neuronas restantes muestran cuerpos de inclusión en
su citoplasma (cuerpos de Lewy); es necesaria una pérdida de más del 80 % para que
aparezcan manifestaciones clínicas. También se afectan las células que contienen melanina
del locus coeruleus y núcleo motor dorsal del vago. Se altera el control de los ganglios
basales a través de la vía nigroestriada por déficit de su neurotransmisor, la dopamina, y
hay una hiperactividad relativa de los mecanismos colinérgicos en el estriado.
ALTERACIONES DE LA SENSIBILIDAD
GENERAL
Las alteraciones de la sensibilidad pueden ser negativas, que reflejan una disminución de la
función sensitiva, o positivas, relacionadas con un aumento de la actividad de los receptores
o de las vías de la sensibilidad.
Nervios periféricos
La lesión completa de un nervio periférico ocasiona una anestesia para todo tipo de
sensibilidad en el territorio de su inervación cutánea. Con mayor frecuencia, se producen
disfunciones sensitivas selectivas que afectan a las fibras nerviosas más delgadas o a las
más gruesas. En las neuropatías de fibras delgadas (C y A-a) hay una disminución de la
sensibilidad térmica y dolorosa, con sensaciones disestésicas y un variable grado de
afectación de la sensibilidad táctil, con conservación de la sensibilidad profunda. Sin
embargo, las neuropatías de fibras más gruesas (A-Beta y A-alfa) se caracterizan por una
En muchas enfermedades que afectan a los nervios periféricos, éstos se lesionan de forma
simétrica y distal, debido a que los axones largos son más vulnerables que los más cortos;
este trastorno recibe el nombre de polineuropatía.
La lesión de estas raíces origina dolor, parestesias o supresión de todo tipo de sensibilidad
en los dermatomas correspondientes.
Para localizar con exactitud la lesión de la raíz nerviosa, es necesario recordar que en el
adulto la médula espinal es más corta que la columna vertebral, y alcanza sólo hasta la
primera o segunda vértebra lumbar.
Esto quiere decir que el segmento medular, a partir de la región dorsal, está 1, 2 ó 3 espa-
cios más alto que la vértebra correspondiente. Por ejemplo, el segmento medular D3 está a
la altura de la vértebra D2, y el segmento medular L3 a nivel de la vértebra D12.
Médula espinal
La sección medular completa originará una pérdida de todo tipo de sensibilidad por debajo
de la lesión. Si la sección afecta a la mitad de la médula, se producirá una pérdida de la
sensibilidad profunda del mismo lado de la lesión, y anestesia para la sensibilidad térmica y
dolorosa del otro lado, ambas por debajo del nivel de la sección medular.
Si se lesionan las fibras que cruzan del asta posterior de la médula espinal al haz
espinotalámico lateral, se originará el mismo tipo de disociación de la sensibilidad, pero de
forma bilateral y suspendida, es decir, afectando solamente a los segmentos medulares
implicados por la lesión.
Tronco encefálico
A nivel del bulbo raquídeo, el haz espinotalámico y el lemnisco medial van separados. En
esta localización se afecta más frecuentemente el haz espinolateral, y se origina pérdida
de la sensibilidad al dolor y a la temperatura en el mismo lado de la cara, y contralateral en
el resto del cuerpo.
Si la lesión se localiza en estructuras superiores del tronco encefálico, se ocasiona una pér-
dida contralateral de todo tipo de sensibilidad, habitualmente acompañada de afectación
de pares craneales del mismo lado de la lesión.
Tálamo
Corteza cerebral
El tacto superficial se explora con el algodón, o si la zona es muy peluda con un pincel,
haciéndolo correr en el sentido de los pelos del cuerpo. Debe pedírsele al paciente que diga
«sí» al notar el estímulo, o que simplemente nos indique el lugar del contacto. También se
debe tocar dos o tres veces seguidas, y se preguntará al enfermo cuántas veces se le ha
estimulado. Para explorar el dolor superficial se utiliza un palillo afilado, con una técnica
similar a la seguida para el tacto superficial. Es útil combinar ambas exploraciones e indicar
al paciente que nos diga si se «toca» o se «pincha», una vez realizado el estímulo. Es
importante que el enfermo conteste inmediatamente después de recibir el pinchazo, para
La sensibilidad térmica se estudia con los tubos rellenos de agua fría, o trocitos de hielo y
agua caliente por encima de 40 °C. En primer lugar, es necesario cerciorarse de que el
explorador nota los cambios de temperatura, y de que la diferencia de temperatura
permanece apreciable durante toda la exploración. Es conveniente explorar puntos
simétricos, y no aplicar los estímulos muy seguidos, para evitar confusiones en las
respuestas.
Para la sensibilidad articular se movilizan las articulaciones, sobre todo las de las manos y
pies, flexionándolas y extendiéndolas. El explorador debe coger la extremidad por las
superficies laterales, para evitar imprimir presión en el sentido del movimiento. Al enfermo
se le preguntará si el movimiento de la extremidad se hace hacia arriba o hacia abajo. La
exploración de la vibración se iniciará demostrándole al paciente el efecto del diapasón
sobre el esternón y posteriormente, con los ojos cerrados, colocarlo en los resaltes óseos
de las extremidades inferiores y superiores. Se debe intercambiar el estímulo del diapasón
vibrando con el mismo parado, o indicar al paciente que nos diga cuándo termina la
vibración, una vez que el explorador detenga el diapasón con la mano.
Para la percepción del dolor profundo se aplica una compresión digital creciente en el talón
de Aquiles, músculos de la pantorrilla o los testículos, o se hiperextienden las arti-
culaciones de las manos. Debe excluirse cuidadosamente la posibilidad de la existencia de
estructuras inflamadas, como una flebitis, antes de realizar esta exploración.
ATAXIA
Se denomina ataxia a la incoordinación de la actividad motora, que resulta de un control
inseguro en la dimensión y precisión del movimiento. La ataxia puede deberse a un defecto
en la información sensorial propioceptiva o laberíntica, o a trastornos de la función del
cerebelo o sus conexiones.
El mantenimiento del equilibrio y la capacidad para caminar son funciones íntimamente
relacionadas.
SÍNDROME CEREBELOSO
Hipotonía
El tono muscular disminuye en las extremidades del mismo lado en las lesiones unilaterales
del cerebelo, y de modo generalizado en lesiones extensas.
Con los brazos extendidos, el miembro afectado se desplaza más ante una breve presión
realizada por el explorador. Con el paciente acostado, los músculos de la pierna afectada
aparecen más fláccidos a la palpación, una elevación brusca de la rodilla empujada desde el
hueco poplíteo provoca mayor desplazamiento, y la pierna puede ser flexionada pasivamente
hasta tocar fácilmente la región glútea con el talón del pie.
Ataxia
La incoordinación de los movimientos se demuestra en las extremidades, como torpeza de
su ejecución (por ej., vestirse, escribir, abrochar botones), y puede denominarse de varios
modos, aunque el mecanismo fisiopatológico es el mismo.
Disartria
Alteración de la marcha
La ataxia de la marcha origina irregularidad durante la misma, con separación de las piernas
para ampliar la base de sustentación y vacilaciones, especialmente inestabilidad durante los
giros, cambios de dirección o detención brusca («marcha de ebrio»). Grados menores
pueden ponerse de manifiesto por la incapacidad para caminar en línea recta tocando
alternativamente los dedos de un pie con el talón del otro («marcha en tándem»).
Al permanecer derecho con los pies juntos, el paciente tiende a oscilar o a caer hacia un
lado (hacia el de la lesión en procesos unilaterales), o hacia adelante o atrás. Esta
inestabilidad es independiente de mantener los ojos abiertos o cerrados, a diferencia de la
que ocurre en las alteraciones de los nervios periféricos o cordones posteriores de la
médula espinal, en que la pérdida de sensibilidad postural es compensada por la visión, y el
enfermo pierde el equilibrio al cerrar los ojos, lo que constituye el signo de Romberg.
También es común observar que la cabeza se mantiene en posición rotada, con el occipucio
hacia el lado afectado del cerebelo, y con asimetría en la altura de los hombros.
Nistagmus
LOCALIZACIONES CEREBELOSAS
En las lesiones del lóbulo floculonodular (arquicerebelo) predomina la ataxia de la marcha y
del tronco, incluso en ausencia de cualquier otro signo clínico, y con normal coordinación del
movimiento de las extremidades.
Las lesiones del lóbulo anterior o paleo-cerebelo (línea media cerebelosa) originan ataxia de
la marcha y de las extremidades inferiores, con poca afectación de los miembros
superiores.
Las lesiones unilaterales del neocerebelo o lóbulo posterior (hemisferios) originan en los
miembros del mismo lado hipotonía, dismetría, disdiadococinesia, hipermetría, reflejos
pendulares, así como lateropulsión. Las enfermedades bilaterales de estas estructuras
causan ataxia de las cuatro extremidades (ataxia «apendicular»).
- Infecciones: absceso del cerebelo (frecuentemente originado por otitis media), ence-
falitis víricas (leucoencefalitis multifocal progresiva, varicela, síndrome de «ataxia aguda
de la infancia» postinfeccioso), virus lentos (kuru, enfermedad de Creutzfeldt-Jakob),
meningoencefalitis por listeria monocytogenes, infecciones en el síndrome de in-
munodeficiencia adquirida).
Síndrome vestibular
Las alteraciones del sistema vestibular originan vértigo, trastornos del equilibrio y de la
marcha, y nistagmus. Frecuentemente se asocian alteraciones de la audición, por la relación
anatómica y funcional con la rama coclear (auditiva) del VIII par craneal.
El vértigo se define como una percepción anormal de movimientos del cuerpo en relación al
entorno, o viceversa, generalmente con sensación de giro; el paciente puede tener la
impresión de oscilar o de caer, y de hecho es común la pérdida real de equilibrio. Se
acompaña frecuentemente de postración, náuseas, vómitos y otros síntomas vegetativos
(palidez, sudor, diarrea).
El vértigo puede originarse en las distintas partes que intervienen en el mantenimiento del
equilibrio:
- Trastornos cerebrales, aunque son poco comunes y deben interpretarse con prudencia; se
describe vértigo como componente de la disfunción cerebral en la migraña, en ciertas crisis
epilépticas y en tumores del lóbulo temporal.
- Alteraciones cerebelosas, cuando se alteran las conexiones vestibulares del lóbulo flo-
culonodular; las lesiones hemisféricas rara vez cursan con vértigo, excepto los hematomas
cerebelosos.
- Patología del tronco encefálico (lesiones vasculares, esclerosis múltiple, tumores), gene-
ralmente con vértigo persistente, asociado a otros síntomas; comprende los ataques is-
quémicos transitorios o infartos del territorio vertebrobasilar y la arteria cerebelosa
posteroinferior (síndrome de Wallenberg); son discutibles casos de vértigo atribuidos a
compresión de arterias vertebrales por espondilosis cervical.
- Anomalías laberínticas, las formas más frecuentes de vértigo, que tiende a presentarse
en ataques agudos de horas de duración, y muchas veces asociado a percepción de ruidos
como zumbido o maquinaria (acúfenos o tinnitus) y sordera. El laberinto se daña en
procesos inflamatorios o infecciosos agudos (laberintitis), por efecto de fármacos (quinina,
salicilatos, antibióticos aminoglucósidos), enfermedades vasculares y enfermedad de
Meniére (degeneración del órgano espiral de Corti y dilatación del sistema endolinfático).
- Alteraciones del nervio vestibular (componente del VIII par craneal), como tumores del
ángulo pontocerebeloso (neurinoma acústico), o meningitis con exudado basal; por las
relaciones anatómicas estrechas es fácil que se alteren simultáneamente la di-visión
coclear del VIII par y el nervio facial. En el cuadro denominado neuronitis vestibular se
presenta bruscamente vértigo intenso y prolongado durante días, sin sordera, y con un
curso autolimitado.
En el vértigo postural benigno los episodios de vértigo son breves, pero se presentan de
modo crónico, desencadenados por movimientos rápidos de la cabeza, a veces en di-
recciones específicas; su patogenia es incierta, quizá un proceso degenerativo de los
otolitos del utrículo y sáculo.
El mareo del movimiento o vértigo que ocurre durante un viaje en barco, automóvil, etc.,
depende de la sensibilidad a la estimulación repetida de los canales semicirculares.
PATOLOGÍA GENERAL DE LA
CORTEZA CEREBRAL.
En el lóbulo frontal, la circunvolucióncentral (inmediatamente anterior al surco central) se
relaciona con el movimiento voluntario; los polos frontales (córtex prefrontal), con las
funciones intelectuales y personalidad, y las áreas basales (córtex orbitario), con la
actividad emocional y visceral.
La alteración del lóbulo parietal dominante es el motivo más frecuente de apraxias, puesto
que la ejecución de destrezas motoras y empleo de herramientas se relaciona íntimamente
con la imagen del propio cuerpo. En el mismo lóbulo se localizan las lesiones que originan el
síndrome de Gerstmann, que consiste en la combinación de agrafia (incapacidad para
escribir), acalculia (incapacidad para el cálculo aritmético), agnosia de los dedos (el
paciente no puede identificarlos correctamente, o es incapaz de contar los dedos propios
entrelazados con los del observador) y desorientación derecha-izquierda.
LÓBULO TEMPORAL
Varias de las funciones del lóbulo temporal están representadas de modo bilateral, por lo
que solamente se aprecian déficit clínicos en lesiones bilaterales (por otra parte,
infrecuentes). La epilepsia es una expresión clínica común de patología en uno u otro lóbulo
temporal, habitualmente en forma de crisis parciales complejas .
La lesión de la parte posterior de la circunvolución temporal superior origina afasia de
Wernicke .
Lesiones de la parte más baja de las radiaciones ópticas (asa de Meyer) originan una
cuadrantanopsia superior del lado contrario.
LÓBULO OCCIPITAL
La alteración más característica de las lesiones del lóbulo occipital consiste en defectos
del campo visual, de extensión variable.
La lesión completa de uno de los lóbulos (por ejemplo, por oclusión de la arteria cerebral
posterior) origina hemianopsia homónima contralateral simétrica (congruente).
Otras alteraciones posibles en las áreas asociativas del lóbulo temporal causan agnosias
visuales, con fracaso del reconocimiento mediante la vista de objetos, colores, símbolos
gráficos o caras (aprosognosia).
Procesos irritantes de estas estructuras dan lugar a alucinaciones visuales, como es-
cotomas centelleantes o «espectro de fortificación» en las crisis de migraña con aura
(antes llamada jaqueca clásica u oftálmica).
Las áreas del cerebro relacionadas con el lenguaje (recepción y producción, hablado o
escrito) tienen conexiones con las que reciben estímulos auditivos, visuales y
propioceptivos, y con las que controlan la actividad motora de la articulación y escritura,
mediante fibras de asociación dentro del mismo hemisferio y con el opuesto, a través del
cuerpo calloso; también se asocian a circuitos de memoria y emoción. El paso repetido de
impulsos a lo largo de vías determinadas origina facilitación de las transmisiones sinápticas
involucradas.
En la mayor parte de las personas el hemisferio cerebral izquierdo controla las funciones
del lenguaje y determina la preferencia por el uso de la mano derecha (hemisferio
dominante). La parte posterior de la circunvolución frontal inferior (área de Broca)
controla los mecanismos motores del lenguaje hablado, y se sitúa inmediatamente por
delante del área motora de cara, lengua, paladar y laringe.
Las vías motoras para la articulación de la palabra son fibras descendentes corticobulbares
y corticoespinales, que terminan en los núcleos motores bulboprotuberenciales y de
músculos respiratorios. Los movimientos están sometidos a la regulación de los ganglios
basales y el cerebelo.
El desarrollo puede ser diferido por motivos no conocidos, pero compatibles con
inteligencia y progreso psicomotor por lo demás normal.
AFASIA (DISFASIA)
Estrictamente, afasia significa ausencia del lenguaje, por lo que en la mayor parte de
ocasiones sería más correcto emplear el término disfasia para denominar las alteraciones
de las funciones superiores del lenguaje, es decir, al uso de palabras como símbolos,en
personas que habían adquirido previa-mente lenguaje normal y cuyo nivel de consciencia es
también normal. Las afasias varían en su forma y en su intensidad, dependiendo de las
localizaciones y gravedad de las lesiones responsables. Pueden clasificarse como motoras,
receptivas, globales (mixtas) y de conducción, así como otras formas peculiares de más
difícil observación.
Ocurre como resultado de lesiones en el área de Broca. Se trata de una afasia no fluente;
en su grado máximo, el paciente es completamente incapaz de hablar, o se limita a poco más
que algún monosílabo; puede utilizar la palabra «no» tanto para negar como para afirmar;
sin embargo es capaz de comprender los mensajes hablados y obedecer órdenes, y
reconocer las palabras que identifican a objetos presentados; grados menores se
caracterizan por la pobreza del vocabulario, pausas y vacilaciones (intentos de encontrar la
palabra adecuada para expresar sus pensamientos) y perseverancias (palabras «comodín»
utilizadas fuera de con-texto); el lenguaje tiene una cualidad telegráfica por las pérdidas
gramaticales (agramatismo) y carece del ritmo y melodía adecuados (disprosodia). El
paciente es consciente de su limitación expresiva, y puede ser patente su ansiedad,
impaciencia o desesperación, a veces con reacciones catastróficas de pérdida.
La escritura también se afecta (agrafia). Es común la asociación de afasia motora con he-
miplejía derecha o, al menos, paresia faciobraquial.
Lesiones extensas del hemisferio dominante que afectan simultáneamente a las áreas de
Broca y Wernicke producen una pérdida de lenguaje, tanto en sus aspectos receptivos como
expresivos.
Se debe a lesiones del fascículo arcuato que conecta el área de Wernicke con la de Broca.
El contenido del lenguaje es similar al de la afasia receptiva, pero la comprensión del
lenguaje hablado y escrito es buena. La repetición de palabras está alterada.
Afasia transcortical
Se caracteriza por la incapacidad del paciente para nombrar objetos, aunque es capaz de
hablar acerca de su naturaleza o empleo, y sustituye la palabra que no encuentra por
circunloquios o frases que contienen el mensaje. En su forma pura, esta forma de afasia se
produce en lesiones de la región parietotemporal; sin embargo, debe notarse que
prácticamente en todas las afasias hay algún grado de anomia.
- Agrafia, o incapacidad para escribir; es rarísima como trastorno puro, y frecuente en las
afasias expresivas; otras veces se trata de la pérdida de una destreza motora (agrafia
apráxica), o es consecuencia de una alteración en la percepción espacial (agrafia de
construcción).
DISARTRIA
Las disartrias son trastornos de la articulación (pronunciación); la producción de so-nidos
está alterada por disfunción motora, pero el paciente no tiene dificultad para la formación
mental de palabras o frases, ni para manejar símbolos verbales, ni para comprender,
escribir o expresarse por gestos. Los principales mecanismos de disartria son los
siguientes:
Los músculos de la articulación del lenguaje tienen inervación bilateral, por lo que son
lesiones bilaterales de la vía piramidal (en sus fibras corticobulbares) las que originan una
disartria espástica; pueden deberse a enfermedades vasculares cerebrales (infartos
lacunares múltiples), esclerosis múltiple, o al componente de la neurona motora superior en
la esclerosis lateral amiotrófica (enfermedad de la neurona motora). Es frecuente que se
aprecie paresia de la lengua, disfagia orofaríngea, risa y llanto espasmódico, exaltación del
reflejo mandibular, y signos piramidales en los miembros inferiores. Este síndrome
completo se denomina parálisis pseudobulbar.
Síndrome cerebeloso
La parálisis bulbar, o lesión de los núcleos motores correspondientes a los nervios craneales
que intervienen en la fonación (VII, IX, X, XII), causa disartria, junto a atrofia y
fibrilaciones en la lengua, parálisis del velo del paladar (la voz adquiere cualidad nasal) y
disfagia. En los casos más graves, como la parálisis bulbar progresiva (que forma parte de
la enfermedad de neurona motora), se llega a una completa anartria. Otras causas son
poliomielitis, siringobulbia, tumores e infartos, o neuropatías craneales múltiples.
Disfonía
APRAXIA
Se denomina apraxia a la incapacidad para efectuar un movimiento voluntario (con un
propósito determinado), cuya naturaleza es comprendida, a pesar de no existir déficit
motor, pérdidas de sensibilidad o ataxia. Se trata de una pérdida de destrezas motoras
adquiridas, o de una incapacidad para reactivar las vías donde están registradas la técnica
de movimientos específicos (praxis) y su memoria. A veces, las partes en las que se
descompone un movimiento complejo son efectuadas por separado, pero no en combinación.
Las apraxias ocurren por alteraciones en las estructuras cerebrales relacionadas con el
control conceptual (ideomotor) del movimiento voluntario. El área cortical más importante
1. Apraxia ideomotora. El paciente puede formular la idea de un acto simple sobre el que se
le instruye, pero es incapaz de ejecutarlo, ni siquiera por imitación; por ejemplo, cerrar un
puño, enseñar la lengua; sin embargo, los mismos movimientos puede hacerlos de modo
espontáneo.
2. Apraxia ideatoria. Existe imposibilidad de realizar tareas más complejas, por alteración
en la secuencia de los movimientos necesarios, por ejemplo, para encender una cerilla,
peinarse, utilizar un instrumento.
4. Apraxia para vestirse. Dificultad para vestirse correctamente (orden de las prendas,
introducción de las extremidades en las partes correspondientes, etc.). Generalmente es
producida por lesiones del lóbulo parietal no dominante.
AGNOSIA
Los estímulos táctiles, visuales y auditivos son recibidos en las áreas correspondientes de
la corteza cerebral (es decir, lóbulos parietales, occipitales y temporales) como fenómenos
físicos que adquieren significado cuando se relacionan con las experiencias previas.
Generalmente, las agnosias se limitan a un solo sentido; sus principales formas son:
2. Agnosia visual, o imposibilidad de re-conocer objetos por la vista. Existen agnosias para
los colores, o para el reconocimiento de caras, figuras o escritura.
3. Agnosia auditiva, en que un enfermo sin sordera no aprecia el significado de sonidos (la
caída de una moneda, un aplauso, un timbre).
También se denominan agnosias las pérdidas del reconocimiento de la imagen corporal ya
mencionadas (asomatognosia, agnosia de dedos, anosognosia).
DEMENCIA
La demencia es un síndrome debido a enfermedades cerebrales orgánicas que producen un
deterioro simultáneo de múltiples funciones intelectuales o cognitivas, así como trastornos
emocionales y de conducta, mientras se conserva la consciencia .
PATOLOGÍA GENERAL DE LA
MÉDULA ESPINAL
La médula espinal es la parte del sistema nervioso central que ocupa el canal vertebral;
desde el punto de vista funcional, es un órgano segmentario y un sistema cordonal. Como
órgano segmentario interviene en la integración de actividades reflejas, somáticas y
vegetativas; como sistema cordonal cuenta con haces ascendentes y descendentes agru-
pados en los cordones anteriores, laterales y posteriores.
Las lesiones medulares producen una combinación de síntomas y signos motores, sensitivos,
vegetativos, esfinterianos y alteración de los reflejos, que dependerán de la localización de
la lesión y de la extensión de la misma.
Los síntomas motores más característicos de las lesiones medulares son la paraplejía, o
parálisis de las extremidades inferiores y de la parte inferior del tronco, y la tetraplejía, o
parálisis de las cuatro extremidades y tronco.
Estos síntomas comienzan con torpeza en los movimientos, dificultad para caminar o para
manejar objetos, y va progresando hasta la plejía completa de las extremidades. Las
lesiones altas se inician con la afectación del brazo ipsolateral, seguida por la pierna del
mismo lado, la pierna contralateral y, por último, el brazo contralateral. El perfil evolutivo
de la aparición de los síntomas medulares nos ayuda en la determinación de la etiología. En
ausencia de traumatismo, el comienzo agudo sugiere una lesión vascular; el desarrollo
subagudo, en días, aparece en las mielitis infecciosas o no infecciosas, y la evolución crónica
es más sugestiva de los tumores de la médula espinal.
Los síntomas motores en las lesiones medulares se producen por una combinación de
afectación de la vía piramidal (primera neurona motora), y de las astas y raíces anteriores
(segunda neurona motora). El reconocimiento de los síntomas diferenciales, patrón de
debilidad, atrofia y fasciculaciones, tiene un valor importante en el reconocimiento de la
topografía de la lesión. La vía piramidal se interrumpirá desde el borde superior de la
lesión, y la segunda neurona motora solamente se afectará en los segmentos medulares
dañados .
Los síntomas sensitivos son comunes y notables en las lesiones medulares, y pueden ser de
tres tipos: dolor local, afectación sensitiva radicular y por interrupción de las vías largas.
El dolor local es una manifestación inicial frecuente, que puede preceder al comienzo de los
síntomas motores, incluso durante varios meses. La alteración sensitiva radicular, debida a
la afectación de las raíces posteriores, tiene un extraordinario valor en la localización de la
lesión de la médula.
Un síntoma característico de la lesión de los cordones posteriores son las intensas pareste-
sias que recorren la médula después de la flexión forzada del cuello (signo de Lhermitte).
La exploración de los distintos tipos de sensibilidad permitirá conocer con exactitud los
haces sensitivos afectados.
Los reflejos se alteran en las lesiones medulares, dependiendo del tipo de lesión y de la
evolución de la misma. La arreflexia indica la interrupción del arco reflejo; aparece en las
lesiones segmentarias de la médula, por la afectación a nivel de las raíces o astas
anteriores. Esta arreflexia tiene un importante valor en la localización de las lesiones
medulares . La actividad normal de los reflejos de estiramiento muscular indican el
equilibrio entre los impulsos inhibidores y activadores que alcanzan la motoneurona
inferior; por eso, las lesiones medulares de la motoneurona superior producen un aumento
de los reflejos de estiramiento muscular, debido a la pérdida del efecto inhibidor
procedente de los centros motores superiores a través de la vía piramidal.
Los síntomas de afectación medular que hemos descrito se agrupan produciendo un número
limitado de síndromes medulares de gran valor clínico.
Origina pérdida del sentido postural por debajo de la lesión, con ausencia de la sensibilidad
a la vibración y signo de Romberg positivo. La función motora y el resto de las
sensibilidades están conservadas. En ocasiones presentan hipersensibilidad dolorosa. La
causa más frecuente es la tabes dorsal.
Síndrome radiculomielopático
Está caracterizado por la presencia de una lesión radicular (sensitiva o motora) localizada
por encima de la afectación de las vías largas (sensitivas o motoras).
En la que se combina la atrofia muscular fláccida de las lesiones del asta anterior con la
parálisis espástica de las lesiones de la vía piramidal. Este síndrome es característico de la
esclerosis lateral amiotrófica.
Originado por infarto en el territorio de la arteria espinal anterior. Ocasiona una pérdida
bilateral de la función motora y de la sensibilidad dolorosa por debajo del segmento
lesionado, con sentido postural conservado.
Por causa traumática o inflamatoria (mielitis transversa). Origina un shock medular con
parálisis fláccida completa y abolición de todo tipo de sensibilidad, supresión de las
funciones esfinterianas, impotencia sexual y trastornos tróficos. Tras unos días o semanas
aparecen los automatismos espinales con espasticidad progresiva y recuperación de las
funciones vesical y rectal, pero sin control voluntario. Las secciones medulares por encima
de C3 son mortales por in-suficiencia respiratoria.
Está causado fundamentalmente por tumores o por patología discal. Origina una lesión
radicular con dolores en el territorio del nervio ciático y pérdida de sensibilidad,
distribuida de forma segmentaria según las raíces afectadas. Si el proceso se encuentra en
el cono medular se produce una pérdida de la sensibilidad en silla de montar. También se
produce incontinencia esfinteriana, impotencia sexual y ausencia de reflejo anal.
El estudio de un paciente con sospecha de lesión medular comienza con la exploración ge-
neral en busca de deformidades esqueléticas, disrafismo o manifestaciones cutáneas de
neurofibromatosis o angiomas cutáneos. La asociación de fiebre, dolor a la presión sobre un
cuerpo vertebral y un síndrome radicular son sugestivos de un absceso espinal extradural o
epidural. Un estudio radiográfico de columna vertebral es la primera prueba
complementaria a realizar en estos pacientes. La resonancia magnética se ha convertido en
la técnica de elección para el estudio de la patología medular, re-legando a un segundo lugar
a la mielografía. La angiografía espinal puede ser necesaria cuando se sospecha la presencia
de una malformación arteriovenosa. El estudio del líquido cefalorraquídeo debe hacerse con
precaución, ya que la punción lumbar puede descompensar a pacientes con compresión
Las enfermedades del SNP (neuropatías periféricas) se pueden clasificar según diferentes
criterios. Dependiendo de la lesión anatomopatológica, las neuropatías periféricas pueden
ser neuronopáticas, axonopatías focales o difusas o por desmielinización; en ocasiones, las
lesiones son mixtas.
Los síntomas y signos más característicos de la afectación del SNP lo constituye la tríada
de manifestaciones motoras y sensitivas, con una determinada distribución y carac-
terísticas, y la alteración de los reflejos de estiramiento.
ALTERACIONES MOTORAS
La debilidad o parálisis que aparece en las neuropatías periféricas puede ser debida a la
degeneración del axón o a un bloqueo de la conducción por desmielinización. Usualmente, el
patrón de afectación es de predominio distal y comienza en los pies. El paciente tiene
dificultad para elevar la punta de los pies, por lo que camina flexionando exageradamente
las rodillas, con un tipo de marcha denominada estepaje.
Más adelante, se afectan los músculos de la mano. Con menos frecuencia, las neuropatías
periféricas cursan con debilidad de los músculos proximales (amiotrofia diabética,
neuropatía porfírica) o con afectación selectiva de las extremidades superiores (neuropatía
amiloidea, neuropatía por plomo). En algunas ocasiones, se produce una afectación de todos
los músculos de las extremidades y del tronco, originándose una parálisis de la musculatura
respiratoria (síndrome de Guillain-Barré).
La atrofia muscular es más intensa y precoz en las neuropatías por degeneración axonal que
en las debidas a desmielinización segmentaria. La presencia de fasciculaciones, por
contracción espontánea de unidades moto-ras aisladas, es más característica de la lesión
de las astas anteriores de la médula (esclerosis lateral amiotrófica), pero puede aparecer
también en las neuropatías periféricas. Otras manifestaciones motoras menos frecuentes
son los calambres, o la aparición de una intensa rigidez muscular o neuromiotonía (síndrome
del hombre rígido), originada por descargas repetitivas continuas en fibras nerviosas
motoras.
ALTERACIONES SENSITIVAS
Las parestesias son una forma de alteración sensitiva subjetiva frecuente en los pacientes
con neuropatía periférica, y en ocasiones se acompaña de una respuesta excesiva y muy
molesta al tacto (hiperpatía). En algunos tipos de neuropatías (diabética, urémica, alcohóli-
ca), las parestesias y la hiperpatía son especialmente intensas e incapacitantes, y se ma-
nifiestan como sensación de pie urente. Con menor frecuencia, algunos enfermos refieren
que las molestias que presentan en los pies y piernas se alivian con el movimiento (síndrome
de piernas inquietas). La aparición de dolor espontáneo en el territorio periférico de un
nervio ocurre en alguna mononeuropatía (neuralgia del trigémino); en ocasiones, el dolor
aparece de forma secundaria a traumatismos en algún tronco nervioso o plexo (mediano,
tibial, plexo braquial), y se agrava por factores emocionales; este cuadro recibe el nombre
de causalgia.
En las neuropatías de fibras amielínicas, o con capa fina de mielina, los reflejos están
presentes, incluso con abolición de la sensibilidad térmica y dolorosa. De acuerdo con la
distribución de las alteraciones motoras y sensitivas, el reflejo aquíleo es el que se afecta
más precozmente. En los ancianos es posible la abolición del reflejo aquíleo, incluso en
ausencia de enfermedad del SNP.
Los primeros síntomas que presentan los pacientes con disfunción autónoma suelen ser
leves, insidiosos en su presentación y de difícil diagnóstico. Las manifestaciones pre-
dominantes son las derivadas de la hipotensión ortostática. Se producen por isquemia
cerebral inducida por la postura erecta; los pacientes presentan episodios de mareos,
síncopes, ceguera transitoria, sensación vertiginosa y, a veces, convulsiones.
La pérdida del conocimiento suele ser brusca, sin pródromos, aunque algunos pacientes
refieren dolor en la región occipital, en los hombros o en la región frontal, antes de perder
el conocimiento. El dato fundamental de la exploración física en estos pacientes es la dis-
minución de la tensión arterial sistólica y diastólica al adoptar la posición erguida, sin
acompañarse de la normal aceleración de los latidos cardíacos.
La anhidrosis, o incapacidad para sudar, es otra manifestación que puede presentarse en
pacientes con disfunción autónoma; puede ser generalizada o afectar a un determinado
territorio corporal (por ej., la mitad de la cara en las lesiones de los ganglios simpáticos
cervicales).
Al introducir las manos del paciente en agua helada durante un minuto, se produce un
aumento de la tensión arterial; la alteración de la prueba presora por el frío indica una
lesión en las fibras eferentes simpáticas. El estrés producido por una sustracción seriada
produce un aumento de la tensión arterial, y la anulación de la respuesta a esta prueba de
cálculo localiza la lesión en las vías eferentes simpáticas del centro vasomotor bulbar.
están intactos, y origina una disminución de la frecuencia cardíaca si las vías eferentes del
arco barorreceptor están íntegras.
Pruebas de sudoración
El aspecto del líquido cefalorraquídeo puede ser: claro (normal o aumento de linfocitos),
turbio (indicativo de aumento del número de células polinucleares, por meningitis
bacteriana), xantocrómico (color amarillo por presencia de oxihemoglobina, bilirrubina,
metahemoglobina o un contenido muy elevado en proteínas), o hemático. En este último
caso, puede ser debido a una punción traumática o verdadera presencia de sangre en
espacio subaracnoideo. En el primer caso, la contaminación por sangre del LCR disminuye a
medida que fluye (un segundo tubo contiene menos sangre que el primero). En el segundo
En algunas circunstancias, existe una elevación selectiva de las gammaglobulinas del LCR, y
específicamente de la IgG; su principal valor diagnóstico es en la esclerosis múltiple,
enfermedad en la que también pueden demostrarse bandas oligoclonales, por electroforesis
y presencia de proteína básica de mielina.
Otras alteraciones del LCR son las que se producen en el pH y en los contenidos de ácido 5-
hidroxiindolacético (metabolito de la serotonina), ácido homovanílico (metabolito de
dopamina) y otros neurotransmisores.
Las obstrucciones en la circulación del LCR pueden tener lugar dentro o fuera del sistema
ventricular. La obstrucción intraventricular se denomina hidrocefalia no comunicante, y
puede tener lugar en un agujero de Monro, el tercer ventrículo, el acueducto, el cuarto
ventrículo o los agujeros de Magendie y Luschka, a causa de alteraciones congénitas
(estenosis del acueducto, infecciones intrauterinas), tumores (especialmente de la línea
media: pinealomas, meduloblastomas del vermis cerebeloso) o procesos inflamatorios del
epéndimo que tapiza la superficie ventricular (meningitis).
La obstrucción extraventricular da lugar a la llamada hidrocefalia comunicante, en la que
existe libre comunicación entre el sistema ventricular y el espacio subaracnoideo, pero éste
está bloqueado por adherencias en la base del cerebro consecutivas a meningitis,
hemorragia ,ubaracnoidea, traumatismos o cirugía, o por malformaciones, como la de
Arnold-Chiari (descenso de las amígdalas cerebelosas y bulbo por debajo del agujero
occipital). Es común la asociación de hidrocefalia congénita con mielomeningocele.
En las hidrocefalias congénitas o iniciadas en la infancia, antes del cierre de las suturas
craneales, se produce un aumento del tamaño de la cabeza (como puede comprobar-se con
medidas de su perímetro en comparación con el desarrollo normal); se retrasa el desarrollo
psicomotor y, frecuentemente, se observan signos piramidales por compresión de las vías
corticoespinales, y atrofia óptica secundaria al aumento de presión intracraneal. En los
adultos con hidrocefalia adquirida, suele aparecer hipertensión intracraneal, aunque en
algunos casos de hidrocefalia comunicante hay mecanismos de compensación que conducen
al síndromede hidrocefalia con presión normal o baja (caracterizado por demencia,
incontinencia urinaria precoz y ataxia de la marcha, sin papiledema). Esta situación debe
diferenciarse de la hidrocefalia ex vacuo, secundaria a atrofia difusa de la corteza
cerebral por enfermedades degenerativas (demencia tipo Alzheimer).
SÍNDROME DE HIPERTENSIÓN
ÍNTRACRANEAL
El encéfalo, a diferencia de las demás vísceras, está incluido en una caja no extensible, la
cavidad craneal, cuyo volumen total debe mantenerse constante. Los componentes de la
cavidad craneal son el parénquima nervioso y sus cubiertas, los vasos sanguíneos y la sangre
que albergan, y el líquido cefalorraquídeo; el aumento de cualquiera de ellos lleva implícita
la disminución del volumen ocupado por los otros.
En numerosas ocasiones estos mecanismos se superponen; así, un tumor ocupa volumen por
sí mismo, se acompaña de compresiones venosas y edema peritumoral, y causa hidrocefalia
obstructiva.
Además de los tumores y otras masas intracraneales, existen diversas causas de hi-
pertensión intracraneal .
Cuando se produce el aumento de tamaño progresivo de una masa intracraneal, tiene lugar
una reducción del volumen de LCR y sangre, desplazados de modo compensador hasta un
límite más allá del cual se aumenta la presión intracraneal. En el estadio inicial compensado
puede no haber manifestaciones clínicas. A medida que aumenta la presión, el paciente
presentará síntomas, de modo progresivo, con alteraciones de consciencia, cambios
circulatorios y final-mente coma profundo, respiración irregular y muerte.
Papiledema
Más adelante, puede aparecer una disminución concéntrica de los campos visuales y
aumento de la mancha ciega; el paciente refiere oscurecimientos transitorios de la visión,
provocados por compresión de la arteria central de la retina, e indicativos de seria amenaza
de pérdida de visión permanente.
Cefalea
Vómitos
Se atribuyen a compresión o isquemia del centro del vómito en el bulbo. Con frecuencia,
aparecen por la mañana, coincidiendo con la mayor intensidad de la cefalea (aumentada por
la posición horizontal durante la noche), y pueden presentarse de modo brusco, sin náuseas.
Bradicardia
Alteración de la consciencia
Trastornos respiratorios
Los compartimentos intracraneales delimitados por la hoz del cerebro, la tienda del
cerebelo y el agujero occipital hacen que elevaciones locales de la presión provoquen
desplazamientos de tejido cerebral de ese compartimento hacia los vecinos, constituyendo
hernias progresivas.
- Hernia del «gyrus» cingulado o subfacial, en que se desplaza la circunvolución más baja de
la cara interna del lóbulo frontal por debajo de la hoz del cerebro, causando la compresión
de arterias cerebral anterior y pericallosa. Frecuentemente, se acompaña de una reducción
del tamaño y desplazamiento del ventrículo lateral del lado del tumor.
- Hernia del «uncus» o transtentorial lateral, en que el uncus del hipocampo, o parte interna
de un lóbulo temporal, se introduce entre el borde libre de la tienda del cerebelo y el
mesencéfalo; se comprimen el nervio motor ocular común (con midriasis fija, ptosis y
parálisis de los músculos oculares correspondientes), el acueducto de Silvio y el propio
mesencéfalo (signos piramidales, coma).
- Hernia transtentorial central, con desplazamientos hacia abajo del tronco encefálico; se
comprimen el diencéfalo, los pedúnculos cerebrales, la lámina cuadrigémina y las arterias
cerebrales posteriores; provoca parálisis de la mirada hacia arriba, infartos del lóbulo
occipital e infartos hemorrágicos del tronco del encéfalo, por obstrucciones venosas y de
las ramas perforantes de la arteria basilar, con necrosis de la sustancia reticular y coma.
SÍNDROME MENINGEO
La irritación de las leptomeninges, cuyas causas más frecuentes son las infecciones
(meningitis) y la hemorragia subaracnoidea, se acompaña de una serie de síntomas y signos,
que constituyen el síndrome meníngeo. Algunos son debidos al estímulo de estructuras
dolorosas, otros son espasmos musculares reflejos de naturaleza antiálgica, cuya vía afe-
rente es el nervio trigémino, y que tratan de evitar la movilización o distensión de las me-
ninges; otras se originan por hipertensión intracraneal, puesto que aumenta la secreción del
líquido cefalorraquídeo, se altera su circulación por exudados o disminuye su absorción por
bloqueo de las vellosidades aracnoideas. Los principales componentes del síndrome de
irritación meníngea son los que se indican a continuación.
Cefalea
Alteración de consciencia
Rigidez de nuca
El signo más importante consiste en la dificultad para la flexión hacia delante del cuello,
cuando el explorador sitúa una mano detrás de la cabeza, con el enfermo en decúbito
supino, e intenta flexionarla pasivamente, hasta que el mentón contacte con la parte
anterior del tórax; la maniobra provoca además dolor. En cambio, pueden no estar limitados
la rotación o los movimientos laterales de la cabeza, a diferencia de lo que ocurre en las
enfermedades de la columna cervical. Por otra parte, una rigidez de nuca puede deberse a
tumores que desplazan la tienda del cerebelo, o a una hernia de las amígdalas cerebelosas.
El signo de Kernig consiste en la limitación dolorosa para elevar pasivamente las piernas
extendidas, o en la resistencia para ex-tender la rodilla con el muslo flexionado sobre el
abdomen.
El mismo significado tienen la adopción de una postura en gatillo (decúbito lateral con
flexión de las extremidades y extensión de la cabeza) o de trípode (sentado con el tronco y
la cabeza extendidos, y apoyado en ambos miembros superiores extendidos
Nombres alternativos
Definición
Las células del cerebro se comunican produciendo pequeños impulsos eléctricos. En un EEG
se colocan electrodos en el cuero cabelludo sobre múltiples áreas del cerebro para
detectar y registrar patrones de la actividad eléctrica y revisar en busca de cualquier
anormalidad.
El examen lo practica un técnico en una habitación especialmente diseñada que puede estar
en un consultorio médico o en un hospital. Se le pide al paciente que se acueste boca arriba
sobre una mesa o silla reclinable.
El técnico coloca entre 16 y 25 discos metálicos planos (electrodos) en diferentes sitios del
cuero cabelludo, los cuales se sostienen con una pasta adhesiva. Los electrodos se conectan
por medio de cables a un amplificador y a una máquina de registro.
La máquina de registro convierte las señales eléctricas en una serie de líneas ondeadas, las
cuales se dibujan en un pedazo de papel cuadriculado en movimiento. Se debe permanecer
acostado sin moverse y con los ojos cerrados, ya que el movimiento puede alterar los
resultados.
Es posible que al paciente se le pida hacer ciertas cosas durante el proceso de registro,
como respirar profunda y rápidamente por algunos minutos o mirar hacia una luz muy
brillante y centellante.
La prueba de respuesta auditiva evocada del tronco del encéfalo (RAETE) se realiza para
diagnosticar anomalías del sistema nervioso, pérdidas auditivas (especialmente en niños de
bajo peso al nacer) y para evaluar las funciones neurológicas. La prueba se enfoca en los
cambios y respuestas de las ondas cerebrales. Las ondas cerebrales son estimuladas por un
sonido de golpecito seco con el fin de evaluar los trayectos auditivos centrales del tronco
del encéfalo.
La noche antes del examen el paciente debe lavarse el cabello y no debe aplicarle
acondicionador, laca ni aceites.
Deben evitarse los alimentos que contengan cafeína ocho horas antes del examen.
Probablemente se pida al paciente disminuir las horas de sueño la noche anterior, ya que
algunas veces es necesario dormir durante el examen.
El EEG se utiliza para diagnosticar la presencia y tipo de trastornos convulsivos, buscar las
causas de la confusión y para evaluar las lesiones en la cabeza, tumores, infecciones,
enfermedades degenerativas y alteraciones metabólicas que afectan al cerebro.
También se usa para evaluar trastornos del sueño y para investigar períodos de pérdida del
conocimiento. El EEG puede realizarse para confirmar la muerte cerebral en un paciente
comatoso.
El EEG no puede utilizarse para "leer la mente", medir la inteligencia ni diagnosticar una
enfermedad mental.
Valores normales
Las ondas cerebrales tienen amplitud y frecuencia normales y otras características típicas.
ELECTROMIOGRAFÍA
Nombres alternativos
EMG; miograma
Definición
Es una prueba que se realiza para medir la respuesta del músculo a los estímulos nerviosos
(actividad eléctrica dentro de las fibras musculares).
En este procedimiento, se introduce una aguja con un electrodo por la piel, en el músculo. La
actividad eléctrica detectada por el electrodo se muestra en un osciloscopio (y se puede
mostrar de una manera audible a través de un parlante).
Debido a que los músculos esqueléticos son unidades aisladas y generalmente grandes, cada
electrodo suministra sólo una imagen promedio de la actividad del músculo seleccionado.
Puede ser necesario colocar varios electrodos en diferentes sitios para obtener una
evaluación precisa.
Cada fibra muscular que se contrae producirá un potencial de acción, y su tamaño afecta el
ritmo (frecuencia) y el tamaño (amplitud) de los potenciales de acción.
Puede presentarse cierta incomodidad con la inserción de los electrodos (similar a una
inyección intramuscular). Posteriormente, el músculo examinado puede estar sensible o
presentar equimosis por algunos días.
neurológicos. La EMG puede usarse para diferenciar entre una verdadera debilidad y el uso
reducido del músculo a causa de un dolor o por falta de motivación.
Valores normales
Polimiositis
Denervación (estimulación nerviosa reducida)
Síndrome del túnel carpiano
Esclerosis lateral amiotrofica
Miopatía (degeneración del músculo, causada por varios trastornos, incluyendo la
distrofia muscular)
Miastenia grave
Neuropatía alcohólica
Disfunción del nervio axilar
Distrofia muscular de Becker
Plexopatía braquial
Espondilosis cervical
Disfunción del nervio peroneo común
Dermatomiositis
Disfunción del nervio mediano distal
Distrofia muscular de Duchenne
Distrofia muscular fascioescapulohumeral (Landouzy-Dejerine)
Parálisis periódica familiar
Disfunción del nervio femoral
Ataxia de Friedreich
Guillain-Barré
Síndrome de Lambert-Eaton
Mononeuritis múltiple
Mononeuropatía
Neuropatía periférica
Disfunción del nervio radial
Neuropatía del nervio ciático
Polineuropatía sensorimotora
Síndrome de Shy-Drager
Parálisis periódica tirotóxica
Disfunción del nervio tibial
Consideraciones especiales
La electromiografía es una prueba que mide la respuesta de los músculos a los estímulos
nerviosos. El electrodo de aguja se inserta a través de la piel en el interior del músculo.
Cada fibra muscular que se contrae produce un potencial de acción. La presencia, tamaño y
forma de la onda del potencial de acción producido en el osciloscopio proporciona
información acerca de la capacidad del músculo para responder a la estimulación nerviosa.
los impulsos eléctricos para viajar entre los electrodos se utiliza para calcular la velocidad
de conducción del nervio.
Los impulsos pueden sentirse como un choque eléctrico y dependiendo de qué tan fuerte
sea el estímulo, puede percibirse a niveles diferentes. Para algunos pacientes, el examen
puede resultar incómodo (aunque sólo durante el tiempo real del examen) y no debe quedar
ningún tipo de dolor residual una vez que la prueba haya terminado.
El examen de conducción nerviosa a menudo es seguido por una electromiografía (EMG), que
implica la colocación de agujas en el músculo y la contracción del mismo por parte del
paciente. Esto puede ser incómodo durante el examen y después se puede experimentar
también dolor muscular en el sitio donde se colocan las agujas.
Valores normales
La velocidad de conducción nerviosa se relaciona con el diámetro del nervio y con su grado
normal de mielinización, que es la presencia de vaina de mielina en el axón. Los bebés recién
nacidos tienen valores que equivalen aproximadamente a la mitad del valor de los adultos, y
los valores para los adultos se alcanzan normalmente a la edad de 3 a 4 años.
Los resultados anormales son más frecuentemente causados por algún tipo de neuropatía
(daño o destrucción del nervio), entre las cuales se incluyen:
Neuropatía alcohólica
Neuropatía diabética
Efectos neurológicos de la uremia (por insuficiencia renal)
Lesión traumática del nervio
Síndrome de Guillain-Barré
Difteria
Síndrome del túnel carpiano
Cualquier neuropatía periférica puede producir resultados anormales, como lo puede hacer
el daño de la médula espinal y la herniación discal (núcleo pulposo herniado) con la
compresión de raíz nerviosa.
Consideraciones especiales
Una VCN refleja el estado de las "mejores" fibras nerviosas sobrevivientes y puede
permanecer normal si todavía unas pocas fibras no están afectadas por el proceso
patológico. Igualmente se puede obtener un resultado normal, incluso, cuando ha ocurrido
una lesión nerviosa extensa.
TAC DE CRÁNEO
Nombres alternativos
Definición
Es una tomografía computarizada de la cabeza que incluye el cráneo, el cerebro, las órbitas
oculares y los senos paranasales.
Una TC del cráneo produce una imagen desde la parte superior del cuello hasta la punta de
la cabeza. Es necesaria la inmovilización, en caso de que la persona no pueda mantener la
cabeza quieta. La persona debe quitarse todas las joyas, anteojos, prótesis dentales y
cualquier otro elemento de metal de la cabeza y el cuello para evitar distorsión en las
imágenes.
Como sucede con cualquier inyección de medio de contraste yodado por vía intravenosa,
puede haber una ligera sensación de ardor temporal en el brazo, sabor metálico en la boca o
calentamiento corporal general, lo cual es normal y desaparece en unos pocos segundos.
Aparte de esto, el procedimiento de TC es indoloro.
Una TC también se utiliza para observar los huesos faciales, la mandíbula y las cavidades de
los senos paranasales.
Trauma
Sangrado (por ejemplo, hematoma subdural crónico o hemorragia intracraneal)
Apoplejía
Masas o tumores
Las condiciones adicionales bajo las cuales se puede realizar el examen son:
Neuroma acústico
Trauma acústico
Acromegalia
Hematoma subdural agudo (subagudo)
Esclerosis lateral amiotrófica
Malformación arteriovenosa (cerebral)
Vértigo posicional benigno
Cáncer de la garganta
Mielinólisis pontina central
Aneurisma cerebral
Síndrome de Cushing
Hemorragia intracerebral profunda
Delirio
Demencia
Temblor inducido por droga
Encefalitis
Epilepsia
Temblor esencial
Hemorragia extradural
Temblor familiar
Paresia general
Convulsión generalizada tónico-clónica
Apoplejía hemorrágica
Encefalopatía hepática
Enfermedad de Huntington
Hemorragia intracerebral hipertensiva
Hemorragia intracerebral
Mastoiditis
Enfermedad de Ménière
Meningitis
Tumor cerebral metastásico
Neoplasia endocrina múltiple (NEM) I
Neurosífilis
Glioma óptico
Celulitis orbital
Otosclerosis
Convulsión parcial (focal)
Convulsión parcial compleja
Crisis de pequeño mal
Tumor de pituitaria
Tumor cerebral primario
Linfoma primario del cerebro
Prolactinoma
Retinoblastoma
Síndrome de Reye
Esquizofrenia
Demencia senil tipo Alzheimer
Sinusitis aguda
Hemorragia subaracnoidea
Crisis del lóbulo temporal
Toxoplasmosis
Ataque isquémico transitorio (AIT)
Enfermedad de Wilson
El yodo es el medio usual de contraste y, dado que algunos pacientes son alérgicos a éste,
pueden experimentar una reacción que puede incluir: urticaria, prurito, náuseas, dificultad
respiratoria y otros síntomas.
Consideraciones especiales
Es una prueba que se utiliza para medir la cantidad de glóbulos rojos y de leucocitos en el
líquido cefalorraquídeo, el cual es un líquido claro que circula en el espacio que circunda la
médula espinal y el cerebro.
El paciente debe sentarse derecho o acostarse de lado con la espalda paralela a la cama, la
barbilla agachada y las piernas encorvadas adoptando una posición fetal. El médico utiliza
las protrusiones óseas de la cadera para determinar la ubicación más adecuada para retirar
el líquido. Esta es usualmente la ubicación que se conoce como nivel vertebral L3-L4.
A continuación, se lava el área con yodo y se envuelve una gasa estéril sobre el área
circundante. A los bebés y a los niños pequeños se les aplica crema EMLA, la cual es un
anestésico local, una hora antes del procedimiento, para insensibilizar la piel. A los adultos
se les inyecta lidocaina inicialmente debajo de la piel y después a un nivel más profundo
para que el tejido que se encuentra debajo de la piel también quede insensibilizado.
Luego se inserta una pequeña aguja calibre 20 dentro del interespacio que hay entre las
vértebras y dependiendo de la cantidad de tejido subcutáneo que haya, la penetración de la
aguja será superficial o más profunda. Puede haber un "pop" audible cuando la aguja
penetre en la dura (membrana que circunda la médula espinal y que contiene el líquido).
En esta etapa del procedimiento ya el líquido estará saliendo de la aguja y éste se recoge
en recipientes plásticos. Bajo circunstancias normales, la presión inicial se mide con un
manómetro y luego se recogen más o menos de 20 a 30 cc de líquido espinal para enviarlos a
evaluación bajo el microscopio.
El conteo de células de LCR puede ayudar a diagnosticar meningitis e infección del cerebro
o de la médula espinal, un tumor, abscesos o muerte de tejido en un área (infarto) y ayuda a
identificar inflamación. El conteo de células también puede ayudar a identificar una
hemorragia.
Valores normales
Si se encuentran glóbulos rojos puede ser indicio de hemorragia. Sin embargo, la presencia
de glóbulos rojos en el líquido cefalorraquídeo también puede ser ocasionada por una
punción lumbar traumática, lo cual puede suceder si la aguja utilizada en la punción golpea
un vaso sanguíneo mientras penetra la piel o la duramadre. Es importante observar si el
conteo de glóbulos rojos se aclara en muestras que se toman en etapas posteriores del
procedimiento, comparado con las que se toman en etapas más tempranas. También se
calcula la proporción de glóbulos rojos comparados con los leucocitos para ayudar con el
diagnóstico.
Definición
Hay otros cambios que pueden ocurrir en el nivel de conciencia de la persona sin quedar
inconsciente o antes de quedar inconsciente. En términos médicos, estos cambios se
denominan colectivamente "alteración del estado mental o cambio en el estado mental" e
incluyen confusión, desorientación o estupor repentinos.
La pérdida del conocimiento y cualquier otro cambio SÚBITO en el estado mental deben
tratarse como una emergencia médica.
Una forma fácil de verificar el estado mental de una persona que está despierta, pero
menos alerta de lo usual, es hacerle algunas preguntas simples como ¿cómo se llama? ¿Qué
fecha es hoy? ¿Cuántos años tiene? Si la persona no sabe o responde incorrectamente,
entonces su estado mental está disminuido.
Consideraciones generales
Estar dormido no es lo mismo que estar inconsciente, ya que una persona que está dormida
responde a ruidos estridentes o sacudones suaves, pero una persona inconsciente no lo
hace.
Además, una persona inconsciente no puede toser ni aclararse la garganta, lo que puede
obstruir las vías respiratorias y ocasionar la muerte. De nuevo, la pérdida del conocimiento
o el cambio súbito en el nivel de conciencia debe ser tratado como una emergencia médica.
Causas
1. Se debe llamar o instruir a alguien para que llame al número local de emergencias (911 en
los Estados Unidos).
Se debe llamar al número local de emergencias (usualmente el 911 en los Estados Unidos) si
la persona:
Prevención
Las personas con enfermedades declaradas, como la diabetes, deben llevar consigo
una identificación o un brazalete médico de alerta.
Se deben evitar situaciones en las que baje demasiado el nivel de azúcar en la
sangre.
Se debe evitar permanecer de pie en un mismo sitio demasiado tiempo sin moverse,
especialmente si se es propenso a desmayarse.
Si una persona siente que está a punto de desmayarse, debe acostarse o sentarse
con la cabeza doblada hacia delante entre las rodillas.
Ajustar la pierna de arriba de tal manera que tanto la cadera como la rodilla estén
dobladas en ángulos rectos e inclinar suavemente la cabeza atrás para mantener las vías
respiratorias permeables. Se debe mantener a la persona caliente hasta que se consiga
ayuda médica. Si la respiración o la circulación se detienen en algún momento, se debe
voltear a la persona de nuevo sobre la espalda e iniciar RCP.