Palán Palán (Nicotiana Glauca)
Palán Palán (Nicotiana Glauca)
Palán Palán (Nicotiana Glauca)
Como se verá más adelante, esa presencia del palán palán en la conciencia
popular se puede explicar por los lugares donde se desarrolla (habitados por
ciertos segmentos de la sociedad) y por el uso que los sectores populares han
hecho históricamente de este arbusto.
Un arbusto ciudadano
Lombardo (1964) dice que es un “Arbusto que vive al pie de paredes viejas,
sobre ellas o en lugares de tierra removida, escombros, etc.” El mismo autor
agrega en 1979 que se trata de un “Arbusto indígena que comúnmente vive
sobre muros viejos, al pie de ellos, sobre escombros, en tierras removidas,
etc.”
Arrillaga (1997) también dice que “crece generalmente sobre muros viejos,
suelos removidos húmedos, entre escombros, etc.”, en tanto que Pérez
Piedrabuena (2004) agrega que “crece en zonas arenosas; en pilas de
escombros y muros agrietados”.
Si es urbano no es indígena
Es interesante notar que en 1976, Sganga ubica al palán palán entre lo que
denomina “comunidades subserales” (afectadas por el hombre en forma
significativa) y dentro de éstas en la subsección “urbanas”, donde incluye las
especies que se encuentran en terrenos baldíos, jardines, calles o muros.
El misterio radica en cómo logra recorrer los kilómetros que median entre un
centro poblado y otro. El palán palán produce numerosas y muy pequeñas
semillas que son diseminadas por el viento (Hurrel y Bazzano 2003). Es
decir, que en su dispersión no intervienen aves u otras especies que la puedan
transportar a distancia. A ello se agrega el problema de que las semillas no
tienen ni alas ni ningún otro elemento que facilite su transporte aéreo. O sea,
que si bien el movimiento de las ramas por el viento (en cuyos extremos se
encuentran las cápsulas que contienen las semillas) puede hacer que las
semillas “salten” a cierta distancia, difícilmente puedan recorrer de esa
manera más que algunas decenas –o en el mejor de los casos centenas- de
metros. Y es importante remarcar que, dado su carácter estrictamente urbano,
no existen plantas intermedias que aseguren el avance paulatino de la especie
entre un centro poblado y otro.
La hipótesis más plausible parece entonces ser que son los humanos quienes
la trasladan concientemente de un sitio a otro. En Uruguay no es común su
uso como planta ornamental, por lo que esa no parecería ser su forma de
dispersión más probable.
Los lugares que el palán palán parece preferir para desarrollarse resultan
extraños e incluso en el caso de los terrenos baldíos, es más fácil encontrarlo
en las paredes que en las pilas de escombros o en la tierra. También lo hemos
visto creciendo entre las baldosas de las veredas, así como entre los
adoquines y el cordón de veredas en calles empedradas, cuando a escasa
distancia había canteros de tierra. Surge entonces la pregunta: ¿qué ventajas
encuentra en esos lugares aparentemente inhóspitos, que no halla en sitios
que parecerían ser más ventajosos? Tratándose de resquicios en edificios
viejos, se podría pensar que allí encuentran los nutrientes que requieren y
suficiente humedad para sobrevivir y crecer, pero es difícil que lo mismo
ocurra en baldosas o adoquines. Lo que es común en todos los casos, es que
en esos lugares enfrentan escasa competencia, ya que son pocas las especies
que logran desarrollarse en tales condiciones.
En materia de crecimiento, es
también difícil hablar de su
“altura”. Lombardo (1979)
dice que “puede elevarse
hasta unos 4 metros de
altura” y agrega que “algunas
veces adquiere porte arbóreo
y su tronco puede medir, en
estos casos, un diámetro de
20-25 cms.”. En general,
todos quienes se refieren a
este arbusto mencionan
alturas de entre 3 y 6 metros. Sin embargo, ¿cómo se mide la “altura” de un
arbusto que se desarrolla en una pared y en forma casi perpendicular a la
misma? ¿No sería en este caso más correcto referirse al largo (y no altura) de
su fuste principal?
Reproducción y diseminación
Al referirse a esta especie, Arrillaga (1997) dice que “El cocimiento de las
ramas tiernas al 2% se usa para baños calmantes en hemorroides” y que “Las
hojas frescas machacadas se entibian y se aplican como calmantes y
desinflamatorios en granos, zonas inflamadas, etc.”.
Sin embargo, su uso a nivel popular parece ser mucho más amplio, tal como
se refleja en la siguiente cita: “En la farmacopea del campo se emplean sus
hojas frescas en cataplasma, para madurar granos y colocadas en la frente,
con un poco de aceite, para los dolores de cabeza; en la nuca y en la cabeza,
con aceite frío, se las emplea para la fiebre. Con la cocción se lavan llagas y
heridas. Mojadas en saliva se utilizan en quemaduras, y soasadas en aceite,
para las hinchazones. Cura el dolor de muelas, colocando sobre la
inflamación hojas machacadas untadas con aceite o sebo. También se
emplean para las picaduras de avispas o mordeduras de víboras, molidas en
mortero y humedecidas con saliva, y aplicadas directamente en la picadura,
después de sacar el aguijón. Se utilizan sus hojas, aplicadas calientes y con
grasa, como remedio infalible contra las paperas. Administradas en forma de
cataplasma cura también los dolores reumáticos de la cara” (Argentina
2001).
A lo anterior se suman los siguientes detalles de su uso en medicina popular:
“se aplican las hojas frescas o flameadas pegadas con gordura de gallina o
cebo de vela, también se las aplica machacadas para que las heridas
infectadas cicatricen. Su decocción se usa en el lavado de granos y heridas”
(Argentina s.f.). Si bien no aporta detalles, otra fuente dice que también tiene
“uso veterinario (saca espinas)”. (Argentina s.f.2).
Finalmente, resultan interesantes los siguientes datos sobre “Usos y Dosis:
Como madurativo de granos y forúnculos o abscesos. Se hierve durante un
minuto y se aplican las hojas en fomentos; una hoja asada en aceite madura
los granos. Para lo mismo resulta muy eficaz la fórmula siguiente: Palán
Palán, 30 grs.; Leche (1/4 litro) 250 c.c. Hervir un minuto. Mojar miga de
pan en este preparado caliente y aplicar como fomentos. Para aliviar las
hemorroides. Hervir en 1 litro de agua, 50 grs. de palán palán y hacer baños
de asiento” (Argentina s.f.3).
En otra publicación se sostiene que “Es planta tóxica para los animales,
siendo su principio activo no la nicotina sino la anabasina, alcaloide líquido
vecino de la nicotina, capaz de producir envenenamientos mortales”
(Argentina s.f.3).
Lorenzo (2003) concuerda con lo anterior diciendo que “el hecho de que la
planta contenga alcaloides muy tóxicos, determina que no pueda ser
consumida por los mamíferos”, pero agrega que sí puede serlo “por las
gallinas y por determinados pájaros e insectos”.
Insecticida y funguicida
En otra fuente (Argentina 2001) se dice que es una especie tintórea y que
“tiñe de amarillo, dejando hervir un manojo hasta que suelte toda la tinta”.
Hice el experimento y efectivamente el resultado fue una tinta de color
amarillo con la que teñí un pequeño trozo de tela. Un par de semanas mas
tarde sumergí un trozo de la misma tela en la tintura sobrante y el resultado
fue un teñido más anaranjado.
No parecen ser muchas las especies que se sirven de esta planta para su
alimentación. Si bien sus flores son muy importantes en la alimentación de
picaflores, así como de algunas mariposas y polillas, no parece suceder lo
mismo en lo que respecta a sus hojas. Debido a su carácter tóxico, son pocas
las especies que se pueden alimentar de las mismas.
Pero existen excepciones. Por ejemplo, la gran larva verde de una mariposa
nocturna (Manduca blackburni) se alimenta en Hawai de las hojas de esta
especie (HEAR s.f.). En mi jardín he podido observar a ese mismo gusano
alimentándose de hojas de tabaquillo (Solanum mauritianum). Si bien no lo
he visto alimentándose de palán palán, la constatación de la existencia de
dicha larva en Montevideo hace que sea más que probable que también se
alimente de este arbusto.
REFERENCIAS