Butiá Enana (Butia Paraguayensis)
Butiá Enana (Butia Paraguayensis)
Butiá Enana (Butia Paraguayensis)
La mayoría de los uruguayos conocen a la palma butiá. Quienes no han tenido el placer
de recorrer la zona de los palmares de Rocha, igualmente la han podido ver en jardines
o plazas de las ciudades. Sin embargo, son pocos quienes conocen la existencia de una
palmerita butiá enana llamada “Yatay poñí” (Butia paraguayensis) y menos aún quienes
la hayan visto alguna vez.
La subida la hicimos por la ladera noroeste del cerro y se notaba una gran diversidad de
flora nativa, que variaba a medida que se ascendía, aunque casi siempre sin cubrir
enteramente el suelo; éste era arenoso-pedregoso y de gran fragilidad ante nuestras
pisadas. Se observaba además cierto grado de erosión en los caminos trazados por las
cabras en sus idas y venidas por el cerro.
Poco antes de llegar a la cima nos encontramos con las primeras palmas y entre ellas la
más grande de cuantas hallamos en toda la recorrida, con un tronco (que en el caso de
las palmeras se denomina “estípite”) de casi 2 metros de altura y un diámetro de más de
30 cms. Dadas las características de esta palma, se trataba entonces de un ejemplar muy
añoso, que ya habría llegado a su máximo desarrollo. El tronco mostraba algunos
huecos, probablemente hechos por algún pájaro carpintero buscando alimento.
El palmar de la cima
Los frutos de esta palmera, si bien muy parecidos en su aspecto general a los de las
palmas butiá y yatay, se asemejan más a los de esta última, ya que terminan en punta, y
su semilla es de forma ovalada (con dos puntas) similar al carozo de una aceituna.
Brussa (1998) señala que, “a diferencia de las anteriores [butiá y yatay], es muy difícil
obtener frutos maduros de esta especie pese a su abundante floración, probablemente
debido a que forman parte de la dieta de algunos animales, estando a una altura de fácil
acceso”. En nuestra visita al cerro fuimos entonces evidentemente afortunados, ya que
pudimos cosechar y saborear algunos frutos.
Palmas y víboras
En el palmar de la cima del Miriñaque se observó que los troncos de todas o casi todas
las palmeras aparecían quemados, aunque sin que ello pareciera haberlas afectado
mayormente. Si bien ello puede ser simplemente el resultado de la quema del pastizal
para renovar la pastura, Delfino (1992) dice que “durante mucho tiempo era práctica
común quemar a esta palmera, por la creencia de que allí anidaban víboras”.
Aquí hay entonces varios temas a investigar. Primeramente si es cierto que las víboras
eligen estas palmas para anidar y en caso de que así lo fuera, de que especie de víbora se
trata. En segundo lugar, determinar si el uso del fuego resulta en un impacto negativo o
Quizá a muchos les pueda resultar extraño que definamos como “palmar” al conjunto de
palmeras existente en este cerro. Sin embargo, lo cierto es que en este caso es la única
especie arbórea presente y que allí se desarrollan numerosos ejemplares de la misma
formando grupos relativamente cerrados alternando con la pastura. Se trata entonces de
un palmar; enano, pero palmar al fin.
Más allá del caso excepcional del cerro Miriñaque, lo cierto es que esta palmera está en
franco retroceso en nuestro país. Delfino (1992) dice que “lamentablemente esta especie
queda hoy reducida a limitadas existencias en las cimas de los comúnmente
denominados `cerros chatos´”.
Brussa, Carlos (1998).- El Uruguay y sus palmeras: una familia cimbreante. Suplemento
Jardines de El País, noviembre
http://www.mundomatero.com/Florayfauna/palmeras.html
Delfino, Liliana (1992).- Palmeras y palmares del Uruguay. Los Recursos Naturales.
Ciclo del Medio Ambiente. La Revista del Siglo XXI. Hemisferio Sur.
Pittman, Toni (1997).- The Glaucous Macaw - Dead or alive? The continuing saga. Just
Parrots 19, 1997/8
http://www.bluemacaws.org/glau3.htm
Waller, Tomás, ed. (2004).- Fauna del Iberá. Composición, estado de conservación y
propuestas de manejo. Fundación Biodiversidad, Corrientes
http://www.ecosibera.org/informes/biodiversidad/Anexo_3.pdf