En Torno A La Misma Mesa - Hermanos Maristas
En Torno A La Misma Mesa - Hermanos Maristas
En Torno A La Misma Mesa - Hermanos Maristas
1
PRESENTACION
A lo largo del relato, Potok invita a los lectores a peregrinar con Reuven y
Danny, acompañándoles en sus luchas y en los conflictos que surgen,
inevitablemente, cuando las tradiciones de su fe chocan con los valores del
mundo de los años 50. The Promise tiene mucho que ver con el tema de la
identidad –aunque el autor no usa nunca este término- y el camino que
todos hemos de recorrer para alcanzar la propia.
Desde los tiempos del Concilio Vaticano II, muchos católicos laicos que
pugnan por encontrar un nuevo espacio dentro de la Iglesia han venido
realizando un viaje que no es muy distinto del de los personajes de la obra
de Potock. Las razones son obvias. Antes de aquel histórico acontecimiento
eclesial, existía la idea de que sólo los sacerdotes y los religiosos “tenían
vocación”, como solía decirse, en tanto que los miembros del laicado no
habían recibido ninguna llamada específica en sus vidas. Afortunadamente,
para cuando llegó el momento de la clausura del Concilio esta concepción
errónea estaba ya corregida, y el laicado, al menos en teoría, había sido
devuelto a su debido lugar en la Iglesia.
2
compartir con los hermanos la vivencia del carisma y el impulso apostólico
que vino a nuestra Iglesia a través de san Marcelino Champagnat.
Doy las gracias a los miembros de la comisión redactora por este excelente
trabajo: Annie Girka (L’Hermitage), Bernadette Ropa (Melanesia), Carlos
Navajas (América Central), José María Pérez Soba (Ibérica), Sergio Schons
(Rio Grande do Sul), y los hermanos Afonso Murad (Brasil Centro-Norte) y
Rémy Mbolipasiko (Afrique Centre-Est). Gracias, igualmente, a Anne Dooley
(Melbourne) que formó parte de la comisión durante una buena parte del
proceso, así como a Noel Dabrera (South Asia) que también colaboró en
esta tarea, pero falleció antes de poder verla acabada.
3
Reuven Malter y Danny Saunders, los dos jóvenes amigos que protagonizan
la novela de Chaim Potok, llevaron a cabo una larga y difícil peregrinación
en búsqueda de su identidad. Los que amamos el estilo marista de vida y
misión hemos recorrido todo un camino desde el Concilio Vaticano II para
construir nuestras identidades respectivas, y sólo ahora está empezando a
dar sus frutos. El documento En torno a la misma mesa – La vocación de
los laicos maristas de Champagnat es una clara muestra de esa realidad. Mi
deseo es que su contenido enriquezca vuestra comprensión de la vida y
misión maristas y estimule vuestra fe.
Con afecto,
4
INTRODUCCION
El Consejo general, dando cauce a las líneas de acción del 20º Capítulo
general, ha querido plasmar toda esta experiencia en un documento que,
por una parte, certifica la realidad de la vocación laical marista y, por otra,
la impulsa a seguir creciendo. A tal fin, el Consejo creó una comisión
internacional formada por siete laicos y tres hermanos, de distintas lenguas,
culturas e historias personales, que ha trabajado durante tres años en su
elaboración.
5
El texto sigue un esquema sencillo. Partimos de la constatación base del
documento: Dios ha suscitado vocaciones de laicos maristas (primer
capítulo). Esta vocación se expresa en tres elementos carismáticos - una
misión, una espiritualidad y una vida compartida -, que se integran en una
única forma de vivir: ser laico marista (capítulos 2, 3 y 4). La vocación laical
marista da lugar, hoy, a diversas vinculaciones con el Instituto de los
hermanos, depositarios del carisma fundacional (capítulo 5) y, como toda
vocación, debe ser promovida, formada y cuidada durante toda la vida
(capítulo 6).
Pedimos al Señor que, a pesar de las limitaciones de este trabajo que les
presentamos, sea Él quien abra nuestros corazones y encienda en ellos la
pasión por vivir y transmitir el regalo precioso del carisma marista. Que
María, nuestra Buena Madre, os acompañe en vuestra lectura, reflexión y
oración.
La Comisión
6
Nota: Este documento está dedicado, de una manera especial, a D. Noel
Dabrera, laico marista de Sri Lanka, miembro de esta comisión, hombre
bueno que nos espera ya en la mesa del Padre.
7
1
LA VOCACIÓN LAICAL MARISTA
Puedo decir que me siento realizada y orgullosa de ser una mujer laica con
corazón marista. Ha sido una revelación en la que Dios, poco a poco, se
me ha ido manifestando con nuevas llamadas, iniciativas, sueños; una
historia llena de vida que nunca se termina de escribir. (Brasil)
8
5. La vida laical nace, como toda vocación cristiana, de la respuesta al
encuentro con Dios, que nos ama infinitamente. Es fruto del bautismo que
nos envía a la única misión cristiana: hacer presente el Reino de Dios en
este mundo.
9
estilo de María, siguiendo la intuición de Marcelino Champagnat. Estos
somos los laicos maristas.
13.La iniciativa de nuestra vocación viene de Dios. Él nos ama y quiere nuestra
plenitud, por eso nos invita a cada uno a recorrer un camino único. De este
modo, la vocación laical marista no nace como una necesidad en momentos
de crisis vocacional de los hermanos, ni como una manera de manifestar el
afecto hacia ellos. Es una llamada personal a una forma específica de ser
discípulos de Jesús.
14.La vocación laical marista, como toda vocación, nace y se desarrolla leyendo
la propia vida a la luz del Espíritu. Este discernimiento tiene diferentes
etapas; por eso, se debe acompañar a cada persona respetando su ritmo.
10
18.En respuesta a una llamada de Dios, los hermanos son personas que optan
por un estado de vida reconocido en la Iglesia como vida religiosa o vida
consagrada. Ellos nos aportan su testimonio del seguimiento de Jesús a
través de sus compromisos públicos.
23.El compromiso con las realidades del mundo nos hace signos de Dios en los
diferentes ambientes sociales, económicos y políticos en que nos movemos,
a la vez que nos capacita para descubrir, con una mirada propia, las
llamadas de Dios en esas situaciones.
25.La vivencia del carisma marista desde la perspectiva de la mujer, nos invita
a todos a integrar en nuestras vidas elementos marianos como la tenacidad,
la resistencia, el cariño maternal, la ternura, la atención en los detalles y la
intuición en nuestra experiencia cotidiana.
11
La transmisión de un don: el carisma marista.
Llegar a conocer a Marcelino Champagnat, superando la visión de aquel
apuesto joven que veía en el cuadro de la pared, no fue cosa fácil.
Finalmente me di cuenta de que aquí, en Nueva Zelanda, tenemos a
nuestro propio y verdadero Marcelino, en la persona del hermano N. Él
trabaja incansablemente; tiene un corazón generoso y mucho sentido del
humor; es afable y paciente; cuando te habla, te hace sentir como si fueras
la única persona que hay en una sala llena de gente; se relaciona con todos
sin que le importe su edad o condición; disfruta con la sencillez; está
disponible en cuanto puede; y sabe sacar lo mejor de todo aquel que le
trata. (Nueva Zelanda)
12
33.La Iglesia reconoce que la intuición de san Marcelino sigue viva hoy en
nosotros y es un regalo de Dios para el mundo. La misión marista está
llamada a multiplicarse hasta que, en todas las diócesis del mundo, los niños
y jóvenes saboreen la ternura de Dios11. Los laicos maristas creemos que
Dios nos llama a prolongar en la historia esta intuición, como seguidores de
Cristo al estilo de Champagnat.
2
LA MISIÓN
13
En mi mente veo dos imágenes: la del pan, que se parte y reparte para
que alcance a todos, para que todos se alimenten; y la de la vela, que,
ofreciendo lo mejor de sí – la luz –, se gasta, como el ideal de vida del
hermano Basilio Rueda, “quemar mi vida por Cristo”, aunque en ello se
consuma la propia vida. (Venezuela)
36.Los laicos, desde el bautismo, somos enviados por Cristo a la única misión
de la Iglesia: anunciar la Buena Noticia, ser sacramento y fermento del
Reino de Dios en la humanidad.
37.Somos evangelizadores del mundo, viviendo en medio del mundo. Como sal
en la comida, manifestamos la profundidad que se esconde en la vida
cotidiana, e inmersos en ella, testimoniamos las tres dimensiones de la
misión de Cristo: consagrar el mundo a Dios, ser profeta de un futuro
distinto y estar al servicio de los demás.
14
hacer realidad el “Sí” que pronuncié una noche en la capilla de Nuestra
Señora de L’Hermitage. (Francia)
Juntos en la misión
Estar con los niños menos favorecidos, trabajar en medio de ellos, estar
atentos a sus necesidades, son realidades que vivo con los monitores,
monitoras y hermanos. Ahí estamos, los unos para los otros y todos para
los niños, formando una gran familia. (Canadá)
15
46.La corresponsabilidad abarca todos los niveles: toma de decisiones,
planificación, realización y evaluación. Compartimos la riqueza que los dones
de cada uno y los diversos estados de vida aportan a la misión común.
47.Para los laicos maristas, las tareas en las que se concreta la misión son más
amplias que las obras de los hermanos. Algunos sienten que, en
determinado momento de su vida, deben dedicarse más al cuidado y
educación de sus hijos. Otros viven la misión trabajando en obras educativas
que dependen de las instancias oficiales o de otras comunidades de la
Iglesia. Y hay quienes comparten su vida y su tiempo en otros campos. En
esta diversidad, propia de la vida laical, cultivamos la comunión y buscamos
juntos nuevos caminos de expresión de la misión marista.
La relación laboral
16
La relación de voluntariado
51. Otros laicos maristas participan en obras del Instituto como voluntarios,
tanto en obras sociales como pastorales. También esta relación puede ser
fuente de fecundidad.
- Su fecundidad es la misma que la que existe en la relación laboral, tanto
para la obra, como para los laicos o hermanos. La singularidad radica en
la fuerza del testimonio cristiano, que da gratis lo que se ha recibido
gratis18. La entrega de tiempo y esfuerzo es una imagen privilegiada del
amor de Dios.
- Este amor se muestra de forma especial en aquellos que abandonan su
tierra y su familia para servir como voluntarios en otras partes del
mundo con un amor sin fronteras.
Gestión y corresponsabilidad
Sabemos que hay mucho camino por recorrer, que quedan metas por
alcanzar en la búsqueda de autonomías y complementariedades. Participar
es poder: poder decir, poder hacer, poder decidir, poder ser y ser con los
otros, poder ser digno hijo e hija de Dios donde deseamos estar, poder
saber, poder disfrutar. (Argentina)
54. Los laicos y hermanos que ejerzan cargos de corresponsabilidad deben tener
capacidad profesional, junto con una formación actualizada
permanentemente, y han de caracterizarse por el respeto y solidaridad para
con las personas, así como por una vivencia profunda de la espiritualidad19.
17
55. Todos debemos poner nuestra parte para superar las tensiones e injusticias
que puedan surgir. Esto exige: crear o desarrollar estructuras de gestión
participativa, establecer con claridad el perfil y las atribuciones de cada
función, evaluar de forma sistemática desde criterios transparentes, y
garantizar procesos y políticas comunes más allá de los cambios que puedan
producirse en los equipos de animación y gobierno de las obras o de la
provincia.
57. Por amor a la misión, los laicos maristas estamos comprometidos en una
formación permanente que contribuya a mejorar la acción educativa y
pastoral. La institución marista está atenta a proporcionar los medios
adecuados para que esta formación llegue a todos de manera efectiva.
58. El amor de Dios enciende en nuestros corazones la pasión por llegar a más
niños y jóvenes, y hacer que vivan en plenitud. Especialmente, escuchamos
hoy las voces que nos piden:
- anunciar la Buena Noticia de Jesús, sobre todo en los lugares donde no
se conoce, haciéndolo con amor ardiente, celo apostólico y métodos
renovados;
- denunciar y comprometernos a luchar contra las nuevas formas de
pobreza;
- educar a las nuevas generaciones en amor y respeto a la creación;
- educar en la igualdad de género, en la diversidad cultural, religiosa y
étnica, insertos en los mundos juveniles;
- erradicar las causas de la exclusión y explotación de los niños y jóvenes,
a través de nuestro compromiso socio-político;
- ser solidarios con la realidad de los pueblos, más allá de nuestras
propias fronteras.
59. Estas llamadas nos piden no sólo que atendamos más obras, sino también
que nos abramos a nuevos estilos de presencia y nuevos espacios, donde
no hemos estado hasta ahora. El deseo de atender las necesidades de los
niños y los jóvenes nos hace innovadores y nos ayuda a salir de la inercia y
de la comodidad. Hoy disponemos de más oportunidades de formación, y
más recursos humanos y materiales, que los que tuvo Marcelino. Su
audacia nos inspira a usar estos medios con creatividad y profecía.
60. Los laicos podemos aportar una nueva forma de animar la vida marista en
las obras. Junto a los hermanos, podemos formar comunidades locales que
18
sean el corazón de la misión y la garantía de su identidad marista
evangelizadora. Estas comunidades pueden ser la semilla de una nueva
vitalidad de la misión, que no se basa sólo en el número o la presencia de
hermanos en el lugar.
63. La Misión Ad Gentes, revitalizada en estos últimos años por los hermanos,
es también para nosotros, los laicos, una llamada que nos invita a abrir
nuestras mentes y corazones a nuevas formas de presencia y generosidad,
hasta ahora insospechadas.
3
LA VIDA COMPARTIDA
19
En los meses de sufrimiento e incertidumbre, con nuestro hijo pequeño en
el hospital, acompañado en su cama por su muñeco Champi (Champagnat),
he sentido a nuestra familia marista sufrir con nosotros, rezar por nosotros
y alegrarse con nosotros. Hemos conocido el auténtico significado de la
comunión. Si esto no es compartir vida, ¿qué otra cosa puede ser?
(España)
66.La Iglesia, signo del Reino de Dios, vive de ese amor trinitario. Por ello,
refleja en su interior el rostro uno y plural de la humanidad, y, fiel a su
misión, crea unidad en la diversidad.
69. El espíritu de familia es una forma de ser que nos sana como personas y
nos transforma. Nos hace confiar en el otro, aceptar los propios límites y
sacar a la luz lo mejor que Dios nos ha dado. Cuando no hay nada que
aparentar, sólo queda disfrutar del encuentro con el otro.
70. De este espíritu, nacen los detalles con los demás, que nos caracterizan.
Como Marcelino, cultivamos entre nosotros las pequeñas virtudes23:
perdonar las ofensas diarias, comprender las razones del otro y ponerse en
su lugar, estar alegres, prever las necesidades de los demás y ser solícitos
en el servicio con sencillez, ser pacientes y afables, saber dejar paso a los
otros cuando les toca actuar… De esta manera se nutre nuestra vida diaria y
va ganando en profundidad.
20
71. A través del espíritu de familia, trasparentamos a Dios Trino y acogemos
con ternura a quienes se sienten lejos de cualquier hogar. Por eso, nuestra
pastoral marista debe estar impregnada de esta forma de ser que nos
caracteriza y que empapa nuestra misión.
72. Como María, salimos al encuentro de quien nos necesite, vamos a visitar a
Isabel, nos gozamos en la mutua compañía y creamos familia juntos 24.
Estamos atentos a los novios en Caná, ofrecemos nuestra ayuda con
sencillez y nos unimos en la celebración del vino bueno 25. Oramos unos por
otros en Jerusalén, vivimos la fraternidad y engendramos así una comunidad
en el Espíritu26.
Doy gracias a Dios porque siento cómo mi relación familiar, nacida del amor
a mi esposa y a mis hijos, alimenta y enriquece mi relación con una
comunidad más amplia. La vida de familia, en un mundo tan ajetreado
como el de hoy, puede resultar exigente y, a veces, hasta fatigosa. Pero mi
mujer y mis hijos son para mí una fuente de comprensión, de crecimiento,
de verdadera alegría. Ellos me infunden ternura de corazón. (Estados
Unidos)
73.La familia es el primer lugar donde vivir la comunión. En ella crecemos como
personas y seguidores de Jesús. Junto a las normales dificultades y
conflictos que surgen en la vida de las familias, en ellas madura también la
comprensión en la pareja, la abnegación en el cuidado de los hijos y de los
mayores o enfermos, la acogida de cada uno en sus las diferencias, la unión
para que todos puedan vivir dignamente y cada uno encuentre su propio
lugar, el cultivo de la fidelidad, la seguridad de que siempre habrá un sitio en
la mesa esperando al ausente.
75. Los laicos solteros cuidan de sus propias familias con especial delicadeza,
buscando ser fermento de unión entre los hermanos, fuente de comprensión
y cuidado para los padres, y referencia amorosa para las nuevas
generaciones de la familia.
76. Reconocemos que hay nuevas formas de familia entre nosotros. Los laicos
maristas, sean cuales sean las circunstancias, queremos vivirlas como un
hogar cristiano, donde el amor y la comprensión sean el centro de las
relaciones.
77. Los maristas, sea cuál sea nuestro estado de vida, cuidamos de nuestras
familias como un regalo único, y somos fecundos construyendo la familia
desde nuestras respectivas vocaciones.
21
Generar comunión en toda la vida
Nada me da más alegría que dedicar mis esfuerzos para que hermanos y
laicos podamos incendiar los corazones y quemar nuestras vidas a fin de
entusiasmarnos mutuamente, haciendo realidad el sueño de Marcelino.
(México)
La mesa de La Valla…
78. La fuerza del espíritu de familia congrega a los que vivimos el carisma
marista en una nueva familia de seguidores de Cristo al estilo de María. La
mesa de La Valla es un símbolo de la relación que nos une.
82. La mesa sencilla de los primeros hermanos nos mantiene en comunión con
la Iglesia, Pueblo de Dios, y con otras iglesias cristianas que caminan con
nosotros siguiendo a Cristo. Además, nos une a otras personas, no
creyentes o de otras religiones, con los que compartimos el compromiso de
construir un mundo más justo.
22
horizonte de mi vida y me ha proporcionado una visión más positiva de las
cosas. (Nueva Zelanda)
85. Vivimos realidades muy diferentes, por ello las formas concretas de cada
comunidad son también diversas. El modelo de comunidad en la que todos
viven bajo el mismo techo y todo se tiene en común, es una posibilidad que
se abre ante nosotros, pero no constituye el único ideal marista laical.
86. En el mundo marista existen hoy diversas formas de expresión de esta vida
en común: El Movimiento Champagnat de la Familia Marista, las
comunidades de vida de hermanos y laicos, y otros grupos maristas.
Formo parte de una fraternidad marista junto con mi familia. ¡Qué suerte
que naciera este movimiento! Mi esposo, mis hijos y yo tenemos en él una
fuente de agua viva y inspiración constante para manifestar que nuestra
vida sólo adquiere sentido desde la fe. Este vínculo que nos une
estrechamente a los hermanos y al el Instituto, nos lleva a la reflexión de
nuestra vida cristiana, y a dar testimonio en nuestro trabajo y en la
comunidad en la que estamos insertos. (Brasil)
23
Tuvimos unos días de retiro, hermanos y laicos. Fue entonces, al vernos
todos juntos, cuando surgió en mí la llamada a continuar todo el año con lo
que experimentamos en aquel retiro de vacaciones: vivir en comunidad,
hermanos y laicos, al servicio de los jóvenes. (Francia)
24
codo. En otros lugares, se han creado estructuras donde se comparte la
gestión y animación provincial. Los laicos no sólo se implican en la misión
sino que participan en su planificación conjunta. También se han instituido
consejos provinciales ampliados, en los que se trabaja unidos para
responder mejor a las necesidades actuales.
97. La comunión va más allá de la misión. Jesús nos llama a beber juntos del
agua viva31, a reunirnos para orar, a compartir la espiritualidad desde el
corazón. Necesitamos seguir desarrollando estructuras que impulsen esta
dimensión, como retiros de laicos y hermanos, experiencias de formación
conjunta y vitalidad carismática, u otros apoyos.
98. Los encuentros entre laicos y hermanos son un espacio privilegiado para
conocernos mejor, aceptarnos como somos y vivir en la comunión de Dios,
que nos envía, hoy más que nunca, a hacer presente el carisma de
Marcelino en el mundo.
4
LA ESPIRITUALIDAD
25
¡Qué mejor estilo de vida y propuesta a nuestro mundo de hoy que la
espiritualidad marista! El amor a María, el espíritu de familia, la sencillez, el
trabajo y la presencia en las familias que más nos necesitan, nos lanzan al
reto de vivir, día a día, paso a paso, con gran confianza en Dios, siempre
con la sonrisa en los labios, el anuncio de la Buena Nueva: ¡Que Jesús nos
ama! (México)
Vivir en el Espíritu
26
lo esencial, adoptando un estilo sencillo de vida; a admirarnos de los niños y
a descubrir, en su fragilidad, el rostro de Dios.
- Allí está Dios, en los niños y jóvenes, especialmente en los que no tienen
sitio en la posada33. Allí queremos contemplarle todos los días.
108.La Cruz, la entrega definitiva de Jesús, nos enseña a ser fieles al amor
hasta la muerte, porque sólo el amor es digno de fe36; nos enseña la
donación de cada día donde se esconde la felicidad sin fin; el abrazo que
acompaña el dolor del otro.
- Allí está Dios, invitándonos a esa fidelidad al amor y a creer en la
victoria de la Resurrección. Allí queremos adorarle, enjugando todas las
lágrimas37.
Como María
María es el modelo al que me siento llamada a imitar: mujer laica abierta a
la presencia de Dios, que comparte las preocupaciones, dichas y penas de
la gente de su pueblo. Creo firmemente que María sigue siendo nuestro
recurso ordinario y que ella lo hace todo entre nosotros. (España)
27
113.La imagen de María que Marcelino eligió para sus hermanos es también
nuestro símbolo: la Buena Madre. Queremos que nuestras relaciones estén
impregnadas de su ternura y cercanía. Con esas entrañas de misericordia,
presentamos al mundo el gran don de Dios hecho niño.
Yendo a hacer una visita a la capilla del colegio, todas las mañanas, aprendí
a poner mi vida en las manos de Dios por medio de nuestra Buena Madre.
Yo veo en los hermanos maristas una expresión del amor que Dios me tiene.
Fue a través de ellos cómo me fui acercando a Dios día a día, hasta
abandonarme en Él el resto de mi vida. (Sri Lanka)
117.De esta intimidad con Dios brota, como don y tarea, nuestra forma de ser
característica, la sencillez43. Amados infinitamente por Él, queremos ser
transparentes: conocemos nuestras debilidades y nos aceptamos con ellas.
Por eso, nuestras relaciones humanas tienden a ser fraternas y acogedoras.
28
forma de ser corresponsables en la construcción de un mundo mejor.
Intentamos superar un concepto del trabajo como elemento alienante y
destructor de la naturaleza, y lo convertimos en un espacio de
humanización.
121. De este modo, nuestra vida adquiere una dimensión profética que rompe
con algunos ideales sociales centrados en el propio yo. El éxito, el prestigio,
el nivel de consumo, tienen para nosotros un sentido diferente desde la
experiencia de Dios, al estilo de Marcelino.
5
FORMAS DE RELACIÓN
CON EL CARISMA MARISTA
29
No sé lo que nos deparará el futuro, pero yo me siento ilusionado ante el
reto de que aparezcan nuevas formas de ser marista. (Estados Unidos)
124.La vocación de los laicos maristas es una nueva expresión del carisma de
Champagnat. Por eso, solamente podemos comprendernos en comunión
con el Instituto de los hermanos, forma original del carisma en el que
hemos descubierto el tesoro de nuestra identidad.
126.Esa misma fraternidad nos une también a otras personas que viven el
carisma marista desde otros estados de vida, como el sacerdocio diocesano,
la vida religiosa femenina u otras formas de asociación religiosa. Del mismo
modo, hay personas de otras confesiones cristianas que comparten con
nosotros la llamada carismática y nos enriquecen con sus vidas.
127.El carisma marista, don del Espíritu, que sopla donde quiere47, toca hoy el
corazón de hombres y mujeres de otras religiones o convicciones 48.
Nosotros, laicos y hermanos maristas, acogemos a estas personas que
encuentran en el carisma de Champagnat un camino para vivir más
profundamente su propia experiencia religiosa y su compromiso con la
humanidad.
129.De igual forma, nos sentimos familia con las diversas asociaciones de fieles
y congregaciones diocesanas nacidas del carisma de Champagnat, en
especial con las Hermanitas Maristas de Champagnat (Guatemala) y las
Hijas Maristas de Jesús el Buen Pastor (Nigeria).
30
En relación con el Instituto de los Hermanos Maristas
131. Compartir el carisma con el Instituto implica, sobre todo, construir una
relación fluida, donde se da una comunicación efectiva entre los laicos y los
hermanos. El carisma marista fundacional nace con el Instituto de los
hermanos; es ahí donde hemos encontrado nuestra vocación y queremos
compartir nuestro caminar.
133.En un mundo cada día más global, los encuentros y experiencias nacionales
e internacionales revelan que el carisma marista supera las fronteras y
ayuda al diálogo entre culturas y tradiciones. Son una oportunidad para
conocer diferentes formas en las que se encarna hoy el carisma marista y
aportan nuevas intuiciones para recrearlo.
Junto con otros laicos, decidimos empezar a dar pasos para lograr conectar
toda la vida marista que existe a nivel laico en Catalunya. A este proyecto
le damos el nombre de “Movimiento Laico Marista” y a él dedicamos buena
parte de nuestras energías, acompañados por los hermanos. Entendemos
que el laicado tiene múltiples formas de expresión y que el carisma marista
está en muchos corazones que laten en esa sintonía. (España)
31
136.Los Afiliados al Instituto son personas (laicos, sacerdotes o religiosos), a
quienes el Instituto ha hecho partícipes de los bienes espirituales de la
familia religiosa de los hermanos50, porque han demostrado un excepcional
amor y apoyo a la obra marista. Tienen ya un reconocimiento formal del
Instituto.
Reconocimiento de la vocación
Fui invitada a un retiro espiritual, cuyo tema central era el papel del
hermano y del laico marista en la refundación. En la eucaristía final se
celebró la renovación de votos de los hermanos y el compromiso de los
laicos. En esta ceremonia formalicé mi opción de vida de seguir a Jesús en
el servicio a los demás como lo hizo san Marcelino, desde y en la
cotidianidad. (Colombia)
32
articulación de las iniciativas, nacidas desde las provincias, contribuirá a
consolidar este reconocimiento.
ITINERARIOS DE CRECIMIENTO
EN LA VOCACIÓN
33
El futuro, y mi deseo, es que la familia marista siga creciendo, que quien
nos observe diga: “Mirad como se aman”, y al ver la fraternidad que existe
entre nosotros, aumenten las vocaciones de hermanos y laicos para que
se haga extensivo el Reino de Dios, cumpliendo el sueño de Champagnat.
(México)
La vocación, camino de fe
150.Es necesario invitar a los laicos a iniciar un camino vocacional abierto a los
diferentes carismas y ministerios de la Iglesia. Por ello, hay que crear
espacios de evangelización que ayuden a crecer en la relación personal con
Dios. Esto implica la puesta en marcha de un plan de formación básica
humana, cristiana y marista, para todos los laicos y laicas interesados.
34
152.Un lugar especialmente importante para la toma de conciencia vocacional
son los procesos de pastoral juvenil. Laicos y hermanos nos hacemos
presentes en ellos, dando testimonio de nuestra propia vocación cristiana y
marista. Viviendo entre los jóvenes, compartiendo sus inquietudes y
necesidades, los animamos a encontrarse con Dios y a responderle con
generosidad.
35
158.En determinados momentos de la formación específica, el aporte de los
otros estados de vida puede desvelar perspectivas inesperadas56, a las que
quizás no éramos suficientemente sensibles.
159.Los procesos de formación deben ser vividos en comunidad. Los demás nos
ayudan a crecer. Sin su riqueza compartida y su corrección fraterna
quedamos encerrados en nosotros mismos y nuestra vocación se debilita.
165.Estos itinerarios deben ser creados y animados por personas que saben
acompañar procesos. Nos ayudan a hacernos preguntas y nos invitan a
descubrir nuestras propias respuestas.
36
167.Compartir con la Iglesia local y universal es imprescindible para crecer en
la fe. Nos ayuda a contrastar nuestra vida con la gran comunidad eclesial y a
tener la certeza de nuestra fidelidad al camino de Jesús.
Carta abierta
Hoy nos sentimos parte de una familia. Nos sentimos contentos, dichosos y
agradecidos porque unidos, hermanos y laicos, podemos compartir la
37
misma espiritualidad y la misma misión. Una nueva experiencia de Iglesia
ha nacido hoy. (Bolivia)
Nos hace muy felices presentaros esta carta. Somos un grupo de personas
que, siendo muy diferentes entre sí, nos sentimos profundamente llamados
a ser laicos maristas, y queremos compartir con vosotros la vivencia gozosa
de que:
Esta vocación nos une a los hermanos y nos lleva a compartir con ellos
misión, espiritualidad, formación… la vida. Tenemos la certeza de que
nuestras vocaciones específicas, sin confundirse, se iluminan mutuamente;
y somos los unos para los otros una constante fuente de riqueza.
Sentimos que el sueño de Marcelino está más vivo que nunca. Millones de
niños y jóvenes están abandonados, explotados, olvidados… Sus gritos son
los clamores del Espíritu de Dios, que nos queman, nos sacan de nuestras
comodidades y nos envían a servirles.
Por eso, sentimos que nuestra presencia marista, tanto de hermanos como
de laicos, debe multiplicarse ya, sin demora. Debemos llegar hasta el último
rincón del mundo donde se nos necesite.
38
Maristas todos, somos corresponsables de responder a esta misión común,
en tareas diferentes. Juntos, queremos decidir, planificar, llevar a cabo y
evaluar lo que Dios nos pide:
Es por todo esto que nos comprometemos, con toda el alma, a dejar lo
mejor de nosotros mismos en esta misión.
39
María de Nazaret es nuestro modelo. Ella nos enseña a vivir en familia, a
evangelizar con la presencia, a comprometernos con los pobres y a ser
acogedores con todos aquellos que viven a nuestro lado. Queremos vivir en
Cristo, a través de su amor de madre. María, compañera de camino, nos
lleva a Dios.
Ahora es el momento de dar los pasos que nos pide el Espíritu. No podemos
defraudarle. Creemos que nos llama a:
40
marista. Le damos gracias por este don y le pedimos que convierta nuestros
corazones para estar a la altura de la llamada.
Con sencillez, pedimos a Dios que nos ayude a ser fieles toda la vida. Junto
a los hermanos, nos sentimos enviados por Él a extender y vivir con mayor
hondura el carisma de Champagnat para bien de los niños y jóvenes, para
bien de la Iglesia y del mundo. Estamos invitados a soñar, rezar y vivir
juntos el sueño de Dios.
Sueño con unas obras maristas donde la persona siempre esté por encima
de todo lo demás. Donde la misión compartida sea tan real que se
proyecte, se trabaje y se decida en común, en corresponsabilidad.
Sueño con que seamos cada día más valientes y arriesgados en la opción
por los más desfavorecidos.
Sueño con una familia de laicos y hermanos donde nos demos apoyo y nos
responsabilicemos, unos junto a otros, en el servicio mutuo. Una familia
donde Jesús sea, de verdad, el centro de nuestra vida. (España)
Gracias Jesús,
por llamarme a seguirte.
Gracias María,
por tu presencia tierna, cercana.
Gracias Marcelino,
por contagiarme tu pasión
y permitir que me sume a tu proyecto.
Gracias hermanos,
por compartir vuestro tesoro,
invitarnos a soñar juntos,
en fraternidad;
viviendo, con un solo corazón,
la misma misión.
Gracias a todos,
hermanos y laicos maristas,
por enseñarme
que uno puede ser más feliz
cuando sabe trabajar y amar:
trabajar por lo que se ama
y amar aquello en que se trabaja.
Amén.
(Uruguay)
41
1
NOTAS
Jn. 3,8
2
Gaudium et Spes, 1
3
Cf. Lumen Gentium, 4
4
Cf. Vita Consecrata, 54-55
5
Christifideles Laici, 55
6
Vita Consecrata, 54
7
XX Capítulo General, Optamos por la vida, 26
8
Por amor a la voluntad de Dios y deseo de cumplirla toda la vida, aceptamos una serie de mediaciones. (Constituciones,
40)
9
Cf. Os. 2,16-25 y todo el Cantar de los Cantares.
10
Cf. Lc. 15,11-32
11
Cuaderno 4 del P. Champagnat. AFM 132.4, p. 33, nº 6
12
Título del documento final del Foro Social Mundial de Porto Alegre (Brasil, 2001)
13
Cf. Mc. 9,35
14
H. Seán D. Sammon, SG, Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar: la vida apostólica marista hoy. Circulares del
Superior General de los Hermanos Maristas, volumen XXXI (3), 6 junio 2006, p. 72
15
Jn. 10,10
16
Jean-Baptiste Montagne era un adolescente pobre, sin ningún conocimiento de Dios, que vivía en la parroquia de La
Valla, y que fue atendido por Marcelino horas antes de su muerte. Se ha convertido en el arquetipo de todos aquellos niños
y jóvenes a los que debe dirigirse la misión marista. (Cf. Jean Coste, SM, Origines Maristes, IV, p. 120)
17
Cf. H. Juan Bautista, Vida de José-Benito-Marcelino Champagnat. Ed. del Bicentenario, Edelvives, 1989, p. 504.
18
Cf. Mt. 10,8
19
Cf. Misión Educativa Marista, 51 b y 165
20
Cf. Redemptoris Missio, 37
21
Asamblea Internacional de la Misión Marista (Mendes-Brasil, septiembre 2007): Documento final, elemento 4º.
22
Cf. San Agustín, De Trinitate, VIII, 10, 14
23
Cf. Juan Bautista Furet, Crónicas Maristas. III. Sentencias (Enseñanzas espirituales), cap. XXVIII, Edelvives, Zaragoza,
1989, pp. 261-266. Aquí hemos querido redactar una versión más laical de las pequeñas virtudes, pero que coinciden en lo
esencial con las descritas por el H. Juan Bautista.
24
Cf. Lc. 1,39-56
25
Cf. Jn. 2,1-11
26
Cf. Hch. 1,12-14
27
Cf. H. Charles Howard, SG, El Movimiento Champagnat de la Familia Marista: una gracia para todos nosotros (Proyecto
de vida). Circulares del Superior General de los Hermanos Maristas, volumen XXIX (7), 15 octubre 1991, p. 358.
28
Cf. H. Charles Howard, SG, Idem, pp. 419-428
29
Constituciones, 167.4
30
Somos conscientes de que el documento final deberá venir de vuestros propios corazones, de vuestra propia fe, de
vuestra propia experiencia, de vuestra vivencia de la espiritualidad de Champagnat. Consideramos este documento como
el primer paso de un proceso que vosotros mismos completaréis en los años venideros. (Cf. H. Charles Howard, SG: Idem,
p. 416)
31
Cf. Jn 4,10
32
Cf. Constituciones, 49
33
Cf. Lc. 2,7
34
Cf. Lc. 15,11-32
35
Cf. Lc. 14,15-24
36
Cf. Urs Von Balthasar, Sólo el amor es digno de fe, Salamanca, 1975 (Título de la obra)
37
Cf. Ap. 21,4
38
Lc. 1,38
39
Lc. 2,19
40
Lc. 1,53
41
H. Juan Bautista, Idem, p. 96.
42
Cf. Agua de la Roca, 80-87
43
Cf. Agua de la Roca, 33-41
44
Cf. Ex 17,1-7
45
Cf. Agua de la Roca, 124
46
H. Juan Bautista, Idem, p. 243.
47
Jn. 3,8
48
Cf. Redemptoris Missio, 55
49
Cf. Asamblea Internacional de la Misión Marista de Mendes (Brasil): Idem, elemento 2º. Aparece por primera vez la
expresión Maristas de Champagnat, aplicada a todos los estados de vida que siguen el carisma de san Marcelino.
50
Cf. Constituciones, 8
51
Cf. Proyecto de vida, 6 y 22 (H. Charles Howard, SG: Idem, pp. 421 y 427)
52
XX Capítulo general, Optamos por la vida, 26
53
Cf. Agua de la Roca, 114
54
Cf. Jn. 19,25-27
55
Cf. Hch. 1,14
56
Cf. Vita consecrata, 54
57
Cf. H. Benito Arbués, SG: Caminar en paz pero de prisa. Circulares del Superior General de los Hermanos Maristas,
volumen XXX (1), 8 noviembre 1997, p. 36. El H. Benito cuenta una bella leyenda americana:
Se trata de una tribu india acampada desde tiempo inmemorial al pie de una gran montaña. Su jefe, gravemente enfermo,
llamando a sus tres hijos, les dice: “Subid a la montaña santa. Quien me traiga el más bello regalo me sucederá como
jefe”.
Uno de los hijos le trajo una rara y hermosa flor. El otro le entregó una hermosa piedra multicolor. El tercero le dice al
padre: ‘Yo no traigo nada. Desde la cumbre de la montaña pude ver en su otra vertiente maravillosas praderas y un lago
cristalino. Tan impresionado quedé que no pude traer nada; pero vengo obsesionado por ese nuevo emplazamiento para
nuestra tribu’. Y el anciano jefe replicó: ‘Tú serás el jefe porque tú me has traído como regalo la visión de un futuro mejor
para nuestra tribu’.”
58
Asamblea Internacional de la Misión Marista (Mendes-Brasil, septiembre 2007): Idem, elemento 2º (Vocación 4 y Misión
4) y elemento 4º (4).
59
Cf. Redemptoris Missio, 28-29
60
H. Basilio Rueda: Discurso de apertura de la I Conferencia general (Meditación en voz alta de un H. Superior general a
sus HH. Provinciales). Circulares de los Superiores generales de los Hermanos Maristas, volumen XXV, 1 julio 1971, p. 314.
(Citando a Yves Congar)
GUÍA DE TRABAJO
1
LA VOCACIÓN LAICAL MARISTA
2. Los laicos se sitúan de diferentes formas ante el carisma marista. ¿Cómo te sitúas tú?
¿Por qué?
2
LA MISIÓN
3. ¿Cuáles son las nuevas presencias, estilos, lugares, a que te sientes llamado en el
servicio a la misión marista?
3
LA VIDA COMPARTIDA
1. ¿Qué es lo que te motiva para hacer que tus relaciones sean auténticas, sencillas,
acogedoras, adecuadas para vivir el espíritu de familia?
3. ¿Cómo y dónde vives el encuentro entre hermanos y laicos? ¿En qué podemos
avanzar en este terreno, como personas, como provincia, como Instituto?
4
LA ESPIRITUALIDAD
1. ¿Dónde te encuentras más fácilmente con Dios? ¿Cuáles son los principales obstáculos
que experimentas en este camino? ¿Cuentas con alguien que te ayude y acompañe?
2. ¿En qué sentido María es modelo para tu vida? ¿Cuáles son las actitudes de ella que
más te atraen? ¿En cuáles de ellas crees que debes profundizar?
5
FORMAS DE RELACIÓN CON EL CARISMA MARISTA
1. Para laicos: Describe (comparte) cómo te ves en las relaciones que, personalmente o
dentro de un grupo de laicos, mantienes con el Instituto y/o con el carisma marista.
Para hermanos: Describe (comparte) cómo te sientes ante los laicos que,
personalmente o como grupo, desean una relación más intensa con el Instituto y/o
con el carisma marista.
3. Mirando tu propia experiencia marista (laico o hermano), ¿hacia qué nuevo modelo
marista, nos está guiando el Espíritu Santo, personalmente y como grupo?
6
ITINERARIOS DE CRECIMIENTO EN LA VOCACIÓN
1. Reflexiona sobre tu propio camino de fe. ¿Cuáles son los pasos o etapas de tu camino
de fe, que te han permitido ir descubriendo tu vocación marista de laico o de
hermano?
2. ¿Qué realidades de nueva visión y vitalidad del carisma marista te están interpelando
en estos momentos? ¿Qué estilo de formación sería adecuado para ayudarnos a
afrontar estos desafíos?
3. Todos y cada uno de nosotros hemos tenido cerca a personas que nos han ayudado
de manera significativa a descubrir, crecer y vivir nuestra propia vocación marista.
Reflexiona y comparte lo que los laicos y hermanos podríamos hacer juntos para
promover ambas vocaciones.
AGRADECIMIENTO
A todos aquellos laicos maristas que nos enviaron sus testimonios vocacionales y
posibilitaron el alma de este documento:
Amazônia:
Aldemízia Magalhães, Alice, Edilene Petry, Éster Aquino, Gisalda Mariano, Sernizia Araújo,
Vânia Magalhães (como grupo de laicos), Maria de Nazaré do Nascimento (Brasil).
América Central:
Lilian Cobar (El Salvador), Francisco Porres (Guatemala), Víctor Quiñónez – Miranda
(Puerto Rico).
Brasil Centro-Norte:
Geraldinho Costa, José Jorge Ribeiro, Layza Gomes, Maria da Conceição Santana, Maria
de Lourdes Leal, Silas Rodrigues (Brasil).
Brasil Centro-Sul:
Ivete Maria Piai Nascimento, Karin Eliana Lacerda, Lúcia Lima Coelho (Brasil).
Canada:
Adrienne Rainville, Claude Harvey, Claude Prégent, Linda Corbeil (Canadá).
East Asia:
Gabriel Khoo, Joseph Chua (Singapur), Charita Y. Salibio, Ladislao Flores, Olimpia S.
Cristobal (Filipinas).
Compostela:
Carmina Romo, Roberto González, Sonia Calvete (España).
Ibérica:
Ana Sarrate, Andrés Gil, Andrés Larrambebere, Lucila Lobo, Manuel Ángel Poyatos
(España).
L’Hermitage:
Catherine Demougin, Jean-Marie Weibel, Pierre y Mireille Reynaud (Francia), Dimitri
Kostas (Grecia), Josep Buetas (España).
Mediterránea:
Carlos Ares, Carlos y Mercedes Ramos, Dolores Moreno (España).
Madagascar:
Pauline Ramampiandra, Rufine Lalatiana, Solonirina J. Rahantamalala (Madagascar).
Melanesia:
Benedict Tooming (Papúa-Nueva Guinea).
Melbourne:
Barbara Radford, Gail Coates, Maria Outtrim, Peter Chalkley (Australia).
México Central:
Alba Guerrero, Héctor G. Flores, Pedro Chinchilla (México).
INDICE
PRESENTACIÓN
INTRODUCCION
1
LA VOCACIÓN LAICAL MARISTA
Hijos de nuestra época
Los laicos en la Iglesia, Pueblo de Dios
Los laicos maristas
- Diferentes formas en que los laicos se sitúan frente al carisma
- Los laicos maristas: una vocación cristiana
La vocación laical marista y la vocación del hermano
La transmisión de un don: el carisma marista
San Marcelino Champagnat: nuestra inspiración para seguir a Jesús
Tres dimensiones de una sola vida: misión, vida compartida, espiritualidad
2
LA MISIÓN
Cristo nos envía: la misión de los laicos
Con la pasión de Marcelino: la misión laical marista
Corresponsables en la misión común
- Juntos en la misión
- La relación laboral
- La relación de voluntariado
- Gestión y corresponsabilidad
Apasionados por multiplicar y fortalecer la misión
3
LA VIDA COMPARTIDA
Dios es comunión en la diversidad
Nuestra experiencia de comunión: el espíritu de familia
La familia, signo de comunión
Generar comunión en toda la vida
- La mesa de La Valla
- Nos une al mundo entero
Del compartir nace la comunidad
- El Movimiento Champagnat de la Familia Marista
- Comunidades de vida de hermanos y laicos
- Otros grupos de laicos maristas
Nuevas estructuras de comunión
4
LA ESPIRITUALIDAD
Vivir en el Espíritu
Seguir a Jesús: el centro de la vida del laico marista
Como María
Un estilo de vida en el Espíritu
Circularidad entre misión, vida compartida y espiritualidad
5
FORMAS DE RELACIÓN CON EL CARISMA MARISTA
Juntos, testigos del carisma
En relación con otras congregaciones maristas
En relación con el Instituto de los Hermanos Maristas
Vinculación y sentido de pertenencia
Reconocimiento de la vocación
Hacia un nuevo modelo marista en la Iglesia
6
ITINERARIOS DE CRECIMIENTO EN LA VOCACIÓN
La vocación, camino de fe
Momentos del camino
- Descubrimos la llamada de Dios
- Discernimos la opción de vida marista
- Y vivimos en constante crecimiento
Características fundamentales del camino
Se hace camino al andar: formación permanente
Carta Abierta
NOTAS
GUÍA DE TRABAJO
AGRADECIMIENTO