El Cid

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GUA DE LECTURA

Presentacin
Dentro del imaginario cultural colectivo, la figura del Cid Campeador se perfila como uno de los ms brillantes emblemas de heroicidad. A caballo entre la historia y la leyenda, como todos los grandes hroes nacionales, cuenta con el privilegio de protagonizar el ms importante poema pico de la lengua castellana, comparable en excelencia artstica a la magna Chanson de Roland y clsico indiscutible de nuestras letras: el Cantar de Mo Cid, conservado en un manuscrito annimo de 1207. Pero el influjo de la materia cidiana se proyecta ms all del Cantar conformando un ciclo pico que incluye las Mocedades de Rodrigo, el Cantar de Sancho II y El cerco de Zamora, y tal vez otros poemas ms breves como el Destierro del Cid o la Jura de Santa Gadea. Decimos tal vez porque, en rigor, son el Cantar de Mo Cid y las Mocedades, ya del siglo xiv, los nicos cantares de gesta sobre nuestro hroe que han llegado hasta nosotros; todos los dems son resultado de reconstrucciones posteriores a partir de las prosificaciones incluidas en las crnicas historiogrficas o a partir de los ecos conservados en los romances. Y fue justamente el Romancero, viejo y nuevo, el cauce por el que la configuracin legendaria del Cid sigui enriquecindose ms all de los siglos medievales y del radio de influencia del Cantar. La leyenda eclips, paulatinamente, los resquicios de la historia para convertir al Campeador en un autntico mito. El hombre Rodrigo Daz naci en Vivar, una pequea aldea de Burgos, hacia 1043. Era hijo de Diego Lanez, noble caballero castellano, y nieto de Lan Calvo, uno de los Jueces de Castilla. Con apenas catorce aos, como muchos jvenes nobles de la poca, pas a la corte para servir al prncipe Sancho, heredero del trono castellano. Compartiendo juegos e instruccin, primero, y campaas guerreras, ms tarde, el futuro Campeador (campi doctor), se gan la confianza y el respeto del rey, que le nombr alfrez en 1065. Pero tras la muerte de ste en el asedio de Zamora y con la consiguiente subida al trono de su hermano Alfonso, Rodrigo fue acusado de deslealtad y desterrado del reino en 1081. Durante cinco aos luch del lado de los musulmanes de Zaragoza y venci a sus principales enemigos. Sus constantes victorias le granjearon el apelativo de sidi, mi seor, con el que fue conocido a partir de entonces Rodrigo Daz de Vivar, el Cid Campeador. En 1087 el rey Alfonso VI le concedi el perdn y le encomend la defensa de Levante. La definitiva capitulacin de Ibn Yahhaf tras un asedio que se prolong durante varios aos permiti al Cid hacerse con el dominio de Valencia en 1094. Para detener el impulso almorvide se ali con Pedro I de Aragn y con Ramn Berenguer III de Barcelona, y cas a sus dos hijas, Cristina y Mara, con el conde de Barcelona y con Ramiro de Navarra, respectivamente. Muri como seor de Valencia, en 1099, rodeado ya, probablemente, de los primeros olores de leyenda. Antes de la fijacin por escrito de las hazaas del Cid, una fecunda tradicin oral fue dando forma a la configuracin mtica del hroe de la Reconquista; y la savia recreadora de la poesa logr que, poco a poco, aquel Rodrigo Daz que haba nacido en Vivar a mediados del siglo xi se difuminase bajo la cegadora estela de su modelacin legendaria.

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LEYENDAS DE MO CID

Actividades
1
Lee atentamente el siguiente fragmento y responde las siguientes preguntas:
Han pasado muchos aos. Todos los personajes de esta historia se han convertido en polvo, pero el recuerdo de Mo Cid, aquel valiente caballero de la frondosa barba blanca, permanece en cantares y romances, y vuelve cada vez que los poderosos abusan de los dbiles o alguien comete una injusticia (p. 175).

a) Crees que la leyenda del Cid puede tener, efectivamente, vigencia en el contexto actual? En qu sentido?

b) Conoces otras leyendas similares a la de Mo Cid? Cules? Cmo las has conocido?

Cules son los rasgos ms caractersticos del cantar de gesta?

Qu es una leyenda? Por qu crees que la historia puede llegar a convertirse en leyenda?

Localiza en Internet o en algn recurso bibliogrfico propuesto por tu profesor un romance sobre Rodrigo Daz de Vivar y resume su contenido.

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Estructura y motivos recurrentes


Las Leyendas de Mo Cid resultan de la reelaboracin y reordenacin de materiales surgidos en tiempos remotos. No debemos olvidar que las primeras noticias sobre la vida del Campeador, aglutinadas en ese Cantar de Mo Cid compuesto probablemente a finales del siglo xii, se centran en la edad adulta del hroe, en un periplo hacia la gloria dividido en tres ncleos fundamentales: el destierro, las bodas de las hijas y la afrenta de Corpes. La historia de la literatura cidiana comienza, por tanto, in medias res, y es en los siglos posteriores cuando se rellenan las lagunas biogrficas del hroe a travs de nuevos cantares de gesta, como las Mocedades de Rodrigo, o, de manera muy especial, a travs del Romancero. Desde el principio, eso s, la fidelidad histrica queda muy solapada bajo ese halo mtico que estimul un proceso de recreacin colectiva sostenida a lo largo del tiempo. La biografa legendaria del Cid se modela, por tanto, a partir de varias fuentes que como poda esperarse de un gnero dirigido en primera instancia al ensalzamiento del hroe nacional no se originaron siguiendo el orden cronolgico.

Estructura
Hitos narrativos
Primeros aos entre Vivar y Ubierna. El ejemplo de su padre. Vocacin guerrera. Habilidades caballerescas. Muerte del padre y promesa de venganza. Traslado a la corte y servicio al prncipe Sancho. Rodrigo, caballero. Muerte de su madre. Muerte del conde de Gormaz. Boda con doa Jimena. Ardor guerrero. Sancho II, rey de Castilla. Rodrigo, alfrez real. Venga a su padre matando a Jimeno Garcs. Rodrigo, el Campeador. La traicin de Bellido Dolfos y la muerte de Sancho. Jura de Santa Gadea. Conflicto entre el rey de Sevilla y el rey de Granada. Rodrigo, el Cid. Intrigas de Garca Ordoez. Destierro del Cid. El Cid rene a los suyos para ir al destierro (lvar Fez). Los presagios, buenos y malos, de la corneja. Soledad de los desterrados en Burgos. Una nia de 9 aos informa de las amenazas del rey. Oracin en Santa Mara. El engao a Raquel y Vidas. El Cid en San Pedro de Cardea. Encuentro con Jimena y sus hijas. La despedida y salida de Burgos. Ataque a Castejn. Toma de Alcocer.

Leyenda
La infancia de Rodrigo

Fuente principal
Cantar de las Mocedades de Rodrigo Cantar de las Mocedades de Rodrigo

Fecha
de la fuente

Siglo xiv

En la corte de Castilla

Siglo xiv

El Campeador

Romancero

A partir del siglo xv

Polvo, sudor y hierro

Cantar de Mo Cid Primer Cantar

1207

Camino de la frontera

Cantar de Mo Cid Primer Cantar

1207

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Caballos para el rey

Regalo de treinta caballos para Alfonso VI. El rey libera a lvar Fez, pero an no perdona al Cid. Venta de Alcocer. Reciben tributos de Zaragoza. lvar Faez y el Cid se renen de nuevo. Vence a Ramn, conde de Barcelona. Adquisicin de la espada Colada. Acercndose a Valencia. Las profecas del adivino de Tamn. Asedio a Valencia durante diez meses. Capitulacin de Tamn. Adquisicin de Babieca.  Nueva embajada ante Alfonso VI con un centenar de caballos. Don Jernimo, obispo de Valencia. Agradecimiento de Alfonso. Envidia de Garca Ordez.  Permiso a la familia del Cid para reunirse con l en Valencia. Ambicin de los infantes de Carrin. Viaje de doa Jimena y las hijas de Cid a Valencia. Encuentro del Cid con su familia. Batalla con los moros de Yusuf a las puertas de Valencia. Bodas de los caballeros del Cid con las damas de compaa. Nueva embajada del Cid al rey con doscientos caballos. Los infantes de Carrin piden al rey casarse con las hijas  del Cid. Perdn real. Oferta del rey para casar a los infantes de Carrin  con las hijas del Cid. Encuentro del Cid y el rey a orillas del Tajo. Se acuerda la boda de las hijas del Cid.  El obispo don Jernimo oficia las bodas de las hijas del Cid con los infantes de Carrin. La cobarda de los condes ante el len. Batalla contra el rey Bcar. Cobarda de los infantes en el campo de batalla. Adquisicin de la espada Tizona tras vencer al rey Bcar. Banquete para celebrar la victoria sobre Bcar.  Indignacin de los infantes de Carrin cuando nadie alaba su valor.  Determinacin de los infantes a deshonrar a las hijas del Cid.  Las hijas del Cid y los infantes se encaminan, supuestamente, a Carrin.  El Cid les hace entrega de sus espadas, Colada y Tizona.  Los infantes maltratan a sus esposas en el robledal de Corpes. El rey convoca las Cortes de Toledo para desagraviar al Cid. Se celebran las Cortes de Toledo. El Cid pide a los infantes que le devuelvan sus espadas.  El Cid pide a los infantes que le devuelvan las riquezas que les haba entregado y, como ya no pueden devolverlo, tienen que pagarle en especies.  Cuando el Cid exige que se repare su deshonra, Garca Ordez justifica la accin de los infantes amparndose en la menor posicin del Cid. Los hombres del Cid retan a los infantes y se acuerda  la lucha.

Cantar de Mo Cid Primer Cantar

1207

La conquista de Valencia

Cantar de Mo Cid Segundo Cantar

1207

Tambores de frica

Cantar de Mo Cid Segundo Cantar

1207

El perdn real

Cantar de Mo Cid Segundo Cantar

1207

El rey Bcar de Marruecos

Cantar de Mo Cid Tercer Cantar Cantar de Mo Cid Tercer Cantar

1207

La venganza de los infantes

1207

En las Cortes de Toledo

Cantar de Mo Cid Tercer Cantar

1207

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Las justas de Carrin

 Los infantes de Navarra y Aragn piden en matrimonio a las hijas del Cid.  El rey pide al Cid que haga una demostracin de su habilidad cabalgando a Babieca. El Cid vuelve a Valencia. Se celebran las justas y los de Carrin son vencidos. Celebracin de las nuevas bodas de las hijas del Cid. Las tropas de Yusuf asedian Valencia. El Cid es herido de muerte.  El Cid pide que no le extraigan la flecha y dicta testamento de que, si muere, le ensillen para que el enemigo crea que sigue vivo. El Cid muere durante la noche, acompaado de doa Jimena. Al da siguiente ensillan el cadver y todos creen que est  vivo. Aos despus de la muerte del Cid, doa Jimena no resiste  el asedio musulmn y vuelve a Castilla.

Cantar de Mo Cid Tercer Cantar

1207

La ltima batalla de Mo Cid

Romancero

A partir del siglo xv

2 Motivos recurrentes
La configuracin legendaria de la materia cidiana corre pareja a un proceso de literaturizacin que nos ofrece las claves interpretativas ms all de cualquier rigorismo histrico. La trayectoria del Cid se modela, en muchos sentidos, segn el paradigma de los relatos folclricos, a partir de un eficaz entramado de secuencias de degradacin y mejoramiento, tal como las denomin Claude Bremond. Del destierro a la riqueza, de la deshonra a la gloria, la vida literaria del Campeador se sustenta sobre un fondo irnico que apela a nuestra propia sensibilidad. Lo que, en principio, se perfila como lo peor que poda sucederle a Rodrigo, el destierro, se convierte en el resorte de su ascenso social; lo que parece plantearse como un eslabn ms en su camino a la gloria, la boda de sus hijas con los infantes de Carrin, termina trayndole la ms dolorosa de las deshonras. Y, as, el relato de la vida del Campeador est sazonado con una dosis de tensin dramtica que trasciende las pocas y le confiere universalidad. En ntima relacin con este choque de extremos sobre el que se asienta literariamente la leyenda del Cid hay que situar, adems, la clave estructural que la organiza y que Alberto Montaner simboliz con una W: la vida del hroe discurre sobre un doble proceso de prdida y recuperacin de la honra, que baja hasta el destierro, sube luego con el perdn del rey, desciende otra vez con la afrenta de los de Carrin para ascender de nuevo en la escala social gracias a un segundo, y mejor, matrimonio de doa Elvira y doa Sol. La trayectoria del Cid es, as, el emblema de la autosuperacin ante la dificultad, del mejoramiento social ante la desgracia sobrevenida de manera injusta. El constante fondo religioso y a veces proftico que tie su vida no empaa la tica del esfuerzo personal, que se impone como uno de los ndices caracterizadores de la epopeya. Las huellas de literaturizacin de la materia cidiana se perciben, adems, en el juego de smbolos y motivos tpicos que subyace a todo el relato y que apela directamente al lector como constructor de sentido. De nio, Rodrigo se entretiene jugando con una espada de madera y suea con poseer, algn da, una de verdad. La espada se convierte, as, en el emblema de su ascenso social y militar y, por eso, dos de sus victorias fundamentales culminan con la adquisicin de sus dos espadas: Colada y Tizona. Cuando el Cid se las entrega a los infantes de Carrin antes de la afrenta de Corpes, est entregando, simblicamente, su honra y prestigio, tal como luego se corrobora; y, de igual modo, la recuperacin de las espadas en las Cortes de Toledo supone el inicio de su desagravio. El caballo, arquetipo de la fortaleza y el valor, es una prolongacin del
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hroe: el Campeador intenta ganarse el favor del rey regalndole caballos en nmero creciente segn van incrementndose sus victorias y riquezas. Ante la atenta mirada de Alfonso, Babieca y su jinete se difuminaron y casi se confundieron: es una suerte de fusin cuasi mstica que prefigura la batalla final, una batalla en la que es el caballo quien logra que el cuerpo, ya inerte, del Cid parezca cobrar vida ante sus enemigos. Precisamente, cuando los musulmanes atisban el avance del ejrcito enemigo en esa ltima batalla reparan en que aquella barba blanca, que se agitaba como una bandera al viento, era inconfundible. La barba es, como en mltiples testimonios medievales y ureos, el smbolo de la honra masculina; una barba arrancada al conde Garca Ordez en seal de humillacin, una barba que va hacindose cada vez ms frondosa y cana a medida que avanza la fama del Cid, una barba que l mismo se arranca cuando sus hijas son maltratadas por los infantes de Carrin, una barba que ata al pecho antes de las Cortes de Toledo y una barba que ondea como una bandera en el cenit de la gloria heroica. Por obra de la poesa, la vida del Cid queda enmarcada en un juego de correspondencias simblicas que contribuyen a enriquecer el sentido de la leyenda.

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Actividades
1
Lee el siguiente fragmento incluido en El Campeador:
Seor, todos los aqu presentes, aunque no se atrevan a decirlo, abrigan la sospecha de que vos habis tramado la muerte de vuestro hermano. A menos que probis vuestra inocencia, nunca podris contar con sbditos leales, y la duda destruir vuestro reino. Mientras sea as, no puedo mostraros fidelidad ni aceptaros como soberano (p. 30).

Es, como sabes, el fragmento inmediatamente anterior a la Jura de Santa Gadea. Por qu desafa el Campeador al rey Alfonso? Cules son las consecuencias de este acto?

Qu es la honra? Seala algunos fragmentos de las Leyendas donde se muestre la preocupacin por la honra. Crees que el concepto tiene alguna vigencia actual? En qu sentido?

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El Cid es el emblema del hombre hecho a s mismo y de la autosuperacin ante la dificultad. Pero, a veces, en las Leyendas aparece la creencia en fuerzas sobrehumanas. Pon algn ejemplo y explica cules son esas creencias.

Explica el engao del Cid a Raquel y Vidas incluido en Polvo, sudor y hierro. Crees que el Cid habra tenido otras opciones sin necesidad de recurrir al engao? Cules?

Describe con tus palabras en qu consiste el asedio a una ciudad o fortaleza y ejemplifcalo con un fragmento de las Leyendas.

Redacta en hoja aparte un breve relato donde describas cmo te imaginas el reencuentro del Cid con doa Jimena y sus hijas a las puertas de Valencia. Puedes incidir en las emociones de los personajes, en la fastuosidad de las celebraciones o combinar ambos aspectos.

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Significacin del espacio y del tiempo


Desde una perspectiva histrica, el marco espacio-temporal en que se desarrollan las leyendas del Cid es la Espaa de la Reconquista durante la segunda mitad del siglo xi; una poca convulsa en que los reinos cristianos se sacudan en luchas intestinas al tiempo que tenan que defenderse de la presin musulmana.

Territorios bajo poder musulmn Reinos cristianos Este sustrato histrico se mantiene intacto en los relatos legendarios sobre el Campeador, a pesar de que las coordenadas espacio-temporales tiendan, a veces, a difuminarse bajo una aureola de trascendencia mtica. Ms all de la historia, la poesa recrea la grandeza sobrehumana de una edad heroica. Es cierto, no obstante, que los movimientos espaciales del Campeador y los suyos estn perfectamente registrados, lo que contribuye a estructurar el desarrollo de la trama. En el relato, algunas referencias resultan bsicas: V  ivar, pequea aldea burgalesa en la que nace Rodrigo Daz y a la que vuelve justo antes de iniciar el destierro. C  astillo de Ubierna, cerca de Burgos, donde pasa el futuro Cid sus primeros aos. B  urgos, capital del reino de Castilla, del que es desterrado el Cid por el rey Alfonso VI.

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I  glesia de Santa Mara, en Burgos, donde rezan el Cid y los suyos antes de encaminarse al destierro. S  an Pedro de Cardea, monasterio donde doa Jimena y sus hijas esperan, custodiadas por el abad don Sancho, primero cuando Rodrigo va a Sevilla para cumplir una misin encomendada por el rey, y luego cuando tiene que partir al destierro. C  astejn de Henares, primera victoria del Cid en tierra musulmana despus del destierro. C  astillo de Alcocer, primero tomado y luego vendido por el Cid a los musulmanes. Z  aragoza, ciudad musulmana que paga tributo al Cid.  alencia, ciudad musulmana que termina cayendo ante el asedio del Cid. V  rillas del Tajo, zona fronteriza donde se celebra la reunin entre Alfonso VI y el Cid O que culmina con el perdn real. R  obledal de Corpes, lugar donde los infantes de Carrin maltratan a sus esposas y las abandonan a merced de las fieras.  oledo, donde se celebran las Cortes para desagraviar al Cid. T Ms all de estas concreciones geogrficas, portadoras de una evidente verosimilitud, el desplazamiento espacial se convierte, por s mismo, en una estrategia organizativa de la materia cidiana: el hroe marcha al destierro venciendo enclaves musulmanes y avanzando hacia Levante, su emisario lvar Fez regresa en varias ocasiones a Castilla para buscar el favor del rey, doa Jimena y las hijas viajan a Valencia para reunirse con el Cid, Rodrigo se desplaza a orillas del Tajo para encontrarse con Alfonso VI, quien le concede el perdn, doa Elvira y doa Sol viajan con sus esposos hacia el robledal de Corpes, el Cid viaja a Toledo y, enseguida, vuelve a Valencia Un constante ir y venir distribuye la materia narrativa en episodios perfectamente definidos e identificables, como vimos ms arriba. El paso del tiempo se hace evidente a travs de estrategias diversas. Las frmulas temporales explcitas se combinan con otros procedimientos de mayor carga potica: desde las referencias a la barba encanecida del Cid o las risas de las hijas al verle envejecido, hasta las expresiones de nostalgia del propio Campeador antes de irse al destierro o del abad don Sancho cuando tiene que despedir a doa Jimena. Una temporalidad muy presente en la trayectoria del Cid, pero suspendida a veces por el influjo eternizador de la aureola folclrica y legendaria. Presente y futuro se entremezclan en los augurios del Campeador ante esa corneja, diestra y siniestra, que les acompaa al iniciar el destierro o ante la mosca atrapada en la tela de araa que ve justo cuando sus hijas se encaminan a su afrenta con los infantes de Carrin; y lo mismo sucede en las crpticas profecas del adivino del rey Tamn de Valencia, antes de ser definitivamente vencido por el Cid. El onirismo tambin contribuye a amalgamar lmites temporales, como cuando el propio Tamn confunde sueo y realidad al verse asediado por las tropas del Cid, o cuando el hroe, en su lecho de muerte, se retrotrae a los momentos ms felices de su infancia.

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Acontecimientos histricos
1035 Fernando I, rey de Castilla. Fernando I el Magno es ungido Emperador de Espaa en la 1038 catedral de Santa Mara (Len). c. 1040 Llegada de los almorvides.

Vida del Cid

1043 Nace Rodrigo Daz en Vivar. 1050 Concilio de Coyanza, con mltiples novedades de jurisdiccin civil y eclesistica. 1057 El Cid se va a la corte de Burgos y entra al servicio del heredero Sancho. Conquista de San Esteban de Gormaz y Berlanga. 1060 Sitio de Talamanca y Alcal. 1062 Las tropas capitaneadas por Sancho entran al servicio de 1063 al-Muqtadir de Zaragoza y matan al rey de Aragn, Ramiro I.  Consagracin de la baslica de San Isidoro, en Len. Sancho II, rey de Castilla. 1065 Guerra de los tres Sanchos. 1067 Introduccin en Espaa de la Orden de Cluny. 1070 1071 Reparto de Galicia entre Sancho II y Alfonso VI. Victoria sobre Alfonso VI. 1072  Cerco de Zamora.  Muerte de Sancho a manos de Bellido Dolfos.  Alfonso VI, rey de Castilla, Len, Portugal y Galicia. El Cid se casa con doa Jimena. 1074 Comienza la construccin de la catedral de Santiago 1075 de Compostela. Concilio de Burgos, sustitucin del rito mozrabe por el romano. 1080 Destierro del Cid. 1081 Toma de Toledo. 1085  Alfonso VI adopta el ttulo de emperador de Espaa. 1086 Alfonso VI es derrotado en Sagrajas. 1087 Acercamiento del Cid y Alfonso VI. 1089 Segundo destierro del Cid. Capitulacin de Valencia. 1094 1099 Muerte del Cid. Toma de Valencia por los almorvides. 1102 1081-1085 El Cid entra al servicio de los musulmanes de Zaragoza y derrota al conde de Barcelona. El Cid en Asturias. 1075 El Cid es nombrado alfrez real. 1065 1067 El Cid interviene en la guerra de los tres Sanchos de lado de Sancho II.

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Actividades
1
Cul fue, aproximadamente, la ruta del Cid? Seala sobre el mapa sus principales enclaves geogrficos.
Mar Cantbrico

Burgos San Esteban de Gormaz Zaragoza Albarracn Alpuente Tortosa

Territorios bajo poder musulmn Reinos cristianos


Badajoz Mrtola Crdoba Carmona

Castejn de Henares Alcover Toledo

Valencia
Denia Murcia

Ocano Atlntico

Niebla Silves Huelva Sevilla Morn Granada Sta. Mara Ronda de Algarve Arcos Mlaga Algeciras

Almera

Mar Mediterrneo

Los castillos fueron smbolo de la Edad Media y de la Reconquista. Cules se mencionan en las Leyendas? Busca informacin en Internet sobre estas edificaciones medievales y seala sus partes principales en un dibujo o una fotografa que encuentres.

Lee detenidamente la leyenda Camino de la frontera y anota algunas referencias temporales, explcitas o no, que localices. Clasifcalas en anticipaciones, retrospecciones, marcas presentes del paso del tiempo y marcas temporales explcitas.

Anticipaciones

Retrospecciones

Marcas presentes del paso del tiempo

Marcas temporales explcitas

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Construccin y funcin de los personajes


Una suerte de maniquesmo rayano en el paradigma de los relatos folclricos aleja las leyendas del Cid de las tendencias ms consolidadas en la pica. Los valores heroicos encarnados por el Campeador y los suyos no hallan un contrapunto digno en sus enemigos como suceda en las epopeyas clsicas o en la propia Chanson de Roland. Al contrario, los antagonistas el conde Garca Ordez y los infantes de Carrin, sobre todo son verdaderos antihroes, sin paliativo alguno en su caracterizacin: cobarda, envidia, rencor, falsedad, deshonor, abuso de la fuerza conforman el retrato sinttico de los enemigos del Cid. Frente a ellos, los aliados del Campeador, lvar Fez, Martn Antolnez, Muo Gustioz, Pedro Bermdez, y los dems, encarnan el prototipo de hroe caballeresco: valor, fuerza, lealtad, sentido del honor, respeto al enemigo sin que ello menoscabe una motivacin prioritariamente material y vinculada al deseo de ascenso social. De hecho, la astucia del Cid en el engao a Raquel y Vidas no desdora su grandeza heroica, antes bien la enfatiza. Es por eso que el episodio no se deja en el aire, sino que se concluye devolviendo a los judos lo que les corresponde una vez reunidas las suficientes riquezas. Los personajes, aunque vienen, hasta cierto punto, enmarcados en casillas arquetpicas, se singularizan en funcin de sus acciones: Rodrigo Daz de Vivar no slo es la encarnacin antonomsica del guerrero, sino del hombre que vela por su familia, tanto desde la obligada distancia, como una vez reunidos en Valencia. El rey Alfonso avanza desde un carcter voluble y manipulable hasta una mayor independencia en lo que respecta a su trato con el Cid. Doa Jimena y sus hijas reflejan el amor y la lealtad incondicionales al esposo y al padre; y simbolizan el inicio de la reestabilizacin cuando reciben permiso del rey para viajar a Valencia y reestructurar la unidad familiar. Don Sancho y Don Jernimo encarnan la ineludible presencia de la religiosidad, y se vinculan, respectivamente, con las dos facetas de la trayectoria del Cid: sus primeros aos en San Pedro de Cardea y su ascenso vertiginoso como seor de Valencia; su vida familiar y su ardor guerrero. Este elenco de personajes recubre la estructura social sobre la que se REY sustenta, en ltima instancia, el entramado narrativo de las leyendas del Cid. ESTAMENTOS ALTA ALTO PRIVILEGIADOS CLERO NOBLEZA Los conflictos del feudalismo se ponen de manifiesto en el relato al incidir, BAJO PEQUEA CLERO NOBLEZA precisamente, en las relaciones y funESTAMENTOS cin de los diferentes estamentos. La NO sociedad en la que vivi Rodrigo Daz CAMPESINOS SIERVOS PRIVILEGIADOS estaba frreamente jerarquizada y era prcticamente imposible ascender. El Cid, miembro de la pequea nobleza castellana, logra ascender en la escala social gracias a las victorias militares y al consiguiente enriquecimiento econmico. De ah las envidias de los nobles que, como el conde Garca Ordez, no dejan de verle como un impostor.

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Actividades
1

Lee el siguiente fragmento incluido en La infancia de Rodrigo:


Pero, como no quera tener por hijo a un simple bruto, puso la condicin de que se le buscara un preceptor que le ensease a leer y a escribir. No tuvieron que indagar mucho. En el monasterio de San Pedro de Cardea, al sureste de Burgos, haba un monje benedictino, el padre Sancho, que estaba ansioso por transmitir sus conocimientos (p. 11).

a) Describe, a grandes rasgos, quines eran los monjes benedictinos

b) Qu aspecto de la organizacin sociocultural de la Edad Media se refleja en estas lneas?

Centrndote en las leyendas La infancia de Rodrigo y En la corte de Castilla, resume los conocimientos y habilidades que tena que adquirir un futuro caballero como Rodrigo Daz.

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Lee atentamente el siguiente fragmento incluido en La infancia de Rodrigo:


Al escucharlo, Rodrigo senta henchirse su corazn. Tena sus propios hroes: miembros de su propia familia, como su abuelo materno, Rodrigo lvarez, que haba ganado territorios a los moros, y su propio padre, Diego Lanez, que no haba perdido una sola batalla. Y tambin, cmo no, algunos personajes de la Biblia, como el pequeo David, que haba usado la honda para derribar al gigante Goliat, y Sansn, que se haba sacrificado y haba hecho caer las columnas del templo sobre s mismo, para que con l muriesen todos los filisteos (p. 12).

Qu es un hroe para ti? Crees que existen hroes hoy? Quines seran?

El verso 20 del Cantar de Mo Cid, Dios, qu buen vasallo si tuviese buen seor!, se ha sealado como uno de los momentos clave del poema y, de hecho, se recoge, adaptado, en las Leyendas. Localzalo y explica su sentido.

Se ha dicho que el Cid no es un hroe al uso en el sentido de que no slo lucha por alcanzar la gloria sino por lograr el ascenso social y la estabilidad familiar. Seala algn fragmento del que se desprenda esta motivacin.

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El lenguaje de la obra
Las Leyendas de Mo Cid constituyen, como sabemos, una adaptacin modernizada de diversas fuentes anteriores al siglo xv, fundamentalmente el Cantar de Mo Cid. El lenguaje original de estos testimonios coincide, en trminos generales, con el denominado espaol alfons, cuyos rasgos fonolgicos, fonticos y ortogrficos quedan muy lejos del castellano actual que encontramos en nuestras Leyendas. Como toda la literatura de impronta juglaresca, la materia cidiana se transmiti, originariamente, por va oral y musical, unas condiciones especficas de divulgacin que explican algunos rasgos caractersticos de su lenguaje. Aunque las Leyendas no mantienen la forma versificada original, s captan ese formulismo emblemtico de los gneros de transmisin oral que termin convirtindose en inseparable de cualquier recreacin de la vida del Cid. Vemos, por ejemplo, cmo Rodrigo Daz se nombra reiteradamente como el que en buena hora ci espada; o la ciudad de Valencia se apostilla de forma sistemtica con el epteto la Clara. Son dos vestigios de esos mecanismos mnemotcnicos originales a los que recurra el juglar en su recitacin. El lxico predominante es el que tiene que ver con los campos semnticos de la guerra, la caballera y el sistema feudal, motivos que aglutinan la prctica totalidad de la materia cidiana. Pero, adems, son frecuentes las expresiones afectivas que matizan el estado de nimo de los diferentes personajes. Y esto se logra, a veces, con una gran intensidad potica. Es lo que sucede, por poner algunos ejemplos, con expresiones como Mir intensamente a su mujer y a sus hijas, como si quisiera grabarlas en su memoria (p. 60). Estas eclosiones de cierto lirismo, unidas a los dilogos, muy giles y eficaces en ciertos momentos, y al estilo indirecto libre, que permite ahondar en la personalidad del protagonista, enriquecen la pura narratividad discursiva.

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Actividades
1

Lee el siguiente dilogo incluido en El perdn real:


Eres t, Mo Cid? pregunt doa Jimena, parpadeando deslumbrada. No vuelvas a dejarme sola, que ya no puedo dormir en tu ausencia. Aqu estoy, Jimena. Conmigo traigo a nuestros yernos, los infantes de Carrin. Al rumor de las voces acudieron las hijas, que estaban muy plidas. Hijas, agradecdmelo. Aunque todava no habis visto a vuestros novios, estis muy bien casadas (p. 117).

Explica, con tus palabras, qu aspectos de la caracterizacin del Cid se resaltan en este dilogo.

Lee el siguiente fragmento incluido en Caballos para el rey:


lvar Fez le dijo el Cid a su primo, voy a mandarte a Castilla para que lleves a la corte la buena nueva de esta batalla que hemos ganado a los moros. Y quiero que al rey don Alfonso le entregues treinta caballos, cada uno con su gualdrapa y su espada en la silla (p. 73).

Conocas el trmino gualdrapa? Anota otros cinco vocablos que te hayan llamado la atencin a lo largo de las leyendas y averigua su significado.

Lee con detenimiento el siguiente poema de Manuel Machado, titulado Castilla:


El ciego sol se estrella en las duras aristas de las armas, llaga de luz los petos y espaldares y flamea en las puntas de las lanzas. El ciego sol, la sed y la fatiga. Por la terrible estepa castellana,

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al destierro, con doce de los suyos -polvo, sudor y hierro-, el Cid cabalga. Cerrado est el mesn a piedra y lodo. Nadie responde... Al pomo de la espada y al cuento de las picas el postigo va a ceder Quema el sol, el aire abrasa! A los terribles golpes de eco ronco, una voz pura, de plata y de cristal, responde... Hay una nia muy dbil y muy blanca en el umbral. Es toda ojos azules, y en los ojos, lgrimas. Oro plido nimba su carita curiosa y asustada. Buen Cid, pasad. El rey nos dar muerte, arruinar la casa y sembrar de sal el pobre campo que mi padre trabaja... Idos. El cielo os colme de venturas... En nuestro mal, oh Cid, no ganis nada! Calla la nia y llora sin gemido... Un sollozo infantil cruza la escuadra de feroces guerreros, y una voz inflexible grita: En marcha! El ciego sol, la sed y la fatiga. Por la terrible estepa castellana, al destierro, con doce de los suyos polvo, sudor y hierro el Cid cabalga.

a) A qu episodio de las Leyendas se corresponde el poema?

b) Qu diferencias encuentras entre el lenguaje utilizado por Machado y el lenguaje empleado en Polvo, sudor y hierro?

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Valoracin crtica y conclusin


El Cid Campeador es el hroe nacional por antonomasia. Su fama como paladn de la Reconquista trascendi su poca y la de sus ms inmediatos descendientes para convertir su recuerdo en algo atemporal. A esta configuracin mtica contribuy de forma decisiva la tradicin celebrativa oral, iniciada ya probablemente en los ltimos aos de la vida del Cid, y la subsiguiente fijacin por escrito de las hazaas del Campeador: primero en la historiografa latina de la Historia Roderici y luego, ya en castellano, en la literatura del Cantar de Mo Cid y en el Romancero. La leyenda fue eclipsando la historia desde los primeros momentos hasta que, por fin, termin difuminndola casi por completo. El concepto de heroicidad modelado desde la literatura cidiana tiene poco que ver con el que aparece en las epopeyas de la Antigedad: los poemas homricos, la Ilada y la Odisea, inauguradores de la pica, y la Eneida virgiliana. Aquiles, Agamenn, Hctor, Ulises, Eneas lucharon por y para alcanzar la gloria desde un Olimpo de semidioses. El Cid Campeador, aunque bajo esa aureola legendaria que nimba el rigor histrico, es, ante todo, un hombre; un hombre de su tiempo que, gracias a su esfuerzo y afn de superacin, logra recuperar una honra arrebatada injustamente. La intensa presencia de la religiosidad no menoscaba la profunda humanidad de un hroe que llora, que siente nostalgia, que echa de menos a los suyos, que yerra y que, una y otra vez, sale reforzado. La universalidad y humanidad de los valores puestos en juego en la leyenda del Cid son los que han garantizado un lugar en el imaginario colectivo desde sus orgenes hasta hoy. Las diversas manifestaciones artsticas y literarias han encontrado en el hroe de Vivar no slo un personaje fascinante sino un verdadero arquetipo. De ah que las artes plsticas, el teatro y el cine le hayan dado vida a lo largo de los siglos para mostrarnos, ya en el xxi, cmo un hombre que vivi hace casi mil aos puede ensearnos algo todava.

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Actividades
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Observa estas representaciones annimas de Rodrigo Daz:

a) Descrbelas y seala en qu aspectos que has visto en las Leyendas se fija cada autor.

b) Cul de las dos representaciones te gusta ms? Por qu?

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En 1871 el pintor Discoro Puebla recre en un lienzo uno de los episodios cruciales de la vida del Cid:

A qu episodio se corresponde? Resmelo con tus palabras.

Convirtete por unos momentos en director de cine e imagina cules seran los aspectos que resaltaras en una adaptacin cinematogrfica de la leyenda del Cid. Organzalo en una redaccin de, aproximadamente, una pgina. Puedes hacer alusin a algunas escenas cinematogrficas que conozcas y que te sugieran relaciones con la materia cidiana.

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Notas bibliogrficas
 Cataln, Diego, El Cid en la historia y sus inventores, Madrid, Fundacin Ramn Menndez Pidal, 2002. Galvn, Luis, El Poema del Cid en Espaa, 1779-1936: recepcin, mediacin, historia de la Filologa,  Pamplona, Eunsa, 2001.  Lacarra, M. Eugenia, El Poema de Mo Cid: realidad histrica e ideologa, Madrid, Porra Turanzas, 1980.  Montaner Frutos, Alberto (ed.), Cantar de Mo Cid, Barcelona, Crtica, 1993.

Otros recursos de Internet


http://www.cervantesvirtual.com/bib_obra/Cid/ http://www.laits.utexas.edu/cid/ http://elciddevivar.blogspot.com/ http://www.aragoninvestiga.org/El-Cid-Campeador-Personaje-historico-y-heroe-literario/

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Respuestas a las actividades


Presentacin
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Respuestas libres. Un cantar de gesta es un poema celebrativo que narra las hazaas de un hroe. Aunque existen varias teoras respecto a sus orgenes, la opcin ms aceptada hoy es que, en un principio, se divulgaron por va oral a travs de la recitacin de los juglares y que posteriormente terminaron fijndose por escrito. La oralidad del cantar de gesta puede rastrearse precisamente en sus caractersticas lingsticas (principalmente, frmulas mnemotcnicas). El cantar de gesta es el gnero literario que sirve de soporte al gnero pico en la Edad Media. Son mltiples las definiciones de leyenda que se han propuesto. Fundamentalmente, podemos decir que una leyenda es una narracin, oral o escrita, basada en acontecimientos pretendidamente histricos pero a los que sazona con una carga considerable de elementos maravillosos y tradicionales para propiciar la admiracin o la sorpresa. La respuesta es libre, pero podemos informar a los alumnos, por ejemplo, de los siguientes recursos: http://www.ehiztari.com/epica/medieval/romances_PMC.htm http://www.sorianos.org/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=1190&Itemi d=1&limit=1&limitstart=1 El Romancero del Cid, en Google Books.

Estructura y motivos recurrentes


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El Cid abriga la sospecha de que Alfonso tuvo que ver en la conspiracin que acab con la vida de Sancho a manos de Bellido Dolfos durante el cerco de Zamora. Es por eso que, a pesar de deberle lealtad como rey, no puede evitar sentir que su coronacin es fruto de un fratricidio. Esta actitud del Campeador genera una desconfianza en el monarca y, sobre todo, en sus partidarios, lo que terminar propiciando la orden de destierro. En la literatura medieval los trminos honra y honor no siempre aparecen bien discernidos y pueden hacer referencia a tres conceptos profundamente interrelacionados: dimensin moral, prestigio social y patrimonio material. Los tres sentidos aparecen en la vida del Cid: los dos ltimos se imponen tras el destierro; pero es la dimensin moral o privada la que prima tras el agravio a sus hijas.

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Fragmentos: En la carta, el rey le desposea de sus honores y de su hacienda, que sera confiscada o destruida. Le condenaba al destierro, y le daba un plazo de nueve das para dejar el reino. Le anunciaba, adems, que todo aquel que le sirviera y acompaase sera tambin desterrado y privado de sus pertenencias, y que Jimena y sus dos hijas deban quedar en Castilla, como rehenes (p. 37). nimo, lvar Fez! le grit a su primo, sealando el pjaro negro. Nos vamos sin nada, pero volveremos con honra y riquezas (p. 43). Entonces, no temes el castigo del rey? pregunt el Cid. Temo al rey le contest Martn Antolnez, pero ms temo la deshonra (p. 49). El Cid pens que haba llegado el momento decisivo y envi pregoneros a todas partes, prometiendo honra y un buen botn a cuantos le ayudaran a tomar Valencia. Cuando hubo reunido hombres suficientes, puso sitio a la ciudad y esper (p. 89). Las palabras del rey complacieron a muchos, pero disgustaron al celoso conde Garca Ordez, que se alej con sus allegados. Me maravilla se lament que la honra del Cid crezca tanto, pese a estar en el destierro. Raro ser si estos regalos no acaban perjudicndonos (p. 109). Ante m estis presentes los dos hermanos, don Diego y don Fernando. Por deseo del rey Alfonso, que me lo ha mandado, os entrego a estas damas, doa Elvira y doa Sol. Tomadlas como vuestras mujeres, para honra y bien de todos (p. 118). Mo Cid, levantaos si no queris que me enoje. Hoy hemos de besarnos como hermanos, porque compartimos el mismo dolor. Dios quiera que las Cortes os den la honra que habis venido a buscar! (p. 146). La respuesta en torno a si el concepto honra-honor tiene o no vigencia en la actualidad es libre.

La dimensin religiosa es fundamental en la vida del Cid y, en varias ocasiones, le vemos rezar o encomendarse a Dios. Es lo que sucede en la iglesia de Santa Mara antes de partir al destierro, o en el alczar de Valencia, cuando, junto a Jimena, da gracias a Dios por haberle ofrecido aquellas tierras. A pesar de esta fe religiosa, tambin hay lugar para otras creencias sobrenaturales de cierta impronta pagana, como la inquietud ante el mal augurio de ver a una corneja volar por la izquierda a la salida de Burgos, o a una mosca atrapada en la tela de araa cuando sus hijas se van con los infantes de Carrin.

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Ante la falta de medios materiales, el Cid idea un ardid para poder irse al destierro. Llena un arca de arena y hace creer a Raquel y Vidas que ah estn sus riquezas y que deben custodiarlas hasta que l vuelva. Entonces, y slo si han evitado abrir el arca, les pagar lo que corresponda. Respecto a si tenan o no ms alternativas, la respuesta es libre. El asedio es una estrategia blica de presin que consiste en cercar una ciudad o punto fortificado para evitar que nadie entre o salga. Aparecen algunos ejemplos en las Leyendas de Mo Cid, como el asedio al castillo de Alcocer o el asedio de los musulmanes a Valencia: Desde el castillo de Alcocer, Rodrigo poda ver cmo el bosque de altas lanzas creca da tras da. Tan pronto llegaron e instalaron sus tiendas, los emires Galve y Friz ordenaron que la vigilancia se redoblara, para impedir la huida de los cristianos. Al cabo de tres semanas de asedio, la situacin segua empeorando. Nos han quitado el agua y pronto no tendremos con qu hacer pan les explic el Cid a sus caballeros. Tampoco podemos escapar, porque nos vigilan de da y de noche. Pienso que la nica posibilidad que tenemos de seguir con vida es salir y luchar, pero ser un combate muy difcil (pp. 68-69).

Respuesta libre.

Significacin del espacio y del tiempo


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Mar Cantbrico

Burgos San Esteban de Gormaz Castejn de Henares Alcover Toledo Badajoz Niebla Silves Huelva Sevilla Morn Granada Sta. Mara Ronda de Algarve Arcos Mlaga Algeciras Mrtola Crdoba Carmona Murcia Zaragoza Albarracn Alpuente Tortosa

Territorios bajo poder musulmn Reinos cristianos

Valencia
Denia

Almera

Ocano Atlntico

Mar Mediterrneo

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En las Leyendas aparecen mencionados los castillos de Ubierna, Cabra, Alcocer, Cullera y San Esteban de Gormaz. Una posible figura con las partes principales del castillo es la siguiente:

Anticipaciones

Ruego a Dios les dijo el Cid que algn da, antes de morir, pueda pagaros lo que habis hecho por m, dejando la seguridad de vuestras casas para servirme (p. 59). Maana temprano, en cuanto acabe la misa, nos pondremos a cabalgar. El plazo sigue corriendo, y an tenemos mucho camino por delante (p. 59). Doa Jimena rez para que Dios guardase a su marido de todo mal, y el Cid para que le ayudara a reunirse de nuevo con su familia (p. 59). Si no vienes a ayudarnos le advirti, un da se presentar aqu mismo, en tu palacio, y ser demasiado tarde para echarle (p. 66). La inquietud ante lo que les esperaba al da siguiente les impidi dormir (p. 69). Parece que fue ayer cuando os enseaba letras y leyes en el castillo de vuestro padre (p. 56). De nio ya me lo decais ri el Cid, y tambin que haba que obedecer al rey en todo (p. 56). Tena casi cuarenta aos, pero se senta como cuando, de nio, esperaba el regreso de su padre al frente de sus tropas (p. 58). Qu delgado ests, y cmo te ha encanecido la barba desde la ltima vez que nos vimos! (pp. 57-58). Le consol darse cuenta de que lo recordaban (p. 58). Pasaron dos, tres das (p. 58). Del plazo de nueve das, ya haban transcurrido seis (p. 59). La noche transcurri en un suspiro, y de madrugada sonaron las campanas del monasterio (p. 59). Cabalgaron durante todo el da, sin hablar apenas (p. 60). Llegada la noche, montaron las tiendas al pie de un castillo en ruinas (p. 60). A la luz del sol que declinaba, el Cid pas revista a su gente (p. 61). Al cabo de quince das, el Cid ide una estratagema (p. 64).

Retrospecciones

Marcas presentes del paso del tiempo Marcas temporales explcitas

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Construccin y funcin de los personajes


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a) Los monjes benedictinos pertenecan a la Orden de San Benito, fundada en el siglo v en el monasterio de Montecassino. En el siglo viii se promulg la denominada Regla de San Benito, que recoga las normas por las que deba regirse la vida de los monjes y que termin imponindose en todo el monacato occidental. En el ao 910 se cre en Francia la Orden de Cluny, impulsada por los benedictinos y llamada a cumplir un papel preponderante en la expansin cultural durante la Edad Media a raz de sus peregrinaciones a Santiago de Compostela. b) En el fragmento seleccionado se ponen de manifiesto dos claves de la cultura medieval: la necesidad de instruccin de los jvenes nobles y la evidencia de que era el estamento clerical el depositario de la cultura letrada y el encargado de su transmisin.

El joven Rodrigo es instruido en la cultura bsica leer y escribir, y en el conocimiento de la estructura de la sociedad medieval, con el consiguiente deber de respetar al rey, que toma su poder directamente de Dios. Pero, ante todo, es entrenado en el arte de la lucha, tanto desde el punto de vista de la adquisicin de habilidades fsicas: uso de las armas (espada, escudo, lanza) y lucha a caballo, como de las cualidades psicolgicas que deben estar presentes en la guerra serenidad, prudencia, etc. Respuesta libre. Qu buen vasallo serais, don Rodrigo, si tuvieseis buen seor!, incluido en Polvo, sudor y hierro (p. 46). Mediante una expresin tan concisa se pone de manifiesto que la desgracia del Cid est propiciada por la injusticia e ineptitud del rey. El profundo sentido del deber garantizara la lealtad de don Rodrigo a su rey, si no fuera porque ste se deja llevar por los malos consejeros y desprecia la vala de su vasallo. nimo, lvar Fez! le grit a su primo, sealando el pjaro negro. Nos vamos sin nada, pero volveremos con honra y riquezas (p. 43). Al juntar las ganancias del da descubrieron que entre los cautivos, las alhajas y el ganado, a cada caballero le corresponda el equivalente a unos cien marcos de plata, y cincuenta a cada pen. Pero donde estaban no podan vender nada, y tampoco queran llevar cautivos por el camino. Hablaron con los moros, que les ofrecieron tres mil marcos de plata por liberar a los suyos. Aqu podramos vivir bien le dijo el Cid a lvar Fez, pero estamos demasiado cerca del rey don Alfonso, que podra sentirse amenazado y atacarnos con su ejrcito. Bien sabes que no quiero luchar contra l, que es mi seor natural. Adems, este castillo resulta difcil de defender. Aceptemos la oferta de los moros, quedmonos con sus alhajas y vayamos a otras tierras (pp. 62-63).

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El lenguaje de la obra
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Es un dilogo en el que se pone de manifiesto la dimensin familiar esposo y padre del hroe: su amor por los suyos y su preocupacin por la honra de toda la familia. Respuesta libre. a) El poema de Machado se corresponde con el momento en que el Cid se va al destierro, ve que Burgos se ha quedado desierta y que nadie puede prestarle ayuda por temor a las amenazas del rey. b) Frente a la mayor narratividad de la leyenda, el poema se sirve de recursos poticos que confieren intensidad y dramatismo al momento. Machado logra alternar el relato del acontecimiento concreto con valoraciones que apelan a la sensibilidad del lector: la trada polvo, sudor y hierro sintetiza de forma muy emotiva el cuadro del destierro y, de hecho, se aprovecha para dar ttulo a la Leyenda concreta. Pero, adems, se seleccionan trminos dotados de cierto poder connotativo: ciego, duras, llaga, flamea, terrible, quema, abrasa que intensifican esa estampa de sufrimiento que va dibujando el poeta. El contraste se logra con la descripcin de la pequea: frente a la ceguedad y a la dureza, la nia es un cuadro de palidez y blancura; frente al sol amarillo y cegador, los ojos azules; frente a la sequedad de tierra y gargantas, las lgrimas. Machado explota mediante los recursos poticos los resortes de emotividad insertos en el relato.

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Valoracin crtica y conclusin


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Para la primera imagen, el annimo autor elige un episodio del Cantar (el del cerco de Valencia) para pintar al Cid en plena accin reconquistadora, luchando contra los sarracenos. El hroe aparece ampliamente destacado, en el lugar central del dibujo, con los atributos caractersticos del caballero (caballo, espada, armadura) y en posicin desafiante respecto del ejrcito contrario que aparece a sus pies y prcticamente descolorido, pero tambin respecto de la muralla que tiene delante y que se ofrece a su alcance. La segunda imagen es una pintura mural moderna de la catedral de Burgos. Aqu el Cid tambin aparece con sus rasgos caractersticos (la barba, la espada, el caballo, la armadura bajo la saya) pero en un estadio y posicin completamente distintos. Parece casi el momento posterior a la batalla, cuando el hroe ya ha descendido del caballo y se nos deja ver como lo que es en realidad: un joven esbelto, de figura estilizada. Los colores claros del entorno contribuyen a dotar de cierto ambiente de reposo el conjunto. El paisaje que se elige como trasfondo acaba por completar el sentido del cuadro: es la ciudad, construida, fortificada y en paz, con la propia catedral en el centro. Entendemos que se trata de Burgos rindiendo tributo a uno de sus mximos defensores. Se trata de la afrenta de Corpes. Los infantes de Carrin, furiosos contra el Cid por no haberse sentido suficientemente valorados en Valencia, viajan con sus esposas hacia Carrin pero, en el robledal de Corpes, las maltratan y las abandonan a merced de las inclemencias del tiempo y de los ataques de las fieras. Respuesta libre.

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ilustracin texto

Natalia Fernndez Rodrguez Atona, S.L.


maquetacin edicin

Lucas Agudelo
documentacin grfica

Beln Santiago Fondn ngel Somolinos Esteve


fotografas

gama, sl.

AISA, Photaki y Archivo Oxford

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