Anthony Giddens - Las Consecuencias de La Modernidad
Anthony Giddens - Las Consecuencias de La Modernidad
Anthony Giddens - Las Consecuencias de La Modernidad
Anthony Giddens
cc;o Consecuencias
de la modernidad
Versin espaola
de Ana Lizn Ramn
Alianza
Editorial
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Ttulo original: The Consequences of Moduniry. Esta obra ha sido
publicada por primera vez en el Reino Unido por Polity Press
en colaboracin con Basil Blackwell. 1990
Primera edicin tn <<Alianza Universidad,,: 1993
Primera reimpresin en <\lianza Universidad)): 1994
Reservados todos los derechos. De conformidad con lo spuesw en el an. 53+bis
del Cciigo Penal vig:enre, podrn ser castigados con pe.il:as de multa y privacin de
libertad quienes reprodujeren o piagiaren, er. todo o en parte. una obra literaria,
anstica o cientffica fijada en cualquier tipo de SO?Orte si:1 la
precepti\a :1utorizacin.
1990 b" the Board of T rusrees of the Leiand Stanford .i unior l; ni,ersit'
publisher: Stanford Universiry Press. C.:\
Ed. cast.: A1ianz.3 Editorial. S. A .. J\1adrid. 19?..3. 199..:
Calle Juan Ignacio Luca de Tena. 15: 28027 1\bdric: rdi. 7-li bb OU
ISB:\: S-l.::2062760-/
Depsnc Jq.::ai: \i. 27.335-199-..f
Fotocomposicin EFCA. S. ; ...
Doc1or Federico Rubio y G3i. ltJ. 28019 ;\bciriG
!mpre>o .:n Closas-Orcoyen. S. L. Poli!ono l!arsa
P.lracudios de .brama (Madrid,
Pnnted in Spain
INDICE
Prefacio ................................................................................... .
I
Introduccin ............................................................................ .
Las discontinuidades de la modernidad .................................. .
Secruridad y pelicrro fiabilidad y riesgo .................................. .
tl b ' # .......
Sociologa y modernidad ......................................................... .
Modernidad, tiempo espacio ................................................ .
Desanclaje ............................................................................... .
Fiabilidad ................................................................................ .
La ndole reflexin de la modernidad ...................................... .
Modernidad o postmodernidad? ............................................ .
Resumen .................................................................................. .
SECCIO:'\ II
Dimensiones institucionales de la modernidad ........................ .
La mundializacin de la modernidad ..................................... ..
7
13
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20
23
28
32
39
44
-,
)_
58
Anthony Giddens
Dos enfoques tericos ............................................................. .
Las dimensiones de la globalizacin ....................................... .
SECCION III
Fiabilidad y modernidad ......................................................... .
Fiabilidad de los sistemas abstraeros ....................................... .
Fiabilidad y competencia ........................................................ .
Fiabilidad y seguridad ontolgica ........................................... .
Lo premoderno y lo moderno ................................................ .
SECCION IV
Los sistemas abstractos y la transformacin de la intimidad .. .
Fiabilidad y relaciones personales ........................................... .
Fiabilidad e identidad personal ............................................... .
Riesgo y peligro en el mundo moderno ................................. .
. "d d l' .
Riesgo y segun a omo og1ca ................................................ .
Reacciones adaptativas ............................................................ .
Una fenomenologa de la modernidad .................................... .
Descualificacin v recualificacin en la vida cotidiana ............ .
Objeciones a la postmodernidad ............................................. .
SECCION V
Cabalgando en el juggernaut ...................... ............................. .
Realismo utpico ..................................................................
Orientaciones futuras: el papel de los movimientOs sociales .. .
Postmodernidad ...................................................................... .
SECCIO!\' VI
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; Es la modernidad un provectO occidental? ............................ 162
Observaciones finales ....... :....................................................... 164
FIGURAS Y CUADROS
Figuras
1. Dimensiones institucionales de la modernidad ................. .
2. Dimensiones de la globalizacin ....................................... .
3. Dimensiones del realismo utpico .................................... .
4. Tipos de movimientos sociales ......................................... .
5. Los contornos de un orden postmoderno ........................ .
6. Dimensiones de un sistema postescasez ............................ .
7 .. Riesgos de graves consecuencias en la modernidad .......... .
Cuadros
l.
Entornos de fiabilidad y riesgo en las culturas premoder-
nas r modernas ................................................................. .
Comparacin de las concepciones de la postmodernidad,
y la modernidad radicalizada ....................................... ..
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141
Qu pasara si este presente fuera la ltima noche dei mundo;
John Donne, Dcvorions upon Emergent Occasions.
El tiempo 1maginario es indistinguible de las direcciones espaciales. Si uno
puede ir hacia el norte, tambin puede dar la vuelta y dirigirse hacia el sur;
de la misma forma, si uno puede ir hacia adelante en el tiempo imaginario,
debera poder tambin dar la vuelta e ir hacia atrs. Esto significa aue no
pueJe haber ninguna diferencia importante entre las direcciovnes hacia ade-
lante y hacia atrs del tiempo imaginario. Por el contrario, en el tiempo
"real", hay una diferencia muy grande entre las direcciones hacia adelante
:.- hacia a r r i s ~ com.J todos sabemos. De dnde proYiene esLa diferencia entre
el p;;.sado ~ el fururo? Por qu recordamos el pasado pero no el futuro;
Stephen \i/. Hawking. Histo1 del tiempo''.
En marzo de 1986, la edicin inglesa de la Sovier L/e, public un artculo
de nueve pginas sobre la planta nuclear de Chernoby!, bajo el t::ulo de
... Seg:nidad absoluta>. Slo un n1es n1as tarde: durante el fin de sen1ana del
26 y 27 de abril, se produjo en la planta el peor accidente nuclear que se
ha sufrido -hasta ahora- en el mundo.
James Bellini, High Tech Holocausr.
Cuando descubrimos que existen varias culturas en vez de una sola, y con-
secuentemente, cuando nos damos cuenta de que hemos llegado al final de
una especie de monopolio cultural, bien sea ilusorio o reaL nos sentimos
amenazados por nuestro propio descubrimiento. Repentinamente, se hace
posible la existencia de o:ros y que nosotros mismos somos un OtrO entre
los otros. Cuando desaparece todo significado y meta, se hace posible vapr
a travs de las civilizaciones como si fueran vestigios o ruinas. La humanidad
entera se convierte en un n1useo imaginario: Dnde iremos e] prximo fin
de semana. visitaremos bs ruinas de An:kor o daremos un paseo por el
Tvoli de Copenhage;
''
,.
PREFACIO
Este libro es verdaderamente un ensayo. He preferido dividirlo
en secciones en vez de captulos, para poder desarrollar el hilo de
los argumentos de manera ininterrumpida. Las ideas que quedan
reflejadas aqu estn directamente vinculadas a mis trabajos anterio-
res y con frecuencia hago referencia a ellos. Confo en que el lector
comprender que las frecuentes citas a m mismo carecen de inten-
cin pretenciosa, y que han sido utilizadas a modo de respaldo para
las pretensiones de validez que no pueden ser defendidas en todo su
alcance en un trabajo tan breve como este. El libro se gest al am-
paro de las Raymond Fred West Memorial Leaures que pronunci
en la Universidad de Stanford, California, en abril de 1988. Toda mi
gratitud para mis anfitriones en aquella ocasin, cuyo recibimiento
Y hospitalidad fue esplndido. En panicular debo a Grant Barnes,
de: la Stanford Uni"'ersiry Press, el que se me cursara la in\'itacin
para dar esas conerencias y por tanto sin l, este trabajo no hubiera
lic:..:ado a existir.
13
SECCION I
Introduccin
En las siguientes pginas desarrollar un anlisis institucional de
la modernidad poniendo el nfasis en las alusiones culturales y epis-
temolgicas. Al hacer esto, discrepo substancialmente de la mayora
de las actuales discusiones, en las que el nfasis se pone en lo con-
trario. Qu es la modernidad? Como primera aproximacin, diga-'
mos que la nocin de modernidad se refiere a los modos de vida
u organizacin social que surgieron en Europa desde alrededor del
siglo XVII en adelante y cuya influencia, posteriormente, los han con-
vertido en ms o menos mundiales. Esto asocia la modernidad a un
perodo de tiempo y a una inicial localizacin geogrfica pero, por
el momento, deja a resguardo en una caja negra sus caractersticas
ms importantes.
Hoy, a finales del siglo XX. muchos mantienen que nos encon-
tramos frente al comier.zo de una nuen era a la que han de rcspon-
dc:r las ciencias sociales, y que trasciende a ia misma modcrnid.1c. Se
ha sugerido una curios2. variedad de !rn1inos para referirse ,1 es.1
tr;msicin, algunos de los cuales hacen directa rcfcrcr,cia ai sun::;i-
miento de u n ~ nuevo tipo de sistema social como "la >ocied:1d d e ~ i
!S
16 Amhony Giddens
informacin o la sociedad de consumo ); no obstante, la mayora
de esos trminos sugieren ms bien que el anterior estado de las
cosas est llegando a su fin ( postmodernidad ,, postcapitalismO;
la sociedad postindustrial, y as sucesivamente). Algunos de los de-
bates relacionados con estas cuestiones se concentran principalmente
sobre las transformaciones institucionales, especialmente aquellos que
plantean que nos movemos de un sistema fundamentado en la fabri-
cacin de bienes de consumo a otro cuya preocupacin central des-
cansa en la informacin. No obstante, es ms corriente que esas
controversias se centren primordialmente en cuestiones filosficas y
epistemolgicas. Esa es la perspectiva caracterstica de, por ejemplo,
el auror que ha sido el principal responsable de la popularizacin de
la nocin de postmodernidad, Lyotard
1
Segn su
planteamiento, la postmodernidad hace referencia tanto al desplaza-
miento del intento de fundamentar la epistemologa, como al des-
plazamiento de la fe en el progreso humanamente concebido. La
condicin de postmodernidad se distingue por una especie de des-
nnecimiento de la gran narrativa .. -la <<lnea de relatO engloba-
dora mediante la cual se nos coloca en la historia cual seres que
poseen un pasado determinado y un futuro predecible. La visin
-postmoderna contempla una pluralidad de heterogneas pretensiones
al conocimiento, entre las cuales la ciencia no posee un lugar privile-
giado.
La respuesta estndar al tipo de ideas presentadas por L yotard,
es la de procurar demostrar que es posible una epistemologa cohe-
rente, y que se puede lograr un conocimientO generalizable de la
vida social y los modelos de desarrollo social
2
Yo, sin embargo,
me propongo tomar un camino diferente. Sostendr que la desorien-
tacin, que se expresa a s misma en la opinin de que no es posible
obtener un conocimiento sistemtico de la organizacin social, re-
sulta en primer lugar de la sensacin que muchos de nosotros tene-
mos de haber sido atrapados en un universo de acontecimientos que
nu losramos entender del todo y que en gran medida parecen esca-
par a nuestro control. Para analizar cmo hemos llecado a esto. no
basta con n\'entJr trminos como postmodernidad el resto, sino
L /los: .\!odcn: Cona'uion Cv1inne.1Poiis:
o!- \linncsot.l Prc. J <IS5 .
:.
Dzscoursc of .\fodcrna'::
:;Lncrr::.: Poln. PJSi ;.
Consecuencias de la modernidad 17
que debemos posar una nueva mirada sobre la naturaleza de la pro-
pia modernidad, que, por cienas razones muy concretas, ha sido
hasta ahora precariamente comprendida por las ciencias sociales. En
de estar entrando en un perodo de postmodernidad, nos esta-
mos trasladando a uno en que las consecuencias de la modernidad
se estn radicalizando y universalizando como nunca. Afirmar que
ms all de la modernidad, podemos percibir los contornos de un
orden nuevo y diferente que es <<postmoderno; pero esto es muy
distinto de lo que en este momento algunos han dado en llamar
postmodernidad.
- La idea que aqu desarrollar tiene su punto de origen en lo que
ya en otro lugar he llamado una interpretacin discontinuista del
desarrollo social moderno
3
. Con esto quiero decir que las institu-
ciones sociales modernas son, en algunos aspectos, nicas --distintas
en su forma a todos los tipos de orden tradicional. Como discutir
ms adelante, captar la naturaleza de las discontinuidades aqu invo-
lucradas, es un preliminar necesario para analizar lo que verdadera-
mente es la modernidad, y tambin para diagnosticar cules son sus
consecuencias para nosotros en la actualidad.
Mi planteamiento exige tambin una breve discusin crtica de
algunas de las tendencias predominantes en sociologa, al ser sta la
disciplina ms comprometida en el estudio de la vida social moderna.
Dada su orientacin cultural y epistemolgica, en la mayora de los
casos, los debates sobre modernidad y postmodernidad no han lle-
gado a confrontar los defectOs de las posiciones sociolgicas esta-
blecidas. Pero, una interpretacin cuya principal preocupacin es el
anlisis institucional, como es mi caso, debe hacerlo.
Utilizando estas obsenaciones como trampoln, intentar ofrecer
en este estudio una nueva caracterizacin, tanto de la naturaleza del
orden moderno como del postmoderno que podra surgir de aqu al
final de esta era.
Las discontinuidades de la modernidad
b nocin de que la historia de la humanidad marcada por
.. ,- carece de un desarrollo sin escollos, es
' :\mfwm GiJJens. Thc \ .1//on :,:.1:c .111d \ -10/cncc (CambriJc:c. Im:laterrJ: Po-
1 . J 'IS:,, . .
1
1
1
18
Anthony Giddens
por supuesto conocida y ha sido acentuada en la mavora de las
versiones marxistas. No obstante, la utilizacin del que me
propon::o hacer aqu no tiene particular conexin con el
mo histrico como tampoco va diriaida a la consideracin de la
hisroria como un rodo. existen discontinuidades en
varias etapas del histrico,_ por citar un ejemplo, en los
momentos de trans1c1on entre las soc1edades tribales y la aoaricin
de los estados agrcolas. Esto no me preocupa. Deseara, en
acentuar esa particular discontinuidad o conjuntO de
des, asociadas al perodo moderno.
Las formas de vida introducidas por la modernidad arrasaron de
sin precedentes todas las modalidades tradicionales del orden
SOC1al. Tanto en extensin como en intensidad, las transformaciones
ha _acarreado la modernidad son ms proundas que la mayora
de los npos de cambio caractersticos de oerodos
sivamente han servido para establecer de interconexin social
-haY" n el 1 l ' h 1
: "-J , <..a. g.ooo terragueo; mtens1vameme, an a terado algunas
de las ms ntimas y privadas caractersticas de nuestra
Evidentemente existen continuidades entre lo tradicional v lo
n:o?;rno, ?uesto 9ue ninguna parte de cero, pero no
OlVlCar cuan en ganoso puede ser contrastarlas burdamente. I\
0
o_bstante, los cambios acaecidos durante los ltimos tres
0
cuatro
s1glos -un dimi?utO perodo en trminos de tiempo histrico-
supuesta un 1mpacr? espectacular y de tal emergadura que
que nuestro conoc1m1enro sobre anteriores perodos de tran-
SlCln nos sea de limitada ayuda en el intento de interpretarlos
signiicativamen te.
. Una de las causas por las que el carcter discontuinista de ia
modernidad no ha sido enter2meme comprendido se debe a la anti-
gua miluencia del eYolucionismo social. Incluso aauellas teoras que
subray2n la importancia de las transiciones como "S
e_i caso la de :\hrx, presenr2n la hisroria de la dotada
de una d!recc1n de conjunto s:obernad:; por orincipios de
0-:::.n ,. .... 1 '-:: ::> L .... ......-... ' 1 ... -L..I'-0.
t-t:J.Cu:.. ... L"'s reo. L.:.s e\O::..L ... !Onlstds represent::.n 4'-granaes aun-
oc:e no neccsariameme de inconirocin "el'o1"ia s""'n el cvolu-'c
. 1 1. . ' -r ..... '- l ..,_. " l L l-
la "n!stona- ?ucac ser nJ.rr:J.dJ. cor:10 un2 de reiato ...
que un;:; representacin ordenada sobre el embiollo de los
acontecimientOs hum:mos. La hiswria comic:nz.a con pcaueas ,. ais-
, -l 1 '
JJ.uas culturas de caz.:; y recoleccin. marcha a trav
5
; desa;rollo
' . ' 1 d
e comun1a:wcs e p:1sron:o ,. de cultivo " de ;;h :1 \:; ormacin de:
Consecuencias de la modernidad
!9
los estados agrcolas, para culminar en el surg1m1ento de ias soclc-
dades occidentales modernas.
Sustituir la narrativa evolucionista o deconstruir su lnea de re-
lato, no slo ayuda a clarificar el cometido de analizar la modernidad
sino que reconduce parte del debate sobre la llamada postmoderni-
dad. La historia carece de la condicin global que le ha sido atri-
buida por las concepciones evolucionistas -y el evolucionismo en
una u otra versin ha tenido mucha ms importancia en el pensa-
miento social del que han podido tener las filosofas teleolgicas de
la historia a las que Lyotard y otros toman como diana de sus ata-
ques. La deconstruccin del evolucionismo social significa asumir
que la hisroria no puede verse como unidad o refl;jo de ciertos
principios unificadores de organizacin y transformacin. Esto no
quiere decir que todo se2 caos o que no se escriba un nmem infi-
nita de historias" idiosincrsicas. Por ejemplo, existen determina-
dos casos de transicin histrica cuyo carcter puede ser identificado
y sobre los que es posible generalizar
4
E e onom:'
36
Anthony Giddens
El dinero es un ejemplo de los mecanismos de desanclaje que
asociados a la modernidad. No intentar detallar aqu la substanuva
contribucin de la economa desarrollada del dinero al carcter de
las instituciones modernas; sin embargo, el dinero-propiamente-di-
cho, es, desde luego, parte inherente de la vida social moderna, as
como un tipo especfico de signo simblico. Por ejemplo, una de las
formas ms caractersticas de desanclaje en el perodo moderno es
la expansin de los mercados capitalistas
monetarios), relativamente recientes en su
El dinero propiamente dicho es esencial para las
ciones aue esto implica. Tambin es, como anot Simmel, esenCial
a la de la posesin de propiedad y a la enajenacin de la
misma en la actividad econmica moderna.
Todos los mecanismos de desanclaje, as sean seales simblicas
o sistemas expertos, descansan sobre la nocin de fzabilidad :.
tanto, la fiabilidad va implicada, de manera fundamental, en ms-
cituciones de la modernidad; pero esa fiabilidad no se confiere a
individuos sino a capacidades abstractas. Cualquiera que utilice los
smbolos monetarios, lo hace asumiendo que los otros, a los que
nunca ve, respetarn su valor. Pero en l? deposita la confian-
za, es en el dinero como tal no slo, m pnncipalmente, en las per-
sonas con las que se verifican las transacciones particulares. Luego
considerar el carcter general de la fiabilidad, pero limitando por
el momento nuestra atencin al caso del dinero y notaremos que los
lazos entre dinero y fiabilidad son especficamente anotado.s Y.
lizados por Simmel, quien, al igual que enlaza ;a
en las transacciones monetarias con la confianza del pubhco en las
emisiones gubernamentales.
Simmeludistino-ue la confianza en el dinero del dbil conocimien-
to
to inductivo imolicado en la ejecucin de muchas transacciOnes.
' l d ' l
As, si un crranjero no confiara en que su paree a ana grano e
prximo como haba dado en los aos anteriores, simplemente
no sembrara. Pero fzabilidad en el dinero implica ms que un cl-
culo en la confianza de probables acontecimientos futuros. Simm_el
dice que la confianza existe cuando creemos en alguien o en. :lgun.
principio; .. expresa el sentimiento que existe entre nuestra noc10n d(
< Como se ver mis adelante, el autor hace una distincin entre los termin<''
ingleses trust y confdence_. Aqu se traducirn for {Utbilid.ad y con{Utnza; Y en algunJ'
ocasiones, rrust se traducra por confUtnza. (1\. del T.)
Consecuencias de la modernidad 37
ser y el ser en s mismo, una definitiva conexin y unidad, una cierta
consistencia en nuestra concepcin sobre ello, una seguridad y la
ausencia de resistencia en la entrega del ego a su concepto, que si
bien puede descansar sobre razones particulares, no llega a explicar-
la
24
. En una palabra, la fiabilidad es una forma de fe, en la que
la confianza puesta en resultados probables expresa un compromiso
con algo, ms que una mera comprensin cognitiva. Desde luego
que las formas de fiabilidad implicadas en las instituciones moder-
nas, como detallar ms adelante, en lo que respecta a su naturaleza,
descansan sobre vagas y parciales comprensiones de la base de su
COnOCimientO.
Miremos ahora hacia la naturaleza de los sistemas exPertos. Al
decir sistemas expertos me refiero a sistemas de logros tcnicos o de
experiencia profesional que organizan grandes reas del entorno ma-
terial y social en el que vivimos
25
. La mayora de las personas pro-
fanas, consulta a los profesionales -abogados, arquitectas, mdi-
cos y as sucesivamente- slo de forma peridica o irregular. Pero
los sistemas en los cuales el conocimiento de expertos es"t integrado,
influyen sobre muchos aspectos de lo que hacemos de manera re-
gular. Simplemente al sentarme en mi casa, ya estoy implicado en
un sistema experto, o en una serie de tales sistemas, en los que pongo
mi confianza; no siento particular temor en subir las escaleras de la
casa, incluso a sabiendas de que, en principio, podra colapsarse la
estructura. S muy poco sobre los cdigos de conocimiento utiliza-
dos por el arquitecto y el constructor en el diseo y construccin
de la casa, no obstante, tengo fe, en lo que han hecho. Mi fe no
es tanto en ellos, aunque tengo que confiar en su competencia, sino
en la autenticidad del conocimiento experto que han aplicado, algo
que normalmente no puedo verificar exhaustivamente por m mismo.
Cuando salgo de la casa y me meto en mi coche, entro en un
que ha sido cuidadosamente permeado por el conocimien-
to experto, comprendiendo el diseo y construccin de automviles,
CJ.rreteras, intersecciones, semforos y otros muchos detalles. Todos
que conducir un coche es una actividad peligrosa que lleva
c?nsigo el riesgo de accidente. Al aceptar salir en coche, acepto el
nesgo, pero me fo del susodicho experto que garantiza que ese
;: Stmmel, of Mone-y.
1
Ebot Fredson, Professional Powers: A Scud1 in che lnsttutonalizaton of For-
"'-' Anou (Chica:o: Univcrsirv of Chicac0. Pre". 1
i
1
1
1
'
3S Amhony Giddem
peligro ha sido minimizado en lo posible. Poseo muy poco conoci-
miento sobre el funcionamiento del coche y si algo dejara de fun-
ciom.r, slo podra llevar a cabo reparaciones insignificantes. Poseo
mnimo conocimiento sobre la manera en que se construye una ca-
rretera, el mantenimiento de la superficie asfaltada o los ordenadores
informticos que controlan el trfico. Cuando aparco el coche en un
aeropuerto y subo a bordo de un avin. entro en otro sistema ex-
perro en el que wdo mi conocimientO al respecto se reduce, en el
mejor de los casos. a lo ms rudimentario.
Los sistemas expertos tienen en comn con las seales simblicas
que remueven las relaciones sociales de la inmediatez de sus contex-
tos. Los dos tipos de desancla_ie suponen, y tambin fomentan, la
separac,in entre tiempo y espacio paralelameme a las condiciones
para la disranciacin tiempo-espacio que promueven. Un sistema ex-
perto desvincula de la misn1a maner2 que las Si.rnblicas al
ofrecer ''garantas a las expectativas a del distanciado tiem-
po-espacio. Esta elasticidad, de los sistemas sociales se }ogra va la
naturaleza impersonal de las pruebas que se aplican para e;aluar el
conocimiento tcnico, y por la crtica pblica (sobre la que descansa
la produccin del conocimiento tcnico) utiiizada o ara controlar su
forma. '
Repitiendo, dir que para la persona profana, la fiabilidad en los
sistemas expertos, no depende una iniciacin en esos pro-
cesos, ni del dominio del conocimiento que ellos producen. La fia-
bilidad, en parte, es inevitablemente un artculo de <<e>. Esta pro-
puesta no debe simplificarse excesivamente. Un elemento de lo que
S1mmelllama el conocimiento inductivo dbil" est, sin duda, pre-
sente muchas veces en la fiabilidad que actores profanos mantienen
en los sistemas expetos. Existe un elemento en la ,fe,
que descansa sobre la experiencia comprobad; tales sistemas
generalmente funcionan como deben funcionaL Adems, frecuente-
mente existen agencias reguladoras que estn sobre y por encima de
las asociaciones llamadas a proteger a los de los ssu-
m.ls cuerpos encarpdos de emitir licencias oara maquina-
Yigilar norm:1s de J.bricacin de material areo 3.S
meme. de sws sin emban:o. modiica !.; de
1 ' .,._ '
que tooos los tactlires dt deszncL;je irnplican Ui"'a:l. actitud de fiabiii-
dJd. Permtascme ahora considerar podramos entender mejor
iJ nocin de fiabilidad, y cmo b fiabilidad n conectada. de ur.J
mancr,: .:encraL al distanciamiento tiempo-espacio. .
Consecuencias de la modernidad
Fiabilidad
El trmino fiabilidad (fiarse) surge frecuentemente en el lenguaje
cotidiano
26
Algunos sentidos del trmino, si bien tienen amplias
aiinidades con otros usos, son de implicaciones relatinmente ligeras.
Una persona que dice Confo que ests bien>' quiere decir normal-
mente poco ms que lo que dice al formular la amable preocupacin
de espero que tenga buena salud,. -aunque incluso aqu Confian-
za conlleYa una implicacin ms fuerte que espero,,, y quiere sig-
nificar algo ms parecido a v no tenP"o razn oara
La actitud de fe o fiabilidad que la palabra" confianza>'
en contextos ms significativos est todava por revelarse. Cuando
se dice me fo de la conducta de x:,, esta implicacin es ms pro-
nunciada, aunque no mucho ms all del nivel del ''conocimiento
inductivo dbik Aqu se reconoce que se puede confiar en que X se
comportar as dadas apropiadas circunstancias. Pero esos usos del
trmino no interesan demasiado para la cuestin a dilucidar en la
presente discusin, porque no remiten a la cuestin de relaciones
sociales que va incorporada en el trmino fiabilidad, ya que no se
reieren a los sistemas que perpetan la fiabilidad, sino que se refie-
ren a la conducta de otros; la persona aqu implicada no es llamada
a demostrar la fe que implica la fiabilidad en sus significados ms
profundos. -
La principal ddinicin de fiabilidad (trust) que da el Oxford
Englisb Diction:rry, la describe como confianza en (o fiabilidad en)
algunas cualidades o atributos de una persona o cosa, o en la verdad
de una afirmacin,,, y esta definicin proporciona un til punto
de partida. Confianza \' fiabilidad estn claramente con
la fe de la que. ya he siguiendo a Simmel. Luhmann, aun
:econociendo que confianza\' fiabilidad (con(idence v trust) ,; van es-
trechamente unidas, hace un a. distincin ent.re las ds que' es la base
de un trabajo sobre la Segn l, fiabilidad (tmstl ha de
En la ciiscesin he LOn1ado varios materiales inditos ai.!e n;e h::. ore
:\i cor.tr;:.rC> qu:: '"n .,. tit:nen r.117 cr-:
\" .. n n . ' T ';
::' T r:.::;:. s i
..
a"p P-
r;1oacrna e a que cxtsna :1ntenorn1ente. 1 d. u . IL::. J u-..
. l "' . . ' , 1 ..., ..... ' ... ., 1. t:; ... ., (> -
-:1m.1n por la socJO!opa Jntcrprct:ltJ\',1 en Iu::ar oc ,,, n . ,_,
........___
48 Anthony Giddens
neralmente han visto la ciencia social como el pariente pobre de las
ciencias naturales, y esto especialmente debido a la escala del desa-
rrollo tecnolgico como consecuencia de los descubrimientos cien-
tficos. Pero, de hecho, las ciencias sociales estn ms profundamente
implicadas en la modernidad de lo que estn las ciencias naturales
porque la arraigada de las sociales, a la
conocimiento sobre esas m1smas prcncas, forma parte del autentiCO
tejido de las instituciones modernas
33
Todas las ciencias sociales participan en esta relacin reflexiva,
aunque es cierto que la sociologa ocupa un lugar central.
por ejemplo el discurso econmico. Conceptos como <<capnah, _m-
versin, mercados, industria y muchos otros, en su sentido
moderno, fueron elaborados como parte del incipiente desarrollo de
la economa como una disciplina perfectamente definida en el si-
glo XVIII y comienzos del XIX. Esos conceptos, y las conclusiones
empricas que les van unidas, se formularon para analizar los cam-
bios ocurridos al surgir las instituciones modernas. Pero no podan,
y no pudieron, permanecer separados de las ac:ividades y
mientos a los que se refieren y se han convemdo en parte mteg:al
de lo que es la vida econmica moderna e inseparables la mis-
ma. La actividad econmica moderna no sera lo que es SI no fuera
por el hecho de que todos los miembros de la poblacin han llegado
a dominar esos conceptOs, y una infinita variedad de otros.
Una persona profana no tiene necesariamente po: qu pr_opor-
cionar una definicin formal de trminos como capnal o mver-
sin, pero cualquiera que, pongamos por caso, utiliza una
bancaria de ahorros, demuestra un implcito y prctico dommiO de
esas nociones. Conceptos como sos y las teoras e informacin em-
prica que implican, no son nicamente mecanismos prcticos por
medio de los cuales los agentes sociales estn --de alguna manera-
ms capacitados para entender el comportamiento de los mismos. de
lo que pudieran estar de otra manera. Esos conceptOs consmun:n
activamente lo que es ese comportamiento e informan de las razone'
por las cuales se sigue. No se puede aislar claramente entre i_a
ratura destinada a los economistas y esa que, bien sea leda o fJitrJd
de alguna forma, llega hasta las partes interesadas de la poblac1or::
prohombres de negocios, funcionarios gubernamentales y miemln
1
''
" Giddcns. Conllttutwn of Soucry. CJp. i.
Censecuencias de la modernidad
49
del pblico en general. El ambiente econmico est siendo alterado
constantemente a la luz de esos factores, creando una situacin de
continua implicacin entre el discurso econmico y !as actividades
a las que ste se refiere.
de-;- en !a ndole reflexiva de la
l le por s.u papel como la forma ms genera-
L hzada de de la v1da soca] Consideremos un ejem-
plo l.a lmea. T?as dura edge) de la sociologa naturalista. Las
estadisticas oficiales. que publJcan los gobiernos respecto, pongamos
por caso, la poblacin, el matrimonio y divorcio, crimen v delin-
y otras dotarnos de medios p;ra estu-
c:ar preciSJOn la social. Para los pioneros de la sociologa
naturaliSta como Durkhe1m, esas estadsticas representaban datos in-
c?ntestables, en el sentido de que los aspectos relevantes de las so-
modernas,. puede? ser .analizados con ms exactitud que si
cifras no estuvJeran d1spombles. Y sin embargo, las estadsticas
no son solamente caractersticas analticas de la actividad
soc1al, smo que forman parte constituyente del universo social del
que son o su comienzo, la comparacin
de estadistJcas oJc1ales ha s1do esencial al poder del estado y
tamb1en a otros muchos medios de organizacin social. El coordi-
nado control administrativo logrado por los o-obiernos modernos es
del rutinario control de los oficiales en el que
pamc1pan todos los estados modernos.
El de las estadsticas oficiales es en s mismo una
tuca reflex1va conformada por los mismos resultados de las ciencias
d .
- ' e sus msmos
o_ngenes, e capnahsmo ha sido internacional en su esr r . _
d d . r lera. un" so-
eJe a capita.Jsta es una Sociedad, slo oorqu- ,., '
1 L . . , e u., estaco nauo-
na.. as caractensncas del estado nacional en u
1
,- '
h d .. .. c. parte
an e explicarse Y analizarse con '- .
, 1 r }.... , _ ,... "'7""
1
.-.... ... l-.......... 11... :n ... !c. Oe 2 QlSCUSlO!:
.oo.e .a. na,u,a.eLa. ,anto oel co d ' ' -
.... ., 1 ........... - , .. '""
1
...... a. J. mo e1 1naustr1a 1smo. El
... "d\-o ce! estaco capnalicr- ,. o' - '
,
1
, , .... ., e estaaos n1o-
en oe.oe Interpretarse en trminos del control coor-
dmado eerce sobre delimitadas reas territoriales. Como diie
es_tado premoderno pudo aproximarse al nivel de
Omacion admmJstratJva d"sa:-ro11-c'- por el ,
. "" " 1 estaco naciOnaL
' Tal c?ncentr,aCJn _administratin depende a su \ez del desarrolio
v.gzlanna que sobrepasan con creces aquellas pro-
pias ae las CIVIlizaciOnes tradicional"s ,. los apa - ' -- 1
. . , . r "'os ce \JCYt aneJa
constituyen una tercera dimensin asoc;ad- como el 11:?
"] ' _
1
' " capna 1smo v
- mouscna 1smo, a, nacimiento de 1- moa' ' d L - 1 '
r . . " ermca . a VJCY! aneJa se
renere a la superviSIn de las actividades de 1-
00
0
1 o 1 f
]' _ . . " . .aCJon en a es era
po mea, aunque su Importancia como base o'el.poa' d _ .
b , era mimst,a,no
no este aJO nmgun conceow limitada a esa esf"ra L .
' ' . a nguanCJa
t:_ueae Jrecta en muchos de los ejemplos discutidos po-
.roucaul.r m o pns10nes, escuelas y centros de trabaio
1
39 '
. ,. . 1 oero mas
.. es lDCirecta \' baso do 1 d 1. '. r
_.. . - ' e, con,ro, e ,a Jnrorma-
,_on.
Ha\ aue resaltar uno cuon d' " -
: i , . . . ..... . ..... a. Im .... nston 1nSt1tUClOn3.l: el cont-rol
a e .os mcc<zos etc z:wlcncu. El noder m:r. - : .. - .:
_ 1 ... .... . .. _.. !-' . ": uc un r3s;o
... ! ..:. LJ\ lllLJ.LlOncs ?\ ,'...,_,...., ..
1' . _. _
1
, ' '"" o .... :,:;, en esas cv;-
Ci centro L"'lOlltlCO nun- ... nndo -n,,.,rr ,
:--' po: n1ucno nen1Do
Consecuencias de ia mudernidaJ
&3
"" ,stable apovo militar \' caractersticameme nunca lleg a asegurar
.del contro.l de ios medios de violencia dentro sus
:::rriwrios. La fuerza militar de la autoridad gobername dependa de
las alianz;s con im prncipes locales o jees miiitares que siempre
estaban sujetos a separarse de ellos, o bien a desafiar directamente a
05
grupos dominantes. El xitO del monopolio de los medios de
,iokncia dentro de precisas fronteras territoriales, es algo distintivo
del estado moderno como tambJen lo es la existencia de especiales
conexiones con el industrialismo, que penetran tanto la organizacin
de b fuerzas armadas como el armamento a su disposicin. La
.industrializacin de la guerra,. cambia radicalmente el carcter de
la guerra, llevndola a una era de guerra total, y ms tarde a la
<>u;rra nuclear.
::- El intrprete clsico de relacin entre la guerra y el estado
nacional, el siglo diecinueve, fue Clausewitz; pero, para ser pre-
cisos. su enfooue \a era substancialmente obsoleto cuando lo desa-
rroli. Para ia guerra era la diplomacia por otros medios,
es a lo aue se llega cuando las negociaciones normales u otros modos
de o en las relaciones entre estados
4
:.
La guerra total embota la utilizacin de la guerra como instrumento
poltico ya que el sufrimiento in1igido ; ambas panes tiende a so-
brepasar con creces cualquier ganancia diplomtica que pudiera al-
canzarse a travs de ella. Esw es obvio ante la posibilidad de guerra
nuclear.
Las cuatro dimensiones fundamentales de la modernidad y sus
interrelaciones pueden apreciarse en la figura 1.
Empezando por la izquierda del crculo, el capitalismo implica
el aislamiento de lo econmico de lo poltico, contra el teln de
fondo de mercados competitivos de trabajo y de productos. La vi-
gilar1cia, a su vez, es fundamental en todos los tipos de organizacin
asociados al establecimiento de la modernidad, particularmente al
estado nacional. cuvo desarrollo se ha ido entretejiendo histrica-
mente con el capitasmo en su desarrollo mutuo. De manera similar.
existen claras v substantivas conexiones entre las operaciones de vi-
:.:ilancia en ios. estados n2.ciom.les \. la naturaleu cambiante del pod<:r
miit:tr en el perodo moderno. xito del monopolio de los
de violencia f!lir pJrte de los c>tJdos n1odernos, se sustentJ sob;-c Ci
r
l
' ! ______ ,
Anthony Gidderu
Vigibncio
y supenisin social) \
(
(Control ck informacin
Capitalismo Poder militar
(Acumulacin de capital (Control de los medios
en el contexto de de violencia en el contexto
mercados competitivos de 1 de la industrializacin
trabajo y productos) de la guerra)
\ Industrialismo /
(f ransformacin de la naturaleza:
Desarrollo de un
e entorno creado>)
FIGURA l.-Dimensiones institucionales de la modernidad.
mantenimiento secular de nuevos cdigos de derecho penal, adems
del control supervisor de la desviacin. Ei poder militar queda
convertido en un apoyo relativamente remoto a la hegemona interna
de las autoridades civiles y las fuerzas armadas generalmente apun
tan hacia afuera, hacia otros estados.
Movindonos ms alrededor del crculo, observamos que existen
relaciones directas entre el poder militar y el industrialismo, siendo
la industrializacin de la guerra una de las principales expresiones
de ello. I!>e igual manera, se pueden establecer claras conexiones
entre el industrialismo y el capitalismo, conexiones que son de todos
conocidas y bien documentadas, pese a la disputa de p:i?ridades
sobre su interpretacin, anotada ms arriba. En las cond1c10nes de
la modernidad, el industrialismo se convierte en el eje principal de
la interaccin de los seres humanos con la naturaleza. En las culturas
premodernas, incluso en las grandes civilizaciones, los seres huma
nos se perciban a s mismos esencialmente como un continuus _de .
naturaleza; las vidas humanas iban unidas a las maneras y capnchos
de la naturaleza; a la disponibilidad de fuentes naturales de subss
tencia; a la abundancia o escasez de cosechas y animales de pasroreo:
y al impacto de los desastres naturales. La industria moderna, con
figurada por la alianza entre ciencia y tecnologa, el mun
do de la naturaleza de manera inimaginable a generaciones pasada5
En los sectores industrializados del planeta, y crecientemente en tcr
das partes, los seres humanos viven en un entorno creado, un encor
no de accin que es desde luego fsico, pero que ha dejado de sC:
Cormcuencias de la modernidad 65
natural. No slo el entorno construido de las reas urbanas, tambin
otros paisajes estn sujetos a la coordinacin y al control humano.
Las lneas rectas de la figura 1, indican ms conexiones de las
que pueden ser analizadas aqu. Por ejemplo, el hecho de que la
vigilancia ha estado estrechamente implicada en el desarrollo del in-
consolidando el poder administrativo sobre las insta-
laciones de produccin, las fbricas y los talleres. Sin embargo, en
vez de proseguir tales consideraciones, volver la atencin breve-
mente, muy brevemente dado el vasto tema a discutir, sobre cmo
los diferentes agrupamientos institucionales se enlazaron unos con
otros en el desarrollo de las instituciones modernas.
La empresa capitalista, podemos afirmar con Marx, desempe
un importante papel en separar la vida moderna de las instituciones
del mundo tradicional. El carcter enormemente dinmico del capi-
talismo viene dado como resultado de las conexiones establecidas
entre la empresa econmica competitiva y el generalizado proceso
de mercantilizacin. Marx diagnostic que la economa capitalista,
tanto interna como externamente (dentro y fuera del alcance del
estado nacional), es intrnsecamente inestable y agitada. Toda la re-
produccin econmica capitalista es reproduccin expansiva por-
. que el orden econmico no puede permanecer en un equilibrio ms
o menos esttico, como era el caso en la mavora de los sistemas
tradi_cionales. El surgimiento del capitalismo, omo dice Marx, pre- '
ced10 al desarrollo del industrialismo, y ciertamente suministr mu-
cho del mpetu de su surgimiento. La produccin industrial y la
revolucin tecnolgica asociada permiti que el proceso
produccin se hiciera ms eficiente y barato. La mercantilizacin
oc la de obra fue un eslabn particularmente importante, entre
e_! cap1tahsmo y el industrialismo, porque el trabajo abstracta pue-
de programarse directamente en el diseo tecnolgico de produccin.
El desarrollo de una fuerza de trabajo abstracta tambin form
lrnponante punto de conexin entre el capitalismo, el industria-
'amo, Y la naturaleza cambiante del control de los medios de vio-
cncia. Los escritos de Marx resultan otra vez de gran utilidad para
.l..'l.<hzar
importantes como forma de la ,de la crea.Jbl"J-
da..J. Esto confiaura un tipo de eemplo ael reancla1e de las relaCI?nes
un medio de la fiabilidad en la credibili.dad e mte-
gridad de los colegas. Deirdre Boden lo expresa de la s1gmeme mane-
ra:
El hombre de negocios que preguma, "cundo ir usted a York?>
0
los almuerzos de gente del espectculo en Sunset Boulevard,. o los prote-
sores universitarios que auaviesan un continente para leer en qumc;_ mmm,os
una densa ponencia en salas cerradas, sin ventanas y con aconmcJOnaao,
no tienen nino-n imers por las actividades tursticas, m por las cuhnanas,
ni por las imelecruales. como los soldados antiguos:. ver el blanc_o
de' los ojos, tanto de colegas como de para reahrmar, Y mas
exactamente, actualizar. la base de su fiabilidad "
2
.
,. 1 " fo J.rribJ
El reenclaje en tales contextos. como md1ca e, parral
1 .. 1 - , os abstrocto< -on su me>Y:>-
C!tado. conecta a conuanz::t en .o> n ... , ..
____ dt?en
SS
Anthony Giddcr.,
diz.a naturaleza reflexiva , 1 tJ.em ..
' po aue ausp e 1
sobre los gue se sustenta la y
esumJremos esas observaciones a'e la . . g " os.
L 1 manera s<>ll!ente.
. as re acwnes de fiabilidad son esenciales al 't> . .
mJento espacio-tiempo, asociado con l d .d admpho dJstanCJa-
L r: b d d a m o erm a
. a ;za z z a en los sistemas, toma la fo d . .
mm os sobre los gue se sostiene la fe en el m::-o
to del gue una persona rofana J . e un conocJmien-
L r; l .. . d d l p . es en gran parte Ignorante.
a ;/.a 'Ziz a en as personas Implica 1 .
en los que se busca (dentro de d . ods compromzsos de presenci.;.
. d. etermma os cam d . ) 1
m Icadores de Ja integridad . - pos e accwn .os
l aen.:..
1 E reanclaje hace referencia al proceso por el l -
os compromisos annimos, o son transformado cua se
L_a desatencin corts representa un as s por la
relaciones de fiabilidad en 1- - . pecto fundamental de is
a.rg.,_ escala esto es 1 .
escenarios de la modem; r1 , ' .. ' os Impersonales
1 ..... ..... s e o :no SI .. u era
1
zaaor sobre el teln a'. r'o . , , . . e somao tranqmil-
e nao ae Ja tormacJ . d" 1
encuentros gue involucr-M s - . n ) ISO UCIOn de los
.. , .. , "" us uropws y conc ,
IJaolvh-' es _ 1 ' . retos mecamsmos a e
.os COJnvrornzsos a e
L . . ' '-'"
os puntos ct.e acceso son los oun-os , ...
sonas pmfanas o los colectivos,,: los 're ae co;exwn entre l_as per-
absrractos S 1 ,,.,. . . . presen.antes de los SIStemas
. on os lu::,ares mas vulnerables da 1 . 1
tos, oero ramb;n 'On el -- - b 1 '- os SIStemas aostrac-
' - ' L so re e OU"' .
construida la fiabilidad. se mantiene o puede ser
Fiabilidad y competencia
Todas las obsenaciones hechas h- t h
libro, estn ms relacionadas . a a ora esta seccwn del
relacin con los sistema' b- como se manea la fiabilidad en
' - a gue p e d
la pregunra: ;por qu lo m . . d ', r ocupa as por responder
. u l :no na e Ja oenre la m . ' 1
se ta de prcticas. \" me-o .""
1
' ' ayona ae a> Yeces.
. . . socia es sobre lo
conocimiento tcnico e' o bie l. . d . s que su propio
. . n Imita o. o S!mplema 1 , E
mtcrroganrc ouedc .. J . nu se
.... , lllt:.) ... ar't e \'"",...1'15 S b
cieme sobre .lo re"C;"' aue i.. l ... maneras. a emos lo sufi-
' " ueron a' pobl,cion 'S '
etapas ce] desarrollo J JdJ?:arsc ' " .; - . . en Jas pnmeras
la mtroduccin de]:, fo-Jl". o .- . ,_-s socales, como
" roteswnauzad
1
1 .
reconocer b imporuncJ Je '). ]"- .. as ae a me !C!na, para
L L!J zauon en relacin a tal fiJbili-
de la modernidad
89
dad. La influencia del u currculum oculto .. en los procesos de la
educacin institucionalizada, es probablemente un factor decisivo.
Lo que se transmite al nio en la enseanza de la ciencia no es
el contenido de los descubrimientos tcnicos, sino -ms
importante para las actitudes sociales en general- un aura de res-
peto por los conocimientos tcnicos de cualquier ndole. En casi
rodos los sistemas educativos, la enseanza de la ciencia comienza
siempre por los primeros principios, el conocimiento considerado,
ms o menos, incuestionable. Solamente si alguien permanece en el
estudio de la ciencia por algn tiempo, es probable gue sea intro-
ducido en cuestiones ms controvertidas, o que llegue a ser plena-
mente consciente de la falibilidad potencial de todas las pretensiones
de validez del conocimiento cientfico.
De esta manera la ciencia ha mantenido oor mucho tiempo la
imagen de conocimiento fiable, que reviene la actitud de
por casi todas las formas de especialidad tcnica. No obstante, al
mismo tiempo, las actitudes profanas respecto a la ciencia y al co-
nocimiento tcnico son generalmente ambivalentes y sa es una am-
bivalencia subyacente en el ncleo mismo de wd?..s las relaciones de
fiabilidad, ya sean de fiabilidad en los sistemas abstraeros, o en las
personas. Porque slo se exige fiabilidad all donde existe ignorancia,
bien sea sobre las pretensiones de conocimientO de los expertos, o
del pensamientO e intenciones de los seres ms ntimos en gue confa
una persona. Y sin embargo, la ignorancia proporciona siempre el
terreno para el escepticismo, o, por lo menos, para la cautela. Las
representaciones populares de la ciencia y la experiencia tcnica ha-
bitualmente encierran tanto respeto, hostilidad y temor como los
expresados en los tpicos del boffin o el cientfico loco, es decir,
un tcnico cansino que no sabe ni entiende nada sobre la gente
corriente. Las profesiones en las gue se afirma un conocimiento es-
pecializado son vistas como coros cerrados dotados de una termino-
loga interna y crptica, inventada para desconcertar al profano como
abogados y socilogos -que probablemente sern vistos con parti-
cular recelo.
El respeto por el conocimiento tcnico existe normalmente en
conjuncin con una actitud pragmtica hacia los sistemas absuactos.
gue se sustenta sobre de escepticismo y reser>a. \uchJ
:ente parece haber hecho un pacto con la modernidad". en trmi-
nos de la fiabilidad que invierten en las seales simblicas v en
sistemas expertos. Pero la naturaleza de dicho pacto
oor mezc:<.-. cspe_:iicas de deferencia y escepticismo. confort v mie-
do. Aun c-.;mdo :.:J podemos escapar.al impactO de las
modernas su vmjunto, dentro del ancho margen de actitudes de
aceptacir. pueden existir muchas orientaciones (o al me-
nos en ;,utntica ambivalencia). Por ejemplo, una persona
puede dec>:ir tra::adarse a un distrito diierente ames de verse obli-
gada a agt.::: tratada con flor, o puede optar por beber agua
embotella<:. en \':z de la que sale dei grifo; no obstante, sera una
actitud oor comoiew a utilizar el agua proveniente
del servicir;- obLo ag,uas. ' .
La fiaSiJidad .e del Conocimiento inductivo dbil,
pero la fe que im::>lica no siempre presupone un actO consciente de
compromi;o. Er; .as condiciones de la modernidad, las actitude-s-de
fiabilidad :-:acia lv, sistemas abstractas se incorporan rminariameme
en la con:i:midac de las actividades cmidianas, y en gran medida,
son reforzc.das las condiciones inherentes al vivir cotidiano. De
:a) ia es menos un <compromiso ciego que la
aceptacin tcita cie circunstancias en las que normalmente otras al-
ternatins estn excluidas. De todos modos, sera un serio error con-
siderar esta situacin nicamente como una especie de dependencia
pasiva, renuentemente concedida, punto este que desarrollar ms
adelante.
Las actitudes de fiabilidad o falta de fiabilidad hacia concretos
sistemas abstractos, pueden ser susceptibles de sufrir fuertes influen-
cias por la experiencias en los puntos de acceso -como tambin,
desde luego, por la actualizacin del conocimiento que a travs de
los medios de comunicacin de masas u otras fuentes son dados y
recibidos, bien pc;r profanos o por tcnicos expertos. El hecho de
que los punros de acceso sean puntos de tensin entre el escepticis-
mo lego y la experiencia profesional, los conviene en cauces reco-
nocidos de Yulnerabilidad de los sistemas abstractos. En algunos ca-
sos, una persona que Yive desafortunadas experiencias en un deter-
minado punto de acceso donde ias habilidades tcnicas en cuestin
son reiati\amente de bajo niwL puede optar por excluirse de la re-
bcin lega. As. alguien que encuentra gue los "ex-
pertos que emplea para el arreglo de las tuberas de la calefacci::
de su c1s:: blbn consistentemcntc, puede optar por aprender lo5
principios bsico' de tal oicio v hacer el arreglo por s solo. En
otros casos, las malas experiencias en los puntos de acceso pueden
conducir a una suerte: dt: c1nisn1o. si es posiblt .. a de-
Consecuencias de la modernidad
sasirse del sistema en general ''. Una persona que invierte en ciertas
a instancias de un corredor de bolsa y pierde podra
optar por meter su dinero en per-
sona podra incluso decidir en el muro sus s?lo en
oro. Pero, de cualquier forma, sera muy dc1l del SIStema
monetario por completo y estO slo podra __hacerse SI la persona
quisiera intentar vivir en una pobreza aut?subCJente_-
. Antes de considerar directamente las c1rcunstanc1as las que
se construn o se derrumba la fiabilidad, hemos de completar la
precedente. discusin con un anlisis de la fiabilidad depositada en
personas, en vez en abst.ractos. un
piano en el que se mtroauce la ps1colog1a de la f1aD1hdaa (nusLJ.
Fiabilidad y seguridad ontolgica
Existen algunos aspectos de la fiabilidad y de procesos del
desarrollo de la personalidad que parecen ser por 1gual
para todas las culturas, sean estas prem??ernas o, modernas .. 1\?. es
mi intencin presentar una extensa de ellos, mas o;.en
ouisiera concentrarme sobre las conex10nes que existen entre la !la-
bilidad/confianza y ia segnidad ontolgica. La seguridad _on_wlgica
es una forma, o ero una forma muy importante, del. sent1m1ento ?_e
seo-uridad en sentido ms amplio que el utilizado hasta ahora
L; expresin hace referencia a la confianza que la mayoa de los
Ei moderno depende de una compieia serie cie relaciones de iabilidad
en':r;, oo1tica v el pueblo. Los sistemas electorales podran mis
'. , / ... ,_ ,d .... ... ... J
como medios de ins;ituciona.lizadn de ios puntos de acceso que conectan a b. cl_ase
ooltica con la masa de ooblacin, que como medios que aseguren la representaC!,n
del oueblo. Los eiecwraies " otros medios de propaganda son mewaos
de demostracin de validez. v elio frecuentemente coniieva mucho de reand::ue: son-
risJ.s a nios ocaucos. estn:.chones de mano, et( ... La fiabilidad en la habilid:Hl
inica es un tr:.n
1
a. en si pero como precisamente Sta el dt .. l.:. _rcl.J.(JU::
..L.: fiabilid:id cuc es mis =:.::.i.liz..1C::.. no b discutir aqu
n:;.nicuL:.rmt:ntt u oJltJSJ., p::ru slo puede hacl'lt' : ..n ..
\. a su' iurisdiccir ..
. "' Anihon, Giddt:ns. Co::r.f Frof;lcm.' n: S(Jc:.:!
1
L .. ,n...ir(.>:
92
Anthony Giddens
seres humanos depositan en la continuidad de su autoidentidad v en
la permanencia de sus entornos, sociales o materiales de accin.' Un
sentimientO de fiabilidad en personas y cosas, tan crucial a la nocin
de confianza, es fundamental al sentimiento de seguridad ontolgica;
por lo que ambas estn fuertemente relacionadas psicolgicamente.
La seguridad ontolgica tiene que ver con el Ser>>, o, en trmi-
nos fenomenolgicos, con el ser-en-el-mundo,. Pero ste es un
fenmeno anmico, no cognitivo, y est enraizado en el inconsciente.
Los filsofos nos han enseado que en un plano cognitivo existen
pocos, si es que alguno, aspectOs de nuestra experiencia personal
sobre los que podemos tener certeza. Esto es quizs parte de la
reflexividad de la modernidad, pero ciertamente no limita su aplica-
cin a un solo y concreto perodo histrico. Algunas preguntas como
realmente existo?; sigo siendo hoy la misma persona que fui
ayer?,.; realmente existen las otras personas?; lo que veo frente
a mis ojDs, continuar estando ah si le doy la espalda?,; no pueden
responderse de forma indubitable por un argumento racional.
Si bien los filsofos plantean preguntas sobre la naturaleza del
ser, suponemos que no se sienten ontolgicamente inseguros en sus
acciones cotidianas y desde esa perspectiva concuerdan con la gran
mayora de la poblacin. Pero no sucede lo mismo para una minora
de personas que tratan nuestra incapacidad de certidumbre sobre
esas cuestiones no slo como preocupaciones intelectuales, sino como
un profundo desasosiego que penetra muchas de las cosas que hacen.
Una persona que siente la inseguridad existencial de poseer varios
yoes, o la inseguridad de si esos realmente existen, o si lo que
percibe verdaderamente existe, puede verse totalmente incapacitada
para cohabitar en el mismo universo social en que estn otras per-
sonas. Ciertas categoras de personas vistas por otros como enfermos
mentales, particularmente esquizofrnicas, oiensan v actan de esta
forma
54
" '
. de lo que demuestre la conducta esquizofr-
mca dCllmente expresa una carencia mental, y lo mismo es verdad
respecto a muchos estados de ansiedad, tanto sus versiones oara-
liz.ames como en las ms suaves. Suponaamos a alauien aue en
b V .1.
un estado proundamente arraigado y de permanente angustia ante
la duda de s los dems albergan malas intenciones a l, o
" R. D. LJin;:. TiY [)::dcd Sci.f (Londres: T;n-istock. 1960).
Consecuencias de la modernidad
93
supongamos una persona constantemente preocupada por la posibi-
lidad de una guerra nuclear que no logra deshacerse del pensamiento
de tal riesgo; mientras que personas <<normales pueden percibir esas
ansiedades, cuando son profundas y crnicas, como irracionales, esos
sentimientos responden ms a una hipersensibilidad emotiva que a
un elemento irracional. Porque el riesgo de guerra nuclear est siem-
pre ah como posibilidad inmanente en el mundo actual; y, como
ninguna persona tiene acceso directo a los pensamientos ajenos, na-
die puede estar absolutamente seguro, de manera ms lgica que
emotiva, de que las ideas maliciosas no estn constantemente en la
mente de los otros con los que se interacta.
Por qu no est todo el mundo siempre en un estado de aguda
inseguridad ontolgica considerando la enormidad de tales potencia-
les problemas existenciales? El origen de la seguridad que siente la
mayora de la gente, la mayora del tiempo, en relacin a esos po-
sibles autO-interrogantes hay que encontrarlos en ciertas experiencias
caractersticas de la infancia. Las personas <<normales, -quiero ar-
gumentar aqu- reciben una importante <<dosis de confianza
(trust) ': en sus primeros aos lo que determina el alivio o la exa-
cerbacin de esas susceptibilidades existenciales. O, alterando un
poco la metfora, reciben la inoculacin emotiva que les protege
contra las ansiedades ontolgicas a las que todos los seres humanos
estn potencialmente expuestos. El agente de esta inoculacin es la
primordial figura en el cuidado de la infancia: para la enorme ma-
yora d la gente, la madre.
El trabajo de Erik Erikson es una fuente importante de intuicio-
nes sobre el significado de la confianza en el contexto del temprano
desarrollo del nio. Lo que llama <<Confianza bsica (basic trust),
est en el ncleo de una duradera identidad del yo. Cuando Erikson
discute la confianza (trust) en la infancia, hace precisamente hincapi
en ese necesario elemento de fe al que ya he aludido anteriormente.
Mientras algunos psiclogos han hablado del desarrollo de <<COn-
fidence" en la infancia, Erikson prefiere hablar de confianza (trust>)
porque encierra un significado con mayor carga de ingenuidad. Agre-
ga, adems, que la confianza no slo implica que uno ha aprendido
'' En el trabajo de Erikson trust se ha traducido sistemticamente por
A ello nos arenemos, haciendo constar oue Gidder.s dierencia entre trusr )' con(zdcr:-
cc. como se vista v se ver ms iN. del T.}
. '
Anthony Gidd.:n;
a fiarse de la equidad, igualdad continuid::.d de los. agentes ex:r-
nos .. , sino que uno puede de s mismo". La confianza en lo>
dems implica un proceso que se desarOlla unido a la formacin de
u_n ntimo sentimiento de confiabiiidad que posreriormente propor-
oona la base de una identidad estable del YO.
Por tanto, la conianza muy temprana implica una cierra m!Wa-
lidad de la experiencia. El nio aprende a confiar en (a fiarse de) la
consistencia y la atencin de quienes le atienden. Pero al mismo
tiempo aprende que debe hacer frente a sus instinros en una maner3
que sea considerada satisfactOria por los dems, y, que sus cuidado-
res, _esperan a su vez que la conducta del nio sea fiabte-y- puedan
coniiar en ella. Erikson anota que la esquizofrenia infantil ofrece una
evidencia grfica de lo que puede pasar si no se establece la confianza
bsica (fiabilidad) entre el nio Y sus cuidadores. El nio des-arrolla
un frgil sentido de la "realidad,: de las cosas Y de los dems porque
carece del sistemtico goteo de afectO ,. cuidado. La condu.cta
trai'l;;. y el ensimismamiento los intentas de afrontar un
, emorno indeterminado, o hosril, en el que la ausencia
de sentimientos de fiabilidad en s mismo ret1eja la ausencia de fia-
bilidad del mundo exterior.
La fe en el amor de la persona encargada del cuidado infantil, es
la esencia de ese salto al compromiso que oresupone la confianza
(fiabilidad) fundamental y todas las formas de la misma.
(Los padres) ... crean un sentimiento de confianza en sus hiios por una es-
pecie de administracin que combina en su calidad tamo e cui-
dado de las necesidades indiYiduales del nio, como el firme sentimientO de
Yalidez de confianza personaL dentro del marco fiable del tioo de vida de
su cultura. Esta configura la base sobre la que se sustenta' el semi do de
identidad del nio que ms tarde combinar ei sentimientO de ser "bueno',,
de ser l mismo, y de convenirse en lo que otra gente confa que se con-
Yertir ... los padres no slo deben mostrar ciertas de gu.iar a traYs
dei permiso la prohibicin, tambin deben ser capaces de re;resentar parJ
el nio un;?. profunda, casi somtica. conviccin aue lo hacen tiene
sentido. UhinJJmentc. los nios se convienen en no a causa Oc
l.1s i:us::-J.cioncs. sine por J. iJ.ltJ.. o Drdid2. ci.:;ol si"rli+ic"ldo soci:d de esJ:- . . ...... ::- ......
rrustr3.clones.
Pero. incluso (n las nlJ.S de circunstancias. esta etapa pJ.reLL'
introducir en la vida p:;quicJ i.: con\enirse t'n protoriDo de) un de
cii,isin interna v de nost:!f:J uniH:rs.11 oor un .p.1raiso. oerdido. Es en con
.. .. .l"" ,. - ' - .. ' . . . 1 .. ' ' '
J. u ... pouc.:::ros .. hl11 t!-. un :..ennmtc-nto Ot n:J.Der pn\J..\..1\l.
1 1 1 J .J
Consecuen...:tas ae 1a mooernu;,u
95
de haber sido dividido, y de haber sido abandonado que esa "basic trust ,
{fiabilidad fundamental j debe mantenerse en ei transcurso de la vida s:.
Esas observaciones, indudablemente, no son exclusivas de Erik-
son sino que ms bien conforman el nfasis generalizado de la es-
cuela de pensamiento psicoanaltico en lo referente a las relaciones-
objeta ':-. Algunas ideas muy similares las desarroll con anterioridad
D. \V. \\7innicott. Segn l, no es la satisfaccin de las pulsiones
orgnic:1s lo que hace que, segn este autor, el nio comience a ser,
a sentir la vida como real, a encontrar la vida nliosa. Tal orienta-
cin deriva ms bien de la relacin entre el nio y su cuidador, y
depende de lo que \Vinnicott llama el espacio potencia\., existente
entre los dos. El espacio potencial es la separacin que se crea enue
el nio y el cuidador -una autonoma de accin y un emergente
sentido de identidad ,. de la realidad de las cosas .. - \- deri-.a de la
confia..J.za del nio la fiabilidad de la figura patem.al. El es?acio
potencial es una denominacin un tanto inapropiada porque, como
el mismo \\7innicon aclara, se refiere a la capacidad del nio para
wlerar que su cuidador se aleje de l tanto en tiempo como en
espacio
56
.
No obstante, la ausencia es de vital importancia para la intersec-
cin de la fiabilidad con las capacidades sociales emergentes del nio.
Es ah, en el ncleo del desarrollo psicolgico de la fiabilidad, donde
55 Todas las citas de Erik H. Erikson. Chiidbood and Society (HarmondF,onh:
Penguin. 1965 ). pp. 239-41.
::- Las ideas de 1a escuela de relaciones-obeto, son n1as aprop1adas para la argu-
mentacin que se desarrolla en este iibro que las de la escueia iacaniana de psicoan-
iisis ms influvenre ho,- en da en aicunas reas de la reora social. Ei rrabajo de Lacan
imoonante. ooraue- avuda a cao;ar la Y frar:mentacin del yo. Sin enJ-
al rodo. el pensam,ien;o en general-. se
centra principalmente sobre un tipo de proceso, que se complementa por tendencias
contrarias dirigicias a la integracin y la globalidad. La teoria de
resulta iniorm;tiY::: u;.a persona obtiene el stntldo de (tJhcrcnci::..
y cmo esto se con b de la del n1undo extcno.
En mi opinin. ral enfoque esri (o podra esrar) en consonancia con b !'erspcct:':;
ur: :nuncio de ob]ctos y acontecn1icntos qut: . .-:
t:x?erln1entlrsc,. :.0io s: son ?ucsto que son intnnsec.-;.nJcn:t.:
pur
l 1
' '"'
::.:.bJ.io en b d:.' ::5 . .'lO. Y m.l.5
:.::.
\ stccioncs Jc es le ibrc .
96
Anliiony Giddens
redescubrimos la problemtica del distanciamiento espacio-temporal
porque un rasgo fundamental de la temprana formacin de la fiabi-
lidad es la confanza en el regreso del cuidador. El seorimiento de
fiabilidad -an independiente de la experiencia-, en lm otros, cru-
cial para el sentido de continuidad y autoidentidad- se reafirma por
el reconocimiento de que la ausencia de la madre no representa la
retirada del amor. La confianza (fiabilidad) enlaza as la distancia en
tiempo y espacio, y de esa manera descarta la ansiedad existencial
que, si se concretara, podra convenirse en fuente de permanente
angustia emocional y de conducta a lo largo de la vida.
Erving Goffman expresa esto con su caracterstica mordacidad
cuando (en el contexto de una discusin acerca del riesgo) anota que
... religiosos y poetas suelen decir que si una persona comoar-.ra la inmensa
.. d 1 1 J.
cantlda ae nempo que habr oe yacer muerto, con el relati>amente breve
perodo en que se le permite en este mundo irritar o pavonearse. bien oodra
conremolar toda su vida como un fatdico drama de corta en ei
cue cada segundo habra de sentirse angustiado al comprobar que el
se le Es verdad que nuestro tiempo, ms bien breve, se consume, pero
slo_yarece que contengamos el aliento por unos segundos, por unos m-inu-
tos
01
En el adulto, la fiabilidad, la seguridad ontolgica y el sentimien-
to de continuidad de las cosas y las personas permanecen estrecha-
mente ligados. Consecuentemente, la fiabilidad en la credibilidad de
los objetos no humanos, es el resultado de una fe primitiva en la
fiabilidad y formacin de las .personas. Confiar en los dems, es una
necesidad psicolgica persistente y recurrente. Extraer el sentimiento
de seguridad de la credibilidad e integridad de los dems es una
forma de redeleitamiento emocional que acompaa la experiencia de
los. liares y La seguridad ontolgica y la
rutina van mnmamente umdas a travs de la perseverante influencia
de los hbitOs. Los primeros cuidadores del nio habitualmente otor-
gan primordial importancia al seguimiento de las rutinas, algo que
produce tanto intensa frustracin como recompensa en el nio. La
predictibilidad de las (aparentemente) insignificantes rutinas del que-
hacer de cada da. est ntimamente unida a un sentimientO de se-
guridad psicolgica. Tamo, que cuando se quebrantan tales rutinas
5
' Enin:; Goifman, \l:'hcrc rhc .Awon ls (Londres: Alien Lane, 1969).
Consecuencias de la modernidad
por cualquier razn, la ansiedad se desborda e incluso los aspectos
firmemente cimentados de la personalidad, pueden alterarse o hacer-
se trizas
5
''
El apego a la rutina es siempre ambivalente y es precisamente en
esa ambivalencia en la que se encuentra la expresin de los senti-
mientos de prdida a que alude Erikson, que a su vez son una ine-
vitable parte de la formacin de la confianza bsica. Lo rutinario es
psicolgicamente relajante; no obstante, en un sentido muy impor-
tante, tambin representa algo con lo que no todo el mundo puede
sentirse relajado. La continuidad de las rutinas diarias se alcanza slo
a travs de la constante vigilancia de las panes involucradas, aunque
casi siempre se logre en un plano de consciencia prctica. La demos-
tracin de esta continua renovacin del Contrato que la gente man-
tiene entre s es justamente lo que Harold Garfinkel llama los ex-
perimentos con la confianza,
59
. Esos experimentos ilustran el im-
pacto de la perturbacin emocional que queda al descubierto por la
omisin de giros aparentemente intrascendentes en la conversacin
corriente. El resultado es la suspensin de la confianza en el otro
como agente fiable y competente, y el desbordamientO de la angustia
existencial que toma la forma de sentimientos de dolor, confusin y
traicin, a la par que de sospecha y hostilidad.
Tanto el trabajo de Garfinkel como el de ouos autores preocu-
pados por las minucias del hablar cotidiano y la interaccin, sugieren
abiertamente que lo que se aprende en la formacin de la confianza
bsica no es solamente la correlacin de rutina, integridad y recom-
pensa, sino que lo que tambin se llega a dominar es una metodo-
loga sumamente refinada de consciencia prctica, que se conviene
en un artilugio de continua proteccin (aunque pleno de posibilida-
des de fractura y disyuncin) contra las ansiedades que potencial-
mente podran ocasionar hasta los ms fortuitas encuentros con otros.
Ames hemos anotado cmo la desatencin corts es una forma ge-
neral en que la confianza es otorgada como rasgo de la copresencia
fuera de los encuenuos enfocados. En los encuentros cara-a-cara, la
sustentacin de la confianza bsica se ileva a cabo a travs de una
:;; Prob!ons.
5
" Harold Garinkd. A Conception of and Experimentes with -Trust a; J Curo
Jnion oi Stable Concerted Accions. en O. J. Haney. coord .. ''"d .\oc:.:!
;;:cracwor: (?'-iueva York: Robnd Prcss. 1963;.
J
9S
Anthony
constante observacin de miradas, post)Jras corporales y gestos, as
como de las convenciones de la conversacin ortodoxa.
El anlisis que se desarrolla en esta seccin ofrece la oportunidad
de trazar, a grandes rasgos, la respuesta a la pregunta que antes haba
quedado en el aire: qu es lo opuesto a la confianza (trust)? Evi-
dentemente existen circunstancias en que la falta de confianza podra
perfectamente caracterizarse como desconfianza, bien sea respecto a
sistemas abstractos o a personas. El vocablo desconfianza (mis-
trust) se aplica ms fcilmente al referirnos a la relacin de un agente
con un sistema concreto, con una persona, o con un tipo de
Respecto a los sistemas abstractos, desconfianza significa esc-epticis-
mo, o mantener una actitud abiertamente negativa hacia las preten-
siones de validez que incorpora el sistema. En lo que se refiere a
personas, desconfianza significa la duda o el descreimiento de las
pretensiones de integridad que esas personas encarnan o representan
con sus acciones. Sin emban:o, desconfianza, es un trmino dema-
siado suave para expresar anttesis de lo que es confianza bsica,
el elemento cenital en el conjunto general de relaciones con el en-
torno social y fsico, porque la forja de la confianza es la condicin
primordial para el reconocimiento de la clara identidad tanto de
objetos corno de personas. Si esa confianza bsica no se desarrolla.
o si no se logra contener su inherente ambivalencia, el resultado es
una persistente angustia existencial. En su ms profundo sentido, la
anttesis de la confianza es un estado mental que se puede resumir
mejor corno ansiedad o miedo existencial.
Lo premoderno y lo moderno
Si hay rasgos de la psicologa de la confianza que son universales,
o casi universales, existen tambin contrastes fundamentales entre las
condiciones de las relaciones de confianza (fiabilidad) en las culturas
premodernas y las del mundo moderno. No es slo la confianza lo
que se debe considerar aqu, sino los aspectos ms amplios de las
conexiones entre confianza y riesgo, y entre seguridad y peligro. Es
en s mismo arriesgado intentar trazar contrastes generales entre la
era modern;: \" la enorme :ama de los rdenes premodernos.
]\;o obstante, lo abruptO y extenso de las discontinuidades entre las
instituciones de la modcrnid3d y las premodernas justifica el intentO.
aunque ine\itablemenre incurriremos en simplificaciones. El cuadro 1
4 ct'
Consecuenc1as de a modernidad
_ r
0
a una visin de con"umo oara la orientacin de las dis-
f-'ropo. c1 n . _ !"
- es que me propon n-o h.,cer entre los amb1entes de LOn11anza
(lr1Ll0n ' ' t' ' .
'" riesgo. d T
E; todas las culturas premodernas, incluidas las gran es c_rv1 za-
ciones agrarias, por razones ra discutidas elmvel del
distanci;miento espacio-temporal es relatinmente s1 se
co
n las condiciones de la modernidad. La segundad onto10g1ca
ra 1
en el mundo premoderno ha de emenderse, pnmer en
1
los contextos de confianza. \" a las tormas de nesgo Y
re aC!On a " - ,
l
iaro ancladas en las circunstancias locales del lugar. A ae
pe-;:, ' '" 1 d
u inherente conexin con la ausenc1a, la contlanza s1empre \a a
:los de organizar interacciones ,.fiables,, a travs del espaC!O-
riemoo. .
En las culturas premodernas tienden a predommar cuatro con-
textos localizados de confianza si bien uno ellos posee mu-
chas variaciones de acuerdo segn el particular orden de que se trate.
El primer contexto de confianza es el sistema de que en
los entornos ms premodernos proporciona u_n modo
estable de organizar haces>> de relaciones soCiales a traves n_em-
po y del espacio. Las conexiones_ de paren_tesco son, a
de tensiones y conflictos; pero mdepend1entemente de cuantas an
siedades y provoquen, generalmente son_ vnculos que pue-
den ser dependientes en la estructuraci_n de acciOnes en el campo
del tiempo y el espacio. Esro resulta ev1dente tantO en el nde
las relaciones claramente impersonales como en el de las conex!01.es
ms personales. Para decirlo de otra manera, generalmen_te, los
oueden ser dependientes para desarrollar una sene de o?h-
gacione;, independien-temente de los de afecto o
pata que tengan sobre las concretas personas
el parentesco, proporciona frecuentemente, una red de rela-
ciones amistosas o ntimas, que perduran ms all del mmpo_ Y el
espacio. En resumen, el parentesco provee de nexo de
sociales fiables que, en principio, y muy cornentemente tamben c..n
la prctica, conforman el medio de organizar las relaCiones de con-
ianza.
d ' h" comunidad loc:d.
Casi lo m1smo pue e aeClrse tam..,en ... c.. - , .'
d" 1 -omun'd"d auc .1
Hemos de ev1tar a Y!SlOn romannca L ,a L , - .
' como:tr"n b< (U!turJ'-
superficializa los ana !SlS soc1a es, cuanoo se . '" - .
1
.. '"
1
' L qu m prooono. .1.1LL
tradicionales con as modern2s. o que a ' . . . ,.. .
1 f ,. t -. ..... S .. ..:: ..... en ter-
hincapi en las rclaczones ocauuwas que c.'"' ,.. ..
Anthony Gidden
CUADRO l.-Edmomos de Jiabihdad y iesgo en cuhuras premodemas 1' mo-
emas. '
<
N
z
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z
,...
...
z
::::
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z
;
<
PREMODERNAS
Contexto general:
Primordial importancia de la fiabili-
dad localizada.
l. Rc!..:..ones de p.;;renresco como n1e-
canismo estabilizador de los vn-
culos sociales a travs del espacio
nempo.
2. La con1unidad loca! como lu.x..z-r
que proporciona un entorno fa;i-
l!a:izacio.
3. Las cosnlolooias C"mO
1
e . '-'
mo_aos de creenctas y prcticas ri-
tuales que una
cin providencia} de la vida huma-
na y la naturaleza.
4. La tradicin como medio de co-
nexin del presente con el futuro:
pasado orientado en tiempo
sible.
1 Amenazas y peligros que emanan
de la la preva-
!enca a e entermedades infecciosas.
mestabilidad del clima,
nes Y Otros desastres naturales.
1
La amenaza de violencia humana
proveniente del merodeo de er-
cnos, guerreros iocaies. bandole-
ros o ladrones.
3. Riesgo de perder 1.:. grc;..; dr:.:in..:
o de influcnci.1s n1agica.s n1alet-icas.
l\10DERNAS
Comexro general:
Las relaciones de fiabilidad atribuid,.
al desanclaje de los sistemas
tOS.
1 Relaciones personales de amistad
0
intimidad sexual como medios e
establecer vnculos sociales.
., ; . 1
..;... LO.'- SJS!emas aostraaos como
dios de establecer relaciones a :ra
vs de las infinitas esferas del esoa-
cio-tiempo. '
3. Orient.J.cir.. al fut;oo; pensamien-
tO comrafctico come: medio de
conectar pasado y presente.
J. Amenazas Y peligros que emanar:
de la ndole reflexiva de la moder-
nidad.
2. La amcnZa de ':.Jiolencia hum:zno;
proveniente de la industrializacin
de la guerra.
3. de carecer de! sentido ocr-
sonl de la vida. derivado de ; re
ilexividad de la modernidad ar:-li
cada al
Consecuencias de la modernidad
101
minos de lugar, en donde el lugar. an no ha sido transformado por
d distanciamiento de las relaciones entre tiempo-espacio. En la gran
mavora de los ambientes premodernos, incluyendo en ellos la ma-
de las ciudades, el entorno local es el sirio en que se emplazan
os enjambres de relaciones sociales, que por poseer un mbito es-
pacial reducido, proporciona solidez en el tiempo. Las migraciones
de poblacin, el nomadismo y los grandes desplazamientos de mer-
caderes y aventureros, fueron corrientes en tiempos premodernos;
pero la inmensa mayora de la poblacin se mantena relativamente
inmvil y aislada, en comparacin con las densas y regulares formas
de moYilidad (y conocimiento de otras formas de vida) que propor-
cionaron los modernos medios de transporte. La localidad, en un
contexto premoderno, es el foco de -y contribuye a- la seguridad
ontolgica, en una manera que queda substancialmente disuelta en
las circunstancias de la modernidad.
La tercera influencia es la de la cosmologa religiosa. Las creen-
cias religiosas pueden ser fuente de extrema ansiedad o desesperacin
-tanto que en muchos enclaves premodernos han de incluirse entre
los principales parmetros de riesgo y peligro (experimentado). Pero
en otros aspectos, las cosmologas religiosas proporcionan interpre-
taciones morales y prcticas de la vida personal y social, as como
del mundo natural, que representan un entOrno de seguridad para
el creyente. La divinidad cristiana ordena: <<Confa en m, porque
Yo soy el nico Dios verdadero>. Aun cuando la mayora de las
religiones no son tan monotestas, la idea de confiar en seres o fuer-
zas sobrenaturales es un rasgo comn de muchas otras diferentes
creencias religiosas. La religin es, en ms de un sentido un medio
organizador de la confianza. No slo que las divinidades y fuerzas
religiosas nos suministran apoyos providenciales fiables: tambin lo
hacen los funcionarios religiosos. Lo que es ms importante, las
creencias religiosas habitualmente nos llenan de confianza en la ex-
periencia de acontecimientos v situaciones y forman un marco de
referencia dentro del cual esos.acontecimien;os y situaciones pueden
explicarse y ser respondidos.
Al igual que con otros contextOs de confianza en los rdenes
premodernos, aqu pongo el nfasis sobre la religin como algo que
genera un sentido de fiabilidad en los acontecimientos sociales y
naturales, y, que de esa manera, contribuye al enlace ticmpo-csp.1-
cial. Es posible que la religin est conectada psicolgicamente con
los mecanismos de confianza en trminos de los pcrsonaies'" fuerl.l'
182
Amhony Gidden<
que rep;:esenta, de tal manera que sos sean directamente expresione,
de conbanza -o de su en las figuras paterna;.
:nente e_sw ya fue sugendo por Freud ,;: v muchos otros auto
fl d res
m uenCia o: por e se han mostrado de acuerdo. Erik-
son es uno de ellos: la fe, presupone la confianza y que ante
?e se otorga a los del nii1o, tiene su resguardo
msmuc10nal, en la orgamzac1n religiosa.
La confianza que nace del cario es en efecto la piedra de toQue
0
. '.
tP_..J,d ' ' ,. . . d ' e j.
_aa oe una _ aoa. Todas las religiones la pe-
entrega de los mnos a proveedor o proveedores que la
!orruna natural y la salud espmtual...(y) la idea de que la co ..
' d b . .. . n 1anza Ino,
1
oua e e convertJrse en e corriente. v la descont
1
. anza d. d
1 ' m I\ 1 u a en un
ma, a, tiempo que la recuperacin individual debe par e
l- , . . 1 1 ....... .. .... L! t'
" pracnca nrua, oe muchos. v en una sea' de on":bTd a' - '
dad 61. " '-- J. ua. 1 1 a en lc:t \...Omurn-
, A e_xtraordinaria diversidad de religiones en el mun-
ao, es dJ!!Cl! res1st!rse a la conc!u<;o,n de que a' h 'b 1 '
1
- a er a gun ele-
mento de en este enroque; pero lo que deseo sugerir aou,
no depenoe pnnc1palmente de esto. '
El cuarto contexto principal de las relaciones de confianza en las
culturas premodernas es la tradicin misma trad
1
'c
1
0
1
. . " n, a conLra-
_ no se refiere a ningn panicular cuerpo de creen-
c_as Y P SI? O a la manera que se organizan dichas prcticas
) en relac1n al tiempo. La tradicin refleja
de estructurar la temporalidad (que tambin tiene
1mphcac10nes d1rectas para la accin a travs del espa ) L -
d L S c1o . a no'-10n
e ev1 .. tra,uss de tiemp? reversible,, es crucial para entender la
Lemporahdaa de las creenc1as v actividades tradicionales El r
'bl 1 . .1emoo
e es .a temporalidad de la repeticin v est o-obernado po
la_ log1ca de la repetici?n, es decir, el pasado de
mzar el futuro. La onentacin hacio el d ::o 1
d
. . . r , . ' o, caractensnca e a
tra lC!On no amere a el entoque de la moder d d 1 h 1
, . . m a so o en e ec.1o
a e m1r;1r hao a atr:is en \ez de hacia adelante. es o o r
b
, , , ta sen" un.,. rorm.,
muy un.1a oc expresar el contraste. En su lu""r 'h . -1 -
- .a\ que res" Ll:
que m c pasaoo n1 .. e] ruturo .. son fenmeno< d. : , d .
, , . ., !Scretos separa O>
Gel "presente conrmuo ... cQmo en el enfoau' E1
e mooerno. , uempo
Consecuencias de la modernidad
i03
pasado est incorporado en las prcticas presentes como el horizonte
del futuro se curva hacia atrs para cruzarse con los ac0ntecimientos
pasados.
La tradicin es rutina. Pero una rutina intrnsecamenete signifi-
cativa ms que una simple costumbre vaca en nombre de la costum-
bre. El tiempo y el espacio no son las dimensiones vacas en que se
convienen con el desarrollo de la modernidad, sino que estn con-
textualmente implicadas en la naturaleza de las actividades vitales.
Los significados de las actividades rutinarias descansan en el respeto
"eneral v hasta en la reverencia inherente a la tradicin y en la
de la tradicin con el ritual. El ritual con-
lleva un aspecto compulsivo, pero esto tambin es profundamente
reconfortante pues infunde en un conjunto dado de prcticas una
cualidad sacramental. En resumen, la tadicin contribuye de manera
fundamental a la seguridad ontolgica en tanto que sostiene la con-
ianza en la continuidad del pasado, presente y futuro, y conecta esa
confianza con las prcticas sociales rutinarias.
Especificar esos varios contextos de confianza en las culturas pre-
mode;nas, no es afirmar que los ambientes tradicionales fueran re-
confortantes y proporcionaran cobijo psicolgico y los modernos
no. Existen aspectOs definidos en los que los niveles de inseguridad
ontol"'ica son mavores en el mundo moderno que en la mavor
t:l
parte de las circunstancias de la vida social premoderna, debido a
razones que intentar identificar ms adelante. Pero, no obstante, de
una manera genrica, los escenarios de culturas tradicionales estaban
plagados de ansiedades e incertidumbres. Me refiero a estos, en su
medios de riesgo caractersticos del mundo premoderno.
El riesgo ambiental de las culturas tradicionales estaba dominado
por los peligros del mundo fsico. La clebre obsenacin de Hobbes
de que en el estado natural la vida humana era horrible, brutal y
corta, no es una exageracin si se lee como la descripcin de las
circunstancias de la vida real de muchas personas en las cultmas
premodernas. Los ndices de mortalidad inantil y de muerte de las
mujeres en el parro, eran extremadamente grandes contemplados des-
de una perspectin moderna. Para los que lograban sobrevi\ir a 1.:
niez, la esperanza de vida era relativamente baja y muchJ f..:cn:L
sua de enfermedades crnicas o eran vulnerJbles a distinr.1<- cn:cr
medades inecciosas. Existe akuna evidencia de que lo' c:;;.;cl'rl'' \
recolectores, especialmente que habitaban rc:f..:ion;; dL
1
L
1
tu raleza abundante, podran haber estado meno<. <.u Jc't'"
1
tn:
104
Anthony Gidcicn,
dades infecciosas que las personas que viYan en comunidades, loca-
les fijos o en reas urbanas de las sociedades premodernas ms im-
portantes
l
. ' . 1 1], 'b > -'1 esp''(Jlj'L' nt:r]!! Ul
cero exige una mirada m:1s octa'"'u'"' so re '" - . '" e
' d ' ... 1 p111t:!1tc
nesoo de la modern1da . que se puede esooz..,r (1, a s1,..-
b
Anthony Giddcn,
. 1. La globalizacin del 1iesgo en el sentido de intensidad: por
eemplo, la guerra nuclear puede amenazar la supervivencia de
humanidad. -
2. La globalizacin del riesgo en el sentido del creciente nmero
de sucesos contingentes que afectan a todos, o al menos, a gran n-
de en el planeta: por ejemplo, los cambios en la
d!\'!S!On mund1al del trabajo.
3. El riesgo que origina el entorno creado, o la natwaleza socia-
lizada: la incorporacin de conocimiento humano al entorno mate-
rial.
4. El de de_ iesgo instztucionalizado que afecta
a las oportumdaoes de Y1da ce millones de seres humanos: por ejem-
plo, los mercados de inversin.
. 5. La del riesgo como riesgo: las ,<lagunas de conoci-
miento,. del nesgo ya no pueden ser transformados en Certidum-
bres" por ei conocimiento religioso o
. 6. La consciencia de riesgo distribuida: muchos de
los peligros a los cuales nos enfrentamos colecti-..-amente, son cono-
cidos por amplios sectores del pblico en general. .
7. La consciencia de LH limitaciones de la ex1Jniencia: nin(Tn
sistema experto puede serlo totalmeme respecto a' las
, 1 l . ,. 1 . -
ae 1a aaopcwn ae pnnC!p!Os expertos.
Si los mecanismos de desanclaje han proporcionado enormes zo-
nas de seguridad en el mundo actual, la nuen serie de riesaos que
a raz de ello ha sido puesta en juego es -.;erdaderamente terrible. Las
principales formas que he anotado arriba pueden clasificarse entre
i:s que_ alteran la distribucin objerin del riesgo (las cuatro primeras
ae b liSta), :V aquellas otras que alteran la experiencia del riesao, o
la percepcin de los riesgos percibidos (las ot,ras tres).
0
.
Lo que he denominado la intensidad del riesao, es seauramente
el elemento bsico de la apariencia amenazado;a, de circuns-
tancJ.s en las que ,-i\"imos. La posibilidad de guerra nuclear, el de-
ecolgico. la explosin demogrfica incontrolada, el colapso
del mtercamb1o econmico global. \" otras potenciales
,,.Jo,oc]c, . ..... .., ' ... - 1,.., ... , . .. 1
::; - - un ... o,l, nonzontc ae peligros para ro-
Llos los habn.mres ael pbnetJ.. Como hJ. comenr:do Beck. los
slobJ.Iizados de esta ndole. no respetan las divisiones entre ,.
pobres o entre las distintas del mundo. El hecho de qu.c
ChernobYI est en toOJS pan e> ih.1>tr.1 lo que l ll.1m:1 "el fin:1l. de
Consecuencias de la modernida'd
121
]os otros, es decir, el final de las barreras entre los que son y no
son privilegiados. La intensidad global de ciertas clases de riesgo
transciende todos los diferenciales sociales y econmicos
73
. (Esto,
desde luego, no debera cegarnos ante el hecho de que en las con-
diciones de la modernidad, como en el mundo premoderno, muchos
riesgos son distribuidos diferencialmente entre los privilegiados y los
no privilegiados. El riesgo diferencial, por ejemplo, en relacin a los
niveles de nutricin y suceptibilidad a la enfermedad, forma parte
de lo que hoy significa privilegio y no-privilegio).
La guerra nuclear es sencillamente el peligro potencialmente ms
inmediato y catastrfico de todos los peligros actuales. Desde co-
mienzos de la dcada de los ochenta se ha reconocido que los efectos
climatolgicos y ambientales de un conflicto nuclear limitado seran
de proporciones incalculables. La detonacin de un pequeo nmero
de cabezas nucleares podra producir un dao irrevesible al medio
2.mbiente, que amenazara la -..-ida de rodas las especies complejas de
animales. El umbral para que se produzca un invierno nuclear,, se
ha calculado entre 500 y 2.000 cabezas, esto es, menos del diez por
ciemo del total que poseen las naciones nucleares; est incluso por
debajo del nmero que posean en la dcada de los aos cincuenta
74
.
Esta circunstancia justifica perfectamente la afirmacin de que en tal
contexto desaparecera el conceptO de los otros": tanto los comba-
tientes como aquellos ajenos al combate sufriran por igual.
La segunda categora de riesgos globalizados concierne a la ex-
tensin mundial de los ambientes de riesgo en vez de a la instensi-
ficacin del riesgo en s mismo. Todos los mecanismos de desanclaje
sobrepasan la de cualquier persona o de grupos especfi-
cos; y en tanto que esos mecanismos expanden ms su mbito glo-
bal, ms evidente resulta esta tendencia. A pesar de los altos niveles
de seguridad que pueden proporcionar tales mecanismos, la otra cara
de la moneda es qur surgen nuevos riesgos: recursos o servicios han
dejado de estar bajo el control local y por tanto no pueden ser
reenfocados localmente para afrontar contingencias imprevistas, y
adems existe el riesgo de que pueda fallar el mecanismo como un
todo v con ello afectar a todos cuantos normalmente hacen uso del
As. alguien que tiene calefaccin de gasleo v ninpm;; chi-
-J Ulrich Btck. A uf dcm \\'cg ;n c;ne ancicrc
un: Suhrkan1p, 19S6}, p. 7.
-, Owen Greer. e ai.. :\"clc,,r \\"ircr (Cambridc:c. f'<,Jn,. ! ..
,.
" ;;
'
P'
menea o estufa de lea, es particularmente vulnerable a los cambios
en precio del petrleo. En circunstancias como la "crisis del petr-
leo de 1973, producida como resuitado de las acciones del cnel de
la OPEP, todos los consumidores de los productos petrolferos se
vieron afectados.
Las dos primeras categoras en el perfil de riesgo conciernen a la
esfera de los entornos de riesgo; las dos siguientes se refieren a los
cambios en el tipo de riesgos ambientales. La categora del entorno
creado, o de la <naturaleza socializada,,
75
, se refiere a la alteracin
del carcter de la relacin entre los seres humanos v el medio am-
biente. variedad de peligs ecolgicos en tal deriva de
la transiormacin de la naturaleza por los sistemas de conocimiento
humano. El nmero total de los graves riesgos que nos amenazan
con respecto a la naturaleza socializada es desalentador: la radiacin
debida a accidentes importantes en las centrales nucleares o DOr los
residuos nucleares; la contaminacin qumica de los mares. aue es
suii.::iente para destruir el firoplancron- aue renueva gran del
oxgeno de la atmsfera; el efecw ime;naderO quev derva de los
contaminantes atmosfricos que atacan la capa de derritiendo
pane de las capas de hielo e inundando enormes recriones; la des-
truccin de grandes reas del bosque hmedo, fundamental
para la renovacin del oxgeno; y la devastacin de millones de hec-
treas de la capa superficial del suelo que resulta del uso generaliza-
do de fertilizantes artificiales.
Se podran mencionar otras amenazas. De pasada, debemos apun-
tar dos cosas sobre esta lista y sobre el oeliaro de o-uerra nuclear
b b .
Uno es el sentimiento de aturdimiento, acaso el aburrimiento, que
una lista como sa probablemente crear en el lector: ste es un
fenmeno relacionado con el punto sexto del perfil de riesao, es
decir, con el de que el conocimiento de muchas f;rmas <>eneralfzadas
d_e_ riesgo est ampliamente difundido entre gran parte
0
de la pobla-
CJOn. Incluso el darse cuenta de ese aturdimiento se ha convenido
en algo comn: El listado de los peligros con que nos enfrentamos
un eiecto amortiguador. Se conviene en una letana que se
escucha a med1as por resultar tan conocida. Constantemente estamos
bombJrdeados con esos problemas de> tal manera aue su misma in-
>olubilidad los comit:ne en p:!rte del trasfondo de n'uestrJs \idas"
7
'.
--. \"rJs:: Beck.
jPr Pcss:rniSrn ( 1 1.
Consecuencia!! de ia rndernid.1d
'00 , _ _,
. El segundo punto a destacar es que prcticamente todos los riesgos
mencionados, incluido el riesgo de guerra nuclear, son controverti-
dos por lo que se refiere a cualquier enluacin que pueda hacerse
de las estrictas probabilidades. Nunca podemos estar seguros de que
];: disuacin "funcione" exceptO si se un _nuclear,
lo que en s mismo demuestra que no tunClona; la de u_n
invierno nuclear permanecer tal cual a menos que su etecma :eah-
zocin la ha"a totalmente irrele\ante. Voh-er a estas obscr>ac10nes
ya que las dos son importantes en relacin con la
y la percepcin del riesgo. . . .
Dentro de las distintas esferas de las msmuc1ones modernas, los
eso-os existen no slo como amenazas que resultan del imperfecto
de los mecanismos de desanclaje, sino t;mbin de
.,cerrados campos de accin. En tales esferas, como he a:cho ante-
. d l '
riormente, verdaderamente los nesgos son crea os por 10rmas ae
' . 1 '
acti\idad sancionadas normati\amente, como podna ser e caso ae
los juegos de azar o los Los de in.:ersin_ repre-
sentan claramente el ms prommeme eemplo en la nua soCJal rr:o-
derna. Todas las empresas de negocios, salvo algunos npos de
dustrias nacionalizadas, y rodos los inversores, operan en un memo
en el que cada uno de ellos ha de anticiparse a los otros poder
maximizar los beneficios econmicos. De alguna manera, la: mcer-
tidumbres imolucradas en las decisiones de inversin dennn en
parte de las dificultades existentes para anticipar acontecimientos ex-
traos tales como las innonciones tecnolgicas; pero son parte tam-
bin d'e la naturaleza de los mismos mercados. Como enfoque
el anlisis social, la teora de juegos es probablemente la que meor
funciona cuando se aplica a situaciones como stas en que los
aaentes tratan de anticiparse a los otros, aun sabiendo perfectamente
esos otros estn intentando anticiparse a ellos. .
' Pero hav tambin otras circunstancias en las que se aplica esa
situacin; p.or ejemplo, en algunos aspectos de procedimientos
tarales. '" ms notablemente, en la carrera de armamentO entre .as
dos Si uno excluye el riesgo real de guerra, lo que
desde este numo de vista es extrao, la carrera de armamento est.:
sustentada el intentO mutuo de anticipacin :1.1ne
su sobre ia valoracin de las probables del Otrt.
.... 1 ... l 10 Jc
Al 1gual que en la carrera o e armamenLO, e en ton . .'
d 1 d ea'e contm.1Ju a
tltUCIOJUl!Z.1 o en os merca os no pu , e ' . ,
propi:1 esfera. :\o es slo que los riesgos ,,. m:r,,Llucn
124 Anthony Giddens
!a fuerza sino que los resultados de las deci>iones dentro del mar
afectan constantemente a los que estn fuera.
que no dJscuure es_ro en el presente contexto, s dir que es un
asunto de _enorme ImportanCia para la prosperidad econmica de
muchos millones de personas, hasta qu punto la coordinacin d
las sobre inversiones representa una forma de
colecnva, y hasta qu punto los mercados de inversiones son u
. 1 1 na
e otera gobernada por lo que Keynes llama el <<espritu ani-
mal.
En lo que respecta a la experiencia de riesgo, podra decirse mu-
cho ms de lo que tengo oportunidad de analizar aqu. Los tres
de _la co?ciencia de riesgo sealados en el perfil de riesgo
descnto, sm embargo, son de inmediata relevancia para la
OISCUSIn desarrollada en este estudio hasta ahora. v lo sern en 1,,
secciones subsecuentes. El mismo hecho de que riesgos
yendo en esta visin muchas y nriadas formas de son
por la poblacin profana como riesgos, es
uno oe los mas Importantes aspectos de la fractura entre el mundo
p_remoderno y el Las empresas de alto-riesgo que acome-
uan las culturas tradiCiOnales podan, en ocasiones. darse en el do-
mini? _de lo _pero era ms frecuente que bajo los
ausp1cJOs de la rellg1n o de la magia. Es indudablemente variable
dnde h_a _estado la te dispu_esta a invertir confianza a pres-
religiOsas o magicas pamculares en concretos dominios
d_e nesgo; pero muy frecuentemente la religin y la magia propor-
cionaron un de cerrar las incertidumbres que conllevaban las
e:npresas peligrosas, transformando de esta forma la experiencia de
nesgo en sentimientos de relativa seguridad. Donde el rieso-o es re-
c?nocido como riesgo, esa manera de generar confianza las ac-
Ciones e_s En un entorno predominantemente
secular existen dJstmtas tormas de intentar trasmutar el rieso-o en una
cuestin fortuna pero conservan siempr/ parte de
en wz de constitUirse en verdaderos soportes psicol-
pcos. La gente que ocupaciones que conllevan riesgos que
amenazan su mtegndaa tiSICl. como los restauradores de campana-
nos, o en empresas cuyo resultado es estructuralmente indetermina-
do como es el caso de los deponistas, con mucha frecuencia recurren
a amuletos o rituales supersticiosos para "influir" el resultado de 0
su e hacen; pero podrL:m muy bien ser despreciados por otros 51
lucran ejecutadas mu\ abiertamente. '
Consecuencias de la modernidad
125
Podemos unir los dos puntos finales del perfil de riesgo. El co-
nocimiento entre la gente profana de los entornos de riesgo, conduce
al conocimiento de los lmites de expertos, y forma parte de los
problemas de <<relaciones pblicas que han de afrontar quienes tra-
tan de sostener la fiabilidad de ese pblico profano en los sistemas
expertos. La fe que sostiene la fiabilidad en los sistemas expertos
incluye el bloqueo de la ignorancia de los profanos cuando se en-
frentan a las afirmaciones de los expertos. Pero el reconocimiento
de las zonas de ignorancia a que se enfrentan los expenos mismos,
ya sea como profesionales individuales, ya en trminos de reas ge-
nerales de conocimiento, podran debilitar o minar la fe de las per-
sonas profanas. Los expertos frecuentemente asumen riesgos <<en
nombre de sus clientes profanos encubriendo o falseando la verda-
dera naturaleza de esos riesgos o, incluso, el hecho mismo de que
existan riesgos. 1v1s perjudicial que el descubrimiento por parte de
la persona profana de esta clase de ocultacin, es la circunstancia en
las que son los mismos expertos quienes no son conscientes del
verdadero alcance de un conjunto de peligros y de los riesgos aso-
ciados a ellos; porque en este caso, lo que es cuestionable, no es slo
los lmites o lagunas del conocimiento experto, sino la insuficiencia
que compromete la autntica idea del experto
77
.
Riesgo _y seguridad ontolgica
De qu manera interfiere esta serie de riesgos en la fiabilidad de
la persona profana, en los sistemas expertos, y los sentimientOs de
seguridad ontolgica? La lnea bsica para este anlisis ha de ser la
ine7.:itabilidad de vivir con peligros que estn alejados del control no
slo de las personas, sino tambin de las grandes organizaciones,
incluidos los estados; son riesgos de alta intensidad, que amenazan
la vida de millones de seres humanos y, potencialmente, de toda la
humanidad. El hecho de que sean riesgos que nadie escoge por gusto
en los que, como dice Beck, no existen los Otros> a quienes se
pueda culpar, atacar o hacer responsables por ellos, refuerza la no-
cin de presentimiento de la que tantos nos hemos percatado como
" A. J. Jouhar. coord., R1sk 1r: SoCJcty (Londres: Libbn. J9S4!: J Jch I Jcn' :e
Paul Leircrc. Rzsk and CiMcc (\lilton KeYne>: Or>cn ni,er\Jt' Prc'' J9S:
Anthony Gidden1
ca:-actersuc.1s de la poca presente
70
. Tampoco es sorprendente
algunos de los que mantienen ideas rdigiosas se indinen por ve; e}
potencial de un desastre mundial como la expresin de la ira d::
Dios. Porque las graves consecuencias de los riesaos olobales a ]
0
,
que ahora todos enfrentamos, son elementos del carcter
al es_uo ptggemaut '\ de la modernidad, cuya responsa-
D!lld_ad no_ recae en personas concretas ni en grupos a los que se
pueda ex1gr dlevar las cosas por buen camino ...
Cmo podemos constantemente mantener en primer plano d,
nuestra mente peligros que son tan enormemente amenazadores ;:d
tiempo que tan alejados de un posible control individual? La res-
puesta es que ia mayora de nosotros no podemos. La o-eme que se
preocupa todo el da, todos los das, sobre la posibilidad una
guerra nudear, como ya he dicho, est expuesta a que se le consider
trastOrnada. Y aunque es cieno que resulta difcil
l , .. "' l - .1 .\...11_,
nal a algUJen que est constante y conscientemente ansioso de esta
iorwa. Yisin de la realidad podra llegar a paralizar la \ida
cotidiana. Incluso una persona que se atreva a introducir la cuestin
en una reunin social, se expone a ser considerada histrica o torpe.
En la noYela de Carolyn See, Golden Days, que termina con las
secuelas de una guerra nuclear, la protagonista a mirad de una cena.
cuenta a Otra im-itada su miedo a un holocausto nuclear:
Tena los ojos muy abiertos. clavados en m, con terrorfica concentracin.
Si dijo,, "Emiendo perfectamente lo que dice, lo comprendo; pero no
cree ustea que su temor a una guerra nuclear es una metfora de todos los
onos temores que nos asedian?,
Nunca fui muy aguda, pero a veces respondo bien. NO, me hubier;;
gmar a ,travs de aq_uel resguardado hermoso saln. "Estoy con-
\ enc1oa de que tos otros m1edos, todos los temores de oue le he hablado.
son una metfora de mi miedo a la "'Uerra nuclear! '
..
Fn su incrdula mirada en mi. pero nos libr de la dificultad de
el que en aquel preciso momento furamos llamados al comedor a disiru:J:
: . . - -c.
ae una oelJCIOsa cena , .
La incredulidad de L im-itada a b cena no nene nad
2
que \:::
.. Ci. \\'. \\.Jrrcn \\'::.::.1:-. \'zsons Ln
1
\crsi!Y o: ..
Prcss. ' -
\"er notJ a !"" de p:i:ina 5S. /S. del T.}
Cl"t)l:n Set'. Go!dtr: [)._:_ d.()nt.hts: .-\ rrow. J 9S'J ' F'- l2h
Consecuencias de b modernidad 127
con el argumentO expresado; slo ilustra la dificultad de imaginarse
que alguien perdiera los papeles sobre una cuestin como sa v en
un escenario como aquL
La inmensa ma}ora de la gente no gasta mucho tiempo, al me-
nos no en forma consciente, preocupndose sobre la guerra nuclear
o sobre las grandes amenazas de las que puede ser, o dejar de ser,
una metfora. Indudablemente que la necesidad de resolver cuestio-
nes ms prcticas del vivir de cada da es una razn para ello, pero
psicolgicameme hay muchas otras implicaciones. En un ambiente
los riesgos d-e baja-probabiiidad- y graves consecuencias ren-
den a invocar, un sentimiento de fortuna, ms cercano a la visin
premoderna que al cultivado por menores. El semi-
miento de destino,, independientemente de que sea positiva o ne-
gativamente matizado -algo as como una nga y generalizada sen-
sacin de confianza en remotos acontecimientos sobre los que se
carece de control alguno-, 2.li\ia al individuo del peso de su rela-
cin con una sitUacin existenciaL que de otro modo podra llegar
a convenirse en un trastorno crnico. El destino, la sensacin de
que las cosas encontrarn su camino de alguna manera, reaparece de
esta forma en el ncleo mismo de un mundo que se supone est
desarrollando el control racional de sus asuntos. Adems, esta se-
guramente exige un precio en el plano inconsciente puesto que fun-
damentalmente presupone la represin de la angustia. La sensacin
de miedo -que es la anttesis de la confianza bsica-, probable-
mente infunde sentimientos inconscientes en relacin con las incer-
tidumbres que afronta la humanidad en su conjunto ss_
Los riesgos de baja-probabilidad y graves-consecuencias no de-
saparecern del mundo moderno, aunque en un escenario ptimo,
s podran disminuirse. As, aunque se diera el caso de que todas las
armas nucleares fueran destruidas, de gue no se inventara otro ar-
mamento de tal poder destructivo, y de que no surgieran perturba-
ciones catastrficas comparables propias de la naturaleza socializada,
seguira existiendo un perfil de peligro mundiaL Porque si se acepta
que sera imposible lograr la total erradicacin del conocimientO tc-
nico establecido, el armamento nuclear oodra ser reconstruido en
cualquier momenw. Adems, cualquier tecnolpca impor-
tante podra disrorsionar por completa b orientacin ::lobal cic Jo,
... : Roben Jay Liiton y Rich.H :). u e;.; 1 .. h.:-..; ..
Br\ok\.
.Anthony GiJdens
asumos mundiales. El efecto es inherente a la moderni-
dad por razones que ampliar en la siguiente seccin de este libro.
El fuerte carcter contrafcrico de la mavora de los riesgos con-
secuentes, va ntimamente ligado al que a pro-
ducir un listado de esos riesgos. En el medievo era reaJ,, la inven-
cin del infierno y la condena eterna era el irreversible destino del
descredo. Sin embargo, las cosas son diferentes con la mayora de
los catastrficos peligros que afrontamos en la actualidad. A mavor
peligro -medido, no en trminos de Probabilidad de suceder s.ino
en trminos de amenaza generalizada ; la vida humana-, mavor es
su contrafacticidad. Los riesgos involucrados son necesari;meme
irreales porque slo podramos llegar a tener una clara demostra-
cin de ellos si se produjeran, lo que sera demasiado terrible de
contemplar. Acontecimientos de relarn pequea escala, como ei
bombardeo atmico en Hiroshima y Nagasaki, o los accidentes en
la Tln-ee },fije lsland o er; Chemobvl. nos dan una idea de ic. auc
oodra ocurrir. Pero esos de nin"'una manera ;ta-
sobre el necesario carcter de ot:os acontecimien-
tos ms catastrficos, y sa es la base principal para su irrealidad"
y para los efectos narcotizames gue producen la reiterada enumera-
cin de ries:::os. Como subraYa Susan Sonta"'. "Un escenario moder-
no pem1an;me: el apocalips-is se pero no pasa nada. Y
\-u eh e a surgir ... ahora el apocalipsis es un serial de larga duracin:
no es el "ahora el apocalipsis'' (Apocalypse NoiV), sino el apocalipsis
de ahora en adelante
81
.
Reacciones adaptativas
est claro que exista una diferencia significatin entre las per-
sonas profanas y las expertas en lo que se refiere al rango de reac-
ciones de adaptacin al perfil de riesgo de la modernidad. Por las
razones ya expuestas. los contrafcticos ms preocupames no pue-
den trasladarse a situaciones de comprobacin emorica, v lo; ex-
penos en los campos de que se trate, est.n tan di-
\ididos entre ellos como pueden estarlo las personas menos infor-
madas en la materia. Las pusibles reacciones adapratin.s parecen ser
CU3tr().
Consecuencias de la modernidad
129
A la primera podra liamrsele la pragmtica y queda
reflejada en el punto de vista expuesto por Lasch, que implica una
concentracin en lo que l llama sobrevivir. La cuestin aqu no
es tanto el replegarse del mundo exterior como en una participacin
pragmtica, que mantiene su foco de atencin en los problemas y
tareas relacionadas con el quehacer diario. Esta orientacin es deno-
minada por Raymond \Xlilliams el Plan X>>, Una nueva poltica de
ventaja estratgica,, es decir, la creencia de que mucho de lo que
sucede en el mundo moderno est fuera del control de cualquiera,
por tanto, todo lo que nos es dado planear o esperar consiste en
beneficios pasajeros. Segn Williams, esta postura es aplicable no
slo a las actitudes de muchas personas profanas, sino tambin a los
principales dominios de la accin estratgica, como la carrera de
armamentos
82
La aceptacin pragmtica no est libre de costes psicolgicos,
debido a razones que ya han sido mencionadas. Implica ese cieno
aturdimiento que frecuentemente refleja profundas ansiedades sub-
yacentes, que en algunos individuos, emergen a la superficie del pla-
no consciente con cierta regularidad. En el estudio de Dorothy Rowe
sobre los efectos en la vida cotidiana de la conciencia de la posibi-
lidad de una guerra nuclear, una reaccin frecuente es: La nica
respuesta sincera que puedo darle respectO a cmo seguir adelante
con la vida, a pesar de esa posibilidad, es que intento no pensar en
ello porque slo el hacerlo me llena de terror. Claro que esro no
funciona siempre y algunas veces me vienen a la mente horribles
visiones de lo que sucedera si esas armas llegaran a usarse
83
. La
aceptacin pragmtica es compatible por igual con un sentimiento
de subyacente pesimismo o con alimentar la esperanza una convi-
vencia no libre de ambivalencias.
La segunda reaccin adaptativa puede plantearse en trminos de
un OP!imismo sostenido, que resulta esencialmente de la persistencia
de actitudes propias de 1a Ilustracin, es decir, una persistente fe en
la razn providencial, a pesar de los peligros que puedan amenazar
en la actualidad. Este es el punto de vista de aquellos expertos, que
sostienen, por ejemplo, que la disuacin nuclear ha funcionado hasta
ahora, y que por lo tamo, continuar funcionando en un futuro
indefinido; o aquellos otros que critican los apocalpticos escenarios
" Ravmond Wiliiams, Tou;ards 2000 (Londres: Chane, 1983).
53
o;rothy Rowe. L:-vzng ';i:J. !be Bomb (Londres: 1985.
Anthony Giddcns
ecolgicos en favor de una postura que SO:ltiene que pueden encon-
trarse soluciones sociales y tecnolgicas para los principales proble-
,. J S' p l .
mas muna1a es ". ara as personas profanas ste es un punto de
vista que contina manteniendo mucha de su resonancia, adems de
un fuerte atractivo emocional por estar fundamentado, como lo est,
en la conviccin de que el pensamiento racional, de amarras, y, en
particular la ciencia, ofrecen garantas de seguridad a largo plazo que
ninguna otra orientacin puede igualar. Sin embargo, cienos tipos
de ideales religiosos tambin tienen cierta afinidad electiva con ese
optimismo sostenido.
Un opuesto conjunto de actitudes es el que encierra e_l_ppimismo
dnico. A diferencia de la aceptacin pragmtica, ste supone la par-
-ticipacin directa en las ansiedades provocadas por los peligros de
graves consecuencias. Cinismo no es indiferencia. Tampoco est ne-
cesariamente cargado de fatalismo, aunque difcilmente oudiera com-
patibilizarse con un optimismo romo. El cinismo es manera de
atemperar el impacto emocional de las ansiedades, bien sea a travs
de una respuesta humorstica, o una de hasto por el mundo en que
\ivimos. Se presta l mismo a la parodia, como en la pelcula
Dr. Strangelove, y muchas formas de humor negro; pero tambin
a una celebracin anacrnica de las delicias del aqu-y-ahora, que se
regodea en una despectiva burla de los enfoques orientados al futuro
caractersticos de la modernidad. En alguna de sus modalidades, el
cinismo puede desligarse del pesimismo y coexistir con una especie
de desesperanza desolada. Pero tambin el pesimismo es separable
del cinismo, si se define como la conviccin de que cualquier cosa
que hagamos siempre saldr mal
85
. No obstante, al contrario de lo
que sucede en la asociacin del optimismo con los ideales de la
Ilustracin, aqu resulta difcil dar un contenido al pesimismo, salvo
la nostalgia por aquellas formas de vida que estn desapareciendo, o
una actitud negativa ante el devenir de los acontecimientos. El pe-
simismo no es una frmula de accin, v en su forma extrema slo
conduce a una paralizante depresin; embargo, unido al cinismo
proporciona una visin con implicaciones prcticas, puesto que el
cinismo lima las asperezas del pesimismo dada su neutralizadora na-
turaleza emocionaL y su potencial de humor.
" Vase, por e_icmpio, J. L. S1mon : H. Kahn, Thc Rr.<orcc(u! E.mh (OxorJ:
Black well, 1984 ). .
'; Vase Baile\', Pessimisrr..
Consecuencias de la modernidad
i3i
Finalmente, podemos distinguir lo que denominar el compromi-
scz. radical, con lo que quiero significar la actitud de contestacin
prctica contra lo que se perciben como fuentes de peligro. Aquellos
que toman una postura de compromiso radical suelen decir, aunque
estemos acosados por muy importantes problemas, podemos y debe-
mos movilizarnos, bien sea para reducir su impacto, o para trascen-
derlo. Esta es una postura optimista, pero que a su vez va estrecha-
mente ligada a la accin contestara en lugar de a la fe en el anlisis y
la discusin racional. Su principal vehculo es el movimiento social.
Una fenomenologa de la modernidad
La literatura sociolgica ha estado dominada por dos imgenes
de a lo que se asemeja \ivir dentro del mundo de la modernidad, si
bien ninguna de las dos parece ser suficiente. Una, es la de \:;"eber,
para quien los vnculos de la racionalidad se nn apretando ms
ms hasta encerrarnos en la montOna jaula de la rutina burocrtica.
De los tres principales fundadores de la sociologa moderna, \\ieber
fue quien vislumbr con mavor claridad la significacin del conoci-
mien.tO en el desarOllo social moderno, y esta visin para
esbozar una fenomenologa de la modernidad. Segn l, la experien-
cia cotidiana retiene su color y espontaneidad, pero slo en el per-
metro de la dura jaula de hierro de la racionalidad burocrtica. La
imagen resulta poderosa y qu duda cabe ha caracterizado fuerte-
mente tanto la !iter:nma de ficcin del siglo XX as como la
discusin ms directameme sociolgica. J\.1uchos comexws institu-
cionales modernos estn marcados por la inamoYilidad burocrtica;
pero sta est lejos de penetrarlo wdo e, incluso, en el mismo ncleo
de su aplicacin, es decir, en las organizaciones a gran escala, esta
caracter-izacin de Weber resulta inadecuada. Porque, en vez de in-
clinarse hacia la rigidez, las organizaciones producen reas de autO-
noma y espont:!neidad que de hecho, resultan ms difciles de ob-
tener en grupos reducidos. Esta contrainterpretacin se la debemos
a Durkheim ..- a los subsecuentes estudios empricos sobr
z.aciones. El cerrado de opinin que se da dentro de al_:.tHW'
grupos oeaueos. ,. las formas de sancin directas disponibi,:- p.l.<
deii.mitJn el horiz.omc de accin mucho m:1s es:r,,i1.1
,. firmemente que en ios escenarios de las grandes or;_:.1n?J.,.l'::c,.
. La sesunda imJ_:en es]; que proporcion; .\:H\ -\ "t:<".
132
Anthony Giddens
llmense o no marxistas-, una descripcin de acuerdo con la cual,
la modernidad aparece como un monstruo. 1\hrx, quizs ms nti-
damente que cualquiera de sus contemporneos, percibi lo destruc-
tor e irrevisible que sera el impacto de la modernidad. Pero al mis-
mo tiempo, hay que resaltar que para Marx la modernidad fue lo
que Habermas ha llamado correctamente un proyecto inconcluso>.
El monstruo puede ser domesticado puesto que todo lo que ha sido
creado por los seres humanos puede someterse a su control. Senci-
llamente, el capitalismo es una manera irracional de conducir el mun-
do moderno porque supedita la satisfaccin de las necesidades hu-
manas a los caprichos del mercado.
Sugiero que deberamos sustituir esas imgenes de la modernidad
por las dej_uggemaut -la imagen de una desbocada mquina de
enorme podero a la que, colectivamente como seres humanos, po-
demos manejar hasta cierto punto, pero aue tambin amenaza
escapar de con lo nos aicos. El juggernaut aplasta
a aquellos que se le resisten, y si a veces da la impresin de mantener
un firme equilibrio, hav momentos en los aue vira errticamente en
direcciones. El camino, no es: en modo alguno, total-
mente desagradable o sin recompensas; frecuentemente incluso oue-
de resultar emocionante y cargado de esperanzadoras expectativas.
Pero, mientras que las instituciones de la modernidad permanezcan,
no podremos controlar por completo ni el camino que roma, ni el
ritmo que lleva ese Yiaje; y a su vez, nunca podremos sentirnos
completamente seguros, porque el terreno a travs del que corre est
repleto de riesgos que entraan graves consecuencias. Los sentimien-
tos de seguridad ontolgica han de coexistir ambivalentemente con
los de ansiedad existencial.
El Juggemaut de la modernidad no es de una sola pieza, y es
aqu donde falla la imagen, como falla el hablar de un solo camino
en su travecro. No es una locomotora hecha de maauinaria inte<>ra-
. . ::;,
da, sino una en la que se dan grandes tensiones, contradicciones Y
el tira-y-afloja de diferentes influencias. Cualquier intento de cap-
turar la experiencia de la modernidad debe comenzar con esta visin,
que en ltima instancia. derin de b dialctica del tiempo y el espa-
cio que se expresa en la constitucin del espacio-tiempo en las ins-
tituciones modernas. Esbozar una fenomenoloc'a de la modernidad
en trminos de cuatro marcos de experiencia relacio-
nados, en los que cada uno de ellos conecta de manera integral con
la discusin que precede en este trabajo:
Consecuencias de la modernidad 133
Desplazamiento y reanclaje: la interseccin de la familiaridad con
la extraeza.
Intimidad e impersonalidad: la interseccin de la confianza per-
sonal con los lazos impersonales.
Habilidad experta y re apropiacin: la interseccin de los sistemas
abstractos con el conocimientO cotidiano.
Prioacidad y compromiso: la interseccin de la aceptacin prag-
mtica con el activismo.
La modernidad des-coloca, en el sentido ya analizado en el que
el lugar se hace fantasmagrico. Pero estO es ms una experiencia de
doble filo o ambivalente que una simple prdida de comunidad. Slo
podremos verlo con claridad si recordamos los contrastes entre lo
premoderno y lo moderno, que quedaron descritos ms arriba. Lo
que sucede no es simplemente que las influencias localizadas revier-
tan en las ms impersonalizadas relaciones de los sistemas abstraeros.
En lugar de ello, el mismo tejido de la experiencia espacial se altera
al unir lo prximo con lo distante, en maneras de las que existen
pocos paralelismos en pocas anteriores. Existe una compleja rela-
cin entre la familiaridad y la extraeza. Muchos aspectOs de la vida
en los contextos locales, continan manteniendo una familiaridad
arraigada en las rutinas cotidianas que siguen las personas, que mi-
tiga esa relacin. Pero el sentido de la familiaridad es uno que est
frecuentemente mediado por el distanciamiento espacio-temporaL
No deriva de las particularidades de un lugar localizado. Y esta ex-
periencia, en cuanto se filtra en el conocimiento general, es al mismo
tiempo turbadora y reconfortante. La tranquilidad de lo familiar, tan
importante para el sentido de seguridad ontolgica, queda empare-
jada al reconocimiento de que lo que es confortable y cercano, es,
de hecho, la expresin de acontecimientos lejanos puestos en,, el
entorno local, pero sin integrarse en el desarrollo orgnico de este
ltimo. El centro comercial local es un ambiente en el que se cultin
la naturalidad v la se<>uridad por medio del diseo v la planificacin
::> '
cuidadosa de los lugares pblicos. No obstante, cualquiera que nya
de compras en ellos, sabe que la mayora de las tiendas pertenecen
a cadenas comerciales que pueden encontrarse en cualquier ciud:.J
y que desde luego existen innumerables galeras comerciales de Ji-
sea similar por todas partes.
Un raso-o de dislocacin es nuestra insercin dentro de los csce-
::>
narios de la globalizacin de la cultura v la informacin. lo que
134 .A.nthony Giddens
significa que la familiaridad y el lugar estn conectados mucho me-
nos consistentememe que hasta ahora. Este resulta ser menos un
fenmeno de extraamiento de lo local, que uno de integracin den-
t:-o de las comunidades" globalizadas que comparten dicha expe-
riencia. Las fronteras de encubrimiento y descubrimiento se alteran
puesro que muchas antiguas y muy distintas actividades quedan yux-
tapuestas en unitarios dominios pblicos. El peridico y la secuencia
de los programas de televisin durante todo ei da son los ms evi-
dentes ejemplos de este fenmeno, pero es algo genrico en la or-
ganizacin espacio-temporal que hace la modernidad. Todos nos fa-
miliarizamos con los acontecimientos, acciones y con la apariencia
visible de escenarios fsicos que estn a miles de kilmetros de dis-
tancia de nuestro lugar de residencia. Indudablemente la llegada de
los medios de comunicacin electrnicos ha acentuado esos aspectos
de descolocacin puestO que extienden su presencia
te y a gran Joshua h;ce notar que una persona
que habla por telfono con otra, quizs en el otro lado del mundo,
est ms firmemente enlazada con esa persona alejada que con otra
en la misma habitacin, que puede estar preguntando <<Quin es?,.
<<Qu dice?,. o cosas por el estilo.
La contrapartida del dislocamiento es el reanclaje. Los mecanis-
mos de desanclaie remueven las relaciones sociales v el intercambio
de informacin de los comexros espacio-temporales .especficos, pero
a la par proporcionan nuevas oportunidades para su reinsercin. Esta
es otra de las razones por las qu es un error ver al mundo moderno
como si fuera uno en que enormes e impersonales sistemas fueran
deYorando progresinmente la mayor parte de nuestra vida personal.
El proceso paralelo que lleva a la destruccin de los barrios de las
viejas ciudades remplazndolos por manzanas de edificios para ofi-
cinas y rascacielos, permite frecuentemente el ennoblecimiento de
otras reas y la re-creacin de la comunidad. Es equivocado presen-
tar el cuadro de las altas, impersonales colmenas que se erigen en el
centro de las ciudades como el eptOme del paisaje de la modernidad.
porque la re-creacin de lugares relatinmente pequeos y sencilios
es igualmente C.1rJ.cterstic:;. de b modernidad. Los mismos medios
de transpone que a la disolucin de la conexin entre !usar
y p3.rentcsco, proporcion:m ia posibilidad de reanclaie al acilitJ.r b
visita a parientes "cercanos,. que viven lejos.
Similares comentJ.rios podran hacerse sobre la interseccin de b
intimidad y la impersonaiid.1cl en los contextos modernos de accin
Consecuencias de la modernidad 135
Simplemente no es cierto que en lao condiciones de modernidad
vivamos crecientemente en un mundo de extraos. No se requiere
de nosotros que intercambiemos ms y ms la intimidad por la im-
personalidad, en los contactos que hacemos rutinariamente con otros
en el transcurso de nuestra vida cotidiana. En ello va algo mucho
ms complejo y sutil. Los contacros cotidianos con otros en los
escenarios premodernos; estaban basados en la familiaridad que sur-
ga en parte por la misma naturaleza del lugar. Pero rara vez facili-
taban los contactos familiares con otros el grado de intimidad que
hoy asociamos a las relaciones personales y sexuales. La transfor-
macin de la intimidad de la que he hablado, es contingente del
mismo distanciamiento que han portado los mecanismos de desan-
claje combinados con la alteracin del entorno de confianza que
presuponen. Algunos modos evidentes en los que interactan la in-
timidad y los sistemas abstraeros. El dinero, por ejemplo, puede ser
utilizado para contratar los servicios de un/a psiclogo/a que nos
gue en la exploracin del universo interno de lo ntimo y personal.
Una persona anda por las calles de la ciudad y se encuentra,
quizs con miles de personas en el transcurso del da, gente que no
ha vista jams, extraos en el sentido moderno de la palabra. O
quizs pasea ociosamente por calles menos transitadas, escudriando
a los transentes " la diversidad de productos en venta aue se ex-
hiben en los escaparates: el flneur de Baudelaire. Quin puede
negar que stas experiencias son parte integral de la modernidad?
Sin embargo, el mundo ah fuera, el mundo que se difumina en
un indefinido espacio-tiempo desde la familiaridad del hogar y el
barrio local, no es esencialmente un mundo impersonal. Al contra-
rio, las relaciones ntimas pueden mantenerse en la distancia (un
contacto regular y constante puede mantenerse con otras personas
prcticamente en cualquier lugar de la superficie terrestre -y tam-
bin algunas por encima o debajo de sta), y continuamente se estn
forjando lazos personales con otros que ames desconocamos. Vivi-
mos en un mundo habitado, no meramente en uno de annimos e
inexpresivos rostros, y la interpolacin de los sistemas abstraeros en
nuestras actividades, es <:sencial para que estO se produzca.
En las relaciones de intimidad de tipo moderno, la confianza es
siempre ambivalente " la posibilidad de separacin est siempre prc-
Los lazos pueden y los lazos dt: intimi-
dad pueden ser devueltos a la esfera de contactas impersonales: cu.ln-
do termina una relacin amorosa, el ntimo repentin:tmcntc C(ln-
136
Anthony Giddens
vierte de nuevo en extrao. El requisito de Sincerarse con el otro
que ahora se exige en las relaciones personales de confianza, presu-
pone el requerimiento de no esconder nada al otro, y en ello se
mezcla la tranquilidad con una profunda ansiedad. La confianza per-
sonal exige un nivel de auto-comprensin y auto-expresin que se
convierte en fuente de tensin psicolgica; porque la auto-revelacin
mutua se combina con la necesidad de reciprocidad y apoyo, pero,
a veces, stas son incompatibles. As, el tormenro y la frustracin
quedan entretejidos con la necesidad de confiar en el otro como
dador de cuidado y apoyo.
Descualificacin y recualificacin en la vida cotidiana
El conocimiento experto forma parte de la intimidad en las con-
diciones de modernid;d, como queda demostrado no slo por la
enorme variedad de formas distintas de psicoterapia y asesoramien-
tos de que se dispone sino tambin por la pluralidad de libros, ar-
tculos y programas televisivos que suministran informacin tcn!ca
sobre la cuestin de las relaciones>. Significa esto que, como d1ce
Habermas, los sistemas abstractos colonizan un preexistente vida-
mundial, supeditando las relaciones personales a la experiencia tc-
nica? No. Existen dos razones que lo demuestran. Una es que las
instituciones modernas simplemente no se implantan dentro de un
mundo de la vida, cuyos residuos permanecen bsicamente idn-
ticos. Los cambios en la naturaleza de la vida cotidiana tambin
afectan a los mecanismos de desanclaje en dialctica de intercambio.
La segunda razn es que la experiencia del conocimiento tcnico est
siendo continuamente reapropiada por los agentes profanos, como
parte de su traro rutinario con los sistemas abstractos. Nadie puede
hacerse experto del todo, en el sentido de apropiarse, de rodo el
conocimiento experto o de las requeridas credenciales formales; ms
que en unas pocas pequeas parcelas de los inmensamente compli-
cados sistemas de conocimiento que existen hoy en da. Sin embar-
go, nadie puede interactuar con los sistemas abstractOs sin dominar
algunos de los rudimentOs de los principios en los que estn basados.
Frecuentemente los socilogos suponen que, en contraste con b
poca premoderna, donde muchas cosas eran consideradas misterios.
hov vivimos en un mundo del que el misterio ha retrocedido y en
el que la manera en que unciona el mundo>, en principio, puede
Consecuencias de la modernidad
137
ser conocida exhaustivamente. Pero esto no es cieno ni para la per-
sona experta ni para la profana, si las consideramos desde el ounro
de vista de sus experiencias como individuos. Para todos lo's que
vivimos en el mundo moderno, las cosas resultan particularmente
opacas, en una manera desconocida hasta ahora. En los entornos
premodernos el Conocimiento loca],, -por adaptar aqu una frase
de Clifford Geertz
86
- que posean las personas, era rico, variado
y adaptado a los requerimientos de la vida en ese entorno local. Pero
; cuntos de nosotros sabemos hov aloo sobre el funcionamiento d"'l
;uministro de energa elctrica c ~ n d ~ encendemos una luz?, e i;-
cluso, en un sentido tcnico, de lo que es en realidad la electricidad.
No obstante, y aun cuando el <<Conocimiento local no puede ser
del mismo orden que fue en otros tiempos, la criba de conocimiento
y habilidad para el vivir de cada da, tampoco es un proceso unvoco.
Como tampoco son las personas en los contextOs modernos menos
conocedoras de su entorno local de lo que fueron sus iguales en
culturas premodernas. La vida social moderna es un asunto complejo
en el que se llevan a cabo muchos procesos de <<permeabilidad en
los cuales el conocimiento tcnico, de una u otra manera, es reapro-
piado por las personas profanas que lo aplican rutinariamente en el
transcurso de sus actividades cotidianas. Como dije antes, la inte-
raccin entre conocimiento experto y reapropiacin est fuertemente
influenciada, entre otras cosas, por las experiencias .en los puntos de
acceso. Los factores econmicos pueden decidir que una persona
aprenda a arreglar el motor de su coche, cambie la instalacin elc-
trica de su vivienda, o arregle el techo de la misma; pero igual sucede
con los niveles de confianza que una persona deposita en los siste-
mas expertos particulares y en los conocidos expertos que en ellos
estn involucrados. Los procesos de reapropiacin estn relaciona-
dos con todos los aspectos de la vida social, como por ejemplo, los
tratamientos mdicos, la crianza de los nios, o el placer sexual.
Para la persona corriente todo esto no se suma a sentimientos de
haber asegurado el control de las circunstancias de la vida diaria. La
modernidad expande los campos de seguridad y satisfaccin personal
en lo que respecta a grandes esferas de la vida cotidiana. Pero la
persona profana -y todos somos personas profanas en lo concer-
niente a la enorme mayora de los sistemas expertos- ha de subirse
..
138 .i\nthony Giddens
al carro de fuooernaut. La falta de control sobre algunas circunstan-
- O
cas de nuestra vida, gue muchos de nosotros sentimos, es real.
Es sobre este teln de fondo gue deberamos entender los mo-
delos de privacidad y compromiso. El sentido de Supervivencia,,
tal como lo utiliza Lasch, ha de estar siempre en nuestros pensa-
mientos, en un mundo en el gue, por un futuro indefinido, la su-
pervivencia es una cuestin objetiva e inevitable. En el plano incons-
ciente, incluso y quizs muy especialmente entre quienes mantienen
una actitud pragmtica hacia los riesgos de graves consecuencias,
probablemente la relacin con la supervivencia existe en forma de
tem existencial. Porgue la confianza bsica en la continuidad del
mundo debe estar anclada en la simple conviccin de gue ese mundo
continuar existiendo, y eso es algo de lo que no podemos estar
rotaL"Tiente seguros. Saul Bellow comenta en su novela H erzog: La
revolucin terror nuclear nos lleva de nuevo a la dimensin me-
tafsica. Toda actividad prctica ha alcanzado su cima: ahora pode-
mos perderlo todo, la civilizacin, la historia, la naturaleza. Ahora
cabe 'recordar la pregunta del seor Kierkegaard ...
87
La pregunta
del seor Kierkeoaard es cmo evitar el miedo a la no-existencia,
considerndolo :o slo como muerte individual sino como vaco
existencial? La posibilidad de una catstrofe global, sea por medio
de una guerra nuclear u otros medios, nos previene de tranquilizar-
nos con la hiptesis de que inevitablemente la vida de las especies
supera a la de los individuos.
Qu remota sea esa posibilidad, literalmente nadie lo sabe. Mien-
tras hava disuacin existe la posibilidad de guerra, porque la nocin
de slo tiene sentido si, en principio, las partes involucra-
das estn preparadas a utilizar el armamento que almacenan. Una
vez ms, nadie, no importa lo experto que sea en la logstica de
armamento y organizacin militar, o en poltica mundial, puede de-
cir si la disuacin funciona,,, porgue lo ms que se puede decir es
que hasta ahora no ha habido guerra. El conocimiento de esas in-
certidumbres intrnsecas no escapa a la poblacin proana, por muy
ngo que pueda ser ese conocimiento. .
Las profundas ansiedades que tales circunstancias originan en cas1
todos, un cierto equilibrio psicolgico en el gue propor-
ciona el sentimiento de que "no hay nada que yo pueda hacer indi-
Yidualmentc", : que. en cualquier caso, el riesgo debe ser mm re-
:-.:- Slu! Beliow. 1-lcrzog 196--1:. r. 32:.
Consecuencias de la modernidad 139
ducido. Las-cosas-siguen-igual, como ya he dicho ames, es un ele-
mento fundamental para el establecimiento de la confianza y la se-
guridad ontolgica, y esto se aplica indudablemente, no slo a los
riese-os de graves consecuencias sino a otras reas de las relaciones
;:::, \.)
de confianza.
No obstante, es evidente que hasta los riesgos de graves conse-
cuencias no son slo remotas contingencias, que podemos ignorar
en la vida cotidiana, no obstante su probable coste psicolgico. Al-
o-unos de estos riese-os \' muchos otros que son POtencialmente ame-
b b ' J.
nazantes para la vida de las personas, o que puedan afectarlas de
alo-una manera sio-nificati\a, irrumpen dentro del ncleo de las acti-
o b
vidades cotidianas. Esto es cierto, por ejemplo, en lo que respecta a
cualquier dao contaminante que afecte la salud de adultos y nios,
,. de .cualquier cosa aue produzca toxicidad en los alimentos o altere
Es tamt:Jin cierto respecto a una multi-
tud de cambios tecnolgicos aue in1uven en los azares de la vida,
como las tecnologas mezcla de riesgo y oportu-
nidad es tan compleja en tantas de las circunstancias implicadas, que
es extremadamente difcil que la gente sepa cunta confianza puede
depositar en sistemas o particulares prescripciones, y hasta cundo
suspenderla. Cmo puede uno arreglrselas para comer sanamen-
te, por ejemplo, cuando de tantas clases de alimentos se ha dicho
que tienen cualidades txicas de una u otra especie, y cuando lo que
es considerado bueno por los expertos en nutricin vara segn
los cambios en el estado del conocimiento cientfico?
Confianza y riego, oportunidad y peligro -esos rasgos polares
y paradjicos de la modernidad- permean todos los aspectos de la
vida cotidiana, re1ejando, una vez ms, la extraordinaria interpola-
cin de lo local y lo globaL Se puede mantener una aceptacin prag-
mtica de la maYora de los sistemas abstraeros con que tropieza la
vida de las pero tal actitud, por su misma naturaleza, n_o
puede sostenerse todo el tiempo respecta a rodas las reas de acn-
porgue la informacin experta gue nos va llegando lle?a _fre-
cuentemente fragmentada o es inconsistente ':-, como el conocm11en-
': Consideremos uno, entre: una casi innita variedad de ejemplos: el cow eL:
ciclamato. un dulcificanrc artificiaL v autoridades de los Est.1dos UnH..it'' f'
, . , a-r . FD:.. r loo1: .:':,;
ctamato era ampllamente uultzaao en 10S EE.U . hasta 1 ,; : ."; -
Drur. Adminrratzon) lo tena ciasiiicado como "'generaln1ente .. !ll L.t,r:h' .'l'
Pero la postura de b FD:\ cambi cuando se dieron a conocer j_,, .
" 1 l . ; ,, .. , ...... .
de unJ investigacin cien:iiica que conc u:- que as rJL1\ a JJ:- qu:.: , ... ,J" ::.:. .. ..... h.
140
Anthony Giddens
to reciclado que colegas, amigos e ntimos se pasan de unos a otros.
Las opiniones se forjan y las decisiones se t?man en un pl.ano per-
sonal. La privacidad, el evitar el compromiSO contestatano -que
puede estar igualmente sustentado por actitudes de optimismo ?si-
co, pesimismo, o por la aceptacin puede serv1r en
muchos asDectos, al propsito de sobreviVir'' cotidianamente. Pero
probablem-ente se intercalar con fases de acti:o,.
so por parte de aquellos ms propensos a las acmudes de
cia o cinismo. Porque, insistamos, en lo que respecta al eqmhbno
entre seauridad v peliaro que ha introducido en nuestras vidas la
b ' b d" d
modernidad, han dejado de existir los Otros,, ya que na Ie pue e
quedar totalmente al margen. En muchas circunstancias,
ciones de la modernidad provocan el activismo en vez del pnvansmo
debido a la inherente ndole reflexin de la modernidad y, porque
existen muchas oportunidades para la organizacin colectiva en los
sistemas polirquicos de los modernos estados nacionales.
Objeciones a la postmodernidad
Al llegar a este punto, permtaseme retomar ciertas
cuestiones examinadas al comienzo del libro, al mismo nempo an-
ticipar las secciones que lo cierran. .desarrolla: una
interpretacin de la poca actual alternann de las ViSIOnes cornentes
que se mantienen respectO al surgimiento de la modernidad .. Tal
como suelen entenderse, las concepciones de la postmodermdad
--que generalmente tienen su origen en el postestruc-
turalista- constan de cierto nmero de aspectos dmmnvos. En el
cuadro 2 que sigue a continuacin, comparo esa concepcin la
postmodernidad (PM), con mi posicin alternativa que denommo
radicalizada (MR).
altas dosis de la sustancia, resultaron propensas a ciertos tipos de cncer. Esta con-
clusin condujo a la prohibicin del uso del ciclamato en wda clase de aiimemos. Sin
cuando mis v m.is gente comenz a beber refrescos baios en caloras, en
los de la dcada. de los' setenta v comienzos de los o;:henta. los abricamc;
ejercieron presiones contra la FDA para que cambiara su postura. En 1984. un comit
de la FDA decidi que, despus de todo. d cicbmato no era carcingeno. Un ao
ms urde intervino la Academta 1\ acionai de Ciencias ,. declar que el ciclamato es
perjudicial si se toma con la sacarina. aunque probabemcnte era inoensivo si
utiiiuba solo como dulciicame. \"cr James Bdiini. Htgh Tccb Hoiocausr (Londres:
Tan.wt, J9S6).
Consecuencias de la modernidad Hl
CUADRO 2.-Comparacin de las concepciones de la (P J,f;
y la M odemidad Radicalizada (M R).
PM
l. Entiende las acruales transtetones en
trminos epistemolgicos o. como la
disolucin de la epistemologa.
2. Se centra en las tendencias centrfugas
de las transformaciones acruales y su
carcter dislocame. '
3. Percibe ai yo disuelta o desmem-
brado por la fragmentacin de la expe-
nencta.
4. Discute la contextualizacin de las
pretensiones a la verdad, o las ve como
1
nistoncas)J.
5. Teoriza la impotencia que sienten los
individuos frente a ias tendencias glo-
balizadoras.
6. Ve el vaciamiento de la vida coti-
diana como resultado de ia intrusin
de los sistemas abstractas.
7. Considera que el compromiso polti-
co coordinado queda imposibilitado
por la suprcmaci:. de la contexrualidad
y la dispersin.
8. Define la postmodernidad como ei fi-
nal de la epistemologa, del individuo
y de la tica.
MR
l. Identifica los desarrollos instituciona-
les que producen la sensacin de fra::-
mentacin y dispersin.
2. V e la culminacin de la modernidad
como un conjunto de circunstancias
en las que la dispersin va dialctica-
mente conectada con las profundas
tendencias hacia la integracin global.
3. Ve al YO" como algo ms que el pun-
tO de fuerzas interseccionales. La mo-
dernidad hace posible activos proce-
sos de reflexin y auwidentidad.
4. Afinna que los rasgos universales de
pretensiones a la verdad nos han sido
impuestas en forma irresistible dada
la supremaca de problemas de ndoie
global. La reflexividad de la moderni-
dad no imposibilita el conocimiento
sistematizado sobre esos desarrollos.
S. Analiza la dialctica de prdidas y ad-
quisicin de poder en trminos tanto
de experiencia como de accin.
6. Ve la vida cotidiana como un comple-
jo activo de reacciones a los sistemas
abstractos, que implican tanto la rea-
propiacin como la prdida.
7. Considera el compromiso poltico
coordinado tanto posible como nece-
sario; en el mbito local como e:> e:
globaL
S. Define la postmodcrnici:a.i con1o
bles transformaciones que Yan ..
all" de las instituciones. de lJ m"';,.,
nidad.
SECCION V
Cabalgando en el juggernaut
; Hasta dnde podemos nosotros --donde aau nosotros sig-
la humanidad- poner las riendas al jugg;rnaut, o al menos
dirigirlo de tal manera que minimicemos los peligros y maximicemos
las oportunidades que nos ofrece la modernidad? Por qu, en cual-
quier caso, vivimos actualmente en un mundo desbocado, tan dife-
rente del vaticinado por los pensadores de la Ilustracin? Por qu
la generalizacin de la dulce razn no ha producido un mundo
sujeto a nuestra prediccin y control?
Varios factores sugieren las respuestas a esas preguntas, pero nin-
guno de ellos tiene nada que ver con la idea de que hemos dejado
de poseer mtodos viables para sustentar las pretensiones de cono-
cimiento en el sentido que lo expresan Lyotard y otros. El primero
de esos factOres puede ser llamado dcfccros de diseiio. La moderni-
dad es inseparable de los sisrem:1s abstrJ.ctOs que proporcionan el
desanclaje de las rebciones sociales a travs del espacio y del tiempo.
y que abarcan tantO la naturaleza socializada y el universo social.
Es que quizs muchos de esos sistemas adolecen de defectos de
diseo, que llevan a que esos mismos sistemas no funcionen bien v
Consecuencias de ia modernidad
143
nos colocan muy lejos de los caminos de desarrollo proyectados?
llegad_o a un donde sencillamente podemos aplicar la
nocwn de deectos de d1seo tanto a los sistemas sociales, como :1
los sistemas naturales, puestO que los primeros han sido establecidos
metaS>> definitivas. Cualquier puede en princi-
pw, ser Yalorada en trminos de lo eficientemente que alcanzan cier-
tas metas y proporcionan ciertos servicios. Cualquier aspecto de la
puede ser, en principio, valorado segn satis-
tace las neces1dades humanas particulares, y que no produzca resul-
tados no queridos. En ambos contextos los de diseo son
indudablemente muy comunes. En los sistemas que dependen de la
naturaleza socializada, no parece haber, en principio, razn alguna
para que los defectOs de diseo no sean erradicados. La situacin
respecto a los sistemas sociales es ms complicada y difcil, como
veremos ms adelante.
El segundo factOr es lo que liamaramos fallos de operador. Cual-
9uier sistema abstracto, no importa lo bien diseado que est, puede
tallar en su funcionamiento previstO por los errores cometidos por
aquellos que actan. Al contrario de lo que sucede con los defectOs
de diseo, los fallos de operador no parecen susceptibles de erradi-
cacin. Un buen diseo puede hacer que las posibilidades de fallos
del operador sean muy bajas, como tambin lo puede lograr el en-
trenamiento y la disciplina rigurosa; pero, en .tantO que estn impli-
cados seres humanos, el riesgo subsistir. En el caso del incidente
de Chernobyl, la raz de la causa del desastre fue debida a un error
cometido en la operacin de cierre de los sistemas de emergencia.
El clculo matemtico del riesgo, como en el caso de riesgo de mor-
tandad humana subsiguiente a los mtodos competitivos de obten-
cin de poder, puede extenderse al funcionamiento de los sistemas
Pero el elemento de fallo de operador no puede incorporarse
efectivamente a esos clculos.
Sin embargo, ni los defectOs de diseo ni los fallos de operador
son los elementos ms importantes que originan el carcter errtico
de la modernidad. Hemos mencionado \'a sucintamente las dos in-
fluencias ms importantes: las consecuen'oas no pe'-istas, \', la ef7e-
xi.:idad o circuL11'idad del conocimimto soci,d. Los de d.ist-
o :: los failos de operacin encajan claramente en h catesora de
lmpre1-lstas, pero la categora incluye mucho ms. Ko
1mporta lo bien que se disee un sistema Y lo eficiente que sean sus
operadores, que nunca pueden predecirse bs. consccuen-
144
Anthony Giddens
cias de su introduccin v funcionamiento en el contexto de la ope-
racin de otros sistemas, y de la actividad humana en general; una
de las razones de esta imposibilidad, radica en la complejidad de los
sistemas v acciones que confiauran la sociedad mundial. Pero incluso
b d
si fuera concebible -que en la prctica no lo es- que ese mun o
(la accin humana y el entorno fsico) c?nveni:se en un
sistema sencillo, an persistiran las consecuenCiaS 1mprev1stas. .
La razn de esa persistencia est en la circularidad del conoci-
miento social que afecta, en primer lugar al mundo de lo social en
vez del mundo natural. En las condiciones de modernidad, el mundo
social nunca puede conformar un entorno estable debido a la
poracin de nuevo conocimiento sobre su carcter y su
miento. El nuevo conocimiento (conceptos, teoras, descubnmlen-
tos), no s_lo ofrece un s,ocial ms sino
altera su m1sma naturaleza lanzanaolo en nuevas mrecc10nes. El Im-
pacto de este fenmeno es para la _condicin del juggernaur
como caracterstica de la modem1dad, y, atecta tanto a la naturaleza
socializada como a las instituciones sociales. Porque aunque el co-
nocimiento sobre el mundo natural no afecte al mundo en forma
directa, la circularidad del conocimiento social incorpora elementos
de la naturaleza a tra';s componentes tecnolgicos que estn pre-
sentes en los sistemas abstractos.
Por estas razones no podemos abarcar la historia,, ni doblegarla
a nuestros propsitos colectivos. Incluso aunque la y
reproduzcamos con nuestras no podemos con_trolar la v1da
social por completo. Ms an, los actores que he menc10nado antes,
presuponen una homogeneidad de intereses y propsitos, que
ciertamente no se puede dar por sentado en lo que se ref1ere a la
humanidad en su coniunto. Las otras dos ini:luencias a que me he
referido antes, el diferencial y el papel desempeado por los
nlores, son tambin importantes. En algunos sentidos el mundo es
Uno,, pero en otros sentidos, es uno radicalmente desgarrado por
las injusticias del poder. '{ uno de los rasgos ms caractersticos de
la es el descubrimiento de que el desarrollo del cono-
cimiento emprico no capacita para decidir entre diferentes posicio-
nes sobre los valores.
Consecuencias de la modernidad
145
Realismo utpico
Pero nada de esto significa que debamos, o podamos, desistir en
nuestro intento de dirigir el juggemaut. La disminucin de los ries-
gos de graves consecuencias transciende todos los valores y rodas las
divisiones excluyentes del poder. La <<historia, no est de nuestra
parte, no posee teleologa y no nos proporciona garantas. Pero un
elemento esencial de la ndole reflexiva de la modernidad, la fuerte
naturaleza contrafctica del pensamiento dirigido-al-futuro, posee
implicaciones positivas y negativas, porque a travs de L podemos
vislumbrar futuras alternativas cuya sola propagacin podra ayudar
a que se realizasen. Lo que necesitamos para ello es la creacin de
modelos de realismo utpico.
Parecera una simple contradiccin de trminos, pero no lo es.
como podemos comprobar comparando esta posicin con la de Marx.
En la versin de la teora crtica de Marx -una teora que conecta
la interpretacin con la prctica- la historia posee una direccin de
conjunto que converge sobre un agente revolucionario, el proleta-
riado, que es la clase universal. Llevando consigo los resros acu-
mulados de la opresin histrica, el proletariado, al hacer la revolu-
cin, acta en nombre de wda la humanidad. Pero como ya hemos
sealado, la histOria no posee teleologa, y no existen en elia agentes
priYilegiados para el proceso de transformacin dirigido a la reali-
zacin de los valores. Marx retuvo ms de un eco de la dialctica
amo-y-esclavo, un enfoque que resulta atractivo porque sugiere que
los desposedos son los verdaderos portadores de los intereses de la
humanidad en su conjunto. Pero a pesar del atractivo que esta no-
cin ejerce sobre todos aquellos que luchan por la emancipacin de
los oprimidos, debemos enfrentarnos a ella, porque los intereses de
los oprimidos no estn cortados de una sola pieza, y frecuentemente
chocan entre s, mientras que los beneficiosos cambios sociales exi-
gen la utilizacin del poder diferencial que poseen nicamente los
privilegiados. Adems, muchos cambios beneficiosos se dan de m;-
nera inintencionada.
:\o obstante. debemos conserYar el principio m:lrxistJ que sos-
tiene que los caminos para el deseado cambio social tcnch:in poc<
imp:lctO prctico si no estn conectados a las posibilid,:cic::
tes institucionales. Este principio caus el que ?\lar:-: SL' di;;t:nci.1r.
1
tJn tajantemente de la uwoa. oero esas posibilid.1dc' inm.1ncn:L'
cstin innuenciJ.das por el conrrafi:ri,c> Lk L nwcicr:i,L,:
1
146 Amtony Giddcns
y,. por tanto: resulta innecesaria la estricta divisin entre el pensa-
miento "realista" y el pensamiento utpico. Debemos ecuilibrar los
ideales utpicos con el realismo de una manera mucho rio-urosa
que la que era necesaria en tiempo de Iv1arx. Esta se dem
0
uestra
fcilmente en lo que respecta a los riesgos de graves consecuencias.
El pensamiento utpico resulta intiL y, posiblemente sumamente
peligroso, si es aplicado, pongamos por caso, a la poltica de disua-
sin. Las convicciones morales perseguidas sin referencia a las im-
plicaciones estratgicas de la accin, pueden proporcionar el confort
psicolgico que conlleva la sensacin de validez aue puzde conferir
el compromiso radical: pero tambin pueden resultados
per:ersos si no va atemperada por la consciencia de que, en relacin
a los riesgos de gra\es consecuencias, la minimizacin del peligro ha
de ser la meta primordial. -
Hov. al final del siglo veinte ; au parecera una tPOr:," cr "l. ,;r.
1 '- ... .. ... l. '-..... -
garantas? Porque hoy esa teora ha de ser sociolgicameme sensible,
: estar aiena a ias inmanentes transformaciones institucionales aue
estn abrindose constantemente hacia el futuro de la modernid;d:
debe ser rctica polticamente, para ser exactos, tctica geoooltica-
mente, en el sentido de que ha de reconocer que los
morales y la buena fe pueden ser potencialmente peligro;os en un
mundo de riesgos de graves debe :nodelos par"
una sociedad buena, modelos que no pueden quedar limitados a la
esfera del estado nacional, ni solamente a una de las dimensiones de
la modernidad; y, finalmente, debe reconocer que las polricas eman-
cipatorias tienen que ir unidas a las polticas de vida, o a las polticas
d.e auton-edizacin. Lo que quiero decir con polticas emancipat-
nas son los compromisos radicales dirigidos a la liberacin de desi-
o la Si de una vez por todas vemos que la
mstona no o?edece a la de amo-y-esclavo, o que sta slo
lo hace en CJertos contextos circunstancias, podremos reconocer
que las polticas emancipatorias no pueden ser el nico lado de la
cuestin.
Las polticas de ,ida se refieren a los compromisos radicales aue
Yan busCJ. de bs posibil.id:tdes para una Yida pien; ,.
sausr:tctona p.1r.1 roaos, respecto la cual no ex1stcn los otros. EstJ
es una Ycrsin de b ,iei.l distincin emre "libertad de .. ,. ,.libertad
para", pero la "libertad ha de desarrollarse a la luz de. un marco
de realismo utpico.
Ll relacin entre bs polticas emancipatorias : las polticas de
de h modernidad
vida forma :un eje del esquema presentado en la figura 3. El otro eje
es el de las conexiones entre lo local y lo global que han sido fre-
cuentemente subrayados en las precedentes secciones de este libro.
Las dos polticas, la poltica emancipatoria y la poltica de vida, han
de ir unidas a esas conexiones debido a la difusin de las influencias
en las relaciones globalizadas. Tal como he intentado demostrar, es
caracterstico de la modernidad que la autorrealizacin sea esencial
para la autoidentidad. La tica de lo persona], es un rasgo funda-
mental de la poltica de vida, al igual que las ms consolidadas no-
ciones de justicia e igualdad lo son para las polticas emancipatorias.
El movimiento feminista ha sido pionero al tratar de conectar estas
preocupaciones entre s.
Poltica cie vida
(Poltica de aurorrealizacin)
(
Poltic> de lo local
\
\
___ .;______ Poltica de lo global
Polirica ernanciuatoria
(Poltica de desigualdad)
)
/
FIGURA 3.-Dmensiones del realismo
Theodore Roszak est en lo justa al cnncar a algunos autores,
en extremos opuestos del espectro poltico, que ven el ethos del
auto-descubrimiento exclusivamente como una desesperada respues-
ta al carcter psicolgica o socialmente inadecuado de las principales
instituciones de la modernidad. Como indica, Vivimos un tiempo
en que la misma experiencia privada de tener que descubrir la iden-
tidad personal y de lograr un destino personal, se ha convertido en
una fuerza poltica subversiva de enormes proporciones' No obs-
tante, se equivoca al afirmar que tanta la persona como el planeta
estn amenazados por el mismo enemigo: la enormidad de las co-
148
Anthony
sas';
08
. La cuemon aqu es la vinculacin de la distancia con la
proximidad, y, de los mecanismos de globalizacin a gran escala y
lo personal. La <<enormidad,, en s misma no es enemiga de la per-
sona, ni tampoco es un fenmeno a vencer en la poltica de vida. En
su lugar, el foco de preocupacin ha de ser la coordinacin del be-
neficio individual y la organizacin planetaria. Muchas clases de co-
nexiones globales son la verdadera condicin para formas de auto-
rrealizacin individual, incluyendo aquellas que actan para minimi-
zar los riesgos de graves consecuencias.
En la naturaleza de las cosas, este juicio debe aplicarse tambin
a los sectores del mundo en los que el impacto de la modernidad es
todava relatinmente dbil. Las transformaciones del tiempo presen-
te ocurren en un mundo desgarrado por las disparidades entre los
estados ricos y pobres, en el que la extensin de las instituciones
modernas arroja toda clase de contratendencias e in:i:luencias, tales
como el fundamentalismo religioso o las formas de uaciicionalismo
reactivo. Si stas no son consideradas en detalle en este libro, es slo
debido a ia economa de la argumentacin, pero ni mucho menos
porque piense que, en una interpretacin ms concreta de ias posi-
bles tendencias globales, se puede hacer caso omiso de ellas.
Orientaciones futuras: el papel de los movimientos sociales
Los movimientos sociales --como formas de compromiso radical
ponadoras de una influencia penetrante en la vida social moderna-
proporcionan pautas significatiYas para potenciales transformaciones
futuras. Para aquellos que han asociado la modernidad con el capi-
talismo, o el industrialismo, el movimiento obrero es el movimiento
social por excelencia. Los autores que han seguido las huellas de
l\1arx, ven el movimiento obrero como <la nnguardia de la histo-
ria,.; los crticos de esta perspectin han concentrado la atencin en
intentar que el movimiento obrero slo tuvo un impactO
transformador en las primeras fases del desarrolio del orden indus-
trial. transormindosc posteriormente en un grupo de inters entre
otros muchos. Qu duda cabe que el capitalismo contina siendo un
de clases, y que la lucha del movimienw obrero es relevante:
Theodore Roszak. Pcrson
1
Pi.;.nc:: T!)c Crcatil.c Desznegr.-:.rwn of !nd:!StTZ.i.:
Suoc:.; (Lo;;drcs: Golbncz. 197SJ;. PF xxvu:, 33.
Consecuencias de la modernidad
todava para lo que puede esperarnos ms all del mismo. Pero
una preocupacin obsesiva por el movimiento obrero, aunque est
justificada por su anterior importancia estratgica en el desarrollo de
las instituciones modernas y la expansin capitalista, refleja un n-
fasis unilateral en el capitalismo o el industrialismo como nicas
fuerzas dinmicas significativas implicadas en la modernidad. Otros
movimientos sociales tambin son importantes y pueden conectarse
al carcter multidimensional de la modernidad que he esbozado ames.
La figura 4 debe interpretarse en conjuncin con la Figura 1 que
muestra las cuatro dimensiones institucionales de la modernidad, '"
esencialmente, ha de ser tomada como una figura superpuesta sobr.e
aquella. Los movimientos obreros son asociaciones contestatarias cu-
yos orgenes y campos de accin van ligados a la difusin de la
empresa capitalista. Sean reformistas o revolucionarios, estos movi-
mientos tienen sus races en el orden econmico del capitalismo,
especialmente en los intentos de lograr el control defensivo del cen-
tro de trabajo a travs del sindicalismo, y de influir o tomar el poder
del estado, a travs de la participacin en las organizaciones polticas
socialistas. Durante las primeras fases del desarrollo de las institu-
ciones modernas, los movimientos obreros fueron los principales
portadores de las demandas por la libertad de expresin y por los
derechos democrticos.
Y, sin embargo, la libertad de expresin y los movimientos de-
mocrticos que se originan en el campo de las operaciones de vigi-
lancia del estado moderno, son analticamente, y, en un sentido fun-
Libenad de expresin/movimientOs democrticos
( \
MovimientO obrero ------,------ Movimiento por la paz
h1o\it7lientos ecojE::icos
( comraculrura).
FIGUR.-\ 4.-Tipos de mo-vimientos sociales.
l
i
Anthony Giddcns
damemal, h!stoncamente, separables de los movimientos obreros.
En aauellos movimientos democrticos se incluyen algunas formas
de nacionalistas, y tambin movimientos cuya preocu-
pacin primordial radica en los derechos de participacin poltica en
aeneraL Esta cateaora incluve las primeras asociaciones burguesas,
b b
a las aue :tvarx despreciaba al considerarlas grupos esencialmente
marcados oor connotaciones de clase. Es cieno que este
result pero 1v1arx se equivoc en la en trat
los derechos burgueses> de manera reducti\a, como una simple
expresin del dominio de clase. Esws derechos, ). las luchas por
aicanzarlos. defenderlos v extenderlos, tienen una trascendencia ge-
nrica en los rdenes poticos modernos: el capitalismo y el socia-
lismo de estado. La represin es el emplazamiento de la lucha por
derecho pmpio.
Tamo los movimientos ooreros como los mo;imientos democr-
'icos v por la liben:ad de expresin, son mo\imiemos ,, \iejos; es
decir.. en cierra manera, estaban Ya bien establecidos antes del
siglo. Otros tipos de sociales son ms nuevos,
el sentido de que han ido adquiriendo una progresiva prominen-
cia en aos relativamente recientes. Su novedad, sin embargo, puede
exagerarse. Los mmimienros por !a paz rienen su lugar de lucha en
el ;amoo del control de los medios de violencic., en los que nn
el poder militar, y el poder policial. <<Paz aqu ha de verse
como democracia; como un concepto controvertido, pero central
en los diloaos que establecen esos moYimientos en los campos de
accin que ;omparten con organizaciones como el ejrcito o el es-
tado. Cienos movimientOs pacifistas, generalmente influenciados por
vaiores reliaiosos, se remontan a los Primeros orgenes de la guerra
Si han logrado hoy particul;r significacin es
debido, sin lugar a dudas y en gran parte, al crecimiento de los
de graves consecuencias asociados al estallido de la guerra,
clave en el tiempo contemporneo es el armamen-
to nuclear.
El escenario de la lucha de los movimientos ecolgicos --dentro
de los cuales puede tambin subsumirse la caresora' de los movi-
mientos contrJculrurales- es el entorno cn:ado. En el siglo dieci-
nueve pueden discernirse tambin algunas formas precursoras de
movin;ientos verdes .. actuales, los primeros de los cuales estaban
uenemente influenciados por el rom:mricismo y se proponan, fun-
GJ.menralmemc, contrJrrcstJ.r el impacto de la industriJ. moderna so-
Consecuencias de la modernidad 151
bre los modos de produccin tradicionales y. sobre el paisaje. Como
el industrialismo no fue de inmediato distinguible del capitalismo,
particularmente en relacin con los destructivos efectos que los dos
ejercieron sobre las formas tradicionales de vida, con frecuencia esos
grupos tendan a alinearse con los movimientos obreros. La separa-
que hoy en da existe entre los dos refleja la elevada conciencia
que se ha logrado respectO de los riesgos de graves
que trae consigo ei desarrollo industrial, sea o no organizado bao
los ausoicios del caoiralismo. :\o obstante, las preocupaciones eco-
lgicas' no derivan ;olamenre de los riesgos de graves consecuencic.s
y tambin dirigidas a otros aspectos del medio ambiente creado.
. Los movimientos sociales permiten vislumbrar futuros posibles
; son en parte vehculos pare. su realizacin
89
':. Pero es esencial
reconocer que desde la perspectin del realismo utpico, no son las
nicas bases necesarias de cambio que podran conducirnos hacia un
mundo ms seguro ,- humano. Los movimientos por la paz, por
eiemplo, podran ser importantes para aumentar la conciencia y al-
canzar metas tcticas en lo concerniente a las amenazas militares.
Otras influencias, sin embargo, incluvendo en ellas la fuerza de la
opinin pblicc., as de las y empresas, y de
1\ielucci . . o( Prescnt (Londres: H utchinson 1 'jS9
::- En la figu:-a 4 se aorecia notable ausencia: los mo\imientos feministas.
; Cmo DOdrla .... stuarse el feminismo en relacin a las dimensiones de la modernidad
;au \. en relacin a una discusin ms amplia en el coniunto de este
b .
En primer lugar. se debe hacer hincapi en que el feminismo participa de la
reflexin de la modernidad en ia misma medida en que \o hacen wdos los mo,imien-
tos sociales. Partiendo cie una situacir. en la que. los objetivos primordiajes eran
asegurar los derechos de igualdad poltica y econmica, los movimientos feministJs
har: 11e:::::.do a cuestionar ios elementos constitutivos de las relaciones de gnero.
retlexin sobre au es el v cmo el gnero estructura los rasgos Disicos de h
identidad se li2:; hov c.o:1 orovect ...os oara una profunda trasformacin po-
tencial. iut.a ...r. .van estrechamente vinculadas a! tema
del ;o como ;roYecto todos los individuos estn cor:;.c
p.r;c de los de J?rendfz.J.ie. FO el que se desarrolla un sentido dei yo
0uede ser o n1odificado. Tercero -!:!racias a este segundo ':'Untc--
de }os fcnOi71c:i05 C'Jt' ms orofund;mente v de los oue d ;e:ni:-:::--
\ 1 1
rato hJ(e su pco.:up.1ctor:. no h.2n stUO puestos en escena po; a mo.Je;nJaac: s::.: :..:-
encuentra. de unJ u Ot3 rT1.1ner.1. en t0dJ.s ias forn1as conocidas de ordLn so(i:d. _;:;.:.
los objeti:os Ce !os son con1plclos ;: ...
s1onrs Je !.:: modernid.1J. un corte transversal de ella. sin cn1b.1;::'-' c.
fen1ini5n1o pued.:' iucntes de pcns:1micnto contrai.ictit:o que
J b po:-tn1odcrnidJd de ili:tncr.:: en el sentido que discutirl en brr-.::
L
l
J
'.
1
i
i:
1
1:
l
1
1
1
f-
.,
=>- Anthony Giddens
los gobernos nacionales ;: las actividades de la; organizaciones in-
ternacionales son fundamentales para alcanzar reformas bsicas. El
enfoque del realismo utpico reconoce la ineviubilidad del poder y
no percibe su utilizacin como algo inherentem-ente nocivo. El po-
der, en su ms amplio sentido, representa el medio de lograr que las
cosas st: bgan. En una situacin de mundializacin acelerada, in-
tentar maximizar las oportunidades y minimizar los riesgos de gra-
ves consecuencias, exige, qu duda cabe, dei uso coordinado del
poder. Esto es tan cieno para las polticas de emancipacin como
para las polticas de vida. La compasin por la suerte del desvalido
es esencial a todas las formas de poltica emanciparoria, pero la con-
secucin de las metas fijadas por esa poltica, depende frecuentemen-
te de la intervencin de los organismos en manos de los privilegiados.
La veta utpica est aqu obviamente man::ada, v, ciertamente
sera una falta de perspicacia mostrarse demasiado optimista respecta
a los organismos que detentan el poder, en io que se refiere al al-
cance de su participacin en el incremento de tendencias
que podran minar su posicin. Los intereses de las corporaciones
de negocios que, en cambio, divergen a menudo de los .de los go-
biernos, frecuentemente se enfocan a cuestiones sectoriales. Todas
las agendas en las que no estn los Otros" podran redefinirse en
trminos de la consecucin de objetivos di,:ergentes. Pem los mo-
vimientos sociales no estn ms inmunizados esta tendencia
de lo que estn las organizaciones establecidas. Sin embargo, hay que
tener presente que el poder no siempre se utiiiza para beneficios
secroriales o como medio de opresin, y es ah donde el elemento
de realismo mantiene su centralidad.
Postmodernidad
El perodo en que vivimos actualmente es un perodo de gran
modernidad. Qu nos espera ms adelante? Podemos dotar de al-
gn significado definiti\o al concepto de postmodernidad? Qu cla-
se de utopas podemos establecer como posibles proyectos fururos,
que estn conectadas a las tendencias inmanentes de desarrollo. \.
que por tanto sean .
Pienso que podemos identificar los contornos de un orden post
moderno y que existen impon:mtes tendencias institucionales que
superen que ese orden podra llcpr a realizarse. Un sistema po.st
Consecuencias de La modcnidad
moderno indudablemente ser institucionalmente complejo, y pode-
mos caracterizarlo como la representacin de un movimiento "ms
all de la modernidad a lo largo de las cuatro dimensiones de ];
modernidad que hemos distinguido antes, como muestra la figura 5
(noten la directa relacin con las figuras 1 y 4). Si llegaran a reali-
zarse la clase de transformaciones sealadas, no sera de manera au-
tomtica y en estrecha conexin entre ellas; adems, en los procesos
habran de involucrarse una pluralidad de organismos.
Panicipacio democrtica en todos los estamentos
(
(
\
'
Sisi:erna poste5casez -----+----- Desmiltaizacin
)
Huma.'1izacin de la tecnologia
FIGUR.-\ S.-Los contornos de zm orden postmodemo.
Ante todo, hemos de preguntarnos: qu nos cabe esperar ms
all del capitalismo? Lo que quiera que sea el socialismo, sera es-
casamente probable que guardara mucha semejanza con las existen-
tes sociedades socialistas, que si bien difieren evidentemente de los
estados capitalistas, conforman una forma de gestin del industria-
lismo, econmicamente inefectiva, y polticamente autoritaria. So-
cialismo, qu duda cabe, significa tantas cosas diferentes que fre-
cuentemente el trmino es poco ms que una especie de coartada de
cualquier orden social imaginario que un pensador particular desee
ver realizado. Si socialismo significa una produccin rigurosamente
planificada v organizada esoecialmente dentro de las naciones es:.1-
dos, el se est desvaneciendo. Ha sido u.
gran descubrimiento de la organizacin social y econmica del si,:!,,
veinte llecrar a la conclusin de que los sistemas altamente
o .
154 Anthony Giddens
como son los rdenes econmicos modernos, no pueden ser subor-
dinados efectivamente al control ciberntico. Los constantes v deta-
llados indicadores que esos sistemas presuponen han de e{ercerse
,,sobre el terreno", por unidades de bajo niYel de informacin en Yez
de ser dirigidos desde arriba.
Si estO se sustenta en el plano de las economas nacionales, con
ms fuerza an se puede aplicar en el plano mundial y (como mues-
tra la figura 6), tenemos que concebir la era postmoderna en trmi-
nos globales. Los mercados proporcionan los indicadores implicados
en los compleios sistemas de intercambio, pero tambin sostienen o
causan, actiYamente, grandes formas de princin de riqueza (como
lvarx diagnostic correctamente). Si se considera nicamente en tr-
minos de las polticas de emancipacin, superar el capitalismo im-
plic<.ra trascender las divisiones de clase que conl!enn los mercados
capitalistas. Las polticas de sin erTibargo. nos sealan an rr1s
leios, ms all de ias circunstancias en que ios criterios econmicos
de:"iner: las circunstancias de la vida de los seres humanos. Ah en-
contramos el potencial para un sistema que ha superado la escasez
coordinado en un plano globaL
La simple pretensin de que los mercados capitalistas deben ser
regulados" para lograr hacer desaparecer de ellos sus cualidades
errticas, nos conduce a un dilema. Sujetar los mercados al control
centralizado de un organismo omnicomprensivo, no es econmica-
mente eficiente y conduce al autoritarismo poltico. Por otro lado,
si se dejan libres los mercados para que operen, ms o menos, sin
ninguna restriccin, se produG:en an mayores disparidades entre las
ooortunidades de vida de diferentes grupos Y reaiones. Sin embargo.
sistema postescasez, nos lleva ali. de dilema,
cuando los principales productOs hayan dejado de ser escasos, los
crirerios de mercado nicamente podrn funcionar como aparatas
indicadores, en Yez de ser, adems, los medios para mantener la
t:cneralizada princin de riqueza.
Pero. podemos preguntarnos si en un mundo caracterizado po:-
enormcs desi:ualdades entre estados ., regiones -esoecialmeme en-
' 1 , ' '
trc los pases InoustnJ.liz3.dos y menos industrializados-.
, .. donde los recursos no slo son finitos, sino aue va estn baio
tuertes presiones put:Je ]J. posr-esc.1scz ser una
En lug;r de esa pregunra. h;:monos cstJ otra: qu on., :zlteman<-,;
nos qucd.1 en un mundo que no est encaminado a b auwdestruc-
cil\11) L1 obtencin de la acumulacin capitalisra no puede continu:.r
'-
de 1:! modernidad 155 1
Ordc:-n mundai coordinado
\
\
i
Orga..11iz.acin econmica socializada T rascendcncia de la Fuerra
/
,, /1
.,
Sistema de cuidado del pla.i'let::.
FIGUR/\ &.-Dimensiones de un sistema de postescasez.
indefinidamente porque no es sostenible en trminos de recursos.
11.iemras que algunos recursos son intrnsecamente escasos, la ma-
yora no lo son, en el sentido de que, salvo por los requisitos bsicos
de la existencia corporal, la escasez, es relativa a las necesidades y
exigencias de especficos estilos de vida. Un orden post-escasez im-
plicara alteraciones significativas en los modos de vida social (ver
Figura 6) y tendran que modificarse las expectativas de un constante
crecimiento econmico. Se requerira la redistribucin global de la
riqueza. Sin embargo, la motivacin para producir esos cambios po-
dra estar en camino, y contamos con muchas discusiones que su-
gieren polticas concretas que podran llevarse a cabo para hacer un
cambio de direccin en este sentido. Existe alguna evidencia de que
mucha gente en los estados econmicamente avanzados experimenta
la ,,fatiga del desarrollo,, y mucha evidencia de que existe una con-
ciencia generalizada de que el crecimiento econmico constante no
vale la pena, a menos que sirva para mejorar la calidad de vida de
la mavora
90
.
sistema de post-escasez, incluso si se desarrollara inicialmente
en las reas ms ricas del mundo, tendra que ser globalmente coor-
dinado. En launas formas. va existe una organizacin econmica
socializada a :Scala mundial. ,Ah estn los ac;erdos entre corpora-
ciones transnacionales o gobiernos nacionales que buscan controlar
v: lan Miles y John !reine, The Po'verry of Progress (Oxford: Pcrp.mon, 1982).
156
1 r .JJ
1\.ntnony v1uuen.s
algmws aspectos del flujo internacional de dinero y mercancas. Pa-
rece prcticamente seguro que -independientemente de la forma
que tomen- estos contactas se intensificarn en los aos venideros,
y, presumiblemente, si ellos se consolidaran en el contexto de una
transicin a mecanismos econmicos de postescasez, su papel sera
ms informativo que regulador; es decir, avudaran a coordinar los
intercambios econ.mic;s globales, sin el papel de go-
bernador ciberntico". Si esto parece, y lo es, bastante ngo, ya exis-
ten modelos disponibles de posibles ordenes econmicos que sugie-
ren principios que se podran implicar en ello
91
.
Al observar la segunda dimensin institucional de la modernidad,
la de la vigilancia y el poder administrativo, resuitan tambin bas-
tante claras cierras tendencias inmanentes. Dentro de los estados na-
cionales, la intensiicacin de las actividades de vigilancia llevan a
incrementar las presiones para lograr una participacin democrtica
(aunque es cieno que no sin pronunciadas comratendencias). Dif-
cilmente podra considerarse accidental que en el mundo de hoy,
prcticamente no existan estados que no se llamen a s mismos de-
mocrticos, aunque desde luego, la escala de especficos sistemas
gubernamentales que abarca este trmino, es muv amplia. Pero no
es slo retrica. Los estados que se etiquetan ; s como
democrticos, siempre tienen algunos pra'cedimientos para imPlicar
a la ciudadana en procedimient;s de gobierno, por m{nima sea
en la prctica esa participacin. Por qu? Porque los gobernantes
de los estados modernos han descubierto que un gobierno efectivo
exige la activa aquiescencia de las poblaciones sujetas en formas que
no eran posibles ni necesarias en los estados premodernos
92
. Las
tendencias hacia la poliarqua, definidas como <<la constante sensibi-
lidad del gobierno a las preferencias de sus ciudadanos considerados
iguales
9
3, sin embargo, tienden por el momento a
concentrarse en los estados nacionales. Dado que la posicin de los
estados nacionales est cambiando en el orden global con nuevas
ormas de organizacin local que proliferan por debajo de ellos, y
otras de tipo internacionaL por encima de la misma, es razonable
9
' \\"'illi.1m Ophuh. fcp,,'(lgy .:nt<. .Jt Poin:o of Scarczt.Y (San
1977j.
"C Cn ra7nnJ.micnto p;;r.1 e:--te se encuentra en Giddens . . \',tion S:.;rt
.me' \ wlcncc.
"-' Roben A. D.1hl. PoJy,rrc.>Y 1:-;ew H.nero: Yak UniYcrsin Press, 1971 . pp. 1-:
Consecuencias de la modernidad
iS7
prever que muchas formas de part1c1pacin democrtica tendern a
aparecer, tomando la forma, por ejemplo, de presiones p.ua la par-
ticipacin democrtica en el centro de trabajo, en asociaciones loca-
les, en organizaciones de los medios de comunicacin, y en las agru-
paciones transnacionales de varios tipos
94
En lo referente a las relaciones entre estados, parece evidente que
surgir un orden poltico global ms coordinado. Las tendencias ha-
cia el aumento de la mundualizacin, ms o menos obligan a los
estados a colaborar en cuestiones que antes hubieran tratado de ma-
nejar separadamente. Muchos de los autores pertenecientes a la pri-
mera generacin que trat de la giobalizacin, aquellos que escribie-
ron alrededor del final del siglo diecinueve, creyeron que el m o' i-
miento hacia un gobierno mundial se seguira naturalmente del de-
sarrollo de interconexiones globales. Pero dichos autores subestima-
ron el grado de autonoma soberana de los estados nacionales, y no
parece probable que nya a surgir en un previsible futuro ninguna
forma de gobierno mundial que tenga alguna semejanza con el <<man-
datO universaL, del estado nacional. O, el gobierno mundial' im-
plicara la formacin de polticas globales de cooperacin entre es-
tados, y de estrategias cooperativas para resolver conflictos, pero no
la formacin de un superestado. Con todo, las tendencias en este
plano aparecen fuertes y claras.
Cuando retOmamos la cuestin del poder militar, parecera que
existen pocas oportunidades para que se diera una transicin a un
mundo en el cual los instrumentOs de guerra pierdan importancia ya
que los gastos militares globales crecen cada ao, y la aplicacin de
tecnologa innovadora a la produccin de armamento se mantiene
sin disminuir. Con todo, existir un fuerte elemento de realismo en
la proyeccin de un mundo sin guerra. Ese mundo es inmanente al
mismo proceso de la industrializacin de la guerra, al igual que a la
posicin cambiante de los estados nacionales en el conjuntO global.
Como deca antes, la mxima de Clausewitz ha quedado obsoleta
por la difusin del armamento industrializado; y en un mundo dor.-
de las fronteras entre naciones han sido n fijadas en trminos >:::-
ncrales, y los estados nacionales cubren la totaliclaJ
de b superficie terrestre, el agrandamiento territorial perdido L.:
significado que t:JYO una YCz. Finalmente, la creciente intcrdcrL;;-
,:;:(,.>
1-'0
. .A..nthcny Giddens
ciencia en un plano global aumenta la serie de situaciones en las que
intereses similares son compartidos por todos los estados. Imaginar
un mundo sin guerra es ciertamente utpico, pero de ninguna ma-
nera carece del todo de realismo.
una observacin similar puede aplicarse al caso del medio am-
biente creado. La constante revolucin recibi parte de su mpetu
de los imperativos de la acumulacin capitalista y de tecnolgicas
consideraciones militares, pero una vez puesta en marcha, tiene su
propia dinmica. El empuje para expandir el conocimiento cientfico
v demostrar la efectividad de tales avances en los cambios tecnol-
gicos, es un factOr influyente, pero como apunta J acques Ellui, la
innoncin tecnolgica, una vez establecida rutinariamente, muestra
una fuerte cualidad de inercia:
La tecnologa nunca a-.anza hacia nada porque es empulada desde ar:-is. El
' - . - . . . . . '
recnJco no sabe por que esta y po:- regla general, tampoco it
importa demasiado ... :\'o tiene estimulo para lograr una meta. Se Y e obligado
por un motor que tiene a su espalcia y que no permite ninguna parada de
ia mquina ... La interdependencia cie los elementOs tecnolgicos facilita un
gran nmero de solucioneS> para las que no existen problemas
95
.
Por el momentO, los procesos de innoncin tecnolgica y ms
generalmente los de desarrollo industrial, continan acelerndose en
lugar de ir disminuvendo. En la forma de biotecnologa, los avances
afectan ta;ro nuestra conformacin fsica seres huma-
nos como al medio ambiente .en el que vivimos. Continuarn sin
obstculos estas poderosas fuentes de innovacin durante un inde-
finido futuro? Nadie lo puede decir con seguridad, pero existencia-
ras contratendencias, en parte expresadas a travs de los movimien-
tos ecolgicos, pero tambin en otras esferas. Ahora es muy amplia
la preocupacin por el dao causado al medio ambiente y se ha
convenido en foco de atencin gubernamental en el mundo entero.
Pero si nos proponemos evitar un dao serio e iHeversible, tendre-
mos que enfrentarnos no slo ; su impacta externo, sino tambin ;;
la lgio del desarrollo cientfico y tecnolgico sin trabas. La huma-
nizacin de la tecnologa protJJbiemente implica la progresin intro-
duccin de cuestiones cic.15 dentro de b .1ctu:1l relacin, princip:d-
Consecuencias de ia modernidad
mente <<instrument;:l,,, entre los seres humanos y el medio ambiente
creado.
Dado. que los ms consecuentes problemas ecolgicos son obvia-
mente globales, las formas de intervencin oara minimizar los ries-
gos el medio ambiente necesariamente 'han de tener un alcance
planetario. Podra crearse un sistema conjunto para el cuidado del
planeta, cuya finalidad sera la preserncin del bienestar ecolgico
en el mundo entero. na posible manera de concebir los objetivos
de cuidado planetario, la ofrece la denominada "hiptesis Gaia,., que
ha sido adelantada por James LoYelock. Segn esta nocin. el planeta
muestra la conducta de un organismo, incluso como la de una per-
sona viviente." La salud orgnica de la tierra se mantiene por ciclos
ecolgicos descentralizados aue interactan oara formar un sistema
bioqumico aurosuficiente
96
.' Si esta puede llegar a ser
autentificada con detalle analtico, tend;- implicaciones definitivas
para el cuidado planetario que sera como proteger la salud de una
persona, ms que como cultivar un jardn en el que las plantas crecen
desordenadamente.
Por qu deberamos presumir que los acontecimientos mundia-
les se movern en la direccin esbozada por estas diversas conside-
raciones utpicas? Evidentemente no podemos presumir que ocurra
de esta manera, si bien todas las discusiones que proponen esos po-
sibles futuros, incluyendo sta, pueden por su misma naturaleza te-
ner algn impactO. Las tendencias inmanentes de desarrollo no son
ms que eso, tendencias inmanentes, y entretanto si las cosas llegan
a encaminarse de esa manera, ser un perodo largo y plagado de
riesgos de graves consecuencias. Adems, lo que suceda a lo largo
de una dimensin institucional puede afectar adversamente a las otras,
y cada una de ellas podra tener amenazadoras consecuencias para
la vida de muchos millones de seres humanos.
La figura 7 esboza la serie de riesgos de graves consecuencias que
confrontamos actualmente. Cualquiera que sean los nuevos desarro-
llos tecnolgicos que se produzcan (que incluso, aunque se:m bene-
ficiosos para la productividad capitalista podran ser peligrosos para
b presenacin del medio ambiente o para la seguridad militar) debe
haber lmites finitos para ia acumulacin c:1picalist:1 giob;;l. Pucsro
que los n1crcados son, con ciertos
.. Ecoior_:r: Explonn;; Pus:-r;;!s:r:.;.' Soc:c:_-: (Glu(ester:
H:n\kin1"'. 19SI . f. 1-i.
160
Anthony Giddens
dors, si se presentararn algunas formas de aumento de la escasez
sta podra ser manejada, al menos, por un largo perodo de tiempo.
Pero existen lmites intrnsecos en los recursos de que disponemos
para una acumulacin indefinida, y las externalidades que los mer-
cados, o bien no llegan a tocar, o influencian adversamente --como
son las desoladoras desigualdades globales- podran tener implica-
ciones sociales explosivas.
Crecimiento del poder wulitario
(\
Colapso de los meca."1ismos i
. . . . .
ae crec.rrue:r:.::o econom.!CO
\
\
Conflicto nudca:
o guerr;a 2 gran escala
\
)
Desintegracin o desastre ecolgico
FIGUR:\ 7.-Riesgos de graves consecuencias en la modernidad.
En lo que respecta a los recursos administrativos, las tendencias
hacia el aumento de participacin democrtica tienen su lado oscuro
en las posibilidades de creacin de poder totalitario
97
. La intensifi-
cacin de las operaciones de vigilancia proporciona muchas sendas
para la participacin democrtica, pero tambin posibilita el control
sectOrial del poder poltico, reforzado por el acceso monopolista a
los medios de violencia como instrumento de terror del poder pol-
tico. El totalitarismo v la modernidad no estn slo continoentemen-
b
te vinculados; estn inherentemente vinculados, como Zygmunt Bau-
h
1
- d b. 1 98 E . f d
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