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Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe
La cuestin de la filosofa medieval.
Sentido de la expresin. Por filosofa medieval se entiende aquel perodo de la historia del pensamiento filosfico que se gener en la cultura occidental entre el surgimiento de las formas sistematizadas de pensamiento filosfico -genricamente comprendidas bajo el nombre de scol!stica- que siguen al fin del amplio perodo patrstico" # termina con el inicio del perodo renacentista. l inicio de este perodo est! marcado di$ersamente por los historiadores" algunos toman como punto de referencia a %oecio &s. '()" otros a scoto ri*gena &s. (+) o bien otros a San ,nselmo de -anterbur# &S. +()" mientras que respecto del fin del perodo scol!stico no ha# dificultad en admitir que est! dado por el inicio del .enacimiento en el siglo +'. -iertamente esto #a permite establecer que el perodo de la filosofa medie$al #a est! abarcando la friolera de casi diez largos siglos. Pues" si se toman como punto de referencia el cierre de las escuelas de ,tenas por el emperador /ustiniano en el 012 para marcar el fin de la dad ,ntigua" # la muerte del -ardenal 3icol!s de -usa acaecida en 4565" entonces el tiempo que estara situado en el interregno entre el perodo antiguo # el moderno" se extendera exactamente a 270 a8os. Pero debe saberse que ese largo perodo ocupado por la filosofa medie$al" que fue denominado tambin perodo Escolstico" no tu$o como centro la especulacin filosfca" sino m!s bien la teolgica" Pues" aun cuando bajo el $ocablo escolstico se hace alusin a la doctrina ense8ada en las escuelas, # esto supone una cantidad de rasgos compatibles con el m!s alto grado de ni$el acadmico" -a saber9 el dictado de cursos regulares" la presencia de un cuerpo docente estable" la sistematizacin de las disciplinas especulati$as" # fundamentalmente" la sistematizacin del mtodo de in$estigacin-" no debe ol$idarse que tal in$estigacin estu$o abocada fundamentalmente a la elucidacin de cuestiones de orden teolgico antes que filosfico" cu#o desarrollo se cumple -a partir del siglo (+- en el campo teolgico con la armonizacin entre los datos de la fe # la razn. La especulacin filosfica" slo alcanza todo su $uelo con la irrupcin" en el siglo +(( del corpus aristotelicus. :e donde se ad$ierte que la especulacin medie$al estu$o signada fundamentalmente por el sello de la teologa. ; es esta particular situacin de los pensadores medie$ales lo que trae sus dificultades" pues" cuando se habla de filosofa normalmente se piensa en la filosofa al modo de la filosofa griega" considerando a sta como el modelo por excelencia de lo que es una filosofa. ; por cierto" que no faltan razones para pensarlo as" #a que fueron precisamente los griegos los que ele$aron el ni$el de especulacin humana a un alto grado de perfeccin. Pero" )cmo se debe entender esta filosofa griega< Seg*n 'an Steenberghen" en su obra introductoria Filosofa Medieval, la caracteriza con estas palabras9 ALa filosofa tal como fue concebida y practicada por los griegos puede definirse como un saber de nivel cientfico que apunta a la interpretacin global de lo real con la ayuda de los medios de conocimiento naturales del hombre@ 4 . 'ale decir" cuando se habla de filosofa" se alude a un saber alcanzado slo a tra$s de las facultades naturales del hombre" que" como tal" despus del pensamiento griego" slo $ol$era a hallarse" seg*n opinin de todos los historiadores" en el perodo renacentista # moderno" cu#as figuras paradigm!ticas son Sir =rancis %acon &4064-4616) # .en :escartes &4026-460>)" el uno" buscando la $erdad a tra$s de la $a experimental a tra$s de su nouum organum? el otro" a tra$s de la sola razn" el cogito. ; esto" ciertamente no es el caso del pensamiento medie$al" en cuanto est! afectado radicalmente por un dato ajeno a la razn natural como lo es el dato de la .e$elacin. .azn por la cual los historiadores de la filosofa suelen minimizar los espacios dedicados a este largo perodo de la historia de la filosofa cuando no negarlos derechamente. :e ah que no pudiendo negarla en trminos absolutos" s pes en el espritu de los historiadores lo cual se manifiesta en el sentido pe#orati$o que implica la nocin de filosofa medie$al" es decir" como algo que est! entre dos extremos que son los que realmente importan. :e ah" la e$idente razonabilidad de los cuestionamientos de muchos historiadores respecto de la legitimidad de esta filosofa medie$al. )'ale la pena estudiar a los pensadores medie$ales< ),caso los autores medie$ales influ#eron a tal punto sobre los representantes del moderno que ninguno de stos puede dejar de entenderse como continuadores de un pensamiento medie$al< )@u sentido tiene para el pensamiento contempor!neo re$isar lo actuado durante un perodo signado por algo considerado por muchos tan in*til como fant!stico como lo es la metafsica o la teologa< )3o fueron precisamente los autores modernos" los que $iendo el poco $alor filosfico de este perodo" conclu#eron di$idiendo la historia de la filosofa en dos grandes perodos" el ,ntiguo # el Aoderno" donde el perodo intermedio slo era eso" media tas, un periodo intermedio< ;a Petrarca &H 47B5) hablaba del Ainsanum et clamosum scolasticorum uulgus@!Ainsano y chilln vulgo de los escolsticos@. 1 VAN STEENBERGHEN, Filosofa Medieval. Trad. M.M. Bergad, Buenos Aires, Club de Lecores, 1!"#. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe Por qu razn los historiadores parecen pasar por alto todo lo que sucedi en el plano especulati$o durante la dad Aedia< Simplemente porque durante este perodo" que" a fin de cuentas" no tiene por qu ser menos especulati$o que los restantes" el pensamiento humano estu$o afectado por una tradicin ajena a la filosofa como lo es la irrupcin de la fe cristiana. .esultado9 por temor a ser malinterpretados" muchos historiadores se resuel$en a no hablar de filosofa medieval. :e esta manera" en los tiempos contempor!neos el historiador de la filosofa no dej de sufrir el efecto de ese generalizado descrdito. ,s el historiador Cill :urant" en su obra "istory of #hilosophy, al tiempo que $incula a la tradicin escol!stica con la religin cristiana" niega que ha#a habido all algo rele$ante en materia filosfica 1 . Dbra que tu$o tal eco entre los intelectuales posteriores" que despus de l se sigui negando la existencia de una filosofa medie$al. ,s" el profesor de la Eni$ersidad de -hicago" el psiquiatra =ranz ,lexander sostenia mu# li$ianamente que9 A$La filosofa escolstica era una% forma est&ril del pensamiento deductivo, desfogue de las potencias racionales del hombre en un perodo de servidumbre intelectual, donde el hombre no poda observar al mundo que lo rodeaba por miedo a que alguna observacin cayese en contradiccin con los dogmas prevalecientes. $...% estaba prohibida la libre observacin de los hechos' el requisito supremo de los siglos medievales era la rgida aceptacin de ideas preconcebidas@ ( ; por cierto no faltan razones para pensar as. Ena de las dificultades que supone la consideracin del pensamiento medie$al surge no slo de que #a en ella ha# que lidiar con el interrogante de si ha# filosofa o no en el perodo escol!stico" sino que" si es necesario atender tambin a los desarrollos de un pensamiento que" en opinin de algunos intrpretes" se presenta como tan poco filosfico como el de los Padres de la (glesia" denominado Perodo Patrstico" que abarca un perodo que $a desde el siglo (( -que corresponde toda$a a la dad ,ntiguas- hasta #a bien entrado el siglo '((( en Driente" con la muerte de /uan :amasceno & B52)" o bien en el siglo '(( en Dccidente con la muerte de San Fregorio Aagno & 6>5) o la de san (sidoro & 676)" o la de San A!ximo -onfesor &0G>-661). @uiz!s a esto se podr! responder que si se est! de acuerdo en que la historia es una sola" # que no ha# saltos en ella" habr! que admitir de alguna manera que durante estos primeros quince siglos de cristianismo tambin hubo filosofa aunque m!s no sea por el solo argumento de que para entender al pensamiento moderno ha# que arrojar alguna mirada al pensamiento que le precedi. ;" si se concede que para entender a los pensadores modernos se hace con$eniente estudiar tambin a los pensadores escol!sticos que le precedieron entonces ha# buenas razones para suponer que el pensamiento de los autores escol!sticos tambin pudo haber tenido un ponderable $alor filosfico. ;" por qu" no pensar tambin que si hubo alg*n contenido filosfico en la especulacin medie$al" entonces" a su $ez" la especulacin que le precedi tambin pudo haber tenido alg*n inters filosfico. :e ese modo" a menos que se piense que la filosofa sorprendente e inexplicablemente salta de la dad ,ntigua a la dad Aoderna" entonces ha# buenas razones para pensar que tambin debi haber estado de alguna manera presente tanto en el perodo escol!stico que precedi al moderno" como en el patrstico que sucedi al antiguo. n efecto" sera ingenuo suponer que si hubo filosofa en la edad antigua # en la edad moderna" no la ha#a habido en absoluto en los largos siglos de la dad Aedia. Por que no pensar que precisamente esta *ltima se hizo posible en $irtud de la preparacin que se recibi de los filsofos # telogos medie$ales" donde descuellan figuras como Hom!s ,quino" %uena$enturas" :uns Scoto" Fuillermo de DcIham< Luego" la filosofa medie$al" por lo menos" $ale como antecedente de la supuestamente incuestionable filosofa moderna. ;" si de hecho" se estudian estos pensamientos se encontrar! en ella tanta filosofa como la que se halla en los mejores perodos de la filosofa griega. 'alga esto" al menos como hiptesis de trabajo" cu#a confirmacin estara dada ante la e$idencia de una positi$a influencia del pensamiento escol!stico sobre el moderno" # del pensamiento patrstico sobre medie$ales # modernos. ;" ciertamente" es un hecho comprobable que los Padres de la (glesia influ#eron positi$amente sobre los autores escol!sticos e incluso sobre los modernos. Pues" aunque los Padres de la (glesia corresponden m!s propiamente al perodo antiguo" cuando toda$a exista el (mperio .omano" lo cierto es que fueron hombres de ese perodo anterior al siglo '(((" los que ejercieron notable influencia sobre el pensamiento medie$al. Jombres tan importantes del periodo patrstico como San Fregorio de 3isa" San ,gustn o el :amasceno" aunque" de su#o" algunos slo recibieron una formacin filosfica de car!cter neoplatnico" sin embargo tu$ieron una notable influencia sobre pensadores posteriores. :e hecho" el tratado de )e hominis opificio, de $ Cfr. BRENNAN, R., Ensayos sobre el timismo, %. 1&. ' A(LER, M.). What Mand had Made of Man, Nue*a +or,, Long-ans, 1!'#, .nroduccion, /. 0V.. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe Fregorio de 3isa # los *mbigua, de A!ximo el -onfesor" ejercieron particular influencia sobre /uan scoto ri*gena quien los tradujo extendiendo el influjo neoplatnico sobre Dccidente. ; ni qu hablar sobre la influencia sobre este mismo autor por parte del Pseudo :ionisio &s. '). )@uien puede negar ho# la incidencia que tu$o el pensamiento de San ,gustn no solo sobre todo el pensamiento medie$al -en particular sobre franciscanos e incluso Sto. Hom!s- sino tambin sobre los m!s impensados autores modernos como lo pueden ser :escartes" Aalebranche" Leibniz o Pascal< ,unque menos espectacular" que la de San ,gustn" la incidencia de San /uan :amasceno sobre el pensamiento medie$al tampoco se puede negar" ante la clara e$idencia de que su obra )e fide orthodo+a fue una obra de consulta del mismo Pedro Lombardo" autor de los ,ententiarum, e incluso del autor de la ,uma -heologi" Santo Hom!s de ,quino. :e donde es claro que los autores medie$ales se apo#an en buena medida en los Padres de la (glesia. ; as" de ce8irse a la consideracin de los autores medie$ales" a la $ista de sus respecti$as doctrinas" no ha# duda de que" para terminar de entender el pensamiento de San ,nselmo" o San %uena$entura" e incluso el del mismo Sto. Hom!s" sin caer en la cuenta de la notable influencia que todos estos autores medie$ales recibieron del Dbispo de Jipona.)-mo es posible esto< Porque" as se teje la apretada urdimbre de los hechos histricos9 Sin caer en falsos reduccionismos" puede comprenderse f!cilmente que el pasado" aunque no determina la marcha de los sucesos que le siguen" hasta tal punto influ#e sobre stos" que su conocimiento" por lo menos" a#uda a entender el ulterior desarrollo del pensamiento posterior. 1. ,lgunos hechos interesantes :e atenerse a los considerandos precedentes puede concluirse que" a la hora de examinar con alguna objeti$idad los logros especulati$os del perodo medie$al habr! que tomar con pinzas la pretendida descalificacin propiciada por el pensamiento racionalista. ; esto ocurre a tal punto que ho# #a ning*n raciona- lista sostiene sin m!s la total esterilidad del pensamiento cristiano. Ena serie de e$idencias" explicaran tal cambio de actitud. 4. Se admite que los temas platnicos # neoplatnicos recibieron un reno$ado impulso con San ,gustn" el pseudo :ionisio" scoto riugena" scuela de -hartres en el s. +((" # por los grandes maestros del s. +(((. 1. l aristotelismo se reno$ tanto entre los latinos como entre los !rabes &,$icena # ,$erroes) # alcanz un auge # desarrollo especulati$o en el siglo +(((" de modo particular a tra$s de Hom!s de ,quino # Sigerio de %rabante. 7. Filson logr demostrar que el nominalismo jug un importante papel en la elaboracin de la doctrina cartesiana. incluso que lo m!s rele$ante de la filosofa cartesiana poda encontrarse sistem!ticamente asumido por los grandes telogos medie$ales 5 . 5. :e modo semejante" se reconocen importantes antecedente medie$ales respecto al empirismo ingls" la fenomenologa" el derecho natural" la filosofa social # la filosofa poltica. :e hecho" Pierre :uhem ha probado acabadamente que la concepcin de -oprnico # galileo" en los siglos +'( # +'((" #a fue anticipada por pensadores de la talla de Fuillermo de DcIham" /uan %uridan" ,lberto de Sajonia" 3icol!s de Dresme # 3icol!s de -usa. Por esa razn" es a stos # no a -oprnico ni Falileo a quienes :uhem considera los $erdaderos fundadores de la din!mica # la astronoma moderna 0 . 0. Por otra parte" no ha# duda alguna de que por lo menos" en la medida en que los pensadores medie$ales se preocuparon por interpretar # aclarar estrictamente las fuentes griegas" puede hablarse de una filosofa estricta admisible como tal aun por los racionalistas. s el caso de obras tales como )e consolatione philosophi de %oecio" los escritos de lgica de ,belardo" el )e divisione philosophi de :omingo Fundisal$o" el )e anima intellectiva de Sigerio de %rabante" los comentarios aristotlicos de Hom!s de ,quino. n este marco no se puede dudar de la racionalidad de la obra tomasiana9 A"onestamente, no nos parece posible considerar la filosofa de santo -oms de otro modo que como la solucin puramente racional de un problema estrictamente filosfico. La hiptesis contraria, cuando se intenta demostrar, no armoni.a ni con el anlisis de los te+tos ni con el papel que desempe/a el tomismo en el desarrollo del 1 E. L.V., Gilson: el espritu de la filosofa medieval, o.c. %. 1&. 0 (2HEM, Physica@ en Catholic Encyclopedy, *ol. 0.., %.1#3"#. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe pensamiento medieval0 nos es, pues absolutamente imposible !hoy ms que nunca! aceptar esta hiptesis@ 1 . 6. ;" como es de pre$er" aun en la reconocida labor de los tiempos modernos" no slo se hizo tabla raza con los mejores aportes de la scol!stica medie$al" sino que se termin por afirmar lo contrario de lo que aqulla afirmaba" con lo cual no dejaron de significar un $erdadero retroceso en materia de desarrollo filosfico. ,s spinosa borraba las diferencias entre el -reador # la criatura. %erIele# negaba lal realidad del mundo fsico9 Jobbes haca otro tanto cn el orden espiritual. Los racionalistas negaban el orden sobrenatural. Los positi$istas" el mismo saber filosfico. :escartes" negaba la unidad substancial del hombre" afirmando el m!s crudo dualismo antropolgico. Jegel perda de $ista el orden de la persona humana. /ames" reduce la $erdad a la utilidad B . Por consecuencia" a la luz de las e$idencias histricas" la incidencia del pensamiento medie$al sobre el pensamiento moderno # aun contempor!neo es ho# indiscutible" no slo porque deja caer su sombre sobre los autores modernos sino tambin sobre filsofos contempor!neos tan meritorios como Filson" Aaritain" Farrigou-Lagrange" 'an Steenberghen" Primi" %usa" Aanser" Pieper" %ochensIi )3o se extiende la influencia de Santo Hom!s indirectamente a tra$s de %rentano sobre Jusserl" Scheler" #" m!s directamente sobre dith Stein< ):e qu otro modo puede explicarse la aparicin de un personalismo cristiano en figuras tan rele$antes del pensamiento contempor!neo como los existencialistas Aarcel" La$elle" Le Senne" si realmente no hubiera existido una impronta del pensamiento medie$al sobre ellos< xaminemenos" por ejemplo" la doctrina de 3icol!s de -usa" un autor que #a pertenece al siglo '" pero cu#o inters por la b*squeda de :ios lo hace indiscutiblemente $inculado a la m!s ele$ada tradicin medie$al de cu8o neoplatnico a tra$s de :ionisio" ,lberto Aagno" cIhardt-" pero que sin embargo" infludo tambin por la tradicin nominalista elabora un enfoque gnoseolgico que afirma la incapacidad del entendimiento para alcanzar la esencia de las cosas" e incluso la de :ios" # la afirmacin del conocimiento humano como fundado en la pura espontaneidad del espritu" lo que no hace m!s que recordar al criticismo Iantiano. ; esto sin hablar de la posibilidad de que doctrina cusana de la coincidencia de los contrarios podra haber tenido alguna influencia sobre el pensamiento hegeliano. Por otra parte" Kqu grado de objeti$idad ha# en las crticas aducidas por quienes recusan el $alor intrnseco del pensamiento medie$al< n este sentido" no debe desecharse la posibilidad de que si todo pensamiento nue$o" como lo es el pensamiento moderno respecto del medie$al" lo primero que busca es tratar de justificarse denostando el pensamiento anterior" entonces no debe sorprender que buena parte del descrdito del pensamiento medie$al se deba simplemente a la necesidad de realzar el pensamiento que lo pretendi substituir # no a una razn fundada en una e$idencia incuestionable. ,s" por ejemplo" de atenderse a las crticas que realizan dos de los m!s importantes filsofos del perodo moderno como :escartes o sir =rancis %acon se creera que las crticas que ellos efect*an respecto del pensamiento medie$al son $!lidas para todo el perodo escol!stico" cuando en rigor" a poco que se las examine" slo parecen serlo respecto del perodo de su decadencia que es su perodo final. En caso tpico de esta despecti$a mirada sobre el pensamiento medie$al es el de un grande del pensamiento moderno9 /orge Fuillermo =ederico Jegel &4BB>-4G74). Seg*n Jegel" si bien" por necesidad de su sistem! filosfico" cada perodo histrico tiene un cierto $alor intrnseco" lo que lo lle$a a entender que el aporte positi$o del pensamiento escol!stico fue el de expresar en trminos filosficos el contenido del pensamiento cristiano" sin embargo" no por ello dejo de acusar a los medie$ales de sustentar un pensamiento notoriamente inferior al propiamente filosfico" simplemente porque" en su opinin" este pensamiento estaba irremediablemente penetrado por el $ergonzante estigma del pensamiento teolgico. Pues" si la fe es inferior a la filosofa" -entiende Jegel- un pensamiento que en el fondo resulta ser teolgico" no puede ser sino tambin inferior a la filosofa. s decir" lo que Jegel achaca al pensamiento escol!stico es no haber expresado en cla$e enteramente racional el contenido del pensamiento escol!stico. Pero lo m!s lamentable es que tan $irulenta descalificacin del pensamiento medie$al" fuese lle$ado por alguien que" en rigor" desconoca en bloque lo mejor del pensamiento medie$al" hasta el punto de situar entre los msticos a un hombre como .oger %acon" cu#os aportes a la filosofa tan slo se destacan en el plano de la ciencia experimental" # sin que toda$a o hubiesen habido estudios rele$antes sobre ese largo perodo histrico que le hubiesen permitido tener una mejor conocimiento del mismo" #a que los m!s importantes recin empezaron a aparecer hacia fines del siglo +(+. Pero" si Jegel puede ser perdonado" por falta de conocimientos" ho# la situacin de quienes " 4. G.LS5N, e thomisme, Pr!face. 'ra. ed. /aris, Vrin, 1!$6. # Cfr. BRENNAN, R., Ensayos sobre el timismo, %. ''. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe rechazan a la filosofa medie$al es distinta. Porque" de atenerse a los aportes de historiadores tan importantes como %aeumIer" hrle" Frabamann" :e Culf" Pelster" Aandonnet" Filson" Sertillanges". #a no se puede meter en el mismo saco a todos los pensadores medie$ales. ; esto" hasta el punto de $er la necesidad de reconsiderar la descalificacin del perodo medie$al simplemente porque estu$iese dominado por el pensamiento teolgico. n este sentido" no habr! de sorprender la denuncia efectuada por los editores de una opbra aparecida a principios del siglo ++" de una Alarga conspiracin contra la revelacin de la verdad@ 2 . Por cierto" detr!s de la crtica de Jegel de entender al pensamiento medie$al como demasiado penetrado por el pensamiento teolgico" puede haber una importante cuota de $erdad. Pero tampoco es menos cierto que no todo es teologa en la teologa. Porque fueron precisamente esos pensadores signados por la fe" quienes se preocuparon por dilucidar una cuestin eminentemente filosfica como la de establecer las relaciones entre la teologa # la filosofa. ; tambin fueron ellos los que" lle$ados por el af!n de comprender su fe" con suerte di$ersa" terminaron aplicando el aparato conceptual filosfico a los misterios de la fe. ; as" aunque muchos de ellos no terminaron de distinguir entre el campo de la fe # el de la razn" una cosa s es cierta9 que los mismos telogos medie$ales terminaron desarrollando importantes cuestiones filosficas por $as tambin filosficas. ,s" por ejemplo" San ,nselmo fue un telogo" o" por lo mismo" no dej de asumir el dato de fe" pero" al mismo tiempo" cuando busc pruebas racionales de la existencia de :ios" contribu# como pocos al desarrollo de la filosofa de su tiempo. Por su parte" ,belardo" no deja de ser telogo" pero es tambin un intelectual # un lgico de gran en$ergadura" que hizo una mu# importante contribucin a la dilucidacin de la cuestin de los uni$ersales. 'algan estos claros ejemplos para conjeturar que estos pensadores bien pudieron haber efectuado un importante aporte en el plano estrictamente filosfico. ;" as como el propio Sto. Hom!s" $e la posibilidad de elaborar una teologa como obra exclusi$a de la razn humana" aunque reconoca que el filsofo con la sola luz de la razn no puede probar que el mundo fuese creado" en el tiempo o desde la eternidad" no dejo de reconocer que s puede probar su dependencia ontolgica de :ios como creador. =inalmente" si fuese realmente cierto que el car!cter teolgico que animaba a todo el pensamiento medie$al realmente apagaba el desarrollo de la especulacin estrictamente filosfica" entonces podra establecerse como cierto que a una sola fe" le corresponda tambin un *nico desarrollo especulati$o. ; sin embargo" nada m!s alejado de la $erdad. Pues" a menos que se ignore todo de la filosofa medie$al" habr! de reconocerse la gran distancia que separa a los distintos pensadores medie$ales" por ejemplo" Hom!s de ,quino" %uena$entura" :uns Scoto" DcIham. Sin duda" lo com*n en ellos era la fe" pero lo distinto eran sus modos de argumentar. ; esos modos de argumentar" en cuanto racionales" eran estrictamente filosficos. Por otra parte" por qu no pensar que" al menos buena parte de esta actitud de abierto desprecio hacia la filosofa medie$al est! alimentada en no menor grado por esa cuota de empirismo e historicismo" del que hacen gala muchos de los pensadores de todos los tiempos" donde lo *nico que parece primar por sobre todo otro criterio de $erdad es el de atenerse al dato de los sentidos" o" para decirlo de un modo m!s elegante" de una crtica cientfica cu#o resultado no parece tener otra intencin que la descalificacin lisa # llana de toda especulacin de car!cter metafsico # aun teolgica" # donde lo nue$o sistem!ticamente debe desplazar a lo antiguo" siempre con el mismo resultado del criterio anterior. )3o fue Jume quien termin se8alando que todo saber no $inculado con el dato de los sentidos o con el orden numrico deba ser inmediatamente descalificado< )3o fue Lant quien" a su $ez" sin duda inspirado en Jume" en su 3rtica de la ra.n pura, no termin conclu#endo que el saber metafsico deba entenderse en trminos de una pura ilusin que se apo#a en su con$encimiento de que se trata de un saber que se ha detenido irre$ersiblemente9 A#or lo que se refiere a la metafsica, la marcha negativa que hasta la fecha ha seguido hace dudar a todo el mundo, con ra.n, de su posibilidad@ 4 5 )3o fue -omte" quien" dej!ndose lle$ar por un criterio abiertamente cientificista" termin elaborando una teora de los tres estadios de la humanidad" donde se pretende que el saber humano fuese pasando sucesi$amente del estadio teolgico al metafsico # del metafsico al cientfico" para postular como culminacin del saber humano a este *ltimo orden de conocimiento< ,s" luego de se8alar que en el estadio teolgico se busc la naturale.a ntima de los seres, y las causas primeras, # en el estadio metafsico" donde los agentes sobrenaturalea son reempla.ados por fuer.as abstractas, verdaderas entidades 6abstracciones personificadas7 inherentes a los diversos seres del mundo, y concebidas como capaces de engendrar por ellos mismos todos los fenmenos observados, donde la e+plicacin consiste entonces en asignar para cada uno la entidad correspondiente@, # luego" el estado positi$o" en el que el espritu humano, reconociendo la & Cambrid"e Modern #istory, Nue*a +or,, Mac-illan,1!7', *ol ., %. V. ! 8ANT, 8rV, B, $!. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe imposibilidad de obtener nociones absolutas, renuncia a buscar el origen y el destino del universo, y a conocer las causas ntimas de los fenmenos, para dedicarse 8nicamente a descubrir. por el uso bien combinado del ra.onamiento y de la observacin, sus leyes efectivas, es decir, sus relaciones invariables de sucesin y seme9an.a. La e+plicacin de los hechos, reducida entonces, a sus t&rminos reales, no es ms e+plicada que por la relacin establecida entre los diversos fenmenos particulares y algunos hechos generales, a los que el progreso de la ciencia tienden a disminuir de ms en ms en n8mero@ :; . Pero" )qu razonabilidad tienen tales afirmaciones< )@u e$idencias se pueden alegar en fa$or de tales doctrinas< ,s" respecto a las crticas de Jume" )es realmente razonable descalificar un conocimiento por el simple hecho de que no sea susceptible de una lectura matem!tica o emprica< )Ja# acaso alguna e$idencia de que el orden real se agote en un mero conocimiento emprico o matem!tico< ),caso el amor de una madre hacia un hijo enfermo puede reducirse a una mera experiencia sensible< .especto a las crticas de Lant9 Kes realmente cierto que el saber de car!cter metafsico sea equiparable a una mera ilusin subjeti$a< K3o es llamati$o que luego de descalificar en su crtica de la ra.n pura a la metafsica como ciencia" procure en la 3rtica de la ra.n prctica procure suministrar al hombre principios que son perfectamente compatibles con las ense8anzas de un saber que dice rechazar< =inalmente" respecto de -omte9 Kha# alguna e$idencia de que la humanidad con el pasado del tiempo" desplaza su inters intelectual" de la consideracin teolgica a al filosfica" # de sta a la cientfica< Si fuera esto es as" Kno es cierto que #a es tiempo de que hubieran terminado por desaparecer todos los $estigios de una cultura religiosa en la historia de la humanidad< KD acaso la le# de los tres estadios se cumple slo en unos casos pero no en otros< La pregunta se impone" esta sistem!tica descalificacin de la filosofa medie$al" )no implica un deseo de reducir el conocimiento humano a una instancia puramente inmanentista cu#o *nico resultado es negarse a reconocer toda posibilidad de trascendencia" # que" por tanto" est! impulsada por una conciencia enferma de arbitraria unilateralidad< ;" si es as" puesto que su contradictoria no es e$idente" )por qu no reconocer por lo menos la razonabilidad de una comprensin de la realidad cu#a base de sustentacin se apo#e en el reconocimiento de la inteligibilidad de todo el orden de lo real" # de la posibilidad de que tal realidad pueda ser conocida" en su ma#or hondura ontolgica por la inteligencia humana< ,s" por ejemplo" )no es razonable pensar que" si lo real se presenta inmediatamente bajo un rostro de limitacin # contingencia" es porque sin duda no tiene en s su base de sustentacin ontolgica" sino m!s bien en una realidad absoluta de la cual todas las cosas participan su ser # su modo de ser" en cu#o caso las cosas podran ser entendidas en un ma#or ni$el de comprensin que el que se apo#a en una lectura puramente emprica< Sin duda" ste # no otro es el espritu que anim a los pensadores medie$ales a elaborar su pensamiento teolgico. ),caso" no fue la pregunta qu hizo clebre Jeidegger -)#or qu& el ente y no ms bien la nada5!, una pregunta que antes expres Leibniz # cu#a respuesta slo se poda efectuar en el marco m!s amplio de la doctrina creacionista< Hodo lo cual" torna por lo menos razonable la formulacin del pensamiento que corresponde al perodo medie$al. n cu#o cas" aunque debe reconocerse que no lo es enteramente" no es menos cierto que" por lo menos" en cierto sentido" es lcito hablar de una filosofa medie$al. -on estos elementos de juicio #a se podra llegar a una respuesta afirmati$a respecto de la posibilidad # legitimidad de la filosofa medie$al. Pero el hecho es que esta respuesta pecara por le menos de parcial" en la medida en que con ella se ol$ida que lo m!s importante de la especulacin medie$al" no era de orden filosfico" sino m!s bien teolgico. n cu#o caso el problema de fondo se trasladara a la posibilidad de hallar en este material de naturaleza esencialmente teolgica alg*n contenido apro$echable desde el punto de $ista filosfico. ; si acaso se acordase en designar a este contenido el nombre de filosofa cristiana la cuestin radica en preguntarse si existi realmente esta filosofa cristiana o no" con lo cual la pregunta por la filosofa medie$al se complementa por la pregunta por la posibilidad # legitimidad de una filosofa cristiana. 1. Posibilidad # legitimidad de una filosofa cristiana 4. Posicin del problema l problema ahora radica en determinar si lo que hubo entre el pensamiento antiguo # el moderno no slo fue tambin filosofa" sino m!s especficamente" si se trata de un pensamiento hasta tal punto afectado por la fe que se lo puede designar bajo el nombre de filosofa cristiana. Pero el punto reside en determinar si es posible que un modo de pensar estrictamente filosfico sea a tal punto compatible con el dato de la re$elacin que pueda dar lugar a un nue$o modo de filosofar" pues mientras el uno se apo#a slo en los datos alcanzados 4> C5MTE, A., Course de philosophie positive, $v ertissement de l=auteur. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe por la razn natural" el otro se apo#a en datos tomados de la re$elacin cristiana.Precisamente" a propsito de esto" hubo en =rancia" en el seno de la ,oci&t& Fran<aise de #hilosophie &14 de marzo de 427>) primero" # luego" en la segunda jornada de estudios de la ,oci&t& -homiste de /u$is# &44 de septiembre de 4277) una enco- nada disputa en relacin con al posibilidad misma de la filosofa #" particularmente" de la posibilidad # existencia de una filosofa cristiana. -on$iene recordar que" en la primera institucin -,ociet& Fran<aise de #hilosophie!" las posiciones principales estu$ieron sustentadas por Mmile %rhier 44 # Lon %runsch$icg" por la negati$a? # Mtienne Filson # /acques Aaritain" por la afirmati$a. Aientras que" en las jornadas de la ,ociet& -homiste de /u$is#" la negati$a estu$o firmemente sustentada por Aandonnet" con el que se solidarizaron" =. 'an Steenberghen" Penido" =euling" Aasno$" # :escoqs? mientras que" por la afirmati$a" se pronunciaron de modo particular Filson # Aaritain" quienes fueron secundados por %runo de Solages" Sertilanges" .ome#er" -ochet" # .. /oli$et 41 . n opinin de Filson" en una obra en la que se consagran los dos primeros captulos a la consideracin del problema de la posibilidad # legitimidad de una filosofa cristiana 47 " la dificultad radica en que en ese largo perodo medie$al" -que $a desde el siglo '( con los primeros intentos de elaborar un pensamiento sistem!tico hasta el corte que significa la aparicin del pensamiento moderno" la friolera de diez siglos 45 -" irrumpe en la historia del pensamiento de la humanidad un elemento ajeno a la razn natural que est! constituido por el corpus doctrinal fundado en la .e$elacin cristiana. s claro que" en buena parte de este prolongado perodo medie$al" la especulacin filosfica estu$o en gran medida regulada a partir de las exigencias que surgan desde la especulacin teolgica" que estaba signada por un elemento del todo extra8o a la filosofa misma" como lo es la fe. ; aqu surge precisamente la objecin de una cantidad de pensadores modernos # contempor!neos de inspiracin racionalista9 )poda en esas circunstancias haberse desarrollado una especulacin que pudiese ajustarse a las condiciones que exige una autentica filosofa< s claro que esta ingerencia de un elemento extra8o a la razn natural da pie al inicio de una larga discusin entre quienes niegan redondamente tal posibilidad" # entre los que la admiten" por lo menos en sentido relati$o. :e hecho" los historiadores racionalistas niegan que en este largo perodo de la historia ha#a habido una autntica filosofa. Aientras que" por oposicin a esta interpretacin" los historiadores cre#entes afirman que" de facto, hubo un autntico mo$imiento filosfico en la dad Aedia. ntre los fundamentos de la posicin racionalista" se halla la razn" # precisamente sobre esta e$idencia ha girado el pensamiento moderno" especialmente a partir de :escartes &4026-460>)" quien se8ala como absoluto criterio de $erdad la claridad # distincin en la concepcin9 A=a puedo establecer por regla general que todas las cosas que concebimos muy clara y distintamente son verdaderas> :? . Luego" todo lo que no pase por el estrecho tamiz de la duda carece de $alor gnoseolgico" tal como lo se8ala la primera regla del )iscurso0 >El primero era de no recibir 9ams ninguna cosa como verdadera que yo no la conociese como tal' es decir, de evitar cuidadosamente la precipitacin y la prevencin' y no comprender en mis 9uicios nada ms que lo que se presentara a mi espritu tan clara y tan distintamente que no tuviese ninguna ocasin de ponerlo en duda> :1 . ; por cierto" esta doctrina no hubiera sido tan profundamente riesgosa si slo se hubiera detenido en la exigencia de la e$idencia" #a que es bueno que todo juicio con pretensiones de ser admitido como $erdadero se apo#e en la e$idencia misma de lo real. Pero el caso es que se propugnaba que slo se admitiese como $erdadero aquello que pudiese ser conocido mediante conceptos totalmente adecuados a su objeto" esto es" que permitan conocer perfectamente a la cosa. n el tratado #rincipia philosophi se8ala :escartes lo que entiende por percepcin clara y distinta0 >#ara que un 9uicio cierto e indubitable pueda basarse en una percepcin no slo se requiere que sea clara, sino tambi&n que sea distinta. Llamo clara a aquella que est presente y manifiesta a la mente atenta0 como decimos que vemos claramente las cosas que, presentes al o9o que las mira, 44 AEl %ri-er %er9odo co-ien:a cuando un ;isoriador, 4-ile Br<;ier, iner*iene en el ca-%o de los esudios agusinianos =>ue abundaban en los a?os in-edia-ene anerires a 1!'1, a?o en >ue se celebr@ el 0V cenenario de la -uere de San Agus9nA, con un escrio donde niega *alor Bilos@Bico a la es%eculaci@n del -Ci-o eC%onene de la %ar9sica lainaD un segundo escrio de Br<;ier se reBiere a oda la BilosoB9a -edie*al %ara negar en blo>ue su originalidad E consisencia@ (Li*i, Anonio, %. Gilson: el espritu de la filosofa medieval. Madrid, Magiserio Es%a?ol, 1!&1, %. 16A. 41 =.,(L" Fuillermo" "istoria de la Filosofa medieval, @4 y ss. 1' GILSON, tienne, L'esprit de philosophie mdivale, Vrin, Paris, 1979. Usamoa versin castellana, Madrid, Rialp, 1981 45 He-os escogido co-o %unos de reBerencia a Severino !oecio ("#$%&'&(E la Bigura de Nicol)s de *+sa (H1","( 16 . -.S*/R0.S, Ren1, Meditaciones metafsica, Tercera meditacin. 1" . R -.S*/R0.S, isc!rso del mtodo, "da. parte. #T, 1$. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe lo impresionan con bastante fuer.a y claridad. En cambio llamo distinta a la que siendo clara est tan separada y recortada de todas las dems que no contiene en s absolutamente ms que lo que es claro> :A .Pero" si :escartes exige un tal grado de lucidez conceptual" esto no tard en ser entendido en el sentido de conocimiento completo" adecuado" directo o intuiti$o. :ebe recordarse que" entre los escol!sticos" :escartes fue educado por los representantes de la *ltima escol!stica" los jesuitas del colegio de La =lNche" donde se entenda que el concepto adecuado era aquel que contena todas las notas constituti$as del objeto ideado. ,lgo as como pretender que todo se conozca perfectamente en sus constituti$os esenciales. ; bien sabemos que #a Santo Hom!s haba dicho que tal conocimiento no se puede lograr respecto de muchos conocimientos de orden teolgico" porque" aun cuando el hombre pueda alcanzar el conocimiento de la existencia # de algunos de los atributos que con$ienen a :ios -por ejemplo" unidad" bondad" $erdad" actualidad" aseidad- sin embargo" dada la excelencia # excedencia de la naturaleza di$ina" el modo de la perfeccin di$ina escapa a la inteleccin de la inteligencia humana. -on estas exigencias" elpticamente se descalificaba todo otro conocimiento que no se ajustasen a los requisitos cartesianos" de claridad # distincin" lo que ejerci un notable influjo en la descrdito de todo conocimiento ordenado a un objeto absoluto" como lo puede ser la realidad di$ina" en cu#o caso" quedaba afectado en trminos generales el saber metafsico" #" de modo particular" el saber teolgico. Porque" en la medida en que ning*n concepto puede abarcar dicha realidad" se $uel$e necesariamente inadecuado #" por tanto" incapaz de alcanzar enteramente la esencia de la realidad di$ina. ;a puede $islumbrarse" entonces qu reducido espacio le cabe al pensamiento teolgico en el esquema cartesiano" # qu bajo alcance se atribua al entendimiento humano respecto de dicha !rea de conocimiento9 ABeverenciaba a nuestra teologa, y pretenda, como cualquier otro, ganar el cielo. #ero habiendo aprendido como cosa muy segura que el camino no est menos abierto a los ms ignorantes que a los ms doctos y que las verdades reveladas que conducen a Cl estn por encima de nuestra inteligencia, no me hubiese atrevido a someterlas a la debilidad de mis ra.onamientos y pensaba que para comen.ar a e+aminarlas, y con &+ito, necesitaba alguna e+traordinaria asistencia del cielo y ser ms que hombre> :2 .Luego" en su opinin" la pretensin medie$al de elaborar una ciencia teolgica" no pasa de ser una $erdadera utopa" de lo que se desprende que todo lo que se diga de :ios carece de base objeti$a. :e all la pe#orati$a" expresin de oscurantista" con la que en los crculos racionalistas se refieren a la disciplina teolgica" #" por consiguiente" a este amplio perodo de la historia de la filosofa que hizo de la teologa la principal disciplina especulati$a. Db$iamente" tambin cae aqu bajo el sello de la descalificacin todo el esfuerzo filosfico que estu$iese ntimamente unido a dicha teologa" esto es" al saber metafsico en general. -on :escartes haba irrumpido un nue$o criterio de $erdad" #a no asentado en la afirmacin de la $erdad o inteligibilidad del ente real" sino en otro criterio fundado exclusi$amente en la subjeti$idad. n una lnea toda$a m!s radical el ingls :a$id Jume &4B44-4BBG)" cuando se8ala la carencia de $alor ontolgico de toda afirmacin que no est $inculada con el orden matemtico o el e+perimental0 A3uando recorremos las bibliotecas persuadidos de estos principios, (qu& de estragos no deberamos hacerD ,i tomramos en nuestras manos un volumen de teologa o de metafsica escolstica, por e9emplo, pregunt&monos0 >)3ontiene alg8n pensamiento abstracto referente a la cantidad o al n8mero5= Eo. >)3ontiene alg8n ra.onamiento e+perimental acerca de cuestiones de hecho y de e+istencia5= Eo. *rro9&moslo entonces al fuego, pues no puede contener ms que sofistera o ilusin :4 Luego" $ino Lant. %asta recordar la descalificacin que hace del saber metafsico como saber cientfico" para con$encerse que despus de l todo pensamiento metafsico estu$o racionalmente desacreditado. n efecto" en orden a ello la )ial&ctica trascendental se aboca a la tarea de poner en e$idencia que la pretensin de querer conocer intelectualmente las cosas tal como son en s mismas no es m!s que una ingenua ilusin. Dbsr$ese cmo entre nosotros tambin hubo quienes" como es el caso concreto de 3imio de ,nqun" tu$ieron el firme con$encimiento de la radical incompatibilidad entre la filosofa # el pensamiento teolgico9 >Fna de las mayores ilusiones de la Filosofa ha sido el creer en la posibilidad de una sntesis doctrinal de dos elementos tan inasimilables recprocamente como el creacionismo semtico y la metafsica griega del ,er 1# -.S*/R0.S, Ren1, Principia philosophi%, &, '() #T "". 1& . R -.S*/R0.S, isc!rso del mtodo, &ra parte, #T, p. $., 42 :,'(: JEA" Enquiring concerning human understanding and concerningde principles of morals, ed.por ,elby!Gigge, H+ford, 3larendon #ress, @da. Ed. :4;@, p. :1?. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe eterno. El factor decisivo de esta incompatibilidad es la Eada, el tenebroso abismo, filosficamente infranqueable e ine+plicable> @; . 7. La cuestin de la filosofa cristiana Seg*n Filson el problema gira de modo particular en torno a dos cuestiones principales9 si es $!lida la expresin filosofa cristiana" # si de hecho existi una realidad a la que le cupiese el nombre de filosofa cristiana. :icho de otro modo" )se puede hablar esencial # existencialmente de una filosofa cristiana< Lo cual puede responderse histrica # filosficamente. :istintas posiciones en contra -ontra lo que podra imaginarse las dificultades en hallar alg*n respaldo a la admisin de la legitimidad de una filosofa cristiana no slo est! abiertamente obstaculizada por el poderoso mo$imiento racionalista $igente en momentos de la discusin sino incluso en medio de las corrientes supuestamente enroladas en la afirmacin del pensamiento tradicional de la (glesia. n efecto" entre los pensadores cristianos tambin se lleg a un enfrentamiento respecto a esto" pues a quien los escuchaba les daba la impresin de que" mientras los defensores de la tradicin agustiniana admiten la posibilidad de una filosofa cristiana" si se afirma en su $erdad cristiana # renuncia a su fuente natural" por su parte" algunos neotomistas exigen que se desligue de los dogmas cristianos # tome slo lo filosfico. Hodo lo cual no hara m!s que mostrar la e$idente incompatibilidad entre la razn # la fe" # la imposibilidad de una filosofa cristiana. ,s %rhier" razonando desde la posibilidad a los hechos" sostena que la expresin no es $!lida" # por tanto" no puede haber existido una filosofa cristiana" mientras que Filson" razonando desde los hechos a la posibilidad" sostena que s haba existido una filosofa cristiana" #" por tanto" la expresin era necesariamente $!lida. Por lo que ser! necesario arrojar alguna mirada a las distintas posiciones que se han presentado respecto a este punto. 4. Posicin de algunos historiadores medie$ales de sesgo fidesta. En grupo importante de historiadores medie$ales admite que si slo la fe es fuente de conocimiento seguro" entonces la participacin de la razn puede poner en riesgo tal noble objeti$a con lo que se termina entendiendo que la filosofa" en la medida en que pretende apo#arse *nicamente en la razn" slo puede ser fuente de error. -on lo cual se desalienta sistem!ticamente toda forma de integracin entre filosofa # teologa. 1. :e los racionalistas puros. Si la filosofa es obra exclusi$a de la razn" no debe haber ingerencia en ella de ning*n elemento extra8o -como es el caso de la apelacin al dato de la .e$elacin- que ponga en peligro la racionalidad de la misma. 7. :e los neoescol!sticos. La filosofa puede tener en la .e$elacin una suerte de auxilio externo que le indique" por lo menos" por donde no debe ir. Pero esto no significa que la filosofa tome de ella alg*n apo#o para arribar a sus propias conclusiones9 ALa filosofa debe a9ustarse necesariamente a la Bevelacin0 si ocurriese lo contrario, sera se/al de que no se encuentra en el camino 9usto. #ero esto es slo un principio abstracto' de &l no cabe deducir que la filosofa deba proceder >ba9o la gua= de la Bevelacin. La filosofa es autnoma, en sus principios, en su m&todo y en sus conclusiones, y en consecuencia no se puede calificar de >cristiana= si quiere ser tal@ 6#. I@7@ @:
Je ah en trminos generales el clima en que se inici la discusin en torno al concepto de filosofa cristiana. Hoca ahora analizar la posicin de los expositores m!s destacados" a saber" %rhier # %runsch$icg, por la posicin contraria? Aaritain # Filson" por la posicin fa$orable. Los principales argumentos en contra9 La posicin de %rhier9 Jistoriadores que" como JarnacI # Mmile %rhier" niegan que histricamente ha#a existido una filosofa cristiana. Mste *ltimo" en su "istoire de la #hilosophie se8ala9 >En todo caso, durante esos cinco primeros siglos de nuestra era no hay una filosofa cristiana propia implicando una tabla de valores intelectuales fundamentalmente original y distinta de la de los pensadores del paganismo> 6Gr&hier, "istoire de la philosophie, t. :, p. I4(7. n todo caso lo que hubo fue un mero saber pr!ctico sin ning*n $uelo especulati$o. La pretensin de comparar la doctrina cristiana de los primeros tiempos con la filosofa griega" es en opinin de %rhier" decididamente utpica" durante el perodo cristiano no se expone ninguna doctrina coherente # razonada9 AEl cristianismo no se contrapone a la filosofa griega como una doctrina a otra 1> 3(A(D : ,3@E(3" Ente y ser, perspectivas para una filosofa del ser naci!ente, Madrid, Jredos, :41@. $1 Ciado %or A. L.V., en E. Gilson: el espritu de la filosofia medieval, o.c. %. '#. $ctas de la &&&' (esi)n de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, en +ulletin de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, p. ,-. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe doctrina. La forma natural y espontnea del cristianismo no es la ense/an.a didctica y por escrito. En las comunidades cristianas de la edad apostlica, compuestas de artesanos y de gentes humildes, domina la preocupacin de fraternidad y de asistencia mutua, a la espera de una pr+ima consumacin final de las cosas. ,lo escritos de circunstancias, cartas, relatos de la historia de Kes8s, hechos de los apstoles, para afirmar y propagar la fe en el reino de los cielos' ninguna e+posicin doctrinal coherente y ra.onada@ 6p. I2A7. l argumento de %rhier es que no puede haber filosofa all donde ha# alg*n elemento de fe del que se nutra la inteligencia. Si San ,gustn apela a ella # todo su bagaje filosfico no es m!s que la repeticin de las doctrinas de Plotino" # lo que toma del cristianismo est! oscurecido por la irracionalidad del dogma" entonces no puede ser llamado filsofo. ;" en el caso de Hom!s" si slo lo es en cuanto $uel$e la espalda a la .e$elacin para mirar a ,ristteles" tampoco puede dar testimonio de una filosofa cristiana. ; esto es sencillamente" porque" de hecho" la filosofa cristiana no existi9 ALa filosofa cristiana tendra inter&s para los filsofos, si e+istiera' pero la verdad es que no e+iste $...%. La cuestin es si el cristianismo, en cuanto dogma revelado, fue el punto de partida de unai inspiracin filosfica positiva. Este problema, como ha dicho bien Jilson, debe resolverlo la historia $...%. Lo que me impuls a ocuparme de este problema son especialmente las investigaciones que realic& sobre algunas filosofas que coinciden ms o menos con los orgenes del cristianismo. 3onfrontando estas filosofas de la antigLedad pagana con el cristianismo, vi que la filosofa y el cristianismo tratan del mismo tema. El dogma esencial que caracteri.a a la filosofa antigua es el dogma del Merbo, del >logos=, es decir, el dogma de la ra.n $...%, la nocin de lo que hay de racional en las cosas y en el pensamiento humano, de la presencia en las cosas de lo divino o racional. = &ste es el problema filosfico por e+celencia. *hora bien, yo dira que es tambi&n el problema bsico del cristianismo, que se preocup esencialmente de saber qui&n era el intermediario entre )ios y los hombres, entre )ios y el mundo. Eo olvidemos que en el cristianismo est 3risto, y 3risto es esencialmente el Merbo. Nuiero decir que el cristianismo y la filosofa se plantean los mismos problemas $...%. #ero, )utili.an tambi&n el mismo m&todo5 *qu est el problema@ @@ . ;" por supuesto" los mtodos entre los que apelan a la fe # a la razn difieren9 AEl cristianismo, por esencia, es la historia misteriosa de las relaciones de )ios con el hombre' historia misteriosa que slo puede ser revelada. La filosofa, en cambio, es racionalista por esencia, en cuanto que busca la conciencia clara y distinta de la ra.n presente en las cosas y en el universo@ @( . La posicin de %runsch$icg9 Lon %runsch$icg admite la incidencia de la influencia cristiana en la filosofa" pero ello no es suficiente para generar una nue$a doctrina filosfica. n efecto" seg*n este historiador" muchos de los supuestos aportes atribuidos a la re$elacin no son m!s que la repeticin de antiguos mitos presentes en las religiones de gipto # %abilonia. Si ha# alguna presencia de la filosofa entre los pensadores cristianos sta aparece slo en Santo Hom!s" pero porque toma de ,ristteles slo elementos lgicos. 3o puede hablarse de filosofa cristiana porque si el filsofo se deja guiar por alg*n elemento ajeno a razn deja de ser filsofo. ALa fe, en cuanto fe, es simplemente la prefiguracin, el smbolo sensible, la apro+imacin a algo que el esfuer.o propiamente humano sabr iluminar plenamente. ,e comprende entonces que coe+istan la filosofa y el cristianismo sin concluir arbitrariamente que e+iste una filosofa cristiana. ,i se piensa como filsofo, el ad9etivo no afecta en modo alguno al substantivo. #ero si uno es cristiano antes de ser filsofo, entonces $...% la verdad se presupone antes de la investigacin y tal situacin implica una negacin radical y decisiva de la inquietud propiamente filosfica@ @I . ; conclu#e diciendo9 AEse sentido profundo del t&rmino >filosofa cristiana=, en el que el ad9etivo niega radicalmente el substantivo, no de9a de subsistir nada del sentido e+terior y superficial con que se habla de la filosofa cristiana de santo -oms. = tampoco de9a en pie nada del sentido propiamente racional de la filosofa, porque la ra.n anterior al siglo OMPP es una ra.n que no ha llegado a8n a la madure.. En este sentido, las investigaciones de #iaget sobre la representacin del mundo en los ni/os confirman que $...% si )escartes es un hombre y no un ngel, santo -oms es evidentemente un ni/o@ @? . ;" por parte de los filsofos" stos no tardan en concluir que si" de hecho no hubo filosofa cristiana" es porque tal posibilidad es un absurdo. ,s" =euerbach expresa que la filosofa es una ciencia independiente que $$ Acas de la 000. Sesi@n de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, en +ulletin de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, p. .-. $' Acas de la 000. Sesi@n de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, en +ulletin de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, p. .-.. $1 Acas de la 000. Sesi@n de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, en +ulletin de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, p. /.. $6 Acas de la 000. Sesi@n de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, en +ulletin de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, p. /0. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe slo depende de la razn. Por consecuencia tan absurdo es hablar de la filosofa cristiana como de una ciencia cristiana 16 . La defensa de Aaritain La propuesta de Aaritain se funda en la distincin escol!stica entre el ordo e+ercitii !orden del e9ercicio!, # el ordo specificationis !orden de especificacin!. -on lo cual pretende distinguir entre la nocin absoluta de filosofa # la realizacin concreta de la misma. Posicin doctrinalmente fundada en la distincin escol!stica entre naturale.a y estado9 APndico cul es, para m, el principio de la solucin0 es la clsica distincin ente el orden de especificacin y el orden de e9ercicio, y tambi&n entre >naturale.a= y >estado=, y a estos t&rminos me voy a atener. )igo que es preciso distinguir entre la >naturale.a= de la filosofa, lo que &sta es en s misma, y el >estado en que se encuentra de hecho, histricamente, en el su9eto humano, que se refiere a sus condiciones de e+istencia y de e9ercicio en concreto. Es obvio que nuestra distincin presupone que la filosofa tiene una naturale.a, que es en s misma algo determinado= @A . La naturaleza se obtiene por la $a de la abstraccin formal que consiste en la separacin del orden esencial respecto de las condiciones de singularidad" esto es" del sujeto concreto" una cosa es la filosofa en s misma considerada" la cual es" de su#o" ajena al dato de fe" # otra" es el estado en el que de hecho se encuentra esa filosofa" -iertamente" no se puede decir" esto mismo de las ciencias no filosficas" pues" la matem!tica no es griega ni no griega" pero s se puede decir" respecto de las disciplinas de orden sapiencial" como es el caso del saber filosfico" porque en ella pesan los diferentes estados subjeti$os o condiciones existenciales de quien realiza la labor filosfica9 A#odemos considerar as, en s misma, la naturale.a de la filosofa, slo en virtud de una abstraccin. Esta abstraccin no es una falsedad' no es tampoco la abstraccin que los antiguos llamaban >abstractio totalis= !abstraccin del g&nero con respecto a la especie o del todo lgico con respecto a sus partes, abstraccin que es precientfica, como ellos saban muy bien!' es, en cambio, la abstraccin que ellos llamaban >abstractio formalis, abstraccin de la realidad pensable !o del con9unto de los signos formales! con respecto a los su9etos que son sus portadores. Esta >abstractio formalis, seg8n nosotros, est a la base de todo traba9o cientfico' es ella la que permite al matemtico hablar de los >sistemas= y al metafsico hablar de >conciencia= y de >inteligencia=' es la misma que nos permite hoy hablar de >filosofa=. Ella ale9a nuestra mirada de las condiciones e+istenciales para llevarla al orden de la esencialidad' pone ante nuestro pensamiento un >posible=' de9a aparte el estado para considerar la naturale.a. Esta distincin entre >naturale.a= y >estado= no interesa mucho en lo que concierne a las ciencias en el sentido reductivo del t&rmino >ciencia=, quiero decir, en cuanto >ciencia= se distingue de >sabidura= !con esto respondemos a la ob9ecin de Feuerbach evocada antes por Jilson!. En efecto, respecto a la ciencia, el pensamiento humano no conoce estados substancialmente diferentes, sino el estado de incultura y el estado de cultura, y la diversidad de las condiciones histricas slo caracteri.a e+trnseca y accidentalmente al traba9o cientfico' se podr hablar de >matemticas griega=, de la >lgica india=, pero estas denominaciones son siempre materiales. La cosa es distinta en el orden de la sabidura, y yo pienso que la filosofa es una sabidura. = en referencia a la sabidura !que constituye, seg8n el testimonio de *ristteles, un conocimiento ms divino que humano, que poseemos siempre a ttulo precario a causa de la debilidad de nuestra naturale.a!, el su9eto humano conoce estados substancialmente distintos. ,eg8n ,anto -oms de *quino, las substancias se especifican por sus actos, y &stos por sus ob9etos. ,i se desarrolla en nosotros una cierta formacin y organi.acin dinmica del espritu, que se llama filosofa, &sta ser !como toda actividad de conocimiento, de investigacin y de 9uicio! esencialmente relativa a un ob9eto al que ella a9usta la inteligencia, y ser especificada e+clusivamente por este ob9eto. La filosofa se especifica, pues, 8nicamente en funcin del ob9eto0 lo que determina su naturale.a es el ob9eto al que se une por esencia !y en modo alguno el su9eto donde reside!. "ay en la realidad !creada e increada! todo un orden de ob9etos accesibles por s mismos a las fuer.as naturales de la mente humana' si no fuera as, la distincin entre natural y sobrenatural, entre el orden de la naturale.a y el orden de la gracia, sera vana. Beali.ada o no entre los hombres, reali.ada con ms o menos deficiencia e impure.as, la sabidura !ordenada por s misma a la inteleccin de este mundo de ob9etos $" . L 2.U.R!/*3, *e+er Philosophie !nd ,hristent!m in -e.iie/h!n0 a!f den 1e0elschen Philosophie 0emachten Vor2!rf der *nchristlich3eit (1849(, en L 2e+er5ac6 s7mtlic6e 8er9e, ed !olin +n 2r :odl St+tt;art, 19$4, t <II, p "1%1$9, c=r p &'%&# $# Acas de la 000. Sesi@n de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, en +ulletin de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, p. .1. . Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe accesibles naturalmente! posee as su esencia bien delimitada. Es una sabidura natural o racional por s misma@ @2 . :e esta manera la tesis de Aaritain se funda en la distincin entre la filosofa en cuanto tal" esto es" como ejercicio de la razn en busca de la $erdad" o bien" la filosofa en cuanto realizada concretamente por un indi$iduo que" adem!s" cree. ,s" atendiendo al modo de realizacin concreta del filosofar" cabe hablar de filosofa cristiana0 A)ado que no se trata ya de la filosofa en s, sino del modo de filosofar del su9eto humana y de las diversas filosofas elaboradas por el movimiento concreto de la historia, la consideracin del >estado=. )esde la perspectiva del estado 6o condiciones de e9ercicio7, est claro que, para adquirir su pleno desarrollo normal, la filosofa e+ige del individuo muchas rectificaciones y purificaciones, una ascesis no slo de la ra.n, sino tambi&n del cora.n, y que filosofe con toda el alma, como se corre tambi&n con el cora.n y con los pulmones. #ero he aqu lo que constituye, a mi 9uicio, el tema central del desacuerdo 6por lo dems, la discrepancia es inevitable entre cristianos y no cristianos7. Eo es necesario ser cristiano 6aunque el cristiano cono.ca me9or estas cosas, sabiendo que la naturale.a humana est vulnerada7 para estar convencidos de la debilidad de nuestra naturale.a' basta que la sabidura sea difcil para que el error en este campo sea para nosotros lo ms frecuente. #ero el cristiano >cree que la gracia cambia el estado del hombre, elevando su naturale.a al orden sobrenatural y haci&ndole conocer cosas que la ra.n por s sola no puede alcan.ar' cree tambi&n que la ra.n, para conocer sin errores las verdades supremas que le son accesibles naturalmente, tiene necesidad de ser ayudada, bien desde dentro con refuer.os interiores, bien desde fuera con la propuesta de ob9etos, y de hecho tal ayuda ha tomado, ba9o la nueva Ley, un valor institucional que crea un nuevo r&gimen para la inteligencia humana. Este r&gimen afecta directamente a las funciones ms elevadas de la filosofa' estimo, sin embargo, con Jilson que los resultados estn inscriptos en la historia de la filosofa misma. Estimo tambi&n que los criterios puramente racionales permiten emitir sobre estos resultados filosficos un 9uicio de valor@ @4 . La filosofa cristiana" termina diciendo Aaritain" aparece en el estado de realizacin concreta de la labor filosfica" porque no se puede decir que entre los pensadores cristianos no se puede decir que en ellos la filosofa" en su gneris # en su desarrollo" no le deba nada a nadie m!s que a la razn9AMemos aqu que la e+presin >filosofa cristiana= no designa simplemente una esencia, sino un comple9o, es decir, una esencia que se encuentra en un determinado estado' de aqu deriva inevitablemente una cierta imprecisin del t&rmino0 &ste designa, sin embargo algo muy preciso. La filosofa cristiana no es un sistema determinado 6aunque el sistema de santo -oms sea, a mi 9uicio, su e+presin ms completa y ms genuina7' es ms bien la filosofa misma en cuanto que se encuentra en aquellas condiciones de e+istencia y de e9ercicicio absolutamente caractersticas, en las que el cristianismo introdu9o al filsofo $...%. *s enla.amos con las conclusiones de Jilson0 >los dos rdenes $investigacin% racional y Bevelacin% son distintos, aunque la relacin que los une sea intrnseca=. Esta relacin, en efecto, no es accidental, porque resulta de la naturale.a misma de la filosofa, de una parte, y de la naturale.a del cristianismo 6doctrina y vida7, de otra. )eca yo antes que =si la filosofa tomista es filosofa, lo es en cuanto racional y no en cuanto cristiana=' pero esto no equivale a decir que la filosofa, en su g&nesis y en su desarrollo, >no deba nada a nadie, aparte de la ra.n=. Esta segunda afirmacin la niego yo como la niega Jilson. #onendonos en la perspectiva, no de la mera causalidad formal, sino del desarrollo histrico, los tomistas se equivocan al afirmar que >el tomismo debe su naturale.a de aut&ntica filosofa slo a la ra.n=' el tomismo, en realidad, es deudor tambi&n de las ayudas que recibi de *quel que es, como dice *ristteles, el principio de la ra.n, motivo por el cual es superior a la ra.n misma= (; . Los argumentos de Filson Pero antes de concluir el an!lisis se pueden re$isar las premisas. )s realmente cierto que no existi una filosofa cristiana< )Es cierto que la e+presin >filosofa cristiana= es intrnsecamente contradictoria5 La tesis de Filson se dirige en sentido afirmati$o" apo#ado en el testimonio histrico que de hecho existi una positi$a influencia de la re$elacin cristiana sobre la historia de la filosofa" lo cual es prueba de que una filosofa cristiana es posible. Luego" a partir del reconocimiento de la positi$a incidencia de la .e$elacin $iene su reconocimiento en el orden de su legitimidad. $& Acas de la 000. Sesi@n de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, en +ulletin de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, pp. 02304. $! Acas de la 000. Sesi@n de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, en +ulletin de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, pp. 0-305. '7 Acas de la 000. Sesi@n de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, en +ulletin de la (ociet! Fran*aise de Philosophie, pp. 0/306. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe Pero" para lograr este propsito es necesario reconsiderar la $alidez de la premisa racionalista" conforme a la cual" histricamente no hubo filosofa cristiana. :e tener en cuenta las apreciaciones de %rhier" secundado por JarnacI" se8ala que no hubo la menor influencia especulati$o del cristianismo en los primeros cinco siglos del cristianismo. , lo sumo ha habido un pensamiento puramente pr!ctico.Pero" a la $ista de otras e$idencias" seg*n Filson" en los historiadores racionalistas ha# una equi$ocada interpretacin de los hechos. n principio porque no se puede hablar de pensamiento pr!ctico sin suponer alg*n pensamiento especulati$o que de alguna manera lo sustente. ; en segundo lugar" porque" si bien debe reconocerse que los contenidos bblicos" de su#o" no encierran ning*n contenido de orden filosfico" esto no autoriza a negar que sta ha#a influido de alguna manera sobre el pensamiento filosfico. Pues si bien la razn no es cristiana" s puede haber un ejercicio cristiano de la razn. Luego" si se admite la posibilidad real de alguna influencia del dato re$elado sobre el saber filosfico" se alentara la posibilidad de una filosofa cristiana #a que no podra ser tomada como una expresin contradictoria" #" por lo mismo" tendra cierta legitimidad filosfica. La posibilidad de la filosofa cristiana Si los racionalistas niegan la posibilidad de la filosofa cristiana en razn de la inexistencia del contenido especulati$o del pensamiento cristiano" Filson muestra que si hubo real incidencia de la re$elacin sobre el curso de la historia de la filosofa entonces la posibilidad se funda en el hecho mismo de la filosofa cristiana. Ja# filosofa cristiana porque" de hecho" el dato de la re$elacin" se hace implcitamente presente en algunos desarrollos filosficos. Luego" aunque la fe es distinta de la razn" la inspira. n opinin de Filson" de hecho no existi un cristianismo pr!ctico ajeno a toda especulacin" pues" aunque sta no estaba explcita" porque no es un saber filosfico" s lo estaba implcitamente" #" por lo mismo" puede a#udar a generar o desarrollar un pensamiento filosfico. n efecto" debe reconocerse la riqueza conceptual del prlogo al $angelio de San /uan" la doctrina teolgica presente en los Sinpticos -:ios pro$idente" resurreccin a la $ida eterna-? o las nociones bblicas de creacin" o la doctrina paulina de la gracia. 3o hace falta que sta suponga un contenido filosfico para pensar que pudo haber tenido una positi$a influencia sobre la e$olucin de la historia de la filosofa. Eo hay ra.n cristiana pero puede haber un e9ercicio cristiano de la ra.n. ; esto puede ocurrir cuando la razn se inspira en el dato de fe para analizar nue$as perspecti$as que la filosofa no haba descubierto a*n. ; de hecho esto es lo que ocurri" si se quieren entender algunos rasgos de la filosofa moderna. A)Nu& se pretende decir al afirmar que el 3ristianismo no es nada >especulativo= cuando se le considera en sus comien.os5 ,i con ello se entiende que el 3ristianismo no es una filosofa, nada es ms evidente' pero si se quiere sostener que, aun en el terreno propiamente religioso, el 3ristianismo no comportaba ning8n elemento >especulativo y se limitaba a un esfuer.o de ayuda mutua, a la ve. espiritual y material, en las comunidades, qui. sea ir ms all de cuanto la observacin histrica permite afirmar. ) )nde hallaramos ese 3ristianismo prctico a9eno a toda especulacin5 #ara encontrarlo deberamos ir ms all de ,an Kustino y eliminar de la literatura cristiana primitiva bastantes pginas de los #adres *postlicos, suprimir la : epstola de ,an Kuan con toda la mstica especulativa de la Edad Media, cuyos principios asienta' desechar la predicacin paulina de la gracia, de la que pronto nacer el agustinismo' suprimir el evangelio de ,an Kuan, con la doctrina del Merbo contenida en el #rlogo' sera menester remontarse ms all de los ,inpticos, y negar que el propio Kes8s ense/ la doctrina del #adre 3elestial, predic la fe en un )ios providencia, anunci a los hombres la vida eterna en el Beino que no tendr fin' habra que olvidar sobre todo que el 3ristianismo primitivo estaba tanto ms estrechamente unido al 9udasmo cuanto ms primitivo era. *hora bien0 la Giblia contena una multitud de nociones sobre )ios y el gobierno divino, que, sin tener carcter propiamente filosfico, slo esperaban un terreno propicio para enunciarse e+plcitamente en consecuencias filosficas. El hecho de que no haya filosofa en la Escritura no autori.a, pues, a sostener que &sta no puede haber e9ercido ninguna influencia en la evolucin de la filosofa. #ara que la posibilidad de seme9ante influencia fuera concebible, basta con que la vida cristiana haya contenido desde sus orgenes tantos elementos especulativos como elementos prcticos, aun cuando esos elementos especulativos slo fuesen tales en un sentido propiamente religioso@ (: . En ejemplo de esta incidencia de la fe sobre la razn aparece en San ,gustn9 A-anto la filosofa de ,an *gustn como la de santo -oms son filosofa de lo concreto, pero su actitud frente a lo concreto no es id&ntica. ,an *gustn busca siempre nociones capaces de abarcarlo totalmente en su comple9idad' santo -oms, busca siempre nociones capaces de definir los elementos que lo constituyen. En otros t&rminos, el uno '1 G.LS5N, E. El espritu de la filosofa medieval. Madrid, R.AL/, 1!&1, %. $73$1. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe e+presa lo concreto, y el otro lo anali.a. Este es el motivo de que la nocin de filosofa cristiana no ofre.ca dificultades especiales a la mente de un agustiniano. Cste sabe que la fe es una cosa y la ra.n otra' pero sabe tambi&n que la fe de un hombre y la ra.n de este mismo hombre no son dos accidentes desligados de una misma substancia. Lo real es, a su 9uicio, el hombre mismo, unidad profunda que no se puede dividir en elementos que se yu+taponen como pie.as de un mosaico $...%. ,i un cristiano hace filosofa y se e+presa realmente en su filosofa, &sta no podr menos de ser una filosofa cristiana, una filosofa que ser necesariamente cristiana y necesariamente filosfica, sin posibilidad de subdividirla en elementos que, tomados aisladamente, implicaran la negacin del todo@6p.I?7. Para $erificar su hiptesis de trabajo Filson analiza concretamente los casos de :escartes" Aalebranche # Leibniz" tres incuestionables pensadores modernos. l caso de .enato :escartes &4026-460>) Si se lee a un filsofo moderno por excelencia como :escartes pronto se echar! de $er que el ttulo completo de sus Meditaciones es Meditaciones acerca de la metafsica donde la e+istencia de )ios y la distincin real entre el alma y el cuerpo del hombre. Lo que significa ordenar la in$estigacin en torno a la demostracin de la existencia de :ios # del alma" temas stos que son inspirados por la lectura de las scritu- ras. J aqui un texto que podra ser confundido con los de cualquier apologista de los primeros siglos del cris- tianismo9>,iempre he considerado que estas dos cuestiones de )ios y del alma eran las que principalmente deben ser demostradas por las ra.ones de la Filosofa antes que por las de la -eologa0 pues, aun cuando nos baste a nosotros los fieles creer por fe que e+iste un )ios y que el alma humana no muere con el cuerpo, no parece ciertamente posible que los infieles puedan ser 9ams convencidos de alguna religin, ni incluso de alguna virtud moral, si no se les prueba primero estas dos cosas por la ra.n natural> (@ . ; un poco m!s adelante conclu#e diciendo9 >3orresponde a vosotros 9u.gar ahora del fruto que provendr de esta creencia una ve. bien establecida, $...%0 pero no me correspondera recomendar la causa de )ios y de la Beligin a quienes han constituido siempre sus ms firmes columnas> (( .. 3o ha# dificultad en ad$ertir que su tratamiento de la libertad humana no est! del todo des$inculada de la problem!tica que los medie$ales se hacan de la relacin entre la gracia # el libre albedro" puesto que no fue ste un punto de particular inters para el pensamiento antiguo. Precisamente" San ,gustn" uno de los doctores de la (glesia que fue m!s conocido en el campo de la filosofa" escribe una obra titulada )e libero arbitrio" donde" contra la opinin de los maniqueos" defiende la autodeterminacin de la persona humana. Dtro de los ejes de la especulacin cartesiana se apo#a en el concepto cristiano de un :ios -reador # omnipotente" un concepto de :ios que slo se afirma en el marco de la re$elacin bblica. >Ga9o el nombre de )ios entiendo una substancia infinita, eterna, inmutable, independiente, omnisciente, todopoderosa, y por la cual yo mismo y todas las dems cosas que e+isten 6si es verdad que e+isten7 han sido creadas y producidas> (I . Luego" no se puede decir que su pensamiento no est positi$amente influido por la impronta del dato de fe. Aalebranche &467G-4B40) Se8ala Filson que" si se lee a uno de los m!s importantes discpulos de :escartes como 3icol!s Aalebranche" se obser$ar! tambin su dependencia del pensamiento cristiano. s l quien elabora una doctrina de la indemostrabilidad de la existencia del mundo exterior # la $isin de :ios que influ#e sobre el idealismo de %erIele# &esse est percipi7. Su ocasionalismo" -seg*n el cual se busca un intermediario di$ino para explicar la relacin entre la mente # el cuerpo" de suerte que" cada $ez que se produce un mo$imiento en el alma :ios inter$iene para producir el mo$imiento correspondiente en el cuerpo # $ice$ersa-" incide sobre el pensamiento de Jume" por lo que su lugar entre los pensadores modernos est! fuera de toda duda. Luego" si l crea en la existencia del mundo lo era slo por la fe. Pero es l mismo Aalebranche quien se declara discpulo de ,gustn tanto como lo es de :escartes. ; si el tomismo tiene alg*n defecto" seg*n ste autor" ste no consiste en tener en cuenta los datos de la fe" sino el de no haberlo hecho m!s intensamente. Porque la $erdadera filosofa no debe considerar tanto el orden natural como la exaltacin # glorificacin de :ios. >Ke ne mQetonne pas que le commun des homm es, ou que les #hilosophes #aRens ne considerS dans lQTme, que son rapport et son union avec le corps, sans y reconnaUtre le rapport et lQunion quQella a avec )ieu' mais 9e suis surpris que des '$ . R -.S*/R0.S, *arta a los se>ores decanos ? doctores de %la Sa;rada 2ac+ltad de 0eolo;@a de Aar@s, /0,IB," Ini% tio '' . R -.S*/R0.S, i5idem, in =ine '1 . R -.S*/R0.S, Meditaciones metafsicas, Meditacin tercera, #T, 4(/45. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe #hilosophes 3hr&tiens, qui doivent pr&f&rer lQesprit de )ieu V lQesprit humain, MoRse V *ristote, ,. *ugustin V quelque mis&rable commentateur dQun #hilosophe #aRen, regardent plutot lQTme comme la forme du corps, que comme faite V lQimage et pour lQimage de )ieu' cQest!V!dire, selon ,. *ugustin, pour la v&rit& V laquelle seule elle est immediatament uni&> (? . Luego" en su opinin" el $alor filosfico de una doctrina depende de su contenido religioso" antes que racional. .eprocha a los tomistas que hablen de la apelacin del alma al conocimiento sensible # a las formas substanciales para explicar el conocimiento # las acti$idades humanas" # no apelando exclusi$amente a la accin di$ina. :e este modo la $isin en :ios # el ocasionalismo aparecen como ejes de su filosofa cu#o punto de apo#o es la omnipotencia di$ina. Luego" el lector que busca en el Aalebranche a un filsofo que slo se apo#a en la razn" terminar! por creer lo contrario. Fodofredo Fuillermo Leibniz &4656-4B46) Hampoco se podr! dudar del importante influjo que ejerci la lectura de la %iblia sobre autores tan conocidos como Pascal # aun el mismo Leibniz. Mste *ltimo no duda en concluir su )iscurso de metafsica con estas palabras9 OLos antiguos filsofos conocieron muy poco esas verdades importantes0 slo Kesucristo las e+pres divinamente bien, y de manera tan clara y familiar, que los espritus ms toscos las concibieron' por eso, su evangelio cambi enteramente la fa. de las cosas humanas>. Luego" quien lea este pasaje terminar! por entender que la mejor escuela de filosofa se halla en las ense8anzas e$anglicas. K-mo se debe entender todo esto< , la luz de los antecedentes supra mencionados surge una primera conclusi con arreglo a la cual no es e$idente que los pensadores filosficos no ha#an recibido la influencia de la fe cristiana # que sta no ha#a incidido de alguna manera sobre su modo de pensar filosfico. Las conclusiones de Filson son rotundas9 l concepto de un :ios que crea el uni$erso e+ nihilo # lo conser$a en el ser no es precisamente un aporte del pensamiento griego.@"ay pues ra.ones histricas para poner en duda la separacin radical de la filosofa y de la religin en los siglos posteriores a la Edad Media' en todo caso, es muy 9usto preguntarse si la metafsica clsica no se ha nutrido de la substancia de la revelacin cristiana mucho ms precisamente de lo que se dice@ (1 . ; si la influencia de la .e$elacin influ# positi$amente sobre la doctrina de pensadores sobre los cuales se apo#a buena parte de un pensamiento tan incuestionablemente admitido como filosfico" entonces" de hecho" histricamente existi una filosofa cristia- na. Pues" si el pensamiento de los autores mencionados es admitido incuestionablemente como filosfico" entonces )por qu no suponer que la expresin filosofa cristiana" lejos de ser una total absurdidad tiene alg*n sentido< Pero esto lle$a a la dilucidacin de la segunda cuestin propuesta" a saber" legitimidad de dicha expresin. )s posible admitir la expresin filosofa cristiana como filosficamente $!lida< ,cerca de la legitimidad de la expresin >filosofa cristiana= ,qu la cuestin radica en determinar si puede el cristianismo traer m!s $erdad racional que la que proporciona la propia filosofa. Lo que lle$a a preguntar por las razones por las que los filsofos se con$irtieron al cristianismo. @uiz! el primer testimonio de esta con$ersin est dado por el el sentir de los primeros cristianos" entre ellos" el mismo San Pablo" a la luz de un nue$o concepto de sabidura fundado en la fe9 >#orque est escrito0 destruir& la sabidura de los sabios y reprobar& la prudencia de los prudentes. ))nde est el sabio5 ))nde est el prudente5 ))nde est el filsofo del siglo5 ) *caso )ios no ha vuelto necedad la sabidura de este mundo5 #ues, ya que el mundo no ha sabido, por la sabiduria, conocer a )ios en la sabidura de )ios, plugo a )ios salvar a los que creen por la locura de la predicacin. Los 9udos piden milagros y los griegos piden sabidura' nosotros, al contrario, predicamos al 3risto crucificado, escndalo para los 9udos, locura para los gentiles' mas para los que son llamados, sea de entre los 9udos, sea de entre los gentiles, el 3risto es el poder de )ios y la sabidura de )ios, porque la locura de )ios es ms sabia que la sabidura de los hombres y la debilidad de )ios ms fuerte que la fuer.a de los hombres> 6P, 3or :,:4!@?7. '6 . N Male5ranc6e, La rec6erc6e de la verit1, Ar1=aceC DNo me sorprendo de E+e el comFnde los 6om5res ? de los =ilso=os pa;anos no consideren al alma m)s E+e en s+ relacin ? s+ +nin con el c+erpoG pero s@ lo esto? de E+e los 2ilso=os *ristianos, E+e de5en pre=erir el esp@rit+ de -ios al 6+mano, Mois1s a /ristteles, San /;+st@n a c+alE+ier misera5le *omentador de +n 2ilso=o Aa;ano, miren m)s al alma como la =orma del c+erpo, E+e como 6ec6a a la ima;en ? por la ima;en de -iosG es decir, se;Fn San /;+st@n, por la verdad a la c+al slo ella est) intimamente +nidaD. '" Gilson, op. cit. , p. -.. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe Seg*n el ,pstol de los Fentiles" el cristianismo no es una filosofa sino una religin" pero" de hecho" quien la posee se puede dispensar de aqulla. ,l menos esto es lo que parece indicar el texto precedente. Pero" esto no debe entenderse en el sentido de que la fe no implique una sabidura como la filosofa" sino que explcitamente se sostiene que con el cristianismo aparece la $erdadera sabidura. Lo que equi$ale a decir que de alguna manera todo el contenido de la filosofa est! implcito en el de la fe. ; si esto es as se puede hablar legtimamente de una filosofa cristiana" #" consecuentemente" de una filosofa medie$al. -iertamente el punto es determinar si" de hecho" el dato re$elado influ# positi$amente sobre el pensamiento filosfico. Filson presente una cantidad de e$idencias en fa$or de esta posibilidad9 para lo cual presenta el testimonio de algunos filsofos que buscan expresamente la a#uda del dato re$elado. s el caso de /ustino" San ,nselmo" San ,gustn" # terminando con el propio Santo Hom!s de ,quino. La experiencia de /ustino aparece en su clebre di!logo con Hrifn donde no duda en ensalzar las $irtudes de la fe cristiana por encima de la filosofa. n ella se $e la actitud de un filsofo frente al dato .e$elado9O"ubo en tiempos remotos y ms antiguos que todos esos supuestos filsofos, hombres felices, 9ustos y queridos de )ios, que hablaban por el Espritu ,anto y daban sobre lo porvenir orculos que ahora se han cumplido0 se les llama profetas $...%. ,us escritos subsisten a8n hoy, y quienes los leen pueden, si tienen fe en ellos, sacar toda clase de provechos, tanto sobre los principios como sobre el fin, acerca de todo lo que debe conocer el filsofo. Eo han hablado por medio de demostraciones' por encima de toda demostracin eran los dignos testigos de la verdad. $...%. Befle+ionando a solas en esas palabras, encontr& que esa filosofa era la 8nica segura y provechosa. "e aqu cmo y por qu& soy filosfo> (A . :e aqu surge la razn de la con$ersin de los filsofos9 encuentra en la fe un camino seguro hacia la $erdad. so no significa que la adhesin al dato re$elado implique la descalificacin del conocimiento natural. Los pensadores cristianos" de hecho" admitieron el $alor de la especulacin griega. Por un tiempo Haciano logr imponer la idea de que las $erdades de los pensadores antiguos debieron ser tomadas de alguna manera del dato re$elado. Pero la falta de e$idencias de ese supuesto prstamo intelectual dio lugar a otra explicacin al $alor del conocimiento natural. l hecho mismo de que San Pablo lo reconociese en .omanos 4" 42-1>" es un argumento a fa$or de tal $alor gnoseolgico. Luego" es posible un conocimiento natural de :ios" la contemplacin del orden sensible permite $islumbrar la grandeza de su ,utor. Pero" ese conocimiento se funda" seg*n /ustino" en una re$elacin natural" conforme a la cual toda $erdad que se ha dicho es cristiana 7G . Pero" en rigor" si se debe reconocer que los griegos por s mismos alcanzan la $erdad" debe pensarse que la con$ersin de los filsofos griegos al cristianismo obedece a algo m!s que al conocimiento de la $erdad" al hecho de que la fe" aunque no suplanta" s perfecciona el conocimiento natural. ; lo hace de dos maneras9 La primera porque da lugar a un mtodo eficaz de sal$acin. En testigo de esto es San ,gustn cuando sostiene que slo por la gracia el hombre puede hacer lo que debe. Pero debe recordarse que ,gustn acude a las escrituras desde fuera, desde la perspecti$a de la razn filosfica. ,quella que le fue suministrada primero por los maniqueos" # luego por -icern # Plotino. Pero es en las scrituras donde el :octor de Jipona encuentra sosiego a su b*squeda de la $erdad9 A*s mientras la buscaba en vano por la ra.n, la sabidura estaba all, esperndolo, y se ofreca a &l por la fe. *quellas verdades vacilantes, que la especulacin griega reservaba a un reducido grupo de espritus selectos, estaban por anticipado reunidas, purificadas, fundadas, completadas por una revelacin que las pone al alcance de todos los hombres@ (4 . :e resultas" l era perfectamente consciente de que sin la gracia se puede conocer el bien" pero no se lo puede poner en obra" a menos que sobre l obre la gracia9 >#ues la ley del Espritu de vida en Kesucristo me ha librado de la ley del pecado y de la muerte>. La segunda razn estriba en que la fe pone el hombre por encima de las contradicciones de los filsofos. sto se $e claro en /ustino" ,rnobio # Lactancio. ; es Lactancio quien expresa mejor este argumento. l *nico modo de poder superar las contradicciones de los filsofos" sin confundir la $erdad con el error" es a la luz del conocimiento de antemano de la $erdad" lo cual slo es posible por la fe. Porque el m!s indicado para ense8ar sobre las cosas del mundo" es precisamente :ios porque fue Ml quien lo hizo9 >,olus potest scire qui fecit>. '# . :US0INO, i6lo0o con Trifn, &&,5. '& )2ST.N5, $polo"a '', $polo"pia cp 42. /aris, /idard, 17!71 %g 1"! E c% 1' %g 1##31#!. '! G.LS5N, E. El espritu de la filosofa medieval. Madrid, R.AL/, 1!&1, %. '#. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe ,gustn tambin afirma el alto $alor especulati$o del cristianismo. scribe una obra titulada )e utilitate credendi. ; ello se debe principalmente a que el cristianismo tiene el mrito de recoger de un modo perfecto # sin error" mucho m!s f!cil de lo que todos los filsofos podran conseguir" # con la $entaja de hacer accesibles estos conocimientos a todas las inteligencias. Ena prueba de esta sobreele$acin del conocimiento racional como consecuencia del influjo del dato de fe" aparece en San ,nselmo. sto se manifiesta en el ttulo original de sus dos obras m!s conocidas. l Monologium, lle$aba por ttulo original Meditacin sobre la racionalidad de la fe? # el #roslogium, Fna fe que busca la inteligencia. ; no es que renuncie al orden de la razn. Sino que est! con$encido de que para alcanzar el ma#or grado de inteligibilidad de algo debe escrutar la racionalidad de la fe. Porque es necesario creer para comprender9 nisi credideritis non intelligetis. Hodos ellos creen que las $erdades de fe pueden moti$ar" buscar nue$os temas planteos # soluciones de orden estrictamente filosfico. n consecuencia" la filosofa cristiana es tambin posible como nocin. ,s dice Filson en El espritu de la filosofa medieval9 OLlamo filosofa cristiana, a toda filosofa que, aun cuando haga la distincin formal de los dos rdenes, considera la revelacin cristiana como un au+iliar indispensable de la ra.n> I; . l contenido de esta filosofa est! dado por el c*mulo de $erdades que la razn ha podido alcanzar con la a#uda de la re$elacin. ;" a modo de prueba de la influencia positi$a que juega el dato de la .e$elacin sobre la doctrina filosfica de los pensadores" Filson se8ala que la comprensin de la doctrina tomasiana de la contingencia del ente no puede entenderse sin considerar la noticia re$elada del Ser necesario9 >,ed contra est quod dicitur e+odi, (,:I, e+ persona )ei0 ego sum qui sum> I: . ; este dato es la $erdadera cla$e de b$eda para entender el pensamiento de todos los pensadores cristianos. Por cierto" no se discute que la filosofa en cuanto tal no puede ser cristiana. La filosofia en s misma slo es filosofa. Pero atendiendo a la incidencia que puede tener la fe como principio regulador extrnseco. n este sentido los rasgos de una filosofa cristiana son los siguientes9 4. han sido influidas por la re$elacin determinando su objeto9 en cuanto consideran de modo particular la realidad di$ina # el alma. n este sentido San ,gustn es un ejemplo9 nouerim me, nouerim te I@ . 1. Dtro rasgo es que la re$elacin" al elegir" de modo particular como objeto al hombre en relacin con :ios" le permite darle a la filosofa un cierto acabamiento" porque tiene un punto de referencia que le da orden # unidad a su saber. 7. La fe le permite dar luz a las contradicciones # dudas que se $an presentando por la debilidad de la razn. -onclusin. La posibilidad # legitimidad de la filosofa cristiana se afirma en razn de dos causas principales. Porque" de hecho" durante el perodo escol!stico hubo especulacin propiamente filosfica" en el sentido griego de la palabra filosofa. ; en segundo" lugar porque aun cuando su aporte principal fue de orden teolgico" el dato de fe no slo no obstaculiza la e$idencia racional sino que la alienta m!s. Jistricamente se puede decir que hubo filosofa medie$al no slo porque sta tiene sus fuentes en la filosofa griega" sino tambin porque permite comprender el derrotero seguido por la filosofa moderna. Dtra razn de la existencia de la filosofia medie$al lo da el hecho de la posibilidad # legitimidad de la $inculacin de la razn # la fe en la llamada filosofa cristiana. sta es posible porque histricamente se puede demostrar la influencia del cristianismo sobre importantes autores modernos como :escartes" Aalebranche o Leibniz. ; es legtima" porque" aunque el dato de fe no constitu#e una e$idencia intrnseca" s sir$e como estmulo a la razn para encontrar una mejor solucin desde el punto de $ista racional. 7. Los aportes esenciales de la filosofa medie$al Ena de las e$idencias de que durante el perodo medie$al se ha hecho filosofa lo constitu#e el simple hecho de que" cuando los autores modernos pretenden retornar a la filosofa griega" ni terminan de $ol$er del todo a ella" ni terminan de separarse del todo tampoco de todo lo que haban aprendido de los pensadores medie$ales" esto es" no $ol$ieron un!nimemente a los mitos griegos" ni abandonaron los conceptos de origen cristiano como los de creacin" persona" libertad. Para comprender mejor este punto habr! que recordar que el pensamiento griego" si bien ha buscado hacer filosofa a la luz de la sola razn" no ha dejado de arrastrar consigo una cantidad de elementos" no precisamente racionales que ha debido heredar la pesada carga de una 5> . GILSON, , 7l esprit! de la filosofia medieval, Madrid, 8ialp, 19$1, p. '1. 54 . HDAPS : ,@E(3D" ("1"79 OPero contra esta opinin aparece en el libro de xodo :ios dice de s mismo9 O;o so# el que so#O. 1$ AG2STFN, (olilo7uiorum -, 4, 4. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe cantidad de mitos antiqusimos # de los cuales no se desprendi jam!s" que desdicen la supuesta pura racionalidad del pensar griego. La presencia de elementos irracionales en el pensamiento griego se manifiesta #a en los orgenes mismos del pensamiento griego. -uando los griegos elaboraron el concepto de WXYZ[, le dieron un doble contenido" uno estrictamente racional donde la WXYZ[ se entiende como presencia que se autosostiene" de ser eterno &Parmnides)" pero junto con esta idea de eternidad" al modo de caballo de Hro#a" tambin irrumpieron otros contenidos de orden prefilosfico como las ideas del eterno retorno" el destino ineluctable" # la necesidad uni$ersal. )-u!l es el origen de estos extra8os contenidos doctrinales< -iertamente" no la razn" porque careca de toda e$idencia respecto a ellos" entonces ha# que mirar a los antiguos mitos que se hacen presentes en la cultura griega. Sostiene -aturelli" luego de coincidir con algunas de las conclusiones de Hresmontant 57 respecto a la presencia los contenidos mticos en la filosofa griega. A* la antiqusima 6incluso pre!hel&nica7 idea del eterno retorno se liga internamente la idea del ser eterno, inmanente, monista, directamente heredado del pensamiento griego en la forma principalmente, del ser parmendeo y, como es lgico, las ideas del ineluctable destino y de la necesidad universal, para poner los e9emplos ms comunes. $...% = precisamente estos supuestos del pensamiento griego, no son estrictamente >racionales= con la racionalidad que hubiese deseado un "egel, pues 9ams los griegos los pusieron en duda no los sometieron por consiguiente, a crtica alguna@ II . sto es lo que explica que" cuando tiempo despus" a tra$s del cristianismo" irrumpiese en el espacio cultural la idea hebrea de creacin" del todo ajena a la afirmacin de un eterno retorno" estos mitos se pusieron en e$idencia. La idea de creacin que aparece #a claramente en el primer libro del Pentateuco" se explicita con meridiana precisin en el segundo libro de los Aacabeos cuando dice9 ABu&gote hi9o mo, que mires al cielo y a la tierra, y veas todo lo que contiene, y entiendas que de la nada lo hi.o )ios y todo el humano lina9e ha venido as a la e+istencia@ 6PP Macab. B" 1G). =ue labor del pensamiento cristiano posterior" establecer las deri$aciones que tal nocin de creacin implicaba en el terreno filosfico9 afirmacin de un orden trascendente que funda # sostiene el orden finito del uni$erso" e iniciar un proceso de demitificacin del pensamiento griego. Pero esto se hizo gradualmente. La sistematizacin de la nocin cristiana de creatio" exigi precisar la idea de la negacin de un principio material para explicar la creacin" por ello se acu8a la expresin creatio e+ nihilo. -on la cual no se quiere dar a la expresin nada" un sentido positi$o en modo alguno. La nada" propiamente no es un principio ontolgico positi$o. :e ah las no pocas dificultades de ,gustn para explicar la creacin. 3onfesiones 47" B" B9 AE+istas -8 y otra cosa, de donde hiciste el cielo y la tierra, dos criaturas, la una cercana a t, la otra cercana a la nada' la una, que no tiene ms superior que -8, la otra que no tiene nada inferior a ella@. Pero con esto" aunque la expresin AE+istia tu y otra cosa@" parecen indicar lo contrario" ,gustn no quera decir que :ios exista junto a la nada" sino algo as como la ausencia del ser" porque cuando habla de las criaturas #a no est! hablando de principios preexistentes" sino de efectos" el cielo # la tierra" el primero" que slo tiene a :ios por encima" el segundo" que no tiene a nada por debajo. Luego" la nada es simplemente lo que no es. -on Sto. Hom!s la idea de creacin alcanza un grado de precisin metafsica. La creacin supone la produccin de todo el ente9 totius entis0 Aemanatio totius esse $...% e+ non ente quod est nihil@ &,. -h. 4" 50" 4). :e donde la expresin e+ de la expresin e+ nihilo, no alude en modo alguna a una causalidad material esto es" para indicar aquello de donde todas las cosas han sido hechas" sino solamente" un orden de sucesin del no ser al ser" &4" 50" 4" ad 7). :e ah" la distincin fundamental entre la creatura que slo participa del ser # :ios que lo posee por esencia. Si el ente no es el ser" sino que slo participa de l" entonces no tiene ser desde siempre sino que lo recibe -esse receptum!" porque es causado &4" 55" 4" 4m). Luego" debe ser creado" # en todo su ser9 creare est ... producere esse rerum@ &4" 50" 6c). Podr! comprenderse" a la luz de este elaboracin de la idea de creacin que con ella el pensamiento filosfico debi repensar las ideas de :ios" mundo # hombre con un contenido mu# distinto al que fueron pensadas por la filosofa helena. : e ah que no fuera extra8o que" junto a esta nocin de creacin aparecieran otras nociones que tu$ieron un incalculable $alor en el campo de la filosofa occidental. ,lgunos de estos conceptos son se8alados por -aturelli 50 " a) el concepto de :ios como *nico" trascendente # personal? b) la 1' TRESM5NTANT, C., Estudios de metafsiica bblica *ers. cas. Madrid, Gredos, 1!"1. 11 CAT2RELL., A. a Filosofa Medieval, 2ni*ersidad Nacional de C@rdoba, 1!#$, %. 1#. 16 CAT2RELL., A. a Filosofa Medieval, 2ni*ersidad Nacional de C@rdoba, 1!#$, %. $63$! Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe afirmacin del ser que permite elaborar la distincin entre contingencia # necesidad? c) la afirmacin del hombre como persona? d) la reconceptualizacin del tiempo? e) la afirmacin de un sentido preciso de historia # libertad? f) la afirmacin de una doctrina realista del conocimiento humano? g) la afirmacin de :ios como *ltimo fundamento del orden del obrar humano. n lo que sigue se tratar! de explicitar el sentido de cada uno de estos aportes. a) l concepto de :ios *nico" trascendente # personal. 3ormalmente cuando se habla de :ios en la perspecti$a del pensamiento griego" se piensa en el politesmo" # en esto no se equi$ocan" del todo" pues aunque ha# en ellos importantes elementos para alcanzar el concepto de unicidad de :ios" lo cierto es que no terminaron de lograrlo. Ena prueba de esto reside en que ,ristteles" luego de elaborar su doctrina del acto puro # del primer motor inm$il" no deja de suponer la existencia de los dioses. :ice /aeger en su obra La teologa de los primeros filsofos griegos que Aen un pasa9e del libro OPP de la Metafsica, donde despu&s de desarrollar su propia teora del motor inmvil del universo y de los motores de las esferas, retrocede *ristteles hasta la antigua concepcin religiosa de los dioses que estn en el cielo@ I1 . ; as mientras por una parte descubre la necesidad de la unicidad del primer motor inm$il" por la otra sigue arrastrando su creencia en la existencia de muchos dioses9 A#or consiguiente, el primer Motor, que es inmvil, es uno en enunciado y en n8mero. = tambi&n es uno lo movido siempre y continuamente. #or tanto, uno slo en el cielo. "a sido transmitida por los antiguos y muy remotos, en forma de mito, una tradicin para los posteriores seg8n la cual estos seres son dioses y lo divino abarca la Eaturale.a entera@ 6Metaf. +((" G? 4>B5" a70-4>B5b 4). Si se analizan estas palabras escritas por quien expresa lo mejor de la filosofa griega" se ad$ertir! que aunque el stagirita especulati$amente alcanzo a comprender la necesidad de la unicidad de :ios" no por ello dej de sentir el peso de una tradicin dominante de la cual no se pudo desprender. Seg*n /aeguer" esa tradicin" transmitida por los antiguos # mu# remotos -\v ]^_`av b_ c_dc_e`oav! eran las mismas palabras con las que ,ristteles se refiere a las teologas mticas de Jomero" Jesodo" =ercides # otros@ 5B . ; si se atiende a este modo de hablar pronto se echar! de $er que" adem!s de la unicidad tambin falta en esta perspecti$a mtica de :ios" un sentido de trascendencia # de persona. Si lo di$ino lo abarca todo" no ha# lugar a pensar en un :ios que est! m!s all! de toda finitud" # mucho menos en un sujeto de naturaleza racional. l aporte que en este sentido efect*a la filosofa medie$al es sorprendente. 3o solo afirma la trascendencia di$ina" sal$aguardada en la doctrina de la creatio e+ nihilo !superius quia ipsa fecit me I2 , -sino que adem!s" sostiene con no menor $igor su presencia en el seno de cada criatura9 >-u autem erat interior intimo meo et superior summo meo> I4 , # esto *ltimo" seg*n una triple presencialidad de :ios en todas # cada una de sus criaturas" esto es" en cuanto que todas las cosas le est!n sometidas" las conoce # las act*a9 A,i ergo, est in omnibus per potentiam, in quantum omnia eius potestarti subduntur. Est per prsentiam in omnibus, in quantum omnia nuda sunt et aperta oculus eius. Est in omnibus per essentiam, in quantum adest omnibus ut causa essendi@ ?; . =inalmente" a estos atributos de unicidad" trascendencia e inmanencia" propios de la naturaleza di$ina" cabe agregar el sentido personal en que aqulla es concebida. @uiz!s sea ste el aspecto m!s no$edoso en relacin con la filosofa griega" pero no lo es a la luz de la tradicin hebrea para quien :ios" se presenta ante todo como una persona. s Ml quien crea conforme a su sabidura # $oluntad. s Ml quien marca al hombre con su sello # le confa sus propsitos. s Ml quien exige al hombre una respuesta # aunque se sienta defraudado por el hombre no deja de ir hacia Ml para $ol$er a confiar. esperar s l quien habla al hombre # concierta con Ml una doble ,lianza. Por eso se hace hombre. ; da la $ida por todos los hombres. Si" el :ios de los cristianos" no puede ser sino personal. ,s lo entendi el obispo de Jipona" AEon enim aliud est )eo esse, aliud persona essd, sed omnino idem@ ?: , as lo entendi tambin el :octor ,nglico9 A#ersona significat id quod est perfectissimum in tota natura, scilicet subsistens in rationali natura. Fnde, cum omne illud quod est perfectionis, )eo sit attribuendum, eo quo eius esssentia continet in se omnem perfectionem' conueniens est ut 1" )AEG2ER, G. a teolo"a de los primeros fil)sofos, MeCico HCE, 1!1# %. 11. 1# )AEG2ER, G. a teolo"a de los primeros fil)sofos, MeCico HCE, 1!1# %. 1!6, n. 1!. 1& SAN AG2STFN, Confessiones #, 17, 1". 1! SAN AG2ST.N, ,onfessiones, 4, ,, 119 :T! esta+as dentro de mi, m6s interior ;!e lo m6s ntimo mo < m6s elevado ;!e lo m6s s!mo mo:. 67 So. T5MIS, (.8h., 1, &, '. 04 SAN AG2STFN, 8, #, ", 11J AEn 9ios es lo mismo ser y ser persona@. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe hoc nomen persona de )eo dicatur. Eon tamen eodem modo quo dicitur de creaturis, sed e+cellentiori modo' sicut et alia nomina qu, creaturis a nobis imposita, )eo atribuuntur@ ?@ . b) La afirmacin del ser que permite elaborar la distincin entre contingencia # necesidad. n el planteo de Parmnides" el ser es presentado como una realidad *nica" siempre idntica a s misma" eterna e inmanente que no da pie a la posibilidad de entender la distincin que cabe entre el orden absoluto # el contingente. APnmoble dentro de los lmites de gigantescas ataduras, el ente e+iste sin comien.o ni fin, puesto que el nacer y el perecer fueron e+pulsados muy le9os0 los arro9 la conviccin verdadera. #ersistiendo el mismo y en el mismo sitio, subsiste por s mismo, y de ese modo permanece firme all donde est. = es que la poderosa Eecesidad lo retiene dentro de las ataduras del limite, que lo circunvala alrededor. #or lo cual no es lcito que el ente est& inacabado, ya que no est falto. ,i lo estuviera estara falto de todo0 $...% ,iendo igual a s mismo desde todas partes, e+iste uniformemente dentro de sus lmites@ ?( . ste modo de entender lo real refiere el ente al ser" entendido ste como un principio # naturaleza" donde la relacin entre las cosas que son no da lugar a la equi$ocidad ni a la analoga" porque el ser" en el sentido griego no es analgico sino un$oco" por consecuencia si el ser es eterno" los entes que participan de l" tambin lo son de alguna manera 05 . Pero" Kqu ocurre con esta comprensin de lo real cuando las cosas son entendidas a la luz del concepto de creacin< Pues" que la necesidad de la que participa el ente se reduce ahora al plano de la esencia" pero deja de serlo en el de la existencia. Las cosas son lo que son necesariamente" pero su existencia" ahora no es necesaria sino absolutamente contingente. Slo ha# un ser a quien el ser le compete por esencia" al resto solo le cabe participar de l. A)eus non solum est sua essentia, sed etiam suum esse@ ?? . Lo que significa que es necesariamente" mientras que las cosas" en cuanto que pueden no ser -possibilia esse et non esse ?1 ! no son el ser sino que participan de l" # por tanto no lo tienen por esencia sino recibido" -esse receptum-" #" por lo mismo" no son necesarias" sino radicalmente contingentes. ; esto permite entender mejor la imperfeccin que presentan las cosas. Las cosas" aunque en el orden de su propia esencia gocen de una cierta perfeccin" no lo son en trminos absolutos" porque su acto de ser est! constre8ido por su modo de ser o esencia. c) La afirmacin del hombre como persona. -iertamente ,ristteles tu$o el mrito de haber realizado como pocos la comprensin del orden indi$idual. :e ah su distincin entre el orden de la substancia primera o hipstasis" # la substancia segunda o concepto de la cosa. La substancia primera es el indi$iduo" la substancia segunda es la nocin uni$ersal9AEntendida, la as llamada con ms propiedad, ms primariamente y en ms alto grado, es aquella que, ni se dice de un su9eto, ni est en un su9eto, v. g.,0 el hombre individual o el caballo individual. ,e llaman entidades secundarias las especies a las que pertenecen las entidades primariamente as llamadas, tanto esas especies como sus g&neros0 v.g.0 el hombre individual pertenece a la especie hombre, y el g&nero de dicha especie es animal' as, pues, estas entidades se llaman secundarias, v.g.0 el hombre y el animal@ ?A . Pero una cosa es descubrir al ente en trminos de hipstasis" o supuestos. o substancia primera o indi$idual" # otra en trminos de persona" esto es" como substancia indi$idual de naturaleza racional. Para constituirse como hipstasis basta que una substancia posea la incomunicabilidad que con$iene a la indi$iduacin" # subsistencia. Pero la persona agrega a estos dos atributos el constituirse en una naturaleza racional9 >#ersona est rationalis natur indiuidua substantia> ?2 . La persona es substancia indi$idual o hipstasis" en el sentido de substancia primera" esto es" no se halla en un sujeto ni se predica de un sujeto" # es de orden indi$idual" como >alg8n hombre o tal hombre>. l car!cter de indi$idual dice de aquello que es indi$i- so en s # di$idido del resto. >Pndividuum autem est quod est in se indistinctum, ab aliis uero distinctum> ?4 . sto 01 ST5. T5MIS, (. 8h. 1, $!, 'cJ APersona si"nifica lo 7ue en toda naturale:a es perfectsimo, es decir, lo 7ue subsiste en la naturale:a racional: por eso, como a 9ios hay 7ue atribuirle todo lo 7ue pertenece a la perfecci)n por el hecho de 7ue su esencia contiene en s misma toda perfecci)n, es conveniente 7ue a 9ios se le d! el nombre de persona. (in embar"o, no en el mismo sentido con 7ue se da a las criaturas, sino de un modo m;s sublime, as como los otros nombres 7ue damos a 9ios@. 6' /ARM4N.(ES, Poema sobre el ser, Brag-. &. *. $"3'', *. 1!. 61 (E ANK2FN, N., Ente y ser, Madrid, Gredos 1!"$. 66 So. T5MIS, 1, ', 1. 6" So, T5MIS, 1, $, 'c. 0B ,.(SHQHLS" 3ategoras, 0" 1 a 44-42. 6& . S. T5MAS, $!,1D CBr. Boecio, (e duabus na., cor% l. 'D ML, "1, 1'1'. 02 . 4" 12" 5c. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe supone una realidad independiente de todas las otras" incomunicable en su ser" # subsistente en s misma. s una substancia completa de cuerpo # alma espiritual. -on todas las determinaciones que con$ienen a la sub- stancia # sus accidentes >unitas person requirit unitatem ipsius esse completi et personalis> 1; . Pero" la primera de sus determinaciones es la subsistencia que est! fundada en el actus essendi. :e donde" el ser se re$ela como el fundamento m!s hondo de la persona humana. Su modo de ser le permite la apertura a todo lo real. La frmula rationalis natur profundiza la idea de singularidad que entra8a la nocin de persona. Porque mientras natura slo dice de su#o" principium intrnsecum cuiuscumque motus, la explicitacin rationalis restringe el alcance a aquellas substancias que tienen dominio sobre sus propios actos9 Aqu habent dominium sui actus, et non solum aguntur, sicut alia, sed per se agunt 64 . ; con la rationalitas aparece la razn de la restriccin de dicha nocin. Slo puede ser persona aqul ser que tiene espritu. :e todo lo cual se sigue que la nocin de persona se aplica para significar toda substancia completa" indi$idual # racional. n suma" mientras la nocin de h#pstasis alude a la substancia primera que tiene la *ltima perfeccin en el gnero de la substancia" la nocin de persona alude a aquella substancia de naturaleza racional que posee en s la *ltima perfeccin en su propio gnero. Lo que agrega la persona a la nocin de hipstasis es la carga de intelectualidad que con$iene a la naturaleza racional" en orden a la cual la substancia se presenta como autnoma en el orden del obrar" esto es" es due8a de sus propios actos" obra por s misma" # tiene conocimiento de las razones por las que obra" se relaciona con el mundo # con los dem!s" con su inteligencia # con su libre $oluntad. -on lo cual" se pone en e$idencia que mientras los griegos alcanzaron a acu8ar la expresin de hipstasis, los cristianos" llegaron a formular la expresin persona. d) La reconceptualizacin del tiempo. l tiempo en la concepcin griega estaba penetrado de eternidad" porque si el Ser eterno" # el ente participa un$ocamente del Ser" entonces participara de la misma manera de la eternidad. :e esta manera el Ser co-existe con los entes en el sosiego de la eternidad. l tiempo del ente era" seg*n Platn la imagen mvil de la eternidad 6-im. 7B :)" que progresa seg*n la le# de los n*meros" porque participaba de la eternidad. Luego" el tiempo del ente es tiempo eternizado" $ida interminable 61 . :e ah" que Platn tu$iera una cierta tendencia a reducir el tiempo a un orden de intemporalidad. Por eso el griego no tu$o ninguna dificultad en entender las cosas mirando al pasado" porque todas las cosas" en el fondo se mue$en siempre de la misma manera" # es all donde sigue operando el mito del eterno retorno. s por eso por lo que" cuando ,ristteles" en el libro +(( de la Metafsica, distingue entre el mo$imiento de las substancias sensibles" que corresponden al mundo terreno" # el de las substancias eternas" que corresponden al mundo fsico celeste" se8ala que el mundo terrestre est! sujeto al mo$imiento rectilneo" # el celeste al mo$imiento circular" # ese mo$imiento circular es el que termina por dominar el mo$imiento local de las substancias terrestres 6Fs. G" 5). :e esta suerte el mo$imiento del mundo terrestre est! necesariamente afectado por la circularidad que con$iene al mo$imiento de los substancias celestes. -on lo cual" el mundo eterno" el mo$imiento circular # el eterno retorno terminan implic!ndose mutuamente. Por consecuencia" se puede concluir que todo mo$imiento se termina fundando de alguna manera en el mo$imiento perfecto &eterno # circular)" lo que en el fondo es herencia del mito del eterno retorno 67 . Pero con la irrupcin del concepto de creacin. se tiempo inserto en el flujo de lo eterno" se quebr. ;a no participaba de la eternidad. n todo caso se poda entender como duracin" o temporalidad. ; esto significa la limitacin que suponen la sucesin" el comienzo # el fin de las cosas. l tiempo supone ahora el paso de lo $iejo a lo nue$o. :onde la mirada se pone en direccin al futuro. Porque es el tiempo que mide la aparicin de las cosas. l mito arcaico de la regeneracin perpetua del tiempo donde slo ha# circularidad" repeticin de ciclos" # falta de comienzo ni fin" hace crisis cuando aparece la idea de un comienzo absoluto. l circulo se transform en una lnea" o" mejor dicho" en un segmento donde los lmites son absolutos. Pero" as # todo la imagen es mucho m!s pobre de lo que se quiere decir. n primer lugar" porque el tiempo en la perspecti$a cristiana es tambin un !mbito de presencia de lo absoluto. :ios irrumpe en el tiempo" con lo cual el tiempo se sobreele$a por encima de la mera temporalidad. ;" en segundo lugar" porque no se trata de un tiempo donde 6> . 7" 42"4" 5m. 64 .So. T5MIS, 1, $!, 1cJ A7ue dominan sus actos, siendo no s)lo movidas como las dem;s substancias, sino 7ue tambi!n obran por s mismas@. . "$ Cfr. (E ANK2FN, N. Ente y ser, Madrid, Gredos 1!"$, %. 16#316&. "' Cfr. CAT2RELL., A. a metafsica cristiana en el pensamiento occidental. Buenos Aires, Ed. del Cru:a-ane, 1!&', %. $73$1. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe todos sus momentos tienen la misma densidad ontolgica. 3o ha# un tiempo antes # un tiempo despus de la irrupcin de :ios en el tiempo. Por eso ha# un tiempo de preparacin" de realizacin # de fruto. e) La afirmacin de un sentido preciso de historia # libertad. La insercin del tiempo en la eternidad signific a los griegos un detener la historia en la instancia de la 3ecesidad. )s necesario recordar que esta necesidad se hizo presente en la m!s temprana etapa de la formacin del pensamiento helnico< l comportamiento humano a la luz de esta necesidad mtica era entendido como un esfuerzo del hombre por tratar de $i$ir de acuerdo a modelos extrahumanos # en concordancia con los ritmos csmicos 65 . n la (lada de Jomero los hroes son impelidos por el "ado &( 4. ((" G75)" algunos tienen el destino preparado &( 4" (((" 7>2). Jesodo da creciente lugar a la necesidad en la cosmogona # teogona helnica. Luego" cuando el desarrollo de la cultura griega dio a la plenitud de la razn" sta necesidad" aunque de di$ersas maneras no dej de estar presente en la concepcin griega del obrar humano" por tanto" no dej de estar ntimamente ligada a la idea de destino o fatum" donde la libertad no tiene lugar. n este contexto conceptual" los procesos de cambio que explican la generacin del cosmos responde a una necesidad fatal &Jer!clito" &:iels-Lranz" 11 , 0 &F 4" 61>). n Parmnides el ser esta Afor.ado a ser ntegro e inmvil@ &:-L 1G% G" 7B- 54" F (" 24>). ; en este sentido de necesidad queda descalificada la historicidad del hombre. ; no es para menos. ) ,caso puede haber historia en el marco de la doctrina del eterno retorno< -aturelli muestra la incompatiblidad de esta doctrina con la posibilidad de la libre determinacin del hombre # su consecuente historicidad citando un esclarecedor pasaje de 3emesio9 A)icen los estoicos que cuando los astros en movimiento hayan tornado al mismo signo y a la propia longitud y latitud en la que se encontraba cada uno al principio, cuando por primera ve. se constituy el universo, en esos ciclos de los tiempos se cumple una conflagracin y destruccin de los seres' y de nuevo, desde el principio, se retorna al mismo orden csmico' y de nuevo, mov&ndose igualmente los astros, cada suceso acaeci en el ciclo precedente, vuelve a cumplirse sin ninguna diferencia. Efectivamente, e+istir nuevamente ,crates, e+istir #latn y cada uno de l os hombres con los mismos amigos y conciudadanos' y sern credas las mismas cosas y discutidos los mismos argumentos, y retornar igualmente cada ciudad, pueblecillo y campi/a. = este retorno universal se cumplir no una sola, sino muchas veces' ms bien, las mismas cosas retornarn al infinito y sin t&rmino@ 1? . -on la irrupcin del cristianismo se dio paso de pronto a la libre determinacin de la persona humana. :onde" si bien el hombre haba sido in$itado a cumplir el mandato de la $oluntad de :ios" su realizacin quedaba del todo supeditada a la libre decisin del hombre" # esto" simplemente porque :ios lo creo libre. n abono de esta afirmacin del libre albedro San ,gustn consagra toda una obra" )e libero arbitrio, para probar que el hombre tiene libertad en el obrar. l pecado aparece slo por el libre consentimiento de la $oluntad9 >#eccatur autem0 caueri igitur potest> 11 . ; si acaso luego en )e natura et gratia el mismo autor dir! que para obrar el bien exigido por :ios" al hombre le ser! menester contar con el auxilio de la gracia" sta no deprime sino que m!s bien potencia la libre determinacin de la $oluntad humana9 AHmnia quippe fiunt facilia charitati' cui uni 3hristi sarcina leuis est> 6B . l ,quinate no est! menos determinado que el Jiponense a afirmar la existencia del libre arbitrio" porque de otro modo careceran de sentido los consejos" las exhortacines" los preceptos" las prohibiciones" los premios # los castigos9 A"omo est liberii arbitrii, alioquin frustra essent consilia, e+hortationes, prcepta, prohibitiones, prmia et pfn@ 6,. -h. 4" G7" 4c). ; despus de se8alar que para obrar libremente debe haber en el hombre la posibilidad de elaborar un juicio libre que le permita decidir entre una pluralidad de opciones" el ,quinate termina conclu#endo que el fundamento intrnseco de esa libre determinacin reside precisamente en la razn9 AEecesse est quod homo sit liberi arbitrii, e+ hoc ipso quod rationalis est@6,. -h. 4" G7" 4c). :e esa manera" si la afirmacin de la necesidad traa aparejada la negacin de la libertad" #" por consiguiente" tambin la de la historia" de modo an!logo se puede decir" que la afirmacin de la contingencia "1 Cfr. M.RCEA EL.A(E, El mito del eterno retorno, rad. A-aEa, Buenos Aires, E-ece , 1!6$, %%. 17#317&. "6 NEMES.5 9e natura hom. '&. Cfr. CAT2RELL., A. a metafsica cristiana en el pensamiento occidental, Buenos Aires, Cru:a-ene, 1!&', %. 1!. 66 9e libero arbitrio, 5, 46, .2:<)(e peca= Entoncespuede evitarse<. 6B 9e natura et "ratia, 01, 65: APor7ue todo resulta f;cil para la caridad, y s)lo a ella es li"era la car"a de Cristo<. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe que supone la libertad humana" permite afirmar tambin la posibilidad de la afirmacin del hombre como sujeto histrico. f) La afirmacin de una doctrina realista del conocimiento humano. 3o es ajena la doctrina de la creacin" a una concepcin realista del conocimiento humano. ,lgo en lo cual los medie$ales no chocaron con el pensamiento griego" sino m!s bien que lo continuaron. Si para ,ristteles la facultad intelecti$a era capaz de hacerse todas las cosas por la $a del conocimiento" esto era posible porque el orden real se presentaba para l como algo intrnsecamente inteligible. :e ah la posibilidad de la ciencia del mundo9 hay ciencia de una cosa cuando conocemos la esencia de una cosa 6Metaf. '((" 6? 4>74 b0). ; esto es posible porque el alma9 todo lo puede entender 6)e anima (((" 5? 512 a 40). Luego" ha# mundo # este es inteligible. ; a esta inteligibilidad del ente le corresponde" a parte homini, la capacidad del intelecto de hacerse intencionalmente todas las cosas. n el planteo creacionista es e$idente que si :ios se re$ela como creador" # este acto implica dar el ser" entonces el mundo creado es de car!cter extramental. Hiene realidad en s. ; ese orden es naturalmente conocido por el hombre. sto es confirmado por ,gustn para quien el mundo real" creado conforme a las ideas de :ios" se hace objeto del conocimiento humano. -omenzando por el conocimiento del orden sensible" afirmando la posibilidad de un conocimiento intelectual de las mismas" luego" afirmando la posibilidad del conocimiento inmediato de s mismo" hasta culminar con el conocimiento de :ios" se termina conclu#endo que en la concepcin agustiniana lo real se re$ela como intrnsecamente inteligible # ha# en el hombre la capacidad natural de conocer todas las cosas. Por cierto" si bien ,gustn es claro respecto a la afirmacin del conocimiento humano" tiene sus dificultades para explicar el hecho del conocimiento intelecti$o" de ah la necesidad de apelar a la doctrina de la iluminacin di$ina. Pero esto no in$alida el hecho de que afirma que el hombre puede conocer todas las cosas. n una perspecti$a mucho m!s elaborada" el ,quinate explica el hecho del conocimiento estableciendo un triple estado de la naturaleza de las cosas9 Seg*n el ,quinate" una misma naturaleza" se puede hallar en tres estados9 4) cuando se la considera en si misma" esto es" en sus predicados esenciales" uni$ersal metafsico? 1) cuando se la considera como existente en los indi$iduos" uni$ersal fsico" o en potencia? 7) cuando se la considera en el intelecto en cuanto referible a muchos" uni$ersal lgico. >,ecundum auicenam in sua metaphysica, triple+ est alicuius natur consideratio. una, prout consideratur secundum esse quod habet in singularibus' sicut natura lapidis in hoc lapide et in illo lapide. alia uero est consideratio alicuius natur secundum esse suum intelligibile' sicut natura lapidis consideratur prout est in intellectu. tertia uero est consideratio natur absoluta, prout abstrahit ab utroque esse' secundum quam considerationem consideratur natura lapidis, uel cuiuscumque alterius, quantum ad ea tantum qu per se competunt tali natur> 6G . ;" siguiendo a ,ristteles" el ,quinate entiende que el modo en que el entendimiento puede conocer las esencias de las cosas es por la $a de la abstraccin a partir de los datos brindados por los sentidos9 Auniuersale autem est per abstractionem ab huiusmodi materia, et materialibus conditionibus indiuiduantibus@ 14 . En planteo realista que despus $a ser ol$idado por un pensamiento que slo parece tener por e$idencia que si el hecho del conocimiento se realiza en la intimidad del espritu entonces el objeto del entendimiento #a no puede ser la esencia de una cosa real" #" por tanto" trascendente a la conciencia" sino m!s bien puramente inmanente a ella. Para un medie$al" por el contrario" se parte de la e$idencia de la realidad del mundo. En mundo que se presenta como creado por :ios" no puede ser un puro contenido de conciencia sino real" #" por tanto" con una existencia extramental" lo que significa que las cosas que se conocen son trascendente al intelecto que las tiene como objeto. Pero el intelecto no las conoce en su esencia directamente" sino por la $a representati$a o conceptual. l concepto se presenta como un objeto que" siendo de su#o esencialmente intencional" cumple le funcin de remitir a algo distinto de s" a la cosa misma" porque se constitu#e en signo 6G . Hom!s de ,quino" Nuodlibeta G" q. 4" a. 4 c9 >,eg8n *vicena en su Metafisica, una naturale.a se presta a tres consi deraciones. Fna en la que se la considera en el ser que tiene en los singulares, por e9emplo la naturale.a de la piedra en esta y en aquella piedra. Htra, es la considera! cin de la naturale.a en su ser inteligible' as se puede considerar la naturale.a de la piedra en cuanto que est en el entendimiento. La tercera es la consideracin de la naturale.a absoluta, en cuanto que prescinde de ambas maneras de ser, en esa consideracin se considera la naturale.a de la piedra, o de cualquier otra cosa, en cuanto a lo que le compete de por s a tal naturale.a>. 62 Sto. HDAPS" Pn )e *nima, ((" lect. 41" n. 7BB9 Alo universal se obtiene por abstraccin de tal materia y condiciones materiales individuantes. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe de la cosa real. l concepto es un objeto" que se constitu#e en medio -obiectum quo- para dar a conocer a otro -obiectum quod-" esto es" la esencia de la cosa misma. Luego" el concepto como representacin intelectual de la cosa" en razn de su intencionalidad" es el medio por el que la cosa es conocida9 id quo res intelligitur 6)e Ferit. 5" 1" 7m). g) La afirmacin de :ios como *ltimo fundamento del orden del obrar humano. Podra obser$arse que si para los griegos el obrar libre queda de alguna manera supeditado a una instancia de necesidad" todo el orden del obrar moral quedar! por lo mismo $isiblemente afectado. , esto se agrega que falta en la comprensin del acto moral muchos de los elementos que a#udan a comprenderlo" a saber" una doctrina del fin *ltimo del hombre" de la contingencia" de la facultad $oliti$a" sin hablar por cierto de dos elementos que slo se hacen presentes en la concepcin cristiana" la doctrina del pecado # de la gracia. Para el pensamiento medie$al" era un hecho que el fin *ltimo del hombre es alcanzar la felicidad" # sta slo se consigue" por decirlo de alguna manera" con la >posesin= del bien absoluto" al que se identifica con la realidad di$ina. :ios" sumo Ser" es" por lo mismo" sumo %ien o *ltimo fin. sa tendencia hacia :ios no es arbitraria sino m!s bien fundada en lo m!s ntimo del corazn humano9 ANuia fecisti nos ad -e et inquietum est cor nostrum, donec requiescat in -e@ A; . s lo que el Jiponense llama el orden del amor" ordo amoris. l mismo :ios que crea al hombre" sabe tambin para qu lo crea e imprime en la conciencia del hombre la le# moral a la que debe ajustar su conducta. ; su cumplimiento es el medio de alcanzar la felicidad. -aso contrario" el hombre" no dejar! de obrar libremente" pero no podr! alcanzar el fin para el que fue creado. Porque l mismo que me puede dar la felicidad" me se8ala tambin el modo de conseguirla. Je aqu de un modo mu# sucinto algunos de los aportes m!s significati$os del pensamiento medie$al al campo de la filosofa. 7. l aporte fundamental9 la culminacin de un proceso de demitificacin de la filosofa griega Los aportes del pensamiento medie$al" no hubieran sido posibles" en opinin de -aturelli" si antes no se hubiera iniciado la preparacin de la forma mentis del pueblo heleno" por obra de la cultura hebrea a tra$s de las Sagradas scrituras. sto pone en e$idencia dos cosas9 la primera" que hubo a lo largo del perodo de la filosofa antigua " la presencia del mito prefilosfico? la segunda" que el influjo de la tradicin creacionista" signific una demitificacin de buena parte de esa presencia mtica. Por mito significa" seg*n Jaag-'an den %orn" Aal menos en los comien.os, opinin, regla, idea, y, ms tarde, indica cierta narracin opuesta a logos. Eo se trata entonces de un argumento racional ni de una especulacin, sino de una narracin que fi9a y transmite un acontecimiento actuando, por tanto, en el presente@ A: . @uien ha efectuado los m!s serios estudios para determinar la presencia de los mitos antiguos en el seno del pensamiento griego es -laude Hresmontant" en su obra #a mencionada Estudios de metafsica bblica A@ . n dicha obra" el autor ad$ierte que" aunque con el ad$enimiento del pensamiento lgico" la cultura helena inicio un agudo proceso de depuracin de una importante cantidad de mitos" lo cierto es que los griegos no terminaron de desprenderse del todo de los mitos prefilosficos. ntre estos mitos" -aturelli pone en e$idencia los siguientes9 4) la circularidad del proceso csmico" claramente presente desde el orfismo hasta el mismo ,ristteles" 1) la lucha de elementos contrarios &dualismo) inserta en el monismo de una naturaleza com*n a todos los cambios? 7) la necesidad inflexible &no explicada ni definida nunca) ntimamente enlazada con 5) la antiqusima idea del retorno cclico? todo lo cual" como es lgico" 0) exclu#e un comienzo absoluto del ser" # 6) postula la negati$idad radical de la materia. 3i una sola de estas ideas deja de tener un remoto origen mtico f!cilmente determinable" sobre todo despus de la in$estigacin m!s reciente@ B7 . -oncretamente" es la tradicin rfica la que sostiene la existencia de una oscura di$inidad" la noche &3ix)" que es anterior a los inengendrados -aos" rebo # H!rtaro. que suponen la concepcin dualista" la descalificacin de la materia como algo malo # oscuro" la afirmacin de la transmigracin de las almas" el ciclo del retorno eterno" la ineluctable necesidad. :e las cuales" las dos m!s notorias" son el eterno retorno # la necesidad. stos mitos se hicieron presentes en el perodo presocr!tico" # persistieron aun despus de ella. La idea de 3ecesidad se hace B> S,3 ,FESHR3" 3onfessiones, 4" 4" 49 A#orque nos has hecho para -i, y nuestro cora.n est inquieto hasta descansar en -i@. #1 Cfr. HAAG VAN (EN B5RN, 9iiccionario de la +iblis, ed. cas. S. de AuseLo, Barcelona, Herder, 1!"', %. 1$#".. #$ TRESM5NTANT, C. Estudios de metafisica bblica, rad. cas. A. Hernnde: Gon:le:, Madrid, Gredos, 1!"1. #' CAT2RELL., A. a metafsica cristiana en el pensamiento occidental, Buenos Aires, Ed. Cru:a-ene, 1!&', %. 11. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe presente en la doctrina del ser de Parmnides" !todo sucede seg8n necesidad. &:-L" 1G ," 71" g 4" 2B>). 3o es posible ahora entrar en el detalle de cmo estas doctrinas persistieron en el pensamiento de los filsofos griegos" pero" #a hemos $isto" en p!ginas anteriores cmo estos mitos se hicieron presente en la literatura a tra$s de Jomero # sodo" e incluso alcanz a Parmnides # Jer!clito hasta tocar al mismo ,ristteles. , modo de ejemplo" -aturelli se8ala que seg*n Aircea liade A#latn podra ser considerado $...% como el filsofo por e+celencia de la mentalidad primitiva' en la medida en la cual la imitacin de los *rquetipos 6Pdeas7 tiende a la abolicin del tiempo, mera >imagen mvil de la eternidad@ AI . .especto a ,ristteles" seg*n Aanser" el stagirita identifica lo eterno con lo necesario" lo cual estaba $inculado con la annge de los antiguos griegos. Pero estos dos aspectos de la presencia mtica en el pensamiento griego" comenzaron a entrar en crisis una $ez que la tradicin griega entra en contacto con la tradicin hebrea. La idea de creacin" obra de un :ios personal" en $irtud de un acto de amor libre" que se realiza de una $ez # para siempre rompe con la idea de un proceso necesario que se repite de un modo ciego e inexorable. -ontra lo que podra pensarse" esto no significo una crisis global de la tradicin helnica" sino todo lo contrario" porque la irrupcin de la nocin bblica de creacin termin por permitir al pensamiento filosfico alcanzar su m!s alto grado de desarrollo intelectual9 ALos mtos >vie9os= fueron eliminados por la novedad del 3ristianismo y lo que, antes de la Bevelacin, los filsofos griegos buscaban >paulatinamente y como a tientas=, ahora podan alcan.arlo ba9o el influ9o de la Bevelacin@ A? . sto se debi a que trajo una cantidad de nue$as perspecti$as" a) la desaparicin del concepto de materia eterna? b) la desaparicin del dualismo csmico? c) la desaparicin del concepto cclico # eterno de tiempo? d) la desaparicin de un concepto negati$o del cuerpo? e) la desaparicin de lo ideal como identificado con lo $erdaderamente real. ; stas son las que luego" fueron reelaboradas por los intelectuales del perodo medie$al. 5. Las dificultades en el estudio de la filosofa medie$al Por cierto debe reconocerse que el estudio de la filosofa medie$al pasa por dos cedazos difciles de superar. Eno es de orden cultural" a ocho siglos del pensamiento medie$al" no es f!cil que a un hombre del siglo ++( le interese una filosofa para cu#o estudio no est! mentalmente preparado. n efecto" no se puede pedir a una poca donde #a se ha puesto en tela de juicio no slo la realidad de :ios sino tambin la posibilidad misma de la $erdad filosfica" que admita de buenas a primeras que ha# una $erdad absoluta # que esa $erdad se identifica con el :ios que antes ha negado. La forma mentis del hombre contempor!neo" para decirlo de alguna manera" no est! preparada para abrirse adecuadamente al $asto # profundo horizonte de la filosofa medie$al. ; si acaso" alguien entiende que esta dificultad no es insuperable" ni mucho menos" dado que donde ha#a un hombre habr! siempre un buscador de la $erdad" entonces" toda$a queda pendiente otro obst!culo realmente pa$oroso. ,l decir de 'an Steenberghen9 Ala literatura filosfica de la edad media haba permanecido casi totalmente in&dita' estaba conservada en millares de vol8menes manuscritos, diseminados a trav&s de Europa en centenares de depsitos de toda clase, en general muy mal inventariados' la escritura de esos manuscritos es de una lectura difcil, el te+to est eri.ado de abreviaturas' los datos de historia literaria 6autor fecha7 a menudo son ellos muy defectuosos. Los pioneros de los estudios medievales debieron abordar esta inmensa literatura manuscrita con instrumentos de traba9o rudimentarios@ A1 . ; no es para menos" los cdices medie$ales normalmente son hallados en las m!s deplorables condiciones" normalmente en forma de manuscritos en piel de becerro" no siempre bien copiados" que deben ser comparados con otros manuscritos de la misma obr apero pertenecientes a otra familia de manuscritos" lo cual lle$a a la necesidad de compararlos buscando cu!l de ellos es m!s antiguo. Luego" deben ser correctamente interpretados para precisar el texto originario" lo cual implica ciertamente una tarea sumamente ardua. .ecurdese que estos manuscritos fueron m!s bien formas taquigr!ficas llenas de recursos de abre$iacin para apro$echar mejor los espacios" eran particularmente difciles de leer ;" slo al final" una $ez que se ha esclarecido adecuadamente la $ersin latina original" queda por delante la rigurosa tarea de elaborar la traduccin final de los mismos a una lengua moderna. #1 CAT2RELL., A. a metafsica cristiana en el pensamiento occidental, Buenos Aires, Ed. Cru:a-ene, 1!&', %. 1#. #6 CAT2RELL., a metafisica cristiana en el pensamiento occidental, . %. '1. #" VAN STEENBERGHEN, o.c., %. 1!. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe ; una $ez hecho esto" siempre en opinin de 'an Steenberghen" queda por delante" el examinar cada una de las obras correspondientes al perodo medie$al para determinar los di$ersos ni$eles de consideracin en que ese pensamiento puede ser estudiado" esto es" #a en una perspecti$a estrictamente teolgica" donde lo filosfico quede postergado" #a buscando una mirada de equilibrio entre el inters filosfico # el teolgico" o bien" buscando reconstruir" a partir del todo indiferenciado que implica una obra teolgica" lo que ha# en ella de estrictamente filosfico" dejando de lado lo teolgico. Lo primero ser! labor de los telogos propiamente dichos? lo segundo de quienes admitan la posibilidad de una sana integracin entre la fe # la razn" # lo tercero" la de quienes slo busquen en ellos argumentos de razn. :e donde las dificultades del pensamiento medie$al implican un desafo al que se puede responder de mu# di$ersas maneras. Los medie$ales" con la integracin del dato de fe # el de razn" #a dieron su respuesta" toca ahora proseguir la tarea a los que $ienen detr!s.
Gregorio de Nisa (333-395) Seg*n -anals 'idal Fregorio de 3isa se constitu#e en Ala figura ms importante en la historia de la formacin de la filosofa cristiana entre Hrgenes y ,an *gustn@ BB . Fregorio de 3isa pertenece a una familia de santos. :e los nue$e hermanos que componan la familia -cuatro $arones" cinco mujeres- cuatro de ellos fueron santos9 Aacrina" la hermana ma#or" %asilio Aagno" Dbispo de -esarea" Pedro" Dbispo de Sebastes" # Fregorio" Dbispo de 3isa. Aacrina tena una honda cultura religiosa" a la muerte de su padre" empuj a su madre # a su hermano Pedro a lle$ar una $ida mon!stica en una propiedad de ,nnesi. Fregorio" fue formado por su padre en filosofa # ciencia. Luego" su hermano lo recomend por su ortodoxia" por lo que fue nombrado Dbispo de 3isa. :onde no faltaron duros enfrentamientos con los arrianos. .azn por la cual fue depuesto temporalmente. , la muerte de %asilio" Fregorio tom el liderazgo de la ortodoxia en la Pro$incia de -apadocia. Se inicia un largo enfrentamiento con los arrianos # sabelianos BG . Fregorio" siguiendo el ejemplo de su hermano %asilio" hizo nombrar Dbispo de Sebastes a su hermano Pedro para combatir a los herejes. ; l por su cuenta combati a los herejes en una serie de obras9 tres contra unomio" una contra apolinario" # una refutacin a una exposicin de fe fe unomio B2 . Le toc a Fregorio ser el *ltimo de los grandes padres capadocios" hermano de %asilio de -esarea. Pudo haber sido educado en el aspecto religioso por %asilio # su hermana Aacrina. n el 7B1 fue ungido obispo de 3isa. Lector de la literatura platnica # estoica" de los medioplatnicos" de Plotino &mstica)" de Porfirio &lgica)" de /!mblico &cosmologa)" de Drgenes # =iln. n lo que se refiere a sus aportes doctrinales no faltan quienes lo consideren superior a los otros dos capadocios &%asilio # Fregorio de 3acianzo). 'on %althasar # :anielou insisten en los mritos de su teora del conocimiento # su filosofa de la interioridad inspirada en el pensamiento griego con arreglo a las exigencias de la fe cristiana. Ja# en l un ambicioso intento por alcanzar una sntesis de los saberes del momento pero no lo termina de lograr" ha# an!lisis parciales de las doctrinas de di$ersas escuelas a las que critica seg*n su formacin cristiana" pero no logra una coherencia lgica entre tantos estudios. Pese a estas limitaciones no ha# duda de que Fregorio Aha contribuido notablemente a la elaboracin teolgica, y lo menos que se le puede reconocer es que hace avan.ar la dogmtica hacia la construccin de un platonismo cristiano@ 2; . @uasten lo califica como el me9or dotado de los telogos capadocios@ 2: . :espus de Drgenes a l se debe la primera exposicin org!nica # sistem!tica de la fe cristiana G1 . ntre sus obras pueden mencionarse9 )e uirginitate centrada en una filosofa de la pureza # de la impasibilidad de la naturaleza corprea. , partir del 7B2" a8o de la muerte de su hermano %asilio inicia una incesante labor especulati$a. ntre sus obras se destacan9 E+ comunibus notionibus, un tratado trinitario. )e opificio hominis, donde intenta completar el Pn "e+meron de su hermano %asilio. ## CANALS V.(AL, H., #istoria de la filosofa medieval, Barcelona, Herdr, 1!#", %. '". #& Sabelio ense?aba >ue en (ios no ;ab9a -s >ue una sola /ersona, el /adre. El HiLo E el es%9riu Sano, son aribuos, o%eraciones, e-anaciones, %ero no %ersonas. #! Euno-io, ade-s de sosener el subordinacionis-o arriano, enend9a >ue el ;o-bre %od9a conocer de un -odo adecuado la esencia di*ina, con lo cual se cerraba al -iserio >ue i-%licaba su rascendencia. &7 (. BERAR(.N5, Ingelo. 9iccionario patrstico y de la anti">edad cristiana ' $3' Sala-anca, S9gue-e, 1!!&, cBr. Gregorio de Nisa, %. !&&. &1 K2ASTEN, )o;annes. Patrolo"ia '', Madrid, BAC, 1!##, %. $&$. &$ K2ASTEN, )o;annes. Patrolo"ia .., Madrid, BAC, 1!##, %. '16. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe Pn "e+meron, obra apologtica ,obre el alma y resurreccin o Macrina , partir del 7G> inicia una serie de obras contra la doctrina de unomio" cu#a *pologa #a haba sido refutada en el 765 con tres libros de su hermano %asilio. Jacia el 7G> unomio haba contestado con *pologa de la apologa. ntre el 7G> # el 7G7 Fregorio #a haba escrito cuatro tratados en respuesta a la profesin de fe de unomio. stas obras -conocidas bajo el nombre comprensi$o de todos los tratados *duersus Eunomium 2( ! constitu#en una autntica suma de la teologa de los capadocios. :e hecho estas obras representan una de las refutaciones m!s rele$antes del arrianismo. *duersus *pollinaristas 2I donde se rechaza la acusacin que esta secta haca los catlicos de creer en dos Jijos de :ios. n el 7G0 escribe Hratio catechetica magna" considerada la obra dogm!tica m!s importante" era una suerte de suma doctrinal para la ense8anza. La obra supone una base metafsica # trata sobre :ios uno # trino" la consubstancialidad del Jijo con el Padre" la di$inidad del spritu Santo" la creacin" el pecado" la encarnacin" la redencin" los sacramentos de iniciacin. Pero adem!s" de esta funcin teolgica" esta obra tambin una importante repercusin en el plano de la teologa natural" por cuanto afirma las posibilidades de la razn para conocer a :ios. n este sentido afirma que :ios #a se manifiesta en el uni$erso con anterioridad a la re$elacin de -risto. (ndudablemente inspirado en .omanos (" 1> dice9 AMirando al cosmos y considerando su disposicin, y los beneficios que afectan a nuestra vida, aprehendemos que es suma la potencia creador por la que las cosas que son se hacen y conservan. )e aqu, que el entendimiento humano puede alcan.ar a saber de la naturale.a de )ios, a pesar de su e+celsitud e inaccesibilidad@. Por esta razn se explica su actitud positi$a en 3ontra Eunomio, respecto del uso de los nombres que con$ienen a :ios" seg*n una cierta analoga" anticipo de la teora de la analoga9 ABespecto de )ios usamos diversos nombres, acomodando sus significacioens seg8n la diferencia de las cosas que pensamos@" 63ontra Eunomio, (" 41). Hiene una $oluminosa obra exegtica sobre los salmos -,obre los ttulos de los salmos! cu#a interpretacin fue rechazada por la escuela de ,ntioqua. La vida de Mois&s!)e uita Moysis el libro est! di$idido en dos partes distintas. n la primera" titulada "istoria" efect*a una consideracin histrica de los sucesos m!s destacados de la $ida del profeta Aoiss. ,parece aqu un an!lisis literal de los libros del C+odo, # E8meros del ,ntiguo Hestamento.. :onde se manifiesta el aprecio que tiene Fregorio por la exgesis literal ense8ada por la escuela de ,ntioqua. ,parecen tambin acotaciones de orden moral. La segunda parte" donde se deja $er la influencia de =iln # Drgenes" est! abocada a una exgesis alegrica para mostrar el paralelo que ha# entre la $ida de Aoiss # los rasgos de la $ida $irtuosa. ,qu se deja sentir la influencia de la alegora alejandrina" pero sin incurrir en algunos de sus excesos" por ejemplo" al e$itar el abuso de la etimologa de los nombres" o el simbolismo de los n*meros. ; es precisamente esta interpretacin alegrica uno de los rasgos m!s destacados de la obra" lo que responde a uno de los propsitos del autor9 A-e hemos e+puesto en grandes rasgos cunto hemos aprendido sobre la historia del hombre en su sentido literal $...%. Nui.s sea ya tiempo de aplicar la vida que hemos recordado al ob9eto 6sgops7 que nos hemos propuesto en nuestro discurso con el fin de obtener alguna utilidad 6oph&leia7 para la vida virtuosa@ 6Fita Moysis, (" BB). l tema principal de esta obra es sobre la esencia de la $ida perfecta" donde se llega a la conclusin" de que no es posible hallar definicin de la $irtud precisamente porque carece de limite" de donde la $irtud es una perfeccin que no termina de alcanzarse jam!s9 G7 Euno-io de Ci:ico Bue el %rinci%al eC%onene del arrianis-o radical. El arrianis-o dudaba de la consubsancialidad del Verbo di*ino. (e donde se sigue su aBir-aci@n co-o creaura >ue ser*9a co-o iner-ediario enre (ios E el reso de la creaci@n. Eso signiBica la negaci@n de la naurale:a di*ina, de su eernidad, su o-nisa%iencia, su in-uabilidad, la i-%osibilidad de deLar de ser buenoJ A9ios 3deca $rrio3 no siempre ha sido Padre, sino 7ue lle") a serlo en un momento determinado ?...@. El #iAo no ha eBistido siempreC todas las cosas han salido de la nada. Do eBista antes de ser hecho ?...@. #ay i"ualmente otro Eerbo en 9iosC y participando tambi!n en !ste, el #iAo obtiene la "racia de titularse Eerbo. El Padre es invisible para el #iAo, 7ue no lo contempla ni lo conoce completamente ?...@. El Padre y el #iAo son infinitamente diferentes uno de otro en naturale:a y en maAestad. Por su naturale:a est;n divididos y separados. a naturale:a del Padre, del #iAo y del Espritu (anto no participan una de otra@. /or su %are Euno-io agrega a esa docrina de Arrio, la %osibilidad de conocer con oal lucide: la esencia di*ina. &1 A%olinarisas, ;ereL9a -oniBisia >ue reconoce una sola naurale:a en la %ersona del Verbo. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe ANuien busca la verdadera virtud no busca otra cosa que a )ios, ya que Cl es la virtud perfecta $...%. El Gien es ilimitado y, por tanto, no se detiene 9ams. En consecuencia, es imposible alcan.ar la perfeccin, pues la perfeccin no est circunscripta por lmite alguno0 el 8nico lmite de la virtud es lo ilimitado. = )cmo podr alguien llegar al lmite prefi9ado, si ese lmite no e+iste5@ 6Mita Moysis, (" nn. B-G). ; por *ltimo debe ponderarse su labor en el campo de la asctica. :octrina del autor 4. =ilosofa # teologa Sin duda" Fregorio de 3isa supo apro$echarse de la filosofa para hacer m!s asequible los datos de fe. Pero eso no impide que rechace la posibilidad de detenerse en ella" porque de su#o >es estril=" porque" de hecho" no puede suplantar a la fe en lo que concierne al conocimiento de :ios9 ALa filosofa pagana es verdaderamente est&ril' siempre a punto de parir, pero nunca acaba de dar a lu. un ser vivo. )Nu& fruto ha producido la filosofa que est& a la altura de tan grandes dolores5 )Eo es verdad que todos $sus frutos% son vacos, imperfectos y se malogran, como abortivos que son, antes de llegar a la lu. del conocimiento de )ios5@ 2? Pero" es un deber ser$irse de la filosofa para ponerla al ser$icio de la fe" as como los judos se sir$ieron de los tesoros de gipto para ponerlos al ser$icio de fines nobles" de la misma manera se debe poner la filosofa pagan al ser$icio de la $irtud. A"ay algo, en verdad, en la filosofa pagana, que no debe recha.arse y que merece que lo apropiemos con el propsito de engendrar la virtud. En efecto, la filosofa y compa/era de la vida superior, con tal de que sus partos no traigan ninguna solucin e+tra/a@ 21 . -on lo cual recuerda la posicin de -lemente de ,lejandra cuando comparaba a la filosofa griega con el ,ntiguo Hestamento. ):e qu manera puede ser *til la filosofa a la fe< Lo puede ser" se8ala Fregorio" en cuanto permite explicitar el dato re$elado" con la a#uda de un aparato conceptual # demostrati$o de orden racional. Pero" aunque Fregorio de 3isa $ea la necesidad de distinguir entre el orden de la fe # el de la razn" slo $ea en la filosofa a una mera ciencia auxiliar de la teologa" sin ad$ertir en ella la posibilidad de un orden de conocimiento racional del todo independiente de la fe re$elada. :e esta suerte" una $ez puesto el saber filosfico al ser$icio de la fe" sta *ltima se apo#a en la razn para demostrar la existencia de :ios a partir de la e$idencia del orden csmico &3fr. )ialogus de anima, PF 56" 57%--). Luego" de modo an!logo tambin trat de entender el misterio trinitario a la luz de las operaciones inmanentes del alma. La relacin entre el Padre # el Jijo pueden entenderse a la luz de la relacin entre el hombre # el $erbo interior, mutatis mutandi, #a que mientras en el hombre se puede hablar del $erbo o palabra interior en trminos de accidentes" en :ios todo se identifica con su misma substancia. Por consecuencia" el 'erbo de :ios es uno en naturaleza con el Padre" # por esto" se puede hablar de un slo :ios. Pero" las pre$enciones de Fregorio respecto de la filosofa son reales. La filosofa debe estar regulada por la $erdad alcanzada a tra$s de la .e$elacin9 AEo nos est permitido afirmar lo que nos pla.ca. La ,agrada Escritura es, para nosotros, la norma y la medida de todos los dogmas. *probamos solamente aquello que podemos armoni.ar con la intencin de estos escritos@ 2A . :e resultas" la ,agrada Escritura se constitu#e en Agua de la ra.n@ 22 ' en Acriterio de verdad@ 24 ' Atodo lo que era 8til se lo apropi' lo que no era de provecho lo descart@ 4; . Por cierto" la relacin con las doctrina platnicas se hace sentir en toda la obra de Fregorio. , propsito de lo cual" no faltan quienes" como -hernis 24 " slo $en en l a un neoplatnico m!s" con algunos elementos cristianos9 AFuera de unos pocos dogmas ortodo+os que no pudo tergiversar, Jregorio no hi.o otra cosa que &6 (e uia MoEsis $, 11D /G 11, '$!. &" (e uia MoEsis $, '#3'&D /G 11, ''"3''#. &# (e ani-a e resurrecione /G 1", 1!B. && Conra Euno-io 1, 111, 1$". &! Conra Euno-io. , 17#. !7 (e uia E%;rae- SEr. /G 1", &$B. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe aplicar nombres cristianos a doctrinas de #latn, y a eso llam teologa cristiana@. Pero otros autores" si bien reconocen una dependencia de Fregorio en el orden conceptual # metodolgico" no dejan de reconocer la en$ergadura intelectual de la figura de Fregorio cuando sostienen que supo reordenarlos en funcin de los dogmas cristianos9 AEl gran m&rito de la investigacin llevada a cabo por K. )ani&lou sobre las relaciones de Jregorio de Eisa con #latn sigue siendo el haber demostrado, por una parte, la dependencia literaria, pero, por otra, la completa metamorfosis cristiana del pensamiento de #latn@ 4@ . :octrina filosfica9 ntre las obras del 3iseno" desde el punto de $ista filosfico se destaca el tratado )e homnis opificio, que constitu#e un $erdadero hito en la historia de la ,ntropologa cristiana. sta obra no slo constitu#e el primer tratado sistem!tico de antropologa filosfica" sino tambin por su rico contenido antropolgico. Su antecedente es =iln de ,lejandra" pero tambin los estocicos" Drgenes # Plotino. ,ntropologa n el orden antropologico" seg*n Aondn 27 " Fregorio sustenta cinco grandes tesis9 1B15>. labora su antropologa a partir de lo superior" elalma # el espritu" no el cuerpo # el animal. 1B154. ,tiende el aspecto cultural # lingusitico. 1B151. -ompara la semejanza del hombre puro con :ios" # del hombre cado con la bestia. 1B157. :istingue enter el hombre uni$ersasl # el hombre com*n. 1B155. La libertad como rasgo distinti$o dle hombre. La obra )e hominis opficio est! constituida por 7> captulos odnde trata los siguientes aspectos9 (. l hombre como coronacion de la creacin" ((. l hombre cono de la di$inidad. (((. Superioridad del hombre respecto de los animales en la cultura # en el lenguaje. ('. .elacin de la inteligencia con la sensacin. '. La naturaleza humana. '(. La doble semejanza con :ios # con la bestia. '((. l problema de la resurreccioSn # de la metampscosis. '(((. (dentidad de inicio del alma # del cuerpo. (+. l retorno a la di$ina belleza. 4. 3obleza de la criatura humana. La obra )e hominis opicificio trata expresamente el tema de la creacin del hombre por parte de :ios. Ta lalluz del texto bblio Fregorio afirma que el hombre es la *ltima criatura en ser creada" pero es tambin la mas noble. n este sentido" la terminologia utilizada por Fregorio no puede ser m!s expresi$a9 AEl hombre es el rey de lo creado@, Ael espectador de las maravillas del universo@ . A-odo el tesoro de la creacin sobre la tierra y sobre el mar estaba preparado, pero no haba quien lo participase. Esta grande y honorable cosa que es el hombre no haba encontrado todava puesto en el universo de las cosas. hen efecto, no era conveniente que la cabe.a apareciese antes que las cosas sobre las cuales habra de mandar. ,in que, preparado primero el imperio, era consecuente que fuese revelado el rey una ve. que el 3reador de todo hubiese preparado casi una sede regia para aquel que habra debido reinar, Esta era la tierra, las islas y el mar y sobre estos, el cielo como un techo. Las rique.as de todas las cosas eran recogidas en esta realidad regia, rique.a de toda la creacin,, lo que est en las plantas, en las gemas, y en todo el mund osenisble, viviente y animado. *s, se necesita contar en esta rique.a las materias que por la belle.a de los colores aparecen honorables a los o9os de los hombres como el oro y la plata y aquellas piedras que los hombres aman, todos estos bienes que )ios arro9 en el seno de la tierra como en tesoros reales. Luego se agrega en el mundo al hombre para se hiciesed el contemplador y el due/o de las maravillas que estn en &l, as que a trav&s de su go.o habra recibido la inteligencia de quien lo haba reparado y a trav&s de la belle.a y la grande.a de eso !1 CHERN.SS, H. H. 8he platonism of Gre"ory of Dysss. /ublicaions in Classical /;ilologE 0., 1. Ber,eleE, 2ni*ersiE oB CaliBornia 1!'7. !$ K2ASTEN, ). Patrolo"a '', Madrid, 1!##, %. '1#. 27 M5N(.N, (toria dell=$ntropolo"a Filosofica, Ro-a, ES(, $77$, %. $'1. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe que vea pudiese investigaer lainefable e ine+presable potencia del $reador. #or todas estas cosas e lhombre es entendido como cumplimiento, no ocmo cobarde, arro9ado entre los 8litmos, sino porque desde el nacimiento ocnvena que fuese el rey. = como un buen amo de cas, no hace entrar a su invitado antes de haber preparado los alimentos, sino despupes que hubiese preparado todas las cosas, la silla del comedor, la mesa. = cuando todas las cosas estn preparadas en elcomedor, hace entrar al invitado al hogar, en el mismo modo el rico y magnifico que convida de nuestra natura, despu&s de haber decorado la casa ocn toda rique.a y habiendo prerparado un diverso y mangfico banquete, introduce al hombre dndole no el deber sobre lo adquirido de las cosas que ahor ano e+siten, sino el go.o de las que estn presentes. = por esto arro9a en &l dos principios de creacin, mes.clando lo terreno con lo divinog para que, a trav&s de ambos tengan de modo cong&nere y familiar el go.o del uno y del otro de )ios a trav&s de su naturale.a ms divina, de los bienes terrenos a trav&s de las sensaciones homog&neas@ 25 . n suma" :ios crea al hombre como re# de la creacin" porque le ofrece el uni$erso de la creado como si fuese su propio due8o. Lo rea al final" porque entiende que siendo el in$itado de honor de todas la creacin" l slo podra $enir cuando todo estu$iese listo para que participe del banquete de la creacin. :e este modo" el hmbre tiene el doble pri$ilegio de participar de la $ida terrena a tra$s de sus sentidos" # de la $ida sobrenatural" de la cual toda la creacin # su propia realidad son un modo por el cual :ios se da a conocer. 1. l hombre como cono de :ios )Por qu razn" fue el hombre # no otra criatura la lquetu$iese el pri$ilegio de ser constituido en re# de la creacin< Porque l fue escogido como icono o imagen de :ios" por loque l se constitu#e en $icario de :ios en el mundo9 A,s tambin la naturaleza humana" puesto que estaba formada para el gobierno de las restantes criaturas" por su semejanza re# de todo" fue hecho como una imagen $i$iente que guarda algo en com*n con su arquetipo por la dignidad # por el nombre. 3o est! adornada de p*rpura ni da a significar su dignidad por medio de un cetro o diadema -el arquetipo de hecho no reside en estas cosas-" sino al contrario" est! re$estida por la $irtud que es la m!s regia de todas las $estimentas" #" en cambio" su cetro se apo#a sobre al felicidad de la inmortalidad" #" en lugar de la diadema real" Uesta imagenV est! ornada por la corona de la justicia" d emodo que todo en ella manifiesta su dignidad real" en $irtud de la precisa semejanza con la belleza del arquetipo@ 20 . , la luz de este pasaje citado" el fundamento de la semejanza con :ios" # la razn de sus pri$ilegios reside que le cabe al hombre la posibilidad de hacrse semejante a :ios en razn de sus $irtudes interiores. ; cuando habla de $irtud el 3iseno est! pensando concretamente en Ala pure.a, la libertad de espritu y la le9ana de todos los males@ 26 . Pero" cuando sigue profundizando" termina por identificar al fundamento de la semejanza con sus potencias racionales. AMira en t mismo la ra.n y el pensamiento, imgines de la inteligenciai y de la #alabra por esencia@ 2B " l hombre es imagen de :ios porque tiene en s mismo la forma de todo bien" $irtud sabidura. ; de estas $irtudes la principal es la que lo hace libre de todo sometimiento fisico en$irtud de su capacidad de juicio9 AEl hecho de que el hombre sea su imagen est en estar llena de todos los bienes, imagen a seme9an.a del arquetipo. #or tanto, est en nosotros la forma de todo bien, toda sabidurpia, y todo lo que de me9or que es pensable. Fno de estos bienes es la libertad de la necesidad, el no estar sometido a cualquier poder fisico, en ternr una capcidad de 9uicio independiente. La virtud, es en efecto, es algo que es isn due/o y voluntario, no puede ser virtud lo que es por necesida do violencia@ 42 . 25 9e homnisi opifiico,cc. 13$. Los eCos se ;an o-ado de la *ersioMn ialiana de GREG5R.5 (E N.SA, =uomo, Ro-a, cia Nuo*a, 1!!1. !6 9e homini opificio c. 1. !" 9e hominis opficio, c. 6. !# 9e hominis opficio, c. 6. !& 9e hominis opficio, c. 6. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe ;" por cierto" su condicin de imagen de :ios no lo homologa con el propio :ios" porque" por digna que sea la imagen de :ios nunca dejar! de disitnguirse del como la criatura del -reador" #" por lo mismo mientras la primera ser! necesariamente cambiante" el -reador no dejar! de ser siemrpre inmutable9 ALa imagen lleva en todo momento el carcter del prototipo la belle.a. #ero si esa belle.a fuese sin diferencia no sera seme9an.a por nada, pues si mostrara la misma cosa de *quel del cual es imagen no distinguira en nada. )Nu& diferencia veremos, entre lla )ivnidad y lo que le es seme9ante5 Esta0 que la una es increada y la otra tiene la e+istencia por creacin. La diferencia de esta cualidad lleva consigo otra propiedad, se admite universalmente que le naturale.a increada es inmutable y permanecd siempre la misma, mientras que es imposible que la creada tenga consistencia sin mutacin@ 44 . ; la distancia entre la el modelo di$ino es tan grande que dios permanecer! incognoscible e inefable l c!racter cultural del hombre La marca del neoplatonismo se hace e$idente cuando el 3iseno procura mostrar la distancia entre el hombre # los irrracionales. Peor no obstante ello" esto no impide que el 3iseno haga extensi$a la dignidad de imagen tambin al cuerpo # lo estudia junto a la razn # la modalidad. Porque cuand o:ios cre al hombre a su imagen lo hizo compuesto de alma # cuerpo" # que el alma racional es la que dirige a todos los elementos humanos. Pero el cuerpo es imagen de :ios slo en razn del alma. ; esto se manifiesta en la consideracin del rasgo cultural del hombre &-aptulos G a 4> del )e hominis opificio7. l primer signode la dignidiad del cuerpo del hombre est! dadopor su $erticalidad" lo cual es expresi$o de su dignidad superior # el m!s apto para el ejercicio de su dominio respecto de las restantes criaturas 4>> . ; el otro signode su superioridad reside" a diferencia de los restantes animales" en su car!cter no especificado9 AEl hombre llega a la vida desnudo de proteccin natural, inerme, pobre e indigente de todo $...%. ms digno, en apariencia, de compasin que de ser declarado feli.. Ei est armado por la defensa de los cuernos, ni por el filo de sus u/as, ni tampoco por escudos, ni de dientes, ni est provisto por naturale.a de colmillos envenenados pra dar muerte, as, estas cosas que muchos animales poseen para l adefensa contra quienes los da/an, el hombre no cubre su cuerpo de pelos@ 4>4 . Pero" sorprendentemente es precisamente esta carencia de especializacin lo que le permite al hombre ir progresando en otro sentido para sacar una decisi$a $entaja respecto de los seres irracionales" # esto es porque de ese modo puede dar lugar a un dessarrollo cultural9 AEo pudiendo, s seme9an.a de las bestias del campo, alimetarse de hierbas, el hombre ha sometido, domesticndolo, al buey, que con su fatiga le hace fcil la vida $...%. Ms fuerte que la defensa de los cuernos, y ms cortante que laagude.a de los dientes, el hiero ha sido utili.ado por el hombre $...% en el tiemo debido combate con el hierro, pero permanece aaperte el resto del tiempo $...%. = tambie vali&ndose de la t&cnica, a traives de la inventiva construye flechas aladas el hombre lleva a su servicio, con el arco, la velocidad del p9aro@ 4>1 . Dtro signo de la superior dignidad del cuerpo humano est! dado por al digniidad de la mano" libre para el manejo de las cosas # !gil para constituirse en expresioSn del pensamiento 4>7 "
Pero" la expresin m!s cabal de la dingidad del cuero est! dado porque por l se hace posible el lenguaje huano. A#uesto que el hombre es un animal lingLstico, era conveniente que el instrumento de su cuerpo estuviese predispuesto para el uso del lengua9e $...% era, por tanto, necesario que hubiese una creacin de rganos para el lengua9e por las partes fon&ticas de modo que puedan permitir un sonido adaptado a la necesidad de la palabra@ 4>5 . !! 9e hominis opficio, c. c. 1". 177 9e hominis opficio, c. #. 171 9e hominis opficio, c. #. 17$ 9e hominis opficio, c. #. 17' 9e hominis opficio, c. &. 171 9e hominis opficio, c. &. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe ;" finalmente" otro signo de la dignidad del cuerpo est! dado por los rganos de los sentidos" que permiten a la inteligencia tomar posesin intelectual de las cosas. Las sensaciones son las $as a tra$s de las cuales Ala inteligenci atoma lo que est fuera del cuerpo y trae en s los fenmenos y ensl reproduce los caracteres de las cosas@ 4>0 . Por tanto" tambin el cuerpo es imagen de :ios porque se pone al ser$iciodel alma como instrumento de la acti$idad fsica e intelectual del hombre # para el ejercicio de su dominio sobre las cosas. -omo con$iene a un autor influido fuertemente por la tradicin platonizante" es dable esperar que su concepcin antropolgica termine anclando en el orden de las naturalezas separadas. n este sentido" la naturaleza humana es uno de los estados de la naturaleza racional. n rigor" Fregorio 3iseno admite tres estados de la naturaleza racional9 el estado de naturaleza anglica" el de naturaleza humana # # el estado de naturaleza libre9 A-res son los estados o condiciones de la naturale.a dotada de ra.n0 una, que desde el principio posee vida incorprea y a &sta la llamamos ang&lica' otra, unida y enla.ada con la carne, a &sta la designamos con el calificativo de humana' una tercera, libre, por la muerte de los vnculos carnales@ 6)e anima et resurrectione, LE(S A. : -P:(W" 14" %uenos ,ires ,tl!ntida" 4201" p. 446). stas naturalezas dotadas de razn tienen en com*n su ordenacin al bien" pero" por oposicin a stas" ha#" adem!s" una cuarta naturaleza racional que est! ordenada al mal" es el caso de la naturaleza demonaca que" est! abocada a causar la ruina de la naturaleza humana9 AEs cosa admitida, ya por la opinin com8n, ya por la Escritura, que hay una naturale.a, fuera de los cuerpos contraria y adversa a la rectitud y honestidad, aplicada a causar da/o y ruina a la naturale.a humana@ 6)e anima et resurrectione, LE(S A. : -P:(W" )e anima ete resurrectine, o. c. 14" p. 446). l demonio" ha descendido por su propia $oluntad a un estado de inferioridad ontolgica" # en lugar de buscar lo bueno # honesto" busca lo contrario9 AEsa naturale.a $demonaca% ha cado por su propia voluntad y ha descendido de una suerte me9or, y, en lugar de lo bueno y honesto que abandon, ha sustituido en s misma lo que se considera contrario@ 6)e anima et resurrectione, LE(S A. : -P:(W" 14" p. 44B). Pero" en $irtud del fa$or di$ino" # en esto Fregorio sigue a Drgenes respecto de la doctrina de la apocatstasis panta, incluso estas naturalezas infernales" terminar!n reconociendo la dominacin de -risto9 AE+tinguido y abolido alguna ve. el vicio por los cursos y rodeos de los siglos, slo quedar lo bueno. -ambi&n los demonios concorde y unnimemente confesarn la dominacin de 3risto@ 6)e anima et resurrectione, 4ra. parte" 14? LE(S A. : -P:(W" p. 44B-44G). ; ciertamente" ha# textos que as lo parecen sostener" por ej." cuando afirma que cada uno habr! de padecer seg*n la medida de su culpa" de suerte que el $icio # la maldad terminen del todo eliminados" lo que ocurrir! cuando toda $oluntad se adhiera a :ios" pues el mal" #a que no tiene realidad en si" slo existe en aquella9 AHpino tambi&n que el modo de sufrir y padecer tal dolor depende en cada caso de la cuanta del vicio. *quel que lleve a cuestas una gran carga, necesariamente debe soportar una llama grande y que dure muchsimo tiempo, hasta que la materia sea consumida' ms en aqu&l a quien se aplicare el fuego consumidor durante un espacio de tiempo menor, la pena por medio de la vehemencia y acritud de la accin perdona tanto cuanto, por lo que se refiere a la modalidad del vicio, fuere aminorado lo su9eto a ella $a la pena%. #ues es absoluta y terminantemente necesario que el mal sea e+pulsado alguno ve. de lo e+istente, pues, como se ha dicho ms arriba, lo que realmente no es, no e+iste de ninguna manera. )ado que la naturale.a del vicio y de la maldad es tal que no e+ista fuera de la voluntad y del libre albedro, cuanto toda la voluntad y albedro estuvieren puestos en )ios, el vicio se reducir a la destruccin y abolicin absoluta, perfecta y e+trema de modo que no quede ning8n refugio para &l@@ 6)e anima et resurrectione, 4ra. parte" 1B? LE(S A. : -P:(W" p. 461-467). ; esto debe ocurrir para que se cumpla el mandato de la scritura de que :ios sea todo en todos9 176 9e hominis opficio, c. 1$. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe AEl que es todas las cosas, ciertamente est en todas las cosas. = con esto me parece ense/ar la ,agrada Escritura la perfecta y absoluta destruccin del vicio y de la malignidad. #ues, si )ios estar en todas las cosas, se sigue ciertamente que ni el vicio ni la maldad estarn en las cosas naturales. #orque si algo pudiese tener vicio y maldad, )cmo se cumplir ala sentencia que dice0 que )ios est en todas las cosas5 La e+encin y substraccin del vicio y de la maldad har, en efecto, imperfecta y no plena la comprensin de todo. #ero el que estar en todas las cosas, no estar en las cosas que no e+isten@ 6)e anima et resurrectione, 4ra. parte" 1B? LE(S A. : -P:(W" p. 46G-462). l origen del hombre # la doctrina del hombre ideal # la doble creacin del hombre La influencia del platonismo se deja $er en su doctrina del origen del hombre. Jabla del Ahombre ideal@. Mste no sera ni hombre ni mujer" sino asexuado" porque inicialmente no exista la diferenciacin sexual en el modelo presente en la mente de :ios. Pero" luego" en $istas a la pre$isin del pecado original" apareci tal distincin sexual9 A-oda naturale.a humana, desde los primeros hasta los 8ltimos hombres, es 8nica y verdadera imagen del que es y la distincin de se+os fue algo a/adido seg8n pienso, al final de la obra hecha@ 6)e hominis opificio, 46? PF" 55" 4GG:). Saran#ana 4>6 conjetura que tal interpretacin se fundara en la e$idencia de la creacin retardada de la mujer en el relato cel Fnesis" # en el pasaje de Jal. 7" 1G" donde el ,pstol de los Fentiles se8ala que" la perfeccin del hombre estara m!s all! de los atributos sexuales9 AEn Kesucristo no hay hombre ni mu9er@. ; los mismos textos del Fnesis inspiran esta doble creacin del hombre. Por una parte" Fn 4" 16" donde se se8ala que el hombre es creado a imagen de :ios" # luego" Fn" 4" 1B" donde se se8ala que los cre $arn # mujer. :e donde surger su curiosa doctrina de la doble creacin del hombre9 Ala creacin de nuestra naturale.a es doble, la que es a imagen de dios, y la que esita dividida en esta diversidad@ :;A Hodo esto significa que el hombre" en rigor" no ha sido objeto de una sola creacin si no de dos. Eno en donde aparece el hombre uni$ersal" el hombre ideal)" # otra donde aparece el hombre singular. Aientras el primero es asexuado" el segundo es sexuado. n rigor esta doctrina est! tomada de =iln de ,lejandra" # 8or cierto no la toma ni com oun dogma ni como una hiptesis demostrada. Las razones son mas bien de car!cter teolgico para explicar los textos del SFenesis9 AEn esta creacin no esta nombrado *dn como s adelante en el relato. El nombre dado al hombre creado no es singular, sino universal por naturale.a. Estamos empu9ados a suponer que por la presciencia y la potencia divina, haya estado en esta creacin abra.ada toda la humanidad $...% #or tanto, la imagen no est en una parte de la naturale.a, ni en gracia de una culaidad que se observa en ella, siino que es a su todo gen&rico al que se e+tiende la propiedad de la imagen. ,igno de esto es que en todos la inteligencia reside dlemismo modo y todos tienen la capacidad de pensar y de deliberar y todas las otras actividades a trav&s de las cuales la natutale.a diivna es representada en aquel que h anacido seg8n ella :;2 . :e donde tambin se puede establecer una primaca de la primera respecto de la seg*nda en razn de que slo en la primera creacion el hombre alcanza toda su plenitud9 ALa imagen de )ios que se ve en toda la naturale.a humana ha alcan.ado la perfeccin $...% Fue hecho pues, seg8n la limagen el hombre, una naturale.a universdal seme9ante a )ios. )ios creo, por su omnipotente sabidura no una parte del todo, sino toda 9unta la plenitud de la naturale.a@ 4>2 La prioridad del hombre ideal o uni$ersal respecto del singular obedece a que el hombre uni$ersal es pura imagen de :ios. Porque $i$ie con arreglo a al $irtudn no obra el mal sino el bien # es incorruptible e inmortal. Su naturaleza es Ainteligible, pura y eterna@ ::; . 17" SARAN+ANA, ). .. #istoria de la Filosofa Medieval, /a-%lona, E2NSA, 1!&6, %%. 1"31#. 17# 9e hominis opficio, c. 1". 17& 9e hominis opficio, c. 1". 17! 9e hominis opficio, c. 1". 117 9e hominis opficio, c. 1". Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe Aientras que la segunda creacin" sexuada" #a no tiene la forma anglica" sino queesSta sexualmente di$idida. ; esta se explica como una pre$ision del pecado de ,d!n. n efecto" el pecado que haba obligado a :ios a modificar su plan sobre la naturaleza humana tiene su raz en la libertad del hombre" respetada por :ios. =ue" por la posibilidad de pecar que :ios estableci #a en su mente la di$isin de sexos. Luego" si el hombre no hubiera pecado" se8ala Fregorio de 3isa" el hombre se hubiera tenido que multiplicar al modo en que se multiplican los !ngeles 63fr. )e hominis opificio, +'((? PF 55" 4G2-). A#revi ocnla ptencia de la visin que la libertad de elegir no sera avan.ada por el camino recto hacia el bine, sin que habra caido de la vida ang&lica $...% *si dios ha dispuesto para lal naturale.a una ra.n de acrecentamiento conveniente para los que se han desli.ado en el pecado $...% insertando en l ahumanidad un modo de generacin propiode las bestias y de los seres irracionales $...%. = as el que ha recibido en la naturalae.a esta genrracioin ha devenido bestial a causa de la inclinacin hacia la materia@ ::: . La di$isin de los sexos" sin embargo" no ser! definiti$a" #a que al fin de los tiempos todas las cosas alcanzar!n su estado de m!xima perfeccin por la restauracin seg*n el plan primiti$o" cuando retorne -reditus! a :ios. Seg*n Saran#ana la $uelta al estado del plan originario como Ahombre ideal@ podra inspirarse en el pasaje de At 11" 7>" /es*s responde a los saduceos9 AEn la resurreccin, ni ellos tomarn mu9er, ni ellas marido, sino que sern como ngeles en el cielo@. Pero no es claro si esto supone la desaparicin de los indi$iduos humanos" en aras de la idea de humanidad" o si cada hombre alcanzar! la condicin del hombre ideal ::@ . :e esto modo el 3iseno parece concebir a la materia" #a como principio de indiduacin # tambin como signo de inferioridsad" en$ilecimiento" de la pasion del mal en el hombre. Pues" mientras el hombre uni$ersal o ideal lle$a ens solo la imagen de :ios" el singular" lle$a una doble semejanza hacia los opuestos9 por la semejanza con :ios por el pensamiento hacia la forma de l abelleza di$ina? #" por el ejercicio en l" signo de las pasiones" hacia la familiaridad con la bestia@ 447 . -om opuede ad$ertirse" el 3iseno no termina de sustraerse de la presin neoplatnica conforme a la cual ha# una cierta degradaciondel cuerpo # de la acti$ifdad sexual. ,unque debe reconocerse que enning*n momento habla del cuerpo ni de la acti$idad sexual como esencialmente pecaminosos. La doctrina del alma # su relacin con el cuerpo Seg*n Saran#ana" es posible que Fregorio de 3isa" en lo que respecta a la doctrina del alma" ha#a tenido alg*n conocimiento de la doctrina de Plotino" a tra$s de -lemente de ,lejandra # de Drgenes 445 . Seg*n Plotino el alma es entendida como una realidad incorprea" inmortal e incorruptible" porque es una realidad persistente # perpetua" #" por lo mismo" preexistente. n relacin con la inmortalidad del alma" Fregorio entiende que de no ser as" no habra razn para buscar la $irtud" pues de no haber una recompensa eterna los sacrificios que conlle$a la $irtud no tendran sentido9 A))e qu& manera, di9e, podemos tener una opinin firme, estable, fi9a e inmutable, por lo cual creamos que el alma permanece5 #ues, yo tambi&n pienso que la vida del hombre habra de carecer de la cosa ms hermosa de todas 6hablo de la virtud7, si no hubiere en nosotros una fe cierta, no ambigua sino firme, acerca de este asunto. )#ues, cmo podra tener la virtud lugar en aquellos que tienen la persuasin de que lo que es se circunscribe a la vida presente y que nada esperan despu&s de ella@ 6)e anima et resurrectione, (ntroduccin" fin? trad. LE(S A. : -P:(W" %uenos ,ires" ,tl!ntida" 4201" p. 7>). 111 9e hominis opficio, c. 1#. 11$ SARAN+ANA, ). .. #istoria de la Filosofa Medieval, /a-%lona, E2NSA, 1!&6, %%. 1#31&. 11' 9e hominis opficio, c. $1. 111 SARAN+ANA, ). .. #istoria de la Filosofa Medieval, /a-%lona, E2NSA, 1!&6, %%. 1&. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe Aientras que el cuerpo" en razn de su composicin esta condenado a su irre$ersible disolucin" aunque luego se supone que esos mismos elementos que conformaron el cuerpo en $ida se reuniran entre s los de una misma especie con otros elementos no numrica sino especficamente idnticos 440 9 A)isuelta la coalicin y masa compacta de los elementos que hay en el cuerpo, cada uno de ellos, como es 9usto, es llevado inclinado o vuelto a lo suyo, contribuyendo a ello la misma naturale.a de los elementos mediante cierta a traccin que les es necesaria, porque son del mismo g&nero@ 6)e anima et resurrectione, (ntroduccin" fin? trad. LE(S A. : -P:(W" cp. 4" p. 77). n la obra )e anima et resurrectione el 3iseno elabora su doctrina de la inmaterialidad o incorporeidad del alma9 A,i se piensa que $el alma% no es lo que es perceptible por los sentidos, ni color, ni figura, ni la dure.a, ni la gravedad, ni la cantidad, ni lo que se divide en tres dimensiones, ni posicin en lugar, ni nada de lo que se aprecia en la materia, conoces que es algo distinto de todas estas cosas@ 6)e anima et resurrectione, PF 56" 5>-). Pero" es perfectamente consciente de que" dado el habitual modo de conocer" el pretender atribuir a algo estos caracteres negati$os parecera insinuar que con$ienen a un orden no existente9 AEo s& cmo, si quitamos todo eso en su descripcin se puede evitar que desapare.ca y se suprima a la ve. con ello el ob9eto mismo de que tratamos@. Pero Fregorio rechaza la posibilidad de la no existencia del alma" porque de entenderse que lo que no es sensible no exista en modo alguno" de manera an!loga tambin se terminara negando la misma existencia de :ios9 A,i de las cosas naturales echamos a un lado lo que no es conocido por los sentidos, quien tal cosa di9ere de ninguna manera podr reconocer aquella virtud y potestad que rige y preside todas las cosas que las abra.a a todas ellas, y si llegare a percibir que la naturale.a divina es incorprea, informe e invisible, estimar por consiguiente que, en absoluto no e+iste@. 6)e anima et resurrectione, 4>? LE(S A. : -P:(W p. 66). Fregorio incluso niega una posible identificacin del alma con :ios" porque lo que es hecho a imagen de :ios" aunque pueda tener algunos caracteres comunes con la naturaleza di$ina" como la intelectualidad" incorporeidad # la libertad" ello no significa que con$engan en la misma esencia9 ALo que ha sido hecho a imagen y seme9an.a, posee ba9o todos los aspectos la seme9an.a de la forma principal y e9emplar0 la intelectual, de lo que es intelectual' la incorprea de lo que es incorpreo' de toda mole corprea es tambi&n igualmente libre, como &l, escapa a toda dimensin espacial' pero es distinto de Cl en cuanto a la propiedad de la naturale.a. #ues, ya no sera imagen si ba9o todos los aspectos0 ba9o lo intelectual, ba9o lo incorpreo, ba9o la carencia de intervalo, fuese una misma naturale.a con Cl@ 6)e anima et resurrectione, LE(S A. : -P:(W" 44" p. 6G). La inmaterialidad del alma permite que se haga presente en los elementos #a disueltos del cuerpos sin sufrir descomposicin9 AEada impide que el alma est& igualmente en los elementos del cuerpo, ya est&n &stos moderados por la concurrencia, ya sueltos por agitacin, por separacin o disgregacin. #ues, as como en el oro y en la plata derretidos se observa una virtud que ha fundido esas materias y si nuevamente fuere separado uno de la otra por desleimiento, sin embargo, en el uno y en la otra permanece la ra.n del art e' y si la materia fuera dividida, el arte no se hace peda.os 9untamente con la materia 6)cmo podra dividirse lo indivisible57 #or la misma ra.n, la naturale.a del alma, que e s manifestada por la mente y percibida por el pensamiento y que se observa en el concurso de los elementos y, resueltos &stos, no se separa ni se agrega, sino que permanece en ellos y, 9untamente con la e+tensa separacin de ellos, ni se corta ni se interrumpe, ni se divide en partes ni en peda.os, pues estos slo es propio de la naturale.a corprea y discontinua' mas la naturale.a incorprea, intelectual, invisible y desprovista de dimensin y divisin, ni recibe ni admite las perturbaciones y acaecimientos originados por la distancia y la discontinuidad@ 6)e anima et resurrectione, 44? LE(S A. : -P:(W" p. BB- BG). 440 CBr. De anima et resurrectione, Introduccin, fin; trad. LI! ". #$ %&#I', %. '', n. $. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe Pero" no conforme con una mera consideracin negati$a del alma" Fregorio intenta una definicin positi$a de la misma9 AEl alma es una esencia engendrada, esencia viviente, intelectual, que por s misma produce e infunde la facultad y virtud de vivir a los instrumentos corporales de los sentidos y de percibir las cosas que caen ba9o los sentidos, mientras la naturale.a de esas cosas permane.ca capa.@ 66)e anima et resurrectione, (ntroduccin" fin? trad. LE(S A. : -P:(W" 5. p. 5B) l alma humana es una sola aunque cumple di$ersas funciones # stas est!n a cargo de un alma racional9 A*unque, en lo que llevamos dicho, hayamos sostenido que se dan tres variedades o diferencias en la facultad que tenemos de vivir, de suerte que una es la vida que es capa. de nutricin, pero no siente, y otra, la que se nutre y siente pero carece de ra.n, y otra, en fin, la que posee ra.n y es perfecta y se halla difundida por todas las dems facultades y en ellas e+iste y tiene como la plenitud de la inteligencia, no se debe pensar, por eso, que hay tres almas en el compuesto humano, separadas entre s por sus propios lmites, de suerte que haya que concebir que la naturale.a humana viene a ser un sincretismo de varias almas. La aut&ntica y perfecta alma es una sola, por naturale.a, la racional, inmaterial, unida o me.clada a la naturale.a material por medio de las sensaciones. En cambio, lo que es del orden material, est su9eto al cambio y a la alteracin, y si participa de la potencia psquica tendr el movimiento del crecimiento, y si est privado de ella, su movimiento se resolvera en su propia destruccin. #or eso, no hay sensacin o sensibilidad fuera de la naturale.a material, ni se e9erce poder de sentir fuera de la potencia racional@ 6)e hominis opificio, cp +('" -. =.3P3:W" 1>4). La relacion del alma con el cuerpo en el marco de la unidad substancial9 En punto de particular inters desde el punto de $ista antropolgico est! dado por la especial relacin que Fregorio establece entre el alma # el cuerpo. Ja# una unidad en el orden del obrar entre el alma # el cuerpo en la acti$idad cogniti$a" toda $ez que junto a la captacin sensible ha# tambin una comprensin intelectual9 AEl olfato del m&dico no puede advertir y notar la enfermedad, sino slo conocer una enfermedad latente en las entra/as por medio de cierto carcter de la respiracin. )#or ventura, esas cosas podran tener lugar, si alguna fuer.a, que es percibida por la mente y que ba9o la accin de la inteligencia, no estuviese presente en cada uno de los instrumentos de los sentidos5@ 6)e anima et resurrectione, (ntroduccin" fin? trad. LE(S A. : -P:(W" 0. p. 52). Pero lo que define al alma como alma es su funcin superior9 AEn realidad la verdadera y perfecta alma es por naturale.a una, inteligible y sin materia,ligada a la naturale.a material a trav&s de las sensaciones.-oda la parte material, sometida al cambio y a la alteracin se participa por la potencia del alma se mover hacia su desarrollo, pero si se el9an de la actividad vital pierde su movimento $...%. 3om el alma tiene la perfeccin en lo inteligible y en l oracional, todo lo que no est en tal situacin puede ser homnimo del alma, per ono es el alma@ 446 Pero la comprensin del alma como substancia intelectual no a#uda a comprender de qu modo se comunica con el cuerpo. Pues" si la considera como una naturaleza separada" esto es" al modo de una naturaleza simple" como es el caso de los !ngeles" no se $e de que modo se puede comunicar con el cuerpo9 AEi en los cuerpos vivientes, cuya naturale.a consta de la me.cla de elementos, tiene el alma, simple, invisible e informe por naturale.a, comunidad alguna con la coagulacin y agrupacin de cuerpos' sin embargo, no se duda de que la vital eficiencia del alma, por una ra.n que supera la advertencia y conocimientos humanos, est& me.clada y difundida en ellos $...% *s como, mientras permane.ca y perdure la reunin de los elementos, al penetrar el alma en todas las partes que completan y constituyen el cuerpo, cada uno de ellos es animado y nadie dir que es slida y dura el alma, que est me.clada con lo terreno, o que es h8meda o est dotada de una cualidad opuesta a lo fro esa alma que est en todas las partes y elementos y que a todos infunde fuer.a vi tal@ 6)e anima et resurrectione, (ntroduccin" fin? trad. LE(S A. : -P:(W" 44. p. B>). 11" 9e hominis opficio, c. 11316. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe Dbsr$ese cmo a pesar de hablar en un lenguaje claramente dualista" lo que se manifiesta cuando habla de una mezcla del alma con el cuerpo" sin embargo" est! pensando m!s bien en trminos de informacin del alma en el cuerpo. Lo que se manifiesta cuando sostiene que el alma aunque espiritual se hace $italmente presente en el cuerpo # en todas sus partes anim!ndolas. Por esa razn el 3iseno habla expresa mente de una unidad substancial entre el alma # el cuerpo" donde aunque no se ap8lica al alma el trmino de forma corporis, implctamente adjudica al alma la funcin de una forma substancial9 ALa comunion de la inteligencia con el cuerpo representa un indisoluble e impensable la.o0 &sta no est en el interior del cuerpo 6de hecho lo incorpreo no puede ser domnado por lo corpreo7, ni viene de fuera 6)cmo lo corpreo podra circundar lo que es incorpreo57. La inteligencia 6el alma7 se acerca y a la naturale.a y, al mismo tiempo en ella y en torno a ella, pero no reside en ella ni la circunda. Eadas miias all se puede decir o pensar, e+cepto que ocduci&nsode la naturale.a seg8n su lgica concatenacin, tambi&n la linteligencia se hace activa@ ::A sa unidad del alma # el cuerpo llega al punto de que" a*n en el estado de disolucin que se sigue tras la muerte" el alma permanece presente en cada uno de los elementos disueltos9 AEo es inverosmil ni improbable que aquella naturale.a simple y sin composicin est& presente en cada una de las partes, despu&s de la disolucin, y que ella, que por una ra.n oculta e inefable permanece unida con la aglomeracin de los elementos, permane.ca perpetuamente con aquellos con lo que est me.clada, y se estime que de ninguna manera se aparte de aquella coalicin y concrecin que una ve. tuvo lugar. #ues, no porque el compuesto se disuelva, se sigue de aqu necesariamente, que, al mismo tiempo que el compuesto, se disuelva tambi&n lo que no es compuesto@ 6)e anima et resurrectione, trad. LE(S A. : -P:(W" 41" p. B1). Hambin entiende Fregorio que el alma" que permanece unida a los elementos del cuerpo tras la disolucin de sus partes" con la resurreccin $ol$er! a obrar de nue$o sobre la totalidad corprea. :e estas manera" el alma" aunque sea entendida como una realidad substancial # espiritual" lejos de permanecer encerrada en s misma" est! ordenada esencialmente a la $i$ificacin del cuerpo # de cada una de sus partes. Por consiguiente es claro que el alma se entiende" no como lo que agota la naturaleza del hombre" sino m!s bien como lo que forma parte principal o potestati$a de la misma. ;" aunque ste parece ser concebido con arreglo al esquema platnico donde se distingue entre el mundo $isible # el in$isible" #" por lo mismo" el hombre pertenece al mundo in$isible por el alma" # al $isible por el cuerpo" ello no impide que los conciba" no como separados en el hombre" sino como substancialmente unidos" #a que entiende al hombre como animal racional9 Ael animal hombre es capa. de ra.n, esto es, de inteligencia y ciencia@6)e anima et resurrectione, LE(S A. : -P:(W" 44" p. GB). :e todo lo cual" puede concluirse que" en lo que concierne a la articulacin entre el alma # el cuerpo en el seno de la naturaleza humana" ambas partes esenciales del hombre parecen comportarse como co-principios esenciales de la naturaleza humana. ; es precisamente en funcin de esta unidad substancial que se establece entre el alma # el cuerpo" lo que permite afirmar al hombre como algo que est! por encima de los animales que tienen sensibilidad" mo$imiento # $ida" # de los $egetales" que slo crecen # se nutren. Luego" el hombre" en funcin de la unidad # riqueza ontolgica de su alma racional" posee todos los grados de la $ida. Pero esto no exige una pluralidad de almas" porque la razn se hace cargo de las funciones inferiores. :e donde es claro que se entiende al alma como principio animante del cuerpo que confiere $ida # sensibilidad a un cuerpo organizado # capaz de sentir. Luego" aunque el alma" de su#o" ejerce funciones superiores" de cara al cuerpo que anima" ejerce tambin las inferiores. :e donde se ad$ierte que #a est! en ella la base de la unidad del hombre. sta unidad del hombre se fortaleza con el expreso rechazo de la doctrina de la preexistencia del alma # de la transmigracin de la misma. Suponer que cualquier alma puede animar a cualquier cuerpo implicara admitir todos los seres" m!s all! de su grado de perfeccin $ital" $egetales" animales" # hombres" son de la misma naturaleza9 11# 9e hominis opficio, c. 16. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe A)ecir que una misma alma, ahora dotada de ra.n e inteligencia y de la facultad de pensar y cubierta por el ropa9e del cuerpo, luego habite con los reptiles en las cavernas, o se congregue con los pa9arillos, o lleve cargas, o coma carnes crudas, o est& sumergida, o degenere en una naturale.a carente de sentidos, o eche races, o llegue a ser rbol y produ.ca ramas y se convierta en flor o en espina, o en algo dotado de facultad nutritiva, o se haga y llegue a ser per9udicial, no es otra cosa sino estimar que todas las cosas sean una misma y que sea una misma la naturale.a de todas las cosas, me.clada en una comunin inconfusa, indistinta e indivisa sin que lo uno se distinga de lo otro por alguna propiedad@ 6)e anima et resurrectione, 4ra. parte" 41? trad. LE(S A. : -P:(W" 41" p. B1). l alma # el cuerpo se deben entender separadamente sin oen simultaneidad ocn lo cual rechaza tanto la posibilidad de las preexistencia de las almas &platnicos) como de la preexistencia del cuerpo &epic*reos)9 AEi el alma es anterior al cuerpo, ni el cuerpo separadamente del alma, sino que uno solo es el princpio de ambos, con arreglo a una lgica fundada en la voluntad de )ios. ,eg8n otra lgica eso es colocado al pirncpio de nuestro nacimiento 3omo no es posible distinguir la divisin de los miembros >en el embrin= dispuesto para la concepcin del cuerpo antes de la fundacin, aunque es imposible individuali.ar la propiedad del alma, antes que se unan a la actividad $...%. *s, aunque el alma est en el embrin, pero n oes visible, s tambiilen el alma s emanifestar en sui actividad seg8n la naturale.a, acompa/ando al crecimiento de lcuerpo, $...%. #orque el cuerpo de la peque/a se dsa 9unto con el cumplimiento, as tambien9 la actiivdad del alma se desarrolla y se acrecienta en cone+in con el cuerpo@ ::2 . Hodo lo cual indica que el 3iseno es tambin un decidido partidario de la animacin inmediata del cuerpo por el alma. Dtra manifestacin clara de la unidad substancial de la naturaleza humana" est! dada por la renuencia a la posibilidad de que el alma sea posterior al cuerpo" porque un cuerpo sin alma no es un cuerpo sino un cad!$er. Si el cuerpo existe de modo animado" no puede preceder al alma. Luego" no queda m!s que entender que ambas constitu#en simult!neamente a la naturaleza humana9 A)3undo tuvieron origen las almas5 ,i damos por supuesto que el alma vivi en un lugar particular entes que los os cuerpos, seria absolutamente necesario pensar que tienen vigor as absurdas sentencias y conocidas opiniones de los que defienden haber sido llevadas las almas a los cuerpos a causa del vicio. -ampoco habr nadie que tenga uso de ra.n a quien se le ocurra pensar que el origen de las almas sea posterior $al de los cuerpos% y que sean ms recientes que la composicin de &stos' porque es evidente y manifiesto para todos que nada inanimado tenga en s la facultad de moverse y crecer. Eo hay controversia ni duda alguna acerca del movimiento local, del crecimiento y aumento de los que son alimentados en el 8tero materno. Eo nos queda, por tanto, sino pensar que es uno e id&ntico el momento de la constitucin del alma y del cuerpo@ 6)e anima et resurrectione, 1da. parte" 41? trad. LE(S A. : -P:(W" p. 1>G). n cu#o caso" Fregorio de 3isa" no obstante algunas $acilaciones que parece tener en algunos pasajes respecto a la doctrina traducionista o generacionista" conforme a la cual el alma procedera por generacin del semen de l os padres" como lo e$idencia el presente pasaje parece decidirse por la posicin creacionista respecto del origen del alma" esto es" que Acada una de las almas es creada por )ios en el mismo instante de unirse al cuerpo respectivo@ ::4 . )Por que no pensar que esa simultaneidad entre el alma # el cuerpo sustentada por Fregorio de 3isa no obedece a otra razn" que a la ntima persuacin de que ha# entre ambas partes esenciales del hombre una intimsima unidad en el orden del ser< Hambin la integracin entre el alma # el cuerpo es clara cuando explica el modo de la formacin del hombre. l alma est! presente en el cuerpo desde el inicio" porque el germen humano precontiene a todo el hombre. l alma constru#e progresi$amente a todo cuerpo # sus rganos" se hace presente en todas sus partes. Su presencia # su accin se patentiza all donde ha#a organizacin corprea. Si ha# alg*n rgano enfermo" el 11& 9e hominis opficio, c. $!. 442 S,3 F.FD.(D 3(S3D" )ilogo ,obre el alma y la resurreccin" $ers. castellana de LE(S A. : -P:(W" %uenos ,ires" ,tl!ntida" 4201" p. 1>G-1>2" n. 47. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe alma no puede ser$irse de l. :e esta manera concibe al hombre como constituido por partes no separadas. Seg*n %Xhner ha# dos razones para pensar que la unidad persiste aun despus de la muerte9 A#rimero, la doctrina de la resurreccin de los cuerpos, es decir, de aquellos en que los hombres han muerto' despu&s, el sentimiento cristiano de la unidad de su naturale.a hecha de un alma y un cuerpo, que ha superado aqu al dualismo platnico de manera tan completa, que una separacin entre las dos partes esenciales del hombre aparece como absolutamente imposible@ :@; . Hodo lo cual no hace m!s que confirmar la afirmacin de la unidad substancial en la antropologa de Fregorio de 3isa. Hodo este desarrollo filosfico de la especulacin del 3iseno no es casal sino que se compadece con el mtodo por l adoptado fundado en la ratio theologica, esto es" ha# que ser$irse de la razn para iluminar las cuestiones m!s oscuras de la re$elacin. Principio que" a su $ez" aparece contrapesado por la con$eniencia de apo#arse en la medida de lo posible en la tradicin de los Padres9 A,i es que nuestro ra.onamiento no est a la altura del problema, hemos de mantener siempre firme e inmvil la tradicin que hemos recibido de los #adres por sucesin@ :@: . Pero adem!s de estos claros aportes filosficos" tambin los ha# en el orden teolgico. 1. Heologa 1.4. -onocimiento de :ios n materia teolgica" Fregorio de 3isa apo#a el conocimiento de :ios tanto en el alma como en el orden del cosmos. Si el hombre es un animal racional" es porque posee un pensamiento &nous)" que se expresa mediante un verbo !logos!. ; as como puede afirmarse la existencia del pensamiento en $irtud del orden que el hombre produce a su alrededor" de manera an!loga puede concluirse que el orden del mundo que se manifiesta en la armoniosa mezcla de los elementos en la estructura de cada ser" permite afirmar la existencia de un Pensamiento que las ordena. Por cierto" esto no es $!lido para quienes" como los epic*reos" slo admiten la realidad de lo sensible" pero s para quienes" #a en el orden humano" admiten que las operaciones del cuerpo re$elan la existencia de un pensamiento que las dirige. :e modo an!logo" tambin se puede inferir la existencia de un Pensamiento" a la luz del orden del uni$erso. :e donde se sigue el conocimiento de la existencia del alma a#uda a entender la existencia de :ios # a la in$ersa. A)Nui&n, al contemplar y advertir la armona 6esto es, la unin y concatenacin conspirante, conveniente y casi concordante7 de todas las cosas y de los prodigios celestiales y terrestres y de qu& manera los elementos, por naturale.a entre s contrarios, se unen, se enla.an y se encadenan en cierta sociedad y comunin inefable y oculta, todos y cada uno para el mismo fin, y con la misma intencin aportando y contribuyendo con sus energas a la permanencia, duracin e incolumidad del universo, y como seg8n la propiedad de las cualidades ni puedan me.clarse ni asociarse, sin embargo ni se separan ni, me.clados entre s y moderados por las cualidades contrarias, el uno es corrompido por el otro, antes bien aquellos que por su naturale.a se han inclinados a las alturas, tienden y son llevados hacia aba9o, como el calor solar es llevado hacia aba9o por los rayos' y, en cambio, los cuerpos graves y pesados son llevados y sublimados a las alturas debilitados por los vapores, como el agua contra su naturale.a es llevada a las alturas transportada por un soplo a trav&s de los aires, y, en cambio, el fuego et&reo es trado a la tierra de tal manera que las partes nfimas de aquella no est&n desprovistas de calor, y adems, el lquido de las lluvias, derramado sobre la tierra, siendo uno por naturale.a, produ.ca innumerables diferencias de semillas al adherirse y asentarse apta y acomodadamente sobre todas las cosas inferiores $...%, si alguien contempla con la agude.a de la mente esas cosas, )por ventura, no concer, por medio de las cosas que se ven, que una virtud divina primorosa e ingeniosa, que aparece en todas las cosas y que se e+tiende y esparce por todas ellas, ya adapta y acomoda las partes al todo, ya llena el todo con las part es y con una sola virtud re8ne y encierra todas las cosas, mientras que ella misma permanece en s misma, se mueve alrededor de s misma, y nunca de9a de moverse y no pasa a ning8n otro lugar fuera de aqu&l en que se encuentra5@6)e anima et resurrectione, (ntroduccin" fin? trad. LE(S A. : -P:(W" 7" p. 57). 1$7 Ciado %or E. Gilson en Filosofa en la Edad Media, Madrid, Gredos, 1!"6, %. "". 1$1 Kuod non sun res dii, /G, 16, 11#. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe n materia teolgica" Fregorio de 3isa apo#a el conocimiento de :ios tanto en el alma como en el orden del cosmos. Si el hombre es un animal racional" es porque posee un pensamiento &nous)" que se expresa mediante un verbo !logos!. ; as como puede afirmarse la existencia del pensamiento en $irtud del orden que el hombre produce a su alrededor" de manera an!loga puede concluirse que el orden del mundo que se manifiesta en la armoniosa mezcla de los elementos en la estructura de cada ser" permite afirmar la existencia de un Pensamiento que las ordena. Por cierto" esto no es $!lido para quienes" como los epic*reos" slo admiten la realidad de lo sensible" pero s para quienes" #a en el orden humano" admiten que las operaciones del cuerpo re$elan la existencia de un pensamiento que las dirige. :e modo an!logo" tambin se puede inferir la existencia de un Pensamiento" a la luz del orden del uni$erso. :e donde se sigue el conocimiento de la existencia del alma a#uda a entender la existencia de :ios # a la in$ersa. A)Nui&n, al contemplar y advertir la armona 6esto es, la unin y concatenacin conspirante, conveniente y casi concordante7 de todas las cosas y de los prodigios celestiales y terrestres y de qu& manera los elementos, por naturale.a entre s contrarios, se unen, se enla.an y se encadenan en cierta sociedad y comunin inefable y oculta, todos y cada uno para el mismo fin, y con la misma intencin aportando y contribuyendo con sus energas a la permanencia, duracin e incolumidad del universo, y como seg8n la propiedad de las cualidades ni puedan me.clarse ni asociarse, sin embargo ni se separan ni, me.clados entre s y moderados por las cualidades contrarias, el uno es corrompido por el otro, antes bien aquellos que por su naturale.a se han inclinados a las alturas, tienden y son llevados hacia aba9o, como el calor solar es llevado hacia aba9o por los rayos' y, en cambio, los cuerpos graves y pesados son llevados y sublimados a las alturas debilitados por los vapores, como el agua contra su naturale.a es llevada a las alturas transportada por un soplo a trav&s de los aires, y, en cambio, el fuego et&reo es trado a la tierra de tal manera que las partes nfimas de aquella no est&n desprovistas de calor, y adems, el lquido de las lluvias, derramado sobre la tierra, siendo uno por naturale.a, produ.ca innumerables diferencias de semillas al adherirse y asentarse apta y acomodadamente sobre todas las cosas inferiores $...%, si alguien contempla con la agude.a de la mente esas cosas, )por ventura, no concer, por medio de las cosas que se ven, que una virtud divina primorosa e ingeniosa, que aparece en todas las cosas y que se e+tiende y esparce por todas ellas, ya adapta y acomoda las partes al todo, ya llena el todo con las part es y con una sola virtud re8ne y encierra todas las cosas, mientras que ella misma permanece en s misma, se mueve alrededor de s misma, y nunca de9a de moverse y no pasa a ningun otro lugar fuera de aqu&l en que se encuentra5@6)e anima et resurrectione, (ntroduccin" fin? trad. LE(S A. : -P:(W" 7" p. 57). Pero en lo que concierne al conocimiento de la esencia de :ios" Fregorio de 3isa ad$ierte que ha# una dificultad insuperable" la infinitud de :ios" no es que :ios sea inaccesible" sino que es ilimitado. Si :ios es infinito" # el hombre finito" entonces ste no puede conocer la esencia di$ina. Luego" :ios es incomprensible para la inteligencia humana. Pero as como reconoce su infinitud por contraste con la naturaleza de las criaturas" de la misma manera tambin descubrir! su inmutabiliad por oposicin al orden cambiante de lo creado. Por esa razn #a en Hratio 3atechetica Magna sostiene la posibilidad de conocer la misma naturaleza de :ios9 AMirando al cosmos y considerando su disposicin, y los beneficios que afectan a nuestra vida, aprehendemos que es suma la potencia creador por la que las cosas que son se hacen y conservan. )e aqu, que el entendimiento humano puede alcan.ar a saber de la naturale.a de )ios, a pesar de su e+celsitud e inaccesibilidad@. Lo cual se apo#a tambin en un aplicacin analgica de los nombres di$inos9 ABespecto de )ios usamos diversos nombres, acomodando sus significacioens seg8n la diferencia de las cosas que pensamos@" 63ontra Eunomio, (" 41). Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe Por otra parte Fregorio tambin reconocer! que la *nica $a posible del conocimiento de :ios es a partir del conocimiento del hombre" entendido como imagen de :ios. ; a partir de all tratar! de entender" incluso el car!cter trino de :ios. ,qu se deja $er el influjo de Plotino" para quien lo semejante se conoce por lo semejante" de donde Fregorio piensa que entre :ios # el hombre ha# un parentesco de naturalezas" que permite que la criatura no permanezca en total ignorancia respecto de su creador. 1. :octrina trinitaria ;a se ha dicho que Fregorio trata de entender la realidad de la Hrinidad di$ina a la luz de la naturaleza del alma. n el orden humano se puede distinguir entre la palabra # el pensamiento. La palabra -Logos!, es expresin del pensamiento -nous!. :e manera an!loga se puede entender a :ios primero como Pensamiento supremo" que engendra un 'erbo que lo expresa. Pero" a diferencia de la palabra humana" la palabra di$ina" carece de las limitaciones que con$ienen a la palabra humana" esto es" de su inestabilidad # fugacidad" luego" el 'erbo di$ino" debe entenderse como eternamente subsistente # con $ida propia. ; porque $i$e" tambin debe poseer $oluntad" una $oluntad omnipotente # absolutamente buena. l $erbo mental imita el 'erbo di$ino" su generacin imita la generacin eterna del 'erbo" # su inseparabilidad del pensamiento" imita la consubstancialidad entre el 'erbo # el Pensamiento di$ino. :e este modo se entiende la relacin entre las dos primera personas de la Ssma. Hrinidad. , su $ez" el soplo emitido por el cuerpo animado imita la procesin del spritu Santo. Pues" as como la respiracin procede de la unidad del cuerpo # el alma" el spritu Santo procede de la unidad del Padre # del Jijo. :e esta manera" Fregorio de 3isa entiende que la comprensin cristiana de :ios supera a la de los judos # paganos" a los judos" porque si bien stos" conocen su unidad # unicidad" desconocen su car!cter trinitario? a los paganos porque multiplicaron las personas sin conocer la unidad de su naturaleza. Pero su an!lisis de la Hrinidad contin*a. ,qu las dificultades conceptuales se hacen notar. n su af!n por tratar de entender cmo :ios es simult!neamente uno # trino sin contradecirse termina confundiendo el plano del uni$ersal lgico que no admite pluralidad numrica con la naturaleza concreta finita" que s la admite. ,s" para e$itar ser acusado de tritesta atribu#e realidad a la idea uni$ersal9 A)ebemos confesar un solo )ios, seg8n el testimonio de la Escritura0 AEscucha Psrael0 el ,e/or, tu )ios es un solo ,e/or@, aun cuando el nombre de la )ivinidad se e+tienda a la -rinidad ,anta@ :@@ . La identificacin de :ios con la di$inidad" es equi$alente a confundir un orden real con un orden lgico o abstracto. La distincin entre las tres personas di$inas consiste exclusi$amente en sus relaciones ad intra, porque su acti$idad ad e+tra es com*n a las tres Personas 417 . AEn los hombres, las acciones de cada uno en los mismos oficios se distinguen' por eso se dice, con ra.n, que son muchas, porque cada una de ellas est separada de las dems, dentro de su propia circunscripcin, seg8n el carcter particular de su operacin propia independientemente del Espritu. #or el contrario, todas las operaciones se e+tienden de )ios a la creacin y reciben distintos nombres seg8n las distintas maneras que tenemos de concebirlas' tienen su origen en el #adre, proceden a trav&s del "i9o y se perfeccionan en el Espritu ,anto $...%. La -rinidad ,anta reali.a todas las operaciones de manera parecida a como he e+plicado, no por separado seg8n el n8mero de las #ersonas, sino de suerte que no hay ms que una mocin y disposicin de la buena voluntad del #adre, a trav&s del "i9o, desemboca en el Espritu ,anto $...%. #or consiguiente, no se puede llamar tres dioses a los que con9unta e inseparablemente, por 1$$ Kuod non sun res dii, /G 16, 1$7. 1$' Kuod non sun res dii /G 16, 1''. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe medio de accin mutua, reali.an en nosotros y en t oda la creacin este poder y esta accin divina de inspeccin divina@. 6 Nuod non sunt tres dii' Pnicio' #J I?, :((. #J, I?, :@?, 27. Se distingue entre su acti$idad ad e+tra # sus relaciones mutuas e inmanentes9 A*l confesar la unidad de la naturale.a, no negamos la diferencia que e+iste en cuanto a la causa y a l o que es causado' slo aqu deducimos que una #ersona se distingue de otra, es decir, porque creemos que una es la 3ausa y que otra procede de la 3ausa. *dems, en aquello que procede de la 3ausa reconocemos todava otra distincin. #orque uno procede directamente 6c]oYj^k[7 del primero, y el otro mediatamente y a trav&s del que procede directamente del primero. )e esta manera, la propiedad de ser unig&nito, tampoco e+cluye al Espritu de su relacin natural con el #adre@ & Nuod non sunt tres dii' PF 50" 477). :e esto se sigue que Fregorio entiende que el spritu Santo procede del Padre a tra$s del Jijo" es decir" inmediatamente del Jijo" # mediatamente del Padre. l espritu Santo procede del Padre" por la mediacin del Jijo. n )e ,piritu ,ancto, se8ala que el Padre le comunica su luz al Jijo" #" por medio del Jijo" al spritu Santo. n )e Hratione establece que el spritu Santo es del Padre # del Jijo. -on lo que" por ele$acin" afirma implcitamente la consubstancialidad de las tres Personas. -ristologa9 n materia cristolgica el 3iseno establece una clara distincin de las dos naturaleza en -risto" aunque no deja de admitir que los atributos de una pertenecen a las dos. Hampoco deja de afirmar que ha#a una sola persona en Ml. AEuestra consideracin de las propiedades respectivas de la carne y de la divinidad no engendra confusin mientras consideremos cada una de ellas en s misma' por e9emplo. >el Merbo fue hecho antes de los tiempos, mas la carne empe. a e+istir en los 8ltimos tiempos=' pero no se podran invertir las frases y decir que la carne es pretemporal y que la divinidad empe. a e+istir en los 8ltimos tiempos. El Merbo era con )ios en el principio y el hombre est sometido a la prueba de la muerte, y ni la naturale.a humana era desde toda la eternidadh, ni la naturale.a divina era mortal. El resto de los atributos se considera de la misma manera Eo es la naturale.a humana la que resucita a L.aro, ni es tampoco la potencia que no puede sufrir la que llora cuando aqu&l est en el sepulcro0 las lgrimas proceden del "ombre' la vida, de la Mida verdadera 63ontra Eunomio ,0"0). n mariologa se afirma la doctrina del ljo\mbo[ que afirmaba a la 'irgen Aara como >Aadre de :ios=. .echaza el $ocablo theoanthropos!madre del hombre0 A)*nunciamos nosotros a un Kes8s distinto5 )#resentamos otras Escrituras5 )"a osado alguno de nosotros llamar >Madre del "ombre= a la ,anta Mirgen, a la madre de )ios, como omos que algunos de ellos dicen sin rebo.o5@ 63arta a Eustacia, Ep. :A7. 7. scatologa ,qu se obser$an con claridad sus diferencias con Drgenes. 3o admite la doctrina de la preexistencia ni migracin de las almas" o que fueran encerradas en los cuerpos como pena por una culpa en una $ida preterrenal &)e anima et resurrectione #J, I1, :@?7. Ena cuestin delicada" la afirmacin de la doctrina de la restauracin uni$ersal. l punto es determinar si" )Fregorio de 3isa sigui a Drgenes en lo que respecta a la doctrina de la restauracin uni$ersal" seg*n la cual" el fa$or di$ino" en promue$e una inexorable Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe restauracin apocatstasis pan Ena cuestin delicada" la afirmacin de la doctrina de la restauracin uni$ersal. l punto es determinar si" )Fregorio de 3isa sigui a Drgenes en lo que respecta a la doctrina de la restauracin uni$ersal" seg*n la cual" el fa$or di$ino" en promue$e una inexorable restauracin apocatstasis panta que inclu#e tambin a las naturalezas demonacas o uni$ersales por lo que stas tambin terminar!n reconociendo la dominacin de -risto. :ebe reconocerse que ha# numerosos textos que $an en esa direccin" por ej." cuando sostiene que cada uno habr! de padecer seg*n la medida de su culpa" de suerte que el $icio # la maldad terminen del todo eliminados" lo que ocurrir! cuando toda $oluntad se adhiera a :ios" pues el mal" #a que no tiene realidad en si slo existe en aquella 9 AHpino tambi&n que el modo de sufrir y padecer tal dolor depende en cada caso de la cuanta del vicio. $*quel que lleve a cuestas una gran carga, necesariamente debe soportar una llama grande y que dure muchsimo tiempo, hasta que la materia sea consumida' ms en aquel a quien se aplicare el fuego consumidor durante un espacio de tiempo menor, la pena por medio de la vehemencia y acritud de la accin perdona tanto cuanto, por lo que se refiere a la modalidad del vicio, fuere aminorado lo su9eto a ella $a la pena%. #ues es absoluta y terminantemente necesario que el mal sea e+pulsado alguno ve. de lo e+istente, pues, como se ha dicho ms arriba, lo que realmente no es, no e+iste de ninguna manera. )ado que la naturale.a del vicio y de la maldad es tal que no e+ista fuera de la voluntad y del libre albedro, cuanto toda la voluntad y albedro estuvieren puestos en )ios, el vicio se reducir a la destruccin y abolicin absoluta, perfecta y e+trema de modo que no quede ning8n refugio para &l@@ 6)e anima et resurrectione, 4ra. parte" 1B? LE(S A. : -P:(W" p. 461-467) ; esto debe ocurrir para que se cumpla el mandato de la scritura de que :ios sea todo en todos9 AEl que es t odas las cosas, ciertamente est en t odas las cosas. = con esto me parece ense/ar la ,agrada Escritura la perfecta y absoluta destruccin del vicio y de la malignidad. #ues, si )ios estar en todas las cosas, se sigue ciertamente que ni el vicio ni la maldad estarn en las cosas naturales. #orque si algo pudiese tener vicio y maldad, )cmo se cumplir ala sentencia que dice0 que )ios est en todas las cosas5 La e+encin y substraccin del vicio y de la maldad har, en efecto, imperfecta y no plena la comprensin de todo #ero el que estar en todas las cosas, no estar en las cosas que no e+isten@ 6)e anima et resurrectione, 4ra. parte" 1B? LE(S A. : -P:(W" p. 46G-462). Pero el punto crucial" est! dado por la afirmacin expresa de la con$ersin de las $oluntades demoniacas9 AE+tinguido y abolido alguna ve. el vicio por los cursos y rodeos de los siglos, slo quedar lo bueno. -ambi&n los demonios concorde y unnimemente confesarn la dominacin de 3risto@ 6)e anima et resurrectione, 4ra. parte" 14? LE(S A. : -P:(W" p. 44B-44G). -omo puede $erse" el )ilogo )e anima et resurrectione, sostener derechamente la doctrina origenista de la apocatstasis panta. -omo lo se8ala :e -adiz" de aqu parece seguirse que sigue que Fregorio de 3isa adhiere expresamente a la doctrina de la sal$acin o restauracin uni$ersal de todos" inclu#endo a los condenados al infierno # al mismo :emonio. Por lo menos" as lo entenderan numerosos intrpretes9 :alleo" -asimiro Dudin" SchrYcIh" Semler" # -asaubon 415 . 1$1 Cfr. (E CA(.N, M., en SAN GREG5R.5 (E N.SA, 9i;lo"o sobre el alma y la resurreci)n, /r@logo del raducor, Buenos Aires, Alnida, 1!6$, %. 17. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe n opinin de :e -adiz" sin embargo" Fregoro no habra incurrido en tal error dogm!tico. ; se8ala como dato singular" que los Padres del (( -oncilio cumnico" efectuado en -onstantinopla &007) donde se promulgaron quince anatemas contra o tras tantas tesis origenistas" -entre las cuales aparece la negacin de la eternidad del infierno" # la afirmacin de las purificacin de los pecadores # demonios 410 -" sin embargo" en ese mismo -oncilio" los Padres de la Aproclamaron a ,an gregorio de Eisa como heredero del pensamiento de ,an Gasilio destinado por la #rovidencia para asegurar el triunfo de la ortodo+ia, como gua decisiva@ :@1 . :ice al respecto =ocio" Patriarca de -onstantinopla" que no hace m!s que recoger la opinin de San Ferm!n" tambin Patriarca de -onstantinopla9 A"e ledo el libro del que es autor Jermn $...% )efiende a Jregorio, Hbispo de Eisa, y a los escritos de &ste de ser inmunes del error de Hrgenes. #orque aqu&llos, a quienes place el delirio de que a los demonios y a los condenados a la pena eterna les espera la liberacin, reconociendo que aquel varn es singular por su doctrina e insigne por su elocuencia y viendo la preclara estimacin de santidad proclamada por los labios de todos, emprendieron la tarea de me.clar a sus claros y salvadores escritos los obscuros y perniciosos venenos del sue/o de Hrgenes y de ocultar la her&tica locura ba9o la virtud y la celebrada doctrina de aquel hombre. #or lo cual se empe/aron en falsear mucos de sus irreprensibles documentos, ya intercalando muchas falsedades, ya cambiando violentamente el sentido reto de algunas e+presiones $...%. Los libros que asediaron los here9es y que Jermano, principal defensor de la verdad, salv del insulto de los ladrones, son0 >)ilogo con Macrina, su hermana, acerca del alma=, el >Libro 3atequstico= y el >Libro de la vida perfecta@ &=D-(D" $ol. 477" PF" 55" 04-01). Ergo" seg*n =ocio" Fermanus crea que )e anima et resurrectione # Hratio catechetica fueron decididamente interpoladas por sus seguidores herejes" per seg*n @uasten tal hiptesis carece de fundamento" toda $ez que est doctrina aparece tambin en otras obras 41B . :e -adiz reconoce como doctrina Fregorio la ense8anza de la postergacin de la bienaventuran.a y de la satisfaccin en el purgatorio hasta despu&s de la resurreccin general de los cuerpos@, pero esto tambin fue sostenido por otros Padres" # no se sent doctrina definiti$a # condenatoria al respecto hasta la constitucin Genedictus )eus@ del Papa %enedicto +(( &4776). Por lo que Fregorio de 3isa no pudo ser considerado hereje por haber sostenido lo contrario. Pero el punto no pasa por la consideracin de Fregorio como hereje u ortodoxo" porque de hecho" si la condenacin de Drgenes por la (glesia aparece en el (( -oncilio ecumnico de -onstantinopla en el 007" despus de la muerte de Drgenes e incluso de Fregorio &77>-72>)" es claro que l no pudo oponerse a una doctrina que slo se establece mucho tiempo despus de su muerte. Pero la cuestin es que Fregorio" afirma expresamente un error doctrinal" cual es la de sostener que no ha# condenas eternas por parte de :ios" por ser meramente medicinales" con lo cual se negaba la posibilidad de una pena eterna. :ebe reconocerse que en Hratio 3atequetica 5>" aunque habla insistemente del Afuego ine+tinguible@, de la inmortalidad del Agusano@e incluso de una sancin eterna" no terminaba de entender que alguna criatura pudiese estar eternamente separada de :ios. Por eso" parece entender la expresin sancin eterna en el sentido de sancin por Alargos perodos de tiempo@ 6Hratio 3at. 5>). La admisin de una apocatstasis pnta &restauracin uni$ersal # la $ictoria completa del bien sobre el mal" lo que inclu#e al mismo autor del mal9 1$6 MASS5N, H. Manual de hereAas, Madrid, Rial%, 1!&!, *ers. cas. )os< Ma. Le@n, Madrid, Rial%, 1!6$, 1$" Cfr. (E CA(.N, M., en SAN GREG5R.5 (E N.SA, 9i;lo"o sobre el alma y la resurreci)n, /r@logo del raducor, Buenos Aires, Alnida, 1!6$, %. 17. 1$# K2ASTEN, ). Patrolo"ia *ers. es%. 5?aibia 'ra. Madrid, BAC, 1!#', %. 6$1. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe 3o imagina una sucesin de apocat!stasis que implica una secuencia de mundos hasta que se logra la con$ersin de todos los hombres. Pero s admite que ha# una apocat!stasis que conduce a una restauracin uni$ersal al fin de los tiempos # en la $ictoria completa del bien sobre el mal9 A3uando despu&s de un largo perodo de tiempo, nuestra naturale.a se vea libre de la maldad que ahora est me.clada con ella y con ella crece y cuando quede restaurado el estado original de los que ahora estn ba9o el pecado, subir un himno unsono de accin de gracias de toda la creacin de los que no necesitaron purificacin en absoluto. Geneficios de esta clase y parecidos nos reporta el misterio de la Encarnacin divina. #orque se me.cl con la naturale.a humana, pasando por todas las propiedades de la naturale.a humana, tales como nacimiento, crian.a, crecimiento, hasta la e+periencia de la muerte, obtuvo todos los resultados que he mencionado antes, librando al hombre del mal y curando aun al mismo que introdu9o el mal@ &Hratio 3atechetica." 16). -on lo cual no deja de repetir el error de Drgenes. 5. La mstica La teologa mstica jug un papel importante en la especulacin posterior. llo se debe a que es un eslabn entre la mstica alejandrina" a tra$s de Plotino" con Pseudo :ionisio" A!ximo el -onfesor # con el misticismo bizantino. Las ideas centrales en este aspecto son tres9 4. la imagen de :ios en el hombre? 1. la intuicin de :ios. 7. el ascenso mstico. 4. La imagen de :ios en el hombre Fregorio parte del principio de que el hombre se asemeja a :ios por las funciones de dominio" luego" el alma humana se constitu#e en un reflejo de :ios. AJrande es la seme9an.a entre la criatura y su 3reador, pero infranqueable la distancia que los separa@. l hombre" como microcosmos" exhibe en s mismo el orden # armona del uni$erso9 A,i toda la ordenada disposicin del universo es una especie de armona cuyo autor y artista es )ios $...%, y si el hombre mismo es un microcosmos, entonces &ste es una imitacin de *quel que plasm el universo. Es natural, pues, que la mente descubra en el microcosmos $...%. -oda la armona que se observa en el universo se vuelve a encontrar en el microcosmos, es decir, en la naturale.a humana, en la proporcin que las partes guardan en el todo, en cuanto las partes pueden contener el todo@ :@2 . AEl hombre es un peque/o mundo que en s contiene todos los elementos de que consta y est formado el universo@ 66)e anima et resurrectione, (ntroduccin" fin? trad. LE(S A. : -P:(W" 5. p. 55). Pero con la .e$elacin esta idea filosfica queda superada" el hombre no es tanto un microcosmos" sino imagen -eicon! de :ios9 A$,u grande.a y e+celencia no estriban% en su seme9an.a con el universo creado, sino en haber sido hecho a la imagen de la naturale.a del 3reador@ :@4 . l hombre es imagen de :ios en razn de su alma racional9 ALa facultad especulativa, raciocinadora y e+aminadora del alma es propia y natural e ella y que conserva en s mediante tal facultad aquella imagen de su gracia por la cual es seme9ante a )ios@ 6)e anima et resurrectione, LE(S A. : -P:(W" 4G" p. 26). ; esto por dos razones9 en primer lugar porque por ella se conoce a :ios" con lo cual coincide con -lemente # Drgenes quienes afirman al hombre como imagen de :ios en razn del vo[09 1$& .n /sal-os . c. 'D /G 11, 111C(. 1$! (e o%iBicio ;o-inis c. 1". Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe ALa facultad de especular y de 9u.gar es propia de aquella parte de alma que es seme9ante a )ios, pues, por medio de ella conocemos a )ios@ 6)e anima et resurrectione, LE(S A. : -P:(W" 16" p. 456). ;" en segundo lugar porque" en cuanto est! dotada de libre albedro -_\jnoXYZov !con lo cual coincide con (reneo- pero fundamentalmente" # en esto se distingue de -lemente" Drgenes e (reno" por la posesin de la $irtud - ]j\o!aret&! en cuanto que por ella el hombre est! libre de toda necesidad9 A,i )ios es la plenitud de todos los bienes, el hombre es su imagen0 a no dudarlo, en el ser plenitud de todos los bienes, la imagen, conformndose al modelo, se le aseme9ar. = as se halla en nosotros reproducida la idea de que toda belle.a, y toda virtud, y toda ciencia, y cuanto se puede pensar de e+celente. Entre otros dones, tenemos el de ser libre de toda necesidad en el obrar y el no estar su9etos a ninguna fuer .a natural, siendo due/os de elegir lo que queremos. #ues, la virtud es algo no su9eto a imperio alguno, y espontneo, y lo que es impuesto por la fuer.a no puede ser virtud@ 6)e hominis opificio, cp. +'(? -. =.3P3:W" 1>1- 1>7). ; esto ocurre" porque" una $ez extinguido en el hombre todo $icio" #a no tendr! deseo de lo bueno # de lo honesto" pues lo que se posee #a no se desea9 A#orque, e+tinguido en nosotros, despu&s de la purificacin, todo movimiento carente de ra.n, tampoco e+istir ya en nosotros la facultad de desear' y desparecida &sta, en ninguna parte habr deseo del bien, ya que ning8n movimiento seme9ante del alma ha quedado p/oara e+citar el apetito del bien@ 6)e anima et resurrectione, LE(S A. : -P:(W" 16" p. 456). :e donde la nocin de imagen est! $inculada con los dones di$inos preternaturales. -on lo cual se distancia de los otros Padres. Pues mientras -lemente # Drgenes entienden a la imagen en funcin de la parte racional del hombre" # seg*n (reneo" en funcin del libre albedro" la posicin de Fregorio es la de fundarlo no solo en dichos fundamentos sino tambin en la $irtud" ]j\o. l hombre es superior a todas las dem!s criaturas en razn de haber sido hecho a imagen de :ios &)e hominis opificio, #J II, :@2*7. 3o asume la distincin de los ,lejandrinos entre imagen 6jbav7 # semejanza &do`aYZ[) donde se dentifica a la semejanza con los esfuerzos que hace el hombre sobre la base de la imagen. A!s bien en Fregorio ha# una identificacin de imagen # semejanza que tiene por objeto significar Ala pure.a, e+encin de toda pasin, bienaventuran.a, ale9amiento de todo mal y todos aquellos atributos de la misma ndole que contribuyen a formar en los hombres la seme9an.a de )ios@ :(; . La imagen de :ios se distingue de :ios9 A)En qu& entonces !dirs!, podremos apreciar la diferencia que hay entre )ios y la imagen que lo representa5 !En que )ios es increado, y el hombre ha recibido la e+istencia p or creacin. = a esta diferencia fundamental acompa/an otros caracteres. Es cosa, en efecto, absolutamente reconocida por todos que la naturale.a increada es inmutable y que, por el contrario, la creada no puede subsistir sin e+perimentar continuos cambios. #ues, el mismo trnsito del no ser al ser es una suerte de movimiento y cambio o mutacin del ser al ser, verificado por la divina voluntad $...%. #or lo cual, como el ser increado permanece siempre el mismo, y el creado, en cambio, empe. a e+istir en virtud de una suerte de cambio o mutacin, y tiene una manera 1'7 (e ;o-ini o%iBiciu- 6, 1A. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe de ser afn a ella, por eso, el que vio todas las cosas, como dice la profeca, antes de que empe.asen a e+istir, impuso a la imagen la distincin entre macho y hembra, distincin que, como hemos dicho, no apunta al e9emplar divino, sino que tiene afinidad con la naturale.a irracional $...%. 3uando se dice que )ios cre al hombre, pensamos que con lo indefinido del t&rmino se designa toda la naturale.a humana. #ues, a eso que fue creado no se le impuso el nombre de *dn, como dice la narracin en lo que sigue0 el nombre que le fue impuesto no es el de este individuo, sino el de lo universal@ 6)e hominis opificio, cp. +'(" -. =.3P3:W" 1>7). Pero esta imagen de :ios no se ha de entender slo en sentido est!tico sino tambin din!mico. ;a que en $irtud de reconocerse como imagen de :ios" el alma se $e empujada interiormente a acercarse a aquello de lo que es imagen. ; es precisamente esta $inculacin de la imagen de :ios con la $irtud que adorna a la conducta humana" la que queda hondamente afectada" hasta el punto de tornarse irreconocible con la aparicin del pecado. A,lo el pecado puede quebrar esta seme9an.a' la vida virtuosa basta para recomponer este espe9o, quebrado pero no destruido y volver a refle9ar la lu. de )ios@. La aparicin del pecado no es obra de :ios. :ios ha creado al mundo # al hombre en $irtud de un acto de amor libre. Pero" por el solo hecho de haber sido creadas a partir de la nada" las criaturas poseen una mutabilidad que les permite alterar su condicin inicial. n el caso del hombre" esto es posible" fundamentalmente" en razn de su libre albedro. Pues" es precisamente este libre albedro el que habindole permitido al hombre elegir entre el bien # el mal" explica que el hombre elija el mal. :e este modo la libertad que se constitu#e en fundamento del amor # de la $irtud" lo es tambin de la responsabilidad del pecado9 AEl alma ha sido formada y creada por )ios y, como en la )ivinidad no se advierte vicio alguno ella est fuera de la necesidad del vicio. "abiendo sido creada con esa condicin, ella $el alma% es conducida por su voluntad y libre albedro adonde le pareciere0 o por su libre voluntad cierra los o9os a lo bueno y a lo honesto, o a otras insidias del enemigo de nuestra vida, que habita con nosotros, soporta el vicio y la privacin de los o9os y vive en las tinieblas del fraude, o tambi&n contrariamente se ale9a de los vicios y afectos tenebrosos contemplando la verdad@ 6)e anima et resurrectione, trad. LE(S A. : -P:(W" 1da parte" 0" p. 1>>). :e ese modo el mal que no exista hace su aparicin por causa del hombre. Pero no tiene una existencia positi$a" sino que se reduce al hecho negati$o de una mala eleccin" que consiste en preferir lo sensible a lo di$ino. ; es este acto malo el que afect a la imagen del hombre con la herrumbre del pecado. :e este modo la huella del pecado afecta al hombre en su alma # en su cuerpo. ; es precisamente la pre$isin de este pecado lo que obliga a :ios a establecer la di$isin de sexos como $a de multiplicacin de los hombres. Pues" sin el pecado original" los hombres se habran multiplicado de un modo puramente espiritual" como los !ngeles. 1. La intuicin de :ios l conocimiento de :ios se funda en la aplicacin del principio Alo seme9ante se conoce por lo seme9ante!. ste principio que tiene en Pit!goras" mpdocles # Platn sus principales sostenedores" da lugar a la idea de que lo di$ino slo se puede conocer por lo di$ino. Fregorio entiende que as como el ojo puede $er los ra#os de luz porque la luz forma parte de su propia naturaleza" as el hombre puede conocer a :ios porque ha# en l algo di$ino9 AEl o9o go.a de los rayos de la lu. en virtud de la lu. que &l mismo tiene por naturale.a, con la cual puede aprehender a sus seme9antes $...%. Esta misma necesidad e+ige en lo que respecta a la participacin en )ios, que Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe en la naturale.a que ha de go.ar de )ios haya algo seme9ante a *quel de quien se va a participar@ :(: . ,s la imagen de :ios que ha# en el hombre permite que el hombre alcance la $isin mstica de :ios compensando las limitaciones del conocimiento humano9 AEl hombre que ha purificado su cora.n de toda criatura y afeccin viciosa ver la imagen de la naturale.a divina en su propia belle.a@ 471 . sto implica una gracia extraordinaria que se da a quienes se han preparado para $ol$er a la imagen da8ada por el pecado" mediante una purificacin -bpl_]YZ[! o purificacin del pecado. Lo que significa dominar el peso de las pasiones hasta alcanzar el estado de impasibilidad - cplZ_!. Por esto" la $isin de :ios supone una pre$ia con$ersin moral" que" haciendo $isible la $erdadera naturaleza del hombre" permite que el hombre termine $iendo a :ios como el modelo del que es semejante9 A,e ha probado tambi&n que el alma no puede unirse al )ios incorruptible ms que haci&ndose ella misma pura mediante la incorrupcin, de modo que por medio de esta seme9an.a alcance aquello a que se aseme9a, colocndose como espe9o ante la pure.a de )ios, y de esta suerte, por la participacin y el refle9o del *rquetipo de toda belle.a, se modele a s misma@ 477 . Pero" por cierto" no se trata del logro de un esfuerzo puramente humano" sino que supone la asistencia de la gracia9 A#ertenece a aquellos cuyos esfuer.os por alcan.ar este ob9eto de noble amor se ven favorecidos y ayudados por la gracia de )ios@ :(I . :ice en Sermn 6 ,obre las bienaventuran.as0 ALa naturale.a divina, sea lo que fuere en si misma, sobrepasa toda inteligencia capa. de comprender, siendo como es totalmente inaccesible e inasequible para el ra.onamiento y para la con9etura, y los hombres no han encontrado la facultad para entender lo que n se puede entender ni se ha inventado un m&todo pata comprender las cosas ine+plicables. #or esta ra.n, el gran *pstol llama inescrutables a los caminos de )ios, significando con esta e+presin que el camino que lleva al conocimiento de la esencia divina es inaccesible al pensamiento. Lo cual quiere decir que ninguno de los que nos precedieron en esta vida ha indicado a la inteligencia alguna huella con que pueda conocer lo que est por encima del conocimiento. ,iendo as Cl que por naturale.a est por encima de toda naturale.a, el Pnvisible y el Pncomprensible se ve y se percibe de distinta manera. ,on muchas las maneras de percibirlo. *l que ha hecho todas las cosas en sabidura se le puede ver, por va de inferencia, a trav&s de la sabidura que se manifiesta en el universo. Eso mismo que ocurre con las obras de los hombres, en las cuales, de alguna manera, la mente puede ver al hacedor de la obra de arte que tiene ante s, porque ha de9ando en su obra el sello de su arte. ,in embargo, no se ve la naturale.a del artista, sino solamente la habilidad artstica que el artista ha de9ado impresa en su obra. )e la misma manera tambi&n, cuando contemplamos el orden que reina en la creacin, formamos en nuestra mente una imagen, no ya de la esencia, sino de la sabidura de *quel que hi.o todas las cosas con sabidura. = si consideramos la causa de nuestra vida, es decir, que se movi a crear al hombre, no por necesidad, sino por libre decisin de su bondad, decimos nuevamente que de esta manera 1'1 (e inBanibus %rO-aure abre%is /G 1", 11'(.1#"A. 1'$ Ser-@n " Sobre las biena*enuran:as. 1'' (e uirginiae c% 11. 1'1 (e uirginiae c% 1. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe hemos contemplado a )ios, que hemos comprendido no ya su esencia, sino su bondad. Lo mismo hay que decir de las dems realidades que elevan la mente hasta la Gondad trascendente' todas ellas podemos considerarlas como conocimiento de )ios, por cuanto que cada una de estas sublimes ideas pone a )ios al alcance de nuestra mirada. #ues, el poder, la pure.a, la constancia, la libertad de toda contrariedad, todas estas cosas graban en el alma la imagen de una mente divina y trascendente $...%. #ero el significado de la bienaventuran.a no se limita solamente a afirmar que podemos conocer al 3reador por analoga por medio de su operacin. Nui.s los sabios de este mundo puedan tambi&n alcan.ar alg8n conocimiento de la ,abidura y #oder trascendente por la armona del universo. Eo' yo creo que esta magnfica bienaventuran.a propone otro conse9o a los que son capaces de recibir y contemplar lo que se desea $...%. El hombre que ha purificado su cora.n de toda criatura y afeccin viciosa ver la imagen de la naturale.a divina en su propia belle.a. =o pienso que en esta breve sentencia el Merbo e+presa un conse9o como &ste0 En vosotros, hombres, e+iste cierto deseo de contemplar el verdadero bien. 3uando oigis que la )ivina Ma9estad est encumbrada por encima de los cielos, que su gloria es ine+plicable, que su belle.a es inefable y que su naturale.a es inaccesible, no perdis la esperan.a de contemplar alg8n da lo que deseis. Est, en efecto, a su alcance' tienes en t i mismo la medida para comprender a )ios. el que a ti t e hi.o dot al mismo tiempo tu naturale.a de esta admirable cualidad. )ios de9 impresa en tu constitucin la seme9an.a de los bienes de su propia naturale.a, como si preparara el molde de un grabado en cera. #ero la malicia, que se ha derramado en torno a la imagen divina, ha hecho in8til para ti el bien que se oculta ba9o cubiertas infames. #or consiguiente, si limpias nuevamente, con una buena vida, la inmundicia que, como mortero se te ha pegado al cora.n, aparecer en ti la belle.a divina $...%. La divinidad es pure.a, ausencia de toda pasin y separacin de todo mal. ,i en ti hay todo esto, )ios est efectivamente en ti. #or consiguiente, si tu pensamiento no tiene me.cla de mal y est libre de pasin y e+ento de la mancha, eres bienaventurado por tu clarividencia' pues, por estar purificado, eres capa. de percibir lo que es invisible para los que no estn purificados. Las tinieblas materiales han desaparecido de los o9os de tu alma, y t8 contemplars la radiante y dichosa visin en el limpio cielo de tu cora.n@ 6Sermn 6" sobre las bienaventuran.as7. n suma" la realidad di$ina" en razn de su grandeza ontolgica escapa a la comprensin de la inteligencia humana. Pese a todo cabe la posibilidad de su conocimiento" sobre todo a partir de sus obras" por el orden de la creacin" se lo puede conocer" no en su esencia pero s a la luz de los atributos que se pueden inferir a tra$s de sus obras" a saber" como %ondad trascendente. ; as se puede conocer a :ios por analoga por medio de su operacin. Pero para que esto se haga posible es necesario purificar el corazn de toda malicia" porque como lo se8ala la biena$enturanza -Los puros de cora.on vern a )ios! slo as estar! en condiciones de descubrir en si mismo la semejanza de los bienes de su propia naturaleza. :e esta manera al hombre tener una $isin mstica de :ios en el seno de su propia alma" lo cual se constitu#e en anticipo de la $isin beatifica que tendr! lugar en el estado de gloria. 7. La ascensin mstica Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe Ena $ez que el hombre se reconoce como imagen de :ios" # consecuentemente se libera de toda pasin subalterna" est! en condiciones de iniciar el camino de ascenso hacia :ios" lo que supone andar el seguro # angosto camino de la $irtud. Porque quien libremente elige lo mejor" se adhiere a eso que es mejor # as es arrastrado hacia donde se halla el bien deseado9 AEl camino que conduce al hombre de nuevo al cielo es otro que el evitar las cosas malas de este mundo, huyendo de ellas. Me parece a m que el propsito de evitar el mal reali.a la seme9an.a con )ios. "acerse seme9ante a )ios quiere decir hacerse 9usto, santo y bueno y otras cosas parecidas. ,i alguien, en cuanto est de su parte, graba en s visiblemente los rasgos caractersticos de estas virtudes, pasar, automticamente y sin esfuer.o, de esta vida terrena a la vida del cielo. #orque la distancia entre lo divino y lo humano no es una distancia local, de suerte que se necesite de un medio mecnico para que esta pesada carne terrena pueda emigrar a la vida inteligible e incorprea. ,i la virtud se ha separado cuidadosamente del mal, 8nicamente depende de la libre eleccin del hombre el estar all donde le inclina su deseo. #or tanto, ya que a la eleccin del bien no le acompa/a ning8n dolor !pues al acto de elegir sigue inmediatamente la posesin de las cosas elegidas!, tienes derecho a estar, sin ms, en el cielo, porque te has posesionado de )ios con tu mente. *hora bien, si, seg8n el Ecclesiast&s 6?,:7, >)ios est en el cielo= y tu, seg8n el profeta 6#s A@,@27, >te adhieres a )ios=, se sigue por fuer.a que quien est adherido a )ios est donde est )ios. 3omo Cl te ha mandado que en la oracin le llames #adre a )ios, te manda nada menos que te hagas seme9ante a tu #adre celestial mediante una vida que sea digna de )ios, como nos invita ms claramente en otro lugar cuando dice0 >,ed perfectos como vuestro #adre celestial es perfecto 6Mt ?,I27@ :(? . ; es en ese fiel seguimiento de la $oluntad del Padre" lo que le ha de permitir al hombre realizar el encuentro con las Personas di$inas" # esto es lo que Fregorio designa como $isin al modo de epItasis. La ep>asis n la segunda parte de la obra ,obre la vida de Mois&s &142-152) aparece el punto central referido al progreso al infinito en la unin con :ios. :anielou entiende el trmino griego ep>asis" literalmente" intraducible en el sentido de ir hacia delante, avan.ar, progresar. n la obra se quiere indicar que la $ida del cristiano por el camino de la $irtud en seguimiento de -risto" no termina jam!s. La unin con :ios" el $erle # no $erle se entiende como un llegar sin terminar de llegar" donde a la quietud que sigue al encuentro" la acompa8a la inquietud que implica el proseguir hacia. Porque se trata de la $isin que tiene quien #a alcanz a :ios pero sin terminar de alcanzarlo del todo :ios siempre est! m!s all! de todo encuentro # de toda $isin. -on ella se quiere indicar precisamente el sentido siempre nue$o del camino hacia :ios. Sin reiteraciones" sin lugares comunes" sin acostumbramientos. Porque el camino no termina. Porque en l siempre estaremos empezando de nue$o. sta idea se hace presente en )e Fita Moysis, cuando Fregorio" remite al preciso momento en que el profeta Aoiss le pide al Se8or que le mostrara su rostro" Apide a )ios se le apare.ca, como si nunca le hubiese visto a *quel que se ha aparecido continuamente@ 6Fita Moysis, ((" 142? -n" p. 422). Pero" en respuesta :ios le hace $er que esto es imposible" en todo caso" slo puede $er Asus espaldas@, con lo cual" le quiere indicar que en el camino que resta podr! ir alcanzando progresi$amente pero sin agotarla jam!s alg*n conocimiento de su esencia. Se trata de un $er no viendo, una forma de teologa negati$a. ALa vo. de lo alto accede ahora al deseo del que pide y no le reh8sa la entrega de esta gracia, pero nuevamente lo lleva a la desesperan.a, al de9arle claro que lo que &l busca es inalcan.able a la naturale.a humana. 1'6 (e oraione do-inica, $. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe * pesar de esto, )ios le dice que hay un lugar 9unto a &l, y en ese lugar, una pe/a y en la pe/a una hendidura, en la cual manda a Mois&s que se sit8e. )espu&s )ios pone la mano en la boca de aquella hendidura y, pasando delante , llama. *l ser llamado, Mois&s sale fuera de la pe/a, ve las espaldas de quien lo ha llamado, y as parece que ha visto al que buscaba pues se cumple la promesa de la vo. divina@ 6Fita Moysis, ((" 142? -n" p. 422). Para iluminar el sentido de esta $isin insatisfecha" Fregorio apela a la imagen de la fuente" en lo que tiene ella de permanente surgencia. Pero esta idea de mo$imiento" no significa que todo se pierde en un puro de$enir. Porque" aunque esto se entiende en trminos de perpetua e irrepetible surgencia" esta particular $isin de la ep>asis" siempre tiene como fundamento la misma %elleza de :ios" lo que significa que el deseo de $er a :ios no se apo#a en un deseo $ano" sino en una posibilidad realizable # realizada #a en el trmino de esta $ida" porque Ala Boca en que nos apoyamos es slida, como slida y perpetua es la comunicacin con )ios@. l alma super!ndose a s misma se ele$a en tensin hacia las cosas celestiales que se le ponen delante9 A= como nadie arriba corta su impulso 6pues la naturale.a del bien atrae hacia s a quienes levanta los o9os hacia ella7, el alma siempre se eleva sobre s misma, en tensin por el deseo de las cosas celestiales, como dice el apstol, hacia las cosas que estn delante, y elevar su vuelo cada ve. ms hacia lo alto@ 6Fita Moysis, ((" 110? -n" p. 1>1). Se trata de un esfuerzo que lejos de decaer con los logros #a adquiridos, se renue$a precisamente en su mismo cansancio por alcanzar la $irtud9 AEn efecto, gracias a lo ya conseguido desea no renunciar a lo que est arriba y torna incesante su impulso hacia las cosas de arriba, renovando siempre con lo ya conseguido la tensin hacia el vuelo. En efecto, el obrar de la virtud alimenta su fuer.a en el cansancio, ya que su tensin no disminuye por el esfuer.o, sino que aumenta@ 6Fita Moysis, ((" 116? -n" p. 1>1). @uien empieza este camino" no se detendr! #a m!s" porque siempre habr! un nue$o horizonte que conquistar9 A#or esta ra.n, decimos que el gran Mois&s, a pesar de hacerse cada da ms grande, nunca se detuvo en el camino hacia arriba, ni se puso a s mismo ning8n lmite en el esfuer.o hacia la cumbre, sino que, una ve. que puso el pie en la escala en cuya cima estaba )ios, como dice Kacob, subi ininterrumpidamente al escaln superior, sin cesar nunca de subir, porque siempre hay un escaln ms alto que aquel al que ya se ha llegado@. 6Fita Moysis, ((" 11B? -n" p. 1>1-1>7). @uien gusta de la $isin de :ios no se sacia de tener m!s9 ABesplandece por la gloria y, al.ado por estas elevaciones, a8n arde en deseos, y no se sacia de tener ms' a8n tiene sed de aquello de que ha sido saciado completamente, y pide obtenerlo como si nunca lo hubiese obtenido, suplicando a )ios que se le revele, no en la forma en que &l es capa. de participar de ello, sino tal cual es@. 6Fita Moysis, ((" 171? -n" p. 1>5-1>0). Lo conseguido con este modo de $isin" lejos de aquietar no hace m!s que encender el deseo de lo por conseguir9 AEse sentimiento me parece el propio de un alma poseda por la pasin del amor hacia la Gelle.a esencial0 la esperan.a no cesa de atraer desde la belle.a que se ha visto hacia la que est ms all, encendiendo siempre en lo que ya se ha conseguido el deseo hacia lo que a8n est por conseguir. )e donde se sigue que el amante apasionado de la Gelle.a, recibiendo siempre las cosas visibles como imagen de lo que desea, Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe anhela saciarse con el modelo originario de esa imagen@. 6Fita Moysis, ((" 174? -n" p. 1>5). s una $isin que no tiene acabamiento9 A= esto es inaccesible al conocimiento. ,i pues, la naturale.a que da la vida trasciende todo conocimiento, aquello que es abarcado por el conocimiento ciertamente no es la vida. Lo que no es la vida no tiene una naturale.a apta para dar la vida. #or esta ra.n, se da satisfaccin al deseo de Mois&s precisamente en aquello en que este deseo queda sin satisfacer@. 6Fita Moysis, ((" 170? -n" p. 1>6). Porque lo que se busca excede infinitamente las posibilidades de la naturaleza de quien lo busca" porque" de su#o" carece de todo lmite9 AEn efecto, aprende de lo ya dicho que la )ivinidad, por su propia naturale.a, es inabarcable, pues no est circunscripta por ning8n lmite. #ues, si se pensase a la )ivinidad con alg8n lmite, sera necesario considerar 9untamente con el lmite lo que hay de ms all $de ese lmite%. En efecto, lo que est limitado termina ciertamente en alguna cosas, como el aire es el lmite de los animales terrestres, y el agua el lmite de los acuticos. = puesto que el pe. est rodeado por el agua en todas partes, y el p9aro por el aire, el medio del agua, en el caso de los acuticos y el del aire, en el caso del p9aro, es la se/al del lmite en el punto e+tremo que abarca al p9aro o al pe. al cual delimitan el agua o el aire, asi necesariamente, si se piensa la )ivinidad dent ro de un lmite, es necesario que est& abarcada por algo heterog&neo a su naturale.a, y la lgica demuestra que el continente es mayor que el contenido@6Fita Moysis, ((" 176? -n" p. 1>6). Pretender conocer a la realidad di$ina tal como es en s misma" es desconocerla absolutamente" porque de su#o est! m!s all! de toda comprensin9 A,iendo evidentemente menor la naturale.a de l o contenido que la de lo que lo contiene, se sigue la superioridad de lo ms vasto. #or tanto, quien encierra a la )ivinidad en un lmite establece que la belle.a est dominada por su contrario. #ero esto es absurdo. Eo se pensar, pues, en ning8n lmite de la naturale.a infinita. Lo que no est limitado no tiene una naturale.a que pueda ser comprendida. "e aqu por qu& todo el deseo hacia lo bello, que atrae hacia aquella ascensin, se agranda constantemente 9unto con la carrera de quien se apresura hacia la belle.a@ 6Fita Moysis, ((" 17G? -n" p. 1>B). Luego" la $isin de :ios se realiza bajo el modo de no $er" porque su objeto jam!s terminar! de ser $isto9 AEsto es ver realmente a )ios0 no encontrar 9ams la saciedad del deseo. Es totalmente inevitable que quien ve se inflame en deseos de ver a8n ms precisamente a causa de aquellas cosas que es posible ver. = de esta forma ning8n lmite interrumpir el progreso en la ascensin hacia )ios, por no haber lmite de la Gelle.a, ni ser interrumpido por ninguna hartura el aumento el deseo hacia la Gelle.a@ 6Fita Moysis, ((" 172? -n" p. 1>B). Luego" luego la $isin de :ios debe entenderse bajo el signo de la inquietud pro$ocada por la desesperanza de saber que se compara con una carrera cu#a meta jam!s ser! alcanzada9 A#uesto que el deseo te lan.a hacia lo que est delante y no tienes ninguna hartura en tu carrera, y el bien no tiene lmite alguno, sino que el deseo se orienta siempre hacia aquello que es a8n ms grande, hay tanto lugar 9unto a m, que quien corre con &l 9ams podr alcan.ar el final de la carrera@ 6Fita Moysis, ((" 151? -n" p. 1>G ). Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe Pero" pese a esa inquietud ha# tambin la tranquilidad que nace de la seguridad de que" mientras se prosiga la marcha tras :ios" se permanece firme en el camino de la $irtud9 A#ero, desde otro punto de vista, la carrera es quietud. >3olcate !dice! sobre la pe/a=. Esto es lo mas parad9ico de todo0 cmo la quietud es lo mismo que el movimiento. En efecto, quien corre no est quieto, y quien est quieto no marcha hacia arriba' aqu, en cambio, el pensamiento estable se origina por caminar hacia arriba. Esto quiere decir que cuanto ms slida y firmemente se mantiene uno en el bien, tanto ms consuma la carrera de la virtud. Nuien es inestable y vacilante en cuanto a la base de sus convicciones, por carecer de una segura estabilidad en el bien, >sacudido por las olas y llevado de un lado a ot ro=, como deca el *pstol, al estar agitado y dudoso en su concepcin de los seres, 9ams alcan.ar la cumbre de la virtud@. 6Fita Moysis, ((" 157? -n" p. 1>G- 1>2). ; es esta seguridad lo que trocar! el fatigoso paso en la arena" en un brioso paso sobre la roca firme ALos que suben una cuesta de arena, aunque den grandes pasos, se fatigan con poco resultado, pues sus pies se hunden siempre 9untamente con la arena' se esfuer.an en el movimiento, pero de este movimiento no obtienen ning8n avance. #ero si alguien, como dice el salmo, saca sus pies del cieno del abismo, y los coloca sobre la piedra $la piedra es 3risto, virtud perfecta%, cuanto ms firme e inamovible se hace en el bien conforme al conse9o de ,an #ablo, tanto ms velo. corre su carrera, sirvi&ndose de la estabilidad como de alas0 en su marcha hacia arriba, el cora.n, por su seguridad en el bien, le sirve de alas. *s, pues $)ios%, al mostrar a Mois&s el lugar, lo e+cita a la carrera. *l prometerle estabilidad sobre la piedra, le muestra la forma de correr este certamen divino@ 6Fita Moysis, ((" 155? -n" p. 1>2). ((. Perodo patrstico 4. La aportacin doctrinal del cristianismo ,unque de todo punto ajena a la realidad filosfica" la irrupcin del cristianismo en la historia no dej de traer consecuencias altamente redituables para el desarrollo de la filosofa en cuanto permiti una cierta recuperacin de la" por entonces" alicada acti$idad filosfica. :e hecho" el acontecimiento de la re$elacin cristiana acaece en el preciso momento en que la ma#ora de las escuelas filosficas cl!sicas -con excepcin de la corriente neoplatnica- sufra una generalizada debacle. ; la recuperacin se posibilita toda $ez que el mensaje cristiano $uel$e a arrojar una nue$a luz sobre una cantidad importante de temas referidos a :ios" el mundo # el hombre" de incuestionable inters filosfico. Pues" adem!s de proporcionar $erdades de orden estrictamente sobrenatural -como es el caso del misterio trinitario o el de la unin hipost!tica en el misterio de la encarnacin del 'erbo- tambin suministran $erdades de su#o accesibles a la razn natural. ntre estas $erdades" de hecho re$eladas" pero que podran ser alcanzadas por la razn natural" se encuentran las siguientes9 . existe un *nico :ios? . este :ios" debe ser uno" justo" misericordioso # pro$idente? . trasciende el orden cosmolgico . cre libremente el mundo a partir de la nada? . existe el alma inmortal" #" por tanto" subsistente a la corrupcin del cuerpo? . el hombre es libre. Ena $ez que los pensadores antiguos contaron con estos nue$os datos de fe" no podan dejar stos de influir de di$ersa manera sobre su modo de pensar la realidad en ellos in$olucrada. 3o debe ol$idarse que los propios griegos no dejaban de arrastrar consigo una cantidad de doctrinas de orden no propiamente racional" como lo podra ser la persistencia de los mitos del Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe eterno retorno" # del mito rfico-pitagrico que identificaba al cuerpo con la c!rcel o sepulcro del alma" sin ol$idar el politesmo. -onsecuentemente" la naturaleza de sus problemas especulati$os con la irrupcin del cristianismo cambi radicalmente. ; esto marca un salto cualitati$o del inters propiamente filosfico al estrictamente religioso. Pues" si bien su af!n principal antes estaba lanzado a tratar de alcanzar los datos re$elados" ahora" una $ez firmemente posedos en $irtud de la fe" queda al intelectual cristiano la mproba tarea de hacer los m!ximos esfuerzos por tratar de entenderlos" articularlos" expresarlos adecuadamente # ense8arlos. :e donde" progresi$amente" $a surgiendo la necesidad de elaborar en una peque8a sntesis -,ymbolum o 3redo corto- del corpus de la doctrina re$elada. -on lo cual el desarrollo del inters especulati$o es un hecho. Por otra parte" # no es una cuestin de inters menor" estos nue$os autores son conscientes de que se da en ellos una radical confrontacin de dos concepciones9 la antigua" que ahora" por muchos ttulos que ostente" se $a a denominar simplemente pagana" # la cristiana" que por el slo hecho de fundarse en la re$elacin goza de indiscutida autoridad. ; entre los intelectuales de la poca $a a establecerse un claro enfrentamiento entre la manifestacin m!s acabada de la cultura antigua" que $a a dar lugar al helenismo" cu#o desarrollo en todos los campos de la cultura es ciertamente asombroso. , modo de ejemplo de esta toma de conciencia de los propios cristianos de que ellos son portadores de una nue$a concepcin de la $ida" se puede presentar esta carta de un cristiano annimo del s. ((" dirigida a un tal :iogneto" de con$icciones paganas9 ALos cristianos no se distinguen de los dems hombres ni por su territorio, ni por su lengua, ni por su vestimenta. Eo habitan en ciudades propias, no usan un lengua9e particular ni lleva un g&nero de vida especial. ,u doctrina no es fruto o conquista del talento y especulacin de hombres estudiosos' ni profesan, como hacen algunos, un sistema filosfico humano. Miven en ciudades griegas o brbaras seg8n le ha tocado en suerte a cada uno. ,iguen las costumbres de los habitantes del #as en el vestido, la comida y el resto del vivir. ,in embargo, dan muestra de una forma de vida admirable y, al decir de todos, increble. "abitan en sus patrias respectivas, pero como forasteros' participan en todo como ciudadanos pero comportndose como e+tran9eros. ,e casan como todos y engendran hi9os, pero no se deshacen de los hi9os que conciben. -ienen la mesa en com8n, pero no el lecho. Miven en la carne, pero no seg8n la carne. #asan su vida en la tierra, pero son ciudadanos del cielo. Hbedecen a las leyes establecidas pero con el tenor de su vida superan las leyes. *man a todos y todos los persiguen. ,e los condena sin conocerlos. ,e les da muerte y con ello reciben la vida. ,on pobres y enriquecen a muchos, carecen de todo y en todo abundan $...% hacen el bien y son castigados como malhechores' $...% los 9udos los combaten como a e+tra/os y los gentiles los persiguen. ,in embargo, los mismos que los aborrecen no saben e+plicar el motivo de su hostilidad. #ara decirlo en una palabra, los cristianos son al mundo lo que el alma al cuerpo. Csta, en efecto, se halla esparcida por todos los miembros del cuerpo' a8n tambi&n los cristianos se encuentran dispersos por todas las ciudades del mundo. El alma habita en el cuerpo, pero no procede el cuerpo' as, tambi&n los cristianos viven en el mundo, pero no son del mundo $...% El alma ama el cuerpo y a sus miembros, a pesar de que &ste la aborrece' del mismo modo, los cristianos aman a los que le odian $...%,-an importante es el puesto que )ios les ha asignado, del que no les es lcito desertar@ &tomado de un op*sculo sin datos del autor )e la tiera a las gentes. La )ifusin del 3ristianismo en los #rimeros ,iglos, 422B" p. 0). Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe -omo se puede obser$ar ha# en este pasaje un cierto clima neoplatnico que permite entender la particular relacin entre el alma # el cuerpo en trminos de una cierta oposicin. Aas" esto no significa que ha#a en ellos una concepcin dualista al modo de las concepciones rfico-pitagricas" porque lo que primaba en ellos era el sentido cristiano de la $ida. n la corriente helenista ha# un enrgico progreso en el campo cientfico #a ha# en ellos el desarrollo de las ciencias particulares9 la geometra" la astronoma" la bot!nica" la zoologa" la medicina. n el campo filosfico #a se han desarrollado las m!s importantes escuelas filosficas9 el platonismo" el aristotelismo" el estoicismo" el epicuresmo" # se est! preparando el surgimiento del neoplatonismo. n la corriente cristiana se presenta una doctrina que se $a a entender como la perfeccin del judasmo. Aientras el judasmo implica la .e$elacin que se manifiesta a tra$s de los patriarcas # de los profetas" con el ad$enimiento del cristianismo la re$elacin se transmite por medio de la la predicacin del $angelio por parte de /es*s de 3azareth" llamado el Aesas" o Jijo de :ios. Seg*n @uasten" el cristianismo de los primeros siglos tu$o que defenderse contra dos enemigos exteriores9 el judasmo # el paganismo" # contra dos enemigos interiores9 el gnosticismo # el montanismo. Aientras los gnsticos sustentaban un cristianismo adaptado al mundo" los montanistas predicaban la renuncia absoluta del mundo 476 . :e estos esfuerzos defensi$os sobre$iene" #a a fines del primer siglo" la primera formulacin org!nica de las $erdades cristianas" sntesis conocida bajo el nombre de ,ymbolum *postolicum o 3redo corto. 3ace con este esfuerzo intelectual el perodo de los Padres de la (glesia. Las fuentes m!s completa de los textos Patrsticos fue elaborada por Aigne &H 4GB0)" que ho# se conoce simplemente como #atrologa de Migne # se la cita con las letras PL. Los Padres de la Iglesia Los Padres de la (glesia son los que" luego de los primeros intentos de formalizacin de la fe cristiana" por di$ersas razones" se $ieron obligados a precisar mejor dichas frmulas dogm!ticas para resol$er otros problemas que surgan de la necesidad de sortear las manifestaciones herticas" # responder a las acusaciones de sus enemigos. Pues" una $ez que el cristianismo creci pro$oc la suspicacia # la ira de los judos # las autoridades polticas. sobre todo de estos *ltimos debieron soportar crueles persecuciones. :e estos esfuerzos especulati$os surgen simult!neamente la filosofa # la teologa patrsticas" pero no lo hicieron inmediatamente" sino m!s bien progresi$amente. :e suerte que en los escritos de los primeros pares # apologistas" m!s que sistemas filosficos slo hubo argumentaciones filosficas. Porque en rigor" la preocupacin principal era de orden teolgico. Se ha de considerar como Padre de la (glesia a los que re*nen cuatro condiciones9 doctrina ortodo+a, sanctitas uit, approbatio ecclesi, antiquitas. -uando falta alguno de estos requisitos" pero tengan mritos intelectuales suficientes" se los ha de considerar scriptores o scriptores ecclesiastici &San /ernimo). l ttulo de #adre de la Pglesia no se ha de confundir con el de )octor de la Pglesia0 ste *ltimo" puede no tener la antigZedad requerida" esto es" que pertenezca a los inicios de la (glesia cristiana" pero debe cumplir con los requisitos de eminens eruditio # e+pressa Ecclesi declaratio. ,s" ,mbrosio" /ernimo" ,gustn # Fregorio Aagno fueron considerados" entre los padres de Dccidente" egregii doctores ecclesi. Paralelamente" otro tanto ocurrir! entre los Padres de Driente. La importancia de los Padres de la (glesia" reside en su autoridad como testimonio de la Hradicin" # que cuenta con el consensus un!nime de los Padres de la (glesia. -onsenso que no ha de confundirse con la opinin pri$ada. :ice al respecto el card. 3e[man9 A,igo a los #adres de la antigLedad, pero no porque crea que en este punto concreto les asiste la autoridad que tienen cuando se trata de doctrinas o preceptos. 3uando hablan de doctrinas, hablan de ellas como doctrinas universalmente admitidas. )an testimonio de que tales doctrinas son aceptadas, no slo aqu o all, sino en todas partes. 1'" K2ASTEN, Patrolo"a, . ., %. $61. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe Eosotros aceptamos las doctrinas que ellos ense/an de esa manera, no slo porque ellos las ense/an, sino porque dan testimonio de que en su tiempo las profesaban todos los cristianos, y en todas partes. Los tomamos como informadores honrados, mas no como autoridades suficiente en s mismos, aun cuando tambi&n tengan ellos cierta autoridad. ,i, por e9emplo, afirmaran estas mismas doctrinas, pero di9eran0 >Cstas son nuestras opiniones' las hemos sacado de las Escrituras y son verdaderas=, podramos dudar en aceptarlas de sus manos. #odramos afirmar perfectamente que tenemos tanto derecho como ellos para deducirlas de la Escritura' que las deducciones de las Escritura son meras opiniones' que, si nuestras deducciones coincidieran con las suyas, sera debido a una afortunada coincidencia' pero que, en caso contrario, no podemos evitarlo0 hemos de seguir nuestras propias luces0 Pndudablemente, nadie tiene derecho a imponer a otro sus propias opiniones en materia de fe. Es cierto que el ignorante tiene un claro deber de someterse a los que estn me9or informados, y que es 9usto que el 9oven se pliegue por un tiempo a las ense/an.as de los que son ms vie9os que &l' pero, fuera de eso, la opinin de un hombre no es me9or que la de otro. #ero no es este el caso en lo que respecta a los #adres de la *ntigLedad. Ellos no hablan de sus >opiniones personales=. Eo dicen0 >Esto es verdad, porque nosotros lo vemos en la Escritura=! sobre esto podra haber discrepancias de opinin!, sino0 >Esto es verdad, porque, de hecho, es afirmado y fue siempre afirmado por todas las Pglesias, desde el tiempo de los *pstoles hasta nuestros das, sin interrupcin=. ,e trata as de una simple cuestin de testimonio, es decir, de saber si ellos dispusieron de los medios necesarios para conocer que tal doctrina haba sido profesada y segua siendo profesada e esta manera, porque si era creencia unnime de tantas y tan independientes Pglesias a la ve., y eso porque la consideraban transmitida por los *pstoles, indudablemente no poda menos que ser verdadera y apostlica@ 6)iscussions and *rguments 6PP, P7 :(A . Por cierto" el inters que estos estudios tienen desde el punto de $ista filosfico" no es el mismo que despierta desde el punto de $ista teolgico" pero" puesto que" como quiera que sea" todo texto teolgico arrastra consigo una cantidad importante de nociones o conceptos filosficos que permiten inteligibilidad de aqullos" los cuales" al menos implcitamente" o in actu e+ercito" son conocidos por quienes leen dichos textos" entonces es claro que tales expresiones re$eladas no dejan de tener alg*n inters tambin filosfico. Por ejemplo9 la palabra creacin9 que implica una relacin causal entre :ios # sus criaturas" donde el primero confiere al ser a las segundas a partir de la nada" o la comprensin de :ios como Padre" lo que habla de un :ios personal" nociones todas que implican el principio de causalidad" la doctrina de la participacin" el de no contradiccin # otras nociones fundamentales como las de substancia" ser" esencia" ente. Pues" )qu duda cabe de que todas las consideraciones sobre :ios" el hombre # el mundo que aparecen en sus di$ersos escritos" son claramente indicati$os de una cierta comprensin intelectual de esos tres campos o esferas de la realidad< ; lo cierto" es que" ha# casos" en que en ellos se tratan algunas cuestiones de ndole eminentemente filosfica" como es el caso de las disquisiciones que efectuaron respecto del tema de la relacin entre la razn # la fe" el sentido de la palabra hipstasis" o sobre el origen del mundo" del alma # del hombre. # otras cuestiones semejantes. La relacin entre la razn y la fe 1'# Ciado %or K2ASTEN, /arolog9a, . Madrid, BAC, 1!#&, %. 1'311. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe En problema com*n a paganos # cristianos" pero que fue moti$os de profundas discusiones en el campo cristiano es el de precisar las relaciones entre la razn # la fe" o entre el saber filosfico # el cristiano. ntre los pensadores cristianos se suscitan hondas diferencias respecto a la actitud que se debe mantener respecto del saber estrictamente filosfico o racional. a) Primaca de la fe" en desmedro del $alor de la filosofa pagana. Se da por supuesto que la .e$elacin es suficiente para conducir al hombre por el camino de la $erdad # de la sal$acin. Luego" slo ella basta. se entiende que" de su#o" la filosofa pagana slo est! $inculada con el error # la mentira. Luego slo puede ser fuente de herejas. Hemen la sutileza de la dialctica # la elegancia de la retrica. Son capaces de sacrificar las aspiraciones intelectuales con tal de no caer en oscuras interpretaciones. Lo que ha# de bueno en la filosofa griega no puede pro$enir sino de los judos. Lo que hace suponer que deben haber recibido parte del legado de Aoiss. Hal es" por ejemplo la posicin de /ustino" Haciano" Jermas" (reneo # Hertuliano. Los m!s ad$ersos a la filosofa son Haciano" Jermas # Hertuliano" quienes no escatiman dursimos improperios fuera de todo buen gusto para denigrar a los filsofos. Por cierto" este encono hacia la filosofa no dejaba de tener alg*n asidero" porque en muchos casos" la actitud de los paganos era de abierto rechazo hacia la doctrina cristiana. Hal es el caso de Luciano de Samosata en su )e morte peregrini &4B>) se burlaba del amor fraternal # del desprecio cristiano a la muerte" el platnico -elso en su )iscurso verdadero &4BG) mostraba al cristianismo una mezcla de supersticin # fanatismo 47G . b) Primaca de la razn" en desmedro del dato de fe. La actitud de algunos pensadores cristianos respecto del $alor de la razn # de la filosofa estricta" lle$ a que en algunos casos se llegara a entender al dato de la razn como superior al dato de fe. Hal es el caso de los gnsticos" quienes $en la necesidad de sustituir la fe o pstis" por la sabidura o gnsis, que es una suerte de conocimiento superior. Porque se entiende que #a con la gnosis se da una intuicin ext!tica de :ios. llos entienden que si la e$idencia racional es superior a la e$idencia de fe #a que sta carece de la e$idencia objeti$a que pertenece a la razn" entonces la filosofa es superior a la teologa. Suponan errneamente que la $isin beatfica #a era posible en la presente $ida por medio de la $a racional. ntre estos gnsticos aparecen los gnsticos cristianos" quienes a diferencia de los gnsticos precristianos" insisten en la doctrina de -risto" pero tienen en com*n con stos la pretensin de superar el estadio de la fe para alcanzar el estadio de conocimiento &gnosis). ntre estos gnsticos cristianos" se destacan los Padres de la scuela de ,lejandra" donde se destacan clmente # Drgenes. c) -olaboracin armoniosa entre la fe # la razn. Partan del con$encimiento de que si la fuente de la $erdad alcanzada por la razn es la misma que la alcanzada por la fe" entonces no puede haber ma#or oposicin entre una # otra $erdad. ; as lo pensaron una gran ma#ora de los pensadores cristianos. .econocen que la primaca la posee la fe porque ella se apo#a en la re$elacin explcita de :ios" pero no dejan de ad$ertir que la filosofa tiene una importante tarea" puesta al ser$icio de la fe" philosophia ancilla theologi. )-u!l es esta tarea< Pues" preparar a los paganos para la recepcin de las $erdades de fe" defenderla de los ataques de quienes la rechazan en nombre de la razn? # explicar las $erdades de fe a los que preguntan por su sentido. ntre estos intelectuales conciliadores se destacan los Padres ,pologistas &s. (()" la scuela -ristiana de ,lejandra &siglos (( # ((()" #" en particular" San ,gustn. 1. El recazo de la filosof!a aparece de un modo m!s $irulento en Haciano. Haciano es un discpulo de /ustino que se presenta inicialmente como un enemigo de la filosofa. ste apologista griego abraza el cristianismo por haber hallado en las scrituras una explicacin del mundo # de las cosas superior a la que le brindaban los paganos. Pero opone resueltamente la filosofa -nuestra filosofa brbara! a la filosofa culta de los griegos 472 9 A-ales son las cosas, (oh helenosD, que para vosotros he compuesto yo, -aciano, que profeso la filosofa brbara, nacido en tierra de asirios, formado primeramente en vuestra cultura y luego 1'& K2ASTEN, Patrolo"a, , ., %. 1&#. 1'! TAC.AN5, Fratio ad "rGcos, -1, 54, ,., ,-. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe en las doctrinas que ahora anuncio como predicador@ :I; . Pero ese reconocimiento a la filosofa griega no significa su admisin en sentido estricto. n su Hratio ad grcos -)iscurso contra los griegos! alista las m!s $iolentas acusaciones contra la filosofa pagana" tejido de errores # contradicciones 454 . Hodo lo bueno de los griegos lo han tomado de los b!rbaros. La filosofa griega" las m!s de las $eces no $ale nada e incita a la inmoralidad. n el )iscurso contra los griegos, Haciano dedica la parte primera a la exposicin de una cosmologa cristiana" donde se habla del concepto de :ios" la relacin entre el Logos # el Padre" la formacin de la materia # la creacin del mundo" luego la creacin del hombre" de los !ngeles" del pecado de ,d!n" # de los !ngeles malos. La parte segunda es una demonologa cristiana. ,ll se habla del pecado como abuso de la libertad" # del modo de superarlo mediante el abandono del mundo # la unin del alma con el pne8ma, o espritu celestial. n la tercera parte" habla de la ci$ilizacin griega. ,qu es donde Haciano ataca la filosofa griega9 la teologa griega" niega el misterio de la encarnacin? el teatro griego incita al pecado? la filosofa # el derecho griegos son contradictorios # enga8osos &c. 10-1G). n la parte cuarta" se apela a la antigZedad # $alor del cristianismo. La religin cristiana es cronolgicamente anterior a la griega" porque Aoiss $i$i antes que Jomero" que los legisladores griegos # que los siete sabios &c. 74" 4" 76-54). La filosofa cristiana # las costumbres cristianas est!n exentas de en$idia # mala $oluntad" por lo que se distingue de la sabidura griega. La parte que interesa de )iscurso contra los griegos, desde el punto de $ista filosfico" es aqulla donde ataca a la filosofa griega9 A)Nu& hab&is producido que mere.ca respeto, con vuestra filosofa5 ) Nui&n de entre los que pasan por los ms notables estuvo e+ento de arrogancia5 )igenes, que con la fanfarronada de su tonel ostentaba su independencia, se comi un pulpo crudo y, atacado de un clico muri de intemperancia' *ristipo, pasendose con su manto de p8rpura, se entregaba a la disolucin con apariencia de gravedad' #latn, con toda su filosofa, fue vendido por )ionisio a causa de su glotonera. = *ristteles, que puso neciamente lmite a la providencia y defini la felicidad por las cosas de que &l gustaba, adulaba muy paletamente al muchacho loco de *le9andro, quien, muy aristot&licamente, por cierto, meti en una 9aula a un amigo suyo por no haberle querido adorar, y lo llevaba por todas partes como a un oso o un leopardo. #or lo menos, obedeca muy puntualmente los preceptos de su maestro, mostrando su valor y su virtud en los banquetes, y atravesando con su lan.a al ms ntimo y ms querido de sus amigos llorando luego y negndose a tomar alimento por simulacin de triste.a, a fin de no atraerse el odio de los suyos. #odra tambi&n rerme de los que hasta ahora siguen las doctrinas de *ristteles, quienes, afirmando que las cosas ms ac de la luna carecen de providencia, no obstante estar ellos ms cercanos a la tierra que la luna, y ms ba9os que el curso de &sta, ellos proveen a lo que la providencia no alcan.a' porque los que no tienen belle.a, ni rique.a, ni fuer.a corporal, ni noble.a de origen, no tienen tampoco, seg8n *ristteles, felicidad. #ues, filosofen en hora buena tales gentes@ :I@ . n el captulo 12 del )iscurso Haciano se8ala las razones que lo mue$en a abrazar la fe como *nica $a para alcanzar la $erdad. La fe es m!s antigua que las doctrinas griegas" son sencillas" naturales" de f!cil comprensin de la explicacin del origen del mundo" por la pre$isin de los hechos futuros" por la excelencia de los preceptos # la unidad en el gobierno del mundo9 117 TAC.AN5, Fratio ad "rGcos, Fr. ,-. 111 /G, ', &7'3&&&D ed. Rui: Bueno, 6#$3"$&. 11$ R2.N B2EN5, Padres apolo"istas "rie"os Madrid, $ ,BAC, 1!61, %. "6, n 6#136#6. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe A"abiendo, pues, visto todo eso, despu&s, adems de que me hube iniciado en los misterios y e+aminado las religiones de todos los hombres, instituidas por afeminados eunucos, hallando que entre los romanos el que ellos llaman K8piter Laciar se complace en sacrificios humanos y en sangre de los e9ecutados' que )iana, no le9os de la gran ciudad, e+iga la misma clase de sacrificios' en fin, que en una parte un >demon= y en otra otro se entregaban a perpetrar iniquidades por el estilo' entrando en mi mismo, empec& a preguntarme de qu& modo me seria posible encontrar la verdad. En medio de mis graves refle+iones, vinieron casualmente a mis manos unas escrituras brbaras, ms antiguas que las doctrinas de los griegos y, si a los errores de &stos se mira, realmente divinas. = hube de creerlas por la sencille. de su diccin, por la naturalidad de los que hablan, por la fcil comprensin de la creacin del universo, por la previsin de lo futuro, por la e+celencia de los preceptos y por la unicidad de mando en el universo. = ense/ada mi alma por )ios mismo, comprend que la doctrina hel&nica me llevaba a la condenacin' la brbara, en cambio, me libraba de la esclavitud del mundo y me apartaba de muchos se/ores y de tiranos infinitos. Ella nos da no lo que habamos recibido, sino lo que, una ve. recibido, el error nos impeda poseer@ :I( . .especto a Haciano" es interesante obser$ar que" a diferencia de /ustino" quien muere m!rtir como testimonio de fidelidad a su fe" aqul abandona su fe adhiriendo a la gnosis de 'alentn # termina fundando su propia secta llamado de los ncratitas cu#o rasgo caracterstico era la extrema austeridad # rigor moral" por la que se proscriba el matrimonio" la carne # el $ino. l otro ad$ersario de la filosofa es "er#!as. ,utor desconocido que puede estar situado entre los a8os 1>> # 6>>. Jermas es conocido por una s!tira de diez captulos titulada Prrisio gentilium philosophorum!,tira sobre los filsofos profanos, busca poner a los filsofos en ridculo poniendo a la $ista por medio de h!biles sarcasmos" mostrando sus claras contradicciones 455 " la inutilidad de la filosofa pagana 450 . stas contradicciones aparecen respecto de :ios" del mundo # del alma. La posicin de Ireneo de Lyon &siglo (() no es menos ad$ersa. n su opinin la filosofa es fuente de errores # causa de extra$os. La fe no puede mezclarse con doctrinas llenas de contradicciones # conexiones con herejas. s preferible la sencillez de la $erdad # no la elegancia # las sutilezas en el error. s preferible la simpleza # la poca instruccin" pero con mucho amor a :ios" antes que creerse mu# sabios # experimentados # blasfemar del Se8or. s preferible abandonar toda in$estigacin cientfica # conocer a /esucristo" que incurrir en impiedades discutiendo cuestiones abstrusas 456 . La $erdadera sabidura pro$iene de las scrituras" sin complicaciones intelectuales. AEs me9or no saber absolutamente nada, ni siquiera una sola de las ra.ones por las que ha sido hecha una sola cosa de la creacin, pero creer en )ios y perseverar en su amor, que hinchado por un conocimiento as, apartarse de este amor, que es la vida del hombre. = ms vale no buscar otro conocimiento que el de Kesucristo, el "i9o de )ios, que fue crucificado por nosotros, que caer en la impiedad por cuestiones sutiles y discusiones alambicadas@ :IA . La posicin m!s cerrada a la filosofa corre por cuenta de $ert%liano &n. 400). ste pensador cartagins que" sin duda" debi ser la figura m!s destacada de la intelectualidad 11' TAC.AN5, 9iscurso -1C BAC 11", "1$3"1'. 111 /G ", 11"!311&7. 116 K2ASTEN, Pat rolo"a, . ., %. $67. Cfr. ed. MG, "D H. (iels. (oCogra%;i, $da. ed. Berl9n, 1!$!, "61 ssD E.A. Ri::o, Tur9n, 1!'7. 11" SAN .RENE5, $duersus hGreses, .., $"3'!. 11# .RENE5 (E LEon, $duersus hGreses, $, $". 1. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe cristiana de la poca" se distingue por un sensible rechazo del conocimiento puramente racional o filosfico. Porque la filosofa Apretende conocer la verdad, cuando slo la corrompe@ :I2 . La filosofa slo con$iene al saber mundano" que pretende temerariamente hablar de :ios # de sus designios" cuando en rigor slo es fuenre de herejas9 A#orque la filosofa es el ob9eto de la sabidura mundana, int&rprete temeraria del ser y de los designios de )ios. -odas las here9as en 8ltimo t&rmino tienen su origen en la filosofa@ 6)e prscriptione, A, :ss7. ,unque la religin cristiana da respuesta a muchos interrogantes de la razn" no puede ser considerada como una filosofa. s mucho m!s que una especulacin sobre los orgenes del hombre. s la re$elacin de :ios. Por tanto" la posibilidad de una reduccin de la fe a la razn es imposible #" por lo mismo" no puede haber componenda entre fe # filosofa. l cristianismo" en materia intelectual" es absolutamente autosuficiente" slo basta la fe. Hodo lo que puede necesitar un cristiano lo puede hallar en su fe" no tiene necesidad de recurrir a una fuente ajena a sta9 AEobis curiositate opus non est post Pesum 3hristum, nec inquisitione post Euangelium. 3um credimus, nihil desideremus ultra credere. "oc enim prius credimus, non esse quod ultra credere debeamus@ :I4 . Luego" tan absurdo es un filsofo cristiano" como un cristiano filsofo9 A*deo quid simile philosophus et christianus, Jrci discipulus et cli, fam negotiator et salutis uit, uerborum et factorum operator, et rerum dificator et destructor, et interpolator et integrator ueritatis, furatur eius et custos@ :?; . 3o ha# nada com*n a cristianos # filsofos9 ANuid ergo *thenis et "ierosolymis5 Nuid academi et ecclesi5 Nuid hreticis et christianis5 Eostra institutio de porticu ,alamonis est, qui et ipse tradiderat )ominum in simplicitate cordis esse qurendum. Fiderint qui ,toicum et #latonicum et dialecticum christianismum protulerunt@ :?: . La filosofa slo puede gustar a los paganos. La filosofa slo puede ser utilizada en desmedro de una recta interpretacin del ser # de :ios9 >#orque la filosofa es el ob9eto de la sabidura mundana, int&rprete temeraria del ser y de los designios de )ios. -odas las here9as en 8ltimo t&rmino tienen su origen en la filosofa> :?@ . n esta actitud no ha# matices. @uien slo busca la filosofa" no $i$e9 Aineuentes a philosophia, nihilominus uiuunt@ :?( . 3o se sal$a ,ristteles" pues con l se institu# la dialctica9 AMiserum *ristotelem, qui illis dialecticam instituit, artificem struendi et destruendi, uersipellem in sententiiis, coactam in coniecturis, duram in argumentis, operariam contentionum, molestam etiam sibi ipsi, omnia retractantem, ne quid omnino tractauerit@ :?I . 11& TERT2L.AN5, 9e prGscriptione hereticorum, V... 452 TERT2L.AN5, 9e prGscriptione hereticorum, V.., 1$D CC ., 1!'J Aa labor intelectual no tiene lu"ar para nosotros despu!s de Hesucristo, ni la bIs7ueda despu!s del Evan"elio. Por7ue creemos, nada desearemos m;s all; de creer. Pues, esto creemos primero, 7ue no debemos creer al"o m;s all;@ . 40> TERT2L.AN5, $polo"eticum, 1".1&D CC ., %. 1"$J APor tanto, )7u! hay de semeAante entre el fil)sofo y el cristiano, entre el discpulo de Grecia y el del Cielo, entre el ne"ociador de la fama y el 7ue busca la salud de la vida, entre el obrador de bellas palabras y el de los hechos, entre el edificador de las cosas y el destructor, entre el enemi"o y el ami"o de la verdad, entre su arrebatador y su custodio@. 404 TERT2L.AN5, 9e prGscriptione hGreticorum, V.., !311D CC ., 1!': A)Ju! hay de comIn entre $tenas y Herusal!n= )Entre la $cademia y la '"lesia= )Entre los hereAes y los cristianos= Duestra instrucci)n es del p)rtico de (alom)n, 7ue tambi!n enseK) 7ue el (eKor debe buscarse con simplicidad del cora:)n. Jue vean lo 7ue el estoicismo, el platonismo y el cristianismo dial!ctico han enseKado@. 16$ . 0.R0ULI/NO, e pr%scriptione, 7,1. 407 TERT2L.AN5, 9e anima 0,/C CC ., #&!: A#ambrientos de filosofa, en nada viven@. 405 TERT2L.AN5, 9e prGscriptione hereticorum, V.., "D CC ., 1!$: AMiserable $rist)teles, 7ue instituy) para otros la dial!ctiica, la 7ue es artfice para construir y destruir, cambiante en sus sentencias, artificial en las conAeturas, dura en los ar"umentos, operaria Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe 3i Platn" #a que es condimento de todos los herejes9 AHmnium hreticorum condimentarium@ :?? . Porque la filosofa slo golpeaba la $erdad9 A#hilosophis ... patriarchis hreticorum siquidem et ab apostolo iam tum philosophia concussio ueritatis prouidebatur@ :?1 . La exacerbacin de su desprecio por la filosofa lleg a tal punto que" para terminar de desprenderse totalmente de ella" llega al extremo de utilizar como criterio de eleccin del objeto de fe" la condicin de su aparente absurdidad9 >El "i9o de )ios fue crucificado' yo no me escandali.o, porque es necesario que los hombres se escandalicen' el "i9o de )ios muri' esto se impone absolutamente a la fe, porque es absurdo> :?A . n rigor" Hertuliano est! con$encido de la inutilidad de la filosofa" de que para alcanzar las $erdades fundamentales" mucho antes que al testimonio de las escuelas" academias # bibliotecas" slo es necesario apelar al testimonio del la misma alma en su estado natural9 ANuiero invocar un nuevo testimonio, un testimonio ms conocido que todas las literaturas, ms profundo que todas las ciencias, ms e+tendido que todos los libros, superior al hombre entero, es decir, a todo lo que es humano. $...%. 3omparece, pues, (oh alma humanaD $...% Ms bien yo te invito a comparecer a ti, que eres simple, ruda, brbara e ignorante' a t, tal como te poseen los que no te tienen ms que a ti0 a ti, que llegas directamente de la calle, de la pla.a y del taller. =o necesito tu ignorancia, ya que nadie puede creerte, desde el momento en que sepas la menor cosa. Eo te pido sino lo que traes al hombre contigo, lo que has aprendido por t mismo o de tu autor, sea lo que fuere@ :?2 . Pero no llega al exceso de negar absolutamente toda contribucin a la causa de la $erdad. :e hecho" reconoce que los filsofos al menos han llegado a algunas $erdades9 AEaturalmente, no negaremos que los filsofos a veces han pensado como nosotros@ :?4 ' con Sneca han coincidido muchas $eces9 A,eneca spe noster@ :1; . :e hecho" de los estoicos Hertuliano toma el concepto de :ios" del alma # algunos de sus principios morales. Pero lo poco que los filsofos alcanzaron en coincidencia con la fe" lo robaron del ,H. :e lo cual" luego no hicieron otra cosa que adulterarla. Por ello" se puede llamar a los filsofos Apatriarcas de los here9es@ :1: . ntre los padres Dccidentales" a comienzos del siglo (((" aparece "i&lito de 'o#a( quien recibi una formacin helenstica" la pose# hasta el punto de que escribe en griego. n contraposicin con /ustino" -lemente # Drgenes" que tienden un puente entre el pensamiento helnico # la fe cristiana" Jiplito considera a la filosofa como germen de herejas 461 . Dtro Padre Dccidental" #a a fines del siglo (((" entre los que se expiden negati$amente respecto de la filosofa" se destaca Lactancio. n )e opificio )ei! ,obre la obra de )ios. n el captulo 1>" el ultimo" promete una exposicin de la $erdadera doctrina contra los filsofos que alteran peligrosamente la $erdad. n otra obra" )iuin institutiones! Las instituciones divinas! " en el tercer libro" denuncia Ala falsa sabidura de los filsofos@" como segunda fuente de errores" -el politesmo es la primera-. Las contradicciones de los filsofos sobre las cuestiones m!s esenciales" llegan a tal grado de peligrosidad que #a nada es de $alor en filosofa. Slo cabe esperarlo todo de la re$elacin. Pero" sus contactos con la filosofa son notorios. , tal punto que en las disputas, molesta tambi!n para si misma, 7ue reforma todas las cosas, incluso las 7ue nadie ha tratado en absoluto@. 166 TERT2L.AN5, 9e anima, $', 6C CC $ %.6. 406 TERT2L.AN5, 9e anima, ..., 1D CC $%. #&6J ACon el Fil)sofo, ?...@, con el Patriarca de los hereAes, puesto 7ue tambi!n por el $p)stol ya en a7uel tiempo la filosofa era prevista como la concusi)n de la verdad@.. 16# . TERT2L.AN5, 9e carne Christi, .. 16& TERT2L.AN5, 9e testimonio animG, ca%. 1. 16! TERT2L.AN5, 9e testimonio animG, ca%. $. 1"7 TERT2L.AN5, 9e testimonio animG, ca%. $7. 1"1 TERT2L.AN5, 9e testimonio animG, ca%. '. 1"$ K2ASTEN, Patrolo"a, . ., %. 67'. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe aunque estaba profundamente persuadido de la superioridad de la fe sobre la filosofa" sus postulados morales se fundan m!s en la filosofa que en la re$elacin. ). El recazo de la fe* los gnsticos( y la res&%esta de los gnsticos cristianos Por cierto" no se puede entender la posicin de quienes niegan $alor a los aportes de la filosofa en el terreno de la fe" si se ignora la existencia del mo$imiento gnstico" #" en particular" de los gnsticos cristianos. .especto de los gnsticos en general" de los cuales se dar! una ma#or precisin m!s adelante" es claro que ellos buscaban la reduccin -cuando no la substitucin lisa # llana de los contenidos de fe- a las $erdades alcanzadas slo por la razn. Lo que conduca necesariamente a un racionalismo a ultranza" que termina por negar de plano la dogm!tica cristiana. :e all que se entienda el claro rechazo de los intelectuales cristianos por este mo$imiento #a que lo $ean como un peligro cierto para su fe. Pero" un matiz dentro de este mo$imiento gnstico est! dado por aquellos que tras ser con$ertidos al cristianismo" sin dejar de pretender substituir las $erdades de fe por las de razn" buscaban mantener un importante n*cleo de ense8anzas de la doctrina de -risto. Lo que pretendan" no era tanto negar la fe" como racionalizarla para darle a esta doctrina un lugar de respeto en el mundo de la cultura helnica. Pero" si la racionalizacin de la fe implica la supresin de los misterios de la fe cristiana" sta en la medida en que se parcializa" se termina por negar. sto era lo que $ean los defensores de la fe. Pero" )qu es lo que $ean los gnsticos cristianos< Los gnsticos cristianos" que aparecen en el siglo ((" eran todos aquellos miembros de la i&lite intelectual de las primeras comunidades cristianas de Driente" que habiendo pertenecido a sectas gnsticas precristianas" con la con$ersin" lejos de abandonar estas doctrinas" pretenden adaptar las ense8anzas cristianas a sus antiguas creencias gnsticas. Slo a8aden a las doctrinas gnsticas la afirmacin de un slo :ios" Padre de /esucristo" # la afirmacin de /esucristo como el .edentor. Sin duda los aportes de esta corriente en el campo doctrinal es rele$ante. -on lo cual" a fuerza de alterar los contenidos de la re$elacin cristiana" terminaban por un cristianismo que terminaba absorbiendo en si los mitos religiosos del Driente" con al a8adido de los aportes de la filosofa griega. n opinin de @uasten" a ellos se debe la aparicin de la primera teologa cristiana. ntre sus obras aparecen una apreciable cantidad de muchos e$angelios apcrifos" epstolas # hechos apcrifos de los ,pstoles # apocalipsis. n principio la expresin apcrifo" no tena el sentido de algo falso" sino m!s bien" de algo oculto" reser$ado a los iniciados de una secta" por tanto tena un sentido sagrado. Los libros considerados apcrifos" de ordinario eran atribuidos a un apstol o discpulo de /es*s. Pero una $ez" que las in$estigaciones histricas" en razn de la absurdidad de los milagros que presentan # su pobreza en comparacin con los libros admitidos como cannicos" muestran la falsedad de tal $inculacin" los documentos llamados apcrifos comenzaron a ser entendidos como espurios o falsos" #" por tanto" algo que se debe desechar. :e todas manera" desde el punto de $ista histrico conser$an alg*n $alor en la medida en que proporcionan $aliosa informacin sobre las tendencias # costumbres de la iglesia primiti$a 467 . ntre stos se pueden mencionar a %aslides" quien" seg*n (reneo" afirma la inutilidad del martirio" # que la redencin slo alcanza al alma. (reneo ad$ierte la capacidad de mimetizacin que tienen 'alentn # sus discpulos en los !mbitos cristianos9 A3on sus palabras enga/an a los ms simples y los seducen, imitando nuestra manera de hablar, para que vayan a escucharles con frecuencia. = se que9an de nosotros0 >#rofesan doctrinas seme9antes a las nuestras' no tenemos, pues, motivo para no mantener relaciones con ellos' dicen las mismas cosas que nosotros, tienen la misma doctrina, y, sin embargo, los llamamos here9es@ :1I . Pero en una posicin mucho m!s marcada por la impronta de la fe" alrededor del a8o 4G> que surge en el seno de la escuela de ,lejandra el intento de una legtima gnosis cristiana" tal es la tarea de -lemente de ,lejandra. # luego la de Drgenes" cu#as doctrinas ser!n objeto de un an!lisis m!s detenido. Lo que por ahora con$iene se8alar de ambos autores es que" habiendo 1"' K2ASTEN, Patrolo"a, . 1, %. 1113116. 1"1 .RENE5 (E L+5N, $duersus hGreses, ', 16, $. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe recibido una mu# esmerada formacin cultural" no tardan en $alorar los aportes de la $erdad re$elada # buscan integrarla en su concepcin filosfica. 3. La conciliacin entre razn y fe* +%stino( ,ten-goras( .le#ente y /r!genes La actitud ben$ola hacia la filosofa" por parte de quienes sostienen la primaca de la fe" tiene sus matices. n esta actitud est!n /ustino" -lemente # Drgenes. sta actitud fue anterior a la de quienes se terminaron resol$iendo por un abierto rechazo. Pero estos no tienen un concepto claro de lo que es la filosofa. Saben" s" que la filosofa # la fe se distinguen por la fuente de sus conocimientos9 la luz de la razn # la de la re$elacin" respecti$amente. 'aloran el aporte de la filosofa" # $en la con$eniencia de conser$ar lo que han aprendido de ella antes de su con$ersin" porque es *til para ilustrar la fe cristiana" pero est!n ntimamente persuadidos de la suficiencia de la fe # de su superioridad sobre la razn. Porque entienden que los filsofos" en *ltima instancia son posteriores # dependen de los libros sagrados. s en este marco de apertura hacia la filosofa" por parte de los cristianos" que se $e una actitud de conciliacin entre la fe # la razn. +%stino /ustino es un apologista del s. (( que se con$ierte al cristianismo # muere m!rtir. n su obra )ilogo con -rifn narra cmo el inicialmente estaba con$encido de que la filosofa conduce a :ios9 Alo que nos conduce hacia )ios y nos une a Cl@. n su b*squeda se hace instruir por representantes de las m!s di$ersas escuelas filosficas9 estoicos" peripatticos" pitagricos" platnicos. Pero por di$ersas razones ninguno de ellos lo satisface. Los estoicos porque no consideraban necesario conocer a :ios? el maestro peripattico porque se preocupaba m!s de cobrar que de ense8ar? el pitagrico porque le exiga una pre$ia formacin en disciplinas como la m*sica" astronoma # geometra" a las que no estaba dispuesto a consagrar su tiempo. ; cuando cre# encontrarla en los platnicos quienes tu$ieron el mrito de descubrirle el mundo de lo incorpreo" con la doctrina de las ideas # de la inmortalidad del alma" se encuentra con que sta es rechazada por otro buscador de la $erdad. ste hombre" un anciano" le pregunta por :ios" # cuando /ustino le responde con la doctrina platnica de la transmigracin de las almas" el anciano responde que nada de eso tiene sentido. Si las almas han $isto a :ios" )por qu luego se han de ol$idar de l? # respecto de las almas indignas<" )de qu sir$e que sean condenadas a $i$ir en un cuerpo si no saben que est!n castigadas< /ustino responde con la doctrina de la inmortalidad del alma" pero el anciano argumenta que si el alma es inmortal no es porque posea la $ida por su esencia" sino por haberla recibido. ; estos conceptos no se hallan en los escritos de ning*n filsofo sino en las scrituras. /ustino inmediatamente $e la necesidad de recurrir a ellas9 A,8bitamente se encendi un fuego en mi alma, qued& herido de amor por los profetas y por aquellos hombres amigos del 3risto' y, meditando conmigo mismo en todas estas palabras, descubr que esta filosofa era la 8nica segura y provechosa@. ste hallazgo lo lle$a a sostener a sostener la tesis de la iluminacin uni$ersal. n efecto" inspirado en el e$angelio de S. /uan" en su #rimera apologa, /ustino se8ala9 A"emos aprendido que el Merbo ilumina a todo hombre que viene a este mundo, y que, por consiguiente todo el g&nero humano participa del Merbo@. n su ,egunda *pologa aclara el concepto $ertido en la #rimera *pologa, diciendo que la $erdad del 'erbo es como una ra.n germinal de la cual cada hombre ha recibido una partcula. :e ese modo todos los hombres que encuentran la $erdad son cristianos aunque no lo sepan. , esto se agrega que" en no pocos casos los filsofos griegos tomaron sus $erdades de los libros del ,. H. :e todo lo cual se infiere que todo lo que ha# de $erdad en ellos $iene de -risto. A3uanto de verdad se ha dicho, nos pertenece@ &cap. +(((). Jer!clito # los estoicos no son ajenos al pensamiento cristiano. Scrates" al menos en parte" tambin es cristiano. -onsecuentemente" /ustino" cuenta" en su )ilogo con el 9udo -rifn, cmo hubo en l un af!n de intensa b*squeda de la $erdad a tra$s de las di$ersas corrientes filosficas $igentes" a saber" estoicos" peripatticos" pitagricos # platnicos" pero slo la encontr en la re$elacin cristiana. Se8ala que si la re$elacin permite resol$er los interrogantes m!s hondos del filsofo" entonces en ella se halla la $erdadera filosofa9 Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe ABefle+ionando conmigo mismo sus ra.ones, hall& que esta sola es la filosofa segura y provechosa. *s, pues, y por esto soy yo filsofo@ :1? . s decir" /ustino" ad$ierte el $alor de las scrituras" pero las asume como filosofa. San /ustino reconoce que los filsofos griegos incurren en muchos errores" pero admite que han alcanzado algunos logros mu# importantes sobre :ios" la inmortalidad del alma # la $ida futura" en los que coincide con la doctrina cristiana" razn por la cual no se los debe rechazar 466 . Lo que se explica porque en la filosofa griega ha# algunas semillas del Logos. Pero no deja de pensar que el cristianismo es superior # anterior a la filosofa. Para fundar tal hiptesis sostiene que los griegos han debido tener alg*n contacto con el ,H" lo que es posible por la accin del 'erbo diseminador -teora inspirada en el estoicismo-" # en el plagio de los filsofos" que se inspira en los judos alejandrinos. :e donde puede ad$ertirse un espritu abierto al contacto con la filosofa. Luego" no puede haber oposicin entre filosofa # teologa9 A*hora bien, cuanto de bueno est dicho en todos ellos nos pertenece a nosotros los cristianos, porque nosotros adoramos y amamos, despu&s de )ios, el Merbo, que procede del mismo )ios ing&nito e inefable' pues Cl, por amor nuestro, se hi.o hombre para ser particionero de nuestros sufrimientos y curarlos. = es que los escritores todos slo oscuramente pudieron ver la realidad gracias a la semilla del !Merbo en ellos ing&nita. Fna cosa es, en efecto, efecto, el g&rmen e imitacin de algo que se da conforme a la capacidad, y otra aquello mismo cuya participacin e imitacin se da, seg8n la gracia que de aqu&l tambi&n procede 6*pologa ((" 47" 5-6? %,-" 446" 1BB). A#orque cuanto de bueno di9eron y hallaron 9ams filsofos y legisladores, fue por ellos elaborado, seg8n la parte de Merbo que les cupo, por la investigacin e intuicin' mas como no conocieron al Merbo entero, que es 3risto, se contradi9eron tambi&n con frecuencia unos a otros. = los que antes de 3risto intentaron, conforme a las fuer.as humanas, investigar y demostrar las cosas por ra.n, fueron llevados a los tribunales como impos y amigos de novedades. = el que ms empe/o puso en ello, ,crates, fue acusado de los mismos crmenes que nosotros, pues decan que introduca nuevos demonios y que no reconoca a los que la ciudad tenia por dioses .... Nue fue 9ustamente lo que nuestro 3risto hi.o por su propia virtud. #orque a ,crates nadie le crey hasta dar su vida por esta doctrina, pero s a 3risto !que en parte fue conocido por ,crates!, porque Cl era y es el Merbo que est en todo hombre@ 6*pol. ((" 4>" 1-G? %,- 446" 1B1-1B7).
Luego" la filosofa" por s misma puede acceder a la $erdad" porque todo hombre participa de la iluminacin por medio de la semilla del Logos. Pero a esto se agrega" seg*n /ustino una razn histrica" los filsofos" de hecho" se apropiaron de las $erdades re$eladas porque tu$ieron acceso al ,H a tra$s de los judos9 A#ues, es de saber que Mois&s es ms antiguo que todos los escritores griegos. =, en general, cuantos filsofos y poetas di9eron acerca de la inmortalidad del alma y de la contemplacin de las cosas celestes, de los profetas tomaron ocasin no slo para poderlo entender, sino tambi&n para e+presarlo. )e ah que pare.ca haber en todos unos g&rmenes de verdad@ 6*pol. (" 455" G-4>? %,- 446" 17>). ,ten-goras ,ten!goras" aparece en la segunda mitad del siglo (( # se halla en una actitud intermedia entre la simpata de /ustino # la franca hostilidad de Haciano. l ad$ierte" con profunda objeti$idad" que en determinados temas" ha# un perfecto acuerdo entre el testimonio de los 1"6 )2ST.N5, 9i;lo"o con 8rif)n, &, 13$. 1"" )2ST.N5, 9i;lo"o con 8rif)n, $3&. Perodo Patrstico: la relacin entre la razn y la fe filsofos # el de las scrituras. Pero la coincidencia no se debe ni a una indebida apropiacin de las $erdades re$eladas en la %iblia" ni a una suerte de iluminacin uni$ersal. n su obra apologtica ,8plica en favor de los cristianos presenta una clara doctrina respecto de la relacin entre la razn # la fe. La fuente de conocimiento m!s segura para conocer a :ios es el mismo :ios9 AEs preciso documentarse sobre )ios, cerca de )ios@. Pero" una $ez alcanzada la $erdad re$elada se hace con$eniente reflexionar sobre ella e interpretarla con la luz de la razn" con lo que se puede acceder a una Ademostracin de la fe@. &cap. '((). ;" a rengln seguido" el mismo ,ten!goras propone una demostracin de la unicidad de :ios en contra del politesmo griego. Los A(olo)istas del si)lo II .le#ente de ,le0andr!a" asume una posicin que se distingue de la de (reneo de L#on" quien slo $ea en la helenizacin estimulada por la filosofa un peligro para la comprensin # conser$acin de la fe. -lemente" por el contrario" con$encido de que no se puede permanecer indiferente al reclamo de una ma#or comprensin del dato de fe" por parte de quienes se acercan a ella desde la filosofa" se propone $er de qu modo puede la filosofa a#udar a profundizar la fe. 3o es que" como (reneo" no ad$irtiera los peligros de hereja que acechaban detr!s de las doctrinas filosficas" sino que" mientras ste se detiene en una crtica negati$a de la filosofa" -lemente" con gran lucidez" ad$ierte el precioso tesoro intelectual que se puede hallar buscando en los m!s di$ersos sistemas filosficos. ,s" mientras los gnsticos herticos ense8aban que no haba conciliacin posible entre la fe 6pistis7 # la gnosis" porque se contradicen mutuamente" -lemente trata de probar que son compatibles # armnicas. La conciliacin entre fe &pistis) # conocimiento &gnosis) hace al perfecto cristiano" # al $erdadero gnstico. La fe funda a la filosofa? la filosofa defiende a la fe de los ataques de la razn. Luego" fe # filosofa se completan mutuamente. :e hecho" -lemente" en $irtud de su profunda formacin helenstica" aporta a la fe una sistematizacin cientfica. :e donde la cultura cristiana termina constitu#ndose en corona # gloria de todas las filosofas. .epitiendo el error de /ustino" tambin -lemente est! ntimamente persuadido de que los griegos alcanzaron la $erdad tom!ndola de los libros del ,ntiguo Hestamento" por ejemplo" Platn se habra inspirado en Aoiss para elaborar su di!logo sobre Las Leyes. n #rotreptics -lemente trata de persuadir a los hombres a buscar un ideal ele$ado como lo poda ser la filosofa" con la intencin de que terminasen descubriendo que la *nica $erdadera filosofa era la religin cristiana. n ,trmata -lemente presenta a la filosofa como empalizada de la $erdad9 ALa filosofa griega, al 9untarse $a la ense/an.a del ,alvador%, no hace ms fuerte la verdad' pero porque quita fuer.a a las asechan.as de la sofstica e impide toda emboscada insidiosa contra la verdad, se le llama, y con ra.n, >empali.ada= y >muro de la vi/a@ :1A . n ,trmata" -lemente presenta a la filosofa como un don de :ios" brindado por la Pro$idencia" de la misma manera que la Le# a los judos" # puede prestar importantes ser$icios a la fe" en su condicin de propedutica. :e esa manera su confianza en el aporte de la filosofa en relacin a la fe lo llega hasta el punto de comparar a la filosofa griega con el ,ntiguo Hestamento9 :ice en el primer libro de ,trmata0 A*ntes de la venida del ,e/or, la filosofa era necesaria para la 9ustificacin de los griegos' ahora es 8til para conducir las almas a )ios, pues es una proped&utica para quienes llegan a la fe por la demostracin. ANue tu pie no tropiece, pues@ 6#rov. (, @(7, refiriendo todas las cosas hermosas a la #rovidencia, ya sean las de los griegos, ya las nuestras. )ios es, en efecto, la causa de todas las cosas hermosas0 de unas, lo es de una manera principal, como del *ntiguo y Euevo -estamento' de otras, secundariamente, como de la filosofa. = &sta tal ve. ha sido dada principalmente a los griegos antes de que el ,e/or les llame tambi&n' porque ella condu9o a los griegos hacia 3risto, como la Ley a los hebreos. *hora la filosofa queda como una preparacin que pone en el camino al que est perfeccionado por 3risto@ :12 . Luego" la filosofa griega se compara con el ,ntiguo Hestamento" en cuanto prepara a la humanidad para recibir a -risto. Je ah la utilidad que -lemente $e en la filosofa. La filosofa conduce a -risto. Pero esto no significa que -lemente deje de sostener la primaca de la fe. Msta es insustituible" porque slo ella conduce al conocimiento de :ios. La fe es el fundamento de todo conocimiento. l fundamento de una $erdadera gnosis. :ecididamente es superior a la 1"# CLEMENTE (E ALE)AN(RFA, (tr)mata, 1, $7, 177. 1"& CLEMENTE (E ALE)AN(RFA, (tr)mata, 1, 6, $&. Los A(olo)istas del si)lo II razn9 ALa fe es algo superior al conocimiento y es su criterio@ :14 . Porque la filosofa slo prepara el asentimiento de la fe. Ala fe que los griegos calumnian por considerarla vana y brbara, es una anticipacin voluntaria, un asentimiento religioso, y seg8n el divino *pstol 6"ebr. ::, :, 17. ALa firme seguridad de lo que esperamos, la conviccin de lo que no vemos. ,in la fe es imposible agradar a )ios@ :A; . ,unque la filosofa no produce el acto de fe" moti$a el asentimiento de la razn al dato de fe # permite profundizar en l 6,trmata, '(" 4>" G>" 0" # 44" G2" 4). /r!genes" es otro autor cristiano que busca armonizar sistem!ticamente la relacin entre la razn # la fe. Drgenes" el prqncipe de los escritores eclesisticos atenienses, es un cristiano de una extraordinaria produccin intelectual" algunos historiadores le atribu#en m!s de 6.>>> obras. n una de sus cartas que Drgenes dirige a su antiguo discpulo Fregorio Haumaturgo. xhorta a su alumno a Atomar de la filosofa griega aquellas cosas que puedan ser conocimientos comunes o educacin preparatoria para el cristianismo@ :A: . ,s como los judos tomaron de los egipcios los $asos de oro para adornar el ,ancta ,anctorum" de la misma manera" los cristianos deberan tomar de los griegos los tesoros de su pensamiento # ponerlos al ser$icio del $erdadero :ios. ,unque reconoce que el contacto con los griegos tambin puede lle$ar a la hereja 4B1 . Su antiguo discpulo Fregorio recuerda que Drgenes hacia leer a sus discpulos todas las obras de los filsofos" sal$o las que negaban la existencia de :ios # su pro$idencia. Drgenes" no llega a ser tan optimista como -lemente respecto de la utilidad de la filosofa" pues" no deja de exhortar a su antiguo discpulo Fregorio al estudio de las Escrituras, # entender a la filosofa slo como una instancia preparatoria9 ABu&gote que tomes de la filosofa griega aquellas cosas que puedan ser conocimientos comunes o educacin preparatoria para el cristianismo, y de la geometra y astronoma, a saber, que son siervas de la filosofa, podamos decirlo nosotros de la filosofa misma en relacin con el cristianismo@ :A( . =ue su profunda formacin en el orden filosfico lo que le permiti" e$entualmente" efectuar una primera exgesis cientfica de las Sagradas scrituras. Pese a todo" sus lecturas de los escritores paganos no le ponen a sal$o de los mismos errores que stos ense8aron. ,s" por ejemplo" aunque se empe8a en e$itar caer en el error" asume sin $acilar la doctrina platnica de la preexistencia del alma9 AEo es ms ra.onable decir, que cada alma, por ciertas ra.ones misteriosas, 6hablo ahora seg8n las doctrinas de #itgoras, #latn y Emp&docles, a quienes 3elso cita con frecuencia7, es introducida en un cuerpo, y que es introducida precisamente seg8n sus m&ritos y seg8n sus acciones pret&ritas@ :AI . n este sentido" quiz!s el aporte m!s significati$o de los Padres de la (glesia por buscar una conciliacin entre la fe # la razn surja con la pretensin de la elaboracin de una filosofa cristiana. =ueron ellos los que llegaron a concebir a la fe cristiana como la filosofa m!s antigua # $enerable de todas las filosofas. ;a /ustino la tena como la $erdadera filosofa porque A&sta sola es la filosofa segura y provechosa@ :A? . Haciano en su )iscurso contra los griegos slo hall en la fe la $erdad que buscaba" porque $ea en la fe una sabidura m!s antigua que la griega" m!s sencilla m!s natural" brinda una f!cil explicacin del origen del mundo" por la pre$isin de los hechos futuros" por la excelencia de los preceptos # la unidad en el gobierno del mundo. ,ten!goras apela a la argumentacin filosfica para defender a los cristianos. 1"! CLEMENTE (E ALE)AN(RFA, (trL)mata, $, 1, 16. 1#7 CLEMENTE (E ALE)AN(R.A, (tr)mata, $,$,&,1. 1#1 5RFGENES, Philocalia, ca%. 1', Cara Gregorio Tau-aurgo. 1#$ K2ASTEN, Patrolo"a, . ., %. '&6. 1#' 5RFGENES, Epst. a Gre"orio, 1',1. 1#1 5RFGENES, Contra Celso, 1, '$. 1#6 )2ST.N5, 9i;lo"o con 8rif)n, &. Los A(olo)istas del si)lo II Aelitn de Sardes" a mediados del siglo (( no tiene empacho en hablar del cristianismo en trminos de filosofa" as se expresa en una carta dirigida al emperador Aarco ,urelio en fa$or de la relacin entre los cristianos # el imperio9 AEn efecto, nuestra filosofa floreci primeramente entre los brbaros y se e+tendi entre tus gentes ba9o el glorioso imperio de tu antecesor *ugusto y se ha convertido en una cosa de buen agLero. #orque desde entonces el poder de Boma ha aumentado en e+tensin y en esplendor. -u eres ahora su sucesor deseado y seguirs si&ndolo 9unto con tu hi9o, si defiendes la filosofa que creci con el Pmperio y empe. con *ugusto. -us antepasados la honraron tambi&n 9unto a las dems religiones. La prueba ms convincente de su bondad es qque el florecimiento de nuestra doctrina ha coincidido con el feli. principio del Pmperio y que a partir del reinado de *ugusto no ha ocurrido nada malo, antes bien todo ha sido brillante y glorioso de acuerdo con las oraciones de todos@ :A1 . -onclusiones respecto de la relacin entre la filosofa # la fe en los Padres de la (glesia de los primeros siglos9 Ja# dos grandes posiciones las de los negadores de la filosofa # los que $en la posibilidad de una conciliacin entre la razn # la fe9 .echazo9 Haciano9 =ilosofa es tejido de errores # contradicciones robada a los b!rbaros Sin $alor e incita a la inmoralidad Jermas los filsofos se contradicen (reneo =ilosofa9 fuente de errores m!s $ale no saber nada que perder la fe por saber. Hertuliano la filosofa corrompe la $erdad no ha# arreglo entre razn # fe la filosofa es in*til si se cree" un filosofo cristiano es tan absurdo como un cristiano filsofo para alcanzar la $erdad basta la razn natural. -onciliacin9 /ustino9 ha# una iluminacin uni$ersal del logos a todos los hombres. no puede haber oposicin entre filosofa # teologa. la filosofa participa de la iluminacion del logos. ,ten!goras9 ha# coincidencia parcial entre filosofa # fe. la fe conduce con seguridad a :ios pero es bueno ser$irse de la razn para reflexionar sobre la fe. -lemente9 la filosofa es don de :ios. es propedutica de la fe. es una suerte de ,H Drgenes9 Ja# que buscar lo com*n a la filosofa # la fe. la filosofa debe ponerse al ser$icio de la fe. 6ancilla theologi7. 1#" E2SEB.5, #istoria eccl.. 1, $", #3&. Los A(olo)istas del si)lo II Ena $ez efectuado un r!pido examen de las relaciones que se establecieron entre la fe # la filosofa" queda examinar los aportes doctrinales de los representantes m!s importantes del perodo patrstico" para lo cual se examinar!n los autores de los periodos m!s importantes de los siglos (( # (((. Los Padres ,&ostlicos La manifestacin m!s antigua de este mo$imiento intelectual cristiano" data de fines del siglo ( # se lo ha dado en llamar Padres ,postlicos. Lo de Padres les con$iene en que les cabe a ellos la paternidad espiritual en relacin con los cre#entes que a tra$s de ellos alcanzan la fe. ; lo de ,postlicos" les con$iene" seg*n -otelier" en razn de su $erdadera o supuesta relacin" incluso personal" con los primeros ,pstoles de la (glesia. Pero" aunque interesantes por su antigZedad" sal$o el sentido eminentemente apologtico" no ha# en ellos ma#or elaboracin intelectual. s posible que" por estar absorbidos por necesidades m!s urgentes" se explique la falta de rele$ancia filosfica # teolgica de los escritos de estos primeros pensadores. Slo se ad$ierte en ellos un estilo pastoral expresado en su ma#or parte bajo la forma epistolar. ntre estos Padres ,postlicos pueden mencionarse9 San -lemente .omano &tercer sucesor de Pedro en la Sede de .oma)) San (gnacio de ,ntioqua &H ca. 44>). &cierto acento mstico). San Policarpo &H ca. 406). Papas de Jier!polis &discpulo de San /uan $angelista # compa8ero de Policarpo). Dbras de autores desconocidos La dida9& La epstola a Gernab&. .especto a otras obras" frecuentemente atribuidas a este perodo como la La dida9& # La epstola de Gernab& !ambas de autores desconocidos" sin embargo pareceran corresponder a un perodo posterior a la era ,postlica" #a que ha# en ellos elementos doctrinales que indican su lucha contra los judos" lo que indica que no estaban en su perodo de gestacin" sino en el de estabilizacin # conser$acin 4BB . 3o obstante" la simplicidad # de las formulaciones # el trato indistinto de los fieles a los ministros sin distincin de jerarqua indica un perodo mu# cercano al ,postlico. n orden a estas e$idencias" algunos historiadores la sit*an entre los a8os 4>> # 40>. Pero" estudios m!s recientes realizados por ,udet" teniendo en cuanta las e$idencias de la comunidad de @uamram le permitieron concluir que la )ida9& puede situarse entre los a8os B> # 2>. Je aqu un pasaje de la :idaj9 ,lgunos consejos morales9 A"i9o mo, huye de todo mal y de cuanto se aseme9e al mal. Eo seas iracundo, po rque la ira conduce al asesinato. Ei envidioso, ni disputador, ni acalorado, pues de todas estas cosas se engendran muertes. "i9o mo, no seas codicioso, pues la codicia conduce a la fornicacin. Ei deshonesto en tus palabras, ni altanero en tus o9os, pues de t odas estas cosas se engendran adulterios. "i9o mio, no seas adivino, pues, la adivinacin conduce a la idolatra. Ei encantador, ni astrlogo, ni purificador, ni quieras ver ni or esas cosas, pues de todas estas cosas se engendra idolatra. "i9o mio no seas mentiroso, pues la mentira conduce al robo. Ei avaro, ni vanaglorioso, pues de todas estas cosas se engendran robos. "i9o mo, no seas murmurador, pues la murmuracin conduce a la blasfemia. Ei arrogante, ni de mente perversa, pues de todas estas cosas se engendran blasfemias. ,&, en cambio, manso, pues >los mansos heredarn la tierra=. 1## K2ASTEN, ). Patrolo"a, . ., Madrid, BAC, 1!#&, %. 11. . Los A(olo)istas del si)lo II ,& paciente y compasivo y sincero y tranquilo y bueno y temeroso en todo tiempo de las palabras que oste. Eo te e+altars a ti mismo no consentirs a tu alma temeridad. Eo se 9untar tu alma con los altivos, sino que conversar con los 9ustos y los humildes. Becibirs como bienes los acontecimientos que te sobrevengan, sabiendo que sin la disposicin de )ios nada sucede@ 67? %,-" 60" G>-G4). l aporte de estos Padres ,postlicos no forma un conjunto homogneo" como es de suponer en una comunidad intelectual que recin se est! gestando. Pese a ello se pueden establecer algunas caractersticas comunes" como lo es el uso de un $ocabulario limitado en cuanto a forma # contenido" cu#o sentido se adapta en lo posible a las expresiones # usos de las Sagradas scrituras" # de modo particular" al 3ue$o Hestamento # a los temas imperantes en las pstolas de los ,pstoles. Se elude toda profundizacin conceptual" # es claro que su objeti$o no es la elaboracin de obras de car!cter cientfico donde se busca una formulacin precisa de los dogmas de fe" sino que m!s bien" ha# en ellos un inters de orden exhortati$o" lo que ho# se puede entender como literatura pastoral. Sus temas son de orden m!s bien escatolgico" la segunda $enida de -risto es considerada inminente" ha# una profunda nostalgia de -risto" lo que adopta en San (gnacio de ,ntioqua una forma mstica. :e esta manera sus escritos slo hablan de la grandeza de la sal$acin" de la con$eniencia de obedecer a los superiores jer!rquicos en cuanto pastores en la fe" a los efectos de e$itar el caer en herejas # cismas. l idioma en que fueron escritos en su totalidad fue el griego. stas obras tienen un incalculable $alor histrico en razn de su antigZedad. -onstitu#en los documentos m!s antiguos de la Hradicin de la (glesia en materia de fe. ; esto no es poca cosa" porque si bien el texto actual del ,ymbolum apostolicum, donde aparecen las primeras formulaciones cristolgicas # trinitarias" no es anterior al siglo '(" Ano obstante, todos los elementos doctrinales encerrados en el ,mbolo *postlico figuran ya, hacia fines del siglo P en las numerosas y variadas frmulas de fe que se encuentran en la primera literatura cristiana@ :A2 . Pero debe reconocerse que desde el punto de $ista filosfico # teolgico su inters es pr!cticamente nulor 4B2 . 3o ha# en ellos toda$a di!logo alguno con la filosofa. Para ello habr! que esperar el ad$enimiento de los Padres ,pologistas. Los a&ologistas del siglo II , diferencia de l os Padres ,postlicos que slo buscaban guiar # edificar a los fieles cristiano" los Padres ,pologistas irrumpen en el mundo exterior tratando de hacer pie en el mundo de la cultura # de la ciencia. Pero ahora el espritu misionero que haba en los Padres ,postlicos es sustituido por el espritu de defensa. frente a la agresin externa. sto se debe en buena medida a que el cristianismo mu# pronto hubo de afrontar una serie de dificultades ocasionadas por su mismo crecimiento que comenz a $erse como un elemento de desequilibrio en el orden socio-cultural" lo que explica el que se lo $iese como objeto de preocupacin por parte de los polticos del decadente (mperio .omano. :e all que" #a en el siglo (( no tardasen en lanzarse contra la primiti$a (glesia una serie de acusaciones" la ma#ora de las cuales eran falsas" a los efectos de soca$ar las bases de este peligro potencial para los intereses del poder imperial. La s!tira de Luciano de Samosata se mofaba del amor fraternal de los fieles # de su desprecio a la muerte. l filsofo emperador Aarco ,urelio &414-4G>) tambin se suma a una abierta actitud de rechazo. Pero la figura de ma#or peso intelectual que ataca al cristianismo durante este perodo inicial de la (glesia es la del platnico -elso &Fl. 4B>). s interesante obser$ar que este autor" principalmente influido por el platnico Ptico" tena un claro sentido teolgico. ,centu la trascendencia di$ina. :ios puede relacionarse slo con la parte superior del alma # su pro$idencia se extiende al mundo" aunque no a ca da hombre. Los cuales est!n impedidos de entrar en contracto con :ios en razn de que est!n compuestos por una materia perecedera" la cual es incompatible con lo di$ino. La restauracin de la unidad con :ios es entendida de conformidad con la doctrina demonolgica sustentada por muchos platnicos # neoplatnicos de fines de la antigZedad. Ena jerarqua de espritus es la encargada de restablecer la unidad entre :ios # el hombre. :e esta manera" es dable comprender" que ante la positi$a 1#& K2ASTEN, ). Patrolo"a, . ., Madrid, BAC, 1!#&, %. '6. 1#! Cfr. K2ASTEN, )o;annes, Patrolo"a, rad. cas. BAC, Madrid, 1!"&, *ol. . %. 1!. Los A(olo)istas del si)lo II actitud de los cristianos respecto al cuerpo humano" lo que llega a su ma#or grado de exhaltacin con la afirmacin de la doctrina de la encarnacin del 'erbo" la actitud de abierto rechazo del dogma cristiano" tal como lo efect*a en su obra )octrina verdadera !rsetlt[ emuo[. n opinin de -elso" el cristianismo era una mera mezcla de supersticin # fanatismo. La respuesta de los cristianos fue la elaboracin de una serie de escritos cu#o objeto era el de defender expresamente la fe de los primeros cristianos" razn por la cual estos escritores reciben el nombre de apologistas. stas obras se escriben en forma de di!logo # de conformidad con las reglas de la retrica griega. 3ormalmente estas publicaciones estaban dirigidas al pueblo pagano en general" pero tambin se solan dirigir al emperador romano. n ellas se perseguan tres objeti$os9 4) .esponder a la acusacin de que la (glesia puede suponer un peligro para el estado" # poner en e$idencia que las $irtudes que adornan la conducta del cristiano no son un riesgo sino mas bien un factor de cohesin social. 1) Aostrar que" lejos de confundirse al cristianismo con una corriente que importa una suma de supersticiones # fanatismos" hace $er la inmoralidad del pagano # de sus di$inidades" # que con la afirmacin de una doctrina monotesta" de la di$inidad de -risto # la resurreccin del cuerpo" el cristianismo da una explicacin mucho m!s razonable del orden real que la que brinda el pagano. 7) Pero adem!s" el cristianismo" posee la misma $erdad" porque la recibe del Logos $erdadero. Pero todo esto no se hizo slo. ra natural que una doctrina" que se fue imponiendo progresi$amente en los crculos de ma#or cultura # $inculados con la filosofa griega" no tardase en recibir una respuesta positi$a de algunos de sus miembros m!s destacados. ; as fue como" en alg*n momento de este inicial intercambio cultural" los pensadores cristianos comenzaron a recibir la $italizante influencia de un buen n*mero de retricos # filsofos" que luego de con$ertidos al cristianismo" ponen todos sus recursos intelectuales al ser$icio de la defensa de la religin que adoptaban. ; son precisamente ellos" los #a formados en los rigurosos h!bitos filosficos" quienes buscan conciliar su nue$a religin con el saber filosfico. -omo es de esperar" en $irtud de las dificultades que entra8aba tal tarea en un contexto cultural que por entonces se presentaba manifiestamente hostil" los principales argumentos en fa$or de la fe cristiana se preparaban con el objeto de defender el car!cter di$ino del mensaje cristiano. Por lo regular" estas especulaciones estaban redactadas en forma de sermones # con arreglo a las reglas de la retrica. n este sentido sostenan9 4. el $alor de la $ida cristiana se ad$ierte en el beneficioso efecto que obra en el orden moral el ejercicio de la caridad con el prjimo. 1. l cumplimiento de los $aticinios de -risto # los profetas. 7. La solidaridad entre el ,ntiguo # el 3ue$o Hestamento" en cuanto que en ste se da pleno cumplimiento a lo profetizado en aqul" luego" la antigZedad del cristianismo se remontara a la de los profetas del ,H" quienes fueron m!s antiguos que los filsofos griegos. 5. :ada la posibilidad de que los milagros -seg*n la autorizada opinin de Hertuliano" Drgenes # Lactancio- tambin pudiesen obedecer a poderes demonacos" lo corriente era que no se sir$iesen de ellos para confirmar la $erdad de la fe cristiana. Los A(olo)istas del si)lo II: *ustino :e este modo" progresi$amente" se fueron poniendo las bases de una ciencia de :ios. Lo que significa que con los ,pologistas aparecen los primeros pasos de un estudio formal de la doctrina teolgica. 3aturalmente" la formacin intelectual de estos primeros telogos era helnica" lo que de un modo debi influir en la interpretacin que ellos hacan del mensaje cristiano. Pero si hubo alguna positi$a influencia helnica sobre el cristianismo" lo in$erso fue m!s e$idente. Porque no fueron ellos los que pusieron sus conocimiento al ser$icio de una causa filosfica" sino religiosa. Pero fue la falta de preparacin de sus destinatarios lo que haca pasar a segundo plano la persona del Sal$ador # la eficacia de la gracia" tampoco se tomaban a los milagros como argumentos de credibilidad. Slo se insista en la $igencia de una religin cu#o sello era la antigZedad" la del ,H" que superaba a la antigZedad de la filosofa griega. -omo era dable esperar la actitud de estos primeros apologistas fue la presentacin de una $isn cristiana del mundo # de la $ida. .especto a la filosofa" en cu#o nombre no pocas $eces fueron atacados" los apologistas guardaba encontrados sentimientos" pues" si por una parte sentan un claro rechazo por ella" por la otra pretendan asumir como cristiano todo lo que de $erdadero se haba dicho por los gentiles. ntre los ,&ologistas /rientales se destacan ,rstides &4>>-464)" san /ustino" &4>0-460)" Haciano &44>-4G>)" ,ten!goras &4>B-4G>)" # san Hefilo de ,ntioqua &47>-4G1). ,r!stides es un filsofo ateniense que escribe una apologa al emperador ,driano" donde hace una brillante exposicin de la $ida de los cristianos. Los cristianos se distinguen de b!rbaros" helenos # judos por la pureza de sus costumbres. :esde el punto de $ista filosfico ha# un esbozo de la doctrina de la creacin" que se apo#a en la experiencia de la mutabilidad del mundo # de todos sus elementos. Lo mutable # corruptible slo se explica se es producido de la nada Apor mandato del verdadero )ios, que es incorruptible, inmutable e invisible@ 6*pologa dirigida a ,ntonino Po) &ca. a8o 45>). $aciano" asirio con$ertido en .oma. n defensa del cristianismo scribe la *pologia ad "elenos, $e en la riqueza de la doctrina # su antigZedad" los dos argumentos m!s importantes en fa$or de la $erdad del mensaje cristiano. Dtra obra mu# apreciada por los asirios fue el )iatessaron, donde procura establecer la armona reinante en los cuatro $angelios. Su prestigio se reciente cuando a su $uelta a ,siria" abandona la ortodoxia # funda la secta gnstica encratita cu#os excesos eran notorios9 prohbe el matrimonio" el $ino # la carne en las comidas" rechazaba el $ino en las misas. ,ten-goras" era un filsofo griego &platnico) que se destacaba por la elegancia # sencillez de su estilo. ,ten!goras tiene una obra llamada ,8plica en favor de los cristianos &4BB) dirigida a los emperadores Aarco ,urelio # -modo. n ella se manifiesta el apologista9 A,in ra.n se nos llama ateos a nosotros que afirmamos una gran distancia entre )ios y la materia, y decimos que )ios es increadso y eterno, y que slo puede ser conocido por la mente y la ra.n, y que la mente est su9eta a generacin y corrupcin 6,8plica en favor de los cristianos, 4>). Su obra m!s importante es )e resurrectione mortuorum que merece ser destacada en este perodo" porque tiene un car!cter marcadamente filosfico #a que est! ordenada a la demostracin de la resurreccin con argumentos de razn. n la primera parte" &c. 4-4>)" considera a :ios # la resurreccin de los muertos. Los atributos de :ios como sabidura" omnipotencia # justicia di$ina" no se oponen sino que m!s bien armonizan con la doctrina de la resurreccin del hombre. n la segunda parte" &44-10) considera al hombre # a la resurreccin. ,s" como con relacin a :ios no ha# conflicto entre las perfecciones di$inas # la resurreccin de los muertos" en el orden antropolgico tampoco habr! dificultad en admitir que la resurreccin de los cuerpos tampoco se opone a la naturaleza humana. ; esto" por cuatro razones" la primera" porque el hombre fue creado para la eternidad &c. 41-47)? la segunda" porque estando por naturaleza constituido por alma # cuerpo" no ha# dificultad en pensar que si la muerte supone la destruccin de la unidad de cuerpo # alma" ella debe ser restaurada por la resurreccin a fin de que el hombre pueda alcanzar la felicidad eterna &c. 45-4B)? la tercera" porque si el hombre entero es el que ha obrado" porque ambas partes est!n sujetas a la le# moral "entonces" el tambin debe ser premiado en consecuencia" en el alma # en cuerpo. Luego" as como el alma no puede pagar sola la culpa de faltas cometidas por instigacin del cuerpo" ni tiene derecho a recibir sola el premio que fue alcanzado por el bien realizado con la colaboracin del cuerpo &c. 4G-17)? la cuarta" Los A(olo)istas del si)lo II: *ustino porque el hombre est! hecho para alcanzar la felicidad no en esta $ida" pero s en la $ida eterna &c. 15- 10). n el orden teolgico establece la necesidad de la unicidad de :ios9 A#ues, que el )ios "acedor de todo este universo sea desde el principio uno solo, consideradlo del modo siguiente, a fin de que tengis tambi&n el ra.onamiento de nuestra fe. ,i hubiera habido desde el principio dos o ms dioses, hubieran ciertamente tenido que estar o los dos en uno solo y mismo lugar o cada uno aparte en su lugar. *hora bien, es imposible que estuvieran en uno solo y mismo lugar' porque no seran, por dioses, iguales, sino por increados, desiguales. En efecto, lo creado es seme9ante a sus modelos' pero lo increado no es seme9ante a nada, pues no ha sido hecho por nadie ni para nadie ... Mas si cada uno de ellos ocupa su propio lugar, estando el que cre el mundo ms alto que todas las cosas creadas y por encima de lo que Cl hi.o y orden, )dnde estar el otro de los dos5 #orque si el mundo, que tiene figura esf&rica perfecta, est limitado por los crculos del cielo, y el "acedor de este mismo mundo est ms alto que todo lo creado, conservndolo todo por su providencia, )qu& lugar queda para el otro o para los otros dioses5 6,8plica G? %,-" 446" 60B-60G). ,firma la unidad esencial de Padre e Jijo" e$itando el subordinacionismo" esto es" la afirmacin de la inferioridad del Jijo respecto del Padre9 A= si por la eminencia de vuestra inteligencia se os ocurre preguntar qu& quiere decir >"i9o=, lo dir& brevemente0 El "i9o es el primer brote del #adre, no como hecho, puesto que desde el principio, )ios, que es inteligencia eterna, tena en s mismo al Merbo, siendo eternamente racional, sino como procediendo de )ios, cuando todas las cosas materiales eran naturale.a informe y tierra inerte y estaban me.cladas las ms gruesas con las ms ligeras para ser sobre ellas idea y operacin. = concuerda con nuestro ra.onamiento el Espritu prof&tico0 >El ,e/or !dice! me cri principio de sus caminos para sus obras=@6,8plica 4>? %,-" 446" 66>-664). .especto de la creacin del mundo entiende que :ios no crea nada in*til" pero tampoco lo crea para s mismo" pues :ios no necesita de nada. Hodo lo que tiene razn # juicio es creado por :ios para que $i$a perpetuamente. )Por qu razn :ios creo el mundo< :a dos razones" una mediata # oculta" # otra inmediata e interna al hombre9 A$,i buscamos la primera y ms oculta ra.n diremos que%, por causa de s mismo )ios, para que brillase en todas sus obras la bondad y la sabidura, se movi a crear al hombre@' $y si nos preguntamos por la ra.n ms pr+ima e interna al hombre como criatura habremos de decir% por causa de su misma vida, la cual no tiene que acaecer en un breve tiempo y de modo que venga despu&s a e+tinguirse@ 6)e resurrectione,41). n el orden ,ntropolgico9 La naturaleza humana esta constituida por Aun alma inmortal y cuerpo que, en la creacin ha sido unido al alma@. $efilo de ,ntio1%!a" nace junto al Mufrates" se educ en la cultura helnica" # una $ez con$ertido" alcanz el grado de Dbispo de ,ntioqua. ntre sus obras se destaca la apologia *d *ulycum. ,l reto de su amigo ,utol#co de que le muestre a su :ios" Hefilo responde9 Amu&strame tu hombre y yo te mostrar& mi )ios' mu&strame cmo ven los o9os del alma y oyen los odos del cora.n@. -on lo cual quera se8alar que para conocer a :ios antes se debe tener pureza de corazn. Los A(olo)istas del si)lo II: *ustino ,unque :ios sea tan ntido como el sol ha# quienes por su ceguera" no lo pueden $er. -omo tampoco se puede pretender $er reflejado el propio rostro en un espejo herrumbrado &Libro (). n el segundo libro se establece el contraste entre la mitologa pagana # el relato bblico. n el tercer libro" rechaza la objecin de ,utol#co"conforme a la cual el cristianismo no era mas antiguo que los relatos de los mitos griegos" aduciendo que si los judos son anteriores a los mitos griegos -pues Aoiss se anticipa en mil a8os a la guerra de Hro#a" entonces el cristianismo se apo#a en bases m!s antiguas que las griegas. n el orden teolgico Hefilo distingue entre el 'erbo interno o inmanente en :ios &logos vvZplj\o[ # logos manifiesto 6c]oWo]Zbm[7. A-eniendo, pues, )ios a su Merbo inmanente en sus propias entra/a, le engendr con su propia sabidura, emiti&ndole antes de todas las cosas. * este Merbo tuvo Cl por ministro de su creacin y por su medio hi.o todas las cosas &1" 4>? %,-" 446" B26). Hefilo en el orden antropolgico" junto con /ustino e (reneo" &*dv. "reses 5"5"7) no considera que la inmortalidad del alma $enga exigida por su naturaleza" sino que" en todo caso" es una recompensa al cumplimiento de los mandamientos. :e su#o" no es mortal ni inmortal" pero puede capaz de alcanzar ambas cosas. A)Eo fue el hombre creado mortal por naturale.a5 )e ninguna manera. )Luego, fue creado inmortal5 -ampoco decimos eso. #ero se nos dir0 ) luego no fue nada5 -ampoco decimos eso. Lo que afirmamos, pues, es que por naturale.a no fue hecho ni mortal ni inmortal. #orque, si desde el principio le hubiera creado inmortal, le hubiera hecho dios' y, a la ve., si le hubiera creado mortal, hubiera parecido ser )ios la causa de su muerte. Luego, no le hi.o mortal ni inmortal, sino, como anteriormente di9imos, capa. de lo uno y de lo otro. = as, si el hombre se inclinaba a la inmortalidad, guardando el mandamiento de )ios, recibira de )ios, como galardn la inmortalidad y llegara a ser dios' mas si se volva a las cosas de la muerte, desobedeciendo a )ios, &l sera para s mismo la causa de su muerte. #orque )ios hi.o al hombre libre y ,e/or de sus actos@ &1"1B? %,- 446-44G). +%stino Pero el escritor m!s destacado de este perodo fue" sin duda" fue el filsofo /ustino" a quien Hertuliano llam el prncipe de los apologistas del s. ((. Lo fue por la cantidad # profundidad de sus obras" entre las cuales se destacan dos *pologas dedicadas al emperador ,ntonino Po # el )ilogo con -rifn. 3acido en el seno de una familia griega pagana de =la$ia de 3!poles" toma estrecho contacto con los representantes de las m!s di$ersas corrientes filosficas" esto es" con estoicos" peripatticos # pitagricos" pero sufri con ellos un gran desenga8o. 3o ocurri lo mismo con los platnicos de quien descubri con admiracin la existencia de un orden inmaterial. Pero" como lo refiere en su obra )ilogo con -rifn" su b*squeda de la $erdad no encontr reposo hasta que encontr la re$elacin cristiana" porque Ano se llega a conocer a )ios si no se lo da a entender al hombre )ios mismo y su 3risto@. n la mencionada obra" /ustino cuenta que un anciano desconocido le mostr que haba un saber que era superior incluso al de Platn" # que slo fue proporcionado por los profetas. Seducido por esta nue$a doctrina inmediatamente abraza la fe cristiana. n .oma termina fundando una escuela filosfica" uno de cu#os discpulos fue Haciano. n ese menester sali airoso en un p*blico enfrentamiento con el filsofo -rescencio de formacin cnica. Sus apologas se dirigan" la primera al emperador ,ntonino Po? la segunda" posiblemente tambin al emperador # al senado romano donde se busca responder a las calumnias de deshonestidad con que se acusaba a los cristianos. Pero" adem!s de responder a las mismas" proporcionaba argumentos en fa$or de la di$inidad de /esucristo en $irtud del cumplimiento de las profecas del ,H. n la actualidad se considera que las dos apologas" lejos de estar separadas forman un *nico cuerpo de doctrina" de la cual la segunda parte es la conclusin de la primera. La literatura anti+)nstica: !an Ireneo La primera apologa9 4) condena la actitud de castigar a alguien por el slo hecho de ser cristiano" cuando en realidad esto mismo es una garanta" porque el miedo al castigo eterno les impiden obrar mal # por lo mismo se constitu#en en el mejor sostn del gobierno. 1) se8ala que las profecas indican que /esucristo es el Jijo de :ios. ,cusar a los cristianos de ateos es infundado" porque ellos reconocen la culto al :emiurgo9 ALos cristianos no son ateos, porque dan culto al )emiurgo de este mundo@ 6*pologa (" 47). La segunda apologa9 (nsiste sobre la injusticia matar a quien reconoce su fe. Pero eso mismo les da los cristianos la posibilidad de demostrar su superioridad sobre el pagano. ; suplica al mperador que ha#a justicia" piedad # amor a la $erdad. n )ilogo con -rifn el autor establece un di!logo ficticio con un sabio judo" -posiblemente el rabino Harfn-" donde el protagonista le hace $er a ste que la le# juda solo tiene un $alor pro$isorio respecto de la cristiana" que la fe en /es*s no pone en entredicho la la $erdad del monotesmo" # que los paganos tambin est!n llamados a formar parte de la (glesia cristiana. n ese di!logo" /ustino dedica su primera parte a la explicacin del concepto cristiano sobre el ,H" la le# mosaica fue sustituida por la nue$a le#. La segunda parte" justifica la adoracin a -risto como :ios. ; la tercera" es que el pueblo cristiano es el nue$o (srael # al $erdadero pueblo escogido de :ios. :esde el punto de $ista doctrinal" lo m!s importante de /ustino aparece en el orden teolgico. Pero" las obras de car!cter teolgico se han perdido" es el caso de obras como9 A)e la resurreccin@' Befutacin de todas las here9as y 3ontra Marcin. Pero puede saberse que" en el campo teolgico la doctrina de /ustino deja $er la influencia platnica. :octrina de :ios9 Si :ios no tiene principio" wwwt\o[, luego" carece de nombre" es inefable9 A#orque el #adre del Fniverso, ing&nito, como es, no tiene nombre impuesto, como quiera que todo aquello que lleva un nombre supone a otro ms antiguo que se lo impuso. Los de #adre, )ios, 3reador, ,e/or, )ue/o, no son propiamente nombres, sino denominaciones tomadas de sus beneficios y de sus obras ... A :2; . l nombre que mejor le cuadra es el de Padre" porque es creador. Pero estos son nombres que no lo expresan tanto en s mismo" como en relacin al hombre" en relacin a los beneficios que stos reciben de l. Propiamente a :ios m!s se lo debe entender como algo oculto # annimo" como algo incognoscible e inefable. Pero ha# una cierta noticia de :ios inserta en la naturaleza humana9 ALa apelacin de )ios no es nombre, sino opinin inserta en la naturale.a de los hombres sobre una cosa inenarrable@ 6*pologa ((" 6). :ios es creador del mundo a modo de :emiurgo &)emiurgo de este universo7 6*pol. 4" 47)" incluso cuando entiende que el mundo ha sido hecho de la materia informe. La influencia platnica es clara" pero no la asume sin modificarla con arreglo a las exigencias de la fe" pues no concibe a la materia como eterna" pues recordando el clebre pasaje de (( Aacabeos B" 1G" sostiene que el mundo fue creado Aen el principio por )ios de lo que no era@. 3iega la omnipresencia substancial de :ios. :ios $i$e en cielo" no puede aparecer en el mundo. La intencin es clara9 sal$aguardar la trascendencia di$ina9 AEadie, absolutamente, por poca inteligencia que tenga, se atrever a decir que fue el "acedor y #adre del Fniverso quien, de9ando todas sus moradas supracelestes, apareci en una mnima porcin de la tierra@. 6)ilogo 41B" 1-7? %,-" 416" 015.010). A#orque el #adre inefable y ,e/or de todas las cosas, ni llega a ninguna parte, ni se pasea, ni se levanta, sino que permanece siempre en su propia regin !donde quier a que &sta se halle!, mirando con penetrante mirada, oyendo agudamente, pero no con o9os ni ore9as, sino por una potencia inefable. = todo lo vigila y todo lo conoce, y nadie de nosotros le est oculto, sin que tenga que moverse Cl, que no cabe en un lugar, ni en el 1&7 Ciado %or K2ASTEN, )., Patrolo"a, *ol.. Madrid, BAC, 1!#&, %. $7#. La literatura anti+)nstica: !an Ireneo mundo entero y era antes de que el mundo e+istiera. )3mo, pues, pudo &ste hablar a nadie, ni circunscribirse a una porcin mnima de tierra, cuando no pudo el pueblo resistir la gloria de su enviado en el ,ina5 6)ilogo, 41B" 1-7? %,- 446" 015.010). :ios es trascendente" # por lo mismo" necesita de un mediador para sal$ar la distancia que media entre :ios # el hombre. l Logos hizo el mundo" Ml Logos es el mediador. :ios se re$ela slo a tra$s de Ml. l Logos procede del Padre sin mengua de ste9 A,eme9ante vemos tambi&n en un fuego que se enciende de otro, sin que se disminuya aquel del que se tom la llama, sino permaneciendo el mismo. = el fuego encendido tambi&n aparece con su propio ser, sin haber disminuido aquel de donde se encendi@ 6)il. 64" 1? %,-" 446" 54>). 3o deja de sostener un cierto subordinacionismo 4G4 entre el Padre # el Logos9 A,u "i9o, aquel que slo propiamente se dice "i9o, el Merbo, que est con Cl antes de las criaturas y es engendrado cuando al principio cre y orden por su medio todas las cosas, se llama 3risto por su uncin y por haber )ios ordenado por su medio todas las cosas@ 6%,- 446" 166). 'ino a ser persona di$ina pero subordinada al Padre. :esde el punto de $ista filosfico" la doctrina del Logos es central9 l Logos es una suerte de puente o intermediario entre :ios # el hombre. l Logos ilumina a todo hombre que $iene al mundo -con lo que recuerda el prlogo al $angelio de /uan- luego todo el linaje humano participa del Logos. l Logos se encarna en -risto9 A3risto es el Logos encarnado, todos los hombres que han vivido seg8n el Logos han vivido seg8n 3risto@. l Logos hizo el mundo. ; apareci en plenitud en -risto" pero mucho antes del ad$enimiento de -risto" una semilla del Logos #a estaba esparcida por toda la humanidad. Porque nada ser humana posee en su razn una semilla &Ycxd]_7 del Logos. Luego" no slo los profetas" sino tambin los filsofos paganos lle$aban en sus almas una semilla de Logos. Jer!clito" Scrates # el estoico Ausonio" eran fieles al Logos" al 'erbo di$ino. Por lo mismo" fueron $erdaderos cristianos9 AEosotros hemos recibido la ense/an.a de que 3risto es el primog&nito de )ios, y anteriormente hemos indicado que Cl es el Merbo , son cristianos, aun cuando fueron tenidos por ateos, como sucedi entre los griegos con ,crates y "eraclito y otros seme9antes@ 6*pol. (" 56" 1-7? %,-" 446" 171-177). Luego" no puede haber oposicin entre filosofa # teologa9 A*hora bien, cuanto de bueno est dicho en todos ellos nos pertenece a nosotros los cristianos, porque nosotros adoramos y amamos, despu&s de )ios, el Merbo, que procede del mismo )ios ing&nito e inefable' pues Cl, por amor nuestro, se hi.o hombre para ser particionero de nuestros sufrimientos y curarlos. = es que los escritores todos slo oscuramente pudieron ver la realidad gracias a la semilla del !Merbo en ellos ing&nita. Fna cosa es, en efecto, efecto, el germen e imitacin de algo que se da conforme a la capacidad, y otra aquello mismo cuya participacin e imitacin se da, seg8n la gracia que de aqu&l tambi&n procede 6*pol ((" 47" 5-6? %,-" 446" 1BB). A#orque cuanto de bueno di9eron y hallaron 9ams filsofos y legisladores, fue por ellos elaborado, seg8n la parte de Merbo que les cupo, por la investigacin e intuicin' mas como no 1&1 Con ese no-bre se alude a la docrina >ue niega la igualdad de las di*inas %ersonas aBir-ando una ciera subordinaci@n o de%endencia de unas res%eco a oras, con la consiguiene descaliBicaci@n eol@gica de la %ersona subordinada. Tal aciud era Brecuene enre los /adres de la .glesia, co-o es el caso de )usino. /ero lo >ue era %er-iido en un -o-eno en >ue s@lo se %reend9a eC%licar el -iserio riniario, lo deL@ de ser, cuando se sosiene al subordinaci@n con %lena conciencia de >ue signiBicaba negar la di*inidad de Criso E >ue la ercera %ersona s@lo era ;ec;ura del Verbo, co-o Bue el caso de Arrio. La literatura anti+)nstica: !an Ireneo conocieron al Merbo entero, que es 3risto, se contradi9eron tambi&n con frecuencia unos a otros. = los que ant es de 3risto intentaron, conforme a las fuer.as humanas, investigar y demostrar las cosas por ra.n, fueron llevados a los tribunales como impos y amigos de novedades. = el que ms empe/o puso en ello, ,crates, fue acusado de los mismos crmenes que nosotros, pues decan que introduca nuevos demonios y que no reconoca a los que la ciudad tenia por dioses .... Nue fue 9ustamente lo que nuestro 3risto hi.o por su propia virtud. #orque a ,crates nadie le crey hasta dar su vida por esta doctrina, pero s a 3risto !que en parte fue conocido por ,crates!, porque Cl era y es el Merbo que est en todo hombre@ 6*pol. ((" 4>" 1-G? %,- 446" 1B1-1B7).
Luego" la filosofa" por s misma puede acceder a la $erdad" porque todo hombre participa de la semilla del Logos. Pero a esto se agrega" seg*n /ustino una razn histrica" los filsofos" de hecho se apropiaron de las $erdades re$eladas porque tu$ieron acceso al ,H a tra$s de los judos9 A#ues, es de saber que Mois&s es ms antiguo que todos los escritores griegos. =, en general, cuantos filsofos y poetas di9eron acerca de la inmortalidad del alma y de la contemplacin de las cosas celestes, de los profetas tomaron ocasin no slo para poderlo entender, sino tambi&n para e+presarlo. )e ah que pare.ca haber en todos unos g&rmenes de verdad@ 6*pol. (" 455" G-4>? %,- 446" 17>). :e donde no hesita en sostener que la parte de $erdad que ha# en la filosofa es antes cristiana que filosfica" porque A-odo lo que de verdadero ha sido dicho alguna ve. es nuestro@. ,ntropologa. Dtro aspecto" donde se deja $er el sentido crtico de /ustino respecto de la doctrina platnica con arreglo a lo que l entiende como dato de fe es su doctrina respecto de la inmortalidad del alma. -ontra la opinin de los platnicos" /ustino se niega a reconocer la inmortalidad del alma como un atributo que se sigue de su esencia" sino que" junto con los primero apologistas" entiende que si el alma no tiene la $ida por s misma" lo que es propio slo de :ios sino que participa de la $ida" porque :ios quiere que el ama $i$a" luego" la inmortalidad del alma solo se sigue de la $oluntad # la potencia de :ios9 A,i el mundo ha sido generado, necesariamente tambi&n las almas lo han sido y pueden no ser $...%, luego , )no son inmortales5, preguntas. Eo, por cuanto afirmamos que el mundo ha sido generado $...% todo lo que e+iste o e+istir posterior a )ios tiene naturale.a su9eta a la corrupcin y es tal que puede ser abolido y no ser ya nada. #ues slo )ios es el que ni es generado ni es su9eto a corrupcin, y por esto es )ios A6)ilogo con -rifn, 0). $aciano" sirio" discpulo de /ustino es autor de un )iscurso contra los griegos, # al que #a se ha mencionado por su abierta actitud de hostilidad contra la filosofa. Eno de los aspectos sobre los cuales se deja $er su enfrentamiento en el campo doctrinal es precisamente el referido a la inmortalidad del alma. n este sentido sigue a /ustino de un modo m!s radical que ste9 AEo es inmortal por s misma el alma, (oh hombres griegosD, sino mortal. ,in embargo, puede el alma no morir $...%, resucitar al fin del mundo 9unto con el cuerpo@ 6)iscurso contra los griegos, 47). Haciano es m!s claro que /ustino a la hora de precisar la creacin de la materia # la temporalidad de las criaturas9 AEuestro )ios no comen. a ser en el tiempo, pues siendo Cl el 8nico que es sin principio, es el principio de todas las cosas@ 6)iscurso contra los griegos, 5). La literatura anti+)nstica: !an Ireneo AEo carece de comien.o la materia al modo de )ios, ni tiene la misma potestad que )ios que no tiene comien.o' sino que es creada, y no hecha por otro sino por el 8nico creador de todas las cosas@ 6)iscurso contra los griegos, 0). Los apologistas latinos ntre los ,pologistas latinos del s. (( stos no se manifiestan hasta bien entrado el siglo ((. l griego se emple en la (glesia romana hasta el a8o 10>. l m!s antiguo fragmento latino data del a8o 4G> que pro$iene de Pfrica. Por esta razn" entre los escritores latinos tambin se menciona a los africanos" entre los cuales se pueden contar Ainucio =elix" Hertuliano" ,rnobio # Lactancio. Los cuales parecen tener en com*n un claro rechazo del mundo cultural heleno. n este caso se halla Ainucio =elix &45>-1>>). Ainucio =elix se caracteriza por matizar los excesos de Hertuliano. .especto a la filosofa adopta una actitud decididamente optimista. -uando contra Hertuliano que haba descalificado la posibilidad de un cristiano filosofo o de un filsofo cristiano" entiende que todos los cristianos son" de hecho" filsofos? # que los filsofos son cristianos" por lo menos" secundum quid. :e sus escritos slo se conser$a di!logo Hctauius donde se ad$ierte una imitacin respecto del )e natura deorum. n dicho di!logo ha# la intencin de consolar a los deudos de Dcta$io" quien haba muerto recientemente. n ella busca dar respuesta al misterio de la muerte. Para lo cual no se apo#a en la fe cristiana ni en pasaje alguno de las scrituras" sino en un enfoque de la cuestin puramente filosfico" pero que apuntaba a sostener su con$iccin respecto del monotesmo" de la fe en la inmortalidad # en la posibilidad de la perfeccin moral. -ontra los excesos supuestamente msticos de Hertuliano" Ainucio =elix adopta una actitud de reconocimiento a la utilidad de los bienes materiales # de la honestidad del matrimonio cristiano. -on ocasin de dar respuesta al tema de la muerte Ainucio =elix analiza una serie de cuestiones de $alor filosfico # teolgico. Hrata el tema de la existencia # pro$idencia di$ina por el orden del mundo. :ios est! presente en todas las cosas por su poder sobre ellas. ntiende que el conocimiento de :ios" en el orden de la esencia es no solo in*til sino que tambin puede ser pernicioso porque a fuerza de querer comprenderlo la inteligencia termina por disminuirlo9 AEstimamos dignamente de )ios cuando decimos que es inestimable0 quien piensa conocer la grande.a de )ios la disminuye y si quiere no disminuirla no le conoce. Eo preguntes el nombre propio de )ios0 su nombre es )ios@ 6Hctauius, 4G). Pero de hecho el hombre conoce a :ios" porque todos los hombres terminan admitindolo por la fe9 AHigo al vulgo0 al tender las manos al cielo, no dicen otra cosa que >)ios=, y dicen >si )ios lo concede=, )es este lengua9e natural del vulgo u oracin del cristiano que confiesa su fe5@ 6Hctauius 4G). $ert%liano Los apologistas latinos comienzan a destacarse a partir del siglo (((. ntre ellos la figura m!s rele$ante fue la de Hertuliano &46>-150)" quien es el mejor representante de la escuela ,fricana. ,bogado cartagins con$ertido a la fe ante el ejemplo de los m!rtires. =ue ordenado presbtero" pero su pensamiento fue particularmente paradjico. Su tendencia rigorista lo acerc a la secta montanista en el orden moral" # en el terreno filosfico tu$o un completo enfrentamiento con las escuelas gnsticas. Lle$a a cabo una prolfica labor intelectual" lo que se manifieste en una importante cantidad de obras" entre las que se destacan9 *pologeticum, )e testimonio anim, )e prscriptione hreticorum' )e anima. Ja# adem!s dos tratados antignsticos contra Jermgenes # contra Aarcin" probablemente de poca montanista. La doctrina de Hertuliano. 4. n )e prescriptione entiende a la (glesia catlica como legitima heredera de la tradicin apostlica" los herejes" en cuanto tales" se hacen indignos de ella. -omo #a se se8al respecto de su repudo a la filosofa" entiende que es la fe # no el estudio de las scrituras" lo que sal$a. La literatura anti+)nstica: !an Ireneo .elacin razn # fe. 1. Se declara enemigo de la filosofa pagana" aunque reconoce la posibilidad del uso de una sana filosofa para aplicarla a la consideracin del dato de fe. sto se manifiesta en una cierta actitud aparentemente antirracionalista9 A3redo quia absurdum@0 AEl "i9o de )ios ha nacido0 no me avergLen.o, porque es vergon.oso' el "i9o de )ios ha muerto0 totalmente creble porque es inepto' y sepultado resucit0 es cierto porque es imposible@ 6)e carne 3hristi, 0). Sostiene derechamente que para conocer la $erdad basta le fe9 AEo necesitamos de la curiosidad, despu&s de 3risto Kes8s, ni de investigacin, despu&s del Evangelio. 3uando creemos, nad a deseamso creer ms all. #ues esto creemos primeramente, que no hay nada sobre la fe en lo que debemos creer@ 6)e prscriptione hreticorum, B). Pero" en rigor" no ha# en l un rechazo contra filosofa misma" sino solo contra la filosofa griega" porque de hecho" ha# en l un uso frecuente de conceptos filosficos. Dtro indicio de la racionalidad de su pensamiento aparece con el reconocimiento que l mismo hace de /ustino al que entiende que fue Averdaderamente filsofo y mrtir@. Aetafsica. Aaterialismo 7. Hodo lo que existe" es de alg*n modo corporal -corpus sui generis!. ; esto inclu#e al mismo :ios" es cuerpo a pesar de que es espritu9 corpus etsi spiritus est. :e esta suerte adjudica al $ocablo cuerpo el sentido de substancia" pero sin ol$idar el sentido eminentemente materialista que tiene la expresin cuerpo. :e ah que termine por hablar de las realidades espirituales con atributos que con$ienen propiamente al orden corpreo" por ej." cuando se8ala que el alma deja descendencia # color. Heologa . n materia teolgica se destaca su doctrina de la unicidad de :ios que se destacan por su alto $uelo filosfico9 A)ios, si no es uno, no es, porque creemos que es ms digno que no e+ista lo que no es como debe ser. = para que sepas que )ios debe ser un, preg8ntate qu& es )ios, y no hallars otra cosa@ 6*duersus Marcionem, l. (" 7). La unicidad de :ios da razn de su eminencia sobre todas las cosas9 A)Nu& sera de 8nico y singular, si no fuese aquello a lo que nada se iguala5 )Nu& tendra de principal, si no fuese lo que est sobre todas las cosas, lo que es ante todas las cosas y de que todas las cosas proceden5 ,lo teniendo estas cosas es )ios, y siendo &l slo en tenerlas, es uno@ 6*duersus "ermogenem, 5). Hales argumentaciones metafsicas" se constitu#en en un importante antecedente del argumento ontolgico de San ,nselmo" o :uns Scoto. Lo que supone la admisin de una cierta connaturalidad del conocimiento de :ios por el hombre" # del Atestimonio del alma naturalmente cristiana@0 A3uanto puede definir de )ios la condicin humana, esto defino' y esto tambi&n reconocer la conciencia de todos. *quello a que damos culto es el )ios uno que cre toda esta mole con todos sus elementos $...% de la nada por la palabra por la que mand que fuera' y &sta es la suma del delito de los que no quieren reconocer a quien no pueden ignorar@ 6*pologeticus 4B). Sorprendentemente admite que el conocimiento de fe respecto de :ios se $e precedido por el conocimiento natural, que se halla inserto en el hombre # se alcanza a partir de la consideracin del mundo creado9 AEosotros definimos que )ios tiene que ser conocido primero por la naturale.a, y despu&s reconocido por la doctrina' por la naturale.a a partir de sus obras, por la doctrina, por medio de la predicacin@ 6*duersus Marcionem, l. (" 4G). 0. n el contexto de la afirmacin de la creacin del mundo a partir de la nada se opone a admitir la eternidad de la materia porque pondra lmites a la grandeza de :ios" e incluso supondra una cierta dependencia de :ios respecto de la misma. Porque frente a la tesis gnstica conforme a la cual el mal procede de la materia" Hertuliano replica que es preferible admitir que :ios crea el mal por s mismo" La literatura anti+)nstica: !an Ireneo antes que suponer que el mal se le impone cuando se somete a la necesidad de la materia. A* )ios compete la libertad no la necesidad@ 6*duersus "ermogenem, 46). n el orden antropolgico La imagen de :ios en el hombre consiste en que fue instituido por :ios dotado de arbitrio # potestad. l establecimiento de la le# di$ina confirma la libertad de la criatura humana" Apues no se pondra ley a quien no tuviese en su postestad la obediencia que debe a la ley 6*dversus Marcionem, lib. ((" 0). n el marco de una clara incomprensin del orden espiritual afirma la corporalidad del alma humana" constituida por una materia etrea9 A$El alma ha sido creada% dotada por aliento divino para la inmortalidad@ 6)e anima B" 2" 11). .especto a su origen aboga en fa$or de una interpretacin traducionista o por $a de generacin. Pero el materialismo de Hertuliano es relati$o" porque lo refiere al orden espiritual que admite" #a que la afirma de :ios9 A)Nui&n negar que )ios es cuerpo, aunque )ios es espritu5 6*duersus #ra+eam, B). .especto de los !ngeles habla de una corporalidad no procedente de la materia9 A#ero si tiene algo por lo que es esto ser su cuerpo' pues todo lo que es, es a su modo cuerpo, y nada hay incorpreo sino lo que no es@. Hodo lo cual indica que la intencin de Hertuliano al hablar de la corporalidad del orden espiritual" no sea negar la naturaleza espiritual en cuanto tal" sino la de se8alar su substanti$idad. Lo cual se ad$ierte por el empe8o que tu$o todo parece indicar que apela a la materia para afirmar algo como real. Pues" admite que :ios es de naturaleza espiritual # por lo mismo debe ser corpreo. ; la misma situacin se da respecto de las naturalezas anglicas" a los cuales les es propio tener un cuerpo no procedente de la materia9 A#ero si $el ngel% tiene algo por lo que es, esto ser su cuerpo, pues todo lo que es, es a su modo cuerpo, y nada hay incorpreo sino lo que no es@. n este mismo marco debe entenderse la precisin del trmino persona en sentido metafsico" # en su aplicacin a la teologa trinitaria. :ice al respecto -anals 'idal9 A#or el conte+to antiplatnico del lengua9e de -ertuliano parece por lo menos probable que su intencin profunda es la afirmacin de la substantividad del espritu en contra de una reduccin a una entidad inteligible@ :2@ . Heologa dogm!tica. Hrinidad. 5. Su doctrina trinitaria es mu# profunda9 A3onne+us #atris in Filil et Filii en #aracleto tres affecit cohaerentes, alterum e+ altero@!ALa unin del #adre en el "i9o, y del "i9o en el #arclito, suscitan tres ntimamente unidos, $procediendo% el uno del otro@. ANui tres unum sunt, non unus@, !que tres son una cosa, pero no uno solo. A-res unius substanti et unius status et unius potestatis@!A-res de una misma substancia, y de un mismo estado y de una misma potestad@. A-rinitas unius potestatis@! -rinidad de un solo poder. A-rinitas unius diuinitatis, #ater et Filius et spiritus ,anctus@! A-rinidad de una misma divinidad, #adre, "i9o y Espritu ,anto@. n su doctrina trinitaria se aplica el trmino persona al Logos. ,ntes de la creacin era Ares et persona per proprietatem substanti@! Acosa y persona por propiedad de la substancia o esencia. Sin embargo habla de una anterioridad del Padre respecto del Jijo" ste no aparece sino con la creacin" en la que la Asabidura@ se hizo A"i9o@. Luego" el 'erbo" en cuanto Jijo" no es eterno. 3o es que ha#a diuersitas entre el Padre # el Jijo" pero el Padre es en grado" gradu, di$erso de ste en razn del origen. :e donde" el Padre posee en plenitud la di$inidad" el Jijo slo es una parte -deriuatio 1&$ CANALS V.(AL, H., #istoria de la Filosofa medieval, Barcelona, Herder, 1!#6, %. $#. La literatura anti+)nstica: !an Ireneo totius et partis!" por eso el Jijo reconoce la superioridad de Padre9 el #adre es mayor que yo. l Jijo procede el Padre como los ra#os" del sol. -on lo cual adhiere a una interpretacin que podra suponer un cierto subordinacionismo del Jijo al Padre. ,unque debe recordarse que no hubo en ello intencin de oponerse a la recta doctrina por cuanto la posicin de la (glesia respecto de este punto slo se termina de resol$er con el tratamiento de la doctrina de ,rrio con el -oncilio de 3icea &710). Aal poda oponerse a una definicin dogm!tica que haba acaecido unos cien a8os despus de su muerte. 0. s claro en la afirmacin de la doble naturaleza de -risto. Los milagros de /esus prueban su di$inidad" los afectos # sufrimientos" su humanidad. Por eso se expresa respecto de la persona de -risto como9 A#roprietas utriusque substanti!propiedades de ambas substancias $la naturale.a humana y la divina%@. A)uplicem statum, non confusum sed coniunctum in una persona, )eum et hominem, Pesu@!A)oble estado, no confuso, sino unido en una 8nica persona, )ios y hombre, Kes8s@. 6. Sostiene el primado de Pedro respecto de los dem!s ,pstoles9 A#ontife+ Ma+imus $eo% quod est episcopus episcoporum@!#ontifice M+imo, porque es Hbispo de los Hbispos@. B. n algunas partes sostiene un concepto montanista de (glesia9 Fbi tres, Ecclesia est, licet laici@!Adonde hay tres, est la Pglesia, aunque slo sean laicos@. G. n seguimiento de la doctrina montanista" en )e pudicitia, lle$a el rigorismo de Aontano" para poner lmites al sacramento del perdn" ste no es posible cuando se trata de una falta gra$e. l poder de perdonar los pecados fue conferido de un modo enteramente personal a Pedro" pero no a la (glesia como cuerpo. Por tanto" con$iene al hombre espiritual -homo spiritualis!, pero no al orden episcopal. n una obra de su tiempo de ortodoxia" recomendaba el sacramento de la penitencia eclesi!stica a todos los pecadores" con lo cual se ad$ierte que antes de conocer la doctrina de Aontano haba pensado de distinta manera. 2. Siempre" en seguimiento de la doctrina de Aontano" sostiene que la impureza es sacrilegio. l mandato crescite et multiplicamini del relato del Fnesis queda abrogado con la le# del 3ue$o Hestamento. l matrimonio no es querido sino tolerado por :ios. Las segundas nupcias ni siquiera toleradas" son species stupri!especie de adulterio. l matrimonio clandestino" es" sencillamente" fornicacin. 4>. 3o duda de la presencia real de -risto en la ucarista. l culto eclesi!stico est! constituido por oraciones de sacrificios -orationes sacrificiorum@. ste culto supone la recepcin del cuerpo de -risto. l pan es figura corporis. 44. l pecado original es el uitium originis, esto es" la mala concupiscencia. ; el diablo lo con$irti en algo de alg*n modo natural -naturale quodammodo!. n caso de urgencia un ni8o puede ser bautizado" un hereje" nunca. 41. l alma del ni8o $iene por transmisin de la del padre &traducianismo)" por ello el hijo se parece anmicamente al padre. 47. -ree en la expiacin de los pecados tras la muerte. Los pecadores" sal$o los m!rtires" tras la muerte permanecen en un mundo inferior" del que pueden ser lle$ados al refrigerium a tra$s de la oracin de los fieles $i$os. 45. ,dhiri a la doctrina milenarista conforme a la cual con el regreso de -risto al mundo" se iniciar! un reinado de felicidad de mil a8os hasta que llegue el da del /uicio final" a partir del cual" #a gozar!n de una felicidad eterna. Las ere0!as del siglo II y s%s &rinci&ales i#&%gnadores @uiz!s estas actitudes de repudio hacia la filosofa se puedan entender en razn de que" no pocas $eces" fue la filosofa el $ehiculo de introduccin # asentamiento de una profusin de doctrinas manifiestamente herticas. Pero tarde o temprano se hubo de reconocer que" para poder responder con autoridad a los embates de las di$ersas herejas" se deba echar mano de cuanto recurso conceptual hubiera disponible" a los efectos de poder con$encer a los ad$ersarios de su error # confirmar en la fe a los cre#entes. ; esto no significaba otra cosa que" a*n para combatir a la filosofa en defensa de la fe" se La literatura anti+)nstica: !an Ireneo deba hablar en lenguaje filosfico. sto se deba a que el cristianismo" apenas comenz a extenderse dentro de los lmites del (mperio" no tard en chocar contra dos dificultades" de las cuales" una tena ntima $inculacin con la filosofa9 el gnosticismo? la otra con la tradicin juda. Para entender esto debe recordarse que" en los primeros tiempos" la naciente (glesia cristiana hubo de luchar contra dos tentaciones que la amenazaban. Por una parte" el deseo de $ol$er de alguna manera a las fuentes judaicas. Por la otra" a romper definiti$amente con ellas al punto de querer abandonar toda forma de fe. La primera" estaba sustentada por quienes" seducidos por las celebraciones lit*rgicas que se celebraban en el Hemplo de /erusaln" propiciaron una asimilacin de las cristianas a las formalidades judas. La segunda" por la influencia del gnosticismo" que pretenda una acabada explicacin filosfica-religiosa del corpus de la .e$elacin bblica. Por cierto" ambas eran proporcionalmente peligrosas para la salud de la fe cristiana. Por la primera" porque lle$ara a una descalificacin progresi$a de los elementos introducidos por el 3ue$o Hestamento? con su pre$isible desaparicin" Por la segunda" porque el intento de querer comprenderlo todo a la luz de la razn natural" terminara por desestimar el lugar de la fe en los misterios re$elados" dando lugar a la sustitucin de la religin por la filosofa. :e estos dos gra$es escollos" el primero desapareci como consecuencia de los acontecimientos histricos de la destruccin del Hemplo de /erusaln por las legiones romanas" hecho acaecido en el a8o B>. Pero el segundo" creca cada $ez m!s" tanto en el orden doctrinal como en el n*mero de seguidores" por lo cual no tard en constituirse en el principal peligro para el desarrollo del cristianismo. l gnosticismo Las sectas gnsticas se presentan al mundo cristiano como herejas sostenidas por grupos separados que se afirman poseedores de la sabidura" gnosis- de sal$acin" por una $a ajena a la de la fe. 3o se originan en la tradicin bblica sino en tradiciones religiosas orientales donde aparecen contenidos teosficos 4G7 m!gicos # esotricos 4G5 " con mezcla de contenidos filosficos griegos" aunque sustentan doctrinas ajenas al cristianismo" se sir$en de las expresiones o trminos bblicos para ponerlas al ser$icio de sus propias doctrinas. :ada la importancia que cobr este mo$imiento de los gnsticos durante los primeros siglos del cristianismo" -es mu# posible que la literatura gnstica del siglo (( ha#a tenido un $olumen ma#or a la de la literatura cristiana-" se hace con$eniente re$isar los rasgos propios de este mo$imiento para comprender luego la actitud de los Padres de la (glesia respecto a ellos. %ajo el nombre de gnosticismo se comprende" no una secta sino m!s bien una tendencia uni$ersal" constituida por una $asta cantidad de corrientes religiosas de origen pagano -cu#o origen parece estar en Siria # la orilla oriental del Aediterr!neo-" que buscan ir m!s all! de la razn # de la fe para llegar a la $erdadera sabidura o gnsis" cu#o rasgo principal es el de constituir un conocimiento profundo # reser$ado que" al tiempo que permitira hallar la cla$e de comprensin del uni$erso" permite alcanzar la unidad del hombre con :ios" #" por lo mismo" la sal$acin. stas corrientes siempre importan una suerte de sincretismo entre la filosofa # la religin" donde se mezclan de los modos m!s di$ersos doctrinas filosficas de la antigZedad con concepciones tomadas de las mitologas orientales. Luego" de la expansin del cristianismo estas corrientes estu$ieron constituidas por pensadores que tras recibir el influjo del cristianismo se propusieron traducir en cla$e filosfica -no importa cu!n alto grado de componentes mitolgicos orientales ha#a en esa filosofa- los contenidos de la .e$elacin. :e donde surge lo que puede denominarse un gnosticismo cristiano. Los gnsticos cristianos se distinguen del gnosticismo sustentado por algunos Padres de la (glesia" como por ejemplo" -lemente de ,lejandra" donde" antes que mezclar la fe con los mitos orientales" se busca hacer coincidir la $erdadera gnosis con el dato de fe. La figura de -risto Sal$ador que comunicaba una nue$a re$elacin" # el culto del que era objeto por parte de los cristianos era altamente atracti$a para los gnsticos" de ah su inters por apropiarse de todas sus ense8anzas # de algunos elementos del culto cristiano. :e ah que se los llame gnsticos cristianos. l gnosticismo cristiano tiene sus focos iniciales en ,sa con -erinto" # en ,ntioqua con Aenandro # Saturnino. Luego se desplaza a ,lejandra" con -arpcrates # %aslides &ca. a8o 41>. 1&' Te@soBicoJ docrinas de *arias secas >ue %resu-en esar ilu-inados %or (ios e 9ni-a-ene *inculados con 4l. 1&1 Eso<ricos, docrina co-unicada s@lo a ciera nP-ero de iniciados. Se eniende %or o%osici@n a eCo<rico, >ue son las docrinas accesibles al *ulgo. La literatura anti+)nstica: !an Ireneo Luego" en .oma -erdn # 'alentn. Luego Aarcion" # los montanistas" que eran herejes enfrentados a los gnsticos" ;" #a enteramente por fuera de la (glesia" los maniqueos" que aparecen #a en el siglo (((. La diferencia entre -lemente de ,lejandra que tambin habla de una gnosis cristiana # los llamados gnsticos cristianos es que mientras -lemente busca defender la fe re$elada de los excesos de la razn" stos *ltimos simplemente se dejan arrastrar por un misticismo heterodoxo. Aientras para -lemente el criterio de $erdad estaba dado por la fe" para los gnsticos cristianos estaba dado por la razn. stos *ltimos est!n persuadidos de que la fe es inferior a la razn" # por tanto sus $erdades deben ajustarse a los criterios de la razn. Hal es el caso de los gnsticos cristianos" como -erinto" Aarcin" -arpcrates" %aslides # 'alentn. n orden doctrinal en los gnsticos tiende a expresar en lenguaje platnico # pitagrico tienden a explicar el uni$erso de un modo monista &'alentn) o dualista &Saturnio" %aslides # Aanes)" conciben la realidad como penetrada por fuerzas # rupturas que dan razn de la degradacin # cada de los seres espirituales. l emanatismo gnstico se funda en la oposicin de pares de principios que operan seg*n una secuencia de anttesis # enfrentamientos. Los rasgos del gnosticismo 4) n el orden antropolgico9 conciben al hombre de modo platnico como una tricotoma" -cuerpo" alma # espiritu- que tendr! su influencia sobre los Padres de la (glesia9 # seg*n sea el elemento que predomine en cada hombre ser! el tipo de hombre9 el predominio del cuerpo &soma)" corresponde a los hombres materiales o hlicos? el predominio de alma &psique) corresponde a los hombres animales o psquicos? el predominio del espritu &pneuma) corresponden los hombre capaces del conocimiento sal$ador" los hombres espirituales o pneum!ticos. 1) -oncepcin del mundo9 Ja# tambin una tendencia natural a mezclar elementos filosficos con los religiosos para tratar de explicar racionalmente el problema del mal # del dolor que agobian a la humanidad. por lo regular" dejan traslucir una metafsica dualista donde se deja $er el doble influjo de la tradicin platnica # los mitos de las religiones orientales. ,s" se sostiene la afirmacin de una materia eterna e increada" principio del mal # de las tinieblas. l mundo surge como consecuencia del encuentro entre los eones o emanaciones di$inas" # la materia. l :emiurgo &que no es :ios) es el que posibilita este encuentro. -risto encarna el spritu que emana de :ios" redime el mundo # lo trae de regreso a :ios. ; es precisamente este esfuerzo heterodoxo el que caus a los Padres ma#or grado de preocupacin por la posibilidad de que fuesen tomados como los m!s seguros intrpretes del dato re$elado. Dtros rasgos9 4. n el marco de un dualismo -luz-oscuridad" bien-mal- de procedencia persa" :ios ser! entendido como esencialmente bueno" # por tanto" incapaz de producir el mal" pero demasiado alejado del uni$erso para poder e$itarlo. ,l entrar en contacto con el relato bblico entiende al :ios creador con un ser intermedio que desconoce la luz. 1. :ios se relaciona con el mundo de un modo indirecto a tra$s de seres intermediarios -eones. Lo que parece ser fruto de la influencia del platonismo medio # neoplatonismo. 7. Hodo lo real surgira como una suerte de emanacin del primer ser. l *ltimo lugar con$iene a los seres sensibles" en razn de estar constituidos por una materia esencialmente mala" cu#o origen no puede ser :ios sino un ser intermediario pecador. 5. l hombre est! concebido de un modo radicalmente dualista. Ja# en l dos principios opuestos9 uno bueno" espiritual" psquico? el otro malo" la materia. La razn de tal situacin se debera a la actual situacin del alma que" procedente del mundo espiritual superior" cae aprisionada en un cuerpo material. Para salir de tal estado es preciso una con$ersin de las costumbres que exige un abandono de los h!bitos ligados al cuerpo en funcin de una conducta asctica. ;a puede $erse aqu la influencia de la tradicin rfico-pitagrica &sema-soma). 0. La conducta humana est! signada por una suerte de determinismo astrolgico" donde los astros influ#en sobre el mundo # la $ida de los hombres. 6. l encuentro del hombre con :ios supone que :ios a su $ez est! afectado por la materia" el hombre cae $ctima de ella pero luego puede ser rescatado. n lo que se manifiesta el influjo de la antigua religin egipcia" aunque reelaborada con elementos helnicos. B. Ja# tambin la presencia de la tradicin juda9 esperanza e im!genes de la apocalptica juda. La literatura anti+)nstica: !an Ireneo G. ,lg*n influjo del platonismo. l alma cae del cielo # queda encadenada en un cuerpo material" interpretaciones alegricas de los helenistas que buscan hacer compatibles las descripciones e historias de los dioses efectuadas por los poetas Jomero # Jesodo con la doctrina de la trascendencia del *nico :ios. , estos elementos caben agregar otros dos. 4) Los ritos de iniciacin" stos eran un elemento altamente seductor para la plebe" estaba constituido por los ritos de iniciacin ricamente influidos por la fantasa oriental" dependan de cada lugar &leusis" =rigia" gipto" Aithra) # se realizaban en un lugar secreto. l paso inicial se practicabas con sigilo con el auxilio del mistagogo" una suerte de sacerdote" que diriga el ceremonial. 1) l elemento cristiano9 dado por la filiacin di$ina de -risto # el monoteismo" aunque ste" en el s. (( fue sustituido regularmente por el dualismo rfico. Saran#ana aclara el concepto de gnosticismo distinguindolo de la gnosis" mientras el gnosticismo se constitu#e a partir de un cierto grupo de sistemaas del siglo (( d. -. " mientras que la gnosis alude a Aun conocimiento de los misterios divinos reservados a una >&lite=@. A:. El gnosticismo de las sectas del siglo PP implica una serie coherente de caractersticas que pueden resumirse en la siguiente formulacin0 hay en el hombre una centella divina procedente del mundo superior, cada en este mundo sometido al destino, al nacimiento y a la muerte' esta centella debe ser despertada por la contraparte divina de su yo interior para ser, finalmente, reintegrada a su origen. Frente a otras concepciones de la degradacin de lo divino, &sta se funda ontolgicamente en un concepto particular de >degradacin=, cuya periferia 6con frecuencia, llamada ,ophia, o Ennoia7 deba entrar fatalmente en crisis y!de modo indirecto! dar origen a este mundo, del que, por otra parte, no puede desinteresarse, puesto que ha de recuperar el #neuma que en &l se encuentra 6concepto dualista sobre fondo monista que se e+presa por medio de un doble movimiento de degradacin y de r eintegracin7. @. El tipo de gnosis que implica el gnosticismo est condicionado por un cierto n8mero de fundamentos ontolgicos, teolgicos y antropolgicos. Eo toda gnosis es gnosticismo, sino tan slo aqu&lla que, en el sentido ya e+presado, implica la idea de una connaturalidad divina de la centella que debe ser reanimada y reintegrada' esta gnosis de gnosticismo comporta la identidad divina del cognoscente 6el gnstico7, de lo conocido 6la substancia divina, de suyo, trascendente7 y del medio por el cual conoce 6la gnosis como facultad divina implcita que deber ser despertada y actuada7. Esta gnosis es una revelacin!tradicin, de tipo distinto, sin embargo, que la revelacin! tradicin bblica e islmica@ :2? .
La gnosis helnica La gnosis helnica haca pre$alecer la gnosis o conocimiento" donde haba ma#or cantidad de elementos cristianos? la gnosis oriental" haca pre$alecer las astrologias e iniciaciones. l influjo del gnosticismo sobre los Padres de la (glesia tu$o dos efectos principales. n primer lugar" porque la literatura gnstica" aunque heterognea # heterodoxa" constitu# un primer intento de elaboracin teolgica notablemente desarrollado. n opinin de Drbe una $ez que se han conceptualizado los mitos" Aofrece en ocasiones 6v. gr. entre ofitas y valentinianos7 un material e+cepcionalmente denso' casi siempre, sin salir de la ms pura teologa@ 4G6 . Siempre en opinin de Drbe" el desarrollo de la especulacin gnstica es incuestionable9 A* los valentianianos 6 y ofitas7 corresponde el m&rito de la prioridad. )e golpe, sin antecedentes que los anunciasen, se presentaron con absoluto dominio en todos los campos de la teologa, y tra.aron la 1&6 Cfr. B.ANCH., V., e ori"ini della "nosticismo, Colo7ui di Messina, 1'31& a%rile, 1!"", Brill, LE.(EN $da. 1!#7, %%. 00300.. Cfr. SARAN+ANA, #istoria de la Filosofa Medieval, /a-%lona, E2NSA, 1!&6, % ''. 1&" 5RBE, A. 'ntroducci)n a la teolo"a de los si"los '' y ''', Ro-a, Sala-anca, Ed. Gregoriana3Ed. S9gue-e, 1!&&, %. 1. La literatura anti+)nstica: !an Ireneo Economa de la ,alud, dentro de una lnea continua. Eo se advierte entre ellos indecisin. )esde el principio construyen con igual firme.a. "ayan o no largamente refle+ionado sobre los lemas caractersticos de la Begla de fe, los telogos valentianianos ofrecen un sistema comple9o, definido hasta los perfiles 8ltimos. a 9u.gar p or escritos suyos parciales, eran capacsimos de estudiar puntos concretos. *dmira por lo mismo con qu& celeridad, penetracin y madure., lograron teologi.ar en todos los campos. Eo se improvisa visin tan simple, uniforme y armnica, sin refle+in igual para todos los dogmas@ :2A . n segundo lugar" porque" puesto que los gnsticos en su propsito de alcanzar la $erdad" se adue8aron de todas las fuentes tomando posicin en todos los frentes de la teologa" a saber" teologa trinitaria" cosmologa" antropologa" cristologa" obligaron a los Padres de la (glesia a responder tambin en todos los frentes de batalla" para dar a los textos re$elados su interpretacin correcta" lo que posibilit" a su $ez" el desarrollo integral de una teologa ortodoxa. ntre las corrientes gnsticas $inculadas al cristianismo aparecen principalmente9 . la gnosis siraca &-erdn # Aarcin). . la gnosis alejandrina &%aslides). . la gnosis it!lica &'alentn). . la gnosis persa o maniquea &Aanes). . la gnosis montanista &Aontano).
2alent!n escribi el Euangelium ueritatis, donde afirma un ente supremo al que se subordina un plroma de 7> eones" -ados estos en la ruina fueron engendrados dos nue$os eones" /es*s # el spritu. Solan admitir que el cuerpo de /es*s fuese mera apariencia &docetismo). La agudeza intelectual que le era propia haca de l un intrprete temible para la (glesia. Su doctrina" de una alta complejidad conceptual" se puede resumir en estos trminos. :el Padre" in$isible # trascendente" emanan treinta eones" que constitu#en el mundo superior # espiritual" el Plroma. :el Plroma surge lo terreno" que aspira a regresar a aqul. Lo terreno # el hombre son obra de un :emiurgo. ,l infundir el :emiurgo en el hombre un elemento psquico" aprisiona al hombre en la materia. Pero sin que el :emiurgo lo ad$ierta" el hombre recibe tambin un componente espiritual" o pneum!tico" que si es despertado por la $erdadera gnosis trada por el .edentor" podr! sal$arse # $ol$er a la luz originaria. La encarnacin de /es*s" tu$o precisamente el objeto de re$elar al hombre la $erdad que lo habra de sal$ar. /es*s recibe el spritu en su bautismo # a#uda al hombre con la luz del spritu. 3arcin" que m!s que gnstico era un hereje crristiano" era amigo de -erdn sostena un concepto dualista de :ios. l mundo # la materia fueron creados por un :ios demasiado se$ero que obra como demiurgo. se demiurgo era ;ah$ el dios justiciero # $engati$o del ,H que impuso una le# intolerante para los judos. =rente a este :ios malo" aparece un dios bueno que era desconocido hasta la $enia de -risto. /es*s" no es el Aesas de los profetas" ni un $erdadero hombre" sino hijo del :ios bueno" # que re$isti un cuerpo aparente. -on lo cual termina por establecer un enfrentamiento entre lo cristiano # lo judo. :e ah la con$eniencia del nombre con el que designa a su obra capital" *nttesis. se enfrentamiento opone el l :ios malo del ,H con el :ios bueno del 3H. San Pablo que rechaza la Le# de los judos fue el *nico en comprender a /es*s" por eso acepta las pstolas de San Pablo. # el $angelio de su discpulo Lucas. Los dem!s $angelios # todo el ,t es sistem!ticamente preterido. -risto no se encarn realmente" porque si as hubiera sido habra cado en manos del :emiurgo # no habra podido redimir al hombre. 3ontano" era un gnstico sui gneris, porque su rasgo caracterstico no era poner el acento en el exagerado culto de la gnosis" sino m!s bien" a la in$ersa" ofrecen un exagerado desprecio por la ciencia" con el objeto de ser m!s cristianos. Su pretensin es $ol$er a los carismas de la (glesia primiti$a" donde el e$angelio fuese nue$amente transmitido con sentido proftico. Se trata de $ol$er a fomentar una actitud de expectati$a escatolgica. ,nte la inminencia del fin del mundo # de la llegada de -risto" Aontano urge a la continencia" el a#uno # el martirio. ran necesario a#unos m!s rigurosos que los 1&# 5RBE, A. 'ntroducci)n a la teolo"a de los si"los '' y ''', Ro-a, Sala-anca, Ed. Gregoriana3Ed. S9gue-e, 1!&&, %. 6. La literatura anti+)nstica: !an Ireneo usuales" haba que desear el martirio" porque el pretender e$itarlo implicara un insensato apego a un mundo que se acababa? por lo mismo haba que despreciar los bienes materiales" que pronto perderan todo su $alor? # no $ala la pena contraer matrimonio pues #a no haba tiempo e incluso impeda la $isin mstica. , estas corrientes gnsticas cabe agregar la secta de los encratitas que imponan la abstinencia sexual # la pri$acin de carne # $ino. La cual slo pro$oc la reaccin de los Padres cuando tales costumbres se fueron radicalizando. La literat%ra anti-gnstica La respuesta a tales interpretaciones por parte de la (glesia a tales interpretaciones fue realizada por los ,pologistas griegos # latinos quienes buscaban fundamentalmente sal$aguardar la fe de toda malinterpretacin racionalizante. l historiador usebio brinda una lista de doce autores que se proponen una refutacin teolgica tales herejas # sus errores m!s gra$es" pero casi todas sus obras" con algunas pocas excepciones est!n irremesiblemente perdidas. Ena de las excepciones es San (reneo de L#on. Hambin lucharon contra los gnsticos San Jiplito" # Hertuliano. 4an Ireneo de Lyon ( 156-ca. )6)) San (reneo de L#on nace en smirna &,sia Aenor). n su obra principal *dversus "reses --ontra las herejas- " que consta de cinco libros # cu#o titulo griego significa *prehension y contradiccin del falsamente nombrado conocimiento. sta obra est! redactada en griego pero slo queda una buena traduccin latina. n esta obra (reneo combate principalmente contra las doctrinas de Aarcin # 'alentn. (reneo errneamente cree que el gnosticismo es un fruto del pensamiento griego" al que tiene como origen de la ignorancia # del error. La obra *duersus hreses se di$ide en dos partes. n la primera hace un an!lisis de la doctrina gnstica" haciendo referencia a sus distintas sectas # escuelas" para se8alar sus errores doctrinales en materia de fe" esto es" sus herejas. :e donde esta obra se presenta como una de las fuentes de informacin sobre el gnosticismo m!s importantes. n ella se hace un detallado an!lisis de la doctrina de 'alentiniano" luego indaga sobre los orgenes en Simn el Aago # Aenandro" # luego analiza los distintos matices que distingue a cada corriente gnstica &Satornil" %asilides" -arpcrates" -erinto" ebionitas" nicolatas" -erdn" Aarcion" Haciano # los encratitas. Hodos ellos se apartan de la $erdad. Hodo esto en el primer libro que agota la primera parte. n el segundo libro" con el que comienza la segunda parte" analiza la posicin de $alentinianos # marcionistas" refutando sus posiciones con argumentos de razn? en el tercer libro acumula argumentos de fe respecto de :ios # -risto. n el cuarto" acumula otros tantos argumentos apo#!ndose en las scrituras? en el quinto" trata sobre la resurreccin de la carne" negada por todos los gnsticos. -ontra el dualismo gnstico opone la afirmacin de un *nico :ios" que ha creado libremente todas las cosas. :ios" como 'erbo se encarna en -risto. Para con$encer a sus ad$ersarios se apo#a en el supuesto metodolgco de la subordinacin del dato racional al re$elado9 >El que algunos, seg8n su inteligencia puedan saber ms o menos, no 9ustifica que puedan cambiar el ob9eto de la fe, e+cogitando otro )ios distinto del artfice y creador y mantenedor del Fniverso, como si &ste no bastara' o asimismo e+cogitando otro 3risto u otro Fnig&nito. La diferencia $entre los que saben ms y los que saben menos% es que $los primeros% logran investigar lo que fue dicho en parbolas relacionndolas con el contenido de la fe' en que muestran por sus pasos la accin y la economa de )ios para con la humanidad' en que declaran cmo y por qu& este )ios magnnimo $...% ha hecho muchos pactos con la humanidad' y en que ense/an cul es el carcter de cada uno de estos pactos> 4GG . s claro que el propsito del autor al escribir esto es el de se8alar los lmites de la razn en la comprensin de las scrituras. n la exgesis de sta el primer lugar lo tiene el dato de fe" mientras que la razn slo cumple una funcin secundaria" de se8alar cu!ndo una afirmacin se opone a las le#es de la buena lgica" por ejemplo" que es in$erosmil o absurda 4G2 . 1&& . S/N IR.N.O, /dvers+s 3Hreses, I,1$ 1&! Cfr. VERNET, H. (aint 'ren!e, en (TC, V.., =/ar9s, 1!$', col. $1$6. La literatura anti+)nstica: !an Ireneo ; no dej de ofrecer una buena razn para anteponer el testimonio de las scrituras al de los pensadores paganos" en razn de que las predicciones que en aqullas se efectuaron se cumplieron integralmente9 >,i pues los profetas predi9eron que el "i9o de )ios aparecera sobre la tierra, si ellos anunciaron en qu& parte de la tierra, cmo y en qu& forma se manifestara, y si el ,e/or reali. en su persona todas estas predicciones, nuestra fe en &l descansa, por lo mismo, sobre un fundamento inquebrantable, y la tradicin de nuestra predicacin tiene que ser verdadera, esto es, verdadero es el testimonio de los *pstoles, que fueron enviados por el ,e/or y que predicaron en el mundo entero que el "i9o de )ios vino para sufrir la pasin, con lo cual aboli la muerte y nos mereci la resurreccin> :4; . KPueden entenderse todos estos textos como una profesin de fe fidesta" esto es" como una doctrina no accesible de ninguna manera a la luz de la razn< :ebe reconocerse que ha# en sus escritos un tono que dejaba $er su abierto recelo respecto de toda acti$idad especulati$a. >Es me9or no saber absolutamente nada, ni siquiera una sola de las ra.ones por las que ha sido hecha una sola cosa de la creacin, pero creer en )ios y perseverar en su amor, que, hinchado por un conocimiento as, apartarse de este amor, que es la vida del hombre. = ms vale no buscar otro conocimiento que el de Kesucristo, el "i9o de )ios, que fue crucificado por nosotros, que caer en la impiedad por cuestiones sutiles y discusiones alambicadas> 424 . Pero" antes de arribar a alguna conclusin debe mirarse el contexto en que son dichas stas palabras. llas est!n escritas en una obra que se llama *dversus hreses. donde el objeti$o primero resida en descalificar el car!cter cristiano de la gnosis. n rigor" (reneo no est! tomando posicin respecto de la discusin acerca de las posibilidades de la razn en el ejercicio de la filosofa. Lo que m!s bien parece preocupar al santo es tratar de frenar los desbordes de la razn en lo que ata8e a la compren- sin de las scrituras" pues sta era la preocupacin dominante del siglo ((. l $ea con claridad que los mo$imientos gnsticos" sin ning*n recaudo" pre$io se lanzaban al intento de dilucidar todos los misterios de lo natural # lo sobrenatural" pretendiendo alcanzar un ni$el superior al de la misma fe. La respuesta de (reneo era la de que si se quiere indagar sobre los contenidos de la .e$elacin no ha# m!s remedio que plegarse obedientemente a los lineamientos de la fe. Pero una $ez que se han puesto todos los recaudos para proceder racionalmente (reneo se aboca directamente a la consideracin de los datos re$elados hasta el punto de ser el primero en lograr una formulacin dogm!tica de la doctrina cristiana. ntre sus aportes en este aspecto pueden extraerse algunas de sus ense8anzas principales9 :octrina teolgica9 contra la extrema incognoscibilidad gnstica de :ios -era entendido por los gnsticos como Aabismo@ originario-" (reneo sostiene la cognoscibilidad de :ios por el hombre. AEl mismo mundo creado manifiesta al 3reador0 lo hecho sugiere al que lo hi.o y el mundo muestra al que lo dispone $...%. )ios es invisible, pero por ser poderoso presta a todos conocimiento de su omnipotente eminencia $...h todas las cosas conocen a )ios invisible por cuanto la ra.n !el logos! grabado en las mentes las mueve a que le revelen que e+iste un 8nico )ios, ,e/or de todas ellas@. 6*duersus hreses7. La creacin es inmediata # sin materia preexistente. Por ellas todas las cosas reciben el ser" pasando de Ano ser a ser@ 6*duersus hreses 11"47. sa creacin no es necesaria sino libre9 ACl mismo por s mismo lo creo libremente, y por su potestad lo dispuso y consum todo, y es substancia de todas las cosas su voluntad@ 6*duersus hreses c. 44" 75"1"77. 1!7 . S/N IR.N.O, emostracin de la ense=an.a apostlica, c. 5$. 1!1 . S/N IR.N.O -. LIIN, #dv. h%r. ","5,1. La literatura anti+)nstica: !an Ireneo .especto de la Ssma. Hrinidad9 ,firma el car!cter trinitario de :ios" lo que se patentiza en la expresin >"agamos al hombre a nuestra imagen y seme9an.a>" palabras que dirige el Padre a las restantes personas de la Hrinidad" quienes llama alegricamente las manos de :ios 421 . (nsiste sobre la identidad del *nico :ios $erdadero" con el -reador del mundo" con el :ios del ,H # con el Padre del Logos. n -ristologa9 nse8a la doctrina de la perichoresis! circumincessio seg*n la cual el Jijo est! en el Padre # tiene en s al Padre 427 . 3o ha# modo de explicar el modo en que el Padre engendra al Jijo9 A,i alguno nos di9ere0 )3mo fue, pues producido el "i9o por el #adre5, le responderamos ue nadie entiende es ta p roduccin, o generacin, o pronunciacin, o cualquiera que sea el nombre con que se quiera llamar esta generacin, que de hecho es inenarrable, ..., sino solamente el #adre engendr, y el "i9o que fue engendrado. = supuesto que esta generacin es inenarrable, todos los que se afanan por narrar generaciones y producciones no estn en su sano 9uicio, por cuanto que intentan e+plicar cosas que son ine+plicables@. &1" 1G" 6). 1!$ . S/N IR.N.O -. LIIN, #dv. haereses, (,1,4) (,(,1) (,"$,1. 1!' . &+dem, 4,5,". La literatura anti+)nstica: !an Ireneo ; as" bajo di$ersos nombres" designamos siempre al mismo :ios? de la misma manera" esto $ale tambin para el Jijo" -risto es el Jijo de :ios" el Logos" el hombre-:ios /es*s" 3uestro Sal$ador # Se8or. La doctrina de la .ecapitulacin por la cual se explica cmo :ios rehace el plan de sal$acin en funcin del Jijo" el nue$o ,d!n. n Aariologa9 , la luz de la doctrina de la .ecapitulacin retoma el paralelismo de /ustino entre $a # Aara" en orden a la cual Aara es la nue$a madre de la humanidad9 AMara es la segunda Eva, y por tanto, la segunda Madre del humano lina9e. *s como Eva, por su desobediencia, hi.o desgraciado a todo el g&nero humano, Mara por su obediencia, le devolvi la felicidad@. n clesiologa. , la luz de la doctrina de la .ecapitulacin sostiene que9 -risto es cabeza de toda la (glesia" de la que se $ale para perpetuar su obra de reno$acin hasta el fin de los tiempos 425 . , modo de ejemplo" en relacin al modo de razonar de (reneo" puede elegirse un tema sobre el cual el entra en discusin con los gnsticos" el conocimiento de :ios. n cosmologa el mundo creado supone la temporalidad de su principio intrnseco. Slo :ios es Aeterno e inengendrado@. n ,ntropologa (reneo deja traslucir su formacin platnica9 el hombre est! constituido por WXYZ[ yz^o #vo{[9 A-odo el mundo admitir que estamos compuestos de un cuerpo tomado de la tierra y de un alma que recibe de )ios su espritu@ 6(,@@,:7. l alma humana tambin recibe el ser por creacin. ; su permanencia en el ser depende de la $oluntad del Padre9 A$Las almas humanas% perseveran por todos los siglos, seg8n la voluntad de su creador, de modo que as fueron hechas en el principio y despu&s les da que sean, y perseveran en tanto que )ios quiere que sean y permane.can@6*duersus hreses ((" 75" 1"7). Lo doctrina de la inmortalidad del alma" es afirmada" no en razn de su esencia" como sostu$ieron los primeros apologistas" negando la doctrina de los gnsticos seg*n la cual el alma surga a la realidad por la $a de una emanacin eterna # necesaria del ser di$ino. Luego" el hombre no se reduce a cuerpo animado por un alma" sino que para ser un hombre hace falta el espritu 6cvjd_7. Pero no es f!cil determinar si este tercer elementos es el espritu de :ios o el del hombre. Je aqu un ejemplo de esta anfibologa de sentidos con que emplea el $ocablo espritu9 AEn efecto, por las manos del #adre, esto es, por el "i9o y el Espritu, fue hecho a imagen de )ios el hombre, y no slo una parte de &l. *hora bien, es verdad que el alma y el espritu son parte del hombre, mas no, ciertamente, el hombre' porque el hombre perfecto consiste en la composicin y unin del alma, que recibe el Espritu del #adre y se me.cla con la naturale.a corprea que fue modelada a imagen de )ios... #orque si se prescindiera de la substancia de la carne, es decir, de la obra modelada por )ios, y se tomara en consideracin solamente al espritu, ya no sera un hombre espiritual, sino el espritu del hombre, o el Espritu de )ios. #ero cuando este espritu me.clado con el alma est unido al cuerpo, el hombre se hace espiritual y perfecto debido a la efusin del Espritu, y &ste es el que fue hecho a imagen y seme9an.a de )ios. #ero si al alma le falta el espritu, entonces ese ser es de naturale.a animal, y siendo, como es, carnal, ser un ser imperfecto, que lleva ciertamente la imagen de )ios, en su cuerpo, pero que no ha recibido la seme9an.a de )ios por medio de Espritu. = as como es te ser es imperfecto, as tambi&n, si se prescindiera de la imagen y se desechara el cuerpo, no podra tomarse a ese ser como un hombre, sino como parte de hombre, como ha he dicho, o como algo distinto del hombre. #orque esa carne que ha sido modelada no es por s sola un hombre perfecto, sino el 1!1 . *=r /dv6Hr 4,1,,, La literatura anti+)nstica: !an Ireneo cuerpo de un hombre y parte de un hombre. -ampoco el alma por s sola es el hombre, sino el alma de un hombre y parte de un hombre. -ampoco el espritu es el hombre, puesto que se le llama espritu y no hombre. #ero la composicin y unin de estos tres elementos constituyen al hombre perfecto 6?, 1, :7. )e tres cosas, como hemos demostrado, se compone el hombre completo0 la carne, el alma y el espritu. Fna de ellas sala y forma0 el espritu' otra, en cambio, es unida y es formada, la carne' en fin, la que est entre las dos0 el alma, que, a veces, cuando sigue al espritu, es levantada por &l pero a veces hace causa com8n con la carne y cae en la concupiscencia carnal. -odos aquellos, pues, que no poseen lo que salva y forma, ni tienen la unidad, sern carne y sangre, y as sern llamados, porque no est en ellos el Espritu de )ios 6?, 4, :7. Lo notable" es que este tercer elemento" es recibido # conser$ado libremente por el hombre, es algo que obedece a la $oluntad. ; lo mismo $ale para afirmar la inmortalidad del alma" su inmortalidad depende de la conducta libre del hombre" porque no es inmortal por naturaleza" sino que su inmortalidad depende de su conducta moral. Se hace inmortal si obra de acuerdo a la $oluntad de :ios9 A#ues, as como el cielo que est sobre nosotros, el firmamento, el sol, la luna, las dems estrellas y todo su esplendor, que no e+istan anteriormente, fueron llamados al ser y subsisten por un largo espacio de tiempo seg8n la voluntad de )ios, as tambi&n quien piense que sucede igual con las almas y con los espritus, en una palabra, con todas las cosas creadas, no se equivoca absolutamente, por cuanto que todas las cosas que fueron formadas pero contin8an en el ser mientras )ios quiera que e+istan y permane.can ... #orque la vida no nos viene de nosotros ni de nuestra naturale.a, sino que nos es concedida como un don de )ios. #or consiguiente, el que conserve el don de la vida y d& gracias al que se lo ha concedido, recibir tambi&n una larga e+istencia por los siglos de los siglos. #ero el que lo recha.are y fuere ingrato a su "acedor, por ser criatura y no reconocer el don que le fue otorgado se priva a s mismo de la e+istencia para siempre 9ams@ 6@, (I, (7. l libre albedro tambin es afirmado9 A)esde el principio )ios lo cre libre, teniendo su potestads co tiene su alma,para usart de su 9uicio voluntariamente y no coaccionado por )ios@' A)ios no hace violen cia@ 6*duersus hreses ('" 7B"47. Dtro aspecto sal$ado por (reneo" es la bondad de la creacin en el orden material # en el cuerpo humano. l mundo en su integridad es Alo divinamente plasmado@. ; esto implica el reconocimiento de la bondad integral del hombre@9 A,i la carne no tuviese que ser salvada ciertamente el Merbo de )ios no se hubiera hecho carne@6*duersus hreses 0" 45" 4). AManos son, pues, los que siguen a Malentn, que e+cluyen la salvacin de la carne y menosprecian la creacin de )ios@ 6*duersus hreses 0" 71). La doctrina ireneana del conocimiento de )ios La literatura anti+)nstica: Hi(lito n el orden teolgico la dificultad del conocimiento de :ios durante el siglo segundo no estaba centrada en torno a la existencia sino a la esencia di$ina. 3i cristianos" ni judos" gnsticos pusieron en duda la existencia de :ios. Pero sR hubieron grandes dificultades en torno a la precisin de su naturaleza. ,lgunos queran sal$aguardar a tal punto la trascendencia de :ios que se negaban a admitirlo como creador del uni$erso" razn por la cual discutan la autntica di$inidad del :ios del ,H. Dtros insistan en una interpretacin de tono inmanentista donde se confundan lo di$ino # lo csmico" lo espiritual # lo material. Los gnsticos deben su nombre a su particular actitud de presentarse como los profesionales de la gnosis. sa gnosis implicaba la intencin de alcanzar un pleno conocimiento tanto de s mismo como de la realidad di$ina. %ajo la influencia de Aarcin" en orden al conocimiento de :ios" tendan a distinguir entre ;ah$ del ,t # el Padre del 3H. ;ah$" el :ios del ,H" no era m!s que un demiurgo del cosmos # plasmador del hombre. ra un ser psquico #" por tanto" ignorante de todo lo espiritual. Lo que lo lle$aba a creerse el $erdadero :ios. Sin embargo" el $erdadero :ios no era ;ah$ sino el Padre del ,H. :e su#o" ste era desconocido" --heos agnostos!" razn por la cual se re$ela a los hombres a tra$s de su Jijo /esucristo. -on Ml $ena el conocimiento del $erdadero :ios" # con el conocimiento la salud de los hombres. ; as" inasequible por la $a normal del conocimiento" aparece una $a di$ina del conocimiento -gnosis!, por la que el hombre se $e gratuitamente ele$ado al conocimiento de :ios. -omo consecuencia de este conocimiento los $alentinianos afirman conocer mejor a ;ah$ que el propio ;ah$. Porque mientras ;ah$ se conocera a s mismo en $irtud de la razn discursi$a" los gnsticos le conoceran en $irtud del espritu &\intelecto di$ino). K-mo se conoce el Padre< n $irtud de dos $as9 4. por el principio de smile a simile -lo semejante por lo semejante" principio por el cual una substancia es conocida por algo de su misma naturaleza. 1. Siguiendo el mensaje de la escritura9 >Eadie conoce al #adre fuera del "i9o, y aquel a quien el "i9o se lo quiere revelar> :4? . Por lo primero" *nicamente los hombres espirituales pueden conocer perfectamente al :ios ignoto" slo lo espiritual puede conocer lo espiritual. n el caso de los hombres imperfectos" -los psquicos- estos slo pueden conocerlo en $irtud de la segunda $a" esto es" no por una comprensin directa" sino por la $a de la fe -pstis-" en la medida en que confen en la palabra de otro" lo que se cumple cuando escuchan la doctrina gnstica. l conocimiento perfecto de :ios se da con la gnosis de los hombres espirituales" mediante la cual el indi$iduo intu#e a :ios Padre" lo que se hace posible por la mediacin de -risto. La respuesta de (reneo l texto cla$e sobre el que surge disparidad de interpretaciones es el pasaje de At 44"1B9 >Eadie conoce $conoci% al #adre fuera del "i9o, y aquel a quien el "i9o se lo quiere revelar>. l gnstico 'alentiniano lee el $erbo conocer en pasado conoci!uva. Seg*n su exgesis esto se debe entender en el sentido de que nadie conoci intuiti$a # perfectamente al Padre como lo conoce el Jijo" hasta la $enida del Sal$ador. :ada la natural afinidad con los espirituales" #a que stos son hijos par naturaleza de :ios Padre" el Jijo les otorga dicho conocimiento en el momento de la iluminacin. Por su parte" (reneo lee el $erbo conocer en presente9 cZuZ!vkYbjZ. -on lo que se quiere se8alar la posibilidad de dicho conocimiento antes o despus de -risto. -on lo que se quiere se8alar el papel rele$ante que cumple el ,H en lo que concierne a dicho conocimiento. ; esto no implica abandonar la pistis sino mantenerla" porque ella es de su#o saludable. :e donde" la gnosis equi$ale pr!cticamente a la pistis. ,hora bien" la re$elacin se cumple en el ,H donde se re$ela :ios Padre # el 'erbo. ; esta re$elacin es tan completa que en el 3H se limita a se8alar la encarnacin del 'erbo. ste conocimiento se alcanza" en $irtud de la e$idencia de que los $aticinios del ,H se confirman con /es*s. -on lo cual el 3H no agrega nue$os conocimientos a los datos aportados por el ,H" sino que significa el cumplimiento de los mismos. ,lgunos textos9 3ontra las here9as La Escritura, la -radicin y los here9es 1!6 . Mt,11,"7) Lc, 1>,""?. La literatura anti+)nstica: Hi(lito A3uando a los here9es se les arguye con las Escrituras, se ponen a atacar las mismas Escrituras, afirmando que estn corrompidas o que no son aut&nticas , o que no concuerdan , pretendiendo que no se puede sacar de ellas la verdad si no es que uno cono.ca la tradicin que no fue transmitida por escrito, sino de viva vo.. Esta sera la ra.n por la que #ablo habra dicho >"ablamos de sabidura entre los perfectos' una sabidura que no es de este mundo=. 3uando ellos hablan as de >sabidura=, cada uno se refiere a la que &l mismo por su cuenta se ha inventado, es decir, el fruto de su imaginacin' y as, seg8n ellos, no hay nada que ob9etar a que la verdad est& unas veces en Malentn, y otras en Marcin, y otras en 3erinto $...%. 3ada uno de &stos, en un colmo de perversin, no se avergLen.a de >predicarse a s mismo= haciendo caso omiso de la Begla de la verdad. ,i, por el contrario, apelamos a la tradicin que viene de los apstoles y que se conserva en las Pglesias por la sucesin de los presbteros, entonces ellos se oponen a esta tradicin, afirmando que ellos saben ms, no slo que los presbteros, sino aun que los mismos apsto les, pues ellos han encontrado la verdad pura. #orque, seg8n ellos, los apstoles me.claron con las palabras del ,alvador los preceptos de la Ley'y no slo los apstoles, sino que aun el mismo ,e/or hablaba a veces como demiurgo $es decir, como el )ios del *ntiguo -estamento%, a veces como ser intermedio, y a veces como ,er supremo. Ellos, en cambio, sin lugar a dudas, y sin ninguna contaminacin ni impure.a, han llegado a conocer el >misterio escondido=. -al es la suma impudencia con que blasfeman del 3reador. En realidad, lo que sucede es que no estn de acuerdo ni con la Escritura, ni con la tradicin $...%. #ero la tradicin de los apstoles est bien patente en t odo el mundo y pueden contemplarla todos los que quieran contemplar la verdad. En efecto, podemos enumerar a los que fueron instituidos por los apstoles como obispos sucesores suyos hacia nosotros' y estos no ense/aron nada seme9ante a los delirios $de los here9es%. #orque si los apstoles hubiesen sabido >misterios ocultos= para ser ense/ados e+clusivamente a los >perfectos= a escondidas de los dems, los hubiesen comunicado antes que a nadie a aquellos a quienes confiaban las mismas Pglesias, pues queran que &stos fuesen muy >perfectos= e irreprensibles en todos los aspectos, como que los de9aban como sucesores suyos para ocupar su propia funcin de maestros. )e su recta conducta dependa un gran bien' en cambio, si ellos fallaban, se haba de seguir una gran ruina@ 6*duersus hre9es 7" 1" 4? 'i$es 402) La dignidad del hombre est en servir a )ios AEuestro ,e/or, aquel que es la #alabra de )ios, primero nos gan como siervos de )ios, ms para liberarnos despu&s, tal como dice a sus discpulos0 >=a no os llamo siervos, porque e siervo no sabe lo que hace su se/or' os he llamado amigos, porque todo cuanto me ha comunicado el #adre os lo he dado a conocer=. = la amistad divina es causa de inmortalidad para todos los que entran en ella. *s, pues, en el principio )ios plasm a *dn, no porque tuviese necesidad del hombre, sino para tener en quien depositar sus beneficios. #ues, no slo antes de la creacin de *dn, sino antes de toda creacin, el que es la #alabra glorificaba a su #adre, permaneciendo en Cl, y Cl, a su ve., era glorificado por el #adre, como afirma Cl mismo0 >Jlorifcame t8 #adre con la gloria que tena 9unto a ti antes de que el mundo e+istiese. La literatura anti+)nstica: Hi(lito A= si nos mand seguirlo no es porque necesite de nuestros servicios, sino para que nosotros alcancemos as la salvacin. ,eguir al ,alvador, en efecto, es beneficiarse de la salvacin, y seguir a la Lu. es recibir la lu.. #ues, los que estn en la lu. no son los que iluminan la lu., sino que la lu. los ilumina y esclarece a ellos, ya que ellos nada le a/aden, sino que son ellos los que se benefician de la lu.. A)el mismo modo, el servir a $)ios nada le a/ade a )ios, ni tiene )ios necesidad alguna de nuestra sumisin' es Cl, por el contrario, quien da la vida, la incorrupcin y la gloria eterna a los que lo siguen y sirven, beneficindolos por el hecho de seguirlo y servirlo, sin recibir de ellos beneficio alguno, ya que es en s mismo rico, perfecto, sin que nada le falte. ALa ra.n por la que )ios desea que los hombres lo sirvan es su bondad y misericordia, por las que quiere beneficiar a los que perseveran en su servicio, pues, si )ios no necesita de nadie, el hombre, en cambio, necesita de la comunin con )ios. En esto consiste la gloria del hombre, en perseverar y permanecer en el servicio de )ios. #or esto el ,e/or deca a sus discpulos0 >Eo me hab&is elegido vosotros a m, sino que yo os he elegido a vosotros=. Nueriendo indicar que no eran ellos los que lo glorificaban al seguirlo, sino que, siguiendo al "i9o de )ios, Cl los glorificaba a ellos. #or esto a/ade0 >Nuiero que ellos estn conmigo all donde yo est&, para que contemplen mi gloria@ *duersus hreses 5" 45-5" 45). "i&lito :iscpulo de (reneo. Su obra principal es Befutacin de todas las here9as, -tambin conocida bajo el ttulo de #hilosofoumena! constituida por diez libros" donde muestra que os errores de los filosfos constitu#en la raiz de todas las herejas. Posiblemente de todos los autores de comienzos del siglo (((" sea quien mejor ha#a conocido a la filosofa griega. Su actitud es de abierto rechazo hacia la misma. La filosofa es del todo ajena a la tradicin cristiana # bblica # tienen su fuente en los misterios del paganismo" en las tradiciones m!gicas # astrolgicas" # en las escuelas de filosofa de los gentiles. -ombate particularmente el platonismo de ,lcino" # en un escrito 3ontra los griegos defiende la posibilidad de la resurreccin de la carne. n el orden teolgico sostiene la eternidad de :ios # la libre creacin del mundo. 3o ha# ning*n co-principio distinto de :ios mismo9 A)ios, siendo 8nico y no teniendo nada coeterno c onsigo mismo, quiso crear el mundo, $...%' lo hi.o cuando quiso y como quiso, puesto que era )ios@ 63ontra la here9a de Eoeto, 4>). AEada coeterno con )ios, no un caos infinito, no el agua inmensa ni la tierra slida, no el aire denso, ni el fuego clido, ni un espritu tenue, ni los grandes cielos' sino que era )ios el 8nico, el solo que por s mismo, hi.o todas las cosas que son, que antes no era, sino porque Cl quiso hacerlas@ &#hilosophoumena, (" 4>" 71). La literatura cristiana del si)lo III: ,r)enes Dtro aporte importante en el campo antropolgico es la afirmacin del libre albedrio humano" frente a la posicin gnstica que afirmaba la naturaleza necesaria # entitati$a del mal. l mal no tiene entidad" se8ala Jiplito porque slo es pri$acin. :oc trina que $a a ser h!bilmente apro$echada por San ,gustn en su lucha contra los maniqueos. .le#ente de ,le0andr!a (ca. 156 - ca. )15)( gnosticis#o cristiano -lemente es un representante de una ciudad que por su ubicacin geogr!fica" como centro cosmopolita de la cultura helena" era un sitio donde se daban todas las condiciones para que se produjese el encuentro entre el pensamiento pagano # el cristiano. Por lo mismo" los cristianos del siglo (( consideraron oportuno crear en ,lejandra un centro de formacin cristiana donde se combatiese el gnosticismo apelando a todos los recursos que poda proporcionar la filosofa griega. ,s" sobre la base de una metafsica platnico-filoniana # de una tica estoica aparece la gnosis ortodoxa" o gnosis cristiana. ntre los principales representantes de esta scuela de ,lejandra aparecen Panteno" -lemente # Drgenes. -lemente" hijo de padres paganos" luego de recibir una esmerada educacin se con$irti tempranamente al cristianismo se instru# con di$ersos maestros" entre los cuales se destaca Panteno" del cual fue primero discpulo # luego miembro acti$o de su escuela" participando al mismo tiempo" en su condicin de sacerdote" del colegio Presbiteral de ,lejandra. n opinin de @uasten -lemente de ,lejandra tiene el incuestionable mrito de ser el pionero de la ciencia eclesi!stica. ; ello ocurre porque toma clara conciencia de que los pensadores cristianos" tarde o temprano" habran de enfrentarse con la filosofa # la literatura paganas. :e su esfuerzo surge la formalizacin del mensaje cristiano con arreglo a las exigencias de la in$estigacin cientfica. Su esfuerzo es una prueba palpable de la posibilidad de integracin entre la razn # la fe" entre el saber di$ino # el profano. n su doctrina ense8a que la filosofa opera sobre el cristiano como una suerte de pedagogo" porque nos a#uda a alcanzar una comprensin m!s clara de las $erdades de fe. .ecomienda la apata estoica pero con el aditamento de la caridad. -risto est! en el centro de las reflexiones clementinas como maestro de la humanidad # redentor. Por ello" el cristiano debe hacerse semejante a l" lo que se logra con el ideal estoico # el razonamiento platnico # gnstico. :e ese modo se logra el ascenso hacia :ios" lo que supone gradaciones en esta $ida # en medio de las jerarquas anglicas en la otra. Sus opiniones sobre el pecado de ,d!n" la penitencia" el matrimonio # la $irginidad &que se subordina al matrimonio) se explican en su polmica con el gnosticismo. Su fama se alcanza m!s como telogo de la tradicin que de las scrituras" # se destaca su af!n tico. Sus obras principales son tres9 #rotreptics o E+hortacin a los griegos, #aidagogs y ,trmata o -apices. La primea con un claro $alor apologtico" dirigida a los paganos" la segunda" a la educacin del cristiano en el orden moral? la tercera a la $ida contemplati$a por la $a de una $erdadera gnosis. ,unque en ellas campea una intencin apologtica" es claro que lo que se manifiesta m!s claramente es una manifestacin de una gnosis cristiana. n ella se asume que la filosofa griega" en particular" bajo la forma platnica" # no las $ersiones estoicas # epic*reas. 4. l #rotreptics, o )iscurso de e+hortacin a los griegos debe entenderse como una amonestacin dirigida a personas cultas interesadas por el cristianismo" en cuanto forma de $ida. Su intencin era entusiasmar a los lectores de que la *nica $erdadera filosofa estaba dada por la doctrina de la religin cristiana. Se trata claramente de una obra eminentemente apologtica cu#a principal $ariante respecto de las anteriores apologas cristianas reside en que parece dejar de asumir la defensa de la fe que tenan stas contra la mitologa de los antiguos # la desconsideracin del ,H" para dejar curso a la tranquila con$iccin de la funcin educadora del Logos con relacin a toda la humanidad. n ella se busca entusiasmar a los hombres en torno a un ideal ele$ado cual lo poda ser la filosofa para terminar lle$!ndolos a descubrir los mritos de la fe cristiana como fuente de toda $erdad" como la *nica filosofa $erdadera9 >)* qu& cosa te e+horto, pues5 *nhelo salvarte. 3risto lo quiere. En una palabra, Cl te concede la vida. y )qui&n es Cl5 *pr&ndelo rpidamente0 la palabra de verdad, la palabra de incorruptibilidad, el que regenera al hombre elevndole a la verdad' el agui9n de salvacin, el que e+pele la La literatura cristiana del si)lo III: ,r)enes corrupcin y destierra la muerte, el que edifica un templo en cada hombre a fin de instalar a )ios en cada hombre> :41 . sto significa una in$itacin a abandonar el culto de los dolos" descubrir los aspectos execrables de algunas de sus ense8anzas" para renegar de ellos # $ol$erse hacia la religin que lle$e hacia el $erdadero :ios" al que se llega a tra$s de las ense8anzas del Logos di$ino" que profetizado por los profetas" apareci como -risto. l promete una $ida $erdadera # el cumplimiento de los m!s profundos anhelos #a que redime # sal$a. ;a los propios filsofos han mostrado las limitaciones de estos cultos no exentos de materialismo" mientras que" por su parte" los profetas" muestran el camino hacia la re$elacin de :ios. ,caso" en contra de esta exhortacin al seguimiento de -risto" se pueda argZir que los hijos se deben a la tradicin de los padres" #" que" por tanto aqullos deben permanecer fieles a las mismas creencias religiosas de sus progenitores. Sin embargo" responde -lemente" esto no es necesariamente as" pues" as como un hijo que ha sido alimentado # $estido de una determinada manera durante # su infancia" llegada su adultez despus puede comer o $estir como desee" esto mismo tambin acaece en el plano de la fe. l hombre" una $ez llegado a su madurez tampoco est! obligado a permanecer fiel a las creencias de sus padres. Luego" no ha# razn para perse$erar toda la $ida en lo que" con el paso del tiempo" se descubre como un error. ;" si luego se descubren todos los beneficios que la humanidad ha recibido de -risto" )qu razn ha# para no $ol$erse hacia Ml< En argumento de fondo9 el ,ntiguo Hestamento es m!s antiguo que toda la mitologa griega. :esde el punto de $ista filosfico el #rotreptics es tambin una exhortacin a encaminar los pasos hacia un ideal ele$ado" como lo puede ser el estudio de la filosofa. -on lo cual se encolumna detr!s de otra tradicin" la de quienes $iendo en la filosofa el camino de la sabidura" como ,ristteles" picuro" los estoicos -leantes" -risipo # Posidonio" tambin escribieron un #rotr&ptico. l cl!sico m!s destacado en este sentido fue El "ortensio de -icern. Pero el *ltimo apartado de la exhortacin de -lemente" difera un tanto bastante de la exhortacin que hacan los filsofos griegos. Aientras stos slo buscaban a la filosofa" dondequiera que ella est" -lemente buscaba que descubrieran que la p*nica $erdadera filosofa no era otra que la religin cristiana. :e resultas" -lemente in$ita a los griegos a $ol$erse hacia :ios como *nico maestro de la $erdad. Pero lo que importa desde el punto de $ista filosfico es que si la filosofa debe considerarse como una $erdadera preparacin para la adecuada recepcin del e$angelio. Porque la iluminacin del logos alcanza a todo el gnero humano Aprincipalmente a los que estn versados en el estudio de las letras@ 6#rotreptics, 4.6" 6G). La lucha de San Pablo contra la sabidura del mundo" la interpreta" no como una descalificacin de todas las filosofas sino slo de aquellas que tienen bases errneas. Luego" ha# una filosofa que conduce hacia :ios. Pero -lemente" no cae en el exceso de los gnsticos de despreciar la fe de llos cristianos" sino que respetaba Ael asentimiento piadoso a la palabra de )ios@. Lo que s ad$ierte es la con$eniencia de su ma#or perfeccionamiento" como consecuencia de la reflexin filosfica. :e donde $ea la necesidad de que el cristiano fuese objeto de una segundo con$ersin" pues" el slo dato de fe toda$a es un saber b!sico9 Aun conocimiento de las cosas que son necesarias@. -on el auxilio de la filosofa" el cristiano se pondra en condiciones de madurar en la fe" poniendse por la $a de la gnosis" a la par de la sabidura que recibieron los ,pstoles. 1. n el #aidagogs se contin*a la tem!tica del #rotreptics. staba ordenada a la consolidacin" dilatacin # profundizacin de la fe de quienes se hubieron con$ertido a ella. n el caso de que el pagano no se con$ierta" es necesario que al menos alguien los mue$a a la reforma de sus costumbres ; esta es" precisamente la tarea del 'erbo" que" al con$ertir el alma" ense8a consecuentemente a $i$ir bien" de ah" el nombre de Padagogo con que -lemente se refiere a -risto. Pero para ello es necesario luchar contra un enemigo mu# importante9 las costumbres paganas. Lo que $uel$e imprescindible una profunda con$ersin de las costumbres. >,u ob9etivo no es instruir al alma, sino hacerla me9or' educarla para una vida virtuosa, no para una vida intelectual> :4A . Pero esta con$ersin de las costumbres no ser! una tarea sencilla" porque las costumbres est!n afectadas por el pecado. sto slo ser! posible por quien ha $encido al pecado. ,s" una $ez que el con$erso se resuel$a 1!" . *L.M.N0. -. /L.:/N-RJ/, Protreptics, 11,117,4/'. 1!# . *L.M.N0. -. /L.:/N-RJ/, Paida0o0s, 1,1,1,'. La literatura cristiana del si)lo III: ,r)enes a dejar que el Logos" a modo de $erdadero pedagogo" les ense8e a ordenar su $ida" el hombre podr! ordenar su $ida. :e esta manera" mientras los gnsticos proponen slo una doctrina intelectual" aqu se propone una con$ersin de las costumbres" con el auxilio de la gracia di$ina. Porque ese Pedagogo es el 'erbo" que se presenta como Pedagogo para todos los hombres" # no para un min*sculo grupo de iniciados. sto ciertamente" supone una cierta funcin docente. Pero su destinatario" no estar! limitado a un reducido grupo de elegidos" como ocurra con las doctrinas gnsticas. l 'erbo es pedagogo" no de unos pocos" sino de todos los hombres. Hodos los cristianos son iguales ante :ios. Son tan hijos de :ios" tanto los m!s humildes como los m!s instrudos. ;a l simple nefito cuenta con una cierta iluminacin. Porque no ha# trmino medio entre la luz # las tinieblas. n este sentido se atiene al texto de los $angelios cuando stos dicen9 ACsta es la voluntad de mi #adre, que todo hombre que vea al "i9o y crea en Cl reciba la vida eterna, y yo lo resucitar& en el 8ltimo dia@ :42 . -on lo cual" cuando -lemente habla de gnosis cristiana" no est! hablando en un sentido intelectualista ni de una suerte de &lite religiosa. Porque para alcanzar la sabidura slo se necesita la fe. Porque si por la fe se alcanza la sal$acin es que sta #a es suficiente para alcanzar la $erdad. Pero" como la fe" tambn supone una cierta sabidura" entonces aunque -lemente crtica a los gnsticos por sus errores doctrinales" no deja de calificar a los mismos cristianos" en cuanto poseedores de una $erdad re$elada" los $erdaderos gnsticos. Simult!neamente" ha# tambin indicaciones respecto al modo en que tal Pedagogo celestial efectuaba sus ense8anzas9 con cierta dosis de dulzura # de firmeza. ,s" en clara respuesta a la posicin de los marcionitas - quienes negaban la identidad entre el :ios del ,H # el del 3H en razn de que" seg*n ellos" stos se oponen por su modo de actuar9 uno con se$eridad &,H)" que slo suscitara una respuesta de temor? el otro con amor &3H)" que es propio de un $erdadero :ios" # que promo$era una respuesta libre # gozosa. -on esto" -lemente" sale al cruce de tal hertica interpretacin sosteniendo la no incompatibilidad de ambos modos de actuar sobre los hombres" # que un $erdadero maestro" aun obrando con se$eridad" no por ello no dejara de ser esencialmente bondadoso. :e resultas" el Padagogo ense8a a los cristianos de conformidad con una bondad no separada de la justicia9 >Las amargas races del temor detienen la gangrena de los pecados. #or eso el temor, aunque amargo, es saludable. En verdad, pues, nosotros los enfermos, necesitamos un salvador' descarriados como estamos, necesitamos alguien que nos gue' siendo ciegos, quien nos lleve a la lu.' sedientos, necesitamos la fuente vivificante que, al beber de ella nos quite la sed 6Po, I,:(!:I7' habiendo muerto, hemos menester la vida' como somos ove9as tenemos necesidad de un pastor' por ser ni/os, necesitamos un pedagogo 6es ms, toda la humanidad tiene necesidad de Kes8s7. $...%. ,i quer&is podr&is aprender la elevada sabidura del #astor y #edagogo santsimo del Merbo omnipotente del #adre, cuando se llama a s mismo, alegricamente, #astor del reba/o. Es pedagogo de los ni/os. )ice, en efecto, por boca de E.equiel, dirigi&ndose a los ancianos y proponi&ndoles un e9emplo saludable de prudente solicitud0 QMendar& la perniquebrada y curar& la enferma, traer& la e+traviada y la apacentar& en mi santa monta/aQ 6C+. (I,:I!:17. *paci&ntanos a tus ni/os como a ove9as. ,, ,e/or, sacanos con la 9usticia, que son tus pastos. ,, #edagogo' ll&vanos a los pastos de tu monta/a santa, la Pglesia que se al.a muy arriba, por encima de las nubes hasta tocar el cielo> :44 . , partir del libro (( del #aidagogs -lemente considera los menesteres de la $ida ordinaria. Aientras en el primer libro presenta los principios que deben regir la $ida moral" en el siguiente" inicia la presentacin # an!lisis de casos puntuales9 la comida" la bebida" el mobiliario domstico" la m*sica # la danza" la recreacin" las di$ersiones" el ba8o" el arreglo personal" la urbanidad" la $ida matrimonial. , $eces presenta con descripciones de marcada acids los defectos propios de las costumbres paganas # las contrasta con el comportamiento que prima en los ambientes cristianos. 1!& .o ", 17. 1!! . *L.M.N0. -. /L.:/N-RJ/, &+id., 1,9,$4,"/$',4. La literatura cristiana del si)lo III: ,r)enes Sin embargo" contra lo que podra pensarse frente al lamentable cuadro que presentan las costumbres paganas" -lemente no le pide a los cristianos ni a los nue$os con$ersos que renuncien a todos los logros de la cultura griega. 3o les pide que renuncien al mundo" ni al trato habitual con sus semejantes" ni un $oto de extrema austeridad ni que de ahora en adelante se consagren a duras disciplinas fsicas. 3o" les pide un cambio de actitud del alma" una con$ersin espiritual. Ena con$ersin interior que los lle$e al desprendimiento de los bienes de este mundo con el objeto de alcanzar los bienes celestiales a tra$s del acceso a una cultura cristiana. ,l final de la obra #aidagogs, -lemente se8ala nue$amente la labor educadora del Logos, como Aaestro" )idscalos" un maestro que conduce por el camino de la sal$acin" # lo hace seg*n un orden9 de exhortacin" de educacin # de doctrina9 A)eseando pues, ardientemente conducirnos a la perfeccin por un progreso constante hacia la salvacin, apropiado a una educacin efica., el bondadossimo Merbon sigue un orden admirable. primero exhorta" luego educa" # finalmente" ense8a@ 1>> . n esta obra se deja $er el claro influjo de las Sagradas scrituras" que constitu#en su fuente principal" pero tambin se deja $er la incidencia de los tratados morales de Platn # Plutarco" de los estoicos. ; as" asume la in$itacin socr!tica a conocerse a s mismo como punto de partida para conocer a :ios. Porque el descubrir dentro de s mismo al Logos" se descubre a :ios9 AEl hombre en el que habita el Logos, no vara ni finge, tiene la forma del Logos y se hace seme9ante a )ios0 no se finge bello, sino que es bello' pues, bello es lo verdadero, puesto que )ios es tal' este hombre se hace )ios, porque quiere lo que )ios. )o9o rectamente "eripaclitoL0 los hombres son dioses, los dioses son hombres, pues uno miso es para todos el Logos. Manifiesto misterioL0 )ios en e lhombre y el hombre en )ios@ 6#edagogo, 7" 4"4"0). :e esta suerte el Paidagogs" se constitu#e en un peque8o tratado de moral pr!ctica" donde se proclama que mas all! de los bienes materiales proporcionados por los hombres" ha# otros bienes espirituales proporcionados por :ios" los cuales comienzan a ser conocidos a la luz de un profundo examen de s mismo" de ese modo el hombre al descubrirse en su dimensin espiritual" por la $a de la semejanza de sta con la naturaleza di$ina" alcanza un cierto conocimiento del mismo :ios. l hombre as regenerado en el conocimiento de :ios" est! en condiciones de poder ser instruido por -risto. 7. =inalmente en ,trmata se estudian las relaciones de la religin cristiana con la ciencia" en particular la relacin entre la fe # la filosofa. Se presentan los problemas # soluciones de temas cristianos. , la luz del pasaje recin citado del Paidaggos podra pensarse que estas tres obras el #rotreptics, el #aidagogs, # ,trmata" se presentan como partes integrantes de un mismo pro#ecto doctrinal" donde la *ltima obra da cumplimiento al *ltimo cometido" esto es" a la presentacin de la doctrina cristiana. Pero @uasten desestima tal posibilidad. 3o $e en -lemente a un pensador sistem!tico que sea capaz de lle$ar a cabo tan ele$ado pro#ecto. 3o estaba en condiciones de entender tanto material disponible. 3o hubo tal rigurosidad en el #rotreptics, ni en El #aidagogs, # ciertamente" si tu$o la intencin de ser m!s riguroso en ,trmata, mu# pronto abandon el pro#ecto. Se limito a presentarlo bajo la forma de un gnero literario !gil # agradable" al modo en que se presentaban otras obras mu# en boga en la poca como La pradera, Los banquetes, El panal de miel. Se trataba de obras donde se salta alegremente de una cuestin a otra sin sujetarse a un plan de obra demasiado estricto" como si fuera una multiplicidad de pinceladas sobre una misma tela" como los colores de un tapiz. Ena multiplicidad de colores que se corresponde con la multiplicidad de culturas que se daban cita en esa importante urbe que era la -onstantinopla de -lemente. n ,tromata, en sus ocho libros este sentido se examina el ideal cristiano a la luz de la doctrina estoica. ,naliza especficamente las relaciones entre la doctrina cristiana # la ciencia natural" en particular con la filosofa. Puesto que este tema es de especial inters para re$elar la actitud de los Padres de la (glesia respecto de la relacin entre la fe # la razn se hace oportuno efectuar un examen de la posicin de -lemente. $77 CLEMENTE (E ALE)AN(RFA, Peda"o"o, .nroduc. Bin., 1,1,','. La literatura cristiana del si)lo III: ,r)enes -omo se ha adelantado #a en p!ginas anteriores" -lemente se preocup de modo particular en establecer una armoniosa relacin entre la razn # la fe" con$iene insistir sobre este punto. -lemente no duda en establecer una relacin positi$a entre la filosofa # la religin" pues entiende a aqulla como una suerte de instruccin preparatoria para el saber religioso. n el caso de -lemente" la cuestin de la relacin entre la razn # la fe surge a propsito de una queja de algunos cristianos" deemasiado simples" que reprochaban a -lemente el dedicar mucho tiempo al estudio # ense8anza de la filosofa. Su actitud se explicaba porque en su ignorancia respecto de la filosofa estos cristianos" estaban ntimamente persuadidos de que aqulla constitua un real peligro para mantener la fe. l *nico modo de e$itarlo" pensaban era atendiendo a la sola fe. n ,trmata -lemente razona que la filosofa deba ser considerada buena porque" de alguna manera se la poda considerar como uno de los tantos bienes naturales con que :ios asisti al hombre" en cuanto que es un fruto de ese don de :ios que es la inteligencia. Por cierto" a este argumento los fidestas respondan que" en lo que concierne al conocimiento de la $erdad basta la fe" # por tanto la filosofa est! de m!s. , lo que" a su $ez" -lemente responda que sera de necios negar que cuando los griegos usan la razn natural" no dejaban de estar guiados por sus propios profetas" los filsofos" lo que permite comprender que :ios" aunque no les habl directamente" se sir$i de la razn para conducirlos hacia Ml. Luego" :ios que tiene dominio sob re los actos # las cosas brinda a los hombres ese don natural que es la razn" # que" por lo mismo" debe considerarse como un bien" pues no puede haber sido dada en $ano a los hombres. Por consecuencias" el cristiano" debe alimentarse tanto de la le# judia como de la fe griega" que obran como dos afluentes que son tributarios de un mismo ro. La filosofa griega sir$e para lle$ar a la fe" # una $ez" alcanzada sta" para defenderla de los ataques de sus enemigos. Luego" la fe no slo no elimina a la filosofa sino que se $ale de ella para alcanzar su objeti$o. Por cierto" ha# que reconocer" que entre las corrientes filosficas" no pocas son las que colisionan en buena parte con las $erdades de fe" pero es tarea del $erdadero cristiano el discernir permanentemente entre lo que se debe aceptar # lo que se debe rechazar de las di$ersas escuelas # doctrinas filosficas. n el libro ( sostiene claramente que la filosofa" lejos de tener que ser rechazada por los cristianos" en $irtud de que estos han alcanzado la $erdad a partir de otra fuente superior" debe ser un moti$o de particular inters para ellos #a que puede prestar inestimables ser$icios a todo aquel que busque una ma#or comprensin de su fe9 >*ntes de la venida del ,e/or, la filosofa era necesaria a los griegos para la 9usticia' ahora resulta 8til para conducir a los hombres al culto de )ios, por ser una especie de proped&utica para los que adquieren la fe por la demostracin. >Nue tu pie no tropiece, pues, &Pro$. 7" 17), refiriendo todas las cosas hermosas a la #rovidencia, ya sean las de los griegos, ya las nuestras. )ios, es, efecto, la causa de todas las cosas hermosas0 de unas lo es de una manera principal, como del *ntiguo y Euevo -estamento' de otras, secundariamente, como de la filosofa. = &sta tal ve. ha sido dada principalmente a los griegos antes de que el ,e/or les llame tambi&n' porque ella condu9o a los griegos hacia 3risto, como la Ley a los "ebreos. *hora la filosofa queda como una preparacin que pone en el camino que est perfeccionado por 3risto@ ,trmata, 4" 0" 1G). La filosofa no fortalece la $erdad pero quita al cre#ente el obst!culo de las acechanzas del error # el falso razonamiento de modo que el cristiano pueda encontrar la $erdad con m!s facilidad9 ALa filosofa griega, al 9untarse $a la ense/an.a del ,alvador%, no hace ms fuerte la verdad' pero, por que quita fuer.a a las acechan.as de la sofstica e impide toda emboscada insidiosa contra la verdad, se la llama, y con ra.n, >empali.ada= y >muro de la vi/a= ,trmata, 4" 1>" 4>>). n este sentido" -lemente de ,lejandra es m!s audaz que el mismo /ustino" quien #a antes haba manifestado que los mismos griegos estu$ieron asistidos por la iluminacin de las semillas de Logos. Se atre$e a comparar la filosofa antigua con el mismo ,ntiguo Hestamento" en el sentido de que tambin aqulla prepar a la humanidad para recibir a -risto. Pero esto no significa que la fe pueda ser La literatura cristiana del si)lo III: ,r)enes sustituida por la filosofa" #a que sta slo cumple una funcin propedutica" esto es" una ense8anza preparatoria. Su $alor es preparar al asentimiento a la fe9 ALa fe que los griegos calumnian por considerarla vana y brbara, es una anticipacin voluntaria, un asentimiento religioso, y seg8n el divino *pstol &Jeb. 44"4"6)" >la firme seguridad de lo que esperamos, la conviccin de lo que no vemos. ,in la fe es imposible agradar a )ios@ &,trmata, 1" 1" G" 5). n efecto" la filosofa no conduce a la $erdad misma de :ios" simplemente prepara el camino" de modo que slo es *til en la medida en que nos sir$amos de ella para acceder a la re$elacin" pero" no" si nos detenemos en ella9 A$Las ciencias profanas% preparan para recibir la palabra de )ios y contienen lo que, en diferentes tiempos, ha sido dado a cada generacin para su provecho' pero acontece que, algunos, embriagados por el breba9e de las esclavas, han olvidado a su ama, que es la filosofa. *lgunos de ellos han encanecido en el estudio de la m8sica, otros en el de la geometra, otros en el de la gramtica, y muchsimos ms en el de la retrica. *hora bien, de igual manera que las artes liberales !o, seg8n se dice, enciclop&dicas! sirven a la filosofa que es su se/ora, la filosofa misma tiene por fin preparar para la ,abidura. Efectivamente, la filosofa no es ms que una aplicacin de la ,abidura, ciencia de las cosas divinas y humanas y de sus causas. La ,abidura es, pues, la se/ora de la filosofa, del mismo modo que la filosofa lo es de las ciencias que la preceden@ 6,trmata, 4" 0). sto significa que el conocimiento de :ios no llega por otra $a que por la fe. La fe funda todo conocimiento. sto" sin ol$idar que la gracia es un don gratuito de :ios" que obra sobre quien naturalmente filosofa. Por filosofa se entiende aqu la facultad de percibir los ob9etos inteligibles, # sus conclusiones" alcanzadas m!s all! de todo enga8o" permiten acceder a la $erdad de un modo indubitable9 >La conclusin que es fruto de la demostracin, deposita en el alma que sigue el ra.onamiento una tan firme conviccin, que no le de9a ni siquiera pensar que el ob9eto pueda ser de otra manera, ni sucumbir a las dudas que asaltan nuestro espritu para enga/arnos. En estos estudios el alma es purificada de las impresiones sensibles, y se reaviva su fuego, de suerte que pueda llegar un da a contemplar la verdad> 6,trmata 4" 0). Dbsr$ese el espritu asctico que implica el desapego de los sentidos. Si bien el conocimiento religioso" de su#o" es perfecto" sin embargo" quien lo posee perfecciona su conocimiento con el apo#o del saber filosfico" porque le permite responder mejor a los argumentos de sus ad$ersarios9 >La ense/an.a del ,e/or es perfecta en s y no necesita de nada, ya que es Qfuer.a y sabidura de )iosQ 6P3or :,@I7. *l a/adrsele la filosofa griega, no la hace ms patente a su verdad, sino que debilita los argumentos de los sofistas y recha.a toda emboscada insidiosa contra la verdad> @;: . :e aqu la con$eniencia de acudir a la filosofa para sacar mejores frutos de la fe" porque" aunque #a ha#a alcanzado la $erdad por la $a de la fe" a fuerza de examinarla bajo la luz de la razn" siempre podr! extraer de la $erdad de fe ma#ores frutos que el que no lo hace9 >*lgunos que se creen hombres de talento no quieren saludar a la filosofa ni a la dial&ctica, ni aprender la contemplacin natural, sino que slo tienen por necesaria a la fe desnuda, lo mismo que si, no habiendo tenido ning8n cuidado de la vi/a, quisiesen ya recoger uvas> 6,trmata 4" 2). $71 . *L.M.N0. -. /L.:/N-RJ/ S0ROM/0/, 1,'$ La literatura cristiana del si)lo III: ,r)enes ; lo es porque la filosofa lejos de ser un mero producto de la sola razn" a su modo" tambin debe entenderse como un don de :ios9 A,i decimos, como se admite universalmente, que todas las cosas necesarias y 8tiles para la vida nos vienen de )ios, no andaremos equivocados. En cuanto a la filosofa, ha sido dada a los griegos como su propio testamento, constituyendo un fundamento para la filosofa cristiana, aunque los que la practican entre los griegos se hagan voluntariamente sordos a la verdad, ya porque menosprecian su e+presin brbara, ya tambi&n porque son conscientes del peligro de muerte con que las leyes civiles amena.an a los fieles. #orque, igual que en la filosofa brbara, tambi&n en la griega >ha sido sembrada la ci.a/a= por aquellos cuyo oficio es sembrar ci.a/a. #or esto nacieron entre nosotros las here9as 9untamente con el aut&ntico trigo, y entre ellos, los que predican el atesmo y e hedonismos de Epicuro, y todo cuanto se ha me.clado en la filosofa griega contrario a la recta ra.n, son fruto bastardo de la parcela que )ios haba dado a los griegos@ 6,trmata" 6" G" 6B? 'i$es 4B6). l hombre de sola fe" toda$a debe dar lugar a una segunda con$ersin en $istas a la maduracin en la fe" # ponerse en condiciones de alcanzar una sabidura equi$alente a la que recibieron los apstoles de -risto. Para ello es menester sobreele$ar el dato de fe" al ni$el de la gnosis. Por eso el gnstico es el cristiano perfecto. n este sentido el interpreta el texto del e$angelio9 Aal que tiene se le dar ms@0 ANuien tiene la fe recibe la gnosis, y quien tiene la gnosis recibe la caridad, a la que est prometica la herencia, pues se ocmunica en ella el conocimiento a los |ue son aptos y han sido elegidos@ 6,trmata, B" 4>" 00). Pero" al mismo tiempo que se entiende a la filosofa como propedutica de la fe" se insiste en que es la fe la que brinda a la ciencia sus fundamentos. :esde el punto de $ista de la adquisicin" el conocimiento se apo#a primero en el dato sensiti$o # de all se accede a la ciencia. Pero la ciencia" en cuanto que puede ser ense8ada" viene de algo que se conoce previamente @;@ . ; lo que se conoce pre$iamente son los principios" los cuales son de su#o indemostrables. ,hora bien" puesto que la ciencia es esencialmente demostrati$a" no le cabe a ella suministrar estos primeros principios. ):e dnde" entonces puede recibir la ciencia los principios sobre los cuales apo#a todas sus demostraciones< Seg*n -lemente esta fuente no puede ser otra que la fe" pues >slo la fe puede alcan.ar el principio del univer! so> @;( . Por eso mismo" la fe se constitu#e en criterio *ltimo de $erdad9 ALa fe es algo superior al conocimiento y es su criterio@ 6,trmata, 1" 5" 40). sta fe supone un conocimiento pre$io sin el cual es imposible hacer ciencia9 >,i, pues, la fe no es otra cosa que un conocimiento previo del espritu, $...% nadie aprender sin la fe, ya que no lo puede hacer sin conocimiento previo> 6,trmata 1" 5). Pero la filosofa" en cuanto coopera en la tarea de alcanzar la $erdad a#uda tambin a alcanzar la $erdad del $angelio. Luego" as como la gram!tica griego fa$orece el ulterior de la filosofa" as tambin el culti$o de la filosofa coad#uba al posterior desarrollo de la fe9 A*s como muchos hombres que arrastran una nave no son muchas causas, sino una sola causa compuesta $...%, as tambi&n la filosofa concurre a la comprensin de la verdad@ 6,trmata, 4" 1>" 2B" 4). ; no deja de suministrar en la oposicin entre ,gar # Sara una cierta razn para apo#ar tal fundamentacin. Sara" la esposa esteril de ,brah!n" representa a la Sabidura pro$ista por la re$elacin" ,gar" la escla$a frtil" representa a la representa a la sabidura del mundo natural. ,brah!n" que representa la fidelidad del pueblo elegido" es conminado por su propia esposa a engendrar a su hijo de la escla$a ,gar. sto es" el cre#ente se $ale de la ciencia del mundo para ele$arse hasta la sabidura que $7$ . *L.M.N0. -. /L.:/N-RI/, S0ROM/0/, ', " $7' . *L.M.N0. -. /L.:/N-RJ/, I5idem, '," La literatura cristiana del si)lo III: ,r)enes pro$iene de :ios. Por otra parte" el hecho de que el propio ,brah!n" pone a la escla$a al ser$icio de Sara" debe entenderse en el sentido de que el hombre de fe slo retiene de la ciencia del mundo lo que le es *til para sostener su fe. Por eso ,brah!n se sir$e de la escla$a en $irtud de su ju$entud" pero la somete al dominio de la sabidura. A)e cuanto acabamos de decir dar testimonio la Escritura. ,ara, esposa de *brahn, era est&ril. 3omo no daba a lu., permiti la unin de *brahn con una de sus siervas, una egipcia que se llamaba *gar, esperando tener de ella posteridad. La ,abidura 6,ara7, que cohabitaba con el fiel !ya que es sabido que *brahn es el fiel y el 9usto!, era, pues todava est&ril y sin hi9os en esta primera generacin, porque a8n haba de progresar, se uniese primero a la ciencia del mundo !pues Egipto significa alegricamente el mundo! para engendrar de ella a Psaac ... *quel que se ha instruido primero en las ciencias puede, por tanto, elevarse desde aquellas hasta la ,abidura, que las domina, y de donde nace la ra.a de Psrael. )e aqu se deduce en primer lugar, que, la sabidura puede adquirirse por el estudio, puesto que *brahn lo ha hecho, pasando de las verdades ms altas, a la fe y a la 9usticia, que son de )ios. #ero tambi&n se deduce, por otra parte, por qu& *brahn, 6el 9usto7 dice a ,ara 6la ,abiduria70 >"e ah a tu sierva' en tus manos est' ha. con ella lo que quieras@. @uiz!s alguien pueda objetar que el hecho de que la ciencia no suministre el primer principio" no significa que s lo pueda suministrar la fe. Pero para responder a ello -lemente aduce que" supuesto que slo ha# un principio absolutamente primero y originario" # que ese primer principio no puede ser otro que :ios" entonces este Principio slo puede ser adquirido a tra$s de la fe9 >Lo que se dice de una cosa, se dice basndose en lo que hay en ella o en la relacin u orden que guarda con otras' nada de eso se puede obtener de )ios. -ampoco podemos alcan.ar el conocimiento de )ios por demostracin, ya que &sta se basa en verdades previas y ms conocidas, y nada hay anterior al que es Fnig&nito. ,lo resta que al )esconocido lleguemos a conocerlo por la gracia y por la sola #alabra 6Logos7> ,trmata 0" 41). La filosofa # la fe pueden unirse porque el hombre que posee una facultad cognosciti$a W]mvtYZ[9 - Por ella puede conocer naturalmente los primeros principios indemostrables" suministrados por la fe? es pensamiento9 vooYZ[. - luego" por $a discursi$a puede dar lugar al saber gnosis o ciencia!episteme. - si este saber se aplica a la accin de$iene arte-techn&. - pero si se abre a la piedad" entonces se ordena al 'erbo # a la pr!ctica de sus mandamientos. n consecuencia la unidad de la fe # la filosofa est! dada por la unidad del pensamiento en sus funciones de creer" dirigir la accin # buscar el saber. :e este modo -lemente termina entendiendo que la concordancia entre la fe # la filosofa obedece a dos razones principales9 en primer lugar a un origen fin com*n" pues tambin la filosofa helena en su errnea opinin" deri$a histricamente de la doctrina de Aoiss. ;" en segundo lugar" a que es posible hablar de una gnosis cristiana. n este sentido entiende que" si bien la re$elacin obra la fe" es necesario que sta se perfeccione con la gnosis" o iluminacin gnstica, de suerte que tras la muerte" los pocos que la han recibido" #a est!n en condiciones de purificacin como para ser inmediatamente admitidos a la $isin de :ios. ,lgo que los fieles $ulgares" por no haber recibido dicha iluminacin" despus de la muerte" deben sufrir la apogatharsis para purificarse. Pero esta gnosis se apo#a en la oculta re$elacin de :ios. Pero los aportes de -lemente en el campo filosfico no se detienen en la gnoseologa. Su formacin platnica lo lle$a a aplicar" a $eces temerariamente" una interpretacin alegrica de las scrituras. La literatura cristiana del si)lo III: ,r)enes n el terreno teolgico es ortodoxo. Pues a la afirmacin de la trascendencia di$ina" la mitiga con la afirmacin de su omnipresencia # cognoscibilidad. l Logos es entendido como mediador e iluminador. :ios crea todas las cosas por medio del 'erbo. 3i el espritu ni la materia son eternas. Los !ngeles pecaron por debilidad. Para que el hombre pueda alcanzar la sal$acin eterna" la libertad del hombre debe complementarse con el auxilio de la gracia sobrenatural. Parece entender al pecado original" no como algo que aparece despus de creado" sino como algo insitum a la misma" esto es" natural" # no como un ulterior efecto de una libre determinacin del hombre. s posible que aqu est pensando m!s en justificar la existencia del pecado en todos los hombres" # no en el primer hombre. n este campo teolgico se destaca su doctrina del Logos" en la cual pretende fundar su teologa. n este sentido es mucho m!s profundo que /ustino. l Logos es el principio fundamental para alcanzar una comprensin religiosa del uni$erso. l Logos es el -reador del uni$erso. :e Ml se $ale :ios para re$elarse en el ,H por medio de la Le# mosaica" de los filsofos griegos" # finalmente" a tra$s de la propia encarnacin en la plenitud de los tiempos. Slo por Ml podemos conocer a :ios porque Ml es inefable. ; este :ios no se muestra a tra$s de un gnero o una diferencia" ni una especie" ni un n*mero" ni la totalidad de lo real" ni que consta de partes" #a que es indi$isible e infinito" los nombres que le aplicamos no le con$ienen propiamente" pero todos juntos estos nombres nos lle$an a Ml. Los nombres no sir$en porque solo dicen relaciones # propiedades pero esto no se aplica a Ml. 3o se alcanza por deduccin" porque supondra algo anterior a Ml" luego" para conocerlo slo queda la gracia9 A*s como es difcil descubrir el primer principio de todas las cosas, es tambi&n e+tremadamente difcil demostrar el principio absolutamente primero y el ms antiguo, que es causa de que todas las dems cosas hayan nacido y subsistan. #orque, )cmo puede e+presarse lo que no es ni g&nero, ni diferencia, ni especie, ni individuo, ni n8mero' ms a8n, que no es ni accidente ni puede ser su9eto del mismo5 Eo se puede decir correctamente que sea el todo' porque el todo se encuentra en la categorla de la grande.a y es el #adre del universo. #ero tampoco se puede decir que tenga partes, pues, el Fno es indivisible, y por eso mismo infinito. Eo se le puede concibe como algo que no puede ser recorrido enteramente, si como algo que carece de dimensiones y de lmites' consiguientemente, no tiene forma ni nombre. 3uando impropiamente, le llamamos Fno, Gien, Mente, ,er, #adre, )ios, 3reador, ,e/or, no lo hacemos como dndole su nombre, sino que por impotencia empleamos todos estos hermosos nombres, a fin de que nuestra mente pueda tenerlos como puntos de referencia para no errar en otros aspectos0 #orque ninguno de ellos por s solo revela a )ios, pero todos 9untos concurren a indicar el poder del Hmnipotente. En efecto las cosas que se dicen, se dicen de las propiedades y relaciones' ahora bien, nada de esto se puede concebir en )ios. Ei tampoco puede ser aprehendido por una ciencia deductiva, porque &sta parte de principios y de nocioes me9or conocidas, ahora bien, no hay nada que sea anterior al Png&nito. Nueda, pues, que solamente por la gracia divina y por el Merbo que procede de Cl podemos conocer al desconocido@ 6,trmata, 0" 41" G4"5-G1" 5).
l Logos es maestro del mundo # legislador" por eso es sol de $erdad # justicia9 A>(,alve, lu.D= )esde el cielo brill una lu. sobre nosotros, que estbamos sumidos en la oscuridad y encerrados en la sombra de la muerte' lu. ms pura que el sol, mas dulce que la vida de aqu aba9o. Esa lu. es la vida eterna, y t odo lo que de ella participa, vive, mientras que la noche tema a la lu. y, ocultndose de mi edo, de9a el puesto al da del ,e/or. El Fniverso se ha convertido en lu. indefectible y el occidente se ha transformado en oriente. Esto es lo que quiere decir >la nueva creacin=0 porque >el sol de 9usticia=, que atraviesa en su carro.a el Fniverso entero, recorre asimismo la humanidad, imitando a su #adre=, La literatura cristiana del si)lo III: ,r)enes >que hace salir el sol sobre todos los hombres= &At. 0" 50). = derrama el roco de la verdad. El fue quien cambio el occidente en oriente' que crucific la muerte a al vida' quien arranc al hombre de su perdicin y lo levant al cielo, trasplantando la corrupcin en incorruptibilidad y transformando la tierra en cielo, como agricultor divino que es, que >muestra los presagios favorables, e+cita a los pueblos al traba9o= del bien, >recuerda las subsistencias de verdad, nos da la herencia paterna verdaderamente grande, divina e imperecedera' divini.a al hombre con u na ense/an.a celeste, >da leyes a su inteligencia y las graba en su cora.n@ &#rotreptics, 44" GG" 445).
n el orden hermenutico -lemente aboga por un aexgsis espiritual o alegrica" donde se deja $er el influjo de =iln # el platonismo. Lo que" a la larga permite comprender por qu -lemente sostiene la incognoscibilidad e inefabilidad de :ios. -on lo cual se da con l el punto de arranque de la teologa negati$a que da lugar a un platonismo cristiano. n el aspecto antropolgico" el platonismo lo lle$ a concebir al hombre en trminos tricotmicos" por el cual la substancia del hombre se di$da en cuerpo" alma # espritu. :onde el alma es el espritu animal del cuerpo" # el espritu es el pneuma" o elemento racional. ,dmita la inmortalidad del alma # aunque admita su preexistencia ideal" al modo de las ideas platnicas" rechazaba su preexistencia real. /r!genes (1758175-)53) ntre las obras de $alor filosfico" se destacan )e principiis # 3ontra 3elsum. Su militancia en la (glesia catlica fue mu# $aliosa" pero un desentendimiento con su obispo lo impulsa a abrazar la doctrina de la secta montanista. s el discpulo m!s destacado de -lemente de ,lejandra. ;a a los dieciocho a8os est! a la cabeza de la escuela de ,lejandra permaneciendo en ella hasta los cuarenta # seis a8os" fecha en que" acusado de hereja por su obispo" debe abandonar la c!tedra. Se retira a Palestina donde funda la scuela de -esarea de Palestina donde lle$a una mu# prolfica labor literaria. ntre su inmensa produccin" en el campo filosfico se destacan )e principiis # 3ontra 3elsum. Su fama corri a la par de sus brillantes lecciones. Se acercaba a l no solo los catec*menos que se preparaban para el bautismo" sino tambin los paganos cultos. Para responder a estos *ltimos" Hertuliano $io la con$eniencia de estudiar filosofa. Seg*n" Porfirio escuch las lecciones del propio ,mmonio Saccas" el maestro de Plotino. , diferencia de /ustino # -lemente que $ieron en la filosofa un camino hacia la fe" Hertuliano" que #a la tena desde el principio" se sir$i de aqulla como un !mbito de encuentro con los paganos. Su alto $uelo especulati$o le permiti erigir el primer sistema filosfico-teolgico completo inspir!ndose en las doctrinas de Platn pero tambin de los estoicos" filonianos # neopitagricos. Aal que le pese" no pudo escapar del todo a un cierto racionalismo que lo lle$ a $iolentar el espritu de algunos textos de las scrituras. :e =iln toma su concepto de la trascendencia di$ina" la que" situada m!s all! del ser" solo puede ser conocida por una $a negati$a. Pero la razn puede acceder por s misma a la idea de creacin cuando ad$ierte que el uni$erso depende de un querer libre del Logos creador. l mundo creado es eterno como el querer del cual procede. La creacin originariamente slo alcanzaba a los !ngeles. Pero uno de ellos" se rebela contra los planes de :ios" los cuales son castigados a ser encarcelados en cuerpos" otros" son los demonios. Pero a la cada sigue la redencin efectuada por el 'erbo" lo que permite el regreso al mundo de los espritus. , la $ista de tales antecedentes no ha de sorprender el que Drgenes ha#a sido considerado como el prncipe de los escritores antenicenos. :e hecho" fue la figura m!s rele$ante de la scuela de ,lejandra. Por lo que se lo puede considerar junto con -lemente como los m!s destacados representantes del llamado gnosticismo cristiano. Pero" por lo mismo" no es de extra8ar que ha#a sido tambin objeto de las m!s sostenidas disputas por parte de sus seguidores # enemigos. Pro$eniente de una familia cristiana" -su padre Lenidas fue m!rtir de la fe- en el orden filosfico debe su formacin a ,mmonio Saccas fundador del neoplatonismo # maestro de Plotino" # en el orden teolgico de -lemente de ,lejandra. =ue sucesor de -lemente en la direccin de la scuela de ,lejandra" pero a causa de su ense8anza fue expulsado de ,lejandra por el obispo :emetrio. stu$o en La literatura cristiana del si)lo III: ,r)enes .oma # luego en Frecia donde se orden sacerdote" luego se retira a -esarea de Palestina donde inicia su carrera teolgica. Su ordenacon como sacerdote fue moti$o de discusin por cuanto tomando literalmente el texto e$anglico" se mutil $oluntariamente. Auere en el 107" luego de padecer la persecucin del emperador :ecio. ;a desde su ju$entud di probadas de santidad" siguiendo el heroico testimonio de su padre9 A,u padre que se llamaba Lenidas, procur darle una educacin esmerada, instruy&ndole en las Escrituras y en las ciencias profanas' muri martir durante la persecucin de ,evero 6a/os @;@7. ,i su madre no hubiese escondido sus vestidos, el 9oven Hrgenes, en su ardiente deseo del martirio, habra seguido la suerte de su padre. El Estado confisc su patrimonio y &l tuvo que dedicarse a la ense/an.a para ganar su sustento y el de su familia@ @;I . n una obra" E+hortacin al martirio, 6a/o @(?7 el propio Drgenes cuenta con m!s detalle este acontecimiento9 A3uando el incendio de la persecucin iba aumentando y miles de fieles haban ce/ido ya sus sienes con la corona del martirio, se apoder del alma de Hrgenes, que era todava muy ni/o, un deseo del martirio, hasta el punto de e+ponerse a los peligros, lan.arse y saltar valerosamente a la lucha. #oco falt para que el t&rmino de su vida estuviera muy cierca de &l' pero la #rovidencia divina y celestial, buscando la utilidad de muchos, puso por medio de su madre, obstculos a su ardor. Csta, pues, le suplic primero de palabra, rogndole que se compadeciera de sus sentimientos de madre' ms luego, al verle a8n ms e+citado y totalmente posedo por el deseo del martirio, cuando se enter de que su padre haba sido detenido y encarcelado , escondi todas sus ropas y le oblig de esta manera a permanecer en casa. Mas, &l, viendo que no poda hacer otra cosa y sinti&ndose inflamado por un celo superior a su edad, que no le permita permanecer inactivo, mand a su padre una carta de e+hortacin al martirio, en la que le animaba, diciendole te+tualmente estas palabras0 >Jurdate de cambiar de parecer por ra.n de nosotros@ @;? . Ena $ez ma#or" su testimonio no fue menor" se orden sacerdote # sufri crueles tormentos. Hal es el relato de usebio9 ALas numerosas cartas que de9 escritas este hombre $Hrgenes% describen con verdad y e+actitud los sufrimientos que padeci por la palabra de 3risto0 cadenas y torturas, tormentos en el cuerpo, tormentos por el hierro, tormentos en las lobregueces del calabo.o' cmo tuvo, durante cuatro das, sus pies metidos en el cepo hasta el cuarto agu9ero' cmo soport con firme.a de cora.n las amena.as de fuego y todo lo dems que le infligieron sus enemigos' cmo acab todo aquello, no $71 K2ASTEN, )., Patrolo"a, *ol ., Madrid, BAC, 1!#&, %. '61. 1>0 E2SEB.5 (E CESAREA, #istoria eclesi;stica, ", $, $3"A. Esa aciud de ace%aci@n del -aririo no era rara enre los crisianos de los %ri-eros ie-%os. As9, el obis%o .gnacio de Anio>u9a se eC%resa en esos <r-inos a >uienes le desaconseLan el -aririoJ AMo voy escribiendo a todas las '"lesias, y a todas les di"o lo mismo: 7ue morir! de buena "ana por 9ios, con tal de 7ue vosotros no me lo impid;is. Fs lo pido encarecidamente, no me demostr!is una benevolencia inoportuna. 9eAad 7ue yo sea pasto de las fieras, ya 7ue ello me har; posible alcan:ar a 9ios. (oy tri"o de 9ios y he de ser molido por los dientes de las fieras para lle7ar a ser pan inmaculado de Cristo. No"ad por m a Cristo, para 7ue, por medio de estos instrumentos, lle"ue a ser una vctima para 9ios. 9e nada me servir;n los placeres terrenales ni los reinos de este mundo. Prefiero morir en Cristo HesIs 7ue reinar en los confines de la tierra. 8odo mi deseo y mi voluntad est;n puestos en a7uel 7ue por vosotros muri) y resucit). (e acerca ya el momento de mi nacimiento a la vida nueva. Poe favor, hermanos, no me priv!is de esa vida, no 7uer;is 7ue me mueraC si lo 7ue anhelo es pertenecer a 9ios, no me entre"u!is al mundo, ni me sedu:c;is con las cosas materialesC deAad 7ue pueda contemplar la lu: puraC entonces ser! hombre en plenitud. Permitid 7ue imite la pasi)n de mi 9ios. El 7ue ten"a a 9ios en s, entender; lo 7ue 7uiero decir y se compadecer; de m, sabiendo cu;l es el deseo 7ue me apremia@ OMartyrium (. '"natiiP Cfr. K2ASTEN, ). Patrolo"a, ., #asta el Concllio de Dicea, rad. 5?aibia, Madrid, BAC, 1!#&, %. 1&". La literatura cristiana del si)lo III: ,r)enes queriendo el 9ue., de ninguna manera sentenciarle a muerte' y qu& sentencia de9, llenas de utilidad para los que necesitan consuelo@ @;1 . n lo que concierne a su actitud hacia la filosofa" como #a se ha se8alado m!s arriba" Drgenes muestra mucho menos entusiasmo que -lemente de ,lejandra por el estudio de la filosofa griega. 3unca dice como -lemente que la filosofa lo condujo a -risto. Pero" no por esto deja de se8alar que la filosofa puede prestar importantes ser$icios a la teologa" pues as como las ciencias profanas son sier$as de la filosofa" tambin sta puede ponerse al ser$icio del cristiano9 A$...% a fin de que lo que los discpulos de los filsofos dicen de la geometra y m8sica, gramtica y retrica, y astronoma, a saber, que son siervas de la filosofa, podamos decirlo nosotros de la filosofa respecto del cristianismo@ &3arta a Jregorio, 47" 4). :e ah que su inters ma#or estu$o puesto en el estudio de las Sagradas scrituras. , lo cual se consagr con una fecundidad realmente prodigiosa. /ernimo &*du. Buf., 1" 11) estim en dos mil el n*mero de obras que debi haber escrito? pifanio 6"r. 65" 67) habla de seis mil. Sin duda buena parte del desconocimiento que se tiene de estas obras han sido producto de las pasiones que desataron entre sus ad$ersarios. /ernimo" pone en poco m!s de luz en esta oscuridad # suministra una larga lista de unos G>> ttulos que corresponden a escritos de Drgenes. ; por cierto no falt quien fue perfectamente consciente de tal # le suministr todos los medios para que aquello fuera posible. 3arra usebio de -esarea9 A* partir de este momento, Hrgenes empe. a componer sus 3omentarios a las divinas Escrituras' le instaba a ello *mbrosio, no slo alentndolo con sus constantes e+hortaciones, sino tambi&n provey&ndole liberalmente de cuanto necesitaba. En efecto, cuando dictaba, tena a su disposicin mas de siete estengrafos, que se iban relevando a horas fi9as, y otros tantos copistas, y adems muchachas 9venes e+pertas en caligrafa. #ara todo lo cual *mbrosio proporcionaba generosamente los medios necesarios@ @;A . n el orden intelectual sus talentos fueron notables. form parte como profesor de la scuela de ,lejandra donde se especializ en filosofa" teologa # Sagradas scrituras" de este tiempo fueron sus importantes contactos con ,mmonio Saccas cu#a influencia se manifiesta en cosmologa # filosofa. Perseguido por su Dbispo de :emetrio que no admiti que se hubiera castrado para seguir el e$angelio &At" 42" 41)" se dirigi a -esarea de Palestina. l obispo de esta ciudad le encomend dirigir la escuela de Heologa. ,ll demostr sus dotes de organizador. Jizo un plan de estudios conforme al de ,lejandra9 un curso introductorio" luego otro de formacin cientfica9 lgica # dialctica" ciencias naturales" geometra # astronoma" finalmente la tica # le teologa. Se lean las obras de todos los filsofos con excepcin de aquellos que renegaban de :ios. :ebe recordar que habiendo sido discpulo de ,mmonio Saccas su formacin intelectual debi haber sido mu# a$anzada. Lo cual le permiti agregar a la lectura de los textos del ,ntiguo # 3ue$o Hestamento" las obras de autores como Platn" los neoplatnicos 3umenio # Eranio" los pitagricos nicmaco # Aoderato" los estoicos @ueremn # -ornuto" as como tambin a Wenn" -risipo" -leantes" # ,ristteles. :eca San Fregorio Haumaturgo el ambiente que cre Drgenes en la scuela de -esarea de Plastina9 A-ena Hrgenes por bien que filosoframos recogiendo con todo empe/o cuantos escritos quedan de los antiguos filsofos y poetas $...% nos era permitido aprender toda doctrina hel&nica o brbara, mstica o poltica, divina o humana' todo lo recorramos, todo lo inquiramos, de todo nos llenbamos y de todos los bienes del mundo go.bamos@ @;2 . Siguiendo a -lemente" Drgenes estaba ntimamente persuadido de que los filsofos recibieron de la re$elacin cuanto dijeron de bello # $erdadero de conformidad con el dato re$elado. .azn por la $7" E2SEB.5 (E CESAREA, #istoria eclesi;stica, ", '!, 6. $7# E2SEB .5 (E CESAREA, #istoria eclesi;stia, ", $', 13$A. $7& Ciado %or H. CANALS V.(AL #istoria de la filosofa medieval, bercelona, Herder, 1!#", %. '1. La literatura cristiana del si)lo III: ,r)enes cual" en rigor" no considera que ninguna de ellas sea la $erdadera filosofa. Aal pueden ser ellas $erdaderas si sus adeptos no son capaces de dar testimonio de la $erdad con sus reprochables costumbres. ; como esto s es posible hallar entre los pensadores cristianos" entonces es claro que la $erdadera filosofa slo se halla en el propio cristianismo. :ificultades por su $inculacin a la filosofa griega 3o todos $ean con buenos ojos las ense8anzas de Drgenes. 3o aceptaban la necesidad de una formacin filosfica porque Ala mutitud de los creyentes simples no alcan.a a penetrar la sabidura propia de los perfectos@. AEl vugo de los simples, que son ni/os en la fe y no han llegado a la madure. en 3risto, no puede recibir ms que la locura de la predicacin de 3risto crucificado@ 6Pn Po ((" 7). Por eso la fe de los Amuchos@ se apo#a slo en los milagros # en la historia. 6Pn Po 1>" 7>). La dificultades $ienen principalmente por la necesidad que $ea Drgenes en suministrar el hombre de fe una formacin filosfica. Lo que se $incula con la in$itacin a una lectura alegrica de los textos bblicos. Los gnsticos son los cristianos perfectos" porque est!n en condiciones de recibir el alimento de la madurez espiritual" que son aquellos que se hacen fuertes en la fe por medio de la iluminacin que les permite comprender el sentido esp8iritual de la palabra re$elada. ntre sus obras m!s importantes desde el punto de $ista filosfico pueden citarse 3ontra 3elsum de car!cter apologtico # )e principiis, de car!cter dogm!tico. n la primera refuta El discurso verdico 6:A27 del filsofo pagano -elso donde se atacaba la doctrina cristiana. Pero" no debe ol$idarse que el grueso de su produccin especulati$a aparece en sus obras teolgicas donde se destacan sus estudios de exgesis bblica" por lo que se lo considera el fundador de la ciencia escriturstica. 3ontra 3elsum constitu#e una refutacin del )iscurso verdico del platnico -elso" a pedido de su amigo ,mbrosio. n )iscurso verdico -elso se haba propuesto con$ertir a los cristianos al paganismo demostrando la falsedad de las creencias cristianas. Pero no lo hace de cualquier manera" desestima la critica $ulgar # la grosera de los gnsticos" lee atentamente las scrituras" # el cuerpo doctrinal de la (glesia. (nicialmente hace un ataque general a las creencias judas # cristianas # luego ataca los dogmas cristianos. Se burla de la idea de Aesas" /es*s es un impostor. La sabidura griega es superior a la cristiana" somete a crtica la posibilidad de la resurreccin de -risto &supersticin in$entada por los ,pstoles). .econoce el $alor de la doctrina cristiana en el orden moral # la doctrina del Logos" pero es con$eniente que el cristiano se integre en la religin pagana. La razn9 $e en los cristianos la posibilidad de un cisma poltico. Drgenes le reprocha a ,mbrosio el que le haga perder tiempo en refutar algo que los mismos hechos desmienten" -como si los hechos no brindaran por s solos una refutacin evidente 63ontra 3elso, Prefac. 42! # si consiente en responder a -elso es porque $e la posibilidad de que algunos pueden perder la fe9 Apuede haber algunos que vacilen en su fe y est&n en peligro de perderla debido a los escritos de 3elso@ 63ontra 3elso, Pref. 5). Si la fuerza demostrati$a de los paganos es $aliosa m!s lo es la de los cristianos porque se apo#a en la manifestacin del espritu # el poder9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo A$El Evangelio% tiene un g&nero de demostracin propio, ms divino que el de los griegos, que se funda en la dial&ctica. = a este m&todo ms divino le llama el *pstol >manifestacin del espritu y del poder=0 >del espritu=, por las profecas, suficientes por s solas p ara producir la fe en l os que las leen, especialmente en las cosas que se refieren a 3risto, y idel poder=, por los signos y milagros que han sido obraos, que se pueden probar de varias maneras, muy especialmente por las huellas que se conservan a8n en aquellos que ordenan sus vidas seg8n los preceptos del Evangelio@ 63ontra 3elso (" 1). La di$inidad de -risto se prueba" por los milagros que realiz" las profecas que se cumplieron en Ml" # la luz del spritu Santo9 ANuedan a8n entre los cristianos vestigios de aquel Espritu ,anto que apareci en forma de paloma. *rro9an a los espritus malignos, reali.an muchas curaciones, predicen ciertos sucesos, seg8n la voluntad del Logos. = aunque 3elso o el Kudo, a quien introduce en su dilogo se burlen de lo que voy a decir, lo dir&, sin embargo0 muchos se han convertido al cristianismo, por decirlo as, contra su voluntad' cierto espritu transform sus almas, haci&ndoles pasar del odio contra esta doctrina a una disposicin de nimo dispuesto a morir en su defensa@63ontra 3elso 4" 56). La respuesta de Drgenes a -elso respecto de la actitud que se debe adoptar respecto del poder ci$il tambin es altamente edificante. Aientras -elso muestra en claro espritu patritico Drgenes insiste en que slo se puede exigir seg*n una le# que no se oponga a la de :ios" # cuando -elso le hacer $er la con$eniencia de ganarse el fa$or de los gobernantes" Drgenes responde" que aunque es prudente allanarse a las exigencias de los poderes ci$iles cuando esto puede ocasionar crueles represalias" esto no debe hacerse cuando" al hacerlo" se atenta contra loa derechos de @uien" por naturaleza" est! por encima de todo poder temporal9 A,lo e+iste Fno cuya gracia debemos gran9earnos y cuya clemencia debemos implorar !el )ios que est por encima de todos, cuyo favor se alcan.a practicando la piedad y las dems virtudes@ 63ontra 3elso 2, 1I7. A)ebemos despreciar el favor de los reyes y de los hombres, si es que no podemos conseguirlo ms que por medio de homicidios, libertina9e o actos de crueldad, o si e+ige de nosotros actos de impiedad para con )ios, o de servilismo y adulacin0 tales cosas son indignas de hombres valerosos y magnnimos, que a las dems virtudes quieren 9untar la ms grande de todas' la firme.a. ,in embargo, cuando no nos obliga a hacer algo que sea contrario a la ley y a la palabra de )ios, no somos tan locos como para e+citar contra nosotros la ira del rey y del prncipe, atrayendo sobre nosotros in9urias, torturas o hasta la misma muerte. "emos ledo0 >-odos hab&is de estar sometidos a las autoridades superiores , que no hay autoridad sino por )ios, y las que hay, por )ios han sido ordenadas, de suerte que quien resiste a la autoridad resiste a la disposicin de )ios 6Bm :(, :!@> 63ontra 3elso, 2, 1?7. :esde el punto de $ista dogm!tico" la obra m!s importante es #er *r9n o )e principiis, que se destaca por encima de todas las obras de este perodo inicial del cristianismo" cu#o titulo se debe a que ha# en l una b*squeda de los principios de la fe cristiana. l tratado )e principiis se dirige tanto a quienes desean profundizar en la comprensin de su fe cristiana" como a quienes" fuera de la fe" o de la ortodoxia" intentan arribar a los principios de la $erdad" pero su objeti$o es ense8ar los principios de la doctrina cristiana para fortalecer a los cristianos # persuadir a los infieles. Se trata de una doctrina acerca del mundo" del hombre # de la .e$elacin. n el orden filosfico #a en el prefacio del primer libro sostiene la radical inestabilidad ontolgica que afecta todas las criaturas9 Las criaturas son necesariamente inestables (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ALas naturale.as racionales fueron creadas en un comien.o $...% y por el hecho de que primero no e+istan y luego pasaron a e+istir, son necesariamente mudable e inestables, ya que cualquier virtud que haya en su ser no est en &l por su propia naturale.a, sino por la bondad del creador. ,u ser no es algo suyo propio, ni eterno, sino don de )ios, ya que no e+isti desde siempre' y todo lo que es dado, puede tambi&n ser quitado o perdido. *hora bien, habr una causa de que las naturale.as racionales pierdan $los dones que recibieron%, si el impulso de las almas no est dirigido con rectitud de la manera adecuada. #orque el creador concedi a las inteligencias que haba creado el poder optar libre y voluntariamente, a fin de que el bien que hicieran fuera suyo propio, alcan.ado por su propia voluntad. #ero la desidia y el cansancio en el esfuer.o que requiere la guarda del bien, y el olvido y descuido de las cosas me9ores dieron origen a que se apartaran del bien' y el apartarse del bien es lo mismo que entregarse al mal, ya que &ste no es ms que la carencia del bien $...%. 3on ello, cada una de las inteligencias, seg8n descuidaba ms o menos el bien siguiendo sus impulsos, era ms o menos arrastrada a su contrario, que es el mal. *qu parece que es donde hay que buscar las causas de la variedad y multiplicidad de los seres. El creador de todas las cosas acepta crear un mundo diverso y m8ltiple, de acuerdo con las diversidad de condicin de las criaturas racionales. 6)e principiis, (. Prefacio (ss? 'i$es 121). l primer recaudo que toma Drgenes" antes de comenzar su in$estigacin es el de hacer $er que" una $ez que se admite que la $erdad se hace presente en la palabra de -risto" es preciso adoptar un sano criterio de interpretacin de su doctrina. Para lo cual considera con$eniente apelar a la tradicin # a la comprensin de algunos cristianos m!s esclarecidos por haber recibido el carisma de la sabidura. La fuente de toda $erdad reside en la ense8anza de -risto # los ,pstoles" pero como sobre las $erdades re$eladas por -risto ha# muchas di$ergencias aun en materia gra$e" entonces se debe adoptar como criterio el admitir slo las $erdades que no se partan de la tradicin eclesi!stica # apostlica9 AMas como entre los que hacen profesin de creer en 3risto hay muchas divergencias, no solamente en detalles de poca monta, sino tambi&n en materias sumamente importantes, ... parece necesario establecer sobre todos esos puntos una regla de fe fi9a y precisa antes de abordar el e+amen de las dems cuestiones ... Mas como la ense/an.a} eclesistica, transmitida en sucesin ordenada desde los *pstoles, se conserva y perdura en las iglesias hasta el presente, no se deben recibir como artculo de fe ms que aquellas verdades que no se apart an en nada de la tradicin eclesistica y apostlica@ 6)e #rinc. Prefac.1). -on lo cual Drgenes admite un di$erso ni$el de comprensin de la fe entre los fieles cristianos" sobre esto #a se haba expedido en 3ontra 3elsum9 ALa sabidura divina, que es distinta de la fe, es el primero de los llamados carismas de )ios' despu&s viene el segundo, llamado conocimiento !gnosis! por los que saben e+actamente estas cosas' y el tercero !puesto que es necesario que hasta los ms simples se salven, si son todo lo piadoso de que son capaces! es la fe. #or eso ha dicho ,an #ablo0 >* unos ser dada por el Espritu la palabra de sabidura, a otros la de conocimiento, a otros, por fin, la fe en el mismo espritu 6P 3or. :@, 2!47@ @;4 . :e esta manera Drgenes distingue en el seno del pueblo cristiano di$ersos ni$eles en la comprensin de la fe9 - los simples fieles que slo toman a las Escrituras en sentido histrico" # slo disciernen los hechos histporicos # los milagros ? $7! 5RFGENES, Contra Celsum, 0, 45. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo - la de quienes alcanzan un sentido alegrico de las mismas" por lo que alcanzan la gnosis? :onde el conocimiento implica una cierta unin &Pn Poan. :I, I, :A7. - la de los cristianos m!s perfectos" que alcanzan un sentido espiritual de las Escrituras por la que logran una contemplacin superior theora. n este ni$el se descubre en la Le# di$ina un indicio de la felicidad futura. :e alli que el escritor haga un paralelo entre la concepcin tricotmica del hombre -cuerpo" alma # espritu- con los tres ni$eles de la ocmprensin de las Sagradas scrituras. 4) l $ulgo de lo simples se alimenta slo de lo que es carne # cuerpo. 1) Los que apro$echan penetran en el alma. 7) Pero solo los gnsticos son los perfectos porque son iluminados para comprender el sentido espiritual de la le# di$ina. Slo a estos *ltimos les es reser$ado el ser los autnticos depositarios de los secretos di$inos. Por lo mismo son los amigos de )ios" mientras que los restantes se limitan a ser los siervos de )ios. n esto los intrpretes han reconocido algunos rasgos comunes entre Drgenes # algunas doctrinas del gnosticismo hertico. Hodos ellos insisten en que la interpretacin literal de las escrituras" el lenguaje de la historia bblica # el realismo cristiano es considerado como un mero cristianismo carnal, por oposicin al cristianismo espiritual sustentado en la superacin de estas doctrinas. n )e principiis admite que la ense8anza de las scrituras se ha de realizar con arreglo a las capacidades de los distintos educandos9 ALas ideas de las ,agradas Escrituras se deben copiar en el alma de tres maneras0 el simple se edifica, por decirlo as, con la >carne= de la Escritura !&ste es el nombre que damos al sentido natural!' el que ha avan.ado algo, con el >alma=, como si di9&ramos0 #or lo que hace al hombre perfecto ...$se edifica% con la ley espiritual, que contiene una sombra de los bienes venideros. *l igual que el hombre, la Escritura, que ha sido ordenada por )ios para comunicar la salvacin a la humanidad, se compone tambi&n de cuerpo, alma y espritu@6)e principiis, 5" 4" 44). Lo que buscaba en )e principiis es poner ese talento humano en consonancia con la tradicin de la (glesia. n opinin de -opleston ha# en Drgenes una general intencin de tratar de lograr una cierta fusin de la doctrina cristiana con la filosofa platnica y neoplatnica @:; . ; su consecuencia fue un positi$o aporte para la posterior fijacin de la doctrina efectuada por los -apadocios. Lo que fue posible porque de hecho #a ha# en Drgenes un completo sistema filosfico teolgico. n este sentido" sus mritos son incuestionables" fue el autor m!s prolfico de la antigZedad pagana # cristiana. Su doctrina Ja# en Drgenes una $asta construccin metafsica cu#a base filosfica est! tomada del neoplatonismo" lo que se ad$ierte por su semejanza con el sistema de Plotino. Su doctrina filosfica #a aparece claramente en sus dos obras principales9 )e principiis # 3ontra 3elso. La doctrina teolgica :ios es uno" bueno" justo" inefable # perfecto. Si es perfecto" es inmutable" #" por tanto" tambin inmaterial. Por eso de Ml no cabe representacin alguna. Siendo simple es" al mismo tiempo" trino. Pero la trinidad en Drgenes no est! exenta de cierto subordinacionismo 144 de la Persona del 'erbo respecto de la del Padre # el spritu Santo. n principio admite que :ios Padre es el :ios $erdaderamente absoluto. Si el Jijo # el spritu Santo est!n en l" por lo mismo" stos *ltimos tambin son :ios. l Padre es la fuente de di$inidad que comunica al Jijo -con la generacin eterna # contnua- # al spritu Santo. l spritu Santo procede del Padre a tra$s del Jijo . Pero parece establecer cierto subordinacionismo en el seno de esa Hrinidad. l Jijo" aunque increado" eterno # consubstancial al Padre" sera un segundo :ios. ; el spritu Santo" $17 Co%leson, Hisoria de la HilosoB9a . .., Ariel, Barcelona, 1!#1, %. '!. $11 Subordinacionis-oJ no-bre >ue acoge a>uellas ;ereL9as >ue niegan la igualdad enre las es /ersonas de la Sanisi-a Trinidad. La gra*edad de la docrina se sigue de la i-%l9cia negaci@n de la di*inidad de la %ersona >ue se considere subordinada, E, desruEe, %or ano, el -iserio de la Trinidad. Esa docrina es sosenida sise-ica-ene %or Arrio. Cfr. MASS5N, Her*<. Manual de hereAas. Madrid, R.AL/, 1!&!. *o: subordinacionismo, p. 5-,. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sera inferior al Padre # al Jijo. sto aparece m!s claro cuando intenta comprender el misterio de la creacin" donde considera al 'erbo" # al spritu Santo como intermediarios. n este sentido el 'erbo se presenta como un :ios primognito de la creacin" que engendrar! otros $erbos" o dioses de naturaleza racional. Los cuales se relacionan con el 'erbo de la misma manera que Ml respecto del Padre. :octrina del mundo :ios crea el uni$erso por medio del 'erbo" en quien" como Sabidura" est!n las formas $i$ientes de todas las cosas. Por lo mismo" # de alg*n modo el mundo es una manifestacin del 'erbo. Ml es el mundo inteligible que contiene los principios # semillas de los seres # toda la ciencia de los misterios. -omo Logos los re$ela # crea el uni$erso. Por su bondad lo crea de conformidad con su sabidura" # por su poder lo crea hasta en el orden material. )Pero cmo conciliar el acto creador con la inmutabilidad que con$iene a la di$inidad< Si no se quiere negar la inmutabilidad de :ios" puede decirse que el mundo ha sido creado desde toda la eternidad. Luego" el mundo es eterno en su duracin. Pero" el Jenesis atribu#e un comienzo al mundo. :e ah la predicacin eclesi!stica asume que el mundo ha tenido un principio en el tiempo # que se disol$er! por su naturaleza corruptible. )-mo se puede resol$er esta dificultad< Seg*n Drgenes tal contraste doctrinal entre la razn # la fe se puede resol$er asumiendo que ste no es el primero ni el *ltimo de los mundos. Los mundo se $an sucediendo unos despus de otros a medida que los anteriores se $an destru#endo" # as indefinidamente. Pero el conocimiento de la existencia de los mundos que existieron con anterioridad a ste queda reser$ado slo a los cristianos amadores de la sabidura" que quisiesen conocer la razn de lo re$elado. Porque si se afirma a :ios omnipotente no puede entenderse esto al margen del ejercicio de su omnipotencia en la creacin9 A*s como no puede ser alguien padre, si no e+iste el hi9o, no puede alguien ser se/or, sin posesin o siervo' as tampoco se podra llamar a )ios omnipotente si no hubiese en quienes e9erciese su potestad0 yu por est para que )ios se nos muestre como omnipotente, es necesario que todas las cosas subsistan. #ues, si alguien quisiese afirmar siglos o espacio en que nada haba de lo que ha sido creado, sin duda, pondra de manifiesto que entonces no era )ios omnipotente u que despu&s vino a serlo, con lo cual se vera que )ios recibi cierto provecho y que vino de lo inferior a lo me9or' puesto que nadie duda que es me9or ser omnipotente que no serlo@ 6)e principiiis l.4" cap. 1" 4>).
:e aqu se sigue que Drgenes sostiene una creacin necesaria fundada en la difusin del bien # en la omnipotencia de :ios" lo que lo obliga a hablar de una creacin eterna. Pero" para no disentir demasiado con los escritores anteriores" concedi que la creacin eterna # necesaria no se refiere a la creacin de este mundo actual" sino a una serie sucesi$a de mundos di$ersos entre s. :octrina de los !ngeles l 'erbo que conoce todo lo que es el Padre" en $irtud de este conocimiento produce otros $erbos" que son criaturas espirituales # libres como el :ios que las crea. Porque son libres" tienen historia. # en este marco tanto su doctrina angelolgica como antropolgica $an a estar dominadas por sus concepciones ascticas # morales que importan un combate espiritual. Driginariamente :ios habra creado $erbos -espritus o inteligencias separadas- con lo que adhiere a la doctrina platnica de la preexistencia de las almas. Mstas inteligencias en un principio eran todas iguales # estaban re$estidas de un cuerpo etreo e inmersas en la contemplacin di$ina. Por su naturaleza espiritual stos pueden usar di$ersamente de su libre albedro" lo que permite no slo un di$erso grado de adhesin a los designios del Padre" sino tambin a la posibilidad de su apartamiento. Lo que ocurre por una culpa primiti$a consistente en la prdida del fer$or inicial. :e donde surge espont!neamente una jerarqua de !ngeles" hombres # demonios con arreglo a los distintos grados de adhesin o separacin respecto del Padre. n la cima est!n los que slo tienen puesta su mirada en :ios" que son los m!s perfectos? luego" los que son menos puros" #" por lo mismo est!n consagrados a tareas menores -como lo pueden ser la regulacin de los mo$imientos celestes # el cuidado de las ciudades de los hombres-? #" finalmente" la de los espritus que por su libre determinacin terminan por permanecer encerrados en cuerpos" ste es el caso de los hombres. La relacin entre los !ngeles # los hombres se (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo afirma cuando se encomienda a algunos !ngeles el cuidado de los indi$iduos # de los pueblos e incluso los di$ersos reinos de la naturaleza. .especto al conocimiento que :ios tiene respecto de los acontecimientos del mundo la tesis de que ha# una cierta independencia del orden creado frente a la presciencia de :ios9 A3onociendo )ios, al iniciar la creacin del mundo, que nada se hace sin causa, recorre con su mente cada una de las acciones futuras, viendo que cuanto tal ha sido hecha, tal otra se sigue de ella, y as sin t&rmino recorriendo todas las cosas, sabe las que sern, no siendo en absouto para cada una de ellas la causa de que sucedan@ 63omentario al J&nesis, 7" 6). Los hombres l hombre es imagen de :ios" no por su cuerpo" porque se ignorara su parte superior" ni por el compuesto" porque se seguira que :ios tambin lo es" de donde slo cabe concluir que debe serlo por su parte superior9 AEo vio tampoco 3elso la diferencia que va entre >ser conforme a la imagen de )ios= 63ol, 4" 40), pues imagen de )ios es el #rimog&nito de toda la creacin, el Logos en s, la verdad en s y la sabidura en s, >que es imagen de su bondad 6,ap. :, @17, y hasta todo varn, cuya cabe.a es 3risto, es imagen y gloria de )ios &-or. 44" 7B). Ei comprendi tampoco en que parte del hombre est impresa esta imagen de )ios, es decir, en el alma que no ha tenido, o que ya no tiene, al >hombre vie9o con sus obras &- ol 7" 2)" y, por no tenerlo, se dice ser a imagen de su 3reador. )e ah, que 3elso diga0 >-ampoco hi.o al hombre a imagen suya, pues )ios no es tal, ni se aseme9a a otras forma alguna. #ero, )es posible pensar que la imagen de !)ios est en la parte inferior del hombre, ser compuesto, quiero decir, en su cuerpo y, como !3elso lo interpret, que &ste sea la imagen de )ios5 #orque, si el ser seg8n imagen de )ios se da en el cuerpo solo, la parte superior, que es el alma, queda privada de ser a imagen de )ios, y &sta estara en el cuerpo corruptible, cosa que nadie de nosotros dice. Mas si el ser a imagen de )ios est en el compuesto, seguirase necesariamente que )ios es compuesto, y tambi&n constara como de cuerpo y alma' as, lo superior de su imagen estara en el alma' lo inferior, lo que ata/e al cuerpo, en el cuerpo, cosa que nadie de nosotros afirma. Besta, pues, que el ser a imagen de )ios haya de entenderse del hombre interior, como lo llamamos nosotros 6Ef. 7" 46)" que se renueva y es naturalmente capa. de formarse a imagen del que lo cre 63ol. 7" 4>). -al acontece cuando el hombre se hace perfecto, >como es perfecto el padre 3elestial= &At "0" 5G), y oye el mandato0 >,ed santos, por que yo el ,e/or )ios vuestro, soy santo= 6Lev. 4>" 1)" y aprende estotro0 >,ed imitadores de )ios= 6Ef 0" 4). Entonces, para el hombre en su alma virtuosa los rasgos de )ios' y tambi&n el cuerpo del que, por ra.n de la imagen ha tomado los rasgos de )ios, es un templo 6P 3or. 6" 42? 7 "46)? el cuerpo, digo, del que tiene alma' y, en el alma, por ra.n de ser contorme a la imagen de )ios@ 63ontra 3elso, Libro ('? -. = .3P3:W" 46>). Ena $ez que los espritus pierden su calor inicial # desertan de :ios los espritus se >enfran= transform!ndose en almas" pues la yz^o est! emparentada con y^o[ &\fro). n tal situacin son encerradas en sus respecti$os cuerpos con lo cual quedan en una situacin que no les es connatural. :e ah que no falten en ellas ciertos esfuerzos por tratar de liberarse de su prisin para recobrar su estado originario. Para entender esto se hace menester una consideracin particular del alma humana. .especto a la doctrina del alma" Drgenes no halla en la doctrina cristiana una luz para decidirse entre dos hiptesis9 el alma se transmite a tra$s de los Padres &traducianismo)" o bien $iene de fuera. .especto a su naturaleza no tiene duda alguna respecto a su inmaterialidad" en razn de que as lo indica la naturaleza de sus operaciones intelectuales. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Si el alma es inmaterial" entonces debe tender hacia el orden espiritual al que se ordena por naturaleza. Lo cual se logra por $a del conocimiento" esto es" transitando a partir del conocimiento sensible al de las cosas intelectuales. ; luego" en un tercer paso" # contando con el auxilio de la gracia" se puede acceder a la misma Luz que permite la comprensin del orden inteligible. Sea como fuere ha# en Drgenes una clara doctrina del hombre como tal. Driginariamente el hombre" junto con los !ngeles" habra sido creado a imagen de :ios &el 'erbo). Por lo mismo participa de la existencia # la di$inidad del Padre # de la filiacin # la racionalidad del 'erbo. sto es posible porque el hombre aparece constituido tricotmicamente por cuerpo" alma # cvjd_. l cvjd_. es el don que :ios hace a cada hombre para guiarlo en el conocimiento" la oracin # la $irtud. l alma tiene dos partes principales" la parte superior es la inteligencia &vo[7 o corazn" es discpula del cvjd_" que es la facultad del alma que acoge la gracia. La parte inferior la carne o el pensamiento de la carne 6Bom 2, 1!A7 puede entenderse en cierto modo como la concupiscencia que empuja al hombre hacia el cuerpo. Paralelamente el alma se halla tironeada por dos seres9 -risto # Satan!s. ; el hombre debe decidir a quien seguir en $irtud de su libre albedro. l libre albedro da lugar a un mo$imiento distinto a otros mo$imientos. Los otros mo$imientos son9 los del ser inanimado que tiene en otro su principio de mo$imiento? los del ser animado que lo tienen en s mismo" #a en el orden meramente $egetati$o" o inclu#endo tambin al sensiti$o? # en un tercer estadio" dentro de los animados" a los que" adem!s de poseer mo$imientos de orden $egetati$o # sensiti$o" fundan tambin sus mo$imientos en la acti$idad racional. ; esta racionalidad es la que da lugar al mo$imiento libre. La libertad del hombre da lugar a un juicio libre. 3o porque el hombre pueda arbitrariamente afirmar o rechazar la $erdad que conoce" sino porque el hombre se sabe responsable de poder realizar dichos actos. ; este libre albedro que le permite al hombre abandonar a :ios" tambin puede dar origen a su retorno al bien. Porque el alma en su actual condicin -encerrado en el cuerpo- sigue pose#endo el libre albedro" sigue estando en condiciones de poder elegir entre el bien o el mal. ; puesto que toda$a conser$a un cierto recuerdo de su situacin originaria" est! en condiciones de reconocerse como alma hecha a imagen # semejanza de :ios" luego" con capacidad de conocerle al conocerse a s misma" # de conocer a :ios cada $ez mejor" a medida que" por una $a asctica # la purificacin de la semejanza que en parte haba perdido. Para lo cual cuenta con el auxilio inestimable de la gracia de -risto. Je aqu un pasaje del 3ontra 3elso, donde se ad$ierte cmo debe luchar contra el toda$a $igente mito del eterno retorno" en la mente de sus ad$ersarios9 A=o no s& realmente que provecho pens sacar 3elso en su escrito contra nosotros al tocar de #asada un dogma que necesitara de larga y probable demostracin que hiciera ver, en cuanto cabe ,que >el ciclo de lo mortal es el mismo desde el principio al fin, y, seg8n los perodos determinados, es for.oso que el mismo haya sucedido siempre, sucede ahora y suceder despu&s=. ,i esto fuera verdad, se acab nuestro libre albedrio. Efectivamente, si seg8n los ciclos determinados, es for.oso que siempre haya sucedido lo mismo, lo mismo sucede ahora y lo mismo habr de suceder despu&s en el periodo de lo mortal, sguese evidentemente que ,crates tendr que ser siempre filsofo, y se le acusar de introducir nuevas divinidades y corromper a la 9uventud 6/3D=D3H" Memorables, (" 4" 4)" y sern *nito y Meleto los que lo acusen y el conse9o del *repago quien lo condene a beber la cicuta. #or modo seme9ante, ser eternamente necesario, seg8n los perodos determinados, que Falaris sea t irano y *le9andro de Feras cometa las mismas atrocidades, y que los condenados al toro de Falaris mu9an siempre dentro del mismo modo. ,i esto se concede, no s& cmo pueda mantenerse nuestro libre albedro y quepan ya ra.onablemente alaban.as ni vituperios "abr que decir contra pare9a hiptesis de 3elso que, si el ciclo de lo mortal es el mismo desde el principio hasta el fin, y seg8n los periodos determinados for.osamente ha sido siempre lo mismo y lo mismo es ahora y lo mismo ser despu&s, for.oso ser tambi&n que Mois&s salga siempre de Egipto con el pueblo de los 9udos, y Kes8s venga (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo a nacer de nuevo al mundo para hacer lo mismo que ya hi.o, no slo una ve., sino infinitas, seg8n los perodos. Es ms, en los perodos determinados, los mismos sern cristianos, y otra ve., despu&s otras infinitas , escribir 3elso su libro contra ellos@ 63ontra 3elso, Libro ('? -. =.3P3:W" 47>). Sus errores n razn de algunas afirmaciones no compatibles con el dogma catlico - diferencias comprensibles en un perodo en que la formulacin del credo catlico toda$a no terminaba de cristalizarse- este autor no puede ser considerado :octor de la (glesia. Jubo tres errores principales que fueron la doctrina teolgica del subordinacionismo" la preexistencia de las almas" # la apocatstasis pnta. Sin embargo" a pesar de estos errores" jam!s existi en l la intencin de enfrentar la posicin de la (glesia" razn por la cual no puede ser considerado formalmente como un hereje. ; si" por el contrario" se tiene particularmente en cuenta toda su labor exegtica en relacin con las scrituras" se podr! entender por qu se lo puede considerar al menos en el rango de escritor cristiano. ntre las doctrinas que tu$ieron buena influencia sobre la patrstica posterior # la primera escol!stica aparecen precisamente estos errores razn por la cual merecen una consideracin especial. n el plano teolgico sustenta una posicin una diferencia cualitati$a entre el Padre # el Jijo en el seno de la Santsima Hrinidad" subordinacionismo9 >,iendo superior $el "P9o% a tantos y tan grandes seres por su substancia, su dignidad, su poder, su divinidad !siendo el logos viviente! y su sabidura, no obstante, no puede parangonarse en nada con el #adre> @:@ . ,unque esta doctrina no fue condenada en $ida de Drgenes" s lo fue despus" cuando la (glesia hubo de enfrentarse con la hereja arriana 147 en el -oncilio de 3(cea &710). :ebe reconocerse" sin embargo" que jam!s el escritor libio ca# en el error de sostener la no di$inidad de la segunda Persona de la Santsima Hrinidad. Pues esta di$inidad $iene exigida por la misma re$elacin cuando se obser$an los milagros que obr 145 " # las predicciones que en Ml se cumplieron 140 . n el orden antropolgico" seguramente bajo el influjo de las lecturas del neoplatonismo" sostu$o la doctrina de la preexistencia de las almas9 >Las naturale.as racionales fueron creadas en un comien.o $...%> @:1 . Lo que no significa que admita su conclusin lgica" la doctrina de la transmigracin de las almas o metempscosis9 >En manera alguna admitimos la transmigracin de las almas ni admitimos su cada incluso a los animales irracionales $...%> 14B . sta interpretacin debe entenderse en el marco teolgico de la doctrina de la doble creacin" una que se apo#a en Fen" 4"16 donde aparece el hombre hecho a imagen # semejanza de :ios9 el hombre hecho -poieth&s" que es slo el alma? # otro" en Fen" 1"B donde aparece el hombre modelado !plasth&is, que es el hombre completo de cuerpo # alma. Puesto que" no siendo :ios de naturaleza material" es impensable suponer que el hombre" que es su imagen" tambin la posea" por tanto se lo ha de entender en trminos de una pura inteligencia o nous" por donde aparece la concepcin del hombre-intelecto" que al tiempo que recuerda al alma platnica" tambin es compatible con el hombre interior de San Pablo. Por tanto" ambos pasajes muestran al hombre bajo dos aspectos distintos" uno como hombre interior -in$isible # di$ino? otro como hombre exterior" $isible # mortal. -omo bien se8ala Drbe" se hecha de $er un gra$e error antropologico en esta doctrina antropolgica que consiste en se8alar que el *nico constituti$o esencial de la naturaleza $1$ . ORJG.N.S, ,ommentari!m in &oannem, 14, 1(1/1(". 147 . El arrianis-o, cuEo no-bre se o-a del %resb9ero /rrio=$6"3$'"A sosu*o >ue el Verbo no iene la -is-a dignidad del /adre %or>ue es un -ero iner-ediario enre (ios E el -undo, E %or ano 3en cuano >ue no es (ios3, creado E no eerno, aun>ue es la creaura -s %erBeca. Ms arde, oro de sus seguidores, .+nomio ( %os.'!7A, sosu*o la no consubsancialidad enre el /adre E el HiLo. Esa o%ini@n se Bundaba en >ue al enender %or (ios la o+s@a o esencia en el senid %la@nico, la cual es innascible e ing<nia, enonces Ea no %uede decirse >ue Criso >ue es engendrado %uede ser esencial-ene igual al /adre. $11 . ORJG.N.S, ,ontra ,els!m, ",'$. $16 . ORJG.N.S, ,ontea ,els!m, 1,(>. $1" . ORJG.N.S, e principiis, ",9,". $1# . ORJG.N.S, ,ontra ,els!m, (, "4. (ebe ad*erir3se >ue esa docrina de la %reeCisencia de las al-as le ser*9a co-o ;i%@esis de rabaLo %ara eC%licar de alguna -anera la rans-isi@n del %ecado original. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo humana sera el alma racional que aparece #a con la primera creacin. -omo lgica consecuencia de esta doctrina desaparecera la di$isoria esencial entre el hombre # los seres puramente espirituales 14G . La justificacin lgica de tal error surge de su necesidad de apelar a la doctrina de la preexistencia de las almas para responder a los ataques de los marcionitas 142 " con tra el :ios creador. Pues de ese modo funda en el libre albedro la desigualdad entre los hombres al nacer" # elude las objeciones a las hiptesis del traducianismo 11> # el creacionismo 114 respecto del origen del alma. Puesto que la (glesia" por entonces toda$a no haba fijado con precisin su doctrina 111 " tales afirmaciones no eran consideradas herticas. n un exceso de optimismo moral Drgenes" inspirado en 4" -or 40" 17-16 117 se anima a sostener una suerte de restauracin absoluta de todo el uni$erso - cob_Y\pYZ[ cpv\_- donde tanto el alma per$ertida como la misma $oluntad demonaca podan finalmente ser regenerados en $irtud de la omnipotencia di$ina9 >Eosotros decimos que vendr tiempo en que el Logos dominar sobre toda naturale.a racional, y transformar todas las almas en su propia perfeccin $...%. 3onsideramos improbable que, en lo que se refiere al alma, haya alguno de los efectos del mal que no pueda ser remediado por )ios por medio del Logos supremo> @@I . ; en relacin expresa a los demonios se8ala9 >,u destruccin $la de los demonios% significa pues, no que de9arn de e+istir, sino que de9arn de ser enemigos, y de ser muerte. Eada es imposible a la omnipotencia divina> 110 . Db$iamente Drgenes ol$ida que las determinacin de las naturalezas angelicales se realiza de una $ez # para siempre" de donde su con$ersin no ser! posible a menos que se $iolente su libre albedro. Sin embargo" debe reconocerse que no faltan textos donde el autor niegue expresamente la sal$acin final del demonio # de los condenados. :e donde slo cabe pensar que Drgenes no tena resuelta la cuestin ni mucho menos. :e donde el pasaje citado con$endra m!s a una expresin de deseo que a una posicin #a rigurosamente tomada. Sea como fuere" es e$idente que fueron las doctrinas de los platnicos los que influ#eron sobre su misma posicin teolgica mucho m!s de lo que l se hubiera atre$ido a admitir. -omo #a se ha $isto" el sostu$o la doctrina de la preexistencia de las almas" posicin que tambin $ena exigida por la doctrina platnica. :ebe obser$arse que" adem!s de estas dificultades de orden doctrinal" tambin las hubo otras de car!cter metodolgico" donde se dej $er la influencia del platonismo. Hal fue" por ejemplo la asuncin del mtodo alegrico para la interpretacin del ,H. .especto a este mtodo -sostiene @uasten- que si bien no es cierto que con su instrumentacin al autor solo procurara la eliminacin del ,H" s lo fue el que ca#era en un claro subjeti$ismo # en no pocos errores doctrinales. -omo consecuencia de todos estos escollos" era natural que sus escritos se prestaran para alimentar la polmica" la cual finalmente se cristaliza en la disputa que lle$a por nombre -ontro$ersias origenistas. stos conflictos doctrinales comenzaron a desatarse en el a8o 7>> # culminaron hacia el 0>>. =ue recin en el -oncilio de -onstatinopla del 057 cuando se anatematiz contra algunas de las doctrinas de Drgenes. Pese a esta *ltima contingencia no ha# duda de que en el balance general" sus frutos fueron apreciables. %aste por ejemplo se8alar que #a en )e principiis aparecen interesantes obser$aciones. Por ejemplo" cuando" en el orden teolgico no deja de insistir en el car!cter esencialmente incomprensible e inescrutable de :ios9 >Cl es con mucho superior a cuanto de Cl pensamos> @@1 " # cuando" en el mismo $1& . /ntonio OR!., &ntrod!ccin a la teolo0a de los si0los && < &&&, 8oma/@alamanca, Are0oriana/@0!eme, 19$$, p. "1'/"1(. $1! La docrina gn@sica -arcionia consis9a en o%oner la Bigura de (ios del AT con la del NT, en %erLuicio del AT. Elabora una docrina de dos creaciones. El (ios bueno del NT ;abr9a creado el -undo celese in*isibleD el (ios -alo del AT, el -undo erresre, sensible e inBerior, con el auCilio del -aligno, la -aeria. $$7 Traducianis-o docrina susenada %or Teruliano conBor-e a la cual el origen del al-a se eC%licaba %or>ue <sa era rans-iida de generaci@n en generaci@n %or los %adres con el cuer%o. Con San Agus9n se *io la %osibilidad de un raducianis-o es%eriual, %or o%osici@n al -aerial >ue susenaba Teruliano. $$1 El creacionis-o susenaba la eor9a de >ue el al-a era creada al -is-o ie-%o >ue el cuer%o. $$$ S@lo ense?aba >ue las al-as eran creadas %or (ios. 117 . Cor 16- $$3$"J A(el -is-o -odo >ue en Adn -ueren odos, as9 a-bi<n odos re*i*irn en Criso co-o %ri-iciasD luego los de Criso en su *enida. Luego, el Bin, cuando enregue a (ios /adre el Reino, des%u<s de ;aber desru9do odo %rinci%ado, do-inaci@n E %osesad. /or>ue debe 4l reinar ;asa >ue %onga a odos sus ene-igos baLo sus %ies. El Pli-o ene-igo en ser desruido ser la -uere@. $$1 . ORJG.N.S, I5idem, 8,#' $$6 . ORJG.N.S, e principiis, 4,5,(. $$" . ORJG.N.S, -e principiis, Are=acio (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo lugar" sostiene la necesidad de afirmar la inmaterialidad del alma9 O,i, con eso, hay algunos que piensen que la inteligencia y el alma misma sea cuerpo, quisiera yo que me respondiesen cmo es que recibe las e+plicaciones y demostraciones sobre materias tan importantes, tan difciles y tan sutiles. ))e dnde la viene la capacidad de la memoria5 ))e dnde le viene la capacidad de percibir y entender las verdades divinas, a todas luces incorpreas5 $...%>. )Podra prescindirse de un escritor cu#as obras se calculan en unos 6.>>> escritos. ; en lo que concierne a la aplicacin del mtodo alegrico" podr! argZirse" que l fue ocasin de una cantidad de errores de interpretacin respecto a las scrituras" pero habr! de reconocerse que sta es indicio de una sagacidad intelectual mucho ma#or que la de quienes slo pretendieron una lectura meramente literal de las mismas. Su actitud hacia la filosofa , diferencia de -lemente de ,lejandra" Drgenes no parece compartir la tesis de que la filosofa griega podra conducir hacia -risto. Slo toma la idea de que sta es una disciplina meramente preparatoria" #" por tanto" ha# en l una marcada preferencia por las Sagradas scrituras. >Bu&gote !escribe en carta a su antiguo discpuo Fregorio- que tomes de la filosofa griega aquellas cosas que puedan ser conocimientos comunes o educacin preparatoria para el cristianismo, y de la geometra y astronoma lo que pueda ser 8til para la e+posicin de la ,agrada Escritura, a fin de que lo que los discpulos de los filsofos dicen de la geometra y m8sica, y gramtica, y retorica y astronoma, a saber, que son siervas de la filosofa, podamos decirlo nosotros de la filosofa misma en relacin con el cristianismo> 11B . l hombre" por la $a de la razn no puede alcanzar a :ios" porque de ser as" no lo hubieran confundido con otro" ni lo hubieran abandonado9 A)iga #latn en hora buena ser cosa de traba9o encontrar al hacedor y padre de todo este universo, al par que da a entender no ser imposible a la naturale.a humana hallar a )ios dignamente, y, si no dignamente, ms por lo menos de lo que alcan.a el vulgo. ,i eso fuera verdad, si )ios hubiera sido en verdad hallado por #latn o alguno de los griegos, no hubieran dado culto, ni hubiera llamado )ios ni adorado a otro que a Cl, o a abandonndolo, ora asociando con Cl cosas que no pueden asociarse con tan gran )ios. Eosotros, empero, afirmamos que la naturale.as humana no es en manera alguna suficiente para buscar a )ios y hallarlo en su puro ser, de no ser ayudada por el mismo que es ob9eto de la b8squeda. Es, empero, hallado por lo. que despu&s de hacer cuanto est en su mano, confiesan que necesitan de su ayuda' y se manifiesta a los que cree ra.onable manifestarse, en la medida que un hombre puede naturalmente conocer a )ios y alcan.arlo un alma humana que mora a8n en el cuerpo@ 63ontra 3elso, ('? -. =.3P3:W" 465). ntre las scrituras # la filosofa Drgenes sostiene una clara preeminencia de aqulla sobre sta. >$El evangelio% tiene un g&nero de demostracin propio, ms divino que el de los griegos, que se funda en la dial&ctica> @@2 . ; si acaso se llegara a la e$idencia de que ambas coinciden por su contenido" siempre tendr!n las scrituras ma#or poder de con$ocatoria en $irtud de la gracia que atrae # dispone a quienes se acercan a ellas. >Esta gracia, que poseen los que hablan efica.mente, les viene de )ios. $...%. *un concediendo que entre los griegos se encuentren las mismas doctrinas que en nuestras escrituras, les faltara, sin embargo, ese poder de atraer y disponer las almas de los hombres a seguirlas> 112 . Sin embargo" es e$idente que fueron las doctrinas de los platnicos los que influ#eron sobre su misma posicin teolgica mucho m!s de lo que l se hubiera atre$ido a admitir. , su $ez" debe agregarse" que su permanencia por uno o dos a8os en -esarea de -apadocia" explicara el influjo que su doctrina tu$o sobre los Padres -apadocios sobre la supremaca de la fe sobre los excesos del racionalismo arriano. Su doctrina trinitaria habra influido tambin sobre Fregorio 3iseno" # la scol!stica. .%adro co#&arati9o de las doctrinas de Ireneo( .le#ente( /r!genes( $ert%liano $$# . ORJG.N.S, ,arta a Are0orio, 14,1. $$& . ORJG.N.S, ,ontra ,els!m, 1,". $$! . ORJG.N.S, ,ontra ,els!m, 5,". (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo (. .elacin razn # fe9 4) (reneo9 :estaca el $alor de la tradicin. Pone en guardia contra los peligros de la filosofa. -ontribu# a que los gnstgicos que se presentaban como cristianos se alejaran de la (glesia. 1) -lemente de ,lejandra9 concede gran importancia a la filosofa # a la especulacin. La filosofa prepara a los griegos para recibir la fe. La filosofa cumple un rol comparable al del ,H. La $erdad est! dispersa en las distintas filosofa. 7) Hertuliano9 fe # razn $an por distintos caminos. La filosofa enga8a. La filosofa toma sus $erdades del ,H corrompindolas. 5) Drgenes9 telogo hace buen uso de la metafsica" cristiano ntegro # dedicado. La heterodoxia es el peor de los pecados. Pero el excesi$o influjo de la filosofa platnica lo lle$an a di$ersos errores dogm!ticos. ((. Heologa trinitaria9 4) (reneo9 contra los gnsticos busca la seguridaed de la Hradicin # renuncia expresamente a la especulacin. l :ios $erdadero es el :ios del ,H" el Padre del Logos" # el -reador del mundo. l Jijo procede del Padre por generacin. ,firma la inmanencia de una Persona en las otras. 'e huellas de la Hrinidad en el ,H. l Jijo # el spritu Santo son como las manos de :ios. La doctrina de la .ecapitulacin da unidad a su teologa. La .edencin es algo m!s que re$elacin. l Logos se hace hombre para deificar al hombre. La .ecapitulacin consiste en que :ios $uel$e a tomar su obra desde el principio en su Jijo ncarnado. -risto es la nue$a cabeza &re-capitula) de la humanidad. 1) -lemente9 l Logos es el creador del uni$erso" re$ela a :ios a los judos" por la Le#? a los griegos" por la filosofa? a todos con su encarnacin. Slo se conoce a :ios por el Logos. l Logos es la razn di$ina" maestro # legislador de la humanidad. -on el Padre # el spritu Santo integra la Ssma. Hrinidad. =unda una nue$a $ida de sal$acin. Msta comienza con la fe" # apunta al conocimiento # la contemplacin. Lle$a a la mortalidad # la deificacin por amor. 7) Hertuliano9 con tribu#a a la formulacin precisa del dogma. ,cu8a la expresin trinidad0 son su#as las expresiones9 -rinitas unius diuinitatis, #ateer, et Filius et ,pritus ,anctus@' Atres unius substanti et unius status et unius potestatis@. ,plica el trmino persona9 el Jijo # el spritu Santo son personas" de la misma substancia que el Padre. n cuanto engendrado el Jijo es inferior al Padre &antecedente del subordinacionismo). Ja# dos naturalezas" sin confusin" en -risto. Aduplicem statum, non confusum sed coniuctum in una persona )eum et hominem, Pesum@. Sus frmulas aparecen en el -oncilio de 3icea. 5) Drgenes9 :ios es espritu puro" libre de toda materia. Hodo lo que existe ha sido cread por Ml. -rea" conser$a # gobierna todo lo que existe. Por sus criaturas se puede conocer a :ios" como por los ra#os se puede conocer algo del sol. Esa la palabra tras. Ja# distincin entre las personas di$inas. l Jijo procede el Padre por una generacin que no es di$isin sino acto espiritual eterno. 3o hubo un tiempo en que el Jijo no exista. l Jijo lo es por naturaleza" no por adopcin. s consubstancial Padre &homousios7, aunque a $eces lo llama segundo :ios" # al spritu Santo com inferior al Jijo. n el Jijo est!n estrechamente unidas la naturaleza humana # di$ina. :ios-hombre &the!nthropos)" por eso a /es*s se le pueden aplicar atributos di$inos o humanos. ,plica los trminos filosficos de physis, hipstasis y ousa en el campo teolgico. (((. Aariologa9 4) Drgenes emplea el trmino 6theotogos~madre de )ios7. ('. clesiologa9 4) -lemente9 ha# una sola (glesia como ha# un solo :ios. 1) Hertuliano9 el Padre nuestro hace pensar en una madre que es la (glesia. Primero la considera como depositaria del patrimonio de la fe" pero tras la influencia del montanismo slo la considera como grupo de perfectos. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 7) Drgenes9 (glesia\ pueblo cristiano" conjunto de todos los santos" Pueblo de los cre#entes" -uerpo Astico" animado por -risto como el cuerpo por el alma. =uera de la (glesia no ha# sal$acin" porque por ella ense8a -risto # por ella -risto derram su sangre. '. ,ntropologa9 4) (reneo9 siguiendo a Platn" el hombre est! formado por cuerpo" alma # espritu. l espritu" a $eces es entendido como spritu de :ios" # siempre como algo necesario que completaba a la naturaleza humana" pero que se recibe # conser$a seg*n la conducta personal. 1) -lemente9 pensaba con los griegos que la materia era eterna" luego ense8o que :ios es el origen de todo lo que existe. l hombre est! constituido por cuerpo-alma # espritu. 7) Hertuliano9 tiene una idea poco clara del mundo espiritual. Hodo lo que existe es un cuerpo" aunque peculiar. Luego" las almas de los hombres tienen una cierta corporeidad # color" proceden del alma de los padres" lo que explica la semejanza entre padres e hijos. 5) Drgenes9 dejando $er la influencia del mito platnico de la ca$erna" Drgenes sostiene que las almas son espritus que en un mundo anterior se apartaron de :ios. =ueron encerrados en cuerpos materiales que" como toda materia" fueron creados posteriormente. La diferencia de las cualidades presentes depende de la gra$edad de las culpas en el mundo anterior. l primer mundo espiritual fue creado por un acto eterno" pues :ios se manifiesta en su bondad # omnipotencia. '(. 'ida despus de la muerte9 4) (reneo9 l alma no es inmortal pero puede recibir la inmortalidad como premio di$ino. Luego de la muerte las almas esperan en el Jades hasta da del juicio. ,l final ha# un periodo de mil a8os donde los justos reinar!n con -risto. 1) Hertuliano9 el alma se purifica con el sufrimiento despus de la muerte" los m!rtires son exceptuados del mismo. stos sufrimientos pueden ser ali$iados con la oracin de los fieles hasta el da del juicio. Ja# una resurreccin de los cuerpos. -risto $ino a sal$ar al hombre entero. l mismo cuerpo que ho# tenemos ser! el que resucitar! en estado de integridad. 7) Drgenes9 elabora su doctrina de la apocatstasis panta 6~restauracin universal, que supone una reconciliacin final de todos los seres con :ios" tanto de los condenados como de los demonios7. :espus de la muerte las almas de los pecadores se purificar!n por el fuego" # las de los justos ir!n al paraso. La pena de purificacin no ser! eterna" # aun los mismos demonios llegar!n a ser perdonados. ,l final" $endr! -risto nue$amente" las almas resucitar!n en cuerpos etreos # todos se sal$ar!n. Pero esta restauracin no ser! completa" lo que obligar! a la creacin de nue$os mundos" # a estos otros" donde en cada caso se repetir! el proceso de purificacin. '((. Los caminos hacia :ios 4) -lemente9 alaba el matrimonio # la $irginidad. -ontra los gnsticos defiende el $alor del matrimonio. l matrimoni supone la mutua compenetracin de los esposos" Su fin es la procreacin de los hijos" para bien de :ios # la patria. n el seno de la familia se hace presente el Se8or. La unin espiritual es tan fuerte que ni la muerte la rompe" por lo que no admite las segundas nupcias. La $irginidad es m!s $aliosa que el matrimonio. -uando se permanece clibe por amor a :ios se alcanzar! la gloria celestial. .econoce que el matrimonio puede ser m!s arduo que el celibato" lo que lo hace m!s meritorio. s posible que esta opinin $enga forzada para responder a los gnsticos que despreciaban el matrimonio. 1) Hertuliano9 scribio un tratado sobre las $rgenes # tres sobre el matrimonio. l matrimonio es lcito" no as las segundas nupcias. (nfluencia del montanismo. s mejor la $iudez o el celibato que el matrimonio" sobre esto insistir! m!s en su (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo perodo montanista. l matrimonio mixto o de cn#uges de distinta fe es desaconsejable. La felicidad se puede alcanzar cuando los dos comulgan en una misma fe. 7) Drgenes9 los caminos del hombre hacia :ios pueden ser mu# di$ersos" pero todos coinciden en lo esencial9 la imitacin de -risto. ,s como ha# apstoles # turba" as tambin ho# ha# f ieles comunes # especialmente escogidos por :ios. Para ir hacia :ios ha# una serie de pasos9 el conocimiento de s mismos" para saber qu debemos saber # qu debemos e$itar. sto lle$a a una lucha contra el pecado # una b*squeda de la mortificacin de la carne. ,laba la $irginidad # la castidad. -risto las impuso como ideal de perfeccin. Para dedicarse a :ios hace falta un cierto desprendimiento de la familia" de las ambiciones personales # del propio patrimonio. l acercamiento a :ios supone9 un abandono del mundo" luego la lucha con el diablo" los sufrimientos interiores del alma. Para lo cual no dejar! de contar con el auxilio di$ino" donde las $isiones ser!n parte de su a#uda. S,3 ,FESH(3" SE :D-H.(3, &705-57>) >3on san *gustn tocamos el punto culminante de la filosofa patrstica y, acaso, de toda la filosofa cristiana. 3ontinuamente se manifiesta en sus escritos el temperamento de su sangre p8nica, la fuer.a de su voluntad romana y, sobre todo, la grande.a de su cora.n al que nada humano le es e+tra/o> @(; . Hanto en $irtud de la inmensa cantidad de sus obras" como por la gran hondura con que realiza el tratamiento de todos sus temas" el pensamiento de ,gustn se constitu#e en una de las fuentes obligadas en las que beben los grandes maestros del pensamiento occidental. Se podra decir de l que es un autor profundamente comprometido con la tradicin de la cual es heredero" #" al mismo tiempo" uno de sus m!s entusiastas reno$adores. Sera difcil encontrar entre los grandes de la filosofa de todos los tiempos otro que est a la par de l en lo que concierne a su prodigiosa labor especulati$a. ; las razones no tardan en aparecen no bien se $a accediendo a sus bien elaboradas p!ginas. l fer$or puesto en la b*squeda de la $erdad? su agudeza para hallar una $a de in$estigacin adecuada a tal menester? su prodigioso sentido crtico para responder a las mas $ariadas posiciones sostenidas por sus ad$ersarios permanentes u ocasionales? su rico espritu creati$o para elaborar con mara$illoso arte literario sus profundas explicaciones doctrinales? la audaz disposicin de sus razonamientos para responder a sus m!s profundos interrogantes? su generosa disposicin para solucionar las dificultades de todos # de cada una de sus consultantes. Pero" por sobre todas las cosas impresiona su profundo sentido de responsabilidad intelectual # moral que hace que se halle en el" no slo a un destacadsimo maestro en las m!s difciles cuestiones de la filosofa # de la teologa" sino tambin a aquel sabio consejero que se hace presente de modo particular en los momentos de ma#or incertidumbre espiritual. 3o ha de sorprender entonces que los in$estigadores de la historia de la filosofa hallen en l uno de los m!s atinados esfuerzos por elaborar una difcil sntesis de las $ertientes filosficas # teolgicas que hasta entonces no hallaban modo de conciliarse. ; esto mismo es lo que hace de l una pieza cla$e para comprender mejor la recepcin" asuncin # transmisin de los mejores logros de la cultura greco-romana # cristiana. sfuerzo que luego fue laboriosamente continuado con gran pasin por una legin de annimos monjes # abnegados maestros que aparecieron al final del perodo patrstico # comienzos del escol!stico. -ierto es" que con /ustino" -lemente de ,lejandra # muchos otros" #a en el albor de la Patrstica sta se hubo definido por una abierta actitud positi$a ante los logros de la especulacin puramente racional brindaada por el pensamiento heleno" pero es recin con el Dbispo de Jipona cuando se pueden dar por consolidados los fundamentos de la realidad tal sntesis especulati$a. Sntesis que" en opinin de Filson" hizo posible el surgimiento de lo que es dable llamar Ofilosofa cristianaO. Por filosofa cristiana Filson entiende a aquel pensamiento que" aunque ha#a sido realizada a la luz de la razn natural" sin embargo" fue positi$amente afectada por el influjo de la re$elacin cristiana 174 . sto se explica por su profundo con$encimiento sobre la necesidad de integrar el dato de 17> . =rancisco LH(W(," Pro:le#-tica filosfica ag%stiniana(=ac. -iencias conmicas" E3-" Aendoza" 42G5" p. 7. 174 l concepto de filosofa cristiana, que ha dado lugar a una de las contro$ersias m!s clebres del presente siglo" ha sido definido por tiNnne Filson" uno de sus defensores" de la siguientr manera9 >Llamo,pues, filosofaa cristiana, a toda filosofa que, aun cuando haga la distinciln formal de los dos rdenes ra.n considere a la revelacin cristiana como un au+iliar indispensable de la ra.n>.H(M33 F(LSD3"El espritu de la filosofa medieval, trad. castell. Madrid, Bialp, :42:, p. I:. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo fe con el de la razn -crede ut intelligam e intellige ut credere # creer para entender # entender para creer. Lo que significa la mutua dependencia entre ambos rdenes de conocimiento. ;a que sin la fe la razn no alcanzar! su m!ximo grado de apro$echamiento" # a su $ez" la fe necesita de la razn porque su desarrollo debe adecuarse al curso natural del conocimiento humano. Pero para entender algo de esto" tan ajeno al superficial espritu de los pensadores de los tiempos actuales" habr! que arrojar alguna mirada no slo a la posibilidad misma de la integracin entre el orden de la razn # el de la fe" sino tambin tratando de acompa8ar al propio ,gustn por los mismos senderos que l transit # tomando debida conciencia de lo mucho que l hizo por que los que luego heredaran su preciado legado doctrinal" hallando apartados los tremendos obst!culos que l supo enfrentar $alerosamente" terminen por arribar a la misma meta que l lleg" pero de un modo mucho menos dram]tico. Pero" nada de esto se entendera en los tiempos que corren si no se atendiera a dos aspectos que arrojaran alguna luz sobre la posibilidad de la elaboracin de una filosofa cristiana" esto es" prestar atencin a las circunstancias que debi enfrentar este autor a lo largo de su $ida en procura de la $erdad" # el modo preciso" en que l mismo entendi de hecho la integracin entre las dos fuentes del saber9 la razn # la fe. San ,gustn" su $ida # obras Para entender medianamente los lineamientos de su aporte filosfico" quiz! con$enga comenzar por hacer alguna referencia a las $icisitudes de su accidentada $ida antes de entrar en el detalle de sus aportes doctrinales. Pues" sin intencin de caer en algunos excesos de orden historicista" quiz!s en pocos autores como en ste" sea tan con$eniente el establecer un paralelo entre sus experiencias personales # sus giros doctrinales. 'alga como ejemplo" la curiosa senda seguida por el santo en pos de la $erdad. La desconoca cuando se ocup de su formacin en la gramatica # la literatura en Aadaura. Se preocup por ella cuando le# el Jortensio de -icern. 3o la reconoci cuando la busc en las Sagradas scrituras. ,pel a los gnsticos maniqueos para hallarla definiti$amente. :esesper de ella cuando descubri la falacia de las ense8anzas de stos maestros. Jasta que finalmente la encontr" precisamente donde antes haba desesperado de hallarla" cuando conoci a ,mbrosio de Ail!n. n el tra#ecto de tan curioso itinerario intelectual tu$o las experiencias m!s notables. 3ace en una humilde ciudad del 3orte de Pfrica" por entonces perteneciente al (mperio .omano" en el a8o 705. , los diecisiete a8os es estudiante en -artago. :e los diecinue$e a los $eintiocho ejerce su magisterio como profesor de .etrica. Paralelamente ingresa en la secta de los maniqueos en la que permanece en condicin de o#ente durante nue$e a8os. , los $eintinue$e a8os abandona la secta maniquea. , los treinta a8os #a est! en Ail!n donde conoce al clebre Dbispo ,mbrosio. , los treinta # un a8os" mam! Anica # el obispo ,mbrosio medientes" comienza su decidido retorno a la fe catlica. , los treinta # dos a8os se con$ierte. , los treinta # tres se bautiza junto a su hijo ,deodato" pero pierde a su madre. , los cuarenta # cinco a8os #a haba publicado una importante cantidad de obras de car!cter filosfico # teol^gico donde preanuncia la grandeza de su genio especulati$o. ,l mismo tiempo" comienza a escribir sus 3onfessiones para mostrar a los dem!s la humildad de sus orgenes" # nadie se sienta menor que l ante el desafio de intentar una $ida conforme a las exigencias del $angelio. , los treinta # un a8os #a haba hecho suficientes mritos para repentinamente # sin ninguna peticin de su parte fuese nombrado sacedote" # mu# poco m!s tarde Dbispo de Jipona. , los setenta # seis a8os muere en Jipona durante el asedio de los $!ndalos asdingos cu#a sede episcopal haba presidido durante m!s de tres dcadas. n el lapso que $a desde su con$ersn a la fe cristiana hasta su muerte haba conocido los estados de $ida m!s di$ersos. =ue filsofo" telogo" polemista" moralista" monje # escritor. l precioso testimo- nio de una $ida consagrada a la b*squeda de la $erdad # de la santidad" dejaron a la humanidad el legado de casi ciento $einte obras" sin contar sus $aliosmas epstolas # sermones. 'eamos esto con m!s detalle. Los testimonios La informacin sobre la $ida # obra del Dbispo de Jipona puede recabarse a la luz del propio testimonio" humilde" integral # sincero" que da acerca de s mismo en muchas de sus obras. ntre ellas las que recuerdan )ialogos de -asisiaco" a saber" )e beata vita @(@ , 3ontra academicos @(( , )e ordine @(I , ,oliloquios, :, :, @!1, 3onfessiones, Betractationes, ,ermones (?? y (?1. , estas fuentes ha# que a8adir el precioso 171 Cfr. De beata vita, 4. 177 Cfr. Contra academicos, 2, 2, 3-6. 175 Cfr. De ordine, 1, 2, 5; 1, 10, 29; 2, 10, 52.. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo testimonio del primer bigrafo de San ,gustn" Posidio" quien escribe sobre la $ida # obra del *fricano en su obra Mita *ugustini 170 " cu#a fecha de redaccin se desconoce. l mismo ,gustn enuncia en las Betractationes una suerte de re$isin crtica de todas sus obras de las que proporciona el argumento" fecha de redaccin" correcciones que con$iene hacer. 3o est!n comprendidas en ella sus cartas # sermones cu#a importancia" para el conocimiento de la doctrilna del santo es indudable. Su $ida puede di$idirse en cuatro partes9 la que $a del nacimiento a la con$ersin" &705-7G7)? de la con$ersin al sacerdocio 7G6-724)? del sacerdocio al episcopado &724-726)? # del episcopado a la muerte &726- 57>). La formacin inicial San ,gustn nace en la pro$incia .omana de 3o$a ,frica" territorio conquistado por /ulio -sar en el a8o 56 a.-. en Hagaste de 3umidia" peque8a ciudad situada en el norte de Pfrica -ho# #ace supultado bajo la actual SouI-,hras en la actual ,rgelia- el 47 de no$iembre del a8o 705 d.de -. Su padre" Patricio" era pagano" de medianos recursos. ,unque" ciertamente" no ejerci sobre el santo la influencia de su madre" s tu$o un notable gesto que su hijo supo apreciar" su generosidad. l supo dar m!s de sus escasos recursos para la educa- cin de su hijo que otros m!s ricos9 ONuis enim non e+tollebat laudibus tunc hominem, #atrem meum, quod ultra uires rei familiaris su impenderet filio, quidquid etiam longe peregrinanti studiorum causa opus esset5 Multorum enim ciuium longe opulentiorum nullum tale negotium pro liberis erat> @(1 . Su madre Anica" de noble car!cter # reconocidas $irtudes" era tambin de una fer$iente fe cristiana" la cual" ciertamente" supo transmitir a su familia. , ella le debe ,gustn su temprana formacin cristiana9 >*udieram enim ego adhuc puer de uita terna promissa nobis per humilitatem domini )ei nostri descendentis ad superbiam nostram et signabat iam signo crucis eius et condiebat eius sale iam inde ab utero matris me, qu multum sperauit in te> @(A . , propsito de sus hermanos" se sabe que tu$os dos hermanos" que parecen no haber participado del mismo ni$el de educacin que tu$o ,gustn de ,gustn 3a$igio # una hermana de nombre desconocido" que lo habr! de seguir despus en la $ida religiosa. ,unque de ascendencia africana" la familia de ,gustn se encon- traba en un contexto social de cu8o mental netamente romano. Seg*n l mismo lo narra en sus -onfessiones" estudi las primeras letras # la gram!tica en Hagaste primero" # Aadaura despus" ciudad sta a la que se hubo trasladado hacia el 760. n Aadaura perefeccion sus estudios de gram!tica # literatura latinas. l "ortensius0 el despertar de una $ocacin filosfica , los diecisiete a8os" en el a8o 7B>" fue en$iado a -artago donde curs estudios de retrica" en razn de lo cual recibi una importante formacin literaria. :urante su estancia en dicha ciudad no pudo permanecer inmune al ambiente malsano de su sociedad" por lo que se entrega a una $ida disipada. :e all surge su unin informal con la mujer de quien tu$iera su hijo ,deodato. Por entonces" contaba #a diecinue$e a8os" toma el primer contacto con la filosofa a tra$s de la lectura del Jortensius de -icern &4>6 a. de /.-.- 57 d. de /.-.). n esta obra -que slo se conoce mu# fragmentariamente- ,gustn" lejos de desalentarse por el manifiesto tono escptico que campea en la obra" se inspira en ella para con$encerse de que el camino a la felicidad exige la b*squeda de la $erdad # que sta es la tarea propia de la filosofa. >,unt qui seducant per philosophiam, magno et blando et honesto nomine colorantes et fucantes errores suos, et prope omnes, qui e+ illis et supra temporibus tales erant, notantur in eo libro et demonstrantur $...%' solo delectabat in illa e+hortatione, quod non illam aut illam sectam, sed ipsam, qucumque essett sapientiam ut diligerem et qurerem et adsequerer et tenerem atque ample+arer fortiter, e+citabat sermone illo> @(2 . %ajo la oscura sombra del maniquesmo Aas la suerte de su andar tras la $erdad" decididamente" no fue del todo prdiga. ntregado con febril entusiasmo a su b*squeda" comenz por el libro donde finalmente la habra de hallar" las ,agradas Escrituras. Pero este encuentro no ocurri sino despus de largo tiempo. Sucedi que" demasiado absorbido por su magnfica preparacin retrica" no tu$o otro elemento de juicio para $alorar el precioso contenido de las 170 La obra" que consta de treinta # un captulos" que comprenden desde su nacimiento a la asun cin episcopal &ocho primeros captulos)" contro$ersias con los herejes &del captulo 2 al 4G)" sus $irtudes &42 al 1B)" # los *ltimos momentos &cuatro captulos restantes). 176 Confessiones, 2, 3, 5!)"ui#n $ab%a entonces &ue no co'mase de a'aban(as a mi )adre, &uien *edo m+s a'', de sus $aberes fami'iares, -astaba con e' $i.o cuanto era neceario )ara un tan 'ar-o via.e )or ra(/n de sus estudios0 1or&ue, muc$os ciudadanos, * muc$o m+s ricos &ue #', no se tomabasn)or sus $i.os seme.ante em)e2o!. 17B Confessiones, 1, 11, 13!4iendo todav5a ni2o, *a o5 $ab'ar de 'a vida eterna, &ue nos est, )rometica )or 'a $umi'dad de nuestro 4e2or Dios, &ue descendi/ $asta nuestra soberbia; * fui si-nado con e' si-no de 'a cru(, * se me di/ a -ustar su sa' desde e' mismo vientre de mi madre &ue es)er/ muc$o en t5!, 17G Confessiones, 3,4, 6!7o $an fa'tado &uienes $an en-a2ado sirvi#ndose de 'a fi'osof5a,co'oreando * encubriendo sus errores con nombre tan -rande, tan du'ce * $onesto. 8as, casi todos 'os &ue en su tiem)o * en #)ocas anteriores $icieron ta' est,n notados * descubiertos en dic$o 'ibro. 9...: s/'o me de'eitaba en a&ue''a e;$ortaci/n e' &ue me e;citaba, encend%a e inf'amaba con su )a'abra a amar, buscar, 'o-rar,retener * abra(ar fuerteemente, no esta o a&ue''a secta, sino 'a 4abidur5a misma, donde&uiera &ue estuviese! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo mismas que el que le proporcionaba un asptico sentido de crtica literaria. :e la cual slo obtu$o la e$idencia de la extrema pobreza de su estilo lingZstico. ; as" $indolas slo de fuera" permaneci ciego a la misteriosa riqueza de su mensaje. ; por haberlas pasado por alto" san ,gustn reinicia del peor modo su camino hacia la $erdad. Hal fracaso inicial se debe a su poco feliz ocurrencia de apelar inmediatamente a los ser$icios de la secta de los maniqueos quienes" al tiempo que proclamaban el nombre de -risto prometan brindarle el perfecto conocimiento de las ense8anzas de las Escrituras prescindiendo de la autoridad de la fe. , ellos confa la solucin al problema del mal -que por entonces lo atormentaba" # cu#a respuesta no pudo hallar en el mensaje cristiano" #a que no hallaba el modo de conciliar la existencia de un :ios absolutamente bueno que crea el uni$erso entero con el hecho irrecusable de la maldad que ha# en el mundo. Los maniqueos salan al cruce de tal delicada cuestin postulando un dualismo teol^gico-metafsico" de base eminentemente materialista" seg*n el cual haban dos principios *ltimos" uno bueno # otro malo" que se manifiestan di$ersamente en el hombre en el alma # en el cuerpo respecti$amente. :e resultas" toda la conducta moral del hombre procede" no de una propia decisin personal" sino del impulso irrefrenable de estas dos fuerzas. Lo que le permite a ,gustn descargar de su conciencia toda responsabilidad respecto de sus dudosas costumbres. ,s ,gustn" abandonando definiti$amente su su fe inicial" a la que #a haba traicionado en el orden del obrar" con su desercin intelectual pasa a integrar resueltamnte las filas de los seguidores de Aanes. >,e dicebant terribili auctoritate separata,mera et simplici ratione eos qui se audire velent intyroducturos ad )eum,et errore omni liberaturos.Nuid enim ma aliud cogebat,annos fere nouem,apreta relligione qu mihi puerulo a parentibus insita erat,homines illos sequi ac diligenter audire, nisi quod nos superstitione terreri,et fidem nobis anter rationem imperari dicerent, se autem nullum premer ad fidem,nisi prius discussa et enodata ueritate5 Nuis non his pollicitationibus illiceretur, prsertim adolescentis animus cupidibus ueri, etiam nonnullorum in schola doctrorum hominum disputationibus superbus et garrrulus0qualme me tunc illi inuerentur,spernentem scilicet quasi aniles fabulas, et ab eis promissum, apertum et sincerum uerum tenere atque aurire cupientem> @(4 . Pero necesit nue$e a8os &7B5-7G7) para con$encerse definiti$amente de la $aciedad doctrinal del maniquesmo" hereja dualista que consideraba el mundo f_sico como un producto de un principio intrnsecamente maligno. ; el saldo que result de este contacto" ciertamente" no fue positi$o. Slo adquiri el gra$oso lastre de un materialismo asfixiante # una cada $ez m!s escptica actitud hacia la $erdad. Jacia el final de ese largo perodo las dudas que calladamente se fueron incubando # de la que espera una e$entual respuesta de los maniqueos se le hicieron insoportables. Hales cuestiones trataban sobre la fuente de la certeza del conocimiento humano" la justificacin de un doble principio cu#as partes eran eternamente irreconciliables entre s" # otras del mismo tenor. Auchas fueron las decepciones cuando iba descubriendo que sus maestros no slo no las solucionaban sino que terminaban pidiendo respuesta de ello al mismo ,gustn. Hal fue el resultado de su encuentro con el obispo =austo. =ueron estas las gotas que colmaron el $aso del desenga8o. Pese a ello" no puede ol$idarse que fueron los maniqueos los que le posibilitaron los contactos necesarios para poder ejercer su profesorado de retrica en -artago # luego $iajar a .oma. En nue$o despertar filosfico Ena $ez ad$ertido de la gra$edad de los errores maniqueos -el materialismo" el dualismo # el pantesmo- f!cilmente apreciables ante la confrontacin con la realidad? de las groseras contradicciones" en las que caan una # otra $ez? # del escaso inters que ad$erta en ellos por corregir sus equi$ocaciones decidi sepultar definiti$amente su inters en ellos. Su decepcin con respectao a las posibilidades de la doctrina mani- quea era completa. Pero" como era de pre$er en una persona que se haba entregado tan generosamente a todo lo que emprenda" es que la cada de esta doctrina arrastr consigo buena parte de su confianza en hallar la $erdad. :e dnde no es de extra8ar" que en esas circunstancias ha#a estado mu# cerca de una completa desmoralizacin" # con ella" la tentacin de adherir al escepticismo neoplatnico. -omo quiera que fuese" no ha# duda de que fueron ellos los que terminaron por reemplazar el puesto que haban dejado $acante los maniqueos9 >*t ubi discussos eos euassi, ma+ime traiecto isto mari, diu gubernacula mea repugnatia omnibus uentis in mediis fluctibus *cademici tenuerunt> @I; . n esas tan lamentables condiciones anmicas" a los 172 De uti'itate credendi, 1, 2!9<os mani&ueos: )rometian, de.ando de 'ado e' odioso testimonio de 'a autoridad, ''evar $asta Dios, 'ibr,ndo'os de todo error, * )or un e.ercicio estrictamente raciona', a cuantos se )usieran sumisos en sus manos. Cuando *o a)enas contaba nueve a2os, de.= 'a re'i-i>n &ue en mi a'ma de ni2o $ab%an de)ositado mis )adres * fui secua( * di'i-ente disc5)u'o su*o, )or&ue en 'u-ar de' terror su)ersticioso * de una fe irraciona' &ue se me im)on%a en a&u#''a, me ofrec5an una fe 'ibre, &ue se-uir5a a 'a discusion * esc'arecimiento de 'a verdad. )? &ui#n no iban a seducir estas )romesas, * sobre todo si se se trata de un es)iritu .oven, ansioso de verdad, a'tanero * c$ar'at,n, a consecuen ciade 'as dis)utas esco'ares con $ombres doctos, como 'o era *o; *o, &ue, cuando 'os encontr#, des)reciaba a&ue''as cosas como cuentos de vie.os, mientras ard5a en deseos de )oseer 'a verdad aut#ntica * c'ara, &ue e''os me )romet5an * de abrevar en e''a mi sed0!. 15> De beata uita, 1,4!Des)u#s de e;amnar'os 9a 'os mani&ueos:, 'os abandon#. @ atravesado este tra*ecto de' mar, f'uctuando en medio de 'as o'as, entre-u# a 'os acad#micos e' tim>n de 'a nave de mi a'ma, en 'uc$a con todos 'os vientos!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo $eintiocho a8os se dirigi a .oma # luego" a los treinta # dos" a Ail!n. Pero en esta oportunidad s elige con mejor suerte su prximo destino" pues all tiene ocasin de escuchar las homilas de su obispo" san ,mbrosio. ; fue a partir de este acontecimiento que comienzan a ceder sus fuertes prejuicios literarios contra las ense8anzas de la doctrina cristiana. ; junto a ello se da la rara circunstancia de que se siente fuertemente atrado por la lectura de algunos textos de cu8o neoplatnico -mu# probablemente" las En&adas de Plotino. >#rcurasti mihi per quedam hominem immaniissimo tyfo turgidum quosdam platonicorum libros e+ grca lingua in latinum versos> @I: . Los cuales no slo le permiten terminar con los *ltimos resabios del materialismo maniqueo sino tambin descubrir r!pidamente la nue$a dimensin de lo inteligible # lo espiritual" comenzando por la de su propia alma9 >Nurens unde iudicarem,cum ita iudicarem, inueneram incommutabilem et ueram ueritatis ternitatem supra mentem meam incommutabilem.*tque ita gradatim a corpribus $...% ad animam,atuq e inde ad eius intreriorem uim, $...% atuqe inde rursusad ratiocinantem potentiam, $...% qu se quoque in me comperiens mutabilem ere+it se ad intelligentiam suam $...%' ut inueniret, quo lumine aspergeretur,cum sine ulla dubitsatine clamaret incommutabile prferendum esse mutabili> @I@ . . l papel que jug el influjo neoplatnico sobre esta etapa de su $ida fue rele$ante no slo para a#udarlo a descalificar intelectualmente el mensaje maniqueo" sino tambin para permitirle a$isorar un nue$o horizonte de comprensin del mundo. Pues no slo reconoce ahora la posibilidad de la existencia de un orden inmaterial" sino tambin entender a la realidad del mal no como algo ontolgicamente positi$o" sino m!s bien como pri$acin" de donde #a no se hace necesario fundarlo en un principio propio. >Et manifestum est mihi, quoniam bona sunt qu corrumpuntur $...%. Ergo qucumque sunt bona sunt, malumque illud, quod qurebam unde esset, non est substantia> @I( . ; tras los platnicos" la luz de la fe. :erribados los obst!culos puestos por el materialismo maniqueo" # allanados los caminos de la comprensin ontolgica" la admisin de buena parte de las $erdades cristianas se $a efectuando con la misma $elocidad con que el fuego se propagara por un reguero de pl$ora. s que" recin ahora ha logrado superar un gra$e obst!culo metodolgico le$antado por los maniqueos" que consisita en creer que el estado de fe deba ser superado por el momento de la razn. ; lo que antes se la presentaba como abiertamente incompatible con las exigencias de la razn" comienza a $islumbrarse como compenetrado de una razonable credibilidad. ; es aqu donde el mentado obispo de Ail!n comienza a pesar cada $ez m!s sobre el inquieto !nimo del maestro de retrica. Fracias a San ,mbrosio pudo comprender" que esos dos estados de la mente pueden # deben coexistir" mientras el hombre est en la condicin de viator. sto significaba que deba confiar en la autoridad de las Escrituras # en la autoridadahaa de la (glesia -atlica" en lo que toca a su correcta interpretacin. -omenzaba as" la con$ersin intelectual al catolicismo. :esde luego" la aceptacin de la fe catlica no ocurrir! sino costa de grandes luchas interiores. Para que ello ocurriera" a la con$ersin intelectual se deba sumar la moral. ,gustn saba que la fe de ,mbrosio -la misma que la de su madre- no admita medias tintas. Lo exiga todo. ; ese nue$o paso era algo que ,gustn toda$a no estaba dispuesto a dar. :e todas maneras -como ocurre con toda alma noble sometida a prueba- la crucial decisin no tarda en efectuarse. Sabe que" si bien el recibir la fe cristiana implica el abandono definiti$o de muchas de sus m!s caras inclinaciones carnales # espirituales" por otra parte" tambin deba reconocer" como lo haba experimentado personalmente" el peligro que stas encerraban. Siempre fue consciente del abismo moral en el que a causa de ellas habia cado" en particular en la etapa de su ju$entud. Por otra parte" intu#e que el poder de seduccin de estas apetencias es tan grande que slo por el auxilio de una fuerza sobrenatural podra e$itar el caer en ellas o a rescatarlo del abismo" si acaso esto #a hubiese acontecido Pero nue$amente la figura de ,mbrosio influir! positi$amente para la solucin de esta segunda con$er- sin" la moral. Aerced a l toma contacto con dos personas cu#as experiencias religiosas lo marcar!n con fuego. stos son Simpliciano # Ponticiano. l primero un anciano sacerdote al que acude por consejo de ,mbrosio" quien le narra la con$ersin del neoplatnico Aario 'ictorino 155 . l segundo le relat el testimonio 154 Confessiones 3, 9, 13!8ediante un $ombre $inc$ado con monstruos5sima soberbia, me )rocuraste a'-unos 'ibros de 'os fi'>sofos )'at/nicos traducidos de' -rie-o a' 'at5n!. 151 Confessiones, 3, 16, 34!Auscando, de d/nde .u(-aba cuando as5 .u(-aba, encontr# sobre mi mente mutab'e 'a inconmutab'e * verdadera eternidad de 'a verdad. @, as5, -radua'mernte fui ascendiendo de' cuer)o a' a'ma; * de a''% a su )otencia interior 9...:, * de a''% vo'v5a a 'a )otencia raciocinan te, 9...: 'a cua', a su ve(, .u(-,ndose a s5 misma mudab'e, se remont> a 'a misma inte'i-encia, 9...: )ara entender de &u# 'u( estaba inundada, cuando sin nin-una duda, c'amaba &ue 'o inconmutab'e deb5a ser )referido a 'o mudab'e!. 157 Confessiones, 3, 12, 16!@ se me $i( evidente, &ue 'as cosas &ue se corrom)en son buenaas. 9...:. <ue-o, cua'es&uiera &ue e''as sean, 'as cosas son burnas. @ e' ma', cu*o ori-en buscaba, no es substancia a'-una!. 155 Confessiones, 6, 5, 10. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo religioso de San ,ntonio de gipto 150 . , lo que se agrega la pro$idencial lectura del clebre pasaje de la Epistola a los Bomanos donde el *postol de los gentiles conmina a los neocon$ersos de .oma a $i$ir de acuerdo a la le# de /esucristo # no a la de los placeres de la carne 156 . -on el asentimiento de hecho al espritu de la recomendacin paulina ,gustn completaba el cuadro de su con$ersin a la fe catlica. >Eec ultra uolui legere nec opus erat.,tatim quippe cum fine huiusce sententi quasi luce securitatis infusa cordi meo omnes dubitationis tenebr diffugerunt> @IA . Mstos hechos acaecen en el $erano del a8o 7G6. se a8o termina como puede su curso escolar de retrica en Ail]n" # luego se retira a -asisiaco -puede ser la actual -asago. n marzo del 7GB retorna a Ail]n para recibir m!s formalmente la catequesis del obispo ,mbrosio. Jasta que" finalmente" precisamente la noche del s!bado santo 15-10 de abril del a8o 7GB" fue bautizado por dicho obispo. ; de aqu en adelante" comienza una de las m!s fecundas $idas consagradas a la contem- placin de la $erdad en la historia de la filosofa cristiana. Han importante es este acontecimiento" en la $ida de ,gustn # en la de la historia de Dccidente" que bien $ale la pena tratar de hallar alguna explicacin al mismo. Sin intencin de agotar tan hondo misterio" # echando mano de algunos conceptos $ertidos precedentemente" pueden arrojarse algunas pistas. Hras las razones de su con$ersin Por cierto" un punto apasionante en toda esta historia es el de tratar de desentra8ar qu fue lo que lo mo$i a su con$ersin. La naturaleza de esta pregunta quiz!s implique un cierto atre$imiento en la in$estiga- cin. :e su#o" esto es materia que debe quedar en el secreto de la propia intimidad del santo. :os razones" sin embargo" pueden hacer comprender la necesidad de efectuarla. Por una parte" la imperiosa necesidad de encontrar en su respuesta una luz para hallar la $erdad de :ios" en un mundo que insiste en ignorarla cada $ez m!s. Por otra parte" porque se apela a la indudable intencin del santo de Jipona quien no hesita en desnudar hasta la humillacin su propia alma con tal de que aun los m!s desesperados hallen una $a segura para alcanzar a :ios. Pero aunque l mismo lo re$elase" )acaso podra su slo testimonio re$elar de una $ez por todas de qu secretos recursos se $ali el ,ltsimo para procurar su con$ersin< 3aturalmente" stos deban ser mu# poderosos para poder mo$er la tenaz obstinacin de quien desde mu# jo$en haba aprendido a negarlo. n la tarea de hallar estas razones acaso puedan distinguirse dos rdenes de explicaciones. Las que obedecen a situaciones pro$enientes de su m!s temprana infancia # que se han establecido lentamente en lo m!s hondo de su noble corazn? # las que" aunque circunstanciales" tienen el mrito cierto de dar ocasin para que se defina positi$amente una madurada con$ersin. La primera lnea de explicacin responde a di$ersas causales. ntre las cuales con seguridad la primera se funda en el ntimo sentimiento del autor de experimentar personalmente la presencia constante de un :ios cu#a misericordia llegaba al extremo de que m!s se empe8aba en buscarlo cuanto m!s l se resista en recibirlo. n este sentido" el santo" fue perfectamente consciente de la misteriosa presencia de la gracia de :ios para poder acceder a la totalidad de sus logros" # esto" desde el principio hasta el fin9 >Nuoniam ipse ut uelimus operatur incipiens, qui uolentibus cooperatur perficiens> @I2 . Supuesta la innegable realidad esta influencia" )por qu no pensar a la di$ina pro$idencia como la cla$e de comprensin no slo de las mociones internas que tan $iolentamente sacudan las delicadas entra8as de un alma tan nobilsima como la de ,gustn" sino la que tambin le supo procurar" en cada momento los medios adecuados para alcanzar la santidad< ),caso no fueron sus padres" sus amigos" sus maestros" quienes -como preciosos instrumentos de una sublime $oluntad- le fueron proporcionando las luces # las fuerzas necesarias para alcanzar lo que por s mismo jam!s se hubiera atre$ido ni siquiera a intentar< ntre esos pri$ilegiados instrumentos pueden descubrirse el sello indeleble de dos o tres personas cla$es para su con$ersin. -omo lo pueden ser9 su madre" Anica" su amigo ,lipio # su maestro ,mbrosio. La presencia de mam! Anica en los momentos cla$es de su formacin # con$ersin son claramente expuestos en las 3onfessiones. Lo que se manifiesta porque #a de ni8o conoca las $erdades centrales de la fe catlica9 >*udieram enim ego adhuc puer de uita terna promissa nobis per humilitatem domini )ei nostri descendentis ad superbiam nostram et signabat iam signo crucis eius et condiebat eius sale iam inde ab utero 150 Cfr. Confessiones, 6, 3, 16. 156 Cfr. Confessiones, 6, 6, 12; Bomanos, 13, 13-14. 15B Confessiones, 6, 12, 29!7o &uise 'eer m,s, ni era necesario tam)oco, )ues, a' )unto &ue di fin a 'a 'ectura de 'a sentencia, como si una 'u( de se-uridad se $ubiera infi'tra do en mi cora(/n, se disi)aron todas 'as tinieb'as de mis dudas!. 15G De -ratia et 'ibero arrbitrio, 13,33!1or&ue en verdad comein(a C' a obrar )ara &ue nosotros &ueramos, *cuando *a &ueremos, con nosotros coo)era )ara )erfeccionar 'a obra!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo matri. me, qu multum sperauit in te> @I4 . Hambin supo de la perse$erancia de su oracin # sus copiosas l!grimas. >#reces et lacrimas densiores, ut accelerares adiutorium tuum et illuminares tenebras meas> @?; . A!s tarde reconocer! que ellas lo sal$aron de caer en el error9 >$...% quotidianis matris me lacrymis ne perirem> 104 . Las mismas que lle$aron a un obispo a inmortalizarlas record!ndolas con una frase clebre9 >Fade a me' ita uiuasD fieri non potest, ut filius istarum lacrimarum pereat> 101 . =ue su madre la primer persona a la que ,gustn confi el secreto de su con$ersin9 >Pnde ad matrem ingredimus, indicamus, gaudet. Earramus quemadmodum gestum sit0 e+sultat et triumphat et benedicebat tibi> 107 . =ue ella" finalmente" la que comparti la experiencia mstica m!s profunda del santo" el xtasis de Dstia. K@u duda ha# de que el doctor de hipona tu$o el raro pri$ilegio de haber sido educado por una madre de la talla espiritual de santa Anica. La cual" no conforme con haberle inculcado los m!s slidos principios cristianos" despus se empe8 a fondo para que su remiso $!stago los pusiera en pr!cti ca. -laro que" para que esto finalmente ocurriera" su paciente madre debi apelar a todos sus recursos humanos. ran estos" la fuerza de su ejemplo admirable" el amor herico que anidaba en su corazn" el oportuno consejo de sus labios" #" cuando todo esto a*n no alcanzaba" la oracin inclaudicable" con el rostro no pocas $eces ba8ado en l!grimas. ;" final- mente" otra causa probable de no menor importancia" reside en el hecho de que naturalmente haba en ,gustn una en$ergadura moral" # un anhelo tal de :ios" que no podan apagarse aun en las circunstancias m!s ad$ersas. n lo que concierne a las razones circunstanciales stas tienen que $er con tres hechos cu#a ma#or significacin intelectual las torna m!s comprensible desde el punto de $ista filosfico. Su com*n denominador estriba en que le permiten descubrir en el dato re$elado la solucin definiti$a a cuestiones que desde haca largo tiempo preocupaban seriamente al futuro doctor de la (glesia. stos hechos eran9 el feliz encuentro con el obispo ,mbrosio de Ail!n? la lectura de algunos textos de cu8o neoplatnico" #" finalmente" una m!s madura lectura de las Sagradas scrituras. n cuanto al primero" probablemente" fascinado ,gustn primero por el brillo de las alocuciones de ,mbrosio" no pudo e$itar despus el estar mucho mejor dispuesto que otrora a estimar el $alor de su contenido doctrinal. :e ,mbrosio San ,gustin descubri dos cosas mu# importantes9 la posibilidad de una interpretacin no literal de las Escrituras' # la con$iccin de la espiritualidad del alma # de :ios. , la luz de lo que el propio ,gustn relata en sus 3onfessiones, puede saberse sobre qu materia trataban los sermones del Dbispo de Ail!n. Eno de sus discursos estaba ordenado a la exgesis del $ersculo del Fenesis que reza9>Faciamus hominem ad imaginem et similitudinem nostram> @?I . Seg*n ,mbrosio esto no debe entenderse en el sentido de adjudicar a :ios alguna suerte de corporeidad" como sostenan los mani queos" sino que el hombre es semejante de :ios por su espiritualidad. Dtra de sus alocuciones $ersaba sobre el mal. l cual no consista en otra cosa que en el uso depra$ado de la libertad. , ello cabe agregar la ma#or precisin conceptual que le facilita la lectura de textos neoplatnicos" mu# probablemente las nadas de Plotino" donde descubre la dimensin espiritual de la naturaleza di$ina # del alma. ;" por cierto" ocupando un lugar pri$ilegiado en la escala de $alores del santo" tambin tu$o suma importancia la lectura serena de los textos sagrados cu#o efecto no slo se operar! en el campo intelectual sino en el todo de su persona. ,qu cobra singular importancia el conocimiento de la con$ersn de dos pensadores neoplatnicos" 'ictorino # ,ntonio" cu#a cla$e de interpretacin personal halla en las -arta de San Pablo a los .omanos. Precisamente" es a tra$s de la lectura de los textos de san Pablo toma conciencia" como #a se ha adelantado precedentemente" de la e$idencia de que ha# ciertas irregularidades morales de las cuales el hombre no puede desprenderse por sus solas fuerzas sino contando con el auxilio de la gracia di$ina. , partir de aqu" las doctrinas de la naturaleza espiritual del alma # de la necesidad de la gracia ser!n dos de los m!s importantes n*cleos tem!ticos de su doctrina. 3o es de sorprender que semejante derrotero $ital tenga su paralelo en el orden de la produccin de sus obras. :e su retiro en -asisaco" donde se decide su con$ersin" #a ad$ierte la utilidad que la doctrina neoplatnica puede prestar a la causa del cristianismo. :e tal suerte que" a fines del 7G6" aparecen sus obras" 152 Confessines, 1,11,13 !4iendo todav5a ni2o, *a oi $ab'ar de 'a vida eterna, &ue nos est, )rometida )or 'a $umi'dad de nuestro 4e2or Dios, &ue descendi/ $asta nuestra soberbia; * fui si-nado con e' si-no de'a cru(,* se me di/ a -ustar su sa' desde e' mismo vientre de mi madre, &ue es)er/ muc$o siem)re en t5!. 10> Confessiones, 6, 1, 1. !Bedob'aba sus oraciones * ',-rimas )ara &ue ace'erases tu au;i'io * esc'arecieras mis tinieb'as!. 104 )e dono perseueranti, @;,?(0 >$...% lo que evit mi perdicin fueron las fieles y cotidianas lgrimas de mi madre>. 101 Confessiones, 3, 12, 21 !(Dete en )a(, mu.erE 1ues, en im)osib'e &ue se )ierda e' $i.o de ta'es ',-rimas!. 107 Confessiones, 6, 12, 30 !Des)u#s entramos a ver a 'a madre, indic,ndose'o * ''en/se de -o(o(, 'e contamos e' modo c/mo $ab5a sucedido, * sa'taba de a'e-r5a * cantaba victoria, )or 'o cua' te bendec5a a F5! 105 . Fenesis" (" 169 >"agamos al hombre a nuestra imagen y seme9an.a>. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 3ontra academicos, donde rebate el escepticismo? )e beata vita" en la que $ierte en cla$e cristiana la doctrina platnica de la felicidad? # el )e ordine" consagrado al estudio del mal. :e retorno a Ail!n redacta ,oliloquios, que es un monlogo sobre el conocimiento" la $erdad" la sabidura # la inmortalidad? # el )e inmortalitate anim. Hambin escribi un tratadosobre las artes liberales )isciplinarum libri del que complet )e grammatica &perdido) # )e musica. , estas obras se suman dos dirigidas contra los maniqueos" una comparacin de la doctrina catSlica # la manique )e Moribus Ecclesi catholic et de moribus manichorum, # una anterpretacin alegrica del Jenesis" )e Jenesi contra manchos. ; una de l testimonio posterior , partir de su bautismo en el 7GB" cuando contaba alrededor de treinta # tres a8os" escribe en .oma )e quantitate anim' #" en respuesta a los maniqueos" )e moribus ecclesi, )e moribus manichaeorum, y )e libero arbitrio. n esta *ltima obra se tratan los problemas de la libertad # el origen del mal. -orra el a8o 7GG cuando regresa a su ciudad natal" donde organiza una comunidad mon!stica. es el tiempo de la elaboracin de )e Jenesi contra manichos, )e magistro, donde aparece la doctrina del maestro interior? # )e vera religione, en que se pronuncia acerca de las relaciones entre la fe # la razn. Su ordenacin sacerdotal" acaecida en Jipona en el a8o 724" obedece a una circunstancia mu# curiosa. ,l entrar un da del a8o 724 a la catedral de Jipona" 'alerio" el obispo del lugar confi al pueblo su necesidad de contar con un sacerdote auxiliar. , lo que el pueblo respondi gritando el nombre de ,gustn. 3o tarda ste en ser empujado por la muchedumbre hacia el presbiterio" a lo que se opona ,gustn desesperadamente recurriendo a las l!grimas # las s*plicas. Hal rara e$entualidad decide su inmediata ordenacin. -ontaba por entonces treinta # seis a8os. n el 726 ,gustn accede al obispado de Jipona desde cu#a posicin redobla lsus esfuerzos por consolidar la presencia de la (glesia -atlica en aquella regin del norte de ,frica defendiendo su unidad # ortodoxia frente a los incesantes ataques de sus muchos ad$ersarios. Por ello trabaja incesantemente en fa$or de la (glesia que representa en cada uno de los ni$eles a que tiene acceso9 en la iglesia local de Jipona" predicando -a $eces hasta dos $eces por da-" dando audiencias la ma#or parte del tiempo" cuidando de los pobres" de a formacin del clero" de la organiacin de los monasterios -de hombres # mujeres-" la administracin de los bienes de la iglesia" # la asistencia a los enfermos? en el ni$el continental" participando de los concilios anuales que la iglesia africana programaba para el tratamiento de las cuestiones m!s urgentes? # en la iglesia uni$ersal" inter$iniendo en disputas de car!cter dogm!tico" escribiendo cartas para responder a quienes le requeran su opinin sobre las cuestiones m!s delicadas? # cuando" la gra$edad del problema lo requira redactando libros o inter$iniendo personalmente en contro$ersias de mu# di$ersa naturaleza. :e aqu surgen importantes obras de car!cter eminentemente teolgico" # la refutacin de cuatro importantes herejas de la poca9 el maniquesmo" el donatismo" el pelagianismo # el arrianismo. n Jipona" al tiempo que funda monasterios" tambin contin*a su permanente lucha contra los maniqueos. ,parecen a la luz obras entre las cuales algunas se ordenan ntegramente a la consideracn de temas teolgicos" sin dejar por ello de dedicar otras a temas estrictamente filosficos. ,s" hacia el 724-721" surgen una cantidad de obras que en buea medida tratan de dar respuesta error maniqueo. la obra )e utilitate credendi 6(4:!(4@7, ordenada a la b*squeda de razones para creer? )e duabus animalibus , )isputatio contra Fortunatum, )e fide et symbolos, y )e Jenesi ad litteram. :e la misma poca es su lucha contra los donatistas 100 " cu#a doctrina termina por recibir la condena del propio gobierno imperial. Sin duda" sobre tal determinacin poltica contribu# la incesante prdica antodonatista del Dbispo de Jipona. Lo cual en modo alguno era arbitrario" pues el santo era perfectamente consciente de cmo los representantes de esta doctrina apelaban al rigorismo de la (glesia en ,frica para atacar la uni$ersalidad de la (glesia de .oma. :e esta suerte aparecen9 #salmus contra partem donati 6(4(!(417' E+positiones 6(4(!(417, donde comenta las epstolas de Pablo a los romanos # a los g!latas? # en la misma poca 3ontra *dimantum manichorum, y )e diversis qustionibus ad Simplicianum.. Jacia el 726 recrudecen sus ataque contra los maniqueos. Lo que obliga a ,gustn a producir una cantidad de obras destinadas a responder a su nefasta predica. .ebate" los argumentos que aparecen en el prlogo de la 3arta del Fundamento, 3ontra Epistulam quam vocant Fundamenti 6(41!(4A7' respecto de la creacin # el origen del mal" 3ontra Felicem manichum 6I;I7' sobre la bondad intrnseca a la naturaleza de las cosas )e natura boni 6I;?7' sobre la armona que se puede hallar entre los dos testamentos de las 100 . l nombre de donatistas se toma de :onato de las -asas 3egras" un cism!tico del siglo ('. @uienes no solamente afirmaron que slo en su partido estaba la $erdadera iglesia" de lo que concluan con la descalificacin de la (glesia de .oma" a la que desconocan la legitimidad de su poder de bautiso.modo particular en el 3orte de ,frica en la ciudad de -artago. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Escrituras" 3ontra Faustum manichum 6I;;7, sobre la inmutabilidad de :ios" la creacin del mal # la creacin de la nada 3ontra ,ecundinum manichum.&5>0-5>6). Simult!neamente sigue combatiendo el error de los donatistas. Pone en e$idencia el error histrico # teolgico que arrastran los donatistas en 3ontra epistulam #armeniani 6I;;7, 3ontra litteras #etiliani 6I;:7, 3ontra 3resconium grammaticum &5>6)? sobre la $alidez del bautismo administrado por los herejes" )e baptismo contra donatistas &5>>)? sobre la unidad de la (glesia Epistula ad 3atholicos de secta donatistorum 6~ )e unitate ecclesi7 6I;@7. Hineen una participacin descollante en una conferencia celebrada entre catlicos # donatistas" Greviculus collationis cum donatistis 6I::7' sobre la historia de la hereja donatista # la bene$olente actitud de la (glesia -atlica en relacin con los donatistas que quieran $ol$er a ella" )e correptione donatistorum.&54B). Jacia el 5>>" #a publica sus 3onfessiones, en las que" al tiempo que analiza su $ida pasada # expone las $erdades de su fe" en lo que demuestra una increible profundizacin espiritual. , las 3onfessiones a la que le siguen progresi$amente" )e doctrina christiana 6(41!(4A7, )e diversis qustionibus ad ,implicianum 6(41!(4A7, y 3ontra Faustum manichum &5>>). Luego $endr!n" ese monumento a la teologa catlica que es el )e -rinitate 6I;;!I:17, y el )e Jenesi ad litteram 6I;:!I:?7. Jacia el 544" una $ez que hubo dado acabada respuesta al Nrror donatista" inicia sus ataques contra la hereja pelagiana. ,taques que fueron mu# moderados al principio" pero m!s ardoroso despus. n la primera etapa" de respetuoso tratamiento ,gustn escribe una importante cantidad de obras. n )e peccatorum meritis et remissione et ad baptismo parvulorum 6I:@7, donde" al tiempo que responde a las objeciones pelagianas expone su doctrina teolgica sobre la redencin # el bautismo" el pecado original # la gracia." )e baptismo parvulorum et Marcellinum, )e spiritu et littera 6I:@7, donde explica las relaciones entre la ,ntigua Le# &\ la letra) # la gracia &\ el espritu). )e fide et operibus 6I:(7, )e natura et gratia contra #elagium 6I:?7, donde para dar sentido a la obra de -risto" se debe reconocer la necesidad de defender no slo la naturaleza sino tambin la gracia sobrenatural que la perfecciona? )e perfectione iustitia hominis 6I:?7, donde" en oposicin a la doctrina de -elestio de la impecancia original" sostiene el concepto de que ha# en el hombre" incluso en los mas santos" una justicia imperfecta. )e gestiis #elagii 6I:A7" una obra que fue escrita inmediatamente despues de una absolucin papal sobre la doctrina de Pelagio" donde sostiene que si Pelagio fue absuelto no ocurri lo mismo con el pelagianismo. n )e gratia 3hristi et peccato originale 6I:27, pone en e$idencia la manifiesta ambigZedad con que los pelagianos hablan de la gracia # el pecado original. n )e anima et eius origine &542) ,gustn expone su oscilante doctrina sobre el origen del alma. Aientras" tanto su produccin m!s sistem!tica sigue su curso" # es as como hacia el 547 da comienzo a la magna obra )e ciuitate )ei, que sera terminada recin en el 516. :a trmino hacia el 546 otra obra mu# importante" )e -rinitate. n la etapa del franco enfrentamiento contra los representantes de la doctrina pelagiana" ,gustn" ataca sin dar cuartel las argumentaciones de los pelagianos" que" a esa altura de los aconteci mientos" #a haban sido condenadas en la tractoria del Papa Wsimo" en 3ontra duas epistulas pelagianorum &51>)# el )e nuptiis et concupiscentia 6I:4!I@;7, 3ontra Pulianum &514) # Hpus imperfectum contra Pulianum, cu#a redaccin .fue interrumpida por su deceso. ntremezclada con la contro$ersia con los pelagianos" aparece su disputa con los monjes de ,drumeto" en el ,frica" # de Aarsella" en las Falias donde se plantean las relaciones entre la libertad # la gracia # la predestinacin. , los monjes de ,drumeto les dirige la obra )e gratia et libero arbitrio I@1! I@A7" donde" apo#ado en la Escritura, ad$ierte la necesidad de afirmar tanto la existencia de la libertad como de la gracia? # en el )e correptione et gratia, de la misma fecha que la anterior" en la que trata la predestinacin # eficacia de la gracia" que obra de distinto modo antes # despus de la cada de ,d!n. , los monjes de Aarsella en$a el )e prdestinatione sanctorum 6I@2!I@47# )e dono perseveranti 6I@2!I@47" donde se8ala que tanto el comienzo de la fe como la perse$erancia final son dones de :ios. -omo es de suponer" las manifestaciones m!s excelsas de ,gustn no parecen hallarse entre sus obras polmicas" sino precisamente" en aquellas que se orientan m!s bien a la indagacin o afirmacin de algunas cuestiones menos urticantes. Hal es el caso de las obras de car!cter filosfico-teolgico" mencionadas precedentemente. ntre las que aparecen un manual de dogm!tica" Enchiridium ad Laurentium, # los tratados sobre la $isin de :ios" )e videndo )eo 6~Epistula :IA7, # sobre la presencia de :ios" )e prsentia )ei 6~ Epistula :2A7' a las que se suman cuatro obras sumamente importantes" 3onfessiones, )e -rinitate, )e civitate )ei # )e Jenesi ad litteram. n las 3onfessiones" donde aparece un mu# agudo estudio de car!cter autobiogr!fico" aparecen temas de inters filosfico" como el mal" la creacin" el tiempo" la gracia" el camino hacia :ios. n el )e -rinitate, pone las bases de la doctrina catlica de la Santsima Hrinidad" la teora de las relaciones entre las personas di$inas" el concepto de hombre como imago )ei, la doctrina del spritu Santo (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo como amor # comunin del Padre # el Jijo. l )e civitate )ei establece un paralelo entre la ciudad terrena -habitads por el quien slo se ama a s mismo" # la di$ina" constituida por quien ama principalmente a :ios" muestra sus di$ersos orgenes" itinerarios" # destinos finales. n )e Jenesi ad litteram" ordenado a la exgesis de los tres primeros libros del Jenesis, aparecen importantes afirmaciones de car!cter antropolgico" # las teoras de la creacin simult!nea # de las razones seminales. 3o se debe ol$idar que buena parte de su produccin se encierra en $oluminosos cartularios que reflejan la inmensa labor epistolar lle$ada a lo largo de toda su $ida. :e tenerse en cuenta la edicin maurina donde se mancionan 1B> cartas -inclu#endo una 01 dirigidas a l-" m!s otras 70 que se publicaron posteriormente" se superaran el n`mero de trescientas. :e modo semejante deben considerarse sus homiliarios. stos documentos" donde se tratan temas de las m!s di$ersa naturaleza" donde se arroja considerable luz sobre aspectos cla$es de su doctrina filosfica" est!n en elorden de los quinientos setenta" aunque se calcula que teniendo en cuenta los comentarios a San /uan &415 sobre su e$angelio" 4> sobre su primera carta)" sobre los salmos" sus homilas de cuarenta a8os" la cifra puede ascender f!cilmente a los tres o cuatro mil discursos. :e la *ltima poca son tambin sus Betractationes &516-51B)" donde sienta doctrina definiti$a sobre algunas cuestiones en que tu$o dudas o errores manifiestos. sta obra importa tambin porque informa de la e$olucin de su pensamiento en torno a algunas cuestiones importantes. =inalmente muere durante el asedio que los $!ndalos asdingos realizaban sobre la ciudad de Jipona. -orra el a8o 57> d.-. Pero" no se $a de este mundo sin haber alcanzado el un!nime reconocimiento de la (glesia que tanto am. 'alga como testimonio de ello la alabanza de uno de los grandes maestros de su tiempo" el obispo San /ernimo" quien lleg a ser el consejero del Papa :amaso. :ebe recordarse que no era precisamente sta una persona de la cual ,gustn pudiese esperar alg*n elogio" #a que durante mucho tiempo" guard con el una borrascosa relacin" producto de diferencias de interpretacin # traduccin de algunos pasajes bblicos. ,s" en la carta 4>7 escrita en el 5>7 el obispo de %eln le recrimina al de Jipona9 >#rouocas senem, tacentem stimulas, uideris iactare doctrinam> @?1 . Pues" bien" este hombre que no apela a la simulacin" a la hora de los descuerdos" tampoco retacea su alabanza" en la de los acuerdos. J aqu el noble reconocimiento de un grande a otro grande9 >Pn orbe celebraris, 3atholici te conditorem antiqu rursum fidei venerantur atque suspiciunt, et quod signum maiore glori est, omnes hretici detestantur> @?A . La &royeccin ag%stiniana Ena $ez ad$ertida la enorme riqueza de su obra" tanto en cantidad como en profundidad" cabe pensar sobre las consecuencias que tan precioso legado dej sobre su posteridad" inclu#endo en ella este presente que se abre al actual milenio. :e alguna manera" l se constitu#e en uno de los nudos del pensamiento occidental en cuanto implica la asuncin de la cultura de su tiempo que supona la con$ergencia de la filosofa greco" con el nue$o aporte de la cultura romana # la re$elacin cristiana. Supo apro$echar con ello la enorme riqueza que tales corrientes traan para atre$erse a darles una nue$a forma" a la luz de lo mejor que cada una de estas corrientes traan consigo. Lo cual ciertamente" no hubo de ser una tarea f!cil" pues era menester conciliar elementos de difcil integracin9 el alma # :ios? la razn # la fe" el tiempo # la eternidad" el orden increado # el creado" el orden natural # el sobrenatural" la justicia # la caridad" la autodeterminacin con el pecado # la gracia" la autonom_a # la heteronoma" la necesidad # la libertad" la inmanencia # la trascendencia" la exteriori- dad # la interioridad. n todos los casos" puede $erse claramente de qu manera San ,gustn" al tiempo que se esfuerza por mostrar la unidad de ambos trminos de dichas relaciones" no deja de se8alar la e$idente superior del seg`ndo trmino de cada una de ellas. Se comprende entonces" como conscientes de ese noble empe8o" los estudiosos de todos los tiempos" no tu$ieron m]s remedios que tenerlo como obligado punto de referencia" en cuanto #adre 3om8n" para la realizacin de sus propias in$estigaciones. -on el tiempo" nace entre los pensadores cristianos el empe8o de tratar de apro$echar de alguna manera la aguda respuesta del santo ante tal $astedad de cuestiones. ,l principio se trataron de elaborar los registros de sus principales sentencias. l primero de ellos" elaborado por un tal Hiro Prspero &H 567)" que brindaba acertados principios para resol$er dificultades de orden relligioso. Los medie$ales conocieron el -hesaurus e+ operibius ,. *ugustini" escrita en el siglo '( por ugipio" abad de Luculano. =ueron stos los primeros signos de un poderoso mo$imiento intelectual llamado genricamente agustinismo, cu#o inicio nace puede situarse en el *ltimo tramo del perodo patrstico # luego durante el perodo escol]stico. ,s surgen maestros de occidente unidos por el com*n propsito de continuar la obra del Padre de la (glesia. San Prspero de ,quitania" inter$ino en la defensa de 106 E)istu'a ad ?u-ustinum, Gieron*mus, 32, 3, 5!Desaf5as a un anciano, )rovocas a' &ue ca''a, )areces .acterte de tu saber!. 10B E)istu'a ad ?u-ustinum, Gieron*mus, 195!Eres ce'ebrado en todo e' mundo. <os cat/'icos te veneran * contem)'an como a un nuevo fundador de 'a fe, *, 'o &ue es si-no de 'a ma*or -'oria, todos 'os $ere.es te detestan!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ,gustin contra las malintxerpretaciones sobre la relacin predestinacin # gracia de los monjes marselleses. San =ulgencio de .uspe -llamado el *ugustinus abbreviatus!, quien apela a su doctrina tranitaria # cristolgica. -es!reo de ,rls quien impone su doctrina en el (( -oncilio de Drange &012). San Len Aagno apro$echa su aporte teolgico. Lo propio ocurre con %oecio &5G>-015a10)" San Fregorio Aagno" San %eda &6B1-B70)" ,lcuino" -asiodoro" .abano Aauro &BG5-G06) # =loro de L#on. n cuanto a la eleccin los temas de la doctrina agustina que se profundizaron" no dej de ser influda por una sana seleccin de sus mejores proposiciones. Lo cual implica reconocer que no todo en la obra doctrinal del santo goz de la misma fama. ; si bien no faltaron discpulos que insistiesen sobre las m!s dbiles" debe se8alarse que las lque primaron entre los agustinianos fueron las que buscaban la unidad # el equilibrio entre las partes. ntre las tesis menos felicees aparecen la de la existencia de una cierta materia espiritual" la identidad entre el alma # sus facultades" la doctrina de la iluminacin" una cierta tendencia a no distinguir formalmente el campo de la filosofa respecto de la teologa" lo mismo sucede entre el orden natural # el la gracia" # a subordinar el poder temporal al espiritual. Por suerte" para el buen desarrollo de la historia de la filosof_a # de la teologa" aunque propias de ,gustn" no fueron stas las doctrinas que m!s pesaron sobre sus seguidores. l P. -air insiste m!s sobre el lugar que se le da a :ios" la doctrina de las ideas ejemplares" el mtodo doctrinal # el moralismo. -on su acostumbrada prolijidad expositi$a el P. -ap!naga aclar! m!s sobre cuales fueron las ideas que particularmente constitu#en el n*cleo de la doctrina agustiniana" # que conforman la base doctrinal de lo que m!s tarde se di en llamar bajo rel nombre de agustinismo. Seg*n este estudioso de ,gustn que es el P. -ap!naga" entre las tesis m!s destacables del mo$imiento agustinista pueden se8alarse las siguientes9 la doctrina de las (deas di$inas? la jerarqua de los seres? la indestructible relacin entre :ios # sus criaturas" en particular" con el hombre? el curso de la historia con la armnica participacin de :ios # el hombre? la ordenacin de todas las criaturas hacia :ios? la primaca de la razn sobre las restantes potencias psquicas # las costumbres el hombre? #" consecuentemente" la primaca de la $ida contemplati$a sobre la acti$a? las $irtudes # limitaciones del libre albedro? la figura de -risto" como modelo perfecto de $erdad # belleza? la $a hacia :ios por la interioridad? la fe que busca comprender lo que cree? la $isin fruiti$a de :ios" como *ltimo trmino de la $ida humana? el error como muerte del alma? la filosofa como amor a :ios? la $irtud entendida a la luz del ordo amoris 10G . 4. (nfluencia sobre los autores medie$ales9s f!cil comprender la decisi$a influencia de ,gustn sobre todos los autores medie$ales en razn del enorme prestigio que tu$o el Dbispo de Jipona en el campo de la teologa # de la mstica. n los inicios de la scol]stica surgen las figuras de sus seguidores. Las ordenes de San =rancisco # del -ister" lo contaban como obligado punto de referencia. Los franciscanos" porque en doctri- na del ejemplarismo di$ino hallaron un $igoroso estmulo para reno$ar la $ida asctica # contemplati$a. San %uena$entura" es una acabada muestra de la presencia de ,gustn en el espritu de la orden franciscana. Los cistercienses" porque despertaba en ellos. San %ernardo de -laire$aux &4>24-4477)" sigue a ,gust8n cuando trata de aclarar su posicin respecto a la relacin entre la gracia # el libre albedro" cuando expone sobre el amor de :ios" el ascetismo" el ascenso m_stico. Fuillermo de S. Hhierr# &4>G0-445G)" entre muchos otros aspecto destaca el deseo del cielo. n el plano antropolgico pesa de modo particular la obra )e ciuitate )ei" de donde los pensadores extraan el concepto de hombre como peregrinante hacia la patria $erdadera. Jugo de San 'ctor &4>56-4424)" -llamado el alter *gustinus # lingua *gustini- adopta el criterio de ,gustn para establecer la relaci^n entre la razn # la fe. .icardo de San 'ctor &H 44B7) sigue su doctrina trinitaria" su concepto de m_stica # su clasificacin de la $ida contemplati$a. San ,nselmo de ,osta &4>70-44>2)" que" pese a su marcado inters por la razn" adopta el espritu de la expresin agustiniana fides qurens intellectum' de ,gustn adopta el concepto de :ios coo id cuius maius cogitare non potest. l maestro Pedro Lombardo &ca.44>>-446>)" autor de los clebres ,ententiarum libri. obligado texto escolar de la poca. sta obra era un $erdadero breviario agustiniano @?4 , pues estaba constituido en un no$enta por ciento por sentencias tomadas del ,fricano" lo cual influ# decididamente en la propagacin de su doctrina. ,lejandro de Jales &44G0-4150)" nrique de Fante &414B-4127)" gidio .omano &ca. 415B-4746)" # Santiago de 'iterbo. ,s" la influencia de ,gustn se hace 10G Cfr. .,P,N,G,( 2ictorino( /.4.,.( Hntroducci/n -enera' a 'as obras de 4an ?-ust5n, 3adrid( ;,.( 19<9( &. )<7. 102 ,s llama /osef Pieper a los ,ententiarum Libri de Pedro Lombardo" en su obra !4c$o'astiI!,Jesta'ten und 1rob'eme der 8itte'a'ter'ic$en 1$i'oso)$ie, KLse'-Der'a-, 8Mnc$en, trad. cast. 8adrid, Bia'), 1933, ). 120. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo extensi$a a todo el perodo que $a desde los orgenes mismos de la escol!stica hasta la irrupcin del aristotelismo con ocasin de su reciente traduccin al latn. l encuentro de los pensadores medie$ales con las obras de ,rstteles" a pesar de que di lugar a la generacin de otro importante mo$imiento especulati$o" la escuela tomista" sin embargo" no impidi que continuara la influencia de ,gustn. Lo que se logra con la sntesis de San %uena$entura &4114-41B5) donde se busca una reformulacin de la tradicindel pensamil[nto cristiano desde San ,gustn hasta Jugo de San 'ctor # San %ernardo. n l se $uel$en a hacer presentes conocidas tema como la relacin entre la filosofa # el orden sobrenatural" la primaca de la teologa sobre la ciencia" la analoga ejemplarista" la iluminacin" la $a de la interioridad. Por otra parte" aunque la escuela tomista sigue" en princliplio al stagirta" no por ello se desentienden de San ,gustn" pues Santo Hom!s de ,quino &4110-41B5) no deja de recordar la nocin de participacin" #" al menos" parcialmente" la de la iluminacin" # que el hombre es capa+ )ei e indigens )eo. La $ertiente franciscana prosigue luego con la obra de /uan :uns Scoto &4166-47>G) quien entiende a la naturaleza de la teologa de conformidad con el pensamiento de ,gustn. -on gidio .omano &415B-4746) se pretende una integracin con algunas tesis tomistas. n l se deja $er la influencia del )e ciuitate )ei para entender las relaciones entre la (glesia # el estado. 3aturalmente" el ma#or punto de atraccin que ,gustn ejerci sobre los autores medie$ales -particularmente a tra$s de sus 3onfessiones! radicaba en el campo de la mstica. La intimidad del espritu" misteriosamente descubierta como imago )ei con a#uda de la gracia" fue entendida como el m!s adecuado !mbito para hallar tambin a la suprema majestad de :ios. La mistica del Logos expuesta por Meister cIhart &416>-471B) refleja claramente la doctrina del ejemplarismo # -ristologa del :octor ,fricano. l concepto de -risto como lucerna ,apienti -que aparece en las Ennarrationes in #salmos @1; se halla tambin en (oannes de -atello &s. +')" que sigue a cIhart # Hauler. 1. Sobre los pensadores modernos :esde luego" la influencia del celebrrimo )octor de la gracia" no se limita a los horizontes del pensamiento medie$al" pues sus inconfudibles huellas se hacen $isibles en los albores mismos del pensamiento modernos. Lo cual es tan manifiesto que hasta podra decirse que este importante perodo de la historia de la filosofa no podra comprenderse adecuadamente si se desconociera la enorme gra$itacin que ejercieron las doctrinas del santo en el espritu de sus principales representantes. ,utores tan representati$os del pensamiento moderno como Petrarca" 3icol]s de -usa &45>4-4565)" Aarsilio =icino &4577-4522) # /uan Luis 'i$es no dejaron de sentir sobre s mismos las luces del Jiponense. En caso particular de este influencia se cumple en la figura de Aartn Lutero &45G7-4056). -omo quiera que sea" -#a que en su doctrina no hace m!s que separar lo que ,gustn $ea unido- la doctrina del Padre de la .eforma protestante se apo#a en buena parte en la doctrina del fundador de la orden a la que l mismo haba pertenecido" pero lo hace des$irtu!ndola. ,s" mientras ,gustn se preocup por hallar un sano equilibrio entre la razn # la fe" Lutero renegando de las posibilidades de la razn halla a sta como indigna de conciliarse con la fe. Seg*n l la razn no sir$e para alcanzar a :ios" para ello slo se debe contar con la fe. ; sin razn" tampoco ha# conceptos $!lidos. :esaparece" consecuentemente la posiblidad de hallar alg*n concepto an!logo que permita conectar el orden di$ino con el creado. :ios se $uel$e as un ilustre desconocido" # con el desconocimiento" un moti$o de temor. Pero" no un temor que" en cuanto principum ,apienti se habra de constituir en un paso importante para ascender hacia :ios" sino" a contrario sensu, precisamente para huir de l. -imor animi fuga @1: . -omo consecuencia de ello" el mundo pierde a :ios # termina seculariz!ndose. Lo que permita que ahora aqul sea entendible" no como creatura de :ios" sino exclusi$amente desde s mismo. Lo propio acontece en el orden antropolgico. La naturaleza humana se hace irrecuperable para la gracia. ; ahora el hombre comienza a ser entendido al margen de su radical ordenacin hacia :ios. En indicio de este radical cambio de mentalidad aparece con .en :escartes &4026-460>). -on l la $erdad" termina apo#!ndose no tanto en la e$idencia objeti$a" como en la subjeti$a. l sujeto" al buscar en s mismo" el criterio de $erdad termina por hacerse fuente de la misma. ; con esto aborta el camino de la interioridad que ,gustn haba elegido para hallar a :ios. l cogito agustiniano es un pelda8o m!s para ascender hacia :ios? el cartesiano" para alejarse de Ml. Por otra parte" el sujeto que en ,gustn se descubra como una unidad de orden coropreo # espiritual? en el Padre del pensamiento moderno se re$ela como una realidad atomizada. Pensamiento" razn" $oluntad" instintos 16> Ennarationes in 1sa'mos 136. 164 Hn Hoannem Euan-e'ium, 46,3. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sentidos" ser!n los elementos residuales del hombre. ; a la hora de buscar una definicin :escarts naufraga en el dualismo entre el cuerpo alma que ,gustn tanto se preocup de e$itar. Luego $endr!n los que $ienen detr!s de :escartes # tomar!n lo que mejor comprendan" pero siempre por partes" nunca su totalidad. Surgir!n por reaccin al racionalismo de :escartes quienes pongan el acento en el aspecto $oluntario el $ital o el afecti$o. Mstos tienen su raz m!s inmediata en :escartes" pero tambin en el concepto de mens purgata ! el alma purificada! de San ,gustn. n l se inspira la escuela franciscana # las raisons du cfur de %las Pascal. Las actuales filosofas pragmaticas" $italista e intuicionista tambin est!n ligadas a esta reaccin antirracionalista de raz agustiniana. .eciben la impronta de ,gustn los m!s prestigiososo autores modernos. Aalebranche" que niega a los espritus que tengan en s la razn por la que son sabias" porque slo :ios es la .azn Eni$ersal de los espritus" se enlaza con la filosofa del espritu sostenida por ,gustn" autor al que expresamente manifiesta seguir en $irtud del sello de la fe cristiana de su pensamiento. Lo proopio sucede con Leibnitz" quien no tiene ning*n reparo en in$ocar al $angelio como fuente de sabidura. Hambin =eneln &4604-4B40) cuando demuestra la existencia de :ios a la luz del espect!culo de la propia alma. /acques %enigne. %ossuet &461B- 4B>5) con sus libro )e la connaissance de )ieu et de soi mme" -rait& du libre arbitre # su )iscours sur lQhistoire universelle" recuerda importantes ense8anzas del Dbispo de Jipona. Filson cita un pasaje donde se pone en e$idencia la inspieracin agustiniana de este autor francs9 OLa sabidura consiste en conocer a )ios y en conocerse a s mismo. El conocimiento de nostros mismos ha de llevarnos al conocimiento de )ios> @1@ . Hambin la doctrina del espiritualista francs Aaine de %iran &4BB6-4G15)" que antes haba pasado por el empirismo # el racianalismo" tiene sobre s el inconfundible sello del in teipsum redi del )e vera religione 167 . Hambin l como San ,nselmo de -anterbur# hace su#a la expresin fides qurens intellectum cuando recoge las palabras del libro de la ,abidura0 >Hptavi et datus est mihi sensus, invocabi et venit in me spiritus sapientiO 165 .A!s tarde le tocar! el turno a ,uguste /osephe ,lphonse Fratr# &4G>0-4GB1) se inspira en la problem!tica planteada en el )e quantitate anim acerca de la potencia del alma sobre el cuerpo" en s_ misma # frente a :ios 160 . n efecto" en su obra #hilosophie de la connaissance de lQTme" el autor propone un itinerario filosfico donde tambin" como en la via interioritatis de ,gustn" ha# un momento pre$io purificacin del alma # de iluminacin di$ina. Lo propio se puede decir de la filosofa de ,ntonio .osmini-Ser$ati &4B2B-4G00). ste sacerdote catlico italiano en obra *ntropologia sopranaturale &4GG5) $islumbra en la realidad humana una imagen de la Hrinidad. :ios obra sobre el hombre como su creador" iluminador # moralizador" lo que recuerda elconcepto de :ios como initium e+istendi, ratio cognoscendi et le+ amandi @11 . Hambin el espa8ol /aime Luciano %almes &4G4>-4G5G) deja traslucir la impronta del pensamiento de ,gustn. n su obra Filosofa Fundamental admite la doctrina de la iluminacin? que la existencia del mundo de las inteligencias es el mejor argumento probati$o de la existencia de :ios. ,mbas tesis #a las haba sostenido ,gustn particularmente con la doctrina del Aaestro interior en el )e Magistro @1A # el argumento de las $erdades eternas que aparece en el )e libero arbitrio @12 . Hampoco poda permanecer ajeno a su influencia la poderosa manifestacin filosfica el pensamiento alem!n. Jegel" &4BB>-4G74) con su doctrina dialctica del spritu ,bsoluto donde se habla de un proceso sntesis de los contrarios" lo que supone una cierta tendencia a adooptar un esquema trinitario de interpretacin? lo que" junto a su insistencia en la conciencia de s" recuerda" aunque lejanamente la doctrina agustiniana. Lant &4B15-4G>5)" por su parte" reconoce los mritos de la prueba agustiniana de la existencia de :ios de las $erdades eternas. Scheler " en su clebre teora de los $alores" tambin deja entre$er la misma doctrina. n (nglaterra el cardenal 3e[man &4G>4-4G2>) reconoce haber $i$ido en su propia existencia un proceso semejante al que el ,fricano relata en sus 3onfessiones. Hambin l se siente embargado por una luz 161 ;/44=E$( +. ;.( De 'a connaissance de Dieu et de soi mNme, citado )or E. Ji'son, <Oes)rit de 'a )$i'oso)$ie m#di#va'e, trad. cast. 8adrid, Bia'), 1961. 167 De vera re'i-ione, 39, 32. 165 4a)., 3, 3 !Pre * me fue dada 'a )rudencia. invo&u# * vino a m5 e' es)5ritu de sabidur5a!. Citado )or 8aine de Airan? -fr. E. Gilson( <Oes)rit ..., ). 39. 160 De &uantitate animQ, 33, 30. 166 Contra Rausto, 20, 3. 16B De 8a-istro, 12, 40. 16G Cfr. De 'ibero arbitrio, 26, 14; 2, 12, 34; 12, 15, 39. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo interior de car!cter di$ino. -omo ,gustn 162 $e la necesidad de completar el conocimiento especulati$o con la propia accin" con lo que sta se con$ierte en otro modo de conocimiento. l pensador ruso %erdiaeff &4GB5- 425G) deja traslucir sus lecturas del )e ciuitate )ei para elaborar una filosofa de la historia en trminos de -ristofana. Lo propio ocurre en el campo antropolgico donde se entiende a -risto como el modelo del hombre perfecto # dador de sentido de toda la humanidad. 7. Sobre el pensamiento contempor!neo s llamati$o que el ilustre Jenri %ergson &4G02-4254) argumente" en su $igorosa reaccin antipositi$ista" apelando a moti$aciones ntimamente agustiniano" tales como el conocimiento del alma por s misma" el orden moral el orden di$ino? de la primera obtendr! los datos inmediatos de la conciencia-? # entre stos" de modo particular importa la experiencia de la memoria" a cu#a luz extrae su nue$a idea de dur&e. -ap!naga $incula la intuicin de las esencias" presente en la fenomenologa de Jusserl &4G02-427G)" con la doctrina del conocimiento de las $erdades eternas del :octor ,fricano. %londel" con su filosofa de la accin" donde pretende superar el pensamiento puramente abstracto" con la presencia $i$a del concepto real que se alcanza con la experiencia $ital. ,gustn" a su modo" tambin pretende expresar sus $erdades $i$idas" aquellas que ha aprendido en la escuela de su propia experiencia ntima. n suma" como todo pensador enteramente consagrado a la b*squeda" contemplacin # ense8anza de la $erdad" le cabe a San ,gustn" la posibilidad de ser comprendido por todos aquellos" que" sin prejuicio alguno de car!cter historicista o religioso" # as" ser considerado no slo ciudadano del mundo" sino tambin de todos los tiempos. Los puntos de inters de su doctrina =inalmente" antes de continuar con un an!lisis m!s exhausti$o de la inmensa obra del de este destacado :octor de la (glesia" queda por determinar qu puntos doctrinales se podr!n destacar de su $oluminosa obra especulati$a. :ada la increble produccin especulati$a de este ilustre pensador del siglo ('" # en el con$encimiento de que es preferible $er mejor lo poco que mal lo mucho" se hace preferido seleccionar aquellos temas que estn m!s inmediatamente $inculados con la tem!tica a la que l di ma#or importancia9 el hombre # :ios. Los cuales debenser considerados tambin en ese orden" porque fue el que el mismo eligi como mtodo de in$estigacin. n primer con$endra poner de relie$e su deseo de responder fundamentalmente a su $ocacin antropolgica # teolgica. -omo bien se lo puede ad$ertir en su obra ,oliloquios, una obra que fue escrita inmediatamente despus de su con$ersin" se ad$ierte claramente que sus dos propsitobs fundamentales eran conocer a :ios # al alma. ; stos considerados en la m!s ntima unidad. Pues" si se aboca al estudio del alma no es sino para encontrarlo hecho a imagen de :ios" # enteramente ordenado hacia Ml. :e all su marcado inters la $a de la interioridad como medio para acceder a la trascendencia di$ina. Aas" la identificacin de :ios con la 'erdad implica tambin un notable tratado sobre la teora del conocimiento humano. :istingue entre el orden del conocimiento sensible # el inteligible. Para explicar el primero elabora una doctrina de la acti$idad sensorial donde el alma aparece como elemento principal. l conocimiento del orden inteligible se $incula con la ratio inferior # la ratio superior donde la m!s destacable es la necesidad de explicar el conocimiento racional en $irtud de una especial illuminatio con la cual :ios que asiste a la razn para alcanzar su objeto propio. l descubrimiento de s mismo" como realidad espiritual lo lle$a a elaborar su doctrina del hombre como imago )ei, lo que importa no slo una concepcin del alma que lo obliga a indagar sobre su origen no material" sino tambin sobre la presencia del mal en el mundo # sobre la existencia # alcance de la libertad humana. (nforme que se completa con un fino an!lisis de la realidad humana # de la naturaleza del alma. -mo es de suponer" dada la inmediata referibilidad de la imagen humana respecto de su modelo di$ino" puede ad$ertirse la doble $a de conocimiento que $a del hombre -considerada en su unidad de cuerpo # alma- hacia :ios" por la $a de la interioridad" # la que $a de :ios al hombre" por la $a de la participacin en el orden de sus perfecciones ontolgicas. Pero" no todo es luz en relacin con el conocimiento del hombre acerca de s mismo. Porque" si bien llega a esclarecer satisfactoriamente los atributos del alma humana" no puede hallar solucin definiti$a al problema de su origen. .azones de car!cter teolgico le impiden reconocer derechamente la argumentacin de la tesis creacionista. 162 Cfr. Ennarrationes in 1sa'mos 116; 4ermo, 13,3. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Paralelamente" otro tema de enorme gra$itacin sobre su propia $ida personal" no dejara de preocuparle permanentemente" el problema del mal # de su origen. 3o poda permitir que :ios fuese considerado como causante del mal que aparecen en sus criaturas" pero" )cmo explicar entonces su existencia< ;" junto al anterior" el problema de la relacin entre la gracia # la libertad. Si se quiere sal$aguardar la responsabilidad moral del hombre debe reconocerse que ha# en l la naturalcapacidad de obrar libremente" m!s" Khasta dnde es esto posible< Se puede alcanzar con ella la gloria eterna. Si" para ello es menestar recibir la gracia di$ina" Kno obstaculiza sta la libre determinacin humana< ;" como no puede ser de otra manera toda su doctrina encuentra su punto de m!xima tensin cuando se aboca al estudio de la misma realidad di$ina donde" al tiempo que procura dar respuesta a una cantidad de doctrinas que ponen en entredicho algunas doctrinas fundamentales de los dogmas de fe" con tesonera labor trata de poner las bases de una ciencia teolgica. Ena $ez examinadas todas las $icisitudes experimentadas por nuestro autor en pos de la esqui$a sabidura" # algunas de sus ense8anzas doctrinales m!s destacadas" cabe tambin el que" en adelante" en forma m!s detallada" se examinen los grandes temas de su monumental obra especulati$a. n orden a ello" la presente tarea expositi$a del pensamiento de San ,gustn se articular!" a la luz de sus propios textos" seg*n el trata- miento de los siguientes temas9 . la razn # la fe . la $a de la interioridad . la b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo . el hombre como imago )ei . la naturaleza del bien finito # el problema del mal . la naturaleza de la libertad humana # sus lmites (. L, .,WQ3 ; L, = O)eus #ater noster, qui ut oremus hortaris, qui et hoc quod rogaris prstas. ,iquidem, cum te rogamus, melius uiuimus, melioresque sumus0 e+audi me palpitantem in his tenebris, et mihi de+teram porrige. #rtende mihi lumen tuum, reuocame ab erroribus0 te duce, in me redeam et in te. *men> 1B> . 4. Posicin del problema Lo primero que con$iene ad$ertir" cuando se trata de estudiar a un autor cristiano" es que" cualquiera que fuere el grado de relacin que en l se d entre el dato de fe # el de razn" ste" necesariamente" debe quedar de alguna manera afectado por aqul. :e donde" slo queda determinar en qu sentido est! relacin se establece. n el caso de ,gustn" si bien es posible extraer de l algunos elementos de ndole puramente filosfica" no ha# duda de que ellos se $en fuertemente transformados en razn del dato de fe. -iertamente" puede contarse a ,gustn entre aquellos que terminaron por persuadirse de que la luz de la fe no slo no equi$ale a la apelacin a un orden irracional sino que tambin puede constituirse en su mejor aliado a la hora de la conquista de la $erdad. Por tanto" la fe es entendida como digna del filsofo. -on lo cual" el santo" contin*a la noble tradicin iniciada por San /ustino # -lemente de ,lejandra" en clara oposicin a la actitud de Ainucio =lix" Hertuliano" ,rnobio # Lactancio. Seg*n dicha tradicin" dos $as que con$ergan ha- cia una misma meta -la sabidura-" lejos de oponerse" deban complementarse sana # armoniosamente. n el caso de ,gustn -aunque ste no dej de $erse sensiblemente afectado por el influjo del racionalismo maniqueo" primero" #" por el del neoplatonismo" despus-" este reconocimiento de la equilibrada integracin de ambas $as de conocimiento" era francamente pre$isible. Pues" si" por una parte" busc como ninguno la $erdad por la $a de la razn? por la otra" no dej de descubrir la necesidad de apelar a la fe no slo para no buscar por donde no deba ni confundirla con el error sino tambin para ponerla en obra. 3aturalmente" hubo circunstancias humanas que influ#eron en tal sentido. Pues" si por una parte hubo en ,gustn una excepcional talla intelectual" luego cuidadosamente educada en el difcil arte de la retrica # tambin conocedora de la tradicin platnica? por la otra" haba tambin en l un claro sentido de la presencia 1B> ,oliloquia, @, 1, 40 >)ios, #adre nuestro, que nos e+hortas a la oracin, que tambi&n concedes lo que se te pide. #orque cuando te rogamos, vivimos me9or, y somos me9ores, esc8chame, porque voy agitado a trav&s de estas tinieblas, alrgame tu diestra. ,ocrreme con tu lu., aprtame de los errores. #ara que con tu direccion vuelva dentro de m para volver hacia -i. *m&n>" (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo de :ios" donde mucho tu$ieron que $er la gracia de un :ios pro$idente" la mara$illosa escuela de santidad que fue su propia madre" # el positi$o influjo de su maestro ,mbrosio" obispo de Ail!n. ,gustn era consciente de la doble limitacin de la naturaleza humana" tanto en el dominio de la $oluntad como en el de la inteleccin" por cuanto no las tu$o todas consigo ni para poder $encer el poder de la concupiscencia" ni para alcanzar el hondo misterio de la naturaleza di$ina. Limitacin que intua slo podra ser superada de alguna manera con el auxilio de una a#uda superior" como lo poda ser la fe. Ena fe que iluminaba a la inteligencia para $er lo que antes sin ella no poda $er # fortaleca a la $oluntad para amar lo que antes no poda amar. :e all" su rechazo de quienes despreciaban la $a de la integracin de ambas fuentes de conoci- miento9 >Bepudiatis igitur omnibus qui neque in sacris philosophantur, neque in philosophia consecrantur> @A: . Pero" el hecho de que este insigne autor cristiano ha#a entre$isto la necesidad de una armoniosa integracin entre la filosofa # la fe" no significa que siempre lo ha#a entendido asR. Pues" durante todo el pero- do que estu$o gra$emente seducido por la influencia del racionalismo maniqueo detest pensar en que la fe pudiese ser alg*n auxilio de la razn. Para poder $encer tal prejuicio le fue menester haber comprobado en s mismo la impotencia de la humana inteligencia para acceder a la $erdad" # de la humana $oluntad" para permitir al hombre encolumnarse inmediatamente detr!s de ella. :e tal suerte" se $io en la necesidad de admitir que el hombre" si quera llegar a buen puerto en materia de conocimiento de la $erdad # del recto obrar" deba recibir el sua$e e intangible remedio de la gracia di$ina" bajo la forma de la fe. ;" en materia de conocimiento" termina por admitir que tanto la luz de la razn como de la fe son" a su modo" necesarias para acceder a la $erdad9 >)uple+ enim est uiam quam sequimur, cum rerum nos obscuritas mouet, aut rationem, aut certe auctori! tatem> @A@ . @ueda por delante la grata tarea de determinar una serie de aspectos referidos al tema de la relacin entre razn # fe en ,gustn" a saber9 4. Kqu es lo que entiende el autor por conocimiento de fe< 1. Kqu" por conocimiento de razn< 7. Ken qu sentido ambas se pueden entender como prioritarias< 5. Kde qu modo se relacionan entre s< 0. Kcmo debe proceder la inteligencia frente al dato de fe< 4. l conocimiento de fe # el conocimiento de razn 4.4. l dato de fe La fe se tiene respecto de aquel que cumple con la palabra empe8ada. >Fides appellata est ab eo quia fit quod dicitur> @A( . -oncepto que bien pudo haber adquirido de -icern cuando ste dice9 >$...% credamusque, quia fiat quod dictum est, apellatam fidem> 1B5 . n primer" lugar debe ad$ertirse que" cuando ,gustn habla de fe" la entiende como la adhesin firme de la inteligencia al testimonio o la autoridad de otro9 >)e hac enim fide nunc loquimur, quam adhibemus cum aliquid credimus> @A? . ; esto es realizado sin contar con el apo#o seguro de la e$idencia objeti$a9 >credere quod uidere non possunt@ 1B6 . 3i siquiera se puede acceder a su contenido por la $a discursi$a" #a porque no es demostrable? #a porque" aunque lo fuese" no ha# quien sea capaz de lograrlo9 >$)octrinam catholicam% iuberi ut credetur quod non demostrabatur !siue esset quid, sed cui forte non esset, siue nec quid esset> 1BB . :e lo que se sigue que su contenido no es mostrable ni demostrable. :e all el ine$itable halo de oscuridad que la rodea9 >3um itaque propterea credere iubeamur, quia id quod credere iubeamur, uidere non possumus> @A2 . ; no podra ser de otra manera" porque si no la hubiera" no habra un acto de fe" sino de comprensin. Pero" no obstante esto" la fe tiene su propia certeza9 >3erte hoc fide retinemus> 1B2 . Porque" aunque no $isible a los ojos de los sentidos ni de la 1B4 De uera re'i-ione, 3, 12 !Be)udio a todos 'os &ue divorcian 'a fi'osof5a de 'a re'i-i/n * renuncian a 'a 'u( de 'os misterios en 'a investi-aci/n fi'os/fica!.. 1B1 De ordine,2,5,16 !Sn dob'e camino, )ues, se )uede se-uir )ara evitar 'a oscuridad &ue nos circunda 'a ra(/n o 'a autoridad!; cfr. 2, 9,26. 1B7 4ermo 49,2 !4e ''ama fe )or&ue se rea'i(a 'o &ue se dice!. 1B5 Cicer/n, <os deberes, 1, 23 !9...: creamos )or&ue $ace 'o &ue dice, se ''ama fe!. -itado en el tomo '(( de las Pbras de ?-ust5n, A?C, 1961, ).313 nota 2. 1B0 De s)iritu et 'ittera, 32,54 !De esta fe $ab'amos a$ora, cuando damos cr#dito a a'-o!. 1B6 De fide rerum &uQ non uidentur, 1,1. 1BB Confessiones, 6, 5, 3 !9<a doctrina cat/'ica: mandaba creer 'o &ue no se demostraba -fuese )or&ue aun&ue e;istiesen 'as )ruebas no $a* su.eto ca)a( de e''as, o fuese )or&ue no e;istiesen!. 1BG De Frinitate, 13, 1, 3 !4e nos manda creer )recisamente )or&ue no )odemos ver 'o &ue se nos )rece)tTa creer!. 1B2 4ermo 305 ?, 9 !Es certe(a &ue nos )rocura 'a fe!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo inteligencia" la fe supone una cierta $isin" en este caso" una $isn interior -uidemus in nobis @2; ! de la que la propia conciencia es testigo9 >-enet certissima scientia, clamatque conscientia> @2: . Por extensin" se llama fe a todo aquello que carezca de e$idencia sea sta sensible o racional. Pero" en rigor" no se debe identificar con el contenido objeti$o" sino con el medio para alcanzarlo9 >Fides enim non est creditur, sed qua creditur> @2@ . Lo cual comprende tanto a la fe puramente natural como a la fe entendida como don sobrenatural. La fe natural se manifiesta a tra$s de una cantidad de hechos cotidianos" tales como cuando el ni8o cree en sus padres merced al testimonio de otro9 #a" al de su padre por la madre? #a" al de su madre por la nodri- za9 >Nuomodo seruiant parentibus liberi, eosque mutua pietate diligat quos parentibus suos esse non credant. Eon enim ratione ullo pacto sciri potest0 sed interposita matris auctoritate de patre creditur0 de ipsa uero matre plerumque nec matri, sed obstetricibus, nutricibus, famulis> 1G7 .Pero" donde ,gustn pone el acento" no es en la fe natural" sino en la sobrenatural. -onsiderada en s misma" sta no depende del hombre" pues nadie se la puede otorgar a s mismo -si habes profecto accepisti @2I ! ni obedece a mrito alguno -ipsum credere doni esse non meriti @2? . n consecuencia" debe ser entendida como un don gratuito de :ios9 >)onum )ei est fides. Eemo se e+tollat, nemo sibi arroget, quasi sibi aliquid dederit. QNui glorietur in )omini glorietur> @21 . ,unque" no se recibe sin el libre consentimiento de la $oluntad 1GB . ntendida como fuente de conocimiento" la fe sobrenatural" supone la admisin de una $erdad en cuanto que est! fundada en la autoridad de -risto 1GG # se ordena al conocimiento de lo que es necesario para alcanzar la felicidad9 >Nuidquid amabitur aderit' $...% et summus )eus summum bonum erit> @24 . -omo todo acto de fe" no supone e$idencia objeti$a" pero s posee su propia certeza. :esde luego" no se trata de la certeza que puede ofrecer la razn cuando sta alcanza la e$idencia de algo. Pero" no por ello debe tenerse al contenido de la fe por irracional" en todo caso" debe decirse que es suprarracional. Pues" aunque la razn no la alcanza" si puede $er su razonabilidad9 >,i autem 3hristo etiam credendum negant, nisi indubitata ratio reddita fuerit, christiani non sunt. Eam id aduersus nos pagani quidam dicunt, stulte quidem> @4; . 4.1. l dato de razn %ajo el nombre de ra.n, se alude a aquel conocimiento natural que el hombre alcanza al margen del dato de la re$elacin. n sentido amplio" ra.n implica no slo una determinada facultad humana" sino" el conjunto de las facultades cogniti$as. sto implica tambin a los sentidos" que de alguna manera -como se $er! oportunamente- tambin suponen cierto ejercicio de la razn. Sin entrar en ma#ores detalles respecto de los di$ersos matices que admite el orden del conocimiento racional" puede decirse que ,gustn distingue" de hecho" entre el conocimiento de scientia -ciencia-" ordenado al conocimiento de las cosas temporales- # el de sapientia !sabidura- por el que se accede al conocimiento de las $erdades eternas. ,l respecto" implcitamente admite que le es posible al hombre acceder naturalmente a ellas por la $a de la razn" cuando reconoce que Platn # ,ristteles han elaborado una filosofa perfectamente $erdadera -una uerissima philosophia disciplina @4: . -oncretamente" respecto de estos autores ,gustn tu$o al principio una notable admiracin" no slo porque $iera en sus doctrinas elementos mu# afines al cristianismo" sino tambin porque por un momento cre# $er en ellos coincidencias de fondo con respecto a algunas re$elaciones cristianas -tales como la generacin del 1G> De Frinitate, 1, 3. 1G4 De Frinitate, 13, 1, 3 !Fiene una cert5sima ciencia, * 'a conciencia )roc'ama su e;istencia!. 1G1 De Frinitate, 14, 6, 11 !1ero 'a fe no es 'o &ue se cree, sino a&ue''o )or 'o &ue se cree!. 1G7 De uti'itate credendi, 12,26 !)De &u# modo 'os $i.os cuidan a sus )adres * 'os aman con mutua )iedad si nos 'os creen sus )adres0 1ues, esto no se )uede saber de a'-una manera )or medio de 'a ra(/n. 1or e' testimonio de 'a madre cree &ue es su )adre; )ero ordinariamente cree en su madre no )or e' testimonio de e''a sino )or e' de 'as obstetras, 'as no- dri(as, * 'as f,mu'as!. Cfr. Confessiones, 6,5,3. 1G5 4ermo 53, 2 !4i 'a tienes, ciertamente 'a recibista!. 1G0 4ermo 61,2 !E' mismo crer es un don, no merecimiento!. 1G6 4ermo 66, 6 !<a fe es un don de Dios. 7adie se enor-u''e(ca, nadie se 'a arro-ue a s5 mismo, como si se diera a'-o a s5 mismo. O"uien se -'or5e, -'or5ese en e' 4e2orO!. Cfr. 4er. 43, 3; 166,1; 166,6; 131,2-3; 229, 1,4; 263,4. 1GB Cfr. De diversis &uQtionibus ad 4im)'icianum, 1, 2, 5.> E)istu'a 34,1. 1GG De Frinitate, 13, 20, 25. 1G2 De Frinitate, 13, 3, 10!!Fendr, 'o &ue ama; 9...: * Dios ser, e' bien su)remo!. 12> De uti'itate credendi, 14,32 !4i ne-aran $asta e' deber de creer en Cristo sin a)o*o de ra(ones de esta fe, no ser5an cristianos. 1or&ue este re)roc$e de irraciona'idad tambi#n nos 'o $acen 'os )a-anos infundadamente!. 124 Contra academicos, 3, 19, 42. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Merbo @4@ , # la nocin del .eino de -risto" que no es de este mundo 127 ? o les adjudic tesis que en rigor no sostu$ieron" como el concepto de creacin 125 . ,unque m!s tarde" a la luz del dato preciso de la fe" corrigi este juicio inicial. 4. 7. :istinciones aparejadas 'er # creer La distincin entre la fe # la razn da pie a la que cabe entre el creer # el $er. Aientras el $er se ordena a algo actualmente presente -#a" a los sentidos" #a" al entendimiento-? el creer no supone la presencia del objeto" sino de quien da testimonio de l. >3reduntur ergo illa qu absunt a sensibus nostris, si uidetur idoneus quod eis testimonium perhibetur. Fidentur autem qu prsto sunt, unde et prsentia nominantur uel animi uel corporis sensibus> @4? . La auctoritas # la ratio Dtra distincin paralela a la de fides et ratio, est! dada por la dupla auctoritas # ratio. Porque si la fe se hace presente al hombre" normalmente esto se hace posible en $irtud de otro hombre que da testimonio de ella. ,qu san ,gustn sigue entendiendo por ratio, el conjunto de las facultades cogniti$as humanas que dan lugar al conocimiento natural? # por auctoritas, a las razones por las cuales se debe dar asentimiento al testimonio de una determinada persona o libro. Los criterios de $erdad para establecer la $eracidad en uno # otro campo son9 la e$idencia objeti$a al alcance de la razn" para el conocimiento natural9 >"c sunt defendenda ratione, uel sensibus corporis in! choata, uel ab intelligentia mentis inuenta> @41 ' #" en el orden de la auctoritas, el haber sido testigos directos de lo que se narra en las Escrituras, o bien" porque lo dicen inspirados por el Espritu ,anto0 >Nu autem nec corporeo sensu e+perti sumus, nec mente assequi ualuimus aut ualemus, eis sine ulla dubitatione credanda sunt testibus, a quibus ea qu diuina uocari iam meruit, ,criptura confecta est0 quia ea siue per corpus, siue per animum diuiniti adiuti, uel uidere, uel etiam pruidere potuerunt> 12B . ,hora bien" del mismo modo que se puede tener fe en el testimonio de un hombre" seg*n se apo#e en su propia autoridad o en la de :ios" se hace necesario distinguir entre la autoridad del hombre # la de :ios. La principal es la di$ina9 >*uctoritas autem partim diuina est, partim humana0 sed uera, firma, summa ea est qu diuina nominatur> @42 . 1. l doble orden de prelacin l Jiponense est! tan con$encido de la existencia de esta doble fuente de conocimiento" como de la necesidad de su integracin que lo sal$aguarde tanto de la tentacin del fidesmo agnstico como del racionalis- mo gnstico. Por ello" su af!n en hacer $er en sus justas dimensiones tanto el $alor de la acti$idad racional como el de los datos pro$enientes de la re$elacin tratando de hallar un doble orden de prelacin - el de la fe # el de la razn9 >Ergo intellege ut credas0 crede ut intellegas> @44 . ,s" no faltan los textos donde se ad$ierta claramente una cierta preeminencia de la fe sobre la razn. ; establece un orden en el conocimiento de las $erdades re$eladas" con arreglo al cual" se debe apelar primero al dato de fe" # luego" a la comprensin racional del mismo. l principio que lo fundamenta -tomado de la $ersin de los L++- aparece en (saas B"2 -si non credideritis, non intelligetis (;; !si no creyereis, no comprender&is. :esde luego" ,gustn se hizo clebre a causa de haber puesto a la fe como punto de partida de su filosofar" l fue quien acu8 las expresiones credo ut intellegam !creo para entender! que supone la precedencia temporal de la fe sobre la razn. Hal prelacin no es en modo alguno arbitraria. n primer lugar" porque la fe es un prin- 121 Confessiones, 3,9, 13-15. 127 Cfr. Betractationes, 1,3,2. 125 Cfr. De ciuitate Dei, 6,6. 120 E)istu'a ad 1au'inum, 143,2,3 !4e creen a&ue''as cosas &ue est,n ausentes a nuestros sentidos, si se estima id/neo e' testi monio &ue se da sobre e''as. 4e ven, en cambio 'as cosas &ue se )resentan a 'os sentidos de' a'm a o a 'os sentidos de' cuer)o@. 126 En&uiridion, 5,1 !<as verdades ad&uiridas a trav#s de 'os sentidos o $a''ados )or 'a inte'i-encia deben ser defendidas )or 'a ra(/n!. 12B En&uiridion, 4, 1 !8as en a&ue''as otras verdades &ue sobre)asan 'a e;)eriencia de 'os sentidos * &ue 'a inte'i -encia no $a )odido ni )uede a'can(ar, en #stas, sin nin-Tn -#nero de duda, debemos creer a 'os testi-os &ue redactaron a&ue''a Escritura &ue $a merecido ''amarse divina, &uienes )udieron ver o tener conocimiento de estas cosas, bien )or su es)iritu, bien )or 'os sentidos, a*udados )or e' Es)5ritu 4anto!. 12G De ordine, 2, 9, 23 !<a autoridad )uede ser divina * $umana. <a divina es 'a verdadera, firme * su)rema!. 122 4ermo 43, 9!En consecuencia, entiende )ara creer; cree )ara entender!. 7>> La expresin de (saas &B"2) nisi credideritis non inte''i-etis, cu#a $ersin griega es9 {U v V WXYZ[\Y]Z], o^[{ V Y_vZ[ -? menos &ue creas no entender,s. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cipio de conocimiento9 >3erta est fides utcumque inchoat cognitionem> (;: . Por tanto" tambin constitu#e un soberbio $alladar contra las enfermizas pretensiones del escepticismo9 >Pd ipsum enim ma+ime credendum erat, quoniam nullam pugnacitas calumniosarum qustionum $...% te esse quidquid non esse> (;@ . ;" sobre todo porque bajo su luz la inteligencia puede calar m!s hondo en los misterios de la fe ->,icut fecit etiam mater ipsa sapientia, qu cum sit in e+celsis angelorum solidus cibus, dignata est quodammodo lactescere paruuilis, cum Ferbum caro factum est et habitauit in nobis> 7>7 . -onsecuentemente" en este sentido se puede decir que la fe precede a la razn. Pero" por otra parte" si bien el Jiponense termin por reconocer el importante rol que cabe a la fe en el orden del conocimiento humano" no por ello dej de $alorar en todo momento # debidamente la importancia del conocimiento racional. :e all" la necesidad de entender para creer -Pntelligam ut crede!" toda $ez que sostu$o el principio de que no se ama -luego tampoco se cree- lo que no se conoce -Eihil uolitum nisi prcognitum0 >Foluntatem non allicit ac faciendum quodlibet, nisi aliquod uisum> (;I . 1.4. 3rede ut intelligas o el primado de la fe l santo est! con$encido de que el saber por excelencia" el saber de sabidura" en cuanto est! ordenado al conocimiento de :ios" no se alcanza sino con el auxilio de la fe" Pncipit homo a fide (;? . ; este parece ser el elemento determinante para escoger a la fe como punto de partida del conocimiento humano9 Luego" si acaso hubiese alg*n grado de disparidad entre el dato re$elado # el alcanzado por la razn" ,gustn no habra dudado en modo alguno en sacrificar la e$idencia de sta *ltima en aras de su fe. Porque la $erdad hallada por el hombre antes es de :ios9 >Nuisquis bonus uerusque christianus est, )omini sui esse intelligat ubicumque inuenerit, ueritatem> (;1 . Porque si la fe est! fundada en la autoridad de :ios" medida de todo conocimiento" # Ml se expresa en el orden natural" a tra$s de la $erdad de las cosas -en cuanto que las cosas participan de la $erdad de :ios-" pero" de un modo m!s expreso en el orden sobrenatural" a tra$s de las $erdades re$eladas" entonces ambas $erdades -en cuanto son expresiones de un mismo ,utor- deben concordar necesariamente. Luego" si ha# alguna suerte de di$ergencia entre una # otra" sta se debe sal$ar subordinando el conocimiento de aquellas $erdades" a la re$elacin de stas *ltimas. :ecididamente" la medida de la $erdad de una doctrina filosfica est! determinada por su grado de coincidencia con el dato de fe9 >)esiderem apud platonicos me interim quod sacris nostris non repugnet reperturum esse confido> (;A . Ena prueba contundente acerca del precio que" el :octor de la (glesia" tu$o que pagar para poder permanecer fiel a su fe acaeci" cuando" con ocasin del tratamiento del problema del origen del alma" prefiri sufrir calladamente el oprobioso calificati$o de animal en boca de un ensoberbecido mozalbete" antes que" por quedar bien ante los hombres" faltar a su fe9 >Felles autem me definire quod ipse definiste, ut in tales angustias contruderer, in quales ipse contrusus, aduersus catholicam fidem tot et tanta locutus est, ut ea si fideliter atque humiliter recolas atque consideres, uideas profecto quantum tibi profuisset, si scisses nescire quod nescis, et quantum tibi prosit, si uel nunc scias> (;2 . Ena de las obras donde mejor se deja $er esta subordinacin de la $erdad de razn a la de fe es )e -rinitate. n ella se sostiene como principal criterio de $erdad al testimonio de las scrituras9 >#rimum secun! dum auctoritatem ,cripturarum sanctarum, utrum ita se fides habet> (;4 . , la luz de este pasaje" #a puede $islumbrarse que el $alor de la filosofa reside en buena parte en cuan- to de pro$echo pueda extraer de ella el hombre de fe9 >#hilosophi autem qui uocantur, si qua forte uera et fidei nostra accomadata di+erunt, ma+ime platonici, non solum formidanda non sunt, sed ab eis etiam inusum nos! trum uindicanda> (:; . :etr!s de estos conceptos resuena la antigua idea de Drgenes conforme a la cual la filosofa es una ancilla theologi. 7>4 De Frinitate, 9, 1,1 !<a fe cierta es )rinci)io de conocimiento!. 7>1 Confessiones, 6, 5, 3 !Esto mismo era 'o m,s deb5a creer, )or&ue nin-Tn ata&ue de 'as o)iniones ca'umniosas )udo )ersuadirme 9...: de &ue tT no e;ist5as!. 7>7 Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 96,6!?s5 'o $i(o 'a sabidur5a madre, &ue, siendo en 'as a'turas e' s/'ido a'imento de 'os ,n-e'es, se di-n/ convertirse en cierto modo en 'ec$e, cuando e' Derbo se $i(o carne * $abit/ entre nosotros!. 7>5 De 'ibero arbitrio, 3, 25, 34!4/'o 'o &ue se conoce mueve a 'a vo'untad!. 7>0 4ermo 156,6. 7>6 De Doctrina c$ristiana, 2,16, 26 !Es )ro)io de' cristiano bueno * verdadero entender &ue a''5 donde 'a encuentre, 'a verdad es de' 4e2or!. 7>B Contra academicos, 3, 20, 45 !8ientras tanto, conf5o en $a''ar entre 'os )'atonicos una doctrina &ue no re)u-ne a 'a reve'aci/n!. 7>G De anima et eius ori-ine, 4, 11,15 !"uieres &ue *o me defina en e' mismo sentido en &ue 'o $iciste tT, )ara &ue cai-a en 'as mismas an-ustias en &ue ca5ste tT, * &ue te $an im)edido formu'ar contra 'a fe cat/'ica, ta'es )ro)osiciones &ue si 'as recuerdas * vue'ves a considerar, con fide'idad * $umi'dad, com)render,s en se-uida cu,n beneficioso te $ubiera sido saber &ue i-norabas 'o &ue rea'mente desconoc5as * cu,n Tti' te resu'ta a$ora saber &ue 'o i-noras!. 7>2 De Frinitate, 1,2,4!1rimero debe demostrarse, con arre-'o a 'as santas Escrituras si se tiene esta fe!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Las razones que mue$en a la admisin de tal modo de entender a la filosofa son di$ersas9 4. Porque la fe cierta es" junto a la razn" principio de conocimiento9 >3erta enim fides utcumque inchoat cognitionem> (:: . 1. Porque la fe precede temporalmente a la razn. >Fnde igitur e+ordiar5 ab auctoritate, an a ratione5 Eatur quidem ordo ita se habet, ut cum aliquid discius, rationem prcedat auctoritas> (:@ . -omo la autoridad precede a la e$idencia racional9 l orden natural" en el conocimiento de algo es9 primero la autoridad" luego" la razn9 >Eatur quidem ordo ita se habet, ut cum aliquid discimus, rationem prcedat auctoritas> Lo que se $e claro no slo respecto de las $erdades de fe que" #a por la naturaleza del misterio que encierran" o bien" porque" de facto, la razn no las alcanz" sino tambin respecto de aquellas $erdades naturales que por razones pr!cticas el hombre no puede alcanzar. >3redimus tamen et sine ulla dubitatione credimus, quod sciri non posse confitemur> (:( . Luego" la fe es el pelda8o necesario para ascender al umbral de la inteleccin # si no se respeta este orden el af!n de entender ser! in*til9 >*rcana et secreta regni )ei prius qurunt credentes, quos faciant intelligentes. Fides enim gradus est intellegendi' intellectus autem meritum fidei. *perte hoc propheta dicit omnibus propere et prpostere intelligentiam requirentibus et fidem neglegentibus> 745 . Luego" el orden es primero la fe" luego la razn9 O,i non intelli+iste, inquam0 3rede. Pntellectus enim merces est fidei. Ergo, noli qurere intelligere ut credas, sed crede ut intelligas0 quoniam nisi credideritis, non intelligetis> (:? . 7. Por la actual incapacidad de la inteligencia para alcanzar un cierto n*mero de $erdades como consecuencia del pecado9 >Eam infirme ratio uideri potest, qu cum reddita fuerit, auctoritatem postea, per quam firmetur, assumit. ,ed quis caligantes hominum mentes consuetudine tenebrarum, quibus in nocte peccatorum uitiorumque uelantur, perspicuitati sinceritatique rationis adspectum idoneum intendere ne! queuent' saluberrime comparatum est, ut in lucem ueritatis aciem titubantem ueluti ramis humanitatis opacata inducat auctoritas> (:1 . Por esa razn en cuestiones de difcil solucin -si realmente se las busca comprender- con$iene no perder de $ista el dato de la fe9 >Eulli autem dubium est gemino pondere nos impelli ad discendum, auctoritatis atque rationis. Mihi autem certum est nusquam prorsus a 3hristi auctoritate discedere0 non enim reperio ualentiorem. Nuod autem subtilissima ratione persequendum est, ita enim iam sum affectus, tu quid sit uerum, non credendum solum, sed etiam intelligendo aprehendere impatienter desiderem> 74B . 5. Porque" en definiti$a" la fe posee #a una cierta racionalidad latente en cuanto que dispone al hombre para la inteleccin" >*uctoritas fidem flagitat et rationi prparat hominem> (:2 . 0. Porque la fe purifica al entendimiento de los $elos que la oscurecen permitiendo $er lo que por su actual condicin se le escapa9 >Eisi autem per fidem ambulauerimus, ad speciem peruenitre non poterimus qu non transit, sed permanet, per intellectum purgatum nobis coherentibus ueritati> (:4 . >Eisi autem per fidem ambulauerimus,ad speciem peruenire non poterimus qu non transit, sed permanet, per intellectum purgatum nobis coherentibus ueritati> (@; . ; as permite acceder" sin riesgo de error" a un n*cleo de $erdades" de su#o inccesibles a la razn natural" como lo son el misterio trinitario # el de la encarnacin del 'erbo9 ANue unum )eum omnipotentem eumque tripotentem, #atrem et Filium et ,piritum sanctum, docent ueneranda mysteria, 74> De Doctrina cristiana,2, 40, 60 !<os ''amados fi'/sofos, en caso de &ue $a*an dic$o cosas verdaderas * acomodadas a nuestra fe, en es)ecia' 'os )'at/nicos, #stas no s/'o no deben ser temidas, sino rec'amadas )ara nuestro )ro)io uso!. 744 De Frinitate, 9,1,1 !<a fe cierta sim)re es )rinci)io de conocimiento!. 741 De moribus Ecc'essiQ Cat$o'ica, 1, 2, 3 !)En &u# me a)o*ar# )rimero, en 'a ra(/n o en 'a autoridad0 E' orden natura' es &ue, cuando a)rendemos a'-una cosa, 'a autoridad )recede a 'a ra(/n0! 747 De uti'itate credendi,12, 26 !Creemos, sin embar-o, * sin nin-una duda creemos, una cosa &ue reconocemos &ue no se )uede saber!. 745 4ermo 126!<as rec/nditas $onduras d e' reino de Dios buscan a 'os cre*entes antes de &ue 'os $a-a com)rensivos. <a fe, en efecto, es e' )e'da2o de 'a inte'ecci/n; * 'a com)rensi/n es 'a recom)ensa de 'a fe. Sn )rofeta- Hsa5as- se 'o dice abiertamente a todos 'os &ue se )reci)itan a 'a bTs&ueda de 'a inte'i-encia sin d,rse'es nada )or 'a creencia, cuando deb5a ser a' rev#s!. 740 Hn Hoannis Euan-e'ium tractatus, 29, 6!4i no $as entendido cree, 'a inte'i-encia, es, )ues, )remio de 'a fe. 7o te afanes )or ''e-ar a 'a inte'i-encia )ara creer, sino cree )ara &ue ''e-ues a 'a inte'i-encia, *a &ue Osi no cre#is no entender#isO!. 746 De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ, 1,2, 3 !<a ra(/n, en efecto, descubre su debi'idad, en &ue, des)u#s de $aber caminado so'a, tiene necesidad de' recurso a 'a autoridad como confirmaci/n de 'o &ue e''a $a estab'ecido. <a inte'i-encia $umana, oscurecida )or 'as tinieb'as &ue como un ve'o 'a cie-an en 'a noc$e de 'os vicios * )ecados, e inca)a( de contem)'ar con firme(a 'a c'aridad * firme(a de 'a ra(/n, necesita e' sa'ub#rrimo recurso de 'a autoridad, como sombreada con ramos de $umanidad, )ara fi.ar 'a mirtada d#bi' e inse-ura de' a'ma en 'a 'u( de 'a verdad!. 74B Contra academicos, 3, 20, 43 !1ues, a nadie es dudoso &ue una dob'e fuer(a nos em)u.a a' a)rendi(a.e 'a autoridad * a' ra(/n. @ )ara m5 es cosa *a cierta &ue no debo a)artarme *a de 'a autoridad de C$risto, )ues, no $a''o otra m,s firme. En 'os temas &ue e;i-en arduo ra(onamientos, )ues ta' es mi condi ci/n &ue )acientemente esto* deseando conocer 'a verdad no s/'o )or 'afe, sino tambi#n )or 'a com)rensi>n de 'a inte'i-encia!. 74G De uera re'i-ione, 24, 45 !<a autoridad e;i-e fe * dis)one a' $ombre )ara 'a ra(/n!. 742 De doctrina c$ristiana, 2, 12, 13!1ero, si no camin,semos )or medio de 'a fe, no )odr5amos ''e-ar a 'a visi/n &ue no se muda sino &ue )ermanece, en cuanto &ue e' entendimiento )urificado nos une a 'a verdad!. 71> De doctrina c$ristiana, 2,12, 13 !1ero, si no camn,semos )or medio de 'afe, no )odriamos ''e-ar a 'a visi/n &ue no se muda sino &ue )ermanece, en cuanto &ue e' entendimiento )urificado nos une a 'a verdad! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo qu fide sincera et inconcussa populos liberant, nec confuse, ut quidam, nec contumeliose, ut multi prdicant. Nuantum autem illud sit, quod hoc etiam nostri generis corpus tantus propter nos )eus assumere atque agere dignatus est, quanto uidetur uilius, tanto est clementia plenius et a quadam ingeniosorum superbia longe lateque remotius@ (@: . 6. Porque la fe perfecciona a la inteligencia agudizando su actual ni$el de comprensin9 >Ppsa fide que credit, sanatur, ut intelligat ampliora> (@@ . Porque esa misma gracia que nos impulsa a amar a :ios" como una suerte de luz interior" nos a#uda a conocerle mejor" pues" cuando se ama lo que de alg*n modo se conoce" el mismo amor hace que mejor # m!s perfectamente se conozca9 >Eon enim diligitur quod penitus ignoratur. ,ed cum diligitur quod e+ quantulacumque parte cognoscitur, ipsa efficitur dilectione ut melius et plenius cognoscatur> 717 . Porque aquellas $erdades que fueron primero credas # no comprendidas" a la luz de la fe terminan por ser comprendidas en su $erdad # razonabilidad9 >Hmnia qu primo credidimus, nihil nisi autoritatem secuti, partim sic intelliguntur, ut uideamur esse certissima, partim sic, ut uideamus fieri posse, at! que ita fieri potuisse> 715 . :e donde" la comprensin intelectual. en cierto modo" puede entenderse como un merecimiento o un fruto de la fe. >Modo ergo per fidem, tunc per speciem' modo credimus quod non uidemus, tunc uidebimus quod credebamos. Eon confunditur qui credit, quia uerum est quod uidebit0 )ominum autem noster prius in nobis dificauit fidem, ubi, si merces fidei reddatur, non prpostere ante quratur> 710 . Sobre lo mismo insiste en el ,ermo I(0 >Est autem fides credere quod nondum uides0 cuius fidei merces est, uidere quod credis> (@1 . B. ,nima a la inteligencia a alcanzar un ni$el de objeti$idad que est! m!s all! de lo habitual. Porque en definiti$a es la fe" # no la $oluntad humana" la que arranca al hombre de su letargo de lo di$ino # lo impulsa a buscar aquello que por naturaleza no puede alcanzar" pues le buscamos porque nos busc primero9 >"inc ergo factum est ut diligeremus, quia dilecti sumus> 71B ? el amor de :ios es el que precede -Fnde autem diligeremus nisi prius diligeremur5 71G . Pues" nuestro mismo amor a :ios" #a es en s mismo" no algo del hom- bre" sino tambin un don de :ios9 >#rorsus donum )ei est diligere )eum> (@4 G. Porque as lo exige la naturaleza suprarracional de las $erdades conocidas. -uando se trata de aquellas $erdades que pertenecen al orden de la fe" como sera el caso del misterio de la Hrinidad de :ios" o la encarnacin del 'erbo" entonces ser! necesario echar mano del dato de fe" antes que de la razn. >Ft ergo in quibusdam rebus ad doctrinam salutatem pertinentibus, quas ratione percipere nondum ualemus sed aliquando ualebimus, fides prcedat rationem, cum, et hoc utique rationis est> ((; . Porque librada la razn a sus propias fuerzas" en lo que ata8e al conocimiento de :ios cegado por el deslumbramiento del di$ino fulgor hu#e de su luz para $ol$er a las tinieblas9 >*t ubi ad diuina peruentum est, auertit sese, intueri non potest, palpitat, stuat, inhiat amore, reuerberatur lude ueritatis, et ad familiaritatem tenebrarum suarum, non electione, sed fatigatione conuertitur> 774 . n suma" la preeminencia de la fe sobre la razn obedece a di$ersas razones9 4. Porque la fe" adem!s de la razn" es" de su#o" principio de conocimiento. 1. Porque precede temporalmente a la razn.7. Por la actual incapacitacin de la inteligencia por para alcanzar ciertas $erdades. 5. Porque dispone 714 De ordine, 11,5,16A? este Dios Tnico, omni)otente, tres veces )oderoso, 1adre, Gi.o * Es)5ritu 4anto, nos 'o dan a conocer 'os sa-rados misterios, cu*a fe sincera e in&uebrantab'e, sa'va a 'os )ueb'os, evitando 'a confusi/n de a'-unos * e' a-ravio de otros. @ 'a sub'imidad de' misterio de 'a encarnaci/n, )or 'a &ue Dios tom/ nuestro cuer)o, viviendo entre nosotros, cuanto m,s vi' )arece, tanto me.or ostenta 'a c'emencia divina, * resu'ta m,s remota e inase&uib'e a 'a soberbia de 'os $ombres de in-enio@. 711 Enarrationes in 1sa'mos, 116, 16, 3!1ara entender de un modo m,s )erfecto, $emos de estar sanados )or 'a misma fe )or 'a &ue creemos!. 717 Fractatusin Hoannis Euan-e'ium, 96,4!7o se ama 'o enteramente desconocido. 1ero, cuando se ama 'o &ue de a'-Tn modose 'conoce, e' mismo amor $ace &ue se cono(ca me.or * m,s )erfectamente!. 715 De uera re'i-ione, 6,14!<as verdades &ue a' )rinci)io cre5mos, abra(,ndo'as s/'o )or 'a autoridad, e )arte se $acen com)rensib'es $asta ver &ue son cert5simas, en )arte vemos &ue son )osib'es * cu,n convenientes fue &ue se $iciesen!- 710 4ermo 33, ?!?$ora es )or 'a fe, 'ue-o, )or 'a com)rensi/n. ?$ora creemos 'o &ue no vemos, entonces veremos 'o &ue cre5amos. 7o se confunda &uien cree, )or&ue es cierto &ue ver,. 7uestro 4e2or edific/ )rimero en nosotros 'a fe. 4i se nos $a de dar 'a recom)ensa de 'a fe, no se 'a bus&ue antes de tiem)o!. 716 4ermo 43 !<a fe consiste en creer 'o &ue aTn no ves, * su recom)ensa es ver 'o &ue a$ora cr#es!. 71B Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 102,5!7osotros $emos ''e-ado a amar )or&ue $emos sido amados!.! 71G Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 62,3!)Como )odr5amos nosotros amar, si antes no fu#semos amados0! 712 Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 102, 6!Don enteramente de Dios, e' amar'e!. 77> E)istu'a ad Consencius, 120, 1, 3!1ertenece a' fuero de 'a ra(/n e' &ue en ciertos temas de 'a doctrina sa'vadora, cu*a com)rensi/n inte'ectua' todav5a no somos ca)aces de a'can(ar -)ero 'o )odremos a'can(ar a'-una ve(- &ue 'a fe )receda a 'a ra(/n!. 774 De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ, 1, 3, 11 !1ero, a' ''e-ar a 'o divino desv5a de e''os su vista, no tiene serenidad )ara ver'o, * emociona da, ardorosa * .adeante de amor * como des'umbrada )or 'os res)'andores de 'a 'u( de 'a verdad, )or cansancio, m,s bien &ue )or e'ecci/n, se vue've a su fami'iaridad con 'as tinieb'as!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo al hombre a la inteleccin. 0. Porque purifica a la inteligencia del velo producido por su infirmitas. 6. Porque perfecciona a la inteligencia agudizando su ni$el de comprensin. G. Porque la anima a alcanzar un orden objeti$o m!s alto que el habitual. 2. Por la naturaleza suprarracional de las $erdades que se quiere conocer. KPuede ser esto una suerte de reconocimiento a la posicin fidesta" que ponga en peligro las posibili- dades gnoseolgicas de la razn natural< .azonablemente" la respuesta depende del tipo de asistencia que ejer- za la fe sobre la razn" # del grado de debilidad que tenga el entendimiento para alcanzar la $erdad. Si el dato de fe substitu#e totalmente a la e$idencia objeti$a" # la inteligencia est! radicalmente impedida de alcanzar cualquier orden de inteligibilidad" entonces la respuesta debe ser afirmati$a. Pero" si la e$idencia de la razn no es substituida" sino tan slo apo#ada por el dato re$elado" # la inteligencia tiene de ordinario un cierto acceso al orden inteligible" entonces" la respuesta debe ser negati$a. Pero" en este *ltimo caso habr! que aclarar" en qu sentido la inteligencia se mue$e por s misma" # en qu sentido" no. n el caso de ,gustn es perfectamente claro que el reconocimiento de la razn al dato de fe surge de la imposibilidad racional de admitir una suerte de admisin de la doctrina de la doble $erdad" una la $erdad de fe" otra la de razn. Solo ha# una $erdad. )Pero cu!l es esta $erdad< La respuesta de ,gustn es magistral9 la razn debe ceder ante la $erdad re$elada" pero puede ocurrir que sta se presente como opuesta a la e$idencia de la razn9 # esto puede suceder doblemente o porque el dato de razn se opone al de la fe" en cu#o caso la razn se enga8a" o bien porque el dato de fe se opone a la e$idencia de la razn" en cu#o caso la razn tambin se enga8a porque puede tomar como $erdad de fe lo que en rigor no es m!s que su propia opinin9 A,i enim ratio contra diuinarum ,cripturarum auctoritatem redditur, quamlibet acuta sit, fallit ueri similitudine' nam uera esse non potest. Bursus si manifestissim certque ratione uelut ,cripturarum sanctarum obiicitur auctoritas' non intelligit qui hoc facit, et non ,cripturarum illarum sensum, ad quem penetrare non potuit, sed suum potius obiicit ueritati, nec quod in eis, sed quo in seipso uelut pro eis inuenit, opponit@ ((@ . Hodo lo cual obliga a continuar el examen para ad$ertir en qu sentido la razn tiene la primaca sobre la fe. 1.1. Pntellige ut credas o el primado de la razn La sospecha de que ha#a en los textos precedentes una cierta actitud fidesta de base peca" al menos" de apresurada. Si por fidesmo se entiende la necesidad de la fe en orden a la adquisicin de las $erdades de orden metafsico" moral # religioso" en cuanto se entiende a stas como inaccesibles a la razon natural 777 " entonces" de lo anterior" no se sigue necesariamente una actitud fidesta por parte de ,gustn. Pues" si se lo obser$a bien" los textos anteriores no son tan absolutos" #a que en ellos no se est! diciendo expresamente que la fe precede nece- sariamente a la razn en toda suerte de conocimiento" sino" m!s bien" respecto a aquellos que est!n $inculados con los datos re$elados. Para precisar mejor esto" se hace necesario continuar la in$estigacin siguiendo dos caminos" uno referido al conocimiento del orden natural? otro" al sobrenatural. l primero $iene indicado por la pregunta" ) sostiene ,gustn la necesidad de la fe en el orden del conocimiento ordinario de la razn< l segundo" por la pregunta9 )sostiene ,gustn que el conocimiento de fe prescinde en trminos absolutos de la a#uda de la razn< La fe en el orden del conocimiento natural La actitud de ,gustn en el caso del conocimiento natural ser! bien distinta" a la que asume cuando se trata del conocimiento de fe. s e$idente que ,gustn admite la posibilidad del conocimiento natural o de razn" porque de lo contrario no podra distinguirlo del sobrenatural o de fe. Luego" si los distingue es que los admite a ambos. :e otro modo" no hubiera asumido que los filosofos antiguos de alguna manera ha#an tenido acceso a la sabidura. Prueba de ello es que lleg a afirmar" no slo que Platn -# otros muchos- se acerca como el que m!s a las $erdades de fe -eosque nobis propinquiores fatemur 775 -" sino que se llega a plantear con firmeza la posibilidad de que" de hecho" ha#a ledo las scrituras -ut pne assentiar #latonem illorum Librorum e+pertem non fuisse 770 . Posibilidad que fue claramente admitida por su maestro ,mbrosio9 >Eonne memoratus episcopus, considerata historia gentium, cum repperisset #latonem Peremi temporibus profectum 771 pistula ad Aarcelinum 450" B9 APorque si la razn se $uel$e contra la autoridad de las Sagradas scrituras" por mu# aguda que sea" se enga8a con una apariencia de $erdad. n ninguna forma puede ser $erdadera. (gualmente" si a una razn e$idente trata alguien de oponer la autoridad de las Sagradas scrituras" no entiende quien eso hace9 opone a la $erdad" no el sentido de aquellas scrituras" al que no ha logrado alcanzar" sino el su#o propio9 Dpone lo que encontr no en ellas" sino en s mismo" como si fuese en ellas@. 777 Cfr. ?,L$E' ;'=GGE'( Diccionario de Ri'osof5a, Aarce'ona, Gerder, 1936. Do( Of'de5smoO. 775 De ciuitate Dei, 6,9 !Confesamos &ue est,n m,s cercanos a nosotros!. 770 De ciuitate Dei, 6, 11 !1ara ''e-ar casi a creer &ue 1'at/n no fue desconocedor de 'os 4a-rados <ibrosO. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo fuisse in giptum, ubi propheta ille tunc erat, probabilius esse ostendit quod #lato potius nostris Litteris per Peremiam fuerit imbutus, ut illa posset docere uel scribere qu iure laudantur5> 776 . ;" de hecho" ,gustn admite -no sin cierta renuencia- que la inteligencia humana accede naturalmente a un cierto conocimiento del orden real9 >"actenus potuit ratio perduci, uersabatur naque non ueritate certior, sed consuetudine securior, in rebus humanis> 77B . :e donde" esta cuestin de si es necesaria la fe para adquirir los conocimientos naturalmente adquiridos por la razn se resuel$e negati$amente. ntenderlo de otro modo" por otra parte" equi$aldra a negar la ndole misma del conocimiento natural -fundado en la e$idencia objeti$a- lle$ando a su negacin" en aras de un ine$i- table fidesmo. n cu#o caso" ocurrira un hecho paradjico" pues" al suponer la fe el ejercicio de la razn" la negacin de sta traera aparejada la de la fe que se pretende defender. Para entender esto *ltimo se hace nece- sario indagar sobre el grado de participacinde la inteligencia sobre el dato de fe. Sin embargo" no deja de admitir la necesidad de apelar a la fe" cuando ante la imposibilidad concreta de disponer de una e$idencia directa" se debe confiar en el testimonio de alguien. Hal es el caso de cierto tipo conocimientos referidos a la relacin de parentezcos de filiacin" o de confiar en la afirmacin del mdico de cabecera" o en informaciones de c!racter histrico. Pero" en rigor" tal dato no es originariamente de fe" sino que cuenta con el apo#o inicial de una e$idencia objeti$a" por parte de aquellos testigos en cu#o testimonio se confa. La participacin de la razn en el conocimiento re$elado .especto a la segunda cuestin planteada" acerca de si el conocimiento adquirido por la $a de la fe puede prescindir simpliciter del auxilio de la razn natural" tampoco se puede responder a esto afirmati$amente. ; esto por di$ersas razones. 4.Por la racionalidad misma del principio que determina la necesidad de la fe en lo que concierne a las $erdades que no est!n al alcance de la razn9 >,i igitur rationabile est, ut magnam quandam, qu capi nondum potest, fides antecedat rationem, procul dubio quantulacumque ratio, quos hoc persuadet, etiam ipsa antecedit fidem> ((2 . -on lo cual se quiere se8alar que no se trata de un principio impuesto por la fe" sino por la misma razn. 1.La fe es precedida por la razn como el sujeto" al atributo que habr! de recibir. n ese sentido la razn es condicin de la fe" porque la fe slo es posible al hombre en $irtud de su naturaleza racional. ,un la misma fe la necesita para creer" >*bsit namque, ut hoc in nobis )eus oderit, in quo nos reliquis animatibus e+cellen! tiores creauit. *bsit, inquam, ut ideo credamus, ne rationem accipiamus siue quramus, cum etiam credere non possemus, nisi rationales animas haberemus> 772 . 7. La fe" supone a la inteligencia en cuanto debe ajustarse a la naturaleza del receptor" que consta de razn # $oluntad9 >)ios no obra la salvacin en nosotros como si se tratara de piedras insensibles o seres en los que la naturale.a no ha puesto ra.n y voluntad> 75> . La fe es recibida libremente por la $oluntad 754 " e ilumina a la inteligencia en cuanto que le abre la puerta al conocimiento de las $erdades 751 . 5.La fe supone el uso de la inteligencia porque el consentimiento de la $oluntad" no se hace al margen de una inteligencia" #a que es necesario discernir sobre las razones por las cuales se debe creer en unas cosas # no en otras. >#ropterea monet apostulus paratus nos esse debere ad responsionem omni poscenti non rationem de fide et spe nostra> (I( . Precisamente es la razn la que preser$a al cre#ente de adherir a lo que es indigno de 776 De doctrina c$ristiana, 2,26, 43 !)?caso e' recordado obis)o ?mbrosio, considerada 'a $istoria )rofana * viendo &ue 1'at/n fue en tiem)o de `ere m5as a E-i)to, donde )or entonces a&ue' )rofeta se $a''aba, no entend5a &ue era m,s )robab'e e' &ue 1'at/n $ubiese bebido de nuestras <etras a trav#s de `erem5as de modo &ue as5 bien )udo escribir * ense 2ar 'as cosas &ue se a'aban con ra(/n en sus escritos0! 77B De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ, 1, 3, 11 !Gasta a&u5 nos $a )odido -uiar 'a ra(/n, *a &uede 'o$umano )osee, si no, 'a certe(a &ue nace de 'a verdad, a' menos 'a se-uridad &ue da e' $,bito!- 77G E)istu'a 120 ad Consensius, 1,3!4i es ra(onab'e &ue 'a fe )receda a 'a ra(/n res)ecto de 'as cosas cu*a -rande(a im)ide &ue sean com)rendidas, sin duda, cua'&uiera &ue sea esta ra(/n, &ue nos )ersuade de &ue 'a fe $a de )receder a 'a ra(/n, #sta misma )recede a 'a fe!. 772 !Dios est, mu* 'e.os de odiar en nosotros esta facu'tad )or 'a &ue 'os cre/ su)eriores a' resto de 'os anima'es. C' nos 'ibre de )ensar &ue nuestra fe nos incita a no buscar ni buscar 'a ra(/n, )ues no )odr5amos ni aun creer si no tuvi#semos a'mas raciona'es!. 75> De )eccatorum meritis et remissione, 2.5 !Dios no obra 'a sa'vaci/n en nosotros como si se tratara de )iedras insensib'es o seres en 'os. &ue 'a natura'e(a no $a )uesto ra(/n * vo'untad!; Cfr. De diuersis &uQstionibus ad 4im)'icianum, 1,2,13. 754 De doctrina c$ristiana, 1,2,5; E)istu'a 35,4. 751 E)istu'a 133, 15. 757 E)istu'a 120, ad Consensius, 1,4 !1or eso amonesta e' a)/sto' 1edro &ue debemos estar )re)arados a contestar a todo e' &ue )ida ra(/n de nuestra fe * de nuestra es)eran(a!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ser objeto de fe9 APpsa enim docet, et uere docet nihil omnino colendum esse, totumque contemni oportere quidquid mortalibus oculis cernitur, quidquid ullus sensus attingit@ (II . 0. D bien" la fe exige la inteligencia" porque se debe determinar por qu se debe creer en el testimonio de unos antes que en el de otros9 >Nuamquam neque auctoritatem ratio penitus deserit, cum consideratur cuisit credendum> (I? . .azones que se han de hallar por la $a del conocimiento natural como lo puede ser el hecho histrico de la existencia de -risto" o la constatacin fehaciente de la existencia de los milagros o el cumpli- miento de las profecas narradas en las Escrituras0 >Et inimici Pudi non autem dicere, QEon fuit 3hristus in gente nostraQ $...%. ,i ea qu consecuta sunt mortem ipsius inuenimus dicta a prophetis $...%, quomodo nos falli! mus, si ctera credere nolumus, cum uideamus multa in nobis impleta> 756 . 6. La fe es precedida por la inteligencia en cuanto se ordena a la perfeccin de la facultad intelecti$a como el medio se ordena a un fin. ; esto supone" no slo la admisin de la recepcin intelectual" sino tambin un ma#or perfeccionamiento de la facultad intelecti$a9 >Nuid est quod renascimur5 Eatura qu corrupta fuerat, reparatur' natura qu lapsa fuerat erigitur, natura qu deformis iacebat, gratia reformatur> (IA . Lo que ocurre en cuanto que obra sobre la $oluntad 75G # la inteligencia" a la que purifica -et sanari credendo poteram, ut purgatior acies mentis (I4 !' # permite acceder a los misterios de la fe -porque es el mismo :ios quien pro$oca la inteleccin -OMunus )ei est intelligentia> 70> . -onocimiento que puede alcanzar ni$eles humanamente inimaginables tal como lo puede ser la contemplacin de :ios facie ad faciem0 >Pam ergo si fideles sumus, ad fidei uiam perueniemus, quam si non dimiserimus, non solum ad tantam intellegentiam rerum incorporearum et incommutabilium, quanta in hac uita capi non ab omnibus potest, uerum etiam ad summitatem contemplatio! nis, quam dicit apostolus facie ad faciem> (?: . B.Hambin se puede decir que la fe supone la inteligencia" porque -respetando el principio de que la gracia supone la naturaleza- no puede haber fe sin una cierta inteleccin. Pues" aun cuando el dato de fe es cre- do # no comprendido" no puede ser recibido" sino bajo una pre$ia comprensin que permita saber al menos qu es lo que se cree" lo que se pone en e$idencia porque se transmite por medio de palabras que deben ser enten- didas9 nisi quod loquor intellegant, credere non possunt 701 . Porque aunque el acto de fe parece acompa8ar en simultaneidad al acto de pensar" en rigor" no es as" ha# una anterioridad temporal del pensar respecto delacto de fe9 >Nuamuis enim raptim, quamuis celerrime credendi uoluntatem qudam cogitationes anteuolent, mo+que illa ita sequatur, ut quasi coniunctissima comitetur'necesse est tamen ut omnia qu creduntur, prueniente cogitatione credantur> (?( . ; la razn estriba en que no se cree sin antes saber de alguna manera lo que se ha de creer9 >Nuis enim non uideat, prius esse cogitare quam credere5 Eullus quippe credit, nisi prius cogitauerit esse credendum> (?I . G. La razn tambin precede a la fe por su ma#or grado de perfeccin ontolgica" pues" supone un grado de conocimiento superior. >*d discendum item necessario dupliciter ducimur, auctoritate atque ratione. -empore auctoritas, re autem ratio prior est, aliud est enim quod in agendo anteponitur, aliud quod pluris in appetendo stimatur. $...% ratio aptior eruditis> (?? . Pues" tomados en s mismos" -no en razn de la naturaleza de su objeto- sino del mismo acto cognosciti$o" es m!s perfecto el conocimiento racional que el de fe. Lo que explica" a parte ante, no slo la necesidad de hallar razones para creer" sino tambin" a parte post" el deseo de alcanzar un cierto grado de comprensin racional de aquellas $erdades que son objeto de fe. :e all" que aunque 755 Contra academicos, 1,1,3 A9<a fi'osof5a: ense2a * con ra(/n &ue no se debe dar cu'to ni estimaci/n a 'o &ue se ve con 'os o.os morta'es, a todo 'o &ue es ob.eto de 'a )erce)ci/n sensib'e@. 750 De uera re'i-ione, 24, 45 !<a autoridad no est, enteramente des)rovista de ra(/n, en cuanto &ue $a de antender a &ui#n se $a de creer!. 756 4ermo 113 ?, 5 !7i si&uiera 'os enemi-os .ud5os osan decir O7o e;isti/ ta' Cristo en nuestra ra(aO, 9...:. 4i $a''amos &ue fueron )redic$as )or 'os )rofetas 'as cosas &ue si-uieron a su muerte 9...:. Gabiendo visto &ue muc$as otras cosas se $an cum)'ido *a entre nosotros, )c/mo caer en e' en-a2o de no &uerer creer 'o &ue resta0! 75B 4ermo 162, 3!)1ara &u# renacemos0 1ara &ue se re)are 'a natura'e(a corrom)ida, )ara &ue se 'evante 'a natura'e(a ca5da * sea reformada )or 'a -racia 'a natura'e(a &ue *ac5a deforme!. 75G Contra Hu'ianum 2, 10. 752 Confessiones, 6, 4, 6 !1od5a sanar cre*endo, m,s )urificada 'a vista de mi mente!. 70> Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 40, 5!Don de Dios es 'a inte'i-encia!. 704 E)istu'a 120, 1,4 !4i *a somos fie'es, $emos tomado e' camino de 'a fe; si no 'o abandonamos, no s/'o ''e-aremos a una inte'i-encia e;traordinaria de 'as cosas incor)/reas e inmutab'es, ta' como )ocos )ueden a'can(ar en esta vida, sino a 'a cima de 'a contem)'aci/n &ue e' ?)/sto' ''ama Ocara a caraO!. Cfr. H Cor 13, 12. 701 De doctrina c$ristiana, 44, 9 !4i no se entiende 'o &ue $ab'o, no )ueden creer!. 707 De )rQdestinatione sanctorum, 2,5 !?un&ue, a veces, e' )ensamiento )recede de una manera tan instant,nea * verti-inosa a 'a vo'untad de creer, * #sta 'e si-ue tan r,)idamente &ue )arece &ue ambas cosas son simu't,neas, no obstante es )reciso &ue todo 'o &ue se cree se crea des)u#s de $aber'o )ensado!. 705 De )rQdestinatione sanctorum, 2, 5!7adie, en efecto, cree a'-o, si antes no )ensara 'o &ue debe creer!, 700 De ordine, 2, 9, 26 !1ara a)render necesariamente debemos ser conducidos )or dos v5as 'a autoridad * 'a ra(/n. <a autoridad es anterior en e' tiem)o; 'a ra(/n, 'o es en cuanto a 'a rea'idad. 1ues, una cosa es 'o &ue se ante)one en e' orden de' obrar, * otra, 'o &ue m,s se a)recia en e' orden de 'a intenci/n. 9...: 'a ra(/n es )referida )or 'os doctos!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo se pueda decir que" en un cierto sentido la fe precede temporalmente a la razn" no es menos cierto que la razn goza de un ma#or grado de perfeccin ontolgica. Porque la inteligencia est! naturalmente ordenada a alcanzar el m!ximo grado de comprensin del orden real" lo que se alcanza por medio de la disciplina filosfica" entendida como ciencia de la $erdad9 AEam ipsum uerum non uidebis, nisi in philosophiam totum intraueris@ (?1 . Porque la inteligencia" por medio de la filosofa" est! ordenada al conocimiento de los primeros principios9 AEullumque aliud habet negotium, qu uera, et ut ita dicam, germana philosophia est, quam ut doceat quod sit omnium rerum principium sine principio quantusque in eo maneat@ (?A . n este caso no se tratara de una precedencia temporal" sino ontolgica" por cuanto la fe se ordena -secundum quid! a la adquisicin este saber m!s perfecto de la razn. 2. Porque la misma fe es a#udada por la inteleccin9 >#utatis autem nihil dicere etiam illum qui dicit, QPntellegam ut credam5 $...% Fides eos fecit prsentes uerbo )ei0 sed ipsa fides qu germinauit irriganda est, nutrienda est, roboronda est. $...% Loquendo, hortando, ducendo, suadendo plantare possumus et rigare $...%> (?2 . Porque la inteligencia no slo a#uda a la fe a comprender rectamente su contenido" sino tambin para e$itar las gra$es malinterpretaciones9 >Pps ,criptur sanct, qu magnarum rerum ante intellegentiam suadent fidem, nisi eas recte intellegas, utiles tibi esse non possunt, omnes enim hretici, qui eas in auctoritate recipiunt, ipsas sibi uidentur sectari, cum suo potius sectentur errores, ac per hoc, no quod eas contemnant, sed quod eas non intellegent, hretici sunt> 702 . 4>. Porque" de hecho" mucho antes de que la fe asista a la inteligencia" sta" por s misma" #a ha alcanzado un importante n*mero de $erdades" que a la fe slo resta confirmar # no suministrar9 >Eam infirma ratio uideri potest, qu cum reddita fuerit, auctoritatem postea, per quam firmetur, assumit> (1; . 44. Porque el conocimiento que slo se $er! m!s claramente bajo la luz de la fe" #a se anticipa de alguna manera por medio de la razn natural9 >Ppsis carnalibus formis, quibus detinemur, nitendum est, ad eas cognoscendas, quas caro non nuntiat. Eas enim carnales uoco, qu sentiri queuent, id est, per oculos per aures, cterosque corporis sensus> (1: . Luego" se puede decir que el conocimiento de fe es precedido di$ersamente por la facultad intelecti$a9 4. Por la racionalidad del mismo principio que llama a la fe. 1. n cuanto la fe slo puede ser un atributo del ser racional. 7. n cuanto que la fe debe ajustarse a la naturaleza del receptor. 5. Por la necesidad de discernir qu es lo que se habr! de creer. 0. ;" a quien se habr! de creer. 6. Porque la fe se ordena a la inteligencia como el medio al fin. B. Porque la fe supone cierto grado de inteleccin. G. Porque el acto de entender es ontolgicamen- te superior al acto de fe. 2. Porque la fe es a#udada por la inteleccin. 4>. Porque" de hecho" ella por s misma #a puede tener un cierto conocimiento que a la fe slo toca confirmar. 44. Porque" lo que la razn conoce por s misma" #a anticipa de alguna manera lo que sabr! posteriormente m!s claramente por la $a de la re$elacin. La prioridad ontolgica de la $erdad alcanzada por la razn natural se explica" no tanto en razn del objeto de conocimiento" como por el modo de conocer" pues" la certeza que implica el conocimiento racional est! fundada en la manifestacin objeti$a de la $erdad? mientras que la fe carece de tal e$idencia objeti$a ->credere quod uidere non possuntO 761 . :e ah" que el que tiene fe quiere conocer con la misma perfeccin del que conoce a tra$s de la razn. En dato sumamente importante reside en que de alguna manera la inteligencia tiene a su cargo el discernimiento en el orden de la $erdad de fe # del argumento de autoridad. Le toca a la inteligencia indagar sobre las e$idencias que indiquen qu $erdades de fe # qu autoridades deben ser credas. Luego" la inteligencia prepara para la fe. ;" al mismo tiempo" es el trmino de la fe en cuanto que la perfecciona. ; esto remite a la cuestin de la mutua referibilidad entre el orden de la razn # el de la fe" por cuanto no faltan razones para 706 Contra academicos, 2, 3, 6 A7o ''e-ar,s a 'a )osesi/n de 'a verdad, si no te dedicas enteramentea a 'a fi'osof5a@. 70B De Prdine, 2, 5, 16 A7i )ersi-ue otro fin 'a verdadera * aut#ntica fi'osof5a sino ense2ar e' )rinci)io sin )rinci)io de todas 'as cosas * 'a -rande(a de 'a sabidur5a &ue en #' res)'andece@. 70G 4ermo 43, 6 O)Pens!is que dice cosa de poca monta quien afirma cntienda #o # creerc< La fe los hizo presentes a la palabra de :ios" pero es menester regar" nutrir # robustecer esa fe que ha comenzado a germinar. U...V Jablando" exhortando" ense8ando" persuadiendo" podemos plantar # regar U...VO. 702 pistula ad -onsentium" 41>" 7.459 OLas mismas Santas scrituras -que imponen la fe en grandes misterios- no podr!n serte *tiles si no las entiendes rectamente. Hodos los herejes que han admitido la autoridad de las scrituras creen haberse atenido a ellas" cuando se atu$ieron m!s bien a sus propios errores? pero son herejes" no por haberlas menospreciado" sino por no haberlas entendidoO. 76> :e moribus cclesid -atholicd" 4.1"79 OPues" la razn descubre su debilidad" en que despus de haber caminado sola" necesita de la autoridad como confirmacin de lo que ella ha establecidoO. 764 :e uera religione" 15" 509 On las mismas formas carnales que nos detienen" ha# que apo#arse para conocer las que pertenecen a un orden in$isible. Llamo cformas carnalesc a las que pueden percibirse con el cuerpo" esto es" con los ojos" odos # dem!s sentidos org!nicosO. 761 :e fide rerum qud non uidentur" 4"4. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo pensar que en esta tarea tan delicada" como lo es el discernimiento de lo que se debe creer # a quin" el hombre es misteriosamente asistido por la luz de la gracia. . La fe necesita de la razn porque quien cree necesita discernir los fundamentos de la autoridad. )@u razones se pueden esgrimir para determinar el grado de autoridad de algo o de alguien< n el caso de las $erda- des sobrenaturales" la autoridad se manifiesta por la e$idencia de los milagros # del gran n*mero de seguidores9 >)upliciter nos mouet, partim miraculis, partim sequentium multitudine> (1( ? otro" signo de autoridad lo es tambin el de con$ocar a la unidad9 >qui ad unum uocant, eorum maior et fide dignior esse debet auctoritas> 765 . Dbsr$ese como esas razones deben ser e$identes para la inteligencia que las descubre. 1.4.7. La complementariedad ;a en su obra inicial" el :octor de la (glesia admite la necesidad del auxilio de la fe" para sostener mejor el conocimiento racional. Lo que supone la existencia de un doble camino para adquirir la $erdad9 la razn # la autoridad. La primera" $inculada con la filosofa que indaga sobre el principio sin principio de todas las cosas" que intenta penetrar con la inteligencia los misterios" al alcance de unos pocos? la segunda" con la fe por la que se accede a los misterios sagrados" al alcance de muchos >)uple+ enim est uia quam sequimur, cum rerum nos obscuritas mouet, aut rationem, aut certe auctoritatem. #hilosophia rationem promitti et uia paucissimos liberat quos tamen non modo non contemnere illa mysteria, sed sola intelligere, ut intelligenda sunt, cogit. Eu! llumque aliud habet negotium qu uera, et, ut ita dicam, germana philosophia est, quam ut doceat quod sit omnium rerum principio sine principio $...% quem unum )eum omnipotentem eumque tripotentem, #atrem et Filium et ,piritum sanctum, docent ueneranda mysteria, qu fide sincera et inconcussa populos liberant, nec confuse, ut quidamnec contumeliose, ut multi prdicant> 760 . s e$idente que" con esto" ,gustn sale al cruce de un doble peligro9 por una parte" el que estaba representado por el racionalismo de toda la#a que" a fuerza de apo#arse en el mero ejercicio de la razn termina por reducir a la altura de la razn humana la sobrenatural dignidad de los misterios sagrados? #" por la otra" el peligro del fidismo" que so capa de sal$aguardar escrupulosamente los misterios de la fe de los de$aneos de una razn raciocinante" termina por negar al hombre la posibilidad del sano ejercicio de la razn en lo atingente a los datos de la fe. ;a al inicio de su carrera especulati$a el santo de Jipona estaba persuadido de la armoniosa unidad que se poda establecer entre el aporte de la fe # el de la razn. La fe le da la seguridad que necesita en cuestiones de ardua comprensin? pero la razn sigue a la necesidad de un ma#or esclarecimiento de las $erdades alcanzadas por $a de la fe. :e all su ntima determinacin de no separarse ni del mensaje cristiano" ni de su propsito de hallar la comprensin de la inteligencia9 AEulli autem dubium est gemino pondere nos impelli ad discendum, auctoritate atque rationis. Mihi autem certum est nusquam proorsus a subtilissima ratione persequendum est 6ita enim iam sum affectus, ut quid sit uerum, non credendosolum, sed etiamintelligendo apprehendere impatienter desiderem7 apud platonicos me interim quod sacris nostris reperturum esse confido@ (11 . ,l apelar tanto a una como a otra fuente del conocimiento humano" el santo no pretendia arrojar un manto de ol$ido a la distancia que las separa entre s" sino a poner en e$idencia el fundamento com*n que las une" esto es" la realidad di$ina" porque :ios" $erdad suprema" es el inconmo$ible sostn tanto de la $erdad creda como de la sabida9 >,cientia ergo nostra 3hristus est, sapientia quoque nostra idem 3hristus est. Ppse nobis fidem de rebus temporalibus inserit, ipse de sempiternis e+hibet ueritatem> 76B . Jase $isto en las lneas precedentes el notable esfuerzo especulati$o que realiza el Jiponense para mos- trar los di$ersos modos en que la razn # la fe inter$ienen en el hecho del conocimiento humano. Pero" la distincin que descubre en el orden del an!lisis le permite tomar conciencia de la necesidad de hallar tambin el modo de su integracin. >Eon nihil etiam ipse, cum dicit, QPntelligam ut credamQ. Eam utique modo quod lo! 767 )e utilitate credendi, :1,(I0 O(nflu#e en nosotros" en parte por los milagros" en parte por la multitud de sus seguidoresO. 765 De uera re'i-ione, 25, 46 O:ebe considerarse ma#or # m!s digna de fe la autoridad de los que in$itan a al unidadO. 760 De ordine, 2,5,16 OEn doble camino" pues" se debe seguir para e$itar la oscuridad que nos circunda9 la razn # la autori dad. La filosofia promete la razn" pero sal$a a poqusimos" oblig!ndolos" no a despreciar aquellos misterios" sino a penetrarlos con su inteligencia" seg*n es posible en esta $ida. 3i persigue otro fin la $erdadera # autntica filosofa" sino ense8ar el principio sin principio de todas las cosas? U...V al cual :ios *nico # omnipotente" tres $eces poderoso" Padre" Jijo # spritu Santo" nos lo dan a conocer los misterios sagrados" cu#a fe sincera e inquebrantable sal$a a los pueblos" e$itando la confusin de algunos # el agra$io de otrosO. 766 -ontra academicos" 7" 1>" 579 APues" a nadie es dudoso que una doble fuerza nos impulsa al aprendizaje9 la autoridad # la razn. ; para m es cosa #a cierta que no debo apartarme de la autoridad de -risto" pues no hallo otra m!sfirme. n los temas que exigen arduos razonamientos -pues" tal es mi condicin que impacientemente esto# deseando de conocer la $erdad" no slo por la fe sino por comprensin de la inteliegencia -confo" entre tanto" hallar entre los platnicos la doctrina m!s conforme con nuestra re$elacin@. 76B De Frinitate, 13, 19, 24 O3uestra ciencia es -risto # nuestra sabidura tambin es el mismo -risto. Ml mismo inserta en nosotros la fe respecto de las cosas temporales" as como exhibe la $erdad de las sempiternasO. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quor, ad hoc loquor, ut credam qui nondum credunt0 et tamen nisi quod loquor intellegant, credere non possunt. Ergo, e+ aliqua parte uerum est quod ille dicit, Qintellegam, ut credamQ' et ego qui dico, sicut dicit #ropheta, QPmmo crede, ut intellegas0 uerum dicimus intellegas, concordemus. Ergo intellige ut credas0 crede ut intelligas> (12 . Jallar el orden de prioridad entre la fe # la razn" decididamente no es una cuestin de f!cil solucin. En ejemplo de ello aparece en el siguiente pasaje de )e moribus Ecclesi catholic" donde" luego de sostener la precedencia temporal de la auctoritas sobre la ratio" no halla mejor argumento para sostener la $erdad que la $a de la razn9 >Fnde igitur e+ordiar5 ab auctoritate, an a ratione5 Eatur quidem ordo ita se habet, ut cum aliquid discimus, rationem prcedat auctoritas. Eam infirma ratio uideri potest, qu cum reddita fuerit, auctoritatem postea, per quam firmetur assumit. ,ed quia caligantes hominum mentes consuetudine tenebra! rum, quibus in nocte peccatorum uitiorumque uelantur, perspicuitati sinceritatique rationis adspectum idoneum intendere nequeunt0 saluberrime comparatum est, ut in lucem ueritatis aciem titubantem ueluti ramis humanitatis opacata inducas auctoritas. ,ed quoniam cum iiis nobis res est, qui omnia contra ordinem, et sentiunt, et loquuntur, et gerunt, nihilque aliud ma+ime dicunt, nisi rationem prius esse reddendam, morem illis geram' quod fateor in disputando uitiosum esse, suscipiam> (14 . n este pasaje se puede ad$ertir la importancia que re$iste una $erdad en relacin con el sujeto que la habr! de aprender. Para quien #a cree" el dato de fe #a es suficiente para determinar el asentimiento de la razn. Pero" para quien no cree" es necesario" agregar al dato de fe" las razones que se deben admitir son las de orden exclusi$amente racional. , la luz de este texto" parecera que ,gustn" en lo ntimo de su corazn le da prioridad al orden de la fe por encima de la razn. ; es posible que realmente tal apreciacin sea la correcta" pues en la alternati$a de tener que escoger entre dos tesis encontradas" el autor optar! sin hesitacin por la que se concilie con el dato de fe9 non debemus sentire quod abhorret regula fidei (A; . ; si acaso tu$iera alguna duda respecto de su conciliabilidad con el dato de fe" no dudara en abstenerse. La razn por la cual no se pronuncia respecto del origen del alma radica en su temor a desobedecer el consejo del Ecclesiastes sobre la con$eniencia no ser temerario en la busqueda de la $erdad9 A*ltiora te ne qusieris, et fortiora te ne scrutatus fueris' sed qu prceptis tibi )ominus illa cogita semper@ (A: . Pero" esto no impide que" persuadido del ma#or $alor intrnseco -para quien no cree-" del argumento de razn respecto del de autoridad" termine apelando al primero. Dtras $eces" # de modo co#untural" la precedencia de la razn obedece m!s bien a razones pr!cticas" para obtener de un modo m!s inmediato lo que debe saber9 >Nuam quisque ingressus sin ulla dubitatione vit optim prcepta sectatur, per qu cum docilis factus fuerit, tum demum discet et quanta ratione prdita sint ea ipsa qu secutus est ante rationem, et quid sit ipsa ratio quam post auctoritatis cunabula firmus et idoneus iam sequitur atque comprehendit et quid intellectus, in quo uniuersa sunt, uel ipse potius universa, et quid prter uniuersa uniuersorum principium. *d quam cognitionem in hac uita peruenie pauci, ultra quam uero etiam pos hanc uita nemo progredi potest> 7B1 . 3aturalmente" esto no se hace sino a costa de sacrificar la e$idencia de la comprension por la oscuridad del acto de fe" pero" en compensacin" sin ma#or esfuerzo" tiene a su disposicin la seguridad de contar" sin hacer ejercicio de ma#or esfuerzo intelectual" con una serie de $erdades sobre las cuestiones m!s grandes # 76G 4ermo 44,9 !7o es un sin sentido &ue di-a OCrea )ara entenderO. 1ues, siem)re &ue $ab'o, )ara esto $ab'o, )ara &ue crean 'o &ue todav5a no creen. @, sin embar-o, si no entienden 'o &ue $ab'o, no )ueden creer. <ue-o, en cierto sentido es verdadero 'o &ue a&u#' dice -OEntienda )ara creerO- as5 como 'o &ue *o di-o con e' 1rofeta, -O4in embar-o, cree, )ara entenderO. Concordemos, entiende &ue ambos decimos 'a verdad. <ue-o, entiende )ara creer; cree )ara entender!. 762 )e moribus Ecclesi 3atholic, :,@, (0 >)En qu& me apoyar& primero, en la ra.n o en la autori dad5 El orden natural es que, cuand aprendemos alguna cosa,la autoridad preceda a la ra.n. La ra.n, en efecto, descubre su debilidad, en que, despu&s de haber caminado sola, necesita de la autoridad para confirmar lo que ella ya ha establecido. La inteligencia humana, oscurecida por las tinieblas que, como un velo la ciegan en la noche de los vicios y pecados, e incapa. de contemplar con firme.a la claridad y pure.a de la ra.n, necesita el salub&rrimo recurso de la autoridad, como sombreada con ramos de humanidad, para fi9ar la mirada d&bil e insegura del alma en la lu. de la verdad. #ero, como tengo que hab&rmelas con enemigos que sienten, hablan y obran contra el orden natural y cuya m+ima suprema es que la ra.n debe ser invocada antes que todo, me acomodar& a su manera de ver y seguir& su m&todo, aunque, a mi parecer, en las discusiones sea vicioso>. 7B> Sermo B"79 A3o debemos sustentar algo que contradiga la regla de la fe@. 7B4 ccli" 4"11? AEo busques lo que est sobre tus fuer.as y no investigues lo que te es superior' medita siempre en lo que el ,e/or te ha ordenado@. -itado en )e anima et eius origine, I,I,?. 7B1 )e ordine, @, 4, @10 >Mas como todo hombre, sin duda, de indocto se hace docto y ning8n indocto conoce la disposicin y la docilidad de vida con que debe ponerse ba9o la direccin de los maestros, resulta que a todos cuantos desean llegar al conocimiento de las grandes y ocultas cuestio nes, la autoridad les abre la puerta. = una ve. que entr, sin ninguna hesitacin observa los me9ores preceptos morales, y, capacitado por ellos, al fin ver cun ra.onables son las cosas que abra. sin comprender a8n' y qu& es la ra.n, a la que sigue con firme.a y seguridad despu&s de de9ar la cuna de la autoridad' y qu& el entendimiento, donde estn todas las cosas, o ms bien, &l es todas ellas' y cul es el principio de todas las cosas, y cmo es superior al universo. a estos conocimientos, llegan pocos en esta vida, y en la otra, no puede aspirarse a otros me9ores>. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo profundas. Luego" con el sosiego de la reflexin $endr! la comprensin de las cosas que antes slo cre#era" $iendo la razonabilidad que ellos encerraban. Pero" a este segundo ni$el de conocimiento slo acceden unos pocos en esta $ida. , los dem!s les queda la esperanza de alcanzarla en la $enidera. KPuede entenderse tal disparidad de textos como prueba de un cierto estado dubitati$o respecto del orden de prelacin entre las dos fuentes del conocimiento< ,s lo parece sugerir el contenido de los textos citados. Pero" en rigor no se trata tanto de una duda sino del despliegue especulati$o con que debe emplearse el santo para tratar de comprender la enorme complejidad que entra8a el conocimiento humano. Ena complejidad que no slo afecta a la natu- raleza del dato conocido -seg*n sea natural o sobrenatural-" sino tambin a la actitud del sujeto que lo recibe -seg*n crea o no crea. l santo es perfectamente consciente de que todo conocimiento supone necesariamente un cierto ni$el de comprensin intelectual" de lo contrario mal podra llamarse conocimiento" # esto lo obliga a apelar a la razn. Pero al mismo tiempo" a medida que $a profundizando sobre la accin de la gracia sobre el entendimien- to" $a cobrando conciencia" de que ella tambin es fuente de e$idencia. Slo queda por $er en qu sentido lo es. ; as las entiende" no en contraposicin" sino en cordialsima integracin. ;a que ambas" a su manera" son necesarias para alcanzar la $erdad. La autoridad de la fe" para no perder el punto de apo#o m!s seguro? la luz de razn" para tratar de comprender con la inteligencia lo que slo puede ser fruto de arduos ejercicio de las facultades cognosciti$as. :e all" que el mejor modo de aclarar la posicin de ,gustn sea mostrando la circula- ridad que implican. Hal circularidad se manifiesta por ejemplo" cuando" despus de sostener que el argumento de autoridad debe preceder a la e$idencia de la razn" termina reconociendo que" a la hora en que se ha de dar cuenta de la $erdad de algo a quienes slo se apo#an en la razn" se hace necesario argZir apelando al testimonio de la razn antes que al de la fe. >Fnde igitur e+ordiar5 ab auctoritate, an a ratione5 Eatur quidem ordo ita se habet, ut cum aliquid discius, rationem prcedat auctoritas. nam infirma ratio videri potest, qu cum reddita fuerit, auctoritatem postea, per quam firmetur, assumit. ,ed quia caligantes hominum mentes consuetudine tenebra! rum, quibus in nocte peccatorum vitiorumque velantur, perpicuitati sinceritatique rationis adspectum idoneum intendere nequeunt' saluberrime comparatum est, ut in lucem ueritatis aciem titubantem veluit ramis humani! tatis opacata inducas auctoritas. ,ed quoniam cum iis nobis res est, qui omnia contra ordinem, et sentiunt, et loquuntur, et gerunt, nihilque aliud ma+ime dicunt, nisi rationem prius esse reddendam, moream illis geram> (A( . Hambin se muestra la circularidad cuando" ante la necesidad de tener que apelar a los que saben cuando toda$a no se tiene e$idencia de la $erdad" se debe partir de la autoridad" pues toda certeza se apo#a en la fe? #a que ha# una cantidad de conocimientos de car!cter eminentemente pr!ctico cu#a e$idencia" por di$er- sas razones" nunca se podr! obtener9 >3redimus tamen, et sine ulla dubitatione credimus, quod sciri non posse confitemur> 7B5 . Hal es" por ejemplo" el caso de la necesidad que tiene el hijo de creer que los que tiene por padres son sus $erdaderos padres. Pero" al mismo tiempo" para poder discernir qu autoridad debe ser admitida" se debe apo#ar en la razn. >Nuis enim non videat, prius esse cogitare quam credere5 Eullus quippe credir aliquid, nisi prius cogitaverit esse credendum> 7B0 . :e donde" la misma autoridad supone un cierto ejercicio de la razn #a que se debe atender a quien se ha de creer9 >Nuanquam neque auctoritatem ratio penitus deserit, cum consideratur cui sit credendum> (A1 . Pero" una $ez" alcanzado el conocimiento proporcionado por la inteligencia natural" sta debe enrique- cerse con el auxilio de la fe" porque slo con ella se obtendr! en la presente $ida un ma#or ni$el de cono- cimiento" como ocurre en el caso del conocimiento de :ios9 >nisi autem per fidem ambulaverimus, ad speciem pervenire non poterimus qu non transit, sed permanet, per intellectum purgatum nobis coherentibus verita! ti> 7BB . 7B7 De moribus Ecc'esiQ cat$o'icQ, 1, 2, 3!)1or d/nde $abr# de comen(ar0 )1or 'a autoridad, o )or 'a ra(/n0 4i se considera e' orden e 'a natura'e(a, cuando se a)rende a'-o, 'a autoridad )recede a 'a ra(/n. <a ra(/n, en efecto, )uede verse enferma, tiene necesidad de' recurso a 'a autoridad como confirmaci/n de 'o &ue e''a $a estab'ecido. <a inte'i-encia $umana, osucrecida )or 'as tinieb'as, &ue 'a ve'an en 'a noc$e de 'os vicios * )ecados, e inca)a( de contem)'ar con firme(a 'a c'aridad * )ure(a e 'a ra(/n, necesita de' sa'ub#rrimo recurso de 'a autoridad, como sombreada con ramos de $umanidad, )ara fi.ar 'a d#bi' e inse-ura mirada de' a'ma en 'a 'u( de 'a vrdad. 1ero, como ten-o &ue $ab#rme'as con enemi-os &ue sienten, $ab'an * obran contra e' orden natura' * cu*a m,;ima su)rema es &ue 'a ra(/n debe ser invocada antes &ue todo, me acomodar# a su manera de ver * se-uir# su m#todo!. 7B5 De uti'itate credendi, 12, 26 !Creeemos, sin embar-o, * sin nin-una duda creemos, una cosa &ue reconocemos &ue no se )uede saber!. 7B0 De )rQdestinatine sanctorum, 2, 5!7adie, en efecto, cree a'-o, si antes no )ensara 'o &ue debe creer!. 7B6 De vera re'i-ione, 24, 45!<a autoridad no est, entermante des)rovista de ra(/n, encuanto &ue $a de atender a &ui#n se debe creer!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Por otra parte" cmo no ad$ertir la mara$illosa correspondencia entre una gracia que enciende # acrecienta con su amor el deseo de la $erdad" # una naturaleza que" dej!ndose lle$ar por el $iento de la gracia" responde conociendo # amando9 >Ferbum enim tuum, terna ueritas $...% subidtos erigit ad se ipsam> (A2 . La relacin entre el acto de fe # el acto de inteleccin es tan ntima que se sigue de la misma naturaleza del acto de fe. Porque" aunque responde a la desin de la $oluntad" la fe -en cuanto supone unpensar con el asentimiento de la $oluntad- est! intrnsecamente penetrado de inteligibilidad como la $oluntad lo est! de racionalidad. Pues" no obstante quepa la posibilidad de darse un pensamiento sin el acto de creer" no es posible que ste se realice sin contar con el expreso concurso de la inteligencia. ; as" se puede decir que todo el que cree" por lo mismo que cree #a est! pensando9 piensa cre#endo # cree pensando9 >Nuamquam et ipsum credere, nihil aliud est, quam cum assensione cogitare. Eon enim omnis qui cogitat credit' cum ideo cogitent plerique ne credant' sed cogitat omnids qui credit, et credendo cogitat, et cogitando credit> 7B2 . n consecuencia" ha# como una suerte de recproco influjo entre el conocimiento de fe # el de razn9 porque toda fe exige alg*n grado de comprensin de algo? pero al mismo tiempo" la comprensin no se logra sin la pre$ia con$ersin que slo la fe produce9 >Nuamuis enim, nisi aliquid intelligat, nemo possit credere in )eum' tamen ipsa fide qua credit, sanatur, ut intelligat ampliora (2; . Luego" lejos de oponer ambos modos de conocimiento" el autor" al tiempo que los distingue en razn de sus respecti$as luces bajo las cuales se producen" tambin intenta una mostrar cierta ecuacin all donde ha# fe" ha# inteleccin9 >)e ,cripturis cognoscitur quod pie credendum est, et aspectu mentis indubitata perceptione perstringitur> (2: . Porque" en rigor" el objeto de fe" no lo es en todo sentido. Pues" aunque es e$idente que la fe supone el no saber de algo -porque si no" no podra ser objeto de fe" sino de ciencia-? no lo es menos" el que" bajo otro aspecto" ese mismo objeto se presenta con el respaldo de la e$idencia objeti$a. :e suerte que" a partir de lo $isible se acceda a la creencia en lo no $isible9 >)eus factus est homo, ut in uno tibi esset et quod uideres, et quod crederes> 7G1 . :e igual suerte el hecho del milagro es otra modalidad de lo mismo" con la diferencia e$idente de que se parte de un hecho absolutamente inslito. l milagro bajo un aspecto" no es sino una realidad tan $isible como las restantes realidades $isibles" pero se distingue de ellas en que exige una explicacin distinta. 3o porque en uno # otro caso" la razn no pueda hallar alg*n principio de explicacin" sino porque en el segundo caso" deber! admitir la existencia de un orden que no termina de ser aprehendido por la inteligencia en razn de su car!cter sobrenatural. :e la cual" en parte" tendr! una e$idencia racional" # en parte" $er! solo a tra$s de la fe" pues" se $er! en la necesidad de creer algo que escapa al alcance de la razn. Por ejemplo" se puede entender que un acontecimiento extraordinario slo :ios lo puede realizar" # por tanto" la inteligencia accede racionalmente al conocimiento de la existencia de una naturaleza di$ina en quien se presenta $isiblemente como hombre" pero no se comprende de qu modo esto puede ser posible. >Nuid enim aliud agunt tanta et tam multa miracula, ipso etiam dicente illa fieri non ob aliud, nisi ut sibi crederetur5 $...% miraculis conciliauit auctoritatem, auctoritatem meruit fidem> (2( . Ena $ez llegados a esta altura del an!lisis se hace necesario precisar el orden temporal de participacin de la fe # la razn. 7.1. Los tiempos del conocer La pregunta que con$iene hacer ahora es )cu!les son" en definiti$a" seg*n San ,gustn los puntos de partida # de llegada del conocimiento humano< %aumgartner arroja una luz sobre esta cuestin al ordenar tres principios noticos de San ,gustn en el siguiente orden9 ratio antecedit fidem 7BB De doctrina c$ristiana, 2, 12, 13!1ero, si no camin,semos )or medio de 'a fe no )odr5amos ''e-ar a 'a visi/n &ue no se muda sino &ue )ermanece, en cuanto &ue e' entendi - miento )urificado nos une a 'a verdad!. 7BG Confessiones, 3, 16, 24 !1or&ue tu Derbo, verdad eterna, 9...: 'evanta $acia s5 a 'os &ue 'e esatan sometidos!. 7B2 De )rQdestinatione sanctorum, 2,5!@ eso aun&ue e' mismo acto de fe no sea otra cosa &ue e' )ensar con e' asentimiento de 'a vo'untad. 1or&ue no todo e' &ue )iensa cree, como &uiera &ue muc$os )iensan *, sin embar-o no creen. 1ero, todo e' &ue cree, )iensa, )iensa cre*endo * cree )ensando!. 7G> Ennarrationes in 1sa'mos, 116, 16, 3!1ues, aun cuando nadie )uede creer en Dios a no ser &ue entienda a'-o, sin embar-o, )ara entender de un modo m,s )erfecto, $emos de estar sanados )or 'a misma fe ))or 'a &ue creemos!. 7G4 De Frinitate, 3, 4, 9 !De 'a Escritura se deduce con )'ena certe(a 'o &ue )iadosamente creemos, * 'a mente con c'aridad 'o )ercibe!. 7G1 4ermo 126,5 !Dios se $i(o $ombre )ara &ue en un mismo ser $a''es 'o &ue )uedas ver * 'o &ue )uedas creer!. 7G7 De uti'itate credendi, 14, 32 !)"u# si-nifican tantos * tan -randes mi'a- ros,sino &ue -se-Tn e' testimonio de' mismo Cristo- se $icieron )ara &ue cre*eran en C'. 9...: con mi'a-ros, se -an/ 'a autoridad, con 'a autoridad, mereci/ 'a fe!.!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo fidem antecedit rationem credo ut intelligam Drden que comenta diciendo9 >El saber tiene que preceder a la fe, por cuanto ha de e+aminar si una co! sa es digna o no de creerse. #ero la fe tiene que preceder al saber, puesto que el contenido de la fe no es dado. = tenemos que aceptarlo previamente $...%. Mas la fe ha de progresar hasta el saber, el QcredereQ hasta el QintelligereQ, en los misterios de la fe, en lo que tienen de inteligibles> (2I . Primer momento9 ratio antecedit fidem ,parentemente a la luz del principio credo ut intelligam se puede pensar" sin m!s tr!mite que el punto de arranque de la notica agustiniana reside en el dato de fe. Sin embargo" el mismo ,gustn se encarga de precisar mejor el sentido de esa precedencia de la fe sobre la razn. :e hecho" como #a se lo ha consignado m!s atr!s" la fe no puede ser considerada simpliciter como el punto de partida del conocimiento. Porque de hecho" el hombre en su experiencia cotidiana se encuentra frente a una realidad que conoce a tra$s de sus facultades sensiti$as # espirituales. :ebe distinguir entre lo creble -credibilia! # lo increble. Lo que significa que la fe no arranca de cero" como si se redujera a una adhesin ciega. sa e$idencia muestra que el acto de creer no supone una ceguera total ni muchos menos. Sino que" m!s bien ocurre todo lo contrario" se $ale de ciertos datos conoci- dos de antemano" en $irtud de los cuales considera pertinente alentar la esperanza de creer en lo que toda$a est! fuera de su alcance racional. >Fbique uides aliquid, ut credas aliquid, et e+ eo quod uides, credas quod non uides. Ee sis ingratus ei qui te fecit uidere, unde possis credere quod nondum potest uidere> (2? . ,unque el creer supone una cierta ignorancia" ello no impide que se hallen razones para creer" # estas razones est!n al alcance de la razn natural. :e ese modo creemos en el :ios in$isible a partir de los signos de :ios en sus criaturas9 >Eon te deseruit, qui uocauit ut credas. Nuamuis iuberet te illud credere quod non potes uidere, non te tamen dimisit nihil uidentem, unde possis credere quod non uides. #aruane signa, paruane indicia sunt creatoris ipsa creatura5> (21 . Luego" la fe no supone el abandono de la razn" sino que se debe creer contando tambin con la razn. >*ttende inquam, qu uides, crede qu non uides. Eon te deseruit, qui uocauit ut credas. Nuamuis iuberet te illud credere quod non potes uidere, non te tamen dimisit nihil uidentem, unde possis credere quod non ui! des> (2A . sto" que concierne al orden de lo conocido" tambin se repite en el orden de la autoridad. 3o es que cuando alguien se decide a creer en otro" ha decidido confiar ciegamente en l. 3o" en rigor lo que ocurre es que" despus haber corroborado en la realidad la $eracidad de una parte de su testimonio resuel$e -despus de una serie de ponderaciones racionales- que aqul puede ser digno de fe" en aquello de lo que no puede tener e$idencia. )s esto arbitrario< 3o" porque no ha dejado de aplicar un cierto principio de analoga entre el orden de lo sabido # lo credo. /uzga lo credo a la luz de lo sabido. Por otra parte" cuando se habla de la precedencia temporal de la razn sobre la fe" se ha de tener el recaudo de ad$ertir que no se debe entender aqu que la fe se funde en la razn -por cuanto sta siempre se en- tiende como un don especial de :ios- sino que la razn de alguna manera $a como preparando a la mente para recibir el dato de fe. Hampoco se le escapa a ,gustn que la misma fe arraigue en una facultad de orden esencialmente racio- nal" la fe anida en la inteligencia" # por tanto" por qu no pensar que lo que habr! de recibir de alguna manera estar! adecuado a la medida de esa inteligencia. 3o porque racionalice lo que" por naturaleza" no es susceptible de racionalizacin" sino porque la materia de fe necesita de alguna manera ser entendida por la inteligencia para luego adherir a ella. Porque" si bien es la $oluntad la que libremente quiere creer" el acto de fe tiene como objeto una $erdad para la inteligencia. consentire uerum esse (22 . , su $ez" ese mismo querer de la $oluntad no puede sino suponer una cierto conocimiento de la inteligencia -Foluntatem non allicit ac faciendum quodlibet, 7G5 3. ;,=3G,'$NE'( <os -randes )ensadores 4an ?-ust5n, en Bevista de Pccidente, 8adrid, 1925, 16. 7G0 4ermo 126, 3!45 en efecto, tu ves a'-o )ara ''e-ar )or a$5 a creer en a'-o, 'a fe en 'o invisib'e se a)o*a en 'o &ue vemos. 7o seas desa-radecido con &uien te $i(o ver, )or donde )uede ''e-ar a creer 'o &ue todav%a no ves!. 7G6 4ermo 126, 5!"uien te ''am/ a 'a fe no te de.> a 'a deriva. 1or&ue, si te orden/ creer 'o &ue no )uedes ver, no te de./ sin ver nada, &ue no )uedas )or a$5 creer 'o &ue no ven tus o.os. 1ues, (&u#E )4on tan borrosas 'as $ue''as &ue $a de.ado en 'a creaci/n e' Creador0!. 7GB 4ermo 126, 5 !?tiende 'o &ue ves, cree 'o &ue no ves. 7o te abandon/ &uien te ''amo a creer. ?un&ue te invite a creer 'o &ue no )uedes ver, sin embar-o, no te de.a )artir cie-o, )ara &ue )uedas creer 'o &ue no ves!. 7GG De s)iritu et 'ittera, 31,54. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nisi aliquod uisum> (24 " pues nadie ama lo que no conoce9 >Nuilibet curiosus non amat incognita> 72> . ; esto remite a otra e$idencia de la precedencia de la razn respecto del acto de fe. Para decirlo m!s claramente" ,gustn entiende que es posible el conocimiento natural de la realidad di$ina9 >Eramque certissimus, quod Qinuisibilia tua a constitutione mundi per ea qu facta sunt intellecta conscipiuntur, sempiterna quoque quoque uirtus et diuinitas tuaQ> 724 . ; de esto no slo dan testimonio quienes tu$ieron el pri$ilegio de saberlo por la $a de la razn" sino el mismo ,pstol de los Fentiles" esto es" el acceso natural a :ios es un dato de fe. Pero" de poco le sir$e a ,gustn el saber que es posible conocer naturalmente a :ios" pues no bien se lo ha $islumbrado" el entendimiento poco preparado para la luz de lo di$ino" se resuel$e por $ol$er a la misma oscuridad de donde ha salido. >,ed aciem figere non eualui et repercussa infirmitate redditus solitis non mecum ferebam nisi amantem memoriam et quasi olefacta desiderantem, qu comedere nondum posse> (4@ . s aqu donde" a fin de e$itar el in*til naufragio del entendimiento se hace menester el auxilio de la fe. Segundo momento9 fides antecedit rationem Slo cuando la inteligencia ha alcanzado a $islumbrar de alguna manera la existencia de un orden metafsico" la naturaleza racional se hace intelectualmente apta para poder recibir la fresca simiente de la $erdad de :ios. Pero" la apertura de la inteligencia al dato de fe" no es tan sencilla. Pues" una $ez que se ha decidido creer en algo" ese objeto de fe" no es formalmente conocido con e$idencia racional" en este sentido" la razn debe antes renunciar a $er de la manera naturalmente puede $er" porque toda$a realmente no puede $er. :e ser as no creera" sino que sabra. ; si algo entiende de lo que cree" mucho m!s es lo que no entiende9 >Eon omne quod credo, scio> (4( . ; eso implica un confiar en una e$idencia" no como un orden ajeno a la razn" al modo en que lo es lo absurdo" sino al modo de algo que est! m!s all! de la razn humana" pero se funda en una razn superior. Msta es la e$idencia de la fe" que nace cuando la razn confiesa su impotencia para explicar algo9 >Fbi defecerit ratio, ibi est fidei dificatio> (4I . Sin duda" esto es duro para el orgullo de la razn" pero es l *nico recurso que tiene" si alguna $ez quiere llegar a comprender lo que ahora no comprende9 >Fideris ergo, fratres, quantum sint peruersi et properando uitiosdi, qui tamquam immaturi conceptus ante ortum qurunt abortum' qui nobis dicunt, QNuid me iubes credere quod non uideo. Fideam aliquid, ut credam. Pubes credere, dum non uideam. Ego uidere uolo, ui! dendo credere, non audiendoQ. )icat propheta0 Qnisi credideritis non intelligetisQ. *scendere uis, et gradus obliuisceris. Ftique peruerse. H homo, si iam tibi possem ostendere quod uideres, non hortaret ut crederes> (4? . Lo importante es que la fe suministra nue$os datos que la inteligencia no haba alcanzado por sus solas fuerzas. Se trata de $erdades que" sin tener por origen la e$idencia racional" la inteligencia se $e obligada a admitir" en razn de que est!n a$aladas por la autoridad di$ina. 3aturalmente" esa tarea de acomodar la inteligencia a los nue$os datos de la re$elacin no es f!cil. Pues" una $ez conocidas esas nue$as $erdades" la inteligencia no slo las debe asumir como propias" sino tambin debe efectuar una reconsideracin de todos sus conocimientos pre$ios" a la luz de esos nue$os datos. :e hecho" en no pocas ocasiones" el obispo de Jipona echa mano de las Escrituras para arrojar luz sobre algunas cuestiones de estricto car!cter filosfico 726 . n algunos casos para profundizar a*n m!s sobre lo que #a conoce por la $a de la razn" otras para buscar solucin a dificultades internas que aparecen en las doctrinas de los neoplatnicos 72B . 7G2 De 'ibero arbitrio, 3,25,34 !<a vo'untad no busca )ara $acer 'o &ue &uiere sino 'o &ue *a conoce a trav#s de 'as facu'tades co-noscitivas!. 72> De Frinitate, 10, 2,4. 724 Confessiones, 3, 13, 23 !?simismo estaba cert5simo de &ue Otus cosas invisib'es se )erciben, desde 'a constituci/n de' mundo, )or 'a inte'i-encia de 'as cosas &ue $as creado, inc'uso tu virtud sem)iterna * tu divinidad!. 721 Confessiones, 3, 13, 23 !1ero no )ude fi.ar en e''as mi vista, antes, $erida de nuevo mi f'a&ue(a, vo'v5 a 'as cosas ordinarias, no ''evando conmi-o sino un recuerdo amoroso * como a)etito de viandas sabrosas &ueaTnno )od5a comer!. 727 De 8a-istro, 11, 33!7o entiendo todo 'o &ue creo!. 725 4ermo 243, 2 !Donde fa''a 'a e;)'icaci/n a''5 se 'evanta 'a fe!. 720 4ermo, 126, 2!Ded, )ues $ermanos, cu,n trastocados andan * cu,n de re)render son 'as )risas de &uienes, como embriones )rematuros, &uieren abortar antes de madurar. Fa'es son 'os &ue dicen O)C/mo me ob'i-as a creer en 'o &ue no veo0 Dea *o a'-o * creer#. 8e mandas creer a cie-as, * *o &uiero &ue 'a fe me entre )or 'os o.os, no )or 'os o5dosO. Gab'e e' )rofeta O4i no cre#is no entender#isO. FT &uieres subir, * te o'vidas de 'as esca'eras. )7o es esto )oner'o todo a' rev#s0 (Gombre, $ombreE 4i *o )udiese )onerte 'as cosas de'ante de 'os o.os, no te e;$ortar5a a creer'as!. 726 Cfr. Confessiones, 3,10,16. 72B Cfr. De ciuitate Dei, 12, 13. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ,s" por ejemplo" cuando San ,gustn recibi el corpus completo de los datos de fe" se $i en la necesi- dad de corregir algunas afirmaciones de sus autores preferidos" por la sencilla razn de que no se compadecan con el dato escriturstico. ntre stos menciona la existencia de di$inidades menores 72G " la necesidad # eternidad del acto creador 722 " la preexistencia # el pecado de las almas 5>> " la doctrina del eterno retorno" la metempscosis 5>4 " la unin antinatural del alma # el cuerpo 5>1 . K-u!les fueron los datos de fe que lo obligaron a rechazar tales doctrinas de Platn # ,ristteles< ,gustn menciona especialmente la doctrina de la creacin 5>7 " la creacin del hombre a imagen de :ios 5>5 " la autore$elacin de :ios como Ser subsistente 5>0 " # la posibilidad de conocer a :ios a partir de sus criaturas 5>6 . Por cierto" de estas nue$as $erdades toda$a desconoce la ma#or parte" pero" al menos" #a sabe algo im- portante" que son $erdaderos" porque :ios es su garanta. :e all el incansable af!n de ,gustn por echar mano de las Escrituras toda $ez que surge la necesidad de definirse respecto a alguna cuestin de alguna manera $inculada al orden teolgico. Lo mismo ocurre cuando debe juzgar la $erdad de alguna doctrina filosfica o teolgica. Ser! su grado de conformidad con la doctrina re$elada lo que le permitir! saber si es o no $erdadera. :e estas $erdades re$eladas" #a tena un cierto conocimiento de algunas por fuentes filosficas" as de los platnicos se confirma en la con$iccin de la naturaleza espiritual del alma # su inmortalidad 5>B " los pitagricos tambin insistan sobre ste *ltimo punto 5>G . :e Platn tambin toma el concepto de :ios como bien sumo # $erdadero 5>2 " su unicidad 54> se inspira en el :emiurgo de Platn 544 para entender el misterio de la creacin? as como importantes conocimientos de lgica # metafsica 541 " de filosofa moral 547 . Pero" de otras $erdades" no tena ning*n conocimiento por la $a racional" como lo poda tener de :ios como ser 545 " como Hrinidad 540 " de sus procesiones 546 " de su omnisapiencia 54B " de su omnipotencia 54G " de la necesidad de la purificacin del alma como condicin para su conocimiento 542 " de la unin hipost!tica 51> " de la inhabitacin en el alma 514 " de la doctri- na de la gracia 511 " # de muchas otras $erdades que este incansable buscador de la $erdad no dejar! de hallar. Luego" $endr! un tercer paso" la necesidad de comprender. Hercer momento9 credo ut intelligam n un tercer momento" la inteligencia" que #a ha recibido los nue$os datos aportados por la fe" los asume como propios" #" bajo su luz" reconsidera todo el orden real" para comprender mejor" no slo lo que #a sabe por la $a de la razn natural" sino tambin lo que puede alcanzar a tra$s de la misma fe. Se $ol$er! a $er a s mismo # al mundo" de un modo distinto a como antes lo $ea. ; para su sorpresa" se encuentra con que" 72G Cfr. De ciuitate Dei, 12, 24-26. 722 Cfr. De ciuitate Dei, 11,4-6; 12, 15,20; Contra )risci''ianistas et ori-enistas, 2,6,9. 5>> Cfr. De Jenesi ad 'itteram,10,15,23; E)istu'a 164,3,20; 166,9,23. 5>4 De ciutitate Dei 10,30; 12,26. 5>1 Cfr. De Frinitate, 15, 3, 11; De Jenesdi ad 'iteram, 3, 23, 36. 5>7 Cfr. Jn, 1,1; Ho 1,3. 5>5 Jn 1,23. 5>0 E; 3,14. 5>6 Bom 1,20. 5>B Cfr. De ciuitate Dei, 1, 22. 5>G Cfr. Contra academicos, 3, 13, 33. 5>2 Cfr. De ciuitate Dei, 6, 6. 54> Cfr. De ciuitate, Dei, 6, 12. 544 Cfr. De ciuitate, Dei, 6,1. 541 Cfr. De ciuitate Dei, 6, 6. 547 Cfr. De ciuitate Dei, 6, 6. 545 Cfr. Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 2, 2; 36,10; Confessiones, 13, 31, 46; De 'iber arbitrio, 3, 3, 21. 540 Cfr. De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ, 1, 14, 24, )assim. 546 -fr.Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 9,3; 99, 6; De Frinitate, 1, 5, 6; 2, 3, 5; 4, 20, 29; 5, 11, 12, 5, 14, 15; 15, 25, 44; 4ermo 31, 29; 213, 2. 54B Cfr. De Frinitate, 15, 13, 22; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 99,4. 54G Cfr. de Frinitate, 3, 10, 9; 6, 5, 3; De s)iritu et 'ittera, 5, 3. 542 E)istu'a, 143, 24. 51> Cfr. De corre)tione et -ratia, 11, 30; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 32, 4ermo, 119,4. & 514 Cfr. E)istu'a, 163,41. 511 De fide rerum &uQ non uidentur, 94, 24; 36, 11; De)rQdestinatione sanctorum 15, 31, )assim. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo lejos de hallar los datos re$elados como sumamente inadecuados para comprender lo poco que conoce de la realidad" le permitir!n descubrirla en una dimensin mucho m!s honda # luminosa. ,s" por ejemplo" el mundo #a no se le re$elar! como una contradictoria mezcla de dos principios contrapuestos entre s" sino como la mara$illosa obra de un *nico :ios creador # pro$idente. l hombre" tampoco se $er! a s mismo como el espec- tador # $ctima de una lucha de seres extra8os" sino como el protagonista de sus propias acciones" que lle$an el sello inmediato de su propia libertad" # el mediato" de la Santsima Hrinidad. :e ese modo" la inteligencia que #a haba sido iluminada por el don de la fe" termina dando lugar a un nue$o modo de inteleccin" que no implica un retorno al estadio anterior" sino un ascenso a un ni$el superior de comprensin. En ni$el que #a no es puramente racional" porque ahora se apo#a en datos de fe" ni tampoco pura- mente credo" porque ahora tambin se sir$e de la inteleccin9 >,olidam profecto uoluit esse scientiam spiritua! lium, ubi non sola fides accomodaretur, sed certa cognitio teneretur' ac per hoc illi ea ipsa credebant qu spirituales insuper agnoscebant> 517 . Se trata de una inteligencia iluminada por la gracia9 >Nuod si intellectu capi non potest, fide teneatur, donec illucescat in cordibus ille qui ait per prophetam0 QEisi credideritis, non intelligetis> I@I . Pero" que" a su $ez" $uel$e a ser iluminada por el dato de la razn. ; de ese modo se a#uda a la razn natural a comprender lo que #a sabe" # al dato de fe para no ser lastimosamente incomprendido9 >Pntellec! tus uero ualde ama,quia et ips scriptur sanct, qu magnarum rerum ante intellegentiam suadent fidem, nisi eas recte intelligas, utiles tibi esse non possunt> I@? . Luego" el camino de ascenso a la comprensin de la realidad di$ina se har!" de alguna manera m!s sencillo contando con la inestimable a#uda de la razn filosfica. Pues" despus de contar con el dato de la .e$elacin" sta sabr! $alerse de las nociones filosficas m!s adecuadas para aplicarlas analgicamentre a dicha realidad di$ina. Hal es el caso de las nociones filosficas de esse" de essentia, substantia # persona o sus equi$alentes griegos jv_Z, oY`_, cmY\_YZ[ # c]mYacov, que" a partir de la necesidad de adaptarlas a la teologa cristiana" habran de adquirir un nue$o sentido teolgico. Pero" junto a esa nue$a inteleccin" siempre acompa8andola" se mantiene la fe" # con ella el clarooscuro de la comprensin # del misterio. :e la compren- sin" en orden a las nue$as cosas que entiende? del misterio" a las que toda$a no entiende" pero se $e impulsado a creer. Por ello" la constante b*squeda de un ma#or grado de comprensin intelectual" aunque #a sabe de antemano -so pena de perder la fe- que pretende algo que no podr! alcanzar plenamente en esta $ida. ,s" puede decirse que las relaciones entre la fe # la razn no pueden ser entendidas siempre de la misma manera" pues" si bien" en un sentido se puede decir que la fe antecede a la razn -fides antecedit ratio! nem. - en razn de la cual cabe la expresin credo ut intelligam. %ajo otro aspecto" la razn debe preceder a la fe" ratio antecedit fidem -# esta *ltima se re$ela como pre$ia # tambin posterior a la fe. Lo que in$ita a pensar que la relacin entre la fe # la razn se debe entender seg*n los tres estados posi- bles9 antes de la fe -ratio antecedit fidem. cuando la razn busca discernir entre lo que debe ser credo # lo que no" # en este sentido la razn antecede a la fe en cuanto prepara de alguna manera al entendimiento a admitir ciertos contenidos de fe. Luego" cuando se recibe el contenido de la fe" ste debe ser credo antes que compren- dido !fides antecedit rationem-porque as lo exige la naturaleza del objeto credo? pero ese acto de fe" no se agota en s mismo" sino que obra como una suerte de luz sobre la inteligencia que le permite arribar a un ma#or grado de comprensin del que tena antes de recibir el dato de fe. ;" finalmente" cuando la inteligencia" que #a haba sido iluminada por ese dato de fe -credo ut intelligam! $uel$e a ponerse en ejercicio" no slo para comprender rectamente lo que se suministra por $a de la fe" sino tambin para arribar a nue$os conocimientos" que estaban latentes en ella. :e donde la inteligencia" se halla respecto del acto de fe" de dos modos9 se da primero un acto de fe" sin comprensin" # luego un acto de comprensin que sigue al acto de fe" porque quien cree" luego" por una acto especial de iluminacin interior" termina por comprender 516 9 >Pntraue et uidi qualicumque oculo anima me $...% lucem incommutabilem $...% nec ita erat supra mentem meam, $...% sicut superius $...% H terna ueritas, et uera ueritas et cara ternitas, tu es )eus meus> I@A . 517 -ractatus in Poannis Euangelium, 42, @0 >Nuiso que la ciencia de los espirituales tuviese solide., teniendo conocimientos ciertos, no contentndose con la sola fe, y por esta ra.n aqu&llos crean lo que, adems, los espirituales entendan>. 515 )e -rinitate, A, 1, :@. >= si esto la inteligencia no lo comprende, lo retenga la fe, hasta aue brille enlos cora.ones la presencia de aquel que di9o por su profeta0 Q,i no cr&eis no entender&isQ>. 510 E)istu'a ad Consentium, 120,3,14!?ma intensamentre e' entender. 7isi&uiera 'as 4a-raadas Escrituras b&ue im)onen 'a fe en 'os -randes misterios antes de &ue )odamos entender'osc )odr,n serte Tti'es si no 'as entiendes rectamente!. 516 .fr. E. GIL4/N( Hntroduction + 'O#ude de saint ?u-ustin, Paris( 1959( &. 31 y ss. 51B Confessiones, 3, 10, 16!Entre * v5 con e' o.o de mi a'ma 9...: una 'u( inmutab'e 9...: &ue estaba sobre m5. 9...: (P$ verdad eterna, o$ verdadera caridad, o$ cara eternidadE (Dos sois mi DiosE! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 7.1. l trmino del proceso cognosciti$o Podra suponerse que el orden de relacin entre stos dos modos de conocer fueran los siguientes9 se parte del conocimiento naturalmente adquirido que habilita al hombre para recibir el dato de fe" # una $ez adquirida sta se alcanza la inteligencia de ese dato. )-abra la posibilidad de entender que el trmino del proceso cognosciti$o fuera una cierta racionalizacin del dato de fe< La respuesta de ,gustn" es matizada. Ena cosa es lo que ocurre en el actual estado" #" otra" mu# distinta" en la $ida futura. n el orden temporal" la inteligencia de la fe no es completa" sino relati$a" en cuanto que se ajusta a la actual capacidad del entendimiento humano9 >,i autem iam fidelis rationem poscat, ut, quod credit, intelligam, capacitas eius intuenda est, ut secundum eam ratione reddita, sumat fidei su, quantam potest intelligen! tiam> 51G . l hallazgo de la inteligencia no reduce a comprensible lo que de su#o es incomprensible" no racionaliza el misterio de la fe" pero lo ilumina de un modo rele$ante9 >,ic enim sunt incomprehensibilia requirenda, ne se e+istimet nihil inuenisse, qui quam sit incomprehensibile quod qurebat, potuerit inuenire> 512 . ,hora bien" eso que queda fuera del alcance del conocimiento de la inteligencia humana" pero que es de alguna manera conocido a tra$s de la fe" es el misterio que habr! de permanecer como tal hasta que sea definiti$amente de$elado en la patria celestial. >,icut homo, e+plicare non possum. $...% Eobis consideratio, admiratio, tremor, e+clamatio0 quia nulla penetratio> 57> . Porque" si bien la inteligencia encuentra lo que la fe busca comprender" no lo encuentra de tal suerte que con ella la b*squeda termine" sino en un grado que la estimula a buscar con ma#or a$idez9 >Eam et quritur ut inueniatur dulcius, et inuenitur ut quratur auidius> 574 . :e donde" podra decirse que en esta $da el hombre habr! de permanecer hasta el fin de sus das en su necesidad de recurrir al dato de fe" porque" aunque conocimiento imperfecto" la fe es principio de conocimiento. Slo le queda al hombre la esperanza de poder desprenderse de ella en la otra $ida cuando se encuentre de cara a la misma $erdad con la $isin beatfica de :ios.>3erta enim fides utcumque inchoat cognitionem0 cognitio uero certa non perficietur, nisi post hanc uitam, cum uidebimus facie ad faciem> I(@ . Pero" una cosa mu# distinta ocurrir! al trmino de esta $ida" cuando estemos en la patria celestial. -on la muerte" desaparece tambin la fe" para dar lugar al conocimiento pleno de la $erdad" lo que se cumple con la $isin beatfica. ,s" al que ho# no podemos m!s que creer" ma8ana lo $eremos tal cual es9 >Nuia ergo )eus ipse ut est, modo ostendi non potest, quem tamen uidebimus> I(( . =inalmente queda por delante" una importante cuestin" )de qu manera el entendimiento se habr! de conducir" concretamente con el dato de fe< 5. La razn frente el dato de fe Ena $ez justificada la necesidad de la fe en el orden del conocimiento humano" #" admitido que los da- tos de fe hallen en las ,agradas Escrituras su $ehculo de transmisin histrica, se considerar!n di$ersos aspec- tos relacionados con ellas9 el encuentro de San ,gustn con las Escrituras, su autoridad" su inspiracin" el mto- do de estudio" la crtica textual" las interpretaciones" # los frutos que extrajo de ellas en el orden filosfico. 5.4. l encuentro de ,gustn con las Escrituras n la $ida de ,gustn ha# un hecho llamati$o9 no bien el Jiponense" en el torbellino de su disipada $ida estudiantil en -artago" $i la necesidad de buscar la $erdad se dirigi a las Escrituras" # fue all finalmente donde la hall. Lo que da pie a la formulacin de la siguiente pregunta9 )Por qu se dirigi en primera instancia a las Escrituras< n rigor" a sta pregunta se podran haber agregado muchas m!s" por ejemplo9 )-u!l fue el moti$o porque las rechazara inicialmente< )Por qu se dirigi luego a los maniqueos< )Por qu se dirigi luego a los platnicos< )Por qu luego los abandon< )Por qu" una $ez que rechaz a los platnicos" $ol$i sobre ellas< )@u consecuencias trae la respuesta a estas preguntas respecto al tema de la $erdad< 51G ?d Consentium, 120, 1,4 !1ero si *a rec'ama 'a ra(/n de 'a fe, )ara &ue entienda 'o &ue cree, debe ser admitida su ca)acidad, )ara dar'e ra(ones con arre-'o a su inte'i- -encia. ?s5, suma a 'a fe cuanto )uede )or medio de 'a inte'i-enciaO. 512 De Frinitate, 15, 2, 2 !?s5, )or e' $ec$o de &ue sean incom)rensib'es 'as verdades &ue se buscan, no se estime &ue nada se encuentra, )ues *a $a encontrado 'a incom)rensibi'idad de 'o &ue busca!. 57> 4ermo 15, 3 !En cuanto $ombre &ue so*, no )uedo e;)'icar e' misterio de Dios.9...:. ? nosotros s/'o nos &ueda 'a consideraci/n, 'a admiraci/n e' temb'or, 'a e;c'amaci/n, *a &ue no )odemos com)render'os!. 574 De Frinitate, 15, 2, 2 !4e 'e busca )ara &ue sea m,s du'ce e' $a''a(-o, se 'e encuentra )ara buscar'e con m,s avide(!. 571 De Frinitate, 9,1,1 !<a fe cierta siem)re es )rinci)io de conocimiento; )ero nuestra ciencia s/'o se ')erfeciona des)u#s de esta vida!. 577 4ermo 123, 11 !?s5 &ue, no si#ndonos Dios visib'e a$ora ta' cua' es, )ero ''e-ar, e' d5a en &ue 'o veamos!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 3o ha# ninguna dificultad en darse cuenta de que la cla$e para responder a todas estas preguntas est! encerrada en la respuesta que se d a la primera de ellas" # que la respuesta a aquella pregunta es que se dirigi a las Escrituras" por que #a saba de antemano" por la $a de la fe" que si buscaba la sabidura" # sta se identificaba con :ios" entonces deba ir a la Giblia, porque all los habra de encontrar. ;" de hecho" as lo experiment cuando las frecuent9 >Miluit mihi repente omnis vana spes et immortalitatem sapienti concu! piscebam stu cordis incredibili et surgere cfperam, ut ad te redirem> I(I . Por cierto" como #a se ha $isto acabadamente" esto no lo descubri" inmediatamente" sino despus de una dolorosa peregrinacin. l primero paso para darse cuenta de ello lo di al descubrir" en la exhortacin del Jortensius" que el camino que conduce a la felicidad" no pasaba por la consecucin de los $anos placeres temporales" sino por el del amor a la sabidu- ra" estu$iese sta donde estu$iere9 >,olo delectabat in illa e+hortatione, quod non illam aut illam sectam, sed ipsam, qucumque esset sapientiam ut diligerem et qurerem et adsequererer et tenerem atque ample+arer fortiter, e+citabat sermone illo> I(? . Hodo hara" suponer que" despus de hallar en el "ortensius la luz por la cual ,gustn habra de iniciar su camino hacia la $erdad" comenzara por releer las mismas p!ginas de dicha obra" o insistir sobre otras del mismo autor" pero en rigor no fue as. )La razn< 3o haber hallado en ellas el nombre de -risto9 >Et hoc solum me refrangebat, quod nomen 3hristi non erat ibi> 576 . -uriosamente" era la misma razn que lo mo$era m!s tarde a rechazar su completa adhesin a los ,cademicos 57B . Lo cual significa que" tanto antes como despus" operaba sobre l la positi$a influencia de la fe" alcanzada a tra$s de su piadosa madre. >Nuoniam hoc nomen secundum misericordiam tuam, )omine, hoc nomen salvatoris mei, Filii tui, in ipso adhuc lacte matris tenerum cor meum pie biberat et alte retinebat, et quidquid sine hoc nomine fuisset, quamvis litteratum e+ e+poliatum et veridicum, non me totum rapiebat> I(2 . Por cierto" detr!s de la poderosa atraccin del nombre de -risto" estaba el m!s ntimo con$encimiento por parte del ,fricano de que -risto se identificaba con la misma Sabidura9 >*pud te est enim sapientia> I(4 . KPodra reprocharse a ,gustn el que se hubiese dejado influir hasta tal punto por el dato de la fe< :e ninguna manera" porque -como se acaba de $er- desde el principio" l estu$o iluminado por ella? #" porque luego la razn misma" le iba indicando -a fuerza de no hallarlo en otras partes- que all lo haba de encontrar. .ecurdese cu!l fue la razn por la cual acude a dejarse guiar por los maniqueos. 3o fue el simple he- cho de conocer la $erdad de las cosas" como ocurri cuando le# el "ortensius" sino porque" al tiempo que les escuchaba repetir insistemente el nombre de -risto" le prometan esclarecer todos los misterios que se encerra- ban en las Escrituras II; . Los desconoci cuando ad$irti que stos" lejos de encaminarlo hacia Ml" lo alejaban brind!ndole un concepto totalmente inadecuado de l. 3o poda entender como un :ios perfecto e inmutable poda ser entendido a la luz de atributos -como corruptible 554 # material 551 - que le eran enteramente incompati- bles. :e manera semejante" tambin estaba buscando al :ios de las scrituras" cuando lo busc entre los platnicos. tngase presente de qu manera esperaba hallar en ellos la doctrina m!s conforme al dato de la re$elacin9 >*pud platonicos me interim quod sacris nostris non repugnet reperturum esse confido> II( . spe- ranza que pareca confirmarse cuando hallaba en ella la a#uda m!s adecuada para acercarse el :ios cristiano. n este sentido" ellos lo a#udaron a descubrir la tremenda riqueza que encerraba todo el orden espiritual" en particular la realidad di$ina como incorprea" infinita e inmutable 555 . Pero" junto a estos mritos no hallo mucho 575 Confessiones, 3,4,3!De re)ente a)areci/ en mis o.os, * con increib'e ardor de cora(/n deseaba 'a inmorta'idad de 'a sabidur5a, * comen(aba a 'evantarme )ara vo'ver a Dos!. 570 Confessiones, 3,4,6!4/'o me de'eitaba en a&ue''a e;$ortaci/n, e' &ue me e;citaba, encend5a e inf'amaba con su )a'abra a amar, buscar, 'o-rar, re tener, abra(ar fuertemente 'a misma 4abidur5a!; Cfr. De vita beata, 4,34; 4ermo, 160. 576 Confesssiones, 3,4,6!4/'o una cosa enfriaba tanto incendio, &ue e' nombre de Cristo no estuviese a''%!. 57B Confessiones, 5,14,25. 57G Confessiones, 3,4,6!1or&ue este nombre, 4e2or, este nombre de mi 4a'vador, tu Gi.o, con arre-'o a tu misericordia, 'o $ab5a bebido )iadosamente con 'ec$a materna, * 'o reten5a -rabado )rofundamente en e' mismo cora(/n; * cua'&uier escrito donde no se $a''are este nombre, )or e'e-ante, )u'ido * e'e-ante &ue fuese, no me arrsatraba de' todo!. 572 Hob 12, 16; Confessiones, 3,4,6; Cfr. De vita beata, 4,34; 4ermo 160. 55> Confessiones, 3,6,10. 554 Contra 4ecundinum 'iber, 20. 551 Contra E)istu'am &uam uocant Rundamenti, 24,25. 557 Contra academicos, 3,20,43!Entre tanto, conf5o $a''ar entre 'os )'at/nicos 'a doctrina m,s conforme con nuestra reve'aci/n!. 555 Confessiones, 3,20,26. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo m!s. Poco tard en darse cuenta ,gustn" de que" pese a sus admirableds hallazgos doctrinales" ellos no pudie- ron desprenderse de su concepcin politesta 550 " ni de su doctrina de que las almas de los hombres" despus de la muerte" se transforman en dioses 556 ? cuando no" $ol$an a reencarnarse en otros cuerpos 55B ? o de la que sostena que el alma humana es coeterna a :ios 55G . Hodo lo cual" naturalmente no poda dejar de ser un insal$able impedimento para quien slo ansiaba encontrar a un *nico :ios cu#o rasgo caracterstico fue re$elarse a tra$s del difcil camino de la humillacin # la cruz 552 . ; si esto se poda decir de los mejores" como Platn" Plotino o Porfirio" )qu opinin guardara de los que siguiendo a stos en la historia -caso de los neoplatnicos- no hallaran otro recurso para alcanzar la sabidura que descreer de toda posibilidad de alcanzarla. -onsecuente con tal criterio dedica el cuarto captulo del primer libro a indagar aquellos pasajes de las scrituras referidos a las personas di$inas. Aientras que en el segundo libro se dedica a examinar los testimonios de dichos libros que ofrecen dudas de interpretacin. La razn es simple. las scrituras son la fuente de nuestra fe9 >)e ,cripturis cognoscitur quod de pie credendum est, et aspectu mentis indubitata perceptione perstringitur> I?; . ,nte esta *ltima dificultad" el santo se da cuenta de que" para sortear sin dificultad la comprensin de los pasajes de difcil comprensin" le ser! menester tambin de un criterio de interpretacin igualmente seguro. llo se debe" obser$a" a que" en razn de la debilidad e infantilidad de nuestra mente" las Escrituras a $eces adoptan un lenguaje adaptado a las condiciones de quienes la habr!n de recibir" no con la intencin de hablar de lo peque8o para detenerse en ello" sino para ascender" arrancando desde lo peque8o" a las ele$adas alturas de lo sublime9 >,ancta ,criptura paruulis congruens, nullius generis rerum uerba uitauit, e+ quibus quasi gradatim ad divina atque sublimia noster intellectus uelut nutritus assurgeret> 504 . 3aturalmente" detr!s de est! interpretacin est! el uso adecuado de la analoga en cualquiera de sus mo- dalidades" as por ejemplo cuando" refirindose a la $a m!s adecuada para lograr el conocimiento de :ios se8ala la con$eniencia de apo#arse en el conocimiento de sus criaturas" porque ellas son sus $estigia9 >Hportet igitur ut 3reatorem, per ea qu facta sunt, intellectum conscipientes, -rinitatem intelligamus, cuius in creatu! ra, quodmodo dignum est, apparet uestigium> 501 . ,naloga que" empleada para entender los misterios trinitarios" no dejar! de tener sus dificultades en razn de la tremenda distancia habida entre los analogados secundarios # el principal. :e donde" quien entienda $alindose de ella alguna $erdad trinitaria" aunque sea poco # pobremen- te" no lo har! sin luego sentir dentro de s el deber de darle las gracias al Se8or por ello9 >Nui uidet hoc uel e+ parte, uel per speculum et in nigmate, gaudeat cognoscens )eum, et sicut )eum honoret, et gratias agat> I?( . Por otra parte" debe reconocerse" que adem]s de su pasin intelectual por la $erdad" pesaba inicialmente sobre ,gustn" el peso de otros intereses menos ele$ados" # que fueron precisamente estos los que entorpecieron hasta el hartazgo su .fatigosa marcha hacia la $erdad. Pues" como l mismo lo reconoce" uno de los incenti$os que lo mo$ieron a seguir a los maniqueos resida precisamente por hallar en ellos el justificati$o ideal para el ejercicio de sus bajas pasiones. A!s tarde" fueron ellas tambin las que retrasaron su con$ersin 505 . Pese a estar con$encido de la $erdad" era ma#or su apego por las cosas de la tierra9 >Et non erat iam illa e+cusatio, qua videri mihi solebam propterea me nondum contempto sculo servire tibi, quia incerta mihi esset perceptio veritatis0 iam enim et ipsa certa erat. Ego autem adhuc terra obligatus militare tibi recusabam et impedimentis omnibus sic timebam e+pediri, quemadmodum impediri timendum est> 500 . ,s ,gustn a fuerza de $erse insatisfecho tanto en el plano intelectual como en el moral" primero porque cuando entre los maniqueos busc la luz de la razn para hallar la $erdad slo hall un mundo de 550 De Ciuitate Dei, 10,1. 556 De ciuitate Dei, 9,11. 55B De ciuitate Dei, 10,30. 55G De ciuitate Dei, 11,31. 552 De ciuitate Dei, 10,29. 50> De Frinitate, 3, 4, 9 !De 'a Escritura se deduce con )'ena certe(a 'o &ue )iadosamente creemos, * 'a mente con c'aridad 'o )ercibe!. 504 De Frinitate, 1,1, 2!<a 4a-rada Escritura, con-ruente con 'os )e&ue2os, no evit/ nin-Tn -#nero de )a'abras, a )artir de 'as cua'es -radua'mente e'ev/ nuestro nutrido entendimiento a 'as a'turas sub'imes de'os misterios divinos!. 501 De Frinitate, 6, 10, 12!Es menester, )ues, &ue cono(camos a' Creador a )artir de estas cosas &ue son creadas, * entender en sus criaturas, en cierta * di-na )ro)orci/n, e' vesti-io de 'a Frinidad!. 507 De Frinitate, 6, 10, 12!"uien vea esto *a )arcia'mente, como en un es)e.o, *a en eni-ma, -/cese conociendo a Dios, * $onre'o como Dios, * d# -racias!. 505 Confessiones, 6,5,10,11,12; 6,12,21. 500 Confessiones, 6,5,11!@a no e;ist5a tam)oco a&ue''a e;cusa con &ue so'5a )ersuadirme de &ue si aTn no te serv%a, des)reciando e' mundo, era )or&ue no ten5a una )erce)ci/n c'ara de 'a verdad; )or&ue *a 'a ten5a * cierta; con todo, )e-ado todav5a a 'a tierra, re$usaba entrar en tu mi'icia * tem%a tanto e' verme 'ibre de todos a&ue''os im)edimentos cuanto se debe temer estar im)edido de e''os!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo incoherencias # contradicciones cu#o remate natural fue ingresar desesperadamente con los neoplatnicos al peligroso terreno de las arenas corredizas de la duda # el escepticismo. Luego" cuando superadas las sombras del agnosticismo merced al auxilio de la sana filosofa de Platn # ,ristteles" porque tampoco encontr en ellos" la fuerza que le permitiera $encer de una $ez # para siempre el lacerante suplicio al que lo doblegaba el desgobierno de sus propias pasiones. Slo la fe que cur su alma con el doble remedio de la luz de la fe para sanar su oscurecida inteligencia # la del amor para fortalecer su $oluntad lo persuadi de la necesidad de apelar al seguro testimonio de las Escrituras. Pero" esta seguridad no puede entenderse sin aludir a su autoridad. 5.1. La autoridad de las Escrituras -on$iene se8alar el lugar que ocuparon las ,agradas Escrituras en el pensamiento agustiniano. Su lectura se justifica como un medio de adquisicin de la $erdad por la $a de la fe" porque a tra$s de ellas ha# una cierta iluminacin de la inteligencia" mientras sta carece de otra e$idencia9 >"abet ergo et fides ipsa quoddam lumen suum in scripturis, in prophetia, in euangelio, in apostolicis lectionibus. Hmnia enim ista qu nobis ad tempus recitantur, lucern sunt in obscuro loco, ut nutriamur ad diem> 506 . Pero" de nada $aldra la apelacin de ,gustn a las Escrituras si no se preocupase por justificarla debi- damente. ; sta se funda en su misma autoridad. Pero" esto supone afectuar una serie de consideraciones respecto a lo que ,gustn entiende" sobre la oportunidad en que se debe apelar a ella" # sobre la materia de conocimientos que deben o pueden ser alcanzados por esta $a. n )e ciuitate )ei ,gustn trata de dar debida cuenta de estas cuestiones. ,ll se8ala que ha# una di$ersidad de $as por las cuales el hombre puede acceder al conocimiento de algo. 4. :e las cosas que est!n al alcance de nuestros sentidos9 Osciri possunt testibus nobis, qu remota non sunt a sensibus nostris, siue interioribus, siue e+terioribusO 50B . 1. :e las cosas que no hemos $isto a partir del testimonio de quienes s las han $isto9 O#rofecto ea qu remota sunt a sensibus nostris, quoniam nostro testimonio scire non possumus, de his alios testes requirimus, eisque credimus, a quorum sensibus remota essse uel fuisse non credimus> 50G . n rigor" cuando ,gustn se refiere al alcance de los sentidos" no se refiere slo a los sentidos" sino -sensu lato al de las facultades cogniti$as en general. Lo que inclu#e tambin al conocimiento racional cu#o objeto son las cosas que se perciben por el !nimo # la mente que no es otro que el orden inteligible9 >,icut ergo de uisibilibus, qu non uidimus, eis credimus qui uiderunt, atque ita de cteris qu ad suum quemque sensum corporis pertinent0 ita,qu a nostro sensu interiore remota sunt, iis non oportet credere> 502 . , su $ez" ese crdito se ha de depositar #a en quienes son testigos naturales de algo" o bien" de aquellos que lo son en razn de alguna luz sobrenatural9 >qui hc in illo incorporeo lumine disposita didicerunt, uel manentia contuerunt> I1; . ; es aqu" en el orden de la fe sobrenatural" donde tiene lugar" la autoridad de la Giblia. Porque aunque su elaboracin ha#a sido obra de los hombres" su autor principal es el mismo :ios9 >"ic prius per profetas, deinde per se ipsum, postea per *postoles, quantum satis esse iudicauit, locutus, etiam ,cripturam condidit, qu canonica nominatur, eminentissim auctoritatis, cui fidem habemus de his rebus quas ignorare non e+pedit, nec per nosmet ipsos nosse idonei sumus> I1: . :e aqu se siguen una serie de caracteres distinti$os de las Escrituras0 4. n ellos no puede haber contradiccin real alguna 561 . 1. n ellos no ha# mentira alguna9 >*b scribentibus auctoribus sanctarum scripturarum et ma+ime canonicarum inconcusse credatur et defendatur abesse omnino mendacium> I1( . 7. Luego" no habr! de temerse que la e$idencia de la razn la pueda contradecir9 @Nuidquid ipsi de natura rerum ueracibus documentis demonstrare potuerint, ostendamus nostris Litteris, 506 4ermo 126,1 !<a fe )osee una cierta 'u( en 'as Escrituras, en 'a )rofec5a, en e' Evan-e'io, en 'os escritos de 'os a)/sto'es. Fodas estas 'ecturas &ue a$ora se 'een )ara noso- tros son como ',m)aras &ue se usan durante 'a oscuridad &ue nos mantienen $asta &ue ''e-ue 'a a'borada!. 50B De ciuitate Dei, 11,3!4omos testi-os de nuestra )osibi'idad de conocer, 'o &ue est, a' a'cance de nuestros sentidos interiores * eteriores!. 50G De ciuitate Dei 11,3 !Derdaderamente, en re'aci/n con 'as cosas &ue est,n fuera de' a'cance de nuestros sentidos, )uesto &ue nosotros no )odemos conocer'as )or nuestro testimonio, re&uerimos e' de otros &ue 'as tuvieron a' a'cance de 'os su*os a 'os &ue s5 creemos!.. 502 De ciuitate Dei, 11,3!?s5 como res)ecto de 'as cosas visib'es &ue no$emos visto creemos a 'os &ue 'as $an visto, * 'o mismo de 'as cosas &ue se refieren a cada uno de 'os sentidos de' cuer)o; as5, sobre 'as cosas &ue se )erciben )or e' ,nimo * 'a mente bcon tanta ra(/n se ''ama OsentidoO, )ues, de a$i viene e' vocab'o OsentenciaOc, es decir, sobre 'as cosas invisib'es &ue est,n a'e.adas de nuestro sentido interior, nos es indis)ensab'e creer a 'os &ue 'as $an conocido!. 56> De ciuitate Dei, 11, 3 !? 'os &ue 'as $an conocido en a&ue''a 'u( incor)/rea o 'as contem)'an en su e;istencia actua'!. 564 De ciuitate Dei, 11, 3 !Dios $ab'/ * .u(-/ cuanto fue necesario, )rimero )or 'os )rofetas, 'ue-o )or s5 mismo, m,s tarde a trav#s de 'os ?)/s to'es. Fambi#n estab'eci/ 'as Escrituras, &ue se denominan acan/nicas, de eminent5sima autoridad de 'a cua' obtenemos 'a fe de 'as cosas &ue no )odemos i-norar ni a'can(ar )or nosotros mismos!. 561 Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 19,3; De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ,1,9, 15. 567 E)istu'a ad Heron*mum, 62, 2, 22!"ue se crea * defienda resue'tamente &ue en 'os $a-i/-rafos de 'as 4a-radas Escirturas, m,;ime de 'as can/nicas, no $a* nin-una mentira en abso'uto!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo non esse contrarium@ I1I .; si acaso hubiere alg*n grado de incompatibilidad entre la fe # la razn otra" no se habr! de hesitar en buscar el error en la segunda o bien adherir derechamente a la primera9 ANuidquid autem de cuiuslibet suis uoluminibus his nostris Litteris, id est castholica fidei contrarium protulerint, aut aliqua etiam facultate ostendamus, aut nulla dubitatione credamus esse falsssimus@ I1? . 5. n consecuencia" en materia de saber sapiencial" a ella se les debe absoluta re$erencia9 >-antum modo scripturis canonicis hanc ingenuam de! beam seruitutem, qua eas solas ita sequar> I11 . Pero" una $ez resuelto el tema de la justificacin de la autoridad de los textos sagrados" se deben re- sol$er algunas cuestiones sumamente inquietantes" # que dan lugar a un importante esfuerzo especulati$o por parte de ,gustn" )por qu razn se deben considerar sagrados estos textos # no como fruto de la misma creati$idad humana< ):e qu manera se los ha de leer< )-mo se los ha de entender< -uestiones que est!n $inculadas con los problemas de la inspiracin de los textos bblicos" el mtodo de estudio" # su interpretacin. Sobre los cuales el Jiponense da respuestas sumamente $aliosas" que pueden ser *tiles no slo en el plano teolgico sino" de alguna manera tambin en el filosfico. 5.7. La inspiracin de los textos sagrados @ue la cuestin de la fuente de la inspiracin de los libros sagrados inquiet sobremanera al :octor de la Fracia" eso esta fuera de discusin. n el a8o 5>> #a se preguntaba en 3onfessiones por las razones que justi- ficaban la inspiracin di$ina de las Escrituras0 >Fnde scis illos libros unius ueri et ueracissimi )ei spiritu esse humano generi ministratos5> I1A . -uando ,gustn habla de inspiratus est! queriendo se8alar que los textos sagrados surgen por medio de la mano del hombre bajo la accin di$ina. >)e illa ciuitate unde peregrinamur, litter nobis uenerunt> 56G . Por ello" aunque se sir$a de los hombres" siempre es :ios quien -como causa principal- habla a tra$s de ellas9 >)eus locutus est eis per quos nobis ,ancta ,criptura ministrata est> 562 . l hombre" slo es una causa segunda" por ello ,gustn habla de los autores humanos como digitos )ei0 >)igitos )ei, eosdem ipsos ministros ,piritu ,anto repletos propter ipsum ,piritum qui in eis operatur, recte accipimus, quoniam per eosdem nobis omnis diuina ,criptura confecta est> 5B> . ,s" en )e consensu Euangelistarum, se8ala la necesidad de tomar como Palabra de :ios lo que aparece como palabra del hombre9 >3um illi scripserunt qu Plle ostendit et di+it, nequaquam dicendum est quod Ppse non scripserit, quandoquidem membra Eius id operata sunt, quod dictante 3apite cognouerunt $...%. Eon aliter accipiet quod narrantibus discipulis 3hristi in Euangelio legerit $...%> IA: . Pero el ser causa instrumental determina no slo el modo humano de las Escrituras, sino que tambin se deje reflejar en ellas la personalidad de cada uno de los autores humanos9 >Pnspiratus a )eo, sed tamen homo> IA@ . Lo que da lugar a la manifestacin personal de cada uno de sus autores. >)eus locutus est eis per quos nobis ,ancta ,criptura ministrata est> 5B7 . ; explica la no coincidencia textual entre sus autores humanos. 3aturalmente" el punto !lgido respecto a la inspiracin de los textos sagrados gira en torno al criterio para determinar cu!les son los textos propiamente inspirados, # cuales son mero fruto de la mera elaboracin humana. Lope -illeruelo se8ala que distinguindose de los maniqueos que adoptaban el criterio del libre examen # la inspiracin personal del spritu Santo" ,gustn escoge como criterio seguro para determinar su canonicidad que ha#a sido transmitido por tradicin 5B5 . ; as" el cristiano ha de confiar en la Giblia en razn de 565 :e Fenesis ad litteram" 4"14"549 AHodo lo que ellos pudieron demostrar con documentos $eraces" sobre la naturaleza de las cosas" en nada se opone a los libros di$inos@. 560 :e Fe nesi ad litteram" 4"14"549A@Hodo lo que en cualesquiera de sus escritos presenten ellos contrario a nuestros di$inos libros" es decir" a la fe catlica" o les demostraremos con argumentos firmes que es falso" o sin duda alguna creeremos que no es $erdadero@. 566 E)istu'a ad Heron*mum, 62, 3, 24!4/'o debo a 'as escrituras canonicas esa servidumbre in-enua con &ue )uedo se-uir'as a e''as so'as!- 56B Confessiones, 6,5,3 !)ODe d/nde sabes tT &ue a&ue''os 'ibros $an sido dados a 'os $ombres )or e' Es)5ritu de Dios, Tnico * veracisimo0O!. 56G Enarrationes in 1sa'mos, 90, 2, 1 !De a&ue''a ciudad a 'a &ue )ere-rinamos nos vienen 'as Escrituras!. 562 "uQstiones in Ge)tateuc$um, 3, 31 !Dios 'es $a $ab'ado )or &uienes nos $an suministrado 'as Escrituras!. 5B> Enarrationes en 1sa'mos, 6, 3 !? 'os dedos de Dios, a estos mismos ministros re)'etos de' Es)5ritu 4anto )or e' mismo Es)iritu &ue obra en e''os, rectamente recibimos, )or&ue )or e''os mismos fueron confeccionadas todas 'as divinas Escrituras!. 5B4 De consensu euan-e'istarum, 1, 35, 54 !Cuando a&u#''os escribieron 'o &ue ?&u#' mostr/ * di.o, de nin-Tn modo debe decir se &ue C' mismo no 'o escribiera, su)uesto &ue esto es obra de sus miembros, 'o &ue conocieron cuando 'a Cabe(a dictaba 9...:. 7o de otra manera recibe 'o &ue $a*a 'e5do en e' Evan-e'io narrado )or 'os disc5)u'os de Cristo!. 5B1 Fractatus in Ho$annis Euan-e'ium,1,1 !Hns)irado )or Dios, )ero tambi#n $umano!. 5B7 "uQstiones in Ge)tateuc$um, 3, 31 !Dios 'es $a $ab'ado )or &uienes nos $an suministrado 'as Escrituras!. 5B5 .fr. P. L/PE .ILLE'=EL/( Hntroduccion -enera' a' tomo dD de 'as P.C. de 4an ?-ust5n, 8adrid, A?C, 1969. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo que ha sido recibida" conser$ada # transmitida desde -risto hasta el presente a tra$s de la (glesia por el (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo fundada9 >Ecclesia ab ipso 3hristo inchoata et per *postolos prouecta certa serie succesionum usque ad hc (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tempora, toto terrarum orbe dilatata, ab initio traditum et conseruatum agnoscit atque approbat> IA? . n conexin con este punto surge la necesidad de determinar concretamente cu!les son los libros que componen el canon escriturstico. l criterio se funda en el grado de admisin de los libros por la tradicin de las iglesias locales. 49 Se deben preferir aquellos libros que han sido admitidos por todas las iglesias locales a aquellos que no lo ha#an sido por algunas. 1. .especto a los libros que slo sean admitidos por algunas iglesias" se deben preferir aquellos que lo sean por la ma#ora # las m!s importantes de estas iglesias a los libros que slo lo sean por la minora # las menos importantes. ; cuando suceda que de un lado estn la ma#ora de las iglesias" # del otro" las iglesias m!s importantes" se debe entender que ambos grupos de libros tienen la misma autoridad9 >Pn canonicis autem ,cripturis, Ecclesiarum catholicarum quamplurium auctoritatem sequatur, inter quas sane ill sint, qu apostolicas ,edes habere et Epistolas accipere meruerunt. -enebit igitur hunc modum in ,cripturis canonicis, ut eas qu ab omnibus accipiuntur Ecclesiis catholicis, prponat eis quas qudam non accipiunt0 in eis uero qu non accipiuntur ab omnibus, prponat eas quas plures grauiresque accipunt, eis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quas pauciores minorisque auctoritatis Ecclesi tenent. ,i autem alias inuenerit a pluribus, alias a grauioribus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo haberi, quamquam hoc facile inuenire non possit, qualis tamen auctoritatis eas habendas puto> 5B6 . 5.5. l mtodo de estudio Lo primero que ,gustn entiende como necesario para estar en condiciones de leer adecuadamente las Escrituras consiste en un ponerse a tono con ellas mediante la adquisicin de una serie de disposi ciones" a saber" la caridad que procede de un corazn puro-charitatem de corde puro-" la conciencia buena -conscientiam (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo bonam! que se identifica con la esperanza? # una fe sincera -fide non ficta 5BB . Pero" no el que se busque alcanzar a tra$s de ellas una $ana ciencia que hincha" sino que es necesario desprenderse de todo resabio de soberbia # (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo llenarse de caridad" porque ella slo se brinda a los mansos # humildes de corazn -mitibus et humilibus corde (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quos non inflat scientia sed charitas dificat IA2 . Luego" el santo" da una sere de consejos *tiles respecto del modo de estudio de las Escrituras0 4. n primer lugar conocer estos libros nosse istos libros" de suerte que si no se los entiende al menos se los puede memorizar para no ignorarlos. 1. (ndagar cuidadosamente los preceptos de bien $i$ir # reglas de fe -prcepta uiuendi et regul credendi. 7. Luego" #a familiarizados con la lengua" se deben examinar los preceptos m!s oscuros a la luz de los m!s claros9 >Pn ea qu obscura sunt aperienda et discutienda pergendum est, ut ad (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo obscuriores locutiones illustrandas de manifestioribus sumantur e+empla, et qudam certarum sententiarum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo testimonia dubitationis incertis auferant> IA4 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Hampoco escapa al Jiponense" el que para una correcta comprensin de los textos sagrados con$iene tener un claro dominio de las lenguas en las que stas se $ertieron" -esto es" la lengua hebrea # griega-" en la (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo medida en que sto a#uda a entender el significado de las palabras 5G> . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo =inalmente" tambin tendr!n un lugar importante el dominio de la historia 5G4 " # el de las ciencias insti- tuidas por los hombres que a#uden a conocer a los animales" las hierbas" la posicin # el mo$imiento de los as- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tros 5G1 . En comentario especial est! dado por el uso de las disciplinas lgicas. La utilidad de la dialctica. ntre las ciencias humanas" de alguna manera *tiles para la lectura de las ,agradas Escrituras aparece el arte de la dialctica. ; lo es porque a#uda a resol$er todo gnero de dificultades (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo suscitadas por en dicha obra9 >)isputationis disciplina ad omnia genera qustionum, qu in Litteris sanctis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sunt penetranda et dissoluenda, plurimum ualet> 5G7 . Pero ,gustn distingue entre la $erdad de las proposiciones o sentencias" # la $erdad de las conexiones. La $erdad de las proposiciones debe surgir del dato de las Escrituras0 >,ententiarum autem ueritas in sanctis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Libris ecclesiasticis inuestiganda est> I2I . La $erdad de las conexiones lgicas que se establecen entre los enunciados del enunciado" no es fruto de la con$encin humana" sino que es descubierta por el hombre # se funda en la razn de ser de las cosas e instituida por :ios9 >Ppsa tamen ueritas cone+ionum non instituta, sed (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo animaduersa est ab hominibus et notata, ut eam possint uel discere uel docere0 nam est in rerum ratione (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo perpetua et diuinitus instituta> I2? . ,s" por ejemplo" la regla conforme a la cual negada la condicionada se niega la condicin -caso de la regla tollendo!tollens! no surge de la con$encin humana sino que es descubierta por l. ; no pertenece a la $erdad de las proposiciones sino a la de las conexiones. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Lo propio acontece con el arte de definir. n este sentido se debe distinguir entre la ciencia misma de la definicin" que de su#o es $erdadera" # su aplicacin concreta" que puede ser correcta o incorrecta. l hecho de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo que se emplee esta ciencia para ponerla al ser$icio de una mentira no significa que ella de su#o sea falsa 5G6 . :e an!logo modo procede con la distincin entre la ciencia de la lgica # la retrica # la $erdad de las proposiciones. n este sentido" ,gustn ad$ierte contra la tentacin de creer que porque se tenga el dominio de la lgica # de la retrica" #a se est! en posesin de la $erdad9 >Plla uero conclusionum et definitionum et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo distributionum, plurimum intellectorem adiuuat0 tantum absit error, quo uidentur homines sibi ips beat (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ueritatem didicisse, cum ista didicerint> I2A . Ena $ez examinadas las consideraciones generales que exige el estudio de los ,acrorum Gibliorum queda detenerse en dos problemas m!s puntuales # de gran inters filosfico" la crtica textual # la inter- pretacin de los mismos. 5.0. La crtica textual ,qu se trata a$eriguar cu!les son los cdices cu#os textos crticamente seguros" es decir" aquellos que se acercan lo m!s posible al original. Para establecerlo" es menester efectuar un seguimiento de los textos disponibles para determinar fechas # familias de textos con las que est!n $inculados. Luego mediante criterios (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo externos -para determinar seg*n su el menor n*mero de posibles adiciones- cu!l es la m!s antigua-" # los inter- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nos -para determinar" por su ma#or grado de dificultad en la comprensin- cu!l es la leccin m!s fiable 5GG . ,gustn tiene el mrito de ad$ertir que la di$ersidad de textos respecto de un mismo pasaje de las escrituras lejos de ser una des$entaja para determinar cu!l sea el texto m!s fiel al original constitu#e una enorme utilidad para el in$estigador. Porque permite reconocer las interpolaciones # $ariantes que permiten comprender mejor un pasaje determinado. ,s" en )e moribus Ecclisi 3atholic" entiende que un modo de constatar si la -arta ad Bomanos no es m!s que el fruto de una tramposa interpolacin" es $erificar la existencia de otros cdices donde sta carta no aparezca9 >Ft si uerbis causa, #auli epistolam qu ad Bomanos scripta (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo est, corrupta esse contendis, aliam proferas incorruptam, uel alium codicem potius, in quo eiusdem *postoli (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo eadem Epistolam sincera et incorrupta conscripta sit> I24 . Pero" al mismo tiempo" la e$idencia de $ariaciones textuales trae el incon$eniente de la necesidad de determinar cu!l de todos los manuscritos es el m!s fidedigno" en cu#o caso ser! menester ciertas reglas" dice en contra Faustum 6I;;79 >,i de fide e+emplarum qustio uerteretur, sicut in nonnullis, qu et pauca sunt, et ,acrarum ,cripturarum studiosis notissim sententiarum uarietates, uel aliarum regionum codicibus, unde ipsa doctrina commeauit, nostra dubitatio diiudicaretur' uel si ibi quoque codices uariarent, plures pauciori! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo bus, aut uetustiores recentioribus prferrentur, et si adhuc esset incerta uarietas, prcedens lingua unde illud (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo interpretatum est, consuleretur> 52> . :e aqu surgen una serie de recomendaciones *tiles en el caso de que el in$estigador se encuentre delante de di$ersos textos que difieran entre s9 4. Las dudas se deben resol$er a la luz de las copias procedentes de otros lugares" donde circul la misma doctrina. 1. D bien" dando prioridad a la coincidencia de la ma#oria # no a la de una pocas. 7. D bien atendiendo a las copias m!s antiguas antes que a las m!s modernas. 5. ;" en *ltima instancia" a las copias que correspondan a la lengua original. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo -on esto *ltimo San ,gustn da prioridad a las $ersiones en hebreo respecto de las griegas. ; as se lo hace saber a /ernimo en la carta G1 &5>5a5>0)9 >)e interpretatione tua iam mihi persuasisti, qua utilitate scrit! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo puras uolueristransferre de "ebris> I4: . ; es el criterio de la fidelidad a la lengua lo que parece constituirse en factor cla$e para la resolucin de las dificultades de traduccin. Pues" ante la posibilidad de un error" o bien se debe recurrir a la lengua original" o" a aquellas $ersiones que se ci8eron m!s a la letra del texto original dice en de )e doctrina christiana 6(41! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo (4A79 >*ut linguarum illarum, e+ quibus in latina ,criptura, petenda cognitio est' aut habend interpretationes (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo eorum qui se verbis nimis obtrin+erunt> 521 . 5.B. La interpretacin Sin duda" este es el punto de ma#or inters desde el punto de $ista filosfico9 )cu!l es el criterio hermenutico que se ha de emplear para determinar el sentido de los textos bblicos< ste es precisamente el objeto propio de la ciencia hermenutica que en la actualidad se apo#a en los recursos de la filologa" de la crtica textual e histrica. n el caso especfico de la ,agrada Escritura, adem!s se debe tener especialmente en cuenta el car!cter inspirado de la %iblia. n la base de la cuestin haba una dificultad de orden tcnico" cual es la de adecuar la metodologa interpretati$a al conocimiento del orden teolgico. ,qui" uno de los problemas que necesariamente el :octor de la (glesia deba resol$er" era el de cmo acceder de la mejor manera posible al objeto de la disciplina teolgica. D mejor dicho" cmo articular" lo que saba por la $a de la experiencia sensible" con lo que tambin saba respecto del inteligible. 3o estaba del todo desarmado para el intento. Los platnicos lo a#udaron a descubrir la natural aptitud de la inteligencia para acceder al orden inteligible. Las scrituras" para descubrir que haba un hilo conductor que poda enlazar -$a discursi$a mediante- la e$idencia inmediata proporcionada por el conocimiento de los objetos sensibles con el conocimiento inteligible de su primer principio en el orden del ser. =ue el ,pstol de los Fentiles quien haba declarado la posibilidad de acceder al conocimiento de :ios a partir del de sus criaturas9 APnuisibilia enim eius a constitutione mundi per (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ea, qu facta sunt, intellecta conspiciuntur@ I4( . ,gustn -como lo deja consignado en numerosas obras de su (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo madurez 525 - haba tomado buena nota de ello. Pero tambin cobra clara conciencia de que" si bien poda tener un cierto conocimiento de la realidad di$ina" no lo poda tener de un modo ni siquiera medianamente adecuado en $irtud de la inconmensurabilidad de su esencia9 AEon )ei plenitudinem quisquam, non solus oculis corporis, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sed uel ipsa mente aliquando comprehendit@ I4? . :e all que" sin dejar de apo#arse en lo poco que alcanzaba a $er por medio de la luz natural de la razn" termine por apelar al seguro dato de la fe" m!s precisamente" al dato procedente de las ,agradas Escrituras. Pero" por cierto" la apelacin al dato de la fe" en el caso de San ,gustn" lejos de significar descanso de la razn" no iba a ser sino el encuentro con nue$os desafos. Hoda$a le esperaba" la delicada labor encontrar la $a m!s adecuada para alcanzar una correcta lectura e interpretacin de las mismas. ; es aqu donde ,gustn trabaja con ma#or cuidado. 3aturalmente" en esto" mucho tu$o que $er el haber sido $ctima de su propia ignorancia durante el tiempo en que pemaneci entre los maniqueos. :os fueron los obst!culos" m!s gra$es" que en relacin a las Escrituras, debi $encer9 la pobreza de un estilo poco (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cuidado 526 # la sombra de la interpretacin materialista de los maniqueos 52B . Pero ambas dificultades fueron simult!neamente resueltas merced a la pro$idencial inter$encin del obispo ,mbrosio de Ail!n. @uien con su exgesis alegrica contribu# a disipar las dificultades sobre la oposicin de los dos Hestamentos eliminando la posibilidad de una doble doctrina -esotrica para los iniciados" exotrica para los nefitos-" al tiempo que tambin descubra que la pedagoga bblica se adaptaba a la madurez de los pueblos # de los indi$iduos" dando a unos el alimento sua$e de los p!r$ulos" # a otros" el slido de los adultos. ,s" en relacin a los que comienzan su trato con las Escrituras" puede ad$ertirse que en ella ha# un uso frecuente de un lenguaje f!cilmente asequible a las mentes m!s sencillas" sin temer caer en lo pueril9 >Bebus enim qu in creatura inueniuntur, solet ,criptura diuina uelut infantilia oblectamenta formare, quibus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo infirmorum ad qurenda superiora et inferiora deserenda, pro suo modulo tanquam passibus moueretur (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo affectus> I42 . Aientras que aquellas $erdades que muestran de un modo mucho m!s profundo lo que es m!s propio de :ios" # cu#o smil no se encuentra en las criaturas" aparecen con mucha menor frecuencia9 >Nu uero proprie de )eo dicuntur, quque in nulla creatura inueniuntur, rato ponit ,criptura diuina' sicut illud quod dictum est (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ad Moysen0 QEgo sum qui sumQ' et0 QNui est, misit me ad uosQ I44 . 3um enim esse aliquo modo dicatur et corpus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo et animus, nisi proprio quodam modo uellet intellegi, non id utique diceret> ?;; . ,gustn reconoce en )e utilitate credendi &724-721) que ha# cuatro modos de interpretar las Escrituras, a saber" seg*n el punto de $ista histrico" el etiolgico" el analgico # el alegrico. >Hmnis igitur ,criptura, qu -estamentum Metus uocatur, diligenter eam nosse cupientibus quadrifaria traditur secundum historiam, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo secundum tiologiam, secundum analogiam, secundum allegoriam> ?;: . La misma clasificacin de criterios de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo interpretacin aparece en )e Jenesi ad literam liber imperfectum ?;@ . Je aqu el an!lisis de los mismos9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Por la interpretacin histrica se mira a las Escrituras en cuanto se8ala lo que ha ocurrido o lo que se ha (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo escrito -cum docetur quid scriptum, aut quid gestum sit ?;( . - s etiolgico cuando se atiende a la explicacin causal que muestra por qu se han dicho o he- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cho algunas cosas -cum ostenditur quid qua de causa uel factum uel dictum est ?;I . - s analgico- secundum analogiam! cuando se pretende demostrar la falta de contradiccin entre el ,ntiguo # el 3ue$o Hestamento -,ecundum analogam, cum demonstratur non sibi aduersari (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo duo-estamento uetus et nouum ?;? . - =inalmente" la interpretacin alegrica -secundum allegoriam! aparece cuando se toma lo que se dice" no en sentido literal -por lo general de car!cter sensible- sino en un sentido especial m!s ele$ado" el sentido figurado -cum docetur non ad literam esse accipiendo qudam qu scripta (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sunt, sed figurate intelligenda ?;1 . -omo puede obser$arse f!cilmente" a despecho de lo pre$isible" no es la segunda" sino la cuarta $a de interpretacin la que se presenta con m!s posibilidades de estar $inculada con el uso de la $a analgica en el sentido actual del trmino. n efecto" si se lo examina mejor" slo ella -# no la llamada analogica- tiene en cuanta el criterio de $incular una cosa con otra distinta en $irtud de alg*n rasgo com*n. Pero" lo m!s sorprendente es que si bien admite el uso de la $a analgica en el criterio alegrico" no hace referencia a un quinto criterio" que se debe constituir en el punto de apo#o de toda lectura analgica" como lo es el criterio literal" porque mal se puede entender algo en sentido figurado" si antes no se da por supuesto cu!l sea el sentido literal de los trminos. ntre estos cuatro modos de interpretacin de las Escritur ,gustn" inicialmente se manifiesta claramente inclinado por la *ltima" secundum allegoriam la cual es definida como aquella expresin que es utilizada en un sentido distinto al m!s propio" pero que guarda alguna referencia con ella" esto es" con un tropo9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo >Nuid ergo allegoria nisi tropus ubi e+ alio aliud intelligitur> 0>B . Pero" la allegoria" m!s bien es entendida como un gnero de interpretacin donde caben di$ersos especies de alegoras que se distinguen por su perfeccin representati$a seg*n una gradacin que $a de lo m!s claro a lo m!s oscuro. Por ello" llama a estas *ltima con el (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nombre preciso de nigma, entendiendo por tal una seme9an.a difcil de percibir! ita nomine nigmatis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quamuis similitudinem, tamen obscuram, et ad perspiciendam difficilem ?;2 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo La razn de la preeminencia de la allegoria en relacin con los otros modos de interpretacin surge de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo su con$iccin inicial de que las Escrituras estaban" por decirlo as" selladas" # por ende" eran misteriosas 0>2 . La influencia gnstica" en este sentido es e$idente. :e all" la posibilidad de ad$ertir que" por encima del ni$el de comprensin $ulgar" se alza otro m!s hondo que responde al autntico sentir de los apstoles -christiani $...% (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo intelligunt ,cripturas secundum apostolicam disciplinam ?:; . , la luz de este nue$o sentido alegrico se $e una (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo unidad entre los libros sagrados que no estaba al alcance de la comprensin $ulgar9 Pn uetere nouum lateat, et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo in nouo uetus pateat ?:: . Sin embargo" la apelacin a la $a alegrica" que le ser$a para disimular su propia ignorancia respecto del sentido estricto en que se deban entender ciertos pasajes de las Escrituras, # tambin para poner en e$idencia la pobreza interpretati$a de los maniqueos" no era suficiente para hacer frente a otras interpretaciones -como las de los donatistas # los pelagianos- m!s elaboradas" pero contrarias a la fe catlica. sa e$idencia lo lle$a a tratar de recuperar el $alor de la misma letra -interpretacin secundum litteram- que antes" sin duda influido por los primeros" ciertamente" no $alorara. intu# que si las interpretaciones alegricas tienen alg*n $alor es porque se apo#an en la letra de los hechos" # no por s mismas" entonces aqulla deba de ser la m!s importante. Porque9 >Nuando auditis e+poni sacramentum ,criptur narrantis qu gesta sunt, prius illud quod lectum est credatis sic gestum, quomodo lectum est' ne substracto fundamento rei gest, quasi in re quratis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo dificare> 041 . Lo cual se reflej tambin en el ttulo de alguna de sus obras consagradas a la interpretacin del primer libro del Pentateuco9 )e Jenesi ad litteram, imperfectum &727-725)?)e Jenesi ad litteram &5>4-540)" @ueda por determinar de qu modo se articula esta $a interpretati$a -ad litteram! con el conjunto de los cuatro mtodos presentados m!s arriba. n opinin de -illeruelo puede entenderse que el sentido literal comprende di$ersamente los mtodos histrico" etiolgico # analgico -OLos tres primeros sentidos que aqu (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo propone podran reducirse al tradicional sentido literal> 047 . Lo que es comprensible" dado que en ellos predomina el trabajo de captacin de datos" o comparacin de datos que deben ser simplemente admitidos? mientras que en la $a alegrica" se exige un esfuerzo de comprensin adicional" que consiste en buscar un nue$o sentido al dato dado. Por consecuencia" la cuestin fundamental no est! en discernir cu!l de las cuatro $as se debe elegir" sino simplemente si los pasajes de las Escritur se deben entender en sentido literal o figurado. :e all" los esfuerzos de ,gustn por tratar de distinguirlos adecuadamente. :istincin entre el sentido literal # el figurado Ena $ez esclarecido acerca de cu!les deban ser las $as de interpretacin adecuadas para entender las Escrituras, el santo se pregunta en )e Jenesi ad litteram &5>4-540) en qu sentido se deben tomar los hechos mencionados en las Escrituras si en sentido figurado" o en el literal" en este caso el sentido literal estaba identificado con el dato de fe9 >Pn narratione ergo rerum factatum quritur utrum omnia secundum figuratum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tantummodo intelectum accipiantur, an etiam secundum fidem rerum gestarum asserenda et defendenda (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sint> ?:I . Ena consecuencia de esta actitud en defensa de la interpretacin literal aparece claramente asumida en )e natura et origine anim &51>). ,ll el :octor de la (glesia" $e la necesidad de defender la posicin creacionista" contra el generacionismo" a la luz de la interpretacin no figurada sino literal de la expresin de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Jn @, @(0 >Hs de ossibus meis, et caro de carne mea>9>Eon tropice a parte totum, ut simul intelligatur et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo anima, sed proprie de sola carne dictum esse defendant> ?:? . Posicin que le fue f!cil asumir cuando no haba ma#or dificultad en distinguir entre el dato de fe # el de mera razn. Pero" que no tard en complicarse no bien se presentan cuestiones cu#a lectura literal" a su $ez" se puede realizar desde mu# di$ersos !ngulos de interpretacin. Porque si bien la fuente es la misma" los bebedores que se sacian de ella son necesariamente distintos" #" por tanto" beben de distinta manera. >,icut enim fons in paruo loco uberior est pluribusque riuis in in ampliora spatia flu+um ministrat quam quilibet eorum riuorum, qui per muta locorum ab eodem fonte deducitur, ita narratio dispensatoris tui sermocinaturis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo pluribus profutur paruo sermonis modulo scater fluenta liquid ueritatis, unde sibi quisque uerum, quod de his (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo rebus potest, hic illud, ille illud, per longiores loquellarum anfractus trahat> ?:1 . :e tal suerte" una misma frase puede entenderse de maneras di$ersas sin dejar" ninguna de ellas" de ser fieles al texto literal9 >Pta cum alius di+erit0 Q"oc sensit, quod egoQ, et alius0 QPmmo illud, quod egoQ, religiosius me arbitror dicere0 cur non utrumquer potius, si utrumque uerum est, et si quid tertium et si quid quar tum et si (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quid omnino aliud uerum quispiam in his uerbis uidet, cur non illa omnia uidisse credatur, per quem )eus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo unus sacras litteras uera et diuersa uisuris multorum sensibus temperauit5> ?:A . 3o es que el santo termine admitiendo una suerte de relati$ismo o un anticipo de la libre interpretacin de las Escrituras. En indicio de ellos son sus esfuerzos realizados en )e doctrina christiana &7G2-724) escrito algunos a8os antes. n esta obra" atendiendo en particular a los pasajes de dudosa interpretacin" presenta en el tercer libro de )e doctrina christiana &726-72B) una serie de consejos para resol$erlos9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 4. Los pasajes m!s oscuros se han de resol$er a la luz de los m!s claros9 >Fbi autem apertius ponuntur, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ibi discendum est quomodo in locis intelligantur obscuris> ?:2 . 1. ,ll donde quepan di$ersas interpretaciones puede haber libertad" sin faltar a la $erdad" respetando su coherencia con otros pasajes de las Escrituras9 >Nuando autem e+ eiusdem ,criptur uerbis, non unum aliquid, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sed duo uel plura sentiuntur, etiam si latet quid senserit ille qui scripsit, nihil periculi est, si quodlibet eorum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo congruere ueritati e+ aliis locis sanctarum ,cripturarum doceri potest> 042 . 7. -uando se trate de un texto incierto de la Escritura" ste" o se toma slo lo que no suscita contro$ersia" o si lo hace" se lo toma slo en cuanto tenga el respaldo de otros pasajes de las Escrituras0 >Nuas (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo uerbis translatis opacatas cum scrutari uolumus, aut hoc inde e+eat quod non habeat controuersiam' aut si (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo habet, e+ eadem ,criptura ubicumque inuentis atque adhibitis testibus terminetur> ?@; . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 5. .egla de la aplicacin figurada" seg*n la cual la $erdad que no se compadezca con la buena cos- tumbre o con la fe" debe tomarse en sentido figurado9 >Et iste omnino modus est, ut quidquid in sermone diuino (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo neque ad morum honestatem, neque ad fidei ueritatem proprie referri potest,figuratum esse cognoscas> 014 . 0. .egla para entender las expresiones de crueldad atribuidas a :ios o a los santos" se ha de entender en sentido propio slo con el objeto de desanimar los excesos de la concupiscencia9 >Nuidquid ergo asperum et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quasi suum factu dictuque in sanctis ,cripturis legitur e+ persona )ei uel sanctorum eius, ad cupiditatis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo regnum destruendum ualet. Nuod si perspicue sonat, non est ad aliud referendum quasi figurate dictum sit> 011 . 6. .egla para interpretar dichos aparentemente inicuos atribuidos a :ios o a los hombres" contienen $erdades ocultas" # deben entenderse figuradamente9 >Nu autem quasi flagitiosa imperitis uidentur, siue (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tantum dicta, siue etiam facta sunt, uel e+ )ei persona, uel e+ hominum quorum nobis sanctitas commenda! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tur,tota figurata sunt0 quorum ad charitatis pastum enucleanda secreta sunt> 017 . B. .egla para interpretar las expresiones figuradas" seg*n la cual debe $erse en cuanto sean pro$echosas para la caridad? si esto se ad$ierte claramente" entonces deben entenderse" no en sentido figurado" sino propio9 >,eruabitur ergo in locutionibus figuratis regula huiusmodi, ut tamdiu uersetur diligenti consideratione quod (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo legitur, donec ad regnum charitatis interpretatio perducatur. ,i autem hoc iam proprie sonat, nulla putetur (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo figurata locutio> 015 . G. .egla seg*n la cual algunas cosas se han de tomar en sentido uni$ersal # otras" en particular9 >Erit igitur etiam hoc in obseruationibus intelligendarum ,cripturarum, ut sciamus alia omnibus commuiter prcipi, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo alia singulis quibusque generibus personarum' ut non solum ad uniuersum statum ualetudinis, sed etiam ad (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo suam cuiusque membri propriam infirmitatem medicina pertineat> 010 . 2. .egla acerca de la necesidad de considerar las circunstancias en que algo fue permitido. >Pam cauen! dum est ne forte quod in ,cripturis ueteribus pro illorum temporum conditione, etiamsi non figurate, sed (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo proprie intelligatur, non est flagitium neque facinus, ad ista etiam tempora quis putet in usum uit posse (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo transferri> ?@1 . 4>. .egla de la $erdad regula ueritatis, seg*n la cual se toma por autntica aquella interpretacin que mejor se ajuste a lo que quiso decir el autor sagrado. ; esto es lo que primero debe determinar el exgeta. n caso de que esto no se pueda determinar con seguridad" entonces debe apelarse a la regla de la fe. 44. .egla de la fe" regula fidei, seg*n la cual la interpretacin $!lida no debe contradecir la ense8anza de la fe catlica. n caso de haber ac! m!s de una interpretacin que respete esa exigencia" el exgeta puede elegir la que a su juicio entienda m!s con$eniente. ,s" un ejemplo de cmo el *ltimo criterio de interpretacin para resol$er la di$ersidad de pareceres respecto de un mismo pasaje de las Escrituras est! dado por la fidelidad a la $erdad" o bien a la piedad" est! dado por la determinacin del sentido que se deba dar a la expresin angelus )omini et )ominus referida al interlocutor de Aoiss en el episodio de la zarza ardiente &E+ (7. :e estas palabras" ,gustn extrae dos posibles interpretaciones" que son $!lidas en la medida en que no contradicen el dato de fe !regula fidei!" aunque no coincida con la intencin del autor sagrado -regula ueritatis!9 >)u autem sententi, qu hinc proferri poss! sunt, quarum qulibet uera sit, amb secun dum fidem sunt. Nuod di+i, qunam earum uera sit' hoc di+i, quidnam eorum senserit qui scripsit. Eam quando nos inquirentes ,cripturas sentimus aliquid, quod scriptor forte non sensit' non tamen hoc sentire debemus, quod abhorret a regula fidei, a regula ueritatis. Ergo ambas (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sententias propono0 sit fortassis et tertia qu me latet. E+ his autem duabus propsitis, eligatis quam uolueri! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tis> 01B . -omo puede $erse" en el *ltimo consejo" seg*n el cual el exgeta de las Escrituras, en *ltima instancia se ha de atener a la regula fidei, se pone" una $ez m!s en e$idencia" el principio seg*n el cual es necesario creer para comprender" porque ste sigue siendo el principio rector de la in$estigacin agustiniana9 >Plla remota a (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sensibus, et ab usu cogitationis human, prius e+ diuina auctoritate credenda sunt' deinde per hc per nota (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sunt, utcumque noscenda> ?@2 . En caso de interesantes deri$aciones fue el criterio que adopt el santo para escoger la $ersin m!s apropiada de las Escrituras, esto di moti$o a una interesante discusin con san /ernimo. La polmica con /ernimo La oportunidad para poner en pr!ctica los principios interpretati$os propuestos por el obispo de Jipona se present cuando se $i la posibilidad de re$eer la $ersin latina -basada en la traduccin griega de los Seten- ta-" objetada por San /ernimo" # sustituirla" por otra que ste ofreciera. La $ersin $igente hasta ese momento era la $ersin tradicional latina" conocida como Ptala o Metus Latina, # que estaba fundada en la $ersin griega conocida como $ersin de los LOO. Msta *ltima se remonta a una traduccin griega de la %iblia efectuada en el lapso que comprende desde mediados del siglo ((( a mediados del (( a /-" estu$o a cargo de setenta # dos eruditos en hebreo de /erusaln" # se limita" naturalmente a los textos del ,ntiguo Hestamento. La otra $ersin era la propuesta por San /ernimo" para reemplazar a la ante- rior. Se trataba de una $ersin latina que aparece en el siglo ('" actualmente conocida como 'ulgata" cu#a $ersin del ,H se apo# directamente en el texto hebreo? # la del 3H" en una re$isin de la antigua $ersin latina - a la luz de algunos cdices griegos # arameos. Hodo haca pensar que la $ersin de San /ernimo -en cuanto remita directamente a las fuentes hebreas- deba ser tcnicamente superior a la que estaba apo#ada slo en la de los LOO que noera hebrea sino griega" # que el santo se expedira" en consecuencia" en esa misma direccin. Pero el fallo de ,gustn fue claramente fa$orable a la antigua $ersin $inculada a la de los LOO al ense8ar que" entre las $ersiones latinas" la m!s segura es la Ptala, # las que mejor pueden a#udar a corregirla son las griegas. ,s lo consigna en )e doctrina cristiana9 >Pn ipsis autem interpretationibus, QPtalaQ cteris prfera! tur' nam est uerborum tenacior cum perspicuitate sententi. Et latinis cuiuslibet emendandis, grci adhibean! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tur, in quibus ,eptuaginta interpretum, quod ad Fetus -estamentum attinet, e+cellit auctoritas> ?@4 . -orran los a8os 726-72B. La sorpresa surga a causa de que" quien -ante la e$entual necesidad de tener que expedirse respecto del $alor crtico de alguna $ersin de las Escrituras!, hubiese aconsejado tericamente dar prioridad a aqullas que m!s se ci8esen al lenguaje del texto original" procediese en los hechos" obrando en sentido contrario. :e ah la comprensible reaccin de San /ernimo en defensa de su propia $ersin asi en carta B0 &5>7-5>5)9 >Me prior in libris canonicis $...% septuaginta interpretum est $...%' et ibi Jrca transtuimus, hic de ipso "ebraico, quod intellegabamus, e+pressimus sensuum potius ueritatem quam uerborum interdum ordinem conseruantes. Et miror, quomodo septuaginta interpreetus librum legas non puros, ut ab eis editi sunt, sed ab Hrigene emen! datos siue corruptos per obelos et asteriscos et 3hristiana hominis interpretatiunculam non sequaris, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo prsertim cum ea, qu addita sunt, e+ homini Pudi atque blasphemi post passionem 3hristi editione transtule! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo rit> 07> . Pero las razones de la decisin de ,gustn #a haban sido emitidas # dadas a conocer oportunamente" al interesado. ;a en el 721" en carta a /ernimo -como para poner en e$idencia que la $ersin de /ernimo poda ser tan imperfecta como las restantes- le endilga a San /ernimo un gra$e cargo que surge a propsito de una interpretacin de ste de un pasaje de los Jlatas" en cuanto" que de su admisin resultara la descalificacin de todas las ,criptarum sacrarum. La dificultad planteada por ,gustn" en esa carta" surge a propsito del entredicho entre los apstoles Pedro # Pablo" mencionado en Jal. @, ::!:I. Si" como lo interpreta /ernimo" Pablo slo simula su enojo con Pedro" entonces menta. ;" si de un autor sagrado se ad$ierte alguna falsedad" entonces se ha de desconfiar de la $eracidad del corpus total de las ,agradas Escritura0 >*lia quippe qustio est, sitne aliquando mentiri uiri boni, et alia qusti est, utrum scriptorem sanctarum scripturarum mentiri oportuerit, immo uero non alia, sed nulla qustio est. *dmisso Para resol$er esta duda ,gustn se sir$e tanto de la aplicacin de los principios que rigen las conexiones lgicas" como de principios de orden estrictamente teolgico" como lo es la regula fidei. ;" as" a la luz de este *ltimo principio desestima la $eracidad de la condicionada ac" que supone la posibilidad de una mendacis !de una mentira! en las Escrituras. Pues" tal afirmacin $a contra la doctrina de la fe catlica. :e donde se sigue que la premisa menor del silogismo est! constituida por la negacin de la condi- cionada ac9 Eo es el caso que caiga todo el valor de las Escrituras. n cu#o caso el silogismo adquiere la forma tollendo!tollens cu#a conclusin est! dada por la negacin de la condicin a70 Luego, no es el caso que la ver! sin de Kernimo sea acertada Pero" como" a su $ez" la proposicin a es el primer miembro de la proposicin dis#unti$a exclu#ente" mencionada inicialmente" esto da pie al siguiente silogismo dis#unti$o exclu#ente" en la forma tollendo!po! nens0 a o b, no es el caso a, luego, b. Luego, la versin de Kernimo no es acertada. =inalmente" si la proposicin b es $erdadera" entonces sta formara la premisa menor del silogismo con- dicional a que da lugar" # ste toma la forma ponendo ponens" cu#a conclusin lo lle$a a afirmar bc. Luego, se salva el valor de las Escrituras. Je aqu un buen ejemplo de cmo San ,gustn saba ser$irse de la ciencia lgica para resol$er cues- tiones de car!cter teolgico. Pero adem!s de explotar la poco feliz interpretacin jeromiana de la mendacis, ,gustn agregaba otras razones de peso" que #a haba $isto en )e doctrina christiana, tales como la de una cierta inspiracin de los LOO en razn de su sorprendente unidad de criterio. >Nui iam per omnes petitiores Ecclesias tanta prsentia (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sancti ,piritus interpretari esse dicuntur, ut os unum toto homines fuerit> 074 . )Por qu pensar entonces que la $ersin de un slo hombre" como poda serla la de /ernimo" habra de gozar de ma#or autoridad que de la de los Setenta< Se8ala en )e doctrina christiana0 >Hmitto enim LOO, de quorum uel consilii uel spiritus maiore concordia, quam si unus homo esset, non audio in aliquam partem certa ferre sententiam, nisi quod eis prminentem auctoritatem in hoc munere sine controuersia tribuendam e+istimo. Plli me plus mouent, qui cum posteriores interpretarentur et uerborum locutionumque hebrrum uiam atque regulas mordacius, ut fertur, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tenerent, non solum inter se non consenserunt, sed etiam reliquerunt multa, qu tanto post eruenda et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo prodenda remanerent> ?(@ . xistan" adem!s otros argumentos" como el de tradicin # de practicidad pastoral" antes que tcnicas" en la carta G1 a /ernimo &5>5-5>0)9 >Pdeo autem desidero interpretationem tuam de septuaginta, ut et tanta Latinorum interpretum, qui qualescumque hoc ausi sunt, quantum possumus, in peritia careamus et hi, qui me inuidere putant utilibus laboribustuis, tandem aliquando, si fieri potest, intellegant propterea me nolle tuam e+ "ebro interpretationem in ecclesiis legi, ne contra septuaginta auctoritatem tanquam nouum aliquid (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo proferentes magno scandalo perturbemus plebes 3hristi, quarum aures et corda illam interpretationem audire (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo consuerunt, qu etiam ab apostolis adprobata est> ?(( . ste es un claro ejemplo para mostr!r de qu manera una cuestin tan humana como la eleccin de una u otra $a de interpretacin de un texto se decida" no en razn de argumentos de car!cter tcnico" sino eminentemente teolgicos9 las ,agradas escrituras" no podan poner en e$idencia una mentira. Pues" aunque el testimonio de la razn nos haga creer $er en ellas alguna mentira" ella slo nos puede re$elar una $erdad asequible a la luz de la fe. >Et ego quidem qualibuscumque uiribus, quas dominus suggerit, omnia illa testimonia, qu adhibita sunt adstruend utilitati mendacii, aliter oportere intelligi ostenderem, ut ubique (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo eorum firma ueritas doceretur. Nuam enim testimonia mendacia esse non debent, tam non debent fauere (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo mendacio> 075 . :e donde la cuestin de la lectura e interpretacin de los textos bblicos no puede hacerse sino a la luz de la fe. La polmica con los maniqueos en torno a la intepretacin de Jenesi :,@1 l otro punto de inters $inculado con la interpretacin de los textos bblicos gira en torno a cual debe ser la correcta la interpretacin del $ersculo 16 del primer captulo del primer libro del #entateuco0 AEt di+it )eus0 >Faciamus hominem ad imaginem et similitudinem nostram' et habeat potestatem piscium maris et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo uolatilium cli, et omnium pecum et ferarum, et omnis terr, et omnium reptilium, qu super terram repunt, et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ctera usque ad uesperam et mane quo competur die se+tus=@ ?(? . -on arreglo a la interpretacin maniquea no cabe admitir tal pasaje de las Escrituras, pues si se quiere e$itar el entender a :ios en sentido antropomrfico la idea de imagen de :ios permite suponer que :ios puede tener figura corporal9 APstam ma+ime qustionem solent Manichi loquaciter agitare, et insultare nobis quod hominem credamus factum ad imaginem et similitudinem )ei. *ttendunt enim figuram corporis nostri, et infeliciter qurunt utrum habeat )eus nares et dentes et barbam, et membra etiam interiora, et ctera qu (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo innobis sunt necessaria. Pn )eo autem talia ridiculum est, imo impium credere, et ideo negant hominem factum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo esse ad imaginem et similitudinem )ei@ ?(1 . Por cierto" debe reconocerse que en alg*n momento ,gustn debi adherir a una tal interpretacin. Pero una $ez que -a tra$s de las ense8anzas de San ,mbrosio- $i la posibilidad de entender esto en un sentido no literal" sino alegrico" entonces pudo hallar la respuesta que di a los maniqueos9 ANuibus respondemus, membra quidem ista in,cripturis plerumque nominari,cum )eo insinuatur audientibus paruulis' et hoc non solum in Meteri -estamenti libris, sed etiam in Eoui. Eam et oculi )ei commemorantur, et aures, et labia, et pedes, et ad de+teram )ei #atris sedere euangeli.atur Filius. Et ipse domini dicit0 >Eolite per clum iurare, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quia sedes )ei est' neque per terram, quia scabellum pedum )ei est ?(A . Ptem ipse dicit quod in digito )ei (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo eiiciebat dmonia ?(2 . ,ed omnes qui spiritualiter intelligentis accipere didicerunt, sicut galeas, et scutum, et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo gladium ?(4 , et alia multa@@ ?I; . , rengln seguido ,gustn trata de aclarar el sentido enque se debe entender todo el pasaje en cuestin" se8alando que la expresin Faciamus hominem ad imago et similitudo nostram" no debe entenderse en sentidomaterial" sino espiritual"porque no se est! aludiendo all a la forma corporal sino al hombre interior" porque es por esa interioridad que el hombre tiene potestad sobre todas las cosas ue ha# en el mundo9 A,ed tamen nouerint in catholica disciplina spirituales fideles non credere )eum forma corporea definitum' et quod homo ad imaginem )ei factus dicitur, secundum interiorem hominem dici, ubi est ratio et intellectus0 unde etiam habet potestatem piscium maris, et uolatilium cli, et omnium pecorum et ferarum, et omnis terr, et omnium repentium qu repunt super terram.3um enim di+isset, >Faciamus hominem ad imaginem et similitudinem nostram=0 addidit continuo, >Et habeat potestatem piscium maris et uolatilium cli=, et ctera0 ut intellegeremus non propter corpus dici hominem factum ad imaginem )ei, sed propter eam (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo potestatem qua omnia pecora superat. Hmnis enim animalia ctea subiecta sunt homini, non propter corpus, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sed propter intellectum, quem non habemus, et illa non habent@ ?I: . 5.G. Los frutos de la apelacin de la razn a la fe -omo los experimentaron otros Padres de la (glesia antes que l" la lectura de las Escrituras le sir$i a San ,gustn para a#udarse a responder de tal suerte a las inquietudes de los hombres que todos queden satisfechos9 >Nuidquid est, mihi crede, in ,cripturis illis, altum et diuinum est0 inest omnino ueritas, et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo reficiendis et instaurandisque animis accomodatissima disciplina' et plane ita modificata, ut nemo inde haurire (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo non possit quod sibi satis est, si modo ad hauriendum deuote ac pie, ut uera religio poscit accedat> ?I@ . Por cierto los conocimientos que se adquieren de ella son muchos. llos de alguna manera iluminan cada una de los tres grandes objetos que preocupan de di$ersa manera a los filsofos" la realidad de :ios" del hombre # del mundo. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ,unque #a la tradicin neoplatnica le haba presentado a :ios como el %ien (nmutable" las Escrituras (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo lo a#udaron a $incularlo con el mismo ,er 057 " del cual todas las criaturas deberan depender absolutamente. Son (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ellas las que le permiten hablar de :ios en trminos de -rinidad ?II , como creador ?I? , como omnipotente 056 " (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo como omnisapiente 05B " como gobernante del uni$erso 05G . ,s termina por entender a :ios como9 4. una realidad una # trina? 1. creadora de todo lo que existe de modo finito" no de s mismo" sino a partir de la nada? 7. lo que $ale tanto para el orden de lo $isible o material" como para el in$isible e espiritual? 5. por tanto" el orden finito ni le es consubstancial ni eterno9 >"anc ergo -rinitatem dici unum )eum, eumque fecisse et creasse omnia qu sunt, in quantum sunt, catholica disciplina credi iubet' ita ut criatura omnis siue intelectualis siue corporalis, ue quod breuius dici potest secundum uerba diuinarum ,cripturarum, siue inuisibilis siue uisibilis, non de )ei natura, sed a )eo sit facta de nihilo0 nihilque (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo in ea esse quod ad -rinitatem pertineat, nisi quod -rinitas condidit, ista condita est. Nuapropter criaturam (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo uniuersam neque consubstantialem )eo, neque coternam fas est dicere aut credere> 052 . )@u duda cabe de que fueron los pasajes del Jenesis los que lo a#udaron a comprender m!s adecuada- mente no slo el modo radical de la dependencia de las criaturas respecto de :ios" sino tambin" del lugar (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo pri$ilegiado que ocupa el hombre en el concierto de aqullas 00> . ,s" como de sus flaquezas" como mentiroso 004 " (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo su mortalidad por causa del pecado 001 " se le ha de amar por amor a :ios 007 " # a todos igualmente 005 " es hecho a (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo imagen de :ios 000 " no puede obrar bien sin auxilio de :ios 006 " conoce en parte la naturaleza de las cosas 00B " fue (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tentado por la soberbia 00G . sto por una parte le permite entender la distincin real entre el -reador # la criatura" inclu#endo a la criatura di$ina. lemento importante que le permite superar definiti$amente el sub#acente pantesmo maniqueo? # por la otra" la cercana de la criatura humana respecto de su -reador9 >Nuemadmodum fatendum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo est, animam humanam non esse quod )eus est' ita prsumendum, nihil inter omnia qu creauit, )eo esse (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo propinquius> ??4 . s en $irtud del testimonio de las Escrituras que ,gustn se anima a fundar una filosofia de la natu- raleza # una antropologa cu#o signo distinti$o es el de lle$ar dentro de s el sello de la Santsima Hrinidad9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo >Nua -rinitate quantum in hac uita datum est cognita, omnis intelectualis et animalis et corporali creatura, ab (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo eadem -rinitate creatrice esse in quantum est, et speciem suam habere, et ordinatissime administrari> 06> . Sin agotar el tema ni mucho menos" a la luz de lo #a examinado #a se puede $islumbrar que" pr!ctica- mente" no ha# punto de doctrina del Jiponense quede alguna manera no encuentre su lugar paralelo en alg*n pasaje de las Escrituras, por lo que para poder $er la profundidad de la influencia de los libros Santos sobre el pensamiento agustiniano no queda otro camino mejor que acompa8arlo en sus propias reflexiones. , modo de conclusin9 la necesidad de la gracia , la luz de los textos precedentes #a no cabe duda alguna de que ,gustn es un con$encido de la necesidad de apelar tanto al testimonio de la razn como de la fe para acceder al conocimiento de la $erdad. Lo que implica" la expresa admisin de que la razn natural" no slo est! ordenada a la $erdad" sino que de hecho" la ha hallado. La filosofa supo hallar un conjunto de $erdades dignos de ser denominados una autntica filoso- fa ->Eon defuerunt acutissimi et sollertissimi uiri, qui docerent disputationibus suis *ristotelem ac #latonem (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ita sibi concinere, ut imperitis minusque attentis dissentire uideantur, multis quidem sculis multisque (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo contentionibus, sed tamen eliquata est una uerissim philosophi disciplina> ?1: . ; tambin est! con$encido de que las posibilidades de la razn son mnimas si pretende prescindir de la fe. ; esto por dos razones9 n primer lugar" porque" de hecho" es e$idente que la conquista de la $erdad" pese a los esfuerzos de los mejores por e$itarlo no est! exenta de serios incon$enientes" #a porque stos mismos no la alcanzan sin mezcla de error" #a porque sigue permaneciendo fuera del alcance de la ma#oria de los hombres? en segundo lugar" porque :ios mismo" empe8ado en que la alcancen todos" de hecho" suple la falta de aptitudes naturales con las luces de su gracia colaborando generosamente con quienes buscan la $erdad9 >Becte enim fortasse qurentur, si erroris et libidinis nullus hominum victor e+isteret. cum uero ubique sit prsens, qui multis modis per crea! turam sibi domino seruientem auersum uocet, doceat credentem, consoletur sperantem, diligentem adhortetur, conantem adiuuet, e+audiat deprecantem' non tibi deputatur ad culpam quod inuitus ignoras, sed quod negligis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo qurere quod ignoras' neque illud quod ulnerata membra non colligis, est quod uolentem sanare contem! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nis> 061 . La gracia tiene un $alor subsidiario respecto de la razn. :e hecho" de conformidad con el testimonio de la re$elacin" el hombre" en una inmensa multitud de casos" por sus solas fuerzas no habra podido alcanzar nunca una cantidad de $erdades pese a contar con $igoroso ejemplo de algunos que contaban de una tramenda agudeza intelectual -ratio subtilissima- de no haber sido por el pro$idencial auxilio de la fe9 >*nimas multi! formibus erroris tenebris ccatas, et altissmis a corpore sordibus oblitas, numquam ista ratio subtilissima reuocaret, nisi summus )eus populari quadam clementia diuini intellectus auctoritatem usque ad ipsum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo corpus humanum declinaret, atque submitteret' cuius non solum prceptis, sed etiam factis e+citat anim re! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo dire in semetipsas et respicere patriam, etiam sine disputationum concertatione potuissent> ?1( . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo La primaca de la fe respecto de la razn surge de que slo por ella el hombre puede ingresar con segu- ridad al conocimiento # el amor de :ios. ;" con la fe" la luz que iluminar! all donde la razn se rinde9 >,i (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo intras fide in sanctuarium )ei intrans credendo, discis intelligendo> ?1I . n lo que concierne al caso expreso del saber teolgico" dado que ste campo permanece en buena medida oculto a la luz de la razn" la que tiene la primaca es" sin duda" la la luz de la fe. Lo que se debe no slo a que ella ilumina a la inteligencia sobre $erdades que de su#o no ha alcanzado" sino tambin porque la prepara para poder alcanzarla purific!ndola de todo inters subalterno. :ice en carta -onsencio en fecha cercana al 54>9 >Ft ergo in quibusdam rebus ad doctrinam salutarem pertinentibus, quas ratione percipere nondum ualemus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sed aliquando ualebimus, fides prcedat rationem, qua cor mundetur, ut magn rationis capiat et perferat (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo lucem, et hoc utique rationis est> 060 . Je aqu una de las cla$es del pensamiento filosfico de ,gustn" la gracia es necesaria no slo como re$eladora de $erdades no alcanzadas por la razn? sino tambin como remedio regenerador de una inteligencia enferma por las tinieblas del error" # una $oluntad debilitada por la concupiscencia. La misma fe que brinda la $erdad a la inteligencia # el bien a la $oluntad" da la fuerza a la $oluntad para que pueda desear # buscar el bien" # da la luz a la inteligencia para que la pueda percibir" recibir # penetrar m!s hondamente. Pero" no por esto la razn dejar! de preceder en cierto sentido a la fe #a que" no slo la razn nos cons- titu#e como superiores a las bestias" sino tambin porque la fe supone tambin el noble ejercicio de la razn. Luego" la actitud de despreciar la luz de la razn porque se tiene la fe" supone ignorar que aquella constitu#e la puerta de acceso para que esa misma fe arraigue. Porque si bien la Palabra de :ios excede las posibilidades de la razn para ser comprendida" no deja de dirigirse sino a la razn. n una palabra" el acto de fe" en cuanto que supone la adhesin de la inteligencia a impulsos de un acto $oluntario" no deja de suponer el uso de la inteligencia misma. ;a" porque es necesario discernir sobre la materia de fe" esto es" para establecer qu $erdades se habr!n de creer" # cu!les no? #a" porque se habr! de dis- cernir" sobre el grado de autoridad de quien expresa la $erdad de fe. ,s" slo se creer!n aquellas $erdades que no entren en franca contradiccin con el testimonio objeti$o de la razn natural. :e ese modo ,gustn descubri que no poda seguir cre#endo en las afirmaciones de los maniqueos porque muchas de sus ense8anzas iban a contrapelo de los conocimientos naturalmente alcanzados. ; a su $ez" la gracia" una $ez recibida" lejos de disminuirlas" potencia las posibilidades de la inteligen- cia" poniendola en condiciones de comprender mejor9 >Nuamobrem quoniam -rinitatis ternitatem, et qua! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo litatem et unitatem, quantum datur, intelligere cupimus, prius autem quam intelligamus credere debemus, uigi! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo landumque nobis est, ne ficta sit fides nostra0 eadem quippe -rinitatem fruendum est, ut beate uiuamus> ?11 . Pero toda$a queda algo m!s" que se comprende mejor $iendo la interaccin de las facultades racionales. ,s como la inteligencia no act*a sino estu$iese ordenada a actuar" as la naturaleza se abre al horizonte infinito de la $erdad sobrenatural merced al impulso interior de la gracia operante. >Nua gratia agitur, non solum ut (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo facienda nouerimus, uerum etiam ut cognita faciamus' nec solum ut diligenda credamus, uerum etiam ut (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo credita diligamus> 06B . -ierto que es posible conocer a :ios a la luz de sus criaturas" pero tampoco es menos cierto que el salto que $a del orden finito al infinito" del orden creado al increado es tan grande que cualquier inteligencia se sentira fuertemente atemorizada de darlo. ,temorizada no slo porque se enfrenta a una empresa que est! por encima de sus propias fuerzas" sino porque tampoco $e claro cu!l es el destino de ese salto. Pues" bien" si la inteligencia" de hecho" lo efect*a" no lo hace sla. s :ios quien la empuja. ; la empuja hacia S. Luego" el mismo que da el ser" # los fines" proporciona tambin los medios para alcanzarlos. ; no de cualquier manera" sino en su m!ximo ni$el de comprensin posible. ,s" al tiempo que empuja al hombre a amarlas" tambin lo ilumina para que las conozca. Lo que genera otra relacin circular" -esta $ez entre el conocimiento de la $erdad # el amor por la $erdad- porque amando la $erdad" el hombre la conoce mejor? # porque conociendola mejor" la ama m!s. Je aqu" en apretada sntesis la razn por la cual todos los textos de ,gustn se apo#an en el doble testimonio de la razn # de la fe" de la naturaleza # de la gracia. )@u beneficio mutuo reciben< La fe propor- ciona al saber natural una cierta $ocacin por la $erdad" # la seguridad respecto de la tem!tica a la que se habr! de consagrar su reflexin filosfica" se8al!ndole de antemano qu errores debe e$itar. La filosofia proporciona a la fe" el maduro fruto de una fe m!s razonable. ; lo hace de dos modos principales9 la de establecer qu debe ser credo? # la de penetrar racionalmente los misterios de la fe. Lo primero di lugar a la especulacin apologtica" lo segundo" a la teolgica. Por esa razn" el santo de Jipone considera con$eniente orar al dador de la $erdad no slo para la correcta comprensin de los datos de fe" sino de los que la misma razn podra (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo alcanzar por s misma9 >-u autem, carissime, ora fortiter et fideliter, ut det tibi dominus intelectum ac sic ea, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo qu forinsecus adhibet diligentia prceptoris siue doctoris, possint esse fructuosa> ?12 . .oncl%siones 3o ha# duda" despus de todos estos an!lisis que esta ntima relacin entre la razn # la fe marca el punto de partida para comprender el pensamiento filosfico del santo de Jipona. ,caso" no falten ho# los que -abroquelados tras los muros del pensamiento moderno # contempor!neo- objeten la legitimidad de tal pretensin. st!n en su derecho. Pero sera una lamentable prdida de tiempo tratar de a$eriguar cmo hubiera entendido San ,gustn la relacin entre la razn # la fe de haber conocido las obras del racionalismo o del empirismo en cualquiera de sus manifestaciones. llo no lo hubiera mo$ido de una serie de con$icciones tales como9 4. la potencia intelecti$a est! trascendentalmente ordenada al conocimiento de la $erdad" cu#o cumplimiento m!s perfecto se da con el conocimiento teolgico. 1. la realidad" de hecho" puede ser naturalmente conocida por el hombre" pero en lo que concierne a sus manifestaciones m!s excelsas" se $e manifiestamente limitada. 7. Hales limitaciones slo pueden ser sal$adas con el concurso de la $erdad re$elada. 5. ; este auxilio" que es extra8o a la razn" lejos de terminar de des$irtuar las posibilidades del entendimiento humano" lo potencia" hasta el grado de permitirle entender mejor lo que sin aqul slo hubiera podido $islumbrar penosamente. (. 'R, : L, (3H.(D.( :,: (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo >Eoli foras ire, in teipsum redi, in interiore homine habitat veritas> ?14 . -on el epgrafe aparece uno de las m!s llamati$as formulaciones al conocimiento de s mismo. Por cierto" el tema de la OinterioridadO" del Ohombre interiorO" # de la $a para alcanzar el conocimiento de la $erdad" proporciona uno de los ejes centrales de la doctrina del Dbispo de Jipona? sin duda" uno de sus temas predilec- tos. :e hecho" fue ste uno de los aspectos de su doctrina que ejerci ma#or influjo sobre toda la historia del pensamiento occidental. %uscador infatigable de la $erdad" ,gustn est! ntimamente persuadido de que sta se realiza plenamente en :ios" afirmado como principio uni$ersal de inteligibilidad" #" por consiguiente" tambin como causa del conocimiento de s mismo. Pero esto supone la certeza absoluta de una $erdad e$identsima" la de la propia existencia" cu#o camino para encontrarla es el mismo espritu. La $erdad est! inscripta en el seno de la propia conciencia" pero" no porque la conciencia sea causa de la $erdad" o la crease" sino porque es el !mbito donde la $erdad se manifiesta # se descubre. Por consiguiente" si en el alma se descubre la $erdad de las cosas # la $a de acceso a :ios" entonces el camino m!s adecuado para acceder a ella no puede ser otro que el de la $a de la interioridad. Je aqu el pasaje completo donde aparece la exhortacin agustiniana" punto de partida # materia principal de esta parte de la in$estigacin9 >Eoli foras ire' in teipsum redi' in interiore homine habitat ueritas0 et si tuam naturam mutabilem inueneris, trascende et teipsum0 ,ed memento cum te trascendis, ratiocinantem animam te trascendere. Plluc ergo tende, unde ipsum lumen rationis accenditur. Nuo enim peruenit omnis bonus ratiocinator, nisi ad veritatem5 3um ad seipsam ueritas non utique ratiocinando perueniat, sed quod ratiocinantes appetunt, ipsa sit. Fide ibi conuenientiam qua superior esse non possit' et ipse conueni cum ea. 3onfitere te non esse quod ipsa est0 siquidem se ipsa non qurit0 tu autem ad ipsam qurendo uenisti, non (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo locorum spatio, sed mentis affectu, ut ipse interior homo cum suo inhabitatore, non infima et carnali, sede (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo summa et spirituali uoluptate conueniat> ?A; . :e su#o" el proceso de la $a de la interioridad implica el tr!nsito espiritual del hombre vie9o, homo e+terior, al hombre nuevo, homo interior mediante la aversio a los bienes mudables # con l" la conversio a :ios. Pero" esto tambin pone en e$idencia la posibilidad de otro programa de $ida cu#a direccin de marcha es exactamente opuesta a la anterior. Los dos son igualmente $oluntarios" pero difieren entre s seg*n los medios para alcanzarla # su trmino final. ; as mientras la $a de la interioridad se ordena a la realizacin del hombre por la $a del ser # del bien? la $a de la exterioridad" apunta a la propia degradacin cu#o eje es el mal9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo >Malum sit auersi eius ab incommutabili bono, et conuersio ad mutabilia bona> 0B4 . Pero" esta oposicin respecto de la $a de la exterioridad no se debe entender en trminos de una completa descalificacin ontolgica del conocimiento del mundo sensible. s cierto" que as se lo podra entender sobre todo teniendo en cuenta la influencia de los pensadores maniqueos # neoplatnicos. Pero ,gustn" pese a haber recibido la influencia de unos # otros" es antes que nada un pensador cristiano. Porque en la perspecti$a cristiana" -como lo permite suponer un :ios que no slo crea buenas todas las cosas" sino que elige al hombre por su cuerpo como templo del spritu Santo # a la naturaleza humana como asumida por el mismo 'erbo-" no puede pensarse ni en el desprecio del mundo ni de las facultades sensibles. Lo que ha# es el reconocimiento de que estos dos rdenes sir$en positi$amente para a#udar al conocimiento de la $erdad" pero pueden ser un $erdadero obst!culo si se cree que con ellos se alcanzar! el *ltimo fin del hombre" si se cree que el mundo es el *nico # el ma#or bien que el hombre puede alcanzar" porque ello podra conducir al hombre a abandonar la b*squeda de :ios. n suma" lo que ,gustn quiere se8alar es que por $alioso que sea el testimonio de los sentidos para el conocimiento del alma # de :ios" no son ellos los que mejor a#udan a comprender la inmensa riqueza del orden interior" # que" al no ser estos los que a#udan a comprender lo que ha# de mejor en el hombre" ser! necesario recurrir a otra fuente de conocimiento que trascienda los lmites de lo sensible. Porque" siendo el hombre imagen de :ios" ciertamente el conocimiento de s a#uda al conocimiento de :ios" mejor que cualquier otro conocimiento del mundo. 4. Los antecedentes griegos Por cierto" pese al incuestionable mrito del Jiponense de haber hablado insuperablemente de las profundidades del alma" no fue mrito del santo inaugurar la tem!tica de la interioridad. Aucho antes que l #a los antiguos haban introducido la cuestin. 3ada m!s recordar el >uvlZ Y_z\mv>, de Scrates para persuadirse de ello. Hampoco se puede ignorar que m!s tarde" Plotino" en el siglo ((( insistir! por el mismo camino9 >Bet! rate a t mismo y mira. = si no te ves a8n bello, entonces, como el escultor de una estatua que debe salir bella, quita aqu, raspa all, pule esto y limpia lo otro, hasta que saca un rostro bello coronando la estatua, as tambi&n quita todo lo superfluo, alinea todo lo torcido, limpia y abrillanta todo lo oscuro y no ceses de labrar (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tu propia estatua hasta que se encienda en t el divino resplandor de la virtud, hasta que veas a la (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo morigeracin sentada en un santo pedestalQ> ?A@ . , la $ista de tales textos" donde se ad$ierte una notoria similitud entre el pasaje de ,gustn citado en el epgrafe # el de sus precedentes del pensamiento antiguo" surge la inquietud natural acerca de la posibilidad de hallar en ,gustn" no un descubridor de una $a hasta entonces totalmente desconocida" sino" en todo caso" un bien timbrado eco de un mu# hondo llamado que #a" mucho antes de que lo hiciera ,gustn" estaba grabado de modo indeleble en el frontispicio del templo de :elfos. :e lo que podra concluirse que el mejor modo de en- tender la $a agustiniana de la interioridad sera" naturalmente" a la luz de los antecedentes griegos. Pero" el reconocimiento de que son los griegos los que tienen el pri$ilegio de inaugurar el conocimiento de la interioridad )significa que ,gustn se limita en esto a reiterar lo que #a muchos antes haban ense8ado los antiguos< La respuesta a esta segunda pregunta exige una cierta precisin. Hodos los intrpretes de ,gustn son un!nimes respecto al reconocimiento de que fueron los griegos" # no el Dbispo de Jipona" quienes inauguraran la $a de la interioridad como modo de acceso a la sabidura" # que" bien pudo ,gustn haberse inspirado en ellos. Pero" donde s ha# lugar para la discusin es respecto de la igualdad de sentidos en que se debe tomar ese llamamiento a la interioridad en uno # otros. .especto a lo primero" la dependencia de ,gustn respecto de los griegos se confirmara ante el hecho" tambin indiscutible" de que ,gustn incorpora a su pensamientos importantes elementos de la tradicin (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo neoplatnica 0B7 . Pues" slo merced al esclarecedor aporte de esta doctrina puede el Jiponense superar la chatura del materialismo maniqueo # acceder al conocimiento de un orden de inteligibilidad # espiritualidad. s el neo- platonismo" en efecto" el que le brinda los instrumentos conceptuales # lingZsticas en $irtud de los cuales pudo discernir con claridad la naturaleza espiritual de :ios # el alma. ; son estos *ltimos los dos polos en que se apo#a el eje del corpus doctrinal agustiniano. (ndudablemente" al ad$ertir la fuerte presencia del pensamiento neoplatnico en la especuacin agustiniana" despierta en el lector la creciente tentacin de dejarse lle$ar por una interpretacin helenizante de la doctrina agustiniana. :e modo que" bien puede pensarse que ,gustn ha#a encontrado en alguno de ellos la in$itacin al retorno sobre s mismo. .especto al sentido de la $a agustiniana" surge la duda acerca de la suficiencia de estas semejanzas en cuanto a la formulacin # al aparato conceptual # lingZstico para entender lo m!s propio de la via interioritatis agustiniana" #" por ende" de la licitud de una lectura neoplatonizante de la misma. Sin descalificar en modo alguno el peso que tales antecedentes proporcionan en fa$or de una tal inter- pretacin de los textos agustinianos" en honor a la $erdad" se hace con$eniente confrontarlos con otros textos que a$alan la posicin contraria # cu#a importancia parece ser decisi$a para resol$er la dificultad que se acaba de exponer. n efecto" de tener en cuenta estos pasajes mencionados" surge la e$idencia de que pese a que ,gustn" decididamente" no fue el primero en plantear el tema de la interioridad" sin embargo" en modo alguno parecera querer limitarse a repetir V la lettre la doctrina de los pensadores antiguos. La razn principal estriba en que entre aqullos # ste ha# la distancia que separa al pensador pagano del cristiano. ; esto $ale tanto para establecer las diferencias tanto con Scrates como con Plotino. :iferencias que se pueden establecer tanto en el orden de los puntos de partida como de los medios # de los puntos de llegada. Scrates n cuanto a las diferencias con Scrates" stas aparecen tanto en razn de lo que caracteriza al sujeto que habra de lle$ar a cabo dicha $a como del fin al que sta se ordena. :ebe recordarse que el filsofo ateniense permanentemente in$itaba a los hombres a conocerse a s mismos para $i$ir de acuerdo al muo[. Poniendo en pr!ctica este mandato" el hombre puede liberarse de la nefasta tirana de la &]Z[. n relacin al sentido en que se debe entender este $ocablo &]Z[" puede decirse que encerraba la significacin de una extra8a mezcla de orgullo" altanera" insolencia" soberbia" desenfreno # ultraje propia del ignorante. l desorden de lo desmedido que aqulla supona era un real impedimento para la realizacin del hombre como tal. :e donde el objeto de la interioridad no pareca buscar otro bien que el de alcanzar la $irtud" la ]j\o. Pero" paradjicamente esta realizacin tica comienza estrictamente cuando el hombre toma conciencia de su real situacin de indigencia" de sus lmites # de su finitud. Por ignorarlo" el hombre es" sin quererlo" dominado por un otro que ha# en l. so OotroO es la soberbia" la lujuria # la a$aricia de quien se ufana de usur- par el nombre de sabio. :e all la necesidad de superar tal estado del alma Scrates propone culti$ar la $irtud contraria" esto es" la ub]p\jZ_" que -por contraposicin con el $icio de la &]Z[- supona las $irtudes de la for- taleza" la continencia" el dominio de s # la moderacin. :e all el indiscutible $alor tico del precepto socr!tico. Por otra parte" tampoco el objeti$o de la in$itacin de Scrates a conocerse a s mismo" responde a la necesidad de un estudio de car!cter introspecti$o" ni a un mero deseo de tomar distancia respecto de :ios o del mundo externo" sino a la necesidad de saber" porque lo que busca es la fuente de la $erdad para alcanzar la sabidura YoW`_. sto implicaba tambin un cierto desprendimiento del orden sensible" porque en la medida en que la atencin se dispersaba con los sentidos" le impeda tomar conciencia de s9 >)= en primer lugar, no est claro en tal conducta que el filsofo desliga el alma de su comercio con el cuerpo lo ms posible y con gran diferencia sobre los dems hombres5 $...% )Es o no un obstculo el cuerpo si se le toma como compa/ero en la (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo investigacin5> ?AI . Puede ad$ertirse aqu un claro sentido dualista" sin duda deri$ado del pesado lastre del dualismo rfico. Por cierto" la via interioritatis de ,gustn tiene muchos puntos en com*n con el precepto Socr!tico. ,mbos escogen el mtodo com*n de retornar hacia el interior de s mismo para hallar la $erdad. ,mbos" no $en en la propia interioridad del hombre un sustituto de la sabidura sino un medio para alcanzarla. l primero" por- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo que terminaba descubrindose en su poquedad intelectual -slo s& que nada s& ?A? !' el segundo" porque descubra en s el prope nihil de lo mutable" # con esto" un claro estmulo para buscar la $erdad por encima de s mismo. Pero" cuando ,gustn recuerda el precepto del conocimiento de s" en realidad no est! queriendo decir exactamente lo mismo que el ,teniense. ,mbos difieren en el modo de concebir al sujeto que la habr! de realizar como con el objeto que ste habr! de alcanzar. Por una parte" el santo no est! hablando del mismo hom- bre que Scrates. Aientras ste entenda por tal a un \m ov emuov ^av !animal con lgos!, ,gustn" aunque tambin entiende al hombre como animal racional" no deja de referirlo a :ios" en cuanto imago )ei" i. e., imagen de la Santsima Hrinidad. Por otra parte" el objeto de la liberacin por medio del conocimiento de s" seg*n Scrates no reside en otra cosa que alcanzar una $ictoria sobre s mismo para ser due8o de s. Aientras que en ,gustn lo que se busca es conocerse para negarse a s mismo" esto es" negar al hombre carnal dominado por sus apetitos inferiores" el homo e+terior, para afirmar el hombre espiritual regido por la le# del amor de :ios" el hombre interior, # as poner al hombre en condiciones de poder contemplar una $erdad que" al mismo tiempo que est! en lo m!s hondo de s mismo" sin embargo" lo trasciende radicalmente. ;" por cierto" para afirmar esto" no se inspira en los griegos -ni en Scrates" ni en el mandato inscripto en el frontispicio del templo de :elfos- sino en las ,agradas Escrituras0 >Faciamus hominem ad imaginem et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo similitudinem nostram> ?A1 ' >Et creauit )eus hominem ad imaginem suam' ad imaginem )ei creauit (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo illum> ?AA '>,i quis uult post me uenire, abneget semetipsum> ?A2 . ;" en orden a ello" )qu duda cabe que los trminos a quo # ad quem remiten inequ$ocamente al homo vetus # el novum respecti$amente de los que habla San Pablo en sus cartas. >uos autem non ita didicistis 3hris! tum, si tamen illud audistis et in ipso edocti estis, sicut est ueritas in Pesu, deponere uos secundum pristinam conuersationem ueterem hominem, qui corrumpitur secundum desideria erroris, renouari autem spiritu mentis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo uestr et induere nouum hominem, qui secundum )eum creatus est in iustitia et sanctitate ueritatis> ?A4 . Jasta el trmino mismo -homo interior! es paulino #a que el homo novum es tambin interior9 >,ed licet is quod foris (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo est, noster homo corrumpitur, tamen is, qui intus est, noster renovatur de die in diem> ?2; . :e donde puede inferirse que la interioridad # la exterioridad no tienen tanto un $alor fsico donde se contrapone lo inteligible a lo sensible como un $alor eminentemente tico" donde se contrapone lo natural -la naturaleza en pecado- a lo sobrenatural" la naturaleza humana asistida # sobreele$ada por la accin de la gracia di$ina. Si acaso se quiere ser m!s preciso" en el trmino ad quem" se habr!n de distinguir dos ni$eles9 uno inmanente al hombre" donde se manifiesta el homo interior, que est! dado por el m!s alto ni$el de la realidad (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo humana? otro" trascendente" donde se halla el Juesped di$ino" que no es otro" que la mismsima Santsima (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Hrinidad. >-u autem erat interior intimo meo et superior summo meo> ?2: . ; es esta misteriosa presencia di$ina la que tambin habr! de marcar las diferencias en el orden de los medios" #a que" lejos de quedar el hombre librado a su propia suerte en la difcil a$entura del camino hacia la $erdad" ser! lla misma la que lo habr! de llamar # acomapa8ar con el auxilio de su gracia hacia tan ele$ada (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo meta" #a que :ios no abandona a quien busca la $erdad9 >*lienissimum quidem ab ipso est, ut eos qui talia (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo desiderant deserat> ?2@ . Plotino n lo que concierne a Plotino no ha# duda que las concidencias m!s importantes con la exposicin de su doctrina del retorno a la unidad" que supone tambin una suerte de purificacin interior" bpl_]YZ[. l retorno a lo Eno !c`Y\]oWo!" implica un proceso ascendente que se realiza dialctica # gradualmen- te" comprometiendo al intelecto # a la $oluntad" que exige la eliminacin de toda diferencia ! W_`]jYjZ[ (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo eeo\]`oz c_v\mY. ?2( . ; este proceso se realiza" en particular" a tra$s del hombre. Aediante la substraccin de las diferencias materiales" sensiti$as" racionales e intelecti$as" hasta $ol$er al Eno" que es el principio que est! en nosotros mismos # que hace posible la purificacin9 >"emos de levantarnos a nosotros mismos desde las cosas sensibles, que son las 8ltimas en la escala de los seres, para quedar con ello libres de todo mal. = como quiera que tendemos hacia el Gien, hemos de ascender hasta el principio interior a s mismo hasta llegar a (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo hacernos uno solo con &l en lugar de la multiplicidad, si es que anhelamos la contemplacin del #rincipio y del (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Fno> ?2I . sa necesidad del retorno a lo Eno se explica porque antes ha habido una separacin de lo Eno por la $a de la generacin-emanacin. Hodo procede de lo Eno !c]movo[! o $a descendente. ,s" despus de lo Eno primero aparece" la Pnteligencia o o[, la primera hipstasis" que contiene en s el mundo de las (deas-? # de la (nteligencia" procede el *lma del mundo, del que deri$an todas las dem]s almas" # que es el enlace entre el orden inteligible # el sensible. Hodo lo cual entra8a una idea de necesidad que elimina la posibilidad de libertad en la procesin de las hipstasis9 >,i hay un segundo t&rmino despu&s de Cl, es preciso que &ste e+ista sin que el Fno se mueva, sin que Cl se incline, sin que Cl lo quiera, y, en una palabra sin ning8n movimiento. ))e qu& manera, pues, y qu& (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo hay que concebir en torno a Cl, si Cl permanece inmvil5 Fna irradiacin que proviene de Cl, que permanece (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo inmvil, como la lu. resplandeciente que rodea al sol nace de &ste, aunque &ste permanece siempre inmvil> 0G0 . Pero" al mismo tiempo" el descenso importa tambin libertad" porque tampoco se explica en funcin de un principio ajeno a lo Eno9 >)Nui&n podra detener a una potencia, que puede permanecer en s misma y salir (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo fuera de s> ?21 . Pero si ambos pensadores -Plotino # ,gustn- coinciden tambin en elaborar la relacin entre :ios # el mundo seg*n una doble $a descendente # ascendente" en modo alguno la entienden ambos del mismo modo. n cuanto a la $a descendente Por cierto" el concepto de creatio como un acto libre de amor" obligado marco de referencia para entender el pensamiento de ,gustn" no aparece en Plotino. %aste recordar que el pensador egipcio entiende el surgimiento del mundo como procedente de :ios" por $a de emanacin secundum necessitatem natur !por necesidad de su naturale.a' lo que se opone a la afirmacin de una creacin libre por parte de :ios? por otra parte" sin tener la intencin de afirmar un emanatismo panteista" por cuanto lo Eno permanecera siempre m!s all! del ser que le est! subordinado" lo cierto es que tampoco admite la doctrina de la creatio ex nihilo" lo que lo $uel$e a acercar a una posicin pantesta. Aientras Plotino" en su En&ada M, menciona tres substancias" (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo jer!rquicamente ordenadas" ,gustn habla de un :ios uno # trino 0GB " donde pese a la distincin de personas no cabe hablar de subordinacionismo alguno. Por una parte" en aqul el Eous es inferior # est! ontolgicamente subordinado a la primera hipstasis? en ,gust_n" las tres personas se entienden como iguales en jerarqua # consubstanciales entre s. =inalmente" tambin puede se8alarse que mientras el Fno debe pensarse como algo (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo que est! m!s all! del ser 0GG # del conocer 0G2 " mientras que en ,gustn ese :ios Eno # Hrino" se identifica con el (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo mismo ser 02> #" de alguna manera" #a est! al alcance del entendimiento 024 . n cuanto a la $a ascendente Las diferencias entre Plotino # ,gustn se mantienen cuando se trata de $er el modo en que lo real retorna a su principio primero" m!s precisamente en el modo en que el hombre retorna a ,qul. 3o ha# duda de que existen claras diferencias en torno a la naturaleza del protagonista # al modo de ejecucin de la $ia interioritatis. Pues" los conceptos de :ios # de hombre en san ,gustn no se acomodan del todo al esquema emanatista de Plotino" quien no sabe o no quiere desprenderse de la impronta del necesitarismo griego. n ,gustn :ios # hombre son dos realidades radicalmente diferentes pero que guardan entre s una relacin *nica. Se trata de dos realidades libres que establecen entre s una relacin personal. Msta se da en ,gustn entre una criatura que necesita de :ios para ser # crecer" # un :ios que por amor da el ser # luego hade pro$eer todo lo necesario para su subsistencia. ,s se entiende el cambio de lenguaje que $a de Plotino a ,gustn. Aientras el primero haba dicho9>Muelve sobre t mismo y mira, $...%, quita todo lo superfluo $...% no ceses a la ve. de modelar tu propia estatua>' (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo el segundo ahora manifiesta9>Et inde admonitus redire ad memet ipsum intravi in intima mea, duce te, et potui, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quoniam factus est auditor meus> ?4@ . s decir" mientras el camino interior en Plotino es tarea de uno solo" esto es" del sujeto que $a tomando conciencia de s? en ,gustn" por el contrario" la meta es alcanzada -duce te! slo con el auxilio de la gracia di$ina. Porque quienes $uel$en sobre s mismos para conocerse sin confundirse con la realidad de las cosas cor- preas no lo hacen sin diuino amore ueritatis accensi, esto es" contando con el infaltable auxilo de la di$ina pro$idencia9 >Magna qudam, crede mihi, magna, sed sine ulla mole de animo cogitanda sunt. Nuod facilius contingit iis, qui aut bene eruditi ad hc accedunt, non studio inanis glori, sed diuino amore ueritatis accensi, aut qui iam in his qurendis uersantur, quamuis minus eruditi ad inuestiganda ea uenerint, si patienter bonis se dociles prsebent, atque ab omni corporum consuetudine, quantum in hac uita permittitur, semet auertunt. Fieri autem non potest quadam diuina prouidentia, ut religiosis animis seipsos et )eum suum, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo id est, ueritatem pie, caste ac diligenter qurentibus, inueniendi facultas desit> 027 . ; es este mismo espritu (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cristiano" de una clara relacin interpersonal" el que aparece cada $ez que trata el tema de la interioridad9 >)eus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo semper idem, noverim me, noverim te. Hratum est> ?4I . 3aturalmente" tal pro#ecto de sabidura" que compromete al hombre entero" dada la actual condicin de la naturaleza humana" encenegada por el pecado" en modo alguno es tarea sencilla" de ah la necesidad del auxilio di$ino" un auxilio que se suplica con la oracn confiada9 O)eus #ater noster, qui ut oremus hortaris, qui et hoc quod rogaris prstas. ,iquidem, cum te rogamus, melius uiuimus, melioresque sumus0 e+audi me (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo palpitantem in his tenebris, et mihi de+teram porrige. #rtende mihi lumen tuum, reuocame ab erroribus0 te (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo duce, in me redeam et in te. *men> 020 . ; esto no es arbitrario. l santo est! ntimamente persuadido de que su debilidad para alcanzar la cima de la $irtud moral no es algo superficial # pasajero ni mucho menos" sino m!s bien algo que afecta profun- damente a su misma esencia de un modo permanente # naturalmente insuperable. :e alli" la esperanzada apela- cin a la pro$idencia di$ina para alcanzar el punto de con$ersin moral que exige el conocimiento de la $erdadera naturaleza de s mismo como im!genes # templos $i$os de :ios9 >Nuod omnino fieri non potest, nisi ad eius reformemur imaginem, quam nobis ut pretiossisimum quiddam et carissimum custodiendam dedit, dum nos ipsos nobis tales dedit qualibus nihil possit prter ipsum anteponi. "ac autem actione nihil mihi uidetur operosius, et nihil est cessatione simiius' neque tamen eam suscipere aut implere animus potest, nisi eo ipso adiuuante qui redditur. Fnde fit ut homo eius clementia reformandus sit, cuius bonitate ac potestate formatus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo est> ?41 . :e donde surge que en ,gustn el retorno a lo Eno" la ejecucin de la $a de la interioridad" lejos de ser tarea exclusi$a del hombre lo es tambin de :ios" # no porque :ios colabore con el hombre" sino por que m!s bien es ste quien colabora con :ios. Porque el que pr!cticamente lo hace todo es :ios" el hombre" en $irtud de su impotencia natural" poco m!s que su consentimiento. . sto hace que la interpretacin de cu8o neoplatonizante de los textos del Dbispo de Jipona en lo que ata8e al autoconocimiento" deba ser tomada como $!lida a lo sumo slo en un sentido amplio. Pues si bien la formulacin de la $a agustiniana de la interioridad se re$iste de un $ocabulario marcadamente neoplatnico" el espritu que la anima interiormente es de ndole netamente cristiana. Por cierto" para precisar exactamente en qu consiste propiamente esa via interioritatis quedan toda$a muchas cuestiones pendientes. stas son9 ):nde aparece la doctrina de la $a de la interioridad en ,gustn" # cmo la expresa en sus textos< )Puede homologarse este proceso de interiorizacin agustiniano con un mtodo de introspeccin psicolgica" cualquiera sea ste< )-u!les son sus pasos de realizacin< )n qu momento preciso el hombre comienza a descubrirse realmente a s mismo< )@u es lo que descubre el hombre de s mismo< )-u!les son precisamente los distintos ni$eles de ascenso hacia la $erdad< )-u!l es el *ltimo trmino de este proceso de autoconciencia< l recurso a la via interioritatis, )significa un cabal ol$ido o descalificacin del mundo externo< )@u ha# de los dem!s hombres< )Se trata de un camino puramente indi$idual o acaso sus logros de alguna manera se pueden compartir con los dem!s< 1. La doctrina9 l principio de la interioridad est! expresado en la obra )e vera religione cu#o texto #a se ha presentado m!s arriba" ste deca9 >Eoli foras ire' in teipsum redi' in interiore homine habitat ueritas0 et si tuam naturam mutabilem inueneris, transcende et teipsum0 ,ed memento cum te transcendis ratiocinantem animam te transcendere. Plluc ergo tende, unde ipsum lumen rationis accenditur. Nuo enim peruenit omnis bonus ratiocinator, nisi ad ueritatem5 3um ad seipsam ueritas non utique ratiocinando perueniat, sed quod ratiocinantes appetunt, ipsa sit. Fide ibi conuenientiam qua superior essse non possit, et ipse conueni cum ea. 3onfitere te non esse quod ipsa est0 siquidem se ipsa non qurit0 tu autem ad ipsam qurendo uenisti, non (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo locorum spatio, sed mentis affectu, ut ipse interior homo cum suo inhabitatore, non infima et carnali, sed (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo summa et spirituali uoluptate conueniat> ?4A . n este texto" sumamente rico en detalles tcnicos" pueden $isualizarse inmediatamente una cantidad de elementos fundamentales. 4. l llamamiento9 noli foras ire' in teipsum redi. 1. l fundamento que lo justifica9 in interiore homini habitat veritas. 7. Las etapas9 la aversio0 noli foras ire' la introversio0 in teipsum redi? la conversio0 transcendete ipsum et conveni cum ueritate. 5. La meta a alcanzar9 la Feritas. 0. l modo de alcanzarla9 non utique ratiocinando perueniat' mentis affectu 6. Su trascendencia9 3onfitere non esse quod ipsa est. B. l !mbito donde se la alcanza9 unde ipsum lumen rationis accenditur. G. ,ctitud interior que se ha de adoptar ante la $erdad9 ibi convenientiam qua superior esse non possit' seipse non qurit. 2. En nombre re$elador de la 'erdad9 inhabitator. 4>. l efecto inmediato de la 'erdad9 lumen rationis eccenditur. 44. l efecto transformador9 ut ipse interior homo cum suo inhabitatore. 41. Ena $a equi$ocada9 infirma et carnali 47. l gozo espiritual que sigue a la contemplacin de la $erdad9 sed summa et spirituali uoluptati con! ueniat. :esde luego" dada la inmensa profusin de obras de este autor es lgico suponer que" ste no es el *nico lugar donde se hace este llamado al examen de s mismo. n efecto" este mismo aldabonazo de la conciencia (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo aparece en lugares tan distantes como las 3onfessiones ?42 , Enarrationes in #salmos 022 " Pn Poannem 6>> " )e dua! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo bus animabus 1;: ' #" de modo mu# especial" en sus innumerables ,ermones 1;@ . n ellas se pueden descubrir toda$a otros rasgos importantes de la $a de la interioridad9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 4. -uando se la se8ala como alternati$a $!lida en caso de no hallar solucin a alg*n problema en mitad de camino OBecurrerem in me, prosternerer )eo, ad te ingemerem qurens, ne me in medio spatio, quo certis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo rationibus promuissem, hrere pateretur> 1;( . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 1. 3o se realiza sin contar con el auxilio di$ino9 >Et inde admonitus redire ad memet ipsum, intravi in (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo intima mea duce te, et potui quoniam Qfactus est adiutor meus> 1;I . 7. s medio para acceder a un !mbito donde el hombre se pone en condiciones de escuchar las en- se8anzas de un maestro >,emper foras e+is, intro redire detrectas. Nui enim te docet, intus est0 quando tu (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo doces, tanquam foras e+is ad eos qui foris sunt. *b interiore enim audimus ueritatem, et ad eos qui foris a (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nostro corde sunt> 1;? . 7. l rango de la via interioritatis La primera cuestin planteada en este trabajo se dirige a la determinacin del grado que alcanza en la jerarqua de los saberes especulati$a que debe adjudicarse a esta doctrina de la autoobser$acin # de interioriza- cion. ,l respecto se podran barajar no menos de seis posibilidades de interpretacin de la via interioritatis9 4. una intencin meramente introspecti$a" cu#o objeto es slo el conocimiento externo de s mismo. 1. una intencin moral" donde se persigue un cambio de conducta. 7. una intencin antropolgica" donde se busca poner a la luz la dimensin m!s honda del hombre. 5. una intencin teolgica" en cuanto que se buscara hacer patente la realidad di$ina. 0. una intencin notica por la cual se busca proponerla como $a de conocimiento. 6. una intencin metafsica" por la cual se buscara acceder al ser como *ltimo principio de inteligibilidad de lo real. Por cierto todas ellas parecen tener buenas razones para ser defendidas. Pero" de lo que se trata es de $er cu!l o cu!les de ellas responde mejor al sentir del Jiponense. 4. La intencin psicolgica (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo #rima facie, podria pensarse que" dada la minuciosidad de los ex!menes de la propia realidad # de la (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo prolijidad con que analiza" en cada etapa del asenso hacia la propia interioridad 6>6 " cada uno de los componentes que se hallan en un determinado ni$el de la estructura de la personalidad" ha# en esta doctrina una intencin eminentemente psicolgica. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo n esta lnea se entiende que aparezca una minuciosa in$estigacin acerca del alma humana. Primero" el (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo concepto de alma en general 6>B " luego" el alma humana 6>G " su origen 6>2 " su naturaleza 64> " sus operaciones 644 " su (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo relacin con el cuerpo 641 . Lo que no exclu#e una consideracin del hombre como totalidad de cuerpo # alma" su (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo definicin 647 ? su origen 645 " dignidad 640 " posicin en la creacin 646 " como imagen de :ios 64B " como compuesto de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cuerpo # alma 64G " la distincin entre el hombre interior # el hombre exterior 642 " el hombre # :ios 61> . Sus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo facultades racionales" inteligencia 614 " mente 611 " memoria 617 " como memoria sensible 615 " memoria intelectual 610 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo La $oluntad9 existencia 616 " naturaleza de la $oluntad 61B " la mala $oluntad 61G " la buena $oluntad 612 " $oluntad de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo :ios # $oluntad del hombre 67> . Pero" aunque se pueda hallar en San ,gustn un excelente an!lisis de la $ida espiritual del que pueda echar mano m!s de un facultati$o de la estructura psquica del hombre" no por ello se debe creer que su tarea especulati$a se ordena a la elaboracin de una simple metodologa de introspeccin psicolgica. Porque lo que aqu se busca" no es un mero examen de los di$ersos ni$eles en que puede ser di$idida la estructura psquica del hombre" sino ir m!s all! de una lectura del fenmeno psquico para acceder derechamente al ser mismo del hombre" de su misma raz ontolgica" #" lo que es m!s -superando el propio ser- al ser de :ios # de la 'erdad. 1. La intencin moral En aspecto" que con$iene no ol$idar" es el hondo $alor moral que conlle$a esta $a" porque no se trata simplemente de una tarea puramente especulati$a" como de quien siente slo curiosidad por conocer la $erdad. Sino que es e$idente que aqu ha# tambin una tarea eminentemente asctica. ; esto no slo porque quien busca la $erdad de alguna manera tiene que estar espiritualmente entrenado como para entenderse con ella" sino porque" en definiti$a" el *ltimo propsito de quien busca la $erdad" es el de hallarse alguna $ez facie ad faciem con esa 'erdad por excelencia que es el mismo :ios. :e aqu que la $a de entrenamiento no sea simplemente de orden moral" sino tambin sobrenatural" # especulati$o9 >uidebit autem qui bene uiuit, bene orat, bene (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo studet> 1(: . Por" detr!s de estas lneas resuenan claramente las $oces del di$ino predicador en el ,ermn de la (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo monta/a9 >Geati mundo corde, quoniam ipsi )eum uidebunt> 1(@ . :e donde se ad$ierte que la conditio sine qua non para acceder a esa $erdad por excelencia que es la realidad di$ina es la pureza de corazon. se transfondo moral se manifiesta en la di$ersidad de cuestiones de orden estrictamente moral con que el autor $a acompa8ando incesantemente a todas sus reflexiones. ,s" el tema de las $irtudes morales est! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo presente en numerosas obras. n su concepto 677 " su naturaleza 675 " las $irtudes teologales 670 " las $irtudes (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cardinales 676 " el tema del bien moral 67B " el mal moral 67G " su origen 672 " en relacin con la norma moral 65> " la per- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo misin del mal 654 . Sin necesidad de agotar" ni mucho menos" la cantidad de pasajes donde ,gustin incursiona en el campo moral como prerrequisito para indagar sobre la $erdad" #a puede ad$ertirse que esta intencin es mu# fuerte en ,gustn. s" pues" indudable que est! $a" en buena medida" est! ordenada a procurar una con$ersin moral del indi$iduo. Podra decirse que esa con$ersin es la causa final de la $a de la interioridad. :e all el af!n que pone ,gustn en comprometer en esta $a no slo a la inteligencia sino tambin a la $oluntad e incluso al hombre entero. Porque se trata de alcanzar una $erdad no slo con la luz de la inteligencia sino tambin con el afecto del corazn. Se trata de una $erdad que debe ser conocida" pero tambin amada. ;" compromete a todo el hombre" porque no slo es el alma entera la que se debe empe8ar en su consecucin" sino tambin el cuerpo. ;a que no implica tanto un renunciar a los placeres de la carne como a un debido ordenamiento de los apetitos inferiores hacia metas superiores. Pero" al respecto podramos responder que por importante que sea la cuestin moral" sta no se agota en un cambio de costumbres" sino que apunta a un encuentro pleno cu#a primera manifestacin es de orden cognosciti$o" porque quien se presenta como sumo %ien" al mismo tiempo de presenta como suma 'erdad. s cierto que ese conocimiento #a supone una con$ersin moral" tanto al comenzar como al terminar" pero" la $a de la interioridad es" m!s all! de cmo se la efect*e" una $a de conocimiento. 7. La intencin antropol^gica Hambin podra decirse que en esta $a se busca por encima de todo el conocimiento de s mismo. Por- que para que ha#a con$ersin es preciso que antes ha#a conocimiento de s. ; para ello es necesario buscarse. Sin embargo" este conocimiento de s" no es sino un medio que habr! de conducir a otro objeto superior" el conocimiento del di$ino Jusped" como medida de $erdad a la cual se debe conformar la propia subjeti$idad. ; esto remite a la posibilidad consignada en cuarto lugar. 5. La intencin teolgica sta intencin tambin parece ser mu# fuerte" por cuanto" se lo propone a :ios como trmino de la $a et si tuam naturam mutabilem inueneris transcende et teipsum. Lo cual se confirma con una serie de otros textos donde se manifiesta la presencia de :ios" tanto como objeto de la b*squeda" como garante de la misma. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo La e$idencia de que :ios es el objeto de la b*squeda se manifiesta" por ejemplo" en que con su hallasgo (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo culminan los grados del ascenso del alma hacia la $erdad 651 . :em!s est! decir que la cuestin teolgica se hace presente de di$ersas maneras en todas sus obras # que en ellas se tratan cuestiones tales como el conocimiento (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo de :ios 657 " la existencia 655 " sus atributos 650 ? su entendimiento 656 " su $oluntad 65B " operaciones 65G " sus relaciones con (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo el hombre 652 . 0. La intencin gnoseolgica Dtra posible interpretacin de la $a de la interioridad se explica en funcin de una intencin estricta- mente gnoseologica. Lo cual se compadece con una serie de in$estigaciones de este car!cter que se hallan dispersas en casi todas sus obras. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ntre las cuestiones gnoseol^gicas abordadas por el Jiponense" se pueden distinguir los siguientes9 el (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo problema del conocimiento 60> " el conocimiento de :ios # del alma 604 " sobre el conocimiento de :ios 601 " sobre el (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo conocimiento de s mismo 607 . Se busca a la $a de la interioridad para conocer antes que nada la $erdad en s misma" # a ese fin se subordina el conocimiento de s9 in interiorie homine habitat ueritas. @uiz!s sea este uno de los grandes logros de ,gustn. l ad$ertir que" cualquiera que fuese el objeto de conocimiento" ste para ser conocido" debe necesariamente hacerse presente en el seno de la propia inmanencia. :e esta suerte el Jiponense ha preanunciado el principio de inmanencia propuesto m!s tarde por los modernos. Sin embargo" no lo entiende exactamente en sentido moderno" pues ,gustn no $e al conocimiento como ordenado a un puro contenido de conciencia" sino como un medio para alcanzar algo que" aunque inmanente" tambin se re$ela como trascenden- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo te" es del hombre" pero est! sobre el hombre9 >Eam et possidet nos, et possidemus illum, $...% ,ed nos colimus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tanquam )eum' ille colit tanquam agrum> 1?I . 6. La intencin metafsica Puede entenderse que la intencin de ,gustn tambin tiene un marcado sentido metafsico" en cuanto que se propone esta $_a como medio para acceder a la $erdad en s misma" esto es" a la $erdad en cuanto tal o (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo $erdad trascendental9 in interiori homini habitat ueritas 600 . Porque la misma sabidura ha de buscarse en el (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo interior del hombre9 >,i qures ubi inueniat ipsam sapientiam, respondebo0 Pn semetipso> 1?1 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 'erdad que termina identificandose con el mismo :ios 60B " a quien se lo entiende en trminos de Ser 60G # (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo %ondad 602 " las cuales" son tambin dos perfecciones puras de car!cter metafsico. 'erdad que se habr! de alcanzar por la $a del conocimiento de s mismo. Porque una $ez ad$ertida la naturaleza ontol^gica de la pro- pia subjeti$idad" se estar! en mejores condiciones de lograr un conocimiento de la misma realidad di$ina? # a su $ez" un mejor conocimiento de la realidad di$ina" permitir! un mejor conocimiento de s mismo. KPodra pensarse que la intencin metafsica est! puesta al ser$icio del descubrimiento de un nue$o modo de conocer< )D se cree m!s bien" que el objeto *ltimo de esta $a es simplemente el conocimiento del orden real en su *ltima causa< :e atenerse al pasaje de ,oliloquia, 4" 1" B9 >*ugustinus !)eum et anima scire (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cupio. Batio !Eihilne plus5 *.!Eihil omnino> 11; , se ad$ierte que el propsito de ,gustn es indagar sobre el orden real" en particular aquellos dos que m!s einteresan" por tanto" ,gustn se inclina" m!s bien" por la segunda posibiidad. Pues" as como el conocer se ordena a la aprehensin intelectual del ser real? toda nue$a $a de conocimiento que se proponga para acceder a l se subordina necesariamente a ese orden real. sto se $e claro porque la $erdad no se patentiza en esta $a a partir de un objeto que es un mero contenido de conciencia" sino como algo que se le patentiza como real. ; es a la luz de este inters metafsico que se entienden estos dos intereses fundamentales" :ios # el hombre. .especto a ste podr! $erse que sus in$estigaciones antropolgicas en *ltima instancia" est!n ordena- das a apo#ar una conclusin de car!cter eminentemente metafsico. Porque si quiere conocer al hombre lo quiere conocer en su propia naturaleza # a ese fin ordenara todas sus in$estigaciones antropolgicas. sa intencin metafsica #a se manifiesta en el pasaje" arriba citado" donde ,gustn in$ita al recogi- miento sobre s mismo. Pues" despues de efectuar tal sabia exhortacin" #a est! sugiriendo lo que debe encon- trar inmediatamente9 el orden metafsico de la naturaleza humana9 >et si tuam naturam mutabilem inueneris (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo $.. .%O 664 . La sola mencin de la $oz natura est! #a indicando la intencin metafsica del doctor de la (glesia. Porque quien busca una natura, no indaga por un rasgo externo de su persona" sino por su propio modo de ser" por su misma esencia. 3o se pregunta cmo es el hombre" sino qu es el hombre ; sa es la pregunta que slo un metafsico" no un pscologo" puede # debe hacerse. ; aun cuando se esmera en explicar una cantidad de experiencias de car!cter emprico" stas est!n igualmente ordenadas al conocimiento de la misma naturaleza humana. Por ejemplo" cuando narra las consecuencias que trae la experiencia de seccionar un peque8o insecto con el objeto de $er si el alma se exten- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo da o no por todo el cuerpo 661 " #" tambin" si de ello se segua la di$isibilidad del alma 667 . :e modo semejante" ocurre lo mismo con las restantes obser$aciones que podran ser del agrado de cualquier estudioso de las enfermedades del alma9 a la luz de su contexto se habr! de concluir que todas ellas" sin excepcion" apuntan derechamente a un objeti$o superior que est! m!s all! del inters cientfico" lo que prueba que el prop^sito del autor es eminentemente metafsico. Puede admitirse entonces que sus cuestiones fundamentales tienen que $er m!s con una autntica metafsica del alma que con una mera indagacin psicolgica9 >Nuro igitur unde sit (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo anima, qualis sit, quanta sit, cur corporis fuerit data, et cum ad corpus uenerit qualis efficiatur, qualis cum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo abscesserit5 11I . ,dem!s del inters antropolgico" ha# tambin un empe8o teolgico" como lo permite suponer la expre- sin trascendete ipsum0 >et si tuam naturam mutabilem inueneris, trascendete ipsum>. Pues" es e$idente que quiere descubrir la naturaleza de su alma para hallar en su dimensin espiritual el mejor puente para acceder a (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo :ios" a quien identifica con la 'erdad misma. Porque la *ltima intencin de la via interioritatis es retornar a (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo :ios" ut hreat )eo - para adherirse a :ios 660 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Pero" es e$idente" entonces que el camino para hallar a :ios pasa por el conocimiento de s" por el reconocimiento de que uno es due8o de su propio ser9 >Nuid enim tam tuum quam tu5 et quid tam non tuum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quam tu, si alicuius est quod est5> 111 . n orden a ese $alor ontolgico de la via interioritatis es que puede $islumbrarse la tremenda impor- tancia de ella para acceder al principio de la interioridad como elemento cla$e para comprender luego tres de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo las grandes tesis agustinianasa9 la demostracin de la existencia de :ios 66B " la prueba de la espiritualidad del (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo alma 66G " # de su inmortalidad 662 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Dtra razn para entender esta intencin metafsica de ,gustn surge de que" pese a su condicin de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo telogo" ha# en l un notable uso de trminos de cu8o metafsico como lo pueden ser las nociones de ser 1A; (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo natura0 considerada en s misma 6B4 " aplicada al hombre 6B1 . ,ubstantia 1A( . Fnitas 1AI , Merdad 6B0 " Belatio 1A1 . Sobre (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo el bonum9 considerado en s mismo 6BB " como bondad 6BG " bien increado 6B2 " del bien creado 6G> " del bien en el hom- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo bre 6G4 . ,pecies !en el sentido de belle.a! 12@ . Sobre la causalidad 6G7 " como creacin 6G5 . :el ente o cosa 6G0 " como (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo creatura 6G6 " su arranque en el tiempo 6GB . Forma 122 , materia prima 124 . Eumerus 14; , -empus0 como problema 624 " (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo naturaleza 621 " tiempo # eternidad 627 " tiempo e historia 625 . ternitas 620 . Aal9 como problema 626 ? su naturaleza" (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo opinin maniquea 62B " doctrina agustiniana 62G " origen del mal 622 . Solucin La solucin a la cuestin planteada puede resol$erse de la siguiente manera. La $a de la interioridad dice de su#o un orden de conocimiento. Pero" un orden de conocimiento del orden real" en primer lugar" de s mismo # en segundo lugar" de :ios. Luego" no se ordena al conocimiento de una acti$idad puramente pensante" sino de la propa naturaleza humana # la del ser supremo. ; entre stas dos realidades" es claro que afirma el car!cter absoluto del primero por sobre el contingente del segundo. ; esto se $incula con el inters metafsico. Luego puede decirse que el interNs principal es de orden metafsico" no crtico ni psicolgico" ni moral. Pero" importa" s" considerar un cierto matiz del conocimiento alcanzado por la $a de la interioridad en ,gustn" se trata de un conocimiento que est! sostenido por el amor de quien conoce" e incluso por el amor del (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo objeto supremo del conocimiento" :ios que se presenta" como Ser Supremo B>> " 'erdad A;: " Sumo %ien B>1 " (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ,mor B>7 # fuente de ,mor B>5 . Hodo lo cual hace que este conocimiento tenga una clara connotacin moral. 5. l proceso de interiorizacin (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo La siguiente cuestin entra de lleno en lo esencial. )n qu consiste propiamente el proceso que (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo conduce al homo interior< , la luz de los estudios de =rancisco Letizia B>0 " se ad$ierte que la $a que conduce al conocimiento de s mismo consta de tres estadios. stos son tres9 la aversio, la introversio, # la conversio. La aversio La aversio !aversin, alejamiento- debe entenderse en este contexto como un desprendimiento de toda criatura" de lo corpreo" porque es preciso desprenderse de todas las ataduras del mundo para recogerse # detenerse en s mismo. ; los medios para conseguirlo son la soledad # el estudio superior9 >Ft se noscat, mag! na opus habet consuetudine recedendi a sensibus et animum in seipsum colligendi atque in seipso retinendi. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Nuod ii tantum asequuntur, qui plagas quasdam opinionum, quas vit quotidian rursus infligit, aut solitudine (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo inurunt aut liberalibus medicant disciplinis> B>6 . :ebe reconocerse" sin embargo que no faltan textos -sobre todo en el perodo inicial de su produccin filosfica- donde ,gustn entiende a la aversio en un sentido manifiestamente maniqueo o neoplatnico. l acceso a la sabidura exige como condicin pre$ia el perfecto deshacimiento de las cosas corporales9 >Fnum est quod ibi possum prcipere, nihil plus noui. #enitus esse ista sensibilia fugiendas, cauendumque magnopere, dum hoc corpus agimus, ne quo eorum uisco penn nostr impediantur, quibus integris perfectisque opus est ut ad illam lucem ab his tenebris euolemus0 qu se ne ostendere quidem dignatur in hac cauea inclusis nisi (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tales fuerint ut ista uel effracta uel dissoluta possint in auras suas euadere. Ptaque quando fueris talis ut nihil te (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo prorsus terrenorum delectet, mihi crede, eodeme momento, eodem puncto temporis uidebis quod cupis> B>B . Pero" mu# distinta ser! su actitud cuando" al final de sus das" se resuel$a por corregir tal modo de pensar. ,s haciendo referencia al pasaje citado de ,oliloquia se8ala en sus Betractationes0 >3on lo que di9e0 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Q"as de huir radicalmente de estas cosas sensibles, no quisiera dar pie para pensar que profeso la sentencia (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo del falso filsofo #orfirio cuando escribe. es necesario huir de todo lo corporal> B>G
3o obstante" si con esto se elimina un sentido absoluto de la sentencia" no lo elimina secundum quid. :e cualquier manera que se lo entienda" las cosas" en alg*n sentido deben ser abandonadas. K-u!l es la razn de la necesidad de abandonar el mundo de las cosas< 3o slo un poner al hombre en situacin de atenderse slo a s mismo" sino tambin por necesidades de orden moral. Porque" si la inteligencia # la $oluntad se ordenan a lo inferior el hombre se $a haciendo progresi$amente inferior? pero reordenandolas hacia la consideracin de un orden superior" ellas mismas sobreele$an a todo el hombre. Pues" si >tales sint (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo homines plures, quales sunt amores> B>2 " entonces" cuando el hombre se $uelca hacia las cosas" se $uel$e tan (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo $ano como ellas !3um ergo pergit amor hominis etiam etiam a se ipso ad ea qu foris sunt, incipit cum vanis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo evanescere, $...% E+inanitur, effunditur, inops redditur> B4> . @uiz!s alguien podria $er en esto un cierto resabio del desprecio maniqueo por la materia" # conse- cuentemente un dsprecio por la bondad del mundo.sensible. n rigor" no es asi. ; esto" por dos razones9 en primer lugar porque las cosas mismas" de su#o no son malas" sino intr_nsecamente buenas? # en segundo lugar" porque no lo son totalmente" no son perfectas. ,l respecto los textos del )e libero arbitrio no dejan lugar a dudas9 las cosas son intrnsecamente buenas porque todas ellas" por el slo hecho de existir" #a son intrnsecamente buenas9 >Hmnia tamen eo ipso (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quo sun, iure laudanda sunt' quia eo ips quo sunt, bona sunt> B44 . Pero" el hecho de ser buenas" no significa que lo sean perfectamente" porque la bondad admite sus grados" # la bondad de las cosas" ciertamente no est! en el grado superior. Porque fueron creadas de la nada" # tienden a la nada9 >Nu oriuntur et occidunt et oriendo quasi esse incipiunt et crearunt, ut perficiantur, et perfecta senescunt et intereunt et non omnia senescunt et omnia intereunt. Ergo cum oriuntur et tendunt esse, quo magis celeriter crescunt, ut sin, magis festinant, ut (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo non sint. ,ic est modum eorum> B41 . Luego" la calificacin de las cosas como $anas" no se debe tomar (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo simpliciter, sino por oposicin a la perfeccin absoluta" que est! fundada en la permanencia del ser9 non (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo discedit quia nec succeditur ei A:( . Kntonces" si las cosas de su#o son intrnsecamente buenas" de dnde $iene la necesidad de abandornar las coas<9 La razn habra que buscarla no en la maldad de las cosas" sino precisamente en su buen" que por lo mismo atraen" # eso no est! m!l" pero" el deseo de las cosas puede lle$ar al ol$ido de los bienes superiores" #" de modo particular con el bien supremo al cual est! esencialmente ordenado el hombre como a su fin *ltimo. ; eso no es bueno9 porque puede lle$ar al error de confundir el bien absoluto con el relati$o" al :ador del bien" con el bien dado9 >Gonum, quod amatis, ab illo est' sed quantum est ad illum, bonum est et suaue, sed amarum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo erit iuste, quia iniuste amator deserto illo quidquid ab illo est> B45 . ; ese bien es insustituible9 >Nuia fecisti nos (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ad te et inquietum est cor nostrum, donec requiescat in te> A:? . Luego" las cosas no deben ser abandonadas porque sean intrnsecamente malas" sino precisamente porque son a tal punto buenas" que en alg*n momento pueden lle$ar al hombre al ol$ido de su orden natural. Luego" las cosas no deben ser rechazadas" por s mismas" sino por el desorden que pueden pro$ocar en el alma (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo de quien las contempla9 >Eon igitur numeri qui sunt infra rationem et in suo genere pulchri sunt, sed amor (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo inferioris pulchritudinis animam polluit> A:1 . Pero" )acaso no es posible $er las cosas sin dejarse $encer por la fuerza de su seduccin< 3o ciertamente" porque ello ira en fa$or de un determinismo del cual ,gustn luch denodamente por des- prenderse" # lo consigui. Pero" para ello" al tiempo" que se contemplanlas cosas" no se debe perder de $ista el bien de lo que est! por encima de ellas. >-enet ordinem, seipssa tota diligens quod supra se est, id est )eum, socias autem animas tamquam seipsam. "ac quippe dilectionis uirtute inferiora ordinat, nec ab inferioribus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sordidatur> A:A . ; esto ocurre" sin duda" cuando el hombre" en lugar de constituir a las cosas en fines *ltimos de su conducta" se limita a utilizarlas como meros medios de realizacin. Pues" as como el cuerpo" tambin puede ser cuidado de tal manera que nos separe del bien superior" as tambin es posible ser$irse de los cuidados del cuerpo" en $istas a un fin superior9 >Nuandoquidem et salutem corporis ut non impediatur eligit, et omnes eas (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo actiones ad utilitatem pro+imi reuocat,quem propter communis iuris naturale uinculum tamquam seipsum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo diligere iussus est> A:2 . Luego" las cosas deben ser abandonadas slo en cuanto ellas sean ocasin de pecado" # no en otro sentido. D" dicho de otra manera" las cosas deben ser miradas slo en cuanto sean medios para alcanzar el fin propio al que el hombre por naturaleza est! destinado. Hal parece ser el sentido que se desprende de este pasaje (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo de )e libero arbitrio0 >Moluntas autem auersa ab incommutabili et communi bono, et conuersa ad proprium (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo bonum, aut ad e+terius, aut ad inferius, peccat> A:4 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ; ese pecado aparece cuando quiere ser absolutamente due8a de s misma- cun su potstatis uult esse' cuando se apodera de lo que no es su#o9 cum aliorum propria, uel qucumquead se non pertinent' o cuando (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ama los placeres del cuerpo9 cum uoluptatis corporis diligit A@; . La introversio l segundo momento es el de la introuersio, en cual se realiza la entrada de la atencin al hombre interior" a la zona de la conciencia o espritu. in teipsum redi. Por cierto" para hacerlo factible" preciso es que ha#a antes un despojamiento espiritual mediante el cual el hombre se $a#a desprendiendo progresi$amente de todos los h!bitos extra8os a su $erdadera naturaleza que" como $ieja hojarasca" impiden la abierta contem- placin de s mismo. Son los $iejos e insalubres h!bitos del homo e+terior. -on lo cual se pone ene$idencia otro rasgo particular de esta via interioritatis" que los di$ersos ascensos hacia los grados m!s altos de la propia realidad" se $ean necesariamente precedidos de una cierta purificacin del alma. Porque as como en el orden corporales preciso tener el ojo sano para poder $er rectamente" as tambin" en el orden intelectual" tambin el (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ojo de la inteligencia debe estar sano para poder entender las $erdades de orden superior9 >Hculus anim mens (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo est, ab omni labe corporis pura, id est, a cupiditatibus rerum mortalium iam remota atque purgata> A@: . Auchos son los lugares en donde ,gustin aconseja el abandono de lo exterior # de los apetitos a este orden $inculados para dirigirse derechamente a la contemplacin de la propia interioridad. n todos ellos $a dando nue$os rasgos de este segundo momento de la via interioritatis, La introversio implica en primer lugar una posibilidad notica que consiste en acceder al conocimiento de la naturaleza espiritual de la alma propia # a la $erdad que inhabita en ella9 >"inc tantum certum nos esse suffecerit, quod cum homo de animi sui natura (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cogitare potuerit, atque invenire quod verum est, alibi non invenies quam penes te ipsum> B11 . n segundo lugar la introversio nos conduce al `nico ]mbito donde mora el Maestro interior0 .>,emper foras e+is, intro redire (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo detrectas. Nui enim te docet intus est> A@( . Porque slo Ml en cuanto 'erdad absoluta" puede ense8ar la 'erdad (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo que inhabita en nosotros9 in interiori homine habitat veritasO B15 . Slo en esas condiciones" se podr! acceder al conocimiento de la propias limitaciones del alma" tanto en el orden del ser como del obrar moral9>3ognosce quod es, cognosce te infirmum, cognosce te hominem, cognos! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cete peccatorem' cognosce quia ille iustificat, cognosce quia maculosus es> B10 . ;" dando el conocimiento" surge" por la introversio, la posibilidad de escuchar el llamado a hacerse due8o # responsable de s mismo ante el tribunal que se hace presente en el seno de la propia conciencia0 >3onsideret se unusquisque vestrum, intret (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo in semetipsum, adscendat tribunal mentis tu, constituat se ante conscientiam suam, cogat se confiteri> A@1 . ;" (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo en se in$iolable # sagrado !mbito de la conciencia surge la necesidad de juzgarse rectamete a s mismo9 >Pn (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo teipsum redi, te attende, te discute.... #rius intus iudica> A@A . K-u!l es el fin de esta introuersio< Por cierto no simplemente descubrire en su poquedad de criatura indigna de la dignidad de su propia naturaleza para terminar derrumbado en una suerte de ambigua actitud sadomasoquista donde no se sabe mu# bien si lo que se busca es indagar sobre las limitaciones de la naturaleza humana o m]s bien" gozarse secretamente del esc!ndalo que proporciona mostrarse luego a los dem!s desde el abismo de la propia indignidad como diciendo. Gueno, yo soy as, y qu&. Hal parece haber sido la actitud de .ousseau cuando escribi sus 3onfesiones donde el autor moderno" al describir con especial detalle algunos rincones oscuros de su personalidad m!s parece hacer gala de un indecoroso desenfado que tener alguna intencin por superar tal lamentable estado del alma. Por cierto la situacin de San ,gustn es mu# distinta a la del autor ginebrino. n )e uera religione deja mostrar expresamente su sana intencin de superar tal estado de cosas9 >Eoli foras ire' in teipsum redi' in interiore homine habitat veritas0 et si tuam naturam mutabilem inveneris, trescende et teipsum0 ,ed memento cum te trascendis, ratiocinantem animam trascendere. Plluc ergo tende, unde ipsum lumen rationis accenditur. Nuo enim pervenit omnis bonus ratiocinator, nisi ad veritatem5O. n suma" cuando el hombre ha descubierto toda su pobreza espiritual es porque ha llegado el momento en que el hombre $iejo que ha# en todo hombre" dificultosa" pero tambin alegremente" deja el paso libre para el ingreso del hombre nue$o. ; con esto se cumple la tercera etapa" la conuersio del hombre exterior al hombre interior que supone el encuentro con la $erdad que habita en su interior" # su conformacin a ella. La conversio K@u se dede entender por esta conuersio< l momento de la conuersio se desen$uel$e en el !mbito donde el hombre se encuentra con el homo interior, esto es" en el !mbito de la racionalidad. n el orden notico supone el hallazgo de la $erdad. 'erdad que no se encuentra por la $a del discurso" o $a demostrati$a" sino por la $a dialctica. ntendiendo por tal" mu# probablemente el concepto griego impulsado por Scrates donde vZ_exujYl_Z" que designa al arte de con$ersar mediante el cual se pretenda introducir a los hombres en las $er- daderas esencias de las cosas. n el caso de ,gustin este vZ_exujYl_Z" supone tambin un con$ersar a tra$s del logos con el Logos" donde la razn se desdobla a s misma para iniciar un di!logo - #a con las cosas" #a con los (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo dem!s hombres" #a consigo mismo" o con el mismo :ios- para iniciar" no sin $erse antes $igorosamente fortale- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cido con el auxilio de la gracia" el arduo camino que lo habra de conducir a la fuente de la $erdad B1G . -omo #a se ha obser$ado antes en los momentos precedentes" tambin la conversio supone no slo un mo$imiento de transformacin intelectual como consecuencia del hallazgo de la $erdad # la consiguiente es- fuerzo por conformarse a ella por parte de la inteligencia" sino tambin un esfuerzo de todo el hombre por tratar de adecuarse a su paradigma en orden del ser. -on lo cual el hombre acceder! al m!xio grado de armon_a posible" la armon_a del hombre con su Jusped interior" que es la 'erdad # el %ien por excelencia. . >Plluc ergo tende, unde ipsum lumen rationem accenditur. Nuo enim pervenit omnis bonus ratiocinator, nisi ad veritatem5 cum ad seipsam veritas non utique ratiocinando perveniat, sed quod ratiocinantes appetunt, Ppsa sit. Mide ibi convenientiam qua superior esse non possit' et ipse conveni cum ea. 3onfitere te non esse quod ipsa est0 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo siquidem seipsa non qurit0 tu autem ad ipsam qurendo venisti, non locorum spatio, sed mentis affectu, ut (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ipse interior homo cum suo inhabitatore, no infima et carnali, sed summa et spirituali voluptate conveniat> A@4 . Pero esto #a no supone un camino de transformacin horizontal" sino un alzar $uelo en direccin $erti- cal" porque ir hacia lo interior" significa tambin un ir de camino hacia :ios9 >,ed cum redire cfperit ad illam (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo incommutabilem sapientiam $...% ad superiora convertitur $...%. Mutatur autem in melius, cum intentionem et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo gloriam suam $...% et ad superiora atque interiora conuertit> A(; . :e donde se sigue que la conuersio, al tiempo que supone un encuentro con la 'erdad di$ina" implica tambin un doloroso mo$imiento espiritual para tratar de adecuarse a ella. Por consiguiente" se trata de un encuentro notico que conlle$a tambin una transformacin tica. Porque para acceder a la $erdad antes ha# que preparse para recibirla. ; se logra esto con la con$ersin de las costumbres" de la oracin # del esfuerzo (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo intelectual9 >"anc quisquis uiderit, uidebit autem qui bene uiuit, bene orat, bene studet> A(: . Porque si el que busca la $erdad es todo el hombre" todo l habr! de conformarse a ella9 ,s" al ascenso cogniti$o lo habr! de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo acompa8ar simult!neamente un ascenso en su modo de obrar9 >"c igitur disciplina eis qui illa nosse (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo desiderant, simul geminum ordinem sequi iubet, cuius una pars uuit, altera eruditionis est> A(@ . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Se echa de $er en todo esto la similitud con la doctrina de la con$ersin o regreso del alma de Plotino B77 " que supone tambin un retorno del alma a s misma con la consiguiente transformacin moral.. Pero" por enci- ma de Plotino" se deja $er la inconfundible impronta cristiana del cristianismo" #a que es Ml quien presentan- dose a s mismo como -amino 'erdad # 'ida" se constitu#e en el principal auxilio en este arduo peregrinaje del hombre hacia la 'erdad. 0. l hombre exterior # el hombre interior n la perspecti$a agustiniana la dicotoma hombre interior $iejo-hombre exterior nue$o-" sin duda inspirada en la interpretacin paulina" tiende a $incular" al primero con el hombre en situacin de pecado cu#a forma mentis, consiste en aborrecer a :ios para amar a sus criaturas" por oposicin al hombre sostenido por la (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo gracia di$ina" que aborrece del mundo por amor a :ios9 >Fecerunt itaque ciuitates duas amores duo' terrenum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo scilicet amor sui usque ad contemptum )ei, clestem vero amor )ei usque ad contemptum sui> A(I . :e donde puede inferirse un sentido emimentemente moral" antes que propiamente antropolgico" de la distincin homo interior ! homo e+terior. Porque" con esta distincin ,gustn" no estara tratando de marcar la distancia que separa a uno de otro en razn de un rasgo ontolgico" sino" m!s bien" en $irtud de un modo de obrar especficamente humano. Pero" aunque se hagan estas distinciones las dificultades no tardan en manifestarse" cuando se trata de determinar cu!les son los caracteres con los que se distinguen el homo interior del e+terior. Para entender lo que se acaba de se8alar con$iene ad$ertir" a los efectos de no malinterpretar los textos del Jiponense" que" puesto en la tarea de distinguir entre el hombre exterior # el hombre interior" la pluma de ,gustn parece haberse mo$ido en dos ni$eles9 uno" el antropolgico propiamente dicho" u ontolgico o metafsico" por el cual se determina la dimensin real que ocupan el hombre interior # el exterior dentro de la totalidad humana" esto es" en elorden del ser? # otro" m!s bien" de car!cter moral" donde se refiere" no tanto al orden del ser" como al orden del obrar moral. l ni$el antropolgico donde se alude a un constituti$o metafsico del ente humano tampoco tarda en aparecer. Lo que se pone en e$idencia cuando ,gustn no hesita en ubicar el rango ontolgico del hombre e+te! rior a la par del que les corresponde a los animales9 >*ge nunc, videamus ubi sit quasi quoddam hominis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo e+terioris interiorisque confinium. Nuidquid enim habemus in animo commune cum pecore, recte adhuc dicitur (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ad e+teriorem hominem pertnere> A(? . sta distincin metafsica se fortalece con la lectura de otros pasajes del )e -rinitate donde se $uel$e a marcar la diferencia entre ambas dimensiones de la persona humana" en $irtud del conocimiento a que dan lugar. Aientras" por una parte" el homo e+terior se patentiza con la trada objeto sensible" sentido # $oluntad uniti$a ->3um igitur quod aliquod corpus uidemus, hc tria, quod $...% #rimo, ipsa res quam uidemus $...% (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo deinde, visio $...%, quod in ea re qu videtur, quamdiu uidetur sensum detinet oculorum, id est animi inten! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tio> A(1 !, por la otra" en el hombre interior, el conocimiento supone la memoria" la $isin interior # la $oluntad (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo uniti$a ->*tque ita fit illa trinitas e+ memoria, et interna visione, et qu utrumque copulat uoluntate> B7B . =inalmente" en otro texto" sumamente re$elador identifica lisa # llanamente a los dos hombres con el cuerpo # (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo el alma respecti$amente9 >homo interior cognouit hc per e+terioris ministerium,ego interior cognoui hc,ego, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ego animus per sensum corporis mei> A(2 . l ni$el tico no tarda en aparecer una $ez que se ad$ierten los rasgos con que se presenta el homo interior. ; as se $er! cmo" fruto de la gracia de :ios" surge un hombre -el homo interior- cu#as notas distinti- $as son la no$edad" la interioridad # la celestialidad. ,l respecto ,gustn arroja alguna luz en este texto del )e vera religione, mientras el hombre e+terior parece entregarse desordenadamente al orden temporal # sensible" el hombre interior - que no necesariamente ha pasado antes por la iniquidad del hombre terreno! impulsado por su amor a la $erdad # al bien lucha consigo mismo por alcanzar el orden eterno e inteligible9 >"unc autem hominem, quem veterem et terrenum scripsimus $...% ab vit ortu usque ad occasum. Eonnulli autem istam (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo vitam necessario ab illo incipiunt, sed renascuntur interius. Pste dicitur novus homo et interior, et clestis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo habens et ipse proportione, non anni sed provectibus distinctam quasdam spirituales tates suas> B72 . :e aqu surgen algunas dificultades de interpretacin en la consideracin del hombre e+terior # el hombre interior de ,gustn. )Aantiene ,gustn esta doble consideracin de los dos hombres" en cu#o caso surgira la duda de si no habra una cierta correspondencia entre la consideracin tica # la ontolgica -esto es como si el homo e+terior, en cuanto ligado al cuerpo habra de obrar necesariamente por camino del $icio o del pecado? por oposicin al homo interior, que en cuanto ligado al alma" habra de obrar necesariamente bien- lo que dara posibilidades a un cierto determinismo tico< )D acaso ,gustn cree que se pueden mantener ambos ni$eles de consideracin sin que ello $a#a en desmedro de la libre determinacin de la persona humana< n primer lugar" debe reconocerse que la doble consideracin de los dos hombres es notoria" porque se insiste tanto en una caracterizacin metafsica como en una caracterizacin tica. 4. Ja# una identificacin del hombre exterior # del hombre interior en funcin de constituti$os onto- lgicos. Luego" la distincin entre el homo interior # el homo e+terior es de orden metafsico. ,l respecto ,gustn no tiene ninguna duda. l conocimiento del homo interior comienza precisamente en el instante en que el hombre halla dentro de s algo que lo distingue de los animales" i.e., la ratio. >*scenden! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tibus itaque introrsus quibusdam gradibus considerationis per animam partes, unde incipit aliquid occurrere, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quod non sit nobis commune cum bestiis, inde incipit ratio, ubi homo interior posit agnosci> AI; . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Hodo su lenguaje hace pensar en la identificacin del hombre interior con el alma # del hombre exterior (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo con el cuerpo. >Et ecce corpus et anima in me mihi prsto sunt, unum e+terius et alterum interius> B54 . -onforme a tales identificaciones" insiste sobre los aspectos ontolgicos del hombre interior hasta llegar a afirmar su identificacin con el alma racional" all donde nos comunicamos con :ios. >)eus autem in ipsis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo rationalis anim secretis, qui homo interior vocatur> B51 . ; se distingue del homo e+terior, en que mientras ste est! dotado de un cuerpo que percibe por los sentidos? el homo interior est! dotado de inteligencia. >Eemini (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo dubium est, sicut interiorem hominem intelligentia, sic e+teriorem sensu corporis prditum> AI( . -omo puede $erse" en esta *ltima frase no habra ninguna dificultad en remplazar los $ocablos chombre exteriorc # chombre interiorc por cuerpo # alma respecti$amente. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo n esta lnea surge un curioso texto donde" al tiempo que identifica al hombre interior con el alma" tambin lo identifica con el #o9 O"omo interior cognouit hc per e+terioris ministerium' ego interior cognouit (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo hc, ego, ego animus per sensum corporis mei> B55 . ,lgo similar acontece cuando se aboca a la consideracin de los constituti$os del hombre e+terior cuando se lo $incula con el cuerpo # la acti$idad sensiti$a9 >Eon enim solum corpus homo e+terior deputabitur, sed adiuncta quadam vita sua, qua compages corporis et omnes sensus vigent, quibus instructus est ad e+te! riora sentienda0 quorum sensorum imagines infi+ in memoria, cum recordando revisuntur, res adhuc agitur ad e+teriorem hominem pertinens>. Ebicar este texto # traducir. , la hora de establecer una distincin ontolgica m!s clara entre el uno # el otro" todo parece indicar que el Jiponense no duda en identificar al cuerpo con el hombre exterior # al alma con el hombre interior" aunque ambos constitu#en al hombre9 >Et dire+i me ad me et di+i mihi0 Q-u qui es5Q Et respondi0 Q"omoQ. Et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ecce corpus et anima in me mihi prsto sunt, unum e+terius et alterum interius> AI? . Pero" de tomarse esto a la letra" se podra pensar que ,gustn est! mu# cerca de caer en una suerte de dualismo antropolgico. Pues" si bien se refiere al hombre como una totalidad" distingue en ella dos rdenes que no parecen tener $nculo esencial. 1. Pero" a la luz de un detenido examen de los textos donde se refiere a la distincin entre el homo exterior # el homo interior" no parece que su inters est puesto tanto en la consideracin ontolgica" ni" por ende" en la correspondiente identificacin del uno # el otro con el cuerpo # el alma respecti$amente" sino m!s bien" para ponerlos bajo la mirada de la consideracin tica. Pues" no bien comienza a perfilar la distincin entre el homo exterior # el homo interior se preocupa por se8alar el tipo de conducta moral que los caracteriza. n este ni$el de consideracin tica" se denomina homo e+terior a aqul modo de comportamiento humano entregado al conocimiento del mundo sensible para entregarse a los placeres terrenales9 >"c est vita hominis viventis e+ corpore, et cupiditatibus rerum temporalium colligati. "ic dicitur vetus homo, et e+terior, et terrenus, etiamsi obtineat eam quam vulgus vocat felicitatem, in bene constituta terrena civitate, sive sub (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo regibus, sive sub principibus, sive sub legibus, sive sub hiis omnibus0 aliter enim bene constitui populus non (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo potest, etiam qui terrena sectatur0 habet quippe et ipse modum quemdam pulchritudinis su> AI1 . Aientras" que el otro" el hombre interior, pone todo su empe8o en regular su conducta de conformidad con una incesante b*squeda de :ios" con el fin de contemplarlo # amarlo. Por esa razn el hombre interior,# no el exterior o las cosas" es el medio m]s adecuado para acceder a la realidad di$ina. Poi su ma#or grado de dignidad ontolgica" el hombre interior, se constitu#e en el interlocutor $!lildo cuando las cosas hablan sobre su propio ser9 >Et ecce corpus et anima in me mihi prsto sunt, unum e+terius et alterum interius. Nuid horum est, unde qurere debui )eum meum, quem iam qusi veram per corpus a terra usque ad clum, quousque potui mittere nuntios radios oculorum meorum5 ,ed melius quod interius. Ei quippe renuntiabant omnes nuntii (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo corporales prsidenti et iudicanti de responsionibus cli et terr et omnium, qu in eis sunt, dicentium0 QEon (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sumus )eumQ, et QPpse fecit nosQ. "omo interior cognovit hc, ego, ego animus per sensum corporis mei> AIA . -onsiderado el hombre interior desde esta perspecti$a tica se entiende por qu" cuando ,gustn se apresta a caracterizar las dimensiones del homo interior efect*a una descripcin de las $irtudes morales9 hacedor de buenas obras" poseedor de longanimidad" perse$erancia # esperanza en los bienes eternos" fortalecido por la gracia de :ios orientado hacia el cumplimientode su $oluntad9. >Latitudo est in bonis operi! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo bus' longitudo est in longanimitate et perseverantia bonorum operum' altitudo est in supernorum e+spectato! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo rum prmiorum ... *ttende profundum0 gratia )ei est in occulto voluntate eius> AI2 . 7. s claro que ,gustn mantiene esta doble consideracin del hombre e+terior # el hombre interior, # es aqu donde surgen las dificultades para e$itar hallar en estos textos una dependencia determinista del orden moral respecto del orden ontolgico. Pero" es posible hallar una frmula de conciliacin entre las consideraciones metafsicas # ticas sin caer en los excesos de un determinismo moral. llo es posible por la mutua implicacin entre el homo interior # el homo e+terior en el seno de la persona humana. n primer lugar debe ad$ertirse que ,gustn en ning*n momento plantea la posibilidad de un determi- nismo moral. Pues" de no tomarse el recaudo de distinguir en sus escritos entre estos dos ni$eles de considera- cin del homo interior # el homo e+terior, # de hallar una cierta independencia entre ambos ni$eles podra caerse en el error de interpretacin de creer que" seg*n el Dbispo de Jipona" el obrar moral se sigue de una determinada configuracin ontolgica. Lo que permitira suponer equi$ocadamente que el hombre obrara bien" en $irtud de la parte espiritual que ha# en l" u obrara mal" empujado necesariamente por la parte inferior. Pero" pensarlo as no se compadecera con su explcita intencin de superar el determinismo moral de los maniqueos" seg*n el cual el bien o el mal responden necesariamente a impulsos de orden racional" si obra bien? o materiales" si obra mal. Db$iamenter" tal modo de pensar equi$aldra a negar la libre determinacin propia de la persona humana" que fue particularmente sostenida por el Dbispo de Jipona. >Nuid sit male facere (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ... unde male faciamus. Eisi enim fallor, ut ratio tractata monstravit, id facimus e+ libero voluntatis arbi! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo trio> AI4 . Porque si lo que interesa explicar es el desorden de su conducta moral" entonces sto no se ha de buscar en el orden de su estructura entitati$a" sean cuales fueren los elementos que la constitu#an" sino m!s bien en los (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo $icios que se ha#an podido adquirir9 >,ed quod contraria est caro spiritui,ut non ea qu uolumus faciamus, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo uitium est, non natura> A?; . Hodo lo cual obliga a pensar que es el inters tico-religioso" mucho antes que el antropolgico" fundado en determinados constituti$os metafisicos es lo que lle$a a ,gustn a efectuar la distincin entre el homo e+terior # el homo interor. 3o ha# duda de que" tambin en esto" sigue fielmente las ense8anzas de *postol de los Jentiles cuando distingue entre los dos modos de conducta del hombre antes # despus de la redencin del pecado9 >Nui enim secundum carnem sunt, qu carnis sunt, sapiunt' qui vero secundum ,piritum, qu sunt ,piritus. Eam sapientia carnis mors, sapientia autem ,piritus vita et pa+' quoniam sapientia carnis inimicitia est in )eum, legi enim )ei non subicitur, nec enim potest. Nui autem in carne sunt, )eo placere non possunt. Mos autem in carne non estis, sed in spiritu, si tamen ,piritus )ei habitat in vobis. ,i quis autem ,piritum 3hristi non habet, hic non est eius. ,i autem 3hristus in vobis est, corpus quidem mortuum est propter (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo peccatum, spiritus vero vita propter iustitiam> A?: . n carta a los -olosenses el ,pstol de los Fentiles establece la distincin entre el homo uetus # el homo nouum en razn del di$erso estado de $ida espiritual seg*n obre o (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo no con arreglo a la le# de :ios9 >E+uistis uos ueterem hominem cum actibus eius et induistis nouum, eum qui (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo renouatur in agnitionem secundum imaginem eius qui creauit eum> A?@ . -omo buen telogo ,gustn saba perfectamente que la expresin paulina referida al cuerpo" carne" no deba ser entendida en sentido literal" -por el que se la podra identificar con una determinada parte del hombre-" sino que tiene que $er m!s bien con una cierta actitud moral de desprecio hacia los bienes del espritu cu#a ma#or expresin es la misma realidad di$ina. San Pablo en sus cartas suele designar bajo el nombre genrico de carne al hombre vie9o en cuanto oralmente da8ado por el pecado" por oposicin con el hombre nuevo en tanto (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo que regenerado por la gracia. >*dhuc estis carnales. 3um enim sit inter uos relus et contentio, none carnales (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo estis et secundum hominem ambulatis5> A?( . :e tal suerte a la luz de los textos paulinos el Jiiponense termina por identificar al hombre vie9o" con la situacin del hombre como consecuencia del pecado original" # al hombre nuevo con el hombre rescatado del (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo pecado por la gracia. >Pnduimus autem imaginem terreni hominis propagatione prevaricationis et mortis, quam (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nobis intulit generatio0 sed induimus imaginem clestis hominis gratia indulgenti uitque perpetu> A?I . Lo cual no quiere decir que dicha actitud moral tenga su raz en las necesidades de orden corpreo. )qu dudas cabe de que" a*n para cumplimentar el ejercicio m!s pleno de la asctica cristiana" se hace menester cuidar atentamente tambin de las necesidades corpreas" so pena de que stas terminen impidiendo" de hecho" la realizacin de tales pr!cticas. Por cuanto" no son los pecados obra del cuerpo sino principalmente de la $oluntad que los realiza libremente. ; si bien no pocos de ellos" est!n intimamente $inculados al cuerpo -en cuanto ligados a los placeres de los sentidos" no debe ol$idarse que" las faltas morales" aun las m!s intimamente ligadas con el cuerpo -como el caso de la lujuria" la gula # otra semejantes -sal$o el caso de gra$es desrdenes mentales" en cu#o caso no seran tales- siempre son el fruto de una libre decisin humana. Por otra parte" tampoco debe ol$idarse que ,gustn saba perefectamente que las m!s gra$es cadas morales -como el orgullo" la soberbia # la desesperacin son - )cmo negarlo<- exclusi$amente de orden espiritual. ,gustn saba que era (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ella # no el cuerpo como tal" el principio de todos los pecados9 Pues" el hombre per superbiam peccatum esse (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo persuasum A?? . ,s" apelando el testimonio del propio ,pstol de los Fentiles se8ala que el designar al hombre bajo el trmino de carne, no implica necesariamente una referencia al aspecto corporal del hombre sio que inclu#e (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tambin al alma9 >Nuis enim seruitutem qu idolis e+hibetur, ueneficia, inimicitias, contentiones, mulationes, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo animositates, dissensiones, hreses, inuidias, non potius intellegat animi uitia esse quam carnis5> B06 . Para entender mejor todo esto" se hace necesario continuar la in$estigacin indagando acerca del modo en que ,gustn entiende la unidad del hombre. 6. La unidad del homo interior # el homo e+terior -ontra lo que podra suponerse" dados los car!cteres abiertamente antagnicos entre el homo e+terior # el homo interior no dan lugar" en la mente del Jiponenese" a una disolucin de la unidad del hombre n rigor" tal sospecha de dualismo parece confirmarse ante la e$idencia de que el santo tiene una cierta propensin a identificar al hombre con el alma" o bien" a entender al alma como una realidad substancial. ,s por ejemplo" cuando en el )e quantitate anim se decide a definir al alma como si sta" # no la totalidad humana" fuese lo que a la postre le importase9 >,i autem definiri tibi animus vis, et ideo quris quid sit animus' (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo facile respondeo. Eam mihi videtur esse substantia qudam rationis particeps, regendo corpori accommoda! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ta> A?A . Por si esto no bastase para despertar sospechas de dualismo" no faltan textos donde se recuerda al hombre como un alma que se sir$e de un cuerpo al modo del !uriga respecto del carro9 >Eon te mitto per multa0 ad te ipsum redeo. -u certe vivis0 habes corpus, habes animum0 visibile est corpus, invisibilis est animus0 corpus habitaculum, animus habitator0 corpus vehiculum, animus utens vehiculo0 corpus quasi vehiculum quod (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo regatur, animus auriga corporis tui> B0G . Jela aqu m!s claramente expresada9 >"omo igitur ut homini apparte, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo anima rationalis est mortali atque terreno utens corpore> A?4 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo s e$idente que aqu se deja $er la influencia del mito platnico del !uriga B6> . Hodo lo cual hace pensar seriamente que ,gustn considerase al hombre como un todo constitudo por dos substancias. ; as" a la luz de esta e$idente presencia de la doctina platnica surge la posibilidad de una lectura platonizante de los textos antropolgicos del genio africano. n efecto" si se considerase esta met!fora del !uriga # el carro en un sentido estrictamente metafsico" deber! reconocerse que no es de las Sm!s felices para sal$aguardar la unidad substancial del hombre. n la ima- gen del !uriga # el carro" si se mira bien" no se est! hablando de dos rdenes cu#a realidad slo se halla en su unidad" sino m!s bien" de dos rdenes" que #a antes de su integracin tienen la suficiente entidad metafsica como para poder existir separadamente. :e donde" el todo humano no sera la unidad substancial de dos coprin- cipios cu#a realidad no preexiste el todo" sino m!s bien" el resultado de una unin no originaria # accidental. :e todas maneras no sera irrazonable pensar que con l pueda suceder lo mismo que con los textos platnicos. Pues" a despecho de los esfuerzos que el propio Platn realiz para no perder de $ista la unidad del hombre" es claro que su pensamiento" sobre el que pesan fuertes resabios dualistas pro$enientes de tradiciones rfico-pitagricas" puede ser interpretado tambin en cla$e dualista. :e donde ser terminara por $er en l a un mero continuador de aquella antigua tradicin mtica. Lo cual poda ocurrir con ma#or razn en el caso de ,gustn" que no slo recoge la terminologa neoplatnica" sino que tambin acababa de conocer el dualismo maniqueo. :e ah que el Santo" al utilizar la imagen del !uriga # el carro" parezca dar la sensacin de estar ha- blando del alma # el cuerpo como si en realidad fueran dos substancias completas # no dos co-principios entitati$os de una *nica reaidad substancial. Pero" cuando ,gustn se sir$e de la met!fora del !uriga # el carro" )quizo emplearla en el mismo sentido en que la empleo el autor griego< ,l respecto ha# algunas razones para pensarlo as. 3o slo porque" de hecho" emplea esta met!fora para hablar del hombre" sino tambin porque considera la real posibilidad de una (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo composicin accidental. sto ocurre" $.g." cuando en )e moribus ecclesi se pregunta9 >Nuid est ipse homo, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo utrumque horum qui nominavi, an corpus tantummodo, an tantummodo anima> A1: . Sin embargo" ninguno de estos antecedentes tiene de su#o la suficiente rele$ancia como para confirmar una supuesta # sistem!tica concepcin dualista por parte de San ,gustn. Por de pronto" en relacin con el enfoque platnico" no se puede decir que ,gustn sustente la misma opinin en relacin con el cuerpo" pues" el hecho de que $alore al alma por encima del cuerpo no implica que lo desprecie a ste9 >#rcipiendum etiam quomodo corpus suum diligat, ut ei ordinate prudenterque consulat. Eam quod diligat etiam corpus suum, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo idque saluum habere atque integrum uelit, que manifestum est. $...% )icendum est non diligere salutem atque (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo incllumitatem corporis sui, quia plus aliquid diligit> A1@ . Lo que haced pensar acerca de la posibilidad real de que" aun cuando se admita ha#a en l una cierta categorizacin dualista del hombre" habra que $er si no ha# otras formulaciones o influencias tan o m!s importantes que la primera que obliguen a la ratificacin o rectificacin de tal categorizacin antropolgica. ,s en una obra del 540" )e natura et gratia, refirindose a la oposicin que poda establecerse entre el cuerpo # el espritu entenda que no toda oposicin supone contradiccin" sino que ha# casos en que puede darse entre ellos (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo una integracin quede lugar a un todo armnico9 >#ossunt enim et contraria non inuicem aduersari, sed e+ (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo alterutro temperari et bonam ualetudinem reddere> A1( . ; es aqu donde se descubre la presencia de dos elementos doctrinales que est!n manifiestamente fuera de toda sospecha de dualismo" el concepto ,risttelico de hombre como unidad substancial" # el concepto cristiano de hombre como imago )ei. ,spectos stos que habr!n de ser considerados en otro apartado" donde se atender! expresamente el problema de la unidad del hombre seg*n el pensamiento de ,gustn de hipona. 6. l trmino de la $a de la interioridad , esta altura del an!lisis de la $a de la interioridad" surge una inquietante cuestin referida al trmino ad quem de la viae interioritatis. Pues si el modo de encontrarse con la realidad di$ina es a tra$s del examen de la propia interioridad" # en ella se termina encontrando al mismo :ios" )por qu no pensar que ese orden di$ino alcanzado por ,gustin no excede los lmites de la propia conciencia" como lo proponen los m!s destacados defensores del inmanentismo moderno< Lo cual se hace m!s creible cuando el santo hace su#a la (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo expresin de San Lucas en Los hechos de los ,pstoles9 >Pn ipso enim vivimus et movemur et sumus> A1I . )Por qu qu no pensar" consecuentemente" que si a :ios se lo encuentra dentro de s mismo" es porque nosotros mismos somos esa realidad di$ina< )D. lo que sera igualmente inquietante" si acaso se podra pensar en que esto no es posible -porque desde el inicio el hombre es entendido como criatura de :ios-" por qu no hablar de una identidad entre :ios # el hombre por lo menos como trmino final< 3aturalmente" el principal obst!culo que se alza contra estas posibles interpretaciones abiertamente inmanentistas del pensamiento agustiniano choca todo el peso de la tradicin patrstica que nunca interpret de esa manera los pajs mas delicados de las Escrituras, luego" si el pasaje de "echos recin citado nunca fue entendido en un sentido inmanentista" no ha# porqu suponer que el santo asumi un enfoque inmanentista. :ejemos que el propio ,gustn responda a esta inquietud. Por otra parte" cuando ,gustin habla de la presencia de :ios en el alma" no parece hablar en trminos de una cierta confusin ontolgica entre :ios # el hombre" sino m!s bien de una cierta presencia trascendente0 >$Eaturam )ei% sic intuebamur, ut nec longe a nobis esset, et supra nos esset, non loco, sed ipsa sui uenerabili (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo mirabilique prstantia, ita ut apud nos esse suo prsenti lumine uideretur> A1? . >)omini autem )ei sui reminiscitur. Plle quippe semper est, nec fuit et non est, nec est et non fuit0 sed sicut numquam non erit, ita (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nunquam non erat. Et ubique non est0 propter quod ista in illo et uiuit, et mouetur, et est0 et ideo remi nisci eius (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo potest> B66 . K-u!l es el *ltimo trmino de este proceso de autoconciencia< ,gustn nunca sostu$o que el examen de s mismo conclu#era definiti$a # clausamente en el indi$iduo mismo. A!s bien parece sostener decididamente la posicin seg*n la cual la $ia de la interioridad se abre" como a su destino propio" al orden de la realidad di $i- na9 ,s #a en una de sus obras m!s tempranas cual puede serlo )e quantitate anim &7GB-7GG) se esmeraba precisar cada una de los grados por los cuales el hombre se ele$a desde el conocimiento de s hasta la contemplatio )ei9 >*scendentibus igitur sursum versus, primus actus, docendi causa, dicatur animatio' secundus, sensus' tertius, ars' quartus' virtus' quintus, tranquilitas' se+tus, ingresio' septimus, contemplatio. #ossunt et hoc modo apellari0 de corpore, per corpus, circa corpus, ad seipsam, in seipsa, ad )eum, apud (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo )eum> A1A . ; si analizamos el sentido de cada unode estos grados de ascenso hacia la$erdad -como se har! en el prximo apartado- no ha de tardarse en arribar a la e$idencia de que al menos los dos *ltimos pelda8os de esta escala hacia la $erdad -ingressio # frutio! est!n $inculados" no #a con el conocimiento de s sino con el conocilmiento de :ios. ; no se piense" que acaso ste :ios" por el mero hecho de que es conocido a tra$s de la inmanencia del alma" podra identificarse" con el alma misma. ;a en las 3onfessiones de un plumazo ,gustn se encarga de disipar toda duda al respecto9 >Pntrave et vidi qualicumque oculo anima me $...% lucem incommutabilem $...% nec ita erat supra mentem meam, sicut oleum super aquam, nec sicut clum super terram, sed superius, quia (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ipsa fecit me, et ego inferior, quia factus ab ea. H terna veritas, et vera veritas et cara ternitas, tu es )eus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo meus, tibi suspiro die ac nocte> A12 . ste *ltimo pasaje es lo suficientemente re$elador como para no tener duda alguna respecto a cu!l sea la intencin del autor en cuanto al trmino final del proceso de interiorizacin. ; ste no es otro que la misma trascendencia di$ina. ncuentra a :ios sobre s mismo. ; para que no ha#a dudas de interpretacin" el mismo ,gustn se esfuerza en precisar el sentido de esta superioritas" Primero" para decirlo de un modo negati$o # $alendose de la met!fora? luego" para expresarlo afirmati$amente # con un lenguaje directo9 >Eec ita erat supra me mentem meam, sicut oleum super aquam, nec sicut clum super terram, sed superius quia ipsa fecit me, et ego inferior, quia factus ab ea>. Por ello" el mandato del in teipsum redi, que da sentido a la via interioritatis, pese a tener una formu- lacin aparentemente inmanentista se resuel$e finalmente en su complemento !te ipsum transcende- que habla de una necesidad de superar la propia subjeti$idad" que exclu#e" dicho sea de paso" toda posibilidad de una interpretacin pantesta. Porque el hombre" ni como cuerpo" ni como alma" puede ser considerado como poseedor de una naturaleza di$ina. >-ransi quidquid in te cernitur' transcende quidquid in te etiam non cerni! tur' corpus enim cernitur, anima non cernitur, sed tamen mutatur. Modo vult, modo non vult' modo scit, modo nescit0 modo menit, modo obliviscitur' modo proficit, modo deficit. Eon est hoc )eus, non est )eus ista natura, non est anima portio de substantia )ei. Nuicquid enim )eus est, immutabile bonum est, incorruptibile bonum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo est. Etsi invisibilis )eus, invisibilis anima, sed tamen mutabilis anima, immutabilis )eus. -ranscendete ergo, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo non solum quod cernitur in te, sed etiam illud quod mutatur in te. totum transcende, te ipsum transcende> A14 . n )e libero arbitrio parece confirmar superioridad del bien trascendente di$ino" cuando" ante la alternati$a de escoger entre la propia realidad # la realidad di$ina como trmino final de la conversio, no duda en decidirse por sta *ltima. >Moluntas ergo adhrens communi atque incommutabili bono, impetrat prima et magna hominis bona, cum ipsa sit medium quoddam bonum. Moluntas autem auersa ab incommutabili et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo communi bono, et conuersa ad proprium bonum, aut ad e+terius, aut ad inferius, peccat> BB> . sto es" no se trata de una superioridad inmanente" es decir" entre dos rdenes que en rigor pertenecen a un mismo estamento ontolgico" cmo ocurrra en el caso de una cosa que slo se superpone a otra fsicamente. -omo" por ejemplo" cuando se mezcla agua con aceite" # uno queda por encima del otro slo fsicamente" pues all cabra tan slo una superioridad tan slo secundum quid o relati$a" que no es la que ,gustn quiere atribuir a :ios. Por ello l est! hablando de una superioridad simpliciter o absoluta. s la superioridad que compete a dos trminos que pertenecen a !mbitos ontolgicos esencialmente distintos. ; son distintos" no por una diferencia accidental sino radical" porque uno es causa ilimitada del otro. Ml que" por lo mismo" depende ontolgicamente del primero. >Nuidquid de creatura potuimus colligere, aut sensu corporis, aut cogitatione animi, inerrabiliter transcendere (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 3rreatorem> BB4 . Por ello se entiende la $a de la interioridad como el paso que $a del homo e+terior al homo interior, # del homo interior a la )ivinitas :esde luego" interpretar el pensamiento de ,gustn no es tarea f!cil" por cuanto su propio lenguaje no debe ser tomado en sentido fsico" pues los $ocablos interior # exterior deben ser entendidos en sentido mtafsico. l tiene la intuicin de que la presencia di$ina" sin menoscabo de su incuestionable superioridad sobre todo lo real" de alguna manera afecta a todo lo real" # de modo particular tambin al hombre. Por ello es (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo que pudo decir que :ios superior a toda criatura" est! al mismo tiempo" en sus mismas entra8as9 >,uperior (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo summus meo et interior ntimo meo> AA@ . Pero" estos textos que" de su#o" son lo suficientemente contundentes como para permitir zanjar definiti$amente la cuestin de la trascedencia di$ina" sin embargo no responden claramente a la posibilidad de una identificacin entre :ios # el hombre como trmino final. Posibilidad que se fortalece con la admision de una doctrina" bastante cara al sentir de la Patrstica" como lo es la de la deificacin. n este caso" los textos (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo escriturarios est!n m!s abirtos a esta posibilidad. Por ejemplo" cuandose cita aquel pasaje de /uan 4B"149 >$...% (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ut omnes unum sint, sicut tu, #ater in me et ego in te> AA( . ,qu la tradicin patrstica suele hablar en trminos de deificatio de la criatura humana en $irtud de la gracia" # sta" no de modo substancial. Por eso ,gustn" para responder a esa suerte de pantesmo que repre- sentaba el maniquesmo" opona a la generacin substancial, que supona la paridad ontolgica entre el que engendra # el engendrado" # la generacin por adopcin, que sal$a la distancia entre :ios # el hombre. >$...% (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quos ei #ater ad fratrnam societatem, non qualitate substanti, sed adoptione grati generauit> AAI . Lo cual supone una deificacin" no per se, sino per participationem0 >Manifestum est ergo, quia homines di+it )eos, et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo gratia sua deificatos, non de substantia sua natos. Plle enim iustificat, qui per semetipsum non e+ alio iustus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo est' et ille deificat, qui per seipsum non alterius participatione )eus est> BB0 . Por cierto" el :octor de la Fracia" aunque no duda de la profundidad de la accin de di$ina" no habla aqu de ninguna alteracin esencial" como efecto de la misma sobre el hombre" sino de un hacerse mejores sin perder su propia entidad9 >,ed quemadmodum in ipsis corporibus ea qu inferiora sunt, sicut terra et aqua et ipse r meliora fiunt participatione melioria, id est,cum luce illuminantur et fervore uegetantur, sic incorpore creatur rationales ipsius 3reatoris fiunt participatione melores, cum ei cohrent purissima et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo santissima caritate> AA1 . l hombre por la gracia de :ios recibe una caridad que lo une enteramente a Ml" pero ello no impide que el hombre siga am!ndose tambin a s mismo9 >,ic itaque condita est mens humana ut (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo numquam sui non meminerit, numquam se non diligat> AAA . )Podra ocurrir esto si acaso l perdiese su propia indi$idualidad< Sin !nimo de agotar aqu tan delicada cuestin puede ser *til tener en la mente la aclaracin que efect*a ,gustn al pasaje supra mencionado" Po :A,@(, que permite entender que la unidad a la que se refiere este pasaje no alude a nuestro unin con :ios sino con los dem!s hombres9 >Eusquam di+it0 QFt nos et ipsi unumQ' sed0 QFt (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo unum sint, sicut et nos unum sumus> AA2 . Lo que hace pensar que nuestra unin final con el Padre terno" aunque supondr! una unin mu# grande con :ios" no supondr! la alteracin de los terminos de la unidad9 la de :ios" #a que se mantendr! la di$ersidad de naturalezas" en $irtud de su absoluta inmutabiidad? la del hombre" porque" aunque entregado a :ios" no dejar! de ser la misma persona que era. >)iuersi sunt enim natura, spiritus homi! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nis et slpiritus )ei' sed inhrendo fit unus spiritus e+ diuersis duobus, ita ut sine humano spiritu beatus sit (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo )ei spiritus atque perfectus, beatus autem hominis spiritus non nisi cum )eo> BB2 . KPero de qu manera est! el hombre con :ios al trmino de su $ida< )s posible que alcancen con Ml" no una unidad que es resultado de una mera #uxta posicin sino una unidad perfecta< Por cierto pensar en una unidad de #uxtaposicin empobrece enormemente el destino final del hombre" porque in$ita a pensar en una mera unidad accidental. Pero" ,gustn descarta la posibilidad de una unin tan perfecta entre :ios # el hombre (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo -aunque mediara la gracia-como la de la naturaleza di$ina # humana en la persona del 'erbo. >*liud est enim (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Merbum in carne, aliud Merbum caro' id est, Merbum in homini, aliud Merbum homo> A2; . Hodo lo cual nos permite concluir que" si bien la presencia de :ios en el alma" fue" sin dudarlo" uno de los temas predilectos de ,gustn" ello no signific alg*n tipo de confusin ontolgica entre :ios # el hombre. Si la presencia de :ios en el hombre" alcanza su ma#or profundidad con el auxilio de la gracia" # sta no slo no inhibe sino que potencia los alcances de la naturaleza humana" entonces no ha# por qu pensar en que en alg*n momento el hombre pierda su propia naturaleza humana para comenzar a ser :ios. Lo que s se puede pensar es que la presencia de :ios en el hombre" se habr! de ajustar a las condiciones emergentes de la naturaleza humana. Por ello" ,gustn habla de deificatio per participationem, por la cual el hombre" sin dejar de ser hombre" participa de la di$ina.. B. Los grados de profundizacin de la via interiorita tis Ena $ez examinado todo el proceso de la vi interioritatis podra pensarse que no ha# ma#or com- plejidad en l como lo sugiere la simplificacin en que se lo reduce cuando se lo entiende como un paso de lo exterior a lo interior # de lo interior a lo exterior. Sin embargo" este proceso no es tan sencillo como parece" pues" sin negar la $erdad de tal formulacin debe recordarse que" no slo ste debe ser acompa8ado por un riguroso esfuerzo de ejercicio asctico" sino que adem!s" sus ni$eles de profundizacin se establecieron seg*n un ma#or n`mero de pasos. n efecto" una $ez efectuado el retorno del alma sobre s misma" ,gustn se8ala a*n siete etapas que conducen hacia :ios por la $a del conocimiento. >*scendentibus igitur sursum versus, primus actus, docendi causa, dicatur animatio' secundus, sensus' tertius, ars' quartus' virtus' quintus, tranquilitas' se+tus, ingresio' septimus, contemplatio. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo #ossunt et hoc modo apellari0 de corpore, per corpus, circa corpus, ad seipsam, in seipsa, ad )eum, apud (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo )eum> A2: . stos grados coinciden con los distintos ni$eles del conocimiento de la $erdad. F.,:DS :L ,S-3SD :L ,LA, J,-(, L, '.:,: F.,:DS ,-HDS D%/HDS P.(A. F.,:D ,3(A,H(D : -D.PD. SFE3:D F.,:D S3SES P. -D.PD. H.-. F.,:D ,.S -(.-, -D.PD. -E,.HD F.,:D '(.HES ,: S(PS,A @E(3HD F.,:D H.,3@E(LL(H,S (3 S(PS, S+HD F.,:D (3F.S(D ,: :EA SMPH(AD F.,:D -D3HAPL,H(D ,PE: :EA l primer ni$el de conocimiento" animatio de corpore tiene que $er con el conocimiento del alma en su ni$el inferior" o psquico" que concierne a la funcin del alma como principio de unidad ontolgica # de $ida $egetati$a. , tra$s de este conocimiento inicial el hombre $e en su alma aquellas funciones que est!n $in- culadas con el cuerpo en cuanto que lo $i$ifica" lo mantiene en la unidad" realiza las funciones de nutricin # reproduccin9 >"c igitur primo, quod cuius animadvertere facile est, corpus hoc terrenum atque mortale prsentia sua vivificat' colligit in unum, atque in uno tenet, diffluere atque contabescere non sinit' alimenta per membra qualiter, suis cuique redditis, distribui facit' congruentiam eius modumque conservat, non tan! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tum in pulchritudine, sed etiam in crescendo atque gignendo> A2@ . ste es el ni$el que el hombre tiene en com*n con los $egetales. @uiz!s con$enga ahora aclarar un punto interesante que habr! de aclarar el presente punto" # con- secuentemente la totalidad del proceso de interiorizacin" )de qu modo el alma re$ierte sobre s misma para descubrirse a s misma como principio de $ida. Db$iamente no por los sentidos externos" que no tienen de su#o la posibilidad del conocimiento reflexi$o" sino por un sentido de car!cter no corpreo que el santo denomina sentido interior sensu0 >Fitam quidem suam, qu nunca uiuit in corpore, et hc terrena membra uegetat (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo facitque uiuentia, interiore sensu quisque, non per corporeos oculos, nouit> A2( . La $ida en s misma no puede ser conocida sino con el espritu" pero" cuando se trata de descubrir la $ida en los dem!s cuerpos" se habr! de echar mano del conocimiento sensible9 >Fnde uiuentia discernimus a non uiuentibus corpora, nisi corpora (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo simul uitasque uideamus quas nisi per corpus uidere non possumus5 Fitas autem sine corporibus corporeis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo oculis non uidemus> A2I
l segundo ni$el" sensus per corpus, corresponde al conocimiento que tiene el alma acerca de su acti$i- dad sensiti$a # locomotriz. 'inculado con la primera el alma tiene la posibilidad de conocer las cosas a tra$s de los sentidos" tantos externos como internos? en lo que toca a la acti$idad locomotriz se relaciona con las cosas # los dem!s hombres. :e su $inculacin con las dem!s personas surge la posibilidad de engendrar # de sustentar a otros seres con los que se une con fuertes # estables $nculos. :e sus lazos con las cosas surge su (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo aficin por ellas. n todo lo cual se pone de manifiesto la acti$idad de la memoria. sta es la funcion que tiene (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo en com*n con las bestias BG0 . n un tercer grado de conocimiento" ars circa corpus" se accede al primer ni$el propiamente humano. ste tiene que $er con el conocimiento tcnico o artstico que mira al conocimiento # la memoria de las cosas (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo en lo que son" # en lo que pueden llegar a ser por medio de la transformacin obrada por el hombre. sto es lo (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo que se tiene en com*n con todos los hombres en cuanto tales BG6 . n el siguiente ni$el" virtus ad seipsam, el hombre se le$anta por encima del uni$erso sensible" que comprende no slo el propio cuerpo sino el uni$erso entero. ste conocimiento supone tambin un tremendo esfuerzo de desprendimiento de los bienes de este mundo # de purificacin espiritual. Lo cual se presenta" humanamente hablando" tan difcil de realizar que" para lle$ar a cabo este tan radical desprendimiento" se hace (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo menester contar con el seguro auxilio celestial BGB . En efecto inmediato de este esfuerzo es permitirle reconocer no slo la radical superioridad de la propia dignidad enrelaci^n con todos los bienes materiales" sino tambin reconocer la de los dem!s" a quienes se empieza a atender con justicia. n el quinto estadio" tranquillitas in seipsa, lucha por mantener la pureza alcanzada en el ni$el anterior" # una $ez asegurado esto" se alegra sobremanera en s misma alcanzando su tranquilidad9 >3um fuerit ab omni (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tabe anima libera maculisque diluta, tum se denique in seipsa ltissime tenet, nec omnino aliquid metuit sibi (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo aut ulla sua causa quidquam angitur> A22 . l sexto grado" ingressio ad )eum, est! ordenado al conocimiento de lo que es de modo m!ximo # $erdadero9 >,ed hc, id est appetitio intelligendi ea qu vere sumeque sunt, summus aspectus est anim, que (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo perfectiorem, meliorem rectioremque non habet> A24 . ;a no se trata de guardar el alma en la $irtud" esto es" slo una condicin para hacer posible el salto hacia la majestad de la $erdad por excelencia9 >*liud est enim mundari oculum ipsum anim, ne frustra et temere aspiciat, et prave videat' aliud ipsum custodire atque (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo firmare sanitatem' aliud iam serenum atque rectum aspectum in id quod videndum est, dirigere> A4; . Je aqu un punto importante en este camino de ascenso hacia la $erdad9 la necesidad de la mens purgata. s necesario purificar el alma porque slo los limpios de corazn $er!n a :ios9 >,ed vis illum mente contingere5 #urga men! tem, purga cor tuum. Mundum fac oculum, unde illud quidquid est, posssit attigi. Mundum fac oculum cordis0 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo QGeati enim mundo corde, quoniam ipsi )eum videbunt> A4: . ):e qu se la ha de purficar< =undamentalmente de todo aquello que puede apartar al hombre de :ios >Nuid turbat oculum cordis5 3upiditas, avaritia, iniquitas, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo concupiscentia scularis turbat, claudit, e+ccat oculum cordis5> A4@ . 3aturalmente" la principal fuente de luz (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo estar! dada por la misma fe B27 ? # ser! esa misma fe la que lo purificar!9 >Eon autem mudato corde, quid potuit misericordius procurari aut donari ab eo, nisi ut illud Merbum, $...%per quod facta sunt omnia,fieret quod nos (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sumus, ut attingere possimus illud quod non sumus5> A4I
-omo puede $erse en el arduo ascenso del alma hacia la $erdad ocurre algo que #a se indicara opor- tunamente9 el conocimiento de la $erdad supone un pre$io proceso de purificacin del alma -purgatio animi. ;" si tal depuracin $ale para el conocimiento de s" a fortiori $aldr! para el conocimiento del di$ino Jusped. ,specto ste que sal$a a ,gustn de un doble peligro9 de un fro intelectualismo que en nada se compromete con la $erdad que habra de descubrir? # el de un irresponsable $oluntarismo" que pretende justificar el amor al margen de la $erdad. sto se debe no slo a que nadie se ama lo que no conoce" - ut autem amet incognita, non (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo potest A4? , sino tambin porque tampoco se puede dejar de conocer mejor cuando se ama9 >,icut autem ueritate (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo discimus, ita caritate diligimus, ut et plenius cognoscamus et beati cognito perfruamur> A41 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo :e donde se sigue no slo que el principio del amor radica en lo que se conoce -e+ illo amare incipiet e+ (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quo didicit A4A - sino que" adem!s" el objeto amado no puede dejar de ser $erdadero. La clebre expresin de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ,gustn >)ilige et quod vis fac A42 , !no est! referida al libre ejercicio de cualquier amor" sino slo al que est! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo identificado con la $erdad. Slo ella nos hace libres -veritas liberabit vos B22 . ; la razn es mu# simple" si todo (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo amor se justifica en razn de su ordenabilidad a un :ios que es Sumo %ien G>> " pero" al mismo tiempo" Suma (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 'erdad G>4 ? entonces" simult!neamente" ese amor se habr! de ordenar a la adquisicin de la $erdad en cuanto bien. Por consecuencia" puede concluirse que la b*squeda de la $erdad se habr! de constituir" secundum quid, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo en la suprema ocupacin del hombre9 >Eegotium nostrum non leve aut superfluum, sed necessarium ac (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo summum esse arbitror, magnopere qurere veritatem> 2;@ . l sptimo grado" contemplatio apud )eum, es la misma $isin # contemplacin de la $erdad" que se identifica con :ios mismo conocido como suprema causa o supremo autor o supremo principio de todas las cosas9 >,i cursum quem nobis )eus imperat, et quem tenendum suscepimus, constantissime tenuerimus, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo perventuros per Mirtutem )ei atque ,apientiam ad summam illam causam, vel summum auctorem, vel summum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo principium reruomnium, vel si quo alio modo res tanta congruentia apellari potest> 2;( . ; as" al slo trmino de la via interioritatis, se patentiza un :ios que" paradjicamente" pese a ser lo *ltimo en conocerse" se ofrece" sin mezquindad" como lo m!s conocido" pues es lo m!s presente" intimo # (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cierto9 >Ecce iam potest notiorem )eum habere quam fratrem0 plane notiorem, quia prsentiorem' notiorem (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quia interiorem' notiorem quia certiorem> 2;I . K@u conclusiones se pueden extraer del an!lisis de estas siete estaciones que jalonan el arduo ascenso del alma hacia la $erdad< #rima facie, podran se8alarse una serie de notas mu# significati$as9 4. s e$idente la intencin del autor de iniciar la marcha del alma hacia la $erdad por la $a del conoci - miento de s mismo. Pero" debe obser$arse" que" curiosamente" no comienza de arriba abajo sino a la in$ersa" esto es" atendiendo primero a las partes del alma que miran al cuerpo -como las funciones $itales" nutriti$as # reproducti$as- " # no a las puramente espirituales. (nmediatamente despus" se atienden aquellas facultades que miran al mundo fsico" donde aparecen los sentidos externos e internos. Je aqu la prueba m!s palpable de la ntima unidad del hombre como realidad substancial" el alma se descubre a s misma bajo el modo que (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ,ristteles llamaba forma corporis, sin ol$idar por ello" aquellas que el alma ejerce en razn de su naturaleza (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo espiritual G>0 .. 1. l paso del orden inferior al superior del alma" supone" al mismo tiempo el tr!nsito del mundo sensi- ble al inteligible #" con l" la necesidad de apelar a un proceso de depuracin del alma -purgatio menti. sto significa que el caminoque conduce hacia el conocimiento de la $erdad exige como condicin de tr!nsito" una suerte de con$ersin moral. Je aqu una e$idencia de la participacin de la $oluntad en la acti$idad propia- mente intelecti$a. 7. -abra suponer que el sentido de esa con$ersin se ordena" no a la adquisicin de la $irtud por la $irtud misma" sino en cuanto sta permita acceder a la amorosa contemplacin de la $erdad. 5. l momento culminante del itinerario hacia la $erdad aparece con la contemplacin de :ios. En :ios que" al mismo tiempo" que se descubre al final de este largo proceso" se patentiza como lo m!s e$idente en cuanto es lo m!s presente" lo m!s ntimo # lo m!s cierto. n razn de esta e$idencia" el hombre se re$ela como capa+ )ei. 0. =inalmente" queda por agregar que este proceso de acceso a la $erdad por el camino de la interioridad no puede estar m!s lejos de la instauracin de un subjeti$ismo idealizante en los trminos que lo propone el pensamiento mederno. ; esto por dos razones9 porque la $erdad que busca" en definiti$a no es la mera $erdad del #o que piensa" sino" inmediatamente" la de un ser que se reconoce a s misma como imago )ei" # mediatamente" la $erdad de un :ios trascendente. n segundo" lugar" porque lejos est! este hombre que peregrina humildemente hacia la $erdad" de pretender erigirse l mismo en el *ltimo objeto de su $oluntad" sino que busca elbm!ximo bien" por el camino del ol$idode Ssi mismo # del amor a :ios. 2. ) (mplica la via interioritatis un ol$ido del mundo sensible< , esta altura del an!lisis urge una inquietud referida a la $aloracin agustiniana de todo lo que no se identifica ni con el alma ni con :ios? lo que afecta de modo particular a su relacin con el mundo sensible" #" de alguna manera" a la que guarda con el resto de los hombres. Pues" )cmo se puede conocer el mundo a tra$s de un mtodo que parece lle$ar a su abandono< ); si se debe abandonar el mundo qu $alor puede tener ste para ,gustn< ; si a esto se agrega la doble incidencia del pensamiento maniqueo # platnico sobre la mente de ,gustn donde el orden sensible no parece gozar del ma#or prestigio" habr!n buenos argumentos para suponer que l tambin podra haber hecho otro tanto. :ebe reconocerse que" a la luz de todo lo analizado" ha# buenas razones para suponer que si esta $a de conocimiento no parece ser la m!s adecuada para conocer la realidad inmediata de lo sensible" entonces tam- poco habr! ma#or esperanza de que este orden inmediato de lo sensible sea objeto de alg*n inters por parte de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ,gustn. >Eoli foras ire ...O G>6 s m!s" parecera que" si esta $a implica un ele$ado grado de negacin de s mismo" ni siquiera el hombre mismo" tomado tal como es" con sus $irtudes # defectos" -ese hombre integral que" no slo est! compuesto de alma" sino tambin de cuerpo- no parece ser el objeto propio de esta particular $a de conocimiento" sino m!s bien algo que debe ser reconocido como mero lugar de tr!nsito # de poco $alor (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo si acaso tiene alguno. >Et si tuam naturam mutabilem inveneris, trascendete ipsum>. Lo *nico que parece que- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo dar indemne es la 'erdad misma. >Nuo enim pervenit omnis bonus ratiocinator, nisi ad veritatem5 2;A . Lo que se busca aqu es" propiamente" una $erdad que" no slo est! por encima del orden fsico" sino tambin por encima de s mismo" # aun de lo mejor de s mismo9 >Memento cum te trascendis, ratiocinantem (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo animam te trascendere> G>G . Porque el hombre no es la 'erdad misma9 >3onfitere te non esse quod ipsa est> G>2 . :e donde todo parecera indicar que la $_a de la interioridad de ,gustn" propiamente hablando" no parece estar ordenada casi exclusi$amente m!s que al conocimiento de :ios. @uiz!s" en su defensa" se podra objetar a esta posible descalificacin del propio sujeto" el que el autor acaso habra tenido realmente la intencin de conocerse a s mismo. Pues" cuando" pregunt!ndose en ,oliloquia que es lo que buscaba conocer se contesta slo :ios # el (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo alma G4> . Sin embargo" tambin esto se debera reconsiderar mejor. Pues" a la luz de los textos recin citados se echa de $er que ,gustn no se busca a s mismo de la misma manera con que busca a :ios" pues" el referido pasaje se deber_a leer as9 busco conocer a :ios simpliciter, # al alma solo secundum quid. ;" as se $a llegando a la dura comprobacin de que cuanto m!s busca adaptar la $ia de la interioridad a la majestad de la realidad di$ina" en la misma medida" se $uel$e sta menos apta para comprender el mundo de sus criaturas. @uiz!s no habra incon$eniente en reconocer" esta limitacin del sistema de ,gustn" si acaso se estu$iese seguro de dos cosas9 la primera" que el mtodo de la interioridad le permite llegar a la conclusin de una descalificacin ontolgica del mundo sensible? # la segunda" que ste mtodo agota las $as de conocimien- to propuestas por ,gustn. , lo primero se podra responder que" no parece ser sa la opinin del propio ,gustn. Pues" si bien" al mejor estilo platnico" opone las cosas sensibles a las cosas que son $erdaderamente -qu vere sunt! hasta el punto de entenderlas como nada -nulla sint-? sin embargo" no por ello deja de reconocerles un cierto $alor consideradas secundum se0 OLicet tamen dignoscere quantum inter hc, et ea qu vere sunt, distet' et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quemadmodum tamen etiam ista omnia )eo auctore creata sint, et in illorum comparatione nulla sint' per se (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo autem considerata, mira atque pulchra> 2:: . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ; esta afirmacin de la realidad del mundo sensible se comprende una $ez que se ha asumido pre$ia- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo mente la idea de que el mundo es fruto de la accin de un :ios -Sumo ser- -reador9 Nui fecit clum et te! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo rram 2:@ . :e lo que se sigue" no tanto la descalificacin sin m!s de todo el orden finito" sino m!s bien" de su su- bordinacin a un principio ontolgico que le es necesariamente superior? # que" una $ez admitida la excelencia del Ser Supremo" no habr! dificultad alguna en reconocer con ella las $irtudes de lo que se funda en ,qul. >-anta es tamen anima, ut letiam hoc possit adiuvante sane iustitia summi et veri )ei, qua hc uniuersitas sustentatur et regitur, qua etiam factum est, ut non modo sint omnia, sed ita sint, ut omnino melius esse non (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo possint> 2:( . Lo que se compadece tambin con la finalidad *ltima de todas las cosas" ellas ha sido puestas tambin para alabar a :ios. :e donde" es dable pensar" que la via interioritatis, no slo no exclu#e el conocimiento del uni$erso" sino que inclu#e al uni$erso" si bien" debe estar subordinado al hombre" al que se (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ordena inmediatamente" para alabar a :ios" al que se ordena mediatamente9 >Laudant te opera /tua ut amamus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo te,et amamus te ut /laudent te opera tua> G45 . Por otra parte" siempre en relacin a dicha primera cuestin" cabra preguntarse si realmente ha# razn para pensar que la doctrina de la interioridad implica la negacin del mundo sensible. ),caso la negacin de algo no supone la admisin de un s pre$io< Luego" la frase del mandato inicial ->Eoli foras ire ...>- slo tiene sentido si pre$iamente se reconoce que ese mundo del que se quiere $ol$er es $erdaderamente real. Por otra parte" por el modo con que ,gustn se est! expresando de :ios en el sptimo grado de conocimiento" )no est! reconociendo que" en *ltima instancia" ste conocimiento no deja de apo#arse en conceptos tomados a partir de las e$idencias del mundo sensible. Hal e$idencia permite explicar el inters de ,gustn por mostrar a la criatura como imago o vestigium )ei. Porque las cosas son reconocidas" tanto en el orden del ser como del conocer" en la m!s estrecha $inculacin con la realidad di$ina. Pues" una criatura que ha sido hecha por Ml" no puede menos que hablar tambin de Ml. >Eon cessat nec tacet laudes tuas universa creatura tua, nec spiritus omnis per os conversum ad te' nec animalia nec corporalia per os considerantium ea, ut e+surgat in te a lassitudine anima (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nostra innitens eis, qu fecisti, et adtransiens ad te, qui fecisti hc mirabiliter0 et ibi refectio et vera fortitu! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo do> 2:? . Por lo menos" as son las cosas mientras se est en las condiciones de la presente $ida. La segunda cuestin" referida a si la via interioritatis, agota los accesos de conocimiento en ,gustn" tambin se responde negati$amente. Por cuanto" nunca dej de reconocer que el modo natural de conocer las cosas sensibles" es precisamente por la $a de los sentidos. >,ubiacent autem sensibus corporis qucumque (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo corporea> 2:1 . ;" lo que es m!s" termin por descalificar la opinin contraria9 >3reditque sensibus in rei cuiusque evidentia, quibus per corpus animus autitur' quoniam miserabilius fallitur, qui nunquam putat eis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo esse credendum> 2:A . incluso el Jiponense no escatima la posibilidad de que el conocimiento de las cosas tambin permita el acceso al orden teolgico. Pues en lo que concierne al conocimiento de la realidad di$ina no ha# duda de que el Jiponense tu$o en cuenta especialmente la carta de San Pablo a los .omanos :, @;, donde se sostiene que" para conocer a :ios" es suficiente mirar a las cosas de las que es ,utor9APnuisibilia enim ipsius (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo a creatura mundi per ea qu facta sunt, intellecta conspiciuntur@ 2:2 . ;" desde el punto de $ista antropolgico9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo el pasaje de Jenesis @, A donde se afirma la creacin del hombre en trminos de totalidad9 factus est homo in (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo animam uiuam@ G42 . ;" por sobre todo" el dato de la encarnacin del Merbo0 Aet Merbum caro factum est@ 2@; . ; esto" que $ale para el conocimiento del objeto propio de los sentidos" tambin de alguna manera $ale para el conocimiento del mismo orden inteligible" por cuanto" no parece estar del todo ausente" ni en lo que concierne al conocimiento de s mismo" ni en lo que ata8e al conocimiento de :ios. )3o es sugesti$o que ,gus- tn inicie el ascenso del alma hacia la $erdad con un conocimiento de s mismo" no por sus funciones superiores de car!cter eminentemente racional" sino mas bien por las que est!n ligadas con el cuerpo" esto es" por las fun- ciones $itales" $egetati$as" nutriti$as # sensiti$as< )3o es" asimismo" llamati$o que culmine dicho ascenso hacia la $erdad con el conocimiento de :ios" $alindose -como lo sugieren los $ocablos" causa, auctor y princi! pium - para referirse a Ml a tra$s de un $ocabulario que remite directamente al mundo accesible a tra$s de los sentidos< Por cierto" ,gustn no deja de reconocer" que dada la dignidad de lo que con ellas se pretende conocer estos son insuficientes para conocer a :ios. Pero" tambin se da cuenta de que stos" aunque humildes # decidi- damente inadecuados" son los *nicos que en ese momento tiene m!s a la mano para expresarlo. Lo primero" en cuanto no parte sin l" ni culmina sin l. ;a que" si bien" en el orden del ser" ,gustn reconoce derechamente que slo la realidad di$ina puede ser entendida como lo absolutamente real? en el orden del conocer" sucede a la in$ersa esto es" pueden conocerse m!s f!cilmente las cosas que est!n al alcance de los (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sentidos? # las espirituales" apo#!ndose de alguna manera en el conocimiento de las sensibles9 >"c et philo! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sophi qusierunt, et e+ arte artificem cognoverunt> 2@: . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Lo segundo" en cuanto que" una $ez que por la uia interioritate, se ha tenido contacto con :ios en el interior de la propia conciencia" $uel$e sobre el mundo para reconsiderar las cosas a la luz de su $erdad eterna (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo e inteligible 2@@ . :e esta manera se ad$ierte que la via interioritatis, lejos de suponer la negacin de la $a externa de conocimiento" de alguna manera la supone # la complementa. l conocimiento exterior tiene $alor porque posibilita de alguna manera el conocimiento del orden inteligible" # con ello a#uda a la $a de la interioridad. La $a de la interioridad a#uda a $alorar el conocimiento sensible porque al mostrar mejor la realidad di$ina a#uda a comprender por qu ese :ios debi crear un mundo intrnsecamente bueno # al hombre con las facultades para conocerlo adecuadamente. n este sentido podra decirse que la uia interirioritatis a#uda a conocer mejor el mundo sensible" en el sentido de que -al extender el horizonte de inteligibilidad al orden superior del mundo inteligible permite $alo- rar a la luz de ste todas las cosas que ha# en l dentro de sus justos lmites. >)e istis secundum illam formam (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tern veritatis iudicamus, et illam cernimus rationalis mentis intuitu> 2@( . -on esto" el conocimiento que se tendr! de las cosas se $er! enormemente enriquecido" por cuanto" no es lo mismo conocer las cosas en la pura singularidad proporcionada por los datos sensibles" donde el destino de las cosas desaparece con su desaparicin fsica" que $erlas a la luz de los nue$os datos inteligibles" por los cuales stas se muestran como integrantes de una armoniosa comunidad de seres cu#o destino #a est! asegurado por su com*n participacin de las propiedades metafsicas de la causa trascendente que la sustenta. :e donde" se puede decir que la va interioritatis, aun cuando no deja de darle prioridad al orden de la conciencia" no por ello" quita la posibilidad del conocimiento a tra$s de los sentidos. Porque" interioridad # exterioridad" no se oponen" sino que m!s bien se complementan. Slo as" en una armoniosa integracin entre la $ia interioritatis # la $ia exterioritatis el hombre est! en condiciones no slo de acceder a todo el orden real -mundo fsico alma # al mundo" -en ese orden de conocimiento" sino para conocer cada realidad seg*n sus res- pecti$a estatura ontolgica" donde el orden de prelacin que se acaba de se8alar se in$ierte. La relacin con los dem!s hombres Dtra dificultad que se podra oponer a la doctrina de la via interioritatis es que sta est! ordenada al conocimiento de s mismo # de :ios" pero" Kqu ha# de los dem]s< Pero" de alguna manera la respuesta a esta objecin est! preanunciada en la anterior. Porque una consecuencia de esta apertura al mundo real externo" est! dada por el positi$o sentido con que considera al orden social que lo rodea. Porque no ha# nada m!s prximo al (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo hombre que el hombre mismo9 >Nuid enim homini homine propinquius5 2@I . En hombre" que es conocido con (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo a#uda de los sentidos9 >*liorum uero uitas, cum sint inuisibiles, per corpus uidet> 2@? . ; lo que se conoce" en cuanto se lo conoce en su doble dimensin externa e interna" tambin se lo reconoce como digno de ser amado en $irtud de su dignidad espiritual9 >,ocietatem humanam magni pendere, nihilque velle alteri quod sibi nolit accidere' sequi auctoritatem ac prcepta sapientium, et per hac loqui sibi (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo )eum credere> G16 . ntonces" )por qu" no compartir con los dem!s hombres lo mejor de uno mismo< La $erdad conocida al arduo precio exigido por la $a de la interioridad" no se la hea de reser$ar egoistamente el hombre slo para s mismo" sino para transmitirla generosamente a los dem!s9 >Meritas tua nec mea est nec illius aut (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo illius, sed omnium nostrum, quos ad eius communionem publice vocas, terribiliter admonens nos, ut eam (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nolimus habere privatam, ne privemur ea> G1B . ; as" lo que pareca un medio de conocimiento puramente indi$ual termina re$el!ndose misteriosamen- te como una $a de acceso a la $erdad que" no por personal" dejase de ser al mismo tiempo comunitaria en cuanto que su resultado es mutuamente comunicable con los dem!s9 >,i ambo uidemus verum esse quod dicis et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ambo videmus verum esse quod dico, ubi quso, id videmus5 Eec ego utique in te nec tu in me, sed ambo in (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ipsa qu supra mentes nostras est incommutabili ueritate> 2@2 . 3o se quiere con esto decir que la $ia de la interioridad sea el medio para conocer de modo inmediato el mundo externo" sino que en ella el alma se re$ela" no como una pura subjeti$idad encerrada en s misma" sino como una subjeti$idad de cara a la realidad que lo circunda" esto es" como conocedor del mundo externo. ; esto no sera posible si aqul" de facto, no existiese $erdaderamente. :e donde" la $a de la interioridad" supone pre$iamente la de la exterioridad. Pero" lo que s se quiere decir es que" si el conocimiento sensible es necesario para conocer el mundo externo" tambin lo es la interioridad para completarlo. n el caso de la relacin de la via de la interioridad con el conocimiento del prjimo" podr_a decirse que cuando el alma se $e a s misma #a de alguna manera tambin est! $iendo al prjimo" # esto doblemente" en su dimensin externa porque se $e a s misma como abierta almundo sensible" lo que inclu#e tambin el cuerpo de las restantes personas? en su dimensin interna" porque si la comunicacin con ellas se realiza a tra$s de la palabra sensible" sta no cobra sentido sino en # por la palabra interna que se re$ela en toda su profundidad en la intimidad del #o9 >#roinde uerbum quod foris sonat, signum est uerbi quod intus lucet, cui magis uerbi cumpetit nomen. Eam illud quod proferturt carnis ore, uo+ uerbi est0 uerbumque et ipsum dicitur, proper illud a quo ut foris appareret as! sumptum est. Pta enim uerIbum nostrum uo+ quodam modo corporis fit, assumendo eam in qua manifestetur (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sensibus hominum' sicut uerbum )ei caro factum est, assumendo eam in qua et ipsum manifestaretur sensibus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo hominum> 2@4 . -on lo cual no se quiere decir que la $_a de la interioridad sea el modo natural de conocer al mundo # a los dem]s hombres" pues" para ello est!n los sentidos # la experiencia a ellos $inculada" Pero" lo que s se quiere decir es que" la experiencia interna # la externa se complementan de tal modo que si falta una la otra se debilita hasta lo insoportable. Pues as" como para comunicar a los otros el propio pensamiento" el interlocutor habr! de poner en ejercicio sus aptitudes auditi$as" no es menos cierto" que de nada ser$ira todo esto si quien escucha" no contempla dentro de s el significado de lo que los labios pronuncian. Por otra parte" tampoco la contemplacin interna" tanto de la $erdad de las dem]s como de los dem]s hombres sera" sera posible" si quien la realiza no hecha mano de la experiencia externa. Por *ltimo" cabra responder a la objecin que surge de referir la via interioritatis agustiniana en funcin del programa de trabajo planteado en ,oliloquia:, @, A !)eum et anima scire cupio. -iertamente" es posible que en un principio San ,gustn ha#a limitado el objeti$o de sus in$estigaciones al conocimiento de s # de :ios" pero" qu duda cabe" a la luz de sus obras posteriores" que con el tiempo" fuese modificando tan mezquino programa" que a fuer de realista # cristiano no habra de tardar en ampliar" dando cabida en l al conocimiento del mundo sensible # del orden humano. , modo de conclusin :ebe ad$ertirse que -como lo sugieren los textos precedentes- slo la admisin del concepto cristiano de creatio e+ nihilo permite entender el sentido preciso de esta superioridad en tanto que importa a la realidad di$ina como punto de partida absoluto" # a las cosas como ontolgicamente dependientes de l. sto descalifica de plano toda interpretacin que" sea #a de cu8o solipsista" o bien" idealizante" est! siempre empa8ada por la amenaza real del oscuro halo del pantesmo. La $a de la interioridad supone" de este modo" la apertura de la criatura humana a un orden superior # trascendente que se re$ela como fundamento absoluto de todo orden creado" #" consecuentemente" de la propia subjeti$idad. -laro est! que" para poder acceder a :ios se deben transitar necesariamente los misteriosos senderos de la propia subjeti$idad. Lo cual supone" a la postre" la asuncin plena de su radical indigencia ontolgica. Paradjicamente" lo que empeque8ece a la criatura humana" simult!neamente" lejos de hundirla en los estratos inferiores de lo real" termina por engrandecerla decididamente. Pues" precisamente" con el reconoci- miento m!s pleno de su condicin de criatura" se descubre su radical ordenacin a la majestad de la trascendencia di$ina. Se re$ela con ello su lugar en el orden jer!rquico de la creacin. La $a" pues" parte de la intimidad del #o humano" para remitir" de la mejor manera posible" al t* de :ios. Se $a" al decir de ,gustn" del hombre exterior al inteior" # del interior a lo superior di$ino. ; no puede ser de otro modo" porque en lo m!s (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo profundo de la naturaleza del hombre est! escrito con tinta indeleble su *ltimo destino9 >Nuia fecisti nos ad -e (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo et inquietum est cor nostrum donec requiescat in te> 2(; . Dtra paradoja interesante que se ad$ierte en este interesante captulo de la especulacin agustiniana es que si la $a de la interioridad se $ale del conocimiento de s mismo para alcanzar a :ios" no es menos cierto que para conocerse a s mismo" tambin es preciso alcanzar a :ios. =inalmente cabe se8alar la honda repercusin de este aporte de ,gustn. sta $a e+ e+teriori ad inte! riorem' e+ interiori ad superiorem fue sencillamente un genial aporte de la especulacin agustiniana al campo de la filosofa de todos los tiempos. :e tal suerte que buena parte de los mejores pensadores de Dccidente se apo#aron en ella. San ,nselmo" San %uena$entura" :uns Scoto" 3icol!s de -usa" :escartes" Pascal" Aalebranche" LierIegaard" .osmini" Fioberti" Aarcel" Sciacca" son entre otros" quienes dan testimonio de ello. ; esto #a es de sobra suficiente para incluir a San ,gustn entre las grandes figuras de la historia de la filosofa. s claro que el tema de la interioridad en ,gustn no se justifica por s mismo sino en razn del fin al que tal $a est! ordenada. ; este fin" como se ad$ierte en el primer pasaje citado" no es otro que el conocimiento de la $erdad misma9 >Eoli foras ire, in teipsum redi, in interiore homine habitat veritas>. n razn de lo cual se hace pertinente continuar el examen de la doctrina filosfica de ,gustn con el tema de la $erdad. (((. L, %fS@E:, : L, '.:,: ; L, SEP.,-(Q3 :L S-PH(-(SAD
(((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo >Et enim suborta est etiam mihi cogitatio,prudentiores illos cteris fuisse philosophos, quos academicos appellant, quod de omnius dubitandum esse censuerant, nec aliquid (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ueri ab homine comprehendi posse decreuerant>. G74 4. Posicin del problema :esde :escartes a esta parte el pensamiento moderno ha logrado imponer la idea de la con$eniencia de examinar todos los conocimientos adquiridos a la luz de un criterio de $erdad. n caso de no ajustarse a tal nue$a exigencia el pensador correra el innecesario riesgo de ceder a la inmadurez # el dogmatismo en materia filosfica. Pero" lo que en principio puede parecer bueno" en cuanto que responde a una elemental regla de pru- dencia" puede con$ertirse en un arma de doble filo" en caso de no saber hacer buen uso de ella. Pues" as como quien se sir$e mal de un instrumento puede terminar siendo $ctima de l" as en el df_cil arte de alcanzar la $erdad" quien slo pone su empe8o en ponerlo todo en cuestin puede terminar naufragar en el mar de la duda. ,s" un excesi$o celo por e$itar anclar en las inseguras aguas de un conocimiento poco firme puede conducir a errores m!s gra$es de los que se quieren e$itar. ; as" nunca faltan quienes" en un alucinado exceso de celo crtico" entienden que un buen filsofo debe ponerlo todo en tela de juicio" sin contar con otro respaldo que el de su propia opinin" o" para decirlo m!s precisamente" el de la misma razn. l resultado natural es que" por resistirse a admitir como $erdadera una afirmacin dudosa" como lo podran ser la ma#ora de las alcanzadas en el uso espont!neo de la inteligencia natural" quienes asi proceden terminan por caer en un craso escepticismo" que da por tierra con la $erdad de la ma#or parte de sus afirmaciones. :e hecho" el celo por permanecer fiel a este espritu crtico se fue acrecentando progresi$amente hasta adoptar actitudes que pretenden radicalizar m!s a*n lo que #a era radical. Jistoricistas" $italistas" existencialistas" neopositi$istas se anotan sucesi$amente en esta tr!gica carrera. , la muerte de )ios" anunciada primero por :osto#e$sIi" proclamada triunfalmente por 3ietzsche" le sigue luego la muerte del hombre sostenida por el estructuralismo de L$#-Strauss" =oucault" ,lthusser. Las consecuencias son pre$isibles9 en el plano tico" un relati$ismo # un permisi$ismo? en el poltico" el surgimiento de totalitarismos $ariopintos" en el gnoseolgico" un escepticismo ine$itable? en el filosfico" la prdida de una mirada metafsica de la realidad. Lo que en este apartado se pretende determinar es" en primer lugar si -como parece dejarse $er enel pasaje arriba citado del epgrafe- esta preocupacin por la necesidad de una e$aluacin crtica de sus propios conocimientos tambin estu$o presente en el Dbispo de Jipona" #" en segundo lugar" si hubo en l la intencin de someterlo todo a examen adoptando una suerte de crtica uni$ersal" cu#a consecuencia natural es la de soste- ner una suerte de escepticismo absoluto. Para responder a esto puede tomarse como elemento de apo#o un escueto pasaje de ,oliloquios" que ciertamente" hubo en ,gustn la intencin de descubrir la $erdad" # de que se contaba con ella desde el inicio mismo de su filosofar. >Batio! *nimam te certe dicis et )eum velle cognoscere5 *ugustinus! "oc est totum negotium meum. B.! Eihilne amplius5. *.! Eihilne prorsus. B.! Nuid5 Meritatem non vis comprehendere5 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo *.! Nuasi vero possim hc nisi per illam cognoscere> 2(@ . KSignifica esto que la $erdad es un supuesto que no slo preexiste de alguna manera al entendimiento humano" sino que tambin asiste en cada caso a la inteligencia cuando sta conoce< :a la impresin de que as es. Porque la considera como una suerte de principio uni$ersal de inteligibilidad" cu#a eternidad" incorporeidad" indefectibilidad" inmutabilidad" omnipresencia # beneficiencia slo la hacen reductible a la misma realdad di$ina9 >*t ita ueritatis et sapienti pulchritudo, tantum adsit persuerans uoluntas fruendi, nec multitudine au! dientium constipata secludit uenientes, nec peragitur tempore, nec migrat locis, nec nocte intercipitur, nec umbra intercluditur, nec sensibus corporis subiacet. )e toto mundo ad se conuersis qui diligunt eam, omnibus pro+ima est, omnibus sempiterna' nullo loco est, usquam deest' foris admonet, intus docet' cernentes se (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo conmutat omnes in melius, a nullo in deterius commutatur' nullus de illa iudicat, nullus sine illa iudicat (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo bene> G77 . :e atenderse a este pasaje podr! $erse que" al tiempo que se reconoce el esfuerzo de ,gustn por reali- zar un cierto examen crtico de sus conocimientos" #a puede ad$ertirse tambin que la naturaleza de tal empre- sa" no se compadece con una crtica absolutamente uni$ersal" sino que tendra sus propios lmites. Lmites que estaran dados por la e$idencia de un dato incuestionable. ; ese dato" seg*n ,gustn" no pareceria ser otro que la $erdad misma" con lo que" consecuentemente" se esfuman de un plumazo las pretensiones de una lectura cartesiana # ontologista de las doctrina agustiniana" por cuanto se niega que sean el alma o :ios el primum cognitum. La primera e$idencia es la $erdad misma" # a partir de all" surge la e$idencia de las dem!s reali- dades. La $erdad" pues" se constitu#e en el primer centro de su especulacin filosfica. Pero" lo curioso es que" quien afirma a la $erdad como el objeto primero del entendimiento humano no puede precisar su doctrina de la $erdad de un modo tan inmediato. llo se patentiza cuando se ad$ierte que desde la lectura del "ortensius" efectuada en -artago en el a8o 7B7 -por el que descubre la necesidad de buscar la Sabidura- hasta la re$elacin de -asisaco en el 7G6 en que -despus de haberla hallado- termina por abrazarla definiti$amente" ha# la friolera de unos trece a8os de distancia. En lapso que por su extensi^n no pue- de menos que llamar la atenci^n del in$estigador. La explicacin de tal demora en definirse en tan importante cuestin se puede encontrar en una cantidad de sucesos ntimamente $inculados con su propia experiencia personal que est!n claramente se8alados en sus 3onfessiones. :ada la importancia de tal circunstancia se torna oportuno efectuar un bre$e racconto respecto de lo que acaeci durante dicho perodo. :onde se $er! hasta qu punto tal presunta seguridad respecto de la posesin de la $erdad debi sufrir importantes altibajos. )Los hubo hasta tal punto que terminase por desesperar de haberla alcanzado alguna $ez< )D bien" si la hubo" por lo menos no fue lo suficientemente $iolenta como para que le impidiese mantener un cierto n*mero de $erdades que le permitiesen sortear los furiosos $ientos que traa consigo el $enda$al del esceptismo< Hodo esto arrojar! una cierta luz sobre un tema mu# importante en el orden gnoseolgico" cual es la crtica del conocimiento. Pero" antes" por razones de car!cter pedaggico con$iene precisar algunos conceptos cla$es como los de $erdad" falsedad" error" duda" certeza" e$idencia # opinin. 1. 3ociones preliminares 1.4. La nocin de $erdad n primer lugar debe ad$ertirse que cuando ,gustn habla de $erdad la utiliza en di$ersos sentidos. Los dos sentidos principales la $inculan con el orden del ser" con el del conocer # el del obrar. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo n el orden del ser la $erdad podra entenderse como un atributo trascendental del ente real. n este (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sentido la $erdad es coextensi$a con el ente9 >Pn tantum uera sunt in tantum sunt> 2(I . Lo cual ocurre en la (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo medida en que se identifican con su esencia9 >Pntelligit eam esse ueritatem, qu ostendit id quod est> 2(? . Luego" (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo todas las cosas son $erdaderas9 >Fera sunt omnia> 2(1 . Porque en definiti$a el ser # la $erdad son lo mismo9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo >"oc est uerum quod est esse> 2(A . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Pero tambin insiste sobre la $erdad del conocimiento. n este sentido la $erdad" m!s que en la cosa" radica en el sujeto que la percibe9 >Pnde uerum quod ita ut est uidetur, ablato eo quo uidetur, nec falsum quid! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quam nec uerum est> G7G . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo n cuanto a la $erdad en el orden del obrar" sta consiste en conformar la conducta a la norma del deber ser9 >Pta etiam nos ut in nostro quodam habitu ueri simus, ad alienum habitum adumbrati atque assimilati eiob (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo hoc falsi esse debemus, sed illum uerum qurere, quod non quasi bifronte ratione> 2(4 . 1.1. La nocin de falsedad (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo , diferencia de la $erdad" esta no puede entenderse como un atributo trascendental o coextensi$o con el orden real. Porque si de su#o las cosas encuanto son son $erdaderas" entonces" no pueden por naturalezas ser (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo falsas ! falsitas in rerum natura non sit 2I; !" a menos que se hable en otro sentido. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ,s" se puede decir que algo puede ser falso" no porque lo sea en s mismo" sino en cuanto pretende (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo imitar a otro que realmente no es9 >Eumquid recte dicitur uerum nisi quod non est falsum5> 2I: . 1.7. La nocin de error (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo l error" de su#o" consiste en tomar lo falso por $erdadero9 >Error mihi uidetur esse falsi pro uero (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo approbatio> G51 . Pero no se identifica con lo falso" pues" aunque implica lo falso" no necesariamente todo lo falso (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo da lugar al error9 >3onfitendum est igitur non eum falli qui falsa uidet, sed eum qui assentitur falsis> 2I( . Puede estar ligada con la mentira en cuanto que esta supone dar por $erdadera una cosa que no entiende como $erdadera" pero no necesariamente porque se puede mentir aunque de hecho se diga la $erdad9 >Fallitur, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo qui cum sit falsum, uerum putat esse quod dicit0 mentitur autem, qui falsum esse aliquid putat, et pro uero (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo dicit,siue illud uerum sit, siue falsum> 2II . 1.5. La duda ,unque en esta in$estigacin no se ha hallado la definicin formal de la duda" si se han hallado algunos de sus elementos esenciales. Msta consistira en la incapacidad de la mente para dar su asentimiento en razn de no hallar la e$idencia definiti$a que le permita dar su asentimiento a algo. ,s" ,gustn la entiende como titu- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo beos G50 " fluctuacin mental -fluctuationem mentis 2I1 " $acilaciones- dubitantes 2IA . n consecuencia supone la (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo negacin de la fe G5G . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Pero es claro el concepto de duda cuando se refiere a la duda de alcance uni$ersal" como es el caso de la duda acadmica" seg*n la cual se debe dudar de todo # ninguna $erdad puede ser alcanzada por los hombres9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo >)e omnibus dubitandum esse censuerant, nec aliquid ueri ab homine comprehendi posse> G52 . n suma" la duda alude a un estado del entendimiento por el cual ste fluct*a entre afirmar o negar sin dar lugar al asentimiento. -on lo cual" si bien e$ita caer en el error" tampoco alcanza la $erdad. 1.0. La certeza La certeza es el estado de la mente cuando sta se adhiere firmemente # sin ning*n temor a la $erdad. -omo tal es un requisito necesario del conocimiento cientfico9 >,cientiam enim non solum comprehensis, sed ita comprehensis rebus constat, ut neque in ea unquam errare, nec quibuslibet aduersantibus, impulsus nutare (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo debeat. Fnde uerissime a quibusdam philosphis dicitur, in nullo eam posse nisi in sapiente inueniri' qui non (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo modo perceptum habere debet id quod tuetur ac sequitur, uerum etiam inconcusso tenere@ 2?; . Por cierto no se trata de una seguridad puramente subjeti$a" como sera el caso de una mera persuacin sin fundamento objeti$o que la respalde" sino que cuenta tambin con este apo#o que es la e$idencia objeti$a. Por eso se la refiere a la $erdad en cuanto esta es conocida. 1.6. La e$idencia objeti$a La e$idencia debe entenderse como el fundadamento objeti$o de la certeza. -omo tal" aunque supone el sujeto ante el cual algo aparece como $erdadero" est! $inculada con la manifestacin de la cosa misma que es (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo conocida. ,s" ha# una e$idencia de las cosas sensibles" pues supone la percepcin de algo G04 ? # otra de las (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo inteligibles G01 . 1.B. La opinin n la tradicin griega la opinin se refiere al orden contingente" esto es" a lo que carece de necesidad ontolgica. (mplica aquel estado del entendimiento por cel cual tiende a pronunciarse en fa$or de una de dos proposiciones contradictorias sin terminar de pronunciarse totalmente en fa$or de ella por temor a equi$ocarse. Luego" el asentimiento del entendimiento no es firme" sin m!s bien no exento de una cierta $acilacin. ;" por (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tanto" carece de certeza. Hal es el caso de los acadmicos cuando se8alan que no se puede tener certeza de nada9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo >Eihil posse percipi@' AEulli rei debere assentiri@ 2?( . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo l propio ,gustn permanece en este estado en ciertas oportunidades en que no encuentra la e$idencia suficiente respecto a algo. -omo por ejemplo" cuando despus de cotejar entre s di$ersas opiniones en torno al (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo origen del alma G05 " l mismo no puede decidirse entre la posicin creacionsita # la de transmisin G00 . 7. La b*squeda de la $erdad 7.4. La lectura del "ortensius de -icern Hodo comienza cuando" durante su estancia en -artago" el santo doctor tu$o la oportunidad de leer el "ortensius de -icern. -on extrema delicadeza el autor de las 3onfessiones relata la impresin que esto le caus9 >,ed liber ille ipsius e+hortationem continet ad philosophiam, et uocatur "ortensius. Plle uero liber mutauit affectum meum et ad te ipsum, )omine, mutauit preces meas, et vota ac desideria mea fecit alia. Filuit mihi repente omnis vana spes et immortalitatem sapienti concupiscebam stu cordis incredibili et surgere (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cfperam, ut ad te redirem@ 2?1 . 3o importa ahora descubrir cu!n marcadamente escptico fuese el tono general de la obra. S" el que el jo$en ,gustn ha#a $isto en ella una saludable in$itacin a ir tras la sabidura. Pero" sea como fuere" de cualquier manera que interpretase sus lneas" lo cierto es que no fue alli donde encontr la sabidura. n realidad pocas posibilidades hubiera tenido de hallarla en un autor que desesperaba de poder discernir la $erdad del error9 >Eon sumus ii, quibus nihil verum esse videatur, sed ii qui omnibus veris falsa (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo qudam adiuncta esse dicamus tanta similitudine, ut in iis nulla insit certa iudicandi et assentiendi nota, e+ (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quo e+istit illud, multa esse probabilia, quibus sapientis vita regatur@ 2?A . Hras el descubrimiento" en una primera etapa" de su $ocacin por la sabiduria? en una segunda" el autor inicia su larga marcha en b*squeda de la $erdad. ; no es de extra8ar que el hijo de Anica buscase primero all donde ella" mucho antes" #a haba buscado # tenia tena depositada toda su fe. :e esta suerte pues" el hijo intent repetir la experiencia de su madre" dirigindose en primer lugar a las Sagradas scrituras. Aas" cierta- mente el jo$en lector de -icern no estaba en la mejor situacin espiritual para apreciar la magnitud de su $alor. Sus ojos" demasiado habituados a dicernir sobre el arte del buen decir" hinchados de soberbia por la lectura de los cl!sicos" no pudieron encontrar nada en ellas que fuera digno de ser atendido9 >Pta sensi, cum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo attendi ad illam scripturam, sed uisa est mihi indigna, quam tullian dignitati compararem. -umor enim meus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo refugiebat modum eius et acies mea non penetrabat interiora eius> 2?2 . ,s de simple. 7.1. n las redes del maniquesmo 3arra San ,gustn en las 3onfessiones que" desesperanzado de hallar la Sabidura que buscaba en el misterioso !mbito de las Sagradas scrituras" termina por probar suerte en la secta de los maniqueos. ,gustn permanece con ellos durante nue$e a8os que $an desde el 7B1 al 7G7 fecha en que se desenga8 del maestro =austo. K-u!les fueron las razones que lo lle$aron a seguir buscando la sabidura en el miserable !mbito cultural de los maniqueos< Seguramente el creer $er en ellos el mismo af!n por la $erdad que animaba al futuro doctor de la (glesia. ; ellos" apro$echando tal gesto de confianza" lejos de desanimarla" en razn de su real impotencia para alcanzarla por su su corta edad" imprudentemente la alimentaban prometiendo una # otra $ez el esclarecimiento de los principales misterios de las Sagradas scrituras. ONuis non his pollicitationibus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo illiceretur, prsertim adolescentis animus cupidibus ueri, etiam nonnullorum in schola doctorum hominum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo disputationibus superbus et garrulus5 2?4 Lo que equi$ala lisa # llanamente a alcanzar la $erdad" total # sin $elos. -on toda desfachatez" seg*n lo relata el santo" estos mercaderes de la mentira" prometan algo realmente extraordinario9 brindar tanto una explicacion racional del mundo" como acerca del origen del mal" lo que implicaba alcanzar la fe por la sola razn. >Et quia manichus et per suam prdicationem docuit nos initium, meium et finem' docuit nos de fabrica mundi, quare facta est et unde facta est, et qui fecerunt' docuit nos quare dies et quare no+' docuit nos (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo de cursu solis et lun quia hoc in #aulo non audiuimus nec in cterorum apostolorum scripturis, hoc (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo credimus, quia ipse est paracletus> 21; . ran demasiadas promesas para no desconfiar de ellas. -omo se ad$ierte en el texto precedente se lleg al extremo de dar a Aanes la in$estidura de autoridad que necesitaba para gozar de la m!xima credibilidad entre los lectores de las scrituras9 se lo identificaba con el mismo spritu Santo. Pero la precipitacin -hija de la ansiedad # la poca edad- que trababa el buen juicio del estudiante de letras impidi $er al momento lo que despus habra de ser moti$o de gran indignacin. >Nuis non his pollicitationibus illiceretur, prsertim (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo adolescentis animus cupidibus veri, etiam nonnullorum in schola doctorum hominum disputationibus superbus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo et garrulus $...%> 21: . K@u era exactamente el maniquesmo< l nombre pro$iene de un extra8o personaje llamado Aani &abre$iatura del sirio Agnh Ja##g \ Aani el 'i$iente). Los griegos lo llamaron Aanes # Aanijaios. Pero lo que en persa tiene un sentido se altera cuando pasa al lenguaje griego" por cuanto Manis en griego significa locura" de alli la necesidad -relata el propio san ,gustn de a8adirle una n con lo que pasa a relacionarse directamente con manna, que tiene un profundo sentido bblico. n cuanto a la $oz manichus, surge de la con$ergencia de los $ocablos Manna 6ya se/alado7 y 3heo &\que destila). :e donde la expresin completa significa que destila, que de9a correr un man. :e all deri$a el nombre de la religin por ste fundada. n cuanto al contenido de sus ense8anzas" ha# en ella una tan rara como desordenada mezcla de ele- mentos de la cultura hebrea" como de la cristiana" de la zoro!strica" e incluso b*dica. n su delirio los segui- dores de esta secta gnstica no hesitan en afirmar son %uda" Woroastro # /esucristo. n esta doctrina se ense- 8aba que en el origen de todas las cosas habra un doble principio. Por un lado" la Luz" equiparada con :ios # con el %ien? #" por el otro" la Dscuridad" identificada con el Aal # la Aateria. -ada uno de ellos se mue$en en sus respecti$os !mbitos de influencia e in$olucran las correspondientes jerarquas de eones. ,unque est!n enteramente separados" los reinos de la luz # de las tinieblas juegan entre s una relacin de unidad din!mica" resultado del ine$itable choque que se dara entre ambos !mbitos. ,hora bien" puesto que el reino de la luz no posee en s mismo la fuerza suficiente para $encer al reino de las tinieblas no le queda otro recurso que Oe$o- carO ciertos seres9 la Aadre de la $ida" primero? el Jombre Primordial" despus. Se trata" no de destruir definiti$amente el Aal" porque ste es tan eterno como el %ien" sino de relegarlo a su lugar natural. ,s" el %ien" que se hallaba in$adido por el Aal" puede quitarse de encima a ste. ; es este esfuerzo de desprendimiento del Aal lo que explica el progreso del mundo # de la historia. La influencia histrica del mani- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quesmo se extiende al Aedio Driente # a Dccidente. Se supone que el mo$imiento de los c!taros G61 " que apare- ce en el siglo +((" se inspira en el maniquesmo. Por cierto" como suele suceder en muchos casos con las doctrinas m!s desatinadas" siempre encuentran una cohorte de ambiciosos # pedisecuos que -a falta de propios recursos- no titubean en $alerse de cualquier medio para acceder a sus inconfesables fines" que no son otros que los satisfacer sus ansias de notoriedad" por parte de los primeros" # de superar su natural mediocridad" por parte de los segundos. :e all que no ha#a de sorprender el que tal nefasta doctrina se ha#a extendido con alguna firmeza por $astos sectores del ,frica del 3orte. Por tanto" aunque toda$a no era admitida legalmente en el extenso territorio del (mperio .omano" no era ste un fenmeno cultural que poda ser ignorado por los crculos intelectuales de la (glesia -atlica. 5. La superacin del maniquesmo $identemente ,gustn se qued impresionado tanto por el fasto de su organizacin religiosa como por el aire de se$era racionalidad que crea $er campeando entre sus maestros. Pero" tambin era un hecho ine$ita- ble el que" una inteligencia tan pri$ilegiada como la de ,gustn" tarde o temprano terminara por descubrir el fraudulento fundamento de quienes hacan tanta gala de piedad # de porte acadmico. >Ptaque incidi in homines superbe delirantes, carnales nimis et loquaces, in quorum ore laque diaboli et viscum confectum commi+tione (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo syllabarum nominis tui et )ominii Pesu 3hristi et #aracleti consolatoris nostri ,piritus ,ancti. "c nomina (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo non recedebant de ore eorum, sed tenus sono et strepitu lingu' cterum cor inane veri> 21( . Pero" al principio ,gustn no estaba intelectualmente preparado para realizar una lectura crtica de sus ense8anzas. Slo la implementacin simult!nea de un aparato conceptual adecuado" proporcionado por el neoplatonismo" m!s una profunda relectura" de los textos bblicos" bajo la segura gua de nue$os maestros cristianos" le habran de permitir" a su debido tiempo" tomar buena nota de los errores maniqueos. Para ello se aboca cuidadosamente al examen de dos tipos de documentos9 los escritos de Aanes # de los exgetas mani- queos por una parte" # la escritura" por la otra. .!pidamente aprendi a analizar una obra sistem!ticamente" tanto en su sentido literal como en su senti- do m!s profundo" lo que inclua el acceso a todas las consecuencias que se deri$aban de dichas afirmaciones. ,s procede con obras como La carta del QFundamentoQ # tambin con los escritos de sus propios doctores" por ejemplo" ,dimanto # =austo. ; proceda frente a ellos bas!ndose tanto en argumentos de razn como en los de autoridad. Los primeros se obten_an poniendo en e$idencia las contradicciones internas que ofrecan los propios textos de los maniqueos. Las segundas por la contraposicin que se poda ad$ertir entre las afirmaciones de los maniqueos # el incontrastable testimonio de las ,agradas Escrituras" #a que stas tambin eran tenidas por $er- daderas por los maniqueos. :ebe obser$arse que" en esta tarea de franca expurgacin del error" no poco lugar tu$o el apo#o que recibil de sus lecturas de los neoplatnicos" en los que descubri $erdades" hasta entonces totalmente desconocidas para l. Por ejemplo" la e$idencia clara de que el mal de su#o no puede tener entidad metafsica? que el mal moral procede del libre albedro" #" por tanto" no debe entenderse como el amargo fruto de una ciega necesidad" cu#a *ltima base de sustentacin" resda en un igualmente equi$ocado materialismo. Hodas estas e$idencias lo habran de impulsar en su momento" a pasarse Ocon armas # bagajesO a las filas de sus enemigos. Pero entre todos estos argumentos" quiz!s con$enga echar alguna ojeada sobre los que ponen en e$idencia las muchas contradicciones internas que socaban la $erdad de todo el sistema especulati$o maniqueo. :otado de un pri$ilegiado entendimiento" contando tambin con todo el tiempo imaginable" # un discreto manejo de las propias fuentes en las que se fundaba la doctrina maniquea" era razonable suponer que el genio de Jipona terminase por con$ertirse en su mejor propagandistas o en su peor enemigo. Para" desgracia de los maniqueos # bien de Dccidente" ocurri lo segundo. Los errores del maniqueismo fueron muchos # de di$ersa naturaleza" principalmente de orden teolgico # metafsico. ntre los errores de orden metafsico pueden mencionarse9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 4. La substanti$acin del mal9 >* substantia mali, cui proprium principium principesque (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tribuunt $..%> G65 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 1. La doctrina del doble principio9 >Manichi, qui uolunt duas, boni scilicet et mali, coternas (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo esse naturas> 21? . rrores que" por su car!cter metafsico" se habr!n de trasladar a todos los rdenes de la realidad" prin- cipalmente" a los campos" teolgico" antropolgico # tico. ntre los errores de orden teolgico surgen los siguientes9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 4. La doctrina de los dos dioses9 >3um e+ceptione quippe uobiscum loquendum est, quando (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo )eus nominatur. )uos enim deos, unum bonum et alterum malum esse perhibetis> 211 . 1. l desconocimiento de la naturaleza di$ina" #a atribu#ndoles situaciones nefandas porque suponen que una parte de la substancia di$ina est! presa bajo el poder de las tinieblas # solo puede ser liberada mediante el comercio carnal con las criaturas de las tinieblas9 >Et eo modo uitalis substantia, hoc est )ei (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo natura, quam dicunt in eorum corporibus ligatam teneri, e+ eorum membris, per ipsam concupiscentiam (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo rela+atis, soluta figiat, et suscepta uel purgata liberetur> 21A . 7. Se le adjudican a :ios incalificables atributos" tales como la muerte" le enfermedad" el ol$ido" la ignorancia" el desorden" la cauti$idad" la indigencia" la debilidad" la ceguera" el dolor" la iniquidad" la culpa" la belicosidad" el desenfreno" la deformidad" la per$ersin9 >)ei autem naturam si non mortuam dicunt, quid secundum eorum uanitatem suscitat 3hristus5 ,i non dicunt gram, quid curat5 ,i non dicunt oblitam,quid commemorat5 ,i non dicunt incipientem,quid docet5 ,i non dicunt perturbatam, quid redintegrat5 ,i non uicta et capta est, quid liberat5 ,i non eget, cui subuenit5 ,i non amisit sensum, quid uegetat5 ,i non est e+ccata, quid illuminat5 ,i non est in dolore, quid recreat5 ,i non est iniqua, quid per prcepta corrigit5 ,i non est (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo dedecorata, quid mundat5 ,i non est in bello, cui promittit pacem5 ,i non est immoderata, cui modum legis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo imponit5 ,i non est deformis, quid reformat5 ,i non est peruersa, quid emendat5> 212 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 5. -omo principio del mal9 >Et )eum si ita est, creatorem omnium naturarum culpandum esse contendunt, eo modo uolentes secundum su impietatis errorem 6manichi enim sunt7 immutabilem quamdam, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo et )eo coternam introducere naturam mali> 214 . n el campo antropolgico los maniqueos cometen el error de asumir9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 4. La doctrina de la metempscosis o transmigracin de las almas hasta el punto de pensar en que las almas racionales pueden reencarnarse en las bestias9 >,in hominum anim rationales, reuolui tamen eas in (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo pecora e+istimant> 2A; . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 1. La doctrina de las dos almas9 >Et cum consuetudinem suam uincere nequeunt, iam carnalibus laqueis irretiti, duas animas esse in uno corpore e+istimant0 unam de )eo qu naturaliter hoc sit quod ipse' (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo alteram de gente tenebrarum, quam )eus nec genuerit, nec fecerit, nec protulerit, nec abiecerit> GB4 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 7. l alma buena es parte de :ios" porque la entienden como de su misma substancia9 A)e ipsa (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo eius omnino substantia pars qudam processisse dicatur@ 2A@ . n el orden tico9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 4. La carne es sustancialmente mala9 >Malum est caro uera> 2A( . l cuerpo es obra del diablo (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ->carnes quas comedunt homines, non esse )ei creaturam, sed dmonum facturam et esse immunditiam> 2AI . Luego" si por el alma el hombre pertenece a -risto? por el cuerpo pertenece al :iablo9 >Nuod e+ parte anima! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo rum pertineat ad 3hristum, e+ parte corporum ad diabolum> GB0 . -onsecuentemente" la distincin sexual tam- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo bin es obra del diablo9 >)e se+u masculi et fermin non e+ )eo sit,sed e+ diabolo> 2A1 . -ondena el matrimonio # la procreacion" porque si no es lcita la procreacin pierde su sentido el matrimonio # la mujer se reduce a un mero objeto de placer9 >Eonne uos estis qui filios gignere,eo quod anim ligentur in carne, grauius putatis esse (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo peccatum, quam ipsum concubitum. $...% E+ quo illud sequitur,ut non liberorum procreandorum causa, sed (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo satiand libidinis habere coniugem censeatis> 2AA . , los cuales se agregan errores de orden escriturario (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 4. 3iegan el $alor del ,ntiguo Hestamento" destroz!ndolo9 reprehendentes manichi catholicam (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo fidem et ma+ime Fetus -estamentum discerpentes et dilaniantes> 2A2 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 1. Le niegan autoridad -in ulla auctoritate non habent 2A4 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 7. Lo oponen al 3ue$o Hestamento" en razn de su supuesta mutua contradiccin -duo (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo -estamenta in Libris ueteribus et nouis0 ut ideo putemus hoc esse contrarium> GG> . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 5. .echazan su origen di$ino ->,olent ergo manichi ,cripturas Feteris -estamenti, quas non (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nouerunt, uituperare> 22: . 0. ; si toman el 3ue$o" no es precisamente para adherir a lo que ste ense8a" (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sino para tomar de l slo lo que con$enga a sus propios intereses" #a que" aunque alaban a San Pablo no dejan de interpretarlo torcidamente9 >3erte et ipsi manichi legunt apostolum #aulum, et laudant et honorant' et eius (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Epistolas male interpretando multos decipiunt> GG1 . Los errores cristolgicos no son menos gra$es. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 4. 3iegan la humanidad de -risto9 >Nuid de carne 3hristi dicit insanissimus Manichus5 Nuod (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo non fuerit uera,sed falsa> 22( . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 1. 3iegan su encarnacin9 >*liqui hretici sunt, qui adhuc habent in corde, quod e+hibuerit se (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo oculis 3hristus, et uera caro non erat 3hristi> 22I . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 7. Lo identifican con el sol $isible9 >Manichi solum istum oculis carnis uisibilem e+positum et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo publicum non tantum hominibus, sed etiam pecoribus ad uidendum, 3hristum )ominum esse putauerunt> GG0 . , medida que ,gustn iba conociendo la doctrina no slo ad$erta su falta de claridad sino incluso su falta de $erdad" las que comenzaron por su falta de coincidencia con $erdades elementales de orden accesible al conocimiento $ulgar" como lo puede ser la afirmacin del m!s grosero determinismo en el orden de la conducta moral" continuando con la pretensin de la descalificacin de la institucin del matrimonio" hasta terminar con $erdades de fe aprendidas desde su m!s temprana infancia. ntre stas" que fueron maduradas luego de su con$ersin aparecen los siguientes errores doctrinales. Los errores se extienden a la doctrina mariana9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 4. 3iegan la di$ina maternidad de Aara9 >Nuis credat calumniam qusisse Manichos, qua (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo conanerunt asserere dominum iessum 3hristum non habuisse ullam matrem5> 221 .especto de la creacin del mundo9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 4. Sostenan que fue obra por la necesidad de :ios -te feccisse necessitate compulsum! 22A . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 1. La creacin no fue toda obra de :ios9 >$...% fabricas clorum et compositiones siderum, et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo hoc non de tuo, sed iam fuisse alibi creata et aliunde 222 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 7. ; que parte del mundo fue creado por una mente maligna no creada por :ios9 O$...% hostilem mentem naturamque aliam non abs te conditam tibique contrariam in inferioribus mundi locis ista gignere (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo atque formare> 224 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 5. .especto de la naturaleza del mundo sostienen una suerte de pansiquismo" en $irtud del cual todo el orden natural tiene una cierta acti$idad psquica" as el higo llora cuando se lo arranca del !rbol9 >Ft cre! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo derem ficum plorare, cum decerpitur,et matrem eius arborem lacrimis lacteis> 24; . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 0. ; un pan$italismo9 >Pnhonestum est sic intelligere,ne rursum nobis subrepat eadem sordidissima secta Manichorum, et dicat, qui habet uitam lapis, et habet animam paries, et resticula habet (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo animam, et lana et uestis> 24: . 5.1. La refutacin del maniquesmo 4. l maniquesmo que se impone a ,gustn" en $irtud de ser una posible fuente de interpretaci^n racio- nal de la realidad" termina" en realidad" re$el!ndose como un mero producto de la imaginacin # la superchera9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo >Libri quippe eorum pleni sunt longissime fabulis de clo et de sideribus et sole et luna> G21 . Sus libros estaban (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo llenos de f!bulas -rebus fabulosis, quibus manichi libri pleni sunt> G27 . 1. Soca$a las bases de toda creencia legtima adhiriendo bajo el pretexto de un arbitrario racionalismo9 >Et quas ab his plagas atque imagines acceperunt, eas secum uoluunt, etiam cum conantur recedere a (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sensibus' et e+ earum mortifera et fallacissima regula ineffabilia penetralia ueritatis rectissime se metiri (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo putant> G25 . 7. .adicalizacin de la razn sobre toda autoridad" aun la de la .e$elacin9 >,e dicebant terribili auctoritate separata, mera et simplici ratione eos qui se laudire uellent introducturos ad )eum, et errore omni (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo liberaturos> G20 . Su m!xima primera9 dar prioridad absoluta a la razn9 >Eihilque aliud ma+ime dicunt, nisi ratio! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nem potius esse reddendam> 241 . Pese a ello" ,gustn no tu$o ma#or dificultad en hallar una serie de e$idencias que ponan en duda esa supuesta racionalidad de que pretendan hacer gala los maniqueos. Por" ejemplo" sus numerossimas contradicciones internas. 5.7.Las contradicciones de los maniqueos (mporta se8alar que" como buen retrico ,gustn deba estar bien informado respecto de la imposibili- dad de hallar la $erdad en quienes terminaban por contradecir los m!s elementales principios de la lgica. K-mo no darse cuenta que la estimacin de dos juicios contradictorios como $erdaderos supona ipso facto la descalificacin ontolgica de todo el sistema que las sostena< 4. (nconsistencia de su dogm!tica" haba algo que lo haca recelar de ellos9 ponan m!s empe8o en atacar la posicin de los ad$ersarios" que en dar debidas pruebas de la legitimidad de la propia9 >,ed qu rursum ratio reuocabat, ne apud eos penitus hrerem, ut me in illo gradu quem uocant *uditorum tenerem, ut huius mundi (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo spem atque negotia non dimitterem' nisi quod ipso quoque animaduertebam plus in refellendis aliis disertos et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo copiossos esse, quam in suis probandis firmos et certos manere5> 24A . 1. 'i$an en la li$iandad de la concupiscencia" # luego pretendan desprenderse de tales $icios mediante la demencial superchera de sus procesos de purificacin como lo era el pretender en la oficina de sus estmagos de los electi surgiesen fabricados dioses # !ngeles que realizaban esa tarea9 >"ac popularis glori sectantes inanitatem usque ad theatricos plausus et contentiosa carmina et agonem coronarum fnearum et spectaculorum, nugas et intemperantiam libidinum, illac autem purgari nos ab istis sordibus e+petentes, cum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo eis, qui appellarentur electi et sancti, afferemus escas, de quibus nobis in officina aqualiculi sui fabricarent (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo angelos et deos, per quos liberaremur> 242 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo La contradiccin entre su ense8anza # su propio estilo de $ida9 >" igitur blasphemi, cum a corde profect, quotidie in ore uestro habitent, desinite aliquando signaculum oris uestri, ad imperitorum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo illecebram, quasi magnum aliquid prdicare> G22 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo En estilo de $ida que no omita torpezas nefandas >Nuis non uideat,quis non e+horreat, quanta turpitu! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo do et quam nefaria consequatur5> 2>> .La descalificacin del maniquesmo por la $a de las contradicciones in- ternas tena algunos puntos sumamente gra$es. 4. -omenzaba por la dificultad lgica de entender la naturaleza de :ios a la luz de atributos que se presentaban como intrnsecamente incompatibles. Pues" si bien los mani- queos no hesitaban en adjudicarle una cierta inmutabilidad" incorruptibilidad e in$iolabilidad" no por ello dejaban de sostener que un principio -el alma humana- que se deri$aba de l como una de sus partes" s era susceptible de ser entendido en trminos de mutabilidad" corruptibilidad # $iolabilidad. Luego" si entre el todo # la parte ha# una relacin de consubstancialidad" entonces los defectos de la parte tambin habr!n de atribuirse al todo. Pero" )cmo se puede conciliar esto sin caer un un cierto antropomorfismo negador de la naturaleza di$ina< >Eam si )eum ita esse uultis ut lucem, recusare non potestis )eum esse aliquam partem )ei. Nuamo! brem cum partem )ei esse animam dicitis, quam non negatis et corruptam esse, qu stulta est, et commutatam, qu sapiens fuit' et uiolatam, qu propriam perfectionem non habet' et indigentem, qu poscit au+ilium' et imbecillam, qu medicina eget' et miseram, qu beata esse. $...% )eus igitur uobis auctoribus, siquidem pars (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo )ei est )eus, et stultitia corrumpitur, et cadendo mutatis est, et amissa perfectionis uiolatus, et opis indiget, et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo debilis morbo, et oppresus miseria, et seruitute turpatus est@ 2>4 . 7. Sus definiciones del mal destru#en sus propios principios9 si se define al mal como principio de des- truccin de la substancia" sera una inconsecuencia terminar entendindolo en trminos de substancia9 >*t uero (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo illa uestra gens mali, quam uultis esse sumum malum, quomodo erit contra naturam, id est contra substantiam, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cum eam naturam atque substantiam esse dicatis5 ,i contra se facit, ipsum esse sibi adimit> 4;@ . 0. La esperanza inicial en la doctrina de los neoplatnicos # su decepcin Ena $ez puesta en e$idencia la intrnseca inconsistencia de la doctrina maniquea" que lo lle$an a un abierto desenga8o" el paso siguiente que dar! ,gustn se establece cuando" mu# resueltamente" decide abando- nar definiti$amente el maniqueismo. ,unque durante su estada en .oma" toda$a frecuenta a sus amigos miem- bros de esta secta" es all donde establece los m!s serios contactos con la doctrina de los filsofos acadmicos. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo >#rocurasti mihi per quendam hominem immanissimo tyfo turgidum quos damplatonicorum libros e+ grca (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo lingua in latinum uersos> 4;( . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo K@u encontr en ellos para que lo a#udaran a seguir adelante en el camino que lo conducira a la (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo $erdad< 3o ha# duda de que conoci # $alor positi$amente su doctrina lgica # metafsica 2>5 " as como de su (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo filosofa fsica o natural 2>0 . Hambin $alor su doctrina de los dos mundos 2>6 . en razn de lo cual no dud en (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo considerar a esta doctrina como la expresin m!s luminosa fuera del cristianismo 2>B . Sin embargo" pese al oportuno encuentro con la doctrina platnica" era cada $ez m!s claro que ,gustn tampoco encontr en ellos el argumento definiti$o que lo con$enciera de que all estaba presente la $erdad a la que deba adherir definiti$amente. :e hecho" todo ocurra con los philosophos academicos" como si ,gustn se hallase en aquella incmoda situacin de quien $e la necesidad de demoler su propia casa por ser #a del todo inser$ible para poder ser habitada de conformidad con todas sus necesidades" pero toda$a no encontrara en su remplazo otra lo suficientemente segura como para animarse a ir a $i$ir en ella. (mporta se8alar" sin embargo que ,gustn" si bien encontr en la ,cademia importantes elementos positi$os como para poder desembar- azarse de los errores maniqueos" no hall a*n los suficientes argumentos para conducirse definiti$amente por el camino de la $erdad. Por cierto" su actitud frente a los acadmicos inicialmente fue de profunda simpata" a tal punto que lleg a considerarlos sus filsofos preferidos, # esto" precisamente" porque" una $ez desacreditada la inter- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo pretacin maniquea de la $erdad de -risto" confa en que sean los platnicos quienes le a#uden a encontrarla9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo >*pud platonicos me interim quod sacris nostris non repugnet reperturum esse confido> 4;2 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ,gustn no deja de recordar que el mismo Aario 'ictorino" mencionado en sus 3onfessiones 4;4 -tenido como una de las figuras m!s prestigiosas de su tiempo- no titubea en dar el paso que conduce del platonismo al cristianismo. Lo cual no debe sorprender" #a que Platn" es" como ning*n otro filsofo" quien est! m!s cerca de la doctrina cristiana9 >,i ergo #lato )ei huius imitatorem, cognitorem, amatorem di+it esse sapientem, cuius (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo participatione sit beatus, quid opus est e+cutere cteros5 Eulli nobis,quam isti propius accesserunt> 4:; . Pero" con el correr del tiempo" ese inicial entusiasmo por la doctrina de los filsofos neoplatnicos" fue apag!ndose progresi$amente a medida que iba encontrando puntos conflicti$os entre su doctrina # la suministrada por la re$elacin cristiana. )-u!les fueron estos puntos conflicti$os que impiden a ,gustn a adhe- rir a la doctrina platnica< stos $an apareciendo" lenta e inexorablemente" en sus di$ersas obras. ,s en )e ciuitate )ei rechaza la $ersin platnica sobre el origen del mundo. n la $ersin platnica existan algunos (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo elementos" ajenos al )emiurgo" que eran eternos" las ideas ejemplares # la materia informe 244 " lo cual era del todo inaceptable para quien concibe a la creacin e+ nihilo9 ONuapropter etiam side alqua informe materia (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo factus est mundus, hc ipsa facta est omnino de nihilo> 4:@ . Se apone a la doctrina de la preexistencia de las (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo almas 247 >Plla enim e+plosa opinione qua putantur anim pro anteact vit meritis in corpora detrudi ut $...% (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ne contradicamus *postolo> 245 . -ontra una unin $iolenta del alma con el cuerpo 240 9 >Eimis quippe incredibile est eam potuisse propria voluntate inclinari ad corporis vitam, si se ita in quibusdam peccaturam prsciret, ut (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo iuste supplicio perpetuo puniretur> 4:1 . -ontra la teoria cclica # metempscosis del alma 24B . >3redere stultum est, e+ illa vita, qu beatissima esse non poterit nisi de sua fuerit ternitate certissima, desiderare animas (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo corporum corruptibilium labem, et ideo ad ista remeare, tanquam hoc hagat summa purgatio, ut inquinatio (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo requiratur> 4:2 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Por esta razn" es comprensible que ha#a optado por resguardarse en una morada que no era la que le (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ofrecan los academicos 4:4 , pese a que" en rigor" sta era la que le ofreca la filosofa misma. se nue$o alber- gue" que pro$isoriamente escogi -que siempre estu$o disponible para l" pero que sin embargo" antes no consideraba digno de l- era el que siempre tan generosamente le hubo ofrecido la religin de sus padres. >Pta! que academicorum more, sicut e+istimantur, dubitans de omnibus atque inter omnia fluctuans, manichos qui! dem relinquendos esse decreui, non arbitrans eo ipso tempore dubitationis me in illa secta mihi perma! nendum esse, cui iam nonnullos philosophos prponebam0 quibus tamen philosophis, quod sine salutari nomine 3hristi essent, curationem languoris anim me committere omnino recusabam. ,tatui ergo tamdiu (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo esse cathecumenus in catholica Ecclesia mihi a parentibus commendata, donec aliquid certi eluceret, quo (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cursum dirigerem> 21> . 3o significaba esto que hubiese hallado la $erdad" pues toda$a dudaba respecto de dnde sta se poda encontrar" pero era" al menos" un respiro. 6. :e regreso a las scrituras ; as fue como ,gustn $ol$i a leer las p!ginas de las Escrituras, no porque" de buenas a primeras" #a reconociese en ellas toda su $irtud" sino simplemente por los defectos que hallaba en otras fuentes de conoci- miento. Se iniciaba con este acontecimiento una nue$a # dolorosa etapa" aqulla en que l sostendra dentro de s la m!s ardua batalla por alcanzar definiti$amente la $erdad. Ena $erdad" que mucho antes de ser admitida en el seno de su corazn" #a lo estaba siendo en el de su inteligencia. Su actitud frente a la interpretacion catlica de las Escrituras fue cambiando lentamente. %ajo la influencia maniquea" durante mucho tiempo no $i m!s que contradicciones entre el ,ntiguo # el 3ue$o Hestamento. A!s tarde" cuando por medio de San ,mbrosio" aprendi a distinguir entre el sentido literal # el espiritual" su actitud cambi hacia ellas radicalmente9 >Ptaque avidissime arripui uenerabilem stilum ,piritus tui et pr ceteros apostolum #aulus, et perierunt ill qustiones, in quibus a mihi aliquando uisus est (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo aduersari sibi et non congruere testimoniis legis et prophetarum te+tus sermonis eius, et apparuit mihi una fa! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cies eloquiorum castorum, et e+sultare cum tremore dedici> 4@: . Pero era cada $ez m!s consciente de que un gra$e obst!culo se interpona en su camino. Saba que si quera lograr una correcta interpretacin de las Escrituras, deba $encer antes a un peligroso enemigo" que -a diferencia de sus anteriores ad$ersarios- no estaba fuera" sino dentro su#o. ; ste no era otro que el fuego de sus propias pasiones" que" por cierto -contaba por entonces cerca de treinta a8os- estaba lejos de haberse apagado toda$a. =ue en ese momento cuando aprendi que para $encer era preciso $encerse. -orra #a el a8o 7G5. 3o debe sorprender el que la cita definiti$a con la $erdad se concretara" no inmediatamente sino recin en alguna fecha cercana a la de su con$ersin a la fe catlica" hecho que acaece hacia el 7GB" a8o de su bautis- mo. n ese lapso debi arrancar cortar como un mdico en una operacin de ciruga ma#or el pestilente morbo producida por la ponzo8a maniquea cu#o efecto fue el de anestesiar su conciencia respecto del ejercicio irrestricto de sus oscuras pasiones carnales. .econocer la $erdad cristiana supona" al mismo tiempo" la necesidad de admitir la entera responsabili- dad en el ejercicio de sus actos morales. Lo que lo obligaba a $encer los #a mu# arraigados h!bitos adquiridos en la decadente -artago. Pero era tal #a su con$encimiento de dnde # cmo deba encontrar la $erdad que bast que un hecho totalmente incidental" como oir el c!ntico de un ni8o por la calle" para interpretarlo como un llamado del Se8or a $ol$er a las Escrituras, cu#a admisin supona su con$ersin espiritual. >Et ecce audio vocem de vicina domo cum cantu dicentis et crebro repetentis quasi pueri an puell, nescio0 Q-olle lege, tolle legeQ. $...% Eihil aliud interpretans diuinitus mihi iuberi, nisi ut aperirem codicem et legerem quod primum caput inuenissem. $...%*! rripui, aperui et legi in silentio capitulum quo primum iniecti sunt oculi mei0 QEon in comissationibus et ebrie! tatibus, non in cubilibus et impudicitiis, non in contentione et mulatione, sed induite )ominum Pesum 3hris! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tum et carnis prouidentiam ne feceritis in concupiscentiisQ. Eec ultra uolui legere, nec opus erat. ,tatim quippe (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cum fine huiusce sententi quasi luce securitatis infusa cordi meo omnes dubitationis tenebr diffugerunt> 4@@ . sto ocurra a fines del 7G6. Slo con ella hall la tan ansiada paz. ; una $ez poseda" /cu!nto lament el haber tardado tanto en entregarse incondicionalmente a ellai ,s lo expresa en un pasaje sumamente re$ela- dor9 >,ero te amavi pulchritudo tam antiqua et tam nova, sero te amavi (Et ecce intus erat et ego foris, et ibi te qurebam, et in ista formasa, que fecisti, deformis irruebam. Mecum eram, et tecum non eram. Ea me tenebant longe a te, qu si in te non essent, non essent. Focauisti et clamasti et rupisti surditatem meam, coruscasti, splenduisti et fugasti ccitatem meam, fraglasti, et du+i spiritum et anhelo tibi, gustaui et esurio et sitio, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo titigisti me et e+arsei in pacem tuam> 4@( . :e all en m!s su tarea fue la de abocarse con todo su empe8o al estu- dio # ense8anza de la doctrina cristiana. En peque8o balance # nue$o curso de in$estigacin Ena $ez efectuado este bre$e racconto del difcil itinerario seguido por ,gustn en procura de la $erdad" se hace menester" como lo hara cualquier pergrinante" detener la marcha unos instantes para efectuar una suerte de control de lo #a andado" que no es poco" # a cu#a luz determinar el nue$o rumbo de la marcha" las di$ersas metas intermedias" # el modo m!s adecuado para alcanzarlas. n principio" se haba partido de la e$idencia inicial de que el punto de apo#o de sus in$estigaciones -que se orientan de modo particularsimo al conocimiento de s mismo # de :ios- era la $erdad misma. Ena $erdad" que sin embargo se le present luego lo suficientemente esqui$a como para hacerle ol$idar no slo su lugar natural" sino tambin" su misma existencia. Pudo recordar que ella exista merced a la pro$idencial in$itacin del "ortensius de -icern a alcanzar la felicidad por el camino de la sabidura. Pero" en lo que concierne a la determinacin de la doctrina que se la pudiera proporcionar m!s acabadamente" la $a fue mucho m!s ardua. Pero" ha# un hecho llamati$o9 no bien el Jiponense $i la necesidad de buscar la $erdad se dirigi a las Escrituras, # fue all finalmente donde la hall. Signo inequ$oco del lugar pri$ilegiado que ,gustn haba reser$ado a la fe. Pero" es curioso que" antes de alcanzarla" le ha#a sido menester pasar por el doloroso paso de la duda" una duda que aparentaba ser uni$ersal. ; aqu surgen las dificultades de interpretacin9 )Por qu se dirigi" en primera instancia a las Escrituras5 K@uines eran los que le inculcaron la necesidad de apelar a la duda< K-u!l era estrictamente la naturaleza de esta duda< Si esta duda tena todos los $isos de ser uni$ersal" Kcmo sali de ella< KHena alguna similitud esta duda con la que m!s tarde se constituira en el punto de apo#o sobre el que m!s tarde se alzara el pensamiento moderno< Aas precisamente" Kpodra ser tenida la duda agusti! niana como el antecedente" m!s importante de la duda cartesiana" que apareci unos doce siglos m!s tarde< B. Ena nue$a dificultad en el camino9 la duda A acad&mica n el pasaje arriba citado de las 3onfessiones &0"45"10) se han suministrado los datos que permiten precisar la doctrina que oportunamente a#udara al :octor ,fricano a superar el error maniqueo. Se trataba de seguir el consejo proporcionado por ciertos filsofos acadmicos de adoptar como criterio de $erdad la suspen- sin del juicio en relacin a todo lo que antes haba tomado por $erdad9 >Ptaque academicorum more, sicut e+istimantur, dubitans de omnibus atque inter omnia fluctuans, manichos quidem reliquendos esse decrevi> ! >dudando de todas las cosas seg8n costumbre de los acad&micos ...>. Pero" )quines eran # qu sostenan estos acad&micos5 )n qu sentido deba entenderse esa suspensin del juicio que ellos tan tajantemente sostenan< San ,gustn sabe que el principio metodolgico de estos sedicentes acadmicos supona una suerte de duda uni$ersal? que su posicin gnoseolgica" consecuentemente" era b!sicamente escptica9 >Et enim suborta est etiam mihi cogitatio, prudentiores illos cteris fuisse philosophos, quos academicos apellant quod de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo omnibus dubitandum esse censuerant, nec aliquid ueri ab homine comprehendi posse decreverant> 4@I . n su 3ontra academicos" el santo" precisa que" seg*n -arnades" precisamente uno de los representantes de esta corriente de los academicos, ha# una real imposibilidad de alcanzar ciencia alguna en el orden filosfico o especulati$o. :e donde lo propio del sabio" so pena de caer en el error" consiste en abstenerse de todo juicio9 >Eam et academicis placuit, nec homini scientiam posse contingere earum dunta+at rerum, qu ad philosop! hiam pertinent 6nam ctera curare se 3arneades negabat7 et tamen hominem posse esse sapientem $...%. e+ quo (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo confici ut nulli etiam rei sapiens assentiatur' erret necesse est, quod sapientis nefas est, si assentiatur rebus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo incertis> 4@? . stos datos proporcionados por ,gustn #a son lo suficientemente esclarecedores como para poder determinar con tranquila seguridad que" con el $ocablo academicos, no se est! aludiendo ni al fundador ni a ninguno de los ilustres representates del perodo de la ,cademia ,ntigua" pues el citado -arnades pertenece al (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo perodo de la ,cademia 3ue$a o Hercera ,cademia 216 . La ,cadema 3ue$a tena como notas dominantes un claro antidogmatismo # un escepticismo moderado. :e todas maneras" con$iene se8alar que cuando se est! hablando de duda uni$ersal" de alguna manera se est! aludiendo a la posicin escptica de Sexto mprico" quien en su obra" Los tres libros de "ipotiposis pirr! nica sustenta su posicin en torno a los conceptos de jokl # \_]_n`_ a los que define en estos trminos9 OQEpo9&Q es el estado de la mente en que ni negamos ni establecemos cosa alguna. Q*tara+aQ es la tranquilidad (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo y serenidad del alma. Mas como a la epo9& sigue la atara+a 9untamente, lo advertimos en lo relativo al fin> 4@A . A!s adelante se8ala cu!l es el principio determinante de esta posicin que l da en llamar mnopqr -examen? (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo &mnojsotuq \ examinar)9 >El principio de constitucin de la esc&ptica !YbxyZ[! es, con prioridad, que a toda (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ra.n se opone otra ra.n equivalente' pues, a partir de esto estimamos arribar a que no se dogmati.a> 4@2 . -on lo cual se puede arribar a las siguientes conclusiones9 la duda uni$ersal es propuesta en el pensamiento griego por los escpticos" # consiste en poner en suspenso el asentimiento de la razn con el objeto de alcanzar la ataraxa. 3o se trata de una actitud del todo arbitraria" sino que parte del presupuesto de que a toda afirmacin le corresponde otra equi$alente que se le opone. Luego" lo que con$iene" a los efectos de no caer en una actitud dogm!tica" es no afirmar ni negar nada. Hal es" precisamente" la tesis del escepticismo. Se trata ahora de determinar si fue esto mismo lo que afirm San ,gustn cuando adhiri a la posicin del escepticismo neoplatnico9 >Et enim suborta est etiam (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo mihi cogitatio,prudentiores illos cteris fuisse philosophos, quos academicos appellant, quod de omnius (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo dubitandum esse censuerant, nec aliquid ueri ab homine comprehendi posse decreuerant>. 4@4 Sin duda" estos acad&micos tienen seras $inculaciones con el escepticismo a rajatabla sostenido por Pirrn &760-16> a. -). Pirrn sostena la nada tranquilizadora opinin de que para estar totalmente seguro en materia de $erdades filosficas lo m!s prudente era adoptar una cierta jok" mediante la cual graciosamente suspenda radicalmente todo juicio. Por suerte" los miembros de la ,cademia Aedia" nunca sostu$ieron tan extremada posicin. ,s" puede $erse cmo ,rgesilao &740-155 a.-.)" entenda que slo se poda afirmar la razonabilidad o $erosimilitud de algo? ni tampoco los de la 3ue$a ,cademia" pues entre stos" -arnades &147-412 a.-)" sostena que" ante la imposibilidad terica de discernir con precisin entre la $erdad # el error slo caba afirmar algo en el orden (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo pr!ctico" a saber" lo m!s probable 27> . Seg*n esta doctrina se asume como probable -$vowo$" xyozo$ lo que" con arreglo a las apariencias puede ser declarado como $erdadero o cierto. ; es -arnades" # no Pirrn" quien se cuenta entre los representantes de la 3ue$a ,cademia" aunque en la pr!ctica sus principios no parecen contradecir demasiado la tesis del radical Pirrn" porque" a fin de cuentas" quien afirma lo probable en el orden pr!ctico" negando toda certeza terica" termina destru#endo toda base de sustentacin para afirmar la razona- bilidad de la primera. :e donde se seguira que la posibilidad de afirmar algo" aun en el orden pr!ctico" era slo una mera pettitio principii, de resultas de lo cual se arribara a un escepticismo de facto. ,specto ste sobre el cual el mismo ,gustn quiere hacer ad$ertir" cuando certeramente se8ala que la 3ue$a ,cademia habra (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo adoptado con -arnades el nefasto doble principio epistemolgico seg*n el cual Eihil posse percipi # Eulli rei (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo debere assentiri 4(: . ; as" los acadmicos" haciendo gala de un abusi$o ejercicio de su actitud crtica en el campo gnoseo- lgico" mu# sueltos de cuerpo" desecharon todas las posibilidades del conocimiento" por ejemplo" al sostener que >las sensaciones no seran sino una mera ilusin de los sentidos y de la fantasa>. ;" es en medio de este contexto de tono marcadamente escptico donde aparece la prestigiosa figura de -icern. B.4.l escepticismo de -icern Sin duda" quien m!s influ# entre los autores de la 3ue$a ,cademia sobre las iniciales posiciones del :octor ,fricano" fue el autor de la obra que lo impuls a buscar la sabidura" -icern. Aarcus Hullius -icero &4>6-57 a.-.)" fue precisamente el que" en un pasaje del )e natura )eorum, que #a ha sido recogido en este trabajo" sostena exactamente la misma posicin escptica de -arnades. >Eon sumus ii, quibus nihil uerum esse videatur, sed ii qui omnibus ueris falsa qudam adiuncta esse dicamus tanta similitudine, ut in iis nulla (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo insit certa iudicandi et assentiendi nota, e+ quo e+istit illud, multa esse probabilia, quibus sapientis uita (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo regatur> 4(@ . Si lo $erdadero puede confundirse con lo falso" razonaba el clebre orador romano" entonces nosotros sequimos probabibilia !seguimos lo probable. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Pero" para hallar lo probable -sostena" siguiendo la tradicin acadmica- se deben pesar los pro # contra (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo de todas las opiniones -inueniendi causa contra omnia dici oportere et pro omnibus 277 -. ;" as" mucho antes que ,belardo en su ,ic et non &4>B2-4451) propona la necesidad de confrontar en dos listas paralelas las opiniones en contra # a fa$or de una determinada tesis" #a los antiguos $ieron esta necesidad. ; -icern" simplemente se sir$i de ella para ponerla al ser$icio del arte de la retrica9 >#or lo cual, siempre ma ha agradado a m, la costumbre de los peripat&ticos y de la *cademia de formar dos bandos contrarios en la investigacin, no slo, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo porque de otro modo no puede alcan.arse lo que hay de verosmil en cada cosa, sino tambi&n porque es el (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo me9or e9ercicio para la oratoria> 4(I . 3aturalmente" si -icern no fue un escptico por $ocacin" no poda dejar de serlo por el ejercicio de su propesin. ;a que el h!bito dialctico de la discusin" que supona una permanente ponderacin de los pro # de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo los contra de todas las opiniones pona m!s empe8o en hacer $er la la verosimilitud o ra.onabilidad 4(? de las mismas" que en hallar" derechamente" la $erdad que haba en ellas. :e tal suerte" que quien adquiriese un tan pragm!tico arte no poda ser del todo indiferente a la tentacin de ir adoptando progresi$amente una mu# ambi- gua actitud agnstica # relati$ista. n honor a la $erdad" en su descargo" debe reconocerse que" si bien -icern define a la retrica como una tcnica persuasi$a en el sentido de ratio dicendi" l no se cansaba de sostener que para ser bien empleada" deba suponer" por parte de quien la utilizara" slidos conocimientos" en todos los cam- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo pos # particularmente en el de la filosofa. n caso contrario se habra de caer indefectiblemente en un $acuo (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo $erbalismo 276 . n opinin de los historiadores" no fue -icern estrictamente un pensador escptico" sino m!s bien un eclctico" por cuanto en su doctrina filosfica se encuentran elementos del epic*reo =edro" del acadmico =iln" del estoico :iodoto" del acadmico ,ntoco de ,scaln" del pic*reo Wenn" del estoico Posidonio" e incluso de Platn # de ,ristteles. 3o obstante tal di$ersidad de influencias" se lo suele incluir a -icern entre los representantes de la 3ue$a ,cademia platnica. Luego" si hubo en l alguna influencia del escepticismo acadmico" naturalmente debi mitigarse. :e hecho" -icern hace frente a la tesis de los escpticos cuando en el segundo libro de *cademica combate contra L*culo la doctrina de la duda uni$ersal. Mste sostena" en fa$or de la duda uni$ersal" el principio (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo acadmico -Eihil enim arbitror posse percipi 27B . Su antecedente" como lo muestra el mismo -icern se halla en Wenn9 >Mostraba la mano abierta y los dedos e+tendidos y deca !-al es la representacin. #legaba ligeramente los dedos y a/ada !Cste es el asentimiento. 3erraba la mano formando pu/o !-al es la (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo comprensin. Finalmente, con la otra mano coga y apretaba el pu/o, diciendo0 !"e aqu la ciencia propia del (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sabio> 4(2 . Llegados a este punto" cabe ahora preguntarse" )qu lle$ a ,gustn a relacionarse con estos acade! micos5 ); qu doctrina sustentaban ellos en el orden gnoseolgico< La relacin de ,gustn con la la ,cademia responde a la real necesidad" del estudiante de retrica -que era por ese entonces ,gustin- de un eficiente manejo en el arte de la discusin" con el objeto de pro$ocar en el o#ente un efecto determinado. :ebe recordarse que" precisamente en el siglo ( en .oma surge con -icern el (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo m!s grande orador del (mperio 272 " a cu#as obras necesariamente debi haber recurrido ,gustn en $irtud de la naturaleza de sus estudios. .especto a la posicin que ellos sustentaban ,gustn no tena ninguna duda respecto a su escepticismo. Pues" seg`n ellos" no habra modo de e$itar confundir lo $erdadero con lo falso" de donde todas las percepcio- nes" aunque se refiriesen a un orden real $erdadero" careceran de toda certeza. Por ende" el *nico modo de e$itar el error sera apelando al *ltio recurso sensato de la suspensin de todo asentimiento9 >*pud illos ergo error omnis putatur esse peccatum, quod uitari non posse contendunt, nisi omnis suspendatur assensio. Errare quippe dicunt eum quisquis assentitur incertis0 nihilque certum esse in hominum uisis, propter indiscretam (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo similitudinem falsi, etiamsi quod uidetur, forte sit uerum, acutissimis quidem sed impudentissimis conflictatio! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nibus disputant> 4I; . %re$emente" si hablando no te muestras sabio" aparntalo al menos" callando. K-u!l es la posicin expresa del ilustre orador -icern< s claro que ste no asume derechamente un escepticismo extremo" #a que reconoce la posibilidad del conocimiento de lo $erosmil. .azn por la cual se opone a la duda uni$ersal. Pero ello no impide que ,gustn" aunque en principio se sinti fuertemente atrado (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo por su exhortacin a buscar la Sabiduria 254 " termine por quebrar lanzas con l a causa de las consecuencias negati$as que entra8aba su posicin gnoseolgica. ; tan equi$ocado no estaba en ello ,gustn pues" -icern" de hecho" termina adoptando un escepticismo relati$o tal como el que sustentaban los 3ue$os ,cadmicos. Pues" siguiendo a los academicos slo parece preocupado por buscar argumentos para refutar" tanto el testimo- nio de los sentidos" como el de la razn. Prueba de lo cual es aquel pasaje del )e natura )eorum, donde no se ad$ierte ma#or diferencia en relacin con la posicin con la que ,gustn los acaba de presentar en la cita prece- dente9 >Pn iis nulla insit certa iudicandi et assentiendi nota, e+ quo e+istit illud, multa esse probabilia, quibus sapientis vita regatur> ! >En ellas no hay ninguna se/al cierta para discernirlas y prestarles asentimiento, de donde resulta que el sabio debe regir su vida seg8n la probabilidad>. La $erdad se limita slo al orden pr!ctico" # de ste orden slo se afirma con fuerza de probabilidad. 3o ha# #a lugar para el juicio terico ni" mucho menos" para el conocimiento cierto. (mporta considerar ahora cmo e$alu ,gustn en su momento los excesos de esta doctrina. , juzgar" por las referencias que de l hizo en sus 3onfessiones &5>>)" era perfectamente consciente del alto grado de es- cepticismo que implicaba" pues no dud en se8alar que tal doctrina de los acadmicos estaba regida por un doble principio rector -se debe dudar de todo? el hombre no puede alcanzar ninguna $erdad. Sin embargo" no por ello la dejaba de juzgar con una cierta benignidad9 >#ruedentiores illos ceteris fuisse philosophos, quos (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo academicos apellant, quod de omnibus dubitandum esse censuerant, nec aliquid veri ab homine comprehendi (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo posse decreverant> 4I@ . Dbsr$ese aqu" un detalle de suma importancia9 ,gustn los entiende expresamente como los m!s pru- dentes prudentiores" # lo eran" en opini^n de ,gustn precisamente porque eran sostenedores de la duda uni$er- sal -quod de omnibus dubitandum esse censuerant. Sin embargo" ello no le impide modificar tal benigna opinin pocos a8os m!s tarde" al considerar en el )e ciuitate )ei &547-516) a la doctrina de la duda uni$ersal como un gra$simo error9 ONuod autem attinet ad (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo illlam differentiam, quam de *cademicis nouis Farro adhibuit, quibus incerta sunt omnia, omnino 3iuitas )ei (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo talem dubitationem tamquam dementiam detestatur> 4I( . B.1. La penetracin de la doctrina neoplatnica9 la duda A agustiniana :e atener el examen a las mismas palabras del :octor ,fricano" no ha# duda de que" pese a las fluctua- ciones de ,gustn respecto a la $alidez de la posicin de los neoacadmicos" hubo un momento" en que l se sinti ntimamente con$encido de su $alidez. /-u!n hondo habra calado en su estado de !nimo que relata en sus 3onfessiones0 >-enebam enim cor meum ab omni adsensione timens prcipitium et suspendior magis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo necabar. Folebam enim eorum qu non uiderem ita me certum fieri, ut certum esse, quod septem et tria decem (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sint> 4II . Sin embargo" tal aparente profesin de fe escptica" no lo es en tal alto grado" pues" si se lo examina bien" en este texto se pueden ad$ertir dos importantes afirmaciones. La primera" donde parece aludir a una suerte de duda uni$ersal" dice9 - >-enebam enim cur meum ab omni adsensione>' la segunda" cuando dice - >Folebam $...% ut certum esse, que septem et tria decem sint>. :e atenerse la lectura de la in$estigacin a la pri- mera afirmacin" todo pareciera indicar que ,gustn adhiere sin m!s a una suerte de suspensin uni$ersal del juicio" esto es" una co^o radical que recuerda a las posiciones de ,rcesilao # -arnades. Sin embargo" si se atiende a la segunda afrmacin" r!pidamente se puede $er su deseo de obtener una e$idencia semejante a la que supuestamente #a tiene referida a las $erdades matem!ticas. :e dnde" puede ad$ertirse cmo el indudable espritu escptico que se transparenta en el comienzo de este pasaje" se estrella inmediatamente contra la slida pared consitiutida por la admisin espont!nea de un importante n*cleo de $erdades. Las cuales" como puede $erse claramente" corresponden especificamente al !mbito inteligible que constitu#e el objeto formal propio de las ciencias matem!ticas" el orden numrico. Hodo lo cual obliga al in$estigador a precisar cu!l debe ser el sentido preciso en que ,gustn manifiesta su adhesin al planteo escptico de los acadmicos. KSe trata" entonces" de una duda uni$ersal strictu sensu< KD" m!s bien" slo se trata - como bien lo sugiere la `ltima parte del pasaje citado- de una duda de alcance restringido< :ada la enorme importancia que tiene la resolucin de esta dificultad de car!cter hermenutico" pues de ella depende la comprensin de la solucin dada por ,gustin al problema gnoselogico" se hace menester detener la mirada sobre este punto. :e atenerse al pasaje completo recin citado" todo pareciera indicar que la suspensin strictu sensu del juicio en l se8alado" no sera uni$ersal" sino limitada tan slo al !rea metafsica. ,s lo sugiere el texto cuando se8ala la dificultad del asentimiento en lo que concierne a las cosas que no se $en -qu non uiderem. ntre las cuales" por cierto" no deben incluirse las $erdades alcanzadas por la $a deducti$a" cual sera el caso de las $erdades matem!ticas. Por otra parte" el hecho de querer estar seguro expresamente en el orden de las $erdades metafsicas -tal como s lo est! en el de las $erdades matem!ticas-" no se opone a la posibilidad de que ha#an otros !mbitos de inteligibilidad" que tambin" como las matem!ticas" pasaran indemnes por la prueba de fuego de la duda. ;" de hecho" esto es lo que ocurre" conforme se $an encontrando otros pasajes sumamente ilustrati- $os que est!n referidos a la misma cuestin. ;" siguiendo esa lnea de pensamiento" por qu no pensar en la posibilidad de que esos rdenes de inteligibilidad in$olucrados en el saber matem!tico" # en alg*n otro" de otro orden" no contienen" al menos implcitamente" alg*n n*cleo de $erdades de orden estrictamente metafsico. -on lo cual el pregonado escepticismo" de hecho dejara de serlo. Por cierto" en contra de tan optimista interpretacin" no faltan dificultades reales para limitar el alcance de ese abstencionismo" pues ha# lugares paralelos donde ,gustn parece en cuadrarse perfectamente en la lnea de una duda uni$ersal. s el caso de expresiones slo explicables bajo la hiptesis de la asuncin de una suerte de duda uni$ersal. ,si por ejemplo" aqul conocido pasaje donde aparece la expresin dubitans de omnibus. La expresin de marras se encuentra en 3onfessiones, ?, :I, @?, donde ,gustn afirma9 >Ptaque academicorum more, sicut e+istimuntur, dubitans de omnibus atque inter omnia fluctuans, manichos quidem relinquendos (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo esse decrevi> 4I? . sta duda se entiende en el sentido de una fluctuacin o indecisin que impide la determi- nacin del juicio" lo que explicaria su suspensin. ;" si de lo que se duda es de todo" entonces no habr! m!s remedio que admitir que la co^o tambin ser! uni$ersal. :e esta suerte quedan expuestas las dos posibilidades de interpretacin" donde las argumentaciones de una # otra parte" deben ser debidamente $aloradas. Sin embargo" a la hora de las definiciones" es claro que" en ,gustn" la moderacin de un sano sentido com*n parece primar por sobre los excesos del escepticismo. n orden a ello" el argumento en contra de una supuesta asuncin" por parte de ,gustn" de la duda uni$ersal plena" no tarda en cobrar forma" en el !nimo de sus intrpretes. Las e$idencias" de esta limitacin de los alcances de la duda surgiran de las contradicciones implicadas en una supuesta asuncin" por parte de ,gustin" de la duda uni$ersal plena. :e esta suerte" contra la fuerza de la expresin dubitans de omnibus que" aparece la e$idencia de que hubo al menos un !mbito de $erdades -adem!s del de las $erdades matem!ticas- que nunca fueron puestas en tela de juicio por la $acilante inteligencia de ,gustn. n 3onfesiones, 1, ? A, parece claro que tanto las proposiciones que son aceptadas por un natural acto de fe como las que exigen un acto de fe sobrenatural" escaparon del mortal hachazo de la duda. >)einde paulatim tu, )omine, manu mitissima et misericordissima pertractans et componens cor meum, consi! deranti, quam innumerabilia crederem que non uiderem neque cum gerentur affuisem, sicut multa in historia gentium, tam multa de locis atque urdibus qu non uideram, tam multa amicis, tam multa medicis, tam multa hominibus aliis atque aliis, qu nisi crederentur, omnino in hac uita nihil ageremus' postremo quam incon! cusse fi+um fide retinerem, de quibus parentibus ortum essem, quod scire non possem nisi audiendo credidis! sem, persuasisti mihi, non qui crederent libris tuis quos tanta in omnibus fere gentibus auctoritate fundasti, sed qui non crederent esse culpandos, nec audiendos esse si qui forte mihi dicerent0 QFnde scis illos libros unius veri et veracissimi )ei spiritu esse humano generi ministratos5Q Pd ipsum enin ma+ime credendum erat, quoniam nullam pugnacitas calumniosarum qustionum per tam multa qu legeram inter se confligentium philosophorum, e+torquere mihi potuit ut aliquando non crederem, te esse quidquid esses, quod ego nescirem, aut administrationem rerum humanarum ad te pertinere. ,ed id credebam aliquando rebustius, aliquando e+i! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo lius, semper tamen credidi et esse te et curam nostri gerere etiamsi ignorabam vel quid sentiendum esset de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo substantia tua vel qu via duceret aut reduceret ad teQ> 4I1 . Puede ad$ertirse claramente en este texto de las 3onfessiones, de qu modo escap siempre a toda duda" no slo la fe" que un normal uso de la inteligencia natural tampoco cuestionara" sino tambin la que arraigaba en lo hondo de una in$iscerada fe cristiana. s e$idente que" aunque no cuenten con el peso de la plena e$iden- cia" estos actos naturales # sobrenaturales de fe surgen por el chispazo de alguna luz que se impone espont!nea- mente a la inteligencia humana. ;" ciertamente" un lugar pro$ilegiado entre estos datos no cuestionables lo tienen los que surgen de la misma .e$elacin9 >Pd ipsum enim ma+ime credendum erat> ! = esto mismo era lo Nue yo principalmente deba creer. -abra preguntarse" si acaso se trata aqu de un texto que slo aparece aisladamente incorporado en el corpus de la obra agustiniana" o m!s bien responde a una posicin sistem!tica< 3o ha# duda alguna de que este pasaje no aparece accidentalmente. :e otro modo" no habra escritos obras donde se examina expresamente el tema de la fe en cualquiera de sus manifestaciones. Hal es el el caso de obras cu#os ttulos son bien sugesti$as0 )e utilitate credendi !)e la utilidad de creer! 6(4:!(4@7' y )e fide rerum qu non uidentur !)e la fe en lo que no se ve! &5>>). n la primera trata de mostrar que la fe no es ciega sino que m!s bien se apo#ara en argu- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo mentos irrefutables. n la segunda de ellas subra#a la necesidad de creer en cosas tales como el afecto de un (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo amigo 25B . Sin duda" desde una perspecti$a m!s francamente racionalista quiz! podr! objetarse que este tipo de afirmaciones -sobre todo las que conciernen a los datos re$elados- no cuenta con el respaldo seguro de la e$idencia intelectual" pues su admisin respondera a razones de ndole rigurosamente extrafilosficas. Pero de presentarse esta objecin" contra el dato de la fe re$elada" naturalmente debera arrastrar consigo la impugnacin de la fe natural" #a que tampoco se apo#ara en la propia e$idencia objeti$a" sino en autoridad de otros? caso de la adhesin a lo afirmado" o bien por el mdico de cabecera" o por un amigo" o por algunos libros. :e lo que se seguira que todas estas afirmaciones" por el slo hecho de apo#arse en datos de fe -que sea natural o sobrenatural lo mismo da- seran susceptibles de una sera descalificacin ontolgica. Pero" a esto se puede responder se8alando que ,gustn" no piensa que el hombre deba tan slo dar cuentas a la sola razn de todo lo que conoce" sino al hombre entero" ese hombre real que adem!s de saber" quiere # ama" donde tambin cuentan los afectos # los anhelos m!s profundas del hombre. #" que" no satisfecho de contar *nicamente con el respaldo racional" no tiene ning*n empacho en buscarlo tambin en el orden extrarracional de la fe. Porque el hombre es un amante de absolutos" # a stos se llega con todo su propio ser. 3o debe $erse en esta apelacin a la fe ninguna intencin secreta" sino el simple hecho personal de que" ese hombre concreto que es ,gustn" #a ha descubierto dram!ticamente la insuficiencia de la sola razn para alcanzar la *ltima inteligibilidad de lo real" # del dominio de s. Por tanto" lejos de entender al acto de fe como una $a de conocimiento totalmente arbitraria e irracional" -#" por ende" del todo incompatible con la e$idencia racional- ,gustn busca hacer $er que ella es" en cierto sentido" racional. Pues" l tiene una serie de razones para creer. Hiene ciertas e$idencias" una serie de indicios" de que lo que es objeto de fe es realmente digno de ella. Se trata de una fe razonable porque se reconoce racionalmente que algo merece ser credo. ntre estas razones" porque sabe que el adherir al dato de la fe" no implica una renuncia defini ti$a a la b*squeda de una compren- sin filosfica del orden real" sino que" mu# por el contrario" precisamente por dejar iluminar el dato de la razn con el de la fe aqul recibe la adicin de un nue$o alcance iluminati$o del que antes careca. s por ello que" consciente -por haberlo experimentado personalmente- del efecto bienhechor que la fe obra sobre la razn" (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ,gustn no titubea en tomar como propia la clebre frase de (saas" nisi credideritis non intelligetis, a la que le (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo da su propia reformulacin" credo ut intelligam 4I2 . G. La refutacin de la duda uni$ersal :ada la enorme importancia que tiene el dato de la fe en el horizonte de la especulacin agustiniana parecera superfluo seguir insistiendo mucho m!s sobre la necesidad de refutar la posicin de los escpticos. Sin embargo" nada de eso ocurre con ,gustn" pues como todo pensador de fuste" por su propia necesidad de buscar otros argumentos ajenos a los datos de la fe" # tambin porque comprende perfectamente a quien se reh*sa a admitir la $alidez ontolgica de dichos datos" no duda en tratar de satisfacer estas necesidades proporcionando las pruebas que la inteligencia busca. n efecto" ,gustn" como #a se lo hubiese sugerido antes" deja abiertas las puertas a ciertas e$idencias de orden estrictamente racional. :e hecho el Jiponense" tomando clara conciencia del problema" tambin apela al irrefutable testimonio de la e$idencia racional. Por esa razn" con notable claridad" ,gustn habla tambin de otros rdenes de inteligibilidad" que tambin podrian sortear sin dificultad el obst!culo de la duda. Los cuales $a presentando uno por uno con el fin de refutar la posicin de los escpticos. n aras de una ma#or claridad expositi$a" estos argumentos pueden clasificarse seg*n ataquen directa o indirectamente la posicin de los acadmicos. G.4.Los argumentos indirectos ntre las pruebas indirectas puden citarse todas aquellas e$idencias que surgen de las mismas contra- dicciones internas que arrastran quienes niegan la posibilidad del conocimiento en algunade sus formas. n primer lugar porque el negar derechamente toda posibilidad de conocimiento #a implica" de su#o" una cierta contradictio in terminis, porque" de cualquier modo que se lo entienda" no se puede negar el conoci- miento de algo sin suponer" por lo mismo un cierto conocimiento9 >Eagant academici sciri aliquid posse. !Fnde hoc vobis placuit, studiosissime homines atque doctissimi5 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo !3ur quso5 Eam si vera est nonnihil veri nouit qui uel ipsam nouit' si falsa, non debuit constantissimo (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo commovere> 4I4 . n segundo lugar" porque quienes niegan el conocimiento tampoco atienden a la adecuada relacin que debe existir entre el sabio # la posesin de la sabidura" #" por ende" de la $erdad. Pues" suponer una sabidura al margen de la $erdad tambin implicara una contradictio in terminis. Porque es ob$io que el sabio" en cuanto tal" sabe" luego" debe saber algo. Sin embargo" aun a riesgo de disentir con lo mejor de la tradicin helnica" esto es precisamente lo que los nue$os acadmicos se resisten a admitir. >Eam in illis placuit, vel potius visum est, et esse posse hominem sapientem, et tamen in hominem scientiam cadere non posse. Nuare illi sapientem (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nihil scire affirmarunt> 4?; . Pero" )es admisible un sabio que" de hecho" no sepa nada< 3o" porque en ese caso" no podra justificar su ttulo de sabio. >,i dicis eum nescire quod habeat, redis ad ilud absurdum, spientem nescire (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sapientiam> 4?: . :e dnde todo se reduce a preguntar si" de hecho" puede darse un sabio. Si se responde afirmati$amente" entonces la cuestin est! resuelta" si" negati$amente" entonces habra que preguntar si alguien puede ser sabio9 >Nuro iam utrum possit sapiens inueniri. ,i enim potest, potest etiam scire sapientiam, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo omnisque qustio inter nos dissoluta est. ,i autem non posse dicis, iam non quretur utrum sapiens aliquid (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sciat, sed utrum sapiens quisquam esse possit> 4?@ . n tercer lugar" porque" de atenderse a las ense8anzas de Scrates" se habr! de admitir que lo propio del sabio es el regir en el orden pr!ctico. Pero" en la medida en que se niegue a aqul la imposibilidad de alcanzar (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo toda certeza" entonces tal funcin ordenadora le ser! imposible de realizar. Pues" >qui nihil aprobat, nihil (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo agit> 4?( . 'ale decir" saliendo al cruce de un $oluntarismo ciego" ,gustn ad$ierte la necesidad de que la contemplacin preceda a la accin. # esto es perfectamente comprensible una $ez que se entiende que el obrar exige el conocimiento de fines # de medios. Luego" si el supuesto sabio reniega de toda certeza" entonces no podra realizar su funcin propia. Por consiguiente" ellos estaran concibiendo un sabio imposible de entender" en tanto que no reconocen que pueda obrar como tal. Ena segunda lnea de pruebas indirectas estar! dada por el hecho de que San ,gustn entiende como impensable sostener que aunque se carezca de la e$idencia para poder tener la certeza de algo" es posible conformarse con lo probable o $erosmil" pues" mal se pueden entender las nociones mismas de probabilidad o $erosimilitud sin admitir que de su#o son nociones relati$as que suponen a la $erdad como trmino absoluto. s posible que al argumentar de esta manera ,gustn est pensando en la posicin de -arnades cuando" al tiempo que sugiere la suspensin del juicio" se8ala la con$eniencia de admitir la probabilidad en el orden pr!ctico9 >*s ra.onaba 3arn&ades, contrastando con los otros filsofos, para demostrar la ine+istencia del criterio. ,in embargo, solicitado tambi&n a &l alg8n criterio para la conducta de la vida y la adquisicin de la felicidad, fue obligado en cierto modo a tomar por cuenta suya una posicin en este punto, asumiendo la repre! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sentacin probable, aquella probable y a la ve. no contradicha y aquella e+aminada desde todas partes> 205 . Pero" tal posicin es" a juicio del Dbispo de Jipona" a todas luces insostenible" pues" as como para establecer que algo tiene un sentido relati$o de perfeccin" es preciso tener pre$iamente el concepto de perfeccin en cuanto tal" as tambin" para discernir sobre lo probable" se debe poseer antes la comprensin de lo $erdadero en s. Para mostrarlo se sir$e de un tan hipottico como gracioso di!logo entre dos personas9 >! Ecce fac illum nescio quem hominem quem describimus, esse prsentem0 advenit alicunde frater tuus' ibi iste0 3uis hic puer filius5 Bespondetur0 3uiusdam Bomanianii. *t hic0 ! Nuam patri similis est( quam ad me non temer fama detulerat( "ic tu, vel quis alius0 ! Eosti enim Bomanianum bone homo5 Eon novi, inquit0 tamen similis eius mihi videtur. #oteritne quisquam risum tenere5 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Eullo modo, inquit> 4?? . n consecuencia" quien sostenga que adhiere a lo vero!smil, pero no a lo $erdadero" estara negando el sentido mismo de lo que se est! afirmando n la misma lnea de la argumentacin anterior ,gustn niega que la mera probabilidad sir$a para que alguien e$ite el error. Para hacerlo e$idente se sir$e de un relato. :os $iajeros" el uno crdulo" el otro incrdulo" se encuentran con una di$isin del camino # no saben por donde continuar. l primero le pregunta a un pastor cu!l es el camino que debe seguir # ste le contesta9 -Si $as por aqu no errar!s. Siguiendo tal consejo el crdulo toma por esa $a. l incrdulo" desconfa # permanece en el lugar hasta que $uel$e a pasar otra persona. ; cre#endo que sta s era de fiar obedece su consejo. Pero" en realidad a l s lo haban enga8ado" # no el primero" de quien desconfi" sino" el segundo" de quien confi. ; as fue cmo" quien slo se limit a creer en la $erdad sin tomar el recaudo critico de la duda" termin llegando a destino" pero el que slo se conform con lo que le pareci lo m!s probable" paradjicamente termin sin encontrar la $erdad" ni la probabilidad9 >Pnterea ille qui assentiendo erravit, tam cito e+istimans vera esse verba pastoris, in loco illo quo tendebant, iam se refi! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ciebat0 iste autem non errans, siquidem probabile sequitur, circumit silvas nescio quas, nec iam cui locus ille (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo lnotus sit, ad quem venire proposuerat inuenit> 4?1 . Pero" no es precisamente ,gustn la clase de persona que se detendr! a festejar el xito de alguna de sus chispeantes ocurrencias. Pues" mucho antes de hacerlo su mirada #a est! lanzada bastante m!s lejos de este argumento ad hominem" para responder a los escpticos atendiendo a las gra$es consecuencias que" en el campo moral" podran seguirse de sus afirmaciones. ;a que" de ajustar la conducta moral al principio de que quien obra siguiendo el dictamen probable de su conciencia ni peca ni yerra, entonces las consecuencias podrian ser catastrficas si se trata de una conciencia des$iada. >,ed tamen cum agit quisque quod ei videtur probabile, nec pecat nec errat>, entonces no habr! exceso que no se justifique en nombre de tal nefasto (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo principio. >,i hc ratio probabiliis erit, cum probabile cuiquam visum fuerit esse faciendum tantum nulli quasi (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo vero assentiatur, non solum sine sceleris, sed etiam sine erroris vituperatione commitat> 4?A . G.1.Las pruebas directas :e cualquier manera" la rplica de ,gustn contra los excesos del escepticismo toda$a no ha terminado. @uedan a*n los argumentos de ma#or peso especulati$o que son los que se pueden ordenar directamente contra las insostenibles posiciones del escepticismo sensualista. ntre estos se pueden mencionar" la refutacin del argumento del error de los sentidos" la e$idencia de las $erdades uni$ersales" # de modo especial" la apelacin a la e$idencia de la propia existencia. G.7.l error de los sentidos no es tal s interesante oser$ar que pese a la manifiesta influencia que ejercieron los filosfos de la segunda academ_as sobre ,gustn de Jipona" ellos no lograron persuadirlo ni siquiera en aquello en que parecan inatacables" esto es" en su descalificacin del $alor gnoseolgico de lo sentidos. Jaciendo gala de un abusi$o ejercicio de su actitud crtica en el campo gnoseolgico" stos" mu# sueltos de cuerpo" desecharon todas las posibilidades del conocimiento. >Las sensaciones no seran sino una mera ilusin de los sentidos y de la fanta! sa>. Por cierto" los antecedentes de los platnicos en este sentido no pueden ser ignorados. ;a en el Fedn haba se8alado el *teniense que los sentidos no son dignos de crdito9 >Hfrecen acaso a los hombres alguna garanta de verdad la vista y el odo, o viene suceder lo que los poetas nos estn repitiendo siempre, que no (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo omos ni vemos nada con e+actitud5 $...% ,iempre que al alma intenta e+aminar algo 9untamente con el cuerpo, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo est claro que es enga/ada por &l> 4?2 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo -omo se deja $er en las alegoras de la lnea dividida en segmentos 202 " # de la caverna 41; , en el contexto metafsico de la doctrina de las (deas" el mundo inteligible queda definiti$amente preterido respecto del inteligi- ble. Paralelamente ocurre lo propio en el orden del conocer. Aientras el saber por excelencia!cZY\odtt!' se alcanza con la inteligencia? los sentidos slo proporcionan opinin !vmn_!. , tra$s de -icern se puede conocer la actitud de los acadmicos de la segunda ,cademia. Mstos daban una serie de razones para dudar del testimonio de los sentidos" como la del remo que aparece quebrado en el (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo agua" la doble imagen de la llama que se produce conla torsin de los ojos" la semejanza de los anillos impresos (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo en la cera" # otras semejantes 264 . l mismo -icern no dej de $erse influido por tal actitud crtica" # muestra un ejemplo simple de error en la percepcin9 el caso de la na$e en mo$imiento que se percibe quieta desde la costa? mientras que la $illa (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo que situada en la costa se percibe en mo$imiento desde la na$e9 >Fidesne nauem illam5 ,tare uidetur et his qui (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo in naui sunt moueri hc uilla> 41@ . n lo que concierne al propio San ,gustn" ste estaba perfectamente al tanto de la crtica de la que stos eran objeto. ; as distingue una serie de causas de error9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 4. -uando por precipitacin se confunde el orden real con el representati$o >Plluditur autem anima similitudinibus rerum non earum uitio, sed opinionis su, cum aprobat qu similia sunt pro iis quibus similia (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sunt, ab intelligentia deficiens> 267 . 1. -uando juzga que no sucede en el orden objeti$o" lo que slo acaece en el sensiti$o" tal el caso del mo$imiento que los na$egantes creen $er en los que est!n en tierra? o la quietud que se adjudica a los cuerpos celestes? o la luz que se $e doble? o el remo sano que se $e quebrado en el agua9 >Fallitur ergo in uisione corporali, cum in ipsis corporibus fieri putat quod fit in corporis sensibus' sicut nauigantibus uidentur in terra (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo moueri qu stant, et intuentibus clum stare sidera qu mouentur, et diuaricatis radiis oculorum duas (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo lucern species apparere, et in qua remus infractus et multa huiusmodi> 265 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 7. -uando toma por otra cosa algo que slo es parecido9 >3um puta aliquid hoc esse, quod similiter (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo coloratum est, uel similiter sonat, uel olet, uel sapit, uel tangitur> 41? . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 5. D cuando el alma" repentinamente es $ctima de alguna alteracin psquica9 O3um repentinis inopi! natisque corporalibus uisis anima turbata uel insomnis uidere se putat, uel aliquo huiusmodi spirituali uiso (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo affici> 411 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ,s" aparece el lapidario juicio del )e -rinitate, respecto del $alor del conocimiento sensible9 >E+ceptis enim qu in animum ueniunt a sensibus corporis, in quibus tam multa aliter sunt quam uidentur, ut eorum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo uerosimilitudine nimium constipatus, sanus sibi uideantur qui insanit> 26B . Sin embargo" no significa esto que el santo descalifique sin m!s el conocimiento sensible. Pues" a pesar de que es perfectamente consciente de las dificultades que entra8a" afirma rotundamente su $alor gnoseolgico9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo >,ed absit a nobis ut qu per sensus corporis dedicius uera esse dubitemus0 per eos quippe didicimus clum et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo terram, et ea qu ion eis nota sunt nobis, quantum ille qui et nos et ipsa condidit, innotescere nobis uoluit> 412 . ; esta admisin del $alor objeti$o del conocimieto sensible no se contradice con la posibilidad de la du- da" sino que m!s bien sta es signo de la presencia de aqulla. Pues" #a el que sabe que se equi$oca tiene alg*n (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo conocimiento de la $erdad a la luz del cual juzga que algo es falso # no $erdadero9 >Eemo enim falsa nouit, nisi (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cum falsa esse nouit0 quod si nouit, uerum nouit' uerum est enim quod illa falsa sint> 262 . Pues" )no es una prueba de la objeti$idad de los sentidos el admitir que stos se equi$ocan algunas $e- ces< Pues" )de qu modo otro modo sino a tra$s de los mismos sentidos alguien puede darse cuenta que se equi$oca cuando percibe algo< ),caso el que corrige a quien se equi$oca no se apo#a en el testimonio que le brindan sus propios sentidos< Por ello" a la $ista de todas estas posibilidades de error" el santo" recomienda" no abjurar de todo dato pro$eniente de la experiencia sensible" sino confirmar con el testimonio de los dem!s sentidos el dato que se percibe con uno de ellos. Los mismos sentidos" entonces" brindan al hombre los medios adecuados para sal$ar los errores que nacen de alguna malinterpretacin del dato sensible9 >Fnde in omnibus corporalibus uisis, et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo aliorum sensuum contestatio, et ma+ime ipsius mentis atque rationis adhibetur, ut quod in hoc rerum genere (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo uerum est, inueniatur quantum inueniri potest> 2B> . Hal pasaje pone en e$idencia la incidencia no slo de todos los sentidos en una determinada experiencia sensible" sino tambin de la parte racional. s como si ,gustn" tu$iera en claro que quien conoce" en *ltima instancia" no es el sentido" ni la razn" sino el hombre entero" por medio de todas sus facultades" incluidas tambin las racionales. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo n orden a esto se entiende que ,gustn reconozca el $alor objeti$o de los sentidos" tanto en lo que concierne a los sensibles propios como a los comunes9 >*ug.! Pntelligis ergo et qudam singulos sensus habere (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo propia, de quibus renuntient, et qudam quosdam habere communia5> 4A: . Porque en rigor" aunque sus datos se puedan malinterpretar" stos de su#o dan un dato objeti$o9 >Nuidquid autem possunt uidderer oculi, uerum uident. !Ergone uerum est quod de remo in aqua uident5 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ! #rosus uerum. Eam causa accedente quare ita uideretur, si demersus unda remus rectus appareret, magis oculos meos fals renuntiationis arguerent. Eon enim uiderent quod talibus e+istentibus causis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo uidendum fuit> 2B1 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Luego" las cosas no mienten -corporea species, quia nullam uoluntatem habet non mentitur' si uero (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo etiam non putetur esse quod non est, nec fallit> 4A( . 3i los sentidos se enga8an con ellas" pues ellos informan bien" aunque quien puede juzgar mal es el alma. ; esto es lo que sucede cuando se juzga que el remo sumergido en el agua est! quebrado9 >,i quis remum frangi in aqua opinatur, et cum inde aufertur integrari' (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo non malum habet internuntium,sed malu+ est iude+. Eam ille pro sua natura lnon potuit aliter in aqua sentire, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nec aliter debuit0 si enim aliud est r, aliud aqua, iustum est aliter in re, aliter in aqua sentiatur> 4AI . :e all" que" si por humildad" ,gustn se siente obligado a confesar que est! lejos de poseer los conoci- mientos del sabio" tambin esa misma humildad lo lle$a a dar testimonio de que est! ntimamente persuadido de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo que tiene un cierto conocimiento del mundo sensible9 >-amen ego qui longe adhuc absum uel a uicinate (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sapientis, in istis physicis nonnihil scio> 4A? . Pero" Kse trata ac! de una mera persuacin subjeti$a certeza o m!s bien de una certeza fundada ontolgi- camente en la e$idencia objeti$a que surge del esplendor inteligible de la cosa misma< ,gustn no las tiene todas consigo para responder a esta pregunta" pero s sabe que los contenidos de su conciencia no son puramen- te subjeti$os. Podr! discutirse sobre la naturaleza de su contenido" pero no el que por ella algo se haga real- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo mente presente. sta objeti$idad interior es admitida por ,gustn cuando dice9 >*ut corpus est, quod mihi (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo videre videor, aut non est corpus> 4A1 . n un pasaje anterior $uel$e a insistir sobre el $alor objeti$o de los contenidos de conciencia9 >,i dicis nihil mihi videri, nunquam errabo. Ps enim errat, qui quod sibi videtur, temere probat. #osse enim falsum videri a sentientibus dicitis, nihil videri non dicitis. #rorsus enim omnis disputationis causa tolletur, ubi regnare non libet, si non solum nihil scimus, sed etiam nihil nobis videtur. ,i autem quod mihi videtur negas mundum esse, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo de nomine controversiam facis, cum id a me di+erim QmundumQ vocari> 4AA . Je ah el slido respaldo de la expe- riencia interna. ,hora bien" una $ez admitido que ha# un cierto contenido objeti$o en el seno de la mente" # que se descubre" despus de un minucioso an!lisis reflexi$o" en su car!cter eminentemente representati$o" )podra explicarse ese orden representati$o sin reconocer el $alor ontolgico de la cosa presentada a tra$s de l< ,gustn no tiene dudas sobre ello. 3o importa cmo se llame lo que se hace presente a tra$s de los sentidos" el autor no tiene ninguna duda de que ha# algo que se hace presente. Pero" llegar a este punto no es del todo suficiente" si no se reconoce tambin el $alor real de lo presenta- do a tra$s de la representacin sensible. Pues" bien podra ocurrir que" de hecho" San ,gustn no estu$iese del todo seguro de que detr!s de ese contenido objeti$o de la representacin sensible no estu$iese la cosa misma real que la fundase. n cu#o caso" no habra modo de e$itar un puro subjeti$ismo -donde todo no sera nada m!s que un puro contenido de conciencia. s probable que ,gustn ha#a $isto esta dificultad" por cuanto" en otro pasaje posterior al recin citado" no duda del $alor ontolgico del conocimiento sensible. n dicho pasaje se8ala que la sensacin nos permite (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo discernir sobre lo real sin equi$ocarse9 >Pllud dico, posse hominem, cum aliquid gustat, bona fide iurare se (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo scire palato suo illud suaue esse, uel contra, nec ulla calumnia grca ab ista scientia posse deduci> 4A2 . ; as" entiende que lejos de dudar del dato de los sentidos la actitud m!s sensata consiste en confiar en ellos9 >3reditque sensibus in rei cuiusque euidentia, quibus per corpus animus utitur0 quoniam miserabilius (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo fallitur, qui nunquam putat eis esse credendum> 4A4 . La posibilidad de la duda uni$ersal es entendida como (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo demencial9 >Nuam de *cademicis nouis Farro adhibuit, quibus incerta sunt omnia, omnino ciuitas )ei talem (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo dubitationem tamquam dementiam detestatur> 42; . Por ello" de cualquier manera que se designe a eso que suele denominarse mundo" ese orden objeti$o se le presenta al "iponense como real. ; esto sencillamente porque s se puede preguntar acerca de la intencin de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo :ios al crear el mundo" o si es eterno o comenz con el tiempo 2G4 " pero no" de su realidad intrnseca. Au# por el contrario" tiene del mundo tal e$idencia que a partir de ella $e factible la demostracin de la existencia del mismo :ios9 >Eon cessat nec tacet laudes tuas uniuersa creatura tua, nec spiritus omnis per os conuersum ad te' nec animalia nec corporalia per os considerantium ea, ut e+surgat in te a lassitudine anima nostra innitens (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo eis, qu fecisti, et adtransiens ad te, qui fecisti hc mirabiliter0 et ibi refecti et uera fortitudo> 2G1 . Porque a (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo partir de la e$idencia de la obra" se reconoce a su autor9 >"c et philosophi nobiles qusierunt, et e+ arte (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo artificem cognouerunt> 42( . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo KSer! menester se8alar que no poco tu$o que $er en esto los datos re$elados de la creacin del mundo (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo e+ nihilo 42I , de la afirmacin de :ios en trminos de Ser 2G0 # de la demostrabilidad de su existencia a partir de la (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo e$idencia de las cosas $isibles 2G6 < G.5.l $alor del conocimiento intelectual , la $igorosa defensa del $alor objeti$o del conocimiento sensible" no tardar! en agregarse la del conocimiento inteligible en todos sus ni$eles. La arbitraria descalificacin del conocimiento sensible por parte de los filsofos acadmicos se derrum- ba tan pronto se tome debida nota del irrecusable testimonio de la experiencia" de modo particular" de la experiencia interna. ,un cuando el alma se halle presa de la ma#or de las incertidumbres" #" por tanto" est nti- mamente persuadida de estar en el error" ello precisamente no har! m!s que poner en primar plano el precioso hallasgo de una e$idencia incontrastable9 la existencia misma del alma que duda. ,qu se ad$ierte que la con- ciencia del propio sujeto se constitu#e en el duro $alladar contra el que se estrellan las posibilidades del escepti- cismo extremo. Aas la comprensin de tal argumentacin hace necesario un examen m!s detenido de las afirmaciones de ,gustn. Pues" es en ese ntimo !mbito de su propio espritu donde" acompa8ando como en apretado racimo a la e$idencia de la propia existencia" aparece tambin el radiante fulgor de un n*cleo de $erdades que habran de corresponder a di$ersos ni$eles ontolgicos" cu#a e$idencia no es menos contundente que la de la propia existencia. ,s" aparecen" adem!s de la e$idencia de s" la de las $erdades que operan sobre todo como principios de orden ontolgico" matem!tico" lgico # tico. Hodo lo cual pone en e$idencia la infalibiidad del conocimien- (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo to intelectual9 >*t uero in illis intellectualibus uisis non fallitur0 aut enim intelligit, et uerum est' aut si uerum (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo non est, non intelligit> 42A . :ebe destacarse" como dato meramente ilustrati$o" que la defensa de ,gustn del saber de car!cter metaf_sico puede hallarse en obras como )e libero arbitrio, )e vera religione, # la 3arta :@; a 3onsencio. La objeti$idad metafsica est! respaldada doblemente9 a parte rei, por la inteligibilidad de las $erdades uni$ersales # eternas" #" a parte homini, por la aptitud de la inteligencia para alcanzarlas. Lo primero se e$iden- cia porque el conocimiento que tenemos de las cosas se $e acompa8ado" desde el inicio hasta su culminacin por el conocimiento mismo de estas $erdades" que en su conjunto podra llamarse Sabidura" # a cu#a luz son (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo juzgadas todas las cosas9 >,apientia, qu mente intellecta conspicitur et in cuius luce de his omnibus ueraciter (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo iudicatur> 422 . s como si con esto ,gustn quisiera distinguir entre un conocimiento inmediato -que $ersa sobre las cosas singulares mismas que est! acompa8ado por otro conocimiento $irtual de las $erdades eternas -cu#a posesin" de hecho o in actu e+ercito -posibilita el conocimiento de las primeras? # otro conocimiento mediato" que surge del descubrimiento de estas $erdades eternas en cuanto tales -in actu signato! que constitu#e el conjunto de las $erdades metafsicas o sabiduras9>Pntuens ergo et considerans universam creaturam, quicumque iter agit ad sapientiam, sentit sapientiam in via se sibi ostendere hilariter, et in omni (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo providentia occurrere sibi0 et tanto alacrius ardescit viam istam peragere, quanto et ipsa via per illam pulchra (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo est, ad quam e+stuat pervenire>> 424 . sta misma Sabidura" de su#o no corresponde ni al orden de las cosas sensibles" ni al de sus represen- taciones imaginati$as -pues slo es alcanzable por la inteligencia- la que permite juzgar con $erdad de todas las cosas9 >Eeque sit corpus neque habeat ullam similitudinem corporis, sicuti est sapientia, qu mente intellecta (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo conscipitur et in cuius luce de omnibus veraciter iudicatur> 22> . n $irtud de esta sabidura el hombre est! en posesin de una cantidad de $erdades uni$ersales # eternas cu#o $alor objeti$o no depende de una mera elabo- racin subjeti$a" sino de una inteligibilidad que les es inherente por su misma naturaleza # que slo espera ser (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo descubierta9 >Eon enim rationatio talia facit, sed invenit. Ergo antequam inveniatur, in se manent, et cum inve! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo niuntur, nos innovant> 44: . 3o ha# duda que con tales definiciones ,gustn se cura en salud para e$itar caer en manos de cualquier interpretacin de corte idealista o subjeti$ista. Siguiendo con el an!lisis de las argumentaciones en fa$or del conocimiento metafsico que aparecen en academicos los argumentos no se hacen esperar. n el orden del ser" lo que aparece como indubitable e$idencia son las cosas mismas" evidentia rerum. Por esta e$idencia aparece una cierta inteligiblidad en el orden del ser # de la esencia" por los menos para no confundir el ser # el modo de ser de de dos rdenes reales di$ersos9 >Ergone ait 3arneades, dicturus est nescire (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo te utrum homo sis an formica5> 221 . ; quien distingue dos rdenes reales" en su ser # modo de ser" cualquiera sea el grado de conocimiento que tenga de ellos" #a los est! captando en su dimensin ontologica. Porque la inteligencia" de hecho" accede al orden metafsico" como ocurre cuando alcanza los conceptos de sabidura" justicia # otros de la misma ndole9 >Eequaquam tamen dubito, siue quod de illa trestibus multis siue quod de ista meis aspectibus credidi. Pustitiam uero et sapientiam et quidquid eis modi est non aliter imaginamur, aliter contuemur, sed hc inuisibilia simplici mentis atquerationis intentione intelecta (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo conspicimus sine ullis formis et molibus corporalibus, sine ullis liniamentis figurisque membrorum, sine ullis (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo localibus siue finibus siue spatiis infinitis> 44( . n la esfera de inteligibilidad de las matem!ticas" tampoco ha# duda de que muchas de estas $erdades se imponen espont!neamente a cualquier entendimiento medianamente razonable9 >Eam ter terna novem esse, et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quadratum inteligibilium numerorum, necesse est vel genero humano stertente sit verum> 44I . O,eptem autem et (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo tria decem sunt, et non solum nunc, sed etiam semper' neque ullo modo aliquando septem et tria non fuerunt (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo decem, aut aliquando septem et tria non erunt decem> 44? . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Si tenemos en cuenta que la cantidad es un atributo de las cosas" -dedit numeros omnibus rebus etiam (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo infimis 441 , porque todas est!n ordenadas en medida n*mero # peso -Hmnia inmensura, et numero et pondere (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo disposuisti 44A ! ? todas han sido hechas seg`n una cierta proporcin implcita en la bellleza de las cosas 22G -" en- tonces" se puede $er aqu al n*mero como un atributo del ente" lo que nos $incula nue$amente con el saber (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ontolgico. Por ello no ha de extra8ar que l santo de Jipona termine por identificar al n*mero con la misma (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo sabidura9 >,ed nimirum illud est, quod unam qudam eademque res est> 444 . Luego" la ciencia matem!tica se re$ela como una ciencia que lejos de ser el fruto de una pura cons- truccin de la razon raciocinante" es m!s bien una ciencia de lo real9 >-erram clumque colustrans, sensit nihil aliud quam pulchritudinem sibi placere, et in pulchritudine figuras, et in figuris dimensiones, in dimensiones (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo numeros> 4>>> . Drden numrico que se manifiesta no slo en el orden sensible" sino tambin en el inteligible" # en ambos casos son" aunque de di$ersa manera" cognoscibles9 >Pn his igitur omnibus disciplinis occurrebant ei (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo omnia numerosa, qu tamen in illis dimensionibus manifestius eminebant, quas in seipsa cogitando atque uo! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo luendo intuebatur uerissimas' in his autem qu sentiuntur, umbras earum potius atque uestigia recolebat> :;;: . l propio principio de no contradiccin" que tiene aplicacin" tanto en el orden del ser como en el del pensar" tambin se hace presente al entendimiento" toda $ez en que" por lo menos de un modo confuso" se lo est! utilizando permanentemente" esto es" in actu e+ercito, lo que ocurre cada $ez que el entendimiento emite su dictamen sobre alguna cosa. ,s" por ejemplo" bajo su luz se puede detectar la $erdad de las siguientes proposi- ciones hipotticas # dis#unti$as9 >,i quatuor in mundo elementa sunt, non sunt quinque. ,i sol unus est, non sunt duo. Eon potest una anima et mori et esse immortalis. Eon potest homo simul et beatus et miser esse. Eon (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo hic et sol lucet et no+ est. *ut vigiamus nunc, aut dormimus. *ut corpus est, quod mihi videre videor, aut non (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo est corpus> :;;@ . La formulacin de todos estos enunciados no responden al deseo de aplicar el principio de no con- tradiccin" sin importar para nada el orden real" como si fuera un mero juego dialctico. Au# por el contrario" detr!s de todos ellos ha# la intencin de tratar de entender mejor el orden real mismo. En indi cio de ello es que la proposicin" que igualmente hubiera podido expresarse diciendo si un todo est compuesto de cuatro partes, no lo est por cinco" lo expresa en relacin al rden real al hablar de mundo # elementos. Lo propio acontece con las restantes proposiciones" donde se habla de la incompatibilidad entre dos atributos en un mismo sujeto. ,l hacerlo menciona al alma, precisamente una realidad slo captable por medio de una conceptualizacin metafsica" # lo que se dice de ella es que no puede ser mortal e inmortal. Para lo cual no slo habr! de com- prenderse pre$iamente el sentido de las expresiones alma, mortalidad e inmortalidad" sino tambin" entre otras de primersimo orden metafsico" como las de esencia # ser. G.0.La e$idencia de s mismo o el cogito cartesiano s claro que" entre todos estos puntos de apo#o" San ,gustn se detiene de un modo especial en el primero de todos9 la e$idencia de la propia realidad. Prueba de ello es que el conocimiento de s mismo recibe (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo un tratamiento importante no slo en la obra 3ontra academicos" sino tambin en )e libero arbitrio :;;( , )e (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo vera religione :;;I , )e -rinitate :;;? , )e civitate )ei :;;1 . Ena tal permanente insistencia sobre un mismo punto de con$ergencia" en obras que se reparten a lo largo de toda su tra#ectoria intelectual" es se8al inequ$oca de la importancia que el santo confiere a la e$idencia de la propia existencia. ; es ese conocimiento de s mismo" el que no hesita en utilizar" una $ez m!s" como arma letal para refutar precisamente el escepticismo de quienes se apo#an en la duda. :e ah la con$e- niencia de presentar dichos textos con el objeto de mostrar los di$ersos matices con que se presenta el argumen- to de la duda. n )e -rinitate ,gustn" busca dentro de s mismo para encontrar las huellas del -reador. n ese ca$ilar sobre s se tropieza con la duda. Aas" ante la incontrastable e$idencia de que quien duda puede saber al menos que existe" entonces" aquella desaparece tan pronto como $ino. >Pntima scientia est qua nos vivere scimus, ubi ne illud quidem academicus dicere potest0 !fortasse dormis, et neescis, et in somnes vides. Misa quippe somniantium simillima esse visis vigilantium quis ignorat5 ,ed qui certus est de vit su scientia, non in ea dicit0 !,cio me vigilare0 sed0 !,cio me vivere. ,ive ergo dormiat, sive vigilet, vivit. Eec in ea scientia per somnia falli potest' quia et dormire, et in somnis videre, viventis est. Eec illud potest academi! cus adversusistam scientiam dicere0 !Furis fortassis et nescis' quia sanorum visis simillima sunt etiam visa furentium' sed qui furit vivit. Eec contra academicos dicit0 !,cio me non furere' sed0 !,cio me vivere. Eunquam ergo falli nec mentiri potest, qui se vivere di+erit scire. Mille itaque (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo fallaciumvisorum generea obiciantur ei qui dicit0 !,cio me vivere' nihil horum timebit, quando (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo et qui fallitur vivit> :;;A . 3o duda de que piensa9 >-u, qui vis te nosse scis esse te5 ! ,cio. ! Fnde scis5! Eescio. ! ,implicem te sentis an multiplicem5 ! Eescio. ! Eovere te scis. ! Eescio. ! 3ogitare te scis5 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ! ,cio> :;;2 . n otros pasajes insiste en el principio de que la duda slo es posible bajo el amparo de una certeza pre$ia. :e modo tal que cuando se ha llegado al momento de la duda es porque #a antes se han alcanzado una cantidad de conocimientos. n consecuencia" la duda misma es una e$idencia de ese conocimiento pre$io porque es ste quien la sostiene haciendola posible9>Nuandoquidem etiam si dubitat vivit' si dubitat unde dubi! tet, meminit' si dubitat, dubitare se intelliigit0 si dubitat certum esse vult0 si dubitat cogitat' si dubitat scis se (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo nescire' si dubitat iudicat non se temere consentire oportere. Nuisquis igitur aliunde dubitat, de his omnibus (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo dubitare non debet, qu si non essent, de ulla se dubitare non posset> :;;4 . 3i siquiera en sus *ltimas obras deja de martillar certeramente sobre el mismo punto" # cada $ez que lo hace se acrecienta el $alor ontolgico de sus textos" entre los cuales se destaca ste donde aparece la clebre expresin si enim fallor, sum. s decir" si la duda supone la adquisicin de una cantidad de conocimientos implcitos" el primero de ellos" es la e$idencia del mismo ser. n *ltima instancia" la duda tiene su fundamento en la e$idencia del ser. >Eulla in his veris academicorum argumenta formido, dicentium0 !Nuid si falleris5 ,i enim fallor, sum. Eam qui non est, utique nec falli potest0 ac per hoc sum, si fallor. Nuia ergo sum si fallor, (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo quo modo esse me fallor, quando certum est me esse, si fallor5 Nuia igitur qui fallerer, etiamsi fallerer' procul (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo dubio in eo quod me novi esse non fallor> :;:; . @uiz!s sea oportuno se8alar el hondo sentido ontolgico que entra8a este pasaje # los anteriores. S que pienso" por tanto #a poseo al menos esta $erdad. Puedo enga8arme" pero si me enga8o $i$o. Puedo dudar" pero para ello es necesario que antes sea" si enim fallor, sum. Luego" si es cierto que para que ha#a duda es preciso que piense" que $i$a # que sea" entonces la duda es la prueba de que pienso" de que $i$o # de que so#. ; es precisamente ste *ltimo horizonte de inteligibilidad el que se constitu#e en el *ltimo fundamento de posi- bilidad de la duda misma. ; as la duda nos remite doblemente al orden del ser. Hanto en cuanto a su fundamento" porque slo puede dudar el que de antemano tiene el ser. -omo por su trmino" en tanto que se detiene ante la e$idencia del ser que ejerce la duda. Ena $ez descalificada la posibilidad de la duda uni$ersal" se torna necesario" sin embargo" indagar cu!ndo es necesario ejercer la duda. G. 6. Legitimidad de la duda KLa entusiasta afirmacin de las posibildades de las potencias cogniti$as significa una cierta abdicacin de una sana actitud crtica en aras de una discutible ingenuidad gnoseolgica< 3o parece ser esta la posicin de ,gustn. cierto que ha# en l elementos que podran hacer pensar que tal sera su actitud b!sica. %aste recordar" por ejemplo" el cuidadoso empe8o que pone en hacer $er la necesidad de la fe en el orden del conocimiento humano. Sin embargo" no debe ol$idarse que l no pro$iene propiamente de una actitud fidesta ni mucho menos" sino m!s bien" todo lo contrario. Porque al racionalismo que le fue inculcado durante nue$e por parte de los maniqueos" se le agreg m!s tarde la atmsfera de franco escepticismo pro$eniente de los filsofos de la segunda academia. n todo caso" sera m!s legtimo pensar que l fue m!s bien una $ctima de la corriente opuesta al fidesmo o realismo ingenuo. :e todas maneras" es bueno recordar que ,gustn -como se acaba de $er- ni cae en la trampa de un de- senfrenado criticismo" ni tampoco -como se tratar! de mostrar en lo que sigue- cede a la tentacin de adherir sin m!s tr!mite a toda percepcin sensible o aifrmacin del entendimiento. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo .especto del conocimiento sensible #a se $i de qu manera ,gustn es claramente consciente de la (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo posibilidad de una mala interpretacin del dato de los sentidos 4>44 . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo .especto del conocimiento intelectual reconoce que en algunos casos es preferible reconocer que no se tiene la certeza de algo sino m!s bien una humilde opinin o la franca ignorancia9 >Eon erubescendum est ho! (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo mini confiteri se nescire quod nescit, ne dum se scire mentitur, nunquam scire mereatur> :;:@ . (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Luego" ha# casos en que no slo es posible la duda" sino tambin necesaria" esto es" cuando por falta de e$idencias sea razonable dudar9 >Nuando autem nos aliqu caus in aliqua qustione non immerito dubitare (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo compellunt, non etiam hinc dubitare debemus utrum dubitare debeamus> :;:( . 2. Posibles $inculaciones con la duda cartesiana , esta altura de la in$estigacin no tarda en aparecer la tentacin de tratar de detenerla para de$elar un hecho llamati$o" cual es la impactante similitud que guarda la duda agustiniana con la que muchos siglos despus" en pleno .enacimiento moderno" diera lugar a uno de los m!s bruscos giros de la historia de la filoso- fa. n efecto" en una obra titulada )iscours de la m&thode 6:1(A7" haba escrito9 >Et remarquant que cette v&rit&, Q9e pense, donc 9e suisQ, &tait si ferme et si assur&e, que toutes les plus e+travagantes suppositions des ,ceptiques nQ&taient pas capables de lQ&branler, 9e 9ugeai que 9e pouvais la reacevoir, sans scrupule, pour le (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo premier principe de la philosophie que 9e cherchais> 4>45 . -uriosamente" la expresin" cogito, ergo sum, le habra de ser$ir al ilustre -artesius para expresar aquella proposicin apodctica que sir$iera de roca firme sobre la cual pudiera alzarse el majestuoso edificio de la filosofia. Pero" todos estos textos no hacen m!s que incenti$ar (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo a*n m!s el interrogante original9 )qu grado $inculacin liga al si enim fallor, sum :;:? con el cogito, ergo sum cartesiano< Para $er esto nada mejor que comparar los textos in$olucrados9 )e ciuitate )ei ::, @10 >Eulla in his veris *cademicorum argumenta formido, dicentium Nuid, si falleris5 ,i enim fallor, sum. Eam qui non est, utique nec fallit potest0 ac per /hoc sum, si fallor. Nuia ergo sum si fallor, quo modo esse me fallor, quando certum est me esse, si fallor5 Nuia igitur essem qui fallerer, etiamsi fallerer' procul dubio in eo quod me novi esse, non fallor. 3on! sequens est autem, ut etiam in eo quod me novi nosse, non fallar. ,icut enim novi me esse, ita novi etiam hoc ipsum, nosse me. Eaque duo cum amo, eumdem quodque amorem quidam tertium, nec imparis stimationis, eis quas novi rebus adiungo>
$>= en estas verdades no hay temor alguno a los argumentos de los *ca! d&micos que preguntan0 )= si te enga/as5 ,i me enga/o, e+isto. Entonces, puesto que si me enga/o, e+isto, )cmo me puedo enga/ar sobre la e+istencia, siendo tan cierto que e+isto si me enga/o5 #or consi! guiente, como sera yo quien se enga/ase, aunque se enga/ase, sin duda, en el conocer que me cono.co, no me enga/ar&. #ues, cono.co que e+isto, cono.co tambi&n esto mismo, que me cono.co. = al amar estas dos cosas, a/ado a las cosas que cono.co como tercer elemento el mismo amor que no es de menor importan! cia>%. )iscours de la M&thode PM 6*-, (@7 >Mais, aussitt aprSs, 9e pris garde que, pendant que voulais ainsi penser que tout &tais fau+, il fallait necessairemente que moi, qui le pensais, fusse quelque chose. Et remarquant que cette v&rit&0 Q9e pens donc 9e suis, &tait si ferme et si assur&e, que tout les plus e+travagantes sup! positions des ,ceptiques nQetaient pas capables de lQ&branler, 9e 9ugeais que 9e pouvais le recevoir, sans scrupule, pour le lpremier principe de la philosophie que 9e cherchais>. $>#ero, inmediatamente despu&s advert que, mientras yo quera pensar de ese modo, que todo era falso, era preciso, necesariamente, que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa. =, notando que esta verdad0 Q#ienso, luego, soyQ, era tan firme y segura que no eran capaces de conmoverlas las ms e+travagantes suposiciones de los esc&pticos, 9u.gu& que poda aceptarla, sin escr8pulo, como el primer principio de la filosofa que buscaba>%. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Je aqu los textos" he aqu tambin las semejanza literales # conceptuales. 3o hace falta insistir en cmo tanto el uno como el otro apelan al argumento de la duda para acceder a la e$idencia de la $erdad. KPuede hablarse de una mera coincidencia" o m!s bien se trata de una coincidencia de fondo< Por cierto" la primer dificultad que se presenta" antes de establecer cualquier semejanza" reside en identi- ficar con precisin los trminos a los que se le quiere adjudicar alguna semejanza. Los cual obliga a precisar algunas notas de la duda cartesiana" para su ulterior comparacin con la agustiniana. ntre stas se pueden se8alar las siguientes. La duda cartesiana parece estar ordenada" no slo a la fundamentacin de la filosofa" sino tambin a la de probar la distancia ontolgica que separa al alma # al cuerpo. Ena prueba de ello radica en el ttulo adjudicado a la sexta meditacin9 la distincin real entre el alma y el cuerpo del hombre. Pero" m!s all! de esta intencin" la tradicin sostiene que el sentido del cogito supone un acto de duda que se ejerce sobre todos los contenidos de la propia experiencia haciendo exclusin slo del acto de dudar. ,unque el cogito hace suponer que se est! en presencia de una deduccin" el propio :escartes declara que se trata de una intuicin i " donde se hace patente la existencia del #o como algo que piensa. Dtras interpretaciones se8alan9 4. el cogito supone la obser$acin de un hecho psquico. Lo que se $e cuando :escartes se8ala que sabe que existe todo el tiempo que piensa en ello. 1. l cogito se refiere tanto a la aprehensin del propio hecho de pensar" como a los (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo objetos contenidos en ese pensamiento ii . 7. n opinin de Santa#ana" el cogito cartesiano est! ordenado tan slo (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo a la e$idencia de una idea, a partir de la cual tratar! de recuperar el orden extramental 4>46 . ,hora bien" se trata de $er si estos elementos aparecen tambin en ,gustn. Ena $ez efectuado el reconocimiento del otro trmino de la comparacin" esto es" determinar la natura- leza de la duda cartesiana" queda por efectuar la comparacin misma. , la luz de la lectura de los citados textos de ,gustn # :escartes se ad$ierte prima facie una interesante semejanza entre uno # otro autor. , propsito de ello" es sabido que #a en poca del propio :escartes hubo quienes le habran se8alado expresamente la existencia de ciertas coincidencias entre los textos del pensador francs con los del Dbispo ,fricano. ,s por ejemplo" se suele citar una una carta del propio pensador francs dirigida a A. de Wu#tlinchem" donde se pone en e$idencia el inters por dilucidar la relacin entre el si enim fallor, sum del de 3ivitate, con el cogito, ergo sum" del )iscours. La respuesta parece ser m!s bien e$asi$a que aclaratoria" pero no deja de ser altamente ilustrati$a9>Fsted me ha obligado a que advierta el pasa9e de ,an *gustn con el que mi Q#ienso, luego e+istoQ, tiene alguna relacin 63iv. )ei, ::,@17' hoy lo he ledo en la biblioteca de esta ciudad y verdaderamente encuentro que se sirve de &l para probar la certe.a de nuestro ser y en seguida, para hacer ver que en nosotros hay alguna imagen de la -rinidad, porque somos, sabemos que somos y amamos este ser y esta ciencia que hay en nosotros, mientras que yo me sirvo de &l para hacer conocer que este QyoQ que piensa es Quna substancia inmaterialQ y que no tiene nada de corporal, lo que son dos cosas muy diferentes. = es una cosa de suyo tan simple y tan natural inferir que uno es, de que uno duda, que (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo hubiera podido caer ba9o la pluma de cualquiera' pero no de9a de agradarme el haberlo encontrado con ,an (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo *gustn $...%> 4>4B . Eno de los que m!s trabaj en la lnea de tratar de establecer semejanzas entre las doctrinas del santo # del filsofo moderno fue ,ntoine ,rnauld &4641-4625). n las 3uartas ob9eciones a las meditaciones metaf! sicas, ,rnauld establece un paralelo entre un pasaje del )e libero arbitrio &1" 7" B) con otro de Les m&ditations m&taphysiques" correspondiente a la segunda meditacin. Hiempo despus ,rnauld encontrara otro pasaje para- lelo en el )e -rinitate 6:H,:H,:I7, donde tambin aparece el argumento de la duda. J aqu los textos9 (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo )e libero arbitrio, @, (, A0 >= si acaso temes enga/ar te en esta pre! gunta5 #ero si t8 no e+istieras, no podras en modo alguno enga/arte>. )e -rinitate, :;,:;,:I0
1. 26.? -fr.Contra Raustum 8anic$Qum , 11,5. 5B0 Contra Raustum manic$Qum, 26,2 ! <a H-'esia fundada )or e' mismo Cristo * acrecentada )or 'os ?)/sto'es )or una cierta serie de sucesiones $asta estos tiem)os, $asta e;tenderse )or todo e' orbe, desde e' inicio conoce * a)rueba 'o &ue es transmitido * conservado!. 5B6 De doctrina c$ristiana, 2, 6, 12!En cuanto a 'as Escrituras can/nicas, si-a 'a autoridad de 'a ma*ora2ia de 'as H-'esias cat/'icas, entre 'as cua'es sinduda se encuentran 'as &ue merecen tener 4edes ?)ost/'icas * recibir cartas de 'os a)/sto'es. E' m#todo &ue $a de observarse en e' discernimiento de 'as Escrituras can/nicas es e' si-uiente ?&u#''as &ue se admitan )or todas 'as H-'esias cat/'icas se ante)on-an a 'as &ue no se ace)ten en a'-unas; entre 'as &ue a'-unas no admiten, se )refieren 'as '&ue son ace)tadas )or 'as m,s * m,s -raves H-'esias, a 'as &ue Tnicamente 'o son )or 'as menos * de menor autoridad. 4i se $a''are &ue unas son recibidas )or muc$as H-'esias, * otras, )or 'as m,s autori(adas, aun&ue esto es dif5ci', o)oino &ue ambas se tan-an)or de i-ua' autoridad!. 5BB De doctrina c$ristiana, 1, 40,44. 5BG De doctrina c$ristiana, 2, 41, 62 !1ara 'os mansos * $umi'des de cora(/n a 'os cua'es no $inc$a'a ciencia sino &ue 'os edifica 'a caridad!. 5B2 De doctrina c$ristiana, 2, 9, 14 !En re'aci/n con 'os )rece)tos de oscura com)rensi/n se $a de )asar a e;)'icar ac'arando'os )or medio de e.em)'os de 'as 'ocuciones c'aras )ara i'ustrar 'as 'ocuciones m,s oscuras, de suerte &ue )or 'os testimonios de 'as sentencias ciertas e'iminar 'as dudas de 'as inciertas! 5G> Cfr. De doctrina c$ristiana, 2, 11,16; 2, 16, 23. 5G4 De Doctrina c$ristiana, 2, 26, 42. 5G1 De doctrina c$ristiana, 2, 29, 45. 5G7 De doctrina c$ristiana, 2, 31, 46 !<a dia'#ctica es de muc$isimo va'or )ara )enetrar * reso'ver todo -#nero de dificu'tades &ue a)are(can en 'os 'ibros santos!. 5G5 De doctrina c$ristiana, 2,31,49 !<a verdad de 'as sentencias de un raciocinio se $a de inda-ar en 'as Escrituras!. 5G0 De doctrina c$ristiana, 2,32,50 !<a verdad de 'as cone;iones no est, institu5da )or 'os $ombres, sino descubierta * anotada )ara &ue )uedan a)render'a * ense2ar'a )ues )ertenece a 'a ra(/n )er)etua de 'as cosas instituida )or Dios!. 5G6 De doctrina c$ristiana,2,35,53. 5GB De doctrina c$ristiana, 2,33, 55 !?&ue''a ciencia de 'as conc'usiones, definici/n * distribuciones a*uda en -ran medida a com)render, )ero, s/'o en cuanto se a'e.a de' error )or e' cua' 'os $ombres entiende &ue )oseen 'a verdad de 'a vida eterna )or e' s/'o $ec$o de $aber a)rendido esta ciencia!. >)Nui&n duda que vive, recuerda, comprende, quiere, piensa, sabe y 9u.ga5 -anto ms cuanto que si duda, vive' si duda porque duda, recuerda' si duda comprende que duda' si duda, quiere estar cierto' si duda, piensa' si duda, sabe que no sabe' sabe que no conviene dar temerariamente su consentimiento. Nuienquiera, pues duda, duda de todo lo dems, no puede dudar de los antes dicho, pues si esto no fuese as no podra dudar de nada>. 5GG GI,./3/ .,N/;;I/( 1e&ue2o diccionario de teo'o-ia, 4ala#anca( 4!g%e#e( 199). cfr. cr5tica te;tua'. 5G2 De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ, 1, 30, 62 !4i con tus )a'abras )retendes &ue 'a Es)isto'a de 4an 1ab'o a 'os Bomanos es corru)ta trae otra ina'terada o, me.or, otro c/dice de' mismo ?)/sto' en e' cua' esta misma E)isto'a se $a''e redactada de un modo )uro * sin a'teraci/n!. 52> 3ontra Faustum manichum, ::,@0 >,i respecto de la fe se considera la cuestin de las copias, como los estudiosos hallan que en algunas copias de las sentencias de las ,agradas Escrituras hay pocas diferencias, y tambi&n, diferencias ms evidentes, nuestra duda ser considerada o en los cdices de otras regiones, donde la misma doctrina circul' o si tambi&n aqu los cdices variasen, debe preferirse la mayora a unos pocos, o los ms antiguos a los ms recientes' y si todavia hubiera una incierta diferencia se debe preferir aquella copia donde est& la lengua de donde surge aquella traduccin>. .'(- S,. 524 .Epistola ad "ieronymum, 2@, ?, (I0 >#or lo que concierne a tu traduccin, ya me persuadiste de la utilidad de traducir las Escrituras del "ebreoO. 521 )e doctrina christiana, @, :(, :40 >H se debe aspirar al conocimiento de aquellas lenguas de las cuales surge la versin latina de las Escrituras' o se debe disponer de las versiones de &stas que se ci/eron ms a la letra>. 527 .om 4" 1>9 ALo in$isible de :ios" desde lal creacin del mundo se deja $er a la inteligencia a tra$s de sus obras@. 525 -fr. pistuld -l >161 pistula 41> $ol 75" 1 par 1 pg B45 l. 16? -l >161 pistula 425 $ol 0B par 6 pg 420 l 40? :e uera religione -l >165 cp 01 l. G? Speculum -l >1B1 cp 7> pg 1>> l. 4B? (n (ohannis uangelum tractatus -l >1B> tr 1 par 5 l. 4? tr 45 par 7 l. 47? -l >1B1 tr 54 par 1 l. 11? narrationes in Psalmos SL 5> Ps 455 par 6 l. 46? Sermones -l >1G5 Sermo 01 ed .% B5 pg 16 l. 114? -l >1G5 Sermo 6G ed Ai ,g 4 pg 76> l. G? ( pag 764 l. 7? -l >1G5 Sermo 416 .% 62 pg 4G5 l. 7G? -l >1G5 Sermo 454 PL 7G" col BB6 l. 5>? -l >1G5 Sermo 42B ed .% G5 fr 40 pg 10B l. 40? -l >1G5 Sermo 154 PL 7G col 4475" l. 1" l. 5? :e ciuitate :ei -l >747 SL 5B G" 4> l. 45? -l >747 SL 5B G" 41 l. 4? -ontra ,dimantum -l >7472 par 1G pg 4GG l. 45? -l >742 par 1G pg 4G2 . 45? -ontra =austum -l >714 14" 6 pg 010 l. 2? :e Hrinitate -l >712 SL 0>, 40" 1 l. 17? :e spiritu et littera -l >750 41" 42 pg 4B4 l. 11? :e gratia et libero arbitrio -l >701 col GG1 l. 50. 520 pistuld 45B" 14? -l >161 pistula 45B $ol 55 par G pg 122 l. 44. 526 Cfr. Confessiones, 3,5,9. 52B Cfr. De Jenesi contra manic$Qos, E,1,1. 52G )e -rinitate,:,:, @' 3l ;(@4 ,L ?; :, : l. ?:0 >Bespecto de las creaturas, la divina Escritura suele formar como pasa tiempos infantiles formar para que, al ritmo de sus pasos, se mueven los afectos de los m!s dbiles a buscar las cosas superios # abandonar las inferioresO. 522 E; 3, 14. 0>> De Frinitate, 1,1,2; C' 0329 4< 50 1, 1 '. 56 !De a&ue''o &ue se dice )ro)iamente de Dios, * no se $a''a en nin-una creatura, raramente 'o afirma 'a Escritura divina, como cuando se dice a 8ois#sO@o so* E' &ue so*O; * OE' &ue es me env5a a vosotros!. 1ues, si OserO se dice en cierto modo de' cuer)o * de' a'ma, no es esto 'o &ue dir5a sino &ue se &uiere dar a entender en un sentido )ro)io!. 0>4 De uti'itate credendi, 3,5; C' 0316 3, 5 )- 3 '. 16 !<a )arte de 'a Escritura &ue es denominada ?nti-uo Festamento, se ofrece a 'os &ue desean conocer'a cuidadosamente desde cuatro )untos de vista, e' $ist/rico, e' etio'/-ico, e' ana'/-i co * e' a'e-/rico!. s interesante descubrir que esta di$isin era mu# similar a la que fue sustentada despus por -asiano " el 'enerable %eda # .!bano Aauro" quienes distinguan entre los sentidos histrico, tropolgico, alegrico y anaggico. -fr. =.,(L" Fuillermo" "istoria de la Filosofa, t. (i" (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo Les m&ditationes m&taphysiques, PP0 >Eo hay, pues, ninguna duda de que e+isto si me enga/a, y eng/eme cuanto quiera, 9ams podr hacer que yo no sea nada en tanto que piense ser alguna cosa>. Aadrid" %,-"4266" p. 1BG-1G>.. 0>1 -fr. :e Fenesi ad litterma liber imperfectum -l >16> par 1 pg 564 l. G. 0>7 De ut''itate credendi, 3, 5, 3,3; C' 0316 3, 5 )- 6 '. 6. 0>5 :e utliitate credendi" 7" 0? 7" B? -l >746 7" 0 pg G l. 4>. 0>0 De ut'i'itate crededi, 3,5; 3, 3; C' 0316 3, 5 )- 3 '. 26. 0>6 :e utilitate credendi" 7" 0? 7" B. 0>B :e Hrinitate" 40" 2" 40? -l >712 40" 2 l. 429O@u es la alegora sino un tropo donde algo se entiende por otro U...VO. 0>G :e Hrinitate" 40" 2" 46? -l >712 SL 0>, 40" 2 l. 54. 0>2 Cfr.P. L/PE .ILLE'=EL/( o), cit. ). 53; De moribus Ecc'esiQ, 1, 10,16. 04> De moribus Ecc'esiQ, 1, 33, 32; C' 0261 1 co' 1431 '. 6!<os cristianos 9...: entienden 'as Escrituras con arre-'o a' conocimiento de 'os ?)/sto'es!. 044 "uQstionum in Ge)tateuc$um, 2, 33; C' 0230 'b 2 & E;odi & 33 '. 1233!En e' ?nti-uo Festamento est, ocu'to e' 7uevo; * en e' 7uevo Festamento se manifiesta e' ?nti-uo!. 041 4ermo 2, 3; C' 0264 4ermo 2 ed 4' 41 '. 169!Cuando escu- c$#is 'a e;)osicion de' sacramento de 'as Escrituras &ue narran 'os $e- c$os, cr#e &ue esos $ec$os ocurrieron ta' como es 'e5do. 7o sea &ue &uitado e' fundamento de 'as Escrituras &uer,is edificar en e' aire! 047 P. L/PE .ILLE'=EL/( o). cit., ).40. 045 De Jenesi ad 'itteram" 1,1,1; C' 0260 1, 1 )- 3 '. 10!En 'a narraci/n de 'os $ec$os se busca saber si todo se $a de entender en sentido fi-urado, o si tambi#n se $a de afirmar * sostener 'a inter)retaci/n de 'os mismos se-Tn 'a feO 040 De natura et ori-ine animQ 2, 16, 31; C' 0345 1, 16, 31 )- 332 '. 12!Estas )a'abras no se deben entender fi-uradamente tomando a' todo )or 'a )arte, sino &ue son dic$as en sentido )ro)io, esto es, s/'o de 'a carne!. 046 Confessionum, 12,23, 33; C' 0251 12, 23 '. 1!1or&ue asi como 'a fuente en un 'u-ar reducido es m,s abundante -* surte de >#ero qu& soy, pues5 Fna cosa que piensa. )Nu& es una cosa que piensa5 Es una cosa que duda, que concibe, que afirma que niega, que quiere, que no quiere, que tambi&n imagina y siente> a-ua a muc$os arro*ue'os, &ue 'a es)arcen )or m,s anc$os es)ecios- &ue cua'&uiera de 'os arro*ue'os &ue a trav#s de muc$os es)acios 'oca'es deriva de 'a misma fuente, as5 'a narraci/n de tu dis)ensador, &ue $a de a)rovec$ar a muc$os )redicadores, de un )e&ue2o nTmero de )a'abras mana co)iosos rauda'es de '5&uida verdad, de 'a &ue cada cua' saca )ara s5 'a verdad &ue )uede, esto #ste, a&ue''o a&u#', )ara desenvo'ver'o des)u#s en am)'ios rodeos de )a'abras!. 04B Confessionum, 12, 31, 42; C' 0251 12, 31 '. 3!?s5, cuando oi-o decir a uno O8ois#s intent/ 'o &ue *o di-oO, * a otro !8,s bien, 'o &ue di-oO, .u(-o m,s re'i-ioso decir O)1or &u# no, me.or uno * otro si ambos son verdaderos0 )@ &u#, si a)areciera una tercera o)ini/n, o una cuarta, o &u#, si a'-uno ve otra cosa abso'utamente verdadera en estas )a'sbras0 )1or &u# no creer &ue vi/ todas a&ue''as inter)retaciones a&u#' )or cu*o medio e' Tnico Dios atem)er/ 'as 4a-radas <etras a 'as inter)retaciones de muc$os &ue en e''as $ab5an de ver diversos * verdaderos sentidos0! 04G De doctrina c$ristiana, 3, 26, 33; C' 0263 3, 26 '. 1!En 'os )asa.es m,s c'aros se debe estudiar e' modo de entender 'os 'u-ares m,s obscuros!. 042 De doctrina c$ristiana, 3, 23, 36; C' 0263 3, 23 '. 1 !Cuando de 'as mismas )a'abras de 'as Escrituras &ue)an, no una sino dos o m,s inter)retaciones, si est, ocu'to 'o &ue o)ina e' autor, cua'&uiera de e''as se )uede ado)tar sin )e'i-ro con ta' &ue se )ueda mostrar &ue concuerda con 'a verdad a )artir de otros 'u-ares de 'as 4a-radas Escrituras!. 01> De doctrina c$ristiana, 3,29, 39; C' 0263 3, 26 '. 4 !Cuando &ueremos escrutar a&ue''as )a'abras de sentido fi-urado, o se e;trae 'o &ue no im)'ica controversia, o, si 'a im)'ica, debe reso'verse con testimonios $a''ados * aducidos en cua'&uiera )arte de 'a Escritura!. 014 De doctrina c$ristiana, 3, 10, 14; C' 0263 3, 10 '. 5!<a re-'a -enera' es &ue todo cuanto en'a divina )a'abra no )ueda referirse en un sentido )ro)io a 'a bondad de 'as costumbres ni a 'as verdades de 'a fe, $a* &ue tomar'o en sentido fi-urado!. 011 De doctrina c$ristiana, 3,11, 13; C' 0263 3, 11 '. 1 !Fodo 'o &ue en 'as santas Escrituras se 'ee de ,s)ero * crue' en $ec$o * dic$os atribu*#ndo'o a Dios o a 'os santos, sirve )ara destruir e' im)erio de 'a concu)iscencia o codicia. Cuando esto es c'aro * )atente no se $a de a)'icar a otra cosa como si se $ubiera dic$o fi-uradamente!. 017 De doctrina c$ristiana, 13, 12, 16; C' 0263 3, 12 '. 1 !<as cosas &ue a 'os i-norantes 'es )arecen de'itos, *a se trate de )a'abras o $ec$os &ue 'a Escritura a)'i&ue a Dios o a 'os $ombres, cu*a santidad nos recomienda e''a misma, se $an de tener todas e''as )or 'ocuciones fi-uradas &ue encierran secretos, 'os cua'es deben estab'ecerse )ara sustento de 'a caridad!. 015 )e doctrina christiana, :(, :?, @(' 3l ;@1( (, :? l. (0>#ara ello se ha de observar en las locuciones figuradas la regla siguiente, que ha de e+aminarse con diligente consideracin lo que se lee,durante el tiempo que sea necesario para llegar a una interpretacin que nos condu.ca al reino de la caridad. Mas si la e+presin ya tiene este sentido propio, no se 9u.gue que all hay locucin figurada>. 010 De doctrina c$ristiana, 3, 13, 25; C' 0263 3, 13 '. 9!<ue-o, entre 'as re-'as )ara entender 'as Escrituras $a de $a''arse =sta, &ue se)amos &ue se mandan a'-unas cosas a todos en -enera', * otras a cada una de 'as diferentes c'ases de )ersonas, a fin de &ue 'a medicina doctrina' no s/'o se e;tienda a' estado universa' de sa'ud, sino tambi#n a 'a enfermedad )ro)ia de cada miembro!. 016 De doctrina c$ristiana, 3, 16, 26; C' 0263 3, 16 '. 1 !4e $a de evitar e' &ue a'-uno )iense &ue )uede ta' ve( )onerse en uso en 'os tiem)os de 'a vida )resente 'o &ue en e' anti-uo Festamento, dada 'a condici/n de 'os tiem)os, no era ma'dad ni ini&uidad, aun&ue se entienda en sentido )ro)io, no fi-urado!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo l P. ,rias en su comentario al )e -rinitate, en la edicin de %,-" a la $ista de tales coincidencias" - se8ala escuetamente9 El calco cartesiano es evidente' # no deja de se8alar que quien m!s insisti el siglo ++ en la lnea de una filiacin real del pensamiento de :escartes respecto del :octor de la (glesia es L. %lanchet a tra$s de su obra Les ant&c&dents historiques du >Ke pens, donc 9e suis> &421>). n ella el autor entiende que el pensador francs tu$o un conocimiento directo e indirecto del )e -rinitate 4>4G . , despecho de la interpretacin de %lanchet" se le$antar_a el propio testimonio de :escartes. Mste aparece en la respuesta que el pensador francs dirige a al desconocido interlocutor" en carta recint citada" de donde se desprende que" al menos" aparentemente" :escarts no habra conocido el antecedente agustiniano. ,s lo hara entender el pasaje donde dice >"oy lo he ledo en la biblioteca de esta ciudad>. s interesante obser$ar" sin embargo" que" con relacin al antecedente agustiniano :escartes" no dice? >Eo la he ledo antes>. Lo que no descalifica la posibilidad de que #a la ha#a ledo antes. :e cualquier manera" lo que :es- 01B 4ermo 3, 3; C' 0264 4ermo 3 ed 4< 41 '. 42!Estas dos inter)retaciones &ue de a&u5 )ueden e;traerse, cua'&uiera es verdade ra, )or- &ue ambas son conformes a 'a fe. ?' decir Ocua'&uiera de #stas es verdaderaO, &uiero decir, 'a &ue )retend5a emitir &uien 'a escribi/. 1ues, cuando, investi-ando 'as Escrituras, entendemos a'-o &ue e' autor sa-rado no afirm/, no )or e''o debemos sustentar a'-o &ue contradi-a 'a re-'a de 'a fe, a 'a re-'a de 'a verdad o de 'a )iedad. <ue-o, )ro)on-o ambas sentencias, ta' ve(, una tercera, si se me ocu'ta. De estas dos inter- )retaciones )ro)uestas, e'e-id 'a &ue &uer,is!. 01G De Jenesi ad 'itteram, 5, 12, 29 C' 0266 5, 12 )- 156 '. 4!Bes)ecto de a&ue''as cosas &ue esca)an a 'os sentidos * a 'a ra(/n $umana, )rimero deben ser cre5dos a causa de 'a autoridad divina, 'ue-o deben ser conocidos, como &uiera &ue fue se, a )artir de 'as cosas &ue nos son evidentes!. 012 )e doctrina christiana, @, :?, @@0 >#ara corregir cualquier versin latina, se deben emplear las versiones griegas, entre las cuales, la versin de los ,etenta, en lo que concierne al *ntiguo -estamento, es la de mayor autoridad>. 07> Epistula, * "ieronymo ad *ugustinum,A?, ?, :40 >Mi primera traduccin de los libros cannicos $...% se hi.o del te+to de los ,etenta $...%. = como all traduca del griego, y aqu tradu.co del "ebro mismo, e+presando lo que entiendo, conservando ms bien, a veces la verdad del sentido que el orden de las palabras. Me choca que leas los libros de los ,etenta traductores, no puros sino como Hri genes los corrigi, con obelos y asteriscos, y, en cambio no admitas la humilde traduccin de un hombre cristiano, especialmente si tienes en cuenta que las adiciones hechas las ha tomado Hrgenes de la traduccin de un 9udo blasfe! mo, nacldo despu&s de la pasin de 3risto>. 074 )e doctrina christiana, @,:?, @@0 >Nue ya es tradicin de las Pglesias ms sabias, que tradu9eron con tan singular asstencia del Espritu ,anto, que de tantos hombres parece solamente un decir>. 071 Epistola ad "ieronymum, 2@,@,@0 >Hmito, en relacin con la versin de los LOO, si entre ellos hubo una mayor concordia en ra.n del conse9o o del espritu que la que hubiera habido en un slo hombre. Eo escucho en ninguna parte que se sostenga tal afirmacin, pero estimo que se les debe tributar sin contro! versia una preeminente autoridad en esta tarea. *quellos me mueven ms, que, los traductores posteriores que, aunque dispusieron de las palabras y locuciones he! breas, de procedimientos y reglas ms penetrantes, no slo no coinciden entre s5 sino &ue de.aron de 'ado muc$as cosas &ue des)u#s )ermanecen como a'-o &ue debe ser descubierto * e;)'icado!; Cfr.De doctrina c$ristiana, 2 15, 22... 077 E)isto'a ad Gieron*mum, 62, 5, 35 !?n$e'o tu traducci/n de 'os 4etenta )ara &ue )odamos su)rimir en 'o )osib'e 'a turba de 'os traductores 'atinos, )ues un cua'&uiera se $a atrevido a&u5 a traducir. <os &ue )iensan &ue *o ten-o envidia de tus )rovec$osos traba.os, deber,n com)render fina'mente, si es )osib'e esto no &uiero &ue se 'ea tu traducci/n de' $ebreo en 'as i-'esias )ara no turbar a 'os )ueb'os de Cristo con una -rave esc,nda'o contra 'a autoridad de 'os 4etenta a' )resentar una cosa nueva. Fodos tienen 'os o5dos * e' cora(/n acostumbrados a a&ue''a traducci/n, &ue fue, )or a2adidura, a)robada )or 'os a)/sto'es!. Cfr. De ciuitate Dei, 16,42. 075 E)istu'a 26, 3,5 !@o )odr5a mostrar, con todas 'as fuer(as &ue e' 4e2or me infundiese, &ue todos a&ue''os te;tos &ue se citan )ara uti'i(ar 'a uti'idad de 'a mentira debenentende4rse de modo diferente,)ara &ue siem)re se manten-a inco'ume 'a verdad de 'os te;tos. 1or&ue si ta'es te;tos no debenser mentiras, tam)oco )ueden favorecer a 'a mentira!. 070 :e Fenesi contra manichdos" 4" 4B" 1B9 A= di9o )ios0 >"agamos al hombre a imagen y seme9an.a nuestra y tenga dominio sobre los peces del mar y las aves del cielo, y todos los animales y todas las fieras y sobre toda la tierra y todos los reptiles que se arrastran sobre la tierra, y las dems cosas que se narran hasta la tarde y la ma/ana, con las que se completa el da se+to=@. 076 :e Fenesi contra manichdos" 4"4B"1B9ASobre esta cuestin suelen los maniqueos poner el grito en el cielo con $anos e innsensatos discursos # mofarse de nosotros porque creemos que el hombre fue hecho a imagen # semejanza de :ios" pues atienden a nuestra figura corporal # preguntan los infelices9 )acaso :ios tiene narices # dientes # barbas # entra8as # todo lo restante que en nosotros es necesario< -on razn" pues dicen que suponer tals cosas en :ios es ridculo" a*n m!s" es impo creerlo? por tanto" niegan que el hombre fue creado a imagen # semejanza de :ios@. 07B At 0"75-70. 07G Lc 1" 1>. 072 ph 6"46.4B. 05> :e Fenesi contra maniqueos" 4" 4B" 1B9A, los cuales respondemos que cuando :ios quiere hacerse comprensible a los ni8os que le escuchan" se mencionan estos miembros en la di$ina scritura" no slo en los libros del ,ntigo Hestamento" sino tambin en los del 3ue$o" pues en ellos se habla de los ojos de :ios" de sus odos" de sus labios # de sus pies" # se anuncia que el Jijo se sienta a la diestra de :ios Padre? # el mismo Se8or dice9 no jures por el cielo porque es el asiento de :ios" ni por la tierra que es el escabel desus pies" # tambin dice de s mismo que con el dedo de :ios arrojaba a los demonios" mas todos los que espiritualmente calaron el sentido de la di$ina scritura comprendieron que por estos nombres no se han de entender los miembros corporales" sino las potencias espirituales" como cuando habla el ,pstol del #elmo o del escudo o de la espada o de otras muchas cosas parecidas@. 054 :e Fenesi contra manichdos" 4" 4B" 1G9 AAas sepan que en la (glesia -atlica los fieles de$otos no creen que :ios est! definido por forma corporal. Lo qque se dice que el hombre fue hecho a imagen de :ios se entiende del hombre interior donde reside la razn # la inteligencia" por las que domina los peces del mar # a las a$es del cielo" # a todos los animales # fieras" # a toda la tierra # a todos los repitles que se arrastran sobre la tierra?porque cuando hubo dicho9 =Jagamos al hombre a imagen # semejanza nuestra=" a continuacin a8adi9 ># domine a los peces del mar # a las a$es del cielo" etc." >para que entendiramos no haber dicho que el hombre fue hecho a imagen de :ios por el cuerpo" sino por aquel poder por el cual se somete a las bestias. Pues" todos los dem!s animales est!n sujetos al hombre no por causa del cuerpo" sino por el entendimiento que nosotros tenemos # del que carecen ellos@. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo cartes trata de hacer $er es que" m!s all! de lo facticidad de la semejanza externa" debe tenerse en cuenta el di$erso sentido en que deben considerarse ambas apelaciones a la duda. Aientras el primero conduce a la e$i- dencia del hombre como algo que existe como imago )ei entendido como una realidad completa de alma # cuerpo? el segundo nos remite a la e$idencia del #o como una substancia pensante e inmaterial. n conse- cuencia" es claro que el argumento de la duda no debe entenderse en :escartes en el mismo sentido que en el Padre de la (glesia. ,ntes de expedir una respuesta respecto a la posibilidad de que el pensador francs se ha#a inspirado realmente en el cogito agustiniano debe admitirse que ha# razones encontradas para suponer la realidad de la influencia. n efecto" por una parte" se puede anotar que9 4. :escartes normalmente no cita sus fuentes. s posible que ello se explique por su intencion de no dejar ninguna huella que permita establecer e$entualmente la influencia real de alg*n antecedente importante" 051 De uti'itate credendi, 6, 13 !Cr#eme, 'o &ue se $a''a en 'as Escrituras, es sub'ime * divino. ?''i est, 'a verdad abso'uta, 'a disci)'ina m,s adecuada )ara 'a restauraci/n * renovaci/n de 'as a'mas. De manera ta' &ue todo e' &ue beba de e''a &uede satisfec$o, su)uesto &ue se acer&ue a e''a devota * )iadosamente, como 'o manda 'a verdadera re'i-i/n!. 057 E; 3, 14. 055 Cfr. De Frinitate 1,2,4; 15,5,3; De anima et eius ori-ine, 4,5,6; De 'ibero arbitrio 3, 24, 35. 050 De Jenesi contra manic$Qos, 1, 3, 11.> De Jenesi ad 'itteram, 1,3,13; 1, 14, 26; 3, 24, 36. 056 Cfr. De Jenesi im)erfectus, 5, 22. 05B De Jenesi contra manic$Qos, 1, 6, 13; De JEnesi ad 'itteram, 5, 15, 33; 5, 16, 36, 05G De Jenesi ad 'itteram 5, 21, 42 * 43. 052 De Jenesi ad 'itteram im)erfectus, 1,1,2!9<a fe cat/'ica: dice &ue esta Frinidad es un s/'o Dios, * &ue e' cre/ * form/, en cuanto son, todas 'as cosas &ue e;isten, de ta' suerte &ue toda criatura, *a sea inte'ectua', *acor)ora', o )or decir'o m,s brevemente, se-Tn 'as )a'abras de 'a divina Escritura, visib'e o invisib'e, no fue formada de 'a natura'e(a de Dios, sino $ec$a de 'a nada, )or Dios, * nada $a* en e''a &ue )ertene(ca a 'a Frinidad, fuera de &ue 'a Frinidad 'a cre/ * e''a fue creada; )or tanto, no es ''%cito decir &ue e' universo de 'as creaturas sea consubstancia' a Dios, ni coeterno con C'!. 00> De Jenesi ad 'itteram, 6, 12, 21. 004 Cfr. De doctrina c$ristiana, 6. 001 Cfr. De Jenesi contra manic$Qos, 1, 13, 19. 007 Cfr. De Jenesi ad 'itteram, 1, 23. 005 Cfr. De doctrina c$ristiana, 1, 26. 000 De Jenesi ad 'itteram, 1, 16, 6i- 62. 006 De Jenesi ad 'itteram, 6 12, 25-26. 00B De Jenesi ad 'itteram, 9, 16, 29-30. 00G De Jenesi ad 'itteram, 11,5,3. 002 De &uantitate animQ, 34, 33 !?s5 como debe confesarse &ue e' a'ma $umana no es 'o &ue es Dios, as5 tambi#n debe )resumirse &ue entre todo 'o &ue cre/, es 'o m,s )r/;imo a Dios!. 06> De uera re'i-ione, 3, 13 !Conocida esta Frinidad,se-Tn es )osib'e en 'a )resente vida, ciertamene se ve &ue toda criatura inte'ectua', animada o cor)>rea, de 'a misma Frinidad creadora, recibe e' ser en cuanto es, * tiene su forma, * es administrada con )erfecto orden!. 064 Contra academicos, 3, 19, 42!7o $anfa'tado $ombres de suma a-ude(a * di'i-encia, &ue con sus discursos $an mostrado 'a concordia vi-ente entre 'as ideas de ?rist/te'es * 1'at/n, &ue s/'o a 'os o.os de 'os distra5dos e i-norantes )arecen disentir entre s5; as5, )ues, des)u#s de muc$os si-'os * )ro'i.as discusiones, se $a e'aborado una fi'osof5a )erfectamente verdadera!. 061 De 'ibero arbitrio, 3, 19, 54!"ui(,s se &ue.ar5an con ra(/n si no $ubiera $abido nin-Tn $ombre vencedeor de' error * de 'a concu)iscencia; )ero $a'',ndose )resente a' $ombre siem)re * en todas )artes e' 4e2or, &ue va'i#ndose de todas 'as criaturas, de mi' modos ''ama $acia s5 a' &ue de C' se a)arta; &ue ense2a a' cre*ente, consue'a a' &ue es)era, e;$orta a' &ue 'e ama, a*uda a' &ue se esfuer(a * &ue escuc$a a' &ue 'e invoca, no se te im)uta como cu')a )recisamente 'o &ue i-noras con i-norancia invencib'e, sino 'a ne-'i-encia en )rocurar saber 'o &ue i-noras; ni tam)oco se te im)uta como cu')a e' &ue no )uedas dar tT 'a sa'ud a tus miembrso $eridos, sino e' &ue des)recies a &uien &uiere * )uede curarte!. 067 Contra academicos, HHH, 19, 42!<as a'mas, ce-adas con 'as mu'tiformes tinieb'as de' error * o'vidadas ba.o 'as costras de 'as sordideces materia'es, *a &ue 'a ra(/n sut5'5smima nunca $ubiera a'can(ado e' mundo inte'i-ib'e, si e' sumo Dios, descendiendo con su misericordia a' seno de' )ueb'o, no $ubiera abatido * $umi''ado $asta tomar cuer)o $umano a' verbo divino, )ara &ue, estimu'adas 'as a'mas con sus )rece)tos, *, sobre todo, con sus e.em)'os, sin 'uc$as de dis)utas, )udiesen entrar en s5 mismas * vo'ver 'os o.os a 'a 1atria!. 065 4ermo 46, 3 !1or 'a fe entras en e' santuario de Dios, entras cre*endo, a)rendes com)rendiendo!. 060 E)istu'a 120, ad Constantium, 1,3!1ertenece a' fuero de 'a ra(/n e' &ue )receda 'a fe a 'a ra(/n en ciertos temas )ro)ios de 'a doctrina sa'vadora, cu*a ra(/n todav5a no somos ca)aces de )ercibir. <o seremos m,s tarde. 'a fe )urifica e' cora(/n )ara &ue ca)te * so)orte 'a 'u( de 'a -ran ra(/n!. 066 De Frinitate, 6, 5, 6 !1or&ue an$e'amos com)render, cuanto es )osib'e 'a eternidad, i-ua'dad * unidad de un Dios trino, antes de entender es necesario creer * vi-i'ar )ara &ue nuestra fe no sea fin-ida; )ues un d5a $emos de -o(ar de esta misma Frinidad, )ara vivir fe'ices!- 06B De -ratia C$risti et de )eccato ori-ina'i, 1, 12, 13 !<a -racia $ace &ue nosotros no s/'o cono(camos 'o &ue se $a de e.ecutar, sino tambi#n &ue, una ve( conocido, 'o e.ecutemos, * &ue no s/'o creamos 'o &ue se $a de amar,sino tambi#n &ue, una ve( cre5do, 'o amemos! 06G E)istu'a ad Consentium, 120,3.14 !Fu, car5simo, ora intensa * fie'mente )ara &ue e' 4e2or te d# e' entender, * as% )uedan serte fructuosos 'os avisos &ue desde fuera te ofrece 'a inte'i-encia de 'os maestros * doctores!. 062 4. )e vera religione, (4,A@0 >Eo te quedes fuera, vuelve a t mismo, en el hombre interior habita la verdad>. 0B> De vera re'i-ione, 39, 32!7o &uieras derramarte fuera; entra dentro de t5 mismo, )or&ue en e' $ombre interior reside 'a verdad; * si $a''ares &ue tu natura'e(a es mudab'e, trasci#ndete a t5 mimso, mas no o'vides &ue, a' remontarte sobre 'as cimas de tu ser, te e'evas sobre 'tu a'ma, dotada de ra(/n. Encamina, )ues, tus )asos a''5 donde 'a 'u( de (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo en este caso" del Dbispo de Jipona. Lo que se comprendera por su intencin de $ol$er a comenzar todode cero. 1. l hecho de que ,gustn ha#a insistido sobre la duda en muchos lugares permite suponer que ella no constitu#e una cuestin secundaria en su doctrina" ni mucho menos. .azn por la cual es difcil que esa parte de su doctrina no ha# sido bastante conocida. 7. ,unque" se insista en la tesis de que :escartes no ha#a conocido a todos los representantes de la tradicin agustiniana que" sin solucin de continuidad" se sucedieron a lo largo de toda la dad Aedia" es razonable pensar que no pudo ignorarlos a todos. 5. :e hecho se puede establecer una estrecha relacin personal con gente que sin duda conoca bien la doctrina agustiniana" como es el caso del P. Aersenne # el cardenal :e %erulle. 'a ra(/n se enciende. 1ues, )ad/nde arriba todo buen )ensador sino a 'a verdad0 <a cua' no se descubre a s5 misma mediante e' discurso, sino es m,s bien 'a meta de toda dia'#ctica raciona'. 85ra'a como 'a armon5a su)erior )osib'e * vive en conformidad con e''a. Confiesa &ue tT no eres 'a verdad, )ues e''a no se busca a s5 misma, mientras tT 'e diste a'cance )or 'a investi-aci/n, no recorriendo es)acios, sino con e' afecto es)iritua', a fin de &ue e' $ombre interior concuerde con su $u#s)ed, no con 'a fruci/n carna' * ba.a, sino con subid5simo de'eite es)iritua'!. 0B4 De 'ibero arbitrio, 2, 19,53 !E' ma' consiste en su aversi/n a' bien inconmutab'e, * 'a conversi/n a 'os bienes mutab'es!. 0B1 . 1<PFH7P, Enneadas, '.1. 64, lneas 2 ! :17. 0B7 . 3o ha# duda respecto a que ,gustn ha debido leer al menos algunos libros de Plotino. Seg*n el pensador egipcio ha# una primera substancia" el =no. :e ella procede por generacin la 3ente o No%s" que es imagen del =no. l =no" a su $ez engendra el ,l#a %ni9ersal. ntre estas tres realidades se establece una jerarqua ontolgica. l proceso sucesi$as generaciones supone una cierta degradacin a medida que se $a alejando del punto de partida. Su trmino final es la 3ateria" engendrada por el ,l#a %ni9ersal. l =no" de su#o es luz" que brilla e ilumina desde dentro a todos los hombres. 0B5 Platn( Red/n, 64e-65b. 0B0 Cfr. PL,$@N( ?)o'o-5a, D-D< 0B6 . Jenesi, H,26. 0BB Jen 1,23. 0BG . 8att$., :1,@I0>,i alguno quiere venir en pos de mi, ni&guese a s mismo>. 0B2 . E)$ 4,20-23!1ero no es #ste e' Cristo &ue vosotros $ab#is a)rendido, si es &ue $ab#is o5do $ab'ar de #' * en #' $ab#is sido ense2ados conforme a 'a verdad de `e sTs a des)o.aros, en cuanto a vuestra vida interior, de' $ombre vie.o &ue se corrom)e si-uiendo 'a seducci/n de 'as concu)iscencias, a renovar e' es)5ritu de vuestra mente, * a revestiros de' Gombre 7uevo, creado se-Tn Dios, en 'a .usticia * 'a santidad de 'a verdad!. 0G> 2 Cor 4, 16!8ientras nustro $ombre esterior se corrom)e, nuestro $ombre interior se renueva ded5a en d5a!. 0G4 Confessiones, 3, 6, 11 !Fu estabas dentro de mi, m,s interior &ue 'o m,s 5ntimo m5o * m,s e'evado &ue 'o m,s sumo m5o!. 0G1 4o'i'o&uia, 2, 15, 23!8u* a.eno es a su c'emencia abondonar a 'os &ue inda-an 'a verdad!. 0G7 PL,$IN/( EnAada I()(5. 0G5 PL/$IN/( En#ada DH, 3. 0G0 PL/$IN/( ENB,C, 5( <( <. 0G6 PL/$IN/( EnAada <( D(7. 0GB Cfr. De ciuitate Dei, 10,23. 0GG PL/$IN/( Enneada 5, 1,6; 5,1,10; 5,4,1. 0G2 .fr. PL/$IN/( 5( <( )5> 1( )( 19. 02> De Frinitate, 3, 1, 1; 3,5,10; Confesiones, 1, 6, 10; De natura boni, 19. 024 4o'i'o&uia, 1, 6, 15; De Frinitate 5, 1, 2. 021 . Confesiones, 3,10,16!@ amonestadode a&u5 a vo'ver sobre m5 mismo, entr# en mi interior, -uiado )or FH; * 'o )ude $acer )or&ue FT te $iciste mi a*uda!. 027 De &uantitate animQ, 14,24!Cr#eme, cosas -randes, mu* -randes, $emos de )ensar de' a'ma, )ero sin ima-inarnos mo'e a'-una. Esto 'o consi-uen m,s f,ci'mente. o bien a&ue''os &ue, instruidos,vue'vensu consideraci/n a estas cosas, no )or deseo de vana-'oria, sino inf'amados )or e' amor divino de 'averdad, o bien a&ue''os &ue, dedicados *a a investi-ar estas cosas, aun&ue viniesen menos instru5dos a 'a investi-aci/n, se )restand/ci'es a 'as ense2an(as de 'os buenos * se a)artan, en cuanto esta vida 'o )ermite, de toda fami'iaridad con 'os cuer)os. Es im)osib'e, )ues, )or es)ecia' )rovidencia divina, &ue a 'as a'mas re'i-iosas &ue )iadosa, casta * di'i-entemente se bus&uen a s5 mismas * a su Dios, es decir, 'a verdad, 'es fa'ten 'os medios suficientes )ara conse-uir'o!. 025 . 4o'i'o&uios, 2,6,9!Dios, &ue eres siem)re e' mismo, &ue *o te cono(ca a F5 * me cono(ca a m5. Esta es mi )'e-aria!. 020 ,oliloquia, @, 1, 40 >)ios, #adre nuestro, que nos e+hortas a la oracin, que tambi&nconcedes lo que se te pide. #orque cuando te rogamos, vivimos me9or, y somos me9ores, esc8chame, porque voy agitado a trav&s de estas tinieblas, alrgame tu diestra. ,ocrreme con tu lu., aprtame de los errores. #ara que con tu direccion vuelva dentro de m para volver hacia -i. *m&n>" 026 De &uantitate animQ, 26,55!Esto es abso'utamente im)osib'e si no nos transformamos en su ima-en, 'a cua' nos di/ a -uardar, como a'-o de muc$o va'or * estimad5simo, cuando nos entre-/ nuestro ser a nosotros mismos, * ta' &ue nada se )uede )referir fuera de C' mismo. 1ero nada me )arece m,s dificu' toso &ue este traba.o, * nada es m,s )ro)enso a 'a interru)ci/n. Con todo, no )uede e' a'ma com)render'a, ni consumar'a, si no 'e a*uda e' mismo a &uien se entre-a. De donde resu'ta &ue e' $ombre $a de ser reformado )or 'a c'emencia de ?&ue' &ue 'e cri/ con su )oder * bondad!. 02B De uera re'i-ione, 39,32!7o &uieras derramarte fuera; entra dentro de t5 mismo, )or&ue en e' $ombre interior $sbita 'a verdad. @ si $a''ares &ue tu natura'e(a es mudab'e, trasci#ndete a t5 mismo, mas no o'vides &ue, a' remontarte sobre 'as cimas de tu ser, te e'evas sobre tu a'ma dotada de ra(/n. Encamina, )ues, tus )asos a''5 donde 'a 'u( de 'a ra(/n se enciende. 1ues, )a d/nde arriba todo buen )ensador sino a 'a verdad0 <a cua' no se descubre a s5 misma mediante e' discurso, sino es m,s bien 'a meta de toda dia'#ctica raciona'. 85ra'a como 'a armon5a su)erior )osib'e * vive en conformidad con e''a. Confiesa &ue tT no eres 'a verdad, )ues e''a no se busca a s5 misma, mientras &ue tT 'e diste a'cance )or 'a investi-aci'/n, no recorriendo es)acios, sino con e' afecto es)iritua', a fin de &ue e' $ombre interior concuerde con su $ues)ed, no con 'a fruici/n carna' * ba.a, sino con subid5simo de'eite es)iritua'!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo 0. l hecho de que ambos autores se ha#an $alido del recurso al cogito para responder a las objeciones de la posicin escptica 4>42 .. 6. Hampoco se puede descartar la posibilidad de una incidencia indirecta de ,gustn sobre :escartes. :e alguna manera hubo una cantidad de autores que sostu$ieron al cogito como un hecho de conciencia primario e indubitable9 ,ristteles" San ,gustn" San ,nselmo" Santo Hom!s" scoto riugena" nrique de ,uxerre" /uan de Salisbur#" Jogode San 'ctor" :uns Scoto? #" en su tiempo" =rancisco S!nchez" Fmez Pere#ra" -ampanella" Fuillermo de 'air" ,tanasio .hetor" P. Sirmond" P. Silhon" La Aothe-le-'a#er. Pero las razones en contra tampoco son de desde8ar 4>1> . ; stas se fundan en el incontro$ertible hecho de que el cogito tiene en ,gustn # :escartes una distinta significacin. Aientras para el primero la apelacin a la duda estu$o orientada a responder con un argumento ad hominem a las objeciones de los escpticos? en el segundo se constitu# en la base misma de su sistema filosfico. Se8ala el P. 'ictorino -ap!naga al respecto9 >*qu hallamos una diferencia notable entre el pensamiento de )escartes con su Qcogito, ergo sumQ y el de 02G Confessiones, 3,10,16; 10,6,9. 022 Enarrationes in 1sa'mos, 139,15. 6>> Hn Hoannem Euan-., 33,5. 6>4 De duabus animabus, 6. 6>1 4ermones, 13,3; 15,3; 16?3; 25,4; 34,3; 42,3; 43,13; 49,5; 52,13; 52,16; 52,22; 53,15; 61 ?5; 63 ?1; 32,5; 33,?2; 36,9; 66,5; 90,6; 102,2; 106,4; 103,9; 154,3; 154,?2; 156,3; 159,6; 159,9; 161,6; 161,9; 164,14; 169,16; 133,3; 136,3; 136,10; 139,?3; 161,4; 265,C1; 290,4; 2993; 301 ?5; 311,13; 341,?3; 346,2; 351,3. 6>7 De duabus animabus, 6 !Gabr5a vue'to de nuevo a mi interior, me $abr5a )ostrado ante Dios, $abr5a -emido desde 'o )rofundo )idiendo &ue no tuviese &ue sufrir e' &uedar anc'ado en mitad de camino, $asta donde *o $abia ''e-ado con ar-umentos v,'idos!. 6>5 Confessiones, 3, 10, 16!@, amonestado de a&u5 a vo'ver a m5 mismo, entr# en mi interior -uiado )or t5; * )Tde'o $acer )or&ue tT te $iciste mi a*uda!. 6>0 Enarrationes in 1sa'mos, 139, 15!4iem)re &uieres estar afuera * re$Tsas estar dentro. E' &ue te ense2a est, dentro. Cuando tT ense2as, sa'es fuera a 'os &ue est,n afuera. En e' interior o5mos 'a verdad, )ero $ab'amos a 'os &ue est,n fuera de nuestro cora(/n!. 6>6 De &uantitate, animQ, 33, 30-36. 6>B Cfr. De anima et eius ori-ine 11,22; De ordine, 2, 6, 19; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 3,4;6,2, De Frinitate, 12, 1,1; De 'ibero arbitrio, 3, 23, 69; De &uantitate animQ,26,54. 6>G Cfr. De &uantitate animQ, 13,22; 33,30; De Jenesi ad 'itteram 3,1,1; Contra academicos, 3, 13,36; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium,20,12;De Frinitate, 6,6,9; 10,3,9; 12,3, 10; De uita beata, 2,3;De ordine 2, 5,13; E)istu'a 166,3; 190,4;202,13. 6>2 Cfr., De anima et eius ori-ine, 1,14,21; 1,15,25; 1,14,13; 1,19,34, 2,6,10; 2,15,21;4,4,5; De Jenesi ad 'ittteram, 10,6,9; 10,10,13; E)istu'Q 160,5; 190,1; 202,b; 202,13. 64> Cfr. De &uantitate animQ1,1; 2,3; 3,4; 5, 9; 14,23;15,25;15,26, 16,23; 16,26;13,29; 19,33;22,40; 23,41; 30,56; 32,66; De anima et eius ori-ine, 1,5,5;2,4,3; 4,2,2; 12,13; 21,35. 644 Cfr. Confessiones, 10,14,21; 4o'i'o&uios, 1,1,5, 1,6, 12; 2,3,3; De Frinitate, 5,10,13;10,6m11; 10,11, 16; De anima et eius ori-ine, 4,14,19;4,19, 30 ; De &uantitate animQ,13,22; 14, 24; De uera re'i-ione, 3, 3. 641 De uera re'i-ione, 45,63; De ordine, 2, 6,16; De Jenesi ad 'ittera, 3, 20,26;3,24,35; 3, 23,36; De Frinitate, 3,3,6; 3,6,15; 4,1,3; De &uantitate, animQ5.3;22.3b; De 'ibero arbitrio, 3,9, 23;3,25,35; De anima et eius ori-ine, 4, 5, 6; 4,6,3; De diuitate Dei, 21,3. 647 Cfr. 25,43,46; De continentia, 4,11; 6,21; De anima et eius ori-ine, 4,2,2; De ordine, 2, 19, 49; 2, 11, 31; De Frinitate, 3, 4,3; 13, 6, 11; 15,3, 11; Confesiones, 1,1,1; 4o'i'o&uia, 1, 2, 3; Fracttus in Hoannis Euan-e'ium,96,3. 645 Cfr. Confessiones, 1,6,3, 1,20,31; 3,21,23; De uita beata,1,1; De &uantitate, animQ; De natura et -ratia, 55,65; De anima et eius ori-ine, 1,13,23; De 'ibre arbitrio, 2,1,2; 2,13, 45. 640 Cfr. De Frinitate, 12,11, 16;14,2,4;14,4,6; Fractatus in Hoannis Euan-e'um,3,4; 5,12; 15, 19; De Jenesi contra manic$Qos, 1, 13, 26; De doctrina c$ristiana , 1,22, 20; 4ermo 161,6; Contra academicos, 1,2, 5; 3,12,23; Confessiones, 13,6, 9; De -ratia C$risti et )ecc., 2,40, 46; De Frinitate, 14, 4,6; 14,6, 11; De )rQdestiatione sanctorum,15,31; 4ermo 110,2. 646 Cfr. Fractatus in Hoannis Euan-e'ium,16,3; De ci'uitate, Dei 12,21; Confesiones,3,3,11;13,32, 43; De 4ermone Domini in monte, 2,15,51; 4ermo 43,3; De Jenesi contra manic$Qos ,1,16, 29; 1,20, 31; De ordine , 2,19, 49; De 'ibero arbitrio 3,24, 32. 64B Cf'r. De uera re'i-ione, 44, 62; De Jenesi ad 'itteram im)erf. 16,53; 16, 61; 4ermo 43, 3; De Frinitate, 15, 1,1; Confessiones, 3,3,12, 4, 3,4; 13,23,32; E)istu'a 123,6; 143,44; De Frinitate, 3, 6,12; 9, 2, 2; 12, 3, 12; 15, 3, 11; De Jenesi ad 'itteram,3,20, 30; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium 23,10. 64G Cfr. De 'ibero arbitrio, 2,6,13; 2, 16, 46; De &uantitate, animQ, 1,2;De anima et eius ori-ine, 1,13,26; De Frinitate, 2,2,2; 6, 2,3, 6,3,4; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 2, 14; 20, 10; 26, 13; 43, 12, 96,3, Confessines, 10, 6,9; 10, 13, 26; De beata uita, 2,3;De ordine 2,2,6; De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ, 1,4,6; De continentia, 6, 19; De ciuitate Dei, 13,24;19, 3; 21,3; De 'ibero arbitrio, 2,16,46. 642 -fr.De anima et eius ori-ine, 4,5,6; 4,14,20; De Frinitate, 4,3,6; 11,1,1; 12,1,1; 12,6 13; De ma-istro H, 2; 11,36; 12,39; 12,40; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium,16,10; 93,1; Confessiones, 3, 10, 16,3, 21, 23; 10,6,6; 11,6,6;De ordine 2,11,30; 4ermo 53,15; 4erm 53,15, Sera re'i-ione 26, 46; 26,49; 40,34; 41,33, De 'ibero arbitrio, 1,6,14;1,6, 16. 61> Cfr.Confessiones, 1,1,1; 1,2,2; 1,4,4; 1,5,5; 1,20, 31; 2, 10, 16; 3,2,3; 3,6,11; 4,12,16; 10, 21, 31; 10, 22,32; 13, 6, 9; De moribus Ecc'esiQ Cat$i'icQ 1,3,5; 1,12,21; De Frinitate, 1,6,11; De uita beata,3,19; 4,35; E)istu'a 116, 15; De 'ibero arbitrio,3,25,36; 4ermo 123,5; 133,6; De ordine 3, 3,20. 614 Cfr. De 'ibero arebitrio, 1,1,3; 1,3,16; 2,3,3; 2,12,34; De Frinitate 14, 3,10; Contra 9, 23; Fractatus in Hoannis Euasn-e'ium, 3,4; Confessiones, 3,6,11; 10,11, 16; 13,23,33; De Jenesi ad 'itteram 9, 16, 2. 611 Sera re'i-ione, 26,49; De 'ibero arbitrio,1,9,10; 1,9, 19;1,10,21; De Frinitate, 5,1,2; 9, 2,2; 12,1,1; 15, 3, 11; 6, 9, 10; 14, 16,22; De ciuitate, Dei 11,2; De uera re'i-ione 3,3; 3,13; 25, 43. 617 Cfr., De 'ibero arbitrio, 2,19, 51; Confesiones,10,6,15, 10,13,26; De anima et eius ori-ine, 4,3, 9; De Frinitate, 11,6,14; Confessiones, 10, 13,20; De 8a-istro 12,39; E)istu'a 3,1; Contra academicos, 2,9, 22; 4o'i'o&uia, 1,1,1. 615 Cfr. De ordine 2,2, 6; De ordine, 2,2,6; 2,2,3; De &uantitate animQ, 5,6; Confessiones, 1,6, 13; 10,6,12; 10,6,13; 10, 16,24;10, 13,26. 610 De &uantitate animQ, 33,23; Confessines, 10,9,16; 10,12,19; 10, 14,21; 10,24,35. 616 Cfr. De 'ibero arbitrio,1,12,24; 2,16, 43; 3,13, 43; 3,25,34; De Frinitate, 11,2,5;11.6.10,13,3,6; 14,3,10; De s)iritu et 'ittera, 31,53; De &uantitate, animQ, 22,36. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ,an *gustn con la percepcin del mundo interior, mucho ms luminoso y rico que el del filsofo franc&s. ,an *gustn no pretende fundar una ciencia trascendental con la base de la intuicin de la conciencia, porque sabe que hay verdades reales y leyes cannicas para el universo. Eo pens en derivar el orden de las ver! dades del hecho elemental de la certe.a de la conciencia> :;@: .. K-u!l de las dos opiniones tiene ma#or peso< )La de los que sostienen que ha# tal semejanza entre el cogito cartesiano respecto del agustiniano que no puede menos que conjeturarse que el pensador francs real- mente tom del ,fricano lo que habra de constituir el meollo mismo de su sistema filosfico< )D bien" la de los que opinan que" a despecho de que todas las apariencias estn en contra" debe reconocerse que las diferencias entre uno # otro obligan a inferir que" al menos" en $irtud de ellas" :escartes fue original< n rigor" ambas posiciones pueden encontrar bastantes puntos de conciliacin. 3o ha# duda de que las coinci- dencias entre uno # otro enfoque son tantas que no se pueden disimular de ninguna manera" -sera interesante rastrear los textos m!s a fondo -lo que obligara a pensar que :escartes bien puede haber ledo a ,gustn. Por 61B Cfr. De Frinitate, 6, 3,4; 11,6,10; E)istu'a 43,5; De 'ibero arbitrio 1,14,30; De ciuitate Dei, 5,10; De corre)tione et -ratia,14,45; De -ratia et de 'ibero arbitrio, 20,41; De -ratia C$risti et de )ecc., 1,24,45; De )eccatorum meritis et remiss., 2, 5,5; De )atientia, 16,13; De diuersis &uQstioni bus ad 4im)'icianum, 1, 2,10; De ciuitate -Dei 5,9; De Friitate, 11, 6,10; Confessines 6, 5,10; 6,5,11,; 6,10,22. 61G Cfr. De 'ibero arbitrio, 1,14,30; 2,19, 53, 3, 13,43; 3,13,46; De ciuitate Dei, 12,6, 12,3; 12,6; De )atientia, 24,21; De Friitate, 13,5,6. 612 Cfr. De 'ibero arbitrio 1,12,24,1,12,25; 1,12,26,1,13,23;1,13,29; 1,14,30; 2,19, 53; De )eccatorum meritis, 2,16, 26; De )atientia 25,22; En&uiridion,32,9; De diuersis &uQstionibus ad 4im)'icianum, 1,2,12. 67> Cfr. En&uiridion, 93,24, 100,26; 101,26; 102,26; 103,23; 104,26; 103,26; De )rQdestinatine sanctorum,11,21. 674 De ordine, 2, 19, 51!<a a'can(ar, e' &ue vive bien, e' &ue ora bien, e' &ue busca bien!- 671 8t 5,6!Ra'ices 'os )uros de cora(/n, )or&ue e''os ver,n a Dios!. 677 Cfr. 4o'i'o&uia 1,6,13; De &uantitate animQ, 16,23; De Frinitate, 6, 3,10; De ciuitate Dei 4, 21; 15, 22; 19,10; De moribus Ecc'esiQ Cat$i'icQ, 1, 6, 9; 1, 15, 25; e)istu'a 155,13; 163, 15; 675 Cf'r. Contra academicos, 1,6, 22; De Frinitate, 6,4, 6; 14,9, 12; De ciuitate Dei 1, 16,; 4, 20;4, 21; 5, 12,4; 5, 16; 5,19; 6,6; 19,3; De bono coniu-a'i, 21,25; De &uantitate animQ,16,23; Confessiones, 2,3,15; 4,15,24; E)istu'a 163,6; 163,10; De ordine 2,10,29; 2,20, 52; De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ,1,1,2; 1,6,9; 1,31,66; Deuita beata, 3,22; Contra duas 'e)istu'as )e'a-ianorum, 3,3,19. 670 Cfr.Fractatus i Hoannis Euan-e'ium,63,3, 4ermo 53,11; 105,5, 156,6; En&uiridion, 3,1; 3,2; 6,2; E)istu'a 130,16,24; 131; De doctrin ac$ristiana 1,39, 43; De ciuitate Dei 19,25; 22,30, 1. 676 Cfr. De 'ibero arbitrio 1,13,23; De Jenesi contra manic$Qos, 11,10, 13; De Frinitate, 14, 9,12; E)istu'a 155,9; De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ, 1,10, 13; 1, 15,25; 1,16,26; 1, 25, 46. 67B 3fr. De ciuitate Dei, 10, 16; 11, 26; 5,10, 20; 20,2; Denatura boni 33. 67G Cfr. De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ, 2,6, 11; De 'ibero arbitrio 2,19, 53; De uera re'i-ione 20,39; 7atura boni, 36. 672 Cfr. En&uiridion, 10,3; 23,6; 24,6; De moribus Ecc'esiQ Cat$i'icQ, 2,2,2; De 'ibero arbitrio,1,1,1; 1,16, 35, 3,13,46; Confessiones, 3,3,4, 3,5,3; De ordine, 2,3,22; 2,3,23. 65> Cfr. De 'ibero arbitrio,1,3,6; 1,1,2;1,3,3; De ciuitate, 20,2; 22,23; De natura boni, 22; De mendacio, 16,36; De )eccatorum meritis, 2,33,53; 2, 29,53. 654 Cfr. En&uiridion 11, 3,; De Frinitate, 4,13,16; 13, 16, 20; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium 23,10; De )rQdestinatione sanctorum,16,32; De continentia, 6,15; De ciuitate Dei, 22,1; De natura et -ratia, 24,46; Confessiones, 5,2,2; De ordine, 1,1,1; 1,6,16;2,4,12; De diversis &uQstionibus ad 4im)'icianum, 1,2,20. 651 De &uantitate animQ, 35, 39. 657 Cfr. De Frinitate, 5,1,2; 4o'i'o&uia 1, 6, 15; De 'ibero arbitrio 3, 21, 59; 4ermo 2,5; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 13, 5; 20, De doctrina c$ristiana, 1,6,6; 1,3,3. 655 Cfr. De moribus Ecc'esia Cat$o'ica, 1,14,24; Confessiones, 1, 6, 9; 1, 6, 10; 4, 4, 11; 13, 31, 46; De 'ibero arbitrio, 3, 3, 21; De Frinitate, 3, 1, 1; 3, 5, 10; 15, 5,3,Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 2, 2; 36, 10; 19, 11; 20, 4, 99, 5. 650 Cfr. Confessiones, 1, 4,4; De 'ibero arbitrio, 1, 2, 5; 4o'i'o&uia, 1,1, 3, De natura boni, 1, De Frinitate, 5, 10, 1; 6, 1, 2, 6, 4,6, 3,1, 1; 15, 5, 3; De uti'itate credendi, 15, 33; )assim. 656 Cfr. De Frinitate, 12, 14, 23, 15, 13, 22; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 99, 4; De diuersis &uQstionibus ad 4im)'icianum,2, 2, 2; De 'ibero arbitrio 3, 2, 4. 65B De ciuitate Dei, 5, 10; 11, 21; 21, 16; 22, 2; Confessines, 3, 4, 6;11, 10, 12; De Frinitate, 3, 10, 19; 6, 5, 3; De corre)tione et -ratia, 14, 44; De natura et -ratia; 3, 6; 43, 50; 49, 53; 69, 63; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium 106,5; )assim. 65G Cfr. De Jenesi ad 'itteram, 1, 16, 36, 5, 12,26; 5, 20, 40; 6, 19, 36; Confesiones, 1, 2,2; 1, 20, 31;1, 6,3; 1,3,12; 3, 1,2; 12, 3,3; 13, 33, 52; 4o'i'o&uia, 1,1,2; 1,1,4; De 'ibero arbitrio, 3,5,12;3,11,32,3,12,35, 3, 15, 42, 3, 22,65; 3,23,30; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 2,10; De uera re'i-ione, 11, 21; e)istu'a 164, 6;Deordine,1,3, 13. 652 Cfr. confesiones, 1,1,1; 1,4,4; 1,5,5; 2, 10, 16; 5, 6, 10; 10, 6,10;10, 22,32; 13, 31,30; 13,36,51; De moribus Ecc'esiQ cat$o'icQ, 1, 11, 16; 4ermo, 24,3, 26, 2; 33, 2, 55, 6; 62,2; 65, 5; 32, 3; 126, 3, 123, 6; 142,3; 156, 2; 156,3; 254,6, De uita beata, 3,13; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 19, 12; 63, 1; De Jenesi ad 'ittera, 12, 31,59; De 'ibre arbitrio, 3, 21, 61; 3, 16, 45, DE &uantitate animQ,1,2;34,33; De uera re'i-ione, 31,53;55,110; De natura boni,11; 31 De doctrina c$ristiana 1, 6, 6; De ordine, 2, 20,52; De -ratia et 'ibero arbitrio, 21,43; De s)iritu et 'ittera, 24,4; De natura et -ratia, 23,25; De Frinitate, 13, 12,1. 60> 4o'i'o&uia, 1, 6, 15; 1,6,13; 1, 15,23, 2,1, 1; De ciuitate Dei 22, 29, 5; De 8a-istro, 12,39; De Frinitate, 9, 6, 9; 9,12, 16; 11, 9, 16; 12. 6, 13, 14, 10, 13; 15, 10, 13; De &uantitate, animQ, 15, 25; De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ, 2, 11,20; De ordine, 2, 9, 26;2, 13,45; De anima et eius ori-ine, 4,19, 30; De uera re'i-ione, 53,103, De a-one c$ristiao, 13,14; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 14,3; E)istu'a 3,2. 604 4o'i'o&uia 1, 2, 3;1, 6,12; 1,6,15;2,15,23; De Jenesi ad 'itteram, 4,23,40., 601 4ermo 126, 1; 113,3; De diuersis &uQstionibus ad 4im)'icianum, I2,2,1-4; 4o'i'o&uia, 1,3, 6; 1,4,10; 1,5,11;1,6,15; 1,9, 16; 1,10, 13; De uera re'i-ione, 35,65; De 'ibero arbitrio, 2, 2, 5; De Frinitate, 4, 1; 5,1,2; 3,4,3;15,1,1; 15,2,2; De uita beata, 1,4; De Jenesi ad 'itteram,5,16,34; E)istu'a 143,1; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 23,9. 607 Cfr. De Frinitate 4,1; 4, 1,2; 10,5,3; 10,3,5, 10,4,6; De anima et eius ori-ine, 4, 6,12; 4,6,12; Confessiones, 6,3,16; 6,3,13; De ordine, 1,1,3; 2,10, 29; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium,11,2. 605 4ermo 43, 30 !1ues, C' nos )osee a nosotros * nosotros 'e )oseemos a C'. 9...:. C' nos )osee )ara cu'tivarnos; nosotros )ara adorar'o!. 600 De uera re'i-ione, 39, 32. 606 Contra academicos, 3, 14, 31 !4i me )re-untas, d/nde $a''a e' sabio 'a sabiduria, te res)onder# &ue en s5 mismo!. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ejemplo" comp!rese un pasaje donde :escartes manifiesta sus intenciones al escribir sus Meditaciones el texto del epigrafe que pertenece a San ,gustn9 >*hora, despu&s de haber reconocido suficientemente los sentimientos de los hombres, procurar& de nuevo tratar de )ios y del alma humana y al mismo tiempo, poner los fundamentos de la filosofa primera, pero sin esperar ning8n elogio del vulgo ni que mi libro sea e+aminado por muchos> 6#refacio7. >! ))ices que quieres conocer a )ios y al alma7 ! Es todo lo que busco. ! )= nada ms5 60B Cfr. De uti'itate credendi, 15, 33. 60G Cfr.Fractatus in Hoannis euan-e'ium, 36,10. 602 Cf'r. Confessiones, 3, 4, 6. 66> 4o'i'o&uia, 1, 2,3 !?-ust5n -"uiero conocer a Dios * a' a'ma. Ba(/n -)7ada m,s0 ?.- 7ada m,s!. 664 . )e vera religione, (4, A@0>= si hallares que tu naturale.a es mudable $...%>. 661 Cfr. De &uantitate animQ, ca).31. 667 Cfr. De &uantitate animQ, ca). 32. 665 De &uantitate animQ, 1, 1!"uiero saber de d/nde viene e' a'ma, &u# es, su cantidad, )or &u# fue dada a' cuer)o, &u# estado ado)ta cuando se une a' cuer)o, * &u# ocurre cuando de #' se se)ara!. 660 4ermo, 96 ?2; Cfr. 4ermo 139 ?3; 330,3. 666 Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 29,3!)"u# cosa es tantu*a coo tu mismo0 )@ &u# cosa tan no tu*a ocmo tT si 'o &ue eres es de a'-uien0! 66B Cfr. De 'ibero arbitrio, 2, 15, 39. 66G Cfr. De Frinitate, 10, 6, 11-10,16. 662 Cfr. 4o'i'o&uia, 2,13, 24. 6B> Cfr. De natura boni, 19; De 'ibero arbitrio, 2, 6, 14; 2, 13, 45; 3, 6, 16; 3, 3, 21;3, 6, 22; 3,23,69; Confessiones, 1,6,10; 3,11, 13; 3,12,19; 13,31,46; De ciuitate Dei, 11,23; 12,2; De uera re''i-ione, 16, 36; De Jenesi ad 'itteram, 4,3,3; 4,5,11; 5,15,33; 6, 10, 13; 6, 16, 23, 6, 13, 26; De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ, 2, 6, 6. 6B4 Cfr. De Frinitate, 3,6,11; De 'ibero arbitrio 3,13,36, Confessiones, 3,19, 25;De 'ibero arbitrio, 3,13,36, 3, 16, 42; De anima et eius ori-ine 2,3,5; E)istu'a 11,3; De ordine, 1,5,12; De uera re'i-ione, 2,2;43,36; De ciuitate Dei, 11, 22; De natura boni,1,3.9.5.13.36; 10; De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ,2,1,1; De Frinitate,13,3,6;15,4,6. 6B1 Cfr.De anima et eius ori-ine,4,2,3; De uera re'i-ione, 16,30; De 'ibero arbitrio,3,14,39; 3,19,54; 3 20,56, De natura boni, 5; De Frinitate, 13,12,16; 15, 6,14; De )rQdes- tinatione sanctorum,5,10; De dono )erseuerantiQ,3,13; E)istu'a 106,26; De natura et -ratia,3,3; De )eccatorum meritis remiss., 1, 16, 21, 2, 22,36; 2,23,33; De natura et -ratia,51, 59; 53,62; Contra duas e)istu'as )e'a-ianorum, 2, 4, 6; De uera re'i-ione, 46, 66. 6B7 Cfr. De 'ibre arbitrio 3, 13,36; De Frinitate, 1,6,9; 3,4,9; Confessiones, 12, 6,6; 12,11, 11; En&uiridion 13, 4; De uera re'i-ione, 3,13, 20,36; 20, 39; 23,44; De moribus Ecc'esiQ,2, 6, 11. 6B5 Cfr. 6B0 Cfr. Contra academicos 2,9, 22; 4o'i'o&uia, 1, 15, 23; 1, 15, 26; 2,2,2; 2,4,5;2,5,6; 2,10, 16; 2, 14, 25; De 'ibero arbitrio 2,10, 26; 2, 12, 33; De uera re'i-ione, 3,3; 25, 45; 30,54; 30,56; 33, 61; 36,66; , 49, 96; De Frinitate, 6,9,2; Confessiones, 6, 5, 6; 6,11, 16; 6. 14.24; 3, 13, 23; Contra academicos, 2,36; 2,4,10. 6B6 Cfr. De Frinitate, 5,5,6; 5, 6,3; 5, 16, 13; 5,6,9; 5,10,11; 5, 11,12; 5,13,14; Fractus in Hoannis Eua-ne'ium, 39,4; 4ermo 213,3. 6BB Cfr. 4ermo 61,3; 32,6, De 'ordine, 1,6,16; 2,1,2; En&uiridion, 23,6; 61,3. 6BG Cfr. Confessiones, 3,12,16; 13, 26, 43; 13,31,46; 13, 34, 49. 6B2 Cfr. De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ,1, 6, 13;2,1,1; 2,4,6; 2,11,24; 4o'i'o&uia 1,16; De Fri nitate, 6, 3,4;12,12,13; De natura boni 1;6; 12; De ordine, 2,1,2; Confessiones, 1,6,3;4,12, 16; De uera re'i-ione,16,35; De 'ibero arbitrio,2,16, 43. 6G> Cfr. E)istu'a 12,4; De natra boni, 1; 3; 14; 30; De 'ibero arbitrio,2,19, 50; 4o'i'o&uia,1,1,15; 1,11, 19; De 'ibero arbitrio,2,19, 50; Contra academicos, 1,1, 2. 6G4 Cfr. De ciuitate Dei, 10, 16; 11,26; 19,3, 19,4; 20, 2; De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ, 1,3,5, 1,5,3; Confessines, 5, 10, 20; De natura boni, 16; 33. 6G1 Cfr. Confessiones, 2, 5, 10; 4,13,20; 4,15,24,10, 34,53; De ordine, 2,11, 33; 2,15,42; De uera re'i-ione, 30,54-56; De 'ibero arbitrio, 2,16,42;2,16, 49; De ciuitate Dei, 22,19; 22,24,4;22, 13; 25,22; De Frinitate, 0,5,3;De natura boni,3. 6G7 Cfr. De ciuitate Dei, 5,9,4; 3,9; 5, 9, 16; 3, 9; De ordine 1,6,15. 6G5 Cfr. De ciuitate Dei 11, 22; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium 1,5, 19,3; 23,3;39,2; De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ,1,26,49; Confessiones, 10,6,9; 11,4,6; 11, 9, 11; 12, 20, 29; De Frinitate,3,6, 13; En&uiridion,9,3; 4ermo 2,1. 6G0 Cfe. De ordine 2, 3, 21; 2,1,3; Confessiones, 2, 5, 10; 3, 6, 10; 4, 10, 15; 3,11, 13; 3, 12, 16; 3, 13, 19; 3, 15,21; 11,4,6; 13,2,2; De 'ibero arbitrio, 2, 10, 26; 3, 3, 21; De doctrina c$ristiana, 1,3,3; De &uantitate animQ, 33,36; De natura boni, 36; De moribus ecc'esiQ cat$o'icQ,21,39. 6G6 Cfr. De Jenesi ad 'itteram o)us im)erf., 16,59; Confessines, 11,5,3. 6GB Cfr. Confessiones, 11,6,6; 11,30,40; 12,6,6; 13, 33, 46; De ciuitate Dei, 11,4; De Jenesi ad 'itteram, 4, 6, 12 4, 33, 51; 5, 3, 5, 5,6, 13, 5, 23, 44. 6GG Cfr. De Jenesi ad 'itteram o)us im)erfectam, 10,32; 15, 51; De 'ibero arbitrio, 2, 13, 45;2, 13, 46; Confessiones, 12,3,3; 12, 6, 6; 12, 11, 14, 12,29,40; 13,2,2. 6G2 Cfr. Confessiones 12, 6,6; 3,5,3; 12, 6, 6; 12, 12, 15; 12, 15,22; De Jenesi ad 'itteram im)rfecta, 4,11; De Jenesi contra manic$Qos, 1,6,10; De Jenesi ad 'itteram, 1,14,26; De natura boni,16. 62> De ordine, 2,15,42; 2, 15, 43; De uera re'i-ione, 42, 39; E)istu'a 3,2; De 'ibero arbitrio, 2,6, 21; 2, 11, 30; De Jenesi ad 'itteram, 4, 2,2, 4,3,13; De ciuitate Dei, 15,30; De Frinitate 4, 4, 3. 624 Cfr. Confessiones, 11,22,26; 14, 13. (((. La b*squeda de la $erdad # la superacin del escepticismo ! Eada absolutamente. ! )= no quiere comprender la verdad5 ! (3omo si pudiese conocer aqu ellas cosas sino por la verdadD> 6,ol, :,:?,@A7. 621 Cfr. De Jensi ad 'itteram ous im)erfectam, 3,3; 3,6; Confessiones, 3, 15, 21; 11, 13,15;11,14,13; 11,15,19; 11,15,20; 11,16,21; 11,21,23; 11,23,30; 11, 24, 31; 11, 30, 40; 12,6,6; 12, 9,9; 12, 11,14; 12, 29, 40. 627 Cfr. Confessiones, 11,1,1; 1,6,1e; 4,10,15; 11,15,10; 11, 15,20; 11, 13,22; 11,20,26;Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 31,5,36,10; 36,3; De 'ibero arbitrio, 3,15,42,3,21,61; De anima et eius ori-ine, 4, 9, 13. 625 De 'ibero arbitrio, 3,15,42; E)istu'a 136,2; De bono coniu-a'i, 15, 13; Confessiones, 3,3, 13;4, 6, 13, 6, 3,3; 6, 11,16. 620 Confessiones, 1,6, 10; 3,15, 21; 3,13,23; 11,1,1; 11, 11,13; 11,13,16; 12,11,11; 12,15,16;12,29,40; De uera re'i-ione, 49,93; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 23, 9; En&uiridion, 112, 29. 626 Cfr. De ordine, 2,5,11; 2,13,46. 62B Cfr. Confessiones, 4,15, 24; 5, 10, 20; De moribus Ecc'esiQ cat$i'icQ, 2, 3,5; 2,5,3. 62G Cfr. De ciuitate Dei 14, 11; 11, 22; En&uiridion, 11,3; 13,4, 14, 4; De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ, 2,2,4; 2,4,6; 2, 6, 11; Confessiones, 3, 3, 12; 3, 13, 19; 4, 15, 24; 3, 12, 16; De uera re'i-ione, 20,39; De 'ibero arbitrio, 2,19, 53; De natura boni, 4; 23;36; Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 96,4; De ordine, 1,3,16. 622 En&uiridion, 10,3; 23,6; 24.6; De moribus Ecc'esiQ Cat$i'icQ, 2,2,2; De 'ibero arebitrio, 1, 1,11, 16,35; 3, 13, 46; Confessiones, 3,3,4; De ordine, 2,3, 22; 2, 3, 23. B>> Cfr. Coinfessiones, 1, 6,9; 4ermo 223 ?5.. B>4 De uti'itate credendi, 15,33. B>1 Cfr. Confesines, 3, 4, 6. B>7 De Frinitate, 6,6,12. B>5 Cfr. 4ermo 23, 10. B>0. LE-PP*,Francisco, #roblemtica filosfica agustiniana,F.E.3., Mendo.a, :421, cfr. p.@2. B>6. )e ordine, :, :,(.>#ara que se cono.ca tiene la gran tarea de como es uso de separarse de los sentidos, y de recoger el alma en s misma y retenerse en s misma. Nue estas cosas slo son alcan.adas por quienes curan las heridas de las opiniones, que la vida cotidiana inflige por detrs, o con la soledad o con la medicina de las artes liberales>. B>B 4o'i'o&uia 1, 14, 24!4/'o una cosa )uedo mandarte; no cono(co otra; 'a fu-a radica' de 'as cosas sensib'es. Esfu#r(ate con a$5nco, durante esta vida terrena, )or no enviscar 'as a'as de' es)5ritu. Es necesario &ue est#n 5nte-ras * )erfecta )ara vo'ar de 'as tinieb'as a 'a 'u(, 'a cua' no se di-na mostrar a 'os encerrados en esta )risi/n a no ser ta'es &ue, desmoronada #sta, )uedan -o(ar a su aire. ?s5, )ues, cuando fueres ta' &ue nada terreno te atrai-a ni de'eite, entonces, en a&ue' mismo momento, cr#eme ver,s 'o &ue deseas!. B>G Betractationes, 1, 4, 3!Con 'o &ue di.e OGas de $uir radica'mente de estas cosas sensib'es, no &uisiera dar )ie )ara )ensar &ue )rofeso 'a sentencia de' fa'so fi'/sofo 1orfirio cuando escribe es necesario $uir de todo 'o cor)ora'!. B>2 4ermo 96,1 !<os $ombres son ta'es cua'es son sus amores!. B4> 4ermo 96, 2!Cuando e' amor de' $ombre desde s5 mismo se )one en movimiento $acia 'as cosas &ue est,n fuera, comien(a a $acerse vano f...f. 4e vue've vac5o, se anonada, se em)obrece!. B44 De 'iberr oarbitrio, 3, 3, 21!Fodas 'as 'cosas, )or e' so'o $ec$o de ser mercen .ustamente ser a'abadas; )or&ue )or 'o mismo &ue son son buenas!. B41 Confessiones, 4, 10, 15!<as cosas nacen * mueren, * naciendo, como &ue comien(an a ser, * crecen )ara tener )erfecci/n; * *a )erfectas, enve.ecen * mueren. 7o todas ''e-an a enve.ecer, )ero todas mueren. <ue-o, cuando nacen * tienden a ser, cuanto m,s de )risa crecen )ara ser, m,s a)resuramente, crecen )ara no ser. Fa' es su manera de ser!. B47 Confessiones, 4, 12, 16!9<o )erfecto: no )asa )or&ue nada viene des)u#s de C'!. B45 Confessiones, 14, 12, 16 !E' bien &ue am,is, de E' )roviene. 1ero, s/'o en cuanto es )or #' es bueno * suave. 1ero, ser, amar -o" si, abandonado ?&u#', in.ustamente se ama 'o &ue de #' )rocede!. B40 Confessiones, 1,1!1or&ue nos $as $ec$o )ara F5, * nuestro cora(/n est, in&uieto $asta &ue descanse en F5!. B46 De musica, 6, 14, 46!Des)u#s de todo, no son 'as armon5as inferiores a 'ara(/n * be''as en su -#nero, sino e' amor de 'a be''e(a inferior 'o &ue contamina e' a'ma!. B4B De musica, 6, 14, 46!Juarda e' orden e' a'ma, cuando desde s5 misma,toda e''a entera, ama 'o &ueest, sobre su ser, es decir, a Dios * a 'as a'mas,sus com)a2eras como a s5 misma. 1or esta fuer(a de' amor, efectivamente, )one orden en 'as cosas inferiores * no se manc$a encontacto con e''as!. B4G De musica, 6, 14, 45!1uesto &ue si #' )refiere tambi#n 'a sa'ud de' cuer)o, es )or estar 'ibre )ara actuar, * todas estas acciones su*as 'as encamina )ara uti'idad de' )r/.imo, a &uien tiene ob'i-atorio mandato de amar como a s5 mismo en virtud de' v5ncu'o natura' de' derec$o comTn!. B42 De 'ibero arbitrio, 2,19, 53 !1ero, 'a vo'untad &ue se se)ara de' bien inmutab'e * comTn * se convierte $acia e' )ro)io bien, o a un bien e;terior, o a un bien inferior, )eca!. B1> De 'ibero arbitrio, 2,19, 53. B14 4o'i'o&uia, 1,6, 12!E' o.o de' a'ma es 'a mente )ura de toda manc$a cor)ora', esto es, ae'.ada * 'im)ia de' a)etito de todas 'as cosas corru)tib'es!. B11 . ,G=4$EN( De Frinitate, 14, 5, 6 !A,stenos saber con certe(a &ue e' $ombre )uede )ensar en 'a natura'e(a de su a'ma * encontrar 'a verdad, )ero en s5 mismo, no en otra )arte!. s sumamento llamati$o" por otra parte" que" puestos ambos autores a desentra8ar las posibles razones del fallo del conocimiento humano" se aboquen a la considera el sue8o" la locura" la alucinacin. Por ejemplo" comparense estos pasajes de dos conocidas obras de ,gustn con un pasaje de las M&ditations 6*-,:I70 )e -rinitate, :?,:@,@:0 B17 . ,G=4$EN( Enarrationes in 1sa'mos, 139, 15 !4iem)re sa'es $acia afuera, deni-ras e' vo'ver a 'a interioridad. 1ues &uien te ense2a est, adentro!. sta suerte de huesped del alma recuuerda la doctrina del #aestro interior &resente en el De ma-istro. n ella el autor sustenta la tesis de que -risto" que es la misma $erdad habita en lo m!s hondo de nuestras almas. B15 De uera re'i-ione, 39, 32!En e' $ombre interior $abita 'a verdad!. B10 . ,erm. :(A, I, I0 >Q3onoce lo que eresQ. 3oncete d&bil, concete hombre, concete pecador, conoce porque *quel 9ustifica, concete manchado>. B16 . Pn Po. ((, ?0 >3onsid&rese vuestro cada uno, entre en s mismo, suba al tribunal de su mente, constituyase ante su consciencia, que impele a la confesin>. B1B 4ermo 13,3!1enetra en tu interior, e;am%nate, escTc$ate. f...f ?nte todo .u(-a tu interior!. B1G Cfr. Confessiones, 10, 6, 9. B12 . :e $era religione" 72" B19 Oncamina" pues" tus pasos all donde la luz de la razn se enciende. PLues" )adnde arriba todo buen pensador sino a la $erdad< La cual no se descubre a s misma mediante el discurso" sino que es m!s bien la meta de toda dialctica racional. Arala como la superior armona posible # $i$e en conformidad con ella. -onfiesa que t* no eres la 'erdad" pues ella no se busca a s misma" mientras t* le diste alcance por la in$estigacin" no recorriendo espacios" sino con el afecto espiritual" a fin de que el hombre interior concurede con su husped" no con la fruicin carnal # baja" sino con subidsimo deleite espiritualO. B7> E)istu'a 55, 5, 6 !?' em)e(ar a vo'verse $acia 'a inmutab'e 4abidur5a 9...: se vue've $acia 'o su)erior9...:. Ese $ombre cambia )ara me.or cuando diri-e su atenci/n $acia 'o su)erior e interior!. B74 De ordine, 2, 19, 51 !"uien contem)'are esta Germosura -'a ver, e' &ue vive bien e'&ue ora bien, e' &ue estudia bien!. B71 De ordine, 2, 6, 25!@ esa disci)'ina a 'os &ue desean conocer'a 'es )rescribe un dob'e orden, de' &ue una )arte se refiere a 'a vida, * otra, a 'a erudici/n!. B77 . n EnnAadas" (" 6" 2" # ('" 7" 4" Plotino habla del regreso del alma al Eno" para lo cual sta habr! de reco rrer un camino que $a en direccin opuesta a la que marc su aparicin en la realidad. sto es" debe ascender del orden sensible" al ,l#a %ni9ersal? de all" a la 3ente o No%s o 2er:o? #" finalmente del 2er:o al =no. B75 De ciuitate Dei, 14, 26!Dos amores $an dado ori-en a diso ciudades; e' amor de si mismo $asta e' des)recio deDios, 'a terrena; e' amor de Dioos $asta e' des)recio de s5, 'a ce'este!. B70 . De Frinitate, 12, 1, 1!Deamos a$ora d/nde se encuentra e' conf5n entre e' $ombre e;terior * e' interior. cuanto de comTn tenemos en e' a'ma con 'os anima'es, se dice, * con ra(/n, &ue )ertenece aTn a' $ombre e;terior!. B76 De Frinitate, 11, 3, 6!En efecto, cuando vemus a'-Tn cuer)o, a)arece esta tr%ada, &ue 9...:. 1rimero, 'a misma cosa &ue vemos 9...:, 'ue-o 'a visi/n 9...:, * tercero, &uamdiu uidetur sensum detinet ocu'orum, esto es 'a intenci/n de' a'ma!. Corre-ir. B7B De Frinitate, 11, 3, 6!@ as5 sur-e a&ue''a trinidad de 'a memoria, 'a visi/n interna, * 'a vo'untad &ue une a 'a una * 'a otra!. Bevisar. B7G De Frinitate, 10, 6, 9 !E' $ombre e;terior es &uien conoce estas cosas )or ministerio de' e;terior @o interior conocia estas cosas. @o, @o-a'ma, )or medio de' sentido de mi cuer)o!. B72 . De vera re'i-ione, 26, 46!Este $ombre, desde 'a cuna $asta e' seu)u'cro, si-ue 'itera' mentr este -#nero de vida &ue acabamos de describir; $o re vie.o, $o mbre e;terior * terreno!. En a'-unos, si bien comien(a necesariamente )or #', $a* un se-undo movimento interior 9...:. Cste se ''ama $ombre nuevo, interior * ce'estia', &ue tiene tambi#n a su modo, a'-unas edades es)iritua'es &ue no se miden )or a2os, sino )or e' )ro-reso * ade'antos &ue rea'i(a!. B5> . De Frinitate, 12, 6, 13!4ubiendo, )ues, $acia dentro, como )or cierta esca'a de consideraci/n de 'as diversas )artes de' a'ma, a' ''e-ar a 'o &ue notenemos encomTn con 'as bestias, a''5 comien(a 'a ra(/n donde *a )uede reconocerse a' $ombre interior!. B54 Confessiones, 10, 6, 9 !Ge a&u5 &ue ten-o en m5 un cuer)o * un a'ma; 'a una, interior; e' otro, e;terior!. B51 De 8a-istro, 1,2!? Dios se 'e $a de buscar * su)'icar en 'o 5ntimo de' a'ma raciona', &ue es 'o &ue se ''ama O$ombre interiorO!. B57 De Frinitate, 11,1,1!1ara nadie es dudoso &ue, as5 como e' $ombre ioterior est, dotado de inte'i-encia, e' $ombre e;terior est, dotado de sentidos cor)ora'es!. B55 Confessiones, 10, 6, 9 !E' $ombre interior es &uienconoce estas cosas )or ministerio de' e;terior, *o interior cono(co estas cosas; *o, *o-a'ma, )or medio de' sentido de mi cuer)o!. B50 . Confessiones, 10, 6, 9!Entonces me diri-5 a m5 mismo * me di.e OFT &ui)#n eresO, * res)ond5 un $ombreO. Ge a&u5, )ues, &ue ten-o en m5 )restos un cuer)o * un a'ma; 'a una, interior; e' otro e;terior!. B56 . De vera re'i-ione, 26,46!Fa' es 'a vida de' $ombre carna', esc'avo de 'a codicia de 'as cosas tem)ora'es. 4e 'e ''ama e' $ombre vie.o, e;terior * terreno, aun cuando 'o-re 'o &ue e' vu'-o ''ama 'a fe'icidad, viviendo en una sociedad terrena bien constitu5da, ora ba.o e' -obierno de 'os monarcas o )rinci)es, ora re-ida )or 'e*es, o )or todas esas cosas a 'a ve(; )ues de otro modo no )uede estab'ecerse bien un )ueb'o, aun e' &ue )one su idea' en 'a )ros)eridad terrena, )or&ue #' tambi#n tiene su esti'o de $ermosura!. B5B . Confessiones, 10, 6, 9 !Ge a&u5, )ues, &ue ten-o en m5 )restos un cuer)o * un a'ma. <a una interior; e' otro e;terior. )1or cu,' de #stos es )or donde deb5 buscar a mi Dios, a &uien *a $ab5a buscado )or 'os cuer)os desde 'a tierra a' cie'o, $asta donde )ude enviar 'os mensa.eros ra*os de mis o.os0 8e.or sin duda es e' e'emento interior, )or&ue a #' es a &uien comunican sus noticias todos 'os mensa.eros cor)ora'es, como a )residente * .ue(, de 'as res)uestas de' cie'o, de 'a tierra * de todas 'as cosas &ue en e''as se encierran cuando dicen O7o somos Dios, * OC' nos $a $ec$oO. E' $ombre interior es &uien conoce estas cosas )or ministerio de' e;terior. @o interior, cono(co estas cosas. @o, @o-?'ma, )or medio de' sentido de mi cuer)o!. B5G 4ermo, 53, 15!<a $anc$ura consiste en 'as buenas obras; 'a 'ar-ura en 'a 'on-animidad * )erseverancia en 'as buenas obras; 'a a'tura, en 'a es)era de 'os bienes eternos f...f. Considera a$ora 'a )rofundidad es 'a -racia de Dios en e' misterio de su vo'untad!. >#ues, )qui&n duda de que las visiones de los que sue/an son muy parecidas a las de las vigilias5 ... -al ve. no ests en tus cabales. #orque las imaginaciones de los enfermos se parecen muchisimo a las de los sanos>. 3ontra academicos, (,:;,@@0 >#ero que tres por tres son nueve y cuadrado de n8meros inteligibles, es necesariamente verdadero, aunque todo el mundo est& roncando>. B0> De natura et -ratia, 54,63 !8as &ue 'a carne contrar5e a' es)5ritu * &ue $a-amos 'o &ue no &ueremos, es vici no natrua'e(a!. B04 . Bom, 6,5-10!Efectivamente, 'os &ue viven se-Tn 'a carne, desean 'o carne; m,s 'os &ue viven se-Tn e' es)5ritu, 'o es)iri tua'. 1ues, 'as tendencias de 'a carne son muerte; m,s 'as de' es)5ritu, vida * )a(, *a &ue 'as tendencias de 'a carne ''evan a' odio a Dios no se someten a 'a 'e* de Dios, ni si&uiera )ueden; as5, 'os &ue est,n en 'a carne, no )ueden a-radare a Dios. 8as vosotros, no est,is en 'a carne, sino en e' es)5ritu, *a &ue e' Es)5ritu de Dios $abita en vosotros!. B01 Co' 3, 9-10 !Des)o.,os de' $ombre vie.o con todas sus obras, * revest5os de' nuevo, &ue sin cesar se renueva )ara 'o-rar e' )erefecto conocimiento se-Tn 'a ima-en de su Creador!. B07 H Cor 3, 3!1or&ue sois todav5a carna'es. 4i, )ues, $a* entre vosotros envidias * discordias, )no )rueba esto &ue sois carna'es * viv5s a 'o $umano0!. B05 De ciuitate Dei 13, 23 !7os $emos vestido de 'a ima-en de' $ombre terreno )or 'a )ro)a-aci/n de 'a ca5da * de 'a muerte, &ue nos )ro)orcion/ 'a -eneraci/n; en cambio, nos revestimos de 'a ima-en de' $ombre ce'este )or 'a -racia de' )erd/n * de 'a vida )er)etua!. B00 De Jenesi ocntra manic$Qos, 1, 15,22.; Cfr. in Hoannis Euan-re'ium tractatus, 26, 16. B06 De ciuitate Dei 14,2!)"ui#n no ve &ue se a)'ica m,s bien a' es)5ritu &ue a a' carne e' cu'to de 'os 5do'os, 'as disensiones, $ere.5as, envidias0! B0B . :e quantitate animi" 45"179OAas si deeas que te defina lo que es el alma" te complacer f!cilmente? pues a mi parecer es una substancia dotada de razn destinada a regir el cuerpoO. B0G 4ermo 223 ? 4!7o vo* a $acerte )asar )or muc$as cosas; retorno a tu )ersona. FT, ciertamente, vives tienes cuer)o, tienes a'ma. Disib'e e' cuer)o; invisib'e e' a'ma. E' cuer)o, 'a morada; e' a'ma, &uien mora. E' cuer)o, e' ve$5cu'o; e' a'ma, &uien se sirve de' ve$5cu'o. E' cuer)o es como un ve$5cu'o &ue es diri-ido; e' a'ma, e' ,uri-a de tu cuer)o!. B02 De moribus ecc'ssiQ cat$o'icQ, 1, 23, 52!E' $ombre, ta' * como nos a)arece, es un a'ma raciona' &ue usa o se sirve de un cuer)o morta' * de 'a tierra!. B6> .fr PL,$@N(Fedro( )5< a:( )5D :)5()57 a:( )53 c. B64 . De moribus ecc'esiQ, 1, 4, 6!)"u# es e' $ombre0 )Cu,' de 'as dos 9rea'idades: &ue $e mencionado 'o es0 )?caso so'amente e' cuer)o, o bien, so'amente e' a'ma0!. B61 De doctrina c$ristiana, 1, 25, 26!Fambi#n se $a de estab'ecer 'a' norma de amar a su cuer)o, o )ara &ue se mire )or #' con )rudencia * con orden. 1or&ue es cierto &ue amaa a su cuer)o * &ue desea conservar'e sano * entero. 9...:. 7o $a de decirse &ue a'-Tn $ombre no ame 'a sa'ud * 'a inte-ridad de su cuer)o, )or&ue ame m,s a'-una otra cosa!. B67 De natura et -ratia, 54, 63 !<as cosas contrarias )ueden no ser contrarias entre s5, sino &ue se )ueden combinar de ta' suerte &ue den 'u-ar a una buena estructura!. B65 . ?ct, 13,26!En C' vivimos, nos movemos * e;istimos!. B60 De Frinitate, 15,6,10. B66 De Frinitate, 14, 15, 21. B6B De &uantitate animQ, 35, 39!?s5 &ue ascendiendo -radua'mente, e' )rimer -rado, )or ra(ones )eda-/-icas se ''ama ani maci/n; e' se-undo, sensaci/n; e' tercero, arte; e' cuarto, virtud; e' &uinto, tran&ui'idad; e' se;to in-reso; e' s#)timo, contem)'aci/n. 1ueden ser denominados tambi#n de este modo sobre e' cuer)o; )or medio de' cuer)o; acerca de' cuer)o; )ara s5 misma; en s5 misma; $acia Dios; de'ante de Dios!. B6G . Confessiones, 3, 10, 16!Entr# * vi con e' o.o de mi a'ma 9...: una 'u( inmutab'e 9...:. 7o estaba sobre mi mente como se encuentra e' aceite sobre e' a-ua, o e' cie'o sobre 'a tierra, sino &ue estaba sobre m5, )or $aberme $ec$o; * *o estaba deba.o, )or ser criatura su*a. (P$ verdad eterna, o$ verdadera caridad, o$ cara eternidadE (Dos sois mi Dios, a Dos sus)iro de d5a * de noc$eE!. B62 4ermo 223 ? be Denis 2c, 3 !4u)era cuanto es visib'e en t5; trasciende inc'uso 'o &ue en t5 es invisib'e; e'cuer)o es visib'e, invisib'e e' a'ma, )ero es mutab'e. ?$ora &uiere * 'ue-o no &uiere; tan )ronto sabe como no sabe; a$ora se acuerda, 'ue-o se o'vida; a veces )ro-resa * a veces re-resa. Esto no es Dios; esta natura'e(a no es Dios; e' a'ma no es una )arte de 'a substancia de Dios. <o &ue es Dios es bien inmutab'e, bien incorru)tib'e. ?un&ue e'a'ma es invisib'e como Dios, e''a es mutab'e, mientras &ue C' es inmutab'e. Frasciende, )ues no s/'o 'o &ue es visib'e en t5, sino tambi#n 'o &ue es mutab'e. Frasciende todo, trasci#ndete a t5 mismo!. BB> De 'ibero arbitrio, 2,19, 53 !<a vo'untad &ue ad$iere a' bien comTn e inmutab'e, consi-ue 'os )rinci)a'es * m,s -randes bienes de' $ombre, siendo e''a misma uno de 'os bienes intermedios. 1ero 'a vo'untad &ue se se)ara de' bien inmutab'e * comTn, * se convierte $acia su )ro)io bien, o a un bien e;terior, o a uno inferior, )eca!. BB4 4ermo 113, 15!E' Creador trasciende inenarrab'emente a cuanto en 'a criatura $emos )odido tomar,*a con e' sentido de' cuer)o, *a con e' discurso menta'!. BB1 . Confess., 3(<(11*!Dios est, )or encima de 'o m,s a'to &ue $a* en m5, * est, en 'o m,s $ondo de mi intimidad!. BB7 Ho 13,23!9...: &ue todos sean uno como FT 1adre, en 85 * @o enF5!. BB5 Contra 4ecundinum, 1,6!E' 1adre en-endr/ a 'os $ombres a 'a sociedad fraterna, -ener,ndo'os,no de 'a misma substancia divina, sino )or adi)ci/n de 'a-racia!. BB0 Enarrations in )sa'mos, 49,2!Es evidente )or &u# ''ama ODiosO a 'os $ombres. O* dificados )or 'a -racia, no nacidos de susubstanciaO. 1ues .ustifica, a' &ue )or s5 mismo * no )or otro es .usto; * deifica, a' &ue es Dios )or s5 mismo * no )or )artici)aci/n de M&ditations, P *-,:I O,in embargo, tengo que considerar aqui que soy hombre y, por consiguien! te" que suelo dormir y representarme en sue/os cosas iguales o a veces menos verosmiles que estos insensatos cuando estn despiertos.... Becuerdo haberme enga/ado a menudo con parecidas ilusiones mientras dorma. ... Eo e+isten indicios concluyentes ni se/ales lo bastantes ciertas por medio de las cuales pueda distinguir con nitide. la vigilia del sue/o...> *-, :1 >#ues, aunque est& despierto o duerma, dos y tres 9untos formarn siempre el n8mero cinco, y el cuadrado 9ams tendr ms de cuatro lados> BBB De Frinitate, 14, 14, 16!?s5 de ta' suerte est, creada 'a mente $umana &ue nunca de.a de recordarse, nunca acaba de conocerse, nunca cesa de amarse!. BBG De Frinitate, 6, 3, 4!g7unca dice O1ara &ue nosotros * e''os sean unoO; sino O1ara &ue sean uno as5 como nosotros somos unoO!. BB2 De trinitate, 6, 3, 4!E' es)%ritu de' $ombre * e' es)5ritu de Dios son diversos )or natura'e(a. ,s a 'unirse constitu*en un es)iritu inte-rado )or dos diversos, de ta' suerte &ue e' es)5ritu de Dios es )erfecto * fe'i( sin e' es)5ritu $umano, )ero e' es)%ritu de' $ombre no es fe'i( sino con Dios!. BG> De Frinitate, 2,6, 11!Sna cosa es e' Derbo en 'a carne; otra, e' Derbo carne una cosa es e' Derbo en e' $ombre; otra, e' Derbo $ec$o $ombre!. BG4 De &uantitate animQ, 35, 39!?s5 &ue ascendiendo -radua'mente, e' )rimer -rado, )or ra(ones )eda-/-icas se ''ama ani maci/n; e' se-undo, sensaci/n; e' tercero, arte; e' cuarto, virtud; e'&uinto, tran&ui'idad; e' se;to in-reso; e' s#)timo, contem)'aci/n. 1ueden ser denominados tambi#n de este modo sobre e' cuer)o; )or medio de' cuer)o; acerca de' cuer)o; )ara s5 misma; en s5 misma; $acia Dios; de'ante de Dios!. BG1 De &uantitate animQ, 33, 30!En )rimer 'u-ar, e''a -'o &ue es f,ci' de observar )or cua'&uiera- vivifica con su )resencia este cuer)o terreno * morta'; 'o unifica * 'o mantiene uno * no 'e de.a dis-re-arse ni cnsumirse; $ace &ue 'os a'imentos sean distribuidos uniformemente )or 'os miembros, dandoa cada uno 'osu*o; conserva su armonia * )ro)orci/n, no s/'o en cuanto a 'a $ermosura, sino tambi#n en e' crecer * )rocrear!. BG7 De Frinitate, 22, 29, 5!Cada uno )ercibe, mediante e' sentido interior * no )or 'os o.os cor)ora'es, 'a ')ro)ia vida &ue vive a$ora ene' cuer)o * desarro''a * da vida a 'os miembros terrenos!. BG5 De ciuitate Dei, 22, 29, 5!De donde distin-uimos 'os cuer)os vivientes de 'os no vivientes, sino )or&ue vemos 'os cuer)os con vida, 'o cua' no )odr5amos ver sino )or e' cuer)o0 En cambio, no )odemos ver 'a vida sin cuer)o con 'os o.os cor)ora'es!. BG0 De &uantitate animQ, 33, 31. BG6 De &uantitate animQ, 33, 33. BGB De &uantitate animQ, 33, 33. BGG De &uantitate animQ, 33, 34!Cuando estuviere e' a'ma 'ibre de toda im)erfecci/n * 'im)ia de manc$as * 'im)ia de manca, entonces fina'mente se a'e-ra sobremanera en s5 misma, ni teme abso'utamente nada )or s%, o se an-ustia )or a'-una causa su*a!. BG2 De cuantitate animQ, 33, 35!1ero, esta acci/n, es decir, e' a)etito de entender 'o &ue verdaderamente * sumamente es, es 'a m,s a'ta visi/n de' a'ma * nada tiene m,s )erfecto, me.or * m,s recto &ue e''a!. B2> De &uantitate animQ, 33, 35!Sna cosa es ciertamente )urificar e' o.o de' a'ma )ara &ue no mira inTti' * temerariamente * vea ma'; otra, -uardar * robustecer esta misma sa'ud, * otra, *a diri-ir 'a mirada serena * derec$a a 'o &ue se $a de ver!. B24 4ermo 113, 15!1ero, )&uieres tocar a Dios con 'a mente0 1urifica esa mente, 'im)ia e' cora(/n. <im)'a e' o.o de' cora(/n, )ues Obienaventurados 'os 'im)ios de cora(/n, )or&ue e''os ver,na DiosO!; Cfr. 8t, 5, 6.. B21 4ermo 66, 6 !)"u# es 'o &ue )erturba a' o.o de' cora(/n0 <a codicia, 'a avaricia, 'a ini&uidad, 'a concu)scenia de' mundo es 'o &ue turba, cierra * cie-a e' o.o de' cora(/n!. B27 Cfr. Enarrationes in 1sa'mos, 90, 11. B25 4ermo 133, 15!4in 'im)ie(a como est,bamos, de cora(/n, )&u# recurso )udo e;co-itar o &u# d,diva m,s -enerosa )udo $acernos Dios &ue a&ue' Derbo )or &uien fueron $ec$as todas 'as cosas 9...:, )ara &ue )odamos a'can(ar 'o &ue no somos0! B20 De Frinitate, 10, 1, 3!7adie ama 'o &ue desconocido!. B26 4ermo 31, 16!?s5 como entendemos mediante 'a verdad, amamos mediante 'a caridad, )ara conocer m,s )erfectamente * -o(ar fe'ices de 'o conocido!. B2B De Frinitate, 10, 2, 4!E' )rinci)io de' amor radica en 'o conocido!. B2G Hn E)isto'am Hoannis ad 1art$os tractatus decem, 3, 6!?ma * $a( 'o &ue &uieras!. Cfr. B22 Cfr. Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 41, 1; Cfr. Ho, 6, 32. G>> De moribus Ecc'esiQ Cat$o'ica, 1, 6, 13; 2, 11, 24; 4o'i'o&uia, 1, 1, 6; De Frinitate 6, 3, 4; De natura boni, 1. G>4 4ermo 26, 5; De 'ibero arbitrio 2, 15, 39. G>1 Contra academicos, 3, 1, 1 !Creo &ue nuestra ocu)aci/n, no 'eve * su)erf'ua, sinonecesaria * su)rema,es buscar con todo em)e2o 'a verdad!. G>7 De &uantitate animQ, 33, 36!4i observamos constantemente e' camino &ue Dios nos manda * &ue tomamos )ara se-uir'o, $emos de ''e-ar ))or 'a Dirtud * sabidur%a de Dios a a&ue''a causa su)rema, o a' su)remo autor, o a' su)remo )rinci)io de todas 'as cosas, o como )ueda ''amarse de otro modo m,s conveniente a cosa tan -rande!. n defensa del dato de los sentidos" al menos" como experiencia interna9 G>0 .ecurdese que el stagirita definia al alma como acto primero del cuerpo natural orgnico )e anima, G :, I:@, a @A!b I. ,simismo tambin distingue entre el alma nutiriti$a o $egetati$a s {|xjsqn}$" el alma sensisiti$a" s um{xsqn}$" # el alma racional" s vqu$oxsn}$. G>6 De vera re'i-ione, 39, 32. G>B De vera re'i-ione, 39, 32!1ues, )a d/nde ''e-a todo buen )ensador sino a 'a verdad0! G>G De vera re'i-ione, 39, 32!Becuerda cuando te trasciendas, &ue deber,s ir m+s a'', de tu a'ma dotada de ra(>n!. G>2 De vera re'i-ione, 39, 32!Confiesa &ue no eres 'a verdad!. G4> 4o'i'o&uios, 1, 15, 23. G44 De &uantitate animQ, 33, 36!4in embar-o, se )uede discernir cu,nta distancia $a* entre estas cosas sensib'es, * 'as &ue verdaderamente son; * c/mo, no obstante, aun estas mismas cosas consideradas en s5 mismas, son admirab'es * )u'cras!. G41 Confessiones, 1, 2, 2.; Jn 1,1. G47 De &uantitate animQ, 33, 33 !Es tan -rande, sin embar-o, e' a'ma, &ue aun esto )uede ciertamente con 'a .usticia )rotectora de Dios, sumo * verdadero, con 'a &ue conserva * -obierna e' mundo; con 'a &ue $ace tambi#n &ue no s/'o e;istan 'as cosas, sino &ue e;istan de ta' forma &ue no )ueda $aber, en abso'uto, nada me.or!, G45 Confessiones, 13, 33, 46!Fe a'aban tus obras )ara &ue te amemos, * te amamos )ara 2&ue te a'aben tus obras!. G40 Confessiones, 5, 1, 1 !7o cesan ni ca''an tus a'aban(as 'as criaturas todas de' universo, ni 'os es)iritus todos con su boca vue'ta $acia t5, ni 'os anima'es * cosas cor)ora'es )or boca de 'os &ue 'as contem)'an, a fin de &ue, a)o*,ndose en estas cosas &ue tT $as $ec$o, se 'evante $acia t5 nuestra a'ma de su 'a;itud * )ase a F5, su $acedor admirab'e, donde est, 'a $artura * verdadera forta'e(a!. G46 De 'ibero arbitrio, 3, 25, 36 !Fodas 'as cosas cor)>rreas son ob.eto de 'os sentidos!. G4B De ciuitate Dei, 19, 16 !Da cr#dito a 'os sentidos de 'os &ue se sirve e' a'ma a trav#s de' cuer)o cuando #stos )erci ben a'-o con evidencia, )or&ue m,s 'astimosamente se en-a2a &uien tiene )or )rinci)'io no dar'es fe .am,s!. G4G .om 4" 1>9 APorque lo in$isible de :ios" desde la creacin del mundo se deja $er a la inteligencia a tra$s de sus obras @. -fr. ,L-D.H," /. (. AEl conocimiento divino seg8n ,an *gustn@ n 9 *MJM,-PEM,, (((" &420G)" p. 1>2-714. G42 -fr. . &516-51B) -l >10> lb 4 cp 4 l. G>9 lb 4 cp 4> l. 07? - &5>>) -l >104 lb 47 cp 1> l. 1? lb 4 cp 14l. 4? lb 47 cp 14 l. 41? lb 47 cp 75 l. 40? -l >161 457 $ol 55 par G pg 102 l. 5? 45B $ol 55 par14 pg 710 l. 42? l 1>0 $ol 0B par 14 pg 710 l. 42? 1>0 $ol 0B par 1 pg 77> l. l. 42? par 1 pg 774 l. 7? par 1 pg 774 l. 0? par 1 pg 771 l. 7? FA &7GG-72>) lb 4 col 4G5 l. 0B? lb 4 col 421 l. 1B" l. 1G" l. 71? lb 4 col 425 l. 7>? FL &5>4-540) -l >166 lb 7 par G pg B> l. 4G? lb 7 par G pg B4 l. 40? lb 6 par 0 pg 4B0 l. 2? lb 6 par 6 pg 4BB l. 44? lb 6 par 4> pag 4G7 l. 4? lb 6 par 44 pg 4G5 l. 17? lb B par 7 pg 1>1 l. 47? lb B par 46 pg 147 l. 1G? lb B par 46 pg 145 l. G? lb B par 46 pg 145 l. 41? lb B par 4B pg 145 l. 40? lb B par 4G pg 140 l. B? lb 4> par 6 pg 7>7 l. G? lb 4>par 4> pg 7>B l. B? lb 44 par 1 pg 176 l. G? lb 44 pag 41 pg 750 l. 4>? FL op imp &727-725) -l >16G par 40 pg 526 l. 45? (P &724-540) -l >1G7 SL 72 Ps 6B par 42 l. 45? -l >1G5 S112E .% B2 fr 0 pg 144 l. 4" l. 5" pg 141 l. 46" l. 14" l. 12" l. 0>" pg 147 l. 67" S16G PL 7G col 4177 l. 5? -: &547-516) -l >747 SL 5G lb 46 cp B l. 46? SL 5G lb 1> cp 1> l. 16" -= &5>>) -l >714 lb 41 par 11 pg 70> l. 41? -ontra aduersarium legis et prophetarum &51>) -l >716 lb 4 l. 0>G? PA. &541) -l >751 lb 4 cp 76 par 6B pg 6> l. 5? D, &51>) -l >750 lb 4 cp 5 par 5 pg 7>6 l. 45? lb 4 cp B par 1G pg 71G l. 42? lb 4 cp 4ar 7> pg 774 l. 0" lb 1 cp 1 par 1 pg 776 l. 1G? lb 5 cp 1 par 7 pg 7G1 l. B. La forma anima uiua aparece 47 $eces. 3 6I;;7 3l ;@?: lb :( cp @: l. @@' lb :( cp @: l. A@' lb :( cp @( l. I4' lb :( cp @I l. (2' lb :( cp @1 l. :A, ,L 6(2A7 3l ;@?@ col #L 22A l. II' JM 6(22! (4;7 3l ;@1? lb : col :4I l. (;' JLE 6I;:!I:?7 3l ;@11 lb 1 par I pg :AI l. ?' lb A par @: pg @:4 l. :A' lb 4 par :I pg @2? l. :1' N" 6I:47 lb @ N. E+odi q. 1; l. :I(4' PPE- 6I:1!I:A7 3l ;@A2 tr :@@ par 2 l. 4' ,@@4F BG A4 fr I pg @:: l. :A, l. (@' pg @:@ l. @:, l. I;. G1> . >10G 1" 76" 46? - >104 B" 2? l. 4? B" 2" l. 1>? 4" 4G" l 4? B" 42" l. 6? B" 42" l. 7>? 161" 4? 45>" 5? 45>" 6? 45>" 76? 452" 1? 4G7" 4? 4G6" G? 4GB" 47? 142" 4? 142" 7? 165" 7? :- -l >167? 4" 47? 4" 7>? E. -l >165 46" l. 4? FA >160 1 PL 75" 140? ,dnotationes in (ob -l >1B4 7>" pg 645 1" 7" 6? 5" 4>" 41? :e consensu euangelistorum -l >1B7? 5" 4>" 1>? ((H -l >1BG 1" 44? 1" 46? 7" 6? 7" 4? 7" 40? B" 4? 4>" 4? 4>" 7? 41" 4>? 47" 7? 47" 5? 47" 6? 4B" 6? 4G" 1? 42" 40? 14" 2? 17" 6? 15" B? 10" 44? 16" G? 1G" 5? 75" 2? 5>" 5? 51" G? 55" 1? 5B" 6? 5B" >? 5G" 44? 52" 4>? 02" 7? 66" 1? 62" 7? BG" 1? G>" 1? G1" 5? 2G" 6? 4>B" 6? 4q>G" 7? 4>G" 7. passim. (n (ohannem isitulam ad Parthos tractatus" 4" col 421G? 42B2? 5" 1>>G? 4>" 1>>06. (P -l >1G7 7" 7? 7" 2? 4G" 4" B? 4G" 1" 6? 1>" 1? 14" 1" 7? 14" 1" 4>? 14" 1" 44? 12" 1" 4? 12" 1" 1? 7" 7" 4" 6? 70" 41? 55" 7? 55" 1>? 52" 4? 52" 0? 05" 7? 06" 0? 0G" 4? 6B" 14? 6B" 17? 6G" 4? B>" 1" 4>? B4" 7? 47" 42? BB" 4B? G>" B? G>" 47? 2>" 4? 2>" 1? 27" 6? 4>>" 7? 4>4" 4? 4>1" 17? 4>7" 7? 4>7" 5? 4>G" 12? 4>2" 6? 44G" 41? 44G" 47? 44G" 46? 442" 4? 442" 1? 41G" 6? 414" 0? 417" 1? 412" B? 47>" 2? 47>" 4>? 475" 0? 45G" G? 452" 5? S11" 17," 1B" 76? 7B" 7B" 04" 06" B>, " G>" 24" 21" 2B" 4>5" 447 %" 44B" 442" 414" 417" 415" 41B" 475" 476-" 450," 456" 407" 4B5" 4G0" 4G6" 4GB" 4GG" 42>" 424" 425" 420" 1>1" 147" 145" 140" 14G-" 115" 112" 112F" 112H" 171" 17B" 151 ," 155" 150" 10G" 164" 165" 160," 1GB" 12>" 124" 121" 127? 127," 127%" 127:" 122=" 710" 775" 754" 754," 751" 756," 752" 761? 7B7? 7B5? 7B0-" 7G>. :@ G7 -l >1G2 62" B4" G>? =S >127 5" 6? 3 -l >120 4>" 44? :e agone -hristiano >120 4>"44? 4B"42? 1>"11? 14" g17? 7B" 7B. -: -l >747 4>" 15? 4>" 12? 45" 1? 4B" 5? 42" G? 42" 45? 11" 56. -ontra =elicem -l >711 1" 2. H SL 0> 4" 6? 1" 6? 1" B? 7 Proemio? 5" 1? 5" 1>? 6" 2? B" 7? 47" 2? 47" 4B? 47" 42? 45" 4G? 40" 44? 40" 16. -ontra Parmenianum -l >774 1"46" 70? PA. -l >751 4"44"6>? 1"15"7G? 1"15"5G. 3F -l >755 01" 6>? -l >750 4"4G"74? 1"0" 2? 1"45"1>. -( -l >704 6" G62? :e conceptione et gratia -l >707 col 275? -(( -l >706 4"47G? 1"64?1" 472? 5 col 475G? 5" col 4766? 5" 47G6. G14 4ermo, 141, 2!7ob'es fi'/sofos interro-aron e' universo, * en 'a obra de arte descubrieron a' art5fice!. G11 3fr. De Frinitate, 12, 3, 3. G17 De Frinitate, 9, 6, 11!`u(-amos de estas cosas cor)/reas se-Tn 'a eterna verdad &ue )ercibe 'a intuici/n de 'a mente raciona'!. G15 De vera re'i-ione, 1, 26, 49!)"u# $a* m,s )r/;imo a' $ombre &ue e' $ombre mismo!. G10 De ciuitate Dei, 22, 29, 5!<a vida de 'os otros, em)ero, a' ser e''a en s5 invisib'e, 'a )ercibe a trav#s de' cuer)o!. G16 De &uantitate animQ, 33, 33 !?)recia en muc$o a 'a sociedad $umana, * no &uiere )ara otro 'o &ue no &uiere &ue 'e suceda a s5 misma; obedece a 'a sociedad * a 'os )rece)tos de 'os sabios * cree &ue Dios 'e $ab'a )or medio de e''os!. G1B Confessiones, 12, 25, 34!Fu verdad no es m5a ni de a&u#' ni de' de m,s a'',, sino de 'todos nosotros,a 2cu*a comuni caci/n nos ''ama )Tb'icamente, advirti#ndonos terrib'emente &ue no &ueramos )oseer'a )rivada, )ara no vernos de e''a )rivados! G1G Confessiones 12, 25, 35OSi los dos $emos que es $erdad lo que dices" # asimismo $emos los dos que es $erdad lo que #o digo" )en dnde" pregunto" lo $emos< 3o ciertamente t* en m ni #o en t" sino ambos en la misma inconmutable $erdad" que est! sobre nuestras mentesO. G12 De Frinitate, 15, 11, 20!<a )a'abra &ue fuera resuena, si-no es de 'a )a'abra &uedentro es)'ende, a 'a &ue conviene me.or e' nombre de verbo; )ues 'a )a'abra &ue 'os 'abios )ronuncian, vo( es de' verbo, * se denomina verbo )or ra(/n de su ori-en. ?s5, nuestro verbo se $ace, en cierto modo, vo( de' cuer)o a' convertirse en )a'abra )ara )oder manifestarse a 'os sentidos de' $ombre, como e' verbo de Dios se $i(o carne tomando nuestra vestidura )ara )oder manifestarse a 'os sentidos de 'os $ombres!- G7> . Confessiones, 1, 1!7os $iciste 4e2or )ara Fi * nuestro cora(/n est, in&uiieto $asta &ue descanse en ti!. G74 Confessiones 5, 10, 19 !1or este tiem)o se me vino a 'a mente,'a idea de 2&ue 'os fi'/sofos &ue ''aman acad#micos $ab5an sido 'os m,s )rudentes, )or tener como )rinci)io &ue se debe dudar de todas 'as cosas * &ue nin-una verdad )uede ser com)rendida )or e' $ombre!. G71 4o'i'o&uios, 1, 15, 23. !)Dices &ue &uieres conocer a Dios * a' a'ma0 - Es todo 'o &ue busco. - )@ nada m,s0 - 7ada abso'utamente. -)@ no &uieres com)render 'a verdad0 - (Como si pudiese conocer aquellas cosas sino por la verdad!" G77 De 'ibero arbitrio, 2,14,36 !?&ue''a $ermosura de 'a verdad * de 'a sabidur5a, mientras )ersista 'a vo'untad de -o(ar de e''a, ni aun su)oni#ndo'a rodeada de una numerosa mu'titud de o*entes, e;c'u*e a 'os &ue a e''a se van ''e-ando, ni se emite )or tiem)os, ni emi-ra de 'u-ar en 'u-ar. 7i 'a interrum)e 'a noc$e, ni 'a in terce)tan 'as sombras,ni est, subordinada a 'os sentidos de' cuer)o. est, cerca de todos 'os &ue 'a aman * conver-en a e''a de todas )artes de' mundo, * )ara todos es sem)iterna e indefectib'e; no est, en nin-Tn 'u-ar, * nunca est, ausente, e;teriormente aconse.a e interiormente ense2a; $ace me.ores a 'os &ue 'a contem)'an, * a e''a nadie 'a $ace )eor, nadie .u(-a de e''a * nadie )uede .u( -ar bien sin e''a!. G75 De uera re'i-ione, 36, 66 !<as cosas son verdaderas en 'a medida en &ue son!. G70 De uera re'i-ione, 36, 66!Entiende &ue 'a verdad es 'a &ue muestra 'o &ue es!. G76 4o'i'o&uia, 2,4,5. G7B De Frinitate, 6, 1, 2 !4er * ser verdadero se identifican!. G7G 4o'i'o&uia, 2,4,5 !<a verdad de una cosa consiste en ser 'o &ue )arece. De suerte &ue, &uitado e' su.eto &ue 'a conoce, no $a* verdad ni fa'sedad!. G72 4o'i'o&uia, 2, 10, 16!7i debemos )ara ser verdaderos en nuestro ser imitar * asimi 'arnos e' )orte a.eno, siendo fa'sos )or eso; nosotros debemos buscar a&ue''a verdad &ue no es bifronte ni contradictoria!. G5> 4o'i'o&uia,2, 4,5. G54 4o'i'o&uia, 2, 15, 29 !)?caso 'o fa'so no es 'o &ue remeda a otro, sin ser a&ue''o a 'o &ue se aseme.a0! G51 Contra academicos,1,4, 11 !E' error, creo *o, consiste en 'a a)robaci/n de 'o fa'so )or 'o verdadero!; Cfr. Ennarrationes in 1sa'mos, 13,5. G57 4o'i'o&uia, 2,3,3!@erra no e' &ue ve a)ariencias en-a2osas, sino e' &ue asiente a e''as!. G55 4ermo 133,4 !@erra &uien considera como es verdadero 'o &ue dice cuando en rea'idad es fa'so; )ero, miente &uien considerando fa'so 'o &ue dice, 'o manifiesta como verdadero, *a sea #ste rea'mente verdadero o fa'so!. G50 Cfr. 4ermo 113,3. G56 Cfr. 4ermo 35,1. G5B Cfr. 4ermo 265, A1. G5G Cfr. Enarrationes in 1sa'mos,20,3. G52 Confessiones, 5, 10, 19 !4e debe dudar de todas 'as cosas * nin-una verdad )uede ser com)rendida )or e' $ombre!. G0> Contra academicos, 1, 3, 19 !<a ciencia consta de cosas com)rendi das, * de ta' modo com)rendidas &ue en e''as ni debe en-a2arse nunca ni vaci'ar )or cua' &uier ob.eci/n &ue se )resente. 1or eso, con muc$a verdad sostienen a'-unos fi'>sofos &ue no )uede $a''arse m,s &ue en e' sabio, e' cua' tiene )erce)ci/nde 'o &ue defiende * si-ue con una ad$esi/n in&uebrantab'e!. G04 Cfr. Contra academicos, 3, 10, 22. G01 Contra academicos, 2,1,1. G07 Cfr. 3, 10, 22 !7ada )uede )ercibirse; a nin-una cosa se debe )restar asenso!. 3ontra acad&micos, (, ::, @10 >Eo hallo como un acad&mico puede refutar al que dice0 !ii,& que &eto me parece blanco' se que esto deleita mis odos'se que este olor me agrada' se que esto me sabe dulce' se que esto es fro para m. $...%. Fn hombre, cuando saborea una cosa, puede certificar con rectitud que sabe por el testimonio de su paladar que es suave o al contrario $...%. )Nui&n hay tan temerario que al terminar yo una golosina muy dulce M&ditations m&taphysiques, PP 6*-, @(7 >En fin, yo soy el mismo que siente, es decir, que recibe y conoce las cosas como por los rganos de los sentidos, puesto, que en fecto, veo la lu., oigo el ruido, siento el calor. #ero, se me dir que estas apariencias son falsas y que yo duermo. Lo concedo, sin embargo, por lo menos, es muy cierto que me parece que veo, oigo y siento calor' esto no puede ser falso' y es pro! piamente lo que en m se llama sentir, y esto G05 E)istu'Q143,6; 164,19; 166,3; De Jenesi ad 'iteram, 0,2,3; De 'ibero arbitrio, 3, 20,55; 3,21, 59. G00 E)istu'a, 190,13; De )eccatorum meritis et rem,, 2, 36, 56; 3,10, 16. G06. Confessiones, 3, 4, 3!Este 'ibro contiene una e;$ortaci/n su*a a 'a fi'osof5a, * se ''ama e' Gortensio. 4eme.ante 'ibro cambi/ mis afec tos * mud/ $acia ti, 4e2or, mis sT)'icas e $i(o &ue mis votos * deseos fueran otros. De re)ente a)areci/ a mis o.os vi' toda es)eran(a vana, * con incre5b'e ardor de mi cora(/n sus)iraba )or 'a in morta'idad de 'a sabidur5a, * comenc# a 'evantarme )ara vo'ver a F5!. G0B 3q3EBH, )e natura deorum0>Eo somos de los que niegan en absoluto la e+istencia de la verdad, sino de los que sostienen que la verdad y la falsedad andan tan hermanadas y me.cladas, que en ellas no hay ninguna se/al cierta para discernirlas y prestarles asentimiento, de donde resulta que el sabio debe regir su vida seg8n la probabilidad>. G0G -onfessiones" 7" 0" 29OSin embargo" al fijar la atencin en ellas" simplemente me parecieron indignas de parangonarse con la majestad de los escritos de Hulio. Ai hinchazn recusaba su estilo # mi mente no penetraba en su interiorO. G02 De uti'itate credendi, 1,2 !)? &ui#n no iban a seducir estas )romesas, * sobre todo, si se trata de un es)5ritu .oven, ansioso de verdad, a'tanero * c$ar 'at,n, a consecuencia de 'as dis)utas esco'ares con $ombres doctos, como 'o era *o0!. G6> Re'i;, H,9 O@ )uesto &ue vino 8anes * con su )redicaci/n nos ense2/ e' comien(o, e' medio * e' fin; nos ense2/ 'o concerniente a 'a f,brica de' mundo; )or &u# fue $ec$o, de d/nde fue sacado, &ui#nes 'o $icieron; nos ense2/ e' )or&u# de' d5a * e' )or&u# de 'a noc$e; nos ense2/ e' curso de' so' * de 'a 'una. @ )uesto &ue todo esto no 'o $emos a)rendido en 1ab'o, ni en 'os escritos de 'os otros a)/sto'es, )or eso creemos &ue 8anes es e' 1ar,c'ito!. G64 . De uti'itate credendi, 1, 1, 12!)"ui#n no se $ubiera de.ado seducir )or ta'es )romesas, es)ecia'mente un .oven ansioso de 'a verdad * *a soberbio * 'ocua( )or 'os debates sostenidos en 'a escue'a de a'-unos $ombres doctos 9...:0!. G61 .-omo los maniqueos" los c!taros tambin afirmaban la existencia de un doble principio eterno9 por un lado" el principio del bien" de la belleza # de la luz? por el otro" el principio del mal" de la materia" de las tinieblas" de la fealdad. Sostenan un desprecio extremo por el orden corpreo" de donde preconizaban una conducta rigurosamente asctica. G67 . 3onfessiones, (, 1, :;0>)e este modo vine a dar con unos hombres que deliraban soberbiamente, carnales y habladores en demasa, en cuya boca hay la.os diablicos y una liga viscosa hecha con las slabas de tu nombre, del de nuestro ,e/or Kesucristo y del de nuestro #arclto y 3onsolador, el Espritu ,anto. Estos nombres no se apartaban de sus bocas, pero slo en el sonido y ruido de la boca, pues en lo dems su cora.n estaba vaco de toda verdad>. G65 Epistula ad Peronymum, :11,A0>La substancia del mal, a la que atribuan su propio principio $...%. 3fr. )e continentia, ?,:I. ? 3onfessionum" 0"4>" 1>. G60 De dono )erseuerantiQ, 11, 23 !<os mani&ueos sostienen sostienen 'a e;istencia de dos natura'e(as, una buena * otra ma'a, &ue son coeternas!. G66 De moribus Ecc'esiQ Cat$o'icQ, 1,10,16 !Cuando se nombra a Dios, sin duda, se debe $ab'ar con restricci/n. 1ues, ase-ur,is &ue $a* dos dioses, uno bueno * e' otro ma'o!. G6B De natura boni, 44 !@ de este modo, 'a substancia vita', esto es, 'a natura'e(a divina, a 'a &ue su)onen a)risionada en sus cuer)os, $u*a de 'os miembros, af'o .ados )or 'a concu)iscencia, * reco-ida * )urificada * se vea 'ibre!. G6G De natura boni, 41 !En cuanto a 'a natura'e(a de Dios, si no 'a su)onen muerta, )&u# es 'o &ue e''os o)inan &ue resucita `esucristo0 4i no 'a su)onen enferma, )&u# es 'o &ue cura `esucristo0 4i no 'a su)onen o'vidada, )&u# es 'o &ue recuerda0 4i no 'a su)onen i-norante, )&u# es 'o &ue ense2a0 4i no 'a su)onen desordenada, )&u# es 'o &ue reinte-ra0 4i no est, vencida * cautiva, )&u# es 'o &ue )one en 'ibertad0 4i no est, necesitada, )a &uien socorre0 4i no $a )erdido su ener-5a, )&u# es 'o &ue robustece0 4i no est, cie-a, )&u# es 'o &ue i'umina0 4i no 'a atormenta e' do'or, )&u# es 'o &ue recrea con e' -o(o0 4i no es inicua, )&u# es 'o &ue corri-e )or medio de )rece)tos0 4i no est, manci''ada, ) &u# es 'o &ue )urifica0 4i no est, en -uerra, )a &ui#n )romete 'a )a(0 4i no est, desenfrenada, )a &ui#n im)one 'a moderaci/n de 'a 'e*0 4i no est, deformada, )&u# es 'o &ue reforma0 4i no est, )ervertida, )&u# es 'o &ue corri-e0!. G62 )e dono perseuerantia, ::,@A0 En el primer libro de las Betractationes, !al )e libero arbitrio!0 >*firman que hay que echar a )ios la culpa del mal como creador de todas las naturale.as, y de este modo introducir un principio del mal inmuta! ble y coeterno con )ios>. GB> 3ontra *dimantum,:@,:0 >#iensan que son las almas racionales de los hombres que se reencarnan en las bestias>. GB4 )e uera religione, 4,:10 >= todava esclavi.ados por sus costumbres, prisioneros de los la.os carnales, sostienen que en un mismo cuerpo habitan dos almas0 una divina, que, naturalmente, es como )ios' otra, oriunda de la ra.a de las tinieblas, a la que )ios ni engendr, ni hi.o, ni produ9o ni recha.>. GB1 )e duabus animabus, :10>El alma es una parte de la mismsima substancia de )ios>. GB7 )e continentia, :;,@I0>La carne verdadera es un mal>. GB5 3ontra Felicem manichum, :,20>Las carnes que comen los hombres no son creatura de )ios, sino hechura de los demonios, y cosa inmunda>. GB0 )e continentia, :;,@I0 >*firma que por parte de las almas pertenece a 3risto, pero por parte del los cuerpo, al diablo>. GB6 )e continentia, :;,@I0>*firma que ambos se+os no son obra de )ios, sino del diablo>. GBB De moribus manic$Qorum, 2, 16, 65 !)7o sois vosotros &uienes, )or 'a uni/n de 'as a'mas con 'a carne, consider,is 'a )rocreaci/n de 'os $i.os como a'-o aTn m,s crimina' &ue 'a uni/n misma de 'os se;os0 9...:. De donde se si-ue &ue, si vosotros )retend#is tener una mu.er, no es )ara en-endrar $.os, sino )ara satisfacer 'a concu)iscencia!. Por cierto" las semejanzas existen" -no faltar! alguien m!s perse$erante- que pueda hallar una cantidad ma#or de coincidencias- # stas no pueden atribuirse li$ianamente a una pura casualidad sino m!s bien a la posibilidad de que :escartes se ha#a inspirado" de hecho" en la doctrina de San ,gustn mucho m!s de lo que l realmente estu$o dispuesto a admitir. En ejemplo de estas coincidencias surge a propsito del conocimiento que el alma tiene de s misma. Seg*n ,gustn ha# conocimiento de algo cuando se accede al conocimiento cierto de su naturaleza o esencia" # por lo mismo de su existencia? pues nada ha# m!s presente al alma que ella misma. ;" as" el alma descubre que no es ninguna cosa corprea porque no tiene certeza de ello. Por su parte" :escartes negaba la posibilidad de identificar al alma con el cuerpo" por el simple hecho de que poda dudar de ello? mientras que s tena certeza de de su esencia o naturaleza espiritual" por cuanto es m!s f!cil de conocer que el orden corpreo. GBG De uti'itate credendi, 2,4 !Con sus ata&ue a 'a fe cat/'ica, * en )articu'ar contra e' ?nti-uo Festamento, a' &ue des-arran!. GB2 )e dono perseuerantia, ::,@1. GG> ,ermo 2@,20 >Los dos -estamentos de las Escrituras, el *ntiguo y el Euevo, estn en contradiccin>. GG4 )e Jenesi contra manichai, :,:,@0>*costumbran los maniqueos vituperar las Escrituras del *ntiguo -estamento que no conocen>. GG1 )e Jenesi contra manichos, :,@,(0 >3iertamente que los maniqueos leen, alaban y honran al apstol ,an #ablo, pero interpretando torcidamente sus epstolas, enga/an a muchos>. GG7 )e continentia, :;,@I0>)Nu& es lo que dice el loco maniqueo acerca de la carne de 3risto5 Nue no era verdadera, sino falsa>. GG5 ,ermo ::1,I0 >E+isten *lgunos here9es que todava mantienen en su cora.n que 3risto se apareci a los o9os, pero que no era verdadera su carne>. 3fr. :2(,:. GG0 -ractatus in Poannis Euangelium, (I,@0 >Los maniqueos entienden que Euestro ,e/or Kesucristo es este sol, visible a los o9os de la carne, e+puesto y p8blico no slo a los hombres sino tambi&n a las bestias>. GG6 ,ermo A@, *, ?0 >)Nui&n creer que los maniqueos osaran buscar calumnia, tratando de afirmar que nuestro ,e/or Kesucristo no tuvo madre5> 3fr.,ermo A?,2. GGB 3onfessiones, :(,(;, I?. GGG 3onfessiones, :(,(;, I?0>$...% la fbrica de los cielos y la composicin de las estrellas, y esto no de cosa tuya, sino que ya antes e+istan enotra parte y por otro>. GG2 3onfessiones, :(,(;, I?0 >Fna mente hostil y una naturale.a diferente de la Muestra y no creada por Mos, engendr y form estas cosas en las partes inferiores del mundo>. G2> Confessiones, 3,10, 16 !9...: &ue ''e-ar, a creer &ue e' $i-o, cuando se 'o arranca,.untamente con su madre, e' ,rbo', ''ora ',-rimas de 'ec$e!. G24 Fractatus in Hoannis Euan-e'ium, 1,16 !Es indecoroso este modo de inter)retaci/n; se abre 'a )uerta )ara &ue furtivamente se nos acer&ue de nuevo 'a inmund5sima secta de 'os mani&ueos * di-a &ue 'a )iedra tiene vida; * 'a )ared, a'ma, * 'a cuerdeci''a * 'a 'ana * e' vestido tambi#n!. G21 3onfessiones, ?,A,:@0 >,us libros estn llenos de grandsimas fbulas acerca del cielo y las estrellas, el sol y la luna>. G27 3onfessiones, ?,:;, @;0 >$...% en aquellas cosas fabulosas de las cuales los libros de los maniqueos estn llenos>. G25 )e utilitate credendi, :, @0>En su afn de superar y huir de lo sensible, dan vuelta dentro de s a las imgenes e impresiones percibidas a trav&s de los sentidos, y creen medir con toda lprecisin los entresi9os inefables de la verdad vali&ndose de la regla torpe y fala. recogi da de aqu&llos>. G20 )e utilitate credendi, :,@0 >#rometan, de9ando a un lado el odioso testimonio de la autoridad,llevar hasta )ios, librndolos de todo error, y por lune9ercicio estrictamente racional, a cuantos se pusieran sumisos en sus manos>. G26 )e moribus Ecclesi 3atholic, :,@,(0>= ninguna otra m+ima sostienen con mayor vehemencia, que el de sostener que la ra.n debe ser invocada antes que toda autoridad>. G2B )e utilitate credendi, :,@0 >#ero, por el contrario lo que me contena a adherir apenas 9unto a estos, slo lo suficiente para que yo perma! neciese en aquel grado que ellos llaman QauditorQ, de suerte que no abandonase la esperan.a del mundo y los negocios' tambi&n adverta que ellos eran ms discutidores y abundantes a la hora de refutar los argumentos de los dems, que en probar la firme.a ycerte.a de los propios>. G2G 3onfessiones, I,:,:0 >En aqu&llas, persiguiendo la frivolidad de la gloria popular hasta los aplausos del teatro, los certmenes de poesa y las luchas de coronas de heno, los espectculos, las frusleras y la intemperancia de la concupiscencia' en &sta,deseando mucho purificarnos de tales sordideces, llevando alimento a los llamados QelegidosQ y QsantosQ, para que en las oficinas de sus estmagos nos fabricasen ngeles y dioses que nos librasen>. G22 De moribus manic$Qorum, 2,13,23 !Estas b'asfemias, )roferidas desde e' cora(/n, &ue $abitan cotidianamente en vuestros 'abios, os )ro$iben se-uir )re-onando vuestro se''o de 'a boca )ara seducir a -ente senci''a!. 2>> De natura boni, 45 !)"ui#n no ver,, &ui#n no se $orrori(ar,, de cu,ntas * cu,n abominab'es tor)e(as se si-uen de sus ense2an(as0!. 2>4 )e moribus manichorum, @,::,@@0 >#ues si entiendes a )ios como lu. no podr&is recusar que una parte de )ios es )ios. #ues, si decs que el alma es una parte de )ios, puesto que no negas que &sta es corrupta, insipiente y cambiada, ya que fue sabia' y violada, ya que carece de la propia perfeccion' e indigente ya que pide au+ilio' y d&bil y desgraciada, porque tiene necesidad de remedio y de felicidad. $...%. En efecto, seg8n vuestra, autoridad, supuesto que la parte de )ios es )ios, entonces por &sta )ios se corrompe, por el cambio, la insipiencia y la alteracin' pierde sus perfecciones, carece de fuer.a, se hace d&bil por la enfermedad, es oprimido por la miseria y mancillado por la esclavitud>. 2>1 De moribus manic$Qorum, 2,2,3!)De &u# manera vuestra -ente de' reino de' ma', &ue se-Tn vuestra confesi/n es e' sumo ma', se entiende como a'-o &ue se a'(a contra e' orden de 'a natura'e(a * de 'a substancia0 1ues, si se a'(a contra s5 misma, e'imina su )ro)io ser!. Dbsr$ese" cmo :escartes" se conforma momen- t!neamente con asumir una actitud positi$a slo en el orden pr!ctico. n 2>7 3onfessiones, A,4, :(0 >Me procuraste por medio de un hombre hinchado con descomunal orgullo, ciertos libros de los platnicos,traducidos de la lengua griega a la latina>. 2>5 De ciuitate Dei, 6,3. 2>0 De ciuitate Dei, 6,6. 2>6 Contra academicos, 3,13,36. 2>B Contra academicos, 3, 19,41. 2>G Contra academicos, 3, 20, 44 !Conf5o, entre tanto, $a''ar entre 'os )'at/nicos 'o &ue se o)one a nuestras 4a-radas Escrituras!. 2>2 Confessiones, 6, 2 ss. 24> )e ciuitate )ei, 2, ?0>,i #latn di9o que el sabio es aquel que imita conoce ly ama a este dios cuya participacin le hace feli., )qu& necesidad hay de e+aminar a los demas5 Einguno de ellos est tan cerca de nostros como &stos>. 244 .fr. PL,$@N( Fimeo, 26a-31a. 241 )e vera religione, :2, (10>#or lo cual, si el mundo fue hecho de alguna materia informe, &sta es hecha totalmente de la nada>. 247 Cfr. PL,$@N( Fimeo, 41d. 245 )e Jenesi ad littera, :?, @A0>Becha.ada aquella opinin segn la lcual se considera que las almas son arro9adas a los cuerpos con arreglo a los mSritos de la vida anterior $...% para no contradecir al *pstol>. 3fr. Epistul :1I y :11. 240 Cfr. PL,$@N( Redro, 250c. 246 De Jenesi ad 'itteram, 3, 24, 35!Es demasiado dif5ci' creer &ue e''a $ubiera )odido inc'inarse )or )ro)ia vo'untad a vivir en e' cuer)o, si )reviera &ue $ab5a de )ecar en a'-unos, * )or 'o mismo ser casti-ada en .usticia con )er)etuo su)'icio!. Cfr. De anima et eius ori-ine, 4, 2, 3. 24B Cfr. PL,$@N( Fimeo, 91d-92e. 24G )e ciuitate )ei, :;, (;0>Es necio creer que desde aquella vida, que no podr ser felicsima si no estuviera certisima de su eternidad, puedan desear las almas las taras de los cuerpos corruptibles y tornar de all a esta realidad, como si la suprema purificacin consistiera en buscar la impure.a>. 242 Dbsr$ese que la grafa academicos no lle$a tilde. -omo lo sugiere el texto en cursi$a" la intencin es preser$ar la grafia latina del texto original. La misma obser$acin $ale para los restantes $ocablos en cursi$a. 21> . 3onfessiones, ?, :I, @?0>*s que, dudando de todas las cosas, seg8n costumbre de los acad&micos como se cree, determin& abandonar a los maniqueos,9u.gando que, durante el tiempo de mi duda no deba permanecer en aquella secta, a la que antepona algunos filsofos, a quienes, sin embargo, no quera encomendar de ning8n modo la curacin de las laceras de mi alma por no hallarse en ellos el nombre saludable de 3risto. En consecuencia, determin& permanecer catec8meno en la Pglesia catlica, que me habia sido recomendada por mis padres, hasta tanto que brillase algo cierto a donde dirigir mis pasos>. 214 Confessiones,3, 21,23!?s5, )ues,tom# avid5simamente 'as venerab'es OEscriturasO de tu Es)5ritu, * con )referencia a todos, a' a)/sto' 1ab'o. @ )erecieorn todas a&ue''as cuestiones en 'as cua'es me )areci/ a'-hn tiem)o &ue se contradec%a a samismo * &ue e' te;to de sus dis cursos no concordaba con 'os testimonios de' a 'e* * de 'os 1rofetas, * a)areci/ a mis o.os e' rostro de 'os castos or,cu'os * a)rend5 a a'e-rarme con temb'or!. 211 3onfessiones, 2,:@,@40>= he aqu que oigo de la casa vecina una vo., no s& si de ni/o o de ni/a, que deca cantando y repeta muchas veces0 Q-oma, lee' toma, leeQ. ... Pnterpretando que, no otra cosa se me mandaba de parte de )ios, sino que abriese el libro y abriese el primer captulo que encontrase. ... *s que volv a todas prisa al lugar donde estaba sentado alipio, pues all haba puesto el cdice del *pstol al levantarme de all' lo arrebat&, lo abr y le en silencio el primer captulo que se me vino a los o9os0 QEo en comilonas nli embriegueces' no en fornicaciones y deshonestidades' no en rivalidad y envidia' sino vestos de Euestro ,e/or Kesucristo, y no hagis caso de la carne para sa tisfacer sus concupiscenciasQ. Eo quise leer ms ni fue menester' pues, apenas no bien termin& de leer la sentencia, como si una lu. de seguridad se hubiera infiltrado en mi cora.n, se disiparon todas las tinieblas de mis dudas> 217 . Confessiones, 1P, 23, 3P!( Farde te am# $ermosura tan anti-ua * tan nueva, tarde te am#E @ $e a&u5 &ue tu estabas dentro de m5 * *o fuera, * )or fuera te buscaba2 * deforme como era, me 'an(aba sobre estas cosas $ermosas &ue tT creaste. Fu estabas conmi-o m,s *o no 'o estaba conti-o. Beten5anme 'e.os de ti a&ue''as cosas, &ue si no estuviesen en t5 no seran. Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera' brillaste y resplandeciste, y fugaste mi ceguera' e+halaste tu perfume y respir&, suspir& or t' gust& de t, y siento hambre y sed' me tocaste y abrseme en tu pa.O. 215 . 3onfessiones, ?, :;, :40>#or ese tiempo me vino tambi&n a la mente la idea de que los filsofos que llaman acad&micos haban sido los ms prudentes, por tener como principio que se debe dudar de todas las cosas y que ninguna verdad puede ser comprendida por el hombre!. 210 3ontra academicos, @, ?, ::0 >#ues a los acad&micos les gust sostener que el hombre no puede conseguir la ciencia de las cosas tocantes a la filosofa 6porque de los dems 3arn&ades no se preocupaba7, y, no obstante eso, que el hombre puede ser sabio $...%. )e -rinitate, :;, :;, :10 >Eullo modo autem recte dicitur sciri aliqua res, dum eius ignorantia substantia. Nuapropter cum se mens nouit, substantiam suam nouit' et cum de se certa est, de subs! tantia sua certa est>. >,ic enim cogitat ignem aut rem, et quidquid aliud corporis cogitat. Eeque ullo modo fieri posset ut ita cogitaret id quod ipsa est, quemadmodum cogitat id quod ipsa non est>. >Eon enim quidquam illi est se ipsa prsentius>. $>Eo se puede afirmar con ra.n que se conoce una cosa si se ignora su naturale.a. #or tanto, si la mente se conoce, conoce su esencia, y si est cierta de su e+istencia, est tambi&n cierta de su naturale.a>.
>#iensa en el fuego, en el aire o en cualquier otro cuerpo' mas en absoluto imposible pensar en lo que ella no es como piensa en lo que ella no es>. >Eada hay ms presente a la mente que ella misma>%.
)iscours de la M&thode, ,ec. partie, *- :20 >Le premier &tait de ne recevoir 9amais aucune chose pour vraie,que 9e ne la connusse &videmment tre telle.... Et de ne comprendre rien de plus en mes 9ugements que ce qui se pr&senterait si clairement et si distinctement V mon esprit que 9e nQeusse aucune ocassion de la mettre en doute>. )iscourse, Nuatrime partie, *- (@. >Et voyant que 9e pouvais feindre que 9e nQavais aucun corpos,et quQil nQy avait aucun monde, ni aucun lieu o 9e fusse' mais que 9e ne pouvais pas feindre, pour cela, que 9e nQ&tait point'et quQau contraire, de cela mme que 9e pensais V douter de la v&rit& des autres choses, il suivait trSs &videmment et tr&s certainement que 9Q&tais>. )isc. quatrime, *- ((0 >3e moi,cQest!V!dire lQTme, par laquelle 9e suis ce que 9e suis, est entiSrement distincte du corps, et mme quQelle est plus ais&e V connaUtre que lui>%. $>El primero era de no recibir 9ams cosa alguna como verdadera que yo no la conociese como tal... Eo comprender en mis 9uicios nada mVs que lo que se presentara a mi espritu tan clara y distintamente que no tuviese ninguna ocasin de ponerlo en duda>. >Miendo que poda fingir que no tena cuerpo alguno y que no haba mundo ni lugar enque me encontrase, pero que no por esto poda fingir que yo no fuese, y que, al contrario, por lo mismo que pensaba en dudar de la verdad de las demVs cosas se segua muy evidente y muy ciertamente que yo era>. >Este yo, es decir, el alma, por la cual yo soy lo que soy, es enteramente distinta del cuerpo e incluso es mVs fcil de conocer que &l>%. 3onfessiones ?,:I,@? >*s que, dudando de todas las cosas, seg8n costumbres de los acad&micos como se cree, determin& abandonar a los maniqueos, 9u.gando que, durante el tiempo de mi duda no deba permanecer en aquella secta, a la que antepona algunos filsofos, a quienes, sin embargo, no quera encomendar de ning8n modo la curacin de las laceras de mi alma por no hallarse en ellos el nombre saludable de 3risto. En consecuencia, determin& permanecer catec8meno en la Pglesia 3atlica, que me haba sido recomendada por mis padres, hasta tanto que brillase algo cierto a donde dirigir mis pasos>. )iscours, troisiSme partie *-, @@!@(0 >*s, con el fin de no permanecer irresoluto en mis acciones mientras la ra.n me obligaba a serlo en mis 9uicios y de no de9ar de vivir de all en adelante lo ms feli.mente que pudiera, me form& una moral provisional que slo consista en tres o cuatro m+imas que les quiero comunicar. La primera es obedecer a las leyes y a las costumbres de mi pas conservando con firme.a la religin en la que )ios me ha concedido la gracia de ser instruido desde mi infancia ...>. esto procede" como si hubiera respondido a la misma lectura de los escpticos neoacadmicos por los que antes incursion ,gustn" dando por sentada la dificultad de establecer juicios de orden terico" Hampoco faltan pasajes donde se ad$ierte una identificacin del #o con el alma9 3onfessiones, :;,1,40 >Ego interior cognouit hc, ego, ego ani! mus, per sensum corporis mei>. )iscours de la M&thode, (Sme 6*-, ((70 >Este yo, es decir, el alma por la cual yo soy lo que soy>. 3o faltan otras coincidencias m!s puntuales pero no menos significati$as9 )e donde resulta que el sabio no da su asentimiento a ninguna cosa, porque necesariamente yerra, y esto es impropio del sabio, asintiendo a cosas inciertas>. 216 La ,cademia platnica sin duda alcanza toda su fuerza e influencia merced al notable prestigio de su fundador. Pero de hecho su historia no se agota con l. l hecho de que sus acti$idades persistieron sin solucin de continuidad hasta el a8o 012 cuando es clausurada por decreto del emperador /ustiniano. Pero la continuidad en el tiempo" en este caso no implica en modo alguno que tambin la ha#a en el plano doctrinal. Dbsr$e- se que #a con el primer escolarca sucesor de Platn" speusipo" #a se descree de la teora de las ideas. ,hora bien" de acuerdo con la tradicin" la ,cademia tiene tres perodos cu#os lmites no son del todo precisos9 la ,cademia ,ntigua" cu#os representantes son speusipo" /encrates" Jer!clides Pntico" Polemn" -rates # -rantor. l principal porta$oz de la Segunda ,cademia es ,rcesilao cu#a car!cterstica doctrinal es el antidogmatismo # escepticismo moderado. n la ,cademia 3ue$a aparecen -arnades # -litmaco" que agrega al antidogmatismo la doctrina del probabilismo. 21B ,EO-H EM#qBP3H, Los tres libros de "ipotiposis pirrnicas, :,I. 21G S+HD APR.(-D" Los tres libros de "ipotiposis pirrnicas, :,A. 212 Confessiones 5, 10, 19 !1or este tiem)o se me vino a 'a mente,'a idea de 2&ue 'os fi'/sofos &ue ''aman acad#micos $ab5an sido 'os m,s )rudentes, )or tener como )rinci)io &ue se debe dudar de todas 'as cosas * &ue nin-una verdad )uede ser com)rendida )or e' $ombre!. 27> . Sexto mprico" -ontra los matem!ticosO,s razonaba -arnades" contrastando con los otros filsofos" para demostrar la inexistencia del criterio. Sin embargo" solicitando tambin a l alg*n criterio para la conducta de l, $ida # la adquisicin de la felicidad" fue obligado" en cierto modo" a tomar por cuenta su#a una posicin en este punto" asumiendo la representacin probable" aquella probable # a la $ez no contradicha # aquella examinada desde todas partesO. 274 . Contra academicos, 3, 10, 22, !7ada )uede )ercibirse. ? nin-una cosa se debe )restar ascenso!. 271. 3q3EBH, )e natura deorum0>Eo somos de los que niegan en absoluto la e+istencia de la verdad, sino de los que sostienen que la verdad y la faalsedad andan tan hermanadas y me.cladas, que en ellas no hay ninguna se/al cierta para discernirlas y prestarles asentimiento, de donde resulta que el sabio debe regir su vida seg8n la probabilidad>. 277 -icern( ?cademicorum, 2, 16, 36!1ara $a''ar 'a verdad conviene ver 'o &ue se $a dic$o en contra * a favor de todo!. 275 -(-.Q3" -usculanas, @,(,(?I. 270 .ecurdese que" #a en sus orgenes la retrica cu#o origen se atribu#e a -rax # Hisias" quienes en el 56> a.-. la definieron como el arte de persuadir" # fueron precisamente los sofistas" tambin en el siglo '" los que" declarando la relati$idad de la $erdad" entendan que sta dependa en buena medida de la manera de presentar el discurso. 276 -(-.D" )e oratore, :,:A0>... uerborum uolubilitas inanis atque inridenda est>. 27B 3icern, *cademicorum, @, @;, (40 >Estimar que nada se puede percibir>. 27G .I.E'@N( ?cad#micorum, 2,43,36-3. 272 La retrica se puede entender como el arte del buen decir" x yozxq$" por el que" apelando a todos los recursos conscientes del lenguaje" se persigue influir positi$amente sobre los o#entes. -icern" que adopta la teora retrica aristotlica" tu$o el pri$ilegio de desarrollarla distinguiendo cinco partes en el proceso discursi$o de la misma9 la invencin, o eleccin de las ideas apropiadas? la disposicin u orden de las mismas? la elo! cucin" que concierne al estilo adecuado? la memori.acin" # la pronunciacin. 25> En&uiridion, 30,3!f<os acad#micosf ase-uran &ue todo error es )ecado, * sostienen &ue no se )uede evitar si no se sus)ende todo asentimiento. ?firman, )ues, &ue *erra todo a&ue' &ue asiente a 'o incierto, * discuten con dis)utas a-ud5simas, aun&ue mu* desver-on(adas, &ue nada $a* cierto en 'as )erce)ciones de 'os $ombres, )or 'a inse)arab'e seme.an(a con 'o fa'so!. 254 Confessiones, 3, 4,3. 251 Confessiones, 5,10,19!<os fi'/sofos &ue ''aman acad#micos $ab5an sido 'os m,s )rudentes, )or tener como )rinci)io &ue se debe dudar de todas 'as cosas * &ue nin-una verdad )uede ser com)rendida )or e' $ombre!. 257 De ciuitate Dei, 19,16!E;aminemos 'a famosa diferencia &ue Darr/n se2a'a como caracter5stica de 'os neoacad#micos. 1ara e''os nada se sabe con certea. 1ues bien, 'a ciudad de Dios, re)udia una ta' duda ocmo una fa'ta de sentido!. 255 . 3onfessiones, 1, I, 10 >#or eso retena mi cora.n de todo asentimiento, temiendo dar en un precipicio. Mas con esta supensin matbame y mucho ms, porque quera estar tan cierto de las cosas que no vea como lo estaba de que siete y tres son die.>. 250 . 3onfessiones, ?, :I, @?0 >*s que, dudando de todas las cosas y fluctuando entre todas, seg8n costumbre de los acad&micos, como se cree, determin& abandonar a los mani&ueos!. 256 . Confessiones, 6, 5, 3!Des)u#s, con mano b'and5sima * misericordios5sima, comen(aste 4e2or, a tratar * com)oner )oco a )oco mi cora(/n * me )ersuadiste - a' considerar cu,ntas cosas cre5a &ue no $ab5a visto ni a cu*a formaci/n $ab5a asistido, como son muc$as de 'as &ue cuentan 'os 'ibros de 'os -enti'es; cu,ntas re'ativas a 'os 'u-ares * ciudades &ue no 4. -uando descalifica ontolgicamnte el conocimiento sensible9 )e Jenesi ad litteram, :@, @?, ?@0 >Plluditur anima similitudinius rerum> $El alma se alucina por las seme9an.as$. :iscourse de la mthode" (' Nme partie" &,H" 71)9 O3uestros sentidos a $eces nos enga8anO. 1. -uando $e la posibilidad de entender como errneas a las representaciones de las cosas9 $ab5a visto; cu,ntas referentes a 'os ami-os, a 'os m#dicos * a otras c'ases de $ombres &ue, si no 'as cre*#semos, no )odr5amos dar un )aso en 'a vida, *, sobre todo, cu,n inconcusamente cre5a ser $i.o de ta'es )adres, cosa &ue no )odr5a saber sin dar fe a 'o &ue me $ab5an dic$o -de &ue 'o &ue creen en tus 'ibros, &ue $as revestido de tanta auto ridad en casi todos 'os )ueb'os de' mundo, deber5an ser cu')ados 'os &ue no cre*esen en e''os; * as5 &ue no deb5a dar o5dos a 'os &ue ta' ve( me di.eren O)De d/nde sabes tT &ue a&ue''os 'ibros $an sido dados a 'os $ombres )or e' Es)5ritu de Dios Tnico * verac5si mo0O. 1or&ue )recisamente esto era 'o &ue ma*ormente deb5a creer, )or no $aber )odido )ersuadirme nin-Tn ata&ue de 'as o)iniones ca'umniosas, &ue *a $ab5a 'e5do en 'os muc$os escritos contradictorios de 'os fi'/sofos, a &ue no cre*era a'-una ve( &ue tT no e;st5as- aun&ue *o in-norase 'o &ue eras- * &ue no tienes cuiidado de 'as cosas $umanas. Esto 'o cre5a unas veces m,s fuertemente * otras m,s d#bi'mente; )ero &ue e;istias * ten5as cuidado de' -#nero $umano, siem)re cre5, si bien i-noraba 'o &ue deb5a sentir de tu substancia * &u# v5a era 'a &ue nos conduc5a o reduc5a a t5!. 25B De fide rerum &uQ non videntur 1,2 !)Des, )or ventura, con 'os o.os de' a'ma 'o &ue )asa en e' a'ma de otro0 @, si no 'o ves, )c/mo corres)onder,s a 'os sentimientos amisto- sos, cuando no crees 'o &ue no )uedes ver0 b....c Der,s 'as obras de tu ami-o, oir,s sus )a'abras; )ero $abr,s de creer en su afecto, )or&ue #ste ni se )uee ver ni oir!. 25G . La expresin de (saas &B"2) nisi credideritis non inte''ii-etis, cu#a $ersin griega es9 {U v V WXYZ[\Y]Z], o^[{ V Y_vZ[ -? menos &ue creas no entender,s. La expresin agustiniana" credo ut intelligam !creo con el fin de entender" aparece bajo la formulacin precisa de crede ut inte'i-as -cree )ara &ue entiendas, aparece en 4er#o 57" B"2? In E9angeli%# Ioannis" 76" B. 3o debe ol$idarse" para comprender el tema de la integracin entre razn # fe" que ambas se fundan en un mismo principio di$ino que obra sobre el hombre mediante una cierta iluminacin interior. 252 Contra academicos, 3, 9, 16 !7ie-an 'os acad#micos &ue )ueda saberse a'-o. - )"u# a)o*o ten#is )ara decir eso, o$ $ombres doct5simos0 - 7os movi/ -res)onden- 'a definici/n de ien/n. - 8as, ))or &u#0 1ues, si es verdadera, a'-una verdad admite &uien 'a admite; si es fa'sa, no debi/ $aceros me''a a vosotros, &ue os )reci,is de vuestra constancia!. 20> . Contra academicos, 3, 4, 10!1ues, 'es a-rad/ a e''os, o m,s bien 'es )areci/, &ue )uede ser un $ombre sabio, *, con todo, 'a ciencia no )ue de ser dote de 'os $ombres. 1or 'o cua' afirmaron &ue e' sabio nada sabe!. 204 Contra academicos, 3, 14, 32!4i insistes en decir &ue e' mismo sabio i-nora 'o &ue )osee, vue'ves a' absurdo de antrs &ue e' sabio i-nora 'a sabidur5a!. 201 Contra academicos, 3, 4, 10!?$ora, )ues, te )re-unto si )uede darse un sabio. 1ues, en caso afirmativo, )odr, tambi#n conocer 'a sabidur5a, * toda 'a cues ti/n entre nosotros est, resue'ta. 45, a' contrario, sostienes &ue es im)osib'e e' sabio, entonces 'a cuesti/n )rimera, no ser, si sabe a'-o, sino, si a'-uien )uede ser sabio!. 207 . Contra academicos, 3, 15, 34!E' &ue nada a)rueba, nada $ace!. 205 . S+HD APR.(-D( 3ontra los matemticos, A, :11. 200 . Contra academicos, 2, 3, 19 !4u)on-amos &ue ese no se &u# $ombre de &uien $ab'amos esata )resente a&u5. De a'-una )arte viene tu $ermano * dice - )Cste, de &ui#n es $i.o0 @ 'e res)onden - De cierto Bomaniano. - (P$, cu,nto se )arece a su )adreE, dice #'. (Con cu,nta verdad 'a fama )re-on/ estoE ?&u5 dir5as tT o a'-Tn otro - <ue-o, )conociste, buen $ombre a Bomaniano0 - 7o 'o conoc5, res)onde #', sin embar-o me )arece &ue es seme.ante. - P*endo esto, ))odr5a uno contenerse 'a risa0 - De nin-Tn modo res)ondi/ <icencio!. 206 Contra academicos, 3, 15, 34!8ientras tanto, e' &ue su)uestamente err/ )or dar f,ci'mente '2su asentimiento, tomando )or verdaderas 'as )a'abras de' )astor, *a es tanba descansando en e' 'u-ar de su destino; #ste, en cambio, &ue su)uestamente no *erra, )or&ue si-ue s/'o 'o &ue es )robab'e, anda va-ando )or no s# &u# bos&ues, sin to)ar ')ersona &ue cono(ca e' 'u-ar a donde se $ab5a )ro)uesto ir!. 20B . Contra academicos, 3, 16, 36!si esta ar-umentaci/n es v,'ida, con ta' &ue se a)o*e en una ra(/n )robab'e )ara obrar, con ta' de no )restar asentimiento a nin-una cosa como verdadera, se )odr, )er)etrar toda c'ase de abominaciones, sin ser acusado de crimen, * ni si&uiera de error!. 20G PL,$@N( Red/n, 65b. 202 Cfr. PL,$@N( Be)Tb'ica,509d-511e. 26> PL,$@N( Be)Tb'ica 514a-516a. 264 .fr. 2I.$/'IN/ .,PGN,G,( Hntroducci/n a Contra 'os acad#micos( en 4,N ,G=4$EN( Pbras com)'etas, A?C, F<F. 13. 261 .I.E'@N( ?cademicorum,2, 26, ). 46!)Des a&ue''a nave0 1arece &ue est, &uieta. En cambio, a 'os de 'a nave 'es )arece &ue esta vi''a se mueve!. 267 De Jenesi ad 'iteram, 12, 25, 52 !4e a'ucina e' a'ma con 'a seme.an(a de 'as cosas no )or defecto de #stas, sino de su o)oni/n, cuando, )or defecto de 'a inte'i-encia, entiende &ue 'as seme.an(as son estas cosas de 'as cua'es son seme.antes!. 265 De Jenesi ad 'iteram, 12, 25, 52 !Fambi#n se en-a2a en 'a visi/n cor)ora' cuando .u(-a &ue se $ace en 'os mismos cuer)os 'o &ue se e.ecuta en 'os sentidos cor)ora'es. ?s5, a 'os nave-antes 'es )arece &ue se mueven 'os &ue est,n en tierra; 'os &ue miran a' cie'o.u(-an &ue 'os astros esatan fi.os, 'os cua'es sabemos &ue se mueven; 'os &ue diva-an 'a vista ven dos 'uces siendo una; 'os &ue introducen un remo en e' a-ua creen &ue est, &uebrado; * as5, )or e' esti'o, muc$as otras cosas!. 260 De Jenesi ad 'itteram, 12, 25, 52 !Cuando confunde a'-o con otra cosa en ra(/n de su seme.an(a )or e' co'or, o )or e' sonido, o, e' o'or, o, e' sabor, o, e' tacto!. 266 De Jenesi ad 'itteram, 12, 25, 52 !Cuando .u(-a &ue se ve a s5 misma en sue2os, o &ue est, afectada )or a'-una visi/n de natura'e(a es)iritua'!. )e Jenesi ad litteram :@,@?,?@0 26B De Frinitate, 15, 12, 21 !E;ce)to 'as cosas &ue son conocidas )or 'os sentidos de' cuer)o, &ue son mu* diferentes de como se ven. de suerte &ue e' necio o)rimido )or 'as sor)rendentes seme.an(as, se cree sano de .uicio!. 26G De Frinitate, 15, 12, 21 !<e.os, )ues, de nosotros dudar de 'a verdad de 'os ob.etos )ercibidos )or 'os sentidos de'cuer)o e''os dan testimonio de 'a e;istencia de' cie'o * de 'a tierra * de cuanto en e''os se contiene * nos es conocido se-Tn 'a vo'untad de' &ue nos cri/ a nosotros * a e''os!. 262 De Frinitate 15, 10,13!7adie conoce e' error en a'-o, sino cuando conoce &ue es fa'so; si conoce esto, conoce 'a verdad; )ues, es verdadero &ue 'o err/neo es fa'so!. 2B> De Jenesi ad 'itteram, 12,25,52 !De donde, todas 'as visiones cor)ora'es, deben cofirmarse con e' testi monio de 'os dem,s sentidos, *, sobre todo con e' de 'a misma mente * de 'a ra(/n, )ara &ue en este -#nero de cosas, se encuentre cuanto de verdad se )ueda $a''ar!. 2B4 De 'ibero arbitrio, 2,3,6 !?-us.- )Entiendes, )ues &ue cada sentido tiene ciertos ob.etos )ro)ios,de 'os cua'es no da testimonio, * &ue a'-unos ob.etos son comunes a varios sentidos0!. 2B1 Contra academicos, 3,11,26 !@ 'o &ue )ueden ver 'os o.os, cuando ven, es 'o verdadero. - )<ue-o, testifican 'a verdad cuando ven e' remo &uebrado en e' a-ua0 - Ciertamente, es verdadero. 1ues, $abiendo una causa )ara &ue e' remo a)are(ca ta' como se ve a''5, si a)areciera recto, entonces, s5 se )odr5a acusar a 'os o.os de dar un informe fa'so, )or no $aber visto 'o &ue, $abiendo ta'es causas, debieron ver!. 2B7 De uera re'i-ione, 33,61 !<a $ermosura de 'os cuer)os no miente )urs carece de vo'untad, ni tam)oco en-a2a cuando no se 'a estima m,s de 'o &ue es!. 2B5 De uera re'i-ione, 33, 62 !4i a'-uien cree &ue en e' a-ua e' remo se &uiebra * a' sacar 'o de a''5 vue've a su inte-ridad, no tiene un mensa.ero ma'o, sino un ma' .ue(, 1ues, a&ue' /r-ano tuvo 'a afecci/n sensib'e, &ue debi/ recibir de un fen>meno verificado dentro de' a-ua, )or&ue, siendo diversos e'ementos e' aire * e' a-ua, es mu* ra(ona b'e &ue se sienta de un modo dentro de' a-ua * de otro, en e' aire!. 2B0 Contra academicos, 3, 10, 23!Con todo, *o, &ue esto* 'e.os aTn de 'a )ro;imidad de' sabio, en estas cosas de 'a natura'e(a, a'-o s#!. 2B6 Contra academicos, 3, 13, 29!<o &ue me )arece ver, o es cuer)o o no 'o es!. 2BB3ontra academicos, (,@,@I0>,i t8 dices que nada se me aparece, entonces nunca podr& errar, pues yerra el que a la ligera aprueba lo aparente. #orque sosten&is que lo falso puede parecer verdadero a los sentidos, pero no negis el hecho mismo del aparecer. = absolutamente desaparece todo motivo de discusin donde a vosotros os gusta triunfar, si no slo nada sabemos, sino que tambi&n se suprime toda apariencia. #ero si t8 negis lo que a mi me parece sea el mundo, es una cuestin de nombres, pues ya te he dicho que a eso que se me aparece a m le doy el nombre de QmundoQ>. 2BG3ontra academicos, (,@,@10 OEsto es lo que digo0 que un hombre, cuando saborea una cosa, puede certificar con rectitud que sabe por el testimonio de su paladar que es suave o al contrario, ni hay sofisma griego que pueda privarlo de esta ciencia>. 2B2 De ciuitate Dei, 19,16 !Da cr#dito a 'os sentidos de 'os &ue se sirve e' a'ma )or e' cuer)o cuando ten-as evidencia de 'as cosas, )or&ue m,s mise rab'emente se e&uivoca &uien estima &ue nunca se 'es debe dar fe!. 2G> De ciuitate Dei, 19,16 !Darr/n se2a'a como )ro)io de 'os ?cad=micos, e' &ue )ara e''os nada se sa&be con certe(a. <a c'iudad de Dios re)udia una ta' duda como demencia'!. 2G4 Cfr. De ordine, 2,13,46. 2G1 Confessiones, 5,1,1 !7o cesa ni ca''a 'a a'aban(a de tus creaturas, ni 'os es)5ritus todos consu boca vue'ta $acia F5; ni 'os anima'es, ni 'as cosas cor)/reas )or boca de 'os &ue 'as contem)'an, )ara &ue, a)o*,ndose nestra a'ma en 'as cosas &ue FT $as $ec$o se 'evante $ac5a F5 de su 'a;itud, * )ase a F5, &ue 'as $iciste admirab'emente, donde est, 'a $artura * 'a verdadera forta'e(a!. 2G7 4ermo 141, 2 !7ob'es 'fi'/sofos $ubo &ue interro-aron a' universo * descubrieron en e' artificio a' art5fice!- Cfr.es)ecia'mente Confessiones 10,6,9-10. 2G5 Cfr. 2 8ac 3,26; Bom 4,13. 2G0 CRr. E;, 3,14. 2G6 Cfr. Bom 1, 20. 2GB De Jenesi ad 'itteram, 12, 25, 52 !1or e' contrario, e' a'ma no se en-a2a en'a visi/n inte'ectua',)or&ue, o 'a entiende, * entonces es verdad 'o &ue entiende,o si no es verdadera 'a vision, no 'a entienda!. 2GG E)istu'a ad Consensium, 120, 2,11 !<a sabidur5a, &ue vemos cuando 'a entendemos con 'a mente,* a cu*a 'u( .u(-amos con veracidad todas 'as cosas!. 2G2 De 'ibero arbitrio, 2, 13, 45!<ue-o, e' &ue contem)'a * considera e' universo de 'a creaci/n, &uien&uiera &ue em)renda e' camino de 'a sabidur5a, siente &ue 'a sabidur%a 'e acom)a2a a'e-remente * &ue 'e sa'e a' encuentro con todo e' corte.o de su amorosa )rovidencia, * tanto m,s viva mente desea recorrer este camino, cuanto e' mismo camino se 'e $ace m+s f+ci' en virtud de 'a misma sabidur5a a 'a &ue ardientemente desea ''e-ar!. 22> E)isto'a 120, 2, 11!<a sabidur5a ni se com)one de cuer)os, ni de cosa seme.ante a 'os cuer)os; 'a vemos cuando 'a entendemos con 'a mente,* a su 'u( .u(-a mos con veracidad todas 'as cosas!. 224 De vera re'i-ione, 39, 32!7on enima ratiocinatio ta'ia facit,sed invenit. er-o ante&uam inveniantur, in se manent, et cum inveniuntur, nos innovant!.Ebicar este texto. 221 . Contra acad#micos, 3, 10, 22!<ue-o, Carn#ades, )vas a decir &ue no sabes si eres $ombre u $ormi-a0!. 227 E)istu'a ad Consentium, 120, 2,10 !1or e' contrario, no )odemos ima-inar de un modo * ver de otro 'a .usticia 'a sabiduria * cosas seme.antes. 4on rea'idades invisib'es &ue contem)'amos, cuando 'as entendemos,con'a sim)'e atenci/n de 'a mente * de 'a ra(/n,sin forma a'-una ni vo'umencor)ora', sin '%neas ni mode'ado a'-uno de miembros, sin '%mite a'-uno finito ni es)acio infinito!. 225 . Contra academicos, 3, 11, 25!1ero &ue tres )or tres son nueve * cuadrado de nTmeros inte'i-ib'es, es necesariamente verdadero, aun&ue todo e' mundo est# roncando!. >Pn uisione autem spirituali, id est, in corporum similitudinibus, qu spiritus uidentur, fallitur anima, cum ea qu sic uidet, ipsa corpora esse arbitratur> $En la visin espiritual, es decir, en la visin de las seme9an.as de los cuerpos que se ven en el espritu, tambi&n se enga/a el alma cuando aquellas cosas que ve as, 9u.ga que son cuerpos%. )iscourse, PM, 6*-, (@70 >"ay hombres que se equivocan al ra.onar, incluso en los temas ms simples de la geometra e incurren all en paralogismos>. 220 De 'ibero arbitrio, 2, 6, 21 !1ero, s# con certe(a &ue siete * tres son die(, no s/'o a$ora, sino siem)re; e i-ua'mente se &ue no $ubo un tiem)o en &ue siete * tres no fueron die(, ni 'o $abr, en e' futuro!. 226 De 'ibero arbitrio, 2,11,31!1or&ue Dios di/ nTmeros a todas 'as cosas aun a 'as m+s )e&ue2as!. 22B 4a) 11,21; cit. en De Jenesi ad 'itteram 4,3,3. 22G De ordine, 2,15,42. 222 De 'ibero arbitrio, 2,11,30 !1ero es indiduba'e &ue 9'a siaburr5a * e'gnTmero: son una misma cosa!. 4>>> De ordine, 2, 15,42 !Becorriendo cie'os * tierra, advirti/ &ue nada 'e )'ac%a, sino 'a $ermosura; * en 'a $ermosura, 'as fi-uras; * en 'as fi-uras, 'as dimensiones; * en 'as dimensiones, 'os nhmeros!. 4>>4 De ordine, 2,15,43 !En todas estas disci)'inas, se 'e )resentaban todas 'as cosas de un modo num#ri co, 'as cua'es en a&ue''as dimensiones a)arec5an de un modo m,s emi- nente, * con e' fu'-or de 'as verdades m,s evidentes, a 'a intuici/n de' )ensamiento &ue se vue'ca sobre 'a )ro)ia a'ma, )or contraste con e' mundo sensib'e donde 'as re'aciones num#ricas se )resentaban s/'o como un vesti-io de a&u#''as!. 4>>1 . Contra academicos, 3, 13, 29!4i en e' mundo $a* cuatro e'ementos, no $a* cinco. 4i e' so' es Tnico, no $a* dos. Sna misma no )uede morir * ser inmorta'. 7o )uede ser e' $ombre a' mismo tiem)o fe'i( e infe'i(. 7o es a 'a ve( d5a * noc$e. ?$ora estamos des)iertos o dormidos. <o &ue me )arece ver, o es cuer)o o no 'o es!. 4>>7 Cfr. De 'ibero arbitrio, 2,3,3. 4>>5 Cfr. De uera re'i-ione, 39,33. 4>>0 Cfr. De Frinitate,15,12,21,10,10,14. 4>>6 Cfr. De ciuitate Dei, 11,26. 4>>B . De Frinitate, 15, 12, 21!1or una ciencia 5ntima sabemos &ue vivimos. @ e' acad#mico no )uede ob.etarnos -Fa' ve( est,s sos2ando * no re)aras en e''o. 1ues, )&ui#n duda de &ue 'as visiones de 'os &ue sue2an son mu* )arecidas a 'as de 'as vi-i'ias. 1ero &uien osee 'a certe(a de su vida, no dice -@o s# &ue ve'o. 4ino -4# &ue vivo. <ue-o, ora duerma, ora vi-i'e, vive. @ en esto 'a conciencia on5rica no )uede en-a2arse, )or&ue dormir * so2ar es cosa de &uien vive. 7i )uede insistir e' acad#mico contra esta vivencia -Fa' ve( no est,s en tus caba'es. 1Pr&ue 'as ima-inaciones de 'os enfermos se )arecen muc$5simo a 'as de 'os sanos. 1ero e' &ue est, enfermo, vive. <ue-o, nunca )uede en-a2ar ni mentir e' &ue di.ere &ue sabe &ue vive. P)/n-anse'e mi' -#neros de visiones fa'eces a' &ue dice -@o s# &ue vivo. @ no se ami'anar,, )ues e' &ue se en-a2a vive!. 4>>G . 4o'i'o&uios, 2, 1, 1 !- FT &ue deseas conocerte, )sabes &ue e;istes0 - <o s#. - )De d/nde 'o sabes0 - 7o 'o s#. - )Eres un ser sim)'e o com)uesto0 - 7o 'o s#. - )4abes &ue )iensas0 - <ue-o, )es verdad &ue )iensas0 - Ciertamente!. 4>>2 :e Hrinitate" 4>" 4>" 459OSi duda $i$e" Si duda" recuerda su duda. Si duda" entiende que duda. Si duda" quiere estar cierto. Si duda" piensa. Si duda" sabe que no sabe. Si duda" sabe que no debe dar ligeramente su consentimiento. @uien duda" pues" sea de lo que fuere" no puede dudar de todas estas cosas" las cuales si faltasen" no sera posible ni la duda mismaO. 4>4> . De Civitate Dei, 11, 26 !En estas verdades no $a* &ue temer nin-jun ar-umento de 'os acad#micos, aun&ue di-an - )@ &u# si te en-a2as0 1ues si me en-a2o *a so*. 1or&ue e' &ue no es tam)oco se )uede en-a2ar. @, )or consi-uiente, *a so* si me en-a2o. 1or&ue, )uesto &ue si me en-a2o so*, )c/mo me en-a2o &ue so*, siendo cierto &ue so* si me en-a2o0 1or consi-uiente, )uesto &ue seria *o &uien se en-a2ase, aun&ue em en-a2ara, sin duda en e' conocer &ue so*, no me en-a2o!. 4>44 Cfr. De Jenesi ad 'itteram, 12,25,52; Cfr. su)ra notas 110-114. 4>41 E)istu'a ad P)tatum, 190,16 !7o debe aver-on(arse e' $ombre de confesar &ue i-nora 'o &ue i-nora, no sea &ue )or mentir diciendo &ue sabe, nunca mere(ca saber!. 4>47 E)istu'a ad P)tatum, 202 bis, 15 !Cuando en a'-una cuesti/n )or a'-una causa nos veamos ob'i-ados a dudar, no debemos dudar sobre s5 debemos dudar!. 4>45 . DE4C?BFE4, B., Discours de 'a 8#t$ode, "uatri=me )artie, !@ notando &ue esta verdad O)ienso, 'ue-o e;istoO, era tan firme * se-ura &ue no eran ca)aces de conmover'a 'as m,s e;trava-antes su)osiciones de 'os esc#)ticos, .u(-u# &ue )od5a ace)tar'a, sin escrT)u'o, como e' )rimer )rinci)io de 'a fi'osof5a &ue buscaba!. Cfr. <es m#ditations meta)$*si&ues, HH !7o $a*, )ues, nin-una duda de &ue e;isto si me en-a2a, * en-,neme cuan*o &uiera, .am,s )odr, $acere &ue *o no sea nada en tanto &ue )iense ser a'-una cosa. De modo &ue des)ues de $aber )ensado bien, * de $aber e;aminado cuidadosamente todo, $a* &ue conc'uir * tener )or estab'ecido &ue esta )ro)osici/n * so*, *o e;isto, es necesariamentte verdadera siem)re &ue 'a )ronuncio o &ue 'a concibo en mi es)5ritu!. Hb5dem !)7o so* acaso e' mismo &ue a$ora duda de casi todo, &ue, sin embar-o, entiende * concibe ciertas cosas, &ue ase-ura * afirma &ue s/'o #stas son verdaderas, &ue nie-a todas 'as dem,s, &ue &uiere * desea conocer m,s, &ue no &uiere ser en-a2ado, &ue ima-ina muc$as cosas, inc'uso a'-unas a )esar su*o, * &ue siente tambi#n muc$as como )or intermedio de 'os /r-anos de' cuer)o0 )Ga* a'-o de todo esto &ue no sea tan verdadero como es cierto &ue so* * &ue e;isto, aun cuando durmiera siem)re * a&ue' &ue me $a dado e' ser em)'eara todas sus fuer(as )ara en-a2arme0!.<es )rinci)es de 'a )$i'oso)$ie, DHH !?$oraa bien, rec$a(ando as5 todo a&ue''o &ue de a'-Tn modo )odemos dudar, * aun ima-inando &ue es fa'so, su)onemos f,ci'mente )or cierto &ue no e;iste nin-Tn Dios, nin-Tn cie'o, nin-Tn cuer)o; * &ue inc'uso nosotros mismos no tenemos manos, ni )ies, ni, en fin, cuer)o a'-uno; )ero no )r eso nosotros, &ue )ensamos ta'es cosas, somos nada )ues re)u-na considerar &ue 'o &ue )iensa, a' mismo tiem)o &ue )iensa, no e;iste. @, )or consi-uiente, este conocimiento O)ienso, 'ue-o e;istoO, es e' )rimero * m,s cierto de todos 'os &ue se )resentan a cua'&uiera &ue fi'osofe con orden!. 4>40 . De civitate Dei, 11, 26. 7. -uando ad$ierte la posibilidad de tomar a la representacin honrica por la del que est! despierto9 )e -rinitate, :?, :@, @:0 >QFortasse dormis, et nescis, et in somnis uidesQ. Fisa quippe somninatium simillima esse uisis uigilantium quis ignorat5> $QNui.s duermes y lo ignoras, y ves en sue! /osc. )Nui&n ignora, enefecto, que las visio! nes de los que sue/an son muy seme9antes a las de los que estn bien despiertos5% )iscourse, PM, 6*-, (@70 >E+actamente los mismos pensamientos que tenemos estando despiertos nos pueden sobrevenir estando dormidos sin que haya ninguno, por ende,que sea verdadero>. 5. n la afirmacin del alma como el dato m!s claro del entendimiento9 )e -rinitate, :I, ?,A0 >Eihil enim iam nouit mens, quam id quod sibi prsto est0 nec menti magis quidquam prsto est,quam ipsa sibi> $Eada en efecto, tan conocido de la mente como aquello que siempre tiene presente, y nada tan presente a la mente como la mente misma%. #rincipia MPP0 >-enemos tanta repugnacia a concebir que lo que piensa no e+iste verdaderamente al mismo tiempo que piensa, que, a pesar de las ms e+travagantes suposiciones, no podramos de9ar de creer que esta conclusin Qpienso, luego e+istoQ no sea verdadera y, por consiguiente, la primera y las ms cierta que se preenta al que con! duce ordenadamente su pensamiento>. 0. -uando entiende que la precipitacin es un gra$e obst!culo para alcanzar la $erdad9 )e Jenesi ad litteram, :@,@?, ?@0>Plluditur autem anima similitudinibus rebus, cum approbat qu similia sunt pro iis quibus similia sunt, ab intelligentia deficiens> $El alma se alucina con las seme9an.as de las cosas cuando por defecto de la inteligencia, toma por imgenes las que slo son seme9an.as de imgenes%.
)iscourse de le M&thode #&re partie 6*- :270 >La primera era de no recibir 9ams ningunacosa como verdadera que yo no la conociese como tal0 es decir, evitar cuidadosamente la precipitacin $...%> KSe podr! argumentar" como pretende :escartes" que tales coincidencias slo son producto de una mera coincidencia< >= es una cosa de suyo tan simple y tan natural inferir que uno es, de que uno duda, que hubiera podido caer ba9o la pluma de cualquiera> iii . s irnico pensar que quien afirma tal cosa para defenderse de una posible acusacin de plagio" ha#a sido el mismo que" en numerosas oportunidades i$ ha#a adoptado a la claridad # la distincin como criterio de conocimiento cierto. 4>46 +/4B IGN,.I/ 4,',NH,N,( Gistoria de 'a fi'osof5a medieva', Pa#&lona( E=N4,( 1975.( &. 55.n.9.1 4>4B Carta a 8. de iu*t'inc$em, <e*den, 11 de noviembre de 1640, b?F, HHH, 243c. 4>4G n De Frinitate, 10, 10, 15, nota `. 4>42 Cfr. `os# Rerrater 8ora, Diccionario de Ri'osof5a, vo( co-ito, 1. 4>1> Cfr. FE'',$E' 3/',( +osA( Diccionario de Ri'osof5a, vocab'o Oco-i toO. 4>14 $.2. .,PGN,G,( Hntroducci/n a Contra 'os acad#micos, en Pbras de 4an ?-ust5n, tomo HHH, A?C, 4ta. ed. 8adrid, 1931, ). 36. Por cierto" no es necesario armarse de tal bagaje de coincidencias" para concluir" con toda objeti$idad" que una influencia real de ,gustn sobre el Padre de la modernidad" est! m!s all! de la mera posibilidad. Si la casualidad nunca fue explicacin de nada" )por qu suponer que lo pueda ser en esta ocasin< Pese a todas estas curiosas coincidencias" que hablan por s solas de una real influencia de ,gustn sobre el Padre de la Aodernidad" ellas tampoco ser!n obst!culo para que otro in$estigador" algo m!s prolijo que quie- nes sostienen tal opinin" insista en afirmar que la hiptesis contraria. toda$a se puede sostener. Pero de cualquier modo que se resuel$a esta interesante cuestin" se puede arribar a algunas conclusio- nes. La primera es la de que no ha# duda de que ,gustn se anticip" por muchos siglos al autor del )iscourse de la m&thode en afirmar al cogito como hecho de conciencia primario e indubitable. Pero" al mismo tiempo" habida cuenta de la honda diferencia de su contexto" por cuanto mientras el uno se inscribe dentro de una metafsica del ser" el otro" slo se comprende adecuadamente desde una metafsica del pensar" ha# slidas razo- nes para pensar en una incuestionable originalidad del pensador francs. sta reside especficamente en postular la e$idencia del cogito como primer principio a partir del cual" por $a deducti$a" surgen todas las dem!s $erda- des filosficas. Prueba de ello es que fue el cogito cartesiano # no el agustiniano el eje sobre el cual la historia de la filosofa de Dccidente sufri su m!s brusco giro en lo que $a de su #a larga existencia. , modo de conclusin9 #or qu& no considera *gustn a la duda como punto de parti da5 ntre las diferencias que se pueden hallar entre la duda agustiniana # la cartesiana" sin duda est! el di$erso lugar que ella ocupa en sus respecti$os sistemas especulati$os. n rigor" la duda cartesiana pretende ser una duda sistem!tica" real # uni$ersal. Lo cual se puede constatar cuando en sus M&ditations m&taphysiques deja $er que con su cogito trata de fundamentar su propio ser" el ser" del mundo externo # la existencia de :ios. :e donde se puede concluir que su duda pretende tener un alcance uni$ersal. )Lo fue igualmente en San ,gus- tn< Luego de examinar el clima espiritual en el que se desen$uel$e ,gustn cuando desarrolla su proceso de duda no se puede afirmar tal cosa. ; esto por di$ersas razones. ;a se ha adelantado que frente a la contundente intencin de duda uni$ersal que por momentos parece asumir >dubitans de omnibus atque inter omnia fluctuans> v , no tarda en responder inmediatamente con otro pasaje donde manifiesta que ha# una serie de creencias -tanto de orden natural como sobrenatural- que jam!s intent poner en tela de juicio. -osas que crea sin haber $istoO? quam innumerabilia crederem qu non uiderem? creencias sin las cuales no se podra dar un paso en la $ida9 qu nisi crederentur, omnino in hac uita ageremus' como" por ejemplo" particular respecto a quienes deban ser sus padres - postremo quam inconcusse fi+um fide retinerem, de quibus parentibus ortum essem' #" en particular respecto de los libros sagrados9 Pd ipsum enim ma+ime credendum erat> vi , Se han mencionado tambin otra serie de $erdades de orden metafsico" tales como la misma existencia del alma que duda. as como de las mismas cosas que se presentan ante los sentidos euidentia rerum" inclu#en- do su propia inteligibilidad intrnseca" otros principios de car!cter ontolgico. matem]tico" lgico. # tico. Hodo lo cual pone en e$idencia que el $alladar contra el cual sucumbe la duda agustiniana" no se limita simple- mente a la e$idencia de la propia conciencia" sino a la e$idencia de lo real sin m!s. Lo que pone en el cami no de la superacin de la duda" en $irtud no de un mero principio inmanente a la pura conciencia" sino" por qu no decirlo" de la misma inteligibilidad del ser. En ser" que naturalmente en ,gustn se manifestar! con m!s fuerza en la conciencia de la propia existencia" pero no por ello dejar! de manifestarse en todas las dem!s realidades. KD acaso ha# alguna realidad que queda definiti$amente postergada en el caso de ,gustn< Lo que importa considerar es que" cualquiera que sea el camino escogido por el santo para acceder a la $erdad" tendr! como punto de partida" de camino # de llegada" al mismo ser en su intrnseca inteligibilidad. .ecurdese el empe8o con que trata de identificar a :ios con la 'erdad # el %ien. 3o quiere decir esto que" el parta desde :ios" sino que" todo lo real se le presenta a ,gustn como pose#endo participati$amente de los atributos que a :ios le caben de modo perfectsimo. Lo real no se le presenta como una incgnita que $a#a a saber si podr! ser resuelta" sino como un camino de $erdad que habr! de conducir serena e incesantemente a la 'erdad suprema. ;" si acaso" tambin se escoge a s mismo como punto de partida" no es porque entienda el pensar se apo#e absolutamente en s mismo" sino en el mismo ser que lo hace posible. s un pensar que remite doblemente al orden del ser9 porque -a parte homini! supone la existencia de quien ejerce el acto de pensar" # porque -a parte rei! a su $ez este mismo pensar se ordena" como a su propio fin" a la $erdad que se funda en la inteligibilidad de las cosas. Porque no es un pensar a secas" sino como un modo de ser ordenado a la inteli! gibilidad del ser, esto es" como un conocer. ; aun cuando se afirme que el punto de partida de ,gustn est! puesto en la conciencia de s" no dejar! de sr cierto que esa conceincia se funda doblemente en el ser. Porque supone el ser alcanzado por el acto directo" al que se ordenaba naturalmente" -#a que todo acto reflejo supone el acto directo" # porque supone el propio ser al que se ordena reflexi$amente. 3aturalmente la afirmacin de la aptitud natural de la inteligencia humana al conocimiento del orden inteligible de lo real" no habr! de ser sin dificultad. 3i la inteligencia humana es tan perfecta que todo lo conoz- ca de un slo golpe" ni las cosas son tan luminosas que se muestren sin oponer ning*n obst!culo a la mirada de la inteligencia. ; all" # slo all" es donde tiene lugar la duda" esto es" en el seno de la adecuada relacin entre el entendimiento # el orden inteligible de lo real. Porque" es all_" en el ejercicio acti$o de la cognicin donde ,gustn descubre los manifiestos lmites del conocimiento humano. 3o era de extra8ar. l ser que durante mucho tiempo -bajo la lamentable influencia de los maniqueos- se ofreci a la $oluntad" no sin mezcla de mal" no dej de entenderse bajo la malsana doctrina que lo presentaba como enga8osa apariencia. Pero" ,gustn saba" desde lo m!s hondo de su corazn" que si el hombre estaba hecho a la medida del Ser que le di existencia" entonces" su destino *ltimo deba estar necesariamente $inculado con la 'erdad # el %ien. n consecuencia" la posibilidad de interpretar a ,gustn como sumergido en la fiebre de una duda radical" no puede estar m!s lejana de su $erdadero sentir. Porque la duda" aunque de su#o implica la una cierta suspensin del asentimiento de la inteligencia" sin embargo" no obedece a una absoluta ignorancia. ; esto no porque slo porque toma conciencia de que duda" sin porque no duda el que no sabe" sino el que #a sabe algo. Pues" nadie se lanza a dudar si no hubiera una materia de duda" que preexiste a la duda misma. ; qu es lo que preexiste a la duda misma. l conocimiento inmediato de la inteligencia. @uiz!s" se pueda decir" que ste est! sujeto a error" # por tanto" no slo puede lle$ar a la par!lisis del asentimiento. sino -lo que seria muchsimo peor- a la trageda de tomar por cierto lo que es falso. Pero" a*n as" debe obser$arse" que el de poder ad$ertir el hecho del enga8o" eso miso #a es signo de conocimiento. Porque el que toma conciencia de que se enga8a es porque #a sabe la $erdad9 >Eemo enim falsa nouit, nisi cum falsa esse nouit0 quod si, nouit uerum nouit'uerum est enim quod illa falsa sint> vii . Si :escartes hubiera recordado esto" posiblemente no hubiera llegado a los excesos a los que lleg. n consecuencia la duda" lejos de se8alar una total ignorancia manifiesta la inquietud del que sabe" # adem]s sabe que sabe de un modo imperfecto. Porque las cosas que est!n alcance inmediato del entendimiento" si bien no se identifican con toda la 'erdad" al menos participan de ella." # el entendimiento que se ordena al conocimiento de la 'erdad" aunque no se reconoce como poseedor de la Sabidura" si" como participante de ella. Luego" la inteligencia humana" si bien no se $incula al ser inteligible de las cosas" como la inteligencia di$ina consigo misma" s se comporta como una imagen imperfecta del conocimiento di$ino. n consecuencia" el hombre" desde el principio" se encuentra conociendo la $erdad" aunque no la ha#a aprehendido sino imperfectamente. :ecididamente" la duda no puede ser punto de partida del conocimiento humano" porque ella misma lo implica. Porque donde no ha# ning*n saber en absoluto" tampoco ha# ning*n gnero de duda posible. Podra admitirse que quien duda sabe mu# pocas cosas" pero necesariamente sabe algo" lo suficiente como para que despus pueda interpelar sobre lo mismo que sabe. ), qu habr! de interpelar< , la realidad misma" que" aun- que se ofrece # no deja de ofrecerse en cada momento" nunca puede ser alcanzada plenamente por el intelecto humano. :e all" la necesidad de apo#arse en el amor a la $erdad para seguir buscando" lo que #a se sabe que existe" -porque nadie ama lo que no conoce-? de all tambin la necesidad de apelar al fa$or de la gracia .porque la inteligencia" -como la $oluntad" tambin necesita del auxilio de la luz celestial. Por ello" ,gustn" intu#endo como pocos el misterioso $inculo que ata a los seres entre s # con la inteli- gencia -di$ina primero" # humana" despus- se anima a intentar el acceso intelectual a la esencia di$ina. Pero esto remite a otra cuestin" la del conocimiento humano. ((.4. L -D3D-(A(3HD" SES 3('LS La lucha de ,gustn contra el escepticismo" aunque insoportablemente dura # prolongada" lejos de conducirlo a un estado de paulatino abandono" no ha hecho m!s que robustecer definiti$amente su inclaudicable $ocacin por el conocimiento de la $erdad. ; ello se debe a que ella" como una suerte de t!bano sobre la piel" no deja de aguijonear la sensibilizada conciencia del ,fricano. La $erdad no es algo que" en definiti$a" se deba alcanzar como una meta que est! lejos de nuestro natural estado de conciencia" sino m!s bien como algo que est! tan cerca que nos acompa8a todo el tiempo. ,unque" naturalmente" no siempre el hombre se da cuenta de ello. -omo tal" la $erdad se termina por re$elar en lo m!s hondo de cada hombre # desde esa profundidad llama. ; es in*til no responder" pues su grito -que se hace or con la $erdad de cada cosa que se presenta ante sus ojos- terminar! por hacerse cada $ez m!s ensordecedor. :e all" que en lo que concierne a la $erdad" el hombre habr! de conducirse como si desde el principio estu$iese inmerso en ella" porque el hombre est! naturalmente anclado en la $erdad. Slo as" se puede enten- der" por qu" en ,oliloquia, su autor obser$a que slo desde la posesin de la $erdad se puede pensar en cono- cer 4>11 " de donde" lo *nico que queda por hacer en relacin con ella es" dej!ndose guiar por ella" conocerla" aceptarla" amarla" # hacer el m!s firme prop^sito de ir acrecentando paulatinamente el ntimo compromiso con ella. :esde luego" puede admitirse que -con arreglo al pensamiento del Jiponense- las dos $_as naturalmente aptas para acceder al conocimiento de la $erdad son la externa # la interna" esto es" a partir del dato proporcionados or los sentidos" o bien el que surge de un progresi$o autoconocimiento de s. ,mbas $as justifican su eficacia cognosciti$a en cuanto que enrazan en la inteligibilidad del ser. Ena" a partir de la e$iden- cia del ser ajeno? la otra" a la del propio ser. ,s" en relacin con el conocimiento de su propia realidad" la e$idencia del cogito le suministra certeza respecto de su propia existencia? lo que supone la admisin del conocimiento por la $ia de la autoconsciencia. n lo que concierne al conocimiento del mundo exterior" puede $erse que procede con ma#or cautela. Sabe que los datos sensibles pueden ser malinterpretados dando lugar a juicios errneos" pero tambin" que" de su#o" lo que muestran es $erdadero. :icho esto *ltimo" por lo menos en el sentido de que lo que se ofrece a tra$s de ellos es lo que aparece en la conciencia con arreglo a las circunstancias con que los objetos se mues- tran. :e todo lo cual puede seguirse que ,gustn" adem!s de admitir el $alor gnoseolgico del conocimiento interior" tambin hace lo propio con el conocimiento sensible. Lo hace" toda $ez que se sir$e de l" no slo como el medio adecuado para conocer la realidad del mundo sensible" sino tambin como un legtimo punto de partida para conocer a :ios" porque el orden mutable slo puede explicarse desde el inmutable 4>17 " #" por tanto" es de alguna manera expresi^n de l. Lo que implica que la realidad a la que se abre dicho conocimiento" lejos de agotarse en el mezquino !mbito de la experiencia sensible" lo trasciende ilimitadamente. :e un8lumazo descubre as ,gustn" noslo el alcance trascendental de la nocinde ser # de la $erdad que le es inherente" sino tambin el de la inteligencia que a l se abre. ;esto remite sin m!s a lacosideracin del conocimiento humano. -iertamente no puede decirse que el inters notico permanezca preterido en el santo de Jipona" #a que no slo el problema del conocimiento se hace presente en numerosas obras 4>15 ? sino tambin porque" de hecho" si se examinarancon paciencia todas sus obras no tardar! en recogerse unapareciable cantidad de obser$aciones de car!cer notico" las que debidamente ordenadas" podran dar lugar a la edificacin de un cuerpo de doctrina sistem!tico. ,s" como #a se ha examinado en el captulo precedente" podr! $erse que en ellas se hace presente la consideracin del problema crtico"donde se busca un criterio de $erdad para contrarrestar la posicin del audaz escepticismo absoluto 4>10 ? aparecen9 la nocin de $erdad donde se supone la objeti$idad de los primeros principios de orden metafsico 4>16 ? la que a su $ez" ha sido considerada como rectora del conociiento 4>1B ? como $erdad que existe de modo inmutable 4>1G " como coextensi$a con el ser 4>12 ? su e$idencia 4>7> ? su fundamento *ltimo en la realidad di$ina 4>74 ? su identidad con :ios 4>71 ? el tema del conocimiento humano 4>77 ? sus di$ersos 4>11 ,oliloquios, :,:?,@A. 4>17 Confessiones, 11,4,6. 4>15 Soliloquia" 4"5"2? 4"46"47? 4"G"40? 1"4"4? :e -iuitate :ei" 11"12"0? :e Aagistro" 41" 72? :e Hrinitate" 2"6"2? 2"41" 4G? 44" 2"46? 41"G" 47? 45" 4>"47? 40" 4>"4B? :e quantitate animd" 40" 10? :e moribus cclesid -atholica 1"44" 1>? :e ordine" 1" 2" 16? :e anima et eius origine" 5" 42"7>? :e uera religione"07" 4>7? et passim. 4>10 -fr. pistula 45B"G? -ontra academicos" 4"B"42? -onfessiones" B"4>"46. 4>16 -ontra academicos" 7"47"12? 7"1"15. 4>1B -fr. Soliloquia" 4" 40" 1B. 4>1G -fr. :e libero arbitrio" 1"41" 77. 4>12 -fr. :e uera religione" 76" 66. 4>7> -fr. :e uera religione 52"26. 4>74 -fr. :e ordine 42"04. 4>71 -fr. Sermo 1G"0? :e libero arbitrio" 1"40"72? :e uera religione" 76"66. 4>77 -fr. Soliloquia" 1"4"4. ni$eles 4>75 ? las relaciones que se pueden establecer entre los di$ersos ni$eles de conocimiento 4>70 ? la certeza como requisito del conocimiento fundado? cierto discernimiento entre la certeza" la duda" la opinin" la fe # el error? una defensa del $alor objeti$o del conocimiento sensible 4>76 ? un concepto jerarquico del saber" lo que supone una clara distincin entre el conocimiento sensible 4>7B # el intelectual 4>7G ? # ste *ltimo en sus dos rangos" el conocimiento de ciencia 4>72 " # el de sabidura 4>5> ? la distincin entre el conocimiento del mundo 4>54 " el de s mismo 4>51 # el de :ios 4>57 . Sorprendentemente" como puede $erse en los lugares citados a pie de p!gina" todas estas afirmaciones aparecen en los lugares m!s di$ersos de su $asta produccin especulati$a. ,dmitido el hecho de que ha# en ,gustn una genuina preocupacin por el problema del conocimiento de los tres rdenes de la realidad -el hombre" el mundo # :ios- sin embargo debe ad$ertirse tambin que" pese al enorme despliegue especulati$o que supone el tratamiento del conocimiento" no parece ser este el tema principal de su obra" sino m!s bien ordenado a la consideracin de otros de ma#or rele$ancia como lo puedenser el conocimientode s # el de :ios9 >)eus semper idem, noverim me, noverim te. Hratum est> :;II . n efecto" dejando de lado los temas especficamente $inculados a la teologa dogm!tica" que como pastor de la (glesia" le preocuparon de modo principal" como puede seguirse de la infinidad de consideraciones de car!cter teolgico # antropolgico -sin disconocer el importante $alor intrnseco de la cuestin notica- no es menos claro que son estas cuestiones noticas las que" de una u otra manera"siempre parecen estar expuestos en $istas al tratamiento de una cuestin ulterior. Ena prueba de este inters relati$o de ,gustn por el tema de notico surge al ad$ertir que su obra principal" ordenada a este gnero de in$estigaciones" no pretende -como lo sugiere su ttulo" 3ontra acade! micos! indagar sobre la naturaleza de la $erdad" de la e$idencia objeti$a # de la certeza que le sigue como cues- tiones que interesan por s mismas" sino m!s bien" que se ordenan a responder a una dificultad de rden tico. Porque se hace necesario conocer la $erdad para alcanzar la felicidad9 >Nuoniam te inquit,uideo magnopere nos urgere, ut aduersum inuicem disputemus, quod te utiliter uelle confido, quro cur beatus esse non possit, qui uerum qurit, etiamsi minime inueniat5> :;I? . Sea como fuere" el inters de ,gustn en materia gnoseolgica es incuestionable" lo que in$ita a echar una mirada sobre sus obras m!s representsti$as para descubrir la ndole en esta importante !rea de la metafsica. ntre las fuentes m!s importantes" habida cuenta de todo lo que #a se ha considerado en el 3ontra academicos "&7G6) que no es poco" tambin ha# buen material en el )e ordine",oliloquios")e beata vita, )e ideis, )e moribus ecclessia, todas scritas entre el 7G6 #el 7GB" luego" en )e quantitate anim , &7GB-7GG)" el )e libero arbitrio "&7GG) )e Magistro"&7G2)" )e vera religione &7G2-24)" las 3onfessiones , )e -rinitate &5>>- 4>75 -fr. :e ciuitate :ei 11"12"0. 4>70 -fr. :e Hrinitate" 41" G"47. 4>76 -fr. -ontra academicos" 7"1"16? 7"44"169 4>7B -fr. :e quantitate animd 45"15? 17"54? 15"50" 10"5G? 1G"05" 12"0B? :e ordine 1"1"6? 1"44"77? 1"45"72? pistula B"7?44G"42? 47B"0? soliloquia"1"7"7? 1"1>"70? :e libero arbitrio" 4"G"4G? 1"7"G? 1"7"2? 1"7"4>? 1"5"4>? 1"B"40? 1"B"4B? 1"B"42? 1"72?7"G"17?7"10"B0? Sermo 441"7? 441"5?Hractatus in (oannis uangelium" 40"14? -onfessines" 5"4>"40? 1"0"4>? B"4B"17?4>"B"44? 4>"70"05? :e moribus cclesid catholicd 4"1>"7B? 'era religione 77"64? :e anima et eius origine 1"1"7. 4>7G -fr. :e ordine 1"46"55?1"G"10? 1"2"16? 1"2"1B? 1"4>"1G? 1"44"7>? 1"4B"50? 'era religione" 52"25? -onfessioes 7"6"44? 0"5"B? 6"5"6? G"1"5? 4>"44"4G? 47"17"77? :e libero arbitrio 4"4"7? 4"B"46? 1"7"B? 1"41"75? :e Hrinitate" 41" 1"1? 45"B"4>? -ontra academicos" 1"2"17? Hractatus in (oannis uangelium 7"5? 11"1? 1B"2? 12"6? 76"B? 5>"0? Sermo 57"B. 4>72 -fr. :e Hrinitate 41" 41" 4B? 41" 45" 14? 47" 4" 5? 47" 42" 15? 40" 41" 14? Soliloquia 4" 5" 4>? -ontra academicos"4"B" 4B? 4" B" 42? 4" B"1>? 1"4"4? 7"7"0? pistula 45B"G? :e diuersis qudstionibus ad Simplicianum 1"1"7? :e quantitate animd 16" 0>? 77"B6? :e libero arbitrio 4" B" 4B. 4>5> -fr. :e Hrinitate 41"45"11? 41"40"10? 47"42"15? 45"4"4? 45"4"7? :e libero arbitrio 4"B"46?4"41"15? 1"2"10? 1"2"16? 1"2"1B? 1"40"72? 7"15"B1? 7"15"B7? -ontra academicos 4"0"47? 4"0" 45? 4"6"46? 4"G"17? 1"4"4? 1"1"5? 7"1"1" -onfessioes" 7"5"G? 6"41"14? G"B"4B? 41" 40" 1>? :e moribus cclesid 4"4B"74? 4"7>"61? Sermo 46>"7? 4G5"4? :e uita beata 5"1B? 5"77? 5" 75? :e dono perseuerantia 4B"55? Soliloquia" 4" 47"11? 4" 45" 15? 4"45"10? :e sermone :omini in monte 1" 10"G1? :e doctrina christiana 4" 2" 2? 4" 41"41? 4" 45"47? 1" B" 2? :e ordine 4" G" 15? 1"1>" 01? :e anima et eiius origine 7"4"4? narrationes in Psalmos 1"4? pistula 400" 0? 427"1? :e uera religione 1>"5>. 4>54 -fr. :e ordine 4"4"4? 4"B"4G? 1"4B"56? -ontra academicos 7"0"46? 7"44"15? 7"4B"7B? :e ciuitate :ei 44"0? 44"6" 44"4G? 41"5? 41"4B. 4>51 -fr. :e Hrinitate 5"41? 4>"7"0? 4>"5"6? 4>"0"B? :e anima et eius origine" 5"6"G? 5"G"41? Hractatus in (oannis uangelium" 44"1? -onfessiones G"B"46? G"B"4B? :e ordine 4"4"7? :e sermone :omini in monte 4"41"76? Soliloquia" 1"4"4. 4>57 Sermo 416"4? :e diuersis qudstionibus ad Simplicianum 1"4-5? Soliloquia" 4"5"4>? 4"0"44? 4"B"45? 4"G"40? 4"2"46? 4"4>"4B? :e uera religione 70"60? :e libero arbitrio 1"1"0? :e Hrinitate 5"4? 0"4"1? B"5"B? 40"4"4? 40"1"1? :e uita beata 14"5? :e Fenesi ad litteram 0"46"75? pistula 45B"4? Hractatus in (oannis uangelium 17"2. 4>55 . 4o'i'o&uios, 2, 6, 9 !Dios siem)re e' mismo, &ue te cono(ca a t5, &ue me cono(ca a m5. G# a&u5 mi )'e-aria!. 4>50 Contra academicos, 1, 3, 3!-1ues veo, di.o #', &ue &uieres a todo trance vernos envue'tos en'a discusi>n,sin duda buscando nuestra uti'idad,dime tT )or &u# no )uede ser dic$oso &uien buca 'averdad aun sin $a''ar'a!. 546)" )e ciuitate )ei, 6I:(!I@17" )e anima et eius origine &51>)" )e ciuitate )ei, 547-516" di$ersas Epis! tul,Pn Poannis Evangelium, &546-54B) Betractationes, Enarrationes in #salmos &724-540). ,puntando #a a la ordenacin de la exposicin de sus ense8anzas en el plano gnoseolgico" es claro que" entre los temas que no pueden faltar a la cita de esta exposici^n" adem]s del problema crtico que #a ha sido examinado precedentemente" est!n9 la distincin de los di$ersos ni$eles del conocimiento humano" a saber" el conocimiento sensible" el de ciencia # el de sabiduria. -on el tratamiento de tales di$ersos rdenes de conoci- miento ir!n surgiendo las $igas maestras sobre las cuales se sostendr! su incipiente teora del conocimiento. ntre stas importan" la teora de las razones ejemplares # de la iluminacin di$ina. :octrinas stas que no dejaron de ajercer su influjo a lo largo de toda la dad Aedia e incluso del pensamiento moderno. n lo que concierne a los autores medie$ales" su influencia se hace notar especialmente sobre los filsofos franciscanos -Aateo de ,quasparta" /uan Pecham" nrique de Fante # San %uena$entura. 4. l conocimiento humano -uando ,gustn se refiere al conocimiento humano" ob$iamente est! pensando en aquel conocimiento que se adquiere por la $ia natural" esto es" por la $a de los sentidos o la razn" por oposicin" al adquirida por la $a de la autoridad o de la fe" humana o sobrenatural. Pero" cuando se refiere al conocimiento natural" a $eces" se $e claro que aunque lo denomine conoci- miento racional no se est! queriendo aludir al conocimiento efectuado por la facultad intelecti$a" por ejemplo" cuando opone el conocimiento de razn al conocimiento de fe. Pero en otras oportunidades" a ese mismo conocimiento adquirido por cualquiera de las facultades cognosciti$as lo denomina tambin sensible" aun cuando se refiera expresamente al conocimiento del orden no sensible9 tal es el caso del conocimiento efectuado por el alma # la mente" que secundum quid tambin pueden er llamadas facultades sensibles9 >)e his qu animo ac mente sentiuntur 6quia et ipse rectissime dicitur sensus, unde et sententia uocabulum accepit7, hoc est de inuisibilibus $...%> :;I1 . ,s" cuando quiere oponer el conocimiento natural al conocimiento adquirido por la $ia de la fe" llama al conocimiento indistintamente sensorial o de razn. 4. Los grados del conocimiento humano -omo todo pensador realista" ,gustn funda el conocimiento de los objetos en la inteligibilidad inhe- rente a las cosas mismas 4>5B . :e donde" la consideracin de los di$ersos ni$eles del conocimiento humano corre parejas con los di$ersos ni$eles de perfeccin ontolgica que se hallan en la realidad misma. ste conocimiento se funda a partes iguales en la inteligibilidad de las cosas -cu#o *ltimo fundamento reside en :ios como fuente uni$ersal de inteligibilidad-" # en la natural aptitud de las facultades cogniti$as" sentidos # razn. :e tal guisa" al conocimiento del orden corpreo" accesible a los sentidos" se lo llama sensible? # al que se ordena al orden inteligible" racional. Pero" el racional" a su $ez puede ordenarse" #a al conocimiento de las $erdades eternas" cu#o objeto principal es :ios" o bien al orden de las cosas temporales en $istas a su gobierno. ANuamdam scilicet rationalem uitam, distribui in ternam contemplationis ueritatem, et in rerum temporalium administrationem@ :;I2 . n cuanto a stos" el primero es facultati$o de la razn superior 4>52 # en orden a la ma#or dignidad de su objeto" da lugar al conocimiento de sapienti- sabidura? el segundo" al de scienti, que" en cuanto se orden a al orden inteligible de las cosas corpreas" en $istas al dominio pr!ctico por parte de la accin humana" tambin se lo denomina conocimiento de actionis0 >,ensu quippe corporis corporalia sentiuntur0 terna vero et incommutabilia spiritualia ratione sapienti intelliguntur. Batione autem scienti appetitus vicinus est0 quandoquidem de ipsis corporalibus qu sensu corporis sentiuntur, ratiocinatur ea qu scientia dicitur actionis> :;?; . a. l conocimiento sensible. l m!s bajo de los tres ni$eles en que se puede entender el conocimiento humano" corresponde al sensible. Por cierto" ste depende del dato proporcionado por las sensaciones. Las que" a su $ez" pueden entenderse" no exactamente en trminos de pasin -aunque sta de alguna manera tambin est presente-" sino 4>56 De ciuitate Dei, 11, 4!Bes)ecto de 'as cosas &ue e )erciben or e' ,nimo * 'a mente bcon tanta ra(/n se ''ama OsentidoO, )ues de a$5 viene e' vocab'o OsentenciaO, es decir sobre 'as cosas invisib'es!. 4>5B -fr. capitulo precedente" donde trata el tema de la $erdad. 4>5G :e Fenesi ad litteram" 7"1"759 A-ierta $ida racional se distribu#e entre la $erdad de la eterna contemplacin # el gobierno de las cosas temporales@. 4>52 Para esclarecer la distincin entre ratio superio # ratio inferior cfr. )e -, +(( c" 7" 5" B" # G. 4>0> De Frinitate, 12,12,13!E' sentido de' cuer)o )ercibe 'as cosas cor)ora'es; 'as es)iritua'es, inconmutab'es * eternas, 'as conoce 'a ra(/n, &ue se a)'ica a 'a sabidur5a. E' a)etito se avecina a 'a ra(/n, &ue se orienta a 'a ciencia, )ues 'a ciencia ''amada de acci/n racicina sobre 'os ob.etos cor)ora'es &ue e' sentido de' cuer)o )ercibe!. de acti$idad" como un acto del alma que se realiza por medio del cuerpo. >*nima tamen commi+ta corpori per instrumentum sentit corporeum, et idem instrumentum sensus vacatur> :;?: . Si se obser$a bien" en esta suerte de definicin de la acti$idad sensiti$a surgen los tres elementos propios del conocimiento sensible9 el sujeto cognoscente" el alma" el objeto de conocimiento" lo corpreo" # la acti$idad misma de conocimiento" por la cual ambos trminos de la relacin se $inculan. n relacin con el sujeto de la acti$idad sensiti$a" en )e quantitate ani m, efect*a una importante aclaracin" relati$a a la definicin de la sensacin" al se8alar que toda sensacin supone que el alma tome conciencia de lo padecido por el cuerpo. :e donde se sigue que lo esencial" no es lo que corresponde al orden fisiolgico" sino" al psquico o espiritual. >Eam sensu puto esse, non latere animam quod patitur corpus> :;?@ . Pero" puesto que todo paciente supone un agente que lo produce" la sensacin implica tambin un objeto que la engendra" i.e." el ente real perceptible. , su $ez" tambin debe tenerse en cuenta la acti$idad $oliti$a del alma que" al orientar su mirada hacia el objeto propio" permite el encuentro del sentido con su objeto producindose as la sensacin. :e donde" surgen as los tres elementos que concurren para que la sensacin se haga posible" esto es" el objeto sensible -como trmino objeti$o" la sensacin -como acto de conocimiento sensible-" # la $oluntad" -o la atencin- el encuentro de ambos trminos de la relacin cogniti$a. >3um igitur aliquod corpus videmus, hc tria, quod facillimum est, consideranda sunt et dignoscenda. #rimo, ipsa res quam videmus, sive lapidem, sive aliquam flamam, sive quid aliud quod videri oculis potest' quod utique iam esse poterat, et antequam videretur' deinde visio qu non erat priusquam rem illam obiectam sensui sentiremus' tertio, quod in ea re qu videtur, quamdiu videtur sensum detinet oculorum, id est, animi intentio> :;?( . @uiz!s sea por todas estas razones que ,gustn admite la presencia de ciertos $estigios de la razn en la realidad de los sentidos 4>05 . Dtra precisin que con$iene hacer es que si la acti$idad sensiti$a se presenta como una cierta acti$idad del alma" entonces no ha# que perder de $ista el aspecto acti$o que implica este conocimiento. Pues" aunque ,gustn se sir$e de la imagen del sello impreso en la cera" -lo cual lle$a a pensar que la vis sentiendi es m!s bien pasi$a- ha# que relati$izar esta afirmacin. -iertamente" ,gustn" siguiendo el principio de que lo semejante se conoce por lo semejante" $e la necesidad de conocer las cosas materiales a tra$s del rgano corpreo -Pn corpore per corpus. n orden a ello se puede hablar de una cierta pasi$idad #a que es necesario" para poder conocer" que los sentidos sean inmutados por las cosas corporales. Pero" hablando estrictamente" el que siente no es el sentido sino el alma por medio de los sentidos. >*c per hoc quoniam sentire non est corporis, sed anim per corpus> 4>00 :e donde se sigue que el cuerpo slo cumpliria una funcin secundaria" de car!cter instrumental. >Eeque enim corpus sentit, sed anima per corpus, quo uelut nuntio utitur ad formandum in seipsa quod e+trinsecus nuntiatur> 4>06 .. Para que la sensacin se produzca es necesario que" despus de la inmutacin del rgano sensible por el estmulo externo" el alma forme en s misma la representacin de lo que se presenta externamente. >Nuandoquidem momento eodem quo corpus sensu corporis tangitur, fit etiam in animo tale aliquid, non quod hoc sit, sed quod simile sit. $...%> :;?A . ; esta posibilidad de engendrar dentro de s la representacin de la cosa corprea se funda en la naturaleza espiritual del alma que conoce9 ANuod autem nunc insinuare satis arbitror, certum est esse spiritualem quandam naturam in nobis, ubi corporalium rerum formantur similitudines' siue cum aliquod corpus sensus corporis tangimus, et continuo formatus eius similitudo in spiritu memoriaque reconditur@ :;?2 . 4>04 . De Frinitate, 11, 2, 2!E' a'ma, unida a' cuer)o, )ercibe 'a sensaci/n )or intermedio de un /r-ano cor)/reo, * este /r-ano se denomina sentido!. 4>01 . De &uantitate animQ, 23, 42 !4ensaci/n es )ercibir e' a'ma 'o &ue )adece o sufre e' cuer)o!. 4>07 . De Frinitate, 11, 2, 2!Fres cosas $emos de considerar * distin-uir, cosa sumamente senci''a, en 'a visi/n de un ob.eeto cua'&uiera. 1rimero, e' ob.eto &ue vemos, )or e.em)'o, una )iedra, una ''ama o cua'&uiere otro cuer)o )erce)tiib'e a'sentido de 'a vista; ob.eto &ue )uede e;istir aun antes de ser visto. 4e-undo, 'a visi/n, &ue no e;ist5a antes de &ue e' sentido )ercibiese e' ob.eto. tercero, 'a atenci/n de' a'ma, &ue $ace remansar 'a vista en e' ob.eto contem)'ado mientras dura 'a visi/n!. 4>05 De ordine 2,11,33. 4>00 De Jenesi ad 'itteram, 3, 5, 3 !7o es )ro)io de' cuer)o $umano sentir, sino de' a'ma mediente e' cuer)o!. 4>06 De Jenesi ad 'itteram, 12, 24, 51 !1ues, e' cuer)o no sienter, sino e' a'ma )or medio de' cuer)o, &ue se usa como un mensa.ero )ara formar en s5 misma 'o &ue afuera se anuncia!. 4>0B De Jenesi ad 'itteram, 12, 24, 51!En e' mismo momento en &ue e' ob.eto es tocado )or e' sentido de' cuer)o se forma tambi#n en e' a'ma a'-o )arecido, 'o cua' no es e' cuer)o sino seme.ante a #'!. 4>0G :e Fenesi ad litteram" 41"15"049APues" el cuerpo no siente" sino el alma por medio del cuerpo" que se usa como un mensajero para formar en s misma lo que afuera se anuncia@. ; esa representacin engendrada por el alma" si bien es fruto de la acti$idad del alma" tiene por objeto el re$elar dentro de s lo que se le anuncia fuera de s9 >*nima per corpus $sentit%, quo uelut nuntio utitur ad for! mandum in seipsa quod e+trinsecus nuntiantur> :;?4 . stos tres elementos" a saber" el objeto" la sensacin # la acti$idad de la atencin" aunque no dejan de distinguirse esencialmente entre s" conforman entre s una unidad operacional que permite la realizacin del acto sensible. Sir$indose de un ejemplo tomado de la experiencia de la sensacin $isual" ,gustn muestra tal unificacin operacional con llamati$a precisin se8alando la funcin que compete a cada elemento en el acto sensiti$o9 uno que corresponde al orden real? dos" al sujeto cognoscente. * parte rei, la cosa misma que se presenta como objeto sensible. l que se hace necesario porque sin l la sensacin no tiene lugar. Slo un objeto sensible puede informar con su presencia un sentido determinado. -aso contrario" no ha# sensacin" pues" >ipsaque visio quid aliud, quam sensu e+ ea re que sentitur informatus, apparet5> :;1; . * parte homini, por un lado" el rgano corpreo que haga posible la existencia de la facultad que opera como potencia sensiti$a? #" por otro lado" el acto $oliti$o - o atencional- que" a modo de nexo entre la cosa sensible # la facultad que la percibe" determina que la potencia sensiti$a se ordene a un objeto determinado. :e suerte que el objeto exterior engendra una imagen que es la que percibe el sentido9 >Pdeoque non possumus quidem dicere quod sensum gignat res uisibilis0 gignit tamen formam uelut similitudinem suam, qu fit in sensum, cum aliquid uidendo sentimus> :;1: Simult!nea a la ponderacin de la unidad entre estos tres elementos" no escapa a la mirada de ,gustn" la necesidad de afirmar la esencial di$ersidad que los distingue. n primer lugar" porque anticip!ndose algunos siglos a la $ieja disputa entre realistas e idealistas que se habr! de desatar en los tiempos modernos" se8ala con toda claridad que no ha# modo de confundir un objeto sensible con el sentido que lo percibe. stos difieren entre s como lo extra8o de lo propio. l objeto sensible es siempre" de alg*n modo" externo al sentido # al cuerpo percipiente? mientras que el sentido pertenece a la naturaleza misma del cuerpo animado. Hambin" se distinguen como lo cambiante respecto de lo permanente. Pues el objeto $iene # $a" pero la potencia sensiti$a est! siempre con el cuerpo. >#rimum quippe illud corpus visibile longe alterius natur est, quam sensus oculorum $...%. Nuamvis re visibili detracta nulla sit, nec ulla omnino esse posit talis visio, si corpus non sit quod videri queat' $...% 3orpus enim visum in sua natura separabile est0 sensus autem qui autem qui iam erat in animante, etiam priusquam videret quod videre posset, $...% ,ensus formatus e+trinsecus, ad animantis naturuam pertinet, omnino aliam quam est illud corpus quod videndo sentimus> :;1@ . Dbsr$ese cmo la expresin sensus formatus e+trnsecus !el sentido informado por un ob9eto e+terior! recuerda la solucin aristotlica al problema del conocimiento. n este sentido" aunque se puede entender el conocimiento como una perfecta unidad entre la facultad cognoscente # el objeto conocido" o entre el acto # su objeto" al punto de llegarse a hablar de una cierta identificacin entre ambos trminos de la relacin gnoseolgi- ca. Sin embargo" en la mente del stagirita" ambos trminos son perfectamente discernibles. Aientras el uno es entendido como principio formal o determinante" el otro lo es" como principio material o determinable. Por su parte" en el caso de ,gustn" aunque" en principio" la acti$idad sensiti$a se explica en trminos de acti$idad anmica" no es menos cierto que est! acti$idad" se ordena" no a la produccin de un dato puramente subjeti$o" sino m!s bien" como $ehculo de transmisin de un dato real. , su $ez" # en segundo lugar" tambin cabe discernir entre la facultad $oliti$a -o atencional-" la potencia sensiti$a # el propio acto sensiti$o. Porque" mientras la primera es propia del alma" # por tanto" es tan espiritual como ella" los segundos est!n in$olucrados en el orden corpreo. Mstos *ltimos sucumben con la corrupcin del cuerpo? aqulla" es" de su#o" incorruptible. >Nui atiam passione corporis, cum quisque e+ccatur, interceptus e+stinguitur, cum idem maneat animus, et eius intentio, luminibus amissis, non habeat quidem sensum 4>02 De Jenesi ad 'itteram, 12, 24, 51!E' a'ma 9siente: )or e' cuer)o, a' &ue uti'i(a como mensa.ero )ara formar en s5 misma 'o &ue a e''a se 'e anuncia desde fuera!- 4>6> . De Frinitate, 11, 2, 2 !)"u# es 'a visi/n sino e' sentido informado )or e' ob.eto &ue se )ercibe0!. 4>64 De Frinitate, 11, 2, 3 !1or e''o, no )odemos deir &ue e' sentido )rodu(ca 'a cosa visib'e. 4in embar-o, en-endra su forma o re)resentaci/n, &ue )roduce en e' sentido cuando vemos a'-o!. 4>61 . )e -rinitate, :@, @, @0>En primer lugar, el cuerpo visible es de muy diferente naturale.a que el sentido de la vista, $...%. *unque, si prescindimos del ob9eto no hay visin, porque no es &sta posible sin la e+istencia de un cuerpo visible $...%. El cuerpo visto es separable en su naturale.a $o el ob9etom, en su naturale.a, difiere del sentido de la vista%' mas el sentido, queya e+ista en el ser animado antes de ver lo que ver se puede, $...%. El sentido, informado por un ob9eto e+terior, pertenece a la naturale.a del ser animado y es muy diiferente del cuerpo que la vista percibe>. corporis quem videndo e+trinsecus corpori adiungat atque in eo viso fiigat aspectum, nisu tamen ipso indicet se adempto corporis sensu, nec periret potuisse, nec minui. Manet enim quidam videndi appetitus integer, sive id possit fieri, sive non possit> 4>67 . Ena $ez ad$ertidas las diferencias entre los di$ersos elementos que inter$ienen en la acti$idad sensorial" queda por delante la tarea de se8alar con prolijidad las ntimas relaciones que los ligan. ,gustn se8ala taxati$amente que el cuerpo sensible" en cuanto es objeto de la sensacin" aunque no es origen del sentido como facultad cognosciti$a" s lo es de su acti$idad" la sensacin" que genera la representacin sensible. s origen de la sensacin en razn de que la engendra. >Pdeoque non possumus quidem dicere quod sensum gignat res uisibiis0 gignit tamen formam velut similitudinem suam, qu fit in sensu, cum aliquid videndo sentimus> :;1I . Jaciendo un peque8o balance de todo lo adquirido" todo parecera indicar que se puede ad$ertir un doble matiz de acti$idad # pasi$idad en el seno de la facultad cognosciti$a" por un lado" una cierta pasi$idad" por la cual sta recibe a tra$s de los sentidos una cierta formalidad -conditio sine qua non para que el conoci- miento se haga posible- cu#o origen no es otro que la cosa real? # por otro" una cierta respuesta de la facultad cognosciti$a por la cual" sta" #a fecundada por la forma impresa" engendra dentro de s una cierta representa- cin sensible de la cosa sensible. s claro" en $irtud de estas apreciaciones que" aunque el conocimiento se ha de realizar por fuerza en el seno de la propia subjeti$idad" no por ello se pierde de $ista que el elemento deter- minante del conocimiento sensible aparece por el lado de la cosa # no de la facultad cognosciti$a" porque es sta # no aqul el que debe adecuarse a la formalidad que recibe9 >Plla tamen informatio sensus, qu visio dicitur, a solo imprimatur corpore quod uidetur, id est, a re aliqua uisibili0 qua detracta, nulla remanet forma qu inerat sensui dum adesset illud quod uidebatur> 4>60 .. Aas" )por qu razn no se ad$ierte esta similitudo -semejanza- interior en cuanto tal< Porque" es tan ntima la unin entre la forma externa # la forma impresa en el rgano que no ha# modo de distinguirla de l a menos que se haga una deduccin racional. O,ed formam corporis quod videmus, et formam qu ad illa in sensu videntis fit, per eumdem sensum non discernimus' quoniam tanta coniunctio est, ut non pateat discernendi locus. ,ed ratione colligimus nequaquam non potuisse sentire, nisi fieret in sensu nostro aliqua similitudo conspecti corporis> :;11 . -on esta afirmacin ,gustn pone en e$idencia su agudo sentido de la obser$acin. ,ll no slo se ad$ierte la necesidad de discernir entre la cosa $ista # la imagen correspondiente" sino tambin la dificultad de poder objeti$ar a sta *ltima. Para superar este escollo ,gustn se $ale de un smil tomado de la reali dad coti- diana. -onsiste ste en mostrar a la imagen de modo semejante a la impronta que un anillo deja en el agua cuando se lo sumerge en ella. Sabemos que el agua se conforma necesariamente a la forma externa del anillo" pero" no bien retiramos el anillo para intentar acceder a esa forma impresa por el anillo en el agua" sta ipso facto, desaparece. :e modo semejante" el sujeto cognoscente" mediante el sentido de la $ista" conser$a la imagen del cuerpo que $e" todo el tiempo que lo est! $iendo" pero" esta imagen nunca puede ser percibida en cuanto tal. Por cierto" estas lneas dejan traslucir la ntima con$iccin que tiene ,gustn del car!cter eminentemente intencional de la representacin sensible. La representacin sensible es la que se ofrece como objeto del conoci- miento sensible" pero su $alor de signo es tan perfecto" que cuando la tenemos delante -cual si fuera un cristal perfectamente transparente- lo que $emos no es la imagen misma" sino la cosa por ella mostrada. 3o parece estar lejos de darse cuenta de que esta dificultad en conocer la representacin sensible en cuanto tal estriba en que toda su realidad se reduce a presentar a la conciencia la cosa sensible. n consecuencia" ella debe entenderse esencialmente como medio quo # no como objeto quod de conocimiento. 3aturalmente" lo que se presenta al entendimiento no puede ser sino un contenido objeti$o que #a es inmanente a la conciencia" pero cuando se lo examina bien" mediante un acto de la razn que se $uelca sobre el acto sensiti$o" se ad$ierte que ste slo tiene un car!cter representati$o # no presentati$o" #a que todo su ser est! ordenado a la mostracin de 4>67 . De Frinitate, 11, 2, 2!@ as5, cuando #ste 9/r-ano visua': se e;tin-ue, efecto de un sufri miento como en 'o &ue se &uedan cie-os, e' a'ma )ermanece id#ntica, * su atenci/n, )erdida 'a vista, no dis)one de sentido cor)/reo )ara )oder a'can(ar a' e;terior e' ob.eto visib'e * fi.ar en su mirada; )ero )or su )ro)io esfuer(o conoce &ue, aun )erdido e' sentido de' cuer)o, su atenci/n ni )erece ni disminu*e. knte-ro )ersiste e' deseo de ver, sea o no )osib'e!. 4>65 . De Frinitate 11, 2, 3 !7o )odemos decir &ue e' ob.eto visib'e en-endre e' sentido, )ero s5 en-endra cierta forma, como una seme.an- (a su*a, &ue actTa en e' sentido a' )ercibir con 'a vista un ob.eto!. 4>60 De Frinitate, 11, 2, 3 !4in embar-o, a&ue''a informaci>n de' sentido, &ue se ''ama visi/n, se im)rime s>'o )or e' cuer)o &ue ve; esto es, )or 'a cosa visib'e; &uitada 'a cua', 'a forma im)resa en e' sentido mientras estaba )resente e' ob.eto visib'e, desa)arece!. 4>66 . De Frinitate, 11, 2, 3 !8as no )uede e' sentido distin-uir 'a forma de' cuer)o visib'e de 'a forma im)resa en e' sentido de' su.eto &ue ve; )or&ue es tanta 'a uni/n, &ue 'a distinci/n no $a 'u-ar. 4in embar-o, 'a ra(/n nos ense2a &ue 'a visi/n ser5a im)osib'e de no )roducirse en nuestro sentido una seme.an(a de' ob.eto contem)'ado!. algo que est! m!s all! de s mismo" la cosa real. %re$emente" la representacin sensible es esencialmente intencional. Ena cuestin importante radica en determinar la naturaleza de la percepcin humana. )Se realiza del mismo modo la acti$idad sensible en el hombre que en el animal< n principio" parece que ,gustn no tiene ninguna duda de que la sensacin" de su#o" es patrimonio com*n tanto del hombre como del animal. Ja# un pasaje donde esto se e$idencia claramente9 >*scendentibus itaque introrsus quibusdam gradibus considerationis per anim partes, unde incipit aliquid ocurrere, quod non sit nobis commune cum bestis, inde incipit ratio, ubi homo interior posit agnosci> :;1A . , la luz de estas escuetas lneas" parecera abrirse un abismo en el seno mismo de la realidad humana que separa la dimensin corprea de la espiritual. Pues si" ob$iamente" la acti$idad sensible pertenece al orden animal" entonces parecer_a totalmente des$inculado del orden superior de la razn. Pero" llegar a tal conclusin" peca" por lo menos de apresuramiento. Porque" no debe ol$idarse que" as como ,gustn -en su condicin de haber asumido la tradicin hebreo-cristiana- nunca pierde de $ista la unidad del hombre" as tampoco lo har! respecto de sus propias acti$idades" en todas ellas es el hombre -animal racionalis! quien act*a. ; lo que $ale para las operaciones en general inclu#e dentro de Ssi tambin al conoci- miento sensible. :e hecho" San ,gustn no duda en establecer una radical $inculacin entre la acti$idad sensiti- $a # la estrictamente racional en el hombre. :e lo cual se podra desprender la respuesta a la pregunta realizada precedentemente. La acti$idad sensorial en el hombre # el animal decididamente no est!n en el mismo ni$el de perfeccin #a que la primera parece estar penetrada por la racionalidad del alma. sto #a puede $erse claramente cuando define a la sensacin como conciencia de lo que padece el cuerpo9 >Eam sensum puto esse, non latere animam quod patitur corpus> 4>6G . ; si se recuerda que la posibilidad de la reflexin complleta -redditio completa! slo es pri$ilegio de las naturalezas espirituales" #a puede $erse que con esta definicin de sensacion se puede ad$ertir una cierta racionalidad inmanente a la acti$idad sensiti$a humana. Dbsr$ese que no se adjudica la acti$idad sensiti$a" propiamente al rgano corporal -al que no se niega su presencia-" sino a la misma alma" la que de su#o es racional. ; slo en $irtud de esa racionalidad le sera posible al hombre el re$ertirse sobre s mismo para tomar conciencia de lo que padece su cuerpo 4>62 . Por otra parte" a diferencia del animal realiza la acti$idad sensorial" recibe el apo#o de otras facultades de orden racional -como las facultades $oliti$a e intelecti$a- que la colocan mu# por encima de la del animal. >#ossunt autem et pecora et sentire per corporis sensus e+trinsecus corporalia, et ea memori fi+a reminisci, atque in eis appetere conducibilia, fugere incommoda0 verum ea notare, ac non solum naturaliter rapta, sed etiam de industria memori commendata retinere, et in oblivionem iamiamque labentia recordando atque cogitando rursus imprimere0 ut quemadmodume eo quod gerit memoria cogitatur formatur, sic et hoc ipsum quod in memoria est cogitatione firmetur0 fictas etiam visiones, hinc atque inde recordata qulibet sumendo et quasi assuendo, componere, inspicere, quemadmodum in hoc rerum genere qu verosimilia sunt discernatur a veris, non spiritualibus, sed ipsis corporalibus0 hc atque huiusmodi quamvis in sensibilibus, atque in eis qu inde animus per sensum corporis tra+it agantur atque versentur, non sunt tamen rationis e+pertis nec homnnibus pecoribusque communia> 4>B> . :el pasaje recin citado se pueden extraer preciosas conclusiones en torno al conocimiento sensible. Ena" que tiene que $er con el conocimiento sensorial propiamente dicho9 el hombre realiza su conocimiento sensiti$o actuando de un modo $oluntario" de donde se sigue el car!cter racional de la acti$idad sensiti$a. La otra est! relacionada con la continuidad que ha# entre este saber # el racional9 el hombre puede tomar los datos 4>6B . De Frinitete, 12, 6, 13!4ubiendo, )ues, $acia dentro, como )or cierta esca'a de consi deraci/n de 'as diversas )artes de' a'ma, a' ''e-ar a 'o &ue no tenemos en comTn con 'as bestias, a''5 comien(a 'a ra(/n donde *a )uede reconocerse a' $ombre interior!. 4>6G . Cfr. su)ra, nota 59; De &uantitate animQ, 23, 42.!? mi )arecer, sensaci/n es )ercibir e' a'ma 'o &ue )adece o sufre e' cuer)o!. 4>62 . @uiz!s aqu se pueda objetar que" dado que el alma no re$ierte sobre s sino sobre lo que le sucede a su cuer po cuando padece la sensacin" no se tratara de una refleIio co#&leta strict% sens%( sino de un acto que de alguna manera sigue siendo directo. Sin embargo" dado que no se puede negar que en todo conocimiento humano" inclu#endo el sensible" ha# un cierto Ocaer en la cuenta deO" propio de todo acto de autocon- ciencia propiamente dicho" tambin se puede decir que el conocimiento sensible supone un cierto grado de conciencia. Lo cual puede entenderse f!cilmente ante la e$idencia de que cuando alguien $e algo" simult!neamente sabe que lo $e. 4>B> . De Frinitate, 12, 2, 2 !1ueden 'os brutos, s5, )ercibir )or 'os sentidos de' cuer)o, 'os ob.etos e;ternos, fi.ar'os en 'a memoria, recordar'os, buscar en e''os su uti'idad * $uir de 'o &ue 'es mo'esta. 1er anotar'os, retener no s/'o 'o &ue es)ont,neamente se ca)ta, sino tambi#n 'o &ue con industriosa so'icitud se conf5a a 'a memoria im)rimir de nuevo en e' recuerdo * en e' )ensamiento 'as cosas &ue est,n )ara caer en e' o'vido, afian(ar en e' )ensamiento 'o &ue en e' recuerdo vive, informar 'a mirada de' )ensamiento con 'os materia'es arc$ivados en 'a moria;com)oner estas visiones fin-idas tomando * recosiendo recuerdos de ac, * a'',; com)render c/mo en este orden de cosas se distin-ue 'o &ue veros5mi' e 'o verdadero, no *a en 'os seres es)iritua'es, sino inc'uso en e' mundo cor)/reo; #stas * otras o)eraciones simi'ares, aun&ue tean-an su ori-en en 'as rea'dades sensib'es * 'as modere * actTe e' a'ma mediante 'os sentidos de' cuer)o, no se encuentran en 'os seres )ri - vados de ra(/n ni son comunes a $ombres * bestias!. sensoriales # analizarlos racionalmente" lo que patentiza la perfecta unidad que cabe entre ambos ni$eles del conocimiento humano. n $irtud de esto *ltimo se puede $islumbrar #a el modo en que los hombres pueden alcanzar un conocimiento racional de las cosas sensibles. Pero con esto ingresamos a un ni$el de conocimiento superior. Dbsr$ese nue$amente cmo ,gustn reconoce el ni$el eminentemente sensible de la memoria" pero se las arregla para explicar que" aunque" de su#o pertenece al !mbito de la acti$idad sensible" sta est! _ntimamen- te ligada a la dimensin racional por cuanto no slo recibe sobre s la doble influencia de la $oluntad # la inteli- gencia" sino que" a su $ez" ella misma puede hacerse acti$amente presente sobre las acti$idades racionales influ#endo positi$amente sobre ellas. n lo que se refiere a la influencia de lo racional sobre la memoria" porque toda $ez que la seleccin de la memoria supone una cierta eleccin #a est! pesando sobre ella la determinacin libre de la $oluntad? a su turno" la inteligencia se hace igualmente presente no slo porque est! suministrando permanentemente los criterios de seleccin de la memoria" sino tambin porque le suministra principios que le permiten ir discirniendo permanentemente -en los contenidos de la memoria- entre lo que es real # lo que es meramente $erosmil. n lo que se refiere a la influencia que" a su $ez" ejerce la memoria sobre el orden racional" esto se ad$ierte f!cilmente por cuanto es de los archi$os de la memoria de donde la inteli- gencia $a extra#endo su material de trabajo. sta $inculacin entre el orden sensorial # el racional" se confirma con la doctrina del sentido interior, que" aunque es com*n a hombres # animales 4>B4 " en aqul sir$e de enlace entre los sentidos externos # la razn9 >,ed nisi et istum transeat, quod ad nos refertur a sensibus corporis, pervenire ad scientiam non potest> :;A@ . La funcin de este sentido interior es precisamente la de ser$ir de receptor com*n a todos los datos de las cosas externas pro$enientes de los sentidos9 > $...% ad eius interiorem vim, cui sensus corporis e+teriora nuntiaret> :;A( . s claro que" percibe tambin los mismos sentidos" lo que le permite cumplir una funcin de moderador # juez9 >Plle interior quid desit vel satis sit oculorum sensui iudicat> :;AI . :ejando para el final el plato fuerte de las dificultades" agregamos ahora la cuestin epistemolgica fundamental" )qu grado de reconocimiento objeti$o se le debe conceder a los sentidos< Sobre este tema" que surge a propsito de una supuesta concesin de ,gustn al escepticismo de los representantes de la nue$a ,cademia" con$iene hacer algunas precisiones. ,l respecto" debe recordarse que ,gustn ha debido librar una difcil batalla en contra de las objeciones de los escpticos" quienes sostenan precisamente la radical falibilidad ontolgica de los mismos 4>B0 . Pero" en su opinin ello no debe ser as" pues ellos son el *nico nexo que nos comunica con el mundo externo9 >,ed absit a nobi ut qu per sensus corporis didicimus vera esse dubitemus0 per eos quippe didicimus clum et terram, et ea qu in eis nota sunt nobis> :;A1 . Lo cual no obsta para que no se deba proceder con ellos con una cierta cautela" por cuanto su objeti$idad est! condicionada por el buen uso que se haga de ellos" pero" no porque se dude precisamente de ellos" sino m!s bien porque" a $eces" suelen faltar algunas condiciones para que sus datos seandebidamente interpretados -caso de las ilusiones o los estados demenciales 4>BB . :e all" la necesidad de admitir la e$idencia objeti$a proporcionada por el conocimiento sensible" cu#a recusacin no cabra ser efectuada por una sana inteligencia9 >3reditque sensibus in rei cuiusque evidentia, quibusper corpus animus utitur0 quoniam miserabilius fallitur qui numquam putat eis esse creden! dum> :;A2 ! Pero" esto est! ntimamente $inculado con otro problema inherente el conocimiento sensible" cual es el de determinar el rol que cumple la inmutacin sensorial en el conocimiento sensible. 1. ,cerca del $alor crtico de la inmu ta cin sen so rial se g*n San ,gustn 1.4. Posicin del problema9 4>B4 De 'ibero arbitrio, 2, 3, 10. 4>B1 De 'ibero arbitrio, 2,3,9!1ero todo 'o &ue 'os sentidos nos refieren no )uede ''e-ar a ser ob.eto de 'a ciencia sino )asa de este sentido 9interior: a 'a ra(/n!. 4>B7 Confessiones, 3,13,23!9...: a' sentido %ntimo, a' &ue comunican o anuncian 'os sentidos de' cuer)o 'as cosas e;teriores!. 4>B5 De 'ibero arbitrio, 2, 5,12!?&ue' sentido interior .u(-a &u# es 'o &ue fa'ta * &u# es 'o suficinete a 'os co'ores!. 4>B0 Contra academicos, 2, 6,20. 4>B6 De Frinitate, 15,12,21!<e.os, )ues, de nosotros dudar de 'a verdad de 'os ob.etos )ercibidos )or 'os senti dos de' cuer)o; e''os dan testimonio e''os dan testimonio de 'a e;istencia de' cie'o * de 'a tierra!. 4>BB Contra academicos, 3,11,24. 4>BG De ciuitate Dei, 19,16!Da cr#dito a 'os sentidos de 'os &ue se sirve e' a'ma a trav#s de' cuer)o cuando #stos )erciben a'-o con evidencia, )or&ue m,s 'astimosamente se en-a2a &uien tiene )or )rinci)io no dar'es fe .am+s!. s claro que" seg*n ,gustn" el conocimiento sensible" que supone la inmutacin pre$ia del rgano sensorial" se debe entender esencialmente como una acti$idad del alma" # que esa acti$idad" cu#o fruto es la representacin sensible de la cosa" a ni$el del conocimiento percepti$o" se ordena al conocimiento de la cosa real. Pero" lo que no se ha aclarado" es de qu modo el espritu forma luego" dentro de s" una representacin espiritual de la cosa. ;" m!s concretamente -lo que es moti$o del presente estudio- qu $alor crtico tiene la inmutacin sensorial en la gestacin de la representacin sensorial. Parecera que" luego del an!lisis que el "iponense afect*a de los elementos que inter$ienen en la acti$i- dad sensiti$a" donde el autor distingue entre los tres elementos constituti$os 9 -a parte rei" la cosa misma que se presenta como objeto sensible? #" a parte homini, por un lado" el rgano corpreo" #" por otro" el acto atencio- nal- ,gustn se pronunciara en fa$or de una positi$a influencia de la inmutacin sensorial en la determinacin de la representacin sensible" en cuanto que est! fundada en la presencia de la cosa misma. Pues" a partir de la admisin del hecho de que la sensacin supone al sentido informado por el objeto percibido -sensu e+ ea re qu sentitur informatus 4>B2 - la conclusin natural que de esto se seguira es que la sensacin debe depender in- trnsecamente del dato suministrado por la inmutacin del rgano receptor. -onsecuentemente" se podra se8alar que la cosa se constitu#e en el fundamento de la objeti$idad del conocimiento sensible en cuanto que de ella surgira la formalidad del dato percepti$o. Sin embargo" a la luz de otros pasajes" hallados en su obra )e Jenesi ad litteram, no parece ser sta *nica interpretacin posible de la posicin del autor respecto del problema en cuestin porque" si bien no faltan textos que $a#an en abono de dicha posicin tampoco se pueden ignorar los otros pasajes que daran buena base a una interpretacin que se expida en direccin contraria. :e donde" sera con$eniente reconocer la posibilidad de" al menos" dos lneas de interpretacin acerca del $alor de la inmutacin sensible. Ena que la entiende como elemento determinante de la acti$idad sensorial en cuanto que permitira la captacin de la formalidad sensible intrnseca a la realidad sensible? otra" que lo en- tiende como puramente ocasional # no determinante" cu#a incidencia sobre la representacin sensible -en caso de que se admitiese alguna- sera puramente material. 4. Primera lnea de interpretacin9 La argumentacin en fa$or de la incidencia del dato sensible" como elemento determinante de la forma- cin de la representacin correspondiente" se puede $islumbrar en este texto #a citado del )e Jenesi ad litteram, donde se afirma que la representacin sensible aparece una $ez que el sentido se pone en contacto con el cuerpo sensible9 >Nuandoquidem momento eodem quo corpus sensu corporis tangitur, fit etiam in animo tale aliquid, non quod hoc sit, sed quod simile sit. $...%> :;2; . Dtro pasaje importante aparece en una obra anterior" )e quantitate anim" donde el autor se8ala expresamente que las im!genes de las cosas tienen por origen el dato proporcionado por los sentidos9 >Bemouet se ab his sensibus certo interuallo temporum, et eorum motus quasi per quasdam ferias reparans, imagines rerum quas per eos hausit $...%> 4>G4 . n consecuencia" se puede inferir que la imagen sensible se origina a partir del dato proporcionado por los sentidos que perciben el objeto sensible. 1. Segunda lnea de interpretacin9 Los textos que $an en direcci^n contraria parten del principio implcito de que lo inferior no puede obrar sobre lo superior? en consecuencia" si lo espiritual es superior a lo corpreo" ste no puede incidir en una acti$i- dad de orden espiritual. Lle$ando este razonamiento al plano de la imagen que el alma posee de la cosa" se llega a la conclusin que sta no puede ser fruto de una mera inmutacin sensorial. Pues" entendida la imagen como resultado de la acti$idad sensiti$a" por el slo hecho de ser un contenido del alma" aqulla imagen #a participa de la espiritualidad de sta" #" por tanto" es ontolgicamente superior a la cosa misma que representa? ergo, no ha# posibilidad de que se lo entienda como un fruto de la inmutacin externa. :e donde" no quedara m!s reme- dio que tener a la representacin sensible" no como resultado de una influencia positi$a de la presencia misma de la cosa sensible" sino a partir exclusi$amente de la misma acti$idad del alma cognoscente. -onsecuen- temente" la representacin sensible estara doblemente afectada por la acti$idad del alma" tanto en lo que afecta 4>B2 De Frinitate, 11, 2, 2. 4>G> De Jenesi ad 'itteram, 12, 24, 51 !En e' mismo momento en &ue e' ob.eto es tocado )or e' sentido de' cuer)o se forma tambi#n en e' a'ma a'-o )arecido, 'o cua' no es e' cuer)o sino seme.ante a #'!. 4>G4 De &uantitate animQ, 33, 32 !4e retira de estos sentidos )or cierto interva'o de tiem)o, re)arando sus actividades como )or ciertas vacaciones; en tro)e' * re)etidamente revue've consi-o misma 'as im,-enes de 'as cosas, &ue $a ad&uirido )or medio de e''os 9...:!. al como" por el cual se conoce mediante la acti$idad del alma" como del qu" por el cual se conoce un orden objeti$o que es totalmente constituido por dicha acti$idad. 'eamos este razonamiento m!s detenidamente. n primer lugar" lo superior no puede ser determinado por lo inferior - # tal es el caso de la imagen respecto de la cosa- en razn de la superioridad de la naturaleza de la facultad que lo engendra respecto de la naturaleza de la cosa fsica9 >"ic e+istit quidam mirabile, ut cum prior sit corpore spiritus, et posterius corporis imago quam corpus, tamen quia illud quod tempore posterius est, fit in eo quod natura prius est, prstantior sit imago corporis in spiritu, quam ipsum corpus in substantia sua> :;2@ . n segundo lugar" la cosa fsica no determina a la facultad espiritual" pues" si lo inferior no determina lo superior" # la acti$idad es superior a aquello de lo que se hace algo" entonces" la cosa real" no debe enten- derse como el elemento determinante" aun en el orden del conocimiento sensible9 >Eec sane putandum est face! re aliquid corpus in spiritu, tanquam spiritus corpori facienti, materi vice subdatur. Hmni enim modo prstantius est qui facit, ea re de qua aliquid facit' neque ullo modo spiritus prstantius est corpus' imo pers! picuo modo spiritus corpore> :;2( . La conclusin no se hace esperar9 contra lo que la apariencia indica" aunque la imagen sea temporalmente posterior a la irrupcin de la cosa por la $a de la experiencia" la imagen no depende de sta" sino de la facultad misma que lo produce9 >Nuamuis ergo prius uideamus aliquod corpus, quod antea non uideramus, atque inde incipiat imago eius esse in spiritu nostro, quo illud cum absens fuerit recordemur0 tamen eamdem eius imaginem non corpus in spiritu sed ipse spiritus in seipso facit celeritate mirabili, qu ineffabiliter longe est a corporis tarditate> :;2I . s e$idente en los pasajes precedentes que ,gustn est! preocupado por salir al cruce de la creencia de que porque algo es posterior a otro" por fuerza" debe depender ontolgicamente de ella -post hoc, ergo propter hoc. n todo caso" esto no sera m!s que una falaca que se sigue de una falsa interpretacin de los hechos. ,qu el principio rector sera el de que lo superior slo se puede explicar desde lo superior. :e una manera coherente con tal interpretacin surgira tambin una explicitacin interpretati$a" seg*n la cual" el fruto de la acti$idad sensiti$a" la representacin sensible" quedara afectado incluso en su contenido" el cual estara formalmete constituido por dicha acti$idad. Hal es" al menos" la interpretacin estructuralista de %ruce %ubacz" seg*n la cual >el hombre interior provee orden y estructura a las sensaciones corporales> :;2? . Surge as una segunda $a de interpretacin del hecho del conocimiento sensible seg*n el cual todo dependera esencialmente de la acti$idad del alma? la que se contrapondra" prima facie, con la que hace depender la acti$idad sensible de una cierta pasi$idad de la facultad sensiti$a. -omparando ambas lneas de argumentacin habra buenas razones para suponer que el pensamiento de ,gustn se inclinara m!s por la segunda lnea de interpretacin que por la primera. ; esto" no porque acaso cronolgicamente la segunda posicin sea posterior a la primera" sino por el cuidado que se pone en el razona- miento. n abono de tal tesitura" por otra parte" tampoco debe desestimarse una posible influencia neoplatnica" no slo en $irtud de la admisin de un generalizado reconocimiento del peso que la doctrina plotiniana ejerci sobre el pensamiento agustiniano" sino tambin porque estos textos concretamente coinciden casi textualmente con el siguiente pasaje de la (' En&ada de Plotino9 >La sensacin 9u.ga de ob9etos que no estn en ella. #orque lo propio de toda potencia no es recibir impresiones, sino e9ercer su potencia y su actividad sobre los ob9etos correspondientes. *s, el alma puede discernir el ob9eto visible del sonoro, cosa imposible si las sensaciones fuesen impresiones o algo recibido, y no mas bien actos relativos al ob9eto a que corresponden. Eosotros tendemos a creer que cada potencia slo conoce su ob9eto por medio de un contacto mecnico y admitimos fcilmente que recibe su efecto de ese contacto, y no ms bien que conoce el ob9eto, dominndolo y sin de9arse afectar por &l> :;21 . 4>G1 De Jnesei ad 'itteram, 12, 16, 33!?&u5 a)arece a'-o admirab'e, )ues, siendo e' es)iritu antes &ue e' cuer)o * 'a ima-en de' cuer)o )osterior a' cuer)o, sin embar-o, )or&ue a&ue''o &ue es )osterior en tiem)o se forma en 'o &ue es anterior )or natura'e(a, resu'ta &ue 'a ima-en de' cuer)o formada en e' es)%ritu es m,s e;ce'nte &ue e' mismo cuer)o en su misma substancia!. 4>G7 De Jenesi ad 'itteram, 12, 16, 33 !7i sanamente se debe sostener &ue e' cuer)o obra a'-o sobre e' es)5ritu, como si e' es)iritu, 'o mismo &ue 'a materia, se sometiera a 'a condici>n de 'a materia. 4iem)re es m,s e;ce'ente e' &ue obra &ue 'a misma cosa de 'a cua' se $ace a'-o. De nin-Tn modo e' cuer)o es m,s e;ce'ente &ue e' es)5ritu; a' contrario e' es)iritu es su)erior a' cuer)o de un modo e;ce'ent5simo!. 4>G5 De Jenesi ad 'itteram, 12, 16, 33!<ue-o, aun&ue veamos )rimeramente a un cuer)o &ue antes no ve5amos, *, )or tanto, co mience desde entonces a estar 'a ima-en de #' en nuestro es)%ritu, donde 'a retenemos des)u#s de $aberse a)artado e' cuer)o, sin embar-o, no e' cuer)o en e' es)iritu, sino e' mismo es)iritu en s5 mismo forma 'a ima-en de' cuer)o con ce'eridad tan admirab'e &ue es im)osib'e de e;)'icar com)ar,ndo'a con 'a tardan(a de' cuer)o en e' obrar!. 4>G0 GBF3E GFG*3, :42I( <a )erce)ci/n se-Tn 4an ?-ust5n, en ?DJD4FH7D4, ddHd" 12~. 4>G6 Enneada HD, 6, 2; 1,1-10. Dbsr$ese en este texto el expreso recelo del pensador egipcio respecto de la posibilidad de admitir la positi$a influencia de la cosa real sobre el dato de los sentidos dato de los sentidos" lo que lo lle$a a limitar la inmutacin producida por aqulla a un puro contacto fsico como si la funcin org!nica sensorial se redujese a una acti$idad meramente mec!nica" que no incide intrnsecamente sobre una acti$idad puramente producti$a. :e tal suerte" a la luz de los textos precedentes surgen una cuestin principal" # una secundaria. La principal se pregunta por el $alor de la inmutacin sensorial en el orden de la acti$idad sensiti$a. )Podramos" tal $ez" suponer que los textos de ,gustn donde se admite la acti$idad sensible deben ser entendidos a la luz de una acti$idad ajena a toda recepti$idad< )D acaso es posible compatibilizar esta acti$idad con alguna suerte de recepti$idad sin que esto $a#a en desmedro de la espiritualidad del acto cogniti$o< La cuestin secundaria ata8e al sentido preciso en que debe ser entendida la acti$idad sensiti$a. )/uega sta un papel determinante no slo en lo que concierne al modo de conocer" sino tambin" respecto de lo conocido mismo< )D bien" slo afecta al modo de conocer para posibilitar la mostracin de lo conocido< :ilucidar tales cuestiones obliga necesariamente por una parte" a una consideracin del sentido platni- co de la acti$idad sensorial" # si ste pudo influir positi$amente sobre la interpretacin agustiniana? por otra" a la determinacin de si el contenido objeti$o de la representacin sensible es simpliciter producida por el alma o bien" slo secundum quid. :ada la ntima $inculacin de tales cuestiones" se atender! la segunda cuestin" no separadamente sino en el contexto de la primera. 4. Posibilidad de la influencia plotiniana a. La inmutacin en Plotino :e conformidad con los textos de las En&adas" la sensacin plotiniana debe entenderse a la luz de los conceptos de vXv_dZ[ # vx]ujZ_. Xv_dZ[ alude a una disposicin entendida como una potencia producti$a por s misma? # vx]ujZ_, al acto que corresponde a esa disposicin9 >Llamamos en sentido propio acto al correlato de la potencia productiva de ese acto. #orque mientras el ser en potencia recibe el acto de otro ser, la potencia produce su acto por s misma !c_]Q z\o[!. = son ambos seme9antes a una disposicin y al acto conforme a esa disposicin' por e9emplo, la virtud del valor y el acto valeroso> 4>GB . ,qu la nocin de vXv_dZ[ se opone a la nocin de !\m vzvpdjZ! ser en potencia- precisamente en cuanto que sta *ltima inclu#e la idea de recepti$idad. Aientras el ser en potencia ha de ser llevado al acto por otro ser :;22 , la vXv_ dZ[ debe ser entendida como potencia producti$a de su propio acto. n el caso especfico de las sensaciones" stas han de ser entendidas en trminos de acti$idad" de vx]ujZ_" # no de estados pasi$os. Pues" esto *ltimo es propio" no de los seres espirituales" sino de los materia- les. n consecuencia" la sensacin" en cuanto acti$idad del alma" se resuel$e en *ltima instancia en terminos de acti$idad judicati$a" son juicios relati$os a afecciones9 >)ecimos que las sensaciones no son estados pasivos, sino actos relativos a afecciones0 son 9uicios. Los estados pasivos se producen en algo distinto del alma, en el cuerpo organi.ado, mientras que los 9uicios se producen en el alma, sin ser estados pasivos, pues, en este caso necesitaran a8n de otro 9uicio y se procedera as hasta el infinito> :;24 . -uriosamente" en otro pasaje de la misma obra" Plotino identifica a la sensacin con la potencia re- cepti$a # la pasi$idad9 >La sensacin es la recepcin de una forma o de una afeccin del cuerpo> :;4; . ; en $irtud de esta pasi$idad inherente a la acti$idad sensiti$a Plotino se $e precisado a distinguir entre el presupuesto de la sensacin que est! constituido por la impresin mec!nica que se efect*a sobre el rgano corpreo" # la sensacin en cuanto tal" que es una acti$idad que brota de una potencia acti$a vXv_dZ[ _Ylt\Z! bo. A!s adelante" el pensador de Lice!polis" tambin habr! de distinguir en la impresin sensorial dos aspectos9 la afeccin !cplo[- # la forma-jvo[' la sensacin como tal no se ordena inmediatamente a la captacin de la cosa sensible" sino a las impresiones originadas por la sensacin9 >La potencia sensitiva del alma no debe ser perceptiva de las cosas sensibles, sino ms bien de las impresiones originadas en el animal por la sensacin> :;4: . 4>GB #LH-PEH, En, PP, ?, @' l. (:!(1. p. A2, E.G. 4>GG En#ada, HH, 5, 3; '. 26-30; ). 39, E A. 4>G2 #LH-PEH, En&ada, (, 1, :' l. :!A. p. 4I, E G. 4>2> #LH-PEH, EEC*)* P, :,@' l. @1!@A' p. E G. 4>24 #LHP-EH, i, :, 1, l. :;!:@. Luego" la pasi$idad" no con$iene al hombre en cuanto al alma" sino en cuanto al cuerpo. Por tanto" no afecta a la acti$idad sensiti$a en cuanto tal" por ser sta un acto del alma # no del cuerpo. ; lo que $ale en el orden de la acti$idad sensorial" a fortiori $aldr! para las acti$idades posteriores. ,s" en el caso de la memoria sensible" sta no habr! de entenderse como mero recept!culo de una coleccin de impresiones" sino tambin como potencia acti$a" en cuanto que importa conocimiento9 >Eo hay nada seme9ante a la impronta de un sello, ni a la impresin sobre una materia resistente, ni a una se/al modelada, ni tampoco hay contacto mecnico ni superficie de cera. #orque, en realidad, esta memoria es una especie de conocimien! to, aun la memoria de lo sensible> :;4@ . K-u!l es el fundamento de una tal interpretacin decididamente acti$ista< La necesidad de sal$aguardar la autonoma del alma respecto a todo orden inferior. >,i el alma es un ser ine+tenso, hemos de evitar el atri! buirle toda modificacin pasiva> :;4( . :e donde" no queda sino concluir que la inmutacin en Plotino cumplira en la acti$idad sensiti$a una funcin secundara de car!cter eminentemente mec!nico" aunque s puede considerarse como un presupuesto necesario. b. La impasi$idad en ,gustn 3aturalmente" el pasaje citado del )e Jenesi ad litteram &41" 46" 77)" puede ser el mejor ejemplo ilustrati$o de la influencia de Plotino sobre el Jiponense. :ecididamente" en dicho pasaje" la acti$idad sensiti$a tambin es entendida en trminos de potencia producti$a" antes que recepti$a. s acto" vx]ujZ_. Porque tambin aqu la sensacin no es fruto de un proceso mec!nico-fisiolgico" sino de la acti$idad de una potencia del alma vis sentiendi. ;" siendo el alma una realidad de naturaleza superior a la de las realidades sensibles - >Eeque enim esset ordinatissimum ut impotentiora potentioribus imperarent> :;4I - no puede fundar su acti$idad en un orden inferior9 >Eec sane putandum est facere aliquid corpus in spiritu, tanquam spiritus corpori facienti, materi uice subdaturO 4>20 . Por cierto" no faltan textos donde se rechace toda forma de $inculacion del alma con todo orden corpo- ral9 >3orporalia ergo qucumque huic corpori ingeruntur aut obiciuntur e+trinsecus, non in anima sed in ipso corpori aliquid faciunt, quod operi eius aut aduersatur aut congruat> 4>26 . l cuerpo no ejerce accin directa sobre el alma9 >Ego enim ab anima hoc corpus animari non puto nisi intentioni facientis. Eec ab isto quidquam illam pati arbitror> :;4A . :esde luego" de atender a tales pasajes las chances de la primera hiptesis de trabajo quedaran ipso facto del todo resignadas. Pero" su abandono tiene el incon$eniente de que dejara sin explicacin no slo el sentido de la existencia de los rganos de los sentidos" sino tambin" acerca del modo por el que el sujeto cognoscente toma nota de lo que ocurre en el mundo exterior. )s posible que ,gustn deje tales cuestiones sin solucin< Hal duda obliga a continuar la in$estigacin recordando algunos pasajes" $inculados con la acti$idad sensorial" que puedan a#udar a responder sobre esta cuestin. sto obliga a detenerse en el an!lisis de la posibilidad de una cierta ingerencia externa sobre la acti$idad del alma. 1. Posibilidad de incluir en la acti$idad sensiti$a una cierta recepti$idad Por contraposicin con una interpretacin de la acti$idad sensorial absolutamente acti$ista" donde slo cabe pensar en una potencia cogniti$a enteramente autosuficiente" no faltan textos donde cabra pensar en una suerte de dependencia ontolgica de la facultad cogniti$a respecto del objeto sensible" en cuanto que sta" de alguna manera" queda determinada por l" lo que hablara en fa$or de una suerte de recepti$idad en ella. . 4. Porque la misma acti$idad sensiti$a en entendida en trminos de pasi$idad # padecer9 >Eam ubi uident,ibi sentiunt0 ipsum enimuidere, sentire est' sentire autem pati0 quare ubi sentiunt, ibi patiuntur> 4>2G 4>21 #LH-PEH, En&ada, PM, (, @1' l.@I!(@, p. 4I EG. 4>27 #LH-PEH( En&adas, PPP, 1,PM, (. 4>25 De 'ibero arbitrio, 1, 10, 20!1or&ue no ser5a mu* ordenado &ue 'os m,s d#bi'es im)erasen sobre 'os m,s fuertes!. 4>20 De Jenesi ad 'itteram, 12, 16, 33 !!7o )uede tomarse en consideraci/n e' )ensamiento de &ue un cuer)o )uede causar a'-o en e' es)5ritu, como si e' es)5ritu, 'o mismo &ue 'a materia, estuviera su.eto a 'a acci/n de un cuer)o! 4>26 De musica, 6, 5, 9 !?s5 )ues, cua'es&uiera &ue sean 'os ob.etos cor)ora'es &ue se introducen en e' cuer)o o &ue se 'es ofrecen desde fuera, no es en e' a'ma, sino en e' cuer)o donde e''os )roducen un efecto &ue se o)one o favorece a 'a acci/n de' a'ma!. 4>2B De musica, 6, 5, 9!@o )ienso, en efecto, &ue e' cuer)o no est, animado )or e' a'ma sino ba.o 'a fina'idad de' &ue 'o cre/. 7i creo &ue e' a'ma consiente a'-o de #'!. 4>2G De &uantitate animQ, 23,44 !1or&ue odnde ven a''i sienten ver es sentir, * sentir, )adecer, )or consi-uiente,donde sienten a''5 )adecen!. 1. :onde se reconoce la $alidez objeti$a de los contenidos proporcionados por los datos de los sentidos9 >,i dicis nihil mihi uideri, nunquam errabo. Ps enim errat, qui quod sibi uidetur, temere probat. #osse enim falsum uideri a sentientibus dicitis, nihil uideri non dicitis. #rorsus enim omnis disputationis causa tolletur, ubi regnare non libet, si non solum nihil scimus, sed etiam nihil nobis uidetur. ,i autem quod mihi uidetur negas mundum esse, de nomine controuersiam facis, cum id a me di+erim QmundumQ uocari> :;44 . 7. ; ese dato objeti$o suministrado por los sentidos est! dado por la formasensible externa9 Eam homo uel arbor uel sol et qucumque alia corpora, siue clestia, siue terrestria, et prsentia uidentur in suis formis ::;; 5. :onde se se8ala que el llamado error de los sentidos no obedece a una informacin errnea por parte de los sentidos" sino" m!s bien" a una malinterpretacin de los mismos en el acto percepti$o" producto de una desafortunada participacin de la inteligencia9 >Plluditur autem anima similitudinibus rerum, non earum uisio, sed opinionis su, cum approbat qu similia sunt pro iis quibus similia sunt, ab intelligentia deficiens> ::;: . 0. Porque son los mismos sentidos los que ponen en e$idencia el error en el conocimiento sensible # su posterior correccin9 >Pn omnibus corporalibus uisis, et aliorum sensuum contestatio, et ma+ime ipsius mentis atque rationis adhibetur, ut quod in hoc rerum genere uerum est, inueniatur quantum inueniri potest> ::;@ . 6. Los sentidos son los mensajeros de las noticias del mundo externo" #" por lo mismo" tienen un $alor intencional9 >*nima per corpus $sentit%, quo uelut nuntio utitur ad formandum in seipsa quod e+trinsecus nun! tiantur> ::;( . >3reditque sensibus in rei cuiusque euidentia, quibus per corpus animus utitur0 quoniam miserabilius fallitur qui numquam putat eis esse credendum> ::;I !>Pnterior est enim ipsa $anima%, non solum quam ista sensibilia qu manifeste foris sunt, sed etiam quam imagines eorum qu in parte quadam sunt anim> ::;? . B. La imagen es adquirida por el alma por medio de los sentidos a partir de la cosa9 >Bemouet se ab his sensibus certo interuallo temporum, et eorum motus quasi per quasdam ferias reparans, imagines rerum quas per eos hausit $...%> 44>6 .>Nuandoquidem cum imprimitur rei cuiusque imago in memoria, prius necesse est, ut adsit res ipsa, unde illa imago possit imprimi> 44>B . >Eam homo, arbor uel sol, $...% et prsentia uidentur in suis formis, et absentia cogitantur imaginibus animo impressis> ::;2 . G. Porque la imagen" en cuanto es fruto de una cierta acti$idad abstracti$a de la facultad sensiti$a" tiene su origen en la cosa misma de la cual es tomada9 >3um prsto essent ista cepit ab eis imagines memoria, quas intuerer prsen tes et retracterem animo, cum illa et absentia reminiscerer> ::;4 . 2.Porque el alma graba en la memoria las formas de los cuerpos percibidas por los sentidos9 >Nu uestigia tanquam imprimuntur memori, quando hc qu foris sunt corporalia sentiuntur, ut etiam cum 4>22 . Contra academicos, 3,11,24!4i tT dices &ue nada se me a)arece, entonces nunca )odr# errar, )ues *erra e' &ue a 'a 'i-era a)rueba 'o a)arente. 1or&ue sosten#is &ue 'o fa'so )uede )arecer verdadero a 'os sentidos, )ero no ne-,is e' $ec$o mismo de' a)arecer. @ abso'utamente desa)arece todo motivo de discusi/n donde a vosotros os -usta triunfar, si no s/'o nada sabemos, sino &ue tambi#n se su)rime toda a)ariencia. 1ero si tT ne-,is 'o &ue a mi me )arece sea e' mundo, es una cuesti/n de nombres, )ues *a te $e dic$o &ue a eso &ue se me a)arece a m5 'e do* e' nombre de OmundoO! 44>> :e Fenesi ad litteram 41" 6" 409Al hombre" el !rbol" el sol" o cualquier otro cuerpo celeste o terrestre" hall!ndose presentes se $en en sus formas@. 44>4 De Jenesi ad 'itteram, 12, 25, 52 !E' a'ma se a'ucina )or 'as seme.an(as de 'os cuer)os, no )or a'-Tn defecto de e''as, sino )or 'a )reci)itaci/n en dar su )arecer cuando, fa't,ndo'e 'a 'u( de' )ensamiento, toma )or im,-enes aut#nticas 'as cosas a 'as &ue son seme.antes! Cfr. Contra academicos, 3, 11, 26. 44>1 )e Jenesi ad litteram, :@, @?, ?@0>-odas las visiones corporales deben comprobarse con la ayuda de los otros sentidos corpora les y, sobre todo, con el testimonio de la misma mente y la ra.n, para /que se halle, encuanto pueda ser hallado, todo lo que haya de verdad en esta clase de visiones> 3fr. 3ontra academicos, (, @, @1' (, ::, @1. . 44>7 De Jenesi ad 'itteram, 12, 24, 51 !E' a'ma 9siente: )or e' cuer)o, a' &ue uti'i(a como mensa.ero )ara formar en s5 misma 'o &ue a e''a se 'e anuncia desde fuera!- 44>5 De ciuitate Dei, 19,16 !Da cr#dito a 'os sentidos de 'os &ue se sirve e' a'ma a trav#s de' cuer)o cuando #stos )erci ben a'-o con evidencia, )or&ue m,s 'astimosamente se en-a2a &uien tiene )or )rinci)io no dar'es fe .am+s!. 44>0 De Frinitate, 10, 6, 11!E' a'ma no s/'o es m,s interior &ue estas cosas sensib'es &ue evidentemente est,n fuera, sino tambi#n res)ecto de sus im,-enes &ue est,nn en a'-una )arte de' a'ma! 44>6 De &uantitate animQ, 33, 32 !4e retira de estos sentidos )or cierto interva'o de tiem)o, re)arando sus actividades como )or ciertas vacaciones; en tro)e' * re)etidamente revue've consi-o misma 'as im,-enes de 'as cosas, &ue $a ad&uirido )or medio de e''os 9...:!. 44>B Confessiones, 10, 16, 25!Cuando se im)rime 'a ima-en de a'-una cosa en 'a memoria es necesario &ue )rimeramente est# )resente 'a misma cosa, )ara &ue con e''a )ueda -rabarse su ima-en!. 44>G De Jenesi ad 'itteram, 12,6, 15!E' $ombre, e' ,rbo' o e' so' 9...: $a'',ndose )resentes se ven en su forma; *, ausentes, se contem)'an en 'a ima-en im)resa en e' a'ma!, 44>2 Confessiones, 10, 16, 25!<as cua'es cosas, cuando estaban )resentes, tom/ de e''as sus im,-enes 'a memoria, )ara &u# mir,ndo'as *o )resentes, 'as re)asase en mi a'ma cuando me acordase de dic$as cosas estando ausentes!. absunt ista prsto sint tamen imagines eorum cogitantibus> :::; ' >E+ corporis enim sensu eas in memoriam combibit animus0 uisiones tamen ill cogitantium e+ iis quidem rebus qu sunt in memoria> :::: ' O#er corporis sensum imago rei corporaliter fact spiritui eius impressa est> :::@ . 4>. Porque la memoria" lejos de des$irtuar el dato de los sentidos" permanece totalmente fiel a ellos9 >Et tantum memini quantum uidi> :::( ' >Nuia meminisse non possumus corporum species, nisi tot quod sentimus, et quantas sensimus, et sicut sensimus> 4445 . 44. Porque de ella depende" memoria mediante" posteriormente el conocimiento intelecti$o9 >,ensus enim accipit speciem ab eo corpore quod sentimus, et a sensu memoria, a memoria uero acies cogitantis> :::? ' >Formata quippe cogitatio ab ea re quam scimus, uerbum est quod in corde dicimus $...%> :::1 ' >Pntellectui nuntiatur, qui et spiritui prsidet, ut si illud quod hausserunt oculi, atque id spiritui, ut eius illic imago fieret, nuntiauerunt, alicuius rei signum est, aut intelligatur continuo quid significet, aut quratur' quoniam nec intelligi nec requiri nisi officio mentis potest> :::A . 41. :e lo que no escapa" ni siquiera el conocimiento intelectual en su ma#or grado de especulacin" por cuanto" aun para acceder al conocimiento de :ios se hace necesario partir del conocimiento de las cosas $isibles a los sentidos" lo que se hace posible en razn de su constituti$o corporal9 >Eeque enim sicut nos ad percipiendam sapientiam proficiebant angeli, ut inuisibilia )ei, per ea qu facta sunt, intellecta conspice! rent> :::2 . n consecuencia" lejos de entenderse la acti$idad sensible al margen de esa inmutacin externa" es e$idente que sta juega un papel rele$ante para posibilitar la acti$idad sensiti$a" #" posteriormente" el resto de las modalidades cognosciti$as. ,s" el proceso cogniti$o comienza con un acto de la $oluntad que ordena los sentidos al orden sensible" luego" la memoria retiene los datos proporcionados por los sentidos" #" finalmente" la inteligencia recibe sus datos de la memoria9 >Moluntas porro sicut adiungit sensum corpori, sic memoriam sensui, sic cogitantis aciem memori> :::4 . Solucin K@u saldo se puede extraer de esta confrontacin de textos< #rima facie se perfilan dos argumen- taciones encontradas9 una seg*n la cual el fundamento de la representacin sensible est! dado por la cosa mis- ma que se presenta a los sentidos? otra" seg*n la cual tal representacin sensible no puede tener como causa sino a la misma facultad que la produce. K-mo se puede explicar tal contraste argumental de boca de un mismo autor< )Se puede hablar de una e$olucin en el planteo de ,gustn< KSe trata de una flagrante contradiccin< )D" m!s bien se trata del excesi$o af!n por tratar de explicar una realidad que" de su#o" es tan compleja que obliga al in$estigador a utilizar un lenguaje aparentemente contradictorio" pero" que en rigor" se entiende si se aten*a el alcance de uno o de las dos posiciones confrontadas< Pensar en una e$olucin del pensamiento del autor" es difcil de imaginar cuando las argumentaciones se extraen de obras que" no slo est!n mu# cercanas entre s" sino que en buena medida son contempor!neas. n efecto" si se toman los textos procli$es a afirmar la pasi$idad de la acti$idad sensiti$a" se obser$ar! que los pasajes fa$orables pertenecen a obras que $an de los a8os 7GB-7GG &)e quantitate anim7' 5>> &3onfessiones7, 444> De Frinitate, 10, 6, 11 !<os vesti-ios, en cierto modo, se im)rimen en 'a memoria cuando 'as cosas cor)ora'es &ue est,n fuera son sentidas, de ta' suerte &ue, aun cuando est#n austentes, sin embar-o sus im,-enes est,n )resentes a 'os &ue 'as )iensan!. 4444 De Frinitate, 11,6, 13 !E' a'ma, a )artir de 'a sensaci/n cor)/rea -raba 'as formas de 'os cuer)os en 'a memoria. @ todas estas visiones nacen de 'as rea'idades )resentes en 'a memoria!. 4441 De Jenesi ad 'itteram, 12, 11, 22 !<a ima-en de 'a cosa cor)ora', mediante e' sentido de' cuer)o, fue im)resa en e' es)5ritu !. 4447 De Frinitate, 11, 6, 13 !<o recuerdo como 'o v5!. 4445 De Frinitate, 11, 6, 13!1or&ue no )odemos recordar 'as re)resentaciones de 'os cuer)os, sino 'as &ue )ercibimos, cu,ntas )ercibimos, * c/mo 'as )ercibimos!. 4440 De Frinitate, 11,6, 14 !E' sentido recibe 'a im-en de' cuer)o &ue sentimos; )or e' sentido, 'o recibe 'a memori; * )or 'a memoria, 'a mirada de 'a inte'i-encia!. 4446 De Frinitate, 15, 10, 19 !Hnformado e' )ensamiento )or 'a rea'idad conocida, es )a'abra 'o &ue decimos en nuestro cora(/n! 444B De Jenesi ad 'itteram, 12, 11, 22!4i a&ue''o &ue vieron 'os o.os, * anunciaron a' es)5ritu, )ara &ue #ste a''5 )rodu.era una ima-en, es si-no de a'-una cosa, &ue e' es)5ritu anuncia a' inte'ecto )ara &ue #ste inmediatamente entienda 'o &ue si-nifica, o 'o &uiera investi-ar; )or- &ue no se entiende ni se investi-a sino )or e' oficio de 'a mente! 444G )e Jenesi ad litteram, @, 2, :A0 >Los ngeles, para percibir y alcan.ar la sabi dura, no utili.an el mismo medio que nosotros, de tal suerte que perciban y entiendan las cosas invisibles de )ios, por medio de las cosas que fueron creadas> 4442 De Frinitate, 11, 6, 15!Rina'mente, 'a vo'untad a)'ica e' sentido a' cuer)o, 'a memoria a' sentido, * 'a mirada de' )ensamento, a 'a memoria!. al 547-516 &)e ciuitate )ei7. Aientras que los textos fa$orables a la posicin contraria pertenecen a obras que se escribieron entre el 7GB-724 )e musica" # entre 5>4-540 )e Jenesi ad litteram. Hodo indica que tu$o so- brado tiempo para meditar suficientemente sobre las razones de ambas posiciones" # que se puede pensar que" durante mucho tiempo" lejos de considerarlas incompatibles" sostu$o las dos posiciones simult!neamente. ;" lo que es a*n m!s notable9 los textos m!s claramente opuestos est!n apenas separados por tres captulos de la misma obra. ,s" en )e Jenesi ad litteram, mientras en 41" 44" 11 se8ala que la imagen es impresa al espritu -imago rei spiritui impressa est' en 41" 46" 77 se8ala que es el mismo esp_ritu quien la engendra dentro de s -ipse spiritus in seipso facit. Pero" respecto a dos posiciones tan encontradas" slo caben dos posibilidades de interpretacin9 o que se le d a cada una de ellas un alcance absoluto simpliciter, o bien un alcance relati$o" esto es" secundum quid. Si se elige la primera" la colisin de interpretaciones es ine$itable? si" la segunda" entonces habra lugar para una conciliacin entrambas. ,hora bien" puesto que dos enunciados contrarios" no pueden ser ambos $erdaderos" si los dos son de alcance uni$ersal" pero" s pueden ser los dos $erdaderos" si ambos son de alcance particular? entonces" puede pensarse" que" de las dos interpretaciones" o bien" slo una es correcta" # la otra" no -lo que exigiria que al menos una de ellas tenga un alcance absoluto # no relati$o-? o bien" que ambas" pueden ser toma- das como $erdaderas slo en un cierto sentido # no absolutamente. n cu#o caso" la cuestin no se centrara en determinar cu!l de las dos interpretaciones responde al sentir del autor" sino" en qu sentido la una # la otra deben ser entendidas. :e hecho" entre los comentaristas de ,gustn la actitud predominante es la de entender que el Jipo- nense prioriza decididamente la parte acti$a de la facultad sensiti$a" opacando de alguna manera la parte pasi$a" lo cual parece dar la razn a la segunda lnea de interpretacin. Pero" la e$idencia de que ,gustn se mantu$iera tanto tiempo en una disposicin donde parece sostener ambas posiciones" hace pensar" seriamente en la posibilidad de que ha#a $isto la parte de $erdad que habra en cada lnea de interpretacin. Lo cual es posible lograr si" en $ez de entenderlos en el mismo ni$el de significa- cin" lo que lle$ar_a a una clara contradiccin interna del autor -cosa difcil de admitir-" se los entiende en di$ersos ni$eles" cada uno subra#ando aspectos di$ersos de la misma acti$idad. ;" esto es precisamente lo que se puede desprender de la misma definicin de sensacin brindada por el autor cuando la entiende como la per- cepcin del alma de lo que padece el cuerpo ->Eam sensu puto esse, non latere animam quod patitur corpus> ::@; . -oncepto que" un poco m!s adelante" corrige poniendo m!s en e$idencia la passio corporis9 >sensus sit passio corporis per se ipsam non latens animam> ::@: . n esta misma definicin se obser$an clara- mente dos polos de atraccin9 la que manifiesta la parte de acti$idad9 non latere animam' la que manifiesta la parte de pasi$idad9 passio corporis. , la luz de dicha definicin" se $e claro que" aunque la interpretacin correcta $a#a por el lado de la acti$idad del alma" esto no impide ad$ertir la parte pasi$a de la pasi$idad sensible. ; esto" obliga a examinar hasta qu punto estas dos interpretaciones son exigidas por dos lineas an- tropolgicas di$ersas" #" consecuentemente" por dos metafsicas sub#acentes igualmente di$ersas. Las lneas antropolgicas son las que entienden al hombre #a como una realidad esencialmente espiritual cu#a relacin con el cuerpo no lo afecta intrnsecamente" #a como una realidad" que" pese a ser expresada en un lenguaje dualista" pretende ser entendida como substancialmente una. ;" en el orden metafsico" ambas lineas de pensa- miento son subsidiarias de una interpretacin esenciamente uni$ocante de la realidad" o bien de una interpreta- cin analogante. -onformes a las cuales" surgira un concepto de acti$idad" que permitira asimilar la acti$idad cognosciti$a humana a la acti$idad cognosciti$a de un ser esencialmente espiritual? o bien" un concepto de acti$idad" donde quepan di$ersos modos de realizacin" #a como pura acti$idad" como sera el caso del ser espi- ritual? #a" inclu#endo una cierta pasi$idad" como sera el caso del ser que tambin conoce a tra$s de los sentidos. s claro" que la parte acti$a se justifica toda $ez que el alma" # no otra causa" puede producir una repre- sentacin de la cosa dentro de su propia esfera de inmanencia. Pues" si se entiende que la representacin sensible debe ser un contenido de naturaleza afn a la del alma" entonces" no puede entenderse como resultado de una mera accin fsica" sino de la propia acti$idad del alma. Por otra parte" cualesquiera que sean los datos proporcionados por los sentidos" si los hubiera" su mera presencia no garantiza que ha#a conocimiento" es preci- so que el sujeto conoscente conozca # simult!neamente conozca que conoce" esto es" tome conciencia de ello. ; 441> De &uantitate animQ, 23, 42. 4414 De &uantitate animQ, 25, 46!<a sensaci/n es 'a )asi/n de' cuer)o &ue )or s5 misma no esca)a a 'a atenci/n de' a'ma!. esto no es fruto de un mero contacto fsico con la realidad" sino" m!s bien" de la acti$idad del alma que conoce. Hodo lo cual $a a fa$or de la segunda lnea de interpretacin. (nterpretacin que se confirma" cuando en relacin con la *ltima definicin mencionada" el autor se8ala que ella no es del todo perfecta" en cuanto que dicha definicin no se puede aplicar a los animales9 >Nuanquam enim omnis passio corporis per se ipsam non latens animam sensus sit, non tamen omnis sensus istud est. Nuod sic intelligat licet' besti nempe sentiunt, ac pene omnes quinque illis sensibus uigent, quantum cuique natura tributum est> ::@@ . ; no se puede negar que los animales tambin conozcan. :e donde se sigue que la sensacin no se cumple de la misma manera en el hombre # en el animal sino analgicamente. ; la diferencia estriba" sin duda" en la participacin acti$a del alma espiritual" que slo acaece en la sensacin humana. Pero" al mismo tiempo este texto pone en e$idencia otra cosa9 que cualquiera sea el modo de la sen- sacin sta supone siempre una passio corpori. Por eso" al mismo tiempo" aun cuando se insista en el car!cter eminentemente acti$o de la facultad percepti$a" no puede negarse que ha# en ,gustn" un marcado inters en $incular a la acti$idad sensiti$a con la inmutacin corporal. K-u!l es la razn de tanta insistencia en un aspecto que puede poner en entredicho la impasi$idad del alma< La necesidad de explicar el contacto del cognoscente con la cosa real misma. Slo as se puede justificar el $alor ontolgico del conocimiento sensible. Lo que se manifiesta cuando ,gustn no hace referencia a una mera imagen a secas" !imago!, sino" a una imago rei ::@( , esto es" atendiendo a su referibilidad a la cosa real. ; sto lo hace de di$ersas maneras. ;a" porque no deja de insistir sobre una cierta pasi$idad originada por el est- mulo que la cosa sensible produce sobre los rganos sensibles en cuanto que adquiere las imagenes a partir de los sentidos imagenes rerum quas per eos $per sensus% hausit ::@I ? #a" porque no deja de $er a la cosa como el origen de la imagen sensu e+ ea re qu sentitur informatur 4410 ? #a" finalmente" por el car!cter esencialmente $icario de la misma" en cuanto signum rei ::@1 " o eorum similitudines ::@A . 3o se $e claro" entonces" que ha#a en ,gustn" la intencin de afirmar una total autosuficiencia de la facultad sensiti$a" como si sta fuera productora no slo de la imagen como medio de conocimiento" sino tam- bin de los mismo datos de la cosa real que est!n contenidos en ella. Dbsr$ese este doble matiz acti$o # recepti$o de la imagen en el siguiente pasaje del )e -rinitate, donde se puede explicar el car!cter $icario o intencional de la representacin sensible9 >Et quemadmodum cum per sensum corporis discimus corpora, fit eorum aliqua similitudo in animo nostro, qu phantasia memoria est0 non enim omnino ipsa corpora in animo sunt, cum ea cogitamus' sed eorum similitudines> ::@2 . :e donde se pone en e$idencia que la acti$idad del alma no est! ordenada a la produccin de un repre- sentacin pura" sino en cuanto medio" de conocimiento de otro. l cual es conocido" no en su pura facticidad fsica" lo que es imposible" sino por la $ia de la representacin intencional. AEeque enim corpus sentit, sed anima per corpus, quo uelut nuntio utitur ad formandum inseipsa quod e+trinsecus nuntiatur@ ::@4 . :ebe aceptarse entonces que el objeto del acto de conocimiento" en cuanto objeto de ese acto" debe ser inmanente a la potencia cogniti$a. :e otro modo la cosa real no podra hacerse intencionalmente presente como objeto de conocimiento. ; esto `ltimo pone en e$idencia que lo que se presenta como objeto de conocimiento no se agota en una pura presencia objeti$a en la inmanencia del acto cogniti$o" sino que" tiene" primo et per se, una entidad propia anterior al acto por el que es conocida9 >Nuandoquidem cum imprimitur rei cuiusque imago in memoria, prius necesse est, ut adsit res ipsa, unde illa imago possit imprimi ::(; . :e all" la necesidad de distinguir entre la entidad de la representacin como tal" # la de la cosa por ella representada. Por lo mismo" ,gustn no habla de imago a secas" sino de imago rei, en cuanto es alicuius rei 4411 :e quantitate animd" 10" 529 OPorque" aunque toda impresin del cuerpo conocida en s misma por el alma sea sensacin" sin embargo" no toda sensacin es esto mismo. Lo que entender!s de este modo" a saber9 las bestias sienten" # casi todas" en cuanto la naturaleza se lo consiente a cada una" gozan de los cinco sentidosO. 4417 De Jenesi ad 'itteram, 12, 11, 22. 4415 De &uantitate animQ, 33, 32. 4410 De Frinitate, 11, 2, 2. 4416 De Jenesi ad 'itteram, 12, 11, 22. 441B De Frinitate, 9, 11, 16. 441G :e Hrinitate" 2" 44" 469 O;" cuando" mediante los sentidos del cuerpo conocemos las cosas corpreas" se produce una semejanza de ellas en nuestra alma" que es imagen de la memoria? pero no est!n las cosas corpreas en el alma" cuando las conocemos" sino sus semejanzasO. 4412 :e Fenesi ad litteram" 41"15"049 APues" el cuerpo no siente" sino el alma mediante el cuerpo" al que" como mensajero" utiliza para forman en s misma lo que a ella se le anuncia de fuera@. 447> Confessiones, 10, 16, 25. signum est 4474 ? ni habla de la cosa" como reducida a una mera fenomenicidad" sino como cosas -que aunque gnoseolgicamente trascienden la esfera anmica sin embargo se manifiestan como cognoscibles por sta9 ista sensibilia qu manifeste foris sunt 4471 . ,s" en )e Jenesi ad litteram distingue entre imago corporis in spiritu e ipsum corpus in substantia sua ::(( . Precisin que da pie a la distincin realista entre cosa # ob9eto. ntendiendo por la primera" la realidad de lo conocido" # por el segundo" la cognoscibilidad de la cosa" o la cosa" en cuanto conocida. 3o es arbitrario suponer" entonces que la imagen sensible seg*n ,gustn se explique como un contenido inmanente a la propia esfera cogniti$a # producida por ella? pero que" al mismo tiempo" esa imagen no debe entenderse como una pura presencia objeti$a" absolutamente inmanente a la conciencia" sin fundamento alguno en la realidad" sino como una representacin sensible" que sin dejar de ser inmanente a la conciencia" cobra sentido por su car!cter $icario de la realidad. Lo que significa que la imagen es el medio inmanente por el que se muestra un objeto trascendente. >*nima tamen commi+ta corpori per instrumentum sentit corporeum, et idem instrumentum sensus uacatur> ::(I . , la luz de todas estas consideraciones puede surgir la respuesta al tema que nos ocupa" esto es" determinar" cu!l es el origen de la representacin sensible. ;a se ha $isto cmo la respuesta de ,gustn exige considerar slo en sentido relati$o las expresiones >Pmago rei $...% spiritui impressa est> ::(? ' e >Pmaginem non corpus in spiritu sed ipse spiritu in seipso facitO 4476 . Hextos que pueden ser conciliados si se entiende que la acti$idad producti$a genera una imagen cu#a funcin es la de traer intencionalmente al seno de la facultad cogniti$a la formalidad del ente sensible. ; esto mismo es lo que se8ala el propio ,gustn cuand dice9 >*nimo per corpus $sentit% quo uelut nuntio utitur ad formandum in seipsa quod e+trinsecus nuntiantur> ::(A . La segunda cuestin9 si la acti$idad sensible determina formalmente o no el contenido de la repre- sentacinsensible ; aqu es donde aparece la segunda cues tin $inculada con el alcance de esa acti$idad. Por cierto" no faltan los intrpretes que" aun cuando admitan el hecho de la inmutatio corporis" no dejan de se8alar que sta apenas cumple una funcin de car!cter puramente fsico" que no incide ma#ormente sobre la acti$idad sensiti$a propiamente dicha. ; en esta lnea de interpretacin se adjudica al sujeto no slo lo que le corresponde a ste en cuanto sujeto" esto es" el poseer la facultad sensiti$a # la atencin" sino tambin el ser determinante del mismo contenido objeti$o de esa acti$idad sensiti$a" en cuanto lo conforma desde la subjeti$idad9 >El conocimiento empie.a como confusin. Llegar a conocer es un proceso activo de imponer la estructura sobre la confu! sin> ::(2 . (nterpretacin que mu# poco se compadece con el reconocimiento expreso de ,gustn de que las cosas #a poseen en s mismas una cierta conformacin intrnseca de car!cter ontolgico" que designa bajo los nombres de modus, species # ordo ::(4 , o numerus, pondus, # mensura 445> . )@u es lo que hace suponer" entonces que quien entiende a las cosas como poseedoras -por la $a de la participacion- de ciertas cualidades ontolgi- cas de car!cter inteligible" se las niegue en el orden sensible< n este sentido" aunque ,gustn pondera la posibilidad de un acto creador comenzando por una informis materia, no por ello deja de sostener que esta materia es simult!nea a la forma cuando :ios crea las cosas. >Formatam quippe creauit materiam> ::I: . ; esa formalidad intrnseca a las cosas" obra de :ios" es presentada por ,gustn con los rasgos de la formalidad externa o sensible9 >Nua enim ui diuina, et, ut dicam, effectiva, qu fieri nescit, sed facere, accepit speciem, cum mundus fieret, rotunditas cli et rotunditas solis' eadem ui diuina et effectiua, qu fieri nescit, 4474 De Jenesi ad 'itteram, 12, 11, 22. 4471 De Frinitate, 10, 6, 11. 4477 De Jenesi ad 'itteram, 12, 16, 33. 4475 De Frinitate, 11, 2, 2!E' a'ma, unida a' cuer)o, )ercibe 'a sensaci/n )or intermedio de un /r-ano cor)/reo, * este /r-ano se denomina sentido!. 4470 De Jenesi ad 'itteram, 12, 11, 22. 4476 De Jenesi ad 'itteram, 12, 16, 33. 447B De Jenesi ad 'iteram, 12, 24, 51. 447G GFG*3, GBF3E( La percepcin seg8n ,an *gustn, en Bevista *MJM,-PEM,, OOPO, n. jun" 42G5" Aadrid. 447-445" p. 1B~-71~. 4472 De Frinitate, 11, 11, 16. 445> De natura boni, 3. 4454 De Jenesi ad 'itteram, 1, 15, 29!Cre/, )ues, ciertamente formada 'a materia!. sed facere,accepit speciem rotunditas oculi et rotunditas pomi, et cter figur naturales quas uidemus in rebus> ::I@ . ; es en ese sentido -en el que se supone que la potencia sensiti$a aprehende # no constru#e la for- malidad sensible de la cosa- que se puede comprender aquel pasaje donde se afirma que la cosa exterior engendra la forma que percibe el sentido9 >Pdeoque non possumus quidem dicere quod sensum gignat res uisibi! lis0 gignit tamen formam uelut similitudinem suam, qu fit in sensum, cum aliquid uidendo sentimus> 4457 ? O#rsentia uidentur in suis formis> ::II . 'ase con qu claridad ,gustn distingue en este otro pasaje el doble aspecto de la acti$idad # pasi$idad de la sensacin. La acti$idad se funda en el sujeto que conoce" donde el alma pone los medios por los cuales se abre a la realidad de la cosa" estos medios son la facultad que es inmutada por la forma de la cosa # la atencin" que la mira # contempla? la pasi$idad se hace manifiesta por cuanto la sensacin implica la informacin del sentido por causa de la forma de la realidad sensible. :e donde la acti$idad percepti$a se explicara mejor como el conocimiento de un orden hallado antes que construido por la acti$idad del alma9 >Nuocirca e+ uisibile et uidente gignitur uisio, ita sane ut e+ uidente sit sensus oculorum, et aspicientis atque intuentis intentio0 illa tamen informatio sensus, qu uisio dicitur, a solo imprimatur corpore quod uidetur, id est, a re aliqua uisibi! li> 4450 . KJabra alguna otra razn" adem!s de las #a expuestas que permitan dar prioridad a una interpretacin sobre la otra< La eleccin de una interpretacin sobre otra descansa en la necesidad de $incular la doctrina del conocimiento sensible en la doctrina del conocimiento en general" la que es subsidiaria de una determinada interpretacin antropolgica # metafsica cu#o *ltimo fundamento es de car!cter teolgico. l conocimiento sensible se hace necesario porque el hombre como totalidad integral no es simplemente un alma" sino una unidad substancial de cuerpo # alma" #" por tanto" no puede conocer como si tu$iera una naturaleza puramente espiritual" sino a tra$s de los sentidos. >*nima per corpus $sentit%> ::I1 . @uiz! se objete" que esto no es tan claro en lo que concierne al conocimiento de las cosas espirituales" como es el caso del conocimiento de s # de :ios. Pero" a esto se puede responder que" el modo de conocer las realidades superiores" es por analoga con las inferiores" # entre stas ocupan un buen lugar las cosas sensibles. ;" tanto en lo que concierne a la naturaleza del hombre" como a su particular modo de conocer" tiene clara influencia el dato de la re$elacin. .especto de la unidad del hombre" se apo#a en el pasaje de las Escritu! ras ::IA que dice >Faciamus hominem> # no >faciamus animam>. Lo que se hace m!s e$idente cuando se $e que ha# una especial consideracin del cuerpo" hasta el punto de se8alarlo en sus rasgos sexuales9 >Bedeat ergo ad ,cripturam' inueniet se+to die hominem factum ad imaginem )ei, factos autem masculum et feminam> 445G . .especto al modo de conocer" basta con recordar el clebre pasaje de Bomanos :,@A -del que ,gustn echa mano permanentemente- seg*n el cual :ios puede ser conocido a tra$s de sus criaturas para admitir el $alor gnoseolgico de los sentidos9 >Pnuisibilia enim ipsius a creatura mundi per ea, qu facta sunt, intellecta conscipiuntur> ::I4 . ; su *ltimo fundamento es de orden teolgico" porque el primer principio del ser # del conocer no es otro que :ios" un :ios que se re$ela como el mismo ser ->Ego sum qui sum> 440> - creador del Eni$erso" # principio uni$ersal de inteligibilidad -lu+ uera, qu illuminat omnem hominem ::?: . 4451 De ciuitate Dei, 12,25 !Ga sido este )oder divino *, )or as5 decir, efieca(, &ue s/'o sabe $acer * no )uede ser $e c$o, &uien $a conferido 'a forma a 'a redonde( de' cie'o * de' so' en 'a creaci/n de' mundo; ese mismo )oder, divino * efica(, &ue s/'o sabe $acer * no )uede ser $ec$o, &uien $a conferido 'a forma a 'a redonde( de' o.o, * de 'a man(ana * de' resto de 'as formas natura'es 'o )odemos observar en 'os diversos seres 9...:!. 4457 De Frinitate, 11, 2, 3!@ )or eso no )odemos decir &ue e' sentido es en-endrado )or 'a cosa visib'e. 4in embar-o, en-endra 'a forma como su seme.an(a &ue actTa en e' sentido cuando )ercibe a'-o con 'a vista!. 4455 De Jenesi ad 'itteram, 12, 6, 15. 4450 De Frinitate, 11, 2, 3 !En consecuencia, 'a visi/n se es en-endrada )or 'a cosa visib'e * )or e' &ue ve. De ta' suerte as5 como ra(onab'emente se entiende &ue e' sentido de 'a visi/n e' mirar * 'a contem)'aci/n de' su.eto &ue ve; sin embar-o, a&ue''a informaci/n de' sentido, &ue se dice Ovisi/nO es im)rimida s/'o )or e' cuer)o &ue es visto, esto es, )or 'a cosa visib'e!. 4456 De -enesi ad 'itteram, 12, 24, 51. 445B Jn 1,26. 445G De Jenesi ad 'ittera, Di, 6, 10!Due'va, )ues, a tomar en sus manos 'a santa Escritura * encontrar, &ue e' $ombre fue $ec$o en e' se;to d5a a ima-en de dios, creados var/n * mu.er!. 4452 .om 4" 1>9 OLas cosas in$isibles de :ios" desde la creacin del mundo" se deja $er a la inteligencia a tra$s de sus criaturasO. 440> E; 3, 14. 4404 Ho 1,9. n relacin con el fundamento del conocimiento de la $erdad" no ha# duda alguna que ,gustn adscribe a lo que posteriormente se habr! de conocer bajo la forma de realismo. ,l respecto interesa saber que el orden de las ideas uni$ersales tiene una cierta existencia pre$ia a la cosa en la mente di$ina. ; que el conocimiento que :ios tiene de las cosas no se funda en el ser de las cosas" sino que stas son porque :ios las conoce9 AEon enim hc qu creata sunt, ideo sciuntur a )eo, quia facta sunt0 ac non potius ideo facta sunt uel mutabilia, quia immutabiliter ab eo sciuntur@ ::?@ . Lo que permite entender" que" en el caso del hombre" no es su conocimiento el que funda el ser de las cosas" sino a la in$ersa" pues" si las cosas son porque :ios las conoce" el hombre las conoce porque stas son. AEos itaque ista qu fecisti uidemus, quia sunt, tu autem quia uides ea, sunt@ ::?( . :e donde puede se8alarse que :ios se constitu#e en regla # medida de todas las cosas" # las cosas" lo son para el conocimiento del hombre. -onclusiones 4. La inmutacin no puede ser entendida en trminos de un mero contacto fsico entre el cuerpo del sujeto cognoscente # el cuerpo del objeto conocido. s m!s bien" el primer modo de contacto natural entre un hombre # la cosa sensible. 1. se contacto fsico" no se agota en s mismo" sino que debe entenderse fundamentalmente como un medio natural por el cual un sujeto que conoce a tra$s de los sentidos externos puede acceder a una realidad tambin corprea para lograr un cierto conocimiento de ella. 7. :e donde" en la inmmutatio corporis" cabra distinguir dos aspectos f!cilmente discernibles9 uno puramente fsico" que responde a la necesidad de que el contacto entre dos rdenes corpreos se produzca en ese ni$el? #" otro de car!cter eminentemente intencional" por el que esa relacin corporal" sea al mismo tiempo el medio de transmisin de otros contenidos" de car!cter objeti$o" relati$os a la cosa misma. 5. Lejos de entender a ese orden objeti$ado como enteramente constitudo por la misma potencia cogniti$a" todo hace suponer" en el caso de ,gustn" que ese orden es m!s bien descubierto que puesto por ella. Porque" seg*n el autor" la cosa misma" #a posee un cierto orden ontolgico intrnseco a su propia realidad. Drden que es expresado por ,gustn bajo los trminos de modus, species, ordo. 3o ha# razn para pensar que los atributos sensibles no puedan ser igualmente descubiertos antes que puestos por la facultad sensiti$a. 0. ,gustn no tiene dificultad en admitir que tal orden inmanente a la cosa se transmita por una $a material" por cuanto ella puede ser tambin portadora de una carga informati$a" como sera el caso de la palabra humana" por su $alor de signo significante. sa informacin" aunque no se identifica con la materia" se encuentra misteriosa- mente inscripta en ella" # slo se hara patente al entendimiento por una suerte de decodificacin que se ejerce sobre los signos" al modo en que el sonido de la palabra" adquiere significado para la mente de quien lo escu- cha. . . 6. Hal decodificacin slo tiene sentido objeti$o si se entiende que el contacto fsico supone una transmisin de un cierto orden inmanente a la cosa misma a la potencia cogniti$a. ; en funcin de la cual" un cierto orden material -cual lo podra ser una determinada onda sonora" o alg*n otro medio de transmisin sensible-" se trans- formara" mediante la acti$idad del alma" en un cierto cdigo" que tiene $alor de noticia de la cosa. B. :e modo que" lejos de explicar el conocimiento en funcin de una potencialidad puramente acti$a" todo hace pensar que la passio corporis -en cuanto que es el medio de transmisin de los datos del orden real al seno de la subjeti$idad- es tambin el signo de una pasividad posterior que se cumple cuando el alma ejerce su acti$idad propia asumiendo los datos de la cosa" # los asume como conocidos. Lo que no podra ocurrir si de alguna manera no los hubiera recibido # aceptado. ; esta recepti$idad es tambiNn una forma de pasi$idad" aunque de distinto orden a la pasi$idad corprea. :e donde" la passio corporis" lejos de ser un elemento puramente inci- dental en el orden del conocimiento sensible" juegue" en rigor" un papel fundamental" cual sea el de establecer el nexo entre la potencia cogniti$a # el orden real" #" as" consecuentemente" sal$aguardar el $alor objeti$o del conocimiento sensible. G. En punto delicado de la cuestin es explicar de qu modo el animal" que no puede realizar una operacin en funcin de un alma espiritual" sin embargo tambin conoce. )3o es eso un indicio de que la acti$idad sensiti$a no implica necesariamente una acti$idad de naturaleza espiritual< )D acaso esta presencia espiritual ejercera su propio orden imprimiendo desde fuera en el seno mismo de la materia su propia le# como un modo particular por el que la causa primera obra sobre las causas segundas< 4401 :e Hrinitate" 6" 4>" 449 A3o conoce :ios las cosas criadas porque fueron hechas" sino que fueron hechas mudables porque :ios tiene de ellas un conocimiento inconmutable@. 4407 -onfessiones" 47" 7G" 079 A3osotros pues" $emos estas cosas que has hecho" porque son? mas H* porque las $es" son@. 2. K(mplica la admisin de una transmisin material la caducidad del principio seg*n el cual lo superior slo se funda en lo superior< 3o necesariamente. ,s" como en el orden material distinguimos entre la causa principal # una instrumental" se podra decir que en orden de la informacin sensible slo ha# una dependencia accidental o extrnseca del alma espiritual respecto de lo corpreo # no esencial. l contacto fsico sir$e para transmitir al cuerpo ciertos datos externos" que slo seran recibidos por el alma" no como inmutaciones corpreas" sino como datos incorpreos -lo que necesariamente supondra una cierta abstraccin- de lo corpreo para los cuales el alma est! naturalmente preparada para recibir. )Por qu no pensar" entonces" que sea el alma misma quien" en conocimiento de lo que recibe el cuerpo" simult!neamente ejerza sobre esos datos una lectura de los mismos" que al mismo tiempo que implique una adaptacin del orden fsico al inmaterial" posibilite tambin una re- cepcin inmaterial de los datos de las cosas corpreas< 7. l sentido interno9 memoria!uisio interior!uolitio ,scendiendo un paso m!s en la escala del conocimiento humano se perfila un segundo ni$el del cono- cimiento sensible. l cual est! sustentado en una trada de elementos puramente inmanentes al alma9 la memoria, la visin interior # la voluntad unitiva, cu#o objeto #a no est! constituido estrictamente por el objeto real sensible" sino por una representacin del mismo. A*tque fiat illa trinitas e+ memoria, et interna uisione, et qu utrumque copulat uoluntate@ ::?I l sentido interior no se debe confundir con los otros sentidos externos" que por sus caractersticas recuerda a la estimati$a-cogitati$a del stagirita9" >*liud est quo uidet bestia, aliud quo ea qu uidendo sentit, uel appetit uel uitat0 ille enim sensus inoculis est, ille autem intus in ipsa anima' qu $...% uel appetunt animalia delectata et assumunt, uel offensa deuitant et respuunt ::?? . -omo la estimati$a de ,ristteles tiene por funcin la de buscar lo que es buen para la $ida # e$itar lo malo9 OEon enim bestia moueret se uel appetendo aliquod uel fugiendo, nisi se sentire sentiret $...% non ad sciendum sed tantum ad mouendum> ::?1 . Lo que significa que es el sensu interior" el que recibe los datos de las cosas a tra$s de los sentidos externos9 A*tque inde ad eius interiorem uim, cui sensus corporis e+teriora nuntiaret@ ::?A . Luego" aunque pertenece a la esfera de los sentidos" no se inclu#e entre los sentidos externos? #" aunque toda$a no es racional" s permite la elaboracin de un juicio estimati$o sobre las cosas. :e all que se lo pueda considerar como una suerte de puente entre el conocimientode los sentidos externos" # el propiamente racional9 ANuidquid igitur est alud quo sentiri potest omnequod scimus, ministerium rationis est, cui offert et renuntniat quidqud attingit, ut ea qu sentiuntur discernis suis finibus possint, et non sentiendo tantum,sed etiamsciendo comprehendi@ ::?2 . Por consecuencia" aunque ontolgicamente inferior a la razn" no lo es enrelacin a los sentidos externos" #a que se constitu#e enel juez # mderador de stos9 ANuia moderatorem et iudicem quemdam hius illum esse cognos co@ ::?4 . Por la memoria el alma sensiti$a es estimulada a reaccionar para reno$ar una acti$idad que #a haba efectuado anteriormente. >Bebus inter quas corpus agit consuetudine sese innectit, et ab eis quasi membris gre separatur. Nu consuetudinis vis $...% memoria uocatur> ::1; . La uisio interna !visin interior! se distingue de la $isin exterior en que #a nose realiza por medio de un sentido externo ordenado a un objeto corpreo" sino que se realiza de un modo no corpreo o espiritual sobre algo que tampoco es corpreo" sino im!gen de lo corpreo" razn por la cual se la llama espiritual9 A,ecundum spirituale'quidquid enim corpus non est et tamen aliquid est, iam recte spiritus dicitur' et utique non est corpus,quamuis corporis similis sit, imago absentis corporis, nec ille ipse obtutus quo cernitus@ ::1: . 4405 :e Hrinitate" 44"7" 69A; as surge la trinidad integrada por la memoria" la $isin interior # la $oluntad" que une las dos@. 4400 De 'ibero arbitrio 2, 5, 10!Es distinto a&ue''o )or 'o &ue 'a bestia ve, de estas 'cosas ')or 'as '&ue viendo siente, o o a)tece o evita en efecto, a&ue' sentido est, en e' o.o, )ero #ste est, en 'a misma a'ma; )or 'a cua' o 'os aniama'es a)etecen * asumen 'as cosas de'eitadas, o bien evitan 'as ofensas * res)uunt! bCorre-irc. 4406 De 'ibero arbitrio 2, 4, 10!4i no sintiera &ue siente, e' anima' no se mover5a, ni )ara a)oderarse de a'-o, ni )ara $uir de nada; no )ara saber cient5ficamente 9...:, sino s/'o )ara moverse!. 440B -onfessiones" B"4B"179 A; de aqu al sentido ntimo" al que comunican o enuncianlos sentidos del cuerpo las cosas exteriores@. 440G :e libero arbitrio" 1" 7"29 ASea lo que fuere" aquella otra facultad por la que se puede percibir todo cuanto sabemos est! al ser$icio de la razn" a la cual presenta # da cuenta de todo lo que aprende" a fin de que los objetos percibidos puedan ser diferenciados entre s por sus propios lmites" # esto no sSlo por los sentidos" sino tambin comprendindolos cientficamente@. 4402 :e libero arbitrio" 1"0" 419APorque entiendo que el sentido interior es como el moderador # juez del sentido externo@. 446> De &uantitate animQ, 14, 23 bConfirmar 'u-arc!Bebus inter &uas corous a-it consuetudine sese innectit, et ab eis, &uasi membris Q-re se)aratur. "uQ consuetudinis uis 9...: se ''ama memoria!. 4464 :e Fenesi ad litteram 41"B" 469A, la segunda $isin se la llama >espiritual=" pues todo lo que no es cuerpo # sin embargo es algo" se llama rectamente espritu. -iertamente no es cuerpo" aunque sea semejante al cuerpo" la imagen del cuerpo ausente # la mirada con que se $e la imagen@. s e$idente que ,gustn tiene dificultades para precisar la ndole de esta $isin interior" pues no slo debe distinguirla de la $isin que le precede" la corporal o externa" sino tambin de la que le sigue en la escala jer!rquica. Por ello" para distinguirla de la primera" que se refiere al orden corporal" llamar! a la $isin interior" $isin espiritual, # para no confundirla con la ulterior" designar! a esta bajo el nombre de $isin intellectualis. Msta se ordena a la contemplacin del orden estrictamente inteligible" # se realliza por el entendimiento racional9 APntellectualem autem illum e+cellentius, quod mentis es proprium@ ::1@ . s sumamente curioso que ,gustn designe bajo el significati$o nombre de spiritualis" porque en este caso" pese al enorme peso sem!ntico que carga esta palabra" que la identificara con la parte m!s ele$ada del alma" la mens, sin embargo" slo se $incula a ella medianamente. Pues" la uisio interior siue spiritualis, aunque est! por encima de la uisio e+terior" sigue estando por debajo de la uisio intellectualis. n realidad est! como cabalgando entre una # otra. Porque" en cuanto se ordena al conocimiento de lo singular toda$a tiene afinidad con el conocimiento sensible? pero" en cuanto que las representaciones de la uisio interior suponen un cierto grado de abstraccin mu# superior al que supone la representacin acanzada en la percepcin sensible. ; por tanto supone un cierto grado de espiritualidad. Pero" como a su $ez" este nue$o ni$el de representati$idad" toda$a sigue referido al orden indi$idual" # por tanto" carece de las notas de uni$ersalidad # necesidad propias del orden esencial o estrictamente inteligible" ,gustn se reh*sa a dar a este ni$el de conocimiento" m!s afn al orden sensible" el nombre de uisio intellectualis. mpero" las diferencias de la interna uisionis con respecto a la uisio e+terna son claras. Aientras en el conocimiento de la percepcin sensible el objeto sensible" la res uisa, es algo externo al sujeto conoscente" en cuanto se identifica con la realidad extramental? en la interna uisionis" ni el sentido debe ser informado para que se realice la $isin" ni la $oluntad debe aplicar el sentido a la cosa real. ,hora es la memoria la que proporciona el objeto imaginado al alma? la interna uisionis" # no el sentido es la que se ordena a la contemplacin de la imagen recordada" # la $oluntad" es la que $incula la mirada del alma sobre el recuerdo proporcionado por la memoria. :e all la $inculabilidad de la interna uisionis con el interior homo # el sentido de su designacin bajo el nombre de uisio spiritualis9 A#roque illa uisione qu foris erat cum sensus e+ corpore sensibile formaretur, succedit intus similis uisio, cum e+ eo quod memoria tenet, formatur acies animi, et absentia corpora cogitantur0 uoluntasque ipsa quomodo foris corpori obiecto formandum sensum admouebat, formarumque iungebat, sic aciem recordantis animi conuertit ad memoriam, ut e+ eo quod illa retinuit, ista formetur, et sit in cogitatione similis uisio@ ::1( . :e esta manera" la utilizacin del nombre spiritualis para designar un conocimiento que en rigor no es de orden intelectual" # por tanto" no se puede adjudicar a la mens" podra tener la intencin de poner en e$idencia la superioridad del conocimiento proporcionado por la interna uisionis" con respecto al conocimiento sensible. ; por otra parte" por qu no pensar" que en $irtud de la naturaleza espiritual del alma" sea la parte superior" la que de alg*nmodo se haga copartcipe de las funciones de las potencias inferiores. Las diferencias con el conocimiento proporcionado por los sentidos externos es clara. Aientras en el conocimiento sensible el objeto sensible era externo a la substancia del cognoscente" ni el sentido debe ser informado para que se realice la $isin" ni la $oluntad aplica el sentido al objeto. ,hora" es la memoria la que proporciona el objeto imaginado al alma? la $isin interior" la que contempla la imagen recordada # la $oluntad la que une la mirada del alma sobre el recuerdo de la memoria" para tener una $isin semejante9 >#roque illa uisione qu foris erat cum sensus e+ corpore sensibili formaretur, succedit intus similis uisio, cum e+ eo quod memoria tenet, formatur acies animi, et absentia corpora cogitantur0 uoluntasque ipsa quomodo foris corpori obiecto formandum sensum admouebat, formarumque iungebat, sic aciem recordantis animi conuertit ad memoriam, ut e+ eo quod illa retinuit, ista formetur, et sit in cogitatione similis uisio> 4465 . ;" de modo semejante a" como en el !mbito de los sentidos externos" era necesario una esfuerzo racional para disitnguir entre la imagen que informa el sentido del cuero # la que adquiere el sentido por ella informado" as" la distincin entre la imagen archi$ada en la memoria" # la nue$a imagen que se forma en el que recuerda" 4461 :e Fenesi ad litteram" 41"4>"149ALa $isin intelectual es la m!s excelente # la propria de la mente@. 4467 :e Hrinitate 44" 7"69A, la $isin que afuera exista al ser informado el sentido por la cosa sensible" sucede enel hombre interior una $isin semejante cuando la mirada del alma" al conjuro del recuerdo que la memoria aprisiona" piensa en los cuerpos ausentes? # as como la $oluntad en el mundo exterior aplicaba el sentido para ser informado por la cosa corprea" #" una $ez informado" lo una" as" aqu hace $ol$er sobre la memoria la mirada del alma que recuerda" para que" del recuerdo que aqulla retiene" sta se forme # surja en el pensamiento una $isin semejante@. 4465 De Frinitate, 11, 3, 6!? 'a visi/n &ue fuera e;ist5a a' serinformado e'sentido )or e' ob.eto sensib'e, sucede en e' $ombre interior una visi/nseme.ante cuando 'a mirada de' a'ma, a' con.uro de' recuerdo &ue 'a memoria a)risiona, )iensa en 'os cuer)os ausentes; * as5, como 'a vo'untad ene' mundo e;terior a)'icaba e' sentido )ara ser informado )or e' ob.eto cor)/reo, *, una ve( informado 'o un5a, as5 a&u5 $ace vo'ver sobre 'a memoria 'a mirada de' a'ma &ue recuerda, )ara &ue, de' recuerdo &ue a&u#'a retiene,#sta se forme * sur.a en e' )ensamiento una visi/n seme.ante!. slo se puede establecer por la $a de la razn9 >,icut autem ratione discernebatur species uisibiles qua sensus corporis formabatur, et eius similitudo qu fiebat in sensu formato ut esset uisio 6alioquin ita erant coniunct, ut omnino una eaemque putaretur70 sic illa phantasia, cum animus cogitat speciem uisi corporis, cum constet e+ corporis similitudine quam memoria tenet, et e+ ea qu inde formatur in acie recordantis animi' tamen sic una et singulare aparet, ut duo qudam esse non inueniantur nisi iudicante ratione, qu intelligimus aliud esse illud quod in memoria manet, etiam cum aliunde cogitamus, et alud fieri cum recordamur, id est, ad memoriam redimus, et illic inuenimus eamdem speciem> ::1? . :e este modo" los sentidos internos" aunque se brindan a un objeto que toda$a no goza de los caracteres de uni$ersalidad # necesidad propios del saber intelectual" sin embargo"supone una cierta participacin de las facultades intelectuales" por cuanto les toca a ellas discernir sobre los contenidos presentados por los sentidos interiores. b. l conocimiento intelectual 0 memoria!intelligentia!uoluntas -on la inter$encin de la razn sobre los datos indi$iduales proporcionados por los sentidos se transita del conocimiento puramente sensorial al intelectual. Pero" seg*n la mente se oriente a la comprensin de las cosas corpreas # mudables" o bien" al de las incorpreas # eternas" se dar! lugar" #a al conocimiento de ciencia" #a" al de sabidura 4466 . ;" puesto que" esto puede ser mirado" tanto a la luz del propio contenido objeti$o de la ciencia" como" en razn de la facultad que la realiza" se atender!" siguiendo el camino que $a de afuera hacia dentro" primero a los aspectos objeti$os" # luego a los subjeti$os. ,ntes de iniciar cualquier an!lisis" con$iene recordar que entre el conocimiento sensible # el intelectual ,gustn concibe una ciertta semejanza. en los dos ha# tres elementos presentes9 el objeto conocido" la facultad cognosciti$a # la representacin misma de la cosa en la conciencia. n ambos casos el elemento determinante es el objeto que" de alguna manera permite a la facultad cognosciti$a engendrar en s la representacin de la cosa. Pero mientras en el orden del conocimiento sensible caba distinguir entre lo sensible" el rgano # la representacin de lo sensible" en el orden del conocimiento intelectual lo conocido es un orden inteligible" la que conoce es la facultad intelecti$a # lo que se engendra en el entendimiento bajo la presencia del objeto es el concepto o $erbo mental9 >Formata quippe cogitatio ab ea re quam scimus, verbum est quod in corde dicimus0 quod nec grcum est, nec latinum, nec lingu alicuius alterius> ::1A . 5. l conocimiento intelectual en cuanto tal Lo primero que interesa se8alar es que ,gustn lejos de cuestionarse la posibilidad del conocimiento intelectual" lo da por hecho #a que es e$idente que ha# algo cognoscible" que se puede conocer9 >#rimo itaque manifestum sit, posse fieri ut sit aliquid scibile, id est, quod sciri possit, et tamen nesciatur0 illud autem fieri non posse, ut sciatur quod scibili non fuerit> ::12 . n la tarea de analizar sus elementos" r!pidamente se pueden distinguir stos tres9 el sujeto cognoscente" la realidad conoscible" # el hecho del conocimiento de la realidad cognoscible" # el hecho del conocimiento de la realidad por el sujeto cognoscente. ; ese hecho se explica en $irtud de una cierta concertabilidad trascendental de las facultades cognosciti$as # las realidades inteligibles. A!s precisamente" entre la inteligencia # la realidad de di$ina # las $erdades supremas9 APntelligibilis nempe )eus est, intelligibilia etiam illa disciplinarum spectamina@ ::14 . @ueda por delante determinar la naturaleza del acto intelecti$o. Lo cual remite" una $ez m!s a la necesidad de precisar en qu sentido se debe hablar de acti$idad intelecti$a. l conocimiento intelectual como acti$idad -omo ocurriera precedentemente" en el orden del conocimiento sensiti$o" tambin el conocimiento intelectual debe entenderse en trminos de una cierta acti$idad espont!nea del entendimiento -vx]ujZ_! 4460 De Frinitate, 11, 3, 6!@ as5, como 'a ra(/n distin-u5a entre 'a ima-en visib'e &ue informaba e' sentido de'cuer)o * 'a seme.an(a &ue $a 'u-ar en e' sentido informado )ara &ue e;ista visi/n btan unidas se encuentran &ue se 'as )od5a tomar )or una so'a ima-enc, * 'o mismo sucede en 'a visi/n ima-inaria cuando e' a'ma )iensa en 'a ima-en de un cuer)o *a visto; consta, )ues, de 'a seme.an(a de' cuer)o en 'a memoria arc$ivado * de 'a ima-en &ue nace en e' a'ma de' &ue recuerda. Fan Tnica * sin-u'ar a)arece, &ue sus dos e'ementos s>'o 'a ra(/n 'os distin-ue, $aci#ndonoscom)render &ue una cosa es e' recuerdo con )ermanencia en 'a memoria, aun cuando se )iense en cosa diversa, otra, 'a ima-en &ue evoca e' recuerdo a' re-resar a nuestra memoria * encontrarnos a''5 con 'a misma ima-en!- 4466 n relacin con sus diferencias $ase9 )e beata vita, I,@A' ,oliloquia, :,I4. 446B De Frinitate, 15, 10, 19!Hnformado e' )ensamiento )or 'a rea'idad conocida, es )a'abra 'o &ue decimos en nuestro cora(/n, )a'abra &ue no es -rie-a, ni 'atina, ni )ertenece a idioma a'-uno!. 446G De Frinitate, 9, 12, 16!Es en )rinci)io manifiesto &ue )uede darse a'-o co-noscib'e, es decir, &ue se )uede conocer, *, sin embar-o, se i-nora; )ero no se )uede, en modo a'-uno conocer 'o inco-noscib'e!. 4462 Soliloquia" 4"G"409A(nteligible es :ios # al mismo orden inteligible pertenecen aquellas $erdades o teoremas de las artes@. actividad productiva! o de vXv_dZ[! potencia productiva, # uis !fuer.a activa. Hal modo de entender a la facultad intelecti$a por parte del Jiponense #a se pone en e$dencia cuando designa a todas las facultades del alma en trminos de uis, u.gr., uis sentiendi # uis ratiocinandi. Por ello no extra8a que se entienda tambin a la razn en trminos de fuerza acti$a -uis! ::A; . La con$eniencia de tal nombre se sigue de la acti$idad que supone la facultad racional. :icha acti$idad consiste en un cierto mo$imiento interior -motu interiore et occulto!" que le permite unir o separar lo que le es dado a tra$s de las disciplinas del conocimiento9 AEgo quodam meo motu interiore et occulto, et qu discenda sunt possum discernere et connectere, et hc uis mea ratio uocatur@ ::A: . K:nde se manifiesta esta acti$idad racional< n el inconmensurable !mbito de la acti$idad cultural del hombre. AFim ratiocinandi et e+cogitandi, fluius eloquenti, caminum uarietatis, ludendi et iocandi causa milleformes simulationes, modulandi peritiam, dimetiendi subtilitatem, numerandi disciplinam, prteritorum ac futurorum e+ prsentibus coniecturam@ ::A@ . Pero" como ocurriera precedentemente con el caso del conocimienot sensible" podra ocurrir que ha#a tambin en este orden la posibilidad de una doble interpretacin9 #a porque se entienda al conocimiento intelectual como fruto de una acti$idad puramente espont!nea del entendimiento" lo que implicara que tambin se atribu#a a su labor la produccin de su objeto de conocimiento? #a porque su acti$idad posibilite de modo particular el medio de conocimiento" pero no suponga la produccin de lo que es objeto de conocimiento. Si la primera interpretacin es difcil en el terreno del conocimiento sensible" no lo es menos en el caso del conocimiento intelectual. Porque si cabe la posibilidad de entender al hecho del conocimiento en trminos de una posesin intencional de la inteligibilidad del orden real por $a de la gestacin den el seno de la inteligencia de la representacin correspondiente" entonces cabe tambin distinguir en el seno del acto cogniti$o cada uno de los polos que lo hacen posible9 el sujeto que lo ejerce # la cosa conocida. APpsa autem uisio intellectus est ille qui in anima est, qui conficitur e+ intelligente et eo quod intelligitur0 ut in oculis uidere quod dicitur, e+ ipso sensu constat atque sensibili, quorum detracto quolibet, uideri nihil potest@ ::A( . Por parte del sujeto" a l le compete el elaborar en s misma la representacin inmaterial de la cosa sensible9 A3ertum est esse spiritualem quandam naturam in nobis ubi corporalium rerum formantur similitudines@ ::AI . ;" si no cabe duda alguna que a parte homini" la facultad intelecti$a se constitu#e en el fundamento subjeti$o del conocimiento intelectual" tampoco la debe haber respecto a que" a parte rei, la cosa real se constitu#e en su fundamento ontolgico objeti$o. :e lo que surge la posibilidad de entender al hecho del cono- cimiento intelectual en trminos de una posesi^n intencional de la inteligibilidad del orden real por $a de la gestacin en el seno de la inteligencia de la representacin correspondiente9 >Liquido tendendum est quod om! nis res quamcumque cognoscimus, congenerat in nobis notitiam sui. *b utroque enim notitia paritur a cognos! cente et cognito> ::A? . Luego" debe concluirse que no se debe entender al conocimiento intelectual como el flusi$o de la propia acti$idad del sujeto cognoscente" sino que ha# tambin un componente objeti$o cu#a importancia ser! preciso e$aluar. Pero" con arreglo al pensamiento de ,gustn es claro que l no abriga ninguna duda respecto al $alor ontolgico" esto es" a la $erdad" que le con$iene en $irtud de que est! fundado en el ser de la cosa conocida9@)um tamen uerbum sit uerum, id est, de notis rebus e+ortum@ ::A1 . 44B> :e ordine" 1" 4G"5G9A; a esta fuerza se llama razn@? cfr. 1"44"71? 1"47"7G? :e quantitate animd 77"B1? :e Hrinitate" 4>"4>"45. 44B4 :e ordine" 1"4G"5G9A;o" por un cierto mo$imiento interior # oculto" puedo separar # unir lo que es objeto de las disciplinas? # a esta fuerza se llama razn@. 44B1 :e quantitate animd" 77"B19An la acti$idad de raciocinar # de imaginar" en los ros de la elocuencia? en la $ariedad de las poesas? en mil in$enciones por causa del juego # de la di$ersin? en la pr!ctica de la m*sica" en la exactitud de la medida? en la ciencia del c!lculo? en la conjetura de lo pasado # de lo futuro por medio de lo presente@. 44B7 Soliloquia" 4"6"479 A; la $isin es un acto intelectual que se $erifica enel almacomo resultado de la unin del entendimiento # la cosa conocida" lo mismo que para la $isin ocular concurren el sentido # la cosa $isible" # ninguno de ellos se puede eliminar so pena de anularlo@. 44B5 :e Fenesi ad litteram" 41"17"529 A-iertamente existe en nosotros alguna naturaleza espiritual en la que se forman las representaciones de las cosas corpreas@. 44B0 De Frinitate, 9, 12, 13!Es, )ues, evidente &ue todo ob.eto conocido coen-endra en nosotros su noticia.?mbos, co-noscente * conocido, en-endran e' conocimiento!. 44B6 :e Hrinitate" 40" 41"119ALo que importa es que la representacin intelectual sea $erdadera" esto es" nacida de las realidades que se conocen@. n principio tal fundamentacin del acto intelecti$o en la inteligiblidad de la realidad conocida se explica en razn de la naturaleza de la produccin del concepto" la cual es entendida por analoga con la gestacin del $i$iente que supone la coparticipacin de dos progenitores. >Ppsa autem visio intellectus est ille qui in anima est, qui conficitur e+ intelligente et eo quod intelligitur0 ut in oculis uidere quod dicitur, e+ ipso sensu constat atque sensibili, quorum detracto quolibet, uideri nihil potest> ::AA . sto que fue dicho #a en ,oliloquia supone que el conocimiento intelectual ha de entenderse por analoga con el conocimiento sensible. Luego" ni aqul ni este pueden fundamentarse en la pura acti$idad de las respecti$as facultad cogniti$as. ; $uel$e a insistir sobre ello m!s tarde en )e -rinitate para fundamentar la $eracidad del conocimiento intelectual9 *b utroque enim notitia paritur a cognoscente et cognito. Pero" tampoco tiene ninguna duda el Jiponense respecto a la acti$idad que supone el acto contemplati$o" porque si bien supone la recepcin pre$ia de la trama inteligible de la cosa" # esto implica un cierto grado de pasi$idad -no entendida fsica sino espiritualmente-" de su#o implica una actualizacin de la inteligencia que culmina con su acti$idad propia9 conocer. Porque lo que se encuentra en el intelecto" es lo que l mismo ha recreado. Se engendra para hallar algo9>Eam inquisitio est appetitus inveniendi, quod autem ualet si dicas, reperiendi. Nu autem reperiuntur, quasi pariuntur0 unde proli similia sunt' ubi nisi in ipsa noti! tia> ::A2 . La apelacin a la generacin del $i$iente para aclarar el sentido de la concepcin intelectual no deja de ser sumamente re$eladora de la naturaleza de la acti$idad intelectual. n el plano biolgico la madre engendra un hijo. ; ese slo hecho #a muestra la mara$illosa capacidad reproductora de la madre. Pero esa gestacin ni se inicia con ella" porque para que ocurriese era necesario haber contado pre$iamente con el concurso del padre que la fecunda? ni se ordena a ella sino a la aparicin de otro ser" al que habr! de conocer # amar. ,lgo semejante ocurre en el plano intelectual. Luego" aunque la acti$idad cognosciti$a se resuel$e en una cierta acti$idad del entendimiento" sta se debe entender relati$amente. Porque el acto intelectual supone la pre$ia presencia de la cosa real" la cual imprime su propia forma sobre el entendimiento -formata cogitatio ab ea re quam scimus ::A4 !, # cuando esto ocurre el espritu forma dentro de s la representacin de la cosa -como dicindola dentro de s con su palabra interior -uerbum est quod in corde dicimus ::2; . Pero" esto que es interior" al mismo tiempo es exterior. Porque el uerbum mentis dice la $erdad inherente a la cosa que por ella se conoce. Siendo lo m!s ntimo aql alma que la dice" tiene un $alor eminentemente intencional.Porque si bien lo que el entendimiento encuentra es algo que l mismo produce" # esto es una acti$idad porque implica la concepcin # la contemplacin del entendimiento" pero no lo conoce como sujeto sino como objeto de conocimiento" esto es" como otro que s. Lo que se entiende si lo que se encuentra es la inteligibilidad de la cosa misma.,s se explica la inmanencia # la trascendencia del conocimiento humano" # consecuentemente. Pero" adem!s de esa suerte de dependencia de la inteligencia respecto del orden inteligible al que se ordena" la acti$idad intelecti$a" supone otro orden de dependencia" pero esta $ez" no respecto de la cosa misma" sino del fundamento com*n a la facultad cogniti$a # a la cosa conocida. ste otro elemento fundante" que juega un papel crucial en el conocimiento intelectual es la misma realidad di$ina" que act*a como una suerte de sol que hace $isible al alma el orden inteligible. Las cosas no son inteligibles sino por una luz especial suprahu- mana9 >Ergo quod in hoc sole tria qudam licet animaduertere0 quod est, quod fulget, quod illuminat' ita et inillo secreti ssimo )eo, quem uis intelligere, tria qudam sunt0 quod est, quod intelligitur, et quod cetera facit intelligi> ::2: . Dtro elemento que con$iene sopesar para dar acabada respuesta al interrogante precedente acerca de la naturaleza de la acti$idad intelecti$a" surge de examinar la relacin del conocimient intelectual con el sensorial. ; sobre esto" la actitud de ,gustn no deja lugar a dudas" si bien" no deja de reconocer que la e$i dencia propor- cionada por el conocimiento sensible" puede ser *til para el ascenso al orden de lo supremamente inteligible" sin embargo" no deja de se8alar que su utilidad en el campo estrictamentre racional" es pr!cticamente nula" #a que 44BB 4o'i'o&uia, 1,6, 13!@ 'a visi/n es un acto intr'ectua' &ue se verifica en e' a'ma como resu'tado de 'a uni/n de' entendimiento * de' ob.eto conocido, 'o mismo &ue )ara 'a visi/n ocu'ar concurren e' sentido * e' ob.eto visib'e, * nin-uno de e''os se )uede e'iminar so )ena de anu'ar'o!. 44BG De Frinitate, 9, 12, 16!Es 'a investi-aci/n una a)etencia de encontrar, &ue es sin/nimo de en-endrar bre)eriendic. <as cosas &ue se encuentran es como si se a'umbraran b)ariunturc. @ son seme.antes a 'a fi'iaci/n. )@ d/nde se en-endra sino en 'a noticia0!. 44B2 :e Hrinitate" 40"4>"429A(nformado el pensamiento por la realidad conocida@. 44G> :e Hrinitate" 40"4>"429A'erbum est quod in corde dicimus@. 44G4 4o'i'o&uia, i, 9, 16!?s5, )ues, como en e' so' visib'e, )odemos notar tres cosas &ue e;iste, &ue es)'ende, &ue i'umina, de un modo an,'o-o en e' secret5simo so' divino a cu*o conocimiento as)iras, tres cosas se $an de considerar &ue e;iste, &ue se c'area * res)'andece en e' conocimiento &ue $ace inte'i-ib'es 'as dem,s cosas!. el orden racinal est! m!s all! de su alcance. >Pmo sensu in hoc negotio quasi nauim sum e+pertus. Eam cum ipsi me ad locum quo tendebam peruenerint, ubi eo dimisi, et iam uelut in solo positus, cfpi cogitatione ista uoluere, diu mihi uestigia titubarunt. Nuare citius mihi uidetur in terra posse nauigari quam geometricam sensibus percipi, quamuis primo discentes aliquantum adiuvare uideantur> 44G1 . K:eben entenderse estas lneas como un gracioso despido a la posibilidad de que a partir de ellos no se puede ascender al conocimiento inteligible< n rigor" aunque podra haber esa intencin" no slo no la expresa sino que incluso podra entenderselo en sentido contrario. Porque de hecho lo que s es claro" es su intencin de marcar los lmites que separan a uno de otro orden de conocimiento. ; por eso la pretensin de ser$irse de ellos para entender el orden inteligible es tan in*til como pretender seguir andando por tierra en la misma na$e que lo acerc a la costa. Pero )por qu no pensar en que fue precisamente ese el medio para acceder al punto de partida para iniciar la marcha por el terreno firme del orden intelligible< Los sentidos me han ser$ido como na$e- Pmo sensu in hoc negotio quasi nauim sum e+pertus! Ae condujeron al lugar que quera- Eam cum ipsi me ad locum quo tendebam peruenerint! ,esto es" al punto de partida para iniciar el an!lisis intelectual. Por eso los que comienzan el tratamiento de las cosas ineligibles" lo hacen fij!ndose primero en lo que ocurre en las cosas sensibles" porque a los principiantes les prestan alguna a#uda-9 primo discentes aliquantum adiuvare uideantur9 (nterpretacin que se compadece con otro pasaje del )e uera religione donde se sostiene la posibilidad de la razn natural de discurrir del orden sensible al inteligible sin solucin de continuidad9 >Batio possit progredi a visibilibus ad invisibilia, et a temporibus ad terna conscendens> ::2( . ; as como el reconocimiento de la ma#or dignidad del conocimiento inelectual no impide la con$eniencia de comenzar a entre$er el horizonte de ste a partir de aqul" de manera an!loga la ma#or dignidad del conocimiento inteligible no debe lle$ar a negar la del conocimiento sensible. Porque es necesario admitir el $alor del conocimiento sensible para juzgar luego el ma#or $alor del conocimiento intelectual. sto ocurre cuando en )e quantitate anim" no hesita en recriminar la contradiccin de quienes admiten la superioridad del hombre sobre el animal en $irtud de su acti$idad racional" e inmediatamente admitir como real *nicamente lo que se presenta al alcance de los sentidos" negando de esta manera la utilidad de la e$idencia racional9 >Minus enim ego de his rebus dubito, quam de iis quas istis oculis uidemus cum pituita semper bellum gerentibus. Nuid enim minus ferendum et audiendum est, quam fateri nos ratione prstare bestiis, et eam rem fateri esse aliquid quam corporeo lumine sentimus, quam etiam nonull besti melius cernunt' id autem quod ratione intuemur, nihil esse contendere5 Nuod si diceretur tale esse, quale illud est, quod oculi uident, nihil profecto dici posse indignius uideretur> ::2I . -on lo cual" e$identemente" dara la impresin de que la acti$idad intelecti$a no excluira la posibilidad de apo#arse en el dato de los sentidos. :e donde la concepcin supondra como condicin una acti$i dad abstracti$a" con lo cual se abre alguna puerta para acceder al orden inteligible. ,s se $an cerrando las puertas para entender que son alcanzadas como un producto que es creado totalmente -simpliciter- desde la subjeti- $idad. :e donde ser! necesario continuar la in$estigacin esclareciendo el grado de participacin del alma # de :ios en la acti$idad intelecti$a. Para lo cual ser! con$eniente examinar los di$ersos ni$eles del conocimiento intelectual"esto es" el conocimiento de scientia # el de sapientia. b.4.a. :el conocimiento de scientia l $ocablo scientia aparece en ,gustn con di$ersos sentidos seg*n sea el sujeto al que se atribu#e la ciencia. ,s" se puede hablar en un sentido analgico de tres sentidos principales" seg*n se la atribu#a a :ios" donde esta ciencia se identifica con su propio ser 44G0 " o bien" se atribu#e a la realidad anglica" que se alcanza mediante la contemplacin del 'erbo 44G6 " o a la realidad humana" que" aunque a una distancia inconmensurable 44G1 4o'i'o&uia, 1, 4, 9!<os sentidos, en este )unto, me $an servido como nave. 1ero, cuando me ''evaron a' )unto &ue me diri-%a, a''5 'os de.#, * *a, como asentado en tierra firme, cuando comenc# a )ensar en estas cosas, me vaci'aron )or 'ar-o tiem)o 'os )ies. 1or 'o cua', antes creo se )ueda nave-ar)or tierra &ue a'can(ar 'a ciencia -eom=trica con'os sentidos,aun&ue a 'os )rinci)iantes 'es )restan a'-una a*uda!. 44G7 De vera re'i-ione, 29, 52 !<a ra(/n )uede )ro-resar ascendiendo de 'o visib'e a 'o invisib'e, * de 'o tem)ora' a 'o eterno!. 44G5 De &uantitate animQ, 15, 25!Dudo menos de estas cosas de orden inte'ectua', &ue de 'as &ue vemos con 'os o.os, en 'uc$a siem)re con 'as 'a-a2as. En efecto, )&u# menos sostenib'e * to'erab'e &ue confesar nuestra su)erioridad sobre 'as bestias, * admitir &ue 'o &ue vemos a 'a 'u( natura' es a'-o, * a'-unos anima'es inc'uso 'o ven me.or; * en cambio discutir &ue estas cosas &ue intuimos )or 'a ra(/n, no es nada0 De suerte &ue si se di.era &ue 'o &ue ven 'os o.os es ta' como en rea'idad es, nada m,s indi-no &ue esto se )odr5a afirmar!. 44G0 Hractatus in (oannis uangelium" 2"52. 44G6 :e Fenesi ad litteram" 5"15"54. de las anteriores" toda$a posee cierto conocimieto cierto # uni$ersal de las cosas 44GB l sentido que ahora importa es el *ltimo. Las caractersticas del conocimiento cientfico" seg*n ,gustn goza de los siguientes caracteres" a saber" certeza -nihil ut deulla dubitare ::22 !" uni$ersalidad" porque en ella nadie se puede equi$ocar nunca -ut neque in ea unquam errare ::24 ! # objeti$idad -nec in ea scientia per somnia falli potest ::4; !. Por contraste con el conocimiento $ulgar" que puede estar apo#ado en un saber de mera opinin" o en la duda" la ciencia no puede apo#arse m!s que en la plena e$idencia" que genera en el sujeto una certeza" esto es" la adhesin firme e inquebrantable del entendimiento a la misma9 >,cientia enim non solum comprehensis, sed ita comprehensis rebus constat, ut neue in ea unquam errare, nec quibuslibet adversantibus, impulsus mutare debeat> ::4: . Puesto que los juicios de la ciencia est!n fundados en las $erdades eternas cu#o alcance es uni$ersal" entonces sus juicios gozar!n del mismo alcance. Luego" sus afirmaciones" ir!n m!s all! de la singularidad propia del conocimiento sensible para alcanzar a todos los indi$iduos de la misma especie. =inalmente" debe decirse que el conocimiento de ciencia" debe entenderse como un contenido de con- ciencia" en $irtud de la intencionalidad propia de las representaciones intelectuales" no debe entenderse como un puro contenido e conciencia de alcance puramente subjeti$o" sino que accede a la trascendencia propia de lo real. sto es" a lo que se muestra" tanto a partir del conocimiento sensiable" como a lo que se alcanza con el auxilio de la razn. Hal es al caso de la ciencia de s" el de las certezas de la $oluntad" o el de otros conocimientos que adquiere por s_ 4421 . b.4.b. :el conocimiento de scienti en razn de la facul tad que lo realiza l juicio de la razn Ena $ez en posesin del dato sensible surge el conocimiento de scienti cuando el hombre elabora el juicio racional a propsito de las cosas corpreas. l juicio se establece a partir de la comparacin de las cosas sensibles con respecto al modelo eterno. sto ocurre toda $ez que el entendimiento se pronuncia respecto de la ma#or o menor perfecin de algo9 A,ed sublimioris rationis est iudicare de istis corporalibus secundum rationes incorporales et sempiternas0 qu nisi ssupra mentem humanam essent, incommutabiles profecto non essent' atque his nisi subiungeretur aliquid nostrum, non secundum eam possemus iudicare de corporalibus. Pudicamus autem de corporalibus e+ ratione dimensionum atque figurarum, quam incommutabiliter manere mens nouit@ ::4( . ste pasaje sumamente denso arroja una cierta luz sobre un punto oscuro de la doctrina notica de ,gustn" cual es el juicio de la razn sobre el orden singular sensible. 4. Se trata de un juicio efectuado no por la razn inferior -como hubiera sido de pre$er" en razn de la naturaleza sensible de su objeto- sino por la ratio superior. Msta juzga de las cosas materiales a la luz de las razones eternas. 1. Supone la comparacin entre un orden singular corpreo # otro uni$ersal incorpreo? entre un orden mutable # otro inmutablea" entre lo sensible # lo inteligible. 7. ,unque entre s extra8os" ambos rdenes se $inculan a parte rei en cuanto que las razones uni$ersales # eternas constitu#en el fundamento del orden singular # contingente por participacin? #" a parte homini" porque la razn est! naturalmente ordenada a su posesin intencional. K-u!ndo es necesario el juicio de la razn< -uando ha# que expedirse respecto de las cosas temporales # mudables" #a se trate de las cosas sensibles o de la misma alma que conoce" en la medida en que en ella pueda haber un margen de imperfeccin # mutabilidad. Pues" en orden a este juicio las cosas no slo son juzgadas en 44GB -ontra academicos" 4"B"42. 44GG -fr. pistula 45"G? -ontra academicos" 4"B"42? -onfessiones" B"4>"46. 44G2 -ontra academicos" 4" B" 42. 442> :e Hrinitate" 40" 41" 14. 4424 . Contra academicos, 1,3, 19!<a ciencia consta de ciencias com)rendidas, * de ta' modo com)rendidas &ue en e''as ni debe en-a2arse nunca, ni vaci'ar )or cua'&uier ob.eci>n &ue se )resenteO? Cfr. Confessiones, 3, 10, 16. 4421 :e Hrinitate" 40" 41" 14. 4427 :e Hrinitate" 41"1"19 APropio es de la razn superior juzgar de las cosas materiales con arreglo a las razones incorpreas # eternas? razones que no seran inconmutables de no estar por encima de la mente humana? pero si no a8adimos algo mu# nuestro" no podramos juzgar" al tenor de su dictamen" de las cosas corpreas. /uzgamos" pues de lo corpreo a causa de sus dimensiones # contornos" seg*n una razn que nuestra mente reconoce como inmutable@. orden a lo que de facto son" sino a lo que de iure deben ser. AEt dicimus ea plerumque non tantum ita esse uel non ita, sed ita uel non ita esse debere@ ::4I . n el caso de las cosas correas el juicio de la razn aparece cuando se ad$ierte la posibilidad de que algo salga de los lmites naturales" por ejemplo" cuando se dice que algo no es tan brillante como debiera" o tan cuadrado9 AMinus candidam est quam debuit' aut minus quadrum, et multa similiter@ 4420 . ste juicio de la razn en el conocimiento de ciencia supone una cierta e$aluacin crtica sobre el conocimiento de las cosas sensibles. Se aplica sobre las im!genes que la memoria recibe de los sentidos" # determina si son correctas o no de conformidad con las le#es o normas inmutables dictadas por :ios9 >Fnde etiam phantasias rerum corporalium per corporis sensum haustas, et quodam modo infusas memori, e+ quibus etiam ea qu non uisa sunt, ficto phantasmate cogitantur, siue aliter quam sunt, siue fortuitu sicuti sunt, aliis omnino regulis supra mentem nostram incommutabiliter manentibus, uel approbare apud nosmetipsos, uel improbare conuincimus, cum recte aliquid approbamus aut improbamus. Eam et cum recolo 3arthaginis mfnia qu uidi, easdemque imaginarias formas quasdam quibusdam prferens, rationabiliter prfero' uiget et claret desuper iudicium ueritatis, ac sui iuris incorruptissimis regulis firmum est0 et si corporalium imagi! num quasi quodam nubilo subte+itur, non tamen inuoluitur atque confunditur> 4426 . n el caso de que el juicio recaiga sobre el alma" se impone la necesidad del juicio cuando ha# la posibilidad cierta de que el alma no se ajuste a lo que se espera de ella9 A)e animis uero0 minus aptus est quam debet0 aut minus lenis' aut minus uehemens, sicut nostrorum morum se ratio tulerit@ 442B 3o se efect*a el juicio de la razn respecto de lo que es necesario. -omo lo pueden ser las mismas $erdades eternas" o simplemente cuando se trata de un sencillo c!lculo matem!tico. La razn es simple" en razn de la perfeccin con quefueron hechas -caso de las $erdades eternas-" o de la simplididad de la operacin -en el caso del c!lculo matem!tico simple-" no ha# lugar a una ma#or perfeccin de las mismas. A3um enim quis di+erit terna temporalibus esse potiora, aut septem et tria decem esse, nemo dicit ita esse debuisse, sed tantum ita esse cognoscens, non e+aminator corrigit, sed tantum ltatur inuentor@ ::42 . La norma del juicio 3aturalmente si todo juicio supone un criterio en orden al cual se habr! de efectuar" con$iene indagar sobre dicho criterio. ,unque el santo no se expla#a sobre la naturaleza de esa norma" pero s lo hace respecto de la necesidad de su existencia. Puesto que para juzgar la $erdad o bondad de algo siempre se debe poseer una norma o criterior conforme al cual algo se debe juzgar" entonces es necesario que quien juzgue posea de antemano esa norma. n algunos textos identifica a esa norma con la misma idea de bien9 AEeque enim in his omnibus bonis, uel qu commemoraui, uel qu alia cernuntur siue cogitantur, diceremus aliud alio melius cum uere iudicamus, nisi esset nobis impressa notio ipsius boni, secundum quod et probaremus aliquid, et aliud alii prponeremus@ ::44 . Pero en otros" la identifica con la $erdad misma" porque por ella se acede alconocimiento del orden uni$ersal9 AEeque enim oculis corporeis multas mentes uidendo, per similitudinem colligimus generalem uel specialem mentis huma!n notitiam0 sed intuemur inuiolabilem ueritatem, e+ qua perfecte, quantum possumus, 4425 :e libero arbitrio" 1"41"759 A; decimos con frecuencia que estas cosas no slo son o no son as" sino tambin que deban o no deban ser as@. 4420 :e libero arbitrio" 1"41"759 As menos brillante de lo que deba" o menos cuadrado" # muchas otras cosas semejantes@. 4426 De Frinitate, 9, 6, 10 !De donde tambi#n 'as im,-enes de 'as cosas cor)ora'es )ro)orcionadas )or 'os sentidos de 'os cuer)os, * de a'-una manera infundidas en 'as memoria, a )artir des cua'es tambi#n son recibidas 'as cosas &ue no son vistas, son conocidas )or fin-idas re)resentaciones, o de otro modo distinto a como rea'mente son, o bien, casua'mente, como rea'mente son, a' a)robar'as o rec$a(ar'as en nuestro interior obramos conforme a unas normas su)eriores a nuestra mente e inmutab'es, siem)re &ue nuestro .uicio de a)robaci/n o desa)ro- baci/n sea recto. 1ues, tambi#n cuando recuerdo 'as mura''as de Carta-o &ue o)rtunamente vi, * cusndo fin.o 'as de ?'e.andr5a, &ue no v5, do* raciona'mente )referencia a unas formas ima-inadas sobre otras. 1ero, es en 'as a'turas donde bri''a * se afirma e' .uicio de 'a verdad * 'e dan firme(a 'as 'e*es incorru)tib'es de su derec$o; *, aun&ue una nube de im,-enes materia'es 'o-re a veces ve'ar 'su si'ueta, .am+s )odr, oscu- recer'a * confundir'a!. 442B :e libero arbitrio" 1" 41" 759 An relacin con el alma se dice9 >s menos capaz de lo que debe? o menos sua$e" o menos $ehemente" de conformidad con loque piden nuestras costumbres@. 442G :e libero arbitrio" 1" 41" 759 A,si" cuando alguien dice que las cosas eternas son superiores a las temporales o que siete # tres son diez" nadie dice que as debi ser" sino que" limit!ndose a conocer que as es" no se mete a corregir como censor" sino que se alegra *nicamente como descubridor@. 4422 :e Hrinitate" G"7"59A;" en todos estos bienes" que record" u otros que se pueden $er o pensar" no se puede decir" si juzgamos con $erdad" que uno es mejor que otro" a menos que hubiera impresa en nosotros la nocin del mismo bien" conforme a la cual declaramos que una cosa es buena" # lapreferimos a otra@. definiamus, non qualis sit uniuscuusque hominis mens, sed qualis esse sempiternis rationibus debeat@ :@;; . ; a partir de ella se fundamenta todo juicio sobre el orden particular9 AManifestum mentibus nostris, qu ab ipsa una fiunt singula sapientes, et non de ipsa, sed per ipsam de cteris iudices, sine dubitatione esse potiorem@ :@;: . ; esta $erdad eterna que se constitu#e en norma de la razn que juzga de las cosas" es intuda por la razn9 APtaque de istis secundum illas iudicamus, et illam cernimus rationalis mentis intuitu@ :@;@ . 3ada dice ,gustn acerca de si cuando habla de la norma del juicio" se trata de juicios o conceptos" ni si su conocimiento es in actu signatu o in actu e+ercito" esto es" con conocimiento explcito" que se da cuando la norma es conocida como tal por la razn" o implcito" lo que ocurre cuando la razn se limita a utilizarla cuando juzga. Los caracteres esenciales al conocimiento de scienti. )iferencias con el conocimiento de sapienti :e aqu surge la primera caracterstica de este ni$el de conocimiento de ciencia9 aunque" de hecho" esta acti$idad cognosciti$a #a es racional" sin embargo supone el uso de los sentidos #a que se ordena a las cosas sensibles. :e all" que ,gustn distinga" en el orden racional" dos ni$eles" la ratio superior, ordenada a la contemplacin de lo eterno -qua contemplatur ternas! # la ratio inferior, ordenada al raciocinio sobre lo temporal -qua ratiocinatur de temporalibus :@;( :e all que ,gustn distinga en el orden del conocimiento racional dos ni$eles el conocimiento de scienti, ordenado a lo sensible # que da lugar a las $erdades temporales? # el conocimiento de sapienti, referido al orden inteligible" de su#o incorpreo # eterno. l primero ejercido por la razn inferior -ratio inferior? el segundo" por la ratio superior9 AMenti nostr qu supernam et internam consulimus ueritatem, nullum est ad usum rerum corporalium $...%. Et ideo quidam rationale nostrum, non ad unitatis diuortiium separatum, sed in au+ilium societatis quasi deriuatum, in sui operis dispertitur officium@ :@;I . Las dos rationes !superior et inferior! deben distinguirse" no como si fuesen dos cosas separadas" sino como dos funciones o facultades de una misma realidad espiritual9 A3um igitur disserimus de natura mentis human, de una quadam re disserimus, nec eam in hc duo qu commoraui, nisi per officia germinamus. Ptaque cum in ea qurimus, non separantes actionem rationalem in temporalibus a contemplatione ternorum@ :@;? . n orden a esta distincin" el conocimlento que la razn alcanza del orden sensible # que da lugar al conocimiento de ciencia" correspondera a la ratio inferior. La noci^n de ratio puede entenderse en el sentido de potencia $isi$a del alma humana 41>6 . sto implica la posibilidad de distinguir" relacionando lo distinguido con otros contenidos inteligibles 41>B " # de ascender discurriendo del orden sensible al inteligible. >Batio possit progredi a visibilibus ad invisibilia, et a temporibus ad terna conscendens> :@;2 . :istincin que algunos intrpretes -como es el caso del mismo Sciacca 41>2 - entienden en el sentido de ratio !ratio inferior! e intellectus 41>> :e Hrinitate 4>"6"29A3o es $iendo con los ojos del cuerpo una muchedumbre de mentes como nos formamos por analoga" un concepto general o especial de la mente humana" sino contemplando la $erdad indeficiente" con arreglo a la cual definimos" en cuanto es posible" no lo que es la mente de cada hombre" sino lo que debe ser en las razones eternas@. 41>4 :e libero arbitrio" 1"45"7G9 As e$idente a nuestro entendimiento" que por una misma $erdad se hacen sabias cada una de nuestras inteligencias" que" no juzgan de ella" sino que" por ella juzgan a todas las dem!s cosas" pues" sin duda" es m!s poderosa que nuestras inteligencias@. 41>1 :e Hrinitate" 2"6"449A; as juzgamos de estas cosas corpreas de conformidad con la $erdad eterna que es percibida por la intuicin de la mente racional@. 41>7 De Frinitate, 14,6,11. .fr. n el libro 41 aparece la distincin entre ambas razones? # en el 47" la acti$idad de la razn inferior. 41>5 :e Hrinitate" 41" 7" 79 An aquella parte de nuestra mente que se ele$a a la $erdad ntima # trascendente" nada ha# ordenado al uso de las cosas corporales U...V. ;" por esto" algo racional nuestro" no separado en di$orcio de unidad" sino como deri$ado en auxilio de la sociedad" se distribu#e en el oficio de su obra@. 41>0 :e Hrinitate" 41" 5"59APues" cuando discurrimos sobre la mente humana" hablamos de una sola cosa9 los dos aspetos que record lo son en relacin a sus dos funciones. ; as" cuando indagamos en ella no separmossu accin racional en las cosas temporales de la contemplacin de las eternas@. 41>6 De &uantitate animQ, 14, 24. 41>B De ordine, 2, 11, 30. 41>G De vera re'i-ione, 29, 52 !<a ra(/n )uede )ro-resar ascendiendo de 'o visib'e a 'o invisib'e, * de 'o tem)ora' a 'o eterno!. 41>2 -fr. A. =. S-(,--,, ,. *gostino, %rescia" 4252" p. 424. !ratio superior!, #a que intellectus, en ocasiones alude a la facultad iluminada por :ios" sede ,apienti? # ratio" a la facultad discursi$a 414> o razn propiamente dicha. Pero" como lo e$idencia el inters puesto por ,gustn en se8alar su unidad" no faltan tampoco los que -en el con$encimiento de que slo el intellectus siue intelligentia es plenamente espiritual- se esfuercen por disimular la distincin entre ambas rationes hasta tornar como equi$alentes las expresions intellectus et ratio 4144 La segunda caracterstica propia de este ni$el de ciencia -que tambin se ad$ierte a la luz del pasaje precedente -)e -rinitate, :@,@,@! anticipa algo mu# importante9 el hecho de que su juicio sobre las cosas sensibles se funda en razones inconmutables que est!n por encima de la mente humana. Lo cual significa que la ratio inferior, no puede alcanzar su conocimiento de scienti, sino con el concurso de la acti$idad contemplati- $a de la ratio superior, pues" es e$idente que" si ella" de su#o" no est! ordenada al conocimiento de las reali- dades eternas" forzosamente habr! de ser asistida por quien s lo est. :e lo que surge" no sin cierta sorpresa" una cierta contradiccin con lo afirmado precedentemente" por cuanto" a pesar de que ,gustn entiende que slo la ratio inferior est! ordenada al conocimiento del orden sensible" de hecho" como lo se8ala en el pasaje precedente" adjudica a la ratio superior la tarea de juzgar de las cosas temporales de conformidad con las razones inmutables. A,ed sublimioris rationis est iudicare de istis corporalibus secundum rationes incorporales et sempiternas@ :@:@ . KSignifica esto que" en definiti$a" slo la ratio superior es la que cuenta para entender el orden sensible" # que la ratio inferior parece estar dem!s< 3o necesariamente debe pensarse as. La dificultad de $incular la ratio superior al orden corpreo" cuando de su#o est! ordenada a la contemplacin del orden de las $erdades eternas" se podra resol$er si se entiende que la ratio superior" slo se ordena a las cosas no para conocerlas" por cuanto esta tarea estara a cargo de la ratio inferior" sino para juzgarlas en su bondad intrnseca.. n cu#o caso" # en este sentido " la ratio superior, puede operar como auxiliar de la ratio inferior. sto significa que" aunque San ,gustn bien podra haber adjudicado a la ratio superior las las funciones de la ratio inferior" #a que la acti$idad superior pueden asumir a la inferior" es mu# posible que el propsito del santo sea el de acotar las funciones especficas de ambas rationes. Pues" es claro que si la ratio superior" debe estar por encima del orden singular" no slo por esto de que nadie puede ser juez # parte" sino tambin porque" si se quiere juzgar lo singular" es preciso ir m!s all! del orden singular para juzgarla de conformidad con reglas uni$ersales. ntonces es necesario distinguir entre la ratio que ejerce la funcin de traer al estrado el dato de lo singular? # otra" la ratio, que carga sobre s la responsabilidad de juzgarla. :e ese modo se termina reser$ando a la ratio superior la sublime tarea de acceder al orden inmutable" para adjudicarle ratio inferior la subalterna labor de ocuparse del conocimiento de un orden ontolgicamente inferior" para despus obrar sobre l. ;" lo m!s importante" puesto que ambas facultades del alma constitu#en la mente o parte superior del al- ma 4147 " ello no slo ira en fa$or de la unidad del conocimiento humano" en cuanto que permitira unir el conocimiento del singular con el uni$ersal" sino tambin a#udar a comprender la unidad del hombre mismo" en cuanto que permite comprender la unidad de sus facultades. . Lo qu si se puede $er aqu es la tremenda dificultad que encuentra ,gus tn para explicar el conoci- miento intelectual del orden sensible" de donde la necesidad de ad$ertir la complejidad de esta acti$idad que" siendo eminentemente racional" sin embargo supone tambin la acti$idad sensiti$a" #" que estando en principio a cargo de la ratio inferior" supone" empero" la mediacin de la ratio superior" por cuanto slo ella est! en condiciones de acceder a la contemplacin de las razones inmutables # eternas" en orden a las cuales son juz- gadas las cosas sensibles. En tercer car!cter propio del ni$el de ciencia lo da el hecho de que da lugar a un conocimiento" no espe- culati$o" sino m!s bien de orden eminentemente pr!ctico" esto es" que se realiza en $istas a la accin. >Pllud vero nostrum quod in actione corporalium atque temporalium tractandorum ita versatur, ut non sit nobis commune cum pecore, rationale quidem est, sed e+ illa rationali nostr mentis substantia, qua subhremus intelligibili atque incommutabili veritati, tamquam ductum et inferioribus tractandis gubernandisque deputatum est> 4145 . (ntencin pr!ctica que est! ordenada en principio a la pr!ctica de la $ida $irtuosa que 414> =ernando Soria Jeredia" en S,3HD HDAPS" ,umma -heologi, %,-" Aadrid" 42GG" 4"B2"G" n. f,g. 4144 F(D',33( :( 3,PDL(" Ba.n y racionalidad en ,an *gustn, *MJM,-PEM,, PP, :4?A, p. (:;. 4141 :e Hrinitate" 40"41"149As propio de la razn superior juzgar de las cosas corpreas con arreglo a las razones incorpreas # eternas@. 4147 4ermo, 6,6. 4145 . De Frinitate, 12, 3, 3 !?&ue''a )arte de nuestro ser &ue se ocu)a de 'a acci/n de 'as cosas cor)/reas * tem)ora'es * no es comTn a bestias * a $ombres, ciertamente es raciona', )ero se deriva de esta substancia raciona' de' a'ma &ue nos subordina * aduna a 'a verdad inte'i-i - conduce a la santidad9 >)e munere inferioris, quo humanarum rerum scientia salubris continetur, ut in hac temporali uita id agamus quo consequamur ternam> :@:? . s e$idente la tremenda dificultad que encuentra ,gustn para explicar el conocimiento intelectual del orden sensible" de donde la necesidad de ad$ertir la complejidad de esta acti$idad que" siendo eminentemente racional" sin embargo supone tambin la acti$idad sensiti$a" #" que estando en principio a cargo de la ratio in! ferior" supone" empero" la mediacin de la ratio superior" por cuanto slo ella est! en condiciones de acceder a la contemplacin de las razones inmutables # eternas" en orden a las cuales son juzgadas las cosas sensibles. Si se lo mira bien" tambin aqu se puede $islumbrar la dependencia de la ratio inferior respecto de la ratio superior. Pues" si todo orden pr!ctico supone la presencia in actu e+ercito, de nociones puras -en las que se resuel$en todas las dem!s nociones de orden pr!ctico- que slo pueden ser objeto de la razn superior" entonces" la ratio superior tambin aqu es imprescindible para el ejercicio de la razn pr!ctica. La naturaleza de esta facultad racional inferior En punto que con$iene aclarar es el de la naturaleza de la ratio inferioris. :e su#o" la ratio inferior se distingue de la ratio superior" en razn del tipo de conocimiento a que da lugar. Aientras la ratio superior" adquiere un conocimiento que es fruto de la pura contemplacin" la ratio inferior se car!cteriza por posibilitar un conocimiento pr!ctico9 >Pllud vero nostrum quod in actione corporalium atque temporalium tractandorum ita versatur, ut non sit nobis commune cum pecore, rationale quidem est> :@:1 . :e lo cual se podra inferir que la ratio inferior cumplira la funcin de lo que Hom!s de ,quino designara bajo el nombre tcnico de intellectus practicus" en cuanto que se ordena al acto extrnseco 414B .. Pero una segunda interpretacin surge de la e$idencia de que ,gustn" en otros pasajes" se refiera a ella como si la identificara con la accin" con la ejecucin # con el apetito racional. ;" de atenderse a estos otros pasajes" surgira que la ratio inferior se asemejara m!s a la facultad $oliti$a que al intelecto pr!ctico" pues se la llegara a entender como apetito racionalis" que no es otra cosa que la $oluntad. sto se $e claro cuando se compara a la ratio inferior con la ratio superior" distinguindolas entre s como9 >intellectum nostrum et actionem, vel consilium et e+ecutionem, vel rationem et appetitum rationalem> :@:2 ' como la actio rationale con relacin a una pura contemplatio :@:4 . :e donde cabra una cierta oscilacin entre considerar a la ratio inferior como una facultad intelecti$a o como una facultad $oliti$a. ntre estas dos posibilidades de interpretacion" el elemento decisi$o para resol$er esta dificultad es el que ,gustn entiende a esta ratio inferior como fundamento subjeti$o de un modo de conocer" que media entre la sensacin # la sabidura" #" en ese sentido" debe entendersela como una facultad cogniti$a antes que $oliti$a" # si est! ordenada a la accin" su funcin con$iene no con un intelecto puramente especulati$o sino con un intelecto pr!ctico9 >quandoquidem de ipsis corporalibus qu sensu corporis sentiuntur, ratiocinatur ea qu scientia dicitur actionis> :@@;
4114 . ; es el reconocimiento de esta acti$idad discursi$a de la ratio inferior la que hace con$eniente entender esta facultad" no como una facultad $oliti$a sino intelecti$a" m!s precisamente" como un entendimiento pr!ctico. -omo tal proporciona un conocimiento racional del orden sensible que es indispensable para que el hombre pueda actuar frente a las multiplicidad de exigencias que impone la $ida en el mundo real. Hal funcin intelecti$a est! fortalecida por la e$idencia de la participacin de la ratio superior en las acti$idades de la ratio inferior" pues debe recordarse tambin que el conocimiento que proporciona la ratio inferior exige el auxilio de la ratio superior en cuanto que slo sta" # no la ratio inferior por s sola" puede b'e e incommutab'e, )rinci)io de)utado )ara -obernar * administrar 'as cosas inferiores!. 4140 De Frinitate, 14,6, 11 !Frat# de' ministerio de 'a ra(/n inferior, &ue com)rende 'a ciencia Tti' de 'as cosas $umanas con 'a intenci/n de )r,cticar en esta vida 'o &ue nos $a de conducir a 'a eterna!. 4146 . De Frinitate, 12, 3, 3!9<a ra(/n su)erior es: a&uue''a )arte de nuestro &ue se ocu)a de 'a acci/n de 'as cosas cor')/reas * tem)ora'es * no es a bestias * $ombres comTn!. 414B HDAPS : ,@E(3D" :!@,:,1,:m, @m' :!@,(,?,@m,(m' :!@,:(,I,@m' :!@,?A,:,:m' )e Meritate, q :I,Ic. 414G . De Frinitate, 12, 3, 3!9...: 'a inte'i-encia * 'a acci/n, e' conse.o * 'a e.ecuci/n, 'a ra(/n * e' a)etito raciona'!. 4142 . De trinitate, 12, 4, 4, 411> . De Frinit., 12,12,13!<a ciencia ''amada Ode acci/nO raciocina sobre 'os ob.etos cor)ora'es &ue e' sentido de' cuer)o )ercibe!. 4114 . ,unque no lo parezca el lenguaje de ,gustn no est! mu# lejos del de Santo Hom!s cuando ste se refiere al in-telecto pr!ctico. l :octor ,fricano entiende a la ratio inferior como una facultad ordenada a la accin( a la que llega a denominar a&&etit%s rationalis. Seg*n el ,quinate el intelecto puede realizar dos acti$idades que le son propias. Por una" busca la contemplacin de la $erdad como *nico fin- tarea del intelecto es&ec%lati9o o teorAtico> por otra" busca el conocimiento de la cosa slo como un medio para ordenar la accin de la $oluntad" #a que est! de su#o no puede querer sino el objeto que le proporciona la inteligencia. ,hora bien" mientras el intelecto especulati$o" se ordena al fin que le es propio? el intelecto pr!ctico no hace m!s que constituirse en un medio al ser$icio de otra facultad" la $oluntad apetito racional. brindar a la razon inferior la luz de las razones eternas9 >,ed sublimioris rationis est iudicare de istis corporali! bus secundum rationes incorporales et sempiternas> :@@@ . ,hora bien" si la ratio superior es una facultad esencialmente notica" tambin debe serlo" a su modo la ratio inferior que recibe el auxilio de aqulla. s e$idente que el entender a esta facultad en trminos de intelecto pr!ctico se compadece perfectamente con la marcada intencin del santo de Jipona de $incular esta facultad con la $oluntad" # a*n con la accin misma. ; quiz!s se pueda entender esa identificacin con la $oluntad # la accin" no en el sentido de una identificacin plena o simpliciter" sino secundum quid" en el sentido de que est! ordenada a los designios de la $oluntad # a la accin. Lo cual se explica porque la facutad $oliti$a "que de su#o es una facultad racional" se ordena a la adquisicin del bien que le ha sido presentado como tal por la inteligencia" # arbitra los medios concretos para alcanzarlo. :ebe reconocerse que" a pesar de todas las dificultades que acaso se puedan oponer a esta segunda interpretacin" dejara a sal$o -a menos que se admita que ,gustn los confunda groseramente- la distincin que cabe entre la funcin cogniti$a # la $oliti$a" # entre el orden de la ciencia # el de la pr!xis lisa # llana" -en cu#o caso se agregaran nue$as dificultades m!s gra$es que sal$ar- habr! que admitir la con$eniencia de entender a la ratio inferior" como una suerte de intelecto pr!ctico" antes que como una facultad propiamente $oliti$a. b.7. l conocimiento de scienti # el de sapien ti 9 sus relaciones n inmedia relacin con la distincin entre el orden corpreo # el espiritual" surge la distincin entre el ni$el del conociminto de ciencia # el de sabidura. Aientras que la ciencia se alcanza con la ratio inferior" -supuesto el auxilio de la ratio superior-" se ordena al conocimiento de las cosas corpreas- los seres sensibles # mudables- a partir de los sentidos # en $istas a la accin? la sabidura" por su parte" $ersa" de un modo contem- plati$o # directo" sobre lo incorpreo # eterno -de modo particular" sobre :ios-? es lle$ado a cabo exclusi$amente por los oficios de una ratio superior? # exclu#e la mediacin de los sentidos. >)istat tamen ab ternorum contemplatione actio qua bene utimur temporalibus rebus, et illa sapienti, hc scienti deputatur> :@@( . ; si se entiende que el orden temporal corresponde al conocimiento que se tiene sobre el mundo de los hombres? # el intemporal" sobre el !mbito teolgico" entonces" la ciencia se ordena al orden humano? la sabidura al teolgico9 >)istant hc duo ut sapientia divinis, scientia humanis attributa sit rebus> :@@I n )e Hrdine el Jiponense a la ratio superior con el intellectus0 A*liud est enim sentire, aliud nosse. Nuare si quid nouimus solo intellectu contineri puto et eo solo posse comprehendi. E+ quo fit ut si illud est cum )eo quod intelligendo sapiens nouit, totum quod nouit sapiens posit esse cum )eo@ :@@? . Lo que permite entender a la ratio inferior como una facultad ordenada al conocimiento de las cosas en su concreta singularidad" # no en su uni$ersal inteligibilidad. -on lo que esta facultad parecera m!s $inculada alorden sensiti$o que al intelecti$o" en cu#o caso" esta facultad podra estar asumiendo funciones de la sensibilidad interna. Dtra posibilidad de interpretarlo" sera la que permite su conocimiento racional limitado a la luz del concepto singular. ;" si se entiende que el orden temporal corresponde al conocimiento que se tiene sobre el mundo de los hombres? # el intemporal" sobre el !mbito teolgico" entonces la scientia e ordena al saber humano? mientras que la sapientia, al teolgico9 A)istant hc duo ut sapientia diuinis, scientia humanis attributa sit rebus@ 4116 . ntre los dos ni$eles de conocimiento racional se puede establecer tambin una relacin de medio a fin" esto es" en tanto que la ciencia slo se justifica en cuanto que conduce a la santidad" esto es" a la sabidura. >Nuidem vero rationalis intentionis nostr, hoc est eiusdem mentis, in usum mutabilium corporaliumque rerum, sine quo hc vita non sagitur, dirigendum' non ut conformemur huic seculo, finem constituendo in 4111 . Cfr. su)ra, nota 13. 4117 . De Frinitate, 12, 14, 22 !4in embar-o, 'a acci/n &ue nos ''eva a usar rectamente de 'as cosas tem)ora'es dista de 'a contem)'aci/n de 'as rea'idades eternas #sta se atribu*e a 'a sabidur5a, a&u#''a a 'a ciencia!. Llama la atencin en este texto" el que se funde la acti$idad pruden- cial en una mera acti$idad pr!ctica como si se desconociera el que el uso recto de algo supone un cierto tipo de conocimiento que exige la acti$idad prudencial. :e otro modo" el sujeto no podra distinguir el uso recto del incorrecto. Pero no parece que ,gustn pretenda ignorar la subalternacin del orden pr!ctico respecto del terico" por cuanto" si bien corresponden a dos rdenes formalmente distintos" el primero posibilita al segundo" por cuanto el juicio prudencial se apo#a en la posesin pre$ia de las ra.ones eternas. 4115 De Frinitate, 12,19,24!<a diferencia entre sabidur5a * ciencia consiste en &ue 'a sabidur5a se refiere a 'as cosas divinas; * 'a ciencia, a 'as $umanas!. 4110 :e Drdine" 1"1"09AEna cosa es sentir? otra conocer. Por lo cual creo #o" que lo que conocemos se contiene en la inteligencia" # slo con ella puede comprenderse. Luego" si suponemos que en dios se halla lo que el sabio comprende con su inteligencia" ser! necesario poner en :ios todos los conocimientos del sabio@. 4116 :e Hrinitate" 41"42"159ALa diferencia entre la sabidura # la ciencia reside en que la sabidura se ordena al conocimiento de las cosas di$inas? la ciencia" a las humanas@. bonis talibus, et in ea deterquendo beatitudinis apetitum' sed ut quidquid in usu temporalium rationabiliter facimus, ternorum adipiscendorum contemplatione facimus, per ista transeuntes, illis inhrentes> 411B . Pero lo que importa sostener" por encima de toda distincin entre ambos ni$eles del conocimiento hu- mano es la mutua solidaridad que campea entre ambos" lo que no se debe a otra cosa que" al hecho de que" a parte homini, son alcanzadas por dos potencias que de su#o pertenecen a la misma alma # manifiestan su intrnseca unidad. >Et ideo quiddam rationale nostrum, non ad unitatis divortium separatum, sed in au+ilium societatis quasi derivatum, in sui operis dispertitur officium. Et sicut una caro est duorum in masculo et femina, sic intellectum nostrum et actionem, vel consilium vel e+ecutionem, vel rationem et appetitum rationale, vel si quo alio modo significatius dici possunt, una mentis natura complectitur0 ut quemadmodum de illis dictum est0 QErunt duo in carne unaQ, sic de iis dici ponit> 411G . Ena dificultad en torno al conocimiento de las $erdades eternas Ena $ez establecida la distincin entre los di$ersos ni$eles del conocimiento humano" surge una difi- cultad que concierne al modo por el que el hombre accede al supraemprico !mbito de las $erdades eternas. sto se $e" por ejemplo" cuando ,gustn se8ala la capacidad que tiene el intelecto de poder poder e$aluar las cosas con arreglo a las $erdades eternas. >Ptaque de istis secundum illam formam tern veritatis iudicamus, et illam cernimus rationalis mentis intuitu> :@@4 . l problema se suscita precisamente cuando se ad$ierte que" para juzgar de las cosas sensibles" se echa mano de las $erdades eternas" las cuales en razn de su inmutabilidad est!n por encima de la mente humana9 >,ed sublimioris rationis est iudicare de istis corporalibus secundumn rationes incorparales et sempiternas0 qu nisi supra mentem humanam essent, incommutabilem profecto non essent> :@(; . Pero para ello ser! necesario que la ratio inferiorse encuentre en posibilidad de acceder al conocimiento de la cosa en s misma considerada" # al de la cosa considerada a la luz de las $erdades eternas. Pero estos dos conocimientos son especficamente di$ersos9 >Fnde manifestum est, alium unumquemque uidere in se, quod sibi alius dicenti credat, non tamen uideat' aliud autem in ipsa ueritate, quod alius quoque possit intueri0 quo! rum alterum mutari per tempora, alterum incommutabili ternitate consistere> 4174 . Pero" si los dos conocimientos son esencialmente di$ersos se produce una dificultad" aparentemente insal$able. La cuestin se puede formular as9 )cmo es posible que el hombre pueda" mediante su razn superior" juzgar # contemplar las cosas a la luz de las $erdades eternas" si se admite que stas supuestamente no est!n ni al alcance de la experiencia sensible" - pues >no hay que esperar de lo sensible la sinceridad de la ver! dad> :@(@ !' ni al alcance del conocimiento de s -pues >cum se ipsam novit humana mens $...% non aliquid incommutabilem novit> :@(( . Hampoco parece que ,gustn" cuando se8ala el modo en que se alcanza el concepto de algo d la impresin de estar hablando de alg*n tipo de conocimiento inducti$o o bien abstracti$o en el sentido aristotlico del trmino. >Eeque enim oculis corporeis multas mentes videndo, per similitudinem colligimus generalem vel specialem mentis human notitiam0 sed intuemur inviolabilem veritatem, e+ qua perfecte, quantum possumus, definiamus, non qualis sit uniuscuiusque hominis mens, sed qualis esse sempi! ternis rationibus debeat> 4175 . ; as" por dondequiera que se busque" no ha# modo de explicar inmediatamente" # con el slo recurso de la mente humana" el acceso de la inteligencia a las $erdades eternas. Para entender la posicin de ,gustn al 411B . De Frinitate, 12, 13, 21!8as siem)re una )arte de nuestra atenci/n raciona', es decir, de nuestra mente, )or necesidad ser $a de ocu)ar de nuestras necesidades materia'es * mudab'er, sin 'as &ue es im)osibe vivir; no )ara conformarnos a este si-'o, )oniendo nuestro fin en dic$os cuidados * desviando $acia e''os e' deseo de nuestra fe'icidad, sino de ta' suerte &ue cuanto raciona'mente $a-amos en e' uso de 'os bienes tem)ora'es, 'o $a-amos )ara conse-uir 'a contem)'aci/n de 'os eternos, caminando )or medio de a&u#''os con 'a mirada fi.a en #stos!. 411G . De Frinitate, 12, 3, 3 !1or esto, a'-o raciona' mu* nuestro, no se)arado en divorcio de unidad, sino como de'e-ado en a*uda de' consorcio socia', se distribu*e en ministerio de su acci/n. @ as5 como e' var/n * 'a mu.er son una carne, as5 'a inte'i-encia * 'a acci/n, e' conse.o * 'a e.ecuci/n, 'a ra(/n * e' a)etito raciona, o cua'&uier otra e;)ressi/n m,s si-nificativa, si e;iste, inte-ran 'a natura'e(a de 'a mente, &ue es una. De a&u#''os se di.o O4er,n dos en una carne; de #stas se )uede decir tambi#n &ue sondos en un a'ma!. 4112 . De Frinitate, 9, 6, 11!@ as5 .u(-amos de estas cosas cor)/reas se-Tn 'a verdad eterna &ue )ercibe 'a intuici/n de 'a mente raciona'!. 417> . De Frinitate, 12, 2, 2!1ro)io es de 'a ra(/n su)erior .u(-ar de 'as cosas materia'es se-)Tn 'as ra(ones incor)Ooreas * eter nas; ra(ones &ue no ser5an inconmutab'es de no estar )or encima de 'a mente $umana!. 4174 De Frinitate, 9, 6, 9 !De donde es evidente &ue es distinto e' conocer una cosa en si misma, 'o &ue otro &uedice &ue cree )ero no ve; * otra distinta es conocer a'-o en 'a misma verdad, &ue otros tambi#n )ueden intuir de 'os cua'es uno es tem)ora'mente mudab'e; e' otro, es inmutab'e * eterno!. 4171 . De octo-intatribus &uQstionibus, &. 43. 4177 . De Frinitate, 9, 6, 9 !Cuando 'a mente $umana se conoce 9...:, no conoce a'-o inconmutab'e!. 4175 . De Frinitate, 9, 6, 9!7o es viendo con 'os o.os de' cuer)o una muc$edumbre de' mentes como nos formamos, )or ana'o-5a, un conce)to -enera' o concreto de 'a mente $umana, sino contem)'ando 'a verdad indeficiente, se-Tn 'a cua' definimos, en cuanto es )osib'e, no 'o &ue es 'a mente de cada $ombre, sino 'o &ue de be ser en 'as ra(ones eternas!. respecto" quiz!s con$enga recurrir a un examen de sus dos doctrinas gnoseolgicas m!s importantes9 la doctrina de las ideas ejemplares # la de la iluminacin. (((.1. L, :D-H.(3, : L,S (:,S /APL,.S ; : L, (LEA(3,-(Q3 Posicin del problema Ena dificultad en torno al conocimiento de las $erdades eternas Ena $ez establecida la distincin entre los di$ersos ni$eles del conocimiento humano" surge una difi- cultad que concierne al modo por el que el hombre accede al supraemprico !mbito de las $erdades eternas. sto se $e" por ejemplo" cuando ,gustn se8ala la capacidad que tiene el intelecto de poder e$aluar las cosas con arreglo a las $erdades eternas. >Ptaque de istis secundum illam formam tern ueritatis iudicamus, et illam cernimus rationalis mentis intuitu> :@(? . l problema se suscita precisamente cuando se ad$ierte que" para juzgar de las cosas sensibles" se echa mano de las $erdades eternas" las cuales en razn de su inmutabilidad est!n por encima de la mente humana9 >,ed sublimioris rationis est iudicare de istis corporalibus secundumn rationes incorparales et sempiternas0 qu nisi supra mentem humanam essent, incommutabilem profecto non essent> :@(1 . Por cierto" el juicio de la razn sobre las cosas implica que la ratio inferior se encuentre en posibilidad de acceder al conocimiento de la cosa en s misma considerada" # al de la cosa considerada a la luz de las $erdades eternas. Pero" estos dos conocimientos son especficamente di$ersos9 >Fnde manifestum est, alium unumquemque uidere in se, quod sibi alius dicenti credat, non tamen uideat' aliud autem in ipsa ueritate, quod alius quoque possit intueri0 quorum alterum mutari per tempora, alterum incommutabili ternitate consiste! re> 417B . Pero" si los dos conocimientos son esencialmente di$ersos se produce una dificultad" aparentemente insal$able. La cuestin se puede formular as9 )cmo es posible que el hombre pueda" mediante su razn superior" juzgar # contemplar las cosas a la luz de las $erdades eternas" si se admite que stas supuestamente no est!n" ni al alcance de la experiencia sensible" - pues >no hay que esperar de lo sensible la sinceridad de la ver! dad> :@(2 !' ni al alcance del conocimiento de s -pues >cum se ipsam nouit humana mens $...% non aliquid incommutabilem novit> :@(4 . Hampoco parece que ,gustn" cuando se8ala el modo en que se alcanza el concepto de algo" d la impresin de estar hablando de alg*n tipo de conocimiento inducti$o o bien abstracti$o en el sentido aristotlico del trmino. >Eeque enim oculis corporeis multas mentes uidendo, per similitudinem colligimus generalem uel specialem mentis human notitiam0 sed intuemur inuiolabilem ueritatem, e+ qua perfecte, quantum possumus, definiamus, non qualis sit uniuscuiusque hominis mens, sed qualis esse sempi! ternis rationibus debeat> 415> . ; por cierto" tampoco parece entenderlas como fruto exclusi$o de la acti$idad del alma" pues estas $erdades" por lo mismo que son eternas #a eran mucho antes de que el alma comenzase a exis- tir? ni le fueron entregadas por la $a de la autoridad" ni tampoco conocidas por el alma en otra $ida" pues decididamente" en este *ltimo sentido" no ha# constancia de ello. La respuesta al origen del conocimiento de estas $erdades -al menos en la poca en que escribi las 3onfessiones! le eran del todo desconocidas9 >Fnde et qua hc intrauerunt in memoriam meam5 Eescio quod modo0 nam cum ea dedici, non credidid alieno cordi, sed in meo recognoui et uera esse approbaui et com! mendaui ei tamquam reponens, cum uellem> :@I: . ; as" por donde quiera que se busque" no ha# modo de explicar inmediatamente" # con el slo recurso de la mente humana" el acceso de la inteligencia a las $erdades eternas. Para entender la posicin de ,gustn al respecto" quiz!s con$enga recurrir a un examen de sus dos doctrinas gnoseolgicas m!s importantes9 la doctrina de las ideas ejemplares # la de la iluminacin. 4170 . De Frinitate, 9, 6, 11!@ as5 .u(-amos de estas cosas cor)/reas se-Tn 'a verdad eterna &ue )ercibe 'a intuici/n de 'a mente raciona'!. 4176 . De Frinitate, 12, 2, 2!1ro)io es de 'a ra(/n su)erior .u(-ar de 'as cosas materia'es se-)Tn 'as ra(ones incor)/reas * eter nas; ra(ones &ue no ser5an inconmutab'es de no estar )or encima de 'a mente $umana!. 417B De Frinitate, 9, 6, 9 !De donde es evidente &ue es distinto e' conocer una cosa en si misma, 'o &ue otro &ue dice &ue cree )ero no ve; * otra distin ta es conocer a'-o en 'a misma verdad, &ue otros tambi#n )ueden intuir de 'os cua'es uno es tem)ora'mente mudab'e; e' otro, es inmutab'e * eterno!. 417G . De octo-intatribus &uQstionibus, &. 43. 4172 . De Frinitate, 9, 6, 9 !Cuando 'a mente $umana se conoce 9...:, no conoce a'-o inconmutab'e!. 415> . De Frinitate, 9, 6, 9!7o es viendo con 'os o.os de' cuer)o una muc$edumbre de' mentes como nos forma mos, )or ana'o-5a, un conce)to -enera' o concreto de 'a mente $umana, sino contem)'ando 'a verdad indeficiente, se-Tn 'a cua' definimos, en cuanto es )osib'e, no 'o &ue es 'a mente de cada $ombre, sino 'o &ue debe ser en 'as ra(ones eternas!. 4154 Confessiones 10,10,13 !)De d/nde * c/mo estas nociones $an in-resado a mi memoria0 H-noro de &u# manera sucedi/, )ero cuando 'as a)rend5, ni ocurri/ dando cr#dito a otros, sino &ue 'as reconoc5 en mi a'ma * 'as a)rob# como verdaderas * se 'as encomend# a #sta, como en de)/sito, )ara sacar'as cuando &uisiera!. Ena mirada retrospecti$a a Platn # Pit!goras Para poder ingresar adecuadamente a este punto de la in$estigacin se hace menester arrojar antes alguna mirada sobre las doctrinas de Platn # Pit!goras en lo que concierne a la teora del conocimiento" por ser estos autores los que son expresamente citados por el propio ,gustn en el )e -rinitate :@I@ . :e los dos pensadores" sin duda" el m!s importante es el ,teniense" quien hace del conocimiento del orden suprasensible el centro de su doctrina filosfica. :ebe recordarse que" conforme a la doctrina de Platn" el orden suprasensible est! constituido por (deas" que" al tiempo que poseen la uni$ersalidad propia de los conceptos" tienen tambin la consistencia ontolgica de las cosas reales. stas ideas" sin embargo ideas" stricto censu, no son" ni conceptos ni cosas. :e ambos se distinguen en razn de que ellas se identifican # constitu#en como el v\o[ v -lo $erdaderamente real. Aientras los conceptos" aunque pueden estar referidos a las cosas" son puramente racionales" ellas" sin dejar de ser tan inteligibles como los conceptos" son reales? # mientras las cosas slo son reales por participacin de las (deas" stas lo son per se. Por eso se entiende que las cosas" por oposicin a la inmutabilidad de las ideas" sean siempre cambiantes. Por tanto" las (deas -en cuanto fundantes- pueden entenderse como principios o causas de todas las cosas? tambin -en cuanto objeto del entendimiento- como esencias inteligibles" que" por lo mismo pueden ser captadas por el entendimiento. Pero la referibilidad de las ideas al entendimiento" en modo alguno debe entenderse en sentido esencial" por cuanto ellas" de su#o son subsistentes # eternas. >Es evidente que las cosas tiene por s mismas un cierto ser permanente, que ni es relativo a nosotros, ni depende de nosotros. Ellas no se de9an llevar de ac para all, seg8n el capricho de nuestra imaginacin, sino que e+isten por s mismas, seg8n su propio ser y en conformidad a su naturale.a> :@I( . s sumamente importante considerar la relacin que guardan estas (deas con el mundo sensible. n el -imeo el autor deja mu# claro el concepto de que ellas juegan un rol mu# importante en su relacin con origen de las cosas. >Es necesario a8n, tratndose del cosmos, preguntarse seg8n cul de los dos modelos lo ha hecho su autor, si lo ha hecho de acuerdo con el modelo que es id&ntico a s y uniforme $Pdeas%, o si lo ha hecho seg8n el modelo generado y nacido. *hora bien, si el cosmos es bello y el demiurgo bueno, es evidente que pone sus miradas en el modelo eterno. $...% Es absolutamente evidente para todos que ha tenido en cuenta el modelo eterno. #ues el cosmos es lo ms bello de todo lo que ha sido producido, y el demiurgo es la ms perfecta y me9or de las causas> 4155 . -on arreglo a este pasaje puede $erse el lugar que las (deas en el origen de las cosas. llas son el modelo conforme al cual el :emiurgo o celestial artfice realiza una copia de las ideas. Pero" adem!s de modelo" las (deas constitu#en el soporte ontolgico de todo el orden real" #" por ende" tambin del mundo sensible. n orden a esto" las cosas son en la medida en que participan de su (dea o forma. >"ay formas y los que participan de ellas reciben sus eponimias0 as, los que participan de la seme9an.a, se llaman seme9antes' los que participan de la grande.a, grandes' los que de la belle.a y la 9usticia, bellos y 9ustos> :@I? . Por cierto" lo que aqu importa considerar es el modo en que stas ideas pueden ser conocidas. Sabido es que Platn lo explica apelando a una anterior existencia del alma9 >*s pues, el alma inmortal y diversas veces renacida, al haber contemplado todas las cosas, tanto en la tierra como en el "ades, no puede menos que haberlo aprendido todo> :@I1 . :e donde" el conocimiento de las mismas se explica mediante un acto de v dvtYZ[ !reminiscencia- por el cual se saca a luz aquello que" desde antes" estaba presente en el alma. Para hacerlo m!s $erosmil Platn muestra en el Menn" de qu manera" interrogando a un escla$o supuestamente ignorante" le hace alcanzar -gui!ndolo mediante h!biles preguntas-" la solucin de un dfcil problema de .especto a Platn importa tener en cuenta que su doctrina fue continuada despus por Plotino &1>0-1B> d.-.) # por Porfirio &171-7>0)" # es mu# factible que ,gustn ha#a ledo algunas de las obras del pensador 4151 . -fr. :e Hrinitatee" 41" 40. 4157 . PL,HQ3" 3ratilo, (21 e. Puede $erse en este pasaje cmo el autor de la doctrina de las ideas" sin embargo" no sustenta una concepcin idealista en el sentido moderno del trmino. Para estos el orden real se funda ontolgicamente desde la subjeti$idad. La posicin de Platn es" con$endra m!s bien con los realistas gnoseolgicos" seg*n los cuales" el orden real" que se funda en s mismo" # es indepen- diente de quien lo conoce" puede tambin ser conocido por el intelecto humano. 4155 . PL,HQ3( -imeo, @A d. 4150 . PL,HQ3" #arm&nides, :(: a. 4156 . PL,HQ3( Menn, 2: c. 415B . -fr. PL,HQ3" Menn, 2? d. egipcio. ,l igual que Platn" aunque en otro contexto doctrinal" Plotino tambin sustenta la separacin tajante entre lo sensible # lo inteligible. :e Pit!goras" dado el natural hermetismo con que fue ense8ada su doctrina -su negacin a dejar por escrito sus ense8anzas" # la oscuridad de las pocas fuentes que se poseen-" no es mucho lo que se puede decir de su ense8anza. Pero en orden a lo que aqu puede importar slo basta recordar que adhiere a ciertas doctrinas re- ligiosas donde se sostiene la inmortalidad # la dj\jdyX^aYZ[ !transmigracin de las almas. La posicin crtica de ,gustn Jabida cuenta de todas estas consideraciones" toca ahora determinar qu actitud toma ,gustn respecto de estas doctrinas de Platn # Pit!goras. s e$idente que el propio :octor ,fricano es consciente de la dificultad que entra8a explicar el conocimiento de las cosas recurriendo a la doctrina de las razones eternas. ; asi" luego de haberse ser$ido de la doctrina platnica para superar los errores del matrerialismo manicheo" a la hora de seguir a$anzando en el camino de la $erdad" se resuel$e por poner en tambin cuestin una cantidad de doctrinas platnicas" entre ellas" la doctrina de la reminiscencia. :e otro modo" no se explicara por qu despus de se8alar las diferencias que distinguen a la sabidura de la ciencia en el )e -rinitate" dedica un nue$o captulo para la consideracin de las doctrinas de la reminiscencia de Platn # de Pit!goras. s claro que tal inopinado giro crtico en la direccin de sus reflexiones -en el )e -rinitate- no es en absoluto arbitraria. 3o lo es ni en razn de la materia de in$estigacin" #a que se est! buscando resol$er un problema a todas luces impostergable - como lo es explicar el modo del conocimiento de las $erdades eternas-? ni por causa de los autores considerados" por cuanto tiene un e$idente aprecio por ambos pensadores anti guos. Su conocimiento del fundador de la ,cademia quiz!s se redujo a una lectura del Fedn # al -imeo, pero" sin embargo" alcanz a ser lo suficientemente profunda para permitirle darse cuenta de la sensible afinidad que exista entre las doctrinas del ateniense # los datos de la re$elacin cristiana. >*pud #latonicos me interim quod sacris nostris non repugnet reperturum esse confido> :@I2 . n cuanto a su inters por el otro pensador menciona- do" Pit!goras" su afinidad con su doctrina se debe al car!cter Ocasi di$inoO en que estima su doctrina. Lo que ad$ierte cuando al referirse a la secta que adhiere a su doctrina dice de ella que se trata de una >secta uenerabi! lia prope divina> 4152 . Pero" lo que por ahora importa de ellos" en lo que ata8e a la comprensin de la doctrina de las ideas de ,gustn" son sus respecti$as doctrinas gnoseolgicas. n relacin a Platon sabe de su doctrina de las ideas" de cmo con arreglo a ella las almas humanas habran tenido una existencia pre$ia a la actual 410> . La doctrina de la reminiscencia seg*n Platn" sostiene que el alma en una supuesta preexistencia" contempl las ideas en su estado puro" pero despus" #a una $ez desterrado de las empreas moradas hubo de sufrir su traslado a la mezquina realidad del cuerpo humano" lo que habra sucedido como consecuencia de $erse obligado a purgar una suerte de culpa originaria. " igualmente se se8ala que de su unin con la materia corprea" se explicara el ol$ido de lo que alguna $ez hubiera contemplado en su estado anterior. Por ello" para poder recuperar de alguna manera su conocimiento originario" slo queda la posibilidad de su adquisicin por medio de un esfuerzo de la memoria" esto es" de vpdvtYZ[. , esta doctrina alude ,gustn cuando se8ala en el )e -rinitate0 >Et hinc esse quod ea qu discuntur, reminiscuntur potius cognita, quam cognoscuntur nova> 4104 .-omo puede $erse" en este texto" ha# un expreso reconocimiento de su adhesin a la doctrina platnica de la reminiscencia. KPor qu" a su $ez" la doctrina de Pit!goras puede ofrecer una solucin al problema del conocimiento< @uiz!s se deba a que tambin el pensador de Samos" en razn de que cree" tanto en la inmortalidad como en la transmigracin de las almas tambin es permeable a la alternati$a de explicar el conocimiento de la ciencia por la $a de la reminiscencia. ,unque no parece que ,gustn tomara a Pit!goras como testimonio de la $erdad de esta doctrina de la vpdvtYZ[" s es e$idente que intenta responder a los que as lo crean. ,l respecto dice el Santo9 >Eon enim aquiesciendum est eis qui samium #ythagoram ferunt recordatum fuisse talia nonnulla qu fuerat e+pertus, cum hic alio iam fuisset in corpore0 et alios nonnullos narrant alii, eiusmodi aliquid in suis mentibus passos> 4101 . Lo cual indica el grado de reser$a que le producan al santo tales doctrinas. Sin duda" stas 415G . 3ontra academicos, (, @H, I(0>Mientras tanto confo hallar entre los platnicos la doctrina ms conforme con nuestra revelacin!. 4152 . :e ordine" 1" 079OSecta $enerable # casi di$inaO. 410> . 1<?Fl7, 8en/n, 61 c!?s5, )ues, e' a'ma inmorta' * diversas veces renacida, a' $aber contem)'ado todas 'as cosas, tanto en 'a tierra coo en e' Gades, no )uede menos &ue $aber'o a)rendido todo!. 4104 . :e Hrinitate" 41" 40" 15.!De a$5 &ue a&ue''as cosas &ue se a)renden sean, no nuevos conocimientos, sino sim)'es reminiscencias!. 4101 . De Frinitate, 12, 15, 24!7o se $a de dar cr#dito a 'os &ue dicen de' samio 1it,-oras &ue se recordaba de ciertas sensaciones e;)erimentadas cuando viv5a en otro cuer)o $a* &uienes )onen en otros e;)eriencias id#nticas!. se explican en razn de que tales experiencias no se compadecen en absoluto con la realidad" por lo que no cabe m!s que entender tales $i$encias como pseudo reminiscenclas. >Nuas falsas fuisse memorias, quales plerumque e+perimur in somnia, quando nouis uidemur reminisci quasi egerimus aut uiderimus quod nec egimus omnino nec uidimus> 4107 . Ena prueba de la gratuidad de tal afirmacin surge de que" supuesta la preexistencia de las almas en otra $ida anterior" no seran unos pocos sino casi todos los que afirmaran recordar dichas experiencias La pregunta que cabe ahora formular es" )puede entenderse la doctrina agustiniana de las ideas ejemplares" #" consecuentemente" la de la iluminacin" de conformidad con la doctrina platnica de la reminiscencia< Je aqu el punto de discusin. ; la respuesta a esta pregunta es claramente negati$a" # lo es" por di$ersas razones9 - porque faltaban e$idencias que fueran en abono de la doctrina de la reminiscencia? - por cuanto la re$elacin negara derechamente la doctrina de la preexistencia de las almas. Aas" pese a estos argumentos" dada la $oluminosa obra del :octor ,fricano" no podan faltar textos que se pudieran presentar en fa$or de la interpretacin innatista. s perfectamente comprensible que" de alguna manera" la doctrina platnica de la reminiscencia ha#a dejado alguna huella real en su propia doctrina de la iluminacin. Lo que se refleja en la apelacin constante que el santo realiza de la facultad mnemnica. ; esto lleg a tal punto que no falt quien" a la luz de la lectura del )e Magistro" como de las Betractationes" bautizara a la posicin de ,gustn bajo el nombre de variante agustiniana de la doctrina de la reminiscencia. Para entender esto debe recordarse que en )e quantitate anim el autor sostiene la curiosa tesis de que conocer es recordar0 >Pn qua tantum nostr sibimet opiniones aduersantur, ut tibi anima nullam, mihi contra omnes artes secum attulisse uideatur' nec aliud quidam esse id quod dicitur discere, quam reminisci et recordari> 4105 . :esde luego" tal pasaje tiene un sentido claramente reminiscentista que no se puede disimular de ningu- na manera. ;" por si esto no fuera suficiente" tambin se podran agregar junto a ste otros pasajes del mismo tenor" como el #a citado )e -rinitate donde ad$ierte que el conocimiento humano debe entenderse en trminos de reminiscencia9 >Et hinc esse quod ea qu discuntur, reminiscuntur potius cognita, quam cognoscuntur noua> 4100 . )Significa esto una descalificacin de las afirmaciones que precedentemente se han efectuado en este trabajo en contra de un presunto innatismo en ,gustn< sta duda de interpretacin" obliga a realizar algunas aclaraciones con la intencin de resol$er cu!l es en definiti$a la posicin de ,gustn. s saludable reconocer -en aras de la objeti$idad de la in$estigacin- que los textos recin citados son" por lo menos" perfectamente compatibles con un planteo estrictamente innatista. Pero. al mismo tiempo" tampoco debe ol$idarse que en la misma obra donde aparece el segundo de los pasajes recin citados en fa$or de tal doctrina" no dejan de aparecer otros donde el pronunciamiento en contra de la teora platnica de la reminiscencia tampoco puede dar pie a alg*n grado de ambigZedad respecto de las dudas que guarda ,gustn respecto de estas doctrina9 >Fnde #lato ille philosophus nobilis persuadere conatus est vi+isse hic animas hominum, et antequam ista corpora gererent0 et hinc esse quod ea qu discuntur, reminiscuntur potius cognita, quam cognoscuntur nova. Betulit enim, puerum quemdam nescio qu de geometrica interrogatum, sic respondisse, tamquam esset illius peritissimus disciplin. Jradatim quippe atque artificiose interrogatus, uidebat quod uidendum erat, dicebatque que uiderat. ,ed si recordatio hc esset rerum antea cognitarum, non untique omnes uel pene omnes, cum illo modo interrogarentur, hoc possent. Eon enim omnes in priore uita geometr fuerunt, cum tam rari sint in genere humano, ut ui+ possit aliquis inueniri> 4106 . ; por si esto no fuera suficiente" dado que se trata de textos que se encuentran en la misma obra donde aparecen los anteriores que parecen contradecirlo" queda toda$a el testimonio del propio ,gustn en una de sus obras m!s importantes de la senectud. Msta obra es las Betractationes, donde aludiendo a la supuestas e+perien! cias de la reminiscencia se/ala que el ob9eto de estas reminiscenti no son en rigor las verdades alcan.adas 4107 . :e Hrinitate" 41" 40" 109 OSe trata de falsas reminiscencias" como las que con frecuencia experimentamos en sue8os" cuando nos parece recordar haber $isto o ejecutado lo que en realidad no hemos $isto ni obradoO. 4105G7. )e quantitate anim, @H, @I0>-an contrarias son entre s nuestras opiniones en este punto, que a t te parece que no trae consigo el alma ning8n arte, y a m, por el contrario, me parece que las trae todas, y el aprender no es otra cosa que el recordar>. 4100 . De Frinitate, 12, 15, 24.!De a$5 &ue a&ue''as cosas &ue se a)renden sean, no nuevos conocimientos, sino sim)'es reminiscencias!. 4106 . )e -rinitate, :@, :?, @I0 >#latn, noble filsofo, se esfor. en convencernos que las almas humanas haban vivido en el mundo antes de vestir estos cuerpos' de ah que aquellas cosas que se aprenden sean, no nuevos conocimientos, sino simples reminiscencias. ,eg8n &l refiere, preguntado ignoro qu& esclavo sobre un problema geom&trico, respondi como consumado maestro en dicha disciplina. Escalonadas las preguntas con estudiado artificio, vea lo que deba ver y responda seg8n su visin. Mas. si todo esto fuera mero recuerdo de cosas con antelacin conocidas, ni todos ni la mayor parte estaran en grado de responder al ser interrogados de id&ntica manera' porque en su vida anterior no todos han sido gemetras, y son tan contados en todo el g&nero humano, que a duras penas se podr encontrar uno>. en un supuesto pasado, lo que entra/ara la recuperacin de un conocimiento adquirido en una vida pre! e+istente ni mucho menos. Lo que se >recuerda>, en rigor, son las verdades que pertenecen a un orden atemporal :@?A . En :,2,@, de las Betractationes alude a un pasaje supra citatum del )e quantitate anim, donde sostiene que el conocimiento es un cierto reminisce et recordari, se8ala expresamente que ese pasaje no debe ser entendido en el sentido de una memoria de acontecimientos $i$idos en una $ida anterior9 >QHmnes artem animam secum attulisse mihi uideri, nec aliud quidquam esse id quod dicitur discere quam reminisci et recordariQ, non sic accipiendum est quasi e+ hoc approbetur animam uel hic in alio corpore uel alibi siue in corpore siue e+tra corpus, aliquando ui+isse' et ea qu interrogata respondet, cum hic non didicerit, in alia uita ante didicisse> :@?2 . . s que" en rigor" la memorizacin no implica echar mano de contenidos externos" sino de $erdades que #a se hallaban presentes en el seno del alma pero que era preciso sacarlas del ol$ido en que se las tena9 >Nuodcirca inuenimus nihil esse aliud discere ista, quorum non per sensus haurimus imagines, sed sine imagi! nibus, sicuti sunt, per se ipsa intus cernimus, nisi ea, qu passim atque indisposite memoria continebat, cogitando quasi colligere atque animaduertendo curare, ut tamquam ad manum posita, in ipsa memoria, ubi sparsa prius et neglecta lactitabant, iam familiari intentione facile ocurrant> 4102 . n consecuencia" conocer" no es otra cosa que descubrir en s lo que #a se encontraba" pero sin que la inteligencia se hubiese $olcado sobre ello. La vpdvtYZ[ del presente Los textos de las Betractationes en fa$or de una reminiscencia del presente" por cierto" no se debieron a una elucubracin de *ltimo momento" sino m!s bien" a una progresi$a elaboracin que se haba gestado mucho antes. Precisamente en los tiempos en que el platonismo ejerci su ma#or influencia sobre l" cuando explica a su amigo 3ebridio las razones que lo habran lle$ado a pensar de tal manera. n este carta" escrita en Hagaste entre los a8os 7GG # 724" ,gustn rechaza la posicin de 3ebridio con arreglo a la cual no ha# memoria sin im!genes 416> . 3o slo se puede recordar el pasado sino tambin lo presente. Lo primero ocurre cuando se atienden a realidades que #a no existen" como la memoria del ser querido #a fallecido? lo segundo" cuando se recuerda algo que toda$a existe" como la memoria de la ciudad donde $i$i alg*n tiempo. >Fidendum nos non semper rerum prtereuntium meminisse, sed plerumque manen! tium> :@1: . Luego" tambin ha# memoria del presente9 >#osse dici earum etiam rerum, qu nondum interierunt, memoriam> 4161 . sto *ltimo acontece de modo particular con el objeto de la inteligencia" cual es el caso de las $erdades eternas. Las cuales" en cuanto que objetos inteligibles" no necesitan de im!genes para ser contenidas por la inteligencia? # en cuanto que las poseemos por haberlas conocido #a antes con la inteligencia" son tambin tradas por la memoria9 >* quibus quia deflu+imus et aliter alia uidere cfpimus, ea nos reminiscendo reuisere, id est per memoriam. quam ob rem si, ut alia omittam, ipsa ternitas semper manet nec aliqua imagi! naria figmenta conquiurit, quibus in mentem quasi uehiculis ueniat, nec tamen uenire posset, nisi eius meminissemus, potest esse quarundam rerum sine ulla imaginatione memoria> :@1(
Lamentablemente" en este texto" no ha# indicaciones respecto del origen del contenido de la memoria. ,unque no faltan quienes arriesgan la idea de que se trate de $erdades que de alguna manera #a estaban pre- contenidas en su esencia" de modo que" al $ol$erse el alma sobre s misma" con a#uda de :ios" $uel$e a $er lo que #a antes" $irtualmente" haba $isto >El alma en su esencia lleva como prefiguradas estas verdades eternas, y cuando las conoce, con la ayuda de )ios, se da cuenta de que que ya saba virtualmente, y, en este sentido, 410B . Cfr. Betractationes, 1, 4, 4 1, 6, 2. 410G Betractationes, H, 6, 2!O@ a m5 )or e' contrario, me )arece &ue 'as trae todas, * e' a)render no es otra cosa &ue e' recordarO. <o cua' no debe ser entendido en e' sentido de &ue )or esto se a)ruebe &ue esta a'ma o a'-una ve( e;istiese o en otro cuer)o o en otra )arte -o en e' cuer)o o fuera de' cuer )o-, * &ue tambi#n se a)ruebe &ue estas cosas &ue res)onde cuando es interro-ada, si no 'as $abr5a a)rendido en esta vida entonces 'o $abr%a a)rendido en otra vida anterior!. 4102 Confessiones, 10,11,16!1or a&u5 descubrimos &ue a)render estas cosas -de 'as &ue no recibimos im,-enes )or 'os sentidos, sino &ue, sin im,-enes, como e''as son, 'as vemos interiormente en s5 mismas- no es otra cosa sino como un reco-er con e' )ensamiento 'as cosas &ue *a conten5a 'a memoria a&u5 * a''5 confusamente, * cuidar con 'a atenci/n &ue est#n como )uestas a 'a mano en 'a memoria, )ara &ue, donde antes se ocu'taban dis)ersas * descuidadas, se )resenten *a f,ci'mente a una atenci/n fami'iar!. 416> Cfr E)isto'a 6, ?u-ustino 7ebridio, 1. 4164 E)isto'a, 3, 1, 1!Debe verse &ue no siem)re se recuerdan 'as cosas )asadas, sino, con frecuencia, 'as &ue )ermanecen!. 4161 E)istu'a 3, 1, 2!1uede decirse &ue $a* memoria de estas cosas &ue todav5a no $an )asado!. 4167 Epistola, A, :, @0>)e las cosas que vemos con la inteligencia, porque nos separamos de ellas y comen.amos a ver otras cosas, volvemos a verlas por la reminiscencia, esto es, por la memoria. #or eso, omitiendo otras cosas, si la misma eternidad permanece siempre, no se alcan.a con representaciones imaginarias, que sirvan como vehculos para traerlas a la mente, ni tampoco puede venir sino tuvi&semos memoria de ella. Enton! ces, puede haber memoria de algunas cosas sin valerse de ninguna imaginacin>. ella se recuerda. ,an *gustn conserva, por tanto, la palabra QreminiscentiaQ, vacindola de su significacin platnica para introducir una doctrina que le es propia, la de la iluminacin> :@1I
sta *ltima conclusin permite comprender que" #a en el )e -rinitate" por cierto" la diferenciacin respecto de Platn era un hecho" pues" luego de rebatir la doctrina de la reminiscencia platnica en )e -rinitate, :@, :?, @I, ofrece su propia doctrina gnoseolgica" tradicionalmente conocida bajo el nombre de teora de la iluminacin9 >,ed potius credendum est mentis intellectualis ita conditam esse naturam, ut rebus intelligi! bilibus naturali ordine, disponente 3onditore, subiuncta sic ista uideat in quadam luce sui generis incorporea, quemadmodum oculus carnis uidet qu in hac corporea lu+ circumdiacent, cuius lucis capa+ eique congruens est creatus> :@1?
; as" la reminiscencia agustiniana termina por entenderse en el contexto de una nue$a doctrina" la doctrina de la iluminacin. sta iluminacon se funda en los atributos de la eternidad # omnipresencia di$ina. ; recordando a San Pablo se8ala que n porque todos estamos en Ml tenemos la posibilidad de reconocer una $erdad que se hallaba presente en nuestro mismo origen9 >Plle quippe semper est nec fuit et non est, nec est et non fuit0 sed sicut numquam nonerit, ita numquam non erat. Et ubique totus est0 propter quod ista in illo et uiuit, et mouetur est :@11 0 et ideo reminisce eius potest. Eon quia hoc recordatur, quod eum nouerat in *dam, aut alibi alicubi ante huius corporis uitam, aut cum primum facta est ut inseretur huic corpori0 nihil enim horum omnino reminiscitur' quidquid horum est, obliuione deletum est. ,ed commemoratur, ut conuertantur ad )ominum, tanquam ad eam lucem qua etiam cum ab illo auerteretur quodam modo tangebatur> :@1A . Las razones dogm!ticas del rechazo de la remi niscencia platnica Ena cuestin interesante" en lo que concierne al rechazo de San ,gustn de la doctrina de la reminis- cencia -tal como lo expuso el fundador de la ,cademia- reside en determinar si hubo alguna ingerencia de car!cter extra-filosfico que hubiese podido incidir sobre tal rechazo" # cu!l es" concretamente" tal influencia. , lo primero se puede responder" que positi$amente. n relacin con lo segundo" ha# mu# buenas razones para suponer que las Sagradas scrituras incidiesen sobre su decisin en razn del expreso rechazo que hace de tal doctrina" cuando se pregunta por el origen del alma. ,s por ejemplo" en )e anima et eius origine, se8ala mu# claramente la incompatibilidad entre la posibilidad de la preexistencia de las almas -condicin para que luego pueda recordar lo $isto en tal estado- con el dato re$elado. Se8ala dos razones por las cuales tal doctrina es ina- ceptable" ambas $inculadas con pasajes mu# precisos de las scrituras9 uno" referido al instante de la creaci^n del hombre? otro referido a la incapacidad moral antes del nacimiento. La primera razn estriba en que la existencia del alma se debe a la directa accin de :ios9 >Plle flauerit flatum uit, quo fieret homo in animam uiuentem> 77 . Luego" si :ios insufla el alma en el momento en que el hombre nace" no cabe la posibilidad de que el alma ha#a tenido existencia antes que su cuerpo. K@u duda cabe que con tal reflexin estaba recordando el clebre pasaje Jn 1" B" que reza9 >-unc formauit )ominus )eus hominem puluerem de humo et inspirauit in nares eius spiraculum uit, et factus est homo in animam uiuen! tem> (I . La segunda razn" decididamente $inculada con la anterior" se apo#a en la imposibilidad de que el hombre hubiera podido obrar moralmente antes de nacer9 >-an malum meritum nullo modo habere potuit ante omne peccatum, prsertim priusquam ueniret in carnem, quando meritum nec malum potuit habere nec bo! num> (? . n relacin a ello cita expresamente la doctrina de San Pablo9 >Eondum enim natos *postolus nihil egisse dicit boni vel mali>. -on lo cual hace referencia al $ersculo 2" 44 de la Epistula ad Bomanos9 >3um enim nondum nati fuissent aut aliquid egissent bonum aut malum, ut secundum electionem ut secundum electio! nem propositum )ei maneret> (1 . 4165. 8anue' 8?BFk7Ei, Hntroducci/n a' De ma-istro, en Pbras de 4an ?-ust5n, t. HHH, 8adrtid, A?C, 1931, ). 563. 4160. De Frinitate, 12, 15, 24 !Es )referib'e creer &ue, dis)oni#ndo'o as5 e' Gacedor, 'a esencia de' a'ma inte'ectia descubre en 'as rea'idades inte'i-ib'es de' orden natura' dic$os recuerdos, contem)',ndo'os en una 'u( incor)/rea es)ecia', 'o &ue mismo &ue e' o.o carna' a' res)'andor de esta 'u( materia' ve 'os ob.etos &ue est,n a su a'rededor, )ues $a sido creado )ara esta 'u( * a e''a se ada)ta )or creaci/n!. 4166 ?ct 13,26. 416B De Frinitate, 14, 15, 21 !De' 4e2or, su Dios, se recuerda. E' siem)re es, no fue * *a no es, ni es * no fue; .am,s de.ar, de e;istir * nunca tuvo )rinci)io su e;istencia. Fodo est, en todas )artes, * )or eso e' a'ma vive, se mueve * e;iste en C', * de a&u5 'a )osibi'idad de su recuerdo. @ no se recuerda )or $aber'o conocido en ?d,n o en a'-una otra )arte antes de esta vida cor)/rea, o a' )rinci)io de su formaci/n antes de ser unida a este cuer)o; no, e''a nada de esto recuerda; todo se $a borrado )or e' o'vido. 1ero se 'e )uede a' a'ma recordar )ara &ue se convierta a' 4e2or, como a 'a 'u( &ue 'e toca de a'-una manera, aun&ue e''a trate de a'e.arse de C'!. 7 77 De anima et eius ori-ine, 3, 5, 3!Dios ins)ir/ e' a'iento de vida )or e' cua' e' $ombre &ued/ constituido en a'ma viviente!. 5 75 Jn 2, 3!Entonces form> @a$v# Dios a' $ombre con )o'vo de' sue'o e insuf'/ en sus narices a'iento de vida, * resu't/ e' $ombre un ser viviente!. 0 70 De anima et eius ori-ine, 3, 6, 11!7o )udo contraer este m#rito ma'o antes de todo )ecado, )rinci)a'mente antes de unirse a' cuer)o; )ues, en a&u#' estado no 'e era )osib'e merecer ni e' bien ni e' ma'!. 6 76 Bom 9, 11!?$ora bien, antes de $aber nacido, * cuando no $ab5an $ec$o ni bien ni ma' -)ara &ue se mantuviese 'a 'ibertad de 'a e'ecci/n divina!. stas dos razones" aunque no las expone el autor para responder expresamente a la doctrina platnica de la preexistencia de las almas" s son lo suficientemente claras como para haber podido influir sobre ,gustn en su descalificacin de dicha posicin. :e todo lo cual puede concluirse que el Dbispo de Jipona" lejos de adherir a la doctrina de la reminis- cencia de Platn" que sin duda influ# sobre l" se aleja de ella en $irtud de razones filosficas # teolgi cas que no se compadecen con la tesis de la preexistencia de las almas. -on lo cual se confirman las apreciaciones $ertidas supra acerca del rechazo de la posicin platnica por parte de ,gustn. 1.4.4. Lo que s toma de Platn9 la doctrina de las ideas ejemplares Seg*n ,gustn" el conocimiento de todas las cosas se rige por el auxilio de ciertas $erdades inmutables # eternas 7B " de donde se hace menester establecer la existencia de la $erdad inconmutable 7G . >$...% esse incommutabilem veritatem, hc omnia qu incommutabiliter vera sunt continentem' $...% quod communiter omnibus rationantibus atque intelligentibus prsto est> (4 . s fundamento del conocer" porque ella se identifica con el mismo ser inteligible. n opinin de ,gustn -como se ha se8alado precedentemente- cuando se conoce algo" de ordinario surge tambin un juicio $alorati$o de dicha realidad. l cual juicio se efect*a sobre la base de un modelo o patrn de medida. Hal es el caso del conocimiento que se tiene de la realidad sensible que nos conduce a un orden susceptible de ser e$aluado por la inteligencia # corregido por la accin humana. Ja# tambin otro tipo de conocimiento ordenado a un objeto superior que no es susceptible de modificacin por parte del hombre" pero que s puede ser objeto de contemplacin intelectual. ,hora bien" todo juicio $alorati$o que se emite sobre la realidad" supone por parte del que juzga" la posesin pre$ia de un criterio para juzgar. sto es" de una norma que sir$a de punto de referencia para realizar dicha e$aluacin. ; as aparecen dos rdenes de conocimiento9 el uno" ordenado al mundo corpreo que es juzgado de conformidad con modelos inteligibles? # el otro" es el conocimiento ordenado a esos mismos modelos inteligibles. >*liter figurantes animo imagines corporum, aut per corpus corpora videntes' aliter autem rationes artemque ineffabiliter pulchram talium figurarum supere aciem entis simplici intelligentia capientes> 5> . K@u duda cabe de que" no mu# lejos de estas palabras" est! aleteando el genio de ,tenas cuando a tra$s del clebre mito de la ca$erna &.ep*blica" B" 045a"- 04Ba) distingue entre aquel saber que est! ordenado al orden inteligible -episteme!" # aquel que slo se $incula con el orden sensible -doxa. ; donde el conocimiento por excelencia est! dado por el conocimiento de los noet ar9ai o arquetipos. Lo que ,gustn busca hacer $er" en el pasaje precedente es que todo juicio $alorati$o de un orden imperfecto supone la posesin secundum quid de un orden absoluto que sir$a de punto de referencia para el conocimiento de lo no absoluto. ; lo que en este trabajo se quiere se8alar es la $inculacin inmediata de este pasa-je con la doctrina de los modelos de bondad # de belleza presentes en la doctrina de Platn. J ah buenas razones para que ,gustn pueda estar tentado de asumir como propia la doctrina platnica de las ideas9 >Pdeas igitur latine possumus uel formas uel species dicere, ut uerbum a verbo transferre uideamur. ,i autem ratines eas vocamus, ab interpretandi quidem proprietate discedemus' rationes enim grce emuoZ appellantur, non ide0 sed tamen quisquis hoc uocabulo uti uoluerit, aberrauit. ,ant namque ide principales form qudam, uel rationes rerum stabiles atque incommutabiles, qu ips format non sunt, ac per hoc tern ac semper eodem modo sese habentes, qu in diuina intelligentia continentur. Et cum ipse neque oriantur, neque intereant, secundum eas tamen formari dicitur quod oriri et interire potest, et omne quod oritur et interit> 54 . ,hora bien" la teora de las ideas ejemplares" si bien fue un genial aporte en el contexto de la filosofa griega" no poda serlo tambin para la especulacin cristiana sin que se $iera la necesidad de imponerle algunas significati$as modificaciones que la hacieran apta para el uso teolgico. ;a los neoplatnicos $ieron la B 7B 4o'i'o&uios 1, 15, 23. G 7G De 'ibero arbitrio, 2, 12, 33!E;iste 'a verdad inconmutab'e, &ue contiene en s5 todas 'as 'cosas &ue son inconmu tab'emente verdaderas 9...: &ue )errenece en comhn a todos 'os raciona'es e inte'i-entes!. 2 72 De 'ibero arbitrio, 2, 12, 33!9...: e;iste 'a verdad incommutab'e, &ue ocntiene en s5 todas 'as 'cosas &ue son incommutab'emente verdaderas; 9...: &ue )ertenece en comhn a todos 'os raciona'es e inte'i-entes!. > 5> . )e -rinitate, 4, 1, ::0 >Fna cosa es fingir en el nimo las imgenes de los cuerpos o ver con el cuerpo los cuerpos, y otra intuir, por encima de la mirada de la mente, mediante la visin de la pura inteligencia, las ra.ones y el arte inefablemente bello de tales imgenes>. 4 54 )e octoginta tribus qustionibus, I10>*teni&ndonos a una versin verbal, podemos llamar a las ideas, QformasQo QespeciesQ. Llamndolas Qra.onesQ nos apartamos de la interpretacin adecuada, pues las ra.ones en griego se llaman QemuoZQ no QideasQ. 3on todo, no sera un desatino el uso de dicho vocablo. #orque son las ideas ciertas formas principales o ra.ones permanentes e invariables de las cosas, las cuales no han sido forma! das, y por esto son eternas y permanecen siempre en el mismo estado contenidas en la divina inteligencia. = siendo as que ellas ni nacen ni mueren, con todo se dice que est formado seg8n ellas todo lo que puede nacer y morir, y todo lo que nace y muere>. dificultad de suponer un !mbito de inteligibilidad del todo independiente de una inteligencia soberana. Por ello buscaron integrarlo con una realidad inteligente. sto es lo que ocurre cuando Plotino las sit*a en el o[ o mente di$ina" que constitu#e la primera hipstasis de lo Fno. ; ,gustn sigui el mismo criterio Plotino. Las ideas ejemplares est!n seg*n l contenidas en la misma inteligencia di$ina. A-anquam Merbum perfectum, cui non desit aliquid, et ars qudam omnipotentis antque sapientis )ei plena omnium rationum uiuentium incommutabilem@ I@ . Para arribar a tal afirmacin ,gustn tu$o que hallar razones $alederas. ; estas surgen por la necesidad de dar $isos de racionalidad a la doctrina de la creacin. n orden a ello" lo primero que ,gustn busca se8alar es que :ios es principio del ser # de inteligibi- lidad de todo lo real9 >-u es et )eus es )ominusque omnium, qu creasti, et apud te rerum omnium insta! bilium stant caus et rerum omnium mutabilium manent origines et omnium irrationalium et temporalium sem! pitern vivunt rationes> 57 . Dbsr$ese con qu palabras en la Bep8blica #a Platn haba establecido a la idea de %ien como fundamento del ser # del conocer9 OEs ella misma $la idea de Gien%, la que procura la verdad a los ob9etos de las ciencias $Pdeas%, y la facultad de conocer al que conoce. $...% *simismo el bien no sl proporciona a los ob9etos inteligibles 6Pdeas7, esa cualidad, sino incluso el ser y la esencia> II . s e$idente que las razones eternas son necesarias para entender mejor el misterio profundo de la creacin9 >Nuis audeat )eum irrationabiliter omnia condidisse5 Nuod si recte dici uel credi non potest, restat ut omnia ratione sint condita. Eec eadem ratione homo, qua equus0 hoc enim absurdum est e+istimare. ,ingula igitur propriis sunt creata rationibus. "as autem rationes ubi arbitrandum est esse, nisi in ipsa mente 3reatoris5> I? . %usca con ello sal$ar la dificultad que surge de la interpretacin platnica seg*n la cual el tdZoz]um[ deba subordinarse a ellas cuando constru#e el mundo. >#ero es necesario, aun tratndose del cosmos, preguntarse seg8n cul de los dos modelos lo ha hecho su autor, si lo ha hecho de acuerdo con el modelo que es id&ntico a s y uniforme $Pdeas%, o si lo ha hecho seg8n el modelo generado y nacido. *hora bien, si el cosmos es bello y el )emiurgo bueno, es evidente que pone sus miradas en el modelo eterno. $...% Es absolutamente evidente para todos que ha tenido en cuenta el modelo eterno. #ues el cosmos es lo ms bello de todo lo que ha sido producido, y el )emiurgo es la ms perfecta y me9or de las causas> I1 . KPor qu razn" a su $ez" ,gustn habra de insistir en la doctrina de las ideas< Por la necesidad de postular un cierto ejemplarismo di$ino para explicar de alguna manera la creacin del mundo9 >Faber facit arcam. #rimo in arte habet arcam0 si enim in arte arcam non haberet, unde illam fabricando proferret5 ,ed arca sic est in arte, ut non ipsa arca sit, qu uidetur oculis. Pn arte inuisibiliter est, in opere uisibiliter erit. Ecce facta est in opere, numquid destitit esse in arte5 Et illa in opere facta est, et illa manet qu in arte est0 nam potest illa arca putrescere, et iterum e+ illa qu in arte est, alia fabricari. *ttendite ergo arcam in arte, et arcam in opere. *rca in opere non est uita, arca in arte uita est, quia uiuit anima artificis, ubi sunt ista omnia antequam proferantur. ,ic ergo Fratri carissimi, quia ,apientia )ei, per quam facta sunt omnia, secundum artem continet omnia, antequam fabricet omnia omnia' hinc qu fiunt per ipsam artem, non continuo uita sunt, sed quidquid factum est, uita in illo est. -erram uides, est in arte terra0 clum uides, est in arte clum0 solem et lunam uides, sunt et ista in arte0 sed foris corpora sunt, in arte uita sunt> IA . 1 51 De Frinitate, 6, 10,11 AComo Derbo )erfecto a' &ue nada fa'ta, arte de' Dios sabio * todo)oderoso, &ue en su )'enitud contiene 'as ra(ones incommutab'es de todos 'os vivientes@. 7 57 . Confessiones H, 6, 9!Eres Dios * 4e2or de todas 'as cosas, * se $a''an en t5 'as causas de todo 'o &ue es inestab'e, * )ermanecen 'os )rinci)ios inmutab'es de todo 'o &ue cambia, * viven 'as ra(ones sem)iternas de todo 'o tem)ora'!. 5 55 . PL,HQ3( Be)Tb'ica, 6, 506e. 0 50 . De octo-inta tribus &uQstionibus, 46!)"ui#n osar, decir &ue Dios cre/ cie-amente, todas estas cosas0 @ si esta $i)/tesis es absurda e increib'e, 'ue-o todas fueron creadas con ra(/n. 7i con 'a misma ra(/n e' $ombre &ue e' caba''o; o)inar esto ser5a absurdo. <ue-o, cada cosa fue creada con su )ro)ia ra(/n de ser. )@ d/nde debemos co'ocar estas ra(ones de 'as cosas sino en e' entendimiento de' Creador0! 6 56 . PL,HQ3( Fimeo, 29a. B 5B Hn Hoannis Euan-e'ium tractatus, H, 13 !Constru*e e' artesano su arca. <o )rimero es 'a conce)ci/n de' art5fice, )ues, de no ser as5, mc/mo 'a )uede construir0 1ero, e' arca como idea no es e' arca &ue contem)'amos con 'a vista. ?&u#''a es invisib'e; #sta, visib'e. @a tenemos fabricada e' arca )ero no )or e''o de.a de e;istir en 'a mente de' artista. <a obra es 'a e.ecuci/n de 'a idea, &ue )ermanece en 'a mente de' art5fice. Este artefacto se )uede ''e-ar a )odrir, )ero en 'a mente &ueda e' ori-ina' )ara $acer otro nuevo. Ri.ad a 'a ve( 'a atenci/n en e' arca como conce)ci/n de' art5fice, * en arca como obra e.ecutada. E' arca *a fabricada no tiene vida; )ero como conce)ci/n tiene vida en e' a'ma de' art5fice. <o mismo )uede decirse de 'a 4abidur5a de Dios, )or 'a cua' $an sido $ec$as todas 'as cosas. Esta sabidur5a contiene en s5 'a idea de todas 'as cosas antes de &ue sean creadas en su rea'idad, *, )or eso, todo 'o )roducido )or esas ideas tiene 'a vida en e' verbo de Dios, aun&ue en s5 misma no 'a ten-an. <a tierra * e' cie'o, 'a 'una * e' so' &ue contem)'amos con 'a vista, e;isten )rimero en su ar&ueti)o * en C' son vida * fuera de C' son cuer)os sin a'mas!. n este texto sumamente denso se pueden extraer una serie de elementos que a#udan a entender mejor la doctrina agustiniana de las ideas ejemplares9 4. n primer lugar establece una analoga entre la creacin di$ina # la labor del artista9 ambos deben poseer de antemano un cierto conocimiento de lo que $an a hacer.1. Se establece un paralelo entre la idea de lo que se crea # lo creado afirmando la prioridad de la primera respecto de la segunda. Porque la primera es $ida en :ios? mientras que la segunda est! afectada por la caducidad propia de todas las cosas. Pero la razn m!s importante para apelar a la doctrina de las ideas aparece cuando el santo se8ala que" de todas las criaturas" slo al hombre le cabe el pri$ilegio de poder acceder al conocimiento de las mismas9 >*hora bien, el alma racional, aventa9a a todas las cosas que fueron creadas por )ios, y est cerca de Cl. 3uando es pura y cuando ms se adhiere a Cl por la caridad, tanto ms participa de la lu. inteligible, y tanto me9or podr ver, no con los o9os del cuerpo, sino con la porcin principal, que es su ttulo de mayor e+celencia, aquellas ra.ones cuya contemplacin la hace sumamente feli.> &Ebicar este texto" tomado probablemente del Hr. (n (oannis uange). s e$idente el esfuerzo de ,gustn por situar las ideas ejemplares en el seno de la misma realidad di$ina" lo que se compadece con la afirmacin de :ios como principio uni$ersal de inteligibilidad. Pero una $ez descubierto esto" queda por $er de qu modo" estas ideas situadas en :ios pueden ser objeto del humano intelecto" lo que remite sin m!s a la clebre doctrina agustiniana de la iluminacin. 7. La doctrina de la iluminacin La mirada retrospecti$a diirigida hacia Platn" por parte de ,gustn no responde a ning*n deseo de $ana especulacin" sino a la necesidad de dar acabada cuenta a un problema que sigue pendiente desde el momento mismo en que afirm la posibilidad del conocimiento racional. Si el conocimiento racional supone un juicio por el que se juzgan las cosas a la luz de las $erdades eternas" )de dnde toma el intelecto humano dichas $erdades eternas< Au# sutilmente" la respuesta de alguna manera los trminos de la respuesta #a aparecen preanunciados en )e Jenesi ad literam, donde se8ala la asistencia di$ina" en el juicio que importa el conocimiento de las cosas9 >Pudicat autem sobrius intellectus diuinitus adiutus, qu uel quanta sint, in quibus etiam aliud putare quam est, non sit anima perniciosum> I2 La necesidad de resol$er la cuestin de un modo definiti$o" lo impulsa a elaborar su doctrina de la illuminatio )ei. sta doctrina #a se hace presente en el pasaje #a citado del )e -rinitate" 41" 40" 15" el que" dada su importancia" merece ser recordado nue$amente. >,ed potius credendum est mentis intellectualis ita conditam esse naturam, ut rebus intelligilibus naturali ordine, disponente conditore, subiuncta sic ista videat in quadam luce sui generis incorporea, quemadmodum oculus carnis videt in hac corporea luce circumdiacent, cuius lucis capa+ que congruens est creatus> 52 . , la luz de esta escueto pasaje" se puede $er que las $erdades eternas" contenidas en el recuerdo, se hacen visibles a la inteligencia humana merced a una lu. incorprea procedente de :ios que las ilumina en su necesidad e inmutabilidad # las imprime en el alma. ; ante la dificultad de poder expresarlo m!s claramete se $ale de una cierta analoga de proporcionalidad" esto es" el entendimiento humano es a la luz inteligible" lo que el ojo para la luz del sol. Aientras la luz del sol hace $isibles las cosas corpreas al ojo humano? la luz di$ina permite que la inteligencia $ea las incorporeas. /ugando con los significados an!logos de la palabra cluzc relaciona al sol con :ios" afirm!ndolo como fuente principio uni$ersal de inteligibilidad? #" al ojo con la inteligencia" afirm!ndola como naturalmente apta para alcanzar la $erdad de las cosas? # a la $isin con el acto cogniti$o" sosteniendo a este *ltimo como el acto propio de la inteligencia humana. Sin duda" a su $ez tal met!fora est! inspirada en la analoga que precedentemente establecieron Platn # Plotino entre el sol # la idea de bien # lo Eno. .ecurdese que en Platn la idea de bien irradia los objetos inteligibles 0> . :e manera seme- jante" Plotino entiende a lo Eno como el sol o la luz trascendente. Sin duda" el lugar que el santo asigna a :ios en el proceso de la illuminatio es el principal. ;a en los ,oliloquios !una de sus obras ms tempranas! :ios es considerado el sol de los espritus";a en los ,oliloquios !una de sus obras ms tempranas! :ios es considerado el sol de los espritus 04 " en tanto que hace entender los G )e Jenesi ad literam, :@, :I, (;0 >El entendimiento, ayudado por la gracia divina, 9u.ga sobriamente qu& y cuantas sean en las que no es per9udicial al alma 9u.gar una cosa por otra>. 2. )e -rinitate, :@,:?,@I0!Es preferible creer que, disponi&ndolo as el "acedor, la esencia del alma intelectiva descubre en las realidades inteligi! bles del orden natural dichos recuerdos, contemplndolos en una lu. incorprea especial, lo mismo que el o9o carnal al resplandor de esta lu. material ve los ob9etos que estn a su alrededor, pues ha sido creado para esta lu. y a ella se adapta por creacin>. > 0> . Cfr. 1<?FP7, Be)ub'ica 514 16. 4 04 4o'i'o&uia, 1, 6, 15. objetos inteligibles" pero sobre esto por ese entonces haba claros titubeos. Jabr! que esperar a su con$ersin # bautismo -acaecidos por los a8os cercanos al 7GG- para que" en el )e magistro, se confirme definiti$amente la tesis de que :ios es el principio uni$ersal de inteligibilidad. Porque -risto es el Aaestro interior de todos los hombres que buscan la $erdad9 >3um vero de iis agitur qu mente conscipimus, id est intellectu atque ratione, ea quidem loquimur qu prsentia contuemur in illa interiore luce veritatis qua ipse qui dicitur homo interior, illustratur et fruitur' sed tunc quoque noster auditor, si et ipse illa secreto ac simplici oculo videt, novit quod dico sua contemplatione, non verbis meis. Ergo ne hunc quidem doceo vera dicens, vera intuentem' docetur enim non verbis meis, sed ipsis rebus, )eo intus pandente, manifestis> ?@ . n ,oliloquios, est! clara la idea de que :ios" en cuanto Feritas # ,apientia por excelencia" es aquello >en lo cual, y por lo cual y a trav&s de lo cual> todas las cosas se hacen $erdaderas e inteligibles para todos los entendimientos9 O)eus Feritas, in quo et a quo et per quem uera sunt qu uera sunt omnia. )eus, ,apientia, in quo et a quo et per quem sapiunt qu sapiunt omnia> ?( . n )e -rinitate, 2, 4, :( se8ala que conocemos el orden inteligible en :ios9 >Pn )eo conspicimus incommutabilem formam iustiti, secundum quam hominem uiuere oportere iudicamus> ?I . :ios es el !mbito de encuentro interpersonal9 >,i ambo uidemus uerum esse quod dicis et ambo uidemus uerum esse quod dico, ubi quso, id uidemus5 Eec ego utique in te nec tu in me, sed ambo in ipsa qu supra mentes nostras est incommutabili ueritate> ?? . :e dnde toma ,gustn estos conceptos< 3o ha# ninguna duda que su fuente de inspiracin es el primer captulo de /uan9 >Pn principio erat Ferbum, et Ferbum erat apud )eum, et )eus erat Ferbum. $...% in ipso uita erat, et uita erat lu+ hominum, et lu+ in tenebris lucet, $...%. erat lu+ vera, qu illuminat omnem hominem, ueniens in mundum> 06 . ntre los tesis que con$iene destacar de esta doctrina aparece la afirmacin clara de que :ios es la luz de la 'erdad fuente de toda luz creada. Luego si la mente humana posee alguna luz" no la posee por s" porque no es la luz" sino que la posee por :ios que lo ilumina. ; lo ilumina como $erdad una e inmutable que" sin ser de uno u otro" se pone al alcance de todos de un modo secreto # al mismo tiempo p*blico" por lo cual est! m!s all! de la naturaleza humana9 >Nuapropter nullo modo negaveris esse incommutabilem ueritatem, hc omnia qu incommutabiliter uera sunt continentem' quam non possit dicere tuam uel meam, uel cuiusquam hominis, sed omnibus incommutabilia uera cernentibus, tamquam miris modis secretum et publicum lumen, prsto esse ac se prbere communiter0 omne autem quod comuniter omnibus rationantibus atque intelligentibus prsto est ad illius eorum proprie naturam pertinere quis di+erit5> ?A . ste pasaje del )e libero arbtrio es sumamente $alioso. n l se sientan importantes afirmaciones de car!cter gnoseolgico. 4. Ja# una 'erdad primera e inmutable de la cual participan todas las dem!s $erdades" por la cual todas las cosas son $erdaderas. 1. sa $erdad" al mismo tiempo que se da a quienes la buscan" puede ser poseda por stos" los seres racionales. 7. Se ofrece como una luz" al mismo tiempo secreta # p*blica. 5. Se manifiesta toda $ez que el hombre alcanza las $erdades inmutables" esto es" el orden inteligible constituid por las $erdades de orden metafsico" matem!tico # tico. 0. sa $erdad trasciende los lmites de las naturalezas que participan de su iluminacin. 6 Pero" al mismo tiempo es inmanente a las inteligencias en cuanto que ellas tienen la certeza de su posesin. Por cierto" los textos donde se insiste en la doctrina de la iluminacin se multiplican de un modo sor- prendente a medida que el Santo $a consolidando dicha doctrina. (ndicio" sin duda" tanto de la importancia que le brinda a dicha doctrina como de las dificultades que tu$o para manifestarla de un modo m!s transparente. Sin !nimo de agotar todos lugares donde sta aparece pueden mencionarse alguno de ellos. )e Jenesi ad litteram 1 01 . De ma-istro, 12, 40 !Cuando se trata de 'o &ue )ercibimos con 'a mente, esto es, con e' entendimiento * 'a ra(/n, $ab'amos 'o &ue vemos est, )resente en 'a 'u( interior de 'a verdad, con &ue est, i'uminado * de &ue se -o(a e' &ue se dice $ombre interior; m,s entonces tambi#n e' &ue nos o*e conoce 'o &ue * di-o )or &ue #' 'o contem)'a, no )or mis )a'abras, si es &ue 'o ve #' interiormente * con o.os sim)'es. <ue-o, ni a #ste, &ue ve cosas verdaderas, 'e ense2o a'-o dici#ndo'e verdad, )ues a)rende, * no )or mis )a'abras, sino )or 'as mismas cosas &ue Dios 'e muestra interiormente!. 7 07 4o'i'o&uia, 1,1,3!Dios Derdad, en &uien, )or &uien * de &uien son verdaderas todas 'as cosas verdaderas. Dios 4abidur5a, en t5 de t5 * )or t5 saben todos 'o &ue saben!, 5 05 De Frinitate, 6, 9, 13!En Dios contem)'amos e' idea' incomutab'e de toda .usticia, conforme a' cua' .u(-amos deben vivir 'os morta'es!. 0 00 Confessiones, 12, 25, 35 !4i 'os dos vemos &ue es verdad 'o &ue dices, * asimismo vemos &ue es verdad 'o &ue di-o, )en donde, )re-unto, 'o vemos0 7o ciertamente, tu en m5, ni *o en t5, sino ambos en 'a misma inconmutab'e Derdad, &ue est, sobre nuestras mentes!. 6 06 . Ho, 1-9!En e' )rinci)io era e' Derbo, * e' Derbo estaba con Dios. @ e' Derbo era Dios. C' estaba en e' )rinci)io con Dios. 9...: En C' estaba 'a via * 'a vida era 'a 'u( de 'os $ombres, * 'a 'u( bri''a en 'as tinieb'as 9...:. E' Derbo era 'a 'u( verdadera &ue i'umina a todo $ombre &ue viene a este mundo!. B 0B De 'ibero arbitrio, 11, 12, 33 !En consecuencia, de nin-Tn modo ne-ar,s &ue e;iste una verdad inmutab'e, &ue contiene todas 'as cosas verdaderas de un modo inmutab'e; 'a cua' no se )uede decir &ue sea tu*a o m%a, o de cua'&uier $ombre, sino de todos 'os &ue intu*en 'as verdades inmuta b'es, sino &ue de un modo admirab'e es como una 'u( secreta * )Tb'ica, &ue est, )resente * se ofrece comunitariamente. )1ero &ui#n )uede decir &ue 'o &ue comunitariamente se ofrece a 'os seres raciona'es * a 'os inte'i-entes )ertenece a 'a )ro)ia natura'e(a de &uienes 'a reciben0! op. imperfect. ?, @H' )e Jenesi ad litteram, @, 2' (, @H' Epistola :IH, (, A y :IA, :2, I?' ,oliloquios, :, :, @' :, 2, :?' :, :(, @(' )e ordine, @, @, A. ll. et passim. K@u elementos aportan dichos textos< n )e beata uita nos se8ala que no se buscara la $erdad" si la fuente misma de la $erdad" no nos em- pujara a ello" # esa fuente es el solo escondido que ilumina nuestros ojos interiores9 >*dmonitio autem qudam, qu nobiscum agit ut )eum recordemur, ut eum quramus, ut eum pulso omni fastidio sitiamus, de ipso a nos fonte ueritatis emanat. "oc interioribus luminibus nostris iubar sol ille secretus infundit. "uius est uerum omne quod loquimur> ?2 n )e Jenesi ad literam opus imperfecta se8ala la necesidad de distinguir entre la luz que es objeto de la creacin" de la luz que es el mismo 'erbo9 >*lia est lu+ de )eo nata, et alia lu+ quam fecit )eus0 nata de )eo lu+, est ipsa )ei ,apientia' facta uero lu+,est qulibet mutabilis siue corporea siue incorporea> ?4 . n )e Jenesi ad litteram" 7" 1> arroja m!s luces9 ,clara que la luz creada" existe primero en :ios" # luego" como criatura9 >Nuapropter lucis conditio prius est in Ferbo )ei secundum rationem, qua condita est, hoc est in coterna #atri ,apientia' ac deinde in ipsa lucis conditione secundum naturam, qua condita est0 illic non facta, sed genita' hic uero facta, quia e+ informitate formata> 6> . l hombre participa de la naturaleza de la luz di$ina9 >Pam subinfertur, QEt fecit )eus hominem ad imaginem )eiQ0 quia et ipsa natura scilicet intellectualis est, sicut illa lu+, et propterea hoc est ei fieri, quod est agnoscere Merbum )ei per quod fit> 1: . l hombre" en $irtud de su naturaleza espiritual" puede conocer todas las cosas en :ios9 OPn cteris creaturis dicitur, Qet sic est factumQ' ubi significaturin illa luce, hoc est in intellectuali creatura, prius facta Ferbi cognitio> 1@ . ; las conoce de hecho en $irtud de cierta iluminacin9 >,atis ostendens ubi sit homo creatus ad imagi! nem )ei, quia non corporeis lineamentis, sed quadam forma intelligibile mentis illuminat> 1( . n la carta 45B a Paulina9 l hombre interior mora en la luz celestial9 >Pnterior homo noster, quantulacumque imago eius, non de illo genita, sed ab illo creata, quamuis adhuc renouetur de die in diem, iam tamen in tali luce habitat, quo nullus oculorum corporalium sensus accedit> 1I . l hombre accede mediante la luz increada al conocimiento del orden inteligible9 >Ea qu in illa luce cordis oculis intuemur,et discernuntur inter se,et nullis locorum spatiis separantur> 1? . La luz di$ina" increada" no puede confundirse con la luz fsica" que es creada9 >3um igitur lucem istam omni corporali luci, non solum iudicio rationis, sed amoris> 11 . La luz de :ios no debe confundirse con la luz del sol # las estrellas" porque no es una luz $isible a los ojos de la carne9 >Eon tibi proponas, quia aliquid tale est )eus,quale uides in clo, uellunam,uel solem,uel sidera uelquidquid fulget et splended in clo0 non hoc est )eus. $...% )eus quidem habitat lucem inaccesibilem0 sed talis est lu+ non est rota, nec potest esse nota oculis carnis> 6B G 0G De beata uita, 4, 35!Cierto aviso nos ''ama a recordar a Dios, a &ue 'o bus&uemos, a desear'osin tibie(a, emana de 'a misma fuente de 'a verdad. ?&ue' so' escondido irradia su c'aridad sobre nuestros o.os interioresO. 2 02 De Jenesi ad 'itteram im)erfectus 'iber, 5, 20 !Sna es 'a 'u( en-endrada )or Dios * otra 'a $ec$a )or C'. <a nacida de aDios es 'a misma 4abidur5a de Dios; 'a $ec$a )or C' es cua'&uiera otra mudab'e, sea cor)>rea o incor)/rea!. > 6> De Jenesi ad 'itteram, 6, 16 !<a natura'e(a de 'a 'u( )rimeramenre est, en e' Derbo de Dios se-Tn 'a ra(/n )or 'a cua' es creada, esto es, es 'a eterna 4abidur5a de' 1adre; * des)u#s, en su misma natura'e(a de 'u(, se-Tn su cua'idad, en 'a &ue es creada. ?''5 est, en-endrada, no $ec$a; a&u5 $ec$a, )or&ue de 'a informidad fue formada!. 4 64 De Jenesi ad 'itteram, 3, 20, 32 !?2ade OE $i(o Dios a' $ombre a ima-en de DiosO; 'o cua' sucede )or&ue 'a natura'e(a de #' es tambi#n inte'ec tua', como 'a de a&ue''a 'u(, *, )or tanto, $acer'e es 'o mismo &ue conocer a' Derbo de Dios )or e' cua' fue $ec$o!. 1 61 De Jenesi ad 'itteram, 3, 20, 31 !En 'a creaci/n de 'as restantes ciiaturas se dice, O* as5 se $i(oO, en 'o cua' se evidencia &ue fueron $ec$as en a&ue''a 'u(, es decir, en 'a inte'ectua' criatura a' conocer'as e''a )rimeramente en e' Derbo!. 7 67 De Jenesi ad 'itteram, 3, 20, 30 !En esto manifiesta suficientemente en &u# fue creado e' $ombre a ima-en de Dios, es decir, &ue no fue en )erfi'es materia'es, sino en cierta forma inte''i-ib'e de mente i'uminada!. 5 65 E)istu'a ad 1au'inam, 143, 44!7uestro $ombre interior, &ue es una m5sera ima-en de Dios, no en-endrada, )ero s5 creada )or C', aun&ue aTn se renueva de d5a en d5a, *a $abita, sin embar-o enesa 'u( a 'a &ue nin-una sensaci/n de 'os o.os cor)ora'es se acerca!. 0 60 E)istu'am ad 1au'inam, 143, 44 !Esas cosas &ue contem)'amos en dic$a 'u( con 'os o.os de' cora(/n se distin-uen entre s5, * no obstante, no est,n se)aradas )or nin-Tn es)acio 'oca'!. 6 66 E)istu'a ad 1au'inam, 143,44 !?nte)onemos, )ues, esta 'u(, a toda 'u( cor)ora', no s/'o )or un .uicio de 'a ra(/n, sino tambi#n )or un af,n de' amor!. B 6B ,ermo I, ?0 >Eo te imagines que )ios sea algo seme9ante a lo que ves en el cielo, la luna, el sol, las estrellas, lo que brilla y refulge en elcielo. )ios no es eso. $...% >"abita en una lu. inaccesibleQ, opero esa lu. no es una rueda, y no puede ser vista por los o9os de la carne>. 3fr. P -im 1,:1. n )e libero arbitrio se8ala los caracteres de esa luz" brillo de la $erdad # sabidura" atemporal e ines- pacial" no sensible" es eterna" de fuera amonesta" de dentro ense8a" fundamento de todo juicio9 >*t ita $lu+ incorporea%, ueritatis et sapienti pulchritudo, tantum adsit perseuerans uoluntas fruendi, nec multitudine audientium constipata secludit uenientes, nec peragitur tempore, nec migrat locis, nec nocte intercipitur, nec umbra intercluditur, nec sensibus corpori subiacet. )e todo mundo ad se conuersis qui diligunt eam, omnibus pro+ima est, omnibus sempiterna' nullo loco est, nusquam deest' foris admonet, intus docet, cernentes se commutat omnes in melius, a nullo in deterius commutatur, nullus de illa iudicat, nullus sine illa iudicat bene> 12 . sa luz es :ios9 O)eus lu+ est> 14 . ilumina al alma9 ONuo illuminante fulget> B> . n ,oliloquia 0 n ,ol., 4"4"19 :ios es presentado como poseedor de todos los seres -in quo sunt omnia-? Padre de la 'erdad" de la Sabiduria # de la $ida $erdadera" que ilumina9 O#ater ueritatis, #ater uer summque vit, $...%, #ater intelligibilis lucis, #ater uigilationis atque iluminationis nostr> A: . n ,oliloquios 4" 47" 17" presenta a la Sabidur8ia como una luz incomprensible9 >Lu+ est qudam ineffabilis et incomprehensibilis mentium> A@ . n 3onfessiones0 La $erdadera luz" la luz espiritual9 >H lu+, quam uidebat -obis, cum clausis istis oculis filium docebat vit uiam et ei pribat pede caritatis nusquam errans. $...%. Ppsa est lu+, una est et unum omnes qui uident et aman eam> A( . n Jenesi ad literam interpreta a la luz como principio de inteligibilidad9 >,icut ergo ibi, sic nec isto loconarratio figurata est, quamuis translatouerbo ,criptura usa sit, ut apertos diceret oculos, qui et antea patebant0 apertos utique ad aliquid intuendum et cogitandum, quod antea numquam aduerterant> AI n las Epistul insiste sobre el car!cter di$ino de la iluminacin9 n la carta 4B9 >Nu tamen lecta si probaueris et uera peruideris, nostra esse non putes, nisi quod data sunt, eoque te conuertas licet, unde tibi quoque est, ut ea probares, datum nemo enim, quod legit, in codice ipso cernit uerum esse aut in eo, qui scripserit, sed in se potius, si eius menti quodam non uulgariter candidum et a fce corporis remotissimum lumen ueritatis impressum est> A? . K@uines tienen acceso a esta iluminacin< n 3ontra Felicem manichum se8ala la luz de :ios de su#o es absolutamente inaccesible -)eus habitat lucem inaccesibilem A1 . Pese a ello :ios concede la iluminacin de los hombres" en $irtud de su santidad de $ida que se manifiesta en cuanto que buscan a :ios -acceditead eum et illuminamini AA !, # en cuanto tienen purificados sus corazones. Pero fundamentalmente" la iluminacin debe entenderse como un don gratuito de :ios9 >Eumquid ad illam non accedunt sancti, de quibus scriptum est0 Q*ccedite ad eum et inluminamini5 6#s ((,17. Emquid ad illam lucem non accedunt sancti,de quibus G 6G De 'ibero arbitrio, 2,14,36 !9<a 'u( incor)/rea es: a&ue''a $ermosura de 'a verdad * 'a sabidur5a, mientras )ersista 'a vo'untad de -o(ar de e''a, ni aun su)oni#ndo 'a rodeada de una mu'titud numerosa de o*entes, e;c'u*e a 'os &ue a e''a se van ''e-ando, ni se emite )or tiem)os, ni emi-ra de 'u-ar en 'u-ar. 7i 'a interrum)e 'a noc$e, ni 'a interce)tan 'as sombras, ni est, subordinada a 'os sentidos de' cuer)o. Est, cerca de todos 'os &ue 'a aman * conver-en a e''a de todas )artes de' mundo,* )ara todos es sem)iterna e indefectib'e, no est, en nin-hn 'u-ar, * nunca est, ausente;e;teriormente aconse.a e interiormente ense2a; $ace me.ores a 'os &ue 'a contem)'an, * a e''a nadie 'a $ace )eor; nadie .u(-a de e''a * nadie )uede .u(-ar bien sin e''a!. 2 62 Epistula ad #aulinam, :IA, :4, I1. > B> ,ermo (:@, @0>,i )ios la ilumina resplandece>. 4 B4 ,oliloquia, :,:,@0 >#adre de la verdad, #adre de la ,abidura y de la vida verdadera y suma, $...% #adre de lo inteligible, #adre que sacudes nuestra modorra y nos iluminas>. 1 B1 ,oliloquia, :, :(,@(0>La ,abidura es cierta lu. inefable e incomprensible>! 7 B7 Confessiones, 10, 34, 52!(P$ 'u(E, 'a '2&ue ve5a Fob5as cuando, cerrados sus o.os, ense2aba a' $i.o e' camino de 'a vida * andaba de'ante de #' con e' )ie de 'a caridad, sin errar .am,s. 9...:. Esta es 'a verdadera 'u(, 'u( Tnica, * &ue cuantos 'a ven * aman se $acen uno!. 5 B5 De Jenesi ad 'itteram, 11, 31, 41 !?s5, como a''i, i-ua'mente ni a&u5, 'a narraci/n es fi-urada, aun&ue 'a divina Escritura use de una fi-ura a' decir &ue fueron abiertos sus o.os, 'os &ue antes estaban cerrados. ?$ora, ciertamente se abrieron )ara com)render * entender 'o &ue anteriormente de nin-hn modo advert5an!. 0 B0 Epistula ad Jayum0 >,i apruebas lo que lees y percibes que es verdico,no pienses que es mo, sino en cuanto me ha sido concedido."as de volverte hacia loalto,de donde te vino tambi&n a t la lu. para aprobar. 3uando uno lee algo no constata que se dice verdad ni en el cdice ni en el autor que lo escribi, sino ms bien dentro de s mismo. LLeva impresa en su mente la lu. de la verdad, cndida en un sentido muy especial, muy ale9ada de la he. corporal>. 6 B6 H Fim 6, 16. B BB 1s 33, 5 !?)ro;5mate a C' * ser,s i'uminado!; De Frinitate, 14, 14, 19. dicitur0 QGeati mundo corde, quoniam ipsi )eum uidebunt5 6Mt ?,27. ,ed quia non ad eam potrst accedere,nisi cui )eus ipse donauerit. Mt accedat, ideo per se ipsam inaccesibilis est. Eemo enim potest ad eam accedere,quem )eus noluerit, t accedat' cui autem donauerit ipse accedet> A2 . Lo que se entiende en el sentido de que por la gracia de :ios" :ios ilumina a los hombres para que busquen a :ios # a la $erdad" # as se prepare en ellos el terreno para una ma#or iluminacin. Por eso su insistencia en la purificacin de alma >Lu+ illa ipse )eus est, Qquoniam )eum lu+ est et tenebr in eo nonsunt ullQ, sed lu+ mentium purgatarum> A4 . Porque slo los puros de corazn $er!n a :ios9 >Pllud autem lumen quod )eus est, nemo uidet, nisi de quibus dictum est, QGeati mundo corde, quoniam ipsi )eum uidebunt> G> . ; su $aloracin respecto de quienes buscan la $erdad9 >)eus misericordiarum, adiuua intuentes et uerum qurentibus interius lumen accende> 2: . :e lo que se sigue que :ios concede la luz a los santos" pero esa misma santidad a su $ez es tambin un don de :ios9 >,ed deserto incommutabili lumine, a quo facta est, obtenebratur in se' ad illum autem conuersa fit lu+ non in se, sed in domino> 2@ . n )e -rinitate habla de ella como luz que ilumina como ejemplo que no tiene ejemplo9 >Plluminamur lumine' illa uero,quia lumen illuminans0 et ideo illa sine e+emplo nobis e+emplum est> 2( . l hombre no es la luz sino que es iluminado por la luz9 >Eon enim lumen nos sumus, quod Qilluminat omnes hominemQ, sed illuminamur a te, ut qui fuimus Qaliquando tenebrQ, simus Qlu+ in teQ> 2I . %rilla slo en cuanto es pre$iamente iluminado9 >Eon enim a se ipsa, quoniam non est lumen uerum, sed inluminata lucem> 2? . -risto ilumina ,ermo @:1,40 >Fidebitis lumen in lumine Fnigeniti illius uestri atque clementissimi Be! demptoris, et fulgentissimi illuminatoris> G6 . 7.4. La participacin de la memoria Pero antes de seguir adelante indagando sobre el modo de la iluminacin di$ina. -on$iene tener pre- sente otro elemento sumamente importante como condicin de posibilidad de esta illuminatio. -uando explica en el )e -rinitate, su doctrina de la iluminacin" no dej^ de mencionar un trmino que a un lector poco a$isado le hubiera tomado totalmente por sorpresa" esto es" que el orden inteligible" objeto de la iluminacin" es propor- cionado" no por la inteligencia" sino por la memoria. A!s precisamente emplea la palabra memoria )ei0 >Memi! nerit itaque )ei sui, ad cuius imaginem facta est, cumque intelligat atque diligat> 2A . ;" en el mismo libro9 >Nuando autem bene recordatur )omini sui, ,piritu eius accepto, sentit omnino, quia hoc dicit intimo magisterio $...%? )omini autem )ei sui reminiscitur> 22 .>"abitas certe in ea, quoniam tui memini, e+ quo te didici, et in ea te inuenio, cum recordor te> 24 . :e aqu pueden surgir una cantidad de elementos significati$os" que" a su debido tiempo pueden a#udar a comprender la doctrina agustiniana de la iluminaci^n. n primer lugar se presenta a la memoria como naturalmente ordenada al conocimiento de :ios. :ios irrumpe en el hombre a tra$s de la memoria. Lo cual remite al clebre pasaje del )e uera religione donde se se8ala al alma como morada de la $erdad9 Pn interiore homine habitat ueritas> 4; . Lo que permite inferir que ,gustn identifica a la la $erdad con :ios. n segundo G BG Contra Re'icem manic$Qum, 2, 3 !)?caso no tienen acceso a esa 'u( 'os santos de &uienes est, escritoO?cercaos a C' * ser#is i'uminados0O )?caso no tienen acceso a esa 'u( 'os santos de &uienes se dice OAienaventurados 'os 'im)ios de cora(/n )or&ue e''os ver,n a Dios0O 8as como no tiene acceso a e''a sino a&ue' a &uien Dios se 'o conceda, )or eso es inaccesib'e )or s5 misma. 7o tiene acceso a e''a nadie si Dios no &uiere &ue 'o ten-a. <o tendr,, en cambio, a&ue' a &uien se 'o conceda!. 2 B2 E)istu'a ad Hta'icam, 92, 2!?&ue''a 'u( es e' mismo Dios, )or&ue O'u( es Dios * no $a* en C' tinieb'a a'-unaO. 1ero es 'u( de 'as mentes )urificadas!. > G> ,ermo I, A0 >Pllud autem lumen quod )eus est, nemo uidet, nisi de quibus dictum est, QGeati mundo corde, quoniam ipsi )eum uidebunt>. 4 G4 3ontra epistulam manichi,quam uocant Fundamenti, @A0>El )ios de las misericordias ayuda a los que miran y enciende la lu. interior a quienes buscan la verdad>. 1 G1 Contra 4ecundinum, 13!E' a'ma a' abandonar 'a 'u( inmutab'e )or &uien fue $ec$a, se $ace tinieb'as; )ero convertida a e''a se $ace 'u(, no en s5, sio en e' 4e2or!. 7 G7 De Frinitate, 3, 3, 5 !7osotros somos i'umnados )or 'a 'u(, a&u#''a es 'a 'u( &ue i'umina; )or e''o nos sirve de e.em)'o sin tener e''a mode'o!. 5 G5 Confessiones, 9, 4, 10 !7o somos nosotros 'a 'u( &ue Oi'umina a todo $ombreO, sino &ue somos i'uminados )or F5, a finde &ue 'os &ue fuimos Oa'-hn tiem)o tinieb'as seamos O'u(O en F5!. 0 G0 Contra 4ecundinum, 26 !Ari''a, no )or s5 misma, )uesto &ue no es 'a 'u( verdadera, sino en cuanto i'uminada!. 6 G6 4ermo 216, 9 !Der#is 'a 'u( en 'a 'u( de a&ue' uni-#nito, vuestro c'ement5simo redentor * bri''ant5simoi'uminador!. B GB De Frinitate, 14, 12, 15!@ as5 rercuerde a su Dios, a cu*a ima-en $a sido $ec$a, * enti=nda'e * ,me'e! G GG De Frinitate, 14, 15, 21 !Cuando se recuerda bien a su 4e2or, $abiendo recibi do su Es)5ritu, sabe con certe(a )or&ue esto a)rende )or un 5ntimo ma-isterio 9...:; De' 4e2or, su Dios, se recuerda!. 2 G2 Confessiones, 10, 25, 36!Ciertamente $abitas en e''a, )or&ue me acuerdo de t5 desde &ue te conoc%, * en e''a te $a''o cuando te recuerdo!. > 2> De uera re'i-ione, 39, 32. lugar" puede ad$ertirse que ese recuerdo de :ios" se hace posible" porque :ios se hace presente en el alma aunque" el alma no se haga presente a S:ios9 >Et ecce intus eras et ego foris et ibi te qurebam et in ista formosa, qu fecisti, dedformis irruebam. Mecum eras, et tecum non eram> 24 . Lo que permite distinguir la presencia de :ios" # su no e$idencia inmediata. sto" es" :ios est! todo el tiempo presente en el alma en la que inhabita? pero" sta puede no estar consciente de esta presencia interior. ; ese esa presencia interior la que posibilita el hecho de la docencia interior9 quia hoc dicit intimo magisterio" lo que remite a la $inculacin de la doctrina de la iluminacin con la doctrina del Aaestro interior. 7.1. l medio de la iluminacin # la doctrina del Aaes tro interior . n la parte final del )e Magistro, el autor le hace decir a su interlocutor" ,deodato" que no son las pala- bras externas las que $erdaderamente ense8an" sino las que en la intimidad del alma son pronunciadas por un Aaestro interior cu#a luz se juzgar! el grado de $erdad que pueda haber en aqullas9 >Ego vero dedici admoni! tione verborum tuorum, nihil alud verbis quam admoneri hominem ut discar, et perparum esse quod per locutionem aliquanta cogitatio loquentis apparet0 utrum autrem vera dicantur, cum docere solum, qui se intus habitare, cum foris loqueretur, admonuit' quem iam, favente ipso, tanot ardentius diligam, quanto ero in discendo provectior> 4@ . La consecuencia9 si las palabras no ense8an" tampoco lo hace quien pretenda $alerse de ellas para ense8ar? luego" si se aprende" slo queda un medio $!lido" el Aaestro interior. Porque no son los hombres los $erdaderos maestros 27 . Slo ha# un Aaestro9 >Ee nobis quemquam magistrum dicamus in terris, quod unus omnium magister in clis sit> 4I . ; este Aaestro no es otro que -risto a quien ha# que oir interiormente9 >Plle autem qui consluitur, docet, qui in interiore homine habitare dictus est 3hristus> 20 .. 3aturalmente estas afirmaciones no pueden ser sostenidas sin el apo#o de la razn" para mostrar la incapacidad docente de las palabras" # de la .e$elacin" para mostrar" que el $erdadero docente es :ios que inhabita en cada hombre en lo m!s ntimo de s. n relacin a lo primero" siendo sta una afirmacin de e$iden- cia no inmediata" debe ser demostrada # eso es lo que pretende hacer el autor en casi toda la obra? en relacin con lo segundo" si bien debe comprender la apelacin a las Escrituras, debe al menos mostrar los pasajes de aqullas en los que se apo#a. 7.4.4. Los fundamentos de la doctrina La incapacidad docente de las palabras @uien usa de palabras parece tener la intencin de ense8ar a tra$s de ellas" o bien de despertar el re- cuerdo ->Et duas iam loquendi causas constituo, aut ut doceamus, aut ut commemoremus vel alios vel nosme! tipsos> 41 . n ambos casos se da por sentado que esto es posible en $irtud de que ha# en las palabras un $alor de signo. ; se supone que si toda palabra es signo de algo" todas las cosas se pueden significar por ella. )Pero" es realmente as< 3o parece ser sa la opinin de ,gustn. Por cuanto las palabras" materialmente consideradas slo son ruidos" para quien no conoce de antemano su significado. >Merbis igitur nisi verba non discimus, imo sontium strepitumque verborum0 quamvis iam auditum verbum, nescio tamen verbum esse doncec quid significet sciam. Bebus ergo cognitis verborum quoque cognitio perficitur' verbis vero auditis, nec verba discuntur> 4A . Las palabras slo cumplen su funcin de significar cuando quien las escucha #a conoce su significado. Pero s" entonces con ellas no se aprende nada que no se supiese #a antes. ;" por lo mismo las palabras no ense- 8an" slo recuerdan algo que #a sabemos o bien" nos incitan a buscarlo si no lo sabemos9 >3um verba proferun! 4 24 Confessiones, 10, 23, 36!@ $e a&u5 &ue tT estabas dentro de mi * *o fuera * )or fuera te buscaba, * deforme como era, me 'an(aba sobre estas coss $e4rmosas &ue tT ecreaste. FT estabasd conmi-o, m+s *ono 'o estaba conti-o!. 1 21 )e Magistro, :I,I10 >=o he aprendido con tu discurso que las palabras no hacen otra cosa que incitar al hombre a que aprenda' que, cualquiera que sea, el pensamiento del que habla, su palabra no nos muestra ms que poca cosa' que, si es verdad lo que se dice, slo lo puede ense/ar aquel que, cuando e+teriormente hablaba, nos advirti que Cl habita dentro de nosotros' a quien ya, con su ayuda, tanto ms ardientemente amar& cuanto ms aproveche en el estudio>. 7 27 De 8a-istro, 14, 46. 5 25 De 8a-istro, 14, 46!7o ''amemos maestro nuestro a nadie en 'a tierra, )uesto &ue e' Tnico maestro de todos est, en 'os cie'os!. 0 20 De 8a-istro, 11, 36!@ esta verdad &ue es consu'tada * ense2ada, es Cristo, &ue, se-Tn 'a Escritura, $abita en e' $ombre, es Cristo!; Cfr. De 8a-istro, 12, 40. 6 26 De ma-istro, 1,1!"uede firme &ue 'os dos fines de' $ab'ar son o ense2ar o des)ertar e recuerodo en 'os dem,s!. B 2B De 8a-istro, 11, 36!En efecto, con 'as )a'abras no a)rendemos sino )a'abras. P, me.or dic$o, e' sonido * e' estr#)ito de 'as )a'abras. ?un&ue $a*a o5do una )a'abra, sin embar-o i-noro &ue es una )a'abra, mientras no se)a &u# si-nifica. <ue-o, tambi#n es )or e' conocimiento de 'as cosas &ue se )erfecciona e' conocimiento, )ues, o*endo 'as )a'abras, ni )a'abras se a)renden!. tur, aut scire nos quid significent, aut nescire0 si scimus, commemoari potius quam discere' si autem nescimus nec commerari quidem, sed fortasse ad qurendum admoneri> 42 . sta $aloracin negati$a del $alor sem!ntico de las palabras que aparece claramente en )e magistro - tambin se puede hallar en )e catechi.andis rudibus, &5>>)" donde se8ala la impotencia de las palabras para expresar el contenido de la mente" la claridad de la intuicin desaparece cuando se intenta transmitirla a tra$s de la palabra9 >,ed neque ita licet educere et quasi e+porrigere in sensum audientium per sonum uocis illa uestigia, qu imprimit intellectus memori, sicut apertus et manifestus est uultus0 illa enim sunt intus in animo, iste foris in corpore. Nuapropter coniiciendum est, quantum distet sonus oris nostri ab illo ictu intelligenti, quando ne ipsi quidem impressioni memori similis est> 22 . La inspiracin en las Escrituras La tesis de la presencia de :ios en el seno del alma no es no$edad en ,gustn. ;a" en el punto con- sagrado a la via interioritatis se haba se8alado" que :ios" siendo lo m!s trascendente" era al mismo tiempo" lo m!s inmanente9 >,uperior summus meo et interior ntimo meo> :;; . ; esta presencia $i$a de :ios se manifestaba de modo especial en ese !mbito pri$ilegiado que es el hombre interior. ONui enim loquitur, su voluntatis signum foras dat per articularum sonum0 )eus autem in ipsis rationalis anim secretis, qui homo interior vocatur, et qurendus et deprecandus est' hc enima sua templa esse voluit> :;: . :icho de un modo tan escueto como sencillo" :ios est! en lo m!s ntimo del corazn9 >Pntimus cordi est> :;@ . n este punto" dada la indemostrabilidad del aserto" el autor remite derechamente a las fuentes de donde toma tal doctrina. La respuesta aparece en el mismo inicio del de Magistro" cuando apela a la doctrina paulina del hombre interior, # a otro texto del ,ntiguo Hestamento9 >*n apud *postolum non legisti' QEescitis quia tem! plum )ei estis, et spiritus )ei habitat in vobisQ :;( ' et0 QPn interiore homine habitare 3hristumQ :;I 5 Eec in prophe! ta animadvertisti0 Q)icite in cordibus vestris, et in cubilibus vestris compungimini0 sacrificate sacrificium iusti! ti et sperate in )ominoQ :;? 5> :;1 . n relacin con la presencia # accin de :ios en el hombre interior puede situarse el siguiente pasaje de la -arta a los fesios9 >Ft det vobis secundum divitias glori su virtute corroborari per ,piritum eius in interorem hominem, habitare 3hristum per fidem in cordibus vestris, in caritate radicati et fundati> :;A . n relacin con la idea de que slo a :ios se puede atribuir la acti$idad magistral" es e$idente que en el pasaje arriba citado" seg*n el cual ha# un slo maestro" este es tomado de Mt, @(, 2!:;0 OMos autem nolite vocari Babbi' unus enim est magister vester, omnes autem vos fratres estis. Et #atrem nolite vocare vobis super terram, unus enim est pater vester, clestis. Eec vocemini magiatri, quia Magister unus est, 3hristus> 4>G . s e$idente que" todos estos pasajes remiten de un modo directo al clebre pasaje del primer captulo del $angelio de San /uan9 >Erat lu+ vera, qu illuminat omnem hominem, veniens in mundum> :;4 . l $alor positi$o de las palabras , la luz de los pasajes precedentes del )e Magistro, surge la e$idencia de que ha# en ,gustn un cierto desprecio por el $alor docente de las palabras. )Significa esto una total descalificacin de las mismas< )-mo G 2G De ma-istro, 11, 36!Cuando se )rofieren 'as )a'abras, o sabemos 'o &ue si-nifican, o no 'o sabemos. 4i 'o sabemos, m,s &ue a)render )odemos recordar; si 'o i-noramos, entonces ni si&uiera )odr5amos recordar, ta' ve( s/'o se nos recuerda a buscar e' si-nificado!. 2 22 De catec$i(andis rudibus, 2, 3!Con todo, no es )osib'e e;teriori(ar *, )or as5 decir, -rabar en 'os sentidos de 'os o*entes, mediante e' sonido de 'a vo(, 'as $ue''as &ue 'a intuici/n $a de.ado en 'a memoria con 'a misma c'aridad * evidencia &ue 'a e;)resi/n de nuestro rostro a&ue''as $ue''as est,n dentro de 'a mente, mientras &ue 'a e;)resi/n de' rostro est, fuera, en e' cuer)o. 1or 'o mismo, )odemos darnos cuenta de cu,n diferenrtes sone' sonido de nuestras voces * 'a c'aridad )enetrante de 'a intuici>n, cuando ni si&uiera #sta es seme.ante a 'a im)resi>n misma de 'a memoria!. > 4>> . Confessiones, 3,6,11!Dios est, )or encima de 'o m,s a'to &ue $a* en m5, * est, en 'o m,s $ondo de mi intimidad!. 4 4>4 De 8a-istro, 1, 2 !"uien $ab'a brinda e;teriormente e' si-no de su vo'untad vaiendose de 'a articu'aci>n de' sonido )ero Dios debe ser buscado e im)etrado en 'a )arte m,s %ntima de 'a misma a'ma raciona', &ue es ''amada, e' $ombre interior!. 1 4>1 Confessiones, 4, 12, 16. 7 4>7 1 Cor 3 16. 5 4>5 E)$ 3, 16-13. 0 4>0 1s 4, 5-6. 6 4>6 De 8a-istro, 1, 2!)7o $as 'e5do e' )asa.e de' ?)/sto' OH-nor,is &ue sois tem)'os de Dios, * &ue e' es)5ritu de Dios $abita en vosotrosO, * O&ue Cristo $abita en e' $ombre interiorO0 )@ no $as advertido e' )asa.e de' 1rofeta OGab'ad en vuestro interior, * en vuestros 'ec$os com)un-5os. Pfreced sacirficios .ustos, * confiad en e' 4e2orJKL. B 4>B E)istu'a ad Efesios, 3, 16-13!1ara &ue, se-Tn 'os ricos tesoros de su -'oria, os conceda ser )oderosamente forta'ecidos en e' $ombre interior )or su Es)5ritu, &ue $abite Cristo )or 'a fe en vuestros cora(ones *, arrai-ados * fundados en 'a caridad! G 4>G 8t, 23, 6-10!1ero vosotros no os $a-,is ''amar OrabbiO, )or&ue uno so'o es vuestro 8aestro, * todos vosotros sois $ermanos. 7i ''am#is )adre a nadie sobre 'a tierra, )or&ue uno so'o es vuestro 1adre, e' &ue est, en 'os cie'os. 7i os $a-,is ''amar doctores, )or&ue 2uno so'o es vuestro Doctor, Cristo!. 2 4>2 Ho, 1, 9!Era 'a 'u( verdadera &ue i'umina a todo $ombre &ue viene a este mundo!. se compadece esto con la e$idencia" a todos asequible" de que el hombre se $ale permanentemente de ellas para dar a conocer a otro sus propios pensamientos< Por contraposicin con los pasajes precedentemente se8alados se puede hechar mano de una cantidad de pasajes" que se pueden hallar en di$ersas obras 44> " donde el santo se expide fa$orablemente acerca del $alor de las palabras. 'eamos algunos de estos textos9 4. :onde se sostiene que quien se $ale de la palabra es como si pusiera su inteligencia en el corazn del que lo escucha9 >*d aures hominum sonum uocis nostras producimus, et per nostr uocis sonum et intellectum quodmodocumque per aures in corde ponimus> ::: . 1. Por medio de la palabra sensible a#udamos a formar en el otro una representacin del objeto de nuestros pensamientos9 La palabra interior se comunica por medio de la palabra exterior9 O3um autem ad aiios loquimur, uerbus intus manenti ministerium uocis adhibemus, aut alicuius signi corporalis, ut per quamdam commemorationem sensibilem tale aliquid fiat etiam in animo audientis, quale de loquentis animo non recedit> ::@ . 7. Porque el testimonio de los hombres" junto a la captacin intelectual # el dato de los sentidos" tambin es fuente de conocimiento9 >"c igitur omnia, et qu per se ipsum,et qu per sensus sui corporis, et qu testiomoniis aliorum percepta scit animus huanus, thesauro memori condita tenet, et quibus gignitur uerbum uerum, quando quod scimus loquitur, sed uerbum ante omne sonum, ante omnem cogitationem soni> ::( . 5. Porque son signos para dar a conocer el pensamiento de los hombres9 >Ea scilicet regula, qu naturaliter plurimum valet, ut auditis lsignis ad res significatas feratur intentio> ::I . ,hora bien" ante la necesidad de entender la di$ersidad de posiciones entre el )e magistro, # el )e doctrina christiana donde se niega en una # luego se afirma en otra el $alor educati$o de la palabra. Ja# que explorar la posibilidad de que ,gustn se refiera en el )e Magistro a la palabra no en un sentido absoluto sino en un sentid limitado" como lo podr_a ser la palabra externa" -que" considerada materialmente" no dice nada desde el punto de $ista del significado-9 #" si adem!s de ese sentido material" puede haber otro" de orden espiri- tual" con un positi$o $alor ontologico. :e donde se podra concluir que la tesis del de Magistro, sera" por un lado" se8alar el inocuo $alor ontolgico de la palabra entendida como como mero sonido articulado" esto es" no puede ser mensajera de un contenido espiritual? pero" por otro lado" esto no acontece si se la considera como signo ; estas posicin se entiende como perfectamente compatible con la tem]tica que aparece en )e doctrina christiana, obra consagrada a la consideracin del lenguaje bblico" donde se atiende precisamente al aspecto significati$o de la palabra. :e tal suerte la exposicin del problema remite de la consideracin externa de la palabra" a la interna" lo que" a su $ez est! $inculado con la distincin entre el maestro exterior # el maestro interior. 7.4.1. :el maestro exterior al maestro interior 3aturalmente" si se toma en consideracin slo la descalificacin del $alor docente de las palabras" tal posicin no dejara de traer sus dificultades de orden practico. Pues" una $ez que se ha renegado de ellas" Kcmo se explica entonces" el hecho del conocimiento< D" mejor" dicho cmo se entiende el hecho mismo de la ense- 8anza" que" sin duda se realiza mediante palabra< sto obliga a atender de un modo m!s profundo la argumenta- cin del de Aagistro. n ella se pueden descubrir una serie de pasos9 la doctrina del signo? la relacin entre la palabra # la cosa significada por ella? el conocimiento de la cosa. Palabra" signo" significacin # cosa -uriosamente" ante la necesida de re$isar los conceptos de signo" significacin" # palabra" en obras posteriores al )e Magistro, -inclu#endo al )e Magistro mismo- surge la e$idencia de una $ersin distinta de las posibilidades de la palabra como signo. n ellas" se afirma derechamente la $irtud docente de la palabra. abre la posibilidad de educati$a. n un captulo sumamente denso del )e doctrina christiana &726-72B)" ,gustn se8ala claramente el sentido del signo. l signo" en cuanto tal" cumple una funcin de medio para el aprendizaje de algo. Las cosas se conocen por sus signos. ,s" se usa del lenguaje para dar a conocer lo que por ellas se significa. :e donde" el > 44> Cfr. De doctrina c$ristiana, 1,1,2; 2, 1, 1; De Frinitate, 9, 10, 15; 9, 3, 12; 4ermo 120, 2; 4ermo 120, 3. 1assim. 4 444 4ermo 120. 3!1roducimos 'os sonidos de nuestras voces )ara ser escuc$ados )or 'os o5dos de 'os $ombres, * a trav#s de' sonido de nuestras voces de a'-una manera, )onemos nuestro inte'ecto en e' cora(/n de &uien nos o*e!! 1 441 De Frinitate, 9, 3, 12 !Cuando $ab'amos a otros, a2adimos a' verbo interior &ue )ermanece e' ministerio de nuestra vo(, o a'-Tn otro si-no sensib'e, )ara &ue, )or medio de cierta conmemoraci/n sensib'e, se )rodu(ca a'-o mu* seme.ante en e' a'ma de' o*ente!. 7 447 De Frinitate, 15, 12, 22 !Fodos estos conocimientos &ue e' a'ma ad&uiri/ )or s5 misma * )or 'os sentidos de' cuer)o * )or testimonio a.eno, 'os conserva en 'os si'os de 'a memoria, * de e''os nace e' verbo verdadero cuando $ab'amos 'o &ue sabemos, verbo anterior a' sanido o a 'a conce)ci/n de' sonido!. 5 445 De 8a-istro 9, 25!4e-Tn 'a re-'a, cu*o va'or natura' es mu* -rande, de &ue, )ercibidos 'os si-nos, 'a atenci/n se diri-e $acia 'as cosas si-nificadas tan )ronto como suenan 'as )a'abras!. signo es lo que sir$e para dar a conocer alguna cosa9 >Bes eas videlicet qu ad significandum aliquid adhiben! tur> ::? . ,hora bien" los signos pueden di$idirse en9 signos naturales" donde la relacin con la cosa por l signifi- cada $iene impuesta por la misma realidad como algo que se descubre por a inteligencia # no es el fruto arbitrario de la $oluntad humana" por ejemplo" cuando se dice que el humo es signo del fuego? # los signos con$encionales" es decir" los que s responden a la $oluntad en cuanto sta se $ale de signos elegidos para dar a conocer a otro los contenidos del alma. >)ata vero signa sunt, qu sibi quque viventia invicem dant ad de! monstrandos, quantum possunt, mots animi sui, vel sensa, aut intelecta qulibet> ::1 . :esde luego" los signos pueden ser tantos como modos de percibir las cosas ha#. ,s pueden haber signos $isibles" otros audibles # as siguiendo con los dem]s sentidos. Pero" de lo que no ha# duda alguna" es que entre todos los signos el m!s perfecto" est! dado por la palabras" porque" son los que mejor pueden a#udar a expresar los pensamientos del alma9 >Merba enim prorsus inter homines obtinuerunt principatum significandi qucumque animo concipiuntur, si ea quisque prodere velit> ::A . ; esto se compadece con la doctrina agustiniana de la palabra" que aparece en )e -rinitate, conforme a la cual se se8alan tres conceptos de palabra9 uno" referido al orden sensible? dos" al inteligible9 4. a la expresin sil!bica como tal que corresponde a la palabra externa? 1. al contenido objeti$o que puede ser recordado # definido? 7. al concepto de las cosas amadas9 >*liter enim dicuntur uerba qu spatia temporum syllabis tenent, siue pronuntientur siue cogitentur' aliter omne quod notum est uerbum dicitur animo impressum, quamdiu de memoria proferri et definiri potest, quamuis res ipsa displiceat' aliter cum placet quod mente concipitur> 44G . :icho de otra manera" la palabra puede ser considerada bajo un doble aspecto" en su dimensin material" que considerada en s misma no significa nada" o en su dimensin de signo9 >-antum nihi sonus erat hoc uerbum0 signum uero esse didici, quand cuius rei signum esset inueni> ::4 . Para entender esa doble dimensin de la palabra" importa considerar que los signos encuentran en las cosas un doble fundamento" porque se fundan en ellas" # porque se ordenan a ellas. :e cualquier modo que se los considere - en s mismos" o por lo que significan- los signos implican las cosas. Homados en s mismos" porque" materialmente considerados" los signos son cosas" realidades sensibles? Pero" tomados en razn de lo que significan" stos remiten a las cosas que se pueden significar &\ significabilia7. ,s la palabra hombre" por una parte" denota la misma palabra materiamente tomada" que de su#o no significa nada" porque no es signo de nada ? por la otra" significa al hombre concreto. >,igno dato id quod significatur attendere $...% Pll autem sepa! ratim enuntiat syllab, quia sine ulla significatione sonuerunt> :@; . Pero" el sentido primario de las palabras" no es el de remitir a ellas mismas" sino a lo que significa. Por- que est! de acuerdo con el principio de que la atencin" luego de percibir primero los signos externos" se dirige a las cosas significadas. >Ea scilicet regula, qu naturaliter plurimum valet, ut auditis lsignis ad res signifi! catas feratur intentio> :@: . ;" en segundo lugar" porque" en definiti$a" la palabra" encuentra en la cosa significada todo su sentido" de all" que" por lo mismo" la palabra sea inferior a la cosa misma9 >Bes qu significantur, pluris quam signa esse pendendas. Nuidquid enim propter aliud est, vilius sit necesse est quam id propter quod est> :@@ . l signo existe en $irtud de la cosa" # no a la in$ersa9 >Eon enim ob aliud ista cognitio signo, de quo agimus, antelata est, nisi quia illud propter hanc, non hc propter illud esse convincitur> :@( . ,s" si bien es 0 440 De doctrina c$ristiana, 1, 2, 2!Es una cosa &ue sirve )ara mostrar e' si-nificado de a'-o!. 6 446 De doctrina c$ristiana, 2, 2, 3!<os si-nos convenciona'es son 'os &ue mutuamente se dan todos 'os vivientss )ara dar a conocer, encuanto 'es es ')osib'e, 'os movimientos de' a'ma, como son 'as sensaciones * 'os )ensamientos!. B 44B De doctrina c$ristiana, 2, 3, 4!<as )a'abras $an 'o-radoser entre 'os $ombres 'os )rinci)a'es si-nos )ara dar a conocer todos 'os )ensamientos de' a'ma, siem)re &ue cada uno &uiera manifestar'os!. G 44G De Frinitate, 9, 10, 15 !De una manera se dice 'a )a'abra cu*as si'abas se articu'an en e' es)acio de 'os tiem)os, *a se )ronuncie, *a se )iense; de otra manera se ''ama )a'abra a todo 'o &ue es conocido o im)reso en e' animo, todo e' tiem)o &ue 'a memoria reten-a * )uede ser definido, aun&ue 'a cosa misma dis-uste; * de otro modo, a 'o &ue es concebido )or 'a mente cuando )'ace!. 2 442 De 8a-istro, 10, 34 !<a )a'abra era )ara m5 s/'o un sonido; su)e &ue ra un si-no cuando descubr5 de &u# cosa era un si-no!. > 41> De ma-istroi, 6, 23!E' si-no ''eva nuestro es)5ritu $acia 'a cosa si-nificada. 9...: Estas dos s5'abas, tomadas se)aradamente, no tienen m+s si-nificado ni m,s va'or &ue e' sonido &ue $iere nuestros o5dos!. 4 414 De 8a-istro 9, 25!4e-Tn 'a re-'a, cu*o va'or natura' es mu* -rande, de &ue, )ercibidos 'os si-nos, 'a atenci/n se diri-e $acia 'as cosas si-nificadas tan )ronto como suenan 'as )a'abras!. 1 411 De 8a-istro, 9, 25!<as cosas si-nificadas $an de estimarse en m,s &ue 'os si-nos. 1or&ue todo 'o &ue es ')or otra cosa, )reciso es &ue sea de m,s ba.o )recio &ue a&ue''o )or 'o &ue es!. 7 417 De 8a-istro, 9, 26!4i $emos ante)uesto este conocimiento de 'a cosa, a' si-no de &ue tratamos, $a sido )or&ue 'estamos 'convencidos de &ue #ste e;iste )or a&u#' * no a&u#' )or #ste!. cierto que un signo tambin se puede significar a as mismo" ste no se entiende sin su referibilidad a la cosa por l significada9 >,icut enim verbum indicat aliquid, indicat etiam se ipsum, sed non se verbum indicat, nisi se aliquid indicare indicet> :@I . La misma relacin que existe entre el signo # la cosa" se da tambin entre el signo # el significado. Pues" mientras la relacin de aquellos -signo-cosa- se da entre dos rdenes que pueden existir slo fuera del entendimiento" en la segunda relacin -signo-significado- se puede cumplir entre un orden extramental -en el caso del signo sensible- # otro intramental" la significacin. l uno que se presenta como objeto de los sentidos" el signo en la palabra externa? el otro es ese algo mostrado en cuanto representado en el entendimiento. >,onus autem ad aures, significatio ad mentem pertineat> :@? . Luego ha# una unin indi$isible entre el signo # la significacin 416 . Eno contiene a la otra como el $aso al $ino -las palabras son como quasi vasa lecta atque pretiosa 41B . :e all" la utilidad del signo # de la palabra. Slo la palabra" en cuanto signo" puede ser mensajera del pensamiento. Por ello el dominio de la lengua hace posible" en $irtud del significado de sus palabras" la comunicacin de los pensamientos9 >Hmnibus enim fere animis rationalibus in promptu est ad videndum huius periti pulchritudo, qua hominum inter se cogitata, significantium vocunt enuntiatione noscuntur> :@2 . La distincin entre signo # significado remite a la distincin entre el medio sensible por el cual se mues- tra un objeto que est! contenido en el entendimiento" como una cierta palabra interior. Luego" la palabra exterior no hace m]s que expresar una palabra m!s honda que no tiene lenguaje" ni sonido9 >3um autem ad aiios loquimur, uerbus intus manenti ministerium uocis adhibemus, aut alicuius signi corporalis, ut per quamdam commemorationem sensibilem tale aliquid fiat etiam in animo audientis, quale de loquentis animo non recedit> :@4 . ,s" junto a la palabra externa no tarda en aparecer en ,gustn un sentido m!s profundo" dado por la palabra interior. , la cual entender! como la palabra por excelencia pues ella es expresin de toda la esfera de la racionalidad # afecti$idad9 >Hs uolens intelligi, non hoc uisibilie, sed interius inuisibile cogitationis et cor! dis> :(; . Por cierto" se trata de una palabra interior que como un fruto del parto de la inteligencia9 es engendrada por la acti$idad de la propia alma" se trata propiamente de un concepto mental9 >Pnde conceptam rerum uera! cem notitiam, tanquam uerbum apud nos habemus, et dicendo intus gignimus> :(: .Pero" su funcin es la de mostrar" no un objeto que tambin debe entenderse como un fruto puramente subjeti$o de esa misma acti$idad de alma" sino la cosa misma9 >"c igitur omnia, et qu per se ipsum,et qu per sensus sui corporis,et qu terstiomoniis aliorum percepta scit animus humanus, thesauro memori condita tenet, et quibus gignitur uerbum uerum, quando quod scimus loquitur, sed uerbum ante omne sonum, ante omnem cogitationem soni> :(@ . Kn qu sentido" entonces" se puede decir que las palabras sir$en para transmitir el pensamiento< ,ten- diendo a los argumentos del )e Magistro se responde9 no ciertamente" en el de que por ellas se pueda ense8ar lo que no se conoce" sino en cuanto por ellas" se trae a la memoria lo que #a se conoca9 >Nuamvis nullus edamus sonum, tamen quia ipsa verba cogitamus, nos intus apud animum loqui, sic quoque locutione nihil aliud agere quam commonere, cum memoria cui verba inhrent, ea revolvendo facit venire in mentem res 5 415 De Frinitate, 6, 6, 12!?s5 como 'a )a'abra si-nifica a'-o, tambi#n se si-nifica a s5 misma. 1ero esto no ocurre si no se si-nifica a'-o &ue si-nifica a'-o!. 0 410 De &uantitate animQ, 32, 66!E' sonido )ertenece a 'os o5dos; 'a si-nificaci/n, a' entendimiento!. 6 416 4o'i'o&uia, 26, 4. B 41B Confesiones, 1, 16, 26!Como vasos se'ectos * )reciosos!.. G 41G De Frinitate, 11, 1, 2!? casi todas 'as a'mas raciona'es es manifiesta 'a be''e(a de un arte &ue )ermite a 'os $ombres conocer mutuamente sus )ensamientos )or medio de 'a sim)'e enunciaci/n de )a'abras enc$idas de si-nificado!. 2 412 De Frinitate, 9, 3, 12 !Cuando $ab'amos a otros, a2adimos a' verbo interior &ue )ermanece e' ministerio de nuestra vo(, o a'-Tn otro si-no sensib'e, )ara &ue, )or medio de cierta conmemoraci/n sensib'e, se )rodu(ca a'-o mu* seme.ante en e' a'ma de' o*ente!. > 47> De Frinitate, 9, 9, 14 !"ueriendo entender )or O)a'abraO, no 'a &ue es sensib'e, sino 'a interior e invisib'e de' )ensamiento * e' cora(/n!. 4 474 De Frinitate, 9, 3, 12 !De a''5, concebida 'a noticia vera( de 'as cosas, tenemos entre nosotros como un verbo, * a' $ab'ar, en-endramos interiormenteO. 1 471 De Frinitate, 15, 12, 22 !Fodos estos conocimientos &ue e' a'ma ad&uiri/ )or s5 misma * )or 'os sentidos de' cuer)o * )or testimonio a.eno, 'os conserva en 'os si'os de 'a memoria, * de e''os nace e' verbo verdadero cuando $ab'amos 'o &ue sabemos, verbo anterior a' sanido o a 'a conce)ci/n de' sonido!. ipsas quarum signa sunt verba> :(( . ; en caso de que lo significado no se conozca" la palabra no ense8a sino que se limita a incitar la b*squeda de su conocimiento -ad qurendam admoneri :(I . n consecuencia" he aqu la tesis del autor" el aprendizaje como tal no se realiza por medio de palabras materialiter consideradas" sino" en raznde su $alor significati$o" lo que no se puede adquirir sino tras la con- templacin de la cosa misma que luego se habr! de significar por aqulla. :e suerte que" sin este conocimiento pre$io" la palabra se reduce a ser un mero sonido? mas" con la e$idencia de la cosa" la palabra que lo expresa cobra significacin9 >Nuod priusquam reperissem, tantum mihi sonus erat hoc verbum0 signum vero esse didici quando cuius rei signum esset inueni' quam quidem, ut di+i, non significatu, sed aspectu didiceram. Ptaque magis signum re cognita, quam signo dato ipsa res disciturO 470 . l maestro interior 3aturalmente" una $ez establecido que las palabras no significan sino en la medida en que #a se conoce la cosa significada" puede arribarse a la conclusin de que las cosas slo pueden ser conocidas en la medida en que pueden ser mostrables a los sentidos o a la inteligencia. Luego slo el que puede mostrar las cosas es el que las puede ense8ar $erdaderamente9 >Ps me autem aliquid docet, qui vel oculis, vel ulli corporis sensui, vel ipsi etiam menti prbet ea qu cognoscere volo> :(1 . ntre las cosas cognoscibles las ha# que pueden ser objeto de los sentidos" # las ha#" las que slo pueden ser objeto de la inteligencia. n ambos casos" dichos conocimientos se hacen en funcin de un patrn de $erdad. ste patrn es de orden sensible para el caso de las cosas sensibles? de orden inteligible en el caso de las cosas inteligibles. La luz externa para juzgar de las primeras? la luz de la $erdad interna" para juzgar a la luz de la filosofa. O)e coloribus locuem, et de cteris qu per corpus sentimus, sensusque ipsos quibus tanquam interpretibus ad talia noscenda mens utitur' de his au tem qu intelliguntur, interiorem veritatem ratione consulimus> :(A . n el orden del conocimiento sensible" es e$idente que ste no se adquiere entonces" por medio de puras palabras. ; si acaso" cuando las o#e aprende" no es por haberlas odo que aprende" sino por haber entendido su significado" lo cual no es posible sin el conocimiento pre$io de la cosa significada por ellos. >Eon enim ea verba qu novimus, discimus' aut qu non novimus, didicisse nos possumus confiteri, nisi eorum significatione percepta, qu non auditione vocum emissarum, sed rerum significatarum cognitione contingit> :(2 . ;" si acaso" el que aprende no tiene la posibilidad de poder tener una e$idencia directa de la cosa que quiere conocer" no le queda otro remedio que el de creer en la palabra de aqullos que s tu$ieron experiencia directa de dicho objeto. Pero" en ese caso" no habr! un aprendizaje propiamente dicho" sino m!s bien un acto de fe9 >Ps enim qui audit, siea sensuit atque adfuit, non discit meis verbis, sed recognoscit ablatis secum et ipse imaginibus0 si autem illa non sensit, quis non eum credere potius verbis quam discere intelligat5> :(4 . Pero" )qu es lo que ocurre con ocasin del conocimiento de las cosas que no se pueden hacer presente por la $a de la experiencia externa< ;" consecuentemente" )cmo podran aprenderse de otro las cosas que escapan a la esfera del conocimiento sensible< .especto a la primer pregunta se puede decir" como #a se ha anticipado" que todo lo que accede a nuestra inteligencia ingresa no por la puerta de la palabra externa" sino de la $erdad interior" que se identifica con -risto e inhabita en la parte superior del alma9 >)e universis autem qu intelligimus non loquentem qui personat foris, sed intus ipsi menti prsidentem consulimus veritatem' $...% Plle autem qui consulitur, docet, qui in interiore homine habitare dictus est 3hristus, id est incommutabilis )ei 7 477 De 8a-istro, 1, 2!1or e' $ec$o de meditar 'as )a'abras, aun&ue no emitamos sonido a'-uno, $ab'amos en nuestro interior, * &ue, )or medio de 'a 'ocuci>n 'o &ue $acemos es recordar, cuando 'a memoria, en 'a &ue 'as )a'abras est,n -rabadas, d,ndo'es vue'tas, trae a' es)5ritu, 'as cosas mismas, de 'as cua'es son si-nos 'as )a'abras!. 5 475 De 8a-istro, 11, 36!Hnvitados a buscar su si-nificado!. 0 470 De 8a-istro, 10, 33!?ntes de este descubrimiento, 'a )a'abra era )ara m% s/'o sonido. 4u)e &ue era un si-no cuando encontr# 'a cosa de 'a &ue era si-no. Esta cosa, como $e dic$o, no 'a $ab5a a)rendido si-nific,ndosem'e, sino vi#ndo'a *o. ?s5, )ues, me.or se a)rende e' si-no una ve( conocida 'a cosa &ue 'a cosa visto e' si-no!. 6 476 De 8a-istro, 11, 36!"uien me ense2a a'-o es e' &ue )resenta a mis o.os, o a cua'&uier otro sentido de' cuer)o, o tambi#n a 'a inte'i-encia, 'o &ue &uiero conocer!. B 47B De 8a-istro, 12, 39!Consu'tamos 'a 'u( )ara .u(-ar 'os co'ores, de 'o restante &ue sentimos )or mredio de' cur)o, de 'os e'ementos de este mundo, de 'os cuer)os, de nuestros sentidos, de 'os &ue se sirve nuestra mente, como de int#r)retes, )ara conocer 'a materia; * )ara .u(-ar 'as cosas inte'i-ib'es consu'tamos, )or medio de 'a ra(/n, 'a verdad interior!. G 47G De 8a-istro, 11, 36!7o a)rendemos 'as )a'abras &ue conocemos, * no )odemos confesar $aber a)rendi do 'as &ue no conocemos, sino una ve( )ercibida su si-nificaci/n, e' cua' no viene )or 'a mera audici/n de 'as )a'abras, sino &ue acontece merced a' conocimiento de 'as cosas si-nificadas!. 2 472 De 8a-istro, 12, 39!"uien escuc$a, si sinti/ * )resenci> estas cosas, no a)rende )or mis )a'abras, sino &ue reconoce 'a verdad )or 'as im,-enes &ue ''eva consi-o mismo; * si no 'as $a visto esas cosas, )&ui#n no entiende &ue #ste m,s cree en 'as )a'abras &ue a)rende0! uirtus atque sempiterna ,apientia> 45> . Je aqu expresamente expuesta la doctrina del Aaestro (nterior9 >3um vero de iis agitur qu mente conspicimus, id est, intellectu atque ratione, ea quidem loquimur qu prsentia contuemur in illa inteiore luce ueritatis qua ipse dicitur homo interior, illustratur et fruitur> 454 .n relacin con la segunda pregunta" quien escucha" es simult!neamente iluminado por el maestro interior" quien le muestra en su interior la $erdad que quiere aprender9 >,ed tunc quoque nostr auditor, si et ipsa illa secreto ac simplici oculo videt, novit quod dico sua contemplatione, non verbis meis. Ergo ne hunc quidem doceo vera dicens, vera intuentem' docetur enim non verbis meis, sed ipsis rebus, )eo intus pandente, manifestis> :I@ . :e esta suerte" la palabra externa -en su pura exterioridad de sonido carente de toda significacin- se re$ela no slo incapaz de mostrar a otro lo que ste no conoce de antemano" sino tambin de expresar el propio pensamiento. $aliendose de palabras espirituales" esto es" al maestro interior. ; este maestro interior es -risto que ense8a en el interior del alma. Dpinin crtica , la luz de los textos del )e Magistro se ad$ierte en ,gustn un cierto desprecio por la palabra" en $irtud de lo cual" se hace necesario un medio distinto para conocer la $erdad. ;" puesto" que con la descali- ficacin de los medios tambin se descalifican los contenidos que se expresan a tra$s de esos medios" da la impresin de que ,gustn descalifica tambin a los maestros humanos. Hal interpretacin que sera coherente con su via interioritatis # con la doctrina del maestro interior" sin embargo puede hacer perder de $ista los aspectos positi$os de la palabra" # consecuentemente de su eficacia docente. :ebe recordarse que la doctrina del lenguaje se hace presente no slo en )e magistro sino tambin en otras obras que no slo muestran un aspecto positi$o de lo que parece rechazarse en dicha obra" sino que adem!s son posteriores a aqulla. Hal es el caso de la obra )e doctrina christiana escrita unos siete a8os despus de )e Magistro. Lo que hace pensar en la posibilidad de una correccin doctrinal. ; es precisamente en orden a las e$idencias que surgen en una de estas obras" donde se mostrado suficientemente cmo la palabra" entendida con todo su $alor significati$o -pues de otro modo no tiene $alor de signo" # por tanto" su $alor docente- tiene un doble $alor que debe ser adecuadamente $alorado9 por una parte es $ehculo de expresin de un contenido mental? por la otra" sir$e tambin para expresar el contenido inteligible $inculado con el orden real. -ierto. que los meros sonidos carecen de todo $alor ontol^gico" pero" la cosa cambia cuando se mira a su $alor de signo. ; eso es lo que ,gustn ha tratado de mostrar expresamente en su doctrina del signo. Si las palabras no tu$ieran ning*n $alor de signo" el propio ,gustn no se hubiera $alido de ellas para manifestar su pensamiento. l mismo -risto a quien l identifica con el Aaestro interior" # de cu#a existencia histrica l jam!s dud" se $ali del *nico medio adecuado para ense8ar su doctrina a quienes lo escuchaban. Ena prueba de esto *ltimo lo se8ala el hecho de que en )e catechi.andis rudibus, donde se8alara la impotencia de la expresin oral para dar a conocer la rquiza de las ideas" sea en su esencia un tratado del ars loquendi aplicado a la ense8anza del saber m!s sublime" el de la doctrina cristiana. n el ,ermo @2, el Santo reconoce del modo m!s claro que las palabras" con todas las dificultades de la expresin humana" es el medio humano por el cual el entendimiento humano transmite a otro sus ideas9 >Pntellectus ergo manens incorde meo migrat ad tuum, nec deserit meum. Ferumtamem cum intellectus inest cordi meo, et uolo ut insit etiam cordi tuo, quro qua ad te transeat quasi uehiculum sonum' et assumo sonum, et quasi impono intellectum, et profero, et produco, et doceo et non amitto> :I( . s e$idente" entonces" que la doctrina de la palabra interior" # del maestro interior" no tiene por objeto" descalificar todo gnero de lenguaje o magisterio humano" sino m!s bien" una concepcin puramente emprica de ambos aspectos. Lo que el prentende se8alar es que antes de pensar en las palabras habladas # la ense8anza sonora" ha#" en lo m!s hondo del hombre" una palabra $i$a que es la fuente de la palabra externa" # en la cual beben los labios de los buscadores de la $erdad. ; es en funcin de ese fundamento inteligible que la palabra externa adquiere su $alor significante. > 45> De 8a-istro, 11, 36!Com)rendemos toas 'as cosas &ue )enetran en uestra inte'i-encia, no consu'tando 'a vo( e;terior &ue nos $ab'a, sino consu'tando 'a verdad interior &ue )reside nustra mente. 9...:@ esta verdad &ue es consu'tada * ense2ada, es Cristo, &ue, se-hn 'a Escritura, $abita en e' $ombre, esto es, 'a inconmutab'e Dirtud de Dios * su eterna 4abidur5a!. 4 454 De 8a-istro, 12, 40!Cuando se trata de 'o &ue )ercibimos con 'a mente, esto es, con e' entendimiento * 'a ra(/n, $ab'amos de 'o &ue vemos est, )resente en 'a 'u( interior de 'a verdad, con &ue est, i'uminado * de &ue -o(a e' &ue se dice $ombre interior!. 1 451 De 8a-istro, 12, 40!8as, entonces, tambi#n e' &ue nos o*e conoce 'o &ue *o di-o )or&ue #' 'o contem)'a, no )or mis )a'abras, si es &ue 'o ve #' interiormente * con o.os sim)'es. <ue-o, ni a #ste, &ue ve cosas verdaderas, 'e ense2o a'-o dici#ndo'e verdad, )ues a)rende, * no )or mis )a'abras, sin )or 'as mismas cosas &ue Dios 'e muestra interiormente!. 7 457 4ermo, 26, 5 !<o entendido, a' tiem)o &ue mi-ra a' tu*o, )ermanece en mi cora(/n abandonarme. 7o obstante, cuando 'o entendido est, en mi cora(/n, * &uiero &ue est# en e' tu*o, busco en e' sonido )ara &ue, como ve$5cu'o te 'os transmita a t5; * entonces, tomo e' soni do, *, en cierto modo 'o im)on-o a 'o entendido, * 'o )rofiero, * 'o )rodu(co, * 'o ense2o sin )erder'o!. =undamento" # esto es bueno recordarlo" que no se apo#a solamente en la acti$idad conceptualizante del alma" sino tambin en la $erdad de la cosa misma -el orden real en toda su uni$ersalidad- que" aunque #a se hace presente no slo en la inteligibilidsd del ser -inclu#endo en ella a la misma potencia cognositi$a que antes que nada tambin es real-? sin embargo no deja de llamar al hombre para hallar en el recinto sagrado de su alma su m!s precioso !mbito de refulgencia ontolgica. >Pn essentia ueritatis, hoc est uerum esse quod est esse> :II . 7.1. l problema del cmo. Las interpretaciones. Ena $ez desechada la interpretacin platonista respecto de la doctrina del conocimiento del Jiponense" queda por aclarar" cu!l de todas las interpretaciones es la m!s adecuada. n este sentido puede ser con$eniente descartar la posibidad de toda doctrina innatista" # abocarse inmediatamente a la consideracin de las dos interpretaciones m!s rele$antes" la ontologista # la tomasiana. .especto de la interpretacin innatista es que ha# algunos pasajes que suelen esgrimirse en fa$or de un cierto innatismo en la concepcin agustiniana. Hal es el caso del que aparece en )e -rinitate, :?, @(, I( donde dice9 >Nuamuis enim memoria hominis $...%, id est, qua res intelligibiles ita continentur, ut non in eam per sensus corporis uenerint, $...%' itemque intelligentia hominis, qu per intentionem cogitationis inde formatur, quando quod scitur dicitur> :I? . Sin embargo" debe reconocerse que este texto no es definiti$o para sostener un presunto innatismo en ,gustn. ; no lo es por di$ersas razones. n primer lugar" por razones que surgen del an!lisis de propio texto" #a que en l no se expone estric- tamente la doctrina del innatismo" inclu#endo la de Platn. ;a que si se entiende por innatismo aquella doctrina que sostiene que las ideas o las nociones inteligibles son posedas de todos los hombres #a al nacer -en cuanto que son connaturales a la razn-? entonces ,gustn slo coincidira parcialmente con este innatismo en cuanto que niega que las ideas de las realidades inteligibles pro$engan de los sentidos. Pero el hecho es que" a diferencia de Platn" ,gustn en este texto no indica expresamente de dnde $ienen. n segundo lugar" por razones de orden estrictamente filosfico # teolgico. Lo primero" porque el conocimiento de la $erdad" no es en ,gustn un atributo natural del entendimiento" sino un elemento adquirido" esto" $ale para el conocimiento de las cosas sensibles" # con ma#or razn para el de las inteligibles9 >Mens itaque humana prius hc qu facta sunt, per sensus corporis e+peritur, eorumque notitiam pro infirmitatis human modulo capit0 et deinde qurit eorum causas, si quo modo possit ad eas peruenite principaliter atque incommutabiliter manentes in Ferbo )ei, ac sic inuisibilia eius, per ea qu facta sunt, intellecta conspice re> :I1 . 3o obstante todos los esfuerzos realizados por ,gustn en procura de dar una ma#or claridad intelectual a su doctrina de la iluminacin" los cierto es que" por detr!s de las met!foras # de la multiplicacin de las analogas" los intrpretes no terminan de coincidir respecto al sentido # alcance preciso de la illuminatio agustiniana. :e ah la explicable proliferacin de interpretaciones" muchas de ellas abiertamente encontradas entre s" que $an desde la $ersin ontologista" seg*n la cual se puede conocer directamente a :ios &.osmini" Fioberti)? la de quienes como Aalebranche" sostienen el conocimiento directo del orden inteligible? o la de los que afirman $erlo todo en :ios? aparece tambin una $ersin tomista seg*n la cual la iluminacin hace inteligible la esencia de lo sensible. :ada la importancia de las mismas" en la medida en que pueden facilitar una mejor comprensin de la posicin agustiniana" no sera nada inoportuno arrojar una mirada sobre alguna de ellas. :e all la con$eniencia de culminar la in$estigacin considerando las interpretaciones del ontologismo # del tomismo. (nterpretacin ontologista. :ebe recordarse que el ontologismo sostiene que el objeto inteligible del conocimiento humano se pre- senta inmediatamente a la conciencia # funda la legitimidad ontolgica del conocer mismo. La inmutabilidad" necesidad # eternidad de las ideas alcanzadas por la ciencia humana se explican aqu en $irtud de que ha# un conocimiento inmediato de las ideas di$inas de las que toman tales caracteres. l primado pertenece no al orden sensible sino al inteligible" :e tal suerte que el hombre puede $er todas las cosas en :ios. n el caso de .osmini &4B2B-4G00) se admite" sin embargo" una mediacin en el conocimiento de :ios. n realidad su 5 455 De Frinitate, 6, 1, 2!En 'a esencia de 'a verdad, ser * ser verdadero se identifican!. 0 450 . )e -rinitate, :?, @(, I(0>*unque la memoria del hombre, $...%, es decir, la que contiene las especies inteligibles no percibidas por medio de los rganos sensoriales, $...%' y, asimismo, aunque la inteligencia del hombre, informada por la atencin del pensamiento, cuando se dice lo que se sabe $...%>. 6 456 )e Jenesi ad litteram, I, (@, I40 >La mente humana, sin duda, percibe primero por los sentidos corporales estas cosas que son hechas adquiriendo el conocimiento de ellas se-Tn 'a debi'idad de 'a ca)acidad $umana, * des)u#s busca sus causas, )or si de a'-Tn modo )uede ''e-ar $asta e''as, 'as cua'es morande una manera )rinci)a' e inmutab'e en e' Serbo de Dios, * as5, contem)'e 'as cosas inuisib'es de C' )or medio de a&u#''as &ue $an sido $ec$as!. ontologismo se limita a admitir la tesis de que el $erdadero J-JD P.(A(H('D es que el hombre piensa el ser de un modo universal. Pero Fioberti &4G>4-4G01) $a mucho m!s lejos. n l s se presenta el onotologismo strictu sensu cuando sostiene en general que la comprensin del ente es inmediata # directa. n cu#o caso tanto las ideas uni$ersales como la del Ser Soberano constitu#en el primum cognitum de la inteligencia. >La idea es el t&rmino inmediato de la intuicin mental>, ella constitu#e el $erdadero fatto primitivo. .especto al cono- cimiento de :ios" de Ml se puede tener plena certeza de :ios # los misterios suprarracionales? lo que no significa admitir su comprensin. ,hora bien" Kpuede interpretarse la doctrina de la iluminacin agustiniana en cla$e ontologista< s inte- resante se8alar que el mote de ontologista" no le fue endilgado a ,gustn sino recin en el siglo +'((. @uienes sostu$ieron tal tesis fueron =abre" Jugonn # Aalebranche &467G-4B40). s llamati$o que durante toda la dad Aedia" a nadie se le ocurri pensar que ,gustn sostu$iese una posicin ontologista. :e todas maneras" en honor a la $erdad" debe concederse que no falt entre los sostenedores del ontologismo buenas razones para adjudicar tal ttulo al Dbispo de Jipona. En prolijo examen de la doctrina agustiniana permite hallar numerosos textos que se pueden esgrimir en fa$or de tal interpretacin. Por ejemplo" #or e9emplo0 ,oliloquios, :, :' )e immortalitete anim, c. I' )e Magistro, ::, :@' )e vera religione, c. (H!(:' )e divinis qustionibus, 2(, q. I:, ?:, ??' 3onfessiones, A, :H' :H, @1' :@, @?' )e -rinitate, 2, 4' 4, 1' :@, :I!:?' :?, 1' )e civitate )ei, 2, (' Betractationes, :, I, 2' n ,oliloquios, est! clara la idea de que :ios es aquello >en lo cual, y por lo cual y a trav&s de lo cual> se hacen inteligibles todas las cosas. :ios es >lu. inteligible>. Dbsr$ese en el siguiente pasaje de qu modo ,gustn parece borrar de un plumazo la distancia que separa a la inteligencia humana de la realidad di$ina. G. Dbsr$ese en el siguiente pasaje de qu modo ,gustn parece borrar de un plumazo la distancia que separa a la inteligencia humana de la realidad di$ina. >3um enim sapiens sit )eo ita mente coniunctus, ut nihil interponatur quod separet' deus enim est veritas' nec ullo pacto sapiens qisquam est, si non veritatem mentem contingat> :IA . n respaldo de tal opinin" aparece tambin la doctrina de las ideas ejemplares. >Las ideas son ciertas formas arquetpicas, o esencias estables e inmutables de las cosas, que no han sido a su ve. formadas, sino que e+istieron eternamete y sin cambios. Estn contenidas en la inteligencia divina> :I2 . Luego" si las ideas ejemplares se $an a ofrecer como objeto de la inteligencia humana" # stas est!n en :ios" entonces" todo parece apuntar hacia la confirmacin de la sospecha de que la mente conoce todas las cosas en :ios. ; si esto es as" ) por qu no suponer que si la mente # la esencia de :ios son por definicin lo mismo" -en $irtud de la absoluta simplicidad de :ios- entonces quien accede a las ideas" tambin accede a su mente" # por lo mismo a su esencia. Jasta aqu los argumentos en fa$or de la tesis ontologista. Pero antes de decidirse sobre esto debe saberse que9 4. ,gustn distingue perfectamente la realidad humana de la di$ina porque en ning*n momento ignora la radical dependencia ontolgica que guarda aqulla en relacin con :ios. >Erat supra mentem meam $...% sicut $...% superior, quia ipsa feccit me,et ego inferior, quia factus ab ea> :I4 . 1. s claro que ,gustn no encontr inmediatamente la $erdad di$ina. Prueba de lo cual lo constitu#e aquel triste lamento que comienza diciendo >,ero te amavi>0 >,ero te amavi pulchritudo tam antiqua et tam nova, sero te amavii> :?; . 7. ,gustn slo excepcionalmente concede la $isin beatfica en el caso de ciertos xtasis msticos" como los que reconoce respecto de Aoiss # San Pablo 404 . 5. :e hecho" en el )e quantitate anim, insiste en se8alar que la contemplacin de :ios por el alma corresponde" no al primero" sino al *ltimo acto de ascenso del alma. >*scendentibus igitur sursum versus, primus actus, docendi causa, $...% de corpore' per corpus' circa corpus' ad seipsam' in seipsa' ad )eum' apud )eum> :?@ . La misteriosa expresin cesse in )eoQ debe interpretarse a la luz de a doctrina de la participacin en estrecha relacin con la necesidad de proclamar la absoluta dependencia ontolgica de la criatura. Pues si la expresin paulina >vivimos y e+istimos en )ios>- >Pn ipso enim uiuimus et mouemur et sumus> :?( ! la entiende en el sentido de que la $ida # el ser de la B 45B . De uti'itate credendi, 15, 33!Dios es 'a verdad, nadie )uede en modo a'-uno ser sabio sin ''e-ar a )oseer 'a verdad. <ue-o, si e' sabio est, tan unido en es)5ritu a Dios &ue no )uede $aber entre ambos nada &ue 'os se)are, 9...:!. G 45G . De ideis, 2. 2 452 . 3onfessiones, A, :H :10>Estaba sobre mi mente ...h, como $...% lo superior, por haberme hecho, y yo por deba9o, pir ser hechura suya>. > 40> . Confessiones, 1P, 23, 36!(Farde te am#, $ermosura tan anti-ua * tan nueva, tarde te am#E 4 404 . 3fr. )e Jenesi ad littera, :@, @2, ?1' (I, 1A. 1 401 .)e quantitate anim, (?, A40 >*si que, gradualmete, yendo hacia arriiba, elg primer grado, por ra.ones pedaggicas $...% puede ser denominado tambi&n de este modo0 $accin% sobre el cuerpo 6animacin7' por medio del cuerpo 6sensacin7' acerca del cuerpo 6arte7' para s misma 6virtud7' en s misma 6tranquilidad' hacia )ios 6ingreso7' delante de )ios 6contemplacinc!. 7 407 ?ct 13,26!En C' vimimos, nos movemos * e;istimos!. criatura $ienen enteramente de :ios" entonces de modo semejante" la expresin >ver la verdad en )ios>, puede entenderse en el sentido de que para conocer" el alma depende ntegramente de Ml. ,l respecto dice -opleston9 >#ero, ms bien que aceptar una interpretacin puramente neoplatnica o una interpretacin ontologista, me parece preferible suponer que las ideas y verdades eternas, que estn en )ios, cumplen una funcin ideogen&ti! ca' es decir, que se trata ms bien de que la Qlu.Q que procede de )ios capacita a la mente humana paa que vea las caractersticas de inmutabilidad y necesidad de las ideas eternas> 405 . (nterpretacin tomista. La otra interpretacin que importa considerar es la de Santo Hom!s de ,quino" quien se preocup m!s por ajustar la doctrina del Dbispo de Jipona al modo en que el ,quinate entenda la realidad del conocimiento humano" que a su deseo de reproducir interpretar fielmente el pensamiento del ,fricano. Sabido es que Hom!s entiende que la accin abstracti$a del intelecto sobre los phantasmata -representa- ciones sensibles-" no se percibe directamente sino por sus efectos" a saber" los conceptos. Jumildemente el :octor com*n admite que se trata de una acti$idad misteriosa. ; por tanto se $ale de un lenguaje metafrico para tratat de explicarla. :e all el que hable de una abstraccin iluminativa que surge de comparar" como #a lo hiciera antes el Dbispo de Jipona -sal$ando las distancias- la accin del intellectus agens con la luz solar. La luz es a los colores como el intelecto a los inteligibles. >Fnde oportet quod superveniat actio intellectus agentis cuius illustratione phantasmata fiant intelligibilis actu, sicut illustratione lucis corporalia colora fiunt visibi! les> 400 . Por la abstraccin el entendimiento agente despoja al phantasma de su materialidad # particularidad sobreele$!ndola al orden espiritual e inteligible" hacindola apta para informar al intelecto posible. )@u abstraccin realiza el intellectus agens< La abstraccin total" consistente en sacar de un todo concreto -esta materia # esta forma particulares- otro todo abstracto -la materia # la forma comunes. .especto a Santo Hom!s cabe considerar que ,gustn cumple en el !mbito teolgico el lugar que le cabe a ,ristteles en el filosfico. Son ellos" junto a las Escrituras sus principales antecedentes doctrinales. Pero no habr! de sorprender el que un pensador de su tremenda en$ergadura intelectual recurra a las fuentes m!s inimaginables para dar a conocer su posicin. :e all que quien quiera buscar a ,ristteles en Santo Hom!s se encuentre con que tambin ha# en l muchos elementos comunes a otros autores. Pre$iendo que tambin algo de esto puede ocurrir en la relacin entre Santo Hom!s # San ,gustn" entonces se tratar! de buscar de qu modo se mantiene en el ,quinate la doctrina de la iluminacin de ,gustn # si sta se halla de alg*n modo presente en su doctrina del intellectus agens. , propsito de la misma" debe recordarse que esta doctrina le permite resol$er al ,nglico el problema del origen de las ideas. Siguiendo a ,ristteles" entiende que las cosas sensibles son inteligibles en potencia" pero en $irtud de la labor abstracti$a del entendimiento se hacen inteligibles en acto. ; quien realiza tal acti$idad abstracti$a es el intellectus agens quien act*a merced a una abstraccin iluminati$a. ; de este modo aparece tambin en Hom!s la doctrina de la iluminacin. K@u se puede hallar de todo esto en ,gustn< Au# poco. Pero ese poco #a es lo suficientemente re$elador como para seguir insistiendo en esa lnea. Por ejemplo" este texto donde se reconoce que" en $irtud de la actual condicin del hombre" ste debe acceder al orden inteligible a partir del sensible9 >Nuia enim rationalis creatura Merbo illo tanquam optimo cibo suo pascitur' humana autem anima rationalis est, qu mortalibus uinculis peccati pfna tenebatur, ad hoc diminutionis redacta, ut per coniecturas rerum uisibilium ad intelligenda inuisibilia niteretur cibus rationalis creatur factus est uisibilis, non commutatione natur su, sed habitu nostr, ut uisibilia sectantes, ad se inuisibilem reuocarem> 406 . n esa coincidencia se podr!n descubrir elementos que bien pudo tomar el ,quinate del Jipo- nense" # en segundo lugar" elementos que discutblemente podr!n ser comunes a ambos autores. 4. Los elementos comunes9 la doctrina de la ilumina cin di$ina n principio" el ,quinate sostiene que la fuente de iluminacin es el mismo :ios. :ios aparece como fuente de luz de la cual deri$an la inteligencia para todos los hombres # la inteligibilidad de todas las cosas. >,ed intellectus separatus $...% est ipse )eus $...%. Fnde ab ipso anima humana lumen intellectduale partici! 5 405 . R. CP1<E4FP7, Gistoria de 'a fi'osof5a, tr es), 4acrist,n, 2da ed es).8adrid, ?rie',1934, ). 69. 0 400 . -HM, )E *NFPEH, )e veritate, q. :H, a. 20 >)e donde se desprende que es necesario que sobrevenga la accin del intelecto agente cuya iluminacin actuali.a a la representaciones sensibles, as como la aclaracn de la lu. actuali.a a los colores visibles>. 6 406 )e libero arbitrio, (,:;, (;0 >-oda criatura racional se alimenta de aquel Merbo divino como de su propio y me9or man9ar' mas como el alma racional del hombre, ligada con la.os de muerte en pena de su pecado, haba sido reducida a un estado de debilidad tal que necesitaba ayudarse de las cosas visibles para elevarse a la inteligencia de las invisibles, por eso el alimento de la criatura racional se hi.o visible, no preci! samente cambiando su naturale.a en la nuestra, sino revisti&ndose de la nuestra, a fin de elevarnos hasta &l, que es invisible, mediante las cosas sensibles, sin las que no damos un paso>. pat> :?A . 3o ha# duda de que en esto coincide substancialmente con ,gustn. n otro pasaje sostiene el ,quinate que la iluminacin $iene de la $erdad di$ina en la cual se contienen las razones de todas las cosas9 >,ed uerum est quod iudicium et efficatia huius cognitionis, per quam naturam anim cognoscimus competit nobis secundum derivationem luminis intellectum nostri a ueritate divina, in que ratione omnium rerum continen! tur> 40G . Por cierto" si el ,quinate hubiera buscado coincidir m!s exactamente con la doctrna del Dbispo difcil- mente lo hubiera podido hacer mejor. Je aqu la doctrina del Jiponense9 :ios ilumina a quienes se acercan a Ml9 >Et $ueritas )ei% conuersos ltificet lumine> :?4 ' :ios es el sol de los espritus9 >Ergo quomodo in hoc sole tria qudam licet animaduertere0 quod est, quod fulget,quod illuminat' ita et in illo secretissimo )eo, quem uis intelligere, tria qudam sunt0 quod est, quod intelligitur, et quod cetera facit intelligi> :1; . 1. Los elementos de coincidencia discutible9 la doc trina del intellectus agens Si Santo Hom!s hubiera detenido su examen de la acti$idad notica en el an!lisis de la incidencia de la participacin de :ios en la misma" quiz!s hubiera coincidido substancialmente con el Padre de la (glesia. Pero. lo cierto es que el ,quinate" no se detiene aqu" sino que afirma tambin la coacti$idad de un intellectus agens inmanente al hombre. :e lo que se sigue la afirmacin de dos intelectos agentes. Eno" que existe en :ios porque es claro que las causas trascendentes obran con el concurso de los seres particulares. l otro" lo afirma como existente en el hombre" porque ha# en l la experiencia interna de ser l quien abstrae" # tambin por una razn metafsica seg*n la cual nada obra sino por un principio intrnseco. >Et hoc e+perimento cognoscimus, dum percipimus nos abstrahere formas universales a conditionibus particularibus, quod est facere actu intelligibilia. Eulla autem actio convenit alicui rei, nisi per aliquod principium formaliter ei inhrens> :1: . -uriosamente en un pasaje de 3ontra Faustus Manichus, ,gustn tambin se8ala la existencia de duo lumina, una inmanente que corresponde a la realidad humana" otra trascendente" que pertenecer a la realidad di$ina9 >"oc lumen non est lumen illud quod )eus est> :1@ .s posible entonces" admitir la existencia en el hombre de una cierta acti$idad iluminati$o-abstracti$a" como lo ense8a el ,quinate< (ndudablemnte lo sera si esas luces de las que se habla suponen concretamente la posibiidad de una facultad abstracti$a por parte del hombre. ;" en cuanto a esto" aunque ha# pasajes del Santo de Jipona que se pueden alinear en esta direccin" no es menos claro que tal conclusin sera de todo punto apresurada" toda $ez que no se compadece con el todo de su corpus doctrinal. Se examinar!n primero las razones a fa$or" luego" las que est!n en contra. Las razones para admitir la posibilidad de la admisin de un intellectus agens en la notica agustiniana surgen porque en dichos textos se admiten esenciales de la doctrina del intellectus agens0 la posibilidad de que" supuesta la inter$encin de :ios para explicar el conocimiento humano" se d lugar a la inter$encin de la criatura all donde sta sea posible? # la existencia de una cierta aptitud abstracti$a por parte del alma" que permita acceder al orden inteligible. La primera afirmacin sostiene que :ios crea a sus criaturas de tal suerte que stas tambin puedan ejercer sus propias acti$idades9 >,ic itaque administrat omnia qu creuit ut etiam ipsa proprios e+ercere et agere motus sinat> :1( . Lo que hace pensar a -ap!naga en que la illuminatio importara" no una pura pasi$idad por parte de la potencia cogniti$a" sino una cierta acti$idad propia. >*s, admite una actividad intelectiva propia, distinta de la de )ios, porque tiene potencia para engendrar su verbo y verificar la intuicin. = como la gracia, con ser un principio superior de concurso divino, no destruye la accin propia de la voluntad humana, o la cooperacin, as la iluminacin de )ios no e+cluye la coiluminacin de la criatura o el e9ercicio B 40B . -HM, )E *NFPEH, :, A4, I0>El entendimiento separado es el mismo )ios $...%. = de quien, por consiguiente, participa el alma humana su lu. intelectual> G 40G . -HM, )E *NFPEH, :, 2A, :0 >#ero en verdad el 9uicio y la eficacia de este conocimiento por el que coocemos la naturale.a del alma nos corresponde en orden a la iluminacin del entendimiento por la verdad divina, en la cual estn contenidas las ra.ones de todas las cosas>. 2 402 )e libero arbitrio, @, :@, (I0 >$La verdad divina% alegra con su lu. a los que se vuelven hacia ella>, > 46> ,oliloqluia, :, 2, :?0 >*s, pues, como en el sol visible podemos notar tres cosas0 que e+iste, que esplende, que ilumina, de un modo anlogo, en el secretsimo sol divino a cuyo conocimienot aspiras, tres cosas se han de considerar0 que e+iste, que se clarea y resplandece en el conocimiento, que hace inteligibles las dems cosas>. 4 464 . -HM, )E *NFPEH, :, A4, I0 >= esto lo sabemos por e+periencia, en tanto que percibimos que abstraemos las formas universales de las condiciones partculari.antes, lo que hace al inteligible en acto. #ero ninguna accin conviene a alguna cosa, a menos que lo sea porun princilpio intrnseco>. 1 461 Contra Raustum manc$Qum, 20, 6, 3!Esta 'u( no es 'a 'u( &ue Dios es!. 7 467 )e ciuitate )ei, :@, #L I:, @@;0>*s, )ios administra todas las cosas que cre de tal suerte que permite que las criaturas tambi&n puedan e9ercer y obrar sus propias acciones>. de su actividad de causa segunda> :1I . )Por qu no pensar entonces" que esa luz inmanente al espritu humano" pueda ejercer" alguna acti$idad semejante a la de la luz di$ina< La segunda afirmacin sostiene que le cabra al alma poseer una cierta capacidad abstracti$a. n efecto" en el )e -rinitate, el :octor ,fricano afirma el origen sensible de los conceptos de las cosas9 >Mens ergo ipsa sicut corporearum rerum notitias per sensus corporis colligit, sic incorporearum per semetipsam> :1? . (dea sta que al menos nos aproxima a la nocin aristotlica de abstraccin. -on lo que se descalifica una $ez m!s una lectura innatista de los textos de ,gustn. Por otra parte" ad$irtase tambin" cmo ,gustn en este pasaje distingue entre una acti$idad que supone un cierto grado de recepti$idad -como lo sugiere la palabra colligit 6~recoger)" como es el caso de la acti$idad sensible" # otra" donde el uso de la palabra per semetipsam sugiere una acti$idad como vx]ujZ_. Pero" analizadas" estas dos afirmaciones poco es lo que se habr! de hallar de coincidente con la doctrina aristotlico-tomista del intellectus agens. n primer lugar" porque" si bien es cierto que se admite que cuando :ios obra en el hombre" ste tambin puede obrar simult!neamente con aqul" no se dice nada respecto a la posibilidad concreta de acceder por la $a abstracti$a al orden inteligible. n segundo lugar" si bien es claro que ,gustn admite una cierta capacidad abstracti$a que le permite poseer intencionalmente las cosas a partir del dato de los sentidos" no significa sto que se acceda a un orden que supere el ni$el del conocimiento sensible. n cuanto a las razones en contra" se ad$ertir! que si bien" ha# un importante ni$el de coincidencias en el orden el conocimiento" stas no a$anzar!n mucho m!s de lo que #a se ha $isto. Lo que significa que sigue quedando oscuro el conocimiento del orden inmaterial. ;" aun cuando se habla del origen sensible del cono- cimiento de los objetos corpreos" lo cierto es que San ,gustn no emplea el $ocablo cabstraherec" que s utiliza con toda tranquilidad el ,quinate. Si bien ,gustn reconoce que en el orden del conocimiento sensible son necesarias las especies intencionales" -lo cual permitira pensar en la admisin de un cierto grado de abstraccin-" sin embargo" no ocurre lo mismo en el orden del conocimiento intelectual donde no nunca se habla de species intelligibilis. :e lo que se podra inferir que con respecto a l ha# un cierto conocimiento inmediato ->$...% sic incorporearum per semetipsam>. :e hecho" la doctrina del intellectus agens, est! ausente en las p!ginas de ,gustn" quien" no slo parece desestimar el dato sensible sino tambin la misma posibilidad de obtener el conocimiento del orden inteligible a partir de la acti$idad abstracti$a. >Eeque enim oculis corporeis multas mentes videndo, per similitudinem colligimus generalem vel specialem mentis humanam notitiam0 sed intuemur inviolabilem veritatem, e+ qua perfecte, quanto possumus, definiamus, non qualis sit uniuscuiusque hominis mens, sed qualis esse sempiternis rationibus debeat> :11 . n consecuencia" no se $e claro en ,gustn qu tipo de relacin se establece entre las representaciones sensibles # las inteligibles? # mucho menos" el que" a partir de ellas" el entendimiento" obtenga -$a abstracti$a mediante- las formas inteligibles que corresponden a las mismas. n todo caso" todo parece indicar que la re- presentacin adquirida a tra$s de los sentidos" # que luego tiene una cierta presencia intencional en el entendi- mientro" lejos de entenderse como una representacin de su contenido esencial" sigue teniendo por objeto el orden singular # contingente propio del orden sensible. Luego" si bien podra conciliarse a ,gustn con ,ristteles # Santo Hom!s en el orden del conocimiento sensible" no ocurre lo mismo en relacin al conocimiento intelectual. Por tanto" no es en modo alguno casual que ,gustn no mencione para nada la necesidad de un intellectus agens. Su doctrina de la illuminatio no da lugar a tal facultad cogniti$a. -onclusin s claro que la doctrina agustiniana de la iluminacin" al tiempo que abre una espaciosa puerta para acceder de alguna manera a los arcanos de la realidad" no es menos cierto que arroja tambin una sombra de duda sobre el alcance de la razn natural. Pero sea cual fuere la opinin que se termine de tener respecto de esta doctrina debe reconocerse objeti$amente que ha arrojado un $i$o estmulo sobre los m!s selectos espritus de la filosofa medie$al # moderna. n lo que concierne a la filosofa medie$al se ad$ierte la clara influencia de la doctrina agustiniana de la iluminacin sobre el pensamiento de la corriente franciscana tales como Aateo de 5 465 Cfr. 4o'i'o&uia, nota 10, en Pbras de 4an ?-ust5n A?C, ). 525. 0 460 . )e -rinitate, 4, (, (0>*s como la mente recoge el conocimiento de las cosas corpreas a partir de los sentidos del cuerpo, as tambi&n, el de las incorpreas por s misma>. 6 466 . De Frin, 9,6,9!7o es viendo con 'os o.os de' cuer)o una muc$edumbre de mentes como nos formamos, )or ana'o-5a, un conce)to -enera' o concreto de 'a mente $umana, sino contem)'ando 'a verdad indeficiente, se-Tn 'a cua' definimos, en cuanto es )osib'e, no 'o &ue es 'a mente de cada $ombre, sino 'o &ue debe ser en 'as ra(ones eternas!. ,quasparta &ca. 415>-47>1)? /uan Pecham &H4121)? nrique de Fante &ca. 414B-4127)" #" de modo particular" sobre San %uena$entura &4114-41B5). i. Cfr.Ren Descartes, Discours, IV,3; Regul,3. ii.. Cfr. FERRATER MORA, Jos, Diccionario de Filosofa, 6ta ed. Madrid, Alanza, 1982, 'cogiito'. iii. Correspondencia a M. de Zuytlinchem, del 11 de noviembre de 1640. i$. Cfr.DESCARTES,Discours, II; Mditations, II; Regul, III; Principia philosophi, I, 45. $. Confessiones, 5, 14, 25. $i. Cfr. Confessiones, 6, 5, 7. $ii. De Trinitate, 15, 10, 17: "Nadie, pues, conoce que algo es falso, sino cuando sabe que es falso. Luego conoce la verdad de que aquella cosa es falsa".