Michel Sauval - La Ciencia y La Verdad

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 14

La ciencia y la verdad ( Michel Sauval ) Introduccin Esperando haber podido, en la primera parte de este artculo, desmenuzar la lgica del

debate que se ha generado en torno a la "broma" de Sokal, en particular sus fallas (en otras palabras, esperando haber sabido aprovechar las enseanzas de Hegel en lo que a este punto se refiere), intentar, en esta segunda parte, presentar algunos de los problemas que se plantean en relacin a la cuestin de la verdad y la cuestin de lo real. No puedo opinar con seriedad sobre qu es lo que realmente dicen varios de los autores criticados por Sokal y Bricmont en su libro, pues no los he estudiado lo suficiente. No puedo por lo tanto responder a las crt icas de Sokal mas que en los trminos sealados en la primer parte. Pero ese no es el caso con respecto a Lacan. Sin pretender ser un especialista en Lacan, son sus textos y su enseanza los que me han guiado en mi prctica como psicoanalista. Obviamente , no tiene sentido tomar en forma aislada la discusin sobre un fragmento u otro en los que Lacan haya hecho uso de algn concepto tomado de la ciencia (topologa, lgica, etc.) sin presentar primero la posicin general del psicoanlisis respecto de la ciencia. Es lo que har en esta parte. Como complemento de la misma adjunto algunas de las clases de un seminario sobre "Ciencia y Psicoanlisis" que vengo desarrollando por Internet en un espacio vecino a este: http://www.edupsi.com/psicoanalisis.htm Esas clases desarrollan el problema como un comentario de un excelente libro sobre este tema: el de Jean Claude Milner, titulado " La obra clara ", con edicin en espaol en la editorial Manantial (es la mejor lectura que podra recomendarles sobre este tema, en particular al propio Sokal). Una vez hecho esto estaremos en condiciones de comenzar, en una tercera parte, el anlisis de cada uno de los fragmentos seleccionados y criticados por Sokal y Bricmon t. Me permitir entonces hacer una traduccin al espaol del respectivo captulo 1

del libro para que otros psicoanalistas de lengua hispana puedan agregar sus propios anlisis a este trabajo. "El sujeto de la ciencia" Lo primero que debe quedar claro es que el psicoanlisis no se define como una ciencia. Aunque tampoco podra existir sin relacin a la ciencia. El punto entonces no cientfico, sino analizar la ciencia. Solo esto referencias lacanianas a ser demostrar que las relaciones que el permitir ubicar en conceptos o trminos el psicoanlisis "es" mismo mantiene con su justo lugar las cientficos.

Una de las indicaciones ms precisas que da Lacan sobre este punto se encuentra en " La ciencia y la verdad ", el ltimo de los artculos de los Escritos (y que tambin fuera la primera clase del seminario sobre " El objeto del psicoanlisis "). All dice lo siguiente: " Dire que le sujet sur quoi nous oprons en psychanalyse ne peut

tre que le sujet de la science, peut passer pour paradoxe. C' est pourtant l que doit tre prise une dmarcation, faute de quoi tout ce mle et commence une malhonntet qu' on appelle ailleurs objective: mais c' est manque d' audace et manque d' avoir repr l' objet qui foire. De notre position de sujet, nous sommes toujours responsables. " (J. Lacan, Ecrits, Ed. Seuil, pgina 858)
" Decir que el sujeto sobre el [yo traducira mas bien con " lo "] que

operamos en psicoanlisis no puede ser sino el sujeto de la ciencia puede parecer paradoja. Es all sin embargo donde debe tomarse un deslinde a falta del cual todo se mezcla y empieza una deshonestidad que otros sitios llaman objetiva: pero es falta de audacia y falta de haber detectado el objeto que se raja . De nuestra posicin de sujeto somos siempre responsables " (Escritos
2, Ed. Siglo XXI, pgina 837). (1) En qu consiste este sujeto de la ciencia? Qu significa este prrafo? La ciencia se ocupa de lo real: encuentra un saber en lo real y opera con l. Podemos hablar de un saber "en" lo real en el sentido de que la ciencia verifica que dicho real obedece a ciertas frmulas, con independencia de que las mismas sean o no conocidas.

Es la misma lgica de este "descubrimiento" (2) la que aliment la idea de una completa simbolizacin de lo real como objetivo final de la ciencia, el famoso ideal de Laplace (3). Sin embargo, lo que ha minado esta ilusin (y constituye una de las bases del relativismo cognitivo que critica Sokal) es la verificacin de que entre el saber y lo real siempre se encuentra una frontera insuperable. Obviamente esta frontera no es la misma hoy que ayer, lo cual ha alimentado la idea del carcter histrico de la misma, y la proyeccin de un acercamiento asinttico a lo que no veo porque no podramos llamar un "saber absoluto" (con todas las asociaciones hegelianas que estos trminos pueden implicar). No creo que la ciencia pueda ser ciencia sin mantenerse fiel, de un modo u otro, a este ideal. El paso del tiempo puede haber vuelto a los cientficos ms cautos, desconfiados, relativistas, o lo que sea, pero este sigue siendo su norte. Sokal y Bricmont, por ejemplo, han aprendido la leccin, y por eso, en un captulo especialmente dedicado al relativismo cognitivo (intercalado no se porque como "Intermezzo" entre los captulos dedicados a Kristeva e Irigaray ), plantean una posicin de crtica respecto de la posibilidad de una " codificacin completa de la racionalidad cientfica " y dudan de que la misma pueda existir (dem, pagina 59), motivo por el cual llegan a adherir al planteo de Feyerabend de que la cien cia no puede ser organizada segn reglas fijas y universales (dem, pgina 78). " Ninguna

asercin sobre el mundo real puede jamas ser literalmente probada pero, para retomar la expresin muy justa del derecho anglosajn, puede serlo mas all de la duda ra zonable. La duda no razonable subsiste "(dem, pgina 60).
Y por eso critican la intencin de Popper de intentar reducir " la

inmensa complejidad de la empresa cientfica a una 'lgica' universal bien definida " (dem, pgina 67) ya que ellos desplazan
sobre el fracaso de estos proyectos epistemolgicos el origen de las reacciones irracionalistas.

Pero el punto fundamental de todo el debate es que para Sokal y Bricmont, al llegar al punto de la "verdad" no puede haber relativismo: solo puede haber una verdad, la cual puede ser sabida.

Su concepto de verdad corresponde a esta correlacin entre saber y real: " Al fin de cuentas, la principal razn que tenemos para

creer en la veracidad de los resultados cientficos (al menos aquellos mejor establecidos) se debe al hecho de que explican la coherencia de nuestra experiencia " (Sokal y Bricmont, " Impostures Intellectuelles ", Ed. Odile Jacob, pgina 58).
Por eso adhieren al planteo de Einstein de que Dios puede ser " sutil pero no malo " (no juega a los dados). En otr as palabras, la verdad resulta de la adecuacin del saber a lo real. El saber cientfico consiste en el conocimiento de las leyes y frmulas a las que lo real responde. Esto no es un defecto. As funciona la ciencia. No podra funcionar de otra manera. Y porque funciona as es que subir al avin para irme de vacaciones en unos das. Lo que tenemos que ver ahora es que, tambin porque la ciencia funciona as es que hay psicoanlisis. Volvamos a lo que decamos anteriormente. Que estatuto darle a la fro ntera que insiste entre el saber y lo real? Ah est el punto. El psicoanlisis toma el problema al revs. Podramos intentar pensar lo real, no ha partir de lo simbolizado, de lo "sabido", o ms precisamente, a partir de lo que s responde a nuestro saber, sino a partir de lo no sabido, aquello que se presenta como no respondiendo a nuestro saber previo. Es decir, una definicin negativa de lo real: aquello que insiste m s all de esta frontera alcanzada por la ciencia. Esta frontera entre lo real y el saber es lo que Lacan llama el sujeto de la ciencia. Por eso Lacan define la ciencia de esta manera: " le sujet en question reste le corrlt de la science, mais un

corrlt antinomique puisque la science s' avre dfinie par la non issue de l' effort pour le suturer " (Ecrits, pgina 861);
" el sujeto en cuestin sigue siendo el correlato de la ciencia, pero 840).

un correlato antinmico puesto que la ciencia se muestra definida por el no-xito del esfuerzo para suturarlo " (Escritos 2, pgina

Lacan ubica la aparicin de este "sujeto de la ciencia" en la operacin de Descartes. En el punto preciso en que la duda ha reducido el cogito a un saber cero (el sum como el conjunto vaco del cogito ), punto a partir del cual la garanta de la verdad queda del lado de Dios, y del lado del sujeto solo queda el saber, un saber vaciado de toda verdad metafsica, el saber de las frmulas y su verdad formal, que funcionarn como una sintaxis de lo real. El famoso " hypotheses non fingo " de Newton es " la carta de la estructura " (J. Lacan, "Radiofona"), pues plantea claramente que su posicin es la de dejar de lado la pregunta por esa potencia desconocida que sera la "verdadera" causa y no solo la expresin formal (la ley) de la gravedad. Claro que, planteadas as las cos as, para aquellos que no conocen de psicoanlisis podra plantearse la pregunta de la relacin entre tan vastas y conceptuales relaciones y la clnica con pacientes. En vsperas del centenario del nacimiento del psicoanlisis, no estar de ms recordar los fundamentos del mismo como ejemplificacin de lo anteriormente planteado. La verdad y lo real Desde hace un tiempo en USA se ha desarrollado todo un debate acerca de la verdad o falsedad de los recuerdos relativos a hechos sexuales en la infancia. Es conocido el caso de Beth Rutherford quien en 1992, impulsada a la rememoracin por su confesor, "record" que entre los 7 y los 14 aos haba sido violada por su padre, quien era pastor, y que incluso haba quedado embarazada dos veces, siendo obligada a abortar por su padre. Al hacer pblicas estas denuncias su padre tuvo que renunciar a su ministerio, pero posteriores exmenes mdicos, ordenados como parte del proceso judicial iniciado, demostraron que Beth Rutherford era an virgen. En 1996 esta mujer le hizo juicio entonces a su confesor, quien fue condenado. Han habido otros casos similares, pero involucrando psicoterapeutas, que tambin han culminado en los tribunales. a

Varias asociaciones profesionales se han visto obligadas a pronunciarse sobre el asunto, entre ellas, la "American Psychiatric Association" (a fines del 93), la "Australian Psychological Society" 5

(en octubre del 94), la "American Psychologycal Association" (en noviembre del 94), la "American Medical Association", la "Asociation des Psychiatres du Canad" (marzo del 96) y otras de nivel similar en otros pases durante el 97. En todos los casos, la posicin consiste en intentar ordenar los recuerdos en un campo de verdad o falsedad definido en funcin de la adecuacin a los hechos. E. Loftus, la presidenta de la "American Psychologycal Association" se ha dedicado desde hace aos a la investigacin del problema, entendiendo que la clave del problema es la desinformacin, dado que la misma " puede modificar los recuerdos de un individuo de manera previsible y, a veces, espectacular " (" Pour la Science ", Nmero de Diciembre 97). No tienen mas que hacer una bsqueda con " False Memory Syndrome " en Altavista u otros buscadores y encontrarn decenas y decenas de links. En particular, pueden da rse una vuelta por la recopilacin de referencias bibliogrficas e investigaciones del Ph.D. Jim Hopper, en http://www.jimhopper.com/memory Abordo esta parte del debate por este costado, porque uno de los ejes de la crtica de Sokal consiste en la cuestin de la referencia emprica de los planteos o desarrollos de los autores por ellos reseados. Y la actitud tanto de los involucrados en estos procesos judiciales como de las asociaciones profes ionales que han fijado posicin sobre ese tema se funda en la idea de un saber de tipo cientfico. Por eso han sido "enloquecidos" por las respectivas histricas de cada uno de estos casos, de la misma manera en que ya se "enloquecan" hace ms de un siglo los mdicos de tantos otros pases por otras tantas histricas, pues estas siempre se presentan como padeciendo de una serie de perturbaciones que siempre escapan a dicho saber cientfico. Es justamente este problema el que dio origen al psicoanlisis. Recordemos como comienza Freud su "escucha" de la histeria. En uno de sus primeros trabajos sobre el tema (antes mismo de la creacin del psicoanlisis como tal), en un estudio comparativo entre las parlisis motrices orgnicas e histricas verificaba que estas ltimas no respetaban la anatoma y muchas veces se presentaban " en contradiccin con las reglas de la parlisis orgnica cerebral ". El recorte que la parlisis histrica hace sobre el cuerpo no sigue las reglas de la anatoma sino el recorte del 6

lenguaje comn: " es la concepcin trivial, popular, de los rganos Completas, Ed. Amorrortu, Tomo 1, pgina 207).

y del cuerpo en general la que est en juego en las parlisis histricas, as como en las anestesias, etc ." (Freud, Obras
La conclusin de Freu d es que puede haber, entonces, " una lesin

funcional sin lesin orgnica concomitante (...) la lesin de la parlisis histrica ser, entonces, una alteracin de la concepcin (representacin); de la idea de brazo por ejemplo " (dem, pgina
207/8). En otros trminos, cmo puede uno enfermar por un problema de lenguaje? Lo que importa percibir de esto es que el sntoma histrico se presenta como una situacin donde lo real no se comporta en funcin del saber que se tiene del mismo. Y no porque ese saber sea incorrecto o falso. Del sntoma histrico no corresponde deducir una nueva anatoma biolgica. Del sntoma histrico experiencia le dictar corresponde deducir lo que la misma a Freud: " La lesin sera entonces la

abolicin de la accesibilidad asociat iva de la concepcin del brazo. Este se comporta como si no existiera para el juego de las asociaciones (...) el rgano paralizado o la funcin abolida estn envueltos en una asociacin subconsciente provista de un gran valor afectivo, y se puede mostrar q ue el brazo se libera tan pronto como ese valor afectivo se borra " (dem, pgina 208/9).
En otros trminos, el sntoma histrico, es un fenmeno que no responde a un saber universal sobre la anatoma, sobre lo real, sino que responde a la particularidad d e la historia de cada sujeto expresada al nivel del uso de las palabras. No se lo podr curar ni con medicamentos ni con operaciones reales sobre el cuerpo, sino dejando hablar al paciente, para a partir de ese decir, deducir y desarmar la trama lgica que mantiene aisladas a ciertas palabras del funcionamiento conjunto de las dems. A partir de este descubrimiento, Freud encontr una cuestin mas. Encontr que estos sntomas resultaban de una asociacin lingustica con escenas sexuales infantiles. Al igua l que nuestros actuales terapeutas americanos preocupados por el problema de la verdad o falsedad de los recuerdos sexuales, encontr que al remontar las asociaciones y recuerdos de los pacientes, casi siempre se llegaba a alguna acusacin de abuso sexual por parte de familiares de pacientes, mas precisamente, por parte del padre.

Como con la cuestin de las parlisis histricas, nuevamente se plante el problema de la "verdad". Y el descubrimiento fue que, as como las parlisis no respondan a la anatom a biolgica, las escenas de abuso y/o seduccin sexual no respondan a la simple dimensin fctica de los "hechos". Pero, al igual que las parlisis, no eran por eso menos "reales". Resolver este problema ha sido la clave de la invencin del psicoanlisis . Toda la historia que se ha generado en torno al "sndrome de falso recuerdo" que comentaba anteriormente es un tpico ejemplo de situacin que podramos llamar "pre -freudiana", es decir, de situacin de impasse que se produce cuando no se atiende a la dimensin de "verdad" que implica la palabra, dimensin que no es la misma que la reduccin que la ciencia realiza en trminos de "exactitud" o "adecuacin", entre lo simblico y lo real. En ese sentido, los sntomas histricos son la expresin m s acabada de lo que Lacan plantea como el sujeto de la ciencia . El paso que conviene tener presente para no perder el nexo entre los planteos aparentemente abstractos o tericos de Lacan y, por ejemplo, estas primeras referencias freudianas, es que la relacin del psicoanlisis con la ciencia siempre se presentada mediada por la medicina , puesto que el psicoanlisis siempre se ha planteado como una prctica en relacin al campo que podramos definir ampliamente como el de la salud mental. La medicina, m s precisamente la psiquiatra, es la que se presenta en dicho campo como el representante de la ciencia (ver en particular, para este punto, la clase 2.2b de mi seminario sobre "Ciencia y Psicoanlisis", que forma parte de los textos agregados como anexos a este artculo). Y la histeria es lo que, en dicho campo, se presenta como un real que no se deja reducir a un saber cientfico sobre el mismo. Cuando Lacan plantea cosas en relacin a la ciencia est mirando por encima de la psiquiatra . Obviamente que cuando habla del "sujeto de la ciencia" no se est refiriendo ni a los agujeros negros de la fsica espacial o cosas por el estilo, sino a esta cuestin eminentemente clnica. Pero lo que hay que percibir es que este descubrimiento del psicoanlisis y su misma cons titucin, no son sino el resultado, por la negativa, del desarrollo de la ciencia moderna y de la extensin 8

de la misma, como modo de aprehender lo real, a todos los mbitos de la vida de los seres humanos. Antes de la ciencia moderna, lo mental, lo mismo que tantas otras cosas, era significado de otra manera. Y los abordajes de la histeria, obviamente eran diferentes (exorcismo, etc.). Este es el sentido que tiene decir que el psicoanlisis no es una ciencia pero que al mismo tiempo, es imposible, como t al, sino en relacin a la ciencia. Se comprender entonces que la nocin de real, en psicoanlisis, no es la misma que en ciencia. En ambos casos podremos verificar que, por ejemplo, un brazo est paralizado. Pero esa parlisis tiene una dimensin difere nte para la ciencia (es decir, para el caso, la medicina) y el psicoanlisis. Para la primera ser algo incomprensible, algo que escapa a sus frmulas y sus atlas anatmicos. Para el psicoanlisis, formar parte de ciertos imposibles en la estructura del lenguaje (por ahora, podramos conformarnos con decir ciertos imposibles de decir). Dejando de lado este terreno aparentemente ms "obvio" de las parlisis, y volviendo a los problemas relativos a los traumas sexuales, tambin podremos verificar esta mism a cuestin. El psicoanlisis se constituye, como tal, en cierto sentido, a partir del abandono de la llamada " teora de la seduccin ", al menos en el sentido del abandono de la idea del trauma de la seduccin a partir de un hecho fctico. Dicha " teora de la seduccin " le haba ido permitiendo a Freud ordenar una serie de cuadros clnicos (estructuras) en funcin de la ubicacin temporal y la naturaleza de un hecho sexual traumtico en la vida del paciente. Pero un poco mas astutamente que el confesor de Beth Rutherford, que los terapeutas involucrados en juicios a partir de los resultados de la rememoracin, y que el conjunto de las asociaciones profesionales que se han pronunciado sobre el tema del modo anteriormente sealado, Freud, ya un poco ms acostumbrado a escuchar antes que dictaminar, sabr concluir de un modo diferente. En su famosa carta 69 a Fliess le confiesa que " ya no creo mas en mi neurtica ". Entre los motivos resea " la

sorpresa de que en todos los casos el padre hubiera de ser inculpado como perverso, sin excluir a mi propio padre, la
9

inteleccin de la inesperada frecuencia de la histeria, en todos cuyos casos debera observarse idntica condicin, cuando es poco probable que la perversin contra nios est difundida hasta ese punto " (dem, pgina 301) y " la inteleccin cierta de que en lo inconsciente no existe un signo de realidad, de suerte que no se puede distinguir la verdad de la ficcin investida de afecto " (dem
(pginas 301/2). Pero no deducir Freud de esto que las histricas s ean, finalmente, unas fabuladoras, como acostumbraba pensarlas las medicina de entonces, ni que la tarea consista en demostrarles la "falsedad" de sus decires. Nuevamente, como con el caso de las parlisis, optar por la va de "escuchar" a sus pacientes. Freud conservar siempre la idea de que el encuentro con el sexo es traumtico, pero en ese entonces debe abandonar la idea de que la "realidad" de dicho encuentro, y por lo tanto del trauma, radique en la dimensin fctica de un acontecimiento. En el manuscrito M (anexado a la carta 63 a Fliess, con fecha 25 de mayo de 1897), Freud, luego de afirmar, muy lacanianamente que " el elemento genuinamente reprimido es siempre el femenino ", aborda el tema de las fantasas. Seala que las mismas " se

generan como una conjuncin inconsciente entre vivencias y cosas odas, de acuerdo con ciertas tendencias. Estas tendencias son las de volver inasequible el recuerdo del que se generaron o pueden generarse sntomas. La formacin de fantasas acontece por combinacin y desfiguracin, anlogamente a la descomposicin de un cuerpo qumico que se combina con otro. Y en efecto, la primera variedad de la desfiguracin es la falsificacin del recuerdo por fragmentacin, en lo cual son descuidadas precisamente las relaciones de tiempo. As, un fragmento de la escena vista es reunido en la fantasa con otro de la escena oda , mientras que el fragmento liberado entra en otra conexin. Con ello, un nexo originario se vuelve inhallable " (dem, pgina 293) (subrayados
mos). El trmino usado por Freud, sistemticamente, es el de fantasa. Pero de lo que est tratando es de lo ltimo y ms reprimido a lo que se puede acceder en un anlisis. No est hablando ni de sueos ni de fantasas conscientes. Est hablando del lmite imposible de superar, en el anlisis, en el camino de bsqueda de la causa del sntoma. En otra carta anterior (la 61, del 2 de mayo del mismo ao) dir que las fantasas son " edificios protectores ". Y en el Manuscrito L 10

que acompaa a esa carta dir que las fantas as " son establecidas

por medio de las cosas que fueron odas y que se valorizan con posterioridad, y as combinan lo vivenciado y lo odo, lo pasado (de la historia de los padres y antepasados) con lo visto por uno mismo. Ellas son a lo odo como los sue os son a lo visto " (dem,
pginas 288/9) En sntesis, Freud debe confesar que la escena ltima no es un hecho fctico y que lo que encontramos al final de un anlisis es la construccin de estas fantasas. Y que esas fantasas tienen el mismo poder, la m isma eficacia, que estaramos dispuestos a otorgarle, segn las concepciones cientficas tradicionales, a una causa real. Estos "edificios protectores" se revelan ser lo ltimo, y tambin lo mas particular. Lo que hubiese, si lo hay, detrs de este lmite ltimo, si puede hablarse de un detrs, o de un m s all, es inaccesible, imposible (en el sentido m s fuerte del trmino) de alcanzar. Todos los desarrollos del psicoanlisis, tanto la enseanza de Freud, como toda la enseanza de Lacan, estn dedicadas al problema de formalizar y permitir la transmisin de un cierto saber sobre este tipo de problemas, sobre esta prctica que es siempre de lo particular, pues opera, precisamente, sobre lo que se presenta siempre como un mas all de todo saber cientfico. Este es el sentido de la cita de " La ciencia y la verdad " planteada al comienzo de esta segunda parte de este artculo (4). Y en ese sentido, hay dos cuestiones mas que convendra agregar. Por un lado, que lo que el psicoanlisis descubre de esta manera, es que el lenguaje, lejos de ser un "instrumento", de comunicacin, o de lo que sea, es un "hbitat" que nos determina. La referencia bsica aqu, podra ser el captulo " Introduccin del gran Otro ", del Seminario II de Lacan. Comienza dicho captulo preg untndose "porqu no hablan los planetas? ". Y sigue: " Las estrellas son reales, ntegramente reales, en principio, en

ellas no hay absolutamente nada del orden de una alteridad a ellas mismas, son pura y simplemente lo que son. El hecho de que las encontremos siempre en el mismo lugar es una de las razones por las que no hablan (...) El siempre en el mismo lugar no nos lo mostraron primero los planetas sino las estrellas. El movimiento perfectamente regular del da sideral es, con seguridad, lo que por primera vez permiti a los hombres experimentar la estabilidad del
11

cambiante mundo que los rodea, y comenzar a establecer la dialctica de lo simblico y lo real, donde lo simblico brota aparentemente de lo real (...) Esta realidad es una primera razn para que los planetas no hablen. Sin embargo sera un error creer que sean tan mudos (...) Durante muchsimo tiempo y hasta una poca muy avanzada, les qued el residuo de una suerte de existencia subjetiva (...) Finalmente lleg Newton (...) Hacerlos callar; Newton lo consigui definitivamente. El silencio eterno de los espacios infinitos, que causaba espanto a Pascal, es algo adquirido despus de Newton (...) Porqu no hablan los planetas?. Es realmente una pregunta. Nunca se sabe lo que puede ocurrir con una realidad hasta el momento en que se la ha reducido definitivamente inscribindola en un lenguaje. Solo se est definitivamente seguro de que los planetas no hablan a partir del momento en que se les ha cerrado el pico, o sea, a partir del momento en que la teora newtoniana produjo la teora del campo unificado, y bajo una forma que se complet despus pero que ya era perfectamente satisfactoria para todas las mentes humanas. La teora del campo unificado est resumida en la ley de la gravitacin, que consiste esencialmente en que hay una frmula que mantiene todo esto unido, en un lenguaje ultrasimple constituido por tres letras (...) todo lo que entra en el campo unificado no hablar nunca ms, porque se trata de realidades completamente reducidas al le nguaje (...) no crean que nuestra postura respecto de todas las realidades haya arribado a este punto de reduccin definitiva, perfectamente satisfactorio " (J. Lacan, " El Seminario ", Libro II, Ed. Paidos, pgina 357/60).
Me he extendido en la cita porque me parece que particularmente clara respecto de lo que estamos discutiendo. Cuando Lacan se refiere al eventual "hablar" de los planetas, se refiere a esa subjetivacin que implica un real que no responde a un saber simblico, de la que los fenmenos reli giosos y similares nos dan un buen ejemplo. Ahora bien, Sokal preguntara qu aporta de til este relato. Pues bien, el problema que le preocupa a Lacan es el siguiente: " Permanentemente tendemos a razonar sobre los hombres como si se trata de lunas, calculando sus masas, su gravitacin " (dem, pgina 353). Qu mejor metfora de cmo procede el saber psiquitrico y psicoterapeutico, en tanto, justamente, saberes que se pretenden cientficos? 12

"Nuestra meta es llegar al campo unificado y hacer de los hombres lunas? Acaso los hacemos hablar tanto slo para hacerlos callar?" (dem, pgina 362).
El sujeto no es algo cerrado, sino una abertura. La nocin de verdad que importa no se define a partir de una relacin de adecuacin de lo simblico con lo real, sino por esa discordancia que provoca el retorno de lo que qued forcludo en aquella pretendida adecuacin. Es desde esta perspectiva que deben leerse todas las referencias lacanianas a conceptos cientficos. En ningn caso Lacan apelar a ellos por lo que los mismos impliquen de coherencia en su campo de origen, sino por lo que los mismos testimonien de este punto de falla que es el sujeto. Por ejemplo, con la cuestin de la topologa: el famoso toro que Lacan ha tomado una y otra vez, no ser tomado segn los usos habituales en topologa, sino en funcin de otra cosa: el agujero de su centro, que implica, respecto de las vueltas sobre la superficie del toro, una vuelta de ms. Resumiendo esto como un consejo de lectura: lo que hay que buscar, siempre, en cualquiera de estas referencias lacanianas es este elemento "de mas" (o de menos), eso que permitir ilustrar la funcin del sujeto. Motivo por el cual, esto, forzosamente, siempre implica un tratamiento especial de ese concepto o trmino. Lo retomaremos ms en detalle ms adelante, en una nueva parte de este artculo. Antes de dejar en este punto, un ltimo comentario. Este artculo, a diferencia de otros mo en esta misma revista, y de lo que leern en el anexo constituido por algunas de las clases de mi seminario sobre " Ciencia y Psicoanlisis ", ha intentado mantenerse, en la medida de lo posible, en el nivel ms bsico y elemental. Esto, por la sencilla razn de que no est pensado para un pblico especialista de psicoanalistas lacanianos (a los que de todas maneras, espero les haya gustado, si no servido), sino para un pblico amplio, pues pretende participar del debate general que se da en Internet sobre la "broma" de Sokal.

13

Notas (1) No se puede decir que "el objeto que se raja" sea la me jor traduccin de " l' objet qui foire ". Las definiciones del "Petit Robert" del verbo "foirer" son: "evacuacin de excrementos en estado lquido (uso vulgar)", "mal funcionamiento (uso figurado)", "que gira sin morder o enganchar", "polvora mojada ("qui fa it long feu")", "fracasar ("echouer") en forma lamentable". No se me ocurre otra palabra mejor. Pero es evidente que "se raja" no tiene exactamente los mismos sentidos. (2) Galileo, uno de los puntos fundamentales en el nacimiento de la ciencia moderna, deca que el libro de naturaleza estaba escrito en lenguaje matemtico. ( 3) Laplace, en el prefacio de su " Thorie analytique des probabilits " : " Una inteligencia que conociera en un momento

dado todas las fuerzas que actan en la naturaleza y la situaci n de los seres de que se compone, que fuera suficientemente vasta para someter esos datos al anlisis matemtico, podra expresar en una sola frmula los movimientos de los mayores astros y de los menores tomos. Nada sera incierto para ella y tanto el fu turo como el pasado estaran presentes ante su mirada ".
(4) Se puede seguir un anlisis similar del tema en una clase que recientemente di en el seminario " El psicoanalista y la prctica hospitalaria", con el ttulo de "Los consejos del 'viejo' Freud "

14

También podría gustarte