Este documento analiza la sentencia "Los Lagos" de la Corte Suprema de Justicia de Argentina de 1941. La sentencia marcó un cambio al abandonar la concepción de que el derecho administrativo es subordinado al derecho privado. En lugar de eso, aplicó principios del derecho privado al derecho administrativo de manera analógica, reconociendo las diferencias entre ambos campos. Esto permitió un enfoque más matizado de las nulidades administrativas. El fallo sentó las bases para tratar al derecho administrativo como una disciplina autónoma con sus
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Este documento analiza la sentencia "Los Lagos" de la Corte Suprema de Justicia de Argentina de 1941. La sentencia marcó un cambio al abandonar la concepción de que el derecho administrativo es subordinado al derecho privado. En lugar de eso, aplicó principios del derecho privado al derecho administrativo de manera analógica, reconociendo las diferencias entre ambos campos. Esto permitió un enfoque más matizado de las nulidades administrativas. El fallo sentó las bases para tratar al derecho administrativo como una disciplina autónoma con sus
Este documento analiza la sentencia "Los Lagos" de la Corte Suprema de Justicia de Argentina de 1941. La sentencia marcó un cambio al abandonar la concepción de que el derecho administrativo es subordinado al derecho privado. En lugar de eso, aplicó principios del derecho privado al derecho administrativo de manera analógica, reconociendo las diferencias entre ambos campos. Esto permitió un enfoque más matizado de las nulidades administrativas. El fallo sentó las bases para tratar al derecho administrativo como una disciplina autónoma con sus
Este documento analiza la sentencia "Los Lagos" de la Corte Suprema de Justicia de Argentina de 1941. La sentencia marcó un cambio al abandonar la concepción de que el derecho administrativo es subordinado al derecho privado. En lugar de eso, aplicó principios del derecho privado al derecho administrativo de manera analógica, reconociendo las diferencias entre ambos campos. Esto permitió un enfoque más matizado de las nulidades administrativas. El fallo sentó las bases para tratar al derecho administrativo como una disciplina autónoma con sus
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La analoga en el derecho administrativo
A propsito de la senda marcada por el fallo Los Lagos
Gustavo E. Silva Tamayo I. Introduccin [arriba] - En nuestro pas, el abandono de la concepcin clsica que miraba al Derecho Administrativo como un derecho de carcter excepcional y exorbitante del Derecho Privado y no como una disciplina que se abasteciera de principios y normas que son peculiares de Derecho Pblico, no fue sino el resultado de un largo recorrido en el que la labor de la jurisprudencia jug un destacado papel. Es ste, a nuestro juicio, el mrito ms relevante que presenta el caso Los Lagos(1) pues, en l, anida una visin superadora del viejo esquema que relegaba al Derecho Administrativo a un papel de subordinacin al Derecho Privado Ya bastante tiempo antes de la emisin del pronunciamiento por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin, en 1941, MAYER haba calificado a las relaciones entre el Derecho Administrativo y el Civil como de contacto o de continuidad(2). Con ello el doctrinario alemn quera dejar grficamente expresado que no resultaba posible, a ese entonces, concebir al Derecho Administrativo como subordinado al Derecho Civil. Tambin entre nuestros autores, BIELSA haba estudiado, en una de sus primeras obras, las relaciones entre el Cdigo Civil y el Derecho Administrativo, llegando a la conclusin de que existan institutos previamente desarrollados y positivamente concretados en el Derecho Privado, dado el desarrollo relativamente ms reciente de este ltimo por contraposicin al primero, pero que, en definitiva, resultaban aplicables a ambas especies de derechos con las particularidades propias de cada uno de ellos(3). En esa lnea puede decirse que, en la construccin de una teora de las nulidades administrativas, como en otras materias, se produjo, en palabras de MARTN- RETORTILLO BAQUER un prstamo de instituciones del Derecho Privado al Pblico(4). Debemos, no obstante, advertir que, tanto la teora del acto jurdico como la de su invalidez -el acto administrativo no deja de ser, en definitiva, una especie de ste- son conceptos fundamentales aplicables a distintas ramas del Derecho y no de uso monoplico por el Derecho Civil(5). Por ello, ante la inexistencia de una ley que regulara la cuestin, omisin que recin fue salvada en 1972 con la inclusin del tratamiento de las nulidades del acto administrativo en el articulado de la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos N 19.549, podra resultar perfectamente aceptable la utilizacin por los jueces de los principios del Cdigo Civil, a condicin de no preconizar una identidad de soluciones ni reglas. Precisamente este era el error en el que caa la jurisprudencia anterior a Los Lagos, al momento de juzgar la invalidez de los actos administrativos, pues aplicaba lisa y llanamente las normas del Cdigo Civil (arts. 1037 y ss.) sin advertir que este caso administrativo no previsto, en la terminologa de LINARES(6), deba resolverse por aplicacin analgica -y no directa- de esas normas, dada la distinta funcin que cumple el instituto de la nulidad en uno y otro campo.
Se incurra reiteradamente, as, en el desacierto de aplicar el Cdigo Civil en materias de Derecho Administrativo, partiendo de la falta de consideracin de este ltimo como derecho estatal, creacin exclusiva del Estado que nada tiene que ver con la disciplina privatista que se genera y causa, en gran parte, a partir de la autonoma de la voluntad de los individuos(7). Las reglas civilistas no podan, obviamente, contemplar la posicin de la Administracin frente a los particulares que es cosa bien distinta a la vinculacin de estos entre s. As, las prerrogativas de poder pblico (autotutelas declarativas y ejecutivas) que se le confieren para la realizacin del bien comn, justificaban un tratamiento diferenciado de la materia, cuyas bases fueron sentadas por el fallo que comentamos. II. Los hechos del caso [arriba] - El actor haba solicitado en fecha 25 de septiembre de 1934 la nulidad de un decreto del PEN que, en fecha 21 de abril de 1917, haba declarado la caducidad de las ventas hechas y formalizadas a sus antecesores en el dominio, disponiendo la toma de razn en el Registro de la Propiedad. Opuesta la prescripcin de la accin por el Procurador Fiscal, de acuerdo a lo preceptuado por los art. 4023 y 4030 del Cdigo Civil, la Cmara Federal de Capital seal que se estaba en presencia de una nulidad que habra de ser declarada slo en beneficio de determinadas personas, es decir, que se trataba de un inters privado, por lo que no poda sancionarse sino a peticin de los titulares del supuesto derecho invocado. Por ello entendi que, habiendo transcurrido 17 aos desde la fecha de emisin del decreto cuestionado, la accin se encontraba prescripta. De tal modo, sometida la controversia a consideracin de la Corte, el mximo tribunal estim que la cuestin a decidir era la naturaleza de la nulidad que se le atribua el decreto del ao 1917, pues dicha elucidacin resultaba determinante para la pronunciarse sobre procedencia de la defensa de la prescripcin. III. La doctrina del fallo [arriba] - 1. La aplicacin analgica de las reglas del Cdigo Civil en materia de nulidades. La Corte estim, en primer lugar, que la aplicacin extensiva al Derecho Administrativo de las reglas contenidas en los arts. 1037 y ss. del Cdigo Civil, corresponda pues si bien no han sido establecidas para aplicarlas al Derecho Administrativo, sino al privado, nada obsta para que, representando aqullas una construccin basada en la justicia su aplicacin se extienda al Derecho Administrativo pero advirtiendo que ello debe hacerse con las discriminaciones impuestas por la naturaleza propia de lo que constituye la sustancia de esta disciplina. Esta consideracin volvi a efectuarla en Sosa de Basso, Mara Anglica y Basso, Mara Cristina c/Provincia de Buenos Aires y Municipalidad de Junn, del 18-8-87(8). Con ello el Tribunal Cimero no hizo otra cosa que utilizar una inveterada tcnica interpretativa, la analoga, a la que se recurre cuando en el ordenamiento jurdico no se encuentra una norma aplicable al caso, hiptesis en la cual se configura una laguna o ms especficamente en Derecho Administrativo, lo que se denomina como caso administrativo no previsto. La analoga consiste en un proceso lgico merced al cual se induce, del anlisis de soluciones particulares, el principio que las informa para as buscar, seguidamente, las condiciones del mismo principio en otras hiptesis a las que les es aplicable por deduccin. Tanto lgica, como jurdicamente, la semejanza entre los dos casos debe ser relevante, o sea, presentar una cualidad comn a ambos que constituya razn suficiente para atribuirle esa consecuencia a la que se denomina ratio legis. La aplicacin analgica puede abarcar tanto a una norma individual, como a un bloque de determinadas materias no reguladas, supuesto que se conoce como analoga iuris. Lo que, a nuestro modo de ver, constituye el acierto inicial de la Corte -pues a partir de l va a girar el resto del discurrir de la sentencia- es el haber advertido que en el Derecho Administrativo el problema de las lagunas presenta caractersticas distintas que las propias de las relaciones jurdicas privadas. En efecto, en el Derecho Privado campea, en el campo contractual, el principio de autonoma de la voluntad por lo que los particulares son los que crean el derecho que regir sus vnculos, no resultando afectados en forma directa o inmediata por la presencia de lagunas. Ellas se presentan, en cambio, en el mbito sustrado al seoro de la voluntad, supuestos en los que la laguna habr de ser llenada por el juez. En el terreno del Derecho Administrativo, admitida la plenitud hermtica del ordenamiento jurdico y el deber de resolver que pesa sobre los jueces (y tambin los rganos administrativos) que precepta el art. 15 del Cdigo Civil, como verdadero Principio General de Derecho, los operadores jurdicos deben enfrentarse con lagunas frecuentemente por la propia naturaleza de materia no codificada y de derecho en formacin que l reviste La Corte dio, pues, un giro copernicano con su decisin, al abjurar de la aplicacin supletoria o subsidiaria de las normas comunes para regir conductas de Derecho Pblico, que en materia de nulidades vena efectuando la jurisprudencia -sin previsin expresa que la autorizara- y valorando, as, las peculiaridades de ambas disciplinas de modo tal que produjo una publicizacin de las reglas civilistas como veremos. 2. Las nulidades en el Derecho Administrativo -al igual que en el Derecho Civil- se consideran en relacin a los distintos elementos que integran el acto administrativo Dejando de lado el acertado sealamiento efectuado por CASSAGNE en el sentido de no resultar correcta ni completa la enunciacin de los elementos (competencia, objeto o finalidad y forma) que efecta la Corte(9), la conclusin que all se vierte parte de la apreciacin apriorstica de que el acto administrativo es una especie del gnero acto jurdico y que existen causales generales de invalidez que corresponden al tipo de nulidad absoluta. 3. En el Derecho Civil no existe correlacin entre los actos nulos y los de nulidad absoluta, ni tampoco entre los actos anulables y los de nulidad relativa. La Corte advierte aqu, aunque sin un desarrollo mayor, que el rgimen de nulidades en nuestro Cdigo Civil, adopta un sistema de doble clasificacin, proveniente de haber tomado VLEZ como fuentes, a la vez, al Esbozo de FREITAS y al cdigo chileno de BELLO. Ello ha dado como resultado una sistemtica absolutamente nica en la legislacin comparada que reposa sobre dos ejes cardinales. El uno atiende a la manera de presentarse el defecto: rgido en los actos nulos, flexible en los anulables; el otro a la intensidad de la sancin: ms grave cuando hay un inters pblico en juego (nulidad absoluta), ms benigna si se tutelan intereses privados (nulidad relativa). Estas dos clasificaciones, haba sealado BUSSO, se interfieren recprocamente de modo que hay actos nulos y anulables de nulidad absoluta y actos nulos y anulables de nulidad relativa. En el Derecho Administrativo, el inters pblico siempre se encuentra en juego y, es por ello, que -como despus consagrara la LNPA- la construccin de una teora de las nulidades debe partir de una base distinta. Mientras que en Los Lagos pareciera derivarse que la nulidad absoluta del acto administrativo se configura en ausencia de alguno de los que denomina sus elementos esenciales para nacer, como la capacidad, la forma o el objeto, siendo en ausencia de alguno de stos insubsistente; en la Ley N 19.549 el criterio divisorio parece referirse a la mayor o menor gravedad de presentarse el vicio para, de all, distinguir entre nulidad (absoluta e insanable) y anulabilidad, tal como sugiere el juego de sus arts. 14 y 15. El Mximo Tribunal, sin embargo, quizs no pudiendo abandonar enteramente el influjo civilista, llega a considerar que el caso en anlisis, a pesar de tratarse de un acto anulable y, por consiguiente, de no poder ser declarada por el juez la nulidad, debe reputrselo de nulidad absoluta, con fundamento en el art. 1045, 2 parte del Cdigo Civil. que, provee, en su razonamiento, la solucin legal. 4. Los actos administrativos gozan de presuncin de legitimidad. Dice la Corte Suprema, con cita de MAYER, que el decreto cuestionado es un acto administrativo, o sea un acto de autoridad emanado del P.E. que determina lo que para el actor debi ser el derecho en la materia de que aqul trataEn esa calidad posee respecto de la persona a quien afecta la misma fuerza obligatoria nsita en la ley; salvo la diferencia esencial de faltarle su generalidad; opera en relacin al caso individual en forma semejante a las sentencias judiciales Y prosigue: Esos actos administrativos por serlo tienen en su favor la presuncin de constituir el ejercicio legtimo de la actividad administrativa y, por consiguiente, toda invocacin de nulidad contra ellos debe necesariamente ser alegada y probada en juicio De esta generalizada aseveracin de la Corte, como bien sealara CASSAGNE, surgieron confusiones en la doctrina que han sido morigeradas por obra de algunos fallos anteriores y posteriores al dictado de la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos y por este mismo plexo, como habremos de referirnos enseguida 5. En el Derecho Administrativo, al igual que en el Derecho Civil, existen nulidades absolutas. La Corte declara, en este orden, que el PEN se ha arrogado funciones judiciales contraviniendo la previsin del entonces art. 95 de la CN (actual art. 109), por lo que ha obrado sin competencia, configurndose un supuesto de nulidad absoluta. De all deriva el Tribunal que la accin es imprescriptible, no resultando aplicable el plazo del art. 4030 Cdigo Civil y que la declaracin de nulidad absoluta tiene efectos retroactivos -ex tunc- por aplicacin del art. 1050 del mismo cdigo vuelve las cosas al estado en que se encontraban antes de dictarse el decreto objetado. No se trata de una asimilacin en su esencia, sino ms bien en sus consecuencias pues tanto en el Derecho Privado como en el Derecho Administrativo la nulidad absoluta es insusceptible de confirmacin e imprescriptible. Llegados a este punto consideramos imprescindible trazar una distincin entre los tipos de invalidez regulados en el Cdigo Civil y en la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos. IV. El Cdigo Civil Argentino distingue entre nulidad absoluta y relativa y actos nulos y anulables [arriba] - (10) A) Nulidad absoluta (tutela el orden pblico y los intereses generales) - Puede y debe ser declarada por el juez cuando aparece manifiesta en el acto (art. 1047, 1 parte) - Puede ser alegada por cualquier particular interesado, excepto por aqul que ejecut el acto, sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba (art. 1047, 2 parte) - El Ministerio Pblico puede pedir su declaracin en el solo inters de la moral o de la ley (art. 1047, 3 parte) - No es confirmable (art. 1047, 3 parte) - Es imprescriptible B) Nulidad relativa (tutela intereses privados) - No puede ser declarada por el juez, sino a peticin de parte (art. 1048, 1 parte) - No la puede alegar el Ministerio Pblico en el solo inters de la ley (art. 1048) - Solo la pueden aducir aquellos en cuyo beneficio se ha establecido por la ley - Es confirmable - Es prescriptible C) Actos nulos y anulables (atiende al modo en que se presenta el vicio, el Cdigo no la define, sino que enumera supuestos en los arts. 1041 a 1045) - Para cierta doctrina el acto nulo presenta un vicio patente y notorio y su nulidad no depende de juzgamiento, por ser manifiesta. Si para descubrir el defecto es necesario realizar una investigacin de hecho, el acto sera anulable y la nulidad no manifiesta. El carcter patente del vicio jugara, entonces, para determinar la posibilidad del juez para anular de oficio el acto cuando, adems, la nulidad sea absoluta (art. 1047, 1 parte)(11) - Otro sector entiende que la distincin finca en el carcter del vicio que se presenta como rgido, insusceptible de apreciacin cuantitativa, variable en los actos de la misma especie, no dependiente de apreciacin judicial en los actos nulos; siendo, por el contrario, en los anulables, flexible, susceptible de estimacin cuantitativa, variable en los actos de la misma especie, dependiente antes de circunstancias de hecho que de la disposicin del derecho y que resulta indispensable someterlo a la apreciacin del magistrado(12). Al respecto ha sealado ZANNONI que en los actos nulos el vicio aparece tipificado a priori por la norma, mientras que en los anulables tal tipificacin normativa es a posteriori, dependiente de la investigacin y calificacin que el juez haga del mismo(13). V. La Ley Nacional de Procedimientos Administrativos distingue solamente entre actos nulos (nulidad absoluta) y anulables [arriba] - Los vicios que dan lugar a la calificacin de un acto como nulo aparecen enunciados en forma no taxativa en su art. 14, sin establecerse criterio alguno para su determinacin y limitndose a prever para esos casos la sancin mxima. En el art. 15 no hay una enunciacin de vicios, sino que se dispone que el acto sea anulable cuando presente algn defecto que no llegue a impedir la existencia de alguno de sus elementos esenciales. Existen posturas que, siguiendo la doctrina de Los Lagos entienden que el acto nulo es aquel que aparece privado de algunos de sus elementos esenciales; mientras que en el anulable estos elementos presentan vicios(14). Otros autores consideran que el acto es nulo cuando carece de alguno de sus elementos esenciales o padece en ellos de un vicio grave; y es anulable cuando todos sus elementos esenciales concurren pero presentan un vicio leve(15). Es criterio mayoritario que, entonces, la distincin estriba en la mayor o menor importancia del vicio que se presenta y, con ello, de la gravedad o entidad del incumplimiento del ordenamiento jurdico que l represente. Esa gravedad, se ha opinado, debe mensurarse segn la violacin al orden pblico administrativo que el defecto represente(16). De all se siguen estas consecuencias: - Actos nulos: a. a) La ley los considera afectados de nulidad absoluta. Son irregulares y carecen de estabilidad, debiendo ser revocados en sede administrativa, excepto si se encontraren firmes y hubieren generado derechos subjetivos que se estn cumpliendo (art. 17). a. b) No son saneables por confirmacin o ratificacin. a. c) La accin es imprescriptible, aunque sujeta al plazo de caducidad del art. 25. Slo lo es estrictamente para el Estado y sus entidades autrquicas (art. 27) a. d) Los efectos de la declaracin son retroactivos - Actos anulables: a. a) Son regulares y estables, salvo que el interesado hubiere conocido el vicio o que la revocacin lo beneficiase (art. 18). a. b) Son saneables por confirmacin o ratificacin (art. 19). a. c) La accin es prescriptible, y est sujeta al plazo del art. 4030 Cdigo Civil aplicable por analoga. a. d) Para la doctrina clsica tiene efectos irretroactivos (declarativos o ex nunc). Otros autores le confieren efectos retroactivos en obsequio a la posicin que ocupa la Administracin como gestora del inters pblico(18). En la doctrina extranjera(19), en opinin que es seguida por algunos autores nacionales(20), se ha proclamado enfticamente que la regla debe ser la anulabilidad, justificndose, incluso, tal postura en necesidades de orden prctico pues, se dice, la actividad de la Administracin produce un trfico en masa que hace imposible la revisin constante de sus propias resoluciones(21). Por nuestra parte consideramos que la cuestin no pasa por determinar si la nulidad o anulabilidad pueden establecerse como regla en la materia pues, como tiene dicho la Procuracin del Tesoro de la Nacin, pese a las pautas legales, y a los esfuerzos jurisprudenciales y doctrinarios para construir una frmula que permita establecer -en concreto y con absoluta certeza-, la distincin entre el acto administrativo nulo y anulable, ellas fracasan al ser bajadas al sustrato fctico del caso. Y en el caso de los vicios de la voluntad del acto administrativo, pensamos que, una vez constatada la falla, de ordinario, se seguir la declaracin de nulidad pues, razones de orden superior, aconsejan que tal sea la solucin en obsequio al rol que desempea la Administracin como gestora del inters pblico y en garanta del mantenimiento de la juridicidad. Por el contrario compartimos la opinin de autores que, prescindiendo de la aspiracin de erigir criterios formulaicos rgidos, han establecido que, slo en caso de duda, habr de estarse al favor acti pues esa solucin resultar un corolario lgico de la presuncin de legitimidad consagrada por el art. 12 de la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos N 19.549(22). VI. La presuncin de legitimidad de los actos administrativos en Los Lagos, en la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos y en la jurisprudencia posterior [arriba] - La presuncin de legitimidad de los actos administrativos, que algunos autores como VILLAR PALAS han tomado como ejemplo de pervivencia de tcnicas de derecho regio(23) se presenta en regmenes que, al igual que el nuestro se han inspirado en el derecho continental europeo, como una nota distintiva de todos los actos emanados de los rganos administrativos y coadyuvante para que stos logren ser eficaces en la realizacin de los cometidos que les han sido confiados. En efecto, si concebimos al Estado como aquella organizacin necesaria para asegurar el Derecho en una etapa determinada de su evolucin va de suyo que debe dispensrsele a la actividad de sus rganos administrativos (que son los que ms acabadamente exteriorizan su voluntad) la presuncin de guardar conformidad con el ordenamiento jurdico, segn reconoce la doctrina -extranjera y nacional- en forma prcticamente unnime. Lo contrario llevara a la posibilidad siempre latente de que la actividad administrativa se paralizara, cada vez que un presunto afectado la cuestionara de ilegtima para justificar su falta de cumplimiento quebrando, as, el sentido vicarial que ella posee. Se trata de un principio de naturaleza eminentemente pragmtica(24) que funciona como una presuncin iuris tantum y debe ser despojado del carcter sacramental que otrora se le prodig, pues llevado a extremos exagerados podra fundamentar el avasallamiento de garantas particulares. Pero debemos distinguir tres etapas en la evolucin interpretativa del este carcter de acto administrativo. En Los Lagos, la CSJN llev al paroxismo el principio y, de su doctrina, seguida por autores como BIELSA y MARIENHOFF, podan extraerse las siguientes consecuencias: a) Todos los actos administrativos gozan de presuncin de legitimidad; b) Ella slo puede ser destruida por peticin de parte interesada; c) La presuncin no resultaba afectada por el carcter manifiesto del vicio ni mucho menos si era necesaria una investigacin para desentraarlo; d) La presuncin slo ceda ante el decisorio judicial que declarase la nulidad del acto, aun cuando el mismo presentase vicios patentes. La Ley N 19.549 de 1972, en su art. 12, consagr enfticamente que el acto administrativo goza de presuncin de legitimidad y de una primera apreciacin aislada pareciera inferirse que sigui la doctrina del Tribunal Cimero en Los Lagos. Sin embargo, una lectura integral de su articulado permite deducir que la solucin fue otra. En efecto, el art. 17 establece que: El acto administrativo afectado de nulidad absoluta se considera irregular y debe ser revocado o sustituido por razones de ilegitimad, aun en sede administrativa. De all que podamos colegir que en la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos se consagr una excepcin normativa a la doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin en lo que hace a la presuncin de legitimidad de los actos administrativos: sta no resultaba predicable respecto de los actos irregulares, es decir, aqullos que adolecen de un vicio que por su gravedad trae aparejada una nulidad absoluta. En el ao 1975 la Corte dio un nuevo enfoque a la cuestin en Pustelnik, Carlos A. y otros(25) al afirmar categricamente que: El acto administrativo que incurre manifiestamente en un grave error de derecho, que supera lo meramente opinable en materia de interpretacin de la ley, no ostenta apariencia de validez o legitimidad y debe calificrselo como acto invlido por la gravedad y evidencia del vicio que contiene. En cambio, el acto administrativo regular, aun cuando traiga aparejados vicios de ilegitimidad, ostenta cierto grado de legalidad que lo hace estable y produce presuncin de legitimidad y la Administracin no puede revocarlo por s y ante s, sino que debe demandar judicialmente al efecto. El Tribunal Supremo alude en este pronunciamiento a una clase de invalidez no recogida expresamente por la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos (que aparece en el Cdigo Civil) pero que es aplicable en materia de nulidades del acto administrativo ya que ella reposa en el carcter ostensible, notorio o evidente del vicio que afecta la validez del acto y que, segn cierta doctrina, deriva de la naturaleza de las cosas(26). Inclusive, antes del dictado de la ley de procedimientos argentina, la jurisprudencia debi expedirse sobre el carcter manifiesto de los vicios del acto por constituir uno de los requisitos habilitantes de la procedencia de la accin de amparo, segn el art 1 de la Ley N 16.986 de 1966, la arbitrariedad e ilegitimidad manifiesta que afecte un derecho o garanta constitucional. Por lo tanto a partir de Pustelnik, para el Tribunal Supremo el acto administrativo con invalidez no manifiesta posee carcter regular y, por ende, presuncin de legitimidad. En suma, la presuncin de legitimidad corresponde hoy, segn la jurisprudencia de la Corte a: los actos vlidos, los actos anulables, y los actos nulos cuyo vicio no fuera manifiesto. La Cmara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal ha seguido esta doctrina(27)) llegando incluso a sealar que La presuncin de validez de los actos administrativos (art. 12, Ley 19.549) de la que goza el acto primario de designacin, al no estar -ni l ni el concurso previo- afectado de un vicio grave y manifiesto obliga a demostrar lo contrario por quien sostiene su nulidad(28). VII. Conclusin [arriba] - El leading case Los Lagos, es uno de aquellos pronunciamientos cuya ejemplaridad los mantiene perennes: su impecable doctrina demuestra a las claras que la afirmacin de repudio, por parte del Derecho Administrativo al Derecho Privado formulada por VEDEL se convierte en una proclama en cierto modo vaca de contenido(29). En efecto, la temida aplicacin subsidiaria (en bloque) de las reglas de este ltimo es escasa y bien circunscripta. Ello por cuanto el Derecho Administrativo toma criterios privatsticos pero no los mantiene inclumes: los regula segn sus propios criterios publicsticos, basados en las normas fundamentales contenidas en las constituciones o bien, en ausencia de regulacin, les confiere, a travs del tamiz de la analoga, un sesgo particular que ya no permite identificarlos con su concepcin originaria. La regla de la analoga consiste en un proceso lgico merced al cual se induce, del anlisis de soluciones particulares, el principio que las informa para as buscar, seguidamente, las condiciones del mismo principio en otras hiptesis a las que les es aplicable por deduccin(30). Se trata de un mtodo de interpretacin harto frecuente en el Derecho Administrativo, por cuanto su ya apuntada condicin de Derecho en formacin, sensible a los cambios de la realidad social y poltica que lo circunda y a la cual aprehende, potencia sensiblemente las situaciones en las cuales la normacin resulta incompleta o inexistente. Para que tenga cabida la analoga, tanto lgica, como jurdicamente, la semejanza entre los dos casos, el normado y el que se somete a resolucin, debe ser relevante, o sea, presentar una cualidad comn a ambos que constituya razn suficiente para atribuirle esa consecuencia, a la que se llama ratio legis(31). La letra del art. 15 de nuestro Cdigo Civil pareciera sugerir la innecesariedad de consagracin normativa expresa que autorice el funcionamiento de este iter lgico. Mas, razones de estricta justicia, tambin persuaden de que el mismo no puede estimarse aplicable cuando nos encontramos ante leyes que resulten restrictivas del ejercicio normal de los derechos. Admitida la plenitud hermtica del orden jurdico, la analoga supone un medio de autointegracin que permite llenar las lagunas o casos administrativos no previstos(32), es decir, carentes de regulacin especialmente aplicable al supuesto concreto. La propia naturaleza del Derecho Administrativo torna frecuente que se presenten estas lagunas por lo que la jurisprudencia ha hecho uso del remedio de la analoga tambin con asiduidad: en materia de obligaciones, incluso en lo atinente a la extincin de las mismas; en la construccin de la figura del contrato administrativo; al trazar los lineamientos de la teora de la responsabilidad del Estado; etc. La analoga, entonces, no debe confundirse con la aplicacin subsidiaria de normas comunes para regir conductas de Derecho Pblico, en ausencia de leyes administrativas la que, cuando est normativamente impuesta en bloque, puede dar pi a los resquemores y repudios que VEDEL expone. Cabe aclarar que en la aplicacin subsidiaria, o supletoria, no hay, en verdad, tarea de interpretacin ni laguna alguna slo un caso de aparente normacin incompleta que, imperio legis, se cubre por aplicacin directa de otra norma(33). Pero, tambin, el anlisis de la jurisprudencia anterior y posterior al caso Los Lagos, segn hemos reseado, revela que, como bien ha expresado LARENZ, los tribunales no estn vinculados a la interpretacin un da aceptada y pueden -o tienen- que desviarse de ella cuando, segn una nueva conviccin, existen mejores razones para otra interpretacin(34). Si bien es cierto que toda interpretacin no slo jurisprudencial sino tambin doctrinaria- abriga la pretensin de ser recta en el sentido de conocimiento adecuado, suficiente, apoyado en razones comprensibles, no puede ser nunca definitiva ni vlida para todos los tiempos. Nunca es definitiva porque la inabarcable variedad y el continuo cambio de las relaciones de la vida ponen al que aplica las normas ante nuevas cuestiones que debe resolver. Y tampoco es eternamente vlida, porque, como resalta ROSS, la interpretacin judicial, si bien tiene siempre una referencia de sentido a la totalidad del ordenamiento jurdico, conocida como conciencia jurdica formal, no aparece, empero, limitada a una mera actitud cognoscitiva del juez, sino que, a la par, su actividad es esencialmente constructiva, guiado por la conciencia jurdica material, segn las pautas de valoracin que le sirven de base que, de suyo, son mutables. ------------------------------------------------ (1) Fallos, 190: 142. (2) MAYER, Otto, Derecho Administrativo alemn, Depalma, Bs. As., 2 edicin, traduccin de Horacio H. Heredia y Ernesto Krotoschin, t. I., p. 181. (3) BIELSA, Rafael, Relaciones del Cdigo Civil con el Derecho Administrativo, J. Lajouanne, bs. As., 1923, ps 16-19. (4) MARTN-RETORTILLO BAQUER, Sebastin, El Derecho Civil en la gnesis del Derecho Administrativo y sus instituciones, Civitas, Madrid, 2 edicin, 1995, p. 25. (5) KAUFMANN, Arthur, Filosofa del Derecho, Universidad Externado de Colombia, Bogot, 1999, traduccin de la segunda edicin alemana de Luis Villar Borda y Ana Mara Montoya, ps. 205-206. Para FERRAJOLI se tratara de un trmino convencionalmente elaborado por el terico, una abstraccin que sirve para explicar sistemticamente diversos fenmenos observados en sede dogmtica, al igual que, por ejemplo, acontece con el concepto de norma (Cfr. FERRAJOLI, Luigi, Principia Teora del Derecho y de la Democracia, Trotta, Madrid, 1 edicin espaola, 2011, traduccin de Perfecto Andrs Ibez, Carlos Bayn, Marina Gascn, Luis Pietro Sanchs y Alfonso Ruiz Miguel, t. I, ps. 45-46 ). (5) LINARES, Juan F., Caso administrativo no previsto, Astrea, Bs. As., 1976. (6) DIEZ, Manuel M., El acto administrativo, Tipogrfica Editora Argentina, Bs. As., 1961, ps. 427-431. Este autor recuerda, en esa lnea civilista, entre otros, los precedentes de Fallos, 96: 354; 97: 20; 115: 189; 148: 118. Destaquemos que, en este ltimo, la Corte consider que el Poder Ejecutivo no tena necesidad de impetrar ante la justicia la nulidad de un decreto de permuta y su escritura, pues la nulidad era manifiesta y absoluta. (7) Fallos, 310, 1578 (8) CASSAGNE, Juan C., Curso de Derecho Administrativo, La Ley, Buenos Aires, dcima edicin, t.I., p. 659 (9) Al tiempo de elaborarse este trabajo, la Comisin de Reformas designada por Decreto N 191/2011 haba concluido con su labor -y el Poder Ejecutivo Nacional enviado al Congreso- un proyecto de Cdigo Civil y Comercial de la Nacin. En la iniciativa se distingue entre nulidad absoluta y relativa (art. 386): la primera calificacin se asigna para los actos que contravienen el orden pblico, la moral y las buenas costumbres y la segunda para los actos a los cuales la ley impone esta sancin slo en inters de ciertas personas. En su sistemtica, desaparece la categora de actos nulos y anulables. (10) BORDA, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil, Parte General, Perrot, Bs. As, 8 edicin, 1984, t. II, p.411 (11) LLAMBAS, Jorge J., Diferencia especfica entre inexistencia y nulidad, LL, t. 50, ps. 876 y ss. (12) ZANNONI, Eduardo A., Ineficacia y nulidad de los actos jurdicos, Astrea, Buenos Aires, 1986, ps. 172-173. (13) MARIENHOFF, Miguel S., Tratado de Derecho Administrativo, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 3 edicin, t. II., p. 497; ESCOLA, Jorge, Tratado General del Procedimiento Administrativo, Depalma, Buenos Aires, 1975, ps.106-109 (14) COMADIRA, Julio R.-MONTI, Laura (colab.), Ley Nacional de Procedimientos Administrativos, Anotada y Comentada, La Ley, Buenos Aires, 2002, t. I., p. 282. (15) CASSAGNE, Juan C., Cursocit., T. I., p. 669. (16) MARIENHOFF, Miguel S., Tratadocit., t. II, p. 551. (17) CASSAGNE, Juan C., Cursocit., t. I, p. 678, pero dejando a salvo a los terceros de buena fe que hubieran adquirido derechos respecto al acto invalidado; COMADIRA, Julio R., Leycit, p. 290. (18) Cfr. GONZLEZ PREZ, Jess, Manual de Procedimiento Administrativo, Civitas, Madrid, 2001, p. 253; BOCANEGRA SIERRA, Ral, La teora del acto administrativo, Iustel, Madrid, 1 edicin, 2005, ps. 171-172 (19) As: HUTCHINSON, Toms, Digesto Prctico La Ley, Procedimiento Administrativos, La Ley, Bs. As., 1 edicin, 2004, p. 266; TAWIL, Guido S., Administracin y Justicia, t. I, Depalma, Bs. As., 1 edicin, 1993. p. 252. (20) VOGEL, K, Die Lehre vom Verwaltungsakt nacht Erlass der Werwaltungsverfahrensgesetze, ps 617 y 618, citado por BOCANEGRA SIERRA, Ral, op. y loc. cit. (21) Cfr. MARIENHOFF, Miguel S., Tratado...cit., p. 502; ESCOLA, Hctor, Tratado...cit., p. 107, COMADIRA, Julio R., Ley...cit., p. 290. Inteligencia que, adems se aprecia en la jurisprudencia administrativa del alto organismo asesor el cual, en reiteradas oportunidades, ha expuesto que en caso de duda sobre la entidad del vicio, debe optarse con fundamento en el principio de conservacin de los valores jurdicos- por afirmar la existencia del vicio menor (Dictmenes, 146:364, 195: 77, 198: 115, 234: 156). (22) VILLAR PALAS, Jos L., Tcnicas remotas del Derecho Administrativo, INAP, Madrid, 1 edicin, 2001. (23) MAIRAL, Hctor, Control Judicial de la Administracin Pblica, Depalma, Buenos Aires, 1984. t. II. p. 775. (24) Fallos, 293:133. (25) COMADIRA, Julio R. Leycit., p. 291. (26) Sala V, Chung Ing Ocean Co. Ltd. Argentina S.A. del 8-5-00. (27) Sala III, Z. de M., M. C. y otro c/UBA, LL 2001-E, 84 del 28-11-2000. (28) VEDEL, Georges, Droit Administratif, Presses Universitaires de France, Paris, 1961, p. 45 (29) Y que, adems de estos elementos lgicos, segn se ha dicho, contiene un elemento valorativo o axiolgico (Ver. VILLAR PALAS, Jos L., La interpretacin y los apotegmas jurdico-lgicos, Tecnos, Madrid, 1 edicin, 1975, ps. 218-221.) (30) Cfr. BOBBIO, Norberto, Teora General del Derecho, Debate, Madrid, 1991, traduccin de Eduardo Rozo Acua.., p. 247. Este autor, luego de recordar el aforismo romano que consagra la analoga: ubi eadem est legis ratio, eadem est legis dispositio, seala que tambin la aplicacin analgica puede abarcar ya no una norma individual, sino la de un bloque de determinadas materias a otras no reguladas y que denomina como analoga iuris. Este ltimo supuesto, pues, no se identifica con la aplicacin subsidiaria en bloque, denostada por VEDEL. (31) Ampliar en LINARES, Juan F., ob. cit., p. 53 y ss. (32) Por ello es que MARTN-RETORTILLO BAQUER, ob. cit., ps 33-39, descarta la subsidiariedad general del Derecho Civil en relacin al Derecho Administrativo, que algunos civilistas como DE CASTRO y BRAVO han pretendido ver en el Cdigo Civil espaol, admitindola, en cambio, en casos concretos y previamente determinados. Es en nuestro Derecho, p. ej., el supuesto del artculo 53 del Decreto N 1759/72, reglamentario de la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos, que establece la aplicacin supletoria de una serie de artculos del Cdigo Procesal Civil y Comercial de la Nacin. (33) LARENZ, Karl, Metodologa de la Ciencia del derecho, Ariel, Barcelona, 1 edicin, traduccin de Marcelino Rodrguez Molinero. (34) ROSS, Alf, Sobre el Derecho y la Justicia, Eudeba, Buenos Aires, 2 edicin, 1997, traduccin de Genaro Carri, ps. 74 y ss.