Historia Del Sida

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MATERIA: PRIMEROS AUXILIOS

NOMBRE: DANIEL PICO

Historia del sida


La era del sida empezó oficialmente el 5 de junio de 1981,
cuando el Center for Disease Control and Prevention (Centro
para la prevención y control de enfermedades) de Estados
Unidos convocó una conferencia de prensa donde describió
cinco casos de neumonía por Pneumocystis carinii en Los
Ángeles[5] . Al mes siguiente se constataron varios casos de
sarcoma de Kaposi, un tipo de cáncer de piel. Las primeras
constataciones de estos casos fueron realizadas por el Dr.
Michael Gottlieb de San Francisco.
Pese a que los médicos conocían tanto la neumonía por
Pneumocystis carinii como el sarcoma de Kaposi, la aparición
conjunta de ambos en varios pacientes les llamó la atención.
La mayoría de estos pacientes eran hombres homosexuales
sexualmente activos, muchos de los cuales también sufrían de
otras enfermedades crónicas que más tarde se identificaron
como infecciones oportunistas. Las pruebas sanguíneas que
se les hicieron a estos pacientes mostraron que carecían del
número adecuado de un tipo de células sanguíneas llamadas
T CD4+. La mayoría de estos pacientes murieron en pocos
meses.

Virus del sida


Por la aparición de unas manchas de color rosáceo en el
cuerpo del infectado, la prensa comenzó a llamar al sida
«peste rosa», debido a esto se confundió, y se le atribuyó a
los homosexuales, aunque pronto se hizo notar que también
la padecían los inmigrantes haitianos en Estados Unidos, los
usuarios de drogas inyectables, los receptores de
transfusiones sanguíneas y las mujeres heterosexuales. En
1982, la nueva enfermedad fue bautizada oficialmente con el
nombre de Acquired Immune Deficiency Syndrome (AIDS).
Hasta 1984 se sostuvieron distintas teorías sobre la posible
causa del sida. La teoría con más apoyo planteaba que el sida
era causado por un virus. La evidencia que apoyaba esta
teoría era, básicamente, epidemiológica. En 1983 un grupo de
nueve hombres homosexuales con sida de Los Ángeles, que
habían tenido parejas sexuales en común, incluyendo a otro
hombre en Nueva York que mantuvo relaciones sexuales con
tres de ellos, sirvieron como base para establecer un patrón
de contagio típico de las enfermedades infecciosas.
Otras teorías sugieren que el sida surge a causa del excesivo
uso de drogas y de la alta actividad sexual con diferentes
parejas. También se planteó que la inoculación de semen en
el recto durante el sexo anal combinado con el uso de
inhalantes con nitrito (poppers) producía supresión del
sistema inmune. Pocos especialistas tomaron en serio estas
teorías, aunque algunas personas todavía las promueven y
niegan que el sida sea producto de la infección del VIH.
La teoría más reconocida actualmente, sostiene que el VIH
proviene de un virus llamado «virus de inmunodeficiencia en
simios» (SIV, en inglés), el cual es idéntico al VIH y causa
síntomas similares al sida en otros primates.
En 1984, dos científicos franceses, Françoise Barré-Sinoussi y
Luc Montagnier aislaron el virus de SIDA y lo purificaron, el
Dr. Robert Gallo, Estadounidense, pidió muestras al
laboratorio Francés, y adelantándose a los franceses lanzó la
noticia de que había descubierto el virus y que había
realizado la primera prueba de deteccíón y los primeros
anticuerpos para combatir a la enfermedad. Después de
diversas controversias legales, se decidió compartir patentes
pero el descubrimiento se le atribuyó a los dos investigadores
originales que aislaron el virus, y solo a ellos dos se les
concedió el Nobel conjunto junto a otro investigador en el
2008, reconociéndolos como auténticos descubridores del
virus. Aceptándose que Robert Gallo se aprovechó del
material de otros investigadores para realizar todas sus
observaciones. En 1986 el virus fue denominado VIH (virus de
inmunodeficiencia humana). El descubrimiento del virus
permitió el desarrollo de un anticuerpo, el cual se comenzó a
utilizar para identificar dentro de los grupos de riesgo a los
infectados. También permitió empezar investigaciones sobre
posibles tratamientos y una vacuna.
En esos tiempos las víctimas del sida eran aisladas por la
comunidad, los amigos e incluso la familia. Los niños que
tenían sida no eran aceptados por las escuelas debido a las
protestas de los padres de otros niños; éste fue el caso del
joven estadounidense Ryan White. La gente temía acercarse a
los infectados ya que pensaban que el VIH podía contagiarse
por un contacto casual como dar la mano, abrazar, besar o
compartir utensilios con un infectado.
En un principio la comunidad homosexual fue culpada de la
aparición y posterior expansión del sida en Occidente. Incluso
algunos grupos religiosos llegaron a decir que el sida era un
castigo de Dios a los homosexuales (esta creencia aún es
popular entre ciertas minorías de creyentes cristianos y
musulmanes). Otros señalan que el estilo de vida
«depravado» de los homosexuales era responsable de la
enfermedad. Aunque en un principio el sida se expandió más
deprisa a través de las comunidades homosexuales y que la
mayoría de los que padecían la enfermedad en occidente eran
homosexuales, esto se debía, en parte, a que en esos tiempos
no era común el uso del condón entre homosexuales, por
considerarse que éste era sólo un método anticonceptivo. Por
otro lado, la difusión del mismo en África fue principalmente
por vía heterosexual.[6] [7]
El sida pudo expandirse rápidamente al concentrarse la
atención sólo en los homosexuales, esto contribuyó a que la
enfermedad se extendiera sin control entre heterosexuales,
particularmente en África, el Caribe y luego en Asia.
Gracias a la disponibilidad de tratamiento antirretrovirales,
las personas con VIH pueden llevar una vida normal, la
correspondiente a una enfermedad crónica, sin las infecciones
oportunistas características del sida no tratado. Los
antirretrovirales están disponibles mayormente en los países
desarrollados. Su disponibilidad en los países en desarrollo
está creciendo, sobre todo en América Latina; pero en África,
Asia y Europa Oriental muchas personas todavía no tienen
acceso a esos medicamentos, por lo cual desarrollan las
infecciones oportunistas y mueren algunos años después de
la seroconversión.

Conocimiento actual de la enfermedad

Porcentaje por países de adultos infectados por el sida


El VIH está emparentado con otros virus que causan
enfermedades parecidas al sida. Se cree que este virus se
transfirió de los animales a los humanos a comienzos del siglo
XX. Existen dos virus diferenciados que causan sida en los
seres humanos, el VIH-1 y el VIH-2. Del primero la especie
reservorio son los chimpancés, de cuyo virus propio, el
SIVcpz, deriva. El VIH-2 procede del SIVsm, propio de una
especie de monos de África Occidental. En ambos casos la
transmisión entre especies se ha producido varias veces, pero
la actual pandemia resulta de la extensión del grupo M del
VIH-1, procedente según estimaciones de una infección
producida en África Central, donde el virus manifiesta la
máxima diversidad, en la primera mitad del siglo XX.
La pandemia actual arrancó en África Central, pero pasó
inadvertida mientras no empezó a afectar a población de
países ricos, en los que la inmunosupresión del sida no podía
confundirse fácilmente con depauperación debida a otras
causas, sobre todo para sistemas médicos y de control de
enfermedades muy dotados de recursos. La muestra humana
más antigua que se sepa que contiene VIH fue tomada en
1959 a un marino británico, quien aparentemente la contrajo
en lo que ahora es la República Democrática del Congo. Otras
muestras que contenían el virus fueron encontradas en un
hombre estadounidense que murió en 1969 y en un marino
noruego en 1976. Se cree que el virus se contagió a través de
actividad sexual, posiblemente a través de prostitutas, en las
áreas urbanas de África. A medida que los primeros
infectados viajaron por el mundo, fueron llevando la
enfermedad a varias ciudades de distintos continentes.
En la actualidad, la manera más común en que se transmite el
VIH es a través de actividad sexual desprotegida y al
compartir agujas entre usuarios de drogas inyectables. El
virus también puede ser transmitido desde una madre
embarazada a su hijo (transmisión vertical). En el pasado
también se transmitió el sida a través de transfusiones de
sangre y el uso de productos derivados de ésta para el
tratamiento de la hemofilia o por el uso compartido de
material médico sin esterilizar; sin embargo, hoy en día esto
ocurre muy raramente, salvo lo último en regiones pobres,
debido a los controles realizados sobre estos productos.
No todos los pacientes infectados con el virus VIH tienen sida.
El criterio para diagnosticar el sida puede variar de región en
región, pero el diagnóstico típicamente requiere:
• Un recuento absoluto de las células T CD4 menor a 200
por milímetro cúbico, o
• La presencia de alguna de las infecciones oportunistas
típicas, causadas por agentes incapaces de producir
enfermedad en personas sanas.
La persona infectada por el VIH es denominada «seropositiva»
o «VIH positivo» (VIH+) y a los no infectados se les llama
«seronegativos» o «VIH negativo» (VIH–). La mayoría de las
personas seropositivas no saben que lo son.
La infección primaria por VIH es llamada «seroconversión» y
puede ser acompañada por una serie de síntomas
inespecíficos, parecidos a los de una gripe, por ejemplo,
fiebre, dolores musculares y articulares, dolor de garganta y
ganglios linfáticos inflamados. En esta etapa el infectado es
más transmisor que en cualquier otra etapa de la
enfermedad, ya que la cantidad de virus en su organismo es
la más alta que alcanzará. Esto se debe a que todavía no se
desarrolla por completo la respuesta inmunológica del
huésped. No todos los recién infectados con VIH padecen de
estos síntomas y finalmente todos los individuos se vuelven
asintomáticos.

Curso típico de la infección por VIH. Los detalles, en particular


los plazos, varían ampliamente de un infectado a otro. En
azul, evolución del recuento de linfocitos T CD4+. En rojo,
evolución de la carga viral.
Durante la etapa asintomática, cada día se producen varios
miles de millones de virus VIH, lo cual se acompaña de una
disminución de las células T CD4+. El virus no sólo se
encuentra en la sangre, sino en todo el cuerpo,
particularmente en los ganglios linfáticos, el cerebro y las
secreciones genitales.
El tiempo que demora el diagnóstico de sida desde la
infección inicial del virus VIH es variable. Algunos pacientes
desarrollan algún síntoma de inmunosupresión muy pocos
meses después de haber sido infectados, mientras que otros
se mantienen asintomáticos hasta 20 años.
La razón por la que algunos pacientes no desarrollan la
enfermedad y por que hay tanta variabilidad interpersonal en
el avance de la enfermedad, todavía es objeto de estudio. El
tiempo promedio entre la infección inicial y el desarrollo del
sida varía entre ocho a diez años en ausencia de tratamiento.

Teorías disidentes
Artículo principal: Científicos disidentes sobre la hipótesis que
correlaciona VIH con sida
Existe un grupo minoritario de científicos y activistas surgido
en la década del 80 que cuestiona la conexión entre el VIH y
el sida, e incluso la misma existencia del virus. También
ponen en tela de juicio la validez de los métodos de prueba
actuales. Estos disidentes alegan que no son invitados a las
conferencias sobre la enfermedad y que no reciben apoyo
monetario para sus investigaciones.
Miembros significados de este movimiento son el Profesor de
Biología molecular y celular Peter Duesberg, el matemático
Serge Lang, la Física médica Eleni Papadopulos-Eleopulos, el
biólogo molecular Harvey Bialy, el químico experto en
inhibidores de la proteasa David Rasnick y los Premios Nobel
Kary Mullis (Química en 1993) y Walter Gilbert (Química
1980).
Parte de estos científicos disidentes acusan a los científicos
del sida ortodoxos de incompetencia científica y fraude
deliberado. Según estos disidentes, los tratamientos
aceptados oficialmente provocarían el sida ([2]). Según ellos,
esta afirmación se ve respaldada por la farmacocinética de los
medicamentos, y puede ser comprobada con una lectura
cuidadosa de los prospectos.
Posición con mayor consenso en la comunidad
científica
Dentro de la comunidad científica existe un gran consenso
sobre VIH/Sida. Y aunque todavía existen varios aspectos de
la enfermedad que se desconocen, se considera que la
información que establece la relación causal entre el VIH y el
sida es contundente.
Las teorías disidentes son calificadas de pseudocientíficas por
la mayoría de la comunidad científica[8] [9] al negar la
existencia de lo que se considera gran cantidad de evidencia
empírica que refuta sus hipótesis. Consideran además que las
hipótesis no cumplen requisitos científicos básicos: no
cumplen la estrategia científica de la navaja de Occam, no
aportan evidencia empírica que demuestre anomalías en las
teorías consolidadas, eligen la evidencia de manera selectiva
para validar las hipótesis y se basan en conocimientos
obsoletos sobre virología.
Gran parte de la comunidad científica cree que la posición de
aquellos que niegan la existencia del VIH o su relación con la
enfermedad va en desmedro de la adopción de medidas
preventivas y terapéuticas adecuadas, un ejemplo de ello fue
la crisis humanitaria que sufrió Sudáfrica, tras el apoyo de
estas teorías. En respuesta a las hipótesis de los disidentes
del sida, en julio del 2000, más de 5000 científicos firmaron
una declaración, conocida como la declaración de Durban, que
tuvo como objetivo difundir en lenguaje comprensible los
datos considerados como más probados sobre la enfermedad.
[10]

Según los partidarios de la teoría mayoritariamente aceptada,


los partidarios de las teorías disidentes no ofrecen
explicaciones científicamente convincentes de por qué
muchos seropositivos desarrollan sida antes de empezar con
el tratamiento, al cual suelen atribuir el síndrome. Los
partidarios de las teorías disidentes dan varias explicaciones
(consideradas como poco serias y faltas de evidencias) para la
aparición del sida en individuos que no han empezado el
tratamiento:
• Peter Duesberg lo explica mediante una
inmunosupresión provocada por drogas "recreativas"`.[11]
• Kary Mullis explica la aparición de sida en pacientes no
tratados como consecuencia de una sobreestimulación
del sistema inmune, consecuencia de una exposición
múltiple a antígenos.[12]

Estado actual
En los países occidentales el índice de infección con VIH ha
disminuido ligeramente debido a la adopción de prácticas de
sexo seguro por los varones homosexuales y (en menor
grado) a la existencia de distribución gratuita de jeringas y
campañas para educar a los usuarios de drogas inyectables
acerca del peligro de compartir las jeringas. La difusión de la
infección en los heterosexuales ha sido un poco más lenta de
lo que originalmente se temía, posiblemente porque el VIH es
ligeramente menos transmisible por las relaciones sexuales
vaginales —cuando no hay otras enfermedades de
transmisión sexual presentes— que lo que se creía antes.
Sin embargo, desde fines de los años 1990, en algunos grupos
humanos del Primer Mundo los índices de infección han
empezado a mostrar signos de incremento otra vez. En el
Reino Unido el número de personas diagnosticadas con VIH se
incrementó un 26% desde 2000 a 2001. Las mismas
tendencias se notan en EE.UU. y Australia. Esto se atribuye a
que las generaciones más jóvenes no recuerdan la peor fase
de la epidemia en los ochenta y se han cansado del uso del
condón. El sida continúa siendo un problema entre las
prostitutas y los usuarios de drogas inyectables. Por otro lado
el índice de muertes debidas a enfermedades relacionadas
con el sida ha disminuido en los países occidentales debido a
la aparición de nuevas terapias de contención efectivas
(aunque más costosas) que aplazan el desarrollo del sida.

Porcentaje de infectados en el continente africano (en 1999)

Descenso de la esperanza de vida en algunos países de África:


Botsuana Zimbabue Kenia Suráfrica
Uganda
En países subdesarrollados, en particular en la zona central y
sur de África, las malas condiciones económicas (que llevan
por ejemplo a que en los centros de salud se utilicen jeringas
ya usadas) y la falta de educación sexual debido a causas
principalmente religiosas, dan como resultado un altísimo
índice de infección (ver sida en África). En algunos países más
de un cuarto de la población adulta es VIH-positiva;
solamente en Botswana el índice llega al 35,8% (estimado en
1999, fuente en inglés World Press Review). La situación en
Sudáfrica —con un 66% de cristianos y con el presidente
Thabo Mbeki, que comparte, aunque ya no de manera oficial,
la opinión de los «disidentes del sida»— se está deteriorando
rápidamente. Sólo en 2002 hubo casi 4,7 millones de
infecciones. Otros países donde el sida está causando
estragos son Nigeria y Etiopía, con 3,7 y 2,4 millones de
infectados el año 2003, respectivamente. Por otro lado, en
países como Uganda, Zambia y Senegal se han iniciado
programas de prevención para reducir sus índices de
infección con VIH, con distintos grados de éxito.
Sin embargo, hay quien pone en duda las altas tasas
estimadas de incidencia de sida en África, como el médico
austriaco Christian Fiala, dado que ésta se diagnostica casi
siempre sin pruebas virales, debido a su coste, y basándose
en síntomas no específicos que pueden ser causados por
desnutrición o diarreas, o por otras enfermedades como
tuberculosis. También se denuncia que las tasas están
basadas más en estimaciones y presunciones que en casos
diagnosticados. Éstos escépticos comentan que las muertes
reales en Sudáfrica por sida son muy inferiores a las que
debiera de haber por los casos estimados oficialmente, que
hay países con incidencias muy altas de sida con altas tasas
de crecimiento demográfico como Bostwana, o países como
Uganda con altísimas tasas hace unos años, que ahora las
tienen bastante bajas, tal que es imposible que haya bajado
tan drásticamente.
Las tasas de infección de VIH también han aumentado en
Asia, con cerca de 7,5 millones de infectados en el año 2003.
En julio de 2003, se estimaba que había 4,6 millones de
infectados en India, lo cual constituye aproximadamente el
0,9% de la población adulta económicamente activa. En China,
la cantidad de infectados se estimaba entre 1 y 1,5 millones,
aunque algunos creen que son aún más los infectados. Por
otra parte, en países como Tailandia y Camboya se ha
mantenido constante la tasa de infección por VIH en los
últimos años.
Recientemente ha habido preocupación respecto al rápido
crecimiento del sida en la Europa oriental y Asia central,
donde se estima que había 1,7 millones de infectados a enero
de 2004. La tasa de infección del VIH ha ido en aumento
desde mediados de los 1990s, debido a un colapso económico
y social, aumento del número de usuarios de drogas
inyectables y aumento del número de prostitutas. En Rusia se
reportaron 257.000 casos en 2004 de acuerdo a información
de la Organización Mundial de la Salud; en el mismo país
existían 15.000 infectados en 1995 y 190.000 en 2002.
Algunos afirman que el número real es cinco veces el
estimado, es decir, cerca de un millón. Ucrania y Estonia
también han visto aumentar el número de infectados, con
estimaciones de 500.000 y 3.700 a comienzos de 2004,
respectivamente.
Las mujeres y el SIDA
Artículo principal: VIH en la mujer
Según el Fondo de las Naciones Unidas para las Mujeres
(UNIFEM), a pesar de que la infección del VIH comenzó
concentrándose básicamente en hombres, a día de hoy, las
mujeres suponen el 50% de las personas infectadas con el
VIH. Incluso en regiones como el África Subsahariana, las
mujeres representan el 60% del total de la población con VIH.

Prevención

Preservativo femenino
La única causa de la transmisión es el intercambio de fluidos
corporales, en particular la sangre y las secreciones genitales.
El virus VIH no se puede transmitir por la respiración, la
saliva, el contacto casual por el tacto, dar la mano, abrazar,
besar en la mejilla, masturbarse mutuamente con otra
persona o compartir utensilios como vasos, tazas o cucharas.
En cambio es teóricamente posible que el virus se transmita
entre personas a través del beso boca a boca, si ambas
personas tienen llagas sangrantes o encías llagadas, pero ese
caso no ha sido documentado y además es considerado muy
improbable, ya que la saliva contiene concentraciones mucho
más bajas que por ejemplo el semen, y también porque la
saliva tiene propiedades antivirales que hacen que destruya
al VIH.
Penetración
La infección por VIH por las relaciones sexuales ha sido
comprobado de hombre a mujer, de mujer a hombre, de mujer
a mujer y de hombre a hombre. El uso de condones de látex
se recomienda para todo tipo de actividad sexual que incluya
penetración. Es importante enfatizar que se debe usar el
condón hecho del material látex, pues otro condón (de
carnero) que existe en el mercado, hecho a base de material
orgánico, no es efectivo para la prevención. Los condones
tienen una tasa estimada del 90-95% de efectividad para
evitar el embarazo o el contagio de enfermedades, y usado
correctamente, esto es, bien conservado, abierto con cuidado
y correctamente colocado, es el mejor medio de protección
contra la transmisión del VIH. Se ha demostrado
repetidamente que el VIH no pasa efectivamente a través de
los condones de látex intactos.
El sexo anal, debido a la delicadeza de los tejidos del ano y la
facilidad con la que se llagan, se considera la actividad sexual
de más riesgo. Por eso los condones se recomiendan también
para el sexo anal. El condón se debe usar una sola vez,
tirándolo a la basura y usando otro condón cada vez. Debido
al riesgo de rasgar (tanto el condón como la piel y la mucosa
de la paredes vaginales y anales) se recomienda el uso de
lubricantes con base acuosa. La vaselina y los lubricantes
basados en aceite o petróleo no deben usarse con los
condones porque debilitan el látex y lo vuelven propenso a
rasgarse.
Sexo oral
En términos de trasmisión del VIH, se considera que el sexo
oral tiene menos riesgos que el vaginal o el anal. Sin
embargo, la relativa falta de investigación definitiva sobre el
tema, sumada a información pública de dudosa veracidad e
influencias culturales, han llevado a que muchos crean, de
manera incorrecta, que el sexo oral es seguro. Aunque el
factor real de trasmisión oral del VIH no se conoce aún con
precisión, hay casos documentados de transmisión a través
de sexo oral por inserción y por recepción (en hombres). Un
estudio[cita requerida] concluyó que el 7,8% de hombres
recientemente infectados en San Francisco probablemente
recibieron el virus a través del sexo oral. Sin embargo, un
estudio[cita requerida] de hombres españoles que tuvieron sexo
oral con compañeros VIH+ a sabiendas de ello no identificó
ningún caso de trasmisión oral. Parte de la razón por la cual
esa evidencia es conflictiva es porque identificar los casos de
transmisión oral es problemático. La mayoría de las personas
VIH+ tuvieron otros tipos de actividad sexual antes de la
infección, por lo cual se hace difícil o imposible aislar la
transmisión oral como factor. Factores como las úlceras
bucales, etc., también son difíciles de aislar en la transmisión
entre personas "sanas". Se recomienda usualmente no
permitir el ingreso de semen o fluido pre-seminal en la boca.
El uso de condones para el sexo oral (o protector dental para
el cunnilingus) reduce aún más el riesgo potencial. El condón
que haya sido utilizado ya para la práctica del sexo oral, debe
desecharse. En caso de que exista coito posterior, se utilizará
un nuevo profiláctico; ya que las microlesiones que se
producen en el látex por el roce con las piezas dentarias,
permiten el paso del virus.
Vía parenteral
Se sabe que el VIH se transmite cuando se comparten agujas
entre usuarios de drogas inyectables, y éste es uno de las
maneras más comunes de transmisión. Todas las
organizaciones de prevención del sida advierten a los
usuarios de drogas que no compartan agujas, y que usen una
aguja nueva o debidamente esterilizada para cada inyección.
Los centros y profesionales del cuidado de la salud y de las
adicciones disponen de información sobre la limpieza de
agujas con lejía. En los Estados Unidos y en otros países
occidentales están disponibles agujas gratis en algunas
ciudades, en lugares de intercambio de agujas, donde se
reciben nuevas a cambio de las usadas, o en sitios de
inyecciones seguras.
Los trabajadores médicos pueden prevenir la extensión del
VIH desde pacientes a trabajadores y de paciente a paciente,
siguiendo normas universales de asepsia o aislamiento contra
sustancias corporales, tales como el uso de guantes de látex
cuando se ponen inyecciones o se manejan desechos o fluidos
corporales, y lavándose las manos frecuentemente.
El riesgo de infectarse con el virus VIH a causa de un pinchazo
con una aguja que ha sido usada en una persona infectada es
menor de 1 entre 200[cita requerida]. Una apropiada profilaxis pos-
exposición (con medicamentos anti-VIH) logra contrarrestar
ese pequeño riesgo, reduciendo al mínimo la probabilidad de
seroconversión.
Circuncisión
Un estudio de 2005[13] informaba que el estar circuncidado
podría reducir significativamente la probabilidad de que un
hombre se infecte de una mujer seropositiva por penetración
vaginal. Los rumores en este sentido, producidos a partir de
trabajos anteriores no concluyentes, han aumentado ya la
popularidad de la circuncisión en algunas partes de África. Un
trabajo relacionado[14] estima que la circuncisión podría
convertirse en un factor significativo en la lucha contra la
extensión de la epidemia.
Resistencia natural
Investigaciones recientes[cita requerida] confirmaron que de hecho
existen personas más inmunes al Virus, debido a una
mutación en el genoma llamada "CCR5-delta 32". Según se
cree, habría aparecido hace 700 años, cuando la peste
bubónica diezmó a Europa. La teoría dice que los organismos
con ese gen impiden que el virus ingrese en el glóbulo blanco.
Este mecanismo es análogo al de la peste negra. El VIH se
desarrolla en estas personas de manera más lenta, y han sido
bautizados como "no progresores a largo plazo".
Saliva
Después de la sangre, la saliva fue el segundo fluido del
cuerpo donde el VIH se aisló. El origen del VIH salivar son los
linfocitos infectados de las encías (gingiva). Estas células
emigran dentro de la saliva en una tasa de un millón por
minuto. Esta migración puede aumentar hasta 10 veces (diez
millones de células por minuto) en enfermedades de la
mucosa oral, las cuales son frecuentes en un huésped
inmunodeficiente (tal como un individuo con infección por
VIH). Estudios inmunocitoquímicos recientes muestran que en
los pacientes con sida hay una concentración más alta de VIH
en los linfocitos salivares que en los linfocitos de la sangre
periférica. Esto sugiere que los linfocitos infectados reciben
una estimulación antigénica por la flora oral (bacterias en la
boca) lo que da lugar a una mayor expresión del virus" (A.
Lisec, "Za zivot", izdanje "U pravi trenutak", Dakovo 1994.
s.27O-271.)
Abstinencia
Según algunos estudios, los programas que preconizan la
abstinencia sexual como método preventivo exclusivo no han
demostrado su utilidad para disminuir el riesgo de contagio
del virus.[15] Edward Green, director del Aids Prevention
Research Project de Harvard, asegura que "El preservativo no
detiene el Sida. Sólo un comportamiento sexual responsable
puede hacer frente a la pandemia"[16]
Monogamia
En el África subsahariana,y otros países subdesarrollados, se
ha mostrado eficaz en la lucha contra el SIDA el fomento de la
monogamia y el retraso de la actividad sexual entre los
jóvenes.[17] [18]

Tratamiento
Actualmente existen medicamentos, llamados
antirretrovirales, que inhiben enzimas esenciales, la
transcriptasa reversa, retrotranscriptasa o la proteasa, con lo
que reducen la replicación del VIH. De esta manera se frena el
progreso de la enfermedad y la aparición de infecciones
oportunistas, así que aunque el sida no puede propiamente
curarse, sí puede convertirse con el uso continuado de esos
fármacos en una enfermedad crónica compatible con una vida
larga y casi normal. La enzima del VIH, la retrotranscriptasa,
es una enzima que convierte el ARN a ADN, por lo que se ha
convertido en una de las principales dianas en los
tratamientos antirretrovirales.[19]
En el año 2007 la Agencia Europea del Medicamento (EMEA)
autoriza el fármaco Atripla que combina tres de los
antirretrovirales más usuales en una única pastilla. Los
principios activos son el efavirenz, la emtricitabina y el
disoproxilo de tenofovir. El medicamento está indicado para
el tratamiento del virus-1 en adultos. [20]
El común denominador de los tratamientos aplicados en la
actualidad es la combinación de distintas drogas
antiretrovilares, comúnmente llamada "cóctel". Estos
"cócteles" reemplazaron a las terapias tradicionales de una
sola droga que sólo se mantienen en el caso de las
embarazadas VIH positivas. Las diferentes drogas tienden a
impedir la multiplicación del virus y, hacen más lento el
proceso de deterioro del sistema inmunitario. El "cóctel" se
compone de dos drogas inhibidoras de la transcriptasa
reversa (las drogas) AZT, DDI, DDC, 3TC y D4T) y un inhibidor
de otras enzimas las proteasas.
Al inhibir diferentes enzimas, las drogas intervienen en
diferentes momentos del proceso de multiplicación del virus,
impidiendo que dicho proceso llegue a término. La ventaja de
la combinación reside, justamente, en que no se ataca al virus
en un solo lugar, sino que se le dan "simultáneos y diferentes
golpes". Los inhibidores de la transcriptasa inversa
introducen una información genética equivocada" o
"incompleta" que hace imposible la multiplicación del virus y
determina su muerte Los inhibidores de las proteasas actúan
en las células ya infectadas impidiendo el «ensamblaje» de las
proteínas necesarias para la formación de nuevas partículas
virales.

La proteína SEVI
Según un trabajo elaborado en el año 2007 por científicos de
las universidades de Ulm y Hannover, en conjunto con
científicos españoles, se ha descubierto una proteína en el
semen humano, que facilita la transmisión del virusVIH.
Con frecuencia la cantidad de virus existente en el semen no
alcanza los niveles mínimos esperables para que pueda
generarse contagio. Sin embargo esta proteína llamada SEVI,
desempeña un rol de facilitador para la propagación de la
infección, con concentraciones de VIH en semen que de otro
modo jamás hubieran producido contagio.
Esta proteína se manifiesta en dos formatos o arquitecturas
diferentes. Es la SEVI de estructura amiloidea, la que cuenta
con capacidad de convertirse en patógena o mutar sus
propiedades biológicas [3]. Esta proteína favorece
considerablemente el contagio por semen, facilitando la
infección y distribución del virus.
El SEVI actúa concentrando el virus en la superficie de la
célula, que luego va a ingresar en forma masiva hacia el
citoplasma.

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