Nociones de Cosa Juzgada

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FACULTAD DE DERECHO

UNIVERSIDAD DE CHILE












BREVES NOCIONES ACERCA DE LA COSA JUZGADA













Autores: Mario Mosquera Ruiz
Cristian Maturana Miquel







MAYO 2005
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A D V E R T E N C I A



Esta edicin est basada fundamentalmente en la memoria de prueba de don
CRISTIAN MATURANA MIQUEL sobre "RELACION ENTRE LA LITIS PENDENCIA,
LA ACUMULACION DE AUTOS Y LA COSA JUZGADA" y en el curso de rea de
especializacin en Quinto Ao de Derecho impartido sobre "LA COSA JUZGADA" por
el profesor MARIO MOSQUERA RUIZ, bajo cuya direccin se realiz la aludida tesis.
En su curso para una mayor facilidad de lectura de parte de los alumnos se ha obviado
la cita directa de autores y jurisprudencia, pero se ha incluido en la bibliografa final
todas las obras de las que bsicamente se transcribieron prrafos directos o
modificados. Las citas, pueden, en todo caso, verificarse en la memoria del seor
Maturana.

Debe advertirse que en estos apuntes, con posterioridad a su publicacin en
Septiembre de 1991, se han incluido someramente por el Profesor Maturana las
actualizaciones necesarias derivadas de la incorporacin a nuestro ordenamiento
jurdico del nuevo sistema procesal penal, como aquellas correspondientes a la
literatura nacional o extranjera mas resaltante que ha abordado esta materia, a las que
se hace referencia en notas a pie de pgina..









Santiago, Septiembre de 1991.





LOS AUTORES




















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BREVES NOCIONES ACERCA DE LA COSA JUZGADA


I. INTRODUCCION

Para los efectos de estudiar la cosa juzgada es menester que previamente
delimitemos los aspectos de ella que abordaremos en estos apuntes.

El artculo 175 del C.P.C. establece que "las sentencias definitivas e interlocutorias
firmes producen la accin o excepcin de cosa juzgada".

En consecuencia, es claro que nuestro legislador al tratar esta institucin distingue
respecto de ella la accin y la excepcin de cosa juzgada.

Sin embargo, la accin de cosa juzgada no constituye una emanacin de la
verdadera cosa juzgada (excepcin).

Dentro de nuestra legislacin se contempla a la accin de cosa juzgada como la
tercera fase del ejercicio de la actividad jurisdiccional (hacer ejecutar lo resuelto en las
causas civiles y criminales segn los artculos 73 de la C. Pol. y 1 del C.O.T. La
ejecucin de las sentencias condenatorias y medidas de seguridad se regula en el
Ttulo VIII del Libro IV Procedimientos Especiales y ejecucin del Cdigo Procesal
Penal.-

No obstante, dentro de la doctrina se ha sostenido que slo las facultades de
conocer y juzgar las causas civiles y criminales constituyen esencialmente el ejercicio
de la funcin jurisdiccional.

La accin de cosa juzgada, que no es ms que la coactividad puesta al servicio de
la ejecucin de lo resuelto, no es de la esencia de la funcin jurisdiccional.

En efecto, el inciso 5 del artculo 19 N 3 de la C. Pol establece como requisito
esencial para el desarrollo de la funcin jurisdiccional la existencia de un proceso
previo, que debe desarrollarse conforme a un procedimiento racional y justo que
establezca el legislador. De acuerdo a ese precepto constitucional el ejercicio de la
funcin jurisdiccional se agota con la dictacin de la sentencia.

La accin de cosa juzgada es la facultad de hacer cumplir, incluso coercitivamente,
la pretensin consolidada en la sentencia.

Esta funcin puede encontrarse entregada a las autoridades administrativas, por no
ser ella de la esencia de la funcin jurisdiccional, como ocurre en materia criminal.
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Adems, en los procesos civiles la coactividad para la ejecucin de lo resuelto
(embargos o retiro de especies en el juicio ejecutivo o procedimiento incidental,
lanzamiento en los juicios de comodato precario o arrendamiento) no es ejercida por
los tribunales de justicia; sino que a travs o, ms bien, con la colaboracin de las

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En todo caso, debemos dejar constancia respecto de la fase de ejecucin como se sealara en el Primer informe de la Cmara
de Diputados que se hizo presente que no era conveniente innovar mientras no se crearan los jueces especiales de ejecucin. La
experiencia prctica demuestra que la autoridad administrativa es ms humana en el tratamiento de las penas que el juez, que es
una persona totalmente lejana. Quien puede tener una poltica criminolgica de mayor sentido humanista es siempre, en general,
quien tiene a su cargo el Ministerio de Justicia. Reforma Procesal Penal. Gnesis, Historia Sistematizada y Concordancias. Tomo
III. Pgs 423 y 424.Fernando Londoo Martnez y otros. Editorial Jurdica de Chile. Junio 2003




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autoridades administrativas y de los auxiliares de los rganos jurisdiccionales, como
los receptores.

Para los efectos de velar por el efectivo ejercicio de esa actividad, el constituyente
se ha encargado de establecer la conducta que respecto del cumplimiento de las
ordenes emanadas de los tribunales debern adoptar las autoridades administrativas
(arts.73 incs.3 y 4 de la C. Pol.).

Por otra parte, existen determinadas resoluciones judiciales (sentencias de mera
declaracin de certeza o constitutivas) que no requieren que se ejercite "accin de
cosa juzgada" para obtener su cumplimiento, puesto que se bastan a si mismas por el
slo hecho de su dictacin o no requieren el otorgamiento de prestacin alguna de
parte del demandado. En el caso de las sentencias interlocutorias de segundo grado,
no existe un cumplimiento del fallo, sino que la facultad procesal de la parte de hacer
cumplir lo resuelto de modo que la realizacin de ese trmite permita la continuacin
del procedimiento.

Ello se reconoce expresamente en nuestra legislacin, al distinguirse entre el
cumplimiento de lo resuelto y la ejecucin del fallo (art.176 del C.P.C.).

La accin de cosa juzgada se encuentra vinculada a la idea de pretensin, esto es,
la "subordinacin del inters ajeno al inters propio". Al dictarse la sentencia definitiva
en la causa se produce la subordinacin real y efectiva. La sentencia produce el
estado procesal que permite el cumplimiento de la pretensin y a ella se adecua el
procedimiento necesario para hacerla efectiva.

Para los efectos de llevar a cabo la accin de cosa juzgada los tribunales se
encuentran dotados de la facultad de imperio.

El imperio es la facultad de los tribunales para disponer el cumplimiento de las
resoluciones judiciales, incluso con el auxilio de la fuerza pblica. Esta facultad de
imperio la ejercen los tribunales de acuerdo a lo previsto en los artculos 7 y 73 de la
C.Pol y 11 del C.O.T. (Recurdese, tambin, el art.635 del C.P.C. que establece el que
denominamos "imperio restringido" de los rbitros).

En cuanto a los titulares de la accin de cosa juzgada debemos hacer presente que
ella no corresponde sino a los que han litigado y no a las personas a quienes puede
aprovechar el fallo con arreglo a la ley, porque stos necesitan una resolucin previa
que as lo declara para exigir con relacin a ellos el cumplimiento de la sentencia. No
sucede lo mismo con la excepcin de cosa juzgada, que supone la existencia del juicio
en que se opone, en el cual puede discutirse y resolverse el derecho de la parte que
formule dicha excepcin para aprovechar las resultas del fallo anterior en que se funde
(art.176 del C.P.C.).

En consecuencia, es sujeto activo de la llamada accin de cosa juzgada, aqul que
obtuvo en juicio una sentencia que le reconoce una pretensin que requiere el
cumplimiento de una determinada prestacin para quedar satisfecha. En cambio, es
sujeto pasivo de la llamada accin de cosa juzgada, aqul que ha sido condenado en
la sentencia a efectuar una determinada prestacin para satisfacer la pretensin hecha
valer en el juicio.





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En cuanto a las resoluciones que generan la llamada accin de cosa juzgada, el
art.175 del C.P.C. dispone que slo "las sentencias definitivas o interlocutorias firmes
producen accin de cosa juzgada.

No obstante lo previsto en ese precepto, procede que la ejecucin de las
resoluciones se lleve a cabo no slo una vez que ellas queden ejecutoriadas, sino que
tambin una vez que ellas causen ejecutoria de acuerdo a lo previsto en el art.231 del
C.P.C.
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En el nuevo sistema procesal penal, se contempla como intervinientes ante el
juez de garanta durante la ejecucin de la pena o de la medida de seguridad
solamente al ministerio pblico, el imputado y su defensor. En otras palabras, durante
la ejecucin de la pena o medida de seguridad se modifica por el artculo 466 del
Cdigo Procesal Penal la regla general del artculo 12 de ese cuerpo legal, sin
considerarse como intervinientes dentro de esta fase de ejecucin a la vctima y al
querellante.

En todo caso, en el proceso penal de conformidad a lo previsto en el artculo
468 las sentencias condenatorias penales no podrn ser cumplidas sino cuando se
encontraren ejecutoriadas, lo que resulta concordante con lo previsto en el artculo 355
en relacin con la regla general contemplada en relacin con los efectos que genera la
interposicin de un recurso en contra de una sentencia definitiva condenatoria. En
cambio, de conformidad a lo previsto en los artculos 153 del Cdigo Procesal Penal,
en relacin con el citado artculo 355 de ese cuerpo legal, tratndose de sentencia
absolutoria o de un sobreseimiento definitivo o temporal se prev que el tribunal debe
poner termino a la prisin preventiva, aunque dichas resoluciones no se encontraren
ejecutoriadas, sin perjuicio de poder imponer otras medidas cautelares personales
cuando se considerare necesaria para asegurar la presencia del imputado.

Finalmente, para los efectos de determinar el procedimiento que debe seguirse
para obtener el cumplimiento de lo resuelto debemos distinguir entre las sentencias
dictadas por los tribunales nacionales y extranjeros, materia ya estudiada en
profundidad anteriormente.

Como durante el curso de la ctedra se han estudiado todos los aspectos
procedimentales relacionados con la llamada accin de cosa juzgada, en estos
apuntes slo enfocaremos el estudio de la cosa juzgada propiamente tal o excepcin
de cosa juzgada.

II. CONCEPTO

La expresin cosa juzgada viene del vocablo "res" (cosa) "iudicata" (juzgada).


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En trminos generales, se trata de resoluciones que se pueden ejecutar no obstante existir recursos pendientes en su contra,
estado en que tcnicamente no se ha producido an la cosa juzgada. As, por razones de poltica legislativa y con el objeto de dar
celeridad a los juicios, la ley permite que se puedan cumplir las decisiones judiciales que causan ejecutoria, aunque exista el
riesgo de que el tribunal ad quem, conociendo de la impugnacin, deje sin efecto lo decidido en la sentencia recurrida.
Las resoluciones que causan ejecutoria dan origen a la figura de la ejecucin provisional de la sentencia. En explicacin de
Caballol Angelats , la ejecucin provisional es la institucin procesal mediante la cual se atribuye eficacia a una resolucin
definitiva sobre el fondo carente de firmeza, quedando subordinada la permanencia de los efectos producidos a lo que resulte del
recurso Mediante la ejecucin provisional se consiguen actuar los efectos que la sentencia producira si fuera firme.La principal
caracterstica de la ejecucin provisional es que sus efectos quedan condicionados a los que resulte del recurso, es decir, si la
resolucin confirma la resolucin recurrida, estos permanecern, y si la revoca, deber restituirse todo lo percibido y revocarse
cualquier efecto que se haya producido. Alejandro Romero Seguel. La Cosa Juzgada en el Proceso Civil Chileno. Pgs 28 y 29.
Editorial Jurdica de Chile. Mayo 2002.




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"A estar a la expresin literal de los vocablos, parecera que cosa juzgada significa
objeto, es decir, todo aquello que tiene una medida de valor y que puede ser objeto de
derecho de propiedad. Juzgada, a su vez, como participio del verbo juzgar, califica a lo
que ha sido materia de un juicio. En sus trminos literales, la cosa juzgada podra
definirse entonces, como un objeto que ha sido motivo de un juicio. La proposicin
"este vaso es de plata" es en esta primera acepcin, una cosa juzgada. La cosa objeto
material, aparece unida al atributo: ser de plata.

En segunda acepcin, se advierte que la idea de cosa se ensancha y desborda el
simple objeto material. Cosa tambin es, en nuestro idioma, todo lo que tiene
existencia corporal o espiritual, real, abstracta o imaginaria. En este segundo sentido,
tambin un hombre puede ser cosa. As cuando decimos "Scrates es un hombre, el
objeto se ha transformado y sin ser susceptible del derecho de propiedad, constituye a
su vez una cosa sobre la cual se vierte un juicio.

Tambin el vocablo o su femenino, tiene una segunda acepcin. No se refiere ya,
genricamente a lo que ha sido objeto de una operacin lgica destinada a relacionar
dos conceptos. Abarca, tambin, el juicio jurdico. Cuando decimos "este vaso es de
Scrates", el juicio se hace jurdico, si lo que se est disputando es la propiedad del
vaso.

En esta segunda acepcin de los vocablos, es tambin cosa juzgada la proposicin
"Scrates es inocente".

Pero la cosa juzgada es un concepto jurdico cuyo contenido es algo ms que la
suma de sus dos trminos, el cual ha sufrido a lo largo de la historia una lenta y
progresiva transformacin en la forma de ser concebido.

En un principio, surgieron las teoras materiales sobre la cosa juzgada que la
conceban como una ficcin de verdad o una presuncin de verdad .Luego se
plantearon las teoras procesales sobre la cosa juzgada la que la conciben como un
efecto o bien como una cualidad de los efectos de la sentencia como veremos a
continuacin.

A.- LA COSA JUZGADA ES UNA FICCION DE VERDAD

En un principio la doctrina concibi a la cosa juzgada como una ficcin de verdad.

En tal sentido la defini Savigny al sealar que sta no era ms que "la ficcin de
verdad que protege las sentencias contra todo ataque y toda modificacin". A
travs de esta posicin no se busca ms que dar a "la cosa juzgada una justificacin
de carcter poltico, apoyada en la necesidad de prestigiar definitivamente la autoridad
de la jurisdiccin. Pero la interpretacin es excesiva, por cuanto prescinde de la gran
cantidad de casos en los cuales la sentencia no constituye una ficcin de verdad, sino
la verdad real".

Adems, se critica este concepto porque se dice que en el proceso civil lo que
interesa no es el logro de la verdad, sino que el de la certeza. En cambio, en el
proceso penal es claro que lo perseguido es el logro de la verdad real (art.456 bis del
C.P.P.).
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3
En el nuevo sistema procesal penal, debemos recordar que conforme a lo previsto en el artculo 340 del Cdigo Procesal Penal,
el parmetro para poder dictar una sentencia condenatoria es que el tribunal, sobre la base de la prueba producida durante el




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Finalmente, la sentencia es tal cuando ella misma constituye una realidad de la cual
emanan efectos jurdicos. El derecho opera en una realidad y no sobre la base de
ficciones. La cosa juzgada no puede descansar en la idea de una ficcin, puesto que la
sentencia establece una realidad concreta.

B.- LA COSA JUZGADA ES UNA PRESUNCION DE VERDAD

La segunda posicin doctrinaria acerca del concepto de la institucin fue sustentada
por Pothier al sealar que ella consista en el "contenido de la sentencia que es
presuncin de verdad que no admite prueba en contrario". Dicho concepto fue
recogido por los Cdigos de Napolen (art.1.351), italiano (art.1.350) y espaol
(arts.1.251 y 1.252).

De acuerdo con esta tesis "la autoridad de cosa juzgada hace presumir de una
manera verdadera y justa todo lo que est contenido en la sentencia, y siendo esta
presuncin "juris et de jure", excluye toda prueba.

"La autoridad de la cosa juzgada no admite la prueba de lo que ha sido juzgado, la
parte en contra de quien el fallo ha sido dado no es escuchada si quiere ofrecer prueba
de que el juez ha cado en un error, an de simple calculo: "res judicatas si sub
praetextu computationis instarentur, nullus aut litim finis" (L 2 Col de re jud).


juicio oral, haya adquirido la conviccin mas all de toda duda razonable de que realmente se hubiere cometido el hecho punible
objeto de la acusacin y que en el hubiere correspondido al acusado una participacin culpable y penada por la ley.
Al respecto se nos ha sealado que llama la atencin que la conviccin requerida sea mas all de toda duda razonable,
concepto que adoptara la Comisin Mixta al rechazar el calificativo de suficiente que previamente haba introducido el Senado.
En efecto, en su oportunidad estuvo de acuerdo el Senado en que no es preciso que sea absoluta la conviccin a que debe llegar
el tribunal. Basta que sea suficiente, calificativo que acord agregar.
Por su parte, la Comisin Mixta tuvo presente que el estndar de conviccin mas all de toda duda razonable es propio de
derecho anglosajn, y no del europeo continental, por lo que resulta una novedad tambin para el ordenamiento jurdico chileno.
Sin embargo, es un concepto til, toda vez que est suficientemente decantado y elimina las discusiones relativas al grado de
conviccin que se requiere, dejando en evidencia que no se trata de una conviccin absoluta, sino de aquella que excluya las
dudas ms importantes.
El estndar de duda razonable ha sido tomado del sistema norteamericano y protege al acusado de ser condenado por un delito si
no se ha producido prueba ms all de una duda razonable ( beyond a reasonable doubt) con respecto a cada hecho necesario
para constituir el delito del que ha sido acusado. El estndar de duda razonable es utilizado en los Estados Unidos por oposicin
al estndar de preponderancia de evidencia que opera en materia civil. Significa, en otras palabras, que no basta con que el
acusador produzca prueba ms convincente que el acusado, sino que debe tratarse de prueba que conduzca a la completa
conviccin, esto es, a un grado de certeza moral acerca de la existencia de los hechos que configuran el delito y la participacin
del acusado.
Por su parte, duda razonable ha sido definida en el sistema norteamericano partir de la jurisprudencia existente- como el
estndar usado para determinar culpabilidad o inocencia de una persona acusada de un delito. Para ser culpable de un delito, se
debe probar que uno es culpable ms all de una duda razonable. Una duda razonable que justificara absolucin es una duda
basada en la razn y que surja de la evidencia o de la falta de evidencia, y es la duda que un hombre o mujer razonable podra
abrigar, y la es una duda rebuscada ni imaginada, ni la duda que un jurado podra hacer aparecer `para evitar realizar una tarea o
deber desagradable. Duda razonable es una duda que llevara a las persona prudentes a dudar antes de actuar en materias de
importancia para ellos mismos. Es duda basada en evidencia o en falta de evidencia.
En ocasiones, suele considerarse tambin como efectos de la presuncin de inocencia en materia probatoria la exigencia de que
la actividad probatoria se realice en el juicio oral y la prohibicin de admitir como prueba la que legalmente no tenga tal carcter.
Julin Lpez Masle. Principios del sistema Procesal Chileno. Apuntes de clase para el Diplomado sobre la Reforma Procesal
Penal. Ps 63 y 64. Universidad de Chile. Facultad de Derecho. Marzo 2.001.
Se ha sealado respecto del nuevo Cdigo Procesal Penal, que otro elemento distintivo del sistema adoptado es la
fundamentacin que de la apreciacin de la prueba hecha por el tribunal debe contener la sentencia, ya que el tribunal deber
expresar claramente en el fallo los elementos que consider para formar su conviccin, los cuales con la sola excepcin de la
prueba anticipada podrn nicamente basarse en las pruebas rendidas durante la audiencia del juicio oral.
La fundamentacin exigida por el legislador es muy completa, ya que deber hacerse cargo de toda la prueba producida,
indicando el o los medios de prueba mediante los cuales se acredit cada uno de los hechos y circunstancias que se dan por
probados y, sealando la prueba que se hubiere desestimado con indicacin de las razones que se tuvieron para ello.
Esta fundamentacin es la base de la socializacin de la sentencia, ya que debe realizarse de tal manera que ella pueda permitir
la reproduccin del razonamiento desarrollado por el tribunal para alcanzar las conclusiones a que llega la sentencia. Roberto
Nahum Anuch. El sistema probatorio del Cdigo Procesal Penal. Gaceta Jurdica Enero 2001. N 247 Pg.17 y 18.






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"La autoridad de la cosa juzgada excluye de un modo tal la prueba de lo contrario,
que la parte en contra de quien el fallo se ha dado, no puede presentar documentos
decisivos que dijese haber hallado despus. (L 4 Cod de re jud)".

Esta tesis parte de la evocacin del precepto de Ulpiano "res iudicata pro veritate" y
extrae de l la consecuencia de que la cosa juzgada lleva consigo una presuncin de
verdad.

En la actualidad esta concepcin acerca de la institucin ha sido abandonada por la
doctrina, puesto que de acuerdo a lo sealado por Couture "la cosa juzgada no
siempre tiene que ver con la verdad. Las sentencias no se dividen en verdaderas o en
no verdaderas, sino en eficaces o ineficaces. Puede una sentencia ser verdadera e
ineficaz, como la dictada en primera instancia pendiente la apelacin. Puede tambin
ser eficaz y no verdadera, como la que se ha dictado por error, pero que ha pasado en
autoridad de cosa juzgada.

"Cuando vara la jurisprudencia han pasado en cosa juzgada las sentencias de la
tesis anterior y las de la posterior". Cuales de ellas son verdaderas y cuales no lo
son?. Si damos la primaca que corresponde al principio lgico de contradiccin
debemos proclamar que dos conclusiones opuestas sobre una misma hiptesis no
pueden ser valederas al mismo tiempo. Pero si damos al principio de autoridad y
eficacia de la cosa juzgada el sitio que corresponde, podemos decir, sin apartarnos de
lo cierto, que ambas pueden, an siendo contrarias, ser eficaces al mismo tiempo.

"Lo que acontece es que la cosa juzgada no tiene por fundamento la verdad, sino la
paz y el orden social. Por supuesto que el derecho no aspira a obtener la paz y el
orden al precio de la verdad y con sacrificio de esta ltima. Pero se resigna a que as
sea, cuando no hay ms remedio que poner fin de una vez por todas a la controversia
que divide a las partes. Una de las formas mas crueles de la injusticia es la de que no
se sepa nunca quin tiene la razn. El derecho termina por darle la razn a uno. Por
escrpulo de verdad? No: para obtener la paz y el orden".


C.- LA COSA JUZGADA ES UN EFECTO DE LA SENTENCIA

Esta teora acerca de la cosa juzgada naci como una reaccin a lo sustentado por
las otras dos mencionadas precedentemente.

Chiovenda nos seala al respecto que: "Cuando se define la cosa juzgada como
una ficcin de verdad, como una verdad formal, como una presuncin de verdad, se
dice una cosa exacta nicamente en el sentido que, por la grandsima mayora de los
ciudadanos ajenos al litigio, la sentencia del juez se presenta como cosa conforme a la
verdad. Pero sta no es sino la justificacin poltica de la cosa juzgada. Jurdicamente
la cosa juzgada no se refiere a la afirmacin de la verdad de los hechos, sino a la
existencia de una voluntad de ley en el caso concreto.

"El razonamiento sobre los hechos es obra de la inteligencia del juez, necesaria
como medio de preparar la formulacin de la voluntad de la ley. A veces, como se ha
visto (en las pruebas legales) el juez no puede siquiera razonar sobre los hechos pero
el juez no es solamente un lgico, es un magistrado. Conseguida la finalidad de dar
una formulacin de la voluntad de la ley, el elemento lgico en el proceso pierde toda
importancia. Los hechos vuelven a ser lo que fueron: el ordenamiento jurdico no
pretende que se consideren como verdaderos los que le sirven al juez de base para su




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decisin; ms bien, no se preocupa en absoluto de averiguar como sucedieron en
realidad las cosas, y no le interesan los posibles errores lgicos del juez, sino que se
limita a afirmar que la voluntad de la ley en el caso concreto es lo que el juez afirma
ser la voluntad de la ley. El juez, pues, en cuanto razona no representa al Estado; lo
representa en cuanto afirma su voluntad. La sentencia es nicamente la afirmacin o
la negacin de una voluntad del Estado que garantiza a alguno un bien de la vida en el
caso concreto y a esto nicamente puede extenderse la autoridad de la cosa juzgada;
con la sentencia se consigue solamente la certeza de la existencia de una tal voluntad,
y, por lo tanto, la inatacabilidad del bien reconocido o negado".

De all que por la doctrina se pas a considerar la cosa juzgada como uno de los
efectos de la sentencia, pudiendo citarse al respecto las siguientes definiciones:

Couture nos indica que la "cosa juzgada es la autoridad y eficacia de una sentencia
judicial cuando no existen contra ella otros medios de impugnacin que permitan
modificarla".

Chiovenda nos seala que la cosa juzgada "es la afirmacin indiscutible y
obligatoria para los jueces de todos los juicios futuros de una voluntad concreta de ley,
que reconoce o desconoce un bien de la vida a una de las partes".

El profesor don Juan Colombo Campbell seala que la cosa juzgada es "el efecto
de las resoluciones judiciales sealadas por la ley en virtud del cual su contenido
puede cumplirse a favor del que ha obtenido en el juicio e invocarse por todos aquellos
a quienes aprovecha el fallo para impedir que la cuestin resuelta pueda ser objeto de
un nuevo proceso".

D.- LA COSA JUZGADA ES UNA CUALIDAD DE LOS EFECTOS DE LA
SENTENCIA

Esta doctrina acerca de la cosa juzgada aparece como una reaccin frente a la
teora que recibe la cosa juzgada como un efecto de la sentencia y es desarrollada
principalmente por Enrico Tulio Liebman -italiano pese a su apellido- en su obra
"Eficacia y autoridad de la sentencia y otros estudios sobre la cosa juzgada".

Para entender la teora formulada por Liebman respecto de la cosa juzgada es
menester tener presente dos premisas fundamentales sustentadas por ste:

a) La cosa juzgada es una cualidad de los efectos de la sentencia.

No deben confundirse los diversos efectos que producen las sentencias
(Constitutivos, de mera declaracin de certeza, cautelares, de condena, etc.) con la
cualidad con que se producen esos efectos.

La cosa juzgada no es un efecto de la sentencia, sino que la cualidad o forma como
se despliegan cada uno de los diversos efectos que produce la sentencia.

Adems estos efectos se despliegan en distinta forma segn la naturaleza del
proceso. La cosa juzgada puede ser modificada en determinados casos y ello es por el
carcter de cualidad o forma en que se producen los distintos efectos de la sentencia.

Al respecto, seala el mencionado autor que "considerar la cosa juzgada como un
efecto de la sentencia, y al mismo tiempo, darse cuenta que la sentencia produce unas




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veces una simple declaracin de certeza, otras veces un efecto constitutivo, bien de
derecho sustancial bien de derecho procesal, significa poner frente a frente elementos
inconciliables, magnitudes incongruentes o inconmesurables entre s.

"La cosa juzgada sera pues, un efecto que se coloca junto a los otros y en el
mismo plano que ellos o que se sobrepone a los mismos y los comprende? No sera,
por el contrario, una cualidad de estos efectos, un modo de ser suyo, la particular
intensidad con que se producen?.

"Las propias palabras usadas corrientemente nos indican el camino que debemos
seguir. Hoy en da no se habla ya de cosa juzgada sino, empleando una forma elptica,
al designar la autoridad de la cosa juzgada. Ahora bien, esta expresin sumamente
abstracta, no puede y no quiere referirse a un efecto autnomo, que, en general,
pueda existir por s solo; ella indica, por el contrario, la fuerza, el modo con que ciertos
efectos se producirn, esto es, una cualidad o modo de ser de tales efectos. Lo mismo
puede decirse de las diversas palabras con que se trate de explicar la frmula
legislativa tradicional: inmutabilidad, definitividad, intangibilidad, indiscutibilidad;
trminos que expresan todos ellos una propiedad, una cualidad particular, un atributo
de un objeto al cual se refieren, ya que por s solos son expresiones, carentes de
contenido y de sentido.

"El lenguaje nos ha impulsado pues, de una manera consciente, al descubrimiento
de esta verdad: que la autoridad de la cosa juzgada no es el o un efecto de la
sentencia, sino una cualidad y un modo de ser y de manifestarse de sus efectos,
cualesquiera que sean, varios y diversos, segn las diferencias categoras de
sentencias".

"Constituye un error de lgica definir la autoridad de la cosa juzgada como un efecto
de la sentencia y -consecuencia inevitable- identificarla con la eficacia de la
declaracin de certeza de la sentencia misma, contraponindola, por consiguiente,a
los otros posibles efectos de la misma (constitutivos o ejecutivos). Poco convincentes,
peligrosas o en absoluto errneas son las soluciones prcticas derivadas de este
inexacto planteamiento inicial.

"En este comn modo de pensar se oculta la ltima manifestacin de aquella
singular deformacin de la doctrina de la cosa juzgada contra la cual sali a combatir
Chiovenda y que consiste en la sobrevaloracin del elemento lgico del proceso como
contenido de la cosa juzgada. Un aspecto de la misma ilusin, que Chiovenda puso
particularmente en claro y contribuy decididamente a destruir, consista en referir la
cosa juzgada a cada "quaestio, a cada deffinitio", de manera que cada figura de
razonamiento del juez se consideraba susceptible de adquirir la autoridad de la cosa
juzgada. Pero el modo comn de pensar est todava hoy ligado tenazmente al
aspecto inverso de la misma deformacin, porque no se debe separar la cosa juzgada
del elemento lgico del proceso, considerando que slo la resolucin de una cuestin
dudosa pueda adquirir autoridad de cosa juzgada.

"Que toda la importancia de la cosa juzgada vaya puesta "en la expresin de la
concreta voluntad del derecho" es una verdad que ha de entenderse en todo su
significado: es decir, que a esta expresin de la concreta voluntad del derecho pueda y
deba corresponder la autoridad de la cosa juzgada an cuando su contenido y sus
efectos no sean de mera declaracin de certeza, sino tambin de creacin o de
modificacin de la realidad jurdica".





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b) En la cosa juzgada debe distinguirse la autoridad y eficacia de la
sentencia.

La autoridad de la sentencia es la inmutabilidad del mandato u orden que nace de
la sentencia.

Dentro del proceso existe un instante en que nace la autoridad de la cosa juzgada:
y este no es otro que aquel de la preclusin de los medios de impugnacin.

La inmutabilidad del fallo afecta a todos los poderes del Estado, tiene rango
constitucional (art.73, Constitucin Poltica del Estado) y stos nada pueden hacer
para modificar lo resuelto (art.7, inc.2 de la Constitucin).

En cambio, la eficacia de la sentencia consiste genricamente en una orden o
mandato, sea que tenga por objeto declarar la certeza, constituir, modificar o
determinar una relacin jurdica.

Esta eficacia se produce an antes de que el fallo est ejecutoriado. Ejemplo de ello
son las sentencias que causan ejecutoria.

Al respecto, Liebman seala que "la eficacia de la sentencia debe lgica y
prcticamente distinguirse de su inmutabilidad. La misma se puede genricamente
definir como un mandato, ya tenga la finalidad de declarar la certeza, ya tenga la de
constituir, modificar o determinar una relacin jurdica. No se pretende con esto
resolver aqu el problema general de la naturaleza volitiva o intelectiva de la actividad
del juez o de la cualidad ms o menos autnoma del mandato. La sentencia vale como
mandato, al menos en el sentido de que contiene la formulacin autoritativa de una
voluntad de contenido imperativo y esto basta para que se pueda hablar, al menos
desde un punto de vista formal, del mandato que nace de la sentencia.

"Ahora bien, este mandato, an cuando sea plenamente eficaz, no slo es
susceptible de reforma a causa de la pluralidad de instancias y del sistema de
gravmenes sobre el est construido el proceso, sino que est tambin expuesto al
riesgo de ser contradicho por otro mandato pronunciado tambin por un rgano del
Estado. Esto se verifica igualmente para todas las formas de la actividad del Estado,
salvo, se entiende, la posible variedad del otorgamiento positivo que puede reconocer,
por ejemplo, la facultad de contradecir un mandato (y, por consiguiente, de abrogarlo)
solamente al mismo poder que lo ha pronunciado.

"As, la eficacia de una sentencia no puede en s y por s, impedir a un juez
posterior, investido tambin l de la plenitud de los poderes ejercitados por el juez de
quien ha emanado la sentencia, examinar de nuevo el caso decidido y juzgar de un
modo diferente. Slo una razn de utilidad poltica y social -como se ha recordado ya-
interviene para evitar esta posibilidad haciendo el mandato inmutable cuando el
proceso haya llegado a su conclusin con la preclusin de la impugnacin contra la
sentencia pronunciada en l mismo.

"En esto consiste, pues, la autoridad de la cosa juzgada, que se puede
precisamente definir como la inmutabilidad del mandato que nace de una
sentencia. La misma no se identifica simplemente con la definitividad e intangibilidad
del acto que pronuncia el mandato: es por el contrario, una cualidad especial, ms
intensa y ms profunda, que inviste al acto tambin en su contenido y hace as




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inmutables, adems, del acto en su existencia formal, los efectos, cualesquiera que
sean, del acto mismo.

"La eficacia natural de la sentencia con la adquisicin de esta ulterior cualidad se
encuentra, pues, intensificada y potenciada, porque se afirma como nica e inmutable
formulacin de la voluntad del Estado al regular concretamente el caso particular
decidido. Y esta caracterstica inmutabilidad del mandato, dentro de los lmites en que
est dispuesta por la ley, opera no ya respecto de determinadas personas, sino
respecto de todos aquellos que en el mbito del ordenamiento jurdico tiene
institucionalmente el cometido de establecer, de interpretar o de aplicar la voluntad del
Estado, sin excluir al mismo legislador, ya que ni siquiera l podr cambiar la concreta
regulacin de la relacin, segn resulta ya sellada por la autoridad de la cosa
juzgada".

Finalmente, Liebman seala que la coercibilidad del fallo no forma parte esencial de
la cosa juzgada.

Ello obedece fundamentalmente a dos razones:

a) La coercibilidad del fallo no es ms que un atributo que puede ser ejercido por
todos los Poderes del Estado para hacer cumplir sus actos de autoridad; y

b) No todas las sentencias requieren ser cumplidas. Algunas porque se bastan a s
mismas con su dictacin (sentencias de mera declaracin de certeza) y otras porque
no pueden cumplirse en forma compulsiva. (sentencia dictadas en los juicios de
Hacienda en Chile, por ejemplo).


III. EXISTENCIA DE LA COSA JUZGADA EN EL PROCESO PENAL

La existencia de la cosa juzgada en el proceso penal ha sido una materia que ha
suscitado dentro de la doctrina arduas polmicas.

a) Algunos han sustentado la tesis que en las materias criminales nunca debe
aceptarse la teora de la cosa juzgada. Es decir, que nunca debe considerarse
absolutamente irrevocable una sentencia criminal, tanto si se ha pronunciado en
sentido condenatorio, como si lo ha sido en sentido de absolucin. Los partidarios de
estas tesis sostienen que al condenado siempre debera drsele la libre facultad de
suspender la ejecucin de la condena y pedir la revisin del ella, alegando que fue
errnea y aseverando haber encontrado nuevas pruebas en justificacin de su propia
inocencia, y por otra parte, debera conferrsele a la acusacin el poder de ser
propuesta una vez ms, despus de la sentencia absolutoria sobre la base de nuevas
pruebas que han surgido con posterioridad, de confesiones, de testimonios o de otras
demostraciones materiales del delito.

b) Otros sectores de la doctrina (particularmente Carnelutti) tambin han
manifestado su aversin a la cosa juzgada en el proceso penal en los trminos
absolutos en que se concibe. Para ellos "la exigencia de certeza, generadora de la
cosa juzgada, se hace sentir esencialmente en el proceso contencioso: en tanto la
cosa debe ser juzgada en cuanto es una litis; en otro caso, se dira con una frmula
antigua. "Lites fierente poene inmorales". Por eso, en cuanto el juicio penal declara los
efectos civiles del acto ilcito, respecto de los cuales existe o puede existir la litis, es
justo que tambin tienda a la cosa juzgada. Pero otra cosa ha de decirse del juicio




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penal en cuanto a su contenido puramente penal y, particularmente, en cuanto a la
determinacin de la pena; desde este punto de vista, el proceso no tiene en manera
alguna carcter contencioso y por eso no se manifiesta en absoluto en l la exigencia
de certeza que reclama el fallo".

c) Finalmente, existen otros que reconocen en el proceso penal la existencia de la
cosa juzgada en forma absoluta. Esta constituye la posicin tradicional en las
legislaciones de los diversos pases y concibe la cosa juzgada como "el efecto del
proceso consistente en la trascendencia que concede el Derecho positivo a la decisin
objeto del proceso y de la actuacin o denegacin de la pretensin formulada, en
relacin a la ulterior admisibilidad de que se formule de nuevo dicha pretensin en un
nuevo proceso independiente del primero".

d) La cosa juzgada, como institucin propia del procedimiento penal, no se
encontraba especialmente reglamentada en nuestro C.P.P., ni se haba precisado
originariamente su concepto en ese cuerpo legal.

Sin embargo, su existencia se encuentra expresamente reconocida tanto respecto
de las sentencias absolutorias como de las condenatorias, que se encuentran firmes o
ejecutoriadas.

Prev respecto de las sentencias absolutorias el art.418 del C.P.P. que "el
sobreseimiento total y definitivo pone trmino al juicio y tiene la autoridad de la cosa
juzgada" y en el art.501 vigente con anterioridad a la dictacin de la Ley 18.857
agregaba que "la sentencia absolutoria es definitiva y tiene la fuerza de cosa juzgada.
De consiguiente, no puede absolverse de la instancia, ni sobreseerse sino respecto de
los reos ausentes en los casos prescritos por la ley".

Respecto de las sentencias condenatorias ejecutoriadas, el inciso 1 del art.539 del
C.P.P. les reconoce la fuerza de cosa juzgada al establecer que: "la sentencia de
trmino condenatoria en proceso por crimen o simple delito no tiene la fuerza de cosa
juzgada, mientras dura el plazo para formalizar el recurso de casacin".

Al igual como acontece en la mayora de las legislaciones, nuestro legislador slo
posibilita la revisin excepcional de las sentencias condenatorias firmes respecto de
los crmenes y simples delitos, pero nunca de las absolutorias.

El art.657 del C.P.P. se encarga en forma expresa de posibilitar en forma
excepcional la revisin de las sentencias condenatorias firmes al establecer que "La
Corte Suprema podr rever extraordinariamente las sentencias firmes en que haya
condenado a alguien por un crimen o simple delito, para anularlas" en los casos que
establece en forma taxativa, pero genrica, dada la existencia de su nmero cuarto.

La cosa juzgada no se contempl en forma expresa dentro del citado precepto
como uno de los casos en que procede la revisin de las sentencias condenatorias
firmes, pero la doctrina interpretando su N4 ha concluido que el descubrimiento de la
existencia de una sentencia firme anterior a aquella que hubiese condenado al reo
constituye un "hecho desconocido" que posibilita que sta sea dejada sin efecto.

La sentencia absolutoria firme no es posible que sea sujeta a revisin al no
contemplarse tal posibilidad en el citado art.657 que establece la procedencia de dicha
accin.





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Por otra parte, el referido art.501 se encarg de proscribir en forma expresa de
nuestro ordenamiento jurdico la institucin de la absolucin de la instancia ("absolutio
ab instancia"). En virtud de ella, "los jueces en Roma poda declarar sus dudas por las
palabras "non liquet" (no claro) cuando del proceso si bien resultan antecedentes
sospechables, no obstante no constituan prueba bastante para condenar. Absolvan
entonces la instancia, lo que permita rever de nuevo las sentencias absolutorias, en
presencia de nuevos y mejores datos de averiguacin, que antes fueron desconocidos.

En consecuencia, el sobreseimiento total y definitivo como la sentencia absolutoria,
una vez ejecutoriadas, ponen trmino al proceso penal y ninguna accin permite que
con posterioridad se pretenda obtener su revocacin.

Con posterioridad, las Leyes 18.857 y 19.047 modificaron el artculo 42 del
Cdigo de Procedimiento Penal, contemplndose expresamente que el procesado
condenado, absuelto o sobresedo definitivamente por sentencia ejecutoriada, no
podr ser sometido a un nuevo proceso por el mismo hecho, sin perjuicio de lo
dispuesto en el artculo 3., inciso tercero, y en los Ttulos III y VII del Libro III.

Nuestro legislador no dio a la cosa juzgada un tratamiento orgnico en el Cdigo de
Procedimiento Penal, por lo que deben aplicarse a ste en forma supletoria las
disposiciones que existen sobre la materia en el Cdigo de Procedimiento Civil en
cuanto no se opongan a la naturaleza del proceso penal. Pero es importante sealar
desde luego que existen claras diferencias entre los lmites o requisitos de procedencia
de ellas ("identidades").

En el nuevo sistema procesal penal, se contempla expresamente la cosa
juzgada en el inciso 2 del artculo 1 del Cdigo Procesal Penal, al establecerse que
La persona condenada, absuelta o sobreseda definitivamente por sentencia
ejecutoriada, no podr ser sometida a un nuevo procedimiento penal por el
mismo hecho.

En esta materia, resulta particularmente trascendente tener presente que en el
Segundo Informe de la Comisin de Constitucin, Legislacin y Justicia y Reglamento
del Senado, se dej expresa constancia que Se debati cambiar la voz
procedimiento por proceso, teniendo en vista que el procedimiento apunta a una
idea de forma, denota el orden que deben seguir ciertos actos y , en el contexto de este
Cdigo, comprende la etapa de investigacin que lleva a cabo el Ministerio Pblico. En
cambio, el proceso se refiere directamente al modo en que el Estado resuelve un
conflicto penal y supone la intervencin de los rganos jurisdiccionales competentes.

Es preciso recordar que el artculo 8.4 de la Convencin Americana de Derechos
Humanos garantiza al inculpado absuelto por sentencia firme que no podr ser
sometido a nuevo juicio por los mismos hechos. A su turno, el artculo 14.7. del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Polticos impide que el que haya sido condenado o
absuelto por sentencia firme por un delito sea nuevamente juzgado ni sancionado.

Razon la Comisin que, si bien esos tratados internacionales refieren la garanta a la
prohibicin de nuevo juzgamiento por los mismos hechos, en la medida en que la
investigacin del ministerio publico encuentra su razn de ser precisamente en el
eventual juicio ulterior, el empleo de la voz procedimiento en esta forma denota en
forma ms precisa el alcance que debe darse a la garanta.
4


4
Reforma Procesal Penal. Gnesis, Historia Sistematizada y Concordancias. Tomo I. Pg. 89.Fernando Londoo Martnez y otros.
Editorial Jurdica de Chile. Febrero 2003




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Cabe relacionar el inciso 2 del artculo 1 del Cdigo con lo previsto en el artculo 13,
sobre el efecto en Chile de las sentencias penales de tribunales extranjeros, conforme
con el cual Tendrn valor en Chile las sentencias penales extranjeras. En
consecuencia, nadie podr ser juzgado ni sancionado por un delito por el cual hubiere
sido ya condenado o absuelto por una sentencia firme de acuerdo a la ley y al
procedimiento de un pas extranjero, a menos que el juzgamiento en dicho pas hubiere
obedecido al propsito de sustraer al individuo de su responsabilidad penal por delitos
de competencia de los tribunales nacionales o, cuando el imputado lo solicitare
expresamente, si el proceso respectivo no hubiere sido instruido de conformidad con
las garantas de un debido proceso o lo hubiere sido en trminos que revelaren falta de
intencin de juzgarle seriamente.

En tales casos, la pena que el sujeto hubiere cumplido en el pas extranjero se le
imputar a la que debiere cumplir en Chile, si tambin resultare condenado.

La ejecucin de las sentencias penales extranjeras se sujetar a lo que dispusieren los
tratados internacionales ratificados por Chile y que se encontraren vigentes.

Debemos recordar que la cosa juzgada es una causal de sobreseimiento definitivo,
segn lo previsto en la letra f) del artculo 250, conforme con el cual el juez de garanta
decretar el sobreseimiento definitivo: f) Cuando el hecho de que se tratare hubiere
sido materia de un procedimiento penal en el que hubiere recado sentencia firme
respecto del imputado

Adems, la cosa juzgada es una excepcin de previo y especial pronunciamiento
conforme a lo previsto en la letra c) del artculo 264. Para tal efecto, establece el inciso
final del artculo 271 que, puede el juez de garanta acoger la excepcin de cosa
juzgada que se hubiere deducido y decretar el sobreseimiento definitivo, siempre que el
fundamento de la decisin se encontrare suficientemente justificado en los
antecedentes de la investigacin. En caso contrario, dejar la resolucin de la cuestin
planteada para la audiencia del juicio oral, siendo esta ltima decisin ser inapelable.

Por lo dems en el nuevo sistema procesal penal no cabe la absolucin de la instancia,
dado que el tribunal de juicio oral se encuentra obligado a adoptar una decisin sobre
absolucin o condena del acusado respecto de cada uno de los delitos que se
imputaren( art. 343)

Cabe resaltar que la infraccin de la cosa juzgada que emana de una sentencia
ejecutoriada constituye un motivo absoluto para deducir el recurso de nulidad conforme
a lo previsto en la letra g) del artculo 374 y segn el cual el juicio y la sentencia sern
siempre anulados : g) Cuando la sentencia hubiere sido dictada en oposicin a otra
sentencia criminal pasada en autoridad de cosa juzgada.

Finalmente, debemos recordar que el artculo 473 se encarga de regular en forma
excepcional la revisin de las sentencias condenatorias firmes por crimen o simple
delito al establecer que "La Corte Suprema podr rever extraordinariamente las
sentencias firmes en que haya condenado a alguien por un crimen o simple delito, para
anularlas" en los casos que establece en forma taxativa, pero genrica, dada la
existencia de su letra d).







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El Cdigo Procesal Penal, al igual que el Cdigo de Procedimiento Penal, no
contempl en forma expresa la cosa juzgada dentro del artculo 473 como uno de los
casos en que procede la revisin de las sentencias condenatorias firmes por crimen o
simple delito, pero siguiendo a la doctrina debemos entenderla incluida en la letra d) de
ese precepto al concebir que el descubrimiento de la existencia de una sentencia firme
anterior a aquella que hubiese condenado al imputado constituye un "hecho
desconocido" que posibilita que sta sea dejada sin efecto por bastar para establecer
la inocencia del procesado en el segundo proceso.

La sentencia absolutoria firme no es posible que sea sujeta a revisin al no
contemplarse tal posibilidad en el citado art.473 que establece la improcedencia de
dicha accin en contra de esa clase de sentencias.


IV. FUENTES

Las disposiciones legales que dentro de nuestro ordenamiento jurdico se encargan
de regular la institucin de la cosa juzgada son las siguientes:


A.- CONSTITUCION POLITICA DE LA REPUBLICA

Su artculo 73 constituye una garanta de la institucin al establecer que "la facultad
de juzgar las causas civiles y criminales pertenece exclusivamente a los tribunales
establecidos por la ley. Ni el Presidente de la Repblica, ni el Congreso, pueden, en
caso alguno, ejercer funciones judiciales, avocarse causas pendientes, revisar los
fundamentos o contenidos de sus resoluciones o hacer revivir procesos fenecidos".

La sancin para los actos que importen una violacin a dicha garanta se contempla
en el artculo 7 de la Constitucin que establece: "Los rganos del Estado actan
validamente previa investidura regular de sus integrantes, dentro de su competencia y
en la forma que prescribe la ley.

"Ninguna magistratura, ninguna persona, ni grupo de personas pueden atribuirse, ni
an a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que
expresamente se les haya conferido en virtud de la Constitucin o las leyes".

"Todo acto en contravencin a este artculo es nulo y origina las responsabilidades
y sanciones que la ley seale".


B.- CODIGO CIVIL

Diversos artculos en este cuerpo legal hacen alusin a la institucin de la cosa
juzgada; a saber: El tercero inciso 2, referente a los efectos relativos de la sentencia;
el noveno inciso 2, que consigna la restriccin de los efectos que producen las leyes
interpretativas respecto de las sentencias que hubieren sido dictadas con anterioridad
a la dictacin de stas; los artculos trescientos quince y siguientes que contemplan en
forma excepcional la cosa juzgada absoluta respecto de los asuntos sobre estado civil
de las personas; el artculo novecientos dos que establece el derecho del poseedor del
inmueble, en caso de ejercer la accin reivindicatoria, para continuar gozando de ste
hasta que la sentencia definitiva pase en autoridad de cosa juzgada; el mil seiscientos
seis que establece el derecho de deudor para retirar la consignacin mientras sta no




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haya sido aceptada por el acreedor o declarado suficiente el pago por sentencia que
tenga la fuerza de cosa juzgada; mil seiscientos ochenta y siete que establece el
derecho de las partes para ser restituidas al mismo estado en que se hallaban si no
hubiere existido el acto o contrato nulo a partir del instante que adquiera fuerza de
cosa juzgada la sentencia que se pronuncia acerca del vicio; dos mil doscientos
cincuenta y seis que establece, como regla general, la imposibilidad del secuestre de
exonerarse de su cargo mientras no recaiga sentencia de adjudicacin pasada en
autoridad de cosa juzgada respecto del bien secuestrado; dos mil trescientos cincuenta
y cuatro que otorga el carcter de excepcin real a la cosa juzgada para los efectos
que sta sea opuesta por el fiador respecto del acreedor; dos mil cuatrocientos
cincuenta y cinco, que establece la nulidad de la transaccin si al tiempo de celebrarse
esta el litigio estuviere terminado por sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada y
ambas partes o una de ellas hubiere tenido conocimiento de ello al tiempo de transigir;
y dos mil cuatrocientos sesenta, el cual establece que la transaccin produce el efecto
de cosa juzgada en ltima instancia.

Sobre el particular es interesante advertir que el Cdigo utiliza diversas voces o
giros para referirse a la institucin, a saber:

i.- "fuerza o autoridad de cosa juzgada" (arts.316, 902, 1606, 1687, 2256 y 2455).

ii.- "efecto de cosa juzgada" (art.2460).

iii.- "excepcin de cosa juzgada" art.2354).


C.- CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL

Es en este cuerpo legal donde se haya contemplada con mayor profundidad la
institucin de la cosa juzgada. No se encarga ste de definir la institucin, pero al
finalizar el Ttulo XVII del Libro I, que trata de las resoluciones judiciales, contiene
diversos artculos destinados a regular en forma ms o menos sistemtica esta
materia.

En efecto, el artculo 174 determina cuando se entiende firme o ejecutoriada una
resolucin; el 175 expresa que ciertas resoluciones, las sentencias definitivas e
interlocutorias, producen la accin o excepcin de cosa juzgada; el 176 trata de la
accin de cosa juzgada; a quien corresponde y su objeto; el 177 consigna normas
acerca de la excepcin de cosa juzgada, sealando a quienes compete alegarla y sus
requisitos; el 178 se refiere a la eficacia en los juicios civiles de las sentencias
condenatorias dictadas en proceso criminal; el 179 legisla sobre la cosa juzgada en
materia civil, de las sentencias penales que absuelvan de la acusacin o que ordenen
el sobreseimiento definitivo; el 180, complementario de los dos anteriores, refuerza la
cosa juzgada que produce la sentencia dictada en un juicio penal respecto del juicio
civil; y el 181 reglamenta la ejecutoriedad e irrevocabilidad de los autos y decretos
firmes.

Los artculos siguientes, 182 a 185 inclusive, aunque no aluden a la cosa juzgada
misma tratan, sin embargo, de cierto efecto de las sentencias definitivas e
interlocutorias que le es afn: el desasimiento del tribunal. El inciso 1 del artculo 182
establece en forma general el efecto de desasimiento y sus excepciones; y los dems
preceptos indican la forma de hacer efectivas estas excepciones, mediante la facultad
del tribunal para rectificar o aclarar de oficio un fallo o la facultad de las parte para




18


interponer los recursos correspondientes, entre ellos sin plazo el llamado recurso de
aclaracin, rectificacin o enmienda.

Otros mandatos de este cuerpo de leyes, tocan a travs de su texto, de modo
expreso y persistente, la institucin que nos preocupa. As, el art.304, la contempla
como excepcin mixta o anmala en el juicio ordinario; el 310, como excepcin
perentoria que puede oponerse en cualquier estado del juicio ordinario, con ciertas
limitaciones; el 464 N18, la contempla como excepcin en el juicio ejecutivo de mayor
cuanta; el 478 se refiere a la cosa juzgada que produce en el juicio ordinario la
sentencia recada en el juicio ejecutivo; el 768 N 6, la contempla como causal del
recurso de casacin en la forma, y el 810 N 4, la contempla como causal del recurso
de revisin de una sentencia firme.

D.- CODIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL

Este cuerpo legal -al que ya nos referimos antes- no se ha encargado de
reglamentar en forma sistemtica la institucin, sino que slo contiene disposiciones
aisladas destinadas a complementar algunas de las establecidas en el Cdigo de
Procedimiento Civil o a sealar los efectos y la forma en que ella debe hacerse valer
dentro del proceso penal.

Se refiere el Cdigo de Procedimiento Penal a la cosa juzgada en los siguientes
preceptos: 3, que establece que la ejecucin de las sentencias pronunciadas en los
procesos criminales se efectuar en la forma que para cada caso indica el Cdigo
Penal; 13, que complementa los artculos 178 y 180 del Cdigo de Procedimiento Civil
referentes a la cosa juzgada que produce la sentencia condenatoria en el proceso
civil;42, inciso segundo, que contempla la imposibilidad de la doble persecucin penal
por el mismo hecho respecto de un mismo imputado; 378 N4, que establece el
trmino de la responsabilidad del fiador en caso de recaer en el juicio sentencia firme
de sobreseimiento o absolucin; 408 N7 que establece la cosa juzgada como una de
las causales para decretar el sobreseimiento definitivo; 418, el cual establece que el
sobreseimiento total y definitivo pone trmino al juicio y tiene la autoridad de cosa
juzgada; 433 N4 que establece la cosa juzgada como una excepcin de previo y
especial pronunciamiento; 501, el cual proscribe la absolucin de la instancia en
nuestro proceso penal; 539, el cual establece que la sentencia de trmino condenatorio
en proceso por crimen o simple delito no tiene la fuerza de cosa juzgada mientras dure
el plazo para formalizar el recurso de casacin y 541 N11, que establece como causal
del recurso de casacin en la forma el vicio de haber sido dictada una sentencia en
oposicin a otra pasada en autoridad de cosa juzgada.

E.- CODIGO PROCESAL PENAL.

El Cdigo Procesal Penal se refiere a la cosa juzgada en los siguientes preceptos: Art.
1 inc.2, que contempla su existencia al establecer que la persona condenada,
absuelta o sobreseda definitivamente por sentencia ejecutoriada, no podr ser
sometida a un nuevo procedimiento penal por el mismo hecho; Art 13, que regula el
efecto en Chile de las sentencias penales de tribunales extranjeros; Art. 251, el cual
establece que el sobreseimiento definitivo pone trmino al procedimiento y tiene la
autoridad de cosa juzgada; art 264 letra c) que contempla la cosa juzgada como
excepcin de previo y especial pronunciamiento; art. 374 letra g) que contempla como
causal o motivo absoluto para deducir el recurso de nulidad que la sentencia hubiere
sido dictada en oposicin a otra sentencia criminal pasada en autoridad de cosa
juzgada; artculo 473 letra d) que permite la revisin de sentencias condenatorias




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firmes por crimen o simple delito dictadas contra otras pasadas en autoridad de cosa
juzgada; y los preceptos del titulo VIII del Libro IV que se refieren a la ejecucin de las
sentencias condenatorias y medidas de seguridad.


V.- RANGO

La independencia de los jueces en el ejercicio de las funciones que les han sido
asignadas y su libertad frente a todo tipo de interferencia de cualquier otro detentador
del poder, constituye la piedra final en el edificio del Estado democrtico constitucional
de derecho. La ratio de la independencia judicial no necesita ninguna explicacin: s el
juez no est libre de cualquier influencia o presin exterior, incluso de aquella que
prevenga de sus superiores jerrquicos, no podr administrar justicia imparcialmente
segn la ley.

La independencia tradicional de los jueces tiene un significado personal y funcional.
Personal, en cuanto el juez cualquiera que haya sido el mtodo de su designacin, no
podr ser destituido de su cargo salvo por violacin de sus deberes judiciales. (Base
orgnica de la inamovilidad contemplada en nuestro ordenamiento jurdico en el art.77
de la Constitucin). Funcional, en cuanto el juez en el cumplimiento de su tarea, tiene
que estar libre de influencias e intervenciones extraas, tanto si provienen del
gobierno, del parlamento, del electorado, de la opinin pblica o, como ya se dijo, de
sus superiores jerrquicos.

Adems, el principio de la independencia judicial conduce inevitablemente a la
exigencia de que los tribunales ordinarios detenten el monopolio de la jurisdiccin. Esto
no supone tan slo la ilegalidad de todos los tribunales excepcionales, siempre y
cuando en la Constitucin no estn expresamente previstos como especiales, sino que
excluye tambin todas las funciones judiciales por parte del gobierno y del parlamento.

Este principio de la independencia del Poder Judicial se encuentra establecido en el
inciso 1 del art.73 de la Constitucin, ya citado y es reafirmado en el art.12 del C.O.T.
al establecer que "el Poder Judicial es independiente de toda otra autoridad en el
ejercicio de sus funciones".

"Cuando se prohbe la intervencin en lo judicial del Presidente de la Repblica y el
Congreso se excluye, lgicamente, con eso mismo de tal funcin a todas las
autoridades que dependen de uno o de otro.

"Y lo que se prohbe es: a) "Ejercer funciones judiciales", especialmente juzgar
causas civiles o criminales; b) "Avocarse causas pendientes, o sea, pasar a conocerlas
sin tener para ello atribuciones; c) "revisar los fundamentos o contenidos de sus
resoluciones"; y d) "revivir procesos fenecidos", o sea, reabrirlos despus de haber
sido fallados por sentencias de trmino" o ms bien, por sentencia final.

"En consecuencia, la cosa juzgada tiene rango constitucional en nuestro
ordenamiento jurdico, puesto que el art.73 de la Carta Fundamental prohbe en
trminos absolutos al Presidente y al Congreso "hacer revivir procesos fenecidos" y es
indudable que la prohibicin alcanza a la ley, dado que dichas autoridades no pueden
reabrir un proceso concluido, ni por acto separado ni por accin conjunta que se
exterioriza por medio de la ley".






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VI. FUNDAMENTO

"Se dice habitualmente que la cosa juzgada es un instituto de razn natural o de
derecho natural, impuesto por la esencia misma del derecho y sin el cual ste sera
ilusorio; sin l la incertidumbre reinara en las relaciones sociales y el caos y el
desorden seran lo habitual en los fenmenos jurdicos. Los glosadores llevaron esta
nocin hasta sus exageraciones mximas. Es famoso el dstico de Scaccia: La cosa
juzgada hace de lo blanco, negro; origina y crea las cosas, transforma lo cuadrado en
redondo; altera los lazos de la sangre y cambia lo falso en verdadero".

"Esta justificacin no es absoluta. Es verdad que en el sistema del derecho la
necesidad de certeza es imperiosa; el tema de la impugnacin de la sentencia no es
otra cosa que una lucha entre las exigencias de verdad y las exigencias de certeza.
Una manera de no existir el derecho sera la de que no se supiere nunca en que
consiste.

"Pero la verdad es que an siendo esto as, la necesidad de firmeza debe ceder, en
determinadas condiciones, ante la necesidad de que triunfe la verdad. La cosa juzgada
no es de razn natural. Antes bien, la razn natural parecera aconsejar lo contrario:
que el escrpulo de verdad sea ms fuerte que el escrpulo de certeza; y que siempre
en presencia de una nueva prueba o de un nuevo hecho fundamental antes
desconocido, pudiera recorrerse de nuevo el camino andado para reestablecer el
imperio de justicia.

"El concepto de cosa juzgada existente en nuestros pases no ha dominado en toda
la historia del derecho; ni en la actualidad rige en forma igual en todos los pases; y ni
siquiera puede afirmarse que exista un concepto nico que rija en todas las ramas del
derecho procesal.

"En efecto: el derecho romano tuvo de la cosa juzgada una nocin distinta de la
actual, dado el carcter rigurosamente privado de su proceso; ms que la conclusin
del juicio por cosa juzgada, en el derecho procesal romano interesaba su iniciacin por
la "litiscontestatio"; ciertas investigaciones practicadas sobre el primitivo derecho
procesal noruego han demostrado que el instituto de la cosa juzgada era desconocido
y que siempre en presencia de un nuevo elemento de conviccin era posible rever el
proceso ya decidido; el derecho espaol y el derecho colonial americano no tenan de
la cosa juzgada una nocin tan enrgica como la actual: Las partidas admitan la
revocacin en cualquier tiempo de la sentencia dada contra el patrimonio del Rey, y en
el Espculo la cosa juzgada tena un acento tan dbil que el juicio poda ser revocado
dentro de un plazo de 20 aos, si el anterior haba sido decidido por falsos testigos o
falsos documentos; los plazos de ejecutoriedad de las Leyes de Indias se contaban por
meses y aos y no por das; el derecho angloamericano tiene sobre esta materia una
concepcin enteramente distinta del derecho continental europeo, ya que en l la
sentencia hace cosa juzgada inmediatamente de dictarse sin perjuicio de su revisin
posterior; en el derecho penal la cosa juzgada no existe en su sentido de
inmutabilidad, o sea como impedimento de revisar un proceso concluido ante la
presencia de un nuevo elemento fundamental de conviccin; en el contencioso
administrativo el ejercicio normal de recursos no obsta a la revisin en la va ordinaria
de las decisiones finales de la administracin; tampoco existe una cosa juzgada en la
jurisdiccin voluntaria; etc.

"La cosa juzgada es, en resumen, una exigencia poltica y no propiamente jurdica:
no es de razn natural sino de exigencia prctica".




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"Sin embargo, la evolucin legislativa nos ha llevado en la actualidad hacia el
establecimiento de la cosa juzgada como una necesidad casi natural destinada a
asegurar de que la sentencia obtenida a travs del proceso resuelva de una vez por
todas y para siempre el conflicto sometido a la decisin del rgano jurisdiccional. "Este
pasaje en cosa juzgada de la sentencia significa que en un determinado momento la
declaracin de certeza del juez se hace legalmente indiscutible: no vale ya por la
exactitud ni por la fuerza persuasiva de su motivacin lgica, sino que vale porque la
misma constituye, como la ley de la cual es individualizacin, un acto oficial, esto es,
un mandato de autoridad".

El mismo sentido le ha otorgado nuestra jurisprudencia al sealar "la fuerza de cosa
juzgada es de la esencia misma de toda sentencia cualquiera sea el juicio en que se
haya dictado y el tribunal que la expida y que ella obedece a una finalidad de orden
pblico y est destinada tanto a evitar la repeticin de las mismas controversias, como
a establecer la inmutabilidad de los fallos, es decir, la fijeza de la interpretacin judicial
al caso concreto, puesto que si as no fuere, se destruira el fundamento mismo del
orden legal; los juicios careceran de objeto si no se consiguiera la inmutabilidad de los
derechos declaratorios por los tribunales; y la justicia no cumplira su misin esencial
de producir el estado de certeza que requiere la tranquilidad social.


VII. VINCULACIONES

La cosa juzgada es una institucin que se encuentra omnipresente a lo largo del
estudio de todo el Derecho Procesal y presenta por ello estrechas vinculaciones con
diversas instituciones de ste, revistiendo particular importancia las que tiene con la
jurisdiccin y el proceso.

A. JURISDICCION

La actividad de dirimir conflictos y decidir controversias es uno de los fines primarios
del Estado. Sin esa funcin, el Estado no se concibe como tal. Privados los individuos
de la facultad de hacerse justicia por su mano, el orden jurdico les ha investido del
derecho de accin y al Estado del deber de la jurisdiccin.

El objeto propio de la jurisdiccin es la cosa juzgada, por lo que sta constituye uno
de los elementos de la esencia de la misma. El carcter de irreversible que otorga a las
decisiones judiciales la autoridad de la cosa juzgada no se encuentra presente en
ninguno de los otros modos de actuacin del poder pblico. Una Constitucin puede
ser sustituida por otra Constitucin; una ley puede ser derogada por otra ley; en
general, un acto administrativo puede ser revocado por otro acto administrativo; un
acto jurdico privado puede ser modificado y reemplazado por otro acto jurdico; pero
una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, no puede ser sustituida,
derogada ni revocada por otra sentencia.

Por ello la cosa juzgada es, en este orden de elementos, la piedra de toque del acto
jurisdiccional. Donde hay cosa juzgada hay jurisdiccin y donde no hay cosa juzgada
no existe funcin jurisdiccional.

La largusima polmica acerca de los elementos diferenciales entre la jurisdiccin y
la administracin, culmina en esta peculiaridad de la cosa juzgada, propia y especfica
de la jurisdiccin. Este criterio ha sido sustentado en forma reiterada por nuestra




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jurisprudencia al sealar que: "el expediente de jubilacin no constituye una causa
civil y criminal y el decreto que lo resuelve no es sentencia, por lo que no puede
sostenerse que la contribucin que lo rebaja constituye un atentado contra la cosa
juzgada"; "no producen cosa juzgada las resoluciones dictadas en un sumario
administrativo porque no son sentencias judiciales; en consecuencia, nada obsta para
que en el juicio civil se presenten pruebas contrarias a aquellas o con los hechos que
le sirven de fundamento, sin perjuicio de que la propia sentencia o el sumario sirvan
como prueba si ello es procedente"; y "el valor de la cosa juzgada que pueda
corresponder a las liquidaciones expedidas por autoridades administrativas no se rige
por las reglas del Cdigo de Procedimiento Civil que slo comprende las sentencias
judiciales".

Considerando este problema en sentido teleolgico, la observacin de que la cosa
juzgada es un fin de la jurisdiccin resulta limitativa de los propios fines del Estado.
Esto es as, porque la cosa juzgada por s misma no se justifica, su singular energa
vale como medio y no como fin.

El fin no es, por supuesto, la inmutabilidad, lo es justicia, la paz, el orden, la
seguridad, es decir, los valores a los cuales el derecho accede y sirve.


B.- PROCESO

La funcin jurisdiccional tiende a resolver los conflictos suscitados en la sociedad
con eficacia de cosa juzgada en vista de la necesidad de certeza que debe existir en el
derecho. "Sin embargo, para obtener la eliminacin de los conflictos mediante los
juicios de autoridad que emiten quienes ejercen la funcin jurisdiccional se requiere
que ste se manifieste no con cualquier criterio y mediante cualquier procedimiento.
Para asegurar una paz sentida se necesita que la decisin del rgano jurisdiccional
sea el fruto de un proceso previo, en que la real situacin de hecho pueda ser
reconstituida y calificada jurdicamente, y los medios de impugnacin de las sentencias
sean limitados de manera tal que exista un instante en que no se pueda iniciar un
proceso posterior sobre idntico conflicto.

Esta secuencia o serie de actos que constituyen el proceso tienden a
desenvolverse progresivamente con el objeto de obtener un juicio de la autoridad
jurisdiccional, inmutable, que resuelva de una vez y para siempre el conflicto suscitado
entre las partes. Por ello se dice que la cosa juzgada es el fin del proceso. Este apunta
hacia la cosa juzgada como hacia un fin natural. La idea de proceso es teleolgica y
apunta necesariamente hacia la obtencin, a travs de l, de una decisin del conflicto
mediante un fallo que adquiera la autoridad de cosa juzgada.

Si el proceso no culmina en cosa juzgada, ste es solo procedimiento.

La necesidad de la existencia de un proceso previo para que se genere la cosa
juzgada ha sido reconocida por nuestra Corte Suprema al declarar que "para que se
produzca la cosa juzgada es preciso que la sentencia haya sido dictada en forma legal,
o sea, sin contrariar los preceptos de orden pblico que reglan la tramitacin de los
juicios y que "el efecto de la cosa juzgada no puede hacerse extensivo a las personas
que no tomaron parte en la relacin procesal por no haber sido legalmente
emplazadas".





23


Por lo dems, la Constitucin de 1980 contempla entre las que podramos llamar
"garantas procesales" la exigencia de un debido proceso que culmine en una
sentencia.

VIII. CARACTERES

a.- La cosa juzgada es un atributo o cualidad privativa de ciertos actos
jurisdiccionales cuando llegan al estado que la ley exige. Producen cosa juzgada
las sentencias definitivas e interlocutorias firmes o ejecutoriadas (art.175 Cdigo de
Procedimiento Civil).

b.- La cosa juzgada sustituye la voluntad de las partes del conflicto en la
solucin de ste. Cuando las partes son incapaces de resolver sus diferencias, el
Estado, a travs de los jueces, se sustituye a su voluntad resolvindoselos. De all que
en esta parte la definicin de Chiovenda de la jurisdiccin sea exacta.

El procesalista italiano expresa que la jurisdiccin es la funcin del Estado que tiene
por fin la actuacin de la voluntad concreta de la ley mediante la sustitucin de la
actividad de los rganos jurisdiccionales a la de los particulares u otros rganos
pblicos, sea al afirmar la existencia concreta de la voluntad de la ley , sea al hacerla
prcticamente efectiva.

c.- La cosa juzgada otorga certeza en las relaciones jurdicas. Mediante la cosa
juzgada la incertidumbre del Derecho se transforma en la certeza de la sentencia. El
legislador debi escoger entre la certeza absoluta y la posible correccin del error
judicial. Se inclin por la certeza, la que se desprende de la propia definicin de la cosa
juzgada. Ejemplo de esta caracterstica es el art.333 del C.O.T. referente a los efectos
de la sentencia de responsabilidad criminal o civil de un juez que no altera lo resuelto
por l en el proceso.

La excepcin a este principio lo constituye el llamado recurso de revisin que tanto
en materia civiles como penales (all solo se llama "revisin"), permite
extraordinariamente revisar lo resuelto por sentencia que se encuentran ejecutoriadas.

d.- La cosa juzgada es relativa. La relatividad de la cosa juzgada significa que ella
slo afecta a las partes que hubieren formado parte de la relacin procesal en el cual
se hubiere dictado la sentencia que la genera.

La relacin procesal es el vnculo jurdico que une a las partes entre s y a ellas con
el tribunal y cuyos efectos principales son colocar al tribunal imperativamente en la
situacin de dictar sentencia y a las partes a pasar por lo que l resuelva en definitiva.
En virtud de la relacin procesal quedan las partes ligadas entre s y con el tribunal una
vez que se ha generado la litispendencia y las obliga a permanecer unidas hasta la
resolucin de conflicto. Es lgico, entonces, que estas relaciones recprocas se
produzcan exclusivamente entre las partes que concurrieron al juez solicitndole la
resolucin del conflicto, y por ello, la cosa juzgada que de l deriva slo a ellos ha de
obligar y no a terceros extraos. As lo entenda ya el seor Francisco Vargas
Fontecilla en el art.19 de su Proyecto de Cdigo de Procedimiento Civil, al definir de la
siguiente manera los efectos que acarrea para las partes la formacin de la relacin
procesal: "trababa que sea una contienda judicial, queda celebrado entre las partes un
cuasicontrato, en virtud del cual todas ellas estarn obligados a seguir el juicio hasta
su conclusin, a cumplir todos los deberes que las leyes imponen a los litigantes, a
pagar las costas y multas, y a pasar por lo que en definitiva resolvieren los tribunales




24


que del mismo juicio conocen". Este artculo fue suprimido del Cdigo, no por
inexacto, en los efectos contemplados sino porque contena premisas doctrinarias que
se juzgaron innecesarias en un texto positivo. Debe hacerse notar que a la poca
imperaba sin contrapeso en la doctrina y en la jurisprudencia la explicacin del proceso
como "cuasicontrato de litis contestatio".

Debemos dejar en claro que entendemos por partes en el proceso no solamente al
demandante y demandado, que el Cdigo de Procedimiento Civil tambin llama partes
directas en su art.23, sino que tambin a las llamadas partes indirectas, como son los
terceros coadyuvantes, excluyentes o independientes a quienes la ley da derecho para
intervenir en el juicio por tener inters actual en sus resultados esto es, en razn de
tener comprometido un derecho y no una mera expectativa, salvo que la misma ley
autorice especialmente su intervencin fuera de estos casos. (art.23 inc.2 del C.P.C.).

La relatividad de la cosa juzgada arranca de la doctrina clsica de origen romano y
se encuentra contemplada expresamente en el inciso segundo del artculo 3 de
nuestro Cdigo Civil al establecer que "las sentencias judiciales no tienen fuerza
obligatoria sino respecto de las causas en que actualmente se pronunciaren".

Sin embargo, "existen dentro de nuestra legislacin casos en que la cosa juzgada
tiene el carcter de absoluta, o sea, casos en que las sentencias judiciales producen
sus efectos no slo respecto de las personas que han intervenido en el juicio, sino
respecto de todo el mundo. Como ejemplo podemos citar los artculos 315, 1246 y
2513 del Cdigo Civil.

"En conformidad al art.315 del Cdigo Civil, el fallo judicial que declara verdadera o
falsa la legitimidad del hijo, no slo vale respecto de las personas que han intervenido
en el juicio, sino respecto de todos, relativamente a los efectos que dicha ilegitimidad
acarrea. Y en conformidad al inciso segundo del mismo artculo idntica regla deber
ser aplicada al fallo que declara ser verdadera o falsa una maternidad que se impugna.
El art.316 del Cdigo Civil condiciona, sin embargo, los efectos generales de los
expresados fallos a la concurrencia de los siguientes requisitos:


a) Que los fallos hayan pasado en autoridad de cosa juzgada.

b) Que se hayan pronunciado contra legtimo contradictor, y

c) Que no haya habido colusin en juicio.

"El art. 1246 del Cdigo Civil, por su parte, dispone que el que a instancia de un
acreedor hereditario o testamentario ha sido judicialmente declarado heredero, o
condenado como tal, se entender serlo respecto a los dems acreedores, sin
necesidad de nuevo juicio. En conformidad al inciso 2 del mismo artculo, la misma
regla se aplica a la declaracin judicial de haber aceptado pura y simplemente o con
beneficio de inventario.

"Por ltimo, el art.2513 del Cdigo Civil da otro ejemplo al expresar que la sentencia
judicial que declara una prescripcin har las veces de escritura pblica para la
propiedad de bienes races o de derecho reales constituidos en ellos; pero no valdr
contra terceros sin la competente inscripcin.





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"Estos casos, sin embargo, son de excepcin. La regla general es la relatividad
de la cosa juzgada. para que esta ltima tenga en nuestra legislacin el carcter de
absoluta, se requiere de un texto legal expreso que as lo establezca".

e) La cosa juzgada es renunciable

Esta es una de las caractersticas interesantes que de acuerdo a lo sustentado por
la doctrina presenta la cosa juzgada.

La cosa juzgada es renunciable siguiendo en ello la regla general contenida en el
art.12 del Cdigo Civil.

La renuncia puede ser expresa o tcita. Es expresa aquella que se hace
formalmente, de modo terminante y manifiesto. Es tcita, cuando la cosa juzgada no
se invoca en la forma y oportunidades previstas por la ley.

En esto consiste una de las tantas paradojas de la cosa juzgada, puesto que siendo
ms vigorosa que cualquier norma de orden jurdico, es al mismo tiempo tan frgil que
puede modificarla un simple acuerdo de particulares, en cuanto a los derechos y
obligaciones en ella atribuidos.

Pensamos sin embargo, que el acto abdicativo de la cosa juzgada es vlido
siempre que se realice una vez que ella se haya generado; pero adolecera de nulidad
en caso que las partes lo realicen antes que sentencia se encuentre firme o
ejecutoriada.

En efecto, como lo ha establecido la jurisprudencia encontrndose el proceso en
tramitacin las normas que lo regulan "en cuanto establecen garantas encaminadas al
resguardo de los derechos del acreedor o del deudor, son leyes de orden pblico y, por
tanto, irrenunciables. Pero afinado que se encuentre el proceso los derechos que ste
genera se incorpora al patrimonio de las partes, sin que la renuncia acerca de estos
importen ya un menoscabo a las garantas que a travs de las leyes se otorgan dentro
de ste.

Por su propia naturaleza y transcendencia seria tal vez lgico que ella pudiera
mediante la aplicacin del principio inquisitivo, ser declarada de oficio por los
tribunales
5
.

f.- La Cosa Juzgada es irrevocable.

Ello significa que el mandato que emana de la sentencia, una vez firme, no puede
ser modificado o dejado sin efecto de manera alguna.

Ni el Poder Ejecutivo ni el Poder Legislativo tiene autoridad para modificar la
situacin jurdica que ha establecido la sentencia respecto de las partes intervinientes
en el proceso conforme a lo prescrito en los art.7 y 73 de la Constitucin Poltica del
Estado.

Este principio se desarrolla en el art.9 del Cdigo Civil al establecer que :la ley slo
puede disponer para lo futuro, y no tendr jams efecto retroactivo.

5
.-Ver conferencia de Mario Mosquera Ruz acerca "La Seguridad Jurdica y el Derecho Procesal publicada por la Facultada de
Derecho. Coleccin Sumarios N 6.




26



Sin embargo, las leyes que se limitan a declarar el sentido de girar leyes se
entendern incorporadas en stas; pero no afectarn en manera alguna los efectos de
las sentencias judiciales ejecutoriadas en el tiempo intermedio.

"Podra argirse que la solucin del art.9 no es atinada porque la voluntad del
legislador tal como lo da a conocer la ley interpretativa exista y; con arreglo a ella,
esos derechos deban haberse adquirido; pero el hecho es que la voluntad del
legislador se prestaba a dudas y la sentencia judicial al aplicar la ley lleva una garanta
de estabilidad que pone trmino a toda discusin o variacin ulterior. Los derechos
declarados en la sentencia quedan firmes e invulnerables, aunque hayan sido
declarados en contradiccin a la verdadera voluntad del legislador, porque pasado ya
en autoridad de cosa juzgada, ejecutoriada ya la sentencia, no es posible volver a abrir
el pleito y la excepcin de cosa juzgada puede ser alegada".

Por otra parte, debemos tener presente que concluido el proceso por sentencia
ejecutoriada el resto de los tribunales podran avocarse al conocimiento del asunto si
las partes no opusieren la excepcin de cosa juzgada, puesto que la prohibicin se
establece para stos slo respecto de las causas pendientes ante otros tribunales al
sentarse la base orgnica del poder judicial de la inavocabilidad en al art.8 del C.O.T.
En tal caso, nos podramos encontrar ante dos fallos ejecutoriados que resuelven de
distintas maneras un conflicto idntico. Para dar una solucin a dicho problema de rara
ocurrencia, el legislador estableci la accin de revisin en el N4 del art.810 del
C.P.C., en el cual opta tambin por mantener la irrevocabilidad de la cosa juzgada que
emana del fallo pronunciado en el proceso primitivamente afinado.

g) La Cosa Juzgada es inmutable

La cosa juzgada es inmutable en cuanto la ley impide todo ataque ulterior tendiente
a obtener la revisin de la sentencia de la cual esta emana: "non bis in eadem". Si
llegare a promoverse un proceso con tal objeto el podra ser detenido en su comienzo
con la invocacin de la cosa juzgada esgrimida en forma de excepcin.

A partir de la ejecutoriedad del fallo dictado en un proceso, la cosa juzgada que
ste genera producir efectos permanentes que impedirn, sin importar el lapso de
tiempo que transcurra, que vuelva a discutirse acerca de dicho conflicto.

La imprescriptibilidad de la cosa juzgada "se explica por el fundamento mismo de la
prescripcin extintiva. Esta procura consolidar un estado de hecho contrario al
derecho, cuando el que tiene el poder jurdico de obrar para que se opere dicho
cambio, no lo ha ejercido dentro de cierto espacio de tiempo, contemplado por la ley.
Se funda en la necesidad de eliminar el inconveniente que para la sociedad se derivan
de la inercia de los particulares, dando as, certidumbre al derecho y haciendo jurdico
un estado de hecho defectuoso.

No se halla en este caso la excepcin de cosa juzgada. Quien tiene derecho de
hacerla valer, no necesita realizar acto alguno encaminado a la conservacin de su
derecho. Su falta de actividad no puede dar margen a la presuncin de que es su
nimo renunciar a la ventaja que ella significa. Mientras no sea provocado a un juicio
en que se sostengan pretensiones incompatibles con lo resuelto anteriormente, no ha
podido poner en juego su excepcin.





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Por otra parte, la excepcin no concede poder jurdico alguno para perseguir el
cambio de un estado de cosas, que sea contrario al derecho. Antes bien, ella sirve
para impedir que se pretenda introducir cualquiera modificacin en un estado que por
el fallo judicial, ha sido reconocido conforme a derecho.
6



IX. RESOLUCIONES JUDICIALES QUE GENERAN LA COSA
JUZGADA EN NUESTRO DERECHO.

El art.175 de nuestro C.P.C. se encarga de establecer en forma cierta y categrica
las resoluciones que generan la cosa juzgada en nuestro Derecho al disponer que "las
sentencias definitivas e interlocutorias firmes producen la accin de cosa juzgada.

De lo prescrito en la citada norma se desprende que dos son los requisitos que
deben concurrir en forma copulativa para que nos encontremos ante una resolucin
que produzca cosa juzgada, a saber" 1.- Que la resolucin tenga la naturaleza jurdica
de sentencia definitiva o interlocutoria;
7
y 2.- Que ellas se encuentran firmes o
ejecutoriadas.

No se necesita efectuar anlisis alguno de tales requisitos ya que ellos han sido
objeto de mltiples enfoques en profundidad durante el curso de la ctedra.

Sin embargo, nos referiremos a un aspecto no analizado hasta ahora: Si las
sentencias pronunciadas por los tribunales extranjeros requieren para generar la
excepcin de cosa juzgada de la autorizacin previa o "exequatur" que exigen los
arts.244 y siguientes del C.P.C..-

Algunos, como don Fernando Alessandri, sostienen que para oponer en un proceso
que se instruye en nuestro pas la excepcin de cosa juzgada que emana de una
sentencia pronunciada por tribunales extranjeros, es necesario recabar la
correspondiente autorizacin de la Corte Suprema porque "las mismas razones que
existen para exigir tal autorizacin para que proceda en Chile el cumplimiento de
sentencias extranjeras, existen para exigirla cuando se quiera oponer la excepcin de
cosa juzgada que resulta de ellas. Tanto en la accin de cosa juzgada como en la
excepcin, se pide que se reconozcan en Chile los efectos de una sentencia
extranjera".

El art. 244 que prescribe el exequatur se refiere a toda sentencia extranjera, no slo
s procede de un pas con el cual Chile tiene tratado sobre la materia ni respecto del
cual pueda invocar la reciprocidad, sino tambin cuando procede de ellos, pues ese
precepto alude expresamente a todos los casos "a que se refieren los artculos
procedentes, y stos son tanto el art. 242 como el 239 y el 240.


6
Debemos hacer presente que se ha sealado tambin como caracterstica de la cosa juzgada que ella es imprescriptible y
debe alegarse por el litigante que haya obtenido en el juicio y por todos aquellos a quienes aprovecha el fallo, Puede alegarse
cada vez que se quiera reiniciar un juicio con un objeto procesal ya resuelto con eficacia de cosa juzgada, cualquiera sea el tiempo
transcurrido desde el pronunciamiento de la sentencia. Al formular la excepcin se deber expresar determinadamente la
sentencia en que ella se funda, debiendo probar su existencia con copia del fallo firme o ejecutoriado que sirve de base a la
excepcin. Si no se acreditan los supuestos de hecho con las copias de la sentencia, la excepcin debe ser desestimada. .
Alejandro Romero Seguel. La Cosa Juzgada en el Proceso Civil Chileno. Pgs 87. Editorial Jurdica de Chile. Mayo 2002.

7
En este sentido se ha declarado que producen excepcin de cosa juzgada tanto las sentencias absolutorias como
condenatorias, puesto que lo que se pretende por el legislador es la solucin definitiva del conflicto, nica forma de provocar la
certeza jurdica. C. Sup.6.12.1990.R.D.J. Tomo LXXXVII Sec. 1 Pg.214.




28


"Una sentencia fornea, por emanar de un poder pblico extranjero, es un nada
jurdico, un simple hecho y, por lo tanto, no produce ningn efecto mientras no ha sido
reconocida, vale decir, mientras no ha obtenido el exequatur.

"La eficacia de la cosa juzgada debe estimarse como el principal y general efecto
de las sentencias, de la cual la ejecucin material resulta un aspecto o una derivacin.
Tanto la fuerza ejecutiva como la fuerza de cosa juzgada son, pues, aspectos de la
eficacia de una sentencia. En ambos casos se trata que los pronunciamientos en
derecho de un juez extranjero obliguen al juez donde se invoca la sentencia. Reducir el
exequatur nicamente al aspecto de la ejecucin de la sentencia sera reducir el
problema a la parte menos importante, porque como ya lo hemos mencionado, lo ms
esencial es la cosa juzgada que en realidad es el conjunto de eficacia de una
sentencia.

"El valor de cosa juzgada es relevante no slo bajo el aspecto negativo, en cuanto
el mismo da lugar a una excepcin, sino tambin bajo un aspecto positivo, en cuanto
obliga al juez a reconocer la existencia del fallo en todos sus pronunciamientos,
debiendo entenderse por autoridad de cosa juzgada la eficacia definitiva y obligatoria
de la declaracin de derecho en ella contenida. As es como debe entenderse que
procede estimar la cosa juzgada a los efectos de la indispensabilidad del exequatur.

"Sin embargo, se ha credo que los preceptos del Prrafo II del Ttulo X del Libro I
del C.P.C. se refieren slo a la accin de la cosa juzgada, tal vez porque el art.242
habla de "ejecucin de resoluciones extranjeras".

Pero el art. 243, al disponer que si no existen tratados relativos a esta materia con
la nacin de que procedan las resoluciones, se les dar la misma fuerza que en ellas
se d a los fallos pronunciados en Chile y como una sentencia pronunciada en Chile
produce la fuerza de cosa juzgada, como accin y excepcin, es lgico concluir que
toda esta materia queda comprendida en el prrafo aludido, y por ende, si se
pretendiere declarar la eficacia de la excepcin de cosa juzgada, es obvio que la Corte
Suprema no podra negar el exequatur".

Para otros, como Hugo Pereira Anabaln, para resolver el problema es menester
distinguir dos situaciones:

1 Si la sentencia ha sido pronunciada por tribunales de Estados que han aceptado
y puesto en vigor el Cdigo de Derecho Internacional Privado anexo a la Convencin
que sobre la materia se suscribi en la Sexta Conferencia Internacional Americana de
La Habana de 1928.

En este caso debe aplicarse el art.396 del citado Cdigo que expresa: "La
excepcin de cosa juzgada que se funde en sentencia de otro Estado contraparte, slo
podr alegarse cuando se haya dictado la sentencia con la comparecencia de las
partes o sus representantes legtimos, sin que se haya suscitado cuestin de
competencia del tribunal extranjero basado en disposiciones de este Cdigo".

Concurriendo tales circunstancias, puede oponerse libremente la excepcin de cosa
juzgada sin necesidad de previa autorizacin dada por el Tribunal Supremo, pues el
precepto transcrito no la exige y nada hay en la legislacin de Chile que ste en
desacuerdo con l.





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2 Si la sentencia ha sido expedida por tribunales de otros Estados a quienes no
se aplique el Cdigo de Derecho Internacional Privado.

"En esta segunda situacin tampoco es menester obtener de la Corte Suprema el
exequatur para hacer valer la excepcin de cosa juzgada, porque preceptos
excepcionales -y por lo mismo de interpretacin restrictiva- como son los contenidos en
los artculos 244 y siguientes del C.P.C., dados para hacer valer la accin de cosa
juzgada, no pueden extenderse a la excepcin de cosa juzgada por razones lgicas o
analgicas.

"Por lo dems, no existen, como se afirma, las mismas razones para exigir tal
autorizacin al hacerse valer ambos aspectos de la cosa juzgada. En efecto, la ley pide
autorizacin previa de la Corte Suprema para ejecutar en Chile un fallo extranjero por
razones perfectamente justificadas, desde que ese cumplimiento lleva aparejados
cambios o alteraciones en las situaciones jurdicas existentes; en cambio, tratndose
de la excepcin de cosa juzgada, precisamente se propende a evitar tales cambios o
alteraciones,es decir, se persigue o desea lo contrario.

"En todo caso, cualesquiera restricciones a la facultad de los particulares de
accionar o defenderse en juicio, que, en el fondo, involucra ejercer un derecho
garantizado en el N6 del art.10 de la Constitucin Poltica, -se est refiriendo a la
Constitucin de 1925- debe emanar de texto expreso que slo existe para la accin,
pero no para la excepcin de cosa juzgada.

"Es cierto que diversos preceptos del prrafo 2 del Ttulo XIX del Libro I (arts.242 a
245) aluden a "la fuerza" de las resoluciones pronunciadas por jueces extranjeros y la
fuerza de la sentencia mira tanto a la accin como a la excepcin de cosa juzgada;
pero la ubicacin de esos mandatos y texto explcito de los arts.247, 248 y 251
demuestran claramente que tal fuerza es la relativa a la ejecucin del fallo, o sea, slo
a la eficacia de la cosa juzgada como accin.

"Se concluye, as, que puede oponerse libremente y no condicionada a la previa
autorizacin de la Corte Suprema, la excepcin de cosa juzgada que emana de
sentencia expedida por tribunal extranjero, sea que ese tribunal pertenezca o no a
Estado que haya aceptado y puesto en vigencia el Cdigo de Derecho Internacional
Privado.

Esta tesis ha sido acogida por la Corte Suprema al declarar que "la excepcin de
cosa juzgada a que puede dar lugar una sentencia extranjera es independiente de su
ejecucin; emana del hecho de estar la sentencia en que se funda firme o ejecutoriada
de acuerdo con lo dispuesto en el art.175 del C.P.C. y su admisin es de la exclusiva
competencia del tribunal ante el cual se deduzca".


X. LIMITES DE LA COSA JUZGADA


A.- GENERALIDADES.

La sentencia definitiva e interlocutoria firme o ejecutoriada adquiere como hemos
visto los caracteres de irrevocabilidad e inmutabilidad.





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Ahora bien, "la eficacia de la cuestin resuelta por el juez puede ser particular o
general,es decir, puede referirse nicamente al litigio en que la cuestin se presenta, o
bien a todos los dems litigios en que pueda presentarse. Que lgicamente esta
eficacia pueda extenderse tambin a otros litigios, est demostrado por la llamada
"autoritas rerum similiter judicatarum"; la importancia que adquiere en la prctica los
llamados precedentes jurisprudenciales, no tiene mas explicacin que la de la
posibilidad de extender a un segundo litigio la solucin de una cuestin dada para el
primero; la propia funcin reguladora de la corte de casacin se funda, como veremos,
en dicha presupuesto. Este es precisamente el punto en que se apartan los dos
distintos sistemas jurdicos, que pueden denominarse continental y anglosajn. Este
ltimo atribuye a la cosa juzgada una extensin fuera de los lmites del litigio decidido.
El llamado derecho judicial ingls ("judge made law") expresa precisamente esa
extensin. La diferencia entre los dos sistemas se refiere, "in apicibus", a la forma de la
norma jurdica y se traduce en la distinta extensin del principio de la analoga".

Segn nuestro derecho, "las sentencias judiciales no tienen fuerza sino respecto de
las causas en que actualmente se pronunciaren" (art.3, inc.2 Cd. Civi), con lo cual
excluye de raz la importancia prctica en l de los llamados precedentes judiciales no
imponindose la resolucin de un conflicto conforme a fallos que se hubiere dictado
con anterioridad sobre conflictos anlogos.

En nuestro ordenamiento jurdico "el tipo especial de eficacia en que consiste la
cosa juzgada no acta sin discriminacin, de tal modo que queden sujetos a ella
cualesquiera acaecimientos judiciales que ms tarde puedan producirse. Por el
contrario, hay zonas acotadas a la fuerza expansiva del fallo, el cual viene a operar
siempre, de un modo limitado, dentro de un mbito determinado. Para conocer con
exactitud la consistencia de la figura examinadas es preciso, pues, trazar este mbito,
es decir, analizar los lmites de la cosa juzgada".

Estos lmites se encuentran establecidos por el art.177 del C.P.C. al prescribir que
"la excepcin de cosa juzgada puede alegarse por el litigante que haya obtenido en el
juicio y por todos aquellos a quienes segn ley aprovecha el fallo, siempre que entre la
nueva demanda y la anteriormente resuelta haya:

1 Identidad legal de personas;
2 Identidad de la cosa pedida; y
3 Identidad de la causa a pedir"

Los elementos que el legislador ha tomado en consideracin para trazar los lmites
de la cosa juzgada, de acuerdo al criterio que arranca desde el derecho romano
clsico, no son otros que los que nos sirven para identificar a todo proceso; esto es, los
sujetos, el objeto y la causa de pedir.

Es a base de dichos elementos que se efecta el proceso de "identificacin de
acciones" (pretensiones); que no es otra cosa que "la operacin con que se comparan
entre s varias acciones (pretensiones) con el fin de determinar si son idnticas o
distintas".

La delimitacin de estos elementos se efecta sobre la base de las pretensiones,
excepciones, contrapretensiones, y contraexcepciones, que el demandante y
demandado introducen en el proceso mediante los escritos de demanda, contestacin
de la demanda, reconvencin y contestacin a la reconvencin.





31


Para efectuar la comparacin lgica entre las llamadas "acciones" -pretensiones-
que permita en definitiva establecer la clase de relacin existente entre ellas es
menester que las partes expongan sus peticiones con la debida claridad, de tal forma
que se pueda apreciar del anlisis de ellas los elementos que configuran el proceso.
Es por ello que nuestro legislador se ha encargado de establecer desde el inicio del
proceso en forma expresa en los arts.254, 309 y 314 del C.P.C. los requisitos que para
tal efecto deben reunir los escritos en que stas se formulen.

El incumplimiento por parte del actor de dichos requisitos faculta a la contraparte
para hacer valer la excepcin dilatoria de ineptitud del libelo.

Del proceso de "comparacin de acciones" puede resultar que dos "acciones" y dos
demandas son idnticas cuando tienen comunes sus tres elementos. La diferencia de
un elemento produce la diversidad de "acciones".

Dos "acciones", por lo tanto, que tengan un solo elemento diverso son
individualidades distintas entre s, aunque la comunidad de otros elementos les haga
afines. Puede existir entre dos "acciones", como entre dos individualidades en general,
mayor o menor afinidad; pero en cuanto a ser o no ser el mismo individuo, no hay
graduacin posible.

En todo caso, debemos tener presente que cuando la ley habla de identidad, dicho
trmino no puede tomarse en un sentido tan absoluto y restringido que importe exigir
una igualdad completa entre ambas demandas, como si fuere copiada o calcada una
de otra.

El proceso de comparacin de "acciones tiene una gran trascendencia por cuanto:

1.- No pueden tener lugar dos decisiones de juez sobre la misma "accin" (art.177
del C.P.C.).

2.- No pueden estar pendientes al mismo tiempo dos procesos sobre la misma
"accin" (art.303 N3 del C.P.C.).

3.- Debe mantenerse inmutable la demanda durante el transcurso del litigio (art.261
y 312 del C.P.C.).

4.- El juez puede ser implicado o recusado cuando una cuestin idntica en
derecho debe decidirse en su inters o de los parientes que indica la ley (arts.195 N7
y 196 N7 del C.O.T.).

5.- La sentencia no puede pronunciarse sobre cosa distinta de la demanda
(arts.160, 692 y 768 N4 del C.P.C.)

"Los tres elementos de la "accin" y de la demanda se pueden de esta manera
agrupar y contraponer; por una parte, el elemento subjetivo (personas): por otra, los
dos elementos objetivos (objeto y causa). Son stos dos ltimos elementos los que
verdaderamente se refieren a la identificacin del bien de la vida de que se trata en las
acciones objeto de la confrontacin; el otro elemento se refiere a la pertenencia activa
o pasiva de este bien.





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"La identificacin de las acciones se pueden por lo tanto, dividir en dos
operaciones distintas, teniendo por objeto la identificacin del bien de la vida, a que las
acciones comparadas tienden; la otra, la identificacin de la pertenencia de este bien".
8


B.- LIMITES SUBJETIVOS

a) Concepto

El problema de los lmites subjetivos de la cosa juzgada consiste en determinar los
sujetos de derecho a quienes el fallo perjudica o beneficia.

El punto de partida en esta materia es que, por principio, la cosa juzgada alcanza
tan slo a los que han litigado; quienes no han sido partes en el juicio anterior no son
afectados por ella, y pueden proclamarse ajenos a sta aduciendo que res inter alios
judicata allus neque prodesse neque nocere potest.

La cosa juzgada es la culminacin del proceso declarativo, cognitorio o de
cognicin. Como regla, solo pues, a las personas que en l han tenido los derechos y
han sido gravados con las cargas del proceso mismo les pueden alcanzar sus efectos.
El principio ha de ser ste: la cosa juzgada beneficia y perjudica nicamente a las
partes.


El lmite subjetivo de la cosa juzgada se encuentra trazado en nuestro
ordenamiento jurdico por el art.177 N1 del C.P.C. al establecer que: "La excepcin de
cosa juzgada puede alegarse por el litigante que haya obtenido en el juicio y por todos
aquellos a quienes segn ley aprovecha el fallo, siempre que entre la nueva demanda
y la anteriormente resuelta haya: 1. Identidad legal de personas".

b) Las partes y la cosa juzgada

El primer paso que es necesario dar para comprender el alcance del lmite subjetivo
consiste en analizar los conceptos de parte y de terceros, si tenemos en cuenta que
por regla general la cosa juzgada solo beneficiar y perjudicar a las partes del
proceso.

La nocin de parte deriva y alude al origen primitivo del proceso, concebido como
lucha legalizada en presencia de un rbitro neutral: as "se llaman partes a los
contendientes en el proceso en el mismo sentido en que hay contraposicin de
adversarios que compiten entre s para la obtencin de una victoria.

Habitualmente coinciden en una persona las calidades de sujeto del proceso, sujeto
de la accin y sujeto de la relacin sustancial controvertida, pero no ocurre siempre
as. De esta circunstancia deriv Carnelutti su distincin entre parte en sentido formal y
parte en sentido material. Observa al autor citado, que la palabra parte se usa antes
que nada para designar a los sujetos del litigio, pero tambin bajo este trmino se
designa al sujeto de la accin. Esto ocurre no solo por la normal coincidencia entre el
sujeto de la accin y el sujeto del litigio, sino tambin porque tanto la accin y el litigio

8
La triple identidad es una categora susceptible de ser utilizada slo en el mbito civil, ya que la cosa juzgada en el proceso penal
se comporta de otro modo. Efectivamente, como lo destaca la sentencia de la Corte Suprema de 30 de mayo de 1995,los dos
elementos relevantes que constituyen la mdula de la decisin que el juez penal debe efectuar en su sentencia son el hecho que
constituye el delito y la persona a que se atribuye su ejecucin o se le imputa participacin en l. C. Sup.30.5.1995.RDJ. T.
92.Sec. 4.pg.70. Por lo mismo, no resulta aplicable al proceso penal el concepto de triple identidad del artculo 177 del CPC.
Alejandro Romero Seguel. La Cosa Juzgada en el Proceso Civil Chileno. Pg 54. Editorial Jurdica de Chile. Mayo 2002.




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requieren de una pareja de sujetos al igual que el proceso. Carnelutti usa el 'termino
de parte en sentido material, para designar al sujeto del litigio y por ende titular del
inters, y parte en sentido formal, para aludir el sujeto de la accin y en consecuencia
titular de la voluntad. Bajo esta nomenclatura, son partes en sentido formal, el
representante y su sustituto.

Se puede definir a la parte "aquel que pide en propio nombre (o en cuyo nombre
se pide) la actuacin de una voluntad de la ley aquel frente al cual es pedida". Se usa
la expresin "frente y no contra" ya que no todo proceso implica controversia ni "toda
demanda significa discutir contra intereses del demandado".

Las posiciones fundamentales en relacin a las partes de un proceso civil, estn
dadas por las calidades de demandante y demandado. Lo que caracteriza la calidad de
demandante, no es la demanda, ya que tambin el demandado demanda la
desestimacin y rechazo de la demanda deducida en su contra, sino que "el hacer la
primera demanda relativa a un objeto determinado". No es posible imaginar un proceso
sin estas dos partes, ya que es la esencia de ste, la concurrencia de dos personas
distintas del juez, que se encuentran en posiciones contrapuestas, al menos en lo
formal.

Para la adecuada comprensin del concepto de parte, es necesario precisar las
nociones de capacidad para ser parte, capacidad procesal y jus postuland.

La capacidad para ser parte s aquella que habilita a una persona natural o jurdica
para ser demandante en un proceso. Esta capacidad se confunde con la capacidad de
goce del derecho civil y pertenece en principio a toda persona, cualquiera sea su edad,
sexo, estirpe o condicin. Slo excepcionalmente y en virtud de la ley una persona
puede ser privada de ella y siempre para casos determinados.

La capacidad procesal o "legitimatio ad procesassum"es aquella que permite a una
persona actuar por s en un proceso y ejecutar validamente los actos procesales. Esta
capacidad se confunde con la capacidad de ejercicio del derecho civil y la regla
general es que ambas capacidades coincidan. La ley slo faculta a las personas que
gozan de capacidad de ejercicio para comparecer ante los rganos jurisdiccionales,
solicitando por s o en representacin de otra, la resolucin de un conflicto. Los que
carecen de capacidad procesal deben comparecer ante los tribunales por intermedio o
con la autorizacin de sus representantes legales.

La capacidad para actuar en el juicio o "jus postulandi" es aquella capacidad tcnica
que habilita a un sujeto para presentarse personalmente ante los tribunales
requirindole su actuacin dentro de un proceso para arribar a la decisin de un
conflicto. Esta capacidad es conferida por la ley nicamente a determinados
profesionales para que acten en el proceso, ya sea por s mismos o a nombre de
terceros. Ella se encuentra reglamentada minuciosamente en la Ley sobre
comparecencia en juicio y en el C.P.C. al tratar del patrocinio y mandato judicial. Las
personas que carecen del "jus postulandi" requieren contratar el servicio de ciertas
personas para actuar en el proceso, so pena de ser declarados inadmisibles las
actuaciones que realizaren.

Para los efectos de precisar el concepto de identidad legal de partes es menester
tener muy en cuenta estos conceptos, pues son ellos los que permiten establecer la
calidad de parte que puede tener una persona en el proceso. La calidad de parte del
proceso recae en las personas que reviste el carcter de demandante o demandado, y




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no en el representante que acta a su nombre si fuere incapaz y menos en el
profesional que la defiende y representa respecto de las pretensiones que persigue
satisfacer en l. As por ejemplo, si el marido comparece en un proceso demandado en
representacin de su hijo de familia, la calidad de parte radica en el hijo y no en el
padre que lo representa, ni en el abogado que asume su defensa y representacin en
el proceso. Por ello es que la parte se define como aqul que pide en propio nombre
o en cuyo nombre se pide la satisfaccin o denegacin de una pretensin dentro del
proceso.

Para la exacta fijacin del concepto de parte es imprescindible tomar en cuenta
algunos modos de intervencin de las personas en el proceso que defieren de la forma
normal en que acta el demandante y demandado en l, pero en definitiva, las
personas que las utilizan revisten el carcter de sujetos de la relacin procesal al igual
que stos.

La primera forma de esta intervencin en el proceso que presenta caracteres
peculiares en cuanto a la calidad de parte es la sustitucin procesal. El trmino
sustitucin procesal fue utilizado por Chiovenda para designar aquellos casos en que
una persona comparece en juicio a nombre propio por un derecho ajeno. La sustitucin
procesal haba sido encuadrada por la doctrina dentro de la figura de la
representacin, pero debi necesariamente independizarse de ella, en razn de
presentar rasgos peculiares y diversos. En efecto, mientras que la representacin "el
representante obra en nombre ajeno, de suerte que parte en causa lo es
verdaderamente el representado, mientras que el sustituto procesal acta en nombre
propio y es parte en juicio. En nuestro procedimiento jurdico se pueden citar como
casos de sustitucin procesal: el saneamiento de la eviccin, cuando el vendedor
asume la defensa del comprador, actual propietario de la cosa, de conformidad al art.
1843 del Cdigo Civil, y la accin oblicua o subrogatoria, derecho auxiliar del acreedor
consagrado en los artculos 1238, 1394, 1877 y 2466 del Cdigo Civil.


Puede tambin ocurrir, que en un proceso sean varias las personas que asumen la
calidad de demandante o demandado, en cuyo caso nos encontramos ante el
litisconsorcio o pluralidad de partes. El litis- consorcio se subclasifica en litisconsorcio
activo (varios demandantes), litisconsorcio pasivo (varios demandados) y litisconsorcio
mixto (pluralidad tanto de demandantes como demandados). La razn de ser del
litisconsorcio est dada por el principio de economa procesal y la necesidad de
certeza, tendiendo esta institucin a evitar la pluralidad de procesos con el
consiguiente riesgo de que se dicten fallos contradictorios. El litisconsorcio est
reglamentado en nuestro derecho en los artculos 18 al 21 del C.P.C.

Por otra parte, en un proceso conjuntamente con las partes directas, pueden
intervenir otras personas que an cuando originariamente concurrieron o fueron
llamados a formar parte del proceso, advienen a l con posterioridad a su iniciacin.
Se trata en este caso de "la sobrevivencia de otras partes durante un proceso iniciado
sin ellas". Esta intervencin de terceros en un juicio, en el cual se sitan en posiciones
anlogas a la de las partes, es denominada como se sabe comnmente terceras.

La intervencin sobreviviente en juicio se clasifica en espontnea o forzada,
atendiendo a si es producto de la libre voluntad del interviniente, o si por el contrario,
para ste la intervencin presenta el carcter de una carga.





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En nuestro derecho se sealan como casos de intervencin forzada, los arts.21,
269 a 272 y 576 del C.P.C.

En cuanto a la intervencin voluntaria, en nuestro derecho sta se puede efectuar
asumiendo el tercero la calidad de coadyuvante, independiente o excluyente. Esta
situacin se encuentra reglamentada en los arts.22, 23 y 24 del C.P.C. que son las
normas generales en materia de terceras, ya estudiadas "en extenso".

En el transcurso de un proceso pueden intervenir terceros, como en el caso de los
testigos, peritos, etc. pero obvio que no es a esa situacin a la que se alude con el
trmino genrico de "intervencin de terceros"; lo que designamos con ese trmino es
el advenimiento al proceso ya iniciado por otros, de una persona que se va a situar en
el mismo plano procesal que las partes iniciales, ya sea en una situacin paralela,
opuesta o independiente a la de stas.

La razn de ser la institucin de las terceras, radica en la existencia de personas
que originalmente no han sido partes, pero que son titulares de relaciones jurdicas
conexas a la de las partes iniciales, y en consecuencia, tienen inters en el resultado
del proceso. Es precisamente ese inters, el que motiva a estas personas a intervenir y
hacer valer sus derechos. Esta intervencin hace que las personas que se encuentren
en la aludida situacin, pasen de la categora de terceros ajenos al proceso o partes
indirectas del mismo, con idnticos derechos y cargas que las partes directas.

Por otra parte, sabemos que la nocin de parte est dada por la relacin procesal.
Enfocando entonces el problema de las terceras a partir de la relacin procesal,
podemos apreciar que los terceros intervinientes en el proceso son sujetos de la
aludida relacin, y por ende, revisten la calidad de partes.

En efecto, si bien es cierto que usualmente, los sujetos de la relacin procesal son
tres: el rgano jurisdiccional, de un lado, y las partes (actor y demandado) del otro, no
es menos cierto que se da el caso de relaciones procesales en que concurren ms
personas, as por ej. "encontramos ms personas como actores o demandado
(litisconsorcio activo y pasivo), a veces un interesado interviene en una relacin
procesal pendiente entre dos y pide, por su cuenta y en su propio favor, la actuacin
de una voluntad de ley, o es llamado por una parte, porque si ha de actuarse contra
sta, otra voluntad debe actuar contra el llamado". Es as entonces, que los terceros
intervinientes en un proceso bajo la categora de partes indirectas, son sujetos de la
relacin procesal, la que ser compleja en el aspecto subjetivo, y en consecuencia
revisten la calidad de partes.

El hecho de que los terceros revisten el carcter de parte y como tales se ven
afectados por la autoridad de cosa juzgada que emana del fallo pronunciado para
resolver el litigio no admite mayor discusin en nuestro ordenamiento jurdico, puesto
que existe norma expresa que as lo establece. En efecto, el artculo 24 del C.P.C.
prescribe que "las resoluciones que se dicten en los casos de los artculos anteriores
producen respecto de las personas a quienes dichos artculos se refieren (terceros
coadyuvantes y excluyentes) los mismos efectos que respecto de las partes
principales". En tal sentido nuestra jurisprudencia ha declarado que "la disposicin del
art.24 slo comprende a las partes que ejercitan el derecho otorgado en los artculos
precedentes apersonndose al pleito respectivo; pero no a aquellos que aunque
tengan derecho para hacerlo, no lo hubieren ejercitado".





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En mrito de lo expuesto podemos concluir, que son terceros todos aquellas
personas que no revisten la calidad de parte, ya sean originarias, partes por adhesin,
oposicin o exclusin, por sucesin o por sustitucin.

c) La identidad de partes

El segundo paso que debemos dar para determinar el lmite subjetivo de la cosa
juzgada luego de fijado el concepto de parte y tercero, consiste en determinar cuando
existir identidad entre las partes para que ellas se vean afectadas por la cosa juzgada
que emana de la sentencia pronunciada en el proceso precedente respecto del cual
concurre la triple identidad.

"Dejando a un lado el problema de la identidad en lo que respecta al rgano
jurisdiccional, que no permite, sino con ciertas reservas, extender los resultados
procesales obtenidos en un orden de la jurisdiccin a otro distinto, hay que entender
que el lmite subjetivo de la cosa juzgada afecta exclusivamente a los sujetos que son
parte en ambos procesos.

Respecto a tales partes, la identidad subjetiva exige tericamente una identidad
fsica: las mismas personas, y una identidad jurdica: la misma calidad jurdica entre las
partes de uno y otro proceso. Pero a veces este doble requisito se atena o elimina, no
tanto en el sentido de que baste la identidad fsica sin identidad jurdica, sino en el
sentido de que basta la identidad jurdica sin identidad fsica, lo que explica la
extensin de la cosa juzgada a quienes, sin haber litigado materialmente en el proceso
anterior, estn vinculados a tales litigantes por una participacin: solidaridad o
indivisibilidad, o por una transmisin: causahabiente a ttulo universal o singular de las
correspondientes situaciones jurdicas".

As tambin lo ha entendido nuestra doctrina al sealar que "el primer requisito que
exige la ley para que pueda oponerse la excepcin de cosa juzgada es que entre la
nueva demanda y la anteriormente resuelta haya identidad legal de personas.

Como muy bien lo expresa el N1 del art.177 del C.P.C. la identidad de personas
debe ser legal. El demandante y el demandado deben ser en ambos juicios la misma
persona jurdica; es indiferente que sean o no la misma persona fsica. Existe
identidad legal o jurdica de personas, cuando las partes figuran en el nuevo
juicio en la misma calidad que en el anterior.

Puede suceder as que entre la nueva demanda y la anteriormente resuelta exista
identidad legal o jurdica de personas y no exista identidad fsica. Puede, a su vez,
existir identidad fsica, sin que concurra la identidad legal o jurdica requerida por el
C.P.C. As, una persona puede figurar en un juicio personalmente y ser representada
en un nuevo juicio por un mandatario. En este caso, a pesar de no existir identidad
fsica, existe identidad jurdica o legal. Por el contrario, una persona puede actuar en el
primer juicio a nombre propio y en el segundo como representante legal de otro. Hay
en este segundo ejemplo, identidad fsica, pero no ocurre la identidad jurdica
requerida por la ley. En este caso acta en ambos juicios la misma persona, pero
asumiendo distintas calidades. En el primer juicio acta a nombre propio; en el
segundo como representante legal de otra persona".

d) Instituciones que generan la identidad legal de parte





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Con el fin de aclarar el problema acerca de la identidad legal de parte, debemos
hacer referencia a las principales instituciones de nuestro ordenamiento jurdico que
nos permiten afirmar que las partes que figuran en un nuevo juicio aparecen en la
misma calidad que en el anterior, a pesar de no concurrir la identidad fsica. En otras
palabras, analizaremos que instituciones de nuestro ordenamiento jurdico en caso de
operar provocan la identidad legal aunque hubiere operado una mutacin en cuanto a
la identidad fsica de las partes.

Las instituciones que operan en nuestro derecho para provocar la identidad legal
parte, an cuando se hubiere producido una mutacin en cuanto a la identidad fsica,
son:

a.- La Representacin.

"Hay representacin en el sentido preciso de la palabra, cuando una manifestacin
de voluntad no emana del que naturalmente debe hacerla, sino de otra persona, y
cuyos efectos se producen; sin embargo, como si la manifestacin de voluntad
emanara de la primera".

Esta idea de la representacin es coincidente con la realizada por el art.1448 del
C.C. al sealar que "lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada
por ella o por ley para representarla, produce respecto del representado iguales
efectos que si hubiere actuado el mismo".

Nuestro C.P.C. en su art.4 contempla expresamente la facultad de obrar a travs de
un representante en el proceso al establecer que "toda persona que deba comparecer
en juicio a su nombre propio o como representante legal de otra..."

Los aspectos sustanciales de esta materia como asimismo los procesales, fueron
estudiados en Derecho Civil y en las disposiciones comunes a todo procedimiento Civil
y Penal.

Los efectos de la representacin no son otros que considerar los actos realizados
por el representante dentro del juicio como actos del representado, como si ste
hubiera actuado personalmente; y el representado adquiere la obligacin de atenerse a
los resultados del pleito como si hubiera intervenido personalmente en l.

Por ello se ha sealado por la jurisprudencia que "hay identidad legal de personas
si la persona demandada jurdicamente ha sido la misma, aunque en los dos juicios
hayan comparecido por ella distintos representantes".

b.- La Sucesin.

La sucesin, es un sentido genrico, la podemos considerar como la forma de
adquirir un derecho derivado de la situacin jurdica que otra persona tena con
anterioridad respecto de ste.

As nos encontramos con que la palabra causahabiente puede ser utilizada en un
sentido genrico"para designar cualquier persona que deriva el todo o parte de sus
derechos de otra que se llama su autor y que, desde el punto de vista de estos
derechos, se encuentra en el lugar y situacin de su autor, en la misma condicin que
l. (Ille qul causam autoris habet). Hay pues, en la idea de causahabiente dos nociones




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esenciales: sucesin de una persona en los derechos de otra y, como consecuencia,
identidad, similitud de posicin en cuanto a los derechos transferidos o transmitidos.

"Los causahabientes pueden ser a ttulo universal, cuando suceden a su autor en
todos sus bienes o una cuota de ellos, o a ttulo singular, cuando lo suceden en uno o
ms especies o cuerpos ciertos o en una o ms especies indeterminadas de cierto
gnero".

Para los efectos de analizar el problema de la cosa juzgada entre las partes en
relacin a los sucesores de stas es menester que nos refiramos separadamente a las
distintas categoras que puede revestir la sucesin. Dejaremos de lado lo relativo a la
sucesin universal y singular ya vista en Derecho Civil, limitndonos a desarrollar otras
de gran aplicacin de Derecho Procesal, especialmente en el orden civil.

a) La cesin de derechos litigiosos.

Tratndose del derecho del demandante, cuyo reconocimiento pretende en el
proceso, la sucesin singular ha de realizarse nica y exclusivamente por acto entre
vivos a travs de la cesin de derecho litigiosos.

El demandado no puede ceder o vender derechos litigiosos, sino la cosa misma
sobre la cual ellos se ejercen. En efecto, "cuando el demandado que tiene la cosa en
su poder, que la posee como dueo, la vende a un tercero, aunque lo que venda o
ceda sean los derechos litigiosos que tenga en ella, la cosa vendida no son esos
derechos sino la cosa misma, porque entonces el objeto del contrato no es el evento
incierto de la litis, que es lo que da fisonoma jurdica a la cesin de derechos litigiosos,
sino la cosa sobre que stos se ejercen".

Slo hay cesin de derechos litigiosos segn el art.1911 del C.C., cuando el objeto
de la cesin es ese evento. Desde que este evento deja de ser su objeto directo, el
contrato ya no se encuendra en la definicin del art.1911; es lo que ocurre en el caso
en examen, pues mediante esta cesin el demandado transfiere al comprador la cosa
misma que posee y sobre ella recae el consentimiento de las partes.

El art.1460 del C.C. dispone que toda declaracin de voluntad debe tener por objeto
una o ms cosas que se trata de dar, hacer o no hacer. En la cesin de derechos
litigiosos la declaracin de voluntad del cedente y cesionario recae necesariamente
sobre el evento incierto de la litis, es decir, sobre la pretensin que reclame el
demandante porque es lo nico que tiene en su patrimonio; el objeto de la declaracin
es la pretensin, o sea, la contingencia de ganar o perder en el juicio, contingencia que
puede ser objeto de ella a virtud de los arts. 1441 y 1461 del C.C. En la venta o cesin
que hace el demandado la voluntad de las partes no tienen por objeto esa contingencia
sino una cosa cierta, preferentemente tangible y determinada, como es el bien que
aqul posee y que se encuentra en su patrimonio. Sobre l recae su consentimiento y
a su transferencia se obliga el cedente. Luego, el objeto directo de la cesin es esa
cosa que el cedente ha de dar al cesionario y no ese evento o pretensin.

Lo expuesto no significa que nunca el demandado pueda ser cedente de un
derecho litigioso; podr serlo cuando por haber reconvenido, asuma el carcter de
actor, caso en que el deudor de que hablan los arts. 1913 y 1914 ser demandante,
que ha pasado a ser el demandado en el reconvencin".





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En virtud de la cesin de derechos litigiosos existe plena identidad legal entre el
demandante y el cesionario, puesto que ste pasa a sustituir al cedente en el proceso
y en la pretensin que se hubiere hecho valer en el proceso. El cesionario asume el
proceso en el mismo estado en que se encontraba al efectuarse la cesin; el
demandado podr oponerle iguales excepciones, tiene los mismos derechos y
obligaciones de ste, queda sujeto a sus cargas procesales, est legitimado para
iniciar la demanda ejecutiva a fin de obtener el cumplimiento de la sentencia si le es
favorable, etc.

Por ello, nuestra jurisprudencia ha sealado que "si el cesionario, en ejercicio de su
derecho y como sucesor del actor cedente, se hace parte en el juicio desde ese
momento ste no tiene para que figurar en el mismo y carece del derecho de expresar
agravios".

b.- La sustitucin procesal.

Otra figura que conviene precisar en torno a la identidad legal de partes es la
institucin denominada sustitucin procesal, que se encuentra reconocida en nuestro
derecho respecto de los casos de accin oblicua o subrogatoria en los arts.1238, 1394,
1677 y 2466 del C.C. y el saneamiento de la eviccin cuando el vendedor asume la
defensa del comprador actual propietario de la cosa de conformidad a lo prescrito en el
art.1843 del C.C. En todas estas situaciones de sustitucin procesal, la cosa juzgada
se extiende al sustituido cuyo relacin haya sido deducida legitimanente en juicio por el
sustituto. La razn de ello radica en que sera absurdo que la ley autorizara a alguien
para hacer valer en juicio los derechos ajenos y a la vez no reconocer su plena
eficacia respecto de los derechos hechos valer. Por ello la actividad del sustituto tiene
influencia y eficacia necesariamente respecto del sujeto de derecho por el cual litiga.

Las personas sustituidas tiene inters actual en los resultados del proceso en el
cual el sustituto ha hecho valer sus derechos y por ello nuestra jurisprudencia les ha
reconocido invariablemente la facultad de intervenir en el proceso en el carcter de
terceros coadyuvantes, a los que afectar la sentencia de conformidad a lo previsto en
el art.24 del C.P.C.

c.- La eficacia de la sentencia respecto de terceros.

El problema de la eficacia de la sentencia respecto de terceros deriva de la
verificacin que "las relaciones jurdicas no existen aisladas, sino que hay entre ellas
lazos que las vinculan o conectan, en forma tal, que la decisin sobre una determinada
relacin jurdica puede influir en la existencia o inexistencia de otra relacin conexa o
dependiente de ella. Es por eso que una sentencia pueda afectar a terceras personas
que han sido parte en el juicio, en cuanto sean titulares de relaciones jurdicas conexas
o subordinadas a las que han sido deducidas y resueltas en el proceso".

La construccin doctrinaria, efectuada principalmente por autores italianos, para
explicar el fenmeno tuvo como punto de partida la afirmacin formulada por el alemn
Wach en el sentido de que "cuando una sentencia haya sido pronunciada entre
legtimos contradictores, la cosa juzgada entre las partes se produce en cuanto tal
respecto de todos".

Dicha afirmacin fue tomada por Chiovenda, quien le dio un nuevo enfoque al
sealar que como todo acto jurdico referente a las partes entre las cuales interviene,
la sentencia existe y vale respecto a todos; como el contrato entre A y B vale respecto




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de todos como contrato entre A y B, as la sentencia entre A y B vale en cuanto a
todos, en cuanto es sentencia entre A y "B". Los lmites subjetivos de la cosa juzgada
no significan para ese autor que la sentencia sea eficaz solo para las partes, sino por
el contrario, todos estn obligados a reconocer la cosa juzgada entre las partes, pero
no pueden ser perjudicados por ella. La sentencia, como todo acto jurdico que afecta
a las partes que intervienen en l, existe y es vlida respecto de todos, pero los
terceros no pueden llegar a ser perjudicados por ella.

En consecuencia, es "el perjuicio" el concepto clave dentro de la teora de
Chiovenda para determinar los efectos reflejos que puede tener una sentencia
respecto de terceros y por ello nos detendremos brevemente en l.

Con el trmino no se quiere designar por el autor italiano cualquier lesin o dao
que sufre el tercero proveniente de la sentencia dictada entre partes, sino tan solo el
perjuicio jurdico, ms no el econmico. La diferencia entre ambas nociones resulta
clara si tenemos en cuenta la distincin formulada por Carnelutti acerca de las diversas
maneras en que pueden estar vinculadas dos relaciones jurdicas.

Existir conexin jurdica entre dos relaciones de derecho, cuando la existencia de
una es trascendente para la existencia de la otra; tal es el caso de la relacin existente
entre la propiedad del vendedor y la del adquirente de un cosa, puesto que los
derechos verdaderos de ste no pueden derivar sino de la existencia previa de aquella.
En cambio, la conexin econmica, de dos relaciones, a diferencia de la jurdica,
significa que estando vinculadas ambas, la existencia de una no determina ni es
trascendente para la existencia de la otra; as por ejemplo que el deudor sea o no
dueo de un bien raz, interesa naturalmente a su acreedor, existiendo entonces una
relacin entre el crdito del acreedor y la propiedad del deudor, pero en este caso la
conexin entre ambas relaciones es econmica y no jurdica; ya que de la propiedad
del deudor puede depender que el crdito sea satisfecho, pero que el crdito exista.
Segn si la conexin es econmica o jurdica se puede decir que el tercero titular de la
relacin conexa, sufre un perjuicio econmico o jurdico con la extensin de la cosa
juzgada a su respecto.

Expresado de otra manera, el perjuicio jurdico consiste en el dao que soportara el
tercero que se afirmara titular de un derecho incompatible con el declarado en la
sentencia. Este perjuicio jurdico es el que, en el pensamiento de Chiovenda, hace
imposible la regla de los lmites subjetivos de la cosa juzgada. As por ejemplo, la
sentencia que declara entre Juan y Pedro, que un fundo es propiedad de Juan, no
puede impedir a Diego (tercero) sostener que el fundo es suyo.

El perjuicio econmico, en cambio, est constituido por el simple dao prctico o de
hecho, que sufre el tercero por efecto de la sentencia, sin que exista incompatibilidad
jurdica entre su posicin y la declarada por el fallo. Este perjuicio econmico no
representa en el pensamiento de Chiovenda un perjuicio ilegtimo y el tercero debe
sufrirlo.

Segni ha precisado estos efectos que podra tener la sentencia respecto de terceros
como efectos reflejos del fallo. El efecto directo de la sentencia est constituido por la
autoridad de cosa juzgada para las partes, mientras que para terceros se producen
efectos reflejos, consistentes en la extensin de la cosa juzgada a ellos, cuando son
titulares de relaciones conexas o dependientes con la decidida. Esta extensin de la
cosa juzgada a terceros, es un efecto secundario, accidental o reflejo de la sentencia,




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ya que se produce independientemente de la voluntad de las partes o del juez y
siempre que se verifique la hiptesis de conexin de la relacin decidida con otra.

Por otra parte, Betti, para los efectos de precisar el efecto que la cosa juzgada
puede alcanzar respecto a un tercero, ha procedido a establecer las diversas
situaciones en que ste se puede encontrar respecto de sta. Al efecto de autor
distingue tres categoras de terceros: terceros jurdicamente indiferentes, terceros
jurdicamente no sujetos a la excepcin de cosa juzgada y terceros jurdicamente
interesados sujetos a la excepcin de cosa juzgada.

Los terceros jurdicamente indiferentes son todos aquellos extraos a la relacin
litigiosa y titulares de relaciones compatibles con la decidida. Estos podrn verse
afectados por la cosa juzgada formada entre las partes experimentando un perjuicio de
mero hecho, pero la cosa juzgada frente a ellos vale y les afecta sino como cosa
juzgada ajena, dada su situacin de indiferencia frente a la relacin decidida,
proveniente de la compatibilidad de la relacin de la cual son titulares con aquella.
Estos terceros nunca podrn verse perjudicados jurdicamente con la cosa juzgada
formada entre partes, ya que la relacin de la cual son titulares es perfectamente
compatible y no se opone a la relacin decidida. La cosa juzgada que afecta a stos
terceros es la cosa juzgada formada entre las partes y no referible a ellos; estos
terceros se ven afectados, eventualmente por la cosa juzgada ajena a su carcter de
tal. Los efectos de la cosa juzgada entre las partes que podran afectar a esta
categora de terceros pertenece a los efectos reflejos del fallo. Este sera el caso de los
acreedores de un deudor, frente a la sentencia que reconoce la existencia de una
nueva deuda frente a otro acreedor".

Los terceros jurdicamente interesados, no sujetos a la excepcin de cosa juzgada,
seran todos aquellos que son titulares de relaciones incompatibles con la decisin.
Como los terceros no pueden verse expuestos a sufrir un perjuicio jurdico proveniente
de la cosa juzgada formada entre las partes, pueden validamente desconocer la
eficacia de la decisin a su respecto.

Los terceros jurdicamente interesados, sujetos a la excepcin de cosa juzgada, son
todos aquellos a quienes sta es aplicable lo mismo que a las partes del pleito porque
se encuentran subordinados a las partes respecto de la relacin decidida. Para esta
categora de terceros, la cosa juzgada formada entre las partes es referible a ellos
como propia y en consecuencia estn sujetos y no pueden desconocerla. Las causales
de subordinacin que justificaran la comunicabilidad de la cosa juzgada a los terceros
seran: la sucesin del tercero a la parte en la relacin litigiosa; sustitucin procesal de
la parte al tercero, conexin sin escisin entre la relacin jurdica del tercero y la
relacin decidida; y dependencia necesaria de la relacin del tercero a la relacin
decidida.

Existiendo subordinacin de los terceros a las partes, por cualquiera de las
causales mencionadas, van a verse sujetos a la cosa juzgada formada entre las
partes, como si fuera propia y referible a ellos y no ya como cosa juzgada ajena como
acontece con los terceros indiferentes. Esta categora de terceros podr experimentar
un perjuicio proveniente de la sentencia, pues este ser legtimo al porvenir de la forma
como estn estructuradas las relaciones jurdicas conexas o interdependientes por el
derecho sustancial.

Como conclusin a lo expuesto por Betti podemos sealar, que a los terceros
indiferentes les afectarn los efectos de cosa juzgada formada entre las partes por no




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experimentar con ello un perjuicio jurdico, fenmeno denominado como eficacia
refleja del fallo. Por regla general, los terceros jurdicamente interesados pueden
desconocer la cosa juzgada entre las partes y no se vern afectadas por ella al
experimentar un perjuicio jurdico. Sin embargo, si concurre alguna causal de
subordinacin, se extiende la cosa juzgada formada entre las partes a los terceros
interesados, pero no ya como ajena, sino como propia y realmente formada entre ellos
en virtud del vnculo que existe entre su relacin y la que ha sido objeto de la decisin
segn el derecho sustancial. En este caso la eficacia del fallo es directa y no refleja,
puesto que la cosa juzgada respecto a ellos no vale como ajena sino que como propia.

Carnelutti para los efectos de dilucidar el problema en anlisis ha procedido a
distinguir entre la eficacia directa y la eficacia refleja del fallo. Nos encontramos en
presencia de la eficacia directa cuando quien invoca ste afirma que ese fallo ha
decidido ya la cuestin sobre la que se llama a resolver al nuevo juez. En cambio,
existir eficacia refleja del fallo, cuando quien invoca ste afirma que ese fallo ha
puesto fuera de duda uno de los presupuestos de la relacin afirmada. En el primer
supuesto, es legtimo que el tercero desconozca el fallo, pero no as en la segunda
hiptesis, puesto que en tal caso el tercero debe acatar lo resuelto dado que lo que se
est haciendo valer a su respecto es la eficacia refleja del fallo, que opera respecto de
todos y no tiene limitaciones en su aplicacin.

La extensin de la eficacia refleja del fallo respecto de todos y sin lmites de
ninguna especie se justifica por cuanto en la consecucin de la finalidad del proceso,
es decir, la formacin de la sentencia justa, la ley se fa del contradictorio de las partes.
La idea que la presencia de un tercero extrao puede agregar alguna eficacia a la
defensa de una de las partes est fuera de las intenciones del legislador.

Liebman ha criticado la solucin dada al problema por los autores anteriores,
puesto que en definitiva se confunde por ellos la autoridad de cosa juzgada con la
eficacia de la sentencia que son dos aspectos diversos.

La autoridad de cosa juzgada no es ms que la inmutabilidad del mandato que nace
de una sentencia, mientras que la eficacia de la sentencia designa la aptitud de ella
para producir sus efectos.

El fallo es eficaz respecto de todas las personas, en razn de que acta la ley y
esta es obligatoria para todos. Sin embargo, ello no significa que todos vayan a verse
afectados realmente por la decisin, ya que esta desplegar sus efectos slo respecto
de las partes y terceros vinculados al objeto decidido, permaneciendo las restantes
personas en estado de indiferencia prctica respecto de la decisin.

Que la sentencia sea eficaz respecto de todos no significa que para los terceros
ajenos al juicio, los efectos del fallo presenten el carcter de inmutables que revisten
para las partes, ya que para ellas va a operar la autoridad de cosa juzgada, mas no
para los terceros. As, la extensin subjetiva de los efectos de la sentencia se produce
respecto de todos, pero con la caracterstica que para quienes no son partes en el
proceso los efectos del fallo no presentan el carcter de inmutables, ya que esta
cualidad es dada por la cosa juzgada que concurre en razn de su lmite subjetivo y
por lo tanto, nicamente respecto de quienes han sido partes en el proceso.

La posicin de Liebman, a partir de la consideracin de la cosa juzgada como
cualidad de los efectos del fallo, distingue entre lmites subjetivos de la cosa juzgada y
extensin subjetiva de los efectos del fallo. Slo para las partes opera la cosa juzgada




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en razn de los lmites subjetivos. Para los terceros opera la eficacia natural de la
sentencia como acto del estado en razn de la extensin subjetiva de los efectos del
fallo. Siendo as, los terceros perjudicados jurdicamente por el fallo pueden
desconocer ste evitando los efectos daosos que puede producir a su respecto al no
afectarles la autoridad de cosa juzgada en razn de los lmites alcanzados por la
eficacia de la sentencia, pero no por la cosa juzgada, puedan defenderse del perjuicio
que la sentencia les produce, cuando son titulares de un inters jurdico que se halla
en conflicto con el que en ella fue declarado".

d. La eficacia del fallo respecto de terceros en nuestra legislacin

Nosotros sabemos que de la observacin del mundo del derecho podemos verificar
la existencia en l de diversas relaciones jurdicas que no se presentan aisladas entre
s, sino que en relacin de conexin o interdependencia entre ellas.

As el art.150 del C.P.C. establece en relacin al desistimiento de la demanda que:
"la sentencia que acepte el desistimiento de la demanda haya o no habido oposicin,
extinguir las acciones a que l se refiere, con relacin a las partes litigantes y a todas
las personas a quienes habra afectado la sentencia del juicio a que pone fin. "Del
anlisis de este precepto podemos concluir que nuestro legislador reconoce en forma
expresa que la sentencia puede llegar a desplegar sus efectos mas all de las partes
litigantes, puesto que slo as se podra explicar que se seala que sta alcance a
"todas las personas a quienes habra afectado la sentencia del juicio a que se pone
fin".

Por otra parte, los arts.22, 23 y 24 del C.P.C. que regulan la intervencin de
terceros en juicio, son otras normas que nos permiten concluir que nuestro derecho ha
recogido la realidad que, a raz de la conexin en las relaciones jurdicas, lo fallado
respecto de una afecta de algn modo a las otras, conexas a ella. A travs de dichos
preceptos se admite la intervencin voluntaria de un tercero en un proceso pendiente
entre otros, en razn, que dicho tercero tenga inters en el procedimiento en que
interviene. El inters que justifica la intervencin del tercero en el proceso no es otro
que evitar los efectos perjudiciales que a su respecto podra causar el fallo. Esto no es
mas que la demostracin que la sentencia que se pronuncia en un proceso puede
llegar de alguna manera a afectar al tercero, puesto que de no ser as, no se justificara
el inters que podra tener ste para intervenir.

En nuestro derecho nos encontramos con algunas figura jurdicas en que los
efectos del fallo respecto de terceros pueden explicarse precisamente a travs de la
teora de la eficacia de la cosa juzgada enunciada por Liebman. Estas figuras seran:

a) La solidaridad.

La solidaridad es un caso tpico de relacin jurdica con sujeto mltiple. Son
obligaciones solidarias aquellas en que, habiendo pluralidad de acreedores y/o
deudores en virtud del testamento, convencin o ley, cualquiera de los acreedores
puede exigir el pago del total del crdito y cada uno de los deudores es obligado al
pago total de la deuda. La solidaridad puede ser activa, pasiva o mixta, segn concurra
pluralidad de acreedores, deudores o ambas a la vez.

Las soluciones que se ha pretendido dar al problema de si el fallo dictado en causa
entre un codeudor y el acreedor, o entre un coacreedor y el deudor, segn sea la




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solidaridad pasiva o activa, produce cosa juzgada para los dems deudores o
coacreedores que no intervinieron en el proceso son encontradas y dispares.

Para unos, la cosa juzgada formada en causa, favorece a todos los restantes
codeudores o coacreedores. Para otros, la cosa juzgada formada respecto de uno de
los codeudores o coacreedores no afecta a los otros. Finalmente existe una tercera
doctrina, que considera que solo la cosa juzgada beneficiosa afecta a los restantes
coacreedores o codeudores que no han intervenido en causa.

Sin embargo, cabe pensar que para los efectos de dilucidar el problema es
menester tener presente las dos teoras que se han sustentado para explicar la
institucin de la solidaridad.

Para los romanos cada acreedor es dueo del total del crdito y como tal puede
disponer de ste en su propia beneficio, prescindiendo de los dems acreedores.
Desde el punto de vista pasivo el deudor est obligado por el total y puede operar con
ella como el deudor nico puede hacerlo con la suya, an cuando tales actos
perjudiquen a los dems deudores.

Dentro de la concepcin francesa va envuelta la idea de representacin, esto es, se
acta por cuenta de los coacreedores o codeudores. En la activa, cada acreedor no es
dueo del crdito total, sino nicamente de su parte o cuota y, en consecuencia, no
puede efectuar actos de disposicin del crdito ntegro, sino en virtud de un mandato
tcito y recproco que esta doctrina supone existe entre los acreedores. Es entonces
como mandatario que cada acreedor puede cobrar el total de la deuda y tomar las
providencias conservativas en favor de los dems, esto es, ejercitar actos en beneficio
comn, pero no propio. De all su principal diferencia con la tesis romana, en que el
acreedor, como supuesto dueo del crdito, puede disponer de l en su favor. En la
pasiva, amn del principio ya sealado de la unidad de prestacin acompaado de la
pluralidad de vnculo, muchos efectos secundarios se explican con la misma doctrina
del mandato tcito y recproco que existira entre todos los codeudores solidarios en
sus relaciones con el o los acreedores y establecido en beneficio de stos.


En nuestro Derecho Civil es claro para la mayora de la doctrina que nuestro
Cdigo recogi la tesis romana dado que:

a.- El art.1513 permite a cada acreedor remitir, novar y compensar el crdito
solidario. Ello prueba que el acreedor es dueo del crdito total como lo supone la
doctrina romana, pues dispone en su propio beneficio de l, lo que no se acepta en la
teora de la representacin y

b.- Porque Bello as lo dijo en la nota al margen del art.1610 del Proyecto Indito
equivalente al 1513 actual: "El proyecto se separa aqu del Cdigo Francs y sigue el
Derecho Romano".

En consecuencia, y dado que nuestro Cdigo Civil no acoge la teora de la
representacin para explicar el fenmeno de la solidaridad, nunca nos encontraremos
ante un caso de identidad respecto de las sentencias que se pronunciaren en procesos
respecto de diversos codeudores y coacreedores solidarios por no concurrir uno de los
requisitos para encontrarnos en presencia de la autoridad de la cosa juzgada: la
identidad legal partes.





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Sin embargo, es obvio que al fallo dictado en contra de un acreedor o codeudor
solidario debemos reconocerle cierta eficacia respecto del resto de los acreedores o
codeudores que no han estado en causa, dada la estructura jurdica de este tipo de
relacin.

Ello se demuestra ntidamente en nuestro derecho. El art.2519 del Cdigo Civil
establece que la interrupcin de la prescripcin que obra en favor de uno de los
coacreedores o en perjuicio de uno de los codeudores afecta a los restantes.Este
precepto solo reconoce una realidad proveniente del modo de ser que revisten las
obligaciones solidarias. De ningn modo importa afectar a los restantes titulares de la
relacin solidaria con la autoridad de la cosa juzgada, sino que solamente extiende a
ellos la eficacia del fallo. Este no es ms que un efecto de la unidad de prestacin
desde que todos los acreedores lo son de una misma cosa: de lo cual se sigue que si
el deudor lo reconoce respecto de uno de los acreedores, el reconocimiento tiene que
producir efectos respecto de todos.

Liebman, para resolver el problema en cuestin, propone una solucin que
descansa en la distincin que realiza entre la eficacia del fallo y la autoridad de cosa
juzgada. Seala el autor, que siendo dos cosas distintas la eficacia del fallo y la cosa
juzgada, y considerando que sta ltima, por texto expreso de ley (art.2 del C.C. y 177
N1 del C.P.C.) esta circunscrita a las partes y sucesores, mal puede extenderse a los
coacreedores y codeudores; pero la eficacia del fallo s va a alcanzar a los dems
titulares de la relacin solidaria, en razn de la manera en que ella est estructurada
de acuerdo al derecho sustantivo. En efecto, por tratarse la solidaridad de una relacin
jurdica de sujeto mltiple, lo decidido respecto de unos va a alcanzar a los otros, no ya
como cosa juzgada, pero s como eficacia del fallo. Consecuencia de esto es que para
los coacreedores y codeudores va a operar la eficacia del fallo desprovista de la cosa
juzgada, y por esto podrn ellos discutir lo fallado, ya que para ellos no concurren la
cualidad de irrevocable de la cosa juzgada. Entonces la sentencia afecta tanto al
coacreedor o codeudor que intervino en el juicio como a los dems, con la diferencia
que respecto del que fue parte, concurre la cosa juzgada y la eficacia del fallo, siendo
entonces lo decidido irrevocable a su respecto, mientras que para los que no fueron en
el juicio va a operar tan solo la eficacia del fallo, y para ellos lo decidido no revestir el
carcter de irrevocable y podrn en consecuencia discutir la decisin, si experimentan
un perjuicio jurdico proveniente de ella.

b) Hipoteca.

En relacin con la hipoteca, debemos analizar una situacin que demuestre con
extrema claridad como un fallo despliega su eficacia ms all de las partes, en relacin
del modo como estn estructuradas las relaciones jurdicas de acuerdo al derecho
sustantivo.

Conocemos, por una parte, el carcter de caucin real que reviste la hipoteca, y sus
funciones aseguradora del crdito del acreedor (arts.2407 y sgtes. del C.C.).
Sabemos, por otra parte, que la prelacin de crditos es el conjunto de normas que
determinan la manera y orden en que deben pagarse los varios acreedores de un
deudor. En el sistema de prelacin de crditos establecido en nuestro derecho, las
causas de preferencia son el privilegio y la hipoteca (art.2407 del C.C.) y los crditos
hipotecarios se encuentran comprendidos dentro de los crditos de tercera clase. Por
otra parte, sabemos que en caso de concurso de crditos hipotecarios, stos prefieren
en el orden de las fechas de su inscripcin (art.2477 y 2480 del C.C.).





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Es as entonces, que si se plantea la situacin consistente en ser declarada nula
la primera hipoteca por sentencia judicial, la segunda hipoteca pasar a ser la primera.
En este caso no hay extensin de la cosa juzgada mas all de las partes, ya que no
concurre para nada la identidad legal de personas exigida por nuestra ley (art.177 N1
del C.P.C.), sino que lo que ocurre es que, por existir una relacin jurdica vinculada a
la que ha sido objeto del fallo, lo decidido por este va a tener eficacia respecto de otras
personas. En el caso citado, respecto del segundo acreedor hipotecario y los
posteriores si los hay. Pero esto no ocurre porque haya extensin de la cosa juzgada
respecto a los dems acreedores hipotecarios, los cuales no han sido parte del
proceso, sino que dada la manera en que el derecho sustantivo ha reglamentado y
establecido el sistema de preferencia la declaracin de nulidad de la primera hipoteca
hace que la segunda pase a ser primera.

En este caso, adoptando la distincin de Liebman, podemos sealar que lo que se
ha extendido ms all de las partes, no es la cosa juzgada, sino la eficacia del fallo, es
decir, los efectos de la sentencia pero no su cualidad de inmutable es lo que ha
trascendido del mbito de las partes para afectar a terceros titulares de relaciones
conexas al mbito objetivo de la decisin.

El caso propuesto en relacin con la hipoteca, demuestra de manera clara que hay
casos en que el fallo despliega sus efectos ms all de las partes y que esto significa
extensin de la cosa juzgada a terceros, sino que extensin de la eficacia del fallo a
terceros titulares de relaciones conexas a las de las partes, en razn de la manera en
que se encuentran estructuradas dichas relaciones jurdicas de acuerdo al derecho
sustantivo.

c) Fianza, nulidad y resolucin.

A estas instituciones cabe aplicar anlogos principios que los expuestos en torno a
la solidaridad e hipoteca, no correspondiendo aqu desarrollar los temas ms
extensamente, ya que las disposiciones sustanciales a su respecto se vinculan a la
distincin de Liebman del mismo modo que a las obligaciones solidarias y a la
hipoteca, con algunas connotaciones diferenciadoras.

C.- LIMITES OBJETIVOS

Los lmites objetivos de la cosa juzgada han sido trazados por nuestro legislador a
travs de los elementos "cosa pedida" y "causa de pedir". Mediante ellos se tiende a
identificar el objeto de la litis, el bien de la vida cuya satisfaccin se pretende, a fin de
impedir que se vuelva a discutir acerca de l, entre las mismas partes, una vez que
hubiere recado sentencia firme.

a.- LA COSA PEDIDA

a) Concepto

Nuestro legislador se limita tan solo a establecer este elemento de los lmites
objetivos de la cosa juzgada, en el artculo 177 del Cdigo de Procedimiento Civil, al
sealar que: "La excepcin de cosa juzgada puede alegarse por el litigante que haya
obtenido en el juicio y por todos aquellos a quienes segn la ley aprovecha el fallo,
siempre que entre la nueva demanda y la anteriormente resuelta haya:.....2 Identidad
de cosa pedida". Ninguna norma se ha establecido para determinar en que consiste la
cosa pedida, y que debemos entender por identidad de objeto.




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De la simple lectura del precepto referido, pareciera desprenderse que lo exigido
por el legislador para que nos encontremos ante la concurrencia de este elemento, es
que la materialidad misma del objeto que se demanda sea idntica a la que se hubiere
pretendido en una demanda anteriormente resuelta.

Sin embargo, ello no es as. La doctrina y la jurisprudencia invariablemente han
sealado que el concepto de "objeto pedido" o "cosa pedida" lo constituye el
beneficio jurdico inmediato que se reclama y al cual se pretende tener derecho.
"La identidad ha de buscarse en el beneficio jurdico y no en la materialidad, ni puede
pretenderse que sta sea igual en sustancia y accidentes; y as, hay identidad entre
una demanda en que se pide la parte y otra en que se pide el todo, la hay entre una
demanda en que pide disminucin de precio por vicio de la cosa y otra posterior
fundada en los mismos hechos en que se pide la redhibicin de la venta; la hay entre
una demanda en que, fundndose en la calidad de heredero, se piden las cosas de la
herencia y otra en que se pida la herencia misma; en estos casos, no obstante la
similitud de la pretensin material, lo discutido ha sido lo mismo; la calidad de acreedor
en el primer caso; la existencia de vicio en el segundo y la calidad de heredero en el
ltimo".

Por ello es que para determinar si concurre identidad de cosa pedida no debemos
atender a la materialidad del objeto que se reclama, sino que al beneficio jurdico cuyo
reconocimiento se solicita mediante la interposicin de la demanda. Cuando la
pretensin discutida es la misma, existe identidad de cosa pedida no obstante que, a
travs de ella, se pretendan cosas materiales distintas. Por el contrario, no nos
encontramos en presencia de la identidad de objeto, cuando las pretensiones hechas
valer son distintas aunque ellas se hagan valer respecto de una misma cosa material.

Para aclarar esta idea, la doctrina ha dado sobre la materia el siguiente ejemplo:

a) Si reclamo la entrega de un reloj porque alego ser heredero de Juan, dueo del
bien, y pierdo el pleito, ms tarde no podr, porque se me opondr la cosa juzgada,
pedir la entrega de un caballo pretendiendo nuevamente ser heredero de Juan. En
ambas situaciones se solicita el mismo beneficio jurdico: reconocimiento de la calidad
de heredero.

b) Si pido que se me declare dueo del fundo "LOS JAZMINES" y pierdo el pleito, nada
se opone a que en otra demanda haga valer sobre el mismo fundo un derecho de
usufructo que pretendo tener. Porque si bien es cierto que se trata de la misma cosa
material, no lo es menos que el beneficio jurdico en uno y otro caso es distinto: en el
primero hubo cuestin sobre el derecho de propiedad y en el segundo sobre el
derecho de usufructo".

b) Identidad de cosa pedida.

Para los efectos de determinar si nos encontramos ante la concurrencia de este
elemento de la cosa juzgada, la primera operacin lgica que debemos realizar
consistir en determinar cual ha sido el objeto pedido, es decir, la pretensin cuya
satisfaccin se ha solicitado en los dos pleitos.

Dentro de nuestro ordenamiento jurdico, esta operacin no reviste mayor
complejidad, por cuanto a todo demandante le corresponde no slo la facultad, sino el
deber de fijar con claridad los propsitos y el alcance de la accin entablada y de




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expresar con igual claridad que declaracin es la que se pretende obtener de los
tribunales o en otros trminos, debe consignar en su libelo la causa de pedir y la cosa
pedida, sin cuyos supuestos la demanda ser incompleta.

En consecuencia, el objeto pedido habr que buscarlo en la parte petitoria de cada
demanda, la antigua y la nuevamente cursada. Si son iguales las pretensiones hechas
valer, habr identidad de cosa pedida.

Debemos tener presente, adems, que la sentencia necesariamente deber
pronunciarse acerca de aquello que hubiere sido solicitado por las partes, por cuanto el
art.160 del C.P.C. establece en forma perentoria que: "Las sentencias se pronunciarn
conforme al mrito del proceso y no podr extenderse a puntos que no hayan sido
expresamente sometidos a juicio por las partes, salvo en cuanto las leyes manden o
permitan a los tribunales proceder de oficio".

Determinado el objeto en el juicio sobre el cual ha recado sentencia firme y aquel
en el cual se pretende hacer valer la autoridad de cosa juzgada que emana de dicho
fallo, debemos proceder a efectuar una segunda operacin. Esta consiste en
determinar si los objeto pedidos en ambos asuntos son idnticos entre s.

"Para comprender en toda su amplitud la identidad del objeto es preciso poner en
relieve que al estatuir el legislador el principio de la autoridad de la cosa juzgada, ha
querido simplemente impedir nueva discusin sobre un proceso ya sentenciado; y ha
querido evitar, en cuanto ello sea posible, la contradiccin entre dos sentencias
judiciales.

En una palabra, la idea que debe servir de gua para saber si hay o no identidad de
objeto es la siguiente: al estatuir sobre el objeto de la demanda se expone el juez a
contradecir una sentencia anterior, declarando un derecho ya negado o negando un
derecho establecido en la precedente decisin?.

Si se expone a esta contradiccin hay identidad de objeto.

Dentro de la doctrina nacional, don Jos Bernardo Lira ha sealado al respecto que
"para resolver es preciso comparar la proposicin establecida en la sentencia con la
que expresa la pretensin que el demandante actual deduce: si esta proposicin no
contradice la primera, si puede coexistir con ella, la cuestin propuesta no est
decidida y la excepcin de cosa juzgada es, por consiguiente, inaplicable; si por el
contrario, la segunda proposicin choca con la primera, si hay incompatibilidad entre
ellas, la cuestin nuevamente propuesta estar decidida y es admisible la excepcin".

Dentro de este proceso de comparacin de objetos para determinar su identidad,
mucho se ha discutido acerca de aquellos casos en que se producen relaciones entre
ellos del todo o parte. Los romanos aplicaron en esta materia la mxima: la parte est
contenida en el todo. Pothier da cabida al concepto romano que la parte est
comprendida en el todo y deduce, por consiguiente, que la sentencia que rechaza el
todo produce cosa juzgada respecto de la demanda en que se solicita la parte.

La otra faz de este problema radica en determinar si una vez que se ha fallado en
un juicio denegando la satisfaccin de una parte de un objeto, es posible demandar
posteriormente el todo de ste, sin que pueda objetarse la demanda con la excepcin
de cosa juzgada emanada de la primera sentencia. El Digesto consignaba al respecto
"totum non est in parte"; el todo no est en la parte. Audry y Rau han sostenido que el




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litigio que versa sobre una parte comprende el todo, de suerte que el que hubiere
sido vencido en la demanda de una parte no podra reclamar el todo.

Cabe pensar, sin embargo, que al ser el objeto pedido una idea abstracta y no de
carcter estrictamente materialista es imposible sentar dogmas para resolver el
problema. La solucin es una cuestin de hecho que deber ser resuelto por el juez en
cada caso que ante l se presente, sopesando los antecedentes de los procesos en
que el problema se haya planteado. Para tal efecto, slo debe tenerse en cuenta que,
"si el bien garantizado en un caso puede concebirse aun sin el bien garantizado en
otro, hay diversidad objetiva de acciones. Un bien puede encontrarse en relacin de
ms o menos con otro bien; es cuestin de hecho el establecer caso por caso si la
negacin de uno significa la negacin de otro: cuando el bien menor puede ser
concebido no slo como parte del mayor,sino tambin por s,la negacin del bien
mayor no implica necesariamente negacin del bien menor.


b.- LA CAUSA DE PEDIR

a) Concepto

El ltimo elementos de la cosa juzgada se encuentra consignado en el N3 del
art.177 del C.P.C., el cual exige que para oponerse la cosa juzgada como excepcin,
medie entre la nueva demanda y la anteriormente resuelta la identidad de causa de
pedir.

La causa de pedir, a diferencia de lo que ocurre con la cosa u objeto pedido, ha
sido expresamente definida por nuestro legislador. Prescribe al efecto el inciso final del
art.177 del C.P.C. que "se entiende por causa de pedir el fundamento inmediato
del derecho deducido en juicio".

En doctrina se ha definido la causa de pedir como "el hecho jurdico o material que
sirve de fundamento al derecho que se reclama o a la excepcin que se opone
(Planiol); "la razn de derecho en virtud de la cual se reclama el objeto o cosa que se
pide en la demanda" (Fontecilla).

Dado que a travs de la definicin legal se acoge la concepcin clsica acerca de la
accin (derecho deducido en juicio), se puede sealar que causa de pedir es el hecho
material o jurdico que sirve de razn a la pretensin que se ha hecho valer". Es decir,
la causa no viene a ser sino que "la razn de la pretensin deducida en el juicio
anterior" (Couture).

Para clasificar el concepto acerca de la cosa juzgada se ha puesto por la doctrina el
siguiente ejemplo: si se demanda la entrega de una cosa a cuyo goce aspira el
demandante (objeto) en razn de haberla comprado (causa de pedir) y perdi el juicio,
nada se opondra a que instaurara un nuevo juicio alegando, ahora haber adquirido la
misma cosa, pero por herencia.

Del concepto dado acerca de la causa de pedir queda en claro que no puede
confundirse con los medios de prueba que se hacen valer para probar el hecho
jurdico que sirve de fundamento a la pretensin cuya satisfaccin se pretende lograr
en el proceso. Una demanda que solicita la satisfaccin de una pretensin que se
funda en el mismo hecho jurdico invocado en otro proceso anterior ya fallado, debe
ser rechazada aunque sostenga otros medios de prueba. "Si una persona pierde un




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juicio no puede reiniciarlo con posterioridad, basado en la misma causa de pedir an
cuando tratara de probar su demanda por medios de prueba distintos".


b) La identidad de causa de pedir


De la definicin legal de causa de pedir se desprende que en ella se encontrara
fundamentos de dos rdenes: inmediatos y mediatos. La dilucidacin de este problema
es previa a toda operacin que deba realizarse para determinar si respecto de la
causa de pedir concurre la identidad.

Frente a este problema se han formulado por los autores, funda- mentalmente dos
teoras:


a. Teora de la causa prxima o inmediata

Segn esta doctrina centrada en la nulidad y formulada por Toullier, reproducida por
Mercad y acogida en nuestra doctrina por Jos Bernardo Lira y Leopoldo Urrutia, la
causa de pedir la constituye slo la causa prxima o inmediata. Para nada importa que
las causas lejanas o remotas sean diferentes.

Para estos efectos, Toullier y sus partidarios, agrupan los vicios del consentimiento
que han de producir la nulidad de una convencin, en ciertas categoras o grupos.
Cada categora forma el fundamento inmediato de la accin de nulidad (causa
prxima) y, por consiguiente, constituye la causa de pedir de la accin de nulidad. Los
vicios del consentimiento, error, fuerza o dolo, que integran el grupo, son simple
fundamentos mediativos, (remotos) que no alcanzan la categora de una causa de
pedir. Ellos concurren slo a integrar la causa de pedir y a justificar su existencia.

Los partidarios de esta doctrina reconocen tres categoras de vicios:

Primera categora: vicios del consentimiento (causa prxima ac- ionis o
fundamentos inmediatos); error, fuerza y dolo (causa remota actionis o fundamentos
mediatos).

Segunda categora: vicios por incapacidad (causa prxima actionis o fundamentos
inmediatos); interdiccin, minora de edad (causa remota actionis o fundamentos
mediatos).

Tercera categora: vicios de forma (causa prxima actionis o fundamentos
inmediatos); omisin de formalidades (causa remota actionis o fundamentos mediatos).

De acuerdo a esta concepcin, para determinar cuando en dos de- mandas
concurre la identidad de causa de pedir,debe atenderse nica- mente a la causa
prxima (a la categora del vicio y no a la remota).

Cada vez que se deduce una demanda de nulidad por vicios del consentimiento,
fundndose en error, por ejemplo: los efectos de lo juzgado se extienden a todos los
dems vicios (fuerza y dolo) an cuando no se hayan hecho valer; de suerte que no
podra renovarse la accin de nulidad por fuerza o dolo, pues obsta a ello la identidad
de causa de pedir. En resumen, cada vez que se deduzca demanda por vicios




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comprendidos en una categora determinada de las tres causales de nulidad que se
reconocen, las sentencia produce cosa juzgada respecto de los vicios que
corresponden al grupo, an cuando no se hayan hecho valer en el juicio, en razn de
la identidad de causa.

Tratndose de las acciones reales, la de dominio en particular, la causa de pedir es
el derecho de propiedad abstracta y no el ttulo o modo de adquirir, como la venta, la
donacin, la prescripcin. Estos constituyen la causa remota y aquel la causa prxima.

Los defensores de esta doctrina, la fundamentan en que siendo una de las bases
de la cosa juzgada el deseo del legislador de poner fin a los juicios, se burlara este
propsito si se permitiera a las partes renovar su accin por cada vicio particular que
vieran aparecer en el acto de que se trate, con lo cual ellos no terminaran nunca y los
derechos no tendran jams seguridad. Abrir nueva causa, dice Mercad, por muy
lejana que sea, es decir, por todo medio nuevo, sera eternizar los procesos, reducir
las decisiones judiciales a no ser sino provisionales, destruyndose de esta suete, la
autoridad de la cosa juzgada.

Se justifica, adems, esta teora, porque el inters privado debe siempre
sacrificarse en provecho del inters general. Se estima que el perjuicio que sufren los
particulares con no producir nuevas demandas basadas en los vicios que slo vienen a
ser causas remotas de pedir, resultara siempre menor que el se ocasionara a la
sociedad con prosecucin de juicios indefinidos.

b) Teora de la causa exclusiva y remota

Esta es la moderna doctrina. Fue sostenida por Laurent y Planiol, entre otros y en
nuestro pas es acogida por la mayora de los autores contemporneos.

Se caracteriza porque no se hacen distingos entre causa prxima y remota, sino
que se acepta como causa de pedir el vicio particular que se hace valer en la
demanda, para fundamentar la pretensin. "Cada vicio, sea del consentimiento, de la
capacidad o la forma, que est reconocido por la ley, constituye una causa distinta de
pedir, de suerte que habr identidad de la causa nicamente cuando la nueva
demanda se funde en el mismo vicio en que se apoy la anteriormente resuelta.

"El criterio que ha de seguirse para encontrar la causa de pedir consiste en atender
a la decisin de los primeros jueces, esto es, a lo que en el caso concreto fue discutido
y resuelto.

"La nica solucin lgica para determinar la causa de pedir es atenerse nicamente
a lo que ha sido decidido por los primeros jueces. Cuando un contrato ha sido atacado
por error, el debate se centra nica y exclusivamente sobre la existencia y el carcter
del error. El dolo no ha sido mirado, su propio nombre ni siquiera ha sido pronunciado
en los debates, ni en el juzgamiento y habra cosa juzgada a su respecto. Es decir, que
una demanda especialmente limitada en su objeto es general en sus efectos. Laurent
demuestra la iniquidad de este sistema al sealar que el demandante ha podido
sucumbir porque el error cometido por l no era sustancial, pero descubre ms tarde
que este error ha sido causado por el dolo de la otra parte, lo que hara al contrato
anulable y se le podra oponer la cosa juzgada sobre este dolo del cual nadie se ha
ocupado".





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Por ello no hay identidad de cosa pedir si la causa remota o lejana es diferente en
ambas demandas, an cuando la causa prxima o inmediata sea la misma. As,
cuando la primera demanda se basa en la fuerza y la segunda en el dolo, no existe
identidad de causa de pedir, an cuando en ambas existe vicio del consentimiento.


Esta teora de la causa de pedir es la acertada dentro de nuestra legislacin y, en
general, respecto de cualquier ordenamiento jurdico, por cuanto:

1.- Da el realce necesario a cada uno de los vicios de nulidad que puedan afectar a un
acto jurdico, al no concebir stos como simples medios o argumentaciones de la
causa de pedir, como ocurre con la doctrina de la causa prxima de los agrupa en
clasificaciones antojadizas y arbitrarias.

2.- Da el realce exacto a la extensin que debe tener la cosa juzgada.

La sentencia ha de producir cosa juzgada slo respecto del conflicto que se ha
sometido a la decisin del Tribunal y jams debe revestir un carcter general, de modo
que importe el fallo de asuntos que no han sido siquiera sometidos por las partes a la
resolucin del tribunal.

En efecto, dentro de "nuestro Cdigo de Procedimiento Civil existen numerosos
preceptos que marginan el juez y lo conducen a fallar dentro de ciertos lmites.

As, por ejemplo, el demandante debe enunciar en forma precisa y clara las
peticiones que somete a la decisin del tribunal (art.254 No.5o. del C.P.C.).

El juez al recibir la causa a prueba debe fijar en la misma resolucin, "los hechos
sustanciales y controvertidos sobre los cuales debe recaer" (art.318 del C.P.C.).

El art.160 del CPC. es terminante:"Las sentencias se pronunciarn conforme al
mrito del proceso y no podrn extenderse a puntos que no hayan sido expresamente
sometidos a juicio por las partes".

El art.170 No.6, reforz ms an este mandato, al preceptuar que "la decisin del
asunto controvertido deber comprender todas las acciones y excepciones que se
hayan hecho valer en el juicio"; pero podr omitirse la resolucin de aquellas que sean
incompatibles con las aceptadas".

La omisin de este deber por parte de los jueces, es decir, que otorguen ms de lo
pedido por las partes, o si extienden su fallo" a puntos no sometidos a la decisin del
tribunal", constituye el vicio de casacin en la forma, de ultra petita, y la sancin para l
es la nulidad de la sentencia (art.768 No.4 del C.P.C.).

No podra interpretarse la ley en el sentido de obligar al juez a expedir una
sentencia nula por el vicio de ultra petita, al imponerle la obligacin de pronunciarse
sobre todos los vicios del consentimiento, siendo que el actor slo se limit a impetrar
la nulidad por error, y si slo sobre este punto vers la controversia, slo sobre este
punto vers la prueba y se rindi esta prueba sin que se mencionara en absoluto
ninguno de los otros vicios".

3.- No desconoce el principio de justicia en pro de la seguridad jurdica.





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Mediante el establecimiento de la cosa juzgada se persigue otorgar a los fallos
una fuerza que no slo tienda a disminuir el nmero de juicios, sino que evitar que
sobre un mismo conflicto puedan pronunciarse por los tribunales sentencias
contradictorias.


Constituira una injusticia permitir que, a travs de la extensin de la cosa juzgada a
hechos que no han sido formulados o debatidos, una persona viera menoscabado su
derecho sin siquiera haber tenido la posibilidad de ser oda en el proceso.

Nuestra jurisprudencia ha evolucionado sobre la materia hacia el reconocimiento de
la doctrina moderna y as ha declarado que, "la ley se limita a definir la causa de pedir
como el fundamento inmediato del derecho deducido en juicio sin atender a causas
mediatas o antecedentes remotos de la accin que se ejercita".

Dilucidado el problema acerca de la teora que rige en nuestro derecho, debemos
sealar, finalmente, que el proceso de comparacin que debe seguirse entre dos
causas para determinar su identidad, es semejante al que sealamos respecto del
objeto. Al respecto podemos indicar que "hay identidad de causa de pedir si las causas
de ambos pleitos se identifican de tal modo que para acoger la accin deducida en el
juicio sera indispensable aceptar la tesis jurdica que se desconoci en el fallo
anterior".

D.- LOS LIMITES DE LA COSA JUZGADA EN MATERIA PENAL

A. La triple identidad en el proceso penal

Al tratar la cosa juzgada civil, vimos que sta no opera sin discriminacin, de tal
modo que quede sujeta a ella cualquier acaecimiento judicial que ms tarde puede
producirse. El legislador, a base de la triple identidad consagrada en el art.177 del
C.P.C. fija las zonas a las cuales llega la fuerza expansiva del fallo.

En el proceso penal, la doctrina ha concluido que no es aplicable el citado art.177
para determinar los lmites de la cosa juzgada, puesto que ninguno de los elementos
de que se sirve para determinar la identidad del proceso civil se encuentran acordes
con la naturaleza del proceso penal.

Al respecto se ha sealado de modo general que "del texto del art.177 del C.P.C. se
desprende que esa disposicin reglamentaria de la triple identidad se refiere a la
materia civil. El intrprete no podr olvidar que en todas estas situaciones est frente a
un precepto que le habla de "demanda", de "litigantes que ha obtenido en juicio", etc. Y
no olvidar tampoco que se entiende por juicio una "contienda suscitada entre parte"
etc. y que llegamos a consecuencias deplorables cuando se pretende trasladar normas
del derecho privado al derecho pblico".

Mediante un anlisis ms especfico de los elementos de la triple identidad
podremos apreciar la validez de estas aseveraciones.

a.- La identidad legal de partes.

En el proceso penal el principal sujeto es el reo, hoy denominado imputado en el
nuevo sistema procesal penal .





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"Los lmites subjetivos de la cosa juzgada en lo que a las partes se refiere se
reducen en el proceso penal a la identidad del imputado, puesto que las partes
acusadoras son partes estrictamente procesales y en caso de tener una relacin en el
hecho punible, se les reconoce adems el carcter de parte material si dedujeren
querella, pero siempre actan en representacin de la sociedad para llegar a la
represin del mayor nmero de delitos.

"En el juicio criminal en que se ejercita la accin pblica, las partes estn
constituidas por el reo y la sociedad. Si un particular ejerce la accin pblica, no acta
como parte directa con inters propio, sino ms bien en representacin de la sociedad;
tan es as, que su desistimiento de la accin no obsta a que contine de oficio la
prosecucin del proceso.

"Por ello debemos rechazar en forma rotunda la incorporacin de la identidad legal
de personas al proceso penal. En l domina nicamente la identidad fsica del reo,
protagonista del proceso penal, y los conceptos de "imputabilidad", "culpabilidad" y
"responsabilidad" son estrictamente personales".

b.- La identidad del objeto pedido.

Ya vimos que en materia civil este elemento ha sido concebida como el beneficio
jurdico inmediato que se reclama y al cual se pretende tener derecho.

"En el proceso penal no existe, propiamente, "cosa pedida" en el sentido civilista.

Es cierto que, entre las menciones que debe tener la acusacin, el querellante
particular segn el artculo 427 del C.P.P., debe expresar en el escrito de acusacin
"las circunstancias que deben influir en la aplicacin de las penas y concluir
solicitando la imposicin de estas, expresa y determinadamente", pero esto no significa
pretender para s incorporar al patrimonio de los acusadores ningn beneficio jurdico,
ni que la pena les sea entregada.

"Por consenso unnime el "ius puniendi" pertenece slo al Estado y lo nico que
podra hacerse frente a esta potestad que hasta puede disponer de la vida de los
ciudadanos, es pedirle que ponga en ejercicio sus facultades y que aplique la pena que
la ley contempla al delincuente.

De modo, pues, que sera una incoherencia hablar, en materia penal, de cosa
pedida en el concepto que se tiene en los asuntos civiles".

c.- La identidad de causa de pedir.

Recordemos que en materia civil, "se entiende por causa de pedir el fundamento
inmediato del derecho deducido en juicio".

En otros trminos, la "causa de pedir" ("causa petendi") es la razn de derecho en
virtud de la cual se reclama el objeto o cosa que se pide en la demanda.

En el proceso penal no es tampoco aplicable la causa de pedir, porque no se puede
pedir lo que no existe. La ley ha entendido por causa de pedir el fundamento inmediato
del derecho deducido en juicio, y es claro que en proceso no est en juego ningn
derecho susceptible de representar un beneficio jurdico en favor de las partes.





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Adems, no podr sostenerse que hay identidad de causa de pedir en lo civil y en
lo penal porque la base de las acciones es el delito cometido.

En materia civil se trata en realidad de un fundamento de derecho, pero en materia
criminal no se trata de un derecho deducido sino de un hecho ilcito constitutivo de un
delito penal.

De lo cual es lgico concluir que si bien el hecho delictuoso que dio origen al delito
tiene un mismo e indivisible origen, no lo ser jams a ttulo de identidad de causa, que
obedece a un fundamento de derecho. Lo ilcito no constituye derecho.

"En suma, y desde cualquier punto de vista que se contemple la posibilidad de
aplicar los principios de la triple identidad en el proceso penal, debemos negar en
forma tajante semejante pretensin.

Felizmente, la jurisprudencia de la Corte Suprema ha sido terminante para sostener
la inaplicabilidad de la triple identidad en materia criminal, si bien los argumentos que
se han dado son bastante escuetos y giran slo alrededor de los artculos 178, 179 y
180 del Cdigo de Procedimiento Civil, con los cuales el legislador reglament la cosa
juzgada en lo criminal y por lo tanto no es dable acudir al artculo 177 destinado a la
materia civil".

B. Los lmites de la cosa juzgada en el proceso penal.

El hecho de no aplicarse dentro del proceso penal el art.177 del C.P.C. no importa
que la cosa juzgada que emana de la sentencia que en l se dicte produzca efectos sin
limitacin alguna.

El concepto de identidad es de la esencia de la cosa juzgada. En consecuencia,
para trazar los lmites que tiene sta dentro del proceso penal debemos determinar
cuales son los elementos de este que nos permitan realizar la comparacin lgica
entre dos fallos para determinar su identidad.

En el proceso penal, desde el inicio hasta su fin, existen dos elementos que
siempre deben tenerse presente por el juez para emitir un pronunciamiento: el hecho
punible y la persona del procesado. En efecto, "el art.76 del C.P.P. nos presenta las
bases del Sumario cimentadas en la determinacin de los hechos constitutivos de
delito y la persona que los hubiere realizado.

El art.108 del mismo Cdigo dispone que el hecho punible es el fundamento de
todo fundamento de todo juicio criminal. El art.102 dispone que si no constituyen delito
los hechos expuestos en la querella, el juez no le dar curso, y dictar, al efecto un
auto motivado. El art.106 vuelve a realzar el hecho punible al referirse a la pesquisa de
oficio, etc.

En el Ttulo III del Libro II se reglamentan cuidadosamente los medios de
comprobacin. Son tan numerosos los preceptos que aluden al hecho punible, que
bien podramos decir que todo el proceso penal se desenvuelve alrededor del hecho
punible, al que se une en seguida la presencia de la persona que lo cometi.

As, para detener a una persona se exige la comprobacin de un hecho que
presente los caracteres de un delito y fundadas sospechas para reputar autor,
cmplice o encubridor a aquel cuya detencin se ordena (art.255 N1).




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Y para someter a proceso al inculpado y declararlo reo, se precisa que est
comprobada la existencia del delito (hecho punible) y que aparezcan presunciones
fundadas que el inculpado ha tenido participacin en el delito.

La acusacin deber contener una exposicin breve y precisa de el o los delitos
que pretende cometidos (art.427), y en la sentencia una exposicin breve y sintetizada
de los hechos que dieron lugar a la formacin de la causa (art.500 N3 del C.P.P.): las
consideraciones en virtud de las cuales se dan por probados o no probados los hechos
atribuidos a los reos (art.500 N4); y por ltimo, el juez, en presencia de tales hechos,
califica el delito (art.500 N5 del C.P.P.) y la resolucin final que condena o absuelve a
cada uno de los reos, por cada uno de los delitos perseguidos (art.500 N7).

Por lo que respecta a la identidad del procesado, son numerosas y notables las
preocupaciones legales, a fin de individualizar la persona del delincuente.

El Ttulo VII del Libro II. 1 parte, denominado "De la identidad del delincuente y sus
circunstancias personales", est ntegramente destinado, como su nombre lo indica, a
individualizar al procesado.

Adems, el art.321 obliga a dejar constancia de los siguientes datos personales:
"nombre, apellido paterno y materno, su apodo si lo tuviere, edad, lugar de nacimiento
y de su residencia actual, estado, profesin, oficio o modo de vivir, si ha sido
procesado anteriormente, por qu, en que juzgado, que pena se le impuso, si la
cumpli, si sabe leer y escribir y si conoce el motivo de su detencin".

De la exposicin que hemos hecho surgen, pues, dos elementos relevantes, que
constituyen la mdula de la decisin que el juez debe hacer en la sentencia: el hecho
punible y la persona a quien se atribuye la ejecucin o participacin de ese hecho".

En mrito de los expuesto, se puede -al igual de lo que acontece respecto de la
cosa juzgada civil-, apreciar respecto de la cosa juzgada penal un lmite subjetivo, que
dice relacin con las partes intervinientes en el proceso, y un lmite objetivo, que dice
relacin con el objeto sobre el que ha de pronunciarse la sentencia.

a) Lmite Subjetivo: El lmite subjetivo de la cosa juzgada en lo que a las partes se
refiere se reduce en el proceso penal a la identidad del imputado, por cuanto
cualquiera que sea la persona que hubiera hecho valer la accin, sta no acta ms
que como un representante de la sociedad en el proceso haciendo valer la pretensin
punitiva que se origina por la comisin de un delito.

"Para que la vinculacin se produzca es necesario que el sujeto pasivo de la
pretensin punitiva que se pretenda deducir en un proceso penal sea al mismo de la
pretensin punitiva que se decidi en el proceso penal acabado".

La identidad que se requiere respecto del imputado en el proceso penal
siempre es fsica y no legal. En efecto, el art.39 en su inc.2 del CPP y el inciso 2
del art. 58 del Cdigo Procesal Penal disponen que "la responsabilidad penal slo
puede hacerse efectiva en las personas naturales. Por las personas jurdicas
responden los que hayan intervenido en el acto punible, sin perjuicio de la
responsabilidad civil que las afectare". Adems las personas naturales que se
imposibiliten para obrar en el proceso no pueden ser representadas por un tercero ya
que ello es causal de suspensin o trmino del procedimiento segn la naturaleza que




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sta reviste (arts.408 N5 y 409 N3 del C.P.P.y 250 letra d) y 252 letra c) del
Cdigo Procesal Penal).

Finalmente, "la cosa juzgada penal obliga frente a todos, hayan sido o no partes en
el proceso ya decidido; de tal manera que un proceso en que no haya sido parte el
acusador particular impide a los que hubieran podido serlo interponer de nuevo la
pretensin porque es inadmisible la pretensin punitiva; punto ste en que, como en
otros muchos, la cosa juzgada penal se separa radicalmente de la concepcin de la
misma en el proceso y en el Derecho Procesal Civil, donde la cosa juzgada, salvo los
supuestos excepcionales, no tiene efectos "erga omnes" sino slo entre las partes
mismas, en virtud del principio "eadem personae".

Cuando un hecho ha sido llevado a cabo por ms de una persona, sin que en el
proceso correspondiente se haya producido el litisconsorcio de imputados; o aunque
ste se haya producido, el litisconsorcio no abarque a la totalidad de las partes
materiales, los que no hayan sido imputados en el proceso pueden serlo por el mismo
hecho, sin que sobre ellos surta efecto la cosa juzgada ms que en el supuesto que la
pretensin se hubiere desestimado por una causa objetiva, y no en cualquier otro
caso".

Pero no basta la sola identidad fsica del imputado entre el proceso afinado y el que
se pretende iniciar para que nos encontremos en presencia de la cosa juzgada, sino
que es preciso que concurra la identidad del hecho punible respecto de ambos.


b.- Lmite objetivo

En el proceso penal la llamada "eadem res" no puede hallarse ms que en el hecho
que sirve de fundamento a la pretensin punitiva y que, estimado o no en la sentencia,
hay que buscarlo en el fundamento fctico de la misma y no en su fallo.

Slo cuando la pretensin resuelta y la que se pretende interponer se basa en el
mismo hecho entendido como evento material, se produce, en virtud del efecto de la
cosa juzgada, la inadmisibilidad de la pretensin en un segundo proceso.


a. Individualizacin y apreciacin de la identidad del hecho.

El concepto jurdico procesal del hecho no coincide con el concepto
jurdico-material en el sentido penal; la identificacin del hecho no se produce por su
calificacin ni por la entidad o cuanta de la pena pedida; sino por la identidad de un
acaecer histrico, individualizado en su unidad natural y no en la jurdico penal, de que
se pretende sacar consecuencias jurdico penal, cualquiera ellas sean.

La determinacin del hecho material por el cual se juzga al acusado necesariamente
ha de encontrarse determinado en la sentencia definitiva que se dicta en el proceso
penal. En efecto, el art.500 del C.P.P. dispone en sus nmeros 3 y 4 que "la sentencia
definitiva de primera instancia y la de segunda que modifique o revoque la de otro
tribunal, contendrn: 3 Una exposicin breve y sintetizada de los hechos que dieron
origen a la formacin de la causa, de las acciones, de los cargos formulados contra los
reos, de las defensas y de sus fundamentos; y 4 Las consideraciones en cuya virtud
se dan por probados o por no probados los hechos atribuidos a los reos; o los que




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stos alegan en su descargo, ya que negar su participacin, ya para eximirse de
responsabilidad, ya para atenua sta".

En el nuevo sistema procesal penal, respecto de la sentencia definitiva penal,
se contempla en la letra c) del artculo 342 del Cdigo Procesal Penal que debe
contener La exposicin clara, lgica y completa de cada uno de los hechos y
circunstancias que se dieren por probados, fueren ellos favorables o desfavorables al
acusado, y de la valoracin de los medios de prueba que fundamentaren dichas
conclusiones de acuerdo con lo dispuesto en el artculo 297;

En consecuencia, en la sentencia definitiva que se dicte en el procedimiento penal
debe exponerse en forma breve y sintetizada los hechos por los que se juzga al
imputado, efectuado las consideraciones en que se basa para darlos por probados o
no. Hecha valer la excepcin de cosa juzgada en el juicio, esos hechos determinados
en la sentencia ejecutoriada son los que debern compararse con aquellos en que se
basa la nueva pretensin punitiva.

b. Calificacin jurdica de los hechos.

Cualquiera que sea la calificacin jurdica que se pretenda asignar en el segundo
proceso en relacin con la del primero, si el hecho es el mismo se produce el efecto de
cosa juzgada.

Ello se explica teniendo en cuenta que en el proceso penal, a diferencia de lo que
ocurre en el civil, la pretensin es examinada desde todos los puntos de vista, es decir,
el tribunal no slo resuelve la calificacin que a los hechos han dado las partes
acusadoras y acusadas, en su caso, sino que puede proponer una calificacin jurdica
distinta cuando estime que aquella no se ha realizado conforme a derecho.

Esta amplia competencia del tribunal del crimen para calificar los hechos se
encuentra reconocida en el art. 527 del C.P.P. al prescribir que "el tribunal de alzada
tomar en consideracin y resolver las cuestiones de hecho y de derecho que sean
pertinentes y que se hallen comprendidas en la causa, aunque no haya recada
discusin sobre ellas ni las comprenda la sentencia de primera instancia. Como
consecuencia de ello, la sentencia es dada ultra petita slo cuando se extiende a
puntos inconexos con los que hubieren sido materia de la acusacin y defensa (art.
541 N10 del C.P.P.). El tribunal en el juzgamiento agota el debate acerca de la
calificacin jurdica y goza de amplias atribuciones para ello, puesto que puede dar en
la sentencia definitiva una calificacin jurdica diferente a los mismos hechos que
sirvieron de base a la acusacin, sin incurrir en ultra petita.

En consecuencia, una vez ejecutoriado el fallo, ser improcedente pretender la
modificacin de la calificacin de los hechos en un nuevo proceso, puesto que a ello
opondr la cosa juzgada. As lo ha reconocido nuestra jurisprudencia al declarar que
"incurre en la causal de casacin del N1 del art.541 del Cdigo de Procedimiento
Penal la sentencia que condena a una persona como autora del delito de uso malicioso
de instrumento mercantil falso, si con anterioridad, por sentencia ejecutoriada se
absolvi a esa misma persona, no por no haber tenido participacin en el hecho, sino
que por no haberse comprobado el cuerpo del delito de falsificacin de ese
instrumento".

En el nuevo proceso penal no se confiere la misma amplitud del antiguo
sistema para los efectos de condenar, contemplndose limitaciones en semejante




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sentido para que el tribunal pueda condenar, no slo porque siempre los hechos
deben ser los que se encuentran contenidos en la acusacin( art. 341 inc. 1), sino
que adems porque solo puede dar al hecho una calificacin jurdica distinta de
aquella contenida en la acusacin o apreciar la circunstancia de causales
modificatorias agravantes de la responsabilidad penal no incluidas en ellas, siempre
que hubiere advertido a los intervinientes durante la audiencia. Si durante la
deliberacin uno o ms jueces consideraren la posibilidad de otorgar a los hechos una
calificacin distinta de la establecida en la acusacin, que no hubiere sido objeto de
discusin durante la audiencia, debern reabrirla, a objeto de permitir a las partes
debatir sobre ella.( arts 341 incs 2 y 3).La violacin de estos limites en la
determinacin del hecho o en su calificacin jurdica y circunstancias agravantes
constituye un motivo absoluto de nulidad conforme a lo previsto en la letra f) del
artculo 374 del Cdigo Procesal Penal.
9


XII. PARTE DE LA SENTENCIA QUE PRODUCE COSA JUZGADA

Los lmites de la cosa juzgada presentan, en otro aspecto, un problema que reviste
especial importancia. Este consiste en saber si produce cosa juzgada la totalidad del
fallo o slo la parte resolutiva de ste.

Respecto al problema se han formulado fundamentalmente dos teoras:

a) Teora Clsica

Segn esta teora, expuesta por Savigny, la sentencia constituye una unidad en que
considerandos y resolucin se integran y complementan en forma inseparable, de
donde se sigue que, con arreglo a ella, la cosa juzgada abarca conjuntamente la parte
resolutiva y considerativa de la sentencia.

"La sentencia es un todo nico e inseparable; entre los fundamentos y lo dispositivo
media una relacin tan estrecha que unos y otros no pueden ser nunca desmembrados
si no se desea desnaturalizar la unidad lgica y jurdica de la decisin".

b) Teora Moderna

Opuesta a la teora clsica, se encuentra otra moderna que sostiene "que slo lo
dispositivo de la sentencia es lo que constituye el objeto de la decisin; el Estado, que
tiene por intermedio de sus rganos un querer jurdico, no tiene, sin embargo, un modo
oficial de razonar; las premisas o motivos de la decisin constituyen un modo de
fiscalizacin sobre los procesos intelectuales del juez en la formacin lgica de la
sentencia, puede la sentencia ser adecuada en lo dispositivo y ser errnea en los
motivos, en cuyo caso habra una verdadera colisin dentro de la propia estructura
interna de la cosa juzgada; y por ltimo, las premisas y fundamentos, que son tan slo
un antecedente lgico el fallo, no pueden normalmente constituir cosa juzgada porque

9
Debemos tener presente que se ha sealado que en general, se afirma que existir identidad entre la persecucin penal y,por lo
tanto, infraccin de la garanta, cuando concurran tres identidades o correspondencias: 1) identidad de persona ( eadem
persona); 2) identidad de objeto ( eadem res) ; y 3) identidad de motivo de persecucin ( causa petendi).La identidad de
persona suele ser resuelta pacficamente , exigindose que exista identidad fsica, es decir, que se trate del mismo imputado en
una y otra persecucin penal. La identidad objetiva esta referida al hecho imputado. La regla que preside este punto es que debe
prescindirse de toda valoracin jurdica del hecho. De esta manera se impide que, invocando una calificacin jurda distinta,
pudiera llegar a burlarse el principio.La identidad de causa se refiere, finalmente, y a nuestro modo de ver, a la pretensin punitiva,
de tal manera que no existir infraccin al principio si la pretensin de uno de los procesos no es la aplicacin de una sancin
penal, sino una reparacin civil o una sancin disciplinaria, por ejemplo. Julin Lpez Masle. Principios y garantas del sistema
procesal penal chileno. Mara Ins Horvitz L. Julin Lpez Masle. Derecho Procesal Penal Chileno. Tomo I. Pgs 88 y 89. Editorial
Jurdica de Chile Mayo 2002.




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sta es, en ltimo trmino, una forma especial de autoridad que adquiere la
sentencia como acto de voluntad".

El mrito de la cosa juzgada se circunscribe a la parte resolutiva, porque "el juez en
cuanto razona no representa al Estado que garantiza a alguien un bien de la vida en el
caso concreto; y slo a esto puedo extenderse la autoridad de lo juzgado; con la
sentencia se llega nicamente a la certeza de la existencia de una tal voluntad".

Sin embargo, debemos tener presente que, de acuerdo con esta teora, a los
motivos o fundamento del fallo no debe negrseles todo valor; por cuanto ellos
"pueden utilizarse ampliamente como elementos de interpretacin de los pasajes poco
claros de lo dispositivo del fallo. Ello significa, que siendo los fundamentos un
antecedente lgico de la decisin, debe reinar entre una y otra parte, la debida
correspondencia y armona, y la oscuridad de una se ilustra con la claridad de la otra.
Ambas partes se prestan, recprocamente, puntos de apoyo que aseguran la
inteligencia de todo el conjunto.

En este sentido, desde un punto de vista estrictamente interpretativo, los
antecedentes lgicos de la decisin tiene una eficacia semejante a los antecedentes
de todos los actos jurdicos: al debate parlamentario para interpretar la ley; a los
fundamentos del acto administrativo; a los actos de los contratantes en los negocios
bilaterales; a las aclaraciones previas del testador en el acto de disposicin de ltima
voluntad, etc.

Hasta debe admitirse que la necesidad de acudir a los motivos es absoluta en
ciertas circunstancias. As por ejemplo, en las sentencias que absuelven pura y
simplemente de la demanda; nunca ser posible determinar el alcance exacto de la
cosa juzgada, y, en especial, el objeto y la "causa petendi" sin acudir a la motivacin
de la sentencia. As lo ha reconocido nuestra jurisprudencia al declarar que "por regla
general, el fallo de la cuestin debatida, en la causa, se encuentra en la parte
resolutiva de la sentencia y no en sus considerandos. Sin embargo, en algunos casos
es menester ocurrir al contexto de ellos para determinar qu es lo que el tribunal
sancionador ha entendido como cuestin controvertida por las partes y cul ha sido,
por lo tanto, lo resuelto en el fallo".

Pero el valor de antecedente ilustrativo de los fundamentos, no significa en manera
alguna que esos antecedentes pasen tambin en cosa juzgada. De sostenerse que los
motivos pueden llegar a pasar en cosa juzgada, todo litigante, an cuando haya
triunfado, debera deducir apelacin contra la sentencia si no quiere que maana esos
motivos, an cuando equivocados pudieren volverse contra l con la fuerza de la cosa
juzgada.

Ello no sera procedente de exigir, por cuanto si la decisin lo favorece, a pesar de
fundarse en motivos errneos, no experimentara un agravio que justificase su
oposicin.

Debemos tener presente que en estos ltimos aos, parte de los autores ha
experimentado un vuelco hacia la doctrina clsica, insistiendo en que la sentencia
constituye una unidad.








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XIII. CLASES DE COSA JUZGADA

La cosa juzgada constituye un concepto de carcter unitario. Sin embargo, puede
estudiarse desde diversos aspectos para los efectos de precisar la forma en que ella
opera.

A) EN CUANTO A LOS EFECTOS QUE GENERA RESPECTO DE LAS PERSONAS.

Desde este punto de vista,la cosa juzgada suele clasificarse en:

a) Cosa juzgada relativa y cosa juzgada absoluta.

Cosa juzgada relativa es aquella que afecta slo a las partes que hubieren
formado parte de la relacin procesal respecto de la cual se hubiere dictado la
sentencia que la genera.

Cosa juzgada absoluta es aquella que produce efectos respecto de todo aquel
que promueve la cuestin que hubiere sido resuelta.

El anlisis de esta especie de cosa juzgada fue realizado al referirnos a su carcter
de relatividad, por lo que no ahondaremos mayormente sobre el particular.

b) Cosa juzgada directa y refleja

Cosa juzgada directa es aquella que afecta a las partes que hubieren promovido el
conflicto concurriendo los lmites que establece el artculo 177 del C.P.C.

Cosa juzgada refleja es el efecto de la sentencia respecto de aquellas que sin
haber sido partes en el proceso en que ella recay, los afecta por formar parte de una
relacin jurdica conexa o dependiente a aquella resuelta en el fallo.

El anlisis de esta especie de cosa juzgada se efectu al tratar la eficacia de la
sentencia respecto de terceros, por lo que no entraremos en mayores explicaciones al
respecto. Por lo dems, es ms propio el enfoque del problema en la forma all
abordada y no dentro de una clasificacin que solo se seala, porque habitualmente se
alude a ello.

B) EN CUANTO A LA EFICACIA DEL PROCESO DEL CUAL EMANA EL FALLO
QUE GENERA LA COSA JUZGADA

Desde este punto de vista, la cosa juzgada se clasifica en cosa juzgada real, cosa
juzgada aparente y cosa juzgada fraudulenta.

a. Cosa juzgada real es aquella que emana de la sentencia dictada en un proceso
vlido.


b. Cosa juzgada aparente es aquella que emana de una sentencia pronunciada de
un proceso al cual le falta un requisito de existencia.

Para que las sentencias dictadas dentro de los procesos adquieran la autoridad de
cosa juzgada, se requiere que ellas emanen de un proceso vlido, o que adoleciendo




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de vicios sean ellos subsanables a travs de la preclusin del sistema de
impugnaciones.

Sin embargo, existen casos en que el proceso no existe (falta de jurisdiccin por
ejemplo), o existe, pero es nulo y no pueden llegar jams a ser eficaz (por ejemplo falta
de emplazamiento). En tales casos nos encontramos ante la materialidad de un
expediente, del cual emanar, en apariencia, la autoridad de cosa juzgada de la
sentencia que se ha dictado, pero ella siempre se encontrar sujeta a impugnacin,
por cuanto "para que se produzca la cosa juzgada es preciso que la sentencia haya
sido dictada en forma legal, o sea, sin contrariar los preceptos de orden pblico que
reglan la tramitacin de los juicios".

Ejemplo tpico de procesos aparentes es la falta de emplazamiento regulada en los
arts.80, 182 y 234 inciso 2 del C.P.C. Sin este concepto de cosa juzgada, resulta
inexplicable la posibilidad de anular un proceso una vez firme la sentencia. Ello ha
ocurrido en Chile, reiteradamente, en los juicios sobre nulidad de matrimonio.

El paso en aparente autoridad de cosa juzgada de una sentencia, no sanea los
vicios de existencia y validez del proceso, derivado de su incorrecta constitucin. As,
si hubieran mediado defectos de presupuestos procesales (falta de jurisdiccin o de
competencia absoluta, o incapacidad, tambin absoluta, de las partes, etc.), o si el
demandado no hubiere sido emplazado, podr pedirse posteriormente la declaracin
de la inexistencia o la nulidad de todo lo obrado, segn los casos, por los medios que
otorgan la ley (incidente de nulidad de todo lo obrado por falta de emplazamiento,
correspondiente excepcin en sede ejecutiva, recurso de casacin en la forma, recurso
de queja o simple queja), como resulta en nuestro ordenamiento jurdico de diversos
preceptos de la Constitucin Poltica del estado; 1, 108, 536 y 540 del C.O.T. y 80 del
C.P.C., entre otros.

b. Cosa juzgada fraudulenta o colusoria

Dentro de la doctrina se denomina proceso fraudulento a aquel en que las partes,
para conseguir determinados efectos que no podran obtenerse de otro modo,
proceden a ponerse de acuerdo para fingir entre ellas una pugna que en realidad no
existe (cosa juzgada colusoria), o se valen de medios ilcitos para lograr dentro del
proceso la dictacin de una sentencia que les favorezca (cosa juzgada fraudulenta
propiamente tal).

Dentro de nuestra legislacin, no existen disposiciones de carcter general que
tengan por objeto impedir integralmente la cosa juzgada colusoria, sino que se
contemplan disposiciones aisladas para precaver esta clase de maniobras. As por
ejemplo nuestro Cdigo Civil al referirse a la prueba del estado civil, en su artculo 316
dispone que, "para que los fallos de que trata en el artculo precedente produzcan los
efectos que en l designan (esto es, "erga homnes") es necesario;

1.- Que hayan pasado en autoridad de cosa juzgada;
2.- Que se hayan pronunciado contra legtimo contradictor;
3.- Que no haya habido colusin en el juicio".


"Debemos entender por colusin el convenio fraudulento y secreto que hace el
demandante con el demandado para conducirse en el pleito en forma de alcanzar una
sentencia en determinado sentido en perjuicio de un tercero.




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La colusin importa, pues, una maquinacin fraudulenta; constituye un delito; y los
actos en que incide son nulos. Descubierta la colusin desaparece la presuncin de
verdad atribuida a la sentencia y no sera posible aplicarla a quienes no litigaron y en
contra de los cuales, tal vez se coludieron los litigantes".

Otro caso semejante nos presenta el artculo 2.460 del Cdigo Civil que atribuye a
la transaccin los efectos de cosa juzgada, y no obstante, admite su impugnacin:
cuando ha sido obtenida por ttulo falseados y, en general, por dolo (artculo 2.453) o
cuando se fund en un ttulo nulo (art.2.454) o versa sobre derechos ajenos o
inexistentes (art.2.452).

Otras prevenciones en contra del fraude, las encontramos en el art.523 inciso 1 del
C.P.C. al exigir al tercerista de dominio que ste conste en instrumento pblico
otorgado antes de la fecha de la interposicin de la demanda ejecutiva.

Pero estas prevenciones son slo aisladas, puesto que en nuestro derecho existe
un temor reverencial hacia la institucin de la cosa juzgada, siendo su autoridad
respetada incluso ante demostraciones patentes de la ilicitud de los medios a travs de
los cuales ella se ha obtenido. La ms clara demostracin de este aserto, dentro de
nuestra legislacin, la constituye el art.331 del C.O.T., el cual prescribe que "ni en el
caso de responsabilidad criminal ni el caso de responsabilidad civil la sentencia
pronunciada en el juicio de responsabilidad alterar la sentencia firme".

Es verdad que la institucin del mal llamado recurso de revisin tiende a remediar
los inconvenientes de la cosa juzgada fraudulenta o colusoria pero esto no es
suficiente. "Su reglamentacin es incompleta con las exigencias de la victima de la
colusin, que ya est actuando en juicio para hacerse cargo de dos juicios ms: uno
para obtener las exigencias previas que exige el art.810 y otro, el de revisin ante la
Corte Suprema, para obtener la nulidad de la sentencia (art.815 del C.P.C.)". Adems,
es una accin de derecho estricto, puesto que en cuanto a su procedencia se
encuentra enmarcada dentro de causales taxativas y su ejercicio limitado por los
diversos trmites que deben realizarse para hacerla efectiva.

En consecuencia, pensamos que la cosa juzgada fraudulenta o colusoria no ha sido
reglamentada adecuadamente en nuestra legislacin y deberan introducirse las
reformas necesarias para hacer ms expedita su impugnacin.

C. EN CUANTO A LA MAYOR O MENOR INTENSIDAD CON QUE SE DESPLIEGAN
LOS EFECTOS DE LA SENTENCIA

Desde este punto de vista se habla de cosa juzgada sustancial o material, cosa
juzgada formal o procesal y cosa juzgada sustancial provisional.

Para los efectos de distinguir claramente entre la cosa juzgada sustancial y formal
es menester recurrir a los conceptos de inimpugnabilidad e inmutabilidad de las
resoluciones judiciales.


La resolucin judicial es inmutable cuando no se puede con posterioridad iniciar
ningn otro proceso destinado a desconocer lo que se ha resuelto anteriormente en
otro que se encuentra afinado.





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La resolucin judicial es inimpugnable cuando han precludo todos los recursos
destinados a obtener la modificacin de ella en el proceso dentro del cual se dict.

La cosa juzgada formal es la cualidad de los efectos de una sentencia consistente
en la inatacabilidad de ella en virtud de haber precludo los medios de impugnacin en
su contra.

A partir del agotamiento de los medios de impugnacin comienza a jugar la cosa
juzgada formal.

Slo una vez que han precludo los medios de impugnacin en contra de una
resolucin judicial se produce la inatacabilidad de la sentencia, puesto que para que se
genere esa cualidad de los efectos de la sentencia es menester que ella se encuentre
firme o ejecutoriada. La cosa juzgada formal es el supuesto necesario de la cosa
juzgada sustancial o material.

La cosa juzgada formal se dice que constituye la mxima preclusin.

En todo procedimiento inspirado en el orden consecutivo legal juega la preclusin.
Hay cosa juzgada formal durante todo el curso del procedimiento y se van sentando
las bases de la ininpugnabilidad. P. Ej. Si respecto de la resolucin que recibe la causa
a prueba no se pide reposicin con apelacin en subsidio dentro del plazo legal, queda
ejecutoriada esa resolucin y se produce cosa juzgada formal dentro del juicio.

Es claro que toda sentencia final estar constituida sobre la base del juego
permanente de la cosa juzgada formal durante el curso del procedimiento.

Si las partes dejan transcurrir los plazos para interponer recursos en contra de la
sentencia definitiva, sta desde ese instante adquiere el carcter de inimpugnable,
puesto que todas las facultades procesales vinculadas a la decisin de un conflicto se
han extinguido.

La imposibilidad de atacar u obtener la modificacin de una sentencia se puede
apreciar en dos aspectos:

a) Imposibilidad de modificar una resolucin en el mismo procedimiento en que sta
se dict (inimpugnabilidad); y

b) Imposibilidad de modificar una resolucin en otro procedimiento posterior a aquel
en que aquella se dict (inmutabilidad).

Existir la cosa juzgada sustancial o material cuando a la condicin de
inimpugnable en el mismo proceso, se une la inmutabilidad de la sentencia en
otro juicio posterior.

De ah que la cosa juzgada formal es un presupuesto de la cosa juzgada sustancial,
puesto que constituye un antecedente necesario sin el cual no es posible llegar a sta.

No puede existir cosa juzgada substancial sin cosa juzgada formal, porque a la
primera no se llega sin la preclusin de todos los medios de impugnacin.

La regla general en nuestro derecho conforme a lo previsto en el art.175 del C.P.C.
es que las sentencias definitivas e interlocutorias firmes o ejecutoriadas producen cosa




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juzgada sustancial. Ello significa que todos esos fallos una vez ejecutoriados (Cosa
juzgada formal), producen cosa juzgada sustancial, salvo que el legislador los hubiere
excluido expresamente de esta clase de efectos.

En la cosa juzgada sustancial su intensidad es tal que la inmutabilidad de la
sentencia se proyecta hacia todos los procesos futuros en que concurre la triple
identidad y adems produce plenos efectos en el juicio en que se dict.

En cambio, la cosa juzgada formal tiene como caracterstica que su inmutabilidad
slo juega dentro del procedimiento en que se dict la resolucin correspondiente. En
la cosa juzgada formal, el legislador ha limitado los efectos de la inmutabilidad slo al
proceso en que se dict la resolucin, posibilitando la iniciacin de procesos
posteriores en que concurre la triple identidad para obtener una resolucin
modificatoria de la anterior.

En la cosa juzgada formal, a pesar de concurrir la triple identidad, se puede revisar
en un juicio posterior la sentencia ejecutoriada. Pero si en el plazo que seale la ley no
se ejercita esa facultad lo que naci como cosa juzgada formal se transforma en cosa
juzgada sustancial.

En la cosa juzgada formal, existe siempre una disposicin legal expresa en que se
atena la inmutabilidad del fallo, permitindose su revisin en un proceso posterior.

Los casos en que existira cosa juzgada formal segn el parecer de la doctrina
seran los que se indican a continuacin, los que pasamos a analizar uno a uno para
establecer la exactitud de ese aserto.

a) La reserva de acciones por el ejecutante y de excepciones por el ejecutado,
en el juicio ejecutivo, para un juicio ordinario posterior.

La sentencia dictada en el juicio ejecutivo, una vez que se encuentra firme, produce
cosa juzgada sustancial tanto respecto de otro juicio ejecutivo como de otro juicio
ordinario posterior segn se colige de los arts.477 y 478 del C.P.C. As lo ha resuelto
nuestra jurisprudencia al sealar que "la sentencia del juicio ejecutivo produce cosa
juzgada sustancial en el ordinario, tanto respecto del ejecutante como del ejecutado, y
por lo tanto, no puede aceptarse en un juicio ordinario posterior prueba alguna
encaminada a obtener alterar lo resuelto en el juicio ejecutivo anterior".

Sin embargo, nuestro legislador, dado el carcter breve y sumario que reviste la
fase de conocimiento y discusin en este procedimiento ejecutivo, ha procedido a
otorgar a las partes la posibilidad de discutir y probar ms latamente el asunto
controvertido en un proceso ulterior, solicitando la reserva de acciones y excepciones
conforme a los arts.467, 473, 474 y 478 del C.P.C.

Otorgada por el tribunal la reserva de acciones o excepciones de conformidad a
esos preceptos, se produce el efecto de privar, a la sentencia dictada en el juicio
ejecutivo, del efecto de cosa juzgada sustancial, respecto del ordinario; y adquirir
solamente el carcter de cosa juzgada formal, posibilitndose as, que an cuando
hubiere quedado ello ejecutoriada, puede ser revocada en un juicio ordinario posterior.

b) Renovacin de la "Accin" Ejecutiva.





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Puede resultar que la sentencia pronunciada en un juicio ejecutivo rechace la
pretensin hecha valer por haberse incurrido en vicios del procedimiento que no
afectan al fondo de la deducida, o no haberse dado cumplimiento a requisitos que
debe cumplir el ttulo y que pueden ser subsanados por los medios establecidos por la
ley.

En estos casos, dado que la sentencia no se ha pronunciado sobre la existencia de
la obligacin misma, sino que en un aspecto formal del proceso, nuestro legislador ha
facultado al actor en el art.477 del C.P.C. para renovar la "accin ejecutiva.

La sentencia que rechaza la demanda ejecutiva por alguna de las causas
sealadas en el precepto recin citado, produce los efectos de cosa juzgada formal y
sustancial provisional a la vez.

En efecto, produce el efecto de cosa juzgada formal por cuanto impide, una vez
precludos los medios de impugnacin, que se siga debatiendo en el proceso acerca
de la excepcin alegada por el demandado que hubiere sido acogida en la sentencia.
Pero a su vez, produce el efecto de cosa juzgada sustancial provisional en cuanto
impide que se haga valer nuevamente la "accin" ejecutiva desechada en otro proceso,
mientras no se hubiere corregido los defectos que motivaron su rechazo.

c) Querellas Posesorias

En nuestro derecho las acciones que pueden intentarse sobre la materia son: la
querella de amparo, que tiene por objeto conservar la posesin de los inmuebles o
derechos reales constituidos en ellos; la querella de restitucin, que tiene por objeto
recuperar la posesin de los inmuebles o derechos reales constituidos en ellos; la
querella de restablecimiento, que tiene por objeto restablecer en la posesin o mera
tenencia de dichos bienes, a todo aquel cuya posesin o mera tenencia le hubiera sido
violentamente arrebatada; la denuncia de obra nueva, que tiene por objeto obtener que
se prohiba la construccin de toda obra nueva, en el suelo de que est en posesin el
actor; denuncia de obra ruinosa, es aquella que tiene por objeto impedir que una obra
ruinosa o peligrosa cause dao, interdictos especiales, aquellos para hacer efectivas
las dems acciones posesorias. (arts.549 del C.P.C. y 916 y sig. del C.C.).

Nuestro legislador, dado el carcter sumarsimo que revisten estos procesos, ha
establecido normas especiales para regular los efectos que producen los fallos en ellos
pronunciados. En consecuencia para determinar el carcter que revisten las
sentencias dictadas, es menester analizar en particular cada uno de estos casos.

c.a) Cosa juzgada de la sentencia que falla las Querellas de Amparo y de
Restitucin.

Esta materia se encuentra regulada en el art.563 del C.P.C., el cual establece:
"Cualquiera que sea la sentencia, queda siempre a salvo a los que resulten
condenados el ejercicio de la accin ordinaria que corresponda con arreglo a derecho,
pudiendo comprenderse en dicha accin el resarcimiento de las costas y perjuicios que
hayan pagado o que se les hayan causado con la querella.

No ser admisible ninguna otra demanda que tienda a enervar lo resuelto en el
interdicto".





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La mayora de la doctrina nacional, infiere del anlisis de los arts.175 y 563 del
C.P.C. que la sentencia que falla la querella de amparo y de restitucin produce cosa
juzgada sustancial, al no ser admisible ninguna otra demanda que tienda a enervar lo
resuelto en el interdicto.

Se basan para ello en que "la reserva a que se refiere el inc.1 del art.563, dice
relacin solamente con el ejercicio de la accin de dominio y el resarcimiento de las
costas y perjuicios que hayan pagado los condenados o que se les hayan causado con
la querella, materias que por su naturaleza no son susceptibles de ser dilucidadas en
estos juicios sumarios.

Pero en tales casos, evidentemente se est litigando sobre una cuestin diversa de
la fallada por la querella. Si se deduce la accin reivindicada, la causa de pedir es el
dominio de la cosa reivindicatoria, aunque el objeto es la posesin; si se entabla
querella de amparo o de restitucin, el objeto pedido es la conservacin de la posesin
o la recuperacin de la misma y la causa de pedir no es el dominio, sino la posesin.
No hay pues, en ambos juicios, identidad de causa de pedir".

c.b) Cosa juzgada de la sentencia que falla la querella de restablecimiento.

Esta materia se encuentra regulada en el art.564 del C.P.C. que dispone al efecto:
"La sentencia pronunciada en la querella de restablecimiento deja a salvo a las partes,
no slo el ejercicio de la accin ordinaria de conformidad al art.563, sino tambin el de
las acciones posesorias que le correspondan".

El beneficio jurdico o cosa pedida a travs de este procedimiento, es el
restablecimiento del querellante en la posesin o mera tenencia que tena antes del
despojo violento. El fundamento inmediato de la pretensin, la causa de pedir, es la
posesin o mera tenencia que le fueron arrebatadas violentamente.

"Lo normal ser en consecuencia, que el actor no necesite probar la posesin, pues
le basta la mera tenencia, y por ello, corrientemente la sentencia no se pronunciar
sobre posesin alguna. Por ello, nada de particular tiene concluir que el fallo no
produce cosa juzgada sustancial con respecto a ninguna otra accin posesoria o de
dominio.

Pero si el querellante funda su demanda en la circunstancia que la posesin le fue
arrebatada, se presenta la situacin muy particular de que queden a salvo no
solamente la accin de dominio, sino tambin las acciones posesorias, de tal manera
que si pierde la querella de restablecimiento, puede deducir, por ejemplo, la querella
de restitucin sin inconveniente.

La demanda pudo ser desechada por diversos motivos. As, por no haber
acreditado los actos de violencia con que se hizo despojo, o por que la accin se
encontraba prescrita (seis meses desde que ces la violencia), o por no haberse
acreditado la posesin. En este ltimo caso, no obstante haberse pronunciado la
sentencia sobre la posesin, deja a salvo otras acciones posesorias.


Precisamente, en tal situacin, puede suscitarse dudas acerca de si la querella de
restablecimiento slo produce cosa juzgada formal con respecto a la querella de
restitucin, pues a pesar de haber quedado ejecutoriada la sentencia respectiva,




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negando el restablecimiento de la posesin, es posible, ulteriormente, pedirse ese
restablecimiento con la segunda de las indicadas acciones.

A nuestro entender, an en ese evento existe cosa juzgada sustancial, pues en la
primera demanda se pide restablecimiento en virtud de despojo violento, y en la
segunda, se pide restitucin aunque no exista despojo violento; vale decir, existen en
ambos juicios causas de pedir diferentes.

Debe precisarse pues, que la sentencia firme que falla la querella de
restablecimiento o de despojo violento, produce cosa juzgada sustancial respecto de
todo juicio posterior, incluso otra querella posesoria.

c.c) Cosa juzgada de la sentencia que falla la demanda de denuncia de obra nueva.

La sentencia definitiva que falla el interdicto de obra nueva se puede llegar a
pronunciar acerca de tres peticiones:

1. La suspensin de la obra nueva (art.569 inc.2 y art.565 del CPC).

En caso de que el fallo ratifique la suspensin provisional de la obra, el denunciado
puede promover un juicio ordinario posterior, cumpliendo con los requisitos del art.570
del C.P.C., para que declare su derecho de continuar la obra. "Esto naturalmente,
importa la posibilidad que en el nuevo juicio se revoque la suspensin ordenada en el
interdicto por sentencia firme, porque decir que continuar la construccin o ejecucin
de la obra, es lo mismo que decir que se deja sin efecto la suspensin.

"De ah que pueda fundadamente sostenerse que la sentencia, que falla en la
especie, el interdicto, no produce cosa juzgada sustancial sino nicamente formal".

2. El alzamiento de la suspensin provisoria cuyos efectos se haban producido
durante la sustanciacin del juicio.

En este caso, quien pierde el juicio es el demandante o denunciante; pero puede
llegar a obtener que en juicio ordinario se ordene la demolicin de la obra, en cuyo
caso la sentencia dictada en el juicio posesorio produce cosa juzgada sustancial,
desde que el asunto sentenciado, suspensin o continuacin de la obra, no va a ser
objeto de nueva discusin, sino algo distinto, como es si la obra ha de demolerse o no.
Dicho en otras palabras, no es posible esgrimir la primera sentencia, como instrumento
para impedir la nueva demanda, ni cabe pensar que la sentencia que ordena la
demolicin significa la revocacin de la anterior.

3. Disponer la demolicin de la obra.

Si la sentencia dispone la demolicin de la obra y as se hace, al denunciado
vencido slo le quedan a salvo para juicio ordinario, sus derechos para resarcirse de
los perjuicios causados, con cuyo objeto el denunciante ha debido rendir, previamente,
caucin. Tambin produce la sentencia aqu dictada, en la va sumaria, cosa juzgada
sustancial, pues en el nuevo juicio no se discute otra vez sobre la demolicin, que est
ya consumada, sino sobre perjuicios, que es otra cosa.

Salvo pues, el primero, la sentencia firme dictada en el interdicto de denuncia de
obra nueva, se hace irrevocable para siempre, incluso en un juicio ordinario posterior.
Por regla general, produce, entonces, cosa juzgada sustancial".




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d) Cosa juzgada de la sentencia que falla la demanda de denuncia de obra ruinosa.

Conforme a lo dispuesto en los arts.571 inc.1 y 574 del C.P.C., la sentencia que
falla este interdicto posesorio ordena la demolicin o enmienda de una obra ruinosa o
peligrosa o el afianzamiento o extraccin de rboles mal arraigados o expuestos a ser
derribados por casos de ordinaria ocurrencia, sin perjuicio de decretar desde luego las
medidas urgentes de precaucin, y, adems, que se ejecuten dichas medidas, sin que
de ello pueda apelarse.

Por otra parte, el art.576 del C.P.C., dispone al respecto que "cuando se d lugar al
interdicto, no se entender reservado el derecho de ejercer en va ordinaria ninguna
accin que tienda a dejar sin efecto lo resuelto".

"La sentencia firme que acoge la demanda produce cosa juzgada sustancial al no
ser posible su revocacin en va ordinaria. Sin embargo, si no se da lugar a la
demanda, tal resolucin puede revocarse en va ordinaria, en cuyo caso la sentencia
produce cosa juzgada formal. Esta posibilidad de revocacin del fallo que se pronuncie
rechazando el interdicto, en va ordinaria se desprende de la interpretacin de los
diversos preceptos que rigen sobre la materia y de los antecedentes que obran acerca
de la historia legislativa de dichas normas".

De todo lo expuesto, es posible concluir:

a) Las sentencias pronunciadas en los interdictos posesorios producen cosa
juzgada sustancial, puesto que el fallo que en l se obtiene, no puede impugnarse en
otro proceso posterior; y

b) La sentencia que falla la denuncia de obra nueva, ordenando la suspensin de la
obra, y la dictada en la denuncia de obra ruinosa, que desecha la demanda,
excepcionalmente producen cosa juzgada formal, puesto que ellas pueden ser
revocadas en un juicio ordinario posterior.

d) Juicio de arrendamiento y juicio ejecutivo.

El art. 26 del D.L.964, sobre arrendamiento de predios urbanos, ahora vigentes en
forma restrictiva desde la dictacin de la Ley N18.010, es el encargado de establecer
una norma especial que rige la cosa juzgada que produce el fallo que se pronuncia en
esta clase de procedimiento: Dispone dicho precepto que "si se declara sin lugar el
desahucio o la restitucin por falta de plausibilidad del motivo invocado, el actor no
podr intentarlo nuevamente sino trascurrido un ao desde que haya quedado
ejecutoriada la sentencia que lo rechaz, a menos que se funde en hechos acaecidos
con posterioridad a la fecha de presentacin de la demanda".

Dentro de la actual ley, es el art.16 el que, con prescindencia de la plausibilidad,
que ella no contempla, el que contiene una norma semejante; "Si se declara sin lugar
el desahucio o la restitucin, el actor no podr intentar nuevamente tales acciones sino
trascurrido un ao desde que haya quedado ejecutoriada con posterioridad a la fecha
de presentacin de la demanda".

Esta materia, como tambin la relativa a la renovacin de la accin y reserva de
acciones y excepciones en el juicio ejecutivo, fueron tratadas ya en el momento en que
los juicios de arrendamiento y el ejecutivo mismo fueron enfocados.




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e) Los asuntos judiciales no contenciosos.

En los asunto judiciales no contenciosos es posible modificar las resoluciones
judiciales que se dicten de acuerdo a lo previsto en el art.812 del C.P.C., como antes
se ha estudiado con la necesaria profundidad.

Para tal efecto, es menester distinguir entre:

a.- Resoluciones Positivas o Afirmativas.

De acuerdo con el referido precepto, para los efectos que pueda el tribunal
modificar las resoluciones afirmativas requiere que exista una solicitud del interesado;
que hayan variado las circunstancias que motivaron su dictacin y que se encuentren
pendientes en su ejecucin.

b.- Resoluciones Negativas.

En este evento, estas resoluciones son esencialmente modificables, puesto que
slo se requiere que hubieren variado las circunstancias que motivaron su dictacin y
que exista solicitud del interesado.

En estos casos no cabe hablar de cosa juzgada puesto que los asuntos
contenciosos, de acuerdo con la doctrina, tienen un carcter administrativo y no
jurisdiccional. La cosa juzgada,como hemos sealado anteriormente, slo es propia de
los actos jurisdiccionales y no de los actos administrativos -estos por regla general- o
legislativos.

Por otra parte, en los asuntos no contenciosos existe slo interesado y asunto; pero
no partes y conflicto como en los asuntos contenciosos; y en consecuencia, sera
imposible aplicar los lmites que contempla la ley para establecer la identidad
necesaria para que se genere la cosa juzgada.

Esta situacin ya se reconoci en las Actas de la Comisin Redactora del Cdigo
de Procedimiento Civil, al sealarse por el Sr. Lira a propsito del anlisis de la
redaccin del artculo mencionado que "en su concepto la fuerza de la cosa juzgada es
peculiar de los negocios contenciosos".

Las principales caractersticas que podemos desprender de lo expuesto
acerca de la cosa juzgada formal son:

a) Ella es inimpugnable, pero revocable por el fallo que se pronuncie en un proceso
posterior. En contra del fallo pasado en autoridad de cosa juzgada no puede hacerse
valer recurso alguno que tienda a obtener que sea dejado sin efecto o modificado, pero
se posibilita a la parte derrotada para que inicie con posterioridad un nuevo proceso a
fin de obtener la revocacin de lo fallado anteriormente.


b) La cosa juzgada formal sanea todos los vicios de los cuales puede adolecer un
procedimiento, salvo los de inexistencia o nulidad de la relacin procesal; y

c) Es supuesto previo para que se produzca la cosa juzgada sustancial, ya que sin esa
no puede producirse sta.




71



Finalmente la doctrina se refiere a la cosa juzgada sustancial provisional.

Ella es un concepto que ha sido elaborado a base de la aplicacin de la clusula
"rebus sic stantibus", existente en la teora contractual cannica. y aplicado a la
institucin de la cosa juzgada. Esta clusula comprendida en el Derecho Civil
Cannico, no importa ms que "las cosas deben permanecer inmutables mientras no
varan las circunstancias que las originan". En otras palabras, las situaciones jurdicas
deben permanecer como estn mientras subsisten los hechos que las legitiman.

Esta institucin aplicada a la cosa juzgada, ha dado origen a la cosa juzgada
sustancial provisional. En virtud de ella el mandato contenido en la sentencia se hace
inmutable, tanto para el proceso en que fuera emitida como para cualquier juicio
posterior; pero siempre que las circunstancias que legitimaron su dictacin no hubieren
variado.

Diversas disposiciones de nuestro ordenamiento jurdico sealan a ciertas
sentencias un definido carcter provisional en cuanto el mandato en ellas contenido es
eficaz en la medida que se mantengan las condiciones de hecho que legitimaron su
dictacin, las cuales, al variar o desaparecer, determinan la posibilidad de modificar o
dejar sin efecto esa sentencia, an firme, por otro fallo posterior.

En ciertos casos esta provisionalidad puede darse en determinadas sentencias
finales y en otros casos respecto de resoluciones que se dictan durante la tramitacin
de un procedimiento determinado.

De acuerdo con este criterio y teniendo presente que la menor intensidad de la
cualidad de los efectos en razn de la provisionalidad afecta la inmutabilidad no slo
de las sentencias finales, sino tambin de aquellas que se dictan durante el curso de
un procedimiento, es posible distinguir entre:

a) Cosa juzgada sustancial provisional, que sera aquella en que se posibilita la
revisin en un procedimiento posterior de la sentencia final ejecutoriada por haber
variado las circunstancias que motivaron su dictacin, y

b) Cosa juzgada formal provisional, que sera aquella en que las resoluciones que
se dictan durante el curso del procedimiento, una vez que hubieren adquirido el
carcter de inimpugnable, producen todos sus efectos dentro del juicio, no obstante
poder ser ellas modificadas cuando hubieren variado las circunstancias que se tuvieron
en vista para su dictacin.

En ambos casos de cosa juzgada provisional, sea formal o sustancial, se rompe el
principio de la inmutabilidad. La resolucin pese a ser inimpugnable, puede modificarse
si varan las circunstancias que se tuvieron en vista para su dictacin.


Esta distincin entre cosa juzgada sustancial provisional y formal provisional es
bsica para entender mltiples casos que en nuestro pas han sido clasificados de
cosa juzgada formal.

Los casos ms resaltantes de aplicacin de la cosa juzgada sustancial provisional
en nuestro pas son los juicios de alimentos y de tuicin.





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El inciso final del art.10 de la ley sobre Abandono de Familia (Ley 14.908),
producto de la modificacin efectuada en la Ley 17.814 de 17 de Noviembre de 1972,
introdujo el concepto de provisionalidad respecto de las pensiones alimenticias al
establecer "el derecho de las partes para solicitar el aumento o disminucin de la
pensin, en su caso, si han variado las circunstancias que se tuvieron presente al fijar
su monto".

El inciso tercero de esa disposicin legal introdujo otro aspecto de la provisionalidad
del fallo, de tipo mas bien administrativo al disponer que "cuando la pensin no se fije
en un porcentaje de sueldos vitales, sino en una suma determinada, sta se reajustar
anualmente en el mismo porcentaje en que lo sea el sueldo vital escala A para los
empleados particulares del Departamento de Santiago".

En los juicios de tuicin y en virtud de una interpretacin jurisprudencial del art.230
del Cdigo Civil se ha permitido la revocacin o modificacin de las resoluciones en
que se confiere la tuicin de menores a cualquiera de los padres u otra persona
competente.

Por otra parte, los casos mas resaltantes en nuestro pas de la cosa juzgada
formal provisional, es decir, de modificacin de resoluciones dictadas dentro de un
mismo procedimiento y luego de haber adquirido el carcter de inimpugnables, por
haber variado las circunstancias que motivaron su dictacin, seran el privilegio de
pobreza judicial, (art.136 del C.P.C.), las medidas precautorias, (art.301 del C.P.C.), la
resolucin encargatoria de reo, (art.356 del C.P.P., inciso 2 y 3) la resolucin que se
pronuncia acerca de la libertad provisional (art.356 del C.P.P. ya citado y 377 mismo
cuerpo legal) y la que declara el sobreseimiento temporal (art.418, inc.3 del C.P.P.).En
el nuevo sistema procesal penal, revisten el carcter de resoluciones que generan
cosa juzgada formal provisional las que se pronuncian sobre medidas cautelares
personales ( arts 144 y 145), sobre medidas cautelares reales ( art. 157), la resolucin
judicial que fija plazo menor al legal para el cierre de la investigacin ( arts. 234 y 247)
Como se ve, este ltimo aspecto de la cosa juzgada en cuanto a una mayor o menor
intensidad de la cualidad de sus efectos juega tanto en los asuntos civiles, cuando en
los penales.

Los casos concretos citados han sido todos objeto de detenido estudio anterior.

Como ha podido apreciarse, la cosa juzgada provisional es, en consecuencia, una
tercera especie de esta institucin; y presenta caractersticas propias que la
diferencian plenamente de las estudiadas anteriormente.

Las principales diferencias que existen entre la cosa juzgada provisional y la
formal seran las siguientes:

a) La cosa juzgada provisional puede llegar a perder su vigencia por una
modificacin de las circunstancias fcticas que legitiman el pronunciamiento en su da,
la cosa juzgada formal puede dejar de existir a causa de un nuevo pronunciamiento, no
obstante ser idnticos los fundamentos de la resolucin dejada sin efecto en el nuevo
proceso. As por ejemplo, en un mismo proceso de alimentos puede una segunda
sentencia modificar la primera, sea favorable o desfavorable para cualquiera de las
partes, si la fortuna de la otra resulta modificada por causas sobrevivientes a la primera
sentencia (cosa juzgada sustancial provisional); en cambio, si en juicio ejecutivo ha
mediado reserva de acciones o excepciones, el nuevo pronunciamiento puede ser
diverso del anterior, sea en favor o en contra del ejecutante o del ejecutado, segn los




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casos, a pesar de mantenerse ntegramente los hechos que legitimaron el fallo
primitivo (cosa juzgada formal).

b) La cosa juzgada formal es presupuesto de la cosa juzgada provisional, lo mismo
que de la puramente sustancial o material, porque opera como tal, mientras no se
reabre un nuevo proceso; y

c) La cosa juzgada provisional, como consecuencia necesaria de la mutacin
fctica de su motivacin, es posible, precisamente por efecto del cambio aludido, de
modificarse, en cambio, la cosa juzgada formal permite la reapertura del debate,
aunque la base de hecho permanezca, a condicin que la ley autorice expresamente el
nuevo proceso. Consecuentemente, para que haya cosa juzgada provisional no es
necesaria una ley que lo diga; en la formal, si.

XIV. LA COSA JUZGADA Y LA PRECLUSION

a) Concepto de preclusin

Las personas, con el objeto de solucionar los conflictos que las afectan dentro de su
vida comunitaria, deben recurrir al proceso para obtener una decisin de la autoridad al
respecto. La secuencia o serie de actos que constituyen el proceso requieren irse
realizando de acuerdo a un sistema, un mtodo o un orden, el cual puede encontrarse
preestablecido por la ley )orden consecutivo legal), determinado por el tribunal una vez
requerida su intervencin (orden consecutivo discrecional) o fijarse de comn acuerdo
por las partes al requerir la intervencin del juez para la resolucin del conflicto (orden
consecutivo convencional).

Lo normal dentro de nuestro legislativo es que prime el principio del orden
consecutivo legal, es decir, que el proceso se desarrolle, avance hacia el logro de la
decisin, de acuerdo a las fases que el legislador ha preestablecido para ello, y dentro
de las cuales se deben ir realizando actos del ms diverso carcter. De este modo, el
proceso aparece configurado como una unidad completa formada por varias fases o
subfases que a su vez aparecen constituidos por actos individuales de estructura ms
simple.

El proceso avanza hacia el logro de la decisin de la autoridad cindose al orden
establecido, mediante el impulso de las partes (principio dispositivo) o del juez
(principio inquisitivo) segn el caso.

Por otra parte, el legislador prev que este avance y desarrollo de la actividad de
las partes y del tribunal hacia el logro de la decisin no se eternice, sino que constituye
un instrumento eficaz en un trmino razonable, de forma tal que reconozca las
pretensiones hechas valer en forma oportuna (principio de economa procesal).

Uno de los medios establecidos por el legislador para hacer que las partes respeten
las fases de desarrollo establecidas respecto de un proceso y evitar que se efecten
maniobras dilatorias tendientes a retardar la obtencin, mediante l, de una decisin
acerca de un conflicto, es el instituto de la preclusin.

La palabra preclusin deriva de las voces latinas "pre", que significa antes, y
"claudo", que quiere decir cerrar. Con ellas se ha formado la expresin verbal
"precluder", sinnima de "prohibir, impedir", o no permitir que una cosa ocurra o se
haga".




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Concordante con su significado etimolgico es su concepto jurdico. Segn
Chiovenda la preclusin es la prdida o extincin o caducidad de una facultad
procesal, que se produce por el hecho de no haberse observado el orden sealado por
la ley para su ejercicio, haber realizado un acto incompatible con el ejercicio de la
facultad o haberse ejercitado ya una vez validamente la facultad (consumacin
propiamente dicha).

Couture nos dice que la preclusin es la prdida, extincin o consumacin de la
facultad procesal.

b) Modalidades de la preclusin

De acuerdo al concepto de la preclusin dado por Chiovenda, cuatro son las formas
en que ella se presenta:

1) La facultad precluye por no haberse ejercido dentro del plazo establecido
por la ley.

Esta misma posibilidad de preclusin guarda ntima relacin con el tiempo. En
efecto, todo proceso se desenvuelve a travs de una serie de actos siguiendo un orden
lgico preestablecido, en un trmino que la ley seala para la realizacin de cada uno
de ellos. Es decir, toda facultad procesal debe ejercitarse en un determinado lapso.

Si una parte no ejercita una facultad dentro del trmino que la ley ha establecido
para ello, precluir la facultad para llevarla a cabo, en beneficio de la parte que no
deba realizarlo.

El medio a travs del cual nuestro legislador reconoce esta forma de operar de la
preclusin es el establecimiento de los plazos fatales. "Los plazos que seala este
Cdigo son fatales cualquiera sea la forma en que se exprese, salvo aquellos
establecidos para la realizacin de actuaciones propias del tribunal.En consecuencia,
la posibilidad de ejercer un derecho o la oportunidad para ejecutar el acto se extingue
al vencimiento del plazo.En estos casos el tribunal, de oficio o a peticin de parte,
proveer lo que convenga para la prosecucin del juicio sin necesidad de certificado
previo. (art.64 inciso primero del C.P.C.).

As por ejemplo, si no se hace valer una excepcin dilatoria dentro del trmino de
emplazamiento o no se interpone un recurso dentro del plazo establecido por la ley,
precluir el derecho de hacerlos valer.

2) La facultad precluye por no haberse respetado en su ejercicio el orden
establecido por la ley para hacerla valer.

En los procesos regidos por el orden consecutivo legal, las actuaciones deben
seguir un orden lgico derivado, como es de suponer, del mismo orden que impone la
relacin procesal, como que las reglas procesales son en sustancia una especie de
metodologa fijada por la ley para servir de gua a quin quiere pedir justicia; por lo
tanto, a la demanda debe suceder la contestacin o, entre ambas actuaciones, un
trmino para hacer valer las excepciones dilatorias, "litis ingressum" impedientes; a la
contestacin de la demanda debe seguir el perodo de prueba, etc. En cambio, el
proceso libre permitira realizar cualquiera de las expresadas actuaciones en cualquier
momento del proceso.




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Para lograr que en un proceso regido por el orden consecutivo legal, las
actuaciones se vayan realizado en el orden lgico preestablecido, se ha sentado el
principio de la eventualidad.

"Consiste este principio de la eventualidad en la necesidad de deducir
conjuntamente los diversos medios de ataque o de defensa de que disponen las partes
en previsin de que uno o varios de ellos sean desestimados. En otros trmino, el
interesado debe deducir en forma simultnea, no sucesiva, diversas pretensiones o
defensas, an cuando sean, incompatibles entre s, para que, en el evento de que no
sea acogida alguna o algunas de ellas, pueda lograr xito de la o las restantes. Si
estos medios de ataque o de defensa de que dispone el actor o demandado no se
deducen conjuntamente en la correspondiente actuacin, precluye el derecho de
oponerlos con posterioridad".

As por ejemplo, si se omite indicar en el escrito en que se oponen las excepciones
dilatorias, una de ellas, o no se seala una causal de casacin en la forma en el escrito
de las formalizacin de dicho recurso, el derecho de hacerles valer despus precluira
an cuando no hubiere expirado el trmino que establece la ley para ejercer dicha
facultad.

3) La facultad precluye por haber realizado un acto incompatible con su
ejercicio.

"Una tercera manifestacin de la preclusin en la vida del proceso es la que se
relaciona con aquellas situaciones en que el legislador ha establecido una
incompatibilidad entre dos actos procesales. Tiene lugar esta hiptesis en todos
aquellos casos en que una disposicin legal brinda a un litigante dos o ms medios o
vas para la consecucin de un determinado objetivo, pero con la condicin de que
slo se puede emplear uno de ellos, es decir, la utilizacin de uno descarta
automticamente al o a los otros.

Esta nueva condicionante de la preclusin determina, por consiguiente, la prdida o
extincin de una facultad procesal por el ejercicio de otra actividad, incompatible con la
no escogida.

Como ejemplo tpico de esta posibilidad de preclusin podemos mencionar la
situacin incorporada en varios cdigos, de permitir promover las cuestiones de
competencia por inhibitoria o por declinatoria. Se da una opcin al litigante para que
elija una u otra, pero una vez que se ha escogido una va no puede recurrir a la otra".
Otro caso de preclusin la encontramos en el recurso de amparo; precluye la facultad
de deducir el recurso de amparo en contra de una orden de detencin, prisin o arraigo
cuando se hubieren interpuesto en contra de dichas rdenes, otros recursos legales.
Un ltimo caso lo encontramos en la citacin de eviccin. Esta debe producirse
siempre antes de contestar la demanda. Si ella se contesta, la facultad de citar de
eviccin precluye.

4) Una facultad procesal precluye por haberse ejercido validamente.

Esta perspectiva de la preclusin se relaciona con el principio de la consumacin
procesal.





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En efecto, la facultad procesal se extingue con su prctica, se consume con su
ejercicio. As, el demandado que ya ha evacuado el trmite de la contestacin de la
demanda no puede pretender, con el pretexto de que ha omitido importantes
alegaciones de sumo inters para su defensa, realizar una nueva contestacin.

c) Relacin entre la preclusin y la cosa juzgada

La preclusin se relaciona estrechamente con la cosa juzgada por cuanto la
inatacabilidad posterior del bien reconocido o negado por la sentencia, se realiza
mediante la preclusin de todas las cuestiones que surgieron o de todas las cuestiones
que hubieren podido surgir en torno a la voluntad concreta de la ley, con el fin de
obtener el reconocimiento del bien negado o el desconocimiento del bien afirmado.

"La cosa juzgada formal es el efecto de la preclusin del derecho a provocar el
cambio de la decisin, o sea de impugnarla. Y as como la cosa juzgada material se
traduce en un efecto imperativo, la cosa juzgada formal se manifiesta en un efecto
preclusivo".

Precludas pues, todas las cuestiones alegadas o que se hubieren podido alegar, se
produce la cosa juzgada, es decir, la afirmacin indiscutible y obligatoria para los
jueces de todos los juicios futuros, de una voluntad concreta de ley que reconoce o
desconoce un bien de la vida a una de las partes.

La cosa juzgada contiene pues, en s, la preclusin de toda decisin futura: la
institucin de la preclusin es la base prctica de la eficacia de la cosa juzgada; lo que
quiere decir que la cosa juzgada material (obligatoriedad en los juicios futuros) tiene
por presupuesto la cosa juzgada formal (preclusin de la impugnaciones).

En tal sentido, la doctrina ha considerado la cosa juzgada formal como "la suma
preclusin o la preclusin mxima", porque cuando el proceso ha llegado a su
ltima etapa, sea por no haberse empleado los diversos recursos establecidos por la
ley para impugnar una sentencia o por haberse agotado los permitidos, opera la
preclusin y el proceso no puede seguir adelante.

Sin embargo, debemos dejar en claro que el hecho que la preclusin del sistema de
impugnaciones sea el que da origen a la cosa juzgada, no nos permite llegar a asimilar
ambas instituciones. Estas instituciones obedecen a principios distintos y existen entre
ellas diferencias que las hacen inconfundibles.

De acuerdo con Chiovenda podemos decir que "la primera y fundamental diferencia
est en esto: que la preclusin limita sus efectos al proceso en que tiene lugar,
mientras la cosa juzgada tiene fuerza vinculatoria para todo proceso futuro". En efecto,
la cosa juzgada sustancial o material est destinada por esencia, a producir efectos
fuera del proceso en que se dict la sentencia de donde emana, para impedir que en
otros procesos se expida una nueva resolucin sobre el asunto que aquella ya decidi;
en cambio, cosa juzgada formal y preclusin significa solamente estabilidad de los
actos procesales dentro de un determinado juicio, pero no fuera de l.

Por otra parte, tanto la preclusin como la cosa juzgada estn impuestas por la
necesidad de la organizacin jurdica, en cuanto ambas procuran el perfeccionamiento
del proceso. Pero la preclusin afecta ms bien el desarrollo de la relacin procesal, en
tanto que la cosa juzgada (sustancial) se refiere esencialmente a la afirmacin de la
voluntad legal, afirmacin que se hace as indiscutible y obligatoria.




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La preclusin recae siempre sobre el procedimiento y si alguna vez pone trmino a
cuestiones jurdicas, no lo pone por efecto de una decisin directa, sino por la clausura
que obsta a la reproduccin de las mismas en el futuro. En cambio la cosa juzgada,
adems de su funcin negativa que se opone a que los jueces dicten nuevas
decisiones sobre la materia de la sentencia, tiene otra positiva que emana de la
obligatoriedad de la propia sentencia y que impele a la observancia o ejecucin de sus
decisiones.

XV. TITULAR DE LA COSA JUZGADA

a) En materia civil

El art.177 del C.P.C. se encarga de establecer el titular de la cosa juzgada
propiamente tal al prescribir que: "la excepcin de cosa juzgada puede alegarse por el
litigante que haya obtenido en el juicio y por todos aquellos a quienes segn la ley
aprovecha el fallo..."

Del anlisis de este precepto resulta que, pueden alegar la cosa juzgada civil:

1) Los que hubieren sido partes en el juicio en que se pronunci la sentencia firme;
y

2) Los terceros que no hubieren litigado en el pleito en que se pronuncie el fallo,
pero a quienes, segn la ley, les aprovecha ste.

En este punto, la excepcin de cosa juzgada difiere claramente de la "accin",
puesto que el art.176 del C.P.C. slo confiere esta ltima "a aquel a cuyo favor se ha
declarado un derecho en el juicio para el cumplimiento de lo resuelto o para la
ejecucin del fallo en la forma prevenida por el Ttulo XIX de este libro", esto es, slo
se concede a la parte del proceso que hubiere obtenido una sentencia favorable con el
fin de exigir su cumplimiento conforme al procedimiento que para tal objeto establece
la ley. De la accin de cosa juzgada slo es titular la parte que obtuvo en el juicio y no
los terceros.

En todo caso, el titular de la excepcin de cosa juzgada en el nuevo juicio es el
demandado y no el demandante. A ste slo corresponde deducir la "accin" de cosa
juzgada.

Sin embargo, carece de importancia para la procedencia de la excepcin, que las
partes hayan tenido en el juicio en que se dict la sentencia, papeles de demandante o
de demandado.

Adems, la cosa juzgada puede alegarse por todos aquellos a quienes segn la ley
aprovecha el fallo concurriendo la triple identidad.

En este caso, nos encontramos ante una extensin de los efectos de la resolucin
en cuanto a la identificacin subjetiva.

Por determinar esta extensin de los efectos de las sentencias en menester
estudiar:





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a) Los casos en que se rompe la relatividad de la sentencia contemplada en el art.3
del Cdigo Civil.

b) La situacin de los terceros que pueden aprovecharse del fallo en razn de la
concurrencia de relaciones jurdicas dependientes; y

c) Las sentencias de carcter constitutivas que producen efectos "ergas omnes".

En nuestro ordenamiento jurdico el tribunal no puede declarar de oficio la cosa
juzgada, puesto que ella debe ser alegada expresamente en las oportunidades que
corresponden para que pueda ser declarada. Segn este criterio, si se llegara a
declarar de oficio la cosa juzgada, por el tribunal, la sentencia pronunciada por ste
adolecera de un vicio de nulidad, susceptible de ser subsanado mediante el recurso
de casacin en la forma, basado en el causal de ultrapetita, contemplada en el art.768
N4 del C.P.C.

B) En materia penal, los titulares de la cosa juzgada son:

1. El inculpado, reo y acusado.

En nuestro ordenamiento jurdico el titular por excelencia de la cosa juzgada es el
reo, quien debe hacerla valer en las oportunidades que sealaremos ms adelante.

El inculpado tambin podr alegar la excepcin de cosa juzgada como artculo de
previo y especial pronunciamiento en su Sumario, si aceptamos la tesis amplia de
reconocimiento de sus derechos.

Como ya se seal en Derecho Procesal Penal, inculpado es aquel sujeto que no
se encuentra encargado reo, pero respecto del cual existen sospechas fundadas que
ha participado en un hecho que reviste los caracteres de delito.

Tratndose de la excepciones de previo y especial pronunciamiento deducidas en
el Plenario ningn problema puede suscitarse al respecto, puesto que no puede
pasarse a esta fase del procedimiento penal sin que el inculpado hubiere sido
declarado reo de conformidad a lo previsto en el art.403 del C.P.C. En el Plenario no
existir jams inculpado puesto que para pasar a esta fase del procedimiento es
menester que se dicte un auto acusatorio y slo respecto de las personas que
previamente hubieren sido sometidas a proceso.

Respecto a la facultad del inculpado de deducir la litispendencia u otra excepcin
de previo y especial pronunciamiento en la etapa de Sumario y conformidad a lo
previsto en el art.405 del C.P.P. la doctrina se divide.

Algunos, como don Rafael Fontecilla estiman "que la voz" procesado, que usa el
art.405, corresponde "a reo". En primer lugar, se debe tener presente que las
excepciones de previo y especial pronunciamiento reglamentadas en el juicio plenario,
se entienden indefectiblemente con el reo, tanto porque no se concibe un plenario sin
reo, como porque las diversas disposiciones del Ttulo II de la 2da. parte del Libro II as
lo disponen (arts.433, 435, 441 y 446) y estas excepciones, que se tramitan con el reo
en el plenario, son las mismas que pueden suscitarse en el Sumario (art.445) y no es
lgico suponer que pueden tramitarse con el inculpado, que todava no est en
plenitud de su capacidad procesal.





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En seguida, la situacin en que puede encontrarse el inculpado frente a estas
excepciones, hace necesario que se le d una intervencin especial para oponerlas,
porque el juez, de oficio y en uso de la facultad que le confiere el art.109 debe tomar a
su cargo estas excepciones. La ley ha previsto todos los casos en que puede
encontrarse un inculpado frente a las excepciones de previo y especial
pronunciamiento, obligando al juez a proceder de oficio, sin que sea menester, por lo
tanto, investir al inculpado de una facultad que en nada mengua sus derechos de
defensa. "Tratndose de la litispendencia el art.319 ordena al juez lo que debe hacer
cuando de la declaracin del inculpado aparece otro proceso pendiente en su contra".

Otros, como don Fernando Alessandri, sealan respecto al inculpado, que "es
evidente que l tiene derecho a solicitar medidas a su favor; el juez calificar si son o
no convenientes y debemos aceptar esto tanto ms cuando que el Cdigo de
Procedimiento Penal confunde en diversas disposiciones al procesado con el
inculpado. Y ms an, al hablar de los artculos de previo y especial pronunciamiento
dice que pueden producirse en el Sumario o en el Plenario. En el art.433, que est
dentro de la materia del plenario, se establece que el reo puede oponer, como
excepciones de previo y especial pronunciamiento, la litispendencia, la declinatoria, la
cosa juzgada y otras. El Cdigo establece que estos incidentes pueden producirse en
el Plenario, pero otro artculo establece que tambin pueden en el Sumario. Pues bien,
supongamos que empiece un juicio criminal y que el juez no haya declarado su
incompetencia o que la accin est prescrita, puede entonces el inculpado que no es
reo presentarse al juez y de acuerdo con el art.405 oponerse por uno de estos
artculos de previo y especial pronunciamiento".

Nuestra jurisprudencia se ha pronunciado en este sentido al declarar "que aunque
el querellado no haya sido encargado reo puede deducir las excepciones del art.433
del Cdigo de Procedimiento Penal durante el Sumario y es obligacin del juez de la
causa tramitarlas".

Estimamos que este criterio sustentado por la doctrina y la jurisprudencia es el
correcto. Nos basamos para sostener este aserto en que la voz "procesado" que utiliza
el artculo 405 del Cdigo de Procedimiento Penal reviste un carcter ambiguo dentro
de nuestra legislacin dado que frecuentemente el Cdigo confunde ste trmino con
el de inculpado, otorgndole la facultad de solicitar diversas diligencias para acreditar
su inocencia, lo que se contrapondra con el hecho de privarsele de la facultad de
oponer las excepciones de previo y especial pronunciamiento. Adems, el que nuestro
legislador haya establecido la actitud que el tribunal debe adoptar de oficio en caso de
encontrarse el inculpado frente a la concurrencia de uno de los artculos de previo y
especial pronunciamiento nos demuestra que se reconoce el inters que ste tiene en
que las diligencias destinadas a acreditarlas se lleven a cabo, e importara una
mengua para los derechos de ste si no se le dotara de un medio para poderlas hacer
valer ante la inactividad del rgano jurisdiccional.

Esta interpretacin adquiere mayor valor si tenemos en cuenta que con ella se da
aplicacin al principio de la economa procesal,que persigue el mximo resultado en la
aplicacin de la Ley con el menor desgaste posible de la actividad jurisdiccional.

Adems, en la actualidad, debemos tener presente que art.67 del C.P.P. otorga al
inculpado, sea o no querellado, y an antes de ser reo en la causa, la facultad de
hacer valer, hasta la terminacin del proceso, los derechos que le acuerden las leyes y
los que el tribunal estime necesario para su defensa, dentro de los cuales obviamente




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se encuentran las excepciones de previo y especial pronunciamiento por los efectos
que ellas generan en caso de ser acogidas.

2. El tribunal.

En materia penal tambin podra reconocer de oficio la existencia de la cosa
juzgada el tribunal, ya sea al inicio del proceso o durante el curso de ste, una vez que
se hubiere acreditado la existencia de sta.
El art.107 del C.P.P. obliga al juez a dictar un auto motivado, para negarse a dar
curso al juicio, cuando los antecedentes o datos suministrados permiten establecer que
se encuentra extinguida la responsabilidad penal del inculpado. Y el art.93 N2 del
C.P.P. dice que la responsabilidad penal se extingue: "2 Por el cumplimiento de la
condena, esto es, en presencia de la cosa juzgada".

Si el juez, dando cumplimiento al mandato del art.109 del C.P.P., llegare a
determinar posteriormente en el proceso la existencia de la cosa juzgada, proceder a
dictar un sobreseimiento definitivo conforme a lo previsto en el art.408 N5 del C.P.P.

3. El Ministerio Pblico.

Dentro del Cdigo de Procedimiento Penal, el Ministerio Pblico se encuentra
facultado para pedir el sobreseimiento o la absolucin del reo en caso de acreditarse la
existencia de la cosa juzgada conforme a lo previsto en el art.36.

Como se recordar, por regla general ese precepto no rige en la primera instancia
por haberse suprimido el cargo de los Promotores Fiscales (DFL. 426 de 28-2-1927);
sin perjuicio de la facultad y la obligacin que tienen los fiscales de las Cortes de
Apelaciones de intervenir en la actualidad en la primera instancia de acuerdo a lo
previsto en el art.26 bis del C.P.P.

En el nuevo proceso penal, no cabe duda que el imputado tiene derecho a hacer
valer la cosa juzgada desde su primera actuacin ( arts 7 y 8),pudiendo solicitar el
sobreseimiento definitivo de la causa y recurrir de la resolucin que lo rechazare (art
93 letra f), 1 y 250 letra f), sin perjuicio de poder hacer valer la cosa juzgada como
excepcin de previo y especial pronunciamiento ( arts 264 letra c) y 271, adems como
defensa de fondo en la acusacin.

El Ministerio Pblico, que debe actuar conforme al principio de la objetividad, no puede
dar inicio a una investigacin respecto de hechos que hubiere operado la cosa juzgada
( art.168), y si lo hubiere efectuado, deber solicitar el sobreseimiento definitivo ( art.
248 letra a) y 250 letra f).

El juez de garanta, puede declarar de oficio inadmisible una querella y no dar lugar a
su tramitacin si concurre la cosa juzgada de conformidad a lo previsto en el artculo
114 , sin perjuicio de poder de oficio decretar el sobreseimiento definitivo conforme a lo
dispuesto en el inc. 1 del art. 10 y 250 letra f del Cdigo Procesal Penal.

XVI. FORMA DE HACER VALER LA COSA JUZGADA

A.- En materia civil

La cosa juzgada puede hacerse valer dentro del proceso como excepcin o como
fundamento de ciertos recursos procesales.




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Las vas a travs de las cuales se puede hacer valer la excepcin de cosa juzgada
son:

A.1.- En el juicio ordinario

a) Como excepcin dilatoria.

El art.304 del C.P.C. posibilita que en el juicio ordinario la cosa juzgada pueda ser
hecha valer como excepcin dilatoria. Sin embargo, si el tribunal estima que ella es de
lato conocimiento, puede contestar la demanda y reservar su pronunciamiento acerca
de ella para la sentencia definitiva.

b) Como excepcin perentoria.

El demandante puede hacer valer la cosa juzgada como excepcin perentoria en la
contestacin de la demanda, (art.309 del C.P.C.).

c) Como excepcin perentoria despus de contestada la demanda.

El art. 310 del C.P.C. posibilita al demandado para alegar, entre otras, la excepcin
de cosa juzgada con posterioridad a la contestacin de la demanda, mediante un
escrito que se presenta antes de la citacin por or sentencia en primera instancia o de
la vista de la causa en la segunda. Estamos frente a lo que se denomina una
excepcin anmala.

A.2.- En otros procedimientos

a) Sin embargo, debemos tener presente que tratndose del juicio ejecutivo, la cosa
juzgada slo puede hacerse valer conjuntamente con las otras excepciones, en un
mismo escrito, y dentro del plazo fatal que para tal efecto prev el legislador (art.459 a
463 N18 y 465 del C.P.C).

b) Asimismo debe tenerse presente que en los procedimientos en los cuales la ley
hace primar la concentracin o la economa procesal (ejemplo juicio sumario) la cosa
juzgada debe hacerse valer en la oportunidad procesal que la ley determina y que
normalmente, es una sola y nica para dilatorias, perentorias y alegaciones o
defensas.

A.3.- Como fundamento del recurso de apelacin.

Si el tribunal desecha o acoge la excepcin de cosa juzgada opuesta en la primera
instancia, sea como excepcin dilatoria o perentoria, se podr interponer en contra de
esa sentencia, el recurso de apelacin para obtener que se repare el agravio causado,
mediante la enmienda del fallo con arreglo a derecho (art.186 del C.P.C.).

A.4.- Como causal del recurso de casacin en la forma.

Si habindose alegado oportunamente la cosa juzgada en juicio se dictare
sentencia contrarindola, procede interponer el recurso de casacin en la forma
basado en la causal que contempla el art.768 N6 del C.P.C. Debe recordarse la
vinculacin que existe entre ese precepto y el art.773, sobre preparacin del recurso.





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A.5. Como fundamento del recurso de casacin en el fondo

Si el tribunal respectivo reconociere o desconociere la existencia de la cosa juzgada
incurriendo en infraccin de las leyes "decisorias litis" que la rigen, se podra
interponer en contra del fallo el recurso de casacin en el fondo, cumplindose los
dems requisitos previstos en nuestro Derecho.

A.6. Como fundamento de un recurso de queja

Si el tribunal reconociere o desconociere arbitrariamente la cosa juzgada por una
errada interpretacin de la ley, incurrira en una falta o abuso que podra ser
subsanado mediante el recurso de queja (art.541 del C.O.T.).
10


A.7. Como fundamento del llamado "recurso" de revisin

Si se hubiere pronunciado sentencia firme contra otra pasada en autoridad de cosa
juzgada y no se hubiere alegado sta en el juicio en que ella recay, procedera
interponer en contra de ese fallo el "recurso de revisin" (art.810 N4 del
C.P.C.).Estamos en una situacin inversa a la casacin en la forma, dado que en esta
ltima es condicin" haberla alegado oportunamente en el juicio".


B.- En materia penal

El titular de la cosa juzgada en el proceso penal la puede hacer valer a travs de las
siguientes vas:

B.1 Como incidente en el sumario

La cosa juzgada puede hacerse valer en el sumario y en tal caso se substanciar y
fallar como incidente en cuaderno separado, sin suspenderse el curso de la
investigacin ni an por la interposicin del recurso de apelacin en contra de la
resolucin que se pronuncie acerca de ella (arts.405 y 445 del C.P.P.).

B.2. Como artculo de previo y especial pronunciamiento en el Plenario

El acusado durante el Plenario puede hacer valer la cosa juzgada como artculo de
previo y especial pronunciamiento en el escrito de contestacin a la acusacin, la cual
se formular en carcter subsidiario (arts.433 N4 y 435 del C.P.P.).

En este caso, la cosa juzgada reviste el carcter de incidente de previo y especial
pronunciamiento. En consecuencia, se le tramitar como incidente y se paralizar el
curso de la causa principal (art.439 y 445 inc.2 del C.P.P.).

Si se acoge la cosa juzgada se sobreseer definitivamente en la causa y se
mandar que se ponga en libertad al reo o reos que no estn presos por otro motivo.
(art 441 del C.P.C.). Esta resolucin es consultable en los mismos trminos que la
sentencia definitiva (art.444 del C.P.P.) y en su contra procede el recurso de apelacin
conforme a las reglas generales del proceso penal.

10
A partir de la dictacin de la Ley 19.374, que modific el artculo 541 del C.O.T., no obstante que claramente el juez o jueces
que dictaren una sentencia contraviniendo la cosa juzgada alegada en juicio que emanare de una sentencia ejecutoriada
incurriran en una flagrante falta o abuso, por regla general no ser procedente el recurso de queja al ser impugnable semejante
resolucin generalmente por un recurso ordinario o extraordinario.




83



Si se desecha la cosa juzgada, la resolucin no es apelable (arts.443 y 533 N3 del
C.P.P.), debiendo darse curso a la contestacin a la acusacin, la cual se formul en
carcter subsidiaria (art.446 del C.P.P.) en la cual, como oportunamente se estudi, se
puede haber reiterado la cosa juzgada como defensa del fondo.

B.3. Como defensa en la contestacin a la acusacin

Debido a que nuestro legislador no concede el recurso de apelacin en contra de la
resolucin que desecha los artculos de previo y especial pronunciamiento de carcter
perentorio, dentro de los cuales se encuentra la cosa juzgada, ha previsto -se acaba
de expresar- para ese evento la posibilidad que el reo la alegue tambin como defensa
de fondo en el escrito de contestacin a la acusacin (art.434 inc.2 del CP.P.). Como
es obvio, si se contesta directamente la acusacin sin antes oponer en forma previa las
excepciones, en esa contestacin puede hacerse valer la cosa juzgada.

B.4. Como fundamento del recurso de apelacin

Si el tribunal acoge la cosa juzgada hecha valer como excepcin de previo especial
pronunciamiento y dicta un sobreseimiento definitivo, la acoge o rechaza en la
sentencia definitiva habindose hecho valer como defensa de fondo en el escrito de
contestacin a la acusacin, procede interponer en contra de esas resoluciones el
recurso de apelacin para que el tribunal de alzada repare el gravamen irreparable que
con dicho fallo se causa a la parte afectada, segn el caso.

B.5. Como causal del recurso de casacin en la forma

El art.541 N10 del C.P.P. faculta a las partes del juicio penal para interponer el
recurso de casacin en la forma contra el fallo que hubiere sido dictado en oposicin a
otra sentencia criminal pasada en autoridad de cosa juzgada.

Debemos hacer presente que el legislador en este caso no exige, para interponer el
recurso en contra de dicha resolucin, que la cosa juzgada hubiere sido alegada en el
juicio como acontece en materia civil.

B.6. Como causal del recurso de casacin en el fondo

Nuestro legislador no contempl la infraccin de las leyes "decisoria litis" que rigen
la cosa juzgada como una causal especifica del recurso en el fondo en el art.546 del
C.P.P.

Sin embargo, proceder interponer el recurso de casacin en el fondo conforme a
dicho precepto por violacin de las leyes "decisoria litis" que regulan la cosa juzgada
en los siguientes casos: a) Si se ha incurrido en un error de derecho al admitirse la
cosa juzgada hecha valer como excepcin de previo y especial pronunciamiento
(art.546 N5 y 433 N4 del C.P.P.); b) Si se hubiere aceptado o rechazado en la
sentencia definitiva la cosa juzgada incurriendo en un error de derecho y sta hubiere
sido alegada como defensa de fondo en la contestacin a la acusacin (art.546 N5,
433 N4 y 434 del C.P.P.); y c) Si se hubiere dictado sobreseimiento definitivo
incurriendo en un error de derecho en cuanto a la calificacin de la cosa juzgada
(arts.547 N6, 408 N5 del C.P.P. y 93 N2 del C.P.P.).





84


B.7. Como fundamento del recurso de queja

Si el tribunal reconociere o desconociere arbitrariamente la cosa juzgada con falta o
abuso, procede el recurso de queja para poner remedio al mal causado. (art.541 del
C.O.T.).
11


B.8. Como causal de revisin

La cosa juzgada no se encuentra establecida expresamente en el art.657 del C.P.P.
como causal de la revisin de las sentencias penales.

Sin embargo, la doctrina y la jurisprudencia estn acordes que la cosa juzgada
importa uno de los hechos desconocidos contemplados en el No 4 del art.657,que
hacen procedente la interposicin de la accin de revisin.

En el nuevo proceso penal, la cosa juzgada es claramente un fundamento para:

a) Declarar el juez de garanta inadmisible una querella ( ( art.114 letra d)),
b) Ejercer el fiscal la facultad de no iniciar una investigacin ( art. 168);
c) Decretar el sobreseimiento definitivo, a requerimiento del fiscal, del
imputado, o de oficio por el juez de garanta ( arts. 1,7,8,10, 77,93 letra f),
250 letra f)
d) Hacerla valer el acusado como excepcin de previo y especial
pronunciamiento ( art. 264 letra c)
e) Hacerla valer el acusado como fundamento de la defensa en el juicio oral (
art.265).
f) Constituye un motivo absoluto para hacer valer el recurso de nulidad en
contra de la sentencia definitiva ( art. 374 letra g);
g) Si el tribunal reconociere o desconociere arbitrariamente la cosa juzgada
incurre en una flagrante falta o abuso, siendo procedente el recurso de queja
para poner remedio al mal causado.
12

h) Constituye, al tratarse de un hecho desconocido, un causal de la accin de
revisin de una sentencia condenatoria por crimen o simple delito (art. 473
letra d).

Debemos hacer presente que slo procede el recurso de apelacin en contra de
la sentencia que se dicta en el procedimiento abreviado infringiendo la cosa juzgada (
art. 414), siendo procedente respecto de la sentencia definitiva dictada en los otros
procedimientos el recurso de nulidad ( arts 364, 370, art. 374 letra g); 399, y 405).
Finalmente, debemos reiterar que en el nuevo sistema procesal penal no se contempla
la existencia del recurso de casacin, sea en la forma o en el fondo.

XVII. LA CONEXION HETEROGENEA

1. CONCEPTO


11
A partir de la dictacin de la Ley 19.374, que modific el artculo 541 del C.O.T., no obstante que claramente el juez o jueces
que dictaren una sentencia contraviniendo la cosa juzgada alegada en juicio que emanare de una sentencia ejecutoriada
incurriran en una flagrante falta o abuso, por regla general no ser procedente el recurso de queja al ser impugnable semejante
resolucin generalmente por un recurso ordinario o extraordinario.
12
A partir de la dictacin de la Ley 19.374, que modific el artculo 541 del C.O.T., no obstante que claramente el juez o jueces
que dictaren una sentencia contraviniendo la cosa juzgada alegada en juicio que emanare de una sentencia ejecutoriada
incurriran en una flagrante falta o abuso, por regla general no ser procedente el recurso de queja al ser impugnable semejante
resolucin generalmente por un recurso ordinario o extraordinario.




85


Pudiera creerse, por ser diversas las naturalezas jurdicas de los procesos penal
y civil, ya que el uno juzga la conducta humana con miras hacia la imposicin de la
pena o la absolucin y el otro se traduce fundamentalmente en relaciones de orden
patrimonial, etc. que los procedimientos y las respectivas sentencias, productoras de la
cosa juzgada, no pudieren llegar jams a una interferencia.

Sin embargo, no es as. En realidad la materia penal y civil, que se ventilan en los
juicios respectivos, giran diramos para usar una grfica comparacin que usa Binding
en otra oportunidad, en dos crculos secantes, quedando en la zona secante un
residuo comn, susceptible de ser disputado por ambas competencias como es lo
concerniente a la indemnizacin civil del delito y otras derivaciones de ese carcter.

La accin civil "ex delicto" constituye, cuando se ejercita, un fenmeno de pluralidad
de pretensiones: aparece deducida junto a la pretensin punitiva. La conexin se
establece, pues, entre pretensiones y se fundamenta en que ambas traen causas de
un mismo complejo histrico-fctico, de un mismo hecho. Por ser este aparentemente
subsumible en una o varias normas penales se incoa causa criminal y por presentarse,
el mismo tiempo, como constitutivo de un supuesto de ilicitud civil (cuyo mbito es
mucho ms amplio que el de la penal), se considera que en principio, un mismo
procedimiento puede servir tanto para declarar, si procede, el "ius puniendi" como para
restituir, reparar o indemnizar a los perjudicados por el hecho en cuanto constitutivo de
un ilcito civil, siempre que se declare, al mismo tiempo, ilcito penal.

La conexin es heterognea, fundamentalmente, porque las materias son diversas,
pero hay algo ms que diferencia los casos de conexin homognea de ste. En el
supuesto que ahora nos ocupa, el nexo mismo es de naturaleza diferente. En los
casos de conexin homognea a la relacin, el nexo existe ya entre acontecimientos
extraprocesales, susceptibles de cierta diferenciacin y delimitacin histrica fctica o
a lo menos, previsiblemente susceptibles de integrar los supuestos de hecho de
normas penales distintas. Cuando cree advertirse la conexin en el mbito del
proceso, es decir, cuando (o una vez que) esos acontecimientos se convierten en
objetos de ste, surte determinados efectos jurdico-procesales la existencia de aquel
nexo. Pero esto ocurre precisamente porque se entiende que el nexo existi antes. Por
ello se deca que la conexin penal es primariamente material, extraprocesal, histrica.

El nexo entre la pretensin punitiva y la llamada accin civil "ex delicto" es, en
cambio, de naturaleza exclusivamente jurdica: ambas pretensiones como
consecuencia de la distinta consideracin que un mismo complejo de conductas y
hechos merecen a normas jurdicas diversas, penales y civiles. La aplicacin de estas
ltimas es renunciable, mientras que la de las penales, por regla general, no lo es.

Por otra parte esa conexin heterognea no se da slo entre los procesos civiles y
penales al hacer valer las pretensiones que emanan de un mismo hecho, sino que
tambin respecto de los fallos que se pronuncian por los diversos tribunales". Las dos
competencias criminal y civil, son dos ramas del mismo poder; ambas tienen un mismo
objeto, que se resuelve en el acto jurdico jurisdiccional sentencia, pero cada una obra
en campos distintos y no es permitido a una penetrar en la esfera de atribuciones de la
otra. De esto se sigue que el juez civil no puede volver a examinar cuestin resuelta ya
que por l magistrado penal, sin poner frente a la accin pblica, que dio trmino al
juicio criminal, la accin privada que se desenvuelve en el juicio civil, sin destruir el
orden inalterable de la competencia y no ocasionar una contraposicin de cosa
juzgada que cedera en desprestigio de la misma organizacin jurisdiccional.





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2.- LAS NORMAS QUE RECONOCEN LA CONEXIN HETEROGNEA EN
NUESTRO ORDENAMIENTO JURDICO.

La influencia recproca existente entre las materias civiles y penales se encuentra
reconocida por nuestro legislador tanto respecto de los procesos en actual tramitacin
como de las sentencias que en ellos se pronunciaren.

En consecuencia, para abordar la presente materia en la forma debida debemos
analizar los aspectos ya mencionados en forma separada.

A. INFLUENCIA RECPROCA ENTRE LOS PROCESOS CIVILES Y
PENALES EN TRAMITACIN.

A. 1)INFLUENCIA DE UN PROCESO PENAL EN TRAMITACIN RESPECTO DE
UN PROCESO CIVIL EN IGUAL ESTADO.

a.) El proceso penal en el sistema antiguo que hubiere llegado a la etapa de
Plenario o en el nuevo proceso penal en que se ha deducido acusacin o se
hubiere formulado requerimiento, puede provocar la suspensin del proceso
civil.

En el antiguo proceso penal, conforme a lo dispuesto en el art.10 del CPP. "Se
concede accin penal para impetrar la averiguacin de todo hecho punible y sancionar,
en su caso, el delito que resulte probado. En el proceso penal podrn deducirse
tambin, con arreglo a las prescripciones de este Cdigo, las acciones civiles que
tengan por objeto reparar los efectos civiles del hecho punible, como son, entre otras,
las que persigan la restitucin de la cosa o su valor, o la indemnizacin de los
perjuicios causados.

En consecuencia, podrn intentarse ante el juez que conozca del proceso penal las
acciones civiles que persigan la reparacin de los efectos patrimoniales que las
conductas de los procesados por s mismas hayan causado o que puedan atribuirles
como prximas o directas, de modo que el fundamento de la respectiva accin civil
obligue a juzgar las mismas conductas que constituyen el hecho punible objeto del
proceso penal."

La accin civil restitutoria debe deducirse siempre precisamente ante el tribunal que
conoce del proceso criminal (arts.5 del C.P.P. y 171 del C.O.T.). El tribunal del crimen
es en este caso el nico que tiene competencia para reconocer de la accin
restitutoria; en otras palabras, tiene competencia exclusiva y excluyente para conocer
de ella.

La accin civil indemnizatoria que puede nacer del delito puede ejercitarse ante el
tribunal que conoce del respectivo proceso criminal (art.171 del C.O.T.) o
separadamente ante el tribunal civil correspondiente (art.5 del C.P.P.). En este caso
nos encontramos ante un caso de competencia acumulativa, puesto que tanto el juez
de la accin civil y indemnizatoria, pero el que haya prevenido en el conocimiento
excluye al otro, el cual cesa desde ese instante de ser competente (art.112 del
C.O.T.)..

Resulta que, cuando la accin civil indemnizatoria se intenta separadamente de la
penal ante el juez del ramo nos encontramos ante dos juicios: a) Uno penal, en el cual
se persigue el castigo del culpable de un hecho que reviste apariencias delictivas y




87


ser declarado como tal al dictarse la sentencia definitiva y b) Uno civil, en el cual se
persigue la indemnizacin de los perjuicios causados por dicho hecho ilcito.

La accin civil ejercitada ante los tribunales civiles se tramitar como juicio ordinario
(art.3 del C.P.C.), cualquiera que sea ante la ley penal el carcter del delito o
cuasidelito de donde emana.

En este caso, nuestro legislador, a pesar de la tramitacin separada e
independiente de ambas acciones, ha reconocido la conexin existente entre ellas al
posibilitar la suspensin del procedimiento civil. Dispone al efecto el inciso 2 del art.5
del C.P.P. que "cuando la accin civil se ejercite separadamente de la penal, aquella
podr quedar en suspenso desde que procedimiento criminal pase al estado de
plenario y se observar lo dispuesto en el art.167 del C.P.C.".

Por su parte, el referido art.167 del C.P.C. dispone que "cuando la existencia de un
delito haya de ser fundamento preciso de una sentencia civil o tenga en ella influencia
notoria como podrn los tribunales suspender el pronunciamiento de sta hasta la
terminacin del proceso criminal, si en ste se ha dado lugar al procedimiento
plenario".

"Esta suspensin podr decretarse en cualquier estado del juicio, una vez que se
haga constar la circunstancia mencionada en el inciso precedente.

"Si en el caso de los dos incisos anteriores se forma incidente, se tramitar en pieza
separada sin paralizar la marcha del juicio.

"Con todo, si en el mismo juicio se ventilan otras cuestiones que puedan tramitarse
y resolverse sin aguardar el fallo del proceso criminal, continuar respecto de ellas el
proceso sin interrupcin".

Los requisitos para que se suspenda el juicio civil por existir uno penal pendiente
para el juzgamiento de los hechos que sirven de fundamento a la pretensin hecha
valer en aqul, son:

a. Que la existencia del delito o cuasidelito que es objeto del procedimiento penal
sea fundamento preciso de la sentencia a dictar en el civil o tenga influencia notoria
para ella.

Esto significa que "la accin penal y la civil emanan o se refieran a un mismo hecho,
de modo que el juez civil no pueda pronunciarse sobre la accin deducida ante l sin
establecer la existencia o inexistencia del delito o cuasidelito imputable a su autor. Es
innecesario que las partes en ambos procesos sean una misma; la ley no lo exige.
Basta que el juez civil para acoger la demanda, deba dar por existente la
responsabilidad que se invoca. Por consiguiente, esta suspensin procede, aunque en
el juicio civil slo figure como demandado la persona civilmente responsable y no el
autor directo del delito o cuasidelito del proceso criminal".

b) Que el juicio penal, en el cual se juzgan los hechos delictivos fundantes o con
influencia notoria para el pronunciamiento de la sentencia civil, hubiere pasado a la
etapa de Plenario.

"La facultad que confiere la ley a los tribunales para suspender el fallo de un juicio
civil hasta la terminacin de un proceso criminal que incide en la existencia de un delito




88


que ha de ser el fundamento preciso de una resolucin civil, slo puede ser
admisible cuando el juicio criminal se encuentre en estado de Plenario".

Concurriendo estas circunstancias, el juez civil deber suspender la tramitacin del
juicio en cualquier estado que ste se encuentre y no nicamente el pronunciamiento
de la sentencia. As se ha fallado, pero esta suspensin debe ser decretada a peticin
de parte. El juez no puede ordenarla de oficio, ninguna ley lo ha autorizado para ello
(art.9 del C.O.T.).

Esta subordinacin de la accin civil a la penal jams ha sido desconocida y
obedece a dos ordenes de consideraciones: en primer lugar, razones de conveniencia
poltica imponen el respeto de la primera a la segunda; en segundo lugar, porque la
accin quedar sin causa cierta, mientras no se produzca la condena penal.

Uno de los prcticos del derecho penal enunciaba as: "Antes que la civil, debe
primero resolverse la causa criminal, an estando establecido que todas las
excepciones deben tratarse al final del litigio".

En verdad, se trata, en el art.167 del C.P.C. de una cuestin que bien podramos
llamar criminal prejudicial, de carcter previo.

En el nuevo proceso penal, se contempla expresamente la facultad para la vctima de
ejercer las acciones ( pretensiones ) civiles indemnizatorias en contra del imputado; y
las acciones restitutorias que se generan con motivo de la comisin de un delito ( arts
59).

Dado que la vctima es un interviniente dentro del proceso penal puede optar por
preparar la demanda civil indemnizatoria dentro del proceso penal con posterioridad a
la formalizacin, solicitando diligencias o medidas cautelares reales, generndose con
ello la interrupcin de la prescripcin, condicionada a que con posterioridad se deduzca
oportunamente la demanda civil. ( art. 61)

El ejercicio de la accin restitutoria se puede verificar a lo largo de todo el
procedimiento penal y se debe tramitar como incidente en cuaderno separado, salvo
que se trate de la restitucin de las especies hurtadas, robadas y estafadas, para lo
cual basta para que ellas sean restituidas que se compruebe su dominio y sean ellas
valoradas.( art. 189)

El ejercicio de la accin indemnizatoria por parte de la vctima en contra del
imputado se contempla mediante la interposicin de una demanda civil por escrito
hasta quince das antes de la audiencia de preparacin de juicio oral ( arts 60 y
261), la que deber conocerse, ser probado sus aspectos de hecho y fallada en la
audiencia de juicio oral.

Solo la accin civil indemnizatoria de la vctima en contra del imputado puede ser
ejercida dentro del proceso penal o ante el juez civil que sea competente conforme a
las reglas generales.

Respecto de la accin civil indemnizatoria existe una competencia acumulativa o
preventiva solamente respecto de aquella que es ejercida por la vctima en contra
del imputado, puesto que pueden conocer de ella tanto el juez del crimen que
conoce del proceso penal como el juez civil que sea competente de acuerdo con las
reglas generales. Arts. 59 inc.2 y 3 del N.C.P.P.. y 171 inc. 2 del C.O.T. Sin




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perjuicio de ello, admitida a tramitacin la demanda civil en el procedimiento penal
no se podr deducir nuevamente ante un tribunal civil. ( art. 59 inc. 2 ultima parte
NCPP).

Finalmente, debemos tener presente que la accin indemnizatoria no puede ser
ejercida por la vctima en contra del imputado si el hecho punible hubiere dado lugar
a la aplicacin del procedimiento simplificado ( art. 393 inc. 2) o al procedimiento
abreviado (art. 68 y 412), sin perjuicio de tener presente que la accin civil puede no
hacerse valer o ser resuelta dentro del juicio oral si ese procedimiento se suspende
o termina antes de que hubiere comenzado el juicio oral, debiendo en tal caso
hacerse valer la accin civil ante el juez civil que fuere competente conforme a las
reglas generales. ( art. 68)
13


Las acciones civiles indemnizatorias que pudieren ejercerse por otras personas
distintas de la vctima o en contra de terceros civilmente responsables solamente
pueden ejercerse ante el tribunal civil competente conforme a las reglas generales.

En el nuevo proceso penal se mantiene lo sealado en el artculo 167 del Cdigo de
Procedimiento Civil respecto de la posibilidad que se solicite la suspensin del
proceso civil hasta la terminacin del proceso penal, cuando la existencia de un
delito haya de ser fundamento preciso de una sentencia civil o tenga en ella
influencia notoria, con la modificacin obvia introducida por la Ley 19.806 que ello
no ocurre cuando se ha dado lugar al procedimiento plenario que no se contempla
en el nuevo proceso penal, sino que ello ocurre en la actualidad cuando en el
proceso penal se ha deducido acusacin, lo que acontecer en la etapa intermedia
del juicio oral, o se hubiere formulado requerimiento en el procedimiento
simplificado.

A.2. INFLUENCIA DE UN PROCESO CIVIL EN TRAMITACIN RESPECTO DE UN
PROCEDIMIENTO PENAL

1. El ejercicio de la accin civil que emana de un delito extingue la accin
penal privada.

Esta institucin es conocida en doctrina como renuncia y, tambin abandono de la
accin penal privada. Se prefiere la voz "renuncia" en este caso, dado que la ley
tambin contempla con esa expresin respecto de la accin penal privada un instituto

13
En todo caso, debemos recordar que respecto de la ejecucin de la parte civil indemnizatoria de la sentencia definitiva
dictada dentro del proceso penal no debe ser ejecutada ante los tribunales penales, sino que ante el juzgado de letras civil que
fuere competente conforme a las reglas generales.
De conformidad a lo previsto en el artculo 349 del NCPP, tanto en caso de absolucin como en el de condena, deber el
tribunal pronunciarse acerca de la demanda civil vlidamente interpuesta.
Por otra parte, el inciso final del artculo 171 del C.O.T. haciendo una clara excepcin a la regla general de la ejecucin, nos
seala que ser competente para conocer de la ejecucin de la decisin civil de las sentencias definitivas dictadas por los
jueces con competencia penal, el tribunal civil que fuere competente conforme a las reglas generales.
En consecuencia, si se hubiere pronunciado una sentencia definitiva penal, acogindose la demanda civil indemnizatoria
deducida por la vctima en contra del imputado, nico caso en que ello es posible ante los tribunales del crimen en el nuevo
sistema procesal penal, la ejecucin de la sentencia civil no deber seguirse ante ellos, sino que ante el tribunal civil que fuere
competente conforme a las reglas generales.
El procedimiento que deber aplicarse para obtener la ejecucin de la sentencia civil se nos seala en el artculo 472 del
N.C.P.P. sealndonos que en el cumplimiento de la decisin civil de la sentencia, regirn las disposiciones sobre ejecucin
de las resoluciones judiciales que establece el Cdigo de Procedimiento Civil.
Ello implica que el nico procedimiento que cabr aplicar para la ejecucin de esa sentencia que contempla prestaciones
civiles ser el juicio ejecutivo, dado que no cabe aplicar el procedimiento incidental que slo es procedente cuando la
ejecucin se solicita ante el tribunal que conoci del proceso en nica o primera instancia. Debemos acordar que conforme al
artculo 233 del C.P.C. el procedimiento incidental slo es aplicable cuando se solicite la ejecucin de una sentencia ante el
tribunal que la dict dentro del plazo de un ao contado desde que la ejecucin se hizo exigible, si la ley no ha dispuesto otra
forma especial de cumplirla, se ordenar su cumplimiento con citacin de la persona en contra de quien se pide..





90


equivalente al abandono del procedimiento, aunque con una regulacin mucho ms
drstica, que conduce al sobreseimiento definitivo.

La renuncia tcita de la accin penal privada se encuentra consagrada en el art.12
del C.P.P. el cual establece que "cuando se ejercite la accin civil respecto de un
hecho punible que no puede perseguirse de oficio, se considerar extinguida por ese
hecho la accin penal".

Dice Ballesteros, al comentar esta disposicin: "Cuando el ofendido opta por la
accin civil separada de la penal, en delito que slo l puede perseguir", se presume
de derecho que hace abandono de la ltima. Es la aplicacin del principio: "Electa una
va, non datur recursos ad alterum" (Si se elige un camino, no se da recurso para otro).
La razn es que no puede dejarse al arbitrio de una de las partes arrastrar al reo de
una jurisdiccin a otra, o tener que responder, a la vez, ante dos jurisdicciones".

En otros trminos, la facultad de querellarse caduca por el ejercicio anterior de la
accin civil, con lo cual se manifiesta que el lesionado slo desea satisfacerse por la
va civil".

En el nuevo proceso penal, se contempla el mismo efecto respecto del ejercicio
exclusivo de la accin civil respecto de un hecho punible de accin privada. Al efecto,
dispone el artculo 66 del Cdigo Procesal Penal que Cuando slo se ejerciere la
accin civil respecto de un hecho punible de accin privada se considerar extinguida,
por esa circunstancia, la accin penal.

Para estos efectos no constituir ejercicio de la accin civil la solicitud de diligencias
destinadas a preparar la demanda civil o a asegurar su resultado, que se formulare en el
procedimiento penal.

2. El proceso penal debe suspenderse en caso de ser necesaria la resolucin
previa de una cuestin prejudicial civil que no sea de la competencia del juez del
crimen.

Las cuestiones prejudiciales civiles son aquellos hechos de carcter civil que la ley
penal estima como uno de los elementos para definir el delito que se persigue, para
agravar o disminuir la pena o para no estimar culpable al autor (art.173 del C.O.T.).

Por otra regla general, es competente para conocer y fallar las cuestiones
prejudiciales civiles el juez del crimen (art.173 en relacin con el art.111 del C.O.T.).
En estos casos, esa cuestin no reviste el carcter de prejudicial, puesto que no
procede ordenar la suspensin del proceso penal, conforme a lo dispuesto en los
arts.5 y 409 N4 del C.P.P.

Excepcionalmente, nuestro legislador contempla cuatro casos en que la cuestin
civil no puede ser conocida por el juez del crimen, sino que debe ser resuelta en forma
previa por otro tribunal. Estos casos son;

a) Cuestiones sobre validez de matrimonio (art.172 inc.2 del C.O.T.).

b) Cuestiones sobre cuentas fiscales (art.173 inc.2 del C.O.T.).





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c) Cuestiones de estado civil cuya resolucin debe servir de antecedente
necesario para el fallo de la accin penal persecutoria de los delitos de usurpacin,
ocultacin o supresin de estado civil (art.173 inc.3 del C.O.T.); y

d) Cuestiones referentes a excepciones de carcter civil concernientes al dominio o
a otro derecho real sobre inmuebles que aparezcan revestidas de fundamento
plausible y de su aceptacin, por la sentencia que sobre ellos recaiga, hubiere de
desaparecer el delito (art.174 del C.O.T.).

De las cuestiones prejudiciales civiles contempladas en las letras a), c) y d) conoce
el juez civil, debiendo sujetarse en la prueba de decisin de ella a las disposiciones del
derecho civil.

El conocimiento de los jueces de cuentas fiscales corresponde a la Controlara
General de la Repblica (art.5 N3 del C.O.T.), de acuerdo a la reglamentacin que
sobre materia contiene su ley orgnica.

Estas cuestiones civiles revisten el carcter de prejudiciales respecto del juicio
penal en nuestra legislacin, dado que no podr fallarse ste sin que previamente se
hubieren resuelto dichas cuestiones. Prescribe al efecto el inc.1 del art.4 del C.P.P.:
"Siempre que para el juzgamiento criminal se requiere la resolucin previa de una
cuestin civil de que deba conocer otro tribunal, el juicio criminal no se adelantar sino
para practicar aquellas diligencias del sumario necesarias a la comprobacin de los
hechos; y se paralizar en seguida hasta que sea fallada la cuestin civil".

La forma que se materializa la suspensin del procedimiento penal es mediante la
dictacin del sobreseimiento temporal. Dispone al efecto el art.409 N4 del C.P.P.: Se
dar lugar al sobreseimiento temporal: 4 cuando para el juzgamiento criminal se
requiera la resolucin previa de una cuestin civil de que deba conocer otro tribunal; y
entonces se observar lo prevenido en los artculos 4 de este Cdigo y 173 del
C.O.T.".

En estos casos, en los autos penales debe limitarse el juez a comprobar los
hechos, siendo indudable que no podra mantenerse la detencin del inculpado
mientras no se dicte sentencia en el juicio civil; sobre todo si se toma en cuenta que
este fallo es el que en realidad determina la existencia o no del delito.

Para los efectos de disponer la suspensin del juicio penal no es necesario que el
inculpado la solicite. El juez debe ordenarla de oficio (407 del C.P.P.). En ese caso, el
juez del crimen debe remitir los antecedentes a la justicia civil; pudiendo ocurrir que el
reo no inicie o retarde la tramitacin de la causa.

Para obviar este inconveniente, los incisos 2 y 3 del art.4 del C.P.P. dispusieron
en "en el juicio civil prejudicial intervendr el Ministerio Pblico, cuando la causa
criminal verse sobre delito que debe perseguirse de oficio, para hacer todas las
gestiones conducente a la iniciacin o a la pronta terminacin de dicho juicio. Podr
tambin hacerse parte principal cuando lo estime conveniente". Sin embargo, esta
disposicin carece de aplicacin prctica al haberse eliminado el cargo de los
promotores que representaban al Ministerio Pblico en la primera instancia, conforme
a lo prescrito en el DFL. 426 de 28 de febrero de 1927; sin perjuicio de ser discutible la
intervencin en este caso a los fiscales de la Corte de Apelaciones de acuerdo a lo
previsto en el art.26 bis del C.P.P.





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El proceso penal deber reiniciarse una vez que se hubiere fallado por el tribunal
civil la cuestin prejudicial, puesto que slo entonces habr cesado el inconveniente
legal que detuvo la prosecucin del juicio (art.418 inc.2 del C.P.P.).

En el nuevo proceso penal, igualmente se contempla expresamente la dictacin
del sobreseimiento temporal en el caso de concurrir una cuestin prejudicial civil
conforme a lo previsto en la letra a) del artculo 252.

Debemos tener presente que la referida regulacin es plenamente concordante con lo
previsto en el artculo 171 del Cdigo Procesal Penal, segn el cual siempre que para
el juzgamiento criminal se requiriere la resolucin previa de una cuestin civil de que
debiere conocer, conforme a la ley, un tribunal que no ejerciere jurisdiccin en lo penal,
se suspender el procedimiento criminal hasta que dicha cuestin se resolviere por
sentencia firme.

Esta suspensin no impedir que se verifiquen en el proceso penal actuaciones urgentes
y estrictamente necesarias para conferir proteccin a la vctima o a testigos o para
establecer circunstancias que comprobaren los hechos o la participacin del imputado y
que pudieren desaparecer.

Cuando se tratare de un delito de accin penal pblica, el ministerio pblico deber
promover la iniciacin de la causa civil previa e intervendr en ella hasta su trmino,
instando por su pronta conclusin.


B. INFLUENCIA RECPROCA ENTRE LAS SENTENCIAS CIVILES Y
CRIMINALES.

a. Influencia de las sentencias civiles respecto de las penales a dictarse en
un proceso posterior.

La regla general es que las sentencias civiles firmes carecen de toda influencia
respecto de la sentencia que deba dictarse con posterioridad en un asunto penal.

Esto no puede asombrarnos dado la naturaleza de la accin penal, que si es
pblica se ejercita en nombre de la sociedad para obtener el castigo de todo delito que
debe perseguirse de oficio, como dice el art.11 del C.P.P.

Sera absurdo que una sentencia civil destinada a resolver asuntos de derecho
privado, pueda impedir el ejercicio de la accin penal pblica o limitar en un
determinado sentido la amplia libertad que tiene el juez del crimen para fallas los
asuntos que conoce.

Esta independencia de las sentencias civiles respecto del procedimiento penal se
encuentra consagrada, respeto del ejercicio de la accin penal, en el inciso 2 del
art.14 del C.P.P. Dispone dicho precepto que la sentencia firme absolutoria dictada en
el pleito promovido para el ejercicio de la accin civil, no ser obstculo para el
ejercicio de la accin penal correspondiente cuando se trate de delitos que deban
perseguirse de oficio".

Dentro de nuestra legislacin existe un solo caso en que la sentencia civil firme
influye respecto de la sentencia penal que debe dictar el juez del crimen con




93


posterioridad para la resolucin del conflicto. Este se refiere a las sentencias firmes
pronunciadas por el juez civil destinadas a resolver una cuestin prejudicial.

Ejecutoriada la resolucin pronunciada por el juez civil que falla una de esas
cuestiones, se producir cosa juzgada y el juez del crimen deber considerla para
fallar la causa.

Fallada la cuestin prejudicial civil por un tribunal que no sea el juez del crimen,
ste deber proceder a ordenar la reiniciacin del juicio. La suerte que corra en el
futuro el proceso penal depender del carcter que revista la sentencia que hubiera
fallado la cuestin prejudicial civil. Para estos efectos debemos distinguir:

a) La sentencia civil ejecutoriada declara inexistente o nulo el hecho de
carcter civil que constituye uno de los elementos que la ley penal estima para
definir el delito o para no estimar culpable al autor.

En este caso, el juez del crimen debe proceder a reabrir el sumario y a sobreseer
definitivamente la causa (art.418 en relacin con los Nos.2 y 3 del art.408) o el juez de
garanta en el nuevo sistema procesal penal debe ordenar la reapertura del
procedimiento y dictar un sobreseimiento definitivo basado en las letras a) y b) del
artculo 250 del Cdigo Procesal Penal.).

As lo ha reconocido expresamente nuestra jurisprudencia al declarar que "conocer
y decidir acerca de la validez o nulidad de la notificacin del protesto de un cheque, es
de la competencia exclusiva del tribunal en lo civil que orden dicha actuacin, sin
perjuicio de las facultades que la ley confiere al superior.

Dicha resolucin tiene el carcter de una sentencia interlocutoria, que, una vez
ejecutoriada, produce cosa juzgada efecto que impide al mismo tribunal o a otro
cualquiera entrar al anlisis de si sus fundamentos o la decisin misma son o no
correctos.

Por consiguiente, no corresponde al tribunal que conoce de un proceso criminal
relativo a un delito de los que sanciona el art.22 de la Ley sobre Cuentas Corrientes
Bancarias y Cheques, el conocimiento y decisin acerca de la validez o nulidad
declarada por el tribunal en lo civil que orden la notificacin y no le cabe otro papel
que acatar aquel fallo y proceder, considerndolo como un antecedente definitivo.

En consecuencia, declarada nula la notificacin del protesto de un cheque por el
juez civil que intervino en dicha gestin, procede sobreseer definitivamente en la causa
seguida contra el girador por el delito de giro doloso de cheque".

b) La sentencia civil ejecutoriada declara existente o vlido el hecho de
carcter civil que constituye uno de los elementos que la ley considera para
definir el delito o para no estimar culpable al autor.

En este caso el juez del crimen se encuentra obligado a reabrir el sumario (art.418
inc.2 del C.P.P.) y deber considerar en la sentencia definitiva a dictar en l lo que se
hubiera decidido por el tribunal que hubiere fallado la cuestin prejudicial civil. En el
nuevo proceso penal, dispone en el mismo sentido el artculo 254 que a solicitud del
fiscal o de cualquiera de los restantes intervinientes, el juez podr decretar la reapertura
del procedimiento cuando cesare la causa que hubiere motivado el sobreseimiento
temporal.




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Ninguna alegacin podr hacerse valer durante la tramitacin del proceso penal por
las partes que tiendan a modificar lo que se hubiere resuelto acerca de la cuestin
prejudicial civil.

Otro caso en que la sentencia civil puede influir en aquella que dicte con
posterioridad el juez penal es aquel que se produce cuando la accin civil
indemnizatoria ha sido deducida ante el juez civil en forma separada de la accin
penal. La influencia aqu dice relacin no con los hechos delictivos que se juzgarn por
el juez del crimen, sino que con la pretensin civil que emana de esos hechos.

Si la accin civil indemnizatoria que emana del delito se hace valer ante el juez civil,
no podr ejercerse con posterioridad ante el juez del crimen por cuanto a ello se
opondr la litispendencia si el asunto se encontrare pendiente, o la cosa juzgada, si el
fallo pronunciado por el juez civil acerca de la accin indemnizatoria se encontrare
ejecutoriada. Debemos recordar que en el nuevo sistema procesal penal ello puede
acontecer solo en el caso de la accin civil que la victima puede ejercer en contra del
imputado, caso en el cual nos encontramos con una competencia acumulativa o
preventiva.

b) Influencia de las sentencias penales respecto de las civiles que se dictarn
en un juicio posterior

Para los efectos de estudiar la influencia que tienen las sentencias penales
respecto de las civiles a dictarse en un procedimiento posterior, debemos clasificar las
sentencias penales en condenatorias y absolutorias.

a. Influencia de las sentencias penales condenatorias respecto de las
sentencias emanadas de un juicio civil posterior

El art.178 del C.P.C. seala al respecto que "en los casos civiles podrn hacerse
valer las sentencias dictadas en un proceso criminal siempre que condenen al
procesado".

El art.180 del C.P.C., complementado el mencionado precepto, dispone que
"siempre que la sentencia criminal produzca cosa juzgada en juicio civil, no ser ilcito
en ste tomar en consideracin pruebas o alegaciones incompatibles con lo resuelto
en dicha sentencia o con los hechos que le sirvan de necesario fundamento", precepto
este que es redundante, no establece los puntos sobre los que versa la cosa juzgada
obscureciendo su extensin al referirse a "prueba o alegaciones incompatibles con lo
resuelto".

Felizmente, el art.13 del C.P.P. fija el verdadero alcance de la cosa juzgada en
forma clara y correcta al prescribir que "cuando el acusado haya sido condenado en el
juicio criminal, como responsable del delito, no ponerse en duda, en el juicio civil, la
existencia del hecho que constituya el delito, ni sostenerse la inculpabilidad del
condenado".

As por ejemplo: en un juicio civil se hace valer una sentencia que conden al reo,
por lesiones menos graves (art.399 del C.P.P.) en razn de haberse probado que
estas lesiones produjeron en el ofendido enfermedad o incapacidad para el trabajo por
menos de 30 das.





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No podr despus el ofendido demandado, en el juicio civil, alegar que las
lesiones le produjeron enfermedad o incapacidad por ms de 30 das, ni el condenado
sostener que no particip en el hecho. Ello importara desconocer la naturaleza del
hecho o, en su caso, la participacin del condenado, todo lo cual est establecido con
las pruebas que se hicieron valer en el juicio criminal.

Sin duda estas pruebas, vinculadas a la comprobacin del hecho punible o a la
persona del participante, fue lo que se tuvo en mente en el art.178.

La simple aplicacin del art.13 del C.P.P., sin necesidad de acudir a los preceptos
del C.P.C. soluciona el problema del mbito de los efectos de la sentencia penal en el
juicio civil posterior.

Slo quedan como verdades concretas e inamovibles la existencia del hecho y la
participacin del acusado, ahora demandado civil como base de la sentencia
condenatoria criminal, que produjo la cosa juzgada.

Estimamos que los mismos elementos contenidos en el art. 13 del C.P.P.
pueden extraerse sin dificultad de lo previsto en el inciso segundo del artculo 1 del
Cdigo Procesal Penal.

b. Influencia de las sentencias penales absolutorias respecto de las civiles
que se van a dictar en un juicio posterior

a) Generalidades.

No existe respecto de esta materia una regla de carcter absoluto como ocurre
respecto de la influencia que tienen las sentencias condenatorias respecto de los
juicios civiles.

El C.P.C. establece en el inc.1 del art.179 que "las sentencias que absuelven de la
acusacin o que ordenen el sobreseimiento definitivo, slo producirn cosa juzgada en
materia civil, cuando se funden en algunas de las circunstancias siguientes..." y
enumera despus tres casos de excepcin.

De lo expuesto en dicho precepto se puede sentar en consecuencia la siguiente
regla general: Las sentencias criminales absolutorias o las que ordenan el
sobreseimiento definitivo, no producen cosa juzgada en el juicio civil.

Pero existe un caso en que esa regla general se transforma en absoluta. Este
se contempla en el inc. final del mismo art.179 del C.P.C. al sealar que "las
sentencias absolutorias o de sobreseimiento en materia criminal relativa a los tutores,
curadores, albaceas, sndicos, depositarios, tesoreros y dems personas que hayan
recibido valores u objetos muebles por un ttulo de que nazca la obligacin de
devolverlos, no producen en ningn caso cosa juzgada en materia civil".

Debemos tener presente en todo caso que, de acuerdo al texto del inc.1 del
referido art.179 la resolucin que decreta el sobreseimiento temporal no produce jams
cosa juzgada en los juicios civiles posteriores, lo que es del todo lgico puesto que
mediante ella no se falla o decide el juicio, sino que slo se suspende el procedimiento.

b) Casos excepcionales en que las sentencias absolutorias o las que ordenan
el sobreseimiento definitivo producen cosa juzgada en el juicio civil.




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El art.179 del C.P.C. contempla los casos en que las sentencias absolutorias y el
sobreseimiento definitivo producen cosa juzgada respecto del juicio civil.

Para los efectos de estudiar este precepto debemos tener presente las acotaciones
que al respecto seala magistralmente Ricci: "Si el juez del orden penal hubiera
absuelto al procesado, la cosa juzgada que entraa la absolucin impide que en el
juicio civil pueda procederse contra el mismo para el resarcimiento de los daos?.

Es preciso distinguir el caso en que el juez en lo civil, para sentenciar sobre la
accin civil de indemnizacin, pueda ponerse en contradiccin con lo que hubiera
resuelto en el juicio criminal de aquel en que tal contradiccin no es posible.

Si el juez del orden penal, por ejemplo, ha declarado no haber lugar a proceder
porque el hecho objeto del procesamiento no existe, o porque el procesado no
intervino en l, claro es que el juicio civil para condenar al procesado al resarcimiento
de daos de las partes, es la afirmacin de que el hecho existe y de que el procesado
tuvo en l parte, ponindose as en contradiccin con la sentencia del juicio criminal.
En tal supuesto, la reclamacin por la accin civil indicada no es admisible. Pero si el
juez del orden penal ha declarado no haber lugar a proceder porque el hecho no
constituye delito, no es necesario contradecir su decisin para condenar civilmente al
procesado al resarcimiento de daos, porque si el hecho no constituye delito, puede
constituir cuasidelito, implicando as, tan solo violacin de la ley civil".

A continuacin analizaremos los casos contemplados en el art.179 del C.P.C. en
que excepcionalmente la sentencia absolutoria o sobreseimiento definitivo producen el
efecto de cosa juzgada respecto del proceso civil.

1. Las sentencias absolutorias o que ordenan el sobreseimiento definitivo
producen cosa juzgada en materia civil, cuando se fundan en la no existencia del
delito o cuasidelito que ha sido materia del juicio, (art.179 N1 del C.P.C.).

Nuestra doctrina y jurisprudencia, dado que el precepto es poco claro y ha originado
una serie de dificultades ha considerado diversas situaciones:

a) Se dict sentencia absolutoria y se sobresey definitivamente por no
haber delito o cuasidelito penal, ya que no existen los hechos en que se fundan
ese delito o cuasidelito.

La sentencia absolutoria o sobreseimiento definitivo producen en este caso cosa
juzgada en el proceso civil. El juez civil para acoger la accin de indemnizacin de
perjuicios debera dar por establecido la existencia de un hecho ilcito, con lo cual
contradecira lo fallado en el proceso penal que declar la no existencia de ste.

b) Se dict sentencia absolutoria o se sobresey definitivamente, porque si
bien los hechos existen y estn probados, no estn sancionados por la ley penal.

La sentencia absolutoria o sobreseimiento definitivo no producen en este caso
cosa juzgada respecto del proceso civil.

La razn es del todo lgica, puesto que las responsabilidades civiles y penales
son independiente entre s. La responsabilidad por el dao en materia civil es de gran
amplitud, lo que no acontece en materia penal donde ella se encuentra circunscrita por




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la ley a travs de la tipicidad. Es por ello que nos encontramos ante casos no
sancionados penalmente y que s importan una responsabilidad civil para su autor
como ocurre por ejemplo generalmente con los cuasidelitos que causan dao en las
cosas.

Dicha situacin se reconoce expresamente en el nuevo sistema procesal penal al
prescribir el artculo 67 del Cdigo Procesal Penal que La circunstancia de dictarse
sentencia absolutoria en materia penal no impedir que se de lugar a la accin civil, si fuere
legalmente procedente. Reforzando la independencia de la accin civil respecto de la accin
penal, nos seala el artculo 349 del mencionado cuerpo legal, que tanto en el caso de
absolucin como en el de condena deber el tribunal pronunciarse acerca de la demanda civil
vlidamente interpuesta.

c) Se dict sentencia absolutoria o sobreseimiento definitivo porque, si bien
los hechos existen y estn castigados por la ley, la intervencin del causante ha
sido casual.

Para algunos la sentencia criminal o el sobreseimiento definitivo producen en
este caso cosa juzgada en materia civil, ya que se ha determinado por sentencia
ejecutoriada que, la causa de los hechos ha sido el caso fortuito.

Para otros, es evidente que el caso fortuito elimina o desplaza el delito, pero no
por eso puede decirse que no existe fugazmente si se quiere, pero susceptible de
producir consecuencias o perjuicios civiles indemnizables en muchos casos.

As por ejemplo, en las situaciones previstas en los arts.2.128, 1.672 y 2.327 del
C.C. y 65 del DL 221 de 14 de mayo de 1931.

No es exacto, pues, afirmar o suponer que el caso fortuito haga desaparecer sin
ms, el delito o cuasidelito, ya que, si bien esto ocurre en materia penal, no sucede lo
mismo en lo civil, puesto que, como lo acabamos de ver, la ley civil hace indemnizable
el dao en ciertos casos, no obstante existir caso fortuito.

Por consiguiente, la sentencia absolutoria o sobreseimiento definitivo, fundado
en el caso fortuito, de ninguna manera produce los efectos de cosa juzgada, mxime si
se considera que lo dispuesto en la segunda parte del N1 del art.179 del C.P.C. y el
art.10 N9 del C.P. exime de responsabilidad al caso fortuito.

d) Se dict sentencia absolutoria o sobreseimiento definitivo porque, si bien
los hechos existen y estn castigados por la ley penal, concurri una
circunstancia eximente de responsabilidad penal.

La sentencia absolutoria o sobreseimiento definitivo no producen en este caso
cosa juzgada respecto del proceso civil. As lo seala en forma expresa la segunda
parte del N1 del art.179 del C.P.C. "No se entendern comprendidos en este nmero
los casos en que absolucin o sobreseimiento provengan de la existencia de
circunstancias que eximan de responsabilidad criminal".

La razn de ser de este artculo es lgica, puesto que no hace ms que ratificar
la independencia de la responsabilidad civil. As por ejemplo, en el caso del N1 del
art.10 del C.P., por el loco o demente responde del dao causado la persona a cuyo
cargo est (art.2319 del C.C.).





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2. Las sentencias absolutorias o que ordenan el sobreseimiento producen
cosa juzgada en materia civil, cuando se fundan en la circunstancia de no existir
relacin alguna entre el hecho que se persigue y la persona acusada (art.179 N
del C.P.C.).

LLama la atencin en este precepto que la circunstancia de "no existir relacin
alguna entre el hecho que se persigue y la persona acusada", no figura entre las siete
causales que taxativamente enumera el art.408 del C.P.P. y que fundamenta el
sobreseimiento definitivo.

Nos preguntamos entonces, qu ha querido decir la ley al exigir esta falta de
relacin entre el hecho perseguido y la persona del acusado?.

La respuesta es obvia. Sencillamente la ley quiere significar que no est acreditada,
en el juicio, la participacin del procesado o imputado en el hecho punible.

Ntese que los trminos que el precepto pone en relacin: el hecho punible y el
participante son de gran entidad en el juicio penal (art.76 del C.P.P.), a tal extremo que
sin su correspondiente enlace no puede existir el procedimiento criminal.

La exigencia del precepto en estudio es, pues, de gran amplitud y cualquiera
situacin procesal que conduzca a determinar esta falta de "relacin" cumple con la
voluntad de la ley, que es ordenar el sobreseimiento definitivo en este caso.

Ahora bien, si examinamos una a una las causales de sobreseimiento definitivo que
enumera el mencionado art.408 del C.P.P., llegaramos fcilmente a la conclusin de
que la del N3 es la nica causal que podramos utilizar, dentro de una labor
interpretativa.

El mencionado N3 autoriza el sobreseimiento definitivo "cuando aparezca
claramente establecida la inocencia del procesado".

Si esto ocurre no significa acaso que no puede existir relacin alguna entre el
hecho punible y la persona del acusado?. Creemos estar en lo cierto.

Esta falta de armona que advertimos entre el N2 del art.179 del C.P.C. y el art.408
del C.P.P. podra justificarse dentro de una interpretacin literal por el hecho de haber
sido pronunciado el primero de estos Cdigos con anterioridad al segundo, y por tanto
el legislador no pudo tenerlo a la vista para ponerlo a tono en el punto que se trata.

Si la sentencia absolutoria o el sobreseimiento definitivo se fundan en la
circunstancia de no existir relacin alguna entre el hecho que se persigue y la persona
del acusado, es lgico que se produzca la cosa juzgada en materia civil del fallo
criminal, puesto que la falta de relacin causal entre la accin del agente y el hecho
ilcito es un requisito comn a ambas clases de responsabilidades.

Pero esta regla no reviste el carcter de absoluta, ya que se debe entender sin
perjuicio de la responsabilidad que puede afectar a la persona acusada por actos de
terceros, o por daos que resulten de accidentes, de conformidad a lo establecido en
el Ttulo XXXV, Libro IV, del Cdigo Civil (art.179 N2 del C.P.C.).

Esta contraexcepcin tambin es lgica, ya que, an cuando no exista relacin
alguna entre la persona acusada y el hecho que se persigue, desde el punto de vista




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criminal, puede ser ella civilmente responsable por los hechos ajenos o por el hecho
de las cosas. Y, siendo s, no sera aceptable que la sentencia criminal absolutoria o el
auto de sobreseimiento produjeran cosa juzgada en el proceso civil en que se tratara
de perseguir la responsabilidad civil del acusado por los hechos ajenos o el hecho de
las cosas.

3. Las sentencias absolutorias que ordenan el sobreseimiento definitivo
producen cosa juzgada civil, cuando se fundan en la circunstancia de no existir
en autos indicio alguno en contra del acusado (art.179 N3 del C.P.C.).

Este nmero se refiere a los casos en que la sentencia absolutoria se basa en que
no hay prueba suficiente para establecer la participacin del acusado.

Creemos que el sobreseimiento definitivo, en ningn caso, podr dar motivo a la
aplicacin de este precepto, puesto que la no existencia del indicio alguno en contra
del acusado no encuadra en ninguna de las causales del art.408 del C.P.P.

La excepcin del N2 del art.179 del C.P.C. se acercaba al N3 del referido art.408
del C.P.P., esto es, en aparecer claramente establecida la inocencia del procesado.
Sin embargo, en este caso no se ha demostrado claramente la inocencia del
procesado, sino que lo acontecido es que a lo largo del proceso no se lleg producir
prueba para acreditar su culpabilidad en los hechos que se le imputan. En este caso
creemos que ms bien podr subsumirse en la causal de sobreseimiento temporal
contemplada en el N2 del art.409 del C.P.P., esto es, "cuando resultando del sumario
haberse cometido el delito, no haya indicios suficientes para acusar a determinada
persona como autor, cmplice o encubridor", y esa resolucin como ya vimos no
produce el efecto de cosa juzgada en materia criminal.


En todo caso, la cosa juzgada que emana de la sentencia penal no podr alegarse
sino respecto de las personas que han intervenido en el proceso criminal como partes
directas o como coadyuvantes segn lo dispuesto expresamente en el N3 del art.179
del C.P.C.. Ello se justifica por la doctrina: si la sentencia dictada en lo criminal se basa
en la falta de prueba, la cosa juzgada que de ella emana slo puede alcanzar a las
partes que en el juicio han intervenido, porque ellas son las nicas que han estado en
situacin de rendir la prueba. En este caso entonces y, por expresa disposicin de la
ley no existe efecto reflejo de la sentencia con atenuacin del elemento "identidad legal
de partes",todo sin perjuicio de eventual responsabilidad de un tercero civilmente
responsable (podr por el hijo tutor por pupilo, etc.) por actos de otro o responsabilidad
por el dao causado por las cosas.





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LA "ADVERTENCIA"


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