El documento trata sobre la conciliación de los opuestos. En 3 oraciones resume:
1) Existen conceptos como libertad-orden que parecen opuestos pero que en realidad forman parte de una misma realidad y a veces es necesario equilibrar o integrar estos opuestos.
2) Se presentan varios ejemplos de cómo reconciliar opuestos aparentemente irreconciliables como libertad y disciplina en la educación o planes económicos que den lugar a libertad y planeación.
3) La clave para la vida económica y en general es reconc
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
493 vistas13 páginas
El documento trata sobre la conciliación de los opuestos. En 3 oraciones resume:
1) Existen conceptos como libertad-orden que parecen opuestos pero que en realidad forman parte de una misma realidad y a veces es necesario equilibrar o integrar estos opuestos.
2) Se presentan varios ejemplos de cómo reconciliar opuestos aparentemente irreconciliables como libertad y disciplina en la educación o planes económicos que den lugar a libertad y planeación.
3) La clave para la vida económica y en general es reconc
El documento trata sobre la conciliación de los opuestos. En 3 oraciones resume:
1) Existen conceptos como libertad-orden que parecen opuestos pero que en realidad forman parte de una misma realidad y a veces es necesario equilibrar o integrar estos opuestos.
2) Se presentan varios ejemplos de cómo reconciliar opuestos aparentemente irreconciliables como libertad y disciplina en la educación o planes económicos que den lugar a libertad y planeación.
3) La clave para la vida económica y en general es reconc
El documento trata sobre la conciliación de los opuestos. En 3 oraciones resume:
1) Existen conceptos como libertad-orden que parecen opuestos pero que en realidad forman parte de una misma realidad y a veces es necesario equilibrar o integrar estos opuestos.
2) Se presentan varios ejemplos de cómo reconciliar opuestos aparentemente irreconciliables como libertad y disciplina en la educación o planes económicos que den lugar a libertad y planeación.
3) La clave para la vida económica y en general es reconc
Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 13
Pobre de m, que lloro al par que ro,
espero y temo, quiero y aborrezco,
que lo mismo me alegro o entristezco y, al confiar de una cosa, desconfo. Vuelo sin alas; siendo ciego, guo; menos consigo en lo que ms merezco; hablo de amor mejor cuando enmudezco y, sin contradiccin, siempre profo. Posible me parece lo imposible; quiero mudar y estar al tiempo quedo; gozar de libertad y estar cautivo; ser a la vez visible e invisible y sin enredo... amando yo el enredo. Tales extremos son en los que vivo! Luis de Camens LA CONCILIACION DE LOS OPUESTOS Examiando las ideas, se llega a observar que existen conceptos que se oponen o son polos de una misma realidad. Pensemos en libertad- orden, persona-sociedad, reflexin-accin, sujeto-objeto, unidad- diversidad, naturaleza-cultura, trabajo-ocio, relacionalidad- sentimiento, estabilidad-flexibilidad, sencillez-complejidad, y aun en igualdad esencial-desigualdad existencial y en amor a s mismo-amor al prjimo. Muchas veces se requiere que esta oposicin, esta bipolaridad, se disuelva, equilibre o integre en una realidd vital, difcil de definir, y que tiene como resgos una tensin permanente y una variabilidad de grados de equilibrio o integracin. No creo que este equilibrio o integracin corresponda a la "sntesis" del proceso dialctico, porque sta surge de la negacin de la tesis por la anttesis. Aqu los opuestos no se niegan sino que se reconcilian o integran de algn modo. Considero que es indispensable que se profundice en el conocimiento de este concepto no slo por razones de carcter filosfico sino porque su aplicacin en la vida prctica, econmica, social, cultural y poltica, puede tener una gran trascendencia. A continuacin se transcriben algunos textos sobre este tema. "Eupsychian Management". Abraham H. Maslow. Pgs. 96 t 97. Supongo que tengo que aclarar aqu la cuestin de la resolucin de la dicotoma, al menos tratar de 4esclarecerla, ya que no est demasiado clara para m. Por un lado hay que sealar que esto es diferente de la insistencia de Jung y Darwin en los beneficios del conflicto, en las influencias dinmicas o las consecuencias del conflicto en el fortalecimiento de la gente o coss por el estilo. Esto puede ser. Hay ciertamente algunas buenas consecuencias del conflicto junto con malas consecuencias. Peo no es lo que quiero significar aqu. Lo que en realidad tenemos es una trascendencia de la polaridad entre lo egosta y lo no egosta. Es decir uno se eleva por encima del conflicto en lugar de beneficiarse de l. Cesa de ser un conflicto, cesa de ser una oposicin. Uno se da cuenta, o percibe o descubre que mi bien y tu bien, egosmo y desprendimiento, que siempre hemos sido enseados a percibir como diferentes uno de otro y mutuamente excluyentes y aun opuestos, no lo son en realidad bajo las circunstancias correctas. Y donde el sndrome particular de la persona que se auto-actualiza es una muy peculiar mixtura y fusin de egosmo y desprendimietno de tal suerte que finalmente es imposible etiquetar un acto particular ya sea como egosta o no-egosta. Uno se da cuenta que son ambas cosas o ninguna. Esto est tambin relacionado a la gran crtica de la lgica aristotlica, especialmente la ley del medio exluido, la mutua exclusin de Clase A y de la Clase no-A. Hay que ver al material no aristotlico de Korzybski para su crtica de la orientacin doblemente valorada de la polarizacin y ver tambin las crticas del pensamiento en blanco y negro y del pensamiento s-no y todo lo parecido. Ellas estn relacionadas aqu al hecho de que la sinergia representa una trascendencia de la dicotoma, no un aprovechamiento del conflicto. Creo que la sinergia es una percepcin actual de una verdad ms alta, de una realidad ms alta... La verdad es que los intereses humanos, especialmente cuando la gente se conoce y se ama, se conjuntan ms que se excluyen mutuamente. Un anlisis de un buen matrimonio y de una buena sociedad (asociacin) demuestra esto. "Las fuerzas econmicas de nuestro tiempo". J. L. Sampedro. Pgs. 101 y 102. Vemos entretejerse as siempre, en el telar de la historia, dos clases de fuerzas; las tcnicas y las sociales. A ambas recurriremos tambin nosotros, por consiguiente, para comprender la dinmica econmica de nuestra poca. Una interpretacin dualista de las cosas no es nada nuevo. Hace ms de cuatro mil aos que la filosofa china empez a sistematizar con ese enfoque su visin del mundo en el I-Ching, el "libro de las Mutaciones". En esa obra sorprendente, tan revalorizada por los psiclogos en nuestros das, todo se interpreta combinando dos principios, activo el uno y receptivo el otro: el yang y el yin. Algo parecido podra decirse de nuestra urdimbre y trama. Las fuerzas tcnicas encarnaran la accin y la inovacin, como el principio masculino yang, correspondiendo los factores sociales al principio femenino yin. Ambas fuerzas son creadoras a su manera: aqulla, introduciendo novedades; sta, humanizando el artificio. Ambas se influyen, adems, mutuamente. La tcnica acaba con viejas estructuras y provoca otras, rompe y deforma el vaos recipiente colectivo; la sociedad hace posibles nuevas tcnicas las acoge y organiza a los hombres en relacin con ellas. "Small is beutiful". E. F. Schumacher. Pgs. 97, 99, 258 y 259. Es bastante fcil ver que a lo largo de todas nuestras vidas nos enfrentamos a la tarea de reconciliar opuestos que, en el pensamiento lgico, no pueden reconciliarse. Los tpicos problemas de la vida son insolubres en el nivel del ser, en el que normalmente nos encontramos. Cmo reconciliar las exigencias de libertad y de disciplina en la educacin? Incontables madres y maestros, de hecho lo hace, pero nadie ha escrito una solucin. Ellos lo hacen introduciendo en la situacin una fuerza que pertenece a un nivel ms alto en el que los opuestos se trascienden, el poder del amor. G. N. M. Tyrell ha propuesto los trminos "divergente" y "convergente" para distinguir los problemas que no pueden resolverse por el razonamiento lgico, de aqullos que s se pueden. La vida contina su marcha por problemas divergentes que tienen que "vivirse" y que se resuelven slo por la muerte. Los problemas convergentes, por otra parte, son una de las invenciones humanas ms tiles. No existen como tales en la realidad pero son creados por un proceso de abstraccin. Cuando se han resuleto, la solucin puede escribirse y pasarse a otros, quienes pueden aplicarla sin el esfuerzo mental necesario para encontrarla. Si ste fuese el caso en las relaciones humanas, -en la vida familiar, economa, poltica, educacin y otras- bueno, me siento perdido para terminar la frase. No habra ms relaciones humanas sino slo reacciones mecnicas; la vida sera una muerte viviente. Los problemas divergentes, como tales, forzan al hombre a entrar en tensin a un nivel arriba de s mismo. Piden -y por lo tanto provocan la aplicacin de fuerzas de un nivel superior, trayndo as amor, belleza, bondad y verdad a nuestras vidas. Es slo con la ayuda de estas fuerzas superiores como los opuestos pueden reconciliarse en una situacin viviente. Los verdaderos problemas de la vida -en poltica, economa, educacin, matrimonios, etc.- son siempre problemas de sobreponerse a, o reconciliar los opuestos. Son problemas divergentes que no tienen solucin en el sentido ordinario de la palabra. Piden al hombre no simplemente el empleo de su poder de razonamiento sino el compromiso de toda su personalidad. Naturalmente siempre se proponen soluciones espurias, por medio de frmulas astutas, pero a la larga no funcionan porque invariablemente descuidan uno de los dos opuestos y as pierden la verdadera calidd de la vida humana. En economa, la solucin propuesta puede dar lugar a la libertad pero no a la planeacin, o viceversa. En la organizacin industrial puede dar lugar a la disciplina pero no a la participacin de los trabajadores en la administracin, o viceversa. En poltica puede proporcionar liderazgo sin democracia, o de nuevo, democracia sin liderazgo. Tener que enfrentarse con problemas divergentes tiende a ser preocupante y agotador. De all que la gente trate de evitarlo y huir de ello. Un laborioso ejecutivo que ha estado manejando problemas divergentes todo el da, leer una novela policaca o resolver un crucigrama en su viaje de regreso a casa. Ha estado usando su cerebro todo el da, por qu contina hacindolo? La respuesta es que la novela policaca y el crucigrama presentan problemas convergentes y se es el relajamiento. Requieren un poco la actividad cerebral e incluso aun difcil actividad cerebral, pero no la tensin y la presin hacia un nivel ms alto que es el reto especfico de un problema divergente, un problema en el que los opuestos irreconciliables tienen que reconciliarse. Son stos ltimos los nicos que constituyen el material real de la vida. La clave de la vida econmica y ciertamente la de la vida en general es que constantemente requiere una viva reconciliacin de opuestos, que en estricta lgica son irreconciliables. No hay "soluciones finales" a esta clase de problemas. Solamente hay una solucin viviente alcanzada da a da sobre la base de un claro reconocimiento de que ambos opuetos son vlidos. "La democracia como forma poltica y forma de vida". C. J. Fiedrich. Pg. 176. La dialctica del pensamiento poltico ha luchado con la paradoja de que "vivir en comunidad" parece ser una caracterstica universal de la naturaleza humana, mientras que al mismo tiempo estas comunidades exhiben la mayor variedad y por lo tanto parece excluir la posibilidad de otras caractersticas "comunes" halladas dondequiera que el hombre est en poltica. "La Propiedad". Pierre Big. Pgs. 54 y 55. No se llega a una solucin vlida cuando se construye, o bien a partir del individuo, o bien a partir de la colectividad, considerados como absolutos. Es preciso construir a partir de la persona viva, que es a la vez individual y social. Entonces se llega a un rgimen en que las personas se sitan unas respecto a otras, y respecto a la comunidad, de una manera compleja, en la cual lo individual se mezcla constantemente con lo colectivo, mantenindose en tensin con l. Lejos de los simplismos del individualismo o del colectivismo jurdicos, se construye un rgimen de bienes que los une a la vez a la persona moral colectiva y a las personas privadas del trabajador, del consumidor, del ahorrador. Se remedian entonces los antagonismos de clase, sin caer tampoco en el nivelamiento. Se establece un equilibrio entre las necesidades de una cierta "libertad" individual y de una cierta "coaccin" colectiva. A partir de un anlisis econmico que reconoce el carcter individual y a la vez social del "homo economicus", se llega a una crtica de la propiedad capitalista que se aleja tanto del esquema marxista como del esquema liberal. "Alienation and Economics". Walter A. Weisskopf. Pgs. 21 y 22. La unin hacia arriba es el intento de superar la divisin entre uno mismo y el mundo sin la extincin de la conciencia, una sntesis de uno mismo y el mundo. La unin hacia abajo niega la conciencia; la unin hacia arriba la afirma. Valores como la verdad, la belleza y el amor son meta de una unin hacia arriba. El conocimiento de la verdad surge por un eros que une al conocedero con lo conocido. Muestra claramente el patrn de separacin y alienacin y el camino hacia la unin y la sntesis: un centro de conocimeinto separado se une a su objeto de conocimiento sin destruir la separacin. El conocimiento cientfico y tecnolgico moderno, con su pretendida neutralidad por lo que se refiere a valores, pone excesivo nfasis en la sepracin y por lo tanto al negar la intuicin y el conocimiento tcito no logra unir al conocedor y a lo conocido. Pero la experiencia creativa y re-creativa de la belleza implica una situacin en la que el observador y el creador se unen y llegan a ser uno con el objeto bello sin destruir al suejto ni al objeto de la creacin artstica o la experiencia. La relacin amorosa es el camino ms profundo y satisfactorio para sobreponerse a la separacin de uno mismo y el mundo. Se requiere una afirmacin completa e ilimitada del mundo, representado por el otro, el T, y la unin con el otro sin sumisin o destruccin tanto del Yo como del T. En todas estas situaciones el esquema bsico es el mismo: el sujeto y el objeto se unen en una sntesis ms alta sin extinguirse en el proceso. En la estructura de la existencia humana, sujeto y objeto son antinmicos pero tambin polares; son interdependientes; uno no puede ser sin el otro. Esta polaridad implica que las dos ramas de la antinomia son dos aspectos de la misma totalidad. Esta trinidad de sujeto, objeto y sntesis ha sido simbolizada lcidamente en el signo Yin-Yang de la filosofa china, por dos mitades entrelazadas en blanco y negro, incluidas en la unin del crculo. Este smbolo no solamente representa el esquema bsico de la alienacin sino que seala el camino para sobreponerse a l: es decir por la unin o equilibrio entre las dos ramas de la antinomia. La alienacin existencial est causada tambin por la separacin de la actualidad y la potencialidad en la existencia humana. La conciencia permite al hombre captar sus posibilidades. Puede avizorar lo que no es pero que puede ser. El hombre envejece, es finito, mortal, limitado en el tiempo y en el espacio y puede actualizar slo unas cuantas de sus potencialidades. Al mismo tiempo est dotado o plagado con la habilidad de imaginar posibilidades no actualizadas debido a su habilidad de trascender, y por mente, los lmites de su existencia. Su finitud le impide realizar todas sus potencialidades; pero su conciencia y trascendencia le permiten verlas. Esto le crea lo que alguien podra llamar una situacin de Tntalo. El hombre puede captar lo potencial pero est confinado a lo actual. Esto es, en la existencia humana, un conflicto continuo entre el amplio mundo de las posibilidades que se avizoran y el limitado mundo de la actualidad. "Science and the modern world". Alfred North Whitehead. Pgs. 287 y 289. Hay dos principios inherentes a la propia naturaleza de las cosas y que reaparecen incorporados de manera particular en cualquier campo que exploremos. Nada puede ser real sin ambos. El simple cambio sin conservacin es un paso de nada a nada... La simple conservacin sin cambio no puede conservarse. "El tema de nuestro tiempo". Jos Ortega y Gasset. Pgs. 91 y 92. Contraponer la cultura a la vida y reclamar para sta la plenitud de sus derechos frente a aqulla no es hacer profesin de fe anticultural. Si se interpreta as lo dicho anteriormente, se prctica una perfecta tergiversacin. Quedan intactos los valores de la cultura; nicamente se niega su exclusivismo. Durante siglos se viene hablando exclusivamente de la necesidad que la vida tiene de cultura. Sin desvirtuar lo ms mnimo esta necesidad, se sostiene aqu que la cultura no necesita menos de la vida. Ambos poderes -el imanente de lo biolgico y el trascendente de la cultura- quedan de esta suerte cara a cara, con iguales ttulos, sin supeditacin del uno al otro. Este trato leal de ambos permite plantear de una manera clara el problema de sus relaciones y preparar una sntesis ms franca y slida. Por consiguiente, lo dicho hasta aqu es slo preparacin para esa sntesis en que culturalismo y vitalismo, al fundirse, desaparecen. Recurdese el comienzo de este estudio. La tradicin moderna nos ofrece dos maneras opuestas de hacer frente a la antinomia entre vida y cultura. Una de ellas, el racionalismo, para salvar la cultura niega todo sentido a la vida. La otra, el relativismo, ensaya la operacin inversa: desvanece el valor objetivo de la cultura para dejar paso a la vida. Ambas soluciones, que a las generaciones anteriores parecan suficientes, no encuentran eco en nuestra sensibilidad. Una y otra viven, a costa de cegueras complementarias. Como nuestro tiempo no padece esas obnubilaciones, como ve con toda claridad el sentido de ambas potencias litigantes, ni se aviene a aceptar que la verdd, que la justicia, que la belleza no existen, ni a olvidarse de que para existir necesitan el soporte de la vitalidd. "Martn Lutero e Ignacio de Loyola". Friedrich Richter. Pgs. 298 y 299. La polaridad es una fecunda tensin en la co-eficiencia de dos cosas opuestas. Significa siempre un aumento de energa. Esta tensin polar la encontramos en la electricidad. Pero toda la vida est llena tambin de tensiones polares, que son necesarias para vivir. La ley de la polaridad se aplica tambin a la vida del espritu. Est en vigor en las relaciones del Protestantismo con el Catolicismo. Los abusos que existan en la Iglesia, dieron origen a la Reforma protestante. Esta estimul al mismo tiempo los deseos de reforma que e manifestaban dentro del Catolicismo, hacindoles cobrar gran pujanza, y llegndose de esa manera a la renovacin interna de la Iglesia catlica. Hay en el ser humano una tendencia al simplismo. Para captar la realidad se abstrae demasiado y en general muchas ideas son parciales, incompletas y adems se tiende, sobre todo tratndose de fenmenos sociales, a rechazar a priori la posicin contraria y aun a veces la posicin aparentemente contraria. Se peca de "unidimensionalidad". La realidad social podra decirse que es como una esfera. Al observarla y examinarla simplistamente slo se apreciara una cara de ella. Hay que girarla lentamente, observar las zonas limtrofes, ver la otra cara y finalmente tener una visin integral de toda la esfera. Una visin totalizadora, global. Henri Bergson Es preciso obrar como hombre de pensamiento y pensar como hombre de accin. "El trabajo y los dioses". Maurice Blin. Pg. 40. Es sobre esta alianza paradjica entre lo obscuro y lo claro, la pasin tumultuosa y la voluntad metdica, que est construida la cultura humana. A cualquier dominio que ella pertenezca, religioso, poltico, militar, esttico, una obra nace del encuentro entre una sensibilidad a la vez confusa y exigente y un cierto orden en el que a menudo ella se refleja y se calma como si las tinieblas se penetrasen de luz. "Jenus". Arthur Koestler. Pgs. 57 58, 61, 62. Los "holones" que constituyen un organismo vivo o un cuerpo social, son entidades que se asemejan a Jano: la cara vuelta hacia los niveles ms altos en la holarqua es la de una parte subordinada en un sistema mayor; la cara vuelta hacia los niveles inferiores muestra un todo casi autnomo por su propio derecho. Esto implica que cada "holn" est posedo por dos tendencias o potenciales opuestos: una tendencia integrativa para funcionar como parte de un todo mayor, y una tendencia autoafirmativa para preservar su autonoma individual. La manifestacin ms obvia de esta polaridad bsica se encuentra en las holarquas sociales. Aqu la autonoma de los "holones" constituyentes es celosamente guardada y afirmada en cada nivel, desde los derechos del individuo hasta los del clan o la tribu, desde los departamentos administrativos hasta los gobiernos locales, desde las minoras tnicas hasta las naciones soberanas. Cada "holn" social tiene una tendencia interconstruida de preservar y defender su identidad de cuerpo. Esta tendencia autoafirmativa es indispensable para mantener la individualidad de los "holones" en todos los niveles, y de la jerarqua coo un todo. Sin esto, la estructura social se disolvera en una gelatina amorfa o se disolvera en una tirana monoltica. La historia da muchos ejemplos de ambas. Al mismo tiempo el "holn" depende del sistema mayor que lo contiene y debe funcionar como una parte integrada a l; su tendencia integrativa o autotrascendente, que resulta de su carcter de parte, debe controlar su tendencia autoafirmativa. Bajo condiciones favorables, las dos tendencias bsicas -autoafirmacin e integracin- estn ms o menos equilibradas, y el "holn" vive en una especie de equilibrio dinmico dentro del todo, -las dos caras de Jano complementndose entre s. Bajo condiciones desfavorables el equilibrio se altera con consecuencias terribles. As llegamos a la polaridad bsica entre la tendencia auto -afirmativa y la tendencia integrativa de los "holones" en cada nivel y, como veremos, en cada tipo de sistema jerrquico. Esta polaridad es un rasgo fundamental de la presente teora y uno de sus leitmotifs. No es un producto de especulacin metafsica sino un hecho implicado en el modelo de la holarqua de mltiples niveles, porque la estabilidad del modelo depende del equilibramiento de los aspectos duales de sus "holones", como todos y como parts. Esta polaridad o coincidencia oppositorum est presente en grados diversos en todas las manifestaciones de la vida. Sus implicaciones filosficas se discutirn en posteriores captulos; por el momento sealaremos que la tendencia autoafirmativa es la expresin dinmica de la totalidad del "holn", su tendencia integrativa la expresin dinmica de su carcter de parte. La dicotoma del carcter de todo y del carcter de parte, y su manifestacin dinmica en la polaridad de las tendencias autoafirmativa e integrativa es inherente a todo nivel jerrquico de mltiples niveles y est implicado en el modelo conceptual. Encontramos esto reflejado aun en la naturaleza inanimada: en donde quiera que hay un sistema dinmico relativamente estable, desde los tomos hasta las galaxias, su estabilidad se mantiene por el equilibrio de fuerzas opuestas, una que puede ser centrfuga, -es decir inerte o separadora-, la otra centrpeta, es decir, atractiva o cohesiva, que liga conjuntamente a las partes en un todo mayor sin sacrificar su identidad. (...) Podramos aventurarnos un poco ms y observar al Principio de Complementaridad como un ejemplo ms bsico de nuestra polaridad. De acuerdo con este principio, que domina a la fsica moderna, todas las partculas -electrones, fotones, etc.- tienen el carcter dual de corpsculos y ondas: de acuerdo con las circunstancias se comportan ya sea como granos de materia, o como ondas, sin atributos sustanciales o fronteras definibles. Desde nuestro punto de vista el aspecto corpuscular del electrn -o de cualquier "holn" elemental- manifiesta su carcter de todo y su potencial autoafirmativo, mientras que su aspecto de onda manifiesta su carcter de parte y su potencial integrativo. Es intil decir que las manifestaciones de estas dos tendencias bsicas aparecen de diferentes guas en diferentes niveles de la jerarqua, de acuerdo a cdigos especficos -o "relaciones organizadoras"- caractersticas de ese nivel. Las reglas que gobiernan las interacciones de las partculas sub-atmicas no son las mismas que gobiernan las interacciones entre los tomos como todos; y las reglas ticas que gobiernan la conducta de los individuos no son las mismas que gobiernan la conducta de las muchedumbres o de los ejrcitos. Y del mismo modo las manifestaciones de la polaridad de las tendencias autoafirmativas e integrativas, que encontramos en todos los fenmenos de la vida, tomarn diferentes formas segn el nivel. As, por ejemplo, encontraremos la polaridad reflejada como: integracin <-------------> autoafirmacin "partidad <-------------> "totalidad" dependencia <-------------> autonoma centrpelo <-------------> centrfugo cooperacin <-------------> competencia altruismo <-------------> egosmo "Compensation". Ralph Waldo Emerson. (Citado en el Reader's Digest de mayo de 1979, Pg. 790). La Polaridad, o accin o reaccin, la encontramos en todas las partes de la naturaleza: en la obscuridad y en la luz; en el calor y el fro, en lo masculino y lo femenino. Un inevitable dualismo bisecta la naturaleza, de tal modo que cada cosa es una mitad y sugiere otra cosa para hacerse entera. As es en: hombre, mujer; fuera, dentro; descanso, movimiento. Este mismo dualismo subraya la condicin del hombre. Cada dulce tiene su amargo; cada mal su bien. Por cada cosa que se ha perdido, algo se ha ganado y por algo que se ha ganado, algo se ha perdido. "La preeminencia de la Civitas y la insuficiencia de la Polis. Una sntesis ontolgica". Carlos A. Siri. El hombre de que hablamos es muy rico y a la vez muy indigente. Rico, por la noble perfeccin substancial de su ser especfico, por los dones inmanentes de su naturaleza espiritual y por la elevacin suma de su ltimo fin, a la cual tiende infrustrablemente. Pobre, por la imperfeccin y miseria de su existencia, que viene de la nada y que marcha hacia la muerte, siempre con la angustia de su estado de privacin: forzado a recorrer un camino fatigoso, lleno de incertidumbres y adversidades; que solo, o aislado, no puede nada, y que acaba en la corrupcin corporal, sin haber alcanzado, en su vida efmera, la plena beatitud por la cual brama. "Emmanuel Mounier ou le combat du juste". Jean Lacroix. Pg. 47. El personalismo sera ms bien una filosofa de la ambivalencia. Los materialistas no olvidan ms que una cosa, la ambivalencia de la vida material; los idealistas no olvidan ms que una cosa, la ambivalencia de la vida del espritu que puede ser, segn nuestra decisin, plena presencia en el mundo o huda ante l. Sin ambivalencias de las palabras no habra poesa. La ambivalencia de las ideas, es la capacidad de escapar de la idea fija y de la locura. La ambivalencia de los sentimientos, es la riqueza de la sensibilidad. La ambivalencia misma de nuestras reacciones y de nuestros estados, es la posibilidad de dar el sentido que queramos a nuestra vida. Es que la ambivalencia se apega a una ley fundamental del psiquismo, toda intencin provoca en su surgimiento el despertar de la tendencia contraria, toda fuerza psicolgica suscita en su raz misma la fuerza antagonista. La experiencia misma de la trascendencia autntica, siendo una conquista propuesta a nuestra libertad, se presenta siempre ne la ambivalencia. En el pleno cristiano, la salvacin misma, como lo indica el verbo salvarse, puede significar bastante bien la ms alta expansin de la persona en el don de ella misma a esta gracia divina que la hace ser ms que la negacin de s y de los otros en una huda loca de lo real. "Tratado del carcter". Emmanuel Mounier. Quien escoge el partido de la inteligencia no escoge un camino fcil. El deber de dar testimonio de una verdad trascendente, en el camino de la cual deber combatir los lmites y las pasiones de sus propios amigos, el deber de comprometerse en una accin que a cada paso herir las fidelidades ms caras, l no puede rehusarse ni a lo uno ni a lo otro, ni ponerlos de acuerdo nunca en una armona sin falla. Debe perpetuamente correr de uno al otro, acusado aqu de traicionar la disciplina del combate, por all de vulnerar la verdad, desgarrado en su propia conciencia y por cada una de sus decisioens. Pero debe, incansablemente, sostener los dos extremos de la cadena: de un lado, recordar sin doblegarse las exigencias de la verdad, luchando con todas sus fuerzas contra la mentira y la explotacin utilitaria de los valores espirituales; salvar, salvar y todava salvar, en el momento en que los combates no piensan ms que en confundir, odiar y destruir; al mismo tiempo, escoger y sacrificarse. Comprometerse y desligarse perpetuametne para edificar a la vez, una por la otra, una a pesar de la otra, la libertad y la eficacia del espritu. "Zen and Creative Mangement". Alberto Low. Pgs. 112, 116, 117. La palabra individuo significa sin divisin. Es una palabra que a menudo se usa al referirse a una sola persona. Casi todos nos vemos a nosotros mismos como uno, como una unidad. Esta unidad es, sin embargo, para la mayora de nosotros slo algo potencial. En lugar de ser uno somos dos; en lo ms ntimo de nuestro ser estamos divididos contra nosotros mismos. De ser dos proviene un profundo sentido de estar separado y un anhelo de estar completo. Este anhelo a su vez da lugar a una inquietud, a la urgencia de hacer algo y de aqu vienen las diversas actividades de los hombres. Aun ms esto puede aparecer como el origen de las actividades de toda vida, y quizs aun del universo mismo, porque esta "dosidad" no est confirmada slo al hombre, sino que es un patrn fundamental que prevalece en todas las cosas. Es verdad que nosotros estamos en el centro del universo, y esto se nos da como materia de una observacin inmediata; pero tambin es verdad que nosotros estamos en la periferia del universo, y esto tambin es materia de una observacin inmediata. La sensacin de vivir en un espacio y tiempo infinitos viene del centro que no tiene periferia; el sentido de alienacin viene de la periferia que no tiene centro. Esta polaridad primaria es la base de nuestra alegra y nuestro sufrimiento. En la medida en que nos vemos como incondicionados en el centro y completmaente condicionados en la periferia, nos aproximamos a una liberacin interna. En la medida en que nos vemos tanto en el centro como en la periferia simultneamente, sufrimos. El drama de la vida es un resultado de los intentos que hacemos para resolver el conflicto ya sea suprimiendo uno u otro de estos polos, o valuando uno sobre el otro de tal modo que dejamos descansar el conflicto. La alternativa no es un relativismo en el cual los dos extremos se mezclan en una anodino puchero gris. El compromiso es de mala fe. La carga de esta dualidad primaria es la cruz del ser humano en la cual est permanentemente crucificado y de la cual est eternamente resucitado por medio de un esfuerzo que es la vida. "Thinking and working on the waterfront". Eric Hoffer. Pg. 122. He encontrado una notable cita de Brunetiere: "El gran error del siglo 19, tanto en moralidad como en ciencia y en arte, ha sido el mezclar y confundir hombre y naturaleza sin detenerse a considerar que tanto en el arte y la ciencia como en la moral, el hombre slo lo es tal, en tanto se distingue de la naturaleza y se convierte en una excepcin de ella". Babbit lo parafrasea diciendo que el hombre se hace bueno, no obedeciendo a la naturaleza sino resistindola. No puedo recordar en este momento ningn libro ni siquiera un ensayo que haga de la oposicin del hombre y la naturaleza la piedra angular de una corriente de pensamiento. Mi corazonada es que en los asuntos humanos toda verdadera oposicin refleja, en cierto grado, la posicin arquetpica entre el hombre y la naturaleza. Dios y el hombre estn en un lado: el demonio y la naturaleza en el otro. Otros opuestos verdaderos: vida y muerte, hombre y mujer, civilazacin y barbarie, ciudad y campo. Desde este punto de vista lo mecnico y lo natural no son verdaderos opuestos, ya que ambos se oponen a algo que es singularmente humano. Adems la naturaleza est totalmente mecanizada y automatizada. Construir algo a la imagen de la naturaleza es construir una mquina. Me olvid mencionar los dos opuestos principales: la libertad y el poder absoluto. La requisitoria del primer captulo del Gnesis es muy clara: creced, multiplicaos y dominad la tierra. Si no me equivoco la religin juda ha sido la primer y nica en separar a Dios y al hombre de la naturaleza. En todas las otras religiones Dios y la naturaleza son idnticos. La devaluacin de la naturaleza en el Antigo Testamento ha estado en la raz de la aspiracin de Occidente hacia la libertad y la justicia, y de su ciencia y tecnologa, que le permitieron dominar a la naturaleza en una escala sin precedente. (Pg. 177). "Ends and Means in the 1980's. Albert T. Sommers. Across the Board. September 1979, Pg. 26. La lucha entre medio y fines, entre lo prctico y lo ideal, entra la prudencia y la beneficencia, difcilmente es nueva; resuena a travs de toda la historia en las luchas del guerrero contra el sacerdote, el emperador contra el papa, entre "el castillo y la catedral" de Spengler. No slo pide soluciones, sino un manejo desinteresado que d a cada parte involucrada en el trueque una audiencia justa y reconocer que las cambiantes condiciones de la vida deben inevitablemente cambiar la mezcla ptima. "Sobre el amor humano" Gustavo Thibon. Pgs. 34 y 35. Hay otro hecho que no puede discutirse: el conflicto entre la vida y el espritu, con la ruptura que supone en la plenitud vital del hombre, concurre poderosamente a su plenitud humana. Nad puro y grande ha crecido aqu abajo sin ascetismos y dolor. Unicamente hedonistas superficiales o pensadores que dudaban de la existencia o del valor positivo del espritu han considerado como mal absoluto la tensin que existe en el hombre. La sabidura de todas las eddes y pueblos ha consagrado nicamente la fecundidad de este desgarramiento interior, y es uan de las glorias de la humanidad haber colocado, junto a su repugnancia universal del sacrificio. "Se aade al espritu lo que se le quita a la carne", deca el poeta. Hay en el hombre -sobre todo en la hora de la juventud- una exuberancia, un hervor espeso y turbio de potencias vitales que encaena y reduce al espritu, y que el espritu debe rebasar y combatir para que le hombre sea verdaderametne l mismo. Nutridas y acompasadas por los sentidos y la carne, nuestras primeras pasioens son limitadas, exclusivas, impenetrables como el cuerpo del que emanan, y nicamente desgarrndose sale a la superficie, con su amplitud y trascendencia, la forma suprema de nuestro pensamiento y de nuestro amor: toda vida profunda implica un rompimiento sucesivo de esbozos. "The Art of Japanese Mangement". Tanner Pascale y Athos. Pg. 125. Por razones culturales, la dependencia es una palabra perturbadora para los occidentales. Por razones prcticas, la excesiva dependencia tambin lo es. La contradependencia y una preocupacin cultural de "hacer lo que no quiere" es un problema persistente par amuchos norteamericanos, -alcanzar el nivel apropiado de independencia es tan abrumador y penoso como experimentar sentimientos de dependencia-. La dicotoma nos fuerza a una cierta Scylla y Charubdis psquica. El uno u otro extremos interfieren con nuestra capacidad de percibir y aceptar pacficamente la realidad. Lo que conceptualmente se necesita es una nocin ms clara de interdependencia que nos permita preservar lo mejor de la independencia y de la dependencia sin tener lo peor de ambas. Los japoneses consiguen esto mediante el concepto de wa. Tcnicamente wa significa armona del grupo. Pero su sentido completo comprende un conjunto de palabras inglesas, unidad, cohesin, espritu de grupo. "Humanismo integral". Jacques Maritain. Pg. 188. La grandeza requiere a un tiempo abundancia y pobreza, nada grande se hace sin cierta abundancia, nada grande se hace sino por cierta pobreza. Pudese comprender algo de la vida humana sin comenzar por comprender que siempre es la pobreza la que se muestra grande con superabundancia? Trgica ley, no de la naturaleza humana, sino del pecado del hombre, la que crea, con la pobreza de unos, la abundancia de los otros; pobreza de miseria y esclavitud, abundancia de codicia y orgullo. Ley del pecaod, que no hay que aceptar, sino combatir. Lo que sera conforme a la naturaleza y debemos pedirlo en el orden social a las nuevas formas de civilizacin, es que la pobreza de cada cual (no penuria ni miseria, sino suficiencia y libertad, renuncia al espritu de riqueza, alegra del lirio de los campos), que una cierta pobreza privada cree la abundancia comn, la superabundancia, el lujo, la gloria de todos. "Notes Towards a Definition of Culture". T. S. Elliot. Pg. 50. Un tema recurrente de este ensayo es que un pueblo no debe estar demasiado unido o demasiado dividido, si su cultura debe florecer. El exceso de unidad puede deberse a barbarie y conducir a la tirana. El exceso de divisin puede deberse a decadencia y tambin conducir a la tirana. Cualquier exceso evitar un ulterior desarrollo en la cultura. El grado apropiado de unidad y diversidad no puede determinarse por todos los pueblos en todos los tiempos. Slo podemos sealar e ilustrar algunos departamentos en los cuales el exceso o el defecto son peligrosos. Lo que es necesario, benfico o malsano para un pueblo particular en una poca particular, debe dejarse a la sabidura del sabio o a la visin del estadista. "Etica Social". Johaness Messner. Pg. 341. El principio de subsidiaridad afecta, y no en ltimo lugar, a la relacin, -objeto de muchas controversias y vuelta a replantear en cada poca histrica- que existe entre individuo y comunidad, entre libertad y autoridad. Las esferas y las aspiraciones de valor que se centran en torno al individuo y a la comunidad, como alrededor de dos polos, constituyen, por su mutua dependencia y la continua lucha que sostiene por imponerse, el origen de una gran parte de aquellas energas que dan fuerza y proporcionan riqueza a la vida social y cultural. La relacin de mutua dependencia entre individuo y comunidad no puede por ello ser considerada en la realidad de la vida de otra forma que como una relacin de tensin.