Liberalismo y Libertarismo
Liberalismo y Libertarismo
Liberalismo y Libertarismo
UNVERSIDAD DE BARCELONA
Liberalismo y
Libertarismo
Dos concepciones distintas de la libertad
Ramss Llobet Bentarif
31/05/2013
El present assaig el vull dedicar a les meves antigues professores del batxillerat,
Maria Gurrera i Maria Josep Far; al director de lEscola PerezIborra, Jordi Cases; als
doctors Jaume Magre i Josep Baqus per haver-me ajudat; i, en especial, a la meva
mare, Marta Llobet, que va ser qui em va convncer i animar a que ans a estudiar a la
universitat.
Abstracto:
El presente estudio tiene como objetivo analizar los fundamentos de las obras principales de
F.A. Hayek y Murray Rothbard con la finalidad de presentar un esquema conceptual del
liberalismo conservador y el libertarismo. Las variables a destacar en dichos esquemas sern i)
los fundamentos tericos, ii) la concepcin de libertad y iii) el papel del Estado y sus principales
polticas pblicas. Seguidamente se contrapondrn las variables extradas de las dos respectivas
ideologas intentando buscar similitudes y diferencias que, junto a un marco conceptual
previamente construido sobre el liberalismo clsico, nos permitir darle una respuesta coherente
a la siguiente cuestin: Puede ser el liberalismo libertario?
ii
Introduccin
I.
II.
1
3
7
11
15
18
Vida y obra.
Fundamentos tericos: evolucionismo y utilitarismo indirecto.
La libertad hayekiana.
El papel del Estado: blindar la evolucin espontanea.
21
22
27
29
3. El libertarismo: Rothbard
I.
II.
III.
IV.
Vida y obra.
Fundamentos tericos: iusnaturalismo.
La libertad rothbardiana.
El papel del Estado: su desaparicin.
34
35
39
40
4. Conclusiones
I.
II.
III.
IV.
El liberal conservador.
El libertario de derechas.
Dos concepciones distintas de la libertad.
El escenario en el que nos encontramos.
Bibliografa
48
51
53
58
iii
Introduccin
I.
Berlin, I. (2002). Freedom and its Betrayal.Princeton. pp. 103 104. Las conferencias que comprenden
fueron pronunciadas en 1952.
argumentos para poder rebatir a mis adversarios. Fue as como empec a leer teora
poltica de la mano de John Gray. Y, poco a poco, empec a descubrir ms autores y
ms puntos de vista. Me llamaban la atencin y quera seguir informndome sobre ellos.
Cuando me di cuenta y ya haba sido seducido por la lrica de Isaiah Berlin, el ingenioso
planteamiento de John Rawls, la epistemologa de Karl Popper y la sensibilidad de John
Maynard Keynes. En efecto, me haba convertido en un liberal. Algo en lo que, al
principio de la carrera, no crea, el liberalismo, y todos mis colegas me lo recuerdan
continuamente cada vez que conversamos sobre poltica. Pero ya desde el tercer curso
de carrera tena clarsimo que mi proyecto final de grado tena que girar alrededor del
liberalismo. Fue en este momento cuando le empec a explicar mis convicciones a quien
ha sido profesor mo, el Doctor Jaume Magre. No fue sencillo, pues el liberalismo
tampoco era su especialidad como politlogo pero se esforz bastante para ayudarme a
encaminar el proyecto que aqu presento. Mas, la indignacin se apoder de m en el
momento en que, en cuarto de carrera, se nos requiri que el tema del proyecto final que
escogiramos mantuviera coherencia con nuestra mencin. De las tres menciones entre
las que especializarse, yo haba optado por la Mencin en polticas pblicas, pues no
haba ninguna mencin que girase en torno a la economa poltica y la teora poltica, y
la especialidad en polticas pblicas era lo ms cercano. No por ello significa que me
desagraden las polticas pblicas. En realidad, no hay nada dentro de la ciencia poltica
que me desagrade. Al final, encontramos una fcil solucin: pese a ser teora poltica,
puede fundamentar o servir de marco terico a las polticas pblicas. De este modo,
pude continuar con mi intencin de trabajar en algo relacionado con el liberalismo.
Cuando empec el proyecto, decid hacer un estudio sobre lo que ampliamente se
conoce, y no en pocos sitios, como el liberalismo libertario. Nunca haba leda nada al
respecto en teora poltica, pero haba think tanks y partidos polticos que exaltaban el
liberalismo libertario como su ideologa. En cierto modo me pareci coherente, pues,
pese a que ya conoca el liberalismo conservador, haba muchos autores que no
encajaban en la etiqueta de liberales conservadores, como era el caso de Murray
Rothbard. ste no tiene absolutamente nada de conservador, salvo en un sentido
etimolgico en relacin a mantener un sistema capitalista laissez faire por encima de
cualquier organizacin estatal. As pues, pens que tena que estudiar los fundamentos
de ese liberalismo libertario, y por ello mi principal objetivo era el de construir un tipo
ideal weberiano sobre el liberalismo libertario. A medida que segua leyendo y tomando
notas, me entrevist con el Doctor Josep Baqus. l era sin duda el ms especializado
en el liberalismo dentro del departamento, pues su tesis doctoral fue un estudio en
relacin al liberalismo conservador y F.A. Hayek. Fue la entrevista con l la que me
ilumin y me mostr que, en realidad, liberalismo y libertarismo son dos ideologas
muy diferentes y que, a medida que avanzase con las lecturas, lo vera yo mismo. En
efecto, liberalismo y libertarismo son dos sistemas de ideas diferentes. Fue aqu donde
encontr especficamente lo que tena que desarrollar en mi proyecto: tena que estudiar
las principales variables que diferencian ambas ideologas. Adems, poda cumplir el
requisito de tener cierta coherencia con mi mencin en polticas pblicas ya que poda
entrever cuestiones tcnicas sorbe financiamiento de polticas pblicas o principales
prestaciones del Estado. Y, entonces, empec a desarrollar el proyecto y es ste mismo
que presento aqu.
II.
Estado de la cuestin
En los albores del siglo XXI, las democracias liberales de Occidente han sido, una vez
ms, golpeadas por una dura e intensa crisis que ha alterado el orden de las cosas. La
eclosin de una burbuja crediticia proveniente de las principales entidades de crdito de
los EUA ha dado a pie a un efecto en cadena que ha arrastrado a Occidente ante la
primera gran recesin mundial desde los aos 30 del siglo pasado. Ms peculiar es an
el caso de la Unin Europea, donde una unin monetaria, pero no fiscal, ha creado
asimetras estructurales, despojando a los distintos Estados miembros de las principales
herramientas clsicas para combatir las crisis y, a la vez, de su autonoma para poder
realizar una poltica econmica que mejor se adapte a sus necesidades. Ante estas claras
deficiencias, que requieren muchos cambios estructurales, nos encontramos ante un
contexto marcado por una austeridad, de corte neoclsica, que deprime an ms las
economas y prolonga una crisis que no parece que vaya a ver su final en esta misma
dcada2.
Situados ya en este escenario, vemos cmo se han abierto mltiples debates en busca
sobre quin/es debe recaer la responsabilidad de los distintos errores que nos han
2
Creciente es ya la opinin de muchos economistas, entre ellos el premio nobel 2008 Paul Krugman o el
presidente del think tank alemn IFO Hans-Werner Sinn, y filsofos polticos, como por ejemplo John
Gray, que manifiestan la posibilidad de que Europa est sumida en una crisis que puede llegar a durar
ms de una dcada, a efectos similares de la famosa dcada perdida de Japn.
diferentes
pasando
desde
el
neoconservadurismo
hasta
el
Dicha expresin fue utilizada por primera vez durante el siglo XVIII por parte del fisicrata Vincent de
Gournay, de forma completa la frase es: Laissez faire et laissez passer, le monde va de lui mme Dejad
hacer, dejad pasar, el mundo va solo. La expresin pone en reivindicacin la libertad manufacturera y la
libertad aduanera en contra del proteccionismo.
4
Suele ser algo general, sobre todo ante la gente que no est muy introducida en la teora poltica
liberal, el hecho de confundir el socioliberalismo con la ideologa socialdemcrata. Aunque los
socioliberales defienden una concepcin del Estado benefactor que les acerca a la frontera de la
socialdemocracia, sus fundamentos tericos provienen de la misma tradicin liberal clsica que invocan,
a su vez, los liberales conservadores.
A partir de ahora, y a no ser que antes diga lo contrario, siempre que me refiera a dicha palabra lo har
aludiendo al significado que se le da en la lengua espaola.
6
Se puede observar en su pgina web oficial como meten en el mismo grupo a pensadores liberales y
libertarios muy distintos entre ellos como IsaiahBerlin, F.A. Hayek, LysanderSpooner, Murray Rothbard o
Davi Friedman. Puede consultarse en: http://www.p-lib.es/pensadores-libertad/
vlidas. Las tres variables a analizar las obras son: i) fundamentos tericos, ii) concepto
de libertad y iii) papel del Estado.
El cuerpo del ensayo se presentar en los cuatro adyacentes captulos. En el primero se
extender un marco conceptual sobre las bases y fundamentos del liberalismo clsico
con ayuda de los filsofos polticos Isaiah Berlin y John Gray, junto con el manual de
Ideologas y movimientos polticos contemporneos, editado por el catedrtico Joan
Antn Melln, y el Manual de Ciencia Poltica, editado por el catedrtico Miquel
Caminal. En el siguiente captulo se expondr el anlisis de la obra de Hayek, y, en el
tercero, el anlisis de la obra de Rothbard. Un cuarto y ltimo captulo cerrar el ensayo
con las comparaciones entre el marco conceptual original y las dos ideologas, y se
derivarn conclusiones que buscarn dar respuesta a las cuestiones planteadas.
Seres de carne y hueso son sacrificados a una abstraccin; personas individuales son
ofrecidas en un holocausto al pueblo como colectividad.
BenjaminConstant7
I.
dividida por dos claras etapas: la primera, conocida como el liberalismo clsico, que
parte desde su nacimiento durante el siglo XVII con los escritos de John Locke hasta las
ltimas defensas de la unidad del liberalismo por Benjamin Constant; y la segunda, que
llega hasta nuestros das y divide la unidad del liberalismo entre el liberalismo radical o
social y el liberalismo conservador, divisin que nace por las discrepancias dentro del
movimiento liberal que lleva, entre otras cosas, a la divisin del viejo partido britnico
whig entre los old wighs (libcons) y los new wighs (sociolibs) respecto a las
consecuencias morales de la revolucin francesa8.
El liberalismo nace en Inglaterra a mediados del siglo XVII. Es en la Revolucin
Inglesa donde se rompe por primera vez la concepcin absolutista del Antiguo
Rgimen, suceso que demostr el hecho de que los propietarios burgueses del
Parlamento eran el poder efectivo del pas respecto a la monarqua, la cual se ve forzada
a compartir el poder en una primera fase para luego acabar renunciando a l. En el ao
1689, a partir de la declaracin de derechos recogidos en la Bill of Rights, y, ms
concretamente, con la publicacin del ensayo Dos tratados sobre el gobierno civil de
John Locke (1632 1704), desde la perspectiva de la ley natural aparecern las
primeras libertades individuales, que sern salvaguardadas, junto a la propiedad privada,
mediante las bases tericas de Locke sobre la divisin de poderes legislativo y
ejecutivo9, creando as un fuerte vnculo entre derecho a la propiedad personal y la
libertad individual. ste es el factor principal que diferencia a Locke de los filsofos
individualistas anteriores: el hecho de que la independencia personal presupone una
propiedad privada protegida bajo el imperio de la ley. Despus de Locke, la idea de que
la sociedad civil necesitar una amplia difusin de la propiedad personal tomar
protagonismo dentro del proyecto ilustrado liberal, siendo la de Locke su principal
mayor contribucin.
Entrando ya en el siglo XVIII, en Escocia se da un escenario de intensa actividad
intelectual en el campo de la ciencia y la filosofa moral. Sern los filsofos morales
Cuando Edmund Burke public su obra Reflexiones sobre la Revolucin Francesa, fue criticada por un
amplio sector de sus colegas liberales (whigs) por ser considerada una obra contrarrevolucionaria y muy
conservador, algo que le cost a Burke la expulsin del partido liberal whig. Empez una dura disputa
con Henry Sacheverell y Thomas Paine, la cual le llevo a escribir su libro en donde reivindicaba su
posicin y la de sus seguidores como los autnticos whigs. Vase Edmund B, (1791):An Appeal fromthe
New tothe Old Whigs.
9
Locke introduce un tercer poder, el poder federativo, referente a las relaciones exteriores del Estado. A
pesar de ello, no ser introducido aqu por su irrelevancia para el caso de estudio.
escoceses, los cuales forman parte de la Ilustracin escocesa, quienes desarrollarn una
teora de la sociedad y del gobierno poltico analizando la condicin moral de la nueva
sociedad comercial y sus instituciones ms adecuadas. Entre ellos, debemos destacar a
Adam Smith (1723 1790) y David Hume (1711 1776), entre otros. Su percepcin de
la teora social y poltica era distinta al iusnaturalismo de Locke pues su filosofa se
basaba en que los sentimientos y la razn, y su relacin mutua, se interpretan sobre el
trasfondo de unas necesidades ilimitadas y que el hombre por s solo no puede
satisfacerlas con sus propios medios, siendo esta lgica de la naturaleza humana donde
el egosmo y el inters propio se convierten en la razn de la existencia de la sociedad.
Defendiendo, en suma, el Estado mediante criterios de utilidad y criticando, a su vez, las
explicaciones racionalistas que daban los defensores del derecho natural sobre el origen
de la sociedad y el Estado.
Al mismo tiempo, en Francia se estaban sentando las bases de la Ilustracin francesa,
que tambin hara su importante contribucin al liberalismo. Una poderosa crtica del
despotismo y un anlisis de las condiciones de la libertad poltica constituyen el ncleo
de pensamiento de autores como Montesquieu (1689 1755), el cual, en su libro El
espritu de la leyes (1748), culmina el desarrollo de sus ideas sobre el gobierno
limitado. De su anlisis derivar una clasificacin de los diferentes sistemas de gobierno
dependiendo del nmero de personas que detente el poder: monarqua, aristocracia y
democracia, estableciendo una clasificacin diferente entre monarqua, repblica y
despotismo10. En esta clasificacin, cuyo criterio diferenciador ser la contraposicin
entre gobierno desptico y gobierno moderado, Montesquieu sita a la monarqua o
repblica como variedades del gobierno moderado. Para Montesquieu, la libertad es el
derecho a hacer lo que las leyes permiten y, aunque la libertad slo puede darse en un
gobierno limitado, no siempre se encuentra en l, ya que se tiende a abusar del poder.
Llega as Montesquieu a su famoso estudio sobre los tres poderes legislativo, ejecutivo
y judicial existentes en una sociedad poltica, concluyendo que han de mantenerse
separados y delimitados para poder garantizar la libertad poltica.
Desde Alemania, la Ilustracin establecida all tambin har su contribucin al
liberalismo, y sta vendr de la mano de Immanuel Kant (1724 1804). Para Kant, la
esencia del hombre es el autodesarrollo y por eso aconseja a los hombres que se atrevan
10
Aristteles ya recoge esta clasificacin y anlisis sobre los tipos de regmenes en su obra La Poltica,
en los libros tercero a sptimo que comprenden la obra.
a disear, mediante la razn, su propio destino. En Kant se halla la razn como la piedra
angular de la naturaleza humana, pues es patrimonio de la humanidad, y, por eso, el uso
pblico de la razn debe concederse a todo individuo. As pues, vemos que Kant
aboga por un pacto social libre y voluntario que se concretizar en el Estado
contractual. Y como que cada hombre es intrnsecamente libre y dotado de unos
derechos naturales y anteriores al pacto social, el estado debe proteger al mximo esos
derechos (Melln, 2006: 110). Partiendo de una concepcin donde suman la libertad,
los derechos naturales y el pacto social voluntario, aparece el Estado como un servidor
de la sociedad y no al revs. El imperio de la ley ser la principal aportacin de Kant al
liberalismo, que establece las bases tericas para el desarrollo de la democracia a partir
del constitucionalismo, la opinin pblica y el sufragio como instrumento de
legitimacin, dando paso a una organizacin social donde la bsqueda individual de
riquezas produce el bien comn.
Girando de nuevo el prisma hacia la Gran Bretaa, vemos que a finales del siglo XVIII
empiezan a establecerse las bases utilitaristas de Jeremy Bentham (1748 1832), James
Mill (1772 1836) y los filsofos radicales. As, mientras que en la escuela escocesa el
principio de utilidad haba servido, primordialmente, como un principio explicativo para
entender el surgimiento espontneo de las instituciones sociales, Bentham lo desarroll
para valorar medidas de poltica especficas. Pese a ser una persona que se mantuvo
como un liberal clsico, pues fue un defensor enrgico del laissez-faire en la poltica
econmica, la no intervencin en los asuntos externos y su postura ante reformas legales
lo ubicaban al lado de la libertad individual, Bentham estableci una fundamentacin
distinta al valorar la accin efectiva del Estado que no se haba hecho hasta el momento
y era la persecucin de la mayor felicidad. Ser luego, durante el periodo liberal
posrevolucionario, cuando Stuart Mill (1806 1873) conseguir conciliar esta nueva
perspectiva utilitaria con el liberalismo clsico, con la defensa del individualismo liberal
en su obra Sobre la libertad (1859).
Llegados a la poca de las revoluciones liberales, la Revolucin Francesa (1789)
marcar un punto de inflexin en el seno del movimiento liberal llegando a crear una
profunda escisin que acabar con lo que entendemos como el liberalismo clsico y
generar dos subcorrientes dentro de esa tradicin liberal esbozada en estas pginas,
siendo stas el liberalismo radical y el liberalismo conservador. El liberalismo radical o
social, que ser desarrollado por los federalistas norteamericanos, Tocqueville o John
10
Stuart Mill, siendo herederos directos de Kant y del racionalismo ilustrado que eclips
durante gran parte del tiempo el liberalismo clsico, sobretodo en Francia y Alemania.
Su gran representante ser el liberal Thomas Paine, defensor de los derechos naturales y
de una concepcin radical del Estado. Pues es deber del Estado, segn este autor,
asegurar las libertades individuales y polticas, adems de evitar la miseria entre sus
individuos. Por otro lado, el liberalismo conservador estar inspirado por la moral
evolucionista de la Ilustracin escocesa, siendo su mximo representante el liberal
conservador Edmund Burke, discpulo de Adam Smith, quien, influenciado por Locke,
los fisicratas y los tradicionalistas franceses como De Maistre (1753 1821) y Bonald
(1754 1840), defiende una concepcin del liberalismo fundamentalista en el mbito
econmico, de cierto oligarquismo clasista y de empirismo y rechazo total al
racionalismo, utilizando como gua para el progreso la importancia de la tradicin y la
evolucin histrica.
II.
Como hemos visto, el liberalismo ha sido una corriente poltica de amplia difusin en
Europa. All donde ha florecido ha dado unos frutos caractersticos que lo han
alimentado hasta formar la ideologa que hoy da conocemos. Desde su aparicin, el
liberalismo ha manifestado siempre una inquietud por encontrar sus propios
fundamentos. Para su compromiso con la libertad individual, todos los grandes tericos
liberales han buscado fundamento terico potencialmente universal y no limitado.
Aunque muchos liberales recurren a ms de un argumento para apoyar sus principios de
igual libertad y de un gobierno limitado por la ley, podemos distinguir dentro de la
tradicin liberal tres corrientes principales de fundamentacin. stas son la doctrina de
los derechos naturales, la doctrina de los derechos humanos segn el imperativo
categrico kantiano y la doctrina del utilitarismo.
La fundamentacin de los derechos naturales fue expuesta por primera vez a manos de
John Locke y tiene largo recorrido hasta nuestros das. Segn esta teora, es una verdad
moral que los seres humanos pueden hacer peticiones de justicia ya sea en contra de
otro, de la sociedad o del gobierno. Por razn de su naturaleza, los seres humanos
poseen una serie de derechos morales. Se entienden por derechos concebidos a los seres
humanos de forma natural en el sentido de que son preconcebidos y moralmente
11
11
12
12
En su libro Las dos caras del liberalismo, John Gray le dedica un captulo entero titulado Libertades
rivales a exponer esta gran paradoja que se halla dentro de la teora liberal. Gray, J (2001). Las dos caras
del liberalismo: una nueva interpretacin de la tolerancia liberal. Ediciones Paids. Barcelona.
13
13
Para poner un ejemplo nuestro, un crtico de la obra de Mill es el economista Rodrguez Braun,
profesor de la Universidad Complutense de Madrid y colaborador del thinktank Instituto Juan de
Mariana. Braun en su estudio preliminar sobre la obra de Mill acaba juzgando que, pese a defender
ciertos aspectos liberales, ste ltimo es un socialista. Vase Stuart Mill (2008): Sobre la libertad. Ed:
Rodrguez Braun. Madrid: Tecnos.
14
Vase Gray, J (1993): Mill on Liberty: A defence, Londres: Routkedge and Keagan.
14
conciencia de que [] ste entraa juicios morales sustantivos, por lo que no puede ser
neutral entre posturas morales rivales(Gray, 1994: 86).
En gran parte, las principales doctrinas filosficas del siglo XIX que procuran
fundamentar el liberalismo se encuentran con serios problemas para poder dar una
validacin universal del liberalismo poltico. Este problema ha sido abordado por
liberales como John Rawls o James Buchanan al revivir el espritu contractualista pero,
aun as, encierran sus propias dificultades. Pero esto es un debate aparte de lo que
queremos esbozar aqu.
III.
La libertad
Ya hemos introducido las principales corrientes filosficas que buscan darle coherencia al
liberalismo. Pero an no hemos abordado uno de los temas ms peliagudos del liberalismo.
Qu se entiende por libertad? Antes de empezar a desarrollar la idea de libertad dentro de la
tradicin liberal, me gustara remarcar el hecho de que, por lo general, nadie est en contra de
una idea tan fcilmente seductora como lo es la libertad: todos apreciamos la nuestra. Pero,
acaso todos entendemos lo mismo por libertad? Un libertario de derechas o anarcocapitalista
entiende que la expresin mxima de la libertad se encuentra en la propiedad privada
Vase Constant, B. (1819): Acerca de la libertad de los antiguos comparada a la de los modernos.
Discurso pronunciado en el Ateneo de Paris
15
16
a las libertades de los individuos que conforman ese yo colectivo. La cosa empeora
cuando se recupera la idea del yo racional y el yo emprico:se podra entender que una
persona con sus mximas facultades mentales puede interpretar sin problemas su yo
racional, pero qu pasa cuando mi vecino tiene alguna deficiencia o dificultad (ya sea
por simple ignorancia) para poder ver/comprender su yo racional? Esto lleva a
consecuencias catastrficas cuando en nombre de esa libertad superior o yo colectivo se
reconoce que es posible, y a veces justificable, coaccionar determinados hombres en
nombre de algn fin, fin que ellos mismos buscaran si fueran ms cultos, pero no lo
hacen por ceguera, ignorancia o corrupcin. Es en esta situacin cuando el concepto de
libertad positiva, que no tiene por qu ir en contra de los principios del liberalismo, se
vuelve justamente su peor enemigo: la autocracia.
Existe un concepto de libertad que sea privativo del liberalismo? Con frecuencia se
afirma que el concepto de libertad empleado por los autores liberales clsicos es
predominantemente negativo. Este punto de vista no es del todo errneo pero puede
llevar a conclusiones equivocadas en tanto que la complejidad de la distincin entre
libertad positiva y negativa no est slidamente comprendida. Seria caer en un error el
pensar que la concepcin negativa de libertad es endgena y nica a la adopcin de los
principios liberales. Sin ir muy lejos, Hobbes, quin fue un autoritario individualista, la
emplea de forma particularmente clara e inflexible. Tambin sera un error el pensar que
la concepcin positiva de liberalismo es, stricto sensu, exgena a los principios
liberales. Si bien es cierto que la libertad positiva puede ser entendida de una forma en
que realice serios abusos a la libertad negativa y, por ende, a la libertad individual, no
todas sus concepciones son contrarias a los valores liberales. Merece la pena recordar
que Kant desarrolla una visin positiva de la libertad en defensa de la tolerancia y de un
gobierno limitado. Se trata de una visin de libertad, no como autodeterminacin
colectiva sino ms bien como autogobierno racional del agente individual. Esta versin
de la visin positiva parece coincidir por completo con la temtica liberal y haberse
asegurado un sitio dentro de la tradicin del liberalismo intelectual. En su forma ms
persuasiva, la visin positiva concibe la libertad como la no restriccin de opciones. Tal
como explica John Gray (1994: 94) La idea de libertad como no restriccin de
opciones se relaciona con la idea del individuo autnomo el individuo que no est
regido por otros, sino que se rige a s mismo. La idea del individuo autnomo es central
en la filosofa de Kant, as como en la de Spinoza, y debe considerarse como una de las
17
nociones clave de la tradicin liberal. Como bien apunta Berlin, una posible solucin
se puede encontrar en un cierto equilibrio entre los dos conceptos de libertad: Tenemos
que preservar un mbito mnimo de libertad personal para no degradar o negar nuestra
naturaleza. No podemos ser absolutamente libres y tenemos que ceder algo de nuestra
libertad para preservar el resto. Pero rendirla toda es destruirnos a nosotros mismos"
(Berlin, 2004: 212).
IV.
18
basa centralmente en la teora del valor que se desprende de la paradoja del valor 16, que
es la piedra angular de la economa clsica. Esta teora, elaborada especialmente por
David Ricardo, estableca que el valor de las mercancas se determina en un mercado
libre por la cantidad de trabajo requerido para su produccin (el TTSN). Esto significa
que un intercambio libre, es decir, en unas condiciones en las que los bienes se
intercambien de acuerdo con la cantidad de trabajo empleada para su produccin,
produce, por tanto, un sistema de distribucin justo. Bajo esta concepcin ideal 17 de la
distribucin justa, los defensores del liberalismo econmico exponan que no se
requeriran obstrucciones artificiales por parte de la legislacin para la realizacin del
intercambio. El libre juego de los intereses individuales revierte, en definitiva, en un
mayor bien para la comunidad.
Pese a esta defensa de la libertad econmica, esto no implicaba necesariamente que el
Estado no tuviera que intervenir en la vida social y econmica. Smith, concretamente,
cuando aborda las funciones del Estado en el libro V de la mencionada obra La riqueza
de las naciones (1776), le asigna al Estado importantes tareas como la defensa o la
justicia y, asimismo, en aquellas actividades que repercutan al inters pblico, en
especial, la educacin pblica. Los clsicos utilizaban la expresin laissez faire y
defendan el liberalismo econmico como la independencia econmica del individuo, no
como la reduccin parcial o absoluta de la intervencin del Estado como muchos de los
abanderados del actual liberalismo econmico exaltan. Curiosa es la referencia que da
Abelln (2008: 17) sobre este tema al remarcar que: Los defensores ms radicales del
laissez-faire y de la libertad de comercio no fueron los economistas clsicos, sino los
publicistas, polticos e industriales (HarrietMartineau, James Wilson, Richard Cobden
y la Escuela de Manchester), que hicieron un uso parcial y simplista de las ideas de los
economistas. stos consideraban la intervencin estatal de una manera ms
pragmtica que doctrinal.
16
La paradoja del valor fue postulada por Adam Smith y deca algo como: Si un diamante, que es un
bien muy escaso y raro tiene un valor infinitamente mayor al de una agua embotellada, por qu si me
encuentro en el desierto estoy dispuesto a dar cientos de diamantes por solo una botella de agua?. La
respuesta que se dio ante tal paradoja fue la teora del valor objetiva que se basa en el TTSN (Tiempo de
Trabajo Socialmente Necesario), la cual fundamenta toda la economa clsica y en la que Karl Marx para
hacer su estudio de El capital (1867) para fundar el socialismo cientfico.
17
Es una concepcin ideal porque, bsicamente, no se da en la realidad o se da de forma extraa. Tal y
como muchos distinguidos economistas y premios nobeles han demostrado, es inusual que se d una
competencia perfecta en los mercados debido a los mltiples fallos de mercado como por ejemplo, y
para ilustrar el idealismo de dicha distribucin justa, la asimetra en la informacin o la seleccin
adversa.
19
Visto esto, cules son las implicaciones de los principios liberales con respecto a la
forma constitucional o jurdica del Estado? En primer lugar, es evidente que los
principios liberales requieren la limitacin del gobierno mediante normas estrictas.
Puesto que la tradicin liberal atribuye a las personas derechos y proteccin mediante
demandas de justicia, un gobierno liberal no puede ser otro que un gobierno limitado.
Sin embargo, suele confundirse muy habitualmente estas palabras. Gobierno limitado
no es sinnimo de Estado mnimo. De hecho, los minarquistas, dentro de la tradicin
liberal, representan un grupo muy minoritario: Es cierto que algunos liberales clsicos
como Humboldt, Spencer y Nozick sostenan que las funciones del Estado deban
restringirse necesariamente a la proteccin de derechos y al mantenimiento de la
justicia, pero esta posicin no tiene una justificacin clara en los principios liberales y
constituye una visin minoritaria dentro de la tradicin liberal. [] la defensa del
Estado mnimo se encuentra ausente en la mayora de autores liberales. (Gray, 1994:
114). Ergo, el Estado liberal slo se puede dar bajo la condicin en que el poder y la
autoridad gubernamental se encuentren limitados por un sistema de reglas prcticas
constitucionales en las que se respeten la libertad individual y la igualdad de las
personas bajo el imperio de la ley.
En lo que a la expresin laissez faire respecta, el liberalismo se suele asociar con su
expresin ms radical y, en ocasiones, con la defensa del Estado mnimo. Esto es, en
primera instancia, falso. Existen muchas interpretaciones de tal expresin y su
concepcin ms radical nunca fue invocada por ningn liberal clsico. Hasta John Stuart
Mill, en su obra Principios de la economa poltica (1848), lleg incluso a tratar el
principio de laissez faire como la regla general obvia de toda poltica pblica. Adems
de Adam Smith, otros liberales clsicos escoceses dejaron tambin sitio para diferentes
actividades gubernamentales en la vida social y econmica, las cuales resultan
difcilmente justificables bajo una interpretacin tan radical y extremista del laissez
faire.
Aqu concluimos el final del segundo captulo de este ensayo. En l hemos ido
esbozando el liberalismo clsico y los distintos principios que fundamentan la tradicin
liberal, formando as un amplio marco terico que nos servir para poder contraponerlo
con las obras a analizar y las variables a observar, y as hacer aflorar las diferencias y
concluir si el liberalismo puede ser libertario o no.
20
Aunque parezca paradjico, es probable que una prspera sociedad libre sea en gran
medida una sociedad de ligaduras tradicionales.
F. A. Hayek18
I.
Vida y obra
F.A. Hayek, cita recogida en su obra Fundamentos de la libertad (2008), p. 93 Madrid: Unin Editorial
A menudo se dice que Hayek se doctor en esas dos materias, no es que sea incierto, el problema est
en que lo que entendemos hoy en da como doctorado no es lo mismo que en el contexto de Hayek. En
su contexto el doctorado solo implicaba la culminacin de los estudios de grado.
19
21
II.
No solamente el propio Hayek procur por activa y por pasiva intentar negar su conservadurismo. Esta
peculiar negativa hayekiana tambin se encuentra en otros autores liberales que sus tesis pueden ser
ubicadas entre la liberal y la conservadora como Michael Novak o Lemieux.
21
Este es uno de los puntos que Hayek defiende en su post-scriptum, vase Hayek, F.A.(2008): Los
fundamentos de la libertad (p.516). Madrd: Unin Editorial.
22
22
Para un excelente anlisis del conservadurismo en la obra de Hayek recomiendo vivamente el artculo
escrito por Josep Baqus, el cual se puede encontrar y consultar sin problemas en Internet. Baqus, J.
(2009): El otro rostro de Jano: la dimensin conservadora de Hayek. Revista Espaola de Ciencia Poltica.
Nm. 20: 147 173.
23
Encuentro un error que Hayek realice esta distincin y ponga en el mismo grupo a liberales clsicos y a
los liberales posrevolucionarios. Pese a hacer una distincin ms o menos acertada entre dos tipos de
liberales, unos empiristas y otros racionalistas, encuentro un error considerar a Constant como alguien
quin apart de su cometido el racionalismo. Tal y como seala Joan Antn, es cierto que Constant,
como liberal, defenda unos derechos individuales inalienables, pero para l la propiedad privada algo
considerado como una de las instituciones ms viejas por muchos libcons no era ni una institucin y
menos algo anterior a la sociedad. El derecho a la propiedad [] en palabras del propio Constant, en su
calidad de convencin social, es de la competencia y est bajo la jurisdiccin de la sociedad [] Por esa
razn los poderes pblicos podrn regular el derecho de propiedad. (Antn, 2006: 115)
24
Cita extrada del artculo de John Gray antes mencionado, sacada de la obra de Hayek The Sensory
Order: An inquir into the Foundations of Theoritical Psychology (1952). Londres: Routledge and Keagan
Paul.
25
sus ojos, ello no significa que progreso sea un avance hacia un objetivo conocido. Para
Hayek el progreso slo se puede dar en trminos de evolucin social y, adems, no se
puede percibir el avance hasta que ste ya se ha realizado. No slo esto, sino que,
adems, el progreso no viene nunca dado por el ingenio o creatividad de un individuo
sino que viene dado nica y exclusivamente por la civilizacin. Para Hayek (2008: 67)
la civilizacin es progreso y el progreso es civilizacin. Hayek le da esta concepcin
holstica al progreso porque para l el conocimiento humano no radica en el individuo:
el conocimiento viene dado por la civilizacin y las comunidades formadas por millones
de individuos. Para Hayek, el verdadero objetivo a perseguir y alcanzar es el progreso
dado slo por la evolucin de la civilizacin en trminos econmicos, tecnolgicos y
sociales. Y es esta civilizacin el legado que se ha de proteger a toda costa, donde unas
instituciones tradicionales delegan el conocimiento a los individuos que habitan en
ellas. Es aqu donde aparece uno de los puntos ms claros del conservadurismo de
Hayek. Su concepcin de la sociedad rezuma un conservadurismo que hace que
encaje bien en la definicin de liberal conservador. Para Hayek la sociedad est
basada en un conocimiento disperso, conocimiento que puede ser tcito o prctico. Tal
conocimiento no es ni puede ser patrimonio de una sola persona y, por tanto, su
existencia misma depende de la existencia de una asociacin libre (Rivero, 2008: 58).
Esta visin del progreso viene dada principalmente por el profundo rechazo al
racionalismo que Hayek adopta en su postura sobre la naturaleza humana. Al ser la
mente humana una capacidad limitada y distorsionada por lo que uno cree que es la
realidad, el ser humano jams podr planificar u organizar la sociedad, por muy buenas
que sean sus intenciones, y procurar tener xito. La razn humana no puede predecir
ni dar forma a su propio futuro [y por ende, la razn humana no conlleva al progreso]
el progreso, por su propia naturaleza, no admite planificacin (Hayek, 2008: 68 y
69 respectivamente; nfasis mo). ste es el fundamento terico bsico que Hayek ha
desenvainado durante el largo recorrido de su vida y obra. Si el ser humano no debe
intervenir ni en materia econmica ni en materia poltica con el objetivo de dar paso al
progreso es debido a esta idea de la ignorancia humana. El lector se preguntar:
entonces, Hayek no le guarda ningn cometido a la razn? Hayek no niega la razn
humana. Simplemente indica que hay que abstenerse de ella cuando se procura realizar
cualquier tipo de ingeniera social. Para Hayek, la verdadera finalidad del raciocinio
humano es justamente el de limitarse a s mismo. Tal y como dice Baqus (2005: 58),as
26
las cosas, puede aducirse que Hayek no est contra cualquier idea de la razn, sino slo
(aunque no es poco) contra quienes han credo en una razn <autnoma y
autodeterminante>.
III.
La libertad hayekiana
Una vez vista la naturaleza humana y la evolucin social segn Hayek, ahora tenemos
que exponer qu es, para Hayek, la libertad. Sin duda alguna, para Hayek la libertad es
el ingrediente central y necesario para que se d la correcta evolucin social. Y aqu es
donde veremos el otro rostro25 de Hayek, el liberal. Para empezar, tenemos que dejar
claro el hecho de que Hayek establece una diferencia en lo que l entiende como
libertad (libertad negativa) y libertades (libertad positiva), siendo la primera, stricto
25
27
sensu, la libertad en s. Las segundas, derivaciones secundarias que, pese tener un alto
grado de relacin con la libertad, ellas mismas no forman parte de la concepcin de
libertad tal y como la entiende el autor. As pues, define libertad como aquella
condicin de los hombres por la que la coaccin que algunos ejercen sobre los dems
queda reducida, en el mbito social, al mnimo (Hayek, 2008: 31). En efecto, la nica
libertad que merece ser llama como tal es la libertad individual. Pero, para atender bien
el alcance de esa libertad individual, tendremos que fijarnos en cmo define Hayek la
coaccin.
Hayek define coaccin como presin autoritaria que una persona ejerce en el medio
ambiente o circunstancia concreta (Hayek, 2008:45). El elemento de presin
autoritaria se expresa con independencia de su origen, siendo sta fruto de una poltica
totalmente arbitraria pasando por las implicaciones religiosas hasta la brutalidad que
pueda desprender un individuo sobre otro en aras de que acte en contra de sus
convicciones. Tambin hay que destacar el hecho de que esa presin autoritaria puede
ser tanto fsica como psquica. En ella cabe incluso el papel que ejerza una esposa
marimandona o un marido hosco. Hay que mencionar tambin que ciertas
incapacidades fsicas o psquicas concebidas de forma natural o producidas por la
casualidad y la mala fortuna no son interpretadas por el autor como una prdida de
libertad, y por ello no se debera realizar ninguna accin para mejorar su situacin.
Desde este punto de vista se incluyen tanto a discapacitados fsicos como mentales. Aun
as, Hayek entiende que en una sociedad libre la coaccin, sin embargo, no puede
evitarse totalmente, porque el nico camino para impedirla es la amenaza de coaccin.
La sociedad libre se ha enfrentado con este problema confiriendo al Estado el
monopolio de la coaccin, e intentando limitar el poder estatal a los casos que sea
necesario ejercerlo e impidiendo que dicha coaccin la ejerzan personas privadas
(Hayek, 2008: 46). Con esta sentencia, Hayek est incluyendo dentro de su teora los
dos elementos ms principales y bsicos del liberalismo: el Estado y el gobierno
limitado.
A medida que la libertad hayekiana queda definida por contraposicin a la coaccin,
vemos evidente que para Hayek la libertad individual es sinnimo de libertad
econmica. La libertad viene dada en gran medida por la capacidad de los individuos en
crear empresas y acumular riquezas. Y este elemento va muy ligado a su concepcin del
progreso social. Tal y como se ha expuesto en su concepcin evolucionista, el progreso
28
viene dado por las continuas interacciones humanas que, de forma inconsciente, crean y
reproducen los escenarios que permiten dar paso a dicho progreso. El conocimiento
viene dado por las instituciones tradicionales y los individuos lo usan con libertad
creando escenarios donde puedan darse mejoras para el individuo en s mismo, para
otros individuos, para el conocimiento en s y, en ltima instancia, para la civilizacin.
Como miembro de una sociedad civilizada, el hombre puede perseguir sus fines
individuales porque la civilizacin nos facilita constantemente el aprovechamiento del
conocimiento que individualmente no poseemos y porque cada individuo, al utilizar su
particular conocimiento, ayuda a otros individuos (Hayek, 2008: 50). Partiendo de
esta perspectiva, la idea de por qu la libertad llega a ser un elemento esencial en la obra
de Hayek es justamente porque cuanto ms margen de maniobra se les d a los
individuos ms progreso crearan, aludiendo a una causalidad. A ms libertad (variable
independiente), ms progreso (variable dependiente). En efecto, la libertad para Hayek
es ms un medio que no un fin en s misma. Esto destie en l una perspectiva muy
utilitarista sobre la libertad y queda sentenciado cuando dice que los argumentos
favorables a la libertad individual descansan principalmente en el reconocimiento de
nuestras inevitable ignorancia de muchos factores que fundamentan el logro de
nuestros fines y de nuestro bienestar (Hayek, 2008: 55).
Una vez presentada la concepcin hayekiana de la libertad, hay que destacar el hecho de
que una sociedad libre no tiene por qu ser forzosamente una democracia. Es ms: tal y
como el propio Hayek deja entrever, una democracia no tiene por qu ser forzosamente
una sociedad libre. Pese que Hayek ve a la democracia con buenos ojos, su teora puede
aplicarse a la perfeccin en un sistema autoritario donde no haya esas segundas
libertades que encuentra marginales siempre y cuando respete su esquema de libertad
contrapuesta a coaccin. Son su construccin de la naturaleza humana y la libertad lo
que constituyen lo que ampliamente se conoce como el concepto de orden espontaneo
dentro la obra de Hayek. El orden se da en gran medida dentro del desorden, y nace a
partir de la imprevisin de los designios humanos.
IV.
29
presentaremos lo que significa el Estado dentro de su teora y cul debe ser su alcance
dentro de la esfera pblica y privada. Mucha gente, cuando se habla de Hayek y la
intervencin del Estado, suele entender que el segundo debe realizarse en su ms
mnima expresin, y esto es algo incorrecto. Hayek no es minarquista. Su defensa del
Estado no es escueta y se produce desde diferentes perspectivas sin que ninguna de ellas
entren en conflicto: liberal, conservadora y utilitarista. Desde el enfoque liberal, se
contempla cmo el Estado debe asumir la responsabilidad de proteger los derechos
individuales, la autonoma del mbito econmico y, en fin, esa esfera de privacidad
cuya proteccin constituye el horizonte del liberalismo. Su conservadurismo hace gala
en medida de que el Estado y su ingeniera legislativa debe girar en torno al
blindamiento y mejora de las instituciones tradicionales y las costumbres. Y su
perspectiva utilitarista queda evidenciada cuando le atribuye al Estado ciertas funciones
que buscan apaciguar la desesperacin que puede venir dada, entre otras cosas, por la
mala fortuna de un individuo.
Hayek cede al Estado el poder del monopolio de la coaccin con el objetivo de defender
la libertad individual la coaccin es una cuestin de proporcin, la coaccin que el
Estado debe tanto prever como utilizar en plan de amenaza, en bien de la libertad, es
solamente coaccin en su forma ms rigurosa, cuyo empleo puede impedir que una
persona normal prosiga un objetivo que le es importante (Hayek, 2008: 193). Pero,
pese a ser el Estado el nico ente que puede ejercer la coaccin no puede invadir de
forma arbitraria la esfera privada de sus ciudadanos. El Estado debe garantizar
seguridad policial y defensa militar para justamente preservar la sociedad libre. Su
funcin legislativa es instrumental pues cuando decimos que la ley es instrumental,
queremos significar que al obedecerla el individuo persigue sus propios fines y no los
del legislador (Hayek, 2008: 201). El derecho forjado en el Estado hayekiano es un
derecho de carcter positivo, que regule de forma correcta esas tradiciones o costumbres
que han perdurado dentro de la evolucin espontanea para garantizar que se d el
progreso. Las normas legisladas debern de ser de carcter negativo, buscan ms
prohibir y censurar conductas que puedan afectar a la libertad o alterar el orden
espontaneo. Pese a que esto puede significar limitar la libertad de las personas, Hayek
no lo concibe como tal pues al igual que las leyes de la naturaleza, las leyes del
Estado proveen de rasgos fijos al mundo en que el hombre ha de moverse, y aunque
eliminen ciertas posibilidades que se ofrecen a dicho hombre, por regla general, no
30
limita la eleccin a una determinada accin que cualquier otro humano quiera
imponer (Hayek, 2008: 202). Hayek est influenciado en la visin kantiana del Estado
de derecho en medida que afirma que la ley nos hace libres (Hayek, 2008: 204).
Otra cuestin que se debe plantear es la intervencin del Estado por otras vas que no
sean exclusivamente la ingeniera legislativa, las contempla el austriaco? Pues, aunque
muchos de sus exegetas presentan a Hayek como alguien que ataca al Estado y su
intervencin esto es en gran medida incorrecto. A l lo que le preocupa es que el Estado
de derecho liberal acab por transformarse en un Estado de la moral, en cualquiera de
sus variantes desde el Estado totalitario fascista hasta el Estado del bienestar
socialdemcrata, que atribuya de forma errnea polticas pblicas con un trasfondo
voluntarista. En otras palabras, Hayek slo encuentra criticable la accin del Estado en
aras de realizar justicia social. Este tipo de Estados son para Hayek los ms
contraproducentes porque dificultan las condiciones necesarias para que se pueda dar el
orden espontaneo. Quedarse solo con esta visin del papel del Estado dentro de la
sociedad libre hayekiana seria quedarse solo con un mensaje superficial. Hayek
encuentra necesario que el Estado intervenga en lo relativo a la economa en distintos
aspectos. El principal y ms importante es, sin duda, el refuerzo del mercado. Que esto
puede ir desde leyes hasta polticas pblicas especficas o una mezcla de ambas. Hayek
defiende que el Estado se ocupe de la gestin de los monopolios naturales: Aun
cuando el criterio de que la actuacin de los poderes pblicos ha de limitarse al
mantenimiento de la ley y el orden es perfectamente defendible si se considera tan slo
el Estado como instrumento de coaccin, es forzoso reconocer tambin que como
agencia de servicios puede facilitar sin producir dao a la gente la consecucin de
objetivos deseables que de otra forma quiz no se alcanzaran (Hayek, 2008: 348).
Adems tambin de defender la correccin de ciertos fallos de mercado, como con el
tema del etiquetamiento y fallos de informacin. El gasto que debe de realizar en torno a
estas cuestiones no debe de ser escueto.
Pero, la cosa no se acaba simplemente aqu. Existen ciertas funciones y servicios que el
Estado hayekiano tambin debe de realizar. Ellas pasan, aunque parezca mentira, por la
oferta de una educacin pblica, un sistema de prestacin para la vejez e incluso una
mnima sanidad pblica. Aqu es donde quedar evidenciado el utilitarismo indirecto
que forma parte, junto a su concepcin evolucionista, como uno de los fundamentos de
la sociedad libre a ojos de Hayek. Y esto lo vemos cuando afirma que en una sociedad
31
32
33
3. Libertarismo: Rothbard
I.
Vida y obra
34
II.
Murray
Rothbard
encuentra
su
fundamentacin
principalmente
en
el
27
35
condenada, como en la moderna filosofa posterior a Hume, a ser una mera esclava de
las pasiones, confinada a producir el descubrimiento de medios para fines elegidos
arbitrariamente. Pues los propios fines son seleccionados por el uso de la razn y la
recta razn dicta al hombre sus fines apropiados as como los medios para
alcanzarlos. (Rothbard, 1998: 7)
Esto es importante a tener en cuenta en la medida que Rothbard presente al ser humano
como un ser totalmente autnomo, racional y responsable. Y est ser la principal visin
que permitir construir la lgica de la ley natural, la nica ley que puede regir la
sociedad anarcocapitalista, y, a su vez, la iniciativa individualista fomentada
principalmente en la propiedad privada. Una crtica comn y burlona por parte de los
oponentes a la ley natural es: quin va a establecer las supuestas verdades acerca del
hombre? La respuesta no es quin sino qu: la razn humana. La razn humana
es objetiva, es decir, pueden emplearla todos los hombres para descubrir verdades
acerca del mundo. (Rothbard, 1998: 10).
La capacidad de raciocinio del ser humano le permitir a ste poder evaluar su entorno
y, debido a ciertas capacidades innatas que se obtienen por naturaleza, podr
establecer un grupo de normas ticas que le permita evaluar las acciones humanas en
cualquier tiempo y lugar (Rothbard, 1998: 17). De esta manera le consigue dar un toque
universalista a su enfoque iusnaturalista.
En la sociedad libertaria, no debe ni ha de existir ninguna otra ley artificial que rija las
normas de la sociedad libre. Esto es algo central dentro de la teora expuesta por
Rothbard. En el momento en que un grupo de personas pacten por mayora la creacin
de algn tem legislativo con el objetivo de regular, estos estn imponiendo su voluntad
a terceros que, pese a que hayan mostrado su permiso o no, queda su esfera individual
invadida. Por este motivo no se acepta ningn tipo de creacin de derecho positivo
porque podra significar la ocupacin violenta de la autonoma individual y eso, a la
larga, acaba sucumbiendo en una tirana: las leyes deben ser meramente declaratorias
de derechos y prohibiciones naturales y () lo que sea indiferente para las leyes de la
naturaleza debe quedar inadvertido para la legislacin humana () y la tirana legal
aparece siempre que nos alejamos de este sencillo principio.(Rothbard, 1998: 23)
Visto esto, podemos sentenciar el hecho de que la concepcin lockiana de la relacin
directa entre libertad individual y propiedad privada, adems de la doctrina del derecho
36
lo hace de su
37
38
III.
La libertad rothbardiana
Al igual que los liberales conservadores, los anarcocapitalistas solo conciben a su forma
de ver la libertad en un sentido negativo, para ellos la libertad positiva no es algo que se
tenga que garantizar porque el derecho natural eo ipso implica ciertas garantas de
libertad positiva. Esto pasa por un nuevo axioma que conformar la ideologa libertaria.
El axioma central que surgir de su fundamentacin ser el principio de no agresin:
ningn hombre ni grupo de hombres puede cometer una agresin contra la persona o
la propiedad de alguna otra persona (Rothbard, 2005: 39).
Este principio significa que todos los seres humanos tienen el derecho absoluto a ser
libres de la agresin. De esto se asume que el libertario defiende por ende un abanico
de libertades civiles: libertad de expresin, libertad de publicacin, libertad de
reunin y de involucrarse en crmenes sin vctimas, tales como la pornografa, la
desviacin sexual y la prostitucin.
Visto esto, veamos qu definicin le da Rothbard a la libertad negativa: la libertad es
la ausencia de interferencias o invasiones fsicas coactivas contra las personas y las
propiedades individuales (Rothbard, 1998: 205).
Rothbard da una definicin de libertad negativa diferente a la de Berlin pues la
econtrava errnea al definirla como ausencia de interferencias fsicas contra las
personas o las propiedades individuales, es decir, contra sus justos derechos de
propiedad lato sensu. En el captulo XXVII de su obra La tica de la libertad, Rothbard
carga continuamente contra IsaiahBerlin y su definicin de libertad negativa ya que, a
sus ojos, la encuentra pervertidamente influida por la libertad positiva. As como Berlin
critic la concepcin radical del laissez faire defendida por los libertarios: el destino
de la libertad personal durante el reinado del desenfrenado individualismo econmico,
situacin en la que se hallaba hundida la mayora explotada, sobre todo en las
ciudades: sus hijos eran sacrificados en las minas y las fbricas. Mientras los padres
vivan en la pobreza, la enfermedad y la ignorancia, una situacin en la que el disfrute
de los derechos legales por parte de los pobres y los dbiles era una odiosa
burla(Berlin, 2004: 96).
Rothbard le crtica a l sealando que la su concepcin del laissez faire, ese
individualismo econmico que seala Berlin, es sinnimo de la libertad negativa.
39
IV.
40
ahora sern distribuidas por el nico medio tolerable dentro de la sociedad libertaria: el
capitalismo laissez faire.
Los libertarios identifican al Estado como un ente que realiza agresiones continuas y no
hace bien a nadie aparte de a s mismo. Curiosamente, para argumentar en contra del
Estado y el gobierno oligrquico, Rothbard se hace uso del aporte principal de Robert
Michels y el prisma de la escuela elitista en ciencia poltica: el Estado solo mira por su
propio inters debido a la ley de hierro de la oligarqua28. As pues: la condicin
normal y permanente del Estado es el gobierno oligrquico: gobierna mediante una
elite coercitiva que ha logrado obtener el control sobre la maquinaria del
Estado(Rothbard, 2005: 74).
Si como se ha expuesto para el anarcocapitalista libertad significa ausencia de
interferencias o invasiones fsicas coactivas contra las personas y las propiedades, no
es de extraar que el Estado per se sea un agresor constante al menos de las
propiedades. Al fin y al cabo, el Estado lleva inherente en l un sistema tributario que le
permite realizar sus tareas principales. Hasta el estado ms mnimo tiene que
financiarse, por lo menos, por la va de los impuestos. La figura del Estado no solo es
considerada como un agresor potencial por su sistema fiscal, el estado realiza muchas
28
Robert Michels (1876 1936) en su obra Los partidos polticos (1911) teoriz la ley de hierro de la
oligarqua a partir del estudio emprico de las funciones y conductas del partido socialdemcrata
alemn. La conclusin recaa en el hecho de que toda estructura organizativa requiere un liderazgo y
este liderazgo es ocupado por una elite. Las formas oligrquicas son consubstanciales a toda
organizacin. Segn Michels esto obedece dos tipos de causas: psicolgicas y tcnicas. Dentro de las
causas psicolgicas vemos introducida la lgica de la psicologa de masas, las masas necesitan contar
con lderes con los que apoyarse y reconocer su superioridad. Las caractersticas psicolgicas de los
individuos que ejecutan posiciones de liderazgo hacen que stas tiendan a apropiarse de sus sitios
donde, a la vez, se crea una confusin entre los fines de la organizacin y la supervivencia de la lite. El
poder es conservador (Lord Acton: el poder absoluto corrompe absolutamente), y la elite dominante
tender a conservar ese poder por la lgica de auto inters (clculo racional). Por este motivo la elite en
el poder, gracias a la divisin del trabajo, intentar perpetuarse haciendo uso de una burocracia
especializada creando desigualdades en la organizacin, slo se permitirn cambios lo ms mnimos
posibles para contentar una parte de la organizacin y alienarla con la opinin de la elite. Toda
organizacin que este liderada por una elite acaba transformando se en una estructura oligrquica.
Como curiosidad, muchos socilogos y politlogos han afirmado recientemente que la ley de hierro de
la oligarqua es la primera ley en ciencias sociales que se acerca a los estndares de las leyes en ciencias
naturales:Aunque la investigacin de Michels se realiza sobre un partido poltico, sus conclusiones
sociolgicas son vlidas con relacin a todo tipo de organizaciones de masas. La ley de hierro de la
oligarqua puede predicarse, pues, tanto de una organizacin patronal de empresarios, como de un
partido o un sindicato obrero; tanto de una organizacin religiosa, como de una deportiva; tanto de las
asociaciones de vecinos, como de las ONGs. En este sentido, se ha dicho que tal ley es la nica que, en el
mbito de las ciencias sociales, se cumple con la misma fatalidad con que se cumplen las leyes propias de
las ciencias naturales (Caparrs, 2008: 212).
41
otras tareas que ser consideradas como interferencias o invasiones fsicas que son
intolerables para la moral libertaria. Estas pueden ser tales como la educacin
obligatoria, pues bien los padres de sus hijos pueden decidir no darle educacin alguna
o, an ms, sustento alguno (Rothbard, 1998: 102); el servicio militar, desde la
obligatoriedad del servicio hasta el finalidad de un ejrcito (saltarse el principio de no
agresin) son funciones que no contempla un libertario; cualquier tipo de regulacin, ya
sea medioambiental, de bienes pblicos o fallos de mercado; judicial, la figura del fiscal
es algo repudiable porque se pueden llegar a producir denuncias contra personas sin el
consentimiento del afectado solo bajo el argumento del inters pblico. En resumen:
Para los libertarios el Estado es el agresor supremo, el eterno, el mejor organizado,
contra las personas y las propiedades del pblico. Lo son todos los Estados en todas
partes, sean democrticos, dictatoriales o monrquicos, y cualquiera sea su
color(Rothbard, 2005: 69).
Entonces, el objetivo primordial de los libertarios es el de vender el Estado en pequeas
piezas y devolver todas sus tareas y funciones al mercado, esto es, dejarlas a mano de la
iniciativa privada y avanzar de este modo hacia una sociedad sin Estado ni gobierno.
Podra pensarse, tal y como hacen los minarqusitas, que existen ciertos servicios y
polticas pblicas los cuales son tan necesarias y mnimas que, de forma inevitable,
todos los individuos acabaran demandndolas y creando as una organizacin similar al
Estado mnimo. Rothbard no lo ve as, justamente en las condiciones ideales de un
capitalismo laissez faire al haber competencia perfecta y mltiple iniciativa privada, la
oferta seria mltiple y dinmica, lo que permitir precios asequibles una vez que
demanda y oferta se encuentran. A su vez, esto favorecera el bienestar de las personas
con rentas bajas debido a los precios ptimos que se daran en un mercado totalmente
libre y desregulado. Sobre este aspecto, hay que remarcar que una vez inexistente el
Estado, el individuo podra percibir la totalidad de su renta lo que le permitira un gran
aumento en su consumo y bienestar individual y, a la vez, ms renta que gastar en su
eleccin preferible de productos y servicios. Lo que sera la interpretacin total de la
libertad libertaria: uno consume a su eleccin y preferencia y no es obligado a consumir
ningn tipo de servicio o producto, sea o no algo necesario para l:si el gobierno deja
el camino libre a las energas productivas de todos los grupos de la poblacin, los
ricos, la clase media y los pobres por igual, el resultado ser un enorme aumento del
bienestar y del nivel de vida de todos (Rothbard, 2005: 218). La nica poltica pblica
42
de carcter social permisible dentro de la sociedad libertaria que busque ayudar a los
miserables de su mala fortuna es la caridad voluntaria y la filantropa. Algo mucho ms
conseguible en una sociedad en la que todos los individuos perciban el total de sus
rentas, segn Rothbard.
Podra dudarse acerca de la necesidad de algn ente o banco central que realcese las
polticas adecuadas en materia de control monetario e inflacin, cosa que podra
volatilizar los mercados y, por ende, la sociedad libertaria. Las polticas de control
monetario e inflacin deben de desaparecer para que se d un correcto reajuste en el
mercado apoyndose as en la teora del ciclo econmico austriaco. La cual sostiene que
una expansin artificial del crdito (realizada por los bancos centrales), es decir, no
respaldada por ahorro voluntario previo y mediante la manipulacin a la baja del tipo de
inters, tiende a aumentar la inversin y a crear un falso auge econmico, dado que los
precios relativos han sido distorsionados por la mayor masa de dinero circulante en la
economa: por lo tanto, segn el anlisis austraco de la depresin y el ciclo
econmico, el gobierno no debe hacer absolutamente nada. En primer lugar, tendra
que detener su propia expansin, y luego llevar a cabo una poltica estricta de laissez
faire. Cualquier cosa que haga retrasar y obstruir el proceso de ajuste del mercado;
cuanta menso intervencin haya, ms rpido se realizar este proceso y se producir
una autntica recuperacin y estabilizacin econmica (Rothbard, 2005: 258).
Visto esto, la educacin obligatoria pblica debe desaparecer en todos sus aspectos.
Slo un sistema de educacin privada y opcional es el valido en la sociedad libertaria.
Esto amplia la libertad de eleccin de los padres pues pueden decidir no darle estudios a
sus hijos, darles los estudios que ms les guste y les parezcan bien para formar sus hijos
dentro de un mercado libre de educacin donde habra cientos de ofertas educativas
diferentes o, directamente, ejercer ellos mismos de docentes sin ningn tipo de control
necesario de calidad. Todas las empresas pblicas debern de perder su titularidad,
liberalizarse y poner en venta en el mercado o si no son solventes que desaparezcan. La
polica debera de desaparecer y entrara en juego un servicio de seguridad privado el
cual, como en los dems mercados, estara compuesto por diferentes servicios,
productos y tarifas al gusto de la eleccin de la demanda, su finalidad sera la de
proteger las propiedades de los clientes de la mano de ladrones o criminales. En lo que
los tribunales y la legislacin respectan, habra un sistema privado de tribunales bajo la
misma lgica de mercado que funcionaria bajo la existencia de un cdigo coherente con
43
44
4. Conclusiones
Russell Kirk29
I.
El liberal conservador
Kirk, R. (2009) Valoracin desapasionada de los libertarios en Qu significa ser conservador. Madrid.
Unin Editorial.
45
Mises, James Buchanan o Milton Friedman, entre otros; tambin, con liberales
conservadores del siglo XIX como Edmund Burke o Lord Acton. Aun as, se presentar
el ideario de Hayek como uno cercano y compartido por todos los liberales
conservadores, al menos en su amplia mayora. Esto nos servir para contraponerlo con
el marco conceptual sobre el liberalismo clsico construido en el primer captulo para,
as luego, en el tercer apartado de este ltimo captulo, poder contraponerlo con el ideal
del libertarismo, representado por Rothbard, y extraer las necesarias conclusiones para
dar respuesta a la hiptesis planteada en la introduccin de este ensayo.
En lo que a Hayek respeta, vemos que invoca como suyo el liberalismo clsico e incluso
llega a ser considerado como un heredero de ste (Gray, 1982). No se puede dudar que
en cierta medida s lo es, Hayek invoca y hace suya la tradicin liberal al ser un
intelectual que contina el trabajo de la Ilustracin escocesa y los filsofos moralistas,
tales como David Hume y Adam Ferguson. De ellos extrae lo que sera uno de sus
fundamentos principales, la naturaleza del hombre, que, junto a su empirismo e
irracionalismo, acaba consolidando lo que se reconoce como el evolucionismo: nuestros
hbitos e instituciones son fruto del lento paso del tiempo y de un proceso impersonal
de seleccin natural. Por todo ello, Hayek concede una enorme importancia a la
tradicin; a las normas consuetudinarias heredadas de nuestros antepasados que, de
manera indeliberada, han dado lugar a la propiedad privada, el mercado libre y la
libertad individual como hoy los conocemos. Otra influencia directa del liberalismo
clsico en la obra de Hayek es Kant, lo que le permite construir el imperio de la ley, una
ley de carcter positiva que se dedique a blindar y proteger ese evolucionismo, como el
irracionalismo que emana de su escepticismo kantiano.
As pues, la libertad en Hayek es, stricto sensu, una concepcin negativa de la libertad.
Concedindola en contraposicin al concepto de coaccin, para Hayek la libertad
positiva no es componente de lo que l entiende por libertad. Adems, la libertad es un
elemento principal para que, desde la perspectiva evolucionista, se d la correcta
evolucin social y, por ende, el progreso. De esta manera, cuanto ms libres sean los
individuos de la sociedad ms escenarios condicionantes para el progreso se
reproducirn. Las mltiples interacciones de la accin humana son las que, de forma
inconsciente, dan paso al avance de la historia y la evolucin de la civilizacin. Siendo
as su defensa por la libertad individual otro tema principal que lo hace galante de ser
heredero de la tradicin liberal clsica.
46
Por otro lado, lo que ratifica su liberalismo es, sin duda alguna, su defensa del Estado y
el gobierno limitado. Pese a que Hayek critica con extrema dureza al Estado del
bienestar socialdemcrata, no quita el hecho de que Hayek es un defensor del Estado de
derecho, al cual le atribuye ciertas funciones vitales. Defendiendo un constitucionalismo
que garantice el gobierno limitado, Hayek dota al Estado del monopolio de la coaccin,
siendo ste el nico legtimo para usarla en funcin de amenaza y as garantir la libertad
de los individuos. Por otro lado, pese a que Hayek condenara la progresividad en el
sistema tributario, defender como la nica legtima la proporcionalidad de ste, para as
atribuir los recursos necesarios al Estado para que ejerza sus funciones. Como hemos
detallado, la ingeniera legislativa del Estado tendr como funcin principal el ir
regulando y blindando todas esas mejoras que se den gracias al lento proceso de la
evolucin social y as proteger la evolucin espontanea. Entre otras cosas, ese premio a
la prudencia marcada por la tradicin ser lo que avalar su liberalismo con un sabor un
tanto conservador. Finalmente, se ver en Hayek un utilitarismo indirecto al atribuirle al
Estado ciertas tareas asistenciales en el campo de la salud, pensiones y educacin, y
sobretodo, al plantear un subsidio como el impuesto negativo sobre las personas fsicas.
Algo que permitir ubicar su concepcin del Estado dentro del tipo ideal de Estado
liberal asistencial, en contraposicin a otros tipos ideales de Estados de bienestar, tales
como el tipo ideal Bismarck o el tipo ideal Beveridge.
Aqu queda patentado el ideal del liberalismo conservador hayekiano, un ideal que
invoca la tradicin liberal clsica, aunque no en su totalidad. Uno de los puntos dbiles
de Hayek al hacer suya la tradicin liberal clsica es su rechazo total del racionalismo,
cuando ste es, sin duda, un elemento crucial en una amplia mayora de autores clsicos:
desde Locke hasta Constant se reproduce en la obra liberal clsica el racionalismo como
uno de sus pilares centrales. Adems, Hayek se acaba autoproclamando de forma
indirecta como un liberal conservador al manifestar orgulloso su completa sintona con
el pensamiento de Edmund Burke. Pese a que es cierto que Edmund Burke nunca fue un
tory, sino un old whig, tambin no es menos cierto que sus discursos y escritos, en
especial sus Reflexiones sobre la revolucin francesa, han pasado a la historia como los
mayores alegatos en defensa de la tradicin y el orden jams escritos. Y que Burke es
considerado de forma unnime como el autor conservador ms influyente del siglo XX,
semilla y fuente del conservadurismo moderno.
47
II.
El libertario de derechas
48
49
propiedad slo limitada por la ilegalidad de las agresiones contra las personas y por el
derecho absoluto y permanente de los hijos de abandonar la casa paterna en el punto y
hora que lo deseen. Los padres deberan poder vender los derechos de fideicomiso
sobre sus hijos a quien quisiera comprarlos por un precio previamente convenido
(Rothbard, 1988: 104).
El argumento es fcilmente plausible: si unos padres se encuentran en condiciones
econmicas dificultosas, al ser propietarios de los derechos de su hijo pueden colocarlo
como oferta en el mercado, donde se encontrara con la demanda de otros individuos que
quieran tener un hijo. De esta forma, hay un intercambio que mejora la situacin de las
dos partes. Como se puede ver, el argumento que presenta Rothbard es claramente
utilitarista y hace caer el esquema moral que presenta sobre la ley natural30. Por este
motivo el iusnaturalismo expuesto por Rothbard es, sin duda, un iusnaturalismo muy
suyo que claramente se aleja del iusnaturalismo clsico.
Los libertarios, al igual que los liberales conservadores, defienden la libertad en su
sentido negativo, sin contemplar la libertad positiva como un componente de la libertad.
Pero otro punto que, de nuevo, aleja el libertarismo del liberalismo es su continua
cruzada contra el Estado. La herencia liberal es, sin duda alguna, el gobierno limitado y
el Estado como garanta de los derechos y las libertades. Pese a que mucho liberales
conservadores ven con recelo el Estado y tienen como objetivo limitarlo en su expresin
mnima, ninguno de ellos llega a buscar un camino para erradicarlo completamente en
aras de llevar a la libertad en su expresin mxima, como s buscan los libertarios bajo
cualquier circunstancia.
En suma, aunque el libertarismo expuesto por Rothbard toma como precedente ciertos
elementos del liberalismo clsico, as como el derecho natural, la relacin entre
propiedad privada y libertad individual o expresiones como laissez faire, es innegable,
tal y como se ha demostrado, que los postulados defendidos por Rothbard se alejan
mucho del contenido que le dieron los clsicos en su da. Adems, negar el Estado
sentencia el hecho de que el libertarismo, per se, no puede ser liberal.
30
En este punto quedo en deuda con el Doctor Baqus, que fue quien me hizo entrever esta
controversia dentro de la argumentacin de Rothbard.
50
III.
31
51
hombres por la que la coaccin que algunos ejercen sobre los dems queda reducida al
mnimo, mientras que define coaccin como presin autoritaria que una persona ejerce
en el medio ambiente o circunstancia concreta. As pues, a diferencia de la libertad
rothbardiana, la libertad hayekiana s que podra contemplar ciertas intromisiones en la
esfera privada, siempre y cuando stas no sean arbitrarias y no limiten la libertad
econmica de los individuos. Una diferencia central es, por ejemplo, que mientras los
impuestos, sean del tamao que sean, son considerados como un ataque a la libertad
rothbardiana, para la libertad hayekiana los impuestos no son algo necesariamente
negativo, siempre y cuando stos sean de carcter proporcional y no sean tan elevados
que afectasen de forma grave sobre la capacidad de ahorro de los individuos. As pues,
podemos asegurar que tanto liberales conservadores como anarcocapitalsitas no tienen
una misma concepcin de la libertad.
La tercera variable, el papel del Estado, es quizs la que claramente muestran una
divergencia total entre las dos ideologas. El anarcocapitalista ve el Estado como el
nmesis a erradicar mientras que el liberal ve en el Estado la garanta para la libertad.
Un liberal, sin importar que sea de izquierdas o de derechas, ve el Estado como un
elemento necesario. Otro debate muy distinto es cmo de grande y qu obligaciones
tendra que tutelar este Estado; aqu ya se encontraran distintas opiniones. Pero el
hecho innegable es que, sea a su gusto o no, para el liberal el Estado es algo necesario.
S es cierto que existen liberales conservadores, como, por ejemplo, Robert Nozick, que
ponen continuamente en duda el papel del Estado e intentan que su actividad sea
mnima. Pero nunca llegan a prescindir de l. Adems, tal y como explicaba John Gray
en el primer captulo de ste ensayo, los liberales que defienden el Estado mnimo son
muy pocos dentro de la tradicin liberal. Recordemos tambin que en Robert Nozick,
pese a defender un Estado mnimo en su obra Anarqua, Estado y Utopa, su
planteamiento gira en torno a cmo desde la anarqua se acaba consolidando un Estado
ultramnimo y del Estado ultramnimo acaba apareciendo un Estado mnimo (un Estado
que se dedique a mantener el orden y que se cumplan los contratos pactados entre
individuos libres).
En conclusin, pese a invocar, con ms o menos xito, ciertos precedentes clsicos en
su fundamentacin, se puede afirmar, sin duda alguna, que liberalismo y libertarismo
son dos ideologas diferentes. Dos ideologas que, pese a llegar a algunas consecuencias
tcnicas parecidas, no comparten ni la misma visin de la libertad ni la misma
52
IV.
Llegados a este apartado, advierto que doy como finalizado el anlisis del ensayo. A partir de aqu
desarrollo una crtica en relacin a el estado de la cuestin planteado en la introduccin.
53
duda su defensa del liberalismo. Son liberales, no lo voy a negar. Su defensa por la
libertad individual es evidente y les hace justos merecedores de ser considerados
liberales. Pero tampoco hay que negar que su liberalismo sea un liberalismo muy
especial o diferente. En realidad, hacen gala del mismo liberalismo que en su da
defendieran autores como Lord Acton, Edmund Burke o Michael Oakeshott. Un
liberalismo claramente conservador que hace dcadas se divorci de una de las esencias
clsicas del liberalismo.
El liberalismo lleva mucho tiempo mostrando dos caras36. Estas dos caras suelen
articularse alrededor de la pregunta: Es la intervencin estatal una forma de limitar la
libertad individual, en particular la libertad econmica? Algunos economistas, como los
anteriormente citados, han respondido a esta pregunta calificando cualquier intervencin
del Estado en materia econmica como una amenaza a las libertades personales y como
el origen de nuestros problemas econmicos. Son, en general, seguidores o
simpatizantes de la escuela austraca de la economa, la misma a la cual pertenecieron
Hayek y Rothbard. Pero, son ellos y nadie ms los verdaderos defensores de la libertad
y suelen despojar a sus crticos del calificativo de liberales para adoptar categoras como
keynesianos, socialistas, etc. Fuera como fuera, hay que recordar que estos liberales, en
gran medida, han olvidado una leccin, no escueta, que los liberales clsicos nos
ensearon: el Estado no solamente es necesario sino que su intervencin, en muchas
ocasiones, aumenta la libertad efectiva de los individuos.
Sin ir muy lejos, esto que expongo se puede encontrar en el mismo texto de Adam
Smith que dio paso a la ortodoxia liberal tal y como se entiende hoy en da. Smith nunca
estuvo en contra de los gobiernos per se sino en contra de la intervencin arbitraria del
gobierno en el funcionamiento de los mercados. Si revisamos las partes I, II y III del
libro quinto La riqueza de las naciones encontramos, de hecho, que Smith delega al
Estado un nmero no pequeo de funciones necesarias. Pasando de cuestiones de
seguridad como el mantenimiento del orden, la ley y defensa nacional, hasta la
necesidad de obras pblicas como invertir en infraestructura y factores de produccin.
Es decir, Smith le da un papel al Estado que gira en torno a ampliar las libertades
econmicas mediante las medidas antes expuestas. El nfasis en la obra de Smith est
36
Vase John Gary (2000), Las dos caras del liberalismo. Madrid, Unin Editorial
54
en aquella parte de su libro que da origen a lo que hoy llamamos liberales a secas o,
como yo he especificado, liberales conservadores.
Hay que recordar que cuando Smith escribi su obra fue entre los aos 1763 y 1776. En
una situacin donde el Estado era un Estado representativo, y donde haba un abuso y
conflicto continuo con las colonias norteamericanas, que posteriormente se
independizaran. Adems, Smith escribi en una poca en la que el crecimiento
econmico y los problemas sociales que ste conllev no tienen, ni mucho menos, el
carcter que adquirieron en el siglo XIX, el siglo XX y mucho menos en el siglo XXI,
donde, pese a las continuas crticas de estos liberales ortodoxos, hay un gran abanico de
libertades econmicas e individuales establecidas. Tal y como dice uno de mis filsofos
polticos favoritos:
La libertad es un ideal slo mientras est amenazado. Al igual que la guerra y la
ciencia econmica, su propsito esencial debera ser abolir las condiciones que lo
hacen necesario. En una sociedad ideal, sta no sera consciente de su necesidad de
libertad. Porque la libertad es una mera garanta contra la interferencia, y la necesidad
de tener garantas slo se siente donde existe la conciencia de esos peligros, para evitar
aquello que los promueve
Isaiah Berlin37
Adems, tal y como hemos explicado en el primer captulo, Smith le otorgaba otras
obligaciones necesarias al Estado, unas polticas pblicas y sociales que los liberales
ortodoxos de hoy en da infravaloran, atacan o ignoran. Tales como garantizar las
prestaciones de educacin para la poblacin, entre otras. Este liberalismo poltico y
social es el que en gran medida est divorciado del liberalismo econmico y que, en su
gran mayora, los liberales conservadores o ortodoxos ignoran. Mas eso no implica que
todos tengan una opinin comn al respecto: Hayek, como hemos visto, defiende ciertas
polticas pblicas que romperan el esquema mental de ms de un liberal ortodoxo. El
problema est en que en las sociedades posrevolucionarias, donde el Estado de Derecho
garantiza un abanico de libertades y derechos, la libertad econmica debe dejar de ser
considerada como un valor absoluto. Se debe considerar, ms bien, como un valor
relativo. No quiero que se malinterpreten mis palabras: no estoy dando a pie que el
Estado realice una ocupacin clara de la libertad individual en aras de garantizar un total
bienestar de la poblacin. Solamente aludo al hecho de que es responsabilidad del
37
Berlin, I. (2006) Ideas polticas en la era romntica: ascenso e influencia del pensamiento moderno..
Princeton University Press.
55
Estado ampliar y asegurar ciertas libertades econmicas, cosa que no ven con malos
ojos los liberales ortodoxos, como tambin garantizar ciertas prestaciones como en
educacin o sanidad. sta no es una postura ajena al liberalismo clsico. De hecho, ha
formado parte de l durante siglos. Es esa otra cara del liberalismo: los autoproclamados
liberales de hoy en da o esos abanderados del liberalismo libertario usan argumentos de
liberales y libertarios indistintamente solo para defender una visin del liberalismo
economicista.
Volviendo al quid de la cuestin, qu nos puede explicar que todos estos liberales
ortodoxos mezclen indistintamente a pensadores liberales y anarcocapitalistas? Puede
que encontremos una posible respuesta en su peculiar aunque no exenta de
originalidad forma de ver el mundo. Por ejemplo, en su curiosa metodologa austraca,
esto es, la praxeologa. Una metodologa basada, por encima de todo, en la subjetividad.
Los austracos son constantes atacantes de la unidad del mtodo en la ciencia; defienden
que la metodologa a seguir en ciencias sociales, a diferencia de en las ciencias
naturales, tiene que estar basada nica y exclusivamente en la subjetividad. As pues, la
praxeologa toma a la ciencia econmica como la aplicacin de axiomas lgicos y
psicolgicos subjetivos para encontrar respuesta a sus propias inquietudes. Viendo esto,
no debera sorprendernos una definicin de socialismo expuesta por el catedrtico de
economa poltica Jess Huerta de Soto, quin define socialismo como todo sistema de
agresin institucional al libre ejercicio de la funcin empresarial (Huerta, 2001: 86)38.
sta es la realidad que ellos ven y buscan difundir. Por ello, no les importar nada
pervertir la teora poltica y dar redefiniciones a su gusto. Pero entonces, tal y como
expona el genial filsofo, y liberal, Karl Popper, dnde queda la ciencia? Cmo
separamos ciencia de religin, ciencia de metafsica, ciencia de ideologa? Si no
tomamos una mnima postura objetiva, no hay debate cientfico que pueda tener lugar y,
mucho menos, conocimiento cientfico. Su metodologa subjetiva conlleva su postura
subjetiva en ciencia poltica, econmica y social. sta podra ser una posible respuesta a
la cuestin planteada. Aunque no tengo claro que, en caso de que lo fuera, sea la nica.
Esta subjetividad invade ya no slo la historia de las ideas, si no la realidad poltica, por
mano de partidos polticos como el P-LIB o el Partido Liberal Libertario de Argentina.
Por lo tanto, vemos que su alcance no es tan abstracto como un simple debate de
38
Huerta de Soto, J. (2001) Socialismo, clculo econmico y funcin empresarial. Unin Editorial.
Madrid.
56
epistemologa. Afecta a nuestra realidad del da a da. Todo esto gira en torno al famoso
debate sin final que deriva a partir de la tercera antinomia kantiana39: Es la realidad
producto de nuestros sentidos, y por ende subjetiva, o podemos asegurar que existe una
realidad objetiva? A saber.
Llegados a este punto, creo que he expuesto los suficientes argumentos para evidenciar
que el liberalismo no puede ser libertario y que todos aquellos que se autoproclaman
como tales o defienden a autores liberales y libertarios como los defensores de una
misma concepcin de la libertad se hallan, desde el prisma de la historia de las ideas, en
profunda controversia. As pues, qu puede explicar su continua unin en bloque, no
slo en pases de habla espaola, sino tambin en el mundo anglosajn? He discutido
esta cuestin con simpatizantes del liberalismo ortodoxo, y suelen aludir al hecho de
que, pese a que ambas ideologas tienen un camino diferente, las dos buscan una
sociedad ms libre. Esto se desmonta por el hecho de que, para empezar, ambas tienen
una idea distinta de la libertad. Pero, sin ir muy lejos, quin no busca una sociedad ms
libre? Los libertarios de izquierdas, los comunistas o, incluso, los fascistas tambin
buscan, a su manera, una sociedad ms libre. No sera eso pecar de consecuancialismo?
Karl Marx y Herbert Spencer tienen ambos como objetivo una sociedad libertaria, por
caminos muy distintos sin duda, pero un objetivo igual. Podramos decir que Marx y
Spencer pueden unirse por compartir una misma consecuencia? Esto sera ir muy
lejos
Puede que el genial filsofo conservador que he citado al principio de este captulo
tenga, en cierta medida, una respuesta, y que todos estos autoproclamados liberales o
libertarios sean, en realidad, conservadores que atienden a otro nombre. Economicistas
que slo buscan, por cualquier medio, evitar pagar el mnimo impuesto. Ni idea. Para
poder conseguir una respuesta concluyente necesitaramos realizar una nueva
investigacin de campo ms, donde se deberan realizar entrevistas en profundidad a los
diferentes representantes de esos lobbies, think tanks y partidos polticos. Por el
momento, lo nico que puedo demostrar, con la historia de las ideas en mano, es que
liberalismo y libertarismo son dos ideologas que defienden concepciones distintas de la
libertad.
39
La tercera antinomia kantiana expuesta en Crtica a la razn pura de Kant se cuestiona si el universo
tiene que haber tenido una causa que no sea ella a su vez causada. La anttesis seria que el universo no
puede tener una causa, que ella a su vez sea causada.
57
Bibliografa
Libros:
Baqus, J.(2005): Friedrich Hayek. En la encrucijada liberal-conservador. Madrid:
Editorial Tecnos.
Berlin, I. (2004): Sobre la libertad. Madrid: Alianza Editorial.
Gray, J. (1994): Liberalismo. Madrid: Alianza Editorial.
Hayek, F.A.(2008): Los fundamentos de la libertad. Madrid: Unin Editorial.
Rothbard, M (2005): Por una nueva libertad: el manifiesto libertario. Buenos Aires:
Editorial GritoSagrado.
Rothbard, M (1998): The ethics of liberty. New York: New York University Press.
Artculos:
Baqus, J. (2009): El otro rostro de Jano: la dimensin conservadora de Hayek.
Revista Espaola de Ciencia Poltica. Nm. 20: 147 173.
Caparrs, R. (2008): Robert Michels y las teoras elitistas - comeptitivas de la
democracia Revista interdisciplinar, n6: 182 210.
Dijk, T.V. (2005): Poltica, ideologa y discurso. Qurum acadmico, Vol. 2 (2): 14
47.
Gray, J.(1982): F.A. Hayek y el renacimiento del liberalismo clsico. Literature of
Liberty, Vol. 5 (4): 19 101.
Captulos:
Abelln, J. (2008): Liberalismo clsico (de Locke a Constant). Antn, J. (coord.)
Ideologas y movimientos polticos contemporneos. Madrid: Editorial Tecnos. p. 11
45.
Rivero, A. (2008): Liberalismo conservador (de Burke a Nozick). Antn, J. (coord.)
Ideologas y movimientos polticos contemporneos. Madrid: Editorial Tecnos. p. 45
63.
Antn, J. (2006): El liberalismo. Caminal, M. (coord.) Manual de ciencia poltica.
Madrid: Editorial Tecnos. p. 103 124.
58
59