Catesismo de La Iglesia Católica Benedicto XVI
Catesismo de La Iglesia Católica Benedicto XVI
Catesismo de La Iglesia Católica Benedicto XVI
DE LA
IGLESIA CATLICA
Compendio
Copyright 2005
Libreria Editrice Vaticana
ndice
PRIMERA PARTE
LA PROFESIN DE LA FE
PRIMERA SECCIN
CREO - CREEMOS
CAPTULO PRIMERO
EL HOMBRE ES CAPAZ DE DIOS
CAPTULO SEGUNDO
DIOS VIENE AL ENCUENTRO DEL HOMBRE
LA REVELACIN DE DIOS
LA TRANSMISIN DE LA DIVINA REVELACIN
LA SAGRADA ESCRITURA
CAPTULO TERCERO
LA RESPUESTA DEL HOMBRE A DIOS
CREO
CREEMOS
SEGUNDA SECCIN
LA PROFESIN DE LA FE CRISTIANA
EL CREDO
CAPTULO PRIMERO
CREO EN DIOS PADRE
LOS SMBOLOS DE LA FE
CREO EN DIOS, PADRE TODOPODEROSO, CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA
El cielo y la tierra
El hombre
La cada
CAPTULO SEGUNDO
CREO EN JESUCRISTO, HIJO NICO DE DIOS
CREO EN JESUCRISTO, SU NICO HIJO, NUESTRO SEOR
JESUCRISTO FUE CONCEBIDO POR OBRA DEL ESPRITU SANTO Y NACI
DE SANTA MARA VIRGEN
JESUCRISTO PADECI BAJO EL PODER DE PONCIO PILATO, FUE CRUCIFICADO, MUERTO
Y SEPULTADO
JESUCRISTO DESCENDI A LOS INFIERNOS, AL TERCER DA RESUCIT DE ENTRE LOS
MUERTOS
JESUCRISTO SUBI A LOS CIELOS, Y EST SENTADO A LA DERECHA DE DIOS, PADRE
TODOPODEROSO
DESDE ALL HA DE VENIR A JUZGAR A VIVOS Y MUERTOS
CAPTULO TERCERO
CREO EN EL ESPRITU SANTO
SEGUNDA PARTE
LA CELEBRACIN DEL MISTERIO CRISTIANO
PRIMERA SECCIN
LA ECONOMA SACRAMENTAL
CAPTULO PRIMERO
EL MISTERIO PASCUAL EN EL TIEMPO DE LA IGLESIA
LA LITURGIA, OBRA DE LA SANTSIMA TRINIDAD
EL MISTERIO PASCUAL EN LOS SACRAMENTOS DE LA IGLESIA
CAPTULO SEGUNDO
LA CELEBRACIN SACRAMENTAL DEL MISTERIO PASCUAL
CELEBRAR LA LITURGIA DE LA IGLESIA
Quin celebra?
Cmo celebrar?
Cundo celebrar?
Dnde celebrar?
DIVERSIDAD LITRGICA Y UNIDAD DEL MISTERIO
SEGUNDA SECCIN
LOS SIETE SACRAMENTOS DE LA IGLESIA
CAPTULO PRIMERO
LOS SACRAMENTOS DE LA INICIACIN CRISTIANA
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO
EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIN
EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTA
CAPTULO SEGUNDO
LOS SACRAMENTOS DE CURACIN
EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA Y LA RECONCILIACIN
EL SACRAMENTO DE LA UNCIN DE LOS ENFERMOS
CAPTULO CUARTO
OTRAS CELEBRACIONES LITRGICAS
LOS SACRAMENTALES
TERCERA PARTE
LA VIDA EN CRISTO
PRIMERA SECCIN
LA VOCACIN DEL HOMBRE: LA VIDA EN EL ESPRITU
CAPTULO PRIMERO
LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA
EL HOMBRE, IMAGEN DE DIOS
NUESTRA VOCACIN A LA BIENAVENTURANZA
LA LIBERTAD DEL HOMBRE
LA MORALIDAD DE LAS PASIONES
LA CONCIENCIA MORAL
LAS VIRTUDES
EL PECADO
CAPTULO SEGUNDO
LA COMUNIDAD HUMANA
LA PERSONA Y LA SOCIEDAD
LA PARTICIPACIN EN LA VIDA SOCIAL
LA JUSTICIA SOCIAL
CAPTULO TERCERO
LA SALVACIN DE DIOS: LA LEY Y LA GRACIA
LA LEY MORAL
GRACIA Y JUSTIFICACIN
LA IGLESIA, MADRE Y MAESTRA
SEGUNDA SECCIN
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
CAPTULO PRIMERO
AMARS AL SEOR TU DIOS CON TODO TU CORAZN, CON TODA TU ALMA Y CON
TODAS...
PRIMER MANDAMIENTO: Y O SOY EL SEOR TU DIOS. AMARS A DIOS SOBRE TODAS
LAS COSAS
SEGUNDO MANDAMIENTO: NO TOMARS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO
TERCER MANDAMIENTO: SANTIFICARS LAS FIESTAS
CAPTULO SEGUNDO
AMARS A TU PRJIMO COMO A TI MISMO
CUARTO MANDAMIENTO: HONRARS A TU PADRE Y A TU MADRE
QUINTO MANDAMIENTO: NO MATARS
SEXTO MANDAMIENTO: NO COMETERS ACTOS IMPUROS
SPTIMO MANDAMIENTO: NO ROBARS
OCTAVO MANDAMIENTO: NO DARS FALSO TESTIMONIO NI MENTIRS
NOVENO MANDAMIENTO: NO CONSENTIRS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS
DCIMO MANDAMIENTO: NO CODICIARS LOS BIENES AJENOS
CUARTA PARTE
LA ORACIN CRISTIANA
PRIMERA SECCIN
LA ORACIN EN LA VIDA CRISTIANA
CAPTULO PRIMERO
LA REVELACIN DE LA ORACIN
LA REVELACIN DE LA ORACIN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
LA ORACIN ES PLENAMENTE REVELADA Y REALIZADA EN JESS
LA ORACIN EN EL TIEMPO DE LA IGLESIA
CAPTULO SEGUNDO
LA TRADICIN DE LA ORACIN
FUENTES DE LA ORACIN
EL CAMINO DE LA ORACIN
MAESTROS DE ORACIN
CAPTULO TERCERO
LA VIDA DE ORACIN
LAS EXPRESIONES DE LA ORACIN
EL COMBATE DE LA ORACIN
SEGUNDA SECCIN
LA ORACIN DEL SEOR: PADRE NUESTRO
LA SNTESIS DE TODO EL EVANGELIO
PADRE NUESTRO QUE ESTS EN EL CIELO
LAS SIETE PETICIONES
APNDICE
ORACIONES COMUNES
COMPARTIR...
MOTU PROPRIO
INTRODUCCIN
despertar un renovado inters y aprecio por el Catecismo, que, con su sabidura expositiva
y uncin espiritual, continua siendo el texto de base de la catequesis eclesial de hoy.
Como
el Catecismo, tambin el Compendio se articula en cuatro partes,
correspondientes a las leyes fundamentales de la vida en Cristo.
La primera parte, titulada La profesin de la fe, contiene una oportuna sntesis de la
lex credendi, es decir, de la fe profesada por la Iglesia Catlica, tomada del Smbolo
Apostlico, ulteriormente explicitado y detallado por el Smbolo NicenoConstantinopolitano, cuya constante proclamacin en la asamblea cristiana mantiene viva
la memoria de las principales verdades de la fe.
La segunda parte, titulada La celebracin del misterio cristiano, presenta los
elementos esenciales de la lex celebrandi. El anuncio del Evangelio encuentra,
efectivamente, su respuesta privilegiada en la vida sacramental. En ella los fieles
experimentan y dan testimonio en cada momento de su existencia, de la eficacia salvfica
del misterio pascual, por medio del cual Cristo ha consumado la obra de nuestra
redencin.
La tercera parte, titulada La vida en Cristo, presenta la lex vivendi, es decir, el
compromiso que tienen los bautizados de manifestar en sus comportamientos y en sus
decisiones ticas la fidelidad a la fe profesada y celebrada. Los fieles, en efecto, estn
llamados por el Seor Jess a realizar las obras que se corresponden con su dignidad de
hijos del Padre en la caridad del Espritu Santo.
La cuarta parte, titulada La oracin cristiana, ofrece una sntesis de la lex orandi, es
decir, de la vida de oracin. A ejemplo de Jess, modelo perfecto de orante, tambin el
cristiano est llamado al dilogo con Dios en la oracin, de la que es expresin
privilegiada el Padre Nuestro, la oracin que nos ense el mismo Jess.
4. Una segunda caracterstica del Compendio es su forma dialogal, que recupera un
antiguo gnero catequtico basado en preguntas y respuestas. Se trata de volver a
proponer un dilogo ideal entre el maestro y el discpulo, mediante una apremiante
secuencia de preguntas, que implican al lector, invitndole a proseguir en el
descubrimiento de aspectos siempre nuevos de la verdad de su fe. Este gnero ayuda
tambin a abreviar notablemente el texto, reducindolo a lo esencial, y favoreciendo de
este modo la asimilacin y eventual memorizacin de los contenidos.
5. Una tercera caracterstica es la presencia de algunas imgenes, que acompaan a la
articulacin del Compendio. Provienen del riqusimo patrimonio de la iconografa
cristiana. De la secular tradicin conciliar aprendemos que tambin la imagen es
predicacin evanglica. Los artistas de todos los tiempos han ofrecido, para
contemplacin y asombro de los fieles, los hechos ms sobresalientes del misterio de la
salvacin, presentndolo en el esplendor del color y la perfeccin de la belleza. Es ste un
Notas
PRIMERA PARTE
LA PROFESIN DE LA FE
PRIMERA SECCIN
CREO - CREEMOS
1-25
CAPTULO PRIMERO
T eres grande, Seor, y muy digno de alabanza (). Nos has hecho para ti
y nuestro corazn est inquieto mientras no descansa en ti (San Agustn).
27-30
44-45
31-36
46-47
A partir de la Creacin, esto es, del mundo y de la persona humana, el hombre, con la
sola razn, puede con certeza conocer a Dios como origen y fin del universo y como sumo
bien, verdad y belleza infinita.
37-38
Para conocer a Dios con la sola luz de la razn, el hombre encuentra muchas
dificultades. Adems no puede entrar por s mismo en la intimidad del misterio divino.
Por ello, Dios ha querido iluminarlo con su Revelacin, no slo acerca de las verdades que
superan la comprensin humana, sino tambin sobre verdades religiosas y morales, que,
aun siendo de por s accesibles a la razn, de esta manera pueden ser conocidas por todos
sin dificultad, con firme certeza y sin mezcla de error.
39-43
48-49
Se puede hablar de Dios a todos y con todos, partiendo de las perfecciones del hombre
y las dems criaturas, las cuales son un reflejo, si bien limitado, de la infinita perfeccin
de Dios. Sin embargo, es necesario purificar continuamente nuestro lenguaje de todo lo
que tiene de fantasioso e imperfecto, sabiendo bien que nunca podr expresar plenamente
el infinito misterio de Dios.
CAPTULO SEGUNDO
LA REVELACIN DE DIOS
50-53
68-69
54-58
70-71
Desde el principio, Dios se manifiesta a Adn y Eva, nuestros primeros padres, y les
invita a una ntima comunin con l. Despus de la cada, Dios no interrumpe su
revelacin, y les promete la salvacin para toda su descendencia. Despus del diluvio,
establece con No una alianza que abraza a todos los seres vivientes.
59-64
72
65-66
73
Porque en darnos, como nos dio a su Hijo, que es una Palabra suya, que no
tiene otra, todo nos lo habl junto y de una vez en esta sola Palabra, y no tiene
ms que hablar (San Juan de la Cruz)
67
74
Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad
(1 Tim 2, 4), es decir, de Jesucristo. Es preciso, pues, que Cristo sea anunciado a todos los
hombres, segn su propio mandato: Id y haced discpulos de todos los pueblos (Mt 28,
19). Esto se lleva a cabo mediante la Tradicin Apostlica.
75-79
83
96.98
76
80-82
97
84.91
94.99
El depsito de la fe ha sido confiado por los Apstoles a toda la Iglesia. Todo el Pueblo
de Dios, con el sentido sobrenatural de la fe, sostenido por el Espritu Santo y guiado por
el Magisterio de la Iglesia, acoge la Revelacin divina, la comprende cada vez mejor, y la
aplica a la vida.
85-90
100
17. Qu relacin
Magisterio?
existe
entre
Escritura,
Tradicin
95
LA SAGRADA ESCRITURA
105-108
135-136
Decimos que la Sagrada Escritura ensea la verdad porque Dios mismo es su autor:
por eso afirmamos que est inspirada y ensea sin error las verdades necesarias para
nuestra salvacin. El Espritu Santo ha inspirado, en efecto, a los autores humanos de la
Sagrada Escritura, los cuales han escrito lo que el Espritu ha querido ensearnos. La fe
cristiana, sin embargo, no es una religin del libro, sino de la Palabra de Dios, que no
es una palabra escrita y muda, sino el Verbo encarnado y vivo (San Bernardo de
Claraval).
109-119
137
La Sagrada Escritura debe ser leda e interpretada con la ayuda del Espritu Santo y
bajo la gua del Magisterio de la Iglesia, segn tres criterios: 1) atencin al contenido y a la
unidad de toda la Escritura; 2) lectura de la Escritura en la Tradicin viva de la Iglesia; 3)
respeto de la analoga de la fe, es decir, de la cohesin entre las verdades de la fe.
120
138
El canon de las Escrituras es el elenco completo de todos los escritos que la Tradicin
Apostlica ha hecho discernir a la Iglesia como sagrados. Tal canon comprende cuarenta y
seis escritos del Antiguo Testamento y veintisiete del Nuevo.
121-123
Los cristianos veneran el Antiguo Testamento como verdadera Palabra de Dios: todos
sus libros estn divinamente inspirados y conservan un valor permanente, dan testimonio
de la pedagoga divina del amor salvfico de Dios, y han sido escritos sobre todo para
preparar la venida de Cristo Salvador del mundo.
124-127
139
128-130
140
131-133
141-142
La Sagrada Escritura proporciona apoyo y vigor a la vida de la Iglesia. Para sus hijos, es
firmeza de la fe, alimento y manantial de vida espiritual. Es el alma de la teologa y de la
predicacin pastoral. Dice el Salmista: lmpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi
sendero (Sal 119, 105). Por esto la Iglesia exhorta a la lectura frecuente de la Sagrada
Escritura, pues desconocer la Escritura es desconocer a Cristo (San Jernimo).
CAPTULO TERCERO
CREO
142-143
144-149
150-152
176-178
Creer en Dios significa para el hombre adherirse a Dios mismo, confiando plenamente
en l y dando pleno asentimiento a todas las verdades por l reveladas, porque Dios es la
Verdad. Significa creer en un solo Dios en tres personas: Padre, Hijo y Espritu Santo.
153-165
179-180
183-184
159
CREEMOS
166-169
181
La fe es un acto personal en cuanto es respuesta libre del hombre a Dios que se revela.
Pero, al mismo tiempo, es un acto eclesial, que se manifiesta en la expresin creemos,
porque, efectivamente, es la Iglesia quien cree, de tal modo que Ella, con la gracia del
Espritu Santo, precede, engendra y alimenta la fe de cada uno: por esto la Iglesia es
Madre y Maestra.
Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por Madre (San
Cipriano)
170-171
172-175
182
La Iglesia, aunque formada por personas diversas por razn de lengua, cultura y ritos,
profesa con voz unnime la nica fe, recibida de un solo Seor y transmitida por la nica
Tradicin Apostlica. Profesa un solo Dios Padre, Hijo y Espritu Santo e indica un solo
camino de salvacin. Por tanto, creemos, con un solo corazn y una sola alma, todo
aquello que se contiene en la Palabra de Dios escrita o transmitida y es propuesto por la
Iglesia para ser credo como divinamente revelado.
SEGUNDA SECCIN
LA PROFESIN DE LA FE CRISTIANA
EL CREDO
Symbolum Apostolicum
Credo Niceno-Constantinopolitano
Symbolum Nicaenum-
Constantinopolitanum
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo
visible y lo invisible. Creo en un solo Seor,
Jesucristo, Hijo nico de Dios, nacido del
Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma
naturaleza del Padre, por quien todo fue
hecho; que por nosotros, los hombres, y por
nuestra salvacin baj del cielo, y por obra del
Espritu Santo se encarn de Mara, la Virgen,
y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato;
padeci y fue sepultado, y resucit al tercer da,
segn las Escrituras, y subi al cielo, y est
sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendr con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendr fin.
Credo
in
unum
Deum,
Patrem
omnipotntem, Factrem caeli et terrae,
visiblium mnium et invisiblium. Et in
unum Dminum Iesum Christum, Filium
Dei unignitum et ex Patre natum ante
mnia sacula: Deum de Deo, Lumen de
Lmine, Deum verum de Deo vero, gnitum,
non factum, consubstantilem Patri: per
quem mnia facta sunt; qui propter nos
hmines et proper nostram saltem,
descndit de caelis, et incarntus est de
Spritu Sancto ex Mara Virgine et homo
factus est, crucifixus etiam pro nobis sub
Pntio Pilto, passus et sepltus est, et
resurrxit trtia die secndum Scriptras, et
ascendit in coelum, sedet ad dxteram Patris,
et terum ventrus est cum glria, iudicre
vivos et mrtuos, cuius regni non erit finis.
CAPTULO PRIMERO
LOS SMBOLOS DE LA FE
185-188
199.197
189-191
193-195
antiguo smbolo bautismal de la Iglesia de Roma, y el Smbolo nicenoconstantinopolitano, que es fruto de los dos primeros Concilios Ecumnicos de Nicea
(325) y de Constantinopla (381), y que sigue siendo an hoy el smbolo comn a todas las
grandes Iglesias de Oriente y Occidente.
198-199
200-202
228
203-205
230-231
Dios se revela a Moiss como el Dios vivo: Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de
Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob (Ex 3, 6). Al mismo Moiss Dios le revela
su Nombre misterioso: Yo soy el que soy (YHWH) (Ex 3, 14). El nombre inefable de
Dios, ya en los tiempos del Antiguo Testamento, fue sustituido por la palabra Seor. De
este modo en el Nuevo Testamento, Jess, llamado el Seor, aparece como verdadero
Dios.
212-213
Mientras las criaturas han recibido de l todo su ser y su poseer, slo Dios es en s
mismo la plenitud del ser y de toda perfeccin. l es el que es, sin origen y sin fin.
Jess revela que tambin l lleva el Nombre divino, Yo soy (Jn 8, 28).
206-213
214-217
231
Dios es la Verdad misma y como tal ni se engaa ni puede engaar. Dios es luz, en l
no hay tiniebla alguna (1 Jn 1, 5). El Hijo eterno de Dios, sabidura encarnada, ha sido
enviado al mundo para dar testimonio de la Verdad (Jn 18, 37).
218-221
Dios se revela a Israel como Aquel que tiene un amor ms fuerte que el de un padre o
una madre por sus hijos o el de un esposo por su esposa. Dios en s mismo es amor (1
Jn 4, 8.16), que se da completa y gratuitamente; que tanto am al mundo que dio a su
Hijo nico para que el mundo se salve por l (Jn 3, 16-17). Al mandar a su Hijo y al
Espritu Santo, Dios revela que l mismo es eterna comunicacin de amor.
222-227
229
232-237
237
240-243
Jesucristo nos revela que Dios es Padre, no slo en cuanto es Creador del universo y
del hombre sino, sobre todo, porque engendra eternamente en su seno al Hijo, que es su
Verbo, resplandor de su gloria e impronta de su sustancia (Hb 1, 3).
243-248
revelado?
249-256
266
257-260
267
Dios mo, Trinidad a quien adoro... pacifica mi alma. Haz de ella tu cielo, tu
morada amada y el lugar de tu reposo. Que yo no te deje jams solo en ella, sino
que yo est all enteramente, totalmente despierta en mi fe, en adoracin,
entregada sin reservas a tu accin creadora (Beata Isabel de la Trinidad)
268-278
Dios se ha revelado como el Fuerte, el Valeroso (Sal 24, 8), aquel para quien nada
279-289
315
290-292
316
El Padre, el Hijo y el Espritu Santo son el principio nico e indivisible del mundo,
aunque la obra de la Creacin se atribuye especialmente a Dios Padre.
293-294
319
295-301
317-320
302-306
321
La divina Providencia consiste en las disposiciones con las que Dios conduce a sus
criaturas a la perfeccin ltima, a la que l mismo las ha llamado. Dios es el autor
soberano de su designio. Pero para realizarlo se sirve tambin de la cooperacin de sus
criaturas, otorgando al mismo tiempo a stas la dignidad de obrar por s mismas, de ser
causa unas de otras.
307-308
323
Dios otorga y pide al hombre, respetando su libertad, que colabore con la Providencia
mediante sus acciones, sus oraciones, pero tambin con sus sufrimientos, suscitando en
el hombre el querer y el obrar segn sus misericordiosos designios (Flp 2, 13).
309-310
324. 400
Al interrogante, tan doloroso como misterioso, sobre la existencia del mal solamente
se puede dar respuesta desde el conjunto de la fe cristiana. Dios no es, en modo alguno, ni
directa ni indirectamente, la causa del mal. l ilumina el misterio del mal en su Hijo
Jesucristo, que ha muerto y ha resucitado para vencer el gran mal moral, que es el pecado
de los hombres y que es la raz de los restantes males.
311-314
324
La fe nos da la certeza de que Dios no permitira el mal si no hiciera salir el bien del
mal mismo. Esto Dios lo ha realizado ya admirablemente con ocasin de la muerte y
resurreccin de Cristo: en efecto, del mayor mal moral, la muerte de su Hijo, Dios ha
sacado el mayor de los bienes, la glorificacin de Cristo y nuestra redencin.
El cielo y la tierra
325-327
La Sagrada Escritura dice: en el principio cre Dios el cielo y la tierra (Gn 1, 1). La
Iglesia, en su profesin de fe, proclama que Dios es el creador de todas las cosas visibles e
invisibles: de todos los seres espirituales y materiales, esto es, de los ngeles y del mundo
visible y, en particular, del hombre.
328-333
350-351
334-336
352
La Iglesia se une a los ngeles para adorar a Dios, invoca la asistencia de los ngeles y
celebra litrgicamente la memoria de algunos de ellos.
Cada fiel tiene a su lado un ngel como protector y pastor para conducirlo
a la vida (San Basilio Magno)
337-344
A travs del relato de los seis das de la Creacin, la Sagrada Escritura nos da a
conocer el valor de todo lo creado y su finalidad de alabanza a Dios y de servicio al
hombre. Todas las cosas deben su propia existencia a Dios, de quien reciben la propia
bondad y perfeccin, sus leyes y lugar en el universo.
343-344
353
342
354
Entre todas las criaturas existe una interdependencia y jerarqua, queridas por Dios. Al
mismo tiempo, entre las criaturas existe una unidad y solidaridad, porque todas ellas
tienen el mismo Creador, son por l amadas y estn ordenadas a su gloria. Respetar las
leyes inscritas en la creacin y las relaciones que dimanan de la naturaleza de las cosas es,
por lo tanto, un principio de sabidura y un fundamento de la moral.
345-349
cumplimiento.
El hombre
355-357
358-359
Dios ha creado todo para el hombre, pero el hombre ha sido creado para conocer,
servir y amar a Dios, para ofrecer en este mundo toda la Creacin a Dios en accin de
gracias, y para ser elevado a la vida con Dios en el cielo. Solamente en el misterio del
Verbo encarnado encuentra verdadera luz el misterio del hombre, predestinado a
reproducir la imagen del Hijo de Dios hecho hombre, que es la perfecta imagen de Dios
invisible (Col 1, 15).
360-361
Todos los hombres forman la unidad del gnero humano por el origen comn que les
viene de Dios. Adems Dios ha creado de un solo principio, todo el linaje humano (Hch
17, 26). Finalmente, todos tienen un nico Salvador y todos estn llamados a compartir la
eterna felicidad de Dios.
362-365
382
366-368
382
El alma espiritual no viene de los progenitores, sino que es creada directamente por
Dios, y es inmortal. Al separarse del cuerpo en el momento de la muerte, no perece; se
unir de nuevo al cuerpo en el momento de la resurreccin final.
369-373
383
El hombre y la mujer han sido creados por Dios con igual dignidad en cuanto personas
humanas y, al mismo tiempo, con una recproca complementariedad en cuanto varn y
mujer. Dios los ha querido el uno para el otro, para una comunin de personas. Juntos
estn tambin llamados a transmitir la vida humana, formando en el matrimonio una
sola carne (Gn 2, 24), y a dominar la tierra como administradores de Dios.
374-379
384
Al crear al hombre y a la mujer, Dios les haba dado una especial participacin de la
vida divina, en un estado de santidad y justicia. En este proyecto de Dios, el hombre no
habra debido sufrir ni morir. Igualmente reinaba en el hombre una armona perfecta
consigo mismo, con el Creador, entre hombre y mujer, as como entre la primera pareja
humana y toda la Creacin.
La cada
385-389
391-395
414
Con la expresin la cada de los ngeles se indica que Satans y los otros demonios,
de los que hablan la Sagrada Escritura y la Tradicin de la Iglesia, eran inicialmente
ngeles creados buenos por Dios, que se transformaron en malvados porque rechazaron a
Dios y a su Reino, mediante una libre e irrevocable eleccin, dando as origen al infierno.
Los demonios intentan asociar al hombre a su rebelin contra Dios, pero Dios afirma en
Cristo su segura victoria sobre el Maligno.
396-403
415-417
404
419
405-409
418
Como consecuencia del pecado original, la naturaleza humana, aun sin estar
totalmente corrompida, se halla herida en sus propias fuerzas naturales, sometida a la
ignorancia, al sufrimiento y al poder de la muerte, e inclinada al pecado. Esta inclinacin
al mal se llama concupiscencia.
410-412
420
Despus del primer pecado, el mundo ha sido inundado de pecados, pero Dios no ha
abandonado al hombre al poder de la muerte, antes al contrario, le predijo de modo
misterioso en el Protoevangelio (Gn 3, 15) que el mal sera vencido y el hombre
levantado de la cada. Se trata del primer anuncio del Mesas Redentor. Por ello, la cada
ser incluso llamada feliz culpa, porque ha merecido tal y tan grande Redentor
(Liturgia de la Vigilia pascual).
CAPTULO SEGUNDO
422-424
La Buena Noticia es el anuncio de Jesucristo, el Hijo de Dios vivo (Mt 16, 16),
muerto y resucitado. En tiempos del rey Herodes y del emperador Csar Augusto, Dios
cumpli las promesas hechas a Abraham y a su descendencia, enviando a su Hijo, nacido
de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la Ley, y para que
recibiramos la filiacin adoptiva (Ga 4, 4-5).
425-429
430-435
452
436-440
453
441-445
454
446-451
455
456-460
El Hijo de Dios se encarn en el seno de la Virgen Mara, por obra del Espritu Santo,
por nosotros los hombres y por nuestra salvacin: es decir, para reconciliarnos a nosotros
pecadores con Dios, darnos a conocer su amor infinito, ser nuestro modelo de santidad y
hacernos partcipes de la naturaleza divina (2 P 1, 4).
461-463
483
464-467
469
467
El Concilio de Calcedonia ensea que hay que confesar a un solo y mismo Hijo,
Nuestro Seor Jesucristo: perfecto en la divinidad y perfecto en la humanidad;
verdaderamente Dios y verdaderamente hombre, compuesto de alma racional y de
cuerpo; consubstancial con el Padre segn la divinidad, y consubstancial con nosotros
segn la humanidad; en todo semejante a nosotros, menos en el pecado (Hb 4, 15);
nacido del Padre antes de todos los siglos segn la divinidad y, por nosotros y nuestra
salvacin, nacido en estos ltimos tiempos de la Virgen Mara, la Madre de Dios, segn la
humanidad.
464-469
479-481
470-474
482
475
482
Jess tena una voluntad divina y una voluntad humana. En su vida terrena, el Hijo de
Dios ha querido humanamente lo que l ha decidido divinamente junto con el Padre y el
Espritu Santo para nuestra salvacin. La voluntad humana de Cristo sigue, sin oposicin
o resistencia, su voluntad divina, y est subordinada a ella.
476-477
Cristo asumi un verdadero cuerpo humano, mediante el cual Dios invisible se hizo
visible. Por esta razn, Cristo puede ser representado y venerado en las sagradas
imgenes.
478
Cristo nos ha conocido y amado con un corazn humano. Su Corazn traspasado por
nuestra salvacin es el smbolo del amor infinito que l tiene al Padre y a cada uno de los
hombres.
484-486
Que Jess fue concebido por obra y gracia del Espritu Santo significa que la Virgen
Mara concibi al Hijo eterno en su seno por obra del Espritu Santo y sin la colaboracin
de varn: El Espritu Santo vendr sobre ti (Lc 1, 35), le dijo el ngel en la Anunciacin.
495
509
Mara es verdaderamente Madre de Dios porque es la madre de Jess (Jn 2, 1; 19, 25).
En efecto, aqul que fue concebido por obra del Espritu Santo y fue verdaderamente Hijo
suyo, es el Hijo eterno de Dios Padre. Es Dios mismo.
487-492
508
Dios eligi gratuitamente a Mara desde toda la eternidad para que fuese la Madre de
su Hijo; para cumplir esta misin fue concebida inmaculada. Esto significa que, por la
gracia de Dios y en previsin de los mritos de Jesucristo, Mara fue preservada del
pecado original desde el primer instante de su concepcin.
493-494
508-511
Por la gracia de Dios, Mara permaneci inmune de todo pecado personal durante toda
su existencia. Ella es la llena de gracia (Lc 1, 28), la toda Santa. Y cuando el ngel le
anuncia que va a dar a luz al Hijo del Altsimo (Lc 1, 32), ella da libremente su
consentimiento por obediencia de la fe (Rm 1, 5). Mara se ofrece totalmente a la
Persona y a la obra de Jess, su Hijo, abrazando con toda su alma la voluntad divina de
salvacin.
496-498
503
499-507
510
Mara es siempre virgen en el sentido de que ella fue Virgen al concebir a su Hijo,
Virgen al parir, Virgen durante el embarazo, Virgen despus del parto, Virgen siempre
(San Agustn). Por tanto, cuando los Evangelios hablan de hermanos y hermanas de
Jess, se refieren a parientes prximos de Jess, segn una expresin empleada en la
Sagrada Escritura.
501-507
511
512-521
561-562
522-524
Ante todo hay una larga esperanza de muchos siglos, que revivimos en la celebracin
litrgica del tiempo de Adviento. Adems de la oscura espera que ha puesto en el corazn
de los paganos, Dios ha preparado la venida de su Hijo mediante la Antigua Alianza, hasta
Juan el Bautista, que es el ltimo y el mayor de los Profetas.
525-530
563-564
533-534
564
535-537
565
538-540
566
541-546
567
Jess invita a todos los hombres a entrar en el Reino de Dios; an el peor de los
pecadores es llamado a convertirse y aceptar la infinita misericordia del Padre. El Reino
pertenece, ya aqu en la tierra, a quienes lo acogen con corazn humilde. A ellos les son
revelados los misterios del Reino de Dios.
547-550
567
Jess acompaa su palabra con signos y milagros para atestiguar que el Reino est
presente en l, el Mesas. Si bien cura a algunas personas, l no ha venido para abolir
todos los males de esta tierra, sino ante todo para liberarnos de la esclavitud del pecado.
La expulsin de los demonios anuncia que su Cruz se alzar victoriosa sobre el prncipe
de este mundo (Jn 12, 31).
551-553
567
Jess elige a los Doce, futuros testigos de su Resurreccin, y los hace partcipes de su
misin y de su autoridad para ensear, absolver los pecados, edificar y gobernar la Iglesia.
En este colegio, Pedro recibe las llaves del Reino (Mt 16, 19) y ocupa el primer puesto,
con la misin de custodiar la fe en su integridad y de confirmar en ella a sus hermanos.
554-556
568
557-560
569-570
En el tiempo establecido, Jess decide subir a Jerusaln para sufrir su Pasin, morir y
resucitar. Como Rey-Mesas que manifiesta la venida del Reino, entra en la ciudad
montado sobre un asno; y es acogido por los pequeos, cuya aclamacin es recogida por el
Sanctus de la Misa: Bendito el que viene en nombre del Seor! Hosanna!
(slvanos!) (Mt 21, 9). Con la celebracin de esta entrada en Jerusaln la liturgia de la
Iglesia da inicio cada ao a la Semana Santa.
571-573
574-576
Algunos jefes de Israel acusaron a Jess de actuar contra la Ley, contra el Templo de
Jerusaln y, particularmente, contra la fe en el Dios nico, porque se proclamaba Hijo de
Dios. Por ello lo entregaron a Pilato para que lo condenase a muerte.
577-582
592
Jess no aboli la Ley dada por Dios a Moiss en el Sina, sino que la perfeccion,
dndole su interpretacin definitiva. l es el Legislador divino que ejecuta ntegramente
esta Ley. An ms, es el siervo fiel que, con su muerte expiatoria, ofrece el nico sacrificio
capaz de redimir todas las transgresiones cometidas por los hombres contra la Primera
Alianza (Hb 9, 15).
583-586
593
Jess fue acusado de hostilidad hacia al Templo. Sin embargo, lo vener como la casa
de su Padre (Jn 2, 16), y all imparti gran parte de sus enseanzas. Pero tambin predijo
la destruccin del Templo, en relacin con su propia muerte, y se present a s mismo
como la morada definitiva de Dios en medio de los hombres.
587-591
594
595-598
599-605
619
Al fin de reconciliar consigo a todos los hombres, destinados a la muerte a causa del
pecado, Dios tom la amorosa iniciativa de enviar a su Hijo para que se entregara a la
muerte por los pecadores. Anunciada ya en el Antiguo Testamento, particularmente como
sacrificio del Siervo doliente, la muerte de Jess tuvo lugar segn las Escrituras.
606-609
620
Toda la vida de Cristo es una oblacin libre al Padre para dar cumplimiento a su
designio de salvacin. l da su vida como rescate por muchos (Mc 10, 45), y as
reconcilia a toda la humanidad con Dios. Su sufrimiento y su muerte manifiestan cmo
su humanidad fue el instrumento libre y perfecto del Amor divino, que quiere la salvacin
de todos los hombres.
610-611
621
En la ltima Cena con los Apstoles, la vspera de su Pasin, Jess anticipa, es decir,
significa y realiza anticipadamente la oblacin libre de s mismo: Esto es mi Cuerpo que
ser entregado por vosotros, sta es mi sangre que ser derramada... (Lc 22, 19-20).
De este modo, Jess instituye, al mismo tiempo, la Eucarista como memorial (1 Co 11,
25) de su sacrificio, y a sus Apstoles como sacerdotes de la nueva Alianza.
612
613-617
622-623
618
Al llamar a sus discpulos a tomar su cruz y seguirle (cf. Mt 16, 24), Jess quiere
asociar a su sacrificio redentor a aquellos mismos que son sus primeros beneficiarios.
624-630
Cristo sufri una verdadera muerte, y verdaderamente fue sepultado. Pero la virtud
divina preserv su cuerpo de la corrupcin.
632-637
su Persona divina, Jess tom en los infiernos a los justos que aguardaban a su Redentor
para poder acceder finalmente a la visin de Dios. Despus de haber vencido, mediante su
propia muerte, a la muerte y al diablo que tena el poder de la muerte (Hb 2, 14), Jess
liber a los justos, que esperaban al Redentor, y les abri las puertas del Cielo.
631. 638
639-644
656-657
647
656-657
645-646
vida divina, con las propiedades de un cuerpo glorioso. Por esta razn Jess resucitado es
soberanamente libre de aparecer a sus discpulos donde quiere y bajo diversas
apariencias.
648-650
La Resurreccin de Cristo es una obra trascendente de Dios. Las tres Personas divinas
actan conjuntamente, segn lo que es propio de cada una: el Padre manifiesta su poder,
el Hijo recobra la vida, porque la ha dado libremente (Jn 10, 17), reuniendo su alma y
su cuerpo, que el Espritu Santo vivifica y glorifica.
651-655
658
659-667
Cuarenta das despus de haberse mostrado a los Apstoles bajo los rasgos de una
humanidad ordinaria, que velaban su gloria de Resucitado, Cristo subi a los cielos y se
sent a la derecha del Padre. Desde entonces el Seor reina con su humanidad en la gloria
eterna de Hijo de Dios, intercede incesantemente ante el Padre en favor nuestro, nos
enva su Espritu y nos da la esperanza de llegar un da junto a l, al lugar que nos tiene
preparado.
668-674
680
675-677
680
Despus del ltimo estremecimiento csmico de este mundo que pasa, la venida
gloriosa de Cristo acontecer con el triunfo definitivo de Dios en la Parusa y con el Juicio
final. As se consumar el Reino de Dios.
678-679
681-682
Cristo juzgar a los vivos y a los muertos con el poder que ha obtenido como Redentor
del mundo, venido para salvar a los hombres. Los secretos de los corazones sern
desvelados, as como la conducta de cada uno con Dios y el prjimo. Todo hombre ser
colmado de vida o condenado para la eternidad, segn sus obras. As se realizar la
plenitud de Cristo (Ef 4, 13), en la que Dios ser todo en todos (1 Co 15, 28).
CAPTULO TERCERO
683-686
687-690
742-743
La misin del Hijo y la del Espritu son inseparables porque en la Trinidad indivisible,
el Hijo y el Espritu son distintos, pero inseparables. En efecto, desde el principio hasta el
fin de los tiempos, cuando Dios enva a su Hijo, enva tambin su Espritu, que nos une a
Cristo en la fe, a fin de que podamos, como hijos adoptivos, llamar a Dios Padre (Rm 8,
15). El Espritu es invisible, pero lo conocemos por medio de su accin, cuando nos revela
el Verbo y cuando obra en la Iglesia.
691-693
de la promesa.
694-701
Son numerosos los smbolos con los que se representa al Espritu Santo: el agua viva,
que brota del corazn traspasado de Cristo y sacia la sed de los bautizados; la uncin con
el leo, que es signo sacramental de la Confirmacin; el fuego, que transforma cuanto
toca; la nube oscura y luminosa, en la que se revela la gloria divina; la imposicin de
manos, por la cual se nos da el Espritu; y la paloma, que baja sobre Cristo en su
bautismo y permanece en l.
687-688
702-706
743
717-720
El Espritu colma con sus dones a Juan el Bautista, el ltimo profeta del Antiguo
Testamento, quien, bajo la accin del Espritu, es enviado para que prepare al Seor un
pueblo bien dispuesto (Lc 1, 17) y anunciar la venida de Cristo, Hijo de Dios: aquel sobre
el que ha visto descender y permanecer el Espritu, aquel que bautiza en el Espritu (Jn
1, 33).
721-726
744
727-730
745-746
Desde el primer instante de la Encarnacin, el Hijo de Dios, por la uncin del Espritu
Santo, es consagrado Mesas en su humanidad. Jesucristo revela al Espritu con su
enseanza, cumpliendo la promesa hecha a los Padres, y lo comunica a la Iglesia naciente,
exhalando su aliento sobre los Apstoles despus de su Resurreccin.
731-732
738
733-741
747
738-741
751-752
777. 804
Con el trmino Iglesia se designa al pueblo que Dios convoca y rene desde todos
los confines de la tierra, para constituir la asamblea de todos aquellos que, por la fe y el
Bautismo, han sido hechos hijos de Dios, miembros de Cristo y templo del Espritu Santo.
753-757
758-766
778
767-769
770-773
779
774-776
780
781
802-804
782
Este pueblo, del que se llega a ser miembro mediante la fe en Cristo y el Bautismo,
tiene por origen a Dios Padre, por cabeza a Jesucristo, por condicin la dignidad y la
libertad de los hijos de Dios, por ley el mandamiento nuevo del amor, por misin la de ser
sal de la tierra y luz del mundo, por destino el Reino de Dios, ya iniciado en la Tierra.
783-786
El Pueblo de Dios participa del oficio sacerdotal de Cristo en cuanto los bautizados
son consagrados por el Espritu Santo para ofrecer sacrificios espirituales; participa de su
oficio proftico cuando, con el sentido sobrenatural de la fe, se adhiere indefectiblemente
a ella, la profundiza y la testimonia; participa de su funcin regia con el servicio, imitando
a Jesucristo, quien siendo rey del universo, se hizo siervo de todos, sobre todo de los
pobres y los que sufren.
787-791
805-806
La Iglesia es cuerpo de Cristo porque, por medio del Espritu, Cristo muerto y
resucitado une consigo ntimamente a sus fieles. De este modo los creyentes en Cristo, en
cuanto ntimamente unidos a l, sobre todo en la Eucarista, se unen entre s en la
caridad, formando un solo cuerpo, la Iglesia. Dicha unidad se realiza en la diversidad de
miembros y funciones.
792-795
807
Cristo es la Cabeza del Cuerpo, que es la Iglesia (Col 1, 18). La Iglesia vive de l, en
l y por l. Cristo y la Iglesia forman el Cristo total (San Agustn); la Cabeza y los
miembros, como si fueran una sola persona mstica (Santo Toms de Aquino).
796
808
797-798
809-810
La Iglesia es llamada templo del Espritu Santo porque el Espritu vive en el cuerpo
que es la Iglesia: en su Cabeza y en sus miembros; l adems edifica la Iglesia en la
caridad con la Palabra de Dios, los sacramentos, las virtudes y los carismas.
799-801
Los carismas son dones especiales del Espritu Santo concedidos a cada uno para el
bien de los hombres, para las necesidades del mundo y, en particular, para la edificacin
813-815
866
La Iglesia es una porque tiene como origen y modelo la unidad de un solo Dios en la
Trinidad de las Personas; como fundador y cabeza a Jesucristo, que restablece la unidad
de todos los pueblos en un solo cuerpo; como alma al Espritu Santo que une a todos los
fieles en la comunin en Cristo. La Iglesia tiene una sola fe, una sola vida sacramental,
una nica sucesin apostlica, una comn esperanza y la misma caridad.
816
870
817-819
820-822
866
823-829
867
830-831
868
La Iglesia es catlica, es decir universal, en cuanto en ella Cristo est presente: All
donde est Cristo Jess, est la Iglesia Catlica (San Ignacio de Antioqua). La Iglesia
anuncia la totalidad y la integridad de la fe; lleva en s y administra la plenitud de los
medios de salvacin; es enviada en misin a todos los pueblos, pertenecientes a cualquier
tiempo o cultura.
832-835
836-838
839-840
La Iglesia catlica se reconoce en relacin con el pueblo judo por el hecho de que Dios
eligi a este pueblo, antes que a ningn otro, para que acogiera su Palabra. Al pueblo judo
pertenecen la adopcin como hijos, la gloria, las alianzas, la legislacin, el culto, las
promesas, los patriarcas; de l procede Cristo segn la carne (Rm 9, 4-5). A diferencia de
las otras religiones no cristianas, la fe juda es ya una respuesta a la Revelacin de Dios en
la Antigua Alianza.
841-845
El vnculo entre la Iglesia catlica y las religiones no cristianas proviene, ante todo, del
origen y el fin comunes de todo el gnero humano. La Iglesia catlica reconoce que
cuanto de bueno y verdadero se encuentra en las otras religiones viene de Dios, es reflejo
de su verdad, puede preparar para la acogida del Evangelio y conducir hacia la unidad de
la humanidad en la Iglesia de Cristo.
846-848
La afirmacin fuera de la Iglesia no hay salvacin significa que toda salvacin viene
de Cristo-Cabeza por medio de la Iglesia, que es su Cuerpo. Por lo tanto no pueden
salvarse quienes, conociendo la Iglesia como fundada por Cristo y necesaria para la
849-851
La Iglesia debe anunciar el Evangelio a todo el mundo porque Cristo ha ordenado: Id,
pues, y haced discpulos a todas las gentes, bautizndolas en el nombre del Padre, del Hijo
y del Espritu Santo (Mt 28, 19). Este mandato misionero del Seor tiene su fuente en el
amor eterno de Dios, que ha enviado a su Hijo y a su Espritu porque quiere que todos
los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Tm 2, 4)
852-856
La Iglesia es misionera porque, guiada por el Espritu Santo, contina a lo largo de los
siglos la misin del mismo Cristo. Por tanto, los cristianos deben anunciar a todos la
Buena Noticia trada por Jesucristo, siguiendo su camino y dispuestos incluso al sacrificio
de s mismos hasta el martirio.
857
869
858-861
La palabra Apstol significa enviado. Jess, el Enviado del Padre, llam consigo a doce
861-865
871-872
Los fieles son aquellos que, incorporados a Cristo mediante el Bautismo, han sido
constituidos miembros del Pueblo de Dios; han sido hecho partcipes, cada uno segn su
propia condicin, de la funcin sacerdotal, proftica y real de Cristo, y son llamados a
llevar a cabo la misin confiada por Dios a la Iglesia. Entre ellos hay una verdadera
igualdad en su dignidad de hijos de Dios.
873
934
En la Iglesia, por institucin divina, hay ministros sagrados, que han recibido el
sacramento del Orden y forman la jerarqua de la Iglesia. A los dems fieles se les llama
laicos. De unos y otros provienen fieles que se consagran de modo especial a Dios por la
profesin de los consejos evanglicos: castidad en el celibato, pobreza y obediencia.
874-876
935
877
A ejemplo de los doce Apstoles, elegidos y enviados juntos por Cristo, la unin de los
miembros de la jerarqua eclesistica est al servicio de la comunin de todos los fieles.
Cada obispo ejerce su ministerio como miembro del colegio episcopal, en comunin con
el Papa, hacindose partcipe con l de la solicitud por la Iglesia universal. Los sacerdotes
ejercen su ministerio en el presbiterio de la Iglesia particular, en comunin con su propio
obispo y bajo su gua.
878-879
El ministerio eclesial tiene tambin un carcter personal, en cuanto que, en virtud del
sacramento del Orden, cada uno es responsable ante Cristo, que lo ha llamado
personalmente, confirindole la misin.
881-882
936-937
883-885
El colegio de los obispos, en comunin con el Papa y nunca sin l, ejerce tambin l la
potestad suprema y plena sobre la Iglesia.
886-890
939
891
893
894-896
897-900
940
Los fieles laicos tienen como vocacin propia la de buscar el Reino de Dios,
iluminando y ordenando las realidades temporales segn Dios. Responden as a la
llamada a la santidad y al apostolado, que se dirige a todos los bautizados.
901-903
Los laicos participan en la misin sacerdotal de Cristo cuando ofrecen como sacrificio
espiritual agradable a Dios por mediacin de Jesucristo (1 P 2, 5), sobre todo en la
Eucarista, la propia vida con todas las obras, oraciones e iniciativas apostlicas, la vida
familiar y el trabajo diario, las molestias de la vida sobrellevadas con paciencia, as como
los descansos fsicos y consuelos espirituales. De esta manera, tambin los laicos,
dedicados a Cristo y consagrados por el Espritu Santo, ofrecen a Dios el mundo mismo.
904-907
942
Los laicos participan en la misin proftica de Cristo cuando acogen cada vez mejor en
la fe la Palabra de Cristo, y la anuncian al mundo con el testimonio de la vida y de la
palabra, mediante la evangelizacin y la catequesis. Este apostolado adquiere una
eficacia particular porque se realiza en las condiciones generales de nuestro mundo
(Lumen Gentium 35).
908-913
943
Cristo?
914-916
944
La vida consagrada es un estado de vida reconocido por la Iglesia; una respuesta libre a
una llamada particular de Cristo, mediante la cual los consagrados se dedican totalmente
a Dios y tienden a la perfeccin de la caridad, bajo la mocin del Espritu Santo. Esta
consagracin se caracteriza por la prctica de los consejos evanglicos.
931-933
945
946-953
960
954-959
961-962
963-966
973
967-970
971
972
974-975
976-980
984-985
981-983
986-987
La Iglesia tiene la misin y el poder de perdonar los pecados porque el mismo Cristo
se lo ha dado: Recibid el Espritu Santo, a quienes perdonis los pecados, les quedan
perdonados, a quienes se los retengis, les quedan retenidos (Jn 20, 22-23).
976-980
984-985
990
988-991
1002-1003
992-1004
1016-1018
Con la muerte, que es separacin del alma y del cuerpo, ste cae en la corrupcin,
mientras el alma, que es inmortal, va al encuentro del juicio de Dios y espera volverse a
unir al cuerpo, cuando ste resurja transformado en la segunda venida del Seor.
Comprender cmo tendr lugar la resurreccin sobrepasa la posibilidad de nuestra
imaginacin y entendimiento.
1005-1014
1019
Morir en Cristo Jess significa morir en gracia de Dios, sin pecado mortal. As el
creyente en Cristo, siguiendo su ejemplo, puede transformar la propia muerte en un acto
de obediencia y de amor al Padre. Es cierta esta afirmacin: si hemos muerto con l,
tambin viviremos con l (2 Tm 2, 11).
1020
1051
1021-1022
1051
1023-1026
1053
Por cielo se entiende el estado de felicidad suprema y definitiva. Todos aquellos que
mueren en gracia de Dios y no tienen necesidad de posterior purificacin, son reunidos en
torno a Jess, a Mara, a los ngeles y a los santos, formando as la Iglesia del cielo, donde
ven a Dios cara a cara (1 Co 13, 12), viven en comunin de amor con la Santsima
Trinidad e interceden por nosotros.
210. Qu es el purgatorio?
1030-1031
1054
El purgatorio es el estado de los que mueren en amistad con Dios pero, aunque estn
seguros de su salvacin eterna, necesitan an de purificacin para entrar en la eterna
bienaventuranza.
1032
1033-1035
1056-1057
Consiste en la condenacin eterna de todos aquellos que mueren, por libre eleccin,
en pecado mortal. La pena principal del infierno consiste en la separacin eterna de Dios,
en quien nicamente encuentra el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido
creado y a las que aspira. Cristo mismo expresa esta realidad con las palabras Alejaos de
m, malditos al fuego eterno (Mt 25, 41).
1036-1037
Dios quiere que todos lleguen a la conversin (2 P 3, 9), pero, habiendo creado al
hombre libre y responsable, respeta sus decisiones. Por tanto, es el hombre mismo quien,
con plena autonoma, se excluye voluntariamente de la comunin con Dios si, en el
momento de la propia muerte, persiste en el pecado mortal, rechazando el amor
misericordioso de Dios.
1038-1041
1058-1059
1040
El juicio final suceder al fin del mundo, del que slo Dios conoce el da y la hora.
1042-1050
1060
AMN
1061-1065
La palabra hebrea Amn, con la que se termina tambin el ltimo libro de la Sagrada
Escritura, algunas oraciones del Nuevo Testamento y las oraciones litrgicas de la Iglesia,
significa nuestro s confiado y total a cuanto confesamos creer, confindonos
totalmente en Aquel que es el Amn (Ap 3, 14) definitivo: Cristo el Seor.
SEGUNDA PARTE
PRIMERA SECCIN
LA ECONOMA SACRAMENTAL
218. Qu es la liturgia?
1066-1070
1071-1075
La liturgia, accin sagrada por excelencia, es la cumbre hacia la que tiende la accin de
la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de la que emana su fuerza vital. A travs de la
liturgia, Cristo contina en su Iglesia, con ella y por medio de ella, la obra de nuestra
redencin
1076
CAPTULO PRIMERO
1077-1083
1110
1084-1090
1091-1109
1112
1113-1131
Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y
confiados a la Iglesia, a travs de los cuales se nos otorga la vida divina. Son siete:
Bautismo, Confirmacin, Eucarista, Penitencia, Uncin de los enfermos, Orden y
Matrimonio.
1114-1116
1117-1119
1121
1122-1126
1133
Los sacramentos no slo suponen la fe, sino que con las palabras y los elementos
rituales la alimentan, fortalecen y expresan. Celebrando los sacramentos la Iglesia
confiesa la fe apostlica. De ah la antigua sentencia: lex orandi, lex credendi, esto es,
la Iglesia cree tal como reza.
1127-1128
1131
Los sacramentos son eficaces ex opere operato (por el hecho mismo de que la accin
sacramental se realiza), porque es Cristo quien acta en ellos y quien da la gracia que
significan, independientemente de la santidad personal del ministro. Sin embargo, los
frutos de los sacramentos dependen tambin de las disposiciones del que los recibe.
1129
Para los creyentes en Cristo, los sacramentos, aunque no todos se den a cada uno de
los fieles, son necesarios para la salvacin, porque otorgan la gracia sacramental, el
perdn de los pecados, la adopcin como hijos de Dios, la configuracin con Cristo Seor
y la pertenencia a la Iglesia. El Espritu Santo cura y transforma a quienes los reciben.
1129. 1131
1134. 2003
La gracia sacramental es la gracia del Espritu Santo, dada por Cristo y propia de cada
sacramento. Esta gracia ayuda al fiel en su camino de santidad, y tambin a la Iglesia en
su crecimiento de caridad y testimonio.
1130
CAPTULO SEGUNDO
Quin celebra?
1135-1137
1187
1138-1139
La liturgia del cielo la celebran los ngeles, los santos de la Antigua y de la Nueva
Alianza, en particular la Madre de Dios, los Apstoles, los mrtires y una muchedumbre
inmensa, que nadie podra contar, de toda nacin, razas, pueblos y lenguas (Ap 7, 9).
1140-1144
1188
La Iglesia en la tierra celebra la liturgia como pueblo sacerdotal, en el cual cada uno
obra segn su propia funcin, en la unidad del Espritu Santo: los bautizados se ofrecen
como sacrificio espiritual; los ministros ordenados celebran segn el Orden recibido para
el servicio de todos los miembros de la Iglesia; los obispos y presbteros actan en la
persona de Cristo Cabeza.
Cmo celebrar?
1145
1146-1152
1189
Algunos signos sacramentales provienen del mundo creado (luz, agua, fuego, pan,
vino, aceite); otros, de la vida social (lavar, ungir, partir el pan); otros de la historia de la
salvacin en la Antigua Alianza (los ritos pascuales, los sacrificios, la imposicin de
manos, las consagraciones). Estos signos, algunos de los cuales son normativos e
inmutables, asumidos por Cristo, se convierten en portadores de la accin salvfica y de
santificacin
1153-1155
1190
1156-1158
1191
1159-1161
1192
La imagen de Cristo es el icono litrgico por excelencia. Las dems, que representan a
la Madre de Dios y a los santos, significan a Cristo, que en ellos es glorificado. Las
imgenes proclaman el mismo mensaje evanglico que la Sagrada Escritura transmite
mediante la palabra, y ayudan a despertar y alimentar la fe de los creyentes.
Cundo celebrar?
1163-1167
1193
1168-1173
1194-1195
1174-1178
1196
Dnde celebrar?
1179-1181
1197-1198
lugar exclusivo, porque Cristo es el verdadero templo de Dios, por medio del cual tambin
los cristianos y la Iglesia entera se convierten, por la accin del Espritu Santo, en templos
del Dios vivo. Sin embargo, el Pueblo de Dios, en su condicin terrenal, tiene necesidad de
lugares donde la comunidad pueda reunirse para celebrar la liturgia.
1181
1198-1199
Los edificios sagrados son las casas de Dios, smbolo de la Iglesia que vive en aquel
lugar e imgenes de la morada celestial. Son lugares de oracin, en los que la Iglesia
celebra sobre todo la Eucarista y adora a Cristo realmente presente en el tabernculo.
1182-1186
Los lugares principales dentro de los edificios sagrados son stos: el altar, el sagrario o
tabernculo, el receptculo donde se conservan el santo crisma y los otros santos leos, la
sede del obispo (ctedra) o del presbtero, el ambn, la pila bautismal y el confesionario.
1200-1204
1207-1209
248. Qu criterio
multiformidad?
asegura
la
unidad
dentro
de
la
1209
1205-1206
SEGUNDA SECCIN
Bautismo
Confirmacin
Eucarista
Penitencia
Uncin de los enfermos
Orden
Matrimonio
Baptismum
Confirmtio
Eucarstia
Paenitntia
nctio infirmrum
Ordo
Matrimnium
1210-1211
CAPTULO PRIMERO
1212
1275
1213-1216
1276-1277
1217-1222
1223-1224
1226-1228
1229-1245
1278
246-1522
1250
La Iglesia bautiza a los nios puesto que, naciendo con el pecado original, necesitan
ser liberados del poder del maligno y trasladados al reino de la libertad de los hijos de
Dios.
1253-1255
1256
1284
1257
1258-1261
1281-1283
Puesto que Cristo ha muerto para la salvacin de todos, pueden salvarse tambin sin
el Bautismo todos aquellos que mueren a causa de la fe (Bautismo de sangre), los
catecmenos, y todo aquellos que, bajo el impulso de la gracia, sin conocer a Cristo y a la
Iglesia, buscan sinceramente a Dios y se esfuerzan por cumplir su voluntad (Bautismo de
deseo). En cuanto a los nios que mueren sin el Bautismo, la Iglesia en su liturgia los
confa a la misericordia de Dios.
1262-1274
1279-1280
El Bautismo perdona el pecado original, todos los pecados personales y todas las penas
debidas al pecado; hace participar de la vida divina trinitaria mediante la gracia
santificante, la gracia de la justificacin que incorpora a Cristo y a su Iglesia; hace
participar del sacerdocio de Cristo y constituye el fundamento de la comunin con los
dems cristianos; otorga las virtudes teologales y los dones del Espritu Santo. El
bautizado pertenece para siempre a Cristo: en efecto, queda marcado con el sello
indeleble de Cristo (carcter).
2156-2159
2167
El nombre es importante porque Dios conoce a cada uno por su nombre, es decir, en
su unicidad. Con el Bautismo, el cristiano recibe en la Iglesia el nombre propio,
preferiblemente de un santo, de modo que ste ofrezca al bautizado un modelo de
santidad y le asegure su intercesin ante Dios.
EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIN
1285-1288
1315
En la Antigua Alianza, los profetas anunciaron que el Espritu del Seor reposara
sobre el Mesas esperado y sobre todo el pueblo mesinico. Toda la vida y la misin de
Jess se desarrollan en una total comunin con el Espritu Santo. Los Apstoles reciben
el Espritu Santo en Pentecosts y anuncian las maravillas de Dios (Hch 2,11).
Comunican a los nuevos bautizados, mediante la imposicin de las manos, el don del
mismo Espritu. A lo largo de los siglos, la Iglesia ha seguido viviendo del Espritu y
comunicndolo a sus hijos.
1289
1290-1301
1318
1320-1321
1302-1305
1316-1317
El efecto de la Confirmacin es la especial efusin del Espritu Santo, tal como sucedi
en Pentecosts. Esta efusin imprime en el alma un carcter indeleble y otorga un
crecimiento de la gracia bautismal; arraiga ms profundamente la filiacin divina; une
ms fuertemente con Cristo y con su Iglesia; fortalece en el alma los dones del Espritu
Santo; concede una fuerza especial para dar testimonio de la fe cristiana.
1306-1311
1319
El sacramento de la Confirmacin puede y debe recibirlo, una sola vez, aquel que ya ha
sido bautizado. Para recibirlo con fruto hay que estar en gracia de Dios.
1312-1314
EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTA
271. Qu es la Eucarista?
1322-1323
1409
La Eucarista es el sacrificio mismo del Cuerpo y de la Sangre del Seor Jess, que l
instituy para perpetuar en los siglos, hasta su segunda venida, el sacrificio de la Cruz,
confiando as a la Iglesia el memorial de su Muerte y Resurreccin. Es signo de unidad,
vnculo de caridad y banquete pascual, en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de
gracia y se nos da una prenda de la vida eterna.
1323
1337-1340
1337-1340
1365, 1406
Despus de reunirse con los Apstoles en el Cenculo, Jess tom en sus manos el
pan, lo parti y se lo dio, diciendo: Tomad y comed todos de l, porque esto es mi Cuerpo
que ser entregado por vosotros. Despus tom en sus manos el cliz con el vino y les
dijo: Tomad y bebed todos de l, porque ste es el cliz de mi Sangre, Sangre de la
Alianza nueva y eterna, que ser derramada por vosotros y por todos los hombres, para el
perdn de los pecados. Haced esto en conmemoracin ma.
1324-1327
1407
1328-1332
1333-1334
1345-1355
1408
1348
1411
1412
Los elementos esenciales y necesarios para celebrar la Eucarista son el pan de trigo y
el vino de vid.
1362-1367
1368-1372
1414
eucarstico?
1373-1375 1413
1376-1377
1413
1377
La fraccin del pan no divide a Cristo: l est presente todo e ntegro en cada especie
eucarstica y en cada una de sus partes.
1377
1378-1381
1418
1382-1384
1391-1396
1383
1410
El altar es el smbolo de Cristo mismo, presente como vctima sacrificial (altarsacrificio de la Cruz), y como alimento celestial que se nos da a nosotros (altar-mesa
eucarstica).
1389
1417
La Iglesia establece que los fieles tienen obligacin de participar de la Santa Misa
todos los domingos y fiestas de precepto, y recomienda que se participe tambin en los
dems das.
1389
La Iglesia recomienda a los fieles que participan de la Santa Misa recibir tambin, con
las debidas disposiciones, la sagrada Comunin, estableciendo la obligacin de hacerlo al
menos en Pascua.
1385-1389
1415
1391-1397
1416
La sagrada Comunin acrecienta nuestra unin con Cristo y con su Iglesia, conserva y
renueva la vida de la gracia, recibida en el Bautismo y la Confirmacin y nos hace crecer
en el amor al prjimo. Fortalecindonos en la caridad, nos perdona los pecados veniales y
nos preserva de los pecados mortales para el futuro.
1398-1401
1402-1405
La Eucarista es prenda de la gloria futura porque nos colma de toda gracia y bendicin
del cielo, nos fortalece en la peregrinacin de nuestra vida terrena y nos hace desear la
vida eterna, unindonos a Cristo, sentado a la derecha del Padre, a la Iglesia del cielo, a la
Santsima Virgen y a todos los santos.
CAPTULO SEGUNDO
1420-1421
1426
Cristo, mdico del alma y del cuerpo, instituy los sacramentos de la Penitencia y de la
Uncin de los enfermos, porque la vida nueva que nos fue dada por l en los sacramentos
de la iniciacin cristiana puede debilitarse y perderse para siempre a causa del pecado. Por
ello, Cristo ha querido que la Iglesia continuase su obra de curacin y de salvacin
mediante estos dos sacramentos.
1422-1424
1425-1426
1484
1485
1427-1429
1430-1433
1490
La penitencia interior es el dinamismo del corazn contrito (Sal 51, 19), movido por
la gracia divina a responder al amor misericordioso de Dios. Implica el dolor y el rechazo
de los pecados cometidos, el firme propsito de no pecar ms, y la confianza en la ayuda
de Dios. Se alimenta de la esperanza en la misericordia divina.
1434-1439
1440-1449
Los elementos esenciales del sacramento de la Reconciliacin son dos: los actos que
lleva a cabo el hombre, que se convierte bajo la accin del Espritu Santo, y la absolucin
del sacerdote, que concede el perdn en nombre de Cristo y establece el modo de la
satisfaccin.
1450-1460
1487-1492
Los actos propios del penitente son los siguientes: un diligente examen de conciencia;
la contricin (o arrepentimiento), que es perfecta cuando est motivada por el amor a
Dios, imperfecta cuando se funda en otros motivos, e incluye el propsito de no volver a
pecar; la confesin, que consiste en la acusacin de los pecados hecha delante del
sacerdote; la satisfaccin, es decir, el cumplimiento de ciertos actos de penitencia, que el
propio confesor impone al penitente para reparar el dao causado por el pecado.
1456
1457
Todo fiel, que haya llegado al uso de razn, est obligado a confesar sus pecados graves
al menos una vez al ao, y de todos modos antes de recibir la sagrada Comunin.
1458
307. Quin es
Reconciliacin?
el
ministro
del
sacramento
de
la
1461-1466
1495
1463
con la excomunin) est reservada a la Sede Apostlica o al obispo del lugar o a los
presbteros autorizados por ellos, aunque todo sacerdote puede absolver de cualquier
pecado y excomunin, al que se halla en peligro de muerte.
1467
1468-1470
1496
Los efectos del sacramento de la Penitencia son: la reconciliacin con Dios y, por
tanto, el perdn de los pecados; la reconciliacin con la Iglesia; la recuperacin del estado
de gracia, si se haba perdido; la remisin de la pena eterna merecida a causa de los
pecados mortales y, al menos en parte, de las penas temporales que son consecuencia del
pecado; la paz y la serenidad de conciencia y el consuelo del espritu; el aumento de la
fuerza espiritual para el combate cristiano.
1480-1484
1471-1479
1498
Las indulgencias son la remisin ante Dios de la pena temporal merecida por los
pecados ya perdonados en cuanto a la culpa, que el fiel, cumpliendo determinadas
1499-1502
1503-1505
La compasin de Jess hacia los enfermos y las numerosas curaciones realizadas por
l son una clara seal de que con l haba llegado el Reino de Dios y, por tanto, la victoria
sobre el pecado, el sufrimiento y la muerte. Con su pasin y muerte, Jess da un nuevo
sentido al sufrimiento, el cual, unido al de Cristo, puede convertirse en medio de
purificacin y salvacin, para nosotros y para los dems.
1506-1513
1526-1527
La Iglesia, habiendo recibido del Seor el mandato de curar a los enfermos, se empea
en el cuidado de los que sufren, acompandolos con oraciones de intercesin. Tiene
sobre todo un sacramento especfico para los enfermos, instituido por Cristo mismo y
atestiguado por Santiago: Est enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbteros de
la Iglesia, que oren sobre l y le unjan con leo en el nombre del Seor (St 5, 14-15).
1514-1515
1528-1529
1516
1530
El sacramento de la Uncin de los enfermos slo puede ser administrado por los
sacerdotes (obispos o presbteros).
1517-1519
1531
1520-1523
1532
320. Qu es el Vitico?
1524-1525
El Vitico es la Eucarista recibida por quienes estn por dejar esta vida terrena y se
preparan para el paso a la vida eterna. Recibida en el momento del trnsito de este mundo
al Padre, la Comunin del Cuerpo y de la Sangre de Cristo muerto y resucitado, es semilla
de vida eterna y poder de resurreccin.
CAPTULO TERCERO
1533-1535
Dos sacramentos, el Orden y el Matrimonio, confieren una gracia especial para una
misin particular en la Iglesia, al servicio de la edificacin del pueblo de Dios.
Contribuyen especialmente a la comunin eclesial y a la salvacin de los dems.
1536
El sacramento del Orden es aquel mediante el cual, la misin confiada por Cristo a sus
Apstoles, sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos.
1537-1538
Orden indica un cuerpo eclesial, del que se entra a formar parte mediante una especial
consagracin (Ordenacin), que, por un don singular del Espritu Santo, permite ejercer
una potestad sagrada al servicio del Pueblo de Dios en nombre y con la autoridad de
Cristo.
1539-1546
1590-1591
En la Antigua Alianza el sacramento del Orden fue prefigurado por el servicio de los
levitas, el sacerdocio de Aarn y la institucin de los setenta ancianos (Nm 11, 25).
Estas prefiguraciones se cumplen en Cristo Jess, quien, mediante su sacrificio en la cruz,
es el nico [] mediador entre Dios y los hombres (1 Tm 2, 5), el Sumo Sacerdote
segn el orden de Melquisedec (Hb 5,10). El nico sacerdocio de Cristo se hace presente
por el sacerdocio ministerial.
1554
1593
El sacramento del Orden se compone de tres grados, que son insustituibles para la
estructura orgnica de la Iglesia: el episcopado, el presbiterado y el diaconado.
1557-1558
1594
1560-1561
le ha confiado?
1562-1567
1595
1568
Aunque haya sido ordenado para una misin universal, el presbtero la ejerce en una
Iglesia particular, en fraternidad sacramental con los dems presbteros que forman el
presbiterio y que, en comunin con el obispo y en dependencia de l, tienen la
responsabilidad de la Iglesia particular.
1569-1574
1596
1572-1574
1597
En cada uno de sus tres grados, el sacramento del Orden se confiere mediante la
imposicin de las manos sobre la cabeza del ordenando por parte del obispo, quien
pronuncia la solemne oracin consagratoria. Con ella, el obispo pide a Dios para el
ordenando una especial efusin del Espritu Santo y de sus dones, en orden al ejercicio de
su ministerio.
1575-1576
1600
1577-1578
1598
Slo el varn bautizado puede recibir vlidamente el sacramento del Orden. La Iglesia
se reconoce vinculada por esta decisin del mismo Seor. Nadie puede exigir la recepcin
del sacramento del Orden, sino que debe ser considerado apto para el ministerio por la
autoridad de la Iglesia.
1579-1580
1599
1581-1589
1592
El sacramento del Orden otorga una efusin especial del Espritu Santo, que configura
con Cristo al ordenado en su triple funcin de Sacerdote, Profeta y Rey, segn los
respectivos grados del sacramento. La ordenacin confiere un carcter espiritual
indeleble: por eso no puede repetirse ni conferirse por un tiempo determinado.
1547-1553
1592
1601-1605
Dios, que es amor y cre al hombre por amor, lo ha llamado a amar. Creando al
hombre y a la mujer, los ha llamado en el Matrimonio a una ntima comunin de vida y
amor entre ellos, de manera que ya no son dos, sino una sola carne (Mt 19, 6). Al
bendecirlos, Dios les dijo: Creced y multiplicaos (Gn 1, 28).
1659-1660
1606-1608
A causa del primer pecado, que ha provocado tambin la ruptura de la comunin del
1609-1611
1612-1617
1661
Jesucristo no slo restablece el orden original del Matrimonio querido por Dios, sino
que otorga la gracia para vivirlo en su nueva dignidad de sacramento, que es el signo del
amor esponsal hacia la Iglesia: Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo ama a la
Iglesia (Ef 5, 25)
1618-1620
1621-1624
1663
1625-1632
1662-1663
1633-1637
Para ser lcitos, los matrimonios mixtos (entre catlico y bautizado no catlico)
necesitan la licencia de la autoridad eclesistica. Los matrimonios con disparidad de culto
(entre un catlico y un no bautizado), para ser vlidos necesitan una dispensa. En todo
caso, es esencial que los cnyuges no excluyan la aceptacin de los fines y las propiedades
esenciales del Matrimonio, y que el cnyuge catlico confirme el compromiso, conocido
tambin por el otro cnyuge, de conservar la fe y asegurar el Bautismo y la educacin
catlica de los hijos.
1638-1642
1645-1648
Los pecados gravemente contrarios al sacramento del Matrimonio son los siguientes:
el adulterio, la poligamia, en cuanto contradice la idntica dignidad entre el hombre y la
mujer y la unidad y exclusividad del amor conyugal; el rechazo de la fecundidad, que priva
a la vida conyugal del don de los hijos; y el divorcio, que contradice la indisolubilidad.
1629
1649
La Iglesia admite la separacin fsica de los esposos cuando la cohabitacin entre ellos
se ha hecho, por diversas razones, prcticamente imposible, aunque procura su
reconciliacin. Pero stos, mientras viva el otro cnyuge, no son libres para contraer una
nueva unin, a menos que el matrimonio entre ellos sea nulo y, como tal, declarado por la
autoridad eclesistica.
1650-1651
350. Por qu
domstica?
la
familia
cristiana
es
llamada Iglesia
1655-1658 1666
CAPTULO CUARTO
LOS SACRAMENTALES
1667-1672
1677-1678
Los sacramentales son signos sagrados instituidos por la Iglesia, por medio de los
cuales se santifican algunas circunstancias de la vida. Comprenden siempre una oracin
acompaada de la seal de la cruz o de otros signos. Entre los sacramentales, ocupan un
lugar importante las bendiciones, que son una alabanza a Dios y una oracin para obtener
sus dones, la consagracin de personas y la dedicacin de cosas al culto de Dios.
352. Qu es un exorcismo?
1673
1674-1676
1679
sacramental de la Iglesia?
1680-1683
1684-1685
1686-1690
restos mortales del difunto por parte de la comunidad, con palabras de consuelo y
esperanza para sus familiares; la liturgia de la Palabra; el sacrificio eucarstico; y el
adis, con el que se encomienda el alma del difunto a Dios, fuente de vida eterna,
mientras su cuerpo es sepultado en la esperanza de la Resurreccin.
TERCERA PARTE
LA VIDA EN CRISTO
PRIMERA SECCIN
1691-1698
CAPTULO PRIMERO
1699-1715
1716
360.
Qu
importancia
Bienaventuranzas?
tienen
para
nosotros
las
1716-1717
1725-1726
1718-1719
1720-1724
1727-1729
363. Qu es la libertad?
1730-1733
1743-1744
La libertad es el poder dado por Dios al hombre de obrar o no obrar, de hacer esto o
aquello, de ejecutar de este modo por s mismo acciones deliberadas. La libertad es la
caracterstica de los actos propiamente humanos. Cuanto ms se hace el bien, ms libre se
va haciendo tambin el hombre. La libertad alcanza su perfeccin cuando est ordenada a
Dios, Bien supremo y Bienaventuranza nuestra. La libertad implica tambin la posibilidad
de elegir entre el bien y el mal. La eleccin del mal es un abuso de la libertad, que conduce
a la esclavitud del pecado.
1734-1737
1745-1746
La libertad hace al hombre responsable de sus actos, en la medida en que stos son
voluntarios; aunque tanto la imputabilidad como la responsabilidad de una accin pueden
quedar disminuidas o incluso anuladas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la
violencia soportada, el miedo, los afectos desordenados y los hbitos.
1738
1747
1739-1742
1748
1749-1754
1757-1758
La moralidad de los actos humanos depende de tres fuentes: del objeto elegido, es
decir, un bien real o aparente; de la intencin del sujeto que acta, es decir, del fin por el
que lleva a cabo su accin; y de las circunstancias de la accin, incluidas las
consecuencias de la misma.
1755-1756
1759-1760
El acto es moralmente bueno cuando supone, al mismo tiempo, la bondad del objeto,
del fin y de las circunstancias. El objeto elegido puede por s solo viciar una accin,
aunque la intencin sea buena. No es lcito hacer el mal para conseguir un bien. Un fin
malo puede corromper la accin, aunque su objeto sea en s mismo bueno; asimismo, un
fin bueno no hace buena una accin que de suyo sea en s misma mala, porque el fin no
justifica los medios. Las circunstancias pueden atenuar o incrementar la responsabilidad
de quien acta, pero no puede modificar la calidad moral de los actos mismos, porque no
convierten nunca en buena una accin mala en s misma.
1756-1761
Hay actos cuya eleccin es siempre ilcita en razn de su objeto (por ejemplo, la
blasfemia, el homicidio, el adulterio). Su eleccin supone un desorden de la voluntad, es
decir, un mal moral, que no puede ser justificado en virtud de los bienes que
eventualmente pudieran derivarse de ellos.
1762-1766
1771-1772
1767-1770
1773-1775
LA CONCIENCIA MORAL
1776-1780
1795-1797
1780-1782
1798
1783-1788
1799-1800
1789
Tres son las normas ms generales que debe seguir siempre la conciencia:
1) Nunca est permitido hacer el mal para obtener un bien.
2) La llamada Regla de oro: Todo cuanto queris que os hagan los hombres,
hacdselo tambin vosotros a ellos (Mt 7, 12).
3) La caridad supone siempre el respeto del prjimo y de su conciencia, aunque esto
no significa aceptar como bueno lo que objetivamente es malo.
1790-1794
1801-1802
La persona debe obedecer siempre al juicio cierto de la propia conciencia, la cual, sin
embargo, puede tambin emitir juicios errneos, por causas no siempre exentas de
culpabilidad personal. Con todo, no es imputable a la persona el mal cometido por
ignorancia involuntaria, aunque siga siendo objetivamente un mal. Es necesario, por
tanto, esforzarse para corregir la conciencia moral de sus errores.
LAS VIRTUDES
377. Qu es la virtud?
1803. 1833
La virtud es una disposicin habitual y firme para hacer el bien: El fin de una vida
virtuosa consiste en llegar a ser semejante a Dios (San Gregorio de Nisa). Hay virtudes
humanas y virtudes teologales.
1804
1810-1811
1834, 1839
1805
1834
Las principales virtudes humanas son las denominadas cardinales, que agrupan a
todas las dems y constituyen las bases de la vida virtuosa. Son la prudencia, la justicia, la
fortaleza y la templanza.
380. Qu es la prudencia?
1806
1835
381. Qu es la justicia?
1807
1836
La justicia consiste en la constante y firme voluntad de dar a los dems lo que les es
debido. La justicia para con Dios se llama virtud de la religin.
382. Qu es la fortaleza?
1808
1838
383. Qu es la templanza?
1809
1838
1812-1813
1840-1841
Las virtudes teologales son las que tienen como origen, motivo y objeto inmediato a
Dios mismo. Infusas en el hombre con la gracia santificante, nos hacen capaces de vivir
en relacin con la Santsima Trinidad, y fundamentan y animan la accin moral del
cristiano, vivificando las virtudes humanas. Son la garanta de la presencia y de la accin
del Espritu Santo en las facultades del ser humano.
1813
386. Qu es la fe?
1814-1816
1842
1817-1821
1843
387. Qu es la esperanza?
1822-1829
1844
388. Qu es la caridad?
La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y a
nuestro prjimo como a nosotros mismos por amor a Dios. Jess hace de ella el
mandamiento nuevo, la plenitud de la Ley. Ella es el vnculo de la perfeccin (Col 3, 14)
y el fundamento de las dems virtudes, a las que anima, inspira y ordena: sin ella no soy
nada y nada me aprovecha (1 Co 13, 2-3).
1830-1831
1845
Los dones del Espritu Santo son disposiciones permanentes que hacen al hombre
dcil para seguir las inspiraciones divinas. Son siete: sabidura, entendimiento, consejo,
fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
1832
Los frutos del Espritu Santo son perfecciones plasmadas en nosotros como primicias
de la gloria eterna. La tradicin de la Iglesia enumera doce: caridad, gozo, paz, paciencia,
longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia y
castidad (Ga 5, 22-23 [Vulgata]).
EL PECADO
1846-1848
1870
392. Qu es el pecado?
1849-1851
1871-1872
1852-1853
1873
La variedad de los pecados es grande. Pueden distinguirse segn su objeto o segn las
virtudes o los mandamientos a los que se oponen. Pueden referirse directamente a Dios,
al prjimo o a nosotros mismos. Se los puede tambin distinguir en pecados de
pensamiento, palabra, obra y omisin.
1854
1855-1861
1874
Se comete un pecado mortal cuando se dan, al mismo tiempo, materia grave, plena
advertencia y deliberado consentimiento. Este pecado destruye en nosotros la caridad, nos
priva de la gracia santificante y, a menos que nos arrepintamos, nos conduce a la muerte
eterna del infierno. Se perdona, por va ordinaria, mediante los sacramentos del Bautismo
y de la Penitencia o Reconciliacin.
1862-1864
1875
El pecado venial, que se diferencia esencialmente del pecado mortal, se comete cuando
la materia es leve; o bien cuando, siendo grave la materia, no se da plena advertencia o
perfecto consentimiento. Este pecado no rompe la alianza con Dios. Sin embargo, debilita
la caridad, entraa un afecto desordenado a los bienes creados, impide el progreso del
alma en el ejercicio de las virtudes y en la prctica del bien moral y merece penas
temporales de purificacin.
1865, 1876
El pecado prolifera en nosotros pues uno lleva a otro, y su repeticin genera el vicio.
1866-1867
Los vicios, como contrarios a las virtudes, son hbitos perversos que oscurecen la
conciencia e inclinan al mal. Los vicios pueden ser referidos a los siete pecados llamados
capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
1868
1869
CAPTULO SEGUNDO
LA COMUNIDAD HUMANA
LA PERSONA Y LA SOCIEDAD
1877-1879
1890-1891
1881-1882
1892-1893
L a persona es y debe ser principio, sujeto y fin de todas las instituciones sociales.
Algunas sociedades, como la familia y la comunidad civil, son necesarias para la persona.
Tambin son tiles otras asociaciones, tanto dentro de las comunidades polticas como a
nivel internacional, en el respeto del principio de subsidiaridad
1883-1885
1894
1886-1889
1895-1896
1897-1902
1918-1920
Toda sociedad humana tiene necesidad de una autoridad legtima, que asegure el
orden y contribuya a la realizacin del bien comn. Esta autoridad tiene su propio
fundamento en la naturaleza humana, porque corresponde al orden establecido por Dios.
1903-1904
1921-1922
1901
1905-1906
1924
Por bien comn se entiende el conjunto de condiciones de la vida social que hacen
posible, a los grupos y a cada uno de sus miembros, el logro de la propia perfeccin.
1907-1909
1925
1910-1912
1927
1913-1917
1926
Todo hombre, segn el lugar que ocupa y el papel que desempea, participa en la
realizacin del bien comn, respetando las leyes justas y hacindose cargo de los sectores
en los que tiene responsabilidad personal, como son el cuidado de la propia familia y el
compromiso en el propio trabajo. Por otra parte, los ciudadanos deben tomar parte activa
en la vida pblica, en la medida en que les sea posible.
LA JUSTICIA SOCIAL
1928-1933
1943-1944
1934-1935
1945
Todos los hombres gozan de igual dignidad y derechos fundamentales, en cuanto que,
creados a imagen del nico Dios y dotados de una misma alma racional, tienen la misma
naturaleza y origen, y estn llamados en Cristo, nico Salvador, a la misma
bienaventuranza divina.
1936-1938
1946-1947
1939-1942
1948
CAPTULO TERCERO
LA LEY MORAL
1950-1953
1975-1978
La ley moral es obra de la Sabidura divina. Prescribe al hombre los caminos y las
reglas de conducta que llevan a la bienaventuranza prometida, y prohbe los caminos que
apartan de Dios.
1954-1960
1978-1979
La ley natural, inscrita por el Creador en el corazn de todo hombre, consiste en una
participacin de la sabidura y bondad de Dios, y expresa el sentido moral originario, que
permite al hombre discernir el bien y el mal, mediante la razn. La ley natural es
universal e inmutable, y pone la base de los deberes y derechos fundamentales de la
persona, de la comunidad humana y de la misma ley civil.
1960
A causa del pecado, no siempre ni todos son capaces de percibir en modo inmediato y
con igual claridad la ley natural.
Por esto, Dios escribi en las tablas de la Ley lo que los hombres no
alcanzaban a leer en sus corazones (San Agustn).
1961-1962
1980-1981
1963-1964
1982
La Ley antigua permite conocer muchas verdades accesibles a la razn, seala lo que
se debe o no se debe hacer, y sobre todo, como un sabio pedagogo, prepara y dispone a la
conversin y a la acogida del Evangelio. Sin embargo, aun siendo santa, espiritual y
buena, la Ley antigua es todava imperfecta, porque no da por s misma la fuerza y la
gracia del Espritu para observarla.
1965-1972
1983-1985
1971-1974
1986
GRACIA Y JUSTIFICACIN
422. Qu es la justificacin?
1987-1995
2017-2020
1996-1998
2005, 2021
La gracia es un don gratuito de Dios, por el que nos hace partcipes de su vida trinitaria
y capaces de obrar por amor a l. Se le llama gracia habitual, santificante o deificante,
porque nos santifica y nos diviniza. Es sobrenatural, porque depende enteramente de la
iniciativa gratuita de Dios y supera la capacidad de la inteligencia y de las fuerzas del
hombre. Escapa, por tanto, a nuestra experiencia.
1999-2000
2003-2004
2023-2024
Adems de la gracia habitual, existen otros tipos de gracia: las gracias actuales (dones
en circunstancias particulares); las gracias sacramentales (dones propios de cada
sacramento); las gracias especiales o carismas (que tienen como fin el bien comn de la
Iglesia), entre las que se encuentran las gracias de estado, que acompaan al ejercicio de
los ministerios eclesiales y de las responsabilidades de la vida.
2001-2002
La gracia previene, prepara y suscita la libre respuesta del hombre; responde a las
profundas aspiraciones de la libertad humana, la invita a cooperar y la conduce a su
perfeccin.
426. Qu es el mrito?
2006-2010
2025-2026
El mrito es lo que da derecho a la recompensa por una obra buena. Respecto a Dios,
el hombre, de suyo, no puede merecer nada, habindolo recibido todo gratuitamente de
l. Sin embargo, Dios da al hombre la posibilidad de adquirir mritos, mediante la unin a
la caridad de Cristo, fuente de nuestros mritos ante Dios. Por eso, los mritos de las
buenas obras deben ser atribuidos primero a la gracia de Dios y despus a la libre
voluntad del hombre.
2010-2011
2027
Bajo la mocin del Espritu Santo, podemos merecer, para nosotros mismos o para los
dems, las gracias tiles para santificarnos y para alcanzar la gloria eterna, as como
tambin los bienes temporales que nos convienen segn el designio de Dios. Nadie puede
merecer la primera gracia, que est en el origen de la conversin y de la justificacin.
2012-2016
2028-2029
Todos los fieles estamos llamados a la santidad cristiana. sta es plenitud de la vida
cristiana y perfeccin de la caridad, y se realiza en la unin ntima con Cristo y, en l, con
la Santsima Trinidad. El camino de santificacin del cristiano, que pasa por la cruz,
tendr su cumplimiento en la resurreccin final de los justos, cuando Dios sea todo en
todos.
2030-2031
2047
2032-2040
2049-2051
2041
2048
Los preceptos de la Iglesia tienen por finalidad garantizar que los fieles cumplan con
lo mnimo indispensable en relacin al espritu de oracin, a la vida sacramental, al
esfuerzo moral y al crecimiento en el amor a Dios y al prjimo.
2042-2043
2044-2046
La vida moral de los cristianos es indispensable para el anuncio del Evangelio, porque,
conformando su vida con la del Seor Jess, los fieles atraen a los hombres a la fe en el
verdadero Dios, edifican la Iglesia, impregnan el mundo con el espritu del Evangelio y
apresuran la venida del Reino de Dios.
SEGUNDA SECCIN
Deuteronomio,
5, 6-21
Frmula
catequtica
Yo soy el
Seor, tu Dios,
que
te
ha
sacado
de
Egipto, de la
servidumbre.
Yo soy el
Seor
tu
Dios:
No habr para
ti otros dioses
delante de m.
1. Amars a
Dios
sobre
todas
las
cosas.
No tomars en
falso
el
nombre
del
Seor,
tu
Dios...
2. No tomars
el nombre de
Dios en vano.
Guardars el
da del sbado
para
santificarlo.
3. Santificars
las fiestas.
Honra a tu
padre y a tu
madre.
4. Honrars a
tu padre y a
tu madre.
No matars.
No matars.
5.
matars.
No cometers adulterio.
No cometers
adulterio.
6.
No
cometers
actos
impuros.
No robars.
No robars.
7. No robars
No
dars
testimonio
falso contra tu
prjimo.
8. No dars
falso
testimonio ni
mentirs.
No desears la
mujer de tu
prjimo.
9.
No
consentirs
pensamientos
ni
deseos
impuros.
No
No codiciars...
nada que sea
de tu prjimo.
10.
No
codiciars los
bienes
ajenos.
2052- 2054
2075-2076
2055
Jess interpreta la Ley a la luz del doble y nico mandamiento de la caridad, que es su
plenitud: Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, con toda tu alma y con toda tu
mente. ste es el mayor y primer mandamiento. El segundo es semejante a ste: Amars
a tu prjimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los
Profetas (Mt 22, 37-40).
2056-2057
Declogo significa las diez palabras que recogen la Ley dada por Dios al pueblo de
Israel durante la Alianza hecha por medio de Moiss (Ex 34, 28). El Declogo, al presentar
los mandamientos del amor a Dios (los tres primeros) y al prjimo (los otros siete), traza,
para el pueblo elegido y para cada uno en particular, el camino de una vida liberada de la
esclavitud del pecado.
2058-2063
2077
2064-2068
2069
2079
2072-2073
2081
El Declogo obliga gravemente porque enuncia los deberes fundamentales del hombre
para con Dios y para con el prjimo.
2074
2082
S, es posible cumplir el Declogo, porque Cristo, sin el cual nada podemos hacer, nos
hace capaces de ello con el don del Espritu Santo y de la gracia.
CAPTULO PRIMERO
PRIMER MANDAMIENTO:
YO SOY EL SEOR TU DIOS. AMARS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS
2083-2094
2133-2134
2095-2105
2135-2136
Las palabras adorars al Seor tu Dios y a l slo dars culto suponen adorar a Dios
como Seor de todo cuanto existe; rendirle el culto debido individual y
comunitariamente; rezarle con expresiones de alabanza, de accin de gracias y de splica;
ofrecerle sacrificios, sobre todo el espiritual de nuestra vida, unido al sacrificio perfecto de
Cristo; mantener las promesas y votos que se le hacen.
2104-2109
2137
2010-2128
2138-2140
2129-2132
2141
SEGUNDO MANDAMIENTO:
NO TOMARS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO
2142-2149
2160-2162
2150-2151
2163-2164
Est prohibido jurar en falso, porque ello supone invocar en una causa a Dios, que es
la verdad misma, como testigo de una mentira.
449. Qu es el perjurio?
2152-2155
TERCER MANDAMIENTO:
SANTIFICARS LAS FIESTAS
2168-2172
2189
2173
2174-2176
2190-2191
Para los cristianos, el sbado ha sido sustituido por el domingo, porque ste es el da
de la Resurreccin de Cristo. Como primer da de la semana (Mc 16, 2), recuerda la
primera Creacin; como octavo da, que sigue al sbado, significa la nueva Creacin
inaugurada con la Resurreccin de Cristo. Es considerado, as, por los cristianos como el
primero de todos los das y de todas las fiestas: el da del Seor, en el que Jess, con su
Pascua, lleva a cumplimiento la verdad espiritual del sbado judo y anuncia el descanso
eterno del hombre en Dios.
2177-2185
2192-2193
2186-2188
2194-2195
Es importante que el domingo sea reconocido civilmente como da festivo, a fin de que
todos tengan la posibilidad real de disfrutar del suficiente descanso y del tiempo libre que
les permitan cuidar la vida religiosa, familiar, cultural y social; de disponer de tiempo
propicio para la meditacin, la reflexin, el silencio y el estudio, y de dedicarse a hacer el
bien, en particular en favor de los enfermos y de los ancianos.
CAPTULO SEGUNDO
CUARTO MANDAMIENTO:
HONRARS A TU PADRE Y A TU MADRE
2196-2200
2247-2248
2201-2205
2249
2207-2208
2209-2213
2250
459. Cules son los deberes de los hijos hacia sus padres?
2214-2220
2251
Los hijos deben a sus padres respeto (piedad filial), reconocimiento, docilidad y
obediencia, contribuyendo as, junto a las buenas relaciones entre hermanos y hermanas,
al crecimiento de la armona y de la santidad de toda la vida familiar. En caso de que los
padres se encuentren en situacin de pobreza, de enfermedad, de soledad o de ancianidad,
los hijos adultos deben prestarles ayuda moral y material.
460. Cules son los deberes de los padres hacia los hijos?
2221-2231
2252-2253
2232-2233
2234-2237
2254
2238-2241
2255
2238-2241
2255
autoridad civil se opongan a las exigencias del orden moral: Hay que obedecer a Dios
antes que a los hombres (Hch 5, 29).
QUINTO MANDAMIENTO:
NO MATARS
2242-2262
2318-2320
2263-2265
2266
Una pena impuesta por la autoridad pblica, tiene como objetivo reparar el desorden
introducido por la culpa, defender el orden pblico y la seguridad de las personas y
contribuir a la correccin del culpable.
2267
La pena impuesta debe ser proporcionada a la gravedad del delito. Hoy, como
consecuencia de las posibilidades que tiene el Estado para reprimir eficazmente el crimen,
haciendo inofensivo a aqul que lo ha cometido, los casos de absoluta necesidad de pena
de muerte suceden muy rara vez, si es que ya en realidad se dan algunos (Juan Pablo
II, Carta Encclica Evangelium vitae). Cuando los medios incruentos son suficientes, la
autoridad debe limitarse a estos medios, porque corresponden mejor a las condiciones
concretas del bien comn, son ms conformes a la dignidad de la persona y no privan
definitivamente al culpable de la posibilidad de rehabilitarse.
2268-2283
2321-2326
2278-2279
Los cuidados que se deben de ordinario a una persona enferma no pueden ser
legtimamente interrumpidos; son legtimos, sin embargo, el uso de analgsicos, no
destinados a causar la muerte, y la renuncia al encarnizamiento teraputico, esto es, a
la utilizacin de tratamientos mdicos desproporcionados y sin esperanza razonable de
resultado positivo.
2274
2284-2287
El escndalo, que consiste en inducir a otro a obrar el mal, se evita respetando el alma
y el cuerpo de la persona. Pero si se induce deliberadamente a otros a pecar gravemente,
se comete una culpa grave.
2288-2291
475.
Cundo
son
moralmente
legtimas
las
experimentaciones cientficas, mdicas o psicolgicas sobre
las personas o sobre grupos humanos?
2292-2295
2296
2297-2298
2299
Los moribundos tienen derecho a vivir con dignidad los ltimos momentos de su vida
terrena, sobre todo con la ayuda de la oracin y de los sacramentos, que preparan al
encuentro con el Dios vivo.
2300-2301
Los cuerpos de los difuntos deben ser tratados con respeto y caridad. La cremacin de
los mismos est permitida, si se hace sin poner en cuestin la fe en la Resurreccin de los
cuerpos.
2302-2303
El Seor que proclama bienaventurados los que construyen la paz (Mt 5, 9), exige
la paz del corazn y denuncia la inmoralidad de la ira, que es el deseo de venganza por el
mal recibido, y del odio, que lleva a desear el mal al prjimo. Estos comportamientos, si
son voluntarios y consentidos en cosas de gran importancia, son pecados graves contra la
caridad.
2304-2305
La paz en el mundo, que es la bsqueda del respeto y del desarrollo de la vida humana,
no es simplemente ausencia de guerra o equilibrio de fuerzas contrarias, sino que es la
tranquilidad del orden (San Agustn), fruto de la justicia (Is 32, 17) y efecto de la
caridad. La paz en la tierra es imagen y fruto de la paz de Cristo.
2304
2307-2308
Para la paz en el mundo se requiere la justa distribucin y la tutela de los bienes de las
personas, la libre comunicacin entre los seres humanos, el respeto a la dignidad de las
personas humanas y de los pueblos, y la constante prctica de la justicia y de la
fraternidad.
2307-2310
2309
Determinar si se dan las condiciones para un uso moral de la fuerza militar compete al
prudente juicio de los gobernantes, a quienes corresponde tambin el derecho de imponer
a los ciudadanos la obligacin de la defensa nacional, dejando a salvo el derecho personal
a la objecin de conciencia y a servir de otra forma a la comunidad humana.
2312-2314
2328
La ley moral permanece siempre vlida, an en caso de guerra. Exige que sean
tratados con humanidad los no combatientes, los soldados heridos y los prisioneros. Las
acciones deliberadamente contrarias al derecho de gentes, como tambin las
disposiciones que las ordenan, son crmenes que la obediencia ciega no basta para
excusar. Se deben condenar las destrucciones masivas as como el exterminio de un
pueblo o de una minora tnica, que son pecados gravsimos; y hay obligacin moral de
oponerse a la voluntad de quienes los ordenan.
2315-2317
2327-2330
Se debe hacer todo lo razonablemente posible para evitar a toda costa la guerra,
teniendo en cuenta los males e injusticias que ella misma provoca. En particular, es
necesario evitar la acumulacin y el comercio de armas no debidamente reglamentadas
por los poderes legtimos; las injusticias, sobre todo econmicas y sociales; las
discriminaciones tnicas o religiosas; la envidia, la desconfianza, el orgullo y el espritu de
venganza. Cuanto se haga por eliminar estos u otros desrdenes ayuda a construir la paz y
a evitar la guerra.
SEXTO MANDAMIENTO:
NO COMETERS ACTOS IMPUROS
2331-2336
2392-2393
Dios ha creado al hombre como varn y mujer, con igual dignidad personal, y ha
inscrito en l la vocacin del amor y de la comunin. Corresponde a cada uno aceptar la
propia identidad sexual, reconociendo la importancia de la misma para toda la persona, su
especificidad y complementariedad.
488. Qu es la castidad?
2337-2338
2339-2341
2340-2347
Son numerosos los medios de que disponemos para vivir la castidad: la gracia de Dios,
la ayuda de los sacramentos, la oracin, el conocimiento de uno mismo, la prctica de una
ascesis adaptada a las diversas situaciones y el ejercicio de las virtudes morales, en
particular de la virtud de la templanza, que busca que la razn sea la gua de las pasiones.
2348-2350
2394
Todos, siguiendo a Cristo modelo de castidad, estn llamados a llevar una vida casta
segn el propio estado de vida: unos viviendo en la virginidad o en el celibato consagrado,
modo eminente de dedicarse ms fcilmente a Dios, con corazn indiviso; otros, si estn
casados, viviendo la castidad conyugal; los no casados, practicando la castidad en la
continencia.
2351-2359
2396
Son pecados gravemente contrarios a la castidad, cada uno segn la naturaleza del
propio objeto: el adulterio, la masturbacin, la fornicacin, la pornografa, la prostitucin,
el estupro y los actos homosexuales. Estos pecados son expresin del vicio de la lujuria. Si
se cometen con menores, estos actos son un atentado an ms grave contra su integridad
fsica y moral.
2336
Aunque en el texto bblico del Declogo se dice no cometers adulterio (Ex 20, 14),
la Tradicin de la Iglesia tiene en cuenta todas las enseanzas morales del Antiguo y del
Nuevo Testamento, y considera el sexto mandamiento como referido al conjunto de todos
los pecados contra la castidad.
2354
495. Cules son los bienes del amor conyugal, al que est
ordenada la sexualidad?
2360-2361
2397-2398
Los bienes del amor conyugal, que para los bautizados est santificado por el
sacramento del Matrimonio, son: la unidad, la fidelidad, la indisolubilidad y la apertura a
la fecundidad.
2362-2367
El acto conyugal tiene un doble significado: de unin (la mutua donacin de los
cnyuges), y de procreacin (apertura a la transmisin de la vida). Nadie puede romper la
conexin inseparable que Dios ha querido entre los dos significados del acto conyugal,
excluyendo de la relacin el uno o el otro.
2368-2369
2399
2370-2372
2373-2377
tcnicas que implican a una persona extraa a la pareja conyugal, lesionan el derecho del
hijo a nacer de un padre y de una madre conocidos por l, ligados entre s por matrimonio
y poseedores exclusivos del derecho a llegar a ser padre y madre solamente el uno a travs
del otro.
2378
2379
Cuando el don del hijo no les es concedido, los esposos, despus de haber agotado
todos los legtimos recursos de la medicina, pueden mostrar su generosidad mediante la
tutela o la adopcin, o bien realizando servicios significativos en beneficio del prjimo.
As ejercen una preciosa fecundidad espiritual.
2380-2391
2400
Las ofensas a la dignidad del Matrimonio son las siguientes: el adulterio, el divorcio, la
poligamia, el incesto, la unin libre (convivencia, concubinato) y el acto sexual antes o
fuera del matrimonio.
SPTIMO MANDAMIENTO:
NO ROBARS
2401-2402
2403
2404-2406
2407-2415
2450-2451
2416-2418
2457
los animales?
El hombre debe tratar a los animales, criaturas de Dios, con benevolencia, evitando
tanto el desmedido amor hacia ellos, como su utilizacin indiscriminada, sobre todo en
experimentos cientficos, efectuados al margen de los lmites razonables y con intiles
sufrimientos para los animales mismos.
2408-2413
2453-2455
El sptimo mandamiento prohbe ante todo el robo, que es la usurpacin del bien
ajeno contra la razonable voluntad de su dueo. Esto sucede tambin cuando se pagan
salarios injustos, cuando se especula haciendo variar artificialmente el valor de los bienes
para obtener beneficio en detrimento ajeno, y cuando se falsifican cheques y facturas.
Prohbe adems cometer fraudes fiscales o comerciales y ocasionar voluntariamente un
dao a las propiedades privadas o pblicas. Prohbe igualmente la usura, la corrupcin, el
abuso privado de bienes sociales, los trabajos culpablemente mal realizados y el
despilfarro.
2419-2423
2420
2458
2459
La vida social y econmica ha de ejercerse segn los propios mtodos, en el mbito del
orden moral, al servicio del hombre en su integridad y de toda la comunidad humana, en
el respeto a la justicia social. La vida social y econmica debe tener al hombre como autor,
centro y fin.
2424-2425
2426-2428
2460-2461
2429,
2433-2434
El acceso a un trabajo seguro y honesto debe estar abierto a todos, sin discriminacin
injusta, dentro del respeto a la libre iniciativa econmica y a una equitativa distribucin.
2431
2432
2435
2437-2441
2442
2443-2449
2462-2463
OCTAVO MANDAMIENTO:
NO DARS FALSO TESTIMONIO NI MENTIRS
2462-2470
2504
2471-2474
2505-2506
2475-2487
2507-2509
2488-2492
2510-2511
2493-2499
2512
La informacin a travs de los medios de comunicacin social debe estar al servicio del
bien comn, y debe ser siempre veraz en su contenido e ntegra, salvando la justicia y la
caridad. Debe tambin expresarse de manera honesta y conveniente, respetando
escrupulosamente las leyes morales, los legtimos derechos y la dignidad de las personas.
2500-2503
2513
NOVENO MANDAMIENTO:
NO CONSENTIRS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS
2514-2516
2528-2530
2517-2519
2531-2532
2520
El bautizado, con la gracia de Dios y luchando contra los deseos desordenados, alcanza
2521-2527
2533
DCIMO MANDAMIENTO:
NO CODICIARS LOS BIENES AJENOS
2534-2540
2551-2554
2544-2547
2556
2548-2550
2557
El mayor deseo del hombre es ver a Dios. ste es el grito de todo su ser: Quiero ver a
Dios!. El hombre, en efecto, realiza su verdadera y plena felicidad en la visin y en la
bienaventuranza de Aquel que lo ha creado por amor, y lo atrae hacia s en su infinito
amor.
El que ve a Dios obtiene todos los bienes que se pueden concebir (San
Gregorio de Nisa).
CUARTA PARTE
LA ORACIN CRISTIANA
PRIMERA SECCIN
534. Qu es la oracin?
2558-2565
2590
CAPTULO PRIMERO
LA REVELACIN DE LA ORACIN
2566-2567
2591
Existe una vocacin universal a la oracin, porque Dios, por medio de la creacin,
llama a todo ser desde la nada; e incluso despus de la cada, el hombre sigue siendo
capaz de reconocer a su Creador, conservando el deseo de Aquel que le ha llamado a la
existencia. Todas las religiones y, de modo particular, toda la historia de la salvacin, dan
testimonio de este deseo de Dios por parte del hombre; pero es Dios quien primero e
incesantemente atrae a todos al encuentro misterioso de la oracin.
2570-2573
2592
2574-2577
2593
2578-2580
2594
2581-2584
2579
2585-2589
2596-2597
2599
2620
2600-2604
2620
2605-2606
2620
2607-2614
2621
Jess nos ensea a orar no slo con la oracin del Padre nuestro, sino tambin cuando
l mismo ora. As, adems del contenido, nos ensea las disposiciones requeridas por una
verdadera oracin: la pureza del corazn, que busca el Reino y perdona a los enemigos; la
confianza audaz y filial, que va ms all de lo que sentimos y comprendemos; la
vigilancia, que protege al discpulo de la tentacin.
2615-2616
2617;2622
2618;2674
2679
2619
2623-2624
Al comienzo del libro de los Hechos de los Apstoles, se narra que en la primera
comunidad de Jerusaln, educada por el Espritu Santo en la vida de oracin, los
creyentes acudan asiduamente a las enseanzas de los apstoles, a la comunin, a la
fraccin del pan y a las oraciones (Hch 2, 42).
2623. 2625
2643-2644
551. Qu es la bendicin?
2626-2627
2645
2628
2629-2633
2646
2634-2636
2647
La intercesin consiste en pedir en favor de otro. Esta oracin nos une y conforma con
la oracin de Jess, que intercede ante el Padre por todos los hombres, en particular por
los pecadores. La intercesin debe extenderse tambin a los enemigos.
2637-2638
2648
2639-2643
2649
CAPTULO SEGUNDO
LA TRADICIN DE LA ORACIN
2650-2651
A travs de la Tradicin viva, es como en la Iglesia el Espritu Santo ensea a orar a los
hijos de Dios. En efecto, la oracin no se reduce a la manifestacin espontnea de un
impulso interior, sino que implica contemplacin, estudio y comprensin de las
realidades espirituales que se experimentan.
FUENTES DE LA ORACIN
2652-2662
2658
Las fuentes de la oracin cristiana son: la Palabra de Dios, que nos transmite la
ciencia suprema de Cristo (Flp 3, 8); la Liturgia de la Iglesia, que anuncia, actualiza y
comunica el misterio de la salvacin; las virtudes teologales; las situaciones cotidianas,
porque en ellas podemos encontrar a Dios.
mi corazn te lo repita cada vez que respiro (San Juan Mara Vianney).
EL CAMINO DE LA ORACIN
2663
En la Iglesia hay diversos caminos de oracin, segn los diversos contextos histricos,
sociales y culturales. Corresponde al Magisterio discernir la fidelidad de estos caminos a
la tradicin de la fe apostlica, y compete a los pastores y catequistas explicar su sentido,
que se refiere siempre a Jesucristo.
2664
2680-2681
El camino de nuestra oracin es Cristo, porque sta se dirige a Dios nuestro Padre
pero llega a l slo si, al menos implcitamente, oramos en el Nombre de Jess. Su
humanidad es, pues, la nica va por la que el Espritu Santo nos ensea a orar a Dios
nuestro Padre. Por esto las oraciones litrgicas concluyen con la frmula: Por Jesucristo
nuestro Seor.
2670-2672
2680-2681
2673-2679
2682
2676-2678
2682
La Iglesia reza a Mara, ante todo, con el Ave Mara, oracin con la que la Iglesia pide
la intercesin de la Virgen. Otras oraciones marianas son el Rosario, el himno Acthistos,
la Paraclisis, los himnos y cnticos de las diversas tradiciones cristianas.
MAESTROS DE ORACIN
2683-2684
2692-2693
Los santos son para los cristianos modelos de oracin, y a ellos les pedimos tambin
que intercedan, ante la Santsima Trinidad, por nosotros y por el mundo entero; su
intercesin es el ms alto servicio que prestan al designio de Dios. En la comunin de los
santos, a lo largo de la historia de la Iglesia, se han desarrollado diversos tipos de
espiritualidad, que ensean a vivir y a practicar la oracin.
2685-2690
2694-2695
2691
2696
Se puede orar en cualquier sitio, pero elegir bien el lugar tiene importancia para la
oracin. El templo es el lugar propio de la oracin litrgica y de la adoracin eucarstica;
tambin otros lugares ayudan a orar, como un rincn de oracin en la casa familiar, un
monasterio, un santuario.
CAPTULO TERCERO
LA VIDA DE ORACIN
2697-2698
2720
Todos los momentos son indicados para la oracin, pero la Iglesia propone a los fieles
ritmos destinados a alimentar la oracin continua: oracin de la maana y del atardecer,
antes y despus de las comidas, la Liturgia de la Horas, la Eucarista dominical, el Santo
Rosario, las fiestas del ao litrgico.
2697-2699
2700-2704
2722
La oracin vocal asocia el cuerpo a la oracin interior del corazn; incluso quien
practica la ms interior de las oraciones no podra prescindir del todo en su vida cristiana
de la oracin vocal. En cualquier caso, sta debe brotar siempre de una fe personal. Con el
Padre nuestro, Jess nos ha enseado una frmula perfecta de oracin vocal.
570. Qu es la meditacin?
2705-2708
2723
La meditacin es una reflexin orante, que parte sobre todo de la Palabra de Dios en la
Biblia; hace intervenir a la inteligencia, la imaginacin, la emocin, el deseo, para
profundizar nuestra fe, convertir el corazn y fortalecer la voluntad de seguir a Cristo; es
una etapa preliminar hacia la unin de amor con el Seor.
2709-2719
2724
2739-2741
EL COMBATE DE LA ORACIN
2725
La oracin es un don de la gracia, pero presupone siempre una respuesta decidida por
nuestra parte, pues el que ora combate contra s mismo, contra el ambiente y, sobre todo,
contra el Tentador, que hace todo lo posible para apartarlo de la oracin. El combate de la
oracin es inseparable del progreso en la vida espiritual: se ora como se vive, porque se
vive como se ora.
2726-2728
2752-2753
Adems de los conceptos errneos sobre la oracin, muchos piensan que no tienen
tiempo para orar o que es intil orar. Quienes oran pueden desalentarse frente a las
dificultades o los aparentes fracasos. Para vencer estos obstculos son necesarias la
humildad, la confianza y la perseverancia.
2729-2733
2754-2755
2734-2741
2756
2742-2745
2757
Orar es siempre posible, pues el tiempo del cristiano es el tiempo de Cristo resucitado,
que est con nosotros todos los das (Mt 28, 20). Oracin y vida cristiana son, por ello,
inseparables.
2604
2746-2751
2758
SEGUNDA SECCIN
Padre nuestro
Pater Noster
2759-2760
2773
2761-2764
2774
2765-2766
2775
2767-2772
2776
2777-2778
2797
Podemos acercarnos al Padre con plena confianza, porque Jess, nuestro Redentor,
nos introduce en la presencia del Padre, y su Espritu hace de nosotros hijos de Dios. Por
ello, podemos rezar el Padre nuestro con confianza sencilla y filial, gozosa seguridad y
humilde audacia, con la certeza de ser amados y escuchados.
2779-2785
2789
2798-2800
Podemos invocar a Dios como Padre, porque el Hijo de Dios hecho hombre nos lo
ha revelado, y su Espritu nos lo hace conocer. La invocacin del Padre nos hace entrar en
su misterio con asombro siempre nuevo, y despierta en nosotros el deseo de un
comportamiento filial. Por consiguiente, con la oracin del Seor, somos conscientes de
ser hijos del Padre en el Hijo.
2786-2790
2801
Nuestro expresa una relacin con Dios totalmente nueva. Cuando oramos al Padre,
lo adoramos y lo glorificamos con el Hijo y el Espritu. En Cristo, nosotros somos su
pueblo, y l es nuestro Dios, ahora y por siempre. Decimos, de hecho, Padre nuestro,
porque la Iglesia de Cristo es la comunin de una multitud de hermanos, que tienen un
solo corazn y una sola alma (Hch 4, 32).
2791-2793
2801
Dado que el Padre nuestro es un bien comn de los bautizados, stos sienten la
urgente llamada a participar en la oracin de Jess por la unidad de sus discpulos. Rezar
el Padre nuestro es orar con todos los hombres y en favor de la entera humanidad, a fin
de que todos conozcan al nico y verdadero Dios y se renan en la unidad.
2794-2796
2802
La expresin bblica cielo no indica un lugar sino un modo de ser: Dios est ms
all y por encima de todo; la expresin designa la majestad, la santidad de Dios, y tambin
2803-2806
2857
La oracin del Seor contiene siete peticiones a Dios Padre. Las tres primeras, ms
teologales, nos atraen hacia l, para su gloria, pues lo propio del amor es pensar
primeramente en Aquel que amamos. Estas tres splicas sugieren lo que, en particular,
debemos pedirle: la santificacin de su Nombre, la venida de su Reino y la realizacin de
su voluntad. Las cuatro ltimas peticiones presentan al Padre de misericordia nuestras
miserias y nuestras esperanzas: le piden que nos alimente, que nos perdone, que nos
defienda ante la tentacin y nos libre del Maligno.
2807-2812
2858
Santificar el Nombre de Dios es, ante todo, una alabanza que reconoce a Dios como
Santo. En efecto, Dios ha revelado su santo Nombre a Moiss, y ha querido que su pueblo
le fuese consagrado como una nacin santa en la que l habita.
2813-2815
Santificar el Nombre de Dios, que nos llama a la santidad (1Ts 4, 7), es desear que la
consagracin bautismal vivifique toda nuestra vida. Asimismo, es pedir que, con nuestra
vida y nuestra oracin, el Nombre de Dios sea conocido y bendecido por todos los
hombres.
2816-2821
2859
La Iglesia invoca la venida final del Reino de Dios, mediante el retorno de Cristo en la
gloria. Pero la Iglesia ora tambin para que el Reino de Dios crezca aqu ya desde ahora,
gracias a la santificacin de los hombres en el Espritu y al compromiso de stos al
servicio de la justicia y de la paz, segn las Bienaventuranzas. Esta peticin es el grito del
Espritu y de la Esposa: Ven, Seor Jess (Ap 22, 20).
2822-2827
2860
La voluntad del Padre es que todos los hombres se salven (1Tm 2, 4). Para esto ha
venido Jess: para cumplir perfectamente la Voluntad salvfica del Padre. Nosotros
pedimos a Dios Padre que una nuestra voluntad a la de su Hijo, a ejemplo de Mara
Santsima y de los santos. Le pedimos que su benevolente designio se realice plenamente
sobre la tierra, como se ha realizado en el cielo. Por la oracin, podemos distinguir cul
es la voluntad de Dios (Rm 12, 2), y obtener constancia para cumplirla (Hb 10, 36).
2828-2834
2861
Al pedir a Dios, con el confiado abandono de los hijos, el alimento cotidiano necesario
a cada cual para su subsistencia, reconocemos hasta qu punto Dios Padre es bueno, ms
all de toda bondad. Le pedimos tambin la gracia de saber obrar, de modo que la justicia
y la solidaridad permitan que la abundancia de los unos cubra las necesidades de los
otros.
2835-2837
2861
Puesto que no slo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de
Dios (Mt 4, 4), la peticin sobre el pan cotidiano se refiere igualmente al hambre de la
Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo, recibido en la Eucarista, as como al hambre del
Espritu Santo. Lo pedimos, con una confianza absoluta, para hoy, el hoy de Dios: y esto
se nos concede, sobre todo, en la Eucarista, que anticipa el banquete del Reino venidero.
2838-2839
2862
Al pedir a Dios Padre que nos perdone, nos reconocemos ante l pecadores; pero
confesamos, al mismo tiempo, su misericordia, porque, en su Hijo y mediante los
sacramentos, obtenemos la redencin, la remisin de nuestros pecados (Col 1, 14).
Ahora bien, nuestra peticin ser atendida a condicin de que nosotros, antes, hayamos,
por nuestra parte, perdonado.
2840-2845
2862
2846-2849
2863
Pedimos a Dios Padre que no nos deje solos y a merced de la tentacin. Pedimos al
Espritu saber discernir, por una parte, entre la prueba, que nos hace crecer en el bien, y la
tentacin, que conduce al pecado y a la muerte; y, por otra parte, entre ser tentado y
consentir en la tentacin. Esta peticin nos une a Jess, que ha vencido la tentacin con
su oracin. Pedimos la gracia de la vigilancia y de la perseverancia final.
2850-2854
2864
El mal designa la persona de Satans, que se opone a Dios y que es el seductor del
mundo entero (Ap 12, 9). La victoria sobre el diablo ya fue alcanzada por Cristo; pero
nosotros oramos a fin de que la familia humana sea liberada de Satans y de sus obras.
Pedimos tambin el don precioso de la paz y la gracia de la espera perseverante en el
retorno de Cristo, que nos librar definitivamente del Maligno.
2855-2856
2865
APNDICE
ORACIONES COMUNES
ORACIONES COMUNES
Seal de la Cruz
Signum Crucis
In nmine Patris,
et Flii,
et Spritus Sancti. Amen.
Gloria al Padre
Gloria Patri
Gloria al Padre
y al Hijo
y al Espritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amn.
Glria Patri,
et Flio,
et Spirtui Sancto.
Sicut erat in princpio,
et nunc et semper
et in saecula saeculrum. Amen.
Padre nuestro
Pater Noster
Ave Mara
Ave, Mar
Ave, Mara,
grtia plena,
Dminus tecum.
Benedcta tu
in muliribus,
et benedctus fructus ventris tui,
Iesus.
Sancta Mara, Mater Dei,
ora pro nobis peccatribus,
nunc et in hora mortis nostr.
Amen.
ngel de Dios
Angele Dei
ngel de Dios,
que eres mi custodio,
pues la bondad divina
me ha encomendado a ti,
ilumname, gurdame, defindeme
y gobirname.
Amn.
ngele Dei,
qui custos es mei,
me, tibi commssum
piette suprna,
illmina, custdi, rege
et gubrna.
Amen.
El eterno reposo
Requiem ternam
eis,
ngelus
Angelus Domini
Y concibi
por obra y gracia del Espritu Santo.
Et concpit
de Spritu Sancto.
Ave, Mara...
verbum
Oremos
Ormus
Infunde, Seor,
tu gracia en nuestras almas,
para que, los que hemos conocido,
por el anuncio del ngel,
la Encarnacin de tu Hijo Jesucristo,
lleguemos por los Mritos de su Pasin y su Cruz, a la
gloria de la Resurreccin.
Por Jesucristo Nuestro Seor. Amn.
Gloria al Padre...
ad
resurrectinis
glriam
perducmur.
Per endem Christum Dminum
nostrum. Amen.
Glria Patri...
Regina Caeli
Oremos
Ormus
Salve Regina
Salve, Regina
Salve, Regina,
y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti llamamos
los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lgrimas.
Ea, pues, Seora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos;
y despus de este destierro,
mustranos a Jess,
fruto bendito de tu vientre.
Mater misericrdiae,
vita, dulcdo et spes nostra,
salve.
Ad te clammus,
xsules flii Eva.
Ad te suspirmus gemntes
et flentes in hac lacrimrum valle.
Eia ergo, advocta nostra,
illos tuos misericrdes culos
ad nos convrte.
Et Iesum benedctum fructum
ventris tui,
nobis, post hoc exslium, ostnde.
O clemens, o pia,
o dulcis Virgo Marae!
Magnificat
Magnificat
Proclama mi alma
la grandeza del Seor,
se alegra mi espritu en Dios,
mi salvador;
porque ha mirado la humillacin
de su esclava.
Magnficat
nima mea Dminum,
et exsultvit spritus meus
in Deo salvatre meo,
quia respxit humilittem
ancllae suae.
Bajo tu proteccin
Benedictus
Benedictus
datrum se nobis,
ut sine timre,
de manu inimicrum liberti,
servimus illi
in sanctitte et iusttia coram ipso
mnibus dibus nostris.
Y a ti, nio,
te llamarn profeta del Altsimo,
porque irs delante del Seor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvacin,
el perdn de sus pecados.
Et tu, puer,
prophta Altssimi vocberis:
praebis enim ante fciem Dmini
parre vias eius,
ad dandam scintiam saltis plebi
eius
in
remissinem
peccatrum
erum,
Te Deum
Te Deum
Te Deum laudmus:
te Dminum confitmur.
Te aetrnum Patrem,
omnis terra venertur.
A ti te ensalza
el glorioso coro de los Apstoles,
la multitud admirable de los Profetas,
el blanco ejrcito de los mrtires.
Te glorisus
apostolrum chorus,
te
prophetrum
laudbilis
nmerus,
te mrtyrum candidtus laudat
exrcitus.
A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra, te proclama:
Creemos que un da
has de venir como juez.
Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
regna
Iudex crderis
esse ventrus.
Te ergo quasumus,
tuis fmulis sbveni,
pretiso
snguine redemsti.
quos
S su pastor
y enslzalo eternamente.
Da tras da te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
tuum,
Dignre, Dmine,
die isto sine peccto nos custodre.
Veni Creator
Tu septifrmis mnere,
dgitus patrnae dxterae,
tu rite promssum Patris,
sermne ditans gttura.
Consoltor ptime,
dulcis hospes nim,
dulce refrigrium.
In labre rquies,
in stu tempries,
in fletu solcium.
O lux beatssima,
reple cordis ntima
turum fidlium.
Sine tuo nmine,
nihil est in hmine
nihil est innxium.
Da tuis fidlibus,
in te confidntibus,
sacrum septenrium.
Da virttis mritum,
da saltis xitum,
da pernne gudium. Amen.
Alma de Cristo
Anima Christi
Acordaos
Memorare
Acordaos,
oh piadossima Virgen Mara,
que jams se ha odo decir
que ninguno de los que han acudido
a tu proteccin,
implorando tu asistencia
Memorre,
o pissima Virgo Mara,
non esse audtum a sculo,
quemquam ad tua currntem
prsdia,
tua implorntem auxilia,
y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado de ti.
Animado con esta confianza,
a ti tambin acudo, oh Madre,
Virgen de las vrgenes,
y aunque gimiendo
bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer
ante tu presencia soberana.
No deseches mis humildes splicas,
oh Madre del Verbo divino,
antes bien, escchalas
y acgelas benignamente. Amn
Rosario
Rosarium
Misterios gozosos
(lunes y sbado)
Mystria gaudisa
(in feria secunda et sabbato)
Annuntitio.
Visittio.
Natvitas.
Praesenttio.
Invntio in Templo.
Mystria luminsa
quinta)
(in
feria
Misterios dolorosos
(martes y viernes)
Mystria dolorsa
(in feria tertia et feria sexta)
Agona in Hortu.
Flagelltio.
Corontio Spinis.
Baiultio Crucis.
Crucifixio et Mors.
Mystria glorisa
(in feria quanta et Dominica)
Misterios gloriosos
(mircoles y domingo)
Oremos
Oh Dios,
cuyo Hijo por medio de su vida,
muerte y resurreccin,
nos otorg los premios
de la vida eterna,
te rogamos que
venerando humildemente
los misterios del Rosario
de la Santsima Virgen Mara,
imitemos lo que contienen
y consigamos lo que nos prometen.
Por Jesucristo, nuestro Seor. Amn
Te pedimos Seor,
Resurrctio.
Ascnsio.
Descnsus Spritus Sancti.
Assmptio.
Corontio in Clo.
Oratio ad finem Rosarii dicenda
Bendcenos
y purifica nuestro corazn
y sana las enfermedades
del alma y del cuerpo.
Te adoramos, oh Cristo,
con el Padre de bondad
y con el Espritu Santo,
porque has venido, nos has salvado.
y me alcance estar
ante el tribunal de Cristo
sin condena y sin confusin.
No s si se me conceder
volver a ofrecer sobre ti
otro Sacrificio.
Protgeme, Seor,
y conserva a tu Santa Iglesia,
que es camino de verdad
y de salvacin. Amn.
T eres la Resurreccin,
la Vida y el descanso del difunto,
tu siervo N.
Acto de Fe
Actus Fidei
Acto de Fe
(tradicin espaola)
Acto de Esperanza
Actus Spei
Acto de Esperanza
(tradicin espaola)
Amen.
Acto de caridad
Actus caritatis
Acto de Caridad
(tradicin espaola)
Acto de Contricin
Actus Contritionis
Dios mo,
me arrepiento de todo corazn
de todos mis pecados
Deus meus,
ex toto corde pnitet me mnium
merum peccatrum,
y los aborrezco,
porque al pecar, no slo merezco
las penas establecidas por ti
justamente,
sino principalmente porque te ofend,
a ti sumo Bien y digno de amor
por encima de todas las cosas.
Por eso propongo firmemente,
con ayuda de tu gracia,
no pecar ms en adelante
y huir de toda ocasin de pecado.
Amn.
Acto de Contricin
(tradicin espaola)
aque detstor,
quia peccndo,
non solum poenas a te iuste
stattas promritus sum,
sed prsrtim quia offndi te,
summum bonum,
ac dignum qui super mnia
diligris.
Ideo frmiter propno,
adiuvnte grtia tua,
de ctero me non peccatrum
peccandque occasines prximas
fugitrum.
Amen.
2. Esperanza
3. Caridad
LAS CUATRO VIRTUDES CARDINALES
1. Prudencia
2. Justicia
3. Fortaleza
4. Templanza
LOS SIETE DONES DEL ESPRITU SANTO
1. Sabidura
2. Entendimiento
3. Consejo
4. Fortaleza
5. Ciencia
6. Piedad
7. Temor de Dios
LOS DOCE FRUTOS DEL ESPRITU SANTO
1. Amor
2. Alegra
3. Paz
4. Paciencia
5. Longanimidad
6. Bondad
7. Benignidad
8. Mansedumbre
9. Fe
10. Modestia
11. Continencia
12. Castidad
LOS CINCO MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA
1. Or misa entera todos los domingos y fiestas de guardar.
2. Confesar los pecados mortales al menos una vez al ao, y en peligro de muerte, y si se
ha de comulgar.
3. Comulgar al menos por Pascua de Resurreccin.
4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia.
5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.
LAS SIETE OBRAS DE MISERICORDIA CORPORALES
1. Visitar y cuidar a los enfermos.
2. Dar de comer al hambriento.
3. Dar de beber al sediento.
4. Dar posada al peregrino.
5. Vestir al desnudo.
6. Redimir al cautivo.
7. Enterrar a los muertos.
LAS SIETE OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES
1. Ensear al que no sabe.
2. Dar buen consejo al que lo necesita.
3. Corregir al que yerra.
4. Perdonar las injurias.
5. Consolar al triste.
6. Sufrir con paciencia los defectos de los dems.
7. Rogar a Dios por vivos y difuntos.
LOS SIETE PECADOS CAPITALES
1. Soberbia
2. Avaricia
3. Lujuria
4. Ira
5. Gula
6. Envidia
7. Pereza
LOS NOVSIMOS
1. Muerte
2. Juicio
3. Infierno
4. Gloria
ABREVIATURAS BBLICAS
Ap
Apocalipsis
1 Co
1 Corintios
2 Co
2 Corintios
Col
Colosenses
Dt
Deuteronomio
Ef
Efesios
Ex
xodo
Ez
Ezequiel
Flp
Filipenses
Ga
Glatas
Gn
Gnesis
Hb
Hebreos
Hch
Hechos
Is
Isaas
Jn
Juan
1 Jn
1 Juan
Lc
Lucas
2M
2 Macabeos
Mc
Marcos
Mt
Mateo
1P
1 Pedro
2P
2 Pedro
1R
1 Reyes
Rm
Romanos
Sal
Salmos
St
Santiago
1 Tm
1 Timoteo
2 Tm
2 Timoteo
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Tt
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