La Industria Textil en El Siglo XIX en Guadalajara
La Industria Textil en El Siglo XIX en Guadalajara
La Industria Textil en El Siglo XIX en Guadalajara
Industria y Comercio
Lecturas Histricas de Guadalajara V
Jorge Durand*
Los textiles en la Nueva Galicia
Los estudios sobre la industria textil novohispnica hacen referencia sobre todo a los casos de Puebla, Quertaro y la ciudad de
Mxico qe concentraron, efectivamente, esa actividad productiva durante la mayor parte del periodo colonial. Hasta las
postrimeras del siglo XVIII la Intendencia de Guadalajara no
parecera haber tenido mayor importancia en cuanto a la produccin textil: para principios del XVIII, de la Pea (1977 -8) reporta
la existencia de algunos obrajes en Sayula1 y para 1770 la
manufactura textil tapa ta se reduCaa dos obrajes y a la actividad
que desplegaban poco ms de un centenar de tejedores a domicilio (Castaeda, 1980:13).
La Intendencia de Guadalajara apareca ms bien como un
mercado para la produccin del centro del pas y se desempeaba
tambin como una regin abastecedora de materias primas,
a pesar de que era una de las regiones ms populares y que produca
algodn y lana, esta provincia occidental tradicionalmente haba enviado
materias primas a lugares como Quertaro y Puebla, y recibido de stas
los artculos terminados que necesitaba" (Potash, 1959:18).
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"fabricantes de algodn y artesanos" y en el resto de la Intendencia se haban registrado 355 personas como" fabricantes" y 2399
como "artesanos" (Menndez Valds, 1980:135). Yen "1803 se
informaba que veinte mil personas estaban dedicadas, total o
parcialmente, a la manufactura de textiles. El valor de la produccin de los artculos de algodn en ese ao se calcul en
$ 1 386 591, importe prcticamente igual al de la produccin de
Puebla, que era el centro principal de textiles de algodn en la
Nueva Espaa" (Potash, 1949: 18). Y no haba problemas con las
materias primas. De la lana por ejemplo "en 1804 se habla de que
slo el rea de Guadalajara tena un total de cabezas de oveja de
cerca de siete millones y medio" (Serrera; citado en Sandoval,
1978:7).
Aunque se conocen muy poco todava las razones de este
cambio, para un protagonista de la poca las cosas sucedieron
as: un vecino de Guadalajara -Manuel Puchal- propuso a la
Audiencia Gobernadora un proyecto para establecer una fbrica de ropas de la tierra. Pero no encontr mucho apoyo por
la dificultad de "unir los nimos de los que tienen facultad para
poder hacerla, opinando cada uno de diverso modo" (Documento de abril de 1781, citado enArcila, 1974,11:42). Sin embargo,
su empeo dio frutos y, al poco tiempo, se instal un "obraje y
se fabric un batn para paos y bayetas y ropas de lana"(/bid.)
Segn Puchal el efecto cundi y en poco tiempo" funcionaban en
la ciudad ms de trescientos talleres semejantes a los que l
fund" (/bid.)
Existen varios factores que podran ayudar a explicar este
cambio de Guadalajara de centro abastecedor-consumidor al de
productor de textiles. En primer lugar a partir de 1790 hubo, al
parecer, "un movimiento tendente a sustituir las importaciones
de algodn y textiles de lana ... que estimul el crecimiento
industrial" (Van Young, 1980:76). Y, quiz detrs de esto, estaba
un fuerte grupo local: los comerciantes tapatos que en 1795
lograban formar su propio Consulado. Como se sabe (Gonzlez
Angula y Sandoval zarauz, 1980) los comerciantes jugaron un
importante papel en el resquebrajamiento del sistema gremial
que se dio a partir de la segunda mitad del siglo XVIII y en el
consiguiente desarrollo de nuevas formas de organizacin y
control de la produccin y los productores. Aunque hubo,
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evidentemente, una mayor libertad de accin para los productores, en realidad, muchos de ellos empezaron a ser controlados por
los comerciantes que les habilitaban en dinero y ma terias primas,
que les reciban y vendan la produccin y que, obviamente,
resultaban ser los principales beneficiarios de la produccin
individual y la de los talleres. Y es que, adems, el negocio lo
ameritaba. En la regin se contaba con materias primas suficientes tanto de lana (Cfr. Serrera) como del algodn que se produca
en pequea escala en Tepic, Acaponeta, Centispac y Compostela
(Roa, 1981). Las poblaciones rural y urbana empezaban a crecer
(Van Young, 1980) con la ventaja adicional de que se trataba de
gente mestiza acostumbrada a abastecerse y a depender del
mercado' y no a arreglrselas por cuenta propia, como la poblacin indgena de otras partes, por ejemplo. Y por si fuera poco,
Guadalajara era ya el centro de distribucin de productos ms
importante del occidente del pas (/bid. 75). La mano de obra
conocedora del oficio no escaseaba en Guadalajara y se podan
aprovechar incluso, las habilidades de los que trabajaban la lana
y el algodn en Sayula, Chapa la, Ameca, Lagos, La Barca,
Autln o Tepic (Roa 1981). Finalmente, el caso reseado de
Puchal se podra interpretar como el ejemplo clsico del empresario innovador que inicia una actividad que resulta rentable y
tiene seguidores.
Sin embargo, el auge textilero de Guadalajara dur pocos
aos. Una vez consumada la Independencia, el gobierno expidi
su primera ley aduanal del 15 de diciembre de 1821 donde se
reglamentaba el mercado exterior y se abran los puertos a los
barcos de todas las naciones. A pesar del impuesto del 25 por
ciento que se aplicaba a todas las telas forneas, stas entraron
con ventaja en cuanto a calidad y precio. La ley contemplaba la
prohibicin de la importacin de algunos productos, entre ellos
tres relaciones con el crecimiento de la industria textil: el
algodn en bruto, el hilo de algodn hasta el nmero 60 y las
cintas de algodn. Sin embargo, la competencia se daba en el
producto elaborado y este aparente proteccionismo no result
efectivo. En realidad, el naciente gobierno estaba ms preocupado por la recaudacin de fondos que en la proteccin a la industria
nacional. Al respecto, un escritor de Guadalajara comentaba que
"la ley [aduanal] se comparaba con una orden que prohibiera la
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venta de todas las manufacturas del pas" y propuso que decretaran impuestos del 400 al 1000 por ciento a las mercancas
extranjeras (Potash, 1959:33).
La situacin para los textileros tapatos se tom en verdad
crtica. El gobernador Prisciliano Snchez deca que la industria
de "tejidos de algodn y estampados de zaraza llegaron a ser la
industria dominante en esta capital... antes del comercio libre" y
que, desde que se han hecho "introducciones abundantes por San
BIas de tejidos gruesos de algodn ... decay necesariamente el
aprecio de las mantas ... que se fabricaban en el pas y se iban
mejorando de calidad" (informe de Gobierno, 1826).
La situacin de la industria textil tapata era un reflejo de lo
que pasaba a nivel nacional. Era necesario el colapso de la industria textil colonial, que se sustentaba en el trabajo de obrajes,
artesanos y trabajadores a domicilio, para dar paso a la revolucin industrial con la introduccin del sistema de fbrica.
La nueva industria
A nivel local, el gobierno del estado, consciente de la crisis por
la que pasaba la industria, intent diversas formas para promover
su desarrollo. En 1832, la Cmara de Diputados decret una
exencin de cargas consejiles para "todo individuo que estableciera en el Btado, taller de rebocera de seda, de lencera, de
paos de primera, de segunda o del conocido bajo el nombre
de Quertaro" (Coleccin de Leyes y Decretos, TJ 5, 1831:33,
p. 150). Posteriormente, el Congreso autoriz para que se
compraran, con fondos del erario pblico, dos acCiones ntegras,
a la compaa que se estableciera en el Btado, con el fin de
fomentar la industria agrcola y fabril (Ibid., T. VI, 1833:34,
p.57).
La poltica local aunada al esfuerzo nacional para dar paso a
la industrializacin, fueron factores importantes para que los
capitalistas locales se decidieran a invertir. Tambin influy el
xito logrado por las plantas textiles pioneras en el pas, que
facilitaron el camino para posteriores inversionistas.
Las primeras fbricas textiles de Jalisco se instalaron en el
ca.'I.tnde Tepic. La casa Barrn Forbesy Compaa fund, en
1838, la fbrica textil Jauja; y la Casa Castaos inaugur, tres
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Polash (1959) no
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evidentemente, participaron del impulso y movimiento generado por la poltica industrial de don Lucas Alamn.
Terradas, a partir de un documento presentado por los industriales tapa tos ante la amenaza de reformas a las leyes proteccionistas, seala que "se trata de uno de los primeros alegatos de
fabricantes donde estos ya no aparecen integrados y amparados
por el Estado a la Alamn, sino que, incipientemente, se colocan
como clase autogenerada frente al Estado" (1980: 109). Sin duda,
esta conciencia de clase se fincaba en la completa autonoma de
los industriales jaliscienses con respecto a las subvenciones
estatales implementadas por el Banco de Avo.
El grupo de industriales tapa tos formaba parte de un estrecho
crculo de "familias conocidas" donde, si bien no todos eran
nobles de cuna, todos posean numerosos negocios y cuantiosas
fortunas. Entre ellos se realizaban mltiples transacciones, se
compraban y se vendan, participaban en proyectos comunes,
eran accionistas de las mismas empresas, administraban los
bienes de las viudas y los hurfanos, se repartan las herencias.
Los negocios se consolidaban con las alianzas matrimoniales y
compadrazgos. Los hijos solan retomar la posta dejada por los
pioneros, pero, en muchos casos, hacan lo que podan dada su
falta de habilidad y sus pocas agallas para conservar el patrimonio familiar sin dividirlo entre hermanos, primos y cuados. Los
herederos. solan reunirse nuevamente entre parientes y formar
nuevas empresas para administrar viejas fortunas y emprender
nuevos negocios.
Los empresarios del XIX Un caso
De este grupo de empresarios decimonnicos nos interesa destacar el caso de la familia Martnez Negrete, que, adems de ser
un ejemplo ilustrativo de este grupo, fue la fundadora de la
fbrica Ro Grande.
Don Francisco Martnez Negrete y Ortiz de Rosas era originario de Nestosa, en el Seoro de Vizcaya, Reino de Castilla.
Naci el ao de 1797 y falleci en la ciudad de Guadalajara en
1874. Al llegar a Mxico se ubic en el puerto de Mazatln
donde contrajo primeras nupcias con doa Mara Trinidad
Roncal, originaria de Cosal, Sinaloa, con quien tuvo 6 hijos, de
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(AIPG)
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Castaeda, Carmen. "Sobre una fbrica textil u obraje establecida en Guadalajara en el siglo XVIII", en Boletn del
Archivo Histrico de Jalisco IV, 1(ene-abr., 1980), pp. 1316. Guadalajara,Secretara General de Gobierno. Archivo
Histrico de Jalisco, 1978.
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Florescano, Enrique, et al. La clase obrera en la historia de
Mxico de la Colonia al Imperio, Mxico, Siglo XXI,
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Van Young, Eric. "Hinterland y mercado urbano: el caso de
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General, Unidad Editorial.
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