Llegada de Roma A Oriente
Llegada de Roma A Oriente
Llegada de Roma A Oriente
http://es.wikipedia.org/wiki/Judea_%28provincia_romana%29
Judea, o Iuda en latn (en inscripciones, IVDAEA), fue una provincia romana
en la regin romana de Oriens, es decir Oriente en la orilla oriental del mar
Mediterrneo. El Imperio romano cambi el nombre de Judea a Palestina o
Provincia Syria-Palstina en el ao 135, como forma de borrar toda memoria
juda de la regin, tras aplastar la rebelin de Bar Kocheba. Los gegrafos
Estrabn y Ptolomeo describen la Provincia de Judea como abarcando la
Galilea, la Samaria, las alturas de Goln (Gaulanitis), la orilla oriental del ro
Jordn, adems del territorio del antiguo reino de Jud, etc.
El Nuevo Testamento usa el nombre Judea en dos sentidos: 1) solamente el
territorio del antiguo reino de Jud, y 2) el territorio entero de la provincia
romana de Judea. La nocin de Judea en su sentido ms amplio coincide
grosso modo con la nocin juda de Tierra de Israel (Eretz Israel).
Antecedentes
166 a. C. Los judos piadosos (jasidim), al mando de Judas Macabeo,
luchan contra los judos helenizantes, ya que con Antoco IV surge la iniciativa
de convertir a Jerusaln en una ciudad griega, prohibiendo el culto a Yahveh, as
como los ritos judos, y consagrando el templo al dios Zeus.
164 a. C. Se produce la rebelin de los macabeos. Se forma Judea como
Estado judo independiente.
150 a. C. Los sirios son expulsados de Jerusaln, que recupera su pureza
racial anterior a la cautividad.
129 a. C. Cada del reino selucida. El estado judo adquiere plena
autonoma. Gobiernan los asmoneos, partidarios del sector saduceo.
110 a. C. El rey y sacerdote de Judea, Juan Hircano I, conquista Idumea y
Samaria y vuelve el reino a los niveles geogrficos de salomn
105 a. C. El rey y sumo sacerdote de Judea, Alejandro Janneo, hace que se
acabe el apoyo a los fariseos y comienza el favor a los saduceos.
provincia romana de Iudaea. Esta provincia fue gobernada por un prefecto, al ser
declarada provincia imperial y no senatorial
asumieron los maestros del Templo y con ellos el pueblo en general. Las
posturas de estos dos partidos se irn polarizando progresivamente.
Los excesos de Antoco IV, que llevaron a la revuelta macabea y a la
instauracin de la dinasta asmonea. Tuvieron todos los rasgos de una guerra
contra la religin juda. Pero haba en el conflicto otro componente poltico:
Antoco IV buscaba quitarse el mal sabor de boca que le dej su fracaso en una
intervencin en Egipto, abortada por Roma.
Roma puso freno, por tanto, a la expansin de los selucidas en Egipto y se
enfrent al panorama de un Mediterrneo oriental dividido en distintos reinos
helenistas, entre los que exista una cierta homogeneidad cultural y lingstica
que no evitaba constantes enfrentamientos dinsticos y guerras.
La llegada de Julio Csar al poder haba supuesto una mejora en la situacin
de los judos. Hircano II, Sumo Sacerdote como sucesor de la dinasta asmonea,
y Antpatro, su ministro idumeo, apoyaron a Csar y lograron que se
reconstruyeran las murallas de Jerusaln y se devolviera el puerto de Jaffa a los
judos. Hircano y sus hijos fueron confirmados como sumos sacerdotes y
etnarcas de Judea y los hijos de Antpatro lograron puestos de importancia:
Fasael fue nombrado gobernador de Jerusaln y Herodes gobernador de Galilea
Por ello Herodes nunca ocup el puesto de Sumo Sacerdote, para el que
designaba a hombres de paja. El saba que sin Roma no era nada, por lo que
toda su poltica se bas en un principio fundamental: complacer al Imperio.
En las ciudades no judas se condujo como un soberano helenista. Construy
muchas obras tiles a lo largo del pas y lo embelleci: Sebaste, Cesarea,
diferentes fortalezas. Promovi la prctica de juegos y espectculos al estilo
griego y romano y logr para su reino una prosperidad econmica notable,
dentro del nuevo orden de pax augusta impuesto por Octavio Augusto. Ms de
diez mil helenos tenan algn cargo en su corte cuando muri. Pero nunca
intent imponer el helenismo a los judos.
Los intentos de legitimar su poder ante su pueblo fueron varios. Se cas con
Mariamme, descendiente de los ltimos gobernantes asmoneos, aunque acab
matndola por celos. Para congraciarse con los judos, acometi las obras de
reconstruccin y embellecimiento del Templo. Las obras ocuparon a miles de
personas durante decenas de aos y Herodes no escatim en ellas gasto
alguno. Los restos de la Jerusaln herodiana configuran an hoy en da la
fisonoma de esta parte de la ciudad. Las excavaciones arqueolgicas llevadas a
cabo en dicha zona demuestran el nivel de riqueza alcanzado por las clases
acomodadas de la aristocracia econmica que se cre bajo su reinado. l mismo
amas una enorme fortuna, fruto, entre otras cosas, de su eficaz sistema de
recaudacin de unos impuestos excesivos para la mayora. Las tensiones
sociales, inevitables, estallaron tras su muerte.
Herodes se esforz en respetar las tradiciones judas y no trat de cambiar la
religin. Se preocup especialmente de que se respetara minuciosamente la Ley
durante la construccin del Templo. Pero el poder poltico era exclusivamente
suyo. Se enfrent con la clase sacerdotal dirigente, formada por la minora ms
culta, el partido saduceo, y acab privando al Sumo Sacerdote de cualquier
influencia en la poltica. El Sanedrn se convirti en una especie de consejo
personal suyo, perdiendo cualquier significacin como rgano de gobierno del
pueblo.
Los fariseos, apegados al cumplimiento de la Ley, eran tolerados mientras no
se metieran en poltica. Parece que honraba y respetaba a los esenios, quienes
se mantenan apartados de Jerusaln, al margen de cualquier lucha por el poder,
y llevaban una vida dedicada a la religin en sus comunidades junto al Mar
Muerto.
Su buena relacin con Octavio Augusto le permiti un trato favorable para las
comunidades judas de otros puntos de la dispora. Augusto confirm el status
de "religin lcita" concedido por Julio Csar a los judos.
En toda Asia Menor estaban exentos de prestar el servicio militar, se les
permitira enviar dinero al Templo de Jerusaln y formar organizaciones sociales
y econmicas. En ocasiones estos privilegios despertaron las protestas del
resto de la poblacin.
Mientras la sucesin de Herodes estaban an sin decidirse, estallaron
numerosos disturbios sociales que provocaron la intervencin de Varo,
gobernador de Siria. La represin fue tan brutal que esta "guerra de Varo" fue en
la memoria de los judos el episodio ms sangriento entre la toma de Jerusaln
por Pompeyo y la destruccin del Templo en el ao 70. Finalmente Augusto
confirm el testamento de Herodes, que divida el reino entre sus hijos.
Pero los hijos de Herodes no fueron capaces de mantener el gobierno de sus
territorios, que poco a poco pasarn a estar bajo control directo de Roma. A
partir del reinado de Augusto slo las provincias pacificadas son provincias
senatoriales, con un gobernador que cuenta con legiones. Palestina ser
gobernada por un procurador, que depende directamente del emperador y
cuenta nicamente con tropas auxiliares. Tiene poderes civiles y judiciales,
reside en Cesarea, acudiendo a Jerusaln nicamente en las fiestas religiosas
para protegert el orden desde la fortaleza Antonia anexa al templo.
A travs del procurador, Roma percibe diferentes tipos de impuestos, en cuya
recaudacin participan en estos momentos los publicanos, financieros judos
que trabajan para la administracin romana. En este periodo los abusos son
constantes, pues la primera preocupacin de los procuradores es su bienestar,
antes que el de Roma y, por supuesto, que el del pueblo.
Siglo I antes de Cristo
PALESTINA
EN EL IMPERIO ROMANO
Los primeros contactos entre Roma y los judos datan de mediados del siglo II
a.C. Son consecuencia de un juego poltico muy complejo en el que la repblica
romana se fue mezclando poco a poco (a partir del ao 200 a. C.) Son los
tiempos finales del pueblo independiente, ya que el siguiente se vera alterado
por la progresiva oposicin a roma hasta que estallo el conflicto final que
destruira el judasmo en la tierra origen
Origen de los intereses romanos en Palestina
En el ao 63 a. C., Pompeyo pona cerco al templo de Jerusaln, y en el Da de
la Expiacin se habra brecha en la zona del templo. Se cuenta que cayeron unos
doce mil judos. Jerusaln y Judea quedaron bajo el poder de Roma,
convirtindose en ciudades libres Gdara, Hippos, Escitpolis, Gaza, Jope, Dor y
la Torre de Estratn. Despus de la rebelin de Alejandro, hijo de Aristbulo II,
en el ao 57 a. C., Judea qued dividida en cinco demarcaciones (a saber,
Jerusaln, Gdara, Amato, Jeric y Sforis) bajo el mando de Gabino, procnsul
de Siria. Antipatro, gobernador de Idumea, supervisaba a Hircano, que haba
sido nombrado sumo sacerdote y etnarca de los judos. Antipatro supo hacer
poltica inteligentemente, apoyando primero a Pompeyo y, despus de la muerte
de Pompeyo, apoyando a Julio Csar.
Cuando Csar invadi Egipto, Antipatro acudi en ayuda de Csar con tres mil
judos armados; persuadi a los rabes y a los sirios para que ayudaran a Csar
y l mismo prest ayuda en la captura de Pelusio. Antiatro fue nombrado por
Csar procurador de Judea. Se convirti en el amo virtual de Palestina. Y a uno
de sus hijos, Fasael, le nombr prefecto de Jud, y al otro, Herodes, prefecto de
Galilea.
Pero el ao 200 (o el 198) a. C., Ptolomeo V fue vencido por Antoco III en la
batalla de Panion y Palestina pas entonces bajo el dominio del soberano
selucida. El nuevo amo se mostr diplomtico con los judos; por otra parte,
Antoco III tena otras preocupaciones, las que le daba la guerra con Roma.
Derrotado en el 189, tuvo que firmar el tratado de Apamea y pagar una fuerte
indemnizacin que grav por mucho tiempo sobre la tesorera selucida. Su
sucesor, Antoco IV Epifanes, deseoso de luchar contra las fuerzas centrifugas
que minaban su imperio y de seguir las tradiciones de los fundadores de la
dinasta, emprendi una poltica de helenizacin autoritaria de la que no se libr
Palestina. Este intento dividi a los judos en dos tendencias: los filohelenos (o
pro-griegos) y los ortodoxos; de ah naci la sublevacin de los macabeos.
Por entonces, Roma acab la conquista de Macedonia (167) y emprendi una
poltica consistente en sostener a los estados ms dbiles (por su talla, como
Rodas o Prgamo; o por la mediocridad de sus soberanos, como Egipto) contra
los intentos imperialistas de los selucidas. Con este objetivo, impidi a Antioco
IV que se siguiera atacando a Egipto. Por el ao 160, parece ser que Roma
recibi favorablemente una embajada juda enviada por Judas Macabeo (1 Mac
8).
Se ha discutido sobre la autenticidad del relato; no obstante, si los senadores
recibieron aquella embajada, se guardaron mucho de concederles ninguna
ayuda material y se contentaron con buenas palabras, aptas para dar pbulo
a la cizaa que cunda en el pas.
Roma no interviene de nuevo directamente en el oriente hasta el siglo I a. C. El
pretexto fue la poltica expansionista de Mitrdates Eupator, rey del Ponto (en la
costa norte del Asia Menor), que se present como campen de la libertad de las
ciudades griegas contra el dominio romano. Las dos guerras sucesivas contra
Mitridates acabaron en tratados que no tuvieron ningn valor. El ao 66 se le
conceden a Pompeyo poderes extraordinarios para combatir a dicho soberano y
a su aliado Tigranes de Armenia.
Pompeyo, no contento con seguir las directrices del Senado romano, se
aprovech de la descomposicin en que haba cado lo que quedaba del reino
selucida (Antioco XIII, el ltimo soberano, acababa de ser asesinado) para
anexionar a Roma aquel territorio y crear as la provincia de Siria.
Las disensiones que surgieron entre los prncipes de la dinasta asmonea (los
descendientes de los macabeos) le ofrecieron un pretexto para intervenir en
Palestina. El ao 64, mientras estaba sometiendo a Siria, en Palestina se
disputaban el poder Hircano II y su hermano Aristbulo, hijos de Alejandro
Janeo. Pompeyo envi a uno de sus legados a inspeccionar la situacin y en la
primavera del ao 63 recibi tres legaciones: una de Aristbulo, otra de Hircano
y la tercera del pueblo judo.
El rgimen herodiano
Las guerras civiles, especialmente la de Csar contra Pompeyo, produjeron
cambios en Palestina favoreciendo la desaparicin de la monarqua asmonea y
la ascensin poltica de Herodes.
LA ASCENSION POLTICA DE HERODES
El ao 49 a.C., Csar pensaba servirse de uno de los descendientes de los
macabeos, Aristbulo II, confindole dos legiones para combatir contra los
partidarios de Pompeyo (los pompeyanos) en Oriente. Pero aquel proyecto
fracas, ya que Aristbulo fue envenenado y su hijo Alejandro decapitado por
los pompeyanos en Antioqua. Despus de la victoria de Csar en Farsalia el ao
48, Hircano II y su ministro Antpatro se apresuraron a tomar el partido del nuevo
dueo de Roma. En prueba de su buena voluntad, Antpatro le llev 3.000
hombres a Csar, que andaba entonces con dificultades en Alejandra, e Hircano
comprometi a los judos de Egipto para que se unieran al dictador. El ao 47,
los decretos en favor de Hircano nos demuestran el agradecimiento de Csar.
Pero Hircano, aunque sumo sacerdote y etnarca de los judos, no tiene ms
que una autoridad terica, ya que Antpatro, nombrado por Csar eptropos
(procurador), es el que gobierna de hecho; por otra parte, l mismo puso las
bases de su sucesin nombrando a dos de sus hijos, Fasael y Herodes,
estrategas de Jerusaln y de Galilea respectivamente. El ao 43, Antpatro
procur granjearse las simpatas de Casio, uno de los asesinos de Csar, que
era entonces procnsul de Siria; ste, obligado a mantener un ejrcito
importante, recaba en Palestina un impuesto de 700 talentos. Herodes es
nombrado estratega de Cele-Siria, pero su padre muere por entonces
envenenado.
Roma conquist a Grecia, por supuesto. Pero se dio el fenmeno tan sabido:
Roma domin a Grecia por las armas, pero Grecia domin a Roma por la cultura,
de modo que la cultura grecorromana ser la que reinar en todo el mundo
conocido cuando llegue el Evangelio.