Plan Lector - Definicion Etc
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. PROYECTO
1. Definicin
El Plan Lector en sus ejes centrales disea e implementa en el hogar, en el aula, en la
biblioteca, en el centro educativo o en cualesquiera otro espacio un conjunto coherente y
sistemtico de actividades que se orientan a elevar el nivel del comportamiento lector de nios
y jvenes.
Mediante el Plan Lector el maestro, el bibliotecario o promotor de lectura asumen y trabajan
elevando el nivel del comportamiento lector de nios y jvenes hacia los cuales dirige u orienta
su accin.
Su realizacin depende de cunto lleve a cabo por hacer de cada alumno un lector asiduo,
lcido y gozoso, preparado para explorar por s mismo los misterios de la vida y el universo;
perfilando de ese modo personas que forjen su destino de manera trascendente.
2. Factores y objetivos
El Plan Lector es un conjunto coherente y sistemtico de varios factores:
En primer lugar de visin y doctrina.
En segundo orden de conceptos y proposiciones.
Y en tercer lugar de estrategias y actividades acerca de la lectura
El Plan Lector se propone alcanzar cuatro objetivos bsicos:
1). Formar a la persona humana como lector permanente.
2). Motivar a la lectura y al aprecio del libro y los textos.
3). Elevar los niveles de comprensin lectora y
4). Producir textos informativos, funcionales, instructivos, cientficos y literarios.
3. mbito, temticas y actividades ejes
mbitos de aplicacin
El aula
La biblioteca
El centro educativo
La comunidad
Algunas temticas y actividades ejes
a. Contextualizacin del aula y el centro educativo.
b. Campaas de motivacin a la lectura.
c. Organizacin de crculos y clubes de lectura.
d. Produccin de textos literarios.
e. Ciclos de conferencias de autores.
f. Juegos florales infantiles y juveniles.
g. Mini-ferias de libros en centros educativos.
4. Contexto
En tal perspectiva, tiene que haber una movilizacin social, ciudadana y civil para poner las
bases de una sociedad lectora que nos ayude a avanzar por la senda del progreso y del
desarrollo.
2.2
Debemos hacer el esfuerzo de visualizar el panorama de la prctica de la lectura en el sistema
educativo y en la escuela y activarla a travs de programas y planes de accin que sirvan de
punto de referencia a todas aquellas personas o instituciones que se interesan por apelar a
este recurso y a este bien para aliviar o paliar los males que nos aquejan sino para darle eficaz
y plena solucin.
Comprometernos y extraer experiencias piloto a partir de las prcticas educativas que se
realizan en las escuelas, alumbradas por el reflector del anlisis y la reflexin para validar
modelos y alternativas que se puedan ir adoptando en la educacin.
Impulsar un proceso de reforma global que posibilite una integracin cabal de la educacin con
la realidad socioeconmica que provea a las personas de los recursos para participar en su
sociedad de manera productiva y creadora.
Porque la lectura es importante, buena y trascendental para la vida de las personas y para el
destino de los pueblos
3. Sembrar a futuro
3.1
Sembremos ms intensamente, sabiendo que lo que hacemos hoy tendr un fruto de aqu a un
tiempo prolongado, pues los resultados en esta siembra no son inmediatos.
Sin embargo, tenemos que proyectarnos a futuro y haciendo las cosas bien, lo ms pertinente
y juicioso posible en relacin a estimular la lectura en nios y jvenes.
Esto, sabiendo probadamente que esta actividad es valiosa e importante; objetivo al cual se
orientan los propsitos de la puesta en marcha de un plan lector.
Anhelemos respecto al libro y la lectura un encuentro amoroso entre el nio y estos factores
fundamentales de la cultura humana.
Y, en esto, son factores fundamentales y coadyuvantes la accin de los padres en el hogar en
vnculo con los maestros conscientes y consagrados a sus ideales, amorosos para con sus
nios y que reconocen como un deber ineludible formar lectores.
3.2
Propiciar, al respecto, un encuentro en donde se desencadene una relacin de pasin con el
texto, tanto como artefacto e instrumento fsico o material, en donde se considere y aprecie su
textura, su belleza visual, su grato aroma y hasta su carcter sonoro y, a su vez, que sea muy
eficaz.
Y se aprecie en razn de sus ricos contenidos informativos, racionales, afectivos e
imaginativos, as como se lo asuma intuyendo la inmensidad y el infinito que el libro y la lectura
conllevan.
A veces, nuestro entusiasmo nos lleva a generalizar, nuestra emocin nos mueve a envolver,
reconocer y tratar de abarcar todo en un solo abrazo. Nuestra pasin nos tienta a llevar
muchos supuestos a sus trminos ms radicales, aunque no es del todo malo que eso ocurra
porque as corregimos puntos de vista absolutos o cerrados.
proceso, sino ms bien a una valoracin intuitiva de lo que ella nos provee para enaltecer
nuestras vidas.
Si es importante reconocerla como el mundo de las antinomias, de las polaridades y de los
conflictos dialcticos. Apreciando la lectura como el plano de las paradojas y ambivalencias, de
las corrientes casi contrapuestas, en donde tenemos que hacer siempre el ejercicio de
relativizar las posturas.
Sin embargo, cabe contemplar que la lectura al mismo tiempo que un acto emancipado es un
acto de profunda ligazn con la comunidad, al mismo tiempo que placentera es angustiosa o
grave.
Al mismo tiempo que soledad es participacin o comunin, al mismo tiempo que consciente es
mgica o subjetiva.
4.2
Siguiendo esa orientacin, hay que manejar un concepto de lectura ms amplio que aquel
relacionado a la alfabetizacin, porque lectura no es solo decodificar el texto puesto en cdigo
de escritura sino es dar sentido a los fenmenos, a las manifestaciones sociales y a los
elementos de la cultura.
Hemos de superar tambin la deformacin que trata de imponerse de reducir la lectura a
interpretacin de textos, dejando fuera y cancelando los niveles ms prdigos y fecundos de la
lectura, cual es extraer en ella nuestras propias ideas, vivencias y propuestas para construir
con ellas un mundo mejor.
Integrar incluso la lectura del texto con otras lecturas. Porque se lee, por eso y con igual
beneficio y trascendencia, un rostro, una mirada, una calle.
Se lee la televisin, se lee al Hombre. Se lee en suma la vida
5. Lo que hacemos hoy tendr un fruto de aqu a un tiempo
5.1
En tal sentido y en relacin a la lectura hay que hacer de la escuela un lugar ms humano, ms
alegre y vital, en relacin a la lectura, porque ms ensea la vida y ms importa incorporar
valores, hbitos y conductas, antes que informaciones.
En tal perspectiva es importante preguntarnos: Por qu la escuela no forma lectores? Por
qu el sistema educativo ensea a leer pero desalienta de repente sin quererlo a los nios y
jvenes a ser lectores gozosos, asiduos y creativos?
De all que desde las aulas y los centros educativos hagamos conciencia primero, y
sembremos elementos despus, que nos permitan tener la seguridad que de aqu a un tiempo
hemos de tener formados nios y jvenes lectores.
5.2
Esperar tambin, a este respecto, iniciativas promotoras de lectura de parte de las editoriales
como tambin de la prensa y de los medios de comunicacin, en general. Qu porvenir nos
espera si no cultivamos ahora la simiente cuyo resultado sea la cosecha abundante de tener
una sociedad lectora?
Al mismo tiempo que tica o moral es subversiva; al mismo tiempo que aventura es refugio o
proteccin.
La lectura es el orden dentro del caos, lo definido dentro de lo indefinido, la incertidumbre al
final de la certidumbre y tambin todo lo inverso de lo que hemos enunciado.
De all que si no esclarecemos por lo menos debemos esforzarnos por aproximar al lector a
todos estos puntos, por las siguientes razones fundamentales. Y, consecuentemente, es
necesario que haya por lo menos una aproximacin a reconocer cul es su vasta complejidad.
Aquella es una mana, un vicio y hasta una deformacin mental en la cual hemos cado por el
dominio que ejercen en el mundo contemporneo las tcnicas que nos dan frmulas y con ello
artefactos aparentemente fascinantes y portentosos.
Todo esto, a tal punto que en la educacin pareciera que nos hemos contagiado de esta
tendencia; querer tambin inventar una mquina, pasada por la cual a los nios los recibimos al
otro lado de por donde ingresaron ya como sujetos de la educacin ya formados, con los
conocimientos que nos permitan darlos como productos acabados.
Idntica y parecida actitud se suscita en torno al plan lector. La pregunta que se indaga es:
Cul es la frmula?
Ms que frmulas hay consideraciones importantes a tener en cuenta en un Plan Lector que se
formule desde la escuela o la institucin educativa nacional y una de ellas es la actitud que
principalmente el profesor debe desarrollar con los nios y jvenes a fin de motivar e incentivar
a la lectura.
Todo tiende a dividir a la familia, ya que en las circunstancias actuales la exigencia es que
padre y madre trabajen. La situacin social y econmica determinan que el nio viva muchos
problemas; el ms acuciante el aislamiento y la soledad. La lectura puede y debe ser en estos
casos el recurso para paliar y exorcizar dichos problemas y para lograr ello se necesitan
buenos guas u orientadores.
Los maestros tienen que serlo. Para ello el primer requisito es ser buenos lectores, asiduos
vastos. Tambin el maestro ha de ser capaz de conocer lo que ocurre en el alma profunda de
un nio para conectarlo oportunamente con un libro en donde se trate un problema coincidente
con lo que el nio vive; que cuente con personajes paradigmticos con los cuales el nio se
identifique, ser capaz de darle una luz muy viva, amplia, grande y trascendente para que ese
nio resuelva un problema existencial y, de repente, encuentre una hebra que le lleve a la
madeja y luego al ovillo de la lectura gozosa y voluntaria y de un destino promisorio para su
vida.
La confidencia, la intimidad, la relacin afectiva de maestro y nio, que deje atrs una relacin
mecnica ni funcional en relacin a determinada asignatura o curso ser propicia para hacer
surgir la llama clida, vivaz y entraable de la lectura. No quedarse all ni dejarse ganar por el
aspecto formal del proceso educativo sino por la raz, el nervio y la fuente de lo que es
compartir un hecho tan fecundo y lleno de significados prdigos como es la educacin.
3. El acceso al libro
3.1
Ya se ha comprobado que la disponibilidad de libros, el acceso y la cercana de ellos, es un
aliciente de primer orden en la estimulacin a la lectura.
Libros adecuados a los intereses y edades de los nios y jvenes, libros que se los puedan
hojear sin reticencias ni temores, libros que pudieran tener caractersticas atractivas de edicin,
con variedad de temas y autores.
Todos ellos deben estar al alcance de nios y jvenes en los espacios donde stos se
desenvuelvan, aspecto que tiene importancia trascendental en la motivacin y promocin
lectora.
Si no los hubiera, o si resultara inasequible poder adquirirlos, entonces hay que elaborarlos en
base a dinmicas que se implementen, por ejemplo utilizando peridicos y revistas u otros
materiales desechables. O valindose del Internet a fin de conformar con ellos bibliotecas de
aula.
El mejor libro es el que el propio nio lo elabora, aquel que se le ocurre hacer al nio, el que se
le antoje, de acuerdo a su parecer y hasta de su capricho. Que surge de acuerdo a lo que l
crea. Tiene que ser en funcin a las preferencias y a las aficiones de ellos. Ayudar entonces a
construirlos.
3.2
En la Declaracin de los Derechos del Nio, es necesario advertirlo, no se recomienda o
estipula que los padres y, en general los adultos, estemos obligados a dedicarles tiempo libre a
comunicarnos con ellos placenteramente, aspecto que es bsico para la lectura.
Es fundamental el tiempo que dediquemos a divertirnos y a jugar con ellos; a compartir la vida,
relacin que ellos necesitan y anhelan y que es paso previo a la lectura.
Se debe cultivar la lectura como placer y tambin la lectura como construccin de sentido. Pero
es ms, la lectura como un acto de devocin y un acto de amor. Y no hay amor solitario, sino
compartido. O, por lo menos, en referencia a otro ser.
Se lee por un compromiso con la vida, por una relacin intensa, fuerte, riesgosa. Se lee como
una pasin, y para eso necesitamos referentes, no como si este fuera un mundo vaco.